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Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía
Descripción
LO L COSo
SEM. 1. Vale 6 rcales. Bogotá,6 do agosto dc 1868. NUM. 18. Vale mecHo ro al.
.. LGI:l LOCOS." I"O:t.LE~Il\T •
pA~ICO. EL JOVEN K ' RIQUE
La audacia i la tEnacidad de los 21 han o DIOS nEVELAOO.
Pl'oLlucido iliOn su natural ('fecto. (ConcLusion).
La minoda les ha dejado lilJl'(, el ramo La condesa sc sintió desfullecer por
po; esdeeil', uo h:ln querido resignarse el colmo de su alegría' pero cOllsiguio
~~~r¡'~~~lJlbro~ a continuar de testigos ae· dominar su emocion i ie~onel'se . . al ver
Que hagan ahora los 2.t, mas a sus an. 11 enU'lll' al pa~lre Ambl'oslO; salio a SI&.
('has, todo lo que 1('8 convellga. i S(n ma' ll encuentro, I supo de su boca que el
vorí~!. .. conde lo envjabn para avisarla dc su
. 1 ,bien! ¿ lodos los 2-t ."0 n por fin .sapos? d próxima Ilegadll cn compañía de su hijo ,
No: un~s son sap~s I otros suplstas.. Cuando supo que iban a entrar de un
Oh 1 que luz! quc contellto !, (Jué fel!· momento a Otl'O quiso j¡' a esprl'orlos a
C'Id, ? dt,i' . t l d d 1 d 1" la sala dc donde habia sido rvbado el
~s 11 VIS o; e U1un o es e os ..... ¿ e .• p , 1 h b' t" d .
los valientes? No: Jc los audaces. I DIDO.,,:. elo se a a IfIn an IClpa o,
Prcpurémonos, pues, todos a gozar de la en el ~ltlO don?~ se hallaba la C?n8 en
bil'naven lUl'1111Za que van a ofrecernos pOI' otro tiempo, VIO al conde FederiCO tetoneladas
los hombrcs de la sitnaeio..n, los I \liendo en sus brazos i\ Enrique.
consabidos 2L 1 No intentaremos describir esta reunion
1 e!los lo ,que ofret'en lo ~lImplen, I de padre, madre, e hijo, separados tan·
1 SI Don lomas esta cn lluenal'entura o lo tiempo habia, ui las tcrpczas que se
Pall?l11a, con. maror razon,. I pl'odi C1aron ni la ex pl'esioll de su gra-
AII de los IIlcreuulos I Al! dc los que . b.: . " D'
aletargados reposau sobre SllS repletas mo- tltud pal a eOIl el padl e A mbl 0510.. 1",
chilas, cuando el deber los llama a poner- I remos solan}cllte que la cv~H1(,s8 I .su
se en actividad! esposo admiraron la belleza I las grACias
I\Jueh~s i mui grandes cosas vamos a de su hijo a quien encontraban ya
'·cr. Cosas, al fill de sapos i sapistas j o lo I criaJo.
I)u~.es lo mismo, de sapos i cule.bras.. Enrique refi1'ió aquel mismo dia cunn·
.Sillembal:go ..... ,. ¿ por qué relOJ el pa- to sabia de su historia; reprodujo con
JlIC~ en la ciudad? . tanla vel'dad i ('ntusiasmo In impresion
SI de nuestros re,lencradorcs nos ha de h b' '1 " 1 ~I 1 b 11 a
Huir todo blell ¿ por cJué sc ¡¡SU ta el co. ~IUC n JaU PIO( UCI{ o en e as t' e~( S
merciantc i cllabl'ndor i el industrial? I la armollra del mundo, la rc\'elo('lOo
No hai quo nfIljil'sc, cnmarad n los que
mos rstado pri\'nd(ls de ella largo , los reclamaron i pero la mayor parte no
tiempo! I pudo saberse a quien pertenecia, aun-
-Permitid me que anada algunas pa- I que se hicieron todas las dilijencias polabras
a las que con tanta prudencia : sibles, I fué aplicada a In fundarion de
acabais de pronunciar; el éxtasis de un convento donde se rrcojiese i cducaEnrique
al ver pOI' primera vez el uoi- I se a los huérfallos pobres.
verso, puede hacernos concebir cuál I Margarita volvió a ocup[\r su puesto
será el que experimentaremos cuando, al lado de la condesa, a quien solo dió
al deja.' esta vida terrestre, nuestra [\1- 1 motivos para alabarln en adel:mte: la
ma contemple las perfecciones de Dios, I experien('ia le babia sido proveehosa.
de las cuales solo son un pálido reflrjo, ' Los beneficios del conde alcanzaron
una imperfecta imájen, las bellezas del ¡ hasta al jóven pastor que llevó a Enri-universo.
I que a la hermito, I al cabl'erillo de In
CAPíTULO xv. . r montaña; en Cllflnto al bbrador, amo
.. A cada éual segun sus obras, I de Mélrgarita, le rué llevuelta crntupli-
. Pasados los primeros instantes COll- '1 cada la suma de dinero que habia prescetlidos
a la afeccion, el conde tomó de 1 tado para el viaje de Enrique.
Enrique i del padre Ambrosio todos los I El padre Ambrosio consinti6 a ruego!!
informes necesal'ios para que sus jentes I del eoode, en permanecer al lado de
pudiesen partir en busca de los ladrones; I Eurique para concluir una educadon
llegaron en efecto a la ca"CrDa, ensan- I que tan perfectamente habia comenzacharon
la abertura por donde Enrique se I do; por sus cuidados, vino a ser aquel
habia escapado,i se apoderaron de todos niño un modelo de todas las virtudes i
sorpreu diéndolos miéutl'as dormiau. Al un hombre verdaderamente distinguido,
cabo de algunos días volvieron trayéo- cuyas atenciones i afeccion prolongaron
dolos a todos eargados de cadenas, i se- los dias del venerable anciano, colman.
guidos de varios carros donde habían do al mismo tiempo de felicldnd a sm;
colocado todos los cofres llenos de ropas, padres.
alhajas i dinero robados, ¡sobre UIIO FlN.
~e los cuales venia sentada 11) vieja I
Jltana. MERl:ENDA DE NEGROS.
Puestos en manos de la justicia, ,
aquellos bandidos fueron convictos de
teda clase de crímenes, i condenados a
oouerte, excepto Ricardo, pues se probó
que jamás habja vertido la sangre de
sus semejantes, La pena impuesta a los I
delitos que lo alTastró la vergonzosa I
pasion del jueg9, fué la pl'Ísion perpétIla;
pero el sincero arrepentimiento de I
que dió pruebas, i la proteccion del I
conde, que juzgó era digna de recom- '
pensa su conducta para con Eoriqne, le ¡ valiel'on bien pronto el ser indultado i
volver al seno de su familia. Luego que I
su bu_en a conducta durante muchos años
El llanto de las mujeres
Es una halaja,
Para usarla la tienen
Como en una arca;
Abren i lloraD,
L[\ cienan i rien
Cuando acomoda.
Yo le dije a un platero;
Razme de plata
Una mujer constrante,
Que no sra falsa,
1 él me responde:
Que de mujer constante
No tiene molde.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LOS LOCOS, 75
Es la mujer conjunto
De malo i bueno,
En su postrera obra
Dios cchó el resto;
~adie la gl1na
Cuando es la mujel' buenn,
Ni cuando es mola.
'1
l°
l'
SI ELLOS HICIERAN COMO ESTE, !
Un flVlll'O Ilbmado Antefort murió I
porque no quiso bacel' uso ele cierto re- I
medio. No em que el remedio le pareciese
malo; prro le parecia C8ro. Vién ·
¿ Parasme, reja? exclamó:
Pues lo que puedes verás,
1 la dura testa Izas!
Entre los hierros metió.
Acudieron n I!!s quejas
Que daba al vcrse en pl'isiones,
J cuando a puros til'oncs
Le sacaron sin orejas,
Exclamó, mui sobre sí :
¿Quién os \lomó? ¡Mal pecado I
Ya estuviera 111 otro lado
Si no tiraras de mi.
dole 11 punto de moril', le dijeron que 1, El célebre Pelisson era tan feo que
probl1sc el remedio, que solo le costaría ' Mad. Soudery deeia que su fealdad de\
11l0S cuatl'o fuertes, Es caro, es mul I ¡eneraba en abuso. Una tarde cierto
ear!) .... dijo i espiró. pintor le encuentra en la calle, lo para,
le saluda i le suplica que suba o su es-
BURRA, tudio i le haga el honnl' de pel'mitil"le
Un pobre hombre se presentó mui trllscribil' al lienzo los principales rasasustado
al cura de su pucblo dieiénd:>- I' gos de su semblante. Pelisson, lleno de
le que babia ,'i~to un aparecido, orgullo pOI' aquella demostracion de
-¿ Cuando le ¡,as visto? pJ'rguntó ' popularidad i respeto, sube en efecto.
'1 cura. " El pintol' le rctl'a ta. Pelisson le dá las
-Anoche al retirarme a casa. gracius al salir. - Yo soi, al contrario,
-i. En dónde? le dice el artista, el que os debo un gran
-Animlldo a la puerta de la iglesia. 1I servicio: estoi encargado de un cuadro
-¿, 1 qué forma tiene? I de iglesia para el cual necesito cl mo-
-La de un asno, delo mas aproximado del diablo.
-Dios te bcndign, dijo el cur:l, te I
'hns nsustndo de tu pl'opia sombr!!. '
Cien mil conchas tiene el mor,
Cien mil estrellas el cielo,
-cien mil [u 'boles el bosque ....
j Quléu tuviera cicn mil pesos 1
Luna, luna compaüera
J~n un tiempo de mi dicha,
Por fin le vas i me dejas .....
¡ !\Jemorias u la familia I
¿ Preguutas por la sortija,
Por la sortija i el beso
Que me diste ulla noche
Como prueba de tu afecto?
¡ Pues oye; guardado el beso
En mi corazon estú ;
La sortija e tá gUllrdada
En el Moute de Piedad 1
I SI SERÍA TERCO 1
Un tozudo vizcaino
Yendo por una calleja,
Tropezó con una reja
Atalljúndole el camino.
1, ,
I
I
11
Déjame, lector, por Dios
Mi tosca pluma enristrar
Pa ra que salga la lava
Del el'cpitante volcan
Que todos los dias hiene
En mi mnjin ¡ voto a tal ~
Oh! quién tu viera sosiego,
Espacio, tiempo i lugar
Para compnne¡' mas versos
Que arenas tiene la mar!
Aquí yo ; lI€ga un amigo
Que ya dici éndome está:
« Deja las musas, compadre,
Si es que quieres pelechar,
No empl'endas viaje al Parnaso
Que es mui largo pUl' demas
1 muchos se mueren de hambre
Del camino en la mitad.ll
Amigo, respondo yo,
Vuestrn arenga no efitá mal ,
Mas, aunque se muera de bambr e,
Para el Parnaso se va
Uu hombre tri te, aburrido
De oir las oncas sonar
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
713
11'uCl'a de sus faltl'igue1'Us
Que el diablo Hena de .... sal.
COSAS DEL MUNDO.
11
Si tú ores cuea, yo soi,
Hija mia, cuco i medio:
Eteruo artlor jurámouos un dia l'
Con que dime si me quieres
O si me aborreces, presto.
La tiel'llI.-r8
-Pues cuando y . Que npngue tan VIVO fuego.
. . o paseo, con mama I En tOI!DS partes tu imajen
J .nos ~ncontlamos a tu amIgo. Alfl'edo, Irradiar hermosn \'1'0
81emple nos metemos por ha1. Con las galas de una diosa,
~, -Con qué ¿ pOl' ahí? 11 Siempre con encantos nuevos .
1 nos dice mam4 que COI'J'amO's léjos, : Si tu cariño me falta
muí léjos ! 1 D~sesperado. ~e muero. .
_j Hola! Sí? (Pues yo ataré a tu I Tu;:a es n?1 vld~, alma IlIla,
malliá COI to , muí COl'to), l' Por tI. pnlplta Ol! pecho; . Pero SI me engallas, eamlJlo
NO TE PINTES, : Lo mismo que de sombrcro.
Te ví de noche, te adoré alma mia '
Mas mi ilusion marchóse al otro lia
Al saber que el color i hasta los cejasTodas
las noches en tu lecho dejas.
CLARITO.
Siempre que te veo, niña,
Me guiñas el oJo izquierdo
1 me miras dulcemente
A la par con el derecho.
Dime que quieres decirme
Con tan singulares jestos.
Porque por mas que discUfl'O
1 me devano los sesos,
No he podido comprender
Ni presumir tus deseos.
Si es que te gusto, lo dices;
Si no te agrado lo mismo,
1 en un caso, nos casamos,
1 en otro, nos odiaremos.
No te figUl'es que yo
Acostumbro a perder tiempo
Ni tampoco qile me gustan '
Semejantes « escarmien tos.»
: -¿ Oye, chica? Tu padre cuando se
enfada menea la cabeza.
I -¿ En qué lo conoces?
, - En que la menea sie\l1l;re que me vr..
li EPIGRAMA.
,1
1
Expirando caca dla
De amor, tras nuevos eugaños,
Ginés· pasaba los años,
Pero nunca se moría.
Entre suspiros i trol'as
I harto de decir « te quiero»
Murió de viejo, soltero
1 pesando siete arrobas.
LOS LOCOS.
I Se publican todos los juéves. El numero
suelto vale medio real. La suscri-
1 cion por 6 meses o sean 24 números de
11
a 4 pájinas, vale seis ,'eales. Se reciben"
, en Bogotá, en la imprenta de N, Ponton
i Compañía, i en los Estados en las
I¡ ajencias de La Prensa 1 El Hogar,
~ No se admiten suscrito res otJ
gorra ni al fiado.~
II~ .... ~~
Imp1'enta de Nicolas Ponton i compañia'
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Los Locos - N. 18", -:Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía, 1868. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2091635/), el día 2025-05-06.
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