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    • 18 de Julio de 2019
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Decíamos ayer-- [recurso electrónico] / Rafael Pombo

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En el cercado de rocas del Zipa [recurso electrónico] / R.P.

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Al sr. d. Leopoldo Alas, Alias clarín [recurso electrónico] / R.P.

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Cuando tuve tu edad yo era buen mozo [recurso electrónico] / [Rafael Pombo]

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El metro ateniense [recurso electrónico] / Rafael Pombo

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Bello y Antioco [recurso electrónico] / [Rafael Pombo]

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En el album de Mercedes Cerón Castillo [recurso electrónico] / [Rafael Pombo]

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Imagen de apoyo de  Bogotá Ilustrado - Serie II N. 7

Bogotá Ilustrado - Serie II N. 7

Por: | Fecha: 18/06/1907

R EP U BL.IC A DE e OL.OMBI A 7,!!Wlummillmmmmtnmrnmmmmmmmmmtnlllillmmmmm ~ CONTENIDO , iE l/I/ea.s deduclo, por La Dirección f.os Jllegos I-1)1'a. / la dt' ";07, por Marlinez Ri"as D,Je/lYSO del illan· r¡ Imtd"f', 'r D. EdOlunuo ('r"anles. Ell-fl.lllo dd 0). F(lIbyr, por l'n Cabul de Melo. ..- t'l Ilustraciones: Sra. l\lary Ca t·l1) de Koppel. y' /1 )/ Sra. Maria Rodngllcz Chiar¡ de Calderón. El (see· !.' fj nario del Teatro en la noche de 105 Juc~os Flora· ; . .. les. Sra. Amllia Rey(s de Holguín y 'rita. María // : Ca tro.. El Consi . torio del Ca)' Sab,·Y. JJ )S poetas j j/' Concierto. Cltmaco y lIernando Losada. CarlosJu ' .. lio G ITcia. José ~Iaria Cer"antes y Q'lijano Ot!!ro /¡ lO / ;; que tomaron pute en la lie~tñora de su casa, sostenida:{ cada momento por el amante cuidado de su espo o y las infan­tiles caricias de su hija, la muerte golpe6 á su puerta y la llamó á u lado ..... _ Con e toico valor la vio llegar, y serena por la seguridad de que u esposo sabría hacer us vece en el antes feliz hogu, le tendió los brazos y se fue plácidamente, resignada al querer del destino que lIe.vaba su alma al galard6n que merecen lo bueno', lo humIldes, los abnegados. Sobre esas d tumbl, cerrada entre el llanto incero de cuantos, en el bregar de la vida, miróron de cerca el maravillo o halo de virturle qu circundó aquellas do a ­mas, nosotros ponemos hoy-débil tributo-una flor de duelo que el tiempo e tardará en ajar, porque no mue­ren temprano las oce.; que fluyen del coraz6n, a í' ean humildes voces. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 106 ' .' BOGOTA ILUSTRADO bN EL ESC¡';N \nlO DEI. OLÓN- I. A OJ:;I A DI:; LA FIE lA Y S DA 'lA DE lIO 00 Al rrdedor dll In ¡¡"lira nl'islorr:'tli 11 y di lillguiJa de iua Reyes, In cual upo de cmp ñar con mnj tad corrección exquisi los el pueslo de' Rei"a de la Fiesta, qu en buena llOra le rue encom ndaclo, e o 1 ulnban o g-l'llpO encanlador la bella damas que form llron In Corte, lodns ellus 1I0l'es (ll'ec iadns de nu ' ll'a :tlla ot'Í c1nd, le""ida con v'l'undrro lojo de bu o gu lo entre la má hermosos d I iJl ~ u(l rabie jnl'c1ín ho alAno. AIII r. tnhan ./ ORr!inn GllrcJO, In enCIl I lación pel'feCla d MnrgnrilA, In idenl h I'olnn de o lh ; Bealriz Malo, la hermosura JlClénira de dulce mil':ll', 111 el I dllsieo perfil d medalla oOligua; !\Jal'Ía Luisa d n' II'O, I v como un lil'j ,arlÍ ' lica como un busto salido del ('ineel de Quel'ol ; I'nlllinn Pone, hella como una irg n del Rennc imi nlO; Inés d la Torrr, nnda luza 'ompl In, ca te­Jlana di gllll ele IlIs rondlnt icas el'ennln el ZOl'ri Ila; OC'lIlJiz lJrunnetn, nil'osn y anogunl 01110 Diana; o fin arrizo a V 1I1enzu laJ espiritu lI l, grfl('io.'1 .• y chi:;p'nnte, Il 1111 d e ·t raña simpatín; El nn "ib, suilv , al liendn como unn h 1'1ll0SO filin'rona; Tere n Pombo, la Jr los ojos t)C'gl'os. jJl'ofundos, la d I chic pnl'i i nse, In de Ins le""nncias inimitabl , ' finalmente r obel maño, coo su rojos lahios 'n 1101', ('on sus m jdlns de e lor rl aUI'O I'O, 011 u ree 'ura d moñono de bril. __ • .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 105 2uegos Florales d.e 1907 E EL TEATRO DE COLÓN La bella fiesta de D.n. Clemencia IsauI'a fue en es te año -de J 907 espléndidamen te celebrada por los que de ta­les fiestas saben y gustan, es dec ir, por la mayoda de lo más alto en el talento, en la sangre yen la riqueza, porque en esta Bogotá tediosa, casi todas la almas g uar­- dan un poco de amor por nuestra señora la Belleza, y -cuando de rendirle culto se trata, todas esas almas es-tán allí devotamente. En esos días-escasos días, sí­Bogotá se transforma, adquiere un maravilloso esplen-u dor, se torna f,¡st uosa dama y r es ucita en ella aquel su espíritu que gusta de las bellas cosas; á quien tiene visto este peclazo de tierra en lo días comunes, esta Bogotá perezosa, indolente, melancólica, cubierta de miserias, se le antoja, en esos días, semejante á las fregonas de los cuentos que, al tocarla de una vara mágica, e cubren de seda, se les enjoyan manos y cuello, se emblanquecen, se embellecen y les nace una estrella en la frente. DebióH' la iniciativi\ de esto juegos al simpático Jockey r.1t .b, y ninguna de las personas invitada á ,tomar par[ e se negó á ello: las Sras. Amalia Reyes de Holguín, Manuela Ordóñez de Lorenzana Maria Qui­jano de Cervantes, Teresa Tanco de Her~era MarIa Elena Fonseca de Posada y la Srita. María' Castro damas todas ellas de fino espíritu, que aman el Arte y cr ue han recibido la unción de ~a Gloria, llevaron áesa fie ta la ml\S bella, la m lS deItcada parte; los Sres. Pablo Argáez, Federico C~rrales, Luis Uribe A., Je­sús Alvarez Salas, Doroteus Kracker de Schwartzn­feIdt y Sim1n. J. Vélez, artistas genuinos, dieron gus­tosos su contmgente de tan alta valía es decir pusie-ron más brillo en el éxito de esa noche. ' Del torneo literario decidió un Jurado que tuvo como su Presidente al DI'. Baldomero SanÍn Cano, per oualidad la más saliente ho entre quiene culti­van la alta literatura, crílico de inO'ular vi ión que hace, aquí donde lo ]¡teralo gu tan de la obra frá <1'il, labor perdurable, fuerte labor de obrero vigoro o, y que ha tenido - aquí donde tanto se gu ta de la ru i­do a vida en común-la fin loable idea de encerr'ur-e en u Torre de Marfil. Fue icepre idente del con­sistorio D. Diecro Uribe, el poeta amado de todo I el po la que lleva má hol a-adamente sus laurcle , como que en ellos nlln ca ha rue to la malevolenci una C?pi­na. [ rnael E. l'ci niega, poeta de autéotlca inspIra­ción, periodi ta dislinguitlí imo, que á la cabeza del Nll:e- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 108 BOGOTA ILUSTRADO .J)() Ttempo-el má. notable di.Hio de la capital- labo­ra como patriota sincero; ria. A rg-;-\ez, literalo de re­nombre yarLi ta de valio a. prorlu cr.iolles, y Rafael Espinosa Guzmán, Reg, nlle lro amable Director y com­pañero en las faen as de este periór! ¡co, fueron )os J ura­do. de aquel Consi torio. Emilio Cuervo l\Iárqurz, el or­la que ~e pertenezca á é ta ó á la otra Escuela. Los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 ro BOGOTA ILUSTRADO versos de ESCOBAR ROA difieren por comple to de los que hoy tienen la predilección general, pero la avia, la sangre, el espíritu que los infurma son bell os, yeso basta. ESCOBAR ROA es ante todo sincero y gu<;ta de en­redar en las estrofas sus sentimientos, sin va ri ació n, sin alteraeión; los r ecoO'e de su reino interior, y así frescos, rugamo, recién cortarlo, los hacina, los amontona sin preocupación, in c uirlado, como quien hace en el campo un rami llete de tlMes s il vestres co­g idas al acaso. Es, sin duda, u 11 poe la. Hay q uien asevera que el espiriLu de E CO BAH 1\01\ hlloi(\ I'e­pirado más holtJ'adamente el nar 'r una reneruci n atrás. osotro creemo OLra 0";<1: E 'COBA I\ 1\ ,\ tiene alas-y muy fuert . a las-para olar por nuevos horizontes ampliamente-lo lIal lada más acorde con su juventud,- ólo que i rLo fanaLi 'm li­terario, y el amor á la traui ión, y el re pelO cie O' por leyes y cánones que se apr nd n rn la tri" se ritlad de las aulas, le han apri ionado sas ala. ¿ "stamo n un error? Entonces no e tome n u nta lo di ho. Los poetas Velásquez y ,{ peclps Lomaroll J l!'<\ ­concurso parte en la fi sta: SAl\lUEL V ELÁSQUEZ tiene ya su puesto de honor entre los altos c ulll varl ores de la literatura; y sí- ver­dfl d que nad ie co ntradice-son los hilos de la prosa los qlle más bell amente saben tejer sus manos, Velás­q uez pone á sus versos-versos sencillos, versos des­provistos de la elega ncia cortesana-una tan d ulce y amable ('s~ n c i a, que, después de leerlos, es decir, des­p ués de ha ber g ustado el agua dulce y clarísima que encierra n, uno se olvida de que la bebió en vaso rús­ti co. - A su ll egada, entre nosotros Velásquez halló to_ -<0 I cuchó cordial fra e de le 1 o otro m p co da <\ nlu ia. Cll.lrnO' on )0 talent pr m tur , p "que en no tro ' ' tá pro-fund arnc lll arraiO'uc1a la el' eneia de qlte en la rn ayo- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO III rla de esos casos, de precocidad, se empieza muy tem­prano y muy temprano se acaba tamblén. Sin embargo, juntamos nues tras manos para aplau­dir á Ct PEDES, el niño poeta que ent ra de modo tan gallardo á ese áspero camino de la Gloria, y en cuyos versos se adivina una robusta inspi ración, que si, como cordialmente lo deseamos, no se desga ta en el tra­j in de la vida, tan temprano empezada, le dará mara­villosos laureles para sus manos. Ha dicho alg uien que en esas bocas que aun no han probado la esencia de la vida, uenan mal las la­mentaciones y los ayes, y noso tros no nos atrevemos á contradecirlo, y antes bien- incurriendo en el feo pecado de dar consejos- dIríamos á Céspedes : olvide usted los gesto de dolor y las voces de angustia, y los sollozos y las lágrim as, y ya que la sangre de sus venas e tan vigoro a y joven sangre, ame usted la vida y cán tela y glorifíq uela. Los poetas fúnebres van de capa caída, bucn amigo. ~ I I I ® I I I I ~ Clímaco y Hern ando Losada ~ I I I I I ®. I I I ,I El poeta vencedor, haciendo elección acertad/sima, que fue acogida con aplauso un ánime, puso en las ma­nos de la Srita. Nina Reyes Ang ulo, el ramo de Rei­na de la Fie tao y en tom o el e ella y de su ' damas de honor las Srita . María Teresa Pombo, Beatriz Urd aneta, Bea­triz Malo O'Lea ry, J osefina García, Paulina Ponce de León , Lucila de Castro, Isabel Vmaña, Inés de la To­re, Eleóa Uribey Sofía Carrizosa y de los pajecillos de honor, los primorosos niños Emilio Carrizosa, José María Cervantes, Luis Carlos García, Clímaco y Her­nando Losada, Carlos Pombo y Ricardo SantamafÍa Ordóñez, vestidos al estilo Luis XI, la fiesta fue des­arrollándose toda luminosa, toda armoniosa, toda florecida, co:Oo un gran tapiz tejido en seda. Mz. Rs. PARTE LITERARIA El Sr. D. J orge Vélez, Presidente del Jockey Club, y actual Vicepresidente de la Asamblea, espíritu am­plio y bien cultivado, entusiasta admirador de las Be­llas letras, abrió ]a sesión con breves y apropiadas palabras, y ]uégo el Sr. Mantenedor, proclamados Jos poe tas vencedores y en su es trado la Corte de la Be .. Jl eza, pronun ció de magistral manera este bellísimo discurso: (Amor, Fides, Patria) Señor Excelentísimo: Señores: En medio de la arena ~ toy y aun dudo De hacerles frente aquí á los justadores. Mantenedor del campo, está mi escudo Colgado en el palenque: Acogí un reto y debo entrar en el cmpeño rudo. Delante de un concur o que respeto Me presento á la liza conmovido: Pido indulgencia al público di crcto. No pretendo, señores, atrevido Ceñir coronas de laurel, ufano, HarLo honroso será salir vencido. Si al llenar mi deber, buen ciudadano, ontribuyo al objeto de la fiesta Que es á la par artístico y cristiano. No admite excusa una ocasión como ésta; Salgan de nuevo á luz viejos arneses: ¿Quién los arreos de justar no apresta Si se van á e grimir armas corteses, Aunque tema con grave fundamento De un numen ya apagado los reveses? ¿ y cómo en esta lid del pensamiento Los que vamos rindiendo la jornada No dar á los que empiezan voz de aliento? No, no debo callar: No decir nada Es mengua, si unas frases ó una nota Llevan consuelo á la in fe liz morada. Si yo debo enjugar al""una gota De llanlO y a no sirvo. _ .. que mi lira Quede desde hoy abandonada y rota. Cuando la hermosa caridad no inspira, Si ag:ostado el ingenio sólo ofrece F ácil rima burlona ¿á qué se aspira? Es que en el mustIO corazón no crece La flor de un sentimiento generoso y el vate ó.se degrada ó enmudece; Pero Inól todavía el dón precioso De amar y padecer no lo he perdido; Aun me siento en las luchas animoso: Es, I ay ! mucho en verdad lo que he-sentido .. Pero el pecho del hombre es instrumento Más armonioso cuanto más herido I Si yo logro encontrar algún acento Que traiO'a el eco á esta radiante ala De un s¿¡ lozo, una queja ó de un lamento; Si mi voz ni concur o le eñala El iLio en donde gime oculta pena, y el Angel del llmor batiendo el ala Auxilio pre La á la desdicha ajena ... _ No a piro á nada má . Triunfo. mejore Otros alcancen con jocunda vena. Dacla e tá la eñn!. Lo trovadores Enlren al campo ya. Traiga el primero Brisas, fuente , arrullos. perlas, flores .... _ y con leno·uaje dulce y Ji onjero Arranque tÍ. su laúd sones tan uave Que arrobado le escuche el orbe entero. Con notas ora intensas, ora ~~ave lce u canto y los espacios llene Rival feliz de la canoras aves. Si acompañado de las .... racias viene, Si las Piérides le abren u te oro y le embriagan con agua de Hipocrene Vítores mil le acl~marán en coro Cuando reciba, merecido gaje, De hermosa Reina, la ioleta de oro r Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 112 BOGOTA ILUSTRADO Desde ahora le rindo mi homenaje y en nombre de los Jueces le saludo: No tendré mi derrota por ultrllje Al entregar, desarzonado y mudo, Conforme con las leyes del torneo, La armadura, la espada y el escudo. De mis arma disponga á su deseo: Que si las gana en singul llr combate 'Tendrán en su poder má alto empleo. Venga en seguida otro in pirado vate, De mística y ardiente fantasía, Que á los Cielos la almas arrebatE' . En tierna y delicada poesía .cante, movido de piedad fervien te, P ara ensalzar el nombre de María : De esa 'lujer bellísimn, inocente, Que en su brazo dio abrigo al Soberano, Que aplastó la cabeza á la Serpiente y es la esperanza del linaje humano. La Estrella de 105 mare refulgente Que ilumina la enda del Cristiano, P uerto de salvación! Dulce y clemente irgen que extiende al pecador la mano. Oh! Inmacul ada Emperatiz del Cielo! Cúbreme con Lu manto poderoso En e ' te valle de mi eri a y duelo. Dá á mi cansado espír itu reposo y á mi aflig ido corazón consuelo: .Maria: Madre del Amor Herma o. El lercer lid iador con raudo vuelo scienda al Helicón: 'erá u canto Expresión fiel de un iversal a nJlelo. Hoy todo vemo con pavor y e panto 1 espectro medroso de la guerra l Aun correLl aumentadas con ("1 llan to Las linfas que de ' ienden de la sierra perderse en el mar: él la recibe y halla amarga las aguas de la tierra ! ! El Pacífico Océano, el Caribe Testigos fueron de sangriento drama: lAs duelo, ,'. más horror no e concibe! . eñor Excelentí imo : derrnma Tu vista en la ¡ación que se doblega Bajo mano filia l que admira yama. Ya no uena el clarín de la I'efricgn; Concorde himno ú la paz el pueblo nlona En el monte, en el llano y en la vegn. Recfbe, con orgullo, esa corona Más precio n, señor, que los lnureles Que alennza te n lo campos de Belona. Tú has logrado apa~;-ar od ios criieles, Tú has podido)o hierros camic ros En arados corvar, tendel' en ri le , Tú en el Patrio solar horras linderos Para quilar las vallas entre hermano Extinguiendo lo celo de aparceros Los rerrionales tornas colombianos. Tú queurantas la r<\ias del cautivo Para hacer un emporio de los Llanos. l Y cuánto hermoso campo sin cultivo Eu se fértil territorio espera Que vaya á disfrut¡lI·lo el I)['azo e quivo I Tu mano ú un tiempo cné¡'gicn yevera Que rige y templa el generoso pecho Mantenga, asi, la tricolor handera. Ya tlllabor c0nternrla satisfecho: Paz y Unión: gil la Patrio de Nal'iño No domina el ternol' sioo el Derecho l Oh! Pat.'in, hermosa Pat¡'in l do de n iño Te amé con frenesí: nunca Ulás g¡'nn dr ue el mio pudo ser otro cfu'iflo I l Con qué emoción escucho que se expande Una voz de concordia, y que resuena Desde cimas altísimas del Ande A las playas que baña el M;¡O'dalena . Ya no el clamor del odio en torno zumba, i el violento cañón el aire atr uena" , . Ay l que si esle edificio se derrumba, Si tá'l Lo heroico esfuerzo hn sido vano, Sólo IJue(/a una p;¡z: la de la Lumba . .. .. .. Jueces y amigos: Perdonnel si llano Mi senci llo di curso no 'ha sabid o, En el sonoro idiomn caslellano, Dar á la frnse el tono, el colorido Propios de la ocasión, de la grandeza Del puc to á que me habéi enaltecido. .. ,. .. EnCllntadora Reina: mi cabeza, Que no abate el dolor ni el fuerte humilla, Se inclina ante el poder de la belleza. Tu trono no e efímero: e a silla, Para el reino ideal de los amores, Es pre3a crio feliz ~l un Sol que brilla En la espléndida Corle de estas Flores. Pacho Valencia prtmiado co n la Violeta de Oro, recitó su composición, que estuvo en compelencia con las tres que al pie de ella publicarnos, y dijo: El (Santo del F elibre (PREMIO DE LA VIOLETA DE ORO) En Tolosa, en medio á los arraf/anes y tamarindos qae embelteclan los Jardines del Coleg 10 de la Gaya Ciencia, cinco tro­va dores de Pral en::a d ialogaban acerca de $US saeíios de amor y de gloria, una tarde, vispera de los J uegos Florales, En­tre ellos el más joven. Iln poeta á quien sus compañeros apellidaban, por antono­masia, el Felibre, il'g ll iéndo e con digni­dad profética, d (jo así bajo las frondas arrll ieladas !Ja por el misterio de la no­che novilunar: u Escuehadme, cantare ilustres de Provenza: laurele memorables habrá para el que venza mañana en el comba le que r io'e la Harmonía; yesos gajo heléni o , que brotaron un día por gracia de lo dio e , cu;¡ nd o vienen ele mano de la amada, con agoran con limbre oberano. Poetas, oi los númenes de lllujere muy bellas. prototipos de diosas y <'jemplare de e trollas; ma ro O di".o, mancebo. , que la que mi alma adora nació de aquella madl'e ti quien nació la urora: jaml\.s sobre la tier¡'a pe ó m<\ior criatura, mujer ma blanca y fi rme, mujer má nobl y pUl'a; (lapa orienlal de mina, ciudadela de oro, gurrido lis de plala, fl'e ca pen iI canoro, dón de la primavera jocnnda, i e mueve, so mueve enton c un algo de 1'0 n y de niev p rfuma omo I b:\lsamo que vert ió l\[agdalena obre uno pi div inos la larde de una cena. Su ojo me turbaron; parl ra luz vibrante, fue meno dulce el agua {fU ayer un cmninan t.e devoto de las 1 -la del 01, con su rocino b bió bajo un viñedo fe raz de un rojo vino. LIS brazos ' 011 el Pli lido nenMa.' que en Judea como t\ un niüo IlHmHl'n J 'ú de Gn lilea ; brazo 0 0 ulla numo' tan util , qn nlg nn!l no 'ho pasó pOI' ella · un r;¡yo de la lunn. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSl1RADO Alj ófa l' de lo s verdes jardines de E c bba~ana, s ang l'e de An adi omeon, frescor do la m añana, todo e to e tú e n u boca y e tA e n u cabeller a, do dond e hace much o bog a mi a mo r y esper a. E ll a es la que h e oña d o, l a ninfa del Ca rm clo, la mflt utioa a londra feli z bajo mi c icl o; por ell fl h e id o i ntré pid o, p or ell a so y un libro derroc ha d ol' d e r im as gala n te yo, el F elibre. al"'amos a l pa lenque del Arle, co n tendor es, con la Ji ras or nnda de un cí ng ulo de fl ores cogida eo la vega d o nde los menestrales ~maron á la linda p a to r as provenza les, y h ao de s u rgir lo ver os, avaros de la altura, tibios del 'adeocio. o nido de la t ernura. Y o ve tiré la púrpura rea l , como u n emblema, para ,'imar l os alto metros de m i poema, y va iaré mi ánfora d e e ns u eño e n concordan cias m illonar ia de m ú ica, urdidas co n fragancias, con aceile de li rio, con e enc i a e cogida por eso> de su dolor esclava, También como la E finge, con implorante anhelo, La noche taciturna de su pupila clava En la consoladora profundidad del cielo. ADSUM El Dr. Rivas Frade, premiado con el Jazmín de Plata, reci tó el .,soneto que publicamos junto con el que ha ta 111tima hora le hizo competencia ante el ju­rado, con )os dos que no entraron al concurso: ~0nS0 latri X afli ct0fum (PREMIO DEL JAZMÍN DI! PLATA) Ante el viejo retablo donde lloras, ri madre e postrab~ de. rodillas, .. Y, lo mismo que en tI, VI en sus mejIllas Rodar el llanto en las amargas hora. Como un rayo de luz de dos .aurora , . De Ella y del Cielo ~n que 1.0 mancha brillas, Bajaba con mis úpl~cas se?cJl.las La compa ión que tu de DIOS Implora Muerta mi madre, en no he de amargura Anle el 'uodro á caer vuelvo de hinojo, y cuando el alma mi oración murmura e aplacan de la vida lo eno.ios, Porque al rogarte ~ ti e me figura , Que ella me e tá mIrando con tus oJos FEDERICO RIVAS FRAOE 5teUa matutina (Á LA VIRGEN) Para mi madre- Oh blanca e trella de la mar, flor pura de mí tica fragancia; va mi canto - rayo de luz que en mi interior fulgura­como un incienso ha ta tu olio santo. Vierte en el fondo de mi vida o cura de tus gracias el fuego acrosanto, y enjurra con tu amor y tu ternura mis turbio ojo, que lloraron tanto •• .• A ti vu lvo mi planta fu"'itiva de pálido vinj ~o; mi alma i~plora la luz de tu mIrado ompaslVa: Haz que n mi n O'ra rula de dolores con un g lorio o resplandor de aurora, brillen tus dulces ojo protector s ••.••••• ARMANDO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA I iLuSTRADO '115 ~onsolatri:x aflidorum Maria, gl'acia plena, collado en que culmina un lirio con frescura del agua del Jordán; marfil do un va o in igne; puerta ue la uivina ciudad á donue todos Tos afligidos van. Lo profetas te vieron, e trella matutina que ayudas al rodo para que abunde el pan ; por ti baló el ordero sohre Salem, colina donde las corza níveas de la pureza están . Yo vengo de la tribu quo malga tó en el predio de Belcebú us dones; clavados traigo en medio del corazón los iete puñale del dolor; contrito estoy y triste : quedaré alvo y sano si tú, Consoladora, me llevas de la mano al dulce valle místico que verdeció de amor. PACIlO VALENCIA Contempla de las célica mansiones, {adre excelsa de Dios, Virgen sagrnda, En qué triste aridez van la jornada Rindiendo los humanos corazones. Gloriosa sobre angélicas legiones, No ceses tú de ser nuestra abogada; Las bodas de Caná muestra sobrada Fueron ya del poder de que dispones. Algo á Jesús dijiste alli, Seiíora, y El su primer m~lagro hizo á tu ruego, {udando el agua en rebosante vino. Mira que el de las almas falta ahora ; Alcánzanos que corra como fuego. y embriague al mundo yerto, amor divino. Escobar Roa, que recibió el premio de la Rosa, re­. citó su composición, que aquí insertamos con la de Colombiano, que luvo también grandes probabilida­- des de triunfo: d1la paz (PREMIO DE LA ROSA) Te canta el sol cuando soberbio avanza Del cielo por la bóveda infinita, Te canta el corazón cuando palpita Bajo el iri de luz de la esperanza. ibra un himno triunfal en tu alabanza La audaz locomotora cuando grita, y á bendecirle el campo nos invita Con la elocuente voz de su labranza. Todo en tu honor sus cánticos entona: La misma cruz que se alza en el osario Ca::! sus brazos abi erto , te pregona. An te el a ltar te can ta el inccnsario, Te canta el Hacedor cuando pel'dona, y J sús cuando muere en el Calvario. RAFAEL ESCOBAR ROA d1la paz Calló por siempre r:l atambor guerrero. Ya no rasgan 01 viento lo clarines, Ni dando al aire las rcvueltas crines Cruza el campo feral, corcel ligero. Duerme en el cinto el triunfador acero, Blandido ayer por rudos paladines; . Y del sangriento cam po en los confine Belona esfuma su perfil severo. (I) Se presenta fuera de concurso y sólo como un humilde ,obsequio á la Virgen. I Mansa la grey por el collado asciende Al toque moribundo de 111 queda: Venus en lo alto su fanlll enciende. Por el camino solitario ruedll El carro de la mies. Ceres Je ciende De paz nimbndll, en la c3mpiña leda. COLO~mlANO Después )'ccitaron los snyos Vclásqnez y Cé pedes, que fueron éstos: eBanta la vida Estás enfermo de ironla, porque mez­clas/ e un horrible ¿rebaje inventado por ti al a[Juafrla !J mllsical, envenenándo­le su dulce simpleza- Vén otra vez al monte á beb.er (I,L pie del peñasco; la vi­da le Cllrr¡,ra, SI Vlzelves á probar de esa agua nueva qfrecida en el cuenco de la mono. Su piel ostenta la li UI'Il gl'ata De una tela de seda y sus flllgorp.s; Cuando e mueve suelta resplandores De una escu ltura cincelada en plata. La libertad del campo lo produjo Alto, nervioso y de color de nieve, Con largas venas puestas en relieve Y enredadas en clásico dibujo. La curvada nariz inAa de IllieobO, Vivo y redondo el ojo ("entellea, Y, cual hoja de palma, libre onuea La dócil cola despeinada nI viento. Corriendo VII con m:\gica destreza; Su CIlrrera pllrece un desafío. -1 Seguidme, si poMi , el viento es mío! Y levánta orgulloso la cabeza. Lo ha escuchado un jinete y altanero El $'uante rec06'ió y airoso avanzn . Vuela, caballo hermoso, la esperanza De [u enemigo burlarás ligero. Córre más, mucho más; tú eres el dueño De la llanura á tu valor estrecha. i tu enemill'o se ha tornado en fl echa, Pá a IAÍ por el aire como un ueño. faldición sobre ti !. .. _ Vano cS que huya Tu beltv cuerpo. nad ie lo ocorre. Oye la oO'a que ilbando corl'e Como Il l a~a culebra en busca tuya. Y hace el jinete que en el aire vibre La dóci l cuerda rematada en ojo, Por donde entra tiritando flojo El cuello enante levllnlauo y libre. ¡Oh libertlld I El hombre oprime 11I é~o El rus coro na. y ceñir con ellas l a frente del niño-poe tH. El ~arare THE EAST MAGDALENA EXPLOTATION e.O, LIMITED-Difícilmente se e ncontrará quien no haya oído hahlar de las selvas d e l Carare, de sus innumerables r iq uezas de su clima mortífe ro y sobre to do de lo peligroso del ca~ino que á ellas conduce. Con frecuencia se censuraba el e m­peño de los Gobiernos e n abrir una vía al Magdal e na al través de estas region es que se consideraban como inac­cesibl es, y se calificaba d e lo co á qui e n pretendiera hacer ver la posibilidad de tal e mpresa ó á quien hablara ~iq uie ­ra de establece r trabajos en a:}u el la s mortífe ras selvas. Hoy día es un h echo cumplido lo qu'ó! antes se consi­d e raba como un sueño fantástico de gente visionaria: los grabados que tenemos e l gusto de presentar á nuestros lectores son tomados de las fotografías hechas por los em­pl ea dos de . I.a Easl Magd;zl~na Ex plolalioll C. O , L illll'ted, y por los comisionados que ultlmam ente envió el Gob ie rno á estudiar las cc. ndiciones técnicas d e l camino en construc­ci6n entre la ciudad de V é le z y un pu erto sobr e e l río Ca­rare , e n su parte fácilm e nte na vegable. D. arlo Tavera TaYA lil Sr. Tavera, cuyo re trato publicamos y d e quien antes dimos li geros datos biográficos, obtuvo del Gobi er ­no una concesi6n para explotar las selvas del Carare y con e lla organizó la respetable co mpañía que acabamos d e nombrar, dejándola obligada á dar al Gobierno el cinco por ciento d e las utilidades d e su concesió' en los primeros cinco años de ella, el di ez por ciento en los cinco años si­guientes, y e l qui nc e por ci e nto e n los tiltimos di ez; á fun­dar cuatro poblaciones e n l t e rritorio de su concesi6n en condiciones que aseguren la vi da y pros pe ridad de ellas, y á constru(r por su cuenta y para el Gobie rno, una línea telegráfica entre B ocasdtl Carare y la ciudad de V éle z, que está casi te rminada, y que prestará ¡n men os servicios, co­mo que : 1I0s serán specia les para la regi6n del do Mag­dale na , comprendida entre Puerto Berrío y ogamoso, que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUS TRADO es la que ofrece navegación más difícil y en la que mayor número de siniestros han sufrido los vapores que la fr e­cuentan. Va ya para ocho meses que la compañía inglesa tie­ne establecidos sus trabajos e n Bocas del Carare, dirigidos por el Sr. Tavera, á quien vemos con sus peones e n un claro del bosque, á la orilla del rlo , en un mome nto de d es­cans, o, y por el Sr. Schmockér, cuyo re trato también publi- El r. Tavera y sus exploradores cam os. Cuando llegaron allí estos zapadores del progreso, s610 existían nu eve ran chos d e paja con ochenta y dos ha­bitanles; hoy hay cuare nta y oc ho habitaciones, y e ntre ellas t res casas buenas, cubiertas con teja metálica y algunos edificios apropiados para bodegas y depósitos, y pasa d e ochoci entos el núm ero de habitantes, muchos d e e ll os an­tiguos ex plotadores en los bosques de la concesi6n, que están todos al servicio d e la co mpaiiía, sin que hayan su- El Sr. Schmocker frido en nada sus intere res, y s6 10 con la obligaci6n d e someterse á las reglas de la Compiñ fa sobre el modo de hacer las explotaciones, para no tumbar los á rboles y a p ro­vecharse de e llos con servánd olos siempre para la riqueza nacional. Las caucheras de l Cara r e no s6 lo ofr e cerán, al pxpirar la ooncesión, la riqu eza que hoy tienen, sino que ella estará muy aumentada, pues la Compañfa se propone sembrar cuatrocie ntos á quinientos mil árboles, y de segu­ro lo hará, pu es tiene para e llo c apital sobrado y lo gas- rientos mIl franco~, ó sea seis millones de nuestro papel mone­da. S610 dIez. ~mpresas agrícolas como e!>ta I!ue tuvIéra_ mos en los dlstlnt.)s baldío\) dt-I pa/s, y ya podr!amo~ creer asegurada nuestra redención económica. . El ~ r .. Schmo~ker hizo en Suiza, con brillante éxito senos estud Ios de C,.encias (\' aturales, obtuvo su correspon_, dlent.e título académIco, y contratado en SfgUl.da.J or una re~p(:table Comr añía bel­ga, !»guló al e rgo, en donde permaneci6 cua.tro años d~dicado principalmente al es­tudIo del cultIvo y explotación del caucho y alH adquirió todos los conocimiento; práctic\..s que ha alcanzado este ramo. Pasó lu égo al Brasil, por cuenta de la mi~m.a Com¡;añfa, y allf, en las riberas ama7óme as, permaneció !.eis años dedi­cado á los mismos trabajos que había eje­cutado en el Congo. Contratad~ entonces ¡::or la Easl Mag­dalma Explotal1an c. o, Ll'miftd, vino al Ca­rare, donde ha encontrado los ejemplares más bellos que hasta ahora son conocidos en el mundo, del árbol de la "Balata," del cual ofrecemos una vista. La "Balata" comercial es el Hquido. coagulado del árbol perteneciente á la fa­milia de las sapotáceas, género Mimusops. Es un árbol grande y hermoso, que puede crecer hasta una altura mayor de 25 me­tros, y á distancia de un metro del suelo puede tener hasta tres metros de diámetro. Las hojas de la Mimusops Balata son de forma elfptica Ú ovaloblonga, más 6 menos pel u das en la parte inferior. La madera, que es de gran dureza, tiene un bello co­lor de rosa , lo que ha hecho que en Surinam se la llame carne de caballo. Las investigacion es hechas en Carare para mejorar la calidad del producto coagulado, han tenido éxito completo, de modo que d entro de bre\'e t empo la exportación de la balata colombiana aventajará en mucho desde el punto de vista del rendimiento, y naturalmente también del precio, al mismo producto exportado de los otros países y más espe­cialmente de Venezupla y Surinam, Los grabados de l camino representan algunos de las sitios más interesante del tramo reciente mente construído ; pueden verse en ellos los cortes en la roca tajada á pico, los desfilad eros natural es que se aprovecharon, la elección d e los boquerones para conseguir un piso mejor, y otras mil dificultades vencidas que d e nun cian á leguas el ojo de un ingeniero veterano e n e te género de trabajos. La lectura de l inform e de los señores comi ionados y la inspección de las vi tas f" tográficas que tomaron, han llevado al ánimo de los más des contentadizos el convenci­miento de que la Compañía actual ha sabido cumplir los compromisos contraídos con el Gobierno y con el país en general, correspondiendo así á la buena reputaci6n de que gozan Jos caballeros que la constituyen. Debido al capital de unos, á la ciencia de otros y á los esfuerzos de todos, no es hoy un viaje al Carare lo que antiguamente era: una sentencia de muerte, En el público han circulado unas fotografías, que probablemente tendre­mos el gusto de reproducir en esta revista, y que prueban hasta la evidencia que no hay exageración en nuestro aser­to. Quien no haya transitado por las lomas de San Loren­zo, ni haya atravesado el paso d e La Horqueta, no puede envanecerse de conocer malo!> caminos; pues bien, el ca­mino actual , no solamente evita estos horripilantes pasos,.. sino que, como sale al río Carare mucho más abajo del antiguo puerto de San Fernando, ahorra á los vapores la parte más peligrosa de la navegaci6n. Esta lecci6n objetiva y otras que diariamente se es­tán dictando, quizás lleguen á convencernos de que !>6lo en una atmósfera de paz y al amparo de un Gobierno patriota y progresista pueden realizarse obras que hagan. honor á los hijos del país. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 118 BOGOTA 'ILUSTRADO BOGOTÁ ILUSTRADO se complace en enviar sus felici. taciones á los ab~egados colombianos que, en una. Ú otoa empresa, trabajan por llevar la civilizacIón á las selv'as del Mimusops Balata Carare. Sepan ellos que el país aprecia todos sus esfuer­zos en lo mucho que valen, y que hace votos por el feliz éxito de ellos. -- RXG LOS JNDIOS SALVAJES Majestuosamente sobre las aguas quietas se balancea el barco, El río ziczagea y forma una re­vuelta caprichosa. Es una tierra extraña que tiene fecundidades maravillosas, que tiene .bellas palmeras, que tiene: fron :l:\.ies discretos y que tiene un cielo azul, im­placablemente azul. . El barco se detiene. Allá lejos hay una playa guijarrosa y extensa. En la playa unos indios salvajes reto­zan, gritan, bailotean; á intervalos arrojan las redes sutiles al agua; so· bre las arenas los pescados cautivos se retuercen en una suprema convul- 5.i6n desesperada. El barco se acerca discretamente á la ribera. Y unos hombres saltan á tierra, unos hombres que tienen el le­gendario y varonil arrojo de los con­quistadores. De pronto los in 'líos dan un grito indefinible; un grit0 de alar­ma, asustador, medros'), que se pier­rle en la vasta soledad de las monta­ñas; recogen las ftech 1.~ ag-resi vas y huyen. Yo no sé 'lué extraños atavis­mos hay en esa fuga cobarde de los indios; acaso ellos saben que sus an-tepasados fueron heridos de muerte, y martirizat:los y despojados por las caravanas de los hombres blancos ; por esos hombres blancos que llegaron un día, á los pre- 1 I ~ } I ~ l . P uerto Aquileo en el do orare lf. Las }< IOl'es- J ¡L El Guuli ló (reparA ión do daño ellu ado por los derrumbes)- l . ~ I Martirio (80 mplros de cOrto en roca)- V. Cimitarra ( Punto de r unión entre el nuevo '1 01 vi ~o amino)-VI. Fundación de overo uá­rez (Eduardo Jarnmi llo p" comi ¡oondo d I ohi rno ; A ngel María qLero, Ingeoiel'o del Departa01 olo de Galán; ni ardo Lleras Codazzi, Mio rll logistll, y 13 rnordo Oloz). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA IL.US rRADO 119 --------------------------------~------------------------- - dies hermosos de lo, indios, sedientos de oro y de sangre .. Son muchos los indios. SI" al ejan. Se van huyendo {. I ~ montaña con agilida des de fi e ra . Pero ua tro ~a l vajes no han sa bido hu(r ; son los pri ione ros rle lo hombres blancoS. Y g ritan , y gimen, y se retuercen, y quieren escaparse porque no saben que esos hombres no ~un los mismos que hace ya muchos años ma r tiriza ron á us ante. pasados; porque imaginan q ue esos hombres quieren hacerles daño; porque lus indios no saben que esos auda­ces aventu re ros llevan á las montañas el agua prodigio a de la ci vilización y el cla moreo victorilJso del progreso. E sos hombr s no les harán ni ngún daño. Pero loe; inrlios gritan , y gi me n, y se ret u e r ~€n, y quieren scapar e. Todo es inútil: los cuatro sll lvajes son los prisinnen,s de los hombres dvilizados, que q uie ren ll eva r á las montañas los tranquilos ampa ros del r rogreso y los consoladorf's refu­g ios de la fe. Eso es lo q ue a Cé! ba de suceder en e l R ionegro, a l frente del Mag-dalena, que desemboca en Puerto Reyes y cuyo rurso aún no se conoce bien. Cuatro indios salvajes Indios cauli vados cerca de P uerto Reyes han sido cautivados. ¿ Cautivados? No, detenidos sencilla­mente, y traídos á esta ci uda d, de donde muy pronto van 4 tornar á la montaña á decirle á sus hermanos salvajes que sus hermanos civilizados no son perversos, sino que son buenos y misericordiosos. Uno de estos cuatro salvajes está enfermo: caritativas manos de mujer lo amparan, lo miman, lo llenan de aga­sajos y de pueriles obsequios encantadores. Está enfermo: bondadosos facultativos lo rodean, lo cuidan, lo asedian con el prodigio de las medicinas, y dicen que tiene yo no sé qué novedad en el pecho. Yo escucho los diagnósticos de los facultativoc; y pienso que el ipdio está enfermo, pero enfermo de nostalgia infinita y de abrumadora tristeza, porque se acuerda de su río silencioso; de su discreta montaña qne está lejos, muy lejos; porque piensa en su choza abandonada; acaso en una muje r, salvaje carpo él y como él melancólica, que lo aguarda; porque piensa e n los raros vestidos de plumas; en los certeros arpones de la flecha y en su cielo azul, implacablemente azul. y suspira, solloza, se q ueja. H abla; es un raro len­guaje; es un dialecto i n co mpre n si bl ~, lleno de misterios y de languideces; ca si todas ICls palabras terminan e una uyistlsima, á ~eces en. una i melancólica. Dijérase que el dIa lecto de estos salvajes está hechb de desolaciones, y de­a marg-uras, y de misericordias. Tiene una mirada llena de vaguedad; una triste mi­rarla de loco, indefinible, rara; tiene esa mrrarla yo no sé­qué complicacionl"s misteriosas: á \'eces todo el candor toda la ingenuidad, toda la inocencia de una frágil niña d; diez años, y otras toda la melaMolfa, toda la malignidad, todo el cansancio de unos tristes ojos de viejo. Es una mirada ind efi nibl e, que tiene un poco de idiotismo y que tiene también un poco de inteligencia. Tiene esa mirada algo de la ruda agre¡,ión de unos ojos de fiera, y tiene también algo de la exquisita suavidad que guardan las imploradoras pupilas de los niños huérfanos. Muchas veces, en los delirios de la fiebre, pide agua; y las manos piadosas y femeniles, le llevan agua en una hermosa copa de cristal, y entonces el indio se enco­leriza, se enfurece, se agita y va á beber el agua en la fuente, á plena luz, á plena soledad, como la ha bebido siempre en su do silencioso, en su discreta montaña que está lejos. Yo pienso que este pobre salvaje tiene la deli­ciosa coquetería mujeril de mirarse en el espejo de las aguas ten ues y cristalinas. y no se rI~ nunca. Quizá porque tiene la f'norme sin­ceridad de los salvajes; quizi porque no conoce esa careta de las grandes hipocresías que se llama la risa. En todos los la bias juguetea la risa: se ríe á todas horas, se ríe en todas pal tes, se de siempre; y !>i se formara un gran ramillete de risas, todo podría haber en ese gran rami­llete menos una sola rosa de sinceridad. Dicen los historia­dores que Jesucristo no reía nunca, y yo pienso que el Divino Nazareno no reía porque fue el Gran Triste, y más que por l"SO porque fu€. el Gran Sincero. En estos días los cuatro salvajes van á tornar, van á ser llevados á la montaña, porque están tristes; porque sufren raras nostalgias de selva; porque tienen yo no sé qué recuerdos hermosos de su discreta montaña que está lejos ...... Van á tornar: llevan muchos regalos encantadores para sus hermanos; llevan muchos maravillosos recuerdos de la civilización. Todo, todo para estos pobres sal­vajes tiene que haber sido raro, desprevenido, encanta­dor, divinamente bello, extraordinariamente asombrador. Van á tornar á la selva: y acaso alguna vez, bajo Jos discretos refugios del frondaje, se acuerden con tristeza de sus hermanos civilizados, que fueron para ellos tan bue­nos, tan compasivos, tan misericordiosos. y allá en la montaña ese pobre salvaje enfermo se acordará, como si despertara del milagro de un sueño, que la tibia delicadeza de unas bondadosas manos de mujer 10 acarició muchas veces en las desoladoras noches de fie­bre, de melancolías y cansancio. ERNESTO SARA VIA A UNA VID AL AUTOR DE "EL CENTAVRO " El sol, tu augusto padre, te da calor y vida filtrando en tus entrañas locuras deliciosas, y por ti Anacreonte, de barba florecida, interpretaba el hondo misterio de las cosas, De miradas ardientes y de pezuña hendida una tropa de sátiros de curvas voluptuosas, danza, cabe tu sombra, la danza enardecida que entre las carnes tejen ansias pecaminosas, Un día Noé, el experto piloto y gran patriarca, navegante primero de la primer.a ba~ca, se embriagó con tu sumo, que es olVido y descanso. y quién sabe si bulla en los globos obscuros de las uvas que forman tus racimos maduros, la Sangre redentora de Jesucristo el Manso. EDlIIUNDO V liLÁSQUI!z' Ocaña, 1906. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2 0 HOGOTA ILJ]STRADO Ll (S(eneral ~abral d.e Jytelo Afortunados esp(ritlls aq uellos á quienes fue con­- cedido el dón maravilloso de co nservar, para los días últimos de su vida, un ensueño hacia el cual púedan vol verse las manos cad ucas. Debe ser felicidad muy a lta esa de lener un fuego q ue derrita la helada de los años, y una luz que g uíe los pasos por el último pe­ ¿azo de cami no que e recor re entre sombras. El General D. Ramón Cabral de Melo, cuya efigie tenéis ahí, es uno de esos excepcionales espíritus. Tras ~ f 1 I1 ~ 11 I J. General Ramón Cabral de Melo ~ 1I 1I ~ ~ 1I f I X desu vivir agitado en cuarL les y campañas, tras de ha­ber ascendido pundonoro amente toda la escala que con­duce á los laureles del Generala to, de pués de haberse batido como cumpl á valiente , llena de canas la ca­beza y doblado el cuerpo bajo una muy pesada carga de año, Cabral de Melo aún tiene vida en la vena de su alma para alimentar n ueiío . 1) otro ya sa­béis que Cabral de Melo e ha refugiado últimamente en la literatura con amor profundo, con apego in­comparable. En un tiempo Caoral de 1elo amó la guerra, la gloria, el amor; de pués amó el Barrio de ECTipLo; ahora ama la literatura; pero la ama obre toda la co a , yen torno de ella van dI'. arl'OJláodo e uav men te los años de su vejez. Yo no atrevo palabras de crítica obre la obra poética de Cabral d Melo, porque tengo ntendido que en tratándose de tan s ing ular p r onalidad eda necesario crear una rfli él aparte. iá al~n: yo no me atrevería á decir si su ver os son bu n Ó 011 malos. Mucho más: o no o uria afirmar i son ó nó versos. Unicamente consigno sto: abral d 1cl0 Jla conseguido ue una vez lo (fue:'t 01 r cIJe la labor dura: d stacar s u p rsonalidad lit('I'<1l'ia de un mod neto: él es solo, s úni 0, s inc f1f'ulldible; ,abral a más allá de todos en eso de atr·op ,llar gra mática q~le-brantar reglas: sus estrofas no se enfrenan á métrica ni á rima: ' sus \ versOs son ahora de una medida y luégo se quiebran, se descoyuntan, se disminuyen, Ó estiran sus anillos y se alarg'an y se hacen enormes; el consonante no tiene allí puesto fijo: de pronto re­vienta en todos los ver os, de rronto no volv{:is á verlo en loda una estrofa; Cabral de Melo 'es un poe­ta tan amante de la libertad, que edila sus versos en hoja sue]ta: no pára él trabas de Directores, ni de Redacciones, ni de 'cajistas ; Cabral de MeJo es el poe­ta más pródigo: regala á manos llenas las ediGÍones de sus versos; algo m,ás: en alguna ocasión nos de­cía: "La edición de mis últimos versos está agotada y será preciso que JO haga una segunda, porque' tie­ne mucho pedido' ''; y ag regó indignado: "Alguien ha tenido el atrevimiento de proponerme que le ven­da u n ejemplar " ; y por último ; verdad que nin­guno de vosotros negará : Cabral de Melo es el poela más leído de la capital. Envidiablemente feliz e te poeta, que ha vivido su vida sentimental á la in versa: él acaba p or donde todos empezamos: por los versos. Hoy las cosas pasan de modo que se sufre ]a vej ez en la juventud: Cabral de Melo está gozando de ]a juventud en la vej ez. Bien haya espíritu de tan recia contexturá, y quie­ran los Dioses conser var siempre al lado del poeta esa su Musa, que, aunque desmedradilla y tardía, ]e enti-bia entre las manos el corazón. • Yo me declaro ante vosotros admirador cariñoso de Cabral de Me]o por todo lo a ntedicho. Esas mani­fes taciones tardías de un talento me entusiasman más, mucho más que los brotes prematuros; por ej ~mplo : para mí es más admirable Cabral de Me]o haciendo esos versos á los ochen la y tres años, que Céspedes h ~cien d o los suyos á los quince. Es una opinión es­tflctamen te persona1. l\1ARTÍNEZ RIVAS El tiempo bajo sus alas tiene al comercio A las ciencias y á las artes dirigiendo; A los pueblos y naciones, su camino; Autorizado del Omnipotente, su destino: Todo, todo, á 5U diestra mano, y á su siniestra, la terrible parca El árbol caído, y el reloj de arena La segur del cieno con que corta De la vida humana su final aliento y de la tierna infancia, en su edad primera. Más, más allá, de las regione etéreas Do está el Dios de las alturas, A sus amadas creaturas recibiendo El premio de sus virtudes da en el cielo, Derramando para sus deudos, el consuflo. A los Herrera, á los Pardo, los Montoya A los que fueron de esta infortunada tierra, De los buenos, la rica, y más valiosa joya Los Matéus, los Pizano, y de tanto caballero, Cuyo nombre en la memoria, será imperecedero. RAMÓ CABRAL DE Muo Bogotá, 23 de Mayo de 1907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTR /\ DO fibros ~ l\evi stas 'i nosotros dijésemos que el libro Rosas de Amor es una obra sin defectos, su mismo autor, D. Felipe Val­derrama estaría en contra de nuestras palabras, puesto que él d'ebe tener aceptado ya que esa colec.:ión de v~r­sos, publicada en una fech~ .Iejana, apenas sÍ. r~~resenta sus primeras cosechas esptrltuales, y estas primiCiaS sue­len no ostentar otro mérito sino el de ser primicias, yen ellas sólo sí puede entreverse vagamente lo que en el fu­turo ha de lograr el escritor. El alma de todo el libro de Valderrama es la que comúnmente informa las producciones de la primera ju­ventud: el amor. Son, como el nombre lo previene, rosas de amor, rosas de erotismo que estallan vivaces en todas las páginas; rosas que aroman dulcemente en veces, y qlJe á veces se desgajan adoloridas. E te libro-que llega á nuestras mano') con notable atraso·-dice que Valderrama es un delicado temperamen­to y anuncia que en lo futuro él será un poeta de verJad, u~ poeta-eso sí-que no tendrá en su plfano sino la nota que alaba á la mujer y canta el amor. Pero nosotros pre­guntamos: ¿ hay fuera del amor y las mujeres otra cosa digna de encerrarse en las malla" del verso '? donde á los corazones hermanos damos á beber nuestro corazón, sea cincelada c Ú tim'ls n )ch s J ú luyar, en pI Varierlzr/, un con':l .r o organiza lo "M , dlSLtng"uidos artistas Her ~án­df'z y 7, nh 1<, 'n, qu~ re ul Ó, un \'erdadpro tri Inf) para ello,. I t n nupstra rod al f lirlt(\r-i6n 1')5 fJ rpeLores de I ti. n Jta bl.! Bhahll T 'd' 't1/ , por la brillante manera como en esa nC) :,~ confirm'lron t,:!) lo mu h) r~ue \al'n y pue­den en I ~ hf ciles dominJ s del di\ino arte. L'l fn.cupn ~ rer~ticí n d~ fi:5tas com a-jl 'lIa, harán '1 Je (1 T~zrltd,,¡de ~e \,pa colmado p'jf lo má s I cl) d n e tra so i dad, T uR )s-I:.I doming-) \'01 i: á I'ic;ar e ci ·co de an D:e­go 1 " h (j rda Pa lila, f 11 u i Jn dpl matador fJ me­do y de I )s,chl os (;ar"'J 1'1, UI'sIIZO y ¡'o/ador, D, Angel ganó un, éXIlO absoluto , ~ s arapullos co'ga Jos al quinto -un animal de mucha c.er el ~ rnu ha romana-~on lujo de ,erbü ~I.a, le mereci ,ro u tl o 'ación mayú cula, Con s so prlJlas estol'adas, IJa~a as qu entró com entran I J hombr. ,d s ach -' 5U rj) r),; B-aví imo, D, , n- ~ell lh r - ndado U'it d cart 1 de mata lor, de IJri-liante mo J J, T 'almlm al :1 \ J Ct.I U lo y I ganle con I trapo: con 1 s de matar no lo;ró nada j al último de IHiF\ - s:.r s~gun J) de ';1uerL- r r Ipi .... -S rU1 t .. o pinchazos y reo'al) con un balol'azo d (rdag-, ,I,} a tard amirro ¡r, l' L h' L ' b a ~" 11, IS C ICOS I)I(n. l.J1lm nt 'arlujan, 1 I mpo mal,), ganad I ~¡m " Pre i Jencla archi­pi': ima. E' LA f~ .lEL\ DF. .1 nI ju g-os fl ale, con ti objn d ca ar á una si guiar d idad: la h'u a e cHnicas, 1 uerc,n I r miado~ lo rt's, Lisandro L() , " ILUSTRADO DECRETO LEGI LA'] ¡VO • 'UMERO 47 DE J~U5 (12 DI'. !.y.PTlf.}fIJr(J~) • Jt.re prensa rConlmúQ 2,° VJs (job'!rna l(Jr s de D ~partamenlo, el ti Distrito Capit~1 y Ivs Tribunales rle Distrito Judicia l. dentro del t<::rritorio de l>U jUrisdicción, Art. 50. En los Tribunales dividirlos en dos. ala. corres1)onde á la d _ los ,Iagistrados de lo Crimin' conocer d,; los asuntos de q'Je trata este D 'crplO, Art, 5 (, C:::uand0 á jui<::Í') de Ufl r; )b~rna(hr ~ hubiere infringido el présente D !creto d .ntro del t - rritorÍl) de l>U mando, dictará una resolución motivada, que contendrá: 1.0 El nf)mbr~ de la autoridad (Jue la dicta; 2 o El nombre d~ la prorJuc .íón de 'j Je trata, ~ Ll t; el"O Ó pnmeras Hnpas Ó denr)minacíón del escritr grabado, el" por medio del cual s~ hubiere cometi ) la iniracCI"n ; 3 ° Cita de la rJi.,posicí ' n infringl la; 4,° CiL del artículo que scfiaJe la rLna Imp ,. ta; Y 5.° E lIo'l1bre del indJ\'lluo ó ín Jívi,Juos penatl ( r onl:mulI a Tfj :.-, --' --= I~ - ~ ~ - ¡-- "" ,., . '";l r.L r- ~ .... "... ,..- - ,... e -:.- ,........ ---' .~ .... 'h - ~ 'TJ ,. e - if.1 ,.- ''; -- ,........ ---' -- ,.- - ~ -~ e .....- :::....... '-;.... z e - - t.;j .,.... .... ,- ~ ---. 0 § ::;) 'h -.J Cl..J ~ ZJ) '---' , -/ .. ...- -.-J ""'9 <::r. . - r.:. c...." r./.. r.L ~~ - C,; C) ~ ('Id - ;G ..c ~ '. r .... ~ )oX..( t.!) ~ -~ ----?,- - -...-;/ ed ~'f ~ ,-..... -:.. ~ ",.- .~ ~ o - - O = z = ~ ~ 'l r '. CQ 2 ~ l- ,- ~ ..... '-' = ~ -:.- ~ - "" - ~ - ('Id 'Z c:::> ....- '"' - - .... ~ ~ ............... - .,.... .'-' O,...J ~ ...¡...... .. )-J ~ --- ~ 'f.. el-> - -+-+-' ,..- <:,/';. Q ~f. ;::::::J ~ .,.... ~ ,., -- .C,; ,---- :;::; --:h -+-+-' t • I -- el-> ,....... [jj ,..- ~ ..... u:.. ,.- c:..,::. ,.- ,...... :.... - -- ,........ ~ ~ o ....- ~ ~ ~ ~ r .... -' .....-( ...- ..". ~ ~ CD - ":'1 ~ - :=. - z ~ ~ Ct.) -J CD -:.- >-< ~ ..... - ~ ~.~ 'Z. - r. .... - ('Id ~ ).X.( Q ~ ::." "., ~ C,) Ct.) ~ - O ~ ~ .... o ~ t >--j ~ ~ ..... -:::: .- --- ;... -' ~ ?- ~ .... 'l) ~ :: ~ s:; C,) ~ - ,.... ,.... - - ,... c.; - ~ :,,;:a=: -:::: c... ,..... c: ... ::: , ~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 7

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 8

Por: | Fecha: 29/06/1907

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REPUBLICA DE CCLOMEl A -=====--- rmmmmm~~m;;~=~ PA1'F.ÓN-EI Ilmo. r. Arzobispo de popaYán-1 Al Pastor, oneto, por F. Martínez Rivas-EI De· partamento de Quesada y su Exposición-La Srita. I Ester Flórez Alvarez-Razón y amor, por F/()yalba- I I Facultad de Medicina: El Rector, por F. dé P. Ba· rrera; en la Facultad-Goterones, por Francisco ~iraldo-EI General Lucio Velasco, por E. aran· ]0 M. -Consagración de Monseñor oler Royo, por Eparquio Gonzá lez-Po tal, por ergio A. Burba· no-Galería de la Prensa-En la tierra baja, poe· sía, por Julio Vives Guerra- upcial. Ilustraoiones: Dr. Jacobo de la Parra-D. Emi· lio Fergusson-D. Evar isto Escobar-D. Fi lemón BUÍlrago-D. Leonidas Gutiérrez-Mr. J . T . Ford ­G; nera ll\1igue l l"r ontoya-General José María Do· m\llg<1ez-Ur. Manuel A . Rueda J.-Ilmo. r. Ar. boleda-General Manuel Brigard-D. Rito A. Me. dina-EI monumento de Quesada - Srila. Ester Fió. rez Alvare¿-Dr. Lui F. Calderón-Grupo de Pro. fesores: Dres. l'ompilio Martínez, Luis F. Ca ld erón y Juan E. ;\lanrique- ala de Cirugia-Laboratorio de CIInicas - Gene ral Lucio Vdasco-I1mo. Sr So· ler Royo-D Jorge Reinales-D. Víctor A. Delgado. S ' flrIlIIIl1llIU¡¡¡~WlWlmmmmWlImnIu 111 UIII! (I!j!!IlIDmU1IIIW~ Bogotá junio 29 BOGOTA -=--- Serie 2,a - J'fo 8.° ~mmmmmmm mm~llITImrnm CONDICIONES lImcro uelto ... oo .............. oo' 20 Id. en papel exll'afino............ 50 SI u .cripci~n.á.la crie dc 5 númel'o ... lOO AVI o ,paO'lna ..................... 200 I - i id ............................................ 100 1 - ~ id....................... 50 8 Palabra en small-pica. . . . . . . . . . . . . . .. 60 I Ayi O' ilu trado ,precio convencional I No e admiteu remilidos. La corre pondencia debe dirigir e al Admini - lrador de BOGOT.\ ILu TRADO. A parlado de correo núruel'o 159, Teléfono número 849' Para todo lo relacionado COn aviso enten­derse con el r. PedroJ.Jllendoza, calle 13. número 157, ó en la administración del periódico. OMINISTI\ACIÓN: CarIo Tama o, Calle ID, II Parque de anlander, acera NOI'lr, 1 .0 100·\. \¡ smmmmwmwmmwl!IIDWjJlwmmm , wmmmmmmwUl~ IMPRENTA ELÉC'¡'RICA-I68, C LLE ro 19°7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA . ILUSTRADO I avarla ---------- PRODUCTOS Y PRECIOS DE VENTA Bogotá, A brillo o de 1907 I I Ceneza Pi) ener, Lao-er y Bock, docena de medias botella .... 100 I " " " docena de botellas doble ....... 190 I " Doppel lout docena de medias botellas...... 130 " Culmbacher (marca Tlgre) docena de medias botellas ...... 130 " Tre Emperadores docena de media botellas ...... 200 I Higiénica docena de medias bolellas ...... 180 " en barril, Pi¡ ene!', Lager y Bock, el litro ......................... JO Ag'ua gaseo a pura, docena de medias botella ...... 60 Agua ga 'eo a con diferen Le jarabes, docena de media botella ...... 80 parklinO' Bavaria Kola, docena de medias botella ...... 60 Gino-er Ale, docena de medias botella ...... 80 Bavaria Cider (Cidra e pumosa), docena de medias botellas...... 120 Extr::lcto de lalta, docena de medias botellas ...... 420 Hielo, por mayor, la libra .................................................................. 6 arbón mineral ' vegetal de Zipacón, yendemo á lo precio cornen­le y á domicilio. Descuentos sobre los productos embotellados :> por 100 en diez ó más docena 10 por 100 en cien ó más docena on lo cOIfientes del día del de pacho aun en 1 ca o d anticipacione de dinero. B TELLA : Vendemo y alquilamo botellas cervecera. B RRILK : Para la enLa de nue tra erveza n barril hay barriJe desde cinco litro . • OR II Y L P L : endemo de Inn buena calidad y á di-fer n t preclO. A ~BAD : ompramos al contado y á lo m"jore pI' cio de la plaza crrandes can ticlade de cebada n grano. DEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAUEREI G. m. b. H. El Gerente, LEO SIEGFR.IED KOPP Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Serie 11 REPUB~ICA DE COLOMBIA Número 8.u ~~~~~~vv~~~vv~~~~~~~~~~~' ~v·~~~ _ ~~~~~~.~~ " Bogotá ' Ilustrado _ ..... ,.- éftMLio de {gol @úc;e!'()Úrf, ~r6'l8/(U'tic4 $Ó/U?t():Jft d«j?nán -ct1?e¿clrll, d!r. @J(a¿'¡~t7 ~Vq~ 'Pante6n Con profunda pena, que marca en nuestro espíritu la gotá, en donde hizo sus estudios y entró luégo, cuando ya los terminó, á trabajar con decisión y constancia absolutas en la entonces poderosa casa de Fergusson, Noguera & C ... , á la cual le debió el comercio del país inmensos é impor­tantísimos servicios; después fundó su hogar, que fue mou delo de virtud y de felicidad, y cuando todo le sonreía á sa alrededor, vinieron los conflictos económicos de la guerra de los tres años, y entonces vio naufrag-ar casi por complet­el capital de su casa de comercio. De alma templada al fuego de los grandes caracteres, no lo abatió la desgrada como no )0 había envanecido la prosperidad, y la mu ¡'te lo sorprendi6 sereno en el trabajo, decidido á levantar de nuevo para su joven esposa y para sus hijos el ruino o edi­ficio de su fortuna. De inteligencia feli z y muy amplia­mente cultivada, fue bueno, fue noble, fue generoso. De aquí que su corta vida fu era vida de abnegaci6n y de virtud. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l 22 ( 'BOGOTA ILUSTRADO JUAN ANTONIO PKÑARREDONDA muere también muy joven, cuando aún pareda tener derecho á l ar~os años de exis­tencia; de pronto, sorprendWo "en sus labores de campo, sin más compañía que la de su joven esposa y de sus tie r­nos hijos, lo aprisionó la muerte traidora me nte, en altas horas de la noche, arrebatándolo a l cariño de los suyos y de cuantos al gozar de los destellos de su bondad y de su inteligencia, supimos apreciarlo en 10 mucho que valía . Descendie nte de aquellQs varones abnegados, D. Antonio y D. Bruno Espinosa de los Monteros, q ue en su imprenta publicaron Los derechos del hombre, trad ucidos por Nari~o, heredó de ellos las santas virtudes del hogar, la modestia más delicada, y amplio espíritu de justicia para juzg a . cuanto lo rod eaba; de aquí que su desaparición haya sido sinceramente lamentada por la sociedad bogotana . '" ~ ~ 1 k *~ 7, * ~ v ~ ~ ~ ~ 8, ~ "- ~ ,~ ,/ ~ ~ '/ ~ " ~ X /' .' € ~ '/ , I t D_ Evari Lo E cobar En medio de las 50rpresas dolorosas que diariamente nos reserva la humanidad, también nos ofrece ejemplares de pura viI tud, que son clara luz en el cuadro negro de la existencia. De estos ejE mplares fue uno completo el S r . D. EVARISTO ESCOBAR, patriota sincero, caba lle ro acabado, miembro inmejorable de la ociedad y de la familia, Cúpo­nos el honor de conocerlo en las prisiones del Panóptico, cuando todo respeto humano roda ba pisoteado por las pa­siones ensoberbecidas del momento, y ntonces, mejor que en ninguna otra ocasión, pudimos apreciar la ecuanil'I"idad de su carácter, su grandeza de "lIma y su fe en el cumpli­miento de las leyes morales, que de ahí para acá, y según él)o deseaba, han acentuado su dLminio al amparo de la paz y del espíritu nuevo que nos ha devue lto la patria á los que entonces, en el rigor de la , guerra civil, la teníamos perdida. JUAN PABLO GÓlllEZ es otro nombre que consignamos también con respetuoso cariño, como el de colombiano que supo honrar á su patria en dond quiera que vivió, y á ser­virla consagró sus sfuerzos en varios campos de la acti­vidad humana, y especial m nte n 1 de la Prensa, en el cual fue sorpr ndido or la muerte cuando seguramente aún estaba húmeda la pluma con que scribiera su último editorial. De ~abios y prud nt s es star sie pre listos para recibIr la muerte con 1 brazo n acci6n y atento á satisfacer 1 afán de cada día. Funestos han ido n los últimos tiempos los aires ex­tranjeros para la patria colombiana, que ha visto d sapa­reccr lejos de su u 10 amable muchos d su hijos distin­guidos. En España murió el Sr. l '. EUGENJO AENA, hom­bre público d valiosos quilat s, que sirvió con acierto im­portantes cargos administrativos y poHtic s, yen todos e\1os mereció aplauso general como muestra de respeto á sus:­talentos y á sus méritos; en viaje de regreso al paí~ murió el Sr. D. NICOLÁS SÁlil-lZ, financista muy notable, fundador - . del Banco de Exportadores y una de ' las personalidades­más salientes de nuestra sociedad; de inteligencia podero­sa y muy bien culti vada , puesta al servicio de prendas de · caba lIe rosidad nada comunes, su vida fue verdaderamente­benéfi ca para el p rogr~so nacion a 1, y por 10 mismo, su des­aparición es justo-motivo de duelo para cuantos tuvimos el gusto de tra tarlo. E n Parfs murie ron otros tres colombianos­bien conocidos en Bogotá, .los Sres. LXONIDAS GUTIÉRREZ,_ FILI!MÓN BUITRAGO Y J UlIO A. PARRA, miembro este último muy conocido y a ¡: reciado del ccmercio de Bog otá . BUl7RAGO fue un ,'erdadero h ijo de sus obra s, y g racia s­á e\1as alcanzó una posición á que otros, mejor dotados por la fortu na , a penas pueden aspirar, Muy joven, la lucha por la vida lo llevó á las cajas df! una imprenta, y allí, ganando . la vida con el sudor de su frente, fue aficionándose á la li­teratura , y comenzó á Escribi r, ya e'n pro~ a ó ya en verso y na turalmente con gran descorifianza en sus propias fu er zas, Poco á poco fue avanzando en el camino emprendido, y entonces fundó El Zipa, periódico que sostuvo por va rios a ños, y que le dio puesto de honor en el period ismo colom­biano, siquiera hubiera de vencer tontas r esistencias, y aun en ocasiones, la maja voluntad de los que hallan el mundo ­estrecho para sus a spiraciones y quisieran cerrarle el paso á los demás, D es~ u és sostuvo aquí El Smzanario y luégo ET Globo, en Guayaquil, en asocio de Enrique Valenzuela Pombo, otro colombiano distinguido que también murió ­lejos de la tierra querida, en París; Les deux A11leriques y luégo otra vez aquí, La Tribzl1Ia, y esto sin per juicio de colaborar en muchos otros periódicos nacionales y extra n­jeros. Su labor en la Prensa, que es la faz más notable de­su vida, sin detenernos á r ememorar los puestos públicos que desempeñó, es lección y es ejemplo de todo lo que puede el esfuerzo propio en el campo de la inteligencia , servido por la constancia consciente y el absoluto empeño de surgir. Como tal lo presentamos hoy al honrar las co­lumnas de BOGOTÁ con la publicación de su retrato. D, Filcmón Hui lr!lgo Por camino fác ih al par cer, ¡Jera en oca~iones con­traproduc nt e ~, i om uel uced r los favor cidos de la fortuna 610 ntr gan á gozar d 11a, conqui t6 puesto de honor n nu stra soci dad 1 r. LEO IDiI G TIÉRREZ, menos p r u riqueza y la mil comodidades que la suerte le diera, qu por u in truc ión, u amor a l trabajo y la práctica d la virtud, Mode to n m dio del lujo de u I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO elevada posición, fue bondadoso con cuanto!> lo trataron y -j>r'udente en todos los a ctos de su vida: muy joven fundó 'su hogar, y en él supo cumplir sus deberes de esposo amante y padre cariñoso ; de amplia instru cció n y decidi- -da afición á la li t':! ratura, es::r ibió fácilmente en prosa y en -verso, y no fue raro leer e n la prensa pe rió Ji ca de la ciu-dad alg unas de sus poesías. La mu ~ rte lo sorprendió en la plenitud de la vida, y al arrebata rló de en medio de los -suyos, pudo ll evar la seguridad d ~ haber cum pl ido su de­ ·b er sobre la tierra. t D. Leonidas Gu liérrez MR. JAMES T. FORO era súbdito inglés: nació en K ings­ton, capital de Jamaica, y recibió esmerada educaci6n en Londres. De su vida nos da, con su g alan tería habit ual, el Sr. D. Antonio R. Blan co, a ctual ecretario General de'l Departamento de Bolí var, los sig uientes interesantes datos: Durante siete años consecutivo') ocupó el puesto de Ingeniero primer Ayudante del conocido Sr. Menocal, quien-como se sabe-fue de 105 más e ntu siastas v com­petentes propagandistas del proyecto del Canal por Nica': ragua, en compete ncia con la vía de Panamá. Esa conti­nuada labor al lado de un famoso ingenie ro, dio al Sr. FORD los conocimientos é idoneidad especiales en la cues­tión canal, que más tarde hubo de poner de manifiesto y ,al servicio de Colombia. En el año de 1892 vino al país el Sr. FORO para en­cargarse de la dirección de la Compañía del fe rrocarril de Cartagena á Calamar. E poca era esa en que aquella empresa, sal vad:>ra para el porvenir comercial de la Ci u­dad Heroi ca, agoni.zaba víctima de pésima administración y de la apatía, por decir lo menos, de las empresas de na­vegación que debieron vincular á ella su suer te : la falta de tráfico era tál, que l1egó á pensarse en abandonar ese ferrocarril, construído pocos años antes. Entre las múltiples dotes del Sr. FORD, el espíritu de organización era de las más notables : á impulsos de su acertada dirección, la Carlagena Magdalma R ailway C.o sufrió en breve tiempo la salvadora reacción ; el tráfico aument6 rápida y constan temente; y el Director de la Com­pañía del ferrocarril, para unificar la necesaria labor, fun­dó la Compañía Fluvial de Cartagena, depend iente de aquélla, por compra que hi zo de los vapores de la a ntigua '-Compañía del Dique, primero, de los de la Empresa Mar ­tínez Bossio, después ; y por alianza con la E mpresa Pine­-~ a Vargas & C.·, radicada antes en Barranqui\1a. L\légQ , el Sr. FORO rea lizó una transformación completa de la Compañía á su cargo, haciéndola pásar de manos del Sin­dicato nortea mericano, concesionario, á las de una asocia­ción de capitalistas ingleses, con notoria ventaja para este país, al cual demostró siempre especial afecto. Cuando Colombia entera fijaba su mirada en el tras­cendental problema del Canal de Panamá, el Sr, FORD ofreció gratuitamente sus servicios al Gobierno de ésta su patria a doptiva. Como Ingeniero Consultor de Colorn'bia ad ItOnorem, concurrió á las conferencias de París, estuv~ en la Legación de Washington al lado del Dr. Carlos Mar­tCnez Sil va, y los documentos oficiales de aquella época pregonan su eficaz y desinteresado contingente en aquellas labores de altísimo interés nacional, al servicio del cual puso el caudal de conocimientos y de experi encia adquiri­dos en largo período de su vida profesional. E5e solo ras­go es ba~tante para empeñu la tradicional gratitud del pueblo colombiano. Cartagena, la ciudad de las preferentes afecciones del Sr. FORO, acaba de inaugurar una de las obras de su ínfatigable actividad ; el a cueducto, que satisface secular necesidad de aquella rabI ación. Casi al mismo tiempo que los a bismos del mar recogían el último aliento de aquel obrero del Progreso, en las calles, en las plazas, en los parques, en las casas de la Ciudad H t:: roi ca saltaban las pltt1ttIZS del precioso líquido, como h eraldos de trascenden.­tal tra nsformación en la hi stórica capital: allá, el agua que a sfixia al ' luchador incansable; acá, como postrera energía de su brazo, el agua que vivifica á un pueblo en­tero .. .. Las úl timas concepciones de aquel cerebro privilegia_ do: 10 relacionado con el ferrocarril de Girardot, la nave­gación del Alto Magdalena, el ferrocarril de Antioquia, etc. etc., bie n conocidas son del país por lo importantes y por lo recientes. Hoy .... Pero nó, s610 la posteridad es agradecida: en.. 10 por venir, el nombre de JAMES T. FORO descollará entre lOS de los redentores de la Patria colombiana . t Ir. James T. Foru El Cauca ha visto desaparecer en los últimos tiempos tres de sus hijos más rlislinguidos : PAcÍ:¡"lCO RIVERA, liberal de gran va lor, en cuyo honor reproducimos las sentidas frases que César Sin~hez Núñez le consagró á su memoria, Y los Gent:rales MIGUEl. MONT~YA y)o E, ~1 ." R'I :\.D Ollrr'N GUEZ, á quienes consagra Carlos Vlllafane las JustICIera líneas que con g Ul>to incluImos en esta revista de duelo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 124 BOGOTA ILUSTRADO -------------------------------,,-------------------------------- En su necrologla, Un pueblo d( dudo, trae Sánchez Núñez, entre otras, estas frases: PAciFICO RIVERA G. era hijo del malogrado Pacífico Rivera, el león destrozado en la célebre llanura de Lo~ Chancos en 1876. Se educó en el célebre Externado de Nicolás Pinzón, el ma estro de frente iluminada dei Rec­torado liberal. Consecuente con sus ideales, murió con todos los ata­víos del tr~je doctrinario, para dar ejemplo al pueblo de ser hombre honrado á carta cabal. Su carrera de abogado fue lucida, corno fue su verbo airado siempre, y lumino~o. Tenía el poder del rayo que purifica, corno hijo de la tempestad que hace otro tanto. Sólo el granizo entumece ó paraliza. RIVERA tenía ideas diamantinas. Amigo leal, se embriaga ha con nuestros renglones, si bien henchidos de sinceridad, desva lidos de la erudición diabólica tinterillesca. " Guardo todo lo tuyo corno en un relicario," nos de­da y" te aplaudo con los míos, en expresivo silencio." Er~ perfil de oro del pueblo caleño 1 Hijo y hermano ejemplar, RIVERA deja hondo vado, profundo hielo en su honrado techo solariego. Los suyos deben Ilorarlo hasta morir. Es un sant0 deber que no debe impedirse. Debiendo todo tener fin, prefirámoslo inmacu­lado. Los suyos y el pueblo de Cali, con quien vivimos en retozo de espíritu, llórenlo y cúbranlo de flores, sobre todo encarnadas, para no desconcertarlo en ninguna hora, y más que todo recuérdenlo y recuerden su ejemplo luminoso. r .. 'l' General 1iguel Montoyn obre la tierra que MONTov/\ sur o humedecer con el sudor de su frente-nido d muy alto ideales/- se incli­nó ¡Jara siempre este di stinguido colombiano cuya vida, llena de merecimientos, conquistado n labores de prov - cho para sus semeja ntes y para la Patria, es una saluda­ble enseñanza para los que hasta ahora empezamos á transitar el camino de los años. Ciudadano : fundó un hogar que hey s prez y gala de una soci dad distinguida y culta ; prop ndió, con cari­ñosa solicitud, á la ed ucación de us hijos, n In sfera de las más altas virtudes, yante d erra r los ojo por la úl­tima vez, miró con inten o r gocij que no había sembra­do en tierra r b Ide á. 11). cos cha , y qu lo frutos de su sangre s guirfan s renos por la nda d I dcb r y del bién. Patriota: fu de Jos prim ro n r ponder á lista cuando sus principios políticos r iempre oportuna ele su spaJa . La leal-tad- esa hermosa y rara virtud-fue para MONTOYA una especie de religión predilecta. En ~u alfange de militar­no hay una sola sombra que pueda demeritarlo ante el concepto de la posteridad. Limpio lo empuñó por la pri­mera vez, limpio lo esgrimió en las luchas por sus ideas,_ y sin mancha lo deja en poder de sus hijos, para que en manos de ellos escuche la voz de la historia. La vida de MONTOYA está estrechamente ligada á la vida política de Colombia durante los últimos veinte años. Ocupó altos puestos en las esferas del Gobierno, y en to­dos ellos puso de relieve las múltiples capacidades que hi­cieron de él un eminente. servidor público y una fuerza útil al organismo patrio. Magistrado: la justicia yel derecho fueron los dos . puntos cardinales entre los cuales laboró CJmo jurisconsul_ to. En los archivos de los tribunales donde él funcionó · como Magistrado, no se encontrará, de seguro, una sola providencia, un solo auto que no consulte el más estricto ­sentido de aquella parábola divina que manda dar á Dios­lo que es de Dios y a·1 César lo que es del César. t General Jo é l\'Jaría Dominguez Fue el General Do~d 'GURZ uno de los servidores pú blicos más meritorios que ha tenido el país durante los úl­timos tiempos. Desde muy joven empezó su carrera mili­tar, y en el año de 1857 combatió, por la primera vez, en defensa de sus principio~ poJ(ticos, y más tarde, en la a-uerras de 1860 y 1865 prestó á su causa el valioso con­tingente de su espada. u comportamiento y los méritos que conquistó en distintas campañas, le sirvieron para al­canzar, en 1885, un alto puesto en la jerarquía militar . . Durante la rpvolución de e te último año y en compañía de quien es hoy el primer Mandatario de la ación, com­batió en Paso de M01'eno y Roldanillo y asistió también á los hechos de armas de ilvia y anta Bárbara de Cartago. Larga y brillante es la hoja de servicios políticos prestados por este modesto ciudadano. Cuando en 188$ entró en esta capital con el Ejército del Atlántico, el Dr. José María Samper, eminente orador y político de alto bordo, saludó al Genera l DOMÍ GUEZ, con las siguientes honrosas palabras : "Ciudadano General: ois la prueba viviente de ese patriotismo que enaltece á Colombia y que arrastra á us hijos á convertirse sllbitamente, de acau. dalados y modestos comerciantes ó laboriosos agricultores, en soldados que desafían todo peligro y que ponen al er­vicio del ciudadano la inteligencia, la calma en los conflic. tos, la modestia que se hace perdonar todo mérito y la honradez que ll eva la probidad y el orden á los campa­mentos. ois una g loria más d I auca, y lo único que tie­ne de malo la que habéi O"(\ nad,), s que lastima y "fu ca vu stra humildad e. cesiva." En 1895 y 1 99 prestó igual. mente sus servicios en elevado y difícil s cargos militare. Larga también y muy honrosa fue su labor en la Ad­minisiración pública, especialment como Presidente de la C¡,Ímara de Representante y como Miembro del Consejo de Estado. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 12 5 Una vez apagado el vivac d e la rev úe lt'\ , el General D01t!íNGU EZ tornaba á su tierra nativa, en d O:1 l e el am:>r de los suyos y la paz de sus campos-que él am ba entraña­blemente- le atenuaban el peso de los padecimientos físi­cos, que las campañas le ocasionaron. D e ja el General Do?tlíNGUEZ, al desaparecer de entre los vivo, hij os en pleno vigor de la vida, que sabrán tran_ sitando lo mismos caminos del padre, ser element~s de provee ho n el seno de la sociedad y de la Patria. En el campo de los institutores la fatal segur abrió ancha y dolorosa brecha . Primero nos precedió en el ca­mino de lo desconocido el Sr. D . FRANCISCO MARULANDA que c nsagró su vida entera, con toda la fu e rza de su~ virtud s y de u inteligencia, á las labores del profesorado, y lu ~go MANUEL ANTONIO RUEDA, aquel abnegado servidor d~ la civilización, que con José Herrera Olarte y Nicolás Ptn zó n W. formó centro de luz, de purfsima luz para la juventud colombiana. t Dr. Ma nuel Antonio Rueda Jara Estudiante consagrado é inteligente, RUEDA coronó su carrera de Ingeniero á la edad en que otros la empiezan, y pronto, muy pronto, advertido de su verdadera vocación, se entregó de ll eno á la educación de la juventud, con tal constancia que en servicio d e ella consumió todas sus fuer­zas y adquirió la enfe rmedad que lo llevó á la tumba, y con éxito tan completo y feliz, que no hay rincón del país en donde no vibre e l etO de sus enseñanzas en el corazón de alguno de sus disclpulos . Numerosos fueron éstos, y en tán­to apreciaban al Maestro, que se apresuraron á hac er ac­to de presencia para venir en su ayuda y su consuelo cuando vieron que sobre é l se cernía el halo d e la desgra­cia; entonces promovieron una ovación en su honor y una suscripción nacional que el Sr. General Reyes, espíritu siempre noble y justiciero, se apresuró á encabezar con la cuantiosa suma de cien mil pesos de nuestra moneda. Qué mayor galardón á sus m éritos ni qué mejor consuelo para su familia en la hora negra de su desolación, que esta espontánea manifestación de cuantos fueron sus dis­cfpulos y sus amig-os I En Guayaquil murió NUMA P. LLONA, poeta que dio lustre á la literatura americana y que supo honrar á su pa (s y hacerlo apreciar en todo Suramérica, en donde Juan Montalvo y tántos otros escritores eminentes, pllsie­ron en alto las letras ecuatorianas. Ante el cadáver pro-nunció nuestro apreciado amigo Juan Ignacio Gálvez Cón. sul de Colombia en aquella ciudad, esta vigorosa p~esía: En nombre de mi patria, L'l. de Pombo y Valencia, Isaacs y Silva donde el rumor del viento es un arpegio' que modula la brisa cuando hiere las lianas de la selva, que son las cuerdas de salvaje lira ; en nombre de esa tierra que mi t: ntras más lejana es má¡; querida, que fue para la infancia del poeta una tierra propicia, donde aún s~ oyen sus vibrantes cantos¡ allá donde sus versos se recitan ' en nombre de Colombia, ' como una ofrenda que e l dolor inspira, sobre el féretro negro, que es crisálida de una transformación en nueva vida del poeta, d epo ngo un~ corona de mirto y siemprevivas . • • • Los poetas no mu eren; cual las lIu vias. del cielo, que la tierra fecundizan ó el mar salobre e ndul zan, y que luégo Sp evaporan, y en copos de neblinas suben para formar un nuevo cielo desciende n lC's poetas á la vida ' y á su canto florecen en las almas capullos de ternuras y alegrías, renuevos de amarguras y tristezas, reverdecen de gloria las encinas. Natura está de fiesta porque ella es la cantada en es as rimas ; ellos en tanto van regando rosas coronados de espinas. Hasta que al fin se van, y son Homero, Virgilio, Dante, Byron y Zorrilla, Hugo y Verlain, y Bello, Olmedo y Caro,. Calcaño y más, que hicieron con sus liras­la interminable escala que al empíreo se alza orgullosa cual la escala bíblica. Por ella hoy sube LLONA el que cantó la lucha de la vida, cuyos heroicos versos suben desde los valles á las cimas, y son de la robusta y nueva raza cantos de epifanía. • • • Vivir, cuando existiendo en el mundo mortal, se nos olvida, esa es muerte: morir, y que se cierren á los lampos del sol nuestras pupilas, y se a bran á la vida ¿el recuerdo y á la gloria futura, esa sí es vida. ...... Los poetas no mueren : LLONA exist::: mientras haya memoria; las andinas selvas pueden al fin ser descuajadas, la mar, fiera y bravía pudiera devorar el continente, que en la inmortal altura del Pichincha los cantos del poeta cual arca luminosa flotarían. Larga, muy larga es la lista que dejamos trazada en' estas líneas de duelo, y sin embargo en ella faltan muchos nombres de miembros meritorios de la sociedad como e l Sr. General LES1t!ES y el Sr. Dr. DE LA ROCHE, de quie­nes hablaremos en el número próximo, y los señores MOISES BARBOSA, DANIEL BOADA Y DAVID SILVA TRIANA, que con el sudor de su frente, en el divino yunque d el trabajo, cumplieron como buenos su mi sión sobre la tierra. Entre las damas de la culta sociedad bogotana, lujoso ornato de ella, debemos recordar los nombres de las seno­ras JULIA VARGAS DE ECHEV ERRI y BL ANCA SANTAMARfA DE PORTO CARRERO, cuyos retratos publicaremos en el próximo número, si nos fuere dado conseguirlos.-RKG Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 126 BOGOTA ILUSTRADO • T El Excmo. r. Rafael R"yes, cono erlor intim? d¿ lo~ ex.:epciona les m ér i lo ~ dt:l r. Dr. Manllel Antonio Arboleda, soli­citó del Vaticano-petición de todo punto lalldable -,ll consagración epl'scopal, y Itoy 2.9 de los corrientes, en nuestra ¡[flesla Primada, se verificó tan solemne fiesta, qficiando elllmo. Jl/onseíior Ragonesi, y siendo padrino del consG[frado el Excmo. Sr. Presidentl' de la República. Desde la hora en que, bajo la divina inspira,.ión qlle {Jlliab.1. SIlS pasos, en lrJ por el arduo camino del sacerdocio, h'1.Sta la !tora presente, en que su cabe::a se cubre con la sagrada mitra aNobispal, el Ilmo. r. Arboleda ha logrado hacer de su vida, toda puesta en las manos del Seiíor, IUI lllTf!lnfJW engarce de merecimientos, un espléndido ha ~ de virtudes, p orque sus (Jidos, !tecitOs para las voces de lo alto, supiProT! oírla palabra qlle desataran los labios del Cordero: "Serás mi representante en la tierra," y porque Sil cora;:ón todo empnpado en las bendl'tas aguas del Amor nico, Ita sabido Itumilde, amplia y mansa­mente cllmplir la larea de bien, de piedad !/ de consllelo que enseñó á los !tombres de buena voluntad el Pastor de Bethania i se mira atrás en el camino que lleva anriado en ,11 pocos años el Ilmo. Sr. Arboleda, ve uno brillar toda esa senda como aqllella del Pais del En ueño P')I' donr/(! 1111 R 'Y fllstllOW p ara In'l.r.:ar Sil huella, pasa regando puñados de piedras pre­ciosas. El rebaño de almas que á sus manfJS Ilngidas confia Itoy la Providencia, habrá de verse suavemente guiado por sen­das sin abrojos, !J se apacentará en ameno~ prados en verdecidos por la fe de su Pastor, Y abrevará en pacificas .lI dulces agaa& suscitadas mila[lrosamente al [¡olpe del b·'tculo Úlll'eJO que lleva el. lpóstol. Y er.tonces, según la palabra del libro: "la gloria de vosotros me glorifica á mi," lodo el bien, torLa 1'1. lu :;, toda la gloria qlle pon[la el nuevo Pastor en el alma de su gre!l. se lornará en bien !J en lll:: !J en gloria parn su propio espíritll. 'R. DR. 1\J 1 EL A TONIO A R130LEDA 1 ..tastor f ti ~ ~ 11 11 ~ Para el Ilmo. r. Iau lIel ntonio rboleda 1I11~1/ lta!Jas ¡Ii! [liOl'lO O Pastor, (1 Uf' C,J.I/ tllS !lIlII/O.' .w¡/J/'s, "omo .~llpLCran las mallo.~ cid lI"bll/(J, .¡1('I'l'allWI' el A" eite de la al'acUl., !/ el 1 11/0 -Ile la r:I"fIlcf/"ia, sob/'e los dolores /¡ IWHI1WS. Bien Ita!/as tti que pa as, como en ellas lejanos pasnl'a en tl'e los hombres el Cordero Divino ablandando con pélalos de la vida el camino porque 110 se lastimen los pies de La hermanos. PlI 'tOl': I'l/lIlIdo deucf/[la la noche de 11/ "idrt ('()f/r!lIl'Irú tn (¡áelllo, por la rlttCljlora{a tÍ la Ca.w dd Pod, e, tll r('b(/fio pacien te. ) el Pod/'(' q al', á la puerta, vif! ila ftl rey I'eso, eOll 1/ f/ beso 11I///'1ble l (ll/ UIl (/, d '1'/1 le ( (;" 0 , ('omo á ,(n Ilfjo glle torf/O, ti' besar,; en la/rente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I ) I / I r (-, J J [ /. J BOGOTA ILUSTRADO Jo) l' ' - _ * f' ~, , .~l '"¡~:~R~r:té.m~nt~{ de ~uesa.da' , I )¡ 't ('.,')'1 1(11 ) -. I : , I f', ~ -~( I ¡ 11 11 ~ ~ 11 11 11 ¡¡J , I >!f 1I 1I 11 I I , 11 11 ~r. (O. c • J l. GE:'\ERAL 1) . MA'\ Ufl L BR IGAJ{lJ Gobern ador de Quesada El 15 de Junio úlLi rno, Quesada ll egó al segundo año de su vidacomoentidad depar lamen tal, y al tocar en esa fecha, sus hijos gozaron la íntima satisfacción de mirar cómo el camino en que se ha venido traji­nando es todo él camino de progreso, camino de éxi­tos, donde la común labor cumpl ida de buena volun­tad bajo un superior experto, ha dejado huella g lo­riosa de obras imperecederas. Quesada, unánime en este sent Ir, ha tenido, al re­contar en tal fecha los méri tos de u Gobernador, una sola voz de aplauso y una sola voz de agradecimiento para quien de modo tan firme ha ll enado su fructuo-sas tareas. 1 ruede deci r e que la obra!'; de más decisiva im­portnncitl para el bien del Depa r tamen to, e han cul­min ado el bajo la Gobernación Brigard: los caminos, antes desc uitlados en ab oluto á pesar de ser ellos de alla neces idad, se hall an pres tando un servicio del todo sa ti factorío. E to supone para Quesada el pro­g reso y la riq ueza que ftca rrean á un centro determi­nado las fáciles vías de comunicación. Sobresalen en­tre estos can:ino , como de la mayor importancia, el q ue conduce all\feta, por donde el comercio con el Ll ano e hará pronto y sencillamente, y la vía que unc:\ uC ada, en su parle doode e.s más floreciente la ind lIs t.ria ca fetera, con el río Iagdalena. Por donde Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRA DO ... :/" ;{ .. - ' \ quiera se han tendido puentes, se h an ensa nch a d o vías se han lórnado en cómodos cami nos l os qu e a n­tes ~ran desfi laderos y encrucijadas. Es.t o lo d e s upe­rior importancia para el avance ma te n a l d e l D e pa~­tamento' la facilidad de com ulli cacio n es hará r eah­dad el e~grandeclmicnl() soñado por llrigar? 'para Quesada. En otro orden, rcsa lta e n esa A d rnlnls tra- @ -- - __ o D. RITO A TONlO MEDINA ecreLaf'io de la Gobernación de Quesada -c ión algo del má eminente valor qu~ erá]a pied:a firm e y luminosa en que e a S eccIón de Colombla pondrá mañana sus dos pies para levantarse myy alto: la Ins trucción Públ ica. B r igard es nn espin tu -convencido d e que los pueblos necesitan que por las redes de s u organismo circule ]a inst rucción profu samente; él es tá empapado en l a verdad -que enseña ómo por entre las tinieb la de la ignorancia o pueblos n o avenluran ni un p aso h acia la ivilización, y co no ce, ha la s u fondo, el principio de que para ene-rand cer á un país es necesario engran d ece r pnmero á t o ­dos sus hombre , por que sólo de la s uma de las individ u a lidades va liosas se obtiene la gra n­deza lotal. Po eedor de e to ]audabilisimo sentimientos, Drigard ha íJuerid que la Ins­trucción se difunda pródi cra mente 1 mi mo en la capital que en el rincón más partado. Lo s hechos hablan ahora: n II ada e is­ten por el e fuerzo d Brigard dn cien las ci n­- cuenta scueJas pública y cuarenta es tab lec i­mientos privados, d onde se educan di ci iete mil och oci ntos nifios de uno y otro se ' . Podría bien- p ensamos nosotros-suprimírsela .á la. Adminis tración Brigard el mérito que su- - p une la a pe rlura de camin os, la co n s trucció n de puen-tes, e l fo m ento d e las indus trias, y a ún quedaría en pi e y capaz de hacer el bue n n o mbre del g obernante, es le m é rito de querer la luz para altos y bajos, para pollres y ri c os. Tarea d e csa ma g nitud, cumplida con tal éxito dignifi ca po r s í s ola ~ o da una Administra­ción~ Cerca de sí, prestá ndole en s u tarea a.poy o efi­caz, el General Brig ard ha tenido como s u Se creta­rio á D. Rito Anlonio Medi,na, polític o d e g r a n va lía, es píritu vi g oroso, patriota auté ntico, que s in os ten­t ación y evitando para sí el apla us o, labo r a sin des­ca nso y ll eva co mo única mira, y qui e re co mo única reco mpen sa para s us esfu erz os e l prClg reso d e Que­sa d a . Las múltiples y e ntus ias tas ma nifes t ac iones que fr ec u enteme nte dirige n los hij os d ~ Qu esada , y a al Sr. Go b erna d o r del D epa rtam en to, y a a l E xcmo. S r. Pres id ente d e la R epúbltca, p or la b u e n a marc h a d el D ep a rta me nto, trae s ie mpre, ent re ap la nso y el og ios, i ndudabkm en t e merecidos, el n o mbre del Sr Rito A. Medin a . P a ra celebra r el J 5 d e Junio se veri ficó en Z ipa­q u ir á un a fie sla d e c u yas p a rtes fu e. ro n, s in d uda, las má si m pá ticas y las d e mayo r trascend encia, la Ex­po ición agrfco la y pec u a ri a que derno Lró bell a m e nte el adela nt o d e Quesada en es t as im po rt an tísi mas in­du stri as, y la colocación so lemn e de la primera p iedra p ara nn m o n u mento conm emora ti vo en la P l aza de la F l oresta, d e Jo cual darn os hoy á los lec tores informa­ción gráfica en uno de nu es tros fo tograbados . lo- u a l me nLe, y eguros de qu e co n ell o cumplimos el deber q ue impone rendir homenaje á quien trabaja por el bien común, honramos h oy estas p áo-inas con lo retratos del r. General Brjga r d y de su activo ecretarÍo, D. Rito A . Medina. La falta de espacio no impide publicar la fotografía d el be ll o Puente Bri­gard, con lruielo en Zipaquirá, obre el Rioneg ro. Debe er aLi facción del todo inlen a para un gobernante ver, como ha logrado yerlo el G eneral Brigard, que en cada año de u admini tración e re­gí tran nuevas y va lio a reformas y se afianzan más y má la ad m ir ación J la gratit ud de Jos gobernados. Cuando Quesada haya obtenido u biene lar de­finiti o; cuando e l progre o haya entado allí de modo firme su rea le ; c u ando en lodo y por todo la obra mpezada hoy e té co n clu ida, los h ijos del D epa rta­mento, grato como ellos so n , l a u darán unánimemen ­te e l nombre de q uien con h razo seg uro a eotó las primera ~ a e , y abrió el primer surco para la pri­mera semil la. LA REDACCJÓ Monumento d uo nda (e n onstl'ucción) Zipllquirá. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 1 29 Venida al mundo en un Templo de MuslIs en donde al igual y por p:l~ejo aficiaban con el rl~ctro en alto, á modo de miLico IDcen arto, su padre, el conocIdo poeta D. LeonidDs Flórez arrastr~do á la 10 a cuando aún nuestra litel'aLura esperaba mll ~ cho .de el, y s.u m~dre, la . 1'3 D." Mer?edes IVl\rez, que rOIll pió su lira al exLlDgUlr e la Vida del que lue amante compañero la Srit.a. Ester Flórez Alvnrez trae en u Dngre el doble Lalento: la I I ~ ~ 11 ~~ 1m ~ ~~ 1/ ~'l<> 1I mi 1m ~~ fu, ;: ~$:' rica in spiración que animó á sus genitores, y que en ella se ha revelado desde niña por sus aficiones literarias y su indiscuti­ble mérito como cuentista fácil, de exquisito estilo y tramas te­jida con episodios siempre humanos. Reúne Floralba, que este es el nombre con que la Srita. Flórez firma sus cuentos, doble auréola de belleza por su gracia y simpatía y por su innegable talento, de la cual dan pá1ida idea el grabado y el cuento que publicamos en seguida. RAZON y AMOR Susana miraba al través de los cristales las ma­cetas del jardín. Una llu via menuda acumulaba grue­sas gotas en las corolas de las flores, que estremecién­dose tenuemente, la dejaban resbalar como silencio­sas lágrimas. Las flores lloraban sin pesar, en tanto que ella, al parecer impasible, sufría esa dolorosa conmoción de toda alma que en la juventud advierte el aspecto amargo de la VIda. Era una hermosa joven, sonrosada y rubia, cuyos ojos, del suave color de la turquesa, pero con la transparencia del cristal, daban la gozo a impresión de una radiante mañana. Entreabrióse la puerta y apareció una muchacha de fisonomía altiva, que la miró fríamente. -¿Andrea, te ha enviado él? la interrogó con in­quietud Susana. -Sí, vengo en favor suyo, mas también impulsa­da por el interés que tú me inspiras. Te niegas á re­cibir á Santiago, te obstinas en ocultarle el motivo de tu rompimiento .... ¿por qué? Yo soy su hermana y tu mejor amiga .... confíate á mí, Susana. Pero Susana, que miraba distraída un arabesco de la alfombra, movió melancólicamente la cabeza. Entonces su amiga le objetó colérica: -Callas porque no tienes cómo disculpar tu vo­lubilidad : eres frívola, insensible. Susana levantó con asombro sus hermosos ojos, empañados por el llanto, y entre sollozos exclamó: -No, no .... i tú no sabes! 1 tú no sabes! los juramen­tos son farsa, el amor es mentira ..... Conmovida ante aquel dolor desborda'nte, la inter­peló dulcemente -:-¿ Me perdona? He debido comprender ue Santla~o era el culpable á pesar de sus prolestas q - Te ~ngañas, la replicó Susana. Ni él ni yo .... Int~rrt1mplóse, mas tomando nervio amente una r eso­lUCión, agr~g? :. ye, nun.ca te habla hablado de ello porque la IntImid ad del hogar es sagrada pero iem­pre he pensa~o qllt- ~is ~adre~ se detestq~ y que sólo el parecer b~ell les ImpIde abofetearse á cada paso. Apenas se reunen en la mesa, y si llegan á hablarse lo ha ce~ con una frialdad que hiela, cuando fJU con pro­vocativa asper~za. No qUlCre decir eslo que á toda hora estén de rtña. 1 ó. Lo han hecho alguna vez pero al presente se soportan aunq~e viven en IJerpetu~ des­~ cuerdo .:. es una desavenencIa oculta, que se adivina IrreconCIlIable. Cuánt~s veces, ~l ver e to, me pregun­taba: ¿cómo han podIdo reUOlrse? ¡ Ellos no e han amado nunca! Mas ~o me atrevía á interrogarlos pen­sando que Jos humIlIarfa, puesto que el matrimonio s610 debe hacerse por amor. . Levantóse y sacó ele un escritorio un cuader­milo que .entregó á su .a mig~, diciéndole con amar­gura que Ignoraba la eXI tenCla de ese memorandum . ({si Jo conozco ant~s jam~s hubiera dado oídos á los ju~ ramentos de antlago Jll le hubiera prometido amor eterno. Llena de ilusiones, pob~e loca de amor, pedí á mamá la . ]]ave d.e un arma,r1O para buscar con mi mano una ,Joya antIgua que dIese interés á las nove­dades de mI trousseau, y halJánd?me en esto, tropiezo con ese cuaderno relegado, olvidado........ Lo abro. ~amá, ~omo. yo, llevaba un diario. Pro igo y em­piezo á InqUIetarme, y acabo llorando y arrojando lejos ?e m~ la argolla que me comprometía á contraer matnmomo. -Pero tu madre creía en el amor en la felicidad le objetó su amiga, mostrándole una página abierta aÍ acaso. -Como yo, le in.terrllmpió Susana. Y mi padre la amaba. como SantIago me ama á mí, y le Juraba como me Jura él, no tener ot!,a voluntad que la suya, obedecerla en todos sus caprtchos, ser su esclavo siem­pre, siempre! Y ya ves .... Llevó Susana el pañuelo de encajes á sus ojos. Andrea le replicó ape adumhrada: - Quizás tu padre tiene un carácter d uro, acaso tu madre es fría, quisquillosa .... -No, mi padre e bondadoso para lodos meno para mamá, y ésta, aunque dulce y ufrida, se hace áspera con él. i Dios mío! ¡Amor, sueños, juramentos~ para llegar á esto! Prefiero en trar á un conven too Quiso Andrea replicar á su amiO'a: ella no la dejó. -Eres joven como yo y no sabes nada del m an­do. Creemos en todo y todo nos enO'aña. 1 Oh! nue - tros padre debieran impedir e to, ¿no es verdad? De - cubrirnos la falsía que nos rodea fuera menos cruel que dejarnos engañar. ,. . Con el arpegio vibrante y fluido de una flauta reía Susana. Era feliz, en tanto que Santiago e mira­ba en sus claro ojos como en las encantada aguas de un lago de leyenda germánica. No pensaba en el tiempo fatigoso y largo que trae los desengaño , en la vida áspera y dura que se desgasta en la vejez. Todo desaparecía de la realidad dejando imperar dulcemen­te á sus corazones. ¿Qué había pasado? A u oído murmuró él un reproche, y ella, con una ingenuidad adorable, exclamó: -¡Qué cosas tengo I Perdóname. i Pen al' que tÚ' eras igual á los demás hombres 1 I La eterna historia! Un niño ciego había burlado y puesto en fuga á la razón, soberana de la luz. FLORALBA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 13° B0Cé),f~ 'ILU.;TRAD'O ----- -- Facultad de Jytedicina EL RECTOR El Dr. Luis Felipe Cal:lerón, actual Rector de la Fa­- cultad de Medicina y Ciencia~ Naturales de Bogotá, está en toda la plenitud de la vida. Con la energía y entusias­mo que logra producir el cariño por la profesión que se ha escogido, reúne en sí todas las prendas que nacen del .asjduo cultivo de la rama más importante de las (-iencias humanas. Purque es cierto que el carácter de un hombre tiene que perfeccionarse con un largo estudio de los pro­, blemas m1s complicados y difíciles, con la asidua costum­bre de ver todos los dolores de la enfermedad, con la ob­servación minu ciosa de los más pequeños pormenores, has­ta el extremo de que cuando los sentidos, á pesar de estar educados correctamente, no alcanzan á dar la solución vienen en ayuda del médico, para presentarle base segur~ . Por otra parte, ese es ya asun to de la selección que se opera en todos los géneros, en todas las especies, en los individuos todos, como que es ley de vida y prog reso. - Eso, hablando en tesis general, ó, por mejor decir, natural ; de otro modo sería lega lizar la guerra , y no siempre se puede . .. -Líbreme Dios de afirmar lo con­trario. De la lucha vivimos y por medio de la lucha nos perfeccionamos ; necesí­tase, eso sí, que el combate sea fecundo, y provechoso no para un individuo ni para una especie: para el género ínte. g ro. La g uerra , la supremacía de la f uerza sobre la fuerza, fu e el motor de la humanidad en los primeros tiempos. Los pueblos perdían capitales y brazos para ganar brazos y capitales. Eso es selección, eso es ley; selección que pue­de hacerse y se hace, en veces, hoy día; ley que puede cumplirse y que dadas ciertas circunstancias, se cumple en nues­tros tiempos, eso sí, :nás moderada­mente. Labor atorio de las lloicas. Jorgc brLÍocz, Dr. Gabriel Mejía, Luis Salcedo, Gabr iel Toro, y Dr. Gómcz, Jefe de Clíoica. Por dicho se da que en nada me re­fiero á esas revoluciones intestinas, á esas peleas de hermanos, en que se pierden brazos, capitales y cerebros para obte- Estos ligeros datos sobre el nuevo edificio y quienes en él han de trabajar en bien de la humanidad doliente, y las vistas de los jóvenes practicantes que allí prestan sus servicios, dan c1a ra id ea de la importancia de la obra llevada á cabo por el r. Rector de la Escuela, á quien enviamos sincero a plauso. R EG (S(oterones La llovizna se al ejó cañada abajo, y alg unas ventole­ras empezar'>n á sacud ir a tropelladamente los árboles de alIado, con lo cual llovi eron és tos sobre nosotros g randes gotas como las con que principian los chaparrones. Nues­t ras cabalgaduras se animaron. Una revuelta, y el camino se introdujo por entre arquerías de bambúes y chusques. Es, e n aquella parte, guijarroso y siempre ensombrecido. Los ramos, entretejidos, abrazados arriba, fingen el plafón de un tem plo salvaj e. Las batati llas hanse agarrado á los troncos, y apretado, estrang ulado las cabell eras de és­tos, con sus dogales de hojas corazonadas y campanitas a zules. -lIé aquí una vivienda de hadas. Qué clase de ar­tista es la Naturaleza-arti culó uno de mi compañeros chupando su habano y arrojando por boca y narices copos aromosos de humo. -Como que es la madre y nodriza del a rte- contest-5 el otro -La Naturaleza crea, combina; de la misma muer­te hace brotar chorros de vida; para élla no hay destruc­ci6n sino mera transformación, mero proceso evolutivo, siempre constante, de los elementos. 6, acaso- y esto sig­nifica ría más fue rza y grandeza-de a lgún principio de . ner .. . qué? mutilación y pauperismo. Véase SI á algún cerebro de caudill ejo trasnochado se le ocurre que estas dos negaciones puedan ser ganancias. Estas carn icerías entre los miembros de un mismo hogar son más q ue crimen, una insensatez. Por fortuna, entre nos­otros, parece que, en realidad, la cuerda de los tontos haya fenecido definitivamente, Sacó un pañuelo, e!>tornudó, y prosiguió, señalando allá lejos, á la derecha, una cuchilla cubierta en su mayor parte de carrizales y yarumos.-En ese al to se efectuó uno de los combates más horrorosos de la pasada g uerra ; el machete partió cráneos, picó tibias y fémure'); la bayone­ta atravesó estómagos, la sang re se despeñó en arroyos. ¿ Para qué ? Responda á esto la ambición, el deseo de pelechar de algunos. A más de que, después de la revuel­ta, las nulidades siguen vagando en la al tura á q ue las a rro­jó el ventarrón y la covachuela chupa, exprime con sus suc­tores enormes la última gota de sang re-si es q ue ha quedado a lg una-que se desliza lenta y penosamente por las venas de la patria. H:;¡.bíamos llegado á una casa pajiza constru ída al lado derecho del camino sobre una como plazoleta, desde donde se dominan el puente de madera y zinc pintado de ocre y varios chorros y charcos del río atormentado y ru­gidor. Era ya tarde. Un viento tibio venía de lejos, ras­gueaba bambucos en los rastrojales, robaba plumas de ni­dos y vertía en derredor nuéstro un olor pegajoso de sa via desbordada. El s"l e envolvía en gasas á ras de las sierras, y la luz caía sobre los montes cercanos como un diluvio de ámbar. Nos acercámos á la vivienda. -1 Buenas tardes I-gritó el que hasta allí había lle­vado la palabra, como cansado de tanto decir, al mismo tiempo que dándose ciertos aires de suficiencia . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA 1LUSTRADO 133 -Se las dé Dios, Doctor-contestó una voz gangosa, desde el interior de la cocina enhollinada. A poco salió al patio una viejecita de frente amplia y ojos azules. Vestla corpiño flojo de fui a y cubría la cabeí:a con un pañuelo rojo y amarillo, que descendía en ángulo agudo á anudár­sele debajo de la barba. Por fuera, sobre los senos laxos, golpeaban rítmica mente un escapulario de lana y una camándula de gruesas cuentas de roble. -¿ Conque tan pronto se nos vuelve el Doctor para esos Bogotaes? Eh I Así no vale la pena un viaje tan largo. -Qué hacer, señora. ¿ Iremos de día al puente? -Quién sabe-dijo la anciana meneando la cabeza- Ya es tarde, y el camino no está tan bueno que digamos. Quédense aquí ; se resuelven á pasar uua mala noche, y usted, Doctor Toribio, me le receta á esa muchacha ; en esto viene. Mirámos á Toribio fijamente. No se inmutó. Qué iba á inmutarse aquel hablador adorable que de todo sabía: era una enciclopedia. Do~ años hacía que estaba en la Facul­tad de Medicina y habla perdido los cursos del primer año. Aun antes de empezar estudios profes ionales ayudaba al médico del pueblo, en las vacaciones, á practicar altas operaciones quirúrgicas. Entend(a de Leyes algo, y de Literatura, no poco. Según los tópicos le tocaran, hablaba de Marey y su zapato, criticaba á Cuvier, amaba á Duval por su teoría del sueño, adoraba á Macaulay, y sin haber hecho estudios muy serios del idioma, y fastidiarle los clási­cos, odiaba á los decadentes. ¿ Por qué este odio? En cier­ta ocasión había escrito un soneto que él se figuró su obra maestra, en que rimaban la1Jlpadarzo, herbolarzo, mis6foro, lir6foro ... etc. No se lo publicó una revista decadente. Des­de entonces encontró que el decadentismo era el palenque de los asnos, y no sé qué periódico le publicó, por ahí en la sección de remitidos, una crítica formidable contra la escuela asnal. Harto admirado me traía con las frases más 6 menos hiladas, más 6 menos lógicas, que había pro­ferido antes, sin las antítesis, retruécanos y regueros de nombres propios de que- en ciertos momentos y según el auditorio-soHa hacer gala. Sin duda D. Joaco, el otro compañero, tan ilustrado como discreto, le había puesto vallas á su erudición. Diré que este D. Joaco, aunque doc­to, no era doctor; no había querido formar en la cuerda luminosa de los titulados. Le mirámos, no se inmut6. ¿ Conque Petrilla sigue mal ?-dijo desabrochándose las polainas.-La veremos, la veremos. Un momento después nos hallábamos sentados en el corredor, bajo el al ero de pa.ja que se estremecía al vien­to. Las bestias en el fondo del patio comían india fresca, produciendo, al molerla entre las mandíbulas, algo como la caricia de un redoble lejano. Caía la noche. Bandas de pájaros negros se alejaban en.el aire gritando. En la media luz se dibuj6 una sombra: era Petrilla. i Qué rapaza, Dios ~anto! Alta, de músculos opulentos, caderas amplias y redondas que cantaban un himno á la curva, labios grue­sos y mojados como teñidos de guinda, ojos grandes y relucientes como bolas de azabache, y una revolución de pelo negro, en aquel instante volandero. Era la concre­ción de la vida, el triunfo de la carne. Sin embargo, esa vida iba mal, esa carne pedía drogas. Cinco 6 seis veces, en los pocos días de vacaciones, había tenido que hacer Toribio las cinco 6 seis leguas que distan del pueblo para venir á re cetaria, y con todo, cada día la muchacha de mal en peor. -Vamos, Petra, vuelvo á examinarte-dijo Toribio levantándose.-Si parece que no tuvieras nada. Estas en­fermedades son, en verdad, el tropiezo de la ciencia. Va­mos- continuó-empujándola suavemente hacia la sala. Al entrar volvió la cara hacia nosotros, nos hizo un guiño -de ojos, nos sonri6 bondadosamente y se relamió los labios de la manera más natural. -Sí, Doctor, vea qué es 10 que tiene esa cisl'Ilática -grit6 la anciana desde la cocinfl.-Siempre es buer1Q -que enciendarl la lamparita. -No hay necesidad, señora-se apresur6 á contes-tar Toribio.-Para auscultarla narla más, que es lo que por ahora se puede hacer, con la luz que hay basta y obra .... D. Joaco y yo nos quedamos en silencio, mirándonos. . Al cabr¡ de un rato me dijo en voz baja: la guerra, es clert , se acab6 entre nosotros, pero la matanza sigue. Pas6 lo que pudiéramos llamar ch:lrlatanerla bélica pero ha quedado la charlatanería científica. ' -Mera evoluci6n, D. Joaco-Ie contesté-nada más que mera evolución, como diría el Doctor. FRANCISCO GIRALDO 0/ {}ene'taL J;ucio ClleLaóco Tiene este distinguido colombiano la fortaleza del roble y lleva en sus venas sangre de una muy ilustre familia que ha dado á la Patna hijos preclaros y á la Iglesia colombia­na uno de sus más ilustres varones. Educado para las armas, ha consagrado á esta carrera sus más preciados años, sin que nada amengüe u brillante hoja de servicios. De una vol un tad incontrastable ; ceñido en sus actos á disciplina severa; de caracter franco y leal, se nos ocurre e tipo de) soldado esclavo de su patria y su deber. El sol de muchas campañas ha dado á su fisonomía ti n­tes de bronce y en ella se trasnparentan sus energías. En 1895 lIev6 á cabo una de las hazaña~ más distingu.idas .de esa campaña, y en la pasada revolucIón ,fue guardIán In­quebrantable de nuestra frontera; el LeOIl del Sur se le lla­mó entonces. Hoy ostenta lujosamente las estrellas y charret:::ras de General en Jefe, que sobre sus hombros han co!ocado los servicios á la República, y actualmente comanda la Zona Militar del uro En Cali, su ciudad natal, se propone conc1u(r una . obra iniciada á sus esfuerzos, el cuartel de esa plaza, y aSI toca á esa ciudad viril el honor de contar, la primera en el país, con un edificio militar hecho con todas las condi~iones del arte. - Y él que nunca h3. soñado con la glona de empleos honoríficos en las más altas esferas, y que al con­trario, ha esquivad() tales distinciones, alternando á. sus f~e~ nas militares el trabajo honrado, siente una satlsfa~cló n muy noble sirviendo á su patria desde los apartados nnco­nes de su terruño. E. NARANJO M. Bogo/á, Mqyo de I907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 134 ~on..sagraci6n.. d.e .Jy'tOn..SeñOr d(tan..asio 1Ticen.te 50lér ~O~G Ellg del presente mes,!/ en la Iglesia Metropolitana, fue consagrado Obispo de Cilari%o y VicariO Apostdlico de la Goajira Monseñor Atanasio Vicente Soler Royo, cuyo ,retrato -honra hoy las col?lmnas de­B OGOTÁ ILUSTRADO. Cuanto pudiéramos decir acerca de esta solemmdad, á 19- cual asistid lo más selecto de la sociedad bogotana, está contenido en la correspondencia que el r. D. Eparquio Gonzále.z dirIge á (( R igo/ello'" de Barrcmquilla, la que acogemos y publt'camos á continuacidn con verdadero placer. Para el virtuoso Apdstol de Cristo que en cumpliml'ento de su difícil y elevada misidn, salid hace­poco de la capital, consIgnamos aquí nuestro respetuoso saludo y nuestro voto sincero por que sus manos reco­Jan amplios y bellos/rutos en /a grey espiritual de que va á ser agrado Jefe. , I ,roN Eí\on ATA ASID YICE TE OLEn noyo consag¡'ado bi. po de Citarizo y icario Apo tólico de Iv oajira Rogot:\, 20 d Mayo de 1907 r. Director de Rigoletto-Barronquilla Muy eñor mío: Saben ustedes allá que el Revum . Padre tana­sio, de la Orden de Menore apu hin o , fue elegido por Su Santidad hispo de ilarizo y Vicario Apo - tólico de la Goajira, y que con tal m ti o vino á ta capital á recibir ]a consagración de lan el vado Minis­terio. La solemnidad que revi lió el acto á que nos re­ferimos nos mueve á recoger n esta linea las impre­siones nuéstras, {>ara transmitIrla en ]a columna de su ilustrado diarIO á )08 amigos de]a osta, en cuya ampliam nte conocido re petado el ilu tre ml I n ro de an Franci co de A í . Eran la. nueye de la mañana J el 19 de 1ayo, fic ta ele Pente o té , hora fijada para la ceremonia 11 la tarjeta d invi ta ión cuando una electa COllCU­rr ncia invadió las naye de]a Catedral. Estaban allí ]a clegan t dama los Ministro del D spacho Eje­cutivo, di tin O'uido caballero de esta ociedad una multitud de arte ano . gente de piedad La anta Icrl sia atedral empavesada con la ari - lo racia de u arco dorados, con los pa ajes híblicos que a anzado pío ele trazaron cn la suntuo a cúpu­la, y con u vario altares de belleza artística inimi­table, con agrado al uerpo Eucarístico á los Apó - toles d nue tra anta religión. En estas cir unstan- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B'~Jr~UJIILUSTRAD0 -cia ofició, de rigurosó Po~.tifi~al, el Delegad? Apos­tólico y Enviado Extraor~lOafl.o an te el GO~lCrno de la República, Monseñor. l~ ranCISC(~ R~~onesl. El Re­verendísimo Padre Seglsmundo, hngul ta y geólogo, .que ha venido ejercie,ndo con notable i~teligencia las funcione de Secretano de Fra ' AtanaslO, y que con­tinúa en el delicado encargo de Secretario del nuevo Obispo, leyó la carta a~tó~rafa de Su Sal~tidad, men­- sajera de las bulas pllntlficlas, y acto contmuo Monse­ñor Raada las felicitaciones de sus admiradores y amigos, que le fue­ron llevadas además en alas de la poesía por los Sres. Dr. Toblas Valenzuela, Ministro de Hacienda y Tesoro j D. Samuel Velásquez y D. Ernesto Ponce Pérez. El Sr. Dr. Valenzuela dijo: Escúchame ~ina: Los tenues cendales de gasa que velan discretos tu faz y que vagan flotantes nimbando con nítidas gamas de plácida lumbre tu cuerpo de ninfa, de virgen Driada que alegres mecieron con ritmo de amores las ondas del Cauca, semejan los blancos fulgores que lanzan del Ande eminente las cumbrel: ne\'adas, cuando al casto beso del sol se disuel ven en líquidos tumbos, en rubias madejas formadas con bloques de aljófar, con hilos de plata. La nívea corona, fragante guirnalda que oprime tus sienes teñidas de leche y granada, refleja en tu frente serena, la mística llama de amor, que tu seno de virgen agita y levanta. Así, la diadema tejida en los cielos por dedos sutiles de púdicas magas, con lampos de aurora, con anchos jirones de azur y de escar~ha, refleja del monte lejano en la cumbre la esquiva y amante sonrisa del Alba; del Alba, que, envuelta en mullidos plumones de nubes y nieblas rosadas, despierta á las dulces caricias del astro que amante la sigue, y con besos de fuego disuelve en raudales de lumbre suS labios de grana. Calandria inocente : temprano abandonas el nido de blandos vellones, de musgos y lianas, y el aire llenando con místico trinos, al vacuo cerúleo el vuelo levantas. o apaguen los duros rigores de Invierno el himno sublime de castos amores que lejos del bosque nativo te llama, ni el árido soplo de Otoño marchite las ramas del árbol do espera tu amante batiendo las alas. Ondina , le alejas dejando las pi ayas en donde tejieron tu cuna con frágiles mimbres y suaves encajes de liquen las hada , y alegres mecieron los silfos del bosque tus sueños de infancia. El légamo impuro que bajo las ondas azules se e tanea no enturbie Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO los limpios cristales del lago que surca tu g6ndola blanca, ni el Noto, en sus iras, desgarre con furia inhumana su regio velamen, su casco cuajado de níveas escamas. Gentil mariposa, libélula casta que rompes tu cárcel de límpidas gemas, de perlas y nácar, y en pos de los vagos azules en rápidos giros alegre te lanza buscando en el éter fugaz, tornasoles que tiñan en iris el albo fulgor de tus alas. Agudas espinas á veces traidoras se incautan, bajo el terciopelo vivaz que decora del bosque dormido las ramas. No puncen sus dardos tu cuerpo de virgen, tu carne amasada son ricas esencias de lirios y rosas de Arabia, te rasguen tu peplum de tules de nie ve, tu manto de novia, tu veste inviolada. Las flores que ansiosas el cáliz levantan al tenue rüido de tus titilan tes antenas doradas, te ofrezcan los suaves matice. del iri te brinden su almíbar, te den su fragancia y el polen fecundo que, de sus estambres inquietas arrancan con tímidos besos triscando las auras. El jown Ponce Pérez e expresó a í: Del coraz6n augu.;ta soberana, Bajo el cendal de nieve de tus velo, emejas una flor dulce y lozana, O un astro desprendido de los cielos. Hoy, cediendo á tus férvidos anhelo, Con el donaire de la flor temprana, I altar te acercaste sin recelos, imbada por el sol de la mañana! Con ardiente fervor pido de hinojos Un cielo para ti. ..... corno tus ojos, Al mismo Dio que te form6 tan pura! Que te acompañe perfumada bri a ... .. . y halles en toda boca una sonrisa y en todo coraz6n una ternura! '1 poeta Velásquez ofreci6 para las blanca manos de la desposada, este aromado ramillete de sus flore es­pirituales : C6mo brillan tus joya de lonos varios, y á tus pies, alba niña, refulge e l arte! Aquí eslá el Padre Ensueño que viene á darle Un collar luminoso de solitarios. La ventura en lus ojos tímido arde, y de tus labio brota ándido ruego, na plegaria blanca de calma y fuego, Hecha de par. y rayo:; como la lard . Llena de fe, proba le d I dulce hechizo De una v rtiginosa copa de oro, y vas dici ndo alegre con tv tesoro : Para soñar el alma ólo s hií\o. Nosta lgia d viol las hay en las er s, rfandad d magnolias en los jardin , Relnembranza n los huerto d albos jOr,mine ', iud ;>; de lirios blancos en la praderas, Madrugaron las flores con su blancura, Cariñoso rebaño tras la pastora, A buscar la montaña consoladora Donde florece el árbol de la ternura . Montaña, azul montaña, pomo de olores, A ti va la pastora que alegre sube Hecha de luz y gasas como una nube, Haz que florezca el árbol de sus amores. Es bupna y es sensible; pisa las huellas De la noble matrona de donde arranca, y garza que h'i venido de garza blanca Tiene siempre en las plumas color de estrellas. Difícil sería hacer la relaci6n de los numerosos caba­lleros que circulaban por los salones del Palacio en aquel I inolvidable día, y entre los cuales se hallaban distinguidas personalidades del clero, de la diplomacia, de la polí­tica, de la milida, etc. etc., y aun más difícil recordar á todas las elegantes damas, señoras y señoritas que rodearon á la joven desposada en aquellos momentos, y sin embargo, seguros de no recordar sino mínima parte de ellas, queremos honrar nuestra pálida relaci6n ha­ciendo méritos de que allí vimos á las Sras. de Marlins, de Soares de ouza, de Andrade, de Rodríguez Mendoza, Jones de Valenzuela, Sánchez de Manotas, Tanco de To­rres Elicechea, Carrizosa de Vásquez Cobo, Conde de Gieseken, Piñeres de Pombo, Espinosa de Castello, Cortés de la Torre, Tanco de Malo O'Leary, Tanco de Mancini, Tanco de HerrlOra, Ortiz de Bonnet, Fonseca de Posada, Zerda de Losada, Ponce de Fonseca, Ponce de Castro Uricoechea, Suárez de Coronado, Lorenzana de Manrique, I Uribe de Lorenzana, Ordóñez de Lorenzana, Muñoz de la Torre, Urdaneta de Gamboa, Schroeder de Aya, Maine de García, Hoyos de Soto, Mallarino de Delgado, Valen­zuela de Carrizosa, Angulo de Guzmán, Piedrahita de Sa­nln, Arboleda de Restrepo, Ana de Brigard de Uribe, Inés de Brigard de Uribe, Holguín de Koppel, Fonseca de Gutié rrez, de Cajiao, Calder6n de Márquez y Tejada de Calderón; de uárez; y á much'\5 y bellas señoritas, entre las cuales, forzando la memoria en el kaleidoscopio de nuestros recuerdos, se nos presentan éstas: María Valen­zuela Jones, María Teresa Manotas, María Teresa Pom­bo, Beatriz ralo O'Leary, Fandy Castello, Elena Hol­guín, Delfina de Angulo, Graciela de Angulo, Inés y Lu­cila de astro, Carmen Herrera, Manina de la Torre, Inés d~ la Torre, MaO'dalena y Josefina Garda, Soledad, 1Iaría y Ana oto, María Lui a Vega olano, Elena Uri- , be de Brigard, Lucía de ngulo, Isabel rboleda, Belén y Ana antamaría, Josefina Restrepo, María Teresa Lon­doño, María Teresa áenz, Pepa y licia Botero, ofía Célrrizosa V. y Jos fi.la u~rez B. Poco á poco, y ya a I caer la ta rde, los numero o in­vitados fueron retirá ndose, y cuando el tíltimo present6 sus I expre ione de de pedida y la familia Reyes se reuni6 en íntima fruici6n al red dor del J efe del hogar, es seguro que I alma cariu.,. a de la madre ausente onri6 de satisfac­ci6n al ver la manera acertada y feliz como éste ha sabido hacer veces de madre abnegada con us huérfanas hijas, y deposit6 sobre la frente de la rita. Nina el mismo beso con que n antes y en iguales solemnes momentos bendi­jera á las rita. malia y ofía. En los hogare. de sus I hija erá siempre eO'ida de felicidad el santo recuerdo de la ra. ofía ngulo de R eyes, la mujer fuerte y noble 'lue desde el ielo las cubre con el manto inmortal de us virtud s. Pó 'a111' muy ntido y cariño enviamo á la familia de la di linguida matrona ra. Pilar lvarez de Montaña, que ha bajado á la tumba despué de larga vida d virtudes y merecimiento. Gal ría I:: ' EL 1'1 ~ R RIO " ANGEL MARIA CABALLERO 1 -*5 19 6 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I I I ---, BOGarA ILUSTRADO ------- -- P RODUCTO S Y PR EC IOS DE V ENTA Bogotá, A bril1. o de 1907 Cerveza Pilsener, Lag er y Dock, docena de media bOlellas .... $ roo docena de botellas dobles....... 19 0 " " " " " Dorpel Sloul docena de medias botellas ...... J 30 " Culmbacher (marca Tlgre) docena de medias botellas ...... J 30 " Tres Emperadores docena de medias botellas ...... 200 " Higiénica docena de medias botellas ...... 180 " en barril, Pilsener, Lager y Bock, el litro ......................... JO Agua ga cosa pura, docena de medias bolellas...... 60 Agua gaseosa con diferentes jarabes, docena de medias botellas...... 80 Sparkling Bavaria Kola, docena de medias botellas...... 60 Ginger le, docena de medias botellas...... 80 Bavaria Cider (Cidra espumosa), docena de medias botellas ...... 120 Extracto de MalLa, docena de medias botellas ...... 420 Hielo, por lnayor, ]a libra ...................... .. ................................ .......... 6 Carbón mineral y vegetal de Zipacón, vendemos á los precios corrien-tes y á domicilio. Des cuentos sobre los productos embote llado s 5 por 100 en .diez ó más docenas 10 por 100 en cien ó más docenas PRECIOS: son los corrientes del día del despacho, aun en el caso de an lici paciones de dinero. BOTELLAS: Vendemos y alquilamos botellas cerveceras. BARRILES: Para la venta de nuestra cerveza en barril hay barriles desde cinco l itros. . . 1I CORCHOS Y L UPULO; Vendemos de muy buena calidad y á di-ferentes precios. I CEBADA: Compramos al contado y á los mojores precios de la plaza grandes cantidades de cebada en grano. II DEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAU ER EI G. rn. b. H. El Ger ente, LEO SIEGFRI E D KOPP Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 8

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