REPÚBLICA DE CO LOl.\-:IBIA.
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__ ."' .......... ~ .......... _ .. .--. ________ ~ ................ ......... _ ........ _ ....... ..... ...... ... _ .... __ ...-.-..._.-...,_ .... ----.. ........... '....-.... • • J-' "' ... -. ..... ______ .-.. ...... __ ....--___ SERIE l.' BOGOTA, MARTES 27 DE ABRIL DE 1886. NÚM. 3.
;
~_;·_"'J""''''''''' ... .}· ..... ·''''''_-_· ... r ... '''· .. _____ '-'''''-'''· ,.. .......... ,. ................. ____ ... ..; ...... _ .. --....-.,.~~
+. A S y Y":"< ('< r.c< L j.: rrilIa, como ya lo hioiera Camacho Rold:5.n, sobre la ~A~ ¡DO,,,).., ____ ~:::..:.:....::2.__=:.....::.....:=-.:.::=_:.....::.....::.....:=_ ____ ¡generación pa¡,ada de literatos, de los cuales muy pocos
"LA LIRA. NUEVA" ¡ se ai~laron, como en liD túnel, en "la casera letrilla
. , . ¡castellana," para salvarse del arrebatado torrente román.
, ~n libro de poe.slas es un dulce refugIO para los i tico. Condena la. reacci,)u, como excesiva, que sucedi6
espmtus delIcados .. SI las notas son ~ua\'es, llcg~n como i á ese movimieuto, y después do saludar como iÍ. sombras
una poca~ada de aIre puro y,fresco, cuando hIerve la ¡ idas á los trovadores de la escuela de Zorrilla, llega á
saslOn, a,lh, el cere1:J.ro se en?lende, pero .ent;·e a~ordes ! decirnos de dónde hau tomado ejemplo los nuevos poe.
e .m~slca grave. Y bueno o malo el !rlno" el aVl'va la; tas, los autores que figuran en ese libro. En José Euse.
cunosldad de estudiar el coraz6n del poeta o lo~ p.oetas· bio Caro gustaron el nervio de la poesía; en José J oa.
que lo forman, 'porque en verso s~ le hacen al p,ublrco- quín Ortiz, al continuador de Bello; en Miguel Antonio
~uch~ veces Sln quererlo-multItud de eRcondldas con. Caro, algo como la IJrecisión: Gil Gregario Gutiérrez
fiele~clas: es el verso como el geroglífico del amor, del Gouzález, la nota de la uaturaleza campestre; en José
s~lffll~llento y de los deseos. Tan necesanas sou á la lIfarú, Pinzón Rico, 1M cadentes estrofas; en Jorge
tn del a lO1 telecteul a 1 la~ estrofas, .q ude ho'y .se, e'sc uchan e.n lsaaIcs, ta e rllura, d e JI r' 1 1 'd o 'ent 1 d L(U'1f{. yeco al'! o Ti a e
o o e, Dlun .o con \lna especIe e paSlOn, y tan meno &wlo' en Rafael Nlíñez, alero iQ1loto' en Ra.fael Pamba
to:;o, He cons.lderan los bue~?s poetas, que aun muertos al",o e~traño ; nr IUtilll; eJ~Die"~ Fallan, la perfec~
senoreau el helllpo, como '1; !Ctor Rugo. La naturaleza .9 '" 1 y, r d 1 1 ' <:> d "É t
h II b 'el 1 . T ., 1 CIUU, o a serenHla (e aS cosas gran es. s os son,
ace l1ace~ a, Jom' re ca¡' o, ya. ClVI lzaClon o encun;o pues, los maestros, qlle, aun _in propiedad, llamarémos
bra IÍ Sll dul.frula altura por medIO del YerRO. La 110esJa . d' ~'l . tr" tI" L L' e"
I . 1 b l'f d 1 11l I"'enas, "e"'Ull e ID Olllle or (e a Ira nu va .
CR e mm 10 qne RO re a rente e OR hombres se con· L)' E" - N í- d \.. e B
funde con el mila"('\llo oe la esperanza. 'forma el fondo del cuadro; los gorjeos escondidos en
. EI hgcramente la cuestión histórica del olaRi. ¡ oh, bello libro, hermoso libro" La Lira nueva.! "
cisma y de "\1 lu,ta"'olli,ta y señala ]0 l' fl ' .', 1 Z D b I . . . . " ., <, n neHela, e "o. escu re e lector el dlstmto procedUIllento de los
18 LA SIESTA
que ~mponeo. ese mosaico. El talento es una ~uerza I por su pasi6n por ,el ~aestro, que hubieran deseado con
esparcida debajo de los cráneos, pero que se maOlfiesta I ahínco nacer en Sevilla en 1837 y morir de hambre en
en St;S ob!as con la misma de5igualdad con que las fuer- 1 Madrid en 1870, como el infortunado Gustavo Adolfo.
zas lDtenores del planeta se revelan en la superficie. I Por lo que hace á NtÍñez de Arce, se le ha tomado la
También ti.ene la inteligencia montañas, colinas, valles, ! forma de algunas de sus estrofas y su constante espíritu
pozos y abismos. En" La Lira nueva" hay manos de I de duda; es lo primero irreprochable, como que ,i Groot señala. un derrotero para el que" 11efantiles,
que se perciben frescas y puras aun debajo del i gue á ser el ",:erdadero poeta, que }legue á ser el Poeta".
abigarrado manto en que se disfrazan, en su entusiasmo I Hay venero lD~xplorado, segun el, en los. aconteClml~nde
uifios verdaderos 6 de viejos infantes. tos de la conqUIsta, de la colollla y de la lDdependencla.
Para atar las distintas partes de este discurso, 1 Muy cierto, y adem~s, puede amplia~se el horizon~e,
reconocemos, con el autor del Prólogo, que ha influído ¡ porque e~ los hechos Int~lectuales hay siempre e.;a.s mlllmucho
sobre los autores de "La Lira nueva" el estu- i mas tres epocas: se.conqUlsta al h0D?-bre cuando se l? oblldio
de Becquer y de N úñe¡¡ de Arce' el de Campoamor !I ga á presta~ atenCión;. s~ .le COlOlllZ?, durant~ el tIempo
no es muy VI.S I' ble . E st e últI' mo es un'af r agancl. a que se en que sus Ideas son dmgldas, y es IUdependlente desde '.1"
d 1 f d A B 1 h d d i el momento en que se sIente capaz ue gUIarse por SI escapa e os rascos e eovase. ecquer se e a a o 1 • ' .1' ., < I
vue lta s, se 1e h asome t I'd o á tod os 1o s eJ.e rCIC.I.O S por la'l mismo. Fecunda~' conSluer.a CldO dne s f qu6e serVl.na,n" os . t d d C I b' d d 1ft d d poetas para explicar multltu e en menos llltenores.
Juven u canora e o om la, ~ mo o que mu I u e 1 Rivas Oroot desea que el vate sea, en síntesis, un
Poetas se han h.e cho consustanCI.a les con el mí alogrado I be ne fa c t or' S'I á fe' y quo sea por Io t an to un l1'b e rta- e8pafiol. Se denva de aquí una cierta monoton a cuando , d .' l' , ,
se reúnen muchos bardos del mismo género imitativo; 1 or UDlvers:J, .
y pierden ellos bastante, porque uno r~cuerda, al leer DESCANSA GUERRERO!
la imitaci6n, el original, por la tendenCIa á gustar más I DEL I~OLt.)
de lo ~ativo y prístino; y cuando se trata de Becquer, ! Viene desde los campos de hatnlla
por eJemplo! p.orqu9 ha conservado en todas partes I y alumbra su camino la tormenta;
muc~a. 8upeIlon~adsobre sus albacea.~. Deseáramos v~r Pide un rincón en la pajiza choza,
i la. Juventud aligerada de esa mama, que no le deja TIusca el calor de la chispeante hoguera.
mostrar fuera del molde sino el busto, con mucho trabajo;
y mira.rla de pió, ágil en sus movimientos, llena ~
ele buena doctrina literaria, pero dando ricas poma. de
MU propia cosecha, hasta donde fuem posible. Y que no
se pensara de muchos de los imitadores de Becquer,
Desencajado, lívido elsorublnuto,
Rueltn sobre los hombros la ml'lella,
No es ya ese rostro el que ouhrití de be~(lH
En al postrero adiós la madre tierna.
LA SIESTA 19
Relumbran por instantes sus pupilas
B(ljo la. sombra de las anohas cejas,
Cual fulgor de reltímpago lejano
I como un chorro ondulado sobre el pecho. La voz acce8ible
á las modulaciones más variadas; correcto el ademán. y lal·
I picado el relato con picantes interjecciones de entuslaSlDO.
Cruza en la noche enmarañada selva. El drama del Santuario, qne una nocb~ autes de su
Se ha. dOl'mido por fin. Duerme, guerrel'o;
Mira en tus sueños la. nativa aldea,
Respira los perfumes de sus buel'tos,
Oye las flautas de sus lindas fiestas .
I muerte refería á algunos amigos, tenía la propIedad de II~'
tal' todos sus rec1lerdos, mover en su pecho tod¡~s las PaBlO'
'1 nes generosas y dar á sus labios una soberbIa elocuen·
cia. Bolívar aparecía el primero: rodeado de fuerza y de
poder árbitro de los acontecimientos; en su mano la suerte i de la' República. Córdoba iba saliendo de los .lablOs do
No despiertes, guorrel'o, no despie:-tes 1.. . I Quijano joven gentil apasionado, valeroBo, temble. Va
DeSIJertal' es horrible .... Sueña 1 suena!
Ese es el sueño de la dicba, y siempl'e
TUIll bas ó ingratitud hay tras la auselJcia.
J OROE laMes.
I
á, la mu~rte,. q~e él bu~ca en lu~ha d~sig1lall sin zozobra y
SID arrepentlmlento. Cree mOlJr pOI la LI oert~d, yeso le
basta. QuijaD,o preparaba el .desenlace del hOl'!lble druJllI\
, COD, Ulla pasión y un arte tembles. Magnanumclad de Bij·
¡ ¡¡val' ; odios antiguos; siniestras in~J'igas ;-torlo llegaba al
1 campo del Santuario, después de lIgarse en mIsterIOsa trll· ! ma á bnscar la persona del General José Maria Oórdob~,
LAS RELACIONES DEL PATRIOTA. . ¡ cod una espantosa fatalidad. Veíase avanzar por los calUI·
Sin ninguna dificultad se trat~ba á Jos~ ~Iaria QUI' I nos de Antioquia al joven héroe, bello y sereno; se le ~alu.
jano Otero. No tenía en su figura Ul en sus h,tbJtos ese es· daba como vencedor, SI ~? s.e le lloraba ya como v;ctlllla.
tiramIento riguroso de algunas dudosas c~lebndiLdes, q';1e I La sorpresa del pequeño eJermto por las fuerzas dio O Leary
las hace innbonlables, á lo menos, para la Juyentud humll· '1 da más movimiento á la accIón. Los muertos ca~n sol!l'e el
de y desconocida. Predominaban en s~ c~rácte r l~ dulzura césped, el ruido de la pelea at]'l\cna, pero QU~Jano no os
y la cordialidad, uc tal modo, que SI eXistía algun punto I bace pensar sino en Córdoba.: entre el hllmo le sIgue, cuen,
;ie contacto con sus aficioues, siqniera en lo que. hace á ! ta sus pasos, sus movimientos, las pt.:lsaciones de su cora.·
la Historia de la Patria, podía cuntarse con su . mefa~lc ! zón los instantes ya I!reves de su Vida. El feroz Han?
fondo de cordialidad, que se esp>t~iab¡t ~n conslderaelO' ¡ probede por orden superior, s~ abre paso, se acerca; su rm·
nes y cariño durables. Desde la mfancla le amábamos ! rada torva gira por In redUCIda estanCIa, en donde el león
por su entusiasmo republicano, y nos eran I\lanuales las ! yace acribillado.
páginas de sus libros. Fuimos lnégo amigos suyos m.lly ! - .LQllÍén es Córdoba 1 pregunta el ~i8erable. .
respetuosos sin ningún trabajo, y oímos de sus labIOs ! _ Yo soy responde un oficial que qlllere dar su VIda
D,anaciones llenas de interés, en que. eran protagoDlstas i por su Jefe. ' .
las grandes figuras de la IndependenCIa. ¡ -Eso nó, exclama. el hendo. Córdoba soy yo; y se
U na noche de ~ unio de 1883, pocos día~ antes. de su i incorpora en la tarima donde está postrado y ~endido.
muerte, bal!laba QUIJano de Córdoba. El aue11to.no era i La hoja de acero se alza en la: mano del Irlandés, que
escaso, pero de gentes de letras. Gustaba de ammar el ¡ obedece como asesino; se alza, bnlla un momento, y des.
cuadro de sus retratos hist6ricos de hombres grandes, con j ciende sobre Córdoba como una serpiente.
todos los ponneu?res del ti.empo en quP. vivieron; y a;;í asis· ! _ j Miserable! es la respuesta (lel moril!undo, y su
tía uuo, por su lDterv.enClón, al lugar do~de se agItaban, : castigo supremo á los verdugo.s.
veía las gentes con qUIenes hablaron, los muaba en la calle ¡ Cuando Quijano sigue, poco á poco, la agonía de
yen la casa, en los campos de batalla y en el Gobierno; I Córdoba os invade la f"tiga de la última hora; qnerríai,~
atendí~ á.sus hábito.S fami liares y á las ceremon!as de la ! que acabara ya ese tl'ance extremo,. porque o.S at~rmenta,
VIda publica, y contaba sns amigos y sns adversano¡;. Con ¡ os espanta con esta escena de dolor lDmenso. Espiró: sus
diligenc~a .de m~chos años logró Quijano Otero enterarRe ¡ últimas palabras fueron: "Patria" Gloria,. Ayacucho .. "
de la cronlCa mIDuclOsa, así, como de la ~Ita filosofía de l.os i Un poco más, y Quijano enloquecería, .tanto sufre .con el
sucesos de la gran ColombIa. Los modísmos de lenguaje, j martirio del le6n inmolaelo. Al termmar la relaCIón de
peculiares á cau~ localidad entonc.es, los conocía, de modo ! esta tragedia, esa noche que no olviuarém.os, g~uesas
(¡~e en sus relaCiones los personajes bablaba~ el que pro· : gotas de sudor resbalaban por su frente, sus oJos se IDyec,
PI amente habían usado. Bolívar elocuente, uno; San tan· ¡ taron y sus últimas palal!ras eran trémulas.
del' letrado, otro; Maza, uno distinto; Córdoba invencible, ¡ ____ __ _
el suyo. Esa multitud de hombres, que dan la clave de los i
acontecimientos, pero que generalmente no se recuerda, ¡
porque se pierde en la común denominación de pueblo, i
nvía para Quijano Otero con nombre y apellido; él la !
conocía como si la hubiera tratado de ordinario, y la ani. \
maba, con la fuerza de la memoria, hasta presentarla palpi. !
tanta, de carne y bueso. Se disponía uno, al oírle, á tender l
la mano á ese soldado de regimiento qne salvó una ban. !
de!a j estaba tentado á levantarle la tapa de los sesos al ¡
I!n bón oscnro que en tal año dejó sus filas y traicionó á ¡
BUS camaradas. S610 Quijano los distinguía en la multi. ¡
tud y los bacía conocer. i
.Era al to de cuerpo y con nn desn.r rollo vigoroso, pero
reposado. Una frente abierta y una cabeza redonda, la
cúpula de ese cuerpo. Los ojos tenlan un cariñoso interés
cuando miraban. La boca era amplia, coma para dlljar
correr las palabras sin trabajo. Los labios gruesos, al as.
pecto sensuales. E l color moreno en el rostro, así teñido !
por el sol tin las faénas campestros. Un bigote espeso y 1
largo, y en la barba abundante festón de cabello que le caía !
Á ANTONIO JOSJ!J RESTREPO.
DESPEDIDA.
Cruzas el mar al 1",10 de tu esposa ....
Delicioso v iaja.r!
Será. así la. " linnura temblorosa."
Un cielo en vez de mar.
EL rugiclor bramido con que el viento
Asorda la e"tensión
No inqnietarál sin duda, ni un momento.
Tn amante coraz.6n.
El pérfido vaivén de los oleajes
Que luchan con furor
No entuxuiarlt los m~gicos celajes
De tu feliz amor.
El camin .. r ligero de la nave
No ha d. turuarte ti ti ;
El corazóu del hombre nunca sabe
Temer si viQ¡j a 9081. • . •
20 LA SIESTA
Que aun ell'ecuerdo do la. patria. nusento
Tu Iués mitigará;
y si su alror¡¡ los pesares sicute,
Tu amor los calmal':.í,
Yo también por los mares he sllrca,lo
Solo con mi orfandad,
y lIlás que los abismos lile ha cspant"llo
lUi propia sole,lad.
y [1,1.111 sigo yo cruz.a.ndo de la villa·
El 1)roce1oso mar,
Sin teller " mi lado quien rué lliua
Que deje de llorar. __
S6 feliz, caro amigo, y que tu lirn.
Encuentro inspira.ción
Eu el viento quo pláciilo suspim
De las aguas a,l són,
Es el mar como gráfico reflejo
Del genio inspirauor,
Ya. tonga róseas nubes por cortejo,
Ya brame átron",dor.
fe El genio aJ cielo sube," tú dijiste,
Con ouánta exactitud J
iQllé bie~J~::~~ la 1~~~t~ cOUlprendisto
Canta, ptteS, sobre elloruo polleroso
Del soberbio titáu;
Tu oanto noble y grave y n.rmonioso
Aquí lo escu.chul'áu!
y miontras que tus ecos tan 'pI'cciados
Ropero n tan a.q llf,
Recibo mis aceutos desgraciados,
Del interior de lui a.lma. lcvantauos
Tan sólo para ti !
JoslO LrzARoo ronRA~.
Bogotá-188!.
OONTESTACIÚN
A JosÉ LlZARDO pOlmAS
Crucé la. llu\,r al1n.do <-le mi esposa.,
Delicioso viajar, vÍnjftt así;
j)o la. jnltlol1s.io~
y oll'o<-lonclo ]J01'izonte dl'\ lu mil!',
Nuestl'l1mcuto UOVrlball tí 10 lejns,
A la, po.tri[t '1"01'i<1" y al hO¡;al·.
Ay I pens~unos: - ¡ ta.l ve7.11l~e:i1,1'11 vcntu l':L
Ptlóde con estas aguas competir,
lI1czcln.Ua como está con]a. amargura
De lUl atliós y uu iucierto pOl'vouir!
y este incesante, n.t\l.oador l'ccclo,
Quo COilllHtrtía. mi amorosa. 11)(.s, ,
lIre hizo olvidar lal:,; trombas (lo ('se cu~lo.
Los abismos abiertos " ruis l>i~ •.
Así mi lira que cantara nfa,na.
El utnu('n de Ull a.migo que perdí,
F1l6 lJlud:.L aute la pompa que euga.laufI
De ese mar el :iopor ó 01 Ú'enesL
Ya. on Balvo, de las costas extl'aujol'l\.!i
El taciturno a.poeto contomplé ;-
1 'fierr::t do mLS visiollC8 y. quiUlerl\S
Q lle y religiolles, bay costumbre., hay
, leyes que no puedcll SOl' combatidas JJi destruidas sino así.
¿ Cómo podría ser vituperable emplear la única urrua eficaz
pan:. desarraigar lo que es Ululo'! ¿ Quién se ,trever" á
censurar á Cervantes porque en vez de argumentos filosóncos
ó de diatribas elocuentes empleó su caballero andante,
el inmortal loco de la lIIancha, pan, mata!', sin reslll'rección
posible, la mala literatura de los libros de caballel'll\? Y
quién, sino las víctimas, censurará al Padre ls1" porquo P.n
vez de amonestaciones y cOllsejos :í los predicadores de
hinchada é indigesta verbosidad, creó y arrojó al mundo
su admirable tipo, el famoso fray Gerundio de Campazas?
......
GOmo arma conectiva suele ser uuís eficaz la risa que
la l,ígrima, la sátira 'l110 la homilía, el epigTulllu que la
, pastoral, la mímica bUllona '1 UD el sermón, la ironía sangre que en privado le ha hecho brotar oon sus fero- 1 clue los cocuyos, en vez de huir de la luz, la huscan.
ces mordiscos y...... ! Quise replicarle, explicándole cómo entendia yo el
Tadeo pronunciaba estas últimas palabras envol- i pensamiento del poeta; peTO en este instante dieron las
viendo un cigarrillo; y, distraído por esta operación, me i dooe de la noche en el reloj de la próxima iglesia.
dijo, como volviendo en sí de una larga digresión. ¡ Tadeo se levantó inmediatamente, sorprendido de la
-Pero á dónde hemos ido á parar con esta conver- I hom, y sin aguardal· más, se despidió de mí, excusándose
sación ~ De qué estábamos tratando al principio ~ Ya lo he I por haberme hecho trasnochar. Le acompañé hasta la
olvidado. i puerta. Allí nos despedimos de puevo; pero él, después
-TraMmos al principio de nuestro poeta, le contesté, ! de haLer dado unos cuatro pasos, me dijo, volviendo la
volviendo á tomar el libro de encima de la mesa. Lo has i cabeza:
tratado con tan poca consideración, que serías capaz de I -Perdona mis impertinencias. No olvides que todo
irrespetar, Tadeo, hasta el famoso verso del cocuyo. ! cuanto te he dicho esta noche de tu poeta y de los demás
-Cuál es ese vel·so? i prójimos es pura broma. El hombre es el bruto más per-
-Voy á buscarlo para leértelo. le dije hojeando el ¡ fecto de la creación. Otra vez, adiós.
libro y leyendo, de paso, los nombres d·e algunas de las ¡ Y se fué.
poesías con que tropezaba mi mirada, mientms llegaba ¡ Diciembre 1.0 de 1885. MINGREI,IO.
á la celebérrima composición del "POI· qué no canto?" ¡ ___. ...... _ - -
Cuando en esta lecturá inconsciente dije: "Al Diablo," ¡
Tadeo me interrumpió. !
-¿ Al Diablo? Y qué dice del Diablo tu poeta? !
Yo leí la primera mitad de la primera estrofa:
ti Na.die te canta, Rey de los jufiernos, ¡
No hay una lira que te dé su voz" ..• - ¡
I
-No sigas, amigo, me intel'l.·umpió de nUOVO Tadeo, ¡
extendiendo la mano abierta hacia mí como para orde- ¡
narme también con ella la suspensión. Se conoce que tu !
autor no ha leído á Milton ni á Klopstock ni á otros mu- i
chos que han cantado al mismo personaje bajo los nombres i
de Luzbel de Betzebú, de SatanlÍs y de otros. Supongo que!
wnta,· es ~scribir en verso, porque así lo entiendeu todos t
los poetas. No sigas; busca lo 9-ue querías mos!'rarme, i
porque ya es tarde. Tu poeta olvlda que hay poesJa en la t
historia de un ángel caído y que hasta lo deforme y lo !
monstruoso tienen su grandeza, digna de las mtís altas!
plumas, cuando se les ob~erva . con esa lente maravillosa¡
que el aenio tiene en su OJO. V iCtor Rugo, el poeta pnvI- i
leaiado'" de la cima y del abismo, de lo azul y de lo negro, I
looha demostrado objetivamente. ¡
Mientras Tadeo decía esto último, llegué yo en mi ill- !
vestigación á la página que buscaba. Entonces leí: !
I "No hay sombras par" ti. Como el cocuyo ;
El genio tuyo ostel1ta. su fanal;
y huyen(10 <.le la luz, la luz llev""do
Signe alumhra.ndo
Lo-s mi"",a. sombras que buscando va!'
-Atácame, Tadeo, esa estrofa lnagistl·al. i
Tadeo, en voz de contestarme directamente, me pro- i
guntó: I
_ Has co"ido cocuyos alguna vez'
-Sí, mu~hos; lo hacía cuando era niño.
_y cómo lograhas apl·osarlos'
-Con mi sombrero. Lo tomaba en la mano derecha;
pel.seguía á la cbispa volante y. cuando la alcanza ha, ~e I
descargaba un sombrerazo, y 81 le acertaba, la cacen a
estaba hecha.
-Ese es un método muy elemental. Hay otro mejor,.
más seguro y más elegante.
-Cuál?
-Enoiende una vela 6 un farol por la nooue, durante
JOAQutN P. POSADA
Á DEMETRIO VIANA.
A ti, el insigne oTador
Del partido que no sé,
Que no comprendo por qué
Se llamo, conservador;
Yo, el coplero decimal,
Que pertenezco tL un. partido
Al cual tampoco he sabido
Por qué llaman li boral j
A ti, en quien he descubierto,
Cosa extra.fia, un corazón .... .
Esto no es adulaci6n:
Dí tú mismo, si 110 es cierto ¡
Yo, en q,uien bú no encontrarás,
y también es cos~ extraña.,
Aquella importante entralla
Ni otra. ninguna, quizás;
A ti, en quien (otro hecho enrallo)
No se eXJ.)}jea, no se sa.be
Cómo tan holgada. cabe
Una alma de tal tOJllafio;
Yo .... 0'" reticencia nota)
Yo, que fnl ,lo diré' fuerte
Y tL quien hoy ruda. la suerte
Acorrala y acogota j
.A. ti, pues, yo mo dirijo
Esta vez, que es otra vez,
Como mano de almirés,
O cl1",1 rifle, tL punto fijo.
Ya comprencles, por lo v:isto,
Quo mi fe en ti no flaqnea:
-, Qu6 dijo {'la Canauea
Nuestro Selíor J osucristo ,
, Y q n6, te pregunto yo,
Dijo el mismo al pobre ciego
Que logró ver, desde luégo,
Cerca ya de J eri06 ,
, Y qué, ti la que dejó bueno.,
Por RU f. en otra ocasión'
, y qué 1 templo, debajo de sus bóvedas majestuosas, y entre·
garse all! á las meditaciones de la propia inteligencia,
dejando qne vuele ella libre por los espacios infinitos
¡ ahiertos á sus alas poderosas. No es la imagen que tenéis
'1 delante y que se e1eva en el altar vecino, ni la salmodia
que entonan en el coro, ni mncho menos la voz (lel predi.
1
1
. cador (Iue os exhorta desde el púlpito, lo que os hace hincar
de rodillas, bajar la cabeza y anonadaros bajo el peso de
¡una emoci6n extraña. Sentis como un perfume de poesla
I y crecen los senos del pensamiento, que se dilatan por una
, suprema aspiracióu á lo infinito.
i :No extrañamos nosotros, pues, la concllrrencia tle
! hombres tle todos matices políticos y sociales, en el Retil'o
¡ espÍlitual de Santo Domingo, que anunciamos en la cró·
1 niea anterior. Poco más pudiéramos decir .le los sermones
! preparados para ese auditorio especial por los señore8 Agni·
l lar, Zaldúa, Cáceres y Paúl, repntados en el pals como de
110 más conspicuo en la oratoria sagrada contemporánea.
1 El doctor Agnilar, quizá el que goza de más popnlaridad,
i tiene una figura simpática, es vehemente en Sil expresión,
! profundo cuanto es posible en sus razonamientos, y gusta,
¡ sobre torill:J.nts s¡l.lons" __ ..
y concluír, también como ella:
" Elle rit il la mort."
la }loeta Bal"l"atón dijo lo siguieuto de cierto
Juez:
JIuiasiel's, !tu' 011 fnlSso ailcuce,
Dit en trllant aul1icnco
Un presiclent .le Bcaug-é;
CJl'bt un brllit a. tHe fl'lH.lro:
NOllS n vous u.ji!, .jU¡;.
Di4 cau.s~3 8allB les on t.oudro.
La otra ,íctim,\ al'l'ebatada también en la primavera'
de la vida Ila sido el joven Gab?'iel PlÍl'cz. Presentamos ¡
~ sus tleuclos nuestnt cordial expresi6n de conl1olench\ por :
esta pérdida irreparable. y J ér ica, según lus LeccionCH de LilCI'm/wf<
Ol'tiz:
elel seiím'
LÉo LESPES.
"Sesióll solenlue de la Sociedad de ]\fediciM
y Ciencias naturales." lIemos recibido el folleto así intitulado,
en el cual se da cuenta de los trabaJos UO esa
Co.llnr! dijo un. lnngistl'auo
.Al oír tlU grall rnulo:
Diez causas he l'Ienteuciado
})in ]wuerlas entol1cli«1o,
Como se ve, un epignlln!l fraLlcrs y otro español.
dos epigramas.
. son
Corroracion en los dOR últimos años. Leímos atenta- Uemos l"ecibido el "Diccionario Ortogl'lifico de
mente todo su contenido, y notalllos, cou yerdndera apelliclos y de nombres propios do personas", que los
satiRfacción de oolombianos, cun.nto es lo que hace en bien señores César Conto y Emiliallo I Baza publicaron eu Loude
nuestra Patria, y su renombl'o en el eA'iraujero, la 80- Jres el llño próximo jlasad~. La utilidaJ de nna obra como
ciedad de l\Iedioinu. Sus miembros, nos dice el Secretario ésta salta á la ,-'ista, si se tiono en consideracióula anal'lll.IÍa
en su i11for:"o, "animados de ".ol'uader.o putriotismo, "iu 'luO hay en la manera de o cribi1 llluchos ape1liilos y UOllltouer
en nll1:a 7aJcs do,. ~n?~o m amb~ol()s~s ,nSl)ll'aClOn~S~ bres d¿ personas, y 01 riesgo en <¡ue está el e ontol' de
se han conglegauo .r011OdICU.l1l0,;te, coad.\ ll\ ando al S( s" DJaltratur esus palabras slD CMr eula ouenttt del dIsparate;
teni~1iellto del lU'\Vlllllento Clentdico en esto !~co de lnz., pll0S s\1ceJ.e cl"0 hay cierto. llUgligellcia para oh~el'var esy
MIOS la vordo,d o-estudIO do phmtas J:,e~w1Jlalcs 1~~I- tricLmncnto lAS rcglu~ ortogl'tiJiclls en lo que toca a norubl'eR
genas, de caso~ ra~oBdc eufermedades, 1Jlforme~ nl '0- propios. lo lInc IJO Rncede COIl los nombres comnnes: \111
hieru~ y :í otl'llS l::ioc~eilades RO~re. Pll~t.OS. ~?, hIgiene) • dil'"ü,do que escribe muy Ol'11 '1UO "escnblO 0011 h a!/(',",
cho máR, ,pte_Heri.t~ prolijo eUlllI1Crar aquJ, VCU}Hl c(ln~t.un. ~ pvnl~c :)~í Re e:sct-ibe hO!l :'-Rl libro de Llonto é I~ilz.u,
tmuento la aLenClOll d~ nue$tl'U~ lll?destos . .Y henClllU'Ü(ll'i llH\lIteniJo á 1a lllallO, cnu los del SeilOl' :\larroquíu, Raoarnn
sa1>ios, y haco de la f::io~ledad nn h.,~ttt\1tO Ul,~ll? del apj¡m,~ , dé "puros ,í los tlil'utndos y IÍ las l<1ujeres herUlosas que,
gOIJQ1'al y de 1,. cSj1~c~al ¡,,,·,:tecclt>l1 eJel (T?1~lC],1I0. OJolu se!!;"n l'úhliea fmua, nu han I'nilido mcierse en la cabeza
(1"0 In "HovJSl.n lI1edl~u, urgano Je pl~¡'lIOldad <.Iel 11I~ .. , "'luello tan poético \' almiharado :
tituto, COll!illÚO rl-pnl'eúH.,ltdo y fine el ,~e~()l' (~O~.tol· ~ Ol'l,O ~ Cm} z s~ e~cribell azada, yoro-iienza,
y sus domRs uolegas 110 ucsmnyell 011 1,. 1.;11 (:,\ de leilnc- ; l' h "f.·
tarJa ,icmpro COTl el aeiol'to 'l11~ ]06 diRtingne. i AZtil', desl,all
Citación recomendada (normas APA)
"La Siesta - Serie 1 N. 3", -:-, 1886. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2079716/), el día 2025-12-05.
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