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Imagen de apoyo de  La alcoba escondida

La alcoba escondida

Por: Almudena Navarro | Fecha: 2013

Una apasionante novela ambientada en un pequeño pueblo manchego en los tiempos convulsos de la Segunda República que conjuga amor, política y ambición.Doña Enriqueta, la pistolera, es una mujer fuerte que controla férreamente la vida en la comarca en la que vive.Provoca terror y admiración a partes iguales. Todo debe pasar por ella, nada se le escapa. No está dispuesta a que el destino juegue en su contra, especialmente en lo referente a su familia, su marido y sus dos hijas. Rocío, la más joven, se ha educado en los mejores colegios de Madrid, lejos de Las Mesas. Milagros, por culpa de un defecto de nacimiento, se ha criado en el pueblo, lejos de los selectos grupos con los que se codea su hermana. Doña Enriqueta decide dar forma al destino, jugar con las vidas de quienes le rodean y para ello contará con el joven y brillante político Alberto Cuartero, al que comprará como su futuro yerno.La alcoba escondida es una novela costumbrista en la que se suceden los problemas familiares, los celos entre hermanas, la rivalidad por el poder; pero también es el retrato de una época convulsa, donde se refleja fielmente la complejidad y fragilidad del clima político previo a un conflicto armado.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura española

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La alcoba escondida

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  La paloma de Ravensbrück

La paloma de Ravensbrück

Por: Carme Martí | Fecha: 2012

El amor, la alegría, la barbarie. La vida de Neus Català, explicada por ella misma y revisada a través de una ambiciosa novela magistralmente construida por Carme Martí.Su infancia en un pequeño pueblo rural; la juventud interrumpida por la Guerra Civil española y la rápida toma de conciencia social; Barcelona, Premià de Mar y, finalmente, la retirada a pie por la frontera hasta llegar al sur de Francia; la resistencia, los maquis y el primer gran amor.Pasión y rebelión hasta el día que las SS llaman a la puerta.Prisión. Un largo viaje en tren hasta Ravensbrück, Hollschein y el comienzo del infierno.La historia de una vida extraordinaria. Una novela ideal para los lectores de El tatuador de Auschwitzy La casa alemana.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura española

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La paloma de Ravensbrück

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Imagen de apoyo de  El Cóndor: periódico literario - N. 36

El Cóndor: periódico literario - N. 36

Por: | Fecha: 26/02/1871

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SERIE III. ESTADO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 36. 'EL C TERMINA ~ que ningun estudio serio ha venido á ondu- LA SERIE 111 DE ESTE PERIODICO. ~ recer su carácter Y á dar un temple firme á \ u corazon; más la verdad, esto á mi juicio QJ\i MJ{ll~ f01 IV~ ~ó.+" á, ~ a.~~liQI~~ J (le hace muy poca falta, y con tal que scp~ Út~~~ •t f;c; puc to que tiene á su cargo la noble tar u. de Lacet· la llicha de los u y os; pue ·to que le es dado pensar y 8entir ¿para quó necesita de libertad y para qu6 ha. de dárselo'? ¿ Quó puede hacer de su libertad la huér­fana que ha perdido á los autores de sus días? A dónde irá sola? Podní. viajar? ¿Podrá presentarse en los salones sin una compañia re., etact.1 y respetable? Podrá recibir á us amig o ? Qué hará. pues, de su libe 'tacl r ( u6 objGto t' euc '? La libt:rtad completa so llama y debe llamarse aisla· miento tratándo e de lu mujer, que se mue­ve en una esfera muy limitada, esfera de sentimiento y no de pasioue., é i~tereses materiales. La que pierde á su m:1rido á quien ama a, la pobre viuda, ni estima. su libertad ni hace tampoco uso alguno de ella.¿ Qu6 hay com· parable al lazo de flores de unn. uniou feliz? ¿Qué hay en el munuo mas bello que las dulce alegrías do una uuion legítima, ben­decida de Dios, aprobada por los holllbres, sancionada por todas las leyes morales, in· disoluble por lns armonía d€1 alma. y por las afinidades del espíritu? Y cuando todo se ha perdido ¿ha y acaso fuerza en el alrua para tratnr de bu1:1e· rlo de nuevo? ¿Hay probabilidudcs de h:tli~r1o nuntlue s bus­que ? ¿ Qu6 es la libertad cu,mdo se ha. perdido aquel bien inapreciable, ¡u e es tan raro en la vida, y po · lo minno tan precio­so ? Las 'ulgar ,' <.:O<}l etcría ·, los afectos vulgares ¿podrán licuar ::J.11ucl vacío ? IV A un ]a mujer que b:1. que ado li re por la muerte de. u w· rido c¡uc valía poco, que­da mas oprimida coi sn li crtall 'lue áutes se halbb~t cor.J su scla ituJ, porque eu el rni::~wo sufrimiento, llc udo con resio·nacion, hay siempre eierto con ·uclo, como CO!lpcn­sacion otorgada or el ciclo al dcbct· cum· plido; pue la. vida sin deberes es una vida. estéril, triste, mas ti·i te que la que tieno rudas obligaciones qué llenar. Es preferible vivir en l llolor á vegetar sin emociones, sin afectos; es preferible su· frir á no sentir nada. Las palabras cleber y sacrificio on incom- · prcnsibles para las almas débiles y los es­píritus viciados; más para la organizacio­nes escogidas y nobles stán llcuas de en­canto, y en el cumplimiento uel deber en la abnegacion del sacrificio halbn sublimes compensaciolies. ¡ Ay e aqu lla que no tiene deberes q1:1é cumplir! 1\lás ganaría en tenerlos muy ru· dos! · Solo cuando la mujer ha llegado al in· vieroo de la vida es cuando puede conside­rarse un tanto libre, á cost , sin embargo, de e tar mas aislada. Con lo cabrllos blan­cos puede salir, rociLir 6 ir tí, los i:ipecticu· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CON DOR los, soln, á. su gu to; pero ¡á, cuán subiJo ! pre ·i o habrá. comprado esa independencia! ( La vida acaba donde ter;,u'na el amor, dice ( san Bernardo, y nunca como en la vejez se ¡ ~nsín. ius¡ ir:w y sentir afecciones verdade- i raH y }caítima . l Amemos los l:lzos u e nos unen al deber 1 y no ambicionemos una liberta.d de que n~ i sabe mos qu6 u o hn.cc · cuando el alma con- / serva u santo pudor. Zon.A.IDA.! ,:: ..... EL SUE- O DEL NLi\IO MARINERO. l ( Ycr. ion üet francos). i I>EDICAnAA :'>fT COJ,AI.O 'ADOR Y A. IIGO A)!ED-ALÍ. ~ J::l'n. 1n. mé(lin. no :he : NI blantlo sueiío ~ ~1 ni! mn. ·¡ 1 t'O 'll fin Yacía \ y al soplo el l:t bri . a, suavet'nente ( Sn luunacn . e mecia. ' ) 1Al.l'g:t y peno .' n In igili'l babia. \ ~.: llH fncry,a n.!:;otaslir.an J~a · verdes agnas del inmcn.1o occ~~no Y qnr del i t. ·uf Ji¡r, cahr.iía. ' Ln. ~·i ta an io:a que dir ige ufano · :Eljaí'.min v de Hm·es blanquecina~ Qt~ trepa. so.m~ el techo, E lllflámanle la: parclas golon ;·inas Con su cantar el conmovido p0cho . Enaj .nado¡ te 1bloroso, ntrcabre La puerta. !ll fin; responden á. ns voces Las \'Oce. d€' U" denrlos, y rüeda Por su mejilla cá 1di,la, inocente, Como una p~rla ardicu tt~ La l:lgrima quemante d una madre · Y answ~o el viejo padre ' Vuela hácia él y nlJrázale amoro o En tanto. en dnlc lY' ·o un su labÍo De una vfrgcn al labio can doro, o, Y con abrazo fraternal y amante Le oprime contra e seno delirt nte. ~ 1 l •' ~ { 1 ¡ 1 ~ ¡ l \ ~ i l 1 l E l cornzon del niiío palpitaba Con v· olPncia, y el gozo Gn ardiente ¡ml:5aciott accl raba.; Todo nf< n, to a pena pareein. Haber ce. a do on sn sonriente cefío, Y un murmullo tle di cha y alborozo Int nnmpió . u sueiío . -Gracia:, Dio~ mio, e.·clama, !;oy felice, Pues ¡üatlosa tn mano me bendice! Má. i qué es aquella llama Qne ;n mL·adn hiere de r p<>nt ? i. né o nido es fl.qne!, hondo, imponente Que sn nlma turba con horror inflama 1 .Ah! e: el rojo fnl~or de los r 1;\n pa(l'os Qn~ juntan lo .. infi m os n el ei lo· t:> R1 (lel trueno 1 'rnoor, el e tampitlo De la e icra el gcmi(lo! ' DeRpit>rlo el niiio salta de su hamaca. Y Yucb (\ la r.nhi •rla: H ITul'o , as imií~ 11 ~· J pa mo Ot'rí'er en tort o ru mir:ul:t ·ert1.! .Bl Yiento intpotüo ·o en só1~ hra ·fo Y las olaH con fn ·i,t nrreba.tutlas ' 'l'ra?.an , prnlido en clirrecion inci rtn., Rnrnho awtroso .alni\ufracr na vio; Jt,n menndn. asttlla Lo. mao.. iles n pie ·tl n nl cho arsú Ya . in . o t~ , la· cnerda incciHliatias · Cnal montañas qne rne1a ! i Dó · tá ahora D tu padre el abr. zo apasionado? ¡, Dó do una lll'l/ r tierna el dnlce llanto Y aquel do l<~.l.Jio dr~en, beso santo 1 Oh niiío marin ro! N un ca ya ht m helar hondo, hechice ro, Re ·titnirá tu hogar tlicha y n•ntura ; Ya de brar.rs :í mültiplr. \·cintcnas .En mar ancho y profnn(lo So porderá tu hcclmrn. ! Tu m ha no habrá qu tn rrcuerdo evoque 'ircuidn. de cipreses y ::una wlas O que r ,rlima tn. precio. os re<>t/>s De las on::mtc., despiadadas olat~. Del mar la. blanca es mma. Sed. el paño mortuorio Quo en ·uelva tu cud:íver Entre su¡¡ pliegues cán didos , en suma 283 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 284 EL CONDOR Y los vientos nocturnos del invierno Set·ctn el triste canto De tu mansion ignota, canto eterno. En verdes lechos de marina flores D ·can aráo tns miembros. De tus huesos Rojo el coral en torno irá creciendo, E ir~n tus blondos rizos Hilos da ámbar doquiera entretejiendo. Del ol el rayo ardiente Lanzan\ en tu redor vivos destellos, Y rucse pasarán y aíios y siglos, Ay! y la onda raudas Sobre tí rodarán á pesar de ellos! M. S. TORO. Medellin, febrero de 1871. LAS HORAS. A ?tH AMIGO D. V, IV ¡ y cuyas innúmeras vo.ces confundidas for· ! man un rumor tan desapacible como el que f producirían cien tornos en actividad, aglo· ~ merados en un mismo taller. í ¿N o escucbais el golpe de una campana ~ que con acento solemne extiende su vibra· l . 1 . ? ', ClOn por e esraciO . . ~ Es la hora del.A.ngelus. ~ Al escucharla, todas las cabezas se des­) cubren, la actividad cesa, y solo se percibe ~un rumorcillo dulce como el murmurio de ~un arroyo ó como el suave susurro del vi en­\ to en la espesura. Es que los católicos diri· { gen á MARÍA, en voz baja, una ferviente sa­( l . { utac10n. 1 ~ ¿Do qué otra manera podemos conside- \ rar las horas? V Obscrvómo las ahora en la cindad. ~ Ellas son astros que aparecieron en el Sea cual fuere el número de habita.ntes, ~ oriente del misterio y que tendrán su ocaso ellas tienen qué hacer cou todo~, hablú.ndo- ¡ en el occidente del infinito. les :i un mismo tiempo y á cada uno eguo ) Son rioH insondables cuyo nacimiento es u nece idad y gu to, y en su idioma. si es ! el c:'to , que corren imperturbables por un extra u joro, pue saben todos los idiomas. ~ eterno cauce, y que irán á sepultarse en el Con esto fin han resuelto dirigir sus ope- ~ océano de los siglos. raciones desde el ft·óntis de la catedral, en ¡ Son la fuerza motriz del carro que nos donde tienen un pregonero general con su- l conduce del oscuro antro del no ser á las batternos en la. mayor parte de las casas y l esplóndidas llanuras de una vida perpetua. aun en el bolsillo de muchos ciudadanos: l Son los inseparables eslabones de la ca­el reloj. i dena del presente que une con sus extre- Ellas n ben todas las citas que se hacen ( m os el pasado y el futuro, en la ciudad, sea para una reunion, ó para ~ . una visita, ó un paseo, ó una festividad &; ~ Hay horas cortas y horas largas, horas y á cada uno por su turno dan oportuna- ,• tristes y horas alegres, horas dulces y horas mente el "alerta!" \amargas, horas fdices y horas desgracia- Saben tambien las obligaciones de todos, l das &. desde el alto funcionario hasta el niño de l Figurémonos por un momento en medio escuela¡ y á cada uno le indican el tiempo ¡ de la mas lucida y numerosa concurrencia en que debe marchar á su respectiva ocu- ) de un teatro. Cada uno de los palcos osten­pacion. ) ta una multitud de bellas, elegantes y si m- Las horas lo adivinan todo; y no hay co- ) páticas mujeres, las cuales con la variedad sa, por leve que sea, que escape á. su mira- ¡ de sus trajes, el rosado tinte de sus meji­da perspicaz. ¡ llas y la frescura de su tez, los hacen pare· Empleados, comerciantes, artesanos, en- ! cer ricos floreros graciosamente esparcidos tregaos sin cuidado á vuestra labor. Si el ~ en la mesa de un festin. hambre os invade, las horas lo ::td vertirán á. ) Mirad en uno de esos palcos un jóven de las cocineras, y preparado el alimento, os \ diez y ocho años, rico, inteligente y hermo· avisarán á todos á la vez. ( so, cualidades suficientes para. constituir en ~ este momento su felicidad. El condujo del 1\Iirad cómo pululan en la plaza. del mer- ~brazo desde su habitacion á su adorada pro­cado centenares de personas que en horri- ¡ metida; encantadora señorita cuya belleza ble confusion se cruzan en todas direcciones, ~ ~ nos abstendrémos de desc1·ibir por no desfi· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR 285 gurar sus delicadas formas, las que solo pu- ¡ Largas son tambien para el hombre aman­diera delinear con perfeccion el divino pin- ( te y sensible que se halla léjos de su patri~ ce! de Miguel Angel o. Í y de los mas caros objetos de su 'V ida, pa· Las miradas de todos los concurrentes se ~ dres, esposa, hijos y amigos á quienes desea dirigen hácia aquella venturosa pareja; y ¡ estrechar contra su corazon. una multitud de gemelos hábilmente mane- i ¿Quién en el curso de su vida no ha lle­jados, traen á la vista los mil ademanes que ) gado á pasar toda una noche en vigilia asís­ellos hacen en su erótica conversacion. ( tiendo á un moribundo? Mirad en uno de ¿Qué pasará en el fondo de aquellos co· ~ los extremos de la sala contigua á. la pieza razones? i del enfermo, colocada sobre una mesa, una Bien claro lo dicen la sonrisa de sus la- ) lámpara cuya escasa y vacilante luz apónas bios, el centelleo de sus miradas y la anima- ) deja p~rcibir los objetos que hay en su re­oion y alegría que retozan en su exterior. } dedor. Estos son algunos frascos, vasos y Pero fijemos nuestra atencion en el esce .. i botellas; y pisada con una de éstas, la. últi· nario, pues la ópera ha principiado ya. ~ ma fórmula que el módico escribió. Reina ¡Qué dulcemente hieren los oidos las va .. ~ en aqu ella estancia un silencio sepulcral; y riadas armonías de una hermosa partitura ) en modio de esa calma misteriosa, el alma de Donizzetti 1 ¡ se rec oge dentro de sí misma y flotan ideas ¡Con qué delicia llega hasta el fondo del ¡ á millares en el inmenso mar del pensa­a1ma el canto de una linda muj er que, ora ~ miento. Solo se escucha del lado de afuera. recorre con facilidad la escala de graves á ( el choque de las hojas agitadas por el vi en· sobreagudos, ora varia las notas con rapi· i to de la noche; y adentro, el pau ado golpe dez, om dil ta. su meliflu a voz hasta arran- ~ de la pénd ola del reloj, golpe que penetra car un aplau so general, mirando caer á us ~ ha s ta el fondo del corazon como una pun­piés una lluvia de gruesos ramill etes de flo- \ zante espina; y luego unos cuántos campa· res! ¡ nazos, señal de que ha llegado la hora de ¿ Sabeis lo que es la mú sica para un en a- ( preparar la pocion. morado? Lo que es el gas para un globo ~ Largas, muy largas son aquellas horas; y aerostático: á su influjo so va elevando me- ~ tristes , muy tristes son las emocione que se cid o suavemente por el viento de las ilusio · ¡ experimentan en aquella morada del dolor 1 nes hasta perderse en una region dcscono- \ En fin, para todo el que sufre moral y fí. cicla. Esta region es para los enamorados :: sicamente y para el que espera, son inter­el delirio, la embriaguez. __ • ( min ables las horas porque ellas prolongan Para estos dichosos amantes son cortas ¡ su agonía. las horas, y tanto, que á su pesar se escapan ~ como una exhalacion fugaz. ) ( CotJtinua1'á). RICARDO LóPBZ c. Tambien nos parecen cortas las horas que ~ pasaron ya. { A. MI AMIGO Preguntad al octogenario si se siente fas- { tidiado de vivir, y si le han parecido muy 1 DON CASTOR MARIA JARAMILLO. largos los años que vió pasar, y os \-espon- \ derá que á pesar de sus padecimientos y { vejez ama la vida, y que solo son para él ~ una ligera sombra, un rápldo relámpago las { horas que deja atras. ~ Y al contrario, al prisionero que gime en { el fondo de un oscuro calabozo, condenado ) á permanecer allí por largo tiempo, las ho- ~ ras le parecen eternas, porque él cuenta con ( anheloso afan los minutos y aun los instan· l tes, creyendo en su desesperacion que no ~ llegará jamas el deseado momento de su li- { bel'tad. ~ Me da fiebre intermitente Y hasta me duelen los huesos Al soltar los siete pesos De nuestra cuenta pendiente. i Cómo fuf tan imprudente, Tan e ·túpido, tan .... toclo Que me puse de ese modo Para que usted me explotara 1 ¡Quién diablos lo imaginara! Sin duda yo estaba beodo. Bnsartarms unos botines, Dizque botines franceses , Que me han hecho ochenLa veces Ver diablos y querubines, Porque los tales patines Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 286 EL CONDOR Como c:1ja de tnn,lc-ntos Van .·uhiendo por mom ntos 'l'ritn!'iludom los })ié · .... ¡Si a. f : el g nio t'ranc , 10n los pm. in nos me avimto! Y o he caminado Castor, Siempre, pa~o ca:t 11an , Y con ello: por mi honor, No muevo pata ni mano; Por tnl rnr.ou o· prnsinno (L:t xcrp ion en 1 et el! in) J>orqn , homhre, . i rn un botín .1. ·os aco an de c.· modo, Pue · on Lolin •. y tor Vamos cí. c·;rrnaz;u: t>ll hin. Y pienso, porque clt,ensar Es tan libr como el viento, Qu tal · z cú nn 1 10mellto Qn .tu ro en cnlmn L tn:nk, ]\tu: l>icn. e ptHlo acorclar De qll • ust ·d Il<' · 1aha (.>.·cepLo D t ra bn,iat·: · , 1 efpr.to IJt <'nvió ar¡nella mPrcancía J>a ra YE'I' • i n: ~uia A la .i!'ran ia <.e:aC ctos. Y m; valicut1. armntla., Y de rtnc Lieno llnmillndas La· :1~nilas im¡H'rial 'S. Y todo, todo ¡ )jos .. ant.o! Por ·u: 111alílor, que ni nn mome1 to Goce u ~ el de horas cr nas. Y á íOS os pi o, Dios mio, Con la m1 · ¡niQfnnda f , Que ni pedir n:tor cnfó J~l ·afé le traigan frío: Que si á. baiiars ra a.lrio J¡o ncnentr 11 no de lodo ; Que ·e dé un golpe en ol codo¡ Se h1anc¡née . n guachru·nfn; Y . i quirr una. 1 lUclwcha. Lo m: ro c~Jla. de mal modo . Qne :e le noje 1 caballo Si ha dP. snlil· a paseo, Y que le griten"¡ Qné fpo!" uancl t-~e la:time nn callo. QuP. Je J'('!J'alrn 1111 gallo, Que lo >lijan do jnrado, QnC' sc:t apnn e oblirrn.rlo J) todas b.s cnntarillns, One le m u str us 1Ptrillas U11 p P!a:Lro cnrtmoraue' 1 o podia ni n.uu ora.r. ¿ ón llo e ta.bn., pnc , su refugio? Por últim'o G iulio no p'l o ..:o orhr tal e tado; dejó ura cortar c:;tc horrible mal 1'crcsa se impuso an deber. Comprendió este deber y ólle volvió la cspernnzn. Por otra parte, este deber exi stiu. al mismo tiempo que la causa que hacia que ella am·1se lu. vida. Debía olameute dejar lt~ Italia, 6 ir á E paña y á América. Quiso ver á Giulio pn. ·a comu icarle su plan. Era nece sario que la acompañase , aun· que de pues si a í lo qucria, la ab:..ndonas e. Pero G iulio se evadía á todas las tenta­tiva hechas para ve rl e. Al.fiu, Tf!resa no titubeó, y organizó la huida, para. ' la sola. Cuando todo e~t:lbn pro'lto, Yolvió una tarde al mom ento de b; b 11diu' on ú la igle· si a ucl mouustc rio t1 Giuliu. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 288 EL CONDOR Envuelta en un largo velo negro, ocul- ¡ ternecer y lloró tambien sobre la frente de t~se Teresa detras de uno de los ma.cizos ) Ter~sa quien le arrastraba hácia la puerta P.tlares de 1~ nave, y esperó con una I?d~- ¡ del Jardin. La barca estaba pronta! Un ctble angust1a el momento en que Gmho ¡momento más y Teresa habría triunfado! quedaria solo para su mcditacion. . ¡ -N 0 1 dijo Giulio fuera de sí 0 no ue- Al fin p~só éste delante do ella, sum1do ¡do! Piedad! 'y p en su dehrw, los brazos cruzados sobre su 1 • • • pecho y no viendo ninguno do los objetos ~ Pero Teresa InSIStió aún eon mas ardor; que le rodeaban. De repente presentósele ¡ 1~ puerta estaba abierta ____ Y ya casi ha- Teresa, quien le detuvo y le habló con esa '1 bian franquead.o el umbral, cu~ndo la ca~· energía que siempre presta el corazon cuan- ~ P.ana de la captlla tocó los pr1meros mal· do se encuentra profundamente conmovido. ~ tmcs. Giulio retrocedió espantado delante del ~ Detó.vose Giulio y tembló. Teresa le en· precipicio que se abria á sus piés, al oir la \ lazó con sus brazos. revelacion qu~Teresa 1~ haci~ de su secreto. ~ -Dé jame, exclamó el monje, horroriza· La desgraCiada tamb1en t~?ta uno como 61! ¡ ~o y perdido. ___ y sacando un puñal que -Todo está. presto, le diJO ella. } &Iempre llevaba, le hundió en el seno de su -Jamas 1 ( amada. -Pues bien; entónces ~1 último ndios \ Teresa cayó bajo este solo ol e sin ue esta .noc~e á las doce. Tú tienes una llave ( Giulio hiciera nin un movim~nt~.' q del Jardm del conyento que abre una pucr- { g ta del lado del m,r, dá.mela y vendré esta ~ noche á decirte amos para siempre. ~ Cuando el dia comenzaba á. despuntar, Giulio extraviado , sobrecogido , dejó caer 1 el monje miró por largo tiempo el ensa.n .. la llave en la mano de Tere a y huyó rápi- ! grcntado cuerpo de la. desgraciada. Entón· damente. ces, con una extraordinaria prontitud le- Teresa, segura de volver á verlo, so ale- ( vantó el cadáver, y corriendo á la ribera lo jó con alegría. ) arrojó al mar; volviendo en seguida á la A média noche, á pesar del terror que la ¡ iglesia donde ya estaba reunida la comuni­dominaba, Teresa se dirigió al convento; ~ dad, entró rápidamente con su hábito tinto atravesó una playa solitarüt, abrió la puer- ~ en sangre y su puñal suspendido á la cintu­t~ y se encontró en el jardín del monaste- ¡ ra: ~llí fué aprehe.ndido é interrogado; r10. ~ Gmho contestó refinendo lo sucedido, aun· Insensata! Su vida, la de su amante, to- 1 que en este momento él se encontraba real .. do lo ti~ne juga~o á la casualidad! ) mente loco. No v1ó á nadie: la noche estaba oscura, i Los monjes lo arrastraron al interior del no había luna, ni una estrella lucia en el ) convento, y no se le volvió á ver jamas. cielo. Oyó caminar al fin sobre la arena; f G' 1' ' 1 era m w. ( y b' s· d" 1 . H . Más él no está incierto ha tomado fuer- : - len, tre, 1J.O a rema ortensta. zas, y las ha tomado en ~n pensamiento in- ~ al emperador ~e Rusia ¿qué os parece el fernal! ~ mod~ de refenr un drama del gran Napo· -Qué me quieres? preguntó á Teresa~ leon . con tono rudo y severo. No puedo, 1to quiero El emperador Alejandro había sido pro­partir; déjame y retírate en paz; ruega por fundamente conmovido, así c?mo cada uno tí y por mí, que yo rogaré tambien por los d.c nosotros, aunque ~a .conoc1am~s la rela· dos para que Dios nos perdone nuestro de- c1on. El emperadorp1d1ó una copia que lle· lito. Adios, Teresa, adios pQr la última vez! vó á Petersburgo. Esta hermosa pieza no Pero Teresa era mas fuerte y rogaba por 1 tenia título, y estuvimos de acuerdo en Ha-el nombre de otro! í mar la EL DEsTINO. Arrojóse á sus rodillas, suplicó, lloró, ~ (Traducida para. El Oomlor ). bañólcon abundante~ y abrasadoras lágri- ~ vv · · ,.········--· - ----------- - ----------- - ~ -- ----- .. , ...... Qla~ aa manos de G1ulio. Este se dejó en· \ IlllPRENTA DEL ESTADo, • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cóndor: periódico literario - N. 36

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Todo lejos

Todo lejos

Por: Alfons Cervera | Fecha: 02/03/1871

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. TRnr. 1, ~ -- 1'" 1'\\~Il~" ¡(l$luh~., :-" C~ \\l"3 cn~ \O\¡... 1. .. ,,~.Ió· .. Ilc~ nntl"""I .. r e-"I. ""Je ' .... 'luc "" !!oC"" QHdalc., 1:. .'o .I,",to, l "dilO', J<>ox Jo.'Qu,,, &11:0 •• n OC:OT,\, JUI~ n~s 2 DE :l\L\..R7.0 Dr~ l~~l. ",n[ ¡j, I.n "", .. leloh'c I •• gn ~nllrl· 1 ,",1~,nc",. r n,le 1 1 20 d,' 1,,) ,-.J¡Q:J. y 01 abra1Á) de amor entre hel'ma­nos quo jntol~se s mAs Ó lllénos sa"'l'ados sepal'!l.l'Oll. o , N OSOb'OS goUllllOS de un It'iunfo glo­riOSO dospues do una hlcha épiea con la lUadro-patl'ia . N ~estra bandera, la bandera ;w:terOs, ~llS sacerdotos y sus Obi>ipoS plantu Ja Oruz on nuestros dcsiúrtos ; que ~OIL sus obreros levantó uuosh' n.s po­blaelollcs ; que con su ciencia, sus libros y sus maestros sembru aqui las scmi llu.s de la instrucion; que, 011 \tila palabl'll, se trasplantó de la Península A esta tic­rra, como ~l una segunda E spaña_ . Esa nnclOll se crcyu con del'oclLo á do· miliar cn Colombia, Colombia le (Iisputó Sll autonomia, Bel!o hubiera sido contemplar despues del trLLlllfo los abrazos do Bspaña y de Colombia libre. No IlUclo ser así y la mayor parto de n uestros prúceros no pudieron bondecir al morir á la mach o - patria. Mas el,dia de la roconciliacion se acerca y cSlloramos quo con aplauso do todos los hombres de buena voluntad, cousen'ado­res,)' liberales. A las leh'as estaua resel'va(la la inicia­t: nl. (le esto pensalllientu tan digno de E spaiia y de Colombia, :\.mbas !)O(:ticas y cahalIereseas_ U na de las pl'llobas lilas gl'al\(~es de t OllSiuomcion dadas por E spafia A Colom­bia, dnspues del ellvío del sofior Gutié­l1' e7. de Alba, contO heraldo do pa7., ha !.oido la a({¡llbiou de algllllos colombianos de m~s ó m(mos m(\rito el! la Rcai Aca­demia Espniiola, Este hecho ser:! fllcundo en bicnes pa ­ra Colomuia, para Colombia tan desco­nocida en el exterior, tau euvi(liada, nborr()cida)' d()sacrc(litada en algunas s(>('ciones dI,) Am(l'iea. En B~ paiia no so lIOS conoce, Nos ha slU,oedi{to encontramos COII individuos li t.! aquella naciOIl q\le se admiraban de oir­nos hnLlnr 08paiiol. So nos ~ upo lle MI'­bal'os, degollor!ldos, indig nos do haber rcciLi(lo el dcpósito do Sil ch'iliznchlll y 01 tesoro (lo sus creencias, En eso no llU)' malicia. En prueba do ello, apénns COLLQGC lL nlgo dc lo mucho bucno stros poeta_~, el doctor J osé J oafluin Oruz uo ha sido el primOl' colombiano quo lJiso los d inteles do IltIWnl Acadcmia E spaiiola. El solior Ortiz ha tenido A SIl disposi­cion una. improntn desde hace algunos aiios y 110 nos hn. dado IHla edicioll de sus oLI'as, á pesal' de las instau(>ias do lliuchas pCl'sonas. Mas ya es tiompo tlo que (h'je á. un lado es¡~ 1ll0lle::ltia que por mas tiempo pl'olongadll, podl'ia llamarso apatio. . na olloaneci\lo on las fa tigas y on el estndio_ Ya os tiempo do quo en e~as canas brille la corona que mas puodc apotecer un lite rato, sobre todo en e"tas regiones, en dond e son tan escasos los Cl:ltimulos y tan pocos los pI'emios_ Reo dobor se lo illlpom:m al señor 0 1'­tiz sus hijos A quienos debo y ¡lIledo de­jar, yl~ quo no oro, un patl'illlonio (lo gloria. E so deber se lo jl)1llOne la P at ria, 1101' quien él ha trabllja(lo sin descan~o. Bse (lebel.' se lo ill1llOllO la juventm¡ que sigue sus J¡u e lll\~ . El ~eiior Ortiz es h ijo de un prócer do la indcrncloncia qne pagó Sil amor á la libertu( do la Am~ l'ic a coa una larga pri~ion on esta. eilHlad, con la pérdida do sus bienes, entro ellos la ha('.iolluu del Salitro de Paipa y con ltu paseo ontre cadenas ({ un castillo do Pllerto Cabello, Como h ijo de tal padre, como mecido do niño al estr idor do IIl ~ balallas (le In. primera Colombia, ha sido 01 cantor de la lllLt ria y do sus glorias, Como hombre do corazon, de sonti­miento y de creellcias ha pulsado las cuerdas de CIlateaubriaud, oantando en sublimes y duleisimas molodías, la gran­deza d e la rcliO'ion. Sí j el sofior 'Dl'ti1. no solo saue gramli­tica castellana, sino que es un gran poeta. 1 L~stillla quo esta palabra, !/I'(fndc co­mo otras "árias, haya perdido su fu crza con haber sido tantas veces l'epotida ! Si la poesía consiste en los ::IeJlti lll i('n­tos llobl~s expresados con el arroLato del sentimiento, el ritmo en la ClItollntioll y la pureza en cll..,nguaje ; si la llOcsía es ~ --- ese idioma nllUl'!f', en qUQ la ]lfl sion hahla y cauta, exa lt.:'tlld use ell la cOlltolllplacioll {lo tOllo lo bello y tl'lIS¡ni ti~lld o so COllLU IIlla corrionte magnét ica :i los cora~unes; ell t":''.:,ces po~le lll o~ decir yon "el'dad qn.., el souor OrÍ!7. es llOOt.-,. La poesín tÍt.'u,· una vontaja y es que so cit'¡'no 1101' enci­ma (le toda llUsion politica y de todo SOIl' ti uliento 11el.·sonnL A 1M en sus m oc(' d :l(l r~ puLlicl! el l'iefiol' Ortiz un tomo de !loosius al eual iba afl­junta SIL tragedia tit ul :Ld:~ N,lima ; ma'l este \"o lt'lIlleU lHI d" tiaplll'eri{lo COIl lo~ año~ en la "od g ine tlo la prensa y pocos son los que lo cunoren. , UCSpUI'S ha Jlublicado v,h irLS cODlpo~i­Clones de má::l ó mcnos cxten"io ll, de nd_~ ú ménos imllOrtaneia j pero ninguna iu­digna del cantor del 'l'eq \l(,IHhulla. }~ I Icng uaj e siempre pottico, él poma­miento siempre viguroso y coloro[1(10, l'l sontimiento sienlpro in tenso, son eualidll­( los quo es fu erza recon0cer cn sus escri­tos. Pero pOI.' encima do todos tiollc Ilnn clluli(lad quo nosotros no hemos oncou­tra(~ o en ning lln ou'Q de nuestros poeia s, hellwla en la lochll'l\ y coutemplacion de los eUsicos españoles, :[.(;, glorio~a cor­" i'0mcioll q 111' d(·~gmdaJlfllm:_lllo ~e di~ol­,¡,¡ (un)\(10, d"t.\irtllíldo por ot ros el!l{'n­: 1Il:i{·lIto df'! fllndndor, H' dej(, n~omllr la. ,ab(7fl III HI Ic(·int;):\ In píl,ioll ¡ditica. El, MOS AI CO . J..o8 miembros tle la Aeadomia E spn­¡ ivin,lI11iu([\(!os hoy por los IlIRS nobles ~t'lltillliclltOS de bono\"olencia y do j usti­da n:",¡U;cto do !>II ~ homlanOll de A.l1I<:rica, u!l~iosos de I'OII0000r la literalura 110 ('"Ins regivnl's pri,·i legia(las mat<.'rinl <: iutclec­tunhllcnte por Dios, estarán siu (Iutia li_ bres de osos l"cn corc~ I"ulgares (i llO ¡lor Ill<,dio siglo Ilun (1i\"idido á E~pfifin y á Colombia. Si, croolllos(lue pura S<'r miclIl­bro de In Acallomia no ;;o nect!sitar:\. ro­negur de los priuci¡lios republicanos n i ( .. ocribir odas euutando r, };sllaiin. liien I l\Oflta lI<'gU I" :i f'l!0 rednto 01 hijo do ¡ni pafricio \lo l l'll\.l, lIo\"lllldo por hijo .r tes­tigo (1" su genio \\JI libro quo contenga ~¡1I1 CUlItos :\ lJios y:\ la AO\<:rica. Ahora bien, qué ha ¡>Odi(lo estimular­nos ,¡ e,¡eribir laH lineas prel;edentes? 1"11 scntimiento do j IIst icin. Ni el ~oiíorOl' tiz es rico, ni es podoroso; ell todo caso, lllle", ostarialllo$ lib res (lel cargo de adulneion, l.lul rolncioll<'s (le nmistad que t<'lIemos lOIl él son por desgrncia tan ligeras, (¡no ell la ¡lresento oca~ioll nos libron del cargo (O parcialidad. (Junndo so trata (lo honores:\. n\lcstra pntl"in; cllando so Ilabla do las letras co­lombianas pi"OCIII'tlIIl0S juzgar con oriwrio y no ('OIIJlusioll, sin dejarnos tleslumbl"Ur por dora os suporfieiales, ni desconocer lo bueno elo otros, aunque no seall nues­t\" o~ amigos. 'l'cntlni ddt'clos como escrito)· 01 seiíor Ortiz? I ndudablelllente. ! MOJI no SCI"OJllO!> 1I0 . .:otro,s quiell sc ell­enrgue de echnrlos ;o lUlo A lJios gr a('ias, eso oficio (le I'ritieos, c.:a tarco. do sacar:\ lo" !lemas la ropa Alicia al baleon, uos ha I pUl"c('1I10 siemp\"u,l, Yd.·ltlos 1'1 dolor..-u1l la alegria. J:.;l mundo huyctlomlc '·c lal!n.z. lIarpn.! mi nllJll\ fIe prel,am P ora un ale!-'TI' cau!.:or. La tnuchedmnbre lit' J~T"ll Te oye y .... no yc mi pes:lr. 1..'1. earitl,\(1 no ,·eb en mi eammn, .La intlife rencia insult .. mi tlolor .... Yo lile resigno :i mi cruel t1l!~l¡no, No ves oh I}''l.dro! 'lile l1(tnmdo cato)"?. P.II;L L.\('ItOlx. COll !·_I U\IJ.\ <.ox L.\ S .\(lV.\~ . I hnito.dcn <.Id .. lcman). 1)" .1I'~lth", .'.,;:/( G/,ililAUa, y se cYapom ¡lOr 1" tarde 11\ cielo.. Por Ity inqllchr:",tablo CorT(·~ 1'3 sn destino, aci en In. t¡crr~, Con ¡Oro ll!rdllra.blo 1\,r },omlo ,-a1l0! Ú CI!(:\bro:!:!l ~i('rro. Drobll.l0 en .... eul\ pum De~dcpendicut~ y encumbmda pena, E'\\'ncltal·n niobb oseur.1 rur entre UmFioa rj~cu8 el' dCVJ.ltf,a. D~"t1o 1'11 111 1'Ol':\ liMj Sil" n~\I:la ti ole~dnq b golpean ¡ S~c"dela .• la hri~ y en ond:l.S eI"C.l" ..q. , ni roo.l;¡r, 0\3nquelln. Á l"Cribirla"lamlln Pirámides corllld.,.Io. !}('¡¡Ol1l'1'. TNnnwlo d13~ f;C (\\·mll~n De ('8Calou á f:"1o!·al"lI, c~ borbotonc-. D:\jo un .-clo de brum" COI1 ronco ""11 llC I).lotnn y enbrnvl!\-' n, Se toman blomca c"puma, y fn hondo nbi~mo ull.' desaparecen. y !'Co¡>"r('('CI1 l ul'¡"'O Cual ".nu,.;() mar ten,lido en 111 IInnun, D., ron 1"·"1\110 f,ll'ó'"» JoM lI-~tro~ brillnn Cilla noche o' o·ur ... Si 110 l!6 que ya pro\·(W"JII" Su r"hill l!1 hUl'tI<'au ¡ que ell ;r~olln 1,) t:~lrllcndorOllO c}IO{I"C R"br.\lnll allá, tloedc lo mM profundo. 'fnl t", mortlll, el n1mn. Cuando la IKlt ... ",rfe, un lago en ~"Jm.l; ::ji el i"forln,';o azota, AirJdo mnl" ql\~ rujo)'!)(l alborot-'I. C1STIO. nrPROVISACIO:S- \ 1, ltF.r.WIl: l'X' \1,'·O-CO:-;Ol;crO OF.L (;Ol!lu:sn m; CUn.\. tEn un r,,\in ,Ic !\ue~1I 1'0,10,·. l'rimeTO el corarou rn quo "e lIuhln Mi inmongo "m"r.í Vuba har\' IlCtlulos: Primero rmnpt"~·· mil y mil h7.o~, No ¡¡"porta ai 50U dulces:í mi \"itla: Primero del l",-ar la ropa hCllthill;> AltUr;o.rc ~in fin en hT{'\·c ¡,lazo: 1', imero, c<."no ~"\'o¡", mi hrn70 l:xtc·lld~n' lU In ph-a l!nrojeci,b: P rimero t:'Oh á goln, !cummenl", }'", ,·ritn. (·rr,o.nt<', <,1 "!lelo ll.mtri,· "''' l h·,,:10 ,'i~lit\, H .\ú el rayo, cutre ltórrl, ,.¡ jm""" sobre h\ rudn rol'a P",ollllo ll:lbicrt\ IU pulida sien! T.I 0'0 al\{ (lonllido ~u Jlirn~t(' P". la curo}'l('a dI.' mcntida t,·z; 'CJ '\"e~ I.!. bog I r:Ultllan Illjl Ins pcrJa~ y el lu,-t1l1! 1l~. !ltim, n'); pero cu su .~"o gllJrdJ. ¡'ntr.;, el h:,reu, cual ea.br ... " rn1.j~j mil: r-; [.~ la oolo"'1"i'\II:I ni:\.\! gulll\l'.h, V, tUl. mllrcn:\ y de ad.cmJll gentil" :-;i k 1)(,· ..... de amor el jurllI, .. ""to, l;;,\a" libre Jlor mí, I'lI!'lk'l lfI.'ur., " L~ !'.Ifcdei dd lobrego oonvt'nto !-i~'ml,re d(,..de hoy :>.llpic,u\' ulllorar I ~I. ~ 2:1, Y mi recuerdo no tu .,nij .. l'"tlndo Ul'ures el cálil dd Illuttr: ::; i ~ml'l'<.l'·~l'ite :1m exjr:mjcl1l " hij~:" No r~'CIt.lI" [lOt! nW".I~ ~_ . ~01"N' 1" mar mi! ¡:',;.,-r¡nln~ 1I •• r", y en BU delirio bajo nl"b-r.· Inlnm ])ormitl.l entre la. gr.llIu t ... ti liJó;",. DlId~, mi ¡,ien, d" mI ~ p.~I¡{' ol"itl Irte? ,i.nl ... " mr tu:..,,,, h ¡¡'utun,!. Ul~r. Si u" momcnto d,'jar,' de ll{'n~(lrte &O" d ... 111.' peces ,,1 \,rlu\I'r m"nj,.r, Oh, $i n·nido 1mbkrn.¡ !.~ tu l:ulo 1l,lrhlrll yo 11\ r('('in t~"'I)(-"jLld ¡ ],;\ .Iio$ ucJ "'!Ir te huto;<:,r" llrol'i~m:l\lo, E,.tr-c dcJfil.c~, BU ll11'j"r oll'iuau. rllu noche b! oh, IkInlllal)~\I Dajo un If¡"pido cielo de tU'"'lul, l ..... ~ lJuu;neto$ t<>alllo ... f(-' ju"t.<,~ lo~ .10., y mi,'nlrM nos Ibm{,bamo' "r~I>O.<.Os" JuO""b:l. (-'1 lIi;;o quo ,ws ,lin., Dio •. Ay, ¡¡"úon!"., en cxtl'lluj"ro "u"lo l:o,tro~ ¡n.lil,N'nt(o~ sol" h"n,_·, Rota (n l)(-'l'<.·! y (U """r.1 Que n'luI 1, ,tun,\.!c mír:U'.,l ;,.1. Eqlll, tri$tc, mi mirn(ln eN}uil'o Pnra llena Ile,·:\rtdn de om"r; Estoy como en 1.1 c.1rcrl el caul¡o-o, Como el! la janla. 01 pobrc ¡'i""t,lor, r~ra tl1 1a.1"io glLul'dnr~ mi bcoo, Para tu oido ¡;UPrdllré mi \"oz; \'olar "O 1'\\c(lo; e,p.-rJ, m; emheleso, y UllO ~¡"'¡,,08 ~n la lu:nl,a do·!. J~IC,'r.~O DI:FU \~('Ia('O. Ql"I;:';'l'IX MEl'SYti. (TJtIDl'('UO:\ lit: J. J, 1l0RII\). r or los Ilií<)~ lt'nh' IIWjOl", La lahorio~ll. ani, \'lllad .le 11\1 hijn ,\' el Ilulco nf,·(;1O qUf' j" pl'úf»saha ('\'an la f¡¡('ntt' (lo !;u fditidnl!; porqu(' en él cOllccntraLa todo.> 103 .sentí· lIli('UUH dC! MI nmanl!) coral.Oll y \',,:'~O f\mallu 110 el, ('ra ~ufk¡C!nto p:\l'a Sil t¡ichn. .\. todus;lts ol"I1'·i,)I\~4, :\ 1(¡{lus SUQ n~pi_ I'lLl'iul\{\g He> IlIl'ZcJllh:l ,,1 nombre do >1\1 hijo, ~' I'ra tan inlLLcn~{) Sil amo\' c¡uo NI (:1 >;C! obi~llln¡';\ t,,¡In ellu. El hijo paga­ba:\ HIL IUlvln' ('011 igual iorllura, traha­jando dill y llorh» p:\l".t quo nada lo f.ll­tcl" O y :.i l!l'gau~ Ü Ilotar 011 (lIla el l\lll..~ k·\'ol antojll, rouobluba su activi(lad y lu­r.: hau,1 hu~h conseguir el objclod<,sC!n,lo. El ardol' cua (lUO ln'l.IJlljabt.lC! hauia !I('. eho 1(\11 h;ihil ('JI sn oficio tlo horroro, que l~alli~ lo awutajllha (1\ ¡lcstrc1.il ni Jlo·Ji,~ h.,,,nJ(>nr~c ,le ¡.pna!' tauto COIIIO d; )' po!' t',;t·) la hnl>ita",ion df> la vittdacswha :l'lol'uilflll "Ult mu", gll~l() (1110 lai otras )' dlll cm t'Qn~ia()rada fumO 1\110 do los in· 'l'Jilil\os Uln~ O¡;OUln,lados do b~ ca~ita~ I¡UO !lct't('IICl·illl\;\ la~ h(>l'n¡(\IIa~ hospitt. !:l\'i:l;. (i(lI.ow con ~Ui mism:ls hbore~, ,,1 hijo t'lIutnha alegro:: ;.' cou~to.n¡i.'llI,'nt('; por lo tuol 1ji­Jlas bniía(la~ do I:¡grimas ()st~thn sontadll junt() (lo un 1\!C!ho Cl\ C¡UO estaba telldido I!iU hijo, el rohusto jl)\'CD, quo durnnto tantos aiíos hnhia manejado el mnl·tillo (-'OIL flt(\r1 .. 1 Y dOHI'{'/..a; IlltO por Sil llla'Ir" habia dl:l'rama!lo el ~Ildor dC! Sil frenl" y nltorn l)(l.r~'tia un dcscarnndo (-,~'¡ltdl't~, ¡'odia s('gllil'1;o on KU cuello tk"U1UUO d juC!go d» los mús('uloJ OUllo.qllCf.lidlli; Ini cla\'lculas 1;0 trnspar(-'utaban bajo h pil'l, como ~i bolo e~ht\'¡escn cubiertos llOr un ligol'o \"('10, y todo su cuerpo pnrecia CO:I­~ um¡do por 01 mal. Su rostro 110 ]>\'('_-;"11_ t:tba la IlLfI~ lle(1 ue»o. Boiía! de bufl'imicn­Lo, llel'o $1 \lna Ill'ofllnda f¡·i~t('UI. y so po· dian loor mil frases desgnl"ta(Ioojin In mano huesosa S suspiraba NlIl inquiehlll, ," captimlosolc do los I nbio~ una sola pn­labra., olllombrc ¡J <> su hijo moribumlo: -Quintin ! oh ! Quintin L ..... Luego que so hubieron conlo ,'uostra salud. Voy á morir, lo COIi01.eO, pero no do la cnfennclarás ll('T(lirlo llara mI. Ah: 8i asi fU'-'l!o ! qui n{ill g::.anlú >;i!('ucio; pero su mi. rada sc quedó mas fija aún en los ojos <1e liIl uladr{', siu que el llan to dejase do "!lITer abundantemente por $US mejillas. - Dime, si, contiuuó la m;úll'e, dime 1·1 s('(lrete(¡uo gUllrda tu cora1.()1l ; llabla ! (,]1 nOUlbl"C de j)io.~, te lo su plico ! - Del pecho ue Quintin ¡¡alió un 1'11$ ­piro, tri~ l e como \In gemi(!o, y cubl·ién· rlose el ros h~ 0011 :hubas rnnnos dijo rOIl " oz q\IC revelaba 11 11 0. emocion tan " io­lenta quo pnrecio. iba á romperse su "ida: - Vos teneis hnmbre, madre mino Desde hMe tres di!ls no habeis comido y fl'eis que lo ignoro? Oh ! 11\(' moriré, sin durla ...... os \'00 oonsumiros, ya no sois mas quc \lna som!¡m ...... y es por mi (l\le sufriR, por mi ¡;olo! -~o es mas qllo eso? r('spomlió la madre con \'alor y casi oon alegre orgu­llo. Conf;uélaie y no t(' n g(l~ tallta pena. l'iufrir hambre por ti, Quintín mio, por Ji! Oh : Vios es fes tib"O do (¡Ile el ún ico t'ensuelo que mo queda ell la tiena es ~ufrir por ll\i h ijo! - TOIl<: I· brnl.os que sirven }lara algo ~ t·:-[dalufJ Q\üntiu desesperado i :ms}lirnr por el tN\bnjo como !'e }ludiern por la (li· d\a, y !!-fl}¡{'r qu{' Ilur~ t ta ma(lre se consu· m I' por el hn mbre, /jin podar ganar para .,lla un pedazo de pan negro! Dios mio ! ~ o s{'ria iniligno dc vuestra miJ>\:I;(:ord ia .. i no lIIu ri (lse. E ~t a (lxclnmadol\ hnbia fntigauo 1)\U· , ho nI eoforolOi a"¡ es I] ue su eaheza, ,;c..,t('uitla tUI instan te por In exnlind on, ~e dobl6 sil! fuena y continuó oon mil') ¡" tlnla: - P oro, madlJl mia, no nos que(la ya na, la que tenga algun ,'alor? nnda quo I,\¡tda ('lIInbiars(' por un !leUU1.0 de pan ? • EL MOSAICO. - Na(ln, hijo mio, respoUllió tristemen· te lo. unciaua; lodo lo ho ,·endido; no Ilicn:;(ls (' 11 ese recurso. El dc.o.grnci[l.(lo Quintin BO retorcia on su lecho con lan yiolenta dosespera<:ion, que se oyerou crugir sus huesos b..'\jo la5 (,~biji\S. -Morireis do hambro onMnees! oxcla· lIIó con rabia j y yo que ya tooo ~ la muer­te, os yeré sucumbir junto á mi lecho! Oh! 110, no será asf! Voy ~ le\·antarmo y ti mostraros lo quo ]luedo el IIUlor do 1111 hijo 11Ilra COn su IIllld ro ...... Dadmo mis \'e s tid o~, y si :hltes do (loo horas no 111\· beis c(lInído, <¡uo Dios mo eas tiguo 0011 el fuego I' teruo! .... MalIro mia, madre mia! El buon Jesus no so ha irritll(lo con mis llll l nbm ~ ! ...... 1I.Lo sieuto oon fuor UlS! ho vuolto li la "idll ! II ubiérase dicho, en efecto. que el jó­" en Quin!in so llabia eSCil¡m(10 roponti· uamellto de la enfermedad quo lo opri. mia. ]II o\'ió los ojos como hombre que so prcllarn :í 111l trnbnjo penoso, y sus mo­yimientos effln tan libres y tan enérgicos que su madro 110 snbill quil ¡lCIISfir do so· mojante cambio, y no o.üoyiiludoso á aban. donllr enteramente la eSporft.n1A de " or reali?ado un milngro eu su hijo, perma· necia est upefacta, mirándolo con ojos va· gos é ineier!o8. E ntretanto se ho.l,ia llllesto Quintin su " estillo COI! oxtraord inaria l)rOlllitllu ; l)Oro por mns ('sfllel'z!)~ quo hacin llnra \'elle(lr la. debilidad do su eucrpo, so \"C ia bien que no se llabia operado "ino UULy poco cambio (." la situucioll i porque, en efed o, Lien Ilh,lIlW so lli"ierou lilas lelltos sus 1Il0,·imieutos y mas corta ¡¡U reSllirn(lioll. Yend do, agotado, nbrnzó otra "ez tem· blando:l. sUllladre, y lanmnto una excla· mOI·iou 110 dcscspeTacion , se (lejó CMr en 1lU si\leu. - Oh, querida Illo.dro mia! e:l:clamó i quería ir :i trabujar por \'01, pero ...... no pu('(lo! J.,'1. puorta de la rasa se nbrió en aquel momento y entró tUla roligiosa del COI\· vento, con 111\ callnsto al hra1.(). - Tia Met ~~·s, dijo, aqui traigo algo llU \"l\ '·U('stl~ f'nfermo Quintin. P ero ..... . quil hn)', nmigos mios, qué d e~grac i !t hn sucedido qur estais ahí ¡¡orondo :lmoos? Ki In madre ni el hijo oon t('~ taron á la pregunta; porquo oomo ('rall personas honradas y jamás babian illl}llorado 01 au;\;ilio (lo lIadit', la w rgüollza les impo. dia hacer conocer 8U necesidad. Qué obre­ro laborioso l)(l(Iria d<'Cir sin pe na, 0011 " 07. fluplieallto: 'rengo hambre! 141. llcrmaua, sin cuidal'.so del siloncio (le los dos des\'cnlurados, I)IISO sobro una me~a 01 CAnasto quo llevaba, sacó dtl l'I nna bot(l\lo. ~· d es~l\lcs echó cn un ,'aso 1111 buolI trll go (lo \'lUO tinto, diciondo 010' gremonte: -Qnintin, esto os fortifjcar{l y os or YO!!, sor Úrsula. - Bobed, replicó In hemana, tambien (Iaril 11\1 '\"aso fl Yllestrn madre. - 011 ~ 1.'11 eso caso, oiró "cinte ! e:nln­mó d !t{'rrcro, conmo\'ido y oon los ojos llenos do lágrimas 110 alegria. ],u('go (lUO hubieron tomado :imbos, merced li las illstnneias, 1111 yaso do "ino, la. hen n:\lla. llmo el canasto á la ,btn do Quintín, diciéndole: - Oh! tengo toda\'í¡¡ otra cosa!. ....... , Mirad! All\!nas hubo echnllo Quintin 111UI. mi· l'Udll ni ¡'anaslo, cuando 10\'ant6 la8 lila· nos ni cielo y exclamó: -Buellll ·Úrenlo.! no sabeis lo quo nos Iracis: lilas yo me atre,'cril ft declroslo,:i "os que \'onís como un flngol do miseri­C(' rdia :t aliviarnos y li consolarnos. Uer· mo.lIa mia ...... hermano. mi!!, mi andana madre no hn comido na<1a ¡Iesde haeo tres dias y so est..1' muriendo de hambre! -Es posiblo ? Dios mio! oxclamó la religiosa. Daos prisa, 1)lIes, aqlll hay pan blanoo y UIl b uen pedazo de car ne. Em t[m grando lo. olllocion de la " illua 1]110 110 pudo tocar el pan, cosa quo por lo (lemas no era tan neoosaria, l>orquo el t rago de \"ino lo Itabia dO\'lIoIto la~ fuer. zas. Miéntras que la religiosa la llncia oomer, Quintin habio. atraido insensible· mellte ~ st lino. nlo.no do Úrsula sio que ésta lo sintiese; pero nI cabo do nlgunos instantes la r etiró ,'ivamente, sintien(lo en ello. un soplo ardiento. - Quilltin.cxelamó, quil ho.cei,,? -Perdonudmo, hennana, dijo eljó\"{'n, no o~ enoj eís si os ho mojado la mano con lUis Mgrimas, quo son I~ grimas do grati­tu( 1 y do reSl)olo! J.a 1lI0 1lj¡l se ruborizó por un S(llIti· miento de confusion, 1>OI'quo la mirada do Quintin estaba sobre ella con un fuego extraordinario, (~mo ai esh n'ieso en 3(10· rncioo ante ella, y para escapar :t esta embnra1.QSa situaciou, cambió de re}lCnte do <'Onyersaeion. -Si, tia i\l etsys, dijo ; hay allOT'Ü mu­chos enfermos, IIondió; Y nUllquc no lo hace muy bi('lI, 110 rqlll.ramos, ¡Klr hallarso enfermo, ..... Mirad, Cll.Sualmcnte hay uquí algunns que aeaba de (Iarmo; dicieJlclo lo cuul, sacó del can:lSto UIl paqueto (lo CSbllll! lIlS y so las dió :\ Quintin, quo lns examino una por una. - n ormana mia, d ij o IteRllUes, me pa· reco quo yo haria algo mojor quo (ISO. - Os chaneenis, Quintin ? Unus tejo todos los dia, dibujos en 811S tapícos y por eso sabe algo; pero vos quo sois horrero, cómo podriais empremler esa obra? Quintiu se 10" l\nló yi"amonto y dirj· giéndosc {¡ la hermana, dijo ooll altívez: - Sor Úrsula, no hay herrero, lJi tapí. cero, ni pintor qlle sepa hn('(>r Ulla bon¡· ha como la que 1m hecho Quintín Meb ys en el mercado tlo los sQl/lier8. F.s cil'rto que jnm ~s mo !te metiuo con colores y al Jlrincillio dafiaril muclUls copias ; mas no oh'idClS, hermana, quo un hijo que tra­baja por su madre no es un herrel''O ordi· n1lrio. Aenso temlré buon üito, hay algo íllJui que 1110 lo dice. - l '\les hieu, Quintin ! aqui teneis es· tnmllUs, ha('ed un ensayo. Quo \'u(I·jra lllullro mo noom}ll\ñe al oon" onto y le daré oolor(lS y llineol{'s. -Id, madro min, ilt pronto ! (lxclamo'¡ Quíutin en su entusiasmo. Oh! "oy á po.. der trabajar, y Ei Ealgo bien, me eurore Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l'íin (ludo., porqua entonces yo. no sufrireis do hambre por l\Ii Cl\Us,'1. Id pronto! Cllando su m!l.(lre hubo ¡)o.n ido con In IU.\i"lllll11n., tomó las ostnllllms IIna ¡)()I' 11110. Il(,lI~ n1\(lo en lus colore!! con que pbltt\rio. ('adl~ pnrto ; aquí luad, nlll\ nmnrillo, mas ull,¡ rojo ó ,·ordo. Esln lUoditllcioll solita­ria 10 acaloro de tal modo la ca be~n, que sus mejillas onflaqllocidas rt!" elarQlI 01 resto de su sangre !>onerosn. Paseaba sus (ledos I)()r sobre las imágenes, como si yo. Ins estuviese pinto.ndo, Y. como estaban Ujos (le ser buenas, sus dof.:dos no se escapaban 1\ Quintin, l>orclllo duranto sus aiios do aprendizaje so habia familio.ri- 7.ndo con el dibujo, y los trabajos do arte quo ho.bia ejecutado on 01 hierro mostra­ban bien su experioncia y buen gusto. Cuando su madre estu,-o de ntelta con I.>s colores, se volvió á meter en el 100110, disllUSO dolante do él ulla tabln elul.drnda y medio se ntado cmllezó :\ pintar, miéu­tras <{ue lo. anciana esperando con ansio­dad 01 rosultado del trnbnjo de e~te hijo tan bueno, soguia. con ávida atencion to­Jos los movimientos del pincel. Aunque Quilltio trabnjaba muy kotü­mento, al cabo do una horn, sillembnrgo, lu"o uno. illlág(!Il cubierta con los IIIns oollos colores y los lila.\! delien(los tintes. Encnntado con su llrollia. obra, exelnmó: -Oh! madre Illln, mira<\, bib\ 11ronto estaré curodo, esto sobrepuja. mi espe­ramo: o! T .. 1 nnciana no conocía nacla del arto en t],ue Quintin consultaba Sil juicio; pero lóC dojó seducir por 01 brillo de los coloros y sc dotu,-o ostupefue t~ lnuda do admi­ro. eion aokl la imúgon pintada. -Quintin! ell:c!nmó do repento, si yo la llevara al convento? ....• -Dentro de no mOlllento, madre min, euaudo hnya hechoalguna!lotTns. Devol­voollle esta paro ponerla delanto de mI. -Yas á pintürlas todas así, Quintin ? -No, madre mia, l>orque csta tiene mm'hos dofectos; pero (1lliorQ ycrla }lnrfL corregirlos en In. sogunda. La nncialla estaba tan alogre, tan lle­ua de j ó.bilo, como si los huLiose depat'a­uo una indooiblo f~licidad j y lo que In (!!Icantaba no era que su hijo supiese co­lorear tan bien 111.8 imágenes, porquo eso no lo creia y apénas se llrometía algunos 1I,,~h:cr' por su trabajo, cn caso de quo (Jui!iiesell aceptarlo; lo quo causaba su nlClgría cm. el contonto (lo su hijo q ue, ~osteni(lo por la pasiou d ol trabajo, pare­tia encontrnrse mucho mcjor, y quo dos­pues do llabcr ncnbndo In terrero. imAgen ¡lllbin on tonado, por yia de e¡¡clawacion, IUi primerllS palnbl"as de ulla de sus enu­~ iolletl oh·idadas. Do tiempo en tiempo llIterrumpin ella la asi\luidad oel pintor paro. abro.7.nrlo, y éste lo dOéio. r:endo: -Vnya, dejadllle u·aba.jar, madro mia, Cllanclo estuvo lerminnda lo. cuarta il1l~gcn, la buena mujor insistió do tal modo para que su hi¡o lo l)Onuitiese lIe­\': lrselns todas á SQr Ursulo., que a} fin lo ('onsigui/" y la t ia l'IIetsys corri,) con todo. la pl'ontitud que pudo al convento, quo Fe C'llcoutraba ,¡ algunos tiros de ballosta tIo 111. ciu\lad, y tocando á la puor tn eoo preei¡)itneion, esperó, pnlpit.1ndole el co­razon, quo viniesen 11 abrirle. Una. hermana muy viejo. npnreció en 01 torno y viendo que era una mujer (101 plleblo la que habia. tocado, abrió l~oto.­mente y preguntó : Er. ).l OS AI CO. -Quó quereis, buena mujer? - Sor Úrsula est.\ en 01 eon"onlo? - !'\o, sor Úrsula ha salido; Yúlved mnfitl l,n. A eSlas pnlnbrfl ~ tomó la puorta é hil.O un n\lemnu que querio. decir: Ueti\"llos, quo ,'oy A cerrar. Mucho sintio', la tia i\[ctsys que sor Úr­sula estuviese ausente, tauto que, conto­nida por un sentimiento mas fuerkl quo S\l "oluntad, no pudo dar un paso Imra nlojarse del convonto. -'fonois otra cosa que dooirmo? 1ll"0- gUilló la hermnnn. -SI, hermana mio., respondió la ancia· na sacando las imágenos de su elllmella; toned la bondad de cntror piracioncs (10 (los 1)0' ehos oprimidos por el dolor y:i. \-cees Ull{\ " Oll npagada que murmuraba: -Madrc mio., llIuy mnacln! H acia rnto que ostaban abrazados, en siloncio y llorando, porque en su fri",te.llt inuecible ostabnll como cneadcuado::; t'i lino al otro por 511 amor, cualldo de rol­pente oyoron ulln Y01. que llumaba eul(1 puerta: -¿ Dóndo "i\"o 01 llcrrcro Quintín Mots)"s? 1..0. anciUlla se allresuró :i cnjugnr la'! Iágrim3s que llIojnbun su ro~tro y qui~oJ ir:\ abrir la puerta; pero ya cuatro 11('1"~ son a::; peulltrn ball á Ul1 tielllllO en la al­(.' Qba. J,as (los pr imeras eran la abad('~ :l. del con VOlitO do las 11 1'l"llmlln~ Ho~pita­larina y \In sacerdote r!ue In ileompnimbn, y cn segu¡(ln \'Olliun ~or Úr~u la y otl"n l'Cligiosn que lIemha bnjo 1'1 brill.O Ull gran libro. :FijarQn todos cuatrO Jos nj o ~ en Q\lintin, <¡ue habia echado :t un Indo el pincel, y <{ue illl \lIieto r a,·('J"g(lJll.~t;! habilidad. 1'0r(lonatlnlC, "enernblo seiíQ~ m, ('1 haber ¡)aiindo estas estamlJas; "i ! perdolládmelo en nombre de mi do~gl"l\­ciada madre! - Dlliindo! e:\elamó In abncle~n ('<111 ndmiracionj sois bien modesto, jó,'en. IJ " " enido a deciros quo jnmns se I¡un '¡:st" imágenes mas bellns que las que YOs hn­beis pintado! E¡¡tas pnlabras hiriel'on como Ull rayo ú Quintin; Sil rostrQ llálido se (·ubriú do una. palidez nún mas mortal, y t('lIIblan­tlo todo su eu0I1.)(), como sobrccogitlo d.· un acci(lento ropoll tino, tendió los hra1.1hl á su madre y gritó: -Madre mia, madre qucrida! Comprondiólo la dichoso. mujC'r y lan- 1ri1 ndosc á ól con pl1 ~ioJl, enyú nulwlnnto on el seno do su hijo, con cuyo eS}l('(·t;i­culo de amOI' y do dicha se siutieroll las cuatro personns tm\ "ivnmente cen­mo\"" idas, quo no podian l'Ontonor lns la­grimas. -Quinún Metsys: exclamó 13 a\¡n(h·~¡\, <{uorriais hncer nlgo por mi? Al oir esa. \""01., la madro habia d('ja¡lo do estrcchnr ti. 511 hijo, a ll1lquo l'(lI\~l'1·va· ba una de sus lllnllO!l entro IIl,¡ .. ;¡¡~n~ y permfLneein de pié 0.1 Indo de d. Quintill, sumorgido en una especie de üta,i~, contestó : -Hablntl, seiiora! soy vl tesb',) ~iln,l obedientc. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ll nU[lfte~a toml¡ ~'llihr() de manos 11,· ;., ]¡erm:\na y mo~tr,in(lo1o al j/n-,..n 10 IlrI)­¡':; 1I11!') Sil[llCria illlminar paracllu 11l~ vi­lLl'tl\~ do la l¡a~ioll (11.1 Nuc~tro Seiiol' (\110 H" ClI{'Ontrabnn allí. nO~l)()lIdio Quintín l¡lh: 110 w ntL"c\'cl'ill. 11. omprelluer utl\wlla obra, temiendo duiilll' 1'\ prC'Ciow libro; }ll'N los c1ogio~ (1110 lo prodigaron In aba­, I¡"a y ("1 ~ncerdotc, lo diúron }lor fin m­I,,!' th1ra ncc!ltal' C~hl gr;l!\lle obra. Jh'~pU(,i (lo e~tn 11l'OIlU'SI\, los Ollulro \ i,.it!\ut!'~ so prc¡lIll'1woJl:i ~n! ir; poro An­t,,_~ ~f)l' Ül'su!a 80 Ilooreó :i Quintin y lo ¡lijo ni oillo: ·--C'olltilltl!l.d, jl!Vf'Il. T~n !>oñora ab¡ulo­~!'! ('_( Il'll nito gnvl,) sntisfeclln de nws­' r.l (JI)I',\ y no so call~a J(, ologinl' vuostro 11t'·rito. ('011 I"OZ 1iI:l'l dlllro niin<1i,¡: -,Y lIostra nuvlre no kmh:1 yl\ (1 tte Ml­lril' nillgttlm Iwivl\cioll. Toneu \'/llor. l ")))\0 c:xprcsul' la unleo emocioll COII I¡\tf> e,tas palabl'n~ Ilenl\ron el cora1.(111 de: UlIilltin, (IUO dí,:ijiondo 1IIIa miradll do ",:'atitud i sor l 'l',>\llu, dijo oon Y07, al­t '.'1\1'1.\: - Yo rC1~'l.ré siemprc por vos, siempre! ~' mi malIt'C tambiN\! ('ul\l\\.lo hubo l)arti(lo la I\bl\de~a con ~\l~ c('I\i \)añero~, la dicho~a madro vohió at lado (C Sil hijo y cdmn(lo (Io~ Iloriues ¡le- oro sobro la Ill\h'la, e:xolam,¡ : -)fira, Quintill, mira lo que la aba­ck,: t mo ha dado por "(llol' do tres ellll­I't .. ,>, !Ya somo_~ r¡co~, hijolllio, inDlolI­~,\ l)U:-lIte ricos! y \'oy á hll~ar aprisa todo i 10 qll'" to ha f,lltl\do el\ tu C'nferl\ict!ad ! ... : '{ t, cnrn.r.ls, mi ama(lo Quintill! Yn to- : c1()~ J\IIC~tl'OS mal"s han ll!\;;atlo y (le nuo- : I'C' \-111111)" {¡ ser dichosos 1 . -Xo os bo <1idlfl que un hijo quo ha- ' 1 .,ja pOI' ¡;U Illntlr,> no e~ 1111 obroro or¡li_ Ilal'í,)'? Oh ~ si, rI do!"r quo s('utí al vorw t 'I','c'iendo me hilO {Jiut')r y Dios Dlismo 1. dirigido,) mi mano! (tailltill Irablljú lurgo tiompo en 01 1i. 1, ¡ llan. 1 ,:l8 oraciones de IlIs mal\¡'es, IIp Ins ('SI)(Isas y do las hijas subell al (·ielo. Jamas ha escucha· do la (livinidlld tnntns ~úplicas y lamen. los. '(;"11 pueblo 01'11. y liouo aún esperan- 1,(\8. ¿ f..o IlballflOllllr:ls? ¿ Scr:\.n inútiles tantos sacrificios., tanta saugro del'l'nma­¡ In en defonMl. do In palrin ? Yell nllí ullajó\'oll (1110 dirijc SIIS fer­vicntcs sú})liells al Todo Poueroso. Ell!~ no lo pille una victoria 6!lllgrienta, Jli (le ~ea quo sus herll!llllos pbtellgnn lro­fco~ elll}lalmdos en ~t.1)gre. No. i l)ido l,a7, armonía entre los combatientes, descanso para un puoblo desgrndtlllo! ¿]~I Oumipotento no oir:l.ln or(lCiOll qWJ bnlo do esos lnbios \irginalo~? ¿Xol\ten­del':" l el lamento do las maures, el clamor dc las \'iudas, los gl'i!os quo salen do oso IIU("'O infierno dandI' <;on torturadas dos millones de almas ~ ¿ Lurir:'l el iris dn In. lMz? ¡Ah 1 l'ubr.· Fraaeia ~ ; PuLro hu. mnni(lud 1 i l'u<'blo,; iu fdices nbrumncIos por In fuel'U1 Lrat'l y victimo.:; (I\! h. tor­l) t)l~ru; do uu Uli~('rn¡'le dl'SlJoti:)m~! Alejnndro l) lIm;¡~. (lile ncaballu morir, llal·i(1 en l$u:: ( 'JI riJlc'J'~-Cottereh; Slt l)[ll1rc era gOIl_'r.lI ¡J,. la Rrpúblicn y su llIntll'o unl\ Ilc"rJ'n. Xingull literato fi'llll­eos ha sido m:ls p()Jlulal' qlto AlojuJl(h'O DUllIlls, deutl'o y fUl'ra d(' J?m.neia; uiu. ~uuo ha gozado tan largo tiempo ('1 favor (\C'I publico. Sus obras completa'! ft)¡'l11all cereu (le ;lOO \,o,)l(lIl1c'nc~, ~i no IId~. Du­mas C'rlt el (;/1'/;(111 flflfi, el nií'io lIlim:ltlo dd ll(¡blico fl':'l.!t('(·s. &> 10 l)er¡lollaban Sil:; dcfl'~tOS,.S\IS !I(lfl~czru;, por su e~pil'it\l, 1:;1t lJ~a Imaglll:l(,IOIl, 811 gencroúdad y c:xeolelltc eOl'Uzon. Con ~I do~apnrcco ulla do las m:;s bl'illantos Q:;trdlas do aquolln 1)16yada do esel'itor(>s que en 11-1;,\0 ontra_ ron nll)ulcnqllo 1i{(;l'nrio bajo la bandera l'Olu:inti~a. Bu otm ÓP{)(;(l lUns tranquila que e:.tu, Sil lIluprtC' habria hecho sen;;a. don en ellHundo; hoynp{ouas le dedit'nn algunus Iille:,~ lo~ diarios e:xtmnjero'l, llenos de llUti~las dI' la gu('n-a, "la mitad de la l'rnndn ignol'll utin que l~no dí' SIUI lllcjores eselÍtul'('s Jla dljüllo de e:-.:isllr. LO QUE (TESTA L,\ Gn~m~A Á }n,l.,>cI.1. El l'ayll ('~t:lla (Id modo¡;iguicntc los ga¡;tos y pénlidas tI\! 11I1'mntin CIlla }lr('· sUlte gUll'l'a: Armamentos dc:;do 1~ij8 a 1."70 .......................... .e 'JO.OOO,OHU Vortifienciones de~truidils que t1 ellollu al animal, aiin(!ió paro~': l'Cwntnria In ¡;ogn! Quitólo la cuorda drl collar y se la cch', al bobillo. -Bn fin, hmto mcjor. De n(l{·h(' los animalcs tionon lilas tnlento que lo~ el'í~­til\ nos y cnCOlllrar.'\ mejor que yo su en­mino ell los hOl'llagllel'oa. El pel1'o OlllpC7.Ú á ¡trllñir sOnlaml'llt(>. -('hit! mi "iojo 1'\egr iUo,), J}lUrlUm,', cariñosamento J osé; pareco que (I~tll no· che. hasta 109 setos ti..,!l1'1l oitIos. .-\ linos pocos 111\.'IOS (101 grupo que for­maLnll ('1 perro y Jos ... , quo fll'l"údillado lo apretaba ('1 hoeilo lima Íll1 I)erlirlo qno la· , dr:\rn, ~Q 10\'nnt(, nnu. " 07. cautolos!\: -Negrillo, N('grillo, Mini! En ll,'lII(l<> diablos e~\"i. olle Illlill1nt? -Ah! ah! }wn!;l"J Jo~"', nraricinJl(la sua_ \'pmi'ufc la enl)('za dt>l peno; cOlllIIIO UI!' caznLnn, (jllerillo? -Aqui : f¡(luí! continuaua diei('ndo Molifa)'. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. y nUlO~, N l'gl'illo ! dijo José en V07. bnjn, (!S l)rcci~o cOr!'er y 110 hn~1' ruidu. l'u ~¡¡.o á tr<>llt\r el ticto, y el inteligento animnl, ('OuU'lLiomlo el olionto eOlitO si compl'\'ndic~o la lI('('('~idad do callar, il"o· ¡udm tr!l~ ¡lI, mi,lntrns quo al otro Indo )llltifay conlillUnUtl con VOl. iuqlnciolLto y modio ahogarla: - Aquf, Ncgl'illo, nqnf! Hcsbnlándosc sin I'lIi\10 sobre la ]¡ímlc­da ycrhn, COIllO culobras, JUliO y \lCrlOU hnuiall llegado ni (rento do In cntrn( !l. do los horungllcros, do quo 110 ('~tabnu ya M.'llUrmlo::l sillo por Jo (lucho del ('(\millo, r ¡I.ua ntr(l.\'c~ arlo necesitaban nbsolutn­mente d('jll~o Yor. Jo~c 1\0 ,'ncihí. -Upa! Negrillo, lipa! saltemos aprisa r 11110. ,·c1.UlJ¡l, el diaLlo mhilllO 110 se atre­vería áJ)(!I'SCgllirnos. TMllí o CQmo el rcl:'ull}mgo sn!M allla­mino, y salvllndo el (lcclivo 01\\le1l10 so 1:lI\¡O:ó en el \lflutano_ llatifas, t e pió en medio de In Mhadn, vi,) estulx:fncto por del:mlo do él all)(JrN y al lliilo CQIlIO IIn torbellino. Corri" pri­Uil" I'Q en Sil p<' r,;¡ecucion, pero Út:!\tl'llos l!leterso ell 10i! hornngut'ros, " ari\l'I, sn('o !-;I llü,tolll del bolsillo y apuntó á J o~. Al tielllJlo do ¡mcer fuego, el \"i~'lIto qne oolllnha dt:hihuento 10 trajo IlII eco lojano de p:l>l03 da co.ballos, y volvió á l}(Jllor la pi"tola en cl lJolsillo, porquo lo~ Q:<,ndar­l\ la~ no estaban tan Ujos para q 110 01 rui­( 11) (le In (l('tonncion no IIcgase hasta. ollos y galopa1Hlouu momento cayescn sobre ól. J ose tnmbion habio. peuso,lo primcro (ou tmbar una lucha cou Malifuy y pedir SO<'OrI'O; mn.g reílexionó quo Ilccositaria llar cxplicacioJll's al brigadier, ~r eou­, luci(lo tal ve~ alllistrito, y dumnte aCl1l(,I fiem}}(J quó seria del señor Octavio? lIó nhi por quó Ilrefirió el atrc,-ido expedion· te quo loJ habia s.'1.lido tan bien. Oíerlo ya do quo Matifay no intentaria motersc llll un torrollo poli¡:,'1.'Oso aun par1\ Jos~, quo conocia, IJor decirlo asi, CUtln telTOu, 01 valiento Iliiio so (k!uvo fuera dl'l alcanco (lo la pistola y 60 preparó a eUlpl'llll(!er 8U audaz ,,-jaje_ Aqui y alli macizos de álamos y ti" ~i­I)() qos sauces interrumpen la UllifllMltid:d de la llanura vcnle-gris dcllJllutnno. Jo~ corf{', á falta. do otra cosa, la rama pri1\­cilla l de 11110 do los sauces pam hacerso 1\11 baston. Dcspuos, agachándose, 8<'gó jUlLCOS ('n su tlerredor, los unió on mano­jos sólidRlllonte atados con tiras do cor­teza de alillO y se los amarró á las rodiilu9; mi~lIt rn g que Ncgrillo, selluulo en SUII llatal! trncora8, Rsistia impasiblo tí estos Il1'<'pa ralivll~ il!lli.~pe llsablc9, y cunl\ll,) es­tuvieron eOlleltlül04, 8e lall1A ndclnllto t omo si hubic,;G ndivinndo el pap.'1 do guia que (I\!('ria asignarlo su amo. Autes de quo 01 perro siguicse, Josó echó una mirada al camino y ,'ió quo ya 110 estaba nlli Matuay. Habia renunciado desdo hacia diez minutos á seguir á Jos~ por on medio tio los hOl1.1ngullros, y signiemlo la oriJla del lmutano se alojaba á pasos r¡;Ilidol'l. j,a t!(lf('ceion de Negrillo 10 hnhin in_ dicado do un modo cierto el nombro dol espía misterioso é im¡}(Jsiblo de aIH't'hcll­( ler á II'J co r tn~ 11ierna ~, cal­eulo. l\do (Iue eu raZOll tl0 la tl ifiCllltnd del c~ millo l)()f cntro los hornnguoros, llega­rln, á }leS.!lr do la enormo " \ll.'ltn, por lo rnénos una hom ánte8 qno J osC y tlie!: minutos il.ntes quo el ('abnll('ro. COll tal 'Ine FruneibCo 1.illlaillo ('stu­" iose proyellido do quo en lugRr d(' UI\:t víctimn so Ile<:ositaban dOll, todo 'Iuedaha aTTt'glndo, Enh'elnnto J osó, ponsat ivo por In fm' i· liJnd ('ou qUIl se habill doselLlb(Lra7.ado (10 la persccueion dll Matifar, so repetia I.'IL ,·oz baja, mo,-iendo lu cnbeza triste­lllt! lltl': - Los moribundos ti('lIcn doble Yi~ta. IX. J:L LLTI.110 LIDllll)O DI: :O;(lRII.LO. Ü<"\lIIll los hOJ:Jl.'1gucros do Noinllont el fon< o llutcro do un Inrgo ,-olio Irinn­gulnr, que ¡}(Jr lodas 111ntes rodean altus colinas (10 nrbolndos; formado {'Ilutlo tIe­rccllO del tri:lngulo por las co lin a~ do la 'J'rompn rdi~rc, r los oh-os d09 l}(Jr lns do Noirmont, por cuya fuldn va serpl'ut('n n­do cl mmillo. l'roLablC'mollte ('~te \nllc ~if\'¡'J en otro til.'mpo do I{'cho á un ,-nsto c¡,tanqu(>, que so wmunitabn ngun.q abajo con el tle Noinllont, ~. aguas arribn Wll (11 do AIll-(wal, y <'s nho1'l\ ulla Ilnnltrt\ desolada, cubierta (lo ulla yerba rain, ca~i p;ri,., euvorderi(la uc.\ y nlhi por montoues d,> enanos juncos, l}(Jr mimbreras y ma· cizOFJ de ¡;nuces rnqu!ticos. E1Ito$ hOruUgUNOS, hoy dio. ap6nns 0:<­plotados, tlO lo eran nbsolutamento on aquella ópoen, )' las madel1\lI do los airo­ueclorcs {'ran demnsindo nbull(lantC's ¡Jara quc aun.. los mas pobrC'H nldennos tu,-il'sen Ill.'ce"iolad do rc<:unir:~ {'lIta tierra on V(1Z do carooll ; l)()r lo {:unl el valll', Illc(lio pan­tano, Il)(!(tio pradern, servia do a ncho 1m8· tal:l. todas las Lestias de Jos (I.lred(l(lorc~. Ell la bella eswcioll , desllUes d,1 los grau(!(!s calorcs do ngolito, so podia reco­n orIa á lo largo)' á lo ancho, cMi impu­nemente, oxcepto en ciertos llUulos dol ex ­tremo mel'Í(lional, el:! (leeir, (Iel lado do I Apl'Cvnl; pero en el Cl)TnZOU (101 im'ierno, y mus especialmcllte aún dcsp'lOs do Ins l1th-ias perJ>istont<,s do noyio.\mbro y do marif.o, era imprmlencia moterso aun on los pnsos mM accesibles, y locnrn a,'en­turarse eu los otros, P or dondo quicm cetIía el suolo eS1)()n­joso bajo la pisada, cuya huolla profuuda so llenaba al punto mi"mo do agua clara, borrtln(!ose trunbien r~pi(lamellto la hue- I Ua. 1.1\ dclgada costra, fonllnda (le raiccs entrolazadas, " oh-ia :i flotar do llUCVO como un cor('ho y ninguna ~oiinl exteriOr voh-ia:l. indicnr en hl uni,ln 1I11lJodlcic, ¡¡itio bastentcmonto sólido pera 01 Ileso dd cucrpo IUUllauo, l'ara tErigirse 1 Ira,-es (lo (lstallanurn, tan inocento en apariencia, más quo llru­dencia so necesiw.ha instinto. }:rn llreci:>o calcular l)()r In w!a prr&ion del pié cu:luto l~o(l ia. uno npoy~r:¡Q; ndirinn¡'llor los tl{;e6 IIl1p~rn'i'uLll's d¡, la yo.:rha, la r, (Iez dd Iludo {'II qu¡, ln-otulJU; el,r"w­ehane d(' los m("noI'("S accitlent,-,~, dt llll j\lIlen T I Ó de ulla l'0d¡ida ~epn, {Ou fin, tln sé y.o: H'!ur en lodo y tilU ('c~UJ', llOl'qlll' el llltlO lUlHUO 'jll\! 1\ la mnil(mn H~ hal:i4 eru~.ndtl sin tmhojo, 110dia á la iard,·, "in ('ausa npll rcnto, otultnr un lazo {¡uul. J IOS ltnimalt'~ son mucho lllllS IIrto" '111<' los hom\..rús para Hit;lr esta espcci" ,1'1 peJigM~, y ('~ mar:nillo .. o Mmo los 1'· qupiios caballos de- la comnrC'a, librt'Ll\<' ll­te ahandouado~ en afluellos l1a5tall'1I, ~al­tan <1: CÓ~ Il('r1 (\n e6slled con el ma~'Ul' dC'sclUdo \1.·1 mundo, I'n medio tie In l1ra­dern (I\le s<' m\le\'o h;ljO J>\lS pies, com'l tIU Q('~allo Ii(' t'il·ll .... Así ('l'a mnravil[(lSO Negrillo, mnr(·hall­do adelauto do gIl nmo, con la ('o[n 1')) figura do h'oll\llOta, tan tranqui! nlJwnt,~ como e-I) el ('amino r('al; so]l) flUf' :í Yl'("''t se (le~j\inb¡¡ l'I'Ulhie- n ~l so hahia fiarlo:i la ~.'1,ga' i­dad do ~u caballo, y hnhia h('tho \..i ~'n , porquo siu ('1 valiento rtnimal, prolmbln­! llrutc llllbria r~'a li7.J\\I() cn breve el ~illi(' - tro horó~collO dol U¡n~m\l. Por los horna¡;:-uer09 se cuentan soLl­menle tt·"s killmctro!! desde la carrl,:.'¡-,t Im~tn AlIro'·.'1I; ¡lfOroe! peso dC'1 ji!l h,ícia olmeJiodia pOI' In. \..Ol'l',ts­ca, y In llullum so mostraba ilUnt'n~a , uniformo, gris, bnjo el claro OSt:nro lid ciclo. Los macizos eombríos del hmiz,-.nt., eran las colinas de Apro.nl, y la hrtn,h cstreeha y luriontc como una l.imina ,lo aellro ora 01 estanque_ Unos miuutos II\~S de .nlor y llú 11:1- cioncia, y 01 caballoro ostaLa en ~aho. Así so lo rOflOtia á sí mismo, y c!J deeia al valionto auimal como si p\Ulit ,~c cOllllll'ondorlc; y I':stü, como ¡;i t1l ~.f, 0'(.) comll1'omlioso, 50 npl'oslllllba, 1\tic,a1\l\'1 sus lomos, esco .... ieu(lo el sitio lIara ,a~ cascoe, e inllu1l':'lo con impntiN[Pia l. ~ hUll\oantllS nnrices. J os(! eOllocin b aprox.imne-ioll ti..! p,.i­gro Y 9{l agota.bn en gritos Iles:~l' '1.:,10' No estaban, slOembargo, mll) 1. \IV) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. da otro: p('fO el yif>nto que hahria podillo doscuaj'lf !:\g encinas, se lle\'IlJ.¡.,\ lo! gá- I ,'~ ...... Y lB'! llU OO~. Algunos illstnntC's d(>~plles pudo Jo~é llivisar do l'li~, delanto (lo (j I, como a qm­nientos ¡IMOS, un nogro bulto quo, des­tac: lndo~(' mns negro uun sobro el oscuro fondo (Id decli \'c, 80 agitaba oollfus a­mento. Entóllccs IlUSO toda Sil alma en tm grito }lostrcro: '"uc!.-c:>.1 caballo la rienda E ~t.'\ ver. oyó Qctlwio, so (lctuv,O y lI,res­tó oilIo,' l)('rQ nI frento .d o él l"IÓ l)fIlIar ¡mn luz ~. no tu"O llIas tLelnpo quo para halar lns bridas y hllollr oncabritnr al ca­ballo que Inu:(¡ un reliucho de (1010r. L ila dl'lOllllCion resonó, rerl('t1dn por los ecos do las colinas y el caballo cuyó h:i('Ül airos con su jinete. T Ollo !le rompe. la !.rid", el freno .... }! lILool!'lIllm'wr.:., lIanoognc ha muerto 1 01,,;(I:'III(103e ¡lO todo, la1l7.6so adelanto J üsé )' Iras de él Negrillo ...... No pUllo (listinguir mas qlle un oonfuso monton que se (lebntin pOI' tiena, ij\llUer-gi( lIIdow por in stallt('~ ...... do tnlmodo fluO el ~acud imiento cmllunicndo tl la DU\­so. grcdosn, la hAcill moverse bajo las plantas tia José. No solo era imprudente, sino mas bien imposiblo continuar, y Aun­quc inwnl6 hacerlo, hl\'o quo rOllunclar á la ompresa y so detuvo ...... Esta t1c1encion lo sah'6 doblclllento la \'ida, En la ribera, l'IIatifay lo seiíalaba con (11 dedo :\ Francisco J.imaillc, qlLlOll lo apuntó ; mas nt) hizo f¡¡ego pOI' hallarse J osé fuera do alcancc, Ya no estaba á,;u lado el mlirntc Ne­grillo: m:is :¡gil y wénos pesado quo su mno, habi!~ llegado junto al nogl'o tm'be­Iliuo en domIe so hlllldia el caballero do lbnoogne, y parado eJl o,l'ro, halaba de­l- e~l'Cl'flt!amontc 1111 Imilo de lo. CflllU so­), I'eaguada ! 'fm'Ü'ron acaso miNIo Matifny y Limai- 110 do que oso pobre nnimaloonsiglüoso ¡';:lh-ar 0.1 cabnllt'ro, ó sacar por lo Illimos 11(>1 abi"mo que debia servirlo de tumba, nlgulI imlicio re\'elador? quiéu llodria decirlo? En 1011 mOlllentos dol I'rhuen, mil id('a~ \'Cl'tigiIlO::.il1 cruzan 01 C:n 1'11 Dios y su esporanza (11\ el 1),'1'vollir, 1'01' ot1'(1, pnrto, ¿no o~taba Uosa :llli,!' S il 101to, diei':'ndolo que Jos(¡ habia I,nrtido, que habia jllrn¡lo traorle á Octa­\ io y quo ero. Jnuy cnpaz de hnC(lr lo quo Ilavia jUl'ndo? QlIó podrian, qu " iuteuta­l'i: ln cont rn olln cuando Or.tavio o¡;tU\'iese nlli? De acusada so con\'e\,tiri ¡ 011 aeu­¡; adol'.l, de víctima C1l ,·engadora. Ch::.U\pion entró, y aunquo inspimba ndio á la cOIldosa, ou aquel momento so IItlUti,1 tan trnnquila, tan eompletamonto reanimada, que ni ¡¡i(luiora tu\'o miedo, l'r.lll\!lUO Iraia la clm muy palidn y la mi­In" l'1. eu extromo 6omlJri,I, EL MOSAICO, A unn scñal (JIIC hizo :1 llosa pam (¡lIe l,0 rdirose, ésta se 10\'íl.lltó \'íl.cihmdo y In oondesa lo dijo: _No salgas. Rosa se alojó solamento algunos ¡lasOS y so mantuvo de }lió en el hueco de la "entana. -Elena, dijo Champion en voz bujo, l)()r última \'cz tengo lástima de vos, por n!tima "ez "eugo :í implorar 1e \'os lIIis­ma Vllcstra sal\'aciOll, Elena le oontestó oon uun hemo$(!, sou­risn de alti\'ez y (Iesdeu: -Seiíor Challillion, yo soy quien tiene 1:'i~lima de "os, y os Slt}llicarin, por VOl:l llli ~ lIla, quo ronulIci:lseis (Í "lIestro mise­rable designio, si pu(liose haber snhn­ciou pnm \'os, Acusadme, :Ilguien habrá que me defienda, y ,'ueslm acnsacion ser,', la seual do "ucstro prollia oondonaciOll. Chnmllion pnlide<:ió, Ya hemos dicho que estos asesinos nn­dan trnstornados el dia tlo sus erilllcues y \'i\'cn on una acre atmól,fcra de locura: llOr eso desde hacia tlO¡¡ homs hablal1¡~ consigo mismo, porseguido por uno. idca exlmiín, imposible, absurda, pero quo 110 podio. cehar do si, y esa i(len so la ro\'elaba Elena al ammciarlo ellllisterioso \'enga· Ilor, ese ftl!JldCl~ filie sabria defendorla. J..a i(lea cra que Octavio no habia sa­lido del castillo, que habian oido toda la rollfesion, quo lo habia espiado:i Ira\'os do la ,·entunD., ti mismo lo hD.bin arom­llañu( lo hasta cl patio, lo ¡mbia puosto ñ caballo, hallia visto cerrarso tras de él la ll\lerta eochera y eslaba mntCriahnonto seguro de quo 01 enhallero no ¡¡abia pe­dido absolutamente e1llmr despnes CII Noinnont; llCJ'O eu vauo SO decia y so re­petia lodo oso; la idea le ,·olvio. siempre, ohsliillHlu y tcnaz como uno. eSI~io do )'elllol'dimionto, llo~a lanzó 1m pequciío grito. -llabeis oidoY EI'a 01 ruido lejano (10 un tiro de fllsil. DesIlIIes (lo algunos in¡;jnutes resunó una segunda tletonacioil sorda y Il'jana. El rostro (le llércul(>s ,,(> dilat,,; su po­cho so hinchO COUlO si lo hubiesen quita­do un peso (le millibrM, y ,·oh.:i6ndose ti la oondesa }~l o na, 110 lo oollte.stó s illo es­Ills cinco palnbras : -Octayio do Ranoognc ha llIuerlo! Nogrillo lanzó sn último alarido y ('1 Binssou su postre\' sus}lil'o, eomo el eco de las palabrlls que Chnl\lllioll prOllun­ciaba on ollll'illlor Iliso. Las }lnlnbrils supremllS del nill ~so u fueron: -Rnm-ogno ha muerto! Nada 01 alba y ilrrojo.ba sobro 01 pni­snjo gris un brillo azul que }lor grntlos ]lnsó :í Jos colol'Cs de violetn, de lilAS y do rosa, l;na 1IuOO espesa se It)\'aut41ba eu toda la sUllerfkie do los hornagueros y ni h'nves do aquol volo do brumas, Ilotliu di~tinguir José on el dedi\'o (]I'I camino lus dos sombms agachadas de Matifhy y do I,imaillo, asl como éstas podiall (le~­cubrirlo (listintanlC'nte (le llill l' ¡11lIló,jl. Inm6\'il y do pié pf'l'mnnedó lH1Sla f¡lIe cesó la última olldnlucioll del sucIo, y solo etltóllces pensó cn In retil'ndn, 110 IlUdiendo hncer nada ¡lOr 01 caballCl'o, , HIl situacioll (J1'0, grnw'j 110 de~OOnOCH\ el inlcros (l te~tigo dI' ~\1 ('l'hn(ll, y (,c(,mu ('~tnpnl' de ('11(15, nhol'ft (lUl' {,] dín llt'gaba? Yoh'er pOI' el camino, y¡~ ni si r¡ uie\'l\ !tO 1>IXlin pensar on eso, porque 01 b'll)'OCto era d,'mlleiado largo, y adonlBs ¿ no seria c:;o C{'lulrso Jlor si IUiSlUO en numos de Sil" • enemigo1:l? Era indmlnble'lue ocupal1fLll ! cllimito accesible do los hornaguoros r ¡ no le permitirian /mlir, Solo le quedaba , 1111 rCcwr de la bruma, habia sitio en olro tiempo In ribera misma (lel ('stlln­quo, Desde haeia largos aiio~ , entro los " erdes macizos (le eailas y do ctipadillas, yocia nlmndollada ulla barca chuta y so estaba pudl'it'ndo l\UlI(liuu en d faugo; pe nsb en esa bnl'~'a y trat,j do arroucar las lublas medio (Iosclavadas. llion Il1'onto Mutifay, im!uioto por su hlrga Huseneia, lo "ió \'ol\'er, trayondo en rada mano lino. tabla; esoojer el lugar donde el fango le lmrccí:~ mas sólido; e:dl'ndl'r la tübIa y avanzar oon precau­cion sobro ose I'lLel' te vacilante, Al 110- gar al extremo oxtellllió la seg-und:L ta­bla, lo,'a lltó lu prin¡l'l':!. :; gr:Lcins {¡ etite llHlll('jO, eje('utaflo dd mi"mo modo y con In mi,;1\\n felicidad unas wánte veccs, no era dU(loso que llegaria :\ la olra orilla, ( C)olllúlUarfÍ.) IlU'I:D¡T,\ DI; ., I:L 1I0S,\lCO,~
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Mosaico: periódico de la juventud, destinado exclusivamente a la literatura - Año I N. 5

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M

Por: Juan Vilá | Fecha: 2012

Agujeros negros y la vida soñada en un chalé de las afueras. Universos paralelos y vendedores de casas que no llegan a fin de mes. Una boda. Una sesión de tortura. La hija caprichosa e insaciable de una importante política. Una actriz fracasada. Un hada madrina rubia y de tetas inmensas. Dos matones de Europa del Este. Un Rolex. Una encina de la que colgarse. Un exlegionario y un cadáver idéntico a ti. El tercer piso del número cinco de la calle Pontejos y el secreto último del universo por fin desvelado. ¿Qué es m? Un relato de ciencia ficción o de miedo, una sucesión de historias de amor, una...
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Las colecciones costumbristas, 1870-1885

Por: María Angeles Ayala | Fecha: 1993

Las colecciones costumbristas (1870-1985) es un detenido estudio de la producción costumbrista aparecida en estos años. La influencia de Larra y Mesonero Romanos se deja sentir en toda esta ingente relación de escritores que desde su peculiar visión de la historia de España y América ofrecen un fiel mosaico de comportamientos humanos.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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Trascender

Por: Gonzalo Sobejano | Fecha: 2020

GONZALO SOBEJANO (Murcia, 1928- Madrid, 2019), uno de los críticos literarios más insignes de nuestro siglo, se definió desde su adolescencia murciana y madrileña como poeta. Trascender es una muestra de los poemas más memorables de su largo exilio en Alemania y en Estados Unidos. En estas páginas, Sobejano reflexiona con lucidez y honda emoción sobre la amistad y el amor, la lectura de sus autores predilectos, las vivencias urbanas, la memoria y el exilio, el más allá, la vejez y el tránsito "hacia el reino del sueño". En sus versos — en busca incesante de lo trascendente— contrasta...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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La mujer dormida

Por: Ricardo G. Manrique | Fecha: 2019

"Porque el que está celoso no llega a poseer el cuerpo del otro si cree que ese cuerpo anhela otro distinto, y se le escapa escurridizo o volátil, y le es ajeno, y si trata de establecer contacto emocional tampoco podrá ser pleno porque el otro reserva su mayor dulzura y su mayor devoción para ese tercero que no está y que nunca deja de estar, esa sombra que se acuesta junto a nosotros y que nos observa".'La mujer dormida' es una historia de celos. De cómo pueden suscitarlos las palabras que no debieron decirse o las miradas que no se debieron cruzar, de cómo crecen salvajes y amenazan con destruir todo lo que tocan, de cómo enfrentarse con ellos a pesar del frío y del desaliento.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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Miguel Hernández, el desafío de la escritura

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Amado monstruo

Por: Javier Tomeo | Fecha: 2006

Saltando con fluidez del esperpento al horror, Amado monstruo registra la insólita conversación de dos personajes aparentemente muy dispares, entre los que se descubre, a lo largo de sus escaramuzas verbales, un vínculo común: la obsesión por una madre posesiva. Uno de ellos, Juan D. , comete a los treinta años su primer acto de rebeldía y, desafiando a su madre, que lo tiene prácticamente secuestrado, acude a una entrevista para solicitar el empleo de guarda jurado en un banco. El otro, Krugger, un jefe de personal inicialmente impasible, lo somete a un estricto interrogatorio para averiguar su...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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