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Imagen de apoyo de  Documento conpes economico 3944  Estrategia para el Desarrollo Integral del Departamento de La Guajira y sus pueblos indigenas

Documento conpes economico 3944 Estrategia para el Desarrollo Integral del Departamento de La Guajira y sus pueblos indigenas

Por: Consejo Nacional de Politica Economica y Social CONPES | Fecha: 2018

El departamento de La Guajira ha mostrado un deterioro de las condiciones de vida yseguridad alimentaria de sus habitantes a partir de la pronunciada sequia de 2014 queorigino la declaratoria de calamidad publica por parte de la Gobernacion El bajo
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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Documento conpes economico 3944 Estrategia para el Desarrollo Integral del Departamento de La Guajira y sus pueblos indigenas

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Imagen de apoyo de  Decreto 800 de 2019

Decreto 800 de 2019

Por: Instituto Geografico Agustin Codazzi Territorial Cauca | Fecha: 27/12/1897

->- anónimoc; ó firmados con pseudónimo irán en la sección de Comunicados. Se tendrá p<>r contestación de cartas simplemente remisivas de asuntos para publicar, In pttblicacic)n de éstos. Sin el pago a11ticipado de colaboración ele caualleros, suscripciones, comu­nicados, anuncios, etc., no atendemos pedidos ni reclamos. Los mv[os de di11ero deben hacerse al sel7or Fernalldo A. Romero. PRECIOS Cada núrnerv suelto, en Bogotá ó en las Agencias, vale 71/lleal .. .. $ o 10 Suscripc: '11 á un~;. serie (en mrso de 25 números), un peso ........ I Comunir Stdos, anuncios Jar~os ó en clic!tés, cada columna, tres pesos 3 Anuncios corto., cada palabra, medio centavo . . . . . . . . . . . . . . . . . . o ~ TOMOS DE GO Y DE lOO NUMEEOS 1 )e so uúmcros, empastado, $ 4, y con el no mure en la pa!>ta .... $ 4 20 De 100 números, $ 7, y ron nombre en la. pasta...... . . . . . . . . . . 7 zo La remisi6r. de un tomo por corr~u cuc:ta et va!or de las estam1Jillas de porte y recomendación, así: c::no sencillo, $ o.3o y tomo doble ..... o so El· bulice de cada so núm r(J:. y Jos ejemplares que f-dten :í. las coleccioJZe que se nos remitan para empastar! as, se lo· :tgn.;craremos d pn.:ciode costo . .A..GEN'TES Preferimos para .t\gcnks á las dama .. En cada población puede haber una ó más agentes, quienes, además de colocar . uscripciones al coutado, ven­' den número· sueltos, mediante una c1Jmisión dd di,;:; por cimto. L los Agentes despachamos suscripciones C<>lo,·adas y no para colocar. Imprenta de Etlnanlo r:spino~a (;nzm[ln.-Dircctor, ·K Hamo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER -------- ------------ AGENTES A ipe , señoritas Rosa1 io Quintero V. y Aurelia 1 Mrmizales, señor Eleuterio Villegas V. Manchola. Mogotes, señorita Victoria Rivero. Amalfi, señora Ana Rosa M. de Agudelo. llfompós, señor 1 éstor Pupo Paz. Baraya, señora Cele tina H . de Lara. Natagaimrz, señorita Bárbara Zorrillo. Baricltara, señora Ester G . de G6mez. Neiva, señorita Fidela Trujillo. Barranquílla, teñores José de J . Mazenet, Aní- Ocaíia, seiionta Jnlia Maria Lobo. bal Palacio y Miguel Angel Vargas A. Onzrr_r.;a, señorita J· va Eslaha Bucrzmmmtga, señorita Lucrecta Forero F. Oiba, scñ011La On,,f.-e Galvi ·. Hut:navmtura, señorita Ana Vallejo R. Pa/t;um, señoritas Agu . tina Sarasti y Paulina Buga, señorita Evangelina Romero. \!varado. Cali, . eñoritas Alejandrina Zamorano y Enri- Pamplona, señorita Carmen l\fendoza. queta Garcés B . Piedt•mesta , señora Teófila M. de Mantilla y se- Campoalegn, señoritas Enriqueta Perdomo P. y iiorila Estcr .1\lantilla. 1< ilomena Ca tillo Q. 1 Pudras, señorita Eloísa Ola ve. c-apanapl, señorita A velina R. Cruz. /'lato, señora Rebeca C. clr; Ca margo. Capitauejo, señoritR Ana S1xta Quirós y. eñor l'tlalilo, seiiorita Bihiana Salina:. Nepomuceno E:-.pino. a B . P(lpayá n, señorita Et ·lvinn. f•arra C. y señor Juan Crfqutza, st·ñora María Lui . a ele Currea. Cl1mnco Rivera. Cartu,:.;o, o.:ciio rila Belarmina Torres M. Pmdrm [Cauca], seiioraP.tnlin:l Quintero deR . Crzrtago1n, . eñor Leovigiluo Grau. P1tml,: Narional, seiitJr:l :'\Iercecle<; C. de Tejeiro. Ce1rito, sdio~1-.1 María Jesús García de Zorrilla. 1 P111iji,acidn, S(ñorita i\farí:1 f'astr ·. Colombia, . ~1iora Zenaida II. de l\.leclina. Río de Oro, Sra. (;umcrsincla .. Chacón de Barros. Conct'ft'ÍIÍII. eliorita ~!.u-tina \Vilche,. Nu.sucw,. elit>r L-1zaro .':11:ls B. Colt•,:;ic•, , ennnla Ester .Martím:z. Noldanillo, señorit·1 ;\Luía [) lgaclo. Cúcuta, ·d'writa Ana Franci. ca l\fejía y seiior 1 Rubio [ cnezuela], señores A. Pérez é Hijo · . Lcopñorita !\1arfa Elena Cuéllar. Suaita, señor Martín María Gómcz. Girm·dot, :.c:ñora A.nalia A. de Sarmiento. J'adó [Ca u ca J, señora Benicia de Domíngucz Guaduas, señoritas Narci ·a Samper y J . El vira Tdmcsis, sei1or Rafael M. Gallego A. Ech •· verri . · Tocaima, señorita Lucinda Reyes y señora G re- Cuamo, ·eñorita María Luisa Páez. goria de Richaux . Guataqu{, señorita Dolores Rodríguez R. T~í·o [Cauca], eñorita Consolacfón Paz C. Guattq'ue, señor Eusebio Roa GaliLdo . Tzmja, señorita Lucila Franco P . Guacart, señor Ignacio Saavedra A. Tz;querres, o..eñor Ricardo Garzón. !fonda, señoritas Ana Rosa Mora y Juliana Na- Tuluá, señor Luciano Umaña . varro y señor Aníhal amper . Ubalá, señorita Rosario Rodríguez. lpia/es, señor Ramón Guevara B. Urtbe, ~eñorita Tulia Herrera M. Labatec,7, señor Daniel Menc!oza C. Utica, señorita Anais Ahondano. La 11/esa, señora Isabel A. de Sánchez . Valle de Jesús, señora Jilma de Téllez M . La Palma, . eñuritas ~ercedes Linares y Cario- Vt!lez, señoritas Trán ito y Mercedes González. ta Santana. Villamm·ía, señora ;'ofía Orozco de Robledo . .lebrija. set),,r i·~m iliano J. U ribe. Vil/avieja, sei1ora Encarnación D. de Sánchez. ,)JadtL'Irí, . c1i01 it:t !\i ,¡tilde J. Corredor. Viotd, señorita Am:~lia Reyes G. Jfa;ou_::u!. suio1 itas ~Iaría de J . Vásquez y Su- }'aguará, señora A tilia Roclríguez II. de Garcla. sana A. García L. Zapatoca, señorita Isidora Dínz Acevedo. tila,ra, señor s Cristina 1\I, de Matallana y Fi- Zara,r;oza, seiior Jaime llerrcra Vz. lomena E. de ~1 encloza. Z1paquird, señora Laura B . de Acevedo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ®1:gauo d.el b.ello s.exo -·.-- FUNDADO f.N 30 DE OCTU~RE DE 1895 Director; FE N ANDO A. ROMERO Bogotá, Noviembre 27 de 1~97. ~ Ano III-Número 127 Voz de aplauso. lhhgué, 20 ele O c tnhrc ele 1897- Seííor D. Fernando A. Romero, Director de LA :\1 t;jER.-B•,got:i . l\luy seilor mío: Días hace que deseaba enviar á us­ted mi voz de aplauso por su patrió­ti t.. t labor, pe:ro ocupaciones de diver­sa índole me In h;1bían impedido. Cuando nadie daba muestras de acordarse en este país de que la mu­jer es parte integrante é importantísi­ma de la familia humana; cuando los periodistas se dedicaban á asuntos de la sola incumbencia de los hombres; cuando pensar en escribir para las mujeres era empresa de locos, porque se creía que quien tal hiciese no ob­tendría de su publicación siquiera para los gastos de imprenta, usted emprendió la cruzada santa en bien de la mujer. El resultado ha sido satisfac­torio en todo sentido, como no podía ser de otra manera, puesto que la mujer colombiana también vive la vida del espíritu. El nombre de usted será grato al bello sexo de Colombia, no solamente hoy sino en época remota, cuando ese sexo, enaltecido en cuanto es justo por una concepción y apreciación más completas de su importancia como compañero y no como simple subalterno del hombre, rememore su pasado. Entonces comprenderá mejor cuánto bien recibió del generoso pen­samiento de usted. LA l\1UJER ha sido un periódico modesto, cual cumple á su misión ; en lo general, acertado en la esco­gencia de materiales; juicioso y cir-· cunspecto en su actitud. Ese periódi­co ha revelado en todas sus páginas amor al sexo débil, y respeto y sin­cera admiración hacia ese sexo, tan superficialmente estudiado entre nos­otros. Y las mujeres de Colombia han respondi ... lo al llamamiento de ese ami­go inesperado; han despertado como de pesado sueño; han pasado lista en sus filas y se han aprestado á coope­rar en la hermosa batalla de su en­grandecimiento. Ha sido LA 1\tlUJER el golpe eléctrico que pone en movi­miento ocultas energías; el toque de clarín que congrega á los soldados al pie de su bandera ! La labor ha empezado, pues, sobre los mejores auspicios, y debe esperar­se que dará los mejores frutos. ¿Por­qué no ha de ser LA MUJER la causa eficiente de una provechosa revolu­ción en las costumbres de este país? Los grandes acontecimientos tienen generalmente su origen inmediato en causas pequeñas: la libertad de los negros en Norte América se debió á la puhlicación de un humilde libro; la independencia de nuestra patria, á ligera reyerta; el descubrimiento del N u evo :' 1 undo, al casual arribo de Co­lón á ¡.ts puertas de la Rábida. _ .. Cuando suena la hora; cuando Dios quiere dirigir en uno ú otro sentido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I IJ 4 LA MUJER las corrientes humanas, no necesita, lleva al espíritu la convicción de que en verdad, de ostentosas manifesta- hizo á la mujer para compañera y no ciones: al soplo de su voluntad todo para sierva del hombre. Como coro­se inclina, desde la hoja del árbol has- pañera, y sólo en tal concepto, la obra ta la mole inmensa de los Continentes, 1 de Dios resulta armónica y perfecta desde el insecto hasta el hombre! como todas sus obras. Situar á la mu- Sí LA MUJÉR persevera en su la- jer en otra posición es pretender una bor, si se inspira siempre en fuentes dislocación imposible. puras, 1~ victori~ ~erá suy~ y hará á 1 En nuestro país se ha avanzado C:olombta el servtciO ?e mas trascen- ¡ bastante en el sentido de colocar á la dentales conse~~enctas: el . de una mujer en el puesto que le correspon­acertada exnltacwn de la muJer. de, pero todavía falta mucho terreno . Esa exaltación e~ necesaria, es in- por andar. Todavía se cree por algu­dtspensable: la muJer es 1~ mad_re Y nos que la mujer es notoriamente in­e_ s la esposa, Y. c_on t.al carac~er tiene, ferior al hombre; que no debe dárse­st. n duda, dect_stva mfluenc.'a en. In le sino rudimentaria educación; que v1da ~e las soct_edades. Es t~lpostblc sus facultades intelectuales son muy hacer buenos ctudadanos a_llt donde débiles y que, por 1 y ineludible, está ~a esposa y la madre no tienen una 1 condenada á ser, en todas las mani­td~~, exact~ de sus deberes Y de su festaciones de la vida, un ente pasivo, mtston; alh donde la esposa y la ma- y nada más. dre no son debidamente respetadas 1 Y no se sabe, ó se afecta no sa­por el esposo y el hijo. Hombre que berlo, que las mujeres de Colombia crece en tales condic_i~nes lleva en- han dado muestras en todas las épo­fer~ na el al;na desde nmo, y nada po- I cas, y á pesar de la desventajosa po­dra despues curarlo por completo. sición en que han vivido, de que son La mujer es todo corazón, todo capaces de escalar todas las alturas á sentimiento. De ahí que su educación que en países de plena civilización al­sea más delicada que la del hombre. canzan los individuos de su sexo. En la mujer el primer impul o es de- se desconoce, por ceguedad inexpli­cisivo : si bueno, la hará heroína del cable, lo que á diario estamos pre­deber; si malo, la llevará desatentada senciando : las grandes facultades de por senda. peligrosa y, casi siempre, 1 nuestras mujeres. Podría citar mu­la precipitará al abismo . Nada, pues, chos nombres, pero es inútil, porque más acertado ni más útil para una en todas las familias puede encon­sociedad, que levantar el nivel moral ¡ trarse, si se hace un e.·atnen concien­cie la mujer, nutriendo de sólidas zudo, que en materia de capacidades ideas su entendimiento y dándole fe están las mujeres por lo menos á la en sus propias fuerzas; en suma, des- misma altura de los hombres. Otra arrollándole la conciencia ele su per- cosa es la ;1pariencia de superioridad sonalidad. que á éstos da ]a mejor instrucción Los pueblos bárbaros deprimen á que reciben y la ost entaci ó n que ha­la mujer, y á m edida que adelantan 1 cen de su s conocimientos, que con­en civilización, la exaltan . De tal m<:~- tra sta á maravill a con la in gé nita mo­nera, que civilización y des precio á la destta de la mujer y con su postcwn mujer son cosas que se excluyen. 1 humilde y esc ondida allá en el fondo Si pues .. Colombia. se afana por que j del hogar. . . , , , se le con s1dere un pueblo culto, nece- La tradtc1on no oeoe sostenerse sita tener muy fija la mirada en la l por el hecho ele ser tradic ión sino por justa e.'altación de sus mujcre.. ser buena. Cuando no lo e·; cuando Un atento examen de la obra de 1 choca con el espíritu de los tiempos; Dios con relación á la humanidad, i cuando entraña una injusticia, enton~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER II75 1 ces debe morir. En este caso está la La mujer colombiana quedará am­tradición de nuestras costumbres en lo 1 pliamente satisfecha cuando se la re­que se refiere á la mujer. Ha llegad el conolca c9mo compañera del hombre, momento de tomar nuevo rumbo, y t pero compañera de verdad, en todos debe tomarse sin vacilaciones. Es la los asuntos de la familia, en los mul­hora de colocar á las mujeres á nues- ( tiplicados incidentes de la vida del tro lado, pues hagámoslo sin pérdida hogar. Entiendo que á eso· y nada · de tiempo y sin temor. más aspira, y á fe que es una justa Esa tarea no es aquí, por for- aspiración. tuna, demasiado ardua : hay ele- ' La supremacía absoluta del hom­mentos bastantes para hacC'rla rclati- bre y la dependencia también abso­vamcnte fácil. Juta de la mujer, es una costumbre En primer lugar, si muchos de los absurda. Tras de ella vienen otra y hombres exageran su posición en las otras, hasta llegar al triste resultado familias, no es por maldad, no es si- de una sociedad en la cual sólo una quiera deliberadamente: es por ruti- mitad_ piensa y la otra obedece; ~ólo na. Han crecido en un medio viciado 1 una t1cne derechos y. la otra obliga­á ese respecto y no es extraño que la c.i?nes; sólo la una se cree en pose­influencia perniciosa Je ese 111edio los ston de la verdad-de toda la ver­alcance. Hágaseles comprender que dGd-en tanto que la otra vegeta en andan errados; que es hasta suprema la impotencia! . . tontería desaprO\ echar las inmensas 1 ro es esto correc:to; no es ensila­ventajas que da al hombre una mujer- no~ ,no es útil. Con:cgir toda ma_nifes­compañcra sobre una mujer-sierva, y tactO_n. ~n ese scnttdo por med1o de en seguida esos hombres tomarán c..l una JL~Ictos;: propaganda en favor de buen cami'no. Y si hay mujeres inca- f la muJer, he aqu1 una grande obra de prtces de alcanzar el puesto de honor 1 reparación y de justic_ia. Hé aquí la aliado de sus maridos, no es por de- tarea que ha emprend1do LA MUJER. ficiencia intelectual y moral: es por Por esa tarea noble y santa felicito que les falta una adecuada educación; á. usted una vez m.á , y, sin otro par­porque también, ofuscadas por el me- t1ctllar, m~ suscnbo de usted muy dio en que han vivido, no compren- atento serv1dor, den cómo puedan ser personas y no } A lll() LOZANO T. cosas, cómo puedan ser compañeras y no siervas! Edliqueselas; dése más acertada dirección á sus facultades, y :Lo.. verdad y la mentira. al punto se las verá ocupar, sin vérti­gos, la cima. En segundo lugar, no creo que la mujer colombiana llegue á pretender jamás libertades incompatibles .con la delicadeza de sus sentimientos; con sus propensiones naturales al recogi­miento del hogar; con su misión altí­sima de paz y de ternura, de abnega­ción y amor. La mujer colombiana no extremará sus e<"igencias; lejos de esto, no aceptará nunca libertades que la lleven á las calles y á las plazas pli­blicas á confundirse con los hombres en los ásperos negocios de la vida de administración y de política. La verdad es la 1 uz productora de la fe entre los hombres. · La mentira es la pantalla ocultadora de la verdad y destructora de esa fe. No es la verdad un dón de Dios-como lo es la inteligencia­sino una virtud que Él ama._ y que adquirimos por la educación. Segli n la Mitología, consideraban los antiguos á la verdad como madre de la virtud, y tenían razón, pues no es posible calificar de virtuoso ó hijo de la verdad á quien tiene la costum­bre de mentir, aunque posea muchas buenas cualidades. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II76 LA MUJER Los antiguos reyes de Persia apre­ciaban por tan indispensable decir verdad, que cuando sus hijos cum­plían 14 años les daban un grande de la Corte para que, estando siem­pre á su lado, les enseñara (l ser siem­pre veraces stn prever consecuen­Cias. Luis xvr le preguntó un día al Delfín: -¿Qué es lo más bello que existe en el mundo? -Mi madre ! contestó el niño, des­pués de haber mirado á María Anta­nieta, quien al momento le dijo : -No, hijo mío: lo más bello que en el mundo existe es la verdad. ¡ Preciosa enseñanza de tan bella mujer! Tan bien supo esa buena madre enseñar á su hijo á ser veraz, que al saber el Delfín que á él le atribuían las calumnias con que los enemigos de María Antonicta la acusaban. hizo propósito de no hablar. No obstante haber sido condenada El mentiroso se convierte en ente vil; el veraz es honorable. El ejemplo forma insensiblemente el hábito, y por eso la comunicación con persona ami­ga de la verdad en todo caso es:tan provechosa como la lectura de un buen libro. Cali: 1897. u.· SUSCRIPTORA. Tres ép_,cas. (EN DOCA Dli: UXA SOLTERONA) Todo fue luz, perfumes y colores, Ni una nube en mi cielo ¡ cielo puro! .. Yo pe~~aba que rico mi futuro Sería de venturas y de flores. Niña ilusa, lll) supe que hay dolores, Que hay un cami110 horripilante, oscuro, Que hay un campo do mézclase lo impuro Con la pasión, L.\ tlicha y los amores . ¡Cuántos recuerdos en el alma guardo!. .. por Dios la mentira en el Sinaí, per- De brazo me tomaba dulcemente sonas sensatas creen que es bue.1a en De la ciudad el joven más galla1Clo, ciertos casos, como en el de decírsela á quien persigue á otro con malos 1 Y al baile me !le~aba: yo riente fines para que no le encuentre. Escuchaba sus supltcas de barrio .. ' Tal mi vida de quince hastn los veint" . La mentira siempre es mala como lo es el inmoral principio de que el fin justifica los medios/ La mentira hace consorcio únicamente con la crimina­lidad. Entre mentir y callar en casos como el indicado, es preferible callar. La costumbre de mentir es más abominable y ele peores cor.secuen­cias en la mujer que en el hombre, porque siendo la mujer la encargaJa de la educación del niño, puede en-ll Las damas e .-iclia ron mi ventura, Cautivé con m ::> gracias corazones, Escuché etttt.:rnecida la s canciones Que el vate dedicaba ú mi hermosura. Los poetas me amaron con locura Y escuché las ardientes confesiones De sus a~·nores castos é impresiones: -Tú eres la \·irgen m.\<; graciosa y pura! señarle á mentir. Observa un escritor Me decían. Entonces fui admirada; que en lo general los perversos son 1 De vanidad llenérne .. una tormenla hijos de mentirosos ó educados por \ Rugió en :ni corazón, de:tlrdenada .. ellos. 1 , 1 ~~ 1 1 - L t . ¡ 1 d t d Busque unos >razas, < ~ pacer se< tenta, a m en 1ra es a rnac re e o os . , . "' Me arrOJC en ello: c1ega, d e -alada .. los humanos defectos, , y por eso la Tal mi vida de veinte ' .~s · ;l los treinta. mujer mentirosa liega a tener los de ser hipócrita, chismosa, intrigante. nr Tales defectos la hacen perder todos Después .. vinieron para mí otws años : los encantos de su sexo. ) Empe?.Ó el negro ocaso ele mi vida, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER JI 77 Huyó de mí la juventud querida Y comprenrlí del mundo los engaños. Me encontré sola .. Lúgubres y extraños Son los recuerdos de mi rlicha ida· Llevo en el cora~ón angrienta herida Y en el alma cruel es desengaños . ¿J)é está mi jnvc1.tud y mi !1cnn nsur:t? ... ¿Quién de la pena y del dolor me alienta? ¿Con qué puerlo rurar esta amargura? Hoy mi vida tan sólo se alimenta Espiando una hueca sepultura, Lo que amo ¡ sí! ele lo que r~toy sedienta. BLASl~J\ RO .\IERO. ~odas de J?a.ris La Crónica Pan'sie11, dirigida por D. Antonio Ambroa, habla de las siguientes: -La muselina bordada hace com­petencia al linón. Puedo asegurar que nunca se llevó tanto como ahora, por­que verdaderamente es seductora, sea cual fuere su matiz: rosn, ciclo, limón lila, gri s plata, malva, cte. etc. -Los bordados suelen ser puntos .nás ó menos grandes o acrujeros que forman sobre el tejido como pastillas transparentes. F inalmcnte, hay muse. linas bordadas de guirnaldas ó de bou­quds que hacen muy bonito efecto. Estas muselinas se llevan siempre sobre un vestido de debajo, de igual color ó de otro diferente. Esta necesidad de Ilevc1r la falda y el cuerpo de seda, cual si fu eran el forro, hace bastan te costoso un traje de muselina. Por eso ya no puede decirse que la " anta muscl:na " es el emblema de la sencillez. -Están muy á la moda los cintu­rones flotantes, hechos de cintas y con caídas muy largas, tanto como la falda. Los collares de plumas de ave s truz negras, blancas ó gri es, s e lle\· a n mu­cho; son muy elegantes y encuadran tan lindamente el rostro, que no hay valor para abandonarlos. \demás, el fresco de la noche los hace útiles á veces. -Las señoras usan mucho el zapa­to de gamuza gris con adornos de se da, el zapato negro de charol que puede llevarse con toda clase de toz'­lctt y el zapato de cabritilla mate, en negro, con tres botones al lado. V u el­ve la moda del tacón alto, aunque se usa mucho el tacón bajo inglés. La media que más se usa hoy es la escocesa en seda ó lino, con pie de un solo color, generalmente negro, y con dibujos que empiezan á cierta altura. Se ensaya volver á la moda el uso de~ coral, de que se están haciendo botonaduras para caballeros, anillo y pendientes, en los que el coral ocupa el puesto del brillante, de la turquesa ó del rubí, la piedra preciosa más bus­cada. El boa de plumas de avestru7. es la elegancia del día. LA R 1·.1 Al\fELIA, de Portugal, que visitó á París, hizo fotografiar las c!amas de ~u Corte, y los rayos X mostraron los desórdenes del organis­mo interior causados por el corsé. La bella y hermosa Reina ha dado el ejemplo, redimiendo su cuerpn de la esclavitud del corsé, y la damas portuguesa han seguido con entu­siasmo su ejemplo; por lo que d cor­sé ha quedado pro·crito en ab:.;oluto ele la toilette femenina en Portugal. Como todas las modas pasan, parece que ya le llega la hora al funec;to cor­sé, que tántas víctimas ha llevado al sepulcro. Lección de piano. La rliscípula es joven y muy ,.i,:a (El dzío así se explica ) , La voz del profesor c. expresiva Y le encantan los ojos de la eh ca. --¿Sabe usted la lección?- Toda la pieza. -Pue. empecemos y a . -Pctire usted un po co la c a be za . Que hace mucho calo r. Perd ó n ... ya está. -Ese tiempo se toca con asombro: 1\Iás so stenido el si. -Pe tir e usted su mano de mi)10m brt); 1 ro se acerque usted tánto ... -Así?-Así. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER Eso va con PEDAL .... así ..... -Cuidado! N o me pise usted el pie. -Vuelva á tocar lo mismo. La he pisado? Pido á usted mil perdones. N o hay de r¡ué. -Tenga usted esos dedos sobre el piano, Continuando el sostén ..... . -¡Ay, a·. ay! No me apriete usted la mano. -Siga-¿ 'oy bien?-¡ Bravisimo! muy bien! -Ese allcgro más rápido, crcscendo. Mi, sol, do, re, mi, fa . .... . Mi amor también, hermosa, va crecienclo. -Mire usted que est.i oyendo mi mamá.. Una pena terrible me lacera: Deme usted, inhumana, Una esperanza, por favor, siquiera ... -Deme usted la lección para mañana. LUis RooRícu¡.:z VJ•.LASco. tenemos 1:.t felicidau ele poseer, nuestro recreo en las hon:s de fatiga, y nuestro más consolador lenitivo en las horas de aflicción. Su asidua suscriptora, SEMRAC. Cachetá, 30 ele Octubre de r897· Angel caído. En dónde está la voluptuosa gracia Que embelleció tus noches y tus días .. Sin luz los ojos, ltt mejilla lacia, El beso de tu boca ya no sacia Como saciaba ayer en las orgía . N o tienes ya los atractivos que antes Prodigabas en pública almoneda, Cuando, rica de perlas y brillantes, O !vi dabas á Dios por los amantes Y eran tus tmj es ele crujiente seda. En tu mirada triste y sin de tdlos La más cumplida debo dar al hermoso El ;uego fltuo del placer e ptra · semanario LA MUJER, al entrar en el Y oe tu espalda en los contornos bellos, tercer año de su gloriosa carrera. 1 f~esordenados flotan tus cabello~ Felici to.ción. Hoy cumple do año., en los cuales ha Como las cuerdas rotas de una hra. alcanzado á ml:reccr los más cumplidos aplausos de todos los que saben apreciar 1 Ll~ra sin tr;gua ni medic.la, l~óra; la moralidad; en los dos años que lleva o p1ensc. ma~ en los del.cltcs tdos, de existencia ha sabido ganarse inmensas J>orq u e es prcc1~0 comhat1r, y es hora simpatías, y ha llenado de gozo, más de De sof~c.a,r en pugna reclentor.a u:1a vez., el corazúnde todas sus suscripto- La secl!c10n brutal de los sent1do'i. ras, ~iempre que recorremos sus ilu tradas 1 páginas. Deséole, pues, que continúe triun- ·Valor~ va)or! y que la lid com~ence fante la carrera que ha empezado, que si Con la plegana q~1e en tu acento vtbre : en dos años no más, ha ganado tántos Y aunc¡ue la propta culpa te avergüence, lauros, ¿cuántos más no ganará si prosi- ¡ Levántate, mujer, y lúcha y vénce, gue sin detenerse? Que nunca es tarde para hacerse libre! Sus dignas colaboradoras me permití- l rán haga extensiva esta felicitaci1)n á Déja que el vulgo hostil en su locura, ellas, encarcciéndoles no de falle:t.can en Le niegue á tus pesares el consuelo su tarea y continúen contribuyendo con En medio de tu negra desventura : sus aromáticas flores al embellecimiento Por la calle fatal de la amargura de la lwrmosa corona que sus inspirarlos ólo transitan los que van al cielo. talentos están tejiendo; cuyo brillo y pu . reza deleitan nuestra vista siempre que la suerte nos favorece con una de ellas, las cuales resaltan en las páginas de nuestro órgano, como el resplandeciente diaman­te sobre el oro. Igualmente me permitirá su digno Di- Huyenclo de la culpa y sus sonrojos 1\Iagdalena surgió del cieno inmundo, Y en su fervor, postrándose de hinojos, Con el humilde llanto de sus ojos Los pies ungió del Redentor del mundo. rector en esta ocasión, manifestarle nue- Déja que torne la virtud ausent!:!, V' liuente mi asiduo entusiasmo por tan Para que brille en la abyecciÓn de tu alma, bella MUJER y píe:ielltarle mis más sin- 1 Y dóbla al peso del dolor la frente, ceras felicttaciones por la grandiosa obra 1 Como se dobla ante el simoun ardiente, que dirige, la cual es para todas las que ' Con su plumaje vegetal, la palma. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1179 Pero desdéña al mundo que te humilla Con su reproche por la vez primera; Y arrodillada con piedad sencilla, Para que el llanto lave tu mancilla, Levánta á Dios el corazón, y espéra. Que ~se raudal de lágrimas que brota Del corazón de 1~ mujer caída, · Es un Jordán de hiel, que no se agota, Porc1ue en sn linfa detersoria flota La salvación eterna de la v1da. Cartagena, r896. AUGUSTO N. SAl\lPC:J~. ~adre á hija. (por Aníbal Rnmper) L\ VIRTUD ranza y de la carz'dad, con las cuales te defenderás en todos los ataques que te hagan durante la vida. Ten pre ente, que el vicio recién nacido es fácil de hacerlo desaparecer; pero que si crece, no tendrá remedio; y de consiguiente, desde la primera acción, hay que reflexionar para que más tarde no deplores y llores el pri­mer error que por falta de previsión cometiste. SEGUNDO CONSEJO.-C.\ 1' IDAD Ya te hablé, amada hija, de lo::; re­sultados buenos que proporciona la Virtud, y de los malos resultados de lo vicios ; tócame ahora alumbrarte . obre Ja Caridad; y comr) creo que ( Continnr.áúu). las sabias instrucciones que de mí y Procúra, pues, encarrilar tu con- de tus maestros recibes, te habrán he­ducta desde ahora; tienes tiempo para cho concebir la más elcvad.t idea de ello, pues apenas son actualment.... pe- la piedad cristiana, no vacilo ni des­queñas chispas fáciles de apagar; mayo en mi tarea . Como este es el pero al contrario, si 110 recibes mis principal asunto de todos los que me consejos, crecerán de tal manera, q uc prometo tratar, Y éste es la ba'1c so­se convertirán en e 11 ormes y feroces br~ q.ue deben fun?arse todos los de­fieras que 110 podrás más tarde do- mas, JUZ~o con.veniente empezar por mesticar; y por consiguien k 2 ndarás 1 P.onert~ a la vista todo .lo 9,ue con­más tarde por las asqucro<>as y tcnc- , c1erna a ta1; sagrada obhgac10n, paré.l brosas sendas de loe; vicins con el l que, formandote buen concepto de alma torturada y la razón perdida. ella, e~1trcs con ánimo á trabajar para Las malas costumbres, hija mía, son 1 cumpltrla como nuestras enfermedades: al prin- Primeramente reflexiona que el Su­cipio son apenas ligeras indisposicio- premo Hacedor te puso en el mundo nes, que acudiendo en tiempo pode- para que le sirvas, y que te ha dado mos curarnos; pero si no hacemos un corazón para que le ames; de con­caso de ellas, corromperán nuestra siguiente, es muy justo que le censa­sangre y vendrá la muerte á poner gres sus primicias. Por hijo malvado término á nuestra existencia. te tendrías si no amases á los autores La Providencia Divina, amada hija, de tus dfas, quienes merecen tu amor jamás permita que en ti se anide el por varios títulos. Así pues, repára, envenenado dardo de los vicios; y hija mía, que en el cielo tienes otro que en tu alma no se verifique la des- Padre mil veces más digno de amor. cripción que he hecho. Examína tu Ese bondadoso y tierno Padre es conciencia; y si te crees inclinada á la 1 Dios, que, á pesar de ser tan podero­soberbia, 4 la di. ipación, á la cruel- so y tan grande, no se desdeña por dad, al deleite, ele., y . i encuentras este título. M u y al contrario, no lo que en tu corazón e.·istc algú11 mons- exige, y sobre todo, ama á los cora­truo de esos, combátelo, extermínalo, zones impregnados de pureza y cas­que para eso Dios te dará las armas tidad. de la lumúldad, de la fe, de la espc- ( Contz'muwá ). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II80 LA MUJER El león y el asno. FÁBULA Sobre un asno cl.escuirlaclo ~ n león se abalanzó; Y el burro por de contado, Cuando la carga sintió, De espaldas se echó, y cargado, El pobre león quedó Molido, que daba grima, Con aquel borrico encima. Rugió el le6n, dolorido, Diciendo-burro villano! ¿ Cómo eres tan atrevido, Que, con furor vil é insano, Hieres al león temido? ¿No ves que es tu soberano? Has atacado á tu rey, ¡ Eres reo ante la ley! Y el burro exclamó:--· Canasto! Si el Rey no me guarda ley, Yo, en pudiendo, al rey aplasto, Pues deja de. cr mi rey. oy ele entendimicnt() uasto, Y más que yo. abe un buey: Pero, como dar un brinco, 'é decir cuántas son cinco. A pesar de mi modestia, Puedo decir, á mi ver. Que no soy burro tan bestia Para dejar de entender Que á quien me crtusa molestia N o le debo dar placer Si hacerme mal al rey plugo, N o es mi rey, es mi Yerdugo. Y es proceder bien insano Dar honra á quien nos maltrata, Aunque sea el soberano; "Y porqué ¡oh rey! hablando en plata Para el ami~o la mano, Y al enemigo la pata. Si el rey se hace mi enemigo, o espere trato de amigo." Oiga todo mandatario El rliscurso del pollino ; Y no sea estrafalario, Cometiendo el rlesatino De ser á h ley contntrio. Obre con justicia y tino, Y al pobre pueLio no oprima, Pues puede echársele encima. BARROS G. Carta d.e D. ~ariano Ospina á su hiJa la señorita l\1aría Josefa, In víspern de f,u matrimonio. ( Crmclusión ). Tómese desde el primer día el há­bito de informarse todas las mañanas 1 de la salud de cada una de las perso­nas 1ntimamen~e relacionadas con su esposo, y de lo que n:ás les interesa, para ocurrir solícita á atenderlas y servirlas, cuando lo necesitaren. Sea 1 muy diligente y exacta en cumplir los deberes que la costumbre impone en las relaciones sociales, sin dejar nunca pa;a mañana lo que pueda hacer hoy. Busque las amistades más íntimas de la familia y no fuéra de ella; y ponga 1 atención y solicitud en todo lo que á ésta interesa. N o es raro en la sociedad de las familias, existiendo las más :tmistosas relaciones, ocurran ligeras contrarie- ¡ dades, que son algunas ve< c ..; efecto del mismo sent" ·11iento de unil )ll y de amistad; si tal o c urriere alguna vez entre la familia de su esposo y la de su padre, póngase usted en í.tvor de la primera. La razón es obvia: en el 1 , . d d' 1 ammo e un esposo pu tera entrar a ' duda de que su mujer lo prefiere á todo, y esto debilitar su cariiio; y el amor de padre, es indestructible, y en su corazón no cabe duda alguna so-l bre el afecto de sus hijos. Por lo mis­mo, prefiera usted en sus atenciones y cuidados, la familia de su esposo á la de su padre. Yo he sufrido y sufro cmclmente, pero todo mi sufrimiento procede de una sula fuente: la pérdida y el pa­decer de tántas personas queridas. 1 Fuera de esto he vivido tranquilo, contento y feliz, debiendo esa tran- 1 quiliclad y ese contento á dos propen- 1 sienes felices que Dios me dispensó: 1 la primera, es la de olvidar toda ofen-sa, grande ó pequeña, y no abrigar ¡ ningtín sentimiento rencoroso de ven- 1 ganza ni de envidia; la segunda con- 1 siste en mirar como u na tontería las aspiraciones de la vanidad. Hágase Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1181 usted la heredera de estas dos pra- l diosa; que todos los acontecimientos pensiones ó hábitos interiores, que, se dirigen á un fin, que no está en mejor que yo, los poseía también aquel nuestro alcance ni el prever ni el es­ángel de bondad que fue madre de torbar; por consiguiente es un deber usted. Sí, posesiónese usted de esos religioso y un acto de buen sentido hábitos, y ellos le darán la paz del el aceptar toda situación, todo acon­alma, que el odio, los resentimientos tecimiento y acomodarnos á ellos por y la fiebre de la vanidad destierran de duros y adversos que fueren. Toda la mayor parte del género humano. situación aceptada es llevadera, por La sencillez de la vida nos ahorra mil amarga é insoportable que parezca. diarias molestias, y no produce íncon- Pero cuando la persona se obstina en venicnte alguno. Las aspiraciones al querer y en pretender que las cosas boato, al lujo no procuran satisfacción no sean como son; cuancio se da á alguna, pero sí inquietudes, desazón y lamentarse y desesperarse, porque sus ruina. deseos y aspiraciones no se cumplen, Usted y su familia van á vivir en porque su situación no es la que qui­este país, que, como todos los de His- sicra, esa persona vive en un continuo pano-América, está expuesto á revo- martirio; y como el lamento y la luciones desastrosas, en que las fa- desesperación no tienen poder nin­milias más honradas se encuentran, guno para alterar el curso de los cuando menos lo esp ran, despojadas acontecimientos humanos, pero sí lo de sus bienes y expuestas á la mise- tienen para debilitar la salud, para ría, como usted lo ha visto. Sea usted, turbarnos en el cumplimiento de nues­pues, económica, y aconseje la econo- tros deberes, para ;¡,lterar nuestra fuer­mía á su marido, y procure que pon- za moral, para llevar al ánimo de las ga sus ahorros en donde puedan sal- personas que nos aman la desazón y varse el día de un de. astrc, para el la tristeza, resulta que ese estado vio­cual deben estar preparados. lento de resistencia á la realidad de Tenga usted siempre un confesor las cosas, á la situación en que Dios ilustrado y prudente, v consulte Cün ha querido ponernos, es ante la reli­él todo lo que interese á su tranquili- gión un acto ele rebeldía contra la vo­dad y á su dicha C•1 ~us relaciones do- !untad divina, y ante la filosofía, un mésticas. acto de mentecatez. N o se deje usted, No quiera usted alucinarse imagi- pues, arrastrar á esa especie de delirio nando que la vida c. una cadena de que centuplica el mal de muchas persa­contento y de satisfacción no in te- nas; sea cualquiera la situación adversa rrumpida, nó : la existencia es en to- en que usted pueda verse, acéptela con dos los estados una alternativa de go- la firme resignación que ordena la re­ces y penfls, y par,t ello debe estar ligión, con la fuerza del alma que preparad e-t. Sin e m' :a rg·l, la fe, la pru- acons~ja la filosofía. dencia y '..:1 buen · ''1li lo prod uccn Un día tendrá u. t · 1 que hacer con diferenci<1s muy graL !e:-; en la suma Mercedes, con María, con las hijas de de los goces y de bs ~ t: tLls entre pcr- usted, lo que en este instante hago yo so nas cohcadas en J;¡s mismas cir- con usted ; quiera el Dios clemente cunstanci tS; Y es nc~ocio de la pri- y misericordioso que nos protege, que mera imp >rtancia el~ . .' cr uno dirigir al transmitirle estos consejos que le di­su pensamiento y sus afecto:-. Ctl c·se rige la ternura de su padre, pueda mar incon tante de la vida. 11sted decirles que los ha practicado, La fe y la razón nos enseñan que y que ello han contribuído en algo á las cosas humanas no andan al acaso, procurarle días de paz y de contento, y sino que son regidas por una Provi- á suavizar sus pena;, en los dí<1s de denci.1 inteligente, justa y misericor- amargura. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1182 LA MUJER Guarde usted reservada esta carta, mi querida hijita, y como un recuerdo de su padre, Jéala de vez en cuando ; y ahora que ya usted no depende di­rectamente de mí, tráteme con más confianza que nunca. Un amante padre que día y noche tiene en su memoria presente á usted, querida María, y pide á Dios que le dé sus bendiciones y sus gracias para que llene cuh1plidamente sus debe­res, y haga contenta y satisfecha el viaje de la vida, MARIANO ÜSPINA R. A mi apreciable amiga SEÑORITA CLARA CASTRO 11a partí ipaci6n Que de tu casa me mandan, \fe entera, Clarita atmga, De CJlle muy pronto te casas: Celebro muchn la suerte ue has tenido, amiga Jara, Encontr:1ndo para esposo Un homure que te idolatra; Que es holll ado, inteligente, Con pn ición desahogada, Puesto que ti~ne carrera, Que \'ale más que L.t. plata; Por esta y otras razone., Que la amistad nos d~mancla, Me atrevo á O:lrte un consejo Que te ha ele hacer mucha falta; No pregtu.tes al marido, A dónde va cuando salga; Ni le diga· con enojo: .Porqué vienes tarde á casa · Húye siempre de los celos, Que son incapaces, Clara, De Ht\~ C.:1111 Clllllc¡ uiera otro trntatHÍCllto müdico 1Í alin~t·nt": 2.• Que e. bí11 compuestas dt> snst'{llt:ias en temlllente het,ignH." y jant:Ík rtoc·iva:-. fÍ la salt11l: 3. Quee t>utdP prefll•taUtl:; 6lr1 mano y una 6 una, pneth• C1.t1t••r;;:e ~-;egu­l'l\ lll€'ntu (:on qn• PltVIlt~h·•·lr 1-'Ít•mpre tiiP\ dü!,iS h_i dt-< tliPtíiCalllf'lltd .\ j1111HÍI'o \111 lÍtOtnO d IIIIÍS 11 j do IIH'IIII:O.; ,\" •1 1 Q11e Mtll 1 .·lllltt•. 11 In Vt-:Y. q11u r•uou. titn_,eu- Certificaciones: Doctor Juan Día~, l\fédico Ci ruja llu de la· Facultade:· de Parfs y C,ua<:Hs, certifica: Qne ha recetado frecuente­mente :í ·n el iettt~:la lts Píldoras toco­lógicas Ju'gras de Cur!J', y habi
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Mujer - N. 127

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Conocimiento tradicional, propiedad intelectual y moda: una visión desde la participación equitativa de beneficios

Por: Mónica Fuentes-Mancipe | Fecha: 01/06/2021

El presente artículo lleva a cabo una aproximación al conocimiento tradicional como un elemento esencial de la identidad, el territorio y la cosmovisión de los pueblos indígenas. Se analizan algunos escenarios de vulneración por parte de la industria de la moda, que dan cuenta de la desprotección de los derechos e intereses de las comunidades, quienes a través de estos saberes, técnicas y costumbres reflejan su relación con el mundo que les rodea. El enfoque metodológico analítico escogido, permitió llevar a cabo una reflexión integral a partir de diversas fuentes especializadas. Así, tras plantear la problemática antes descrita, los autores proponen, a manera de resultados, redimensionar el comercio justo y garantizar el derecho a la consulta previa desde un escenario constitucional.
Fuente: Universidad del Rosario - Estudios Socio-Jurídicos Formatos de contenido: Artículos
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Conocimiento tradicional, propiedad intelectual y moda: una visión desde la participación equitativa de beneficios

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Kat yofuerable murui-muina Uitoto : Nuestro libro de saberes. el amanecer de la palabra de vida en la formación del ser y la naturaleza como hijo de tabaco coca y yuca dulce.

Por: Sandra Carolina Ramos Torres | Fecha: 2021

Este trabajo es producto del apoyo colectivo y comunitario, donde sabedores, autoridades, mayores, familias, niños, niñas y adolescentes creamos espacios presenciales y virtuales de intercambio de palabras, conocimientos e ideas, para que se compilaran y recrearan en un ejercicio educativo, que da voz a los integrantes de cada comunidad para ser orientadores y maestros de niños y niñas indígenas en contexto ciudad. Asimismo, las ilustraciones presentes son el resultado de un encuentro de saberes por pueblo, donde participaron niños, niñas y jóvenes al representar en dibujos e imágenes aspectos relacionados con Espiritualidad, Ley de Origen y Gobierno Propio.
Fuente: Centro de Documentación y Memoria de la Secretaría de Educación del Distrito Formatos de contenido: Libros
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Cultivando conocimiento en las semillas Muiscas

Por: Sandra Carolina Ramos Torres | Fecha: 27/12/1897

->- anónimoc; ó firmados con pseudónimo irán en la sección de Comunicados. Se tendrá p<>r contestación de cartas simplemente remisivas de asuntos para publicar, In pttblicacic)n de éstos. Sin el pago a11ticipado de colaboración ele caualleros, suscripciones, comu­nicados, anuncios, etc., no atendemos pedidos ni reclamos. Los mv[os de di11ero deben hacerse al sel7or Fernalldo A. Romero. PRECIOS Cada núrnerv suelto, en Bogotá ó en las Agencias, vale 71/lleal .. .. $ o 10 Suscripc: '11 á un~;. serie (en mrso de 25 números), un peso ........ I Comunir Stdos, anuncios Jar~os ó en clic!tés, cada columna, tres pesos 3 Anuncios corto., cada palabra, medio centavo . . . . . . . . . . . . . . . . . . o ~ TOMOS DE GO Y DE lOO NUMEEOS 1 )e so uúmcros, empastado, $ 4, y con el no mure en la pa!>ta .... $ 4 20 De 100 números, $ 7, y ron nombre en la. pasta...... . . . . . . . . . . 7 zo La remisi6r. de un tomo por corr~u cuc:ta et va!or de las estam1Jillas de porte y recomendación, así: c::no sencillo, $ o.3o y tomo doble ..... o so El· bulice de cada so núm r(J:. y Jos ejemplares que f-dten :í. las coleccioJZe que se nos remitan para empastar! as, se lo· :tgn.;craremos d pn.:ciode costo . .A..GEN'TES Preferimos para .t\gcnks á las dama .. En cada población puede haber una ó más agentes, quienes, además de colocar . uscripciones al coutado, ven­' den número· sueltos, mediante una c1Jmisión dd di,;:; por cimto. L los Agentes despachamos suscripciones C<>lo,·adas y no para colocar. Imprenta de Etlnanlo r:spino~a (;nzm[ln.-Dircctor, ·K Hamo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER -------- ------------ AGENTES A ipe , señoritas Rosa1 io Quintero V. y Aurelia 1 Mrmizales, señor Eleuterio Villegas V. Manchola. Mogotes, señorita Victoria Rivero. Amalfi, señora Ana Rosa M. de Agudelo. llfompós, señor 1 éstor Pupo Paz. Baraya, señora Cele tina H . de Lara. Natagaimrz, señorita Bárbara Zorrillo. Baricltara, señora Ester G . de G6mez. Neiva, señorita Fidela Trujillo. Barranquílla, teñores José de J . Mazenet, Aní- Ocaíia, seiionta Jnlia Maria Lobo. bal Palacio y Miguel Angel Vargas A. Onzrr_r.;a, señorita J· va Eslaha Bucrzmmmtga, señorita Lucrecta Forero F. Oiba, scñ011La On,,f.-e Galvi ·. Hut:navmtura, señorita Ana Vallejo R. Pa/t;um, señoritas Agu . tina Sarasti y Paulina Buga, señorita Evangelina Romero. \!varado. Cali, . eñoritas Alejandrina Zamorano y Enri- Pamplona, señorita Carmen l\fendoza. queta Garcés B . Piedt•mesta , señora Teófila M. de Mantilla y se- Campoalegn, señoritas Enriqueta Perdomo P. y iiorila Estcr .1\lantilla. 1< ilomena Ca tillo Q. 1 Pudras, señorita Eloísa Ola ve. c-apanapl, señorita A velina R. Cruz. /'lato, señora Rebeca C. clr; Ca margo. Capitauejo, señoritR Ana S1xta Quirós y. eñor l'tlalilo, seiiorita Bihiana Salina:. Nepomuceno E:-.pino. a B . P(lpayá n, señorita Et ·lvinn. f•arra C. y señor Juan Crfqutza, st·ñora María Lui . a ele Currea. Cl1mnco Rivera. Cartu,:.;o, o.:ciio rila Belarmina Torres M. Pmdrm [Cauca], seiioraP.tnlin:l Quintero deR . Crzrtago1n, . eñor Leovigiluo Grau. P1tml,: Narional, seiitJr:l :'\Iercecle<; C. de Tejeiro. Ce1rito, sdio~1-.1 María Jesús García de Zorrilla. 1 P111iji,acidn, S(ñorita i\farí:1 f'astr ·. Colombia, . ~1iora Zenaida II. de l\.leclina. Río de Oro, Sra. (;umcrsincla .. Chacón de Barros. Conct'ft'ÍIÍII. eliorita ~!.u-tina \Vilche,. Nu.sucw,. elit>r L-1zaro .':11:ls B. Colt•,:;ic•, , ennnla Ester .Martím:z. Noldanillo, señorit·1 ;\Luía [) lgaclo. Cúcuta, ·d'writa Ana Franci. ca l\fejía y seiior 1 Rubio [ cnezuela], señores A. Pérez é Hijo · . Lcopñorita !\1arfa Elena Cuéllar. Suaita, señor Martín María Gómcz. Girm·dot, :.c:ñora A.nalia A. de Sarmiento. J'adó [Ca u ca J, señora Benicia de Domíngucz Guaduas, señoritas Narci ·a Samper y J . El vira Tdmcsis, sei1or Rafael M. Gallego A. Ech •· verri . · Tocaima, señorita Lucinda Reyes y señora G re- Cuamo, ·eñorita María Luisa Páez. goria de Richaux . Guataqu{, señorita Dolores Rodríguez R. T~í·o [Cauca], eñorita Consolacfón Paz C. Guattq'ue, señor Eusebio Roa GaliLdo . Tzmja, señorita Lucila Franco P . Guacart, señor Ignacio Saavedra A. Tz;querres, o..eñor Ricardo Garzón. !fonda, señoritas Ana Rosa Mora y Juliana Na- Tuluá, señor Luciano Umaña . varro y señor Aníhal amper . Ubalá, señorita Rosario Rodríguez. lpia/es, señor Ramón Guevara B. Urtbe, ~eñorita Tulia Herrera M. Labatec,7, señor Daniel Menc!oza C. Utica, señorita Anais Ahondano. La 11/esa, señora Isabel A. de Sánchez . Valle de Jesús, señora Jilma de Téllez M . La Palma, . eñuritas ~ercedes Linares y Cario- Vt!lez, señoritas Trán ito y Mercedes González. ta Santana. Villamm·ía, señora ;'ofía Orozco de Robledo . .lebrija. set),,r i·~m iliano J. U ribe. Vil/avieja, sei1ora Encarnación D. de Sánchez. ,)JadtL'Irí, . c1i01 it:t !\i ,¡tilde J. Corredor. Viotd, señorita Am:~lia Reyes G. Jfa;ou_::u!. suio1 itas ~Iaría de J . Vásquez y Su- }'aguará, señora A tilia Roclríguez II. de Garcla. sana A. García L. Zapatoca, señorita Isidora Dínz Acevedo. tila,ra, señor s Cristina 1\I, de Matallana y Fi- Zara,r;oza, seiior Jaime llerrcra Vz. lomena E. de ~1 encloza. Z1paquird, señora Laura B . de Acevedo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ®1:gauo d.el b.ello s.exo -·.-- FUNDADO f.N 30 DE OCTU~RE DE 1895 Director; FE N ANDO A. ROMERO Bogotá, Noviembre 27 de 1~97. ~ Ano III-Número 127 Voz de aplauso. lhhgué, 20 ele O c tnhrc ele 1897- Seííor D. Fernando A. Romero, Director de LA :\1 t;jER.-B•,got:i . l\luy seilor mío: Días hace que deseaba enviar á us­ted mi voz de aplauso por su patrió­ti t.. t labor, pe:ro ocupaciones de diver­sa índole me In h;1bían impedido. Cuando nadie daba muestras de acordarse en este país de que la mu­jer es parte integrante é importantísi­ma de la familia humana; cuando los periodistas se dedicaban á asuntos de la sola incumbencia de los hombres; cuando pensar en escribir para las mujeres era empresa de locos, porque se creía que quien tal hiciese no ob­tendría de su publicación siquiera para los gastos de imprenta, usted emprendió la cruzada santa en bien de la mujer. El resultado ha sido satisfac­torio en todo sentido, como no podía ser de otra manera, puesto que la mujer colombiana también vive la vida del espíritu. El nombre de usted será grato al bello sexo de Colombia, no solamente hoy sino en época remota, cuando ese sexo, enaltecido en cuanto es justo por una concepción y apreciación más completas de su importancia como compañero y no como simple subalterno del hombre, rememore su pasado. Entonces comprenderá mejor cuánto bien recibió del generoso pen­samiento de usted. LA l\1UJER ha sido un periódico modesto, cual cumple á su misión ; en lo general, acertado en la esco­gencia de materiales; juicioso y cir-· cunspecto en su actitud. Ese periódi­co ha revelado en todas sus páginas amor al sexo débil, y respeto y sin­cera admiración hacia ese sexo, tan superficialmente estudiado entre nos­otros. Y las mujeres de Colombia han respondi ... lo al llamamiento de ese ami­go inesperado; han despertado como de pesado sueño; han pasado lista en sus filas y se han aprestado á coope­rar en la hermosa batalla de su en­grandecimiento. Ha sido LA 1\tlUJER el golpe eléctrico que pone en movi­miento ocultas energías; el toque de clarín que congrega á los soldados al pie de su bandera ! La labor ha empezado, pues, sobre los mejores auspicios, y debe esperar­se que dará los mejores frutos. ¿Por­qué no ha de ser LA MUJER la causa eficiente de una provechosa revolu­ción en las costumbres de este país? Los grandes acontecimientos tienen generalmente su origen inmediato en causas pequeñas: la libertad de los negros en Norte América se debió á la puhlicación de un humilde libro; la independencia de nuestra patria, á ligera reyerta; el descubrimiento del N u evo :' 1 undo, al casual arribo de Co­lón á ¡.ts puertas de la Rábida. _ .. Cuando suena la hora; cuando Dios quiere dirigir en uno ú otro sentido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I IJ 4 LA MUJER las corrientes humanas, no necesita, lleva al espíritu la convicción de que en verdad, de ostentosas manifesta- hizo á la mujer para compañera y no ciones: al soplo de su voluntad todo para sierva del hombre. Como coro­se inclina, desde la hoja del árbol has- pañera, y sólo en tal concepto, la obra ta la mole inmensa de los Continentes, 1 de Dios resulta armónica y perfecta desde el insecto hasta el hombre! como todas sus obras. Situar á la mu- Sí LA MUJÉR persevera en su la- jer en otra posición es pretender una bor, si se inspira siempre en fuentes dislocación imposible. puras, 1~ victori~ ~erá suy~ y hará á 1 En nuestro país se ha avanzado C:olombta el servtciO ?e mas trascen- ¡ bastante en el sentido de colocar á la dentales conse~~enctas: el . de una mujer en el puesto que le correspon­acertada exnltacwn de la muJer. de, pero todavía falta mucho terreno . Esa exaltación e~ necesaria, es in- por andar. Todavía se cree por algu­dtspensable: la muJer es 1~ mad_re Y nos que la mujer es notoriamente in­e_ s la esposa, Y. c_on t.al carac~er tiene, ferior al hombre; que no debe dárse­st. n duda, dect_stva mfluenc.'a en. In le sino rudimentaria educación; que v1da ~e las soct_edades. Es t~lpostblc sus facultades intelectuales son muy hacer buenos ctudadanos a_llt donde débiles y que, por 1 y ineludible, está ~a esposa y la madre no tienen una 1 condenada á ser, en todas las mani­td~~, exact~ de sus deberes Y de su festaciones de la vida, un ente pasivo, mtston; alh donde la esposa y la ma- y nada más. dre no son debidamente respetadas 1 Y no se sabe, ó se afecta no sa­por el esposo y el hijo. Hombre que berlo, que las mujeres de Colombia crece en tales condic_i~nes lleva en- han dado muestras en todas las épo­fer~ na el al;na desde nmo, y nada po- I cas, y á pesar de la desventajosa po­dra despues curarlo por completo. sición en que han vivido, de que son La mujer es todo corazón, todo capaces de escalar todas las alturas á sentimiento. De ahí que su educación que en países de plena civilización al­sea más delicada que la del hombre. canzan los individuos de su sexo. En la mujer el primer impul o es de- se desconoce, por ceguedad inexpli­cisivo : si bueno, la hará heroína del cable, lo que á diario estamos pre­deber; si malo, la llevará desatentada senciando : las grandes facultades de por senda. peligrosa y, casi siempre, 1 nuestras mujeres. Podría citar mu­la precipitará al abismo . Nada, pues, chos nombres, pero es inútil, porque más acertado ni más útil para una en todas las familias puede encon­sociedad, que levantar el nivel moral ¡ trarse, si se hace un e.·atnen concien­cie la mujer, nutriendo de sólidas zudo, que en materia de capacidades ideas su entendimiento y dándole fe están las mujeres por lo menos á la en sus propias fuerzas; en suma, des- misma altura de los hombres. Otra arrollándole la conciencia ele su per- cosa es la ;1pariencia de superioridad sonalidad. que á éstos da ]a mejor instrucción Los pueblos bárbaros deprimen á que reciben y la ost entaci ó n que ha­la mujer, y á m edida que adelantan 1 cen de su s conocimientos, que con­en civilización, la exaltan . De tal m<:~- tra sta á maravill a con la in gé nita mo­nera, que civilización y des precio á la destta de la mujer y con su postcwn mujer son cosas que se excluyen. 1 humilde y esc ondida allá en el fondo Si pues .. Colombia. se afana por que j del hogar. . . , , , se le con s1dere un pueblo culto, nece- La tradtc1on no oeoe sostenerse sita tener muy fija la mirada en la l por el hecho ele ser tradic ión sino por justa e.'altación de sus mujcre.. ser buena. Cuando no lo e·; cuando Un atento examen de la obra de 1 choca con el espíritu de los tiempos; Dios con relación á la humanidad, i cuando entraña una injusticia, enton~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER II75 1 ces debe morir. En este caso está la La mujer colombiana quedará am­tradición de nuestras costumbres en lo 1 pliamente satisfecha cuando se la re­que se refiere á la mujer. Ha llegad el conolca c9mo compañera del hombre, momento de tomar nuevo rumbo, y t pero compañera de verdad, en todos debe tomarse sin vacilaciones. Es la los asuntos de la familia, en los mul­hora de colocar á las mujeres á nues- ( tiplicados incidentes de la vida del tro lado, pues hagámoslo sin pérdida hogar. Entiendo que á eso· y nada · de tiempo y sin temor. más aspira, y á fe que es una justa Esa tarea no es aquí, por for- aspiración. tuna, demasiado ardua : hay ele- ' La supremacía absoluta del hom­mentos bastantes para hacC'rla rclati- bre y la dependencia también abso­vamcnte fácil. Juta de la mujer, es una costumbre En primer lugar, si muchos de los absurda. Tras de ella vienen otra y hombres exageran su posición en las otras, hasta llegar al triste resultado familias, no es por maldad, no es si- de una sociedad en la cual sólo una quiera deliberadamente: es por ruti- mitad_ piensa y la otra obedece; ~ólo na. Han crecido en un medio viciado 1 una t1cne derechos y. la otra obliga­á ese respecto y no es extraño que la c.i?nes; sólo la una se cree en pose­influencia perniciosa Je ese 111edio los ston de la verdad-de toda la ver­alcance. Hágaseles comprender que dGd-en tanto que la otra vegeta en andan errados; que es hasta suprema la impotencia! . . tontería desaprO\ echar las inmensas 1 ro es esto correc:to; no es ensila­ventajas que da al hombre una mujer- no~ ,no es útil. Con:cgir toda ma_nifes­compañcra sobre una mujer-sierva, y tactO_n. ~n ese scnttdo por med1o de en seguida esos hombres tomarán c..l una JL~Ictos;: propaganda en favor de buen cami'no. Y si hay mujeres inca- f la muJer, he aqu1 una grande obra de prtces de alcanzar el puesto de honor 1 reparación y de justic_ia. Hé aquí la aliado de sus maridos, no es por de- tarea que ha emprend1do LA MUJER. ficiencia intelectual y moral: es por Por esa tarea noble y santa felicito que les falta una adecuada educación; á. usted una vez m.á , y, sin otro par­porque también, ofuscadas por el me- t1ctllar, m~ suscnbo de usted muy dio en que han vivido, no compren- atento serv1dor, den cómo puedan ser personas y no } A lll() LOZANO T. cosas, cómo puedan ser compañeras y no siervas! Edliqueselas; dése más acertada dirección á sus facultades, y :Lo.. verdad y la mentira. al punto se las verá ocupar, sin vérti­gos, la cima. En segundo lugar, no creo que la mujer colombiana llegue á pretender jamás libertades incompatibles .con la delicadeza de sus sentimientos; con sus propensiones naturales al recogi­miento del hogar; con su misión altí­sima de paz y de ternura, de abnega­ción y amor. La mujer colombiana no extremará sus e<"igencias; lejos de esto, no aceptará nunca libertades que la lleven á las calles y á las plazas pli­blicas á confundirse con los hombres en los ásperos negocios de la vida de administración y de política. La verdad es la 1 uz productora de la fe entre los hombres. · La mentira es la pantalla ocultadora de la verdad y destructora de esa fe. No es la verdad un dón de Dios-como lo es la inteligencia­sino una virtud que Él ama._ y que adquirimos por la educación. Segli n la Mitología, consideraban los antiguos á la verdad como madre de la virtud, y tenían razón, pues no es posible calificar de virtuoso ó hijo de la verdad á quien tiene la costum­bre de mentir, aunque posea muchas buenas cualidades. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II76 LA MUJER Los antiguos reyes de Persia apre­ciaban por tan indispensable decir verdad, que cuando sus hijos cum­plían 14 años les daban un grande de la Corte para que, estando siem­pre á su lado, les enseñara (l ser siem­pre veraces stn prever consecuen­Cias. Luis xvr le preguntó un día al Delfín: -¿Qué es lo más bello que existe en el mundo? -Mi madre ! contestó el niño, des­pués de haber mirado á María Anta­nieta, quien al momento le dijo : -No, hijo mío: lo más bello que en el mundo existe es la verdad. ¡ Preciosa enseñanza de tan bella mujer! Tan bien supo esa buena madre enseñar á su hijo á ser veraz, que al saber el Delfín que á él le atribuían las calumnias con que los enemigos de María Antonicta la acusaban. hizo propósito de no hablar. No obstante haber sido condenada El mentiroso se convierte en ente vil; el veraz es honorable. El ejemplo forma insensiblemente el hábito, y por eso la comunicación con persona ami­ga de la verdad en todo caso es:tan provechosa como la lectura de un buen libro. Cali: 1897. u.· SUSCRIPTORA. Tres ép_,cas. (EN DOCA Dli: UXA SOLTERONA) Todo fue luz, perfumes y colores, Ni una nube en mi cielo ¡ cielo puro! .. Yo pe~~aba que rico mi futuro Sería de venturas y de flores. Niña ilusa, lll) supe que hay dolores, Que hay un cami110 horripilante, oscuro, Que hay un campo do mézclase lo impuro Con la pasión, L.\ tlicha y los amores . ¡Cuántos recuerdos en el alma guardo!. .. por Dios la mentira en el Sinaí, per- De brazo me tomaba dulcemente sonas sensatas creen que es bue.1a en De la ciudad el joven más galla1Clo, ciertos casos, como en el de decírsela á quien persigue á otro con malos 1 Y al baile me !le~aba: yo riente fines para que no le encuentre. Escuchaba sus supltcas de barrio .. ' Tal mi vida de quince hastn los veint" . La mentira siempre es mala como lo es el inmoral principio de que el fin justifica los medios/ La mentira hace consorcio únicamente con la crimina­lidad. Entre mentir y callar en casos como el indicado, es preferible callar. La costumbre de mentir es más abominable y ele peores cor.secuen­cias en la mujer que en el hombre, porque siendo la mujer la encargaJa de la educación del niño, puede en-ll Las damas e .-iclia ron mi ventura, Cautivé con m ::> gracias corazones, Escuché etttt.:rnecida la s canciones Que el vate dedicaba ú mi hermosura. Los poetas me amaron con locura Y escuché las ardientes confesiones De sus a~·nores castos é impresiones: -Tú eres la \·irgen m.\<; graciosa y pura! señarle á mentir. Observa un escritor Me decían. Entonces fui admirada; que en lo general los perversos son 1 De vanidad llenérne .. una tormenla hijos de mentirosos ó educados por \ Rugió en :ni corazón, de:tlrdenada .. ellos. 1 , 1 ~~ 1 1 - L t . ¡ 1 d t d Busque unos >razas, < ~ pacer se< tenta, a m en 1ra es a rnac re e o os . , . "' Me arrOJC en ello: c1ega, d e -alada .. los humanos defectos, , y por eso la Tal mi vida de veinte ' .~s · ;l los treinta. mujer mentirosa liega a tener los de ser hipócrita, chismosa, intrigante. nr Tales defectos la hacen perder todos Después .. vinieron para mí otws años : los encantos de su sexo. ) Empe?.Ó el negro ocaso ele mi vida, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER JI 77 Huyó de mí la juventud querida Y comprenrlí del mundo los engaños. Me encontré sola .. Lúgubres y extraños Son los recuerdos de mi rlicha ida· Llevo en el cora~ón angrienta herida Y en el alma cruel es desengaños . ¿J)é está mi jnvc1.tud y mi !1cnn nsur:t? ... ¿Quién de la pena y del dolor me alienta? ¿Con qué puerlo rurar esta amargura? Hoy mi vida tan sólo se alimenta Espiando una hueca sepultura, Lo que amo ¡ sí! ele lo que r~toy sedienta. BLASl~J\ RO .\IERO. ~odas de J?a.ris La Crónica Pan'sie11, dirigida por D. Antonio Ambroa, habla de las siguientes: -La muselina bordada hace com­petencia al linón. Puedo asegurar que nunca se llevó tanto como ahora, por­que verdaderamente es seductora, sea cual fuere su matiz: rosn, ciclo, limón lila, gri s plata, malva, cte. etc. -Los bordados suelen ser puntos .nás ó menos grandes o acrujeros que forman sobre el tejido como pastillas transparentes. F inalmcnte, hay muse. linas bordadas de guirnaldas ó de bou­quds que hacen muy bonito efecto. Estas muselinas se llevan siempre sobre un vestido de debajo, de igual color ó de otro diferente. Esta necesidad de Ilevc1r la falda y el cuerpo de seda, cual si fu eran el forro, hace bastan te costoso un traje de muselina. Por eso ya no puede decirse que la " anta muscl:na " es el emblema de la sencillez. -Están muy á la moda los cintu­rones flotantes, hechos de cintas y con caídas muy largas, tanto como la falda. Los collares de plumas de ave s truz negras, blancas ó gri es, s e lle\· a n mu­cho; son muy elegantes y encuadran tan lindamente el rostro, que no hay valor para abandonarlos. \demás, el fresco de la noche los hace útiles á veces. -Las señoras usan mucho el zapa­to de gamuza gris con adornos de se da, el zapato negro de charol que puede llevarse con toda clase de toz'­lctt y el zapato de cabritilla mate, en negro, con tres botones al lado. V u el­ve la moda del tacón alto, aunque se usa mucho el tacón bajo inglés. La media que más se usa hoy es la escocesa en seda ó lino, con pie de un solo color, generalmente negro, y con dibujos que empiezan á cierta altura. Se ensaya volver á la moda el uso de~ coral, de que se están haciendo botonaduras para caballeros, anillo y pendientes, en los que el coral ocupa el puesto del brillante, de la turquesa ó del rubí, la piedra preciosa más bus­cada. El boa de plumas de avestru7. es la elegancia del día. LA R 1·.1 Al\fELIA, de Portugal, que visitó á París, hizo fotografiar las c!amas de ~u Corte, y los rayos X mostraron los desórdenes del organis­mo interior causados por el corsé. La bella y hermosa Reina ha dado el ejemplo, redimiendo su cuerpn de la esclavitud del corsé, y la damas portuguesa han seguido con entu­siasmo su ejemplo; por lo que d cor­sé ha quedado pro·crito en ab:.;oluto ele la toilette femenina en Portugal. Como todas las modas pasan, parece que ya le llega la hora al funec;to cor­sé, que tántas víctimas ha llevado al sepulcro. Lección de piano. La rliscípula es joven y muy ,.i,:a (El dzío así se explica ) , La voz del profesor c. expresiva Y le encantan los ojos de la eh ca. --¿Sabe usted la lección?- Toda la pieza. -Pue. empecemos y a . -Pctire usted un po co la c a be za . Que hace mucho calo r. Perd ó n ... ya está. -Ese tiempo se toca con asombro: 1\Iás so stenido el si. -Pe tir e usted su mano de mi)10m brt); 1 ro se acerque usted tánto ... -Así?-Así. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER Eso va con PEDAL .... así ..... -Cuidado! N o me pise usted el pie. -Vuelva á tocar lo mismo. La he pisado? Pido á usted mil perdones. N o hay de r¡ué. -Tenga usted esos dedos sobre el piano, Continuando el sostén ..... . -¡Ay, a·. ay! No me apriete usted la mano. -Siga-¿ 'oy bien?-¡ Bravisimo! muy bien! -Ese allcgro más rápido, crcscendo. Mi, sol, do, re, mi, fa . .... . Mi amor también, hermosa, va crecienclo. -Mire usted que est.i oyendo mi mamá.. Una pena terrible me lacera: Deme usted, inhumana, Una esperanza, por favor, siquiera ... -Deme usted la lección para mañana. LUis RooRícu¡.:z VJ•.LASco. tenemos 1:.t felicidau ele poseer, nuestro recreo en las hon:s de fatiga, y nuestro más consolador lenitivo en las horas de aflicción. Su asidua suscriptora, SEMRAC. Cachetá, 30 ele Octubre de r897· Angel caído. En dónde está la voluptuosa gracia Que embelleció tus noches y tus días .. Sin luz los ojos, ltt mejilla lacia, El beso de tu boca ya no sacia Como saciaba ayer en las orgía . N o tienes ya los atractivos que antes Prodigabas en pública almoneda, Cuando, rica de perlas y brillantes, O !vi dabas á Dios por los amantes Y eran tus tmj es ele crujiente seda. En tu mirada triste y sin de tdlos La más cumplida debo dar al hermoso El ;uego fltuo del placer e ptra · semanario LA MUJER, al entrar en el Y oe tu espalda en los contornos bellos, tercer año de su gloriosa carrera. 1 f~esordenados flotan tus cabello~ Felici to.ción. Hoy cumple do año., en los cuales ha Como las cuerdas rotas de una hra. alcanzado á ml:reccr los más cumplidos aplausos de todos los que saben apreciar 1 Ll~ra sin tr;gua ni medic.la, l~óra; la moralidad; en los dos años que lleva o p1ensc. ma~ en los del.cltcs tdos, de existencia ha sabido ganarse inmensas J>orq u e es prcc1~0 comhat1r, y es hora simpatías, y ha llenado de gozo, más de De sof~c.a,r en pugna reclentor.a u:1a vez., el corazúnde todas sus suscripto- La secl!c10n brutal de los sent1do'i. ras, ~iempre que recorremos sus ilu tradas 1 páginas. Deséole, pues, que continúe triun- ·Valor~ va)or! y que la lid com~ence fante la carrera que ha empezado, que si Con la plegana q~1e en tu acento vtbre : en dos años no más, ha ganado tántos Y aunc¡ue la propta culpa te avergüence, lauros, ¿cuántos más no ganará si prosi- ¡ Levántate, mujer, y lúcha y vénce, gue sin detenerse? Que nunca es tarde para hacerse libre! Sus dignas colaboradoras me permití- l rán haga extensiva esta felicitaci1)n á Déja que el vulgo hostil en su locura, ellas, encarcciéndoles no de falle:t.can en Le niegue á tus pesares el consuelo su tarea y continúen contribuyendo con En medio de tu negra desventura : sus aromáticas flores al embellecimiento Por la calle fatal de la amargura de la lwrmosa corona que sus inspirarlos ólo transitan los que van al cielo. talentos están tejiendo; cuyo brillo y pu . reza deleitan nuestra vista siempre que la suerte nos favorece con una de ellas, las cuales resaltan en las páginas de nuestro órgano, como el resplandeciente diaman­te sobre el oro. Igualmente me permitirá su digno Di- Huyenclo de la culpa y sus sonrojos 1\Iagdalena surgió del cieno inmundo, Y en su fervor, postrándose de hinojos, Con el humilde llanto de sus ojos Los pies ungió del Redentor del mundo. rector en esta ocasión, manifestarle nue- Déja que torne la virtud ausent!:!, V' liuente mi asiduo entusiasmo por tan Para que brille en la abyecciÓn de tu alma, bella MUJER y píe:ielltarle mis más sin- 1 Y dóbla al peso del dolor la frente, ceras felicttaciones por la grandiosa obra 1 Como se dobla ante el simoun ardiente, que dirige, la cual es para todas las que ' Con su plumaje vegetal, la palma. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1179 Pero desdéña al mundo que te humilla Con su reproche por la vez primera; Y arrodillada con piedad sencilla, Para que el llanto lave tu mancilla, Levánta á Dios el corazón, y espéra. Que ~se raudal de lágrimas que brota Del corazón de 1~ mujer caída, · Es un Jordán de hiel, que no se agota, Porc1ue en sn linfa detersoria flota La salvación eterna de la v1da. Cartagena, r896. AUGUSTO N. SAl\lPC:J~. ~adre á hija. (por Aníbal Rnmper) L\ VIRTUD ranza y de la carz'dad, con las cuales te defenderás en todos los ataques que te hagan durante la vida. Ten pre ente, que el vicio recién nacido es fácil de hacerlo desaparecer; pero que si crece, no tendrá remedio; y de consiguiente, desde la primera acción, hay que reflexionar para que más tarde no deplores y llores el pri­mer error que por falta de previsión cometiste. SEGUNDO CONSEJO.-C.\ 1' IDAD Ya te hablé, amada hija, de lo::; re­sultados buenos que proporciona la Virtud, y de los malos resultados de lo vicios ; tócame ahora alumbrarte . obre Ja Caridad; y comr) creo que ( Continnr.áúu). las sabias instrucciones que de mí y Procúra, pues, encarrilar tu con- de tus maestros recibes, te habrán he­ducta desde ahora; tienes tiempo para cho concebir la más elcvad.t idea de ello, pues apenas son actualment.... pe- la piedad cristiana, no vacilo ni des­queñas chispas fáciles de apagar; mayo en mi tarea . Como este es el pero al contrario, si 110 recibes mis principal asunto de todos los que me consejos, crecerán de tal manera, q uc prometo tratar, Y éste es la ba'1c so­se convertirán en e 11 ormes y feroces br~ q.ue deben fun?arse todos los de­fieras que 110 podrás más tarde do- mas, JUZ~o con.veniente empezar por mesticar; y por consiguien k 2 ndarás 1 P.onert~ a la vista todo .lo 9,ue con­más tarde por las asqucro<>as y tcnc- , c1erna a ta1; sagrada obhgac10n, paré.l brosas sendas de loe; vicins con el l que, formandote buen concepto de alma torturada y la razón perdida. ella, e~1trcs con ánimo á trabajar para Las malas costumbres, hija mía, son 1 cumpltrla como nuestras enfermedades: al prin- Primeramente reflexiona que el Su­cipio son apenas ligeras indisposicio- premo Hacedor te puso en el mundo nes, que acudiendo en tiempo pode- para que le sirvas, y que te ha dado mos curarnos; pero si no hacemos un corazón para que le ames; de con­caso de ellas, corromperán nuestra siguiente, es muy justo que le censa­sangre y vendrá la muerte á poner gres sus primicias. Por hijo malvado término á nuestra existencia. te tendrías si no amases á los autores La Providencia Divina, amada hija, de tus dfas, quienes merecen tu amor jamás permita que en ti se anide el por varios títulos. Así pues, repára, envenenado dardo de los vicios; y hija mía, que en el cielo tienes otro que en tu alma no se verifique la des- Padre mil veces más digno de amor. cripción que he hecho. Examína tu Ese bondadoso y tierno Padre es conciencia; y si te crees inclinada á la 1 Dios, que, á pesar de ser tan podero­soberbia, 4 la di. ipación, á la cruel- so y tan grande, no se desdeña por dad, al deleite, ele., y . i encuentras este título. M u y al contrario, no lo que en tu corazón e.·istc algú11 mons- exige, y sobre todo, ama á los cora­truo de esos, combátelo, extermínalo, zones impregnados de pureza y cas­que para eso Dios te dará las armas tidad. de la lumúldad, de la fe, de la espc- ( Contz'muwá ). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II80 LA MUJER El león y el asno. FÁBULA Sobre un asno cl.escuirlaclo ~ n león se abalanzó; Y el burro por de contado, Cuando la carga sintió, De espaldas se echó, y cargado, El pobre león quedó Molido, que daba grima, Con aquel borrico encima. Rugió el le6n, dolorido, Diciendo-burro villano! ¿ Cómo eres tan atrevido, Que, con furor vil é insano, Hieres al león temido? ¿No ves que es tu soberano? Has atacado á tu rey, ¡ Eres reo ante la ley! Y el burro exclamó:--· Canasto! Si el Rey no me guarda ley, Yo, en pudiendo, al rey aplasto, Pues deja de. cr mi rey. oy ele entendimicnt() uasto, Y más que yo. abe un buey: Pero, como dar un brinco, 'é decir cuántas son cinco. A pesar de mi modestia, Puedo decir, á mi ver. Que no soy burro tan bestia Para dejar de entender Que á quien me crtusa molestia N o le debo dar placer Si hacerme mal al rey plugo, N o es mi rey, es mi Yerdugo. Y es proceder bien insano Dar honra á quien nos maltrata, Aunque sea el soberano; "Y porqué ¡oh rey! hablando en plata Para el ami~o la mano, Y al enemigo la pata. Si el rey se hace mi enemigo, o espere trato de amigo." Oiga todo mandatario El rliscurso del pollino ; Y no sea estrafalario, Cometiendo el rlesatino De ser á h ley contntrio. Obre con justicia y tino, Y al pobre pueLio no oprima, Pues puede echársele encima. BARROS G. Carta d.e D. ~ariano Ospina á su hiJa la señorita l\1aría Josefa, In víspern de f,u matrimonio. ( Crmclusión ). Tómese desde el primer día el há­bito de informarse todas las mañanas 1 de la salud de cada una de las perso­nas 1ntimamen~e relacionadas con su esposo, y de lo que n:ás les interesa, para ocurrir solícita á atenderlas y servirlas, cuando lo necesitaren. Sea 1 muy diligente y exacta en cumplir los deberes que la costumbre impone en las relaciones sociales, sin dejar nunca pa;a mañana lo que pueda hacer hoy. Busque las amistades más íntimas de la familia y no fuéra de ella; y ponga 1 atención y solicitud en todo lo que á ésta interesa. N o es raro en la sociedad de las familias, existiendo las más :tmistosas relaciones, ocurran ligeras contrarie- ¡ dades, que son algunas ve< c ..; efecto del mismo sent" ·11iento de unil )ll y de amistad; si tal o c urriere alguna vez entre la familia de su esposo y la de su padre, póngase usted en í.tvor de la primera. La razón es obvia: en el 1 , . d d' 1 ammo e un esposo pu tera entrar a ' duda de que su mujer lo prefiere á todo, y esto debilitar su cariiio; y el amor de padre, es indestructible, y en su corazón no cabe duda alguna so-l bre el afecto de sus hijos. Por lo mis­mo, prefiera usted en sus atenciones y cuidados, la familia de su esposo á la de su padre. Yo he sufrido y sufro cmclmente, pero todo mi sufrimiento procede de una sula fuente: la pérdida y el pa­decer de tántas personas queridas. 1 Fuera de esto he vivido tranquilo, contento y feliz, debiendo esa tran- 1 quiliclad y ese contento á dos propen- 1 sienes felices que Dios me dispensó: 1 la primera, es la de olvidar toda ofen-sa, grande ó pequeña, y no abrigar ¡ ningtín sentimiento rencoroso de ven- 1 ganza ni de envidia; la segunda con- 1 siste en mirar como u na tontería las aspiraciones de la vanidad. Hágase Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1181 usted la heredera de estas dos pra- l diosa; que todos los acontecimientos pensiones ó hábitos interiores, que, se dirigen á un fin, que no está en mejor que yo, los poseía también aquel nuestro alcance ni el prever ni el es­ángel de bondad que fue madre de torbar; por consiguiente es un deber usted. Sí, posesiónese usted de esos religioso y un acto de buen sentido hábitos, y ellos le darán la paz del el aceptar toda situación, todo acon­alma, que el odio, los resentimientos tecimiento y acomodarnos á ellos por y la fiebre de la vanidad destierran de duros y adversos que fueren. Toda la mayor parte del género humano. situación aceptada es llevadera, por La sencillez de la vida nos ahorra mil amarga é insoportable que parezca. diarias molestias, y no produce íncon- Pero cuando la persona se obstina en venicnte alguno. Las aspiraciones al querer y en pretender que las cosas boato, al lujo no procuran satisfacción no sean como son; cuancio se da á alguna, pero sí inquietudes, desazón y lamentarse y desesperarse, porque sus ruina. deseos y aspiraciones no se cumplen, Usted y su familia van á vivir en porque su situación no es la que qui­este país, que, como todos los de His- sicra, esa persona vive en un continuo pano-América, está expuesto á revo- martirio; y como el lamento y la luciones desastrosas, en que las fa- desesperación no tienen poder nin­milias más honradas se encuentran, guno para alterar el curso de los cuando menos lo esp ran, despojadas acontecimientos humanos, pero sí lo de sus bienes y expuestas á la mise- tienen para debilitar la salud, para ría, como usted lo ha visto. Sea usted, turbarnos en el cumplimiento de nues­pues, económica, y aconseje la econo- tros deberes, para ;¡,lterar nuestra fuer­mía á su marido, y procure que pon- za moral, para llevar al ánimo de las ga sus ahorros en donde puedan sal- personas que nos aman la desazón y varse el día de un de. astrc, para el la tristeza, resulta que ese estado vio­cual deben estar preparados. lento de resistencia á la realidad de Tenga usted siempre un confesor las cosas, á la situación en que Dios ilustrado y prudente, v consulte Cün ha querido ponernos, es ante la reli­él todo lo que interese á su tranquili- gión un acto ele rebeldía contra la vo­dad y á su dicha C•1 ~us relaciones do- !untad divina, y ante la filosofía, un mésticas. acto de mentecatez. N o se deje usted, No quiera usted alucinarse imagi- pues, arrastrar á esa especie de delirio nando que la vida c. una cadena de que centuplica el mal de muchas persa­contento y de satisfacción no in te- nas; sea cualquiera la situación adversa rrumpida, nó : la existencia es en to- en que usted pueda verse, acéptela con dos los estados una alternativa de go- la firme resignación que ordena la re­ces y penfls, y par,t ello debe estar ligión, con la fuerza del alma que preparad e-t. Sin e m' :a rg·l, la fe, la pru- acons~ja la filosofía. dencia y '..:1 buen · ''1li lo prod uccn Un día tendrá u. t · 1 que hacer con diferenci<1s muy graL !e:-; en la suma Mercedes, con María, con las hijas de de los goces y de bs ~ t: tLls entre pcr- usted, lo que en este instante hago yo so nas cohcadas en J;¡s mismas cir- con usted ; quiera el Dios clemente cunstanci tS; Y es nc~ocio de la pri- y misericordioso que nos protege, que mera imp >rtancia el~ . .' cr uno dirigir al transmitirle estos consejos que le di­su pensamiento y sus afecto:-. Ctl c·se rige la ternura de su padre, pueda mar incon tante de la vida. 11sted decirles que los ha practicado, La fe y la razón nos enseñan que y que ello han contribuído en algo á las cosas humanas no andan al acaso, procurarle días de paz y de contento, y sino que son regidas por una Provi- á suavizar sus pena;, en los dí<1s de denci.1 inteligente, justa y misericor- amargura. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1182 LA MUJER Guarde usted reservada esta carta, mi querida hijita, y como un recuerdo de su padre, Jéala de vez en cuando ; y ahora que ya usted no depende di­rectamente de mí, tráteme con más confianza que nunca. Un amante padre que día y noche tiene en su memoria presente á usted, querida María, y pide á Dios que le dé sus bendiciones y sus gracias para que llene cuh1plidamente sus debe­res, y haga contenta y satisfecha el viaje de la vida, MARIANO ÜSPINA R. A mi apreciable amiga SEÑORITA CLARA CASTRO 11a partí ipaci6n Que de tu casa me mandan, \fe entera, Clarita atmga, De CJlle muy pronto te casas: Celebro muchn la suerte ue has tenido, amiga Jara, Encontr:1ndo para esposo Un homure que te idolatra; Que es holll ado, inteligente, Con pn ición desahogada, Puesto que ti~ne carrera, Que \'ale más que L.t. plata; Por esta y otras razone., Que la amistad nos d~mancla, Me atrevo á O:lrte un consejo Que te ha ele hacer mucha falta; No pregtu.tes al marido, A dónde va cuando salga; Ni le diga· con enojo: .Porqué vienes tarde á casa · Húye siempre de los celos, Que son incapaces, Clara, De Ht\~ C.:1111 Clllllc¡ uiera otro trntatHÍCllto müdico 1Í alin~t·nt": 2.• Que e. bí11 compuestas dt> snst'{llt:ias en temlllente het,ignH." y jant:Ík rtoc·iva:-. fÍ la salt11l: 3. Quee t>utdP prefll•taUtl:; 6lr1 mano y una 6 una, pneth• C1.t1t••r;;:e ~-;egu­l'l\ lll€'ntu (:on qn• PltVIlt~h·•·lr 1-'Ít•mpre tiiP\ dü!,iS h_i dt-< tliPtíiCalllf'lltd .\ j1111HÍI'o \111 lÍtOtnO d IIIIÍS 11 j do IIH'IIII:O.; ,\" •1 1 Q11e Mtll 1 .·lllltt•. 11 In Vt-:Y. q11u r•uou. titn_,eu- Certificaciones: Doctor Juan Día~, l\fédico Ci ruja llu de la· Facultade:· de Parfs y C,ua<:Hs, certifica: Qne ha recetado frecuente­mente :í ·n el iettt~:la lts Píldoras toco­lógicas Ju'gras de Cur!J', y habi
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Mujer - N. 127

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Imagen de apoyo de  Unidad Didáctica EPERÃRÃ : Chonaara wedapena k’insia warrãra it’ee (Pensamiento de los mayores para los niños y niñas)

Unidad Didáctica EPERÃRÃ : Chonaara wedapena k’insia warrãra it’ee (Pensamiento de los mayores para los niños y niñas)

Por: | Fecha: 2021

La presente unidad didáctica tiene como principal objetivo proporcionar herramientas pedagógicas, didácticas y curriculares para generar diálogos de saberes interculturales desde el fortalecimiento de la identidad cultural de los niños, niñas y jóvenes Eperãrã Sia pidãra, así como el reconocimiento y valoración de esta cultura por parte de toda la comunidad educativa. Está dirigida a los maestros y maestras del Distrito, quienes desde las diferentes áreas y fronteras del conocimiento podrán establecer articulaciones y acciones pedagógicas.
Fuente: Centro de Documentación y Memoria de la Secretaría de Educación del Distrito Formatos de contenido: Libros
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Imagen de apoyo de  Unidad Didáctica EMBERA : aprendei dachi naberadebena (Aprender de los ancestros)

Unidad Didáctica EMBERA : aprendei dachi naberadebena (Aprender de los ancestros)

Por: Luis Ángel Gildrama | Fecha: 27/12/1897

->- anónimoc; ó firmados con pseudónimo irán en la sección de Comunicados. Se tendrá p<>r contestación de cartas simplemente remisivas de asuntos para publicar, In pttblicacic)n de éstos. Sin el pago a11ticipado de colaboración ele caualleros, suscripciones, comu­nicados, anuncios, etc., no atendemos pedidos ni reclamos. Los mv[os de di11ero deben hacerse al sel7or Fernalldo A. Romero. PRECIOS Cada núrnerv suelto, en Bogotá ó en las Agencias, vale 71/lleal .. .. $ o 10 Suscripc: '11 á un~;. serie (en mrso de 25 números), un peso ........ I Comunir Stdos, anuncios Jar~os ó en clic!tés, cada columna, tres pesos 3 Anuncios corto., cada palabra, medio centavo . . . . . . . . . . . . . . . . . . o ~ TOMOS DE GO Y DE lOO NUMEEOS 1 )e so uúmcros, empastado, $ 4, y con el no mure en la pa!>ta .... $ 4 20 De 100 números, $ 7, y ron nombre en la. pasta...... . . . . . . . . . . 7 zo La remisi6r. de un tomo por corr~u cuc:ta et va!or de las estam1Jillas de porte y recomendación, así: c::no sencillo, $ o.3o y tomo doble ..... o so El· bulice de cada so núm r(J:. y Jos ejemplares que f-dten :í. las coleccioJZe que se nos remitan para empastar! as, se lo· :tgn.;craremos d pn.:ciode costo . .A..GEN'TES Preferimos para .t\gcnks á las dama .. En cada población puede haber una ó más agentes, quienes, además de colocar . uscripciones al coutado, ven­' den número· sueltos, mediante una c1Jmisión dd di,;:; por cimto. L los Agentes despachamos suscripciones C<>lo,·adas y no para colocar. Imprenta de Etlnanlo r:spino~a (;nzm[ln.-Dircctor, ·K Hamo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER -------- ------------ AGENTES A ipe , señoritas Rosa1 io Quintero V. y Aurelia 1 Mrmizales, señor Eleuterio Villegas V. Manchola. Mogotes, señorita Victoria Rivero. Amalfi, señora Ana Rosa M. de Agudelo. llfompós, señor 1 éstor Pupo Paz. Baraya, señora Cele tina H . de Lara. Natagaimrz, señorita Bárbara Zorrillo. Baricltara, señora Ester G . de G6mez. Neiva, señorita Fidela Trujillo. Barranquílla, teñores José de J . Mazenet, Aní- Ocaíia, seiionta Jnlia Maria Lobo. bal Palacio y Miguel Angel Vargas A. Onzrr_r.;a, señorita J· va Eslaha Bucrzmmmtga, señorita Lucrecta Forero F. Oiba, scñ011La On,,f.-e Galvi ·. Hut:navmtura, señorita Ana Vallejo R. Pa/t;um, señoritas Agu . tina Sarasti y Paulina Buga, señorita Evangelina Romero. \!varado. Cali, . eñoritas Alejandrina Zamorano y Enri- Pamplona, señorita Carmen l\fendoza. queta Garcés B . Piedt•mesta , señora Teófila M. de Mantilla y se- Campoalegn, señoritas Enriqueta Perdomo P. y iiorila Estcr .1\lantilla. 1< ilomena Ca tillo Q. 1 Pudras, señorita Eloísa Ola ve. c-apanapl, señorita A velina R. Cruz. /'lato, señora Rebeca C. clr; Ca margo. Capitauejo, señoritR Ana S1xta Quirós y. eñor l'tlalilo, seiiorita Bihiana Salina:. Nepomuceno E:-.pino. a B . P(lpayá n, señorita Et ·lvinn. f•arra C. y señor Juan Crfqutza, st·ñora María Lui . a ele Currea. Cl1mnco Rivera. Cartu,:.;o, o.:ciio rila Belarmina Torres M. Pmdrm [Cauca], seiioraP.tnlin:l Quintero deR . Crzrtago1n, . eñor Leovigiluo Grau. P1tml,: Narional, seiitJr:l :'\Iercecle<; C. de Tejeiro. Ce1rito, sdio~1-.1 María Jesús García de Zorrilla. 1 P111iji,acidn, S(ñorita i\farí:1 f'astr ·. Colombia, . ~1iora Zenaida II. de l\.leclina. Río de Oro, Sra. (;umcrsincla .. Chacón de Barros. Conct'ft'ÍIÍII. eliorita ~!.u-tina \Vilche,. Nu.sucw,. elit>r L-1zaro .':11:ls B. Colt•,:;ic•, , ennnla Ester .Martím:z. Noldanillo, señorit·1 ;\Luía [) lgaclo. Cúcuta, ·d'writa Ana Franci. ca l\fejía y seiior 1 Rubio [ cnezuela], señores A. Pérez é Hijo · . Lcopñorita !\1arfa Elena Cuéllar. Suaita, señor Martín María Gómcz. Girm·dot, :.c:ñora A.nalia A. de Sarmiento. J'adó [Ca u ca J, señora Benicia de Domíngucz Guaduas, señoritas Narci ·a Samper y J . El vira Tdmcsis, sei1or Rafael M. Gallego A. Ech •· verri . · Tocaima, señorita Lucinda Reyes y señora G re- Cuamo, ·eñorita María Luisa Páez. goria de Richaux . Guataqu{, señorita Dolores Rodríguez R. T~í·o [Cauca], eñorita Consolacfón Paz C. Guattq'ue, señor Eusebio Roa GaliLdo . Tzmja, señorita Lucila Franco P . Guacart, señor Ignacio Saavedra A. Tz;querres, o..eñor Ricardo Garzón. !fonda, señoritas Ana Rosa Mora y Juliana Na- Tuluá, señor Luciano Umaña . varro y señor Aníhal amper . Ubalá, señorita Rosario Rodríguez. lpia/es, señor Ramón Guevara B. Urtbe, ~eñorita Tulia Herrera M. Labatec,7, señor Daniel Menc!oza C. Utica, señorita Anais Ahondano. La 11/esa, señora Isabel A. de Sánchez . Valle de Jesús, señora Jilma de Téllez M . La Palma, . eñuritas ~ercedes Linares y Cario- Vt!lez, señoritas Trán ito y Mercedes González. ta Santana. Villamm·ía, señora ;'ofía Orozco de Robledo . .lebrija. set),,r i·~m iliano J. U ribe. Vil/avieja, sei1ora Encarnación D. de Sánchez. ,)JadtL'Irí, . c1i01 it:t !\i ,¡tilde J. Corredor. Viotd, señorita Am:~lia Reyes G. Jfa;ou_::u!. suio1 itas ~Iaría de J . Vásquez y Su- }'aguará, señora A tilia Roclríguez II. de Garcla. sana A. García L. Zapatoca, señorita Isidora Dínz Acevedo. tila,ra, señor s Cristina 1\I, de Matallana y Fi- Zara,r;oza, seiior Jaime llerrcra Vz. lomena E. de ~1 encloza. Z1paquird, señora Laura B . de Acevedo . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ®1:gauo d.el b.ello s.exo -·.-- FUNDADO f.N 30 DE OCTU~RE DE 1895 Director; FE N ANDO A. ROMERO Bogotá, Noviembre 27 de 1~97. ~ Ano III-Número 127 Voz de aplauso. lhhgué, 20 ele O c tnhrc ele 1897- Seííor D. Fernando A. Romero, Director de LA :\1 t;jER.-B•,got:i . l\luy seilor mío: Días hace que deseaba enviar á us­ted mi voz de aplauso por su patrió­ti t.. t labor, pe:ro ocupaciones de diver­sa índole me In h;1bían impedido. Cuando nadie daba muestras de acordarse en este país de que la mu­jer es parte integrante é importantísi­ma de la familia humana; cuando los periodistas se dedicaban á asuntos de la sola incumbencia de los hombres; cuando pensar en escribir para las mujeres era empresa de locos, porque se creía que quien tal hiciese no ob­tendría de su publicación siquiera para los gastos de imprenta, usted emprendió la cruzada santa en bien de la mujer. El resultado ha sido satisfac­torio en todo sentido, como no podía ser de otra manera, puesto que la mujer colombiana también vive la vida del espíritu. El nombre de usted será grato al bello sexo de Colombia, no solamente hoy sino en época remota, cuando ese sexo, enaltecido en cuanto es justo por una concepción y apreciación más completas de su importancia como compañero y no como simple subalterno del hombre, rememore su pasado. Entonces comprenderá mejor cuánto bien recibió del generoso pen­samiento de usted. LA l\1UJER ha sido un periódico modesto, cual cumple á su misión ; en lo general, acertado en la esco­gencia de materiales; juicioso y cir-· cunspecto en su actitud. Ese periódi­co ha revelado en todas sus páginas amor al sexo débil, y respeto y sin­cera admiración hacia ese sexo, tan superficialmente estudiado entre nos­otros. Y las mujeres de Colombia han respondi ... lo al llamamiento de ese ami­go inesperado; han despertado como de pesado sueño; han pasado lista en sus filas y se han aprestado á coope­rar en la hermosa batalla de su en­grandecimiento. Ha sido LA 1\tlUJER el golpe eléctrico que pone en movi­miento ocultas energías; el toque de clarín que congrega á los soldados al pie de su bandera ! La labor ha empezado, pues, sobre los mejores auspicios, y debe esperar­se que dará los mejores frutos. ¿Por­qué no ha de ser LA MUJER la causa eficiente de una provechosa revolu­ción en las costumbres de este país? Los grandes acontecimientos tienen generalmente su origen inmediato en causas pequeñas: la libertad de los negros en Norte América se debió á la puhlicación de un humilde libro; la independencia de nuestra patria, á ligera reyerta; el descubrimiento del N u evo :' 1 undo, al casual arribo de Co­lón á ¡.ts puertas de la Rábida. _ .. Cuando suena la hora; cuando Dios quiere dirigir en uno ú otro sentido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I IJ 4 LA MUJER las corrientes humanas, no necesita, lleva al espíritu la convicción de que en verdad, de ostentosas manifesta- hizo á la mujer para compañera y no ciones: al soplo de su voluntad todo para sierva del hombre. Como coro­se inclina, desde la hoja del árbol has- pañera, y sólo en tal concepto, la obra ta la mole inmensa de los Continentes, 1 de Dios resulta armónica y perfecta desde el insecto hasta el hombre! como todas sus obras. Situar á la mu- Sí LA MUJÉR persevera en su la- jer en otra posición es pretender una bor, si se inspira siempre en fuentes dislocación imposible. puras, 1~ victori~ ~erá suy~ y hará á 1 En nuestro país se ha avanzado C:olombta el servtciO ?e mas trascen- ¡ bastante en el sentido de colocar á la dentales conse~~enctas: el . de una mujer en el puesto que le correspon­acertada exnltacwn de la muJer. de, pero todavía falta mucho terreno . Esa exaltación e~ necesaria, es in- por andar. Todavía se cree por algu­dtspensable: la muJer es 1~ mad_re Y nos que la mujer es notoriamente in­e_ s la esposa, Y. c_on t.al carac~er tiene, ferior al hombre; que no debe dárse­st. n duda, dect_stva mfluenc.'a en. In le sino rudimentaria educación; que v1da ~e las soct_edades. Es t~lpostblc sus facultades intelectuales son muy hacer buenos ctudadanos a_llt donde débiles y que, por 1 y ineludible, está ~a esposa y la madre no tienen una 1 condenada á ser, en todas las mani­td~~, exact~ de sus deberes Y de su festaciones de la vida, un ente pasivo, mtston; alh donde la esposa y la ma- y nada más. dre no son debidamente respetadas 1 Y no se sabe, ó se afecta no sa­por el esposo y el hijo. Hombre que berlo, que las mujeres de Colombia crece en tales condic_i~nes lleva en- han dado muestras en todas las épo­fer~ na el al;na desde nmo, y nada po- I cas, y á pesar de la desventajosa po­dra despues curarlo por completo. sición en que han vivido, de que son La mujer es todo corazón, todo capaces de escalar todas las alturas á sentimiento. De ahí que su educación que en países de plena civilización al­sea más delicada que la del hombre. canzan los individuos de su sexo. En la mujer el primer impul o es de- se desconoce, por ceguedad inexpli­cisivo : si bueno, la hará heroína del cable, lo que á diario estamos pre­deber; si malo, la llevará desatentada senciando : las grandes facultades de por senda. peligrosa y, casi siempre, 1 nuestras mujeres. Podría citar mu­la precipitará al abismo . Nada, pues, chos nombres, pero es inútil, porque más acertado ni más útil para una en todas las familias puede encon­sociedad, que levantar el nivel moral ¡ trarse, si se hace un e.·atnen concien­cie la mujer, nutriendo de sólidas zudo, que en materia de capacidades ideas su entendimiento y dándole fe están las mujeres por lo menos á la en sus propias fuerzas; en suma, des- misma altura de los hombres. Otra arrollándole la conciencia ele su per- cosa es la ;1pariencia de superioridad sonalidad. que á éstos da ]a mejor instrucción Los pueblos bárbaros deprimen á que reciben y la ost entaci ó n que ha­la mujer, y á m edida que adelantan 1 cen de su s conocimientos, que con­en civilización, la exaltan . De tal m<:~- tra sta á maravill a con la in gé nita mo­nera, que civilización y des precio á la destta de la mujer y con su postcwn mujer son cosas que se excluyen. 1 humilde y esc ondida allá en el fondo Si pues .. Colombia. se afana por que j del hogar. . . , , , se le con s1dere un pueblo culto, nece- La tradtc1on no oeoe sostenerse sita tener muy fija la mirada en la l por el hecho ele ser tradic ión sino por justa e.'altación de sus mujcre.. ser buena. Cuando no lo e·; cuando Un atento examen de la obra de 1 choca con el espíritu de los tiempos; Dios con relación á la humanidad, i cuando entraña una injusticia, enton~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER II75 1 ces debe morir. En este caso está la La mujer colombiana quedará am­tradición de nuestras costumbres en lo 1 pliamente satisfecha cuando se la re­que se refiere á la mujer. Ha llegad el conolca c9mo compañera del hombre, momento de tomar nuevo rumbo, y t pero compañera de verdad, en todos debe tomarse sin vacilaciones. Es la los asuntos de la familia, en los mul­hora de colocar á las mujeres á nues- ( tiplicados incidentes de la vida del tro lado, pues hagámoslo sin pérdida hogar. Entiendo que á eso· y nada · de tiempo y sin temor. más aspira, y á fe que es una justa Esa tarea no es aquí, por for- aspiración. tuna, demasiado ardua : hay ele- ' La supremacía absoluta del hom­mentos bastantes para hacC'rla rclati- bre y la dependencia también abso­vamcnte fácil. Juta de la mujer, es una costumbre En primer lugar, si muchos de los absurda. Tras de ella vienen otra y hombres exageran su posición en las otras, hasta llegar al triste resultado familias, no es por maldad, no es si- de una sociedad en la cual sólo una quiera deliberadamente: es por ruti- mitad_ piensa y la otra obedece; ~ólo na. Han crecido en un medio viciado 1 una t1cne derechos y. la otra obliga­á ese respecto y no es extraño que la c.i?nes; sólo la una se cree en pose­influencia perniciosa Je ese 111edio los ston de la verdad-de toda la ver­alcance. Hágaseles comprender que dGd-en tanto que la otra vegeta en andan errados; que es hasta suprema la impotencia! . . tontería desaprO\ echar las inmensas 1 ro es esto correc:to; no es ensila­ventajas que da al hombre una mujer- no~ ,no es útil. Con:cgir toda ma_nifes­compañcra sobre una mujer-sierva, y tactO_n. ~n ese scnttdo por med1o de en seguida esos hombres tomarán c..l una JL~Ictos;: propaganda en favor de buen cami'no. Y si hay mujeres inca- f la muJer, he aqu1 una grande obra de prtces de alcanzar el puesto de honor 1 reparación y de justic_ia. Hé aquí la aliado de sus maridos, no es por de- tarea que ha emprend1do LA MUJER. ficiencia intelectual y moral: es por Por esa tarea noble y santa felicito que les falta una adecuada educación; á. usted una vez m.á , y, sin otro par­porque también, ofuscadas por el me- t1ctllar, m~ suscnbo de usted muy dio en que han vivido, no compren- atento serv1dor, den cómo puedan ser personas y no } A lll() LOZANO T. cosas, cómo puedan ser compañeras y no siervas! Edliqueselas; dése más acertada dirección á sus facultades, y :Lo.. verdad y la mentira. al punto se las verá ocupar, sin vérti­gos, la cima. En segundo lugar, no creo que la mujer colombiana llegue á pretender jamás libertades incompatibles .con la delicadeza de sus sentimientos; con sus propensiones naturales al recogi­miento del hogar; con su misión altí­sima de paz y de ternura, de abnega­ción y amor. La mujer colombiana no extremará sus e<"igencias; lejos de esto, no aceptará nunca libertades que la lleven á las calles y á las plazas pli­blicas á confundirse con los hombres en los ásperos negocios de la vida de administración y de política. La verdad es la 1 uz productora de la fe entre los hombres. · La mentira es la pantalla ocultadora de la verdad y destructora de esa fe. No es la verdad un dón de Dios-como lo es la inteligencia­sino una virtud que Él ama._ y que adquirimos por la educación. Segli n la Mitología, consideraban los antiguos á la verdad como madre de la virtud, y tenían razón, pues no es posible calificar de virtuoso ó hijo de la verdad á quien tiene la costum­bre de mentir, aunque posea muchas buenas cualidades. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II76 LA MUJER Los antiguos reyes de Persia apre­ciaban por tan indispensable decir verdad, que cuando sus hijos cum­plían 14 años les daban un grande de la Corte para que, estando siem­pre á su lado, les enseñara (l ser siem­pre veraces stn prever consecuen­Cias. Luis xvr le preguntó un día al Delfín: -¿Qué es lo más bello que existe en el mundo? -Mi madre ! contestó el niño, des­pués de haber mirado á María Anta­nieta, quien al momento le dijo : -No, hijo mío: lo más bello que en el mundo existe es la verdad. ¡ Preciosa enseñanza de tan bella mujer! Tan bien supo esa buena madre enseñar á su hijo á ser veraz, que al saber el Delfín que á él le atribuían las calumnias con que los enemigos de María Antonicta la acusaban. hizo propósito de no hablar. No obstante haber sido condenada El mentiroso se convierte en ente vil; el veraz es honorable. El ejemplo forma insensiblemente el hábito, y por eso la comunicación con persona ami­ga de la verdad en todo caso es:tan provechosa como la lectura de un buen libro. Cali: 1897. u.· SUSCRIPTORA. Tres ép_,cas. (EN DOCA Dli: UXA SOLTERONA) Todo fue luz, perfumes y colores, Ni una nube en mi cielo ¡ cielo puro! .. Yo pe~~aba que rico mi futuro Sería de venturas y de flores. Niña ilusa, lll) supe que hay dolores, Que hay un cami110 horripilante, oscuro, Que hay un campo do mézclase lo impuro Con la pasión, L.\ tlicha y los amores . ¡Cuántos recuerdos en el alma guardo!. .. por Dios la mentira en el Sinaí, per- De brazo me tomaba dulcemente sonas sensatas creen que es bue.1a en De la ciudad el joven más galla1Clo, ciertos casos, como en el de decírsela á quien persigue á otro con malos 1 Y al baile me !le~aba: yo riente fines para que no le encuentre. Escuchaba sus supltcas de barrio .. ' Tal mi vida de quince hastn los veint" . La mentira siempre es mala como lo es el inmoral principio de que el fin justifica los medios/ La mentira hace consorcio únicamente con la crimina­lidad. Entre mentir y callar en casos como el indicado, es preferible callar. La costumbre de mentir es más abominable y ele peores cor.secuen­cias en la mujer que en el hombre, porque siendo la mujer la encargaJa de la educación del niño, puede en-ll Las damas e .-iclia ron mi ventura, Cautivé con m ::> gracias corazones, Escuché etttt.:rnecida la s canciones Que el vate dedicaba ú mi hermosura. Los poetas me amaron con locura Y escuché las ardientes confesiones De sus a~·nores castos é impresiones: -Tú eres la \·irgen m.\<; graciosa y pura! señarle á mentir. Observa un escritor Me decían. Entonces fui admirada; que en lo general los perversos son 1 De vanidad llenérne .. una tormenla hijos de mentirosos ó educados por \ Rugió en :ni corazón, de:tlrdenada .. ellos. 1 , 1 ~~ 1 1 - L t . ¡ 1 d t d Busque unos >razas, < ~ pacer se< tenta, a m en 1ra es a rnac re e o os . , . "' Me arrOJC en ello: c1ega, d e -alada .. los humanos defectos, , y por eso la Tal mi vida de veinte ' .~s · ;l los treinta. mujer mentirosa liega a tener los de ser hipócrita, chismosa, intrigante. nr Tales defectos la hacen perder todos Después .. vinieron para mí otws años : los encantos de su sexo. ) Empe?.Ó el negro ocaso ele mi vida, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER JI 77 Huyó de mí la juventud querida Y comprenrlí del mundo los engaños. Me encontré sola .. Lúgubres y extraños Son los recuerdos de mi rlicha ida· Llevo en el cora~ón angrienta herida Y en el alma cruel es desengaños . ¿J)é está mi jnvc1.tud y mi !1cnn nsur:t? ... ¿Quién de la pena y del dolor me alienta? ¿Con qué puerlo rurar esta amargura? Hoy mi vida tan sólo se alimenta Espiando una hueca sepultura, Lo que amo ¡ sí! ele lo que r~toy sedienta. BLASl~J\ RO .\IERO. ~odas de J?a.ris La Crónica Pan'sie11, dirigida por D. Antonio Ambroa, habla de las siguientes: -La muselina bordada hace com­petencia al linón. Puedo asegurar que nunca se llevó tanto como ahora, por­que verdaderamente es seductora, sea cual fuere su matiz: rosn, ciclo, limón lila, gri s plata, malva, cte. etc. -Los bordados suelen ser puntos .nás ó menos grandes o acrujeros que forman sobre el tejido como pastillas transparentes. F inalmcnte, hay muse. linas bordadas de guirnaldas ó de bou­quds que hacen muy bonito efecto. Estas muselinas se llevan siempre sobre un vestido de debajo, de igual color ó de otro diferente. Esta necesidad de Ilevc1r la falda y el cuerpo de seda, cual si fu eran el forro, hace bastan te costoso un traje de muselina. Por eso ya no puede decirse que la " anta muscl:na " es el emblema de la sencillez. -Están muy á la moda los cintu­rones flotantes, hechos de cintas y con caídas muy largas, tanto como la falda. Los collares de plumas de ave s truz negras, blancas ó gri es, s e lle\· a n mu­cho; son muy elegantes y encuadran tan lindamente el rostro, que no hay valor para abandonarlos. \demás, el fresco de la noche los hace útiles á veces. -Las señoras usan mucho el zapa­to de gamuza gris con adornos de se da, el zapato negro de charol que puede llevarse con toda clase de toz'­lctt y el zapato de cabritilla mate, en negro, con tres botones al lado. V u el­ve la moda del tacón alto, aunque se usa mucho el tacón bajo inglés. La media que más se usa hoy es la escocesa en seda ó lino, con pie de un solo color, generalmente negro, y con dibujos que empiezan á cierta altura. Se ensaya volver á la moda el uso de~ coral, de que se están haciendo botonaduras para caballeros, anillo y pendientes, en los que el coral ocupa el puesto del brillante, de la turquesa ó del rubí, la piedra preciosa más bus­cada. El boa de plumas de avestru7. es la elegancia del día. LA R 1·.1 Al\fELIA, de Portugal, que visitó á París, hizo fotografiar las c!amas de ~u Corte, y los rayos X mostraron los desórdenes del organis­mo interior causados por el corsé. La bella y hermosa Reina ha dado el ejemplo, redimiendo su cuerpn de la esclavitud del corsé, y la damas portuguesa han seguido con entu­siasmo su ejemplo; por lo que d cor­sé ha quedado pro·crito en ab:.;oluto ele la toilette femenina en Portugal. Como todas las modas pasan, parece que ya le llega la hora al funec;to cor­sé, que tántas víctimas ha llevado al sepulcro. Lección de piano. La rliscípula es joven y muy ,.i,:a (El dzío así se explica ) , La voz del profesor c. expresiva Y le encantan los ojos de la eh ca. --¿Sabe usted la lección?- Toda la pieza. -Pue. empecemos y a . -Pctire usted un po co la c a be za . Que hace mucho calo r. Perd ó n ... ya está. -Ese tiempo se toca con asombro: 1\Iás so stenido el si. -Pe tir e usted su mano de mi)10m brt); 1 ro se acerque usted tánto ... -Así?-Así. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER Eso va con PEDAL .... así ..... -Cuidado! N o me pise usted el pie. -Vuelva á tocar lo mismo. La he pisado? Pido á usted mil perdones. N o hay de r¡ué. -Tenga usted esos dedos sobre el piano, Continuando el sostén ..... . -¡Ay, a·. ay! No me apriete usted la mano. -Siga-¿ 'oy bien?-¡ Bravisimo! muy bien! -Ese allcgro más rápido, crcscendo. Mi, sol, do, re, mi, fa . .... . Mi amor también, hermosa, va crecienclo. -Mire usted que est.i oyendo mi mamá.. Una pena terrible me lacera: Deme usted, inhumana, Una esperanza, por favor, siquiera ... -Deme usted la lección para mañana. LUis RooRícu¡.:z VJ•.LASco. tenemos 1:.t felicidau ele poseer, nuestro recreo en las hon:s de fatiga, y nuestro más consolador lenitivo en las horas de aflicción. Su asidua suscriptora, SEMRAC. Cachetá, 30 ele Octubre de r897· Angel caído. En dónde está la voluptuosa gracia Que embelleció tus noches y tus días .. Sin luz los ojos, ltt mejilla lacia, El beso de tu boca ya no sacia Como saciaba ayer en las orgía . N o tienes ya los atractivos que antes Prodigabas en pública almoneda, Cuando, rica de perlas y brillantes, O !vi dabas á Dios por los amantes Y eran tus tmj es ele crujiente seda. En tu mirada triste y sin de tdlos La más cumplida debo dar al hermoso El ;uego fltuo del placer e ptra · semanario LA MUJER, al entrar en el Y oe tu espalda en los contornos bellos, tercer año de su gloriosa carrera. 1 f~esordenados flotan tus cabello~ Felici to.ción. Hoy cumple do año., en los cuales ha Como las cuerdas rotas de una hra. alcanzado á ml:reccr los más cumplidos aplausos de todos los que saben apreciar 1 Ll~ra sin tr;gua ni medic.la, l~óra; la moralidad; en los dos años que lleva o p1ensc. ma~ en los del.cltcs tdos, de existencia ha sabido ganarse inmensas J>orq u e es prcc1~0 comhat1r, y es hora simpatías, y ha llenado de gozo, más de De sof~c.a,r en pugna reclentor.a u:1a vez., el corazúnde todas sus suscripto- La secl!c10n brutal de los sent1do'i. ras, ~iempre que recorremos sus ilu tradas 1 páginas. Deséole, pues, que continúe triun- ·Valor~ va)or! y que la lid com~ence fante la carrera que ha empezado, que si Con la plegana q~1e en tu acento vtbre : en dos años no más, ha ganado tántos Y aunc¡ue la propta culpa te avergüence, lauros, ¿cuántos más no ganará si prosi- ¡ Levántate, mujer, y lúcha y vénce, gue sin detenerse? Que nunca es tarde para hacerse libre! Sus dignas colaboradoras me permití- l rán haga extensiva esta felicitaci1)n á Déja que el vulgo hostil en su locura, ellas, encarcciéndoles no de falle:t.can en Le niegue á tus pesares el consuelo su tarea y continúen contribuyendo con En medio de tu negra desventura : sus aromáticas flores al embellecimiento Por la calle fatal de la amargura de la lwrmosa corona que sus inspirarlos ólo transitan los que van al cielo. talentos están tejiendo; cuyo brillo y pu . reza deleitan nuestra vista siempre que la suerte nos favorece con una de ellas, las cuales resaltan en las páginas de nuestro órgano, como el resplandeciente diaman­te sobre el oro. Igualmente me permitirá su digno Di- Huyenclo de la culpa y sus sonrojos 1\Iagdalena surgió del cieno inmundo, Y en su fervor, postrándose de hinojos, Con el humilde llanto de sus ojos Los pies ungió del Redentor del mundo. rector en esta ocasión, manifestarle nue- Déja que torne la virtud ausent!:!, V' liuente mi asiduo entusiasmo por tan Para que brille en la abyecciÓn de tu alma, bella MUJER y píe:ielltarle mis más sin- 1 Y dóbla al peso del dolor la frente, ceras felicttaciones por la grandiosa obra 1 Como se dobla ante el simoun ardiente, que dirige, la cual es para todas las que ' Con su plumaje vegetal, la palma. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1179 Pero desdéña al mundo que te humilla Con su reproche por la vez primera; Y arrodillada con piedad sencilla, Para que el llanto lave tu mancilla, Levánta á Dios el corazón, y espéra. Que ~se raudal de lágrimas que brota Del corazón de 1~ mujer caída, · Es un Jordán de hiel, que no se agota, Porc1ue en sn linfa detersoria flota La salvación eterna de la v1da. Cartagena, r896. AUGUSTO N. SAl\lPC:J~. ~adre á hija. (por Aníbal Rnmper) L\ VIRTUD ranza y de la carz'dad, con las cuales te defenderás en todos los ataques que te hagan durante la vida. Ten pre ente, que el vicio recién nacido es fácil de hacerlo desaparecer; pero que si crece, no tendrá remedio; y de consiguiente, desde la primera acción, hay que reflexionar para que más tarde no deplores y llores el pri­mer error que por falta de previsión cometiste. SEGUNDO CONSEJO.-C.\ 1' IDAD Ya te hablé, amada hija, de lo::; re­sultados buenos que proporciona la Virtud, y de los malos resultados de lo vicios ; tócame ahora alumbrarte . obre Ja Caridad; y comr) creo que ( Continnr.áúu). las sabias instrucciones que de mí y Procúra, pues, encarrilar tu con- de tus maestros recibes, te habrán he­ducta desde ahora; tienes tiempo para cho concebir la más elcvad.t idea de ello, pues apenas son actualment.... pe- la piedad cristiana, no vacilo ni des­queñas chispas fáciles de apagar; mayo en mi tarea . Como este es el pero al contrario, si 110 recibes mis principal asunto de todos los que me consejos, crecerán de tal manera, q uc prometo tratar, Y éste es la ba'1c so­se convertirán en e 11 ormes y feroces br~ q.ue deben fun?arse todos los de­fieras que 110 podrás más tarde do- mas, JUZ~o con.veniente empezar por mesticar; y por consiguien k 2 ndarás 1 P.onert~ a la vista todo .lo 9,ue con­más tarde por las asqucro<>as y tcnc- , c1erna a ta1; sagrada obhgac10n, paré.l brosas sendas de loe; vicins con el l que, formandote buen concepto de alma torturada y la razón perdida. ella, e~1trcs con ánimo á trabajar para Las malas costumbres, hija mía, son 1 cumpltrla como nuestras enfermedades: al prin- Primeramente reflexiona que el Su­cipio son apenas ligeras indisposicio- premo Hacedor te puso en el mundo nes, que acudiendo en tiempo pode- para que le sirvas, y que te ha dado mos curarnos; pero si no hacemos un corazón para que le ames; de con­caso de ellas, corromperán nuestra siguiente, es muy justo que le censa­sangre y vendrá la muerte á poner gres sus primicias. Por hijo malvado término á nuestra existencia. te tendrías si no amases á los autores La Providencia Divina, amada hija, de tus dfas, quienes merecen tu amor jamás permita que en ti se anide el por varios títulos. Así pues, repára, envenenado dardo de los vicios; y hija mía, que en el cielo tienes otro que en tu alma no se verifique la des- Padre mil veces más digno de amor. cripción que he hecho. Examína tu Ese bondadoso y tierno Padre es conciencia; y si te crees inclinada á la 1 Dios, que, á pesar de ser tan podero­soberbia, 4 la di. ipación, á la cruel- so y tan grande, no se desdeña por dad, al deleite, ele., y . i encuentras este título. M u y al contrario, no lo que en tu corazón e.·istc algú11 mons- exige, y sobre todo, ama á los cora­truo de esos, combátelo, extermínalo, zones impregnados de pureza y cas­que para eso Dios te dará las armas tidad. de la lumúldad, de la fe, de la espc- ( Contz'muwá ). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. II80 LA MUJER El león y el asno. FÁBULA Sobre un asno cl.escuirlaclo ~ n león se abalanzó; Y el burro por de contado, Cuando la carga sintió, De espaldas se echó, y cargado, El pobre león quedó Molido, que daba grima, Con aquel borrico encima. Rugió el le6n, dolorido, Diciendo-burro villano! ¿ Cómo eres tan atrevido, Que, con furor vil é insano, Hieres al león temido? ¿No ves que es tu soberano? Has atacado á tu rey, ¡ Eres reo ante la ley! Y el burro exclamó:--· Canasto! Si el Rey no me guarda ley, Yo, en pudiendo, al rey aplasto, Pues deja de. cr mi rey. oy ele entendimicnt() uasto, Y más que yo. abe un buey: Pero, como dar un brinco, 'é decir cuántas son cinco. A pesar de mi modestia, Puedo decir, á mi ver. Que no soy burro tan bestia Para dejar de entender Que á quien me crtusa molestia N o le debo dar placer Si hacerme mal al rey plugo, N o es mi rey, es mi Yerdugo. Y es proceder bien insano Dar honra á quien nos maltrata, Aunque sea el soberano; "Y porqué ¡oh rey! hablando en plata Para el ami~o la mano, Y al enemigo la pata. Si el rey se hace mi enemigo, o espere trato de amigo." Oiga todo mandatario El rliscurso del pollino ; Y no sea estrafalario, Cometiendo el rlesatino De ser á h ley contntrio. Obre con justicia y tino, Y al pobre pueLio no oprima, Pues puede echársele encima. BARROS G. Carta d.e D. ~ariano Ospina á su hiJa la señorita l\1aría Josefa, In víspern de f,u matrimonio. ( Crmclusión ). Tómese desde el primer día el há­bito de informarse todas las mañanas 1 de la salud de cada una de las perso­nas 1ntimamen~e relacionadas con su esposo, y de lo que n:ás les interesa, para ocurrir solícita á atenderlas y servirlas, cuando lo necesitaren. Sea 1 muy diligente y exacta en cumplir los deberes que la costumbre impone en las relaciones sociales, sin dejar nunca pa;a mañana lo que pueda hacer hoy. Busque las amistades más íntimas de la familia y no fuéra de ella; y ponga 1 atención y solicitud en todo lo que á ésta interesa. N o es raro en la sociedad de las familias, existiendo las más :tmistosas relaciones, ocurran ligeras contrarie- ¡ dades, que son algunas ve< c ..; efecto del mismo sent" ·11iento de unil )ll y de amistad; si tal o c urriere alguna vez entre la familia de su esposo y la de su padre, póngase usted en í.tvor de la primera. La razón es obvia: en el 1 , . d d' 1 ammo e un esposo pu tera entrar a ' duda de que su mujer lo prefiere á todo, y esto debilitar su cariiio; y el amor de padre, es indestructible, y en su corazón no cabe duda alguna so-l bre el afecto de sus hijos. Por lo mis­mo, prefiera usted en sus atenciones y cuidados, la familia de su esposo á la de su padre. Yo he sufrido y sufro cmclmente, pero todo mi sufrimiento procede de una sula fuente: la pérdida y el pa­decer de tántas personas queridas. 1 Fuera de esto he vivido tranquilo, contento y feliz, debiendo esa tran- 1 quiliclad y ese contento á dos propen- 1 sienes felices que Dios me dispensó: 1 la primera, es la de olvidar toda ofen-sa, grande ó pequeña, y no abrigar ¡ ningtín sentimiento rencoroso de ven- 1 ganza ni de envidia; la segunda con- 1 siste en mirar como u na tontería las aspiraciones de la vanidad. Hágase Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MUJER 1181 usted la heredera de estas dos pra- l diosa; que todos los acontecimientos pensiones ó hábitos interiores, que, se dirigen á un fin, que no está en mejor que yo, los poseía también aquel nuestro alcance ni el prever ni el es­ángel de bondad que fue madre de torbar; por consiguiente es un deber usted. Sí, posesiónese usted de esos religioso y un acto de buen sentido hábitos, y ellos le darán la paz del el aceptar toda situación, todo acon­alma, que el odio, los resentimientos tecimiento y acomodarnos á ellos por y la fiebre de la vanidad destierran de duros y adversos que fueren. Toda la mayor parte del género humano. situación aceptada es llevadera, por La sencillez de la vida nos ahorra mil amarga é insoportable que parezca. diarias molestias, y no produce íncon- Pero cuando la persona se obstina en venicnte alguno. Las aspiraciones al querer y en pretender que las cosas boato, al lujo no procuran satisfacción no sean como son; cuancio se da á alguna, pero sí inquietudes, desazón y lamentarse y desesperarse, porque sus ruina. deseos y aspiraciones no se cumplen, Usted y su familia van á vivir en porque su situación no es la que qui­este país, que, como todos los de His- sicra, esa persona vive en un continuo pano-América, está expuesto á revo- martirio; y como el lamento y la luciones desastrosas, en que las fa- desesperación no tienen poder nin­milias más honradas se encuentran, guno para alterar el curso de los cuando menos lo esp ran, despojadas acontecimientos humanos, pero sí lo de sus bienes y expuestas á la mise- tienen para debilitar la salud, para ría, como usted lo ha visto. Sea usted, turbarnos en el cumplimiento de nues­pues, económica, y aconseje la econo- tros deberes, para ;¡,lterar nuestra fuer­mía á su marido, y procure que pon- za moral, para llevar al ánimo de las ga sus ahorros en donde puedan sal- personas que nos aman la desazón y varse el día de un de. astrc, para el la tristeza, resulta que ese estado vio­cual deben estar preparados. lento de resistencia á la realidad de Tenga usted siempre un confesor las cosas, á la situación en que Dios ilustrado y prudente, v consulte Cün ha querido ponernos, es ante la reli­él todo lo que interese á su tranquili- gión un acto ele rebeldía contra la vo­dad y á su dicha C•1 ~us relaciones do- !untad divina, y ante la filosofía, un mésticas. acto de mentecatez. N o se deje usted, No quiera usted alucinarse imagi- pues, arrastrar á esa especie de delirio nando que la vida c. una cadena de que centuplica el mal de muchas persa­contento y de satisfacción no in te- nas; sea cualquiera la situación adversa rrumpida, nó : la existencia es en to- en que usted pueda verse, acéptela con dos los estados una alternativa de go- la firme resignación que ordena la re­ces y penfls, y par,t ello debe estar ligión, con la fuerza del alma que preparad e-t. Sin e m' :a rg·l, la fe, la pru- acons~ja la filosofía. dencia y '..:1 buen · ''1li lo prod uccn Un día tendrá u. t · 1 que hacer con diferenci<1s muy graL !e:-; en la suma Mercedes, con María, con las hijas de de los goces y de bs ~ t: tLls entre pcr- usted, lo que en este instante hago yo so nas cohcadas en J;¡s mismas cir- con usted ; quiera el Dios clemente cunstanci tS; Y es nc~ocio de la pri- y misericordioso que nos protege, que mera imp >rtancia el~ . .' cr uno dirigir al transmitirle estos consejos que le di­su pensamiento y sus afecto:-. Ctl c·se rige la ternura de su padre, pueda mar incon tante de la vida. 11sted decirles que los ha practicado, La fe y la razón nos enseñan que y que ello han contribuído en algo á las cosas humanas no andan al acaso, procurarle días de paz y de contento, y sino que son regidas por una Provi- á suavizar sus pena;, en los dí<1s de denci.1 inteligente, justa y misericor- amargura. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1182 LA MUJER Guarde usted reservada esta carta, mi querida hijita, y como un recuerdo de su padre, Jéala de vez en cuando ; y ahora que ya usted no depende di­rectamente de mí, tráteme con más confianza que nunca. Un amante padre que día y noche tiene en su memoria presente á usted, querida María, y pide á Dios que le dé sus bendiciones y sus gracias para que llene cuh1plidamente sus debe­res, y haga contenta y satisfecha el viaje de la vida, MARIANO ÜSPINA R. A mi apreciable amiga SEÑORITA CLARA CASTRO 11a partí ipaci6n Que de tu casa me mandan, \fe entera, Clarita atmga, De CJlle muy pronto te casas: Celebro muchn la suerte ue has tenido, amiga Jara, Encontr:1ndo para esposo Un homure que te idolatra; Que es holll ado, inteligente, Con pn ición desahogada, Puesto que ti~ne carrera, Que \'ale más que L.t. plata; Por esta y otras razone., Que la amistad nos d~mancla, Me atrevo á O:lrte un consejo Que te ha ele hacer mucha falta; No pregtu.tes al marido, A dónde va cuando salga; Ni le diga· con enojo: .Porqué vienes tarde á casa · Húye siempre de los celos, Que son incapaces, Clara, De Ht\~ C.:1111 Clllllc¡ uiera otro trntatHÍCllto müdico 1Í alin~t·nt": 2.• Que e. bí11 compuestas dt> snst'{llt:ias en temlllente het,ignH." y jant:Ík rtoc·iva:-. fÍ la salt11l: 3. Quee t>utdP prefll•taUtl:; 6lr1 mano y una 6 una, pneth• C1.t1t••r;;:e ~-;egu­l'l\ lll€'ntu (:on qn• PltVIlt~h·•·lr 1-'Ít•mpre tiiP\ dü!,iS h_i dt-< tliPtíiCalllf'lltd .\ j1111HÍI'o \111 lÍtOtnO d IIIIÍS 11 j do IIH'IIII:O.; ,\" •1 1 Q11e Mtll 1 .·lllltt•. 11 In Vt-:Y. q11u r•uou. titn_,eu- Certificaciones: Doctor Juan Día~, l\fédico Ci ruja llu de la· Facultade:· de Parfs y C,ua<:Hs, certifica: Qne ha recetado frecuente­mente :í ·n el iettt~:la lts Píldoras toco­lógicas Ju'gras de Cur!J', y habi
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Mujer - N. 127

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Tyuasuza : sembrando el corazón, cosechando el pensamiento

Por: Sandra Carolina Ramos Torres | Fecha: 2021

Este trabajo es producto del apoyo colectivo y comunitario, donde sabedores, autoridades, mayores, familias, niños, niñas y adolescentes creamos espacios presenciales y virtuales de intercambio de palabras, conocimientos e ideas, para que se compilaran y recrearan en un ejercicio educativo, que da voz a los integrantes de cada comunidad para ser orientadores y maestros de niños y niñas indígenas en contexto ciudad. Asimismo, las ilustraciones presentes son el resultado de un encuentro de saberes por pueblo, donde participaron niños, niñas y jóvenes al representar en dibujos e imágenes aspectos relacionados con Espiritualidad, Ley de Origen y Gobierno Propio.
Fuente: Centro de Documentación y Memoria de la Secretaría de Educación del Distrito Formatos de contenido: Libros
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La frontera oriental de Mendoza en el siglo XVIII: el caso de la posta de Corocorto entre Chile y el Río de la Plata

Por: Luciana Fernández | Fecha: 01/01/2023

En este artículo se indaga sobre la frontera oriental de Mendoza en el siglo XVIII. Se parte de la hipótesis de que el espacio fronterizo bajo jurisdicción de esa ciudad se extendió hacia el sur, con lo cual se implicó una porción de la llamada gran frontera sur, pero también hacia el este, en las cercanías del río Tunuyán, y llegó a la delimitación natural brindada por el río Desaguadero; además, que las autoridades coloniales estuvieron alerta ante inminentes ataques desde aquel punto y, en pro de mantener controlados a los grupos indígenas insumisos, idearon e implementaron diversas medidas como la instalación de reducciones y fortificaciones defensivas. Se analiza la posta de Corocorto y se da cuenta de sus particularidades dentro de esa frontera oriental, así como su intervención en la política fronteriza. Para ello, se utiliza bibliografía específica, fuentes documentales inéditas albergadas en el Archivo Histórico de la Provincia de Mendoza y fuentes disponibles en la página web Family Search.
Fuente: Icanh - Fronteras de la Historia Formatos de contenido: Artículos
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La competencia por el agua en el valle de Izúcar, Puebla. Los repartimientos de agua y los ingenios, 1550-1650

Por: Gloria Camacho Pichardo | Fecha: 16/08/2010

El eje principal de este artículo consiste en analizar el proceso de adquisición de derechos, distribución y uso del agua por parte de los labradores españoles e indígenas, en torno al río Nexapa en el valle de Izúcar, Puebla, entre 1550 y 1650, en un período de expansión de la propiedad de los españoles, de la introducción de nuevoscultivos que implicaban riego y de una baja considerable de población indígena. Se analizan los conflictos entre los regantes de aguas arriba con los de aguas abajo, así como las formas de solucionar las tensiones a través de los diversos repartimientos de agua en torno al Nexapa, como instrumento que les permitió a los regantes “resolver” sus diferencias.
Fuente: Icanh - Fronteras de la Historia Formatos de contenido: Artículos
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