Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ltepulJIícn be q¡::oTomllía
EL EDUCACIONISTA
I ORGANO DE LA UNIVERSIDAD REPUBLICANA
S rie II Bogota, O"tubre de 1891 umero 3
L LAB)l{
Pue es ta labor de la in lrucci6u con iste en vaciar In almas en el
molU6 d el deb er, en el ru olJe de lo. v er ]uu; es nec ario de,l\lro11a 1" el es_
píritu J fortificar 1 carácter, E La es lniotesi., ¿pero cuáoto' problemas
enciorra e a ta r ea? i, los conocimiento 00 como máquina d e que se
sirve el e pll'itn pam producir mn. y má idea; p ero e pr ci o que esta
uilatol!i6n d e los horizontes d el alma e t é acompañada. de u virilidad, y la
virilidad dol esp iritll es el carácter.
E preci o convel tir las ideas en conviccione : loda conV1CCJOn profunda
es lJi eum d el cimiento sobre e l cuai ha de l evantar e el carácter.
Dar los m dios d e pen nr, formar en la juventud un criterio que le aleje
del mal, vigoriz n¡Jn para que resi ta al de poti 010 d e úoo mi ' mo, que es
el vicio, ó nI d e potismo d e otros, que es la abyección, todo eso comprende
esta labor, El e var el e piritu para que el hombre no manche en el Iodo d e
la hipocrc ia y d e la! 1 edad las alas que Dios I ha dado para levantar e
hasta él; en fin, form r hombre cap ces de cumpli r con todos SU8 deberes,
esa es la misión,
J6vene : I vitin es diflcil, In viua e pe no n; ojala que siempre tuvit.'
m úno que lucll r co n lo Jibro ~ r los lnne tro que e lún trazando en
el e piritu 1 urco e n que e iemuran la iUt'a, no ti e ne qu coger su
cruz pam ir a cendi ndo y aceudieu do: tÍ medida qu e nbe, el horizonte
80 tiilat , porque lo conocimiento' 'C extit'odcn; pero para llegar á la
cü pid no ba o to. 1 nber conocer el co mino; n ú, e, preci 'o t ener la nlud
y In fu 'I'zo. ufioi ' ute pam no dl'~ lll nrl\ r y po s tran.e, ó para no de may T
é ir rodamlo hacia e l abí ' mo, E~ e vigor 1 incipalmcnte 'l la formación de UD criterio en la mente del
aluwno, ,cíl COUlO pueue lIe:;. r'>t" :í. un resultauoatisfdctori¡) en l intrnccióo.
Estl\s ve1(lllllc' ticuen II rnzúu ue .er en los principio rui. roo
de p,icologln. Dice cou laZÚIl ,')pncer en u e:.luuio oLle 1-'1 i tema p. -
talozzi Jo ¡gil ien te, IJ ne COpi:l mo para bacer "el' la i tn porlancia que "te
pon ndor dE\ al delllLlrvll'J iolt'leclunl ool<.'l1i(lo por el fnzom miento m¡
bi o que por la rutinn :
, Un metod imph', ill\'tHinblt:', n i uH'cúuico, como 10 e lo. rutioa
s 'guiuo, puello el' nplictHl,) por cUl\lquiera r Plouucir con seguridau lo
es ca 08 fl U to uc! q UO <'8 n 'c<.'pti ole; ¡~I ('00 trar io, II n i. t roa coro pleto de
educuciún-oi ·t<.'l11ll tuu hcLe,og~oco ('n ti,. plicnl'itlOes como on 1 espiritu
y BUS fncultatle ,- un si:-.tt'nH\ qlll' rcqui re el empl o de uu meuio pecial
pnra cado. objeto e p ciol, P. igo en los encargado u!:' aplic rl una fuorz
de inteligencia que pocos homLre. po eon, Toua dirctorn de colegio puede
en añal' ú. deletrear n 1 s niülI ; cn llluier mae tro puml conseguir que
8\1 alumnos repitan 1 tnbla de Pitáglll ; ma para en eüar tÍ. d letr r
como e d bl' procurnOllo q uc la letra haLl u al espui tu má bion que á
lo oíuo, parn in truir tí lo nlUO "n In cieocill de I combinacioues
numérica por el anl\li i experimental, ,c nece'ita alguna mIÍ. inteligencia;
y para pro ('guir h llplicl\ciun de un ,¡ 'tema r' cion 1 durante el cur o
cot ro lo lo e~t\1dios e iodi'pell,aolc I1lJ grauv de juicio, de in\'eución
de ¡mI" till, lle pot'nei,l nnaliticfl. que no c. po ible I\d!}uirir ~n tanto hl
cllrr'rn de la en '~iianza u ~l' t nida l'\1 la mlÍ' < Ir e. tilia L en~eñaDza
vettlauernment . 1, cloual úlo plleJ~ s 1 llallu por un \'crdl\dero filó ofo.
I Júzgut"e de lo riegos qu Cúnll h(1), todo j, tt:ma pedagógico 1 ¡Cómo
ha dt' obtener é ito uu 'i,terna que dc,c;\n"a por e mplt'to en 1 c:i~ncia
p icológicn, ntr gado fi. profl:' or ,; r Ull tro' qn ignoran eo absoluto 10
PI e qll s 'oc en ,~tl\ matt'rin
E ta iJ. a. iut tiz, o elunico ph II U" in"llucción que tiene en cuent
la l,y d In iutcli· ... ocia humnn·l. E t.\ tiene u pDpia e'folucióo:
iotli p~n ble que el prd"t:or couozca e ,(1' ley. p. ¡coló, ... i p ra que )
en 'ül\uza u anchtl lo h rizoulc" d.') e ptlitn eo y z de p, mlizH u 1:'\'0-
lución p r I rutin,
El problelll/\ e te: en Ü \r á pen r. n but'nll el e es a uell
en 1 cu I ncuentrn(l lo Itlmn c ,1/\ di uoa Dlle\' ide, iden que
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
76 EL EDUCACIONISTA
deben ser eslabonadas convenientemente por el profesor. Todavía ~á8:
el profesor no debe quedar contento cuando ha hecho repetir según reglas
fijas, con el lápiz en la mano, la conferencia á sus discipulos. Por el contrario)
la conferencia es satisfactoria cuando los alumn os salen de la clase
discutiendo unos con otros los puntos estudiados, tratando de formarse
opiniones propias. Esto es importante sobre todo para las ciencias polit.icas.
Este sistema de instrucción se enlaza íntimamente con el de la educación
moral. El desarrollo in telectual así adquirido corre paralelamente
á la form ación del carácter y ayuda á. la adquisición de aq uella facultad
poderosa del self-conttol.
(C El fin de la educación es formar un sér apto para gobe1'na1'se á si
rnismo, no un sér apto para se?' gobe1'nado PO?' los dernás." Este fin de Ja
educación moral necesita una instrucción intelectual basada en el dl'sarrollo
y expansión de las facu1tades, Así se aunan el desarrollo intelectual
y la fortificación del carácte r. La educación que tiende á crear la energía
moral necesita de la instrucción que tiende á la dilatación del pensamiento.
El que así haya sido educado le podrá, aun en humilde posición, como dice
Laing, asegurar el cumplimiento de sus primeros deberes, gustar de los
más puros placeres, y por último, cualquiera cosa que sea lo que existe
tras del impenetrable velo, podrá mirarlo con la frente altiva, como uno de
los Nature's gentlemen." J. H. O.
,. ..
CONSIDERACIONES SOCIOL6GICA
SOBRE LA CIVILIZACION ORIENTAL
(FRAGMENTOS)
Carácter social y político de los pueblos ele Ori.,mte. - Formas del sentimiento religioso:
el fetiquismo, el politeíSlllo y el monoteísmo.-Li\s religiones orientales: la teocracia.
Gobiernos orientales.-La guena y la conquista.-E..xplicaci6n psicológica del carác.
ter de los pueblos de Orieute.-La familia. - Oultura: poesía, ciencias, artes y letras.
Influjo de la civili7..aci6n oriental sobre la occidental. Importancia de esta c¡vilizaci6n
en la evolución histórica.
El Asia es la cuna del hombre. AlU empezó por la civilización ]a
gran lucha que al través de los siglos se ha ido extendiendo á todos los
puntos de la tierra. Lucha misteriosa, en que el adversario á quien hay
que vencer es la misma naturaleza, que en manos del hombre es instrumento
también de la. victoria. E se objetivo que se llama civilizaci6n tiene
múltiples corrientes, que, reunidas, constituyen el progreso humano, social,
politico, religioso, literario, científico y artístico.
Lo que determina el carácter histórico de una edad es la idea. que
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUOAOro TI TA 77
-------- ----------------------------------------------------
predomina n t!lIa. El desarrollo humano e fij por el desarrollo de
las idea L civilizaci6n tle cada pueblo tiene cllr cteres propio., que
e iruprimwn en In. época. La división do la historia en nliglla, medí
y tUoo. rna, e6 funua en las idl' s uifucote que pn~dominl\n en lo tiempos
que desigoa ll. Eu genclI\l, la actívüInd humana tiene tre fne :
conqui tadnra, tuocrÍLtica é indUstrial. Antes da locnliz I e, experiruent
\loa eria de conrnociune. y de rt yol lIciuoe', hijas del predomi uío de los
in tinto guerreros, q110 determinan la cOllfjui la. penll' n'po a cuando
1 en timiento ruli"io o Itlvanta el vnelo, y la teocracin que lucha contra
lo estímulo incoercible ue conquista, carncteriz e 'ta du{l. 1 cn\' cter
ioelu trial no Ilegau lo plwblo~ 'ino cuando pI' domina 1 homure intclectu
I obre el hom bro ctUocioulll. 19l1l\1 gradación respecto do la ociabilidad:
domé ,tica, cívicn y al lruüitn ó filan trópica. Igu I evolución en 1 e -
piri tu: e tado teológico, metafü,ico y po i ti vo.
La vida intelectual do lo' pueblo' arranca de la vida emocional y 6 tn
de la orj!tí.oica. Ahora bien, la "i, como la planta, del
nelo. lora (',tudiar la civilización de uu pueblo, preci o e ante lodo esLudiar
el medio on qno vÍ\·c. I;l\s condicione del suelo, el (Lire, 1 cielo, el
chma on lo fa ctore untmaled de 11\ chilizaciún: ' orilla d río caudalo
o" qlltl facilitan d COD1 rcio, como 1 Ilng ,el lIoanN-ho, el Indouko,
el . Uíl, el 'l'igris yel Eufrntes, (¡ tle co' ta" que permiten 1 c mbio
d ideas y el producto,; en valles y terreno e u berantcs, corno el Pendjab,
la lllesopotaUliu, el cuaar, I 061', In cridn y la Bactriana; n campo
donde la ngricnltuln y la ganad na encu otmn abundante recur o
qu ofrecer al hombw l'ITnnte y cazador, e muy natural que I hombre
deje In vid in. tlLble r nómade tIe la horel , y ti n te de u tilizar la riqueza,
que gen ro amente le blinda In tielm. E:-ln funcione determinan co tumbre
; e,tn co tllmuH" determinnn :\dnptacione ydi po icioue; e la adaptacione'l,
nuevos órgano' de tlc'arrollo; . e) re uItado total e el fijar e el
hombre ' vincular ' U8 intere'l's, ~u plllc re". u e pernnza y su felicidad
en e 'e nucleo (lue l ~ prolli" 1l lo ql\e nt'ce~ita. El progll o ~ocial no e bace
e p I'I\r: lo in.tinto' ft'Toct"'yclllnicero 'e aplacan; la::,o iabilidad se d -
arrollaj 1I~ familia ecba honlla, ruice~; nace la propieuad; mpil.'za el re -
1) to mutuo, como gnraotia de consN\'Rciún de lo que d propio trabajo
concede; )/\ int ' li rrencia dt>.cllclla aquí y allá; el .entirui nto r ligio o yel
e t ,tic cnan nueVO. J!odere'-, y 1,\ t ocracia aparece' 1, iudu tria romp
1(\ rnd, corteza que la nt ; el E t d .e con tituye, 1 ciudad viene á
'('1' d C\IDPO du ollt'Va lucha ', de mH~\-a prueb . de nu va victoria •.
\ndl' 11 p'\r t ) '¡uocion:,l ,e nbonlin l\ la iUl' ; donde In prcvi~i óo,
q\ll' \'e '1 mnrhon rt' 1U)llnzl\ al de"piltlTru del hoy: donde puede má' la
sl'tlH\llZa de \lll rt'..;lIlt1\do It'j¡\no mn)'llr que h ,nti~ tacción menor de) roomeo
ti), e ,¡ tt'O touo I s eleUli'otos lle b aocillción, dtl I lucha del trabajo:
de 11 m 'j r individu·\!. 1 lit la iot 'li~tmch terminn por doro r In
n tUlul z\: h mu la TlInntañn~ ;el' lo, I1\0t mo. utiliza) TIQ el
yitmto, '1 fu )~ll, El hahajo toma mil forma indu trial t's. y 1 c rubio proIUie
l. c mo lt~ 1>. n~1 • ita d> lo en tro . cm porio ñ In ' tremi lnue . '1
de e t • Ilqu 11.) . ti' ~flln li~ndo In fuerz'\ y la vida, En too t! lo pue-blo
no limit \O 1\ 'ivir: e prcci (1 mejor r. Y '0 e luch iD tregua
cn que 1 bombt> tipo qn' "enc r el clima. cuurir , nliruentar ,defender
«) y enriqu cerse, ) c'\ract r fil , la conducta c re"'ula y la inteli¡
encia abandoo 1 {lwme d 1 f\lo tB, para bor r 1 e. qui ¡toa
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
78 EL EDUCA IONISTA
principios que lo positivo y lo práctico le brindan. Nutrido aal. el espiritu,
se llena de vigor, y el sér soñador y contemplador se convierte en traliaja.dor
inteligente, de infinitos brazo,;, como la encarnaci6n indica de Brahma,
que sujetará á sus plantas la. naturaleza. Esta labor secular imprime su
sello á cada época, á cada pueblo y á cadt\ individuo, y det,ermina el carácter
social é individual.
Cuatro grandes centros de cultura se destacan en el Oriente; Egipto,
en el valle del Nilo; la India, en el Pendjab; C,tldea y Per ia, en el valle
del Eufrates y del Tigris; y la China, en el valle del Hoang-ho.
La China y la India, emcjantes ea su e tacionamiento, tienen caracteres
diferentes. Las condiciones del aire, la estructura geográfica, las alternativas
de frío y de calor, la producci6n in uficiente, las comunicaciones
difíciles, determinun el carácter prosaico y positivo de la China. El clima
magnífico, la abundancia de frutos, la riqueza de la tierra, la esplendidez
del cielo, moderando la nerviosidad, calman las pasiones violentas, desarrollan
el temperamento linfático y avivan el de.eo de lo sen ual y voluptuoso
en la India.
En la China, la materia predomina sobre el e phi tu. Las necesidaded
imperiosas, allí donde la inmensa población supera á los medios de subsistencia,
se hacen sentir fuertemente. El espiritu, presa dc las nece idades
cotidianas, busca el medio de atisfacerla; las e peculaciones y las abstracciones
son cosas que no satisfacen aquellas apremiantes necesirlades.
Los hábitos materiales que producen CEC género de vida se incrustan en el
cuerpo social, por medio de la herencia y la acción continua del medio, y
hé ahí cómo viene á ser este carácter positivo expresión necesaria de la
naturaleza social.
Lo contrario en la India: allí todo es más elevauo: son sus grnndes
murallas naturales del Himalaya; sus grande arterias que, cruzando en
abigarradas curvas el suelo, em bellecen lo valle y lo caro pos, derraman
la savia fecundadora y tapizan el suelo de exuberante vegetación; la esplendidez
de la zona, sin brumas que o curezcan, sin desiertos que apaguen
el fuego del alma, con un vívido sol que diuuja en irisados celajes las formas
fantásticas de espíritus y divinidades, brillantes esppjismos de los panoramas
que exornan los senos de los valles y de las montañas. Un pueblo
con un medio así tiene que ser soñador y poeta.
En la China el clima ejerce influjo obre la naturaleza misma de las
impre iones, percepciones y movimientos de sus habitante; sus imprasiones
son uniformes y habituales, y apenas conmueven su . ér psicológico; la
indiferencia es el sello externo de ese e t do mental, y hé abí cómo permanecen
indiferentes ante el magnífico vuelo de las iJeas de los demás pueblos,
continúan creyéndose superiores á todos y viven inmutables al través
del tiempo, sin que los siglos hayan logrado surcar de arrugas la frente de
ese pueblo que permanece niño en medio de Sil senectud. En la China el
lIistema nervioso parece obstruido; las concepciones del genio son insignificantes.
Los pueblos de origen mongólico son pesados, toscos y groseros; los
de la estirpe aria é irallía son vivos, imaginativos é inteligentes. Esta delicadeza
men tal les despierta el deseo de sensaciones exq aisi tas, a vi va la
senlmalidad, aguijonea el amor y caldea la imaginación y la contemplaci6n.
La naturaleza fácilmente avasalla su imaginación, en fuerza de su magnificencia,
y hé ahí c(¡mo el panteísmo es casi una noción necesaria en la 1n-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUOAOIONISTA 79
dia; donde la naturaleza habla el lenguaje divino de lo grandioso y lo sublime.
Como reacción natural, este de arrollo <.1e la imaginación impide el
pensar en la vida calculadora y refi e" iva, ahoga la ambición y el deseo de
mando, y el espíritu cae en un indiferentismo político y religioso que le
hace insensible á la servidumbre J aun al dolor. Cuando estos gustos y
costumbres se imponen, el equilibri o social se rompe; conviértense esos
hábitos en vicios que destruyen el cuerpo social; el pueblo se enerva y debilita,
y fácilmente es esclavizado por otro más vigoroso. La vida contemplativa
seca en la India las fu entes de la in'Vención. Este carácter se extiende
á otros pueblos: en la antigü edad no es la voluntad individual la
que realiza esas colosales con strucciones, hipogeos, murallas, pagodas, laberintos
y pirámides, sino el látigo del déspota que obliga labor sostenida
de paciencia. El horror al trabajo, la nobleza de la ociosidad, que tan fatales
han sido en alguno's pueLlos de Occidente, contribuyen á sostener en
la India y en la P ersia esa esclavitud moral, más nociva que la política.
El Egipto, personificación viva de sus momias, después de derramar
vivísima luz, cae en la oscuridad de una noche sin auroras: pierde su autonomía
y pasa á ser juguete de Cambi es, de Na bucodonosor y de Al ejandro.
Sólo quedan de pie sus augustas pirámides, sus obeliscos y sus esfinges, y
su pasado remoto, inexcrutable como és tas. Las \!'iolentas revoluciones no
han logrado derribarlos, como no derriba la tempest ad en el Losque el árbol
corpulento. Su sabia casta teocrá tica cede el puesto á la guerrera, y va á
calentar el cerebro de un pueblo naciente, la Grecia, con Cécrope y Dánao.
A orillas del Jordán un pueblo eclipsa pa aj eramente las demás estrellas
de Oriente; su religión nacional, fecund ::l. concepci ón del más grande
hombre de la antigüedad, presenta la primera idea monoteí ta, en contraste
vivo con el politeísmo de los demás pueblos. David y Salomón constituyen
el imperio; pero viene después de ellos el falJo indeclinable de la
decadencia: el pueblo pierde su soberanía y su patria, y va á llorar su servidumbre
en el seno de la suntuosa Babilonia.
En la costa griental del Mediterrá neo se levantan la s opulentas Tiro
y SidóD, que difunden con el comercio las riquezas, y dejan en Europa y
en Africa ciudades legatarias de 8U poder)' su opulencia.
Hordas del Turán y s la manera
como intervienen los dioses en la' re laciones humanas: en Oriente luchan,
como los dioses de Homero, nnog contra ot.ros, y apenas toman parte directa
en las contiendas de los hombres, como Krichna en la guerra de los Kouros
y Pandos, símbolos de las dos razas Aria ¡nva ora y los aborígenes
del Pendjal?; en Occidente los dioses toman una. ingerencia directa y constante
en los sucesos humanos; en ambos son encarnaciones monstruosas ó
grandiosas de las pasiones, de los vicios, ó de las virtudes JI fuerzas humanas.
.
El teologismo, con sus agentes ·sobrenaturales, apenas d68punta en el
Egipto y en Judea. Sólo cuando el espiritu llega á su seguuda infancia,
se levanta de la contemplación de los seres á la de los acontecimient0s, y
atribuye éstos á voluntades superiores. La idea monoteí ta parece profesada
por la casta sacerdotal egipcia, personificada en los dos Hermes, conocedores
de la naturale:t.a del Demiurgos, fuente primera de toda sabiduría
y de todo bien. El J ebovab, Eloim 6 Sabaoth h ebreo, encarnación del D ios
creador, pudiera ser una forma hebraizada del D eminrgos.
El politeísmo oriental presenta dos instituciones fundam entales : la
confusión del poder temporal con el e piritual; y h\ esc1avitud de la pobl a ción
laboriosa. El tjpo social de este politeísmo es la teocracia conservadora,
que en la India y el Egipto reposa en dos instituciones correlativas :
la herencia de las profesiones y la preponderancia de la C~Lsta sacerdotal
sobre las demás.
La teocracia y la oclocracia representan en Oriente las dos fuerzas
princi pales del espíritu h n Dlano en su desarrollo inicial: la acti viuad y la
contemplación, hija de la curiosidad. Cuando con el trabc~jo la cult ura intelectual
empieza, el politeísmo se hace progresivo: se hace estético, como
en la India, intelectual como en Greci:l., y ocial corno en Roma. En Grecia
tomó tal carácter por las circunstancias locales y políticas que no permitían
á la actividad guerrera, extenderse en un sistema de conqu istas. Entonces,
como observa un gran peno aclor, su reacción late nte lanz6 á todos
los hombres supel·iores hacia la cultura Ulental, libre de la di ciplina sacerdotal.
En Roma, en donde el espíritu militar pudo a_pirar libremente á
la dominación dd mundo, la intel igencia se subordinó á la actividad conquistadora.
En el e tado gótico-feudal la teocracia eOl pieza ú. ser reempl~
zada por la. preparación indu tria l, que prevalece definitivamente en la
edad moderna.
Confucio y Lao-seo en la China, Czakia-Muni en In. India, Hermes
en Egipto, Zoroastro en la P ersia. y Moisés entre los Hebreos, son personificaciones
vivas, má ó menos grandio as, del e. píl itu teocrático, sistematizado
por ellos y reducido á doctrina en admirables libro~: los cinco King
y los cuatro Schl1, el Tripitaka, los libros HelIDéticos, el Zend-Avesta, el
Pentateuco y los Vedas, tesoros de poesía y de hi toria, que perpetúan la
vida subjetiva de los pueblos orien tales.
Guerra. - El carácter ue la conqui ta en Oriente es C0IDO el termómetro
para graduar la cultura social: ese impulso feroz é implacable empieza,
en las tribus primitivas, por hacer devorar al infortunado vencido,
y la antropofagia es el grado inicial en h1 evolución social; perd6nase luégo
]0. vida al vencido, pero se le hace esclavo, y la esclavitud viene á ser a í un
progreso real. La esclavitud, asecrurando la vida indu trial de los pueblos
guerreros, permitió la exterisió: de las conquistas y la formación de esos
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
82 EL EDUCA 'lON ISTA
grandes emporios de civili zaci6n, que reaccionaban en pro do In paz. La
clase venoeJora irupu o á la vencida el deber de trabajar para sus dueños;
y de esta nerte el desgraciado esclavo abonaba, con el udor de. u flente,
el suelo para que diese el fruto que habría de prodncir la. libertad humana.
Al permitir habituar al hombre al trabajo, observa lHl f'xim io escrito r, él
se convierte en un medio de mejora personal, deRpué~ de haber Elido el gaje
de la vida.
Desde el punto de vista del arte militar, la guerra en Oriente no presenta
nada digno de encomio: la sllpreroach\ de la. inteligencia, las combinaciones
del genio y las 'abia medidas del arte son desconocidas. El arte
es nada; ln fuerza brutal lo es todo. Las victorias no son tales sino matanzas;
los triunfos no anroras sino eclip es; el fuego df'vora las ciudades, como
el cuchillo desgarra las entrai'ias. Los soldados no son eiudadanos que luchan
por una idea, ni defensores de un hogar amancillado: son hacinaciones
confusas y heterogéneas ele hombres que avanzan al són ql1e el látigo
ó la espada de un déspota hace sobro sus espaluas. Esas multitudes confusas,
observa un historiador, no merecen el nombre de ejércitos, ni eS08
encuentros tumultuosos el nombre de batallas. Ni el ardor de la convicción,
ni el sentimiento patriótico, ni el amor de gloria dirigen sus espadas,
á veces instrumeutos pasivos de vergonzosas pasione .
Por el punto ele vista sociol6gico, In guerra fué en Oriente el ilJstrumento
de la selección social. El desarrollo excesi vo de la población en un
lugar, l!'\ in suficiencia relativa de los medios de subsistencia, las ideas religiosas
que provocaban disenciones, así como las discordias políticas producidas
por la imposición de los uno sobre los otros, originaron, naturalmente,
el deseo ele emigrar á otro lugares en busca de la paz y del reposo.
Tal es el carácter de la guerra primitiva: las emigracione son allí una
cosa tan natural, como las corrientes atmosféricas que, caldeadas por el
calor, se precipitan, formando los vientos, á. las comarcas en donde el calor
es menos fuerte. Estas emigraciones }Jroducían cOllsecuentemente un conflicto
entre los aborígenes y los invasores, y de ahí la conquista del pueblo
menos fuerte por el más vigoroso. Está en la naturaleza de las cosas que
allí donde hay varias fUf'rzas que obran en diferentes sentido, la resultante
se incline á las más inten~a ; en el campo sociológico, lo que se llama. progreso
de un pueblo no es sino la re nltant.e de una multitud de fuerzas en
acci6n; de ahí se infiere que el pueblo más vigoroso, moral, intelectual y
físicamente, es el que á la lar¡!?:R se impone obre los que lo son meno!!'. Por
e ta razón, la guerra llev6 en Orien te, devastando como el torrente asolador,
€-1 limo fecundo de la idea.
El más antiguo centro de poblaci6n es la altiplanicie del Tibet, CllDa
de los Arios, y la Sogdiana y la Bactriana, rica en producciones vegetal?s
y regada por el Oxus y el Yaxartes. De estas alturas se derramaron haCIa
las llanuras, como torrentes, hacia el Sur y el Occidente, los pueblos que
abandonando la vida pastoril que allí llevaban, fueron á. bu"car mejores
elementos natnrales l ara su desarrollo, relativamen te considerable. En el
Oriente ocupan el ubérrimo valle del Pendjab y el que; coronado del Himalaya,
riega el Ganges. Al Occidente se dirigen los iranios 6 pueblos del
Zend, y forman en el valle I"f'gado por el Eufrates grandiosos emporios de
cil'ilizaci6n; los pelasgos, de cuyo tronco surgirá en Grecia y en Italia una
civilizaci6n clásica; los celtas, los germanos y los e lavos y mil pueblos m~8
que llevan á las regiones remotas de Occidente la fuerza latente del genIo
y de la inteligencia,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL }~DUOACION]Sl'A 83
La 1'eligión.-En los pueblos de Oriente la religi6n es nno de los fact
ores principales de la civi lización, aunque su dogma uo sean siempre
expresión de lo vel'lladero. P ero ofreciendo concepciones brillantes, la imaginaci6n
tenía vasto campo para sus elaboraciones. Ella luspira en la India
el Ramayana y el Mahabaru ta, el Rig-Veda y el Darmu ' a~tra ¡ en la P ersia
el Zend-Avest a, el Shia-Numeh y el Yavidan-Kired; en la China los cinco
King y el Ming- ci u-pao-kien y el Siao-hio.
Aun cuando el po liteísmo e:l el espiritu de ellos, sus dogma son bien
diferentes. En la I ndia podemos distinguir dos grandes etapa ' : el brahmanismo
y el budhismo. Este es snperior á aquél como el cristiani. mo lo es
al gentilismo romano. L as dos iustituciones carac.:terí t icas del bramani mo
son la di visi6n social de castas y la idea ele la supervivencia. La de igualdad
social tiene un origen divino: los Brahmanes- sacerJo tes ó letradoshan
sll.lido de la cabeza de B rahma, que es el alma del U ni verso ¡ lo~ Kchatryas
- pri ncipes 6 g u erreros~h an salido de los brazos de Brahma¡ los
Vaisyas, salidos de los muslos de Brahma, son los labrad0l'es 6 mercaderes;
los Sudras, salidos de los pies de éste, son los artesanos y servidores; y los
Parias ó Chandalas, clase envi lecida por las primeras, á tal punto que hasta
es considerada impura el agua que refleja su sombra. La hegemonía de los
brahmanes no 610 es impuesta por la religión, lo e ti\lnbién por la ley, y
Manó, santificando el prin cipio de la subordinación incondicional, preconiz6
y confirmó en el Dltrmusastra el predominio sacel dotal.
Muerto el hombre, fmpieza una nueva vida para sn alma; la metempsicosis
simboliza esta t rasmigración pretervivi ente, según la cual el individuo
perver o debe entrar en el cuerpo de algún otro ,él', h:l ta purificarse,
El mundo entero es la forma de estas dos fuerzas, desarrollo y conservación,
encarnados en Vichnou ; y Siva es la fuerza, que hace volver todos los seres
viviente:; a l seno de Brahma. P or consigui en te, el hombre no es sino una
forma efímera del ér u nive r~al; la indiferencia y la. in ercia, como medio
de resistir las miserias de la vida, es un dogma natural. La vida e , por
tanto, una cosa bien peqn eñc\, y en ese circulo infinito, los se re ,¡ven en
una evolución infi óita, en la cual la villa humana se anoDf\da. E ta necesidad
eterna de renacer, que constituye el foudo de la. relig ión en hl. India
y en el Egipto, no puede evitarse sino por la abidllria y la virtud, que
s610 se consiguen con el estudio profundo de los libros sagrados, privilpgio
s610 concedido á 'las cast.a s superio ra.
A redimir la suerte misel able y fatal de las clase iuferiorcs; á arrancar
á los brahmanes sus odio as prerrogativas y establecer la igualdad humana;
á levantar los ideales hu manos y romper la puerta de bronce que
impedía la entrada tle los miserable y de los d es~ rc'\ciados m']p<;tr¡\ inferior en mucho á la cultura helénica.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCACIONISTA 87
Cuanto al arte, la condición para su desarrollo es qne lo. imaginaci6n.
t enga objetos que la hi eran vi vamen te; que la abundancia de medios de
subsistencia perm i ta el vuelo del sentimi(;n t o, que sólo es grnndioso cuando
no es tá avasall ado por las necesidades materiale., que embrutecen, obligando
al hombre ti inclina r la frente en busca de lo que la tierra no le
concede fácilmen Le. L a actividad, hija de las necesidades imperio a , ahoga
el sentimiento esté ti co. En In. infanc ia de los p ueblos, el arte se reduce á
unas cnantas producciones, si n la bel leza de la fo rma ni ele la armonül.. L a
necesidad (lc defensa 6 de conquista dan al sent.ilUiento artístico carácter
bélico. La arqu itectura se li mita á con trucciones colo ales que sirvan de
valla á los invasore , 6 que desp ierten el a omhro de lo gigantesco. Toca
á otro mundo, el Occidente-cuando la noción de libertad h ija del desarrollo
mental, abra an churosos horizontes á la imaginación, y la in fl uencias
clima tológicas faciliten la evolución intelectual,- elaborar la vercladeras
obras del genio: cua ndo la fantasía pueble de imágenes poéticas el
cielo, y la intelige ncia, libre yú. ele las atad uras del despotismo, se atreva
á obrar por sí misma y conciba esas admirables lucubraciones, de que la
poesía, la pintura, la e c111tnra y la arquitectura. formarán sus inmejorables
creacion es.
Sus estatu as sin vida están demost.rando la impotencia de la. e. cultura
para trasmitir al márm ol 6 á lA piedra ra gos divinos; sus imágene to cas
revelan bien 1/\ poca fu erza. estéLica que bs inspira; los hipogeos índicos
y las pagodas búdicas, las pirámides egipcias, los palacios de Nínive y de
Babilonia son ce obras de la naturaleza y del tiempo más bien que productos
de la actividad humana," "obras ue trab¡1.jo más bien que creaciones
del arte."
Infl1fio de la civ ilización oTiental sobre la de Occidente. - Todo
pueblo ti ene dos exis tencias: la u na objetiva, que constituye su existencia
social y t emporal ; la otra subjetiva, que constituye su supervivencia en la
historia, p or medio de s us ideas y de sus monumentos. La primem es,
digámoslo as1, la vida corporal; la segunda es la vida intelectual. Sólo
108 pueblos grandes viven esta vida intelectual. Por la perpetuidad de los
pueblos en el ti empo, medi ante los recuerdos que la historia guarda de
ellos, la evoluci ón humana va siendo más y más g randiosa, por lo mi mo
que es más compleja y het erogénea. Al caer u n p ueblo deja tras i un
reguero de luz, cuyos des tellos f ulguran en pa~ad o y porvenir, esclarecién dolos.
La civilización de Oriente es como un fa ro levantado en la más
remota ribera , norte pum el viaje ro in vesti uador en esos mares tan g ran-diosos
Como ignorados. o
Esta supervivencia en la hi to ria y en las generaciones que "ienen es
la inmortalidad de los pueblos. De ah í surge un gran destino: cumplida
la misi6n de vivir pam sí, empieza la vida. de las ideas, en que los pueblos
p~sados son la savia que nutre á los pueblos que vienen, y ni nn átomo ee
p~e rde en esa g ran labor solida ria del género humano, en que muerto y
VIVOS colabol an in cesar. La solida ridad humana aparece corno una ley
I!uperior: los pueblos viven p ara sí en los q ue vienen, y cada cual necesita
llen.ar ~u misi6n ilustrándose y amando, á fin de que pu eda vivir inmortal,
sabIO, t1ustrado y bueno.
Esta concepci6n, debida al posi t ivismo, presenta la solidaridad y la
continuidad como condiciones fundamentales de la existencia y el desarrollo
de la humanidad; impone" el respeto por lo pa ado, lo. cooperación
actual y In supremacia del amor y de la. inteligencia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
88 EL EDUOACIONISTA
En ningún campo-ni en el ar te, ni en las ciencias, ni en la política,
ni en la religi6n-pudo el Oriente alcanzar resultados superiores. Tocóle
iniciar la gran labor de es tas múltiples fu erzas, que regulan la evolución
humana: apenas arrancó al hombre de la vida nómade, mas no pudo
hacerlo ciudadano; le dió la esperanza de una vida más allá de la muerte,
pero nE> pudo ofrecerle mas que la nada, y como regla de conducta no pudo
durle medios de vencer al mundo, y le acon ejó el desprecio de la vida; le
enseñó á desear la vida social y la subordinación al Estado, pero le impuso
la abdicación de sus derechos y el holocausto de su libertad en Ilras de un
despotismo incoercible; le di6 la idea de la divinidad, mas no pudo 6UStraerle
del poder avasallador de las fuerzas naturale sobre 6U inteligencia
impres ionable; le di6 hoga r, le dió familia, pero no pudo romper las cadenas
de la mujer, restos de la servidumbre que una edad bárbara le impuso
primitivamente; in terpret6 la naturaleza, esculpió sus obras maestras,
mas no pudo darles la vida del genio ni la belleza de la forma: pero todo
esto era el alumbramiento magnífico de la civilizaci6n, y si no alcanzó los
ideales humanos, sí echó los cirnien tos inconmovibles para lograrlos.
La Grecia, legataria de todo lo grande del Oriente, demostró cuán
rica era la h erencia que recibía, cuán opul entos los de pojos de su vencido.
Pruébfllo la grandeza q ue la Grecia alcanzó después de ese duelo á muerte
de dos civilizacione, en que la Grecia tuvo que mostrarse excelsa para
arrancar al Oriente el cetro del mundo. Lo que da gloria y grandeza al
vencedor no es la victoria sobre lo pequeño, sino sobre lo grande; si Persia
no hubiese sido, en la gran lid, heredera y depositaria de toda la civilizaci611
oriental, Grecia no habría conquistado esa grandeza inmarcesible que
la hizo señora del mondo.
ANTONIO JOSÉ IREGUl.
" . "
SOCIOLOGíA
PROGRAMA
Evolución superorgánica: consiste en el estudio de las leyes que
rigen el desarrollo de las agrupaciones de individuos, como por ejemplo:
las abejas, las hormigas. Pero las forma.s más importantes de los grupos
que se presentan coruo ejemplos de evol uci 6n superorgánica se encuentran
entre los vertebrados: de eEtos encontramos ejemplos notables
entre los pájaros. L o in ectos nos of;'ecen ejemplo de una especie de evoluci6n
que es en mucho superior á Ja simplemente orgánica. - Diferencia
entre la evolución orO'ánica y la superorgánica. - Factores de los fenómenos
sociales: podemo~ dividirlos en factore físicos y factores intelectuales,
pero estos dos están í ntimamente relacionados.- Son factores de la evolución
social: 1.0 las modificaciones del medio in orgá nico y orgánico; 2.° el
aumento en (]"lasa del aareaado social; 3. 0 la influencia del conjunto sobre
la unidad y la reacción °de la unidad sobre el conjunto; 4.° influencia del
medio superorgáuieo. En definitivtl, la evolución social depende en pl;ute
de los indi \lid uos que forman la sociedad, y en parte de las fuerzas fíSIcas
que ouren sobre eHos.-Factores originales externos: 1.° La temperatura.
La vida no puede de arrollarse sino dentro de ciertos limites de temperatura.
En virtud del principio de la trasformación de las fuerzas, ~e necesi
ta cierta can tidad de fuerza solar para que se cumpla la evoluC1ón humana;
2.° la sequedad ó la humedad; la variabilidad 6 igualdad de un
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCACIONISTA 89
clima, tienen tambi6n que influir sobre los fenómenos sociales, puesto que
influyen sobre la vida individual; una región cálida y seca es conveniente
para el desarrollo de la civilización; 3.° la configuración del suelo: su mayor
importancia consiste en que facilite 6 impida la integración y la diferenciación
social; 4.0 la flora obra asimismo sobre el desarrollo de una sociedad;
pero debe advertirse que si una flora imperfecta es una fuerza negativa
para el progreso de la sociedad, no por eso una flora exuberante es
siempre una fuerza de progreso; 5.0 la fauna tiene también grande influencia
sobre el progreso de una sociedad: hay una relación íntima entre el
tipo social primitivo y los caracteres de la fauna de la comarca en que se
desarrolla una sociedad; 6.° la Jistribución y apropiación de las fuerzas
físicas es también un elemento que influye sobre el desarrollo de la civilización.
Estas son las causas externas que marca ::;pencer; 7.0 la posición
geográfica en relaci6n con lu geogrnfía física del globo; y 8.° las relaciones
que hay entre la vida en la tierra y la vida en los demás planetas, dellde
el punto de vista de los movimientos de la tierra.
Factores o1'iginales internos. -Estamos autorizados por la geologia y
la arqueologia á creer que en la f'specie humana se han cumplido las leyes
de diferenciaci6n é integración. - Acci6n y reacción entre los factores externos
é internos.-¿A cuál de los dOE factores se le debe dar la supremacía
en la evoluci6n social? - Debemos estudiar el hombre primitivo bajo el
punto de vista físico, emocional é intelectual. Relación entre el grado de
civilización y la talla. - El hombre primitivo ha debido ser más pequeño
que el hombre civilizado, pero hay causas que producen numerosas excepciones
á este principio.-El seno frontal, los miembros inferiores, los 6rganos
digestivos - todos estos elementos anatómicos son diferentes entre el
hombre primitivo y el hombre civilizado. Hay pruebas que demuestran
que la energía activa es superior en el hombre civilizado á la del primitivo:
la cantidad de fuerza, el sistema de alimen taci60, el sistema nervioso, son
en el hombre primitivo inferiores á los del hombre civilizado. Gozan los
, salvajes, sin embargo, de las ventajas de la resistencia ó energía pasiva y
de la indiferencia á los males. Por último, la precocidad en el desarrollo
es uno de los caracteres dl'l hombre primitivo; en general, todos los tipos
de organismos inferiores exigen para llegar á su completo desarrollo, menos "
tiempo que el que exigen los tipos de animales superiores. - Del hombre (
primitivo emocional: importancia de los hábitos. - El hombre primitivo
es esencial men te conservador, así es q ne encon tramos ejem plos en todas/
las tribus primitivas de la aversión que ellas manifiestan contra todo cam-bio
en las ideas corno en las prácticas. L os caracteres del hombre primi;tivo
son: la impulsibilidad que opone obstáculos á la cooperación social. 'Esta
tendencia á seguir el impulso de nuestros instinto~ es el primero de los
despotismos que tenernos que vencer.
A medida que el hombre se eleva más en Sil evolución moml, se eman_
cipa más y más de la acción de esta fuerza. Este principio es el fundamento
de la moral, y el ejercicio de la fuerza internét que puede vencer los
instintos nocivos creados por el hábito, es el caráct.er; 2.° la imprevisi6n;
3.° la insociabilidad; 4.° la indiferenc iu re pecto del concepto que la sOciedad
forme del individuo. Estos rasgos del carácter del hombre primitivo
emocional están de acuerdo con los caracteres psicoJ0gicos que debemos
atribuirles: las acciones reflejas deben estar menos desarrolladas en el hombre
primitivo que en el civilizado. Hay también armonía entre las conclu.
7
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
90 EL EDUCACIONISTA
siones anteriores y los hechos manifestados por la evolución individual.
Los rasgos caracteristicos del hombre primitivo se revelan, en cierto grado,
en los niños pertenecientes á. familias yá civilizadas. La evolución se cumple
así, tanto en las masas sociales como en los individuos. Desde el punto
de vista emocional, los niños son los salvajes de su época respectiva y los
salvajes son los niños de la Historia.
Despues de 10 que hemos dicho de los caracteres del hombre primitivo,
físico y emocional, podemos' resumir fácilmente sus caracteres intelectuales.
Desde luégo se observa que los niños demuestran más precocidad entre
los salvajes que los niños entre los civilizados, pero que bruscamente se
detiene este desarrollo intelectual.
En los niños civilizados como en los salvajes se observa una grande
absorción de percepciones. La reflexión está en ellos poco desarrollada.
El espiritu de imitación es mayor en el salvaje que en el hombr~ civilizado.
La facultad de distinguir lo útil de lo inútil apenas si se revela en el salvaje
ó en el niño. En el uno como en el otro falta la atención. La -
facultad de generalizar tampoco se manifiesta en ellos. En ambos falta el
j~strumento de generalización y abstracción, que es el lengúaje .. -FormaClón
del lenguaje: relaciones entre el desarrollo de la inteligencia y el lengnaje.
Ni la curiosidad 'ni la sorpresa que se manifiestan en el salvaje y
en el niño son racionales. Otro de los caracteres distintivos que se desprende
de lo antedor, es la extremada é irreflexiva credulidad que tienen
tanto el salvaje como el niño. El modo de ser intelectual de los salvajes es
tal como debía ser en correspondencia con el período evolutivo en que
ellos se encuentran.
(Se co·ntinuará.) J. H . O. -...-.--
TEOR1A GENERAL
SOBRE LAS CURVAS DEL SEGUNDO ORDEN
Número 1.0 Vamos á analizar la ecuación general Ay2+Bxy+ Ox' +Dy
+Ex+F- O'; x é y son las coordenadas de un punto cualquiera de la curva
representada por esta ecuación. Resuelta la ecuación con respecto á y
por eje, tenemos:
. B:r+D 1
y= - 2A ± 2A ..¡ mx: +2nx+p;
haciendo m=B'-4.AO, n=BD-2AE, p=D'-4AF.
Las curvas de 2.0 grado tienen infinito número de diámetros. Para de-mostrarl
o o b servemos que la ecuaCI. ón y=- Bx2+A D represen t a una lm' ea
recta que corta por mitad todas la.s cuerda.s paralelas al eje de las y; y
como la dirección de este ~je es indeterminada, resulta que cualquiera que
sea la dirección que se le dé habrá siempre un diámetro para las cuerdas
que le son paralelas. Luego etc.
Analicemos el radical: puesto que en un trinomio de 2.0 grado puede
siempre darse á x un valor tal que con él y todos los superiores á él, el
signo del trinomio dependa del primer térmiuo, el radical será positivo 6
negativo, dentro de esos límites, según sea el signo de m.
Supongamos que ni, es negativo: más allá de cierto valor positivo 6
negativo para x el trinomio teniendo el signo del primer término es también
negativo y por consiguiente el valor de y es imaginario. La curva está,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCACIONISTA 9i
pues, limitada por esos valores extremos de x que hacen el primer término
mayor que el resto del trinomio. Esta curva cerrada es la que llamamos
elipse; así, pues, la elipse es por ahora la curva representada por la ecuación
de 2.° grado con 2 variables cuando B'-4AOp, pero habrá valores
de x que hagan 2nxp, entonces x tiene que ser positivo
también, pues que cualquier valor negativo de x hace imaginario el
radical: la curva no puede extenderse en este caso sino del lado de las x
positiyas. Si por el contrario n es negativo, x tiene también que serlo y por
consiguiente sólo puede extenderse la curva del lado de las x negativas.
De modo que esta curva formada por ramas infinitas no puede prolongarse
sino en un sólo sentido, ó bien en el de las x positivas, ó bien en el de las
% negativas.
No sucede lo mismo cuando B "-4BC>O, porque en este caso para
cada valor de x positivo hay uno correspondiente negativo, y partiendo
de aquel valor de x, positivo ó negativo, que haga el primer término mayor
que los demás, el radical no podr{L ser imaginario cuando x crece desde ese
valor hasta el infinito. Esta curva, que por lo visto tiene dos partes infinitas,
la una en el sentido de +x y la otra en el sentib tracemos una circunferencia cuya.
ecuación será x' +y2 =r2. Si eliminamos á y entre esta ecuación y la de
la elipse para conocer las coordenadas de los puntos de intersección, tendremos
que para cada ~alor de fF hay dos valo.res de y iguales y de signos
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCACIONIST 93
contrario, y qn para cada valor de y hay tambi n d conocer
'i un punto e tá en la CUl','a. Ó dentro ó fuera de Ha, egúu qne e e
primer mi mbro ea =, < ó > O.
Vamos á d 1110 tl'<\l' q ne los clladra(lo de las l1erp ndicnlal'es 1>ajacla
el di tinto punto d la nrya 'o1>1'e uno d lo' eje ,tú,u eutre í como
lo producto de lo' egru nto dctcrmiuallo obre 1 mi mo cje.
bt
La ecuación t10 la cur,a nos da para el punto (x'y'): yJ2= 2(a- x')
a
b'
(a+x')' Y para el punto (J:'Y') tondremo : y"= .( a- x~)(a + x·).
Ct
y' i (a-x')(a +J,J)
Divilli ndo miembro á miembro re ulta: - - que
y't - (a - x')(a+x') '
era lo que qn ría el mostrar.
Vamo á r algunos lemento DoLa1>le d la elip e.
Si referimo. la cuacióll al , ~rti c a, cam1>iallllo x por (.v-a), t n-
~ ~ p~ dl'emo .: y ' = -,(2ax - x') j y l1aci ndo -= p, re ultará y' =21'x--. Esta
a a a
ca,ntidaos miembro 2c.r y tenc1r roo primero agre-
(
gando e ta cantidad: (k) y ' +c' +.r 2 +2c.r= a+-c:ar' ) ' . Ó Y' +(c+x)'=
(ll+ c: r· 6 bien l1acicntlo (a+ c: )=0, tendl'Clllo cJ2=y' +(C+ x), .
i n la e'uación (1) quitamo de ambo~ miembro el doble producto
2c.1', re l11tar<~ y' + (C - .t')'=( a- e: )'. y llamando (a- c: ) = O' tendremo
Ó'2=y ' +(0-x), .
Ulll mo lo ,~alore d ó:> o' y tcndr mo ó+ o'=2a. Re ulta. d
aqní: 10 Que hum. 15+ 15' e igual ~ll ej mayor u la lip e ¡ . 2~ El
valor o' rcprc 'enta la distan ia otre UIl pnuto CUSO' coord nada x é y
sati~f¡lc D á la e u::wi Il de la cu n-a y otro~ pnntofl cuya coordenad. on:
y'~O y .r'=c. Y 1 al r d ' óIJ repre.enta. la di ~taocia, entre un punto
cualqui r. CUY,l coordenada'.t' Y sati farrao á la en c160 do la 'urv3, y
otro punto uya eCJ 1'<1 linda ou !/=O y x·=c.
R . nlta, pIle , qu ' todo punto el la lll'Ya !roZ, de 1, propiedad de
que la nma tI ~u di'tancü\' ó+ól
• lo puuto it\UHlo obre 1 eje
mayor 00 la ab isa c y -C lUla cantidad on .~ tante ¡anal á 2a_ E tos
punto cuya ab i ' n. e tán dada OD los
foce de 11\ lip .
Número 5. Para obtener la ordenada foca.l basta poner 1 valor de l~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
94 EL EDt1CAOIONISTA
abscisa focal en la ecuaeión de la curva; resultará y= ±~, es oecir, la.
a .
mitad del parámetro.
Número 6. Conocemos yá una construcción geométrica para d~termi·
nar los puutos de la elipse. Vamos á ,el' otra: Si de ll', como centro, tra·
zamos una circunferencia con un radio r mayor que la distancia All', y de
F' tra.zamos otra circunferencia con un radio x=2a-r, el punto de inter·
sección M de estas dos circunferencias será ue la cun·a. Puede también
trazarse la curva por contin uidad fijando en los focos los extremos de un
hilo igual á 2a y apoyando el lápiz contra este hilo.
Número 7. Vamos á considerar las curvas de segundo grado como
lugares geométricos determinados por otras condiciones, á fin de bacer
conocer otro elemento de estas curvas, que es la directriz. Para eso bus·
quemos el lugar geométrico de los puntos cuyas distancias á un punto
dado ll' y á una recta dada GH, están en la relación ~. (Fig. 73).
n
Tírese FD=d, perpendicular sobre GH y magnitud conocida. Se
observa desde luégo que para cada punto 7Il(xy), superior á Dll', en que
se verifique que F-m: m.q=1n : n, hay otro ?nI . simétricamente colocado,
que n, Ó m=n. De manera que la distancia al punto fijo
es menor en la elipse, mayor en la hipérbola, é igual en la parábola, con
respecto á la distancia á la directriz.
Todos los elementos de la curva pueden ballarse en función de los
datos de la cuestión.
Haciendo en (1) y=O, se obtiene x= O, y x= 112,21 -1lt1ndl" que es e 1 val or
del eje mayor 2a.
Abscisa del centro ... x=a
semieje menor,
7Il~ I Susti.tu yen en (l) .... y-- ~ -b;
?l~ -11~' yn' _mt
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCACIONISTA 95
E xcentrl. c'l1( ad ; .... c=.y/ a'-b'= n"n _¿'md ' Parámetro; .... 2p=2ab- '
= 2md. La. recta GH se llama directriz,
n
Número 8. Su propiedades. Vamos á determinar e tn. directriz en ln.
elipse: sea GH la directriz y F el foco. Para un punto cualqniera 1I¿ de la
curva t enu.,r'e mo : -Fm =m- = ¡,C . S'I b aJ.< lnlo d e1 pun t o 'In I a pcrpen d'l cnl al'
mq n
,up y la prolongamos hasta el punto ?n' tomando pI/tI pm, tendremos
Fml
Fm'=Fm, 'lnq=1/'~/ql, y por consiguiente -,-, =k, luego ?)tI es punto de la.
mq
curva.
Así, para cada. punto ituado encima de OA habrá otro ponto itl1ado
debajo del Dlismo eje, y imétrico respecto del primero; y como la líneas
tnml etc. son p rpel1diculares á OA, resulta también que OA es el ~e prin·
cical de la CUIva.
Vamos á determinar el ,30101' a d la absi a d la directriz. Tenomos
en la figura (73) OD=a, OP=x, Dp=mq; luego llHz=a+:r, pero mq=
FTrn, resulta x+a=FTm; s.I en d o F mrad 'L Ovect or, sl.g ua1 á a-ac,.rr; esul ta
c.r; a' -cx a' -cx-kax
a--=k(a+:r}; de aquí ale: a=-k--x k (1). Para de·
a -a'a
terminar tí, le apliqu mos e ta ecuación á un punto conocido de la curva.
Por ejemplo, x=a. Nos queda: a=(a-C~-ka (2). Si en la misma ecua·
a a
oi6n (1) hac mo x=O, tendremos: a='k; ó k=a' valor que ustituido en
(2) tendremos:
a-o-a-'
_ a a(a-c)-a2 a----- ----- a, - a
a
de donde re ulta ca+(t' =0, Y por consiguiente a=~. e
Número V. Pueden hallar todos los elemento de la cur,a en función
de m ?& ya: para 01 emiejo ma,yor ba ta hacer en la cuacióu y=O. Para
el emieje menor ba ta ha el' x=a. en la mi ma ecuación. Y conociendo a
y b se conooon la e 'centricidad y el parámetro.
Número 10. Sea ahora, n la mislUa cue tión y=ax+b la. ecuaoión de
la recta. dada, • a y ji las coordenadas del punto fijo: sean X' y' la coor·
denadas de un punto cualquiera. d llugar geom trico.
La. di t.ancia del puuto (Xl y/) á la dil'ectriz ( T' A. L coión 8-,
y'-a.r'-b oue tión 3':
v(l+a')
La. di tanoia del mi mo puuto al foco (afJ) e ..¡ (.c' - a)' + (yl -~)' =Fm.
De la. proporción (A) (uúmero 7) sale: Fnt=~ x 1Ilq. en que, para. la.
n
- '" uu queb rad o propl.O .
"
elipse,
Si se e cribe, pue • que la segunda
multiplicada por una oonstante kF'n=2a, eF'+eF>'J((. Está fuera de la
curva (G. A. Lección 22.)
P?'oblema 2~ Desde uu punto exterior e. Trácese una circunferencia
de círculo de e con radio eF, y otra de F' cou radio AA'=2a; se cortarán
eu dos puntos, y sea n uno de ellos. Tírese Fn, y en su punto medio d
levántese una perpendicula r; pasará por e por ser punto equidistante de
F y n, y será tangellte, cuyo punto de contacto 111 lo da la recta F'n por
ser tambiéu equidistante de F y n. Se prueba., como' antes, que todos los
demás puntos se h allan fnera l1e la curva.
Nótese que Od=a; porque rendo O y r1 puntos medios de FF' y Fn,
es Od=-tF'n=a. De aquí resulta 'qne el círculo descrito sobre el eje
mayor de la elipse como diámetro, es lugar g'eométrico de los piés de las
perpendicul ares tiradas desde los focos obre touas la tangentes»; y que,
en consecueucia, pudiera tirarse la tangente por el punto e, buscando el
punto d como intersección de ese círculo con otro, trazado obre eF como
diámetro. Este método es el mismo practicado pata tirar tangente á un
círculo desde nn punto exterior; su centro repre euta los do focos de la
elipse, confundidos allí por el crecimicuto del eje menor. La norma11nq,
paralela á. Fn, bisecta el ángulo FmF' de los radio vectore ; y lo ángu,
los Fma., F '?ne, que éstos forman con la tangente, son iguales. Si Fm fuese
un radio luminoso, ó sOlloro, su radio reflejo ería mF', es decir, pasaría
por el otro foco.
A virtud de lo antedicho, si Fd y F'e, son dos perp€'ndicula res tira.das
de los focos sobre la tangente er1, los triángulo Fdm p'Jem, on emcJan·
tes, y dan d1/~ : em=Fd : F'e=Fm : F'm; e to e , "qne lo segmentos de
la t.angente, y las perpendiculares, son proporcionales con lo radios vectores
del punto de contacto."
Para hallar la ecuación de las tangente apliquemos el método gen~ral,
es decir, la. fórmula. A(x- x')+B(y-y') = O, en que.A ~ B on la denvadas
con respecto á x y á y. TClIemos, pue" la ecuaCIón de la curva
a'y2+b'x 2=a' b' ; derivada para ;¡;I es 2b 2x'=O; para y' es 2a'y'¡ luego
reemplazando en la ecuación general, tendremos: 'Jb·;¡;I(.1;-x')+2a:y'
(y - y')=O; simplificando: a·yy'+b'x.:c'=a2 b2
• (P)
Número 12. Apliquemos ahora. el método cuando. el punto (~) es
exterior á la cu1"-a.. Ecu.ación de la tangente, supomendo conOCIdo el
punto de contacto (x/y') es (1) a 1 yy'+b 2xx'=a·b 2 • De aquí result~: ,!,'~y'
+b2 ax'=a'b'; y también tenemos a' y" +b·x" =a'b' . Las dos últimas
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUCA IONISTA 97
ecuaciones nos darán lo ,'alor de.);' é y'; aplicanuo, como má ' neillo
el método a'g' +b'a'
general dc la tangent<>, n08 (10111 (('g(y-g) + b' a(.r-(v)=::l m( l\y - ~.l') .
llay, pue , dos tallO"enLc siempr\ <]ne 111 110 sea igual rl ero.
Número 13. llngamos en la, ecuación gelleral Y=() j re,'ult:mí: .r=~
.t.l
E te valor oaiudep lIdiellte del 'omi('je b, y por tanto, ~ t,lllli'UlO prtru la.
elipse que para el círculo trazado E:obl'c ~lI: eOllocid¡t la tangente < esta.
circunfereocia, e t ndr;,Í, un punto de la tangente á b clip e, porque 'o
conoce la ioter ección de la prim ra con el pj :!a.
Número H. El pi de la tangent foe:ll 'c cOllfnn(le (;011 1 Ü(' la (lil'ec·
trizo llaga,mos en la c uación x'=.lc (~ y=O, qlledé\ bl .rc=Il'b·, lllego
x=~, qu correspondo también al pie de la. <1irectriz. e
Poui ndo la. ecnacion bajo la forma y~a.l'+b, tendríamo, la tangente
trigooométrica d el ángulo de la tangente con 1 ('jo de la ' .C.
Bú ca e ahora la e na iÓIl de la tangente paralela á uua recta. dada
y=mx+q (1). i oclo (.rlyl) 1 pnuto de '('onoeido de coutacto, 'o tien ,
de de luégo, a'yy'+b·.r:c'=a ' b' (1) (número 1:!). Y pam <]lIe la taugent
b' r l
SN\ paraleht ú la r ecta (1) el bc f;(Il' _ __o - , =J/Ij Ó bien a'my'+b'.r'=O (3).
a'y
Por e tal' en la curva el punto p"yl), e agrega: a'yl' +h'J"=a'b' (3).
L Cl ·lm· ma'ólo ntI ' (~~ )r( 3) .ua1:,l'Y =± a 1 m ,.I1 I=:¡:.- b-'= --=. Y
-/b' +(I'm' '¡/¡'+a 11/'
U titll endo ('u (1)
bu cada.
(número 1:?): .11 = lII.r ± .¡F-r a 211/' (4,). E 'uación
El d bl igno d 1 radical, eE:encialtnente n'al, indiC"¡\ que pn de im·
pr tirar e <10 tangente' panllela en la direCCIón dalia Y. p:r., la ' ('el, c'd
(fig 76). La. n rda de ontacto ni 111' tá representada por la ecna<'Íou (2)
g neralizadn x' é yl: e r econocc el' 11.\ lIU diúmetro, ~. eOIl trll~ t'ndolo
puod n d t rminars lo~ punto' de onlaclo.
Tráta e, en fin
Exámenes amtctles.-Principiarán el 26 de Octubre próximo y terminarán
á fines de Noviembre. El programa de ello será publicado oportunamen
te.
La organización de la Universidad, cuya discipl ina está basada en la
formación del carácter moral de los alumaos, de modo que ellos comprendan
sus faltas y e pontáneamente las corrijan, ha dado bllen resultado.
Con tal que el sistema e tablecido continúe imperando, como es natural
esperarlo, la marcha de la Universidad continuará siendo como hasta.
el presente: fácil y fecunda en resultados. Los exámenes anuales y la educación
moral estarán, seguramente, á la altura de vuestros esfuerzos y
esperanzas.
• • •
ANTOKIO JosÉ IREGUI,
Vicerrector de la Universidad .
EL JURAMENTO
El juramento empleado como ua incentivo para decir la verdad, se
h'l. tenido siempre como una garantía de la veracidad de las a everaciones
y prorne as en que interviene. Bentham se esfuerza en combatir esta opinión,
que es muy general, y los razonamientos que emplea son ingeniosos,
pero no determinan un convencimiento decidido ; quedan por satisfacer
muchas observaciones fundadas en la manera de. er de h~ humanidad, que
no se '[,uede modelar á las exigencias de un raciocinio.
El juramento e una ceremonia destinada á prestar mayor fuerza á la
sanci6n religiosa, es una forma que se da á las promesas y á las afirmacione:\,
que tiende á reve tirias de olemnidad, para com prometer el ánimo, y
empeñar la fe del individuo, á su cumplimiento y su respeto.
Lns f6rmulas comprometen y la solemnidad impone. Este fenómeno
se verifica por la asociaci6n de las idt'as á cierta prácticas,!Í ciertos objetos,
á ciertas formas. Reunid un Parlamento en un establo, quitadle el
mobiliario que se debe á su rango, suprimid el ceremonial que le presta el
aire de seriedad, y el tono maje tu oso que den nncia su misión; cubrid á
sus miembros pon trajes vulgares, anticuados 6 harapientos; prohibid el
juramento de estilo, lo habréis despojado de su respetabilidad tradicional.
Quitad en el cult.o toda la pompa; la majestad de los templos decorados
por las mejores obras de arte, ~u altas columnas, sus capiteles -dorados,
sus arcos atrevidos, sus cúpula elevadísimo., sus torres y sus flechas
que estorban el pa o de las nubes; el canto olemne, el órgano, la orq ueita,
tantas notas conmovedora; los atavíos de los ministros, resplandecientes
con el brillo de los metales y piedras precio as; el continente venerable del
sacerdocio, sus movimientos ledos, sus actitudes calmadas; y por último,
la cátedra sagrada, de donde vierten torrentes de elocuencia, el vuelo de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
EL EDlJCAC10_ 1ST 101
la in , pirnei60 y el fu ego uol en tu. ia m , txprt, iún a!ln ionaua. de l.l v h~m
ot~ tl piraeiú n por lo. eélica beatitud, Si quitáis todu eso, IU:l ideas popul
res no e n 'ocian tan fúcilmulte í~ 1(\ au t~tiJllll lId l'l'n~ailliento cri 'tillno,
Ó. la rig iu tlz Je su doctriua, i la t' trictn b úl ,'nnci¡\ UI:l u" mnudllto.,
En otro orden el e e pectácnlos, de harataJ el aparato e ccuico en ·1
T uat ro; las J e oraciones e ll h lanco; la ':let'OlL li~l)e 1 ngar \:0 cualq n it'!<\
pnrtt', ó, mejor di ch o, eu n iotTLlua; no hay lepre entación ,le lug¡HI: ; lo
truj es bOO io ,\d eC lléH)os Ú In epoca de lo, '\lel' o' y al p:lll'l d' u acaecimiento
; elns pecto de lo' I\ctore:l clifif.I'l·, Ú SI" contrapone, con In.' olluici.)n
' iOllividuule de lo pCr~()Ollj(' repn:'.entaLlo."; toJu (',~ HUI clo.li IUO é
lnver similituu y tutl p roviene del ¡¡pamtu, del ctl1cmollial, 110 In illlpelfeecióo
de la forlll a.s
La influ encia de la olelDílidael y (jI Jlre~tigio tIe la" cl'lémooias n el
í~oitno de la gen tes, ( ! ¡negab le; la ()b~en'aciún y la e_-perieucia : booüu lu
v rdad de la ase rció n, E .. a la nn t uralt'zl1. hUlUl1ua,
¡ to ro {~ 'e lll os eu con id eraciún tlltlt) , los ai;lIoto importante' ~l' la.
viJa n que el fonLlo de la .. de terminaciunes y Je:.:eos \Iep 11 lo de Utl't Cl'r
ru ni ,l, en que la e 6m:i e ttÍ. suu')I'lliUt\lln \ la forma, en qlle tOllo uu
p ellamien t e cOIHlt'u Il en u on ~oll'\lInitll,d, IlllS Cflll:llll \ grnlHle tllllllirnciún
advertir cua nto har 11 la " ida <'ocial ln qne la (' l'\lcia t':;t:~ en In forma,
eo qua " tll e lo pr iucip 1 y Ilq ucUo lo ~ul)\1 tel'llo, lo accl·:orio.
El matrimonio a u nn ceremonia, in la plúcticu tIc 111 cual naoie cree
haberlo contraíd o,
La po esión de lo: empleo' publico$, la conce. iún lle los ~rado acadúroioo,
1 recepción tl t: 10 ministro, tliplollll.ítit'o¡¡, la in t:tlacitlo Je
las corpornciono' I tlpl t' cu lativlls p pula!' 's, la elcccivn ': los contrato,
los t turu uto y los !lc to lIt'1 e tildo civil de la pl'r:,una', 'rouo sto l'
la ol emnielnd
En el orden rel igio o, todo' lo' "moo cclesi(L tico_ se con fleren por
medi de una ceremoui t\ que 1 I da solemnidad 6 iWl'rim car:'icter, dt:sde
la ordenaciún dd diácono ha la la con arrraciún del ,'anto Padre.
Lo ner m nto ou ce remonia., ií que el cn'yente atribuye lo' fecto
breoo.turales a "'r do' de la mayor tru, ceDo.enci:\ e'piritual, y que lo!'!
m\oon llnruan ¡g no' ,en ible' ti una g racia iovi,ible, io-.tituido por
Dio para la 'fll vaeiún d l u~ alma." IIabrta que borrar del ti iccionuri
la pnlnbm " olelllnid ad,"" ceremon ia " y ti uerivadn¡;, ¡naO. ¡"'ni fiean,
i para n u!\ influyen los acto. elc q ne on el -¡guo 'u 1 leognll.ie.
La remooiIH:- un tam iz por dontlc yolu n tariam 'nt(> ha pu. auo too ('1
mumlo; neg r \l ignificl1.cilln y u influ t'nci'\' e' po., r la t.:ponj obre
los anal de la huruaniJad, na cnmctere de un un tCl'ida tl i J colú~ica inuomable, de uoa ri ... ipez
e tó'ic.'\ Cll)t\ e\'N idad de cri terio e encierra o la npreciación d· l
natural za lUtimn de lo h echo' y d In cosa~. y Yen ' u t), 'ocil\ dOUlle re -
id la fe uudidnd pan producir r (" u ltados" ,lO ruid:ue de la forma en
que apar e o alim olnnd In nctivid u humnna, Bien pueo.en,1I 1 re -
cindir II la olemnidatl y d ~ la ceremo1lia, pero q oedan fue] ,\ ti 1 corriente
d lo uce o e ro . \ cumplen en el muo o 'ociaL
El hecho ·hiot:'. In r z ín del hech q ueda fll ra de Ji cn-iúu,
cu lnd ólo e trat de npr el r hecho cumpl iJo ó ioevi \bl .
Por otra parle par ~abcr si h ccremoni dd jor ro nto es unn 0'. -
oh de l ver cid <1 dol t (imooi o, lo que hay q n e - mio, r e i gen -
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
lÚ2 EL EDUCAOIONISTA
ralmente se cree en su eficacia, y no si hay buenas 6 malas razones para
creer en ella, y el hecho observado es que í se cree. Hay que tomar el
m~lD~o como él es, y no como nos imaginamo que debiera ser, aunque nos
aSistIeran I?uy buenos fundameoto para imaginárnoslo así, en ILbstracci6n
de pensamiento.
Si tomamos en consideraci6n los razonamientos aducidos por Bentham
para excluir el juramento de las garnntias de la veracidad del testimonio,
hallaremos nUt'vas razones en apoyo de la doctrina que acabamos
de exponer.
Extractaremos fielmente su ex po ición. Dice que la fuerza que se atribuye
al juramento depende de tres ancione, la penal, la. moral y la religiosa,
de la cuales las dos primera son eficaces y lA. úl tima carece de
influencia. Si esto es a í, no hay razóo para desechar lA. fuerza que proviene
de dos fuentes, por la debilidad de la tercera que con ellas se combina.
Y si se conviene en que la sanción moral y penal recaen sobrtl el perjurio-
como deben recaer sobre el testimonio falo-es porque atribuyen
notable ignificación á la ceremonia del j uramen too
La sanción moral recae ciertamente ohre los actos de violencia de las
doctrinas religiosas del que las ejecuta, sea cual fuere la secta á que él
pertenezca. El respeto por las creencias religiosas es un canon de organización
social. Respecto de la sanción penal, es diferente, porque la ley no
debe invadir el campo de la moral religio a. Las culpas del orden espiritual
deben caer bajo el poder de la sanción religiosa únicamente. La ley debe
castigar el testimonio falso, por ser falso, por ser un acto nocivo para la
sociedad que 10 erige en delito; pero debe también utilizar en beneficio de
la veracidad del testimonio todas las fuerzas provenientes de las creencias
populares, de la religión, de la moral, de l&.s costumbres, de las tendencias
y los há bi tos del país.
Cita Bentham los juramentos de aduana, los juramentos universitarios
y los de fidelidad á cierta forma de gobierno ó á la dominación de
cierta agrupación politi~a, dinastia 6 partido, observando que la violación
de estos juramentos es tan común, que se les estima como fórmulas insignificantes
y e les trata con una ligereza tal, que e olvidan al pronunciar
la última palabra de la promesa que eovuelven.
El hecho es verdadero, pero tiene sus motivos determinantes especiales,
cuyo conocimiento da la razón del fenómeno. Es que el juramento
no tiene su fuerza sino cuando es espontáneo, y se presta á la doctrina qne
lo instituye, es decir, con verdad, ju ticia y necesidad. Si se le hace intervenir
en actos inmorales, en delitos reconocidos, en puerilidades, y sobre
todo, si e arranca de la voluntad por el teml)f 6 la fuerza, pierde su iafluencia,
su ascendiente sobre el ánimo del que lo presta, y en el fuero de
la conciencia desaparece su gravedad. Si a í no fuera, todas las tiranía8
posibles se impondrían exigiendo un juramento de obediencia y .sumisi6n
á su autoridad, y los delitos prometidos con juramento se consld~rarían
como actos obligatorios que yá no podrían ser castigados por esa CIrcunstancia.
•
Los juramentos de aduana son exigidos como condición precisa para
autorizar la importaci6n ó exportación de mercaderías, sin sujeci6n Ó e~amen;
recaen sobre una restricción indebida á la libertad natnral de la JOdustria,
r no e' exacto que todos se presten á asegurar la mentira sobre 8U
gravedad. Si UD ref'urgo en los derechos de aduana es motivo para faltar
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL EDUOACIO, ISTA 103
á la verdad, el que tal hace puede dar UD declaración falsa en juicio, medianto
no interés igual.
Los juramentos de fidelidad IÍ las io titucioue que prestan lo mandatarios
público, están de ordinario vinculados en u cumplimiento al
giro de las pasiones poltticas, y de los in terese de partido, que no reconocen
obstáculos morale ,y in embargo, FOD poco frecuente e o perjurios
flagranteH, que llaman sobre us nutores la execración pública, r que
dejan en la. historia las mancbas má horrible y duradera .
Convenimos en la esactitud de la ob.ervación más razonable que hace
Beutbam, de que la fuerza del juramentu depende de la moralidad del
asunto en que in terviene, pero la CPI emon it\ lo reviste de oltm nidad, de -
pierta la atención sobre la gravedad de la prome a que envuelve y le da
carácter de seriedad al compromi o que o contrae sobre u fe.
lIa y j u TU men to n u lo, verdad, pero e o DO pru ba la i IJ dicncia ue
la ceremonia, ino d u indebida aplicación á comprollJi "os lomoralell que
IR pro tituyen y la ufect n de nulidad delante del butn sentido.
i hubiera inlllonmuad eu el empleo del juramento para llamarlo en
apoyo de la voracidad del te timonio, cODvenLldamos en que carecel fa de
fu~rza y en que la E ·clusión de In ceremonia que lo contiene serln conveniente.
Los males que apunta Bentham, como producido ' por f'1 juramento
judicial, son:
1. 0 Que induce < lo juece á otorgar una confianz indebida al te timonio
jurado, confianza que se funda eo el error de creer en In realidad de
la impresión que la ceremonia produce en el ánimo dd te (igo, in en ible
á la sanci6n reli~iosB .
Esta objeci6n se funda eo uon petición de principio, puesto que el
mal proviene de suponer que bay error en creer en la ¡mpre ióo, y que el
testigo es in en ible t\ la sunci6n relil'io a; ye e to lo que e trnta de probar.
i no b y error, no hay mal, y el error no e tá demo Lrauo. Por otra
parte el Juez no le da confianza al te timonio por el hecho ai lado de
apoyarlo n el jummento, ino por la concurrencia ue toda las condit:iones
y garanUas que ju tificnn la. confiunza en u fidelidad.
lIa)' mucbos bombre cínicos, cuya avilantez de afia la mirado!! y los
juicios del público, baciendo gala de u delito, y DO serán en menor número
que los indiferentes á la anción re ligio. a; no por e o nos inclinarlamos
á suprimir In publicidad.
Con toda las garantías ucede 10 mi roo; la eficacia de ~u influjo es
tan variable como los camctere , la educación, la inclinacione, 10 hábito
,lo precedente y la opinione de lo hombre. Por fortnn hL garantia
!lOU muchas, y l refmctnrio á las una, cede al pre tigio de las otras.
2.° (( El juramento propende naturalmeute ¡\ aumentM la con tancia
de un t'tigo en o'tener la primera mentira que ha rrof~rido; e verdad
que au.n cuando no hubiem hecho juramento tendri. iempl'o bochorno en
de decJrse, pero e te motivo e mil. lila fuerte ciando fl tI e agr ga el
recelo de pasa,' pCJ/" pn;juro."
Muy e haoo es que 8e haya e capado á In per picncia del criterio de
Hentbam un raciocinio incon ecuente, . mñ que todo, claramente contraproducentem.
ieota que el juramento no influye en el < nimo del te ticYo
para decir IR v rdad, y 80 tiene al mi IDO tiempo que influye en u ánimo
para persistir en )a mentira quo h iya prof, rido; teme pa ar por perjuro
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
104 EL EDUOAOIONISTA
cuando asevem una fal erla 1 para pel' i tir en ella, y no teme para a everada;
el que yá es falsario dehe tenl'r menos re peto por la verdad y por
el juramento, que el que va á pr tal' una declaración in compromiso de
sostener asevemcione anteriores. Aquí ha confe ado Bentham la fuerza
del juramento para demostrar que no la tiene.
3.° Qne la confianza que se c ncede al testimonio jnraruentado ha
inu Llcido á una clase de hombres perversos y descarados á 'tomar por oficio
lucra ti vo el de jurar falso an te la j u. ticia.
E . te mal no proviene del juramento, ino de la falta de probidad en
el testigo. Si se suprime el juramf' nto, esta cla e de gente degradada y
pervertida seguirá il:'ndo la mi ma, y dará su testimonio falo sin juramento,
con la misma ó mayor facilidad que con él; lo que les importa es
vender un t ·!s Limonio que produzca EUS efecto ' legale , en la forma que se
les pida, y ,i e sin juramento, tanto mejor: ese poder de menos tienen
que el safiar, si con itIeran que alguno tenga en 11 apoyo el juramento.
4. o Los jueces que sepan a preciar el testimonio por sus buenas condiciones
de veracidad, t endrán que desestimar muchos testimonios juramentados;
presentando el ejemplo pernicio o de negar todo crédito al
juramento que los apoya. Excluyendo, pues, el juramento, ceHará al menos
e. a profanación.
Lo mi mo puede decirse de las demás garanUas del testimonio; para
no exponerlas al de cr édito, para con ervar intacLo el respeto por la verdad,
por la ley, por la sociedad, por la religión, por la ju ticia, tendríamos que
suprimir todas las garantías que nacen tIe ectas fuentes. Y si se confiesa
que hay una profanación en de estimar el juramento, es porque tiene
alguna i~nificaci ón, y i la tiene~ es una garantía.
5.° Hay el peligro de que ciertos te tigos qne no tienen ideas claras
sobre lo e encial del testimonio que se solemniza con el juramento, crean
eludir la obligación de ser verace elud iendo la fórmula que lo contiene, y
ocurran á sutilezas y restricciones mentales como las de contestar confusamente,
pen ar en di tinto objeto de aplicación del juramento que hacen,
de.iar de ob ervar alguna fórmula de invocación etc., y creer¡;e inhibidos
del cumplimiento de la promesa tIe decir ve(dad, por haber jurado mal.
A e te inconveniente se pued!:! opon~r la di tinci6n bien clara que
debe hacer e en la ley procedimen tal, y repetirse por el Juez en cada acto
de recepción del testimonio, entre la obligación ocial, civil, natural y
religiosa de decir la verdad, y la obligación puramente religiosa adscrita s)
la solemnidad del juramento.
(Se continuCl7'á) JA~UARIO SALGAR.
LA UNIVERSIDAD REPUBLICANA
continuará us tareas escolares elLo de Febrero del año 1892, Serán
abiertas toda las clases de las Facultades de Literatura, Filosofía, Ingeniería,
Comercio y Ciencias Naturales, egún el Prospecto que será. publicado
en el presente mes.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Educacionista: órgano de la Universidad Republicana - Serie II N. 3", -:-, 1891. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2079199/), el día 2025-06-17.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.