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Imagen de apoyo de  Five nights at Freddy's. Los ojos de plata

Five nights at Freddy's. Los ojos de plata

Por: Scott Cawthon | Fecha: 2017

BEST SELLER DE THE NEW YORK TIMESLA NOVELA OFICIAL DEL VIDEOJUEGO DE TERROR QUE ARRASA EN EL MUNDO ENTERODiez años después de los terroríficos asesinatos en la Freddy Fazbear's Pizza, Charlie, la hija del antiguo propietario de la pizzería, y sus amigos de la infancia se reúnen para recordar el aniversario de la tragedia a las puertas del local que ha estado cerrado y abandonado durante todos estos años.Cuando encuentran la manera de entrar a la antigua pizzería, descubren que las cosas no son como eran en el pasado. Las cuatro mascotas animatrónicas han crecido y sus patrones han cambiado. Ahora tienen un oscuro secreto y una mente macabra en la que el terror y la muerte son sus prioridades.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Novela de ciencia ficción

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Five nights at Freddy's. Los ojos de plata

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Imagen de apoyo de  Pasto: órgano de propaganda del Cuarto Centenario - N. 4

Pasto: órgano de propaganda del Cuarto Centenario - N. 4

Por: | Fecha: 1940

úmero 4. . Junio=Julio 1940: Precio $ 0,10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~~~~~~~~~~~~~~~~~w~~~w~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ;?7\ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ .. ~---""-'"---:::_~-. - ~------'-'-- ---.... ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ I ~ ~~ , ~ce3 ~9 ¡ ~ ~ ~ para sus pns~nSt sus uhtl~s al Ulll'tr de la ~ ~ ~ ~ . w ~ ~tpúhlü:at · pn ~l cID epartamrlltn !! al (f,cuadmtt ~ ~ ~ ~ ~ ~ tlalIlle ~ ~ ~ -- - - ~ ~ su tel'éfono eE'RCJ! ~ ~ -- - , -~~ , ~ ~ inmediatamente tendrá a la puerta de su casa un lujoso automóvil, un ~ ~ culto motorista, provisto de su respectivo pasaporte, por lo cual ~ ~ no tendrá inconveniente en su viaje. Por cada carrera que ~ .~ ocupe a la Flota G A L E N A, exija una tarjeta, ~ ~ y por siete de éstas tendrá una carrera gratis, ~ ~ dentro del perimetro urbano. W ~ ~ ~ No se le olvide, teléfono e E R o ~ ~ Pasto, julio de 1940. ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~~~~~~~~~~~'r ~~.~i1'~?1\~ff\~i1'~~~·~~~~x1\~~~~~~~~~~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 Los automóviles y cam1ones FO o No les temen a la vejez, son los conquistadores de las carreteras escabro­sas y pendientes. No se rinden ante la intemperie ni los arredran las distancias. CONCESIONARIOS PARA NARINO 1 A. AristizáDal & Com~añía S. A. ~ Tumaco = Pasto = Barbacoas EXPORTACION IMPORTACION Agencias: Tropical Oil ~Company. Orace Line. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Concejo Municipal de Pasto PRESIDENTE: VICEPRESIDENTE: Dr. Ignacio Rodríguez Guerrero Dn. Ernesto Burbano HONORABLES CONCEJALES: Dr. Ulpiano Hinestrosa ' Dr. Flavio Santander U. Dn. Rubén Montezuma Dr. Guillermo Eraso Z. Dr. Manuel j. Troya Dn. Marco T ulio Rosero Dn. Luis Felipe de la Rosa Dr. julio César Enríquez Dn. Alberto Ortega, Secretario. Alcalde de Pasto: Personero Municipal: Contralor Municipal: Ingeniero Interventor: Tesorero Municipal: Director de Estadística: Vr. Carlos César Puyana. 'Dr. Julio César López. 'Dn. Marcial R amirez. Dr. 'Daniel Cabrera Belalcázar Dr. Manuel Antonio Bravo. Dn. Eduardo Jllera. jUNT A DEL CENTENARIO: Presidente: Dr. Bolívar C. Santander, Gobernador del Depto. MIEMBROS DE LA JUNTA: Dr. Ignacio Rodríguez Guerrero, Presidente del Concejo 1 Dn. Carlos Falla, Auditor Fiscal de la Contraloría Dn. Zoilo C. Delgado, Director de Obras Públicas Deptales. Dr. Daniel Cabrera Belalcázar, Ingeniero Interventor Dr. Carlo~ A. Vela, Director de la Unidad Sanitaria Dr. Manuel Antonio Bravo, Tesorero Municipal Dn. Nacor Bolaños, Secretario de la junta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J lJ~nta Directiva de la Sociedad .... L~ Al "'¡(" ~:lY ~,lt G'~ PRESIDENTE: 1)r. RAFAEL ERASO NAVARRETE Vicepresidente: 20. Vicepresidente: Don. Pedro Vallejo Pbro. Dr. Alejandro Ortiz L. Tesorero: Don Plinio Enríquez Revisor Fiscal: Secretario: Don Carlos Reslrepo Don Juan Alvarez Garzón VOCALES: Dr. Ignacio Rodríguez Guerrero Dr. Alberto Ricaurte Dr. Guillermo Moncayo Dr. Adolfo Guerrero Dr. Daniel Cabrera B. Pbro. Dr. Fidencio Concha DI. Carlos A. Santacruz Dr. Eduardo Bucheli de la Espriella Dr. Guillermo Eraso Z. Dr . Francisco T riana Dr. Peregrino Chaves Dr. Manuel V élez ~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Señor Carlos Martínez Madroñero. MEDELLIN: Señor Ricardo Olano. " Homero Santander. CALI: Doctor Carlos Pabón. Señor Diógenes Villarreal. MA NIZA LES: Doctor Paulo Emilio Bravo. TUMACO: Doctor Manuel Benitez Duclercq' • Doctor Alcides Douat. Señor Guillermo Payán Archer. BARBACOAS: Doctor José Vicente Monzón. " Adriano Cortés. n Ranulfo Ruano. TUQUERRES: Señor Marco T ulio Mora. MOCOA: Doctor Carlos César Puyana. SIBUNDOY: R. P. Marcelino de Castellví. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en I EVISTA ~~p A 8 T O" I I I I I y .Sus Basamentos de Oro, I estudio raizal minero por JUAN DEL SUR, (vetas, I playas, cuarzos, legislación minera de la Colonia y I . de la República en este Departamento). I Asesor Juridico: I Ingeniero Consultor: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. D di TA fastidiado o neurasténico o no tiene nada que hacer, no se envenene con el alcohol. LEA. Alimente su espíritu. Aprenda. MEJORESE INTELECTU ALMENTE. N osotros estamos listos para ayudarle y ayudar así a crear cultura en N ariño. Venga a vernos y tendrá en nuestra Librería 1I la solución de su problema. 11 L rer'a J V UD situada frente al Palacio de Gobierno. T E L E F o N o 3 = 2 ~ 6. PASTO - NARIÑO _ COLOMBIA. Juan F. Sánchez PINTOR ~ DECORADOR Se encarga de toda clase de trabajos relacionados con su profesión. Domicilio: PLAZA DE SANTIAGO r Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. En la Universidad Dr. Arcesio Dorado S. La Universidao de Nariño confirió el grado de Doctor en Derecho y Ciellcias Polí­ticas al señor Al'ce~io Dorado S., uno de los más sobresalientes alumnos del plantel. Como prueba final para optar su titulo presentó un nlélcizo estudio sohre Régimen de tierras, problema colombiano de palpi­tante actualidad. Su Presidente de Te!'is. Dr. Olegario Me­dina, en su informe respectivo, hé-ice el él ná­lisis (fe este interes:-t n te tr-a bé1jo, concluyendo con este muy merecido concepto: "Creo, en consecuencia, que la mono­graHa del señor Donido S., no sólo es sufi­ciente para confe...-irle el grado de Doctor en Derecho y <;:iencifl~ Pülíticas, sino que es un gra n a porte al estudio oe u 11 gra ve proble­ma social; y que p:-t ra que ese estur\io s~a benéfico es preciso que él sea conocido am­pliamente por la prensa." de Nariño Solemne ceremonIa en la inauguración del busto al ilústre General Santander. con motivo del primer ceo .. tenario de su muerte, en nuestro máximo instituto educacional. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Señorita Alicia Eraso Delgado, dignísima Secretaria - tesorera del Cuadro (:c Honor de la S. de Mejoras Públicas. Señorita Melba Rodríguez, inteligente y gentil co)a}-'oradora de esta Revista. Señorita Paulina Brando, directora de la sección infantil de la Escuela de música, anexa a la Universidad de Nariño y profesora de violín en este establecimiento. La distinguida señorita Brando es uno de nuestros exponentes artísticos que hace honor a la mujer nariñense. L~onor y Clemencia Bolaños /. rturo, bellas e inteligentes damas de nuestra sociedad. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Fisonomía del hombre que fue más de 7. Por PLINIO ENRIQUEZ. Existen versiones complexas casi con­tradictorias, acerca de la discutida perso­nalidad de este desconocido ciudadano de los EE. DO. del S. Creo fue en La Paz donde Próspero vio un apunte a lá­piz, porque se sabe que él -antifotogé­nico- no gustaba posar. Por esto, algunos ingenuos lo han di­bujado buen mozo, "conquistador", sin re­cordar que él dogmatizaba con la senten­cia del esteta inglés: la belleza termina donde empieza la expresión intelectual. Algunos humoristas de Paysandú com­praron una elección y lo proclamaron Rey de los Feos, suceso que celebraba desa­gradecido comentando: habría preferido "reinar" en Bolivia. Cínico y pobre, ex luía las amistades. Charlatán, aventurero y desagradecido, en las capitales domesticaba a los periodistas, aparatos de popularidad barata, de que se reía para su capote. Pedante, por dárselas de original. En Cali -cuando la inflazón- encontró ca­bareteando a un mendocino. El "cuyano" al verlo se extrañó de encontrarlo allí. Pe­ro, hombre, contestó chacoteando; acaso somos tan tontos para exhibirnos en una biblioteca o tan pícaros para sorprendernos en un confesonario? En Santiago de Chile ~ vió a algunos jóvenes que principiaban a ensayar el sin­sombrerismo ante el escándalo de los cír­culos femeninos. Para aquietar a las da­mas, en presencia de un grupo de parla­mentarios, afirmó: señoritas, si no tienen cabeza! Frecuentaba centros "universitarios y obreros. Entonces informaba lo que había visto en otros países. A la juventud colom­biana hablaba del sentido práctico del chi­leno, dentro del que siempre se menea un invento. A los meridionales ponderaba las bellezas del trópico, hasta el punto de ha­ber sido una ciudad amurallada por la cor­dillera la que encendió la chispa de la libertad política. Alguien le habló del manifiesto de la Paz el 27 de julio de 1 809 en que se decía: .... "ya es tiempo de sacudir un yugo tan funesto a nuestra felicidad como favo­rable al orgullo españoL ... " -No es obstáculo, contestó; pues si no damos la precedencia a los colombia­nos del siglo 1 7 o a los asuncenos del 1 4, hay que fijarse en el cabildo abierto de Montevideo instalado en 1808. Enton­ces alegaban .... : "si se tiene a mal que Montevideo haya sido la primera ciudad de América que manifestase el noble y enérgico sentimiento de igualarse con las ciudades de su madre patria .... " Esto de­muestra -concluyó- que unánimemente los pueblos americanos de aquel entonces palpitaban por una misma aspiración. A los argentinos pormenorizaba la excelencia de la homogeneidad de la raza en los países bolivarianos, hiperbolizando sobre el porvenir fantástico de los negros que eludiendo la esclavitud han invadido los círculos del deporte y del arte. A los hi ... jos del altiplano relataba los milagros de la inmigración en Buenos Aires, crisol donde se está fundiendo la raza porvenirista. Huía de las agrupaciones feministas, alegando que las mujeres, al revés del ganado vacuno, solas son buenas, pero en manadas, intolerables. De las sabias huía por principio; más aún, si eran jóvenes. Era admirador del presente y el pasado de las mujeres, porque ellas -comentaba- como las bellas máximas griegas no se oponen a ser invertidas. En provincias se encontraba a su gus­to. Mejor en los fundos: Sus primeros co­nocidos, el maestro, el cura, el alcalde, vértice del triángulo capitalista. En el fondo era tolerante con los par­tidos y religiones. Tolerancia. indolente de quien está más allá de estas divisiones. Excursionista a pie. En la pampa ar­gentina congenió con un inglés extravagan­te. Hacían curiosas jiras con su perro, en cuyo pedigree fundaba orgullo nobiliario de árbol genealógico, tan útil .... aseguraba .... para el desarrollo de los animales. En este caso de sangre azul, Cacique descendía, por línea recta, vía masculina (lo que de- P A S T O 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. muestra su fe de crédulo) del famoso 4 remos, miembro de la tercera compañía de bomberos de Valparaíso. Con su amigo insular leían a Joyce en inglés. Cacique olfateando estas impresiones, batía la cola cuando las ideas merecían aplausos. Sabía ser perro tras de una ga­llina; frente a una hembra era filósofo en­volvente. El inglés -por lo que proporcio­naba como por lo que excluía- en largo lapso fue camarada del ciudadano de los EE. DO. del S. . En su compañía hizo excursión al Cristo de los Andes. U na noche mientras bebían bajo tolda para matar el frío, don Juan, con un Kempis en la mano, medita­ba sentado sobre l~ nieve en un ángulo del monumento. Contemplaba la Cruz del Sur, comparando con las noches ecuatoria­les. Humoristas, sus compañeros le pregun­taron si ensayaba el específico contra las reumas. -No tal, silabeó. Al pie de la esta­tua del Redentor, bajo los rayos estelares, planeo la prospectación del futuro padre nuestro rojo en que debemos pedir: déja­nos caer en la tentación y castíganos nues­tras culpas. Cuando viaja con los arrieros de Bar­bacoas lo encontramos más taciturno que nunca. En 5 días, apenas habla 3 pala­bras. Indiferente oye, observa, recuerda. Solamente aquí Próspero parece compene­trarse de la naturaleza panteísta del maes­tro sin escolares. Apesar de las tendenciosas leyendas que se forjaban pintándolo con resplandores satánicos, hay pruebas que respetaba el pudor, llegándose a confundir sus teorías con las del hombre mediocre. Cierta vez huyó cuando tenía entre manos una prisio­nera infantil que se alocaba llorando. Años más tarde afirmaba que al . verla fren­te a los espejos de la alcoba, la encontró tan vulgarmente vestida, que le hizo pen­sar en una novela pornográfica pésimamen­te empastada. Por eso saltó del lecho bai­lando de un lado a otro, en camisa, bus­cando la ventana para saltar. La heroína, hoy gruesa jamona, sonríe recordando la comedia. Opina q u:; el fc.b~loso l:érc~ r:J pasa de ser un chiflado intrascendental. Próspero, de limitada facultad de creer, asegura que desde que lo conoció le in­quietaban las , multiplicidades de su tempe­ramento. Pentagrama ambulante: alegre, tris-te, loco, filósofo, altanero. Encontraba en él rasgos humanitarios que le daban deseos de lanzarse a abrazarlo; pero cuando se acuerda de otros, automáticamente sostiene, contenía impulsos de escupirle en la cara. -Algunas veces me negaba a escu­charle, porque lentamente me iba envolvien­do una ansia morbosa de estrangularlo y gri­tarle: canalla! Optaba por retirarme de su presencia, temeroso de denunciarme por al­gún gesto patológico. Semejante hombre -lleno de almas y subalmas, de fondos y doble fondos- se sirve de la palabra para ocultar y disimular. Una vez le oí decir que la verdad bosteza de flojera de contestar. Estudiándolo, un filósofo podría clasificar las distintas sub .. animas que están a su servicio y formar la mejor teoría de su sistema federal de al­mas contradictorias. Por esto su individuali­dad era una máscara. Máscara unas veces simpática, otras ridícula, otras repulsiva. Debió usar anteojos para ocultar algo. Va­rias veces le sorprendí distintas niiradas, muchas veces, diferentes estaturas. Era su costumbre recibir las visitas bizqueando, con gesto hostil que lentamente se iba desdi­bujando hasta colocarse una sonrisa ambi­gua que afloraba en abrazos. No era el mismo cuando hablaba en público que cuando estaba afeitándose, que cuando se dirigía a la dueña de casa ni cuan­do saludaba en la calle. Tenía varias for­mas de letras, quizá para reirse de los gra­fólogos y hasta andaba de distintas mane­ras, según comprobaron detectives que exa­minaron sus rastros. Por esto -explicaba Próspero, discí- . pulo incomprensivo que a veces negaba al maestro en trances amargos- si alguna oca­sión sentí orgullo de ser su amigo, en mu­chas otras me he avergonzado de él; pero siempre he afirmado que como hombre ha tomado parte activa en el progreso y ha actuado de modo que se justifique su vida. Con convicción de político provinciano aclaraba sus puntos de vista: -Varias veces he dicho, sin temor a conlrac!eciriue, co¡no creen algullcs: don Juan ha hecho mis labor americanista que todos los diplomáticos reunidos, festejando copa en mano, las fiestas patrias. Pasa a la Pág. 4. 2 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1810 C ANTOS A lIIIIIIIIIIiIII r COLOMBIA Colombia es una tierra de leone : el esplendor del cielo es su oriflama, tiene un trueno perenne: el Tequenduma, .Y un Olimpo divino, sus canciones. Siempre serán soberbios sus pendones bajo la aurora que a la Gloria inflama; siempre será la patria que derrama la savia de los grandes corazones. En sus historias nobles y triunfales resplandecen egregios paladines coronados de lauros fraternales; y se oyen en sus campos y confines, Boyacá y sus hombres inmortales, el Santuario y sus épicos clarines. RUBEN DARlO. NUESTRO HOMENAJE A LA PATRIA La Sociedad de Mejoras Públicas, quiere en esta fecha, símbolo augusto de todos los días, hacer sus votos por la inmensa felicidad de Colombia, tierra noble y excelsa que tiene un inmarcesi­ble templo de amor, de lealtad y de austera dignidad en N ariño y un taber­náculo de fé y esperanzas en Pasto. La Sociedad de Mejoras Públicas hoy que se agita, recordándonos una epope­ya gloriosa en todos los ámbitos del País, el pabellón colombiano, agradece efusivamente la cooperación de todos sus miembros y amigos, particularmen­te a las autoridades eclesiásticas y civi­les, merced a cuyo entusiasmo y apoyo sincero, nuestra Institución ha podido ejecutar algunas obras imperativas para el progreso de Pasto y, se propone con­tinuar desarrollando un programa que corresponda a los altos merecimientos y a las grandes y legítimas aspiraciones de esta capital del sur colombiano. Sociedad de Mejoras Públicas. - 1940 LA PATRIA ISIO= 20 DE JULIO= 1940 «REVISTA PASTO ,~> sus directores, redactores y colaboradores, ele­van en esta magna efemérides, un himno férvido de amor a la Pa­tria, a Colombia, por cuya gran­deza luchamos los nariñenses des­de estas amadas tierras del Sur. «REVISTA PASTO », y sus escrito­res, como todo lo que piensa, sien­te y vibra en Colombia, se descu­bren en el ara de la República, para entonar el canto de los can­tos que alimenta la vida y el or­gullo de todos los colombianos: ¡ OH! gloria inmarcesible, ¡OH! júbilo inmortal ...... PATRIA Patria, te adoro en mi silencio mudo y temo profanar tu nombre santó; por tí he gozado y padecido tanto, cuanto lengua mortal decir no pudo. N o te pido el amparo de tu escudo, sino la dulce sombra de tu manto; quiero en tu seno derramar mi llanto, vivir, morir en tí, pobre y desnudo~ Ni poder, ni esplendor, ni lozanía son razones de amar, otro es el lazo que nunca, nadie desatar podría; A mo yo por instinto tu regazo, III adre eres tú de la familia mía. I Patria, de tus entrañas soy pedazo! MIGUEL ANTONIO CARO. f!a Jodedad de ~ ~ no. tiene o.f;w. ~, ni obta ~, ni o.f;w. eema, que ~ a 1Ja4Ú).~. Editorial «Cervantes» ·Pasto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I \ Alto Mundo Social Pastense Señora dof.a ISABEL. DE Lfi ROSA DE SANTANDER, digna y ac ~iv~ Presidenta del Cuadro de Honor de la Sociedad de Mejoras Públicas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Un dilecto amigo nuestro, a quien conocemos como comerciante afortunado, pero no imaginamos como un pensador sociólogo, en un momento de ocio, nos espeta­ba a quemaropa las siguientes interrogaciones que se nos clavaron en lo inquielo de nuestro pensamiento como los 7 puñales de la atormentada divina: - Somos realmente 8 millones de colombianos? 'De estos 8 millones, los 6 son de campesinos? Cómo vive el proletariado de las ciudades y de los campos? Cómo los 6 millones de ciudadanos no todos son capitalistas, sino que es­tán clasificados en ricos, acomodados y proletarios, tenemos que concluir que menos de un millón de acaudalados vive de los 7 millones restantes. Estos se debaten, unos­por trabajar en los campos, sembrando la tierra, laborando las minas, ctros mane­jando las máquinas o sirviendo a los acaudalados en la ciudad. Cree Ud., continuaba asediándome con sus preguntas este noble amigo, que del medio millón de privilegiados hay un diez por ciento de hombres pensantes que se preocupen por la mejor suerte de los demás? Si se preocuparan entonces raciocinarían de la siguiente manera: los dos mi­llones de ciudadanos producimos telas, zapatos fideos, galletas, macarrones, cigarrillos, vinos, cervezas, libros, periódicos, aviones, ferrocarriles, autos, radios, luz eléctrica y otros tantos artículos de necesidad o de lujo que no conocen los seis millones de campesinos que laborean oscuramente, silenciosamente, nuestras minas y campos. Descontemos esta injusticia ciudadana, ya que por el esfuerzo de los campesinos es que podemos darnos el lujo de vivir gozando los gajes del maquinismo contemporáneo. Un deber elemental de todo buen ciudadano es dar a conocer a los cam­pesinos los artículos que constituyen el confort societario. fisí se ennoblece el standard de vida y aumenta la prosperidad del país. El campesino que una vez comió fideos o macarrones o fue al cine o al teatro o montó en auto u oyó radio, se va a su hogar mordido por el deseo de continuar gozando de estas bellezas ciudadanas. Pero có­mo él adora a su campo, no trata de abandonarlo, sino que anhela trasplantar a su triste estancia las maravillas que distraen a los ciudadanos. Entonces se empeña por reforzar su trabajo hasta conseguir trasladar un radio, comer galletas, fumar buen cigarrillo, beber buen vino y vestir los domingos su flamante camisa de seda. y esto no es mistificación. El campesino que una vez en su vida logró ponerse zapatos, no los vuelve a dejar. La moza garrida que sale de la choza a oir misa el domingo y logra armarse un par de medias de seda, no vuelve a susti ... luir/as por otras de algodón, menos volverá a ponerse sus zapatos domingueros sin Col o m b i a ** ** ** ** N a r i ñ o 1JufJicacw.n {;~ {;'UJMW- dei ~ ~ 'fde~n~ Pasto Dirigen: PLINIO ENRIQUEZ - GUILLERMO MONCAYO nrp. DEL DEPTO. Año 1 Pasto, julio de 1940 Número 4 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. medias como hacían ahora 30 años nuestras buenas abuelas. Ellas mejor que nadie tienen el sentido innato de la elegancia, eso que ahora ha dado en decirse el sub .. consciente de la elegancia femenina, que la tiene toda hija de Eva. Por este solo renglón de zapatos tendríamos -si consiguiéramos que los 6 millones de campesinos se calcen- una entrada media de 10 millones de pesos co .. tizando el calzado a su más bajo precio. Busquemos un promedio. Que no se calcen por lo pronto nuestros 6 mi .. llones de campesinos. Pero es que no sólo vamos a conseguir que conozcan zapatos, sino que les vamos a enseñar a que se vistan de telas finas, a que coman mejor, a que se den el lujo de tener su radio en la estancia. Cuántos millones de pesos más representaria esta educación de nuestras clases campesinas que han descuidado los ciudadanos? Por su parte este mejor standar de vida campesina redundaría en beneficio de las clases pobres capitalinas. Intensificada la agricultura, tendriamos más trigo, más papas, más maíz, más leche, más carne. Entonces el gobierno no tendria por qué acudir al arbitrio de importar al extranjero articulos que ahora producimos de manera simplista. Se hace, pues, necesario una campaña de propaganda práctica, para que nuestros 6 millones de campesinos aprendan a vivir una vida más racional, más hu­mana. Esto redundaria directamente en beneficio de nuestra patria. Viene de Pág. 2. Fisonomía del hombre ..... y otras: -Es un charlatán de cuarta plana en los periódicos provincianos, que sin dinero, figura al lado del doctor Benguria y demás vendedores de cosméticos; no se apiada de los ministros caídos, ni saluda a los genera­les victoriosos. También aseguró: -Es un bolchevike renegado que an­da activando las diligencias para que lo reciban en el convento donde se educó. Una noche que yo pensaba en esto, me retó: -Próspero, no me entiendes?, en qué piensas? Dios mío!, sentí miedo de seminarista al ver que dentro de un kimono, con evo­luciones de manos, cortaba el aire y con lengua y ojos fakirescos demostraba -al menos yo estuve a punto de creerlo- que en el fondo eran uno sólo los árboles de 1a ciencia del bien y del mal. Aseguraba que su amistad era peli­grosa, inquietante, como la lectura de cier­tos libros, que sin quererlo desdibujan las fronteras de la moral y la verdad. En otra ocasión rectificó: -Dije qu~ su persona era pentagra­ma y no estoy seguro de ello, salvo el ca­so que esa figura geométrica sea el nombre de la managerie de les vices. Pues era esclavo de los 7 pecados y él mismo, des­caradamente, afirmaba que andaba inven­tando el octavo, que ciertamente no sería el de la velocidad, porque era ante todo flor de pereza, sembrada en los jardines de las uñas largas y cabezas engominadas. Hasta en los viajes ironizaba contra la rapidez, sofisticando que a lomo de mula es como se conoce y reconoce las fisonomías de los seres ocultos, y anónimos. Alguna vez le oí departiendo al res­pecto con un aviador. Le dió toda la razón a don Juan. -Haciendo estoy un tratado sobre las pasiones estrávicas de la bestia humana, me parece estrecho el círculo de su activi­dad. En una hora se puede agotar el hep­tágono de la moral cristiana. Con compla­cencia mórbida señalaba los síntomas de lo que él creía estrecho marco de las activida­des anímicas. Un borracho - enumeraba es­paciosamente señalando en los dedos- codi­cia la mujer del amigo .... , la viola .... , la ma­ta ... , la roba .. , se duerme en lugar de huir. ... ¿ Verdad que es gastada, e;trecha, esta cadena~ ... Próspero, en esta vez, se había hecho la cruz sin aL'everse a di cutir una línea. Sin embargo inforrna este cronista vir­tuoso, que jamás le vio cazando ni jugan- Pasa a la Pág. 6. 4 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La Oficina del Turismo Esta Sociedad de M. P. está seriamente interesada en planear las bases pa­ra crear la Oficina del Turismo, como existen en otras capitales, quizá de menor Im­portancia que Pasto. No tenemos para qué detenernos en explicar la trascendencia de esta nueva oficina por las fuentes de riqueza que significarían a nuestro pu~blo. Descartamos tam­bién los puntos líricos o sentimentales que como propagandistas de nuestra tierra pudié­ramos sentirnos tentados a enfocar. Queremos únicamente acentuar la prestancia co­mercial e industrial si consiguiéramos, como pretendemos, establecer la oficina de turis-mo. Esta oficina-que la queremos adscrita a la Sociedad de M. P. -encauzaría la corriente de turistas que desorientados acuden a nuestro departamento atraídos unos por sus bellezas físicas y otros por sus riquezas minera o industriales. Para intensificar el turismo, la Sociedad de NI. P. debería principiar por abrir, mejorar y conservar las carrreteras que nos conducen, por ejemplo, a nues­tra Cacha, los desfiladeros que nos llevan directamente a la misma cima del Gale­ras o las vías coloniales que llevan al minero a los ricos terrenos de Sotomayor. No queremos afirmar que en Pasto hasta ahora no exista un edificio dig­no de llamarse hotel, con todo eso que se llama confort del turista yankee que pide para su apartamento una pequeña city. Pero sí entendemos que los hoteles bajo el control de la Sociedad de M. P. rendirían mayores comodidades a extranjeros y forasteros que diariamente nos visitan, hasta el punto de convertir a nuestro Pasto co­lonial en puerto seco cuya población en porcentaje abrumador es flotante. . y es que en verdad Pasto, vale decir el departanlento de Nariño, es un em­pono de bellezas naturales. Señalamos nuestra Cacha a siete kilómetros de distancia, un pequeño mar dulce que con los encantos de la navegación a vapor haría de ella uno de los centros más cercanos de recreo, como para pasar un wikend animado y renovador. El paseo al Galeras, hace pensar al turista en que no pasarán 5 O años cuando ya se podrá ascender a él por un funicular. Los campos históricos de Bombo­ná mostrarán al turista la "piedra donde lloró Bolívarll •• ,.. Nuestros templos sagrados, con sus auténticas reliquias, avivan las pasiones del creyente. Y si ascendemos un po­co más, llegamos a las encrucijadas del Guáitara, al Gibraltar americano, que con nuestros ejidos nos hablan al rojo vivo de las desventuras libertarias de Nariño y Sucre. Los volcanes del Azufral y el Cumbal con sus incalculables, inexplotadas riquezas minera­les. El santuario de Las Lajas, con su leyenda milagrosa y sugestiva. El juanambú con su brumosa historia que destaca el significado del valor pastuso. T odas estas maravillas, indudablemente, sumadas a las cósmicas de nuestra costa, donde se encuentra el Morro pintoresco, la Gorgona milenaria, el Mira ensoña­dor, el T elembí inquieto y rumoroso, hacen del departamento de Nariño aluengado de la civilización a falta de carreteras una Mecca a donde aspiran a llegar millares de turistas que hoy por hoy talvez se detienen, porque saben que no encuentran las co­modidades del hotel ni el confort de las carreteras que conducen a velocidad de 60 entre nuestros riscos. No hay que olvidar que el alpinismo entre europeos y el andinismo entre nosotros buscan las escabrosidades del camino. Escabrosidades que se traducen en bus­ca de emociones o en fiebre de velocidad. Desde las páginas de esta revista, hacemos, pues, un llamamiento a todos los que se interesen porque el turismo sea una fuente sentimental o artística o comercial e industrial. Todos éllos pueden converger hacia un solo vértice que sería el del progre- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Viene de la Pág. 4. Fisonomía del hombre ...... do, apesar de ser un tanto aventurero y derrochador. -T oda la vida no es un juego de azar?, preguntó una vez. Agradecería a quien me enseñe dónde hay más emoción: estu .. diando, bebiendo, jugando. Sermon~aba un cenáculo de viejos pro .. fesores de étIca parda que le había invita­do para tomarle contradicciones, en cuyo mar gustaba de navegar. La tesis era la des .. nudez. Retrogradamos a los tiempos pasa .. dos, protestaban enfáticos los guardianes de la moral; qué podríamos decir contra las ba .. canales que asustan al hombre religioso em .. peñado en superiorizar a las bestias? Filosof!as del tiempo del paraíso perdi­do de los hIpócritas, arguyó silbante; yo no conozco más desnudez que la de los esta­fad~ res pillados o la de los filántropos ne .. g~cIa~tes. Antes, se indignaban contra la c~Inohna y el polIzón, hoy contra las estiliza­CIOnes de la mujer silueta. Escandalizaban las faldas 9~~ enseñaban los tobillos, las que suben defInItIvamente la falda y bajan el e~cote en paralelo angustioso para el creti­nIsmo. En qué quieren que pase el tiem­po el reducido cerebro de los modistos? El cenáculo de patriarcas reía para adentro: En sus rostros se dibujaba tal despreCIo que las palabras parecían atran­carse. El cenáculo le tomaba el pelo. Se s~renó. Pensó que su apostolado tenía algo de ndículo, cuando lo mejor era hablar de nu­dismo. Cambiando de voz agregó: -T alvez lo que más nos afecte es el haberse cortado la melena que otro tiempo cortó a Sansón para vencer su virilidad y 9ue hoy lo hace para desmentir al dispép­tIco que les atribuye cortas ideas y largos cabellos. Fríamente continuaron riendo no ati­° nando a comprender sino por el ca~bio de tono o por la vejez de la historia. Conelu­I yó desdeñoso: -Cuando éllas puedan también ta­char nuestros fluxes que exhiben pantalo .. ~es acaI?panados y nuestras caras lampinas sIntomátIcas de masculinidad en derrota. El de más calidad, el decano frun­ciendo las cejas, respondió: -. Esas críticas negativas no quere­mos nI podríamos aprender. Sería mejor que exponga sus puntos de vIsta como hombre viajado. . No tomó nota de este ataque. En realIdad los viejos guardianes de la moral hacen bien en parapetarse para disparar ~us flechas primitivas. -He estado de paso en Alemania, donde se habla a cada paso del Reichs­bund F ur F reikurper, aun cuando no pue .. do asegurar nada porque no fuí socio. Pe .. ro ya no es un misterio el nudismo es de­cir el paraíso moderno en que tri~nfa la línea ~ura paseando bajo los altos pinos o extendIda sobre la arena, cantando el pin­toresco folklore alemán. -y debemos imitar esa mascarada de boches? ... - También el Japón, pueblo antiguo y cIvllIzado~ es ejemplo secular como adora­dor de !a figura humana. Los japoneses -que tIenen asco al beso-se bañan jun­tos desnudos. -Esa moneda corriente entre los pa­ganos -arguyó el decano-queremos im­plantar como novedad? . Miró fijamente a don Juan, quien apacIble contestó: -Por el norte he estado en los bal­nearios de California; también en Chorri­llos, Viña, el Plata y puedo asegurar que entre esos centenares de mujeres hermosas apenas he tenido tiempo para calcular la más agil o resistente. ~l de~ano ensayó un mohín despecti~ vo, ~Imuló Interesarse por el menú que en ese Instante presentó el vale/. En Panamá visitó el hospital de An .. cón, llevado por unos yankees. PAsa a la Pág. 8. so de Nariño. E.stamos seguros de qu~ .los poder~s públicos se unirían a nosotros para re­~ tnMe~ las ve~ta~as q~e ~~porta la o~lcma del tUrIsmo que bajo el control de la Sociedad e eJoras Pubhca~ ~IgnIfIcaría camInos, carreteras, hoteles, buques mercantes, aviones y todas las caractenstIcas culturales que son índice de prosperidad contemporánea. P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Nariño y de sus vértebras hierro Quienes acostumbran reducir a cifras la realidad de Nariño, mientras los poetas se embriagan en la ecuación imponderable de sus paisajes, aquellas gentes de espíritu práctico sólo atentas a las profundas voces del número, piensan que nuestro sur, si quiere vertebralizarse en el progreso definitivo de Colombia, necesita de setecien­tas vértebras de hierro para tender a lo largo y a lo an~ho de su territorio las parale­las esenciales. Esto significa nada menos que necesita igual kilometral de ferrovía-no de carreteras-porque N ariño está urgido no solameute de pistas asfaltadas sino de vago­nes que arrastren las locomotoras bufan tes y puedan convertirlo en departamento gran­demente exportador y ganadero, al par que en futuro centro de industria semi - pesada. Las setecientas vértebras serían los kilómetros de nuestro ferrocarril esencial Popayán-Pasto-Ipiales-Diviso-Tumaco-Morro, con sus carreteras filiales, sus ca­minos de herradura y sus senderos de alimentación. Los caminos de herradura y los senderos en el Interior, los senderos y cor­taduras en la Costa (pequeños canales que abren los hombres para que conserven sin gasto alguno las mareas) constituyen un problema enteramente nariñense que parec;en haber olvidado nuestros ingenieros y hombres sustantivos. En cuanto al ferrocarril, no hay duda que somos demasiado infortunados los hijos de esta tierra. Hasta hoy no hemos deseado entender, ni los demás departamen .. tos de Colombia tampoco, que esa pequeña ferrovía que se extiende- desafiando la manglari'a -entre El Diviso y T umaco es un ferrocarril puesto al cuidado de todos los pueblos de Nariño para defensa y beneficio de Colombia. , La politiquería de nuestra amada y sufrida Costa, aprovechando el descuido de Jos pueblos surianos, se apoderó del ferrocarril para establecer la inútil y terrible cas­ta de los becados parlamentarios. El pobre ferrocarril, apenas construído, entró al torbellino de la política de aldea y de la cual- según informes- no sale todavía. Probablemente será en seme­jantes fauces devorado, si es que los pueblos de Nariño y del resto de Colombia no reclaman para que dichas paralelas de hierro sirvan los grandes anhelos de la Patria antes que los particulares o las bastardas ambiciones de nadie. Por fortuna el nombramiento del doctor Alcides Douat, es un rayo de espe­ranza en la noche ferrocarrilera, noche al parecer definitiva. En estos tiempos que sólo es dable creer en el lenguaje burilado de la acción personal, cuando se perfila en un pasado admirable, debemos confiar en la gestión pacificadora del doctor Douat, cons­tructor del terminal ferrocarrilero y quien para su orgullo y satisfacción puede contarse en el número reducidísimo de los empleados que comprendieron desde un principio que el deber único y máximo de un servidor calificado del ferrocarril, es ofrenda~ to­do su esfuerzo, su energía, su inteligencia y hasta sus sentimientos personales en el ara santa y colombiana de la prosperidad de la ferrovía. Alcides Douat jamás aceptó, pre­textando representación del ferrocarril, convertirse en mangoneador de cabildos, jurados electorales, clubes políticos o cábalas de intriga; nunca pretendió el doctor Dauat ser un becado parlamentario de aquellos que dividen la Costa en aniquilantes y suicidas zonas de influencia. REVIST APASTO celebra y se felicita por el nombramiento para admi .. nistrador recaído en la persona del joven ingeniero Alcides Douat y espera que el fe- • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. rrocarril salga cuanto antes, gracias a la terapéutica de una Resolución disciplinaria, de toda órbita politiquera para servir exclusivamente los grandes intereses de Colombia y los particulares de N ariño. No queremos que nos tiente el pesimismo para pensar con otros, con los que aseguran que los magnates autores del boicoteo y del complot contra los nariñen­ses, camuflado en la baratura de los transportes Buenaventura-Pasto, con la consi­guiente rebaja aduanera, al permitir el nombramiento de un distinguido ingeniero suria­no, han buscado precisamente que nuestro ferrocarril se extinga-atacado por todos los flancos-como una débil llama en las manos pulcras de un inteligente y honorable hi­jo de Nariño. Así habrían querido realizar, esos magnates del transporte, el pensamien­to del poeta de Weimar cuando afirma que la más trágica forma de la Tragedia es la Ironía ........ . Fiene de la Pág. 6 Fisonomía del hombre ...... -Perfectamente, asintió flemático. Se pueden ver, sin taparse las narices, estas so­beranas instalaciones plutócratas, puesto que allí sólo asisten quienes tienen para pa- ~gar por miles los dólares. Jamás he que­rido entrar a aquellos hospitales que los fi­lántropos llaman de beneficencia, porque son tan serios y tristes que no se debe ha­blar de ellos sino cuando se es filósofo o santo. Sabe usted quiénes son los santos de ahora? ..... Pues, hombre, son esos mismos revolucionarios de hace 2.000 años. Por lo demás, esos edificios son tan grandes que no se puede examinar a tanto' infeliz o lo que es peor, hay tanto desgraciado que no le queda tiempo a uno para mirar y admi­rar las maravillas de la filantropía. -Quizá tenga usted razón, interrum­pió el director; de todos modos estas ins­talaciones, después de su técnica, no pue­den ser sino efecto de previsión y econo­mía que engendran la prosperidad. Las re­públicas latinas debieran aprender estos en­sayos. -Previsión, economía, prosperidad ..... Sospecho que a estos vocablos se ha qui­tado su valor efectivo. Conozco economis­tas que me han hecho reflexionar en que la economía no es otra cosa que un home­naje hipócrita, que la miseria-no la pobre­za- rinde al orgulloso capitalismo. En el asalariado económico encuentro algo del eunuco que le impide gozar de la alegría de vivir. Por eso la plutocracia la prefiere así; en la banca, la bolsa, la usina, la mi­na, el mostrador, el escritorio, en todas las organizaciones que diabólicamente ha in­ventado para explotar la máquina humana. -Porque no cree en la caridad ni en la filantropía; cuando se pierde la noción humanitaria es difícil encuadrarse en una sociedad crisriana. Se quedó un tanto dubitativo. Siem­pre había deseado creer en la nobleza de las religiones en donde afloran los postula­dos altruistas. Más que nadie habría de­seado que la fraternidad fuera entre los hombres no un concepto sino un hecho tan­gible. -Sí, repuso; yo no soy de fos que aceptan el sentido que los fariseos dan a la caridad evangélica. Creo en la alteza ideo­lógica del cristianismo, como en la ética de Francisco de Asís desteñidas por el co .. lorismo industrializado; y por eso me rebe­lo contra la vanidad propagandista de los filántropos que regalan mil dólares para es­tablecimientos que éllos llaman de benefi­cencia y gastan dos mil en crujir las ante­nas del radio trasmitiendo la sensacional no­ticia. -Felizmente no son ésas las ideas que crecen en nuestro ambiente; habrá po­dido usted constatarlo; nosotros no hace .. mos sino informar las actividades de las mayorías. Involuntariamente miró al jefe del po­liclínico, oculto en su capa blanca, tocado de la boína que apenas le tapaba las sie­nes. Su cara inexpresiva no revelaba agita­ción: el laboratorista ante el microcosmos. -De modo que usted cree en el po­der de la prensa? Pensó en el tru,~ t que financiaría la distribución de una docena de rotativos a lo largo de América para silenciar los alaridos de la prensa amarilla. Tenía fé­quizá la única fé-Bakunine la tenía en la li .. 8 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. bertad-en la eficiencia de la prensa cuyo largo alcance apreciaba más que el de los cañones de la post guerra. -Por qué no voy a creer, contestó preguntando al médico. V olvió en sí, recor .. dando su conversación. No quería cambiar de tema. -La palabra escrita, doctor, tiene reac­tivos más sorprendentes que sus fórmulas químicas; por eso lamento no ser rico pa .. ra emprender esta empresa, en que sería él Hugo Stines de la democracia, contrarres .. tando así la labor de las agencias de pro­paganda industrial y política que atrofian el mundo con sus noticias. Pensó que sus palabras encerraban in­discreción infantil; corrigió su verbalismo tro­pical. -Cree usted que así se curará el mundo?, interrogó al facultativo, interesado al parecer mucho más en este nuevo méto .. do sanitario que en lo que ensayaba en el policlínico. Con esfuerzo irreal contestó: -Sería el mejor método para enfren­tarse a los 80.000 capitanes que distribuí­dos estratégicamente a la A. P. parapeta­dos tras de sus 1.300 diarios que publi­can en todas las lenguas del mundo a tra .. vés de 24.000 millas de cable, sin contar las poderosas instalaciones inalámbricas. Co .. nozco el horroroso ultrapoder de la prensa amarilla. Una vez que la señal electromag­nética del radio se pone en camino, queda fuera de todo control y censura, libre de al­teraciones políticas y comerciales en territo­rio amigo o enemigo. Sería un descubri­miento más efectivo que el de Colón apro .. vechar para los intereses populares la téc .. nica y la práctica del broadcasting. El facultativo-hombre enseftado a vi­vir en todos los mundos-aprobó. -Me gustaría formar parte de esa empresa sanitaria. En honor a la verdad-acotaba Prós­pero- no tengo mucha fe en la eficiencia periodística de este individualista, sencilla­mente porque jamás leí nada de él. Dicen que en Córdoba escribió ciertas memorias que no han visto la luz. Lo que conozco es una serie de cartas entre él y Soussens, el Verlain bonaerense que tanto influyera en su mentalidad. En una de ellas habla de la traducción que de la tragedia de mi vi­da del Amart celta hiciera la brillante Margarita Nelken, que es el apocalipsis del Jesús de los invertidos. Se lee electrizado allí cómo se cumplieron fielmente las escri­turas de la vida, pasión y muerte del for­zado de Reading. Quizá por esto el ca­marada de Soussens repetía en los trances amargos: "No es posible conservar siempre en el corazón una víbora que se alimen­te de uno mismo". Pero no he leído nada más fuera de estas cartas-confiesa el cronista-cuyos ori­ginales guarda celoso uno de los archivos de la docta Córdoba, donde don Juan so­lía recluirse cada estación otoñal. El frío lo descomponía, des armonizaba sus nervios, exaltaba su imaginación y le representaba la muerte con contornos despavoridos. Alguna vez le preguntaron por qué no escribía, antes que estar criticando en los mentideros públicos. Con aire de suficiencia, bizqueando, repuso: -T engo mucho cariño, veneración por Sócrates y Jesús que jamás escribieron nada ni les hizo falta para enseñar. Lo que pre­cisa es tener cada cual su Platón o su Saulo que transmitan a las generaclones posteriores. Hay quien asegure que cierta casa editora de Baires tiene con similares con­diciones que aquélla de Wilde 3 folios, ensayos sobre toxicómanos, leprosos y tísi ... coso Habrían sido salvados de .las llamas por un compañero en Panamá. Don Juan después _ de los 3 O se hizo vegetariano luná­tico, al igual de Kafka que cuando se sin­tió morir, despedazó los volúmenes manus­critos y pidió a su amigo Brond quemar a los que tenía en su poder. -Mis libros no serían de aquellos que gusten a todo el mundo, protestó; esos siem­pre huelen mal: la mugre de la plebe se les adhiere, al igual que en las plazas, can­chas, circos, donde se reúne a diario. Descontentadizo. Exteriorizaba sus afi­ciones hablando. Eso que él mismo reco­nocía era un charlista inelegante y conver .. sador inoportuno. Próspero anotó en las veces que le oyó hablando en los distintos gremios a qué asistía por getta, no por convicción. En los momentos álgidos que siempre se presentan en la asamblea, se levantaba y desertaba protestando contra ese mimetis­mo de los sindicatos fascistas. P A S T O 9 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La cri• sI• s de la Cultura Ante la Liga de Maestros de Nariño. Por el Dr. Manuel A. Coral. Señores: U n día, pensando Rodin, en la apoteosis de la actividad humana, anhelaba, para el trabajo, un grandioso monumento. Esa obra colosal, desde las profundidades de la tierra, surgiría en el suelo de París. En la cripta, las paredes pintadas al fresco y or­nadas ele bRjos relieves, representaría a los hombres que trabajan en los subterráneos. A medida que el monumento vaya alzán­dose, en todas sus múltiples manifestacio­nes, estaría simbolizada la humanidad tra­bajadora. En la cúspide, sobre una terraza circuída de balaustradas y de estatuas, ~e eregiría el templo, en mármol rosa, al peno -Ha hecho bien Musolini-declaró en una sesión-creando y matando sindica­tos a su antojo Estos conjuntos gregarios me inspiran tanta lástima, como las ánimas del purgatorio esperando al santo que las redima Pero "reinaba" entre las palabras. T ('­do un aristócrata avaro de sus vocablos. Co­nocía el valor de una vocal, una cláusula. Tenía esa conciencia estética del oído que percibe la fuerza de la vocal llena sobre la débil. Cuando sugería una idea se preocupaba como retórico por encontrar los períodos que saltan, acometen, derrotan. -Hay que hablar así, cuando uno se dirige a las multitudes, destacaba enfá­tico: la biblia ha sido obra de los mejores oradores del pueblo judío. Asesinaba neologismos europeizados y resucitaba criollismos. Las palabras democra­cia, libertad, filantropía las tachaba por fal­sas, gastadas. En cambio se esforzaba por renovar el vocablo aristqcrata que combi­naba con estético. Se disgustaba cuando ma­quinalmente oía decir: encantador, interesan­te, bello, paradojal..... el diccionario de los snobs. Concretándose a nuestros provincialis­mos- asegura Próspero, quien lo vióactuan-samiento creador. Sobre lo alto, y volando triunfalmente sobre la dorada cúpula, dos figuras aladas bendecirían la obra de la hu­manidad, en tanto que el centelleo del oro y los reflejos de las rosadas colun1nas semeja­rían una aurora perpetua. Por desgracia, el sueño de Rodiu no ten­drá cabal realización. Tal vez, la soberbia cúpula de mármol rosa, quedará vacía. El pensamiento creador ha perdido la virtud de su fuerza espiritual, y ya no reclama el solio altísimo de la cúpula dorada. Parece que la cultura del hombre, del sér racional y pensante, ha huído de la tierra, y las dos fi­guras aladas que preludiara el genio francés para coronar el templo eregido al pensa-do en los bajo fondos-que jamás trepidó el hablar de huaichos antes que huérfanos y siempre exclamó ¡achichay! cuando sen­tía frío. Gesto indígena que se compadece con su aptitud de preferir la ruana al pa­letó por estas rarezas, algunos círculos del Plata que le achacaban la desorganización societaria insinuaron levantársele un monu­mento como al mejor agente disociador de la época. -Estatuas? Monumentos? ¿No les pa­rece un insulto a los sintrabajo llenar las calles de "monos" cuando no hay un lugar en ellas para los miserables?... Pero si han de imitar esa injusticia burguesa, el mio debe ser hecho por un amor de monstruos como el del judío Einstein que está desterrando de Inglaterra faunos, cleopatras y helenas. Aplicándolo al terruño, no quiero sostener un atentado al ne varíelur de los bolíva-res, santanderes, sucres; pues no trato de robar a nuestros desolados parques y ave­nidas los artísticos conjuntos patrióticos con sus slocks armónicos de laureles, espadas, cañones, caballos, generales, banderas, fan­farrias y regimientos. P. E. 10 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. miento, no yolarán triunfantes, bendiciendo ]a obra puramente ma terial, egoísta y bár­bara de la presente humanidad. En la noche vertiginosa eh'l tiempo, el centeileo del oro y el reflejo de las columnas rosadas del gran templo, ya no semejarán una aurora perpe­tua~ porque la civilización de la época, ma­quinizada y torpe, ya no refleja el lnagnifi­cente esplendor del espíritu. Quiero hablaros de esta noche sin luz. En el enorme circo ele la HISTORIA, pa­rece que se está exhibienno otra vez el dra­ma agitado y tumultuoso de los cuerpos, precedido de la sonrisn escéptica, fa talista y atea de Demócrito. Los corceles de Platón, múvidos solo por los impulsos del apetito, ya no quieren obedecer, porque no los con­duce la razón. Las alas de pla--ta del Divino Filósofo ya no conmueven ni arrebatan a la juventud de hoy, y los hombres, según se lee en el Libro VII de la Repú blica, yacen enca­denados por segunda vez en una cueva, con espalda hacia la entrada, ulirando en el fon­do obscuro la sombra de las cosas que el sol proyecta sobre las paredes de aquélla. Por el camino ideal que un día recorriera don Quijote de la Mancha, parece que avanzasó­lo el mulo de la inmortal leyenda, sopórtan­do en su espinazo el estómago robusto y apetitoso de Sancho. Sobre las páginas truncas y sangrientas de la historia, sobre las tablas rotas de la cultura, se consume la verdad en la gruta profunda do la concibieron los primitivos fi­lósofos. De allí no saldrá, sino cuando los hombres abandonen el sendero proclive de las bestias, para seguir por los caminos fe­cundos del e~píritn y de la recta razón. En este siglo que Comte llamó de la ciencia y que debiera apellidarse, más bien, del metálico, de la economía y de la técnica, en el que todo parece dirigirse no a desarro­llar las fuerzas del espíritu, sino en cuanto puedan servir para satisfacer las necesida­des fisicas de la materia, conviene hablar de este trascendental problema de la crisis de la cultura. Cuando las escuelas griegas, a base de cálculo, de gimnasia y de música, fueron in­suficientes para el desarrollo de una cultura general más elevada, fue necesario que los filósofos y los grandes HABLISTAS de ese tiempo, descendieran de su altísima posición y recorrieran las ciudades enseñando a la juventud los elementos de la ciencia, las cuestiones éticas y políticas y la ejercitaran en el arte de la verdadera elocuencia para que pudiera defender, con éxito, los intereses cemunes. Esos grandes maestros de la SH bi­duría fueron los divulgadores de la cultura antigua, con sus escritos, con sus sermones morales, con sus discursos y conferencias en las asa mbleas, en los tribunales populares, en las fiestas públicas, especialmente, en las olímpicas. Muchos de ellos, revolucionarios espirituales, llegaron a ser los portavoces del progreso y de la moderna cultura. A ejem plo de los griegos, los maestros de la j u ven tnd, los di1'E'ctores espiritua les y sociales de es ta época, están en la o bli ga­ción ineludible, para la propicia democrati­zación de la cultura, de convertirse en los focos fecundos de su irradiación, poniendo toda la fuerza de su saber al examen de la más dramática y universal de las realidades. Complejo y dificil es .el tenul escogido. A la crisis de la cultura actual contribuyen un número considera ble ' de elementos. Muchos de éllos son heterogéneos, de índole diferente, difíciles de explicar y de clasificar. Unos re­sultan ser de carácter general; en canlbio, otros no pueden tener lugar sino en ciertos indi viduos y en determinado~ pueblos. Mien ~ tra s unos se estudial) por las ciencias físicas y na turales, otros se resuelven por las cien­cias sociales. Cuando los unos afectan a la materia, los otros atacan al espíritu y cons­tituyen las más agitadas y vivas controver­sias entre renombrados filósofos. Alrededor de este problema, han surgido las más en­contradas opiniones, las que tratan de pre­valecer sosteniendo sus puntos de vista con violencia y fann tislllo. Los unos propugnan por una mecánica social y orga nización en grande escala, y piensan: o en el cambio de las reformas económicas; o en la conquista militar y en la hegemonía de una nación de­terminada; o en la revolución con las armas y la dictadura de clase. Los otros creen que la transformación y el progreso pueden ope­rarse por el mejoramiento de los individuos que componen la sociedad y ponen toda su fe en la Biología, en la Psicologí~, en el Psi­ca- análisis y en la educación. Se ha invoca­do también, para lograr un cambio apeteci­ble, una ayuda sobrenatural y se ha desea­do, por otra parte, un retorno a una reli­gión. Si para el que ha bla, por ser conferen­cista católico, no existe dnda sobre cuál debe ser esa religión; sinembargo, por no haber acuerdo perfecto, muchos reclamarían la sustitución de la moral de Jesucristo con la ética de Buda, ya que éste clasificó la es­tupidez y la inadvertencia entre los pecados capitales, y anheló por la responsabilidad del individuo dentro del orden social. Hablar sobre tantos tópicos y tan di­versas faces de la cultura, sería obra de mu­chos volúmenes. Dada la calidad de mis oyentes. modeladores de la~ futuras genera­ciones, me referiré a la crisis de la cultura ta n sólo desde el punto ele vista pedagógico. Poderoso es el influjo de la educación en la vida de los pueblos y de los hotnbres. Mu­chas veces, su gnlndeza o su postración, son consecuencias necesarias de este factor. El esplendor científico y estético de Grecia se debe a su educación y a su enseñanza. Toda. mente esclarecida debía hallarse en un cuero. P A S T O 11 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. po hennoso. En cambio, cimentada la ense­ñanza en el principio contrario: toda mente esclarecida, en un cuerpo fuerte, hizo que Roma llegara a ser la señora del mundo; y fueron las doctrinas disolventes de los enci­clopedistas que prepararon la revolución francesa. Así como la historia del mundo, según piensa Carlile, no es otra cosa que la historia de sus hombres, así también se pue­de decir que la historia de su moral y de su cultura, no es otra cosa que la historia de los frutos obtenidos por sus educadores. Creo que la educación bien dirigida pue­de transformar el mundo y cambiar el curso de la historia. No se diga que es exagerada esta afirmación, porque grandes penalistas modernos, sostienen que el hombre anor­mal, egoísta y antisocial, puede llegar a ser útil a los demás, mediante la reeducación, en los modernos reform~torios penales. Trascendental y fecundo es el papel del educador. El puede, con el buril de una edu­cación esmerada, hacer ascender al indivi­duo a la escala del hombre superior, o pue­de, conduciéndolo por los senderos de la me­diocridad, hacerlo llegar hasta el nivel de los brutos, o constituirlo, por perversión, en una amenaza social. La educación debe ser considerada como el medio en que el hombre actúa (lesde sus primeros años. Si el medio es bueno, el hombre puede triunfar; si el medio es malo, las puertas de la vagancia, del crimen, de la impotencia y de la corrup­ción, le quedan abiertas. En todo proceso educativo se ha de dis­tinguir tres elementos primordiales: el indi­viduo o educando, la sociedad y el progreso. Las teorías y las enseñanzas del educador se deben acondicionar a estos tres elementos. Educar, como se ha dicho, es para el maes­tro, en la esfera " de su modesta individuali­dad, más que modelar el carácter de un hombre y relievar su inteligencia, formar una sociedad, constituir una patria, y más que formar una sociedad y constituir una patria, es adelantar el mundo y cimentar su verdadera cultura en las bases más profun­das del saber y la virtud. Desde el último cuarto del siglo pasado, parece que el mnndo comenzó a descender rápidamente a la noche funesta del materia­lismo. En efecto, en el siglo XVIII, la co­rriente intelectual era puramente especula­tiva. Todos los pensadores de ese tiempo pusieron de manifiesto lo que Hipólito Tai­ne llamó el espíritu clásico de la época. So­bre la experiencia, primaba la educación. Pensaba Condillac que en todos los ramos del saber debía emplearse el método más an­tiguo, el matemático. Y Descartes llegó al mecanicismo o atomismo puro, aplicando este método al problema de la materia. De la falsa conjetura de un contrato social, Rous­seau dedujo una doctrina absurda. Si es ver­dad que en esta época las ciencias espe-c?- la ti vas llegaron a su maXlmo esplendor; slnembargo, también es cierto que el espíri­tu clásico se fue al extremo de la deducción silogística y apriorística, que ridiculizara Alejandro Manzoni en su novela "LOS NO­VIOS". Y esas majestuosas catedrales silo­gísticas caían, como lo afirma Taine, al me­nor soplo de la realidad. Como las tendencias meramente contem­plativas, abusando del método deductivo, fueron incapaces de dar una explicación completa del hombre y del mundo, apareció, en el siglo pasado, el positivismo filosófico, con Augusto Comte, Spencer y Darwing. El mundo marchó al otro extremo, y la etapa histórica del pensamiento humano, que Comte llamó Metafísica, fue reemplazada exclnsivamente'por otra, material y positi­va, a la que, injustamente, se la apellidaba cien tífica. Ferri, el gran Maestro del Dere­cho Penal, trató de separarse del positivis. mo filosófico, divorciando el derecho de la filosofía, porque la sola experiencia tampo­co podía dar un concepto exacto de la vida, de la moral y de la sociedad; pero, al negar el libre albedrío, cayó en el determinismo fa­talista. Una lucha tenaz y absurda se desen­cadenó entre la escuela clásica y la positivis­ta. Dice Gennaro Escobedo: " si cada una de estas dos escuelas hubiese limitado la apli­cación de sus principios al campo que le era propio, y no hubiera intentado extenderlo al campo que le era extraño, si cada una de éIlas no hubiera pretendido aplicar un mis­mo criterio a materias distintas, la lucha entre las dos escuelas no habría tenido ra­zón de ser". Ambas escuelas debieron com­pletarse, "como el día y la noche en una so­la rotación planetaria", como afirma uno de nuestros escritores. Aristóteles y Santo Tomás, que combi­naban sabia y armoniosamente la deduc­ción con la experiencia, se quedaron atrás, y el mundo se diluyó por el estrecho canal de la mera experiencia. Si es verdad que las ciencias positivas progresaron, la cultura superior, la cultura" del espíritu, se eclipsó en el más espantoso de los materialismos. Don l\liguel de Una­muno decía: "hay que sacar este fondo a la superficie, hay que predicar contra esta bar­barie de la supremacía de los conocimien­tos de apiicación y contra esa otra barbarie del especialismo a toda costa y sin base en la universalidad. Así lle'garíamos a aprender a manejar máquinas, pero no a saber hacer­las, sobre todo a perder el apetito de la vida y a no tener motivo de vivir". En esta épo­ca del positivismo. el infinito mundo del es­píritu se hall~ cerrado, y los hombres 10 nie· gan, como Voltaire, porque no lo alcanzan a ver. "Para el ratón hambriento que roe el queso, ha dicho Bunge, la verdad debe cir- Pasa a la Pág. 15. 12 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BUSCANDO UN NATALICIO Por LUIS A. ACOSTA Es el título de un artículo que vió la luz en el No. 3 de la Revista "Pasto" que Don Plinio Enríquez y el DI. Guillermo Moncayo la dirigen con beneplácito de toda la sociedad, por ser ellos no sólo miembros de la Sociedad de Mejoras Públicas y ser la mencionada Revista, órgano del Cuarto Centenario y de revaluación Nariñense, sino porque a esta publicación oficial le han sabido dar un tono de marcada distinción intelectual, con la pu­blicación de artículos y poesías que dicen muy al­to de la cultura Nariñense, próxima a celebrar su cuatricentenario de la fundación de su ciudad capital. El Sr. Don Alfonso Ibarra Revelo, autor del artículo que intentamos comentar, con celo patrió­tico, digno del mejor de los encomios, pide a los historiadores nariñenses desplieguen su desvelado afán, por averiguar "el lugar de nacimiento, o si­quiera la procedencia del Coronel Agustín Agua­longo". Ese mismo patriótico interés del señor Ibarra Revelo, es el que sirve de poderoso estímulo para escribir estas líneas y a la vez pedir respetuosa­mente a los Historiadores Nariñenses, que son mu­chos y de gran valía, pues sus actuaciones en ma­teria de historia y de otras ciencias, han traspasado los linderos de la patria y han sido alabadas por escritores de otras latitudes, para que hagan luz en el nacimiento del General Agustín Agualongo, nuestro máximo conductor de las huestes pastusas que defendieron con integridad de Espartanos, los principios que creyeron sagrados, porque su con­ciencia les gritaba, que debían ser fieles al jura-mento de servir al Rey. . La' figura de Agualongo es más interesante para nosotros, porque su indiaje y valor no superado, nos impulsa a venerar su memoria, siendo héroe autóctono nuestro, y porque el subido porcientaje de sangre india que bulle en las venas de la mayoría de los nariñenses, hace que tenga­mos por nuestro gran Capitán un fervor digno de sus hazañas y de su temerario valor, al defender la tolda que albergaba la Cruz y la Espada de Castilla. En cuanto a la procedencia de Agualongo, la tradición nunca desmentida hasta hoy, ha sido la de que este insigne guerrero o guerrillero como lo apellidan nuestros historiadores, si no tuvo su na­cimiento en Pasto, por lo menos se cree que pudo nacer en el Distrito de El T ambo o en el de La Florida; pues parece que buscar su verdadero na­cimiento puede ser una tarea, si ardua, por lo me­nos no imposible, si nuestros historiadores y la ciu­danía en general, prestan su apoyo dando a la luz pública]o que la tradición nos viene dejando en las familias y que algunas de ellas guardan con entera fidelidad; pero lo que no queremos es que se tergiverse esa tradición poniendo en duda que Agualongo no es pastuso, ni como se cree que na­ció en el Municipio de El Tambo o en el de La Florida, sino que el señor lbarra Revelo nos pre­senta un testimonio, según él, de una autoridad indiscutible al afirmar que n Agustín Agualongo, de pura raza indígena, nacido en uno de los pueblos de la frontera Colombo--Ecuatoriana". Para el es­critor nariñense que otea la fuente del lugar de na­cimiento de nuestro indio epónimo, y busca con ansiedad en los archivos de las parroquias pastusas, el precioso documento, con la cita "de la autoridad indiscutible", en cuya fuente buscó el señor Ibarra Revelo la procedencia de Agualongo, ya tendre­mos que ir a buscar la partida de nacimiento en las parroquias de Ipiales, Carlosama, Chiles o Cum­bal y hasta la Provincia del Carchi que los nari­ñenses tenemos y conocemos como la frontera Co­lombo-- Ecuatoriana. La autoridad indiscutible de Espasa, en cuyo diccionario enciclopédico encontró el Sr. Ibarra Re­velo la noticia de que Agualongo nació en la frontera Colombo-Ecuatoriana no nos quitará jamás la autori­dad también indiscutible de nuestra tradición que afirma que Agualongo es pastuso de nacimiento: hecho este que nadie en Nariño ha puesto en du­da. El señor Ibarra Revelo talvez sufrió una ofus­cación de criterio al leer la nota en uno de los volúmenes del diccionario Espasa, pues para un es­critor Bogotano, o de cualesquiera otra república o nación, con mucha propiedad puede decir que Agualongo nació en la frontera Colombo--Ecuato­riana, pero escribir en Pasto y citar a Espaza co­mo autoridad en el asunto que nos venimos ocu­pando, francamente es lamentable equivocación, que nos hará perder la pista del precioso hallazgo his­tórico. Podemos estar no muy equivocados al afirmar que Agualongo si no nació en Pasto debió nacer en el Municipio de El T ambo o en el de La Florida, y para ello vamos a dar a nuestros lectores una noticia tomada de la tradición. Por allá en los años de 1912 a 1915, el que estas líneas escribe dialogaba frecuentemente con un viejecito llamado Juan Burbano, oriundo del Municipio de El Tambo, que murió de más de cien años al decir de uno de sus hijos que en la actualidad es aparcero en un pequeño pejugal de propiedad del que en estos momentos está quitán­dole al numeroso lector de esta Revista quizá un tiempo precioso. Don Juan nos relataba que tenía 5 o 6 añ05 de edad por el tiempo en que el Ge­neral Agualongo estaba al frente de sus batallones en el pueblo de EI -Tambo; que él no conoció al General, porque su madre no quiso llevarlo a co­nocer por temor de que el niño no llegara a pié, pues la distancia de San Pedro a la población de El Tambo es muy larga y el camino muy fragoso, pero que su madre le refería que el General Agua­longo era una persona de un físico interesante, al­to, bien mUiiculado y blanco y que lle\faba tatua­jes en los brazos y en el pecho y que era cariño­so con todas las personas que lo visitaban; seguía el viejecito narrando sus impresiones y entre otras cosas nos decía: "yo no conocí al General Agua­longo, pero en cambio fuÍ muy amigo de Raimun- P A S T O 13 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. do Agualongo, hijo del General y padre de los dos peones que tiene su papá, pues Raimundo fué casado con la señora .... ...... .. GarcÍa, madre de sus dos peones, pues esta señora ..... ...... GarcÍa es oriunda de la sección de Chagraúrco" (Munici­pio de El Tambo); los peones se namaban Felipe y Eliseo, de los cuales uno vive todavía en una de las veredas del Corregimiento de T abíles. Entre las cosas curiosas acerca de este apelli­do, que hoy se ha extinguido, es la siguiente: en mi presencia mi padre arreglaba de cuentas a es­tos dos muchachos y al examinar el libro en el que se encontraban los nombres de estos acreedores le­yó así: Felipe Agualongo, Eliseo Agualongo, de­ben tanto .... . , e inmediatamente se inmutaron un tanto y dijeron, "no nos escriba en su libro con el apodo de Agualongo, pues nosotros somos Garda". Con otros dos peones, que estaban allí con el mis­mo objeto, se comentaba el hecho de que Felipe y Eliseo querían llevar el apellido d~ la madre, siendo Agualongo el del padre y habiéndolos co­nocido a ellos desde muy niños con el apellido de Agualongo, y mi padre les manifestó que no de­bieran avergonzarse de llevar el mismo apellido de un General ilustre. Yo, desde niño, siempre tuve por Agualongo una especie de admiración, pues me imaginaba. que debía ser un hombre muy va­liente éste, porque a pesar de ser un indio había llegado a tan alto grado militar, y con la curiosidad de un muchacho busqué la opor­tunidad de entrevistarme otro día con Don Juan Burbano, el viejecito de la presente historia y me volvió a ratificar que los dos peones Felipe y Eli­seo eran hijos legítimos de su amigo Raimundo Agualongo, hijo éste del General Agustín. En la sección de Chagraúrco del Distrito de El Tambo, existe aún otro hermano de los ya dichos Agua­longos, nietos de nuestro General, cuyo nombre no lo recuerdo, pero también, como sus dos hermanos ya citados anteriormente, lleva el apellido de Gar­da que es el de su madre. Quizá la causa única para que los Agualon­gos se quitaran el apellido obedeció al cdio y a la incomprensión de escritores de esos tiempos, que hadan la apología de los patriotas y zaherían con los más bajos dicterios a los realistas y en especial a los pastusos, por su tenaz resistencia en defender su barricada, pues no de otra manera se explica los doce matrimonios en el río Guáitara, en que el odio hizo que arrojaran al río uncidos contra la espalda doce pares de ilustres prisioneros y culmi­nar luego con la entrada del Batallón Rifles a es­ta ciudad y no perdonarle a los pastusos la mala estrella de Bolívar en Bomboná. Sigamos buscando la procedencia de Agua­longo y tratemos de averiguar el lugar de su naci­miento. Es probable que Raimundo Agualongo fue­ra el único hijo legítimo del General Agustín, ha­bido en el matrimonio Agualongo--Almeida, pues el documento publicado no hace mucho tiempo en el Boletín de Estudios Históricos y en la Revista "Ideal Femenino" por nuestro historiador señor don Sergio Elías Ortiz, del acta de inscripción militar de Agualongo como soldado del Rey y cuyo do­cumento le fue obsequiado al señor Ortiz por la distinguida matrona Doña Rosario Delgado v. de Bucheli; en esa acta de inscripción militar consta que Agustín Agualongo era hijo de una señora Almeida, de 20 años de edad y de profesión pin­tor. El Dr. Leopoldo López A., historiador de al­ta valía, no hace mucho publicó el proceso de di­vorcio del General Agustín Agualongo con su es­posa legítima señora Almeida. No será aventurado creer que si Agualongo se divorció de su esposa, ésta se llevara consigo a su hijo Raimundo al pueblo de su origen y también muy probable pueblo de su esposo General Agua­longo pues Raimundo Agualango vivió en el Mu­nicipio de El T ambo y contrajo matrimonio con su esposa señora Garda, de cuyo enlace son los tres Agualongos a que he hecho mención en este escrito. Por otra parte, hasta hace pocos años en la población de El T ambo se llamaba a una de sus calles, "La Calle de los Agualongos", y una loma cercana al mismo pueblo de El Tambo tam­bien lleva el nombre de Agualongo, donde el Ge­neral hizo su campamento. Hasta hoy todos hemos creído que el Gene­ral Agualongo era de pura raza indígena y la tra­dición conservada fielmente ha sido la de que nues­tro General, en sus primeros años, fué sirviente de una de las familias más linajudas de esta ciudad; y como estamos en el terreno de las suposiciones, nosotros ponemos en duda el hecho de que nuestro héroe criollo haya sido un indio cuyo apellido lo tomó del modo característico como sus antiguos amos solían llamarlo cuando le ordenaban al langa traer agua, modismo que con el andar del tiempo vino a formar el apellido de Agua-longo. Existe en España una población llamada Agualonga y po­demos creer que algún español tenía el apellido de Agualonga y que con el andar del tiempo tuvo una alteración el primitivo apellido. Por otra parte, ponemos en duda de que en esos tiempos los amos de Agualongo se hubieran interesado por darle educa­ción y sobre todo una profesión tan decente como la de pintor. Los Santacruz, Villotas, que fueron aguerridos y prestigiosos militares y entre ellos el Dr . Tomás de Santacruz, graduado en Salamanca, y el Dr. Merchancano, uno de los mejores aboga­dos de su tiempo, no hubieran permitido que un indio sirviente tuviera el mando de las tropas, y el Dr. Merchancano tampoco hubiera permitido que Agua­long o firmara a la cabeza su famosa proclama en Ibarra. Nosotros creemos que Agustín Agualongo tuvo una sólida instrucción, unida al decoro here­dados de sus mayores, pues no de otra manera se explica el hecho de haber presentado un juicio de divorcio que aún en nuestros tiempos no es ni SI­quiera común. Por las razones expuestas anteriormente cree­mos muy conveniente que nuestros historiadores ha­gan luz en este proceso y que se busque la partida de nacimiento del General Agualongo en los libros parroquiales de El T ambo, El Peñol, La Florida o Matituy. El Excelentísimo señor Obispo de Pasto Dr. Diego María Gómez, que es un pastuso de corazón, puede con sus ilustres Párrocos de las po­blaciones ya nombradas, hacer que se busque la partida de nacimiento, ya que teniendo como base 14 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. / Viene de la Pág. 12. La crisis de .. ".. . cunscribirse a la esfera del queso". Todo lo demás es mentira, ridículas fantasías de metafísicos. El hombre, tanlbién, conoce el ratón hambriento, no cree en 10 genera], si­no tan sólo en las sustancias que le alitl1en­tan el cuerpo: todo 10 demás son quimeras, visiones febriles de cerebros atrasados. Con el advenimiento del positivismo, la faz de la enseñanza cambió en todos los paí­ses del mundo. El antiguo exclusivismo clá­sico desa pareció con la tendencia de a u men­tar los estudios científicos modernos qu"e ya habían iniciado Lakana], Danou, Condor­cet, Spencer y Bain. Los altos objetivos éti­cos no entran en esta nueva enseñanza, y todo 10 nomlna la observación y la expe­riencia. Al fin, en el gran mercado universal, exclusivamente eca.nómico, egoísta y utilita­rio, se llega a exhibir tan sólo el cadáver de la cultura supe60r. Toda la enseñanza está dirigida a desa· rrollar las aptitudes económicas del indivi­duo para mejorar las de las sociedades. En esta nueva corriente desbordante, la reli­gión, la ética y la ciencia especulativa se C]uedan al margen, para dar paso a la sola preocupación de la riqueza. Los grandes po­líticos y los pensaoores de hoy, sólo se preo­~ upan por nlejorar las condiciones económi­. cas de su país, C011 vencidos que, con tn 1 em~ peño, propenden n su progreso. Carlos Marx, Schmoller, Paulsen, en Alemania, Leroy-Baulieu, Tarde, en Fran­cia; Ferri y Loria, en Italia; Adam Smith, Stuart MilI, Spencer, en Inglaterra, levanta­ron, como emblema de la enseñanza, la ban­dera de la riqueza. La política, la sociología y pri I1cipalm ente la ed ucación q uedaro II atad;l" al cnrro estrepitoso de la economlí1. Así co 111 o p :1 ra los griegos el ideal ele 1 (\ ed u­cación fL1e Ll salud física y moral; para los roma tlí)S, el poder; para los escolá!- ticos. la -salvación, para el renacimiento y el neohu­manistlIo, la libertad, a~í tamhién, pnnl el positivi~l11o crítico y sociológico de l()~ ('nn­temporá neos, ese ideal es la riquez:l. Si la educación rlebe hacer el porvenir de los pue­blos, se ha oicho, debe formar la riqueza de ... el año de inscripción de Agualongo como soldado del Rey sería muy fácil y en pocos días los seño­res Curas Párrocos podían dar con el hallazgo de esta joya histórica, cuya publicación daría más real­ce a nuestras fiestas centenarias, glorificando una de las figuras más conspicuas que han pasado a la historia como ejemplo de un pueblo aguerrido y heróico. Pasto, mayo 13 de 1940. LUIS A. ACOSTA. porvenir. Pero esta nueva doctrina, basada en la interpretación materialista que de la historia diera Carlos Marx, al tomar forma corpórea, llegó Á considerar la riqueza en su concepto meramente material. Entonces, con Demolins y Lemaitre, se ha de buscar la riqueza no el1 la ciencia, en la moral o en la religión, sino en el espíritu práctico del vul­go; tnás que en las universidades, en las es­cuelas indus~riales; tnás que en la sabiduría, en el comerCIO y más que en el profesor, en el obrero. Con la guerra lnundial de 1914 a 1918, se desencadenó sobre el mundo materialista y económico un cataclismo ideológico que nunca pensaron los hombres. Las viejas es­t~ uctllras, carcomidas por el tiempo, cam­b. Iaron. .Ante lo s estados democráticos ' sur-gleron las dIctaduras, y el sueño de los grandes profetas --desde Isaías- el siglo de oro d(;J futuro, siglo de luz, de libertad, de paz, deju~ticia y de amor fraternal no quiso aparecer al lluevo escenario de los pueblos. . Escritas, como un altlsimo ideal de renova­ción, permanecerán estas palabras: "Las na­ciones no alzarán más la espada contra las naciones; el libre desenvolvimiento de cada una, llevará al libre desenvolvimiento de todas; el mundo estará lleno de la sabi­duría del Señorl. del mismo modo que las aguas recubren el océ{lno"; pero es lo cierto que el estallido de las baterías y el ruido de las grandes máquinas, han silenciado otra vez la voz del espíritu, y entre el humo de la nueva guerra y dé las modernas fábricas ya no brilla el pensamiento humano. ' Para conseguir estos últimos cambios, la educación ha sido el arma poderosa. Si es cierto que se ha adelantado un poco en los países democráticos; en cambio, dice Bertrand R.ussell, 4'en los países manejados por IrlS rlictaduras milltares, Rusia inclusive se ha )Jroducido en el tt-anscnrso de los últi: mos diez años un gran retroceso, que impli­ca el restablecimiento de la disciplina seve­ra, de In obediencia implícita, un comporta­ll1iento ridículamente subordinado para con los mae~tro~ y la adopción de procedimien­tos que permiten arlquirir conocimientos que resultan más bien pasivos que él.ctivos. Todo e~t() lo tnantienen con toda razón los gobiernos a quienes concierne, por creerlos procedimientos adecuados para producir nlentalictades tnilitares, a la vez obedientes y dominadoras, cobanJes y brutales ..... " La intensificación riel materialismo v elel racionalismo; la aparición de las dlct'adu­ras; la conquista de los gobiernos autorita­rios a expensas de los gobiernes democrá ti­cos, se debe tambiél1, entre otras, a causas educaciünales. El mundo ha retrocedido él los métodos primitivos de los romanos y de los samurai y se halla preparando otra vez a los hOl11 bres para las guerras, pa t-a ' las d le­taduras y pera la escln vitud. P A S T O 15 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , Opina Huxley que "la gente del pueblo rara vez ha sido espontáneamente belicosa. La guerra y el vandalaje imperialista, han sido preocupaciones de sus aInos, hombres que en su niñez habían gozado del privilegio de ser atropellados pO'r pedagogos de len­gua afilada y Inano pesada". Sobre este par­ticular, en reciente publicación, la doctora María Montessory, dice: "El niño que nun­ca ha aprendido a actuar por sí solo, a diri­gir sus actos, a gobernar su voluntud, se trans[orula en un adulto que resulta difícil ue gobernar y que :sitlllpre necesita el apoyo de otros. Incesantemente descorazonado y reprendido, el escolar concluye por adquirir esa nlezcla de telllor y de desconfianza en su capacidad, que se denomina timidez, que más tarde se presenta en el hombre, como desaliento, sometinliento e incapacidad pa­ra oponer la más mínima resistencia mo­ral". Este complejo de inferioridad, prove­niente de la mala educación, se desahoga en crueldad y brutalidad, esclavitud incondi­cional de los inferiores a Jos superiores y trato inhumano de lo§' superiores a los infe­riores. Este nledio social formado por una jerarquía de esclavos, es el que anhelan las dictaduras. Las nuevas reformas educacionales tra­tan de formar un clitl1a social propicio para las democracias. Con este fin, la educación debe dirigirse a fomentar en la juventud el ideal de la democracia y de la libertad, pro­pender por una educación individual que ca­pacite al hombre para la sociedad en una vida libre y responsable. Mas, la escuela montesoriana, que sostenía este ideal en Europa, fue cerrada oficialmente en Alema­nia, en 1935, y en 1936, lo fue en Italia; mien­tras que Rusia, desde el4 de septiembre "e 1935, fecha del falnoso deoreto educacional de Stalin, sigue formando millones de escla­vos para destruir con éllos hasta el último foco de la cultura pasada. He aquí la crisis completa de la educa­ción y de la cultura. Por una parte, el hom­bre pierde su libertad, su facultad de pensar, para servir de simple instrumento al mate­rialismo histórico. Por otra, con la educa­ción meramente técnica, el hOlubre se ma­quiniza. Cuando todos en el mundo, sean técnicos, todos im pulsarán la gran máquina de la riqueza, y cada hombre representará a perfección una pieza, un tornillo cualquiera de esa gran máquina, pero habrá descendi­do, indudablemente, al más bajo nivel de su animalidad. Aspirar a la técnica universal, no sería más que clamar por la más univer­sal de las ignorancias. Sucede con la educa­ción técnica, 10 mismo que con la excesiva división del trabajo que lleva a la deforma­ción intelectual del individuo; quien a prende a ejecutar tan solo un detalle de la obra, con el hábito, que da la repetición, se meca­niza pronto, y, cuando todos sean técnicos, nadie pensará. De otro lado, con la educa­CiÓil económica, sucede lo mismo. El sér hu­mano retrocede al peor de los empirismos. Trabaja para satisfacer las necesidades de los sentidos, pero sin detenerse a contemplar los altos ideales del espíritu. La supremacía de la vida corpórea, le eclipsa totalmente el sendero de la razón. Visto el problema por el aspecto político, es grave, supremamente grave, la responsabilidad de los que dirigen el gobierno, cuando ponen la educación al servicio de sus torpes an1biciones. No debe olvidarse que todo cambio en los métodos educativos, significa también un cambio en la mentalidad de los honlbres: Desde los pri­meros albores de la vida, acondicionado el hom bre a ciertas prácticas, formado y ed u­cado de cierta manera, le será dificil después sentir, pensar y obrar de un modo distinto al que le enseñaron en los primeros años. Un pueblo nlal dirigido, orientado con pési­mos sistemas educacionales, puede retornar fácilmente a la noche primitiva de la barba­rie y del envilecimien too Entonces, como acontece en muchos estados, cuando los más afortunados suben a la ctl1nbre, a los otros no les queda más que el deber de obedecer ciegamente, obteniendo, en cambio, el privi­legio de atropellar a los de lnás abajo, con lo cual, por diversos caminos, se llega a la tesis de Robes: "Horno hOlninis lupus estll. Tal es el triste panorama del mundo, después de que se dió aplicación exclusiva y universal al método positivo del ilustre Ba­con. Intencionalmente, no he querido hablar de nuestra patria. Pienso que no sea exage­rado afirnlar que los colo m bianos no hemos definido aún una cultura propia, mucho lne­nos una grau cultura. En casi todas !as ra­mas del saber humano, como un espejo lím­pido, hemos reflejado, en veces, las más ab­surdas y variadas ideas que nos han venido de afuera. Aún no podemos ufanarnos de tener un maestro propio en un sinnúmero de disciplinas mentales, desde este punto de vista, será muy escaso el aporte que hemos dado a la tnagna obra de la cultura huma­na. Son nluy escasos nuestros hombres que, en el concierto del mundo, han llevado la fa­ma nacional más allá de las fronteras y han tenido el altísitno honor de ser citados por los intelectuales de otras partes con admi­ración y respeto. Sinembargo, mi patriotismo se reciente, si negara a afirmar, como muchos 10 han he­cho, que nuestro material humano, en el me­dio tropical en que vivimos, no es propicio para el desarrollo de una cultura propia. Si así fuera, nuestra responsabilidad ante la ciencia, quedaría cancelada. Sin culpa de nuestra parte, no había más que resignar­nos heróicamente como opinan Nietzsche y Spengler, a que nuestro sol tropical nos 16 P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. seque la lengua y nos estrangule en su ba­se la luz de la razón; en tanto que los rep­tiles, los zancudos y otros bichos, corno se ha escrito, continúen en nuestro suelo pró­digo e ingrato su danza tnacabra. Severas sentencias se han proferido so­bre el futuro melancólico de nuestra latina democracia. I-Iulllbolt apuntaba: "el hom­bre no trabaja, donde el banano abu oda". Benjamín I(id concluye diriendo: "ni física ni moral, ni polí tic a mente puede aclima tar­se el hombre blanco en los trópicos". Fouillé hace coincic1ir su pensamiento con el ante· rior, cuando opina: "la conquista, y aún la inmigración pura y simple, producen siem­pre una regresión moral". Gustavo Le Bon, refiriéndose a las repúblicas suramericanas, anota: "todas sin excepción han llegado a aquel" estado de decanencia que se manifies­ta en la forma de la más completa anar­quía" . lVliguel jiménez López, después de es­tudiar los caracteres psíquicos de nuestro estado social pa tológico, como la impacien­cia, la emotividad, la sugestibilidad, la im­pulsibilidad, la inestabilidad mental, dice: "tales caracteres fran~amente morbosos de la raza se han traducido en nuestra historia por una serie de aplicaciones y de mudan­zas que nos han acreditado como uno de los pueblos lnás inestables del universo". Estu­dios de diversa índole, etnológicos, geográ­ficos, etc., tal vez nos pueden llevar a la con­firmación de este obscuro porvenir. Pero desde el punto de vista, desde el cual l11e he situado para el desarrollo de este problema, estimo que, en Colombia, como en los de­más países de la América Latina, sí puede florecer una cultura superior. Egipto, a pe­sar de sus condiciones geográficas COlno las nuestras, fue la cuna de una gran cultura. En Colombia. sus grandes literatos y sus profu 11 (los h 11l11anistas, están dem ostrand () lo contrario, esto es, la posibilidad ele nue~· tro merlio y de nuestros hombres pnra el desarrollo ;Ie una cultura. La hisb)¡-ia nos está demostrando esta verdad. Bolívar, el coloso de la A mérica, para no citél r otros caudillo:, nominó los Ancles, rompió las ca­denas ele la esclavitud, y se puede deci r q tIe selló la libertad de todo un continedte clln la rúbrica de un rayo. Los colombian os que 10 aCOl11 pél ñaron en esta gesta heróic fI fL te­ron dignos de él y de su gloria, porque ~ ó lo con un pu eblo grande. como ~e elijo dl' ~a­poleón, se pueden realizar obras gralld e·~. Si en nuestro ~uelo es posible obtener U11a cultura, como se HC'Flba de demostrar, no puedo jamás estar de acuerdo con los que piensan en dar a los colombianos una enseñallza meramente técnica y especializa­da, suprimiendo las u-niversidades. Hoy que el mundo marcha hacia la miseria espiri­tual, no podemos los colombianús seguir por esa ruta y abandonat- el culto a los grandes ideales, para extraviarnos, sin bis-toria, en los caminos brumosos de la prác­tica y de la economía, retornando a la civi­lización mercantilista de los primeros feni­cios. Dirigirnos sólo por los caminos de la técnica, teniendo como único fin la consecu­ci6n de la riqueza material, sería lo mismo que arrojarnos a la turbia corriente del ma­terialismo, y permitir que en el sagrado re. cinto de nuestra patria maduren, como plantas exóticas, las desgastadas ideas de otros pueblos que ya cavaron su tumba so­bre las ruinas de sus propios valores. "Gran barbarie fue", exclama don Diego Saa vedra Fajardo, 'la sentencia del Emperador Lu­ciano que llamaba a la cien~ia, peste públi. ca, y a los oradores, venenos de la repúbli­ca". Gran barbarie fue, pudiera exclamar yo también, la ue todos nuestros estadistas que, siguiendo el pensamiento del General Páez, han propendido por el exterminio de los ideólogos, de los letrados, ele los golillas y de todos los que han sido llamados "pro­letarios de levita". Resolver nuestro proble­ma geográfico y racia 1, con la débil v cobar. de aspiración del tecnicismo, sería lo mismo que aspirar una democracia gregaria, si ca­be la expresión, en una república sin arte, sin religión, sin ética. sin ciencia ni cerebro. Debe proscribirse, pues, por irracional y an­tipatriótica, toda solución pesimista de es­ta controversia. AlIado del obrero, del pro­ductor de riq lleza, del comerciante, del agri­cultor, de la escuela técnica, debe estar la uni versidad, la academia , el ateneo, el letra­do, el filósofo , el artista. el maestro, el es­tadista y el sabio. La educación debe tener un carácter ne­tamente nacional. Debe armonizar el pasa ­do histórico con el futuro evolutivo; debe ser una síntesis constructiva, psicológica v soC'iológica, de la índole especiai de la nacio­na 1 ic 1:\(1 a la cual pertenece. Los colOt11 bia­nos, por un lado, tenemos grandes fuentes de riquez;l. y por otro, podemos ser dueños de una (~ttlttlra . Entonces, 10 que debemos hacer e~ toma r cn an to a 11 tes la posición científica de nuestro territorio y de nuestras fuentes d l' riqueza para aumentar la produc­ción y el capital nacional. Pero el aumento de la capacidad pro­ductora debe coim-idir COD la intensificación de las a ctividades del espíritu, traducidas en el arte. en la religión, en la moral y la ciencia. El desenvolvimiento de las fuerzas productivas, para asegurar la lndependen­cía económica y política del estado, se pue­de conseguit, con la adopción de un buen sistema financiero, y el ensanche de la cultu­ra, con un propicio sistema educativo. Co­mo el último fin del proceso educativo es el progreso, éste no debe consistir en la sola riqueza material, sino en la fuerza intelec- Pasa a la Pág . 20 P A S T O 17 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Tu voz, anuncia el Valle; alta en su tOllO de paisajes reales. Mi voz, difunde el Valle, en el preludio de esa música que del paisaje ele mis versos cae en rumor de manantiales .... En él, las canciones se cruzan como claras palabras fa miliares. y el Día tiene ojos atónitos llenos de cielos y trigé,1les. En las mañanas cadenciosas los arados persignan el campo. y la tierra se ofrece entonces en a-rdiente acto de esperanza. Yen plenitud de amor fraterno lleg an soñando las semillas basta los surcos desde el aln1a. En él, la siembra es un rito sencillo como el amor y la plegaria. y en él, la vida es serena, y pura y diáfana como el agua .... El Valle mío. El Valle mío ... El Valle mío es el romance que entre el Volcán y el cielo un día fueron soñando sin palabras ... y su Ciudad es como el éxtasis que une el silencio de sus pausas. Cuando a 10 lejos se recuerda, se hace júbilo de ala banzas. y cuando el alma se arrodilla élla es cúpula sobre el alma ... Los bombres son puros y fuertes, y es de futuro su añoranza: hay un clima de m ria luminosa del mundo está constituída por la dinámica im[\ginativa y poderosa del genio del arte, de la ciencia y de la mo­ral, pero nunca por la inercia de la rutina y la mediocridad. La suprema aspiración es la suprema vida del espíritu; el hombre que 110 ~spira a nada, que no tiene un ideal, está muerto, y un pueblo sin ideal es un ca­dáver. El ideal debe ser: o la nube de fuego que guió a la multitud en la noche, a través del desierto, hacia la tierra prollletida; o la estrella polar que llevó al marino genovés a descubrir un mundo nuevo; o el astro de oriente que cordujo a los reyes y H los pue­blos a la casa de Dios; o la ba ndera o el es­cudo que brindaron a Caldas y a Ricaurte un sacrificio y a Bolívar una gloria. Desgraciados los hombres y los pueblos que decapitaron sus ideales. "No abuse­mos del sagrado amor de la patria" hab1'a dicho Filangiery. La afición al suelo patrio, "puede hallarse 10 nlÍsmo en la sociedad más corrompida que en la luás perfecta". "Cuando como majestuosas y terribles ce­remonias se consagraba el romano a la sa­lud de la patria; cuando en las calamidades públicas o en los horrores de una sangrien­ta derrota los crédulos hijos de Quirino, amedrentados de los indlcios del enojo de los dioses y de la conjuración de las divini­dades infernales, encontraban en el sacnfi­cio voluntario de uno sólo el único refugio para su salvación; cuando el ciudadano ilustre, el guerrerQ o el cónsul, asistido del pontífice, y con religioso y solemne respeto, invocaba sobre sí toda la execración de los dioses, y terminaba la ceremonia cUlnplida la terrible promesa; cuando Curcio se arro­jó en la sima, y los tres Decios se arrojaron en las filas enemigas, quizá era el amor a la gloria, más bien que el de patria, la causa de estos prodigios". Sólo el amor a la glo­ria, consagrado a la salud de la República, puede engendrar la estimación y el aplauso universal. La suprema aspiración, el ideal, la virtud, el culto por la gloria, traducidos en. arte, ciencia y moral, constituyen las palancas más poderosas para hacer resur-gir nuevamente la cultura de un pueblo en decadencia y perpetuarlo triunfalmente a través del tiempo y del espacio. CLAROSCURO Del poemario "lVlontañeras" Estertores de luz: muere la luna . Los gallos cantan: oalbucear del día. Despertél ndo las selvas, importuna, Reza la brisa su liturgia fría. Han tizado aJgodón en la laguna y es rueca el monte: Sor Melancolía En hebras de cascadas hila una Vaporosa porción de niebla umbría. y el agl1a ensangrentada que se queja. Cual si las zarzas con furor la hirieran. y esa luna, agónica, semeja, Ante el asombro de Jos bosques mudos, Una virgen montubia a la que hubieran Succionado la sangre )os zancudos. Rodrigo Rivera MartÍnez Poderoso es el influjo del educador. Con la vara misteriosa y mágica de Nerón pue­de hacer brotar en cada cerebro un ideal de grandeza y de virtud. Maestros de Nariño: Su blime misión la vuestra. De élla de­pende el porvenir y la grandeza de la patria. Ninguno. ~n el mundo, puede tener con vo­sob'os el gesto humildemente scuerbio del se.U1brador. Sembrad ideas en Jos cerebros dormidos o en los tcm pes tu osos y esperad vuestra futura cosecha: ella será la nueva cultura de Colombia y de América. Quien conoce la augusta tnisión del maestro, le tributa el homenaje de la admi­ración y del respeto. Y esa misma admira­ción y ese mismo respeto, para el desarro­llo propicio de su delicadísima misión, debe exigirse, con ahinco, de parte de los poderes del Estado, lo contrario, sería desconocer la patria en que vivimos. Con una nueva fe en el p()rvenir, con un nuevo optimismu, sería de parecer, como nadie hasta ahora lo ha propuesto, que ju­remos hacer de esta ciudad legendaria la cuna de esa nueva cultura, como el máximo tributo de los nariñenses a la grél ndiosa efemérides de su cuarto CENTENARIO. De todo corazón os invito a colaborar en esta grandiosa obra de reconstrucción moral. Es preciso emprender,. con valor y energía, la subida en busca de la flor de. mil pétalos engendrada por todos los siglos en la. cumbre de una montaña fatigosa. ConlÜ' dice Rafael Maya: "Todas las razas huma­nas se han juntado al pie de la montaña a fin de abrirse camino hacia la cima. Pueblos. Pasa a la Pág. 24. P A S T O 21 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .t f tma EL SIMBOLO Bolívar del madero de su ideal pendía y Pasto ajenjo y hieles para su sed tenía .. .. y un fulgor de crepúsculos, en los montes lejanos, oficiaba responsos de muerte a los tiranos; y ante el silencio' fúnebre de los caídos yugos se derrumbó la torre feral de los verdugos! Entre el hórrido estruendo de la fusilería, veloz un carro cruza sobre tapicería de grana.... Cruje el eje, llora chispas la rueda y un torbellino mueve sus hélitros de seda; trepida la llanura con el temblor del casco y los corceles tascan el hierro; en el damasco del confín, se encabritan las crines; y las cotas, en esguinces de aceros y arneses, están rotas .... Sueñan las armaduras junto a pedazos de astas de abatidos pendones. i Sollozos de las castas que arrastraron su orgullo! Holladas las cadenas, sus eslabones fueron cruces en las almenas de la Patria.... El rugido del rayo y la borrasca, fué el anatema airado de Dios! En la hojarasca yacen los falsos ídolos y majestuosamente surge la INDEPENDENCIA, con la oliva en la frente, la espada en la cintura, la corona en la diestra y el sol en las miradas.... En la fosa siniestra una sierpe· convulsa y reptante, agoniza ~on las vértebras rotas .... Y entre polvo y ceniza abanicos de triunfo la LIBERTAD despliega sobre un fondo de sangre, que en el zafir se riega, cantándole a Colombia lo que su brazo pudo: F ué en la Bandera franja, gorro frigio en su Escudo! EL JURAMENTO El tiempo se moría en un gotear de gris melancolía .... y una brumosa tarde tembló la cresta del volcán, y ráuda la ardiente aurora que en sus cimas arde, en los espacios desplegó su cauda: El humo den3~ , C:1 a~vied~d de nube, en espirales de basalto crece, y brota y corre y se agiganta y sube cual un árbol de luz que en luz florece .... Un anhelo de estrellas lo arrebata y en borbotones de cenizas huye, como si fuera una ascensión de plata que en el zafir inmenso se diluye .. .. fa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. s Pronto se dora al sol y se derrama en leve espuma de fugaces hielos: parece un invertido T equendama derramado en el cauce de los cielos ... .! AGUALONGO está mudo .... De repente, en éxtasis sublime arrebatado, se postra ante el volcán y entonces siente un infierno de amor en su costado! y de la lava en el lenguaje escucha el mandato ancestral: -"Ciñe la espada. y apréstate a la muerte o a la lucha por la promesa a tu Señor jurada! "En el sepulcro yace el poderío del Azteca y del Inga; vaga junto al escombro del bohío la sombra del Caribe; el Quillacinga con sus despojos la llanura llena; y en el templo de ayer, canta el hispano la destrucción del Chibcha.... y ya resuena el sollozar del indio americano! Del norte al sur es el lamento pauta del aborigen, que su mal esconde: . cuando mur LT. ura de dolor la flauta, triste la quena en un gemir responde!. .. Los huesos de tus padres a lo largo de América se ven, como la ruta que la Muerte siguió, como el letargo de la noche feral que un cuervo escruta ... Pónte de pié! No miras que altanera viene otra vez la Destrucción?... Ataja con tu pecho su empuje y tu bandera hunde triunfal donde la nieve cuaja! Qué esperas?.. Todo el fuego de mis entrañas te daré ! Te auguro la Gloria ... Lucharás? ... Júralo!" y luego él, de rodillas, murmuró: "Lo juro". y fue fecunda su promesa: rayo que se despeña en el abismo y sube hasta los Andes, y del Carchi al Mayo es lluvia y trueno y tempestad y nube! Salve, Agualongo, Salve! Cuatro siglos, de hinojos, se postran reverentes ante tu cuerpo inulto ... Brama la cumbre, grita ... Y en arrebatos rojos llora incienso el Galeras para rendirte culto! lILBBRTe QUIJANe GUERRBRe Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Viene de la Pág. 21 La crisis ..... . enteros' han encanecido talaurando la áspe­ra falda, tendiendo puentes, abrienrto cami­nos para coronar la cumbre. Por siglos de siglos se ha oído el rumor de las piquetas y el grito nocturno de los hombres que traba­jan en el glorioso escalamiento. Muchos ha habido que violentaron hercúleamente la montaña y a quienes el siglo mismo coronó por su empresa. Otros llegaron viejos y , ya en la altura, bendijeron su afán porque les fue dada en premio la posesión de la tierra. Pero todos han emprendido la difícil ascen­sión. U nos abandonaron la pn tria y el río nativo que les enseñó las palabras elemen­tales; aquéllos rasgaron las túnicas de seda, y, cubiertos de un manto li so, se agregaron a los tra baj adores; muchos que e. taban ce­ñidos de violetas.r que entraban al festín sostenidos en el hombro de las rtanzarinas, rompieron la copa y abandonaron para siempre los tálamos floridos; algunos hu­bo que sufrieron el hambre y la sed y a quie­nes la muerte sorprendió extenuados en mi­tad de roca; otros, a quienes llamaban las mujeres, desnuda nrlo los brazos como guir­nalr1a~ ele j :¡ Zl11il le ..;. prefirieron la almohada de lJiecl ra y la pállJa vigiliél jt1nto al aceite l11oribundo. Y la montaña ha permanecido serena, sufriendo el asalto milenario, rota, perforada y hundida por el trabajo de to­das las razas; y allá, en la altura, la flor lnilagrosa que se rejuvenece incesantemen­te creando pétalos nuevos despnés de cada despojo. Esa flor tiene un nombre tan an­tiguo como el Inundo, y se llama SABIDU. I{IA. Pero las cumbres más altas se hicieron para escalarlas y dominarlas. Entre más elevadas, más fuerte debe ser el impulso y más profundo y maje~tuoso el vuelo. A esas diáfanas cimas del pensamiento, debéis orientar a vuestros educandos, inculcándo­les, desde pequeños, el amor al trabajo, a la virtud y a la ciencia. y n ~lcla más dulce y nada más placente­ro para un maestro que ha cumplido su de­ber que contemplar, en el atardecer de su vida, a su discípulo amado y verlo, con san­ta emoción, que se levanta como una joya preciosa, pulida y brillante y que asciende, con paso firme y seguro, por encima de las bestias, como una águila caudal, hacia la cumbre de la montaña fatigosa, do se halla el templo sagrado del saber. Hasta allá puede subir el hombre y descenJer un ángel. HE DICHO. ___ .. ti i I - NUNCA cono AHORA: I _ 1 STANDARD le ufrece zapatos reforzados en todas sus clases y en las últimas creaciones. Por eso cal= zar una vez el ca'zado ST ANDARO es adoptarlo para siempre. Carrera 22 con Calle 19, Nros. 19 - 04 Y 21 - 226, de Policarpo López P. I I 1 I I ! I I _a!l~áilEa!l~jijrii!l~~~~~i Cervecería· ... .-.VIE Como usted sabe es la cerveza preferida por los caballeros. En todos los Bares y Cafés principales de nuestra ciudad no se toma otra cosa que la CERVEZA BA VIERA. Después del guayabo, un vaso de Cerveza BAVIERA lo dejará como nuevoCf 24 P A S T o Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El Departamento de Nariño Por J. ENRIQUE DUQUE Dedico este trabajo al Dr. Alberto Montezuma, dig­no Gobernador de Nari­ño y al Ilustrísimo señor Obispo de la Diócesis de Pasto, Dr. Diego María G6mez. hijo de Caldas, honra y prez del Clero Co­lombiano. Eu general a los gobiernos civil y ecle­siástico y al pueblo nari· ñense. Fuera el positivismo reinante, ~igno de opre­sión, y entremos, en esta noche ática, a des:lrrolIar el tema grandioso que nos ofrece este sector de la Rep6blica que surgi6 a la vida administrativn, po­lítica y civil con territorios segreganos rlel antiguo Cauca, en virtud de la Ley 1_ ~ expedida por el Congreso Nacional en el año de 1904, la cual le bautizó solemnemente con el nombre de Departa­mento de Nariño. Nariñn: esta sola enuneiHeÍ6n, plena de inspiración y de romanticismo. es mezcla de ternura y de melancolía, es simbólica; es el dere- . cho en acción extinguiendo el poderío de la fuerza, es edificante y culmina en un gran torlo de trascen­- dencia que apellirlnmos patriotismo. Es, en sínte­sis, origen de la tnll1sformación de este jirón de tierra americana, denominada Colombin, nuestra Patria, que después de dormir por espacio de tres siglos el sueño letárgico de toda una esclavitud, despertó a la razón del derecho y de la conciencia en un día de gracia y de epopeya. En la "provincia de los Pastos", como la lla­mara el barón de Humboldt, se presenta una na­turaleza tan variada que quien se dedica a su estu­dio puede observar a cada instante en ella el con­cierto soberano de una rli vi na creación. Nacen allí dos ramales de la Cordillera de los Andes, con sus crestas nevadas, donde fabricó su cuna la gloria. En ellos sobresalen cerros y volcanes como los de Chiles, Cumbal y Azufral de Túquerres, Bordonci­llo y doña Jl1anay el rlistinguido pico de Mallama. Este conjunto de enemigos invencibles serían sufi­ciente para efectuar descripciones vastas qUe ge­nerarí. an en máxima tragedia Regiones montañoSAS bañadas por el mar de Balboa; la hoya profunda del río Patía, y el ~{1O inexplotado territorio rle! Putumnyo. Todo se hA dado cita allí, el determiuismo geográfico así 10 impuso: la selva, el valle, los mares, los ríos, las islas, los golfos, las ci~llagas'y los puertos. En más de treinta mil kilómetros de extensión con que cuentn el Departamento de Nariño, la natura­leza ha sido múltiple y pródiga: con la riql1ezn ve­getal que producf su suelo feraz, alterna la mine­ra 1, varias minas de oro en explotación así lo a tes­tiguan, y las de plata. cobre, yeso, talco y azufre son abunrlantes en la región. Hé aquí, una breve reseña sobre geografía físi­ca de Nariño, es decir, todo un poema que la madre natura, solícit.~ y fecunna ofrece al hombre para que le.. copie y la imite, rlándole vigl)r a suespíritu. Ved su exuberancia en los prados, las selvas, los cultivos. En el suelo nariñellse el predio es índi­ce de un la borar sin tregua, gri ta a su macho, y In parcela como una novia, antes rloncelIa esclava de la despoblación. exige a su galán mayor esfuer­zo para afirmar así su libertad. Tierra sin pobla· ción y sin cultÍ\To es siempre tierra esclava.! Ved cómo, con singular estrategia, el v(lkán espera la hora propicia en que debe librarse la ba­talla final: entre tanto el de Azufra I re~pira azufre incesantemente, y el de Galeras deja escapar pro· longadas insinuaciones de humo. presí1gio de futu­ras ruinas. Es la cruel ironíH escrita en 1ft t'spftl­na estéril del monstruo, mofándose en forma inau­ditH de la limitana capacidad del sér hurilano. Ven la riqueza nariñen'se en su complicado sis­temn hidrográfico: en sus ríos, que con-en ~ill ce­sar, í.I manera rlel tiempo; en los ríos que en su ro­dar continuo se van lleva ndo todo como se lleva el tiempo las tienléls alegrías, los dolores slO cuento, las promesas y juramentos vanClS, los be­sos que despiden los labios tentadores, las espe­ranzas mismas que impulsan y dan bríos plHa lo· grarlo todo ......... El río, que es vida del plantío y fuerza de las máquinas; el río que va pAsando siempre con estoicismo raro, sólo señala el rumbo en sus playas rlorAdas que tRpiZA rle élrenas al la­merlas sus aguas. Es el GUAITARA mismo que co­mo niño travieso gime de piedra en piedra. El Guáitara, fuente de inspiración, cantado excelsa. mente por poetas terrígenos y que constituye una fiel alegoría. Sí, el Guáitara personificarlo ca· mo la más alta rebeldía, que no quiere conformar­se CQn la prisión rocallosa que le sirve de lecho, constituye un severo motivo para descripciones propias del genial poeta florentino, Precursor del H.enacimiento, conocido con el nombre del Dante, que perseguido apuró el infortunio y después ne sometin o por las vicisitudes de la política, escribi6 "La Divina Comedia", producto oe su portentosa imaginación, llamarla por algunos, sexto sentina, que nació de su A rdien te amor por su Bea trizo Sus viajes al INFIERNOy al PURGATORIO sirviénoo­le como guía Virgilio, y al CI ELO, conrlucido por el espíritu de su amada que hubo de arrebatarle el destino, son las partes esenciales de su obra. Santa Teresa de Jes6s, San JUAn de la Cruz, Malón de Chaide, Calderón de la Barca, Tirso de Malina, Fray Luis de León y otros, plumas auto­rizadas en literatura mística, expre iva de la más pura y honda ternura religiosa, que tuvo su flore­cimiento en ellnl1ndo con tales escritore~, serían lIamad()s a describi,- el tesoro lírico que guarda el célebre "Santua río de las Lajas". En sitio cercano a la ciudan da lpiales, enseña la trarlición, que rlesde el siglo antepasarlo, existía una choza de paja que prestaba el servicio rle tem­plo, en donrle los fieles rendían culto a la Virgen, Cl1ya imagen fué pintada sobre una lHja rle piedra. En mitad del siglo pasan o, el ingenit'rn ecuatoria­no, doctor Mariano Auleste, convirtió dicho techo en monumento soberbio, con altares de mármol, y allí acuden en peregrinación cristiana los devotos rle .J\¡lA RIA para ofrecerla presentes y deman da r su auxilio. Nace el "Santuario de las Lajas" de los muros sembrados en el cauce de un río que los fecunda, vivifica y transformA, y con ellos emerge la FE en ascenso continuo :r terco hacia 10 infinito. Es un salmo a MARIA que se roba el misterio; es una apoteosis mL ticR que erigi6 la propia Na tura leza, un hosanna inefable a la manre de la Creación! Es una melodía rítmica del heptacordio de los cielos, ímperceptible a la mezquina humanirlad; es un si- P A S T () 25 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lendo imperativo, augusto, que interrumpe el so­nido; es en fin, aquello que no vemos ni tocamos, pero que todos llevamos dentro de nosotros mis­mos y que se llama la FE, fuente de abstracciones, en torno a la cual gira el sentimiento, como 10 sos­tiene el antiguo Dorilao al decir queel mundo-den­tro de la teoría del ritmo-es el órgano de Dios. y para cerrar esta prolongada descripción de los cuadros con que Natura donó a los pastusos, citamos la extraordinaria ciénaga del "TRUENO" frecuentemente sujeta a las descargas eléctricas que son lágrimas de fuego que lloran los air.es; el puente natural de piedra sobre el Rumichaca, en el cual dos manos de plata entrelazadas anuncian la amistael firme que ligará por siempre a Colombia con la República limítrofe del Ecuador, tierra de Alfaro y de Montalvo, es un tratado de cordiali­dad y de honor que no romperán los siglos, y por último, aparece "La Cacha", como un manto de gasa plateada, con magnificencia y esplendor en su recorrido aproximado de siete kilómetros. Dan' zansus olas al compás del vaivén de las delicadas bri· las del Valle.Todoescaden~ia y ritmo, lirH ymurmu· riodecampanas deplata como dijera el poeta. Con elegancia yestilo ostenta su única pro longación, la sola heredera de sus gracias que comparte con ella "La Corota", pequeña isla que cuida y que circunda. Los i r dios p rimitivos celebran t'n este si­tio pintoresco, cada año·, ceremonias que consisten en penetrar a las aguas, movilizando !"us canoas, formando un corso de flores, como ofrend;::¡ n su patrona la Virgen del Rosa rio. Decid, si todo esto no constituye un símil, con arrullos de Adriático y Góndolas Venecianas? Es aSÍ, como todo este conjunto artístico movi· liza el sentimiento para la contemplación de la be­lleza que como dijera León de Hebre, "es gracia que deleitando el ánima nos mueve a amar". En cuanto a la parte histórica que correspon· de al Departamento de Nariño en las diversas épo. cas de Colombia, ella es de gran intensidad y ex­tensidael. El cañón, la metralla V los fusiles hirie­ron sus flancos en la cruenta lucha originada y la tierra se tiñó con sangre hermana. La montaña de Berruecos aún debe sentirse adolorida con la súbita desapa rición del Gran Ma· riscal de Ayacucho, héroe del Pichincha y del Po­tosÍ, don Antonio José de SUt~re, y con el cobarele asesinato de que fué víctima Don Julio Arboleda, poeta lírico que dejó a las letras patrias el poema épico nacional "GonZédo de Oy6n", que nació de un episodio de la época de la Conquista y quien fué justamente elogiado por Don Marcelino Me. néndez y Pelayo. La impunidad triunfó y el secre­to criminal quedó confiade a la espesura de la sel· va; el cortijo sólo recogió sus restos mortales. El MUNDO INFANTIL NARIÑENSE Ln encantadora Marujitéi, hija de nuestros dis­tinguidos amigos doctor Arcesio Guerrero B. y señora lVfargarita de Guerrero. La chiquilla posó pít ra la Revista "Pasto" en la última piñata que con motivo de su onomástico obsequiara a sus amiguitas. arma santificada por la causa de la libertad se manchó con la vileza de semejantes crímenes que privaron a la Patria de dos cumbres irreemplaza­bles. El espíritu de la raza nariñense se sintetiza en "La Aguaneña", l' ~ 1 nción popular con que los sol· dados al mHndo del General Tomás Cipriano de Mosquera fUtoron arrastrados al triunfo en Cuas. pud, derrotando las fuerzas invasoras ecuatoria­nas al ma ndo del conocido Jefe Juan José Flórez. El alma de Nn rino canta en sus artistas: en la música, en la poe..;ía, enla pintura; ora en sus L.l­lleres que dan al país trabajos en m:=tteria fabril, que sorprenden por su delicadeza y laboriosidad, y es aún más respetable en los monasterios que la tradición le impuso, producto de la ascendencia ibériea que gravita fuertemente sobre nuestms cabezas. Peca damos ele injustos si dejáramos de citar en esta hora 10R n ombres de quienes han formado un pueblo que es orgullo de la República, refirién­donos únicamente H quienes viven aún. Lea Ud. que le interesa Para hacer sus compras busque los almacenes de J. M. HINCAPIE GRA .. JALES; una vez .que los conozca no tendrá sino únicamente elogios para ellos, porque ha encontrado cumplidos sus deseos al conseguir artículos de pri-mera calidad y a precios bajos. 50.000 pares de medias en toda clase, color y tamaño. 10.000 sombreros y 5.000 camisas enteramente a su disposición. m~== 26 ia P A S T O Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El doctor Leopoldo L6pez Alvarez, quien ha sido condeco,rado por don Benito M ussolini, miem· bro de varias academias nacionales e internacio· nales, tradujo del griego a Homero, Príncipe por excelencia de la poesía, ciego romántico que recorría los caminos entonando rapsodias en las cuales pintaba las hazañas de los dioses y de los héroes y por quienes los antiguos cobraron tal venera· ción que lleg~ron h'1sta erigir'e templos y altares y le arlol abHll comu él un Dios. La Ilíadél, poema sublime, enérgico y elegante, l:anta las ruinas JI;! 1& toma de Troya, y la Odisea, voz griega que sig­nifica Ulises, describe fabulosamente el regreso de éste hacía su trono de Itaca, sufriendo las conse­cuencias de lA maldición de Polifemo. El doctor López Alvarez vertió a nuestro id io· ma la riqUtz;\ riel pensamiento latino y tradujo a Virgilio y n HorHcio que con Ovidio constituyen la trinidad del siglo de Oro ne los Latinos: Virgi. lio, autor rle "Las Bucólicas" y de las "Geórgicas", cantos descriptivos de la rlulzura de la vida cam· pesina, esct' n;\s de familia, llenos de conmoci6n; aconseja el alllo r por los cultivos y hace un estudio del minifundista : habla rie' lA tierra, de la arbori. cultura, de la cría rlc los ganados y de la agricul. tura. En la "Eneida" de Virgilio aparece más eleva· do, rlel estudio ped ;lg6gico se transporta a 10 épi. ca con toda sublimidad: analiza la Historia de Al­ba y Roma, informa sobre IF.' odisea de Eneas por mar y tierra y d t>scribe sus combates en el Lacio. Horacio, de temperamento literario superior, en "Los Epodos" se muestra como un moralista que critica severamente los defectos humanos. "Las Odas" son un canto a la grandeza de Roma, y, paralelo a Virgilio, dignifica el vivir campesino. Qué mayor elogio puede hacerse de la mentali· dad del doctor L6pez Alvarez, si sus trabajos inte. lectuales Jo han eternizado en la cultura universal? Siguen él éste: el doctor Sergio Elías Ortiz, his­toriador, investigador de fonética y arqueólogo; el Padre Alejandro.) Ortiz, de la Comunidad de San Felipe Neri, autor de "Preceptivas literarias", el doctor Ignacio Rodríguez Guerrero, autor de va· rios escritos sobre críticl1 literaria; José Rafael Sao ñudo, escritor cie valía, y el doctor Benjamín Be· lalcázar, alumno del Liceo Piolatino que, como orador sagrado, bien pudiera emular con Monse· ñor RrtÍael María Carrasqui11a. En Derecho y Ciencias políticas, sobresalen los doctores Leopoldo L6pez Alvarez: Gonzalo Bena­vides Guerrero. Angel Martínez Segura, José Ra. fae] Sañudo, José Elías Dulce, Manuel Antonio Bravo, Miguel Angel AI,varez, Francisco Santan­der y otros que por 10 pronto se nos escapan. En pintura, ~Jrte dif!cil y complicado, sobresa· le el maestro Salas Vega, cuyas exhibiciones pictó· ricas 10 relievan como creador genia l y digno imi· tCldor de Rafael y Miguel Angel. En poesía cu enta NH riño con l(ls señores T o­más Velasco Da ste, poeta lauread o, Luis Felipe de la Rosa, consagrado en Santiago de Chile, Víc· tor Sánchez. quien dem ostró su ca pa ciciad con la traducción de la obra titularla "El anillo de Polí­era tes"; A urelio Arturo Martínez y Guillermo Ed. mundo Chaves, cuyos ca ntos son bien conocidos en el país y el capitán Alfonso Alexánder, escritor ameno e inteligente, En materia de música merece mención especial: Ma ruja Hinestrosa, autora del pasillo "Cafetero", conocidísimo entre nosotror-, joven, sensible y au· daz; el doctor Alberto Montezuma, actual Gober­nHdor ele Nariño, compositor exquisito; Manuel Grajales Reyes, pianista de la Estación "La Voz de Pereira", a quien educó el gobierno de suDepar. ta mento en Milán, arttsta por temperamento, elo­cuente, enérgico y de viva imaginación, se muestra genial en sus prc:>duccioues. Obtuvo el premio en el Quizá, cuando los años en su veloz carrera, le traigan el recuerdo de su alta ingratitud; de mí tan sólo quede la fría cala vera, como postrer despojo dentro del ataúd. El coraz6n ferviente que .por su amor latiera, con palpitar sonoro de sana juventud; habrá pasado entonces a ser una quimera, un pálido recuerdo sumido en la quietud ..... . Entonces, quizá entonces, con paso de fantasma con el amor que hiere, con el a mor que pasma, mis ojos en los suyos clavados estarán ..... . y uniendo con su espíritu mi espectro fugitivo; le diré que aún entonces por contemplarla, vivo pendiente de las brumas que a acariciarla van. Alberto Orguerob Pasto, Mayo 16 de 1940. concurso abierto por el Departamento de Caldas para la adopción del himno hípico; el Reverendo Padre Frav Remigio de la Comunidad de los Ca­puchinos, autor de varias obras polif6nicas, en lo profano se reveló con la composici6n- titulada "Cisnes del Lago", y Paulina Brando Solís, dis­tinguida violinista. Entre los autores populares y trovadores ocu· pa el puesto principal Luis E. Nieto, autor de la marcha "Cero Cero" y "Viejo dolor", melodías que respiran graci;\, inquietud, elegancia y estilo, en lBS cuales describe las tendencias y normas de su pueblo. En Estadísti~a merece l111 e ~h() rl plnuco y reco­nocimiento el doctor Let. nid :-t s Contl, autor de varios estudios que nos han permitido conocer re­giones que no hemos visitado. En la difícil tarea de la Estadística su trabajo es importante y de . trascendencia. Escribió también en el año p
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Pasto: órgano de propaganda del Cuarto Centenario - N. 4

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Fuego

Por: Kristin Cashore | Fecha: 2012

Al otro lado de las montañas al este de los Siete Reinos en una tierra rocosa y asediada por la guerra que se llama Dells, Fuego tiene 17 años y es la última monstruo del reino con forma humana. Es preciosa en cuerpo y mente, tiene una cabellera de color rojo brillante que ondea al viento como una llama y comparte el poder de leer la mente y ejercer su influencia silenciosa sobre los humanos con sus congéneres, pero tiene un gran defecto que hace que estos no confíen en ella, la odien, la aparten: sabe distinguir entre el bien y el mal. Cuando la conspiración estalla para derrocar al rey, Fuego deberá elegir entre la fidelidad a los suyos y el amor por un príncipe en cuya cabeza no puede penetrar.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Novela de ciencia ficción

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Eve

Por: Anna Carey | Fecha: 2012

Primer volumen de la trilogía EveDieciséis años después de que un virus mortal borrara de la faz de la tierra la mayoría de la población mundial, el mundo es un lugar peligroso. Eve, de dieciocho años, no ha estado jamás más allá del perímetro protegido de su escuela, donde a ella y a otras doscientas niñas huérfanas se les ha prometido un futuro como profesoras de la Nueva América. Pero la noche antes de la graduación, Eve se entera de la alarmante verdad que esconde la escuela y del destino horrible que le aguarda. Tras escapar se embarca en un viaje largo y peligroso donde se encontrará con Caleb, un chico rebelde que vive en ese espacio salvaje y quien promete que la protegerá. Cuando los soldados empiezan a perseguirles para darles caza, Eve deberá escoger entre él y su propia vida.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Novela de ciencia ficción

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La ascensión del lucero de la tarde

Por: Brandon Mull | Fecha: 2012

Es el final del año escolar y Kendra y su hermano Seth vuelven a pasar las vacaciones en Fablehaven. El abuelo Sorenson, el guarda de la reserva mágica, invitará a tres especialistas, ?un maestro de pociones, a un coleccionista de reliquias mágicas y a un cazador de criaturas míticas? para que le ayuden a proteger la reserva de la Sociedad del Lucero de la Tarde, una organización ancestral que pretende infiltrarse en la reserva y hacerse con el artefacto poderoso que allí se oculta. Si cae en sus manos, podría producirse la caída de todas las reservas mágicas y, posiblemente, el fin del mundo tal y como lo conocemos?.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Novela de ciencia ficción

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Bitterblue

Por: Kristin Cashore | Fecha: 2012

Ocho años después de que la conociéramos en Graceling, nos reencontramos con Gravilla, ahora convertida en la reina Bitterblue de Monsea. Bitterblue es una monarca misericordiosa, pero no puede librarse de la influencia nefasta que su padre tuvo en ella en la infancia. Leck poseía la habilidad de alterar los pensamientos de todo aquel que tuviera cerca y eso lo convirtió en un psicópata. Los consejeros de Bitterblue, que han llevado las riendas del país mientras la Reina alcanzaba la mayoría de edad, creen que debería perdonar a todos aquellos que cometieron actos impensables durante el reinado de Leck y enterrar el pasado.Sin embargo, cuando Bitterblue comienza a salir disfrazada y oculta entre las sombras de la noche, se da cuenta del verdadero alcance que ha tenido en la población estar sujeta a las maquinaciones de un loco durante treinta y cinco años y de que la única manera de superar este largo y triste episodio es revisar el pasadoDos ladrones, que solo roban aquello que ha sido robado antes, cambiarán su vida para siempre: son ellos lo que poseen la llave de la verdad sobre el reinado de Leck. Y uno de ellos, poseedor de una gracia que todavía desconoce, también tendrá la llave del corazón de Bitterblue.
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American Gods

Por: Neil Gaiman | Fecha: 2012

Dioses antiguos, héroes mitológicos y figuras legendarias se dan cita en la obra narrativa más importante del extraordinario Neil Gaiman.Días antes de salir de prisión, la mujer de Sombra, Laura, muere en un misterioso accidente de coche. Aturdido por el dolor, emprende el regreso a casa. En el avión, se encontrará con el enigmático señor Miércoles, que dice ser un refugiado de una guerra antigua, un dios y también el rey de América.Juntos se embarcan en un viaje extraño a través de los Estados Unidos, mientras una tormenta de dimensiones épicas amenaza con desencadenarse.Poco a poco descubriremos que Miércoles es una encarnación de Odín y que está reclutando viejos dioses, cuyos poderes han disminuido por el tiempo y la falta de creyentes, para participar en una guerra contra los nuevos dioses: aquellos que conforman la tecnología moderna.
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El océano al final del camino

Por: Neil Gaiman | Fecha: 2013

El célebre clásico moderno del escritor número uno en ventas.AHORA UN ACLAMADO MUSICAL EN EL WEST END DE LONDRES.Una novela sobre el recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el poder de los cuentos y la oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.Hace cuarenta años, cuando nuestro narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobrante en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre, un acontecimiento que provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista.Su única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.
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Reckless. Sombras vivas

Por: Cornelia Funke | Fecha: 2013

A Jacob Reckless le queda poco tiempo de vida. Lo ha intentado todo para acabar con el maleficio del Hada Oscura que pesa sobre él desde que ella, a cambio, perdonara la vida de su hermano pequeño Will. En el pecho de Jacob permanece aún prendida al corazón la señal de ese maleficio, la polilla. Cuando esta se desprenda y alce el vuelo de regreso hacia el hada, él morirá. Jacob ha perdido demasiado tiempo buscando la solución en los objetos equivocados, y sus esperanzas se han ido truncando. Pero... en algún lugar del mundo del espejo debe de existir un remedio. Acompañado por Zorro, Jacob comienza una carrera contrarreloj en busca de esa magia que le permita salvar la vida.
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Heaven

Por: Alexandra Adornetto | Fecha: 2013

«Halo me sedujo desde el principio.»Claudia Gray, autora de MedianocheBethany, un ángel enviado a la tierra, y su novio mortal, Xavier, han estado en el Infierno y han conseguido volver. Sin embargo, ahora su amor se someterá al examen más duro, ya que desafiarán las leyes del Cielo al casarse. No se lo cuentan ni siquiera a los hermanos arcángeles de Beth, Gabriel e Ivy, pero la corte celestial lo averiguará muy pronto y el castigo será terrorífico: la Séptima Orden, los ángeles caídos que están empeñados en separar a Beth y Xavier, destruir a Gabriel e Ivy y llevar al lado oscuro el poder angélico de los cielos.Lo único que pueden hacer Bethany y Xavier para evitar a los Séptimos es esconderse a plena luz y mezclarse con mortales de su misma edad. Gabriel e Ivy los envían a la universidad, donde no podrán revelarle a nadie su relación y donde, de todas maneras, se van a encontrar con el peligro en cada esquina.¿Llamarán a Bethany desde el Cielo para obligarla a quedarse ahí para siempre?¿Tendrá que enfrentarse a la terrible posibilidad de tener que dejar al amor de su vida?
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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