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LUZ Y l<'l
salí va y ciertos cosméticos muy su a ves, preciosas C(lll que recogiru1 la toga, n bro.
'
lo que decían que tenia el tlon de hacer cbabao la t1ínica. y lcvn.nta.han las ulan.
desaparecer las arrugns y daba tersum gas; los mngoHicos collares, Jo¡; brnzn.
á la teli. En seguida las más h:íbiles se Jetes, las endonas con I)UC ~>e adornabau
encargaban de pintarla las cejas y los )o<; brnzos y rodeaban lo~ tobillos; los
labios con preparaciones costosísima", zarcillos, los anillos que les cubrían Ji.
así como otras la. limpiaban los <.lientos tcralmeute los dedos, on resltmeo, todo
con ciortn resina que los daba brillo y eu su atavío valía uu reino. Los ltom-¡
blancu m. Lns peinadoras la teñiau el brea las ro¡.ralnoon todo at¡uello en :;e.
cabello de color rubio y afíadian pelo i'ín.l de cnrilio y estimMiou; peusahao
falso, form:ímloles sobre la. cabeza. nr. ellas, en \:.oto, que la verJaJ era que
tísticos monumentos ~os tenidos con gan. esas cadenas ~61o simboli:r.ab::m sn cs.
cho:. de oro y plata de siete á ocho pul. clavitud y cautiverio.
gadns de largo. Uno de éstol'l, encoutra. No podemos méuos que copiar :tl}liÍ
do en las ruinas u e Herc\llanuro, • tiene algunos p:'irrnfo; de lo que ~ice ~ésar
una cab~zn. formada con una pequeiia Cant•í en el ca.pttnlo Jo su h1stonl\. cu
estatua representando á V énus miráu. que describe á Homr\ e u atptel tiewpo:
dose eu un espejo que le presentaba ··Cuando la dama ~;:>lía ou litera. em
el amor. · ~ couducítla por ocho robustos esclavos,
Una \Ol'- pintada. y poinnda la roma. que ~:lla 111i¡;mn babia escogido eu el
na.pouiasus manos eu laR de la escln,n mercado; otrosllos laprccollittucorrieu.
•¡~e In,; lavaba en leche y bruñía las , llo; ?os esclavos llevan{¡ los la~o- los
uua", y des pues se acerca han las que In nba01cos de pavo real, y do:; paje~ do.
vestinu. El traje era muy sencillo: tras los nl111oh:Hiones."
coUlpoumse de una túnica de lana bla.u.\ .Aquellas Jnnjeres, c¡uo pnreciau in.
ca IJ do liní~;imo _liuo con manga!'i. nu. capaces de bncer el mcuor e::;fnlr:r.o,
cba~, quo le baJaba. hasta la rodilla, cnando se molestaban cou alguoll e:;.
lle\'afidn oncimn un chnl que las rodea. clava manifo::;tabao su r~b1a arnñfndo.
bn. la ciut111a, una y otra prenda. guo.r. la, morclil-ndoln, enterráuclola. alti otcs
ue.:ida con franjas de oro(,. de púrpu. 011 lns carnes, y por tíltituo cntrrg:íu.
rn. ( 'uruulo é'alian á ln callo de ioc6guita do la al er;cla\O encargado de loll e t'Sli.
cntnl,iuhan el vestido blauco, tlistin ti vo gos do la sorvidum hre. B~t o la ool"rtJe
la matnmn romana, por uno Jo lnnn. ba por el rnbcllo y la M~otnba, 1:\ :\<'t:t
J~ \:Olor oscuro. Entre lns plebeyas la sufrir lllÍI tormentes, In encerraba cu
túnica. era muy corta, dejando HH b o:::curhimos calabozo~, y uo poca~ wo.
picuJa llosuuJa lrasta ln rodilla, poro rino eu aquellos suplicios.
cuh!Crla de pulseras <.lo oro 6 pla. Cadu. dia las mujeres ornu más otrno.
ta. La::; fabrioia.s usn.Lnn el vestido Jm¡¡. les miís corrompidas, m:ís infar.ies y
talos pi(s, y cuando f;lllin.n á la cnllll sin' ver<'lícuzn, ya uo ernu rnujcrOf siuo
se cubrinn con una ea po. llamada lo!Ja, sé res u1~ustruo~os que no guatd~ba:~ tl~l
•JilO Laja ha hasta el suelo por un Indo, "l-r bumauo ~ino l>ll n~pocto. Bteu "a in.
dejando 1lcscubierto el hombro d<~rc. do es que las lnlljores •¡ue c:xnterao
cho; y en tanto que la plebe~ a usa. todo, lo lJIIutro y lo malo, cuando ·eco.
La ¡;andaliaij, lns patricias ca.lzabau bo. rrompeu son peores que los hon bre:;,
tiuos hlnucos. A pesar de la. aparente y n6tcso que los hombres de a.q\ellos
'* " l'uropcya."
** Los csptjo~ de la :mtigiicdad eran de
metales hruuitlns. X o fué sino en el siglo ,.ca.
Lnrtu 1lu IIth sira Era q11o so hicieron espejos
do t·rist.LI en Venecia.
tiempos oran lo:; mii!i mal·md<» dol
mundo. Baldou eteruo y mnucha Jmho.
rrable hubiem sido para la mu.er el
que pertenecieran á su ~;exo las .hl ia.~,
las .AgripÍilct..'~, las Ff1 ustinas, .Jbsah.
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REVISTA. QUINCENAL. 151
~y Popeas, si lns mártires inmoladas J no hubieran lavado con su sangro
por los perseguidores del cristianismo, cdrneoes de sus antepasados t
los
(Cou;li,warc¡). ___... S. A. DE S. _,___
LA EXISTENCIA DE DIOS.
E.lllllit'Cl'SO es Dio.~. Dice el impío
Que otro tiempo dijem Dio.~ no cxixlr.
De humaon cormpcion gctUido triste !
Do la fr:igil razon hondo extravío!
j Pero toda osa gran naturaleza
, A sí misma se ignora, y al potonto
1 Autor de sus arcanos y belleza.
Sólo al hombro, sér libre, inteligente,
L luz, la tierra, el bol, el monto, olt·io, Dio;; reveló su nombre y su graudezn,
l~l ¡ nulo qno do flores ~-;e reviste,
11
\' ol neci(} huyo do Dio!! ciego y demente 1
J~jl airo, ol nncbo mar, tú los hiciste,
¡Oh Señor! con tu inmenso poderío 1 l\IcucÉocs MArtiN DE SoLAR. (Chilena).
LA JUVENTUD DE ANDRES.
NOVELA HISTÓRICA Y DE COSTUMBRES NACIONALES.
tF I N DEL S I GLO XVIII.¡
CAPÍTULO III.
QUIÉNES ERAN NUESTROS HÉROES.
A:\!>ld:s em el hijo del rico propio.
t~rio don Bucnn~ c utur.'l Ruiz. duciío
cJol valle de Gu6duas, l1ercncia Jo sus
antepasados. que se habiau establecido
n.llí doscle fino;; del siglo XVI, poco
dcspues ue hahenc fundado esn. pohla.
ciou por órdcn del PresiJeote Venero
do Ley va en ] fí7'2.
La f:\milin. Huir. se ha.bia establecí.
do on ludias, reciuute In. couquistn., y
n.uuque ha Lia conservado su raza lim.
pin. de to•la mer.cla do liuaje de indios
ú negros pertenecientes al gremio de
los lla.roados t'l'iulf(¡,q por Los espatioles
oriundos de la madre pa.tria, t¡uioues
mirn.bn.o con desden á Jos Lijos y desct•
ndientes de los heroicos conquistadores.
Los H.ui~ nuucn. se habían di~tinguido
E:n la Colonia por otm co!':a
que uo fuera por su· amor y lealtaJ o.!
Rey de E~pniín y á los delegados que
.'IU Real Voluntad emiaba ú sus litíbdi.
tos de Amét·icn. Distinguíase tau.bieu
e:-ta familia por las riquezos tt.eumula.
das de generacion en geoorocion, l:iÍll
perjuicio de que gn,taran gruesas su.
ruas en dotar b iglesia de su puclJlo y
de las adyacentes parroquias; eu hacer
protOeJas ú los ~;autos de ~;u deliocion,
y costosas fieatas co ciertos días t!cl
~tiío. Ademas, recibino con pompoRn.
hospitalidad al Viroy cuando pn~n.La
por Ouáduas 6 qneria. vivir una tcm.
porada ,.,.oza.ndo del clirua. templado de
aquel v~lle. La ca.sa. de los Ruiz em
cutúoces el punto de reuníon de aquo.
llos señores, quo pagaban la hospitali.
clad quizás con hurla.s y palabras de
mofa, miéutras que los criollos raspe.
tn.bau hastn. la E:ombra de los enviado&
de .... u 1Ia.jestad M u y Católica.
Era. don Buenaventura ami.~o per.-
oua.l, no ~oLuncnte de los Yircyes y
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152 LA MUJER.
tambien de los Oidoros, Jueces mili. incómodo en aquel clima cálido r hútarer.
y civiles, Intendentes, &c., sino medo. Lo único que no estaba 6. la al.
que ha.ciau suya la vivienda de don tura del lujo que hemos enumerado
Buenaventura los Arzobispos, Prela- eran los muebles, que eran escasos
dos y todu,s las dignidades de la jerar. para. lo que hoy se usa., aunque los ca.
quía eclesiástica que tenían que pasar napés inmensos ocupaban á veces una
y repasar de Santafé á la Corte, ó vice. testera de estancia, pero no los usaban
versa. A pesar de las costumbres sen- en Guúduus, como sucedía en Santafé,
cillas y patriarcales de la época, los de maderas esculpidas y de cueros do.
Ruiz gastaban al mismo tiempo un lu. rados y ricamente pintados: los sofás
jo ostentoso que haría sonreír hoy dia y asientos eran toscos y aforrados en
á sus descendientes: jamas se servía vaqueta tan dura y resbalosa que se
en la mesa y en todos los usos perso. necesitaba larga práctica para apren.
noles do los miembros de la familia si- dor á Rentar~e en ellos. En los aposenno
en vasijas de plata maciza, tosca. tos interiores no se veían otros asien.
mente labrada, pero que valía mucho tos que no fueran grandes arcas de roadinero.
Muchedumbre de esclavos bol- dera y taburetes de cuero bruto, que
gazanes poblaban la casa, los que, á hacían juego con camas inmensas, rua.
pesar de que disponían á sn antojo de cizas, bien labradas y abrigauas, con
cuanto había en la habitacion de sus cortinas de lienzo y baldaquíes de daamos,
no por eso se escapaban de ser masco, lo que debía prodncir un calor
castigados por cualquier falta leve con insoportaLle.
una severidad sin criterio ni discerní- Pero si los muebles de don Buena.
miento. Aunque en el interior do la ventura no eran ni ricos ni abundantes,
casa los Ruiz vestían con telas de lana en cambio los Ruiz habían gastado un
y lino, para !;lllir y presentarse en pú- uineral eu cuadros de santos con ricos
blico no usaban los hombres sino casa. marcos y pésimas pinturas, que entacas
de ral>o, damasco ó terciopelo de pizahan los muros de la casa, así co.
variadísimos colores, gregiiescos de lo • m o en cada mesa se veían retablos del
mismo, chalecos de tela de plata y oro, j N ifio Dios, santos de bulto y hermosímedias
de seda, zapatos con hebillas simos Cristos y pilas de agua bendita,
de or?, espada al ciuto, con m:!s ó mé-¡ue plata. y martil, preciosarnente tra.
nos ncas empuiiadnras, capa ue paño bajadus.
de colo!, &c. Las mujeres,- que 1:n.ra Las haci~odas, trapiches y c.staocias
vez sahau fuera de su casa, y u1 al del buen cnollo (que Loy va.ldnan cen.
estrado so presentaba-n sino eu los días teon.res de miles de pesos) abundaban
u.e fiesta ó cuando llegaba alguna Ti. en numerosos batos de yeguo.s, que Ta.
stta de cerelllouia,- vivian cntregnda:s lino de cinco á seis pesos cada uno.,cou
sus criadas ú In<> faenas y labores g:mado vacuno que no tenia mlís pre.
oasern.s, pero no méuos que los hom. cio que las yeguas,-buenos caballos de
bros de la familia vestían con lujo silla, que no se venJiao {L más de el ez
1.:11aodo su.lian fuera de su babitacíou. pesos los méoCIS valiosos y quince .os
Usu.lJan sayas de seda y terciopelo con superiores,-muletos y mulas, que sienv.
ueltas de oro y plata, ?tutntelbi nas de do las mús propias P.ara viaj.ar por
neos pafios de colores con puutns de aquellos riscos y cammos pehgrot.Os,
plat~ ·y oro, ricas polleras bordadas, llegaban I.Í venderse,- si tenia u pase y
cam1sa¡; con guarniciones de encajes eran fuertes, grandes y mansas,-ha>ta
finos, muchas cadenas de oro, sartales 1 por veinticinco pesos, precio reput¡¡do
de perlas y e!>meraldas, amen de sar. eutónces como enorme.
cilios, pulseras, manillas, relicarios, La. existencia do aquellas mntronas
gu.rgautillas, óvalos, rosarios, aniUos 1 se media por ocupncioue¡¡ más 6 ménos
de oro y piedras preciosas. Todo lo humildes y engorrosas, que desdefi:ll'lao
cual no dejaría de ser suficientemente hoy dia las mujeres de alguna po~icJOn
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J¡ ______R E VI STA Q U IN CE N A_L_._ ___I_ 5.3
1 socia1,- uo solamente presenciando to. hijos; pindo!:a y devota hasta la exada.
s 1 \!i fa.euns caseras,- pues cuanto so geracion, no toleraba ui perdonaba ja.
podin.. necesitar se hacia en ]u cnsa,- mas las faltas de los que dependían de
si no l'l.yudaodo materialmente á amn.sar ella, con lo cual creía. curnpl ir con su
el pa o, mojar ]as velas, hilar, tejer y deher; pero en cambio, si era temida
cofler Jos vestidos de la familia. Siem- y causaba terror eutro Etts hijos y sirpro
graves, srria.s y recogidas, aunque vientes,-la adoraban los pobres y las
se le>ant~han desde áutes de aclarar gentes de su pueblo. Em la esposa
el dia, no tenían otra di,·ersion y des. de don BuenaYentura el con~uclo y el
ahogo sino la misa de por la mafiana, In:> amparo de todo Sl~r desvalido, y con
oraciones 1\ diferentes horas del dia, y los desgraciados so manifestaba tan
para solaz les.era permitido leer al!!n- humana y ueoerosa cuanto severa y
nas p.t'\ginas de los libros entretuni~los hasta cruel
0
con los quo tenia bajo su
y muy amenos que componían In libre. dominio cuando cometían alguno. falta..
rfa do la familia Ruiz, de lo cual puede Es cierto que si no trnnsigia con la;¡
juzgar el lector por sus títulos: uebilidades y faltas de los domas, tan:-
" f•eseogaños de la vida humana." poco con la!. suyas propias, eu térml-
" Ji~jercicios espirituales." nos que jamas se ln. veía. dcbil ni se
"Ejercicios de perfeccion." perdonaba nada de lo que creía. su de-
" L.1. Familia regulada."' ber. Todos los días, lloviera, tronara,
" 1 ~vocioun.rio de la criatura." estuviese enferma ó snna, se levantaba.
"C:>mbalo espiritual." iíntes del alba. y otro tanto tenían que
"Y idas do los Santos.'' hacer los demas miembros de su casa.
Tollas estas obras y otras por el m iR- Dcspues de haber t·eunido la familia
mo estilo 60 componían de libroteF. vic- en el oratorio salia con sus hijas y sus
jo¡; nforrados en pergamino y en zaraaa sirvientas al corrn.l de la casa, que se
ougotnadn., algunos manuscritos, cOtiS- extendía. hasta lns orillns del rio San
tn.udo de uno ó más voltímeraos cnda li'rancisco v tenia una puerto. qlte daba
obra. Así, uo se puAde decir que las al campo.' Allí encontraba yn. seis, sicmujeres
do In. fn.milia Ruiz fueran cns- te tÍ ocho vacas ]echorns que h:t.cia or.
qui\'auns y nlolondradas, ni que su doñar en su preseucin, y en seguida,
e;:istencia fu~so muy aleg re y recrea. en union de sus hijns, repartía la leche
t!va; poro~ pe~ar de eso, de seguro (JllC 1Í cuantos pobres se.!a podia.u, llev~ndo
st les lmb~t· rats preguntado st se t'us. cada cual una vaslJIL adecuada a ~>US
tiliir.han, habrinu contestado r¡uo no nece-idades · y por niio.didura la e"' pesin
fui t~r ú b verdad, pue;; de todo o~ rnh:m Yarids esclnms y mandnderos
este muudo se ju:Gga por comparncioo, prontos para llevar ciortn cn.oti~ad al
á. t}Ue llo agrega que como estnbau domicilio de los que sabia necest.taba.n
stempre ocupndo.s no teoiau tiempo aquel sano alimento y no podt~o ~r
pnra nco~dnrse do sí mismas ui ponst~r por él personalrueote. Ademns, d.tstnqne
hubtese en el mundo otro modo huín entre los menosterollOS porc10oes
Je vivir.: obe~lecor á sus p~dres y ado-~ de arroz, nztícar, chocolate, .carne, J?O~
ur ú D10s,. hu .aquí el resumen do ~>liS 1 Ilos, medicamentos y voslH~os, duntdeus
y nsptractOues, y esto las ba!iUl ha. do les al mismo tiempo conseJOS, y en-
Contn.ba don Buenaventura m~s de soñando á tralJajar on su casn. ú las
seterlt:\ años. Rabia sido casado dos muchachas huérfanas y aún ú las que
vec~~; de la primera mujer 110 tuvo sus madres no sabían enseñar, cumfanuha,
J•ero doña Soledad lo babia plieodo en esto uno de los mús santos
dado cuatro hijos, á saber: Andr,~". preceptos del Evanrrelio.
María Onbriela, Irene y Juao Loronzo. Don Buenaventu~a, respetado como
Dofía Solodnd era ol tipo acabn.uo de padre por doña Soledad (siendo. mús
las ma.tt·onus de su época; de cttrúcter u e veinte años menor quo él), ten1a en
sériv, rígido basta la dureza con sus su mujer un mayordomo activo é inte-
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LA MUJER.
ligente para. sns haciendas. Aunqne l tan te inteligente, pero sin más educase
manifesk'l.h<\ siempre humilde y su- cion lJUe la que se dabt~ lilas mujeres
misa., él b contemplaba y quería mn- Je eese tiempo; no había hasta encho,
v eu realidad nada se bacía sio tóocm; mauifestado inclinacion á cosa.
pedir"ta su consentimiouto, sin embargo alguna. Vivia sometida en cuerpo y
de que dofía. Soledad parecía no ocu- alma ú la voluntad de su madre, á
parse ~ino de sus faenas caseras, y rara quien obedecía ciegamente, aunque se
ve~ daba su opinion, pues era mujer Jecia en la familia que tenia un carác-
, de pocas palabras. ter fuerte y tal vez voluntarioso, si bu.
De don Buenaventura no tenemos uiera pouido manifestarse Rin temblar
gran cosa que decir: era, en resúmeo, ante la mirada severa de dofía Soledad,
la copia exacta de su:: antepasados,- que era penetrante y perspicaz. Cuansin
más educa.cion que la que le dieran do empieza nuestra historia Irene s6lo
los padres frauciscauo~;, y unos pocos aguardaba cumplir diez y seis nfíos
meses que había pnsauo eo S&.otafé. para casarse con un espafiol de alta poIgnorabn
todo lo relativo ú las cosas sicion, vecino de HonJa, en donde era
del mundo, y como tuviese escasa in- á la. par comerciante y tenia buenos
teligencia, carecía completamente de 1 empleos del Gobierno, como Adminiscuriosiuad.
Habiánle enseñado á fou- trador de la!> Reales rentaR y CorregíJo
las prúcticns de su Religion, y cum- dor en Gnáduas. Don Buenaventura,
plin. con ellas exactamente,- su lealtad que cultivaba amistad con el espafíol
al _Rey era inquebrantable; en el trato desde que lleg6 al Vireinato, había
pnva.Jo, honmdo, hospitalario y bom- ofrecido JarJe SU hija apénas CU!llbre
bueno en toda la exleusion de la pliese diez y seis afios, por cuanto despalabra.
Jamas ha.bia tenido un pleito, de su nifíez parecía un tanto delicada
y nunca había dispntatlo con nadie, 1 y enfermiza, y so juzg6 con\'eniente
pues e u su pueblo era el primero, y
1
aguardar á que so desarrollase un ponadie
se huuiera atrevido 1\ tener una co mús para poner en &us hombros la
opiniou contraria ú la suya: tenia las 1 cruz el el matrimonio.
d~ sus antepasados, y e~o bastaba á to- Ya habíamos dicho que fuera do esdos
y sntü:facia á cuantos le trataban 1 tas dos niiías Andrés íenia otro hormay
couocian. no, llamado Lorenzo, que por entonces
María Gabriela, la hija mayor ele don contaba diez y nuevE:: afioll. Era este
Buena.venturn, resultó tau incli uada ú 1 jóven u e índole recio. y despegada, y
la dc~;ociun, que de~;de niiía halJia de- sólo so le conocían dos inclinacioues,
claraclo qne escogía la profesion de que fueron tomando con el tiempo las
monja, demoRtrn.ndo su vocacion con proporcioues de pasion ardiente y exvestirse
de be:~tn. y m:\ntenerse en com- 1 clu!:tiva.: el amor ú los ejercicios de
pleto retraimiento de toJa. sociedad, campo y la cacería, y el amor al diuehnsta
llc la de sus padres y hermanos, ro, que rayaba en avaricia. Los frn.ilos
que en su concepto uo eran suficiente- franciscanos del convento de Gu{iuuas
mente auoteros. Con todo, habiéndole le cnsefíaron ú leer y escribir, y su
pedido su madre que renunciase por madre la doctrina y á rezar. Cuando
ent6nces al cooveoto y que la acom- su padre quiso que aprendiese algo
pañaso hnsta. su muerle, Gabriela, aun- ruós, el niño se re¡:;istió tercamente,
que con rcpngnnncia interior, babia a11nque con la humildad que en aqueacceclido;
pero convirtiendo parte de llos tiempos los hijos o~scrvaban p~r~
la casa paterna en una especie de con sus padres y Rupenores, y suphco
monasterio, de donde rar3 vez salia á encarecidamente que le permitiesen
unirse con su famili~. dedicarse con preferencia á lob nego-
Irene, la menor de b. familia, no cios de campo, siendo sumamente procontaba
todavía diez y seiJ: años, y era pio para esos ejercicios. En breve pimuy
henno&"l, tímida, rescrv&da y has- di6 á su padre que le permíticse tra-
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_____ R_E_V_I_S_'I_' A Q U_I_N_C_EA N-A.-L~-.~~~~~~-_-lf-)5-1 r
bajar por su cuenta para formarse por Sin embargo, rniéntras mú.~ estudia-sí
solo un capitalito aparte del de don ba y profundizaba y discurría sobre 1
Buenaventura, y en 1782 el j6ven era las árduas cuestiones teológicas, reladuefio
de un terreno en que trabajaba ti vas n 1 ~;acerdoci.o, más escn1 puioso.
por su cuenta, y con un tezou increíble encoutrn.ha Ht conciencia y so sen tia
á su edad. méuos digno para ejercer el ministerio.
Volvamos ahora ú nuer;tro héroe. Su ideal era tan grande y tn.n perfecto 1
Andrés era no afio menor que Marfa que creyó que seria un erímen recibir
Gabriela, y su madre, que había sufrí- las órdenes, aún la menor, sin estnr
do mucho en el amargo trance de darlo perfectamente preparado y dispuesta
á luz, lo dedicó desde ántes de nacer al ~;u alma pa.ra tan al lo ministerio. Pe nservicio
de la Iglesia. Luego qne em. saLa, con sobrada razon, que el sacer.
pezó á caminar lo vi~;ti6 de fraile, y io dote debe ser universal eo sus estumandaba
ií pasar las horns y los días dios, pnes será el médico del aln1a y
en el convento de franciscano¡, de Guá- del cuerpo, muchas veces de su grey,
dua.'!, en ol gue ella intentaba. que para lo cual es prec.i11o tener muchos
recibiera la tonsura. Con los frailes conocimientos, mucha aLnegacion y
aprendi6 á leer, á escribir y á rezar mucha ciencia, y poder de voluntad
desde mny pequeño, y ellos, viémlole para eosofiar la vida y sus deberes ú
tan ioteligeute, juicioso y aplicado, le los que deberían confiar en él. Así, ú
enseñaron cuanto sabiao,- acabando pesar de las cartns quo recibia de su
por llamn.r la ateucion del sabio doctor madre iostúndole para que recibiese
M1ítis, que pasaba. largas temporadas las primeras 6rdone<>, Andrés había
on Guáduas estudiando la flora de Jos cumplido veiotidos años, y a11n era
alrededores. lego,- oo porque hubiel'e vacilado un
A medida que .A.odrés iba creciendo, momento en la cn.rrera. que debería
se dosarroll6 en él un deseo ardiente ¡:;eguir sino á cau~a do los escrúpulos,
do saLerlo lodo, leyó cuanto libro po- do qne hemos hablado.
seta.n los frailes, despucs de haber Alcntúbalo en ost~ vin. concieuzuda
aprendido latín, mús por su aplicacioo y honrada, nada ménos que su re~;pe.
que por lo que ellos le supiorou en-
1
tado amigo el doctor :Mú tis, qnieo hasefíar.
De esta. suerte, como se t!eja biondo hnblat!o de su protegido alAr.
dicho arriba, llegó á iotere~ar al doc. zobi~po Caballero y Góngorn., ~ste le
tor hl1ítis, qnieu prendado de lo sin- quiso couo\:er, le cobró carifio y acabó
guiar ele aquella iuteligencia, pidió por llevar á su ca~a al estudianttl, con
á do u BucD:J.vontura licencia de lle- el crmíctor de Secretario prí vado suyo,
vario consigo á Santafé para que en el re::melto á dirigir sus O>;tudios y proSemiuo.
rio concluyese sus estudios y porciou(l.rlo Jos libro;; quo tenia á su
SO Ordenase de clérigo y DO do frailo. disposicion en lo. uibliotcca del arzo.
Las intenciones del sabio ospaiíol no l bi::;pado, que eutónces l-e considera.La
fueron del gusto de doña 8oledad, que rica y abundaute en toda clase de do- 1
se habia propuesto hacer fraile ú su ! cumentos teológicos é lüst6ricos. 1
hijo y uo clérigo. Fu1: procü;o luchar l Cuando Anrln~s llegó al Remioario 1
mucho cou aquella matronu., cuyas encontró en él á Gommlo do Lúinez, 1
ideas eran tan estrechas, cuanto exn. con quieu trabó eu breve estrecha y
geratlas sus preocupaciones, pa.ra. que &iucera moistad, tlerrawando en el codiese
su permiso, y a.l fin ol ooctor razon de su condiscípulo todo el cauMútis
logr6 llevarse ñ .A.udrés á Santa- dal de sus íntimos afectos, que hasta
U, en donde se captó la buena opinion eotónces uo había encontrado persona
de toJos sus maestros, é hizo brillantes alguna. en qnion fijarlos, puesto que
e¡¡tudio~ teológicos, pelfeccionúndose Andrés, á pesar de su modales frios y
en los ramos del saber humano, que genio reservado, era en realidad apaentúuces
se ensefiaban en el Seminario. , siouado, aunque no tierno ni sensible,
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156 LA MUJER.
y capaz de sentimientos profunuos y Indias. Sin embargo, á medida que el
constantes. Gonzalo era todo lo con- niño fué cumpliendo años manifestaba
trario, un tanto superficial, franco, ex- cada di a ménos inclioacion al sacerpansivo,
alegre, se enternecía fácil- docio, y alegre, bullicioso, despierto é
mente, y su carácter sensible se ple. inteligente, le arrastraban los goces de
gaba oomo cera blanda en poder de las ]a sociedad, se perecia por los atracti.
personas que amaba: Andrés amaba vos del mundo: el ruido del tambor,
á Gonzalo con cariño profundo y apa. la g'l.la de los plumajes y la vida. mili.
sionado, y Gonzalo quería y respetaba tar eran para él perennes tentaciones.
á su amigo mús que á ninguu otro de Siendo sus parientes gentes escrusus
condiscípulos y conocidos, y en rea. pulosas y temerosas de Dios, compren.
lidad, por aquel tiempo los unía la mús dieron que seria un crímen obligarle
estrecha y sincera amistad, de que es á profanar la santa mision del sacer.
capaz el corazon humano. dote para la cual no tenia. ioclinacion,
Gonzalo era hijo de un español ele y le consiguieron el empleo de Tealta
categoría, pero que habiendo co. niente en un esclladron de cabnJlería,
metido no sé qué grave falta en Espa. cambiando Gonzalo con gusto la sota.
üa hubo de expatriarse, y desdeña-ndo na por la espada, y la vida del claus.
el amparo de sn familia pretendió vi- tro y del altar por la de los campa.
vir por su propia cuenta y separado meutos y ejercicios militares.
de cuanto le recordase su falta y su Quedó Gonzalo huérfano de padre,
patria. En Santafé casó con una mujer pero úutes de ealir del Seminario, lo
rica, á quien dió malísima vida en los que para t.lecir verdad no fué gran pér.
cortos años que vivió á F~u lado. Así. dida vara él,- dejándole por única he.
cuando murió aque1la. infeliz, ama.rgó rencia un nombre deshonrado eu su
sus últimos días la pena de dejar á su patria y algunos muebles viejos, restos
único hijo en la mi~ria, pues aquel de la fortuna cle su madre. Esta, adamal
hombre había derrocbndo sn for. mas, lo babia trasmitido al nacer un
tuna, y entregúdose á los vicios, siendo corazon entnsiastt;. y bueno, un gran
el peor mentor que puuíera. tener un valor moral y una. singular energía.,
niño. Afortunadamente Gon1.alo halló cualidades que luchaban en su alma
am}):tro, y al crecer, los parientes de con los defectos quo habían siuo el
su madre le consiguieron una beca eul1 único patrimonio moral que le legara
el Seminario, en donde siquiera creció su padre, lo que le prometía en el
separado del mal ejemplo de su padre, curso de su vida muchas penas y
con probabilidad de que cobrase aruor¡amargurn.s.
:í b carrera de la Iglesia, ent1ínces la S. A. Dtl S.
mejor y más honrada en Espafia y las (Gontinttal·á).
CURlOSIDADES.
LA SERPIENTE DE CRISTAL.
LEEMOS en un periódico reciente quo
en elu.quctriwrndeBroadway, en Nueva
York, se encuentra una. serpiente, pro-
1 veniente del .Asia central, que llaman
l
de cristal (alass srwke) porque es enteramente
trasparente : tiene los ojos
grandes y su miraua es suave y melan.
1 cúlica.. No es venenoso este curioso
reptil, y dícese que si se le golpea. con
un palo se vuelve pedazos como si
fuera realmente de cristal. Parece que
no han podido conseguir esta. serpiente
para ningun otro jardin zoológico del
mundo.
Falta saber si su existencia es tambicn
un hll,mbug n.mcrica.uo.
,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA QUINCENAL.
EL HAl\.IH HE EN J_.~.\. OlliN A.
HACE tres años que la Ultina sufre uiñas adolescentes para venderlas filos
de una hambre espantosa, increíble y turcos, al precio de uno á dos reales
más terrible de lo que la imao-ioacioo por cabeza, pa.t·a llevarlas á Turquía y
puede idear siquiera. Dura.nt; los dos venderlas á los que suministran mujeres
1íltimos afios han muerto do hambre para los l1aremes. Y lo peor de todo
25 millones de chinos! Los mercaderes, esto es que muchas de estas chinas
aprovechándose de la desesperacion de eran cristianas, comertida:s por los
1 aquellos hombres, han comprado de los misioneros ú la fo de Jesucristo!
padres do familia ú las mujeres y á las
LA EDUCACION A LOS VEINTE AÑOS.
VI
J, \S CONCESTONhS.
.1lt quuidtt- Katalia:
Tú, quo naturalmente eres festiYa y
ngraJable, tomas eutónces el asi10cto
de UUI\ \ ÍCtÍma que SO Jitige al rmplicio,
ue 11na rcion. do tragedia que acuLa
do tomar una. copn. enveneu:u.la ; tu
1
DJ;18GRACI.\D_UIEN'l'E tie11es quo su- ílsonomív tiene bl aire llíguurc, t¡no :í
frir cou paciencia á uu pritno cuya nn.Jie ocultas IJilO lo tpte haces es pnr'l.
vidn so pasa o u est:J.r uescouteuto. Pero contplacer ú los tlemas. N udie se puede
teugo tal deseo tle verlo perfecta, y ecplivoc:Lr q11o lo que h:lce!" es contra.
creo que ya vas por eso caruino, que 110 tlt volnutnd, y •¡He to cuesta. mtH:ho e~t: ..
¡moJo estar contento si veo la menor JocilidnJ l.cróica. ¿Qué restalla 1 CJuo
dosigualda.J e u tu humor. b'l per~o11as algo perspicaces no acepta u
ÜuutH.lo te a.con~ejnba qlle procura.n1s tm amaLles ofrecimientos, y obtienes
mnuifcst:ute amable, compreudi!:ile al ol mérito tle las palabra¡; &Íu ccmos con dis TJtl\[O. Otra r·osn: dar a' 1a s gentes. l>ero en esto nh ay no es nnch ahradable u' na persoun c l 1t o
cierta C.\ ~~emcion, y lo hn.ces eon nn co1nphco ;Í lo~ de•na" CQJI resi nnciou
ni re d..: ,;clima cu la \OZ y eu la acti. marcada. y ¡Jrcferirinruo& mil \é•~cs
hH.l, c¡lle c:;a :t.bne~acion picnic su mé- m:ls una ro~ íutimos
sentimientos y :mear ií luz los misterios
que ocultan siempre en ol fondo de su
corazon femenino. Esta no es hipocresía
sino dignidad, modestia, reca.to y
compostura propia de su sexo.
Cuando Napoleon I so ocupaba en
volver el 6rdeu á la antigua sociedad
francesa y propender para que cada
empleado tuviera la infiucncÜ\ que
dcuia tener en su esfera, en lo primero
qne pens6 fué en que cada miembro
del Gobierno tuviera un vestido en
armonía con lo que debería hacer.
Creo, N atalia, que el vestido que
ns..'l.n ahora las j6venes tiene mucha
iuflncucia en ese aspecto un tanto
atrevido que nos choca. Es tan difícil
1
gobernar sus vestidos, recogerlos con
una ruano, con la otra arreglar las
cascnd::t.s do encajes, cintas y adornos;
j hay tantos diferentes mecanismos paro
abrochar, tirar y aflojar las diferentes
1
S. A. Ol'J H.
( (Jonlinom·ú ).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVIS T A QU I NCENAL.
VIAJES.
HEOUERDO::; DE SUIY.iA
POU. S, A. DE S.
V 1 -~ En ef!te hotel trabamos amistad con 1
un español y su hermana, los únicos
LOSAN A }; 1\ r:ROUN. que encontramos en toda Suiza que
L Aca.p·l ta1 d e 1 vn udesmuyanh·g ua: ltavbl·a.s en nuestro 1i1d iobm a.t aB d
llnmf.base eu tiempo de loi romanos d 1 laJnmo¡. con~ os. fs erna, on-
Lausoniu?n. Algunos autores aseguran eEos per 1m?s do vts al. s 11 .. ~ ' · t 1 ' d b .o poco mus e una 1ora no .,v6
sl'na.ruen o que o ongeu e su nom ro 1 ~ ·¡ d L sn t. 1 e duu le
vione Jo la. si • , ll queña c1udacl Instgmticante, á onl as
uu. vez se reumo ou uoa. anura. 1 1 · 0 b
do la.s orillas dol lago unn. multitud j del lago de Neuch!l.te y e n o r o.
do gente para. conferenciar acerca dol VII
nomhre que le darían á la ciudad que ~~UCH.\n;L y MORAT.
hnbiau empezado :í editica.r. Cada cual
querin. imponer uno diferente. y empe- EL lago de Neuchtitol 6 de Esltos. deran;e de lo:; mejores puestos on los
La ciudad tiene 17,000 lta.hitautoH. vaJiorcs, en los coches y en los hoteles,
Todos ltnblau francos y onticndou ale. iucomoJando 6 toJo viajero.
mau, poro el idioma de los campe:;inos La ciudad de Nouchí\tel, situada en
011 el t'otnan, h:ln!-'uajc derivado del una falda escarpadA. á orillas dol lngo,
celto., latitA y francos. estú coronnda por su antiguo castillo
.A uuquo lo;; al rededores son muy v por h catedral (fuudndn;; del siglo
helios, la ciudad misma ticue poco oJ;_ X nl Xlii). Desdo ol nt.rio de la catecauto;
lns calles sou angosta.;; y torcí. drnl so go~:a do uua. vist.a a.dmi rnblo
das, y lns casas oscuras y muy anticua- sobre la ciudad, ndoruada cou vn.rius
1
da.,. Aparte Jo la cn.teclral,que es una fuontes caprichosas, en medio de las
de lns mejores de Huizn., y del soberbio J calleR estrechaa do la. parte antigua,
pneute de c~l icnuto fJilO atraviesa por miéntra.s que la parto nueva, con sus
oncim:~. de un prc ~.: i picio de 180 metros
1
anchas calles y a lamedas, ll:una la aten-do
n uchnra, no l.ny monumentos que ciou JlOr el lujo do sus edificios de re-l
llnmon b ateuciou. creo. Era domingo, y toda la poblaciou
Nos alojamos en el }¡otel G ¿Uxm, paseaba en los jurdinas y á las orillns
uua de h.s curiosidades Jellu.,.ar; est•í ·del lacro; de vez cu cun.ndo !ie le"an-ni
lnado en el mismo lugar e; doudo 1 taba ~ua. ráfng:L de viento y las oln.s •
vivia el historiador ing l .~s Gibbou, y verdosas y enfadadn.s golpeaban contra
en ol j:trdiu del hotel fné en donde lln playa., derrotando á los niños quo
concluyó ~u famo.~n. historia de la " ] )E. juoaban con la areua de la orilla; gri- \
OAIJE~GL\ Y CALDA m:L IlfPERJO Jtü- to~ y cautos de alegría rcsonabnu en
!1.\SO." (1787). la-; calles y caft{~>, y en el lago olmo-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~o_____ LA MUJER. 1
vimiento de los vapores y barcas de ciudad, pues á una. horn. tan at·anzada
pescadores le daban un aspecto ani. de la noche todo estaba cerrado.
mado y pintoresco. En Suiza, y particularmente en la
Despues ele pasear la ciudad y subir parte alemana, los habitantes se lleú
un cerro Yecit1o, llamado Chaumont, vantan al amanecer, comen á las do•ce
liD paseo encantador, como todos los de del dia., cenan r~ las ocho, y á las nueve
Suiz:\, tomamos tmeRto en la diligen- apagan las últimas luces.
cia. que nos debía llevar á Friburgo. La ciudad está situada sobre ulla
Un camino monótono, por medio de roca que se avanza sobre el rio Sn.rima.,
lus lagos ,\ridos de Momt y de Bienne, el qne corre en el fondo de un estrrenos
condujo bar:ta la. pequeña ciudad 1 cho valle á una gran profundidad ; su
de Mora.t, que no alcanza á contar dos, aspecto es muy pintoresco; por tod.as
1 mil ltabi•antes. Su aspecto es extraño, partes so levo.ntan torres feudales y
l
la!: calles son anchas, pero en todas castillos viejor;, y nlgunas de sus cal! es
ellas los osc1tros y sucios portales de son tan pendientes qtte el tejado ()e
las casas le d:~n un ni re do \·ejez y m o- las casas toco.n el suelo e u la. parte
lancolía. A las puertas de esta ciudad superior. Tiene más de 9,000 habita.n-j
so dió la hat:llla de :Morat (en 1474) tos, y casi todos son católicos; así es
que decicli.) de la suerte de C.írlos el c1ue sw; innumerables iglesias se pl.A.e- ¡
, Temerario, y (pte \V alter ~cott ha. des- den vüátar con gusto porque están m11y 1
cnto con RH crrfi:ica pluma en h novela adornadas y cuidadas. 1
de Attrt de Oianteiil. 1 La. catedral es bellísima, y su torre,
L•:utre otras curiosidades, que mues. preciosamento trabajada, es muy o.n ti-
' tran en fJui:r.a ro!n tiv:nuente ií esa. ba- gua, poro lo que llama on ella ln aten.
1
ta 1 !a, u os r;<;iíalarou en Fribt~rgo un cion particularmente es el orgáno; bns-
1
;írbol tlo tilo, cuyo orí¡,on es el signion- ta. decir qne tiene (i4 registros y 7,81)0 1
te: uu ,it)\cu de l!'riburgo, c1uo hn.bia tubos, algtmos de los cuales tieueD de
contrillltido {( thr la victorÍ<\ á los St1i- pa~'ta diez metros de longitud.
• zoR,1:c.-.:enmlo llcrnr el primero la feliz Como en Suiza se paga por todo, fué 1
uoti0ia, ~p~u,,s f'e decidió la haLalln., preciso pagar para t1ue nos permitiesen 1 1
ocltt~ á correr siu detenerse desde bs oir tocar el órp.no á cierta },ora. 1
llau\tra.s de Morat hasta la pla:.:n. de La. iglesia. est:Lba oscura. cuando cn-
J<',.iLnrgo. Atlí, moribundo ya, :tp~nas tramo:; n elln, ú la ltora indica.ua, las 1
pudo ~ ritar ¡ lricloric¿ ! y espircí. Lle- ocho de la noche, y sólo el n.llnr ma) oc
HI.Ua e u la mano una ramn. do tilo que se veía ilnmiunuo por la lúmpam u el
hnhia arrancado de uu :'irbol al pasnr, tabernáculo. ~:u medio del silencio se
y loB fril)ur hny
1\Iudia hora duró este concierto com. ventanas desde las cuales so tiene uon
pncsto do un s6lo instrumento que los bonita vista sobre el rio; - adcmas un
itn ii taLn Íl todo!!: el a.rpa, el. pinuo, ol mirador con sus escalo ras paro. bajar á
piti tou, la linutn, el violin y por último un jardincillo 5cmbrado do legumbres
h\ voz del trueno y ltasta b. lnunann. y llores, y sombreado oou algunos úr.
J.-os alrododoros do Friburgo soutnuy bolos frutales.
curiosos; pero si se quiere pasenr ltny Las pnredes de la!l grulns están cu.
quo ir provisto de moneda, porque on bicrtns Je nombres, entro los cuales
Stth:a, y soL ro todo e u esta ciuda.d, os nolmnos algunos doli tora Los conocidos.
preci ·o }lagar si :-;e quiere pnsnr uu
camino, ~;i pide unn. direccion, ~;i r¡uicro
mirar cunl¡uicr objeto, y diceu que
hnst.a por beber colas fuentes ptíblicas
IX
n En N L
el 'li injNo ti o no que dar nlguuamouodn ; Dospucs do pcrmnuoocr din. y medio
esto KÍII c.;onlnr una nuLo do uiiios c¡ue en .Frihurgo, el :2fi tomamos 1:\ diligcn.
lo rodea111Í totlns ltoras y lo itoportmum cin pnm Hcrnu. El paisaje no es atr.\c.
1 iucesautomoutc pidi,~ndolo . limosu1~; tivo do .b'riburgo á Burnn, y el terreno,
1 lo (¡uo j usti He a plcno.mcn le aquel pro. casi com plotameu to plano, no ofrece
1 verl,io frn.uces: point d'wyent JJOint mnyor interc&. Adomns {lo un caho.llc-dR
SlliiJ.~e. ro español y 811 hcrmal\1\ (do los cuales
Dos maguíficos puentes, suspeudiclos hemos ln~Llado ya) vouiun eu nuestra,
solHc el mlle de la Sariun, comu11icn compaíiía., en el interior do la diligen- 1
la ciudnc] cou la parte Esto do Sth cia, dos suizos de los cantones nlema.
campos. g¡ uuo tiene 2::i7 metros de ue_, cuyos tipos de caricatura no deja.
longitud y.).:) de elevncion, y el otro uau de ser curiosos; el uno imitaba
2l0 motros ,)e extension y !J7 de nltum perfectamente un hn.rril do cerveza, ó
s?bro la corriente del rio. J!~n otro 1 más bien la Jo uno de aquellos famosos
tlempo so gastaba ttn'~ hv-ra en pasa.r ¡JCllejo,'l do vino con quien el inmortal
do In ciudad á la orillo. opuesta dclj don Quijote tuvo ta.u reñido combate;
H\llccito, y hoy se atraviesa el puente sus ojue'los pequ'cños, cncaJ'Oü,dos, na-
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162 LA MUJER.
riz ausente y mejillas infladas comple-l abundantes y extrañas: cor6nanlas figutaban
la il usion ¡ el otro era alto, y tan ras de caballeros armados, damas feuda.delgado,
que varias veces temí que se les y monstruos de toda especie.
U?~ deRa:roase con los cirnbroocs de la La catedral, parecida á la de Friburdiltgencia,
de resto nada. teníamos que go, s6lo tiene una torre sobre la portanotar
en él sino una. boca tan espaciot:a da principal, pero es un monumento
Y descomunal, queso extendía do oreja gótico finísimo y del trabajo más bello,
á_ oreja; entre la dicha boca llevaba pero coruo la han r..rreglado para. el
s1empre un tabaco apagado, y sospe- culto protestn.ote, su interior es sellCÍchamos
que éste le servia. para tenerla llo y sólo la adornan algunas tumbas
c~rrad!l. Miéntras. que se movía la di. antiguas, todo lo deruas ha desapahgenma,
los dos su1zos, como arrullados reciclo 1
por el movimiento, se dormían, pero de En una plazoleta, frente á la catevez
en cuando se despertabu.n sobrcsal- clral, se ve la esta.tua de Rodolfo de
tados. al oirnos hablar un idioma des. E·¡·lach, patriota suizo¡ cuatro osos de
conoc1do; el gordo nos miraba cou ojos piedra. hacen centinela. en contorno de
ehpa.ntados y le preguntaba al el ueño la estatua.
de la boca indefinida: " i qué idioma En Berna se veo figuras de oso en
es e!;e 1" EL otro hacia el papel entiSn- todas partes: en las puertas OU los que resuenan sin cesar en
boca. de todos casi indistintamente. La
lengua alemana del suizo es dura y
salvajo como sus rocas escarpadas¡ tai
parece como si los habi tautes de estas
rogioues tratasen de imitar el graznido
de los pájaros ele sus montañas, el
ruido de sus cataratas y torrente~> y el
cstruemlo de los tlerrum bes torríficos
de la primavem n.lpina ; hasta. los mis.
mos alcmnl.les oncueutro.n JificultnJ eo
comprender lo qnc dicen los suizos.
Las mujeres plebeyas del cantoo Jo
Horno. usan vestidos elegantes y vistoRos.
Generalmente las enn~uas son de
1
género azul, negro 6 verde, de lana
ordinariamente y de seda los tlias de
1 fiesta. li~l corpiño de terciopelo ó de
1 p:ma nogra. es de cuello por dotra.s y
abierto en cuadro sohrc el pecho, con
una camisita plegntla y ma.cgas blancas
hasta el codo; al derredor del cuello
llevan una especie de museta redonda.
de terciopelo, prendiJa. con una. cadona.
de plata. 6 de acero qne ene adelante,
pasa por debajo do los brazos y va
á tocar la museta en la espalda ; cnntro
gruesos ganchos de metal a.cloroau
uno y otro lado del corpiño que concluye
en punta y es ú veces ricamente
bordado de oro 6 de plata. Llevan el
pelo trenzado sobre los hombros 6 coronándoles
la cabeza debajo de un
sombrero alon. Usan, ademas, guantes
calados de seda 6 lana que les suben
basta el codo; delnntal blanco 6 de seda
de colores vi vos (segun las circunstancias)
y la. enagua corta en contorno.
E!';te vestido tan elegante, realzado por
las figuras blancas, rubias y amables de
las niñas y las matronas suizas, siempre
amables y complacientes, da un
colorido local muy agradable(¡ los paisajes
y calles pintorescasde la ciudad.
X
EL LAGO DE TIIUN.
En otro tiempo, ahora muchos auos,
se gastaba. un día entero de Berna á
Thun, despues iba.n en cuatro horas y
ahora se v~~o por el ferrocarril co une¿.
Los campos sitos entre Berna y Tlmn,
no ostentan aquella belleza. salvaje y
pintoresca que buscan los viajeros en
Suiza, pero si no son muy bellos, sus
riquezas agrícolas é innumerables ÚTboles
frutales le dan fama de fértiles
y valiosos. El pueblo de 'l'1mn está en
uu sitio idéntico a.l de Iverdun sobre
ul N euchtltcl, pero aquí el rio Aare, que
lo atraviesa, es bellísimo, y el lago do
Thuu y sus contornos son para\sos de
poesía y de hermosma. 1
Aunque el pueblo do 'l'hun tiene 1
mil encantos, uo pmlimos detenernos
allí, y no:i emuarcn.mos al momento on 1
el lago parn. 1 ntcrlaken. Es asombrosamente
helio el paisn.jo en contorno del
'J'hun : adclau•e, a.trns, lú un lado, n.l
otro, en todns pn rtes se descubren mil
vn riadas 'istns, cerros, collados, bosques,
primorosoc; ch"l,•t.s de madera escol
pida, casas lindísimas, todas con sus
balcones elegantes y cubiertos con un
e,;poso ropaje do enredadas gualdas.
Ya veíamos Rolitarias y antiquísimas
ruinas, monumentos feudales, iglesias
modernas con sus pintados cnmpanarios,
alamedas de sauces, jardines, llr- ~
boles, ho<>qucs, prados .... y sobre totlo,
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1 _!61 _ - -- LA Mu-JER. - 11
flores, flores por todas pn.rtes: cubrien. bre no recordamos, dice que en el nño ~~
¡,¡o el camp0, roJeando los muros, vis- ¡ de 508 sucedió allí un fenómeno ex.
1 tiendo las ruinas, adornnurlo las casas y traordina.rio, á saber: que de rs sin
por ella, y aunque pronto volvió á for- c&nt.estarle.
ruar alianz~L y amistad con Felipe A u- -Ah, traidores! excla.m6; i vosotros
gusto y con su sucesor Luis VIII, que seríais capaces de aconsejarme que ah.
la. estimaban y concedían privilegios dicara ?.. .. Puos uo lo logrará nadie
de Soberana,-su esposo permaneci6 jamM .... Que me traigan aquí á eS()
cn.utivo en París durante quince afios. miserable embustero, y lo coufundiF6
Entretanto ella gobernaba con vigor y al momento.
astucia, y sus tratados y convenios eran 'l'ocios salieron ú obedecer las 6rclenes
dignos del más die;tro y avezado polí- de la Condesa,- pero ya los qnc hauian
tico. Juana tenia el temperamento de acogido la historia del peregrino comnn
déspota. y carecía completamente prendieron el lazo que so le telHlia, y
de cualidades femeninas, como se da á rotle:índole-llamaron al pueblo, siem.
conocer en el acontecimiento qllO tuvo pre listo :t aruot.iuarse contm cualquier
1 uga.r en 1225. gohiorno, y le proclamnron su legí limo
Un din. se llegaron á ella varios Hoberano, pidiendo que despojaran á
cortesanos y la Jijoron que un anciano .1nn.na del poder. Pero ella no ern
de cabellos blancos y vestido como un pernona que abdicara fácilmeute, y,
peregri uo ::uuotinn.l1a la ciuJad diciendo furiosa, se ueg6 á recibir al preteuJ ido
por plazas y calles, á 'oz en cuello, Conrlc, pero co&no insistiel-¡U e dependían de (q, como los Con.
-J4~1 miRerable impoRtor ! .... 1\li pa- des de J!'lánrlos,-y que ndema.s era
rlre murió há luengos a.ños, tengo prue. , parieme de Juana por su madre,- do.
Las.... clar6 que s61o él ora competente para
1
-Si así fuere, repuso uno de los l decidir q niéu ora el verdadero Sobe.
corLel'auos, hacotllo venir, señOi'a, para rano, y si era cierto que el u.uciaM
coufunuirlo. decía verdad. :Ma.nd61-e, pues, comparo-
-Jamas 1 jamas!. ... El infame im- cer dela.nte do él, y despues de haberle
postor no hollará con su planta. mi pa. escuchado dijo perentoriamente quo
lacio .... Mandad que lo prendan y lo era un impO!~tor que deboria ser des! earrojen
fnera ue la. ciudad. rrado de todos los dominios de Fláudes,
-Señora, el pueblo lo rodea. y lo y de Francia. Los pueblos en aqu&
o.cla.ma; los descontentos le escuchan, ent6nces no tenían voz ni voto, ui do-
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-----.,....,.---
REVISTA QUINCENAL. 167
recho de reclam:~r contm lns~iuiones 1 desn.. Sin embargo, poco tiempo pudo
de su Soberano, -así, somoti6se lmmil. gozar de su libertad, pues al punto
d~ á In decision de Luis VJII, y J un na. murió, sea. por efecto do los sufrimienvol
vió á a podern.rse de 1 gobierno. tos y privaciones de su cautiverio ó por
J>ero ~;i el Rey de ]'rancia no quiso otras ca.usas.l1
castigar de olm manera que cou el Ap1~oas se vió viuda. Juana, se apre.
destierro al infeliz peregriuo,-quizá no snró ú contraer nuevas nupcias con
e~taba bien seguro de que lo que había. 'l'omas de Sa.boya. Orgullosa. coo l~s
dicho ero. la venlad,- Juana no qned6 privilegios que babia pedido y obtemsa.
tisfecha. con esto y mandó tras del do do lo. corte de Francia, llena de al.
anciano á algunos hombres pam que lo tanoría y de soberbia, mandó que pre.
cautivnseu y lo llevaran á la pri le prcseu. nido la lleun.bno de sntisfaccion .. Pero
taba el fraile iguieute verdadero Cooue de dantlo un grito estridente cay6 al sue.
Fláudes. lo l-iu l!entido. Dicen los antiguos ero.
La escolta, el verdugo y cuantos oistas c¡ue varias personas vieron, como
r oyeron nquel juramen~o, volviorou hL ella, el objeto que ta.uto la había ate.
cara. húcia el palacio o u que sn Lían rratlo: era la sombra. de B:~luuino 6
cst..1.La Juana e&cucha.uJu l.ls últim:\s dol ajusticiado en a.quol punto, que se
palabras de a•¡ u el desgraciado ........ levantaba tlol lugar en quo se había.
Aguanbbau uua. pa.la.bm de misericor. cow1t ruido el c..'\dalso, y con la. cs.be.
dia de nt¡uella fiorn en for!Jin de mujer. za. 1Í. meclio separar del cuerpo, la La.
Pero, al coutrnrio, vieron presentar. ' bin seiialado, prorrumpiendo en cspa.nse
ú uu" Vllotuun la. cara de la Condesa' tosas imprcc.'l.cioues.
contraicla por la furia. y el odio y que Lo cierto es que dcs:le aquel día
rna.udnlta. que siguiese ndeln.ute el su. Juana se vi6 presa de las aluciuacio.
plicio .... blomeutos despuc~ rodnba la. nes m:ís espantosas; parecíale quo á
cuwzn eusangrentnd:l. del nucinuo, se. tocb hora, dia y noche, el espectro del
parada del cuerpo por ol haclta. del ver. ajusticiado la perseguía. Llena. do te.
dugo, y ,Juana, manifestando una. snl \'a. rror pidiú auxilio á la :-:la. uta Sede, quien
jc sati~faccion, f.O retiraba. de la csccua. le aconsejó fundara una iglesia. on el
poce tuios durú Juana~cspues denquol 'sitio on que había Yisto el espcctr~
d1a gobernando trnuqmlamente sus l~s- por primera vez. No ~;olamente toando
tados siu el menor contratiempo. Al edificaruuaiglesiasinQdosmonasterios
ca.bo de ellos, Luis IX, el Hn.nto Hoy de y un hospital. Pero aún la Justicia Di.
Francia, subió nl trouo y puso en liber- 1 vion. no estaba. satisfecha, y continuaba
tad á todos los can ti vos que hall6 en las sufriendo los suplicios del infierno. De.
I~risiones de E>tado: entre éstos quedó sesperada. renunció eut6nces la corona.
tbre Fernando de Portugal, el marido y se retir6 á un monasterio, en donde
de Juana, allí encerrado, segun dicen l acabó sus Jias humillada, cubierta de
los cronistas, por instancias de la Con. cilicios, llena. do remordimientos y pi-
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168 LA :MUJER.
pirado por aquella sin ccrcmouin, el borracho ponlió Pl cqui-l
cst rntagernct; imuodinlam<'uto Sil lió á ln lihrio y en y tí lnt¡ro tí largo en el suelo,
pncrta do In eilllo y nguurdó ;t su prosun- 1 q noduudo profnndnlllente dormido eu ol
1n víctima. Sin embargo la.o . ¡ cnllcs perma. neto. El curcoloro lo m ircí con ~:>ntisfncoion
nociorolt largo tiempo silenciosas y twlitn- ¡' y se retiró á dormir ltnly COlt!cuto con su
rins; la lluvia haLi:\ continuado p1:nle do ustucÜ\ premeditada.
la noche y nadie salia. Descspera.n:.<~ado yo. Apónas amaneció, los l>rosos procnra1·on
do hallar lo que d(l¡)cubn., y dáudose :í todos despertar á su u novo oompniioro, con el
lüs diablos, pousabn 1·otiro.rso :¡ su ouarto, oltjoto de quo so preparase á n1orir; pero
y aguardar las consecuencias do 611 dos- fuó ou baldo: el hombro dormía tan procuido,
ouo.ndo oyó los lejauoa y desiguales fundamento que era imposible volverlo á
pasos de un hombro calzado t¡ue se ucer- In vida. Coaudo la escolta, que debin llecaba.
cantando lllll\ oancion L;íquioa. El varios al patíbulo, llegó n la prision y se
hombre e:;taba óiJrio y se adelantabn ri6n- oyó el ruido de las annas afuera, el homdoso
solo y Lo.ciondo équiscs. bre so despertó al fin y comprendió lo que
El carcelero so le encaró, le invitó ú. le pasaba; inmedintamonte empozci á dar
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IGD
IV
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170 L A MUJER.
E l 110 contestó, sino que empujando la
puerta de su casa entró; el carbou('m entónces,
ya muy cerca de él, le repitió:
-Cómpreme el carbon!
-Vaya usted con Dios! contestó Pedro
cerrando la pnerta con impaciencia.
En ese momeuto so oyó á lo léjos el
paso acompasado de un piquete de soldados
que se ncercaban npresoradau1ente.
El carbonero, dando señales de angustia,
se acercó á la puerta, y golpeándola exclamó:
1 -Abra por Dios l q ne le traigo á rega-lar
este cari.Jon 1
Solamente eutóuces reconoció I>edro In
voz de su hermano, y abriendo lo introdujo
á su casa en el momento eu que pasaba
la patrulla por la calle.
DIA SÉTIMO.
La veritó sux la vie c'eslle dcsospoir.
ALFnED DE Yxo:n:.
Aquel día deberiau Hogar á Bnena.vista
algunas amigas de Alicia con la intencion
de permanecer con ella unos dos dias.
De ma.ünna recibieron un propio cou
cartas y periódicos pa1·a Máximo, tanto
extranjeros cou1o de l3ogutá. Oomo no
podia.n salir á pasear, pues nguardnlJan de
uu momento á otro d las visitantes, 1\Uximo
propuso leerles el folletín de un ¡leriódico
que le enviaba un amigo suyo.
Una vez q ne estuvieron todos reunidos,
.Máximo empezó á leer lo siguiente:
LA VIDA DE DOS MUJERES •
OUADltO INTWO.
I
. Heunida la familia, Luis refil'ió los peligros
que babia corrido y que ya oouooemo~;,
añadiendo lo que le sucedió despues
do separarse dol carbonero. Caminó toda
la noc~e por los afueras de la cindacl, J Acababa yo de cumplir diez y seis
trausido da frio y sin atreverse ti entrar á añvs; ora huérfana de padre y madr&, y
parte alguna, temoro~o do que descubt·io- hacia dos años quo vivia con mi abuela
11eu su di.~fraz. l'ero cuando amaneció, la paterna, señora anciaua, viuda y ciega
luz del día le infundió más confianza, é hacia mucho tiempo. Esta seiíora, qno jnimpelido
p11r u u extraiio deseo quiso vol- 1 mas babia salido dol pueblo do • • •, en
Yer á ver á. sus compañeros de cárcel y Nueva Granada,con~orvaba á. su lado dos
verlos pasar hácia el suplicio. AposModo- 1 hijas, viejas ya, solteras y retraicfus do
se en uu lugar oonlto de donde pudiera toda sociedad.
vados pnS<'lr, esperó h'anqnllo y ~in mo- j EstaiJa yo una tardo al lado delleclJO
verse. Cuando oyó la campanilla de los do tia Juaua, que vivía siempre achacosa,
qu~ acompañaban á las víctimas, quüw y á. la sazon estaba on cama, cuando oímos
huu·, pero tuvo miedo y permaneció en tañer tristemente las camlJanus do la iglo-su
sitio. sia del pueblo.
Vilí pn~11.r tmo á uno á los patriotas, y -Esue dobles annl!cian la mnerto do
con asombro notó entre ellos~ su e110JUigu un bomure, dijo mi tia desde su lecl.to.
que moria en su lugar. 'l'ambieu, como l:!U l -Así parece, contebtÓ con su suave y
her~1nno, creyó soiíar, poro lo:; gritos y nnnonioso acento tiu Andrca, que e.~lo.oo
nlandos do aquel mil;eraLle le con voncie- senbda labrando un paiío do mauos con
ron de la realidad. diuojos de aatatltmba1 detrns de la!< oOlii-
. Decidió la familia que Luis permaue- nas de la cama, y cerca de Ulla ,-eutana.
c1era. oonlto en la casa, lo que se verificó -¿Quién sor á'? repuso tia Juana, dirisin
ningun acontecimiento digno de no- giéndosa ti mf; ¿por ventura hnbria en
ta.rso. Cuando concluyó el terror mori- el pueulo algnn onfonno do gravedad.?
llu;t~ SQ presentó á sus amigos, los que -No só, contesté, sólo que fuera don
h~btan lamentado su muerte, habiendo Ramon ....
VIsto su nombre impreso entre la lista de -Don Ramon! exclamó la euíerma de-los
fusilados. j:l.ndose caer sobre las almohadas. 'l'ia
A poco de haberse planteado nue'\"a- Androo snspüó, y entónces su hermana,
mente la República en Colombia, Luis inoorporándoso, levantó la cortina para
logr-ó casarw con su prima Balen, ú. quien mirada en silencio, y no se habló cosa alyo
conocí, ya vieja y madre de una numo .• guna. durante nn rato.
rosa familia. Enseñada á la vida monótona en casa
de mi abuela, y conociendo los modales
poco comunicativos y la habitual seriodad 1
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R E V I S 1' A Q U I N C E N A L . 171
1 de todo!! ens habitantes, yo \ampoco~guí sus tierras y las nuestras. Tiacia muchos
adelante ln couversncion. En e:. te intorvnlo mese~ qne don Hamon o.staha enfermo do
so presentó en el aposento uua oriadn y gra n~dad y Dios lo l1abin dndo tiempo ]>ara
mo entregó un caldo para qno so lo ofro- 1\l'repcotirse de eu pn>~ada iocrednlidad,
ciorn :t tia .funna. Me acerqué 1\ ln cama, 1 tanto que esa mañana ól, cspontúueameote,
y mióntrail que mi tia lo recibia do mis 1 hahin mnttdado llamar al cnra para r1uo lo
manos, so diribrió á la criada diciéndola:
1
adminh;trase los último!! eaorameotos, por.
-¡. 'J'ú tsnLe11 por quién doblnron ·? que babia empeorado.
-Por el diJ11ntn don Uamon, contestó, Cuantlo salí del apo~onto de ~in Juana
que )111-"J"C so murió e11denanfcs. fní :\ bmscar :í mi abnola, In que, aunque
-'l'omn la taza, Pepitn ,¡ osmoJI,
r¡uo cm hm orgulloso, no por Ot!O ourecer, y uu nmhieuto !:illt\\'0 y perfumadeja
do llora de. do me en vol via 011 uua ntrnú~fcm ue aro-
Vol\ Hamou ora nu caballero do m;ís do llli\S y do vida. 01 vidnudu las pouns y
cinru••uta 11iio::, soltero y duoiill do mu- tri~te:r.us njouns, o.-;cuohfllm cnulnr en mi
chus horras cu 1'1 ui!;trito do • • ... 1 >ooinu corazou el gran }.Iocr na ele In jtl\ ent nd que
quo cm l10111hro muy ilu:;tnulo, y IJahia de;picria, y lmllir itl 'ida y In esperanza
nlcil!ido en su jnveutud una óüucnoiou cu mi ~:mgro y t:ll rui oapiri\n, á pesar de
pnrtlcnl,,rmouio c¡;moH1d11, aumo.utnntlu su las ruinns hnruanns c¡ue 1110 rodeaban en
cieuui' t..'UU h k'l.:tnra. á la cual cr:\ 111ny ti'}'\Olla casa en quo lodo era ajnclo, triste
nticiohnclcl, Los r¡uo entraban á 811 CliS/1 80 y monótono.
lutt:inu lt~u~llllli ulahaodo la hormosn libt·o- :No só entinto iiompo pn.saria nllí mi-rítH}
II!ll!OH'Ín, y ou cuya compniiíu so ou- rnndo, sin ver, In pinza dolpuohlo, y os- 1
r.onul·1 lnrg-aJS hurns estudiando, le> 1¡uo no onchnudo como nnoLat.lu las nuO\'M nr,
lo im¡()tlia hacer lmcuos negocios, uclmi- monín." que arrulln.lmu mi 11lmn con lllil 1
uistra hH hncicudns qnolc ht~binn dl'jndo dulces ensueiíos, cou m1n voz oxtrnüa y
:.us 11 t)ures, y ntCl!orar, st>gun dccinn, dulicio,..a. Cerró cntornuu:nto lu noche al
umclu;s om:a~ do oro eu ln mejor cn~u del fin, y empeznlm á snlir ln lum1 rletras del
puohl , CJilO orn ¡;nya tamLien. Hombro cetro, d. ezspaldas de In iglotiin, cnundo so
pncíftte, nful,lt>, de co;.tumbrc.-; scvon1s, prCl!ootó tia Audrcn en el corredor y se
unw¡u3 rhanccl'O y un tanto desproocu- situó :í mi lado. Noté quo llevaba on la
pntlo, ora gcueralweuto qnet·ido por las mnuo un rnrno do jazruine11, flor que siomgt•
nlcs tlol pueblo, y temido do los que pre prefería, y única qne cultivaba. Ella
c¡ncriat dnl'lio ínfulns. Eu castl "e le veía no habló ni yo tampoco; al cabo de uu
J..lOI' ra:;czu, y eso cuando toniamos nlguu ralo vimos salit·. do la cnsñ c¡uo había hahuéKpeu
qM él visitara, ó para urreglar bitudo don Hnmon ou lt\ pinza tt una mulalgun
ucgocio ó asunto do linuoro~:~ outro titud do gente llcvnndo ol fúrotro, y on
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1 172 L :A. MUJER.
segnida dos hileras de luces que se diri- nándose, púsolc sobre el pecho el ramito l l
gioron nl templo. de jazmines qnc llevaba en la mano, y al
-Pobre Ramon! murmuró suspirando mismo tiempo una lluvia de lágrimas oa- 1
tia Andrca. Allí lo llevan, y yo no lo ví yó de sus ojos sobro el impasible cadá-por
la última vez. ver ..... y alejándose des pues de haberle 1
La miró sorprendida, y entóuoes ella mir.ado una yez más, se fué á postrar
añadió, con cierta exaltaoion que jamas delante de un oscuro altar orando con
babia notado -en ella: fervor. Aquella muda pero tierna esoona
- llija mia, ¿quieres acompañarme á me tocó hondamente, y arrodillándome al
la iglesia? lado de mi tia la acompañó en sus ora- 1
-A e~:.-tas horas? exclamé. cienes, llorando tambien con ella. En la
-Sí, dijo, no puado resistir .al deseo de pl'imera juv~ntud, cuando no se han teni-volverle
;\ ver .... y no me atrevo á h ~:~ola. do penas propias, so llora sinceramente
-liaré lo qno usted quiera, tia, con- por las de los demas, pero á medida que se
testó, pero pormítnme ir á tt;aorle algun avanza en la vida y se sufren aflicciones
abrigo...... propii.IS, las ajenas nos son ménos sensibles.
Uu momento despues salimos á la pla- Rato despues estábamos nuevumonte en
za, y siguiendo las sombras do las casas, casa, sin que nadie hubiese notado unesy
bien ~mbozadas, pocos instantes des- tra ausencia.
pues llegamos, Pin que nadie nos viera, á Onando llegó Ja hora de retirarse cada
la puert..'\ falsa de lu iglesia, y Rgno.rdando c11al á dormir, me acerqué tí la .cama de
á qu~a salieran todos .los que habitm acom- tia Juana para darla las buenas noohos: la
paiiado nl cadáver JlOr la 1merta p1'incipal, ví acostada largo á largo entre las blanentramos.
cas sábanas, con los ojos cerrados, poro ~1
El tomplo·estaba perfectamente oscuro., acercarme les a@rió y me parecie1·on húsal
vo elata6d iluminado por cuatro cirios medos como si hU:uiesc llorado.
quo ardinu en torno suyo. Ninguno do los -Buona.s noches, hija, me dijo con mns
acompañantes bo.bia permanecido aliado sunvidud que otras veces .... no roo olvides
del férett·o, excepto el cura que estaba re- esta noche en tus orncion~, añadió.
zando, hinco.do o.l pié del altm· mnyor.l.>aso Acercóse on aquel momento tia An.frea
ontl'o paso, tia Andrea se fné acercando nl y la dijo con aoooLo cariiiGso:
ataúd que estaba destapado; yo la seguí, -Hormnna, ¿t¡uiere usted queme quey
ontónces ví por la primera vez la muerte do rn;ta noche ucompnüñndoln '?
cara á cara,) aunque aquello me hizo mu- -No, contestó la otra con marcada secha
impresion, no fué tanta como t01uia. quedad, pero nl mismo tiempo Bltspiró,
Don Ramou no ootaba des~<>"Urado, al como si sintiera un dolor.
ooutrario1 pat·ocin rejuvenecido. Era un - .¿ lla eutpeoraclo d0t1de esta tarde?
homhre de fí5 aüos, y sin que su fisono- preguutú In otra.
mía fuera hermosa, debía hn.bet· sido eu -No hay moti,·o .... "~ioy lo mismo.
su juventud bastante expresiva ó iRte- -!'ero si iuviovo alguno. novedad ....
l'L'Mnto: la frente eru alta y detspejada; y -Quiero estar sola, dijo tit\ Juana, in-aunq
u o las facciones no oran finas, taro- terrumpiéndola. con bn~tl<¡nedad, ó incorpoco
parecían vulgarC$ y ro,·elabnu bon- por1índoao, u1iróla do ltito en hito, y aiiadió:
dad unida tt uut\ voluntad do hieno. Le -¿Por quó se te figura C}Ue he de suha.
bian ataviado con sus mejores vestidos, frir más hoy quo ayor?
y bajo ln incierta luz oo las cer4s no pa- -No sé, pensé que ....
recia muerto sino dormido. -Pues cvíiato ponsar 11coedades: hM-
1'io. Andrea le contempló por espacio ta mañana, repuso, volviéndose htl.oia el
de algunos momentos, y dClipues, incli- rincon. (UCJ~ttit~uaní).
A LOS LECTOB.ES.
Con motivo de una enfermedad bastante séria que me atacó durante mi ausencia. de
Bogotá, no me he podido ocupar absolutamente en trabajos literarios, asi es que este número
de LA MUJER carecerá de Revista. Europea. ConfÍo en que los suscritores roe perdonarán esta
falta. enteramente involuntaria, y procuraré que la próxima Revista. sea má.s nutrida
c¡ue nunca. LA DIRECTORA.
- ----------- - - --
lrnprent.n do Sihestre y C. d
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 31", -:-, 1880. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2087376/), el día 2025-06-28.
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