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            La obra definitiva de Mario Vargas Llosa sobre el erotismo. Rigoberto, un maduro empleado de una compañía de seguros, combate su banal existencia con una rica imaginación que va plasmando en cuadernos. Todo lo que Rigoberto no se atreve a hacer, no se atreve a vivir por sí mismo, sus audacias y aventuras imaginadas, sus deseos ocultos, van quedando reflejados en estas anotaciones que lo distancian cada vez más de su vulgar existencia. Los cuadernos son como un baúl del que se van extrayendo inesperados relatos, atesorados por el personaje con mayor celo que si fueran reales, y constituyen un refinado compendio de la imaginación erótica. Pero la particularidad de estas fantasías es que parten siempre de pinturas, obras literarias y piezas musicales conformando un verdadero y exquisito índice de la pintura y la literatura eróticas de todos los tiempos. Como contrapunto al florido universo de don Rigoberto está el inquietante y perturbador ambiente que se forja alrededor de su hijo, Fonchito. Obsesionado con la vida y la obra del pintor austríaco Egon Schiele, el muchacho se sueña como la encarnación del pintor maldito y su misterioso mundo de niñas perversas y autorretratos angustiosos. Entre ambos personajes, la madrastra. Una mujer que es para ambos la figura principal de ese doble mundo de deseos y realidades. Una mujer a la medida de sus más exigentes fantasías. En Los cuadernos de don Rigoberto (1997) se despliegan ante el lector las claves que nuestra memoria cultural ha dado, a través del arte, sobre los misterios del placer sensual.
          
        
        
        
  
    
      
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        Odilo
      
    
    
      
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        Libros
      
    
    
  
        
        
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Los cuadernos de don Rigoberto
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        La Casa Verde
            La novelaque supuso la consagración definitiva de Mario Vargas Llosa como uno de los más grandes escritores de la literatura contemporánea en español «Lacasaverde es maravillosa». Julio Cortázar La historia que narra Lacasaverde transcurre en dos lugares muy alejados entre sí: Piura, en el desierto del litoral peruano, y Santa María de Nieva, una factoría y misión religiosa perdida en el corazón de la Amazonia. Símbolo de la historia es la mítica casa de placer que don Anselmo, el forastero, erige en las afueras de Piura. Novela fundamental en la historia del Boom latinoamericano, supuso la consagración definitiva de Mario Vargas Llosa como uno de los más grandes escritores de la literatura contemporánea en español. Lacasaverde fue publicada originalmente en 1965. Recibió al año siguiente el Premio de la Crítica y, en 1967, el Premio Internacional de Literatura Rómulo Gallegos a la mejor novela en lengua española. La crítica ha dicho:  «La escritura de Mario Vargas Llosa ha dado forma a nuestra imagen de Sudamérica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea. En sus primeros años, fue un renovador de la novela, hoy, un poeta épico».  Per Wastberg, presidente del Comité Nobel «Bienvenido sea [...] el gran recreador de la novela realista, que leemos con el mismo entusiasmo con el que otros leen los excesos imaginativos -bienvenidos también ellos- del realismo mágico».  J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia «Sus libros contienen la más compleja, apasionada y persuasiva visión de la novela y del oficio de novelista de la que tengo noticia; también contienen el mejor estímulo que un novelista puede encontrar para escribir, un estímulo solo inferior al que contienen las propias novelas de Vargas Llosa».  Javier Cercas, El País
          
        
        
        
  
    
      
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        Odilo
      
    
    
      
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La Casa Verde
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        Travesuras de la niña mala
            Creando una admirable tensión entre lo cómico y lo trágico, el Premio Nobel de Literatura y Príncipe de Asturias de las Letras, Mario Vargas Llosa, libera en esta novela una historia en la que el amor se nos muestra indefinible, dueño de mil caras, como la niña mala. Ricardo ve cumplido, a una edad muy temprana, el sueño de vivir en París. Pero el reencuentro con un amor de adolescencia lo cambiará todo. La joven, inconformista, aventurera, pragmática e inquieta, lo arrastrará fuera del pequeño mundo de sus ambiciones.  Testigos de épocas convulsas y florecientes en ciudades como Londres, París, Tokio o Madrid, ambos personajes verán sus vidas entrelazarse sin llegar a coincidir del todo. Esta danza de encuentros y desencuentros hará crecer la intensidad del relato página a página hasta propiciar una verdadera fusión del lector con el universo emocional de los protagonistas. Pasión y distancia, azar y destino, dolor y disfrute... ¿Cuál es el verdadero rostro del amor? La crítica ha dicho...  «Una novela de amor de hoy, de erotismo, con encuentros, separaciones, sufrimientos, engaños, entrega, y también mucha verdad, y en la que Vargas Llosa, a modo de entomólogo, analiza minuciosamente la condición humana, como su gran admirado Flaubert en La educación sentimental, obra que se cita en la novela, entre otras muchas referencias literarias a las que alude el autor. Y es que la idea de novela para Vargas Llosa es "la experiencia totalizadora de la condición humana".» El País «La niña mala recuerda a los amorosos de Sabines: buscan la felicidad sin nunca encontrarla, pues encontrarla equivaldría a perderla sin remedio. Muy recomendable esta novela, en apariencia modesta, pero que en realidad rasca con saña exquisita en nuestros más íntimos deseos y frustraciones domésticas.»  Javier Munguía, Revista de Letras «La escritura de Mario Vargas Llosa ha dado forma a nuestra imagen de Sudamérica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea. En sus primeros años, fue un renovador de la novela, hoy, un poeta épico.»  Per Wästberg, presidente del Comité Nobel «Sus libros contienen la más compleja, apasionada y persuasiva visión de la novela y del oficio de novelista de la que tengo noticia; también contienen el mejor estímulo que un novelista puede encontrar para escribir, un estímulo solo inferior al que contienen las propias novelas de Vargas Llosa.»  Javier Cercas, El País
          
        
        
        
  
    
      
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        Odilo
      
    
    
      
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Travesuras de la niña mala
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        ¿Quién mató a Palomino Molero?
            Mario Vargas Llosa crea en ¿Quién mató a Palomino Molero? una intensa novela policial donde el suspense y la tensión recorren toda la historia.   En un escenario dominado por la corrupción, y donde los prejuicios y desigualdades conforman la realidad social del país, la verdad acaba convertida en verdades diversas que se confunden la una con la otra en un alucinante juego de espejos. A través de una atmósfera que deslumbra y atrapa, este libro refleja fielmente el clima de una época y denuncia los excesos del poder.   «Escribí ¿Quién mató a Palomino Molero? por la indignación que me produjo el asesinato de un joven avionero de la base aérea militar de Talara que quedó misteriosamente silenciado por la burocracia oficial.»   Mario Vargas Llosa
          
        
        
        
  
    
      
        Fuente: 
        Odilo
      
    
    
      
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El Católico - N. 55
            TRIM. I. AÑO II. Bogota, 21 de junio de 1864, NUMERO 65,
i
11
CIRULAR.
1
AnQUiorocESis nn: SANTAFE DE BvGOTA.SECRETARIA
l>EJ... GoBIERNO ECLESIASTI-piritual,
encadena la práctic.a de la Relijion a
los caprichos ele aquella,i destruye la jerarquía
i con ella la soberanía espiritual, base fundamental
de !a libertad relijiosa. Segundo, porque,
metiendo la mano aun mas adentro en el
santuario de las conciencias, conced'=' a la po~
t es t ad temporal el derecho de imponer a los
Prelados en el ejercicio de su ministerio, no ya
preceptos negativos, sino preceptos positivos
como lo es el de suspender la ejecucion de. las
penas puramente espirituales a que los :fieles
hayan podido hacerse acreedores. .Tercero,
porque exije todavía un juramento como condicion
para el ejercicio del ministerio sacerdotal.
Cuarto, porque priva a una clase numerosa
co, 15 DE JUNIO DE 1864.-NuM. 85.
Selior Cura de ......
El Illmo. Señor Arzobispo, por resolucion
de 17 del próximo pasado, i facultado especialmente
por la Santa Sede, ha concedido una
indu1jcncia plenaria, para el dia del glorioso
Apóstol San Pedro a todos los :fieles católicos
de ésta ciudad que, verdaderamente contritos
i confesa1los, comÜlgaren dignamente i visitaren
la iglesia Parroquial, rezando con toda devocion
una estacion al SANTISIMO SACRAMENTO
i pidiendo por las necestdades de la
Iglesia i por Nuestro Santísimo Padre el Soberano
Pontífice Pío IX. Las Relijiosas ganarán
la induljencia visitando su capilla, i en las
demas Parroquias del Arzobispado se ganará
la misma gracia en el segundo domingo despues
ue que haya llegado a noticia del respectivo
Párroco ésta concesion, para que la
avise anticipadamente a. sus feligreses.
1.,engo la satisfaccion de ponerlo en su conocimiento
de órden del mismo Illmo. Metropolitano.
Su mui atonto scrvidor.-MIGUEL ARIAS.
i respetable de la sociedad, de los derechos de
ciudadanía que concecle aun a Jos vagamundos ;.
i quinto en fin, porque, en abierta oposicion
con el inciso 4. 0 del artículo 15 de al Constitucion;
autoriza a los funcionarios del ramo
ejecutivo para imponer a los eclesiásticos subsidiariamente,
una pena severa, que no se
aplica del mismo moclo ni aun ~ los asesinos,
aun cuando se les haya sorprendido IN FRA- ,
GANTI en la perpetracion del delito.
Decimos que la lei en cucstion encadena la
práctica de la Relij ion a los caprichos de la
potestad civil,porque, aun cunndo la misma lei
deter"lline los motivos porque ésta puede negarle
el pase a las bulas de los Papas i a los cánones
de los Concilios ¿qué leí ha definido las
A VISO OFICIAL. 1 maJ?-eras como pue~e ~er atacada la: soberanía
; . nacional o la paz pnblica? ¿ante qUién pueden
. Estan~lose vend1enno en las calles de esta r~clamar los Pre~ados cuando el Poder EjecuCIU
'lad Escapularios de la hermandad de Nues~ hvo declare caprichosamente contrarias a esa
tra .. ~eíiora de la Merce~, se hace not~r .que las soberanía o a esa paz las leyes de la Iglesia?
rel iJIOsas ~e la Conc~~c1~n son .las umcas en . Ese d~recho de VETO .A:SSOLUTO que el Goel_
la que t1enet: el privileJIO de d~ch~ Confr~ter- l1lerno eJerce en Jo espuJltual, esa facultad de
mdad a que estan anexas las gracias Iespectlvas. determinar los casos en que los fieles pueden
REDACTOR, YENANCIO ORTIZ.
Rabiamos prometido ocuparnos de la respuesta
dada por el señor doctor Murillo a la
representacion que le dirijieron muchas sefíoras
de é sta ciudad, pidiéndole que trabajase
por la libertad de la Iglesia católica; i hoi.
cumplimos nuestra promesa, aunque en el análisis
de algunos de los puntos que esa respuesta
contiene, no podamos hacer otra cosa que re~
petir lo que hemos dicho ya mil veces.
Dice el doctor Murillo, i con mucha razon.,
que su deber como Majistrado es hacer cumplir
las leyes: i que, "siendo la primera de ellas
la Constitucion, es ese Código· el que princip<
tlmente debe hacer que se res·pete. " Pues
bien ; la lei de 17 de mayo último,. es contraria
a esa Constitucion, en cuanto ella garantiza la
libertad rclijiosa. Primero, porque erijiendo a
, la autorid.ad civil en censor de la potestad es-obedecer
a sus Prelados: iDO hace completamente
nugatoria la independencia de éstos i con
ella la libertad relijiosa? N esotros creemos de
buena fé que el señor M:tuillo no abusará de
las facultades que le concede la lei en cuestion
para torturar las conciencias; pero i quién
nos garantiza que no lo harán los funcion :t rios
subalternos a quienes toca exijir el juramento i
mandar suspender las censuras ?
En cuanto al juramento; es cierto que, seg~
n l!l nueva lei, los Prelados deben jurar obedienCia
al Poder en lo temporal, i pero a quién
le tocará fijar la línea que separa los dosrórdenes?
naturalmente lo hará el que tiene en sus
manos la. fuerza., i la misma lei S{)bre "inspeccion
de cultos" está probando que nuestro
Gobierno no está mui dispuesto a encerrarse
en sus justos limite~.
Continúa el scfíor doctor Murillo suponiendo
que entre nosotros no se tienen ideas (;larí.&
acerca de la libertad relijiosa. Segun compnndemos
ella no es otra cosa que la completa in_
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
60 E CATOLICO.
dependencia de los fieles i Prelados en la prác·
tica de su culto i la predicacion de su doctr:na;
la completa prescindencia de ~odo. Poder estra·
ño en lo que afecte a la conctenCia de los creyentes.
I luego dice : "UU. (las señoras )
saben tanto como yo, que el paffido- llamado
liberal ha desconfiado siempre del Clero, que
debería representar la libertad relijiosa, porque
éste, desacordadamente, se mezcló en las cucs·
tiones meramenté políticas, i que de esa Jes·
confianza han venido las providencias que el
celo por la libertad civil i política dictó en la
efervescencia de la guerra civ1l. I como con la
idea relijiosa se mezcló la defensa de intereses
del órden temporal, la confusion fué inevitable
i los derechos periclitaron. n Este lenguaje no
nos sorprendería en el vulgo d? los escritores
liberales; pero el actual Presidente es dema·
sindo ilustrado para ignorar las íntimas relaciones
que exiHten hoi entre la. cuestion relijiosa
i la cuestion política. A él no puede ocultarsele
que el problema que se ventila no es
un problema puramente local en que solo estén
comprometidos .. i_nter~ses. del mo~ento, sino
una cuestion reliJloSa 1 social que a)lta al mundo
entero en el siglol9. No son solo dos partidos
que se disputan un poder efímero o el
salario inciNto i mosquino de nuestros empleados;
son dos escuelas que luchan para. adueñarse
de la sociedad e imprimirle el lhOVlmlento
que les es propio: la escue la racional~stn. i
la escuela cristiana, incompatibles por sus 1deas
como por sus tendencias. El Clero, como representante
de la escuela cristiana i guardian
de las almas, tiene el deber de oponerse ~ la
invasion de las d octrinas que le son contranas,
combatiendo de todos m odos la influencia de
13Sas doctrinas i de los hombres que las repre
sentan. Pretender que mire impasible a éstos
asaltar el Poder i reducir a leyes sus ideas1 es
exijir de un centinela avanzado que deje ocupar
libremente al enemigo la posicion que debe
darle la victoria.
A un cuando los liberales no hubieran manifestado
ya mil veces estar de acuerdo con
nosotros sobre el verdadero carácter de la cuestion,
los hechos bastarían par:t demostrar que
no estamos equivocados en lo que acabamos de
decir. En efecto; el J eneral Santander era
Presidente cuando se mandaron enseñar en los
colejios doctrina~ anti-cristianas. Cuando en
1849 el mismo partido volvió al Poder, la lu~ha
volvió a empezar i no por parte ~el Clero. B1.en
lo sabe el señor doctor Murillo a quien no se
le oculta tampoco cuan hostil ha sido siempre
al Catolicismo la prensa de su partido.
En cuanto a la falta de tolerancia de que se
acusa al Clero, es preciso dar una esplicacion.
Si esa tolerancia consiste en la indiferencia
por todas las doctrinas, es claro que no la tiene,
porque él, como maestro de la ver~ad relijiosa,
no puede dejar pasar los errores 1 los ab·
surdos sin denunciarlos i condenarlos como
contrarios a la enseñanza divina. La acusacion
hecha a los representantes del Catolicismo de
'' servirse de la libertad que demandan cuando
están oprimidos1 contra ia libertad civil i política
de sus adversarios, luego que la obtienen,"
es altamente calumniosa, i mas c-alumniosa. todavía
entre nosotros uonde la influencia pol ítica
del Clero hD sido siempre tan limitada.
"De ahí, continúa el escritor liberal, la necesidad
en éstos de tomar precauciones que son
muchas veces ineficaces e inconvenientes, i
que el Clero califica de tiránicas e implas,
aunque en realidad no sjgnifiquen sino desconfianza,
no una hostilidad real.'7
- ¡Con que
son simples medidas de precaucion en que no
hai tiranía ni hostilidad el despojo de los bienes
eclesiásticos, la espulsion de los Jesuitas,
i de los Obispos, la pcrsecucion tenaz de !os
Sacerdotes obligados a huir a los montes, la
bárbara esclaustracion de las JVIonjas! ¡Con
que no hai tiranía en hacer sufrir toda clase
de tormentos a personas inocentes, desvalidas i
rc::;petubles por mil motivos ! ¡no hai hostilidad
en las violencias ni en los insultos! ¡no
hai impiedad en hollar todo lo que el pueblo
tiene por venerable i sagrado, en trabajar de
todas maneras por descatolizar i corromper las
masas! ¡ I es por simple medida de precaucion
que en un país donde se dice que el pueblo es
soberano i que debe reinar la mayoría, se sacrifican
a los intereses de un club o de una secta
la tranquilidacl i el bienesta1· de la inmensa
m ayoría, i s e tienen en natla sus creencias mas
arrai gadas t
"Esas (lesconñanzas desaparecerán si el
Clero se decide a coperar a la paz i acepta de
buen grado la libertad civil o políticu, no solo
para t: í sino tambien para sus adversarios.''
El Clero no ha deseado nada tanto como la paz;
pero como la f alvacion de las almas es pri mero
que todo, i para trabajar en ella n ece sita
independencia; él ha t e nlJan, que escnben, acumula en las esferas diversas a donde lleva sus
9-ue ~~ >aj~tan entre éste C?J'to número, (, .hai _?na pasos ésta crítica devorante i que muestran la a m,
mtell.)encm~ una convencwn, un sant~ ~ sena? bicion implacable que la domina de quebrantar
Puede set· .• El hecho es que ellos se ad1vman, se. todas las bases, ue disolver todos los cimientos,
comprenden i se p1·estan co11tra Jesncl'isto i los de co1·tar todas las 1:aices po1· las cuales las gran.
·- suyos, un mútuo socorTo. El insulto, el engaüo, des verdades conservadoras de todo órden , se
· la calumnia, se ot·ganizan de nuevo para batit· en mantienen, viven i crecen en el fondo del alma
brecha las t1~es cosas del Cristianismo que mas humana. Yo uo hago cuenta aquí sino de Jo que
temen, la~ doctl"inas,, las institucio~es i las. pel'·- toca directamente a la Relijion i a 1 Cristi-anismo,
senas. Qmen no vea -e sto demost1·ara estm· ctego; i afirmo mui alto i con toda la enerjía de mi con¡
quien despucs de haberlo visto tema decirlo, viccion since1·a, que la cdtica es en medio de vodemostt
·nrá cobardía. sotros un trabajo demoledor de toda relijion i de
Como quiet·a que sea, en esta ag•·esion anticris- todo crislian~smo..
1 tiana la crític_a ~iene su lugm· .~ lleva su _band~t·a. Véamos, pues ·! esta crítica que se proclama tan
Una cosa la ~lstmgu~ en la le~wn voltenana, l es relijiosa,la relijion pot' excelencia ¿ qué dice i qué
' que no s~ . ·~le numa. Su gt ~vedad de ~an~o pretende hacet· de la Helijion, de ésta " alta cumhace
s~mea a .los demas, P~ 1 0 ell~ no 1 '~' s~.n bre de la vida pot· la que, la humanidad toca mas
que pot ,<'S? sea ménos d~ ~a I aza. T.Iene el 1 asbo a lo ideal ? , La Relijion no es una cosa superior
(llla ph,nsa de la Relijion
en jeneral, bien se pu ... Je adivinar de antemano
lo que debe pensat· del Cristianismo en particulm
·. I desde luego, seüores, dejadme deciros que
lo que lastima aquí mas mi corazon de Sacerdote
e indigna mi conc iencia de cristia no, es oít· a la
ct·ítica pn ro.d iat· ele una mane m tan sacrílega el
grito famoso de Polyeucte: " Yo soi cristiana. "
1 Es oírla repetir con los acentos de una piedad que
no cree en Dios, "sí, nosotros somos cristianos
aun cuando nos sepat·emo.s en nuestm creencia
de casi todos los puntos de la t radicion que nos
ha precedido. "
Veamos, pues~ ¡ o.h grnn d es cristianos ! Jo que
decis del Ct·istianisrno i sabremos de vosott·os mismos
cuál es Yuestro cristiunis mo. Hablais sin cesa¡·
de él, de la gl'an relijion, d e la t·clijion d efinitiua;
hnblais a s í a cada püjina de vuestros libros, ¿pero
para qué? Para deJar escDpar a traves de vuestras
admimciones equí voca s 0 hipócritas, la e s presion
verdade ra de un anticristiani s mo sincéro.
¡ Qué 1 vosotros amais el CrisU: mi s mo i sois
vosotl'Os, sus admit·adores apasionados los que encontrais
que " el espiritualismo c ristiano es en el
fondo mas sensual que el mate rialismo antiguo:"
vos otl'Os que a cusais al Cristi a nism o de " e nt regarse
a lo estraño i Jo p:ll'adojnl, rniéntras que la
antigüedad pagana era recta i simple : '' voso~¡·os
que descubrís así a la vez con vuest1·o desprecio
por tod~ lo que es cristiano, vuestras simpatías i
p redilecciones paganas.
¡ Qu é 1 vosotros ndmit·ais el Cri s ti a ni s mo i sois
los que nomb¡·ais a la Iglesia, a ésta gran re¡H'esentacion
del Cristianismo en el mundo, " una
cosa de ántes, una cosa vieja, una anligu.alla inocente
que no provoca sino un a somis a de IJeneYolencia.
"I hablDndo del Evanjelio, de éste Código
divino del Cristianismo,osais decit· "que estt·ayendo
de los cuatro Evanjelistas lo que conticn en de
l'e:-JI, apénas se obtendria sobt·e Jesucl·isto una pá jina
de historia." I sois vosotros aun Jos que nom-
1 brais los milagros sobre que se apoya el Cl'istianismo
" fm·zas de poseidos, prestijios (¡ue no sedan
' hoi pl'Opios sinó de jug lares i charlatanes " 1 •••
¡ Qué! vosotros admirais el Cristianismo, i
nuesti'Os Profetas que han anunciado su ad venimiento
no son pnra vosotros sinó " - iconoclastas
furiosos, haciendo a los Reyes de lsrnel una oposicion
ncre-, violenta i anárqui-ca. ,, l nuestros santos,
éstos jigantes de la humani-dad, éstos héroes
del Cristianismo ¿qué son pat·a vosotros? " A venturet
·os i corredores en Irlanda, vividores en Italia_,
vif'jos esplotadores del pueblo en to.das partes i ca·
nonizados por su. bella cara.''
¡Qué! vosott·os admi!'ais el Cl'istianismo? i qué
viene a set· a lQs ojos de vuestl·a cdtica tan c-ristiana
la fundacion, la historia, los dogmas,el culto,.los
saeramentos,el altar i la jerarquía del Cl'istianismo?
Su fundacion,. "el engaño feliz del fundador
triunfante por e} fanatismo de Jos Apóstoles. "
Su historia, "una sublime leyenda que creó el
entusiasmo popula1• por un hombre víctima de- su.
idea i divinizado por su muerte. "
Sus dogmas, •' mitbos i símbolos que sirven
para envolver bellas quimeras i para encojer los
espíritus que se llpl'isionan en ellas. "
Sus sac1·amentos, "figuras sin realidad, en que
el pueblo encierra todo lo que quiet·c, i simpJes observancias
de que la crítica debe trabajnr po1: de-·
purm· la H. el ijion. "
Su culto, " uua reunion de ceremonias, de espectáculos,
de perfumes,de inciensos i de armonías, '
que hacen del Cristianismo un sensualismo mas
gi'Osero que el materialismo de Ja antigüedad. "
S u jerarquía, "una organizacion estrecha, destinada
a desaparecer. ''
¡ Qué! ¿ Vosott·os admiJ·ais e] Cl'istianismo i-·
sois Jos que insultais aun en la Eucal'istía, el mistet'io
mas centrn! i mas sagmdo del Cristianismo ?
1 Vosott·os que nos anunciais en vuest1·a pt·osa ele- ,
jiáca la próxima destruccion de los templos i de
los tabernáculos, en que ''los cristianos creen
tener la carne i la sangt·e de Jesucristo" 'l I a la
hom en que nuestra fé se rejenera, en que nuest1·as
basílicas t·enuev an su juventud, vosotros finjis veni¡
· a llora¡· sobre nuestt·as ruinas i venis a rríostt·ár·
nos irónicamente '' el techo del edificio ya abierto
en parte i el agua del cielo entrando por las
grietas pam moje1· el rostro de los ct·eyentes a-rrodillados."
l Así es como la cdtica tan cristiana admim el
Cristianismo! Todo Jo que ella toca de él lleva el
rastro de sus injurias, el golpe de sus ódios i ~~ es·
tigma de sus desprecios.
Sobre qué, pues, os pregunto, p1·etende la críti-
C:l a poyar sus •·esp etos tan pt·ofundos i sus admiraciones
tan sinceras por el Cristianismo? ¡ Ah!
Puede se1· que despues de haber paseado sobre todo
lo que es cl'istiano sus ultrajes i sus desprecios,
se detenga verdaderamente respetuosa i adoradora
delante de la fi gura de Cl'isto mismo. Puede set·
que d espues d e tantas negaciones i demoliciones , 1
quiera al méoos dejar subsistit· a Aquel que es el
fundamento único de todo, a fin de reconsti'UÍI' so- ¡
bre É L el nuevo edificio que ella promete a lasjeneraciones
futut·as; pe¡·o ¡ ah! desengafwos: ésta
piedra angular es cabalmente la que trata de quebrantar
; porque una vez quebrantada, nada en
el edificio cristiano se podr·á sostener. Es a Jesúcrist.
o a quien ella quiere destrui1· ante todo ; es
al Cristo Dios a quien ella aspira a destruir; es
éste gt·ande ídolo de los pueblos cl'istianos el que
ella a su turno pretende echar pol' tiena, así como
el Cl'isto hizo caet· un dia en el polvo- las estátuas,
los alta1·es i los templos de los falsos dioses.
Vosotros no habriais podido ct·eet·, señot·es, al
ver é sta inocente crítica, proseguir sus esploraciones
lejanas al rededor de la-cuna de las razas, de
J;:¡ s. lenguas i de las relijiones, que ella pensase llegar
~llá pat·a intentm· una agresion tan descarada
contra JesucristD mismo ; pe~o seguidla aun en
todas sus evoluciones oblícuas i tortuosas, en sus
mar.cbas i contramarchas mas o ménos simuladas;
considerad bien los golpes que dil'ije i las ruinas
que amontona i vereis que de léjos como de cerca,
es a Jesucl'isto Dios a quien ataca ; es a Ér., a quien
ella quiere herir en la cabeza ; es a ÉL, a quien
quiere abatir i con ÉL al Cristianismo entero. Porque
Jesucristo no es solamente el fundamento únieo,
es tambien el cot·azon viviente del verdadero
Cristianismo ; i para darle la muerte, era necesario
bel'il'lo en el cot·azon. Así el misterio de sus
pereg1·inaciones filosóficas i literm·ias a t1·aves de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATÓLICO.
Jos odjenes de las relijiorres, ~ ha revelado al fin.
De agr·esion en agr·esion i de negacion en negacion,
es decir·, de ruina en ruina; la Cl'ítica anticristiana
se ha encontrado al fin cara a cara con el mismo
Jesucristo. Tomando entónces al siglo 19 por testigo
ele su amor i su respeto pot· el Dios de los cristianos,
ha herido a ese Dios en el rostm, intlijiéndole
con sus eloj-ios., aun mas que con sus injurias,
una solemne bofetada cu.yo ruido parece un eco
de aquella que recibió en su pasion de mano de
un criado sacdlego.
i Hé c1qui el trabnjo de Ja crítica modema ; hé
aquí el Cristianismo que ella nos dá !..El Cristianis·
mo ménos tos dogmas, ménos los miste1·ios, ménos
los sflc¡·amentos, ménos el culto, ménos el sacerdocio,
ménos J.iEucaristía,ménos la jerarquía i la
orgauizaCion instituida pol' .fesucl'isto;el Cris,tianismo
en fin, ménos Jesucl'isto mismo! •• Esto es
Jo que la crítica moderna llama injeniosamente,
depurat· el Cristianismo. ¡Oh! pul'itanos ya os
conocemos, -os conocemos demasiado ! Seguid.
Vosotros habeis quea·ido velaros con vuestras frases
i ocultaros detms de las palabr·as ; pel'O nosotros
os hemos penett·ado, os bémos adivinado ; i delante
de nuestra razon., de nuestra conciencia i de
nuestm Dios, hemos hecho el juramento de dtsenmascaral'Os.
Sí ! a todos los que tienen ojos para
ver i orejas para oír, i sobre todo, una intelijencia
para comprender, denunciaremos con \'Uestro seudo-
cristianismo, vuestt·as maniobras anti-cristianas.
De lo alto de ésta gr-an tribuna a la cual, apesat·
de nuestt·a debilidad, Dios dá ecos lejanos, dit·emos
mostrando vuestra obra : u Lo que haceis
no tiene mas que un nombre en la lengua humana:
se llama tl'abajm· en la ruina del Cristianismo. 1
por qué he de temer proclamarlo dr.lante de vosotros
mismos? Sinó teneis el valor de vuestt·os
principios porque no teneis principios, tened siquie-_
ra el valot· de vuestras obms ; arrojad vuestra
máscara i osad decirnos frente a f¡•ente, a la manera
como yo os miro: "nosotros somos anti-cristianos
i nuestra crítica e~ el anti-cristi.anismo. ,
- Pet'O nó! esclama la m·ítica anti-cristiana, "nó,
yo no quiero Ja ruina del Cristianismo, no soi una
máquina de demolicion, soi nn instrumento de progt:
eso."-¡De progt·eso! pero a qué progt·eso ¡ gr·an
!>tos! pretendeis ir a pamr? .Con vuestras dudas
1 vuestras negaciones, con esas ruinas acumuladas
sobt·e ruinas, n dónde pretendeis conducimos ?
¿Qué cosa es ese ideal que nos 1\lOStrais i ese progreso
que nos aJabais? ¿Cuál será ese edific~o que
11os dejais entt·ever en hol'izontes lejanos i de que
os gloriais de poner a nuestra vista las primeras
piedr·as ? ¿qué otra cosa es ese pretendido trabajo
de constr·uccion, que la perpetuidad de la destruccion,
que la ruina sucediendo a la ruina?
' La cdtica proclama que las jeneraciones viven
de dogmas i de convicciones profundas, i zapatodos
los dogmas i quebmnta las convicciones. Proclama
la soberana necesidad de la moral, i hace
vacilar en el fondo dt' las almas los mas firmes
fundamentos de toda moral. Reconoce que las
relijiones son necesarias i las glorifica como " la
mas alta cumbt·e de la humanidad,'' i se encarniza
en establecer que todas las t·elijiones son igualmente
falsas. Reconoce que el Cristianismo es la
m~s ~··a!lde de las relijionesc' i zapa por su base el
Cnstiamsmo. Reconoce, en fin, que la humanidad
ha vivido de Jesucristo i se ha engrandecido por
ÉL, i ataca i deshonm a Jesucristo.
En nombre del cielo ¿en donde está vuestt·o
po1·venh·? Lo que esplica hoi las_ vacilaciones de r
Europa i del mundo entero, lo que hace que hoi
las sociedades inciertas de sí mismas marchen
bamboleando, es la ausencia de principios i la diminurion
de creencias¿ i paraelp1·ogt·eso del mun·
do trabftjais en a1Tancar Jo que nos queda aun de
principios i de creencias ?
¡Qué! Lo que nos roe, Jo que nos devora, Jo que
nos abate, lo que amenaza p1·ecipitarnos, es precisamente
la estindon progresiva del Cdstianismo
en las multitudes ¿ i tr·[!bajais en an·aneat· a éste
pueblo ya semi pagano lo que Je queda aun de
Cristianismo?
¡ Qué 1 Os veis fot·zndos a convenir en que lo
que por todas partes ha elevado a la humanidad i
la ha adherido a lo ideal por su Indo mas sublime,
es la cr·eencia en lo sobrenatural i diviuo, i trabajais
con todas vuestras fuer·zas en decapitar· nuestra
humanidad de lo divino i de lo sobrenatnt·al ?
~ Qué ! Proclamais que nuett·o Cl'isto ha tévantado
la humanidad a lo mas alto, que el establecimiento
de su reinado sobre la tierra man•a en la
historia el advenimiento del mas grande de todos
losJ>rogresos, que la humanidJd ha vivido de ÉL,
se ha engrandecido en ÉL i pot· ÉL ¿ i es a éste mismo
Cristo aquien emprendeis abatit· entre las Nacio-
nes i arrancarle la ameola divina qua hace su
gr·andez.a i la nuestra?
¡Ah¡ Es demasiado : sí, es demasiada insolencia
en la paradoja, demasiada audacia en la impiedad.
¡ Atras ! Nosotros no lo permitirémos. :Esta
crítica tan loca en sus pensamientos como sacrítega
en sus empresas, que vaya siquiere a llevar
hasta la t·aíz de todns las instituciones su gran
cmiosidad ; que Jleye tambien si quiere la zapa
de la demolicion en la mano p,ara ca var bnjo las
estátuas de todos los fal os dioses i minar la tierra
bajo todos los templos que abrigan el errot· i
el engaño; Nosotros no la turbaremos en el trab~
o de sus esploracion€s ni en el pla~r de sus
descubr!mientos. Pero cuando- ella anuncia qne
vá a ponet· su mano helada sobre nuestro Dios
mismo~ cunndo osa delante de la tierra i del
cielo toca1· a nuestros propios ojos la piedra angular
· que sostiene todo el edificio en que 1<1 adora ..
cion nos prosterna ante ÉL. ¡ Oh ! eutónces le
gritamos ¡Sacrttega, deteneos! Delante de la razon
i la_ historia dad cuenta de yuesti'Os insultos, de
vuestras blasfemias i de vuestros respetos que son
todavía insultos i blasfemias. Negais en el Verbo
viviente mismo la verdad sustaucinl i sereis castigada
con el mas lejítimo de los castigos. Con
la antorcha de la historia i ele la razon, il'l'adiando
para confundiros su mútua claridad, la humanidad
verá en plena luz, que pretendiendo quitar a
Jesucristo la corona de su cHvinidad, parareis
en conquistar pam vos misma el oprobio de la
contradircion i de la absurdidad. I la voz de
vue&tras blasfemias no hará sino eng•·andecet· mas
ese canto triunfal que proclama en el universo
la divinidad de .Te.sucl'isto: El Cristo ha vencido,
e) Cl'isto reina, el Cristo manda, el Cristo es Dios.
m rrliJJJ.J~Jlm ®$1~
·----
DUELO DE LA AMISTAD.
Et1tt·e las personas que han desaparecido de en
medio de nosotros en estos ultimos dias, se cuenta
un nomb1'e simpático i digno de respeto: el de
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56 EL CATOLIGÓ.
_,....__ ,......_ .... .-.. .-.... ,....,_..,, ,.....,./""..,..... ............ '' .- .;-- -. r 'r r /"'../"' ,....... ,... r ·' J'' ..... _,_......_" ,.... r r ,.._ ,...., - -. -.... .• ~~ ra :r:·~:~~n:::: n~-~~:·~~;,:;. mm·ió al C~~isario réjio español seño1· Maza.l'l'ed~, a su
~ ~e~~~el corrie~te- despues de una peQo~a enfer- paso por allí, i al. Cónsul franc~s ~n cuy~ casa ~e
e d 1 ' babia asilado. Siempre el patnottsmo llbet·t11 se
me_ ~~1:a reciso decir a los habitantrs de Bo¡;{)tá exhibe en rnsgos d~ ést~ .e~pecie que cu.rs.~~n al u~ ésta ;cüora~ llena de virtudes i de cualidades país hun~illaciones 1 .sacnhcws. El bu.en. )~1CJO, la
i'stimal)les en alto g1·ado, fué lat·go tiempo feliz ~1 cot·d.m·? 1 la prudertct.a qu~ son la :s~t c.-s.wn ~e~.
lado de su esposo ·rodeada de su numerosa fam1- patt:wttsmo vercTad€t o~ nlE>.Jan .las. des.gract~s que
1 lia i consaoTada ~1 cumplimiento de sus deberes ese hábito b1 Cardenal
Antonelli fueron a pngar la visita a los Emperadores,
i a lns cuatro salieron ésros de Roma para
reembarcarse. El 24 ilegai'On a .Jibraltat•, de donde
partieron,. en, fin, el 26 p;Ha Méjic~, d01~de. se
1 halla1 án descansados hace muchos eh as, st Dws
les ha :.-oncediclo. un ''iaJe feliz. Se dice que el
Emperadot· será consagrado, en nombre del l~~pa,
pot• l\{onseñot• Labastida, Al'zobispo. d~ 1\h".J~co,
quien. será préviamente elevado a. la d1gmdad Cardenalieia.
- El Gobierno t·uso ha. pm·mititlo el establecimiento.
de ¡o·lesias católicas a los franceses resi-o
1 dentes en Sanpetet·sbu,.go, ast como Jo s . rusos
tienen en- Pads. su iglesia griega ortodoJa. El
mismo Empet·ador Alejandt·o les ha he~llü donacion
g¡·atuita de un hermoso terreno, sttuado ~n.
el centro de la ciudad, m~1i cerca del nalacw.
Michel.
-Aseguran vados diat·ios que -los j<'snitas va~
a fundar un gt·ande estable€.irniento en Constanti-n-
La esotátua de Epduardo lJennear, invent.o1· d,e ·
la vacuna, iba a ser colocada en el mes de juuio, .·
en B~ut~gne- sur.- me!~' Pa~is. _ __ __
IIII:PBENTA CONSTITUClONAL.-J>Oll N. PO~TON ·
-----·
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        Fuente: 
        Biblioteca Virtual Banco de la República
      
    
    
      
        Formatos de contenido:
        Prensa
      
    
    
  
        
        
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El Católico - N. 55
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        Sables y utopías
            ¿Cuáles son los postulados liberales de Vargas Llosa? ¿Cuál es su posición ante la realidad latinoamericana? ¿Son los peligros y esperanzas que vislumbra para el continente? ¿Cómo han tomado forma sus ideas y compromisos?  El recorrido intelectual de Mario Vargas Llosa. «La selección de ensayos que compone este volumen pretende aclarar estas cuestiones. En ellos, además de verse reflejado el recorrido intelectual del escritor, se analizan todos los grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente de América Latina. No están ordenados cronológicamente sino por temas, ilustrando las batallas que Vargas Llosa ha dado por la libertad, desde su oposición frontal a las dictaduras, su ilusión y posterior desencanto con las revoluciones, sus críticas al nacionalismo, al populismo, al indigenismo y a la corrupción 'mayor amenaza para la credibilidad de las democracias', hasta el descubrimiento de las ideas liberales, su defensa irrestricta del sistema democrático y su pasión por la literatura y el arte latinoamericanos.» Carlos Granés
          
        
        
        
  
    
      
        Fuente: 
        Odilo
      
    
    
      
        Formatos de contenido:
        Libros
      
    
    
  
        
        
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Sables y utopías
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        Los cuentos de la peste
            Una pieza teatral del Premio Nobel Mario Vargas Llosa que recrea de forma magistral los relatos del Decamerón de Boccaccio. «Desde la primera vez que leí el Decamerón, en mi juventud, pensé que la situación inicial que presenta el libro, antes de que comiencen los cuentos, es esencialmente teatral: atrapados en una ciudad atacada por la peste de la que no pueden huir, un grupo de jóvenes se las arregla sin embargo para fugar hacia lo imaginario, recluyéndose en una quinta a contar cuentos. Enfrentados a una realidad intolerable, siete muchachas y tres varones consiguen escapar de ella mediante la fantasía, transportándose a un mundo hecho de historias que se cuentan unos a otros y que los llevan de esa lastimosa realidad a otra, de palabras y sueños, donde quedan inmunizados contra la pestilencia.» Mario Vargas Llosa Los cuentos de la peste es una pieza teatral inédita de Mario Vargas Llosa inspirada en el texto de Boccaccio. El amor, el deseo, el poder de la imaginación y las relaciones entre las clases sociales son las claves de esta obra que recoge la esencia del espíritu del Decamerón: la lujuria y la sensualidad exacerbadas por la sensación de crisis, de abismo abierto, de fin del mundo. Una recreación magistral de un clásico de la literatura europea.
          
        
        
        
  
    
      
        Fuente: 
        Odilo
      
    
    
      
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Los cuentos de la peste
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        Pantaleón y las visitadoras
            En esta novela, el premio Nobel Mario Vargas Llosa subraya el eterno debate entre verdad y mentira, entre necesidad y virtud, y las perniciosas consecuencias que depara a veces la observancia rigurosa del deber. Pantaleón Pantoja, un capitán del Ejército recientemente ascendido, recibe la misión de establecer un servicio de prostitución para las Fuerzas Armadas del Perú en el más absoluto secreto militar. Estricto cumplidor del deber, se traslada a Iquitos, en plena selva, para llevar a cabo su cometido, al que se entrega con tal obcecación que termina por poner en peligro el engranaje que él mismo ha puesto en movimiento.  Concebida y ensamblada con pericia de maestro, Pantaleón y las visitadoras supone un giro en la obra narrativa de Mario Vargas Llosa. El realismo social presente en sus primeras obras da paso a una precisa dosificación del sentido del humor, la sátira y la ironía que enriquecen sin mesura el desarrollo de su peculiar universo literario.  «Intenté al principio contar esta historia en serio. Descubrí que era imposible. Fue una experiencia liberadora, que me reveló las posibilidades del juego y el humor en la literatura.» Mario Vargas Llosa
          
        
        
        
  
    
      
        Fuente: 
        Odilo
      
    
    
      
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Pantaleón y las visitadoras
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        El hablador
            «La imagen de esos primitivos habladores que recorrían los bosques llevando historias de aldea en aldea me acompañó urgiéndome cada día más a fantasear una historia a partir de ellos.»  Mario Vargas Llosa En El hablador Mario Vargas Llosa contrapone con extraordinario virtuosismo técnico dos mundos que parecen vivir enfrentados, el de las sociedades modernas y el de los pueblos que viven en armonía con la naturaleza. A su vez conduce al lector a un viaje vertiginoso por el imaginario colectivo de los indios machiguengas, que le sirve para desarrollar, una vez más, una de sus obsesiones: el papel de la ficción en la vida de los hombres.
          
        
        
        
  
    
      
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        Odilo
      
    
    
      
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El hablador
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        La guerra del fin del mundo
            La primera gran novela histórica de Mario Vargas Llosa: un libro fundamental de la narrativa en español del sigloXX «Esta novela me hizo vivir una de las aventuras literarias más ricas y exaltantes». Mario Vargas Llosa  «El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes y sus ojos ardían con fuego perpetuo». A finales del siglo XIX, en las tierras paupérrimas del noreste de Brasil, el chispazo de las arengas del Consejero, personaje mesiánico y enigmático, prenderá la insurrección de los desheredados. En circunstancias extremas como aquéllas, la consecución de la dignidad vital sólo puede venir de la exaltación religiosa y del quebranto radical de las reglas que rigen el mundo de los poderosos. Así, grupos de miserables acuden a la llamada de la revolución de Canudos, la ciudad donde se asienta una comunidad de personajes que difícilmente desaparecerán de la imaginación del lector. Frente a todos ellos, una trama político-militar se articula para detener con toda su fuerza el movimiento que amenaza con expandirse. Publicada originalmente en 1981, La guerra del fin del mundo es la primera gran novela histórica de Mario Vargas Llosa, un libro fundamental de la narrativa en español del siglo XX sobre el que el propio autor ha declarado: «Si yo tuviera que escoger una entre todas las novelas que he publicado, probablemente elegiría ésta, porque la considero el proyecto más ambicioso que me he planteado». La crítica ha dicho:  «La escritura de Mario Vargas Llosa ha dado forma a nuestra imagen de Sudamérica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea. En sus primeros años, fue un renovador de la novela, hoy, un poeta épico».  Per Wastberg, presidente del Comité Nobel «Bienvenido sea [...] el gran recreador de la novela realista, que leemos con el mismo entusiasmo con el que otros leen los excesos imaginativos -bienvenidos también ellos- del realismo mágico».  J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia «Sus libros contienen la más compleja, apasionada y persuasiva visión de la novela y del oficio de novelista de la que tengo noticia; también contienen el mejor estímulo que un novelista puede encontrar para escribir, un estímulo solo inferior al que contienen las propias novelas de Vargas Llosa».  Javier Cercas, El País
          
        
        
        
  
    
      
        Fuente: 
        Odilo
      
    
    
      
        Formatos de contenido:
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La guerra del fin del mundo
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