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Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía
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lIogotá, 15 de julio tic hu, ~ G ~r. lij. Vale medio real.
., lo'!):; :':'OCOS." i pura; pero al cruzarse, la alicion con que
~~_. _,~, ~ ~~ I se da i recibe pOLle en pI':Íct;ca aquel ada-
BIENVENIDA. I jio (Iue di('e "la sangre siu fuego hierve .•
Su nos onuncia ('1 reorrreso dcl Gran El de rigor brota eu los labios del aman-
I
te como tlua Oor en uu tiesto, porque la
Mosquero n su Colombia. I estacion lo ('xije ; donde h~i amantes i no
Rien venido Sl'¡\' hai luz, hai besos de rigor ... Es probado.
~1()S4uern es el destino manifiesto dc I El oe. co.mprllmiso es una variante del
esta tierra. be o nrt,liclal.
Os felícitamos a to los vosotros ami- ' I'~I de runtos suspellsivos,.es. al .deci~ de
gos políticos l pe1'sonales del ilustre los Illtehjentes, el beso .mas Inslglllfi('atlvo,
destcrr'\uo 01 de Illas tr¡;sCeudollcIU. es .... 010 puede
Al r 'l' . . espresarsC' de este modo 1 .. • .. · J
) o tl'nelS ya, en su IInt,gllo co- lIal ademas, el !Jeso de farsa o sea el de
medero! respirad gozosos; el dia de la teatro, i el beso nacional.
r('denclon se (lCerl'a. j El urso de teatro, hijo de la voluntad
La necrsidnd de una reforma social oel p.oeta, es obligatorio, i solo tien¿ signion
Colombia lo trae nucramente a nnes-- nenelon cuando los actores truecan los
tras ployas. I papeles, es decir, cuando las mentiras 60
Nn hai lel que lo detenrra . yn io sa- vUE'~IVell de ve~as. . ..
• o , 1'.1 brso nacIOnal, es el que Siendo hIJO
bel~. 1 I de las costumbres, se dá como los buenos
. hl !\1te/)o Mllndo .... ¿ cómo espl'C'sn- olas o como se dá la mano 11 un amigo.
ra su gozo? En Francia i mas en Italia, donde S6 per-í
Oh I Locos do todos colores i de to- I mito todo, esta admitido el brso como una
dos los temas I Uníos a nosotros para cosa indispensable al saludo: la (' tremasaludor
In OUI'OI'O UC ('stn nueva era I da cortesía 01.' estas nacioí.es ha hecho a
mosquerunn I sus hijos los mas de5cortesrs del nn ndo .
. Felices d~ los caucanos nue son los .!~o hablarem~s del heso de la. madre al
.' . . .' '. hIJO porque lo juzgamos dcnHlslado santo
pmneros que tenulán la dIcha de snlu- para haecl'lo objeto de una cronica .
dlll' al héroE' proscrito i de r('ribir el in-flujo
de sus lucE's bienhechoras ! FOl.t.D~ .:r-r.
j Felices todos los colombianos, que
tanto esperamos de ese 561' privill'jiado ! EL JOVEN E RIQUE
PE'ro, mil i mil vcces mas felices, los o DIOS mWELADO.
puros l netos.
CAPITULO Xl!.
LOS BESOS. Un. encuentro jeliz,
Los amantes dividen los besos en besos Al inmediato dla i en los siguientes el
de contrabando, de confianza, de rigor, de d A b' .• l'
compromiso, i ultimamente en Ileso de pa re m rosJO contll1uo sus l'CCIOIH'S
puntos suspE'nsivos. i empezó a dar a Enrique los conoci-
El de cuntrabando, si no esplica su orl- mientos que los niilOs bien educado8
jen, maniliesta su tendencia i corresponde tienen ya a su edad ( Enrique tiene ceral
jénel'o de la'3 improvisaciones amorosas. CII de ocho aüos), Le eosE'i'Jó a hablar
Como delito uo pl'emeditDdo suele casti- correctamente, 1\ leer, a t'. cribir, un
/o\~rse ~or los pa.drc~ de la víctima con uua poco de historia, de jeogl'afia i de 8SIIJera
1I1Colllulllcaclon... tronomla; se e~fol'zó sobre lodo en co -
El de con~anza, mas. que hiJO ~f>1 a~10r rr('jide algunos malos bábitos que ha-lo
es de la lranqueza, I la mama lo tIene l ' . . . 1 _
por cosa corriente cuando se persuade de bln contlllldo en la soele?ad de los a
que el novio se dirije hacia la Vicaría. drones, La ternura del moo para con el
El de rigor pertenece esclusivamente al 11 santo sacerdote se aumentaba por el
tio i al sobrino, es un beso de sangre respeto que le inspiraba su calidad do
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(j~ LOS LOOOS,
institutor i de ministro de Dios, ¡dejó 11 El p,Hlre Ambl'osio ¡Enrique hicic-de
tl1leal'lo. ron todos los pl'l'pal'ativos I)ecesarios,
En cllan,to al padrc Ambl:~sio, carla I i al dia ~iguiente, al amanecer, fueron
ve'/, se aficIOnaba mas al Ilmo porque a la ca pilla. Ambos oraron cu ello, i
descubría en él un corazon amante, sen- Enrique pidió a Dios bE'lIdijese el yiatimientos
elevadus ¡mucho dE'seo de je de su píHlre adoptivo, i guiase sus
aprender. Resol\'ió,pues,guílrdarlo con- pasos hácia los que le IHlbian dado cl
sigo en la ermitn lo restante del vcra- , S0I'. Lupgo se dl'say(1tlal'on, tomaron
no, pens;¡ndo que cl aire puro que allí sus prqueños equipajes, donde hobía
se rcspiraba, un alimento almnc10nte i tambíen algunas provisiones, i se puapl'opiadu
a su edad, fortificariall su sieron en (,ilmino.
temperamento, alterado por su larga I Apénas hubieron perdido de vista la
permanencia en la Cílverna, ermita, cOlT,enzaron los éxtasis para
En efecto, a medida que Enrique Sil I Enrique: cuanto veia era pina él un
instruia, su cUE'rpo se desllrl'ollab:\ i sus nuevo encanto, Cuando hubieron gamejillas
brillaban como las hojas de las nndo la montail:l, sigui('ron caminos
rosas que el pobre niño amaba tanto, pintorescos, frecuentados ~olo por los
Al verlo embellecerse así, cl buen píl stores i los cazadores, desde los cllaermitaño
se figllraba el gozo que ex- les se veian IlIs mas encantadores paiperimentari
an sus padres cuando vol- sajes.
viesen a vel', hermoso, sano e instrui- ' Despues de haber andado como unas
do, a aqurl hiJO que CJ'rian haber per- dos horas, sintieron necesidad de deselido
para siempl'e, o verlo cuando mé- canSílr. Se hallílban en una llanura,
nos marchito por la educacion del cl'Í- sítuílda en la misma montüua i rodrameno
da de I'ocas esrarpíldas por las cualt's
' Pasad'os cuatro meses, anunció a En- tr0pabnn multitud de cabras buscando
I'ique que iba a ponerlo en casa de To- algun pasto, El guardinn de aquel gamás,
el padre del pastorcillo, que lo nado era un niüo casi de la misma edad
habia llevado a la ermita; i a empezar que Enrique, Al vel'lo este:
11 averiguar quienes eran sus pudres, -Calla! exclamó; ese es uu lIii'lO
El niño desea bll de todo corazoll conu- como yo ! i yo que creia- sel' el único!_
cer a su padre i su madre, haria diaria- ¡Qué bonito es! vcn con nosotros, amimente
mil prcguntas acerca de ellos i guito, i reircmos i habl ll remos Juntos
queria acompai'H!r al anciano, en tanto que mi uuen padre descansa.
Lléveme usted, le decia, i así veré I Semejante lenguaje admJro al cabre-mas
pronto a mis padres; ndemás, us , 1'0; se acercó sinembargo, i dijo al
ted se cansa cuando nuda mucho, i padre Ambrosio, que algo mos léjos
podrá apoyn!'se en mí; i si le ocurriese enconll'ílrian un arroyo de agua muí
u usted alguna cosa, yo podia cuidarlo fresca al abrigo de al gunos castalios,
o cuando ménos pedir socorro. i que si queria les enseñada el camino,
El bucll anciano veia con complacen- i los acompañaría llevándoles sus haticia
que las srmillas que habia heehado 1I0s. El anciano aceptó para dar al caen
aquella tiema alma Íl'uctificaban ya. I brerillo ocasion de ejecutnl' uua buena
Por lo demas, un niño de su edad em , aura, i para proporcional' a Enl'ique el
un emborazo para un largo viaje; le placer de su compañia.
rprometi0,pues, volver, a vel'lo con fl'e- La di stancia no eré!. larga; pero Pll-
('uencia. recio a Enrique mucho mas corta de lo
El padre del pílStO¡' el'a un buen cam- que era pOI' el gozo que le causaba hapesino
prudente i recto, al cual pudo blal' con un nirlo de su cdad: ya no
el ermitaño deeidir a que recibi rse al hacia caso del campo, de los árboles,
lliüo en su casa, situada a tras lénguas ' de las flores, de las mariposas que tande
distancia al lado opuesto de los ta le encantaban algunos momentos
montañas tras de las que se ponia el I ántes. _
601. Luego que el anciano hubo descansa-
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do lo que habia menpstel' continuaron fué obtener los informes necesarios 50-
su camiuo i llegaron a casa de Tomás; I bre la hacienda que cultiva el amo de
que los I'eci bió con areccion i I't's peto. 11 aquella muchachil, i se díriJiú n pIla;
Comcnzó sus ínvestigaciorJ('s pOI' la había que andal' nada ménos que cuaciudud
inmedi(lla j luego siguió mas 1 tro leguus por la montaiia, ¡por camindelonte:
asi ex lendió sus excursiones, nos apénils practicables,
voh irndo de tiempo en tiempo a cusa Cerca ya de la hacienda, IIpgal'oll l\
ele TOIllIÍS, A donde quieril que IIrgaba, ,' HU valle regado por un arroyo, cn cuiba
a vel' a Ins autol'idadps, Irs referia yilS orillas pastaba un rebaño de ove-
1,1 muravillosa aventura del jÓl'en En- Jas, Enrique nu habia visto nunca talll'iquc
¡les hat'Ía vel' el relratJ de la tOR carneros rcunidos, i corrió hacia
l'ondesa; prr'o nadie lo conorin, porque ti rIJos para verlos de cerca i acariciados;
aquella pindosa seiior'a habia vivido ' lo que mns adlllir'ncion le causnua erAn
rrtimda en su castillo, i no tomabn los corderitos dr solo algunos di as . los
plllte en los v¡¡nos plncer('s que a ve- II bcsaba i les daba los nombres mAS
ces reUni¡¡ll n In nobleza de un canton j tiernos.
i aun de ulla proyinein. 1I El padre Ambrosio buscaba donde
El t!rmit¡,üo llegó al fin u una peque-I podria eslnr el pnstor de nquel ganado,
ñu "illa cercana c Eirbcnfel ; fue 11 ve l' i Enriquc le dijó que sin duda serJa
al senescal, que ('jel'l'Ín autoridad 50- una jc.vell qn(' p&taba sentacln, en la
bl'e todas las poblnciones de los contor- extl'emidad del vallp, junto al rio a 111
tlOS, i cuando le hubo heeho su llana- sombra de una grande cntina,
rion: Ln muchacha lenia Ull vestido blan-
Creo, le contestó, conocel' el asun ' eo i lIev/lIJa en la eab('ztI un sombl'ero
to de qne se trato. , No hui .}'a de cso de péljll; alllcel'carse a ella, d el'mitaño
UIIOS seis u ocho años? Sí, dice usted, Pllclo Rpereibirse de quc su fhonomía
Pues LJien 1 recuerdo quc a p('ticion de era agl'lHbble i su aire dulce [t pal' que
\1110 ilustre familia, que habita en un U'bte. Tenia el cayaelo junto a sí, i Icia
ca tillo de aquí eerca, di ól'd('nes pora con ¡¡tencion un libro.
lJue se bus('a~c UIl niño pcqneilito, i lIO El prudente anciano pensó que flquepudo
halltirsl' le , Me lIcucrúo tambien, lIu debia dl' srl' la jÓHn qu . buscaba;
que algunos mns tarde la mut'lllH.'ha que pel'o quiso obrar eOIl prndeneia i se dihabia
(Íl'jado l'o!Jasru alniÍlo ,ino a es I'ijió poco n poco hácia ella, La pastora
ta \ IlIn i ~e dirijio a mi, pues me co- I lo sintió alzó los ojos, lo I ('conoció pornocia
de haberme visto en ('1 rasti- que todos lo couocia, de fama al mello
de sus amos, pOl'a hnllal' /lcomo- nos, en la comal'l'a ; lo saludó i le pidIó
do. Creo que estará todnvín en lo • su bcndirion.
alrededort's, I a elln purde u ter! di- -Te la doi, hija mia, le ron testó el
rijil'se, pues sin duela, le dal'1í noticias: allciano; 1>('1'0 dime: ¿ hn('e mucho
ol1ol'a sflbrcmos dónde habita, tit'mpo que gual'das este I'('boiio?
El senesl'ol ex¡\mino sus popel('s i ~St'is ailO ,padre mio; i pronto ho-dijo
al padl'c Ambro ·io que, la mucha- ' 1'1\ tre que he '('nido a e~te cantoD con
cha de llllC se trntnLJn estaba sirvirnclo mi amo.
tlO ('a ~ de ,tI~l labrado r que cn Iln liern - 1' - , De dónllc ,'enias cuando te fijaspo
hobra VIVido en aquell:'ls ~erconlas, te en este pais? porque tú no tienes
pero que desde algullos ouos antl's es- tl'Uzns de hab rrte crindo pam pastora.
taba esta,b !cchlo en •• :' ,P0blacion C(,I'- ¿ POI' qué cnu a has abrllzado esta p -
cana al SitiO ('1) que ~III,'141~e S? hulla- llosa oC'upacion? ¿ pOI' qué cstá pintada
ba ~ COI'('a, dr don,:lo.\'1\'HI ~omas. I la tristeza ell tu fbonomía ?
LI pache Ar~bloslO emplendló ,g~zo - Al oil' estas palobras la pastol'U se
so su nuevo vlUJe; IIrgo con frhcrdad l ' II '
o. dOlldu (' taba el \liúo, qne encontró lec 10 a 01'01'.
t'n buella salud, i dceit.lió llevarlo COIl I -No te aflljos, hija mío, le diJo ,1
sigo para buscar o Mal'gorito. Fácil le ermitaño; respóndeme con ~inceridad,
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j cl'ee que no te dirijo estas preguntas 1" lo! Nuestl'o Señol' es quien lo devuelve
sin tenel' motivo de interes, a su's padres! j Cuan gozosos serán voll,
a muchacha miró al anciano, como viéndolo a Vel' 1 Su mnma, sobre todo,
dudando; mas al fin le respondió: I que lo llora como yó hace seis años,
-Yo lIací eo el condado ele Eirben- Alégrese ustrd, amo mio; va usted 1\
fol, que rstá bien lélos de aquf ; la e~- I encOlltral' a sus padres; nosotros yamos.
posa del conde me habia tomado a su ' a llevaros a ellos. ·
servicio, i en un ,'iaje que hizo para I! -Dhs mio! exrlamó el anciano
cuidar a su mal'ido, me dejó en el , cas- Ilt lI('no de júbilo i rasados en lágl'imas
tillo confiándome el cuidado de su hijo los ojos: glorificado sea \'uestro santo
único. No obstante Ins órdenes que me I nombre; vuestm Providencia dispono
habia dado, yo lo perdí de vista un 1I visiblcmcnte de la suerte de este querido
momento, í unos ladl'on€s se aprove- ti niño ~
charon de mi ausencia para robar el PO- I'] Margarita hizo conocer al ermitaño
bre uino. Cuando mi seüol'a volvió, su 1 la ilustre familia a que pertenec!a el
dolor fué profundo; i aunque me per- I niño, cuan virtuosos eran sus padrcs
donó, yo no pude soportal' la vista del i el tierno cariiio que pI'ofes3ban 11
mal que le habia causado, huf del cas- I aquel hijo único. Enrique estaba loco
tillo i me rerujié en la villa mas inme- de alegl'Ía sabiendo que pronto iba n
diata. Desde entónces pido cada dia a . conoccr a su papá i a su mamá.
Dios devuelva a su madre ese hijo, i Los tres se encaminnron a cllsa del
espero que el cielo se compndecerá del amo de Margarita, el cual, aunque e!ídolol'
de la madre i de mi cruda penfl: taba mui contento, (le los servicios de
-Animo, hija mia; creo que dios te la j6ven, fué el pl'imero cn aconsejarle
ha escuchado. ¿ COlloces este retrato? que fuera a presentar a sus antig\10S
1 al decil' esto la enseó.> el medallon. amos aquel niño milagl'osomente Iiber-
Gran Dios! J esus sal vador mio! tado.
~ qué veo? Si, e.s el retrato de mi buena Los viajeros no se detuvicl'on sino el
señora, la condesa de Eichenfel, ma- ticmpo necesario pflra proporcionar lln
dfe del niño l'obado por los bandidos. carl'uflje que pudiel'a tl'asportarlos proD'
Enrique acudió a los gritos de la paso tamente a Eil'henfel. El aneiano solita-tora;
I como la viese llorando: rio empleó en este viajé el dinero que 111
-¿ Porqué 110l'Us? le dijo; tienes efecto pidió prestado a 1 amo de Marga-hambre?
toma pan i manzanl}S que yo rita. •
mismo he cojido; come i luego puedes
JI' a bebel' en pse arroyo.
-¿ Qué niño es cste? exclamó la
pastora; t, cómo se llama ? ~ No se admiten suscrito res de
--Me llamo Enrique. gorra ni al fiado. ~D
-Enrique! ese es el nombr·e del
hijo de la condesfl. Acél'cate; que yo
te vea. Es el V'ivo l'etra·to de mi señora.
Oh j decid me, padre mio, que es él ese
que robaron los ladl·ones.
-Él es en efecto, i tenia pendiente
l:\ su cuello ese medallon.
A oir estas palflbras, Mal'garita, pues
era ella, se arrodilló i oró en voz baja
durante algIJ nos momentos; luego se
le~antó, estrechó en sus brazos a Enrique,
i lo abrazó Jlol'ando a lágrima
virora •
...,..Oh! mi querido amo, mi querido
Enrique de Eichenfel : !li03 sea bendí-
Para no ser enjaulados, ni incurl'fr
en excomuniones, ni perdel' el derecho
de ciudadanfa, hai un eficllz remedio,
que consiste en comprar una casa muí
barata que se ha acabado de construir
en la cuadra siguiente de la Carnicería
distante tres cuadros eJe la pInza de
mercad{), cuatro d~ San Víctol'ino i siete
de la plaza de Bolf\'al'. El señol' Nicolas
Ponton propol'cional'á los detalles que
se pidan acerca de precio, &c. &c.
I Imprenta de Nicolas Pontoni comp"ñia ,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Los Locos - N. 15", -:Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía, 1868. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2091637/), el día 2025-05-06.
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