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Con la frase Poesía.

La ausencia de los mundos asimétricos se presenta como un diario. Un diario de poesía descarnada que se adentra en las heridas de la vida, a veces incurables, y en la incomprensión por un mundo que duele y defrauda. Un diario en cuyas páginas se vierte la forma íntima y singular de la voz protagonista de pensar el amor, la pérdida y la muerte. Un diario que es retrato, que es radiografía de una joven que toma conciencia de sí misma y al mismo tiempo de una sociedad que se ahoga en su propia violencia, lo que lo convierte en una indagación compleja y profunda sobre los lazos entre el entorno y el individuo, el conflicto entre el deseo y la razón, y las tensiones entre la sacralización de la realidad y del ser y su intento de desmitificación. Un diario donde la integridad de la mujer, así como los excesos que amenazan con destruirla, se sitúan en el epicentro de su escritura.
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Digitalia
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Libros
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La ausencia de los mundos asimétricos
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El Cóndor: periódico literario - N. 6
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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SERIE I. ESTADO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 6.'
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EL CONDOR.
MEDELLIN, 31 DE JULIO DE 1870.
LA DUJtKB T4LAI LE1'•.&.B. ;. pre nueva, vibrante, conmovedora, hasta. que
La mujer, por la delicadeza de su cons- ~llega á ser De Stacl, Espinosa, Avellaneda.
tituoion física, por sus altísimas dotes mo- l Hay una poesía elevada que convence en
ralea, por la superabundancia del sentimien- { vez do conmover; que reviste con una auto,
ese eterno inspirador del almo. humana, ( rcola deslumbradora los hombres y los hepuede
recoger coronas en el campo de las i chos pasa~os; que de~pie;ta la indiguacion,
letras. ) el desprecio óla admn·ao1on por los perso·
Desdo Safo, la inspirada cantora del pa- { najes que describe.
ganismo, hasta Teresa de J esus, la poetisa~ Hay otra poesía que pinta la naturaleza
JnÍStica del cristianismo; desde la poesía ~ COn los bellos colores de un campo verde,
mundana, del amor terreno que solo a13pira ~ el cielo poblado do estr ellas, la luna con u
á una recompensa en la. vida, hasta la poesía } melancólica belleza, 6 el sol armado con los
hija del amor purí imo de Dios, que sa ele- ~ eternos ardores de su luz.
va sobre las miserias del mundo hasta lle- { Y hay otra que hace nacer en el alma el
gar en sus éxtasis al trono del objeto ama- 1 sentimiento del amor, que despierta con su
do y en intensidad hasta mas allá de la ! entonacion tantas fibras que estaban en retumba;
todos los cantos femeninos, desde ~ poso~ que canta la pasion con sus temores y
el que se eleva al borde de la. cuna del niño~ sus esperanzas, sus recuerdos perfumados y
hasta el que tiene sus aplausos en los liceos ~ sus santas alegrías.
y en las academias, guardan un perfume á i Pero ninguna do éstas iguala á la poesía
que no pueden aspirar loa mas delicados ! de una mujer: es que tiene unos giros ta. n
poetas. ! dulces , tan extraños, tan sentimentales, tan
Es que el senti~iento que anima. el alma :: delicados, que el hombre nunca llegará á.
de la. mujer y que mueve las cuerdas de su ~ igualarlos.
lira es innato en ella. ~ La mujer en sí misma es una fuente de
En van.? tratará. de igualarle el hombre: ~ poesía.: p~r el~a cantaron los mas grandes
la razon fr1a. se elevará, del fondo de B\1 en- ¡ poetas, é msptrados por ella lograron q'q.ó
tusiasmo y secar~ su inspiracion audaz. \ su nombre se salvara del naufragio del ol-
Sus cantos, aun los mas ardientes, aun los \ vid o que acompaña todas las obras humanas.
que sean el fruto de la. inspiracion que mas { *
se eleva, tienen un sello especial: el sello ~ * *
d~ la razon que refrena. y q ~e tra~a. de me- ~ N ?estra literatura ha t~nido mas fJ.Ue la
dulo todo con su exactitud mgémta.. : de mngun otro país amencano poeti sas de
. La poesía. femenina es mas libre en sus ~ gran mérito. '
giros, mas dul?e, mas senti~1ental. ( En las antiplanicies andinas por donde
Desde el gnto .~e alegna que lanz~ la¡ corre perezoso el Funza, acariciando con sn
madre. al ~er ~1 htJO de su amor, va sub10n- ~ suave murmullo la sabana de Bogotá, pul do
en mspuac10n hasta entonar esa poesía ~ só un dia. su lira una mujer. El amor la
sin igual que se encierra en el canto de la~ amistad, todos los afectos del alma. que cdns·
cuna. . . . ~ tituyen la mas bella corona de la mujer,
Y va sub1endo cou una entonnc10n s1em· ; encontraron en su laud gra.tísimos acentos ,
Digitalizado ¡>orla Biblioteca Luis Án el Aran o del Banco de la Re[.!ública Colombia.
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42 EL CONDOR ..
Mas tarde, quizá. los desengaños del m un· ~ SEÑORES REDACTORES DE "EL CONDOR ".
do hicieron callar esa suave melodía, que ( A dios. La ausencia ni la distancia serán
despues volvia á tomar nuevo aliento para ~nunca un inconveniente para. que yo deje
elevarse á. la contemplacion religiosa. Los } de sentir siempre y con el mismo poder, el
santos éxtasis de su alma están pintados en ~ noble afecto que ustedes me han proporciofiUS
últimos cantos, llenos de uncion, de ~nado la fortuna de inspirarme. Medellin
belleza y de .fe. ' . . ~ cou todo su egoísmo, con toda su insociabi-
En ese mtsmo suelo hay otras htJas pre- ~ lidad con todo su entrenamiento del poder
dilectas de la inapiracion; al empezar el ca- ~ mon~tario, ha sido para mi una sociedad
mino de la vid~, llenas de confianza e~ el ~ accesible, hospitalaria y benévola. Sien.to
porvenir, sonriendo ante lo desconomdo, ~ dejarla; pero ustedes, como los demas dtspuesta
la mano pura sobre su corazon, ento- i tinguidos caballeros que se han dignado
nan esa grata poesía del alma que conmue- ~ honrarme con su amistad, deben estar seve
y arranca simpatías. t guros de que uo es estéril el campo en que
Llega otra edad de la vida e que la· f han sembrado.
poetisa que soñó felicidad; halla en su ca- ~ JoB G. Tu ANA.
mino espinas. Eutónces enluta su lira óla) C l .é l t 'b M d Ir 22 de
suspende, como los poetas d~ S ion en ~erra- ~ O?- r P1 en e es rl o - e e m,
extraña, del sauce melanoóboo que s1mbo- t JU 10•
liza los recuerdos. ~
.. . ~ * * ~
En este montañoso y bello pa1e, en don· !
de las mujeres tienen la purez de costum· {
brea y la belleza de las hebreas, en donde i
el hogar es una fuente de poesía y la vid }
domé tica un idilio; en donde los paisajes ~
animados convidan la contemplacion de ~
lo grande, de lo bello; en donde el .. spíri- (
tu adivina mas allá de los horizontes que ~
rodean la comarca, un mundo lleno de ma· ~
ravillaa; la inspiracion .fecunda y la ent?· i
Dacion de nuestras poetlBas debe tener ah- ~
mento, y dar por resultado mas ~ellos ~ias ~
á nuestra literatura, y á la patr1a altís1mo ~
renombre. (
Excitamos, pues, á nuestras paisanas pa- ¡
ra que dejando la timidez propia de su ~
, sexo, se consagren al cultivo de la~ bellas ~
letras, que tan inocente solaz nos propor- ~ . ~ Clonan. \
Ayer no más saludábamos con ardor un t
nuevo astro que iluminó nuestra literatura )
y que representó dignamente á la juventud ~
femenina por su imaginacion lozana y por ~
la dulzura de sus versos. ~
Hoy ha callado : no quiera el cielo que ¡
la felicidad de su hogar haya sido oscure- ~
cida por la desgracia. ¡
Y á su alrededor en preciosísimo coro, ~
formarán todas las hijas de la inspiracion, ~
con la lira en 1& mano entona.ndG el himno ~
de la vida. ~
Ay 1 cuántas veces, mi adorada amiga,
Viéndote alegr me enU feliz !
Y cuántaa veces sorpr ndf la di ha
obre tus frescos labios de carmiu !
Y ¡cuántas veces ólo y á tu lado
Con estar á tu )au n fuf feliz,
Olvidando los negro desengaños
Que entre sus pliegues guarda el porvenir !
Y ¡cuántas veces al decirme tierna.
Que solo con mi amor eras feliz,
Dejaba, loco, que mi mente inquieta.
Construyera palacios para tí !
Todo pasó 1 Los tintes sonrosados
Que bañaron tus labios de cannin,
Por oscuros matices los cambiaron
Las penas, el dolor, el frenesí!
Todo pasó 1 Recuerdo que á tu lado,
A tu lado, mujer, yo fuf feliz ....
Hoy te vnP1vo á mirar .... pero temblando
De verte tanto y sin cesar sufrir t
Los palacios de mármoles y rosa
Que mi mente forjara para ti, .
Huyeron, ay! cual fugitivas sombras
Al empuje fatal del pol'venir.
Y sin embargo te amo, te amo tantoQue
por verte tranquila. sonreír
Sacrificara lleno de entusiasmo
Mi orgullo de hombre, mi ambici~ sin fin.
Tú no tienes la culpa, tú me amabas
Oual aman todos en la edad feliz;
Con todo el fuego de la ardiente llama
Que alimenta de amor el frenesf.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la ReP-ública, Colombia.
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EL CONDOR. 43
Ma.. por pasiones mezquinas y bastardas
::ambiciones, el rostro cubierto con la careta
~ do hipocresía que ta.nto abundn. en la ma··
\ yor parte de los paises hispano· americanos.
(¿Qué mucho, pues, que yo añada una pági·
~na un tanto adulterada á ese gran catálogo
~ q~e atkrna la historia de nuestros pueblos
~ con enormísimas calumnias? ¿Qué mucho
\ que yo deje caer una sola gota do amargu·
~h:Ron EDITOR DE "BL ooNDOR ". \ ra. en ese océano de hiel que han formado
Aquí me tiene usted pluma en mano ~ mis predecesores?
algunos pliegos de pap~l provocativos y 1~ ~ Decir verdad es ?OS& muy sencilla; pero
inteligencia en ristre recorriendo con la ima.- ~ es empresa mas arriesgada que la d~ preginacion
hombres y cosas, tiempos y países, { tender atravesar el ca~al de Suez tebie~do
costumbres y doctrinas, cielo é infierno, y ~ por puente un mezqutoo cordon de htlo.
todo hasta. mi propio corazon buscando al- Por esto y por otras razones que guardan
go o~n qué llenar una columo~ de su pe rió· ~ mucho d~ verdad, debemos escribir todo lo
dico¡ mas todo es inó.til, porque cuanto veo ~que no stend.o ver~ader~, venga á. posarse
es árido, sin brillo, ajado: mi cerebro está. ~ en nuestras mhosp1tala.nas en~endcderas.
n1as seco que los arenales de un desierto. : De vez en cuando suele sahrse de nues·
rui cabeza mas estéril que esas señoras d¿ ~ tros.labios ó desprenderse de nuestra. pluquienes
la hi toria nos habla que, por un ~ IJ?a moportuname~te alguu concepto que
milagro, han concebido en )a vejez. ( t1ell:e vtsos de reahdad; mas ent6nces 1 oh
D ·o~~o h · · d d . ~ vamdad humana! entónces hay, como ha su-l~
s ana. stn u a una gran proeza 81 t d' d f · · · ·
d. 'b' 1 b 6 ""t'l 6 · : ce 1do ya, esa los, tralcLonos, apreCiaclo-yo
pu J.era esor1 tr a go ueno "' 1 Sl 1 • d b'd d ·¡ b
d 1.. 11 · · t t ' 'd d l nes m e 1 as y sobre to o mt ocas que me ayu ara~ enar stqUlera es a e ern1 a ~ Id' 'l 1 1
d lí 1 d
: m a tcen y mi manos que se a zan á a. vez
e neas que para. os que no po emos es- e b · 1 b' · · d d · 'b' t' ' h · d 1 ( para cu rtr esos a 1os sm p1e a y sm pu·
cr1 Ir, 1ene una OJa e pape . ~ dor .
. Una idea .P~~pia? señor Editor, en este ~ Sin embargo, podemos decir algo que
t1empo de owzüsa~tO~t y de cttltu:a es tan r~- l perteneciendo á, regiones que están coloca·
a-a, es un a.oonteciml~nto tan mverosímtl, ~ das en una atmósfera mas elevada que las
como sou raros los dta.mantes en la mano 1 ridículas cuestiones sociales de estos nuesde
u~ ~ordiosero, como son. inverosímiles ~ troa tietnpos, toquen el sentimiento birlenlos
VIaJeS de Dumas nl Onente. Mas ya 1 do dulcemente el corazon, embelleciendo
que no se :neuentr~n hechos notables en ~ sas ilusiones 6 embotando un tanto los pronuestra
sociedad, dtvaguemos, que para. es- \ fundos dolores que suelen atormentarlo y
~o si se encuentra voluntariosa mi mal ta- ~ algunas veces dando á las esperanzas algun
Jada pluma. \ t:Jte vago ó aspecto de realidad encanta-
He recorrido ansioso todas las páginas \ dora.
de todos los periódicos que se publican en { U na noche en Medellin en nada se pareN
u e va Granada (hoy Estados Unida8 de } ce á. otra en Paria, como una mañana. de
Colombia) y con poquísimas excepciones, l nu~tros climas intertropicales se asemeja
están plagados de palabras que han servido :: poco á otra d~ los hielos polares; y sin empara
expresar la misma idea en mayor nú· ~ ba.rgo, hay ocasiones en que se puede ser
mero de veces que cabellos hay en mi ca- j tan feliz en Medellin como en Paris. Y o he
beza y pesares en mi corazon. Todos mi en- ', tenido instantes en que mi alma se ha sw·
~n! Pero el humano linaje á todo se habi· ~ tido trasportada en locomotivas tan agta ..
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EL CONDOR.
dables como la escala de J acob, no al cielo 1 narracion me tomo la libertad de hacer con•
porque eso seria ambicionar muy alto, sino i tando con su consentimiento.
tí las calles de V ene~ia, bajo es~ cielo tan ~ Era, pues, mi amigo Ricardo uno de esos
perfumado Y ~u yo VIento sopla siemprc.tra- ) estudiantes que han tenido y tienen tantos
yc'n~o á l~s 01dos el eco dehcado de leJan.a ¡ imitadores, cuya primera aparicion en el
voz mfant1l que canta sus amores á las on- ¡ colegio empezó por hacerse indiferente en
llas de la mar. Una de esas n?ches fué la~ asuntos religiosos para deducir luego como
del sábado en que atravesaba sm rumbo de- i consecuencia necesaria como un axioma in•
terminado las call~s de esta bella, pero na- ~ co~testable,. que era u¿ genio nacido en la
da mas que bella cmdad, '! hub~ de ~e ten e~- , m1tad del stglo XIX par& luchar y burlarme
frente a. la :ntrada de unll1gles1a urm- ~ se, cual otro Voltaire americano, de los
nada por los anos Y e~t~rcolad~ por las pal~- ~ principios y dogtnns del Catolicismo. Dumas
que han constru1do su m do . en.los m· l rante loa primeros meses de su permanenchos
de los altares Y de cuyo edtfic10 qu.e- ~ cia en el colegio estúvo nutriendo su espi ·
dan hoy como un recuer~o una. torre s~n l ritu oon soplos ligeros tle Filosofía y de
campanas y dos puertas sm cerradura. V e1a. ~ doctrinas benthamistas· pero excusado es
yo esto com.o una. antigualla que no hace ~ decir que aunque poc'o entendía. él esos
honor á la. 01ud~d dond~ se en~u.entra, cuan- { asuntos tan profundos, sostenia con una
do me sorp~end16 un rú1~0 dehmo .. o, el cant.o \ energía digna de mejor causa, que la lógica
e e una muJer que pareCI~ brotar ~e las ru1 - ~ de Tracy y Brouseais era el único medio de
na del templo por el Dws guardtan de los ) iu vesLi~Yacion y la sola1·egla. para formar un
lugares sagrados. ~ riguroso criterio. Sus compañeros, tan né-
Era una bella sefioritá que , en la ca a ve- ~ cios como él, mirábanlo como un oráculo
ci na., cantaba. dulcem ente una ária de Be- ¡ qu e descifraba todos los enigtnas, explicaba
lljni. ¡ todos los geroglíficos y resolvia con la. ma·
¡Q ué voz , se Ílor Edito r! Qué sentimi cn- ~ yor de~treza. todos los p:oblei?aa que se
to l qu6 talento pnrn. interpr etar la idea que f propom~n á. su p e~ctrante m~cmo. ¡El munbull
ó en la. mente del ilustre comp ositor al { d~ es tm ol se teatros y á toda claRe de di ver- ~juntos buscaremos el ~efugio único q~e pue·
.aion. IIe dado, decia plagiando á un emi- \ de hall~rse. sobre la tterra, la so~n umdad .á.
nente lit rato y con tono un tanto cuanto ( que el hnaJe humano pu~de asptrar, el úmpresuntuoso:
he dado al cuerpo lo que toca ~ co lugar en que todos podremos ser herma-
111 cuerpo y al alma. lo que toca al alma.. ¡ n?s. Busquemos á. _Dios, busquemos la reli·
Tambien esta vida le cansó, gastó el co- ~ gwn para.que coblJ~dos con su sombra po·
razon y mucha p:ute del dinero que tenia. ~ damos baJar tranquilos á. la tumba.
1\'Ialdccia. del matrimonio como que era { R.
hermano mayor del suicidio y opinaba 'COn ~
san Juan Crisóstomo que el infierno estaba (
empedrado con lenguas de mujeres. ¡
Abandonó esta ciudad que era el escena- i
rio de sus heroicidades i se fué á. lln pueblo ~
vecino á hacer lo que se leerá. en un ft•ag- ~
mento de su última carta recibiaa por mi :
'd . 1 ayer, y que en segm a copto. ~
"Por último1 mi amigo N., entregado al?
agio habito una. tienda donde exploto con ~
provecho á todo sér humano que la fatali- ~
dad arroja á. mis puertas. Tengo dinero y ~
esto cubre todas las manchas que pudieran i
teñir mi frente si mis acciones fueran eje- i
-cutadas por algun infeliz á quien le falta- ~
~a ei brillo de algunas onzas de Qro. ' \
(EN SU CU 1PLBAÑOS).
Y o ví una flor su vívida coro 1st.
:Abrir en medio de una selva, y ví
Su débil tallo al ar.otarlo el aura
·Mecer sus hojas en vaiven gentil.
Sobre sn frente pudibunda y tersn.
Brillar el fuego del candor, y allí
Temblar su estambre, el voluptuoso beso
D&l zéfiro galante al recibir.
Del sol naciente el luminoso disr.o
Su sien tiñó de virginal matiz;
Plegó su tallo, el sol en Occidente
Sus últimos reftt>jos al hundir,
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46 EL CONDO:R.
Cuhri6la al fin la noche con sus sombras
Marchita., sin nroma, sin m:ttiz;
Mas, pura y virgen, á su tallo asjda,
La nueva aurora sorprendió la allf .. . •
Como la flor que <>ntre las selvas nace
Púdica, virginal, tambien asf
Naciste al mundo, nparicion divina,
De inmaculado cielo a 'tro feliz.
Y serás venturosa ...• Dan á tn alma.
Sus gracias y sn amor, sn sonreir,
Los quince abriles que lucientes brillan
De tu horizonte en el azul confin!
No agita tu alma de pnsion al~una.
Ardiente el fuego abrasador, febril;
Las ilusiones su fanal te muestran,
La dicha se te mu~stra en porvenir!
Cándida. y pura cun.l la flor, tn frente
Suave acaricie el zéftro de abril ;
El sol de la. virtud te dé sns rayos,
Te d6 el pudor su espléndido matiz t
M. S. TORO.
20 de julio de 70.
(A HORACIO).
! Esta necesidad se manifiesta de mil ma•
neras, bajo diversas formas; pero sin que en
ninp;un caso pierda su carácter esencial.
Y yo, como hombre, sentí en lo mas pro-fundo
de mi sér la necesidad imperiosa de
experimentar algun placer. La manifesta·
1 cion de esta necesidad fué un vehemente
¡ deseo de recibir imprcsz'onea; pero no impre(
siones de cualquiera clase, sino ~·mprest'ones
dtJ vütJe solamente.
El lector ru~nos sagaz comprenderá con
facilidad si se fija un poco en lo que sucede
en nuetttra tierra, que de donde me nació á
~ ~t. esta idea fué precisamente del deseo de
~ lmttar.
~ Llegaba. al fin de su carrera el año de
t gracia de 65, cuando pnrA. satisfaccion de
} mi deseo proy\3cté un viajecito á uno de
~ los pueblos mas cercanos á esta ciudad, y
(que el lector conocerá apénas vea el rumbo
~~· quo tomé para mi viaje.
Despues de pasar por mil penalidades y
angustias y por todos los renombrados con·
( d d' , ~ flictos de los "Percances e un es tu 1antc
.· pude al fin salir de esta ciudad á las siete
No he querido pasar por dcsoortes con ) de la mañana.
el elegante autor de 1 U na antigüedad", el ~ Esta hora hora en que se levanta de su
mod~rno Ho~a~io, quien galant.em~nto me ~nacarado lecho el esplendoroso astro del
deJICó su ongmal articulo. Quiero yo tam- 1 dia, ea, segun la expresion do todos los poebicn
regalarlo con otro, y para llevar á ca· ¡ taa la hora del supremo amo1' y de los pla·
bo mi propósito he encabezado estas líneas } cer;s dt,lces y santo8.
con el pomposo título q?o lleva~. _ ~ Dirigíame por.la banda izquie~da. del1·io
De seguro que HoraCio frunc1~á. el cen.o ~ Medellin y háoia el sur de est~ etudad; h~cunndo
vea que su de~eo de avenguar antl- ~ bia caminado ya por el espac1o de med1a.
auallaa con solo el obJeto de que yo les ha- ~ hora quizá maa do una legua, porque m·a. ga biografías á los pers~najes que figuraron 1 tal el deseo de recibir impresz'ones que, ere·
en ellas, no queda sat1sfecho. Por ahora (yendo huian éstas de mí, trataba de acelc·
que permanezca así, si á. bien lo tiene, pues ~ rar el paso con la esperanza de que ellas
e~toy seguro de satisfacerlo mas tarde! Y ~ al fin vendrían á mi corazon.
para ese dia me reservo el derecho de JUS· ~ Yo seguia cabizbajo mi camino, esperan·
tificarme. i do con ansia la renlizacion de mi deseo; pe-
¡ Oh manes de Hor~cio! he hecho un pró- ~ro todo fué en vano, porque ni una sola imlogo
y necesito conc~u1r la o?ra; pre_stadme ¡ presion se mostró simpática conmigo.
vuestro númcn poético, vemd ea m1 ayuda ~ Lt~ verdura de los oampos, la brt'llat~te es·
si no quere}s que ~aga. yo el papel, el tri~te ) plemlz'dez del sol, el suave mu:rmtll~ ~e las
papel del celebro hterato de Larra, que htzo {fuentes, el dulce canto de los nul y rml vtstosos
el gran prólogo de una obra que nunca pen- i pájaros d8 la floresta y otra multitud de co·
só escribir. ~ sas que se presentaban á mi vista muy dig-
Hecha esta exclamacion de órden pase- (nas de admirar, me parecieron tan ~o':llunes
mos al asunto. ¡ que, léjos de impresionarme me fast1~1aban,
Todo hombre, feo 6 bonito, instruido 6 ¡ por haberlas visto tar.t!\s veces descritas en
ignorante necesita como una. condicion de \ mala prosa y en peores versos.
su naturaleza., gozar, J. Cua.ndQ ménos lo pensé mo hallé en el
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EL CONDOR.
lugar á donde me dir1gia; y á no ser una pe-;
ladura que en una pierna me babia hecho ~
la acion, yo no babia reoibido ninguna otra ~
clase de impresiones. ~
Llegado allí me lancé por las calles bus- ~
cando impresiones, y loco, sin poder enoon· ;
tra r las, pregunté en una especie de tienda '
comun:
-Mi señora ¿usted tiene ~'rnpresiones?
-SalcMchones? Si, señor, y muy buenos, l
respondió ella con sumo interes. ~
Aquí subió de punto mi desesperaoion ~
creyendo que aquella. mujer se burlaba de (
mí; y tomando mi caballo subí á él y diri- ~
gí mi rumbo háoia esta capital, gritando {
de aforado: "Impreaionea queridas, venid á )
mí, no os vayais". i
Una multitud de m 'l ·Jhachos que cnoon- ~
tré á. mi paso, se rió de mí y me silbó ~
á su aust.o y oontemplacion, y yo siem- i
pre gritando: "lmpreaione8, 1'mpr8at'one1, ve- f
nid á mí!, ~
Y o eguia mi camino y por mas de una ~
hora nada babia sucedido. !
Poco despues comenzó á caer una. fuerte t
lluvia sin que yo, que volaba á caza de im- ~
presiones, sintiese que me estaba mojando. ~
Seguí sin interrupcion, como el judío >
errante, hasta que en una caída que me dió ~
el caballo quebrósemc una mano, viniendo •,
á conocer entóuccs cuánto vale una. ~mpre- ~
8{on tan bien recibida como ésta. i
Llegué á casa, mandé buscar á un oiru· ~
jano y renegué de las impresiones siempre ¡·
que hayan de ser tan dolorosas.
DANIEL.
Medellin, julio 28. )
AL lB. BEOABDO C.&lm~VIAHO. ~
Yo, torcaz abandonada
En la mitad del desierto,
Y cnyo nido está yerto
Porque le desdeña el sol;
Yo que canto en la espesura.
Cubierta de Yerdes hojas,
De mi vida las congojas
Al moribundo arrebol;
He escuchado los lamentos
Dulces, tiernos, doloridos,
Y los profundos gem1dos
Lanzados en tu afliccion:
Y he llorado por tu suerte
Con verdadero quebranto,
Porque, vate, yo amo tanto
Las penas del corazon!
~ (
t
l
(
~
~
~
1
~
Desde mis primeros años
Conozco la desveutma,
Pues el cáliz de amargura
Desde muy niña pl'obé.
Pero todos los tormentos
Con su temible pujanza,
N o han logrado mi esperanza.
Arrebatar ni mi fe.
I1a fe y esperanza siempre
So tienen al desgraciado;
Son el vínculo sa.arado
Entre los hombres y Dios.
No reniegue del de tino,
}}sptlra y en Dios confía
): demáudale á MARÍA
Alivio vara lo8 dos.
Y miéntras tanto tu lira
Con us dulces vibraciones
Te dará nuevas canciones
Que hasta mi selva vendrá.n.
Canta de Rionegro altiva
De la fuente su rumort-s
Y la variedad de flore
Quo respeta el huracan.
Canta el azul de su cielo
Que cubre tanta belleza;
Canta la bri a travie a
Y d trinar d 1 rui eiior.
Canta la fe y la constan ia.
Y la virtud de tu awada;
Canta su ti~rna mirada.
Y lo santo de tu amor.
Alas nunca te dese pere!i
Ni de los hombras maldigas,
Que tras de zarzas y ortigas
Hay, de seguro, una flor.
Esa es la. ley inmutable
Que se le impu o á Natura.
Para. que toda criatura.
Tenga. placer y dolor.
No olvides á tu heroina
Que ha ln~hado como fuerte
Contra la bárbara suerte
Solo apoyada por Dios.
No la olvides y, te auguro
De tu mérito la palma;
Pero es neceilario calma
Y fe y esperanza, adios !
BL IIABl!liO.
(POB BASILISO Tm4DO) •
Vuela, vuela, y sin rumor
Corta las ondas, barquilla;
Que del mar en la alta orilla
Me espera mi dulce amor.
La estrella mP,rina.
Su faz argentina
Levanta ya,
Y un r. ncbo camino
Su rayo divino
'l'e enseñará.
EMILU .•
47
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
48 EL CONDOR.
Barca, vuela: tardar:in
Mas las aves pasajeras
Qu~ llegar yo á las riberas
Do me esperan con afan.
Tal vez tierno llanto,
Lágrimas de encanto
Derramará;
Y con sus cabellos
Sus p.'irpados bellos.
Eujugará.
Que ella llora de pesar
Viendo mi vuelta tardía
Cual sonríe de a]ecJl·fa
Viéndome al fin arribar.
El astro marino
El ancho camino
Me muestra ya;
Su faz luminosa
La faz de mi hetmosa
Nos mostrará.
Quiero mas en mi an iedad
Las tormentas que la calma t
Oh! la tormenta de mi alma
Qtúere mas la tempestad!
V u e la que su Hanto
Tal vez de qu branto
Derramará,
Y con us cabellos
Sus pnrpados b llos
Enjugará.
=- : :: ::::;:::;J:;::: ::=!
{ debia alumbrar el 20 de julio de 1870. La.
\ aurora tle este dia que debiera esparcir la
j animacion y la alegría, solo arroja una som¡
bra oscura, letal y fúnebre cual si acabara ! de ocultarse para siempre el rey de los as ..
~ tros y la luz.
~ Es que el doctor JuAN EsTfBAN ZAMA·
1 RRA ha dejado de existir; es que el sol do
~ la inteligencia se ha escondido y todos de\
hemos llorar!
~ No han querido los héroes que nos die¡
ron patria y libertad que el talento ma~
~ privilegiado, el faro xnas luminoso en la es·
~ cala de las inteligencias, el ciudadano que
) comprendía lo que era República y Líber¡
tad; que el doctor ZAMARRA, el gen~o, en
1 fin, habitara la tierra en que ni siquiera sa~
ben honrar sus nombres acatando su memo~
ría.
~ E os héroes en su gloria son modestos .
) N o quieren ellos que existan en la tierra.
1. muchos que comprendan sus hazañas y bcn ..
) digan sus virtudes.
1
~ Y por eso suplicaron al Dios de los hé)
roes colocara en su excelso trono en ese dit\o
\ glorioso, á un ardiente admirador do las
~ ,,irtudes cívicas, adorador de la República,
\ de la Democracia y de la Libertad.
(DUELO), ~ s· l . } . : 1 en e c1e o se nece 1ta del talento ver-
¿Habeis visto alguna vez ocultarse el sol ~ dadero; si los grandes genios se requieren
tras una hermosa. nube e lor de rosa, en esa. ~ en la mansion dichosa, sin duda que todof3
hora solemne y melancólica. que llama la. ~ esos titanes y h6roes de la inteligencia que
oracion? ~ la habitan, se habrán congratulado al reci-
, Habeis visto cuán oscura y triste es esa ( bir entre ellos al doctor ZAliARltA; su el:!so~
bra. que se extiende entónoes en la tie. ¡ píritu resplandecerá y sus consejos serán uq
rra? ~ f~ro más que lo~ alu~bre,
1
Y ¿no ha.beia notado cuánto mas lúgubre i
y sombrío es este espectáculo, cuanto mas ~
hermoso y resplandeciente es el sol que va ~ Que el mártir de las decepciones huma.
á ocultarse? · 1 ·1 · - b ( nas, e 1 ustre antwqueno que pro ara que
·-- _ El viento de la noche que ya ero-~ sí hay resignacion en el dolor, goce en 1~
pieza y el fúnebre aleteo de las aves noc- \ eterna mansion de la paz que promete el
turnas que salen de su nido i no os inspiran ! Altísimo á los que sobreponiéndose á las
á e!ta.. hora tristes emocione; que os hacen ~ borrascas de la vida, saben arribar al puer·
desear el día y bendecir el sol; emociones i to de la verdadera dicha, con el oorazon pu·
que os hacen sufrir, que os hacen llorar? ~::·~. ro y el honor salvo. .
B ...... '
Pues bien; hoy se ha ocultado el sol que f ·······"···--···---~~;~~·;;.;~-~~~-;~~:~~:-,~·-~·"·········
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El Cóndor: periódico literario - N. 6
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La Espada de Holofernes - N. 3
,
•
•
Pág. 17 •
LA ESPADA DE HOLOFERNES . •
[ Núm. 3.° ] , E Trim. l.0]
SantaJé de Bogotá 11 de Febr¡;ro de 1830 .
•
---ooo-~-
Heu! patior telis vulnera Jacta meis.
Ay de mí! que padezco herida con mis flechas.-0vIDIO.
Contillúa el Parágrafo 5.0 del núm. allterior.
, - 1
R qussealt. En los misterios que chocan con la razon,
su coutradiccion misma la ohliga á .entrar en sus ti.
mit~s. Ella tiene todas las penas imaginables, para sentir
que no existen. Por que aunque no se pueda ver una cosa
absurda, nada es tan cTaro como el absurdo. Todo hombre
que dijera que creía seo)ej.antes misterios,. engaña y
no sabe Jo que se dice.
Tales son los principios adornados con todas las gracias
de la poesía, con todas las riquezas del estilo, y que
no se pueden tener por sospechosos.
Pero, ¿ quien no ve quan victoriosos son contra los Deístas
? Todo pues" hasta el mismo Atéo, sirve con utilidad al
christianísmo. El nos enseña lo que nos importa saber, que
los Deístas no son mas que una tropa de charlatanes, que gritan
alta y continuamente ,·azo//., VErdad; pero que despues
de haber prometido la evidencia, ellos mismos se ven obligados
á exclamar con nosotros: i oh abismo! i oh profundidad!
Sus quiméricas promesas podian seducirnos: ma3 el
Atéo nos con"\'ence de que la verd ad estaba solamente en
los lábios dtl Deísta, no en su corazon: que conserva el
nombre y no la realidad. Así, el chri~tiano tranqu ilo combate
al Atéo con el Deísta, y al Deísta COll el Atéo. Hi ere
el eslabon la piedra, y salta la (·hispa; del mislllo modo,
del choque del Atéo y del Deísta se ve salir luciente la
verdad.
,
]8
Objeciol;~s
§. 6.°
desp¡'eciables, porque nacen de
y son nuLas para el Sabio.
z• gl1oral1Cz•a •
Cuantas cosas hay que á los ignorantes les parecen
grandes dificultade , y argumentos incontrastab!t!s contra la
Religion, y esto sucede por que la ignorancia. es la que los
propone á la ignorancia. Donde el vulgo ignorante vé una
gran dificultad, el Teologo profundo y el filósofo sensato ilustrados,
el uno por la fé, y el otro por la razon, no ven sino las
maravillas de Dios en el órden de la gracia, y en el de la
naturaleza.
Oigamos lo que dice el Canciller Bacon: "La pocafiloso/
ia puede hacer á un Ateo, y La //lucha conduce al conocimiento
de un Dios" Cuando se cree, con Epicuro, que el acaso
lo hace todo, y que el mundo se gobierna por si mismo con
la materia y el movimiento, no se puede creer que hay providencia;
pero luego que se supo bien que un hongo es obra
de una abiduria infinita, del mismo modo que el mundo entero,
los que piensan han adorado donde sus antecesores bla -
femaron. Los 6 icos han llegado {¡ ser los heroes de la Providencia:
y desde que se estudia y se conoce algo la naturaleza,
casi desconocida de lo antiguo, se vé que nada puede nacer
sin gérm en; y de consiguiente que hay una causa primera,
que es el principio de todos los seres. ¿ Qué recurso le
queda al . ?
j Cuanto errores han inundado el campo de la 610s06a,
que ulla ignorante malignidad, ha querido transmitir al del
Evangclio ! Uno han querido contar las estre lIas, otros moyer
los cielos, quienes poner inmoble el 01, quienes la tierra:
para uno la materia es di 'isible l asta lo infinito, para otros
indivi ible. El de partido ha sembrado no solo la
di cord ia, sino que ha producido tambien el espíritu del error:
él ha atribuido {, la lnquisicion ex esos de horror, que no há
cometido. Se halla en mucho libros, que Constantino Por.ce,
contesor de Carlos V. fué acusado al santo oficio ante Felipe lI,
por haber dic tado el testam nto del Emperador su Padre.
Todo esto es falso . Eslo tambien lo atribuido á. Felipe III
•
•
,
19
con motivo de haber asistido á un auto de Fé. Estas y
otras muchas falsedades, se cuentan solamente en libros sin
reputacion, 'y en aquellas falsas memorias impresas en Holanda
bajo tantos nombres falsos. ( Ensayos, tomo 4.°) .
Pero aun cuando la lnquisicion haya cometido excesos
¿ la Religion los há aprobado? ¿ Qué parte há tenido
tampoco en las desavenencias sobre lo acaecido con el Obispo
de Saltsburgo sobre la existencia de los Antipodas, y
sobre otras muchas cuestiones de este jaez? Acriminar sobre
estos puntos á la Religion, es confundir hechos en que
ella no ha tenido parte, porque ni las decisiones particulares
de algun Papa, que 6 por prudencia, 6 poco advertido
haya dictado, son dogmas de la Religion, como parece
quiere suponer el autor del sistema de la Naturaleza •
A pesar de todo, la juventud insensata se sonríe desdeñosamente,
des pues de proponer tales dificultades, é insulta
lo que ella llama necia credulidad de las gentes de
Iglesia. Objeciones de esta fuerza, no hacen triunfar sino
á la ignorancia 6 á la incuria. ,. Son suaves estas dos almohadas,
dice Montaigne: si se echa en ellas la cabeza, es
seguro el dormirse, y aun soñar toda la vida."
Seríamos interminables, si tratáramos de aclarar infinitos
hechos desfigurados ya por la ignorancia, ya por la
malignidad de nuestros enemigos. No podemos omitir el
hablar sobre la poblacion de la América por los habitantes
de la Asia. ¿ No separa estos dos contillentes un espacio de
ochocientas leguas? ¿ Se podia navegar atravesando el Oceano
en pequeñas canoas? ¿ Podrian unos salvajes hacer una
navegacion tan larga y peligrosa? Esta objecion tan repetida
se halla especialmente en las btvestigaciollesjilosijicas sobre los
Ame/·icanos. El célebre marino, el mas famoso navegante,
des pues de Cristoval Col6n, el Capitan Cook, en sus viajes
ordenados por el Rey de Inglaterra, determin6 esta distancia
de la Asia á la América, y resol vi6 esta duda de
una manera sin réplica. Rectific6 el engaño de los que discuten
sobre el Asia y la América, pero desde Sus gabinetes.
Es constante, segun su relacion, que los dos continentes
solo distan á lo mas trece leguas. Hay harta distancia de
trece á ochocientas, y no puede justificarse este error de cál-
20
cu 10. Aun este corto espacio de trece leguas está lleno de
islas intermedias. Hay mas: las innumerables poblaciones
ael Occano Pacifico hablan los idiomas de una misma
lengua, lo que tambien prueba el mismo origen . He aquí
r.educido á. menudo polvo el argumento de los que han
pretendido hacer creer á los menos advertidos, que Moisés se
habia engañado cuando pone por Padre de todo el género hu mano
á Adan. ¿ No es tambien una extravagancia ridicu la
y afectada q Ilerer tiznar la verdad de la Reli gion, por
que el , Obispo de Maguncia haya declarado por herege á
Virgilio, ántes de que f,llese Obispo de Saltsburgo, por que
enseñaba que habia Antípodas? Solo una ignorancia crasa,
t anto de los bechos históricos, como de la Religion, puede
acriminarla de este modo. Esta declaratol'ia no se versaba
sobre si habia 6 no antípodas; sino inferirse de aquí que
estos no serían en tal caso descendientes de Adan . Asi es que
el autor del sistema de la IITatul'ale::.a escribiria con mas verdad,
si no tuviel'a tanta malignidad.
¿ y qué dirémos del enmascarado Milord Bolinbrock? el)
En su E.ráme/l importante, dice que Jeremías babia ayudado
á Esdras en la composicion del Pentateuco, siendo así, que
J eremias habia muerto cerca de mil y trecientos años <Íntes
de la llegada de Jos Reyes á J e l'll~a lén; y el Pentateuco, como
lo saben hasta lo niño de escuela, no es obra de Edra, sino
de Moysés. La exactitud de Milor.d Bolimbrock en sus
AnacronIsmos es muy parecida á la del autor de la historia
C'r!'ica .lfe J esltchristo, pues tráta de Prote tante á lIelvidio
que xisti6 en los primel'os siglos de la Igle ia, siendo
así que los Prote' tantes tuvieron su principio en la luju ria
de Enriq ue Octavo, Rey de Inglaterra, y en la soberbia
eJe Lutero, Frayle Ap6 tata en Alemánia, ~en el siglo 16.
El autor del Christianíslllo sin velo, escribe que se puede
oponer á los milagros de Moyse , y á los de N. S. Jesuchri
to, los que hizo Mahoma delante de toda la Meca
junta: y segun el Alcorán, y por confesion del mismo 1\1a-
( 1) Mr, Voltairc ha escrito vDri •• cosas bajo el nombre de Milord Bolinbrock,
~e ha enma.carado para poder RlIIS libre 6 iopunemeute decir meutiras
COI1\t& la Rcligion.
,
•
2'1
homa, este nuevo legislador no hizo mil agros. Por un descuido,
harto singular, MI'. Voltaite transform6 un hombre
en un libro. Zoroast,·o, dice él, en sus escritos conservados por
Sudder; siendo así que Sadder es el mismo título de la
obra, y el autor de Sadder es conocido bajo el nombre de
Melischah. El Mago ni aun pretendi6 conservar los escritos
de Zoroastro, sino hacer un compendio. Yo apostaria á
que MI'. Voltaire no ha leido el Sadder.
~. 7.°
Los aóusos y e.vecesos cometidos óajo la capa de Religiol1,
nada argll!Jfll contra ella.
Cuando el Leon vi6 la pintura de otro Leon vencido
por un hombre, como cuenta la Fábula, dijo: que
bien se conoce que entre los leones no hay pintores. Nosotros
exijímos no como gracia, sino como justicia que se
nos debe, que no se forme juicio de la Religion por la
pintura infiel, que nuestros enemigos se complacen en ha-
cer, los cuales la pintan con rasgos diferentes de los que
la convienen. Ella es santa, razonable, justa, acomodada
á las necesIdades, é intereses del hombre, es dulce, caritativa,
y consoladora: no confundamos pues, los Ap6stoles
con los hereges, no sus augustos misterios, y sagradas
-ceremonias cou las ridiculas supersticionps, no el zelo ardiente
con el fan asolador: observémos su fiel retrato
en el Evangelio, y en las decisiones de la Igl es ia de
todos los siglos desde el Concilio de J erusalen ha ta el ele
Trento. Es perfecta su uniformidad en la enseñanza, y e
ve reinar en elJa el mismo espíritu de paz, de moeleracion
y de caridad. ¿ Es este el retrato que hacen de- elJa
sus enemigos?
"Estos, dice RO/lsseou en el Emilio, burlándose los
unos de los otros, t6elo lo quieren reducir á su pal adar,
no pudiendo nada, feroces, afirmativos, dogmáticos, no presentan
mas que los ininteligibles ~istémas, que ellos han
criado en su imaginacion. ¿ C6mo su moral podria ser á
U11 mismo tiempo sana, y filosófica? Con sus desoladoras
doctrinas, los filósofos aniquilan, destruyen, y hollan con
•
•
•
22
sus pies todo lo que los hombres respetan; ellos quitan á
los afligidos la última consolacion de su miseria, á los poderosos
opulentos el solo freno de sus pasiones; ellos arrancan
del fondo de los corazones los remordimientos del
crimen, la esperanza de la virtud; y sin embargo se alaban
de ser los benefactores del género humano. "
N ada parece que habia que añadir á las expresioJ
Des de este Corifeo de la impiedad, y cualquiera que haga
un paralelo entre los males que ha causado la feroz filosofia
de nuestro siglo, y los que falsa 6 equivocadamente
se atribuyen á la Religion, conocerá hasta la evidencia la
diferencia enorme que hay entre ellos.
" Yo abro los anales de la Iglesia, decia un célebre
eSe/·jtor el! la Francia, desde su orígen hasta nuestros dias.
j Cielo ! cual es mi sorpresa! Infieles pintores, vosotros'
me habeis engañado! Veo que la sangre de los christanos
es la que no se ha de derramar: á ellos es á quienes
no se ha dejado de atormentar. ¿ Y qué oponen á
la persecuciones? La mansedumbre del Cordero. ¿ Las maDOS
de los Ap6 toles vencedores del mundo están armada
de espadas, 6 e hallan penetradas por ellas? Lejos de estender
su Imperio 6 de triunfar por la violencia, $olamente
se valen de los consejos y de la persuasion. Los primeros
discipulos de Ap6stoles, se vengaron de sus enemigo
deseandoles la bienaventuranza y proporcionándo ela.
Nada hay mas sufrido, ni mas dulce que los mártires. ¿ Se
quejaron jama, le dieron en cara alguna vez sus enemicon
la rebelion? ¿ Se hall6 un solo christiano entre
tanta sediciones, entre tantas guerras civile, entre tantas
conjuracione como hubo en el espacio de tres siglos? No,
no se verá uno que haya sido c6mplice en las conspiracione
formadas contra tantos emperadores, que ca i todos
ensangrentaron su trono. Siempre persegu' jamas perseguidore
, se mo traron lo ma sumi o de lo hombres."
y yo digo que cerrarla de buena gana los anal e de la historia
por no leer en ello los sangrientos horrare , y lo males
incalculables que han causado lo enemigo del chri tianísmo
en todo el mundo. Dejando aparte los que cau aron lo Emperadores
Romanos en los tres primeros siglos de la Iglesia, y
•
•
,
23
oe que triunfaron tan gloriosamente mas de trece millones de
Mártires; ¿ quien puede oir, sin llenarse de herrar los estrágas
de los hereges Arrianos, la .supersticiosa crueld ad de
los Jacobitas, la execrable tirania del ).\1ahometísmo, las
impías persecuciones de los Iconoclastas, los furores de los
Calvinistas, las crueles liviandades de Henrique VIII, Rey
de 1 ngl.aterra, los estrágos, crueldades, tiran ías, impiedades,
abominaciones y ,todo género de maldades de los libertinos
Jacobinos en Francia, España, Italia, y casi en el
mundo entero?
.¿ Y qué respondeJ:l á esto los enemigos de la Cruz
de Christo? Qué? Nos recuerdan millares de Americános
as.esinados con el , pretexto de que no querian hacerse
christianos: nos dicen que al frente de un exército
.con.tra los Val.denses, se vieron r.eligiosos animandu 'á
cometer homicidios, y prometiendo indulgencias por ellos:
DOS traen á la memoria los estr{lgos de los españoles en
la conquísta del nuevo mundo, paliados con el sagrado velo
de la Religion; excesos reprobados aun por el mismo Monarca
que los .enviaba, N os ponen á la vista los crímenes
de algunos Papas, que deberia ocultar el respeto filial:
Ya nos hablan de las guerras llamadas de Religion, nacidas
en las C.6rtes, y nutridas por los intereses de Jos
Grandes: ya nos hacen ver las espadas ensangrer¡tadas
.en la horrible matanza de San Bartolomé, en la que
no tuvo parte el Clero, Y responder así, es responder de
buena fé? ¿ Acaso la Religion es la que ha puesto la
espada en las .manos de Conquistadores ambiciosos, de Prin,
cipes feroces, y de religiosos fanaticos? Y qué, ¿ habrémos
de creer cuanto nos dicen sobre estos puntos, escritores
apasio,nado.s, faltos de crítica, que imputan muchas veces
los hechos de los tribunales legos á lo,s Eclesiasticos, y que
lo desfiguran todo, por acrimin'arlo todo ? I
¿ Y 110 es una malignidad conocida la que exajera
los abusos inevitables en un gobierno ejercido por hombres?
Mr, Voltaire lo confiesa,
•
Sé que en la Iglesia abusos han reynado,
El Fleury con franqueza lo ha nQtado,
,
24
Cargar la mano en ellos yo he podid",
¿ Pero que autor en esto es comedido? J
Suponer todos Jos abusos en el par~ido que se ataca,
y no suponer ninguno en el suyo, es un sofisma bien torpe,
grosero y ordinario, de que debe guardarse todo hombre
sensato.
Se puede decir de todas estas acriminaciones y de
las guerras de religíon, lo que dice Rousseau de las de Francia.
"Examinad todas estas guerras, llamarlas gue/Tos de
religion, y hallaréis que no hay nada q~ e no haya tenido
su orígen en la C6rte, y en las intrigas de los Grand es.
Las intrígas de gabinete suscitábati las discordias; y despues
los gefes amotinaban los Pueblos á nombre de Dios" (Nono/
arto Re/igioll. )
El espíritu del Evangelio es espíritu de paz, voces.
de paz fueron las que resonaron en el. nacimiento de su
Autor, la paz fllé el legado que dejó en herencia á los
suyos, mi paz os dijo, la paz fué su carácter, y siendo Maestro
de todas las virtudes, quiso serlo especialmente de la..
humildad y de la mansedumbre. ¿ Y se podrán gloriar de tan
dulce y suave privilegio las falsas religiones que no se
vieron coronadas en su nacimiento con Ja verde oliva de
la paz, sino ensangrentadas con las espinas del furor y de
la rabia? La paz es la felicidad de esta vida y de la otra.
Así Jo observa Montesquieu: "Mientras que los Prlllcipes
Mahometanos, dice, dan sin cesar la muerte ó la reciben, la Religion entre los christianos hace los Principes menos
tímidos, y por consigui ente menos crueles. El Príncipe cuenta
con sus vasallos, y los vasallos con su Príncipe. i Cosa admirable!
El christianlsmo, que al parecer no tiene otro
objeto que la felicidad de la otra vida, nos hace tambien
dichosos en esta. " ( CO/lti/luará. )
---0---
CON LA LICENCIA NECESARIA.
• ¡"'pr, de B,.ullo Espinosa, por JOjé ,Ayarza.
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La Espada de Holofernes - N. 3
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Psicoanálisis vincular online
¿Qué es Psicoanálisis Vincular? El libro responde esta pregunta, con conceptos fundamentales: Fuerza Vinculante, Hacer en el Entre, Lógicas del Uno y del Dos, en los aportes de Janine Puget (co-creadora de esta perspectiva con Isidoro Berenstein), de Sonia Kleiman y de la autora. Ella plantea las "otras lógicas" para pensar lo vincular, desde una postura trans-disciplinar, "entre la palabra y la imagen", con el lenguaje de la expresión artística: poesía, ópera, cine, teatro. Introduce, además, la clínica desde lo Vincular e ilustra con viñetas. Plantea el Psicoanálisis Vincular Online, como "Otra Escena" en el Ciberespacio; un dispositivo, con características paradojales y rizomáticas, en tanto resultante de un entramado de variables, en una lógica de redes.
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El ave nos guarda en su canto
Hay libros que se abren como una bitácora de viaje, textos escritos desde esa especie de autoexilio que es la poesía. El ave nos guarda en su canto es un mapa inmenso adonde se dibujan las vías, las rutas en el aire, los recovecos de las decisiones que se van tomando en pleno vuelo. Es un libro que marca un punto en la ciudad donde se nace, un punto en la ciudad en la que se decide vivir y un tercero en la ciudad a la que se quiere regresar. Hay una línea recta indicando la distancia más corta entre esos puntos. El trazo preciso que une esas tres ciudades es la línea invisible de la trayectoria, del desplazamiento y también de la nostalgia. La geometría demarca las fronteras de la pérdida, de lo que se deja atrás para siempre. Hay una niña que para alejarse del frío emigra, como lo hacen los pájaros, pero en este caso es hacia la palabra escrita, porque sabe que, si no canta eso que siente en el pecho, eso que no tiene nombre, se le va a pudrir por dentro. Sabe que si quiere cantarlo...
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The great Will = El gran legado
Galardonado con el I Premio de Ensayo Hispánico Klaus D. Vervuert, este estudio se aproxima a las apropiaciones latinoamericanas y caribeñas de La tempestad de William Shakespeare atendiendo al problema de la autorización literaria. Se concentra para ello en un recorrido por diversos géneros (crónica, ensayo, poesía, teatro, novela), autores (Paul Groussac, Rubén Darío, José Enrique Rodó, George Lamming, Aimé Césaire, Roberto Fernández Retamar, Iván de la Nuez, Hugo Achugar, Leopoldo Brizuela) y lenguas (español, francés, inglés), que privilegia tres momentos clave: el Modernismo en el Río de La Plata; la Revolución Cubana y los movimientos de descolonización en el Caribe; y los 'posnacionalismos' (la diáspora cubana) y la posdictadura de los años 90 en el Cono Sur.
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Juicios sumarios
La obra crítica de Rosario Castellanos es una de las más rigurosas en el panorama literario de México. Lectora voraz, Castellanos sabía comprender géneros o estilos lejanos, incluso opuestos al suyo, y su visión abarcaba tanto lo literario como lo social y lo político. Leía a los jóvenes, a los clásicos, a sus contemporáneos con el mismo rigor y entusiasmo. Crítica implacable, era también generosa. Los ensayos de Juicios sumarios demuestran que entendía el vigor de Gazapo, de Gustavo Sáinz, pero no le perdonaba las imperfecciones y los excesos. Con esa misma simpatía veía las primeras, excelentes novelas de Sergio Galindo; el cariño que le profesaba a Dolores Castro no le quitaba minuciosidad a la lectura de su poesía. Consumía lo mismo la obra de Reyes que la del entonces debutante Juan García Ponce.
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Ovum
Poesía medicinal para nenas con poderes y chicos curiosos. De la dependencia y la identidad incompleta al nacimiento del sol propio, Ovum lleva al lector en una travesía mística, útil y sincera que comienza en la idealización y las mieles del enamoramiento para luego transformarse en un clímax oscuro, misterioso -y a veces divertido- conectando de forma maravillosa con los estados usuales de las rupturas más difíciles. La exploración de la magia del entorno y el rescate de las medicinas ancestrales hacen posible la llegada al destino: el autodescubrimiento y la revelación espiritual visionaria. Empoderador, sencillo y sobre todo surrealista, Ovum está basado paradójicamente en hechos y experiencias reales.
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Ovum
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Tantos días felices
Guido y Vincent son amigos desde niños, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten sueños: Guido quiere escribir poesía y a Vincent le gustaría ganar el Premio Nobel de Física. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendrán una relación fácil. Vincent, más abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misántropa terrible, estaría dispuesto a darlo todo por salir con ella.A través de las relaciones de estos personajes, de sus cortejos, celos, rupturas y reconciliaciones en el Nueva York de finales de los setenta, Tantos días felices retrata a cuatro personas inteligentes y bienintencionadas que no pueden dejar de creer en el amor.
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Un rosa carne
Apreciación de: Juan José Rodinás "Cristobal Zapata escribe como siguiendo la línea de la belleza. Como un copista medieval cuyo texto original fuera el mundo de los sentidos, su poesía busca mediar entre la experiencia sublime y un registro narrativo donde la luz (mística, física o metafórica) formula conjuros sobre lo cotidiano, lo íntimo, lo secreto. Un rosa carne es la ampliación de un campo de batalla espiritual, que también es un campo de pluma y estilo. La inteligencia expresiva de este libro siempre se desborda ligeramente de su copa verbal, rompiendo la tensión superficial del lenguaje, provocador, vibrante. Zapata no grita, ni susurra: canta, como un río de montaña, como los ríos que atraviesan los páramos, leyendo de experiencia vital en postales rigurosas, espléndidas".
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Un rosa carne
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