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LUZ Y FE DAN FUER~ A.
LA MUJ R,
REVISTA QUINCENAL
EXCLUSIVAMENTE REDACTADA POR SEÑOF AS Y SEÑORITAS,
BAJO LA DTlU>CCION Dl> LA !IEÑOJl ~
SOLEDAD ACOST A DE SAl\ PER.
N.o 1!>. r . -
JUEVES, JULIO 5 DE 1879. ~ PRRCIO 30 C$.
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ESTUDIOS HISTORICC S
1:50BRE LA MUJEH, EN LA OIV~LIZACION.
CAPÍTULO OCTAVO.
LA )!UJER GRIEG.tl
( CONTINUACION).
IX Segun las yes de Licurgo, los pa-
HASTA uc¡uí no nos heruos ocupado dres no emo uefiosde sus hijos: n.pécasi
si u o de las mujeres de Atéoa.s y de nas nacía el n ño 6 la niñrt, era. llevada
otras ciudades que imitaban aquella; delante de un consejo del E~tado que
aborn. nos toca hablar do las esparta- la examinaba y si lo encontrnbnn débil
nas, las mujeres heroicas por exc•Jlencia. 1 6 mal confor ado, lo mandaban arre-
Como bs dn.h crau pues no conv nía á lo. República tener
tan robuHas, grande.i y bien formadas ti su cargo un crin tu m tplu acaso seria '
coruo sus hermano~. poro ta.muien como inútil para. la ociedad. A los siete años
ellos carecían completamente do deli- los niiíos salí. n de la. tutela de los pncadeza.
y de finura. Pa.ra.lns espn.rt~nas dres y ernn ~ucados por el Estado
la. vida. era un deber y onda. más, así para que fuE un l.menos ciudadanos.
siemp~e so manife¡¡tabao sérias, graves Entre otros p imores les enseñaban el
y prudentes. En FAipa.rta. todo se hacia arte de robar para que practicasen con
con arreglo á las leyes, y la sociedad astucia, los 1 andaban que con mafia
reglamentada en todos sus pormenores, se ejercitasen en el asesinato, permise
movia como una grao máquina. e o tiendo que ro asen á los ilotas 6 escla..
que el individuo era solamente una vos. Tanto 1 s hombres como las muparte
de un todo, y por consiguiente, jeres tenian l deber de casarse á la.
siempre era sacrifictHlo al bienestar de edad que pre ~ribian las leyes, ni ántes
la sociedad comun. L1a embargo, como ni despues de !~O años los hombres, y
los extremos se tocan, su amor á la li- las mujeres á os 20. En las principabertad
lleg6 hasta el punto de que, les fiestas, qu emo las de Baco, las
como deseasen ser todou igualmente mujeres se d pnta.ban, casi desnudat~,
libres, resultaron todos esclavos. el premio de a carrera . .
TOMO li. 19
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Las mujeres casadas vestían túnicas, coutes ha sido el
largas y anchas que 1M cubrían todo el rcsult, ]o de la batalla." El hombre
cuerpo, y llevaban al salir á la calle 1 repuso:-" Hemos triunfado!"
un velo. Las doncellas no llevaban más -" "utóoces, dijo ella, me resigno
vestido que una. camisola corta, abro- ¡ con pl cer ú la pérdida que he sufrido!"
cbada. sobre los lados, para dejar mayor IIa endo tlabido una. madre que su
libertad á lor¡ ejercicios de la lucha, la 1 hijo v lvia. derrotado, y huyendo del
carrera y el manejo de la flecha y elJ campo ae batalla, en que babia o llJuerdardo,
en los cuales pasaban la mayor
1
to tod sus compaííeros, le sa.li6 al
parte de su exibtencia ántes de casarse. encue tro y le mat6 diciendo:
Las mujeres espartanas eran conside- -•· 1 Eurotas no corre para. los
radas como máquinas de formar buenos sieno ! "
ciudadanos y nada más; así las educa- Son ·o terminables las anécdotas que
ban robustas, sanas y vigorosas. Eran refiere los Jüstoriadores acerca de es.
tan mal miradas las mujeres pequeñas, ta.s m res inhumanas, má~; bien que
que el rey Arquidnmo fué multado por heróic ~. algunas de las cuales mataron
que se cas6 con mujer endeble y pe- á sus ijos porque se habiau manifesqueña..
Pero ántcs de todo, las espar. tado e bardes ó 01éoos valientes que
nas eran patriotas, y primero pensaban pnííeros de armas.
en el bien de la 11acion, que cu el de aquellos tiempos de barbarie
sus familias particulares. s prisioneros de guerra erau
Citaréwos algunos ejemplos que nos s como esclnvos. Una vez VOll-parecen
más característicos. Tenían o una plaza p•íblica del Asia ú.
tan alta idea del honor ~uerrero, que una m jer espartana. Uno que de.,caba
una espartana le escribía á un 1tijo Mtyo 1 comp rla lo preguntó qué sa.bia bncor.
que hn.bia. lograrlo escapa.rse cou 'itla.llt~ "Sor ibre:" conte~tó. Lle ..... ada á la
una batalla: -" Corren malos rumores casa. d su amo le mandaron que hicon
re11pecto de tu conducta.; pt·ocura. ciera lguna cosa que le pareció 'il y
hacerlos cesar ó cesar de vivir." l bajo, más bien que obedecer se dió
Refiriéndole unos forasteros á AQUE- jla m u rte.
LONIDAS (madre do un general espar. Un vez un:~. extranjbra, sorprendida
tano, que babia muerto e o un comb.•lte ), ante p:1 triut istuo y virtudes cívicas.
cómo babia. pelead:> su hijo, a~e=>rurán- l de las c~partaoa. .; , que tomaban parte
dolo que jamas E-;parta. ha.b;n produ. con t to iute res en los negocios púcido
tan famoso guerrero, ella les con. blicos dijo á In. r11njer de Lecnídas (1):
testó:-" Es verdad que mi hijo era osotras lm. espartáuas !>ois las
valiente, poro mhed que Esparta posee mujeres ~n el mundo que teueis
muchos ciudadanos que valen más cía sobte vuestros maridos.''
que él." \o consiste, contestó la reina,
Otra. mujer, cuando corrieron 1favi.
sa.rle que \IDO de sus llijos ncabnba de <'fJnÍda,., fné aqnel famoso rey que se
· 1 izó delcudiéndm;e de las huéstcs del
monr en e puesto más peligroso del rgesen el eH trecho de ¡38 Termópilns.
ejército, dijo : -" Q11e lo ectierreu, y das sólo tenia 300 hombres; Jergcs
que tome su lugar su hermano menor.'' ejército innumcrable.El pe11•:\le mnn-Á<
Yuardaban \·arias roujoros en la dó dec al espartano que rir.dit•Ae las a• mas.
orill~ de un c.'\roino la noticia. del re. -V id por e11~s! contestó Leonídae. A.n-
1 l tes del ombato btzo que los soldados connc-su
tado de una b~ta la que dnban los rnn, nc nsejlindole11 que lo hicieran con la
espartanos, no leJOS de aquel lugar. l JlCit~ua 'on de que esa noche ceuariau cou los
-"Vuestros cinco Lijos han muerto en 1 diot~cs. . .
el combate!" exclamó un posta, que .Ant. d~ dcJ~r su pn~na, el rey espartano
llegaba con las noticias del campa. le habr dtcho n. su muJer: .
d. · ·, d . , d l ¡ -C neo yo muera, buscad un esposo dig-mento,
,~ng1cn ose u una. e as espar- no de uestros métitos, y dad á la patria
tanas.- Eso DO C8 lo que deseo saber, otros e dadanos dignos de ella y de vos.
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REVISTA QUINCENAL. 151
~que n~estros hijos son dignos della-1 serenidad es el sólo bien que nos permarse
así y no séres afeminados." teucce realmente, porque depende de
Cleomeno, rey de Lacedemonia ó Es- 1 nuestra voluntad, puesto que los acon.
parta, lu1.hia hcnho uo tratado con un tecimieutos son obra de los dioses!"
1 rey ele E~ i pto, pero éste le exigía. que De la corto d(j 'l'olomeo, esta valien-le
dier;ln en rehenes iÍ su nmdre y ú sn te mujer le escribía :í su hijo que no
hijo, niiío de pocos nños. Cleomello no pensara. sino en el bien de su pa.tt·ia,
se atrevió por muci10S din.s á decir á :;in tener en cuenta la miserable exis.
su madre Cratesiclea. la exigencia del tencia de uoa vieja y de un niño.
rey t.le Eppio, pero como éste le apu- Efectivamente, Cleomeno tuvo al fin
rn'>e para. que llevase á cabo su ofrecí. que dejar sacrificar :í su familia, y el
miento, al fin le dió parte de la triste rey de Egipto envió al suplicio á Crasituaciou
en que se balbba. tesiclea con sus nietos y todas las mu.
-" ¿ E-;to era, pues, exclamó Orate- jeres de su comitiva, las que murieron
siclea. riendo, lo qne tanto te preocu. como espartanas.
paha 1 Qu6 aguardas para cumplir tu Sin embargo,observa Can tú, "aquella 1
promesa? Bnsca en breve un navío en virtud de las espartanas que no se fuuque
mandar fuera. de aquí ú tu familia, d11.ba sino en un falso honor, al fin "e !
y que este cuerpo pueda ser útil á Es- relaj6, y una vez que las mala11 costun -
parta, ántes de que la vejez lo gaste en bres y el vicio se entronizaron en h 1
la inaccion ! " sociedad, la corrupcion cundió con do-
En el momento de embarcarse, y ble fuerza en naturalezas llenas de pa- :
cuando llevabu. de la mano á su nieto, siones, y sin más freno que un dobcr,
-afligido al dejar su patria tal vez se puede decir imo.ginario, puesto que
parasiempre- Cratesiclea, notando que estaba edil1cado en el aire, sin más re!:.
Cleomeno se enternecía, le llamó a par. peto que el humano y sin otra espe.
te y le dijo: - "Vamos, rey de Lo.cedc- ranza que el estéril aplauso de sus co!l.
monia, teued valor y que no v~au ver. ciudadanos."
ter lágrimas ni manifestar tristeza á S. A. DE S .
todo un rey de los espartanos. Nuestra {Continuará).
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UNA NUEVA POETISA.
Con el mayor gusto io1>ert::unos en el presente número de La .Mujer, y lo
haremos en subsiguientes RcvÍ!,t,.'\.o;, algunos ens.J.yos poéticos de una señorita,
perteneciente á la. muy notable familia 'Tejada, que cuenta entre Rus nscend~
eutes á ilustres ese. :tore~, hombres pÍtblicos y mártires de la Iudepeuclon.
cm. La sefíoritn. es, ademas, prima l1ermana. del señor Temístocles Tejadn,
poetn. u e nohble mérito, conocido en toda la América como tal. 1
Jt'elici(laa Trjculct ~énas cuenta lG años, es oriunda del Estado de Cun.
dinamarca, pero vive Mé!tualrneute en el pueblo de 1n. Floresta, en el E stado 1
de Boynd. ~i á su tierna edad, sin mál\ educacion que la que ella mismn. se
proporciona en el seno ele Ru familia, y vivieudo en un lugar distante d~: 1:1.
alta civilizo.cion, la señonta Tejada va compone versos como los que se leerán
á cont~nuacion, con el tiempo ella podrá Rer una notable poetisa.. N os atreve.
mos, Rln embargo, á aconsejarla que estudie mucho en los libros, y que en la
naturaleza observe con cuidado cuanto la rodea, pues no puede haber verdn.. ,
de ro literato sin el instinto de la observacion muy desarrollado. Decimos esto,
porque las poetisas idealizan demasiado, y es preciso aprender á obsermrlo ¡
todo para. tocar el corazon del lector, que busca. en las poesías, no lo que lm
soñado sino lo que ha sentido. l
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152 LA MUJE)l.
LA NOCH~.
¡ Llega la noche, y sus sombras
A extenderse empiezan ya,
Y pronto envueltos seremos
En su negra soledad !
¡ Tal a.CJÍ la triste madre,
Envuelta y llorosa, va
1879.
P, la tumba de sus hijos
.r; e la noche en la honda paz l
. ¡ Ay ! c111Ín medrosa e,¡ la noche,
l ~ro cuánto alivio da,
} las almas afligidas
C u e tenemos que llorar ! ..... .
FF.J,!ClAN4 TEHDA.
LOS DESCUBRI ~ORES.
OUADROS HISTÓRICOS Y NO' ELESCOS-SIGLO XV·
(CONTINUACIO ) .
ALONSO DE O EDA.
CUADRO VI-DOS AÑOS EN ESPAÑA-1497. l ellas ~ puede celebrar el OfiCiO divino
con to ~a pompa, sin que se estorbe el
II uno a otro, aunque en cada capilla hay
CoMo lÍo tes hemos dicho, el palacio 1 un ór ano grande y sonoro.
Arzobispal está en la plaza y al frente Ero pezaba á caer la tarde cuando
se halla la Catedral. O jeda era muy Ojeda entró en el templo, débilmente
devoto, en su turbacion y perplejidad 1 ilumi ado por los últimos ra.yos del
volvió na.turalrneute los ojos al cielo y sol q\.1 ~entraban por las ventanas, cu.
entró en la Catedral para invocar la yos e~ sta.les opacos no los dejaban pe.
proteccion divina. 1 netra. sino amortecidos.
El interior de esl.a iglesia es tan im. Oje a, que conocía la Catedral, se
ponente como su puta de afuera, y dirigí fÍ una capilla retirada en la. que
está poblado de pilares, columnas, cor. se dal ""culto :~ la Vírgen. El templo
nizas y grupos de estatuas de diversos esta!, silencioso y solitario y sólo se
r.nfÍrmoles, que armonizan con las be. oían l !i acordes solemnes de un 6r~o.llas
pintura.s y costosos adornos de lo~ uo ve no, en el qlle en..;a.yaba una mtsa.
o.ltn.res. El coro, cuyos bajos relieves de re uiem un organista; y estas a.r.
representan episodios del o.ntiguo y del moní~ graves y profundas parecían
nuevo Testamento, es una obra maestra como 1 eco de las almas que en otro
ejecutada. por famo!':Ísiruos artista.c;, á mund se acordaban de este y de sus
quienes se pag6 por ello más de mil afecto , de sus penas, de sus dolores y
ducados. Adema.s de las obras pro- de sm remordimientos.
pías para. el culto religioso encuéntran. Hi cóse con recogimiento al pié del
se muchos grandiosos monumentos, bajo altar, t con una profunda fe invocó al
los cuales esMn enterrados varios re. cielo ara. que le iluminara el espíritu
yes y muchos grandes de España.. N u. en est s circunstancias en que tanto
méranse, fuera del cuerpo principal naces· aba su ayuda. Poco á poco, y
del edificio, 8 capillas laterales,. tan miént as que la. oscuridad invadía todo
espaciosas y bien construidas, que en j el rec pt<~, fué convirtiendo su oracion
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R E V I S 'f A Q U I N C E ~í\. L ~ 153 - --- ----------~-";:_ ______ en vago raciocinio. Con los ojos fijos ella jamas la volverás á ver: promete
en la hermosa estatua de la Vírgen, que no obrar nunj:a contra tu conciencia,
estaba 110bre el altar, apoyó los brazos y sabrás en d ¡nde se halla María.
contra. el enrejado al pié de él, pennn. Pero en aquel momento 'lgltÍen en.
neci6 largo rato como anonadarlo, mi. tró ú la cnpi~~~· y son6 la desapa.sible
rando entre In oscuridad las indeciSAS voz del sacriR n que decía :
forma.'! de la imágen, hasta que, arrulla. -Sefior ballero, se cierran las
do por lot~ sonidos del 6rgano é irnpreg. puertas : ten d la complacencia de
nánJose, por decirlo a.'>Í, en el perfume salir.
de las ftore!l que adornaban la capilla, Inmediatarx ente deAApareci6 á los
sintióse como presa de un letárgo ex. &Rombrados oJos de Ojeda la. claridad
traño, y sus párpados se cerraron in. misteriosa quEt iluminaba tí la im~en,
voluntariamente ...... :No supo cuánto y saliendo de su trance ó enagenac10n,
tiempo permanecería en aquel estado, púsose en pié, pin contestar al portero
cuando crey6 vol ver en EÍ con el rumor salió tras de ~ de h\ capilla y del teroque
hiciera el roce del ve~tido de una plo,proponién ose volver al diluiguienmujer,
y levantando loa ojos po.reci6le te á continua su plática con la Vírver
la estatua de la Vírgen iluminada gen¡ puesto q e él de ninguna manera
por una luz interior, y auli fo.cciones, peus6 que aqu llo podía haber sido un
que no babia podido distinguir ántes, ,ago suefio, á tes qued6 persuadido de
tomaron un color de vida sobrenatural; la realidad de' milagro y de la protec.
entreabriéronse sus labios, y aunque no cion que la rEina del cielo le dispenofa
con loa oído~ del cuerpo BOnido al. saba hasta el punto de entablar du'iloguno,
con los del almacompreudi6 que gos con él. A,sí eran los hombres de
ella le dirigía estas palabras: aquella époc ., valientes, e&forzadoa,
-Alonso, no manches tu vida con ind6mitos, pe~o infantiles en sus creenuna
accion pérfida. N o te fies de Fon. cías ha~>ta la~lemencia 1
seca y su11 falsos halagos. Sigue los dic. Al día sigu ~nte mand6le á don Juan
tados de tu concioncia. Rodríguez de ~nseca,unn no muy bien
Sobrecogi6se Ojeda con el misterioso redactada mi va (pues O jeda era mús
suceso, y con los cabellos erizados por hábil con la e a que con la pluma),
el pavor que causa todo lo que parece on la cual reli u&aba decididamente el
sobrenatural, permaneci6 pustrado y cargo de la ex icion á laa Indias si
sin atreverse casi á respirar, en tanto aquello deberi de hacerse sin el conque
desde el fondo del alma contesta- sentimiento ~~ Colon, Conteatóle el
ba así : Obispo que to maria nota de su nepti-
-Seilora, a6lo deseo que me ampa- va, pero que .o la aceptaba como urereis
y aconsejeia en mis vacilaciones: vocable, y qu 1 aguardaria algun tiemdadme,
reina del cielo, fuerzas y valor po que volvie en su juicio llutee de r:ra obrar siempre bien . .. pero bien darle li otro e ofrecido e~leo.
o sabeis, no tengo más que un deseo, Apénas lle la tarde ÜJeda se diriun
anhelo en el mundo: volver á ver gi6 ú la Cate 1 y fuó á buscar la Ca..
á mi María, saber en d6nde se halla y pilla de la Vír en, y al pié del altarp erpoderla
hacer mía alguna vez. Bien lo maneci6 larga: horaa esperando oír de
aabeia, sefiora, que p&:ra.lograrlo no hay nuevo la comunicacion em,PCzada el
sacrificio que no hiciera : y aun no sé día anterior, - pero todo fue en vano:
si ~~ia. re1ist.ir á una falta, á un crí- ningun so~r Hnisterioso adormeci6 1us
meo, 81 con ello obtengo el blanco de sentidos m 11z6 su espíritu, ni la mú
mis aspiraciones.... leve vision ni el menor ruido le di6 á
Frunoi6 laa cejas la imágen y mir6 entender que la Ví~ volvía ' "IJUir
con disgusto al pottrado j6ven. platicando ~ él. Sali6 ' la vos dtl
-Nunca la obtendrás, imagin6 que taerietan, pa volvw ~ lu tardee
deciao. ~tus labios,- •i DO erea digno de por mú de oc dial que permaneció
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154 LA M:UJER.
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en Búrgos; pero todo fué en vano: la hrar en aquella antigua ciudad, cuna
Vírgcn permaneci6 muda y sorda á sus de !>us antepasados, el matrimonio del
ruegos, á pesar de que basta lleg6 á príncipe heredero, don Juan, con la
pasar en el templo una noche invocún. archiduqnesa de Austria y futura godola
postra,lo á sus piés. beroadora 6 vireina de Jos Países Ba.
Decidido á no aceptar l)or ningnn jmt Parecía que el príncipe tenia uno.
precio los ofrecimientos de Obispo de salud débil y delicada; y aunque sólo
Búrgos, Ojeda apeló á su pariente el contaba 19 años, su espíritu era sério
Inquisidor que llevaba. su mismo nom. basta la rigidez, resena.do y profunda.
bre y apellido, suplicándole le iufor. mente devoto como sus padres,- mién.
mase de la suerte de María, en d6nde tras que Margarita, criada en la corte
se encontraba y si aún estaba libre. francesa, era franca, robusta, alegre y
Pero su pariente no pudo 6 no quiso un tanto despreocupada. El acompaña.
darle r:iuguu iuforme. Entóoces volvió miento y eirvieotes de uno y otro noá
buscar al duque de Medinaceli y pi. vio ünitaban el carúcterde sus sefiores;
di6le que le llevase consigo á la corte de modo que no podio. verse un con.
entre su sé1uito. Ojeda aguardaba te- traste más grande que el que se nota.
ner noticias más segul'as de la suerte ba entre los flamencos y los espafioles
de María entre los cortesanos y las d~ de la corte que recorrían la antigua
mas que rodeaban {!Isabel. Pero est5. ciudad.
estratagema le salió tarubien fallida: Con motivo de este enlace se cele.
las damas fingían no acordarse de ella, braron muchas fiestas de toros, cafias y
6 aseguraban que desde que la. habían torneos á lns cuales naturalmente con.
llevado á un convento no habían vueL curri6 la flor y nata de los ricos- hom.
to á tener noticia suya. bres, hidaluos y caballeros, no sola.men.
Así se pasaron las semanas y los me. tt' de Casti11a y Ara.gon, sino de toda
ses, y Ojeda vagaba como una sombra la península Ibérica, y aun de varias
en la corte de los Reyes Católicos en cortes europeas. La corte eRpaffola era
el séquito del duque de Medinaceli, y por eotónces grandemente acatada y
aunque nada descubría, jamas perdía atendida por todos los reyes de la cris.
la e!!pemnza d~ encontrar al fin la tiandad, pues se preveía que aquel tro.
huella de su querida María, cuyo re. no seria en breve muy poderoso. Due.
cuerdo era. ya no un amor real y ver. ños de todo el antiguo imperio godo;
dadero, aino un fanatismo, una manía, victoriosos en Italia; aliados con Aus.
un pensamiento continuo : era la for. tria. por medio del matrimonio del
ma palpable de sus sentimientos mW! príncipe y el de la infanta Juana; alía..
puros y verdaderos, idea alta. y elevada dos con e1 Portugal tambien, puesto
del afecto humano que le preservaba que Isabel babia prometido dar por
de toda mala accion y le llevaba por segunda vez su mauo á un rey de
la senda del bien. Era ent6nces nues. Portugal, - los Reyes Católicos acaba.
tre héroe, el bello ideal del espejo de bao ele contratar la union de su terca.
caballeros, valiente, denodado, ~oble, ra bija, Catalina, con el príncipe be.
jóven, elegante y heroico. Sólo un amor redero de la corona inglesa, alianza
como aquel es capaz de inspirar grao. muy del gusto de aquellos reinos. Ade.
des y nobles pensamientos, y sin él el mas tenían la esperanza de ver e u bre.
corazon del j6ven s6lo produce espinos Ye imperando sóla la Religion Católica
y abrojos. en la península, pues el rey de Portu.
ITI gal se prep:haba á expulsar tambien de
sus dominios á los judíos y á los moros
Un dia de Abril del siguiente año que se habian acogido allí para ampa.
de 1497, Alonso volvi6 otm vez á Búr. rarse de la~ persecuciones en España:
gos en el séquito de los Reyes Católi. esta babia sido la exigencia que le babia
cos, - pues éstos tenían pensado cele. hecho para admitir su mano la infanta.
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Isabel. El Santo Oficio por otra part~ 1 lo. oculta novicia. Extraíiahnn mucho
comolidaba su imperio más y más. Im- ¡las damas el aspecto melancólico, uui.
perio que con el tierupo debería ha. do á la grande audacia y agilidad que
cerse tao poderoso que temblaban des. desplegaba en todo juego guerrero,- y
de los príncipes, cu medio de los suyos, no pocas hubieran aceptado sus home.
basta el labrador en su campo, s6. najos si él se manifestara múoos retra.i.
lo con el nombro de la. Inq uisicion : do y huraño.
nadie teoin &eguridad ni en su mis. Sucedía frecuentemente que eu tan.
ma alcoba do que no supiesen los to que sus compañeros se ocupablln en
inquisidores lo que decían, y los es. nle~res di ,·ersiones, pao;eoli y saraos él
pa.ñoles que no excusaban las a.ccio. pasaba las horas postrado al pié de la 1
nes m{¡s valientes y audaces, se humi. Yírgen eu la Catedral ó tHl su estancia.
liaban y no osaban ca;;i re!>pirar cuan. ó si no vagando sólo por los contornos
clo oían el menor mandato de un inqui. de la. ciudad. Una. tarde en que más
sidor: su red de hierro cubría toda la afligido y desconsolado babia ~:a.lido de
na.cion, y ilU poderoso brazo alcanzaba la Catedral, despnes de orar ferviente.
al reo hasta en los lugares más rec6n. mente se dirigi6 {1 las puertas de la
di tos. Cou e!! te motivo notóse que des. ciudad y salió de ella tomando sin pan.
de prir.cipios del siguiente siglo XVI snrlo el camioo que lleva al convento
el noble y romántico espíritu caba. de la.'l Huelgas. Estando en la orilla
lleresco, e¡ u e por diferentes causas ha. de él notó que pasaban iÍ su lado dos
bia. decaído en las demas naciones caballeros, montados en magníficos ca.
europea<~, - pero que aún se conser. bnllos, y aunque el uno parcoia excu~r
vaba en todo su nuge en España, - el ser vi~>to, nuestro amigo vió que era
ese ellpíritu mismo empezó á caro. nnJa. ménos que el rey Fernanclo, y el
biar de a~pocto en nquella naciou do otro un cortesano muy de sm confianza.
héroes, é hízose méoos libre, ménos Siguiólos por el empolvado camino,
frnnco y mÍis egoisla. • y en breve vi6 que Olltrn.hau con cierto
Sin cm hargo, merced al culto y ad. ~;igilo e u el monasterio de lnll ÜMrneli.
mirncion qno todos ~us súbditos tenían tas, ya mencionado. Una. idea a.c;nlt6
á 1:1. reina hu.bel, ol rMpeto por el be. ent6uces á Ojeda y comprendió ií las
llo se..xo se roan tuvo incólume en E;pa. claras que en aquel comento debía de
ña. por muchos aiíos, y en los torneos y estar la que tanto había buscado.
en las fiesta<; lo:.cahnlleros lle. .-. aban aún Lleg6se al monasterio manifestando
los colores do ~u~> damas, por cuyo ho. curiosidad grande, y entabló conversa.
nor combatino sin desmayar. Durante cion con un locuaz jardinero que en. '
aquellas fie.~t.'\8 del matrimonio del prín. cootr6 tomando fre!'co ú h puerta de
cipe de Asturins viéronsc en las justas ~us dominios exteriores. A poco descu.
lucirse 1Í muchos caballeros, pero uiu. brió que lss enrejadas veutn11o.s que
guno como nuustro Alonso de O jeda, ú
1
daban sobre el jardín pert cnecian a.l
pesar del luto que vestía y los colores noviciado de la. abadía, a.unqne el jar.
tristes que llevaba., con motivo de sus dinero le dijo que (L ellas, por Ror 111uy
deseos siempre frustrados de halla.r ú ¡11.l ta.'l, jamas se podía u asomar las no.
,·icias, salvo á una. m1ís grande c¡ne por.
* La Jnqnisic!on no e~·n! como lo picnaan teoecia ú la capilla del noviciado y
mucho11,. Un!\ Soc1ednd reh~tosa sol_amento, al daba luz á aquel recinto -pero aun es.
contra no, lo!l Royca la ha01an servu· como un t t lta. d d' 11'
medio polítiro pnm reinnr. De aquí natural- ~ era an a qu_e. el e ~ ~ no. pomento
resultaron enormes abusos, y los Inqui _, d1a.n! aunque qulSleran, d1st1nguu el
sidores bacio.n servir el inmenso poderío del jard1n.
cual disponían parn lleva~ ó. ca~o. sus veo-. -i Y las reverendas monja.Ír08. Aquí y al lí veían. pres cía de ánimo del acróbata más
se iírboles de granado, pinos reales, li. expe "mentado. Cuando pudo llegar
moneroR, naranjos, membrillos, cipre. hast la reja que decimos, se agarró
ces, pimiente pa- ven a, los que estando sólo entorna.
seando por aquellas alamedas hasta que dos e dieron, y pudo ver lo que babia
cayó el dia y salió la luna,_ que pla. dent de aquel recinto.
tea.ndo todo con su lnz puso de relieve i tál seria su asombro cuando ,.¡6
aun más las bellezas de él. El jardinf'. ante us ojos una capilla que él cono.
ro quiso ent6nces que saliese, pues él ci4 "ectamente, aunque porsupuesto
pensaba retirarse á dormir, Ojeda re. nunc babia podido verla t Ricas al-sistió
á abandonar un sitio que le pa. fi entapizahan elsuelar ... .... es decir, poner yo misma
-María, repitió él con suavísimo y ol sello á nuestru. uterna scparo.cion.
tierno acento, vuelvo á veroR, rui seño. Pero el rJcnsa.tuieuto que vos no me
ra. mi vida, JUÍ reina ! olvidábais me ha. 80stcn.ido basta ahora
Ella. se acercó rnú~ y mit·ánclole iln- en los mús amargos traucet;. Sin cm-minado
por los rayos de la luua que bargo, Alonso, hoy ya Ctul¡ezaba á desbrillaba
on su zenit: · mayar, os lo confieso, pues ayt:r estuvo
-Alonso ? cx.clam6 eutcrucciJa .. aquí el rey don Furnaudo ú notificarél
os !. .. al fin le veo, y le he llamado roo que ú todo trance debería profesar
tanto, tauto ~ si no qneria incurrir e11 su real desy
juotaudo las manos le coutempló placer; y ántes lan!Jíruno vi~itado el
extática, olvidada de toiu acor- Obispo do Búrgo~, quien me aseguró
darse que una doncull:~ reca~ada no que vos yl\ no pons;íbais en mí. .. y aun
1 mira jamas á un hombre así. Ella rni- que era. cos:l. sabida. en la corte, que
l raba tambien, y fué su: dicha tan gran- obsequiiíbai~ ,í otra dama. ..
, de en aquel momento tjtte quedó re-¡ - ?lieutÍil.! e-.:claruó Ojeda, mentía,
11
compensado en u u instante ele todns , os lo juro, y él lo hacia con intencion,
las pasttdas angustias y sufrimientos. pue~ bien sabe lo contrario ¡el pér.
-María l de~ia. él :;in poder añadir 1 fido : . ,
' otra. cosa ¡Marta.... r -N o ha.blet:; tao alto, que nos pue-
1 -Alonso ! repetía. ella, y en esa. ' den oír ...
· palabra ponía toda ~m alrua. -Peto .Marí11., ¿qué dijisteis al Rey
¡,Podrá en este mundo haber dicLa 1 cuando os queria itnpooer su voluntad 1
igual á la que proporciona un amor -LlorJ, supliqué, gemí en vano, no
puro y mútuo, cuando se tiene la per. pudo ablandarle ... sin etnbargo, ofre.
sua.cion de que es verdadcrarner.te co- cí dar mí consentimiento dentro de
r respondido? Cuando dos personas se tres dias; o~o fné todo lo que pude lo. l ama. o con el alrua ¿,acaso porque están grar .. . Y cutre tanto tenia una vn¡;t~.
ausentes¡;econsideran separadas? i ~o y loca esperanza de que algo descn-
TOl!O IJ. - - ---- ----20 _ 1
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158 L.A.
1 briria. ántes de qne- se cumpliera el ¡ sencia
plazo. Esta noche, á la hora de ret i- aquel!
1 rarme, pedí licencia de entrar iÍ la Ca. J\lnría,
1
pilla para orar. El corazon me palpi- geruid
taba y sentía algo en el aire que me ¡,uelo,
1 anunciaba no sabia qué... huella
-Era mi vecindad, querida l!faría, adema
e ánimo que le disting~ia, - que
podía perder la reputacion de
uvo valor para no exhalar un
y deslizóse con tiento hasta el
ajando, sin poderlo evitar, una.
e sangre por todo el muro y
la cuerda atada en lo alto de
exclam6 Ojeda, no lo dudeis ! la rej
-.Así seria; repuso la novicia,- y El s frimient.o babia sido tan atroz
no podia orar sino pensaros, Alonso, que cu ~ndo toc6 la. tierra con los piés
y en lugar de invocar la misericordia y se vi en salvo se dejó caer largo á
divina os invocaba ú vos .. Eran tan largo tre las flore!, sin sentido, en
extrafíos mis sentimientos que aunque donde ¡ ermaneci6 basta que llegó el
Die sorprendi6 vuestra voz hasta el dia,¡ 'OU el día el jardinero que le
punto de creer morir de alegría, la abri I puerta.. Inmediatamente Ojeda.
aguardaba... tomó e camino de la ciudad, casi loco
Ojeda ent6nces empez6 á decirle de dol r y con la ensangrentada mano
c6mo habi&. llegado hasta allí, y trata- envuel a en la capa. ·
ba de darle cuenta de sus pasados años • Ent ha Ojeda precipitadamente en
cuando se o.bri6 la puerta de la. Capi- 1 su pos a en donde quería bacerc;e cu.
lla y present6se en ella una monja !la. rar la ano cuando pusiérousele por
mando ú ~a.r!a. P.arn que se ~eti,rnse 1 delaut dos 'hombres que exclawa.ron
á su dorm1tono, s1eudo contrano a las al mis1 o tiempo:
reglas estar fuera de él 6. esa hora. -E tais pre~o. Alonso Je Ojeda., en
-Idos por Dios! exclamó María tem- nombr del Santo Oficio !
blando. - P r qué? preguntó con debilitarlo
-Mo.ñana vendré á la. misma hora., acento pues h sangro que babia parrespondió
el j6ven bajando tarubien dido d rante la noche le babia. dejado
la voz. deswa ado y siu fuerzas.
-Hermana María de los Angeles! 0 os lo dirán, si á bien tienen,
gritó la monja vi~ndola, no al pié del e'l del Santo Oficio. contostá-álta.
r, en donde hnbia pensado hallarla, s corchetes, - nosotros cumplí.
sino cerca lle la roja i qué ba.ceis aso- llevaros.
mada á esa ventana. 1 preci~o obedecer y seguir á
-La. cerraba.; contest6 con dehili. toras hasta la prision, en donde
tada. voz la novicia., -y temiendo que llegt'1 cayó al suelo moribundo.
la. monja. se acercara y .viera á O jeda onse los carcelero~ y viéroulc la
úntea de que éste hubiese tenido tiem. e~ pedazada; lleg6 un méuico
po de bajar, empuj6 con violencia los e declaró en tanto peligro de
maderos. ue le llevaron directamente á
1 El jóven no babia podido sacar aún la. en rmeria, sin bentido y devorado
la. mano que tenía metida. entre los por u a fiebre ardiente. Alonso porenrejados
de hierro, y los maderos se manee o entre la vida y la. muerte du.
la apretaron entre los barrotes has- rante rgos días y semanas.
ta hacérsela casi peduzos.... El dolor
que sinti6 fué tan agudo que estuvo i
punto de dar un grito y dejarl!e caer
abajo,- pero recordando, con la pre- (Co tintumí).
--- - ----- -----lif-
S. A. DE S.
____.. ---------------- , _______ , ______ ___,
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REVISTA QUINCENAL. 159
LA AZUCENA Y LA ROSA.
1:!- un f!o!"ido vergel
U m' ros!\ peregrina
.thí hablaba á bll 'ed:1a,
Cou profunda comp:ls;on,
A una gentil azucena,
Cándida, pura, inocente,
Que bajaba el alba frente
Uevelaudo su aflicciou.
-¿Por qué te miro tan tri~te
1'ú, que halagan lob amores,
Y ú quien cu,·iuinn In~ flores
La fragancia de tu olor ?
m céfiro, blando siempre,
'l'o acaricia con sus nln:~,
Dio11 te dió touas las galas
Que puedtl dar~e ú una flor.
'l'e dió candor, hermOflura,
Y algo de su pura esencia,
l'11011 eres de la inocencia,
El emblema seductor,
Y .t posar de todo gimes,
Y á pesar dE> todo lloras,
'fe ajl\8 y te desoolorns ....
¿Cuál es, dime, tu uolor?
-Ya que tú molo preguntas
'fnn dulce y tan cariiiuoa,
'l'o contaré, bella rv.~n,
La causa do mi pe 'U' ;
l'am quo ten~ns presento
.\l oit• UIÍ t:ril>lO hisloria,
Que la dicha es ilu•orin,
lJJJn sombra, y uad\ más.
Jóven yo, y envanecida,
Alegro ~iowpre y mimada,
A mi dcspeoho fuí nmndn
l'or un risueüo jt1zruiu,
Que con aliento uulcítlimo
Me prometió sor constante,
Y yo, al ,·erlo tan amante,
Lo di mi CAriño al fin.
~'elices un tiempo fuimos,
~;1 gozó de su ventura,
Y \lna dicha dulce y pura
De mi ser se apoderó.
Enero 12 do 1879.
1·
)'oro como en c ... to mundo
1'odo e:; frgaz, os in~t.able,
!\o fné su afi..Cto durable
1 su promesa olvidó.
Desue entónces, defi<>lnda,
Abatida, mustia, I!Ola,
Tri~te iuclino mi corola
Echando ménos mi amor.
Ya del cielo ni aun rooibo
Su benéfioo rocío
Solo con el llanto mio
Riego la tiena en reuor.
Aunque él me asegura siempre
Qno 11u afecto no ha cambiado,
Conozco que se bn entibiudo
..\qucl su ferviente amor.
Y una planta delicada
I>ara so~teaer su Yida,
Necesita sor querida,
O In destruye el dolor.
F.t~ un sufrir continuado
Y nu doloroso lamento
Ver que no tiene alimento
La llama de nuestro amor !
Scutir encendido siempre
Eu nuestro pecho ~;ensible
J•;so fnogo inextinguible,
Que nos consume en eu ardor.
Aprende, cándida rosa,
Que para vivir contenta,
Debos tener siempre exenta
'l'u alma virgen de pasion.
l'uos co verdad bien sabida,
Nadie en el mundo lo nief,ta,
'l'ms del amor siowpro llega
La triste deailusion.
Quiera el cielo, tierna amiga,
Que nunca oigas placentera
La prom~ lisonjera
Do un mentido y folgo amor ....
Si alguna vez, de~~dicbada,
Conoces de amor la pena,
Compadece á la a:r.ucena
Que te cuenta su dolor.
AzuCE:lU. DF.L V .u.LJC.
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160
GALERÍA DE MUJERE~~ VIRTUOSAS
Y N O '1' .\ B T. E S .
PA~TE TaRCERA. mania,, en Rusia ó en Italill ...... al
MU~EBES BIENHECHORAS DE LA SOCIEDAD. mome lto todos nue'ltros periódicos re.
~nos estucl.i~clo ya -varios tipos do produ~:en aque]la noticia ¡t ¡1orfia; loa
muJeres todos d1versos. pero calla cual po~meoores, m•:s escandaloso,;, la~ con.
interesonte on su ~fcrn. Así, vimo1~ á le~10n IS mas mdecoros~'l, )n..c; cau~M
las mujere!l virtuos:\11 en las cortes, ro- 10as corrnptorall, c?yo eJemplo puede
deadas de nquel esplendor que solo allí ~er fu esto para la JUVentud, tod~ Aque.
se encuentra; despue& las nclmirnmos llo lle a las columnas d_e l(>s pon6d1cos
en ol cadalso de los mártires, en Jos YJ?M del~nte. de In: VJAta rle nne~t~os
campamentos, e u la.~ cárceles, en don. hiJOS. i Que o_b~eto t1cne.n las. relacJO.
de fuero11 los áugel68 protectores de o es d loe VJe.10s. más 1 natt~J tos q~e
los cautivos y de los desgraciado<~. En refior los d1anoa; extranJeros . lllD
ae~üda, bajando al hogar doméstico, emb~ y que los. nuestrofl rep1ten
las presentamos sirviendo de ejemplo s~rv1lr ente? Su obJC~ ~s de~pertar,
como hijas. novias, hermunas y amigas. sm dt:¡da, mall'~Da cuno~1?ad, tnterc.
Réatanos ahora contemplarlas bajo el sar cor la. rel~c1on de VlCIOil, muchas
aspecto de verdaderas santas y como veces < e~conocu.lc•s ?utre n~tr?"! por.
bienhechoras de la humanidad. que ~e. pum'-a 9ue !iulo aquelro rhvu~rte,
1 eutrct1,ene y d1strae; y sin embArgo no
es así: Ln. virtud tnmbien es a~rada.
l. A HEBliA~A ROS.\LÍA. ble, sm; acciones pueden ser dramút ica¡:;,
El biógrafo ,Je la homtana Rosalía la vida. do los seres lmenos tienen sus
(Vizconde de :Melun) dice en tHl pró. cuadros tan intere!;aotes como la vida
logo lns siguientes palabras, que son de lo!l malos, -con esta Hlnt.'\jiL: que
dignas de copiarse al pi(. de la letra : al dej~ r el libro 6 el periúclicll fll cnra •
.. El poriodü;mo cuide. tanto de pu. zon pnlpitn. entu,tinsrnnclo por olbien,
blicar los crímenes, de.,cubrir los cs. y ha1>t • las personns iotlifercntcs sien.
Cándalos j tiene tanta habilidad ~m ten YÍ fÍr en el fondo de Sil alma el
dar luz 110bre las iniquidades que tm. de~eo le imitar á &C}uel ser q•lc le pre.
tan de ooultan;o ; en bu¡;c3r los moti. sentan tao ejemplar.
VOl olvidadOfl c¡ue pueden tener los Par probar lo que hemos dil'ho tra.
hombrea para r;er acreedores nl doqprc. tarém de sacar á luz e."cena11 dmmá.
cio de llUs contemporúneos y de la pos. ticas ~ interesantes de la. vidn, no de
teridad, que es preci!lo oponer ú aqne. una re~ na, de unn. princo!!a, de una m u.
llos malos ejemplos otros que revelen jer de a n.ltn 11ociedad, do una viajera,
las secretas \'Í rtudes. en on~nbio de los uua có ica, cantatriz ó :wcnturcrn, no,
vicios mi~terioso•, y la odificacion, ,¡los no ncc
1
si tamos salir de un bo.rrio de
C~teándaloR." Pnris P. ra ello, y ni sic¡uiera de un con.
Y entre ooaotros cuúnta verdad no veiJto E 1 m(LS pobre, el mús humilde,
hay eu esto coa NRpecto del extran. él máR ulro, sito en la misornble calle
jero y de Dueatra. patria 1 Que Ae co. llamad; desde tiem¡>Q inmeJl)Orial de
meta un crirueo inauclito, que se per. " La es de palo."
pe~re un ~inato, lUta iofami& cual. li
qu1era, aquí o en loa Estados Unidos,
en Fran01a, en Ioglaterra, en Ale.
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--1
REVISTA QUINCE 161 '
hermana Rosa. lía. en su comunidad ) J nana te ni poco mús de diez y seis
nació en una lejana pro•incia francesa., años,- vivió incuenta nños en París y
en Gcx, cerca de las fronteras de Sa. su madre pe aueció siempre e o Gex;
boya, de padre'> honrados, de la. clase murieron ca i en el mismo dia, y sin
media, que vivian de su trabajo. Había embargo no volvieron tí ver más en
venido al mundo poco á o tes de que se 1 este mundo l
desencadenara sobre Fra.ucia. la. gran Aquella. v acion en J u a. na era tanto
tempestad revolucionaria (en 1787 ). más meritori cuanto que su salud era
Su madre tuvo grande influencia sohre • delicada; le enia miedo á los muer-el
carácter de 1m hija, á quien crió re. tos, y tan ne Ío!'a, que todo la impreligiosa.
sin afectacion, amante da los sionaba. Sin mbargo, sn voluntad era
pobres, incapaz de mentir y entusiac;t.'\ más grande 1 1e Ru constitucion débil,
por todo lo bueno y lo noble. Así. pues, y supo vence e, dominarse y formarse
Juana, al abrir los ojos á la razon, en un carácter nérgico y valiente a toda
el tiempo del Tm·or en Francia en- prueba. i Po y entura no será un estucontr6
que su fe era perseguida, y ql\e dio tnás inte snnte el de una. alma de
las persouas por quien su familia pro. este temple, ue lucha y sujeta los insfesaba
m(&s respeto, tenían qne ocul. tintos de su atnraleza. y uo la do un
tarse para conservar In vida. Hizo su mahado 6 d un ente débil que se deprimera.
comuniou en un subterráneo, ¡ja llevar por us malas pasiones~
en donde se babia asilado un sacerdote Una vez p fesa la hermana Rosacatólico,
y fuéle preciso ocultar aquel lía, puso ma s á la obra con activiacontecimiento
de su vida tí las perso- dad en la re eneracion de los pobres
nas de su pueblo, á riesgo de causar da su barrio, egeneracion tn.nto física
un grave perjuicio ú todtl su familia. 1 como moral. o breve se le reconoció
De esta manera aprendió desde su pri- j un mérito t incontestable, que fué
mern infancia tí .~er discreta. y supo nombrada s eriora de la casa de la
cuán útil es saber callar á tiempo. 1 calle de la" spada de palo." La Re-
Cuando concluy6 la época del Terrot volucion qu ht:.bia hecho olvidar el
Juanafuéenviadaácompletarsueduca. camino de 1 Iglesia á los desgraciacion
en un convento de U rsulinns. Pero, ! dos del barri más miserable de París;
á pesar de que desde su infancia ha.hia las guerras u e },a bino arrancado á
resuelto consagro.rse á Dios, no lo. satis. los hombres e los talleres y :í los nifizo
aquel convento: necesitaba. uo so- ño!! de las es 1elas; Ir. situacion eferlamento
orar y meditar en la mi,;eri- Yescente de os a.fios anteriores: todo
cordia Divina, sino que la hacino falta aquello hn.bi sumido en los vicios y
los pobres; era. para olla. preciso hacer en la misori á lol' habitantes del bael
bien material Íl los desgraciados, rrio de San arcclo. Cincuenta años
coosolnr á los afligidos de fuera. y soco- luchó la he aoa RoAAlía contra la
rrer á los enfermos en sus sufrimien- impiedad y 1 inmoralidad, siu desmatos;
en fin, babia nacido IJerm..ana de la yar nunca, si descausar, sin fatigarse
Caridacl como otras nacen coquetas. jama.c;, Fiemp sobre la brecha, COIJ la
Cuando st\lió del convento su mayor sonrisa en lo labios, la confianza y la
dicha em pasnr temporadas cou una fe en el corn n .. .. .. ¡,No podria.mos,
amiga de su madre, que era superiora decidme, se ras mias, poner á esta
del hospital de Gex. En fin, su vocacion mujer en In tegoría de las heroínas,
parecía. tan completa., y su deseo tan como una J u na do Arco, una Carlota
vehemente de consagrarse á Dips sir- Corday 6 un Pola Salavarrieta 1.. ....
viendo á los pobres, que su madre la Ln Revoluc n babia de~lojado todas
permitió ir ú Paris, á un convento de las antiguas i tituciones de beneficenHerma.
nas de la Caridad, en el cual cía y dostrui las iglesias: era. preciso
debería. hacer sus prirncra.s cwmas. reconstruirlo do, y á fuerza de vigor,
Madre é bija se despidieron llora.ndo ; paciencia, ac vida.d y un gran génio gu-
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162 LA . - ----~
bcrnati vo, aquella pobre provinciana, biogr ía si q ui¡;iéramos Üa.rrar todas
Rin relaciones, !;ÍU amigos, si u Jinero, sus bu nas acciones y las innumerables
al fin tuvo tal influeucin en In. so- conve iones que efectuó entro la bez
ciedad fra.nce~a, que la visitabau los del p blo, volviendo á la. vida. moral
potentados, la acataban los grandes á i nfiu dad de familias entregndns al
y los príncipes, y la escribían de to. vicio ú la clegrndtlcion más absoluta..
das partes del mundo pidiéndola con. El me orar la ~uerte desgraciada de la
sejos y auxilios, sin que jamas ningu- niñez ra lo que mf.s la ocupaba, y
no hubiese sido frustrado en sus pre. creó n solamente asilos y escuelas gra.
tenciones, si eran buenas, y en sus de- túitas ara. los niños desvalidos, sino un
seos, ei eran conformes con la moral y asilo ra los anciano~ enfermos, el que
la Relit:,>iou. despu de su muerte se fundó definí.
Desgraciadamente no nos es po~ible, tivam te bajo la advocacion de su pa-en
el corto espacio de un artículo de anta Rosalía..
periódico, delinear siquiera la marcha era la. consoladora de todos los
triunfante de nuestra heroína por el dcsgr iados de cualquiera categoría ú
camino del bien; aunque eiempre hu- que p rteneciera.n: á unos enviaba ú
milde, bondadosa, alegre, ocupada co. los ho pitll.les, á otroR á las escuelas, ó
mo un!\ ahejn, pero sin manifestarse conse ia una beco. en algun colegio
impaciente con los impertinente!!, era, para 1 estudiantes: á loa conventos
no diré querida sino idolatrada pur iban 1 s niñns sin asilo; al seminario
•los infelices de todo el barrio, quienes los j6 nesque lo deseaban; conseguía
sabían que siempre tenia tiempo para emple s ú los que querian seguir esa
atender á sus quejas y socorrerlos en carre ; oficio al artesano sin trabajo;
sus necesidades. en fin, todos salían llenos de consuelo
Su iuuulgcncÜ\ con los pobres era de su resencia. No era extraiio, pue11,
tal, que estando un dia enferma en su que t 'Íese diariamente una n.udiencia
celda, de donde el médico le babia como de ttn príncipe reinante 6 un
prohibido que saliera, oy6 -voces ú lo Secre rio de Estado.
léjos y no pudo ménos que salir tí pre-, Los · 6venes que le mandaban de las
guntar qué sucedía. provin ias con una carta de recomen.
-Ec¡ un pobre, contestó la portera, dacion eran úmpliamentc protegidos
que está furioso porque no ve ú In Su. por el ; en personales buscaba aloja.periora,
con quien tiene un empe.ño. mien honrado y bamto, les recomen-
Al momento hermana RMaha. bajó da.ba ra. que les diesen empleos, y
ú hablar con el hombre y lo despidi6 • los cuí aba. si enfermaban; sólo con la
satisfecho y contento. 'condic o de que algunas veces le ayu-
Por qué no me avisásteis 1 dijo la i' dara.n despachar su correspondencia
bueun hermana¡ espero que esto no ó la a mpañaran á cumplir una obra.
volverá á suceder. de ca ad en alguna guarida sospecho.
Y como la otra se excustLba recor- . sa de barrio. Si la conducta de sus
dándole su enfermedad, y diciend.Q¡ade. l pro te dos era mala, procuraba reformas
que el pobre le babia. contestado ma.rlo pero si continuaban en ella,
m&l: los bf\ ·a Balir de Paris. Un dia mandó
-i Cómo quereiF:, repuso la Supe. llama ú uno de sus protegidos, que no
riora, que aquel infeliz haya tenido babia erido corregirse, y le dijo:
tiempo de estudiar las reglas de l¡j, bue- ba.llero, tiene usted un empleo
na educacion? Es preciso uo alejarlos stantinopla. Hé aquí el pasa.
con palabras duras, ni desconuar de su pagado ya el viaje por ferro-aspecto
vulgar. Generalmente esta po- vapor. Vaya usted á componer
bre gente es más estimable de lo que letas porque debe partir esta
parece.
Seria preciso referir aquí su entera. lla noche (sin querer ella escu-
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char sus prornes.'\.'3 de enmienda) el
j6ven partió para Constantinopla, y
esto sin que se le hubiese ocunido deIObedecerln.,
á pesar de que ella uo tenia
sobre él m(u; derechos que los que
la daban su influencia y su virtud.
Algunas veces &e reunían en su sala
de audiencia un gran n1ímero de jóvenes
de todas opiniones y partidos, que
iban á poner!lo bajo su direccion pn.rn
ayud:ule en lo que ella quisiese. Así
vieron muchns veces salir de aHí á Donoso
Cortés con una lista de pobre¡¡ que
ella le halJia dado para que los visita.'le,
encargo que él cumplía con el mayor
gusto, distribuyendo entre los desgro.-
163
lnba (¡ loa qt e se afliginn y luchaba 4
brazo partid ' con la ei'pBntosa peste.''
En 1854 ~apoleon y la Emperatriz
Eugenia fue 'on persounlmento á visitar
á nuestr heroina en su pobre albergue,
y el Emperador la <:oudecor6
con In órde do In Legion do Honor.
Eqto favor g~ nó los comzooes de los
pobres del bt rrio de San Marcelo, más
que lli el So' erano los huhiem. condecorado
ú C4.. desdo t~iuo como á rseguidos y de graciados.
Napoleon 1 hasta ~apoleon III, le en- Lo policía a ivierte 6 la Hermana que
viabau inmensa cantidad de limosnas si vuelve á p,roteger la fugl\ de loa cul.
para que las di11tribuyera entro los po- pa.bles se la poudrá en la c.írcel., Al
breP de su barrio. Ella jama-11 ~te mezcló cabo de poc dias s;íhoso que ha incu.
en la política, y recibin de todos los rrido tm In isma fnlta. Antes de dar
partidos, con igual ontu!liasmo y ngra. úrdeu para e se lleve tÍ cabo la amedecimiento,
cuanto la daban para svs naza, el jefe de policía líO le 11resenta
det~raciudos desvalido!!. un dia á la ennanu :
Esto en tiempo normal, ¿qué Reria -Vengo, la dice, á advertir ú usted
en las angustiosas épocaR de epidemias, que está brrav mente comprometida por
durante laa cuales roorian centenares haber hecho salir de Paria(¡ un imporde
infelices en los barrios pobres de tanto miemlho de los revolto6os, y be
Paria t "Ella, dice Imbert de Saintr venido á preguntarle ti usted c6mo se
Amand, durante las epidemias del c6- ha atrevido ¡manejarse a.sl, tanto más
lera, ert. sublime de energía: pasaba cuanto ya estaba advertida.
lu noches cerca de los enfermos, orga. -8eiior refecto, contestó ella, yo
nizaba los hospitales, reanimaba al pue. no soy sino u a Hermana de la Caridad.
blo aterrado con sus consejos, couso- Y o no tengo bandera y sólo tengo la
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J64
mision de proteger ú los do:~gmcindos -N 1, aquí no, si no quiere la Her.
y J~Crseguidos en donde los encuentre: mana, >oro en la calle :sí: Su muerte
yo no los juzgo. ARí, pues, sefior Pre. está de •retada! •
fccto, se lo prometo, s1 n.lguna ve:& U!l- Uua. l1ora. entera duró aquella lucha
ted se encuentra. en la. mi11ma 11itua.rion, entre 1 ángel del bien y ol génio del
acud!l usted á mí,que le Rerviré tatobieu, mal. L l.s hombres furiosos no cedian ni
En seguida dijo al .Jefe de policía un pu to, ni ella tampoco.
que las Hermanas de la. CariJa.d !iÍem- -Er. tregue el prisionero! gritaban.
pro pertenecen al partido de los veu. -Nc, lo entregaréjatn&!l! contestaba.
cido:~ y de los más infelices, y nunca -Er tr&.rcmos á buscarlo !
quiso prometerle que Jlejarin ele prole- -:No entrarán !
ger á cuantos co::~spirndores le pidiern.u Al fib llegaron basta el lugar en don.
auxilio. de e:sta.ba el oficial, disputando el te-
En la siguiente semana., estl\udo clln rreno la Hermana Rosalía palmo á ¡
conversando con un jefe n:lDdeauo que palmo.
bnbia itlo á darla las gmcias por la -M ere, iufame! gritaron los más
prot.eccion que babia dado á muchos de euergú euos, y varias armas se levan.
los pseudo-insurreccionado!!, repentina- taron uutündole.
mento entro á la sala nada ml-uos que La ermana Rosalía se interpone, y
el Jefe de policía.. La Hermana, sin encarál do"e con aquellos locos levanta
turl.rse, hizo seña al descuido al cons. las mat os y exclatoa de rodillas:
pirador para que s:1lie~e lo mi'! pronto -H: ce cincuenta aflos, señores, que
posible, y en !Seguida, c.:ou gmn &creui. os he Clt>n~agrado mi vida ; por to:lo el
dad, entabló con el.Jefe de policía una bien que Oi he hecho á VOiOtros, á vues.
larga é interesante conversacion, que tras n ujeres y ú vuestras hijos, sólo
dió tiempo al otro de alejar11e lliu que pido 1 vida Je este hombre :
sospecharn natla. su.perse;;uidor. Una conmocion eléctrica in11pira á
Cuando al cabo de poco' días el Jefe todos quellos hombres, y al mismo
de policía tnvo uoticit~ de c6mo In Her. tiewpq las armas se inclinan, ol ailen.
mana lo ha.bia engañado, fu~ á recon- cio su de ú los grito!! de odio, lágri.
venirla. mas de ternura inundan muchas meji.
-Qu6 quería usted que hiciera i ex. Has e• negrecida!J por la. póh·ora, y
clam6 ell" ; yo lo hice tanto por él volvier~do la espalda salen corriendo
como por usted . Deseaha que usted uo de aq1 ella casa, vencidos y subyuga.
tuviera la pena de tenerlo que npreAAr, dos, sú o cou la voz de una humilde
y en seguida sumirlo eu una prision ; mujer. El prisionero se hal>ia~~alvado:
¡por ventura no hice bien? Pod :iamos multiplicar becb011 y p&·
~hiendo logrado huirso de entre la!Jras heroicas, que pintan el carácter
laa mnuos de Jos ener~ómcno11 insurrec. de est mujer qu6 tuvo todas las vir.
t011 de Junio de 1848, un oficial de )¡, tud&~ las cualidad el! de la mujeduer.
Guardia .Móvil, se babia refugiado en te de Escritura. -
la mansion de la Hermana Rosalía. Los J Há a el fin de ~u vida cegó, cosa
amotinados se presentan ú la puerta que 1 afligil\, porque no podía conti.
pidiendo ven¡_!anza y que le.'! entregasen nuar s rvieodo ú los d~racio.doa. "Ah! '
áan victiwl\. La Hermana Rosalíasalió decia, ios me ha quttado la vista,
' conferenciar con ellos, pero aquellos por•¡m yo gozaba demasiado viendo á
hombres estaban ébrios de sangre y de mi11 pq Lres 1"
Tenganza, y á todas sus palabras con. S6lo unB vez us6 la cruz de la Le.
testaban con grit<-s horribles: gioo .e Honor: cuando la llenron al
-El prisionero es nuestro 1 es:cla. ceme terio. Vestida con su hábi&o de
mftbaD; entréguenlo para matilrlo! herm ba de la caridad, llevada en el
-Matarlo aquí! dice ella¡ i en esta carru e de loe pobrea, aua fuoeralea
co.sa ! hacia un mro contl'Mte con la. ilnnen.
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REVISTA QUINCEN
sa. multitud que Acompañaba su cadá-1 La. vida de 1
ver; un cardenal, un obispo, los prin. puede compeo
ci paJes miembros del clero, con <.les, du. que ella repetí
ques y marqueses, mendigos, artesanos, "Tengamos
estudiante!!, pobres, ricos, viejos, j6ve. con Dios, de
nes .... la nacion entera. estaba repre. de juez para co
sentada. en aquel entierro. y ademas le 1
rindieron honores los soldados como ú
miembro de la Legion de Honor.
165
Hermana Rosa.lía. se
nr en estas palabra¡;,
frecuentemente :
corazon de nii'ío para.
l?·e para el pr6jimo y
nosotros mismos."
S. A. DE S.
MIS SOBRINOS EN LA IGL SIA.
Querido lector mio: -Ha muobo tiempo
que nCI os dirigía mis letras. ¿Por qué
tal silencio? preguntareis acaso, y yo o!t
conte:.taré qno mil moti>Oll, que no es del
cnso deciros, y por cierto no os importa.
conocer, llle lo habían impedido. Pero no
croais qtie por haber 'guardado silenoio he
dejado de observa¡· lo que pnsa on la &ociedad
; no tal : y lo peor e,.¡ qno poco de
lo que he visto n•e hn agmdado. Hepotiré
aquí lo qne años atrns dije, y es quo en
mí se ha cumplido aquel proverbio popular
qne dice: "á quien Dios no le da hijos
el diablo lo d•1 Eubrinos." En verdad
que 'estos benditos jóvenes son mi perenne
pesadilla, y los que 1uo proporcionan
toda clase do quebraderos de cabeza. Y ~;i
no 1no lo creeis, l!á:;teos saber que un hombre
como yo, porteuccieuto ' otra época,
que mira todo con ojos qno nacieron en
ot.·o ~iglo, y qne licuo la do~gracia no ya
do \'ivir, sino de tter rit·i,· á los demaa:
qne bn abandonado las tablas do In existenc:
in para convertirse en simple ospoctador;
un hombre quo no tiene hijos sino
sobrino~, ,¡ quienes no puede colTegir sin
que se burlen de él ; repito que 11n posicion
no os muy halngüeña ni ag¡·adablo
en ll!>ta ciudad progresil'ta. de Dogotá, qno
jactanciosamente se titula "L~ Aténas de
t)ud Amét·ica."
N o liÓ si tilguion se acordartt do la'> a vontllrns
qne en oie11o tiempo referí, ouaudo
mo vi precisado, por cironnstaucins intie.
pendientes de mi voluntad, á acomp~ñnr
1\ mis sobrinas ti los bailes y otras concurrencias
que ya no son propias para los
viejos como yo. Desde entónces había jurado
no volver jamns á los sitios en que
mo !Jndiora encontrar con mis quol'iuus
sobrinos, á qnienes suelo vor eu su casa
en las horas en
contrar persona
do este p1·opó~it
cncontrarruo co
frecuento, cosa
buen humor, ni
espíritu, nlgnna
que sucede en e
Vengo ahora
mio, lo que me
dins en una igle
brnr. Deseaba o
teológico (cuyo
habiéndome inf
iglesif\ como un
onaudo ~Íiu e~
yo 'ivo léjos do
no funcionan e
resolví aguarda
pi•t de h1 fiesta,
na\'o, que roo p
oaso y do donde
nl proclioador ;
oomo en seguid
Hacia apéu
estaba allí, cuan
faoron entrando
rins señoritas, qt
como á no toatr
estilo ; tnn engn
taban, y cou tan
jo miraban en t
ban sayns y mnn
acostumbran las
ni templo, nsab
llenos de lazos
dajns, que est¡¡n
llos tan largos
at·aodelaa, ena
exagerados, y st
gres, quo tuvo p
- - - --------+>-~· -----~
e no hay riesgo de ende
fnorn. Pero, á pesar
me sucede, por acaso,
ello!! en los lugnres c¡ue
que no me di~pone al
propia para serenar mi
eces conturbado con lo
din.
referiros, amable lector
sucedió no ha muchos
a que no quiero nomprcdicar
á un orador
ombre tampoco diré) y
·mado mnllll'guó á la
hora fmtos de tiempo, y
solitnrin ; poro como
cruplo, y mis piernns ya
su antigua actividad,
n nn dncon el priuoi ·
cogioudu nn ladn de la
eció muy propio para. ol
otlria c.ir cómodamente
!la que no dobia suceder,
lo verá el lector.
algunos momentos que
o oí muchas pisadn!S, y
or diferentes partes vallegnron
á la iglesia
ú otr~ ·di vorsion por el
nndns y compuestas cs.:
franqueza y dcsparpa o
SUJO. Aunque llevallos
ncgt·as como las que
iiorns de Bogot$ p3rn ir
los peinados tan altos y
cintns y demas :uu·ann
moda hoy : los zaroivisto~
os, los recogidos,
ns y sobrenaguas tan
miradM ta.n vi vns v alar
un momento la inton-
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f
166 LA MUJER.
cion de acercarme á ellas para advertirlas -Más nle que piense en lo que va á
que se habían equivocado de edificio y hacer.
que á la ''casa de Dios " no debe concu- -¡ Pues ! cabalmente para distraerme
rrirse sino con un continente modesto y y no pensar en lo que vo.v á hacer, es que
aspecto humilde ; pero reflexioné en se- quiero conversar.
guida que probablemente aquella indica- Entre tanto dos de las del monton bacion
seria mal recibida, pues noté qne en- bian entrado ya variM veces á la sacristre
las señoritas estaban dos de mis so- tía á preguntar por el ausente confesor, y
brinas, y así permanecí tranquilamente en como el sacristan no les diera contestami
asiento. Las 1·ecien venidas (que iban cion terminante, al uso de loa sacristasolas
y sin sus madre~, al uso inglés ó ame- nes, volvían al punto de reunion y con
ricano del Norte) se fueron reuniendo al toda franqueza continuaban la ie-to malcriado igual! dico contra el q pctor ••• ? Para eso ne-
-Recnerde nllted que es mi hermano; ce.Qito oir el sor pon.
contestó la otra amo~Stazada. -Déjate de frioleras ...... acompáña-
- Ya no saldrá al confesonario el doc- me ahora, y de pues volvereruos.
tor ! exclamó ott·a interviniendo, y con el --Perderiam s el pue:;to.
cambio impidió un disgusto entre laot-que, ba~Sta cuándo e iScüor :11isericordioso per-al
contrario, les rla t"lltro á los hombre."l.... mitir:"1 que este ridículos ó ignorantes
-Y bieu oo lo merecen ellos ! mozuelos pedau ~' con motivo de su misBu
tunto que así hablaban en voz baja ma ignorancia, penetren en la casa de
aquellA:~ &eñoritaa, noté que varios de mis Dios para insul da con sus palabras irrasobriuos,
en un ion de otros jóvenes y le- vereutes y turb á los fieles en sus orachuguinos
del mi!>wo juez, se habiuu ido 1 cioues?
acercat.dó y hablaban en vo"' mós alta; -Fuera.! fuE a el viejo Coco 1 dijo el
por consiguiente, no pude méuos que oir- insultado.
le~ la conver11aciou. --H111>e visto nsolente! añadió otro.
-Qué te parece, hombre, dijo uno de -Yo no hag tlino contestar al apóHtro-ellos;
he recorrido toda la igle.sia y no la fe del jóven, re use.
he podido encontrar ! -No, señor, ~~~o no le tocaba á un ve-
-l!:&tará detras de alguna columna.... jet~ como usted
-No tal; sé, poco más ó ménos, en -La libertad de la palabra y del pan-dónde
había de arrodillarse. samieuto es sag ada 1 dijo otro.
- Pero, entre tántas mujeres, cómopue- -Eao mismo ~igo yo, contestó, y por
dea distinguirla? ooo interpelé á stcdes, haciendo uso de
-Fácilmente...... Me dijo qno llevaria mis derechos.
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, .
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·-
168 LA MUJER.
-Pues nosotros DO le escuchamos !
-Mal criado ! le dije.
-Que le echen fuera de In iglesia, pues
ya sube al púlpito el predicador ! replicó
uno.
-Pues no me iré, ni me callaré.
-Que le pongan mordaza !
-Así tratan ustedes á un anciano !
-Así irrespeta á la juventud ilustrada!
-A la esperanza de la patria !
Y o iba á <;oute~otar, pero... . . . lo confieso,
me embargó de tal modo la cólera,
que tomé mi sombrero y salí al punto de
la iglesia, por DO hallarme en un templo
que aquell08 mozuolos profanaban; más
pt1ra mi satisfaccion alcancé n oir las primeras
palabras del predicador :
" Amados oyentes 1nios ... "
-Ah, sí ! dije para mis adentros ; Dios
ama aún á lolf que le del!couooon ó le insultan
1 Pbrdónalos y oorrígelos, Señor,
así como los amais.
RENATO.
ANALES DE UN PASEO.
DIA PRIMERO.
Et in Arcadia ego !
(Yo tambien viví en Arcadia).
El sábado 2 de Julio de 1871, no ha- y no hay momentos más agradables en la
hiendo salido el sol todavía, los amigos de vida que los que se pasan en la sociedad
Alicia se reunieron & la puerta de su casa, de personas unidas por una amistad leal,
formando una alegre cabalgata, la que formada en la conformidad do ideas y
pocos momentos despues emprendió oami- edncacion.
no. A más de Alicia, doña Catalina, don Era ya más de medio dia cuando la
Gregario, Pepita, Bartolomé, J\Jstina, caravana, pasando un caudaloso río por
Adriana, Máximo y Mauricio, les acom- un pint<>resco puenta de madera, casi
pañaban los dos niños de Alicia, montados completamente cubierto por el follaje de
en mansos caballitos enseñados á su ligera los altos árboles de la ribera, llegó á la.
carga. hacienda. La casa de habitaoion ocupaba
El día iie anunciaba sereno y el cielo se lo alto de una erupinada colina, y sólo era
mostraba cubie1t0 con la ligero niebla que abierta cuando la familia del duefio iba á
precede á un dia brillante. Todos, más 6 pa~'\r temporadas en la hacienda; estando
ménos, formaban alegres proyectos de pa- á orillas dol rio los edificios y enramadas
seoe y diversiones campOI>nes, proyectos para viviendas de los ¡leones y el mayorque
probablemente no &e cumplirían, ó que domo, y para las oficinas concernientes al
al cumplirse se borrarinn despnes de su beneficio y administrocion de la hacienda.
memoria, con la lllit1ma fncilidad con que La. ca~a era de teja, alta de techos, y
se secaba el rocío brillante en los arbustos rodenbanla anchos oonedores con baranque
los viajeros rozaban al pasar. das de madera cubiertas por cortinajes de
Bajaron lentamente el camino pedre- gualdas y enredaderas floridas; ostengoso,
formando variados grupos, ndelau- tando el jazmin bUS estrellas blancas, la
tándoso algunas veces unos y quedándose bellísima ~;us rosados pétalos, los raor~:io• su
atras oh·os, para acompañar alternativa- perfume, el subí y cojéme sus alegres fruxuente
R. los niños. En breve salió el sol, tas, y las bella.s ele noche sus magnífi088
y el calor fué creciendo hasta que á medio y aromática& flores. El cuerpo principal
día ero tal su intensidad, que agobiaba de de la habitnoion se componía de llll& gran
lleno á loa viajeros, como si les rodeara sala amoblada sencillamente y nrias aluna
hoguera, no obstante lo cual todos iban cobas ; lllliándose con otro edificio por
tan contentos qne la conversaoion amena un ancho oorredor que, á manera de
y animada no languideciÍl ui un momeuto. puenta, dividia en dos un bello jnrLa
simpatía. es an verdadero don del cielo, 1din-huerto. El comedor era espaoioeo y
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REVISTA QUINCENAL. 169
bien ventilado, perfumado tambien por¡ más fuerte subia del rio, murmuraba envarias
plantas aromáticas. Antes de subir tre los árboles, mezclada con el perfume
á la caaa, resolvieron los do la comitiva de las flores, y, enfilando los corredoret~,
bañan.e en el río, que corria claro y fres- despertaba sus ecos y dejaba tras sí los
co bajo los altos árboles de la ribera, fren- ricos aromas del campo y el apagado rute
de la casa del mayordon1o. Al pasar mor delt·io.
pur un estrecho sendero que oonduoia al L" oonven;acion entre los amigos, que
retirado sitio que habían escogido las se- babia sido al principio alegre y aniroada,
ñoras para bañarse, Alicia sintió que el fué poco á poco languideciendo, hasta que
velillo de su sombrero se babia enredado al fin se quedaron callados.
en un espino, y al quererlo desprender -Cuán hondamente suspira nsted,
oayó en torno suyo una lluvia de florecí- Máximo ! exclamó Pepita, incorporándollas
delicadas como plumas y de un suave se en su hamaca.
color de rosa: eran flores de amé, planta -Yo suspirar! Seria Maurioio ...
llamada vulgarmente madre de a!llla en -No me creo culpable, dijo el interpe-algunaa
provincias, y carbcmero en el lado riéndose; et10 es bueno para Jos
Canea. poetas.
Alicia mostró á sus compañeros, al tiem- -Me deolaro culpable, contestó Míxi-po
de dirigirse á la oaaa, un ramo de es- mo, pero perpetr6 el suspiro á duo con
taa flores, diciendo : Mauricio. ·
-Esta flor me ha recordado hoy un -Y por qué? preguntó Alicia.' ¿Ya
curioso lance de mi primera niñez. están ustedes faatidiadoa con nuestra com-
-Que la rogamos nos refiera usted, pañía?
dijeron rodeándola todos. 1 Al contrario, contestó lláximo, yo pen-
-Alioia no contestó, quedándose pon- saba en este momento que la vida que
aativa, y Máximo, que se babia acercado v11mos á llevar aquí, será la de los pasto-para
darla el brazo, la preguntó : res de la Arcadia ... encantadora.
-¿ Es acaso un secreto quo u o u os pue- -Sí, Pevita, la triate:Ga ea nuo de loe
de usted re\'elar? sentimientos más poderosos del corazon
-Secreto no, pero oreo que apliqué humano. 'l'odo en la naturaleza es triamalla
palabra • curioso ' al lance, pues te, añ&dió, porque todo lo que conmueve
máa que de curioso tiene de raro y ex- arranca lágrimas, enternece. 6 Por qué es
traño. esto ? Consiste eu que en el fondo de to-y
como todos pedian que lo refiriera do sentimiento se enouentt·a la melanco-oontestó
: lía, aun en lo qne so oonoidera mía fea-
-No, ahora no. Esta noche tal vez, ú tivo. Nadn ea más cierto que aquello de
otro dia. que traa de cada sonri~~a hay siempre una
-Dcspue. de comer llegó la noche : la lágrima.
noche de tierra caliente, tranquila, serena, -Tiene usted razon, dijo Alicia ; hasta
trayendo consigo el fresco y el bienes- las belleza111 de la n11turaleza física, nl contar,-
midiéndose por horaa de gozo deli- mover pt·oducen tristeza. Ante los impooiOBo,
indesoribible, en que el mero acto nantes espectáculos del sol poniente ó de
de existir ea una dicha. la aurora, de un hermoso paisaje ó pri-
Alioia, Máximo, Adriana, Pepita y Mau- moroso jardín, ¿ nu es verdad que ex poricio
dejaron ¿loe demas en la ~~ala en- rimentamos una confusa pena y una triatretenidos
jugando, y Blllieron á tomar el teza vaga ?
fresco á una esqnina del corredor en que -Así será para algunas personas, obhabian
colgado dos grandes hamacas. Las servó Adriana, pero no todus sienten lo
tree señoraa se acomodaron bien ó mal en mismo, aunque para muchos un bello dia
una de ellas, dejando la otra para Máxi- y un cielo azul y despejado sean ooaaion
mo y Mauricio. más bien do tristeza que de alegría.
Soplaba un vientecillo suave pero cons- -Sí, repuso Máximo, la tristeza ea el
tante, que esparcía loe sueltOB cabellos fondo de todas nuestt'all alegrías. ¡, Desrubios
y castaños de AliciA y Adriana y pues de una ausencia no volvemos á ver
jugaba con loe rizos de Pepita. La luz de á nuestros parientes y amigoe más bien
la luna que se ocultaba, moria en loe oam- con melancolía que con regocijo? ¿No e.
poa, y coando alguna ráfaga de viento verdad que una nOQhe eileooioaa, tranqui-
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170 LA MUJE
la, seren; nos infunde m~yor recogi~ien-1 te i un ór querido, sentim~~o~ como
to que una tempestuosa y oscura, que pl.lr nn dese gaiio, y una justa queja estalla
lo eomuu cautSa espanto y pavor ? Del en nues o cornzon."
fondo de toda música alegre surge un [ -Qu troz() tan verdadero ! exclamó
suspiro, una queja, una lngrin1a. El mur- Adrinn y qué feliz debe ser usted, señot·
mullo de lAs fuentes y rios, el golpear de Arandn poseyendo nua memotia como
las olas del mar, el canto de las aves, el la que ne 1
viento entre el ramaje de los árboles... -X o lo orea usted, contestó él: la metodo
esto conmueve, es decir, entristece. rooria e el peor de lo:~ martirios y nos
-Oh 1 la alegría es siempre un ebfuer- causa 1 mayores penas: yo que despues
zo, dijo Alicia ; para sentirnos alegres, es de hab leido un libro ú oido un discurpreciso
olvidar las penas de la vida; per- so recu rdo capítulos y trozos enteros,
der de vista las realidades de la exi:rten- cambia1 a muchas veces este don por el
cin, entusiasmándonos. del olYi o.
-Es tan cierto lo que usted dice, con- -M parece, dijo Mauricio, que la fetestó
Máximo, que no ha mucho leía yo licidad s enteramente convencional, y
en una obt-o. de Madama de Gasparin un 1ede ser muy dichoso á pesar de
trozo que me hizo mucha impresion; y nndo al traves de un crespon na-aunque
no só ¡,j las palabras serñu las mis- n1emoria puede efectivamente
mas, el fondo del pensamiento es este : enas ; pero tambien nos propor-
" Causa compnsion la dura suerte del tas y alegrías, ret.:ordi.LDdo lo pa.-
actor que se ve precisado á salir á la es- que fuimos felices y dándonos
cena al dia siguiente de haber llevado al positivos.
cementerio lo11 re.stos de un sér querido. d es todavía muy jóven, Mauri-
Difícil seria imaginar un suplicio mayor. t>tó Má.ximo, pero de::,graciada-
Sin embargo, bajo su careta el actor es mente pasarán muchos años ántes de
dueño do &ns sentimientos y de su verdn- estar p suadido de lo contrario : que no
dera fisonomía. Ha penetrado en una in- bay quí n no lleve un luto que más ó módividualidad
ajenn, definida, que encu- nos enu greco la vida y turba toda felicibre
hasta cierto punto la integridad de dad. ¿ uión no tiene en sí mismo un
su carácter, y lleva con aparente holgura recuerd de su infancia cí de su primera
vestidos de fie&ta ; más el luto permanece juventu , que no le baga estremecer en
el mismo : puede rein,e, contestar, chan- medio e sus alegrías ·? ¿Quién no ha
cearse, accionar; pero su alma es suya, y visto m rir ó desapnrecer algun pariente
en ella oculta la vida íntima, cubierta con ó sér q rido, cuyo recuerdo se alza de
un velo que ninguna mano discreta le- improv o, iuterponiéudo:>e cual una rovantará,
ni tampoco le habrá que pueda conven on al goza1· do algo? ~acedad
rompe1· las puertas de su santuario oculto. seria q jar¡;e de tales nubes de dolor,
Mas nosott·o11 los nctore:; de este lllundo porque 11tas 110n a1hertencias necesarias
no tenemos siquiera ese asilo inviolable. en nues ra vida, que nos envía Dios para
Nuestro papel u o os el de un personaje que co nendo.mos que no hay nada esficticio,
sino el de nue:.tra propia vida, y table a 1Í en el mundo.
sin contar lo!! indiscretos, ¡ cuánf.Gg per- -Ut. d se equivoca, Mnximo, le consonas
no D05 perturban con preguntas testó el ermano de Adriaua, si piensa
dictadas por el cariño! ¿Cómo nos man- que no omprendo la tristeza; la creo tan
tendremos resen1ados ante los que tienen indispe ble en la vida, como las soroderecho
de indagar nuestros sentimientos? bras en n cuadro bien pintado, que haPorque
nosotros les pertenecemos; su te. cen res tar mejor el juego do la luz de
soro 08 nue¡¡tro corazon y ocultárselo es la exist cia en todo su brillo y esplendor.
robarles. Quien nos ama quiere leer en -Es idea, replicó Mnximo, me connuestro
espíritu. La indiferencia es dis- firma e lo que ónt&~ dije : usted no ha
traída ; el amor no puede consentir en probad de la vida bino los goce& de la
parecerlo. El amor, como el sol, absorbe melanc ía1 aquella melancolía poética y
las nubes; sufrir en su pr86encia es inju- sin mot o real, que siente la primera juriarlo,
o por lo ménos manüestarle que es ventud pero despues cada año le traeri
impoténte para llenar nuestro corazon é una pe verdadera, que no es ya melaninhábil
pua curarle. Cuando vemos tris- colía si o tristeza ¡ la naturaleza humana
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REVISTA QUINCENAL. 171
es tan singular, que en la juventud &e rnndo huirla á todo trance. En Elllto con•
imte y se go7.a con la melancolía, mión- si&te que los viejos suelen t~cr ó parecer
tras que en la edad mris avanzada, &e la más joviales que muchos jóvenes.
comprendo mejor, y por eso se sabe que
es necesario ocultarla á los ojo3 do loo do- S. A. nE S.
mas, y no dejarnos llevar de ella, procu- ( Continuarú).
REVISTA DE EUROPA.
I 1 " Ltrrumbam•e.nto social por ol 6pocll, en la cual se enscña. á que todo acaba.
otro. Lt~ s•tnacwn es por CJerto cspantosn, Y on la viul\ material ' .. Cuando BO le señala
lo peor 1'8 que e~ menor escala on~ontramos ~1 hombre, como el ¿;,¡~o fin do su vida, c~ta
formados los nusruos ba_!allones, •zuelas las tr'ste existencia terrestre sns miserias le
bdan
1
dertiRdY la. lucha cm penada en todas parles d~aeRperan. ... Todos : Ol;it~pn~, aaccrclotes,
e DmI un o. ¡ bc\1 'd ¡ d ¡ c'vTzacion ¡ eg1· s 1a d 01.c s, t o d os d cu'-o-.:rnos p•·o ctu· ar que se
ces~ que ~ _ 0 1 ea. e a 1 1 ¡' ntre eleven \nA mirt~da.'l al cielo .... Dig1ímoslo en
es la paz, la b 1mandad } la concord 8 e voz muy nlta: la mtu:rt11 es una rutituriOtl,..
todo~ los pueblos, unos con ot~~· en ~odas Dt!bcmos en.:ontrar h Oio11 ni fin 1!0 I01lo ; no
las ~·udaOn 1 vuelva á Jos co;azones que !u h. n rochazado
eetan .a punto de declararse 1~ guerra), en la con tanto ahinco durante lo11 últimos aiioR!
Amér!ca del Sur ao combate sm ceaar: '!'"o: En St•xz \ 80 le siguió cau~;a á un doctor
ron m•llarCA ,de ~ersonns Y corro la snn¡;ro 11 nrons11e editor do un periódicu incendiario
torrenteR! hn Europa ~~~preparan 1.08 cm!'- titulado' Avatlt Oarde, y 110 lo comlt·nó á do~
bote~ pam lo f•!htro, so SJCmbr~ la cbsconh~, mC'j¡eS dC' prision y die1. aiios de destierro, por
se. nuna la aocJe~iad, ao ~rgamznn los n•¡;•- hnber pnblí~ado que era nccoKario nsesinar á
m•entoa, sn "Já!l7.nn lo_R puunl~s, Y se hu~e una Jo;; nlon;ncall y altos magistrados rle todas las
~ucrra CI"UIIn !" !od_a ulea de orden, de mora- nnl'ivne¡¡ para plantear el socialismo en au
hdad y do rllh.;•oa•dnd. ¡ 1 .~ · n
En I'QnTt.·o" L diacuton en laa Ctirnaras le- cvmp e a P~· J UCIO •
~islntivba acaloradamente una ley para ¡olan- lJ
tear el matrimonio ch;J obligaturio y otrul' Con motivo de la tcntath·n de asesinato del
leyea de la misma escuela. Zar do Rusia, los periódicos europeos so ocu-t~
n Fll.ASCIA so trabaja activamente pnra pan extcns:1mente dclt"Stndo político y social
destruir la Universidad católica, y todos los de ese enorme E!~tado semi-europeO y acmicolelíioa
y escueiiUI dirygidos por rcligio!IOB v at~iiÍtico.
rcli!!;IOíiBII do ciertas Onlcnca. Aclc1uas, paro La aituacion do aquel Imperio 1'.8 c.ada día.
acabar do ~orrompcr los espírituR, 11e lH\ íun- mlia nlarrnante, tanto que dkc Rl 7'int4~ que
daño on l'aris un periódico titulado R~vi&tn ca probable qtte el Zar no hubi<'m lamentado
R~alista, en la cual so hace una gnorm cruda mucho que el asoaino, quo le at11C'6 •·n lus caá
todo lo idcnl, lo noble y lo elevado en 11! llcs de San Petersburgu, hubiera llevado á
arte y en In. literatura, ocupándose particu- cnbo su proyecto. La responsabilidad que
latmento do Rqncllas ciencias que prudnrcn pesa sobre él, las augustias, 1<•8 pcli~ros, las
ideu materialistas y que matan el capiritua- 11mennzas son l«IC$. que do se¡;nro debe de
Hamo en todas las mentes juveniles. :t:stn cstl\r doseoso de salir dl'l paso do cualquier
tendencia i materializarlo todo, cou lo cual modo.
ae ha trotado de engañar á los incautos, cm- Des pues de la tentativa do 118eeinato sobre el
pic;r.a á ni armar á los mismos maestros de las Zar, se han hecho cinco mlls aol.lrc los miuiaidcas
llamadas libemles. tros y agentes do policía, y aunquo no se han
Víctor llugo, el ídolo de los demócratas llevado á efecto, elterror es tal que Ro dice que
franceses, ha pronuneiado algunos diacurRos todos ellos han hecho dimision de su11 empleos,
últimamcnto en lns Cámaras legislativaR, que porque se ha descubierto que casi todo11 los
han dejado atónitos á sus amigos. So bablal>a
1
empleados subaltemoa eran miembros de laa
do la cnsoiinnza. ctüólica. : sociedades nihilistaR. Dico El 'l'im~s que una
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1~--------------------------~---------.
172 LA MUJER.
dama de la corte, y del más alto rango en el
Imperio, ha sido arrestada en sus propiedades
rurales como soapc.:hosn. Ella se defendió
con revólver en mano, pero una V1!l!: capturada
confesó que era miembro de las sociedades
secretas. Las mujeres han tenido gran parte
en estas conspiraciones, a!:l.cando personnl-
1Dento á los condenados á muerte por los tribtuwlu
nihilistas.
·Se han ofrecido millares de rublos á los
que denuncien á los criminales y á los impresores
de un periódico incendiario llamarlo El
Paf1 de la libertad, que amanece pegado en
las esquinas, lo encuentran los empleados
públi0011 sobre sus mesas, Jo descubren los
obreros en sus talleres, los soldados dentro de
sus cartucheras, los estudiantes en sus pupitres,
caen de lo alto do los techos sc•bre las
personas q11e transitan por las calles .... Se
oree que se ti m en las prensas del Gobierno
mismo, y que multitud de impresores se reunen
á deshorM de la noche llevando en sus
bolsillos los tipos, y trabajando activamente
lo componen en breve rato. En ese periódico
publican la lista de los condenados-¡¡ muerte
por el comité revolucionario; allí se amenaza
y so cumple In amenaza, se anuncia y se lleva
& efecto el anuncio. La situacion es tan espantosa,
que Rusia ontera. está en estado do
guerra, y ya nadie ao atreve á ee.lir :í la calln,
y ni siquiera á ho.blo.rrocio dentro de su casa.
III
VolvBmoe ahora lo11 ojos hácin IT.u.u, en
donde nos llamará la atencion un espoct.áculo
muy interesante.
Pnret~ que un roinislro protestante, el dootor
Ribetli. bnce algun tiempo 80 babia propuesto
en Romn predicar, publicar y esparcir
hojas sueltas muy io~pías contra la Vagen.
Lcon XIII, dice El Time~, levantó con
m\1cho acierto In vo?. denunciando C8lc hecho
que tanto indignó Á loa romanos, que 11iempro
hnn profesado especial venerncion a la Virgen.
Pidió que el pueblo hiciera un acto público de
repo.ra.cion por aquellos insultos, y el Cardenal
Vicario señaló el dia ( 19 do Abril) pam
que so hiciera una peregrinacion muy solemne.
No exagl'r:ll'iamos, dil.>e el mencionado periódico,
si dijéramos que el pueblo cntC\ro do
Roma obedeció á la invitacioo del Santo Padre,
y esta demostracion so considerará indudablemente,
y con mucha razon, como un
triunfo do la Iglesia. E u las puertas do todas
las iglesias a!l_l\recieron aquel día avisos con
este letrero : Viw.1 la Virgen ,lfarf4, ltladre
de Dios, á g_uim impíamente se ha insultado.
DC8de muy de mañana el pueblo ocupaba las
callcR, haciendo laa visitas preecriU!s en las
basílicas de Santa María la Mayor y Santa
Oruz de Jemsalem. Pero por la tardo, á las
tres, las calles estaban tan repletas de gente
que iba en procesion reundo, que ora imposible
transitar por ollas. El Cardenal Vicario,
desde lo alto de un balc.•D, exhibió las reli-
,_·-_------- ---------
quías quo se veneran en Santa Omoz de Jem,.
salem. Y, aseguro. El Time1, que jamaR se ha
visto una escena tan imponente y conmovedora
en Roma.
De improviso, al levantar las reliquias en
alto, toda la gente que estaba en la iglesia so
prostemó, y otro tanto hizo en las plazas y
calles adyacentes la multitud que las llenaba.
El pueblo en tanto rezaba el Rosario en alta
voz y cantaba himnos religiosos. Aquella
ceremonia concluyó con In bendicion Q\le en
nombre del Santo Padre di6 el Cardenal Vienrio
á todos los que hnbian concurrido 1\ su
llamamiento: aquella muchedumbre inmensa
se componía de nobles y mendigos, de hombres,
mujeres y niños do todas categorías, loa
cuales, conmovidos, elevaban oraciones pidiendo
á Dios perdon y misericordia. En
eso acto, dice el y)criódico inglés, " cloricnles
y liberales" 80 unieron como hermanos
delante de Dios. Los periódicos liberales
miamos, salvo los más exaltados, babian manifestado
su disgusto por el insulto del protestante,
Sin embargo, al din siguiente volviéronso
ú ver sobre los muros iDacripciones del doctor
Ribetti qne decían :
"Gloria á Dios 1ólo."
IV
Háblase mucho en Francia do la muerto
(Abril 16), en Nevera de una humilde •• Hermana
de la Merced y de la Inatmccion criatitma."
Era nada ménos que Bemardita Soubirons,
la pastorcita que vió á la Virgen en
Lourdes. Vivia retiradísima. en su convento,
dejándose ver lo ménos posible, y le disgustaba
mucho que la visitasen personas extrañas.-"
¿ Para qué desear venne ? decía
(.qué tengo yo do mt\a que toda la gente?
Diol! se sirvió do mí como do loa bueyes do
Betharrams, cuyo casco golpeó la tierra en
el punto en que estaba enten·ada la e$tatua
milagrosa. E&o es todo. Nada mna .... "
V
Leemos un hecho muy curioso y digno do
notarse en el Maga1in de1 Demoiselltl, de
.A..bril último, y es este: que se ha Ol!tablocido
en Paria, detrae del Jardín de Plantas, UD
mercado espocinl para vender aapo1. Llévanlos
allí de todas partes del mundo, y los pngan,
cuando son bien crecidos, á razon do 90
francos el ciento. Parece que utilizan estos
animales para destruir los insectos que desfloran
las plantas, y los agricultores loa aprecian
mucho en Francia.
Como aquí tnl vez no tenemos por eJios la
misma estimacion, se debería formar una
Compañía para exportar fuera del país algunos
centenares de sapos (á 90 franco" el
ciento!) Señalamos esta nueva industria á
los aficionados & buscar empresas que aún DO
se hayan explotado entre Doeotros.
S. A.. DE S.
lmrr•:nl" ele "l.:l Dko Sod,'\l.''
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 19", -:-, 1879. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2088544/), el día 2025-06-19.
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