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Se encontraron 4886 resultados en recursos
Con la frase Poesía.
De ella recuerdo sobre todo su alegría. A pesar de la imagen dramática que ofrecía de sí misma en el escenario, Maria Carta era una mujer solar, llena de vitalidad; su risa “espantaba a los pájaros” al igual que los besos de la chica del poema titulado Efisio Concas. BIANCA PITZORNO Los protagonistas de la dramatización de Maria Carta son los muertos: sin embargo, esta multitud de muertos no nos habla para darnos una idea de la muerte sino de la vida (…). Habiendo actuado como cantante con rigor etnológico, Maria Carta poeta realiza una verdadera operación de antropología cultural. RAFFAELE CROVI Después de haber conocido a Maria Carta, una vez más afirmo que los únicos grandes hombres de Cerdeña son nuestras mujeres.
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Canto Rituale
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Los perfiles del frío
Hoy, que el mundo se precipita, de nuevo, hacia un futuro incierto, es preciso que rescatemos el amor por la cultura y su soporte: los libros, como el antídoto que necesita nuestra sociedad contemporánea frente al derrumbe moral global que se nos viene encima, tal y como afirmara Voltaire: “Todo el mundo conocido, con excepción de las naciones salvajes, es gobernado por los libros”. También, Federico García Lorca señalaba esta misma senda, en el discurso que pronunciaba en Fuente Vaqueros, en el año 1931, con motivo de la inauguración de la biblioteca de su pueblo natal: “No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro”. Y este es el milagro al que nos convoca Inmaculada García Haro, con la entrega de su poemario Los perfiles del frío; un texto donde el lector va a encontrar una armoniosa simbiosis entre los dos elementos básicos de todo buen libro de poemas: fondo y forma. Los perfiles...
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Los perfiles del frío
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Valeria o el vértigo
Habla Víctor Vázquez de metales en estos versos. Enlaza así con su poética anterior, de delicadeza heridora de anzuelos. Herrumbre, escamas de dureza metálica, armaduras sobre la piel. También pronuncia un osario que recubre los tejidos blandos que son el yo, el cuerpo amado y el poema. Sin embargo existe, en las córneas de este Valeria o el vértigo, el metal que se escinde sin aristas en la maleabilidad de su fórmula. Mercurio. Azogue, plata líquida, es unidad y corpúsculos con un sólo movimiento de escisión. Así el poema da versos que se lanzan como balas liquefactas y sinuosas. Así también el cuerpo de la amante se desprende de su parte desde el todo y pare. El poeta es rey que se despoja del armamento fiero para asumir una cierta pérdida y abdicar. Llega el relevo de la sangre a través de la sangre y no es nada en lo que edipicar ni con lo que electrizarse. Sólo asume la curiosidad de los límites: la piel de la madre es ahora la piel de la hija y la piel de los ojos y el...
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Cuando todos soñábamos con Ornella Muti
La potencia que ejercen los primeros años en el recuento de nuestra historia, la marca indeleble y condicionante que llevaremos a cuestas, para bien o para mal, la pugna recóndita y freudiana que ora exhibimos, ora solapamos, dependiendo de nuestras imprevisibles circunstancias, es motivo central de este nuevo poemario de Juan José Vélez Otero donde la vida, que es el tiempo que son todos los tiempos, es también una murga esperpéntica y a veces patética, una fábula emocional, un anecdotario lírico que, en la voz de este poeta, adquiere una dimensión universal. Habla un hombre con todas sus verdades, con todos los complejos, con todas sus angustias, con todos los quebrantos, con toda su ironía, con toda la nostalgia, con todas sus mentiras.
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Cuando todos soñábamos con Ornella Muti
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Todos los cuerpos, el cuerpo
En Todos los cuerpos, el cuerpo, Jesús Pacheco nos invita a adentrarnos en un laberinto ecfrástico que puede leerse al tiempo como un autorretrato en verso convexo, como una acuarela que evoca el mundo perdido de la infancia y como un óleo pintado con los trazos del desgarro existencial. El combate entre cuerpo y escritura, plasmado en una atmósfera envolvente y llevado por un ritmo poderoso, muestra la identidad de un yo en progreso y la construcción del proceso discursivo. He aquí, en fin, una voz original que ya no es la suma de distintos ecos formativos, sino la decantación de un estilo en el que se funden la plasticidad visual, la imaginación fulgurante y el examen de conciencia. Apenas cruzado el umbral de los veinte años, Jesús Pacheco abandona con este libro el brumoso limbo de las promesas para instalarse en la tierra firme de las evidencias. Pónganse delante de un lienzo en blanco (medidas recomendadas: 34 x 29 centímetros) y atrévanse a mirar.
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Imaginar un hijo
Los romanos tenían por costumbre delimitar un sector del cielo (templum) para contemplar el paso de las aves y descifrar en el quiebre o simetría de su vuelo algún mensaje destinado al humano. En ese paréntesis se mueve este libro; busca en lo abierto una explicación a lo cerrado, oxígeno en el pavimento roto o la ausencia que hace posible la existencia; se le escribe a un hijo inexistente y que sin embargo estructura esta forma de observar aurática, silente y abierta. La huella de un fantasma. Ante la plaga de traders, sujetos “desmembrados por el mercado”, el autor se pregunta “¿De qué animal es todo este pelo que pierdo?”, “¿Estoy abierto o cerrado?”. Cuando Rilke dice “con todos sus ojos ve la criatura lo abierto” se hace la misma pregunta por la categoría de lo humano: lo abierto se opone al mundo de las formas, de las que el animal, la bestia, vive libre. En este libro el humano alienado se animaliza, queda atrapado en un presente constante, supera la muerte en tanto sus...
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Poemas sordos
Hellen Keller, escritora sordociega estadounidense, afirmaba que las cosas más bellas solo pueden sentirse desde el corazón. Victor Hugo, poeta y novelista francés, aseveraba que la incurable sordera es la de la mente. De la mano de estos dos autores, María J. Mena nos invita a adentrarnos en Poemas sordos, su segunda aventura poética, en la que ha unido corazón y mente en un hilo secuencial de melodías y acordes. La autora indaga acerca de las relaciones que existen entre el ser humano y su entorno, siendo el amor el foco de buena parte de los poemas, que aborda de una forma liviana y sutil en algunas ocasiones, y tempestuosa en otras. Además, explora la incomunicación y la paradójica dificultad, consciente o inconsciente, para discriminar mensajes, en un mundo invadido por el ruido de fondo y la estridencia. Poemas sordos no hace concesiones. Nos zambulle en apnea en una composición límpida y etérea, en la que cada estrofa se armoniza con el ciclo vital y evoluciona desde el...
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Primer amor
Primer amor recoge, traduce y comenta algunos de los poemas de amor más antiguos del mundo o, al menos, los más antiguos del medio centenar de lenguas que incluye. En algunos casos, añade a éstos los más antiguos de una fase importante de esa lengua (de sánscrito hay dos, por ejemplo: el védico y el clásico, y de inglés hay tres: anglosajón, medieval y renacentista) o, dada su importancia, ofrece más de un ejemplo de un mismo estadio de la lengua (así, el griego antiguo presenta un poema de Homero, pero también uno de Safo). En total, cincuenta y cinco colaboraciones diferentes. La idea del amor que este libro les transmita a los lectores será la que ellos mismos puedan colegir de los poemas y comentarios que hay en él. Es posible que no se queden con una idea del amor, porque no son lo mismo el amor que consuman ritualmente los reyes sumerios y el que no consuman casi nunca los trovadores provenzales, el que sueñan despiertos los románticos y el que se resuelve en lujuria y...
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Primer amor
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Escuchando los latidos
El poemario Escuchando los latidos surge de lo que afirmó el primer Premio Pulitzer Hispano, Oscar Hijuelos, al escribir “…El temperamento poético de Ambroggio, una urgencia de voz –ya sea al dirigirse a lo que el poeta sabe que es real o planteando un interrogante sobre lo que siente ser incierto… Su voz es sabia y filosófica. Posee una cadencia inimitable, un buen sentido fuera de lo común y una profundidad latente, porque hay fuego en el azul de Ambroggio, un erotismo telúrico en su registro lírico”. Algo que expande el reconocido crítico nicaragüense, Julio Valle Castillo, en su introducción al libro, señalando que el autor encarna un “poeta que es muchos poetas, cuya modernidad radica en su heterogeneidad. Poeta del asombro, poeta que escribe el amor con los rosados dedos del alma. Poeta erótico; poeta de las tres esposas de la noche, poeta del laberinto del humo, poeta que se duele sin explicaciones, poeta del arte de morir, poeta de la paz y de la guerra, poeta en el que...
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Seis flores de enero
Te he comprado flores, digo mirándome al espejo. A veces la tristeza deja un camino de flores. Flores que marchitan y flores que cicatrizan en el pecho. Hay momentos en los que echamos raíces donde no es casa, pero sentimos hogar. Entre estas páginas encontrarás kilómetros de pétalos llorados, perdidos, abandonados. Un recorrido de ida y vuelta donde las despedidas te harán extranjera de tu propio cuerpo. Alba Conte Este libro es un jarrón, un jardín, una primavera. Es entender que la tristeza se hace poema y después se va, es resurgir de las cenizas de tus propias cenizas. Seis flores de enero es un viaje intermitente a una misma. Lucía Melz
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Seis flores de enero
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