Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Cargando contenido
¿Qué estás buscando?
  • Escribe palabras clave como el título de un contenido, un autor o un tema que te interese.

  • Búsqueda avanzada

Seleccionar

Contenidos y Experiencias Digitales

Filtrar

Formatos de Contenido
Tipo de colección
Género
Idioma
Derechos de uso

Selecciona contenidos según las condiciones legales para su uso y distribución.

Estás filtrando por

Cargando contenido

Se encontraron 152313 resultados en recursos

Compartir este contenido

Temporada de 1989 : Conciertos Nos. 11 y 12 / Orquesta Sinfónica de Colombia

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Semana Santa en Santa Fe de Bogotá : Festival de Música Religiosa del 6 al 14 de abril / Instituto Distrital de Cultura y Turismo

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Temporada 1990 : Concierto No. 15 / Orquesta Sinfónica de Colombia

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Programación mayo 1989  / Colcultura Instituto Colombiano de Cultura

Programación mayo 1989 / Colcultura Instituto Colombiano de Cultura

Por: | Fecha: 01/02/1912

Medellitt-Co ombia- 1° Febrero de 1912 • BUENA LECTURA p OPIED.lD DE L 'rl OGR.\. 1 DEL E . "'.l'ERN DO Vol. 1• Serie 2" { DIRE E A O. } Número 29 BUENA LECTURA ILa li a lel ilencio e ra l s ici 1io! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 66ü Fr nci ca de e - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B EN LECTUR 6 7 VARIEDADES Horri 1 Muerte E. w. FER A DhZ. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 669 nz . t n h rribl n li ·uo d ·n r- t> 1' . A. Leótt Gótuez Un puiiado de oro Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 67 l. ENA LECTURA lo ue ~lir alir 1 habéi . : ¿qu' t - o ...... ¿Qu" o daría, i soy otro po­bre? - i lleva u t d pan e astan te: porque mi p dre no ha comido. - Pan llevo y además otraFZ co- -i 1 az de Dio ! -¡ ue Dio o ampare, egún ois d bueno . , -V mono. no otro. , hijo. ay d1a por delante. omida de can o ll e\·, mo , y legría por entro. Y no fuimo para el ont nal á egar junci ; mi padre montado en la urra: :} o, detr s, lle ando el hocino ........ Jo E OGALES. PBUUBñ2 BIBgia Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. la compli ·uembargo, ez un firm de inO'euu y p iona . pa ar lo ojos por alguna d u oesías, escrit al parecer b jo 1a mpre ión un u ve deliquio ·on mu a d~ Fran i para on u­er e de que u e flo e ero no al­anzaba i imnl r cierto ím etu esconocidos de su corazón. ¡ i el adre Vargas hubie e a v rti o que abía llegado á ol ·i ar e or un mo­ento de dar aceite á la lamparilla e Sor Juana Iné , la inolvi able, ómo habría sufrido u rectitu oeta incontaminado, ca i bucólico! · oordáo de aqu llá. pa tor 1 armo­io í ima, que hemos aprendido to­os desde 1 e e u el a, en que habla e un corderillo. "llevando al cuello g 10 li tón -y en que la 1nuerte amoro a de una p stora en brazo del niño J e ú , e ternece y acongoja nue tra alma inf ntil. Tal fué la poesía propi mente e paño la y cán id del padre V r­s, in n da del agudo colorismo e Zorrilla ni el arcaí mo suntuo o el gran Campoamor; pero aunque embargado profundamente en la visiones cálida pudibunda del numen franci cano, u espíritu hu-o de intentar en m' de una oca­ión las brillante arremetidas e errera y de Quintana. Como testi-monio de u facultad exultante ( i erdonái el voc~blo), te go á l i - ta un poema sonoro, de agradeci­miento y e victoria, q u se llatna El Nuevo David. ant aquí el P - re Varga ,en versos reale , ' un hé­roe que, como el p queño Da vi , rrojó u honda mató el gigant . . _ .. _.Ya lo habréi · adivinado. e trata de un defensor y pal dín del orden y de 1 ju tici , que lle1; ó u hue te triunfante .de Palonegro á antafé, donde tnurió muy luego- 671 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. G72 • La Gerc D e la· a n Te En la ciu Yb E u ·Oh pú ·il f O up n tu por ie ·a nquist(.. . ie br .· e -Se T)zctembre, 1911. Bl 1el , ]y urg 1 rnbr i r(. iin ri nal (Pa'ra Buena Lectura ~· - T rr r e 1 . m n 1 t· 11 r iall . u inrnortal' bl 1 lr1t·l1n n el. * * * ri tu plumc al¡ icad, .. ín lit en h fi r * * * u ¡1 'ndida 'ic rin. 1 hi ~ t ri rl ín d 1 llc 1 n . h ni . . 1c 1 It el nt r ALFO SO J. GOMEZ. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E Influenci' d l Padre n 1estro. ño: 67~ le dije, ) á ponerle una me r plic", mi-o qu ~ > L n - d la o. n-al pi d u man en la mÍe - h! m dijo m acu rdo d<' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 74 B :ro era nmo mi ma­uior d. l¿EC U mento supremo bajo un rayo favorable d la cracia de Dio , re ntaban eran 1 luz de u última h ra. • de su eterni· dad 1 se e n aba de decirla y re,p .­til'la in cesar . . .. . . . . . En fin. iéndolo fati o·, do Jo e] j prometiéndole, vol­ver pronto cuando o 1 ubiera repo a­do . fectivament v lví pronto por­qu de ec ba mucho darle Ja sant comu­ni' n . C mulg' con s ntimient de la má 'i va piedad· todo le había sido re­velado con e a dos oraciones ·. ·o no te­nía n da que en eñarle. ·o recuerdo toda ía un~t. de e as co •1ue uceden con frecuencia que on por í olas para mí como tanta otras pruebas cim·tas inesperada , pero brillantes de 1 di inidad de Jesucri to. Le había dejado un pequeño crucifijo dici 'nd le que tal vez n tenía en u ca­sa, me r pondió sonriendo que en e ­fecto no 1 s ha" á menudo en la ca de Jos huéspedes. L había. vi to tom, r y apretar entre sus mano desfall ci n­t , contra us labios y contra su cora­zón el pequeño cr!lcifijo . Volví al día i­e; uiente á las cinco de la mañana. Pr - 0 U t.é pot· I · ·u s brin su brina me dij ron u hahía ufrido mucho to­da la noche. ...ic "' ·erqué á '1 : ellos se quedaron á alo·uno paso de distancia. Le pr e.unt cóm taba .-Mu.' bien, me contestó- in embargo repliqué me dicen que Ud. hn ufrido mucho toda la noch - Me re. pon di' : L han dicho o'? ...... no aben que Ud. me había dejado un consu lo ......... En ton ce a-a n ~o de debajo u cobertores su m no el e, rnada mo trándom el cru­cifijo que le había dado y qut. no habh. abandonado:- e quí, dijo el qu me e n olab. · h repetido tod la nocl e: Padre n'lfe.·tro y Ave Mada .. . . :\ por o no be sufrido. í pu un hombre que había ol-idaclo todo no olamente d un olo gol­pe altn.ba todos los i11ter alo parn lle­nar á ln . alva j 'n sin ue e lev ba ]ni primer pa, o In tn. la más al~ . rfec­c ·ión el ht fe r el la conllanza cr ti TI: · ~ , d . n ·illn oracion ~<' h_ bu~n r v l. do Lodo . ra mi' no he '1 to J m·1 rntrar / nadi !' la vida eterna m/ admir·tbl m en e.:. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La cura Ir ir Jo ú una mor. La intensidad qu po e el al-ma del pobre es tanto má gr nd cuan­to reducido el número d obj to que e ofr cen á su afección· y el ilnico que re­clamaba la afección de la viuda ra a-u l hermo o niño que e tr ~ chab entr us brazos. Y su noche y u día , sus pensamiento y sus en ueño , todo convergían a! mi mo punto. Se encuentran en el fondo los grandes bosques árboles que e! rayo ha herido repetidas vece , y el. h~racán de gajado su ramas, como s1 Dws los hubie e de tiuado á oportar olos lo furores d toda las tempestades. Se encuentran también en el mun­do, corazones destrozado por mil dolo· re , como si Dio lo .. hubiese legido para hacerlos víctimas d todos los de­sastres. En e te núm ro ~ encontraba corazón de la viuda, y junto ' su an­tiguas heridas una más honda m na­zaba abrirs . Cuando n 1 otoño palideciero:1 1 flores, las mejillas dd niño palij de-ron también. u sonri a t ní lo-o d triste, p ro tambi 'n algo de dulc . '1' 1 vez los ngcle ... u h\;rm no ' , le de­cían que aquell era u sonrisa de d s­pedida. Y n un t rd n qu 1 viento a­rremolinaba 1 nieve sobre la montañ el niño onrió por ultima vez! 'I ndiuo en lQs \Drazo de u madr , con la cabecita apoj ada en su cno, par cía que estaba aún durmiendo. ET 7 La madre no hizo un movimi nto. b r é con una xlraña mirada uella fr ntc 'lida aquellos· ojo ap g os y qu Uo · 1 bio · iempre o~nentc . Compr ndí qge u htJO , estaba muerto, todo u r perm nec1a ano­u ad baj 1 peso de e ~en u evo dolo~. i Vivirí ó iba á mortr como su lu-jo. u m ir da tomab por in te n te m á fiJ. -za· ato-o alló or ament n u b , b c0r zón algo alto n u ce re ro. D pronto u la~ios temblpro o bo quejaron una sonn a, levante d - jó suav m nteelc dáver obre la cuna, y ent' ndo e á u lado entonó uno de aquello encillo cánticv con los cua­le madre dichosa, dormía tantas v - ce á u hijo, El dolor ia habí vuelto loca . .. ... Y cantó toda la noche ..... . Y decía: Brilla n el Cielo 1 bl nca aurora, Baña la flore con u rocío Con u de t llo · lo s campo dor o el perfume d lo rosa~es i el u pirillo qu e lleva e.l v1ento, :ri el arroyu lo con us c:n tales rran delicado como tu ahento. · Du rme, adorado, Duerme bien mío! Y ' la v 7 que mecía el cadáv r de ~u hijo cantaba una tra una las stro­fa de la balada que hacía d sfilar an­t sus ojos lo ueño . del pasado, la es­peranzas d 1 por ven u. Y cuando vino el alba cant ba to· da vía, y cantaba cuando los vec1no. en­tr ron y cantaLa cu ndo apro..,·¡ma­ron á t'a cuna n que yacía 1 inanim do cuerp cito. Y de cubrí aqu lla fr nte in co­lor obre 1 cual, en su locura, v ía siempr brill r la mi m e nt ll de vi­da v murmuraba con una s nri a d m ( 1 ora u) lo: o el p rfum d los ro al $, i 1 USl.Jirillo q u llc·,·a 1 vi n lo ñadía; chi t ¡no l d le cuando la habló d la muc r-t , del c~m~nl rio, epultura, ::,C 1 - vantó con la mirada f roz: - ·Duerme ·duerme excl· mó. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 67() Y haci ndo r troceder con un ges­to á los que rodeaban la cuua, cerró la puerta de la cabaña, y todo el día per­maneció sola con su hijo. Y todo el día le estuvo meciendo cubrien o u hela · da frente de ardientes besos, > ol vidán­dose de tomar alimento por contemplar aquellos rasgos queridos que la muerte iba desfigurando. Y en vano, movidos á o m pa!StOn, vinier on numerosos amigos á llawar á la puerta de la loca; la puerta permane­ció cerrada hasta la noche. Entonces, huyendo de las fría punzadas del viento orte cada cual ganó su hogar, y la viuda continuó mE ­ciendo el cadáver. llá fuera gemía el invierno con os silbidos tan triste , tan m elancóli­cos, q u parecen fo r mados de mil e d ~ ollozos. U na 1 uz vacilan te arr j · ba o­bre el interior de la cabaña una emi ­claridad que: a pesar del ruido cad ncio­ ·o d la cuna le imprimía 1 a c~to de cámara sepulcral . . De pronto u u alegre r ptq u d cámpanas ubió del fondo del valle J4a mujer orprendida levantó h cab za paró atención un in tant . lanzós) ha ta la puerta, qu aunó por cowp! to. La noche estaba clara, la nieve r~..;­fi jaba el cent lleo de lo a!Stro y, r pondi ndo al clamoreo de la cam­pana , de todo lo end, ro~ se eleva­ban los eco::; de al o r can tlco . lo largo de las colina veíanse corr r hachon nc n i lo que em - braban tra de í mili r s de chi pa . n la aldea la pu rtc - cerra· b:1n una tr,l otra y numero O.:> pa o r onaban obre el camino endur ~cido por 1 frío. Era no he de a vidad no se e r.gr gabc n d tod ra a i h r á Mi a de gallo. La pobr o ·,t también e acorJ ó. · Ol-he u u na. noc he buena! mur­muró. Un in tant e cuchó 1 rumor de 1 campana y de lo cánl~co qu?, s~ perdían á lo 1 jo y de pu vol v10 a sentarse juuto á la cuna. . . Y oñó . Y vió .el pesebre 11 u mina - do, la Igle~ia con los ornamento de la fie t~; y tal vez vió P~;Sa r ante sus ojos lo 1as en que tamb1en ellas~ encami­naba hacia ~ valle cantaudo los villan ­cico populare en compañía desusan­ciano padre , y ayer todavía al lado de u e po o. D pu' corrió de nuevo al umbral d la puerta. Las \:ampanas habían ca­llado y la inflamadas ant·>rchas acaba­ban de dE' aparecer n lontananza. Entone s la loca, aproximándose á la cuna arrojó el mantón de lana sobre su e palda' tomó el helado cadáver del niño lo b ó con tran porte, vistió ­le 1 traje de fiesta, y enrollándolo a ­presuradamente en su manto, franqueó el umbral de la choza. Los pocos viejo que habían queda ­do guardando sus morada , dormitaban pe adamen te junto á los hogdr s, cu­yas rojizas llama centelleaban al tra­vé' de lo cristalc empañado po r la carcha. Ella pa ó pues, sin ser nota ­da y tomó á grande pa o el camino que conducía á la Igle ia. Y estrecha­ba á su hijo contra u eno, } á Ja veces, como i lo hubiera oído llorar, la pobre madre pretendía acallado con dulc s palabra . Y la e'trella tenían al o-n; tre - uH:cimientos como i un Angel al pa':'ar la hubiera ~oza o con el ala · y an lojá­ba \,; qu miraban . curio amente .á la tierra en ex p ctatt va d alguna tJerna y o-randiosa maravilla . Cuaudo la in­fo~ tunada entrJ en el templo re p!an­deci nte d luc\; , la mi a había co ­menzado ha ·ía ti ~mpo) y la robu ta voce d lo mvntañe e entonaban piado os cánti:o . , El inci o o embal m aba la atmo - f ra que ftotab· bajo la bóveda. con e a den idad que consecuencia de la muchedumbr reconcentrada . medida que b loca avauz~ba, un murmullo confu o mezcla de piedad Y de admiración e elevaba trá ella. Con u hij0 iemprc a vuelto e o _u manto marchaba resueltamente hac1a el e~dbre q levaba junto al al~ tar. Allí uajo un t cho d ra tr?jo en - m dio de los animale imbóhcos, el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B E A LEUT ItA 677 iño Dio r po ab n humild. ~echo .. de paja . la blanca luz d los cu1os, v la­la sonri a d u labios y u bra - cito tendido n ademán d llam r á í cá lo hombre d buena voluntad.» Ante que nadie hubi e levan-tado para detenerla la loca h bía lle­o- ado h ta 1 pesebr , y sobre la paja ~i 'ma en que desca.n aba el Dio . al­v dor hauía .·t nd1do lo yerto mlcm­bros de su hijo. Y colmán oled caricia . cantaba como n la cabaña. Brilla n el Cielo la blanc aurora Baña las flor con u rocío, Con u destello lo caw¡ .. o dura. · Duerm adorado, Duerm bien míol El ac rdote a on: brado in terrum­pió la mi a, lo cántico ce aron y la multitud, ag-itada por pcn ami ntos di­v r o contemplaba á la pobre wadr . adi e había cuidado tod vía de ten rla, tan grande era la e tup fac· ción, y la infeliz, de rodilla , junto á la cuna, continuaba la canción comenza­da. Nada de lo que pasaba alrededor de ella impresionaba u entidos. o veía má que¿_ u hijo á quien besaba y sonreía cantando. De pronto un grito violento se es­capa de todos los pechos: la muchedum ­bre e precipita hacia la cuna en la cual el niño muerto acababa de revi - vir. bría us brazo , dirigía á su m a ­dre una mirada llena de ternura y la llamaba con aquella voz qu la hizo tántas veces e tremecer de alegría. La muched14mbre habíave deteni­do an io a, contemplando á la madr . Esta no habí he"'ho un movimien ­to, miraba con ojos atónitos á u hijo, sin darse cuenta, al paree r d lo qu pa aba, y con voz má débil murmura ­bato laví· su canción . D pronto una convulsión t rribl conmovió todo su ér, y llev ndo la mano á la frente: -·Ah! Dio mío! \;;xclamó, ya me acuerdo. Una ol ada de 1ágrimas desahogó su corazón ya pronto á e tallar: su_, an - o-u tia no eran má que un ueño : llo­~ aba d f licidad . rmaneci6 postrada junto á su hijo no atreví' ndo ' l~vantarlo de aqu~lla paja en que hab1a ncontra-do la vida. . . La mi a continuó· lo canbco reanudaron con nuevo en tu ia mo a~se­dedor de la cuna ll\;; de la cual el n1no re ucitado onreía á u madre y agita­ba us bracito en ademán de aludo cariñoso. Saludemo tamb: 'n nosotro en 1 niño resucitado de ta narra i6n, á la imá en d la humanidad re ucitada á la verd dera vida de la graci n el mí­' ero ta b!o de el' n eJJ. la cuua del JVt'ii.o ]estés . - X. LITERATURA O ES EN EL HO PITAL III EL RE.MORDIMI.e '1'0 (A Rafael Pombo) El remordimiento es un mal. E un dolor íntimo, una nf rm dad del alma. Es ·hecho raro! una pena que 1 alma i mpone al alma mis~a . ¡Mi terio incompren 1ble! ¡Ine::c­p! icable dualidad l . Hlagrosa p r pl­cacia de la Ju ticia del alma que al­canza á ver hasta las ombras del p - cado . Poder divino in duda, que, sin vacilar entra á la conciencia humana y (de haciendo uno á uno us plie­gues incontable é iluminando el fon ­do con la luz d u mirada) v la man­en~ grande ó pequeña que hay en él, y pone obre ella la marca indeleblr. ) dolorosa d la reprobación! ¿Qui 'n pecó? Yo. ¿Qui 'n m acu a? Yo. ¿, ui~n ej cuta la ntencia? Yo. Pero ¿porqué p qu' i había de arr pentirme? ¿Porqu' me arrepentí i hbremeute p qué? i pequé con gus­to ¿cómo puedo t ner gu to en cas­tigarme? ¿Cuánto oy yo? ¿ 'oy uno ó soy tres? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. n A .JE T ¡Placer! ¡plac r! Dura uu momen ­to y te va . Si aca o vuelves á la m - m ria, yá no res placer ino dolO? 1 P ro el remordim nto no du rrne ni se can a . E una lámpara cuya mecha de amianto toma n nu tra propi x~ - tencia u ctlimento. & o e uperior á la huma na ca-pacidad 1 co npretler cómo p:1ed s r uno m·smo criminal jue~ y verdu•ro~ Verdugo í. El remordimient s una pena; pero ·nuevo mi teriol ay de aquel que no lo i ntc! . He vi to en el ho pital hecho pa-recido . tenJ d. lace lllUJ pocos día ntró á el un pacient : no ra joven ni vitjo· cara franca, ojo firm mu culatura her ~ ú­lea. ada e notaba en u fi onomía ni e11 su porte que diese á sospechar que e taba nfermo. in mbargo, pronto vi qu t ní 1 brazo izquierdo hinchado al doble ' tripl : había bcnejiciculo una re muerta dcpeste; y,por con cu ncia d e o, co­menzaba ~ aparecer una ptí tuJa mallo­na. Uno d lo jónm practicante me dijo: e to es m u· grav , mucho. El pací n t fué colo ·ad n un col - chón (en el uelo, j>ur falta de ca1Jue) . El practica e te le de nudó 1 brazo, ba ­ñó s us propias mano con ac it y con un bi turí hizo uu honda, muy honda in i ión en cruz sobte el embrión de la pú tula, u ra grande como un 1 n­teja ap n · . El paci nte no 1u jó ni :> mo - vió: yo me str m cí. - ¿No 1 duel m u · ho? · ust d nadJ? le pr guut'. - No s iento nctua, señor, tue con­testó. El t; racticante 111-: mir' l ou ir s ig· nificativo.Jlií'.o tra r al puuto un bo l - lla d á id hidroclóri ~ lutmeautc (!u - g líquido ) . Emp pó n ' 1 un hi so po~!\! biJas de t, maño proporcionado, y lo hundió n la ¡>r fuuda h rida. 1 p i nt~ no hizo el m oor ca­. o. ri u bocc, ni us oj s bici ron 1 má 1 '.:: · mo' imicuto. -¿ o si nl u t d dolor, migo? le pregunté vieu<.lo cómo alía traba­josamen le de la herida la sangre car­Óo7tizada . - - N o icn lo nada: re pondió otra vez. Yo cr í que aquel era un b'roe qu devoraba varonilm ntc el horror d e martirio; p ro me engañaba. l hombre no entía, en efecto; el bra­zo estaec1. gangrenado y muerto. Do hora de pués, lo crhtdo llevaban al a nfit atro el cadáver de ese infeliz. Pue yo digo qu 1 que no iente re.uordim iento tiene cancer ada el alma . · Pobre uicida! tanto más digno de compasión cuanto e mata para la t rn idad con conocimiento de causa á sangre fría . Cada co a (accesoria ó principal) que hay en e te mundo fué hecha con ci rto objeto, para cierto fin previsto por el Cr i ador. o hay, por otra par­te, nec~.?sidad alguna, n cualquier rei­no de la Creación, i alma, mientra la m teri no ' alga o-arante de lo que el alma die . "¡Dio mio. ¡Cómo hiciera yo para llorar 1 decimos cuando un dolor te- A rribl y que no e tall no quebranta. ¿ or qué? Porque necesitamo cou ­venc roo de que r almente estamos tri t ", y citamo como te tigos, á las 1 'grima ; y no '3entimo alivio ino cuando corren ellas. El que niegue e to · hecho debe de er ci go, ordo, y má . Pu a í mismo ucede con el arrepentimiento, 1 cual no · tisface al hombre arrepentido,sino despu 's d ha­ber encontrado un oí 1o y un corazón amigo á quienes contar y en quiene depo itar su penas. Y si e e amigo e amigo fntimo · i e e aa.nigo e nuestro hermano mayor; si eeamigoe · :1ue tropadrc; iee ami­go es nue tra madre, ¿cuánto má dulc y redentora e sa confesión que arranca lágrima de n mor á los ojo y palabra de blanda r convención y de con uelo á lo labio d quien la cucha? ¿Pero si e e amigo e un v· rón ej mplar que con agró la vida al er­vicio de lo afligido ; i la antidaJ de su virtud hac que '1 · ea para no o ­tros _má amigo que nu~ tro henn~no J ma agrado qu nu~ tro padr ; i el medio por 1 cual e l van á nuestras palabras de olor· si no un imple medio qu no pone ca comu ­nicación con Dios ino un le0 ·(timo repre e::ttante de Dio mi 'mo; i ade ­más de amigo y hermano y p dre s JUe z~ i e par decirlo toJo, u11 ac r - dot católico, ¿cómo podría xpr sar con fr es m dian mente el ras, so qu uno i nte, arrodillado ant 1 Tribunal U 0 u to? at Y• al qu Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 684 B ENA L ~cT RA maque llev' á lo pi del confesor. orque el alma p rd nada es como l árbol que lo hi lo desnudaren, y qu (de 1 ué de atrav ar el invierno d 1 pecado tri t e y de ~ hojadas sus rama ) iente que al calor d 1 sol u­be la avia red ntora y abre sus poro-s cm botado , y le devu 1 v la pcnl ida e: hojas, y lo corona de flore r de frutos! C. A.. Echeverri HISTORIA PA~é RIA Tradicior1es d Carta o· tlerél Los piratas .. ancho Jimeno e del día ic"uiente, con u mujer á ocupar el puesto que se 1 había d ignado. Como encontrara en el castillo sólo una guarnición de treinta hombr ve­teranos treinta y ocho recluta , pidió al obernador de Cart gena un refuerzo h~ ta completar el númer de cuatro­cientos. •1 obernador ofre i6 atender la jn ta pe ici6n de don ancho; poro por cualquier moti O-.)! reza el pro er­bio que de, de que e inventaron 1 ex­cu a ninguno queda mal- don iego de 1 s Ríos e olvidó del compromi o adquirido y cuando lo pirata e pre-entaron á la vi ta de la ciudad, d n an­ch pen ó que e le iba á sacrificar. P intis era el Almirante de la - cuadra y en su invasión pirática lo acompaña an:el General ucasse,Gober­nador de Piti oave Enrique Mor· e;an famo o jefe de los OU0(J!lU~7'08. La fuerza de los filibu teros e com­ponía de l. 6- combatient ; la de la escuadra real constaba de J. 638 marine­ros :\ maestres 130 ~arclias marinas 4;' ficiales uperiores . ~ l. 90 ldado . e la escuadra el pué de haber t mado las mejo1· s disposiciou para entrar en e mbat e s paró un bote n cu 'a proa flotaba una and r~t blan­ca. l meo aje con i tía en pr r oner al TObernador la entrega de la fortale­za. El castellano, indignad , r 1licó e dij ra al eñor barón d ointi que fno­ra á tomarla por los medios qu emple,­ban l . ue se preci ban le hidall:;os y do caballero . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E ' H t" la o·u rnición le la for-u Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 686 L~CT A í rendía plei o homenaje la caba­llerosidad fran a al valor e p ñol . ( 'Pel]cula d Bo5 otá, número , de viembre de 1911.) 9 De Oicietubre quo en ce años de lucha in ejemplo, y .·in embargo, muéstrase allí como ol­dado obediente y respetador de 1 autoridad legítima. Se cree feliz al reeibir la orden del Libertador d dar una batalla, pues aun cuando muchas fueron las oca ione pre­senta as, tenía la con igna de u Jefe de no atacar definitivamente. Sucre venía ufriendo mucho en la. diarias escaramuza ; sufría su e píritu en 5 ran manera; el Ejérci­to, apoyado en la valentía del Jefe, tenía sed de gloria y de inmortali­dad. 1 fin sonó la hora. Bolívar, que había dejado el mando del Ejér­cito, tuvo e e nuevo golpe de ge­nio : conocer á Sucre, comprender ue él sería capaz de decidir esa campaña, rompiendo el ya único baluarte de las fuerzas enemigas. Y dejó obrar. Ahí el talento, aJ.í la oportunidad. Y Sucre luchó aquel día para ase6urar la libertad de tUl pneblo que no había vi to ro · ar su cuna, pero cuya uerte en­traba en el plan gigantesco de li­bertar un mundo. Si Córdoba no hubi ra lanza­o en aquel campo su frase inmor­t.. d, hubi 'rale ba tado á su vi ja ·orona de laur les la hoja que u­ere pr ndió á las iene del novel guerrero, cuando dice: «Córdoba e ha ortado i vinam nt : 1 decidi' Ja. batalla.» h' ahí porqué en 1 mismo campo del combato lo htc.co u eral de Di vi i 'n u Ut:'lmbro de olívar V a Colombia. llí todo., los f ~ y fici:tl ·, ' casi todo , dan un pa o a<.l laut en el cami­n ltn 'rito, como retando ' nu..,­va contienda . ucr nsalza á sus ubalt r­uo::; y lo llena de honore ; parece qu 1 da miedo proc der a .... í, p ro u d terminación poya en que olí ar s ha des ntondido del Ej 'r­cito. r el ven e or, ¿ qu pide para sí penas exige como recompensa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. trinuf qu u mi ad. .... se mu tra '·er d ra nt ran , con o-r nd za in ej m lo· orque 1, que tenía r u id u lailt el numero o Ej r it Ll 1 últi mo rirr del P rú, n ... un pueblo entero lo a Jamaba ou 1 tí­tulo de Lib rta r hubiera t~Odi o infatuar e, bubi r podi o enoro-u­llecer e de u ictori levantar u acero encedor 1 nivel d 1 d oh­var, y todo esto hubiera e tado den­tro de lo límite de la v nidad hu­mana que torna á Jo hombr n io e . ucre se ingularizó n tón ­ce , y para iempre, dejando ejem­plo inmarce ible á la generacio­nes futura , de lo que ale un co ­r zón bien nacido, y de que para 1 posteridad e ma meritorio un cto de humil ad como aquél, que 1 recuerdo ~Tonador de la trom­peta guerl'era, alada preo-onera de a fam . Bolívar, por u p rte, corre - pondió como debí á aquell glo­ria de la P tria que él había forma­do á tra é de numerosa campa­ñas, y á quien había vi to pelear bajo us band ras, por última vez en el no menos célebre campo de J unín. El Libertado!' dejó caer so - re ucre todo el peso abrumador e la victori , y en su labios hu­bo una fra e elocuente y ublime uando quiera que ha laba de ~ucho. Bolívar e ui n compara e t~ batall á la de aterloo, y no vamla en creer que i ta afianzó la libertad de Europa, e otra e­guró la libel'tad no menos hermo-a de la mérica. El mi mo Liber­t dor , Jefes y Au- memoria. La ami tad má sólida la toridade , así civiic•· como militare J unión más perfecta reinarán ie~pre ele iá tica que obedezcan y bagan entre Cartagena y Venezuela. uestro ohedec r cumplir y ejecutar e te A- vínculo aumentarán la o-randeza de Ja cuerdo en todas su partes. República Y nuestro en~migo al ver­Dado en el Palacio del upremo no unido~ abandonarán el loco proyec-d ·r Ej cuth•o d 1 E tado de Carta- to de dominarnos que !e ha fascinado. o-ena de India ( ?) d 1 m d Marzo Lo hijo de Cartagena y Veuezuela del añ de 1814 4° de nuestra Indepen serán hijos de una mi ma familia, d ncia. unidos por reconocimiento, unidos por anuel Rodríguez Toric s Pre- amor 'intereses mutuos. Yo, á uombre c:;idente GoLernador d 1 E tado. - Luí d los pueblos que tengo la gloria de arra. quilla, Oficial Mayor. mandar, y que me han confiado u cu - Al poner el T niente Cor.onel ar- todia durante la guerra ofrezc~ al E : váez el pliego en manos dclLtbertador, , tado de Cartagena cuanto ste de m1 lijo c. ta palabra : ~ parte y pueda contribuir á la destruc- « le acerco á V. y dos senti- ~ion ~e los enemigo~ d nue tra mutua mienlos io·ualment vi o e m~lan egundad». n m e ~az6n: 1 amor hacia un En sto días de recuerdos de glo-hombre estimable que me ha prodiga ria para Cartagena, no e tá ~al que se ( t 1il ui tincion e;, V el de la admira- tenga pre~e nte U deferencta por el ción qu la pre u i<) de lo h'roe de- Libertador,y el afecto que iempr pro-be naturalmente in spirar ...... Tanto fe 6 'ste á la noble ti rra que 1 dió la accione o-uerrcra. como los tal n· los medio de ~oncurrir á libertar . u to. y la virt~de cívicas han hecho r - querida Caraca ,que yacía bajo 1 yuo-o onar el nombre d <>l joven General Bo· d primente d Montev rde. lívar en todo los pueblo de la ueva G. P. T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

Compartir este contenido

Buena Lectura - N. 29

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Unterwegs Theater República Federal de Alemania : Sensaciones / Instituto Cultural Colombo - Alemán

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Temporada de conciertos 1990 / Orquesta Sinfónica de Colombia

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Concierto conmemorativo de los 450 años de la fundación de Velez - Santander / Orquesta Filarmónica de Bogotá

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Banda Nacional / Instituto Colombiano de Cultura

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Temporada 1990 : Segundo concierto de la temporada / Orquesta Sinfónica de Colombia

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

Banda Nacional / Instituto Colombiano de Cultura

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

¿Deseas limpiar los términos de la búsqueda avanzada?

Vas a limpiar los términos que has aplicado hasta el momento para poder rehacer tu búsqueda.

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones