Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Cargando contenido
¿Qué estás buscando?
  • Escribe palabras clave como el título de un contenido, un autor o un tema que te interese.

  • Búsqueda avanzada

Seleccionar

Contenidos y Experiencias Digitales

Filtrar

Formatos de Contenido
Tipo de colección
Género
Idioma
Derechos de uso

Selecciona contenidos según las condiciones legales para su uso y distribución.

Estás filtrando por

Cargando contenido

Se encontraron 5024 resultados en recursos

Con la frase Poesía.

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  La ausencia de los mundos asimétricos

La ausencia de los mundos asimétricos

Por: Ruth Gutiérrez Álvarez | Fecha: 2022

La ausencia de los mundos asimétricos se presenta como un diario. Un diario de poesía descarnada que se adentra en las heridas de la vida, a veces incurables, y en la incomprensión por un mundo que duele y defrauda. Un diario en cuyas páginas se vierte la forma íntima y singular de la voz protagonista de pensar el amor, la pérdida y la muerte. Un diario que es retrato, que es radiografía de una joven que toma conciencia de sí misma y al mismo tiempo de una sociedad que se ahoga en su propia violencia, lo que lo convierte en una indagación compleja y profunda sobre los lazos entre el entorno y el individuo, el conflicto entre el deseo y la razón, y las tensiones entre la sacralización de la realidad y del ser y su intento de desmitificación. Un diario donde la integridad de la mujer, así como los excesos que amenazan con destruirla, se sitúan en el epicentro de su escritura.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Crítica

Compartir este contenido

La ausencia de los mundos asimétricos

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  El Cóndor: periódico literario - N. 6

El Cóndor: periódico literario - N. 6

Por: | Fecha: 31/07/1870

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SERIE I. ESTADO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 6.' ;::t::~ ::=:::: :::::::::::::::::::::-=~ :: :: ::::::::;: ; :::::= ::::: =::::::=:::::::-=:::::::::: ::: ==-= -= ::::: ;;;;::; :::: =:=A:: =:::=:::;::: '=" EL CONDOR. MEDELLIN, 31 DE JULIO DE 1870. LA DUJtKB T4LAI LE1'•.&.B. ;. pre nueva, vibrante, conmovedora, hasta. que La mujer, por la delicadeza de su cons- ~llega á ser De Stacl, Espinosa, Avellaneda. tituoion física, por sus altísimas dotes mo- l Hay una poesía elevada que convence en ralea, por la superabundancia del sentimien- { vez do conmover; que reviste con una au­to, ese eterno inspirador del almo. humana, ( rcola deslumbradora los hombres y los he­puede recoger coronas en el campo de las i chos pasa~os; que de~pie;ta la indiguacion, letras. ) el desprecio óla admn·ao1on por los perso· Desdo Safo, la inspirada cantora del pa- { najes que describe. ganismo, hasta Teresa de J esus, la poetisa~ Hay otra poesía que pinta la naturaleza JnÍStica del cristianismo; desde la poesía ~ COn los bellos colores de un campo verde, mundana, del amor terreno que solo a13pira ~ el cielo poblado do estr ellas, la luna con u á una recompensa en la. vida, hasta la poesía } melancólica belleza, 6 el sol armado con los hija del amor purí imo de Dios, que sa ele- ~ eternos ardores de su luz. va sobre las miserias del mundo hasta lle- { Y hay otra que hace nacer en el alma el gar en sus éxtasis al trono del objeto ama- 1 sentimiento del amor, que despierta con su do y en intensidad hasta mas allá de la ! entonacion tantas fibras que estaban en re­tumba; todos los cantos femeninos, desde ~ poso~ que canta la pasion con sus temores y el que se eleva al borde de la. cuna del niño~ sus esperanzas, sus recuerdos perfumados y hasta el que tiene sus aplausos en los liceos ~ sus santas alegrías. y en las academias, guardan un perfume á i Pero ninguna do éstas iguala á la poesía que no pueden aspirar loa mas delicados ! de una mujer: es que tiene unos giros ta. n poetas. ! dulces , tan extraños, tan sentimentales, tan Es que el senti~iento que anima. el alma :: delicados, que el hombre nunca llegará á. de la. mujer y que mueve las cuerdas de su ~ igualarlos. lira es innato en ella. ~ La mujer en sí misma es una fuente de En van.? tratará. de igualarle el hombre: ~ poesía.: p~r el~a cantaron los mas grandes la razon fr1a. se elevará, del fondo de B\1 en- ¡ poetas, é msptrados por ella lograron q'q.ó tusiasmo y secar~ su inspiracion audaz. \ su nombre se salvara del naufragio del ol- Sus cantos, aun los mas ardientes, aun los \ vid o que acompaña todas las obras humanas. que sean el fruto de la. inspiracion que mas { * se eleva, tienen un sello especial: el sello ~ * * d~ la razon que refrena. y q ~e tra~a. de me- ~ N ?estra literatura ha t~nido mas fJ.Ue la dulo todo con su exactitud mgémta.. : de mngun otro país amencano poeti sas de . La poesía. femenina es mas libre en sus ~ gran mérito. ' giros, mas dul?e, mas senti~1ental. ( En las antiplanicies andinas por donde Desde el gnto .~e alegna que lanz~ la¡ corre perezoso el Funza, acariciando con sn madre. al ~er ~1 htJO de su amor, va sub10n- ~ suave murmullo la sabana de Bogotá, pul ­do en mspuac10n hasta entonar esa poesía ~ só un dia. su lira una mujer. El amor la sin igual que se encierra en el canto de la~ amistad, todos los afectos del alma. que cdns· cuna. . . . ~ tituyen la mas bella corona de la mujer, Y va sub1endo cou una entonnc10n s1em· ; encontraron en su laud gra.tísimos acentos , Digitalizado ¡>orla Biblioteca Luis Án el Aran o del Banco de la Re[.!ública Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 42 EL CONDOR .. Mas tarde, quizá. los desengaños del m un· ~ SEÑORES REDACTORES DE "EL CONDOR ". do hicieron callar esa suave melodía, que ( A dios. La ausencia ni la distancia serán despues volvia á tomar nuevo aliento para ~nunca un inconveniente para. que yo deje elevarse á. la contemplacion religiosa. Los } de sentir siempre y con el mismo poder, el santos éxtasis de su alma están pintados en ~ noble afecto que ustedes me han proporcio­fiUS últimos cantos, llenos de uncion, de ~nado la fortuna de inspirarme. Medellin belleza y de .fe. ' . . ~ cou todo su egoísmo, con toda su insociabi- En ese mtsmo suelo hay otras htJas pre- ~ lidad con todo su entrenamiento del poder dilectas de la inapiracion; al empezar el ca- ~ mon~tario, ha sido para mi una sociedad mino de la vid~, llenas de confianza e~ el ~ accesible, hospitalaria y benévola. Sien.to porvenir, sonriendo ante lo desconomdo, ~ dejarla; pero ustedes, como los demas dts­puesta la mano pura sobre su corazon, ento- i tinguidos caballeros que se han dignado nan esa grata poesía del alma que conmue- ~ honrarme con su amistad, deben estar se­ve y arranca simpatías. t guros de que uo es estéril el campo en que Llega otra edad de la vida e que la· f han sembrado. poetisa que soñó felicidad; halla en su ca- ~ JoB G. Tu ANA. mino espinas. Eutónces enluta su lira óla) C l .é l t 'b M d Ir 22 de suspende, como los poetas d~ S ion en ~erra- ~ O?- r P1 en e es rl o - e e m, extraña, del sauce melanoóboo que s1mbo- t JU 10• liza los recuerdos. ~ .. . ~ * * ~ En este montañoso y bello pa1e, en don· ! de las mujeres tienen la purez de costum· { brea y la belleza de las hebreas, en donde i el hogar es una fuente de poesía y la vid } domé tica un idilio; en donde los paisajes ~ animados convidan la contemplacion de ~ lo grande, de lo bello; en donde el .. spíri- ( tu adivina mas allá de los horizontes que ~ rodean la comarca, un mundo lleno de ma· ~ ravillaa; la inspiracion .fecunda y la ent?· i Dacion de nuestras poetlBas debe tener ah- ~ mento, y dar por resultado mas ~ellos ~ias ~ á nuestra literatura, y á la patr1a altís1mo ~ renombre. ( Excitamos, pues, á nuestras paisanas pa- ¡ ra que dejando la timidez propia de su ~ , sexo, se consagren al cultivo de la~ bellas ~ letras, que tan inocente solaz nos propor- ~ . ~ Clonan. \ Ayer no más saludábamos con ardor un t nuevo astro que iluminó nuestra literatura ) y que representó dignamente á la juventud ~ femenina por su imaginacion lozana y por ~ la dulzura de sus versos. ~ Hoy ha callado : no quiera el cielo que ¡ la felicidad de su hogar haya sido oscure- ~ cida por la desgracia. ¡ Y á su alrededor en preciosísimo coro, ~ formarán todas las hijas de la inspiracion, ~ con la lira en 1& mano entona.ndG el himno ~ de la vida. ~ Ay 1 cuántas veces, mi adorada amiga, Viéndote alegr me enU feliz ! Y cuántaa veces sorpr ndf la di ha obre tus frescos labios de carmiu ! Y ¡cuántas veces ólo y á tu lado Con estar á tu )au n fuf feliz, Olvidando los negro desengaños Que entre sus pliegues guarda el porvenir ! Y ¡cuántas veces al decirme tierna. Que solo con mi amor eras feliz, Dejaba, loco, que mi mente inquieta. Construyera palacios para tí ! Todo pasó 1 Los tintes sonrosados Que bañaron tus labios de cannin, Por oscuros matices los cambiaron Las penas, el dolor, el frenesí! Todo pasó 1 Recuerdo que á tu lado, A tu lado, mujer, yo fuf feliz .... Hoy te vnP1vo á mirar .... pero temblando De verte tanto y sin cesar sufrir t Los palacios de mármoles y rosa Que mi mente forjara para ti, . Huyeron, ay! cual fugitivas sombras Al empuje fatal del pol'venir. Y sin embargo te amo, te amo tanto­Que por verte tranquila. sonreír Sacrificara lleno de entusiasmo Mi orgullo de hombre, mi ambici~ sin fin. Tú no tienes la culpa, tú me amabas Oual aman todos en la edad feliz; Con todo el fuego de la ardiente llama Que alimenta de amor el frenesf. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la ReP-ública, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR. 43 Ma.. por pasiones mezquinas y bastardas ::ambiciones, el rostro cubierto con la careta ~ do hipocresía que ta.nto abundn. en la ma·· \ yor parte de los paises hispano· americanos. (¿Qué mucho, pues, que yo añada una pági· ~na un tanto adulterada á ese gran catálogo ~ q~e atkrna la historia de nuestros pueblos ~ con enormísimas calumnias? ¿Qué mucho \ que yo deje caer una sola gota do amargu· ~h:Ron EDITOR DE "BL ooNDOR ". \ ra. en ese océano de hiel que han formado Aquí me tiene usted pluma en mano ~ mis predecesores? algunos pliegos de pap~l provocativos y 1~ ~ Decir verdad es ?OS& muy sencilla; pero inteligencia en ristre recorriendo con la ima.- ~ es empresa mas arriesgada que la d~ pre­ginacion hombres y cosas, tiempos y países, { tender atravesar el ca~al de Suez tebie~do costumbres y doctrinas, cielo é infierno, y ~ por puente un mezqutoo cordon de htlo. todo hasta. mi propio corazon buscando al- Por esto y por otras razones que guardan go o~n qué llenar una columo~ de su pe rió· ~ mucho d~ verdad, debemos escribir todo lo dico¡ mas todo es inó.til, porque cuanto veo ~que no stend.o ver~ader~, venga á. posarse es árido, sin brillo, ajado: mi cerebro está. ~ en nuestras mhosp1tala.nas en~endcderas. n1as seco que los arenales de un desierto. : De vez en cuando suele sahrse de nues· rui cabeza mas estéril que esas señoras d¿ ~ tros.labios ó desprenderse de nuestra. plu­quienes la hi toria nos habla que, por un ~ IJ?a moportuname~te alguu concepto que milagro, han concebido en )a vejez. ( t1ell:e vtsos de reahdad; mas ent6nces 1 oh D ·o~~o h · · d d . ~ vamdad humana! entónces hay, como ha su-l~ s ana. stn u a una gran proeza 81 t d' d f · · · · d. 'b' 1 b 6 ""t'l 6 · : ce 1do ya, esa los, tralcLonos, apreCiaclo-yo pu J.era esor1 tr a go ueno "' 1 Sl 1 • d b'd d ·¡ b d 1.. 11 · · t t ' 'd d l nes m e 1 as y sobre to o mt ocas que me ayu ara~ enar stqUlera es a e ern1 a ~ Id' 'l 1 1 d lí 1 d : m a tcen y mi manos que se a zan á a. vez e neas que para. os que no po emos es- e b · 1 b' · · d d · 'b' t' ' h · d 1 ( para cu rtr esos a 1os sm p1e a y sm pu· cr1 Ir, 1ene una OJa e pape . ~ dor . . Una idea .P~~pia? señor Editor, en este ~ Sin embargo, podemos decir algo que t1empo de owzüsa~tO~t y de cttltu:a es tan r~- l perteneciendo á, regiones que están coloca· a-a, es un a.oonteciml~nto tan mverosímtl, ~ das en una atmósfera mas elevada que las como sou raros los dta.mantes en la mano 1 ridículas cuestiones sociales de estos nues­de u~ ~ordiosero, como son. inverosímiles ~ troa tietnpos, toquen el sentimiento birlen­los VIaJeS de Dumas nl Onente. Mas ya 1 do dulcemente el corazon, embelleciendo que no se :neuentr~n hechos notables en ~ sas ilusiones 6 embotando un tanto los pro­nuestra sociedad, dtvaguemos, que para. es- \ fundos dolores que suelen atormentarlo y ~o si se encuentra voluntariosa mi mal ta- ~ algunas veces dando á las esperanzas algun Jada pluma. \ t:Jte vago ó aspecto de realidad encanta- He recorrido ansioso todas las páginas \ dora. de todos los periódicos que se publican en { U na noche en Medellin en nada se pare­N u e va Granada (hoy Estados Unida8 de } ce á. otra en Paria, como una mañana. de Colombia) y con poquísimas excepciones, l nu~tros climas intertropicales se asemeja están plagados de palabras que han servido :: poco á otra d~ los hielos polares; y sin em­para expresar la misma idea en mayor nú· ~ ba.rgo, hay ocasiones en que se puede ser mero de veces que cabellos hay en mi ca- j tan feliz en Medellin como en Paris. Y o he beza y pesares en mi corazon. Todos mi en- ', tenido instantes en que mi alma se ha sw· ~n! Pero el humano linaje á todo se habi· ~ tido trasportada en locomotivas tan agta .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Án el Arango del Banco de la Re ública Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR. dables como la escala de J acob, no al cielo 1 narracion me tomo la libertad de hacer con• porque eso seria ambicionar muy alto, sino i tando con su consentimiento. tí las calles de V ene~ia, bajo es~ cielo tan ~ Era, pues, mi amigo Ricardo uno de esos perfumado Y ~u yo VIento sopla siemprc.tra- ) estudiantes que han tenido y tienen tantos yc'n~o á l~s 01dos el eco dehcado de leJan.a ¡ imitadores, cuya primera aparicion en el voz mfant1l que canta sus amores á las on- ¡ colegio empezó por hacerse indiferente en llas de la mar. Una de esas n?ches fué la~ asuntos religiosos para deducir luego como del sábado en que atravesaba sm rumbo de- i consecuencia necesaria como un axioma in• terminado las call~s de esta bella, pero na- ~ co~testable,. que era u¿ genio nacido en la da mas que bella cmdad, '! hub~ de ~e ten e~- , m1tad del stglo XIX par& luchar y burlar­me frente a. la :ntrada de unll1gles1a urm- ~ se, cual otro Voltaire americano, de los nada por los anos Y e~t~rcolad~ por las pal~- ~ principios y dogtnns del Catolicismo. Du­mas que han constru1do su m do . en.los m· l rante loa primeros meses de su permanen­chos de los altares Y de cuyo edtfic10 qu.e- ~ cia en el colegio estúvo nutriendo su espi · dan hoy como un recuer~o una. torre s~n l ritu oon soplos ligeros tle Filosofía y de campanas y dos puertas sm cerradura. V e1a. ~ doctrinas benthamistas· pero excusado es yo esto com.o una. antigualla que no hace ~ decir que aunque poc'o entendía. él esos honor á la. 01ud~d dond~ se en~u.entra, cuan- { asuntos tan profundos, sostenia con una do me sorp~end16 un rú1~0 dehmo .. o, el cant.o \ energía digna de mejor causa, que la lógica e e una muJer que pareCI~ brotar ~e las ru1 - ~ de Tracy y Brouseais era el único medio de na del templo por el Dws guardtan de los ) iu vesLi~Yacion y la sola1·egla. para formar un lugares sagrados. ~ riguroso criterio. Sus compañeros, tan né- Era una bella sefioritá que , en la ca a ve- ~ cios como él, mirábanlo como un oráculo ci na., cantaba. dulcem ente una ária de Be- ¡ qu e descifraba todos los enigtnas, explicaba lljni. ¡ todos los geroglíficos y resolvia con la. ma· ¡Q ué voz , se Ílor Edito r! Qué sentimi cn- ~ yor de~treza. todos los p:oblei?aa que se to l qu6 talento pnrn. interpr etar la idea que f propom~n á. su p e~ctrante m~cmo. ¡El mun­bull ó en la. mente del ilustre comp ositor al { d~ es tm ol se teatros y á toda claRe de di ver- ~juntos buscaremos el ~efugio único q~e pue· .aion. IIe dado, decia plagiando á un emi- \ de hall~rse. sobre la tterra, la so~n umdad .á. nente lit rato y con tono un tanto cuanto ( que el hnaJe humano pu~de asptrar, el úm­presuntuoso: he dado al cuerpo lo que toca ~ co lugar en que todos podremos ser herma- 111 cuerpo y al alma. lo que toca al alma.. ¡ n?s. Busquemos á. _Dios, busquemos la reli· Tambien esta vida le cansó, gastó el co- ~ gwn para.que coblJ~dos con su sombra po· razon y mucha p:ute del dinero que tenia. ~ damos baJar tranquilos á. la tumba. 1\'Ialdccia. del matrimonio como que era { R. hermano mayor del suicidio y opinaba 'COn ~ san Juan Crisóstomo que el infierno estaba ( empedrado con lenguas de mujeres. ¡ Abandonó esta ciudad que era el escena- i rio de sus heroicidades i se fué á. lln pueblo ~ vecino á hacer lo que se leerá. en un ft•ag- ~ mento de su última carta recibiaa por mi : 'd . 1 ayer, y que en segm a copto. ~ "Por último1 mi amigo N., entregado al? agio habito una. tienda donde exploto con ~ provecho á todo sér humano que la fatali- ~ dad arroja á. mis puertas. Tengo dinero y ~ esto cubre todas las manchas que pudieran i teñir mi frente si mis acciones fueran eje- i -cutadas por algun infeliz á quien le falta- ~ ~a ei brillo de algunas onzas de Qro. ' \ (EN SU CU 1PLBAÑOS). Y o ví una flor su vívida coro 1st. :Abrir en medio de una selva, y ví Su débil tallo al ar.otarlo el aura ·Mecer sus hojas en vaiven gentil. Sobre sn frente pudibunda y tersn. Brillar el fuego del candor, y allí Temblar su estambre, el voluptuoso beso D&l zéfiro galante al recibir. Del sol naciente el luminoso disr.o Su sien tiñó de virginal matiz; Plegó su tallo, el sol en Occidente Sus últimos reftt>jos al hundir, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 46 EL CONDO:R. Cuhri6la al fin la noche con sus sombras Marchita., sin nroma, sin m:ttiz; Mas, pura y virgen, á su tallo asjda, La nueva aurora sorprendió la allf .. . • Como la flor que <>ntre las selvas nace Púdica, virginal, tambien asf Naciste al mundo, nparicion divina, De inmaculado cielo a 'tro feliz. Y serás venturosa ...• Dan á tn alma. Sus gracias y sn amor, sn sonreir, Los quince abriles que lucientes brillan De tu horizonte en el azul confin! No agita tu alma de pnsion al~una. Ardiente el fuego abrasador, febril; Las ilusiones su fanal te muestran, La dicha se te mu~stra en porvenir! Cándida. y pura cun.l la flor, tn frente Suave acaricie el zéftro de abril ; El sol de la. virtud te dé sns rayos, Te d6 el pudor su espléndido matiz t M. S. TORO. 20 de julio de 70. (A HORACIO). ! Esta necesidad se manifiesta de mil ma• neras, bajo diversas formas; pero sin que en ninp;un caso pierda su carácter esencial. Y yo, como hombre, sentí en lo mas pro-fundo de mi sér la necesidad imperiosa de experimentar algun placer. La manifesta· 1 cion de esta necesidad fué un vehemente ¡ deseo de recibir imprcsz'onea; pero no impre­( siones de cualquiera clase, sino ~·mprest'ones dtJ vütJe solamente. El lector ru~nos sagaz comprenderá con facilidad si se fija un poco en lo que sucede en nuetttra tierra, que de donde me nació á ~ ~t. esta idea fué precisamente del deseo de ~ lmttar. ~ Llegaba. al fin de su carrera el año de t gracia de 65, cuando pnrA. satisfaccion de } mi deseo proy\3cté un viajecito á uno de ~ los pueblos mas cercanos á esta ciudad, y (que el lector conocerá apénas vea el rumbo ~~· quo tomé para mi viaje. Despues de pasar por mil penalidades y angustias y por todos los renombrados con· ( d d' , ~ flictos de los "Percances e un es tu 1antc .· pude al fin salir de esta ciudad á las siete No he querido pasar por dcsoortes con ) de la mañana. el elegante autor de 1 U na antigüedad", el ~ Esta hora hora en que se levanta de su mod~rno Ho~a~io, quien galant.em~nto me ~nacarado lecho el esplendoroso astro del deJICó su ongmal articulo. Quiero yo tam- 1 dia, ea, segun la expresion do todos los poe­bicn regalarlo con otro, y para llevar á ca· ¡ taa la hora del supremo amo1' y de los pla· bo mi propósito he encabezado estas líneas } cer;s dt,lces y santo8. con el pomposo título q?o lleva~. _ ~ Dirigíame por.la banda izquie~da. del1·io De seguro que HoraCio frunc1~á. el cen.o ~ Medellin y háoia el sur de est~ etudad; h~­cunndo vea que su de~eo de avenguar antl- ~ bia caminado ya por el espac1o de med1a. auallaa con solo el obJeto de que yo les ha- ~ hora quizá maa do una legua, porque m·a. ga biografías á los pers~najes que figuraron 1 tal el deseo de recibir impresz'ones que, ere· en ellas, no queda sat1sfecho. Por ahora (yendo huian éstas de mí, trataba de acelc· que permanezca así, si á. bien lo tiene, pues ~ rar el paso con la esperanza de que ellas e~toy seguro de satisfacerlo mas tarde! Y ~ al fin vendrían á mi corazon. para ese dia me reservo el derecho de JUS· ~ Yo seguia cabizbajo mi camino, esperan· tificarme. i do con ansia la renlizacion de mi deseo; pe- ¡ Oh manes de Hor~cio! he hecho un pró- ~ro todo fué en vano, porque ni una sola im­logo y necesito conc~u1r la o?ra; pre_stadme ¡ presion se mostró simpática conmigo. vuestro númcn poético, vemd ea m1 ayuda ~ Lt~ verdura de los oampos, la brt'llat~te es· si no quere}s que ~aga. yo el papel, el tri~te ) plemlz'dez del sol, el suave mu:rmtll~ ~e las papel del celebro hterato de Larra, que htzo {fuentes, el dulce canto de los nul y rml vtstosos el gran prólogo de una obra que nunca pen- i pájaros d8 la floresta y otra multitud de co· só escribir. ~ sas que se presentaban á mi vista muy dig- Hecha esta exclamacion de órden pase- (nas de admirar, me parecieron tan ~o':llunes mos al asunto. ¡ que, léjos de impresionarme me fast1~1aban, Todo hombre, feo 6 bonito, instruido 6 ¡ por haberlas visto tar.t!\s veces descritas en ignorante necesita como una. condicion de \ mala prosa y en peores versos. su naturaleza., gozar, J. Cua.ndQ ménos lo pensé mo hallé en el Digitalizado orla Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR. lugar á donde me dir1gia; y á no ser una pe-; ladura que en una pierna me babia hecho ~ la acion, yo no babia reoibido ninguna otra ~ clase de impresiones. ~ Llegado allí me lancé por las calles bus- ~ cando impresiones, y loco, sin poder enoon· ; tra r las, pregunté en una especie de tienda ' comun: -Mi señora ¿usted tiene ~'rnpresiones? -SalcMchones? Si, señor, y muy buenos, l respondió ella con sumo interes. ~ Aquí subió de punto mi desesperaoion ~ creyendo que aquella. mujer se burlaba de ( mí; y tomando mi caballo subí á él y diri- ~ gí mi rumbo háoia esta capital, gritando { de aforado: "Impreaionea queridas, venid á ) mí, no os vayais". i Una multitud de m 'l ·Jhachos que cnoon- ~ tré á. mi paso, se rió de mí y me silbó ~ á su aust.o y oontemplacion, y yo siem- i pre gritando: "lmpreaione8, 1'mpr8at'one1, ve- f nid á mí!, ~ Y o eguia mi camino y por mas de una ~ hora nada babia sucedido. ! Poco despues comenzó á caer una. fuerte t lluvia sin que yo, que volaba á caza de im- ~ presiones, sintiese que me estaba mojando. ~ Seguí sin interrupcion, como el judío > errante, hasta que en una caída que me dió ~ el caballo quebrósemc una mano, viniendo •, á conocer entóuccs cuánto vale una. ~mpre- ~ 8{on tan bien recibida como ésta. i Llegué á casa, mandé buscar á un oiru· ~ jano y renegué de las impresiones siempre ¡· que hayan de ser tan dolorosas. DANIEL. Medellin, julio 28. ) AL lB. BEOABDO C.&lm~VIAHO. ~ Yo, torcaz abandonada En la mitad del desierto, Y cnyo nido está yerto Porque le desdeña el sol; Yo que canto en la espesura. Cubierta de Yerdes hojas, De mi vida las congojas Al moribundo arrebol; He escuchado los lamentos Dulces, tiernos, doloridos, Y los profundos gem1dos Lanzados en tu afliccion: Y he llorado por tu suerte Con verdadero quebranto, Porque, vate, yo amo tanto Las penas del corazon! ~ ( t l ( ~ ~ ~ 1 ~ Desde mis primeros años Conozco la desveutma, Pues el cáliz de amargura Desde muy niña pl'obé. Pero todos los tormentos Con su temible pujanza, N o han logrado mi esperanza. Arrebatar ni mi fe. I1a fe y esperanza siempre So tienen al desgraciado; Son el vínculo sa.arado Entre los hombres y Dios. No reniegue del de tino, }}sptlra y en Dios confía ): demáudale á MARÍA Alivio vara lo8 dos. Y miéntras tanto tu lira Con us dulces vibraciones Te dará nuevas canciones Que hasta mi selva vendrá.n. Canta de Rionegro altiva De la fuente su rumort-s Y la variedad de flore Quo respeta el huracan. Canta el azul de su cielo Que cubre tanta belleza; Canta la bri a travie a Y d trinar d 1 rui eiior. Canta la fe y la constan ia. Y la virtud de tu awada; Canta su ti~rna mirada. Y lo santo de tu amor. Alas nunca te dese pere!i Ni de los hombras maldigas, Que tras de zarzas y ortigas Hay, de seguro, una flor. Esa es la. ley inmutable Que se le impu o á Natura. Para. que toda criatura. Tenga. placer y dolor. No olvides á tu heroina Que ha ln~hado como fuerte Contra la bárbara suerte Solo apoyada por Dios. No la olvides y, te auguro De tu mérito la palma; Pero es neceilario calma Y fe y esperanza, adios ! BL IIABl!liO. (POB BASILISO Tm4DO) • Vuela, vuela, y sin rumor Corta las ondas, barquilla; Que del mar en la alta orilla Me espera mi dulce amor. La estrella mP,rina. Su faz argentina Levanta ya, Y un r. ncbo camino Su rayo divino 'l'e enseñará. EMILU .• 47 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 48 EL CONDOR. Barca, vuela: tardar:in Mas las aves pasajeras Qu~ llegar yo á las riberas Do me esperan con afan. Tal vez tierno llanto, Lágrimas de encanto Derramará; Y con sus cabellos Sus p.'irpados bellos. Eujugará. Que ella llora de pesar Viendo mi vuelta tardía Cual sonríe de a]ecJl·fa Viéndome al fin arribar. El astro marino El ancho camino Me muestra ya; Su faz luminosa La faz de mi hetmosa Nos mostrará. Quiero mas en mi an iedad Las tormentas que la calma t Oh! la tormenta de mi alma Qtúere mas la tempestad! V u e la que su Hanto Tal vez de qu branto Derramará, Y con us cabellos Sus pnrpados b llos Enjugará. =- : :: ::::;:::;J:;::: ::=! { debia alumbrar el 20 de julio de 1870. La. \ aurora tle este dia que debiera esparcir la j animacion y la alegría, solo arroja una som­¡ bra oscura, letal y fúnebre cual si acabara ! de ocultarse para siempre el rey de los as .. ~ tros y la luz. ~ Es que el doctor JuAN EsTfBAN ZAMA· 1 RRA ha dejado de existir; es que el sol do ~ la inteligencia se ha escondido y todos de­\ hemos llorar! ~ No han querido los héroes que nos die­¡ ron patria y libertad que el talento ma~ ~ privilegiado, el faro xnas luminoso en la es· ~ cala de las inteligencias, el ciudadano que ) comprendía lo que era República y Líber­¡ tad; que el doctor ZAMARRA, el gen~o, en 1 fin, habitara la tierra en que ni siquiera sa­~ ben honrar sus nombres acatando su memo­~ ría. ~ E os héroes en su gloria son modestos . ) N o quieren ellos que existan en la tierra. 1. muchos que comprendan sus hazañas y bcn .. ) digan sus virtudes. 1 ~ Y por eso suplicaron al Dios de los hé­) roes colocara en su excelso trono en ese dit\o \ glorioso, á un ardiente admirador do las ~ ,,irtudes cívicas, adorador de la República, \ de la Democracia y de la Libertad. (DUELO), ~ s· l . } . : 1 en e c1e o se nece 1ta del talento ver- ¿Habeis visto alguna vez ocultarse el sol ~ dadero; si los grandes genios se requieren tras una hermosa. nube e lor de rosa, en esa. ~ en la mansion dichosa, sin duda que todof3 hora solemne y melancólica. que llama la. ~ esos titanes y h6roes de la inteligencia que oracion? ~ la habitan, se habrán congratulado al reci- , Habeis visto cuán oscura y triste es esa ( bir entre ellos al doctor ZAliARltA; su el:!­so~ bra. que se extiende entónoes en la tie. ¡ píritu resplandecerá y sus consejos serán uq rra? ~ f~ro más que lo~ alu~bre, 1 Y ¿no ha.beia notado cuánto mas lúgubre i y sombrío es este espectáculo, cuanto mas ~ hermoso y resplandeciente es el sol que va ~ Que el mártir de las decepciones huma. á ocultarse? · 1 ·1 · - b ( nas, e 1 ustre antwqueno que pro ara que ·-- _ El viento de la noche que ya ero-~ sí hay resignacion en el dolor, goce en 1~ pieza y el fúnebre aleteo de las aves noc- \ eterna mansion de la paz que promete el turnas que salen de su nido i no os inspiran ! Altísimo á los que sobreponiéndose á las á e!ta.. hora tristes emocione; que os hacen ~ borrascas de la vida, saben arribar al puer· desear el día y bendecir el sol; emociones i to de la verdadera dicha, con el oorazon pu· que os hacen sufrir, que os hacen llorar? ~::·~. ro y el honor salvo. . B ...... ' Pues bien; hoy se ha ocultado el sol que f ·······"···--···---~~;~~·;;.;~-~~~-;~~:~~:-,~·-~·"········· Di italizado r.or la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

Compartir este contenido

El Cóndor: periódico literario - N. 6

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  La Espada de Holofernes - N. 3

La Espada de Holofernes - N. 3

Por: | Fecha: 11/02/1830

, • • Pág. 17 • LA ESPADA DE HOLOFERNES . • [ Núm. 3.° ] , E Trim. l.0] SantaJé de Bogotá 11 de Febr¡;ro de 1830 . • ---ooo-~- Heu! patior telis vulnera Jacta meis. Ay de mí! que padezco herida con mis flechas.-0vIDIO. Contillúa el Parágrafo 5.0 del núm. allterior. , - 1 R qussealt. En los misterios que chocan con la ra­zon, su coutradiccion misma la ohliga á .entrar en sus ti. mit~s. Ella tiene todas las penas imaginables, para sentir que no existen. Por que aunque no se pueda ver una cosa absurda, nada es tan cTaro como el absurdo. Todo hom­bre que dijera que creía seo)ej.antes misterios,. engaña y no sabe Jo que se dice. Tales son los principios adornados con todas las gra­cias de la poesía, con todas las riquezas del estilo, y que no se pueden tener por sospechosos. Pero, ¿ quien no ve quan victoriosos son contra los Deís­tas ? Todo pues" hasta el mismo Atéo, sirve con utilidad al christianísmo. El nos enseña lo que nos importa saber, que los Deístas no son mas que una tropa de charlatanes, que gri­tan alta y continuamente ,·azo//., VErdad; pero que despues de haber prometido la evidencia, ellos mismos se ven obliga­dos á exclamar con nosotros: i oh abismo! i oh profundidad! Sus quiméricas promesas podian seducirnos: ma3 el Atéo nos con"\'ence de que la verd ad estaba solamente en los lábios dtl Deísta, no en su corazon: que conserva el nombre y no la realidad. Así, el chri~tiano tranqu ilo com­bate al Atéo con el Deísta, y al Deísta COll el Atéo. Hi ere el eslabon la piedra, y salta la (·hispa; del mislllo modo, del choque del Atéo y del Deísta se ve salir luciente la verdad. , ]8 Objeciol;~s §. 6.° desp¡'eciables, porque nacen de y son nuLas para el Sabio. z• gl1oral1Cz•a • Cuantas cosas hay que á los ignorantes les parecen grandes dificultade , y argumentos incontrastab!t!s contra la Religion, y esto sucede por que la ignorancia. es la que los propone á la ignorancia. Donde el vulgo ignorante vé una gran dificultad, el Teologo profundo y el filósofo sensato ilus­trados, el uno por la fé, y el otro por la razon, no ven sino las maravillas de Dios en el órden de la gracia, y en el de la naturaleza. Oigamos lo que dice el Canciller Bacon: "La pocafi­loso/ ia puede hacer á un Ateo, y La //lucha conduce al conocimien­to de un Dios" Cuando se cree, con Epicuro, que el acaso lo hace todo, y que el mundo se gobierna por si mismo con la materia y el movimiento, no se puede creer que hay pro­videncia; pero luego que se supo bien que un hongo es obra de una abiduria infinita, del mismo modo que el mundo ente­ro, los que piensan han adorado donde sus antecesores bla - femaron. Los 6 icos han llegado {¡ ser los heroes de la Provi­dencia: y desde que se estudia y se conoce algo la naturale­za, casi desconocida de lo antiguo, se vé que nada puede na­cer sin gérm en; y de consiguiente que hay una causa prime­ra, que es el principio de todos los seres. ¿ Qué recurso le queda al . ? j Cuanto errores han inundado el campo de la 610s06a, que ulla ignorante malignidad, ha querido transmitir al del Evangclio ! Uno han querido contar las estre lIas, otros mo­yer los cielos, quienes poner inmoble el 01, quienes la tierra: para uno la materia es di 'isible l asta lo infinito, para otros indivi ible. El de partido ha sembrado no solo la di cord ia, sino que ha producido tambien el espíritu del error: él ha atribuido {, la lnquisicion ex esos de horror, que no há cometido. Se halla en mucho libros, que Constantino Por.ce, contesor de Carlos V. fué acusado al santo oficio ante Felipe lI, por haber dic tado el testam nto del Emperador su Padre. Todo esto es falso . Eslo tambien lo atribuido á. Felipe III • • , 19 con motivo de haber asistido á un auto de Fé. Estas y otras muchas falsedades, se cuentan solamente en libros sin reputacion, 'y en aquellas falsas memorias impresas en Ho­landa bajo tantos nombres falsos. ( Ensayos, tomo 4.°) . Pero aun cuando la lnquisicion haya cometido exce­sos ¿ la Religion los há aprobado? ¿ Qué parte há tenido tampoco en las desavenencias sobre lo acaecido con el Obis­po de Saltsburgo sobre la existencia de los Antipodas, y sobre otras muchas cuestiones de este jaez? Acriminar so­bre estos puntos á la Religion, es confundir hechos en que ella no ha tenido parte, porque ni las decisiones particu­lares de algun Papa, que 6 por prudencia, 6 poco ad­vertido haya dictado, son dogmas de la Religion, como pa­rece quiere suponer el autor del sistema de la Naturaleza • A pesar de todo, la juventud insensata se sonríe desde­ñosamente, des pues de proponer tales dificultades, é in­sulta lo que ella llama necia credulidad de las gentes de Iglesia. Objeciones de esta fuerza, no hacen triunfar sino á la ignorancia 6 á la incuria. ,. Son suaves estas dos almoha­das, dice Montaigne: si se echa en ellas la cabeza, es seguro el dormirse, y aun soñar toda la vida." Seríamos interminables, si tratáramos de aclarar in­finitos hechos desfigurados ya por la ignorancia, ya por la malignidad de nuestros enemigos. No podemos omitir el hablar sobre la poblacion de la América por los habitantes de la Asia. ¿ No separa estos dos contillentes un espacio de ochocientas leguas? ¿ Se podia navegar atravesando el Ocea­no en pequeñas canoas? ¿ Podrian unos salvajes hacer una navegacion tan larga y peligrosa? Esta objecion tan repetida se halla especialmente en las btvestigaciollesjilosijicas sobre los Ame/·icanos. El célebre marino, el mas famoso navegante, des pues de Cristoval Col6n, el Capitan Cook, en sus viajes ordenados por el Rey de Inglaterra, determin6 esta dis­tancia de la Asia á la América, y resol vi6 esta duda de una manera sin réplica. Rectific6 el engaño de los que dis­cuten sobre el Asia y la América, pero desde Sus gabinetes. Es constante, segun su relacion, que los dos continentes solo distan á lo mas trece leguas. Hay harta distancia de trece á ochocientas, y no puede justificarse este error de cál- 20 cu 10. Aun este corto espacio de trece leguas está lleno de islas intermedias. Hay mas: las innumerables poblaciones ael Occano Pacifico hablan los idiomas de una misma lengua, lo que tambien prueba el mismo origen . He aquí r.educido á. menudo polvo el argumento de los que han pretendido hacer creer á los menos advertidos, que Moisés se habia engañado cuando pone por Padre de todo el género hu ­mano á Adan. ¿ No es tambien una extravagancia ridicu ­la y afectada q Ilerer tiznar la verdad de la Reli gion, por que el , Obispo de Maguncia haya declarado por herege á Virgilio, ántes de que f,llese Obispo de Saltsburgo, por que enseñaba que habia Antípodas? Solo una ignorancia crasa, t anto de los bechos históricos, como de la Religion, puede acriminarla de este modo. Esta declaratol'ia no se versaba sobre si habia 6 no antípodas; sino inferirse de aquí que estos no serían en tal caso descendientes de Adan . Asi es que el autor del sistema de la IITatul'ale::.a escribiria con mas ver­dad, si no tuviel'a tanta malignidad. ¿ y qué dirémos del enmascarado Milord Bolinbrock? el) En su E.ráme/l importante, dice que Jeremías babia ayudado á Esdras en la composicion del Pentateuco, siendo así, que J eremias habia muerto cerca de mil y trecientos años <Íntes de la llegada de Jos Reyes á J e l'll~a lén; y el Pentateuco, como lo saben hasta lo niño de escuela, no es obra de Edra, sino de Moysés. La exactitud de Milor.d Bolimbrock en sus AnacronIsmos es muy parecida á la del autor de la historia C'r!'ica .lfe J esltchristo, pues tráta de Prote tante á lIelvidio que xisti6 en los primel'os siglos de la Igle ia, siendo así que los Prote' tantes tuvieron su principio en la luju ­ria de Enriq ue Octavo, Rey de Inglaterra, y en la sober­bia eJe Lutero, Frayle Ap6 tata en Alemánia, ~en el siglo 16. El autor del Christianíslllo sin velo, escribe que se puede oponer á los milagros de Moyse , y á los de N. S. Je­suchri to, los que hizo Mahoma delante de toda la Meca junta: y segun el Alcorán, y por confesion del mismo 1\1a- ( 1) Mr, Voltairc ha escrito vDri •• cosas bajo el nombre de Milord Bolin­brock, ~e ha enma.carado para poder RlIIS libre 6 iopunemeute decir meutiras COI1\t& la Rcligion. , • 2'1 homa, este nuevo legislador no hizo mil agros. Por un des­cuido, harto singular, MI'. Voltaite transform6 un hombre en un libro. Zoroast,·o, dice él, en sus escritos conservados por Sudder; siendo así que Sadder es el mismo título de la obra, y el autor de Sadder es conocido bajo el nombre de Melischah. El Mago ni aun pretendi6 conservar los escri­tos de Zoroastro, sino hacer un compendio. Yo apostaria á que MI'. Voltaire no ha leido el Sadder. ~. 7.° Los aóusos y e.vecesos cometidos óajo la capa de Re­ligiol1, nada argll!Jfll contra ella. Cuando el Leon vi6 la pintura de otro Leon ven­cido por un hombre, como cuenta la Fábula, dijo: que bien se conoce que entre los leones no hay pintores. No­sotros exijímos no como gracia, sino como justicia que se nos debe, que no se forme juicio de la Religion por la pintura infiel, que nuestros enemigos se complacen en ha­- cer, los cuales la pintan con rasgos diferentes de los que la convienen. Ella es santa, razonable, justa, acomodada á las necesIdades, é intereses del hombre, es dulce, cari­tativa, y consoladora: no confundamos pues, los Ap6sto­les con los hereges, no sus augustos misterios, y sagradas -ceremonias cou las ridiculas supersticionps, no el zelo ar­diente con el fan asolador: observémos su fiel retra­to en el Evangelio, y en las decisiones de la Igl es ia de todos los siglos desde el Concilio de J erusalen ha ta el ele Trento. Es perfecta su uniformidad en la enseñanza, y e ve reinar en elJa el mismo espíritu de paz, de moelera­cion y de caridad. ¿ Es este el retrato que hacen de- elJa sus enemigos? "Estos, dice RO/lsseou en el Emilio, burlándose los unos de los otros, t6elo lo quieren reducir á su pal adar, no pudiendo nada, feroces, afirmativos, dogmáticos, no pre­sentan mas que los ininteligibles ~istémas, que ellos han criado en su imaginacion. ¿ C6mo su moral podria ser á U11 mismo tiempo sana, y filosófica? Con sus desoladoras doctrinas, los filósofos aniquilan, destruyen, y hollan con • • • 22 sus pies todo lo que los hombres respetan; ellos quitan á los afligidos la última consolacion de su miseria, á los po­derosos opulentos el solo freno de sus pasiones; ellos ar­rancan del fondo de los corazones los remordimientos del crimen, la esperanza de la virtud; y sin embargo se alaban de ser los benefactores del género humano. " N ada parece que habia que añadir á las expresioJ Des de este Corifeo de la impiedad, y cualquiera que haga un paralelo entre los males que ha causado la feroz filo­sofia de nuestro siglo, y los que falsa 6 equivocadamente se atribuyen á la Religion, conocerá hasta la evidencia la diferencia enorme que hay entre ellos. " Yo abro los anales de la Iglesia, decia un célebre eSe/·jtor el! la Francia, desde su orígen hasta nuestros dias. j Cielo ! cual es mi sorpresa! Infieles pintores, vosotros' me habeis engañado! Veo que la sangre de los christanos es la que no se ha de derramar: á ellos es á quie­nes no se ha dejado de atormentar. ¿ Y qué oponen á la persecuciones? La mansedumbre del Cordero. ¿ Las ma­DOS de los Ap6 toles vencedores del mundo están armada de espadas, 6 e hallan penetradas por ellas? Lejos de es­tender su Imperio 6 de triunfar por la violencia, $olamente se valen de los consejos y de la persuasion. Los prime­ros discipulos de Ap6stoles, se vengaron de sus ene­migo deseandoles la bienaventuranza y proporcionándo ela. Nada hay mas sufrido, ni mas dulce que los mártires. ¿ Se quejaron jama, le dieron en cara alguna vez sus enemi­con la rebelion? ¿ Se hall6 un solo christiano entre tanta sediciones, entre tantas guerras civile, entre tantas conjuracione como hubo en el espacio de tres siglos? No, no se verá uno que haya sido c6mplice en las conspira­cione formadas contra tantos emperadores, que ca i todos ensangrentaron su trono. Siempre persegu' jamas per­seguidore , se mo traron lo ma sumi o de lo hombres." y yo digo que cerrarla de buena gana los anal e de la his­toria por no leer en ello los sangrientos horrare , y lo males incalculables que han causado lo enemigo del chri tianísmo en todo el mundo. Dejando aparte los que cau aron lo Empe­radores Romanos en los tres primeros siglos de la Iglesia, y • • , 23 oe que triunfaron tan gloriosamente mas de trece millones de Mártires; ¿ quien puede oir, sin llenarse de herrar los estrá­gas de los hereges Arrianos, la .supersticiosa crueld ad de los Jacobitas, la execrable tirania del ).\1ahometísmo, las impías persecuciones de los Iconoclastas, los furores de los Calvinistas, las crueles liviandades de Henrique VIII, Rey de 1 ngl.aterra, los estrágos, crueldades, tiran ías, impieda­des, abominaciones y ,todo género de maldades de los li­bertinos Jacobinos en Francia, España, Italia, y casi en el mundo entero? .¿ Y qué respondeJ:l á esto los enemigos de la Cruz de Christo? Qué? Nos recuerdan millares de Americá­nos as.esinados con el , pretexto de que no querian hacerse christianos: nos dicen que al frente de un exército .con.tra los Val.denses, se vieron r.eligiosos animandu 'á cometer homicidios, y prometiendo indulgencias por ellos: DOS traen á la memoria los estr{lgos de los españoles en la conquísta del nuevo mundo, paliados con el sagrado velo de la Religion; excesos reprobados aun por el mismo Mo­narca que los .enviaba, N os ponen á la vista los crímenes de algunos Papas, que deberia ocultar el respeto filial: Ya nos hablan de las guerras llamadas de Religion, na­cidas en las C.6rtes, y nutridas por los intereses de Jos Grandes: ya nos hacen ver las espadas ensangrer¡­tadas .en la horrible matanza de San Bartolomé, en la que no tuvo parte el Clero, Y responder así, es responder de buena fé? ¿ Acaso la Religion es la que ha puesto la espada en las .manos de Conquistadores ambiciosos, de Prin­, cipes feroces, y de religiosos fanaticos? Y qué, ¿ habrémos de creer cuanto nos dicen sobre estos puntos, escritores apasio,nado.s, faltos de crítica, que imputan muchas veces los hechos de los tribunales legos á lo,s Eclesiasticos, y que lo desfiguran todo, por acrimin'arlo todo ? I ¿ Y 110 es una malignidad conocida la que exajera los abusos inevitables en un gobierno ejercido por hom­bres? Mr, Voltaire lo confiesa, • Sé que en la Iglesia abusos han reynado, El Fleury con franqueza lo ha nQtado, , 24 Cargar la mano en ellos yo he podid", ¿ Pero que autor en esto es comedido? J Suponer todos Jos abusos en el par~ido que se ataca, y no suponer ninguno en el suyo, es un sofisma bien torpe, grosero y ordinario, de que debe guardarse todo hombre sensato. Se puede decir de todas estas acriminaciones y de las guerras de religíon, lo que dice Rousseau de las de Fran­cia. "Examinad todas estas guerras, llamarlas gue/Tos de religion, y hallaréis que no hay nada q~ e no haya tenido su orígen en la C6rte, y en las intrigas de los Grand es. Las intrígas de gabinete suscitábati las discordias; y despues los gefes amotinaban los Pueblos á nombre de Dios" (No­no/ arto Re/igioll. ) El espíritu del Evangelio es espíritu de paz, voces. de paz fueron las que resonaron en el. nacimiento de su Autor, la paz fllé el legado que dejó en herencia á los suyos, mi paz os dijo, la paz fué su carácter, y siendo Maes­tro de todas las virtudes, quiso serlo especialmente de la.. humildad y de la mansedumbre. ¿ Y se podrán gloriar de tan dulce y suave privilegio las falsas religiones que no se vieron coronadas en su nacimiento con Ja verde oliva de la paz, sino ensangrentadas con las espinas del furor y de la rabia? La paz es la felicidad de esta vida y de la otra. Así Jo observa Montesquieu: "Mientras que los Prlllcipes Mahometanos, dice, dan sin cesar la muerte ó la reciben, la Religion entre los christianos hace los Principes menos tímidos, y por consigui ente menos crueles. El Príncipe cuenta con sus vasallos, y los vasallos con su Príncipe. i Cosa ad­mirable! El christianlsmo, que al parecer no tiene otro objeto que la felicidad de la otra vida, nos hace tambien dichosos en esta. " ( CO/lti/luará. ) ---0--- CON LA LICENCIA NECESARIA. • ¡"'pr, de B,.ullo Espinosa, por JOjé ,Ayarza.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

Compartir este contenido

La Espada de Holofernes - N. 3

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Psicoanálisis vincular online

Psicoanálisis vincular online

Por: Rocío Cabanzo de Ponce de León | Fecha: 2020

¿Qué es Psicoanálisis Vincular? El libro responde esta pregunta, con conceptos fundamentales: Fuerza Vinculante, Hacer en el Entre, Lógicas del Uno y del Dos, en los aportes de Janine Puget (co-creadora de esta perspectiva con Isidoro Berenstein), de Sonia Kleiman y de la autora. Ella plantea las "otras lógicas" para pensar lo vincular, desde una postura trans-disciplinar, "entre la palabra y la imagen", con el lenguaje de la expresión artística: poesía, ópera, cine, teatro. Introduce, además, la clínica desde lo Vincular e ilustra con viñetas. Plantea el Psicoanálisis Vincular Online, como "Otra Escena" en el Ciberespacio; un dispositivo, con características paradojales y rizomáticas, en tanto resultante de un entramado de variables, en una lógica de redes.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Psicología

Compartir este contenido

Psicoanálisis vincular online

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  El ave nos guarda en su canto

El ave nos guarda en su canto

Por: Elizabeth Echemendía | Fecha: 2020

Hay libros que se abren como una bitácora de viaje, textos escritos desde esa especie de autoexilio que es la poesía. El ave nos guarda en su canto es un mapa inmenso adonde se dibujan las vías, las rutas en el aire, los recovecos de las decisiones que se van tomando en pleno vuelo. Es un libro que marca un punto en la ciudad donde se nace, un punto en la ciudad en la que se decide vivir y un tercero en la ciudad a la que se quiere regresar. Hay una línea recta indicando la distancia más corta entre esos puntos. El trazo preciso que une esas tres ciudades es la línea invisible de la trayectoria, del desplazamiento y también de la nostalgia. La geometría demarca las fronteras de la pérdida, de lo que se deja atrás para siempre. Hay una niña que para alejarse del frío emigra, como lo hacen los pájaros, pero en este caso es hacia la palabra escrita, porque sabe que, si no canta eso que siente en el pecho, eso que no tiene nombre, se le va a pudrir por dentro. Sabe que si quiere cantarlo...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Poesía

Compartir este contenido

El ave nos guarda en su canto

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  The great Will = El gran legado

The great Will = El gran legado

Por: Florencia Bonfiglio | Fecha: 2020

Galardonado con el I Premio de Ensayo Hispánico Klaus D. Vervuert, este estudio se aproxima a las apropiaciones latinoamericanas y caribeñas de La tempestad de William Shakespeare atendiendo al problema de la autorización literaria. Se concentra para ello en un recorrido por diversos géneros (crónica, ensayo, poesía, teatro, novela), autores (Paul Groussac, Rubén Darío, José Enrique Rodó, George Lamming, Aimé Césaire, Roberto Fernández Retamar, Iván de la Nuez, Hugo Achugar, Leopoldo Brizuela) y lenguas (español, francés, inglés), que privilegia tres momentos clave: el Modernismo en el Río de La Plata; la Revolución Cubana y los movimientos de descolonización en el Caribe; y los 'posnacionalismos' (la diáspora cubana) y la posdictadura de los años 90 en el Cono Sur.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

Compartir este contenido

The great Will = El gran legado

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Juicios sumarios

Juicios sumarios

Por: Rosario Castellanos | Fecha: 2018

La obra crítica de Rosario Castellanos es una de las más rigurosas en el panorama literario de México. Lectora voraz, Castellanos sabía comprender géneros o estilos lejanos, incluso opuestos al suyo, y su visión abarcaba tanto lo literario como lo social y lo político. Leía a los jóvenes, a los clásicos, a sus contemporáneos con el mismo rigor y entusiasmo. Crítica implacable, era también generosa. Los ensayos de Juicios sumarios demuestran que entendía el vigor de Gazapo, de Gustavo Sáinz, pero no le perdonaba las imperfecciones y los excesos. Con esa misma simpatía veía las primeras, excelentes novelas de Sergio Galindo; el cariño que le profesaba a Dolores Castro no le quitaba minuciosidad a la lectura de su poesía. Consumía lo mismo la obra de Reyes que la del entonces debutante Juan García Ponce.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

Compartir este contenido

Juicios sumarios

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Ovum

Ovum

Por: Solange E. Romero | Fecha: 2020

Poesía medicinal para nenas con poderes y chicos curiosos. De la dependencia y la identidad incompleta al nacimiento del sol propio, Ovum lleva al lector en una travesía mística, útil y sincera que comienza en la idealización y las mieles del enamoramiento para luego transformarse en un clímax oscuro, misterioso -y a veces divertido- conectando de forma maravillosa con los estados usuales de las rupturas más difíciles. La exploración de la magia del entorno y el rescate de las medicinas ancestrales hacen posible la llegada al destino: el autodescubrimiento y la revelación espiritual visionaria. Empoderador, sencillo y sobre todo surrealista, Ovum está basado paradójicamente en hechos y experiencias reales.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Crítica

Compartir este contenido

Ovum

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Tantos días felices

Tantos días felices

Por: Laurie Colwin | Fecha: 2015

Guido y Vincent son amigos desde niños, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten sueños: Guido quiere escribir poesía y a Vincent le gustaría ganar el Premio Nobel de Física. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendrán una relación fácil. Vincent, más abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misántropa terrible, estaría dispuesto a darlo todo por salir con ella.A través de las relaciones de estos personajes, de sus cortejos, celos, rupturas y reconciliaciones en el Nueva York de finales de los setenta, Tantos días felices retrata a cuatro personas inteligentes y bienintencionadas que no pueden dejar de creer en el amor.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura estadounidense

Compartir este contenido

Tantos días felices

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Un rosa carne

Un rosa carne

Por: Cristóbal Zapata | Fecha: 2023

Apreciación de: Juan José Rodinás "Cristobal Zapata escribe como siguiendo la línea de la belleza. Como un copista medieval cuyo texto original fuera el mundo de los sentidos, su poesía busca mediar entre la experiencia sublime y un registro narrativo donde la luz (mística, física o metafórica) formula conjuros sobre lo cotidiano, lo íntimo, lo secreto. Un rosa carne es la ampliación de un campo de batalla espiritual, que también es un campo de pluma y estilo. La inteligencia expresiva de este libro siempre se desborda ligeramente de su copa verbal, rompiendo la tensión superficial del lenguaje, provocador, vibrante. Zapata no grita, ni susurra: canta, como un río de montaña, como los ríos que atraviesan los páramos, leyendo de experiencia vital en postales rigurosas, espléndidas".
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Poesía

Compartir este contenido

Un rosa carne

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

¿Deseas limpiar los términos de la búsqueda avanzada?

Vas a limpiar los términos que has aplicado hasta el momento para poder rehacer tu búsqueda.

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones