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Imagen de apoyo de  Ópera lecta. Antología poética

Ópera lecta. Antología poética

Por: | Fecha: 20/12/1864

TRIM. ur. AÑO IL JJorota, 20 de diciembre de 1864, NUMERO 81. ~~ lJJ[A (QiJ. Qtr¡)[/j~(]}(/),. ~~ 1 poseida pacíficamente por los conquistndol'es, sus - -------------------- 1 descendit>ntes, i Jos que habiun compt·ado a estos REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. 1 o a aquellos hasta la época de nuestra re\'olueion ; 1 i aunque el oríjen de esta propiedad fué el preten· En <'1 número 364 de El Tiempo, continúa tm 1 dido e infcuo det·echo de conqnist.-., elln estaba colahol'adm· la poeo noble tí\l'{'a de insultat· nues 1 ya sancionada por el tiempo, así como quedó de tra fé i de negal' los milagros. Srgun él, e\ Cato- l htcho sancionada por las circunstanrias, la que licismo no es mas que una viPja éH'mazon de pa~ 1 algunos adquil'ie•·on el dia de la p•·ecipitadn fuga t•·:Jiias que la filosofía va descubl'iendo i elimi- 1 de Jos españoles, po1· uua especie de Jo que el det·e-nando: es una c•·eencia contraria a la libertad ¡ 1 cho llama res nulUu.<;. De consiguiente es cierto [ que fa,·ot·ece Jos mas vergonzosos abusos; Jos 1 que la propiedad en la Nueva Granada es lej(tima [ 1 dogmas del infierno i del pm·gatol'io, son inven- 1 en su orijrn ; i como la pi'Opiedad presupone el J ciones de que e\ Clero católico ha hecho uso péH'a 1 der·echo pl"t·fecto de disponet· de la cosa poseída F nter'l'm· a los neeios i esquilmarlos. Siendo los como mas en gusto le venga al po · eedor," se sigue, ¡ bieoes eclesiásticos el p•·oducto de la necia creen- 1 dt<.'imos ahora, que, suponie~1do que los bienes . cia en el purgatorio, i no sirviendo sino para opri- de In Iglesia hubirran sido el 11•·oducto esclusivo . mit• i embt·utecet' a Jos pueblos, ('1 Gobiet·no de 1 de cesiones ar'l'nncndas pot· los t<:\t·r·ot·es dt>l infiet·- 1 Colombia ha hecho bien en quitarlos, ha usado de 1 no o por el deseo de alivio de las penas del pm·­un derecho perfecto al declat·al'los bit.nes nacio · 1 gatol'io, no po1· eso dejnrian de ser una adquisieion · nnles. 1 lejítimn. ¿ Qnién puede privamos del derecho de P L ~t Opinion en su número 96, sigue la misma 1 dijJom·r a nuestro gnsto de nuestt·n lrjítimn pro­t_ · senda, i niega que Sf'a un t•obo lo que Jos liben\les 1 piedad? Si somos dueños de un predio rústico, llaman desamortizacion. . 1 i nos viPne eu Yo!untn l hace1· en él un templo a Como estos artículos son dirijidos especialm r nte 1 Júpitfr. Cnpitolino, ¿habrá derecho para impeclít·- al seiwt· redactor· de La ?,'OZ del Cat.Jlicismo, i él 1 no~do hoi que se dice hai libertnd de cultos? Cree­tiene la instruecion suficiente pal'a (~ontestarlos, 1 mos que no. Pues bien : los que creyendo en las nosotros le dejamos libre el campo del combate en 1 penas del pu•·gatorio, cedh>ron a la Iglesia cntólica , que espe1·nmos salga vidCI'ioso, i nos limitnmos n 1 como una espincion, alguna finca que <'l'a suya, manifestm· que esos ataques a la Kelijiou eatóliea 1 usaron de un derecho perfecto i sagrado, "i nque­cstán probando que los señores libernles no leen 1 llos a cuyo favor s e hizo la cesion, adquirieron Jo que no los lisonjea. Lo c1·eemos así pol'qt.e todo 1 legal i justamente una cosa sobt'e la cual tienen lo que ahora dicen, está ya rebatido. El seilot·¡ absoluto dominio." ~- Augusto Nieolas et sus "Estudios filosóficos sobre Pero hai mns: si los títulos de propiedad vjenen ~ el Cl'istianismo," el I'<'ÜOI' Bálmes en su "Crite- 1 de l:1 compra, C"' sion o het·encin, las comnnidndcs t¡ f rio," i el padre Félix en sus Conferencias, han 1 relijiosns que, hasta 1861 hnbinn sido recono<'idns 1 ~~ ~ dicho todo lo que es necesnl'io pa1·a contestar a 1 por las leyes como personas jurídicas_, son tnn pro­Hl1i ·empo in La Opinion. 1 pietarios como cnnlquic1· pnrtiru!at·, pot·que adqui­Citamos solo estos escritos, porque ellos son 1 rieron sus propiedndes pot· los medios legales. No bastantes pnt·a pe1·suadi1· nun al mas est·éptiC(l, i 1 ha habido put's derecho para quitárselos. 1 como el pon¡ue estando adamados con todos los encantos 1 que despoja a otro de s u pt·opiedad, sin dc1·echo de la elocueucin, no pueden dejar de agrada•· aun 1 para ello, roha, es claro que Jos que lo hicie1·on a Jos lectores de gusto mas esquisito. 1 e11 Fr·ancia en 17 HD, los que hicieron Jo mismo en 1 1 suponiendo pot· un momento que en renlidad 1 Alemanin, en Jnglnterrn i en Holanda, Jos que \ no hubiera infierno ni pm gatorio, i qne los bienes 1 hieicron lo mismo en Espaün i los que Jo han hecho 1 de la lglcsia fueran el producto de la invene?ion 1 aquí, han cometido un robQ: Esto nos parece tan de esos dogmas, no por eso dejarian esos bienes 1 claro como la luz. I de que ei I'Obado haya per·do 1 de ser una propiedad; no pot· eso dejaria de ;;er 1 nntio a Jos );1drones, no se deduce CJlte estos hayan un robo lo que se rstá llamando desamortizacion. 1 proct:!dido bien. 1 <'S e pe1·don jenet·oso, pat·to del ,il Para prob·a': esto, nos permiti~os copiar lo que. en 1 espíl'itu qe caridad que ali enta a la Iglesia <'ató li-t 852 esci'lbJmos para _combat11· la le1 de redenc10n 1 en, . ¡ se ll.ama hoi aqui escencia! Esa misma de censos, no ménos wfcua que las que nhora se 1 aqmescenc1a puede tenet· <'uatquiera con el que Jo 1 han dictado para Yiolar los mas santos derechos: 1 despoj~ en medio de un camino. Despues de probat· entónces que es natu;·nl 1 1 Se diCe que nosotros no pl'nsamos sino en las sagrado el derecho de ~ropieda~. i que el ataque a 1 "manos muertas," i, cl'lbalmente los señores libe­ese dc1·echo es contrano a los mtereses de la Na- 1 raJes tampoco han pehsado ni piensan en ot1·a cosa. cion, dijimos : · f Pero hai una diferencia : los católicos pensamos "~ello en su, '~e~·~ch~ de)en~es,' divide la t C?ll dolm·, en que los bienes nrumnlrtdos por la propiedad en pu.bhca 1 pnva.oa, 1 e~ esta com- 1 p1edad para dar.culto a Dios i aliYiM a Jos pobres, prenden? solo la de cada. ~a•·tJculai'! smo 18. de las l s~ hnyan sustra1do de su objeto ¡ se esté dispo­cor. poraciones .como. hosp1~10s, hospitales, monas- 1· mendo de ell?s como de una cosa de que hai de­t~ rios, comu~I?ades, &, 1• enumet:a entt·e los.me- l reeho pa.1·a dtsp~ner·, porque es natu1·aJ scntil· esa diOs de adqml'lrla, no solo la cu.ahdad de pnme1· l pena. S1 Jos senores liberales L~vantamn hoi un ocupante, sin.o la d~ heredel'o, comprador,. cesio- 1 e~i~cio suntuoso, con el objeto p1·eciso de que nm·1~, & ~ Aho~·a ~1en: en la. Nueva Gt·a~ad~ la t Sli'YJera ele academia a sus ndeptos; si aiJí. reunie- 1 propiedad tCI'rltOI'JaJ, pot· ejemplo, habm Sld .o r· l'an, con mucho costo i trabnjo, todas las obras t,~~- 5~- ~------~--~~~-=--~----~~--~--~~~~~.~.~~~----~~~--=-~~~c~~--~-~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. que juzg1 ra · • nas de ~ r . , i eon. t·an esn funa aci on suyn com o cosa monumental pnt'{l s escru1la, ¿no les dol·dl'i-l ttue una ott·a t>scut>la, ~ánd.iliie..Jlfll' la fu.erza.del Go.bier .. no dei p3is,. den~ra e&e edificio o lo conYirt.i~ ·a en cabi\lleri­zas, quemara todos los libt·os j flispu:-:ier~ de los , rnptt:ftes-cmr que se sostenia aquella funoacion! l ¡,Se ol vid m "ttn de ('S(\ vru1eneia? Ó'S ptlre<.'e (f e : la respuesta no <'S (hHlosn, porque se desprende de la naturnlezn hunnna. : 1 hai mns : la propiedad como det·echo nnturnl i l sagt·ado, es una de las condiciones nect• L~t'ias de la existencia social del hombre: si se ataea ese deredw, se dt'struye una de las bases de la socie · dad, i como nosotros somos sét·es raciona!es, i so­ciables por consecuenria,no podemos n•r sin tt>nor que se hagcm dt•sapat·ecet• los Yínculos que nos ligan a los demns hombres. Débiles como somos, ¿a dóude nos refujinremos el din que no hnyu mas Jei que el derecho del mas fuerh'? 1 pat·a ali~\ ,:amos. Hoi se d<'Spojn a un propietario porque se llama Fraile, p·orc u. se llamn la Vírjen de los Dolot·es, ¿ quiéo im¡ icle que maii1 sentimi<>nto sublime que puede unir n los hombres con el ví n-culo mns est1·eeho, que puede hneerlos nmarse ~~. ~ hasta disimularse sus defectos, que da ni pobre esperanza i al rico scguridncl, que dn a todos paz i enjend1·n a~í eltJrogreso. Ese scntimiPnto se llama C.\HJDAD. ~ ld a buscm· este tesoro santo que constituye Ya 11 felicidad humana, fuc>ra de la Iglesia cntóliea. Ha- l liareis ferrocarriles i t ·légrnfos; riqueza rn poros, miseria en los mas, deseonfianzn, celos i odio en , todos. A"í no puede ot·ganiznt'5e sorieJMl alguna con la raza latina, nsí no puede haber aquí Hf'pil­blicn, así no pu~de babet· nndn sino ~uc>rm, dc­vastacion, miseria, nnarquíil. Así tenclrcmos.sie:11- pre entre nosotro:> el infierno cuya <'Xistcncia ne­gais porque os parc>ce un abslll'do. SEÑOH REDACTOR DE tít• Jos dislates que siempre se han dicho por los hombres enemi­gos de toda relijion i de toda cre(>ncia, pnra negar los milag1·os, dislates que están combatidos i con­testados hasta la sacicdi.ld. Pero como el objeto de estos señores i de todos los de su escueln, no es diseutil· impnt·cialmente, no es ilustt·at·, suponien­do que en esta materia hubiet'a algo que ilustra•·, i que ellos fuet·an capaces de ilnstt·at· algo, yo me att·evel'ia a aconseJar a U. i a todos los escritores 1 catóHcos de nuestro país que, dando al desprecio , como lo merecen, tales producciones, no tengan 1 el mal gusto de entt·al' con ellos en discusiones inútiles i aun ridículas, tmlmjo infructuoso porque ellos no oyep jamas las razones de ot1·o, ni les conviene oirlas. U. no tiene e! deber de Í[lstrui.·­los sobre lo que ignoran : si ellos no han podido ' o no han querido leet· lo que les cumplía leer para . poder hablat· CCln razon en cuestiones relijiosas, con su pan se lo coman. Si en estas materias ellos son ignornntes, cúlpense a sí mismos. o a sus pa- ' dt·es que no cuidaron de instruirlos. Esos resnbios de una infancia descuidada son a la vet·dad dignos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. n bacea· el 1 1. _ Lo que importa es hablarles nito porque ese es r.trevidas, dolores saludables i angustias i cónsue­i el medio de lwcet·los calla•·; las búenas palabras, los i votos i lágt·imas en esas modulaciones magní­~: ias buenas rawnes ¡ li.ls buenas maneras no hacen ficas que nrregla i uomina la santidad de la litur¡ia. · .sitlt> aumentar su altanería. Desde el momento que Despues todo esto se mczda sin confundirse, todo 1' UU. bajen la voz para tomar el tono de la polt?mi6'a esto se une sin perderse, todo esto se eleva en ¡ purifica, sou 1JU. pet·didos, po1·que sus osados reunion prodijiosa: son las mismas almas que 1 , contrarios, <.:reyéndolos débiles, los arribillart\n a all·aviesan las bóveda::) pat·a it· a Dios. 1 g'i insultos i cl'lu\ndoles rn cat·a falta de razones pot• He visto inerédulos, pobres espíritus fuertes, 1 la fnlta de palabras iucleeorosas i de conceptos cabezas Jijeras como In hoja con que juega el vien- l t vi:l:1nos, cnntnnln ufanos vktorla. to ; los he visto quedm· e. tupefactos al oil· esto. '· 1 ~~ n\anse UU. de esos pel'ipatétieos modemos. Sí! l~or fuera, ellos se disculpaban con lu májin del ~ esos sciwrcs nos recuerdan nquell(\ escuela estra- arte, el prestijio de la música, la majestad de ese ~ ~ \'agaute que, como los buhos, aiJorl'eda la luz del runto sostenido por el pvde1· del ó•·gano : en el dia i maldeeia de1 sol, astro pat·a ellos enojoso, fondo, se confesaban a sí mismos que allí babia importuno i u quien llamaban espín i f1sgon, que otra cosa que un artifi.do de col'istns, i sentían a en todo se mezdn, vríjen de todas las enfermeda- pesnt• suyo los movimientos interiores, los ecos del ~· {les, de todas las pestes, de todos los insectos. Hai remordimiento, los impulsos de la graci:l ; en fin, h' jentes enemigas de la luz, · lechuzas que graznnn la vida cdstiana i divina, que los hacia estreme­eu la oscuridud porque el brillo del sol lt's ofende. cersc i pal pitat·. Pot' eso abul'l'ecen a .fesu('risto 4 ue es la tu~ del Terminado el canto (nadie ha venido po1· oir l ~~ mundo, como él mismo to dijo, ¡ el qt;e le sigue ese cnnto) un sacerdote apat·ece eu el pulpito: 1 ;; ¡ no anda en tinieblas. Pero la luz de este sol J)l'ilia toda esa multitud ha venido por él. 1 po r louas pnrt;es, se hace ve1· i senti1· pOI' donde El púlpito es e! que han ocupado Dup:m]oup i . quiera, todo ló onirna ¡ vivHlca. Solnmente los Lacordnire ; la ourn que se continún, es la obra ¡· i ciegos vo 1utal'ios 110 quie1·eu verlo ¡ huyen de él. de ese ot1·o príncipe de los 01·adores sagrridos, el t Dejemos a esos ciegos, que guiándose unos a otros, patl1·e Ravignan, i esa obra es el rt!tiro anual pre- 1 caNán at fin en el abismo. paratol'io de la comunion Pascual. El predicadot· ~ FIDEL es jesuita como el padre Ravignan, es su - discí· 1 pulo, su hermano, es el padre Féüx. I. Seg uid en Ulla de esus fl'ias ttH'ues que la pri­mavera pat·ece reservat' a l.a semaña santa en J'e­rt. erdo u el testo sagrado: etenin frigus erat, seg id a in multitud que se apt·esut·n, i que atl·aida do todos lo!S puntos de la capital, se reune sobt·e el atrio de l:t iglesia de Nuestra Señora pam hun­dil'se bnjo las bóv das inmensl-ls de la vieja basí­lira. E ntt·ad, hended las olas apretadas de estos tt'~s o cuatro mil hombres pert~necieotes a todas In elu ses de la sociedad~ par·te rscojida de la in­téliJenein, del arte~ del snber; nwjistrarlos, mili­' tares, administta oa·cs, jóvenes en todo el urdo¡· ¡ impetuoso ele su edad, frent · s madUI·adas pot· el 1 trabajo i llt ·espet·ieucia, cabezas encane.cidas en · se1·vieio det pafs i en la pt·áctica del podea· o de los 1 negocios. Ellos han invadido sin tumulto i con 1 un respetuoso apa·e::;m·amiento, el vasto espacio do la antigua Metrópoli, i bajo la luz vacilante de las lúmpa1·as, en presencia de un santuario casi sin adorno por la triste2'ía de estos grandes días, de­lante deJ ma,de~·o d_e la Cruz, del clavo ensangt'l:'ll­tado, de la corona de espiuas, diadema del rei de los reyes en el patJ,bulo, todos hacen si1endo i ti espe1·an. A la sE-ñal as_¡tecre_tos, s~ notan e11 El padt·e Félix, en Nuestra Señora, predicando el retiro a los tres o cuatro mil hom bres mas dis­tinguidos de París i de la Franciu, seria lo que ye quisiera pintato, porque el verdade1·o cuad1·o, el v~rdadet·o retrato de este grande omclor, está allí mas perfecto que en ninguna otra pat·te. u. Sí, un retit·o en Nuestt·a Señot·a, en pleno siglo XIX, un retiro esclusivamente para hombres, para hombres de Pat·is, la primem ciudad del rnundo i del siglo, de este siglo el mas audaz de todos, es el verdadero triunfo de la elocuendn sagrada. Em ya untl rara i difícil victol'ia In obtrni<.la con el establerimiE>nto de las Conferencias de la cua­resma. Dirijir una ense1wnza dogm¡-\tica, polémica, apolojética, dirijirla a la juventud al dia siguiente de los sucesos de 1830, al d1a siguit'nte de hnbe1· roto las c1·uces i saqueado el ar~obispad-{) ; con­voca• · atrevidamente ras es.cuelas estremecidas aun con los hechos de la \•fspera i casí preparadas para la conmoci~n del dia siguiente·; opone¡· al escepti­cismo frío i calcu lador~ a la pasion del bienestat·, a la invasion de los intereses matel'iales, a las -bajas lorUl-ns del panteísmo i a las impe,rtinentes satisfacciones del eclecticismo, opone•'· digo, la doctrina ardiente i severa del Evnnjelio, el aguijon del sacrificio, la leccion drl d<.>ber i de la abnega....: cion, In ínmutalJfe austeridad del dogma i la be· • lleza siempre antigua i siempre nuev.a de la veruad católica ; era necesario pam una e.mpresa tan te· memria, hqmanarncnte hnblanuo, tene1· La inspi­racion del jenio i la sRntidad dcf mártiL·. ,Monseñot· de Quélen, el mrit·ti¡· ct~. nuestl'as disco1·dias, el abate Dupaulóup, el abate Plantie1· i e1 abate La­cot'dairc, fueron los primeros entre los héroes del apostolad~ que tuyiet·on esas inspiraciones, i que obtu.vieron un efecto mayor del que podian espe1'ar. Tan $!ierto es que en Francia,...en nómbt.e del Cl'is­tianismo,. no. hai nada que no debá emprendeJ'se i· qu~· no tenga un éxita srgUl·o.. - - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 260 EL CATOLICO. 11 l 1 l.a~ Conferencias se fundaron pa.·a siempre, i 1 caciones <.Jel n~tit·o doude exhibía toda su c-iencia ! Y0 deJo a las almas que les son deudot·as del re- toda su razon tod~ su fé todo su <'so es lo que me no bastn sm lns obras. Esos millares de hombres PI opongo eu este e cnto. f impr·esionndo s , convencidos, vacilantes a<'nso to- El padre F é li x es de una talla mas qt~e medittlHl; ~ ~ da vía, necesitaban sc1· fijados para encorbat·se pe•:o, cosa nota~le, eso no dniin ni a s u JPSto que 1 voluntariamente bojo el yugo de Ja penitencia; ~~ ~mpone~te, m él su nrcion que e::, libre i t>nérjica, 1 era preciso conducidos al último o 1·ado de la vida / fnell I dommante. PnreC'e que tocio se ha ron ern . cristiana, a fa snnta mesa, u la pa~ticipaeion en h tra~lo en la parte supe•·iol' d~ su sér, brazos, cal>e - 1 .11 Eucal'istía. La g loria de este su!lremo esfuerz~ 1 za I cor~7:ou. Tiene qne .. lrvant:use sobre la puntn pertenece al padre llavignan ; él Jo meditó con de los PH' s, per~ l?s t'P.JIOnes t>lHadas de su rn et·- el e!ocuente i .piados? superior del pequeño Semi· po, son fuertes 1 b1en prop~rcionadas; su busto es , 1 na_no de Pal'ls (t); 1 Jo ensayó, si puedo hablar noble, su rabez.a es bella, t1e?e la b(>lh.•z n Jnl)ral, la ast, sobre algunas pe1·sonas escojidns, unidas a los B~lc~a _seJ'E'na 1 ~tll'~ de la vtrtud, la bellt'Xa de la alumnos de este admimble Colejio. Des pues, nlli. ct, ncw 1 del sacrtfirw. mado ele un santo celo, pero no sin alguna vaci- Sus fardones son ¡·egulares; su color Jijeramen· lacion, apoyado pot• el eoncua·so del Cm·a de la t~ moreno, deja pe1 cibi1· unn sangr·e jenerosa i ac­Ab: ldia de los Bosques ( 2), tentó 1~ obra ellúnes t1va; su ft·ente ~s anrha, estensa, limpia, i en sus santo del año de 184 t, en la pequeña ialesia hu- arrugas <¡ue ap:1recen i desapnrecen bnjo los esfuet·­mildemeote oculta en los an·abales de Sn~ .Jen:nan. zos del pensamiento, casi puede decü·se que este • Conset·vo pocos recuerdos mas dulces ¡ mas lle- se hace visible. Sus ojos son de una espresionJ'nt·a nos de emociones i de encanto que el de esta so- i viva, i hai en su mirada como una llama conte- , lemne pr:.Ieba. Es preciso ¡·ecorda1• Jo que e1·a, al nida, afectuosa llena de celo i de caa idad : lw.'ens traves de las c~mtra~iciones i iucl1as de ta época, et ardens, como la lámpara del santuario. U u labio nuestro fea·vor JUVeml, nuestro valiente entusias- delgado, sonriente, acentuado, ncnba de dar a la mo, paa·a sabet• cuán felices éramos¡ cuúnto uos fisonomía una e~presion de dulzura humilde, be­afanábamos por tomar parte en esa cruzada que nevoleute, unida a la firmeza de la propia concien·· po1· medio de las ob1·as cat·itativas de la Sociedad cia i a la induljencia por los demas. de San Vicente de Paul, de los estudio-s i escritos Nada hni mas ('ncantadoJ' que el t1·ato de este del Instituto Católico, ele los trabajos políticos ga·ande ot·ador, modesto, dulce i fue,·te a la vrz. Se pam la reivindicacion de las libertades •·elijiosas, dil'ia que él se ignora a sí mismo. que ignora su , 1 del ataque contt·a el monopolio universitario, talento, su ascediente, su influencia; i <'n efecto, 1 ni'J'astraba ácia nosotros lo escojido de la nueva ante Dios, lo i.gnot·a todo o no lo recue1·da sino pat·a :! jenemcion. Yo no olvidaré nuesta·os temores ¡ ponerlo al senicio de las almas. Estaría uno casi j nuestt·as esperanzas, las ansiedades d·e nuestros tentado a creerlo tímido, sPgun es de afable i de­maestJ ·os mas esperimentaclos i natm·almente mé- fe1·ente. Tiene no solo la amenidad de que los nos confiados, la intt·epidez de nuestros deseos ¡ hombt·es vea·daderamente superio•·~s no saben se­de nues.tras resoluciones. ¡Qué place•· cuando por pararse, sino la que (i esta es una observadon que la tarde, una hora áutes de la pl'imem alocucion, todo el mundo ha podido hacer) poseen en g•·ado ' encoott·amos la iglesia de tal manera llena dejente s~pa·emo los relijiosos de la Compañín de Jesus. · que ~tpénas podíamos mover·nos sobre las g 1·adas No solamente está siempre pronto a dar buena ' del alta1·! Esa misma tar·de fué p1·eciso cita 1· para acojida al que llega, sino que jamas se impacienta, el dia siguiente en una de las mas vastas iglesias jamas está de pl'isa o se fastidia ni con los mas im­de Pal'is, en San Eustaquio, ¡ San Eustnquio se pot·tunos. Desde el pt ·imet· momento pone a su in­llenó. El Hño siguiente fuimos ya a Nuestra Se- terlocuto¡· complnciclo porque parece condescendet· ñvra, i Nuest1·a SPñot·a se llenó tambien, pl'inci- con él,i al mismo tiempo lo eleva sin esfuerzo a las cipalmente el domingo de Pascua de 1842. En altas I'Pjiones de la intelijeneia~ de modo que, en aquel dia el Apóstol i el primer Pasto&· tuvie1·on breves instantes lo posee, lo arrebate\ i lo hace res­el consuelo inefable de vet· lm·gas filas de homb1·es pi m¡· el aire de la vea·dad i de la vi•·tud. acercarse al banquete sag. act". Así fué eomo el Este es uno de los secretos de In vida rclijiosa : retiro pascual se estableeió p) ca¡·áctet·, dá a los relijiosos, en los momentos 1 merosísimo, teniendo esto una significacion sin- que consagmn a las relaciones esteriores,una igual­gularmente espléndida; no fué ménos concmTido dad de humor pt·odijiosa, una disposicion calmada t'l de 1852 : i el <.le lS62, t'ontó nada ménos de i benevolente que abt·azan i sojuzgan las naturnle­cuatro mil personas. zas mas divet·sas, la actividad, el t!elo, la prontitud Cuando el pad1·e Rnvignnn se agotó en el ser- como la gt·avedad, la refleccion, la sabidm·ía lenta 1~ ~~ \'i~io de las ~lmas, le stucediótel pdab~·e Fb 1 éti_x. I i mEe 1 dita 1 tivaF. él' . • 1 d 1 as1 corno en nmguua par e era an a rnam e 1 tan pa( a·e 1:t, JUnta a os ones natura es que completo el padre Ravignan, como en sus predi- le ha concedido libea·almente la Providencia, la ( 1 ) Monseñot· Dupanloup, perfeccion que añade la p1·áctica de la abnegacio11 ( 2) El abate Hamelin, Cura de Santa Clotilde. monástica. Es amable, complaciente, joYial hasta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLlCO. 261 1 1 donde es predso con tn juventud; así rautivn, con- 1 los ait·es. Bien que levantados poa· el ba·azo del ·¡ · \'em·e i aa·•·nst.·a. J ánjel de la cátedra sag•·ada, no podíamos algunas A la eátedra sagrarta Uevn estos rasgos que exal- 1 Yeces drja•· de temblaa· al vernos ('fi tales alturas. 1 t.~ por la superioddad de su mérito ora todo. . Pei'O con el padt·e Ravigoan, con el pad1·e Félix ( i IV. i este último es mucho mas emprendedoa·) si no se ~ ~ Naturnlmente, i por una propension invencible, ateja uno tauto de h tierra, es porque va con mas t' a lo ménos para los homhl'es de. mi jeneraeion, cnlma, sube :nas dulcemente, í es llen\do con una '··, c•nanclo uno se encuentra ni pié de esta cáted&·a de tranquilidad sin mezcla sobre ltls rnismas alas de ~ Nuestra Srfwra tan llena de reruerdos, i ve subir 1 la ciencia i de la doctl'iua. ni pndre Félix, se nruenla inrncdij\tnmente de ~us V. t dos ilustres pfPdeeesor~s; sus gt·andes im<íjPnes se Como su ilustr·e hermano, el padre Félix lu·illa evocan, i la comparacion n<.H~e po1· sí sola. rn las Conferencias: es .allí que se desarrolla todo 1 E¡ p<~dl'e Félix pnt:>d,e sopot·trll: esa compa~·acio?; el podc&"de su vasto esp!l'itu ; es allf que él toma · i no es Ut10 , el padre Ravignan i el Jojista, polemista, i catequista. Sí, cat{'quista a la padre Félix. Ellos se han trasmitido mejo1· que los manera de los doctor·es de la Iglesia Ol'iental que antiguos c.otTedo~·cs ·~ ~stCts lámparas de la \'ida," deJTibaban a los sofistas ofreciendo a tos fieles de la venJadera \'idll, de la vida de la elocuencia i Jos elementos de la vet·dad evanjélira. de la 1e <1ue han nlumbr:JC:o, calentado i vivificado Lo diremos, nuesti'O siglo cuyos mél'itos no ne· a la !"rancia nuev!t. Cada uno de ellos las ha llc- gamos, tiene d-os defectes capitales : es un niño \'ado cgn el Cétrácte•· p1·opio de su jenio, pero con grande ¡un gran sofista. Apéoas salido de !os ho- 1 igu~l éxito paa·a In. salud de las simas.. rrorcs de la revolu<.:ion; nacido en medio de a·uinas, · Yo, que he tenido la felicidad de oil'los, de co- se deja emb&·iagnr po1· el olor de la pólvora, i va a nocel'los i de amarlos., m.e ct·eo ron el det·echo de rerorrea· el mundo siguiendo a un déspota dejenio. deci1· que el pad•·~ l!, élix a·eruE>t·da al uno i al otro ¿Qué educacion ¡•elijiosa,qué edncacion intelectua1 de estos maestros de la. palabra apostólica, mez· podia recibir en los vivars i rn los campos deba­ ·c'lnndo su orijinaHdad pa&·ticula¡· i el sello de su talla? La Iglesia, esta Soberana maestra de las al· pe1·sooa.. mas, habia vertido su sangr·e mas pma sobre el Tiene arranques impetuosos, súbitos e ir-resisti- cartalso i salia de tas catacumbas agotada, empo- 1 Lles como el g&·an .dominicano; como su hem1ano brecida, despojada. Las letras estaban mudas o 1 ue la Compañía de Jesus, tiene la plena seguridad escl.avizadas. De rep~nte, en la floa· de su adoles­de la doctrina, la penetmcion, el nlma. Es mas cencia, este siglo que babia podido recibir las fe­¡ filosófi co, mas profundo,. mas atL·evido que el padre cundas lecciones de la fé, de ta paz i dP- la libet'ttld , 1 Ravignan ; mas seguro, mas dueño de sí mismo trnidas por la 1·aza de San Luis, que había ortido • 1 que el pad1·e Lncordaire. Si no tiene en el mismo lanzarse rápido en el desal'l'ollo espléndido de la 1 g&·ado la chispa eléctrica, si no cnusa esas so&·pa·e- elocuencia, de la poesía, de la p1·osperidad, de la \, sas sublimes que trasportan al aurtitol'io, tiene mas relijion, se hundió en las vergüenzas del respeto 1 igualdad en la grandeza, mas fluidez, mas majes- humano, en las abyecciones del interes material, 1 tad sel'ena i ('Ousta nte. l~n este mas que en los en las bajas satisfacciones de la revuelta. Creyén-otros, la concepcion es nerviosa i fuerte, la t1·ama dose elevado, i sintiendo apesar suyo sus miserias del discui'SQ enét·jica i resistente, la razon i la lóji- ¡ sus debilidades, se babia embl'iagado de 01·gullo ca, precisas, dt:cisivas, apremiantes. No tiene esas ('On las cosas de aquí abajo) i se habia hecho un repentinas refutaciones que caían de go!pe de los ídolo de su decadencia que pretendía adorar bajo labios del pndr·e Lat!ordake con sat·casmos impla- el nomba·e de progreso. ¡Vanidad puel'il, engaño 1 clabJes;no tiene siempt·e esos •·aptos de uncion con impotente, sueño daüoso de que al desperta1·, el que el padre flaviguan, raras veces poa· desgracia, desencanto i el castigo han sido los espantos de la cuando daba libre cu1·so a todo su coa·azon, a1·a·an- anaa·quía i la péa·dida de In libertad ! caba lágl'imas a su auditorio ; pero está armado en A los sesenta i dos añtls la esperiencia es dura la polémica de una it'Qnía de pl'ime1· órden, acera- para este brillante siglo XIX que se ha creido do­da, eleg<~nte, implacable; es como una águila que tado de una intUortal juventud i que ha aspirado agarm su presa, la rompe., la despednza i arroja los a ¡·e formal' el mundo. Pero esa esperiencia no le ft·acm<'ntos con un gt·ito de triunfo. ha servido de nada: Esté jóven nacido en 1800, No ca&·ece de at¡·evimieuto, i toda su obra orato- no se ha desengai1ado aun del progreso. ria dá de ello una prueba ; pero este atrevimiento ¿Por qué? Po1·que como dijo nuesta·o Bossuet, no es temea·ario. St• siente el altivo c01·aje del at- "todo etTOI' viene de una verdad de que se abusa." 1 Jeta que se fia (ln su vigo&· ; mejoa· que esto, se sien· Así el e•·•·or del siglo no está en creer en el pro­te la indomable enerjía del soldado que se fia en greso, sino en abusar del progreso mismo. su bandera; mejo•· aun, se siente la confianza del Hai un pt·ogreso ve&·dadero que se acomoda a Apóstol que se fia en su Dios. Nada hai compa- la actividad i al desaa·I'Ollo dP las ft~e&·zas intelec­rable a esta seguridad sea·ena que prueJ?a. i que tuales, científicas i matel'iales de la humanidad, inspiril. que las arregla, las dirije i las fecunda ; i hai un Esruclwndo al pad&·e Lacol'Clait·e, ( i todos como progreso falso que engaña i miente favoreciendo yo pueden •·ecordal'lo) estábamos literalmente sus- solo los malos instintos, secundando solo los go­pendidos de sus labias; nos Jlevaba eon él a las ces culpables i alabando los éxitos escandalosos ; eumb1·es mas á1·duas, i, me at1·evo a decir que pi'O- este JJrogreso hace ret1·oceder a la humaniaad bábamos entónces l:tlgo de Jo que debió esperimen- manchándola i deshom·ándola. Este progrfSO que tRI' Baruc cuando el ánjel lo tomó por los cabellos tiene un nomb1·e usm·pado i que miente al mundo, i lo t1·asportó cerca de los segadores al traves de es el progreso por et ·error. El otro que es el solo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. · -"-'~-"-"'--"-'"-"./'.J""'-.......,...J'>J"'..f"'J~""'-/'..r-.J"~~·,..._~.-...-_,.... .""'"-,.,.,_,.,.,_,.."",....----------. ! . 1 lej timo, el solo preciso, el ~()lo mor{ll, es el que ' Comnnménte en er mundo, i aun entt·e ros c1·is- 1 elevn i engrandece a la soc-iedad, es el prog1·eso tianos se ignoran las pruebas porque pasan los re- ' por el bien i pot· la verdad, es el prog1·eso por el lijiosos de este instituto, <.·~tlumniado pr·ecisamente ' AtTanca•· el siglo XIX al culto degradante i fa- ignorado en todo tiempo por qué sábias lentitudes, , ·¡ Cri-stiá1tisrtw. porque está conslitu.ido c>on un vigor snnto. Se hll . tal del prog•·eso po1· el error, aJTastrallo convencí- pot~ qué aplit•aciom•s suce:,i\'as i p•·ofundas se for­do i rejenerado, a las vías seguras i rectas ·del pro- ma esta milicia escojidn del Santuario, estos gt'eso por el Cdstianismo, fué la inspiracion, i es « grandes granaderos del fanatismo, >) como han la vocacion, la glol'ia, sí, yo me permito esta pa... merecido sea· llamados po1· Diderot, estos (( \'igu- 1abra delante de Dios,-la gforia del padre Félix. rosos remeros deJa b:u·ca de Pedro, >J como han En Paa·is, a la hora en que se ceJTaba la esposi- merecido se•· JJamlldos por Pío VIL PeJ'lllltaseuos, cion universal del pal:-tcio de la industria, yo no pues, describir en pocas palabl'as <>1 noviciado i la vacilé en decir que esta inspira<·ion era un rasgo preparncion del padre Félix. Su historia es la de de jénio, de ese jénio de que el espíritu de lo alto todos. . es la llama i la luz,i que se puede alaba•· con tanta La pl'imer·a parte de este noviciado la pnsó eu seguridad, como que en él el hombre es lo ménos Béljicn, en T•·onchienes, des pues en F r«nein, t.•n i Dios es lo mas. Saint-Aébeul, i en fin, ot1·a vez en Bt~ljicn, en El padre Félix se hizo, pues, el apóstol del pro- Brugelette. Ciencias, letras, filosofía, todo lo CJUC 1 greso por .el Cristianismo, i bendecido por su Ar- forma el alhnento superio1· de In intelijt.>ncin, lo zobispo que vaciló un instante, inauguró esta profundizó el novicio bajo una disciplioa sevem i predicacion en Nuestra Señora, en la cuaresma con el fuego de su amor a In verdad. Esto duró ·r· de 1856. po1· ta·eg años; ott·os tres pasó en Lovaina i otro VI. en Lnval, consagmdos a la teolojía dogmática i 1 No era lab pl'i 1 m1 1! erDa vedz que el elocbuente reliji?so mor,a1, 1 id?l ~n 1 sufrió los exámenes fde uso Hé ·j se presenta a a 1. es e 1853 esta a en poseswn aqUJ e Jsc•pu o ya armndo pam su rir aun otra ue .Ja herencia de Ravignan i de L~cordait·e. prueba,la de la enseñanza. El será maestro i pro- El babia conquistado esta herencia pot· largos fes01·, i aplicará e) resümen de sus conocimientos. l{. trabajos i grandes sucesos. ¡Quiéo podrá re.istir De 1845 a 1847,el padr·e F ' lix oeupó en Brugelc-a la ht.ventud aparente de su .semblante, a la savia tte la cátedra de retórica i de filosofía . .Brugelette viva que lo colora, a la cabellera negra aun i en i Fribomg, eran los colejios de la juvttntud católi- l que a-pénas se distinguen algunos hilos nevados 1 ca de F1·ancin; asf la libertad pt·oset·ita recibia el l Nadie le darin mas de treinta i cinco años, i tiene culto mas hermoso que consistía en dividit· cou elJa ~ cincuenta i dos. De manera que es cierto lo que se el destiel'l'o i en haeedo fecundo en bienes. Allí l ha dicho en un estudio sembrado de l'asgos encan- el padt·e Félix ha obtenido dfl los nurr.et·osos alum­tadores, i que deberían haberme hec11o cae el nos que recibieron sus ndmit'ables cuidados, una pincel de la mano : <( es la juventud del alma la mocion de accion de gracias. que pa·olongn- Ja de la fisonomía. >) (3) ~ Sinembm·go, la (e pi'Obacion >J no e1·a romp!etn, El padre Félix conserva esta juventud del alma un << tercer año >) debía aun trascurrir, i esta vez 1 '· con la madmez de la cspel'iehcia i del sabe1·; pri- en el 1·etiro, en la rneditacion i en la oracion. l~J vilejio admit·able que l.e $1Segut·a el beneficio de los ~rúfesor, oculto en las montañas del Aa·deche, a la aüos sin curgal'lo éon su peso. Hace mucho tiem- somb1·a del piadoso asilo de Nuestra SeñOI'a de po que se entregó al estudio, preliminat· sagrado Ay, salvó su salud i su voz amenazadas pot· una de( apostolado : ordenando desde 1832 i Jesuita enfermedad de In lariuje, i salió oradol', pronto n ' desde 1837, no ocupó definitivamente ia cátedm todas las luchas del a-postolado. de la \'erdad sino en 1851. Así prepara sus om- Sus primeros t1·iunf'os fueron en 1848 : el futu- ;; dores la Compañía de Jesus 1 ro apóstol de N1:1est•·a Señora de Pal'is, babia em- E! padre Félix por su parte,at}esar de lo ardien- pleado en formarse, toda la i sólidos, di a no babia p1·edicado sino ·en las escuelas, Él ' se estendieron hasta 1830,i en esta ho1·a de crrísis, fué derecho a los nuevos bri•·baros como San Re- ' al ruido del trono desquiciado i de las cruces aba- mi a nuestros padres, les habló, los conmovió i tiaas, fué que la voz de Dios habló a su c01·azon. los domó ; la paz t•efloreeió en las almas i rcnpn­Dosaños en el seminario mayot·, cuatro de profe-. reció en la ciudad. Fué un bello preludio aquella soracto en las clases elevadas de « la escuela se- victoria obtenida sobre los rudos adeptos del pro- 1 cundaria eclesiástica de Cambrai, >> como se decia gt·eso moderno. 1 1 llntónces~ probaron i asegu¡·aron su vocacion. Esta D~ aü'?s mas aun el OJ•ndor se ocupó en las fa­- yocacion no lo llamaba solamente a la dignidad i tigas del profesorado. Con el año de 1850, la li· i a las labores <.ffil sacerdocio, Jo convidaba tambi-en bertad babia vuelto a Fr-ancia : la República ha- : a las abnegaciones i a l9s Sllcrificios de la vida bja restituido a ras familias i a -la Iglesiá los dere. monástica. El abate Félix tenia 27 aitos, i no el' a chos que el Te1-rot· les habia anancado,que el Con­auu Sacerdote ; entónces se hizo novicio de la sulado i el Impedo les habian •·ehusado, que la 1 Companla de Jesus.. Restauraclon 'no les babia devuelto, i que el 6o- 1 . (3} E-l Güude ·de Ponfmar:t-in: EL PAnnn F:ELlx-· bierno de juli-o les habla negado hastá su última / ~studio biog•·é\fieo 2. e;~ edi-e.iau, pájli-na t1. h01~o. El padre Félix in~ugua·ó la tetó-rica en e! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l -colrJio de la PmYidencia, salido, por decirlo asf, '1 las llngas de nuestt·o tiempo, qpién no admh·a la J de las ruinas ve<.'itm de Saint-Acheul, i hoi uno cotnetliencia de' los r~medios para sus males'! de los 1'nas conside•·aules de l que sa:~,.ao entre nosotros !a fé i las nlgunos de los mas notabtcs disctu-sos del pnd•·e '· letras. Félix, tales como los <¡ue versan sobre el traba.jo, !:: El profesot·ado, sinembarao, no lo alejab~ en· la lei de :a vida i de la cducncion, .¡ sobre el alivio . teramentc dt•.t púlpito : en 18~ l predicó el Ad- de las almas del ptH'gato•·io, que se han hecho los vi'"'nto i la Cunresma en la Cated1:al de Amrens. manuales de lc1s familias cristianas i d.e l.as almas El oradM se había yn revelado del todo; el ojo que sufren. f 'ijilante de sus Superiores lll había distinguido, i J;¡mas he oído al apóstol de Nu-estra Señora mas 1 ·.., fué enviado a Pnl'is. poderoso, mas dueño de sí i de ~u auctitodo que La prepararían había sido larga. pem el atleta en estos santos ejea·<•icios. Allí es v-erdaderamente estaba pronto al tiombate i a\ tl'iunfa. el Apósfol, el " pescador de hombres." ¡Con qué VII. autoddad lanza 5¡u p~lahra ! ¡cómo domina, cau- He dicl o triunfo, pot'q!)e no hai co l>pte mas tiva, disciplina esa multitud 1 El pada·e Laro ·dai-t,.! dificil, ni victoria mlls euvidi.flble, ni t.riq11fo mas rela conmovía i la aterrnba, el padre Raviguan la l { r-enl i mas glorioso que la conqt+i ·a de Jas lll¡uas. despertaba i la connncia : el pl'imero em pot· 1 esa fn é la ob1·a del pndre Felix en el A<} viento decirlo así el doctot· del credo, el segundo el doc- ~ de l 51, en Santo Tomas de Aquino; t>n..Ja Cu'f\n•s- tor del Conjitteor; el padre Féiix es_ el docto¡· de ll rnn de 1852, en San Jennnn (1e Pt·es; en las Con- la Eucaristln. ferrncias de Nuestra Señom en t 853 ; i ha sido su La Eucal'istía; he aquí el téa·mino divino, Ja ¡, obra sobre todo en lils Conferencias (!Uadriljesima- consumaeion del snerificio, la plenitud de la recon- lt les i en los •·etiros pascu:1les. ciliacion a donde él yuiel'e lleva•· a esos millares , Yo no pretenderé analizar· las ndmirables ense- de hombres, i los lleva. Sabe el camino de todos J iwnzas d.el orador sngrado. Despues de hab.e1· sido esos coJ·a.zone,s: vías diversas, innumerables en 1 recojid,.1s por todo lo que hai de mas iotelijentc .¡ apariencia, semejmltes i poco numerosas en rea- l de mas elevado en la sociedad parisiense,esas Con- lidad. Las del.>ilidañanza doctrinal, ei ¡ ha cspueslo la necesidad del progreso pot• el espí- se1·mon ; i las instruccJOnes, los avisos, las reco­ritu i por la f¿. En frente de los desbordes del lujo mendncione~. No temo deci1· que el padre Félix 1 i (lcl bi('nestat·, el padre Félix ha tl'onado contJ·a In desplrgn mas ascendiente en esta segunda parte coucnpiscencia, este grande obstáculo que el pro- que en la ota·a, porque es en ella .que está lo mas g•·eso sensualista opone al desP.nvolvimiento del difícil i eseneial ; los consejos prácticos, la me­prog¡ ·eso materia\ i mo1·ai.A las miserins,a las vea·~ ditaeion, la oracion, las medidas de preser\'acion i güenzas,a los enervamientos que ocasionan los pt·o· los medios de volver al buen ,camino, la lectut·a, gresos corruptores, opone estas pofrncias: la santi- la peniteneia, la confesion. El tiene cntónces una · (rad,la humildad, la austel'idad,la pob,·eza, In cal'i- fuea·za, i, a los ojos de algunos, un atrevimiento ~ dad; divinns panaceas que 80lo el Cri tianismo po- vet·dademmente maravilloso, -es la temeridad de j sce. Pero n.o es e to todo: se qu\e.rc hacer vivir del la cruz que todo lo consigue, hasta la locura como - progreso a la sociedad, a la familia, ¿ pct·o dónde dice San Pablo. 1 es tri ese progt·eso ? ¿ En la libertad, la igualdad, Pero se le escuc-ha, se le admira, i lo que es de-!' la fraternidad, ta!es como las entienden los uto- ci!'ivo, se fe obedece. He aquí el triunfo. pis.tas modernos? Nó, el verdadero progreso es el En cuanto a la enseñanza. en cuanto a los dis­dc la lib ertad cri tinnn, de la igualdad cristinna, cursos, concuerdan con In obra, porque los con­de la f•·aternidad el'istiana, anunciadas i gal'anti- sejos dados encuentmn en ellos su razon de ser i 1 das por la autoridad cristiana ; porqu~ esta auto- su sancion. Estos sermon·~s son variados con un l ridnd tiene su tipo en .Tesucl'isto, i en Er.: solo. que arte protundo que no es en realidad sino el vesti- . ~ ha reunido en sí la autot·idad divina, la autoridad do espléndido i TenDvado de vet·dades inmutables. ~ ~ paterna, la autoridad real i la autoridad del Pon- La necesidad que tiene el alma de recojerse, de :¡ ' tífice ponerse delante de sí misma, de sustmerse a las i La autoa·iclad pontifical, viva al traves de Jos aJitaciones esteriores, de media· la vida i ~ontar siglos, i dominando todas las tormentas i todns con Dios; la muerte inevitable i tal vez próxima, 1 · lns cdsis: ¡qué asunto pIe: la de senti-t· la m:ucha triunfal de la graeid, '\let· caet· una tras ott·a las ban·e1·as vivas que se levantan eonb·n Dios, oí1· los gritos interiores de las almas que se-libe•·· tan, í t•ecojer los estt·emeeimientos cJel amot· divi­no, que entra como vencedot· i como padt·e. Nada es comparable entónces a los acentos de alegría anticipada del sábado santo, si no es el himno de reconocimiento que ent~na, a la sa lida de la santa mesa, el Apóstol jadeante, agotado, pero tl'iunfante i como tt·ansfignrado! Es allí que es preciso contemplado ; allí, en medio de la inmensa multitud cuyos arrobamientos interpreta ; pot·que es allí que aparece con toda su fuerza, con toda su dulzura, con todo su jénio. 1 Qué no haya entónces a mi dísposicion i en mi mano un rayo de luz intelectual bastante d6.­cil, bastante vivo i brillante pam fljat• su iméljen Il Así esta sel'ia vet·dadem, solo así el retrato de padre Félix podt'á pm·ece1·se al·g o n su ol'ijinal 1 ENRIQUE DE RÜNCEY. -~- -- -- -=--- COLEJIO DE NUESTRA SRA. DEL ROSARIO. Con este título ha existido en Santa Rosa de Vi­terbo una casa de educacion pat·a hombt·es, dil'iji­da por el doctot· Rafael Peña Solano. Este estable· cimiento en que se da una enseñanza es,cncial mente católico, pt·ocurando- fonnat· el corazon l'irá de nuevo pm·a pt·incipiat' su 4 .o año escola1·. Conociendo como conocemos las aptitudes del doctor Peña, i sabiendo lo que Jos niños adelantan en aquel establecimiento, no d nda­mos que seguh·á siendo fíWOI'ecido pm· los que en Bovacá i Santaudet· deseen apl'Ovechm· el tiempo en que sus hijos pueden aprende1· las ciencias i •·e­cibh · una educacion sólida i cristiana. COLEJlO DE LAS HIJAS DE MARIA. DIRECTORA DOLORES Al\IAYA DE POSSE. Este establecimiento de educacion continuará sus tareas el dia lo del entrante enero, bajo las bl.'lses siguientes: Matrl'ins de enseñanza: Relijion, Historia sagra­da, Ut·banidad,. Escritm·a .. Gramática castellana, Frances, Aritmética, Cálculo, Jeogt·afía jeneml i particular de la Nueva Granada, Dibujo, Música vocal e instrumental i toda clase de costuras, bor­dndos i obt·as de mano. 1 rán la cuota mensual de cuati'O pesos fuertes. (:· 4\ pot• bimestt·es adelantados. Rebajado, pues, rJ número de alumnas, i con-. tando la di1·ectora con la cooperacion de los hábiles pt·ofesores que siempre lct l:lan ayudado, esp<>ra que los padres de familia, que le confit>n la eduea­cion de sus hij.as, quedarán completamente satis­fechos. El ColeJio está situado en la caaTet·a der Ecua­düi ·, calle 1, u número 42. Bogotá, diciembl'e t.o de 1864. EL LIBRO [/) "1:6 ~~ !P 'IIUJilJJ.lt!P !JI~ OBRA ADOPTADA PARA LA EN:iER'ANZ.A. EN 1 TODOS LOS COLEJIOS DE LA REPURLICA ll?®ffi ~@~d]l ~®á\®Wild:N ®ffi!flllJ~ .. La segunda edicion estará concluida en todo el 1 • mes de enero. Va cot•t·rjida i aumentada con un tratado de jeogt·afía sagr·ada, ot1·o de pt·osodía i ortogt·afía, i otro de contabilidad por el método de partida doble. Cada ejemplal' al mismo pt·ecio que los . de la pl'imera edicion. • 1\IE~lOll.IAS DEL JENERAL JOAQUIN POSADA GUTIERREL:. Esta o!Jra se d1rá a la prensa en esta ciudad tan pronto como se reciba el papel i la tinta de imprenta que con tal oiJjeto pidió el autor a Francia i lle gó a Santa l\Jarta el 18 del mes pró.xi m o pa a do . .No habieudose podido, po1· no haberse reunido el ' di ·nero suficiente hacer la impresionen el estranjero, como ~e habia anunciado, el autor ha tenido que re­solverse al sacrificio .d~ hacer tirar aquí con grandes costos una corta edtc:ou. E.n consecuencia, la suscricion vale seis pesos de lei, en moneda de talla mayor, pagaderos , como se dijo e&J los primeros avisos, asi : 3 fts. c1l tiempo de suscribirse i 3 fts. al recibit· el pri ;ner tomo. No puede llevar láminas. · A los suscritores que hayan pagado o paguen su cuota inmediatamente en los términos espresados se entregat'án los volúmenes empastados. Despues de cerrada la suscrieiou valora 6 fts. 40 cs. a la rústica o sea 3 fts. 20 rs. cada UJlO <.le los dos \'Olú-menes. · Est1 papel i la tinta en vla de Santa j\farta para esta capital. siendo enormemente c1·ecidos los gastos de derechos de aduana, comisiones, fietes, ect. ' i debiendo empezarse a tevautar en la imprenta a 1 sa­berse la llegada de- los efectos a Honda, lo s~>ñores njentes se servirin enviar iumediatamente Jos fondos que hayan recaudado, o recauden, a la njcncia de los se.ñures Lundínez i Gaitan,o dirt>ctamente al autqr. Los pocos señores que se han serYido contestar aceptando lai1 vitacion de suscricion a la empresa se servirán 'lambien consignarlas i remitirlas a dicha ajencia o al autor·. SERMON EN ELOJIO DE NUESTRA SEÑORA !}) !.B (fJ t]J il :!) Jl 't !JI !P !)J ~ Compuesto i predicado por. el Presbitero FERNANDO A. MEJ IM . F.o - él se hace una aplicacio.n pateute del testo del capitulo XII del -\pocalípsis n la milagrosa aparicion de Nuestra Señortl de Guadalupe. Habrá unicamente afumn~s estemas, las que coucurdrán al Cole.fio todos los dias de las 9 a la De venta ea la tienda del sel1or Pastor Lozada, a 1 por la mañana, i de las 3 a las 5 poda ta1·d_e_._ -n -Je~io re~a~l e_l_~ej~m~pl.v-..c~~ --~-~-~-~- --~--~~-~--- ~--- !1· El DÚffiCI'O de. alumnas tlO pasm·á de 30, i paga- Jl\lPRENTA CONSTITUCIONAL-POR NTCOLAS PONTON. ---Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 81

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Un soneto me manda hacer Violante. Sonetos del soneto. Antología

Por: José Esteban | Fecha: 27/12/1864

AÑO II. Bogota, 27 de diciembre de 1864, LA FIESTA DE NAVIDAD. Quien lee los escritos de Salustio no puede figurat·­se lo que él era. Eran esclnvos casi todos los pobres i todos los pl'isioneros de guerrn. Pet'O Jo que (•aractm\iza mas a los paganos, es su MAS soBRE ROllA. amor desenfrrnado pot· los espectáculos sangrien- La espeetarion univm·sal ha quedado satis~echa, tos: los del Coliseo i el Cit·co, los hacían es treme­ya nadie hublará: como de un hed~? por VN1Jl', del ce1· de gozo. Para que nuestros lectol'<'S eomprendnn nacimiento de un Redrntot· de\ Jenero humano. esos juegos, uo bu~ta repetir con Tertuliano que Tito Livio, Sal u tio, Tácito, Plutat·co, todos los « ernn el fu¡·ot·, la crueldr.d i la impudicicie, >) historiadores anti(l"uos refieren que habia tal espec- elevauos a su mas alta potencia, r~ preciso darles tacion, Virjilio c~mo su intérprete la. ?antó e~ aunque sfn una idea mui lijeru de alguno de ellos. una de esas l~(rloO'ns i Ciceron anunciO una le1 Sea el Coliseo. ctcrnut univers~l, la lei de todas \as Naciones i de Este soberl>lo edificio, pa1·u euya construccion todos los siglos, un Soberano comun que seria el dice Cnsiodoro qtlc derramó Tito un rio de oro, mismo Dios cuyo reinado iba pronto a comenzar. tenia 157 piés de elevacion sobre 1641 de circun­Se3enta i tres nños ántcs de que Dios bajara ni feJ'('nria, i podía contPner cit>n mil espectadores mundo en forma humana, Roma habi~ oído anun· sin coi"ltal' los que srrvian en la tramoya. Tenia cia1· su nacimiento : Regem populo romano natu- tres cuerpos sostenidos por· col u muas de mármol ; ran paril~tre. Ya se cumplió el oráculo. El Dios ele rm\rmol eran todos los asientos de las galerías·; Hei, Libet·tador, Reformador i Redentor del mun- las estátuas, los relieves, los trabnjos en bron('e do, nació pobre, desvalido, sin otra cun~ que un dorado i el mármol bien bruñido, embellecían sus pesebre, sin otro hogm· quG una caballenza. Solo paredPs i daban mayo•· fuerza a la luz, que cunndo tos deshe¡·eclados de la tie1·r·a, los humildes pasto- el'é\ mui intensa, se disminuía con el velariwn, res de Belen, oyeron el canto celestial_ <:Iue ,rrocla- inmenso velo de p\upura sembrado de estr·ellas de mubn In venida del Justo i la rehab!IJtaciOn del oro que cubria todo el anfiteatro, dándole la J'or­hombre. E\ mundo vá a cambia•· de aspecto : la ma de una tienda de campañn. Si el calor era ' humildnd vá a ser ensalr.nda i humillada la so - muí grantle, caía sob1·e los t> ·peetadot·es para re-bel'bia Esta es la leí de Dios, lei cuya evidencia frescnl'los, una menuda lluvia de aguas de olor·, 1 probat:án en si mismos \os que adorando s;-1 y~, qne salia pm· tubos de metal dorad·o. quieren omcter todo al crh;~l de su propia !ntell- Para evitar dificultades a los cspectadot·es,habia jcncia j niegan lo que nn entJen.clen •. como SI todo ochenta puertas numet·adils, i ya sabia cada clase en la naturaleza no fuera un m1sterw, no fuera un soci:1l, por cuál le COI't'espondia -entrat· pat·a de•·•·a­milngro; como si no fuem un milagt·o '1? ret:or·~1a marse pot· la vasta galería i ocupal' las mAgníficas social, política i relijiosa operada por el Cnstrams- gradas cubiertas po1· la mflgnífiea comisa que cu­mo en el mundo. ronaba el edificio, i hasta donde subia el pueblo Plll'a que pueda fonna¡·se idea de esa reforma ansioso del es-pectÓ.c\}lo. asombrosa, vamos a presentar un lijero cuadro de La arena o lugar ·destina:do ·pam la lucha-, era un lo que era la sociedad bajo el paganisn~o. . . . Óvftlo que mPdia 7 4 8 piés de cil'cunférencia;. i ·que El amO\' a los deleites sensuales, habJa dtvm1sa- estnba·t·odeado de una rejí\ de hierro cuyos barras · ' do todos los vicios : e\ lujo era tan estraordinario, te¡·minaban en puntas agudas vueltas' hácia el que, se,run ¡·efiere Plinio, una sola mesa de made circo; . .sobre ellas t·odaban cilindros de marle1·a ¡•a costÓ·al modesto 1'epublicano Cicet·on, un mi- que resl>ahlban bajo las garras de las fieras que Bon de sestercios ( 40.917 pesos r ... wrtes i 63 c.). que1·ian salit·se i las hacian ene¡· de nuevo en la La casa de un caballero romano, era un palacio at·ena, , de que. hoi- no tienen idea los mas poderosos me- Habia conductos que traian c~ando así se desea· IHlrcas. El mismo Plinio cita una que s pueblos: los p.,·oeonsules, lanzaban al sitio del combate. .. ademas de las cuantiosas rentas que tenían ~1sigua- l. Dos puer·tas especiales llamadas Sandápil..zria i da~, no omitian medio de estor:cionara sus gober- 1 Sanavivarz'a, set·vian pal'él dat• salida, la pl'ime•a nados,no rett·ocedian ante ninguna iniquidad par·a 1 a los cadáveres de hombres i de animales que eran volver a Romn dueilos de millones i tene1· como 1 igualmente arrastrados con ganchos, i la segnnda propiedad suya hasta ciudades. Los mismos filó- 1 a los combatientes que quedaban vivos i que eran . sofos emn dueitos de caudales así, i cuando mas 1 ·de m·dinnrio mui pocos. . ricos eran; cuando mas codiciosos, cuando mas 1 Cerca de la puet·ta de los muer·tos, estaban Jos ¡· ladt·ones i sibal'itas, mas ccnsut·aban todas estas 1 alojamientos de las meretr·ices. Hé aquí el local: . ~ cosas como contrarias a los intet·eses del Estado. 1 véamos ahora los juegos. • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 266 Imajinémonos al pueblo l'ei llegm1do ap ut·ado ' decente, tl'incha los cuet·po 1 Yer si aun hai i denamándose por los respectivos vomitoriwns o vidas allí, i el otro con una gran masn, aplasta las ¡·puertas de salida, en el vasto recinto de aguel ji- <.:abezas que quedan enteras. gant~zco edificio, i ocupa-ndo desde rnui temprano Ya no se vé mas que sangt·e: rs preciso hacerla Jos diferentes ót·denes de gt·adas de que está rodea- -desaparecer, i al efet'to se presentan algunos es­do. La nrena se vé cubierta con una capa de ver- clavos jóvenes, elegantemente H'stidos, que con mellon .. Eo e.l ~entro está un altat·, a c-uyo pié un anchas palas remueven la at·ena. Miéntras tanto hombre atado .es custódiado pot· dos pretorianos: los tubos de metal esparcen una lluvia de aromas, .a un ladG, sohJ'e un tri pode lll'den esquisitns uro- el velal'ium oscila .nrtísticamente pat·a l'(,lfrescar el mas en hono1· de Júpiter., i sobre una pequeña mesa , aire, f la música i el canto llenan con su armonía de mármol, brilla un cuchillo j-unto n un vnso de , .todos Uos espacios: Jos b1Jfoncs, remedando a las pórfiro. El tiempo vuela rápido i las g•·adas su.pe- victimas i haciendo bul'la ele sus dolores, hact·n riores se empiez a n a llenat· pot· \as matronus i jó- desternillar de risa n \a p\rbe i a las matronns. ~' enes romanas resplandecientes de belleza, i ador- Al fin se presentan los g\adiado1·es. Van sobre nadas cou pl·ofusion de brillantes, gazas i seda co- canos de L>rillautes colores: dan la vuelta al J.or de escal'lata. Solo queda ya un pequeño espa- tentro; llegan frente ai pabellon imperinl, se paran, .cío vacío, en donde luce el doce! del Emprt·adot·. díl'ijen el mismo saludo que los auteriot·es, saltan De pronto apat·ece el Pt·eto&· que lo t•epresenta, con a la arena i se dividen en grupos. Su vestido un rico manto de púrpura, recojido sobre eL hom- consta solo de un calzon blanco o rojo que llega b1·o derecho ron un broche de oro : presédenlo los npénas a la mitad del muslo i que está ~segurado Lktores ron sus insignias, i 5:ignénlo los-Senado- en la cintura por un fajon de placas de cobre res con sus ámplios mantos blcmcos recamados de cincelado: una especie de sandalia de bt·once sos­oro, las jóvenes vestales i todos los .diguataf'ios del tenida por coneas de cuero azul que se cruzan Imperio que se colocan a derecha e izquiet da del sobre la pierna i se ntan arriba de la pantorrilla, docel imperial. Una vez sentados, miéntms el ai¡·e forma su calzéldo. Van armados, unos con un se estt·emece ron las aclamaciones de la multitud, tridente i un puna], otros con un sable curbo, otros las dulces vestales dán la señal, i el silt>nrio se con una espada, otros con un simple lazo; algu· restablece. El sacerdote de Júpiter, con sus bri- nos Hevon uo escudo embt·azado i un casco con llantes vestidos de cet·emonia, se adelanta. lenta- cimera roja, ott·os léjos de tene1· algun medio de mente, los pretorianos ~rrastran al cautivo hácia defensa, 1\evnn los ojos vendados. el al'a, el ~ace•·dote toma el cuchillo e invocando No todos se empeñan de una vez en el combate, al dios, lo hunde en la garganta del infeliz que no porque es .preciso que el espectáculo dure. Cada tenia otro delito que haber defendido la indepen- clase suministra su rato de di vct·sion, i la '\'arie­cia de su patria o ser simplemente un es<.'lavo, un dad en el modo de dat· o d~ recibir la muet·te es pob•·e : el pueblo aplaude con f•·enesí, i la fiesta Jo que satisface al depravado pueblo re f. empieza; la música se hace oír con estrépito. :Entre esas víctimas votadas a\ placer de los pa- Preséntanse los venatores a•·mados de látigos, ganos, hai algunas voluntarias que han vendido i se fonnan en dos filas po1· entt·e las cuales pasan su vida, i que se llaman sin mision. Miéot&·ns mas los desgraciados esclavos vendidos pat·u set' pasto hai de estas, son mejores las fiestas, i se tiene ~ de las fieras que rujen en· las jaulas o carceres. cuidado de avisarlo en el programa, porque ni n­Estos infelices que van a sufrir un att'O~ martirio guno de ellos quedat·á con vida • . para divertit· al pueblo •·ei, van casi desnudos i Principiada la lucha, cuando la sangre empieza empiezan por ser azotados llOrriblemente miéntt·as a corre1· a bo1·botones, el pueblo se rñuest•·a aun marchan al t•ededot· de la arena. Hai entre ellos descontent<> i estalla en manifrst;Jciones de cólera. niños,ancianos,rnujet·es,nioguno escita compasion ¿Por qué? Po&·que los bel'idos no caen con gracia, sino estq1endosas cat·cajndas. A 1 llegm· enfr~nte porque los que hieren lo hacen con precipitacion, del pabellon imperial, se inclinan profundamente porque hui algunos que manifiestan miedo u i esclaman: Cr!sar, los que 't:an a morir te saludan. ho•·•·or. J,jas matronas i jóvenes de las primeras Entónces los dividen eu grupos pa1·a que no mue- gt·adas, las vestales g&·itan indignadas, i el furor l'an todos a un tiempo, porque es preciso que dut·e de los espectadot·es estalla en maldiciones. En­la diversion. Las pl'imeras yíctimas son atadas i tónces ros vendedores de las víctimas se presen­quedan allí ; las otms se hunden en los carceres tan armados de látigos o de Yaras de hien·o inmediatos a las fiel'as cuyos rujidos estremecen incandescente, i con esos instr·umentos obligan todo el anfiteatro. La impaciencia del pueblo juzga a los desgt·aciados a encarnizat·se. Esos hombt·es mui lat·go el tiempo que ha corrido, i las vestales qlle van a morir, que saben que van a morir roa­vuelven a dar la señal de la camiceda. Entónces taudo, vuelyen contra sus compañeros de desdicha se bajan los puentes, i Jos leones, los osos, las las m·mas con que podian siquiera castigar a sus panteras saltan fu1·iosos a la arena i empiezan a ''erdugos: el pueblo es i ha sido siempre el mis­despedazar con sus ga&·ras i sus dit>ntes a Jos que mo en t-odas partes. se han puesto allí para que les sil'van de pasto..... Hai alguno que herido pide gracia de la vida a ¡ Oh I ¡ qué horror ! Los miembros dispersos i Jos espectadores que rnui ra1·a vez la conceden:: ensangrentados, los cráneos t•otos, producen emo- si esto •sucede, el gladiador he1•ido ¡•eeibe un golpe ciones deliciosas en los espectadores : el sexo de Yat·a en la cabeza, se le pone el gorro de liberto hermoso l'ie, aplaude, bate sus pañuelos de riquí- i sale pot· la puerta de los ''ivos ;. si no obtiene Jo simo liuo bordados de pel'las. que pide, si el pueblo baja el pulga1· en vez de Terminada esta escena, de cuya repeticion está ' levantarlo, tiene el debet·, i Jo oomple, de tenderse cansado el pueblo, los venato1'es hacen volver las 1 -graciosamente a los pies de su coutt·aa·io, ponet· fieras a sus jaulas : Jos confectores at·rasta·au con con su propia mano la punta del acero en su gar­ganchos los cadáveres, pero ántes, dos ele sus jefes ganta i recibir el golpe m01·tal entre los aplausos se pasean por el circo, vestidos el uno de Met·curio de la multitud ébt·ia de sangre. i el otro de Pluton; aquel con uu <'aduceo incan- Cuando ya no hai gladiadores ·vivos,. cuando Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLlCO. 267 todos han sido arrastl'ados po:· la puerta de los l muertos i se ha removido otra vez la arenn, se trne otro pobre esclavo vestido Cl'n unn túnica impregnada de azufre; junto a él se coloca eu la mitad del circo un trípode con carbones encendi­dos, i se lo obliga a representar ni vh' o a M u río Scevol <~ , tendi Pndü su mano sobre el bracero hasta que esté a~ada. Si vacila, si grita, si no puede soportar el dolor, los pretorianos encienden con antorchns la túnica azufrada. ¡Esto divierte al pueblo! ¡Este ern el pueblo pngano J. Diez n'lil l.omiJ¡·es fueron saerificados de la ma­nera que hemos referido, en las magníficas fiestas que dió n su pueblo el Emperador Trajano, i era tnl la decision de los romanos por esta clase de espectáculos, que los ricos, los que desel'lban set· clejidos pnra algun cargo público, les ofreeiHn al pueblo como recompensa i estaban seguros de la eleccion. Boma era entónces la seilorn del mt.ndo, no hubia pueblo que uo estuviera entre las gat•t·as r de·hiel'l'O ele las nguilns imperiales. Todo el mundo, pue , era lo mismo, en todas partes habia com- , bates de gladiadores que se repctian muchas veces en el nño, i el Cristianismo vino n destruir esa barbarie i a camhim· la fuz del mundo. ta Cruz brilla hoi en el ct> ntro de la nrena del Colb?o don­de muchos cristianos sirvie1·on de espeetaculo a los fieros paganos, siendo despedazados por los 1 leones, oso i panteras, ménos crueles a veces que los hombres. S i se cree que la humanidad está bastante ade­lantada para que tales hot·t·ores no puedan repetirse aunque se dest1 uya el cristianismo, recorcls, los Santos Materno, Euquero ~ ~ i Valerio, murió el primero n los cuarenta di~s 1, de su lle gadn, i cuando un() de los otros dos se ¡· tmslftdó a Roma i &visó a San Pedro para que en- ! viara el ':"reemplazo, eJ Santo le contestó : e< Toma 1; mi báculo, toca con él al muerto i mcíndale que se 1~vallte i predique. » En efecto, Materno e fe..,.. J vantó del' sepulcro, continuó su mi~lon, i fué se- ; gundo Obispo de aquella. diócesis. ~~ Principiada la misa, despücs de recitar la con- A fesion, el Pupa se retira del altntarse 1~ en el coro, debajo de la ·cátedt•a de San Pedro. 1 A derecha e izquierda se colo('é\n sobre un estrndo ~ cubierto con una alfombra carmesí, los Cardenales j 1 con casullas i mib't1s blancas ; dc>t1·as de los Car-· [2! deuales los Obispos, los Superiores de órdenes ~ relijiosas i los Prelados. Las tt·ibunas que quedan 1 ( encima, estün ocupadns por los Príncipes i los J EmbnJadores de las Nnriunes. Así el mundo está ! representado ante la cun.a de Dios. l .. Al tiempo de la Epístoln, reciben el misal dos g di:iconos romanos, un subdiácono griego i un l diácono armenio, que In · cant<~n en sus idiümas ~ respectiyos, uno de.spnes de otro, en memoria de '; la union de las iglesins oriental i oceidental. 1 ~ Al momento- de la consagraciou, vuelve el Santo ~ Padre al altar, i luego que a:onsngra, levanta la 1 ~ • ho tia i la presenta a los cuatro puntos del globo; ·~~. en seguida dá la Lemlicion al universo. , O Antes de la comuniou, vueJye el anciano Pon- ~ tífice a su tron{l, i un cardenal diúcono toma la ~ santa Vktirna del altal', i, .prc•ccdido del Clero que ; lleva cirios eucendidos, la lfesn al Papa, que la d recibe sentado i se comulga; luego da la comunion 1 con su propia mano al cardenal diácono que In ~ recibe de pié. Ln misma ceremonia se practica t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. / 268 EL CATOLICO. con la divina Sangre, contenida en el ciiliz, i esto en memorin de la santa Cemt en que el Hijo de Dios, sentado en medio de sus A iJÓstoles, instituyó la sagrada Eucaristía. El diácono rep1·esenta al pueblo israelita, tomando, en la actitud de villjero, ei"'Cordero Pascual a tiempo de pasar el Mar rojo. Dul'ante esta ceremonia, todos pe1·manecen post1·ados con la fre.nle sol.H·e el poi vo ; i la l'iqueza de la iluminacion, la mnjestad del inmenso templo, el brillo de los magnífieos mosaicos, la actitud del pueblo i del Clm·o l'icamente revestido, la musica que llena con su a1·monfa las vastas bóvedas, de­ben causa¡· en efecto una impresion sublime, dia­metralmant. e opuesta a la que ántes probaba ese mismo pueblo en lns ceremonias relijiosas que pre­ce, iiau a los sangrientos juegos del Circo i del Co­liseo. Concluida la mi-sa, vuelve el Santo Padre a to­m<: tt' su tia1·a, se sienta en la sedic1tla que levan­tan en hombros los prelados, i, des pues de ben­dccit · al pueblo, se retira precedido de los cnrde-i\ nales i seguido de los Obispos, P1·elados i guardia ~ noble. Inmediatamente des pues tiene 1 ugat· en Santa Mai'Ía la Mayo¡·, ott·a ceremonia no ménos coumo­i vedora para ·el corazon cristiano. Es la adoracion J del Pesebre en que la Vírjen María colocó ol niño Jesus. Este rnonnmento ps·ecioso de nuestra ¡·e­dencion, había estado recibiendo en Palestina la ''isita dinl'ia de muchos pes·eg1·inos, que iban a buscar en él el1·emedio de sus necesidades, i a sa­tisface• · una nec~sidad de su alma. San .Terónimo, que vivia en Belen, babia sido su guat·dian cuida­doso ; i Santa Helena· lo habia hecho cubrir de láminas de plata. Pero el año 642, gobemando la Iglesia el Papa Teodo¡·o, fué pt·Pciso tt•asladat·lo a Roma para sustraerlo a las profanaciones maho­metanas. Consé1·vase guardado en una rajá de hiel'l'o que, el dia de pascua se coloca sobre un altar oo la gran sacl'istía donde se queman esquisitos aromas ; a las cuatro de In maúana cuatt·o canónigos la tras­portan solemnemente a la ('apilla deSisto V, i despues de la misa de la ·au¡·ora la es ponen sobre el altm· mayor. Entónces todo el Clero se diriJe ácia la imáJen de Mat~ia, que la tradi<'ion refiere habet· sido pintada pot· San Lúcas, i la descubr·e como pat·a.que presencie el triunfo de su Hijo.­Un ca•·dennl es el p1 imero que se acerca i besa respetuosamente la sag•·ada reliquia ; luego siguen todos los que han pouido permanecer dentro del templo, i cuando esto ha concluido, se IE>e el pt·o­ceso que act·edita la identidad de la reliquia, cuya& cinco tablas ennrgrecidas pot· los nños, rstán co­locadas en una caja de cristal qne descansa sobre una peana de pi ata cubie1·ta de piedras prec•iosas que donó Felipe IV de España. En seguida vuelve a colocarse en su arca de hierro i a set· eneel'fada en el tesoro pa1·a no sali1· sinCJ el año siguiente . . Así se celelJra hoi en Roma el grande aniversa· rio del nacimiento del Hombre Dios. En vez de las carret·as del Ci1·co i de los comba tes del Coliseo en que se ostentaban todo el lujo i toda la barba· l'ie pagnnas, ahora se celebmn los mistel'ios pacífi­cos i civilizadores del Cristianismo. No hai mas sacl'iflcio que el incruento de la hostia consagra­da, no hai mas lágrimas que las que hace verte¡· una deliciosa piedad ; la fraternidad reina donde áutes se ostentaban los odios, i las virtudes han reemplazado a la mas vergonzosa corrupcion. ¡Salve al divino Niño que produjo en el mundo tal 1 revolucion! ¡Salve a la ducto1·, ol ,·ida do de la política i de la cuestion anti-relijiosa, se muestra con todo el juicio i la noblejenerosidad que caracterizau a un i, jóven granadino. En efecto, los exámenes anuales del Colejio de Cannsquil!a han debid dejar tan satisfechos a los padres de familia, como lo hemos quedado los que vernos en la juventud que se está formando hoi, el porvenir de la patria, Homb¡·es como el dil'ecto1· de este estableeimien- ' to i como los señores Jo~é Joaquín Ortiz i José Caicedo Rójas, están llamados a sal vria al'arrearse lns zumbas i los dicterios s hijos del serafico Padr·e, San Franeisco i Snnto Domingo eou su manse­dumbre, caridad i demas vi-rtudes evaujélicas. «La misa fué cantada por el Reverendo Padre Pre­fecto con suntuosidad, pero al mismo tiempo con Ja modestia que le es característiea a dicha comunidad. Despues de la misa fueron invitados varios amigos de la c<:tsa al refectorio, doude en medio de una sencilla comida, reinó la verdadera alegría, que no puede dis­frutarse sino en medio de almas tan virtuosas como éstas. <1 ¡Ojalá logremos ver pronto a las demas comuni­dades relijiosastan observantes i benéficas a la soeie­dad!" IJA VÍUJEN MARÍA. 1\Jas el que me ofendiere dariará sunlma. Todos los que me aborrecen aman la n.uer­te ett>rna. LIB. PROD. CAP. VIII-V. 36 Cuando percibí en mis oídos sacerdotales una '' ~z .impía que, denigraba Jas glorias de la Mujel' ~ Dn·Hw, Madre Inmaculada de) Eterno, me pare- ' ció que un honísono trueno hacia estremecer mi cornzon, i 9\Je heda mi alma una espresion del Ánjel desUnado por et Omnipotente para vcugar las injurias iufericlas a la criatura mas bella i herm-osa que fonnó la mano ilel Todopoderoso. No pudi<'n­do llevar con paciencia las blasfemias del impío mason que lace•·a la llü'nra de la Vírjen Inmacula­da, me deditjué a bosqurjar aunque no todas sus prero_gati\·as i privilejios, a lo ménos una parte de ellos, para que el pueblo g1·anadino se persuada de que los impíos trabajan como han trabajado siempre con descaro i desenfreno, en sustitui1· a nuestra Relijion divina las doctrinas protestantes . o las de los maniqueos. Nuestros primeros padres, prevaricadoJ'es llenos de temo¡· i de espanto, oían debajo de las som ras mdjestuosas del Eden, la voz aterradora de Jeho­vá que los coodeuabn ni destieno, al trabajo i a la muerte, en ('astigo de su loca desobediencia ; una prediccion misteriosa en que la bondad del Criado¡· despuntaba nl traves de la J¡·a de un Dios irritado, vino a reanimar el nbatido espiritu de aquellas dos frájiles criaturas, que habian delin­quido por orgullo como Lucifet·. Una hija de EYa, una Mujer de ánimo vaTonil debia aplastar bnjo sus piés la cabeza de la serpiente, i rejenerar pam siempre una raza culpable: esta Mujer era Mada. El hombre que no respeta la santidad de la Ma· dre Inmaculada del Criador, no tiene Relijion, ni la mas mínima tintura de moral. Díganlo sjno, los impios exi~tentes en la Nuevh Granada. Esta gran Princesa que ennoblece e ilustra al cielo i a la tierra, es a la que intentan anonada1·, si el Hijo lo permitiera. Este bijo Divino es nltamente celo­so put· la l10nra de su Madre. Los impíos que mau, cha.n tan descat·ada i atrozmente su nobleza virji­nal, sufrirán 1& pena que merecen. ¡Temblad pues, hijos uel averno, temblad, porque ~1 Sét· Sup1·emo ·desde el alto s-olio de su mansion etema, os hará descender a lo profundo del abismo, como descen­dió el ánjd rebelde, con la tercera parte de los espíritus conspiradores I Hablemos del respeto i vcneracion que en todo~~ tiempos i e.n todas las edades se ha u tributadO" "1 ' la Vírjen sin m::mcilla. Todos los pueblos de la a,ntigüednd, por una perpetu;¡ tradicion, se hau instl"llido, i mantienen la erernda de que una Vír­jeu hermosa i pura como la luz, repararia con su divino é.dumlmuniento el mal que habja causado la primera mujet·. Esa tradiciou consoladora que sostuvo ias espt·ranzas de una raza decaida, no se boJTÓ de la memoria de los hombres en la época de su gJ·an dispe1·~ion en Jas llanuras del Seuam·, i con .ellus se llevaron mas allá de los montes i do los mart>s tan dulce si bien lejana idea. Mas larde, cuando la Belijiou primitiva empezó a debilitarse, i las a•ltiguas tradiciones se rodea1·on de nubes, la_ l de In Vírjen i del Mesi:Js J'esistió casi sola a la ac- 1 cl.ou del tiempo, i se elevó sobre los ruinas de las antiguas crrendas perdidas entre las fábulas del politeísmo. como el :11·busto siempre \'erde que crece sobre las ruütas de la que fué en otro til•mpo la gran Babilonia. ¡ Cosa admirable 1 } ... os pretendidos pensadores de nuestro siglo~ incrédulos del mismo temple lJUe los sofistas del paganismo, i bien dignos de frater­nizar encima de lo~ bancos de la escuela materia­lbta, sou tan o:-,ados i atrevidos como aquellos, cuando 11irgan la Divinidad del 1-:lijo de Dios, i por consiguiente, la maternidad i virjiniJad de su M odre. Si los sofistas e incrédulos tuvietan siquie- ~ - ~~.~·~~~~~~~~ ~--~~~--~~~~~~~~~~--~~; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. / 270 EL CATOLICO. ra una ráfaga de vergi' enza, se t•ubol'izarian al 1 contempléH' el aprecio que las NnciHiws paganas han hecho de la Doncella de Nnza•·ef; recórr·anse las dive1·sas rejiones del globo desde el Norte al Mediodía, i desde el Poniente a la Aurora: reji~­tren1os los anales relijiosos . de los pueblos, desde la tim·•·a en que nace el na1·anjo hasta las montnuas abrazadas en que nace el jirasol, i se encontrará a la Vírjen Madre en el fondo de casi todas las teo­gonías. En el Tibet, en el Japon i en una parte de la península OJ'iental de la India es el dios Fó, quien pn1·a salvaJ' a los hombres se encarna en e l srno de la jóven prometida de un rei, la ninfa Lharno­ghinprul, Ví1·jen santa i hermosa ; en la China es Sching-Maftu? la mas pl>pular de lns Dios«s, quien concibe, po1· el simple contncto de 1« flo1· de las ::~guns, un hijo criado bajo el pobre terho de un pescador, i (1ue lle g a a ser un grande Hombre i obra prodijios. Los Lamas dicen que Bouddah na­ció de la VírjeJl lJlahu-"hiahai. Sommo J(Jwdom, Prínéipe lejisladol·, i Dios de Siam, debe igual­mente el sé1· a una Ví1 ·jen a In cual fecundai'On los rnyos del sol. Lav-Fte'lt se encarna en el seno de uria Vírjen negra, maravillosa i bella como el jaspe. La Iris zodiacal de los Ejipcios es una Vírjen madre. La de los Druidas debe dar a luz al futuro Salvador. Los Brahmas Cl'een que cuando Dios se encal'l)a, nace en las entnü'las de una Vh·­jen po1· operacion divin::t. Tambien Jagrenat, el redentor mutilado del mundo, j Chrischosa nacido en una gntta donde fue1·on a adorarle ánjeles i pastores, han tenido úmbos una Vírjen madre. La babilona Doyd~ ve en sueños a un bl'illante men­saje• ·o de 01·omazo que dE'pone :1 sus piés magníficos vestidos; una luz eelestial ene sobre el ro stro de la dormida q-ue .s e vuelve hermosa como la estrella del dia: Zerdusch, Zorastm, o mas bien,Ebram-­Zer- Aseucht~ -el finno o profeta de los mélg os,es el f¡·uto de aquella vision noctuma. El Tirano Nem · 1·oud, a,visado por sus astrólegas de que un niño, cuyo nacimiento estaba cercano, arrwnnz:1 a sus •lo:oses i a su trono, hace perece¡· todas las mujeres en cinta que se hallan en sus estados; pero Zer ­duscM queda salvo orla ~studu i la prudenda de su madre. Los Macéniros que habitahnn f'n las orillas del lago Zarayns en el Parnguai, cuentan que en una época muí ntrasnda una Mujet· de mra belleza, se hizo Mad1·e i permaneció Ví1·jen, su Hijo, despues de haber obrnclo insignes maravillas, se elevó un <.lia po1· ros ni res en presencia de sus discípulos i se convirtió e n sol. Parn comprender estas creeneias espm·cidas, aunque adult('radas, no ' necesitamos mas que •·ecorda•· lós bollos pasajes comprendidos en la Sagrada l'..seritura, que hablan de la historia de la Viríen i de Jesucri s to. Presentamos estos I}ennosos rasgos de los anti­guos pueblos para ratifica¡· el gran respeto i esti­rnacion que se debe a la Divina .Mujer Madre dél RPparador del Universo. 1 rechazamos con inclignarion In infame doctl'i­na ·de Mr. Ernesto R<>nan que, siguiendo las tor­tuosas huel!as d e Arrio, i de otro.s penersos, niega audnzmt>nte la Divinidad de .Jesucristo, i con ella el dogma de la matel'llidnd i virjinidad de su_ Macli·e. · El Señor me pos eyó dc'sde el principio de sus caminos. 1 esta es In wan rnon, i el h('rmoso principio de los siglos, porque se le debe por jus­ticia el respeto, la veneracion, los homenajes, i la sumision de la humanidad. Pot· esto debe medirse su elevacion, su g1·andeza i su dignidad. Parn ha­cer comprende•· el respeto debido a la VírJen In­maculada, es necesm·io hablm· de su grandeza. Estn gra~deza está fundada en la dignidad de Ma­dre de Dios, i en las prerogativas i privilejios que trene eomo tal. Con\'iene pues, fijar nuestra aten· cion sobre esta divina ooaternidnd : Meditemos nlgunos momentos en silencio este punto inPfable i asombi'Oso. Dirijamos nuestras miradas sobre la majestad del Eterno, sobre ese Sér inmenso e in- 1 finito, en cuya presencia los ánjeles, los hombres, •' el mundo entero, i un millon de mundos no son ' mas que nada. I llenos ele lu idea de esta infinita grnndeza, fijemos dPspues la ' ' ista sob1·e María, Madre de este gran Dios en tn persona de Jesucris-to, i que puede decirle con vet·dad: ''Vos sois mi Hiio : en mi seno i de mi sustancia ha beis sido fot~mado : Yo soi la que os he dado la vida/' Una Vírjen que ha recibido sob1·e su Dios una especie de autol'idad insep:1rable de la calidan de Mt1clre. Una Vírjeu que, por su divina materni-dad rntró eñ una ve•·dadcra alianza con las tres divinas per­sonas de la augusta Trinidad, i fué unida a las mismas de un modo tan íntimo, que ninguna cria- ·~ tura hai que se ace1·que, ni pueda acti'Cé.li'Se tanto a ell.as como Moría: que siendo Madre del Hi j o único que el Eterno Padre enjendra desde lh ete r­nidad, tic?ne p:11te en cierto modo en s u divina fe­cundidad: que como verdadera l\Iadrr rle este ex­celso Hijo, entra naturalme.nte po1· c!Prt>cho mnter~ nnl en posf'sion de los bienes de este mi t- mo HiJO, i ni mismo tiempo se hace esposn del espíritu con­solado• · de un modo inefable, i que sol o pu ede ap•·opia1·se n Mai'Ín. Los que habei lt>ido estns re­flecciones, ¿ líls hn!Jeis considérado bien rn el dis­cmso de vuestra vida? <,Las habeis pr ofundi za do? ¿Las habeis compreudido? Los mismos úHjeles de l Cielo·, espídtus C<'lestia­Jrs i bienannturndos, que son los Ministros del Dios Supremo, se inclimm ante esa Vír,i e n que llama a Dios Hijo suyo, i a la cnal el mi s mo Dios dn el nombre dr Madre. Bien podemos pues, es- . clama1· nquí con Pedro Damiano, qu~ toda crintu- ­ra enmudt'Ce i queda en rl mas profundo silencio: toda crial'lt1 ·a tiembla de 'respeto, i no hai u1w sola que se atreva a fijar su vista sobre la inmensidad de esta gforia. ''María es la mas digna Madre de Dios dice ~ Sao Bueunventurn, i Dios mismo no puPde formal' 1 una Mad1·e mn.s elevada. Si Dios puede Cl'im· un mundo mas pe1'fecto, un cielo mas herrno o, no lt p\.tcde criar una maure mns bella i sublime que 1f su misma Madre. Mal'fa es una obra tan perfecta ~,~ .. que solo Dios In sobrepuja.'' El elojio de Bernardo es tan elevado que su es· píritu se ennjena ruando esrlama: "cuando se trn· { ta ele la gloria de María, mi devocion no me per- ~. mi te callar, al paso que mi espíl'itu nnda encuentra que sea digno de Ella. ¿1 qué lengun, mm cuando fuese movida por un t\njel, podrin celebrm· di g na- j mente las glorias i alabanzas de 1\laría ? " l. Espíritus fuertes e incrédulos; repito nuevnmen- !t. te~ temhlflu, porque In mano del Omnipotente tomará la espada de su just:cia para hacer en \'0- ¡j sott·os un ejemplm· rasligo, si continuuis nt>gnndo la DivintdfHl de Jesus, i laceranuo las glorias i prerogativas de su 1\'l:Jdt·e: temblfltl, porque el liijo de la excelsa María uo sufre la d e::.h onra de 1 su ~ladre. 1 Por último yo, aunque el mas i n digno l\linistro ¡ d.el Altísimo, en eiOJiO de la Vírjen Madre cscl amo : ·l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 271 que Ella se halla elevada a una digni<.lad que no puede tener igual; la Vírjen María ve nece-saria­mente debajo de sí todo lo que existe, todo lo que ha existido, i todo lo que ha de existir : esta pro dijiosa dignidad le er·a esencial para contraei' alianza con el Kterno Padre, i esta alianza es la primera base, para formar juicio de la grandeza de Mada. Hablm· cle la altísima dignidad de María es lo mismo que compeudiat· todas las maravillas : del Señot·; es reunit· bajo un solo punto de vista lns Yirtudes mas brillantes; es pintar la obra maes­tra de la sabiduría i del pode&· de J>jos; es en fin, p1·esent &' el ret1·ato de l.a mas perfe<.'ta i mas santa de todas las criaturas. VICENTE F. BERNAL· CARTA. DE SU SANTrDAD PIO IX }.. M. LUIS VEUi LLAT. Uno de los escritores mas brillantes de Francia. Luis Veuillot, acaba de escribir un libro notable en su método. en su esposicion i en su doctriua, eombatién­do la titulada VIDA DE JEsus de l\lr. Renan. El vene­rable Pío IX, que aprecia en mucho a Mr, Veuillot, ha recibido con agrado la dedicatoria que le hizo de este importante libro, i despues de recorrer sus pájinas le dirijió la siguiente carta, que no puede se1· mas tier­na, mas espresiva ni mas cariñosa. Dice así : PIO PAPA IX. Amado hijo, salud i postólica bendi6on. Nos congratulamo .eculiar esplendor estrínseco, por la índole de l.as des.gr(lcias a que estais espuesto; como que en estas ontrarias circunstancias nanifestais la anfgua hambre i sed de justicia, i la misma disposioion i firmeza de ánirno en proseguil·la pelea en otro tiemqo comenzada. De aqul es que, si bien Nos nos sentimos conmovi­dos por vuestros padecimientos, e inclinados a condo­leruos de vuestra suerte, sinembargo, nos parece ino· portuna esta manifestacion de dolor cuando dice el apó~tol : •' bienaventurado el varon que sufre con paciencia la tribulacion; i tened, hermanos mios, por objeto de sumo gozo el caer en varias tribulaciones." Así que, como vuestra constancia demuestra que la prueba da vuestra fé realmente produce en vos aque­lla paciencia que perfecciona la obra, Nos nos move­mos mas bien a la felicitacion i a excitaros a la alegria. I para que !o consigais mas tacilmente, os deseamos i pedmws con ahinco a Dios el incremento de la gra· cia, cada dia mas abundante ; i en señal de este don celestial i en prenda de nuestra especial beilevole'ucia i de nuestro ánimo reconocido, os damos con todo afecto a vos i a vuestra familia la bendicion apostólica, Dado en Roma en San Pedro a 9, de julio de 1864, año XIX de nuestro pontificado.-Pío Papa IX. A nuestro amado hijo Luis Veuillot.» EL LENGUAJE CATÓLICO DE LAS FLORES. POR LAS ALUMNAS DE LA CASA DE CRUMLEl. «La gloria di colui che tutto muove Per 1' universo penetra, e risplende In una parte picí, e meno al trove, » Las alumnas del convento de Jslew01·th tien~n el honor de dediem· esta pequeña obl'a ( en la cual se han propuesto manifestar la <·onexion que hai entre el estudio de las flo1·es i 13 relijion •·evelada ). a su Eminencia el Ca1·denal 'Viseman, Arzobispo de "\Vestminster,en testimonio de gratitud pot· sus fav01·es i de admiracion po1· sus virtudes i sabi­duría. Lóndres, 21 de enero de 186l. Amadas hijas en el Señor :-Os devuelvo, con las mas espresivas gracias, vuestra elegante obt·a sobre las flores. La he E'xaminado con place&·, i espet·o que hará nacer muchos pensamientos san­tos en los que la le(ln. Que el Señ~t· os conceda se&· flo1·es que exhalen el suave olo1· de la vit·tud delante del altat· divino aca en la tietTa, i despues aun con mayo&· ft·ngancia i pureza en el paraiso celestial. Recibid mis bendiciones mas amo1·osas i c•·~ed­me vuestro amantísimo padre en Cristo. N. CARDENAL w ISE!'fAN. AL LECT.OR. Amado lecto•· :-Te p1·esent.amos esta nuestra obl'ita i eon ella un t·amillete de nuest1·as flores, que dirán su prefacio por· sf mismas. Cuando Oplwlia distributa sus flo1·es a los que la l'Odeaban, daba a cada uno, con tino peculial', su propio em­blema. Allí había romero i trinitarias que signifi­caban t·ecuet·do i pensamientos, pat·a su het·mano, i pat·a el rei, hinojo i vinletas. Del mismo modo; Cl) nuestt·o t•amillete nosotras colocamos en el cen­tl ·o el f1·ájil i humilde convólvulo, pues ft·ájil i hu mi Id e como es, aunque raras veces eleva la ca­beza del suelo, corresponde con la mayor fidelidad a 1:\ influencia del sol i siempt·e que su débil flot· se muestra al azul del cielo, adquiere aquel mismo colo&·. Tal es nuestra obrita ; una empresa humilde, de que todas las cosas sean puestas a los rayos del cielo i teñidas de su colo•·· En •·ededot· del convólvulo, hemos puesto al­gunas tlot·es pequeñas, como violetas i flores sil­vestt ·es; flores de p.oca estima i belleza ; que in· clinan la cabeza i se ocultan bajo d~ hojas hos­pitalarias. Estas somos nosot&·as,'' ine.spertas, inhábiles autoras. 1 el convólvulo, las -violetas, las f101·ecitas silvesta·es i todo, en fin, lo cubrimos con hojas de vid, que significan benevolencia i que son para tf, jeneroso leclot:. PREFACIO. En todas las ob1·as de Dios se halla su ímájeo o su vestijio. Así c.s que todo nos habla de ÉL, aun­que no con .Ja ·sma v , orque tL no se ma­nifiesta del mismo modo en todas- las-cosas. Infi­nitas en escelencia i vat·iedad como son sus pe•·­fecciones, 'a cr·iatura, de suyo ljmitada, no pue­de espr·esnr1as sino lánguida e imperfeetamente. De aquí, considera~do la t•elacion de In creacion visible con la iutelijencia humana, unas cosas parecen d~stinadas pat·a inspirat· pavor i admira­cion, i estas nos hablan de su gl'andeza ; ott·as Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2T2 .EL CATOI...ICO. para mortificamos i humillarnos i estas nos ha- 1 • SEGU DA SECCION -Idiomas castellano, latino, 1 blan de su justicia ; otras~ en fin, pan\ uuest1·a fram·es f ingles. . , . . utilidad i estas manifiestan su bondad. TERCEBA. .~Ecc!o~:-Aritme~·ca fund;!11~ntal, Alje- No es raro po1· tant[) que en todos tiempos se bra, Jeometlla, lmttd~ dobl~ • Cosn o!'Yraf•a. , . • ' •· . .t '. • . ' , • . , cuARTA sEccroN -Fttosofw ;· un curso completo. ha)nn teconoc1do Jelr~rJones 1 analo.JtciS clltt€ las Se adtnitenalu-mnosdesdelaedadde~c.>isañoshasta flo-l'es i la:s cosas sag¡·adns, pu~s a Dios se le ro-: la de diez i se-is, para. euya co1ocncion debe hablarse n~)Ce mas po1· sus amables ntnbutos de bellrza 1 con los infrnscritos directores en el mismo local, de bondad. Po1· esto es que claramente se \(;'11 mues- las diez· a las doce del dia, desde esta fecha. t1·as~ de su bon<.lacl en estas criat\lras f¡·njiles i Bogotá, diciembre 22 de 1864. prqueñas, qúe parecen cl'iadas únicamente para José D-1. Froes-Daniel JJJ. lflichaels. deleitar al hombre i embellece¡··e] lugat· de su des,. tiei'I'O, !:iiendo como ¡·eliquias del Eden por el iuo- EL DE LA , cente placer que siempre brindan; nsí ro mo en su innumerable vaciedad, i esquisita lwiiPza en la forma i ricos colores,. g.g refleja aquella bellrza que es infinita. · Po1· tanto, si queremos esr.ncharlns, ellas nos hablan de su Criador, de lo que le p(wtenece) i de nuestms relacionrs con él. Querrian alguno s que IMPRENTA CONSTITUCIONAL, 1 Conteniendo ndemas de la csactitud en los cál- J l culos i frstividacles, la relacion de los tabla¡·an un lenguaje bien diferente: el de aquel amor que ape~ nuestros corazones a la tiei' J'Il mas bien ~ue al Cielo. Pero, ¿por qué las bel1:1s tlon's D? "'~&,..D'.IJ~ lkJW M.~~f Q).i J.!!\ i1JM @ ® ~ en el órden con que l,os recuerda In lglesia ,i la de las FESTJVlDADES ESPECIALES ' que Er.. hn. cl'iadot han de forzarse a .s ervir eoutra EL? Ciertamente, aquí '' la -cdatura sirvió a la \'a­nidad po 1· la fuerza, ¡ no poi' su voluntad.'' Oh! que conmerno¡·a el Clero ele la Repuhlica, por cnün involuntJrinmente, fuisteis emplean mrjOI' OBRA ADOPT:A'D.A: · PARA- LA ENBE~ANZA EN intérpl·ete que nosotros. s¡llembnrg.o. quizás los J!lismos defectos de esta obra, .servir<\ u el~ estímulo a manos mas diestras i a cornzones mas fm·virn­tes, para perfecciona~· lo que nosotras tan solo hemos pl'incipiado. Se. han conse¡·:vado en estas pájinhs los nombres populares de las flores, au11que no sean los ver­dade¡ ·os, po1·que asf nquellas set·{ln mejot· conoci­das. Así, los Pelargoniums retienen el nombre vulgat· de jeranios, i las Robinias el de acacias. EL LENGUAJE. ;::ATÓLl.CO DE . LAS FLORES,. Acacia blan,·a-Devocion a Maria. La bella acaria, que levanta la cabeza al cieló e melina_, sinemlJargo, sus flores frngsmtes hácia la tierra, parece ser figu•·a de Mada i de las g1~a· cias que concede a los hijos que. le son .deyotos • . Rosa acacia--Verdadero mérito. La a·osa acacia oculta bajo sus hojas sus ricos ramilletesde fl01·es, como el verdadero mérito que, siempre modesto, procura esrondea·se i pl'ivdi'Se de )()s ap,lausos de los hombt·es. Acacia esp.inosa.--:--Vengauza. La acacia espií10sa q~ con sus agudas armas parece ser el terror dél jardin, porque inflije una herida a todo el que se la acere~, es un emblema de la negra ~·enganza. COLE.JIO DE SAN ANTONIO DE PADUA • . Es(e establecimiento de educacion continuará sus · tareas.escoJares desde · el 2 de enero próximo en e11ocal a~ostumbrado, siendo los ramos de enseñanza Jos si­guientes : PRUlEBA SECClON-Lectura 1 Escritura, Dibujo l\elijion i elementos de Aritmética . i Jeografía, .1\'lorai , ~~istiana ·i Urbanidad. · TODOS LOS COLEJJOS DE I.:A REPURLICA W®m. cll®~~ ~®&\®WilliS ®ffi~il~a La segunda edicion estará eonclu idn en todo e! mes de enero. Va conejida i aumentada con un t1·atado de jeog1·nfía sagrada, otro de prosodia i ortografía, i ot1·o de contabilidad por el método de pa1·tida doble. Cada ejemplm· al mjsmo precio que los de la pt·imera edicio.o. SERMON . EN ELOJI() DE· NUESTRA S:EÑO.RA> [!) lll (8 rJJ JJJJJil [/.) ru ;;p m~ Compuesto í predicado por el Presbítero FERNANDO A. MEJJA. F:n él s;e h'ace una aplicacion patente d'e.T testo del capitulo XII del Apocalipsis a la milagrosa aparicion de Nuestra Seiiora de GuadaJupe. 1 1 i De venta ea la tienda del señor Pastor Loza da. a medio real el ej,~mplar. · · ESCUELA- DE NIÑOS. El inMls('rito ofrece sus servicios a los padres de · familia en una escuela .. que abrirá el dia 1.P' de ~net·o en esta capitaL Los ramos de enseñanza serán : ... I.;ectura: ·escritora : relijion: moral : tll'banidad : ¡ gr~mática . castellana : aritméti<'a i dii:Yuj~>. Por cada 1 ¡. nmo ~e pagará la cuota adelantada por trimestres, en lós términos siguienles. Pot· sofa iectura, un peso ' fuerte, Por los otros ramos o ¡)prte de ellós, tres pesos . sencillos.-Ei local, casa número 20, cal\e t.• · , pe la ·carrera del Banco, cuadra siguiente a la del A reo. Bogotá, diciembre 6 de 1864. - JAcono GitooT. ·-----============================~ IMPRENTA. CONSTlíUClONAL.:.....ron · NICOL:AS FONTON. Calle del Chorro del 'Fiscal; número 14 1 ' ------ -------- ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 82

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Por: | Fecha: 03/01/1865

Cm·cciendo ya de fondos para los gastos que demar'da la pub\icacion de este periódico, supli­camos a los St'ñores ajentes que nos envíen el valo1· de las suscl'iciones que hayan podido coloca•·. 1 señot• doctor Chial'i sea el autor de.l artículo a que el seilot· colubot·ador de " El Tiempo" se refiere en el que estamos contestaudo. Cuando el señot• colab.ol·adul' se si•·va dat· res· puesta a nuestras preguntas, entraremos n por respeto. La 1·azon no necesita, ántes rc.>(·hoza el insulto que la daña, i no ·otros vamos a defendet· los fueros de la mzon catolira. PtH·n empezar esta polémica, se hace preciso senta1· algunns bases, po1·que todn verdad tiene su modo especial de set· probada : una ve1·dad de heehos, ~e p1·urba po1· la hi~toria, como una ver­dad rnatt•máti(•a se prueba con númea·os. Es pr·e<·iso, pues, que el seiiot· colabo•·ador nos diga primer·o qué entiende pot· milagl'o, i despues, si admit11·á pruebas histó1·icns pat·a compi'Obal'lo. Obteniclas esta respuestas, veremo:s si, apelando a\ nusilio de los he<•ho i de lns refleccioues que los confirman, p 1demos conseguü·,ape~at· de nues­t¡ ·a est•a ' t~ inte rij í'tH.•ia, poner eo cléH'o la existencia del hecho milagroso. Desgrnei(Hlnmente tal vez, hemos visto el nú­mem 367 de '' El Tiempo," cuando ya tod<'s nuestt·os matt'riales para este númet·o de "El Ca­tólico" estnlwn en poder de los cajistas, i pm· eso nos limitHm~-; a esta lijera répltca ; pei'O el señor colnbontdur put.'de contat· con qne no esquivamos la diseu"ion en el terreno de la verdade1·a filoso­fía, aunque alo·nn.o de nuestros mas quel'idos i apre<'i <• ble, n migos nos haya aconsejado otra cosa. " El Católico" i 11 La Voz del Catolicismo," no tient•n otras t·rlaeioues que las que resultan de la idt>ntidad t'n ta causa que ámbos periódicos sostie­nPn ; pero el sei'w•· Redactor del segundo no ha put'stH nunca una lett•a siquiera en el primet·o ni no:-.otros t('JU'mos ninguna injerencia en el segun­do. Decimos esto pa1·a r~chazar la idea de que el El campo a quP se nos 1\amn es vasto; pt'OCUJ'a­remos recorrerlo. Pero no teniendo en nosott·os mis­mos luces suticient<>s, las pediremos a ott·os como el señoa· colabot·adot· nos In aconseja. Ni él ni no­sotros naeimos aprrndidos,i los que nos hnn prece­dido, i los que nos arompañnn en la tl'abajosa pe­re¡. rrinacion que llamamos vida, alumbt'ernns decidirán cuál de los dos marcha po1· una senda el't·ada. EL DUELO. El anhelo del hombre pot· la inmot:talidad, esa ' ansia que no se satisface con ménos que t•on una vidn eterna, están pi'Obando que en efecto tenrmos un pl'incipio inmortal entJ·e nosot1·os. No podemos tent>J' idea de lo que no existe; los objetos abst•·ac­tos, romo la virtud po1· ejemplv, hilu tenido que hac-é•·senos conocet· pot· el mismo que nos enseñó a habla•·· E:o;e Sé1· infinito en su bondad, no quiso que dt>ját·amos de ronoeerlo, que tlrjára,mos de amal'lo, i nos reveló el mP.Clio de llega•· a EL pOI' el amor. El ódio, que es la· causa del duelo, contra­die~ a la lei de Dios ; la inmo1·talidad a que el due­lista aspira~ si la olltiene por acaso, es la iumOt'ta­lidad delcrímf'n. Drsde la cumbt·e de una montaña dejó oh· el Todopoderoso su tronante voz: :as criatma" al OÍI'­Ia, cayerou aterradas. La majestad de Dios era · irt·esistible pam el homb1·e, i el homb1·e 1~ rogó que hablara a otro o se hiciet·a eutendet· de otra mane­t ·a . Dios dió su lei esct·ita sobre piedra pat·a que fuera pennanente i no pudiet·a set• alterada ; i m1o de lo'> nrtíl'ulos de esa lei, deciu en earactéres gra­bados po1· Dios, ce no matal'áS.» El duelista des­precia este mandato de Dios. El primer hombre que se atre\'iÓ a vertet· la sangre de su het·mano, fué-ma!dt>cido i vivió c1-ran~ te; i hasta hoi el nnmiJre de Caín, ha rnat·chado unido a un adjetivo tenible. Nio~un homi.H'e tie­ne derecho pam atentat· a la vida de otm hombre; el que romete tal atrntaclo, lleva el sello de Caín. Dios dió al hombre noriones de todo lo bueno, i le ot·denó !'el' justo. Lns individualidades fot·man las Na<.•iones, i estas, tomnta :1 la vida de otro i espone su propia vida, lleva en su frente no solo el sello de Caín, sino esta iuscripcion dos ve­ces deshonrosa : suicida. El hombre deLe la vidrt a Dios, i tiene que eon­sag¡ ·arla a objetos grandes, t'1n grandes como es el don de la vidú. Debe consagt·al'la a Dios, a la patria, a la familia; debe consagrada a la huma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ es su familia. Si su ' ser· nn~~:::,-opta roneie:: .~:: !1 vida es de objetos tan gt·andes ¿con qué derecho ladron, el ott·o co¡•¡·u}:>tor, t'l otro asesino. ' vá a disponer de ella 'l ¿Qué se hizo la justicia 1 Sí, asesino es el que se mancha e Jll la sang1·e de · ¿Qué es lo que se llama civilizacion? Sabemos que ot1·o hombre a quien mata con premeditacion. I.Ja somos inmm·talcs, que somos aquí pe1·egrinos, que sangre así vertida mancha para siemp1·e la frente no se nos han dado estos oreves momentos sino del que la vertió. Eso dice la moJ•al, eso dice la para que los ~pl'ovechemos buscando el G&mino de Relijion, eso dice el simple buen sentido. nuestl'a yet•dape1·a i eterna patrJp. (< j\.un en los <> i aunque ella se ha dirijido al Editor 1• Dire el esc1·itor de > que seria bias, ile ce La Voz del Catolicismo,>> p01·que es a quien femm· de Dios suponet· qu.e no podíamos compren~ de hecho i de der·echo corre. poude ventilar i sos- derlo si no violaba las leyes naturales, si no hacia temw estas cuestiones, nosotros que vemos pasm· mil11gros. J> sin contt·adiccion ta!llaüos enores, i et•t·ores que Prescindiendo de la im¡wopied:ld en los tét·mi­se tendrán por verdades al verlas andar sin con~ nos en que aquí se reincide i de la frase compren­tt ·adiccion, tomamos la pluma para esponer en der a Dios, que es ab~urda, porque fl hombt·e no cuntt·o palabras las sofistei'Ías de ce El Tiempo» puede- comprendet• a Dios miéntt·as esté en carne, sohre la cuestion de Jos milagros. diremos que, no es que necesitemos de milagros Se dice:- u Dios al crear· el universo lo sujetó pnra compt·endf'i' a Dios, o su \'oluntad, que será a leyes fijas: el milag¡·o supone la víolacion de lo que se ba querido decit· ; es que el hombre car­esas leyes; es deci1·, la vi~lacion de la yoluntad nal, estmviado por las pasiones, s e ha olvidado de Dios." de Dios i de su lei muchas ' 'eces; i l)ios en su La cuestion es de palab1·as ; quítese el Yrrbo misericordia ha querido despe1·tarle de su leta1·go violar, que no conviene al caso, i póngase el verbo con seüales estraordina1·ias para tt·aetlo al camino suspender, i el argumento desaparece, quedando de la , ·m·dad i del bien. Por eso obró grandes mi­reducido n un disparate. Jagros en tiempo de los Patrinrcas : por eso los NCI conviene lll caso In palnbm violacz"on po,.que obt·ó sob1·~ el pueblo heb•·~o, d{'J ('Ual habia de violnr es infl'injir, contt·nvenit·, ob1·ar ~onha una salil· la luz verdadet·n qne i'1nmina a todo hombre lei o costumbre; i en Dios no cabe u a da de esto, que ' 'icne a este mundo ; i en fin, po1· eso los i>l)t'Ó ni se puede deci1· sin blnsfemnr: ni estableC('I' In Jet perfPcta del Evanjelió ql.\e de- , Cuando Dios obra un milagt•o no viola la lei de bia elevat· al hombre hasta Dios, i los pueblos hasta Jn naturaleza, como no ' 'iola la lei civil el lejisln- el mas alto grado de civilizacion. 1 es con esto ' f~ dor humano suspendiendo s ts efectos en cie1·tos que contestamos a quien dic•e: casos. ¿Convendrá « El Tiempo>) en que, cuando ) no que enmendar alguna vez. pero que en Dios no necesitan de_ contestarse : clios lo están con lo puede suponerse ignorancia para que tenga que que acabamos de decir, puesto que no son mas enmendat· luego su obra. que corolarios de los equívocos refutados.-J. M. G. Esto no puede decirse, pot·que, por lo mismo --- CfUé Dios es infinitamente sábfo i poderoso, desde CJUe dió leyes al unívet·so todo Jo previó, hasta los Tomamos de un tratadito de Urbanidad para casos en que ha suspendido 0 haya de suspender Señoritas, redrctado por nuestro amigo el señot· las leyes natm·ales; pot·que para Dios no hai pa- AleJo Posse Mtll'tíuez, la parte que se refiere a Jos sado ni ft.tnro; todos los tiempos son pt·cseGtes, i deberes morales de ila mujet·. en su pt·eseucia un dia es como mil años i mil años I. como un dia, nos dice el PríJ)cipe de lo'i Apóstoles. Debet'es para con Dios. ~sí es qlle_, el milagro no implica falta de preví- 1· Cuando mir() la bóveda azulada swn en Dos, pot·que él estaba p¡·e,•isto como un Ir- 1 contemplo ese sol esplendoroso artículo transitorio desde que se dió la leí. O de la bet·mosa luna la plat ada Se dice, ,·a·amo 1 la suma clemencia, De un Sé•· Supa·emo, po•· do qniPt' conozco, Del Sér ete1·no que me c•·~ó a mí misma, 1 su podea· inmenso t·e.conozco 1 su bondad me abisma. Existe un Dios! Verdad consoladora Para quien lleno de pesares jime, ' Poa·que mira acabat· hora por hora El llanto que le oprime. 1 al meditar esa vet·dad, sn pecho A gozaa· vuelve de feliz repo~o. Su coa·azon se encuentra satisfecho 1 mdiante de gozo, Seguro que ese Dios en al~un dia Daa·á fin a sus penas i d(,SVt>los, 1 que el pesat· que un tiPmpo le opl'imia No mora allá en lns cielus. 1 si ese Dios existe, i · si es tan bueno, Si poa· los hom~a·es cuidadoso mira, 1 si lleno de nmoa· nbre su seno Al justo cuando espia·a; 1 tomando en sus bt·azos aquella alma Se deja conoce•· cual fino amante, Conct-!diendo pmpicio dul(·e calma Al pt>(•ho palpitlnte; ;. No debemos nosota·as, humilladas, Guarcbt• pat·a ese Dios amot· pa·ofundo, 1 adot·a•·le rendidas, pa·osternadas, A despecho del mundo? Así, pues, cada dia i a cada hot·a, Al rerojt-"rnos en el blando lecho, 1 al ve¡· la luz de la rosada aut•ot·a, Del pa·ofundo del pecho Elevemos a Dios cantos fervientes De amor i ga·atitud, pues bondadoso La luz de la razon dió a nuestras ft·entes. 1 pm'.s es bondadoso Pidámosle consuelo en las desgracias7 1 dócil c01·azon, i uua alma pura, Pa•·a que llenas de su amor i gracias Gocemos su hermosura. Pea·o ha de sea· nuestra m·acion ferviente, Llena de fé, de amoa· i de espea·anza; Que el que pide contt·ito i t•evet·erite De Dios to,lo lo alcanza. Ama•· a Dios es el debet· grandioso De todos los debet·es la ancha fuente, 1 ese amo•· hace el pecho valet·oso, Le hace humilde i ferviente, El que cumpla con él no se estt·emece A los vaiven de su tl'iste vida, Verá ~eguro i fuerte cual se mece La maa· emb,·nvecida, Mas, a sus ondas •·ápidas, fm·iosas, No temerá su corazon m·diente Ni sus mejillas se verán llorosas Temblando levemente. 1 será respetado por el mundo, 1 haciéndose mns justo i jenea·oso Jamas la mbia mostrnrá iracundo; 1 será mas piadoso, 1 los hombt·es vtwrin su ft·ente Ol'Oada Con la COJ'ona de inmoa·tal '·ictoria, 1 gozará de Dios en la morada Todo su amoa· i gloria! (Continuará). 1 1 1 BIOGRAFiA DE M. LUIS VEUILLOT. \ M. Luis Veuillot nació ,Pn Boynes ( Loiret) el 11 de octubre de 1813. El mismo en su obra de 1 •Roma i Loreto, dá dt>talles sobre sus primeros años i soba·e la condicion de sus padres, que yo 1 ¡ t•esumiré bt·evemente. " Un dia . dice, F:·ancisro Veuill<,t, tonelero. 1 \'ió cuando atJ·avesaba una aldt>a del Gatinais, en 1 la ventana t·odeada de mada·pselva de una casita j humilde, una hea·mosa i a·obusta muchacha que ll ~··abajaba cantando ; él empezó a :mdal' mns des- i pacio i volviendo a cada paso la cnbeza, i no pasó , de allí. La muchacha em tan virtuosa ('Omo agm­dable, amaba el tt·abajo; el honm· brillaba en su ft·ente entre las flores de la salud i de la juventud, un sentido recto i fi¡·me regulaba sus discursos. Las fortunas eran iguales, los corazones iban a la pat· ; el matrimonio se hizo." Francisco Veuillot se estableció en el pueblo donde se había casftdo, i lo~ hijos vinieron pronto. Los tres primet·os fue•·on varones: Luis l"rancis<:o~ Eujenio Ct·istobal i Luis Eujrnio . Todo iba bien ; la humilde familia habitaba su pt•opia cas> Pe1·o este mismo fué el introductor de su jóven amigo el obrero ('argado de familia no tiene esos reeua·sos; en la vida cl'istiana i el pl'imer edito•· de sus escri­es preeisT> que su hijo pase por el aprendizaje i tos. ¡Cosa estraña 1 volvió al fin a su pa·imea·a gaste t1·es o cuatro años de su vida en aprende•· senda i eje•·ce la profesion en Aljerfn, con mas ta­alguu duro ofit·h> que, con un trabajo continuo, le lento del que babia most•·ado en las ota·as ~osas a pi'Opc)l'cionan\ apéna~ e\ pan de cada dia. ¡Con que quiso dedica•·se . •••••• qué ansiedad ao tnmarán los padres la resolucion M. Luis Veuillot tenia entónces diez i siete años. supl'ema que dehe trae•· tantos inevitables sufrí- Sus relaciones, el jiro comun de las idras,l~. ajita­mientos sobt·e la th~•·na ealJP;ca del niño ! cion en que la revolm:ion de julio hnbia art'ojado El autua· de llonw i Loreto descl'ihe con amaa·- a lll socirdnd, eran poco a propósito para l'(•tene•·lo gu1·a Pstas pmn:antes incct'tidumb•·es, i añade : en el estudio aunque había llegado á ser s1·guudo de (C Me hhbian ofa·ecido veiute f•·am•os p01· mes en su patron. Pe•·o no pt•nsaba en cambim· de cm'l'era la oílcina ue un pl'ocurado•·, i alli me roloqué. ba porque no tenia una idt>a mui grande de su p1·opia a pPt'llHliH'ce•· fujos, ~in amigo-;, i po1· dech·lo uno de sus camat·actas que deb!a en lo sucesivo in­así, sin seüo1· i siu Dios l ¡ Oh destino amargo 1 tluia· mucho sobre su vida? tt·ayéndolo a la senda Eutonta·é buenos comwnes ; no fal tm·on para mi de la Reli,iion, lo n~l.wiunó con los dial'istas, ofre­ni la jruero..,adad ni lét iuduljenria ; pet·o nadie se ciéndole parte en la redncl'ion del (cEco de Ronn,» oe~pó de mi alma, nadie me hizo brbe1· en la fuen- hoja nue\'ament~ funclada poa· los amigos del Go­te s.•grada del deber. Mi intelijeucia se educa.ba bierno de Julio, a la cabrza de los <.'unles estaba en J:l..; calles de Pal'i:, las con ve•·sacicmes de algu- M a·. Hébe1·t, mas tarde <.liputado i miuist1·o~ i en· nos 1óvrnes,en medio de los cuales tenia que \'ivh·, tónces abogado distin~uido. fnnnaban mi l'Ot·azon : fuem del caso de que algu- « Sin ott·o pa·erl•dt>nt<•, dice M. Veuillot,me hiee no viniese demasiado tarde o se fuese demasiado (< pel'iodista. Esto pugnaha con mis ideas porque pa·ontu, no se imajinaban debe•· imponet·se ningun (/. yo habl'ia sido partidario del mo\'imiento, i aun ree;¡to a·aclos., 1lero arahaban de sali1· del cole,jio; estaban Despues de veinte nños, tal fra.se ha escitado en en ·u dt>t'el·hu i, segun la moda del tiempo, ea·an la pa·ensa un gnm núm~->1'o de protestas virtuosas. lih<>rnles. Los que rne querian mas me llevaban Escl'itertiHl, los e ... tudios l'OmE'nzados tnn bien en Paul temen te un católico liberal i moderado, cola· de r t>t•l i Lamothe Langon. >> b01·ador· de M•·· Renan, de Madama Sand t de M. E. personal del escritorio en que enta·ó M. Veui- Michelet, la ha citado insinuando quE> la indife­Jiot, 1)1) el'al:ioln:nente libet·a 1 i volteriauo como el renda política del jóven, elE> be hacer duda1· de los de tnd()s l(ls es<'l'itol'ios en aquella época, sino que pl'itwipios t•elijiosos del hombre madOI'o. tenjn ndemas un caráctet· particular i mas raro : M. Vt•nillot se hnbia e1Wa1·gado de la gacetilla Cl\l lit.et·adu, o para hablat· mej01·, era romántico. del « E<•o de Roan, o i fné escribiendo allí ttue 1~1 patrou de e ·te e ·tu dio escepcional, se llama- eomenzó a des¡wedaa· el teata·o contempo:·áneo, ba f<'ot·tnnato Delavigne, hermano de Casi miro el porque pudo. hncer compamciones {'Oll el antiguo antrll' de Luis Xl,de las Comediantas, del Paria, •·epet·torio. El nbm·dó bien pronto la política, i su hui m,¡¡ <.le~deñado i entónces rodeado de gfo¡·ia. bttt>n sentido n•·moa·izando con la pasion que la El bl'illo de M. de Lnmartine i la reputaeion ya al- lucha le comunicaba, lo convirtió en conservadoa· bo1·otadora de M. Víctor Hujo, no habían aun fogoso. Los bióg•·afus han divulgado val'ias histo­eclipsado su uomb1·e ventctjosamente conocido, i rías sol~re el oríjen de sus opiniones, f'ea·o en ellas los pa•·•·oquianos de mftese Fo•·tunato, eran ad · no hai~cptó sino dos, uno que Je Babia ademas ota·a fuente de -disipacion. Entt·e p:·omO\'Ít'l'on po•· cuestiones lite&·arias, i ota·o poa· sus clientes contaba la pt·ocua·adurí~ ciea·to núme- cue:-.tiones políticas. ·No babia tomado en su vida ro de jentes de letras i vodevillistas, como Scl'ibe una :wma, i er. el primea· combate no supo ni a•·­que pleiteaba mucho, Bayard, Jem1an Delavinge, mar la pistola ; la bala del advea·saa·io le at1·avesó hermano del patl·on, i ota·os. Cuando se reun"ian, el snmbt·ero. En la s<>gunda vez, le atmvesó el se cenaba la oficina i se daba de mano a los ne- ver;;tido. Es todo lo que a este a·especto tengo <.JUG gocios. Si este réjimen ha foa·mado muchos pa·o- . decir. El lecto•· no debe ignoa·ar que yo pienso del curadores espet·tos en las cosas de palacio, lo ig- ¡ duelo lo que M. Veuillot piensa desde que es ver­noro i aun lo dudo ; pero en cambio, muchos de dadet·o cl'istiano.-Diez años despuPs, hHllándose Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 218 . E 1> e A T O L 1 e O • ~~ co1¡1 SU$ hru•manc¡s i uno .de· s'Js hea·mano$ en el ' tf mis disposiciones a respetar la lglesia que ét 1 h~gnr en que oourriea•on t'..SOS combates~ se ;puso·¡ el ataca sin cesa1·. A pesar de mi ignorancia! me­c~> n todos de rvdmas pnra:daa· gracias n Dtos de (( revelo contra esas opiniones, deshonrosas- 1 mal ! babet·lo lib:·ado en~?nc.:¡es, i ptu·n pedirle pea·~on. « •·ed~ctadas. J> • • . 1,. Mas tarde tuvo ocaswn de mostt·m"' otra espec1e de Fue en Perigueux que M. Lms Veu1llot regula· ! valo•·, el valor del c1·istiano. Cuando se supo que rizó sus estudios Jiternl'ios. Babia dado nlgun 1 el ,redacto•· en jefe de El Universo, sometido a las tiempo al romanticismo, porque hai unn edad rn JéyC's de la Iglesia, no daba otras satisfacciones que ''el ruido agrada mas que fa músicn, i la q1,1e las que él mismo podía éxijir, es decil·, el re- ncidez de las f¡·utas ''erdes, mas que el dulce de cua·so a la discusion i aJas leyes, algunos valientes la· maduras:' Estudiando con ruidndo nuestras desconocidos como tales hasta entónccs, pt·egona- clásicos, encontl'ó en el lenguaje, en la pasion, en J'on su deseo de obligarlo a batit·se, i det·ram:won las escenas, uua pureza indecible~ "Era, dice injurias a falta de sangre. l\1 . Veullot habló así de hoi, la sensacion que yo probaba, igual a la que esos valientes ::-<> Jos ~mpleos, i no les fué mal: uno es Presidrnte 1 :En noviemb1·e de 1832, M. I~uis Veuillot dejó a de un tribuna 1; ot1·o tiene una posirion elevada en · Roan para i1· a Pel'igueux a donde se le llamó para el foro; ot•·o murió dll PI'O\'ÍSOt' de un lireo de ~~ ~· que se encargm·a como redactot· en ,iefe del "Me- Paris; otro es Conseje1·o de Estado; otro Senador, morial de la Dord oña." La pí'lémica no era mé· i en fin, los mas desgt·aciados tienen por lo ménos nos viva en el Perigol'd que en No1·mandía, j Veui- condecoraciones mui de su gusto. Solo él ha es- 1 Jlot no tenia ni edad ni humor para moderarse. capado a los favores deJa fot•tuna, pet·o esté\ con­Tuvo un duelo con uu republicano del departa- fo1·me. mento que lo acusó de se1·viiismo i que, apesar de En J 831 dejó el pingüe pafs rle Perigord, por­su republicani:mo, ndmitio el empleo de sub--pre- que se le llamó a Pal'is sin solicitm·lo, para tom:w fecto. El •·edactoa· del Memoriall'ecibió el fuego pat·te en la a·edaccion de "J .. a Carta de 1830," de su advet·~ario a quinre pasos, i la bala volvió a periódico funditdo bajo Jos nuspicios de M. Goizot, romper sus ve tidos. El no quiso hacer uso de su entónces Mini tro d e Instruecion pública. Tuvo al'lna i de vol. ' ÍÓ ~ republicano a sus padres que por colabot·ado1·es políticos o literario,s a M. Ro­podían estar inquietos; i aunque la polémica no queplan que vino a ser directo•· de In Opera; a l\1. se calmó po1· eso, este tercer duelo fué el último ¡ Leon M< ssou, que fué P1·et~cto; a M. Lesieul' que a que concurrió. · es .fefe de seccion en el Ministerio de lnstl'llccion En Perigueu · conoció M. Veu.iHot a dos hom- púl>lkn, a . f. Ed ardo Thierry, Di•·ecto1· del tea­bres de los cuales el uno ha hecho su nombre [ tro fa·ances; a M. l\ ali ClJI'lle que ha muerto cl'is· , histórico i el otro ba represe11tado cie1·to papel en tianc; a 1 Eduardo Ourliac, que murió santa­los negocios de.l tiempo: fueron el Mariscal Bu- ment~; a M. Texiea·,hoi Redacto¡· del Siglo; a .1\f. geaud i M. Bomieu. Este último era entónces Foa·gues, mas ta1·de Redactot· del Nacional, &. &. Prefecto deJa Dordoña. Espíritu cultivado i Jite· Los sei10res Mnsson i Veuillot redactaban lo pl'in­rario, sintió p1·esto inclioacion por el jóven -e:;cri- cipal de la parte política i la hicieron mui ngn•siva. tcrr, i una vet·dad~.ra intimidttd se establ .ci( entre Una crísis ministerial hizo caer a .M. Guizot, i el ámbos. En CUílllto al Mariscal Bugca1 d, han eH- mismo golpe hizo desapare<'el' u La CMtn." En­cho ~lgunos que fué el p()t'I'On dei pel'iodísta~ i esto tóoces Veuillot entl•ó aJa r·erlaccion de "La Paz," sel'ia aceptable si ;fnera esacto~ pero no Jo es: periódico tambien conse1·vador, i en el que tuvo Veuillot que babia sabido estima ·lo como a hom • pot· pl'indpal colaborado1· a M. Tussenel., aut.Ol' del bre de bien, como a homb1·e de tal.ento, lo defeu- "E! píl'itu de las bestias,'' i hombre de talento, dió siempt e con su pluma, pero jamas le fué ad·c- aut que se ha hecho falansteriano. Entónces Jo to po1· ot1·o título. Si en 1841 estuvo seis meses em ··a·, p o poco. 1 en A~erfa en casa de) Mariscal que era Goberna- "La Paz ,, defend'a particularmente la política 1 dor jeneral de la colonia, fué solo en calidad de de M. Guizot, que ent1·e Jos hombres de Estado de 1 · huésped i de cul'ioso,j se despidió mui l'econocido 1830, fué el que hizo mas esfue.rzos pm·a Jevnntar 1 de su hospitalidad, pero, libt·e de- todo empeño há- un muro ent1·e el réjimen de julio i Ja e\'olucion: cia sus i me­legal," pe1·o no se.,ocupaban en los asuntos relati- jante maestro. Veuillot comprendió bi pronto, vos ~la Iglesia. Asiera que el espíritu vo)tel'iano eso sí, que ese camino no tenia salida, i se desa­dommapá en la p1·ensa ministerial. Había ya en· lentó.-" Un año d , polémi~a, ha dicho él en su tónces, bajo -n.o sé qué nombre, católicos sinceros " Roma i Lot·eto," 1 abia roto, despe zaclo, pul­pro~ tos a dec)araa· <¡Qe Jos Sacerdote , Jos Obispos v~rizado convicciones'que no se e ynban sobre 1 a~~~ el Paua comp1·ometian los intereses de la ninguna base fia·me en el pasado, i que no pi'Ome­~ ehJwn. M. Veuillot no cayó en esas estmvagnn- tian nnda para el poa·veni1·." En este estado, el c1as. f~l decía : u Cie1·to dfal'ito luga1 eño, de la propietario de ''La Paz, se sepaa·ó de M. Guizot ./'~-----~-.....~'OJ ~ -·...r~'J~~~~.--.... .~-....r~ Red~lctores protestaron inutilmente contm esta ' empleos. 1 se me pet·donará hacer notat• aquí, qqe · evolueion; i poco. despucs· se habló a M. Venillot esos dos emple.os, sin dal'le que hacer,le pt·oduciau ; p~ru 9ue entran\ en la redaccion política del f;ans- doble ulilidad que la que le ofrecía el Rel'iódico. t2tucwnal que cscl'ibia entónces M. Thiers, al Desde su vuelta de Roma habia publicado siete mismó tiempo que pot· otra parte le instaban pm·a obras distintas, la mayor pat·te de ías cuales con­que se hiciera colal.loradot• )iterado del "Diado tienen capítulos en que el autor tt·ata la política, de debates." Examinando lo que debia hacet·, no subt·e las cosas del di a, sino sobt·e las cuestiones descubrió que no podía "reunh· ni en política ni fundamentales. Las ideas que en ellas espresa, en n~o1·al dos ideas que no estuviesen en desacuet·- son absolutamente las mismas que ha espresado do, 1 entt·e las cuales no se sintiese indifeeente." en" El Uuiverso," desde 1843, hasta el 29 de_ "Durante dos meses, añade, no tuve compro- enet·o de 1860, en cuyo dia se suprimió. Adhe­miso especial, ni fuí otra cosa que uno de esos sion absoluta a la Iglesia; horror absoluto a la condottieri de la pluma, que van de un campo a revolucion ; tal es la regla que ha seguido, i de otro." Nueva confesiou de que muc>hos escritores ello puede asegm·at·se el que lea su ob1·a capital · cargados con un hermoso surtido de divisas, se en doce volumenes, titulada : 'Miscelanea. han púdicamente avergonzado. Conviene aftadir (Conclui,-á). qug los campos de que se tl'ata estaban tan inme­diatos, que aun entJnces muchos los confundian. Toda la cuestion estaba en sabet· a quién debia seguil·se de los señor~s Thiea·s, Molé o Guizot; cosa que podia parecer mui grave al antiguo Re­dactor de '' La Paz " ; pero que en realidad no p1·oducia cambi•o de bande1·a sino l'mieamente de guía. M. Veuillot no dió importancia ninguna a esa$ divisiones, i estando pam pat-tiJ· a un la1·go viaje, uno de sus amigos resolvió acompañado. Creyo ir a Constat~tinopla, pero fué mas léjos: "fué a Roma, a la fuente de la ;gl'acia." II De v'nelta a Pal'is en t8a9, escribió su primet·a obra "Los Pea·egl'inos de Suiza," i no quiso aso­ciarse a la polémica de la pt·ensa política, porque no estaba afiliado en la oposicion. Así fué que sin ninguna dificultad de concjencia, admitió un empleo en el Ministerio de lo lntel'ior, i fué a la vez nomba·ado subJefe de una mesa agl'egada al gal.liltete áel 1\linistcl'io. Este último empleo fué el que sirvió, i en él tenia que recibit· b. algunas personas, que escribh· algunas cal'tas i que ¡·edac­tíH' algunos olicios; en suma, poco trabajo, nada que firmar. La posicion era, pues, agmdable, so­ba ·e ·todo para un hombre de letras mas que ene· migo del trabajo de oficinas. 1 ademas le facilita~ IJa Ja ve•·sacion en los empleos de funciones acti -· yas, como las prefecturas, las misiones adminis~ t1·ativas i el Consejo de Estudo. Cuando estuvo en Aljeria donde el Mal'iscal Bougeaud, M. Veuillot conservaba su asignacion de ag1·egado al Gabine­te; i de vuelta de está ~scursion, tuvo po1· fuucion principal i casi única, ir· todás las mañanas a re­ci!) il' órdenes de ~$. G uizpt p(!.ra la ,direcci-on $le la impt·cota oficial . d~ los deyartam.entos. Pero evidentemente el escritot· no tenia vocacfon de empleado, Í1i de funcionario público. Hombre de combate, debia volveL· al pel'iodismo, i entró a la redaccion del Unive·rso. Su estreno tuvo lug:u· en 1830, con uu a1·tículo sobre la construccion de la capilla del convento de Oiseaux, donde sus dos hermanas se estaban educando, pet·o no tomó de­finitivamente pat·te en la redaceion, hasta 1843. Tocaba entónres a sus t1·cinta años, i la Providen­cia le babia hecho conoce•· bastante los hombres i la vida, pq1·a que pudiese poneL· útilmente manos a la obra. El se decidió porque el Universo, que era mui poca cosa i no vivia sino de sacrifieios, pues apénas contaba de mil a mil doscientos sus­crito res, iba a carecet· de Redacto•·· . FIESTAS CRISTIANAS EN PORE. . 1 ; No pensó en hace¡· la oposicion al Gobiea·no, pero ¡: queriendo, sinembargo, hablar con libm·tad, se El 29 de seti{lmbre tuvo lugar la de la dedicacion de San,Miguel At·cánjel, a e~fuerzos del seño1· Mi-.. ~uel Jerez; caballero es-pañol i verdadero católico. .Esta fiesta marcat·á época en los anales de Casan a­re, pot·que ningun sacrificio ahor1·ó dicho señor, pam hom·at· la imájen del glorioso Arcánjel cuyo nombre lleva, i pat·a colocarla en la iglesia de Mot·eno~ a cuya poblacion la habia ofrecido, tiem­po ha, pa1·a que fuese allí protectot· especial de la ciudad. La fiesta aquí, fué una de las mas concu­l'l'idas que ha habido en siete años que hace que estoi admi~ist1·ando estos pueblos. La iglesia p•·e­seutó en las víspet·as, misa, sermon i pt·océsion, ias deliciosas imájenes de la Jerusalen celestial que leemos en el libro del Apocalipsi : . una multitnd innumerable de fieles cercaba el tabernáculo del Dios vivo, tl'ibutándole culto, reverencia i gloria pot· las etet·nas miset·icot·dias que ha obt·ado en favor nuestro por ministerio del Arcánjel San Mi ... · guel. El 30 fué pat·a Pore un dia de luto i de tris­teza, pues se le sacaba aquella bella imájen que yn habla comenzado a amar, i era éonducida a MOI'euo para continuar atlí la solemnidad i hacer:. ¡ le una especial dedicacion en aquel templo : en su aeompuñamient.o iba lo mas flol'idó de estos pueblos: en su tt·ánsito et·a saludado con salvas de cañun,con arcos triunfales i con himnus, que pat·a el efecto habian prepaa·ado los habitantes que vi­ven a ol'illas del camino. Al fin llegluno.s a More­no : allí se pt·ecipitaban al encuentro del Arcán­jel bendito pet·sonas de todas las edades i sE-xos, hombt·es i mujet·es, jóvenes i ancianos ; parecia (aunque en pequeño ) la entt·ada de la arca de la alianza al templo de Sion. Arcos, flores reg.adás a su paso, salvas, músicá i lo que es mas, un cor­dial afecto de todos Jos vecinos : en todos los sem­blantes se ¡·ep1·esentaba la alegría. La iglesia esta­ba compuesta del mejo•· modo posible, sumamente aseada i mui aleg•·e. Inmediatamente se siguie1·on las vísperas para solemnizar al ott·o dia su iuagu­mcion que el mismo señot· J-et·ez quiso costear. Esta fiesta, sino estuvo tan concul'l'idn como la de Po1·e, no dejó nada que deseat·. Al día siguiente los moreneros hiciei'On tambien su fiesta pat·a liom·at· aquella pt·eciosa joya que babia venido de mano tan jenerosa i que quel'ian hom·at· de nlgun modo. El seño1· Jefe.Depat·tamental, Sipion Du:u·­te, tomó la iniciativa i todos coaTespondieron a sus deseos, mostrando su relijiosidad. l desprendió de todo vínculo renunciando sus dos A las fiestas sag•·adas se siguie1·on las profan~s. ~.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. bailes, comedias m01·nl~s, sninet€'s sumamente 1 cimiento en quE> se da una c>nseitanza c.> cnc·inlmente chistosos i t•orridas de toros, de modo que hnsta catnos de re- \ alumnos conforme a las nH1ximns rle <'~ta Bt·liJion · 'j · sin la · mellOI' molestia que amargase snnta, merece hi(ln quf' los S(•ilo¡·es curas lo prote-ntento i f(•Jicidad. ¡ jan i que los padres cte familia llevrn a el sus hiJos. • Quie!'A el Cielo que estos pueblos sigfln en pm- En J9s niws anterior<'s han nwnil·,·~tndo Jos edul'an­gr(> o a impul:-.o del seño1· San Miguel ; que léls • dos una instnlt'ion sutkit->nte pnra que pueda fundar . ~. é~ supel'iores,tanto civiles como eclesiás- en ellos la patria rbueints c.>sperauzas, i el 2 de ' tids,nO-Jl1ii;E'n con bmta indiferencia estos pueblos enero próximo se nbl'irá de nue\o pnrn principia¡· mereeed01:e~ dt> mejor SUí'l:tP. SU 4 .o año escolar. CotUC'ÍPLHlO romo COIIOCE'ffiOS Por-e, pancio l~OJ>E'Z, de la Arqui­. (l'ócesi , relijioso del Orden de pt·t>dil·ad . res. Pa·omovidos al dia<'ona1lo el subdiácono HET­meuf'jildo Bautista, éte la Diócesis de Pamplona, ('OD lrtra dimi~' rias de su ordinario. - El subdiácono Gt ~ol'io Arena domiciliado de E mP.íon con IE'tt·as dimisol'ias de su ordinal'io. el su diácono f•·ai José Mal'ia Péa•nz, l'(~lijioso f·anl'i (•ano de 1< A1·quidiócesis. l 1'ue1·or• promovidos al subdiaconado, bajo el tí­tufo de o t>rliP tcia, Jos minol'istas de la Arqui­dióct> sis: Anto nio Cnstaitt>dn, Cñndido Téllez, FrmH Lt.:o a :lcho, Ba·aulio P(ltiño, Gabriel Pérez, f.:.; Tt1mitS Posada, rt>lijioso de pa·edicado•·es, frai Ga·egol'io D<•lgado, relitioso de predi('adores i fl·ai Fran(•isco EspPjo. relijioso de p•·edicadores. 28 DE oÍCIH~BitB. Volvió a celebraa· óa·denes el Illmo. señoa· Ar~obispo en la Vicepanoquíal de San Cá1·los, i fuer p1·omovidos al Presbiterado QS : QjfÍ('C)JlQ He•·m~tlt'jiido Bautista i José Gre- . g · 'Aa·f{Uls, de la Dióeests de Pamplona, con étr~ dimisol'ias de su m·dina•·io • . Ignacio Buenaventura, Seca·etario. • · ADVERTENCIA IMPORTAN 1~odas las personas que él parezcan o hayan apa­r eido ab ueltas po1· el Ilustl'isimo sei'1o1· Arzobbpo, b. jip sido po1· haberse sometido a las condiciones ~ :q';\C: Su Señoda las ha sujetado. ' Ignacio Buenaventura, Secretado. ROBO. En la ' mañana del 29 se han estraido de una casa en el barrio de las Niéves, entrE' otros efectos, un 1·eloj de phita con un grueso peudiente de oro, i trntrndo sobre la tapa las inic1ales J. M. A .. unidas (l\1). En la ;mpreo· 'ta constitucional se gratificará al que dé razon. El ladron es un. mozQ "de ruana parda. mo" que se:>guirá siendo fa\'oretiüo por los que en "Boyac¿\ i Santnndt•a· tle~N'n l'lproveehnr el tiempo en que sud hijos puE>dE>n ap1'E'nde1· lns ciencias i •·e­cibil · una edm·acion só!icla i áistiana. COLE.TJO DE SAN ANTONIO DF. PADUA. Este E'stnhlerimiPnto ele edura<•ion <'O~ltinuará sus tarPi'IS rs<'olares dr~c!P el 2 de enero J>róximo m el local a<'ostumba·ado, siE'ndo los ramos de enseñanza los si· guirntf's: PIHl\IERA SECClON-LE'<'tnra, Escritura, Dibujo, Relijion i PIPnwnto& de Arit 1 étiea i Jeografía, Mora cristiana i Urbanidad. 1 SEGUNDA SECCION -Idiomas castellano, ]atino, fran!'f'S e inglE>"' . TERCERA SECCION-Aritmét;ra fundamental, Alje­bra, Jeomrtría, Partidn clohle i Cosn.o~rafía, cuARTA SECCT ON -Filo~oria; un curso completo. s~ ad•niten alumnos dPsde Ja edad de Sf'ÍS añ<' hasta la de diE'z i St'is. para <·uya colocacion df'be hablarse con los infraseritos dire<·tores en el mismo lo(•al, de las diez a la doee del dia. d "'de t>sta fecha. Bogotá, diciembre 22 de 1864. ESCUELA DE NIÑOS. El infras<'rito ofrece sus servicios n los padres de familia f'll una escuela que abrirá el dia 1 J7 de enero en esta <'apital. I.os ramos de enseñanza St>ran : Lectura : escritura : relijion: moral : urhanidad : gramatica castellana : aritmétira i dibujo. Por cada niño ~e pagará la cuota adelantada por trimest• es, en los términos siguientes. Por sola lectura, un peso fuerte, Por los otros ramos o parte de ellos, tres pesos sencillos.-Ei local, <'asa número 20, ('al le J .a pe la carrera del Banco, cuadra siguient!i" a la del Arco . Bogotá, diciembre 6 de 1864.-JAcono GnooT. EL LIBRO [/)fa [j !Jl~u_¡ !QUJ2 OBRA ADOPTADA ~ARA LA EN~ERA~ZA EN TODOS LOS COLEJIOS DE LA REPUBLH'A lP@ffi 3@~~ 3@&,CQ&@'JJ j_~ O J! n 1~ Cl La segunda edicion estará concluidn en todo e mes de enem. Va conrjida i aumentada con nn 1 tl'atado de jeografía sagn1da, ott·o de prosodia i ortografía, i ota·o de contabilid¿;¡d por el método de partida doble. Cada t>jE'mplat· al mismo precio que los de la p1·imm·a edicion. ACADEMIA MUTIS. Este Co1ejio abre de nuevo sus clases el J 5 de enero próximo. Carrera de Santamarta, calle 2, co:s número 60. JosÉ CAICHDO RóJAS. 6-1 BIPBENTA CONSTITUCIONAL, POR NlCOLAS PONTON. Calle del Chorro del Fiscal, númrro 14 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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El Católico - N. 83

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Transmutaciones

Por: José Viñals | Fecha: 2000

José Viñals nació en Corralito, Córdoba, República Argentina, en 1930. Su primer libro < < Entrevista con el Pájaro> > , publicado por Losada en 1969, es considerado hoy una obra de culto en el contexto de post-vanguardia lírica de Latinoamérica. Autor de amplio registro une su condición de poeta la de ensayista, dramaturgo y narrador de novelas y cuentos, obras que configuran un universo imaginario de inagotable energía crítica. Recogida en tres volúmenes, su Poesía reunida, fue editada en España, país en el que reside desde 1979, por el Ayuntamiento de Jaén en 1995. Con posterioridad a...
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El olvido está lleno de memoria

Por: | Fecha: 10/01/1865

Ol:..liC \ ¿p¿;nm,¿r®LIDD:CD® rwmB'i[f,l¿J'"~r "--'ª®JD 1 - AflO n. Bo.sota, 10 de enero d~ 1S65, NUMERO 84 ' TRIM. !II. LA CUESTJON DE LOS MILAGROS. ' Señor Colabot·ador de« El TieJhpo.» Aunque npénns hnbrú ~·i45~0 U. el n~met'? 83 dr "'El Católico," i de co.ns•gmentc estarn aprnas es­cribiendo pam contestarnos, vamos adelantando ' nuestro tral.wjo sobre la cuestinn que U. ha pro­pu(' Sto,pOJ·que ha escl'ito U. ya mucho, i puede ~e· · círsele tambien mucho sobre lo que ya ha esCI'Jto. U. que. asienta t>l prinripio de la Omni~(ltencia de Dios, le quiere quitar ahsolutameute la hbert<\~. Dios creó todo Jo que existe, por un acto csponta­neo de su voluntnd, P~"I'O d!"spues de c1·enr, conse1·­, \'Ó su so!Jr1·anía. Esa sobera11ía absoluta, se mues­tra a veces po1· golpes de Estado dados a 11\ Cl'et\­, rion, como dice el Padre Félix; esos golpes de Estado \o sorprenden a U, i con razon porque PI'P.­cisélmente para e, 1Sa1· sorpresa, para mostrar su pode¡· infinito, es que los dú Dios. U. quiere disputm· a Dios el. derr.eho con qu~ hace los milngt·os, le alega la cxtstenem de la l<'t natu1·al que ÉL mismo erró, i asienta que no puede ''iolal'la, i qne ('l milagro <'S una violacio~. ~o, seño1· Colaboraclo•· ; viola la Jei el qoe esta SUJí'tO a ella, pero Dios es superio1· a fa naturaleza que creó i o·obierna libreme nte. Pretrnder 11egar el milaO't·o 0 porque no se puede esplirn•·, es ma• ·c hat· o . a la neoacion absolutct porque mm raras cosns pue-de esptí'car el homb1·e. La erN\cion entera es para nosotros un misterio: veiTI05 rsas mi riadas de mun­dos que están suspendidos sobre nuestras cnbrzas, snberno~ que el globo que IYibita.mos rueda en me­dio de los espacios, vemos la mar inmensa ence­J'I'adn ent1·e sus diques de menuda arena, v e1nos que el gusano que hoi se a1Tnst1·a sob1·e el polv.o ma­ñana vuela de lloren flor,encantando la v1sta con los vivos i variados colores de sus brillantes alas, i nada rompl'endemos. Pero¿ qué mas? Vivimos, i no sabemos cómo, no podemos esplicat uuestra p1·opia existencia. ¡ 1 así pretende el homb•·c lla­ma• · a Dios a juicio .sobre sus misterios 1 Es mucho elevarse para cae1· \uE'go c\esde toda la altura de su or·gullo, revolcarse en elloclo..i levantm·se a\"el·gon­zado de haberse enlodado. 5egun U. mismo, pues, el Evanjelio rs una his­torh ; i Jo es en efecto, i Ja mas respetable de to­das las historias, la historia santa. Ella está escri­ta po1· testigos p1·esenciales e idoneos. La p1·ueba de su idoneiaad está aquf: si lo que escribieron no es la \'erdnd, m •eh os bubo que pudieron des­mentirlos, i, sinernbargo. nadie lo hizo; si lo que escribiPron no E'S la verdad, no podian prometerse sino la ignominia, porque era jmposible natural­mente que ellos se persuadieran de que una impos­tUJ ·n podia ntravesat· Jos siglos hasta nosotros i variar ia faz del mundo ; si lo puleJ'O se le­vantnron del ntaud; los que enterrados de !llgunos días despedían ya mal olo1·, se alzaron envueltos en su mOJ'taja, i salieron de lu tumba, obedientes a la vez que los mandó sali1· fuera.>> U. dice : s al>· l surdo puesto que niega la Omnipotencia de Dios.)) 1 ])ice U: << Así corno Dios pudo hacer las leyes « naturales, puede tmstomarlas, i por consiguien­(< te harel· miln~ros; pero esto no t'S bastantt>, ~s ce necesm·io pr·obar que alguna vez ha querido ha­ce -cerlos i que los ha ·hecho. Aquí está la di­ce ficultad.» A eso contestamos nosotros: El hecho <'Stá ahí; que no podamos comprenderlo, no es razon para negarlo, porque eutónces podría negarse todo~ has­ta In luz. La creacion que es el primero i rl mas port~ntoso de los milagi'Os puesto que no se veri-fit ·ó con relaciona ninguna lei preexistente, s2 po­dl'ia negaa·, pero a despecho de esa negacion, los fenómenos afirmativos vendrian a califieamos de locos. \ Eso de rechazar la creencia profesRda h:1sta boi 1 po1· todos los cristianos, es demasiado orgulloso, \' setior. Entre esos cristianos que afi1·man i que han ~ .. ,· J. afirrnado hasta sellm· con su snngre su afirmacion, ¡ Para el que niegue el testimonio de la historia, sí; pero para el que no quiera rwg:ll' la e\·ideneia, nó. Vamos n verlo, U. exije ce que los comprobantes históricos del ce tnilagro se l'efie¡·an a testigos p•·~senciales, cuyo « dicho, si ellos mismos no son los •·elatores ha:ta «nuestros dias, se hnya recojido por p"rsoiws ido­ « neas >> ; i declam << rechaza¡• p1·ucLas de esta cs­ « perie :- «los milagt·os son ciel'tos, porque asf lo «han cre~do siempt·e los católicos.» hai muchos talentos que puedo calificm· de supe- 1l riotes al de U, sin que U. ¡m~a ofcnde¡·se. T<'l'tu· 1 liano,. San Agustin, Santo Tomas i muchís!mos ¡~ ot1·os, no han sido homb1·es Yulga•·es. homb•·es 1' preocupados; la ciencia que ellos poseyP.I'On, lo hal'ia a U. cl'istiano l'atólico. Pero no son solo : etlos los que afi1·man el milagro; vea U: Diódoro ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 282 EL CATOLICO. en la historia de Mat·co A urelio t•efiere el de la 1 hombre se revela naturalmente contt·a lo que U() 1 Lejion fulminante, i U. que conoce la histol'ia, no 1 compt·ende; no podía eomprender a Dios en Jesu- · podrá dejar de vm· en aquel relato Jo que llama cristo, no tenia disposfcion pm·a admitir la doc­un tl'astorno de las leyes uatm·ales. Véamoslo.~ tl'ina cl'istinna tan contmria a la pagana; no podia Et·a el año de 176 ; el Empemdot• se hallaba con vea· en un hombl'e oscm·o i pol>re, el pode~·oso su ejé1·cito en el coa·azou de la Alemania. Enga- Libertador'• Reformador de lü humanidad. Foa· es-o; ) ñado pot· los Quados, se metió en un valle p1·o- pal'a convencer a los hombres, se mostró Seiaor fundo i t•odeado pot· todas paa·tes de altas montañas~ sobea·ano de la natmaleza. Las obras, dice, que en cuyas cumbres apareciea·on de golpe los Bát·- mi Padt·e me ha dada potestad de hacer, dan baros. El ejét·cito a·omano no podia ni avanzat· ni testimonio de mí.- Si no dai:i fé a mis palab1·as, retl'Ocedcr, e iba a sufa·il· una segunda vez la hu- creed a lo rn,énos en mi.<> obras; i como todo es :,·f· • millacion de las hot·eas caudinas. La desmoraliza- actual pal'a EL, suspende el cutso de uua lei natu-cion cundía en las filas, las fuerzas físicas faltaban ral, c1·ea, siempre que así conviene a su gloda a las !ejiones, porque una espantosa sed las ator- i al bien de sus criatm·as, porque no ha abdicado mentaba hacia cinco dias. En esta estremidad, el su libea·tad infinita. Comandante de las cohot·tcs pretorianas, se dil·ijió No tt·astoi'Da, como IJ. dice, no viola ninguna 1 a Mát-co Am·elio i le dijo: « Césat·, la lejion lei, porque la accion que ejecuta, estaba prevista 1 melitina que hace pat·te del cuea·po del E'jéa·cito, desde abetei'Do, segun el pobre lenguaje humano. está compuesta de c1·istianos para los cuales nada Si para Dios hubie1·a tiPmpo, se podl'ia espresar es imposible.))-<( Haced los pooca· en Oracion, » nuestro pensamiento así~ ''Un fé:ebre maquiuistn le respondió el Empe1·Ddo1'; i éllos, esos viejos constt·uyó un a·eloj que podia anda•· sin dal'lc cue•·­soldados venidos de Oriente, animados de la fé da durante cierto número de ¡,ños, pel'o para os­victoriosa del t :cntul'ion del Evanjelio, cayea·on de tentm· sus conocimientos en la matel'ia, el artista rodillas i a·ogal'On al vea·dadero Dios que glt)l'ifi- disp-uso la máquina de manea•a que en cierto dia i cara su nombre. Apénas habían conduido su a cierta hora, el reloj se parara pc>l' unos segundos ' oraeion, cuando el ciclo se cubriá de e pesas aubes, pa.·a m·mouiza•· con ta catTera del tiempo, i conti­el 1 ayo brilló, el . tnteno se repitió mil veces por el nuara despues andando." Esa suspension que ni eco de las montai'1as, i una gmuizc.\da honible cayó viola ni tt·astornu la lei, tampoco constituye un sob1·e los bárbat·os a quienes quemó, e . .;pantó i vacío en elJa,.. i no nos D('gará U. que es mui po­puso en derrota. « De tal suerte, dice el autot· sible. pagano, que se veía al mismo tiempo i en el mismo Poa· eso iué que Cl'isto dccl:lró categól'icamentc ' lnga•·, el fuego i el agua cayendo del cielo. re- cuando cu1·ó al ciPgo de nacimiento, que " ese l 'frescando a los unos i ardiendo a los otros. El hombre no babia nacido ciego poa· habe1· pecado él l fuego no tocaba a los romanos, i el ngua nt·dfa a o pot· hai.Jet· pecado sus padres, sino para que las . los Búrbai'Os como aceite hi1·biendo. lnundadosr ob•·as de Dios se manifestaran en éJ." (S .• Juan u, , 1 como estaban, pedinn agua a grito~ i se hacian 3, 4). ¡ hondas hel'idas pa1·a estínguit· con su sangt·e el Vea U, pues, que carece U. de razon cuando dice ! incendio que los consumía. En su desesperacion, que, «la existencia de las leyes natm·ales rijiendo se arrojaban en medio de los romnnos, en cuyo s campo el agua em t•ef•·escaote. El Ernpm·adoa· tuvo ccatl'ibutos infinitos de Dios, en tales términos que piedad de ellos_, i en memol'ia de este hecho, el (le comprenderlo, no necesitamos que ha­la sétima vez, i el Príncipe quiso que la lejion ) r•·ee1·ia U. ¡ tualmentr presente ante tL, i c¡uc de consiguiente Ahora, fíj<'se U. en lo que era el mundo al tiem­no cotTije lo tJUe ha hecho, no lo t•·astot·na. no po eu que el Cl'istianismo apat·eció, en Jo que eran hace mas que obt•ar conforme a su sabiduría infi- los que lo prrdicm·on, i en su establecimiento so­nita · los mila~ 1·cs . son la manifestacion de su o m- bre la ti en a, i ven\ otro milagro que prueba la nipotencia. o . divinidad del Cristianismo. ¡,Le parece a U. mé- Como es infinito, está en todas p~t'tes como ha nos sorprendente que la resurreccion de uu estado i estará· cuando U piensa, EL lee su pen- mut-rto? samiento ; cuat~do U. habla, ÉL oye su voz; pot' Pero dice U. que. el paganismo rayó pot·qne la eso es q e el espíritu se nutre hoi como se ha nu- humanidad encontró mas filosófica la doctrina trido siempre " bostezando ?t·aciones,:' segun la de Cl'isto, porque el mundo ma•:cha .siem¡~rc en espt·esion de U. I esta iofir.tdad de Dtos que el pm~r~so. Pues en verdad que la lustorw esta ~on • espfritu concibe pero que no puede co~prender tradtctendo a U. Lo mas natural es que el ngor 1 bien es la causa del milagt·o. Estando EL como hnga retmcede•· espantada a la humanidad del ca-está 'actualmente en todas pat·tes, viendo como mino que qnerin seguit·, i el rigor se empleó con los ' está viendo toi!o, oyendo i palpando todo de una cristianos a quif'nes se haría mol'ir de un modo manera sobet·ana, hace ostentacion de su orpni- honible pot· Ct'ntennres. ¿Dónde estaba la buena 4 potencia, no porque necesite hacel'la para ~a ni- disJ?osi.ciou del ~1undo en favor ~el CristhH}ism~? festarse, puesto qnc todo, hasta U. qu~ lo megfl, ¿ D1ez 1 ocho ~tllon~~ de .!lllio. Si no fué , cierto, muc·hos debiet·on negru·lo, i nadie lo negó. Luego su<·edió una de ·dos cosas: o todos fueron embancados como unos nét~ios, o todos convinie­t ·on en afit·mat· una mentim ; pe1·o ent1·e ese nu­memso grupo de .personas debia haberlas mas o ménos mnliciosas, p01·quE> siempre ha sido igual la espeC'ie humana, i se habl'inn reido como se ¡·ie U, luego si todos furron r11gañndos hubo un milagro, 1 el que l)l'esentaria U. i los que como U. piensan, ~ ¡ dejándose embnttCDI' po1· un charlatan. i condu('ir ' a tfna creencia contral'ia a la que hoi tienen. Si 1 todos conviniel'On en menti•·, esa mentim nl'egu­¡ ·ada po1· todos, es oti'O milagro, que C@ntracUce abiertamente una lei natural de la humanidad. Ya vé U. pues, que ha habido milagl'os. Pero U, dice que el mil> l aquí Yiene bien, siguiendo el const>jo que U. mismo nos ha dado, copial'le un pal'l'afito de Bálmes, en su Cl'itel'io. Oigalo U. " La imp(l&ibilidad físlca o natural, consiste en que un hecho esté fuera de las leyes de la natuai'IPza. Es naturalmente imposible que 1 lejion fulminante. Luego los milagt·os pueden pt·o­bal ·se. ¿ I por qué no, si ellos caen como cualquiem otro hecho, bajo d dominio de los sentidos? Respedo de los milngt·os falsos, vamos a con­testa!' a U. copiaudo testualmente en esa pa1te Jo que dice el St'ños· Augusto Nicolas, i así poudremos 1 punto pot· h o i a la polt'roica : "De que 1aya habido rn:Jagros falsos, muchos mila­gros falsos, es poeo filosófico i hasta irracional deduc.ir una eonsecueucia de ium·edulidad absoluta en los mi­lagros. '' ¿ Qué verdad hai en el mundo {jue DO haya sufrido falsificaciones? ¿Cuál podría subsistir si este fuera motivo bastante para desecharla? ''Mas aun: Do siendo el error, como dice Bossuet, mas que la ve1'dad de que se abusa, debemos ver en los nulagrosfalsos, rnilag1·oscontralleclws, Jo mismo que en la moueda falsa vemos la verdadera, fraudu· lentamentf' imitada. ¿Por qué hai quien haga moneda falsa? porque espera haeerla. pasar por buena. 1 ¿por q_ué espera i log~a a veces hacerla pasat· por buena, smo por·que la ha1 en efecto. buena, que predispone a recibir la que se le parece. ? As1 es como lo falso solo existe, pon¡ue lo verdadero le da interes i credito. Examinad todas las falsedades que aparecieron en el mundo, i vereis que todas debiet'on su orljen ¡, su cré­dito a alguna verdad primera, ) ) l . nivel, que un cuerpe sumerjido en un fluido de Coíno co aborado1· de su importante periódico, : \ menor gravedad no se hundn, qtle los ast1·os se me att·eví a dn no l juegos del Coliseo.¿ Puede rechaza¡·s~ ~e testimo- es un s·obo, un salt~nmiento, puesto qye no hni ni 1 nio? No, racional i lójicamente hnblás~(}, no pue- ha habido tales manos ·muertas, ni tales bienes 1 de rechaza1·se i mucho ménos exif1iendo, como amo1·tizados hace largo tiempo en nuestra tiel'l'a., existe hoi en Roma la columna Ai1tonina, don- Si UU. los escritores católicos, se emedau ahora de está •·eprescntado en relieve eJ.. p1·odijio de la en etemas polémicas sobre milagros, o sobre cual. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. quiel'a ota·o asunto inoportuno, si t1·agan el anzue- ' tener hasta el dia la publicacion semanal ; i cum­lito que les han ehado los pescado1·es,estos habrán pliendo con galanura i brillantemente la mision que logmdo su objeto poa· ahora, que es distmerlos a babia tomado a sn cargo. Mision sublime i grande UU. de esas gt·aves cuestiones, i de las que deben como grande i sublime es el objeto que en ella U. sm-jit• del estado actual de cosas,i distrae!' tambien se proponía, i mision que, no dudamos, haya pt·o- ' n los lectores con provecho de In impiedad. ducido los mejores efectos, conduciendo intclijen- Los milagros se ven i se palpan, i lo que se vé cías estrnviadas, al camino de la vet·dad i de la luz. 1 i se palpa no necesita pi'Ueba ni demosta·ncion. Pero Ha prestado, pues, U. con la fundacion i redac-eso::; señores no admitirán jamas los testimonios cion de « El Católico» un positivo servicio a 1a que se les dén, aunque con ellos se llenen diez vo- Iglesia, i de consiguiente a nosot1·os que, romo , lumenes; i como no hai peo•· sordo que el que no católicos, debemos considerat· como tal la defensa quiet·e oh·, ni peoa· ciego que el que no quiere ver, de nuestra Madre ultrajada, insult«da i escarne­es inútil gasta1· el tiempo, la pnciencin. los tipos i cida por los que han quel'ido llamat·se tolea·antes el dinea·o, o como se dice, gas tíll' la pólvora en en materié\s relijiosas, aunque no toleran ni siquie­gallinazos. Empleo UU. la suya en pavos, faisa- ra que lloa·emos en las aras del Dios vea·da> opóngase alguna de es- ¿Acaso g•·andes utilidades pecuuial'ias '? Bien sa- 1 tas ·otras : a los a·obos son justos?« La revolucion brmos qne ha salido alcanzado en las cuentas con ha sido útil o funesta al país'?>> ¿ «Qué se han he- el Editor. ¿Acaso la p;lorb literal'ia? Oh 1 No! cho los millones que pl'odujeron las manos rnuer- Adcmas de que esto Yale tan poco en nuestro país, tas? » << ¿Qué-gan1utías de ó1 den i de pnz dán los esa ya la tenia U. conquistada de antt>mano. Pero principios ni los hombres de la época? 1> ¿mro del tcl'l'or: el espt>J'aba diócesis, 1 Esa sel'ri una histol'ia i él la escribirá. Me limitaré, tanto ménos sus palabras cons oladoras, edificantes pues, a tocat· los hechos principales. i llenas de uncion i de fé; los sostenedol'es i de- «El Univet·so » ha sido en la r•·ensa pal'isiense fensores del Catolicismo apénas podiamos publicn•·, el órgano mas escuchado, el mas influyente i, para como a eseondidns, cortos folletos i hojas sueltas decit verdad, el único órgano del partido Cató­en defensa de nuestra Relijion i de la Iglesia, espe- lico. Se le han puesto al lado periódicos relijiosos ; !'ando, cuando ménos algunos días de pris.itm o de se le han opuesto periódicos de p:utido, pero solo 1 estrnñamiento : en tal estado se hacia notar la fa 1- él se ha mc\11tenido siempre lejano de las facciones ta de una pnblicacion periódica que rccojiet•a i uie- i de las j4otas de toda especie; soJo, ha podido t•a a luz semanalmente las qnrjas de los católicos, decir siempre con toda venlad : «Yo no pertenez· lanzadas al pié del altar doméstico, pues los tem- co sino a la Iglesia i a la Patria. » plos pe•·maneciall cermclos ; i fué entónces cuando ¿ Qné quel'in el paa·tido Católico? apercibiéndose U. de aquella falta, fondó «El Ca- > con 1,200 suscl'itores; se le han presentado, desde In falta de recu•·sos poros amigos en el mundo rcUjioso, niHguno eu pecunial'ios, no solo para empeznr, sino pam sos- el mundo político. Hé aquí los elementos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 285 ~Aun en la polítiea, se observó una conduct~ jeneralmente bien circunspecta: la ausencia de toda hostilidad sistemática contra el Pode1·. Se admitió la evolucion de 1830 con su Carta, su Rey, su dinastía, i nos limitamos a trata¡· de sacar par­tido en f'avot· de la libertad de la Iglesia. La reso­lucion era formal, de no inclinarnos ni a derecha 1 ni a izquierda. « Acuerdo perfecto en las cuestiones t·eliJiosas : amor sin reserva a la Iglesia; profcsion, sin mis­tel'io, de l) ( 1 ) Este progama hizo estullar en el acto numrt·o­sas reclamacioJ1es, i encont•·ó vivas hostilidades. Miéntras que el Podet· se inquietaba con un movi­miento que debia suscitarle embat·azos, la p1·eusa lejitimista denunciaba una tentativa de engancba­miento en fa'\lor del réjimen de julio. Las hablillas hacian circulnr la especje de que «El U ni verso n que prometia muí poco a sus Redactores i les daba ménos aún, em costeado pot· Madama Adelnida, hermana de Luis Felipe. Los revolucionarios i universital'ios, aunque felipistas, respondían a los Redactores del periódico Católico que pedía liber­tad. 1.( Vosotros sois Jesuitas, i se os debe es­pulsar. » A tmves de estas hostilidades, el periódico cre­cin. Su fusion con la ia a la vez los mas sólidos apoyos i los guías mas seguros. Fuet·a del periódico .. se publicat'on folletos pnra activat· la pmpaganda . .M. Luis Veuillct tomó pat·te en esta lucha con su escrito intitulado « Carta a M. Villemain, l\Iinistt·o de Instmecion pública. >) El éxito de este escrito contrilmyó mueho a estendct· la circulacion de «El Uni\'erso.>) El Gobiemo inquieto, o mas bien irritado de Jos esfuerzos de Jos católicos, cedió a las premiosas instancias de la Universidad que en todos sus dia­rios lo conjuraba a recurrir a los medios rigorosos. Viendo que era poco anastl'at· a los Obispos ante el Consejo dr Estado i obttne¡· de ellos declaracio­nes que calificab~m la defensn de abuso, se trntó de iutimidat• a los escl'itores, i sobretodo a los · \ ec\esi<\sticos que hacian la guerra al monopolio. Se aprehendió desde luego n\ seilo1· Abate Comba­Jot, auto•· de una elocuente JUemoria a lo,s Obispos, i bien digno de set• el prime¡· atacado. El fué con­denado a pl'ision i a una multa. Siguiendo el ~so de las causas políticas, los Redactores de <(El Uni-l verso» i el Comité (.'atólico, pt:epararon una histo­_ ria detallada de este proceso, encargándose lVI. . Veuillot de aüadirle una intl'Oduccion,que escl'ibió · de manera que no pudiera prohibirse la publica- . cion del folleto de que el partido cat,ólico contnba hacet· un medio de propagandn. , El manuscdto fué sometido a la revision de un M> dirijiéudose a los Jurados: i'e de lA Iglesin se ~ pusil'se resueltamente a In cabPzn del partido libe-~ ral. La clivision se introdujo hasta en la redaccion 1 largo tiempo tan comparta del ~~ Univet·so : >) los Jesuilns <..le H.omn, que no tomaban parte en las manifestaciones clérico-libcrcdes, enm en Francia censurados por unos i aprobados po1· otros. M. 1 Luis Veuillot, decia coll este motivo en una carta ~, dirijida a M. Coux, el 18 de 11ovir,nbre de 1847 : " Encuentro bien, i aun deseo .que los Jesuitas no salgan de su casa 1 perdería tal vez algo de mi simpatía por ellos si hiciesen pl'oclamas de Ja especie de la de los fl'anciscanos de Perusa,en que me parece descubrir algo al Sacerdote constitu- 1 cional. Yo no veo en la historia ele la revo!ucion ninguno de esos habladores de libertad q.ue se haya euconta·ado Sacet·dote fiel en el dia del mm·­til'io. Si po1· una desgracia cuya posibilidad se ol­vida demasiado, P-ío .IX fuese destronado" estoi segUJ'O que pe1·mnnecel'ian al lado del Papa mas Jesuitas que de esosjTati p1·oclamadores. " En lo que concierne a los Jcsuita8, mas vnle s~uit· al Papa nsieudonos a su sotana, que preten­de~ · sacarle fuera de ella. El Papa es ba~tante sá· bio para nu quedarse drma ·indo a tras ui ir dema­siado léjos : la segul'idad está a su sombra.'' Las disensiones se agravaron, i M1·. Luis Veui.­. llot, viendo que se entraba f(\ªJ5 i mas en Ja vfa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. _ - .. ,_-. _'! - ~ ...... - -~~·-· - - ~- rrl 286 EL CATO L 1 C O. ~;~:::::~:~~::,~:;; d;::~;.::::: t:;g:;.: -:~,:~=nu~e t dt-bia dt>jar él solo. A~uardaba para paa·tir el fin 1 ('Ste hecho puede concluil·se que el 1\e> uno dP cu .. ' os fundadores fué M. de Coux. Ma·. de Montalembea·t, i el golpe de K tado no M. Luis Veuillot se quedó con ((El Univea·so,,> i M. ejerció una acrion inmediata sobre el partido ca­de l\1flutalemb('rt vnh ió a ser uno de los amigos del tófico. Mr. Veuillot, despues de Mt·. de Montn­peribdit'o; hé at¡-Uí sobre este punto algunas líneas lembret, se adhh·ió a él, porqne asi l1ebia hacerlo de Mr. Veoillnt: como consecuencia lójica de la linea de ronducta " l\1. de Montnlembert nos pennitit·á a·ecordar que habia seguido en su periódico. Así fué qoe eu una (•it·cunstanda que le honra : en el momento todas las discusiones que precedieron i anunciaron de la revolution estaba de malas con "El U ni ver- el frn de la República, e' El Universo" se mostró 1 so. " El 24 de f{> u·ero poa· la tarde, en númet·o de favot·able al Presidente, pei'O sin manifestat· taro­tres o cuatro,delibel•·nbamos sobre el lenguaje que poco un celo estremado. Sus reservas dejaban 1 ·¡ debíamos usat·,cuando vimos,~on mas alegda que compt·endeJ' que no podia olvidat· cierta carta rela- SOl'pl·esa, lle~a~· a M, .• de Montalembef.t. Fué el ti va a la cuestion romana, contt·a la que ningun único C; ; pitan que upaa·eció es~ ta1·de eu nuestro otro periódico había hal>Jado tan fuertemente. pobre i pequel'lo cuerpo de gnardia. Antes de ha- Aunque mostt·aba ioclina1·se al lado p1·rsidencial, bet· dieho una pnlabl'a sobre la situacion, estaba- no llegó a pi'Onunciarse ni por el impe1·io ni por la mos de aClH'.l'do ; pt·esente i consultando él, es- Presidencia vitalicia ; se limitó a opinar en favor cribimos el wrto programa de la línea de conduc· de la pa·olongacion de Jos podel·es que ·tc·nia Luis taque debinmos seguil·. Este programa e1·a since· Napoleun, i no hizo el papel de vencedor al dra ro ; se le encontró sin temeridad i sin bajeza. siguiente de la victoria. El 8 de diciembre de Bien p1·onto despues, leyendo las instrucriones de 185 t escl'ibia : "NosotJ·os no somos ven<'edores nuestros Obispos, tuvimos el consuelo de ver que " ni vencidos, ni descontentos. Nada tenemos que no habíamos sido mal inspirados." " decit· cuando nada de Jo que nmamos se ha ata- IV. "cado ni amenazado. Somos simples esoectado- Bnjo la Hepública, " El Univet·so" estuvo en- ~'res de los acontecimientos, i ,-emos en ellos clavado en el partido de la resistencia, pei'O sin " grandes i consoladol·as lecciones.' ' pertenecede ; pot· el contrario, no cesó de mos- No quea·iendo depende1· el esct·itot· ni de la opo-tt ·a¡• a este pnrtid ,l que si tenia mejores instintos sicioú ni del poder, se colocó en una por: iciou que \ que sus adversarios, necesitaba mui poco para lo alejaba igualmente de la oposicion i de los em~ · te[\et• tan malas doctrinas como ellos. Duran- pleos i aun de las candidaturas. Asi pudo juzga¡· · l te el tiempo de esas luchas tan vivas, reinó pe1·- los incidentes que se presentaron, sin que lo cega- 1 fecta armonía en el fondo de las cosas, tmtre ra el espí1·itu de partido, sin censurados ni elo­el pedódico i M1·. de MQntalembert. " Antes jiarlos, i sobre todtl, sin comprometer jamas el del 1 o de diciembi·e, Luis Napoleon, candida- pot•venir. Segun una patabra de Mr. de Monta­to pnt·a la P1·esidencia de la l\epública, ofa. bien lemtJe¡·t, hablaba como testigo i no como gm·ante, a t<,)dos los hombres que poseían una voz i una aceptRud-o lo que la Iglesia areptaba, i contestando pluma. PI'Opúsose al Redacto-r en Jefe del U ni- , a ciet·tas mls~bles insinuaciones: e< Como depen· verso una entrevista con este personaje que podía . de de nosott·os dar armas a la caiumuia. estamos ya influit· té nto. El periodista respondió que M1·. ta·anquilos. ~ El estracto siguiente de un artículo de Montalembert era el jefe del pat·tido cntólico, i publicado el t4 de marzo de 1852, basta para in­que poa· medio de él se podia sabe1· todo lo que di ca•· su actitud : pensaban, todo lo que qnE>riao i aun lo que desea- « Que el Príncrpc se acuerde de la confianza ban sus amigos, i que él tenia mas t-ítulos i mas ce qoe el país ha depositado en él ; no el pais que capacidad que ningun ota·o para hablar en nomba·e e< está celoso i que discute su podea·, sino el que pi­de tal partido.', (2) « de al po·det· justicia, fuet·za i paz. El Pl'íocipe La eleccion del Pdncipe Luis Napoleon cambió ce pu-ede mucho pam el mal como para el bien; l}ien pi'Onto la situacion. M•·· de FallotlX encar- « pero Dios no sostiene largo tiempo lo que no es gado del Ministet·io de la instt·uccron pública, sacuet·dos, aumentó las disidencias, 1 pot· cualquier artículo que pareciet·a desagradable; agrabó ciertas hostilidades de que resultaron polé- pero sinembargo, como estaban resueltos a desa- ,l micas ardientes. fiado todo para publicat· lo que les llegara del i ( Aq_uí el autot• de la biogt·afía entl•a en porme- Soberano Pontífice, publicaron, apesar de la ame. 1 nores sohre las disputas que ocas!onó una tésis en naza foi·mal de supresiou, el discurso en que el J que se pt·oponia que a la juventud cristiana, no se Santo Padt·e calificaba el escl'ito titulado "El Papa 1 Ja educat·a sino confOJ·me a las ideas de tos clási- .¡el Congreso,'' como "un monumento insigne de cos ct·istianos. Esta disputa llegó a tal grado de . hipocresía, i un innoble tejido de~ontradicciones." acl'imonía, que Monserwt· Dupanloup prohibió en En el momento en que se acababa de resolvet· su su Diócesis la lectum de El Universo, en cuyo inset·cion, entl·ó al despacho de la l'edaccion uno pel'iódico se sostenía que no debía limitarse a eso de los colab0radores, i notondo en las fisonomí&ts la enseñanza. El Redactor agua1·dó el fallo de Ro- algo que indi<·aba una situacion gt·ave, preguntó : maque le fué favomble. ¿Qué sucedt>? Que estamos mul'iendo, se le t•es­Dt> spues el Abate Gnduel, lo atacó en un folleto, ponclió.-El 11 de enero de 1860 se publicó el dis- ¡ acusáutlolo de habet• so~tenido difet·entes herejías. curso del Papa, i el 28 del mismo mes reribió M. M. VeuilJot contestó i se fué para Roma, no a bus- Veuillot la Encíclica Nullis certe condenando los cat• la solul!ion de esta cuestion,sino a oJ"ar pot· una últimos atentados cometidos contm la Silla santa. p.et·sona quel'ida a quien babia pet·dido. Miéntras Envió! a a sus colabol'adores diciéndoles: r, Hé tanto, el Abate ocUI'J'Í{) a Monseñor Sibom·, Arzo- aquí la muerte. El pel'iótlico será suprimido ma­bispo de Pal'is, que condenó tambien el pe1·iódieo. ñnna."-La Encíclica se t1·adujo, no obstante, in­A esta condenacion se adhil'ie1·on ott·os cinco Obis- mediatamente, teniendo pot· una fdicidwl pe1·ecea· pos; i M. Veuillol apeló nl Papa, que en 21 de en tan bella ocasiou. No h (tbia sino un temo1·, ¡ ma1·zo de 1853, espiclió la Encíclica Inter multi- em que el periódico fuese co!lfiscado en la impren­plices, 1·ecomendando a la benevolencia i protec- ta, i que !~ palabra poutifirfa no reeibiese publi- , cion de los Obispos, los escl'itores laicos i los pel'ió- cidnd. Pero el 29 por la tiw ;}ana la Encíclica apa­dicos •·elijiosos. Monsef'wt· Sibom· derogó entónces rccíó. El mismo dia fué sup1·imido El Universo la prohibicion con que había herido a El Universo. por un decreto imperial. Er uial'io sueumbió, pe1·o f :l· Pe1·o la gueJ'I'a no cesó poa· esto. En 1856, ~e la Encíelica se publicó; los otros diados no tenían , p~blicó un folleto anónimo que se atl'ibuyó a mu- prohibicion de rept·otlucirln, i desde eutónces, nin­cnos escríto1·es i que se 1·epartió con pa·ofusiou. En gun obstáculo se ha puL:h o a la publicacion de él se trató de pt·obm·, tomando varios trozos aisla- estos docurnf'ntos. dos en la coleccion del periódico i adulterándolos, l\1:. Luis Vt>uillot i sus c ompnf¡eros, no podían que El Universo, i sol:>re todo su Redactor en Jefe, des<>m· un fln mas noble, m:\ s glorioso para la obra ' habwn sostenido las doctrinas mas •·evoluciona- que habían amado tanto. ría : , i cometfdo una multitud de iniquidades cuya Hé aquí nlgurms lineas de una carta redactada soliuaddad deshonrada a la Iglesia. Esta publica- por f. Veuillot, i dirijida al dia siguie~:tc porto­ciou fué apoyada i ensnlsada, no solo pot• Jos pa- da la t'eclaeci'm al So1wrano Pot tífi(·(~ : peles que atacaban la fé católica, sino aun poa· los u Una l~ndt'licn de Pi u IX lnhia dndq la vicla ¡· t ,· que la de 'endian,i los Obispos tuvieron que censu- al Universo, i otra Encíclil'a dP Pi o rx le ha qui-t! ml'la. La t·edaccion entabló un proceso que tuvo tado la Vida. Dios i Pío TX. ;eau lwnditos. Nue~-­que se1· abandonado pot· un sucesc imprevisto, i tra obm era vuestra obra, Santísimo Pmlrc, i nues-el auto1· del anóuimo se comp1·ometió a no refmpd- tros \'Otos i nuest1·os tr;d;o jos cotltínúan siendo mirlo. vuestros como nosotros.'' Como M. Veuillot habia conticuado su política El Sant•) Pad.1e se digno felirital' n los lledc·tcto-de pt'escinjencia absoluta de los partidos, i muchos res de El Universo poi' hah ,. ernpt·e.~.lido ' ' hacia de sus autiguos ellmpniie;·os de t·edaccion habian tanto tiempo, i de todo c01·azo n, sostr•t¡er i defen­formado en las tilas opo ' icionistas, resentidos por- der la mui belln i noble c·n usa de la Iglesia i de In que no los seguía, lo acusamn de mui complaciente S:-~nta Sede." Alabó mui p: t'ticulaJ'nHmte el mdot• , con e~ poder, i pt·ocul'ar_on así la sup1·esion del "eon que se habían esf'o.rz a do, sin. tt•mo1· ninguilo, 1 pel'iódico pot· un decreto impel'ial. ) -en l'Pfntat· los diados irnpudentes, en dt>f<~ncJe¡· lns Veuillot cometnó a tenm· pot• inevitable este leyes ele la Iglesia, i en c·ombatir pot· la soberanía sarrificio, cuando el protoco\o de 8 de abl'il de civil con que la ProvidP l da ha investido a los 1856, pt·obó que el Piamonte podía cont:w con la Poutífiees I'Ofl11H\OS." alianza de FJ'a.ncin. E1·a clat·o en efecto que la Cuando Et Uni1:etso fu~ sup:·imi ( o, coutabn gQerra de Italia alcanzada al Papa; i El Universo trece mil suscritores i este número iba siempre en e~pt·esó esta convicc1on, aun ántes d~ que la cues- anmentv . , tion ita}iana fuese publicada oficialmente. A esto Es preciso notar que M. Billauit, Ministro de lo · : se debió que IR cnmpi•ila no fuet·a mui desastrosa, Intel'iot·, tJo hablnba de la publicaeion de la Eneí­ ·pet·o ro celo IP ata·ajo una prevencion de que solo clica en el informe en que pedía la supn·sion d 1 ' le libró la amnistía que siguió a la paz. No obs- periódico. No toda verdad debe decirsP. f:t califh'ó tan te, la cuestion continuó, i la p1·eusa sometida al '' Unive1·so" de dañoso a lo: verdaderos inte- . i apeló a los iLrultos i a las denuneiaciones .eontt·a reses de la Iglesia i a los e: e la paz p •í lJlica, j 1 ' El Universo. La redaccion fué de nuevo conmi- di.io tarnbien que era la c~usa de atnqut·s mui te­nada con la supresion, no ya con motivo de los mibles dirijidos contra la Relijion. ¡ Cuilnto cl<->be negocios de Itnlia, sino poL· causa de un escrito haberse sorprendido el cándido i pkdoso M. Bi-titulado Europa i Asia, i seis semanas desput!s; llnult, al V(>l' que la supl'esi.on del Univel'.~o, léjos se le hizo otra conminacion por un proyecto de de hacer cesar esos atnqu{'-s m~ti temibles, 1os ha carta al Papa, que había pt·opuesto M. Veuillot. hecho mas atrevidos ! A ñadkemos que su tésis El decreto ministel'ial dcclamba que tal P'.'6yecto ! ya era co~1ocida, .po1·que los catóJi,•os model'ndos tenia por fin "busrat• J organiza•· una ajitacion ! sinceros, ga.lirnnos,fusionbstas,académicos,i en fin' en Francia, bajo un pretesto relijioso.·,, 1 toda la prensa irreJijiosa la babia sostenido üntes: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 ~88 -- :EL CA T·o L I C O. r~.,~~~~~~~,.....,_~r . r-..~ ................ - 1 Como el ataque era mas bien a Veuillot, que al 1 f periódico que él redactaba aunqn~ el Ministro 1 hnbia califieado de in.sopo1·table e: titulo de C'ste, r se permitió al propietario MI', Taconet. comprar 1 otro que se llamaba la Voz de ltt verdad, i que ¡·: contaba cr.¡·ca de 2000 soserito¡·es. DPI pel'ióclico suprimido i del nuevamente adqnil'ido, se formo ¡1 uno nuevo que se llamó El !J'Jundo i que f•onservo 1 casi todos los RedaC'tOI'<'S del <> i todas : sus doctrinas. Lo únieo que se exijio por los en­l e> no ha desarmado a los enemigos de MI'. Veuillot. Los escritores revolucionarios i oficiosos (que es todo u no), lo he n perseguido con injmias po1· b prensa i aun en el teatro donde Dada se rrp1·esenta sin el pase de la censura, los católicos liberales mas ilustres i mas nombt·ndos, lo han hostilizado ata­cé" indolo, regañándolo i haeiendo mezquinas alusio· nrs a él en sus panfletos, rn sus discursos i aun en sus libt·os. El ha solido contestna· cuando se han atacado sus obras, i ha desdeñado toda respuesta cuando los atnques hau sido dirijidos a su persona. Pei'O como no ha habido acusacion que no se le haya hecho, aun la de ambicion personal, ha dicho por fin: «Yo no soi nada, ni pretendo nada,ni tengo nada. No perténezco a ningun partido, porqu·e no me hago ilusiones sobre ninguno, ni acaricio ninguna quimera. No <:'stoi ligado po~· ningun reconoci­miento, por ninguna ftfeccion, sino con la Iglesia, pm·que ella es mi Madt·e i mi Reina. Es a ella que Jo debo todo desde que le debo el conocimiento de la Y<:'rdad ; la amo porque es po1· ella que creo; ele ella sola espe¡·o todo lo que puedo espet·ar : hombre, la misel'icordia divina, ciudadano, la sa­lud de la patl'ia. >) Concluyo ron estas palabras que cal'acterizan la obra i el obrero. No se espe•·a¡·ia de mí, sin duda, que enta·ase en detalles particular<'s sobre la Yida de Mr. Luis Venill.ot. Las cosns demasindQ íntimas, segun Eu· jenio G uérin, debe uno gua¡·dal'las pa1·a sí. Hahlat• de sus hábitos, seria una pue1·ilidad : yo he divi- ~ dido con él los placeres i )os dolores, ¿ p.ara qué refcl'il'los a los indiferentes? 11 1 ·EuJENIO V EUILLOT ( 3) Una de las obras mas notables de 1\ll·. Vuillot, es la que ha publicado últimamente con el título de 1 f7ida de Jesus. Fn ella hace la verdadera historia del 1 Dios. de lo~ cristianos, _i pu~veriza la novela que con ¡ el m¡smo t1tulo ha escr1to l".rnesto Rr.nan. El Santo Padre dirijió con este motivo al escritor católico la rat:ta q_ue publicamos en nuestro número 82.-( Nota de la redaccion.) · RETRACTACION. Ilustr~ simo señor Arzobispo doctor A ntouio U erran. Socorro, diriemt1·e 20 de 1864. Nuestro amado i mui respetado Prelado :-He-m os leido con el respeto i la estimacion que merece. la carta contt>stacion que se dignó <'scrihirnos con ferha 1.0 de los cot'l'ientes, en (Jtle nos manifiesta , S. S. J. las razotH'S en que se funda para rxijirnos ret1·actacion pública del jm·amento que pr('stamos en los términos prevenidos po1· la leí sobre policía de cultos, i de fas opiniones i doctrinas que hemos publicado po1· la imprenta. Vamos a complacet· a U. S. I. diciéndole lo sr.- ¡ guiente: po1· el jut·llmerrto que prestamos en obe­decimiento de la leí de .23 de abril sobre policía f' de cultos, no quisimos de modo alguno obligamos a obedecer al pode¡· tt>mporal en asuntos propios de la jmisdiccion espiritual ; i aunque a\ prestar sia, pedirnos perdon a la aHtoridad cele- 1 s!ástica por httber prestado nuestro juramento, sin salvedad alguna en la fÓI'mula con que lo pt·es­tamos. Respecto de las publicaciones que hemos hecho po1' la imprenta, des pues· de babea· prestado aquel juramento, ya lo dijimos a U. S. l. en otra ora­sion, i lo repetimos ~hora: nos rett·actamos de todo aquello que en tales pu\)lieariones rsté con­denado por la Iglesia docente, como rontrc1rio a la fé, a las buenas costumbres i a la jurisdircion es­piritual de la Igl('sia; pues crPemos <.·o.n el Apóstol que la Iglesia católica es "la columnn i firmnmen-to de la verdad," i que nuestra razon ()(lbf' sorne· terse a su,. autoridad, sin exámen ni va~ilacion, siempre que se trnte de asuntos propios del órden espiritual. Si esta retractacion fuere suficiente ra1·a llenar los deseos de U. S. I, pedimos rendidamente In 1 correspondiente absolucion, i prometemo sujetat·- ! nos a cumplir la penitencia espil'itual que se nos. señaln. U. S. I. tendt·á lü bondad de dar t\ esta ret1·ac- • tacion la publicidad necesaria, i ordenarnos totlo 1 . lo demas que dt'bamos hacet· para llena1· nuestL:o deber como minjstros católicos. ~ Con sentimientos de respeto, amor i obediencia, ~ nos suscdl>imos de U. S. I. humildes súbditos. · Félix Jiron-11/iguel Atuesta .. SEÑORES SUSCRITORES." Con el pt·esente número tet·mina el trimestt·e .. .COI.EJIO DE I .. A CONCEPCION. Este Establecimiento de alumnas rsternas continua­rá sus té.lreas el dia 7 de enero de 1865. Se enseñarán las materiassiguient~s: relijion, urba .. nidad, historia sagrada, gramatica castellana, aritmé­tica, frances, jeografía, escritura, d•bujo, musir,a vocal e instrumental, costura, bordados, tejidos i demas obras de aguja, i flores artificiales. El sistema adoptado para el estudio de los ocho pri­meros ramos será el _mismo que emplea en el" Liceo de la Infancia" mi hermano, el señor Ricardo Carras- l:.j · quilla, quien se enc.:~rgará de dirijir la enseñanza de ellos. La Dir('ctora, BELEN CARRASQUI LLA DE ÜBTEOA. ..._ .. _ ... -.......... ~ ............... ......,.._""'"" ............. ..........,...,.. IMPRENTA CONSTITUCIONAL - POR NlCOLU llO~TON, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 84

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Contradicciones, pájaros

Por: Ángeles Mora | Fecha: 17/01/1865

TRIM. IV. AÑO II. Bogota, 17 de enero de 1865, NUMERO 85 SEÑORES SUSCRITORES. 1 dnd i su existencia de hombre es un hecho histó· Con el presente númet·o principia el cuurt-u tri. 1 l'ico; pet·o no ha existido ningun enviado sobre-mestre del segundo año. 1 natural ; luego Jesus era simplemente hombre; 1 Juego no era hijo de Dios, .sino en el sentido de 1 que todos lo somos; luego no era Dios. >) ~ NUESTRO~ AJEtJTES. 1 Hé aquí hasta donde ulcanza la negacion del Les suplicamos encarecidamente que, a vuelta ¡ milagro, ¡ sinernbnrgu, U. dice: « J .... os ultl'amon­de correo, se sirvtlu enviarnos e\ valor de las sus~ tunos lo defienden ~olo p nra poder embrutecer i criciones qne coloeat·on en el tl'ime~.tt·e que tet·nü- esplotnr a los pueblos, Nosotros lo comb·ltimos nó i las colecciones que tengan obran tes. persuadidos de hace· un gl'an set vicio a la Relijion REDACTOR, VE1 ANClO ORTIZ. - - - LA CUESTION DE LOS MILAGROS. cristiana, dándo con1bate a las preocupuci0nes. )) Esto equivale a decir : « F.l Cristianismo ha ci· 'ilizaclo al m un( o porque el mundo lo ha creído obra ele Dios, porque el mundo h:. creído que Jesu- 1 cris~o. es Dios_; quitémogJc ~ Crist~ el prcstij.io .de la eh vu .. dud, 1 entónces hn ·a mus btenes el Cnstm- Se,ior Colaborador de ) t nisrno. )) Pero como el hombre alnn donado a sí Efectiv.1ment ··, seiwr, es < ifícil entt·m· con UU. 1 mismo, no puede adclantat· porque todo progreso en m a cuestion séria, poquc no tienen bueno fé. 1 ven/aJero tiene f rzosamt•nte que acercado a Dios, Sernros ele que lo que UU. escl'ibcn llega sin es- 1 fuente única de toda perfeccion, no comprende- · torbo hasta los últimos rincones de In ll<'públic~, 1 mos cómo pueda hacerse mas útil a In humanidad 1 i de t¡ue los que Lt>n ce El Tiempo>) i ce La Opiniot n 1 la Relijio! , quitánt!ole su oríjen di vi o i su fin no le ·n lo que nosotros escribimos, siguen llU. 1 inmortal. ¡Qué crbtinnismo tan particular el suyo, !' siempt•e adelante diciendo qne hemos desertado de 1 se flor Cotabot·adot· te ce El Tiempo. J) Ese cri tia- ~-~­la polémica, que no !JOdemos conte~ta1· -us argu· 1 nismo, obra de un hombre que :.;e éltr~vió a !la­mentos, porque el Catolicism:::> no resiste una dis- 1 mat·sc Dios no ~iendo Dios, no es mas que un sis- 1 .. cnsion filosófica. Así van UU. ganando terrello ron 1 tema filosófieo como cualquiet•a ou·o. No h~:ti re .. 1 , Jos que tienen bucnns dispc sieiones para la im- 1 velacion, segt n U, no hai 1 uda, i de con ·iguiente i piedad, i van arrastrnndo a Jo Íl rautos po•· la vía 11w hni Dios, pot·que no hni Pro ·idencia. Entón- ¡ del ateismo, para arrojm· a una porcion del pueiJio 1 ces U. no es Cl'i: iano, pero ni aun deísta, es ateo. 3 en nn piélago de desgracias ; este es el íll}lOI' que 1 ~~to t'S lo que U . nos dice claro negando la di •i- ., UU. tienC'n a sus compatl'iotas. La mayor pat·te l11idad de Cristo, los milngros i la e.xistenda del de estos, no tiene otro consuelo en su miseria que 1 infiemo. ·~ ·su f> en Dios, su nmor a Jesncl'isto, su espenwza 1 La revelacion es un gmn milagl'O ; si no hai en las promesas del Evanjelio. Pm's bien, UU. le 1 rnilngro no hui t·evelacion; si no hni rcvelacion quitan ese único consuelo~ i gritándole: e< sois 1 no hni rclijiou verdadera, no hni Provic'ruciu, no ~ libre,>) ''en su desespet·acion i se ríen con una rLa 1 hni Dios. Un Dios que creó i no conscna, que • satánica. 1 crPó i deja luego abandonada su crcatura sin dtt ' l~n los dos u1timos n'i meros de este pel'iódico 1 cirle siquiera por donde ha de mat·ch:lt', 10 es l hemos contestado a U. señot· Colt.borador, los ar- ¡ com{)l'eusible, no podemo!:: imrtjinado, es tanmons· 1 gumentos que hn hecho contra el milagro, i sin- 1 tt'Uoso para nosotros corno para U. el milagi'o; 1 embnrgo, en elnúmet·o 369 de «El Tiempo, )) que 1 i como el milngro prurba la divinidad de Cri.sto, ¡i tieile fecha 11 ele este mes, di('e U, qne ce El Cató- 1 i como nosotros CJ'(lemos en la divinidad de Ct•i to, t . ~ lico >> ha guardado un profundo silencio. ¡~ Hai 1 defendemos la existencia del milagro. ' en esto bur•1a fé? .e To, ¿ pe1·o qué impo"ta ? Lo 1 Si b mot·al Nistiana es sal \'adora de ta huma- 'f que importa es que los que Icen «El Tiempo~> i 1 nid:Jd, es porque la hurnanid:Jd eree en la revela- ~ no leen ce El Cat61ico, >> crenn que cfe~tivnmente 1 ciou. Si eL hombre busca el saerificio en vez de los 1 nos ha dejado U. con la lengua entre lt\ boca con 1 goces, si renu 1cia a una e, istencia llena de pla- Je ' sus estupendos argumentos. 1 ceres para consagrarse al servicio de sus seme- Cuesti'O pueblo no estú suficientemen e ilus rato 1 .}ant('S, es porque cn.'c en el cielo, porque cree en · ~ f para tcnel' criterio. I. .. e La~ta ve1· qne una cosa está 1 las })I'Ornesas de Cristo; pero si Cristo no es Dios, l l impresn, para creerla ch•rtn. Si no f11era 1·a1 u 1 el hombre se hace pagano o ateo, que es lo mismo, ~ ~ 1 ! situacion intelrctunl, 110 Sfl'inu los libet·alrs los 1 i entóuces todo lo sacrifica a sus goces personnles. 1 que cstaiJan eu el Poder; el pueblo hubria cono- 1 El hombre ama a sus semejantes porque cree en cido ya hnsta dónde nleanznn ..,us derechos, i no 1 Dios i espera cu sus promesas; ama a su patria li üeJal'ia iosultm· impuneroente sn fé. 1 porque an:Ja a sus semejantes¡ pero si no hui Dios, · U. dice: e< El milagro no sirve para la moral, 1 si el que él creia Dios no es mas que un céleiJre ·i no es npoyo de la doctrina cristiana, no conduce 1 impostor, ¿por qtJé ha de nma1· a sp patria? Su 11 [ a fortificar el sentimiento relijioso, no prueba la l patria es su yo, í ence!'l'ado en un egoísmo l)l'utal, ~ ¡ existencia de Dio:s, del alma, ui de la inmortali- l todo lo sacrificará a la satisfaccion de sus deseos, 1 f' dad, no inst1·uye, no mejol'a la especie hurnana, l será un mónstruo. Hé aquí las consecuencias de l, (¡ no sirve, en una palabra, para nada Lueno. >) ¡la negacion de la divinidad de Cril:. ·o. I un po.:!o mas adelante est<1rnpa estas palabras, 1 Segun U, señot· colaborador, ya lo v0, no hai ~•1 que prueban pt\l'a cmmto sirve el milag¡·o : <'Si 1 ninguna virtud positiva, no bai porque amat· a los el milagro no existe, como lo hemos probado, no 1 hombres, no hui porque amm· a la patria, no hai l1ai mision sobrenatural.-Jesus existió, es ver- 1 porque sacrificarse en favor de otro; el yo es todo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 290 EL CATOLICO. ¿Este es el credo de los'libet·ales? ¡ Pobre tierra la nuestra 1 U. exije que se le pruebe " de un modo il'l'efra • gable un milagro siquierfl, uno solo; i entónces, dice, Jos admitimos todos." Nosotl'os le hemos citado a U. uno compt·obado con el testimonio de la historia i con un monumento que aun existe. La misma pt·ueba que tenernos de que existió un hombt·e que se llamó Má1·co Aun•lio i que ft é em­pe, ·adot· de Roma, tenemos del milagt·o ( cunido pot' la orncion de una de las !ejiones de su e,i(~l'eito. El milagro es un hecho, pnt·a nosotros inespli­cnble, pero es un hecho que se vé, que se pnlpa, qu~ nos entt·a por los sentidos como <·ualquiera otro ; i de consiguiente se ¡.;rueba como todo he­cho, pot' laahistoria. Le hemos probado a U. qne el Evanjelio es una histo1·ia, se lo hemo: p1·obado con las mismas condiciones que U. exije, i le he­mos pt·esentado la relncion de los mila¡2.ros que él refiere. Si estas no son pruebas, no aeertamos a comprende•· cómo puedan comprobarse los ncon · teeimientos que han tenido IÜplr léjos dP nosotros. Todo lo que ha sucedido en el muudo, lo sabe­mos por testimonio ajeno ; miéntras m(}s rnmH•t·o­sos son los testigos de un hecho cualquiet·n, mas fé nos merece; i si esos testi_bos no pueden tachar­se, pot·que ningun intel·es han podido tener en mentir porque ninguno de los que pudieran des­mentirlos lo ha hecho; i porque esos que pudieran habel'los desmentido tenían inte1·es eu hace..Jo, i sinembargo. no se atrevieron a ello, entünces la evidencin sube de punto. Estns son las coudiciones que la cdtica exij pam compt·obnr la esactitud de las relnciones histórieas, i esas condiciones tiene el Evanjelio, con estas mns: los que p 1dierao ha­bet' desmentido a los Evanjelistas, estaban en po­sesion de un poder suficiente para hact-r!o con plena segul'idad, mientras que esos historiadores, pobres, oscut·os i pet·seguidos no tenian muchos medios de defensa. 1 por fin, U. que no cree en Cristo-, ¿U. cree po~ible In abnegacion de esos hom­bres, llevada hasta el estremo de sufrir, como sn­fl'ieron, espantosos martirios hasta rendir la vida pm· sostener la divinid1.1d de Cristo? ¿ Contibe U. que fueran tan tontos esos hombres que se dejaran matal' así, por difundil· una patt·aña? Usted que no cree en ningun fundamento del sacrificio del yo, ¿puede esplicnt· ese sacrificio? ¿No seria él un milagro, i milagt·o mas sot•pt·endente que todos los que U. niega hoi? · Si esos homLa es diet·on su vida por sost€net· i difundí•· la creencia en la divinidad de Cristo, es indudable que lo creían Dios; i si lo creian Dios era pot·que babia hecho a su vista los milagros que los Evanjelios refie.-en. Pero todavía quet·emos hnblat' a U. de otros milagros que no son refet•idos pot·los Evauj('listas, de otros milagms que constan en la historia pro. fana; i casualmente nos ha venido a la mano una ob1·a respetable en que se refiere uno ocutTido en Roma en el año de' 1842, i cuyos efectos vió lít poblacion entera, causando no poca s01·presa a los que allí habia de la escuela de U. Vamos a refe­rido. En los primeros dias del mes de enero del citado año, llegó a Nápoles, procedente de St1·asbourg, un jóven israelita de cat•ácter ardiente e impetuoso. Su objeto era seguir para Oriente a consag1·ar to­dos sus esfuerzos i la gran f01·tuna de que dispo­nía, a la rejenet·acion de sus correlijional'ios, por­que se indignaba de todo lo que podia justificat· la ' maldicion que pesa sobre los descendientes de Jacob. Al momento de it· a aneglar su embat·que, le ocurrió que era una tontería no it· a Roma para estudia•· los monumfntus de que aquella ciudad está sembrada. Tenia intencion de t·egresat' direc­tamente a su país, sin tocar en la capital del mun­do cristiano, i vió que era preciso acercarse a ella en aquellos momentos. Ne vaciló, i t1·es días des­pues se presentaba en casa de un personnje para quien tc>nia cnl'tas de recomeodacion. Como este personaje em protestante deJa secta de los pietis- 1 tns, concibió e\ deseo de atraer a\ jóven a su c1·eencin, porque le inspil'ó simpatía su caráctel· determinado; pero por lo mismo, temiendo ofen­del'lo, no se atrevió a decirle una palabra. Acet·cábase el dia de la partida, i Alfonso Ra­tisbona, que era el nombre del jóven ismelitn, cm­daba ya bac·iendo sus visitas de despedida. Uegn una carcnj:Hla, i poniéndose enc~ndido como una gmna dijo : "Bien, set·é coudescencliente; que venga la seño­rita i de ella la admitiré.'' La señorita no se hizo esperat' i colgó la meda·· lla ni cuello de Ratisbona, añadiendo con el mnyot• candor. " Esta medalla vá siempre acom paúada de una omciou. ¿La admitiríais de mí?'' -Sea, contestó el interpelado, i pat·a que veais que los judíos no somos tan intolerantes como se nos ct·ee, la copiaré i os dejaré la copia de mi ma­no como un recuerdo mio.:· Al decía' esto se alejó murmumndo por lo bajo : '' ¡Qué impet·tinencia 1" 1~1 señor Baron de Bussieres, ratolico, que era el que había cometido aquella indiscrecion con el jóven judío, corrió a t•ogar a M. de la Fet·ronais, hombre eminentrmente virtuoso, que orara por la convet·sion de Ratisbona. La Ferronais mu1·ió casi de repente al siguiente dia, i el Baron se encarg6 de los arreglos del entierro. Dirijíasc pam este · objeto a la iglesia de San Andt·es de la Fratte. 1 cuando encontró a Rntisbona que andaba aun yi­sitando monumentos, i lo convido a vc1· un precio­so mosaico. El judío entró l se puso a pasea1· en ' la nave como podría hacerlo en un corredor. El Barou lo deJó allí, i se entró al couvento donde 1 permaneció como ocho minutos. Cuando salió, buscó a su compañero, i 1 o alcanzó a ver postrado en la c>apilla de San Miguel, con la frente sobt·e el polvo. Creyendo que por burla estaba asf, lo llamó varias veces sin obtenea· respuestn. Temien­do ~ntónces que sufriera alguu accidente, lo fué a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E L CA T O L I C O. .291 1 levantar, i vió que oraba i que estaba bañado en lágl'imas. So•·pt·endido le pt·eguntó: ¿qué es esto? -Es, le respondió, que ese hombre mut;rt\l ha 1 rogado po•· mí. Llevadme inmediatamente a don­' i de un Sacet·dote de los mas vit·tuosos e ilust•·ados :¡ que haya en Roma, pam que me instruya en vues- 1 que produce estos efectos milag1·osos en favor del pueblo. U. que quiet·e > vea Jos efectos de la ct·eencia que combate con tanto empeño. tra fé. -¡, Pet·o qué os ha sucedido? · 1 -No me pregunteis ; yo lo diré de un modo so­lemne. Llevadme, amigo mio. No sé dónde estoi. Quedóse pa•·ado un momento con la frente entre las manos, i luego abrió los brazos para estrechat· en ellos al Baron. Condújolo este al convento de Gesu, donde el padre Villefort, i algunas horas despues, en pre· sencia de una reunion de pet·sonajes mui cat·acte- ; a·izados, convocados al efecto, Ratisbona dijo: ''.Hacia un instante que yo estaba en la iglesia, cuando me sentí de golpe turbado de un modo ines­p\ icable. Alcé los ojos i no ví el edificio en que me hallaba. Toda la luz se babia concenta·ado en una sola capilla, i en medio de esta aUI'eola des­lumbmdora, ví, de pié sobt·e el altar, grande, bri­llante, llena de majestad i de dulzut'cl, a la Vírjen Mada, tal como se •·epresenta en esta medalla. (Sacó l-a i cubl'ióla de be~os) Una fuerza il'l'esisti­ble, continuó, me lanzó hácia ella que me hizo seña con la mauo pat·a que me pusiet·a de t·oclillas. Hícelo, sin poderme resistit·, i entónces me pare­ció que una voz me decia al oído: " así debes es­tat•.'' Ct·eo que no babia hablado nadie, pero yo lo oí, i lo comprendí todo." Tal fué la 1·elaeion de este hombre que figtll'aba entre. los viajeros ilu~trados, i que estaba alla-nen­te l'elacionlldo eu Em·opa. El recibió algunos dias despues el bautismo de mano del Cardenal Patl'izi, en la iglesia de Gesu, en presencia de una concu­rrencia nume1·osa, i vestido con la túnica blanca de los catecúmenos. No contento con erijit·se en apóstol, predicando en el Chetto a sus antiguos coaTelijionat•ios la doctl'ina de Jesus, se afilió en una de Ias muchas asociaciones de caridad, que cuenta en su seno la ciudad ete•·na. l romo solo ei.Catolicismo que tanto se combate aquf poa· los que se llaman amigos del pueblo, puede inspi•·ar el grado de abnegadon necesal'io paa·a desempe~ ña1· las penosas taa·eas de Los Sacconi, vamos a dar una liJera idea de esta asociacion. En el l'igor del inviel'llo, cuando el fl'io es mas intenso, cuando el cielo se vé cubiet·to de bruma i las calles inundadas de lodo, dos hombres vesti· dos con un lat·go sa<.•o de tela blanca, con el ¡·os­tro oculto bujo un cnpirote como el que usaban nuestros nazat·enos de la semana santa, i con los pies descalzos, van golpeando de puet·ta en puet·ta i presentando sin hablar, un bolsiHo que llevan en la mano. Caen en él las monedas que la caridad destina para el alivio del pob1·e, i pocos días des­pues, están en libertad los prt>sos po1· deudas. Los hombres que hnn pagado pot· ellos, los que paa·a pagat· han pedido limosna recotTieudo las calles con los piés descalzos, son los nobles •·omanos, los ~randes de la tiefl'a, Pdncipes seculaa·es, Cardena­les, Jefes de ót·dcnes rclijiosas. ¡,Puede hacer estos sacl'ificios el que no ca·ea en la divinidnd de Cristo ? ¿ Puede hace•· estos sacrificios el que tiene el corazon henchido de egoismo, el que no adoa·a sino su yo ? I estos sou Jos males que hnce ' a la humanidad la creencia que U. combate, señor Colabo•·adot· de " El Tiempo." Esa jeraa·quía que U. llama tehebrosa9 es la que enseña la doctt·ina La caridad católica busca por donde quiera al desgraciado para aliviarlo, pat·a consolarlo. Lo toma, como U. dice, desde la cuna, i no lo aban­dona hasta despues que ha lanzado el ultimo sus­piro, poa·que ella practica los preceptos evanjéli­cos, porque vé en cada hombre un hermano, por­que cree que Jesucl'isto es Dios, i espera pot• p•·e­mio de este amot· sublime, una eternidad de goces. Quite U. al pueblo su creencia ft•aternal, quítele U. su fé en Ca·isto Dios, i lo ve1·á U. ft•io como el mármol ante la desga·acia ajena ; lo verá U. egois­ta, sensual~ báa·baro, c•·uel. Cuando el pueblo ba­ya llegado al punto a que U. quiere conducirlo, huya U. con su familia a lo mas enmarañado de algun bosque, po•·que ni su hono1·, ni su vida esta­rán seguros entre el pueblo. ¡,Quién puede daa· garantías a U.? ¿La lei? La lei será impotente, i el mismo juez que debiera aplica•·la, será un malvado que se reirá de los males de U, i ayuda­• ·á a lo~ que quiemn deshom·at· a sus hijas, despo­jarlo a U de sus bienes, privarlo de la vida. La oa·ganizacion actual del mundo, no lo olvide U, se debe al Cl' istianismo. Pero si Cl'isto no es Dios, si es solo un impostor, esa Relijion no tiene mas pa·estijio que las doctl'inas de Voltah·e, i nadie dejara de buscar el placet·, porque nada cspea·a•·á po¡· la senda del dolot·. Si el Cristianismo ha triun­fado del halago de las pasiones, si ha podido salvar al mundo. pt·edicnndo el snca·ificio, si ha alzado a la mujet· a la altura del hombt·e, si ha podido estendea· las virt'!ldes que forman lo que llamamos civilizacion i culturn, lo ha hecho poL'• que es una K.elijion divina, pot·que el que la pre­dicó em Dios. El triunfo de esa Relijion sobre las inclinaciones natnrales d61 hombt·e, ese tl'iunfo que bl'illa t•omo e) sol en medio de la escena del mundo, ese triunfo, seúot·, es un milngro. Si U. cierra hoi los ojos pat·a no vedo, cuando se acet·­que su ultima hora cuando u. tenga delante esa eternidad que hoi niega, cuando sienta el fl'io de la muerte que no puede dejat• de confesar como una realidad, entóuces gl'itara U. como su maes­tro: q Creo que me he equivocado,'' i solo la mia·ada compasiva del Sace1·dote de quien hoi se burla, i solo la voz de ese Sacet·dote que pide para U. la misericot•dia divina, le dat·á alguna calma. ¡Pobre de U. si oye entonces las cat·cajadas del ateo a la cabecet·a de su lecho. ~--- INSTR U CCION POPULAR. BELACION DE LAS 1\IUEP.TES FUNESTAS DE LOS 11\IPIOS. Es tan notable la circunstancia de que todos los grandes enemigos de Dios, que se han distinguido po1· su odio i sus pe1·secuciones a la Relijion, han muea·to desastl'osamente, que al leer con detenciou reflexiva su histm·ia,no puede el mas despreocupa­do dejar de sorpt·enderse viendo que una verdad tan obvia, que está al alcance de todo el mundo, que estriva en hechos auténticos i en testimonios intachables, pase desapercibida para e) mayor nú­me• ·o. Tal vez a fuerza de repeti1·se estos hechos en • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 292 EL CATOLICO. lj todos tiempos se han familia !'izado los hombres con i¡ ellos, i han dejado de considemrlos como una 11 1 manifestacion de los altos juicios de Dios, que, si a veces indignado reset·va para ott·a vida sus tenibles castigos, ott·as misel'ico,·dioso nos pone delante de los ojos altos ejemplos, que nos conmuevan i 1 1, hagan una llamada a los gt•andes criminales i a los cot·azoncs endurecidos en la maldad. 1 preparado en el infierno lm lugar preeminente, pues no se sabe qnE:' hiciese penitencia, i dónde ha estado nguardando dut·ante casi diez i ocho siglos a su discipulo Voltaire, i a todos los que han adop­tado su divisD: écrassez l' infame. Alguno co­lombianos se hol1t'arán hoi tan1bien eon su com-pañía, i tan amable sociedad no dejnrá de aumen-tn •·se miéntms haya en el mundo filósofos a lo ·'1 llenan. ~ Un volúmen entero podriamos llenar, si quisié­~ ramos seguir paso a paso la historia desde Jos pd- 1 meros ticmpos,i pinta~· la suerte de los impíos obcc- 1 dados de de Caiu hasta nuestros días ; pero no 1; siendo posible ni oportun~ esta tarea, nos p1·opone- ! l' mos solamente dnr breves cst1·actos relativos a 1 ~ 1 algunos de los mas célebt'<'S pet·sonajes desde lfl ti.: venida de Jesucristo, dejando aun lado los tiempos Comenzamos nuestra relacion por Cnlígula, .l emperaclot· romnno, suresor de Tiberio, qu nació l el año 13 de .Tes 1cristo. Era hijo de Gel'lnániro i ·a de Agripina, bija del g rande Agrip 1. Tib .... rio lo llamó al trono desde mui temprano, pnes no tenia , sino 25 años cuando fué proclamarlo Emperadol', el año 37 de Jesucristo. Los priucipios de su rei­nado, como sucede frecuentemente con los tit·anos noveles, parecieron pt·ometer al pueblo romano días afot·tunados ; pc1·o este sueño brillante no tnr­dó en desvanecerse. El jét·men de los vicios ocul- 1 bíblicos, i pasando eu silencio, así los gnmcle':i 1 castigos jenet·ales de aqtu~ IIas épocas, como los 1 , individuales, larguísima lista de nombres de reyes i personajes enemigos de Dios, desde los Faraones hasta Júdas I:>cal'iote. l¡i Léanse con atencion estos bocetos i ellos sumi­nista ·arán ejemplos i lecciones tetTibles en que se ve claramente el dedo de Dios obt·ando milagt·os, 11 pot· ma::; <.jue los incrédulos nieguen ~a posibilidad ¡ 1 de estos. Ellos pueden burlarse, pero la relijion, r ]a razon i ia espet•iencia de todo los siglos, han f ' estado siempre de acuerdo en predecir a los culpa­~ bies el inevitable castigo de sus crímenes, aun ~~ en este mnndo. ce El camino de los impíos conduce ~la muerte,» elijo hace muchos siglos Saloman. ~~ ·«Por le tl ta que pat·ezca en venit· la pena, dijo Ho­!; I'acio, rara vez deja de aleanzat· al culpable que ; huye de ella.>) En efecto~ con rat·as escepciones, J que Dios pet·rnite, porque sie!1do ete•·no puede 1 diferir :ms <'nstigos, los acontecimientos han venido casi siempre a confirmat· la verdad de esta espanto· sa precliccioo. . Re pi tamos que es solamente una pequeña parte de los numet·osísimos hechos que att>stiguan el irrecusable cumplimiento de esa verdad, la que va­mos a presentm· seriamente a nuestros lectores omo (>l ob,reto m~1s digno de su meditacion, i que partiremos d<>sde Jesucristo. No l:Jab!aremos del imp ío Iseariote, primero cuya muerte clesastt•osa enco 1t1·amos en la historia de Jesucristo, porque bi n conocida es ella de todo el mundo. Solo obse•·­varomos que f~1é el único de la escuela filosófico-li­beml que había entt·e los doce escojidos, como Jo pru 'han sus muchas i famosas fazañas. Tampoco mencionaremos al célebre Poncio Pi­lato, Gobernador de la Judea por los romanos, que condenó a Je,;us al último suplicio, uo obs­tante la pel'suacion en qne estaba. de su inocencia i santidad. El miedo es alto de cuerpo, i el de este juez pusilánime~ tomó proporciones jigantescas cuando pensó que el pueblo sobe1·ano de Jerusalen o sean los escribas i princípes •·osa-cruces, podían hacer una asonada democrática que pusiese en peligro su autol'idad. Todo el mundt? sabe qué vida llena de ama1·gm·a, de profunda melancolía i de cru«:>les l'ernot·dimieutos llevó este hombt·e cuya criminal debilidad le hizo desoí¡· Jos dictados de su conciencia i los consejos de su esposa ; i nadie ignora que murió en Viena del Deltinado, víctima de su desespemcion. El suicidio em el fin necesa•·io de una existencia tan inquieta e infeliz, i así se at•t·ojó desde la cima de una roca elevada, único medio de borrat· de su ft·ente el estigma del 1 deicidio que lo marcaba: estigma que, sinembar­go, llevará eternamente su memoria i que le habrá to en su corazon se desarrolló mui pronto. r~ ·te príncipe, que dut·ante ocho meses había pi'Omcti­do tanta gloria i felicidad, se manifestó como un til·ano, un mónstruo, un cobarde ins"nsato. Su orgu llo llegó ni colmo, i se jactaba de set· el amo de todos los reyes de la tietTa, mit'Rndo a los o'tl'os pl'Íncipes como viles esclavos. Quiso ser acloPado como nn dios, i a este efecto edificó un templo, nombró sacerdotes e hizo que le ofrecieran sacri­fi. eios. Se inCOI'poró él mismo en este col.ejio sa- · cerdotal, i tambien a su mujer i a su caballo. El l nuevo Júpitet·, para mejol' merect>r este título, .1 quiso imitat· los relámpagos i los t·ayos, i en las J tempestades hacia un ruido semrJ·ante al de Jos i~ ¡if tt·ueuos con una máq 1ina a propósi o. Entónces lanzaba un p1ed\·a ni cielo i g1•itaba : " mátame, o yo te mato:' Sus estravngancias no se JimitllJ'on a eso: echó pot· tietTa las estntuas i 1 las imajenes de los grandes hombres; bizo quit:.u· de todas l¡;¡s bibliotecas de Roma los bustos de Homet·o, de Virjilio, de Tito Livio ect. La co- l, l rt·upcion mas iGfame i ta ci'Ueldad mas bárbara ~ viniet·on a aumenta•· el horror de todas estas es- a tt·avagancins. Incestuoso con sus tres hermanas, ;~ apat·ecia con ellas en público en las postut·as mas ,,~ indeeentes. Deshonró las mujeres de Roma, arre­batándolas a sus ma1·idos, i fo¡·z;::mdo a estos a ser testigos de Ja profunacion del lecho conyugal. Es- i tahleció lugares públicos de p~·ostitucion en su pa· , lacio i fllndó una academia de jnego, donde él mis~ mo recibia lecciones de pillería. U 1 dia que le faltaba dinero, dejó a los jugado:·es, bajó al patio de su palacio e hizo mata¡· allí mismo a vat•ias pet·sonas distinguidas, para quitarles 600~000 ser­tercios. La efusion de sang1·e humana era 'para él el espec- ' tácul? maf,s agradabDle; t 6 os as 1 esinntos edr~n dsu 1 1 ·e- ;~ creacwn nvorita. os e nsu es, en me ro e os cuales estaba sentado un dia, viéndolo reil· a cat·­cajadas, le pregunta•·on la causa: " Me rio, les 1. respoJ.?dió el malvado, al pensar que en este mis­mo jnstante puedo haceros degollat· a los dos." OtJ'O dia que se babia equivocado en una ejccucion haciendo sufrir la muerte a ot1·a persona distinta del condenado, dijo : '' qué importa ! el ot1·o no lo merecía mas.'' Un caballet·o que, sin moti­vo rdguno, había sido arrojado aJas fieras, grita­ba que et·a inocente. Calígula lo hizo llamar, mandó que le cOl'tasen la lengua i lo hizo echar de nuevo a las fieras para que lo devornsen. Obligaba a los padres a asistir al suplicio de sus Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. «-:~-· ----- -- ·-------- -- EL CATOLICO. 293 hijos i allegados i a bul'larse de ellos con el Empe 1 no están apropiados a las instituciones, institu­rador. El tdste placer de ver sufrir a oti'O le lison 1 ciones libérrimas qur, tl'aducidas literalmente de jenba tnr to que se dive1· ia cu dar él mismo el las que se ban dado a p~íses mucho mas cultos i tOI'Jlento o pone1· sobre la t•ueda n los desgl'aciados civilizados, requiel'en aquí virtudes estraordioa­que t•aian en sus manos. Su maldad llegó ni e'itre- ¡·ias para cumplirlas, vi1·tucltes que es necesal'io m() d! ec¡·rm· los w•meros públicos pat·a cornpla- fonnat• pl'itne1·o con doctt·in~s severas i p¡·opo¡·cio­cel'se c.1 vct· mo1·il· de hambt·e las jentes eu Roma. nadas; en una Nacion en que se hace g~terra a E ta nhna feroz ll evaba la demencia i la J'élbia m'lterte al Catolicisnw, guen·a a los templos muer­hasta dcsem· que el pueblo romano- no tuviese tos i matet·iale', guena a los vivos i espiritu:lles, a sino una sola cab za para cortársela. Una bambre, los Obispo<;, a los Sacerdotes, a Jos relijiosos i a los Ullft p •ste , un incendio, un terremoto, In pér·dida fieles; en una Nacion en que se cor·rompe al pue· ¡ lo que hacen nuestros enemigos mil pn1aies mas se levantaron pnt·a desgal'l'ar aquel i sabremos nosotl'os lo que deb~mos hacer. Pat·a li cuerpo o Ít)SO qlle quedó cubierto literalmente de barbal'izar· el pueblo, qué hacen ?-Atnquemos, hl'ridas i t ·1 maldiriones,n los 29 ai'ws de su edad, dicen, primel'o al cuerpo sacerdotal: neguémosle : de ·pues (e h:1ber t·einarlo cuatro, el aiio 4 l de .Te- su indrpendenl'ia, csclavicémosle. Dest1·uyamos suerísto. Arroja ron su cuc1·po a un muladar don- s us ten ·p'os, usurpémonos sus l'iquezns, i privé- i de sus hcr .1an0 · ·ntentm·on quema1·lo,pero temien- mosle de todo elemento a fin de que no pl'ogrese ., do t uc el pneblo les a!Tebatar·a el cadúver para su relijion. Si nos obedecen) ya no pet·tenecen1n e e.;;pcuaz¡ l'lo. lo enterraron precipitndamente. 1 al Cnto!icismo ; i si no obedecen, serán destel'l'a-sí p"r"ció este sujeto, filósofo nte c~uc debin devorat• a los romanos, segun tada. Lo dijet·on i lo practicaron. ~ J· e ·presi n de Tit;,erio. El desraba vivamente Entre tanto fué mui de notar la inocencia de la ¡ que su rcinurlo se señulase po1· nlgllnn granrle ca- ma yo t· pnrte de los católicos, cuando no quer·amos h mid· p 'h liea; ¿ pet·o no e1·a (¿ mayor de todas, deeir su traicion e infidelidad. >oco convencidos, dice un juicio, o histori dol', que el mundo fuese pre •i ' O es decirlo, de lo que son nuestt·os enemi­goLernadv por esta besti<.~ fero?, '? gos, Cl't.•yeron que hquellas persecuciones eran La desct·ipcion del carücter de este gt·an jeneral merns personalidades, i que mas bien se atacaba i díetador romano no dl'jn de tene1· algun interes a l11s personns de sus sacerdotes que a la relijion de actualidad pal'a nosotros los gt·< nadinos que que I'Ppl'esentauan. 1 I los pueblos vieron con in­' OU:tamos de Hlilai' • €mejanzas. 1 dif('renl'ia que suprimían sus templos, que se les Tt>dos los Calígulas merecen la misma suerte i 1 prbraba del ejercicio de su relijion, i que calum-ellnismo Jugar en la historia. niaban i destet·t·abau a sus Pastores, siendo de ·-·~ esto víetimas aun las vír,ienes inoceutrs 1 Empero, una triste espet·ieocia nos ha hecho co- 11 noccr que no son tan francos ni sencillos nuestros 1 en 'tnigos como lo aparentan, i que en su estudia· 'j da simplicidad ocultan planes i p1·oyectos abomi- ~~ nables. Es, pues, necesario que resucitemos. Si en t Jos tit'mpos de guerra estamos precisados a com- ¡i bati1·, en Jos de paz debemos establece•· i edificar. 1 Un Ckro suficiente- suficiente en número, que provea a todos los pueblos de su Pastor; suficien- l te en ilustrncion, que pueda reemp.lazat· dignamen- 1 1 te al que tenemos así en lo espil'itual como <:u lo tcmp01·al, nsí en lo relijioso como en Jo civil ; es, decimos, pm· aho1·a nuestra mas imperiosa necesi- 1 dad. l no es que no tengamos un Clet·o virtuoso EL CLERO. I. Nue tra Nacion no C'S aun, no puede sm· Yel'da­dernmentc dichosa i feliz. I .. a humanidad, para sc•r lo qne el divino Hpensos los Motta, los Sotomayot•, los Tót•t·es, los Serrano, los homb1·es, sep·trados unos de otros, inmóviles .. fijos , Estévez, Jos Rebollo, los Mom, los Chamecas. En en un sítio pot• la oscuridad cual si estuviesen en­el colejio Seminario del seño1· LoBOGUERHERo, ilus- cadena dos, ha dicho un aut01·, no podrian ca mi- . tre i benemérito Arzobispo <.le Santafó, fué que se na1·, obmr, alimentarse, ni subsistir. Eu vano 1 formaron los Duquesne, los Moreno, Jos GutiéJ•t·ez, pues, dice ~an Ambrosio, en vano habría Dios los Cabales, los Me,iía, los Caro, los Hóyos, los ct·iado el mundo sino huuiese concedido _ a lo s Valenzuela, los Cuervo, los A.nd•·ade, el sabio Zea, hombres i a los animales la faculta<'l de verse. Así, Jos Restt·epo, i ot•·os hombres ilustres que no cita- la pl'imm·a condicioA de la luz material es la de mos por no estendemos demasiado. 1 qué mas? sea· nel'esat·ia ; i necesal'ia es tambien la primera ¿Podemos olvidat· el celo de los Jlustl'Ísimos seiio- condicion de la luz espil'itual t·epa·esentnda en el res Mosquera i Hen·an, de inmortal memol'ia, de sacenlocio. Siendo la luz del mundo, el Saccn]ote cuyos seminat•ios tenemos los Ba!Teto, los Bemal, enseün po1· medio de la pt·edicacion una doctl'ina los Bermudez, los Beltran, los Olivos, los Piñé1·os, estable, que jamas se sepat·a de la vet·dl!d ; clara, los NaVntro de la ~erdad, i la cáted1·a pa- 1 para la Patl'ia. rroqui a l unida al episcopado. Salid de aquí, i no II. hallareis mcls que el error: el paganismo, el ma- Los Sacerdotes son !a sal de la tien·a, vo~ estis hometismo, el cisma, la het·ejía, la mentil·a. 1 sal tern.e ..•• la luz del mur.do, vos estis lu::; mun- como es evidente que solo la ' 'et·dad puede civili­di: ( t) Jesucristo mismo nos enseña lo que es su zat· al mundo, i que la verdad no existe sino en la silce1·docio : comparólo primero a la sal, el mas Iglesia Católica; como es incontestable que la util de los condimentos; i con la luz, lo mas put·o cátedra part·oquial es el eco de la verdad qtw des­(! Otre las cosas visibles. cienue de la cátedra pontificia i que le es trasmi- 1 · Como la sal pt•eset·va de la corrupcion, así el tida pot· la episcopal ; es igualmente positivo que Pastor a su rebaño, así el Cm·a a su pueblo, así el no hai ni puede babe1· nada de "\'eJ·dad, ni civili­Cicro a la sociedad. La sal es una cosa buena ; zacion po1· consiguiente posible, fuet·a del Clero pet·o si piet·de la fuel'Za, ¿ con qué se sazonará 'l católico. Si nos quedamos sin Sace1·dotes, que es lo que El segundo elemento necesario para la civiliza­quim ·en i p1·etenden nuestros enemigos, sin docto- cion es la caridad. Pues bien, la cat•idad no se (1) Mat. c. V, vs. 13 i 14. encuentra sino en la Iglesia Católica. Busquemos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 295 1 fuera de la Iglesia Católica un medio de matm· el 1 egoismo, enemigo de la . civilizac~on. Se puede ser mui bád)élros con cammos de h1erro, con va· pares, con telégrafos, con academias, con aboga­dos, con sübius; pero nunca con los Sa;er~otes de la verdau. Para destruil· el egoísmo, es mdJspensa­ble la Relijion. Fuera de Jesucristo no esplicareis 1 nunca la r <'··idad. La filantn)pfa no es otm cosa que la het·ejía de la caridad. · El tercer' elemento necesario pat·a la civilizacion es la virtud. Puede civilizar el cdmen? Esto es imposible. ¿Cómo, pues, se enjendt·a ~a virtud eu el h ombre '? Es necesario unn potenc1a que mate no solamente el aeto esterior del crímen, s~uo el 1 deseo mismo, el pensamiento: una potenc1a que se~convierta eu guardian del cot·azon, una fuerza invencible que intt·oduzca al homb.re en las e~tra­ñas de la virtud. La vit·tud, propwmente d1~ha., ' es sobrenatural, njena a nuestra twtu1·aJeza; ~ no la hallaremos sino po1· la gra~ia de Jesucrtst? 1 en J esucrlsto. Es, pues, neces~r1o e_l sacet·docw, la sola aqtol'idad sobet·ana a qmen Dws ha legad~ s~s veces pam f'l gobierno mo•·al del mundo, tan llltl- 1 mamcnte enlozado con el sobrenatural. Lo J't>pc:-timos, el mundO no puede civiliz_m·se sino con tres cosas: con la verdad, con la candad i con la virtud· ¡ estas tres cosas se encuentran, Ja primem en 1~ cátedra católica, 1~ segunda en el altar sarrrndo i la tercera en el tnbunnl de la •·e­concilin~ ion. Tomad estas tt•es cosas, i tendreis civí\izacion. ¿Qué hace el misionero en. medio ~e los antropófagos 'l ¡,Qué lleva pat·a supht· a la c1- . vilizacion? Lleva una piedt·a sagt·ada : la co~~ca, Jlama a .Jesucristo hnce corre•· lu sangt·e punflca­dora del Hijo del Hombre, i aparece la civiliza~ion. Allí .está ella con la verdac1, con la caridad 1 con la virtud. Esperad algun tiempo, i esos antropófa­gos se convertirán en humanitarios, en c1·istianos, confesores i máa·tit·es. No somos nosotros ménos que los antropófagos: el fratricidio, la sangt·e de nuest1·os hermanos, he aquí el objeto de nuesta·as guerras. Es porque no hai verdadem civilizacion. Convenzámonos : los Bancos, los caminos, los telégrafos, son nada para la felicidad social, compat'ddos con los bienes que deben resultat· de la ilustt·ncion i de In virtud del Clero ; t1·abajemos por el restablecimiento de los seminarios. EL CLER01 He aquí nuestra s·nprema necesidad. S. A. EL SENTIMIENTO CATOLICO. Estableced costumbres, enta­blad prár.ticns, publicad edictos, haced leyes: la Relijion cristiana triunfará del clima, de las leyes que de ahí resulten i de Jos lejis­ladores que las hubieren dado. 1\'lONT ESQUlEU. •' La persecuciou cismática que el Gobierno colom­biano ha puesto en juego contra la Iglesia católica en nuestra infortunada patria, es tan manifiesta i eviden­te, que no pueden negarla ni los mismos liberales; so­lamente algunos mui maliciosos pretenden disculparla con la dañada mira de mantener engañados a los pueblos para que insensiblemente se dejen arrebatar su Reli­jion, i luego sumirlos en el abismo de la incredulidad. "1\Ionstruosos i tiránicos son los edictos de supre­sion de los institutos monacales de ambos sexos, arreba­tándoles sus bienes i hasta susconventos, condenándo-los a mQrir en la mtseria; la esc:andalosa espoliacion de Jos bienes destinados al sostenimiento del culto en nuestras 1glesias, dejándolas sin lo preciso para la ce­lebraciou de los divinos oficios; !a policía en "materia de cultos," i en fin, el acto de 17 de mayo del üonieute año sobre "inspecdou de los mismos." ¡Magnífica tolerancia de cultos la sancionada t>u la Constitucion de Rionegro! Ya se ve, que la tal tolerancia ha sido como el primer toque de la persecucion de.l Catolicis­mo en tudas partes: en la Holanda, en la Suiza, en la Iuglaterra i donde quiera que los i111píos han llegado a-tener algun ascedieute en los Gobinnos. .... Los precitados edictos de persecucion son propios de los tiempos de Neron, de Calígula i d<>mas Etnpf'rndo­res pilganos i del tiempo de Enriq ue VHI; que hoi ni el Gobierno de la Sublime Puerta los rejistra semejan­tes en sus códigos; prueba inequ1voca de que al presente los Gobiernos absolutos son mas respetuosos de ciertos principios de justicia universal i de algunos derechos inmanentes del hombre, que los ll;unados e!lfatica­mente liberales demócratas,<]ue tunto atmden al mun­do con exajeradas tem·ías de LIBEBTAD E IGUALDAD, i que en la piedra del toque de la pr:lctica se desmienten c:on cinismo raro. En el tininico edicto de 17 de mDyo, se prohibe por el artíl'ulo 3.u recibir en este país lus bulas, IJreves, en­cíc! Jcas etc, que el Romano Pontífiee dir•ja a los fieles católicos, sin que obtengan el pase de la autoridad temporal. Esta prohil.Jir.ion es altamente tiráni t a, por­que ataca la autoridad del Vicario de Jesucristo, a quien en rabeza del Bienaveuturado Perlro le fue dada e ~ presa potestad de rejir i gobernar la Iglesin santa, por estas palabras: •• I yo te digo, que tu eres Pedro, i sobre es­ta piedra edificaré mi Iglesia, i las puertas del infierno no prevaleceran contra ella I sto se llama persecucion de la Iglesia Católica, esto se llama tiranía. Es tan esencial al Catolicismo el Gobierno del Ro­mano Pontífice para mantener la unidad de la fe i de 1 la doctriua, que los mismos protestantes lo han echado de ménos-l~ntre otros, el célebre Puffendorf dice. « J .... a supresion de la autoridad del Papa, ha sembrado 1 en el mundo ii,1linitas semillas de discordia; pues 11~ habiendo ya ninguua autoridad para tuminar las­disputas que se suscitaban en todas partes, se ha visto a los protestantes dividirse entre sí mismos i despe-dazarse las t ntraüas. » (2) - Por el articulo 4. 0 del mencionado etiicto se im­pone pena de estrañamiento del país al Prelado ecle­~ iástico, que en uso de ~u potestad imponga censuras 1 no las levante requendo que fuere por la autoridad civil. Esto es enfrenar de todo punto la facultad que a ese respecto tienen las autoridades eclesiásticas por 1 derecho divino : esto tiende a abolir la disciplina eele· 1 siastica i a fomentar en la Iglesia el esplritu de in- 1 subordinacion : en una palabra\ se trata de fomentar · el cisma para dar en tierra cou la Iglesia Católica. 1 ¡ 1 de dónde obtuvieron los Jejisladores de los Estados Unidos esa facultad sobre las censuras de la Iglesia? ¿Esto será dar libertad al culto Católico? Por el artículo 5.11, i bajo la misma pena, se obliga a los señores Obispos i a sus Vicarios, a prestar jura­mento de obediencia a la Constitucion, leyes, órdenes etc, es decir,a los mismos edictos ele persecucion de la Iglesia i escandalosa espoliacion de sus bienes. Los ene­migos del Catolicismo sabian bien, que las autoridades 1 ( t) Mat. cap. 16, vs. 18 i 19. Juan cap. 21, vs. 15, J 6 i 17 (2) De Monarch, Pont. Rom. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 296 EL CATOLICO. ec:Jesiásticas no podian prestar aquel jurameuto, sin sustraerse de hecho ·a la unidad Católica, sm aprobar la espoliacion de los bienes eclesiástieos, ·i para decirlo de una vez, sin qtledat· separados de la obediencia i surnision que por derecho divino deben al Romano Pontífice, sin com•ertirse en apóslatas. Por Jo mismo pues, que aquellos impíos sabían bien esto, espidieron aquel monstruoso i mui meditado articulo, el que envuel e una manifiesta prosc¡·ipcion de los seiíores Obispos i sus Vicarios, proscripejon de toda autoridad en la Iglesia, que pueda atender a las premiosas ne­cesidades espirituales de los Católicos. ¿ I proscribir a los altos funcionarios eclesiásticos, sera la garantía constitucional de permitir a los Católicos el libre ejel'­cicio de su culto? No: esto es intolerancia, esto es tiranía. Respeto de las penas que impone esa Jei impía a los sacerdotes del Señor investidos de autoridad, nada tienen de nuevo ni de estraordinat·io; esa es la triste mision que siempre ha cumplido a los enemigos dü la Iglesia : perseguirla. Cuando el Salvador del mundo mandó a sus discípulos a predicar el Evanjelio, les di¡o: "Ved que yo os envío como o.vejas en medio de lobos ... " (3) Enseguida les advirtió que sus enemigos los harían compareeer en sus audiencias, que serian presentndo s ante los gobernadores, i que serinn azotndos, perseguí _ dos i abonecidos, pot· causa de su santísimo Nombre. La per~ecueion (Íe los l\línistt·os i s:-1cerdotes del Altlsi_ mo dió principio en .la persona de los Apóstoles i s IS dis_ cípulos, la han contiuuado i contiuuan los impíos husta nuestros tiempos con los sucesores de los mismos Após­toles; pero los que imitan a los emperadores Rom:1uos i a Enrique VrJJ, dirán que no es tiranla ln per~eeu­cion ofi,·ial de los Obispos i sus Vicarios, sino que t'S insper.cion de eultos; dilim que no es robo escandaloso la espoliacion de los ienes de la Iglesia, sino que es desamortizacion de bienes de manos muertas. SI : as í Jo dicen, pero la tiranía i el robo a mano armnda conset'varáu siempre sus ¡wopios nombres, porque la variacion de nombre nunca muda la esencia d Jas cosas. Nosotros que DOS gloriamos de pertenecer i pr.~rte­neceremos siempre a la Iglesia Cató! ira, a esa Tglef:Hl que co11 tanta elo"uen cia i sublimid:ld definió el S;)bio Donoso Cot'tez en f'ste rasgo admirable :
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 85

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El Católico - N. 86

Por: | Fecha: 24/01/1865

~Ol:.!aiCO. 1 TRIM. IV. AÑO II. Bogota, 24 de enero de 1965, NúMERO 86 ~~ J.¡ll!J¡ (O 4l !lt (/)~J.l(fJ (/)~ ~{; A los argumentos se contestan insultos, bm·las, saa·casmos, i se sigue la ob1·a de destruccion. La REDACTOR) VENANCio ORTtz. luz se llama tinieblas, la creencia fanl.ttismo, el LA SITUACION. bien mal i el mal bien, la th·ania es libertad, la La pea·secucion a la Iglesia Católica se hace mas civilizacion ret1•oceso i la barbarie éivilizacion. Se · violenta de momento en momento. El pnrtido que invoca la tolerancia para perseguirnos, producen boí domina en el país, se muestra intolerante hasta exaspea·acion nuest1·as angustias, i "uaudo nos cru­el fan atism o ; i cuando veria con p\acm· e\e\'at' cificnn,quieJ·en que saludemos a nuestros verdugos templos a los dioses del jenti\ismo, no quiere per- con la risa en los labios i lá alabanza en el co1·azon. , mitit· que se tributen adoraciones al Dios de los Pero no se limita a esto la pe•·sec<1cion, no has-cristianos. Se insulta nuest1·a ct·eencia, se persigue tan las célebres ~isposiciones conocidas con las a nuestros Pastores, se dictan disposieiones opro- fechas de 23 de ab¡·iJ de 63 i 11 de mayo de 64, ~ ~ biosas que entrnbnn el culto, i al mismo tiempo se nó: se pt·ocm·a engnña1· al Pueb!o por otl'Os me· · cantan himnos a la libertad, a una liber·tad deseo- dios para hacerlo perde1· su co1 fianza en sus Pre­nocida que tiene un semblante monstruoso, i que lados. Hace pocos dias que se fijó en las esquinas en vez de los atributos que debieran representar el prog1·ama de un Colejio de artesanoss que vá a la felkídad de los pueblos. vá armada de un pu- abrirse en el monastel'io arrebatado a las monjas ñal i ünn h' a: es lib ertad de destruir, libertad de drl Cármen, i en la Jista de los proft>sot·es que de­daflL\:', libel'tad ful'iosa que estiende sobre la sorie- ben it· a enseiw1· a ese Colejio, se colocó el nombre dad la sombra funestn d e l manzanillo, i que quie- del seño1· Arzobispo Hel'l'an, como uno de los que ' re a In fuerzn oblig arnos a ver en ese árbol mata- ' 'oluntariamente se habían ofr·ecido para tal ense-dor la oliv a de Id paz i la enseña del pt·ogreso. ñnnza públicn. El señot· A1·zobhpo dijo inmediata- Los periódicos liberales s e han h echo un debet· mente que era todo eso unn fal sedad,pel'o esa pro- 1 de ridieulizcu· todos los dogm as cristianos, de ne- testa, ll',jos de avel' g onzar a Jos autores de la su­ga¡ · In divinidad de Cristo, de bul'lat·se de la vil Ji· pe1·chería, los ha irritado porque no admiten con­. nid ncl d e Mada, > cont1 ·ario, e s un bárbaro di g no d e la muerte, o por El J efe del ministel'io publico no pier·de o casion Jo ménos de las bóvedas de Bocaehica. de dar a nu strn fé los mas odiosos calificativos, i Dictnn, ~n lo que llaman las instituciones jene­de lldmlw n nuest1·os Sacerdotes i a los mas since- raJes del pais, disposiciones coofurme a las cuales , ros crey entes, bestjas feroces dignas de ence1 ·ra•·se tenemos derecho de prnctica1· nuestro culto s in 1 en jaulas de hieno. Mui leve le pat·ece n este restl'iccion, i auu cr·eemos que los templos, vasos Majist1·ado la pena de espulsion del país, pnl'a los sagr·ados i demas obj etos del culto, están declara~ l. que tenemos el atrevimiento de califirar de tira!lÍél, dos en alguna pm·te, no confiscables como manos 1 i tira nía b1hbara i atroz, el martirio que se dá a rnueJ tas; i sinembargo, los lejisladores de Boyacü nnes tr·a conciencia. Así se dá pot· los hombres en un acto llamado ) ha declélrado últimamente, que > ( art. 15) l ha de-a que dé cuenta de sus obras a sus cl'iatums. Esta cla1·ado aun mas : Que << Jos bienes i t'(llltéls pct·­es la locu1·a del infierno. ce teneeientes a Jos templos, i que no estén com- Se roban las propiedades de la Igle.:;ia, las pro-- ) ( art. 16 ). De de estos, se llama progreso ese robo, i a ·Jos que manera que ya Dios no tiene nada, ni aun los lforan de hambre se les dice : rrncion, pt>ro despues de la lei sus hábitos de sah•aje independencia. Si no es de Boyará cuyos artieulos hemos copiado, despues divina la itnit•a Relijion que tanto puede, no sa­del p•·oyecto que se nos asegura se dist.·ute en la bemos en dond<' bust•a•· la dh·inidad. Asamblea de Cundinamarca, ¿ <'Ómo hemos de 1 ¡es tan duke babea· que tenemos una alma in-dudar que sea _cierto este otl'O paa·to de un ódio mo•·tal, que Dios nos espera pnm qu~ lo go,'emos · ciego a la Rt·lijion civilizadora que llevn por la san- eternamettte, que tw sufl'i•·ernos siempre si somos tidad de su doctrina el nomb1·e de católica? vh'tuosos! ¿Por qué se nos fiUiere quitfll' estego- Hai en ~tn ciudad una asociacion de pe•·sonas ce íntimo? ¿, po1· qué se le quiere quitar todo el partit•ulnres que dán de su bolsillo i solicitan de aroma a la flo•· de la vida ? ¿qué bien le resulta otros limosnas p~ll·a sorot·t·e•· las necesidades de los al pueblo de dt>jn rarárter de f01·mal ; violeut'ias ¡Hw una parte, sarcasmos por prl'petnidacl; sinemba1·go·, ya se han reclamado otra, disputas pm· otra ( i esto es lo ménos malo ; } los bienes de que dispone, como pt·opiedad de todo para it· des<'atolizando al pob1·e pu.eblo que manos muertas. no tiene otro biPn. La persecucion continúa~ como decíamos, i se Pero se afecta nmor pot• la verdad. La venlad hace mas violf'nta de momento en momento. Es nunca daiia, dicl'n ; t si la verdad no está en el que todo lo que apnrezca con carácter ratólico, se Catolicismo, e preciso destruh· este pa1·a que la quiere IHlCPI' desnparece•·· No vale pt·ohat• In in- int<>lijencia humntt·o del pecho, cnaudo se oye blas­blo llevado al ateísmo, constituil'ia una masa de fem aret·eándose a él su~· discipulos, le ha<'erlo i nosotros no podemos comprenderlo, mé- dij e ron: Seüor·, sálvanos qüe perecerr.os. Hom- 1 nos juzgnrlo. Vemos sus oh rns, i el as nos incli- bres de po(:a fé , les contestó despertando, ¿de nan a bendecido; sabemos sus ata·ibutos, porque qué temeis '! 1 poniéndose de pié, m :t nclo a los ÉL rnismo se dignó revelamoslos con sus obras vientos i al mar· que se npaciguaran, i siguióse una 'i est pendas i cou su palabm divina. gran bonanza. » ~~ 1\ podemos esplicarnos el milagt·o, es ciea·to; En el m: :, rno capítulo, t'<'fiel'e el mismo Evanje .. si pudieramos esplícarlo dejal'ia de set· milagro. Lo lista (vet·s. 28 a 32 ,) que <.> ·1 ins tl' umentos de Dios. Pero cuando U. aúade: es El milng l' o de la mllltiplieacion de los panes, un a bsttrdo, porque supone que Dios produce que le hetnos citado ya a U, tambien fu é h Pcho a fen ó menos por rneclios distintos de las leyes natu- pt·esencia de todos Jos discípulos, corno con s ta en rales, ya estamos en completo desacuerdo, porque San Mateo- cap. 14, vers. 15 a 19. Para qué ci­pan\ nosotros no hui absurdo en creet' que el mis- tm· mas? m o que bizo la lei pueda suspendet·la. 1 Qué 1 ¿Lo L a objecion que hace U. si g uiendo aRenan, de qué uo uirga U. como potestativo a los hombres, que porque está escrito: EYanjelio segun San .Tmm, Jo quiere ucgat· a Dios? La pretension de quet•et· sPgun Séln Lúcas ect, puede l!t·eerse que esos E van· suj(:'tal'lo a lo que la limitada intelijencia humana jelios fueron escl'itos por ut1·os, :segun la •·elacion ¡med e comprende~· ,la pretension de querel' sujetar- de aquellos sujetos, puéde aplicnr·se a toda historia. lo a la coudicion necesaria de «si existe, )) es co- Nosott·os decimos : " La historia de Colombia mo In de llamarlo a JUicio por sus obras, i noso- segun Restrepo ; la del descubrimiento i conquis­tros no podemos juzgado porque no nos es dado ta de Nueva Granada segun Acosta," i de aquí com p renderlo. Sabemos solo que es infinito en su no se deduce que esos señot·es no hayan escrito pod ¡· i en su libertad ; que cl'eÓ i que gobierna esos libros. La objecion de que () de los escépticos fué imitarlos, i ott·os los atribuyeron a interven­con que U. termina, tencll'ia la disculpa, nadda de cion de potestades invisibles, así es que esa obje- · 1 Jo innecesario de tal hecho como comprobante del cion de U, está cont1·adicha pot· la histol'ia. j Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 300 EL CATO L 1 C O. Que la doctrina de Jesucristo es la que ha cam- r biado la faz del mundo, es un hecho, en eso esta­mos de acuenlo ; i e~e cambio de la faz del mundo, por la doctl'ina de Cristo, es para nosotros un milctgt·o, pues estando el mundo lleno de la st>n­sualidad pagana que reinaba como soberana en él, siendo las ideas, los usos, las costumbres, la Re­lijion, las leyes, conta·ados abiertamente l\ la doctl'ina de mortificacion, de sacl'ifici~>, de abue­gacion i de pobreza que hace el fondo del Cristia· nismo, se necesitAba todo el poder de Dios, paa·a hacer calar tal dortril'la al tra,·es de la eo1·teza de las costumbres i ca·eencias pagf\nas. Noso­tl'Os no hemos dicho que los milagros son los que han hecho este milagm, nó; pel'O· cree­mos que los milag¡·oc; fueron necesarios para pm­baa · el podet• sobt·euatuml de J esucl'is to. Los A pós­toles no habl'ian tenido valor para morir en defen­sa de esa doctl'ina, si no hubieran ca·eido en la divinidad de su Maestro, i no habt·ian ct·eido en esa divinidad, si no lo hubieran visto dominat· a Ja natm·aleza. Ellos veian como los demas, solo un hombre, i un homb1·e oscuro i pobre; fué ne­cesado el milagro para persuadidos de que era Dio~, i ellos sellal'On con su sangl·e esta pe·rsua­cion. U. dice que purlo se¡· una casualid::td la que hizo coincidit· la oracion de la L<>jion fulminante con la lluvia que salvó a Mát·co A urelio. Al llega,. a ese gmdo de pirronismo, ya nada podemos decil·, pero todo ent .. mces desaparece con espanto de la razon. Pero en fin, ya que eso no es paa·a U. un milaga·o, creemos que no atribuirá a casualidad el Dilubio universal tnn bien compa·obado hoi por la jeolojía i por las investigaciones de Jos sábios modemos desde Cuvier hasta Hnmbolt. ¿ Pedia U. un solo milagro bien comp1·obado? Pues hui lo tiene U. Efectivamente equivocamos el nombre del his­toriado¡ · de Má1·co AUt·elio; mal podda se1· Diodo­JO. Pet·o no solo Dion contiene lo que copiamos en nuestro númet·o anterior; Juan Xiphiliuo reOere lo mismo. Creemos haber contestado todas las objeciones que U. se ha servido hacer a nuestros a1·tículos, i al milagro, i así ponemos tét·mino a esta enojosa cuestion, deseando para U. la felicidad de creer i practicat· la santa Relijion que nosotros defen­demos. UN A NUEVA OBRA, Hemos visto eu varios periódicos el anuncio de un libro que va a dar a luz el señor Elíseo Hm·tado. Ese libro euntendt·á la historia eclesiastica de la Nueva Granada en la época actual, i con esto no mas está di­cho que debe ser una obt·a de mérito. El n utor nos ha dado, bajo el seudónimo de Arturo, varias muestras de su estilo nervioso i correcto. Si r.n su libro habla con la imparcialidad de hist01·iador, debe ser ese libro un tesoro de hechos curiosos, heróicos, nobles, ver­gonzosos, etc. i debe hablar al mundo el lenguaje que convenza de que nuestro clero no es como se ha creí­do, un clero venal, corrompido e ignorante. Alll sin duda se verá que si hai algunos dignos de aquellos calificativos, la mayorfa se compone de hombres vir­tuos. os, abnegados i dignos de la alta mision que Dios les confió. Un jóven que se exhibe con una obra de tamaño interes, debe procm·ar alentarse por los patriotas i amantes de la R.elijion. Nosotros, pues, suplicamos a nuestros abonados que no miren con poco interes la obra del señor Hurtado. TOLERANCIA., Qu~a·emos producit· una sensacion de éscándalO', se entiende en quiénes, sosteniendo que la Igle-sia debe sea· intolerante con sus enemigos. . 1 a 1 desde luego pt·eguntamos: ¿ podt·á la Iglesia ~~-. ser tole m nte con el tan sact·ílego despojo de sus bienes temporales ? ¿Deberá ser tolerante con un 6obien1o ti tu fado coustitucionnl, que léjos de con­dena• · las nrbitnariedades cometidas en la d'i~ta- / dtwa. ya celebt•fmdo un concos·dat::>, o proponién­dolo siquiera, ya restituyendo los bienes existent~s hasta entónces, léjos de esto, continúa en la tarea comunista i despojndora que le tl·azjuvenece con los sufl'imientos. Si teneis sed de sang•·e, denamadln. Podrá morh· la Iglesia por vos o ti os i poa· Dios ; pero no la pi dais que sacrifique su fé, ni la impongais una iumola­cion voluntal'ia de sí misma, poa·que en ser ,-enci­do i morir hai algo de gloria i me1·ecimieutos.., pe1·o del suicidio no que~a mas que la infamia. Pero, ¿sucumbirá la Iglesia 'l No cederá, ni su­cumbirá. E \la es la verdad; i la verdad no cede nunca, ni mue1·e porque es eterna. S. A. LECCIONES DE URBANIDAD PARA EL USO DE LAS SEÑORITAS • POR ALEJO POSSE MARTINEZ. ~~'"''~~ ''"~"""'~­( Continuacion). u. DEBERES PARA CON LOS PADRES 1 !llAESTROS. Despues de Dios, debemos A nuesti'Os pada·es vida, Educarion, fot·tuna, l mili mil imponde¡·ables dichas. Ellos a nuesta·o llanto De los primeros dias Consuelo prodigm·on Con sus tiernas, benéficas caricias. Sus cuidados primeros De mil males nos libran, Dirijen bondadosos En el mar te m pes tu oso de la vid u, Como diestros pilotos, La pobre navecilla En que inespe1·tas, débiles, Navegamos nosotros con fatiga, l el mas lijero escollo Cuidadosos evitan, 1 nos llevan seguros Con manos bondadosas a la orilla. Niñas, ancianas, jóvenes De su boca bendita -~ , Necesitamos siempre !z --- --- ~ulces consejos, adorada · Sus cuidados empiezan Desde la cuna misma, I solo en el sepulcro 301 Con llanto amargo de dolor termin~p; La gratitud, por tanto, I las leyes divinas El debea· nos imponen De endulzal'les, solícitas, la vida. De su miseria i llanto, De su suel'te abatida, Participar debemos I susph·at· con etlos si suspiran. En sus horas de duelo, 1 t>n sus horas de dicha Estaremos con ellos Sintiendo su dolol', o su alegrfa. Amal'los, respetarlos, Darles muestras rendidas De obediencia i afecto Debemos sin cesaa· todos Jos dias. 1 pobre, i desgt·aciada La mujer, cuando altiva No cumpla lo que debe A tos nobles autores de su vida. I<'eliz no será nunca, Que en medio de las dichas, I en medio de los .goces Seguirá una existencia maldecida, 1 llevará ni sepulcro Una alma combatida Por mil remoa·dimientos, Amargos desengaños i desdichas 1 A todos los mayo1·es Atenciones l'endldas Debemos, i sin duda . Grave falta negárseles seria. Tambien. a los que amables Nuest1 os pasos dil'ijan Pot· la florida senda De la cieneia que al hombre inmortaliza, Respeto debe1·émos Pot· su mision divina, Cariño i atenciones Por la bondad que tiernos nos prodigan. I la que no cumpliera Obligacion tan digna Que la jente sensata Ingrata la llamara merecía. Quien a sus padres honre I a sus maesta·os bendiga Debe espe1·ar seguro Dichosa mue1·te, venturosa vida 1 (Continuará). 1 1 t 11 r Jlt[I 11J!l!P [t11J ® ~ ~ ¡• [ Damos lugm· ~n nuestras columnas al siguiente l , •·emitido que hemos recibiclo de Mérida, tanto por- 1 que en sí es curioso po1· su contenido, cuanto por- ! que hace notar el concepto en que está Ja N u e va Granada actual, en el resto del Continente. ALERTA A.L PUEBW CATÓLICO . Al siniestro silvido de la primera flecha que la im­piedad lanzó en esta ciudare decir i rlic1e el actw1l Presidente: "El doc- ren para Venezuela el cisma i apostasía que son ho1 tor Uzeategui ha obrádo como debía · yo pienso como terrible ,aiote de la Nueva Granada. ¿ I qué mal hace piensa él : la prot.f.sta del Cabildo ~e esta sau.ta igle~ia a ello& {¡!1 C.lero de Mél'ida .P Contener con su virtud, Catedral. es una mjllsta -provocación, es un mcent1vo su firmha 1 la promulgaclOn constante ?e las verda­para los euemigos de la puz." des eternas los pasos que se dan al despotismo: porque Eso dace la prQclama puPsta a luz: i allí el Presi- el Clero de l\lérída lo que quiere es, la autoridad be­dente npmeua i confirma el vilipendio que se ha que- néfica i respetuosa de los derechos ajenos, la Ji. rido hac·er a la Iglesia i a la Relijion Católica en la br.rtad racional, propia de Ja naturaleza del hombt·e i persona del Ilustrlsitno señor Boset: i allí se pretende la paz r1ue se apoya en la justicia i en )a santa Relij;on engañar al pue!)to que lee a la lijera' e insultar al Clero Cató l. ea. Así tambien 1sideuteno car~ce -de buenos seno . Contrayéndonos al numero l. 0 de vuestra produc-timientos, a<~aso sea facil de dejarse <'ngai'iar; pero por cwn : ¿ Sabeis doctor Baptista. que eu eJia mentis con sencillez o con couciencia de lo que hace, él presta descaro i villanía? Vamos a hacéroslo ver. apoyo a los impíos, i es necesario que el pueblo católi- Afirmnis TRISTE 1 DOLORIDO ¡insigne hipócrita! 1 co esté ALERTA. que el señor Denn i Cabildo de esta Catedral han le- ~.:•! La Iglesia, la Relijion. i susl\linistrcis han sido atroz- vantado la tea de la discordia. ¿I sabeis de qui('nes se mente heridos en la persona del Ilustrísimo seílor compone ese Cuerpo venerable? ¿ Sabeis que esos vir~ 1 Obispo de esta Dió<'esis, pretendiendo constituirlo en tuosos Sacerdotes se hayan ocup':ldo alguna vez de otra subalterno de. la Pt'esidencia de este Estado; i esa cosa que de llenar sus sagrados deberes? ¿ Sabeis que 1 prevel~cion una vez admitida lo colocar;a bajo Ja ellos se ocupaban en cumplir la penosa \al'ea de visitar 1érula de r..ada uno de los otros Pre~ident('S de los di- Jos enfermos i prodigat· consuelos 1.1 Jos que el terrible 1 ferentes Estados de <:¡ue se compone el O~ispado. Ul· azote de la peste tenia i tiene postrados en el lecho 1 traje i opresion a la dig• idad Episeopal que no pueden del d.')/or? ¿ Tgnorais que en esa ocupacion del buen li!,: aceptar los católiCos . Con esa condueta indigna se pro- cristiano fueron ·orpreudidos por aque\la nota del 17 voeó al CapJtulo ~atedral, poniéudole en la dura alter- de agosto, digna obl'a de \'Uestro cerebro calenturien­nativa de protestar c:ontra el neto del Presidente, o to, J>adron de ignominia del que fa firmó ? I si sabeis i aceptar la c!f'shonra, abandon'ando a su Prelado a las no ignorais todas estas cosas ¿no hni en vos, tqn teó- , tl 1 duras exijencias de un descot·tes mandatario . El noble l?go i canonista como os preciais, la mas refinada ma- & euerpo no vacila, i entra con la enerjía que da la vir- licia al yuerer cubrir a esos dignos Sacerdotes con la tud i la .concieucia del dehcr, ñ hacer present'3 al so~z vestimenta del demagogo? ¡Ah doctor! insul· agresor su d!'seortesla, i lo haee con la. nobleza i valor tms a vuestro pacífico vecino, i porque se defiende le que acostumbran los horhbres Cl,lltos i de un altotem- llamais luego turbulento i quimerista! pie. Si el Ca¡.,ltl)lo hubiera callado SP. habría mancha- Hablais de los cánones que tratan de la resideneia, do con la apostasín, .llegando de hecho los dogmas de i decis al Cabildo : '·Borrad esos cánones: a como­la lJnidad Católica i de la libertad de la Iglesia. dadlosa vuestro modo en esa parte como baceis con ' El M. V. Deau i Cabildo, el respetable Clero i los todos los demas" ¡ c1·uel maldicien-te! ¿es esa lama· · virtuosos artesanos dieron en su . oportunidad la voz nera de discutir con un Cuerpo que vale incompara­de alto a los mandatarios que con planta impma qui- blemente mas que vos? 1 blasonais de caballero, sie1·on hollar Jos dere~hos de la Iglesia, i C'llos obraron cuando el veneno de \'Uestras palabras os pone en la mui bien: cumplían con un sagr.ado deber, defendían frente sus negras marcas. su espiritual patrimonio, la Relijion ~anta represen- Vuestro plnn es sembrar, de comun acuerdo con los 1 tada eu el Prelado; p~r9 el dpctor EusebiO Baptista, tres Diputados i con los que os aplauden, los horrores • Secretario de E:;tado, que ve que alguien se le opone de la Nueva Granada. Por eso principias por querer 1 al paso, fevanta estrepitoso alarido gritando: «; fana- encadenar la jurisdíccion div¡na, eclesiastica ; canóni- ¡ t ismo! ¡fanatismo ! ,> Qué osadía ! llamar fanáticos a ca del Prelado al dominio del Presidente del Estado. 1 ,. los virtuosos Sacerdotes, noble orgullo de la culta :Mé- Por eso sosteneis con furor en vuestras conversaciones rida! .As! tambien llamaron los dueños del Capitolio i esct·itos, que los eclesi~sticos, aun en lo eclesiástico 1 . a Los m~1rtires. qe Jesucri.,tu: así tarnbien llamaron i canónico, estaban sometidos a la potestad civil. Es· 1\1-arat i .l\obespierre a lo~ dignos Sacerdotes en la 'Fran- tos son errores monstruos, pesados i detestables a los . c1'! d~l pasado siglo, .i así, bajo es_a destemplada voz, o.jos de _la fé, que ilo pued~n acepta~se por los cr.lesiás- 1 1 prmcrpwron las doctrmas de Voltatre a hacer sus es· tiCos, m por los seglares st son catolicos. En contra- 1 ! tragos en la ReJlúbltca vecina. ' posicion a esos errores nosotros sostendremos sif:mpre 1 ; El ~riste cu 'dro qué a la vista <,l~ un católico presen- como dogmas de fé definidos: que la autoridad deJa 1 ¡ ta hot la Nue\:a Colombia set·ia . .'o bastante a ~ontener Iglesia es li~re i no pue~e e~~ar. subo:dinada al po~er 1: el de:sbordan~1ento de. l.os . a.postat~s que qUieren en temporal : 1 que en La ltturjta 1 Gouterno de la Iglesta, i ,. V:enez.uela ~rtllnr la. mr~l)1a set~~l.a, s1 res¡!eta~·an, como que e~ lo que. constituye la disciplina eclesiástica, llá- ~ t¡ d¡ce el doctor l3aptlsta, la I\ehjton del Crucrficado. mese mterna 1 estema, o puramente esterna por cuan- ¡ F.a.náticos te !lla61ais, docto1' · Baptista; despues les to en la Iglesia nada hai oculto sino que todo es visi­, daré.ts otro dictado, J ,dii:eis que no insultais, sino que ble i público, nadié sino la misma Iglesia que la creó , los ~clesiástíeos, que no os · ~an h,echo m'as que bién a tiene injerencia o mando. ! vos 1 a tos. vuestro~~ so~ tos agre:;tn:es. Los renegados No digais s uno o mas ju­ramentos, reconociendo esa usurpacion ; todo jura­mento en que se promete cumplir algo, entraña la condicion tacita o natural de obligarse el que jura EN CUANTO PUEDE l DEBE: nada mas, pues el juramen­to. no es vinculo de iniquidad. Quereis escudaros con la Constiturion para tratar de USTED al Ilust1t.ísimo señor Obisp.o, porque ese es el lratamiento que ella manda dar a los empleados i .Corporaciones. ¿ 1 es el sefior Obispo un empleado del Gobierno? ¿no es, de cierto, una dignidad ma­yo!' eclesiástica ? ¿no dan los cánones a los Obispos el titulo de REVERENDISlMos? ¿ i no son los cánones le­yes del pueblo cristiano? ¿será ese título mera vani­dad del hombre ? ¿ no será, sin duda, una demostra· ciou del respeto que los fieles deben trihutat· a los pri­meros Pastores de la Iglesia ? Negudlo vos i niéguen­lo los que reuiegan de la Iglesia, que nosotros siempre tendremos a honor sQiemue el tributat· esos respetos a los señores Obispos. Annnais yue el venerable señorDean doctor Ciria­co Piñeiro sot·prendió a un sencillo ciudadano, i por un engaño de ese respPtuoso Sacerdote, aquel recorrió las calles para recojet· firmas en def~nsa de la H.elijion· ¡qué lijerera ! ¿ Olvidais que osásteis llamar a vues­tra quijotesca presencia al señor Pablo Ignacio Raojel, para impedirle que lle\'ara a fit·mat· a sus conciudada­nos una rPspetuosa mauifestaciou que los artesanos dieron a la prensa? ¿ Olvidais que habiendoos trope­zado con la firmeza de aquel honrado r.iudadano, q quien no pudisteis hacer desistir de su empresa por el temor, le asegurnsteis lJUe la cuestion estaba termina­da entre el Dean i el Gobernadot· ? ¿ Sahiais entónces que me;1tiais villanamente? ¡ Brahísimo! doctor Baptista. ¿De esa manera entendeis la dignidad del hombre?..¿esesa bue tra buenafé, vuestra prudencia, vuestro tiuo polítieo, vuestro raballero~o proceder? ¡Así se manchan los vestidos del calumniador con el lodo que arrojá a \a víctinia que escoje ! Termioais vuestro lihelo dando consejos a los Sacer­dotes de esta ciudad. Vos, doctor Baptista, aconse­jando al Clero de i\lérida ¡ ouedienria i caridad ! ¡ Ai de la Igle&ia el dia en que el Cle1·o caiga en ese abati­miento moral que vos llamaís obediencia l 1 por lo que toca a caridad, sabed que t-n tanto que vos mojabais 1 vuestl'a pluma en lá hiel con que esct·ihisteis esa hoja, esos Ministros del Señor nos estc,ban consolando en ! nuestras tristezas ¿a quién le falta, pues, la caridad? · ¿Será al Clero ? No : es a vos en euya pá\iUa fisono- 1 m la vemos retratadas las escuálidas figuras de J.utero i de Calvino. Ya os escuchamos decir !fUe no os entendereis con nosotros, port¡ue no revelamos nuestro nombt·e; pero no os importa eso: escuchad la verdad, i recordad que vos mismo habeis dicho poco ha: NON QUIS Dl­CAT ; SED QUID, ET QUA RATlONE DICAT.UR. ¡ Seeretario i le¡isladores impíos! os ha beis consti­tuido en obreros (tel mal: amargos seran tos frutos que \'osotros i vuestros parciales habreis de cosechar: ¡temblad ! que fundais para vuestros iuoc~ntes hijos. para vuestras familias todns, un funesto patrimonio, 1\'Iérida, setiembre 4 de 1864.-LOS QUE OBSERVAN, INSERCIONES DE LA CURIA. EDICTO CONVOCANDO A OPOSICION PARA LOS BE~EFICIOS CURADOS, VAGANTES EN LA ARQUIDIÓCESIS. Nos Antonrlo Hen·an, por la gracia de Dios i de . la Santa Sede ApostólicaJ Arzobispo de Santa­fé de Bogotá, i Visitador jeneral de Regulares . de esta Provincia eclesiástica, por clelegacion especial de Su Santidad. A Jos Venet·ables Pát·rocos i demas Sacerdotes del Clero secular de nuestra Arquidiócesis. Habiendo pasado ya mucho ,mas del tiempo 1 denh·o del cmd debe, seguJl las disposiciones ca­nónicas, proveerse de curas eo propicd~d, a todas las pat•t·oquias que carecieren .de ellos, o estuvie­ren vacantes ; bien po1· fallecimiento~ o poJ• a·e • nuoria que se les lwyu admitido, a lo& que ántes obtl:'nian los curatos; o bien po1· babe1· sido p•·o· movidos alguuos pátTocos a ott·os beneficios ecle· siásticos ~ siendo muc·has las parroquias que se encn(-'nta·an en el caso de carecea· de cura pa·opio, i no habiendo pem1itido la difícil situacion en que se ha encor,ta·lldo ta A~r-tíntes la convocntm·ia, llamando i emplazando a todos los que <"anónicament'e pudieren optar dei'Pcho a los bPneficios vncnntes, para que sean examinados en Sínodo, i nombt·ados confoa•me a sus aptitudes i a Jos méritos que en el servicio de la Iglesia tu­viese cada uno de los opositoa·es ; hacemos saber que los curatos vacantes actualmente, son los que adt>lante s t· mencionarán, i de los que fufl'en va­cando despues,se dará noticia en > que en su PARTE OFICIAL es el órgano de publicuciou del Gobierno ecl~sin pl'Opiedad, no poda·án renunciar el que se les designe, ni pedir ninguno en particular, sino que debe1·án seguia· a aquel a cuya administracion fueren destinados por el Prelado. Dado en la sala de nuestro desparho, sellado con nut>stl'O sello mayor, firmado por Nos i nuestro Secretario~ en Santafé de Bogotá, a d1ez i siete de enero de mil ochocientos sesenta i cinco. (L. S.) ANTONIO, AíiZOBISPO DE SANTA FE DE BOGOTÁ. 1 gnacio Buenaventura, Secretario. Doce de las Revea·endas 1\: ada·es Mnnjas de Santa Inés sé\lieron de esta ciudad el dia 14 del c01·1'iente en vía para la Habana. Van tambien esas pobres señoras a busca•· en una tierra donde no se p•·egona tanto la libertad, la libe1·tad de vivh· se­gun su c¡·eencia que en su patria se pe1·siaue. El mundo verá en ellas otras víctimas de la toleran­cia de la escuela Jibe•·al ; i la fama de nuE'slras barbal'izadoa·as discordias, il'á con esas vírjenes inofensivas a estendea·la mancha que empaña nues~ 1 t1·o nombre. ¡ Pobre tierra esta ! Sus héroes le dieron fama en el mundo, sus sábios le diea·on hon­ra i fama, sus liberales la cub1·en de vergüenza ! NECESIDAD DEL CULTO. FRACMENTO DE UN DISCURSO PRONUNCIADO PCR EL FAMOSO ORADOR CAl\IILO JORDAN EN EL CONSEJO DE mitosos de revolucion, i su intea·es es supremo paa·a los pueblos azotados por los disturbios intes­tinos. Eutónces, mas que nunca, los desgraciados ' necesitan de la espe1·anza, i esas ideas relijiosas la t1·aeu al asilo del do loa·, i hacen brillar en él sus benéfiC'os rnvos. Ellas alumbran aun la noche misma de la tumba, i desp1egan delante del hom­bre mortal i finito inmensas i magníficas pel'S-pectivas. 1 Lejislaclores! qué son todos \•uestros beneficios compamdos con este gr·an bien f Vosotros os con­doleis dt>l indijente, pet·o 1a B.eli)ion lo consuela. Vosotros reclamais sus dereehos, pet·o ella fes , asegum sus goees i su felicidad. Ab 1 cuántas ''eces hemos hablado de nuest•·o amor al pueblo, de nuestro respeto a su voluntad 1 Si este lenguaje no ha ~ido vano en nuestros labios, respetemos ante todo ese objeto tan quel'ido de la multitud. 1 Cualquic•·a que sea el nombre con que nuest1·a alta i presuntuosa filosofín quiera designar. esa instituriun sngrada; sea cual fuere la idea que de ella tengamos i los bierH'S que de ella espNemos, allí, en esa ('l'f'encia en esas ideas, en esa ínstitu­cion es que el pueblo ha de('retado sus voluntades 1 ha fincado su espe•·nnza i S'\1 bieneSlí.\1', i de ellas ha becho el objeto de sus mas e, ras afecciones. Esto basta para que todos nuest1·os sistemas se in­clinen dela••te ele la voluntad soberana. Pero que la libertad que concedais al culto i a su libre ejercicio no sea et:t vosotros el efe(•to de una fria indife•·encia;tal vez üe eu insultante despre<·io, como esa tolerancia de qlile po•· tanto ti(' mpo hide­J'on alarde ciertos sofistas peligrosos. sino que sea 1 el f•·uto de un sincero afedo. No debeis tolerarlo únicamente, debeis proteiel'lo, porque e\ cu\to man­tiene la mOI·al i es util al hombre. Ha habido lejis­ladores que, persuadidos de esta saludable influen­cia de las ideas relijiosas, creyeron que debiau liglll' estrechamente e) culto con'las leyes, i prestar a la Reli¡ion todo el ausilio de la autoridad ch·il. Ya que vosotros no habeis adoptado este sistema, que a lo ménos una libe• tad jeneral supla a una proteccion especial ; i que si vuestras instituciones no dan creces a la Relijion,_ ellas no le sean contra­rias jamas. LOS QUINIENTOS, EL 17 DE JUNIO DE J 797. 1 <( Os pongo, señores, por testigos de la verdad 1 gundo, por­todos tos males que han sufrido, en <'l seno de que mi presencia en aquel local seria una apl·oba­sus mas dulses creencias, de sus mas cm·os há.. cion del despojo que de él se les hizo a las relijiosas hitos. del Cármen. Oh 1 QO os admil·eis de la importancia especial No sé cuál habrá sido la intencion que se ha que dan a las ideas· relijiosas todos esos hombres tenido al poné1· mi nombre en el Prospecto del acostumba·ados a alimental'se de ellas 1 Porque Colejio de a1·tesanos; pero sí es mi deber de..,men- \ t~les ideas son las que les asegm·an goees indepen- tir públicmnente tan absurda falsedad. 1 ' d1entes del podet· de los hombl'es i de los golpes de la s.uerte ; ellas son las que templan a sus ojos esa ANTONIO, Arzobi~po de Santafé de Bogotá. 1 desigualdad de condiciones necesaria a la existen- Bogotá, 17 de enero de 1865. Í¡l cia de las sociedades humanas. · Pero nunca son ~~--~~~~~~-~~~~~~---~-~-----~ L~de mas urjente necesidad que en los tiempos cala· IMPRENTA CONSTITUCIONAL -- POR NICOLAS PONTON. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 86

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Carmina Burana

Por: | Fecha: 31/01/1865

• n. Bogota, 3l de enero de 1866, EL CH.ISTIANISMO LIBERAL. Des pues de tant· s injusta' invectivas al Catoli­cismo, despu ·s ele tanto afan po•· distinguir el cl'is­tianismc puro, rnornlizadm·, sub\im • p1·ng1·esista, del cristianisrno pagano, retrógrncia de una Relijion revelada: es puramente cleista. Cristo a sus oj')S no es mas que un hombre, la ~iblia una novela, l\foisés un embostet·o, el mi­lagro i por consi u·rnte la revelacion i la profe­cín, quimera: absunhts; las penas de la otra vida, es decir, el ejercicio de In justicia divina sobre los muertos, una supet·chería hwentada po1· el Clero para med1·m· a favor de la c•·edulidad públi­ca. << El Tiempo>) siguiendo las huellas trazadas con mucha antil'ipation por otros periódicos, lo ha dieho así te1·mimmtemeute, i a La Opinion, >) aunqne con mas pretensiones de cri~tinna, ha adoptado el mismo cn·do al publica!!, defender i encomiat• Ja ob1·n de Renau. Rechazando los dogmas del Cristianismo, la escuela liberal dice que acepta so mot·al. ¿Pero cómo puede imp01wrse a las pasiones esa moral severa, que las humilla, que lus ahoga, que las mata, sin el npoyo de la sancion divina? Ponga­mos al hombre de natuml mas benigno en lucha con sus propias pasiones i sin mas arma para com­batirlas que la fé de Renan. ¿Le bastará pat·a ''el' con j1·ente serena correr tmnquilos los días del que le ha hecho mal, para amarle, para desearle i procurarle eJ bien, que un filósofo Jo haya en­señado así ? ¿ Se condenará a los tormentos de la pobreza pudiendo buce¡·se rico con el trabajo ajeno, aceptm·á las humillaciones i las privaciones deJ .pobre pftra volver a su lejítimo duei1o el de­pósito que se le confió, solo po1·que un sábio judío lo predicó así? ¿ Sufocará todos sus malos ins· tintos para hacerse casto, paciente, sufrido, mo­desto, respetuoso pot· el derecho ajeno, fiel a su palabra, solo porque un jodfo de talento prrdicó 1 todas esas virtudes? ¿ Reclwzu1·á el plat!er i ac.'ep­tará el dolot' po1· seguir los consejos de ou hom­bre? Una moral fundada en semejante hase, seria mucho que pudiem imponerse a un hombre: cuánto ménos a un pueblo. Llamad al templo de la Jibcrtad a una multi­tud, inmenso volean en cuyo seno bullen todas las pasiones, i deeidle: bubo un tiempo en que el 1 mundo marcha~a a un abismo impelido por la sopersticion i Jos vicios. Un homb1·e se p1·e entó en el Oriente que enseñó In existencia de un solo 1 1 Dios, i a la sombra de ese. pl'incipio la mas bella m01·al : Ese hombre era JEsus. Sus discípulos marcbal') que debía abrirse el 1 ·" de febrero en el local del « estinguido monastel'io del Ctl!'men. >) En ese anuncio se incluía la lista de los señores que voluntariamente se habian ofrecido a desem­peñar cátedt·as, i en esa lista se leia el nombre del señor Arzobispo como maestro de Rclijion. Aunque la cátedra del sei101' A1·zobispo está en el templo, i es desde allí que debe euseñat· al puew bJo, aunque no estaría muí en armonía con 1a dignidad de su cn•·go pa.otot·al el que fuetn a dal' lecciones a un colejio así, aunque era difícil que sus fut~ciones de Prelado le dejaran tiempo para ir todos los di as a una hora fija a · da1' esas lecciones, todo ~ esto poco habl'ia importado, si ese colejio no se anunciat·a en el e< local del tstinguido monasterio 1 del Cát·men. >) La presencia del At·zobispo en ese 1 local para aquel objeto, seria realmeilte un tes- i . timonio oc aiJrobacion del impío despojo hecho, contra las pl'escripciones de In Iglesia, a las santas vírjerws de quienes es aquel loen!. El Arzobispo protestó, manif:>stando esto; i el seflor Gómez que dil'e vá a enseñar a sus alorn- :a nos la Relijien católica, apostólicn, roman3, pu- ,1 blicó la hnja que dejamos citada, asegurando en 1 ella que el señot· Arzobispo se hnhia compromelil-lo 11 '.:1. con él a dar tales lceciones. l"l¡ll'a comprobarlo, inserta una cat'ta en que el Prelado espresa que el srüor Gómez fué a \'isitarlo, i que en fOnversa­cion le dijo que deseaba que los artesanos recibie­ran del Arzobispo algunas lecricnes de relijion. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 306 CATOLICO. ta • • •• 1-a Independencia que bies paganos, i que, cuando vá u!1ido al pode,.,pa·~- está en el monaster·io de la Concepcion. duce los mas grandes malvados 1 los mayores en· Sabemos que dió clase en su propia casa duran- minales. . , .. te todo el último año escolar a los alumnos de este Pronto sacud10 el yugo de Agnpma, su mad1·e, C.olejio, i creemos que han\ Jo mismo en este año. olv_ldando que le ~ebia la \'ida i el imperio; i t:- Es que para un católico esos locales son sa- tmiendo que le qmtase el trono pa1·a dRI'Io a Un­grados, están santificados por la oracion i la peni- ánico, a quien le pea·tc>necia, como hijo del Em­tencfa de las vía·jenes castas -que los habitaban, i peradoa· Claudio, su antecesor·, hizo t>nvenenar a a quienes la fuerza se los arrebató. Es que, re- este príncipe. Un cdmen conduce siempre a otl·o: petimos, nosota·os no podemos sancionat· de ningun este Tirano, entregado a la coaTupcion, olvidó modo la estincion de Jas comunidades decretada tambien aun aquellos bienheí'bores que los mal­así, sin anuencia del Sumo Pontífice i con espresa vados mismos respetan en sus escesos. Pasaba lns · protesta cont1•a su autoridad. Es que no podemos noches en las calles, en los lupanan•s i en los ga­sancionar nada de Jo que tienda a destruh· la Re- ritos, seguido de una juventud desenfrenada, con lijion Católica. la cual se entregaba -a los mayores dt>sórdenes, i IIE>gaba ~ h,()mbrearse ·en ras pJ.azas i lugaa·es pu- ~~[ljJ!l]j(/)JltJJ.!J)(/)lJtlJI~~ blicos con los pillos mas desprecia )\es. ¿Se dará un Emperador que haya entendido mejoa· In demo- JNSTRUCCION POPULAR. cracia, la igualdad i la fraternidnd, a lo ménos la l\ELACION DE LAS MUERTES FUNESTAS DE LOS IMPÍOS. igualdad Í f¡•atemidad de J-as tabernas? Nea·on (Continuacion). merecía habet· nacido diez i oehe siglos despues. II. ·su coa·azon se acostumba·aba poco a poro a ha- Algunas personas han hallado de grande inter·es cea· del·t·amaa· sangre, i al fin hizo asesina¡· a su este tt·abajo, pot·que, dicen: ce estando nosota·os en propia madre 1 I I. . .. Pan1 hacerla morir de una ' camino para volver a los tiempos del paganismo, mnnel'n que pareciPsE' nat\wal la hizo cmbllrca\· en i debiendo por consiguiente tener alguu dia mtl- una galea·a consta·uida de modo que lo alto cayese 1 , cbos Emperadores, con el título de Presidentes, por su propio peso, i que el fc..udo se abriese al , Dictadores o cualquiera otr·o, como y'l los hemos mismo tiempo. No habiendo surt'do b uen efecto tenido, es bueno saber Jo que harán i lo que de ellos esta estratajema, hizo que su libert(}' Aniceto le j debemos espera¡· los cristianQs, si ·es que el pueblo diese de puñaladas en Baies, donde ella se babia soberano no se resuelve a salir de ellos ántes de refujiado pam salvarse. Esta fiera no respetaba 1 que llegue su tiempo.» parientes ni amigos, ni reparaba en mentró a Roma, i lo re­sentaron U':\a sentencia de muerte para que la fir- cibiet·ou con tanta solemnidad como si regr esase mase, esclamó compunjido: J'osos, han recibido en todos tiem­i las espadas ; i a_un se hab1·ia hecho él mismo su pos el título de G1·anrles. apoteósfs, como Jos Nerone.s ~e nuestJ·os dias. Neron, viendo que tenia tantos esclavos como • Pero alfi~ ~ubo de. fastJdiaa·se de tanta vjrtud súbditos, no consultó ya sino al dt>sm·n·glo de su li>!vfdó las sabias lecmones d~ fil~soffa que habian c01·azon depravado. Por primet·a vez se vió a todo fo1 mado la base de su educacwn, 1 su caa·áctet• dia· , un Emperador dil'ijiendo compañías dramáticas, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 307 ' i alternando entre los negocios de Estado i las 1 e~ta misma Palabt·a, por este Verbo hecho carne. i l intri~uillas de bastidores. Al fin se hizo cómico El mundo nació de una palabra : Dios dijo ¡ el él mismo i rept't>Sentaba públicamente en los tea- mundo fué. ' tros como un actm· ordinario. Se presentaba fre- Es pot· la palaba·a que el hombre es hombre <'uentemente eri la escena con la Ht·a en la m~no, porque ella es la manifestacion de su alma. L~ seguido do ButTho i de Séneca que aplaudían i palabra es el arma de la fuet·za moral, es la forma palmoteaban : debilidad mui comun en los filóso- esterior i pet·ceptible del p~nsamiento, es el instru­íos de todos los siglos, cuya fria moral se estt·ella mento de la intelijencia, la canal de la ciencia el contt·a las voluntades superiores. Las locuras i medio de la fé. , los ci'Ímenes de este mónstruo eran tales que no Así, el ministerio de Ja palabra es uno de los se creía que pudiese imajinar nada mas de lo que pt·imet·os atl'ibutos del ministerio sagrado· sus habia hecho; pet·o él había nacido, segun la es- victol'ias son supea·iot·es a las de la espada. « Voso­presion de un iuicioso autor, para comete•· cl'fme- tros podeis matamos, decia el ~rande apolojista n~s l_la ~ ta entónces .ignorados i para daa· .l~ccio~es Justi.uo a los vet·dugos de los cristianos, pero pea·­publlcas de perverston. Una vez le ocurno vestn·- suadtrnos, nunca 1 >> Aun en la antigüedad paga­se de muje•· i cnsa1·se con el infMne Pitágo•·as.. na que creia tanto en la omnipotencia de la espa­practicando todas las ceremonias del caso. i des- da, la palnb•·a fué Yene•·ada i admh·ada. «Hiere, pues, en segundas nupcias de la isma especie, pero escucha, » fué una respuesta que se aplaudió con Dol'ifoa·o, uno de sus libél'tos. Volviendo a i se aplude todavía. Ninguna descision se tomaba, tomar su primet· sexo, se desposó con un jóven en los negocios de Estado, sin Ja intervcncion de Spoms, a quien hizo mutilar pm·a dade cierto ait·e la palabt·a, ent1·e los pueblos que tenían algun co­de mujet·. Este loco revistió a su supuesta esposa nacimiento de la dignidad humana. No hablo de con los adomos de empen..tl'iz, i se presentó así en In Grecia donde nada se hacia sin discusion ; los püblico con su euimco. Tales son los pt·og•·esos r omanos, Nacion de hierro, componian tambien de la lu¡nda, la cual, como la avaricia, siente au- uua Nacion de oradores; los mismos bárbaros, meutnrse su sed a rnt>dlda que se satisface, i como áutes de declat'at' Ja guerra i pat·a solicitar la paz, la glotoneda que llega hasta prepara•· manjat·es enviaban diputados de que el nombre oficial era el contrarios a la natu1·aleza. de oradores: Su fe1·ocidafl es('edia aun a sus infames desó1·- En las sociedades civilizadas, fundadas soba·e la denes. La ct·ueldad corl'ió en el parejas, como en palabra evanjélica, la palabra debia necesat·iamen­todos los malvauos, con la lujuria. "El hombre te ser honrada i podet·osa. La Iglesia la ha coloca­degradado por sus sensaciones groseras, dice un do siempre en un rango mui eminente; i sí, por fisiólogo, rae en el egoísmo mas bn1tal, no mira desgracia una servidumbre universal redujese el a sus semejantes sino como instrumentos de su muudo al silencio que constituiría el último g¡•ado placer, el juguete de sus pnsiones, las Yfctimas de de la abyeccion, la palabra liba·e se refujiar4a en la su ódio i de su capl'icho." Octavía, su lejítima Iglesia, i teniendo sus hét·oes i sus mát·tires, sal­esposa, Bunbo, Séneca, Lucano, Peti'Onio Popea dl'ia iufaliblemcmte tdunfadora. su qut>dda, fueron sacrificados a su furor. A estos En los Estados cristianos, la palabra ha gozado asesiuatos se siguies·on tantos ot1·os, que no se le siempre de gmnde estimacion, i cuando esta esti­miró ya sino como una bestia feroz, saciada de macion disminuye en alguno, puede asegurarse sangre. que no han ganado ni la libertad ni la gloa·ia. Con tan buenns disposiciones ('Omo tienen nues- En Jo:s Tribuuales de justicia, la palabra i su t1·os libertadores i próceres amedcanos para re- independencia son conside1·adas como la salvaguat·­presentar este papel, ¿qué dirha no se agua1·da a dia de la iuocencia,como la 'proteccion de los acu­los pueblos, si, abolido el Cristianismo civilizadoa· sados, cómo la garantía del honot' i de la fortuna del mundo, no lle.gamos a reconocer mas guía que de los ciudadanos. el sensualismo i las pasiones brutales, ni mas Entre Jas jentes honradas, la palabra empeñada moral que la del antiguo paganismo? Jiga aun mas que la obligacion escrita. Pero debo (Continuará). espn•sar que no ha de entenderse lo que digo con tal estension, que sancione los abusos,los escesos, los cdmenes de la palabt·a. Yo los deploro,· los condeno i censuro tanto como debo, manifestándo que nunca tomarán las sociedades, Jos Esta.dos i los individuos, bastantes precauciones contra ese abuso. Tengo de la palabra, el concepto que Esopo espresó de la lengua. Quiero solo que no se lleve la pt·evision hasta cortat· la lengua por miedo a las malas palaba·as i con riesgo de impedir las buenns,porqúe el remedio seria peor que el mal. BIOGRAFI~ DEL R. P. LACORDAIRE. I Ya en su tiempo i en sus Comentarios, Cél'll' se(wlaba el gusto, i yo diré, Ja pasion de los galos por el Mte OJ'atol'ia. Tócito tambien, con su fina ojeada, notaba el entusia:smo de los .fet·manos por la elocuencia. Jamas me be puesto a investigaa· si yo soi galo o ft·anco, pero confieso francamente que nada me seduce tanto como un grande orador, i que a este respecto toda la Francia siente como yo poco mas o ménos. 1 me permito cree•· que la Francia i yo no tene­mos mal gusto pot·que · ¿qué hai mas het·moso que la palabm 1 Dios mismo no ha desdeñad~ dar este ~ombre augusto n su Hijo, Dios como EL, como EL etel'l1o. La Santísima Trinidad se ha revelado ~l hombre pot· la palnbt·a, por el Verbo ; i el hom­bre ct·eado pot· este Vet·bo, debía ser salvado pot· Tales son, entl·e muchas otras, las razónes por las cuales siento admiracion pot· los oradores, i entre estos especialmente por el padre Lacordah·e. u Este monje ilustre, apesaa· de sus defectos, i con sus defectos, es un oradoa· maravilloso. Todo habla en é.l. La actitud lo muestra siem­. pre pronto a luchat· aun cuando medita i estudia. En su contemplacion, en su lectura, se vé subir desde las profundidades de su pensamiento Ja pa­Jabm a los labios, se lo ·vé dispuesto a los comba­tes de Ja discusion. Cuando descansa, se parece Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 308 EL CATO L I C O. n11eon, en cuyos músculos de ace1·o, en cuya pu­pila ~r·diente, se trasluce una actividad siempre viva, aclormeddn apénas, nunca dormida del todo, como dijo Dante. Ti-ene en la acrion lo que Demóstenes estimaba como coudicion pl'imera en el orador. Sí, el padre LacOJ·dail·c no solnmente posee el movimiento m·­monioso, atrevido i concertado del brazo i de la cabezn, srno la flexibilidad i la dignidnd del cue¡·­pu, ma 1e1·as elegantes i una destr·eza natur·al que lo bace triunfar de las dificultades del vestido, aumentando el prestijio que ejerce sobre er audito­rio, los obstüculos de ciertos detalles. Yo lo he visto .algunas veces cal'gado con el hábito blanco de Saoto Domingo, con un sobrepelliz sobre este hábito i con la muceta de canónigo sobre t:ste so­brepelliz : era para ahogarse ; pero tenia que ha­cerlo asf pa1·a ocultar su vestido moná!;tico,porque ¡tanta era la libertad que había en F1·ancia ! A pel:iar de esto, des pues de n_lgunos instn ntes de emb~nazo, el padre Lacordaire, dominando - esta eontrariedad i haciéndose d11cño de si mi:smo,accio­nnba tan ft-r,nca i lib•·emente corno con su simple hábito relijioso. 1 parece dirijirse a las venlades cautivas todavía i que van a vola1·. De golpe sale de este recojimien­to po1· una señal de cruz, levanta la <'abeza, tlesa­l'l'uga su fr~nte, su ojo se anima i echa sobre el ínmehso auditorio una la1·ga i luminosn mirada; Este háb:to como sus anchos pliegues, sus ám­plias mangas i su vasto escapulario, deja en plena libertad su rica i pronta naturaleza. La Iglesia ha comprendido maravillosameute, lo que añade a la dignidad el esplendo•· del vestido. Los ornamen­tos, los t1·ajes de ceremonia, producen un efecto sin igunl de magnificencia i de majestad. En pre, seneia ele una procesion ann que se despliegue todo el brillo de un acompaiwmiento militar, la gran­deza, aun bajo el punto de vista purnmente huma­no, se distinguil·á en la iglec;ia. No hai espectácu­lo mas hermoso que el que presenta el cortejo pa­pal, aun haciendo abstraccion del sentimiento reli­jioso que aumenta 11\s emociones que producen estas escenas grandiosas. Es tan cierto esto, que el ·mismo inc1·édulo no puede resistir a Ja influen­cia que ejercen sobre el corazon, i el único recurso que queda al ódio, es el de calificar de idolat?·í..a .este rito triunfal. Pero esa misma calumnia, en sn violencia, constituye un verdadero homennje. Los hábitos de los monjes,sobre todo en la edad media, te.nian un carácte1· majestuoso i pt·oducian un efec­to imponente. Nadie lleva mejor el de Santo Do­mingo, que el padre Lncordaire, i no me SOl'pl·en­deria que al respeto con que él lo mit·a, se mezcla­ra cierto noble Ol'guiiCJ, porque ese hábito para él, es la insignia de su victoria sob1·e su siglo, es el tt·ofeo del ¡·establecimiento de las viejas Ordenes monásticas en nombt·e de In libertad modema. Es preciso ''erlo en el púlpito, revestido con el humilde tt·aje que han llev.-'ldo tantos sábios, tantos santos, tantas almas grandes, dulces i pro­fundas, i al cual, sin duda, él ha dado una glol'ia nueva. 1 Cómo se mueve su noble cabeza, cómo se ilumina l Miradlo ; araba de abisma.rse en una c.orta i ardiente oracion ; luego se levanta i queda ; inmóvil como bajo el peso del cargo apostólico que vá a licuar. Sus cejas se fruncen ; su frente tan alta i tan ancha,se pliega b11jo el esfuet·zo del pen­samiento ; sus manos apoyadas sobre el mármol de la sagrada c<:itedra,muestran por un lije¡·o tem­blor, la emocion inseparable del principio de toda gr.ande obra orntot'in; sus 0jos fijos, i de que el fn~go aun velado pnrece concentrado dentro de Jas pupilas, acusan la mirada interiot· de la medi­tncion prolongada ; sus labios entreabiertos dejan escapar una imperceptible i anciosr.. sonl'isa que su boca se abre i deja eae1· con un acento profundo, 1 • ya vibrante pero contenido, el testo sagrndo. El río ha tomado su curso; desde este momehto se1·á rápido i contiuuo aunque entrecortndo a vel'es por movimientos inesperados. Degolpe como que se detiene, como que esperimenta alguna contNu·ie­dad, como que tropieza con algun estorbo, pero esta es una de sus habilidades ; e\ rio salta i hace una4irrupcion que prodnce efectos soq)L'enuentes. Casi nunca se prueba mejor la accion eléctl'ica de su palal)l'a. El OJ'ado1· se ha herho dueño del auditorio i lo levanta como el ilguila qur nrrebata la presa. Poco a poco se t•emontn ; sielite uno que ~ se rleva con él, pero cede i lo sigue; él se encum- 1 b1·a mns i mas hasta llegar a la rrjion clt'l trueno i del1·ayo, i tt·asportndo uno nllí, respira ámplia­mente en esta sublime ntmosfera. ¡Sigamos 1 ¡ Mas an\ba l ¡Todavía mas nnibn 1 1 Hé c1qui la luz eterea, hé aquí el foco espléndido de lo veJ•da­dero i de lo bello l 1 Qué entusinsmo, .ué embria­guez! ¡La lluvia es de lngrimas 1 Cuando de-sde estas alturas se vuelve a la tieJ•t·a, el orador i el uuditorio est'in sin fuerzas; las emociones que él prodllce, superno la naturaleza ordinaria, i dejan con un encanto il fledble, una especie de aturdimiento i de fatiga, Q\1E' e.xijen lar· gE~s horas pat·n descansa1·. No hni placet• de e!spÍ­ritu i de c01·azon que pueda compa~·arsc a este; ¡ Cómo no deseat' vol ver a saboreql'lo ! Estamos hechos de tal modo pat·a lo grande i lo sublime, que apénas los entrevemos,nos apasionamos,desea­mos con impaciencia gozarlos de nuevo i casi de­samaríamos al que nos ha procurado tal felicidad, sino nos la deja gozar otra vez. Pr1·o esto es su­perior a las fue1·zas humanas, i por· eso el pad1·e Lacordaire n guarda a veces armonía. ¿Cómo podria el hombre permanecer en esas inaccesibles alturas'! ~\ p•·oducP., no lo niego, sueños de Homero ; pe1·o solo Homero puede adormecer así. Hai en sus.discut·sos contrastes chocantes, tal vez un po­co aventurados, audacias de lenguaje ya muí ele­vado, ya mui sencillo i casi ''ulgar que s01·prenden al auditol'io, porque como todas las naturalezas ardientes, se permite Jibertades,tal vez temerarins; pero es pronto en apercibirse, i vuelve sobre si. Un di a en Nucstm Señora, p· dió pe~·don de un modo hunorable al público, por una espresion que 1 se le había escapado. Cuando revi:-a sus obras para 1 _ imprimi!'las, las cotTije con una severidad mui 1 escrupulosr~. Solo en el calo¡· de la palabra, la improvisacion aparece tan manifiesta con su pnde1· i con sus es­collos, que el espíritu no puede librurse de cierta inquietud. Es la ernocion que se esperimenta en ., los espectüculos de grande atre,,irniento,pot· gt·an- ; de que sea la confianza que inspira el jénio,la fuer­za o la habilidad del que los ejecuta. Es una espe-l'ie de temor instintivo. . Digamos sinembargo, en honor del ilustre reli­jioso, que él participa de este temor, que él prueba esta inquietud, pero poco·le cuesta asegUI'arse con­tm sí mismo. En el npojeo de su poder sobt~e la juventud de Pads, sometia los borra ores de todos 1 sus discursos i sus ideas i argumentos, a teólogos. consumados, tan calmados en la pt·ofundidad de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~-- EL CATOLICO. 309 1 .::;::::::::::::::::::::; ....... ,.....n_,.,le'""d'"'i"o-'"'d--'"e~la"-'"'a..r't·....,.d"ie""nr.t..re.....,j"'"u~v..rer'""Jt ....... t ...... ld.,......~:~:·~=t= su elocuencia. la luz de esa libertad f) El jó,'en enciclopedista estaba medio curado. A partir ele esta hora decisiva en su vida, Enl'i­que Lacordaire sintió que su talento crecia i ad~ quil'ia mas i mas esa enet•jía sin §egundo que dtl la fé. Conservando toda la e!_egancia de su forma ática, su estilo adquirió una rara elevarion de pen­samientos, una lójica inflexible i segura i una fh·­meza de pl'incipios que le conquistaron pronto la mas incontestable superioridad. Lacordaire era el héroe de la juventud estudiosa de Dijon, i en esta compañía, en que la franca jenerosidad de la edad escluye los celos, obtuvo tl'iunfos sobre triunfos. Ya entónces, quien le hnbie1·a mirado con el ojo de una amistad previsora, abria podido notar en él cor. .. o una tl'isteza vaga, no sé qué descontento que los aplausos del mundo no podían dulcificar, un vacío que los triunfos no alcanzaban a colma•·· Em·ique Lacordail·e se babia recibido de aboga­do, i era en París, cerca de ese hogar jigantesco donde las ·llamas de )a verdad i del bien bl'illan al traves de los negt·os i espesos humos del enor i del mal, donde él debía interrogar a su corazon i sen­tir su vocacion. Pads lo acojió con benevolencia; el palacio de justicia oyó los primeros ensayos aun audaces e incultos, de una elocuencia que pt·ometia ya un brillante pot·venit·. Berl'Íer lo felicitó al darle un consejo paternal, los maJistrados lo cumplimenta­ron, pem esto aumentaba su incet·tidumbre i su turbacion. El tt·abnjo intel'ior comenzaba. La gt·acia divina 1 1 tiene un pode1· ilTesistible, i cuando se ha apodera- 1! do de una almat no la desampam ; de día, de no ... che, sin que se lo sospeche, la penetra, la envuelve, ·• la arrastt·a. Lle~a pol' fin una hora en que el bom~ ! ~ 1 bre vencido sucumbe, inundado en dulces lágri- ' ~ mas, no se reconoce a sí mismo, ya no pertenece 1 . para nada a los hombres, es todo de Dios. · Esta hom 1 ai que dej:h~t>la contar a Enrique ¡, Lacordaire, nada puede ig Hllat· a ese lenguaje. El r1 1l de mayo de 1824 habia .resuelto entrar al semi- 1 ~ nario, i hé aquí lo que escrihia n tino de sus mas ~ antiguos i mejores amigos de colcjio: i «Bien pocas palabras se necesitan para tlecit' lo ¡ ce que tengo que decir, i, sinembcugo, mi corazon ¡;· < quiso deí'ir adios a la hizo esfuea·zos para que desistiera, pero su decision E nmc.•a ll u e COJTia al abismo. lba a partir para era tan positiva, babia tanta calma en su i nsisteu- Amen ca con u u Obispo misionPro, pet·o el ta·ueno cia, tanta dulzura en la espresion de su voluntad, de 1830 estalló, i el abate La<·ordaire se encontró que fué preciso ceder. Madama Lacordaire pidió degolpe enfrente de esa re\'olncion que echó del ¡' · pet·don a Dios de haberle disputado su hijo, i ben- trouo a los hijos de San Luis, rompió las cru<'es, dijo bien pronto este sacrificio. saque~ a San Jet·man l' Auxerroi:s i el pHlado del / En efecto, el jóven seminarista anunciaba ya que Arzol.nspo, del santo Arzobispo que lo había ol'de­seria un g•·ande apóstol. Los ''enembles Sacerdo- nado Sacerdote i por el cual conserYaba una filÍ:'\1 1 tes que lo fol•maban, esos sulpicianos d e quienes vent:raciou. ' Fenelon hizo en su tiempo un bello elojio siempre N_o era ya h.om de 'pensat· en la b.:'lt'bat·ie IE>.fflna; 1 merecido, tenían por él un tiet·no afecto. Pre- .habw llegado la de resistiJ· a la barbarie (•iviliza- ~ sentían en él una de las mas bellas espet·anzas de d.a. ~1 abate Lacordait·e comprentlió que ea·a pre­la Iglesia. He hablado en ott·a pa1·te de las vaca- c1so u· _derecho a esta barbarie, i procum1· dulcifi­ciones en la Roche-Guyon, de esa mansion del cat·J~a smo couven<.•erla. futuro Cardenal de Roban donde venían a recibit· Era que la jenerosidad de su corazon lo alusina · su ú-ltimo pulimento los (< diamantes del santua- ba. Uuo de los mus grandes jéuios de este siglo 1 1 riÓ.>> El abate Lacordail·e se encontl·ó allí con el que en. lugaa· de sea· la luz no ha sido sino el es­abate Dupanloup i conota·os muchos que son nues- can?alo, M. de Lamennais, estaba entónees en el tra gloria i nuestro consuelo. · apOJeo de su temible poder. El ot·gullo, el Sata- En la fiesta de Navidad de t827, Em·ique La- nas que se llama el orgullo, lo babia ya tocado, cordaire ofreció pot· 1a pl'imem vez el Santo Sacri- pero la herida no era visible sino para el ojo viji-: ficio; e1·a Sacerdote, i en 1o sucesivo podia sati.sfa- laute de los ancianos del Santunrio. PersuacHóse cet· su ardiente vocacion. de que para vencea· la revolucion, la Iglesia debía Esa vocacion lo llamaba a la cátedra cristiana, tomar las armas de los revoluciomH'ios, i en lugar pero era necesa1·io que se prepat·ase pat·a ello. Tan de dete~ea·se a reivindicar su libertad, entron1zm· humilde como devoto, el Ministro de Jesucristo dogmat1cameute la licencia. Este plan f"edujo a buscó la oscuridad i el t·etiro ántes de p1·esentarse algunos nobles i grandes espü·itus, i como ningu­en la a1·ena del combate. No quiso aceptat· sino no era mas quel'ido del jefe de esa Escuela nueva una plaza de limosnero entre los pob1·es hijos de que el abate Laeordait·e, ninguno sufl'ió mas su ..._ an Francisco de Sales, i se ocultó det1·as de los úomi_nante influencia. modestos muros de ese santo asilo, de donde no Al lado de faltas lamentables, esa Escuela eje­salió sino un instante pam aceptar un puesto de cuto hechos magníficos. Quie¡·o cital' solamente lucha, de sinsabo1·es i de abnegacion : la capella- la l'eivindicacion de !a libertad de en~eüanza i la nía del colejio de Enl'ique IV (1828) enérjica apertut·a d la Escnela de In calle de las ¡ Dias dolorosos! 1 Dias de crueles amar~uras 1 Bella~ A1:tes, ~onde los maestros se llamaban ~a­en que tuvó que luchar sin tregua con uu:1 JUven- cotdau·e _1 el vtzconde de Mou.tale.mbet·t. ~st.a E~­tud ¿qué digo ? con una infamia hostil, bul'lona, cuela fue cel'l'ada pot· ~1 ~om1sat'JO de P.ohc1a ; s~ sin fe, sin respeto, sin costumbres ; con una in· cl":l~sura llego a conocimiento d.e los Tnbunates, 1 fancia en que estaban en libet·tad todos los malos fue JUzgada yoa· la corte de Pans, despu~s ?e de.­instint() s, ¡ cautivas todas las inspiraciones jene- bates oratonos que asegua·~t·on a la Iglesia 1 a la rosas. Era la tiranía del respeto humano, mar- tribuuf\ dos glorias inmos·tales. chitando esas fa·entes de quince años ; la liga de 1 Ai l El !:'o1-ven~~ no tardó ; .el orgu!lo de M. la impiedad manchando el candor de la adoles- de Lameuna1s ro~p.w todos los d1ques! .. 1 Roma, cencia i ahogandolo en flot·. Me consta, porque como una madre VlJtlante, aunque afliJida, tuvo u;--- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. S ti que condenarlo. Em·ique Lacordait·e babia ido 1 nffico alegato pro domo S'lta en que comparó las con el conde de Montalembert acompañando a M. órdenes relíjiosas a los vastos bosques de encinas de Lamennnis a la ciudnd eterna. La luz pene,tró que el vandalismo cortó por el pié, pero que reto­pronto en estos dos espfritus rectos i fieles, pero .ilat·on mas fue1·tes i mas bellas. Despues de esta era para ellos un esfuerzo doloroso i sobre humn- comparacion esc!ama: "Las encinas i los monjes no, •·ompE'l' con flquel taiE'nto fascinado•·· " No son inmo1·tales.'' podeis imajinaros, decía mns tarde el pnd1·e La- l .. a F1 ancia siempt·e se pone del lado de las al­cordah ·e, el dominio que tt'nia sobre mí M. de La- mas jenerosas i de los rorélzones bien templados. mennais ; E'l dia en que tomé In ¡·esolucion de Ella se sorprendió al pl'inripio, luego admiró: la_ abandonarle pasé muchas oras en oracion llorando causa estaba ganada apesa1• de Jos decretos de delante de la coufesion de Son Pedro, pero cuando prarial, apes, i aquí comienza la vida PMis lo nombró su representante en 1848, dándo- . oratoria del abate Lacordaire. Sus trnb:IJOS p:·in- le luego cien mil voto~ mas; pem él comprendió cipiaron en la humilde capilla de SHn Estémislao; que In atmósfera de una AsambiNl política sentaba pero bt·illaron comv el rayu. i bif'n pronto et·n es- mnl a su naturaleza i a su vocaciou, i renunció trecho pnra la multitud que ansiaba oil'lo, el vasto tanto hono1·. El :.~ño de 1860, la Academia ft·an­templo de Nu~strn SPñom de Pal'is. Todo lo que cesa lo llamó a su seno j lo sentó en este refujio babia de mas intelijentc en la capitnl, nmigos i de todas las glol'ias contemporáneas. enemigos de la Jgle ·in, ('OtTinn a esruch1ulo i sen- VI tian un entusiasmo inde.se¡•ibible. La confet·enc:a El padt·e I,acot·d¿¡it·e es una potencia singular-comenzaba a la una. i desde las siete de la maña- mente h.dependiente a quien temen las cobardías na la multitud invftdia las naves, i esperaba anhe- i las seJwiduml>t'€S presentes, que no s_e pliega !ante i casi ardiente hasta el momE·nto en que la siempt·e a los consejos de la amistad mas flustt·a • cruz arquiepi5.copnl, p1·ecedicndo al Prelado, hen- dn, que deja sufdt• algunas alarmas a sus mas dia esas olas de jentr ya respetuosa. Pocos ins- fervientes admiradores, pero que tiene por la Igle­tantes despues el humilde mi~ionet·o npcH'ecia en- sia una adhesion sin límites, i por ella trabaja sin cima de esos millares de cahezns. Entónces se tt·egua. cstablecia el silencio i se· prrstpba una ntencion sin Si no fuera un monje mui piadoso, mui sumiso, igual. ¡Qué placer para Monseñor de Quélen vol- mui humilde, podria set· un terrible tribuno. Pero \CJ' a hallar al fin de cada diseurso, a esas multi- felizmente es un vet·dadem monje. Su vida tiene tudes, poco án es tan n·beldes, encor adas bajo su Ja simplicidad, la devocion, la abnega<'fon de Jos bendicion i mostrando un reconocimiento unáni- primeros compañeros de ~auto Domingo. Su celda me I Por eso el ilustre mártit· de ut e tt·as tristrs e. tá amuebh da {'On la mas austera modestia: una divisiones, d< ba las gr, desde sus esct·ito~ en moJarse como monje i restableert· a lo monjes que se vé su bella lt.'tra <'lanl, netn i t•egulm·, hasta sobre Ja tiPt'J'a de .F1·anci;1 po1· esta inmolacioo. el suelo de su ct>lda que él mismo barre,i su pob1·e Era el fénix de la fál.wh at-rojñndose al fuego pa1·a mesa donde nu grmw de polvo no puede permane­l'enacea · de sus cenizas. ce1·. Su vestido es de lana o¡·dinaria, pero de una Fué a Roma, voh ió a ese foco de toda verdad, blacura brillante. de toda cieutin, de todo amot·, i tomó el hábito de El hombre que tiencaJTanques súbitos i tet•t·ibles los predicadores ; volvió dominicano. golpes de jénio, es habitualmente el mas calmado, Fué aquel un grande att·evimieuto en este siglo el mas c :m!:-tant~, el m<1S igual en u t1·ato. A<'oje que se dice liberal. Fué arrojarle el desafío mas con dulzura i con benevolencia al que se le p1·e e 1- com~Jeto en favm• de la liLertad relijiosn. RPtó a · tn ; su·l'OtWPr adon, es elgante, afable, variada ; los IHjos de Voltaire,presentándost'les ron el hábito su ojo lfmpido, tiene un brillo maravilloso que de l?s inquisidol'es. Se p•·est'ntó a esos lejislado- de:slumbra i que dá una fue1·za s01·prendente a la res 1 p ocónsules que habian despoj!ldo i echado a espresion de, u pensamiento. En la discusion, el los relijiosos, como el heJ·ede1·o i t•enovadol' de las orndor se muestt·a de t'E>pcnte. ob1·as de la edad media, como miembro del {'Uer- Un dia. estDndo en fl locutorio de Jos canneli­po monástico mas militante entónces: el de Santo tus ronvergnndo con uno de sus jóvenes admirado­Domiugo. res entre un g•·upo de estudiantes que se anun- Reaparecet· bajo las bóvedas del siglo XIII con ciabéln corno iuct·t'dulos e impíos, los soJuzgó des­el. hábito de aquel tiempo, era una temet'idad he- de )u('go por su pulítil'a séritl al mismo tiempo que ró1ca. Cu¡)ndo se presentó el reverendo padt·e do- agnsnjadora, i escuchó con una bondad t':ll'fl, algu­minicano, recibió nmenazas de muerte. Se había nas de sus objeciones. ) i el padre desarrolló los tan temibles al'­gumentos que pulvel'izó el Á 1jel de la Escuela. Los estudiantes estaban estuppfactns. e< Hé aquí 1 la contl'ovel'sia; no miserable i. ''e1·gonzosa co110 la de nuestt·os dias. P a·o scu.c a.d la respuesta.>) <·ntóne s, por media hora, con su ardiente pala­bt ·a .. con el ojo brillnnte , e l elocuente rel:jioso de­sarroJló las pmebas de la existencia de Dios .. con una enerjía, con un calo1' i con una claridad in .. compa1·ables. Sus advet·sados estubnn vencidos, i ¡ Ai 1 Ni nuestros votos, ni las o1·a ·iot e· d; l· tantos corazones rectos, ilustrado , salvados por el grande apóstol, han alcan7ado nada. El fr o j maduro pn ra el Ci lo, ha sido co:ido or el únjel de la muerte. ¡ El p re L.cordail'e no existe 1 Su hermosa ''ida lm si o irina1 • r te coronnda. El pt·f!lcipe de la pnlabra sngruda, eJ rest, m·.tdor de la Orden de Santo c.mino·o, a 'abó conH> un hé1·oe .. como un conf es o t• i como un má1·th' .. . . . . . 2 2 de noviem l.> re de 18 61 • se retiraron confusos i avergonzados. Pat·a n uchos --- HEt';RlQUE DE de ellos, aque] dia fué el de su coi version. Tal el'a 7J "·íf • el 'fuego de su mil'éHla, < tH' el que la recibió oy'n~ dolo quedó como desvé neeido. PARR. FO DE CA T _ • Tal es este fraile. No puedo da1· de éi sino este Con fecha 1 o d 1 CQtTie 1te nos ¡¡(e bosqueJO informe,gt·osero;es imposible hacel'!o me- sona respetable de 1\Iedellin, lo . ig 1i • t jor porque un rayo de sol no puede reproducirse. ce Desde que h::u cor lcnza( o n 1 . ·se en <'s·e VII. Estado lo a1·t1culos que !n pt·Pnsa líb rn . o f ,._ 'j I hoi, esta naturaleza admia·nble, está post1·ada tina de esa cap·tal eseribe coutrn J !i tr1·i ' LO i su por la enfermedad; no e!'tá vencida pero sí ago- doct•·ina, la exacenacion sube de punto i lo s áni­tada por el sufrimiento. mos se exaltan. El pueblo vé que al fi n s e 1 a qui · Antes de tiempo, el pa(he Laeordail·e se muere. 1 tado la m<.ls<.•ara el bando rojo, pero c 1· o, s egun Esta gran luz de la l'átedra cristiana, no anoja todas las aparie cías, que no le pennitiré.\ eo nsu­ya sino fuegos espi.t·antes! la llama que produce 1 mnr j lt~ obra .. 9ue princípió et~ 61, .de destt ui r t~da €Sa luz, p1·onto sub1rá al c1elo. ctecncla rellJlOSa. Am1go mw, si no m e eu g auo, Las amargéras i los dolores de nuestt·os tt·istes 1 estamos en vísperas de albun sue<'so g t·ave; la dias, han agotado las fuentes de la vida en ese _tempest~d n jc no muí léjos; el pt·imer rueno e e cuerpo que el alma habia tan fne1·temente traba- ~ ella senl. eJ pl'imer nuevo acto hostil coJ ra la jado, i ·e ahora de 'Ora. El adre Lacordail'e Iglesia; el uebJo católico no pu de so m e et s e al necesitaba del ail·e libt·e i del ple n o sol de la lucha; órclen de cosas e · i. ' )te, i está re ue\to a morir ~ neeesitaba una arena siempre abierta i combates romo Sanson, destruyendo el templo. Demasiados siempt·e leales ; Jas tt·amas injeniosas i las hipó· comb.u tibies han venido hacinándose ha hu·go critas perfidias, lo llenaban de una santa inrligna· tiempo para el incendio ; si el partido dominante cion. Este leon rujía interiot·mente al verse en- quiere aumentarlos, él tambien perecerá en tl ' lazado en las mil redes formadas con un hilo fuego. imperceptible e inestricable. Obligado a condenar = ======----============= al retiro i al silencio sus jenet·osos entusiasmos i INSERCIONES DE LA CURIA. sus m·dientes invectivas, cayó sobre sí mismo de· bilitado i herido en el cot·azon. Los triunfos de ADICION la injusticia, las violencias venturosas, las alevo- AL EDICTO CONVOCATOlUO A OPOSICION A LOS BHNE· sfas victoi'Íosas, )as lágrimas de )a Iglesia, el FICIOS CURADOS VACANTES. Papa en el Calvario, no ea·a mucho p:na su fé, Sec1·etarfa arzobispal-Santafé de Bogotá, 24 pero sí para su filial ternura. El padre Lacordaire de enero de 1865. sucumbe bajo lüs golpes que hieren a Pio IX. Ademas de los curatos spresados en el EDICTO Pero cuán magnífica es esta agonía t ¡ Cuán de 17 del corriente enero, publicado en el núme•·o bien sabe sufrir este fraile, cuün maravillosa- 12 de LA voz DEL CATOLICis .Mo, hállausc tambien Fnente sabe mol'it· ! No se le ha oído una palabm vacantes los de las parmquias de Gámeza, Bosal'io d-e queJ·a. Sus amigos lo rodean desespeJ·ados ¡sus de Tena i Simijaca, beneficios que debe estimarse incluidos en el referido EDICTO. discípulos llorando; solo él está mas calmado, mas sereno, mas dulce que nunca. Su conversa- De órden del Ilustl'Ísimo señor Arzobispo. cion es n los Ánjeles; con Santo Tomas de Aqui- Ignacio Buenavent'lt1·a · no su maestro, i su hermano pOI' el jénio ; con el Ánjel del m·te cristiano, su hermailo por la p~rezn i por la piedad. (Fr. A njéUro de Fiesole ) . El se eleva lentamente llevado en las alas de la fé i sos, tenido por los snc1·amentos de la Iglesia; sube ácia el Dios de las misericordias a quien ama con tan ardiente amor, acompaiiado de las ornciones i ue los votos de tantfls almas que ha al'!'ancado a la muerte. ¡ Oh, Sei10r, vuestros designios son insondablesl Nuestt·a pobr~ i querida Francia tiene mucha ne- 1 cesidad del apostolado. ¿ Por qué 1e quitais estas l; voces sublimes que la llaman al arrepentimiento i --~--- - CA.l\lBIO DE DO di CILIO. EL COLEJIO DE SANTO TOl\IAS DE AQUINO Se abrió el 2 del presente, i se ha trasladado a la ca­sa número 42 de la calle 1. eo de la carrera del Ecua· dor (esquina de Santa Clara). SE AD1\1ITEN HASTA 20 ALU !NOS El! TERNOS. Los padres o recomendados de los jóvenes puedeu dirijirse a cualquiera de los infrascritos. Bogota, enero 18 de 1865. JosÉ JoAQUJN ÜRTiz-ALEJo PossE MAnTIL'IEZ. ~ -- ------- - --~---- -- UIPRENTA CONSTITUCIONAL-POH ! ICOL,\S POYfO•.' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 87

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Por: Pat Mora | Fecha: 07/02/1865

AI~O II. E J gota, 7 de febrero de 1855, NUMERO 88 REDACTOR, VENANCIO ORTJZ. ---- SEÑORES AJENTES DE e< EL CATÓLICO. » Volvemos n inst:u· a UU. que se sil'van enviarnos ti valo1· el las susrriciones que hayan podido co­locar, i .lns colecciones del último trimestre que exi tan en Sll podPt'. Cuando emprendimos la ingrnta tarea de es­cribí• ·, no nos propusimos otro ohjeto que de­fendel' la Relijion que hace ('1 único L>ieu de nuestra pobre tierra, i hemos rontinundo npe~at· de los obsté\culos que han venido a atravesarse <>n nues­ta ·o ~amino; pe•·o ftlltándonos t·ecut·sos para soste­ne• · esta pul>licacion, suplicamm, a UU. al concluil' el terce1· trimest•·e de este ailo, que nos enviaran los fondos que tuvieran en su poder. Hat•e mns de un mes que hicimos a UU. est~ súplica, i hilsta boi cnsi nada hemos recibido. 6 St:'t'á que les es inclifen•nte tambien que se de­tienda o nó la Uelijion '? No nos atrevemos a creer­lo; pero el hecho es que si UU. nos retienen los fondos con que podemos sostenet· esta defeusa, ella tiene que cesar. Hognmos, pues, encarecidnme a UU~ no hngnn ese mal a la Iglesia, al país i a sus pt·opias familias. El dfa 2 del corriente se instaló el Congreso del pn•·tiuo libe•·al, i el doetor Manuel Muri\lo le diri­jió el Mensaje de costumbre, en el cual, des pues de grnndes elojíos prodigados al ejército, se leen los siguientes p:irrnfos. · «No me es dado, aunque lo esperaba. suministraros los mismos s~ltisfactorios iuformes, respecto de la su­mision del Clero católico a la voluntad nacional. Como eu todos los otros pueblos en que dicha clase ha domi­nado po1· lnrgo tiempo, el conOito ha estallado al llegar la hora de emancipar la sociedad civil i de restituirle lo que le había sido usurpado. Desde 1853, nuestt·os lejislado•·es propusiérouse librat· la soluc.ion definitivJ de este conllicto a la propagacioo de las luces por la lenta pero ¡;egura aec;oo de l~t libertad, adoptundo la absoluta prescindencia dfl gobieruo en n:aterin de creencia i de culto corno cáoou fuuuamentnl de nuestra or¡.;anizac!on políti<-a. Los eclesiastic.os úesaparederon delnnte de la leí, la cunl no reconoció en todos sino ciudadunos con drt·e~hos i oblignciones icléuticos. Pero este arreglo que el Clero pareeió aceptar de buen gt·ado, coul1ando en el prcslijio tradit:ionul que tenia eu las masas, se convirtió eu un baluarte para ag1·edir la sob.et•anía nat~ional i ahognt• las libertades civiles, tit·auizando las eostumbres 1 aspirando a adueñarse de la direceiou políti a de la sociedad. « Al fin de esta última asoladora guerra civil a que aquellas intrigils nos condujeron, creyóse indispensable reservar al gobierno la inspecciono policía de los cultos, i como consecuencia de ella, en 1863 se di puso que todos Jos eclesiasticos, para ejercer su proft'sion, jurasen préviameme obedecet· la Constitucion i las leyes, i respetar la soberanía nacional. Los anteceden­tes podianjustificaresta exijencia escepeiounl, pero su inehcacia es palpable. u Con escepciou del señor Tórres,Obispo de Popa van, anciano venerable por su clara iutelijencia i devndo carácter, todos los demas obispos rehusaron hacer este pequeño sacrifido en aras de la paz de la Republica, i de la tranquilidad de las familias; i no sólo lo rehusa­ron por sí, siuo que lo prohibieron a sus subordinados, conmioándolos severamente a se~uirlos en su rebeldía. Ayudados por el esplritu de partido lograrot~ c?ntu~bar basta .te las almas sencillas incapaces de dtstmgmr .~l esfuerzo para defender uua creencia o_ un ~erecho le;•­timo, de la intriga para esplotar uuJ sttuacwn e.a favor de intereses d~ otro jénero. «Respetando esas inquietudes, conset~tísteis en vuesr tras ultimas SPSÍOUt'S, en eXOll ~rar del JUramentO a la jeneralidad de los eclesiásticos, i en que únicamente se exijiera n los Prelados, bajo una fórmula que esc!uye todo esrrupulo relijioso i todo temor de que el Go­bierno aspire a iujerirse en lo que corresponde a las creencias. Esta modiflcacion calmó a todos los creyen­tes desinteresados, i parecía destinnda a poner fin ~n el órden legal a dicho conflicto, ronduciéndonos a la collciliaciOn de las creenc1as con la soberanía nacional. Empero,solo el Arzobispo de Bogota i algunos vicarios ~e inclinaron delante de la lei; los otros, oyendo las inspiraciones de partirlo, han persistido en su conducta, prefiriendo entregar a la anarqula las diócesis i vica­rías. La leí cometió a las autoridades locales el deber de exijir este jurameuto,i el de estrañar del territorio a aquellos Prelados que se negaran a prestarlo,>> Como se vé, el doctor MUI'illo llama -voluntad nnt'ional la voluntad de su partido, i esta es una gravísima equivocacion. La voluntad nneioual está de acuenlo con las exijencias de la conciencia católica, porque estu ReliJion santa t:s la de la gran mayoda de los gnHladinos. Tenemos en nuesti'O pode¡· un documento auténtico que prueba esta verdad a los ojos de los ilusos que pudieran du­darla : es una pt·ofesion de fé católica revestida de mas de diez i seis mil firmas, solo de Bogotá i de algunos pueblos de sus inmediaciones. Pronto ese inmenso yolumen de 111-mns hará nc<·esal'io un grande estante pa1·a rolorarlo, po1·que las espera­mos de toda la Rr.publica. No puede se1·, pues, la voluntad nacional la que rspresan esos netos con­trarios al Catolicismo que ha dictado una Junta sin mision, i que sostiene un ejército que ahora se elojia tanto como üntes se drpl'imia por el mis­mo ductor Murillo. Hoi son guardianes de las libertades i de la dignidad del país, los que el otro día ('l'nn llamados apoyos de la tiranía, má­quinatj de destruccion, escullas en que se estre­Llaba la República. IJa difet·encia consiste en que á u tes el doctot· Mu1·illo no gobernaba i hoi sí. La hora de emancipar la sociedad i de devol­ve1 ·le lo que se le ha usurpado, Jlega•·á, no hai duda ; tnnlc o temprano llegará po1·que hai una justil'ia superio1· a los esfuerzos de la impiedad, La sociedad granadina nunca ha ct•eido que Jos tienes de In Iglesia fueran usurpados ; ha cn•ido, i lo ha p1·obatlo, que la Iglesia era i es tan lejítim:.e propietaria de lo que ahora le han quitado pol' la violencia, como eada ciudadano es propietario de Jo que adquiere po1· mt!dios legales. " La independencia de In 1glesia, impuso a los eclesiásticos los mismos deberes i les dió los mis­mos derechos que tenían todos los demas ciudada­nos, ,, i porque usaron de esos de1·echos ( si es que !os usaron,) se dice que atncaron In sobera· nía nacional. Esto es g•·acioso, i ma , dirho po•· los que hui en rel' que el seiio1· doctor Muri­esa libertad, i la vida se vá convirtiendo en un !lo no está mui instruido en la ciencia relijio ·:1 ; prolongado mart il'io. Si el Clero hubiera reo lm en- no pued e di stingull· bie n toclu la influem:ia. que 1 te pretendido adueñarse de la direccion política de ejerce la Bclijion sobre el enráctC'r, sobre las cos- 1 la sociedad, habría usado de un det·echo, puesto tumbres, sobre los hábitos de Jos pueblos; qut('t'e 1 que.sus miemb1·os eran ciudadanos, i a níngun hacer a los hombres sércs puramente mat('riales, s ciudadano se le negaba ese d ,Techo en tiempo de i él mismo, qne siente el influjo del alma sobre su la verdadera Bt>publica Los liberales aspil'nban n claro entendimiento, no concibe el ~mot· intenso ello de vel'as, i s i no podian conseguirlo era p w- q-ee siente el cot·azon pot· esa creencia; no com­gu~ _los pueblof' los temían ; tu,' ieron que apel~ll' pJ·c:ndc la fé, i pot· eso no puede convenir en que a la t'ebelion para cumpiir sus deseos, i la situa- hnyn una lucha formnl entre lo que él quiere i lo cion actual del país está diciendo que los pueblos que exije de los fieles la creencia <.•ntólica. los temian con razon. ¿Qué ha ganado la Patria No es mucho el rcspl'to que los liberales han con el ndvenimiento de ese partido al Poclet·? manifestado por la rreent'in ratólit'él, nó ; i la lei Verse despedazada, desmoralizéldn, empobrecida, que ~e cita pot· PI doeto1· Mmillo como pruebrt de insultada en lo que Je es mas cai'O·, humillada ante ese respeto, este\ probando que no comprende la una verdadera oclaracía, viendo a la mnyoría de Rclijion. Esa lei es tnn impía corr:o la que ~Se de­sus hijos vejada i oprimida, alejada de los puestos re gó po1· clln. A taca lo mismo que In otl'n nut>stm públicos, considerada como no haciendo parte de creencia trtltando ele e5claviznrla; tiende a colocar la Nacion. 1 I esto no es tiranía l ' n Dios bn,¡o el poder de los hornbres, Jo que cons- 1 Las intl'igas del Clero produjeron la ultima tituye tm disp;nate qlle el Sf'ilOr doetOl' Murillo no asoladom guerra civil! ¡ Oh doctor Murillo ! No puede defender con burnas razones. os creíamos capaz d~ tanto cinismo, nó. Todo el EntPndiendo- ns í los derech os del vencedor, es mundo sab~ . cual fué el ot•ijen de esta revolucion imposible que se purda e. tnblect>J' In armoní,, en­infanda que os ha colocado en el puesto desde tre los dife rentes miembros de que se eornp one e\ donde habl nis. 1 Ya no es {>\doct or Os pi na el fau cuerpo social. Se quien', a todo trnncr, que no­tol' de la revolucion, como lo hn diclw el mismo sotros protestemos la autoridad del Pnpa, i nosc­hombre que la encabezo, ahora es el Clero católi- tros no podemos protestar esa autori9ad porqne la co 1 Cuando no se dice la verdad, ftl e rza es andar creemos rmannda direrléHlwnte del mLmo Dios. así, vacilando, sin saber a donde diriji1·se, hiricn- Pretender quitarnos esa creencia, f'S como preten­do a ciegas. Ya otra vez ]o hemos dicho : si el 1 der qne nos saquemos el corazon i Jo sustituyamos Clero hubiera tomado ca1·tas de u o modo decidido por otro sin dt~jar de vi vil·; es impo ible. J en la cucstion 'política, no estat•ia hoi martirizado, Pero el señ()r doctor :\ ~ urillo, quiere que se snn-no se vería calumniado i pt·oscrito. chme de un modo formal lo que hagn t>Ste Con- " Los antecedentes podían justificar la exijen- greso. Pnra consf'guil' ese fin, escribió ni Gob<>r-­cia escepcional del jut·amento que debia prestar el n.adot' del Estado de Antioquia, diciéndole que hi­Ciera para poder ejercer· su ministe1·io." Esos un- c1era reunir la Asamblea para que ('Sta elijit>t'a les tecedentes, segun las mismas palabras del doctor diputados consen·nd,ires, i que él se comprometía Mul'iJlo eran : la tiranía que ejcrcia sobre los vi- a sostene1· a esos diputnclos. Bien; pel'o si/~ cues­cios, i el uso cot·t·iente que hacia de sus derechos tion relijiosa sigue trntriudose así, de n:1da· sin e de ciudadun\a. Pat·a castigado porque cumplía que esa diputac1on , ·en ga i sen admitida; sus con su debet· de moralizador i porque usaba de su miembt·os uo se resolver) 1 Con motivo de la cuestion entre el seitor Arzo- ¡'­bispo i los fundadores o dir·ectores del Colejio de­mocrático en esta ciudad, en que tan mal han 1 quedado estos últimos, publica . U. en su núm ro 87, un artículo en que, si no he leido n.1al, parece _que ~e~~ U. la ~as~ ~e~< ~~tin~o~s-=. ~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ ---y ----------·~---- - -----~ -~ ~ r r ~ , ~~ r , ~-·'~' r. ~ ~ r r ~r "''~~:~::::~-"~~~ '~ ~~~~-~-~~-~ ~~ tC'I'i:.> del Cút·men. » (1) No faltan católicos que 1 con ellos. "Mis predecesores, decia, no han co- 1: estén persuadidos de que los conventos i monas- 1 nociclo, como yo) los derechos del podet· absolu- 1 1 terios ha:¡ sido estinguiclas; i sobre este ct·rot· l to ..•• Quiero mas bien, ai'wdia, set· aborrecido gravísimo, en el cual no podemos con\'enil· ni por que amado, pot•que no depende de mí solo ser j un momento, es que me permito llamat· la aten- _1 1 amado, miéntras que el se1· aborrecido sí depende cion de U. Que se diga que los conventos i monas- de mí solo." Oyendo un dia esta espresion p•·ove¡·­terios !tan sido sup1·imidos, o suspendido..;, cetTa- bial : "que el mundo arda despues que yo muera," dos, saqueados, invadidos, disueltas las comuni- replicó: "I yo digo que arda miéntras yo vi va dudes por la fuerza l>l'utal de los soldados i esbiiTOS pnra verlo ardet·:' f'ué entónees cuando des pues i de los dee1·etos, leyes o constituciones, que tam- de un festin abominable, hizo ponet· fuego en los bien suelen se1· brutales, pase; pero que se hable cuatro ángulos de Roma para tenc1· una idea o de estincion no puede pasm· entre católicos, ni semejanza de T1·oya cuando la quemaron los grie­entre jm·istas. A un los mas legos aben aquella 1 gos. El incendio duró nueve dias, i lns llamas rl'gla de d~recho universal que dice ; kujus est consumieron los mas bellos monumentos de la tolere cujus est condere, i en virtud de ella solo antigüedad. Diez barrios de la inmensa ciudad e\ que tuvo de1·echo ele fundat·, establece¡· o per- fueron reducidos a cenizas, i este espectáculo la­mitit• estos monnsterios i de darles constituciones m<:>ntuble f•Jé para él unn fiesta. Pa1·a gozm· de él i reglas es el que puede i tiene el de1·echo de es·· a su sabot• subió a una ton·e de las mas elevadas, tinguirlos. i desde allf lo contemplaba con sonrisa. J_o unico Para mí, seüot· Redactor, los monastel'ios, sus que faltaba a este rrímen para hacel'lo mas exce­eomuniclades .. sus reglas e institutos, sus bienes i c1·able era att·ibuil'lo a los inocentes; acusó de él a rentas existen moral i legalmente, aunque no los cristianos pam hacer recae1· sobre ellos la odio­existan de hecho; i en cualquiera tiempo; próxi- sidad, i él mismo los persiguió cruelmente. "Ne­rno o remoto, pueden i deben sus lejítimos dueños ron, dice Tácito, castigó al pl'incipio a Jos que ocupat· sus edificios i reclamar sus bienes de quien confesaban fJUe eran cristianos, i aunque esta con­sen detentador de ellos. Así lo han d~::clarado ter- fesion les causaba In muerte, a ningunó se le.pudo minantemPntc el Prelado i las mismas comunida- convencer de habet· sido autot· del incendio de des, protestando solemnenwute contra el despojo Roma." i contra la fnerza brutal ; así tendt·á qnc sucedet·, Cuando se reflexiona que este ódio tan gratuito Dios media;~te, tai'Cle o temprnno ; i así espero corno infundado contra la única Belijion saludable verlo, ~¡ he de vivir algunos niios, i para conse- i benéfica, está anunciado en el Evanjelio de una guirlo ttabnjaré hasta rendir mi vida. La sola manem tan chwa i enérjiea, no puede dejar de inaccion, el solo silencio, seria un egoisrno, un mirá!·sela, no solamente como un c:1rúcte•·, sino crimen, una tmicion al Catolicismo. De esta mu- tumbien como una prueba Je la verdad del Cl'is· ne1·n piensa la inmensa mayoría del partido ca- tianismo. tóliro. El mn\ uso de ~ns pa1ab!·as suele set· mas pe•·­judieial de lo que a p\'ime1·a vista parece. Los mo­nasterios no están estinguidos, señor Redacto¡·, I si no dígnme U: si mañana entra a su casa de U. una partida de lad1·ones; sea oficial, semioficial o extra oficial, i dando de palos a U. i a toda su nume1·osa familia, los echan a fuet·a, los dispersan los obligan a sepa¡·arse uoos de otros, los saquean, los de:spojnn, toman sus papeles, ocupan su casa i se hacen dueilos de todo, ¿se podt·á decit· que la familia ue u. ha ~ido estinguida '? qué está di­sucltfl, que no existe'? ¡Qué delirio l. .. El caso es el mismo. No acepto, pues, ni aceptnré la ídl'a de la es­tincion, miéntras ella no se vel'ifique, si esto fuera posible, pot· quien puede hacerlo: por la Silla Ro­mana, única l¡ne tiene en el mundo tal facultad. .El hecho, es dech·, In disolucion temporaria, es mui diferente del derecho-la estincion. El prime­ro lo ha ejecut¡_¡clo arbitrariamente el po cr tem­poral con un puital en la mano, a estilo de saltea­dores: el segundo lo tiene el Santo Padre, i nadie puede arrebatárselo. FIDEL. ( 1) Nuestro estimable Colaborador no notó que nosotros, al escribü· esa f1·ase, la pusimos eutre co- 1nzllas para indicar precisamente que no nct>ptamos t:JI estiucion, i que copiarnos esas palabras del anuo· cío del Colejio, para hacer ll1as notable el motivo de la protesta del señor Arzobispo.- LL. H..R. JNSTRUCCION POPULAR. RELACION DE LAS MUERTES FUNESTAS DE LOS HLP ÍOS (Contiuuacion). El gran Neron se vanagloriaba de· haber hecho · profesiou de todos los vicios i haber especulado "La muerte de los cristianos, dice el hístot'ia­dor citado, se hizo objeto de diversion i pasatiem­po : unos, cubiertos de pieles de fiems, eran de .. vorados por los perros ; otros amanados a g•·an­des postes eran quemados para que si¡•viesen de ilumiuacion durante la noche. El gran Neron prestó sus jardines para este espectáculo, i se pre­sentó él mismo en traje de cochero i conduciendo un cat·ro, como en los juegos del circo." Sinembargo, llegó el momento en que este gran malhcchot· clebia recibir el justo castigo de sus cr!menes i crueldades. Galba, gobernadot· de la Gaula Tal'l'agonense, homl)l'e ilustre por su naci­miento i pot· su mérito, había desaprobado alta­mente fas vejaciones con que abt·umaba las pi'O· vincias pm·a subvenh· a sus locas pi"Odigalidades. Neron díó órden de quitarle la vida; pe1·o él la evitó haciéndose proclamar Emperadot·. Bien pronto todo el imperio lo reconoció. El Senado declaró a Nerou enernigo público i Jo condenó a set· p1·ecipitado desde la t•oea del Capitolio, despues de haber sido arrastrado públicamente su cuerpo desnudo, i azotado hasta modt·. El Tirano &e an­ticipó a su suplicio i se dió él mismo de puñ:Jiadas, el año 68 de Jesucristo. En vano imploró en sus últimos instantes el ausilio de algU110 que se dig­nase dal'le la muerte: nadie quiso hacerle e.ste pelig1·oso servicio; era despreciado ~e todo el mundo, i se le miró con ho1Tor aun des.pues de muerto, como a una culebJ•a. "Qué 1 esclamaba en su desesperacion, mezándose los cabellos i re­volcándose en el suelo, es _posible que no tenga ni amigos que me defiendan i me salven la vJda~ t:ti enemigos que me la quiten?,, I arrojnndo e puma por In boca se azotaba como u u esco1·pion, dando Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 316 EL CATOLICO. nhuidos hoi'J'ibles hasta el punto de salírsele la.;f batirle ; i por esto rrcib: mos despues rJ Sncrnmen­lengu< l cnmo a un ahorcndo!. • • 1 to de la confirma c ion, por C, i en qné ti<'m­do deseaba. Se enarboló publicamente el pabellon po cll' bemos . ostrnr•lo, nos lo dice. con elocuencia , signo de la Iibertnd ; i el pueblo se cubrió la ca- el periódico de que nos ocupamos. beza con un got·ro semejante al que se ponía a los La lglesia (e Jewcristo crn, rn nuestr·o paí ' , esclayos dcspues de su manumision. El Senado cruelmente perseguida~ herirlos sus I>astorer por no se quedó atríls en rnanifestal'iones de aiPgría. el destierm, dispersados ~us Ministt·os, urws por Neron había tenido el proyecto. de abolirlo hacien- las pe¡· s ccu('ioncs, o.tros por el cisma; atacados sus do asesinn1· a todos h>s Senadores; i cuando Ue· dogmns, • u disciplina, i lo que es m¡l-5, prohibida g,11·ou n sus oido3 los primeros rumores de la la libertad de imprenta e impedida La comuniea-:­rebelion intentó hacer· lo mismo con todos los cion a los católicos, que Uflénns pudieron publicar Gobernadores de las provincias i todos los Jene- las protestíiS de los Jlustdsimos seiiores Obispos; rales del ejército, eomo enernigos de la República, nada se podía hneer·, i tocaba rsclusi\'amente a los 1 hacer pet·ecer a tod-os los deste1'1'ados, degolla¡· a .fieles la defensa de la R('lijion. En estas circuns- 1 todos los gaulos qne estaban fn Roma, rntrrgar tanrias apnrcee El Católico, COI)finmmrlo, cual ¡ las Gaulas at saque(} de su Pjército, envenena•· el diseípub v e rdndero, las promt:'sns hrchéls en el J Senado entero en un banquete, ineendiar a Rvma bautismo, de n•sistir a los rnemigns de nue tra segunda vez¡ soltar al mismo tiempo en la-s calles salvacion, i de confesn1· la fé ante los Tirnnos i 1 , 1 las fiet·as desUnadas pat·a los espectáculos, n fin perseguidores. E.sto es El Cat dlico: la \'oz. de los de impedh· que el pueblo pudiese apngar el fuego. hijos a f.tYor de la .Madre destituidcl de sus /ejíti­Pot · fortuna no tuvo tiempo de entregarse a estas mos defe nsor e s. I se vio entó n ee ~ qne si la Patria at•·o~idades, cuya ejecucion parece haberse reser- es un nombre amable) c::trece sinemLat·go de uno de \ vado para los siglos modernos, puesto que la sus mas dulces rncuntos si ~e destruye la Relijion ~ mélyOt' parte de ellas se realizaron en la gran re- se vió que si en una tierra en que el p n tl'ioti. mo volucion de Francia; i aun ot•·as peores, hemos se siente tanto como en la Nueva Granada, exbtian presenciado en América, ejecutadas por nuestros sinembnrgo cornzones egoistas en p t)líticn, ese g'l'andes hombres, j aun por los hombres mas pe- egoísmo desaparecía al tt·atnrsC' de la santa i sagra­queños i miset·ables. (Contiuuará). da Relijioo. La voz de los Pastores, lejana e impe- Cuando po1· la pdmera yez somos presentados a la Iglesia en solicitud ele la fé que conduce a la vida etema, enterado rl Ministro de nuestra deter­minncion, nos exije en nombre de Jrsucri:;to un ·ju•·amento,pm· el cual renunciamos voluntariamen­te al demonio i a sus obras. Renunciar pat·a siemp•·e al demonio, i a las pompas i \'anidndes del mundo ; Cl'eel' en Dios Padt•e Todopoderoso, i en Jesucristo su único Hijo, el cuaJ murió por la snlud del jénero humano ; reconocer i adorar al "Espí1·itu Santo, que po1• su amor se dignó aenba1· 1~ gl'ande ¡ obra de nuestra redencion; cautivar el entendí­~ miento, tnn limitndo, bajo la obediencia ciega de ~ Jesue¡·fsto, pa•·a creet· sin discusion los inefables ~ ~ misterios que son infinitnmente supel'io1·es a nues­~ . tra razon, i pscuchaa· dócilmeutc a la Iglesia cuan-do decida sobre artículos de fé; rn uua palabra, mol'it· al pecado, al mundo i a Sntanás, es lo que solemnemente hemos pi'Ometido a Dios ántes de habe1· sido rejener;~dos po1· el bautismo. Pero como la Id de Dios no consiste solamente .en evitat• el mal, sino tambien eo hace1· el bien, siendo poc:t cosa para la criatura que hn venido a 1 sel' hijo de Dios i de la Iglesia po1· el bautismo, el 1 l'enunchw al demonio, es menestet· tambit•n com-dida, dejóse oí1· ~ot· el ó1·gauo de sus ov<>jas, i se ·vió entünces que e1·a imposible destruit· a unos 1 padres que tenían tantos hijos, i tan dignos i t'C­ronocidos. Así, por El Católico que fué el primero que de­safió la tiranía, ha triunfado entre nosotros la causa 1 , . de la Relijion. Pera, restituida la voz del Catolicismo, o sea el Ilustrísimo srüor Metropolitano a su silla, en ' 'ir­tud de aq,Jella dcft-nsa, ¿ debia estinguirse la voz del pueblo católico? ¿Es solamente en Ja ausencia de nuestros Pastores, que los católicos estnmos en el debet• de dedicamos a la defensa de la Relijion 'l Nó. Si El Católico no podía ser, por su propio nombre, la voz diYina i autoriznda que se dirije únicam¿nte a los s·1bdilos, no pot· eso dejaba de ser la voz humana establecida para combatit' a los enemigos. Si La Voz del Datolicismo em un pe­riódico de suma necesidad, no lo e~ de ménos la conservacion de El Católico, así por lns circuns­tancias de su nacimiento como pn el objeto de su mision; mision que si el primero puede desempe· ña1· por su carácter misto, no tan franca i libre­mente sinemba1·go, como el segundo. Que no entregue, pues, El Catdlico, a la nada, una vida que está llamnda a ser inmortal. ¿ Dt·s • pues de tautf)S triunfos, po1· veutura sel'ia eso pe1·­~ en>rancia? No seria apostata¡·? No seria esto Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -:::· --= -_ ,_. _ .~-=e- :.. EL CATOLICO. 317 r - ~ ~ ~~~-~~~-...-~~~'-'"'--"~~-~ . 1 peot·, eseonclienuo el talento despues de haber 1 cue.ncia como o.rador i como e~critot·, hacia ~ue los f¡ negociado? Los enemigos de nuestras almas no ?btspos se lo d1sput~ran ofreciéndole ve~taJaS que duermen,i nosotros¿ cesaremos de combatit•? Nó, e~ rmntba co? poco m te res. porque, at·d•ente en la no desmayemos: no el señot· Uedactor; no sus fe, aunque d1spuesto a luchar con la~ malas d~c- 1 Colaboradores; no sus ajen tes i suscritores .. Pon- trinas, daba mucho valor al lado míst1co de la Ylda gárnonos todos de é\cuerdo i pidamos al Ilustl'i~imo cristiana. , . . . senO!' Arzobispo una gmcia, la que sea de su vo- Su poderosa voz se oyo en var~as dtóces1s desde Juntad, que él nos la conccde•·á romo padt·e, pi- 1846 hasta 1855, habiéndole to~ado reemplazar. en dámoselél, ya que como hijos no podemos preten- 1847 en Nuestra Señora de Pans, al pad1·e Rav1g­de1' recompensa. Hagamlls una contribucion cspe- nan que se habia enfermado. daJ entre Colaboradores, ajeutes i suscl'it01·es, pat·a . Como d.irertor de las relijiiJsas de San J?~~' se cubrü· el saldo en cont1·a que ha ¡·esultaclo 1 i cele- h1zo tamb1en not~ble por. ~1 modo como gmo ~es­bremos para en adelante un convenio que asegu•·e tas esposas de Cnsto,hac1endolas amar la pemten- ' a nuestra empresa la perpetuidad. Bastada acaso ria i gustar los pla5eres .de la om_ri.on ... Por estas 1 que el Ilu -tdsimo seño1· At·zobispo reconociera cualidades, Monse~or S1b0U1' sohc1tó de.l Carde?al nuestm parentezco con La Vo.:; del Catolicismo:~ i Ronald que le ced1era a este Sacerdote a qmen . auuque cediendo a rste hermano nuestm primoje- queda hacer. D~an .de Santa J~noveva: El C~r.de- 1 uitma recomendara esta publicacion romo la de nal no arced1ó,1 el Abate Plan~1ea· contmuó vtvten-nqueJ.' do c?mo miemb1·o de.l~ comun.idad de. San ~··i~eo Solwe todo considet·emos que la tibieza es la de Lwn, aunque el Mtmstro de mstl·urcwn pubhca peo1· de las te~tacion€'s, i que Dios no concede su lo llamó tambie.n como profesot• de hebt•eo de la corona sino a la pe¡·sevet·ancia. S. A. facultad de Pans. ESTRACTO DE LA BlOGRAFIA DE MoNSEÑOR PL.\NTIER OBISPO DE NniES. Mr. Eujenio Veuillot, nos refiere que en el de­partamento del Ain en Francia, vivia un pob1·e ja,·ditwt·o viudo i que tenia u~ hijo nacido el 2 de 1 marzo de t8l3 . Este niño que desde su mas tem­prana edad mostró inc\inacion al estudio, fué ron su padre a Lion~ i el Cura de 1a parroquia de San Cyr, se enca•·gó.cle inst,.uido en los pl'ime1·os a·u­dimentos ue \as letl'aS humanas. Una gt·ande ateucion a las esplicaciones de su maestro, una memoria p1·odijiosa pnrat a·etenerlas i un juicio ad­mirable para meditarlas, hiciero11 que el niño pi'O­g: ·esa ra de un modo sorprendente. Era poeta, i baria versos latinos i francese, con igual facilidad. Cantaba las flores,porque como él mismo ha dicho: ce Hijo de un humilde Jardinero, nací i crecí entre los naranjos, los cltweles i las ¡·osas, i encuentt·o .siempre inesplicables delicias en saborear los per­furr. es que respiré desde mi cuna hasta una época avanzada de mi vida. l> Em·ique PlantieJ'e.ltt·óal Seminario de la Argen­tiere donde como humanista i como matemático, se distinguió siemp•·e ent1·e sus companeros. Los seminaristas de \'arias diócesis eran llamados a t¡·ablljar sobre un tema dado, i esos trabéljos e¡·an sometidos a un J01·ado q~e los calificaba i les dis­Cel'nia el p1·emio. Enrique Plantiel' obtuvo siem ­pre el prime¡·o en estos concursos, i empezó ah~­cet ·se notable así desde niño. En 1831 principió sus estudios teolójicos i siguió siendo uu alumno apt·ovechado1 i un amante deci­dido de su fé i de su iglesia. En 1834 se qciso hacer cartujo; pero la auste­ridad de la regla lo venció, i a los cua1·enta días salió de aquet se¡>ulc¡·o de hombres vivos a quie­nes soto alieuta la esperanza de una vida futUI·a. Nomu•·ado entónces maestro de Sag1·ada Esc¡·i­tm ·a en el Seminario de Lion, se dedicó a la ense­ñanza i al misr;no tiempo al estudio de las lenguas ol'ieutales. Así fué que apénas ·se ordenó de Sace¡·­dote (1837) fué nombrado tambien profesor de he­breo- en la facultad de tcolojía de Lion. La abundancia de sus conocimientos, su ve¡·sa­eion en las doctrinas de los Santos Pad1·es, su el o- Poco hacia que desempeñaba el cargo de Vica­rio jenet·al de la diócesis de Lion, cuando fué ele­yado al obispado de Nimes en 1855, no con sor­presn, prro sí con temor de los que Jo c1·eían muí afen·ado a las ideas de la faccion galicana del Clero. El Al.>atc Alzon que eje•·cia la vicaría de dicho obispado i que era « la espresion mas com· pleta del esph·itu •·omano, >> envió su dimision al nuevo Obispo, que, léjos de admitirla,h·ató de tal manet·a al que la hacia, que probó que ce en las cuestiones contl'Overtidas entre los católicos, no tenia el partido que se le babia atribuido. » Lo que bai es que Monseüot• Plantier e< evita cortar cuando se puede tt·ansijir. >> Si en las cuestiones de libertad de la Iglesia i de de1·echos de la Santa Se) Pero habiéndose hecho odioso a los enemigos de la fé, miéntras mas muestnt su celo apostólico, mas cóleras se levantan contt·a él. Rabiase ataca­do po1• el .Ministro de tos cultos, Mr. Ro\.tlancl, la Sociedad de Sau Vicente de Paul, i el Obispo dis­cutió con fhmeza las medidas del .Ministro, censu­ró su acto i sm~tuvo, en favor de los pobres, aJa Sociedad que los soconia. M1·. B.ouland entónces, considerándose como Jefe del episcopa~lo frunces, levantó la voz, i hablando con el tono de la auto­ridad, didjió ~1 Obispo una nota que publ:có el Monitor, i en que, entre otras cosas, le dijo lo siguiente: (( El calot• de las convicciones i la libertad de la discusion, no dispensan a nadie :le la observancia de las reglas de la buena ct·ianza i de la modera­cion. Para detendet· una opio ion que juzgais ver­dadera i equitativa, era inútil emplear espresiones tan acerbas coutra un acto emuuado de un Minis­tro del Empcrado1·; i para lwcer un 1<.-'jítimo ho­menaje de adhesion a las Conferencias de San Vicente de Paul, no el·a necesario insultar a otms asociaciones, * i señalarlas al ódio i al desprecio publico. » Dijo ademas el Ministt·o, que el O bis )0 debia imita1· la calma i la dignidatl de lenguaje d~l anti­guo Clero galicano, piétdoso, sábio ~ patri?.~a, i abstenel'se de mezclcu·se en los negor1os reh¡rusos o políticos, dictando pustol'ales que no podían con­testaJ ·se sin crmve dai'lQ pa1·a la B.elijion cuyos Ministros er~n t•espetado.s po1· los del Imperio, aun cuando se salie,sen de las vías de la sabiduría i de la caridad. El Obispo contestó : ce Pm· severas que sean vuestl'as apreciaciones, ce hai tl·es gt·andes tribunales con los cuales cuento « i espero con entera segu.l'idad que me absuelvan ce de los rigores que me p1·odign Vuestra Excc­ « lenC'ia. ce Bl tribunal de la opinion pública d 1 verdade· de ser devuelto por Vuestra Excelencia, ~ << a las víns de la sabiduría i de la cm·idad. » ,¡ Asi maneja el sarcasrno este Prelado cuando es l preciso, i s~ muestra, de todos modos, un comba- • tiente temible pat·a los que ataenn la fé católica. 1 En su diócesis hai muchos protestantes, i qui- 1 sieron en 18.59 celebrilr el twh Cl'SllJ'io del Jll'Üth>J• · Sínodo nacional ele las iglesias reformadas de }..,rancia. Con este moti"o, e\ Obispo, oponiendo los hechos a las palabras, los razonamientos a las declarnacionrs i ta verdnen'> él que estaba preH!nido pnra este caso, volvió a es­cribir i los derrotó del todo. Con motivo de la obra impía de Ernesto Renan, " titulada Vida de Jesus, i de un artículo de M. Havet elojiando dicha ub1·a, ha escrito sabias pas­torales en que refuta i e a lw nqu~llos c::.t:ritos,. prohibi-e-nd su lectura. E:.-as pastorales no ~on las piezas méuos importantes que han lllcbo l.lrillar la ~~ .. · verdad i han confuuuido el error. ~ Pero ndtmas de pol'tn, oradot·, escritor, apolo- i jista , ol'ien talista i teólogo, M.onseúor Plantier e.s ~ musico. Trabaja con ardor Cll proporcioOI\1' a su rebuúo mejoras hijieuicas, industriales i comercia­les ; procura la solida instruceiou de la juventud; 11 arregla la pompa de lus ceremonias relijiosas i ~ perfecciona el canto litúri ico; restaura lils igle­sias i dcta las que so 1 muí pobres ; i trabaja sin clcscnmo por lu estirpa..!ion de 1<\S herejtas i pOl' la , enmienda de los pecadores. Es todo para tollos, i asi es que hace o1r su voz elocuente aun en las funciones mns humildes pat·a enseila l' desde el · pul pito i para combati1· los erron~s. No descansa, i po1· eso es tan respetado i tvn querido, que cuan­do fué a B.oma con motivo de la canonizaeion de los míÍI'tires del Japon, lo siguieron sesellta i tiiete Sacerdott'S i nl¿:;uuos laieos. con todos los cuales vivió el Obispo lleviJndo la ruda vida de comuni­dad que nunca bn abandonado. Es un homi..H·e que habla poro en el trato fami­liat ·, pero que no por eso puede deeirse que es adusto, pues tiene maneras mui otligautes i una souJ·isi;l que revela toda la bondad de su c01·azon. Es de pequeña estatura, naco, pá\i(1o ; sus ojos son grand~s i tienen una espresion firme i tran­quila ; su frente es elevada i muestra la fuet·za del pensamiento. Su alma toda es el alma propia de un Obispo católico. RENAN. Como el numero de los¡, dividuos que han es· crito impug11a:1do el libro funesto de este hombre, es muí significativo i habla mui nito respecto de la condenacion universal que tal libro ha mel'ecido, p1 esentamos a nuestros abonado51 no a lista, aunque incompleta, de los impugnadores de In obra de B.enan, titulada <(Vida de Jesus.>) En esta lista - figura basta el nombre del P. Passagliüt i el ~erió­dico de donde tomamos tal noticia, aúade que la obt·a de este Pnd1·e está esl!l'ita «segun el método escolástico, i enciet·ra upa di cusion sólida en que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 319 todo.; los errores de la introduecion de l\f. Rcmm, 1 te Anglc.tde docto¡· en tcolojía, Vicario de Nue~tra son refutados con una ciencia profunda i de lmena Señom de Pnris. leí. Si rl P. Passaglia, continün, sto Rennn, po•· D. Antonio Fcrre1· del io, de Respuesta a •·· ~rne ~ to llenan sobre In Vida Jn H~al t ~cacl<'mia Eo.;pnñola. de Jes~Ls, por un libre ct·ryent<>. 1 La Vida de Jesus, série sot· en el C <) lejio de }<'rancia. Vicill'ins jent'l'stro a .1\1. Bavet, profesor en el Colrjio de Francia, por Señor Jesucristo i obsen·ae.iones de l\fonseiwr Pavy, el seiior abato Freppel, profesor de elocuencia sa­Obispo de Arjel, sobre la novela: Vida de Jesus, grnnan. Opinion de los deístas racionalistas sobre la Vtda A los IC'dOI't>S el~ l\I. Rrnnn.-La divinidad de de .1esus segun M. Renan, pOI' M. r. Larroquc. , ,Jrsucristo, por el . . . · La Escoela cdticn. i Jesucííisto, con motivo dala ! M. Rt'oan i su rl(za de Jcsus.-Carta al R. P. Vida de Jesus de l\11·. Renan, por Mr. Edmundo · .1\fertian, director de los Estudios 1'et.l)iosos. histó- de Pressensé. . 'ricos i /tterarios, po1· el R. P. F('lix, de la Compa- Lal\fetmlla contra la obra de Mr. Renan, pm· M ñía de .lcsus. l\f. De ·georges. Exámen crítico de la Vida de Jesus, de Mt·. Epístola a l\Jr. Ernesto Renan sobre su ultima Renan, po1· el abate Frrppcl, profesor de elocuen- obm : Vida de Jesus por el sellot' nbate Petit, ca· 1 cía Sélo-rada en la Sorbonfl, nónigo honorflrio, Cuta en la Rochela. Una supursta Vida de Jesus, o Mr. Ernesto Respuesta de un poeta n M. Ernesto Renan, pór Rcnan hbtoriadot·. fisólofo i poetn, pot· fl señor M. El'l1esto Le Roy. abnte Julio Teodosio Loyson, do<.'tor de la facultad Conespondencia npócrifa entre M. E. Renan i ds Teolojía de P:wis. su hermnna Ut sula, con motivo de la obl'u titula- La erítica i la tríctira, l'studios sobre 1os pt·oce- da : Vida de Jesus. élimientos tlcl ¡:,nlirl istiani mo modrn o, a propó- Filosofía pot· dos sueldos .. con motivo de la obra sito d(• ~It•. llenan, pot· el R. P. Delnportc>, do la de D. Fulano de Tal. Socirdad de la misericordia, doctor PJI teolojía, La divinidAd de .Jesuel'isto, con moti o del libró profesor de dogma <'D la facultnd de Burdt;os. de M. llenan, por X ... A l\11'. Enw:to H.ennn.-La divinidad de Jesu- Nueve pájinas decisivas sobre la Vida de Jesus cl'isto segun Napoleon t,o i los injenios mas gran- de M. Ernesto Ren<~n, po1· M. LázP~t Augé. de~ del mundo, pot· M1·. Bemabé Chauvelot. El Verdadero JesucritSto opuf>sto al falso idrhdo Exámt>n de la Yida de Je.ms de Mr. Bennn, po¡· por i\1. Rennn í su escuela escépticn, po1· l\:1, A. Mr. Poujoulat. Marrakis. El libro de l\:11·. llenan sobre la Yüla de Jesus, Carta a un amigo sob1·e ~a Vida da Jesus de M. por 1\lr. Laureutie. Rennn, JWI' M. E. I~ncoude Vida de Nuestro Señor Jesucristo, rep;wsta al Obispos i profesorrs : reflexiones solH·e lns ba:- libro de Mt·. E. Benan, pot· l\h. Enjenio Petrel. lanzas del Estndo, por M. Armando Fresnan, an­Bre\' CS palilbras sohre la ridr¡. de Jesus de 1\lr. ti!nto representnnte. E. Renan, pot\ Mr. Agustin Cochin. M. llenan desenmnscarndo, o Cartas del abate El Evanjelio segun .Uenan, por Mt·. Enrique Cms a uno de sus fC:'Iigreses sobre In fl.Josofln de Lasserre. M. Renan, para mejot· étJlcndet· la Vida de Jesus E. Rcnnn rdntado por sí mismo, por Mt·. Ben· J de dicho autor i todas sus ¡•efutndon s. jamin Constant. 1 El verdadrt·o secreto de l\1. Renan i d~ sus Mr. Renan defensor de la fé por medio de un ma("stros sobre la resul'l'eéeion, espl ienciones Rpln­nue\' O p1·ocedimiento, por el P. Marino de Boy- zndas po1· los poseedores del secreto, i por qué, pot· lesve. de la C:ompai1fa de Jesus. 1 M. de Mir\'ille. ¿Es 1\It·. Rennn un eset·itot· sério ?-Impos.ible Las distrac('iones de M. Hrnan, pot· el P: A. negat• la divinidad de Jesucristo. Por el señor aba- Bourqueuoud, de la Comptlñia de esus. ~ -- --=-~-------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 l ¡ ' i ' ¡ - - - Estudit> sobre la Vida de Jesus de Emesto Re- t- sacada de los últimos ntaques de hl incredulidad. nan, por el P. Cárlos Passaglia, antiguo profeso•· ¡ 3. co edirion! po1· A .. Nicolas .. de Teolojía en la cátedra de Roma, diputado del .~dYertencm a la Juvet?t~~ 1 a los padres d~ .. fa- Pal'lamento de Tul'in. (ItaHano.) : 1mlla, sobre los at~ques dil'lJtdos contra. la RehJIOn Segunda carta a Mr. Renan.-El Mesías-Loco. po1· algunos escntores de nuestros d1as, po1· el El Mesías-Dios.-Por el señoa· abate J. H. Mi-: señoa· OL>is¡JO de Orleans, miembro de la A"·ndemia chon. francesa. Jesus ante Caifás i Pilatos, o proceso de Jesu- M1·. Renan i el Cántico de los Cánticos, po1· el ca·isto seO'uido de una coleccion de testos escojidos seño1· abate Meignan. que c~nti~nen los principales fundamentos de la La lglrsia en frente de la revoludon, por Cre- Belijion cristiana, estractados de Ja~ Sagr~das tineau Joli. , . Esct·itua·as i clasificados pot· Mt·. Dupm, ant1guo En Bogota se han pubiJCtH1o: . prior del colejio de abogados, docto1· en derecho i Los Comentarios c ríticos sobt·e la Vida de Jesus Pt·ocuradol' jeneral del Tribunal de Casaciou. de l\11·. llenan, por José Manuel G root. Jesucristo es Dios, Demosta·acion, po1· Monseñot· Vida de Jesus, de JJ-lr. Ernesto Renan, por Parisis Obispo de Arras. Manuel María Madiedo ( número 5.o de <>) M. Het·vé, abogado en el tribunal de Casacion. Pa·uebas histól'icas i filosóficas de la Divinidad Jesucristo pol' un consejero. de Cristo, pot· Augusto Nicolas, Césm· Cantú i el Cal·ta soba~e 1ft Vida de un tal J~sus, segun M. abate Gaume, precedidus ue un prólogo por Jo~é Renan, miembm del Instituto, po1· Juan Loyseau, Joaquin Ortiz, . todo en noventa pájinas. zapatero. ~- ~7= ....:__= Exámen del liba·o de M. Renan, pot· el abate INSERCIONES DE LA CURIA. Orsini. Cat·tas de un Cura de cumpo a M. Renan,miem- DILTJENCfA DE ABSOLUCION. bro del Instituto, por el abate Chéré, pát·a·oco de En la ciudad de Bogotá, a los vrintisiet e días Seine Port. del mes de enero de mil ochocientos sesrnta i Estudio sobt'e la Vida de Jesus de M. Renan cinco, se pt·esentó en la sala de nuestro despnl'lw, por el señor abate Simonis, doctot· en Teolojía, arompañl' los raciouahstas alema- cautelam que le hnl>iamos exijido, tanto pa1·a nes, por el abate Meignan, Vicario jeneral de Pa- tranquiliza¡· su propia concienriíl, cuanto- para re­ris, pt·ofesor de sagrada Escritura en la,Sorbona. para•· el mal que hu')iel'a podido ca lSai' a los que Vida de Jesus de M. Emesto llenan, artíeulos creye¡·an que había jurado lisa i Hannmente. Pa·o-publicados en la Revista del Mundo Cat ólico, pot· testó esta1· unido a la Santa Iglesia Católica, A pos­el abate H. J. Creliet·. tólica, Bomnna con todo su espíl'itu i su cot·azon, La Inca·edulidad modea·na estudiada en un libro ¡ set· Óbectiente a sus leyes ¡ disposicione3 • Heeho titulado: Vida de Jesus, série de artículos publi- esto, ¡ dirha la conicsion, le dimos la absolurion, cados en la Civiltá cattolica de Roma (italiano.) en uso de las facultades Apostólicas que tenemos, Vida de Jesus pm· M. Luis Veuillot. firmando con Nos i nuest1·o Secretario. Gaceta de Ausbourgo 15 a 17 de setiembl'e de ANTONio, AnzoBISPO DE SANTAFÉ DE BuGoTÁ.-- 63. M. Keim. J. Jflanuel F'"ernimd~ Saaveclra.-Jgnacio Bue- M. Colany. Revista de la teolojía pa·otestante de naventura, Secretario. Estrasburgo-5. ~ entrega. Es fiel copia de la respectiva dilijencia. Edicion populat· de la Vida de Jesus, por Mr. Ignacio Buenaventura. el abate Freppel. =---=-=-~ -===~=-~~=== Meditaciones sobre la esencia de la relijion cris· ,jJ)J7f'lJ'Ef(J}[l(/,)~~ tiana, por Mt·. Guizot. Los sofistas i la cl'Ítica, por Ga·atry. Jesucristo. Respuesta aMa·. Renau, poa· id. Diario de los sábios de Gotinga, 5 de agosto de 63. Historia de Ca·isto, pot· Mr. Ewald. La Divinidad de Jesuca·isto. Demostracion nueva CAMBIO DE 001\IICILIO. EL COLEJIO DE SANTO TOMh.S DE AQUINO Se abrió el 2 del presente, i se ha trasladado a la ca­sa número 42 de la calle 1. ~ de la carrera del Ecua· dor (esquiua de Santa Clara)·--~---~--'--~ IMPRENTA CONSTITUCIONAL-POR NICOLAS PONTON. 1 . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 88

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El Católico - N. 89

Por: | Fecha: 14/02/1865

REDACTOR . VENANCIO ORTIZ. LOS l\1 ANDA l\1IENTOS. Hare tres mil i cuatrocientos aflos, un pueblo · que. contaba ) ' o 600,000 combatiE>ntes i que cua­troeientos años ántes no el'a mas que una familia, ltl'll\' l' ahn por órdPn divina el inmenso desierto que se cstiende entre el maa· Rojo,el mar de Omao i In Pnlestiua : acnmpado ;ll pié de un monte aisla­do en mPdio de un mar de nreun cuyas trmpesta· des uo son n1énos temibles que las del Océano, oyó un día enta·e el ruído de la tempestad que lo ate­rraba, i de In bocn del mismo lJios, las leyes del mundo moral. El srncillo Código dictado en el Sinni i que cupo en dos tablas de piedro, ha Yisto pnsaa· Jos progresos i los cataclismos de treinta i cinco siglos, sio que Jos hombres hayan podido añadit· ni quitar una silaba a sus diez nrtículos. Soa·oflstro, Licurgo, Solon, Numn, Confusio, se elevaron mui alto por hnbea· dictndo, cnda uno a su pueblo, leyf's que ciuraron algunos siglos,¿ pero quién si no Djps hubiera podido dietaa· pan\ la hu­manidad de todos los climas i de todos los siglos una lei como el Decálogo? Las obrns de los hom­bt ·es, necesal'inment~ impea·fectns, sufren ron el tiempo modifieilciones, cambios, ndiciones, i pierdt•n cornpl fa mente su forma p1·imiti a : solo ' una obra de Dios puC'de couset·varse siempre la NUMERO 89 El mundo se babia apartado algun tanto del cumplimiento de esa lei, i el pRganismo deshom·a­ba al mundo. Jesucristo vino, restabl~ció la lei, i cnmbio la faz del mundo. El amor a Dios i al prójimo, síntC'sis mn•·nvillosa del Código del Cielo, se vió como un hecho rcai, i la cat·idad cobijó a los 1e lo co s 1 sagr, o La oba·a de Dios no podia res tablere•·se i pea·fec­cionarse por un hombre. Cristo pudo hacea· E;Se prodijio porque Cristo ea·a es i sen\; Cristo es Dios. Ningun hontbre ha podido hacea· lo que ÉL hizo. SistPmas filosóficos mas o ménos sábios i bien combinaC:os, se han oído salir de labios mot·tales, pei'O ni Solon, ni Licnrgo, ni Soroastro, ni Confu­sio, ni Platon, Lan podido adueñnrse del corélZon de los hombres, llenarlos con su doctrina i entu­sinsmflrlos hasta corrc>a· alegres a la muea·te por sostenerla. Cristo solo ha podidcdwcea· este miln- . ga·o i ' 'ivia· despues de diez i nueve siglos en Jos cornzones de los homures, que hoi lo aman i lo adoran como lo amna·on i adoraron Jos primeros que lo oyet·on i Jo virron. ¿ Qué hombre, por grande que hnya sido, ha podido contat· con ser nmndo d~spurs de muerto? ¿Quién se snca·ifiC'a hoi po1' Napoleon el grande, poa· nuestro grrm Bo­lívar? Cristo solo es hoi lo qur fué desde el prin­cipio: el consuelo dP. la humanidac1, el gran bien- 1 he(·hor, el árbitro de los puelJios~ Dios. Sí, Cristo es Dios. P01 e o doct1inn santa. no puede transg¡·edil'- sa, 110 puede insultarse sin que lluevan desgracias soba·e la sociedad que tal impiedad hace o consien­te. El Cristianismo es santo. misma al traves de las jeneraciones. Las leyes de Jos homba·es, limitlldos como somos, alcanzan de­masiado cuando viven la ''idn de tres jenerncione~, i el DPc.ilago sirve de base buce muchos siglos, a Solo la moral de esa Relijion ¡1uede hace1• que las lf•jisladonrs de los pueblos. ¿ Habrn quién se los hombres se mnen como hermanos ; solo esn atreva n 1wgnr el oríjen divino de este Código que morlll pnede hacer la felicidad de los pueblos; solo ningun hombre habría podido ident·? ella puede darles verdadera libertad. PMa que un- hombre hubiei·a podido idear esa La libertad que no está de acuerdo con esa doc-preciosn lci que en solo diez nrtículos cortísimos, tl'inn santa, no es sino tirunfa, i tia·anía tanto mas estabiHe todos los dereehos j todos los debea·es de odiosa cuanto es mns hipócrita. O id la ; lo que dice la humanidad toda, Sfria preciso que ese hombre por boca de su~ a9eptos es mui hermoso: « La hubiern tenido una imajit.ncion divina, qnc no lm- « doctrina de Cl'isto C"'3 civilizadot·a, es preciso oh­hiera sido hombl'e sino Dios~ porque solo no Dios ce sea·varla pero destruyendo _lo que hai en ella de puede dit't;H' una lei así que sirve· ha senido pa1·a ce sobreuaturnl. Cristo no necesita ser Dios para todos Jos put>blos, en todos los tiempos. Los pue- << set· un ~n·nnde homba·e. Su doctl'ina ha salvado blos que se lum sepaa·ado algo de esa lei,han caido « al mundo, pero no es mas que la doctrina de un en la mnlrl espnnto~a nbyeccion, en la esclavitud « hombre de talento. Nosotros somos ''ea·dailea·os mas ignomiuiosa, en la coa·a·upcion, i se han con- ce cl'istianos, pero 110 queremns mas Dios que el vertido en cadáveres. Luego ha habido revelacion, ce pu blo ; por la libertad i felicidad del puehlo luego Dios se ha herho oí1· de los hombres, luego « trabajnmossi pam conseguir hncerlo libre i feliz~ nurstrn Relition tiene una base divina, luego en «queremos quitarle las preocupaciones que Jo en­la Relijion 'erdadera. ce tontecen ; queremos persuadir! o de que no hai 1 A donde quier> Hé aquí el código sagrado de esa filosofía mate­rialista que se bautiza pomposámente con el titulo de J5oG~IA LIBEúAL. Compárese con los preceptos del Decálogo, i se verá todo lo monstruoso que ,enciet·ra ; penet1·ese un poco en esta doctl'ina i se descubrirá el paganismo con todo su bon·at·. Pam obtenet· su fin, sigue ciertas inst,·ucciones 1 que no Vat'ian. Mazzini escl'ibia a Beltmmi en 1847. « Pón la segui· en í) raíz, coJTompieado a « la s masas; si algunos bl'ibones del pueblo están l . > A estos gritos desaforados siguió uua gue¡·¡·a Cl'Uel, sangt·ienta. La Italia, el Austl'ia, Hungda 11 i hasta algunos cantones Sui-zos se debatian como un epiléptico, i los corifooS> de esas revolueiooes, al sentir la ola de sangt·e que les cubl'ia los piés, al v~ • las poblaciones ir il\da ,nl off· los lamcn- 1 tos de las viudas i de los huét·fanos i los nyes de fos heridos, gritaban frenéticos de entusiasmo: , ¡viva la libertacl1 Esta es en efecto la libc1·tad que pt·omete el libe­ralismo a los p-ueblos. ¿ Cómo se engaña a estos hnsta hacedos al'l'o.i_<·usa así en una borl'ible senda, hasta convertidos en mónstruos mas fel'oces que las fiet·as? Repl'esentando de nuevo el drama del Paraíso; la sot·piente engañndo1·a está en las so­ciedades secretas. Ellas lo comprenden, i ob1·ando en su nombt·e, la han tomado po1· emblema, con cuyo motivo dice un autor contemporáneo. ce Imposible era que las sociedades secretas (( adoptat·an un emblema mas adecuado que este. «La serpiente se m·t·astra callada entl'e las yet·bns, «se acet·ca i se enrosca sin haee¡· el menor t·ufdo << en lo mas íntimo i oscm·o de las ruinas de los « mut·os, dentt·o de las hendidmas de las rocas i « de los agujeros de la tierm ; permanece entre > En efecto, de esas sociedades salen emisarios que, de palabra i \)O\' escl'ito, i usanuo una fraseo­lojía especial, procuran engañar a los pueblos para lanzal'los en la vía infemal del paganismo. Roma i toda la Italia lo vi"t'on así en los afws ele 1846 a 1849, i hoi nosotros mismos lo estamos esperi­mentando. Allá, emisarios pagados iban a los cafés, a los tE'atros, n las tertulias, i en todns pal'h's pt·omovian mnrwsamC:'nte la conversacion que deseaban, para dejar caer ciertas pali\bt·as que co­rt• iendo de boca en boca,iban esasperando los áni­mos i disponiéndolos para la revuelta. El Minis­tro del Papa, Conde Rossi, aunque no et•a ecle­siástico. ca1·gaba <>on la odiosidad de los discípulos de Weishaupt porque no los d~jaba obrar con rn· tcm libertad, i resolvieron asPI"inal'lo. l-os asesi­nos fueron ensayados sobre cudávPres para que no necesitm'nn mas que un golpe i pudil'rnn darlo en medio de la mnyo1· concUtTencia; i en efecto, el 15 d e noviembre de 1848, el Conde Rossi fué muerto de una puñnlnda, al it· a abril' lns sesiones de la Camat·a Lejislativa leyPndn el discUJ'So de1 Papa. Los p riódiros libeJ·afes, habían dejado com­prender que al g o iba n lHlcedet·, die\endo dvs c1ias ántes uno que llarnaban D. Pirlone que del sepul­cro del 1\linistro a la cuna de la República no ba­bia mns que un paso. Verificado ese asesinato, i aprovechando el te­l't'ot · pOI' él pro, i asf, Jo tuvieron preso hasta quP, de acue\·do con algunos miembros del Cnet·po dipln~ mático. se fugó disfmzado de clérigo, i fué a refu· jiarse a Gactn. No podemos rasisth· a ltl tentacíon de nde:'i1• aquí un hecho de nquellos que e< El Tiempo>> \lama casualidades natwales, i que para nosotros son manifestaciones de l:l Di\'ina ProvidPncia. Apesat· de los esfuerzos del Cuerpo diplomático i del unico Cardenal que habia quedado en Romo, pues todo& hnbiiln tenido que huil· bajo diversos disfraces, el Papa no quería dejar el Quidnnl aun­que sabia que para l'l di a 27 esta bn dispuesto otro tumulto con el fin de obligarlo a ¡·enuncim· el Po­der temporal, o darle muerte si a ello se negaba. Cl'eia que su pt'C5cncia en Roma era siemp1·e un freno que contendría los esresos cont1'a su pueblo ; pero de repente recibió un pliego del Obispo de Va· lencia, en que este Prelado le dt>cia: ce Os envío el ce copon que er Sumo Pontífice Pfo VH llevó pen­<< diente al cuello ron el Santísimo Snct'ám('nto, ce cuando fué ancbntndo de Homa. A vuestra San­ « tidad debe ser mui grat:t aquella met'noria, i ce puede usnt• ese mismo copon para su consuelo en • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. · ---' - -- -~- - - EL CATOLICO. 323 Tal coincidencia decidió a Pío IX. Entró en la capilla, oró, tomó la hostia sagrnda, la suspendió a ~u cuello i volvió a decil· al Ministro de Baviera que marcharía. Marchó en efcc.:to, i apesa1· de la activa vijilancia de los mnzzi ni anos, no ~e advirtió su fuga hasta que estuvo fuen\ de su alcance. M1éntras la p<'quena ciuclad de Gaeta s e conver­tia en la residencm de una Corte espléndida,mién­tl ·as allí ll{'gaban los Representantes de todas las Nacione~ et·istiauas que iban a cumplimentar al suceso¡· de Pedro por su marnvillosa libertad, el héroe l'epul>licano se tmsladaba al Palacio pontifi­cio, se alojaba en los mas suntuosos departam entos de él, se daba una numm·osa guardia,i proclamaba la Hepública. • Con el'tt·uendoso [lparato militat· se fija1·on en las esquinas de la ciudad etet•na, l:ls listas de can­didatos para la Asamblea Constituyente. La e!ec­cion se hizo po1· los jornaleros a quienes se llevaba pot· la fuet·za a que deposital'an en las urnas el voto que les daban esct·ito, i miéntras tanto se die· taronlos decretos de« tuicion >) i << desamortizacion de bienes de manos muertas.» Los palacios de los Car·denales fueron saqueadost los conventos, mo­nasterios i establecimientos de beneficencia i cat·i­d( ld, despojados de sus propiedades; el Clero fué obligado a jurar sumision a la República, i se en­tabló la IUL·ha eontt·a el Po> decía que se estaba sacrificando por la eruto· nontia del pueblo que llot·aba de botTOI', La República romana duró algunos meses, i en este tiempo se pt·ocuró acostumbrar al pueblo a oí1· ltlasfemar de Dios i de su Cristo, tnaldecit· al Papa, d(>spt·eciar al Clet•o i t•eit· d.e las cosas santas. Roma estaba siempre conmovidrt, no se oían en ella sino gritos de muerte, df'sapareció la segul'i· daú para las personas i para las pt·opíedades,desa­pureció el dinero circulante, se iuuudó el país de papel moneda i se convirtió La ''ida en un verda .. det·o infienw. Pero los co¡·azones de los fieles se alzahau sin cesaf' a Dios pidiendo misericordiJ, i Dios tuvo piedad de sus fieles. La República cayó con es· trnendo, el Papa vo\.vió a Homa, i el pueblo enlo­quecido de contento lo recibió en sus brazos. Los ciudadanos ''olvieron a tene~· segul'idaél, a dormir tranquilos; los templos volvieron a abrit·· se; las ceremonias del culto a practicnrse; los co­razones voiYieron n espaudirse; la caridad t·ena­ció. Cl'isto habia vtie\to, los pobres volvieron a encontrarlo, i la Yerdadera libertaü tendió sus alas divinas sobre la sociedad azotada. Roma estaba en l'Uinns, la mano liberal se des~ cuhriÜ por donde quiera; el progre-'io habia obrado como un ten<'moto, i era preciso rctrog1· allm·, es deeit·, reconstruir. Lo primero que el Papa procu· l'Ó reorganizllt' fué la a Asocinciou de San Jet•óni­mo de In Caridad.>) Queremos dat· de ella una idea a nuestros lectores para que se vea el cspía·itu ca­tólico en contraposícion con el espíl'itu liberal. Este quiere ab.olit' el crímen, el CatoHcismo procu­ra correjia· al criminal, i hé aquí los me.dios de que se vale. La :)Süciacion de que vamos a hablar, fué instituida en 1519 por J lllio de Métlicis que mas tarde fué P:•pa bajo el n\Jtnb•·e de Clemente VIJ, i tiene pot· objeto dife¡·entes obras de caridad. - C lmo fué en Roma donde primero se puso en planta el sbtema penitenciario, en uinguoa pat·te ha sido mejol' comprendido i mas sábiameute apli-cado. Las pl'isiones allí no son establecimientos en que el hombre sometido esclusivamente al im­pel'io de la fuerza bi'Utal, acabe po1· materializarse, nó; ellas &frecen al culpable todos los medios de readquirir el sentimiento de su dignidad, de con­cebí¡ · hon·ot· po1· el mal i valOl' para practicar el bien. cc Persundida, dice un célebre escritor, de < Los Sacerdotes mas respeta bies, ilustt·aclos i vit·tuosos se convierten en Jn¡; prisiones en ánjeles tutelm·es que de dia i de noche están consnlanclo e instl'U­yenclo, alentando i cura ndo a esas almas muchas ~· eces mas desgraciadas que culpábles. Todas las mañanas, despucs de la misa que oyen todos los reclusos, se les recuerda el p1·ecio inmenso del al­ma humana, el destino etemo a que está llamada, i la bondad inagotable del Sét• que ha quel'ido que lo llamemos nuestro Padre. Ademas de eso, las instrucciones particul:wes poco a poco di8ipan la iguonmcia madre comun del cl'imen, i hacen jet·· minar resoluciones saludables. Fuera de la constante instruccion relijíosa, da­da no solo pot· los Sacea·dotes sino por otros miembros de la asociacion, i de la fl'ecueucia de los sacramentos administrados con toda la conmo­vedora pompa del culto ca tólico, hai otros medios de correccion eficaces i provechosos. En cada departamento hai tallm·es en que traba­jan lo s reclusos en medio de un profundo silencio. Los niños estc1u separados de Jos jóvenes, estos de los ndultos etc. i como el local está dispuesto de modo ctue un solo celador basta pam vijilat· todo un tallet·, nlli apt·enden oficio los que ·no sabe!'l, i practican i se pe¡·fecciorian los que conocen alguno ; tle ma n era que el r ecluso, al salit• de l a prision, se halla con un caudal de conocimientos reHjiosos que no tenia, i moralizado po1· tat to, i con conocimien­tos en algun at'tC pot• medio del cual puede vivit• en lo sucesivo con hom·adez. ¿No valdrá esto mas que todos los soñados falansterios? Pet·o no es solo a (Sto que S(l'Jimita la e< Asocia­cion de San JerónimO.>) Ella socorre a todos los pobres vergonzantes de la ciudad , i a fin de no las­timar la susceptibilidad de las familias., disti·iJ>uye sus socorros los domingos mul. de mañana en el oratorio del Santo. Dota a cierto número de niilas pobt·es para que puedan establecerse.-Contl'ibu­ye a la mantencion del monasterio de las Coverti· das.-l\Iantiene catorce Sacet·dotes para que rtsis­tan a los enfermos pobres.-Pn ga un abog ado para que defienda las caus'ls de la s viudas i de los huét'fanos, i cuando esos litigantes pob1·es van a Roma a activQr sus asuntos, la Asociacj<>n los ali· menta -·i paga si e mpt·e los gastos del pleito.-Dá pan a los prisioneros.-Suministra los medicamen- 1 tos que ellos necesitan i paga el médico, el cil·uja­no i el bad)et·o que los sil·ven.-Intercede po1·ellos cerca de 1os jueces, i paga los costos de su esear­celacion .-En fin, pa,ga at abogado enca¡·gado de defenderlos. Por estos hechos se vé que, aun humanarnente hablando, pt·oduee mas bienes reales el credo ca­tólico que el liberal, pot·que el credo católico está de acuerdo con Jos diez mandamientos de Dios que se refunden todos en la cnl'idad. ¡ Pobre el pueblo, si engaüado por huecas palabras i por la inclina­don a los deleites, se deja al fin aa·t·ancat• su fé 1 El día que ella desaparezca de entre nosotros, de- 1 sapat·ecedt tambien la sociedad. ~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 -li ,1 ~ ¡ 1 1 1 . 1 1 1 1 ·¡ 1 1 1 324 EL CATOLICO. LECCIONES DE URBANIDAD PARA EL USO DE LAS SEÑORITAS • POR ALEJO POSSE MARTINEZ. ~~~~~~~ ~~"'~~~'" 111. DEBERES PARA. CON LA PATRIA. • A nuestra patl'ia todo Jo debemos, Hogat·, educacion, amigos, goces, 1 cuanto hai de sublime lo encontramos Unido siempt·e a tan querido nomb1·~. La fastuosa ciudad, la ancha llnnura, Los -empinados cen·os i Jos montes, Los cl'istalinos, caudalosos rios I el límite que traza el horizonte; Todo entusiasma al coa·azon ardiente, Todo lo llena de apacibles goces Cuando léjos ¡ ai Dios ! del patrio suelo Recuerda con place•·, de sus mayot·es Ln dichosa mansion donde corrieron Escentos de furiosos aquilones Felices ¡ ai ! los nños de su infancia. Del tiemo hogar Jos plácidos salones Recuerda con placer; de los jardines I .. as dulces ft·utas, pe•·fumadas flm·es, Delante están de su memoria siempre; Siempt·e en su corazon sona¡·¿l el nomba·e De los que ilustmn de su patl'ia el suelo ; De aquellos fuertes, jenero os hombres Que consagran talentos i riquezas Valor, fortuna, educacion i goces A conquistat· a su querida patria Glm·ioso pot·vem¡·, dulces blasones, 1 estos afectos tiernos, jenerosos, PJntados con magnífieos colores Presentes estarán a nuestra vista 1 no cu!ll otros pasarán veloces. Este es de la mujer debet· sagrado, Pues es el gran debe1· que nos impone La lei de Dios que justiciero rije Los destinos de todas las naciones. Cumplárnoslo i darémos un ejemplo, Que apt·eciado set·á de grandes hombres, Del amot· que a la patria se le debe Amor que escede a todos los amores. IV. DEBERES PARA CON LOS SEMEJ'.A.NTES. De un amoroso Padre descendemos El rico, el pobre, el ignorante, el sábio, El que en Jecho de plumas· se do¡·mita, 1 el que cubt·~ su cuerpo con harapos. A todos ese Padre bondadoso De la nada sacó, con fuerte mano, 1 a ninguno en la ft·ente puso el sello Que lo hiciera de algotl·os vil esclavo. En la Cl'UZ se inmoló por redimirnos, Con su sangt·e lavó todo pecado, 1 al dech· que e1·a Pad1·ede Jos hombres, Dijo a Jos hombres: «todos sois hermanos.» Po1· eso corno hermanos deberemos , En dolores i penas alivia1·nos, Dando al hambriento el pan de nuestt·a mesa O nuestt·os lechos al caduco anciano. El huél'fano, la viuda, el inocente, De nosotros, reclaman el ampm·o, 1 al prestárselo solo cumpliremos Con un debe1· dulcísimo i sagrado. Es el deber de amar al semejante, De la vida po1· él da1· los encantos, De aliviar sus desdichas, sus dolores 1 de endulza¡· sus penas i su llanto. Amor del cual el mismo Dios ejemplo Nos dió al morir alzfldo en el Calvario, Po1· sus verdugos al Etemo Padre .Plegada amo1·osísima lanzando. Cumplamos, pues, con fer\'oroso anhelo El deber de acojea· nl desga·aciado, Si disfnata1· querem~s de las di,•has Junto ni trono del Dios tres vecrs Santo. Con amor olvidemos las injm·i11s Que de nuestros hennanos recibamos ; Devolviendo los bienes po1· los males De la glol'i:l etel'tlal dignos hagámonos. Los defectos njenos no miremos Sin correjh· los uu(•stros de antemano, J (' 1 premio conquistPmos prometido A 1 que alivia el dolo¡· de sus hermanos. v. DERERES PARA CONSIGO MIS1\10S. Los deheres g¡·anniosos que ten<-mos Para con Dios, los hombres i la pntria, ¿Cómo hemos de llenarlos dignamente Sin pens31' en nosott·os, en nuestra alma? ¿Sin procura•· a nuestl'os cuerpos fuea·zas, Sin deste•·•·ar del alma Ja !gool'MlCia ? Para ''ivh· entre los hombres, siempre Se necesita de apacible calma 1 las penas inmensas de la vida Con amable carácter endulznrlas. Cnidat· de la salud, de la existencia En medio los pesares i de~ga·acias, Porque siendo In vida un bien supremo El pensar nada mas en anancarla Con nuestras p1·opias manos, es un crímen Que pone en un abismo nuest1·as plantas, Educa¡· cuidadosas el espil·itu A1Tanca1· de su seno la ignorancia Es el pl'ime1· debet· que cumpliremos Al pisa¡• de este mundo la ancha piFtya, Que el ignorante encontrará doquiera Tan solo dUJ·as i espinos:1s zaa·zas ; Será su vida un pié\ago profundo De eternos sinsabores i desgracias. l la ciencia 1 magnífico tesot·o Donde consuelo encuentran nuestras almas Cuando ven en el cielo de su vida Las tenebt·osas nubes apiñadas; Cuando en •·edor de sí tan solo miran En todo el mundo ingt·atitud amaJ·ga. Los defectos ajenos tolet·emos, Si qum·emos gozar de tolerancia, Ni juzguemos las faltas de los ota·os Sin atende1· primero a nuestras faltas. I observando fielmente estos deberes Gozm·t>mos da Dios en la mot·ada, Que es en donde hai felici~ad completa, Doude no existen penas, ni desg•·acias; Donde ver·emos venturosas siempt·e Colmada nuestra fé, nuestra esperanza. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 325 EL POLACO. A vattzad, e mpnñeros : nos llama Al rombate la •oz del clariu 1· Me han lwrido de muerte ••.. Dejad me, Vuestro bt·no hace falta en la lid. Avanznd denodados ! .Mi n.uerte Con torrentes de sangre vengad. No os vengueis .•. los perdono; a la carga Tocan ya las trompetas, volad 1 Es mui triste morit· ignorado, Sin podet· osteutm· mi valot·! Mas q•té imJlorta.la gloria mundana Si me agmu·d"' la glot·ia de Dios 'l Ah! mi madrr, mi esposa, mis hijos Quedarán en terriule orf,mdad l ... Rogaré desde el cielo pot· c:los, I a mi lado mui pronto estarán. A la carga, a la earga •·epite ·La tt·ompeta con ngt·io damot·; Ya en el campo enemigo flamea De Polonia el sagmdo penJon. Cien mil voces esclaman : Victoda 1 De mis ojos se apnga la luz ..•. Oh 1 cuán dulce es morit· por la patria l ... Colocad en mi tumba una Ct·uz. D. R. 1 CARO. Dos Obispos mártires ha tPnido hasta hoi la fé católica en rsta revolucion; uno ni estremo norte, ott·o al estt·emo sut· de la República: el llusti'Ísimo srñor Luis Niño, Obispo de Pamplonn, i el Ilustrí­simo seiíot· Elins Puyana, Obispo de Pasto. Al p•·ime•·o consagramos alguno5> recuea·dos en nues­tras rolumuns; para el segundo, nada mejor pode­mos hacea· que rep¡·oduei•· el rélsgo biognlfico que ha tt·azndo en el suelo que le sil·ve de asilo,la vigo­rosa mano d3l señot· Areesio Escovar. Hélo aquí : RECUERDO BIOGRAFICO UEL ILUSTRISIJ\10 SEÑOR DOCTOR J O S E E L I /';. S 1' U Y A N A Or.ISFO DE PASTO. El 20 de noviembre murió en la ciudad de Ambato el llu~trísimo señor doctor José lWas Puy;¡na Obispo de la diócesis de Pasto en l.a República de la Nueva Granada. Ausente de su dióee.s is po1· no someterse a las leyes impías diC'tadas por el anti-católico Gobierno neogranadino, el Ilustrrsimo señor Puyana ''ino al Ecuador a huscar un asilo para su fé relijiosa i para su cansada vejez, porque en Nueva Granada los Pas­tores ca_t?licos cnrecen de libertad reliJiosa, de liber­tad pohtrca, de derechos como ciudadanos, i del res· peto que se debe a los ministros de un culto santo. "E.I espíritu de impiedad del liberalismo neogranadino ha exajerado su desatentada intolerancia hasta colo­car a los Obispos católicos en la dura alternativa de ser apóstatas o perdet• sus hogat·es i su pat1·ia, porque los hberáles neogranadinos reneganrlo cle la fé cató­lica, negando la dtvinidad de Jesucristo i atacando la democracia cristiana, se llaman los sectarios del prn­greso filosófico, los libres pensadores i los discípulos de Voltaire. 1 este vértigo de impiedad aparece hoi en Nu.eya Gra~ada for_mulado ~n las leyes, predicado en la trrbuna, 1 defendtdo con atan por medio de la pren-1 ~a, propagando la esterilidad del egoismo utilitarista 1 las descousoladoras doctrinas de la incredulidad en uu pueblo enfermo de inmoralidad, atormenti.ldo por la anar9uía, esteuuado por las fatigas de una larga gu~rra 1 t>nveneoado por todas las tllalas pasiones qut> enJend_ran las luchas ft·atricidas. ¿Cuál puede ser el remedw para tanta desventura? Dios parece haberlo 1 ocultado a los ojos de los católicos granadinos de la jE>t~et·acion pl'ese.nte, condenados a uu doloroso marti­rio i a ver sucumbir en una lucha desastrosa unos tras otros a sus caudillos gueueros i a sus Pastores cristianos. nesignémonos a los inescrutables deeretos de la Provideuc.ia, i arrodillandonos sobre la modesta sepultura del Pastor cristiuno que ha muerto perse­guido, elevemos al r-ielo nuestro ruego, uniendo en uua misma oracion el nombre de la víctima i el de sus injt:stos perseguidores. Un proverbio indiano dice, que " el á:-bel del sándalo, en el momento en que es derribado inunda de fr.aganeia el hacha que lo hiere: de este modo el cr·istiano debe sufl'ir las adversidades de la suerte ; de este modo el inocente debe sucumbir delante de sus opresores.» ( l) El Ilustrísimo señor Puyana había llegado a la edad provecta, i en su hermosa i vene1·nble vejez era el tipo perfecto de un patrií.\rca cristiano. Su frente serena í espaciosa adornada por escasos cabellos blancos re• llt>Jaba la tranquilidad i la pureza de la conciencia del justo; su mirada apacible i luminosa a pesar de la anciantdad, dejaba traslueir un corazon for1uado para el amor divino i para la caridad; su voz dulce acom-pañada casi siempre de una sonrisa benévola, parecía dPstinada a sct· el bálsamo de los d(1lores del espíritu i a fortalecer los corazones en estos tiempos de tribu· lacion i de agonla; su alma acostumbrvda,con motivo del ejercicio de su ministerio sa~erdotal, al conocí­mienta de todas las dehilidades humnnas, i educada en las máximas del cristianismo., solo tenia senti-mientos de fraternidad para todos los hombres i de compasion i de perdon para los estraviados. Cuando se le hablaba de un criminal, jamns lo juzgaba con la opiniou del mundo sino con el espíritu del Evanjelio, repitiendo alguna de sus máximas o diciendo estas palabras de un célebre escritor: «el mundo no tiene para los cu:pahles mas que una induljencin infamante o tm implacable rigor. Dios solamente vé el arrepen­timiento, perdona, i purifit•a." - El Ilustt·lsimo señ Puyanase dedi<.'Ó desde su ju· ventud al ministerio del sacerdoclio i pasó su larga vi· da eu la santa labot· de la enseñnoza cristiana. Nació el20 dejulio de 1788 en Bucaramanga; estudió fifo­. sofia en Bogotá en el Colejio del Rosat·io i c·auones en el Seminario de San Bartolomé. En 1811 reeibió las sagradas órdenes sacerdotales en Venezue a en la ciu­dad de l\1érida. Cura de almas desde la época de la guerra de la independencia, sus virtudes, su caridad i todos los bufuos sentimientos de su alma sobre­pUJaron, en los lngnres que estaban n su cuidado, a todos los dolores i a la desolacion de aquella época borrascosa en que solo la gloria del triJJnfo fué supe­rior a los desastres i a los sacrificiOs. Como todas las almas profundamente relijiosas, a quienes en medio de los padeeimientos de la tierra eleva i engrandece esa hija divina de la .Fé que se llama Esperauza, el campo en s.a catóiica en Nuc va Granada, el Iustrísimo señot· Puyaua pasó muchos años de su vida en las aldeas de las montañas, a la sombra de la pequeña torre de una hu111ilde iglesia, sin mas ambiciou que In de formar el sentido moral del pueblo, grabaudo eo los sencillos corazones de los aldeanos las máxifll,IS del cristinnismo. Su vida allí fué In de esos pobres, humildes e infatigables obreros del Catolicismo que identificándose con las clases pt·o­letarias son sus maestros, sus consejeros i sus bien­hechores. Allí es donde el Sacerdote va, dia pot· dia i hora por hora, poniendo los cimi~ntos del firme i hermoso edificio de la sociedad cristiana, i formando con los lazos de la moralidnd, de la caridad i del tra­bajo, esa robusta i durable orgauizncion s!lcial que constituye In gloria del cristinnismo i la fuerza de las Naciones. El participa de las alegrías i de las cspc- ( 1 ) F. T. Saint.-Germain. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 326 ED CATOLICO. 1 ranzas del pueblo i adorna ron Oores sus inocentes , , i mlsticas festividades; él bendiee la fonnacion de la f¿unilia, la reanima en sus días de eansaneio i la so- 1 corre en todas sus nect>sidadt>s; él dirije i acomJ>alia los 1 ritos fúnebres, í sob1·e la SP¡>ultu1·a de eada pebre al~ deauo pone la tosca cruz de madera bajo cuya sombra debe descansar de la \'ida; él pt·t>sidc las oraciones del pueblo _i pide al cielo los tesoros de su gnu;ia para sus almas, la paz para la madre eomun--ra lglesiu, i el ór- , deu, la pro~peridad i la gloria para la patria. Bend1ta Jaboa· que,así eomo la siu11ente que se sepulta en la tie­rra aparece despues trasformada en mieses eH su super­ficie, cubriéndola con su sombra i embelleciéudola con sus Oor-~s i us fruto., n ·í el trnbajo del Sacerdote 1 católico apnrece mas tard e en la s up t.: rfit~i e de la so· ciedad, ado : n :mdola con las flores i los frutos de la civilizacion i del progreso: i rsas Oot·es del progreso i esos frutos de la civilizadon cristiana. son lo mora­lidad que inspira amor al trabajo i lo hace fecundo; Jo:, capitalrs qu~ se forman; los caminos que &e abren; las selvas seculares que ceden su lugat· a las mieses· las chozas miserables que se trasforman en hermosa~ casas; las aldeas que se convierten en villas i est..ts en .. floreci~ntes c_iudades; los monumentos que se er•Jen; la mdustna que se de arrolla en pl'Oporciones ji15antescas i sobre todo esto la eultura intelectual que a l.i mar:1era de uua galana i florida emedader·a se es: tiende por todas las clases del pueblo como 'la mas bella corona de una sociedad r.ivilizada. ¡ Glot·ia al Sacerdote cl'istiano pot• esta ob1 ·a inmortal ! 1 esta fué pot· mucho tiempo la labor del llustrísimo señor Pú· yuna, en Anolaima, en Samacil, en Nuevo Pl'ado i pa·i11cipalmente en Florida Blanca, en donde fué Cura de almas quince años i c·omo reeuerdos de su laborio­sidad i de su celo apo~tólico, construyó cn5as para es­cuelas, edificó la iglesia i la caree! e hizo el cemen­terio. . El glorioso f!lOvimicnto político .de la independen­caa de Colomb1a, en el cual <:omo fervoroso partidario se alistó e1llustrl ittlo seilOr t.t ti, lo 11 ·ó al Con­greso de 1813 como repr.esentnute de uno .:ie los l!: sta- 1 dos Federales del Norte ; i mas tarde t'Ll 1821, en el Gongrt!SO Constituyente de Cúcuta,ocupó tamhien una curul. Defensor de la democra<;ia ('.ristinnn i del sis· tema re¡•ublic.1no, eomo 1<, emanacion mas hella i mas pw·a de los principios relijiosos, (·ontribuyó a In for­macion de- las institucioues de la gran Repuhlica de Colombia ; pero ni eutóuces ni mas tarde euando en 1839 estuvo de Senador eu el Congreso de Nueva Gra­nada, a_yudó con su p;\lal.Jra ni con sus heehos a la exaltaciou de las pasionPs i u la exacerbacion de los ód10s · ql1e ya comeuzaban a deslizarse po1· las venas de la dJmoeracia colofnb;ana, como el veneno corro­sivo que {)ebia hacer estél'iles tod os los· sacnficios del pa_triot1SiliO i gangrenar el cuerpo t>ntero de la 1\epú­bll<' a. Su espll'itu vt>in principalmente las institucio­nes pollticas en relat·ion con los iutereses morales de Jos pueblos, pues como partidano de In democl'acia cristlUIW defendia ante todo las verdadl's morales que elevan lns aspiraciones del hom bre mas alta de los pret·arios i.ntaeses tle esta v1tla i de los estrehos hori­zontes de este mundo. "Todas las teorías que t1e11· den a dt>tenm' a la humanidad en los lími es de su existenCia terrenal i a seiiulürle el mundo por últ1mo tértnlllO de sus de. tinos, h:wienuo :lbstraceion de su relacwn con Dios, son, sin duda alguna, anti·lll.>erales i ant1-frrle inevitnble que rompe en la ti ·rra 1odos los lazos, i ningun~ cosa tiene unn ex1stt->neia real ,in la idea tle otra vida en la cual todo lo que es "t'Prdéld de­he subsist1r sin acabnt· jalllas. La fl·atel'llidad huma­na privaua de su relaciou con la vida eterna, pierde su carácter de universalidad, í no puede imped1r que el ...... ...,.. --~...__,....__, .... .r-J..._,..~~~--.....r...r ¡~ 1 hombrP mireeon indiferencin n In humanidad, porque entónees el vínculo fraternal se halla reciucido a la corta duraeion de la vi<.ln,i el jénero humano 110 puede 1 Sf'r a los ojos del hombre :sino unn confusa muchedum­lm• que la N A DA devora sin e esa J'. A de mas, las teo­rías que tienen por punto de partida i p0r unÍl'O ün la tierra, no solarnente humillau a la hunwnid· d prirán­doln de sus destinos eiPrnos, sino que la C'{. ncentrnn en sus pasiones i In obligun a husenr en ellns un mez­quino medio de place¡· i un instrun1c·nto inefi<'DZ pa•·a el órden i la armrníil sot:in~ailurla.'' (2) Estas ideas pro(undamt-nle cristwuas t>H a b;1n impresns de ww llHlllt't'a indelf'ble en rl alnw del llu:t1 ísimo señor Puyaua, í las drfendisen el eamino del destiel'i'o, ni lnnzar un jemido para deeirlPs ndios. ~1 campo de la fllSt>ñanza <'ristian& del Ilustrísimo señor Puynna no fué solamente el ejercieio cuotidia~ no, constante r infatigable de sus debrres como sacer­dote i como Prelado~ hubo, iJdemas, un puesto en que, dedic·f111dose ruas espee:almente a e. te trnhajo, pre. tó importnuf('S sen:ieios n su pntria. Fué en dis­tllltas époeas Hector i cateurnti(·o <1 1~ lo3 co\Pjios de Ji­ron i de Pamplona, i en esos destinos consugró todos sus csfuertos a formnr en ('arla uiño una conciencia recta, una alma elf'vtu.la i virtuosa i un eorazon de cristis los vusos de la inorencia dis­puestos a recibir el bhlsamo de la moral. Con tanto afan i con tauta constancia procuraua preparar a eada dis<'ipulo para ser el hombre perfel'tO, segun Jesuc¡·is­to, eomo si dt> la virtud i dt>l patriotismo de cada uno de aquellos niño. hubiera dept'ndido la felicidad de la N:w1on entera . 1 tenin t'azon : él subin cuanto puede influir en la suerte de un puehlo uua sola idea que se g1·ahe en el de1i<'ado eorazon de un niño. Por el afan cou qu, e 1 a JU 1 t it' mpo se dedicaba a inculcar en la juventud el espíl'itu cnstiano, pare<'c que hubiera pre­sPutido la tt>rrible lueha i los eneal'nizados atatiUE'S que los prlllClpios relij1osos dt'l Catolici mo debiau en el porvet.ir sufri1· en Nueva G1·anada. Ah! si todos lo, maestros hubieron eomprenJtdo sus debere. <'On~o el Ilustrísimo seílor Puyann, la impiedad no habrra (2) Mdme Chali('. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ EL CATOLICO. 327 1 11 1 pervertidú la bella . into.lijrnria de una gr;¡~.pnrte de la juYentucl grunad1na, 1 los padres de l1~es l~:~heis de en­tregar el alma inocente de vuestros hijos. Esos maes­tros euando no los nombr:1 el f:1-.:or, la amis.t:1d o la intrigu, lo. nombra In sufie·iencia: el que parece que sabe ·mas historia, mas química, mas leyes o mas me­dirina, ese puede tambien ser eJejido. El maestro de vuestros hqos puede ser o a migo del ministro, o hermano de.alp:uu elector inrlueute, o un orndor temi­ble o un periodista inran;able, o un sñhio. De esto es· tais seguros ; pho ¿ dóllcle CIH'Ontr·nreis los títulos que os aseguren la reetltud de sus sentimientos, la ver­dad de sus ronvi<·<•iones, la piednd de su razon ; en unn palabr'a su rt>lijion, su nJOréll, su virtud? Ln JH'r· versiou que dt•sciende de Jos labios de los maestros, las sombras i kls e rrvres que se enseñan en rez de la ve¡·­dad i de la luz, son mil veces peores que la sangre vi­(: ia<.la que el niño rt'eibe del ~wcho de una nodriza en­ferma. Un uJio enft•J·mo inspir:\ <:ompasion; pero un ni1io impíó inspita horror" (3) 1\luclws ''eces,repitíen­do estns palabras. hemos pensado l'Oll Intima amnrgura 1 en la part estraviada de !a hermosa e ilustrada ju- 1 ventud de nuest1·a querida patr1a. Sí; en el retiro de ww vida estudiosa 1 sin mnbicion, pensamos eon fre­CU(' H •ia eu el por\'enir de la Nueva Gran¡¡ da. Amamos los gloriosos reeuerdos de su histo:-ia, la men,oriil de sus héroes, sus Cilmpos hermosos i fecundos i sus ciu­dades modPstas escondidns entre las quiebras i los ele~ va·dos valles de lns montai1ns andinas; admiramos el denuedo de su pueblo, su rnract('r espansivo i simpá­tico. u intelijPneia vigMosa i éll'<.líente, i dPploramos con tristezn que ese v'rtlor hcróieo, esa inteli,tencia, totl.1s las riquezas que en(~ ; t'l'rn ese uelh i todos los n blt>s i t•lenHJos se1.timieutos de ese pueblo, se em­pleen irHJtilm nte en aóOJ'at' en·Mes, en corJ·er tras sombras, en uuscnr In \'<:rdad en las negncio.1rs i en la incredulidad,i en pretender consoliclnr ahsur~. as imti­tlH'IOIH:' S polítirns i formar uua tivilizacion cou i as estériles e iufecU11das. E[ Ilustrisirno seilor Puyana estuvo trece años de Dean en la CatPclral de Pamplona, i fué allí durante algun tiempo Vieario jenrral i Gobernador del Obis­pnclo. r~l Congreso de t ueva Granada, rt>prt>sentando b \'Oiuntad i la g1·atitud dt>l pueblo, lo el1jió eu 1848 Ol.>i:-;po ausiliar al ele f>opnyan con resid€ncia en Pasto. Desempeñando este destino con el C'elo ct·istiano que siempre lo animaba, hizo In vi itn de todos los lugares que estaban n su ca1·go. para atender a todas las uere­sidadt> s espiritunl('s i obscrvar perso11nlmNe el estado moral del Clero i del pueblo. Era, en verdad.digno de admit·ar·se el cuad!'o que l)resentaba nquel pobre i modesto ancinno que,abrumado de cansr~ucio i espues­to en medio de las selvas n toda clase <.le intemperies, recorría lüs empinadas montilñas i los bosques secula­res de las provincias de Pasto, TúquetTes i Bat·bnroas, sin otro anhelo que hacer el bien de sus semejantes. Estos actos de virtud i de herói<·a abnegaeion solo puede iusp_irarlos la divina dortl'ina del r1·istianisn~o. La fé ean. (JUe Jrsucri~to prometió que se podian remo­ver los montes, trasforma en héroes maravillos{JS a los ancianos i a los uíños. Su Santidad Pio IX preconizó Obispo sufraganeo al Ilustdsimo sei1or Puyana, i en 1860 tomó posesiou de su nue\'3 diócesis Psto deura acabar su vidu, como sacen.lote virtuoso, i como Prelado liel, siendo arrojado a un pals estranjero por el triunfo funesto de una revolucion que ha l'Oto todos los lazos sociales i ha desquicíado el órdeu polítJco, mot·aJ i reliJioso en Nueva Granada. La P•'ovideneia permitió que la causa del bien su­cumbiera, i en el dra solemne de la lucha muchos de los que por deber i hasta por g¡•atitua debieran lv1herla defendido, se convirtieron eu sus enemigos i fueron traidores. · (3) José Selgas. Contra los drcretos que el .Tef~ ele la H>rolurion 1 vetH·<'dora dietó en t861, n:To¡niudo.e (•1 < etrrho de tuil'ion sobre el eulto cc.~tóli<'o i t.lespojando de sus fH'Cipicclades a las iglrsins, a lns COIIIUnidades reli~ j iosas, a fos hospitales etc, protestó el J 7 de se­ti<> m!Jre cou todo el Clero .de su diócesis f)l Ilus- 1 trísimo señor P:lyítna; i mas tarde en 11)62 aban­donó la patri3 cunndo la rcvolucion consumó su triunfo. Los hechos que en estns pocos llnens hemos men­cionado fueron los principales de la vida lahoriosa del Ilustrísimo seño1· Puyann. Vivió st>tenta i Fe~s ailos i tliez nwses amando a Dios i practieando el hien, i murió té,¡os de ::;u patria porque defendió en ella los !;agrados derechos del Catolidsn;o coutrn In iner('duli­uud relijiosa i la tiranla pulltita. gstas palabrns Wll una de las mas bellas Oores que pueden adornar la tumba dP. un ministro del Cristianismo. A 1 respl."table Cle1 o de su diócPsis i a su heróico put'b!o que en estos dias de perseeucion i de prueba han quPdado sin Pastor, nosotros les dirijimos estas palabrns de Emilio Souvestre: A los que vacilan porque ven al bien momentaneílmente veucido, i se entristecen porque la \'erdad es ultrajada,les reeordamos el drama del CnlvArio i les drcimos: tfo ¡Jfrmitais que en vues~ tras almas el hecho se sobrPponga a la idea: no le gri­teis :-~ e t:l lo tJUe el mal lad1·on 3 Cri:sto : Tú muel·es en una cruz, luego Tú no eres el hijo de Dios. Antes bien con la fé de un~ s~gur~ re urreccion _r_epetid : verdttd ! cuando resuctte1s acordaos de mí. Quito, diciembre 6 de 1864-ARCESIO ESCOBAR. UN TRIUNFO MAS. Despues de haber resistido por dos ocasiones, ante !a nutoridnd políticfl, la pt·estacion del jura­mento ordenado por la lei de 23 de nbt·il de 1863 sobre policín de <'Uitos, fascinado por el ejemplo: atet·t·ado p(W la situac~(}n políticn, violentndo por mis circunstaneias, i estraviada mi intelijrneia ma$ bien que mi <'Ol'Mw·n ; juré de conformidad con aquella lei, i fi1·mé el lleta respetiva. .Exijienclo ese acto obedit>ncia abroh.1ta al Go­biPrnn, quedó él\':lsnllada la potestad divina por la lei humana ; tanto mas cuanto que et·a pt·es­erito como concliciou indispensable para el ejet·ci­cio del divino ministerio. Ordenado el juramento en una lei cuyo título era alt{\mentc injurioso n la Reli,jion, i en circuns­tancias en que la Igl ·>sia granadina llorosa, des­grrñnda i cubit>rta de luto, suspiraba pot· sus mas queridos hijos, que e1·an at'J':lncactos de su seno ; poi' sus apaciJJies nsilos, en q 1e cultiYaba l:1s '' it·~ tudes austeras, los cuales ('J'an profanndos • pot• sus rentas i bíime:, que dPbJ:ln rt'pMtít·se 'entt·e los mismo· qut~ la flLOfl'teabau 1 esrnl'neeian ; ¡en fin, po1· su indepe11dencia contra la cual se nsésta­ban tantos tíros ; el sometimiento al Gobierno era le\ cornplicidad rn los atentados que desgarra­ban el seno de nuest1·a ()morosa mnd1 e, i la in\'o­racion del nomb,·e tle Dios pat·a solernnizat· ese ucto ; la m:)S sntedw es el C(11ltro de la unidad, es la fusion de todos los sen­timientos i de todas las ideas, porque el rebélño del Seilol' es uno i uno es su Pas~ot·; i como qui-e-ra que la Yt'l'dad es siempre la misma, i las ense­iwnzas rDtólieas son la \'erdad, todo el sistema t·e- . lijioso.moral i dogmático dPs ansa sobre el prin- ~ cipi'O de la m:idnd Sepnrnt·se de ella es apartarse de 1 a t·egln ctel espíl'itu i del comzon. RonHI es un foco de pudsim~_ luz que itTadia pet·petuamente ---- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 328 EL CATOLICO. pnt·a disipm· las tinirblas de In humanidad : así 1 ella combatió el sen~ualismo pngnno, el brut-Al furo•· de los Empet·ndores, la proter\'n n~tucia de los herejes, la bat·bn1·ie de l0s hunos i sue\'os, los desórdenes de los reformistas~ lns etravngantes tcorfns e inmorales burlas de los volterianos, i po1· eso a la voz del Pontífice, se ah.1Len lns inte­lij ncins mas elevadas· corno In del ilustre Arzobi::;;po de Cambt·ai; i el rayo del Vaticano hiere la orgullo· sa cabeza de los Reyes. Libre enteramente el espíritu humano i nbando­nadn a sus propios esfnerzos, es víc·tima d13 lns · ¡· ilusionE's del cornzon, de lns fnlnces insinuaciones de b soberbia, i de los movimirutos tumultuados de todas las nasiones; miéntrns que sirviéndole de guía el divino faro que percnuemrnte élrde ~ sobre la roca de Roma, atraviesa tt·anquilo el ma1· de las contradicciones humanas, sin que , ·aya a perdet'SP. rn los insondables nbismos del 1 nbsul'()o en donde se han precipitado tantas intcli­jendas .... La degrndarion del alto poder de que po1· institucion divina he s1do investido, la compli-cidad en Jos hechos atentatorios contra el ót·den relijioso, i el desobedecimiento po1· algun tiempo ' a las prescripciones del Padre Snnto, hé aquí todo lo que envuelve mi juramento i mi conducta poste•·iot•. Purs bien, para reparar el escándalo causndo, para satisfacer los intereses de mi cvncienda, pa1·a tocar a las puet·tas de la misericordia i ,·otve1· de nuevo al apacible seno del cual in­cautnmente me hnbia sepnt·ado ; pt·otesto ante las autoridades de mi patria, i ante todo el orbe católico, rontm el arta de mi juramento i contra mi desobediencia a las instrucciones del sucesm· de Pedro. No quiero insinunr la desobediencia al Gobie1·no, porque el obedecel'le es un precepto relijioso, niego empero, la omnipotrncia del podet· civil, que debe estar somrtido a Dios de quien todo dimana ; i afit·mo la independencia i sagrados de1·echos de la Iglesia, que está investida de toda la potestad que en los cielos i en la tierra recibió sn - divino fundndor. La Cruz, 15 de noviembre de 1864-J. DoMIN­' 1 GO ÜRDÓÑEZ. -En cartas de 'Roma que tenemos a In vista i cuyas fechas alcanzan al 20 de nbriLúltimo, se dá noticia de una funcion relijiosn qu<> tuvo lugnt· en una de las iglesias de la metrópoli del mundo cris­tia no, romo desagra' io al Santísimo Sact·amento po1· las blasfemins ve1·tidas pot· Renan. Ln concu­rrencia pasó de 3,000 personas, i cuando el pl'edi­cado¡ · las escitó a dar constantemrnte pt·urbns de amor a Dios i de firmeza en su fé, todos, como por un convenio anticipado, empezaron a cantar el Credo, p1·oduciendo una armonía de un efecto . 1 l sorprendente i conmovedo¡·. Las mismas cartas refieren que en otra luncion relijiosa n que ronru1·rió en persona el Santo Pn- 1 dre, el pueblo romano que los liberales quict·en ha­. cet· creer que lo aborrece, derramó sobre él tal Jiu~ via rle flores, desde su salida del Vaticano hn ta 1 que llegó a In Iglesia, que no lo dejaban ·er i fot·­maban una alfombra en su camino; siendo de fld­\ vet·tir que en aquella estacion, las flores son mui cat·ns en Romn, lo que p1·uebn que el plleblo enttt­SÍíiSta por su Padre, como le llélma, no ahvrra gas­tos para obsequiarlo cunndo puE>de. atllllll!l !P a m(/)~~ IMPOSTURA. Cada din engalana el pat·tido ¡·ojo (a) su historia con una p::íjina mas de infamia. No satisfecho con el I'Obo de In propiedad, ba pnsado fll del honot· i desciende hnsta tomat· el nomb1·e de unos para <':t­lumnint · e in_luria1· a ott·os. Aye1· se han dis­tribuido i fijado hojas b.•jo mi nombre pn1·a zahe­t ·il· al Catolicismo pot· tlll heeho aislado E' im­premrditudo, ocurrido e11tre los señores M. l\1. t\i adiedo i LtJonardo Manri<¡tw, i pat·a cnlun1niar,. desfigunmdo el hec•ho, d<'l cual aunque no tengo conocimiento rn sus pormrnores, si se uue es entet·arnente dhet·so a lo relaciOJwdo pm· lo's im­postores autores de la hojn. Tengo p1·ofunda es­timncion por los st'iior~s Nlanriq\le i Mndi~do, no obstrmte que al primero no he tenido el hono1· de trntal'lo; lamento el incidente desgrllcindo dt'l 1 o, des<>o vivamente la ronciliat'ion entre las dos fami­l! as i rrchélzo enérjicnmente los sarrasmos al Ca­tolicismo, aj<'nos absolutnmeute dt> lójicn,i emplf'a· dos con vileza pot· los que p:trapt>t:1ndose t:obrtrde­rnente con mi nombre héln «lmsado de la garantía de libertad absoluta de la prPusn, gnrnntía de li­bertnd ilimitada que,sea di<'ho de paso, no ncepto, i rnénos en un país donde lwi hombres como los autores de In hoja que no tienf'n nol!ion nlp.unn de mot•al, i estnhiN•tmiPntos tipogrMicos tan m(lngua· dos i mPrcenario~ que se prestan a ser el in~tru­mento d' tnles bél,jezns. Bogotú, febrero 13 de 1865. MrGUEJ .. ÁRTAS. ~a) Estoi de acuerdo con mi amigo el señor Narvílez, en que no dehrmos dar a ese partido el nombre de liberal sino por antítt>sis. La Biogrnfía dE'I Ilustrísimo señor Niño, que ron erretrato se ha anunciado, sera considernhlemente aumentada con los documentos que trae el rtiaderno titulado "Homenaje" dado en VenfZuela, sin que por esto se aumente el precio que será el ínfimo de un fuerte para los que SP suscr·iban <'Onsignando su nom­bre en una de las Ajencias de ''El Conservador ,, i de do:; pesos de 0,8 p::u·a los no suscritos. Para llevar a cabo inmediatamente la obra, esperamos se dé pronto aviso a la Aiencia j{'uera\ ¡)orlos st'i10res Ajeutes par­ticulares, del numero i nombres de los suscritos. CAl\JBJO DE DOl\IJCJLIO. EL COLEJlO DE SANTO T0l\1J.S DE AQUlNO Se abrió el 2 del pre:eute, i Sf' ha trasladado 3 la ca­sa número 42 dela calle 1. ~ de la carrera del Ecua· dor esquina
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 89

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