Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LUZ Y FE DAN FUERZA.
LA MUJER,
REVISTA QUINCENAL·
EXCLUSIVAMENTE REOACTAOA POR SEÑORAS Y SEÑORITAS,
BAlO LA l>IREOOION DE LA ,S:&ÑOllA
SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER.
MIÉRCOLES, SE'riEMBRE 1.0 DE 1880. ~ PRltetO 30 cs.
ESTUDIOS HISTORICOS
SOBRE LA MUJEI't EN LA OIVII,IZACION.
C.\l>ÍTULO DUODÉCDIO,
LAS MUJERES EN LOS UlPERIOS DE ORIENTE Y OCCIDE~TE.
( CON'1'1NU.A.CION).
XII
EN tanto qno Placidia había gohernado
durante más de treinta años el
imperio do Occidente, otra mujer, AOhrioa
suya, Pe•.QUERIA, imperaba en
el de Oriente. A pesar de quo en la
historia aparecen en aquellos tiemp<>s
como Emperadores Valeotioiano 111
en Occidente y Teodosio II eo Oriente,
quienes realmente gobernahnn en a.m.
bos imperios ~rao Placidia. y Pulquería,
la primera en nombre do sn hijo,
y la seguodaeu el de su hermano. Una.
y otra mujer fueron varonile>!, de almas
tan bien tomplatlas, que por Au fuerza
moral y su génio lograron alejar de sus
Estados, durante largosafios, laslmestes
1 invasoras de los bárbaros, las que uo
pudieron penetrar en aquellos imperios
sino cuando ellas ya no existían.
'reodosio II em de incliua.cioo.es pacíficas,
amigo del reposo, del estudio y
ama.ute de las ciencias : sólo se 00\1-
pab:} en escribir (con uo.a perfeccioo.
TO!IO IV
tal, qne tenia & honor que lo llamaran
el calígrafo}; e u pintar primoro~amente
¡ e u c;omponer versos y en llevar
una vida retirada de los negocioR.
Aunque Pulquería tonh o.pt~uas dos
aüos más que su hermano, ella so en.
cargó Je lo. educaoion del futuro Emperador
y de su~ tres hermanas, y cuan. 1
do murió su padre, y cl\n.n.péuas lw.bia
cumplido diez y seis años, Pulquería.
tomó el mando del imperio con una
ciencia, una ~>a.bidnrío. y una discrecion
tan mar~villosa fiUO sorpreudia, y con
ese motivo (41;)) se la diú ptíblicamcn.
te el título de Allgusta. Era tal la
confianza que la. tenían los consejeros
m(LS antiguos y expori01eotndos en el
imperio, que siempre se a.teniau n $\1
opioion y dicen que ella nunca llegó á
dar uo consejo ó una órdeu de!Jacer- 1
~L •
Segun los historiadores (no solamente
los eclesiásticos, sino basta los m:ís
enemigos del catolicismo, como Gib.
bon), Pulquería era la. mujer de m(4S
talento de su época, así como la m(lS
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174 L A MU J ER.
estrictamente virtuosa. Era. tal el 6r-l rias herejías se hRbian levantado en su
den que babia en el palacio, que más imperio, agitándolo violentamente, los
pa.recia un monasterio que la morada 1 godos, los hunos y otros bárbaros, des.
de un soberano oriental. Pulqueria pa.
1
pues de destruir varios lugares de las
saba sus horas de recreo en una mag- fronteras, se preparaban ú invadir renífica
biblioteca con Teodosio y sus sueltamente todo el imperio. Aterrado
hermanas, entregados al estudio. Ha. con aquellos acontecimientos, suplic6 á
hiendo consagrado á Dios su vida, sus Pulquería que volvier;e á tomar el go.
hermanas siguieron su ejemplo, y al bierno á su cargo. La situacion política,
hacer públicamente voto de conservar. tanto interior como exterior, era en
se vírgenes hasta la muerte, regalaron extremo critica., pero en breve tiempo,
como una ofrenda á Dios un altar tan merced á su energía, firmeza y eqní.
magnífico, que era todo de oro enrique. dad, ella restableci6 el 6rden interior
cido con piedras preciosas, con una ins. y exterior. "Desterrada con ella, dice
cripcion que explicaba el motivo del un antiguo historiador, la felicidad del
obsequio. imperio babia de11aparecido, pero á su
Como en el imperio de Oriente se regreso, como nna nueva Débora, ar.
hablaban varias lenguas, Pulquería las mada con el escuJo de la fe y de la
aprendió con perfeccioo, y escribía. con Religion, march6 á &ostener los com.
la maestría de un sabio el griego y e.l bates del Señor al frente de los ejér.
la. ti o. Se bn.cia enviar con frecuencia citos."
la relacion de todos los aconteciruien. N o solamente Pulquería devolvió la
tos que sucedían hasta en las provio- felicidad y la paz al imperio de Teo.
cías más remotas de sus Estados, admi. dor.io, sino que protegi6 eficazmente á
nistrando con una estricta justicia en lo.i cristianos de Oriente y se coustiLutoJos
ellos. Adema¡;, era tal su bondad y6 en defensora de todo el que sufría
y buen corazon, que jamas quedó que- injusticias y no podi.."l. protegerlie per.
joso de ella el más ínfimo de sus vasa- soualmente. Habiendo muerto el Em.
llos que la peJia alguna merced. perador en 450, Pulquería fué dech\-
Ejercia una influencia tan grande so- rada sola Emperatriz (pues 'feodo:.io
bre el pueblo, que durante su admiuis. s6lo dejab-cJ. una hija ca.~ada con Va.
tracíon no hubo una sola insurreccion, lentiniaoo Ili). Por moti vos de políni
los Bárbaros pensaron en invadir su tica., Pulquería asoció á la corona á un
imperio sino cuando Teodosio, mal acon- antiguo militar, Marciano, con quien
~ejado, manifestándose frío y de5cortés ella se casó pro fo7·,nula,, y reinaron
con ella, Pulquería dejó la corte y se juntos cuatro afio¡;, hasta 454. Cuando
rntir6 con sus hermanas á Hebdom, runri6 ella fué llorada por todos sus
lugar cercano de Coosta.utinopla. En súbditos, que perdinn uo llolamente una.
aquella residencia las hermanas del Ero- grande Emperatriz, sino un soberano
penl.dor se entregaron ~>Ólo á cumplir como ha habido muy pocos en el mnn.
con sus deberes religiosos, en estudiar do. Al morir Jej6 toda su fortuna par.
las &utas Escrituras y en visitar y :;o. ticular á los pobres, y el imperio ú
correr :í los desgraciados. Murciano.
Pero como se dice vulgarmente "que Pulquería debería tener en la hi!!to-
1 uo be conoce el bieu hasta que &e pier- ría un lugar tan sobresaliente como las
:de," Teodosio lie empez6 á afligir al grandes Reinas que tanto se citan, llia.
vtHhe ~Solo á la cabeza de los negocios bel la Católica, de España ; Isabel de
públicos, rodeado de ambiciosos, coro- Inglaterra, Catalina t..le Rusia y CrisprenJiendo
la desconfianza que le te. tina de Suecia, pues tuvo las virtudes
nía el ejército y la. anarquía que aso- de la primera y la. gloria de las otr&s,
ruaba en todas partes. Y llegó á su careciendo de sus vicios. Su influencia
colruo su desori~otaciou cuando tuvo en la marcha de la. civilizacion fné in.
1 1 noticia que en el momento en que va. mensa., y como p rotectora del Catoli-¡
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11 REVISTA QUINCENAL. 175
cism;;-contra de )n..c; ber~jÍ~s lle su 1 defender los intere~es de la Iglesia en
tiempo fué tan grande, que el Papa Sa.n el imperio de Oriente.
Leon la nombr6 legado apost6lico para (Continuará). S. A. DE S.
---..... ·----
SU SUEÑO.
Dumnn: : dé jala así !. .. Tnl vez rendüla
Cual rosa por los vientos abatida,
Bajo el ala do un tíngclse durmió.
Flont sobre su cuna rcg<í flores ;
El arcángel feliz do los amore11
Con ctínticos de gloria la an11lló.
Duerme, que así dormid!\ tú no lloras;
Y en d Yalle ele !tí grimas d,i moras
Ni In inocencia puedo ser feliz.
Tod .. s ~;icnton dolor, todos tristcr.a ;
A todoR les alcnnU\ la crnde1.a
Do 11 heridas r¡_no no tienen eicatl;z."
Tt't no sabes ¡oh niün 1 que lo. vida
E11 vabio campo, donde el mal anida,
Dó se ntTastm el reptil, t·ugc el leon ;
Vaga el traidor con antifaz de seda,
Y no ha~· vírtnd r¡ue libortnrAe pueda
Del veneno quo Pl da sin oompi\Sion.
¡ Eso ciclo sin nubcA! las ostrollnR
Que son do nuestro DiM '\'ivilmto:i huellas,
~os cnscii.m 611 gloria y sn poder:
~~ iéntms quo nqui... lo!! mi~cros humanos
Mucho;: vivcu del lodo, cual gu~!\DOl~
Que no dejan In flor reverdecer.
Sinoelejo, Julio de 1880.
¿Y tos padreR? su afecto te ,-igila ;
Al despertar, su vívida pupila
Cual centella de amor irá bácia ti;
Te forrnanin cadenas con sus brazos,
Oh 1 tú no temiiB! tienes esos lazos,
Único santo que hallarás aquí.
"Hija, mi bien 1" Tu pocho no palpita,
Tu tierno corazon ya no se agita,
Y tu ~;ueüo .... no tiene despertar 1
Llorn madre tu paz-dicha turbada:
Tú te resignaráa, pero no hay Mdn
Que te obligue tus penas á olvidar.
¿Y cómo rennimar esos despujoR?
¿Cómo volver In lumbt·e do eu11 ojoa,
De sus pálidos lahios el coral ?
1 ¿La ·voz do la amistad y del afecto ! Podrá encontrar lenguaje tan perfecto
Cual ese del ooriüo maternal ?
No me ntrcvo á turbar sueño tan aanto ;
No me atrevo{¡ enjugar tan puro llantn,
Y me atrevo á ofrecerte una oblacion,
Porque ... mira! .. tu ounll es un santuario,
\" despreciar al mundo e11 necesario,
Quo aquí lloran: yo tengo oorazon 1
E. C. V. M.
UNA FLAMENCA DEL SIGLO XVI.
J:>OR S. A. DE S.
IV 1 -Me fastidia. mi primo Luis.
1 -Ah! hija mia, no hay que noga.r.
AQUEL miJ!mo día. Clareta. dijo n su 1lo: tienes muy mal caráctar.
madre: ' -Por qué 1
-i Sabe vue~a merced lo que más -Porque siempre miras cob desden
me fastidia en Gante 1 ú los que te ama.n.
-No, por cierto, pues á mí todo me -Es posible que sea. por eso que me
place en nuestra ciudad. 1 fatiga. tanto Luis.
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176 !LA MUJER.
~ - -Lo confiesa.'! !
-Repito, madre, que Luis me fas-tidia.
-¡Y c6mo evitarlo 1
-Ponerle término á su inc6moda
presencia.
-¡No hemos de rrohibirle la entra.
da en casa, sólo por eso !
-Pero sí podemos alejarle de Gante.
-Él no tiene intencion de seguir ya
más la carrera de mn.rino, ni quiere sa.!
lir de Fhíndes.
-A.cabo de hablar con él.
-¿Y qué te dijo Luis 1
-Repetirme basta. la saciedad que
Antes do proseguir refiriendo esta
historia, permítame el lector le su.
plíque que piense en la enseñanza que
ella encierra: el peligro que hay para
el alma humana que se deja llevar por
las pasiones, y lo pernicioso que es una
educacion que no procura avasalltLrlas
en los corazones femeninos. -
PARTE SEGUNDA.
EN PUER T O-RICO.
I
desea ser mi esposo. Pero yo al fin le
persuadí que puesto que no puede abs- Puerto Rico era en el primer tercio
tenen:e de hablarme u e sus locas pre. del siglo XVI una hermosísimo. aunque
teusioues, es mucho mejor, para su re. lun tanto inc1.1lta colonia e!;pañola, cuposo
y el mio1 que se alejo de aquí. 1 bierta casi por completo do espesos
-¡Y á dónde le quieres desterrar 1 bosques vírgenes, salvo en hs partes
-Me dijo· (ya para Clareta. era fácil en qne los españoles habían descuaja.
mentir) que si se viera. en la necesidad do los montes para plantar cañas de
1
ue abandonar ú Fláncles, él DO quería azúcar, y formar dehesas para criar gn-l
ir á otra parte sino ú las ludias! uados.
1 -A las Indias! Una. serranía de altas montañas di.
~13í, á una isla llamada Puerto-Ri- vide la isla en dos partes, midiendo el
1 co, en donde le han dicl10 que se puede cerro más olevado 3,600 piés sobre el
1 hacer íortuua en poco tiempo. nivel del mar. Eo el contorno de la.
: -Quó idea tau peregt·ina! jamas le costa se encuentran gran número de
1
ha.bia oído hablar de semejante cosa ! hermosos puertos, pero no to~o.; sufi.
~será lo que gusteis, pero es una cientemente resgu:ndado:S de los lmrn.
idea. salvadora para mí, porque su au. cu.ne3, que suehm ser eu aquella isla
1 sencia roo seria rle grande :dí vio. más frecuentes que en otras de las A u.
-En ese asunto no tengo opinion, tillas. Descubierta por Cristóbal Colon
cooto~tó la madre, y sólo deseo verte en H!hi, no fué realmente conquistada
coulcnta. 1 sino en los primeros años del siglo XVI,
-Eutónces, madre, os pitio uu favor. rnerccJ á los esfuerzos ele don Juan
-¡ Cu(IJ ? Pooce de Leou, quieo le quitó cluom-
-Procura.r que se le dé un destino ure indígena de Boriquen, pa.ra. bauti.
& J_,uis en Puerto-Rico. ' zarla eón el de San Juan de Puerto-
1 -¡.Acaso yo soy gobierno? j Rico. Aqnélla fué considerada al prin.
-No¡ pero potleis empeñaros con cipio por los españoles como un vorda.
, nuestro pariente y amigo .lliogo Baal, ' de ro paro.ho terrenal: el climo. es de.
(JUe tiene inflnjo en la corte. 1 Jicioso, y más fresco, sano y agradable
Aunq~1e eu un principio lo. seño1a que el de Cuba, Jamaica y la EspnñoFederioa
se negaba tí bac0r uso de su la; la tierra extro.ordinariameuto fér.
iufluellcia para alejar de Flúndes á l til, y regada. por infinidad de cristali.
Luis, al fin couviuo en ello, y al si- nos ríos y riachuelos; los aborígenes
guieote correo fué eavio.da uoa carta eran hospitahnios y mo.nF:os en extreal
Caballerizo del Emperador, pidien- mo, y adornas habia. en el interior de
do destino par31 el primo de Clareta en las moutañM ricas minas de oro, lo
Puerto-Rico. cual era para los conquistadores el
1
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REVISTA QUINCENAL. 177
blnuco da todas sus a11pírnciones y el! poso, ¡;e decía, nombrado pnra un empleo
priuci¡ml móvil do sus expodiciones. marítimo en 1::\ colonia; y babia prefe.
La primera ciudad e¡ u e !'O fundó en rido acompañarlo á aquel destierro, más
Puerto-Rico se llamó San Juan, y esta- hieu que permanecer sin él eo Gante,
ba Kitn en un puerto resguardado, y en su país nntal. Esta abne~aciou de la
una it>lilla que se comunica á la tierra flamenca era. tanto más notable cuanto
firme por medio de un puente do fácil parecían gozar de grandes riquezas, si
construccion, lo cual ÍIH! cosa muy pro. había de juz!!arse por lll SI~CJuito de cria.
Vt.Jcbo;;a para los conqui:;tadores, que en dos y escudero;; que llevl\han consigo, 1
breve hubieron de defender su posicion y el tren r¡ue ostentaban. Adornas, apé.
de la iovasion de los indígenas, con nas deselJlbarcaron hicieron buscar el
quienes no tardaron eu eutmr en guo. mejor alojamiento de la ciudad, y no
rra, no vol viendo :í reinar In paz en la economizaron niugun gasto, con tal de
' isla hasta. que los dec;gracindos untura. obtener las mayores comoclidaJos, re¡
les se vieron exterminados uno,;, lle~te. partiendo oro 6 diestra y ~;inie»tra, sin
rrados otros y soUletidos los restante,; á parar mientes eu los gnstos que pudio.
sen·ir de t*clavos de los españoles. Una ran proporcionarles un género de vida
voz que los invasores se consideraron como jumas so había •·isto en la. nncien.
completamente dueños de la isla, cm· te colonia, á donde nadie iba á gastar
pezarou á construir hermosos edificios hoa.to, Aino f1 ganar con que bo.cer sufi.
do piedra, buenas casa.~ de La.hitncion, ciente fortuna. para volven;e á gozarla
1 iglesia parroquial y varios conventO!; en E,paña.
, para los frailes mi~toneros. Adowa.~ se Iuútil !ier:í decir al lector, puesto
1\prcsurnron ú echar los cimientos do que lo habrá adivinado, que la bella
1 las fortilicaciones que deberían defen. tlmncncn ora nuestra Clareta, con su
tlor el puerto, y el l1ermoso fuerte, lla. primo: pero liÍ ~;erú títil que explique.
mudo Ca~tillo t.loll\!oro, circundado t.le • roos brevemente c6mo elb llov6 á cabo
tan \·alientes murallas, ~1110 eo aqncl su tnu doseudo viajo :í Puerto-Hico.
f;iglo y eu el :;iguiouto logró Puerto- Una \'e~ que el Caballerizo del Em.
Rico 1echaznr tres H:ccs ú. los piratas perndor hubo enviado á Luis elnom.
ingleses, lo que no pnJierou ltncer las bramieuto 'iuo le pidió, Ulnreta nvis6 á
ciu•lrtdcs fortificnJas de Saoto Domingo, Rn primo que, Ulercc~ d~; Enero, los habitautes da la ciu. ra pnra. llevar á cabo un vio.je tan des.
1 dad de San J uau de Puerto-Hico vi e. ca bdlndo y extraordinario como el que
rou rmtrar en el puerto una hermosa pretendí::~. hacer.
carahel:l con lns velus desplcga1las. Al Así, de ningun ruoclo Clareta. quiso
ruirlo del primer cnñonnw con que el dada. parto de sus proyectos, sino que
fuerte saludó la llegada del na vio pro. a1uarJ.ó ú cumplir vcintiun años, y en.
vonioute do In. madre patria, toda la toncos sabiéndose dueña do llUS accio-
I>oblacion se agolpó al puerto á recibir nos para evitar disgustos, confió en la l
as uotici~ts que los llegaban do sus pu.. buena voluntad de ciertos parientes
rient;es y amigos ausentes, y ver por pobres que tenia en la ciudad, de Bru. 1
stHI ojos desemlm.rcar los pasajero!', las jas, tí cu¡a. cnsa fué sin su madre, y de
halijas del correo y los bultos de roer. allí salio para casarse con su primo en
caderías que llevaban ú la. colonia. ia iglesia máR cercana. Inmediatamon.
Entre los pasajeros llam6la atencion lo dospues avis6 á su madre lo que ha.
ele todo!! una hermosa y rubia flamenca, bia hecho, y con el egoísmo supremo 1
lptc no había querido separarse do su es. que la. caracterizaba., b hizo sa.hcr que
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liS LA
pa.rtia para Puerto-Rico con su nuevo ¡nos tie pos, que andaban de nacion en
esposo, y reclamaba la parte de heren. , nacion vendiendo ~;u brazo y servicios
cio. que la correspondía. Sin oír las !!Ú- ul que mejor lo11 pagase, sin que les
plica-'1 de la pobre madre, Clareta se nrred':ljsen los crímenes ni les doliese la
prepar6 para emprender viaje, y des. injusti~ io., entregándose en cuerpo y al.
pidiéndose ¡;ecamente de la aBigidísima ma á los amos que se buscaban. Clareen
señora. pnrti6 para ERpaña en busca de los esc~fgió de su misma nacion y se los
un buque que deberin. conducir á los presen1i6 á su es-poso- ést-e se neg6 al
nuevos espo>os á las Indias espafiolM. principjo á recibu entre su servidnm.
Entre tanto debemos decir que el bre ú stemejn.ntes bandido~>: pero Cia.
matrimonio babia sido una burla. para. reta lo penuadi6 que en las tierra~ á
LuíA, porque a.pénas11e concluyeron las que iba,n era necesario tener á sus 6rceremonias
que le ligaban para 11iem. denes q~ute valerosa y sin escrúpulos,
pre á la hermosa Clareta, cuando és. 1 que pudiesen defender á sus amos sin
ta lo notific6 rotundamente que ella temor ~~i flojedad.
babia hecho solemne voto de vivir se. ¡
parada de él y en distintos a poseo tos,
1
II
hasta que llevara á caho una empre~a
que traía entre maooR, la que no podia 1 Los ¡nt\moncos con su hoa.to fueron
descubrir siuo á llu tiempo. Vanas fue. natural¡nente recibidos con las mayo.
ron las l!líplicas y hasta las tiernas lá.1 res ate •ciones por los portoriqneiíos, y
grima!; de LuiR, porque miéotras más no se ~~usaban de ponderar la amabili.
le rogaba él que le dijese por lo mé. dad ele la gantesa, que conocia ba'ltan.
nos en qué consistía aquel voto, mtís te la leugua cspn.ñola, que ya ~;e Labia
se afirmaba ella en la ioteuciou de ' esforzado en aprender ton Hernando 1
mantener Hu secreto encerrado en sn de Soliu, y había seguido perfecciooúu. 1
propio pecho, sin revelárselo á nadie. c.lo~e y estUtliauc.lo con tanto empeíío, 1
Conociendo al fiu su primo que el ct\- que CWl>ndo llegt~ á las ludias hablaba 1
rácter de Ola reta era indomable; y si o. e.-paíiol con facilidad. En breves dias
tiénc.lo'!e cn.tla dia más débil y ena1no. los esp,t>sos Longobaal 80 relacionaron
rado delante de los impetuosos mandn.. con todiaR las familias de importancia 1
tos de aquella hermosa mujer, violenta rle San 1¡ uan, y Clareta se hacia. nota..
como t~na tigro, de11istió enteramente blemente arnahle con lns dema<~, cuya
de preguntarla su!! intenciones, y Re rin. socied~~ buscaba con ahinco, propor.
dió, como un escla\"o, sin mtís voluntad cion¡índtoles en su casa toda clase ele
que la ele su mujer á quien temia y t.li!!tracepon(ls y pnseoR que costeaba ella, 1
amaba locamente. La. hemos compararlo visitnnJ[o los alrededoraq á caballo ó
á una tigre, porque en verdad la Ba. en los botes que alquilaha para re.
menea parecía pertenecer á la raza fe. correr 1M cost.1.s. Mauifest~base tan
lina: era á las veces tan suave, tierna franca. lf expansiva, que DO era de ex.
y hechicera como un ángel; cuando dc.l trnña.r ¡ue hasta las doncellas m{&.tn. que un día se en.
una mirada de la flamenca eran para contr6 sola, no quedándole más amistad
él tau sagrados como si Dios en per. que la de uoa. excelente familia, que
' soua se lo mandara, á pesar de que babia rehusado dar crédito á calumnias
toda su conducta tenia Ull sello reser- propaladas por los enemigos de la fla.
Yado y secreto que á veces le alarmaba menea. La familia á que aludimos Re
y llenaba de temores, pues la incerti. componía solamente de uu antiguo mi.
dumbre es muy cruel cuando se trata litar, de hidalga cuua de Castilla (que
de los pensamientos de la persona que haLieudo perdiuo toda. r.u fortuna. en
amamos. España, babia pasado á las Iudiall con
Dificil mente ocultaba Ola reta su mal iotencion de repararla con el trabajo,
carácter, su índole dura. y absoluta, el cosa cle~honrosa en la madre patria,
orgullo que la dowinaba, y estos defec. pero muy bien aceptada. eu las colotos
frecuentemente se trasluciau al tra. nias); teuia consigo una bija soltera,
vez de su fingida bondad y condesccu. t¡ue le babia acompañado en el clestie.
1
Joncia. ~o muy tarde empez6 á ma.ui. rro, aunque en España dejó otros hijos
fe~;tarse caprichosa y de mal humor diversamente e:;tablccidos. E:;tos colocon
a.qnellas per:;onas á quienes al l nos vi vian humildemente ce una estan.
principio tanto había adulado. De aquí cia cercana. á la poblacion, en donde do u
nacieron resentimientos, r.uscitáron~e Bias Andagoya, - que así se llamaba.,euernistades,
y poco ú poco dieron oÍ- poseía un ingón-io que le producía una
dos muchas pcr::;onas á ciertos rumore~ renta regular. La niña, llamada Mar.
que desde ~;u llegada se habían difun. garita, era un modelo de virtud y de
JiJo, pero que no habían queriuo es. belleza, así, bien podía singularizarse
1
cuchar los amigos de Clareta. Decíase en su afecto por la flamenca, sin que
que las relaciones entre los dos e&poRos las maldicientes pudieran hincar en l>U
iiamencos eran extrañas, que teuiau reputa.cioo su ponzoña, y pudo maní.
frecueu tes disputas sin saberse el m o- festar á la rechazada ClaretL\ todo el
tivo, pero que Luis p:uccia siempre te- J fondo de bondad que había en su alma
nerlll. desconfianza y hasta miedo,- tan pura y elevada, que no cabía en
adamas, Clareta. se manifestaba siem. l ella la idea del crímen.
predominante, cruel y vengativa. con
::.us inferiores, los que la. detestaban y
hablaban mal de ella. Por otra parte (Continuará).
habíase notado que si Luis babia lleva. • .
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180 L A MUJER.
SECCION RELIGIOSA.
LOS MISIONEROS EN EL NUEVO REINO DE GRANADA.
L o·s J E.S lJ 1 T A S •
1 á América, segun algunos cronistas é
historiadores, fué un benedictino cata.
EL APÓSTOL DE CARTAGENA. lan llamado Bueil, que estuvo en las
Antillas. En pos suya fueron viniendo
LA provincia de Cataluña en Espafía á convertir infieles gran número de
ha sido considerada por todos los histo- frailes dominicanos, franci~canos, mer.
riadores y eruditos como la parte de la cedianos y agustinos, notándose entre
Península. en que se ha conservado con éstos siempre muchos catalanes .... Pero
más pureza la raza goda. Dicen, ademas, no es nuestro prop6sito hacer el elogio
que la palabra Cataluña es corrupcion de los catalanes sino ocuparnos de la
de Godo-Alcmo. Los catalanes se bao vida de un catalan que en nuestro país
manifestado siempre asaz orgullosos de hizo todo el bien posible como misio.
su orígen, y hacen lo posible por con- ncro.
servar sus privilegios como antigua na. Llamábase este santo varon Pedro
cion anexada á la corona de Castilla, Clavar, y era oriundo del campo de
y á más tienen una rica literatura pro. Urgel en Cataluña, en donde había na.
' pia.. Como se hallan vecinos inmedia. cido, unos dicen gne en 1581, y otros
tos de Francia, de la cual ap~nas }(l. que cuatro años clespues. De familia
separan la callana d~ los Pirineos, éstos, ' hidalga y de poca fortuna, Pedro Ola.
que no han visto de los catalanes sino l ver estudi6 en el colegio de Jesuilas
!
las malas cualidades de los aventure- de Barcelona.; tom6 lus primeras 6rde.
ros que frecuentan sus mercados, dicen nes en el noviciado de Ta.rragona; se
que el catalan tiene reunido en sí to. perfeccion6 allí en la lengtta latina y
dos los defectos, no las virtudes, de los e u la ret6rica; pas6 á Gerona, en donde
habitantes de las vecinas provincias es. estudi6 á fondo literatura y la lengua
pañolas. Aseguran, pues, •·que es sober. griega; 6. los veinte años Jla.."6 á Ma.
uio como el castellano, testarudo como Horca, en donde debería continuar sus
el vizcaíno, interesado como el mismo estudios para aprender á ensefíar, en
.Jüdas." Pero casi siempre los defectos el colegio que con ese oh jeto tenían
no son sino las cualidades del alma allá los Jesuitas. Eu Mallorca se ligó 1
exageradas hasta el exceso,- y si los 1 con estrecha amistad á un excelente
catalanes mal educados son por cierto Jesuita, el P. Alonso Rodríguez (que
soberbios, testarudos, porfiados é in te. despues fué beatificado), el que despcr. 1
resados, los de buena índole convierten tó en rl gran deseo de pasar á las mi-l
esos defectos en grandes virtudes, y se siones de Indias. Al cabo de tres afios
hau mostrado con frecuencia en la bis. volvi6 á Barcelona, en donde se dedicó,
1 toria, en lugar de soberbios, llenos de por órJen de sus superiores, al elltudio 1
dignidad, en vez de testarudos, firmes, de la teología en sus rarnos más difísi
porfiados en el mal, tambien cons. ciles. N o fué sino al cabo de dos aüos l
tantes en el bien, y si algunos se roa. de úrduos trabajos mentales que al fin
nifiestan intereSr'ldos, en otros tiempos se le concedi6 permiso de pasar á las 1
solieron ser los navegantes más a.uda- Indias como misionero, su más ardiente
ces y los traficantes del m(IS indomable deseo. Segun refieren st\s bi6grafos, el 1
valor .... El primer misionero que vino Padre Ola ver no quiso despedirse de
1
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':REVISTA QUINCENAL 181
sus padres ántes de doj1H á España,/ para abajo babia mucha gente que se
pues temía que la vista y el dolor que condoliese de su suerte; pero los míseellos
le manifestaran con su separa- ros negros eran considerados como vil
cioo le quitaran el valor para empren. mercancía, que se compraba y se vender
su viaje. En aquel tiempo un viaje dia segun la calidad de ella, y cuando
á las India3 era una empresa tao grave ya no se necesitaban los abandonaban
y tan peligrosa, que era preciso prepa- á su suerte, sin socorro, sin n.brigo y
rarse con la. misma solemnidad con que aun sin alimentos.
se arrerrlan los negocios y la conciencia Desde que llegó el Padre Claver al
para p:sar á la otra vida. 1 Cuánto más convento de Jesuitas de Sautafé pidió
grave seria este paso en el j6ven novi- que le señalasen los oficios ruús bumilcio
cuando llevaba la resolucion de no des de la casa para cvmplirlos, en los ·
volver jamas á su patria! cuales permaneció, no sin dejar de es-
A pesar de lo mucho que babia e~;. tudiar asiduamente durante los tres
tudiado y trabajado en su santificacion, años de probacioa que cumplió allí y
el ne6fito de Jesuita no creyó que tenia dos en el novicia!lo de Tunja, segun los
aún suficientes méritos para ordenarse reglamentos de los Jesuitas,ántes de or.
y se embarc6 sin haberse consagrado denarse definitivamente.
sacerdote en Abril de 1610.
En Ca.rtageoa hizo muchos esfuerzos II
el Provincial de Lima para. llevárselo
al Perú, pero él pre6ri6 quedarse en el El 10 de Marzo de 1616 la CompaNuevo
Reino de Granada. En Carta- ñía de Jesus de Cartagena solemnizageoa
permaneci6 pocos dias, partiendo bala fiesta del Patronato de San José,
inmediatamente pn.ra Santafó: "camino y al mismo tiempo, habiendo &ido conlargo,
*desacomodado en lo que se na- sagrado sacerdote, celebraba el santo
vege. el rio, áspero en lo que se anda sacrificio de la misa el venerable Pedro
por tierre. .... Venia e o busca de traba. Ola ver, que ya era afamado por su cajos,
y fuéle consuelo dar 6. los primeros ridad cristiana y grandes virtudes.
golpes en la mina ..... Su alegría a ni- Hé aquí lo que era eu aquel tiempo
maba 6. todos sus compañeros de viaje, la ciudad de Cartagenn., citando tex.
su oficiosidad los descansaba y les edi- tua.lmente la descripcion que hace de
ficaba su virtud. Cuando salian á hacer ella uu biógrafo contemporáneo del 11
noche en las playas, recogía los negros bienaventurado Pedro Clavar. u. ·
en las canoas para que les predica!'le "Sita la ciudad de Cartagenn. en al-J 1
un sacerdote .... " Se gozaba, dicen sus tura de once á doce grados; la pl'edo- 1
otros bi6grafos, en aliviar á los escla. minan calores excesivos Robre á cuantas l
vos, y con gran paciencia y dulzura les tierras Re habitan en la!! ludias. Cuatro
enseñaba la doctrina y les Jaba leccio- meses, de Diciembre ú :Marzo, se refor-nes
de moral cristiana. man algo con una brisa general y fres-~ ¡
Desde aquel viaje por el Ma.gdalena, ca, respiracion lí. los extranjeros hechos .
en donde los esclavos bogaban dia y á más benigno cielo; miedo ú los na tu.
noche como bestias de carga, el Padre rales, que abiertos los poros los penetra 1
Clavar empez6 á compadecerse de los y trabo., y castigo de montos y úrboles 1
negros; raza infeliz á quien miraban vecinos ú la costa que los seca. Ardienlos
conquistadores con mayor desprecio te todo el afio, el sol siempre es dañoso,
que á los indios. Estos últimos tenio.n, pero en los otros ocho meses no hace en
á pesar de su desgracia, poderosos pro- aquella tierra oficio de sol sino de fuetectores,-
y desde el Rey de Espaffa go: á cielo abierto es insufrible, aun á
• .Apost61ica y penitente vida del veneraele
Padre Ola ver de la Oompañla de Jesus,
sacada. de infol"IIJnoiones jurídicas, &c. por el
Padré Joeef FernándfYL-Zaragoza- 1666.
TOMO IV
la tolerancia de los españoles, vence.
dora de todas inclemencias de climas
** Apostólica y penitente vida, &c., citada
á otea.
23
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182 LA liUJEl~.
peregrin011. Introducida la fuerza del pendie·nte de la incertidumbre de tan
calor ~ las piezas máa defendidas de las largos y tempestuollos mares, suele fa).
callAS, las pone como estufas en que tarJa todo; de manera que se da á Feo.
t>erennemente suda la congoja. ReJa. tir la carestía á los más ricos, inútil
Jándoae loe cuerpos andan descaecido11¡ el oro y plata de sus cofre~~ para alivio
pcSstranse las ganas de comer, y sit!n. de su mecesidad.
tense accidentes, que los no experimen. "Üe debe estar bien vest1Jo Y pellos
sirviente:; de otras personas, y que nado de~de temprano por la mañana.
no les pagamos para que nos sirva o. ! La. limpieza debe ¡,er una de las mayo.
Los criados deben ser y generalmente res cualidades que tendrá una sefiorita,
so~ ~l remedo de sus amos, y debemos J una casada y una anciana; no h~y
e~agtr que sean corteses y complacien. edad, posicion social ni circunstanCia
tes con las personas que visitan la ca. lque pueda permitir el desaseo en ~n
1 sa; que contesten con urbanidad y que ser humano. El hábito de estar sucio
1 llen un recado con palabras comedidas; eo el exterior prueba evidentemente
no se les permitirá que hablen de las bajeza de sentimientos.
personas amigas de la casa y aun de las En nuestro país no se nota una difeque
no sean sin anteponer la palabra rencia suficientemente precisa entre el
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REVISTA QUINCENAL. 185
vestido de uoasolteray el de una ca¡;aJa, lo mejor que se puede hacer. Al entrar
pero por regla. general una. señorita. de. en edad se irán apagando los colores
be presentarse sencilla y ruodestameo. vistosos de los trajes, y aunque las tela.c1
te vestida; sus gracias y su juventud sean de valor no llevarán adornos que
bastarán para. hacerla encantadora. llameo la atencion; con la falta de fres.
U na elegante dencillez es el colmo del cura en la tez y de brillo en los ojos, ar.
buen gusto, y jamas en ninguna cir. monizarán los tintes opacos y loR oscu.
cunstancia debe llevar vestidos dema.. ros, y así las mujeres se verán más j6ve.
siado recargados de adornos ni joyas nes á medida que vayan perdiendo las
de valor. Es preciso vestirse de mane. pretensiones á agradar por sus encantos
raque no parezca como si hubiera per. físicos. Jamas os presenteis con un vesma.
necido largas )loras ideando los ata. tido extravagante y poco modesto; el
víos y que se ha. gastado un fortuna en vestido del cuerpo debe ser el espejo de
ellos. El buGn gusto e:x:ige que no pa.rez. los sentimientos nobles de la mujer; la
camos nunca incomodadas en el andar exageracion en todo es prueba de que
ni desorientadas con nue¡¡tro vestido, las facultades del alma están en desar.
sino siempre naturales, aunque con m o. monía. N o se deben adoptar todaa las
destía. y compostura. modas, pues hay muchas que no son
Una señorita rica no debe llevar so. propias sino para actrices y mujere11
bre sí el aviso de la fortuna que posee, de mala reputacion. Para vestirse bien
gastando mucho en sus vestidos, pero es preciso tener juil}io y mucho sentido
tampoco andará mezquinamente arre. , comun.
gla.da, y un término medio decente es (Oontinuamí). S. Á. DE S.
~----
ANALES DE UN PASEO.
DIA UNDÉOIMO.
-Acaba \lsted de hacer una brillan. ¡penitentes. Lo que usted dice eR absurte
defensa del catolicismo, tio, por Jo do, mi querido sobrino; aunque el doc.
cual lo felicito, e~clam6 .Máximo. tor Margallo era un santo, estoy seguro
-C6mo así? que en todos los ritos de la cristiandad
-iN o es >erdad que esta mujer no Re encuentran hombres abnegados hasta.
se hubiera convertido si no hallara un la santidad.
templo cat6lico y visto allí imágenes J -N o sé si usted hallará fuera del
rerresentando la pa.sion de Jesucristo catolicismo u u santo para paranponar.
(e pueblo necel'ita ver para compren- lo con el doctor Margallo; no discuto
der), y si, por último, o o hallara. un acerca. de esto, pero si usted me lo perconventoen
donde asilarse 1 i Cree usted 1 mi te, le referiré una anécdota de este
que si no se retira á un sitio sagrado, sacerdote, que es el triunfo mlÍs grande
bajo cuyos techos a6lo veía ejemplos que he oído referir de la humildad y
de virtud, aquella mujer perseveraría perseverancia cristiana sobre la ter.
en el buen camino ! quedad y el ateísmo :
-En realidad, con usted, Máximo,
no se puede discutir porque nos aboga. UN A CONVERSION.
bajo una nube de paradojas y exagera.
ciones l No lo dudo que en otras reli.
giones tambien se encuentren gentes
buenas, arrepentidas sinceramente y
-
Vivía en Bogotá, no sé en qué a.ffo
ántes de 1830, un hombre de alguna
fortuna, que babia sido notable por ha.
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,--- --
186 LA MUJER.
ber llevado una. vida. particularmente perdido el brío¡ así esta vez no le habló
profana, y lo citaban como uno de los sino que al verle le volvió la espalda,
pocos hombres verdaderamente descreí. pero escuchó en silencio sus exhorta.
dos de aquella época. Su carácter duro, ciones suaves y dulces,-acabando el sa..
su palabra irónica, su propósito delibe- cerdote por pedirle permiso de nuevo
rado de mofarse de todo sentimiento para permanecer en la caqa, ofreciendo
religioso, lo hacÍan temible y odioso, á DO entrar á la pieza sino CUando lo lla.
pesar de que siendo hombre de posicion mara. El moribundo le contestó con
era recibido sin escrúpulo por la so. ~arca.smos, ofreciéndole por albergue y
ciedad. poniéndole por condicion que perma.
Al fin le llegó su última enfermedad, neciese en un miserable y oscuro cala.
y los médicos le notificaron que no tenia bozo debajo de la escalera. Aceptó sin
remedio su mal en la ciencia humana. vacilar el doctor Margallo este nt1evo
El hombre recibió esta noticia con es. insulto, y sin manifestar el menor dis.
pantosos reniegos, porque todo hombre gusto se instaló en el triste cuarto.
incrédulo es cobarde ante la muerte. Cuando el enfermo supo aquello se
Su familia, arrostrando su cólera, se mostró admirado, y al cabo de algunas
atrevió á hablarle de los"socorros de la. horas lo hizo llamar espontáneamente
Religion, pero fué recibida aquella pro. y le mandó con brusquedad que le habla.
puesta. como era de esperarse, con se,-al cabo de un rato le gritó que se
profanos juramentos, prohibiendo ab. callara y se fuera.. Ya al caerla noche,
solutamente que le volviesen á hablar en medio de los dolores más atroces,
de semejante cosa. pidió nuevamente que se le acercase el
Supo el docror Margallo el estado sanoo hombre, y lo escuch6 en silencio
lastimoso de aquel desgraciado, y al roo. largo rato, pidiendo explicacion acerca
mento se presentó en casa del señor de diversas dudas que le habían asalta..
N•u. Con trabajo logró penetrar hasta. do y vivido con él durante su vida.
el lado del enfermo. Apenas lo distin. Hácia la mitad de la. noche lo volvió
guió lo cubrió de improperios, de in. á hacer hablar, y despues de oírlo por
sultos y de palabras de burla y de des. roncho tiempo, dió un hondo suspiro, y
precio. Escuchó el doctor con calma ofreciéndole la mano y con lágrimas en
todo lo que le decía, é inclinando la los ojos le dijo :
cabeza con humildad dejó que acabaran -Doctor, usted es un santo, y santa
de agotarse los insultos, y tornando la. debe ser una. Religion que forma hom.
palabra lo exhortó á que se arrepintie. bres tan abuegados J Usted ha triunfado
se, con dulces y tiernas expresiones, y á fuerza de bondad y perseverancia..
sin esperar la respuesta salió de la .Al cabo de un momento añadió:
pieza.. -Para. decir verdad, yo no conocía. lo
Algunas horas despues volvió, en. que era la Religion de Cristo sino en
coutrándolo en el mismo estado de im- los libros anticristianos que be leído.
penitencia ;- oyendo de nuevo los im. Prepáreme, padre mio, para confesarme,
properios que le prodigó el enfermo, en y si es posible el perdon de un pecador
santa calma, y contestándole con buenas tan grande como yo, moriré consolado
y amables palabras, sin manifestar tur. y dando á mía amigos un ejemplo ....
bacion alguna. Al dia siguiente murió el señor N••
Por la noche se presentó de nuevo lleno de fe y de esperanza, tranquilo y
pidiéndole permiso para permanecer resignado, y el doctor Ma.rgallo regresó
hasta el otro día en la casa, pero se le á su habitacion con la misma humildad,
contestó con un no perentorio. Salió y sin que nadie jamas le hubiese oído
sin hacer la menor observacion, pero decir cómo babia sido él quien convir~
regresó al rayar el día. El enfermo ti era á tan empedernido pecador,- ni
empeoraba por momentos, y como sin. se le oyó jactarse en lo mínimo de ac.
tiesa que la muerte se acercaba., babia cion tan ber6ica.,- sí, her6ica, porque es
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REVISTA QUINCENAL. 187
más difícil vencer el orgullo natural en
el corazon humc.no que arrostrar los
mayores peligros y llevar á cabo lo que
se llama una accion her6ica en el voca.
bulario mundano. -
DIA DUODÉCIMO.
reflexionado anoche, he resuelto no di.
ferirlo.
-Grave estás, y me das miedo, dijo
Pepita. i Qué be hecho para que me
riñas como á una chiquilla? añadi6.
-Bien sabes que nunca be sido in.
justa contigo, pero tú tambien debes
procurar no serlo conmigo ni con nadie.
Deseo solamente que desciendas al fon.
do de tu cor4zon y me digas since.
ramente, sin lágrimas ni c6leras sí
piensas que tinicamente Máximo puede
hacerte feliz.
-8í, ya te comprendo 1 Exclam6
Pepita con disgusto.
Desgraciado del que se
nutre de sí mismo. Desgraciado
del que se replíega
sobre sí. El alma
encadenada. á sí misma
ea una tierra sin sávia;
uno de esos lugares áridos
y solitarios que visitan
los malos espíritus.
-N o me repliques ahora ... ReB.exio.
na lo que vas á decir, porque de tu
Mme. DE GASPARIN. respuesta depende la suerte de más de
unu. persona. Deseo tu contestacion de.
Despuesde una nocheagitada, Alicia fiuiti~a ántes de medio dia.
crey6 llegado el día de tener una defi. Al decir esto su voz temblaba, y te.
nitiva explicaoion con Máximo, quien merosa. de no poder ocultar su emocion
sin duda. tambien lo deseaba, pues seria !'ali6 del cua.rto y se dirigi6 á sus hijos,
el ú1timo que pasaría en Buena>ísta. que la llamaban desde sus camas para
Ligábala la promesa. hecha á Pepita de darla los buenos días.
que lo rechazaría sin esperanza; pro. Pepita se levant6 y empez6 á vestir.
mesa cuyo recuerdo la torturaba; por. se, y miéntras trenzaba sus sedosos ca.
que si bien había. llegado á resignarse bellos negros, reflexionaba en las pa.
á tal sacrificio, no podia. conformarse con labras de su herma na. La loca niña se
que él fuese desgraciado tambien, pues enorgullecía al considerar que la suer.
conocía su carácter constante y tenaz, te de dos personas, á quienes admiraba
á que se agregaba la persuacion de lo y consideraba tanto, se hallaba en sus
inútil de su propio sacrificio, convencí. débiles manos. Recordaba. las miradas
da de que Máximo no elegiría á Pepita angustiosas de Máximo cuando las fi.
por esposa, pue!l el génio veleidoso de jaba en Alicia, la que por órdrn tmya
esta niña y sus frecuentes caprichos no se manifestaba fria: y ahora resonnha
prometían que haría. la 'felicidad de un en su oído y halagaba su vanidad la
hombre como Máximo. temblorosa y casi suplicante voz de su
Cavilando en esto se 1evant6 apénas hermana.
aolar6 el dia, y acercándose á la cama "Bien, decía. para sí, si yo llego á
de Pepita la. despertó con una caricia. ser magnánima y consiento en ese ma.
Alicia., con su magnífica cabellera trimonio, sé que Íllmediatameote Máx.i.
suelta y envuelta en un ancho peinador roo se irá á establecer en Bogotá, 6
de batista, estaba muy bella, y al verla tal vez á viajar con ella dejándome so.
su hermana. experimeot6 un repentino la, triste y arrinconada en la casa de
sentimiento de envidia, que demostr6 tia Catalina, ruiéntras gozarán y se di.
abrazándola fríamente, diciéndola en vertirán sin acordarse de mí .... No, no,
tono casi de reconvencion: exclam6 casi en alta voz, ipor qué he de
-iPor qué estás tn.n bonita 1 consentir en que ellos sean felices y yo
-No seas tonta,-le contest6 Alicia. desgraciada 1 Alicia ha pasado ya por
sentúndose en la orilla de la. cama. todas las vicisitudes de la vida de la
Quiero hablarte sériamente porque ya mujer: yo comienzo á vivir favorecida
es preciso hacerlo, y porque habiéndolo por la naturaleza, y no es racional que
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--... --~ ...
188 LA MUJER.
me .resigne á sor la víctima. i Pero 1 de la orilla, ni Alicia. se atrevi6 á ejecu.
Leonardo 1 Bah 1 Leonardo se entretu. ta.r tan peligroso salto, porque el bote
vo oonmigo para no fastidiarse aquí, y impelido por las aguas babia salido del
es seguro que á estas horas estará ga. remanso, y á pocas yueltas se metió
1anten11do á otra con las mismas pa- en el filo de la corriente. Pepita no se
labras ~ue me decía. N o es muy gra. alnrm6 al principio confiando e u que
to pensar que me haya olvidado de los caballeros las verian y nadarían á
un ctia para otro, y esta mortificacion salvarlas, pero el terror de ambas heres
bastante para que, hecha la tonla, manas fué completo cuando desoubrie.
agregu~ otra.. N o, no toleraré que ron que sus compafieros se habían ale.
otros sean felices y yo desgraciada." jado de la orilla y no los vieron en
Se acab6 prontamente de vestir, y ninguna part.e.
con las cejas contmfdas, el ademan al-
1
Eo esto Degaron á lo violento de lo.
tivo y k>s ojos húmedos por el despe- corriente, que arrebató el bote arras.
cho, salió á buscar á su hermana. 1 trándolo bácia.los saltos y remolinos de
No la encontró sola. sino rodeada de la estrechura, en que indudablemente
sus huéspedes, ú quienes repartía con seria despedazado. Aterradas, empeza.
gratas palabras y amabilidad el desa- ron á dar gritos pidiendo socorro. Pepita,
yuno ántes ue bajar al bafío. Tuvo que que nadaba muy bien, hubiera podido
dejar, pues, su respuesta. para despues. salvars~, pero no quiso abandonar á su
A poco rato montaron y se dirigieron al hermana cuando el Larco volaba á su
sitto esoogido para el baño desde la vfs. perdicion.
pera.. Los caball~ros permanecieron cer. Afortunadamente Máximo no estaba
ca del puente de faravita, miéntras que léjos, oy6 los ~rritos, corri6 á la orilla, y
las señoras tomaron posesiou del re- viendo el peligro eu que estaban, se
manso en que aún se hallaba atado el arroj6 al agua sin vacilar y llegó en
botecito de la. víspera.. breve haRta el bote, procurando dete-
Alicia, desde la aventura referida oerlo: pero en vano. Ent6oces suplicó
por ella el primer dia.., hahia conserva. á Alic1a que se echar'l al agua, a.segudo
gmn miedo al agua honda y jamas ra.ndo que la sal varia, pero ella. movió
se atrevia á llegar á donde lo hacia. Pe. la cabeza señalando á Pepita con un
pita que nadaba como un pez. gesto de angustia.
Ese dia habinn liE'vado á los dos ni- -No puedo salvar á las dos, grit6
ños, los que despues del bafio, miéntras Máximo; sálvese siquiera usted, ..A. licia,
se vestían las señoras, se entretuvieron pero resuélvase pronto, porque un roojugando
con la cuerda que sujetaba al mento más y ya no podró vencer la
bote, concluyendo el juego por embar- corriente.
carse uno de ellos. Advirtiéndolo Pe. Al oír las palabras de Máximo, Pe-pita.
se acercó 1\ sacarlo de tan peligro- pito se a.rroj6 al agua, gritando:
so sitio, pero el niño se resistía á salir, -Yo sé no.dar, salve tí Alicia!
en términos que hubo de entrar ella Máximo, sin aguanlar más, la tom6 en
tambien al bote sin lograr otra cosa r;ino sus brazos, y haciendo un esfuerzo so.
que el chico se agarrase de su ropa brebumano procuró ganar la orilla,
gritando, y obligase á Alicia á correr pero las fuerzas ya gastadas le faltaron
en auxilio de su hermana. El peso de de súbito, y si no hu hiera sido porque
las dos señoras y los movimientos del en este momento crítico llegaron los
nifio acabaron por desatar el bote, que demas y se lanzaron á sacarlos, no hay
empez6 á remolinear y á alejarse de la duda que ámboshabrian perecido.
orilla, cabalmente cuando Alicia babia Tan rápido fué todo esto, que aán
logrado apoderarse del iosurreoto y en. luchaba Pepita con la corriente, y casi
tragarlo á una criada. Pepita, que ya era vencida por ella, pero Mauricio la
estaba calzada y vestida, no quiso echar. alcanzó, y sobreag11ándola la trajo sin
se al agua al ver alejarse la barqueta. novedad á la ribera, en el momento en
1
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¡· -.._
R E V I S T A Q U I N C E N .~ L 189
que se deo;pedazaba el bote contro. ]as
rocM de los ~talto~ y remolinos, íi una
cuadra de distancia.
Las dos hermana~ so abrazaron de.
rramando lúgrima.s, y Pepita, recordn.o.
do el sublimo gesto y el ademan de Ali.
cía, con que expresó que preferiría la
salvacion de su bermnua. 6la suya pro.
pin, depuso el egoísmo, olvidó su tonta
vanidad de niña mimada, y siguiendo el
impulso de &u corazou, dijo al oído á
su hermana:
-Sé feliz. .1\Hximo no me amará
nunca ni yo lo quiero ~ino como íÍ her.
mano.
Alicia. la miró llem~ de alegría.
-Lo dice~ de corazou!
-Lo verás despues.
A pénae 1le~n.ron á la casa, y ~e vis.
tieron y arreglnron, Pepita salió (¡ bul'.
car :í )[áximo y llevándolo npn.rte le
dijo amable y ¡,¡onrieute, mostrándole
el cuarto en que estaLa Alicia.:
-Allí estú mi lJennnna, y es el momento
de que usted le hable de su Jnntrimonio
y lo decidan.
-i Qué me dice u!ited, Pepita?¡ 8e.
rú posible que ella .... me nc1•pte al ti o!
-Posible, y hasta posihilisimo, con.
tost6: s~ que lo aceptará ii usteu por ...
gratitud uo mtí'!.
-Por gradud !
-Sí, i no lE~ salvó usted la vida?
Y sin agua'rda.r más"razonee llevó (.
~flíximo á do de estaba su hermana y
los dej6 solos.
-¿ l:;erá cierto, preguntó conmovido
Máximo, lo qu1e me dice Pepita?
-¿Qué le l a dioho esa loquilla 1
-Que usted, Alicia idolatrada, acep.
taria mi ma.no1 y mi corazon.
-¿Y usted lo desea todavía.?
-Con toda mi alma.
-Eut6nces, ... i pnraqué negarlo, Pe.
pita ha dicho la verdad, contestó ha.
jaudo los ojo~.
-Pero s6lo por gratitud?
-T"o paree¡ ? le replicó ella fijando
en él los ojos,- mirada que lo recorn.
pensó tle sut~ pasadas penas y angustias.
Meses despues se celebrauan las bo.
das de Alicia y )ltíximo, y á los poco:;
dias partían 4~on lo!~ niños y Pepito. {¡
dar uu paseo por los Estados Unidos y
Europa. 1
l:), A. DE S.
r r ~.
VIAJES.
n, E C UF; R DO~ D B 1<~ U l l~ O 1' A
POll S, .\, DE ~.
LÓXDUT-;;;, ly medio cubit~ tn!l por la niebla, tieneu
aHpecto do frio1 y de mal humor; mién.
CUASDU por primera •·cz ·su llega ú tras que loe¡ o 1poha.dos úrboles de las
Lóndre.-;, f'e !iÍente u m~ tristezt\. vnga que 1 plazas 6 Squd ns veget..'l.n resignarlos,
aprieta el corazou, al ver ;;us anchas pero parecen entregados nl ¿.;p{rrn que
calles cubicrtao de lodo, sus casM cnsi so respira cr1 quello. cohneua Jo tres
iguales y ennegrecida!! por el humo y millones de h bitautes.
el hollín ; todo en L6ndrcs es sucio y Lóudres, co¡mo París y todas las ciu.
solemne; los palacios tan espléndidos dnues eurO]>e~s. está dividida. e u :iife-1
como es pesada su arquitectura, pare- rentes secciones 6 barrios en que viven
ceu fruncir el ceño; IM columnas y sepurndn.s las liase~ de In. f'ociedad, cual
estatuas en los lugare.'l público~, Degras difereu tes especie:; de UU reuniío Utixto.
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190 L A M U J E R .
H ácia el Oeste, la parte más l'a.na, En las grandes calles del Rf'gente,
aseada y elegante, se encuentra la a ris- de Otrford y de PicadWy, en que se
tocracia y personas de alto rango; y hallan los almacenes más de moda, el
los paseos llamados Hyde-Pal'k, {};·ef'n tumulto es inmenso, pero los dauclys y
Park y St James, donde sólo se da. en- las elegantes forrnao la parte priocit
rada á los coches particulares, se ven 1 pal de la multitud.
á mafíaoa y tarde repletos de l~ndas y En los alrededores de los parques y
elegantes señoras, y grupos innumera- Sqltare.i aristocráticos, los trauseuntes
bles de niños aristocráticos. Eo medio caminan 6 paso mesnrado y grave, los
de este barrio hay otro qne es el non carruajes ruedan solemnemente sobre
plvs ~Lltrct de la elegancia, llamado • el macailams. y los cochero~ y 1acayoR,
Belg1·avía, donde viven en magníficas más entonados y tiesos que sus señores
casas los orgullosos nobles de las fami.
1
(lo que no es poco (lecir), no se dignan
lías más antiguas. Sin embargo, sucede nunca advertí r al modesto mortal de á
una. cosa digna de notarse : detrns ele pié, que corre riesgo de que las ruedas
esos palacios aristocráticos se encuen. le pasen por encima. En este barrio
trao á veces inmnndos riucones en que cada casa es una peq11efia. fortaleza pla.
viYen amontouaclos y muertos de ham- gada de sirvientes, divididos en cate.
bre los proletarios m!Ís miserables de gorías más ó méuos importantes, pero
la ciudad, como para formar contraste toJos impregnados de un aire de so.
con el esplendor de los nobles. lemnidad digno de mejor causa: aun
Los banqueros y ricos sou dueños de el acto do quebrar un plato lo desemotra
parte del Oeste cercana á la ciu. pcñan con imponente gravedad.
dad comercial 6 city, y las calles del Los domingos (en nua casa qne se
Rerrnte, Picadilly y O.r.fm·cl son las l respeta) se acostumbra guardar bajo
que más frecuentan. ¡ llave todos los libros que no sean de
Los negociantes tienen RU!. familias devocioo y los juguetes de los niños,
generalmente fuera de la ciuuaJ, en los pues éstos no dehen levantar la. "oz
hermosos barrios rle Ulnpham, Hamps. aquel dia, ni c·orrer, ni reírse; todo el
tead, &c., y los gentilhombres pobres, mundo se entrega á la merlitacion y el
banr¡ueros a.rminados y señoras de posi. recogintiento i o tcrior, y desde la cocí.
cioo dudosa, moro.u en los ba.nios de nora, ou su departamento subterráneo,
Brompton, Pinthco, Chelser¡, y St .Tohn's hasta lns nodrizaR en ]a parto más ele.
lVnorl. vada cle la casa, se abisman en sus pen.
El distrito habitado por los aventn- samienlos,y toman un aspecto tao gra.
reros de todos lo~ países se encuentra ve que causo. miedo, pues más parece 1
entre el Oeste, la City y el honible r¡ne meditan algnn crimen que elevan
barrio de los pobres y los judíos, ll:t. su espíritu á Dios.. y pensar que esto
marlo St Giles, que es un conjunto de sucedo carla ocho di as: iCúrno sustraerse
calles inmundas donde ninguna señora al .trn.tagema.
1
c•a la. angustia por la estrechez de las ¡ Por conttaste, la¡; gentes del pueblo
~a.lles, la altura do las casas y lo eulo. tienen el domingo uua distracciou qtle
dado del piso. J no parece muy santa. Las tiendas ~u
1 1
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1
RE V I STA Q U I N O E N A L . 191
que se ;xpe1~den Ii;ores -(gin shops} qué: todo ~s~ en manos de ellos; las
1 son las únicas que permanecen abiertas leyes da.o siempre la razon al hombre
durante el dorniogo; la plebe se reune contra la mujer; él reina como sobe¡
nllí y !;6 entrega á la bebida, pero eso rano eo donde quiera que se encuen-sí,
sin perder su gravedad. tra, y si alguna. mujer llega á quejarse
,. * de uu hombre, jamas lo hará de los
* homln·es.
Decididamente no se puede calificar En la iofaucia la mujer inglesa es.
en masn. á las mujeres de Inglaterra, cucha con respeto y siempre con admi-
1
pues cada clase de la sociedad inglesa 1 racion las palabras y decretos de su
tiene sus opiniones, sus ideas y orgullo padre: cuando grande, sus hermanos,
propio y diferente del de los domas. 1 y particularmente el hermano mayor,
1
En la alUl. sociedad, como sucede en- influye eo su conducto., ideas y basta
tre la aristocracia de todas las uacio. ¡ creencias. El hermano mayor tiene es.
nes europeas, la principal ocupacion de te poder en su familia, porque segun
las mujeres consiste en tratnr de bri- las leyes y costumbres inglesas (y la
llar m:ís que sus vecinas y rivales; los manía de darse importancia imitando
deberes de la sociedad las imponen mil á todo trance la~ tradiciones de la arisnecesidades
y artes facticios, y los bai- tocracia), el primogénito hereda todo el
les, 6peras, visitas y paseos, y á veces haber J.e su padre, y los hijos menores
las sociedades de caridad o.~tens·i.ble, les y las bijac; quedan bajo la proteccion
1
quitan todas las horas de su vida. del heredero. Al casarse la inglesa., sa.
Las mujere¡¡ de la enorme clase me-1 be que su esposo es el todo de la comudia,
que tiene tantas ramificaciones, y 1 nidad: él manda y ella obedece pasi.
que, sin embargo, forman una unidad ' vameute; y la mujer, que rara vez tiene
imponente, se ocupan particularmente fortuna propill., se inclina ante su vo.
eo cuestiones religiosas y de literatura; luotacJ. Si queda viuda, idolatra al hijo
muclm~ de ellas dirigen sociedades bí- mayor y hace solamente lo que él le 1
, blicas y distribuyen miles de libritos de aconseja, porque casi nunca su espo.;o
ejemplos y cooxejos (llamarlos tructa), r le deja. m(LS renta que la que voluutalo
que forma una Yida oc·upadísima ; riameute le pns1\ su hijo.
l las señoritas inglesas son tan libres que El pueblo inglés eo general (y sobre
pueden entrar, salir, pasear, tomar co. todo In mujer), tiene, aunque parezca
ches y trelJes de ferrocttrril, ir{¡ Lailes, paradoja, el carácter m(c.S org•llloso y
t·onciertus, teatros, &c., sola.;,) cou al- más ¡;orvil del mundo¡ todo;; procuran
guna.s awigas y amigo~, si u pedir liceo- imitar á la aristocracia y tratar de iguacia.
ui dar cuenta de sus pa~os á sns l lar&e ;Í. ella ; se humillan en presencia
padres¡ muchas de ellas, cuaudo no de u u grau nombre, y desde el rico ban.
tratan de imitar ~:ervihneute á la aris. (¡uero hMta el ültimo sirviente, todos
tocracia, vi ve u escribiendo novelas, cou se inclinan con humildad ante un lo·td,
las que aflige u á las liLrerías é inuig- pero ~;i éste es rico; si es pobre no lo
nau á los críticos. ~ mirarán, pero tampoco harán caso del
Hay entre las mujeres inglesas cier- millonario siu pergaminos. Los ingleses
ta franc-ma.~;onería muy curiosa; for- aman sobre todas las cosas los pugami.
roan una clase aparte¡ se reunen en nos dorarlos.
sociedades á las que los hombres oo sou Todo se hace en Inglaterra por via
admitidos; se ay11dan, animan, e~ti- de anuncios. No hace mucho tiempo
rnulan en todo y por todo, pero nunca apareció eu los periódicos una convo.
bablau ó se defienden de los hombres; ' CQ.toria, firmada. por per.souas respeta.
tienen un profundo respeto por el sexo bles, para llamar la atencion de las
fuerte y no se atreven á quejarse de 1 persvoa.s caritativas que quisieran to-
1
sus tiranos. Sus ti>·anos, repito, y es la mar parte en u-a establecimieut.o hu.
palabra adecuada, y voy á probar el por maní ta.rio. Se trataba nada méoos que
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102 LA MUJER.
de fundar uoa casa de asilo para perros en el fondo es excelente; los perros en
indigentes. El hospital debería ser go. Lóodres son más desgraciados que en
bernado por un consejo de señoras ca. ninguna otra parte del mundo, pero
rita. ti vas, que se reemplazarían por tur. cuando se pie usa que en los barrios pono
en la direccion, tratando de incul. bres de estas ciudades, mueren miles
car buenas nociones á los individuos ~ de personas víctimas de la miseria en
cuadrúpedos que fueran admitidos; los qua han vivido, nos parece hasta un
gastos del establecimiento se deberían crímen querer aliviar primero á los
hacer por suscricion. Parece que, ade. animales. En L6ndres existen séres bu.
mas, se trata de hacer venir de los Es. manos que no solamente jamas han !li.
tudos Unidos un perro terranova, que do bauLizados, sino que llegan ú viejos
se manej6 heroicamente en un naufra. sin tener la menor idea de que hay un
gio, sacando los muertos á la playa, y Dros. ¡ Y llaman á esta ciudad la mús
elegirlo jefe del establecimiento.
1
ilustrada del mundo!
Este es un hecho característico de la S . .A.. DE S,
originalidad de los ingleses¡ la idea (Continuará).
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HISTORIA DE DOS FAMILIAS.
NOVELA DE COSTUMBRES NACIONALES, POR OLGA.
CAPÍTULO CUARTO.
EL BAILE.
por cierto espléndida: luces, flores,
música., preciosas señoritas elegante.
mente ataviadas, espejos en que se re.
LLlmÓ al fin el tan deseado dia en fiejaban aquellas magnificencias, al.
1 que Oerman se vi6 con el título de fotnbras en que se hundían los piés,
doctor, cosa que ambicionaba particu.¡ cómodos muebles,- en fin, todo se ha.
1 larmente su madre, aunque ella mis. bia reunido para alegrar y encantar á
l
roa no sabia por qué. El j6ven no po. los invitados, y halagar el amor pro.
1 di a jactArse de tener un talento sobre. pi o de los dueños de c-asa.
saliente, pero como poseía una buena Los trajes de la:> señorita.q Ahuma.
memoria, mucho despejo y desembara. da (que uiug1ma modista babia !]Ueri·
zo, merced á algunos mese~ de estudio do hacer, porque dofl'a N arcisa era muy
asíduo, babia lo~rado presentar un cer. morosa para pagar, ú pe:;ar de su so.
táruen, si no brillante, suficientemeute nada riqueza), cortados y cosidos casi
mediauo, para que los examinadores por entero por las Villanueva, habían
no creyesen necesario reprobarle. Por quedado tan bien hecho.:~ y de gusto,
otra parte, sabíase que German era un que cuantas amigas los vieron decla.
j6ven acaudalado, que no estudiaba raron que 1Jancian extranjeros, lo
para seguir en realidad la carrera de cual constituye el mayor elogio qne se
abogado, sino en calidad de simple puedo hacer, entre nosotros, de un
aficionado. i Qué importaba, pue~, que ~estido.
tuviera ciencia 6 no 1 Lucrecia, que apénas babia cnmpli.
La habitacion de doña N arcisa,-en do diez y seis años, no llevaba todavía
la. cual babia preparado ella una. ter. el traje largo, pero se cmpeñ6 tanto
tulia y una magnífica cena para obse. con su madre para que la permitiese
quiar 6. los amigos y amigas que babia presentarse aquella. noche igual ú sus
¡i_ nv_ita_do_ á_ al_eg_rar_se_ co_n _el_la,_- e_sta_ba_ h_er_ma_na_s, _co_mo_ u_na_ s_eñ_or_ita_ y_a d_e
[1
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r- R E V I STA Q U I N C E N .~ L . 1!)3
cola., que ésta no pudo negarse á su de.
· Heo. Ve$tida de hnon blanco, el cabe.
llo casi suelto sobre la espalda, los bra..
zos descubiertos, un medl\llou por úni.
ca joya. ~robre su albo pecho, una rosa.
natural entre sus cabellos rubios, el
talle erguido, elegante y delgado, las
mejillas encendidas por la emocion y
los ojos brillantes de alegría, Lucrecia
se pre:;entú en el salon del baile como
1 una. poética aparicion al lado do Sil.
via, nitia de su misma ednd, igualmente
bella, pero con una belleza mM madu.
ra. v provocadora.
Silvia era de pequeff¿~ estatura, un
poco inclinada á tener demasindas car.
nes, lo cual amenttzaba. dañar la sime.
tría de sus formas, pero bien prensada
en el corsé, disimulaba un tanto ese
defecto. El C'l.rúcter de su hermosura.
1 era enteramente de tipo oriental: de
ojos grandes y negrot<, pestafias <'res.
pas, nariz algo aguileña, un ligero bo.
zo sobre el labio superior, lo cual Ita.
cia brillar la blancura de sus dicn.
tes .... cu fin, Silvia era arrebatadora.,
pero }lOCO ~;impútica.; los que se pren.
daban de ella. sentían á vece.-; ímpetus
do odio, y los que dejahan de amarla,
en seguid11. la aborrecían. Sil vi a tenia.
algo d" la razn Ítllinn. en su constitu.
cion física, pero la sulval,a. su nlma
honrada; su e>píritu era frio y calcu.
laJor, pero su cornz.ou cm apasionado
aunque bueno. A pesar de la ninguna
educaciou moral c¡uo habia recibido,
los instintos sanos dominnhan en ella,
y t~oia en el fondo de su ser mucha
inclinacion :l ln piedad, sentimiento
que se re!~ pira en nne!\tra a.tm()~fera,
re11to de lo bueno que nos legaron lo!S
. españoles. A pehar de que parecía im.
1 prudeute eu &us palabrns y se mani.
fest~b~ coqueta Lasta la ex:nguraciou,
ella no faltaha jamas á su dignidad.
H ac:ia nlguuos mews meses en
que babia dejado de verla, la mariposa
había. salido de su cris61idn, y de la ni.
fiez babia pasado á una lozana juven.
tud. Un ~~iento de admiracion y
un murmullo 1~e sorpresa. que notó en.
tre el grupo de jóvenes que le rodeaban,
le hizo volver :tos ojos al sitio en donde
se couceotra~~n todas las miradas.
-Lncrecia! exclamó acercándose con
aspecto mara' illado, y con su genial
mala crianza, in dirigirse coUlo debie.
ra, primero ú iioña Pastora, ú cuyo la.
do estaba su hija- i Qué veo t i Con
que cuando pe1nsa.ba que Lucrecia era
una. niñita, 1tma escuelante apénas,
veo llegar á una señorita mas linda
que un sol, y me dicen que esa es mi
antigua comps~ñera de juegos f i Es po.
sible esto, Luc:reci~ 1
Esta bajó l(>S ojos y ¡;e sonrojó has.
ta la frente sim coutcl>tar uada.
-Veamos, añadió él inclinándose
para ruira.rla ~Ion no cli~imulada adrui.
racioo, quitándole de las manos su
cartela, veamc¡¡s si me ha dejado algu.
na pieza.
-Acabam~s de entrar, respondi6
ella, y está v~~cía, y umcbo me temo
que a~í pcnuanecerú, ¡yo no conozco á
nadie:
-La prime,ra pieza es una cuadri.
lla que yo debia bailar con uo sé qué
mw! rymw, segun la disposiciou de m~a
hermana~..... pero se la npunto aqut,
¡mes fácil me ser.l variar de parejas.
Tam bien sefi~ lé un wnls .... hác111. el fin
'eremos si le guefla alguna otru. pieza
ru ás para mí.
Al decir esl~o se alejó, des pues de sa.
ludar du p.~ b y corno al descuido á
doii~ Pastora.
La presentllloeion en el mundo de Lu.
crecía cnu:>Ú ~ucba ÍUlpre~ion ec la
alta sociedad ~e N* .. , nosolatnente por
su helleza y modesta compostura, sino
por la. novedad que produjo (lo que era
un encanto m~.~;), pues nadie la conocía.
N o habiendo aststido jama.s al teatro
ó á concierto ~ lguno, ni ú uinguna fun.
cion ptíblica, sulvo á las religiosas, á
las cuales concurría envuelta en su
mantilla, sin lllamar la atencion de los
curiosos, Lucrecia era ur..a bellí~oima
novedad en Stquel salon. Los jóvenes
la rodearon so~icitando el honor de bai.
lar con ella.; ,Y aunquo Lucrecia jamas
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194 LA MUJER.
había estado en otro baile, supo mane. mujer tonta, era sumamente envidio.
jarse con tanta circunspecciou y com. su: todo la hn.cia comprender que su
postura, que no formó enredos coo las hija uo debería haber etitado allí, y
1
parejas ni cttus6 disgustos, por consi. le pesa.La en el alma haberla permití.
guíen te los jóvenes no tuvieron motivo do concurrir tí una fiesta como aquella.
ni pretexto para foroar rueda en torno Pero el paso estaba dado : el mal no
suyo. No a-;í sucedía cou Silvia, la que, teuia remedio ya; aFÍ lo (LOico que le
como sus hermanas, fundaLa. su orgullo tocaiJa hacer era. obmr con prudencia,
en tener continuamente al rededor de revestirse de suma paciencia y pedir tí
su asiento un círculo de ruidosos ad. Dios le diera fuerzas y disoreciou para
miradores que disputaLnn entre sí, cam. obrar bien en un asunto qne podía
biaodo una pieza por otra con ella, pi. t:ostar la dicha de su hija. "Ah! peo.
diéorlola uoaflordesu mmo,suplictíndo. saba, yo que estaba tao secretamente
la les permitiese mirar su abanico, orgullosa con la belleza y la gracia de
dándolaln·oma, ya con uno y ya con otro, Lucrecia., ahora. veo cuánto mejor es
con una fan:iliariJad tao irrespetuosa, el ser insignificantes como mis hijas
que sorprendía que ella no compren. mayores, que no llaman la 1\tencion ni
diese que una señorita uien educada por bonitas ni por feas! E~tas niñas
evita esas exhibiciones de ostentosa co. aroaules, bondadosas y esclavas de su
quetería. Pero es preciso convenir que deber, jamas me han riado un disgusto
o o cí:'to Silvia. uo tenia la culpa: desde ni una aprehension, pero Lucrecia., con
qne abr:6 los ojo!l, siendo la menor, vió su brillo y su bellez:~., no sé cuántas pe.
idéntica conducta en sus hermanas, sin nas me cansará!"
que su madre jamas les fuera ú la ma. Pero doña Pastora. tenia fe eo Dios
no, -y desde niñita o.prend i6las leccio. y en los principios religiosos que había
nos da vanidad que ellas la enseñaron. dado á sus hijos, y esto la bastaba para
Para Lucrecia. aquella primera no. uo alarmarse dema.'iiado.
che de bnile fuó marcada pot' tres grao. N o fué sino pasadas las cuatro de la
de:; estrellas eu el almanaque íntimo. mañana que doiia Pastora logró salir
¡Qué dicha pa.ra ella! Estar siete ho. de la casa de sn vecina, pues cad!4 vez
ra.s consecutivas eu el mismo salou coo que trataba de reunir á sus bijas para
Oerma.o; más aún: tenerle casi con ti. salir con ellas se lo impedían todos los
nuameote aliado, y no Je uu Germau j6veues, suplicáudola. que permaoecie.
Jescuitlado 1< indiferente, como hasta rn- otro rato mús. Cuando lleg6 al za_
ent6oces lo Labio. sido con ella, sino Je ¡guau Je la casa, apoyada m.1 el brazo
uno que 1:~ colmt1.bn. de atenciones; que rle su hijo Lui~;, notó que Gennan, por
la manifestaba una grande ndmirncion; primera vez de su vida, se hauia aco.
que sin cesar lo encontraba junto¡ que medido á acompa.ñar á las Villanueva
aJivioaba sur; caprichos; que la con. hasta su casa y daba. el brazo á Lut:re.
templaba de léjos y la hablaba al oído cía. Afortunadamente pot:o tuvieron 1
de cerca ...... jamas en sus eosueiios que caminar para llegar ú la. ca.sa de l
más descabellados había ideado ventu. clofía. Pastora, y ésta no estuvo !'at.isfe.
1
1 ra igual ! cha hasta que no se halló léjos de
Doña Pa.Rtora, en tnoto, estaba. en aquel jóven que ~>iemprc le babia re·
ascuas: las ateucioner. de Oermo.n con pugnado, y que abora temía como ;t
Lucrecia, y la uo oculta alegría de é!ota un contagiado con alguna espantosa. ¡
con ellas; la repentina frialdad que la enfermedad.
manifestaron las hijas de doña Narci. -Lucrecia, le babia dicho German
ga al notar la impresion que la. nueva :í su cowpaiiera, durante el trayecto
estrella había hecho en la sociedad, por la calle, ¿ha estado contenta.?
dejándolas ti ellas un tanto á la. som. -Mucho, muchísimo! cootest6 ella
bra; las insinuaciones pérfidas de la francamente. Pero me siento muy can.
viuda de don Ruüno que, como toda. sada. Como nunca babia bailado sino l
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REVISTA QUINCENAL. 105
por chan?.a. con mis hcrmaun:;, no -es~r·ccrln una vi~ita y prl•guntnrla cómo ~e~
toy enscfíada. ~'liento despues de In trasnochada. Ya 1
-¿ ~~stú tambien CO.TlSnda. de mÍ, snbe, J~ttC'recia, aondirí 011 YOZ hnja, que 1
Lucrerin.? ;Esa seria una injusticia l 1 mis visitas no !>Orán f;ioo para usted;
-; Can~da de usted, Oennnn L .. iba es preciso, pues, que me reciba con
1
á aiiadir que eso no podria ser jamas, amabilidad.
cuaudo se acordó que no debia decirlo, l -Hasta mañana, Gennan, contestó
y no concluyó su frn.,e. ella, y entró prontnrnente á su casa,
En eso llegaron á la puerta de su deseando ocultar la alegría que rebo-l
casa. saba en ella.
1 -Mañana, dijo Ocrmnn, iré á ha- (C'unfin1uo·tí}.
REVISTA DE EUROPA.
I no hn. sal•iefo concodcz· una constil.ncion zí
tiempo, ni ho. qucridn ael111itir la posibilidad
lJ:-;\ njeaeiB sobre el sistomn pnHtico ae- do una cánuzm parlolmrntaz·in.
lnal do Hu~ia no estará nr¡ni por dt·mns, pne~ "lln~t1lll un tanto de metlío ele eírt!t:nes del ('zar, y ya p;~reco como
qué pnl\'Íeno la agitacion nihilista que des- si el Oohierno hubiera ejocutarlo cuanto se
pe; r¡nc Peclro el Granpnhlicatllls
e•n los ÍlltirnoR nuJHCll, en la U'- de, t·nn el nnxilio do t·:-ctranjcros, proeuró
vi.,ta ti¡; Ambos J.l[w.,loR, intmr-.11nntíairnas f'ivilizar su pueblo y ttu·o¡>a11i:ar la :.fo~nprcl'iaciow•
R nt•erca tle ln Ritnndon política t•ovi:.. 1•;1 poder al•:;oluto que durante este
en HnRill. No basta, <'ll \llH\ lloviNtn políti<.!a lnr·go ['l'I'Ítulo ha !'lirln I:L prin~t•m coudicion
y notir:intw, referir los ar. ~eilo r¡no le otorgnm
1~ la na<·ion. mm c .:lo Ambos :_\luullos," 1~ de Junio -EL
y un dcsbamtc completo. El Gobierno ruso ll<>l:~in"fW proptof •.• " Mar1el/.e~a." ... ... "Bien ae sabe qne esos
f. Y qué direm01 entre noaotroa, en cato11 jc.,uitaa (nñade M. Vacherot ), ea01 dominipa•
aea de América, en donde el pueblo ea canoa, ()801 aacordotea de todo ~éoer••, no
anáe ignorante que en ninguna parte del mnn- tienen ~,trn mlaion ya ~n la pohtica que la
clo civilizado, porque no tiene tradiciollCI de mártires. Saben todo11 que la11 familiaa no
históricaa ni monumentos que le recuerden loa ven 11ino en aua igleaiaa y en ana etlt'Ue-
101 ac;ontecimieutoe puadoa! Sin embargo, lu, en donde ai hablan mucho de Dios elloa
nueetru oonatitucionca y nueatraa leyea M- no olvidan la Francia. Bien 10aben qne loa
tán más avanzadas que en ninguna otra par- alumnon que han recibido B\11 enaeiianua
te del mundo. Eeta impreviaion, ó eata Íp!O- aon crirstianM, y que eatoa cristianos aon
naneia ó cnlpable malicia de nucetraa Cama- houradc•a y buenoa cindadanoe y, cuando ca
raa legialatrvu, ca lo qne noiJ ba causado el ! preciso, valientes aoldadoa. Todo esto saeetado
decompletadeamoralizaciony ruina en ben, y 1•ún exclaman: j el enemigo! ... " El
que noaencontn.moa. Pero volvamos á Rueia. país abdrá al fin loa ojoa y loa oído& al grito
Ea cierto que muchoa ruaoa radical ea y jacobino de " ¡ Guerra á la lglcaia 1 1 J>az á
tod01 loa nillililtM no quieren una cona ti tu- la Oomnna 1 de eaa Oomuna que ha profanadon
formal, y lo que aspiran ea ' derribar do nuetttraa i¡rlcaiaa, de11trnido nucatroe motodo
lo que está encima, ain pensar en orde- numentDll, fusilado nuCI!troa generaiC!!, nnoanar
con alguna: ec~oa aon energúmen01 qne troa soldados y nueatroa aacerdotea é incencumplen
oon eu miaion de destruir. Pero eaoe diado nnc.~trna casas l ...... '' El pueblo condeetructorea
1.0 tend rian eco, ni llevarían & testará entónc011: " ¡ Guerra á la Oomuna l
cabo aue con•piracionea, ei la Nacion pudiera ¡paz á la Iglesia!"
apoyarse en nlgu mía sólido qne la voluntad 1 III
deapótica de llh Cv.ar ó do un jefe militar de- 1
legado del Emperador. 1 J,aa Elleccionea municipal011 en Roma, que
1 c(l88 rara! en llneia no lJa habido unta- han tenido Jugar últimamente, han sido gatiwu
de forn1ar una conatitucion eino bejo nadas por loa católico•; de 14 vacantes por
l01 reinadoa de trea mujeres: en el advem- loa cualea ao tenia que votar, ae han ganado
miento de Ana Jvanovna, en el reinado de la 12: Guibaldi, que cataba en las liataa, ha
Emperatrh: Jaabel y en el de Oataliua li ! aido durrotado, y dicoee que 111 partido ha
La primera era aobrina de Pedro el Grande: jurado vengaree. Probablemente él no catará
la segundA, 1\1 hija. Catalina JI convocó en ménoa diaguatado, pneato Que enoontnamos
!'IIOIIOOVIl reprell4!ntantM de todos los pnebloa en nn periódico una carta curioaa de did1o
del Imperio. Poro todo Mio era prematuro General, Cl8Crita en Onprera, y dirigida á un
todavía, y hoy loa ruaoe, que ae ocupan aiu- señor fltefanoni, que dice nsí:
cera 1 realmente~ del cambio de la aituacion "Mi querido Stefnnoni :-Me adhi•ro con
polltica de au paia, pretenden tener una entuah11mo al proyectado Congreso do raciooonatitucion
difereute de lu demu nacionee naliataa, que teudrá lugar en Bruaélaa, en el
de Europa, "algo original, dicen, propio cnal se dobe declarar lo ai~iente: 1.0 Loe
para la raza eelan: " pero en realidad uo librea peoaadorea 110n apóstoles de la vernben
qué quieren. Pero lo cierto ea que Ru- dad; ea doeir, de la rar.on y de la ciencia y,
sia neceflit& un alivio, aire puro y más libcr- por co¡~aiguiento, aon loa mejores inatructotad
que la que hnata hoy ha gozado. ree del pueblo. Lua cac:-uolaa deben aer, puee,
El capíritu humano nuoca eet&ri aatiafe- laicaa :: 2.0 Los aaeerdotea, de cualquiera ro-l
cho, tieude siempre á obtener algo máa de lo ligion quo aeen (budhiata&, mabometanoa,
que poeee, 1 ai en Rusia 1e libernlir.aran al JO eatólic:oe, &c.), tod01 aon falaoa apóetolee.
Juioatitueiouee,dueguropediriamúy mu. Ellos, loe antorea de lu torturu, piraa fu-
11
Una vez e:rpulaad01 en FaAlfCIA loa jeauitasy
pei'IIOguidaa laa congregacionca religioeae
para impedirles que enaeiíen, tocará
au tumo al clero. " Y no aolamente lea prohibirán
la enaeñanza (dice la .BftütG di
Ambo. .M"Jidol do 1.0 de Julio), sine que ee
lee quitará tambieu el derecho de vivir. A1i
uerarine y aac:rificioa humanos, 110n loe enemigos
naturalea de lu nacionea, á lu cualee
han mantenido siempre, y aun mantienen, en
discor~liaa aauguiuariaa-Siempre vuestro.
G. GAJUBALDI."
El ¡~bre anciano eatá ya en un eetado deplorab
·le de se"iliemo democritioo, y la idea
de una1 religiou lo saca do juicio.
S. A. P• S.
ImpmaW. ele 8UYeñn J C. •
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 44", -:-, 1880. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2088392/), el día 2025-06-27.
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