Por:
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Fecha:
15/11/1890
R~VI~TA LIT~RARIA
PUBLICACION MENSUAL
lliograli¡t-Il¡ toria -Viajo~- Gcoo'e:tlia-Estadística-Crítica -Cnadl1os dp
CDstulllbrc -Poesías-Variedades
-~*~-
Director: ISIDORO LAVERDE AMAYA
T mo 1 Noviembre de 1890 á Abril de 1891
(BOGOTÁ COLOMBIA)
IJnprenm ele "La L"nz," Calle 1.3, número 1.0
APAnTAllO 160, TBL~FONO 2'20.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Año l. Bogotá, No fiero bre 1§: I :l9t) I!:lIlrcga 7.:\
REVIS TA LITERARIA
APUNTACIONES
OBH.E 10 ' FrJ.ONJl~:::; A U RÍFEltOS DEL TOLlMA
.En e l artículo que publieámos elt Diciulldlre de 1888 CI)Il
.el título de El movi1n-iento mi neTo en el Toli'ma, de<..:Íllmos :
"No tenemos (latos suficientes para. fallar sobre el verdadero
valor de los minera1és de oro y plata cuya. exploración se adelan
ta actualmen te en el Tolima, pero sí afirmamos c¡ ue los
resultados obtenidos hnsta hoy no corresponden á los esfuerzos
hechos y al el i nero j n vertido en ellos. Qu izá n ingu no de
los exploradores ha sido remunerado de sus gastos con el p.'odueto
de ]a mi na puesta en laboreo. Si u nos pocos han ganado
din ero, esto proviene de la venta de accione:::;, que se ha bech()
-en n1tlchos casos á precios excesivos; resultado á qlle hall
contribuido informes eXHgeraflos, ensayos de muestras escogidas
y n11 pernicioso espíritu de especulaeitin."
Dos anos han pasac10 rlespl1és d~ escrito lo que prücede, y
la situación no ha cambiado favorablemente. Los molinos ele'
pisones montados en hts minas de an Scbastián, T...Aa Veta., L·"
Honda, El Recreo y en ott·as más, han dejado de funcionar por
empobrecimiento de lHs menas. Si á este dosgraciado resnlt:Ltlo
agregan10s el hecho de que los espaf.'ioles no atinaron á beneficiar
los más do 108 mi n rale8 au .-íferos del T'olima, como lo
prueban las n u Incrosas excavaciones su ¡:;cdieiales que en ellos
-existen, qnedará sentado que hay alguna causa que se opone
tenazmonte á sn laboreo practie:ldo por los medios puestos
hasta hoy en llSO. Esto es Jo flUO nOtl proponemos inve tig'l.r
-en las presen tes apu n taci ones.
Tres ingenieros e tranjet·os han recorrido en e&tos áltimos
afIos las regiones mineras (lel 'rolima: los 8eflores Joh n C.
F. RJt.nJolpb, Roberto B. vVhite y Ezequiel Will iamsoll. Del
informe q ue el [l )·imel'o 'preselltó al Gobierno diji olOS, :ies((e
:antes de publicar! , que si no es un trahnjo prolulHlo It:Lstallt0s datos
para dllr lIna idea. l!e las regiolles mineras quo describe y del
método (iue se debe acloptar para. ... ·lelalltül' CIl cllas exploracionrs
sl·r1as. Por lo ne hace á los Stilure White y Wi\\iamson,
cOllfesamos que tenemos poca con fian7.a Cll SH eri torio
cientlfieo. El último ha gozauo de gran crédito en el Tolima,
á pesar de que SllS alllll10ioa de riqueza eH Ia.s milla~ ue El RvC1'
eo, Lrt ESt1 ella de Bolívrl'l' .Y en m lIcbas Gtrils mns, han
salido fallidos. Unas dos citas, tomadas oe Hila. earta-clrclllar
de ~[r.\Villianlsol1, public:~da en .El Telf~91'alJl,a el 27 Je Dicieru
ure de 1889, bastaJ'á Il para d e mo:strar la ligereza de sus
apreclaelOnes:
"Todas las vetas en estas dos regiones (las de Combeima. y Cay,
en el distrito de Ibagué) son ricas en oro libre. El térrúino meuio del
oro no puede ser menos de dos {i tres onza por tonelada de minernl. "
Hablando de esta misma región dicc MI'. Ranuolph:
" Numerosos ensayos hechos con las muestras tomadas de muchas
vetas de] distrito prueban que los minerales contienen de diez á veinte
fuertes por tonelada (ó sea ue un qllinto de onza á una. onza), y aun los
hay .le mucho más valor."
¿Cuál (le ]os dos ingenieros tienc la l'il7.ÓIJ? El último,
naturalmente, pucs si los cnal'ZOS iLuríferos del Combcima
fueran tan ricos como dice Mr. 'Yilliiltnsoll, quien ufil'ma,
ademns, que en el distrito de lb:lgué se hallall alguna. de las
má._ ricns 'minas de ColO1nbio, yú e::itill'íall ell ex\d tación
muchos .cle sus conocidos filones, que SL' Olll:\Iell tran en excelen
les COlld jciones para el laboreo: abllll (lan tes HgU ns, buen
clima, jornales baratos, etc.
Los filones oe Cllurzo aurífero pobrcs en piritH8 no son
numero os Pll el Tolima, si no es en la región minera de
Combeima y Cay; fuera de allí sólo se encuentran por excepción.
Lo contrario sllcede con las vetas en que abundan las
piritas auríferas, que existen en número muy con idel'able en
casi todo el tenitorio del Tolima, partícn larn1ente en lns regiones
bafiadns por los ríos la Ohi na, Anaime y Bermellón· en
Pnyandé, Miraflol'es, enadillo, Llbano, r ganos etc. En las
crestaE de esta clH~e (le vptas l;~ pil'ita se ha 0(> cr.rn'HI(·, to, ~?
el 0 '1'0 que ha qu dado lihro entro 01 CII:1.I'7.0 1I (¡('iarlo :tI úxi'lo
de hierro se extrae con fHcilid<1I1, pnlverizando el lllil)('r:d en
un molino de pisones y lav¡lndolo uespnés en la bntl'iI. ~{a,
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v. RESTREPO-APUNTACIONES SOBRE LOS FILONES 3
á poco que profundizan lns traba}os se encuent'ran la' pú-itav
en su e"tado nntu1'al'lj se d1ficulta la separación del o'ro, que,
1t1¡ido á (jllas, es a1Ta t1'ado en la iagu,as ó residuo pú·ito os.
Tal es el motivo qne ha causado en los últimos afios el ubandOIl,)
de nll'i~s cm pre ns que par'eclan promoter buenos rendínl
iell to .. Y oseo hecho, q Ile se i m pone con la fuerza. i rresí stible
con 'luú se impollen los efectos producidos por causas
lHl.tllrales, es el que ha venido ft estorbar el progreso de la
indll tria minera en 01 Tolima. Sí, 10 repetirnos: esta es la
causa del desastre que allll puede remediarse· é ta únicanlente,
y no la pobreza. de los minerales, ni ht falt~~ de capitales,
11 i el desal ien too
EIl Ull periódico publicado en Ibagué, El Tolúna (número
107, de 23 d Octubl'), que abrimos en los propios momentos
en flue c 'cribimos estas Ilnea, hallamos nn juicioso artículo
sobre mi nerÍ¿l, firma.do por el sefío!' D. Jesús Cuervo en el
que leemos esta frase:
, En menos de tre& año lo hijos del Tolima han visto hasta las
nubes ubida, y rlespné ha t el Averno abatida, la' naciente industria
minera ('n el Departamento, 8in conocer las cau, (J, del de8a tre y sin '1XÜUa1'
l08 medios para p'l'omove'J' una 'reacción p"l'o~'echosa."
Sin más prelimilllues, llOS pruponernos ayudar c n llllestI'o
moclesto COIl ti ngen te al estnd jo rl I i 11 tOl' sa n te probl erna
qn no cura, no sin invitar á este oebate patl'i'tic;() á los
ingf'lIierol'S ya los hombre de cí n ia 'lue Plletlan contriblllt,á,
iljlncicla.rlo.
l~r 'vialU nte dehemos examinar e ta cuestión: ¿ En qué
estarlo Sé hall :\ e) 01'0 en las pirítaH?
El c{'lebre míneralogi ta francr.s Dllfrélloy dice n su
J~"(llarlo de J1 ine?"ftlogía:
., El oro se encuentra exclu i ameJ te en el estado nativo; rara vez
puro, e halla más ordinari mente alea.do á la pluta en proporciones
variad .'
gil c..:vlolllbia la c~ ntidad de phtta aleada al 01' vñría entre
estos do límites: O 2 por 10 , Ó 9!)H milésimos de fil~O, y
76 por 100, Ó 240 milésimos de fino, y existen además aleacíone
(lloro con el cobre, el ron io y el palarlio, C']ue son muy
}·;¡ras. ~~I cOlloeirlo rninúndogi ta inglés Alfrcrl G. L 0Ck dice
ell f: ' l ,-, d"mintl. ti obra El 01"0, II (}1·i.qen y exl1'occ "ón:
,. Generalmellte c:e cO'lviene en que el oro de las piritas exis' c()mo
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4 RKVIST A LITERARIA
oro metálico. El examen micro cópico hace ver el oro reducido n laminitas
extremadamente finas. muchSl.s de ellas envueltas en películlis de
piritas tan tenues, que no hay diferencia apreciable en el color y en el
brillo del metal, pero que sí son suficientes pf\.ra impedir el contacto con
el mercurio, aun después de haberlas molido."
Cosmo Newbery observa que" efectivamente el oro y las
piritas se hallan mutnamente incrustadcs, pero sin más nlterior
relación que la de que fueron depositados conjuntamente."
Estas ~()n nuestras mismas ideas, con firmadas por II na
expericnci a t.. En. la amalgam,ación del oro ningún lJeligJ'o de esta
clase existe, porqne no hay 'reacciones 'ni descomposiciones 'inconveTu'cnles,
al menos para I s que saben y entienden el
asun to," El resu ItaJo del ensayo practicado por Mr, Riotte,
amalgamando lu.g pi ri tas de La elva si!l hacer uao (le materias
que pl'onuzca.n reacciones química,s, prlleb.l. la i,;¡exactitnd
de E n A n ti q u ia sucede con f r cllencia
(1) Mr. Randolph censura con severidad, en su informe, á Mr. White,
por haber acon ejado á vario propietario de minas del Tl)lima que
montaran molio 8 ele pisones" antes de tener lo trabnjos el de arrollo
suficiente para dnr hl molino un nhasto diario y eguro de mineral, y
antes de cercún'"rlle de si la, P1'OpieClad contenía UTl,r(, m.ina ele 01'" ¡¿'ttl'DO 6 de
p't'?'ita8 de !Lien'o auríferas." Mr. WiJite dio el consejo que huhiera dado
cualquier minero antioquei'io en pre eneia de minerales descompuestos
8uperficialmente, cuando no hl\lJía motivo para sospechar qnC:'. al encone
trarse en profundidad las piritas tn su estado af.l.tuflll, DO fuera. posible.
extraer en ~l molino el oro que coutieuell.
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/ ,
HKYI TA Ll'l'RKAJtIA
4ttlt' S' ilHl'osilJilita la illc()l'pol'ación del 01'0 y <1e1 azogue, y
(}lle al pOllor éste en el :ll'ra 'tre en contacto con las piritas, se
altera y se segregan SItS molécula, que se vucl ven como flOl·
rle harillH. En tales casoa e eí 'ctúan, pues, r acciones y descom
p(lsicionl's qu í m ica~.
El segundo pUlltO obre el cual nos lJropunern03 (liscurrit·
('s el siglliente:
¿Cuúlos son los métodos más á propó,:)ito para beneficial'
Jos miue)':tles elel Tolima?
An~ H :I cue::;tí r\ 1l 03 é,:)ta, y se necesi ta, para resol ve rla, hacer
en caua <:;1..:0 pflJ'ticnhr un e tuJio detenido rle l( materias
que componen el filón y (le touas las circunstancias locales;
pero sí ~uocll)'arf'mOs est,ablecer I'egl as generales, ClI\C puedan
serv i l' pa}'a fijar }""s irlea ~ ó in yestigal' 1 uégo 10 que con venga.
)wcer {'n deternlll1anos C:ISOS.
L lls minerales c1e oro del 1.'oli ma pueden di vi di r~e en tres
gl'andes gru pos, á 'abor: Cllflr7.0,; au ríferos pobres en sulfuros;
piritas simplClnente auríferas, y filinel'ales complexos
(phitas de hierro y de cubre, galOll'l, hlend'}, etc,) qne cO;ltiencn
oro nativo y sn\furos Ú otrns compnestos de plata,
Pal~a el heneficio de los CUClI'j'.')S aul'Ífel'08 bastan los molinos
antioqn<,flos;_ pero si se f)uiC're obtener el mejor renclimienío
posibll', pnede ha.cel'se nso de los californianos, Los
l'esiduos s' d~,ben arnalgel.mar dire,~tamente ó previa calcinación,
s<'gú H el t'aso.
~I) Pllello :lpli ,'ar. e 1 mi" rno proeedimientú á las menas
pirilll,-; IS :1 I1 l'if")';tS, ItU\'S yá h 1111) :' vi~to que no basta hacerlas
pas;¡~' )~.,t' ~ , l molín I para ctol' ZerJa.
ayóll 1 gr." COI110 lo intenta, l.L producción eCO'l ')01ic:1. (lel
cloro,
El tercel' grnpo, el ele 1 mineraJes comploxoJ8 que COIl-tienen
oro y plat¡" es, á nuestro jnicio, el más importante (10
todos. li:o él e cllentan los poocrosos y ricos filones de la.
China (distrito Jo Caldas), los del Líbano y otros m:t.s, Si Sll'
explotaciú), es dificil J costosa, tarnuién es cierto qUJ 011 ell(l~
,-emos prOlh)'tico segun) ,le Cvl\ 'i,lcl'ablc l"I'lllCza CLlOl Illl t).
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V. RESTREPO-APUNTACIONES SOBRE LOS FILONES 9
sean Ill~j Ir conocidos y se acierte con el tratam ien tu q uo lps
convenga.
Respecto ·<1el.. métouo de lahoreo aplicable á esta clase de
menas, vamos ·ú. proceuer por eliminacióu. No les conviene la
fundición, porque faltan en el Tvlill1t1 las hulla.s (PlC dan coke,
DO hay nledios econ6111ico~ de transporte, y son esca (t::s Ia.s menas
que contieneJl plomo.
La cloruraci ón tiene el gra ve i !lCOIl ven i en te do q ne s61.0
sirve pal'i.-t. extraer el oro, pues se pierde la plata.
~Ir. Riotte aconseja 10 siguicu te, como lo único q ne rueJe
hacerse en la actualidad con lo~ minerales anro-argentíferos
del. 'rolima. Dice quo se deben tritnrar, moler con agua, extraer
todo el oro suelto posible sobre plallchas de plata azogadas,
concentrar, secar y calcinar las pit'itas en hOl'l\o de reverbero,
empacar en costales y exportar las arenas. Oalcula que
]a nlaquinal'ia necesaria lJara obtellel' e te resultado cnesta en
Nue\a York 13,000 dollars, J que su peso es (le cincuenta tonelada.
En e::stas cOlldicione.~ el gast() t ta.l de mOIl taje de
una. lnina no sería inferior á ~40,000 de Illlestra moned1>l. El
General 1 idro Parl'iL so OCll pa ell mon tal' en la m i na Ln Plata
(distl'ito (lel Libano), una maquinaria como la qne l:ec mionda
MI'. Riotte, eseogiJa oe acuer,lo con los con ejo de este
hábil ingeniero.
El f/rocedimiellto metalÍlrgic) que él inJicdujo, cu;tndo tlpareció la primera
vez, escR ndah y d ispn ta q ti e :--e :wa,loraban í nelco n ,flamante.
Las venlade que él dccía por prím J"il vez, t- ta.oan conoobidas
en u na forma. m ti y tí perR, por IH á que fu ra nrtísticH y
amena. Al autor le 00nanra an tI atr vimi nto, 1;, brusquedad
con que expre aoa liS juicio muy severos. sour I08Clásicos
italianos y sobre los escritflrc cfllltrlllpOr¡l,n os. P ro como
esos juicio eran la. expresión ·í liGera de la verda.l, el libro
~obrcvivió :í. sos detraetores. n·,y má. : hoy hlt ven;(lo á ser
texto de lectura. en los gimllfL iOR y li~co~ (le la 1ll0n¡L('fluía.
EB [ol'tulla rara, pero merecida. Un libro de polémica {~tera¡-
ja canden te, cscri to no }utee ('u :U·cu tao -rH H11iVt,1' alment lCllh. A egllra BOllghi que la mnjer
ha (le tellt-.' I'lIe tI) en \;-\: li\,(·r;tt,llras. n\) sól omo our ra, sino
In:)' bien cllmo ~;r('ctora"
Dl'l tipmpo al {jlll' B ,"glli lanzaba c~t;¿ o\,inil)ll s, al
}lTe",cllt, la litct'atllra ILall;\1I'1 · ha mOllificado, y hoy ' más
popular en lu Pelllllsula de In tl"C IlUI1Cc' lo ha idl). El gran núnl~
ro de (' critor:ls v:diellt s y de gusto q~le hoy tiene Italia,
cont,riollye ell grall ·part' :\ t.:sa rtlodificaeión.
}-1~8ta .ell'" l)ohr" lo impupular de la literatura ibliana yá
)e hauía o 'u n,tI á 1l1.O de , 18 pocos gran(}es pl'osi tas que ha
tenitlo Italia en e te siglo. Lpopardi afirmaba dúloroSCirnente
que en Ital ia-b -elocuencia e taha por crear, Y, COII aq 'lel amor
VTvfuhdo asa con
el e ti lo. El trato con escri tores buenos, si nos ensefin. á pensar
claranlellte, el. ex( erinlcntar sensaciones profunda.s, á ordenar
intel'iurmellte las iJea:::;, á cla",ifica.rla$ J á notar sns relaciones
má;:; sl1LilE'r3, será gran parte en la fOl'rnación elel estilo, Pero
pe! ra que ha.Ya. semejanza en tre el n Ll éstro J el resas en todas
sus ondulaciones, i lo repre enta , no calcándolo, en esta agilidad
de sus JnOVilllientoB, tendrá una clase de e tilo' si, al contrado,
fijas sus elevaciones y depre iones, si con i -
cripción del objeto, PO pa ,lriln de apulltalo sus impl· IOtl('S.
y de aquÍ no reslJH. rían dos cla e:, do catilo, porque c~ cClsi
segnro que la primer:!. no lo telltlrí¡l ah olllt.\mente.
Otras (los pe 1"'0 n a. 1\ tem plan el ~iclo. Y ésto yi no ~\.:i
ejemplo de Z la. De H.lnUas plle ll~ (t 'cirse 'luc tienen muy
deSArrolladas las facllltalles de OUSCl'vilcióll, y qne se fll,"mall
REVISTA LITRHAHIA
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18 REVISTA LITERAIUA
una idea completa llel objeto observado. Sin embargo, la Ulla
tiene m ás facilidad para observar bs cosas natu ral men te.
Todo le aparece según es sn verdadero tamaf'lo, y en la po icióu
relativa que ocupa. Los colores, ella e", mny cap;lz de
percibirlos haóta en sus degradaf'!iones mús tenues.
Petra la otra lo pl'imero q \le aparece en las cosas es el contraste.
Percl be los colores m ncho mejor cuando están com binados
en grn pos éJ isonar. tes, y si no e tá Il pnestos d e esa ro anenl,
('11a. los relaciona (le b,1 modo, C)l1e eJ contraste se le impong:
l. Lo mismo sncede con las formas: más bien que percibirlal:
i tales como SOllo 10 que h)gra es atillliente para el prosista. Vlcto!' Rugo veia las cosas
des ~'dcn( da.rnente graneles. Algullos le sus críticos han atribuí
o esa concepción grandiosa .L la manía ele estar hncicndo
pose; p ro esto es n II error. El gran Jí rico delal' te de M n t-martre,
ror ejemplo, no alcanzaba ft ver 10 mismo que el primer
ql.li que, una me iana eminencia, sino una mole desproporciona
la, con tales apariencias como ele visi'n calenturienta.
De ,to resulta que el voc.Lbnlario está lleno de tórminos indefinid
R, como ¡ el escri t r creyera que son é to l0s más
apropiados para sugerir ide!\ de lo en rmc; que la sintaxis es
ahrll pta, y las elj pSÍs con ti 11 U as; que la repetíci ón se le i IDpone
como un procedimiento necesario para agr. nua1' la concepción
cualHl0 las palabrfl3 no bastan (1).
(1) Véase HENNEQOIN -Critique &ient'ljique.
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B. SANIN C.-DEL ESTILO
* * *
19
. Las cualidades dé sonoridad, pl'OpOrClon y elegancia,
COD10 extrínsecHs, llO son absolutamente indispensables para
que el escritor posea un estilo propio. Aquí sí entra, y por
mucho, la educación literaria. Un individuo bien dotado, que
observe, piense y raciocine bien, yá tendrá estilo si se da al
oficio de escribir. El trato con buellos escritorcs, y el conocimiento
de las leyes del lengnaje, le ayudarán nlucho en la tarea
de darle á sus pensamientos una forma bella.
La índole de los idiomas tiene grande influencia. Hablemos
primero de la sonoridad.
La lengua italiana se presta, co mo ninguna otra de las
vivas, para darles sonoridad á los períod. os. La abundancia de
vocales, y la variabilidad en la c010cación d.el acento, le dan
á la prosa italiana tal cadencia, quo es por lo sonora muy superior
á los versos franceses, verbigracia. Pero esas mismas
cualidades son nn escollo para el prosista q lle escribe en italiano.
Hubo período ele aquella literatunl en qne los escritores
se hicieron ill80porb"tbles por 01 abnso de la 80no1'ie1a<1. Buscando
] .. 1. melodía de las frases, comlJlicaban los }Jedodos hasta
brlcerlos campanudos, ó en1'eve"aball la frHse con la mira de
producir efecto mnsical.
Este mal, que en la poe ía 11 II bi l'a sie10 n1ás gr ve, no
ap~r('ció en las frases rimadas, 101' ser de índole muy diversa
la prosa y la pocsJa italiann . Oompa1'anrlo el Canto á Italia
ele L op/ll'di con algún pe rÍoclo <1 1 ,·wjero De Arnici , salva la
diferencia de ing nios, da. un con la dj.,tancia que va de una
lengua tÍ. otra. Es m' s s bri a, mri sev l'H la sla que la
prosa italiana (1). Esto tu v su o1'i g n pI" ci",am n t.e en lo
demasía 10 rnclodioscl. que e afJll lJa lengua. Los poetas tuvieron
llece idad dPo darle aspereza, p r t mor de cacr en el
extr IllO 011 tI·ario. las lice'1 ia poéti él C]lle n otras len-g\
la..: ti 'llUIl por ohjete el r1c. ol1oril1ad á la fra c, 11 italiano
son usadas para hacer más vi!"j I la expr ión. La. ti presión de
vocales y las tr ansposiciones no tienen otro objeto.
La sonoridad es un capítn10 en que 1a lengua espaflola ha
sido juzgada torcidamente, egÍln mi entender. L ,\ tengo por
[ 1] Véase RIYA HOl ... Di rou'J!~ ,f(ll?' (unz"1'e1·, o tité ele la Lrtnuuef'J·(t11~Ylise.
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20 REVISTA LITRRARIA
muy inferior á la franceaa y á la alcm:¡ na para eSC'I'ihi l' ('11
prosa. Esta herejía es muy fácil ele proba... La falta de sonidos
y la continua repetición de unos mism s, engendra. munotonía.
En espafiol, sonielos vocales no tenemos sillo cinco.
y estos cincv no tienen máR inflexión que la. del acento. EIl
francés y. en inglés el número de sonidos vocales es cua.tro Ó
-cinco veces mayor. En alemáH y en italiano no son tan abundantes;
pero en la primera de estas lenguas hay tres vocalps
que se mod ¡fican por com pleto, y el i ptOllgOS que son corno
()tros tantos sonidos; yen la segun tl. hay voca.les. auie,'tc.t y cen'adas,
con lo cual viene á anmentrtl'ae el CILlIelal ele los sonillos.
A cnalquier escritur á quien le preucupen las cualiclacles
musicales de la frase le ha.brá ocu rridu lo i Ilsupurtable que es
repetir en una misma. línea i lénticas vocales. Al dejar a entado
"cualidades musicales de la frase," me ha (la10 envidia
pensar en que los rusos tienen diez vocales en su alfabeto, C] ne
resulta ~er instrumento ele grc~n sonoridad por el auxilio qne
le pl'estf.n las leyes f néticas del lenguaje y sus com plicadns
8spi raciones.
Aun en materia do consonantes, nuestra lengua, que se
ha enriquecido con sonido de otra.s, peca por falt~L de sonoridad.
Las inflexiones veruales y las tlel nombre terminadas en s
ocurren Cun tal feecnnn cia, c¡ue en ocasiones el discurao parpce
un ruido de moscas. A esto se agrega c¡ue aun sin ta.lc8 dobleces
la consonante indicad", es muy abundante en espaflol.
y para. colmo de males, que en algll nas provincias de Espaf1a,
y no pocas naciones de América, el soni<.1o de la ce y el de la
zeta se confll nden con el de la e e. Vam s, que no scrÍso~ se dieron á explotar
la llldo)e de su lE>ngua.
N o tiene otra ca usa el que sean ellos Jos. maestros del estí lo
en las literaturas modernas. En el preámbulo puesto por
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22 RXVISTA LITKH.AlUA
Leopard i á los Opúsculn' Mo'rales de I"ócnttes, tl'ad ltci¡lo::s
tan bien C01110 "el gran pesimi "ta sabía hacerlu, aSl'gltl'a 01 vulgarizador
que "los france<.:es en SI{ lengua aotual no tienen
diferencia de ostilos, y que 01 q tlO po::seen e::s rn uy diverso de
los esti los an tiguos." B nghi, comell t;a.1l110 esta opi niún cou
su ingenio rudo, hace palpable el error de Leopardi. Pero es
evidente que el crítico noquiso atinar con el verJaJero pensa.miento
del traductor. No es cierto que los fra.nceses de ahora
no tengan diferencia de estilos; pero es la. verdad que, atendido
el gran número de escri toros, la lengua francesa no ostenta la
diversidad de modos que debiera.
La si n taxis ta.n severa tiene, en parte, la. culpa de esta
monotonía de los escritores franceses. La imitación de unos
mismos DlOdelos, y la predilección de los literatos franceses por
el arte gnego, explican también el }JPllsamiento de Leotml'di.
No es verd~l.d que lus frallceses tengan un solo estilo; pero sí
]0 es que eutre losouenos oscritores franceses no hay tal diferencia
de waneras como el que se ve entre buenos escritores de
otras lellgnCl.~. Carducci y Bonghi poseen cada uno su estilo.
En el UIlO el temperamento poético influye ele tal manera, que
á veccs tiene su tJI'OSÁ ri tmo como si fa.era verso (l); en el otro,
al contrario, la austeloidad y concisión hacen pensar en las
mejores páginas de r.rácitoo Con todas sus bellas cualidades,
estos dos modos de escr,!Ji r son tan di versos, que sería i m posible
tomar uno por otro, aunquo no se comparara. sino un
período, y au n que el j ucz fucse total mente lego eu. materia.
de estilo.
En Francia, yo no sé si cs la. educación del gusto, poro es
preciso aorir mucho los ojos p~Lra evitar l..l C()nfllsi{,ll de una.
página de Renán con otra de un e.:)crito.r que no c¡¡,}7.i:L tantos
puntos; para. 110 tomal' por de Julio Lemaltl'e, lo qllC dejó eseri
to Bm i I io F¿'gltet.
* * * La formación de las palahras, así como lo hemos visto con
la du IelS frases, también influye sobre la índl)le de Ia.s lenguas,
(1) V' imagínate
I1 levar del sole
N el primo giorno
Del' anno mile.
Comienz"a a í un estudio crítico en pr03A. sobre el Desrún;llrJ de la
literatura nacional.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
23
3 es con alJol se
dice edncación, m ti J pocas lWI\3UllHS están al cct.!.H) ue h)s tres
-elementos qne fOl'lll¿Lll esta. V07. y del signifiüado de ea,!¡&, nno
oe ello', En este respecto la lengnaalemllna es un instrumento
muy su pel'ior al de q \le nosot)'OS disponemos. Qu ien oye decir
na1~fragio, é ignora el origen lati no de la palabra, deue experi-.
mental' la senstlción ele que hay nluch<.LS letras para expresar
una sola cosa. Y 1 uégo adq ti iore apena.s una noción vag¡L, resnltantl3
de las Jennicion s que da el Diccionario, ó de 1 que ha.
oído decir. A la lllente del al mán que oye elecil' Scltijfbn.tcl/'
(palabra de la misma COIll posición q ne nauf?'agio), acuden a.1
instan te las ideas q ne sugieren UOS palauras de su lengua:
chijf, buque; Bn/-ch, ruptura. Aquel idioma es, ptles, más pintoresco
y más expresivo que el nuéstro, aunque á. veces tienen
.sus pa]abraB ur.a longi tud dosmesu rada. Como posee gl'a 11 cantidad
de voces monosílabas y rechaza las compuestud cuyos
simples no pertenecen al n1.ismo idioma, nunca se siente la lan.
guidez del período qn oc asiol~a.n en las lenguas romances vocabl
s de muchas sílabas pues os (.r t'¡.:to la brevedad de las palabras sajonas viene ft ser una
.,a~{ tl fl .. su rnHyor fncnw." El principio de la economía detra
bnjo) ex plie .... tI: m bién. según Spencer, la ven taja ele poner el
ndjf'tiyo Hlltes del sll"tantivo, como lo exige la sintaxis ingl~sa.
" CU;I ndo 11 no 0Je necir caballo negro, se forma, al oír pl'on u n~ia ...
la prime:'¡\ pn hLbra, idea de u n caballo. Y como no es posi bIs
fornHtr~ü irlf'a de nn objeto sin atribuirle un color, yá uno seJo
ha atrihuído cuarHlo sCllcha la palabra negro; por lo cual
tienc q'lfl hacer Il na. .'ecti ficaei6n de ideas." M, Go yan no está
de a~ne)·tll> con estas p~ labras del fil6sofo 1 nglés: "La persona
que tenga pereza de fig'l rarsc n na cosa tras de cada palabra,
en hablálHlole ~t ilü 1a3 t oría~ ))111 vas /le h cienci~, En nlaterias .lel arte
,le ('scribir hHy quP tr~'(,I' }t) (lchnt la fisiología y la psicología,
POt'(tllU la palabra. .v el 1) 'río,lo O !l 11 U organ jamo que obedece
á las )eyes flue todo sér vi vo, Esto le fal tó, si n d uds, á Bongbi,
porque sns estu(Hos y el n más oc 10 clásico r¡ne de 10 científico. Ouanno apareció
el llbro de Bongbi, lleyaba tres afios de publicado el ensayo do
Herbert pencer, y 3an es de creer qlle lo t-enÍa leí ,lo cuando
empezó á escribir SUR cartas; pero no podía penetrar en el fondo
de las ideas del fil6sofo natllralist:-L, porque la cultura de Sl1
espíritu lo ftpartaba ite ese orocll de ideas.
Falta por hacer en nuestros días nn estnnio, in~!lirnc1o el}
(t} L· &rt 'IN point de 'DU6 f:JoeioloQiq'ue, pág. 289,
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B. SANIN C.-DEL ESTILO 25
la p lcologill moderna, sobre las leyes q ne rigen el estilo. DeUI!
OS tielll pos á otros lus neeesldades del pensamien to req u ieloen
moc1 j ficaciones en el modo de expresarnos. Lo q ne para.
108 hombres de cierta época. fue gongorismo, hoyes la aspiración,
el jdeal oe un grnpo literario: el de los decadentes ó
bizantinos. No será raro que en pocos afios esta manera de escribir,
que hoy parece excesi 'va, por el color, en lOf im~tadores
oe Goncourt, sea desechada por cadavérica ó descoloridcl.. A
108 hombres del día no les basta el estilo de los clásicos franceses,
verbigraciao Entre ellos buscan con predilección tí Pa.scal
y ft La Bruyel'c; los q lle, por ]a concen tración del pensalnien to, .
dan lllás ideas, más alimento al cerebro humano. La afición
que hoy se .despierta en todas partes por los escritores
m isticos no tiene otra causa. Fueron ellos los que, en su tienlpo,
entraron más hondamente en el análisis del alma hu mana,
preocupación constante ele los hombres modernos.
Es consideración dolorosa ponerse nno á pensm' en el reducido
número de escritores contemporáneos que pasará á h\
posteridad. Rn cjn(~ tlenta afios las obras de BouJ'get yi no serán
del gu to de] púlJlico, ó bion porque las halla nernHsi¡ldo sutiles,
ó porqne se han refinado tanto los espll'itns, que 10
admirado por nosotros COlJlO el límite de IR. penetración en el
análisis de los sentimientos huma.nos, á ellos pnede antojárseles
desmanado, porque son ca.paces (le cuntar los puntos de la
trama gorda.
Lo poco que se pnede geltera) izar estud iando las li ter&.turas
(le pal ses distint03, autoriza para creer que se salvan en el
nauflagio (le ]08 tiempos aquellos autores precisamente fIue
tuvieron en poco la opinión (le sus contemporáneos; ó los quo alcanzaron
á entender el eapí"itu de los tiempos futuro o Stendhal
aseguraba que sólo L~n 1880 (más de cincuenta afios después de
haberlo él o icho) habría públ jco para sns obras. La verdad ~s
que todavía no las entendemos bien.
Un escultortlorelltino á quien]e han censurado el cuidar-
8e rnncho de la posteri'¡~,l y de sns fallos, creaba siem pre con
la preocupación de que l1egaran '3U8 obras á una edad remota.
Sus observaciones y 8US visitas á los mus-eos le habían convencido
de que las obras esculturales empiezan á. desaparecer por
los brazos. Para que SHn Jorge pasara intacto á la posteridad
ás lejan u, Donatello le l'ecogió los brazos sobre el cuerpo, á
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26 REVISTA LITERARIA
ver si de este modo los achaq ues (lel tiempo no llesrnejol'aban
la estatua. Este ejemplo elebe valer para los e::;(~ritures que d~jan
muchas partes salientes en su e8til . El tiempo viene y 1e -
truye. lo illútil. Lo restante ha de ser muy bello, pa.ra quc, mutilado
y todo, mere7.Cc\, el honor (le ... er conservado (1).
Si la sensibilidad de los artistas contempo.r¡llleos continuara
s~e no
es de 11 uestro Hgl'stlldio especial; por cada Utla dc estas faccs sobresalió, como
si ella Elola hubie.5c .·j ,ll) ·u I~ .11 ti . .!iótl ~ Lr."0terí3tiea .. Hay hornbres
múltiplos, poseedore::; de ti" coujunto arnlónico dc cualidades
tan completo, r¡110 C}tlilll lo::> observa no sabe á quóatenéh'r
de preferencia.
llasc dicho siem pro qll~ vi earáctol' cOll::sti tuye la sllstanC}
ia del hom bl'e, corno q llO el') la fi·wnorn í a del al rna, U 11 gl'an
carácter es una maravilla en el orJen 1H01"<1.1. CA H.RASQUILLA
)0 fue: hom br , e IIlla pie7.a, eorno su el il ci r " , 1 pri m l'
golpe t'etensiones descolfiunalt:>s; fariseos
armados de ceremon ¡as y frases con vellciona.les, que torio lo
red ucen á formas hi pócritaa y á fétlsa palabrería. ¡ Bienaventurados!
de ellos es el reino del gran mundo. r.rodo sinceridad
y sencillez, OARRA QUILLA era un nif1o: como no había menester
máscara, se dejaba ver tal cual era; y como no abrigaba
pretensiones, ni siq u iera la de reputación I itdrcu'ia, sus
modales se resentían de cierta ruda franqueza, que no dejada
de disgustar á ]os que s610 se pagan de las finuras afil ig L·anadas
de sulón. Sincero hasta la llaneza, su palabra era la interpretación
fiel (1 e su pensai'll ien too
Si yo, que soy campesino
Rematado,
En vez de estar empastado
En á pero pergamino,
Lo estuviera en tafilete
Con labores,
y pajaritos y flores,
y con dorado ribete,
No obstante mi cortedad
y rudeza,
Pudiera entrar con franqueza
En la buena sociedad;
y fuera hombre de razón
y de pe o;
y diputado al Congreso
Me harían si n ton ni s6n.
Tál, C011 donos:L exageración, retrat6 su nlodo de ser.
Oristiano h;t 'ta la InedulL de SLl sér, fue sa vida, la ex.presi6n
visible de sus convicciones: moderado, hurnilde, caritati
vo, austero, en sn con ln cta. se tra.nsparen taba su pensamiento.
Oultivó un género de oratoria á primera vista extrafia
á un lego, la sagrada. Oomo institlltor expeL"imentado, comprendió
cuánto influye Otl el ánimo del discÍlJulo la palabra
del maestro confirmad¡J¡ por el clloti(liauo ejemplo; y de aquí
que hubiesfl consagraclo sus relevantos aptitudes oratorias á. la
educación moral y reljgio el do los ninos. Mas su pa1abra no
se limitó á los clan tros ele su Colegio: lIamábasele con ahinco
de oh'oa estableci míen too., en épocas de trabajo espiritual, y
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30 REVISTA LITERARIA
su palabra enfervorizaha los corazones. ¡Noble tarea la de un
filósofo cristiano qne comprende la altcza de su deber! EnseBa
con su palabra y con su vida, y esparce en torno suyo, con la
generosa efusión de un alma toda entn. iasmo y alnor, las simientes
de las altas verclarles. Si tal no es Id filosofía, en el
sentido riguroso de la palabra., no sé qué otra cosa merezca
este Dom breo
CARRASQUILLA consagró su existencia á la. ed ucación de la
juventud. Raro individuo de los r¡ue hoy forman con lucimiento
en las filas del saber, no fue su disclpnlo. La rnda tarea
del i nstitu tor nunca es sufrcien temen te esti mada: obra de sacrificios,
abnegación y humild,\d, apena3 hU';Há otra que lo sea
comparñble en fecundidad de beneficios para la pa.tria. Muy
laudable es el héroe que vuela al caTnpo ele batalla y da generosamente
su sangre por lo qne considera ser sn deber; mas no
lo es menos el abnegado filósofo que consagra la mayor parte
de su vida á formar caracteres levan t~\(lo " , á sembrar en los
CO)'37.0neS las semillas de la virtu(l y á. alnm brar las in tel igenCiflS
con los resplan(lores de la vcrda(l, par;\. co echar ... ¿ q ué?
indiferencia cuando no llesprec io, ingratitnd, pOOl" ZU, .Y aniquilamiento
de cuerpo y alma.. En cu lquiera. otra can'era,
CA RRA ... QUILLA, con SLl perseverancia y su talen to~ habría
conqul tado alta posición; pero nació con la vocaci)11 el l mlÍ l'tir
que sacrifica. al ajeno sn propi bien, y llcnó su ml ión he sta
el fin. Mnrió obre de dineros, pero rico de merccimien tos J
virtudes. Su pensamiento vive en u grand obra,-la jnventno
que f.:>rmÓ en las inspiraciones de In. vOl",lall y 1 piLtriotis.
mo. Dejó corazones i m pregnad0s tle lIS sen ti rnien tos, y 1Ios,
seguramente, conservarRll su rocnenlo con fili~ 1 v ne]'~ ciÓn .
Pre tó al país vallo os rvi ci 011 ' ll pltlllliL, su )Htlabrc\,
su caráct l". erv ICIO le ta clas 11 o j m pro III } ten r 11 id .
pero ¿ c\caso sólo lo 1'11 ¡el so (' f cn ndo? QII i'" n abe i I hOlllbr
s de su especie sirven mf'jor Ú, Stl I atria quc l)s hijn. ue la,s
batrdlas! El combate de las ¡el a e:-i el <¡lte, 11 c1efinitiv:l, fija
la snert2 de un pueblo. Mode to ha ta. 1 extremo) jamás pensó
en provechos propios ni en recompensas qne creia. no merecer:
pohr le vimos cnall(lo, frd,ig;¡(lo}{ tlc la tal' a (le la 011 of\anzn,
y <'¡ti branta.da Sil a.l'Id, qni 1) lIovar 'lIla cxi -t n ia menos
laborio .. a; pobre y humilde com') CJllil\1l poco Ó linda ha hecho
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E. ALVAREZ-L>. RICARDO CARRASQUILLA 31
en la villa, y como quien no ha acuffinlarlo ninguna clase de
mereci ffi ¡en tos.
Como literato, dejó hnella. Su género predilecto fue el
jngu tón de Bretón de " los Herreros. Apenas habrá habido
en el pHÍJ un ingenio más original y más simpático. A leguas
se conoce llll escrito suyo. Coplas intituló sus hermosas poesías,
qne adoptaran gustosos muchos de los que se precian de
geni s trascenc1entes. Su fAcil verso corre fluido como un
arroyuelo juguetón. ¡Qué estilo tan suyo. Jamás depone su
vestido propio, el qU0 le dio la generoscl naturaleza. Sus coplastienen
)¡¡, naturalidad y sencillez de una conversación entre
amigos es} irituales y decitlores. Su originalidád nada tiene de
rebuscad ; es obra de la na tu raleza. De con ti n uo, bajo formas
juguetona, ocn Ita serias enseflanzas filosóficas y morales
que jmpresionan y hacen pensar:
El hombre es rey absoluto,
No h~y ti sus autojos valla;
Todo á su iillperio avasalla,
Todo le paga tributo.
Con" u ciencia en un in tante
C ID bia el diaruante en cartón;
Mas It-' falta otra invención:
Rac r d 1 carbón dialuant .
Un In il ha d c1lbierto
P""ra 111 t.ar d~ c rrer. :
. Lá. tima qu no pudiE'J'
D v her la vi a Á. un muerto!
urcr d 1m r 1 abí 1110
D afía 'u furor,
Pf'ro Jo falta VA 1 >r
PAra v nc r" , ti llUi IllO.
T do I humano poder,
Toda la grandeza hnmana
E corrf'r tra un mañana
y u, pi¡'Rr por ayer.
Conócese que n0 pr t ndía s bresalil' ni sorprender; escribia
sin pellsar en 1 público, pues ~n público se reducía ft unos
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32 HEVISTA LI'l'KHARIA
pocos am ¡gos de gustos y carácter análogos al suyo. De aquí
esa espontaneid!lCl inimita.ble qn€ distingue sn nlanera poética.
El nom bre oc CA RRASQUILLA es u no de lo ~ más populares
en el pUÍ : no hay tal vez apartado rincólI londe no sea
conoci do. A Igll nHS oe sus corn po iciones son yá. propiedad
común. Como observad r de costnmbres, no jf n seri para saber qué nos anuncia, Al amanecer, su btf'íido
es slegt'c y juguetón corno u n ni fio; en n l1estras fiest.as, su
alegría eontribnye é invib\ (\ hacernos olvitIa.r nUestros cni(lados;
COl\. el p:i.HsC\cio toque (le agonh" nos llame" A h oración,
y á la meditación de bs vel' ladea eternas, de que con tinta
lacilina(l nos olvicla nqs; al terrible sonic1o de "'ebatu de la, canll,
ana, hs gentes CII la. }1~Jarl Mcrlia, llevando el temor en
{'l al mil, a bclll' 1 onab:lll SltS pl'opiedarles y acud í an p I'CSU rosas
MI pie IIél castill feunal Ú IIú la hllrn ilde igleaia., para librar
siqllrera SllS p r' Ollas de las extorsiones y vejánlenc -' de algún
veci no l}()lleroso; CIl las noches osca ras y tem pestuo 'as, cuando
la borrasca. ahoga ba con sus ci \11 voces todo eco h u mano, y
no había aún caftones ni faros fllle prestaran auxilio al nuvegnllte,
la humilde campana de los puertos hacía oÍ!' su impotente
voz por enci lOa de tOflo otro rnido para. llamar al pi loto
telnl'rOSO á puerto seguro; ese toqne gemebundo que has oído
},-oy, cnsndCl se oye ue )'epcnte en medio del día ó en el silencio
de la noche, nos anuncia también que hacía poco teníamos
un her"ma no ql1e yá no exi te, y filIe debemos dirigir por él
una plegariu. ni ciclo.
L~l8 campanas son, ademÍl.::;, el único roloj uel públ'o; él
abe q Ile loa sonitlos <.1(1'1 anwnuucr se diferencian de los del
meJio llía, y é t08~ á Sil ve~, de 10;0; de la tarde, y que á esas tres
1101'<1 le an uncia: q lle debe ganar el 811 ten to; q ne debe c0111er,
y que (h.:be retira:- e á de cunsar, sas tre hora el cl'i ,tiuno
flcostllmhraba descubril'se y ora\'; esa co::;tumbre h , ~ (1 s;I[1<1,l'ecido,
eH parte, en nuestras granJes poblaciones, l'ero su CUIlserva
en Jos campos, en donJe el frío espíritu del oiglo IlO ha.
l~netrado aÚllo Para muchas personas el toque vesperti!lo
-que ha Llaclo su nombre á aquella hora de la tal' le (h oración),
en que, Lasta los cUbllstos parecen despedirse del sol y de la
lu z, y q ti ~ bl nllCt~ oye 01 cami uan te ó el la bl'iego si 11 p 'n al' (, n
.i!otl hogar, en H e hogar, que IJor pobr0 '¡ll\..~ opa, guarda llll
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M. A. PIZANO -LAS CAMPANAS 39
rincón donde pa"ar la Iloeh e, es cÚllsiLlcl'ad.~ ·COU10 la hora de
dedicar un pensamiento á los ')l1C yá ni) son. Reúnerdo haber
conocido á. un anciano el cnal nunca dejaba de hacerlo; y
como una vez ]0 }H'ogllntara con osa. curiosidad propia de tu
edad, que era entonces la mía, por qué se ooscubria y oraba,
me contestó estas ó semej~ntes palabras: "Era yo muy nifio,
tan nif1o, qne aún no h~bían lucirlo los albol'es de esto que
llamamos patria, cnal1l1o hice 1<1. misma pregunta á mi abuelo,
á quien una tarde acompat'iaba, y quien se hi10bía descubierto
conlO yo lo he hecho. Entonces él Ole conrest6: 'Esto me ensef\
ó á hacer mi pa,-lre por los que yá mnrieron; procura tú
hacerlo siempre, qne cuando rnuera:::; no faltará quien lo haga
por ti.' Desde entonces nunca he dejado do hacerlo." Si no
he imitado el ejemplo ele (l, r.{llcl digno aneia.no, sí puedo asegurar
qUE' siempre que he vi.:itlJ hacer la oración de la tarde,
me he ~cOl'dado de él y e)eva.do alguna plegá1'ia.
Cada esquil6n de la cam a.na e."3, pnes, un 1 amento, un
gemido, 6 una oraciór~ de )¿¡, Ioledia por loa hijos que han sido.
¿Habrá algún hombre qlle, sabiendo e to, y teniendo entre loa
que cubre la losa del sepulcro pa l]re~, hermanos, parientes ó
amigos, no les COllsagrn, al 011' esos soni rlo8, un recuerdo 6 una
plegaria? ¡Desgl'aci tdo, mil vec S desgraciado, aquél que no
pueda ó no quiera ten r cOIO !llIida 1 con ellos! Ese tal debe
tener seco y gastado el corazón.
ALUt O A. PIZ.-\ O.
Noviembre de 1882.
LA RONDA DE NOCHE
Allá en la OSClll'>\ hOllo nada.,
DI. 1 á la luz in i I'til
e ve In ca 1\ el .sierta.
En dur\lle vivió mi amHd.l.
En tn oio al mai7.ul tupido
Qlle e e tieH (le ha ta la I Ola,
ParecO' blafl a p~lorna
QI\P ubre amorosa un nielo.
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40
1888.
REVISTA LITKHARIA
CUllndo ~ ti "och' 11 la hOlHlct
y rumorosa cilf\ad ,
Mal'cho á la. c. ::-.H. nI vi llad:
Como alma en p lIa que ron <11.
En el \'iejo COL"!' dor
Sordo mi pH-80 retu m bf\ . .•.
lAquello parece tumba
Que no embalsama Ulla flor!
y me encamino á su reja
y pongo el oído aten to,
y tan sólo escucho 61 vien to
Que alza, al pas:l.r, u ll¡~ q uej' .
Bajo corti na de hie ra
Donde con voz ele reproche
El au ra gi me en Ja. Hoche,
Se encuentra. nn hLIlCI d ~ pi~ ( ¡r1L·
y en él me iell to á tra.er
A mi alma, que al"l'opa el (luelo,
Aquellas horas (le cielo
Que nunca habrán ele volver;
HorilS 6n flll yá il'\ 0alma,
Del amen' en el x e 0,
".remblaGa. en Sll labio el be o
Yen n s p u pi 1 a. e 1 al erra;
y cn fll1 u VOZ ! le t;al
Mi c I'az' n a.rt'nllah :l,
Micntl'ilS la n eh antaha
F.....ntr el Ir "do maizal.
'Oh alma! n va,ll la H mbr.l
bu ea n
"ell ::5 bri Ilan lus a ' tl'C)
el perro hvlr?\. en la rn brils.
1 HA El ~ RIQUE RCINIEGA.
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M.. RIV AS-LAS VISITAS BN BOGOTÁ. 41
LAS VISITAS EN BOGOTA
En Bogotá todo el mu ndo vive encerrado; torio forcs.stero
que llega de noche á la casa es n n embarazo, un estorbo, un
motivo (le desorden ell los hábitos de hl f-unilia, que illquieta
á la sellora, pasma á los niños y disgusta IH'ofundamente a.l
caballero. Cuando H Igu na pel'sona gol pea por la noche en el
portóII, todos se alarman; ¿será. algull¡L novedad en las otras
casas de In. familia? ¿Será qne vienen ii imponer una nueva
con tri nnción Ó á ped i raigo rrestaJ o? La cri¡,da. baja corriendo
á abri r el portón, pero an tes pregllll ta: ¿ c¡ u i é n es?
-Yo soy. (Naturalmell te).
-Pero ¿qué dice?
-¿ El sellor y las seHoras están en casa?
-Sí, seHor.
Desde los corredores de arriba han estacl0 todos acech&.ndo
al i m portu no visi tan te, y a.l ver que es n n caba.llero, mien tl'as
que él su be las escH.lerasj la sefiora hace fin men tal' las luces de
la sala ó iluminarla, si estaba á 03c ura3, pa~, á lt\ pie7:11 inmediatc,
para estar alerta. y salir á la Jl'fensa de Slt caro esposo,
en caso necesa.rio; y l:~s nifias e Jeslizan á al'reglar3e el peina.
do, por i aca o. Sólo el caballero ptl.dre, que babía yi tomado
sn capa y su sombrero y e ~ ta.h ; l lllTeglando los zapatones
y el paraguas p ~ll'a irse á la ca a del ere illo, con trariado se
queda agual'dancio al visitante, 0 11 el ánimo y la cara del
.que aguarda n n trabucazo á quemarropa.
Oltando el padt'e de familia ale del susto, vie[ulo que la
visi ta es i nofensi va, ¿ aSOIl"\a á la puertf\ rle la. S Il! t., llama á.
la cl'iada y le da orden de avisal' á la setlora qttC ahí e tá el
seH r Ji ménez, p r ejem pIo.
¿Qu~ querrá? ¿ 01' cuál oe las Ilirias vendrá? T.J1 )lB Bolón, se pone á colocar los deuos
índice y pn Igar Je las d s mallos en sentido opuesto, yen esto>
se eniretieu(>.
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M. RIVAS-LAS VISITAS EN BOGOTÁ 43
-¿ Qué tál, sefíorita Mercedes? d{ce la vi ita.
-Muy bien, cOlltpsta la bellezH,. (Y reilla el silencio).
-¿Qué tál, sefiorita LeonClrJa?
- ~111y bien, In ll(;has gracias: (El diálogo se nn i ma).
-¿Y u ted qué tu', seflorita Nicanora?
-Mny bien. Muchas gl·acias. Y ,-í u;::;terl i.cómo.le ha.
ido? ¿Qué tál? Conr¡ne ¿qué tál?
La conyersac;ión ha llegado á tal fnl,l\lll1Cza y an i macióll y
q II e n o puede con tí 11 uarse si 11 fal tal' á las nuís tri viales reglas
de la etiqueta.
Continúa el silencio, interrumpidü sólo por lino que otro
bostezo ue la mam:í, por salpiques ele risa cO~ltenida que saltan
de la fila do nifias, ó por la exclamación del padre, que de
vez en cuando dice:
-Si, mi amigo, n1l1cho se nos ha oaflaclo este nuestro
Bogotá!
A la ' J iez de Ja 1I0che, para al i vio del Jlad re, q ne no saoe
CÓU10 sostener la COIl vcr~acióll, para de C~lIl oc la mamá,
que se iba y se venía de II fio, Y para lío J'lal de las llifius,
que han estado cOllteniendo la risa pOI' ulla hora, y que e tán
impacientes por remeda)' lo modalls y -1 IlIetal tle voz del
v i sita n t , á 1 as el i e z del u. n oc h (', J] 11 e v a Ó tI' ti e Il P, 1 eL V j sita
toma su sombrero, se despide de la am na. soeiedutl, la s flora.
grita á la ria ~a qne le alumhro el 7,rlgnáll, lél cual sale sofiolienta
con un cabo de vela en la mano, Hurc ul '11orln p rtón,
y el ca ballel'o está en Jet ca]]e.
MEDARIJO R1YA •
HISTORIA DE LA NUEVA GRANADA
PARA EH. I~ DE o TI TUAcr N Á LA HI 'TOHIA DE COLOMBfA,
POI(. JOBÉ MA U.EL RE TI-U<:PO
( ONTTNUACJÓN)
Peb'J'eTO: 1833,-Aunqne gCl'minaball 11 -jI nci a gUllOS
odios contnL la Administlación liberal (le SalJtauder~ Id, T neva
GnlllCloa se hHl1aba tranquila. E tu "1'H. IIl1a fUl'tulla ]Jara la.
reunión del primer Congreso Oon.;titn iOIl:d. La e"iolws de-
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44 REVIST A LITERAIUA
bíun abrir e el J. o ele !Iarzo; pero no hubo el númel'o HO eS8-
rio, que se com pletó el 5. Los Sencuiores debían ser vei 11 Lisé -s,
y concurrieron diez y nueve á la instalacióu; hubo treinta y
nueve Represen tan tes en la aegu n da Cámara, en lugar de ci ncuenta
y seis, número que habían elegido las provincias. El
Senado nombró para. su Presidente y Vicepresiden te á los enores
Agustín Gutiérrez Moreno y Juan de la Cruz Góm z,
y para Secretario al sefior Lorenzo María Lleras. En la Cámara
de Representantes fueron escogidos para los misJnos destinos
108 sei]orea Angel María Flól'ez, El1sebio Barrero y Flol'entino
González.
Marzo: 1833. -El Presiden te del Estauo presen tú en el
mismo día, por me(lio del Secretario del Interior, su mensaje
cOllstitucional. Congratuló al Congreso por la paz interior
y exterior que gozaba el país, después de táutas agitaciones
como había sufrido en los afios anteriores. Pintó su situación,
próspera en lo general: d ¡jo que la Hacienda Públ ica mejoraba
cada día y sus rendimientos crecían, por lo cual no eea
de opinión q oe debieran aumentarse los impuestos. En el afio
económico, que se contaba entonces de 1. o de Julio de 1831 á
30 de Junio de 1832, había.n producido las rentas 2.327,310
pesos 6 reales, Suponiendo con bnenos fundamentos .que sólo
prod ujeran lo mismo, habría para. cu bri r el Presu puesto de
Gastos corrospond ieLl te al afio próxi mo, que ascendía á 2.171,621
pesos 3t reales. San tallcler concluía. Rll mensaje haciendo al
Congreso algunas indicaciones sobre reformas de leyes, ó
acuerdo de otras que se nece.:3itaban pa!.'u, mejorar la Aclministnwi6n
púl>lica.
Bn los lIia siguientes los Secretarios Vólez, S to y López
prc entaron al Oongreso sus infol'/l1~s sobre 108 negocio.:) del
In t rjol' y R la iones Exteri re~, IIacien a y Guerra; eran
bien deta.lIados y daban una idea. snficiente de c da uno de
estos 1'(\010S de la Administr'LCión Gnbernativa. Terminaban
COl1 algunos cua.dros e tadisticos curiosos.
La conlposiciól1 del Congreso era lnixta, respecto de los
partidos políticos. Existían en él antiguos y nuevos liberalos;
pero había un 11 Ú mero considerable (le los llamados en tonces
bolivianos. Mas en 10 general todos estaban contentos coo la
presidencia de anb'tndel', y apoyaban á su Gobierno.
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.r. M. RESTREPO-HISTORIA. DE LA NU~VA ar.ANADA 45
Uno de los primeros deber s del Congreso era hacer el
escrutinio de las elecciones populares del Presid~nte y Vicepresiclente
del Estado. Confol'me á la Constitución, las elecciones
tenían dos escalas. Los 8ufragantes parroquiales votaban
por electores y éstos elegían. Verificados los escrutinios,
reeultó que de 1,263 electores, 1,012 v piel n1 ia,
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RKVlSTA LITERARIA
A tales ttmClres .se af'iauían algnnQs otros de naturaleza
lnenos feria . .A ún estaban vivo~ y arcl1cntes en los corazones
de mnchos granadinos los hOlldos resentimientos de que se Jea
hubiera hon"aoo de la lista militar, ó á sus paricntes y ami-gos;
esto, unido á los insnltos que alguno,:, mal avisados liberales
prodigaban á los vencidos, tanto en sus discursos y hechos
en el Congl'eso como por nledio de los papeles públicos,
mantenía en su fuerza y vigor un sordo disgusto en Bogotá.
Santander predicaba la tolerancia, sin que fuera olny atendido.
A los expresados motivos de disgusto se juntaron les del
clero l"egu]ar. Este solicitó elel Congreso que se revocaran las
leyes que suprimían ]os conventos menores y que prohibían
las profesiones religiosas antes de los vei n ticinco afios de edad.
El Congreso no atendió la súplica. Adenlás, discntía una ley,
por cuyas <1 isposiciones se sujetaba á los Regu la.res al ordinario
eclesiástico respecti vo de la N Lleva Granada. Aquestos
puntos y el que no hubiera el cnerpo lpgislativo dado el pa (3
á II n Brevc de S. S. en q lle se cout;edía á la Recoleta de San
Dit'go, en Bogotá, }(:I, rel iq u ia del cuerpo tI San vTictorio, mártir,
por 110 haberse obtenido por conducto del PoJer EjecutiVO~
CaUd;!l'On la pu Llicución de vario impl'e 'os y la precl icución
de sermones que Santilllder juzgó eediciosos y capact!1:i de producir
una revolución de que había rumores. IIi7.o, pups, llamar
á la casa del gobienlo á varios Prelados y Padres principales,
á quienes dio una áspera reprensión, por la conducta dd
alguno", r 'glllare8; les amenazó, adt:mú:3, COII que cae ría sobre
ellos ~o(fo el rigúr ,1 e las leyes en ca o 1e q \Ie COIl ti n lIara.n con
ese espíritu ne insnb r,litlHción.
La ¡nc l1}ocliciad é irritación '_¡lIe tlln) Sa.ntalld l' aquel
díu., le pr dujo, l'gÍ1n opinó ntonc , ulla fll rtc culelltura
biliosu. Criarlo en lus CaU1.po8 de la guerra oe Illel p ' 11 encía,
Sall talldt'r era d ~ 1'0, de 1 ,ótico, y r¡ ne 110 sllfría, si 11 i ni tarse,
cou trad iCt;iÓll 11 i opo ... icióll alguna, Eote carác er ]0 tenlá ha ta
en el Consejo, (:'11 que á veC{'d trataba á us ccrctarios, y aUl1 á
los ,Vicepresidentes, con u Ila. indiferpncja qne J"uyaba en cJescortesí;
l. CUllsill>:doa <-101, y le hacía ().l ill,' ) el D(·" p¡:cho.
El 2 de J lIlI io ¡¡U o e l COllgn's t l' l't!l i 110 á . tl::s se "¡\l lles de
90 <1í(\~. ~l hauia tnluajad(1 <;011 H"iduieb.d, con ., tancia y sillce-
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J. M, RESTREFO-HISTOJUA DE LA NUKVA GRANAllA. 49
,·os deseos de promover el bie 1 el e la N 11 CVsi ell! Bogotá, Cflle creara. yeligier.a,
Abolió los derechos de exportación (fe lo::; ¡ll'oductos n:ltnra'es
granadinos, dejanclo su b:'istente la. prohibición de ex.tr;lel' ft.
países extranjeros las pastas ele oro y plat;t. Fijó tamhiéu tos
elel'echos de i m portaci ón en ll'oducía el estanco del tabaco, aumentaría sus :!:endimientos
con la nueva organización que por una ley lE> había
dado el Congreso. Creóse una Dirección general, que ct pendía
innle liatamente del Secretario de Hacienda, y se dieron
otras ct isposiciones im portan tes. Las esperanzas q ne se tu ieron
al acordar esta ley, no salieron fallidas,y desde entonces la. renta.
proo uCl ~ ~;~ por el monopolio del tabaco, mejoró sucesi vamente.
Eri . las mismas sesiones aprobó el Congreso la con vencif)
n lír()v jsiona], firmada en 14 de Noviembre de 1832 en tre
el En "argado de Negocios de . M. el Rey de los Franceses y
el Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno Granadi ...
no. Dicha con vención, q ne era de amistad, comercio y navegación,
fue ratificada por el Pre idente del E tado el 5 de !llnio.
Con este documento público, el Gobierno real de Francia
reconoció explícitamente la independencia y soberanía de la
Nueva Granada.. SllS estipulaciones debían contribuír eficazmente
á cxtenller y mejorar el comercio e '" terior, aUUlOlltanoo
la concurrencia de buq nes extrilnjeros en los puertos
granadinos, situados en el Atlántico.
El Congreso, al terminar sus sesiones, dio una ley en 3
rleJuni ,que sancionó el Ejecutivo, sobre el modo de proceder
en las causas de sedición, conspiración, robeli' n ó traición
contra el Estado, designando los jneces que d blan c I1PC r y la
forma breve y su maria del proc so n e t d li to. ecre 6.1' n e
también las penas en que incnrriria.ll cltale quiera 1 ersonas
que las c metiesen: eran las de mner.te, presidIo y .- pulsión
del territorio de la Nueva Gran fl ~ l\ patria, ~om() blll'1l militar,
(L1l}igu d e l orden y ardiente sosteneo r del Gohiern legitimu
(1).
Sin embargo tle esta muerte, dl'seubiel'ti'1. la rev~lll c ión,
esta ha)) (:ort¡¡fl,).' lo~ p]u lIes d , los COll. pi ra l()re de el poderarse
de los cllt!rpos veteranos de Húsar s y de Artillería.
Pensaban, si 10 hubieran consegnirlo, tomar los cnerpos de
guardia aiskdo¡:; para ver si pOI~ia.n ocupar la capital, .-lcstruÍr
el G bierno legíti'mo, alln matauIlo el S,Lntanller y á l(). principales
liberales, proc]:4mHr qne ellus sostenían la religión y
Jos intereses de los artesanos, prohibi)' el. com'ercio libre qne,
según tlf:clan, peJ'judicúba t{tnto á los hijos del pai ; últimaIDen
te, pODer á la cabe7-'" Ilel Guhierno al viejo y débil General
.José Miguel Pey, como u 1I e&tafenllo, y que otros mandaran á
su llombre.
N [lda de esto puu ieron hncer los conjurado. La segu nda
parte ue sus proyectos revoll1cion~Hios era marchar Illégo á
'l'ullja con los cuerpos (le úsa.r s y Artillería; sorprender su
guarnición, tomar el parqne y volver oe" pués con más fllerz:ls~
á fin rle destruir e] G bierno J gítimo .
. En cumplimiento de este plan, Ignaeio Amaya habla ffi }lré]
lClJU el mismo día 23 ue FUIl ti bón Ú, acatati Vct, cun otl'OS
homl))'('s p rdidos pan, levlLntar allí una fuerza y prendel' al
Coron 1 de milicias Jo é ~lal'ía Quijal} . Amaya ejecutó la
Fflrte rl 1 1 rogl'ama 'In estaba á su cargo, pues pI' ndió á Quijauo
.1 24 muy t Jnprall ; quiso hacer 10 mismo con los oficiales
ue milicia Torre y Agll,lelo, mas no }o consiguió. Dio
todol:J e t s pa"o antes de süber que había fraCilSH.rlo la parto
pnnci l'U l rle) pI' yecto. Si n m bargo, sigll ió con su partirla,
qne constaba. como ci e tl"~i 11 tao h m bre :l. ca bailo, al Puen te
de) Com Ú 11. Mal'jano París, ~gúll lo Ileclanu·ol} va rios testigos7
debía formar una gllel'l'illa ~n el valle de Cáque7-a. José
(1) Arjon& se ocultó, alvándose así de la muerte. Al cabo de algunos
años se presentó á que se le juzgara. Entonces yá no hubo pruebas,
por DO baberse escrito cuando se cometió el delito, y fue absuelto de 1_
iDsbncia_
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5,1 REVI 'TA LITftH.ARIA
María e1'n3o estaba en su hacienJa de Guachancio esperando
que se diern el golpe en la capi ta.l, para obrar en consonancia.
Los conjurados que existían en Bogotá se comunical'on,
durante la noche, la noticia de que habían sido descubiertos:
cogieron caballos en las dehesas inmediatas, y antes de l::t.s siete
de la mafíana siguieron bajo el mando de Sardá como
treinta hombres, que tomaron el camino del Norte. Grand
Fuente:
Naxos Music Library
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