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Con la frase Poesía.

Imagen de apoyo de  El Mosaico - Año IV N. 32

El Mosaico - Año IV N. 32

Por: | Fecha: 18/09/1865

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Núm. 32. :Bogotá, lúnes 18 de setiembre de 1865. - Preoio: 10 centavos. Afio VI. RI6DICO DE 1 TDUSTRIA, CIENCIAS, ARTES, LITERATUH,A E INVENTOS. A CARGO DE UNA ASOCIACION PROGRESISTA. CONTENIDO. El Nillgora-Curlosa i yerldicn rclaciou-EI pájaro azul-Poesia. Una buena respuesLa-L\ elll.a -Errata sustancial-Avisos. EJIItI •• VIAlES POR EUROPA 1 AMERICA. EL NIÁGARA. . La. catarata del Niágal'a ?s un espectáculo gran· dIOSO, que gana mas a medIda que se le estudia i contempla mejor. El Niágara no tiene mas rival en el mundo, que nuestro salvaje salto de Tequen. dama; pero cuánta es la diferencia entre las dos maravillas! El caudal de aguas es mucho mayor en el Niá· gara (caen cien millones Je toneladas en cada hora) i el espectáculo mas variado, pues la cascada se di vide en tres ramas, mas o ménos hermosas para hacer su descenso; i, tanto ántes como des: pues de él, presenta cuadros sorprendentes, ya en sus raudales, llamados r'á;pidos; ya en sus grandes remansos i remolinos, de cerca de cien metros de profundidad! Sus bordes a uno i otro lado son de roca viva, en partes revestida de pinos, i en partes de plantas trepadoras de un oscuro color. La som­bra de las nubes, el receptáculo del cauce, los jue­gos de luz i de sombra combinados i la reverbera­cion vejetal, dan a las espumas del monstruo, segun del lado que se miren, un tinte de esmeralda mui bello, i que hace un juego hermoso con los albos copos de la onda despedazada i de la bruma. Abajo en el lecho del rio este color es mas pronunciado. Los íris de la tarde i de la mañana, léjos de tenderse como un disco de piedras preciosas sobre la catarata, como sucede en el salto de Tequen­dama, tiéndense como una alfombra o como una cinta a sus pies sobre la lámina de lás aguas; pero es lo cierto que la aridez jeneral del lugar reyela la proximidad del polo; que no hai aUí esas seb'as de robles vírjenes que hai en el Tequendama, ni el matiz precioso de los bosques americanos, ni su perfume, ni su aliento adorn1ecedor. Escasean las flores; las aves no aparecen por ningun lado, i la aglomeracion de palacios, puentes i hotcles en me­dio a su circuito, da al lugar el tinte de una obra del hombre en vez de ese sello de grandiosidad na­tural, agreste, oculta i hasta difícil que tiene nues­tra cascada andina. Allá es el humo de un turbion desbaratado, el fragor del trueno, la aspereza de los montes, el encanto de dos naturalezas, la cáli­da i la fria; las flores arriba i las aves abajo, todo ~scondido como una fuente de los jenios superio­res. Acá es la voluptuosidad de una rcina que se desmaya; la música de una ola que juega; la obra del hombres en faz de la obra de Dios, el mármol labrado sobre el mármol bruto; el puente de hie­rro sobre el abismo; el humo de la locomotiva opuesto al aliento brumoso de las aguas; el riel en vez de la breña; la monotonía de las rejio­nes heladas; la ausencia de los cantos i de 101> , perfume!, i la vjEta absoluta de todos loa detalles. Allá el misterio, acá la claridad. Allá todo el vigor varonil de la creacion en la altura, la fuerza. i la forma; acá todos los caractél'es dulces i sua­ves del sexo del amor. He ahí por qué, cediendo a las instancias del autor de Edda que me acom­pañaba en la con~emplacion de aquella belleza, escribí en un libro destinado a recojer las inspira­ciones de todos los viajeros, la cuarteta siguiente, que no tiene :lo mis ojos otro mérito que la esacti· tud de la comparacion : . l Salud, ártica reina, cuyo manto Sacudes en tu tálamo de rocas l Salud del Tequendama ondisonante JenLil i bella americana esposa I La catarata del Niágara está dividida en dos trozos principales, americano el uno, inglés el otro (este último es el de mas caudal) quedando entre los dos Goat I sland. La ca·tarata americana tiene 900 piés de ancho i 163 de alto; i la inglesa 2,000 de ancho i 154 de alto. El nombre Niágara es de un orijen incierto, pero se cree ser de estraccion iroquesa, i significar tnteno de aguas. El descubridor de esta marávilla fué un miem­bro de la compañía de J esus, frances de naci­miento i nombrado el padre Hennepin, misionero en aquellos..,parajes en 1678. Algunos dc los que dan estos informes, agregan que el reverendo se enloqueci6 a la vista del gran poder de Dios! Dicen que cuando una ave se aproxima a las fiores sus hermanas, canta para agl'adarlas; que lo mismo sucede cuando oye que las otras aves, sus compañeras de melodía, hacen resonar la selva con sus trinos. De la misma suerte yo,.quc estaba contemplando cl Niágara a la luz de la luna del lado del Canadá, solo i en altas horas de la noche, veía cernerse-en los aires i otear sobre mí a los poetas que han cantado esta obra de la creacion, i la música de sus versos penetraba en mi oído como u~a voz del cielo. Veía los pinos destacados a uno i otro lado como las sombras de los centi­nelas de la diosa, i repetia con Heredia "Ni otra corona que el agreste pino A tu solemne majestad conviene ..... " Veía igualmente la una i la otra ribera del rio, separadas por un abismo sombrío, i la una inglesa i la otra americana, i esclamaba con el inspirado lord lHorpete: "Que la lucha obstinada que mantienen tus andas en el abismo, desfogue allí su rabia podero­sa sin trepar nnnca a tus bordes circulares; pu­diendo las dos J?,aciones que demoran sobrc tus . márjenes, ser'en paz miéntras cesa el conflicto!)) La poesía estranjera despertó en mi el númen, i escribí los versos siguientes a la luz de la Osa, que estaba tan cerca de mí que me parecía poder­la cojer con solo levantar la mano. Sentado esLoi so'bre el abismo undoso, Bañado pQl' su bruma i por su alisDLO' PAIO D~ está, con él Il]i .pensamiento Sino coun;r" ~~pírit\l de 'amor! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 250 EL MOSAICO. De la luna los pálidos ful gores Rielan sobre las aguas mil colores; El bosque duerme, duerme el aql, ilou. Todo es aquí magnífico l In noche, La hora, la soledad, el grito horrendo De este arco de agua esplend ido, cayendo En su tazou de roca secular I , mundo se han hecho el deber de poner allí, como un I ex-voto a la maravilla, o como un tributo a la va­nidad. Empero, los muros de aquel edificio no son un libro sino un mosaico inintelijible. El Terra­pin tieue 45 piés de alto, i fuó construido en 1833. Mas ¿ qué vale 'su horror i su grandeza, Qué de su pompa la ártica belleza, Si tú conmigo, ausente bien, no estás? De esmera lda i aljófar es su veste; Su esqueleto el grauito; su habla el tru eno; El pino es la guirnalda de su seno, 1 los íris la cinta de sus piés I Bello es sin duda, i grande ; es imponente, Cap richo al fin del Ser omllipotente Que bizo el volca n, i se sentó sobre él I ],{arcbita i descompuesta la corona, " El an eho nupcial traje de&ga rrado," Ronca la vo?, el paso apresurado, Semeja en Dido el fie ro desperta r. L0s diamantes i perlas a su paso Saltan a un lado i otro, cruje el raso ; Nlas ella solo marcha, i marcha mas 1, Tambien remeda a Safo enamorada Una mano en la lira, otra en el pecho, Buscando en la onda del turbion deshecho, Tumba o consuelo a un bárbaro desden, Una u otra, no impor ta ! mas sí sabe Que dentro mi alma solo tu alma cabe, Unica maravilla de mi ser I Oh I si a mi lado te encontraras ahora, , Aquí, sobre la roca, entre la espuma, Nuestros cabellos sueltos a la bruma, 1 entrelazados como tronco i flor, Nuestros labios, mi bien, se juntarian, 1 en un beso no mas esprimirian l'odo el jugo de amor del corazon I Yo quebraría en las olas, uno a uno, Los ebúrneos engastes de mi lira, Ya calcinados en la ard iente pira De tus ojos, de 1 um bre desigual I ..... ¿ Por qué no estás aquí, mujer amada, En vez de aqllesa sombra iluminada, Ánjel inmóvil que conmigo va ? Antorcha núbil la esplpndente luna Nos fu era entónces; ara santa, el rio j Sacerdote, el amor; templo el vacío, 1 tálamo el abismo aterrador! Oh I i mañaua cuando el sol luciera Del Canadá por la índica pradera Sonriendo luz i derramando amor, Linda como ningüna i mi steriosa, La náyade del Niágara serias, 1 en sus sirtes, saltando, estamparias La diva lmella de tu enano pié. 1 nuestras sombras por el agua errantes, Mitad deidades i mitad amantes, Al ser del monstruo mezclarian su ser I En invierno el Niágara se petrifica a causa del frio, i entónces su vista es semejante a una gruta de alabastro construida por las hadas. Un dia entero estuvimos viendo el Niágara des­cle los diferentes puntos de vista que presenta la escena. Contemplamos los r áp t'dos sobre un puen­te de hierro que la mano del hombre ha levantado sobre ellos para gozar del espectáculo con mas co­modidad. Fuimos despues al Ten'apin, que es una torre de picdra en forma de faro, i con una escale­ra interior que conduce a una plataforma con pa­samano. Desde allí se domina bastante bien la catarata. Llamaron mi atencion en esta torre los millares .le nomlwcR, ya grabados con n:n~.ia , ya escritos ('011 l('piz. que los yin,ieros --- A ELLA. Bendito amorque en májica delicia Arroba dulcemente el COl'azon; Bendito amor que coú,'irtió en alegres Mis horas de afliccion! Nació este amor como íris bonancible Despues de la deshecha tempestad, Como 'la nube que en la negra. noche Riela 'sobre el mal'. Como el límpido arroyo en que mitiga. El caminante su sediento ardor; Como el coposo arbusto que le ofrece Abrigo .contra el sol. Vivia sin amOl', i era mi vida Campo que no fecunda el manantial; Pero, niña, te ví; te amé sincero, 1 se acabó mi mal. Desde el in_stante en que por tí palpito Es mi existencia un cielo sin confin, Que ostenta del color de la esperanza El plácido matiz. Admiro mas la claridad del !lia, :Me es ma~ hermoso el firmamento azul, l\1as apacible dc la blanca luna . El rayo de su luz. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 256 EL MOSAICO. Bendito amor, qt{e al ánimo abatido Devuelves luz, inspiracion i fe; B endito amor, que borras del recuerdo Las horas que lloré! Pasan las horas i los días pasan 1 solo pienso en mi pasion i en tí; 1 Eoi con e. ' amor i este recuerdo Cual ninguno feliz. ROBERTO. ---........... --- ERRATA SUSTANCIAl, DEL TRA.DlJCT()R. En el número 4f6 del " Diario Ofic ial," pájina 1,624, en el artículo cualidades del cedron contra los venenos, debe learse: cualidades del liman con­tra los venenos, i debe sustituirse en todo el artí­culo la. palabra liman a la voz cedron. h·~ . '·.'..:.J· .. ·U .· .• ·V·H·'.·'.·, .. , ... , .......................... " .... ,. ............ u •• • " • •• ,. A VISOS . CAS.\ DE EUUC \l~ION PlUeTlCt Primera especialidad de est~ jénero fu ndada en el pals. ----44 ...... --- Bajo la direccion del infrascrito se abrirá al públi­co este establecimiento <)115 de cnero de 1866, i se darán en él las enseñanzas profesionales siguientes: 1 .° Agricultura. 2 .° COlDercio. 4 .° Aboga cía. 3 .° Iujcuh\.t1.u."a civil . 5.° Litel·at~·a . Cada una de estas cnseñanzas tendrá sus corres­pondientes escuelas prepamtorias, pero los niños que tuvieren los conocimientos requeridos, harán su cur­so profesional en mucho ménos ti empo que el exijido por este programa. AGIUCULTIJRA:-2 años de estudio. RAMOS DE ENi?EÑANZA. CLASES PREPARATORIAS. l. • Nociones jenerales de jeo- , lojía. I 2.° Cul~ivo .de los ?ampos i for- Escritura-español- arit- ~am on I mane)/) de las ba- mética práclica-jeogra. mendas. I f ' " . 3.0 Horticultura. r la patrlU I nocIOnes de 4.° Veterinaria, i arte de man- JI la universal- contabi­tener, multip licar, mejornr i . lidad. cebar toda clase de ¡rana-dos, aves domésticas &." j tOUERCIO-3 años (le estudio. 1.0 Inglés i frances. , 2.° Contabilidad mercantil i siS-l terna métrico. Escritura - español- arít- 3.° Jaograría universal. ' t" 4.0 Lejislacioncomercial i ad ua- lile lca en todas sus nera. I aplicaciones. 5. ° Economía política i esta- I dística. ) INJE~UTURA-3 años de estudio. l.0 Las dos je?rñetrías. , ' ,.' _ . 2 .• Las dos tngonometnas. ~Escl ltura - espanol - Jeo- 3.° Dibujo lineal i topográfico. grafía patria-aritmóti- 4.° Agril~ensnra. ca en todas sus art _ 5.0 ArqUitectura. . l. p es 6.° Cálculo i aplicaciones. ) álJebra. ABOGACH-Dos años de estUllio, l.0 Lej islacion i ciencia consti-, tucional. I 2.° Derecho civil i dejeutes. r Escritura- español. 3.° Procedimientos. J 4.° Leyes patrias. LITERATURA-3 años tle estudio, 1.° Inglés, frances e italiano. 1 2.° R.i,storia universal i crooo- I Escritura - español - jeo- 10Jla. J fi ... 3.0 Ciencias intelectuales i gra- gra I patna I UUlvar-mática jeneral. sal- aritmética. 4.° Retórica en todas su:; partes ~ Las clase de relijion ¡ urbanidad serán jellerales i c¡bligatorias para todos los alumnos. OBSERVACIONES. Dos son las objetos que se han tenido en mira al hacer e~ta clasificacion en los estudios: el primero evitar que los niños pierdan el tiempo (i los padres su dinero) en el aprendizaje de materias que despues no les s irven para nada en la vida pdctica j í el se­gundo dar el primer paso en el establecimiento de cspecialidades profesionales, consu' tanda nuestras nece idades sociales i el justo lucro de los que se de­diquen a cllas. 'fambien se ha tenido ' en cucnta facilitar a los hijos de los pobres el medio mas cspeditivo posible, para hacersc a una profesíon industrial, honorable i provechosa, en poco tiempo. Habrá dos clases de alumnos en el establecimiento: los que permanezcan todo el año escolar en él, i los que solo asistan de dia, de las seis de la maüana a las seis de la tarde. La pension de un alumno interno en el año escolar, es la de 200 pesos de lei, de los cuales $ 100 se pa­garán el dia en que viniere al colejio el alumno, í $> 100 el dia 15 de junio siguiente. La pension de un alumno estema es de 180 pesos de lei, que se pagarán el dia en que viniere al colejio el alumno. En cualquiera época del año se admitirán alumnos tanto internos como es ternos j i de la cantidad del primer pago se hará la deduccion correspondiente al tiempo del año cscolar conido hasta la fecha de la admision del al U1"\l no. Pero el segundo pago se hará. siempre integrnmente, aunque el alumno salga del colejio, sea cual fuere la causa, ántes dc terminado el año escolar. Cuando sean col-ocados en el establecimiento dos o mas hermanos, se hará la rebaja de un cinco por ciento en el total de la pen ion. En ningun otro caso habrá derecho a rebaja o a deyolucion de la pension, aunque el alumno o alum­nos se retiren t emporal o absolutamente del colejio, i sea cual fuere la causa de su r etiro o salida. Solo en el caso de que se le consigne anticipada­mente la cantidad necesaria, el establecimiento se hflrá cargo de dar a los a,lumnos libros, ropa, calza­do, U otros efectos que deba tcner segun 1:1 órden de sus padres. Sin esa circunstancia, toda recomenda­cion sobre el particulal' se mirará como no hecha. 'fado pago se ha,rá en moneda de talla mayor. Para que un niño sea admitido en el estableci­miento, es indispensable: 1.0 que no tenga enferme­dad crónica o contajiosa: 2.° que sepa leer; 3.° que sus padres o los representantes de estos 6e obliguen a conformarse, en todo i para todo, con las reglas de la disciplina interior. En el establecimiento no se dará mas que los ali­mentos i la instruccion j 19S niños deberán pues lle­var a él su ropa de uso, útiles de aseo, cama, baúl, libros &." El lavado i aplanchado de la ropa sC'rIÍ. de cargo de los padres de familia, j lo mi mo los gastos de asistencia médica en caso de enfermedad_ Dirijirse con tiempo al infrascrito, en su casa de habitacion de esta ciudad, de las diez a las cuatro de la tarde. Las personas dc fuera de la, capital podrán haccrlo por medio del correo. Bogotá, 12 de setiembre de 18G5. FELIPE PÉREZ. 10-1 SIL V A & V ALEN ZUELA. ACABAN de recib ir el mui tino i acredita­do Chámpaña "Comte de Villefort, prés Rheims," en medias botellaR de cuello dorado. 1to venden por mayor i por menor, a p r ecios equitativos, en RU almacen, carrera de V cne­zuela, calle 2.a número 65. 3-2 Il!PR E::\TA DE "EL )IOAICO. "
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año IV N. 32

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El Mosaico - Año IV N. 20

Por: | Fecha: 10/06/1865

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. AÑO IV. IDog ot\í, sábaoo 10 oe jllnio Oe 1865. NUIU. :20. C O NTENIDO. babia dejado ya atras la última de las pirá- LA MADRE ARAllE-LA GORRA EN EL PERIODISMO-A LA SE!tORITA mides, i caminaba con ten ta i numerosa bácia J. G, poesía-EL l'OETA-A LA SE!lO"I1''' EIIJENIA n"LI.INI, EN el lugar de su destino el dia del terrible I.A LEONOR DEL TUOYADOn, poesía-INES Dl,LAS SIERRAS. [Con- accidente. J'lfontada sobre un blaneo i he1'­tinuacion.] -~ I moso camello, de grande andar i avezado LA MADRE ARA BE. en recorrel' aquellos parajes, iba uIIa jóven (PAR,tBOLA.) I árabe, de piel un poco morena pero de fac- Caminando una vez por el desierto una ciones divinas. Sus ojos eran negros como gran caravana, levantóse de repente uua la noche, arqueadas i lucientes sus cejas, i borrascr. de :u.'ena que duró algunas horas. su barba redonda i partida cn dos por un En vano los camellos presintieron i annu- hoyuelo gracioso. Su boca, de un lacre un ciaron la venida del terrible simoun; en tanto pálido, sonreía con una bondad de vano se tomaron míl precauciones i se sllpli- ánjel, i SllS dientes búmedos 'i bien bechos có a Alá que libertase a los viajeros. E l11u- parocian formados de marfil o alabastro. raoan, ardiente oomo 1111 huracan del infiel'- Sus manos eran pequefías i mórbidas. no, lo revolvió todo, estrelló a los unos con- Vestida con un traje oriental, blanco i tra los otros, i los cubrió a todos con una azul bordado de 01'0, i destacada sobr e su mortaja de arena. dócil i enorme bestia, pareeia una hmí via- A un claro dia sucediose una noche lenta jera desprendida en ese momento mismo de i oscura, llena de una calma terrible i ,sin las pájinas del Koran. JYIas, lo que llamaba una estrella en los cielos. De cuando en en ella la atencion no era precisamente su cuando oíase el qnejido de los moribundos juventud, su gracia ni su belleza elltera­medio ahogados por la arena o estropeados mente levantinas, sino dos lindos niños que por el viento; quejido mezclado con el sil- llevaba sobre sus rodillas. La j óven árabe bielo de las serpien tes q uo salian de sus ren- era madre. elijas para merodear en la oscuridad, i con Sí, era madre, i llena de contento, de-Cl'i-a, el ruido de los avestrnces que huian hácia dos i do riqueza iba en busca de un esposo el oriente en busca del dia. jóven i amante, de quien la habian separado Nada igual a aquella calma solemne, cal- ciertos asuntos. Llamábase la jóven Sabara, ma de muerte, ni a aquel océano arenoso, sin i entretenÍase en sonreir a sns hijos dormi­bordes, sin ondas ni espumas, dOude el sol dos en su regazo como dos flores en su fol1a­quema como el fnego, donde la brisa es el jo. Refrescábalos ora con grandes abanicos presajio de la muerte, i donde el espectáculo de plumas, ora humedeciéndoles los labios es siempre el mismo, porque el horizonte con cordiales esquisitos i puros; i como era tiene todos los tristes caractéres de la inmo- una madre modelo i tierna, no permitia mm­vilidad! .... lugar tal vez maldito por Dios, ca que sus esclavos hiciesen a sus hijos lo q ne donde no crecen las flores ni se conocen las ella misma les podia hacer, pues decia, son­aves, i asiento acaso en tiempos remotos ele riendo, en el fignrado lenguaje de sn país: ciudades pecadoras que castigó la cólera de --Los nifíos son plantas que 110 deben te-lo alto. . .. ner otros j ardineros que sus padres. El mar es al ménos fecundo en peces, en N ada mas bello que aqnel grupo inocente i páj aros, en plantas, en perlas i en corales; el feliz, .. nada mas puro que aquellas caricias, mar ofrece al náufrago un hueco puro entre nada mas santo que aquel a,mor, en que el los pliegues de su mortaja aznl .... pero el corazon 110 tenia reservas ni dudas, i en que desierto es estéril como la representacion de la mirada de los amantes; rnadre e hijos, eran la nada, prodnce reptiles asquerosos, i quita dos cielos que se confnndian en uno solo. i presta caprichosamente su sudario movible El hijo mayor de Sabara tenia cuatro años, a las víctimas de su fmor. El desierto m nestra era varon i se nombraba AJí; la menor, q ne los blanc')s huesos del caminante, espuestos tenia tres, era mujer i respondia al nombre a la lluvia i al sol, como los trofeos de sus de Aurora. Cnando los confites í los jugue­victorias sucesivas ... El mar oculta siempre tes no bastaban a entretener a las dos cria­sus desastres como arrepentido de sn cólera. tu ras, sufocadas por el bochorno, la madre Allí un mismo palmo de tierra encierra cl las distraia cantándoles algunas canciones. esqueleto del hombre i del bruto, i junto al He aquí una dc ellas: cráneo de una vÍl:i en se encuentra el fém nr "Las estrellas del cielo i las flores de la de un caballo. Ouán triste no será, pues, lIlO- tierra son h ermanasjemelas. A cada pensa­rir en aquellos parajes, sin una tumba, sin miento que tiene un ánjel en el cielo, brota una cruz í amasado con las bestias i con el una estrella mas, i a cada oracion de un niño lodo! en la tierra, brota nna 11ucva flor en los jau'- La caravana de <¡ne veuimos hablando dínes. Orelllos, pues, para que se cubra el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 154 EL MOSAICO. desierto de flor cs. Entónces todo estará per­fumado, i los camellos parecerán aves que cruzan el aire." Su voz clara i profunda repercutida por los senos del desierto, semej aba a algo reli­lijioso e inefable como una armonía bíblica. Pero vino la tempestad de arena, mas terrible que la vorájine del mar, i madre e hijos fueron estrll,jados por sus alas de muer­te en medio de una sombra continua. Apa­gase el canto, cesaron las caricias, i el tnr­bion ensordeció todas las voces, desde los gritos de maldicion de los beduinos hasta el alarido de angustia de las madres. Diez mi­nutos fueron bastantes para acallar aquella llUmerosa i fnerte caravana! Sinem bargo, pasado el estupor del primer golpe, Sahara volvió en sí como si desper­tase de un sueño de horrores .... Abiertos sus oj os, lo primero que vió fueron los cielos lóbregos e inmensos sobre sn cabeza ..... . quiso recordar, pero habia perdido la memo-l ·ia ........ no sabia donde se hallaba ni por qué se hallaba allí ........ sintiendo algo qUe le oprimia el pecho con el peso de una piedra, trató de alzar la mano l)ara cojerlo; mas su mano casi agarrotada no quiso obedecer al movimiento ni soltar lo que tenia cojido. Entónces lo recordó todo ......... su vlaj e por el desierto, la tempestad de arena .... entónce¡; pensó en sus hijos, que tal vez habian perecido, en su esposo, a quien no volveria a ver, i lanzando un grito doloroso hizo un esfuerzo supremo i se levantó. Lo que oprimia su pecho eran sus hijos, a quienes habia agarrado contra Sil corazon durante la tempestad con la fuerza de la desesperacion. Levantólos uno en pos de otro para ver si respiraban aún, i temo blando de miedo reconoció que Aurora i Alí no estaban mas que desmayados. Llena de afan llamó sus criados; estos no la respon­dieron. Llamó en seguida a sus amigos de la caravana, pero sucedió el mismo silencio. Entónces pensó en que estaba sola en medio de la noche i del desierto, en que tal vez se la habia abandonado por sus compañeros de peregl'Ínacion, i algo helado i penetrante ntravesó su corazon como el filo de una es­pada. Poseida de una angustia mortal llamó con mas fnerza una, dos, tres veces, pero nadie concurrió a su socorro, acabando por espantarse del ruido de SI1 misma voz. En torno suyo habia algo como una colina sombría: era la tumba de la caravana for­mada por las arenas de la borrasca. Su ca­mello mismo habia perecido en la confia­gracion jeneral, mas el noble animal no se habia sacrificado inútilmente: su cuerpo co­loeado entre la familia i la tempestad era lo que habia sal vado a la infeliz madre i a sus hijos, velando 'sobre ellos como sobre sus cachonos queridos. El bruto conoce tam­bien la piedad i el amor. Sahara habia perdido, pues, hasta su últi· mo arhigo en aquella rejion abrasada. Recojió sus hijos, pusólos en su regazo, sonrióles en la oscuridad i devolvióles la vida con el calor de sus besos. -Mamá e dónde estamos? preguntó el mayorcito. --Duerme, hijo mio: hemos hecho alto. --Yo no veo nucstras tiendas. -N o importa, duerme; el Profeta vela por nosotros. --I vcremos mañana a nuestro padre? -Sí, hijo mio; i de no, estaremos en el cielo. -I él irá a buscarnos allá? .... No es cierto que el cielo es mui lindo? -Sí, AJí, él nos irá a buscar porque él es bueno i cumple con la lei de sus padres. El niño calló i la madre bajó la cabeza i se puso en oracion. Qué no pediria a Dios aquella madre cuitada sobre altar tan solem­ne! Su plegaria debia tener toda la intensi­dad del dolor. Pronto apareció el sol en el horizonte dando principio a un dia ardiente i despe­jado. Aurora i Alí dormian como dos con­chas sobre la arena. -Pobre de mí! dijo Sabara, el día ha venido ya, pero él solo ha venido como una lámpara impía a mostrarme todo el horror de mi situacion ... qué haré, Alá sober;:;,no? lVfarchar adelante,a pié i llevando a mis hijos sobre los hombros, es marchar a una muer­te segura, pues mis piés se hundirán en la arena, mis pobres hijos me fatigarán en se­guida .... me faltará el agua i los ví veres ... i despnes de todo, qué rumbo seguir? Que­darme aquí es sepultarme viva con ellos ..• i Dios de lVIahoma, inspirad me ! Una sed ardiente i cruel tostaba los la1)ios de Sahara, por lo que tomando su mochila, que por casualidad estaba a su lado, sacó de ella un frasco con agua. ,sí, tomolo i fné a beber, mas apénas empezó a sentir el dulce frescor se detuvo asustada i como si hubiera ido a cometer un crÍmen. Era que habia pensado en que no habia mas agua que esa, i tal vez sus hijos se de&pertarian con sed. Sahara era madre i no bebió! Pasó una hora .... la sed contillt~aba cada vez mas terrible. e Qué hacer? beber .... ~ sal varse ella, o sal yar a sus hijos? Los niños se despertaron en seguida, i sus primeras palabras fueron: -Madre, tenemos sed . . -Aguantad un poco, hijos mios. -Nos abrasamos. -Un rato no mas. -N o podemos, mamá! La madre les humedeció los labios con su frasco queriendo ser avara i pródiga a un mismo tiempo. -Mira, Aurora, dijo despues AJí, tnrco duerme aún. Turco era el nombre del camello muerto; i luego -Pero, mamá e por qué no seguimos el viaje? .. qué se han hecho los otros viajeros? --No tengas cuidado, AH; pronto ven­drán a buscarnos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. 155 -Agua! agua! mamá, gritó Amara. das uñas se gastaron hasta la mitad, i el -Sí, agua! agua! mamá, aTIadió Alí. nuevo dia la sorprendi6 en su inútil tai'ea .... -Hijos mios, dijo Sahara con los ojos la arena de abajo era reemplazada en el ins-llenos de lágrimas, aguantad un poco la sed, tante por la arena de arriba, i el polvo del porque si os doi de una vez la poca agua trabajo le quitaba la respil'acion. Vol viose, que hai, vais a morir durante el calor del pues, casi muerta alIado de sus hijos .... medio dia .... el sol está mui fuerte. ámbos niños estaban enfermos, i no decian -Entónces ya tendremos mas agua por- mas que agua! agua! que ya habrá venido la caravana. Sahara les refrescó los labios de nuevo, La pobre madre volvió a humedecer los pero sin rescrvar para sí una gota del salu-labios de'sns hijos. dable licor. -1 vos por qué no bebeis, madre mía, no El sol, inmenso como un globo i rojo teneis sed? pregnntó Alí.· como hierro candente, les quemaba los cner- -No, bija mio; no tengo .... 10 que vo- pos hnndidos entre la arena i sin una hoja sob'os bebeis me refresca a mÍ. de árbol ni umt tela que les sirviese de so m- 1 Sahara tenia la garganta hecha una brío. Era preciso resignarse a morir. áscua. Los niños volvieron a pedir agua, i Saha- Así pasó el dia i vino de nnevo la noche ra les hizo apurar la última que quedaba. sin que nada cambiase la monotonía del ho- En seguida hizo oracion al Señor, i se dis­l'izonte. Sabara no vió durante él ni un puso para rendir el último suspiro. Bendijo hombre, ni un ave, ni una fiera, ... aquel dia a Aurora i a AJí, les dió el último beso i se no habia ni sombras en la tierra, porque no de8pidió de su esposo con un grito de amor. habia ni nubes en los cielos. La madre oraba junto a sus hijos agoni- --Vámonos de aquí, decian los niños. zantes .... --Esperad, esperad un poco .... álgnien Esa Ql'acion era la última armonía de aquel va a venir a buscamos; mi corazon me dice cisne del desierto. que espere. Apesar de sn infortunio, Sahara no mur- 1 los niüos en su impaciencia llamaban a runro una queja: tenia toda la piedad del turco para que se levantase; mas tUl'CO tenia creyente. cerrados los ojos i los Iuiembros ríjidos como ' Mas, no queriendo que sns hijos, muer-si fuera de acero. tos ya, qnedasen insepnltoi', espuestos a ser La noche segnnda fué un tanto mas cruel devorados por las fieras, les tomó en sn re­qlle la primera; los niños dl1l'mieron poco i gaza i se hundió con ellos entre la arena. estuvieron pidiendo dátiles i agna a su ma- Era ya tiempo, pues media hora despues dre continuamente. Dátiles no habia como una tropa de árabes vagabundos llegó a no habia nada q né comer, i elfrasco del agua aqnel paraje a repartirse los restos de la ca­disminuia mucho, asemejanza del reloj de ¡l ravana destruida, i al haberla encontrado arena que mide los iustantes de un mori- viva la habrían vendido por esclava sepa-bundo. . rándola de sus hijos. . La inccrtidumbre, el dolor i la sed cada 1, cosarara, en ese mismo dia i a esa misma vcz mas terrible, prodnjeron al fin la fiebre hora, Rafar, el esposo de Sahara, caía muerto en Sahara; mas esta ántes de rendirse por de nn pistoletazo en un combate con una completo tu va una idea para sal val' a sns tribu enemiga. Esta familia, al parecCl' tan hijos, la que puso por obra en el instante. desgraciada, era por el contrario una familia Fué esta idea aprovecharse de los ratos en feliz, q ne se dormía en la tiel'l'a para des· que aquellos dormian para ir a escavar con pertal' reunida en el cielo. sus manos el monte de arena que servia de sepultura a la cal'avana, para ver si encontra­ba algunos recursos. Saham con esta idea, que ella creia salva­dora., fl1é feliz por algl1nos momcntos, pues si encontraba agua i víveres para algunos dias, pudiera mui bien suceder q ne pasaran ' por allí algunos viajeros que la recojiesen. Acaso tambien podria fabricarse nna tienda que guardase a sus hijos del calor del sol. La pobre i desolada madre se puso a es­carbal' la tierra con sus manos como un lobo que busca su presa. Inútil intento! la arena tenia por todas partes uu espesor de dos metros. Pobre mujer! veinticuatro horas ántes tan feliz, tan opulenta, i ahora tan desgraciada i tan pobre que no tenia un vaso ele agua ni un pan para sal val' a sus hijos! Pronto sus manos, hechas para ma­nejar el abanico i j ngar con las flores, em­p~ zaron a desangrarse .... sus lindas i 1'osa- Premiador Alá de la tel'llura de aquella madre, hizo que sus lágrimas, fecundando el desierto, hicieran brotar el césped i las plan­tas en algnnos puntos del inmenso arenal, para el alivio de los \'iajeros. Tal es el orí­jen de los oasis.--F.. .P.É.R EZ. LA GORRA EN EL PERIODISMO. En el último siglo i en los últimos años ha hecho el periodismo avances sorprendcntes. Bole­tin del espíritu humano siempre en ebullicion, abre a la vista de todos un cuadro, estenso i va­riado a medida de la civilizacion de cada pueblo. Los libros están destinados para las bibliotecas, para los gábinetes, para las academias, en fin, para. las horas descansadas i libres de cuidados. Los periódicos son nojas volantes entregadas a todos los vientos, para llevar a los otros pueblos, con el vuelo del ferrocarril i del telégrafo, lo que da. de aí el espü'itu de (,l(1,d(1, pueblo, su retrato moral i Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 150 EL MOSAICO. .. .,".,I"\.' •. ,'.,., •. ,.',,'\.(\I".'I".' •. ' •• , ...... , •• ' ... '.h"A. •.•••• 1(11 ••••••••• ,." •• " .......... -..,., ••••••••••••• "--" •• ........... U' •• I •• ' •••• ,.~ •• \&I ... , •• # •••• \I.\.,.'t-., •• ".".' ~.',.',. (~.".1 •. '~ físico, su adelanto o retroceso. El periódico, múl- por los ajen tes de fuera, porque, segun ellos diccnr tiple en su forma por los innnmerables ram9S que nadie quiere suscribirse. Los lectores saben arre­abraza, pero teniendo siempre por objeto la civili- glarse de tal modo que la lectura les salga gl'átis, zacion, está destinado a los campos i a las ciuda- i poco les impol'ta que el empl'esario tenga iuver­des, al nacional i al estranjero, al comerciante i al tido un capital improductiyo; poco importa que artesano, al gobernante í al sacerdote, al literato i el escritor haya empleado largos años de estudio i a la. dama. En los pueblos atrasados i faltos de su tiempo actual sin provecho de ninguna especie. brío, como algunos que pudiéramos citar, no se leen Al llegar el correo, el establecimiento del ajente los periódicos, i si alguno los escribe es estranje- se llena de aficionados' quién toma un periódico, ro. En otros paises un poca mas adelantados i es- quién otro, i enmedio de epigramas í comentarios, piritualas, como el nuestro, la prensa encarrila i, una o dos horas han pasado insensib1es i rápidas. por decirlo así, impone la opinion a los ciudada- como el humo de sus cigarros; los periódicos es­nos_ En los paises donde la libertad se ha dcsa- tán leidos. Quién querrá, pues, suscribirse? Si l'I'ollado completamente; donde el respeto de cada hai en la poblacion unos pocos suscritores, sus pe­hombre i del gobierno a los derechos de los demas riódicos van rodando de mano en mano, miéntI-as hombres es una realidad; en donde casi todos los que los otros quedan oojo el mostrador del ajoentC'f hombres saben leer i comprenden la necesidad de i cuando estén ya en estado de senil' para e-m·tu­un gobierno justo i popular, como en los Estados chos, vuelven al poder del amilanado empresario. Unídos; allí, decimos, la opinion es quien manda que tantas esperanzas tenia fincadas en la opinion i dn, la lei a la pl'ensa. Allí el periodismo es un i paf/riotismo de sus copartidarios. l'eflejo no mas de la opinion pública. En la capital, una parte de los lec tares se da En los Estn,dos Unidos, apénas amn,nece, los pe- tan bien sus trazas, que al fin los lee todos, om en l'iódicos cubren las puertas de las casas i brotando la biblioteca, ora en la peluquería, ora en In, foncla, como por encanta a todas horas, pajo distintos pero sicmpre (le gorra. nombrc-s, con distintas banderas o aspiraciones c1i- Por lo que n, nosotros sucede ordinariamente, yersas, se le ve en el bufete del majistrado, en los juzgamos de Jos demas que teciben periódicos. 1 salones, en los buques, en los feITocal'1'iles, en los es bueno estamparlo en letra de molde,. aunque coches, en las fondas, en Jos billn,res, en las pelu- pn,rezca a algunos exajcrado, i ann cnando los querías, en todas partes. Los hombres mas ocupn,- otros no hagan mayor caso i prosign,n illlperturba­dos hallan un momento para ojear sus columnas e bIes en su gOl'rís.tico sil!fl.ema.. imponerse de In, situacion de su patria i del mundo; El mártes último veniamos dcl despncho €le la¡ los campesinos al llegar el correo dejan el arado i imprenta, con" La Opinion" en la mano, fresca, corren a recibir sus perió.dicos como un alimento húmeda, acabn,da de salir, como a todo buen lec­necesario de sus espíFitns. tor le agrn,da leer sus periódicos. Habiamos en- Es indudable que entre nosotros se leen mucho eendido ademas un buen cigarro, pues así como a los periódicos, i el influjo inmenso que tienen ellos Rousseau le. gustaba dar un bocado i una ojea.{ln, a nadie se atreYeria a disputarlo. El periodismo ha su libro; así nos gusta a nosotros una bocanada derramado en casi todas las ramas de la sociedad de humo í un párrafo. Tres bocanadas en formn. ciertos conocimientos i cierta apreciacion del de- de preludio habiamos dado i ya empezábamos a recho propio, bien que ha estraviado a la par mu- leer:" La paz continúa en los Estados; pero el chos espíritus. Pero si ha sucedido esto último no órden ____ cuando sentimos una muno que nos de-se debe directamentc al periodismo, sino a la mala tenia i que por lo pronto supusimos ser de algull direccion que se le ha dado, a los pocos esfuerzos íntimo amiga, que tal confiauza se tomaba. Pero ue los hombres patriotas para protejer los buenos al alzar los ojos medio distraidos, nos encontra:­periódieos. mos con un personaje, cuya existencia ignorá- Prescindiendo de esto, i dejando a cada cual el bamos, calzado eso SL i con aire de caballero, el derecho de trabajar por las ideas que creyere me- cual sin dirijirnos siquiera la palabra, nos most¡;ó jorcs, pero fijándonos únicamente en la importan- su cigarro, en señal de querer comunicarlo con el 'cia jeneral del periodismo, queremos hacer una re- nuestro. Semejante. descortesía, tan comun en fiexion sobre los obstáculos que cad,t uno presenta, Bogotá, es insufrible para toda persona delicada, para que el periodismo se desarrolle entre nosotros. por cuyo motivo quisimos decirle: En vez de mo- Son dos heehos indudables: 1.0 que cntre n080- lestar usted tan prosaicamente a una persona des­tros hai gusto por la lectura de los periódicos, i conocida ¿ no seria mejor que llevase consigo su 2.° que csto~ tienen graYÍsima influencia sohre la cajilla de fósforos? Pero ni siquiera babria habid(} marcha de la relijion, la política i la literatura, tiempo para dio; pues acto continuo se fijó en el ya que por desgraoia no ha podido estab.lecerse periódico leyendo algunas líneas allá para sO's aden­aun el periodismo industrial i científico. tros, i nos apostrofó en estos térmiuos : Ah r "La 1 bien! supuesto esto, en qué consiste que Opinion!" Con qne usted lee" La Opinion?" Sin abundando los escritores públicos i las imprentas, contestarle siquiera, nos hicimos mentalmente esta no se haya podido establecer toelaYÍa un diario, a otra pregunta. 1 por qué este hombre, que nuucn. no sel' el que rejistra los aetos oficiales de los go- nos ha sido prescntado,se atre,e a detenemos en la bernantes? De aquí depende el que nadie pueda calle, a leer nuestro pcriódico, a dirijirnos In, pa­vivir aquí de su pluma, como en Europa, en los labra, a hacernos preguntas sobre asuntos que nada Estados Unidos, en el Perú i en Chile? De qué lc interesan? 1 seguros de encontrar otros diez im­depende que los mismos empresarios de periódicos portunos como este, eorramos el periódico i lo se­apénas obtengan por su trabajo 10 estricta:nente pultamos así acabado ele nacer, en el bolsillo, COIllO necesario para una oscura exi.stencia? en una tumba. La solucion de este problema se resuelve, con el Llcgando al establecimiento, lo desdoblamos i mote que ha encabezado estas líneas. dimos princil)io de nue1'0: "La paz continúa en Si en un elia de correo nos acercamos al dcspa- los Estados; pero el órdcn __ -- oho de cualquier imprenta, veremos llegar monto- -lIombre!" La Opinion !" grit6nos un gazn{¡­nes ele periódicos atrasados que. han sido devueltos . piro que por In, callc pasn,ba, i sin la menor ccrcUlO- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAIOO. 157 l'Iia, sc acercó a nosotros de un brinco i nos lo qui­tó de las manos. ,Con qué es Garda el redactor de " La Opi­bion"? I tiene talento, no se puede negar! Luego siguió leyeudo en voz baja, miéntras no­sotros que al principio nos habiamos quedado lite­ralmente pasmados de sorpresa por su admirable grosería, volviendo en nosotros mismos, casi le saltábamos al cuello para ahogarlo. -Qué te parece esto? ja ja ja ja! -Pues qué nos ha de parecer, caballero, si no lo hemos leído! Como no era ni queria ser buen entendedor, continuó su lectur a, sin dársele tres caracoles de la r abia que nos brotaba por los ojos. Por fin tiró sobre 1:1 mesa el papel i esclamó con el aire mas filos ófieo: "Este país está decididamente per­dido ! " Volvimos a comenzar: " La paz continúa en los Estados; pcro el órden ___ _ Esta vez no fué uno sino cuatro los que nos in­terrumpieron. -Vamos a ver qué hai de nuevo en la "Opinion." --Oh! Oh! Aquí está tu remitido. '1Yl e alegro que les hayas dado ese ramalazo a los bandidos! Así esclamó uno de los visitantes, dirijiéndose a su compañero. -I no sel'á el último; pucs como te hc dicho, tienen al pueblo en candela. Leelo i verás, es una historia curiosa, replicó el escri tor. 1 su camarada empezó con la mayor flema a ensartar el dich oso remitido, del cual nosotros, enmcdio de la cólera, solo alcanzábamos a oir las palabras bandidos, usurpadores, impudentes. -Si! impudentes! impudentes! dijimos noso­tros, dando curso al sentimiento de rabia i despre­cio que nos dominaba hácia tales gorristas. Pero nuestras palabras, fueron interpretadas tan favo­rablemente, que todos cuatro aplaudieron i conti­nuaron con mas entusiasmo en su lectura i sus comentarios. Iba ya a oscurecer, cuando se des­pidieron tan amables tertulios i nosotros volvimos a comenzar: " La paz reina en los Estados; pero el (n'den ____ Dios del alma! como una aparicion del Tártaro entre la media tinta de la tarde, apareció una de esas cosa13 que aquí llaman criadas. -Que recadito le manda mi señá Susanita que comost.á su mcrcé i que si le hace el ja,or de mandarle el Don Zaico. -Díle que es mi scñm'ita, que no conozco a,l tal Don Zaico. -No mi amo, es el papel de los versitos. -Acabáramos! Es" El Mosaico" ! Sin desdo-rios mensajes sin fruto, los recibimos todos man­chados de grasa i aun de tabaco, de lo cual echa­mos la culpa a la vieja lectora i a la espantajo­mensajera, supuesto que Susanita seria incapaz de tal cosa. Así grasientos i ajados los doblamos i los dirijimos al compadre susodicho, esperando des­quitarnos en la próxima semana, C011 la lectura de los siguientes números. Vana esperanza! Escrito está, quc uno ha de ser el último que lee sus pe­riódicos, si es que los lee alguna vez. Esta historia les pasa a todos i a todos se los oyen las mismas quejas. 1 qué se ha ele hacer pam remediar el lUal ? Los ciudadanos deben conocer el estado de las cuestiones públicas cn su país; deben o];¡servar el jiro de los acon tccimien tos políticos en las princi­pales naciones; deben saber las invenciones con que diariamente se elll'iquece la ciencia; deben, en fin, buscar algun solaz para sus espíritus. Por qué 110 contribuir con ¡tlgo a lograr ese objeto i a me­jorar el periodismo? Solo es justo que gocen del derecho i la lectura grátis del periódico los escritores, ya que no tie­nen remuneracion alguna por su trabajo i sola­mente lo hacen por servir a su causa. EUDORO. A LA SEÑORITA J. G. IJa flor que se abre al asomar la aurora Para exhalar su esencia virjinal, No es tan hermosa como tú, señora, Rejia creacion de mi soñado ideal. Ni la odalisca en el harem cautiva, Pero sultana del sultan allí, Alcanza a ser como la Julia altiva Que comparo tan solo con la hurí. L 6jos, mui léjos del Zipano suelo Existe un valle encantador tambien ; Si tu pudieras dirijir el vuelo Hasta llegar a mi querido Eden; I te sentaras al morir el dia, Baj o el ramaje de la palma real, Para escuchar la tiel'l'la melodía Del mal' que besa mi rejion natal; Si allí te viera, peregrina clama, Absorto no supiera qué pensar, Si eras tú la deidad del Tequendama O la sirena de ese mismo mar. Hermosa .rulia, el desterrado quiso Ofrecerte el acorde que espiró; Si fuera Adltn te diera el paTaíso, Si rei, mi cetro:- nada puedo yo ! blarlo siquiera, tendremos que enviárselo, so pena • de pasar por descorteses i poco galantes. En hora buena! aguantemos! Bogotá, mayo de 1865. EL POETA. C. -Mi señó, Eustaquia le manda decir tambien que es su señor de su corazon i que le mande el otro papel, que es pa ver una nigolojia de mi señá Jiliperta Chacona. -Bueno! Ahí están los dos papeles! 1 entre­gándoselos a 1.: maritornes, nos fuimos a acostar, renegando de los gorristas i sin saber en qué pa­rará la paz de los Estados. Tres di as habian pasado, cuando recibimos car­ta de UD estupendo compadre que nos deparó Dios en la Mesa de Juan Díaz. En ella se quejaba amargamente de que no le hubiésemos env.iado los periódicos; pues en aquella soledad, su úmco con­suelo era leer los periódicos i saber de Santafé. \Tímonos, pues, en la precision de reclamarlos de Susanita i de mi sia Filiberta: despues dc va- Enigma ele toelas las jeneraciones i de toclas las edades, el poeta ha llegado hasta nuestro" dias, sin que sepamos ciertamente si es una verdad o una utopia, si es un bien o un mal para la humanidad. Porque el poeta ha cantado a todos los pode­res i a todas las icleas. Porque el poeta ha sielo hm'eje, fanático, ateo, b\1rlon, serio, creyente, escéptico, lascivo, pu­doroso, filósofo, jugueton ..... j qué sé yo qué mas ! Sobre las pájinas ele la historia, sobre las que­rielas leyendas de los pueblos, sobre los orgn­llol'l nacional es, se ha al:ilado su poderosa YOZ, siempre para aplaudir, siempre para exnjerar Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 158 EL MOSAIOO. todos los sentimientos, i descartarlos del poI va con que la tierra los envolvia a su contacto. Por eso el poeta ha sido alternativamente el óien i el mal; la espada que hiere i el bálsamo que cura; el escal'llio que destroza i el llanto ,que consnela. Ha sido la lava del volean que 111archita a su paso las fiares i delTiba los árboles, para librar a otros mil árbolcs i a otras mil fiares de los sacudimientos de la tierra. Pero el poeta a mas de estas distinciones de tiempo, posee otra mas profunda. Al enaltecer nnestras facnltades, al dar un baño-de dulzll1'a a todo lo que el hombr3 siente i piensa, puede hacer uso ele su imajinacion, o de su corazon. El poeta ele imájenes. El poeta de lágrimas. , He ahí las dos grandes poesías que en todas las épocas se han disputado la victoria. l la voluntad se ha dirijic10 por esas dos sen­das, aprisionada e impotente, como el rio por su cauce. l usando la poesía de l11edio~ superiores, co­mo el alma de que na0en, ha dado tambien' re­sultados 1'uperiores sobre los demas ajentes que inclinan al hombre al malo al bien. El oro, el cálculo, la infiuencia i el dominio, han producido todos los pequeños crímenes i todas las pequeñas heroicidades de la tierra. La poesía .i la elocuencia han hecho nacer lo monstruoso de la barbarie, i lo heróico de la grandeza. , Vel'dad es que muchas veces la poesía, si­guiendo los hechas consmuados,' solo se ha li­mitado a apoyar i sostener un principio cual­quiera. Pero en este mismo caso ha sido su guia i su sosten, su eseudo 'i su coraza. T:l1ubien el poeta; ha sido el cantor constante de las pasiones i del amor. ¿ l cómo no cantal' a la mujer i al amor, cuan­do el esceso de imajinacion i de sentimiento lleva en sí mismo una sensuálídad escitante, una lascivia espi?'itual (permítasenos la frase) i un perfeccionamiento de formas indescriptible? El poeta sin amo l', es el soldado sin armas; la fiar sin riego; la luz sin espacio que ilumine; la hermosura sil1 viela. El amor es su medio, es su camino necesario, es el aroma de sus pensamientos. Su término puede ser diabólico o santo; su mision escéptica o creyen~e; pero sn senda es lo bello, i lo mas bello para el hombre es el amor en toda su estension. Pero con este principio, con esta aplicacio11' necesaria, no conseguiremos sin embargo aclarar ni resolver la uudaqneencabeza nnestro articulo. El amor por sí solo es otra de las claves enig­lmíticas que Dios otorgó a la hnll1::midacl, mién­tras ocupe la tiel'l'a, mansion clásica ele la ignO?'ancict. l no incluimos en ese :1mor, cl amor sublime de J esus, la hermosa fllente de la caridad, el puro manantial de la patria, ni cl tranquilo i • bello goce ele la familia. Hablamos lisa i llanamente del amor sexual. l ese amor sexual, tan concreto, tan definido i tan claro, es a pesar de todo, el que -ha chelo oríjen a tantas magníficas epopeyas, i el que ha servido de guia al poeta en sus varios i contra­dictorios caminos. Homero, poeta de imájenes, canta el amor impetuoso i criminal. Virjilio, el amor griego de las formas, del arte i del clasicismo de la materia. Ariosto el amor ele la edad media. Dante el amor soñado. Goethe, poeta de corazon, el amor delirio. Espl'oDceda el amor perdido. Byron el amor materia qne domina al mundo. l por esas sendas fJ.ue partiendo de un mismo punto, se alejan lentamente unas de otras, Ho­mero i Viljilio llegan a los héroes fabulosos, Ariosto a la caballería- andante, Goethe al es­cepticismo mistificado i científico, Dante a la relijion, Espronceda a la desesperacion, i Byron a la carcajada del desprecio. ¿ Cómo, pues, quereis que os definamos al poeta, restrinjic1o, condensado i preso en versos i estancias, i mucho ménos al poeta libre, que exhala su inspil'acion en un canto, o en una ha­se; en un cuadro, o en una estátua ? El literato, tipo del esclusivo dominio de nuestro siglo, ha sido analizado por muchos es­critores, pero ¿ dónde está el análisis d~l poeta, considerado en sn esencia? ¿ Buscais su forma? Homero es ciego i viejo cuando llena el mundo con sns obras: Byron hermoso, Ariosto altivo, VÍljilio humilde, Es­pronceda c?'apuloso, Goethe brillante. ¿ Buscais sn .cabeza para sujetarla al escalpelo moral de Gall? Las teneis de todas especies i figuras: angulosas, redondeadas, cónicas, pro­longadas, regnlares, monstruosas •.... ¡quién puede decirlo! ¿ lntentais sorprender su mirada? Sn mirada es Sil pensamiento: sus miradas son llUS obras i sus obras se pm'ecen entre sí tanto como la Iliada a don Juan, C.01110 la Divina Comedia al Fausto, como el Orlando al Diablo-mundo. En resúmen el poeta es el 'pcmelemoniun)' el algo que está en la atmósfera, que se encarna doqniera, que brilla, que arrastra un mOmento a la humanidad i que desaparece en seguida, para ,volver de nuevo en otra jenm'acion i en otro siglo, vestido con otro traje i armado con otra idea. Los héroes de Homero serian hoi bandidos i el Adan de Espronceela, en la edad media, un fantasma digno ele la hoguera. El poeta es su siglo embellecido; si su siglo es el crímen, será el crimeu grande i hasta her­maso; si su siglo es la virtud, será la virtuc1 de los ánj eles . . ¿ Porqué arrojais sobre su frente la maldicion o las bendiciones que os inspiran sus obras? Sus cantos son una historia viva, como las piedras son una historÍ::!; muerta. l al ver el perfil de sus "iluetas en el cuadro de los siglos, les hallareis por único delito ha­ber pensado o llorado mas que sus contem­poráneos. El poeta ha (le ser tambien el- hombre C011 sus pasiones i defectos; i en el hombre tarde o temprano se infiltran las pasiones del siglo que le bautiz6. Alma o materia, canta porque Dios le conce­dió un rayo de luz para que ilnminase las iute­lijeneias, como mandó al sol un soplo ele fuego para que alumbrase. Canta porque no pueele permanecer silencio­so, porque es su deber i sn destino, i porque le guia una mano olllnipotente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOBAICO. 15ü \'"'',,''' 1f~ 4 "4'~," .'~.4 '.,'" "" jI .'0". "" •• ',', •••••• ," " '. I O,, ~, 00 '.,. "'. j'. f" 10, •• , O',. "., •• ••• , •• jO•• •••• lo' lO 10. "0", '"" •••• "" •• " •• ,1'.", ",,',." f".' ••••• "0"" t" 'O •••• , •• tI ., •• ,~ 1 cuando su voz ha perdido la fuerza, cuanelo el eco ha llegado hasta el fondo de las cabezas o de los corazones, el poeta se disipa para que otra voz fresca i lozana yeng::t a reemplazar a la suya, i a cumplir su destino en otro siglo i en otra jel1eraciol1. Ese es el poeta en la llistoria i en I1llestro siglo: 110 es el hombre bueno ni malo; es el hombre simplemente. Pero ¿ i ese poeta soñado (me direis), todo amor, mezcla indefinible de todas las poesías, amalgama confusa ele las bellezas de la huma­nidan, i ál1jel sin mancha ni defecto? Ah ! ese poeta solo existe en nosotros: bus­cadle en vnestra imajinacion i en vuestros de­seos, como bnscais en ellos una socie,-ad mas perfeccionada. Si lo concebis, mi c1escripcion os parecerá pálida i débil; si nunca le habeis soñado, j pa~a qué exijís de mí otro sneño mas! --_ .. -+-.~. - - - A LA SEl\'OIU'l'A EUJENU BELLINI EN LA LEONOR DEL TROVADOR. Bella Leonor, tu virjinal acento Deja el rumo,' de dulce melodía, Que ajita el alma, como el manso viento La mustia palma al declinar el dia. Garza divina que amorosa jime 1 el ala inclina al ver su trovador Oiego dudar de la pasion sublime Que ha de acabar a la infeliz Leonor. Oisne del Adda que su vuelo posa En mi apartada i oriental rejion, Para exhalar su cántico armonioso O sollozar con triste diapason. Al oir tu canto se disipa el alma, Oual íris bello en adormido mltr; 1 en nuestro seno la perdida calma. Deseara en vano, mísero, encontral". Todo lo olvida la memoria mia; Llt vida misma de proscrito aquí. Hasta el dolor que toca en agonía De un amor desdichado para mí. Bogotá, mayo de 1865. C. ---"'-+-.. -- INES DE LAS SIERRAS, (Continuacion.) Encendimos cnatro antorchas, i nos meti­mos en la escalera principal, al traves de los escombros que la obstruian pOí' todas partes; Bascara iba en medio de Sergy i Boutraix, que le alentaban con su palabra i con su ejem­plo, haciendo ceder el miedo a la vanida<;l, tan poderosa en una alma española. Oonfe­saré que aquella incnrsion sin peligros teni~ sinembargo algo de aventurera i de fant~s­tica que lisonjeaba secretamente mi imajina­cion, i puedo añadir que presentaba dificul­tades propias para escitar nuestro ardor. Una parte de las paredes habia caido i formado en veinte puntos diferentes otras tantas ba­rricadas accidentales que era preciso desviar o salvar. Tablas, vigas, postes enteros, cai­dos de las partes superiores del enmaderad.o, se cruzaban i se entrelazaban en todos sen­tidos sobre las gradas rotas euyas astillas angulosas se erizaban bajo nuestros piés. Las antiguas ventanas que habian dado luz al vestíbulo' i a las gl'ac1as habian oaido hacia largo tiempo, arrancadas por los huraca­nes, i 1;:osotros no reconociarno sus vestijios sino por el ruido de los vidrios rotos que la zuela de nnestras botas hacia crujir. Uu viento impetuoso, cargado de nieve, so iu­trod ncia con horribles silbidos por el h lleco que ellas habian dejado cayendo de un golpe uno o dos siglos ántes; i la vojetacion salvaje cuyas semillas habia al'l'oj ado allí la tempes­tad, añadia algo a los embarazos de aquel tránsito i al h orror de aquel aspecto. Yo pensaba, sin decirlo, que el corazon de un soldado iri~ con un ímpetu mas fácil i natu­ral al ataqne de un reducto o al asalto de una fortaleza que allí. Llegamos por fin al descanso del primer piso, i nos detuvimos un instante para tomar aliento. A nuestra izquierda se abria un corredor largo, estrecho i oscuro, cnyas tinieblas no pudieron disipar nuestras antorchas hacina­das a la entrada. Delante de nosotros estaba la puerta de las habitaciones, o mas bien, ha­bia estado, Esta nueva invasion no nos dió mas trabajo que el de entrar, con la antor­cha en la mano, en una sala cuadrada, que habia debido recibir a los hombres de armas. Al ménos. así lo j llzgamos nosotros por dos filas de banquetas destrozadas que la guar­necian por todos cuatro costados, i por 'álgu­nos trofeos de armas comunes medio carco­midos por el orín, que colgaban aún de sus paredes. La aotravesamos haciendo rodal' con nuestros piés cnatro o cinco astas de lanza i otros tantos cañones de escopeta. Da.ba en­trada esta sala por Uila esquina a una galería mucho mas larga, pero de una anchura me­diana, en cuyo lado derecho habia unas ven­tanas vacías como las de la escalera, i donde se columpiaban todavía los restos de una j am ba podrida. El piso de esta parte del edificio estaba tan deteriorado por la in­flu encia de la atmósfera i por la caida de la lluvia, que abandonaba todos sus empates, i no prolongaba bácia la pared esteríor sino una franja delgada i destrozada. En esta díreccion se le sen tia doblegarse i volverse a levantar con una elasticidad sospechosa, i el pié se comprometia allí como so'bre un polvo contacto que no necesita nad.a para ceder. De espacio en espacio, las partes mé­nos sólidas comenzaban a desmoronarse de­jando huecos anchos i carrichosos quo la marcha de un curioso mas temerario qne.yo no habria sondeado impunemen te. Yo arras­tré brnscamente a mis camaradas hácia la pared de h. izquierda, donde el paso parecia ménos aventu\·ado. ~sta estaba cuhi'erta de . cuadros. -Tan cierto como que no hai Dios, estos son cuadros, dijo Boutraix. ¿ El borracho que enjendró a a.quel necio del arriero. ven­dria realmente hasta aquí? -No! le respon,dió Sergy con una risa un poco amarga,. Se durmió sobre el' dintel de la iglesia de Mattaró, ;porq,ne el vino que habia bebido le impidio ir mas léjos. -N o te pido tn opinioll, replicó 130utraix Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 160 EL MOSAICO. /U·\_·\.· •• • ••• • .• ·.I •• ".',., •• , •• ¡·.'.\', •.• \ .. \I'I .• 1.' •• '1.' •• ' ••••• , •••.•••••••• ' •.••••••••• , •. , ••••• , .••.••.•..•.••.••.•••••• '" .•• \ ••••••• , ........ ,.) ••• , ••• •••••. , ••••.••.•• \, ••••••• 1 •••••••••••• '1; clavando su anteojo sobre los cuadros dislo­cados i polvorosos que tapizaban la pared en líneas d~iguales, bajo una mnltitnd de ángulos capl'icllOSOS, pero sin que se enC011- trase uno solo que no se alej ara mas o 111é­nos de la perpendicular. Son cuadros en efecto i retratos si no me engaí'ío. Toda la familia de Las Sierras ha habitado en esta ladronera. Semej an tes vestij ios del arte el e los siglos remotos habrian podido fijar nuestra aten­cion en otras circunstancias, pero estábamos demasiado U1jidos para asegurar a nuestra pequeña caravana un albergue seguro i có­modo para emplear mucho tiempo en el exámen de esas telas rotas que habian casi desaparecido bajo el barniz húmedo i negro de los añ.os. Sjnembargo; al llegar a los úl­timos cuadros, Sergy acercó a él sn luz con cmocion, i agarrándome vi vamen te por el brazo: -Mira, mira, esclamó, este caballero de mirada sombría, cuya frente está sombreada por un penacho rojo: i este debe ser el mis­mo Ghismondo ! Ve cómo el pintor ha es­presado maravillosamente en esas facciones jóvenes aún _ el abandono de la voluptuosi­dad i las zozobras del crímen. i i Es una cosa triste ele ver! . -El retrato qne sigue te indemnizará, respondí sonriendo a sn hipótesis. Es el de una mujer, i si estnviese mejol' conservado, o·mas próximo a nUDstros ojos,'te extasiarias a la vista de los encantos de 1nes de Las Sierras, porgue se puede suponer tambien q ne es ella. Lo q ne se distingue es ya a pro­pósito para producir una viva impresiono i Ouánta elegancia en ese talle esbelto! i Qué atracti vq tan seductor en esa actitud! i Qué brazo i qué mano tan perfectamente mode­lados! i ·Ouántas bellezas prometen en el conjunto que se nos escapa! i Así debia ser lues! -Así era, respondió Sergy arrastrándome hácia él, porque bajo este punto de vista acabo de encontrar sus ojos. Oh! jamas ha hablado al alma una espresion mas apasio­nada! Nunca la vida ha salido mas viva de báj o el pincelf" 1 si q ni eres segnir esta indi­eacion bajo las costras del lienzo hasta el dulce contorno con que la mejilla se redon­dea alrededor de esa boca encantadora; si comprendes como yo el movimiento de ese labio un poco desdeñaso, pero donde se sien­te respirar toda la embriaguez del amor .... -Me formaria una idea imperfecta, con­tinué friamente, de lo que podia ser una mujer linda de la corte de Oárlos-Quinto. -De la eOl'te de Oárlos-Ql1into, dijo Ser­gy bajando la cabeza. i Es verdad! . -Aguardad, aguardad, dijo BOlüraix, a a quien su alta talla permitia alcanzar con la mano hasta el earton gótjco con que.es­taba adornada la varilla inferior del marco, i que acababa de frotarlo muchas veces con su pañnelo, hai aquí un nombre escrito en aleman, O e11 hebreo, si 110 es en sirinco o e11 bajo breton: pero i el diablo que l@ descifre! Yo intentaria mas bien esplicar el Alcoran. Scrgy dió un Rrito de entusiasmo. -lues de Las Sierras! Ines de las Sierras! repitió apretándome la mano con una espe­cie de frenesÍ. Leed ahora! -lws de las Sierras, repuse yo: está bien; i estas tres montaüas verdes en campo elora­Jo, deLian ser los Llasonos de su familia. Parece que aquella infortunada ha existido realmente i que habitaba este castillo. Pero es tiempo de buscar un asilo para nosotros mismos. B N o estais dispuestos a penetrar mas allá? '-i A mí, señores, a mí! gritó Boutraix, que nos habia precedido algunos pasos. lIé aquí un salon de compaüía gue no nos hará sp.spirar por las calles húmedas de 1vIattaró ; un alojamiento digno de un príncipe o de un intendente militar. El señor Ohismondo amaba sus comodidades, i la distribucion de la habitacion no deja nada que desear. Oh! soberbio cuerpo de guardia! Esta pieza inmensa estaba, en efecto, me­jor conservada que lo demas. El fondo solo recibia la luz de dos ventanas mui estrechas que, a favor de sn disposicion, se habian preservado de las degradaciones comunes a todo el edificio. Sus tapicerías de cuoro gra­bado i' sus grandes sillas a la antigua tenian yo no sé qué aire de magnificencia, que su vejez hacia aun mas imponente. La chime­nea. de proporciones colosales, que abria sus anehos huecos en la pared de la izquierda, parecia haber sielo construida para veladas de jilYantes, i las maderas de demo-licion, es­parcidas en la escalera, nos habrian suminis­trado un fuego regocijador durante centena­res de noches semejantes a la que iba a tras­currir. Una mesa redonda, que no distaba de la chimenea sino algunos piés, nos recor­dó involuntariamente los festines impíos de Ghismondo, i convendré de buena gana en que no la miré sin Un poco de sobresalto. Necesitamos muchos viajes, ya para pro­veernos de la leña necesaria, ya para tras­portar nnestros víveres i luego nuestras ma­letas, cnya economía podia haber sido se­riamente comprometida por la inundacion fluvial del dia. Todo se encontró felizmente sano i salvo, i aun los avíos de la compañía de Bascara, estcndidos sobre los espaldares de las sillas delante del hogar encendido, brillaron a ·nuestros ojos con ese lustre fac­ticio i esa frescmta anticuada que les presta el brillo impostor de los quinqués. Es cierto que el comedor de Ghismondo, alumbrado ontónces por diez antorchas encendidas há­bilmente acomodadas en diez candelabros viejos, estaba ci81tamente mejor iluminado que lo estuvo nunca, en tiempo de que se haga memoria, el teatro de una peqneTIa ciudad de Oataluña. (Con tinuará.) IlIIPREN'fA DE " EL lIIüSAICO."
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año IV N. 20

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El Mosaico - Año III N. 10

Por: | Fecha: 19/03/1864

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El MOSAICOoo A.ÑO III. Bogotá, sáiuulo 19 ele lual'ZO qle 1818,.. NUM. 10. LA CRUZ DE HERNy-Carta VIII al seflor principe de Monbert. 73 A CUILE, con motivo del incendio del templo de la Compañia- Poesía por José Joaquin Ortiz ........... .............. .. ... ...... ......... 75 EL IIulIrILLADE llo,por S. A ........... .... ............................. .. .... 77 EL 'PASO DEL RUDICON o MIS TREINTa 1 CINCO -Poesía por J. M. Samper .. . ................ .. .................................................... 78 PLAN lRS"SRAL de la prJblacion de la ciudad de Popayan ........... 80 ... u (!Jlli\lJ:Z 1ID3 J!l]J~!ii, VIII ~l[ ~eñor prillCípe be ~onllcrt, CA [¡LE DE SANTO DOMINGO, Paris. Richep0l't, mayo 31 de 18 .... Abora que sois una especie de Amadis de Gau la, haciendo cabriolas sobre la Roca-Pobre, en señal de amorosa desesperacion, probablemente habeis olvi­dado, mi querido Rojerio, mi encuentro en el feno­carril con una g1'iseta ideal que me salvó de los horrores del hambre, compartiendo conmigo jeuero­samente un cartucbo de confites. Sin este socorro inesperado, me h abria visto reducido, como muchos náufragos célebres, a alimentarme con los botones de mi chaleco i el cordon de mi reloj. Para un hombre tan ocupado de su dolor como vos, la noti­cia del fallecimiento de un amigo muerto de hfl1ubre en la isla desierta de una estacion de fél'l'ocarril, habria sido de mui mediana importancia; pero yo que no estoi enamorado de ni!lguna Irene de Cha­teaudun, h e g uardado uu recuerdo mui agradable de aquella escena enternecedora, traducida de la Eneida en prosa moderna í fiul1iliar. Como mi beldad, que es de un órden infinitamente ménos encumbrado que la vuestra, vive en casa de la administradora de correos, be escrito inmediata· mente varias cartas fabulosas a per~onas problemá­ticas, de paises que no existe n i están deSignados en el mapa solo con puntos inter rumpidos. La señora Taverneau ha acabado por concebir 'gran estimacion por un jóven que tenia relaciones en tierras entrevistas, en 1821, en el polo antártico, i en 1819 en el polo ártico, i me ha in vitado a una tertulia musical i danzante, cuyo principal adorno debia ser yo. Jamas invitacion alguna para un baile esclusivo, en una casa inaccesible, procuró a una mujer de dudoso pasado o posicion sospechosa, el placer que me ha causado la frase humildemente enredada en que la señora Taverneau me ha dicho que no se atrevia a esperar, pero que se complacería mucbo si .... Aparte de la dicha de ver a la señora Luisa Gue­rin (este es el nombre de la encantadora mujer) me proponia tener una diversion enteramente nueva para mí: la de estudiar a ciudadanos (bow'geois) risueños i en la libre tontería de la intimidad. Nunca he vivido siuo con la aristocracia i la canalla ; solo arri­ba i abajo se encuentra la ausencia de pretensiones: arriba, porque estas están satisfechas; abajo, porque son francamente irrealizables. Con escepcion de los poetas, nadie se siente realmente desgraciado por no poder il' a las estrellas. La posiciou intermedia es la mas falsa. Creí qu~ llegaria mui temprano para tener tiempo de hablal' con Luisa, pero el círculo estaba ya com­pleto; todo el mundo habia llegado primero que yo. La cosa pasaba en una gran pieza mazorral, g lo­riosamente calificada de sala, a donde la criada no entra sino dejando en la puerta sus zapatos, como un turco en una mezquita, i que no se abre sino en oca­siones solemnes. Como es dudoso que hayais puesto nunca el pié en una habitacion semejante, os voi a ha­cer, a imitacion del mas fecundo de nuestros novelistas (quién ~ direis; hoi todos son fecundos), una descrip­cion detallada de la sala de la señora Taverneau. Dos ventanas vestidas de calicó rojo, realzado con adornos negros complicados con palitroques, clavos romanos i toda clase de utensilios de cobre estam­pado, alumbran aquel santuario i hacen gozar de uoa vista mui alegre, segun dicen los campecbanos: la vista de la gran carretera polvosa, ruidosa i ori­llada por olmos enclenques siempre cubiertos de polvo, con su vaiven de dilij enc:as que pasan haciendo temblar la casa desde abajo basta arriba, de carros de carga llenos de felTeterÍ¡: retumbante, imanadas de cerdos gruñendo bajo el látigo del conductor. El pavimento está barnizado de un color rojo chillon que tiene un brillo insoportable, i se parece a la delantera de una tienda de mercader de vinos recientemente pintada; las paredes se esconden de tras de uno de esos horribles papeles de pacotilla pintorreados con ramajes exorbitantes, que los pro­pietarios llaman aterciopelados i que conservan tan relijiosamente el vello i el polvo. En todo al derredol' de la pieza campea algun mueble de caoba propio para hacer maldecir el descubrimiento de la América, forrado con un paño sanguinolento en que están im­presos en negro asuntos sacados de las fábulas de La Fontaine. I al decir asuntos, adulo bajamente la suntuosidad de la señora Tavernean; siempre es el mismo asunto repetido indefinidamente : la Zorra i la Cigüeña. Qué voluptu oso es sentarse sob re un pico de cigüeña! Delante de cada poltrona se ostenta un pedazo de alfombra para economizar los esplen­dores del pavimento, de manera que los campechanos sentados tienen vagas semejanzas con las botellas i garrafas que se colocan sobre rodetes de moaré me­tálico, en un banquete ofrecido a un diputado por sus electores reconocidos. La chimenea está adornada de un péndulo de gusto atrozmente trovado1', que representa al templa­rio Bois-Guilbert levantando a una Rebeca dorada sobre un caballo plateado. A derecha e izquierda de ese odioso péndulo están colocados dos candeleros de plaqué debajo de globos de vidrio. Estas magnificencias son objeto de la secreta en­vidia de mas ele una ama de cilsa de Puente-del-Arco, i la criada misl11a no las limpiil sino temblando. No hao!o de algunos perritos de hilo de vidrio, ele un pequeño San J l1an de pasta de azúcar, dé un N apo­leon de chocolate, de una tabe1'na recargada de loza comun i pomposamente instalada sobre una mesa redonda, ele grabados que representan Jos Adioses de Fontainebleau, Recue1'dos i pesa1'es, la Familia del ma1'ino, los Cq,zaclo1'citos fw·tivos i otras vulga­ridades del mismo jénero. éConcebis algo parecido? Jamas he podido ?ompl'ender este amor a lo comlln i feo. Concibo que no todo el mundo tenga por aloja­mientos Alhambl'éls, Louvl'es i Pal'tenones; pero es Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 74 EL MOSAICO. siempre tan fácil no tener pénuulo, dejar las paredes desnudas i privarse de estampas litográficas de Mau­rin o antigülldades de J azet! Las personas que llenaban el salou me parecian, a fu erza de vulg:uidad, las IDas estrañas del mundo j tenian modos de hablar increibles, i se e~presaban en estilo florido, como el difunto Prlldhomme, disCÍ­pulo de Brard i Saint-Omer. Sus cabezas, desplega­das sobre sus corbatas blancas i sus jiganteseos cuellos de camisa, hacian pensar en ciertos fi'utos de la fami­lia de las cueurbitáceas. Algunos hombres se aseme­jan a animales: al leon, al caballo o a·l asno; pero estos, en !'igor de verdad, tenian un aire aún m~s vejetal que bestial. Nada diré de las mujeres, pues me he propuesto no poner jamas en ridículo a este sexo encantador. En medio de aquellas legumbres humanas, Luisa producia el efecto de una rosa en un surco de repollos. Vestia un sencillo traje blanco ajustado al talle con una cinta azul; sus eabellos, separados en dos anchas madejas, servian armoniosamente de marco '3 su frente pura. U na gl'uesa trenza se torcia detra& de su nuca, cubierta de cabellos sueltos i !:ln vello de durazno. Una cuácara nada habria podido criticar de esa apostura, que hacia parecer completamente ridículos i burlescos los harseses i los ¡¡Ipmeros de tartana de las otras mujeres j era imposible estar de mejor gusto. Yo habia temido que mi infanta se aprovechase de la ocasion para desplegar alguu to­eado escesivo i pretensioso comprado en reventa. Ese pobre traje de muselina que jamas ha visto la India, i que probablemente ha hecho ella misma, me ha conmovido i seducido j los adornos nada me intere­san. He tenido por querida una jitana granadina que tenia por todo vestido unas chinelas azules i un eollar de granos de ámbar j pero nada me disgusta eomo un forro mal cortado i de color hostil. Corno los dandis campechanos preferían mui vi­siblemente sobre la jóven i delgada pensionaria de la señora Taverneau a las poderosas eomadres de yostro rubicundo i corto pescuezo circundado de cadenas de oro de varios c0rdones, tuve la libertad de couversar con aquella, al traves de las romanzas ida hasta el emparrado que la termina. Me sen tia tan dichoso de no ver al templario Bois­Guilbert alzando a Rebeca, i los candeleros debajo de vidrio, que encontré acentos conmovidos i de per­suasi ·va elocuencia. Luisa pareda mui turbada; adi­viné bajo la blancUl'a de su corpiño, la a~tacion de su seno i las palpitaciones de su corazon ; Sil voz de timbre tan pu·ro, parecia haber cambiado de acento. i no me respondia sino como despertándo~e sobre­saltada de un sueño. é No son estos, os pregunto, en todos los paises del mundo que habeis reconido, los· síntomas del amor naciente? Le tomé la mano, i estaba húmeda i fi'ia, SUave como la pulpa de una flor de magnolia; i me pare­eió sentir que sus dedos respondian con una débil presioll a la mia. Estoi encantado de que esta escena haya pasado al rayo de la Tuna, bajo las acacias d~ nevosos tirsos; porque me gusta dar a mis recuerdos de amor un marco poético. Me seria desagradable pensar en un lindo perfil desprendiéndose de un fondo de papel con rosetas amarillas, o en una declaracion de amor acompañada por la gmcia de Dios, representada en lontananza. Mi primera entrevista con Luisa algo significativa, tendrá como llamamiento en mi me­mOria un rayo de luna, un olor de lirio i la nota de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAISO. 75 íll1t:!..!!!!);;!:¡¡D, Muí rara será la colonia española que no ofrcz('a a la clll'iosidad tltl natul'ales i estranjeros algun mo­numento, algun vestljio verdadero o supuesto, de los primeros establecimientos de los conquistadores. En la Habana se conservaba con relijioso respeto la ceiba corpulenta bajo la cual el confesor de Colon celebr6 misa pOI' la primera vez en este uevo Mundo. En Santo Domillgo se señalaba cl sitio en donde los aventureros levantaron un fuerte para de­fenJerse de los indios miéntras Colon tornaba a Es­paña cargado de presentes maravillosos para Isabel. En Lima mllestran la ('.lIsa de Piz>1rro, i en Sanliflgo la de Valdivill, como si positivamente aquellos espa­dones de la época hubiesen fabricado para su lllO­rada esas tri st~s pocilgas. Bogotá, digamos mejor, Santafé, consiguiente con su denominacíon, con sus pretensiones, con SlJS mar­cadas costumbres piadosas, exhibe, como monu­mento glorioso de su fundacion, la ermita cuyo nombre tomamos para este artículo. Es una tradicion, la mas snbida i difundida, de que nquella capilla fué edificada espresnmente para que tuviese en ella lugar la celeb1'<\Cion de la misa que por primera vez en estas rejiones se ofreci6 al Señor en ha.:imiento de gracias. Tenemos a la vista un escrito antiguo en el que, despues de nnrrar desde su plillcipio la empresa de la conquista de estas partes, toca en la fundacion de esta ciudad. "Quezada, dice, habiendo llegado por el año de 1538 i esplorado la tierra pareciéndole mas nmeno pais estns senanías i susaO'uas, fund6 esta ciudad, con doce casas de paja i una E1'mitaen donde se celebró la p1'hnem misa, i segun S~t tmdicion fué el dia de la T1'asfig~t1'acion de nuestro Seño1', que se cuentan 6 de agosto del dicho año de 1538." En aquel escrito se dice tambi en que cuando Que­z'Ida regres6 de España, en julio de 1540, empez6 a funda r la ciudad de casas de teja, con su igl esia ca­tedral, parroquins i couventos, "permflneciendo di­cha Ennita en la plazuela de Señor San Francisco con nombre de capilla del Elumilladero, en donde desde sus primeros años se ha celebrado i celebra en hacimiento de gracias i memoria de día tan cele­brado de su conquista i fundacion al nombre de Señor San Salvado1· . ... " Hemos copiado estas líneas para que se note lo a rraigada que está la t radicion en punto a la anti­güedad i celebridad de que goza el Humill adero. Esa tradicion es la que ha llevado a nuestro amigo Guarin a interpelamos si positivamente en aquella iglesia se dijo misa por primera vez. Es seguro que nuestro amigo Guarin,como nosotros, se haya perdido en gral'es i solemnes cavilaciones nI contemplar aquelrelijioso lllonumento. Su misma interpelacion nos convida a que así lo juzgllemos. 1 ademas, desde el oscuro habitante de esta ciudad, basta el opulento i el fil6sofo t c6mo es posible que al pasar por delante de aquel humilde santuario, no se haya sentido subyugado por el embeleso con que se reviste una obra sobre la cual pesan trescientos años? t C6mo es posible que no se le hayan ocu­n ido a su Illanera pensamientos que lo trasporten a otras edades? i Allí está! Sus menguadas dimensiones, la fo rma, los materiales, hasta su ubicacion en el estremo norte de una plaza regular, indicio de respeto coutra las usurpaciones del comun ; todo parece que evoca la imponente majestnd de su oríjen . Ent6nces la mente finje que el conquistador, no bien senta ra el pié en este suelo, cuando se ent regara con a rdor a levantar ese oratorio en donde poder elevar sus votos al Stlñor. Se illlajina uno estar viendo c6mo, de entre esos cuatrocientos inl'asores, habria carpinteros i albnñiles quC', dejando a un lado la espada, se pusie­sen a la obra, teniendo qne procurárselo todo. ¡Luego tambien allí los míseros indios, señores ayer, esclavos hoi, helos condenados a una labor para ellos desco­nocida, leva ntando un altar al Dios que venia a desalojar al di o~ de sus padres! J3ien quisiéramos nosotros mantener estas idens, que tan ta ven eracion inspiran ácia nquel monumento de los primeros pasos de la civilizacion cristiana, por entre las tribus paganas. Sinembargo, al tratal'noso­tros de esclarecer el oríjen del Ifumilladero, creemos que en nada habrá de desmerecer de su importancia monumental. Los datos de que valIl os a valernos no son ménos venerabl es i fantásticos. POI' lo mismo que constan de cierto proceso, i que hasta boi no han sido publi­cados, nos bn parecido que debíamos preservarlos del olvido, ántes que vu elvan a la oscuridad de donde los bemos sacado. Suplicamos al lector que si no lo ha por enojo, se sirva leer el nrtículo que titula "un pleito en el siglo XVI," publicado en "El Mosaico" de 3 de diciembre de 1859. P ero si no quisiere, por rnzolles que nos guardamos de decir, tendremos que repelir aquí que en la solemnidad del miércoles santo del año de 1543, el Cabildo celebraba una sesion presidida por el adelantndo Alonzo Luis de Lugo. En dicha sesion el capitnn Juan Muñoz de Collántes, en voz de los cofrades de la Veracl'll7-, pidi6 un solar parn edificar un ~Hltrnilladero i otras obrns pias. Obtenida la mer­ced, medido el terreno, la cofradía tom6 luego pose­sion de este, "i se edific6 un Hmnilladel'o en un cabo de dicho pedazo de tiena." Esta relacion consta del libelo de demanda que la cofradía present6 a la A udiencia el 20 de setiem­bre de 1554, pretenlliendo I'echaznr las intrusiones de los que estaban poblando en los solares contiguos. En este pleito aparece como testigo el capitan Muñoz de Collántes. El 18 de enero de 1555 se le hacia la siguiente pregunta: "Item si snbel1 que Joan Muñoz de Collantes ma­yordomo de la dicha cofradía pidi6 puede haber diez o once años poco mas o ménos al adelantado Alonzo Luis de Lugo el dicho solar que está en el mercado de la plaza allende el rio de esta ciudad para que se hiciese un JIurnitladel'o donde estuviese una cruz i otras obras pias i para edificar en él una capilla i ermi ta que tuviese su conal grande i su sitio" . . •• La respuesta tiene todas las conJiciones de un tes­timonio, sobre todo hist6rico. H ela aquí: "Quc cste testigo es el capitan Joan Muñoz de Colláutes que la pregunta dice i sabe que es verdad lo en la pregu nta contenido porque este testigo es quien pidi6 el dicho solar i pedazo de tierra nI dicho adelantado para la dicha cofradía i en su nombre i el dicho adelantado hizo merced del a la dicha co­frndía para el efecto c¡ue la pregunta dice, i así este testigo hizo hacer lue,r¡o ~tn lIurn~lladero en el dicho solar i tom6 la posesion del i se acabó pal'a eljuéves santo primero de aquel año." . .•• En confirmacion de que este tostigo declaraba con toda la seguridad que inspira la conciencia de un hecho propio, debemos observar que su testimonio fué sometido a la pregunta que le hizo el contradic­tor. El Collántes, por setiembre del mismo a-o, sos­tenia que como el primero en la cofradía desde su fundacion, habia pedido el terreno, i luego habia hecho un Humilladero. Todavía mas, en COlTobora­cion de que lo que él declaró era la verdad, se ratio Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 78 EL MOSAICO. ficaba agregando: " i por cuanto como dicho tiene ha dicho otras tres o cuatro vezes su dicho en este caso por la una parte i por la otra i podria ser por haber tanto tiempo discrepase en alguna cosa en alguno de ullos, que protesta no le pare perjuicio si en algo discrepare i que esto i aquello se entienda sel' todo ~¡no" ...• En vista de esta aseveracion in tachable nos se rá permitido remontal' la antigüedad del Humil1adel'o a los años de 1544 a 46, atendido aqu el en que su f undador Collántes obtuvo el terreno, i el tiempo que prudentemente debiaemplellrse en su edificacion. Con esto seguiremos lo que ademas asienta el R. P . Zamora. Este historiador, conciso, elocuente i minucioso, conocedor de todo cuanto toca a la fun­dacio n i adelantamiento de esta ciudad, ora por ve_o rídicas tradiciones, ora por documentos públicos, i si se quiere como natuml de ella, dice que" Este Orato­rio del Humilladel'o, que eslá enfrente de la iglesia de la Veracrl1l1, cofradía que seJund6 el año de 1546, por eso la cofradía mas antigua de esta ciudad, per­manece llasta hni en memoria de que en ella decian misa nuestros relijiosos, i se les enseñaba la doctrina a la multitud de indios que acudian a sus mercados." Es mui notable que el Ilustdsimo sei'íol' Piedl'a­hita, en su historia de la conquista, no haya hecho mencion especial del Humilladero. No podemos su­poner que no se hallase bien informado sobre el odjen de esl~ asilo sagrado, puesto que trae una descripciou bien minuciosa de SantaJé, en la que cita las i¡¡llumerabl es capillas que lo decoraban. Bien pu­do ser que el Humilladero no hubiese adquirido, por aquel entónces, la celebridad que la mano del tiempo graba sobre monumentos que al fundarlos no se con­tara con que alcanzarian a remotas edades. Nos inclinamos mas bien a pensar que esto último fué lo que movió al señor Piedrahita a no parar mientes acerca del célebre santuario. Porque no estimamos posible que este historiador ignorase que su bisabuelo Juan Muñoz de Collántes, fué, a no dudarlo, el que promovió i costeó aquel edificio, que testifica la fe relijiosa de aquel atrevido capitan de las hu estes de Benalcázar. El Humilladero en su primitiva planta era un edificio cuadrado que apénas media di ez val'lls i veiil­te pulgadas, El observador puede mui bien compro­barlo con solo repasar las evidentes señales que se Dotan allí donde se ve lo agregado ácia la torrecilla, la sacristía i a la parte posterior, N osotros podemos determinar la época en que se acometió esa refaccion, que no tememos llamar una insigne profanflcion, Los datos que tenemos a la vista, i a los que nos- hemos refe rido, son evidentes, auténti­cos, Ellos nos suministran lo que pasamos a decir. Ahora ciento cincuenta i seis años existia en esta ciudad el hermano Jiues de Várgas, beato profeso de la Tercera Orden de San Francisco. Amen de las buenas prendas que lo distinguieran, sabernos que tenia una gran dedicacion a venerar i festejar el dia de San Salvador. Animába lo tambien que el Hu­milladero fué fabricado con el determinado fin de celebrar en su recinto la misa que por la vez primera se dijo en esta tier ra . El hermano Várgas halló en mala hora que el edificio amenazaba ruina i se dió al empeño de repararlo. Sospechamos que en este empeño no dejaria de entrar por mucho la vanidad española, segun que el hermano Várgas se esplayó en una disertacion un tanto disparatada, acerca del dia en que se echaron los fundamentos de esta ciu­dad; i deducia de ahí el deber de preservar el mo­numento glorioso de la conquista. Aquel ardoroso beato tentó primero con el Cabildo para ver si lo movia a acometer con la obra de reparacion de la pobre capilla. El Cabildo aió de mano a la preten­sion, refujiándose en esa eterna disculpa, que ba llegado hasta nuestros dias, a saber, de que sus rentas no le alcanzabnn para gastos que probablemente lIamaria de supcrerogacion. Pero el hermano Vár­gas, poseido de su idea, de que contaba con algunas conveniencias, i confiaua en las limosnas de los fieles, echó por el camino mas seguro. Gobemaba este reino el seño r J eneral de la artillería don Diego de Cónlova Lnsso ele la Vega, que por lo sabido seria homure de gran celo i cristiandad, como entónces se decia, grave i ("jemplar en sus costumbres. El fervoroso t6l'cero elevó su pretension al Presidente Gobernador, quien, despues de oir al Fiscal i Pro­curador, le dispensó una acojida favoraule, En efec­to, dispuso el Presidente que se le concediese al dicho Juan Jines la li cellcia que pedia "de catorce varas de tierra para agrandar dicha capilla .... las cuales han de ser frontero a la iglesia de San Francisco, mirando a lo largo a la puente de dicho convento," Con un despacho tan .autorizado el V ál'gas puso manos a la oura, acopió rualeria!es, i comenzó la desgraciada tarea de componer el Humilladero. Por fortuna para este monumento, para la plaza i para la ciudad, los padres de San Francisco ataja­ron los pasos al pretendido reparador de aquella capilla. Los relijioso~ de aquella órden presentaron al Presidente la ejecutoria mas concluyente en la materia. POI' ella probaban que desde 1024 se halla­ban en posesion i propiedad del" sitio de la plazuela que eslá contigua a su convento." Prohaban, ademas, que el edificio del Humilladero siempre hauia eslado bajo su amparo, i que los dineros que en parte Vár­gas queria consumir en la obra de agrandar aquella capilla, le pl'ovenian de limosnas que solo eran apli­cables a otros santos fines. Mas, cuando los relijiosos franciscanos pararon en su empeño al buen Várgas, ya el mal estaba adelan­tado. Corno hemos dicho, el beato profeso habia puesto to(la dilijencia en componer la capilla. Lo que él alcanzó a hacer se deja ver por lo que toca a la torrecilla, la sacristía i el camarin. Es de inferirse que una vez que se principió a estender el venerado edificio los padres tendrian que acabar el remiendo. Nosotros, sin que tratemos de menoscabar la hue­na in tencion del hermano V árgas, deploramos el momento en que se le oClll'rió tocar a tan señalado monumento de la antigüedad castellana en esta tiena. Preferiríamos estar viendo ese Humilladero, menguado en la forma, tosco en la obra, i fantasear a nuestro sabor' sohre esos dias de desenfreno i li­cencia, en que, tocado el corazon del altivo español por el incentivo relijioso, planteó allí una CRUZ, para venerada en el dia grande en que se conmemora la redencion del jénero humano por la muerte del Sal­vador. El juéves santo los graves i compuestos es­pañoles, partirian de la ciudad en ciel'l1es, como si dijéramos ti estramuros, a pasar algunas horas al pié de esa cruz. 1 ellos, que no temian a nadie, que todo lo habian llevado a fLlego i sangre, tornarian a hallar en sus corazones esa temeza misteriosa, única dote de la jentileza castellana, que nos atreveríamos a reclamar en herencia pam nosotros.-S. A. --< •• - - !& l!'~!'J mmlú lí!¡¡:lJl@!'Jl'i, lID ¡¡¡ni!! ll'l!l.lElliYll'l x «JX!i@i!). ~ mí amigo 'Ulro.ptro. El tl'once es duro, crüenta I Vive Dios I la tr3nsicion ; Pueo, teniendo atras los treinta 1 delante los cuarenta, ... Diantre! hoi paso el Rubicon I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Salto mortal I rudo bri nco Que me hOl'l'ipi ln i ai de mí I A Otl'O gl'emio ya me nfinco, Al cumplir los tl'einta i cinco Que yenir con susto ví. EL ¡ Comprend es, Próspero amigo, Semejallte iniquidau 1 Volverme vi ejo !", ,( loh castigo De mis culpas !) i testigo Ser de gozes de otm edad, , .• Si de alcanzal' los se tenta Tengo la fi rme intencion, Claro está que cinco i treinta En declinacion viol enta Me haceu entrar de rondon, ' o hai caso I qui era o no quiera La píldora he de tragar I Vamos I salvo laf1'ontera De la vejez 1- que no fuera Digno de mí recular I Es el comienzo 1, ... qué impor ta I Si el comer como el rascar, • , , (Rascar años, comer tO I'ta) Siendo la vida tan cOI'ta, Todo está en el comenzar , . , , Treinta i cinco 1 1 que esto aguante Un hombre de corazon ! Que haya q\l ien de gozo cante I Que en conflicto semeja ll te No haga yo revolu cioll ! La lei proteje la vida Contm la humana maldad, 1 al honor sirve de ejida, 1 declara garantida Doquiera la propi eJad; i 1 no habrá lei ni ol'd enanza Que, con apoyo del ju ez, Nos alargue la esperanza, 1 al año que a otro alcanza Vede tl'a er la vejez? ¡ No hahl'á un honrado dec r ~to Que, con lójica imparcial, Oponga al tiempo su lIeto, Como 10 exije el respeto POI' -el decoro social? Vive Dios 1 que es un trebejo La Carta o Constitucion, Si permite que al espejo P ueda un hombre verse viej o, Con canas i 1'odillon / ¡De qué sirve la ilusoria Tentacion o el talisrnan Del amor i de la gloria, 1 dar su nombre a la histori a, 1 ln ch ~u' con tanto afan,- Si el dia ménos pensado, Al cumplir un año mas, Un hombre queda m'chivado, 1 como paprl q1temado El tiempo le dice: "atras ! " Pues la broma no es chistosa, 1 es COsa pam rabiar 1 Que si uu año es poca cosa, Harto sor prende i acosa El susto d e claudicar , •.• Soñar de dicha un imperio 1 una eternidad de amor, ¡ 1 sa lir. , . • ¡ t riste misterio I Con que ya del cementel'io Está uno cerca 1, •• , qué horror ! Yo que por j 6ven pasaba, Brindando vida i salud,­Que del mundo me burlaba 1 en mi propia fe encontraba Luz de et erna juventu d,- i Podré tolerar humilde Que el tiempo me haga temblar, Que de " viejo" se me tilde, 1 Juana, Pepa o Matilde Me hagan ascos al pasar ? ¡ Me dirán que estoi pasado, Aunque firme siempre fuí ; ­Que soi un consolidado, Documento cancelado De este mundo baladí? Me dirán ••.• "Pobre poeta! i Qué chispa tener podrás, Si andas tras de la muleta, MOSAICO. Pues ll evas en la maleta Nueve lustros i algo mas 1" ¿ 1 despues del bello emporio Qlle fO ljé con la il\lsio n, lile llamarán" vej estorio," 1 harán mis canas nolorio Mi paso del Ru bi colI ?, . , , Qué l no h abl'á remedio alguno Para tal calamidad ? Si los años, de uno en uno, Son a cual mas impol'tuno Ol viuemos nu es tra edad 1,.,. Plles no en rece de encanto, Lo confieso, esta ilusion! En tl'einta i cinco me planto, 1 desde hoi a nadie aguanto Capciosa inte rrogacion, IIoi escondo la partida De mi estado i cri stiandad; 1 al que averigUe mi vida, Con lacónica medida Diré : "Boí mayor de edad," Mas , . ,. mirando bien la cosa, ¡Qué importa qlle vengan afios, 1 con ellos desengaños, 1 r udas pru ebas tam bi ell ; Si vivi enuo con el t.i empo, lile hace fu erte la esperanza, 1 en BUS vi siones al caliza lIli mente IIn eterno Eden? i Qué importa que luego cubran Mis sienes blancos cqhellos, Guardando debajo de ellos De mi fe todo el ardol" No es viejo qui en ti ene canas! Sino el qu e, dej enel'alldo, Ni sahe ,' ivir luchando, Ni ri nde culto al amor 1 Vengan años en buen hora! Que yo, de esperan za lleno, Salvaré, fu erte i sereno, lIli tesoro de illlsion; Teso l'o que nada iguala, Fuente de di cha inefab le: La juventud perdurable Del alma i el corazon !, . ' . Pró5pero, sigue mi ejemplo 1 Si el tiempo se va volando, Al t iempo iré disputando :Mi divina in spil'acion . Así In póstuma hi storia No di l'á con rudo alarde Que temblé como un cobarde Al pasar el Rubicon 1 p, D,-ABRIL 1.0 Despues de tener escrita La presente, mi muj er Me a visó de la visita Que vini ste a hacerme ayer, 1 para hacerte mas g l'ato 1 probarme tu fi neza, Me dej ast e t u retl'Rto Con amigable llaneza, :Mil g l'acias, querido amigo ! Esa fiel fotografía !r-á doqui el'a conm igo Cual joya de gran valía; P ues no solo es la memoria De tI! cO l'dial amistad, Sino que evoca la h istoria De nuestra pr imera edad. 79 Oh! qué t iempos de estudiante l •••• De t l'aviesa mozedad ! De vida alegre i tunante Sin r esponsabilidad ! Vamos ! me dan t entaciones, ••• Mas no ! sigo mi camino : Doi culto a las tradiciones P ero cumplo mi destino, Con lo cual aquí concluyo, 1, hasta que te pueda ver, Me r epito siempre t uyo, Tu a~e ctí simo SA~PER, Lima, marzo 31 de 1863. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .... ..... o 00 ¡ 11." m"u " 1> ~11"io. d. l • •• d.d d. "~~" 0;..1 •• d •• ruw dol G.lioo' d. 1> m",. i ... ¡;.1I.1 d ... Si.diro Imoma" j., .. 1 m cl.fi. d.1801. EDIFICIOS. COLEJIOS. 1l0SPITALES. SOLARES. ~·AMILUS. MENESTRALES. SIN DESTINO. ! EDADES DE TODOS LOS INDIVIDUOS DE ESTE PLAN. A o s .1 'OLTEROS. 1 CASADOS. I VIUDOS. ' 1 TOTAL DE EDADES, ___ v,rone"I~ ~'~~I-=-~I n,m~ __ De 1 a5 .. · .. ·1 512 522 l ........................... · .. ·1 1034 De 5 a 10 .... .502 490.... .... ........ ........ ..... ... 992 De 10 a 20 ..... 612 80S 16 I 57 1 ........ , 2 1492 De 20 a 30 .... \ 261; 1 62f \ 155 245 <} 24 1318 De 30 a 40.... 96 340 182 171 16 53 858 De 40 a 50.. ... .,9 213 1121119 12 681 613 De 50 a 60..... 41 171 70 36 21 70 409 De60a70.... l a 97 28 lO 12 I 4U 211 De 70 a 80 ..... 1 9 46 1 8 2 1 5 14 84 ~:~g~~~·o::· i I~ :::::::: ::::::': ...... ~.. ~ 2~ De 100 arriba.¡.:.:.:..:...:.: .:.:.:..:...:.: 1.:.:..:.:.::.:.1.:..:..:....:.: 1..:.:..:.::..:.:.1::..:.:.:.:.:.:1:.:.:.::.:.:.:.:.:.:..:. 2115 3356 601 640 71 291 7074 * >1< Total de estados..... . ....... .... . .. 1241 { 5471 362 Total jenera!..... ....... 7074 -- { 5471 >1<>1< Suma de los estados.. ... ..... . ..... 1241 362 Suma jenera!.. ... .. ...... 7074 NOTA-En este plan no se ha comprendido IR compañía fijR compuesta de 80 plazas i 3 oficiales; ni el plleblo de Yanacona, correspondiente al cu­rato de esta ciudad. Popayan, mayo 26 de 1808. RESUMEN DE LA POBLACION. I sor.TEROS. ¡ "ASADOS. 1 VIUDOS. 1 TOTAL. NObJe~1 \,0:0;;',\. n':::"'1 V",::'.! Hem::~1 \,uo;;" n,m;;"'I--¡;j¡_8_ Mestizos ..... \ 920 \1235 307 1 349 33 \161 3005 Indios ....... 88 2061 24 23 3 10 354 Mulatos ...... 1 354 588 106 100 1 13 57 \ 1218 Negros libres 21 I 78 10 6 2 1 3 120 ~::~~~~ia~~~I~I~~I_~ __ 6 _7_1 __7_ 1 __2 _9_\_~ Sumas........ 21 15 3356 601 640 71 291 7074 *' 6_
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año III N. 10

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El Mosaico - Año II N. 33

Por: | Fecha: 22/08/1860

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAIC O ALBUU NEO-GRAN A DI NO. BO~\lb'l, 22 de agosto de JSOO. CC>:l'TTEN"II>C>. Si el llli::-tllO lector, Pl'co(;upndo o dC:ipn;o- .:1 JIO'alfO. 1'," capado, 1m entrado a liBa Jlct'J'Cl'Í:l a tit:tllpo lb:nST,\...... .......... . . ........ 2~~ ¡(pie C',.t:in batiendo el ¡licITo C:llU1Cllt(! a SudolL IIltrarla. doble lllHl'ti!lo, lmhl':i \'j"to \\1 mis!I¡(); IllU-Apt'HI: 8!lE n.I);('III:\I¡I.,..... 258 ella e:llldcla, i ~{JhI'C í Otlo. ll1Uclws ehis- H!~A'Il 1I0!<_1S, ¡>Oo.'úa. ... ... . ..... 2(;0 )la!". i ¡Ilucha fUlja i ¡Hucho nliJo. E"tu ¡la ) .. \>; OfIEJAS..... ....... ..... .... .... . .... ~(:! sido la imú.iCll de ];l.,[!;nlll frngU:1 (]IlC sC lIallla El. PASADO, ¡)()l'~ín...... . ..........• G., B t· j ti· I I I ¡,os CIl>C¡;n,TA, ~sía .......................... 263 I ogo a. e" as (: ll"pa~ suc en Lile!,;!' gl'llJl( es El. AmI: 1 ti. A!Jl,;.I, poesía, por J. Sdg:lll i Cormsro •. 2<0-1 - (hilos : henero ha habido (lue se \"\11:1 \'a AvIsOs . . . ... ............................. . ... 2G,¡ ¡ tuerto eon ulla dc.c!la.~. El dicciunari? do h ~~ ~~ ~ .~~ ~ lengua los llam,t sm duda pOI' eso dWPO·08. Red_ rto. de ~, Ie mi¡Ue rll, Jost ('.IlCWO RÓJ.\~. l j Cu:ínto~ hCIT!JI'os lmi en nuc;¡ll'1'L ticna! .N'o • .' , ba;,;laria todo el hierro de 1'aoho para darlcs EL ;UO~}\"I( o. ocnpa<;ioll. It}; \ ISTL 1\ l)['op(¡~ito tIc die<:ionario, (,1 no da a 1:\ Laschi~pas i los chi~llCr()"-!J¡'¡¡~J",(.(ire S nad,l! -,~ill conwr los Jlokliucs -pi]. (;~-l'Tn.-I() que (Ill il'ro dcei l' q lIe (';:ta aCOI)cioll doras ¡ r(l¡klillC~ - ¡{cI'istn 1"C'Clilicnda. no e;¡ e:"lstil.a; pero COIllQ el di/.!c:lonal'io, aUll- ·I.,t el'únien. de Hogobi OH la últirnascmalla (¡lIe (';¡ Ull tiujero llllli re:4pc!able, no es :11110· C;.l:i. \'i8ta i .re\' i'ita p~r todos ¡,;lU; hu.l>ibu,ltes. i !'idad tuando 110 ticlICral.Ol1, ? ellandü i~IlOl':~ N,lda habna.qllc t a, ' tada;; i de Ori.i('1I dcsoono/.!i dcdie<:ional'ios qlleseproponcnprohijal' despreocllpndo, segun la fmsc dc Tl'lICh1'\, ha i le,i iti ma r nUClitros \,o('[\..blos americauo ... "isto algulla yez ¡'\lego;; '\ltifieiale.~ , que 110 Finalmentc, si el mismo lcelor ha leido lo creo, podní sab(']' qué es lo que ha pasa- lihro;; (lc \'iajes O dejeogtafia (le j,u\ Il1l·ri/.!H. d o, i lo que pm;aní todada CII c ~la <:iud:HL I o pOI'ihdieo,; lIorteamcrieanM. podl';í. /(WllIal'­Ohispas dc todosjalllafío[<, de todos C0lorcs sc una. idea apro:dlllnda de lo (lllC ha suec­i en todas dirc/.!eiolles : id:l~ j \'elli(l!!~, <:a~ti- dido en e~b. SClll:"lllH i de las mentiras qUD ~c Ilo~ ellel aire i c:lstillo" por liel'!'a; tl'Il('1I0S h:m dicho Cll e~ta licl'!':l clásica de lo,,; cm­gordos i Dohetcs \·olndoJ'e~ .• \pén:l;;eOlllion- bu"tc~. za a aclaral'sc :lhora la "ituncioll. Pl'I'O /.!1I{\Il ) - 1 [;l apal'('(;ido nllO\"fllllclItc tll la. lIIdl'ó­J1IJ blado Re l'J'esent:t aÍln el horizonte CII re· poi i de la r onllngl'aeio!l Gl'Hllncl i na ulIa pC::itc dedor! ¡ Cu:i.ll jri".te i desoladu 01 ('ampo 0U- que suele hacer graude,; c~trI\Qm; pcriódiea­biertoeon 10:-' dcspo.io::i (lc la fcralgllern\cidl, 111C'nto, i qllC IlU no" af1ijia(lc~(Je 1.'\54:: c~bt cn <:11)'0 p\'ólo~o no;; hallamos todavía! , . . , cnt'IH'llledad es la plw¡)!ir.aC'ion o ]ladli&is, ¡ Cu;Ín . . " 1)('1'0 eli fol'r.uO'o guardar ¡;ilclleio <:u)'os "íllt('lIIas sou : \lila total posll',wion de tioh!"e c:-.to pUllt0, porque al ".ll l (l~ajcn,·' ape- fuerza::., di"gush', Iwtl ¡IItUIO!', aloníajcllcr:l1, sal' de bcr mo~ai(:o, le es pro\¡ il>ido, ab",olllta- óil1"to;; in 101 nlltaJ'i()~, palpif al·i()II(>.~, \"érti~ofi mente Pl'ohil¡jdv cnll':1I' en Hl'l'cciaeioll(!:> ¡¡U· i ane!lli:t: E.¡ Inn jl'lIcral ('sta epidemia t que líticas, ni 0.11 clle.,>tioIlC~ de p¡lrtidu~, ¡.in duda el j('CH lo;; m6di(·0;¡ l'"t¡Í, ('ti la const itucion ;lt­por no cIlllcgrcecr su;; cuadl'os npaciblcs i 1ll0Sfl'l'iea) ~I \le :1 Ilénn~ "e ('nCOIltrn!':Í. 1)l.'r~(lIla ¡.!ayos colol'cs COII sombras OH'\U'II,,; i molan· iJllC no esté pal':\lil.:H.la. sin al'cioll, bin 1110- cól icas. Ni aun las simplcf; 1I01ieia~, que por ,·imient.o. o quc no hable de In p¡tr:llizHeion. su calidad do tales i pOI" la parl"id¡td dc 111;\' Se le pl'C'gulIfa a \ln cOIl1Ct'einnte; qué tal teria no debier All qucbmntal' c.,tc ayllllo \'0- \'alIlO>'! -~' I :\lísinl:\lllell tC', 1'6ponde: 1\0 f'(' l unta.1'Ío, lesonpermitidasenmalleraalgulIa; \"{:llde Jlll ('Cllla\'o, lo~ ne.'r0cios ('"j¡ín pa.. ni aU l! las alu;,;ioJlcs tna,. inocente!'. ralizarloi'. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 258 El .. lUOSAlCO Si ~C le prq!untaa 1111 zapatel'u-Ya ul'otcd ,aqucta. i Illl"lli",. de ¡aua. 'parl'('!.: 'lUí' 111m "c! dice: ('"tallluS (,;{'II111 I re,; eJl 1111 zapato. poco fué perro d del ¡\!¡V!'IC ;nllll'I'{.'(.'ído i Ilfwc ! i uo¡inc" (·\!lg:Hl".~ clll·,.ta~ percha,., \ (::!:;{). Jkhc, 1111l·.~. l'l'Cl ificar~c, i donJe dice: i no ha; óikl'flli mO"(/ ido ... , 1 - poner : húfl/'('I,I' 11/11/- 11IIhicI'a lllll('ho C()IlI;III11U 1Io:;\ ~¡n haYOIIN3, Ile;; de l'a::.~,". Ú n llin"v1 Il1 IH'('('il" (lUt' (1 1Jícre :r, ui (lc I(),~ do~ J;ok­t int''', l'l ofit:inl i el/wltll'(I{, Iw; IIClIla." pel'i/,­dit'o~ \'ontinúnn d¡11l(11) flll'~(), algul\f'':' Vil l'l'­tirada .. EI. C.\"()I.!Ct~\tO ;,igue inll,crtuI'IJablt..: su b\l'l'a tllOl'alizadol':l, Er. POI:\'I.:'\IR ('1)1).:;11'; 11! ,1 idas ,-,elJl¡-~cmanale", El. II u:., I.PO {'Ol! .. U" ('onlidel\e¡n,., El. TtUII'O ('on !iIlS ('lit'"".:; de lHJlíti"a tl'aS<'"ndent¡l!. cnutinelJtal i "ubjdí­ni, El. Ml'~.\KO enn ,.u:; lindeza¡:, I t()Olh ('lUl ~us píldora::;, \1I\glicntol:' i l'irH~. \'!l ('onta]¡il ¡,:,­la hizl' ('11 dia!i pa"ado.~el t':íl\'ulo dc qlle, illl­\, utaudv ni \' ;\101' rC"I,(,~t i \'() tic (·ada !,,,riódi­(' O d I'WPo,'cional a I¡)~ tre::; ('Ululllna::; ('"te­rcnt ípi(':\s de flVjiSO~, i t;u lnltu l'l1,lIllit·i..,~o trinar de']v.:; paj"rillo~, que !lit' 1'''''lo han la di~ua ,·u d jardin H.'l·in .... o d rouu' tll.' I,,~ ¡;f.\1 'Iuo: ~'ra yo dudio d(> I.'~Jll'rC7ri1ru", ennnlo) IUG lo J!i,li,'~c ,'~k' "ut'r¡~, 11\10 e~\,\hn ('Qmi~lIll" li~rr,\ I dunni(>l>do ,;obl\' b li"Tfu en La ya I.'Ílntlo cam¡~\íio, i ('1> 'lIle potlia de""ir a Uli,¡ ,\It,¡¡,~" dI' ru>;.1, ~'Om" dijo el mártir LOrellZQ o fUi nrUIIIW": "v"lrdlllC <11,1 Olro IlIdo I ., E,t:l lna,!ru>:,,,lu ,lo 'IIIC ,,~o ¡,,,U,n./., para 1':lr\nu a la rll<~h, l'ra la d~t ~ L d,' "iL~"IUL,re, ~ ,p'\'(l>J i I';~I('S ro cllen¡,~ l'''r:I mí, I'0l,n' 1"'I,ilo so pwgnu\lll oblig:uju dd ,Ji,'i, 1" J,l'I) ('11 Bf'){O\'Í,I',,1't.J y" l"!.' y:~\v '1"': d llnlor dc l:I ¡",tri, i {'1l"p,nlU ,1 .. l'ani,lo Im.~!CII ma~ en un '¡Iliu,.' jll\'>'uil, que Iv." duk'('~ I'lul1.'n'K trmlil'iounl",; d,'II,u¡.r.tr J"I",:"ti,", i '1110 l(}tlo" ¡oM 111:\'0111<'011 i l'Ofllld,·rí~s ,le b \"1,,,] ",J"l"s, rentc. El 1."l'lrit1l da p~rti,lo, !I-í ('01.,0 d ('''pirilll dc e,wrtl" d,' eiervo, {'('UlO \j'U' tul,,"h',"" ['mlla]'!!:"" i l'l\IlH)t~ la !Il'u ~ibj]i":\", i ho('(' ,>i\'í,lnr por 1\1\ momento lo" ,1"lor.,s Irl,~~ IIgndo;:.. U'.i l.'ud,,\CO~ ~ln'l f;'nll,i1~1ruo., ti compai,íll ~".·Iw. lb""" d:l d,'l1, l'niulo, ¡'aloi:\moR 1l")I',¡(¡,,]a ~';"I'cr", a la~ p;Ne 11" la u,,,,'I,\', 11 "'Iud Pilld¡o"" dL' <¡uo;> 1,,' ,,,,',i.1,, ¡",MmJ"', 1I<:Ol\)hr<, I:UI po.>eO I·.,noro j I"..t:ti( .... , COIrlO d ,1,,1:0 Ill,,~'''r pMIl' d" 1 .. -, pIII'1,].", ti..! ¡oel'I,,1 btado dIO í'.1n\;¡nder, i di;:., , \ L~"" la IIJ~I.'UH,U 10" H!! ~i"t,·, Il\"~ Q Lll\:no.'l ,\)(:rio~ i de~al'adl¡k~. E,t:ih.1Ul~ fl,t¡¡::a,IM, o l'.'lL~n do 1I1l1l1llun;ha fi,r,.~'h ]I(,r ""IIUJ~ i d('~h('d,v~ rrnI(O~"~ i tJel\{)~ de 1<:"'\0. ~1;ln:l"il"u!l(", n I'i\:, (>011 diez¡ndlo lihm< Al 11"111101\'_ <1u~ 1¡:l"I,las. c" '1111'. m~s que wl''' i R\ ¡,,!!. ~,)!ill.· ni"" !l~\'ar cai'i".s '¡Olio.!(''', guayaba" i 11311,-h,"_ E .• ,""rlla,¡ '1ue tll ~lo"i'l"irá ,,' h"i,j'm C<'II'!C¡''1tido Ull:\" !.oca~ l¡(>~tiM para la cOllll'aiiín., cnl" .. cn;ll\-. ., i ~"bre tll':iha1ij~.la~ 011- ja!ma~ ~()li~mos :\I"IM ¡,,,h¡llh·ro~ (llt~rnmi\'ompnl\', i ~ra­c; a~ ti (¡HC el .renernI1I,·rrllll, C'C con propi",hd 'l'le h"dlll!"'. la cal:ll~,fi: :1. 1" O"I 10'1 I,,'tnll"n~~ 1.0 i 2,G que Ih:o\'aLnn la Ynn~!I:ll'Olb. IllllJinll .'\Olli,l" la nod,e nntcri"L' COI! din'N:'i"lI :1 ~.1n Ji!, <1"1I,1~ F.C h~!,ia p:orapCl;¡,lo el c'll'lui¡.'<>, 11"'1 TI',u:o­cij, u",,~ ''OH 1" id,."a d,' h"narno>l 1,r<)1lto romo Ilewn'~ en un '!CJ>undo tirote..." bl \·C7. en una ':\I:cion n'iii,L.; in la ':'rden!l~ mnrO'l,R, i n lo~ prituNO_'1 ra~'o~ dd ~ol, l'."l"ei,ulIlo el tJ"'J"¡ ~ n)!e"!:_'"Ilr:md,) Li, 11 I:[~ nlpal):' .• ta,." Nm'·u~.nmO$ n hnj"r:l ¡>:l.SO de trote la 1'1I<""t.1 filIO! couolu,'(! 0.1 \',,1I~ ,.!tI rio ~"u .Ji!. y-,\ Ilu!"all He,.'",loJ ti nU('.'tros oi,lo." 1"" eco~ le­jauo~ d" al~Ullo.'! CtlJl"unm._ ,li'l'ar."IOF 8. ~.. .. (rrjdo al:--'1l1l dI' ->:,al,'IIJrú t ¿('s· t¡unos !l"rrot:ulos'! \'elnron ,"' iuldij':I1l'i., i ~I! jllido l,r,'(~l'Z. ¡.:", IIOl'a~ rom­po~ ici"n'" cn H.:r"O lnn uc un lU.:ritoJ i1(!li~l'ntal)Io.', i Mi como B('lIini, "I>I~UO~ ~knllz" n df'jnr a In 1'0~teri!lnd algu­M~ mlK'~tra~ de ~u jcuio I'ri\'il¡'jilulo. C'H(', rolUO \':ir~J~ T<'jn,l:I, murieron (kmil.,i~du 1,,'olltO I>. .. ra su prop¡', glorin i 1';\f.1 l;¡ d\',. .. I"nria. P"I"{'{'ia qn~ d d"'lino de (""ro lo llel'nb.'\ ~ienlln"(! d(',:;;­Indo n ¡"'M.::1r ~u Ilu. ¡'In" 1Iun m.mo 11O<1~1'\)II.. . IO"lIlplljnl).:¡, a ~Il J" 'ar,'" h1 l,,'li¡;r<.t<, '''¡>uellTwulo do diri­jiT8<' ni j,·f, .. CmtllOlu >'C mUlu('i.lh" In I'NJlI:imi,bJ .. k·1 clle­migo i I,,~ m"lIk~ re~ollaba'¡ ('un 1<1" di·'1~111'" Irjau09 do al;;uua nvunz.¡,LI. el priuh'T"O que m"rJia ti!! enn"rl.,> i l"l:'IH"ria ~1l r,¡<;1 ,'ra C'nr", n"" ~j,( ng\lnrd~r 1:1, "ruell r<) L.\ l,rillwrn IL,nm (Id eu .. . el 'IUU ¡'tll,rt)I'i~aba \'cr,¡o~ pM:\ las ('an~iouc~ p~­iri& tÍC'13 d" J:¡ l~'lUl",f!Ía, el 'luo /le ""in <.Ip, In intempcrie i ..I'C hnrhlho. d~ la_~ tctn¡-.c't;ld(·~. El ti ué' di":lm!'n' hnbialllO!! :l1':lm¡wln CI1 b llanura u .. TJII'i\\';L:I, l~'''''" dé l"l.'at':, i "i"II>I" uft'CO'nrio eol.-.ror uun 'W:¡H7_~'b. (lile ('. ,¡, '!,n~~ drl !'riml'f HlellO, rll~ n colocarse en ~Il 1" .... 10; pe", "brmnauo por d cau"alll';,,,h' I,,~ l'ril!l~m~ i lnr¡'::~lI j"ru.",\:i. 'lile hnl,i:l"'o~ 1"'1·1"" i I'IU h~ \'ijili"" nll' kri ,I~'!I, no 1.\\',1" ¡uud,,, ~n Séut;T!I(l "~Ilcido tld ~1I~f,o ¡ se $<.'''1.0. ""J,n' ur,,( <.1,. I:ts mndl;is J>kdrlU! '111<.) Imi ,Ji: .'mi­n;, Ja" I'"r Lv. \·_rl':O<.l.:o ¡><'1'0 h~IllOi' pcrditl" )Ii~ulra~ (·.,ru ducrmc, nw I'l.'1'Inito uun hrcI'e digrC',ion. IIn t'OlUl'aiiero. ' . • 1'"Lrc C"r,,! :¡calm ole ~llo¡.:"r~,·1 ¡':I le"lor r .. ",,¡nl:JT:í ~i)l duda 1¡lle l'U d trnyectodo Tnll~:I 1\ - ('"IIl',! Caro! .•.• 1' ,'Inmnmno I,¡do", a;.rrul"¡lldoHo~ al Chnl(;' /1(' eIH·,¡"ntmn algunos nx.'a' tajn.I"., ti graude ni rI:,!ed"r d,,1 jeucr:¡l. I'u<'~ "" \'lClle ron Ilusot ... ," '1 tum. "',uljautl·._, In(' liguro, 1\ lo~ IIl'autil",los de nUI.'~tr:' ~":t iml'"cicu.'in i '11 ,1 •. "ino, re¡'lk~t lu haLiau hecho eo.d;l~ hl".t\¡¡~; i lilmhi,."n bloquc~ !",Il! O InC:Il03 f(rnnd('~ di.­D. dehntnr,;c d~~dc d al!l'InC('('r, i 1l,·¡;,J a f:..:m Jil wn d 1).1- I'cr_-, '111(' ya !.:rlllinó, Derr"tado .Iurlllllu mud,,,,, ~iglO!! smn('rj¡ijaro~, \,:,. (m"-c l>(I!;ihle do.rll· lIuxili!>. I\.~··:n !l., I.j"" la. C:trn" de Ulunu('~ ji¡.:nnlu quo rieu o Ita· _ Infcliz Caro! .•. 1'"I,TC .\Iltuuiu! c'L'b",ál.mllotl \icrn mn~rH) "n el d,·s heu,li,hlf¡11'. 1, s dan la ,'OnlJlkt.a ap:lri"lIcin de fnnla~mn~ COnlloaw! . • . • '1'((' l'st..in J\.llHnmlo t:\haro. '\Kr':lía<~ paro rompletar la ¡;:cgnim03 ,IIlCl;lro camino ~ilCIlCio,;o~, i desll\llt:¡o~ de ¡lolvo quo le· \-¡¡¡Ita eJ "i¡'uto, " las nie\¡ln~ I¡'~ lo. lIIall.¡ua, clevándo'IC poI' ~b("Q !.t, tx"'a~, .lI(·mrjan ~I lun,," d,' I".~ ,1~~l'Omulla¡"~ i K\ü o./lI"ua7.a., u~ n"l'\'''_~ n'n¡.ranuL~. i CnáulOli otro, de ei¡:,ul'(),,- 1l1l1.,t.TOIIl't>1l[llÍlitmw5 .. 0 ~(' ~"I"dlaron de~plld a 1UI<'_lrn :;... tIlI·.' h i,I,1l ,h IlOlIf'r unJ. al';t1l1~1d:l !<)llr~ ~qlldlM ,'i~tn I.'n ;\q"elln~ ollll.Inio t 'nro cra 1""111\,110 de '11e!1>O, I tro de un I'Jlor ~i, co1t~'ad" I\lh, le huh,(·,,, nl'OutCt:luO lo '1110: k llcoutCt:W n.lodn Im,eLa, do ul,.'\t(I gallllT<:lO i dC~lwjudo, ,1u Un:l i,,-,- "'n ell,,,,,t,, deon,le ('st~'\·o 'I~. f.u.'dotl n. lH'".IL' noche? T.lI lrllC'Cioll poco COlUun: cnlll~in~la, jo ... ial, siul'('ro, IIpa,io- n\'culnr1 :1 lHC<.\!~ asla, ( l,a<'1I1 'u~ Hlll:>" , eortCOCQ3 m:n,,:n', d" 1.(1 1M' ]lur ~'ul('f"nl al'l'O ~1U!nT>'~ b "JlJOro.,h . JI: MI ~1"U\" " Jo') "~·It~;',, •. 'Iue 1'0,,1., •• ,,-, ~n nt'l(,,¡Ii, ~¡f'n,l]'"'luí"-ljCO t'u~r'>lI I",r[" Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I ,~] ~ IUOi"AICO. a I""'r~' all",ler irr<.:si~,ilol{) tl~1 t', El! lo no 'j"r rot"n,!;¡Ul'uto' a c< , ,Itr 1" 1"'r<.Ion, ~oprdehlo do lo~,'t'r Ul' d ~-I .• !Ja, .·n:u~l(l '" ¡i('!r.l. de' VruiH~'; 11:':"llIib 1 un ,',;c;mn nI", ~lIr.1 11>:11,.;011 ,], I :,O\]"lm" d"'I'" r¡""d" ,1" B\I ~'" .;0 .':I('l'ular, (";¡lO 8(! off< ,'i,) 110 r d ,h' !<>f de (', t,,~ IlCJlIII,r.:~, i 11 i e,,,n,, ,¡¡,·j(-¡"I" 11 HIH"tnL< ¡r<,!,,, "(,111'''' Ü(,,,,, UlI ",i~"O~ a\'f'ri~"uar la v,:"",¡} ,1"] l':lW; ;II_"IÚ, ~u¡oli('''" iJH11l d lO" ,Io",m"" 1",""U7;' a ",oy. ro_' ],ouiu"",·"I<" i al IK'g'lllld,) lIeu"-"I", ,"111,," l\'~l:¡.""', '''11 ~otl mnil{<'ubno, tU (\n, '111" ti rol., i ""Y"II,I" d,' c,,10('~.1. ro,lo; 1'''''11 trpl'ho por la Iwn111'0) ,11, 11. n'~'h(' IInl,i1l h1(rmlv d"'lo('jM 1" "1" U1"lY'nll ,ld.,il'6.1. ~ ('¡ 1'1'''1 d "I"~;r d,' lO!< ;;"'I,,~,111":l,1,.' ¡ d,' \:os ("UlI"", ( ; i"",\l1tas "''''JI: "1" ,'n uua a"la n' .], , i '1\1<" nod,,' 'a" 1" d mllS ('5 1,,,1 .... (' ,:,,() '·":oI'I"i('1" 011\) l. mhl"r, i ,; no r"liz fu' a'ludI;, <1,' l"u"Il~11.1!., " ,,'-) ti(' !talO d flU" SI:' '""n_~ al""¡,, un (,lili,'i,\ l"r 1,) m,:"o>. n" ~(' I'r~,"'''1.<,r,i. ¡'"nuo]o ,1"'i \'t'f('ria nI din ¡tig"¡' D\(' ~1l al·enluro,!>('ro i1,"'1)­mI,,, In Cllu,n ,,k d!~. ilíjuu,,, ':"11110 'lJ_e ~l.fLIII,n ('11 a'Iu(,1 IIInmenlO (1110 d ruc·u,;¡,'O nos nt:",:'- Lallll"II(jH In. <.'Q!\I",iun: 1H) dir'¡ll 'l"C 110 "l' ,i,lo h,'ri,l" ( (,,, la ,,'1lerr~. I y,¡ loo i,, nn,,"'tra ("IIm\'an:o. El 21\ ,¡~. !l;c¡'·U\h ... ' ,1, ]m"" <1'1 hnh,'r march,,",o to:lrnOR ('1\ g""lTillfl pur el pIIl'l¡10, pnm bn!;(';'\r 'lIgo Inn~ c""f"rLuhlc ; ~u~lan-1 "'0.0 <1110 b. tl .. -nl\'(lradn~ fruln_; p • .'ro ("1;",,\0 ,." (·~tn~ 1.''''IUi~,," 1l"V", n "oti";", <.1<1 /'"ro '1\10 Ir('~ ;n,lh';,luOll "l' ( tl'l'J" "al,la" ~i,l¡) pu,'"IO'< eu ro¡,illn d,' ,;r,I,'u ¡j,'I,I¡·nr.,,1 t·u j"r." !",m !I('T nlu~lI:"lmI ~I ~i~u¡('nl'l di,l. u"o I~,r d'·!!l·r· ':,r, i .1,., I~'r h~h,;"",¡"s a{'u"-1<1" dI' un ~"IHI,,"IO rol~, lo .. • ,'h .. 11 "U \O,..-ino ,10,1 ])" .. hlo>. i '1"" n<,'<.'u,lh ~ .;.; :;00, E~lo ( r",~ ~ut1.·i"nl" p"ro 'IU" nue->Iru amit:'l, "h'i,],i"dUll(l d,' ~u lo ,m!',,' i ,1 .. '" 1" f<¡ui,~s hu""li"a,.. ('OI'n",,' d<"":)lad,,, t'n t"'IIlP:Ii'\Í,' 01" ;,I,~"nOF d ... 1\O"",f<' .... al nl"j~",;, nto ,1 .. 1 J"""""j \¡"_''1n''rn, i, I>('ndrnn,j" ('11 ,',1 ~ill fl)<114,,\ Il' "~I'I!."i,·>'<., .'n I",.\,('~ I~'fl) l'II':rjka~; "<'ntiolas !~1Iahm~, h tTi"tl' i ]>n>f"u,la \ i(l\l'r('~i"1I 'IIIU "'lul'i n('(lnlt'cLmi"JI\<) Il"~ ":uls,1Im, (l int(,"l (·(;,Iic~,· I.,r C~lu~ ;"kli<'('~, lal .-<;,1. ¡11<"-"lIle~. ~,:f,or, ]" dijo, ,,>ti 8\1 ,,"Orra ru In mnll", ; ('n a,INUnl1 ré'"p>'tllO!'o: "t,}> I 1I01'. ..'< J IH~. de un ¡\''lI<'rtor <]"<' 11:\ lmi,10 ,'ir ">'1 .a<(:"u~>o~ ti, 1111 t;plr', i d mO"ot",no ~')I' do 1111 ("r_ l '~1Jill<', a,'Or\ljllo!o ,e su li ~. "h' "" (·"no"i,I,,,., 1.<.1 ,',';o; <1,' 8" ma,ln' ('nli'rma o 11 .. ,"~ b nn:l\l~ In. nM" ;\'"nn']"­Il", h"l ... 1 ti \', K oyera (,,, (' té' 11)"'" 1.1" "" /'" ,,/,IJe" ";<11~"". " un !I""'~¡ pa,h."", y<' le 1"'TdvL)o,ri,{ ,/11" .(1 l"l­, j,,<;(' 1"'r .. l"'I'~~·a" ~iu d<"~J",lin;e ~;'1lli ..... , Ellluti'iI"m", I:J'; lo,¡ 1 IUh \'\ • A la orilla .Id nrroyo I.h'¡,~u,,"s junl'¡s l0" ,lo~ 1·:11:1 p,1r:\ nd \"l'nia tl"ml nlk, ih~ y<'>, P,'ro '1ni_,) la ,I,·so'-'r:1,·j010 ti II~~~ '.:,'<1 1" 'Iui!o Ili,,~, Qu,' un:l [OnnCnln ("113111"'" Q"" hullO ln 110<'1\(' anl< nor lli,·j, .... ' d'l t:ll ",~n,.r.1 r"" la lh'l-ia que ll<)\-io l'n,,-'('r In rUN""la i In~ agUA" 1'1,,1 I<>rf<:nte nmji,lol", qlle :¡rr:l_tro",lo en ~u carrem ( 'II:m\O a ~u ]>:1,(\ ('IIS»)t"., FloTl", ;irhoh'~, gnijnrro~, I ha"la un ('1I01:I1l" I\('Uroll, ( '",,~j;l"" \(un!,if'n l1tl'a_o l (·"n itul"-'1\' \'dUl, l'u hUII,ilo!,· I,u<,nt,'('illo, Qu .. d 1'<'(,;110 labrJ,l"r Pe' M"I<'lI lTOU('()S ,,"'1," .... ¡'on HI tila!!" coJU"truyú Para dar l"ln",lo I'a,;o 1':" to\.1i('n~ di",_""i"". To 10, d"", " ¡'nlmAlhl .. ('n fin ]" I,'rm('))\a, l'uJi"'''Il''"' {'))\{'I"kr: 1\u por <';"rto <'Jn ¡<,,!al,m_, f¡"" In ,,'rTi,'nLú ('ru"1 !!nj:lbn loiH<·k,d~, M'l"'''' ", l :l lJU.',,' I'~_"" ",¡¡ez 1·:",~-",r¡;.,I,a "u<.'Ir:¡!! nO('('~ lJ"" "'" l0 T"i~n "11 l'l "i. "1" ",~" un "1\101., I1mill'> Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , El. iUOSAlCO. 261 l.t'f(mm,;s e.<¡ahlo:'C\'r: J;tl td,:¡.(rnlo ,1\, ~"ilas QnO) funcional", mui bien, Cm, ln~ oorricllIclI cl~dricn~. -.\gu:m\;lt"mo¡¡, nQ ~ -Pu, '1 -.\ qUIl baje la {'ree;.'nt!!. -.\ 'Iut! ,-1 n¡;rua vadQ d~. -lcnt.'''I'\'II •. .. -E,¡I,jnc\·,¡ ~ .• \ l'at d mu ..... · d""dc l'"plny:ln ~".L'¡ lal! ondas. - )]"j"r l'~ Que yo <'11 mis hombr(O' 1(' I~"''''' ~o nos vnyn 11 ~lIl..'('''cr . -C",no quil' r.1~: tú >«>ras Mi {¡,¡UJ,u'(WII, CtlU tnl '¡Ui' . • . -,:..'0 ¡<,u;:"" u,iCilo, Alma min, Oh! 'Iui,:n nwj"r qllr> yo. (p,i':II, J'uoli"rn ¡M\U'."rt<' n ~ln,! Te 1" juro ]I(>r mi f". m Durante el mímico di:¡logo, r ~in (lo·jnr do reir, Iba ('<)j¡~llIl() gOl.o>'lI Con ail'tl du1P(', inf,mti¡ Do:> uno i otro l"<)'<:1i [le ¡os 'Il!<' ahumlan 311í r.1I~ r(lsn~ hüm('<.lo~, frt:'scrL", l (~,n ~"f"f'r'{A) jr,,,til J)""lt' d b:lrr3ncO d~ eufn'nlo< ~!,' ln~ nrrojal)(\ 1I mí. Dicho~ ln~ rerojia, ¡ ('Ilri~~ nnjeliral l'na guirua1cln lt'Ji,;lUOl ('011 "nrillnll de nl'rnyall, I l\lTOUanUO mis ,il'n,·~ Amoro'!l, dijo- Ya 1!t,,,,,¡nI"'",,1 nnticil~"h 11.: dado !lln k;,ltad. -Oh I qu,: Iln.'Cio IlIn ~ul,i,I" 1"'1" d I'Majeo IIll' da~! ¡lij" indinando¡ la frente; I <.'on rara njili,Jad, ('''UlO el a\'(~('ÍHa In'luid,l (¡n,' r,."nH'l,.. ne,' i alhí, f':ubiú ,le un ~1I1to {'u mi~ h"m¡'ro~ 1. aiu h,l{'"rlo por mnl, F.-!,';m.., al e""lIo lo~ hml~~. T,"lo al lin es ohrnzar! (lh! \·~lIga ~:nea~ piado." " UIl RII cur¡::a I'Memal, 1),·ci:1. yo en mis adcnlr\l~, 1 :1.'lIt..! 1H3rillO ~¡mb",1 l)" h~ mil i t.1I1hl~ lI<~·I .... , I ("IlalllO!! c:lrp:llero~ hai En GuanaC3S ion Qllinoío, 1 t'n Sonsoll; \-Cll¡.:au 0("1;' I di~n ~i han ,-islo C:1.r¡m Llc uuo i m~olio quintal Quc I"'~C m~uos, ni i'K'n :"1 .... >1 ,lelicio"a, ni ma~". • 1 al lIeb-ar ~'l.Il[ el Illonúlo¡;:" Qlli~o mi su~rte de agro? Q"" en una pi,,,Jm mui Ji,,.. Qu"ridHlo ine:mto apoyar El tr..:mulo pi"; ¡ illfdi~ 1 El C(~U1ro de gral'e,L'Id I'erdimos, i do improviso ~:II la eorri"ute f:1.t:1l Nos Inmolim<>!l con <"trnf'I1'lolll '1a>l no por "icmpl\" j:llnll.~, Qu,' llOrfoMunll ¡moimO\ 'l'n'.~ d" largo 1~1t.1Ilnr, Ralir al fill 0 .. 1 arroyo, Pcrdi~ndo clb el delalllnl I yo mi dulce eoro1lll Del naufrajio eu ('1 afan. IO:u "el: do il1lítilcs (lllejn~, R('irnos a \'('\"en1:lr 1 oll·id~me dI" mi~ roMlI ('(In ~" ri~ Dnjelic:tl. ! I,.\S Ola.,J,IS. r."¡T .... IA In"RC AW",,<)6 .. nl)l~,,08 1)1. LA U~('CA ~AIIT~LU."'~ , 1 \Ten, o ) {URlI de AplIlco, el de ln~ Inrgn~ orejn~1 ,Iam<, la plllrurt oon !]111' e~ribió ('Sil' insigne !>oel.1 sus mllrnl'iHo­S3lI ID<'ttUllórfol!is i dt:BCJ"ibió E"~ de!«'()lllllullles (lrcjll~ j ,,­lDelltiles I 1 W\!I'!lrO" o ){Ulill~ de S¡dli:l, i nun do las dOO! Sicilill!l, Irts mi",ma, quo invocaba el inRri rado pOOt3 Yirjilio, el1au­do, sin saberlo ¡sin llen!'.1rlo, prt"J,'ciD la I"Cnida do I1n li­\)¡ ortador del 11\uudo, de uu n'.ienern.olor de In e<'1"'"u:''' (IUl- jllf¡::nn (ll' ](>'\ ~rnl,l('adv;; por 1<) 'LIIO \" o,.o:o\t", laml,; .. n, ~IH':ls "chI11,-",a~ dd Xurl('. 1''''~lnd- I dJ:¡~ mi.",a~ !«>Il; \\{'!'O tengo C'lIntro cl:tu('llo~. n'''ttnl 1;. llI"mrt.11 Yo lo ('1'r:'lTV fI n~tl'd, ¡ le s(>r\'¡r.j de aUla· (,,,la su )'I' .. k'. 'I"l" tOtnm,,¡,., ~lI lI"mhrc tlc ('~;\ 1,lumn, "U~· tlucn~(' para (JIIO no ('"(·tih .. , ~i fuero tlccc",rlo. kll IlIm],i,·" lIanlo1r,;(l los gall~()~ ,Id }.'orte. -Yo >\(,i '1"i"11 ,1 .. 10(' ~ef\·ir .... pero no (l~ po.-iule. I're· r, ti",,!m~IlI,·, \"o~olm<, a~I,,"tc~ ~I\l""~ de 1,,,, .\ I"I~~ gúutdc u,I(>(11l C¡ITrn~'1"illn· ¿ no es I·cr,hd? tl.ld"", lIua ¡::nh·fa ,le plumns d,' 3<\"ro pllm '(11(', uLOj"n (';\111.0 o cutrc¡Z" ,Id ~m",li,."" loo(·lna el (":J]or d" lo! 3.01U0 de -Eu 6u1 .... j;UI,ue~lo qlL" lI~tct1lo ex;je .... i con tlISC:l una \ uu" <:~I",";e de COml,Nc·Il('~1 o juc'gos lIoralc~ en que c.,da tr:llmóo/l mui figmdllble. e;¡cr,lof IIU(·rrJ. !tcll infra:;.>nti, mo dijo, ¡ lll>O!'\.;,rin uoa Lall\.; ..~. plllma~ ....( '-!tlllOlo t~lI de_'plum:ulo? uTl1a a '¡'I!.' ('~o que u.led Cl'1!lha (·"eribu·nuo ('3 pllra mi. -:\0 ]¡~i ~mcdio! El uúmCI"Q lo escribeu.teu, o 1.. . tiro _~i usted 'I"i<:-Tl' que lo f!(>II, 110 hui iU"(lHl'enieu!e. las orejn~. -HiNl, 1 de <¡1I" no mo lo de~orcje. l'cro d,:me u~ted siqlli~rn uu -Xol 1111 l\l¡UlCro de],;1. ) 100\1('0. 1!lnzo: ~ei~ i >«'i~ F-CUl,LU,I!I, por ejemplo. -Grndlllll e~11XI licne siempre la bondad deelll·iármelo. - Dos ~cmaUD~ le doi, ; e_o por ser ... uSled; pero lo 110.1· -E~ '¡lIe lIj) tlOltn dc que lI~lcd lo C!\Cri1.>.1. vierto 'lue I'oi 11 dcdnrármdo eu perro de oreja hasta que -TOllo' ) ellmpla. -TOllo! ',n ayud~ de I'~ino. 1 -1 ~i no eumplo! .1 ,it·udo la e!lm de bhípida $<.'rj'res."\ que yo le ponía, ¡ -I.e he de ea!cntnr 11\9 orejas con un articulo .. . ,ay;¡ I fu.., 1:.\,."lhll) de In ialtri>.J.llera UlL:"I Ji_\';1 c,,,,;I,,, por 8lLplles. que le Iwn !l(' nr'!c·f. lo, d,· lo~ I'ljO:n('a en las li~IM ,le los prOKmmn~ o a.str- ( Illas de l1 jotn. ("" p.1m 1()6 cxállleucs. )las ta rue ya comeoco; a "crlo eu ( -Qu~rri;1 u~tlXl dl,<,irme c\lil~s son eS38 décimas? 1"'L1..~ I>UI li~t.1S de slIplento:s pam t<~lo lI'Jut.no tU que yo ' --COIl mucho b'lI~lo. El cueuto no e~ largo. }inicia IIn ¡lOdill $u!,lir. Cunudo lodal'Ía no em I".po <:lItero, Biuo pe. frunces ('o ~ladrid que ~e I'll'cinha de hablar el <'II"tollll.oO l'iw. f1¡"'l11llU.1 en lag liII.ilol. i con un aco'!nto puro .• \lgul108 lNl· rro... . l'llr!\·ra!', .t." El afio de 10 me !lliH': tll las fiJlIS dd gauundos de caf": '1"() di~¡llltnl>au con él, se empeiíaron oou ejúci((), i tu la camllafin dd Xorte, con mis \"oillto libras n el tuerto llreloll ole los 1 [ ~r":rog 1"1m que hiciera nll(lloa IlL~ coslillo¡o, I", ..., ha lisIa tre~ \(.'(ll'"S nI dio. En ¡as Iisllls de COmllQll'ar .I>or las on:·jn~ cnn I"'rol;\~ que eJjlli'z .\!J"jll¡,a a un j.K'O cojo, (\~;(, (vou krrilole {'Ilojo 1M.' '·"liI¡¡at la lijl·n·t' 1 ¡,. dijo: por 1>\ j(·la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El, lUOISAl CO . .. :-;",lio ID{I m,~" Ir'¡ un-j,,­nij() el jll'lUt', i nrn.'mpllja. El jitnno \nmhi"n I'uj; •. Como nguijn (-\ otro t'<'ja. En janlllll 1M paN'j:!. ~:I jllco rojo lI(l encaja. .t." &,. k.A "¡"to es que el frunces no I'lUlo pronunciar uua -"la pa' labra . ~f(l\l{" ~Un'llll' IO.,Lldl IIn (',toí I dl'~:trlD"mlom<.l, ~l UlUlll,r"j«) del uNen l'" t; .¡" i ,",r \'.\0. 1 si el uómero '1"0 me toen ('5 rOIIl.1no 1I¡¡·jor tl'lI: llll'j..,r, porquo yo ~¡ rOUlnno hasl.:. la~ orcja~. 1 -Par!!. '1ni"n CM la in,lirl'<:\5? -Pnnl elll'(;¡nr, i el quo t,-nga of'('jas quo oi¡.;:~ ) n 1>.,s~~o. - . 1 1 . n.">I:CCH)!< "t "OOH~. , 1. I ('uáullls vrlo, \'11 r.\Uto.~ll1a w m" ofr('("(l Quc n'·an7.ann, {'Oll ~'ntdlns ~·I(·stialc~ O elll1 Ihu!)".; dd inll, rilO. Allí \'¡'('\\"(.> 1I1".ll:Ir plllabra Qut' ert'ia {'NI lO>! (i"mpos I'"rtlilb~ .\"3 P.1r,l. ~;,·ml'm, Cuy,)" mi_terio""" (X~).~ So lt:lhillH l'u~lto ('n lIli~ 0;<1"" A re",mar, ni aUn d" lí'jO!<: ,. ()('{.~ 'luI.! me f,,(>fuU caros, Tri,t(·" o ale¡:n"~ 1lC\'"IlIQS; Tul ,\:1. nyes dolo ..... ~o" Entro ri"~~ i ('()uciprtos. Sonido~ <¡uo W C>I<'aparon, PlInl IlC'Ncrsc ('11 el viento, I){, lMK"-1IJ <¡ue ya 1 "t,in mud.", l.\: JI,,;cho.~ 'I"c' yu e, t.¡iu rert"" l. rL "0.1<1 1~'1>icn~o~" ""a~ horn~ Quo 11<)i en lon(¡'1Jn"~.1 luiro, r qu~ yn 110 ¡"m <1 .. \'oll'cr; lIallnrm" !:«.Jlo ¡maji"o n...t fc~till en la all<"h" !'alá, Hecorrícndo pensativo r I'QU mir.Hla nnhrlanto A<¡ud dl'~ierto redlll" Oond,' ~iu~ la tri,te/~'\ r la !IOk~lad i cl fri, i (·1 '1'''"''''. I ¡, ... I'u"td!! -En mí se mecen las nubes. - J':11 mí Fe mi ran los (·ido!!. Cull:\r(lIl: el agua grave J imió con dulce ¡nteres ; La bc;lÓ el vienlo suave; 1 Cl:! cosn que nadie snbo 1.0 que sucedió despues. . J. SÜ.(;.\~ f c.\lmA ~t:(I. A. , 'ISO!ti. OJ.'ER'I',I . .\1 que Jllwpn¡{l en 1::1 imptcllt.1 Pe J [crmahUS ~A'[u,\'~rría I'n reloj ,!uC'.«l ha r",nliul'>, ~, In ,Ior~ul In~ alhri,·in~. ~i n 1lIIPI'C mil O<'hocientM Unida,Ie8 ~ l~~ qui\"1n f:i~t~, ,k·he r"~lIltnr Exnctnmcnte1::l cifra Que ('11 una ,1n las dos ta¡lml n~ ['htn IK' I'~ ('>lCull'i,b. l.rn.lt.iUIU m : ,tr,\l,_, I ~I EIHU;l:O • .\ 1", i<'1~,~ do la OV\l· )o'('lM de OOmH<.'Ío, etcúc!'ll, En (>~Ie ~I"iso SI! nl'i",~ Ql10 cn ('1 c~tn\.1lec;micnlo Qu" se 1m menciomwo anib(\. So h3C('1I con pl1ntllnli't.:lmpil1a_, Tarj"llls dt, lIlalr;u,unio, l1c entiNTO i de d,:~pcodid." HÚlUI"'l d.· 1nd.1S da."('s 1'am !\ll-Irt'~ i mO;,je~, \"i"t.l~, ('nrt:l~ j~~'g,,¡t1("l1~. plllllO'<, De Nro i lop"~ral:í:1, \libllj(~~ para 1,,~ álbllms I Urjd:lS de \"i~i\..1. LoI! eml'll.'S:lrius o!~n Que ~enill N!uiwti"3S J~1' cuotas (\IIU l'.', !,~ra hOIl"'~ de um'''Ir<> p:li.., ha \ fundRdo i da 11 luz dieha )'()<'j,·da,1. .EI lluldill l'~ Ildual· \ mente d ünieo ero '<'¡rurn a los ~1l.l"Tit"l\ s i"l'uhlÍ\.".«'ion del primer ¡{linO que cou_wr;i d" dO("(' I'lit·J:."O< ('11 ¡¡I'o. o !\('an I!I:! ]>ájiun~. { ('ada I""~ ~al,' UII ]'lieg-o de' die? i !'(·is I~'¡jinn~. T.~ ~II~' erieloll Ad,'!alltadn "ale::; 1-6l>. Al fiu dd filIO Inldr:í. ,-,1 tomo g á. I ~ T\.'('i1x>n ~lI!1(·rl(·ion~s ~n la imprenta dd ~[OS\l("o. COLECClON DE AHT1CüLOS ESCO JlDO;; m; ~:~IIRO K.\.STQi'. Dc ,"cllta (:11 e:ita imprenta 3. 2 r<'l'OS fuer, tes el cjcllIplnr, CIl<;uadCI'Jlfldo a la I' ú ~tica . Im'HI'~I.\ 1'" "LI. 1.I0&1.ICO:'
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año II N. 33

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El Mosaico - Año I N. 49

Por: | Fecha: 10/12/1859

EL MOSAICO (A.L CUA.L ESTA. UNIDA. L~ BIBLIOTECA. DE SEÑORITAS.) TRIMESntE 4.0 Bogotá, 10 de dicienlbre de 1859. NÚMERO -iD. l En esta se malla, desde el domingo he estado Pá' mas alegr~ qu~ un muchacho cn pascuas. Eü 3st ulla casa dlspolllcmlo ulla bandera, en otra pe­, galltlO un letrero, aquí forrando en pcrcal cl pal9 de la e coba par:t dirIe honores de asta, Tlt:~DUC?!O.N dc~ himno, Avé Na,'is S klkL, por Juan anl mas allá pegando una Víljen ; en una palabra, E r:tllCISCO Ortlz .• .. •• , , •• , , .• , , , . , , , , , , , , , , " " " lllUr,IOGltAFí,\ NEOGRANADINA (couclusiou) .. " ,.,.,. 391 no me estuve qUll,ltO Ull lIli)tunte en esos t~:es ADIOS, poesía por J, B. n .. ,'., ., , '.' , , ." " , "" . 393 diaR. Qué aji tacion tan j encral! pobre j rico, CON'TEN'X:J:>O. El Mosaico. REYL'>'TA, por el Fisgon .. ... . . .• ......... ....... SeccloD literaria. lb; V¡';NGO ,\ BOG01:Á por R. P, " , . . . , .. , ., ... , . . 393 illdifcrellte i beato, tpdos, todos han dudo alg lln -EL G.\LLO (traducciondc Rossct ) .. " .. , .......... 3399~ paso para la mas popular de todas las fiGstas, JULLA I TEUC:SA, por A. O... . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . ." d" C'< A ,. I d t L.\ lIfAl.DICION, por lL M. Uadiedo (continuacion) . .. 396 no lre e11 ",ur men ca, en e lUlln o en !3ro• El miércoles por la noche, a las siete, cuan.dQ Secrlon ID Ilslcal. h:.bia cn cada casa un Illoyimiento jeneral, cayó LA AUltOll.l, redowa, por Daniel Figucroa. EL IVIO§AICO. UII fnerte agnacero como para' r efi'esc:1r lilla ciu rb<1 qlle UJ'1 mOlllento despnes debia parecer ihcendiad~ por mill:tres de millares de Inces. Efecti "amente, :t las sietc i media preseutaba el Scllores Sllsultores I Ajeutcs. . Con el n6mero 48 terminó el 4 .• trimestre i el primcr aspecto' ml1s pill to resco que se puede concebir: afio ue J~L lIfos.uco j pero nosotros, queriendo concl uir el en caeh puerta i Y el1t~na, desde la morad~ rle ailo civil pam principiar elL o de enero turca nueva,. los g randes basta en la choza del infeliz j orna­s uplicamos a Ilucstros t\bonados se sirv",u pagarnos 1o" lel'O b¡tbia l!lm hlZ, i basta e11 los cielos la h~J\a tres números que siguen a real cada uno, pum lo cual co· como UIl:t lámpara (lásti'ma, que esta compa,ra­braremos por el trimestre venidcro 15 realos, 12 del tri· cion SC:L tan C0111UII, que si no ahora mc vcndria lUestre i 3 por los tres números que faltan. Ad"ertimos Lambien que en adchtnte no mandaremos J<:r, },fOS,IICO a como propuesta de llIatrimonio) iluminaba el lIingun ajente qllO no nos haya contestado o remitido los firmamento COIl l:t t ranquilidad de una r eina que fonuos do las suscriciones colocadas. sale a yer una fi estn en honor sll yO. N o h:lÍ que --._. ll eg~r1o, en estt\ fiesta todos se 'han esmerad'o : REVISTA. hs casas de los sefiores Lanzon, Valen zuela, CU:1l1elo yo eleci,. en el número 48 "ya estiÍ.n P ortocarrero, Sih'a, Obregon i otras muchas sorteados los jurados que debell co nc1en:tr a mas, llamar?1l ht atencion por la riqueza i lujo J esus Malo" IlO hacia otr~t co~a qlle servir de COIl que csta,bitll aJorn~das . En l:t casa arzobis­cco a la opinion j eneral, pero ele ninguna rn~- pal, entretanto que en el b:tlcon se hacia oir UIl llera tra.t:tL:t de dar :t eutender (lIte e:sos indi\' i- magnífico canto, al frente, en la c:tlIe se quem:t­< 1uos c tuviesen comprados para cOI1(lcn ~r1o . ball en una hoguera libros prohibidos, segun mc Todos son personas conociel;ti' i alg nnos de eUos dij ~ ron, porque no ví de léjos sino la g uardia i son lIlui allegados a los red~eto rc;;, i a qu iencs, la l1am:1s. CasÍ a 1:1 misma hora, por Sant.a Ines por lo mismo de ningun:. 111:.I1CI':1 haria una un cohete hacia t~les estragos en el traje de una ofensa , corno la quc se sUjJuso en m:lla hora. 1 serrora que por l)OCO que 110 se le puede ap~gar. si hoi llIi.-mo bubiese una allul:tcion i me prc- :r o me atrevo a hacer una reflexion que me sal­g llu tascll qué hal'ia el nue\'o jurado ?-Conde- ta abora mismo, porque la opinioll esw' en estos 1I~\r1 0, contestaria, tal es la opinion j elleral. di;!. mas susceptible i delicada que una enCOl1a- Ahora, eon respecto a los do ' r emitidos del dura. Eso debe consi ·tir en la' enfermcdades P 01WE~"1R, diré que la revista del MOSAICO, soci~tles, seguramente j dejaré que se alivien un como es mui u:ttural, no hace sino referir la cró- poco. niea ambubríte joma" claro, coje las noticias al Al dar las 11l1eye se echaron al yue10 todas las vuelo p:tr~ d:tr Cllent .. de ellas. ¿ Qué haria, campanas que hai en Bogotá i todos los cohetes pi'eglllltaré Y,o a cualquiera, si teniendo lille dar i que se estaban haciendo desde ahora u.n M,O. cncnt:l de lo que pasa en l:t 'cmana, a tiempo ele Quó Solferino, ni q)lÓ j:lr!lll!lsj no hai con qué tira.r el periódico se sabe UII :1 notici:t Uel carác- compal':tr el ruido de. músicas, cohetes, campa­ter (le 1:1 que yo anuncié acerca de la represell- nas i g ritos que se oian en t odas partes. Cen­ta(' ion llll los socios de San Vicente de P aul? tenares de globos poblaron en ese instante el ,:. E~pcrará haRta los ocho dias para ver si sale espacio, como las estrellas en una noche de Ye­cierto lo qne se eli ce, N o! porqlle cntónces PC\'- r:tuo. Ellos iamhien con Sl~ S jiros lentos e itl­lleria el periódico su caricter csencial de noti- constantes iban escribiendo en el espacio, no cioso. 1 tan h~hia motivos de creer que pudiem haiduda, el preciosísimo nombre de l\iARíA. Qné suceder aquello, qne yo he visto ulla represen- g rato es esto para un corazon cristiano! Ab! tl1cion cuya primera firma es la del Ilu ' trí;3imo pcnsaba yo, si cada luz de estas fuese :tcompa­señor Arzoui ~I~t), Ba~ta. ) ñada de un pcnsamiento, cuánto habrbmo:'< ga- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 390 E.L M,OSAICO. nado a 10~l ojos de Dios! Él, que recibe con tan buena voluntad el perfume de una flor que se abre al soplo pasdj ero ele ulla bri'sa, como el hor­rible estampido el el t rucno que all'asgar los espacios pronuncia Sll nOJl1 ure ; con cuánto pla­cer recibiria una manifesiacion becha en ,honor de aquella a quien escojió p6r su madre? A la misma hora hubo en casa del señor Lan­zon nI! magnífico concierto, en el que se oyó la VQZ de la seiioi'a de Mirándola. La concurrencia que hubo en las calles, apesar de lo húmedo del piso, fué nnmerosÍsima. , .Al amanecer ele! juéves, la ciudad se vió rica i llena de galas 'como una niña que se pre­para para una gran fi esta. Desele las altas, muí altas ton es de la ciudad en que flameaban lar­gas banderas i que a veces una ventolina venia a mover suavemente, ieon ese dengue tan seme­j ante al de el desden de una mujer, desde el balcoll del grande hasta la puerta el el infeliz que acaso habria ,empleatlo lo único que tenia para La,cer una manifestacion a la Madre de Dios, todos dierqn una muestra por un culto tan tier- .. no. Los pabellones ele las legaciones estrmJjeras estuvieron izados en todo e! cua; como si las demas potencias quisiesen tomar parte en una tan alegre i j eneral tiesta, ,Arcos de Jam'el i de cintas, jeroglífi cos, cortinajes, coronas, ramille­tes, todo, todo se exhibió i puede asegurarse que no quedó una flor en los janunes que no se 'cojiese para adornar los balcones i ventanas. 'Cómo no! si Ella es la rcina por·quien las flores se abren! ' " , Ahora, permitidme lectores mios, que os llluéstre estos versos que debo n; la boudad de I1n amigo. LA FI1i¡STA DE LA INUACULADA CONClJ;PClON DE lIIARÍA. A i ! cuánt.as cosas, Dios mi'o! Ro'mpi6, trlullfalldo por siempre Venga a mirarlas, papá. . De la scrpicntelnfernaJ. Todas las campanas tocan -¿ r preterirá la Vjrj~n , :ATegres ;·sC '"c.I"btilrar La mas lindas no es "erUad? Mas'Iuees gue las estrelJa& , ...,-Ante sns diYinos ojTIAGÚ. En~:lyús líricos i dl':lll1:itieús, , cscú.iidos i publicadús púr Sil maestro. i amigo. L.}1. J~lé!·\l;;. Bogotá.. Impí'entct ele Eclieve?'rta Hermanos. 1851. 1 yo.l Ú 111 en en 16vú. 152 pájinas, co.n pról~gú del editúr. Bogotá. Imprenta de P1'ctdil'a: 1841. (Se­Ó'unda ediciún). 1 yo.lúmen el1 Svo.. - Jacúbú Múlai, drallla, úrijinitl, en 5 acto.s, i en verso.. Bogotá.. Imprenta del N eo- G?'Ct­naelino. 1,85 l. 1 vü)úmen en Í6Yo.. 92 pájs. 1j:l Castillo. d ~ Berkloy, drmnn histórico. en 5 'actüs, en ver~o. Bogotá. ,1856. Imp?'en­ta (te Echevé?:ía IIe'l'mános. 1 vo.lúme\l en 8vo.' 84 l)¡ljinas. - Leo.núr. Lcyenda ~rijinaJ. Bogot,í. Im­prerit :t de Echeve1'1'ta .Flúmanos. 1855. 1 vúlúlllen en 16vú. 120 pájinas. PEREZ 'FELIPE. GOJizalú Pizarro., drama 'en 5 'actús i en verso.. Bogota. imprenta de E cl¡.e­ver1' ía Ifermanos. 1857. 1 vúlúmen en 8yo.. 74 pájinas. Cún un prólo.gú de ALPHA. PI~ÉREZ JERlI.AN GUTIÉRREZ DE; Púcsías. Bo­gotá. Ir'nprmita del Neo- Gmnadino: 18-57. 1 v{¡lúmen en 12\'0.. 74 pájinas. Cún un prólúgú de P. N e,ira .Acevedo.. • ' PÚSAJU J Ú:.l..QU1N P. Versús. Cún prólo.gü de 1l'. P érez. 1 vólúmen 'en 8vú. 15'6 lx\jinas. Bo­gota. 1858. Imprenta de E clwve?T¿a IIer­manos. Ro.~IERo. BERMUDE~ RAFAEL. En~yos po.éticús. : 'Bogotá. Imprenta de Ec/¡'e:iJerría H(3?'manos. Un fo.lletú en 12vú. • , . Royo. 'J úsÉ MANUEL. Teatro.. 1 vo.lúmcn cn " ~2vú. 278 pájinas. ~~ po.tt:;t~a. (E;diciún de Cartajena.) , .' Obras dram:lticas. Oa?·~aJena. ~838. Im­prenta de Edua?:do Hernánelez. 1 vúlúmen en 16vú. ~62 pájin;s. · SAMPER AGUDELÚ J OSE MARíA. Flo.res Mal'­cb~ tas,. Bogotá. Irr¡,pre'l'fta de Oualla. 1847. l ·vo.lúmen en 8vo.. 200 pájin:].s. - Piézas' dramáticas. Bogotá. Irnp'enta del Neo- Granadino. 1857. ' 1 vúlúmcú en 8vú. 325 pájinas. ." ' ' - E.l' Hijo. del pue1?lo, ,drama im pr9sa en 5 actús.·· Bogotá: Imprenta del Neó- G:1'Ctna­dind. 1857. 113vú. - ' 1-a Co.nspií·aciún de setiembre, Dranút his­t6i'icú cn 5 actús i en prúsá. Bógota. Im­prenta del Neo-Granadino. 1856. 16vo.. 128 páj~nas. ' . SALAZAR"JÚSÉ ,MARíA. ~l placer público de Santaf~. 'Púema en que se c~lebra la llega­da' del, virei Amar i Búrbún. Santafé de Bogotá. Imp"'enta de Espinosa. 1-804. 1 vo.lúmen en 8Yo.. 42 pájinas. " ] 2vo.. 56 pájinns. ~ - La Campañ-a de Búgot~. Cantl? hCl'ói~o. Bogotá. Imprenta ele C. B. E. 1820. 1 fo.lIet,ú en '12\'0. ' TEJADA .JUAN MANUEL G.-\RCIA 1m. Cancion ' cantable o jácara. Pe?-p1,ñ:an.'ImJmmtct de A. LasC'l"l'e. 1836. 1 vo.lúmcn c¡t lG.o 54 lJáj. Tómms CAICFAlo. J o. si,; MARíA. Ayt-'S del com­zún: co.leccion (le po('~íns orijinalcs. Nuevrt rod~. Imprenta de lV: JI: Ge(J Stmoct?·t. 1853 1 vúlúmen 8,·0.. 350 p:1jinas. UmWTIA. lt-L\G))AJ.T<;NA. Aiiú lllICYÚ. Coleccion de Púesías. POpcty(tn. B 7.1tyl'entct de lct Ma­e'ricnria. 1856. 1 fúll eto. en 16vo. V ÁnGAS TEJADA L UIS. Po.esÍas. (Eiliciúu i prú­, lúgú dc Ortiz). Bogotá. B l'Ip";enta ele. Ortiz. ] 858. 1 yúlúmen, 8yo. ~27 pájinas. Túmo. n. (Véase CARÚ). ' V ÁnGAS L1WPOLDÚ AmAS. Pascual Bruno., dra­ma en cinco nctüs,en prúsa.1 volúmcn en 8\'0.. 48 }Jájinas. Bogotá. Imprenta de E oheverl'w' IIm·manos. 1857~ • V ALENZUELA MAmo.. Púesías. (Ediciún . Es d sentirse que la parte lírica /il'ste,' el,l s:u,'m,'aJ'R! pa te distribuida en nuestJ,'ú :),bunda,ntísimú. 'peril diSIDo., 'i' e~l hújas sueltas , ~I po.ema d~o.· Io.n pÚl' el señl?l' Or~iz, la mayo.r pn,rt,e del ún­zal'o. de Oyo.n de\ señúr Arbúleda, las ' sins , del señúr Rafael Po.mbú i cjen o1;>ras t s de l1ues~i'ú~ ~l)j'e!1io.s: ' " , Bo.go.tá, núviembre 11 (le 1~,~9. - J~a Co.lombiada o. Colo.n, el amúr a la pa- trI. a¡ . , , li' O· á Ol'¡; In feeba de 1760; otro que p.rece ser de Bogotá , 1- útras púes18s rICaS. ar cas. 'J 0 - 1779: limbos sin direeeion. Pero el impreso mas n o que .h~. cinas tipográficas de Briceño i Oampbell. terminantemente en dó!,de fué impreso, es el II to J.O de 11 '. á" Gacetn de Suntafé (edleloll en 1!l~0) que. lleva lS52. 1 volúmen en 8vo.. 192 p ~mas. - ! fccha de 11~. A este nos referimó,; oOcí.lmonte. I I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. 393 .mlOSl Adios ¡ oh TUllja ¡ Dc tu pardo ciclo Brilla el úl timo rayo para mí, P royectado en el verde estrecho snelo Do levantó tus muros Aquimin. Por vez post rera estamparé cn-tn grama :Mi pié que flores en tu seno holló: . Por vez postrera, hermoso panorama, ' Ver§ tus campos, tn ciudad, tu sol. Adios ¡ eh Tunja I El viento quc pasca Sobre estos montes, jélido i veloz, La larga crin de mi c.~ballo ondea, 1 alza en sus alas mi pOstrer adios. Soi ave peregrina que la suerte . Con ignota violencia huce jirar, 1 hasta que llegue al seno de la muerte N o hallaré dic\l~ ni ilusion, ni paz. Junto a la orilla azul del mal' sonoro Bellas ci lldaéles levantarse ví, Dondc entre mármol centellaba el oro, Donde moraban hermosuras miL Mas pasé . .... cual la t romba de esos mares, Como el errante i rápido bajel, Siempre ensayando lúgubres c.~ n tares, Siempre doblada al padccer mi sIen. Roí. . .. me alejo de tí, cuando la aurora Coloran'do esos cielos de ~a fi r, Tu adormecida faz alegla i dora I Vírjon oculta, perla de Aquimin l Adios ¡ oh Tunja I El vic¡1to quc pasea Sobre estos montes, jélido i veloz, La larga crin de n)i caballo ondea, 1 alza en sus álas mi postrer adios. Como pasal1 en óptic(l. ilusoria La rubia luz, el lindo t ricolor ; Cual vuelan las imájencs de gloria, Que en sus sueños 'el J enio columbró; Así bien pronto, al re\'ol ver la frente, Tunja l a esconderte ~ara mí ya vas : Ya !lo respiraré tu fresco ambiente, Ni veré el so,l ~obre ~u faz b¡-il!a,r. :lUuque no sea sino para ver, admir:lr, desear i atormentarme como Tá,ntalo. ,Mas esta determin:wion mia de venirme a Bo­gotá, no se hafol'll1ali zado siJl J iscusioll apasiona­da i borrascosa, ni se llevad a calJO sin sistern;t­tica oposicion, pues C01l10 pertenezco al gl'emio de los iniciados, lo que quiere deqir que no SO! soltero, he debido consultar i he consultado el parecer ,de mi ~ara mitad, i ella se ha propun­ciado enéljica i rotundamente por la negativa. N adie se puede imajinar los 'argumentos es­traños i a veces sólidos que ha empleaq.o para disuaclil'me. -Per6 cómo quiere~, hijo inio, me ha dicho, que los dos, recien casados i pobres, pobres pero decentes i ~en sibles, avancemos' por ~m a ¡le las cien puertas que Bogot~ tiene para entrar, euan~ do la :tj ena, mas no por eso ménos triste i dolo­rosa esperiencia, 1I0S enseña que no tiene. ni una sola para salir ? J, suponiéndonos ya adent ro, ¿ c6mo quieres que seamos l'eci).¡ic1os i hospec1~­qos en la ciudad cuyos moradores hacep consis­tir la cultura i las buenas maneras en osteÍltar. e inc1ifei'entes los unos para con los otros? Cierto es que aquí en nuest ra estancia. pasamos ulla "ida retirada i silenciosa, humilde i con necesi­dades, pero vida que podemo;; apellidar, con la, mano sobre el corazon i la frente ' le,antac1a., "ida tranquila. Cierto es que aquí 110 estamos rodeados sino por árboles i piedras, i' que en nuestros info rtunjos hai veces que no somos respondidos sino pm' el eco ; pero esos árboles i esas piedms, por' lo mismo que no tienen sen­sibilidad, no insultan nuestra situacjOl,l con Sil indiferencia , positiva ni agravitn nuestra amar­gll1' a con ~n sola, e i¡,wrescindible presencia. N o obstante estas i Qtras muchas i gl'llves refl exiones, heeh¡ls 9011 la I\lej?r intencio11 del mundo pOI; una persona tan mteresada , en la Otros campos me esperan ¡ ai I en ellos cuestion como yo m,i,smo ; me he c1etermilúi.do Dulce recuerdo para tí tendré, 'd B " . . D' , Porque gocé en tu seno instantes bellos, a venirme del t,o o~.. ,ogot\l- ; 1, VIve lOS . que Porque un instante en tu recinto amé. si he tomado esta re¡;olucion, 'mis razone!! i mu, Adios ¡oh Tunja ¡ El viento que pasea podero!!a¡;¡ J.¡abré teniilonia de los' En. CO,nseeui:mci:,t, t odo cor,~on con1p.a~\VO, se. Andes, a este. foco de luz i de ·placer que atrae hal:á cargo de la amal'gv,ra ql,le se apoderará de ~ encierra ~uant? hai de helio ~n la nat uraleza m~ a~a,' ?\.l,~ndo eonsid,ero , Sin. que no es que yo obedezca, a lo ménos directa- qfi 'qu,e. en mí haya esftlerzo.s., de beno, de grande. o: de J:m:o, sill.o por aquello , Yo, que sueño con la idea de Ilegal' a ser de que" quien quiere a Can quiere a Rebadan." alguien con, el tiempo,-i qn.e para ta.] fin be juz­Bogotá quiere que a Sl1 seno ve.ngan ·a parar las gado iDdi ~p ensabl e 'tUl estudio sost e,n.ido. i una mas lindas de nuestras lindas, los mas Jlábiles i observacion incesante. Que siempre he recollo­agudos de nuestros in,jer¡,ios, ]'o~ mas esquisitos cido que lmi pensamieDtos qu{) son del dia, i del i acabado,? de nues~ro~pliodu.ctos ; i, si esto momento, i que¡ n.o espresados en, cl- acto de quiere, tambieJl me. tiep.e que queJ;er o tolerar ser concebido's, 'e pierden QOlllO el fruto de las a mi, porque donde esto exista, allí 'estoi yo, plantas que cre en eD la s~ledad ele las selvas. ( Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 394 EL MOSAtCO~ Que he considerado la intelijencia sin cultivo como terreno fértil abandonado que, cuando se intenta remover i l)reparar, es tanto mas difícil cuanto lllas vú:jen esté. QlJ.e he ereido qne no prodtlcir algo orijinal, no ejercitarse en la cOlUunic:wion escrita de las ideas, es tanto como cambiar la naturaleza d e ser pensante por la de anill1al sin razou i sin estímuro. Que me complazco en reconocer que así como cada hombre tiene su estilo peculiar, así tambien es­tá- dotado de un motlo distinto de observar el ulliY er~o, i que, si logra esponei' con claridad sus conccptos,.si logra apoderarse de un ¡ltomo solo de vcrdad, sus escritos por precision serán importantes c.ualquiera que sea el asunto sobre que versen. Yo pues, en fil~', cO,n ' todas estas cl'éencüls 'i pretensiones, habria: de permanecer retirado .en el .eampo, lidiando diariamente con j cntes sin edt(cacion, sin porvenir i sin gloria? Yo, de eói'azon Qutusiasmado i sediento por la ciencia, habria de r es'olverm'e a vivir en un rin­con del desierto, no de otra s'uerte que aquellos seres degradado's de quienes dice Lope que: Sin libros i sin papeles, Sin tratos, cuentas ni cuentos, Cuando quieren escribir Piden prestado ef tintero? 1 por cierto que si ahora me afano i pienso en mi porvenir, es por haber tomado estaclo prematura i desacordadamente, mas no simnpre me inquieté por eso. En mi adolescencia abrióse mi corazon al placer como el cá.liz del jazmin al viento ele la aurora. Mi senda estaba embe­llecida por la amenidad del paisaj e i por la bri­llantez de todos los puntos del horizonte. Para mi pié no habia espinas en el prado, ni para mi mano áspides en las flor es. La sombra ele to"<1os los arbustos me .era bienhechora i mi labio sen­tia vivificante el agua de todas las fuentes. Mil esperanzas, como otras tantas avecillas, volaban en derredor mio, i yo veía todo esto, i nada llamó mi atencion, i nada miré, porque era feliz. A la felicidad, no a la justicia, es a la que los poetas antiguos han debido representar con los ojos vendados. Lo bello i lo sublime solo se empi~zan a percibir i adlI!irar en el instante en que la mano del destino nos precipita por la vía del dolor i del infortlinio. Es entónces que nos dirijimos con emocion i hasta COll esperanza a los montes i a los collados, a las flores i a los árboles como a íntimos i .viejos ruIÚgos, para hacei:los partícipes de nuestro desconsuelo. . P ero tal vez me iba distrayendo de mi objeto. Anudando, pues, el basto hilo de mi discurso, diré que si a las ventajas literarias de la vida en Bogotá, debo agregar la para mí de tanto precio, la de la independencia personal, . hasta donde esta utopía puede realizarse, desapare­cen hasta. las mas lijeras mnestras de vacilatÍon i se tornan en impaciencia por mi pronta veni­da. A esta ciudad donde tuve i f()Ijé tantos sueños de ilusion i de espemnza, que despne.s ' he visto disipados como neb:ina de la maílana con el avance del dia. Sueños que hoi 110 son sino recuerdos que cada vez me conmueven i me contristnn mas, porque la ilusion es la for­tuna por cierto tiempo, lo mismo que la piedra hruta i comun es riqueza miéntras la juzgamos dia m~nte, pero el dolor es tanto IUUS acerbo, así que la realidad a})arece, cuanto mas firme haya sido la falsa creencia. Porque la esperanza lejos de ser un bien es lpl mal pos~tivo, un en­gaño prolongado i cruel. Bacante adormecida, mas no por eso ménos furiosa, que se complace en bllrlaruos ,i entretenernos, tomando diversas formas i distintas vías. A Bogotá donde cada uno vive corno le parece, bien seguro de que su vecino ni por curiosidad averiguará quién es ni cómo lo pasa. A Bogotá donde de hecho se goza de las garantías que en vano prometen i decantan las in stituciones de otros pueblos. A Bogotá donde el pobre encuentra la disculpa i el engaño de su pobreza, i el rico 1
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año I N. 49

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El Mosaico - Año I N. 37

Por: | Fecha: 17/09/1859

EL MOSAICO I Bogotá, sábado 17 de setiembre de 1859. NúMERO 37. OONTENIDO. ".. PAn'Í'IDIATltDroXIAL .•.••••.... • •.. • ••.•.•..•• 203 OUANDO NO P OR lHEN A .TI:II0 .• • ••....• • •• • ... . • id. CONCIERTO DD DE ~ P E 1)IDA . . . • . . . • • • • . • . • • • • . . • id. RE\' ISTA EUHOT'EA-=-Por Andina" . .. , , , • , , , • , . , 294 A LOS SRES. n .UMUNDO ANDHES 1 RICARDO SAYfA· MAIIIA-Poesía por J P. Pos ada .• , ., ,. " . .. ,. 296 PnÓLOGO 1 EPíLOGO DE UNA NOVELA-Continua cion 207 ~UNQUE L~ PAREZCA CHANZA-Le trilla ..... , ..•• ' 298 l L CACHACO, .•• , •.••• , . , ••.... , •• , . • • • . . . .• 299 AYISOS .', , '" . • .... ' ! ' • • ' •• • . , , , ••• , .' •• ,. 300 =-.Aa...:m&. r:ra:"' = :ro.>. .. .:J _ xm:::::,EIL:I...o .. A ISABEr.-Polka por Santos Quij'tno .•• , .• , , " 1 i 2 1 ~(l; ~~etol;oo(l; 60 Sfe,;wúta~ -da41:4?¿~; ¿" ~/. a¿n¿a4PZ.(Y'/I-¿' 7~~ .... n &,," #,#-tUf~ ....- d¿~. CUANDO NO POR BIEN A JURO. Como a la una seHa, . o una i media de la tarde dellúnes, cuando hastiado de estar en mi casa salí a recorrer las calles en busca de materiales. Ai! que no sabia cuán fe cunda habia· de sel' esa semana. No 'sabia cuántas desgracias Í cuántas feli cidades se me espera­ban. En recorrer la calle real i verla con mas tiendas i comerciantes que compradores i en .oir a los canólugos en la Qatedral murmu­lla' 1.ldo su rezo al.son de Ull suave i cadencio­so órgano, se mepasó mas de 11p.a hora. Aquí con plata, sabi~ndo o queriendo trabaj,ar, l)ensaba yo, que sabrosa se pasa uno la vida: mejor que un canónigo; nadie molesta al que no quiere meterse en na~a i c::¡,d,a,cu.al es 11 .... --Siga .U. con nosótros, me ülterrmnpió un'hombre i sin que hubiera tiempo de re­plicar me hallé en medio de unos 'Cuantos soldados. _ . ~Señor, le dije al que mandaba la escolta: segnn la Constitucion i las leyes U. no puede llevarme a ménos que ..... -Todo eso será cierto pero U. tiene que seguir «on nosotros ahora mismo, quiera o ' no quiera. Qué remedio! Me llevaron a 1m ,cuar'teI hnprovisado junto a la Cá,rceI i me encerraron en un ClQarto conórden de no hablar a nadie. . Por qué será esto ~ pensaba yo. I Qué habré dicho ~ A:[ ménos mi íntencion ~a sido la de no·ofender a nadie; con que, por qué será:es­ ·ta prision.i Oomo a 1a ·media hora entró el Alcalde . . -Podré saber señor por qué estoi preso i por órden de quién? \ -Está preso porque tiene que servir de sol­dado; pero no es U. solo, consuélese con eso. -Ese es. consuel? de ne~ios. Hágame el [av?r de ~leJ arme salIr ele aqm porque me per- JlldlCO. . -Cómo se llama U. . -El :Mos.<\,Ico. - Qué oncio tiene·? .- Soi periodista señor. -Periodista ? Sinónimo de vaO'amundo me .~le.gro de que baya caido. 1 qué clase d~ perlOchco es el q1~e redacta? Político o . ; ... -Literario, me apI:esuré a decü' para de-sarmarlo, pero él entónces dij o : -Cómo se conoce . que no tienen en qué ocuparse los que redactan periódicos litera­ríos. 1 qué estado tiene? - Soi soltero. -Vaya, U. no se escapa de ser soldado porque ademas de ser perlOdista o vaO'amun­clo es soltero i hai órden de que todoosoltero sirva en el ejército, por ahora. - N o soi casado, pero soí cuasi-casado por-que estoi de novio. . ' . -Esos son pretes.to,s para que yo lo suelte 1 eso 110 lo consegmra- Adios. - No; no, señ 01' Alcalde .. Mire! venga acá! Oigame. Pregnnte U. í verá que .... - Con q~ué.n se casa? . -Con la BIBLIOTEOA DE SEÑORITAS Están hechas las informaciones, el CATOLICISMO será quien nos casa, la madrina es la GAOETA i el padrino el: .... -Calle U. me interrumpió. N o sabré :ro que esa señora BIBLIOTEOA se murió ? . - No señor,resultó falsa la noticia isi nó va ver?,- c?mo va a reso 11 al' mas grueso q:ue ánt'.el s. - Blen,. pues U. sale, ahora, pero si dentro de ocho dlas no se ha 'casado le prometo que no se escapa, i lo ~lando para Cartajena. La verdad sea dlCha, en 10 que ménos pen­saba era en casarme, pues lo que habia entre la Brm.IOTEoA i yo, no pasaba de meros co­q~ leteo?, pero qué reJuedio! Cuando no por bIen aJ uro. Vale mas estar aquí casado que soltero·i de soldado .en las playas del MaO'da-lena. ' o , Ell el número si~niente se dirá lo que hu­bo eulas b?das ?~l lvIóSAI.o,o .. que por hoi se pOll~ a la CliSposlclOn del publIco con mas ga­ra~ tlas, puesto <¡l.ue ha tomado estado i se ha urudo a la BIBLIOTEOA DE SEÑORl'Í'AS tan cono-' cida pOI' sus vü¡tude..s. i belleza. -..' ..-. --- . CONCI.ERTO DE DESPEDIDA. El MOSAICO ~uvo el gusto de asistir con su Se­ñora al concier~o que tuvo h1O'a1' el dominO'o. La concurrencialnofué abund~ité pero sí es~o- * ¡I . . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 294 EL MBSAIfW. ji(la i en lo j eneral t~fjlo estll!VO ~)ien deS~J~lpe~ liado. Los miembros de la SOCledad Lmca 1 al o-nnos otros se prestaron gustosos a dn,r ln­ci~ i ento a la funci on, i las señoritas 'Teresa Nieto .i Oelestina Ospina nos dieron un rato lwraclabilísimo en las diversas ocasiones que sg presentaron a carltal' .. I:a " Au~'ora " ~an~a­da por la señora de l\'Ürandola J la sCllorlta Teresa Nieto fué con rar.wn ruidosamente aplaudida i aun se hizo repetir, i si nuestra fi­bra de nacionalidad no hubiera despertado completamente con ese canto, el señol' Ori­sóstomo Osorio lo habría hecho con Sl1 "Bam­buco" A un granadino se le puede con­mm'el' hasta hacerlo temblar con el pomposo infortunio de Norma, se le hará éompl'imil' ellmfio de cólera al ver a " Atila" i lágrima tras de lágrima caerá de sus ojos al ver a " Julieta i Rom.eo " porque ninguna ele esas cualidades faltan en su coraZOl~ j eneroso: com­pasion, odio al crÍmen, i la esqnisita sensibi­lidad de alma que hace de cada sér un poeta; no, nada eso falta en 1m granadino; pero si se le quiere yer llorar o. reir al mismo tiem­po, meditabundo i j ocoso, sério i alegro tó­quesele el "bambuco" Es que en cada nota, en cada voz, en cada acento hai una hi storia para nosotros; qnien ha oído los de.ios me­lancólicos del " Bambuco" perdiéndose en los bosques ele las orillas del rio, no puede mónos que sOl~reir tristemente al oir al señor Osorio i , el' qlle se blU'la de nosotros finjiendo UJ1 l't tan grata realidad. Felicitamos al señor lfIi rándola i su señora por el aprecio que han sabido granjearse en esta capital, pues, quizá han sido los únicos que hayan conseguido tales m~nifestaciones, como la de que personas de la alt.a sociedad hayan servido en un concierto público. --->C.I. .. REVISTA PARISIENSE Paris, julio de 1859, ESPOSICION DE PINTURAS 1 DE I:SCl:LTURAS EN EL PAI.ACIO DE INDUSTlUA, _ Un acont ecimiento muí interesante ha llamado la aten· cíon de los afi cionados a las uellns artes, durante los me­ses de mayo, j'unio i julio : fa esposicion de pintura en el palacio de Industria. En nuest ras reyistas siempre hemos jnzgado segun nuestras ideas propias, p orq ue cr eemos que todo el mun­do en conciencia pucde cl'Ít.1car una pieza de teat ro, un lihro o un trozo de música, i cada cual puede v erlo dife· r ente segun sus ideas, educacion o in clinacion,-Así co­mo un diamante parece de -.:lifer ente color segun el lado por donde se le mira., así la música, la uiuliogrnfía o el drama puedcn juzgarse spgun el cOI'azon o las ideas de cl,da cual, sin t ener la pr eten ~ion de ser un crímen de p rofcsion. Pero la pill tul'll i la escnltura son cosas mui difer entes, i no solament.e es indisp ensaule compr ender a fondo esas ar tes, ú no haber h echo un estudio espccial pal'll dcscribir como se debe ulla galería de pintura, Os rogamos, pues, ama Ules granadillfis que nos perdo· n eis sino no !lOS encontramos compet entes pam cri ticar las obras de la Esposicion; i solo hablaremos de algunos cuadros que nos llamaron la atencion. .Al principio t eniamos la intencion de leer las críticas afamadas i hacer de&pues un est!,llcto de sus juicios; pe_ ro esto no 1105 ha sido posible_ El espíritu dp, par tido, l os celos p er sonales i los odios p articular es, son los únicos sentimientos que guian. la pluma de esos escl'itores. Lo que uno elojia como b ellísimo, otro lo cl'ítica §in piedad, i: mucha ~ ycces !li el uno ni el otro tienen 1'flzon; así es (1 U6 ai ealJo de a}g,un t iempn nos halláhamos cn un lo be· /i nto ilÍJl 5a);,la., Nos cl ecidil nos, pues; 11 i ,' Il/Uel 'llS veccs . al Pnln.cio ..le la Indust ria, i, ohitl,. IIdo tanto los cloji08 como b s C I'íti ~a s, hablal'os solo de lo quu Il uestro unen o mal sent ido al't'Íst ico natural nos i ll "pil'a . . E l palacio de la lml us!,rilL se ha di vidido cn d03 par· tes : la pa rte l"'ja sc dejó pa "" la esposicion de escul t ura, i irI de hOl't icuhura, de la cllal ylL hemos ha11 ado. El p ri l1l or piso cOll t icne todas lIls pi lll ul'uS nI oleo, al pastel, nlÍu iaLul'll s, fotogmfifts, tli l;njos, litog l'a fías &". &", EII toda la par te ue at ras Jd pa lacio lla ll forlLl a.do IIlIa larga gul cl'Ía para la csposicioll de fotogl'afí a. Aeia la dercchfl d (~al'O Il otm galer ía dcstin ada pa.t;a los pintores ingleses, que siemprc lwbiall :lIandado sus o b ra ~, ménos en este nño eu q ue permanece esa galería solt· tlnia. El r esto del palacio es ,l r ri l', tOllo el fl'ente í la galer ía izqu icrda, sc 1", dejado para las pi nt ll l'aS nI olco, min iatu· ras i pasteles ; i en el ill terior del pa lacio i al delTedol' del patio se ye 1111 bll leon tloll ,le están los modelos de ar­q uitectura, dibuj os i gra bados, E;;CIiLTr;n .\. Uni mas de 500 estátllHs i uaj os r elieyps en br mlee, múr· I 111 01, pi edra i yeso, p ero solo menciolHlI'cmos una. docena, a. lo sumo. I A la entrada i en la parte inferi" ,' dd palacio l,ai un enorlllc pat.io cubiel't,o ,j e r ri, t:de;; ; n Ilí cnh'c p crfll llla- . das fl ol'es i fu cnk..s cl'i"talinas se encueutran la,; pri neiPn' l les ouras de escultma, Lo primero q ue se nos pr esenta es una bellísima pila I de agua be I~d i t.a, formúndola t r es figuras de 1 ronce,-las t r es virtudes teologal es,-r¡uc J'odean i lenmta n una enorme concha donde sc pondr" d ngna. Esta cs obra de lIna llllij e.l' : la señora Bertaux. I iIl as léj os notamos un gl'Upo : el .iénio IIn t" e las f/(ti'!'as de lami .. el'ia, La miseri a (dc mirada hambrie:n.a i brazos I descam ados) le ha qll eul'ado ulla ala al jé nio i lo t iene asido por el manto; JlIiént ras que est.e lnanta los ojos al cicló, con )lIJa mirada sublime i dolorosa. E n medio de un bos'lu ccillo de j el'á nios se levanta nna hermosa cstátua de In" rlllol: r epr esenta a la hija de Fa· I raon, salvando R Moiscs entre Sil canastillo. La tisollomía amaule i ent entecida de h\ lIluj er, su gri!clOSO yest idito i I el cuerpo del niño medio oculto en los pliegues del maut,o I cn que está en"uelt,o, ti enen una gracia i sencillez i una perfeceion en las forllla. , que hllcen que este grupo sea I Ullo de los mejor es de 1:1 esposición. ' EII ~re las obras que hr. n lImnn do la at~n ci on , hai una del escultor Franccsclti. Esta -es u,,,, enorl!le estátua de I piedra que t iene mas de doce pies de nJtma. And¡'ómed(t, atilda contra una r oca, con el p elo suclto i el cuerpo con· vul so, sufre Sil pena con eólera i despee.ho ; b. esprcsiOJI I de 1:1 cara es una obrll. maestm de difi cuhnd. ; La nunca 01 vida da Safo, está mui dc ilIoda eu est.e uño. . Apar te de yarias Salo.' insigllificant,es o ridícula s, feas o bonitas, que vimos en la esposicion ae pint ul'a, la, de es· cult.ura ofrece tres o cuatro; p ero la mns b ella es una del escul tor Gr llbowski, que r epresenta a Saj o sobre la roca ¡le Léucate. Su mirada. 4nspirada i la belleza de las formas ticnen mucho encanto, ~ Cerea de esta vimos una ti" mármol ¡,lnuco, llamada la P ensci1'osa; es obra de un Tt:11h:JJo, :\1. Lanzirostt, i }:t han destinado pam del;,'!':!r el nno,-o Lounc. Las manos, cruza das süurc el pecllO. i la cabeza r eclinada, t.ienen una espresiou de dulcí.ima mcl:mcolía. ' Figura-os uua muj er h ermosa en cuya b ell t'za idenl se lee un profundo desa li ento; ' ouro su r egazo está r ecostado un 11iño deyorado por la fi ebr e. La enfermedad se conocc 1'0 1' la languidez e indifer encia tristc en la posicioll del ni iio, cuyos braeitos ca en sin fuerza, miéntras q ue su mi· l'atb bu,;ca la de su madre como para p edirle alivio. Tal es la ]J[alal'ia, que ha puesto en la esposicion 1\1, DUl'llnd, eccultür de mucho mérito. En una esquiI;a sc ve una grande estátua de y eso que llaman el (Jiwp intcl'o de Saal'dam, En CSa figura colosal j nenuda; en eSello de todos pam nuestro gu st o es uuo llama­do Las hCl"lnana., de la caridad. Hit i all í soLre todo, mucho arte en el claro oscuro, stllt\'idad en las cnrnes i el colori­do; i ol r opn;je cs mui bu cno, aunq ue tnl l'€zle falta tina gran fu erza i p erfecci011 en el di buj o. Un", st'üor", q ue se oculta Lajo el seudónimo de Madalll'" Browll es cl r ínto¡· de ese cuadro. AlIado de este h ai uno de M. Foahnu uche, q ue muestra gmndc espírit u de obscrvacion. Unajóven ( h ermana mayol· o m"d re ) se i neliua háeia unn niHita i l e t rata de euscHar la. lcc"ú,n. La niii:l eseucha con distrae­- CiOll, i sus grntrdes oju::;., 11lcd iu c tll Ji cdos con la. Jua necitn, miran ' de soslay" IUl I' CI'lIloi'o jllg'llctc q u(' yace t.1rado en el suelo. Esta escc'n:t está "inta,hl con mucha gl~l cia i sen­cillez. Mns léj os se Y('H , 'jUlOS GOll f:l'ol)(Gud¿stas cRpafi.olcs, jngall ­do al bolo en d patio de una l' 0.:l d ~. El coloi·ido de est.e cúadro es en e strNrt ü y igO'l'OSO, i 1wi Jl: lI cha verdad en sus figura$ seV~J':l$, }I (>l'O~l1 l'lt~. $ i Jl xt ul'a les. Pasemos l.os c1 el ll;¡ ' O l!" c1'I' I) ~ p OI' nito, i ent r.cm.os pronto.al SA r.O~ !,C :\!I~ I~ O 1.0 Al frente de In. pll crta prinei.pnl de cS.t.esnlon se halla un cuadro colo"al r(,p "~H· " tti lismo, el deseo que se ha hecho tau comun de ganar lo mas p osiblc. Todos los pintor es de jénio, en vez de pa~ar tOllO i dos años tra bn.iando en 1m cuadro para perfeccionarlo en t.odos sus detall e., pintan por docenos, sin inspirncion ni esmero, p ara ¡lendel'los pronto i sin p ensar en la glori:L del arte. En Cllnnto n, las galel'Ías de modelos de arquitccturdi las de litogrnfía i fot,og1'llfía, declaramos que nos encoll­tramos completamente incompetentes para hablar accrea de ellos i mucho ménos pnm juzgarlos. ANDIXA. - --+--- A LOS SE~ORES. RAUIUNDO, ANDRES I RICARDO SANTAMARIA. ¿ Me llamads vagabundo, Raimulldo, Dirás que soi deECJrtes, Andres, Que soi mui pesado fardo, Ricardo; Porque como todo bardo, O si se quiere, coplero, Os pido siempre dinero, Raimundo, Andres i Ricardo? N o lo direis ; i me fundo, R aimundo, En que noble cual tú es . Andres, 1 como los dos gallardo Ricardo. N o;' ,no Iliu:narei·s petardo El trabajo de un poeta, Que está sin una peseta, Raimwlcl0, Audres i Ricardo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ----~~ '0';;;;':;;;:'0"0-d m:':á; ' n MII!~,~~~~ ':¡'"~": ;,~:.;,"~"" " r, . ] su:; o i o~, i ~ icJll ',)!"e (¡Ile Se le: hn1.l "l':l IlHr ccia bafí nr COll I .• :1 l1 11Ull lO, " h1 1l1 inuhL n la p c r~o n :L qiLU t eni a n1 fr ente, C01110 pnnL O aqll cl sc 1 1 ~L YlIclto al r c vcs, r econoced " i .le;:ptles dcj:,ha caer la Y i~ta ha~ta el sue- " Al1 drc~ , lo contl\¡]eís ill l:1 :¡¡I ,ah ilitbd : u la frenle ¡:;randc i des - T orn alldo Jo b lan co en pardo, pejnd:l, la cellía ca,)¡eilo negro como el ébano qun odalJa ' Ricardo; SUC](o 801>re la cs pnida COIIIO lIli\¡]l~as de se,la sol)I'C 1m 1II 0, sin el 11I ellOr l'C( :1 r clO t1'O ~ O de múrlllol. Lil r!l l1al,il idad dc S il j énio lrL lm-cia es tar s iempre tranqu ila, a1'a, ser nn ~lo ll tc-O r i ~to, de unn vieja imper tinentc. ' R aim:lIl d o, An(lres i U, icanlo . J ,[1, convcrsacl'on n 1 p1'1. nc1.])]. o rocl o' so 1J re nsunto,' (1e •I . POCrt i!1 lportan cin, conociendo cnda llno <¡ue no era ü,e l' el obj d o ,le que iba n a tnlbr i tanlo uno como ot ro ! divagaban pensl1l1do mus bien en lo que ilJan a tlccir ¡, que en aquello de qúe aparentemente se ocupaban ; s in clllbargo. dcspucs de muchos rodeos por fin se lu . oyó decir :t don Uahriel : 1 si h oi cómo aj ia co iUIll UlHlo, _nailllunc1o, Oon mi mnj c r i 11.i8 tres . . .. Anch es, 1 t an ta y ij ilia g llardo, B.icnn l 0, E"tc (l est ino bastar clo Camb iad, ; i én t {>IlCcR .. ... oh ! Prcf;ent cs os t cn clnJ yo, R aiu llU1l10, Anch es i Bicardo, Ent r e tan to, vcs q u c infundo, Railllundo, Picdad ; tú tmn bien lo v es, Andre~, Que dc n adio me resguardo, Ricardo. P or cso os b uzo estc dardo, Q ue espero no os dej e iles 8, Pnes ag ua rdo t r einta pesos, R :iillluu clo, A ll ill·cs i Hicardo. J. P. POSADA, --- --<1$- - - PROLOGO J EI'ILOGO DE UNA NOVELA, Dedicada en prueba de amistad aJa señorita Rafaela lIIeudoza ( COliTINUAcrOX). P ocas horas des pues de esta con'l'ersacion una j óven ponia nuevas flores a un grande 'I'I\SO de porcelana. Una sonrisa producida por a l'gtin r ecuerdo agradable entreabrió sus labios, como se mueve una. rosa al con­tacto de una brisa pasaj era. Su fisonomía delicada i el brillo de la tez demostra­ban a,pénas unos di ez i seis alios ; el c!uerpo bien for­mado i su talle flexible recibian cierto aire de majes­tad, principalmente cuando se le veia andar ; pestañas -Creo qnc por nuestm pnrtc no habr" inconvenien­te en eso. -Xo, cont esté> la sei;orf\ aco1l1oc1(¡ndose en la polt ro­nn, ni tampoco cr co a mi hija indi gnrt de llc-,ar esr 1I nombre, pero .. .. . .. . - Entc'.nccs cnal C~ ese in ron'leuicntc que U. alega" ¿ est,!\ rit ,le pa.rte de mi hijo Y - _\.unfI lle no lo conozco ~in o de léj 'JO', me has ta (jl1e sea hijo de U. pan, crcer que tiene todas las cualidade' l' de uu c:thallero. -Mil gracias, dijo Don Gabr iel, haciendo una r eYe-rencia. . Hubo un momen(.o tle s ilencio ; Don Gaul'iel mimba I ntentamente a Do'iífl. BeatJü ()!1 tanto que esta COl! la. vista f\i a en la alfolllhnt movia una piernfl. como si ti- I ' ritara, movimiento que era habi tual en ella. -Yo no veo, dijo él, p:lra anudar la con"ersó1cic.n, que ni uno ni otro desmerezca, porque bien conocidas son nuestms fa milias, n uestra posicion i aUlI nu e~(.ra s . . , . fortunas, dijo dcspues de una pequcfia pausrt i hacieildo incapié en cstas dos últimas palabras. -Pero rt pesar de eso, dijo la Reitora, quien sabe si U. tendri:1. motivos para :tn epcntirse. - ¿ Por qué mi scl1Ora; ¿ Acaso no sé yo muí bien quiénes son los decendientes de los Yizcayas, para ig­norar quién es U.? 1 no conocí al sefior Montijos, su marido, cuyo fin desastToso . .... . . . La senora suspiró i volvió a acomodarse en Sil pol­trona sin querer contestar a lo que se le rtcababa de decir, pero Don Gabr iel que era sovero e impaciente, t ambien sa.b ia hacerse rtmable i sufrido hasta sncar al­guna ventaja ma lo que sc proponia alcanzar, que en esta vez era unrt respuesta. decisivl1, d\io : - Yo la molesto demas iado, mi seD ora, hemos gastrt­do algun t iemjlo i narla hemos hecho, de mancrn que U. se servirá diRpensarme por est,. vez. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. 298 EL MOSAICO. -No tenga U. cuidado por eso, respondió Doña Bea­triz con amabilidad, tiempo nos queda para alTeglar esto i lUiéntras tanto consultnl'li la voluntad principal. -Oudl ? La de la señorita ? - Sin dHda, contestó la señora, satisfech~ de haber encontrado motivo para retardar el asunto 1 aun para desbaratado elltermuente: , -Pero parece que no hai necesidad de consultarlo, dijo Don Ga.bricl con sonrisa de triunfo. ~ -Por qué no? Acaso por ser Adolfo hijo de U. con- I vendria en hacer lo quc U. cree? Se engaña, caballero. , -Quizá no solo por eso mi señora. -Entónces por qué? Qué motivos tiene su hijo pa- ¡ ra creerse f,worecido por Emilia? ¡ -I si yo le dijera., contestó socarmnamente Don Ga- . briel, que si los tengo? . -De ninguna manera, contestó Doña Beatriz, casi levantándose de la silla., su hijo no puede lisonjearse I de que J~ milia lo baya mirado una vez siquiera. - Su voluntad, mi señora es la que ha de consultar, que la de la seílórita está arreglada. - Esa es una infamia, gritó la sellora i me atrevo a decirle, caballero, que miente! ! Don Gabriel procuró calmarse i dijo: -Siempre he procurado que mis hechos vayan arre­glados de tal manera que nadie pueda decirme impu­nemente lo que U.quizá sin refleccion acaba de deci'rme. La mojor prueba que pue ~lo dar a U, siguió diciendo nüéntras que de~doblaba un pape]., es esta : r ec@uoz- ; ca la letra i oiga lo que dice e~ta caa-ta. Doña Beatriz hizo como que J;lo habia visto, palide­ció de cólera i calló mordiéndose los labios. ' -'l'odavia dirá U. que miento? preguntó el padre de Adolfo. , -Yei a hacerle ver que sí, contestó la señora, ahora mismo dirá Emilia si ella ha sido capaz de tal cosa ; i se paró para ir a llamarla. - No hai necesidad de eso, dijo Don Gabriel interpo­niéndose, cstn, carta no ha llegado a manos de ·mi hijo i este as ~mto puede arregla,r&'e entre los dos sin necesi-dad de que vaya a avergonzar a la seuOl:ita. ~ -Pues bien, dijo la sl:fiOra,Como para salir de la po­sicion en que se hallaba i como queriendo concluir, Emilia no se ca~ará con su hijo 1'01' que la tengo pr0- metida a otra persona. -Bien, mi 'señora, dijo doblando la carta para me­terla en el bolsillo; de manera que eSa es Sli última resoluci0n-no ? -Si, pues que U. me jura la guerra, Ja acepto; por la fuerza nada conseguirán. Gloriense U. i Sil hijo de sus triunfos que yo, aunque mujer, sabré oponerme a sus proyectos. Don Gabriel tomand0 el sombrero i ap1trtámi ose un poco dijo: . , -Siempre que me he propuesto alguna cosala he llevado a cabo, cl}este lo que costare: ese es mi plan. Adios, mi sefíol'a, dispense U. la molestia que le he proporcionado. . -Adios, caballero, contestó cón tQda la urbanidad: posible, saliendo cen é1 h!Ísta la puerta. Una mú.tua cortesía se repitió p@r ú~timo i ia sm10ra quedó sola en sil estanci~ En un istante Fecor¡'iq con la vista tod@s , los puntos de la sala eOID0 paa-lt .cerciomrse de quces- , taba sola'¡ sin sentallse i en tono de queja cilijo: si este supiera que yo lo que quiet'o es favorecerlo, que no _ quiero engañarl0 i que mi oposicion es para su bien . .. Pero yo pondré remedio, i despues de ha:ber ,pensaao .un momento, volvió a de.cir: si;. mM1811'1a mismo nos ire- I mos para Bogota i asi evitaré que Emilia. : Ah Em'ilin ·! . cómo me compl'omete! si ella supiera quién es; Tlero pobre mi hij a, mejor será no 'amargarle su existencia, : mafiana nos ireÍI¡.Gs i pr0nto ha1;>rá. 01~idaEl0 todo. : La noche de este mism0 dia teeaba. JI, su fin; el in- ' secto silvaba ménos í aun se oja a tal aual pÍl¡jaro ,gala. ,dando la venida de ln. aurOra.. Al orienté se veia una faja enclIirmuia que desvaneCiendo se perdia en el arul I medio desteflid0 por el tibIo Tesp'landor de la l!llilll. 1 que alumbraba (lomo tem.ero.sa de que e!1;(¡)lla sofpren- i diese en su camino, Nubes agrupadas en el oriente, I parecian velar la venida del dia. pata despues teflirse de púrpura i oro j leves val)ores se levantaban de las lIamv:as corno si la a.urora alzase un manto blanco pa­ra que 'abrieran las flores que habian de perfumar el ambiente; las qli'ietas aguas del rio eran rizadas por las brisas que, ora despertaban una flor i la dejaban meciendo, ora a un ave que sacudia su plumaje i eleva· ba un canto; a lo léjos 6e oia 131 mujido del ganado i el r.elincho del caballo que, con la cola suélta al viento i la crin tendiclaJuntaiba a la can'era su rebelde manada; en fin, la naturáleza parecia despertar del silencio en que un momento ántes habia estado sumerjida. Lijeras balsítas cargadas de víveres empezaron a sur­car las aguas i el canto de los bogas se perdia entre las selvas inrne!1sas de aquel majestuoso rio. Una 'gran barqueta con cuatI>o personas que venian de la Oasa Blanca, atravesó en direccion a una pequefla casa que al frente dominaba el rio entre coposos caucho) i elevadas palmas. . En esta casita viv1an María i BU hermano Ohepe j i allí estaban las bestias para .el vhtje de Doña Beatriz i Emilia. . Antes de montár, Emil1a fué al.borBe de la barran­ca para ver por último su casa, sus j ardines, el rio, i la playa a donde tantas ve.ces habia contemplado el rastro de las pisadas de Adolfo. María que no podía ocultar el gozo de ver partir a su rival le pregunt.\l.ba cuándo volveria., i entre tanto Emitía llorlllba al pensa.r en que se veia obligada a irJ5e I~in haberíe podido avi­sar a su Adolfo,que acaso vendria a la playa para saber que ya nunca se volverian a ver. En este momento una barqueta pequeña, lijera como una flecha conducia a solo un hornpre que cantando intentaba ganar la orilla de la Casa Blanca. Un grito que Ell1ili'a no pudo contener lo hizo callar i sin procu­rar da.r curso a la barqueta, la abandonó a su propia suer te para fijarse en los de la orilla opuesta. Uñ pa­fluelo blanco flotó en la mano de lajóven a tiempo que el otró se quitaba el SOlllbrero para r esJ!l0nder al sa-ludo. I , :""A.dios ! gritó Emilia por última vez i - Adios ! conteStó el de la barqueta que huia 11 su pesar con la lij ere:¡¡a dl) un pensamiento. Tal es la imájen del ,tiempo que nos 'deja contemplar un momento lo que amarnos para despues arrebatár­noslo quizá para siempre! . . -, . FL"< I DEL rnÓLOGO. ~1 _'. AUNQUE Ü~ PAREZCA CHANZA. A 1\tr.ESTllO AlliGO J. D.AV19 GUARIX. Teniendo en cuenta que cansa Esta vida de soltero, ' I q'ue, al que a cuarenta alcanza No lo quieren sin dinero, AunqQÚi :te pctrezlX¿ chaJTIwj , He r esuelto 'hacer alianza Oon la familia Montejo, I 1'ornpe'r la conflradanza., Oasándome con Oonsejo, A~tnq'Ue le p(Jlrezca chanza . . El riesgo está en la tardanza: i Oh que horror,! .... VIEJO I soimR:{) ! . . . . Este fantasma me lanza A casarme sin dinero, Aunque le pcwezca cluvnw, . Algo mas, mi plan se afianza En 'que con mui poca cosa Se consifl~¿~ la pi.tanza 1 en que ella és poco ~08á. Á 'U1i q'R8 I,t 'lHI.I/'eiéll ~7t«'I!Sd,. Conque así, sin desconfianza, Al combate! , . , . Matrhn.ollio 1 " ftealize y~ nli , es.peran~a, t que me lleve el dllmpnio; Aunque le pa1'~a chdmza. Pues hai mas: con hi, maianta 1 el boehínéhe lén éi1Jrto '~ Temen 1\qllí \:IDa. mutlllllZa, 1 111 éfeete hAn déétetado, .ti u;z.q~ le pq¡reeoa Ghanea,: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. " Ma.rche de aquí "in tu.nlanza De recluta a Cartajena Todo bicho con su lanza Sino es casado" . ... Esta es uucna 1 A~mqlle le p(f~'ezca c7/(('llza,. Por esto sí, acá en confianza, Los entrego úntes de viejo; Sino encuentro bienanchtnzfl, SlÜVO ahuellos mi pellejo Aunque le parezca cllero cuyo forro pue­de resistir cualquier aguacero al favor de los diferentes bal'l).ices de que est:t impregnado: que gasta suizos o zapatos altos eonda mitad de la znela desprendida i la otra mitaólvora en los bol­sillos: i por último, que lleva filos de doctor, en cuya carrera lo ha puesto su padre pum que vaya pronto a ser notabilid~d haéiendo escri­tos o matando jente en su provincia ... .': este jóven tal es lo que se llama un cac!uwo, jenui­namen, te dic1 o, con título espedido en toda for­ma de derecho. ¿ N o veis aquel otro, q~e es el reverso del anterior? lHiradlo, ¡qué elcgante! P era. i bi­gotito cuidadosalllQnte cort::'.llo a medio labio, i üworitas; con cabellera a la. 1'enaissance, j qué l)ien sacada la carrera! una modista peluquera 110 sc pcin aria mej or . . Parece qne su madre lo I parió con la casaca que tiene puesta ; no se le ha ce Hila sola arruga: i los calzones, i el chal c- I co, i la corhata, i el sombrero, no hui pero qnc ponerl es ; ell caso apurado se podria uno afei­tar en sus chirriadoras botas a f:l1ta de espejo: fiIct ecito de cuel'l1O torneado, cadenitas, anillo, prendedor .... yamos, es Uil Ac1611is: i j cómo hnelc ! j q\lé fl'llgallcia, qué atmósfera tan pcr­fllJ11? da va dl~allllo por donde quiera que impri­me su lij cra p] a!lta ~ Segniréstamo <,ll:í, asi se pasan algunos djas, llasta que ,al fin eoncluye nuestro héroe biborb.do solieita¡1(10 un destino c1e cscribiente de oficina. Entre tanto se enamora por la centésima yez, contrae lUa,.­trimonio a plazo, i )ra sabemos cuales spn las consccuencias.-Este es un car.:1wco capuchino. Hombres hai ta.mbiel1 con tamaihs barbas que pasaron su juyentuc1 eJl el ccu:!¿rlq'u,ismo, que lo han cOlltinnado eula edad maclum, i que se acercan yaala , 'cj ez ~icmJl re ('Itdwcos. P er­tenecen :1 esta clase los qllo t.i enen por p¡'ofe­sion conycrsar c10 dia i de noch:;-, fumar t.abaco, e ir a coje¡' las hm'as ele tienda en tielH.h ave­riguanelo vich s ajenas i entregac10s sin remor­dimiento n1 dolce fa,/' ni(mte. Una pequeña no­vedad política, una lijer? discordia. doméstica, las l'elaciones ele elos amantes, en fin, la crónica libertina, los¡ ocupan esclnsivamente ; i empar-a­dos por t anto en los negocios n;jenos, a falta. ele suyos propios, estos hombres pued.en llu.Jllfu·se 103 apodcrudos del pueblo o los cacheteos de t-lendet. I Un cura qne no usiste puntnahnente sn cu­rato: que por jngar una ropillita i no des:tiral' las fiestas del pueblo vecino; deja. ~ sus feUgre­ses encomendados a la ProVIdenCIa.: cuyas cos­tumbres pcrsonales no esbln en armonía con la palabra évanjéliea que ele yez en cuando pre­diea: i que ell caso de reeonvencion se atreve a decirle, si es necesario, enatro n'oseas :t su mismo prelado-este tal cura, es un cachaco de bonete. Un fruile ll10eetoll, ('on cuello almidona.elo i ccrquillo a la 1'enaissance, que se dil:!fÍ'aza ele noche i sale de su convC'lIto eon peligro de ser conocido i de que la policía lo atrape en donde menos se jJensnra, ellaml0 debiere estar dándose disciplina i rogando a Dios pOI los pccac1oJ.·es ; esto tal, dccimos, es un caclwco de cogulla. -El militar que ha colgado su n ilol' junto COll su espada en UI1 rillcon 'del llOgal' c1omé.stico, qne estrcna finos ulli~rmes, i que ., .. P ero eJc.j émosTo aquí, porqne 110 es prudeJJcia meterse con j ente que carga l'istolas; quedando así con­eluian la esplieacion de la palabra por lo qne hace al jénero masculino. En cunllto al feme­lJiJJ o, alglln dia qlliz:í. el Observador se ati'cved . a ocupa.rse tle tall cleli oncb ' materia. AVISOS. I ~ .......... ",-/,-,,",-....... ,. ... -~~~ NUB1J Ji .P~BLICACION Con d presento número íLparecc la pnolicncion lírica adjllnta a este pcriódico. Esta obra que tieneror título "RLMOSAICO, PAR­TE MUSICAL," contcndrá tina o dos piezas de música, todas o easi todas granadinas, i apar~cerá cada quince ~L - La empresa será dil'~ida por el artista señor Santos Quijmlo, i estnrá a cargo ,1e él i de los sodos J erónimo lI'lnrtínez i Ri eardo Cal'l'll squilla. Para T'0ncrla al n.leauee de todos, los preciosserá n-su-mameul'c módicos. _ Pum los suscl'itor es anuales al MOiLUCO que tomen una S!lscl'Í(·iOll anual a. la pa'rtc \irica, valJrá esta un peso se-se~ lti:l cC"utnvos. . .Par" los suscritOl'es al MOSAICO el semestre de la. parte Ih';ca Y!lldrá noventa eClltnvos. Los c¡ ue se suseri \."lIl a la parte lírica pagarán un fnerte pOI' sel' estr e. T.os números sueltos se yenderán a diez cent.nvos. La coleccion formará nI año un tomo de CURreuta i ocho pájinas, para el cual se dará una hermosa cn rátula. I!@f" J. IlS perso""s a quienes se les mande In pieza de músirH a;'dSftl'¿tll nI l'epartitlul' si quieren suscribirse o no i en caso de no ndsar, o 110 devolver la pieza se cOllside­r~ nÚll C,)1110 sU5cl'itol'és. . Los'ajentes que reciba.u la )"llrte musicnl, se servirán a"Lar cuántos l"jemplnres necesitan ° al ajcnte j encrol elel MOSAICO. . J. DAVID GUARIX. ~MPORTANTEI La Ajenda del MOSAICO se ha tr.as­ladado a la plaza de la Constitucion, número 35. - Allí mismo se hallan de v~nta los PRO­BLEMAS: gE ARITI\IETICA PARA LOS NINOS' por Ricardo Carrasquilla. A LOS AJENTES 1 SUSCRITORES - . A LA BIBLIOTECA DE SEÑ'ORITAS. Como la <.'mpresa de' b BIBLIOTF.OA queda unidá a la elel Mos_\Ico, desde hoi se les seguirán mandando el mismo 11 Íllllel'O de ejemplares que ántes, entendiénJose pnl'n lo sucesivo C01l el ajente jenerul del MOSAÍCO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa

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El Mosaico - Año I N. 37

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El Mosaico

Por: José María Vergara y Vergara | Fecha: 1859

“El Mosaico” fue una publicación periódica de carácter literario Fundada por Eugenio Díaz Castro y José María Vergara y Vergara durante 1858, tenía como objetivo principal el fortalecimiento de la literatura nacional a través de la divulgación de cuadros de costumbres, artículos de opinión, reseñas históricas, poesía, biografías, necrologías, entre otras producciones. Durante su existencia fue dirigida por diferentes intelectuales como Ricardo Carrasquilla, José Caicedo Rojas, José David Joaquín, José Manuel Marroquí, Felipe Pérez y José Joaquín Borda. La primera época contó con dos tomos, cada uno de 51 números, se inició el 24 de diciembre de 1858, con la publicación del número 1 y terminó en diciembre de 1859. Con el segundo tomo lanzado el 7 de enero de 1860 se publicó una sección musical adicional formada por 24 entregas numeradas que contenían una o dos piezas originales. La publicación de El Mosaico se suspendió durante tres años a causa de la guerra civil de 1860 encabezada por Mosquera, sin embargo, retornó el 13 de enero de 1864 bajo el su título “Periódico de industria, ciencia, arte, literatura e inventos, a cargo de una asociación progresista”, en esta segunda época contó con la participación de Jorge Isaacs, Daniel Mantilla, Jorge Conto, Vicente Holguín, J.J Vargas y Temístocles Abella. Alrededor de esta publicación se organizó una tertulia literaria en la que participaron fundadores y colaboradores de “El Mosaico”, estas reuniones tenían como objetivo la socialización de creaciones literarias y cuadros de costumbres de autores nacionales, estos encuentros se dieron desde 1862 hasta 1865 año en que se suspendió la tertulia y publicación de “El Mosaico” debido a la muerte de Eugenio Díaz. Cinco años después de suspendida esta publicación, José Joaquín Borda funda en 1871 “El Mosaico: periódico de la juventud, destinado exclusivamente a la literatura”, publicación con el mismo carácter literario que las dos primeras épocas. Su consulta se puede realizar siguiente enlace: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll26/id/2759
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Tipo de contenido: Prensa
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El mono avaro [recurso electrónico] / [Rafael Pombo]

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El monasterio de las palabras

Por: Eduardo Guerrero | Fecha: 2009

Entre las múltiples lecturas que pueden hacerse de este libro, sea como un poema político, como un poema de amor o como un poema de triunfo de la sobrevivencia a las distintas violencias del mundo, el monasterio de las palabras es, antes que nada, una elegía que levanta las trazas de lo perdido, de lo que se ha perdido más allá del alcance de las palabras.
Fuente: Digitalia Tipo de contenido: Libros
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El mito de Cecilia Valdés : de la literatura a la realidad

Por: Cristina Bravo Rozas | Fecha: 2014

Enmarcada en el proyecto de innovación educativa "Catálogo de medios audiovisuales para la enseñanza de la poesía, la narrativa y el teatro en El Caribe (Cuba, Puerto Rico, República Dominicana) y España", se celebró una jornada académica el día 4 de abril de 2013 en el Paraninfo de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, bajo el título "El mito Cecilia Valdés: de la literatura a la realidad".Durante la jornada distintos especialistas en la materia dictaron una serie de conferencias, que, partiendo de la novela de Cirilo Villaverde, se centraron en mostrar la presencia del personaje de Cecilia a lo largo del tiempo, a través de diferentes manifestaciones artísticas, tales como el cine, la zarzuela y las artes plásticas.Completa el volumen una extensa bibliografía sobre la novelaCecilia Valdés o La loma del ángel.
Fuente: Digitalia Tipo de contenido: Libros
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El mito de Cecilia Valdés : de la literatura a la realidad

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