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Por: Ministerio de Transporte | Fecha: 2014

Durante la prestacion del Servicio Publico de Transporte Terrestre Automotor Especial las autoridades de control en caso de servicios expresos ya sea de turistas particulares empresas establecimientos educativos o entidades publicas deben verificar
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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Imagen de apoyo de  Se certifica la tasa de interes para la liquidacion de los rendimientos de  los depositos judiciales

Se certifica la tasa de interes para la liquidacion de los rendimientos de los depositos judiciales

Por: Superintendencia Financiera | Fecha: 1887

LA MISCELANEA ORGANO DEL LICEO ANTIOQUEÑO ~~~~;;-~~ ~ ANDRES DIAZ "lTEl'U::nO DE LEIl'.\. I'RLllER PRESIDENTE DEL XCEYO TIErNO DE GR.\X.-I.DA. (CO"TY:-;CACIÓ'I) LI , Disposición nccrt:1I1a riló b crC:1ClOn do Jr¡ Pl'csielencia del Xllem llcino <1e Gran:LC1n; pero c~ indudahle' quo !lO hnhicra ]>rol1ncicln los bne­' 1.10S resultados que elió, si W1l':\ sonirla no se hnbie¡;o r]csi;;!1;lflo:í unn per­€ O!ln de las elotes elel Dr. D . • \nllrés Dí:1z Vellero de Leim. II:l2l:L ([llC se creó, n:Jc1a había. rodielo e~b;ble('rm~ ni o:',lenaroo en el país: tOllo cm ('onfllsiún.v an:lrquí,t. Lc>s c(lnqllishlllorrs, qne el'1J.11 los .en1.llleros go­]) ern:mtoR ele él, !lO sólo yiohhan la3 inslru('cionos fjlW se les (¡irron r('~­prcto al mo.lo cómo debían e011l!'0rtarso ('(')'1 los intlígcJ1s,!'., ~ino r¡ue entrC' {',nos mismos no podían cllt{!nllrr~C'. La ambición y 1:\ eodicia fneron lo;:; móviles que los lanzaron por la ,in, Ilrl error, Divitlic'los el1 bnnclos. IIlle t0111aron lo nomhres (lo Jlentleros, ral'faaÚ,e'/,··s .'1 rar¡necios &' (1). rl'­' l'ohieron la tierra sobre toelo con motiyo delos límites qlle srp:1l':d 1a'1 1n~ Gouernaciones, y de los ¡'epartimiclIl 105 ¡]r 1:t.~ encomiendas r¡ne 1'0 variaron (;'ou íl'ecllel1cia, rsprcw lmentll on ~'llltftfé y ('n .\nlioC1'lin, por TJP1J!'ún. 1j[1[;o, ArmcncJál'iz, IIeredia, Rtluledo y otl'OR .1C'fes. L'ls :tlr.:nnientos del país sólo dos veces tuvieron r1 cad,etrr ele rr]¡elióll contra (,¡ (;ohicrnn ,lo la madre p:~tri¡l: Aly:u'o de OyÓ!l (1.j;)~) y Tj~po de Agnir1'e (1.inO y 13fil) limbos Í;lCHlemsos de la peor especie, 10 que Illtentnb:tll el'll :l1'o(1('raI'8c: rl }'rimero del Nner@ Reino .vel .egnndo do 0Sto y (10 VCl1r7.11eh, pl1r'\ €I',ez de la destrucción que la amenazaba, alcanzase d;as elo bonanza de que verda­deramente em digllü. Venero do Lei va ,ino á proporcion ¡lrsel03 q uizf, cuando menos se esperaban;. porque auu -vivía en la memoria de toclos, co­mo fantaama aterrador, ell'ecuerdo dulos crímeneJi inulHlioos 'cOl Visit(!­dor Juan de Montaílo. Venero de Leiyu pertenecía ii nna noble Iamilia espafiola. Dp.scen­( liente de los príncipes ele Asculi y de los condes elfr Ballos, naeln tenía que ea]}ar menos, ni en aquella época, en cuanto á nobleza. Pero aun­fIue ésta no ualla, no es pn1'II'SCEL'Á'NE"A. 605' ¡¡ejo, la residencia del licenciado Melchor Pérez de Arteaga, oidor de ]¡\ Audiencia. de Santafé venido en 155!), que estaoo en aquella ciudad, y contra cl cual se h~\bÍan elevado v¡trias qnejas á.1a Corte fomentadas por b e!lemistad que le profcsalJ!l el oidor Diego de Vill afafle. Termin¡H1a la residencia con la absolución dc llrtcaga por babergc probado la uuona conducta de éste" continuó Venero SH vi:lje para la cap1tal del Nneyo Reino adonde entró el 12 ele Febrero de 1564 en medio de nameroso ucompa!1amieuto. Los buenos infol'lne3' que en Santafé había respecto de:ll'residente, y la halagi'tefht csperanza que todos tenían dc que él les da-' ría uuen gobiel'llo. fueron la causa principal del magnífico reciIJimiento quc sc 10 hizo, "COI1 fiestas,-quc duraron por quince elías, y con excesivos gastos, qnc los snIría mejor la tierra por scr nueva", según dice RodrÍ­guez l·'roslo, La instalación de la Presidencia, hecho importante que presenciaron el oidor Arteaga, que se habia venido con Venero de Lei m, el licenciado García de Valvel'lle, prillLer fiscal que hubo en la ,AndiencHl. de Santafé, y otros ,arios emplCtltlos, se yenficó con gran solemnidad y en medio dc gran regocijo, espontáneo y gene mi en toda la pou]aClón. Encolltró "ellero de Leint en Santafé al Obispo D, Fray Jnan ele los Barrios y '1'olello, de In orden dc San Fmncisco, quicn halJía venido des­de 1353 ii erigir la Catedral metropolitana, pues por bula ue 1" Santidad arios }lini tros togados y de un númerO in­( leflnido de los de capa y esp:Hla. cm el encarga(lu de todos los nsuntos re­l¡. tiros íL las colon ias del T uovo :Jf n nuo. Para gol!el'l1ar ésL¡lS in111e(1 iat:t y directamente Re crearon los ernpleauos llecesnrios desde A\lclanlado has­ta al guacil, y los '['rihunales do justicia desde las Andienci¡I.', qllO eran sllprema~, .v tic los Consulados ósea 'rribullales de comercio, hast¡~ los Al­c: aldes quienes también tenínn atriullc:ifllles jldicialcs. Par'L e\'itur los abusos do los emplearlos superiores de las colonias, se enviauan juece;; de residencia que examinasen su conduct:l. JJ3S l1Ii"m:.1s encomiendas, qne tantos malea eallsrlron, tnyiel'on por objeto "el amparo ó pat rocinio que se encarg:tba {~ alguno por mcrced real sobro una porción de indios para cnseOados la Doctrina cristiana y d~t'e llde1' S1lS personas y bien/s." ~l g ré­¡: juese íL todo esto la "Recopilaciún ele Indias" he(;h¡\ eX[lre~amentc para ltls colonias y cn,lifieaeln. como In. obm más notablo dc lo. J Ul'i s IH'llll eneia es­pafiob, y multitnd de reales cédulas Llictadns en bvor ele lll~ indio~, y so \'er(~ que no es (;Ierto que el Gobicrno de Ellpafla sólo se huh lese ocupado en csr¡Ullmal' sus proTincins de América, sin prcoeuparse nunca eOll el porvenir de éstas. Pero lo que dcmuestrfl. mojor las buena!! intenciones lle c~e Gobierno, l]ue cometió muchos errores y quc cstamos lejos de Llerond('\' como perfcc­to (ninguno lo es), SOIl las illstruceione3 quc lliú (t los conquistadores: no fu& su culp¡\ que no so hubiesen clIU11llido. Des(!e cl requcrimiento rc<1ac­t: ido por el Dr. Palacios }{nbio, que tmjf'l'on Ojelh y Nicul' l\ ell 1510, hasta las Oruenanzas dell!;\lljlel'actol' Garlos V en favor ele los inellos, 'l110 comprendían treinta. y nuevo leye , I'juo sc llamm'on lluevas, se nota que uno do los deseos pl'ineipn,les del Gobierno, cm que los inrlios fucsen bic:1 tratados. i aqucl oUl'ioso doeul1lell~o contiene la indobida exigencia de <¡ue éstos se sometÍ>esen á un Gobierno ext\'afio, cn cambio les hacía la jlromesa de que éste los recibiría "con todo amor y cal'Í(I::l1 y religiosamente; que 110 les permitiesen el ocio; y que en todo procu­r aseil el adelantam iento de las colonias. Las Ordenan zas, que tellían por objeto p rincipal suprimir las el1COmielluas imponiendo fi los naturales un t rilmto l!\oderado, contienen disposiciones sobre el buen t ratam iento Je los iudios, yen que se prohibe terminantemeute que sean esclarizados, y se ordena que las And iencias, só la la \Ordad sabida, SIU tela de juicio, pOllgan en libcrtad á los que fuercn esclavos. Lá tima (pe todas aquellas excelent.es instrucciones se hubieseu quedado escritas! Las Ordenanzas, auuq ue fueron desobedecidas en su mayor par te y moniOcadas, 110 dej,ll'on de producir algúu resultado favorable á los indios, tL pesar de que cnando fueron expeuldns Y(L sobre éstos habían llovido las peores calamidaues. Después de que se supieron en Espal'ía los flscsinntos do los Empera­dores de México y del Perú, crímenes que causaron profunda illllignación en la Península, dispnso el Gobiel'l1o, para evitar que se repitiesen: "Qno si en una conquista se cnutimlm algún Seflor, de 1.od08108 tesoros que c]!} él se Ilubie"en por vía de rescale ó en otra cualquiera manern, se sacara para la Heal IIacicu,1:I, la sexta parte de ello, y lo demús se reparticse Cll- 1.1'0 lvs eOlH¡nistadores después de sacar el quinto real; pero qne si el tal Sellor fllcse llluerto e}1 batalla ó drspués por yía de justicia ó de cualquie­ra llU.llera "iolenta, entonces la mitad ue 108 bienes sLlsodicJ:os y tesoros sería panl el fisco y sólo se rcpurtie8l: J.\ ot.ra mitad sacando aute todas co­Stlti el quinto real." Sabido cs quo la mucrte cruel que Quesada le hizo d¡ 'graciatlos, Jo COIl­vcnció ,le q\le ('m íl1lllsjw!1sable corbIr de raíz arraigados ¡¡busos <¡uo esta-ou ¡J('citruycndo ! aniquilando la raza indígena, y tlar á ésta Ulll1 prolcc­ciún t]ecidida y eficaz pam qnc lHHli('sc lovantarse de la postraeión en Cjl1r (slalx\. La. d uru manQ de 108 cucomcnller08 era la causa pri nciplll de los lllales qlle 1l0YÍan sobre los indios; porque no solamcnte los ojlrimía para (¡ue uejascn bastantc proycelIo, sino (¡l1e impedía que se hiciese algo en fa­\' 01' de cllos jU7.gmHlo erradall1ente los cncomenderos qne rcdu1l!lal'ía en Sll ,lafio el r¡ue se mcjorase la condición moral 6 intelcctnal do sus "ícti­mus. En SllnlU: aunque los ClJeOl~lellllcros debían clefender la persol1a y blCn('s ele 108 indios de Sil dependencia, según hcmos "isto, 110 se JlUbían ocupudo lJi segnían ocul'án::lose on otra cosa que eu sacar de ellos la ma­yor utilidad posible exigiéndolrs fnertes tributos, Ita oLa de ci('1t pe os alluales (\ cada indio Cll algunas parles, eutre ellos, á ycces, cl cstableciuo. desde principios ele la cOD'luista qne ('eousiEtía en la cantidad cumpliesen las "Consti. tuciones sinodales" que había expe:ltdo desuc 155'G cl Sr. Obispo Bal'l'i08, las cuales '110 aGoptaban los encomenderos porquc coudenaban y castiga­ban muchos abusos ue los cOffill.tidos llor éstos. Aunque es cierto qlle las Constituciones tenían por principal objeto la ensefhmza y propagación de la rcligión católica, también lo es que en ellas se prohibía terminantemen­te que se usase de violencia para alcanzar aquel ob3{!to: mttural em qne el Sr. Obif!po desease que los indios se convirtiesen á la verc1.adem religión; lJero á pcsar de las preooupaoion:Js ae la época, comprend.ió fúcilmcnte <¡ne en asunto tan uelieado como el de la fe, lo que el hombre no acep­ta dc nlla manera voluntaria, para nada le s.irve ni nada vale. Así es quc en las Constituciones se dieron reglas á los curas, Joctrineros y enco­menderos para que instruyeson bien 'á los naturales en 10i principios reli­giosoR, sin aburrirlos ni fatigarlcs su limitada inteligencia, para que los profesaseu con gusto. Con el fin de que pueda juzgarse mejor de la impor­tancia de aquellas copiaremos unos párrafos tomados de la. "IIistoria eclesiástica y civil" del Sr. Groot donde las hemos leído. En el capítulo IV después de ciertas explicaciones claras y sencillas sobre la religión católica, se impone como obligaci6n á. los doctrineros y curas "ensef1adcs á los indios á lcer y á escribir y contar y cantar; y sean los libros.que leyesen devotos y de santa. doctrinn. Procuren con ellos que aprendan nuestra lcngua. espa1'l0la; y con cuidado junten á 108 indios é indias en los días de fiestas para los en sellar y platicar todo lo aniba di­cho." "Procuren defenderlos los sacerdotes, así de sus encomenuero8 co­mo de los demás que les hiciercn maltratamiento, ni agravios, y que los pobres sean .socorrulos en BUS enfermedades. Sepan cómo reparten los caciques los tributos entre sus indios, porque ninguno cargue más de 10 que pudiere pagar, y que .sean (le ellos bien tratados sin molestias ni agra­vios." Acertada fué, por 10 mismo, la. resolución en que Venero de Leiva. ordenaba que se cumplics,¡n las 'Constituciones que, por su origen, era mús probable que produjcbcll bucnos rcsnltados que las disposiciones del Gobicl'llo civil sobrE' el usuuto. Nadie ignora que en aqnglla época tenían mús influencia en la sociedad, especialmenta en las colonias Je América, los mandatos dela 19lesia que las ordenes dd Gobierlilo. Cnando los dos po· deres, civil y eclesiástico, obraban de acuerno, que era las mús de las veces, 10 que resolvían se llevaba casi siempre al cabo. No puede negarse, por tanto, que bien hizo el Presidente en aprovecharse de las disposiciones del Sr. Obispo, que tenían Ell sello religioso, pal'a fuvorecer á la raza indíge­na, como en. efecto la favoreci6, pues por poco que se hubicran cumplido las ConstituéiQnes, DO dejaron do minorar algo los crueles padecimientos de :lguella:raz.a desgraciada. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 609 No es de extrallar que el Presidente ayudase al Sr. Obispo en la lloblu ':area de pl'opagar In fe católica qlle ambos considerabau como lo más pro­}¡ io 11al11. mejorar el triste estado en que se hallauuu los indios, y para ej­vilirondos un poco. Es indudable que las i{leas ,:eligiosas de éstos, 110 de­bían sostenerse ni r,rotegerse: 'mientras más pronto r}flsapareciol'iln tanto mejor. Pero como-no podía aceptarse que careciesen de religió n, lo (Iue debió lIácerSe .v se hiw fneí sustitui~las con la verdadllra que para los es­parroles no podín S<>l'otra que .la'católica, npostóliea, romana. ,u]Jone­mos que nadie pretenderá que Yenero hubiese propagado cl nlCionalisuHl 6 alguna de las sectas entonces rc<.:ientcs. Con el fin de quc se realizascn pronto las ideas que' tenía soln'c la lll!lteria; quecra de grande impol'Lanci;L para él, como es natural, pidió á. la Corte qllG dispusiece la fundación ele • Com'entos de religiosos dominicanos en ciertos pueblos para que fnesen el centro de las ellsellanzas de la Dociána que esparcidas como estaban, no producían d huen resultado(¡ue de ellas se esperaba.. En atención i esta solicitud, se expidió 1.'1 ,6 de DiciemlJre de 15GB unn real cédula on l1ue /Se autorizaba el establecimiento de dichos religi@sos en el _ uero Reino dOll­de se creyesen necesarias. En 157!l se ptnmliti6 igualmente la fundación oc Conventos franciscanos y agustinos. En virbnd de estas a\lbol'iz:lcioncs so establecieron varios ,Conventos, ontrcellos, los deO uátanta, 'ToearellM!. y Ubaque, ú los cuales se les impuso la obligación de dar la cnsellanza re­ligiosa {i lOE vecinos de varia,; pohlaciones, lo que produjo consecuencias favorables para. los indios. Va p¡¡¡;ando la ÓlJOea e~ que cra DlOd-a conrtemu' no s6lo á los con­quistallores, sino también :.í. los misioneros que Espatla C'llvi6 á América, como autores de loo cruelés padecimientos de los indios, que nadie Pllede negar. Ya la justicia distingue las tropeHas y aun uelitos de los unos, 11ero no de todos, de las aceibnes benéficas de la mayor parte de los otros. Los misioneros, edre los cuales ueseuella ,in noble figura uc! dominicano San Luis Beltrán, hieieroll c:eneralmente mncho bien en llucstro país. J.Jos primeros que negaron {\ 61 ~ueron veinte, <]uienes d~scmharcaron en , anta Marta con el Gobernador Pedro García de Loo:ma d RÚO €le lj:,!!J. Eu seguida, y v:lllo el uuen resultado que pi'odueían, la Corte los m:lIldó en número suficiente. Cnsi todos iueronsolícitos uefensores (Jo la mz¡~ indígena? yen la sublime tarea Je ci,alizal'la, no ahorraron sa<:ritieio nin­guuo, ni dejaron de recorrer 11inguna p rt.c del territorio por lllá.'J difícil y peligrosa que fuera. besol1bl'icl'ol1 lat! mús ricas p<'lrcioncs auríferas del Chocó; y lr.s tribus de a.llí, las de la Costa, las de Cusanare y de útl'as re­giones aun m[¡s peligrosas, flleron testigos de las buenas o ras y abnega­ción de :\quellos s:m:;os ,'aroncs. V cncl'@ u.e Lci,'a que no ig1lomha l S P, l'e!?l. mentó las misiones, lag aumentó y distrilmy(¡ en ¿ifercllt.cs partes dé! p:UB pam quc diesen mejor fmto. No limitó sólo 'á lo ulOra1 J 10 Tc1igioso'1a protección que cztaba prull­to á dar á los naturales. Rízola e],.'tensi,a á lo material é intelectual ele -éstos con variaa disposiciones im'Pol'iautes, de las cuales citaremos algl1nas. Con el fin, cutro otros, d(: poder atender má.s f[¡cilmcnie ft las necctii(la­des de aquéllos, dispuso que -Be estableciesen en poblaci que residi~seu dOllLle to­llÍan sus encowi-clldas, tanLo pura <] íaIJ nmirlC's de la InucllPndclIcia que tUYO COlllO ~lI}a de sn.> uausas prill-. "ip:dt:~ I(¡~ c;llel~s l'auccimicnt.os Jo los indí;;clla. L1l' ':1 é ln; lus llC 'Ct:n­tlicutcs de los (;s[lllflUlcs sllstituyen al Hl'Y Cll el Cobierllo; álos IlIdios Só, 10 SI! le" ua uua cosa: aUljJlia li[¡ert.ul, ],¡ qne le" 1m sill0 nociva, purl¡ue · 111 h:L eXpUétito {lla tirauía parti!;ular á Causa de w s\!ncill'Jz: Ilecl'sitan illdl\llab¡cUlonte, COLllO lo CIIIll]Il'l.!ll(I:ó la l'ortú eSI"I!1olu, de los cuid:ldu.; lllllJ(:d ¡atu.; (101 Gobterno. Es ri('l'to r¡ne 110 ]la~an lribn~us al Hey: pero tal!l L10ll lu <:s que no est:tll cxill1Hlos de los do la j{l'públiea; I¡UC no tiCll~n parle en l:tti ~:tlitla8 COlllO alltes; jeto.fué de mis :.lQSiai, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Sino sólo una sonrisa de bienhechora esperanzn, qne me I\nticipeel contentG de ,ol,er j ay! :?¡ abrazarla. Dila que mi mente enfrían los soplos del Gnadnrrnmu; V de csta C~Jl-tc 01 tum nIto .A mi sgreote musa e~pallta. Dila .•.. mas no; quc no -sepa cosa que turbe su calma, y ele sus ojos qucridos pueda arrancar lluevas' lágrimas. Lléntle sólo caricias; 1lérale dulces palabra ,-,­¡ Vuela ycloz, y no tO])las desconocerla' :,,1 'hallarla! Si ves herlllQSa mntroll3, -{'rguirlil como la palma, frente pura., gra \'e ]la o, de .halagadora mil'ücla, Que consnola tí. los quc sufren, y ¡\ los débiles ampara; .que al qnc C:1IUmlllan defiende, y protejc al que maltrnlan .... Si eneucntrafl en santo templo, h llmildc :11 pie Ile las aras, una figura apacible con ncgros tules velada, Si-entre cl velo tr¡L~p:1rente de Sil hermo as pestafias­Íurtim lágrima rncua. <¡ue su fervor te declara. _.- ;:1<:8 e11a1 mi tierna mache, la lnil que mi noche aelura, y el ángcl que mc custodia, y cl coraz6n ~ue mc amll. ¡Es eUa! Con mis snpiros llega rendido á sus plantas, V tráemc 1Viento del N ortc! los ccos dc sus plegarias. GERT.Rl'.IDIS GÓMllZ DE AYELLAlíImA. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 614 LA ?lfISCELÁNEA. :POBRES ESPIRITI8 T A S ! 1 Soy espiritista. ¡Bion! ¡Y qué' Bien, &Y qué' Nada, amigo mío, ¡es friolera! ITas abanrlonatlo tu veruadera religión para e¡ruir otra. falsa, ni mús ni menos tl ue el que dejase de ser católico para. haeer.e judío, moro ó idólatra.. Iguc1.l. lbs dauo un á Dios á la fe ue tus padres y ii la fe de tu infancia, has cletier­tauo de h bandem de Cristo y de su Madre, de RUS misterios y de sus StLCramclltofi, del P¡lplt y de sus enseÍlanzas, ,Eres espiritista! Pues 110 a'es (·risti~uo. Y ¡.le parec'c aún tan poca cosa cambiar de religión? kEstá' bien Oí 'rto dc que la l'clig-ióu que seguías antes mere da ser abilll­douada:- ¿ Estús bien p ersuadido de que Cristo es un em baueador y sn ley una farsn. melltirofia1 Y sobre todo ¿est{ls bien cierto de que to lo pareccl'ú asimismo á la hora de la muerte? ¡,To cOlista pORitiYil.men­te que yale más el e::ipiritismo que has abrazauo, que el catolicismo quo antes seguías1 TochHi c,tas preguntas te habían quizú pasn.c1o por nlt:>, y te cogen nhol'll como de sorpresa, ~Xo es yerclatl, alJ1ig-o m~o? Si Sl' te hnl,ie 'c dit'ho, puúal en mallO: ¡Kil'gn, á Cristo! ¡abandon~\. tu religión!-tfJ vez huhier,t:; t,cuido \alo1' para l'cspol1(ler: ¡Autes morir quc .. el' yil após­tata! Y, no obstante, h ,lS hec,ho lo mi IDO, amigo llIío, idÍ'nticmnteute lo mismo sin q ne te renlllel'da la couciencia. ¡Eres a )1<Ístata! ¡::\ o l'! cs eri.:tiano! ¡XO l'crtl'l1l'C~I'R al 1: HIll po d<.J la fe, perteneces al campo de la ]¡t'rejí,l! Voy á pI'oLúrtdo, si lI!e escuchas. II Pero bien. , . . ¡pllNlo ser ,í la vez tristiano y espiritista! No, 110, amigo mío: no }lllL'llL'S, no puede!';. No qui ro (jUC llJe en'as solament!' pOl'que yo lo digo; voy {¡ ¡H'obarlo coo raZOlles á 1m; euales tú ni tm. 1l1l\('st!'(,S saln":,is (J lIé rt'spouüer, La P!'iJIlP!'n co:;:\ I t tle Sl' 1l('eeSI ta para ser cristiano es ('reel' qne J 1'­:-; ncristo es Dios. Ahora bi('n. El cspil'itisUlo 1](1 (!!ee qne .Je8n<:1'isto ~,.:t ])j(J~. Lnf'¡!o rll'sl1iriti,;mo es opuesto nI ('ri~lialli';ll1o, LuL'¡:!o JlO se puede srr vertbieru c:-:pÍl1tista y verdadero cristiano al llIi.wo t il!lIlpo. j)cl'o me dirú;;: ¡ ~o ya creo fIlie .JeRucriRto es Dio.! -Po('o me importa ; 110 cree lit divinidad de Je::;ucri"to, parn (JHé di­g, l: luego el quo cs ycnladcro et;piriLisLa no puede ser Cl'i .. tiallu Ye1'­dauforo. :)Ias tú me replicaR: bY d6nde <,nseila el C'spiriti 'UlO que Jesucris­to 110 efi Diot;t A mí Ilunen. lile lo hall dicho mis maestros. - Ya s~ yo (IU(' no te lo ]¡¡Ul dicho, porque tns mnl'stros tienen hn"u elliu:Jdo de callar lo qlle DO eonvirllo decir, Por esto te he iudi­(' aclo qnt' yo conocía más el espiritismo que tú, Voy ú probarte que (:! espiriti~lno no <:r~e en la divinidau do J t: ucristo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA mSCELÁNEA. 013 8nbillo es que Alla,n Kal'dek ('s uno de vuestro principales mae:;­tros. Viene á ser el pontífiC13 de la secta. PUflS bien. En la impía obra. de JUlan Ka.l'llek: El Génesis, los mila.qros .IJ llls }Iredicaáones sff}Ún el cspú'itismo, capítulo XY, después de hablar el an­tor ue un modo muy ambiguo sobre 1<1 persona de Je:ús, sin pr~¡¡¿zg(/¡, 1/arla aceren de su naturaleza (pág. 353), nos lo presenta como un ser dotado de W/a inmensa potencilt magllética (pág. 354), ueaba1ll10 por ¡;entar clara y distintamente, no quc sea Dios, sino simplemente un lile­elium de Dios. y no me salgan ahora los espiritist.'ls diciendo que AlJan Kankk habló sólo en el supuesto de algunos, sin asegut'ar por e¡::to su propir. opinión. Así podda parecer :í los illeantos, pero es preciso ltO dejHi'')(\ alucinar por lns reser'fas y salvedades drl (loetor espiriti,;tn. Aparto de qUf', al entrur en la explicación del Evangelio flcglÍ.U el espiritismo, era mny nece, nrio qne precedie::;c una declaración frallon, clara, al¡irr­t: 1, sohrc In lJaturaleza de Jesucri to su antor. y no andarsc con hipótr­sis y suposic:ioncs; la expllcaci6n qne en lo sncesiyo se va dl\ndo de sus hechos <1i<'e bicn elammente h~ ielea qtle el espiritismo tieue dd divino ~"'ulldador de lluestm Relü,ión. En primer lug'ar, Jcslll'risto se propnso ohl'[I,1' mil:lgl'o;; ~r prohar con ellos la vcrc1amhnsteJ'o Ú Cristo, que anunció resucitar á verdaderos muertos, y 110 Ú muertos fmgidos, y declarar emhusteras las sagradas páginas dd EVl\ngelio, liue ll08 lo refieren minuciosamente como ver­( hulera rr<':1ll'l'ecciones. ¡,Por quién te deeides aquí, amigo lllío~ ¿Es emhustero Cristo, ó es embustero Allan Kal'dekt &Quién estafa aquí alll1umlo? ¡el Evangelio ú el rspiritismo! Uno do los 1 opina que fué carnal, pregnnta: ¿Qué se ha becho del cuerpo caruall O lo qne es lo mismo' ¡,E::i verdad (ll1e Jesús haya resucitado con el mismo cuerpo que tuvo antes de morir y qnc fu6 encerrado en el sepulcro? Oigámosle, y Yerc- _ mos cómo el espiriti»mo no Cl'ee en el dogma fLll1da.mental del Cristia­nismo. "Es éste, dice, un problema cuya solución no pnede dcr1ncir~e por de pronto más qne por hipótesis ú falta de elrmentos suficientes para formal' una conyicción, Esta solución, prosigue, es de llna im­portancia secundaria que 110 aumentaría ni disminuiría los mOI'ecimien­tos de J t'sucl'isto, ni afcctaría á lo bcrbos que acreditan dc una lUanc­ra mús perentoria. ~u superioridad y su mü:ión divina. No puede ha­ber, lmetl, ar'err;t del modo en que esta desapm'/t.:ión se ha verificado, • mú;; que opinio!les personales, que no tendrían Talor sino E'll cnanto C:-l­tuYiescn sancionadas por nna lógica irrp.üllsable, y por la C'llseftnl1Za ge­neral de 10& espíritus. Pero, hasta la hora presente, n ingnnn. de Tn:,; (lU :-;c han formulado ha reali7.ado la ~mncióll de este doble eritcrio. Si los espíritns !lO han resnelto todavía la cuestión pOl' la unanimidad de su enseflanza (úigase bien), COnSH:ito en qne no ha Begndo aún el mo­meato 0lwl'tulio de bacerlo, ó en qne s(' ('areee aún de los conocimien­tos necesarios, sin cuyo l1uxilio llc} puede 01 hombre l'esolver por sí mi~m()," ¡Qué mils queremos pum conocer el espiritísmol. El espiJ.'iti~ll1o IHl'l iguOTa si Cri,.:to ha re:m<:itn.clo Ó no, El lo dice. Según él, los mi­lagro,; (le J f'slÍs no son milagros, lns curaciolles obradas en los enrer­lllO~ son operfll'iOIH'::; magnéticas, Üt villa. devuelbt á los radírvereR t',~ ulla cOlllf'tlia 1'epetida tres ó cuatro veces con ellfrl'J.)10R ulctnl'g'adoR, ¡í, pesar de (lile 1'1 'Ino t'stl1bu. ya. de cllatro díati cn el scplllero y olía mal] , til!alllll'llte, 1'11 pl'Opi.l. rcslll'1'ceei{,n es ~i~npleIlll'Jjt,! HIn, c:csfljJarición <¡nn 1<,,. l', píl'itl1>; IlO ¡¡na cn'ídr) oportuno l'.plú:arlll 'tOdlWía, ;,Qué 11) (ll1e. tlll, ¡lile":. ú ·J¡"ncri,.;\o de FU (li"linidad, si UlI' á una. se le arrancan to­dn,; las III'\lI'!ms <¡Ile GELÁKEA. 1'0 puedes ser cristiano si eres e pil'itista, pOl'qne el espiriti. 1110 niega lo principal que enseña el cristiani. mo, y el criRtiani~mo nje~ft 10 pl'in­<, ipal que el1sefm el espiritismo. El cristianismo dice: Cristo es Dios; y ~l espiritismo te dice: Cl'isto no CR Dios, eR un medium m;Ís poderoso (~lIe 10R demás, cs un ID<.'dium 0 ('omo El me lo en. ella, no 1'0V cl'istiano. Si lo creo romo doctrina humnna, 110 soy m'Í. quo 1111 ftlósofo. Para SOl' cri-stiA.ll0 he de crecrlo como clodl'ina c 1 iYina. y so­lJ)'!' nat.u1'al. Pel'o, sin miral' aún en e>;o, ;'<'1'<.'<.'s tú qu<.' ('1 e:;piritismo en¡;el1U lit l1erosas. l'~ste lwmhre <¡ne puso aí servicio <1(' la hl\­llltlll; da(l duliente UIl talento raro; este ílOllll,i'l' qnc luchó ¡Í, ura7.0 ]lartillo n¡lll l/ls mtÍs tenilzles epidemias (le ('sto siglo, ('1 cúle:'a de le 3'2, la virucb Ir 18iO, la )leste de la :'1\\cea ? la fiehre amarilla ero n6, la p:tlllura ~e l'l'si~te á Ralil" de la plnea,t, y tú misltlO, ullando sepas 511 secreto, opina!';LS cllnml,!!:o. jll1~ bien 10 l'CC\1c>rd:IS en el sitio oc París, c\1!l,ndo 1111sf"nha ('on :wi­\ 1c7. Ú lo~ heridos para ('uirlarlos, en t'1 espeso tapiz Je nieve Jel n)uucto eH qUl' til'iLtban tl'S móviles, -Vos aquí co~tllmbr(', sentado frente 2. la c]l1ll1eneH, en el gran sillón sacrificio, de caridad, .. , ..... . 25 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L. mSCBLÁm:A.. -Espéral!t pura juzgarme. -Pero, p3m qué? -'1'tdo '1Ip1i~0. Después, co",iendo 8H inmw con' Sll mano Cllíluqu!>- cilla y levulItando con IllI gesto SllS largos cabellos lJlancos: -Efta alivia, tlijo en ,·oz l.!lLja. }[e in,btl~, ,ti otro hvio del hogar, PO \lna de aquellas úejus meccao~ ]"as que conoces, CllC:(!llUi Üll cigarro, y él priucipió. nrlrch~lS ,cces hice incomo!lal' á tu padre, cOlltemporúrreo mÍ0. di­clúndolo qlle ambos émmo~ hijos de la Re\"()lnción. Yo nací el 21 de Enero do 1793, :í la mi,Hm. hora en que IJnls XVi snLw <11 eadalw, y allll­que onnca he sido sllpcr"ütio~() ni realista, cret!rÍa 110 bnen grado qlle est ... fccha uc mi nacimiento 1m infll;íJo fatalmente sobre nli dstrclJu. :'.1nv n;­no aún, la gloria nlTlitar de la Francia de entolll'ea 1l1e fascinó, y 108 Jlorr.­bres de Banaparte, Dcsaix, Klober, Allgereatl¡ .Masscna, Kellermánn, ya'­eraban á todas hora en mi m~ntc y el, mis labios. 11il IIna~ell do estos tGroes de la Joven Rcpúbliea se lovant,.l.m por la noche lIlItC mí, cllal si fucran sCUliclioses; ardía en deseos do ¡l!litados y csb\ba ~egnl'o de exceder­los. Yo no soITaba sino batulla~, 80rpre:>ag, cargas y embosc:.clas, y toda­,' ía yeo en cl cenLro del jardín paterno un pucntecillo echado sobre na .\Tl'oyo qtlo se me parccía al de Arcola. Veinte veCl'S dc seguida Jo atra­' les;d,)¡\ yo, bl"ncl¡cn~o un ba"tón ell ql1&ondeaba mi I':lfillelo, y gritando á voz en cuello lL mis soldados imaginarios: At]e)antd Tenía ,lit pj'im~ mellO}' q na yo, :í qllleu olJliga.ba á hacer el pllp"ll de llstriaco derribándo­lo muchas ",eces al ugu,\. Cl1:\lIrlO cumplí docc alios, mi padre, yiejo mé¡liro de provineill, mí­r. igó estos aruares bc-lic-osos haciéndome entender que J~l>ía dirigir mis es­tlldi0S y concentrar' uds esfucrzos para obtener e! llip loma de Doctor. j,as ciencias naturales Lcuí;vn para mí bastantc atractivo; pronto les tomé gus­to, progresú cu ollas l'úpid¡une¡¡le y ya iba á abraz,u' la ClIl'rem tradICional tlo mi f~ttliliH, cnando ell H~lÍl:"lIhl'e de 1812, apoleón llamó, desde el campo de btal la ele bloollolYtl, {¡ toJos los estlLJiall~es de Oledil'in:l que tenían sus primeros ccrtilicu¡]ot! de examen. Esta carencia de cirujalloe­¡: ignilicaba ln(ls suhl'p lu~ nctllll:l.'t do \lue tras gUl'l'I'as, <¡lIe todos los bole­tines elel Grande Bjércilo. Sin olllbtlrgo, mis llllilintos militares se des­pertaron '! avrol"cehé ('on el! tl¡,;ia~mo la (~aRióll de Yebt ir el uniforme • . Arranqué ;Í mi padre el con-,cllliU1ICllto y me dirigí á la RlI~ia. Y¡l 3ahes 'loó fut! e. a campana (I). El!) de 1)1(:¡ mbre, los restos dd cuerpo de Ouüinot, al que pertenecía yo eonNJ ,\ynda1'ltc m.l)'or, marcha­n, U) por el ('tltIlillo do \Vllnll¡ cllando (\ las dic3 dú la l\laf1anll, lal'f'tagnar­día lué ení'l~clt(b por ulla IIUOO de CllSncoS mallllado3 pur 1'latow. Un¡\ parte ctd lIt:stacaulPllto logró cscaparsc; 1:1 Ot":I, P;!'C¡II\) yo estaba, fUl! 1'0- 1I\', sin ('~peral' (~1l111l le die:::e mi csp;¡c\a, prl'tendu' quitárlllela, h mhia me c<:'gó y, :ll'l'.lIIC:ludo ul\a Jli~tola del cinC() lid eo~aco¡ ~,t!té atrúa y le hice volar la (:I\)a do lo::! Se 8l'S. Creí qu',) mc dc¿ollal'iall allí mis 1110, .• . .••.•• • pero nó; y ba~t¡L pelJ~6 tIlle, eu la LlHuaciún gen':l'al, edte (1) El cpisoolio Sil~llicntc ele hl gm'rrn de Rllsia, punto de partid'l de esta novel.~ c5.ligm'\)sa::ncutc cxact?, 1..0 ÚlJiC0 'll~{) ~ !1:\·l.u:dIQ U~ cum\;i:\\' el nombre Ikl hé:·t;l(: ,. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. !lA MISCELÁNE,t. 6~1 episo(lio habría pas.¡do ina<1Yerlido porque me hicicrou colucar eu la co· lnmna. ya formada por nnos cuatro('ientos llrisioneros, y nos Cll¡plljarou bien uscol tad os por un call1lUO que se dirigía al Norte. La muela dcscspel"ICión que se ajlo(h,~6 uc nosotros no pOllrá expre­sarse. Los 4ue no SL1Cllmbil'ran por el frío y los malos babndcnt"s, es­talJltn cll'stin¡Lllos :í poular lns miuas de Siberia. Había prohibieiún de h¡Lblar en voz al ta; .Y i,\s IJocas palabras q llO podíUlJ1OS CHm bior en V07. ba­ja, no eran sino déiJil alino para la ::; ondas de alJ1argos pCllb¡trnienlcs 11 (;acla p:t­l" lda q\ledaLall lllut;hos (>nfe rmos y lllorilJnu<Íos. Se dc:c!:lrarol1 ¡¡]gnlloa el:· I:¡P~ ue locnm nostálgica y pudo "cr pol)l'l$ diablos qlle Se uetenÍan de r;;:­jlenk, hablaban con exalbt;iún de Sil p:líl', (lo su aldea, ae l'sta Francia de cielo tau dulce y se 1risiollC'l'o que eolalla á llli 1llllo, Era un jurcn lh~ mi ((l:\ll, fiaco, g!1- lIardo, qlw tiritaba envl\l'lto en los rC'stll~ de su IInifoJ'lnc aznL t)u espal­lla ellcorvada, su mil':\tla lJl'ill:mtC', i>IlR dedos bln.lwoS y pe¡Jihl.uos, SIlS pó- 111 U los sOllrosados ~' sal iell tps, todo i 11" ie:dm en él 108 oí nlornn Q ci ertos de la tisis gnlopante, Y sin emhargo, le: tenía envidia; sif¡ulCl'It él ]lollrÍ:L "ivir algunos días m{ls y yo 1\0' ¡, irÍCL más (¡ue ulgunos ID 111 U Lo,,; \JO sería mejol' ('sio? Pero nó, hL ]¡nmanltlatl está llCC}¡tl a~í; ('11 SCsl'nta Míos que b he cbtlldiudo en sus luchar¡ (,ol1tr:l b muerto lile he convellcillo l!C la existen­cia de st:t ley: mientl':l~ mús 1I1 iStrable es la ' lda, lIIi.; se apC'g:l el hOlll­bre á ella, mús se nse ú la última e$pcr,ll1z:1. de cOllscrl1'I111lhan fe'l su frcnte. Helado por su lJurr:\ci6n, no encontré (!ué decirle. El anc:Ía­llO prosiguió. Despel'tt; en nna cahnlía ele pais:t1l0R que me cnidaban CCllllO mejor pn­{ lían; pai:é ocho días en un dclirio iucl:sallte que me prodllcía lns Tisiolle~' múo (,Rpant.os;:s: ya me veía amarrado. con cl p('cho c1csolHlo, frellte íl Ull }lclotón ¡le cosacos p1'ol1 tos á d i,parar; ya I?criwgn ido por un ~oldl1t1o f1':ll'­cés, sin pOllo!' hui 1', enre(]allo on los pi icgllf:s de mi capote wrtll'. Al ¡¡ 11 triunfó mi natul'lllt'za indol1l:lule y á )ll> HU! entré ('n convalr('cnl'ia, pedí informrs, temblando y en mal r11SO, I~ lo habitantes de Y***. )iiu~lllJ(J subía qué había pasado cuand,) llrgú la c.:úlllllllla ele prisiolleros franel's('s' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. (:rr~nn qne drc·tiramcnte habían fusilaoo :'l. alguno, pero los habían hecho ~lleJ¡¡r e11 a'int'l momento de la ]lIaza. elo la aldea, y de~pnés no en(:olltru­ron 11il¡gún cl1erpo hnm:1llo. Al momento quc mc sentí con fnerzas me Ilispll¡;e á j):tl'tir; cambié el vestido de mi deFgracilloo cnmurada por otro r]e: paisano fJlle me t'!iú mi 1m {'sped ; pero antrs de sepltral'llle del fatal ves- 1 ido, regislré los bolsillos y ,i, 110 sin ell1oci61l, la filiaCión del potre 80l­dacio que decía: 30 Rr~imie1,to de Voltígerús Pedro Dumestre. Lo C'stl'C'ché 110l'anoo contra mi pecho; jl;ré 1Iemr siempl'P c8te cili­cio H'llgadnr, y.-quién sabc?-C'spcré que tal,cr. algún día me a)'LlclarÍa Ú cxpiar mi crimon; me puse en camino, haciéndome pas¡u' pOI' UIl paisa­: no de la Unsia-lIft'llor, quo, reducido á la miseria por U11 illeen¡liu, "ivÍa ,le la caridad 11úLJlica; Ih'gné nI Wilna, .Y un mcs más LU'de, me junté i~ los rcst.os del Grande Ejército en las orillas del Elba. ¿Ibbrá necesidad de dccirtc quC' los campos de bablln de los tres ú.J­i i mas ajJús del j I1lperio, I~n tzen, Leipsiek, Úhampan bert, Watc'rloo, OIC "i('ron siemprc en las primclils ülas: ·Oorrí al cncucntro de la tnuerte ']l01' todas purtes, sin ellcontrarla en llingl1Da. ]~lIa 1110 pcrdonaba por­q \1e sauh muy uicn que Vll cra su e(¡mpl icc. IJa par. S,} ajustó. Pilm dar alimcnto ú la acti,illacl, únira eo~a que ]O~l';1ba [~yeces distraC'rme de mis remordimientos, me entregllé á un tm­la1jo ince~n.ntc . Habitaba cn una cal1C'j:1ela de Pilrí" yccina á J:¡ (~rue}a de ~redjcina, y 110 salía uc mi casa sino para ir á las clases; e8t urliab el resto J<>I día y muchas yeees to,la la noche, porquc, COl1l0 Maehel-h, b&­Ilía prrrlido el sneflo, Gané rápidamentc el diplolll~ ,le ¡locto!' r¡ne, en IU~:lr dl' producit!l1c mncha alegrLt, me }lnso cn mayor pl'rplcjidd.-Q\1é l¡aró ahora, me )1regnnta]¡u?-Hnsc;ll' dicIltela?-Pero )looría Llbrllle por Illueho tieDlpo y entonces me qucdaría sin trabajo, cosa quc yo ql,e­ría elitul' ante to(](\. POI' oLr:1 parte, mi bolsa mal provista. necC'sILt·lm ur­gellten~ cntc que la llenara; ('lWIHlo cRlaba en esttts incCl'lidumhrí's, 1l1l1rió mi parlrr y llle dC'jó Ilna furtlllltt suficientc para as"gtlrnr mi indpl't'IHlen­cia. Úoncebí eutoncc's la. idl'::\ ch' a!>s,ll']¡c'l'TllC C'1l estudios jlrofnl1(los, ]le ro pronto nle pC'l'~ll:}(lí de quc laR ciencia, espeC'lllativ¡ls er:tll conlrarias fI LO­dos mis inFtiutos, y dc 'llle ciC'n "olúmcll(,8 clo teorías "a!í;ln ml'l1')5 qno la (,llrarión de una 80111 cnf'crlllfldat1. A(lcm(¡~, no súlo la práctica dc h m(­,1iri11a 111(' a]¡\'i¡lba, sino qu!' l:tlllbi{n ]lodia ser ciforta ar¡urlla alltigllil miixinl'l (le los filúsofos (lo AIl'j::llllría: Lrt 1IIrdi('infi, c.~ hija de los S'lcíios. (rnlllú I"le~ rápi'bll1onte mi rc,;olllción: ,-illjar. echar ¡Je mí. por 1111 COI1- linuo C:lInl,io de l'C'sidelll'ia y d,' ocup:lrión. los accesos <1c' ncgm mimn­trOjlí: l, cn)'a frccnoncia me h:d,rín an:! trallo EC'glll'a~' fatalllll'lJk ú illeas de' sUltllc1ill tan Cll moua ('11 ('~e tielllJlo. Pracli'lllé flsirlll:llnCIlIl' la nH'rli­cina, :11111rlue ¡¡úlo ('omo aficionad,,; csluye de ]l1';\('lirllllte en Yllrio, hos­) 1ihde~, {i pC'sar dc len('\' mi diploma (]C' ml>,lil'o; fní á C'omhalir I:,R C'pitle­lnins dOllrlC r¡ui('m cI~~e csLallabulJ, y así re('orrí casi iodas las prol'incias de l'n1l1ria. ella tar(lc estaba yo C'11 'l'nl'enn, s('l1ta(lo junto á una gl'an e~t_ nÍ;t, en la gala común de una pos:lrla do lllt1(';\ yo PRpC'l'Itlm p:lclententent" ('1 CUl'l'CO, (¡JI,' pn~ahlt ¡'¡ las oncc y dehia ]leY:trllle {t París. Esta]¡a s\110 COI1 la hurs­]\ etla <]11(' roncaua e11 lln rincón. La poln'o mujer hahía tratadu vlIrias ycces de tralJfll' convcrsación conmigo, pero yo t'shlba eRa noche tristc y l'etmídu, COIllO todas las noches de lIic\'e. y había 1'~8ponc1irlo de mal gra­. do á sus jlreguntas, ni adentro ni afuera turbaua nadil cl s¡]cnciu de la llO-Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. A'he, c!l:mc1o -<'! l'IIído.ele uoo pcsadas bolas r¡llc subían las g-I'iHlas arruina ; novasa do esta noche PI)- \~e srfl,or .J:\cobo~ Da llí.sti lJl& l'Prjo1 no (Iu¡.ere mOl'ir y Juclw con b Clltlertc .... Pero, enand!) l:L hom llega, hay que resignar8(,. (Jost0 trai.J:>­.~() h¡¡ce.rle ]'('('ilJÍr el ClHl1 y SÓ1'¡r!a seilorit'LJuanu qlle, lo que (¡uiere con él, pudo hacerlo confesHr. -Y:Jll r,rl1ora? -La sclinra? ... Ah ~ Selior! Elh cu·jdl\ ftl nilio mientras pneoe y lespnés ~u {t ·1l0:-~11" tÍ. cseonuidll!J. y el seno!' vi \'0 senta.Jo en u Il.t silla • • ¡J IHe dellf'cho sin moverse, y oc tiewpo .en ti(,l11po repite DHI;' hajo, ¡l'l0 vi.enoo 1:\ cabeza: ~'Ah! t('ndré qué perder tnmbi{¡n á e¡:;tc? ... " Td (\ esa y yer(·i~ cuan triste fSl'cot<Í.Úldo ...... Y sin Jll~tljco! .... Qllé hacer? . . . . Qn·~ . )lllCN' y el pobro much.:!~]¡o ~gn~.t rascándose la,cab~¡¡a. E~llonce3 n:.e lcv~111.~ . -l)eC1lhne all1i!?;{}; ,ivís mn}' ¡('jos de aquí? ?'[\.' III i r{¡ ClJ.!l. desco,nfianza; 111l'gQ relle XlO116! -(luí.: tenCIS que ,el" con csoY -Voy:t clrcÍroslo. 131lscúis un ml·tlieo y flll\lfhay nno. --])ónup, }1111'8; dijo l'LeoHien(]u la bala C011 los llj(l~ . Ah! .ni,; Y\"'1l 2'01" i,te á los ruegos de los tres,. se (¡ucua Y sueell oJ 10 que ya hemo~ dicho. Carlos al ver :í. Aurora se queda de uno. pieza. AC:lhn d(! l'CCOI10('C'! ('11 dh á una joven ele qUIen se había enamol'lldo loca 'len.o tll'sdr. su 11 ,. ~:tna ít Barcelona, I,a cspa(l:t se le cae de las Illfil108, pe!'" el viejo Pa­checo ya está muerto, y 110 IHty por allí' á::l muno ningún jarabe mila­groso que puc(la r~SllcltllrlO. Aurora pienic la vi~t¡L y ca i el habla .. pero so enamora eiegamelür­'\ en esto tiello razón estando ciega-de Lorenzo que no es oLro que l.'a!'­los ('1 asesIno de '11 padn·. Fernando, por su partr, que también está cnamoJ'nllo 'le'\nroffl.:­que no la abandona en todo el drama diciéndole .... eraos l)ara '¡\le lo qme· 1':.\ como amante, porque ella no lo quicre querer sino corno hcrru:ulo>, S'7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA lIU:';CELiNE.l Ya II l,( lnllin y por nlH en ln oriJlns (lel Gnnjc8, [~lo (jue parecc, consi­gne UII colirio lllila,;rf1so, eficaeísilllo para el mal de cegnera, :)e "iello, con (,1 muy contento :í. Barcelona-tocando de pnso en Lvl'cto-y ~e ell­cnelltr: t con qt'e AUl'orf\ esUt enamorada de Lorenzo y quc LOl'ollzO y:~ (~llrgar tallllJi('II, Llega sin cOlltraLiempo, Fernando lo I'CCOIIOCC y ~o flan un :lLI':Ic(,n de cúplasdisputáudosc la ciega, mas 110 Plllliendo arre­glar eon \'el'~OS el nS¡lnto quiercn arreglarlo COIl la eSlHHla, Y si no es por­que la mamá 'le Altl'ora llega á tiCllljlO so matan como dos pel'l'os, que Jlahría ,i,lo lo IncjO¡'; pom, desgraciadamcnto no sucede así, \'uellns ii b "nina las ('sJl:ld::q entra en jUl'go el colirio mil,lgroso quc ha dc devolver ltt \'I~ta tI "1lrorn, La m¡¡lliú f]niere qnc la cnren, Aurora por wpnesto y Fernnlltlo 1amiJl~n, pero CUIl la cOlldi('ló:1 de (jue Aurora Jo ame, Er;~ mny genero30 como médico, Carlos b LOrCI17.0 piensa de otro moclo, iS¡ Aurora \'uehe H. Y~r recOOOCe1';l en él al matuLlol' de su }laul'e)' nsuntú conc!llílln, L¡t mllmú con los dos ojos S;lll0S no había sido capaz de tall­to, )' TlO punle Iicg'lrse que fl1é ingenioso rccurclO la ceguera de la hijn, Lo del (,,¡lirio' da margen {\ un largo alcg untnr. Ilny un inptante de a,l1siC'(]au esperando el re3ultudo dd n]("licnmen­to, LC' f]l'ilan la ycn¡b dc los ojos y signo en tinieblas, Hel namlo deo­fallece, L:I e~jl(,::llIza hincha el p('clio de Lorenzo, Pero !lO Ll'a posilJle que 1';111'11':1 un l:u}irill de qUll'n Damasco hahía admirado los prodIgio" Ltl ciega \'í' al !In y sneeue lo que Uarlos haLía 1)['t)Yisto, que lo eOllOce y, , , ,sc u-til1 ,,,ta IIlucho. • C,lrlOS ell t:ln dnra situnciún abre la puerta del fondo y :llll\l'C'cO JJlU, ' illlmillado l: 01':,;1 1' tlf~ manas, ,En su pre~el!ci[\ se (la ul1a pu5lalada de eSl!s que 110 (l('jall 1111<1<1, para cumplir (¡ l\l1rOra la promesa ql;() Loml17.0} , hahÍ¡t ht'dlO de f'l'1' el \clJgauol' de ciU padre, Por eso-porc¡UP l'1111l1'1<' Sil ]lrollllO~.~-Anr()rn-f]lIe e~t:i allí de cncI'po presel1te con 1ll:111l í y l'Ull Fu" rl:.lndo, ¡¡lIe !lO I'alta nunca, clIlllple Ülmuiúll ]1\ SU)';¡ d:l1l,1, llli(~l1tr:lS 'lllc . \111'01':1 y ~l¡ llrn:¡ lil iudil1llll so¡'w l'} (;uC'rpo de Carlos quc tod nía d('l:ía cosita~, l'll '\'(1.1) pO\'­SUPlll', to, l'obre F"rJl:tnclo! l-íl111(,:l Sl1pimOR ql1ién fu', ni cIl qlW par!' ~ ·Otr.lllO'; <¡nc á la pobro 1\111'01':\ no le hahía vuelto bipll la ,;¡'Z ('Il b petiplf'Z;¡, El ca, o no era para !lleno,,; rol' 1IIIItar Íl Sil liad re, ('na!l1fll'l1r~(' Jcllll:.tadol', perdf'r la vista y 80brc todo tener siempre al 1: .. 10 Ull cil'il'.i como Fcmando, son desgl'Heias (¡uo no le pasan Ú cU:llquicrn. Y'L Hal.en las llllichachas qne Lellgnn I:~ desgracia tlo po!'der {¡ Sil pn­dre a~rslt1;vlo, que debcn Rel' muy pl'oc!l\'ldas en l'IUO!'C'ti; pOli¡Ue 811('1(' ncoll!ecl'l' (¡ne ~e Cllamoran clcgarrH'lIto del aacsíno. )' CjIl(;> 11Iét!'o alg111 amante pcg:tjoso se ya {¡ la ln¡lm á. tr:~el' nlgún elixir mJ!agl'o,o\o quc !t's tlevl1clra 111 vI6ta para qlle rCCOn07.Call al :l~esino, y éste en ~1I ul':,espl'J'ata lo .Jr;;trmplaclo ele 1111 gritn ó lo sonoro de ulla eRtrofa, y lo h'\c('l1 rpir los pa­F: ljlS lIlás tri~tes, prueb:L J\1eltllíroca de flue tiene mús deseos de cJil'ertlr­~ e que ele í!;pl11ir ;::,i cl :-ir. G utiórrez L:dorre quiere acertar, ponga cOU1e(lia~ chistosas, '1 l1e mcnud(>(:o.n (:11 Lxtr:n agancitl~, rll figuras grotC's('as ) soule todu eu 1'0- !1:L Yll'ja, Bsas t[¡)gedlas dc hrt'0 :t1i.'nto 111',·, ~it:lll ,Jíra c's('('na. 1>ara C'oJldl1il' lllegunt'LI11 posee el r emedi.o quP hu. de aplicát",m al mal que :I.(ptf'ja las alm:ts . ..Ilas 1'/1 el lllO 'imiC'nto pl'c('ipital1o al' In. yi<1l1 modrrnn, lu~ im lwe­siollt'~ se hOrl"l1l1 pronto y la atplwiúll, 1l;tm:1\1a. h:H'ia llU '\'0,' ol'jt'tOR, ~" 111':I1"ta pre,;t,o (1<>1 (lile la hahíalJ1.p()cnpndo sin Iog-r¡ll" 1ijarla. Y ('OTIlO los prol¡l<>IWIS Rllhsi"t¡>n aún, y Ir,!; mall''; se ng-ru\ ¡tri Rin ('<.--<1.1', en Jlin~IlIHt {'}lo('ah" sido mil!; ncee,.::trio recoger todOf, los ¡!él'nH'llL's dt:l Llz y ele vicIa ('onlPlli(los 1'11 las palabra:;; qlle para la h01"11 ple:;cllle han 11rotaelo dI' la Y ('1"(l:!(1 E t<'1"ll 1l. Volvamos pues á l:t cllcldiea de León XIII, ma<; 110 pnra cRtlHEarla ni.slndarnrntp, lo C}l1P yl\ h~, sido h('('ho f'1l ('sta. mi"ma PIIIlli":,C'iúl\ ('lm f,mp\'I'¡(lri<1acl iUl"ql1ívo('a, sino pura ('ollsic1erarln ('milO p¡trto dl' l'l'¡t sr1'ie ,le tlf)('UID('])tos l)outificull':-:; que hemos llamado la Ubm dol'!rinal ele Le61/ XIII. Obrf( hemos dirho, y con ROUl"n dE' razón, ponJlH' (!1lien ..¿¡jc~ t;lIllJunto cuyas partes C01lcurrell á formar un todo, á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 630 LA ~USCEL.t~E.\. sebl'enatnral v el l1¡¡,tnml. El medo de realizar esh1. obm ha (,cll1sistido en romhatir ¡lltrl'llntiyamrntr uno y otro de los extremus opuestos en cuyo medio se baila la Verdad, exLremos q1le parecen atraerso uno á otro por ]'e:leeiones sncrRi\"a~. }~l cOllcilio de 'l'l'ento acababa :1penas ue formular h teología ¡; de la razúu en eam­po ve(htdo, Gl'l'g'Ol'io ;.;vr y Pío IX n·ivindir·a'l en61'gitanll'nte lo~ den'­chos (lt' csta. mii:iIlHt Raz(¡n, establecCll qne los tiene y SCíl1lbll ba:sta dónc1 ' llegan. J :-;c ht rUilltl. va ,í rea­lizan;\.! la ,J,bol' u('ll,l'iuul de Lcón XIIJ. 1 Ira IIp!:;(H]o la 1101':1 de ('Oll<1rl1:::l1r, "n l1THl síl1~esis vigoro!'a, les 1':1- yo!' Slw('~íVOl< flne lwn hl'ota,l(, de c:ta gr¡;n lnehn. de la l;:lt>>;ill. Para ;',llIsl'~llil' l'~t:~ sínteHis, ('11 'I¡;Ó punto de yit'bt se colocl1rú LCÚll XUI ! "~l1"stJ'o u;mh:Llr, dire, 110 Fe ha, dp}¡ilitnl!o. Es tanto m;Ís nohle v !'levado por ~a lllltllrah'za. (,:l:lnto tiene por ol)jrt.o no s610 la dé­fen: itt y b illtegr:ll.Hl (1~ la rp,ligiól1, sino la dc la lIlisJllil. ",ot:i,,¡].HI ei, il, y 11\ rr~tanrnl'iún. ele los priulJipios qno ~Oll fuudamento de paz y de vertlader.t pl'ospel"ldac1 (1 l. "1 rl'~'tnblf.'('lll1irnto dI' los principios qnc son el fnndnmrnto ele 1:\ 11H 7, y de h vCl'(bMr:t pl'()~JlI'ridild! ;,Qnt> qniere üerir ('sto? ;,Acaso ('ste gTan papa aparta. su vi.,ta de In. obra sobrenatural de la ¡;"wtiftca- (1) Alocución tÍ los canlenalcf., 27 Junio 1878. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .f:ión ele lit unidad, y e. t(' rfll'úd('l', ::iguo dislinti,'o de toda rns('íll\m~,t ('atóli¡'f\ genrl',t! Ó particular, :<0 1I0t¡L espe('ialmenle en In pa1a],¡¡1 dt' ,León :x JI!. La rD,eñanz:l e:üólicfL, sra que exponga las COII. ('('urneias <1\'1 dOg'llfl, en ¡;rneral, !;Oca qur pOllga en relieve un punto ot-'termina­do, es sicmlwp Olm1 ul/a. La pa}¡lbra de León XIII. tn.llto pOi'}¡]. \llant'­ra de S('1' del PontífIce eomo por la lnFllpl'i¡t qne ('useüa, rstÍt pa"tic'ular­mon te dotac1¡¡, del rarácter de la nnic1nd. Lt'ém XTl T e:< un p:\p~ de haber de~tl'Uído la f t'. No se trata ya (1f' un he(·!Jo par­ticular, ni de uno de esos rlTOl'O~ pn.r('i¡jle,~ 'lile f~!)n h!-i enfl'l'Hl<'c]adu; del prllsflmiento C'ontcmporáneo. León :-;111 se ('!l('urntra <1l1tt' nna r1l­fermedll'l J adiral (lile lu. alranzatlo ~'a á la,.; últimas profulltlicl:ult" d,'l ~11ma llUntl'.l1n, (le donde se eomJ1nir:¡ á las .oeiedadl's. En esta hOl·:t suprema, l'gte pontíti~r, qne ps l:t voz oc la Ig'legia, pl'olongn. rl ('l'O (le sns g'l'itos rll' alarma, y d" 8\1 enf'el1llm:a docÍ1'inal. Ue>:umiplIdo, expli­cando y nplicnndo la obra ejrt)ut:ttICl. desde el con dio de Tl'(>nto ha;:ta. el coneilio del Vatirano, cond('n~a y o\'du(:e lfJ fórmula R()(!Üt! de esta obra, fórmula, que podría llegar á ser la salvadora del mllUdo. El:pliqne1l1oR esto. La l¡:rlrsia es una sociedad prrie,~ta, drposihlria (le una Yrl'da(l qna no sr OHm hin, pero que se dl~;:Hrl'olln . La I ~It'si:t lu1C'c YCl' >:lH'ISi \ ':1- 111entc lo:; difet-enies m:p('cto:;; de lu. Yerdad. llH'oiante 1111 tmhaju do~­máti ° en [ll'mollíft ('011 las cvolu¡>i{)nes, JlP¡>('sid¡ul ps ~' dpsalTollo del (,f,­píritu hUllltlJJO. Hay, pnrR, llnn. historia del dl'sai'rollo dPl tlO\!;iI!n. p¡\(ó­liro, en ('nyo primer período, el dr 0poRiciún al dogma de la Di\'ini(hd dI' la ~. 1\ r-;oOft de la 'friJlltlad lkntbima, todas las eOlllrovt '¡.:ias de la él' ,',1. Hnhnn por o(>jn.r lIetfl.llll'ntp definido CRtf' dogm'\ rld sÍlilholo. Los ,',tdres.v Dof'tol'es del siglo ('uarto ilustran la fe> por Jll(>(IÍo dl' la cielH'l11, y fOl'man de 1ft teologílt .Id r l'!'liO Encarnado un foco illll\en­so d,'lnz. A los ti¡~mpos de la lllr}¡a qu<, ilumina al mnndo ~ig'lll'lI las t~p(wnr: (le fllt'llll P:ll'[llllorig"('l':1l'lo IlI'\':Ína()lo á lu'omon:ll';'p Ú la t .. :'u'l;,,:t (1t·1 Eva!l~t'lio. Tra::: tic l,)!': h.'l'CRial'(·us "il'I1('11 lo,; l):'n'baro~, '1\11' llllll COl!­qnist¡ j(lo 1'1 mundo, ~- r~t:ín d.,.,ti ll!\(lo:-; {¡ ~f'!' ponqni,d ¡¡d,):-; Íl la ,"p!'IIad por];¡ 1;:le"in. Luego ~l' lI"~n ni llJlOg'I'O dl'l tlC'';lIl'l'ollo ,le In f'i\'lliza­ciún .'ris!i:llIa,. 'halado po!' ,'anta 'I"IIlIÚS. E~t:\ lllln!m rn. or In Tgle:Ja l"'aliw /'Jl d dominio dl' la Filf)~f)fía .. 1 id p al'I1H' (,11:1. SI' h: ;,ít\ propu('s­to (!11 d lt'lTP!lO );o(';al: l'P('ogl'r ~- apl'ov('(,J.al' la partr :,:l1ll! 41" la IH't'('ll­cia (lel mlllldo pa.gano, llcvUl' los Va.:OR de oro del l·jjipto 111 t"ml'lo del yel'dad,l'o nio~. A parp¡,j(¡ la Rrfol'mn, CJ\lr rompió l¡\s frllrl!(·ioups ele la <:ien('ill c'isliann ('on 1IL ulIida(1 el!' la fe, y l'eu lidJ un" 01,1'<1 d,' tli"i~iúll , }iepu1'ar la razón !l,'la ir ell pl hn!l11Il'P, la volnutHc] dI> In gnu'in t'n el rl'istiano, .Y la Hl1tol'idnu de la lih~rtad eu 111 socic(llld, ef' fH'ni:,,· t'll'rti!­(' ipio que! lellde á dp:tcrr:tl' Ú DiOS el!'1 lllt1!l(lo, y á <'1'ig-il' h ¡.lItonomÍa d('l onlr11 p:1tul'111, es dl'(·il' su inditlo d alli:;!l!o á (j1H' 1I('vn. la H('foJ'nla. ~ . • h-",\lp 11n f!l'illr,!)io lr:lbaja P'lI' rt'~tablec'l' la n.rmo11ía intel'nllllp 'elP <1el.'i1'''(' CJ\lt' d!lrante los tJ'(,S 1ÍltiUln& :;iglos';11 tarl':l doetrinal 11(1 ttllÍ/lo un mismo ubjeto: definir las l'l'lnei()lIe.\! precisas en qur est<Í!l el orden Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I,A :mSCEr..C'EA, G3] ('ión de las almas purl1. ocuparse en la ohra Lumrma de b l'ehu llilitacióu de las sOI~icd¡1def ? Es que, :~l primer golpe Je vista, ¿ILn üi~('crnido la causa única oe los fel¡Ómenos nníl tiple:; del estado Roe:::!, y l'I papel que toca ú la Iglesia en cst,e pel'íoJo de<.:isivo do la yúht (le IDs pU('hlo~. Pum haeor comprender la importancia del papel qae ála I;.dC"Ül toca, es preciso ilnstrar un pnoto que ha de sel' el eje solJl'e que g' ij'(~ toda 13. <\rgumentaei61l de León XIII, exponer los beuefkio. del Cl'istian islllO en el orden Rimplemente natural, y abril' nuevamente por o:;te medio hs víus que llevan ú él b~ almas. y para hacer apreciar en lo que "alen los bl'neflcios del Cl'istianil-i­mo, q UP pupde COll ycrtirsc ('n remedio, con viene hacer pulpar los ma­les que aquejan á las sociedades i>cpamJa de él. Desde la primel'a vez en que León xur hizo oir f.l mundo la pa,lÍ, lo;;; hOl'izontes de su obra bü(:ielldo ell'ecucnto de laR enfel'meda.d. 's soc::!'''s r~), 'fodos pue­deu l'ofel'i¡'se {t una causa hÜstóriea. el l'te rnor ha ellgl'm1mrlo P::;,) grupo d(' I'n(,!'t''; (pI!' Ler"ll . -111 cnlifielt di('il'n(lo Ile elloí' <[He "1:0 o"j¡tn intacto liada (!<- el,anto ha ~ido ¡.:ahianwllte c!:'tahh,('idu por l:¡s ]I',\'('S divinas y ltunHulHs para In ¡;('guridao y el houor dI' la "ida," .I:~. Cf;tC ~l'llpO lWJ'­tenec( 11 el soeia!:¡'lIlo, f'll,;ific<.wi(1Il J,el l)l'i¡¡l'ipio cY3ng-l'li('o oe la igual­< hui de la,; alltl;!:';, qu P (1e!1tt<'(' o,' I¡\ li'llul(1'Hl Il.Üllnll de los homln'es h llPg¡ltlón de las jerarquías ~oeial (' :; y la dl's trnl:('ióll del poLler; el COll1U- (Z) Encíclica Incl'us(abili, (3) Encíclica Qnod apostó/id, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. niSlllo, que aplica al derl'eho de propirdau ell)l'ineipio IIne hl1 set'viu al n!lLll1'ali::,mo para dei:itrllir el m<1trilllooio y el poder. Sl\ enéuentr,~ :1l1Ui tmn lJiéu en lugar de un uereeho mÜut':11 y ¡~IJ:;oluto Ull del echo éllyO }>l"illCipio y cl'ltl'l'io i:!erÍllla sociedad, y que por lo mitllllO POUtÜ sel' calificad.o, supl'illliJo 6 a.hROl'lJido por ella. Apal'cee entonel'S pI pr()hh~ma de uo estauo social en el que tOllos Jos individuos S011 iguales, y pOl' lo mii:ilno '1\ ú;ren poseer y gozar tO'­. lm; ignalmcnte. :El paganismo h:chl'íll ilpelallo p:1I'a t'ei:iolnr el proble­ma iL la eSt;lavitlld; el n¡lturali"mo hasta hoy no ha hallado otra i:!oln­ciún que b revolueióu permuneute ó b uestnH't:ión ue las iustituciolles fnndauas por el Cristianismo, lo que es. según lo demuestm victorio­samente León XIlI, el objeto o('ulto pero real de la franemasonerÍu. Sólo la I¡;lesüL posre medios de re~olver el problema, según 10 ntes­tigup. n numerosos ('jemplod de la historia de:,-pl1és del principio de la :Era. Cristiana. La eiviliz,v'ióll sin la Iglesia, ó contra 1<\ Iglesia púm en la gmn I'l:ina que vemos hoy. La salvaeiólI c:;tú pues en la recon­ciliación de la. socie.lud ~oa la Iglc.... . i:.l, Y la manera <.le llegar á conse­guirlo es 10 qne V!1. Ú mObtrúrsenos eu la cncídica. .Et~rni Patris, ( Continuará.) (CAltTA DEL PLLÓ~ P. PISO AL PANZÓ.x 1. CAUO. ) Lect.ol': Como todo nieto dé ahucIa, yo tengo HU" manías. U na de lar; ljlle en estos {¡ltilno,; eill(,o lOeSE'S se HIP ha,n metido entt'C ceja y ct'ia, Ú m('jo!' dieho, cn mi yú sel'a y llm'á musa ccrebral, "S la de estudial'.­annqlH: no soy médivo ni f¡lrltla<:euta,-lm; propiedades medicinal(;s del :'trllien. de n ucstros pún:L1uos. P¡m1. dar pábulo :'~ este e;\pricho qne lluiziÍ raya en chochez, hnbe lle Pl'llil'le ú un mi má" vipjo ami~o, Ilaturul lle la hoy Provincii1, c1el ::1m, un lII,wojo de Ja plant: llne tanto 1m dauo lplé pensar á este oscu­ro é l~tloJ'mlll·. pero entu .. i!~t:~ herhollLrio. ~li n.nti~lI() ami¡.;o mi' (>\lviú. no uno "ino ('ineo grandes mn.­JJ() j()~ ('!ivudtos en carta', .,. püpcles inútiles; y ('omo Ill1tl('lt puedo vel' un:\ lptm sin leedn, :lnuqn.) ::1('11 eOll el r :1.\)o del ujo, tuve 11\ pllcie.lll:.i:' , proverbial en mí. de Ic~l' r.odos (; :.;OR papeles. Con mucho trabajo lo· ¡,(l'l' jnutar tOlbs las hojas de \111<\ ('urta !'scritn. tr 's ll1esrs hil, curta (p. ,; J:1C pnreció Cllriosa y que ('OHm tal ¡;c la trascribo ft U., diRcJ'eto le~to . , :~() lellg'O eserlÍplllo pam tilo; porllue si 1:1 perdona quc retibió la eurt;¡, no 10 tnvo par.\ darlt' el (kstino IjlJ('le diú, claro ('~, qne le fué indiferen­te l'Sit leutn. pablicid:td de lo:; papeles uo j'l'servados que en lllontouei tI(· :"t libra. Y¡lll á parur e1l las tlent!us y eoufitel'Ías. Oon ('SLe argum(·l. tI) d ~ (,layo pas'l.llu y l'I'llJltl'ha(10, doy fin á ('sic preámhulo. y princil)!.<)· la enpia de la c:'., ta qu(', j,l:>~:\ Ó il.lj,,;,tu, tic meleec el título de C(>­~ O$ !J cu~as de Mi!dcllEn, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J1edcllín, 1? ele Febrero de 1887. Querido panzoncito y consocio: Muy apesandumhrado, pOl'(Jue perdi Cll el cnmino 1a yeg'na ,daza. 11n, lleg11é á e.lta vil:;t hetl'l'úgeuea dOl\(le la villa y la IIllll'rte se dan h lJlltllO, doude h<1:V resethios de p!OviJleia ... rlr'j.t y oculTCllcin,s del ~ igl(J ele 111:; luces, dOlld3 ~o eTllpttrl-jau y Imeen la~ ¡mees el raizal abl'umadt> por t.odo el pelo de let dehesa, llullflno aparentementc regenerado, y d ]('dlllg'llillo frívolo qae como p,ttnt~L c.x:ót,ic:1 brota al cl.dol'cillo üe 1!. civili:wci{¡n Jno,lerna, IIe visto ;t(}uÍ ('osas tau l'Ilras, f{ne todavía no be porlido definir ese ta 80elelh1.tl de retazos cuque uo pn,domin:L ningún color y on qne do 1111 lJllrrio á otro, (1.0 UIla eaSH Ú ot1'('1, ('<1m biall los gustos,-por lo l'egll­lar capriehosos,-y las opiniolles,-easi &ielll]ll'c exag'pmd¡lS, No he pOflido ohs(,l'val' en l\ledellín eSib U1tida son co~a!S Je tejas jJut'ft atTi,¡a y de puertas pura a:, se sientllll 'l'()l': i1c!1t¡ só. lo sin'c p:ll"L ~:tlisfac'el' vallú.ades m()lIÍt ~t'i(,lls, .. \hol'l1, si U, vil'l'll (lÍ>. 1110 alguna;; ,1,. es tus lJifias o,.]lan {l p'-'rrlcr ~llS Cllealltos llatul'ttll's (!Ol~ in::; CO:;lU ',tiC:I)~ y 1m; "xtra\'ll, ;:\Ilcius (k la lllod:l, !Se qnednrílt putrifil'a. do ant\' C::;(l J.e¡'oít'lllO osenr,) )' sin l,l'emiú, .fe1':l1':>;0 ue los hllbitall t\·~ de u na ciudad populos;:., 4t1f! ('omo 'l'hntalo &0 murl'C de ,'('u cun el a~lla de la cultum y el paJa.- 1 iempo ítlos labio.." De etlto J'~slll"1 qu" jov<:>t!r>itas pI' 'cio:3l1s qnn ha. ('ell csrl:c"ws ;;upl'cmos para eOll~(,l'var pl'il~~ores y }oz¡wías (Jlle la /LO­Giún (J.1 tiempo.\' de lo:; unto::; eeha ú perder, se qnedan pan ve¡;tir i¡ l{I!;~!leS y '1.!lgdito,<; Y qne mUdll)S Vl\n:lles de (1.::-:::'::$ tomar cn lt:.s, li. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. h\. )llSCELkKEA, ues ul'l galanteo, se ntn llletiellUo en les euarellta aflO:' ~. cn los casi- 1l0S, sin acordarse de qn(~ cntrr <'11atro p:n-cdes ,¡urdall, ,'on todas l"llS plnmn.", c'cntenal'cs de p¡üomas cándiclas que por falta d..: 1m ~!(\,\'jl{¡ll atento y obsequioso, estúll en camino de convertir¡;c en lel'llllz:ts. Ba I.'ambio. me diCt'n qlle se snelell ec)ebral' unos matrimollws .. , . ay, ami­go, qné matrimouio", qué eoutmstes, qué U.bPl'l"'CioIH't', (1 110 JlI;~et'ia! Sobra pura dejar {t un Dlol':Llista haciel:do pnchc¡-os y \'utos de ememr­: le \'Í \'0. Cuanto á fragili(hdes humanas, est.a cind:1'l, fl11n(11lr no es jnstp., 110 t'S tampoeo un t;emillero (le almas para, el diablo; ,lqUI llO ;;c ha adima­< 1o, como en otras p:ntes, la costumbre de que tOllo,; les ('¡wtell el juego i: todo::;, todos dc~pnda('cn en unkt: plática ha:;b al a[[.i¡~o :ntimo, todo" pomcntl'lJ, anali"t~1l ," dp"lJlenllc'cn 1m; "ucesos _'l'serv:.dos qUl' hu..:len á tr,>pezún 6 cllÍcla. Sujeto;; ha h:::.hido aqni qw: (l('~Ilu{':' dI' hphul' en· l'iqnel'ido ú costa de lus pobres, de~pn(>' oe haber lIlednHlo ;t lu ;;OlDlll'a dd :tgio, oel pemlbdo Ó del prevaricato, detipués de lube)' p,waudalizél' do la inocencia, y llI:tl\cillado la purt'l.a, han s.¿gnido con {'lmismo eue­. "O con que l1aci(,I'OIl y 11:\11 con;:('~~uido houorl'~ lial''' il' tí oti.'¡t parte {t t~jel'cita,r sus mafla". Aquí:=:e mUl'mnl'l1 (~()nlO en toda t.iei'r:1 de gnr" lHlIIZO¡;; pe;'() est¡t mnrlllllt';wiúa no <:''' la UU! t~nliintr el wl'l'i'Ule y SdYelje ar.}¡,:lo de linel!uso en pie, con un mo"imiento brusco, el señor que estaba junto á la. mesa central. Con los ojos casi en blanco, los dientes apretados, páli­< 10 el semblante, cenizos los labios, erizado el cabello y accionando con dureza como el escolar que pronuncia su primer dil!curso, empezó 6. de­cir con voz fuert.e y chillona en que había acentos de china llorosa. y aporrada: "En verdad, en verdad os digo que lu¡', eterna brilla. y brl­lIará y que desde el cóncavo eterno del principio hasta el confin de los confines habrá idealidad que deiftca, idealiza é indemniza! Lago tran­quilo agitado por pedrnsco que á su fondo cae, eso es el tiempo, eso es el espacio: soles y más soles, mundos y más mundos S8 suceden en JlrodLgiosos y gruesos chOlTOS y en silencio as cascadas por los ámbi· t.os de lo inmenso!" En este estilo monstruosO y retumbante que me dejó con vértigos de qulumpán, siguió ensartando líndezas retóricas el estimable médium. y , cada pausa,--que no eran muy largas, porque de ese señor si pue­de decirse que se bebe los vientos,-hacían manifestaciones de aproba­ción Lodos los socios, que con la respiración anhelosa y gmesa2 6l a baba Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. se encfintaban escnchando aquella. elocuencia alta ... . rle punto, cono las conservas llenado1"as que ahí en nuestro pueblo fabrica tIa OltlleÍl. -Qué tan me decía á intervalo' mi vecino. Qué tan lindo halla, ah? Parece una máquina. Hace días que lo persigue UIla ánima la de un tal Cicerón, y no hay moda de que lo afloje. Y si U. lo ! Veo millones de gusanos que viencn 6. devorarme! -Servicio fiaca le han hecho Uso á ese pobre espíritu, le dije Ii mi vecino. -P l' (jUÓ' -Porqlll~ €~U'~br ú oscuras y dormido, y U s. lo han despertado y lo proporciom ron lu¡ nora que le sirva de tormento. Dentro de poco, por culpa tia Uiti., la 'á una res gusanicnta más en los potreros de ul· tratumba. -Este hombre n cree en nada! gritó alarmado mi vecino. -y amo A e )11 ve cerlo, dijo el mfdium el1rarándoserne. Supon. go que U. no yj ne pe. r pa ar el rato, como curio o si n fr. -Supone mal, COl testR, porque vine por curiosidad y no tengo na­da de fe en asw a8un 7. poro lo asegmo que si U. mo convence, el cs­pi
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Miscelánea: órgano del Liceo Antioqueño - N. 4

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Gravamenes ad valorem aplicables a productos agropecuarios de referencia sus sustitutos productos agroindustriales o subproductos

Por: Direccion de Impuestos y Aduanas Nacionales DIAN | Fecha: 2014

En cumplimiento de las disposiciones del Sistema Andino de las Franjas de Precios Agropecuarios SAFP segun las decisiones de la Comision del Acuerdo de Cartagena las Resoluciones emanadas de la Junta de la Comunidad Andina y demas normatividad vigente
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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Se determinan las metas de adaptacion al cambio climatico en el marco del plan decenal de salud publica

Por: Ministerio de Salud y Proteccion Social | Fecha: 2014

Se recuerdan y determinan las acciones y estrategias para que sean adelantadas e implementadas en el nivel territorial con el fin de dar cumplimiento de las metas identificadas en el PDSP que corresponden a la adaptacion al cambio climatico y respecto d
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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La garantia de indexacion de la primera mesada pensional aplica para aquellas no prescritas causadas antes de la Constitucion de 1991

Por: Corte Constitucional | Fecha: 2014

La garantia de indexacion de la primera mesada pensional se extiende retroactivamente para todas las mesadas no prescritas incluso con respecto a aquellas no prescritas causadas antes de la Constitucion de 1991 Se entiende que son las comprendidas en lo
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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La garantia de indexacion de la primera mesada pensional aplica para aquellas no prescritas causadas antes de la Constitucion de 1991

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Consecuencias renales o cardiovasculares por el consumo indiscriminado del ibuprofeno

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Se ordena al Gobierno Nacional que reglamente el sistema de emergencias medicas

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El Decreto Ley 2025 de 2013 que modificaba la planta temporal de empleos de la Contraloria General de la Republica fue declarado inexequible

Por: Corte Constitucional | Fecha: 2014

La Corte Constitucional declaro la inexequibilidad del Decreto Ley 2025 de 2013 que modificaba la planta temporal de empleos de la contraloria general de la como consecuencia de la inconstitucionalidad de las facultades extraordinarias con fundamento en l
Fuente: Leyex.info Formatos de contenido: Otros
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La Miscelánea: órgano del Liceo Antioqueño - N. 5 y 6

Por: | Fecha: 1887

j:--. REPUBLlCA DE COLOMBlA'-DEPARTAMENTO DE ..l.NTIOQUlA LA MHGELANEA ORGANO DEL LICEO ANTIOQUEÑO Ns. 5~ Y 6~ '{ MEDELLfN, .JUN:rO DE 1887. } SE1tl. In: 1"."" NIEVE [CONCLUSIÓN] {NOVELA TRADUC'lDA PARA. La Xt"$celánea, POR N. R. R.) Al ' sa.lir de la aldea, conducido por mi guía, tomé un atajo por donue ~minábamos con mucha dificultad. Un cielo sin lnna, sin estrellas, de un:, lobreguez que daba miedo; la tierra helada., dividida pur cercas de mallt­la, se extendía á lo lejos cubierta por una espesa capa de nieve. La IO ll .Je la linterna que oscilaba ante mí mp- fascin&ba, yen vano trataba il4: Tloner el pie en lila huellas dejt~das por los graudes zapatos de 1!'mncisco. Ya he dicho que no me gustaba andar por la nieve cuyo aspecto me cau­saba aiem pre un terror supersticioso, y cuyo frío penetrante y particular, me recordaba, ademas del acontecimiento que tan hondamente pesaba !IJ­bre mi vidu, los hort"orosos días de la guerra de Rueia. ~obre todo aque­lla nocho Rle sentí:\' muy mal y tuve necesidad do envolvel'mo en mi capll J de recurrir á toda mi energía. El pensamiento de que iba quizás ft sal . • l'r un enfermo me reanimó; hacía cinco ullos que, siempre que tenía esa felicidad, experimentaba un alivio singular, como si así hubicra arranca ­do á la Providencia una )1arte de mi pertión. Ya comenzaba ¿¡ hacérseme hlrgo el tiempo y pensaba que mi gnü, me había ocultado 1:\ distancia que debíamos recorrer, cuando oí unos la­dridos; lejanos al pri nci pio, !:teron Ilproxi mándose hasta q ne aparacieron dos enormes mastines que casi apagan de nn golpe la linterna del paIsano. ,uien gritó: Vamos Turcol Con malla T",eónl No tengá.is cuidado se­Ilor, seguidme. Francisco golpe6 con el aldabón y uua voz cascada flll­pondló á esta sen al: -Quién va? -Yo, abre Ursula. -'1'me8 al médico? preguntó una vieja, descorriendo dos gruesos ce- .rojos y haClondo crujir la puertA sobro sus goznes. -Traigo uno, poro no es el Dr. Berthier. -Ah! dijo la vIeja en tono contrariado. Me puso la bugia. en la cara J 000 miró estupefacta. Después, diciendo que iba á prevenir á los duenos, me introdujo :! ana pieza del piso bajo. Era un salón sin fuego, alumbrado solamente por una lamparilla cu ­Ja mecha habían bajado por economía y que yo tu ve el cuidado de snblT. En la chimenea dos enormes ramilletes de margaritas y tie mal va-roslIs de mano, en globos de "idrio, formaban cUlldro al reloj. Sobre este monumen­to de mármol negro habín una Urania de cobre sentada sobre la esfera el.'­Jgto, con un oompáa en la mano) mirando al fondo. Pegados á la p3- 27 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. red, uos grandes cuauros representaban El C01l8eJo de Aldea y apestadas de Ja.tr.a. En la mesita redonda cubierta con un tapiz ver­de con ramos rojos, babía varios libros de piedau, E'~ Hombre del cmn­po dc DelillEl, las Poesías de llimtane,s y Los Incas de l\fi~rnlont('1. En un rincón nu piano Luis XVI. Una persiana con paisajes suizos que t.a­llaba la chimenea, una arafia envuelta cn sn cllberta Je sc::la 'fel'de, las butacas:y lils sillas, ool<>cndas á Jo largo de la · pareu lonudas en tela de percalina blanca, todo en fin r~elab!l nno· de esos salones deshabitadas, en qne el poh'o, echad.o por la escoba de. un ri.t¡cón, va á. posurse en otro; respetables santl1urios de familia, impJ'egnados {]el perfume de esa meula­nía campesína¡ que no ubre sus puertl.ls {jo dos hajas ·sino de mal humor y forzados por graves cir.cllllbtancius. Pronto entró un homure como do cincnenta anos, de baja estatura" l'obnsto, de color subirlo, .los cabellos ya.blancosl con g.l'Hndes zapatos de--· heLillas que no dejaban ptrder ni nna p~l1garla de. su estatura, medills chi­nas, camisa ' do,puno y levita.. gris con botones 00 metal. Se negó á mí con ese .alre- tranquilo y sencillamente afable que da la vida campesina, y me hizo sen tal'. -Mil gracias c1oy .. al oielo, sslior, que os ha ¡¡nviado á nuestro pueNo precisamente cuando nuestro médico ha tenido Ilue ausentarse y estnmo¡. anlcnazados ue perder un hijo .... Su voz ·tembl&,y no pudo continuar. , -El cielo, sonor,. no tiono. nada que Ter en eso, le respomlí. -Oh! síl , El es.qllien osenvÍl\ ..•. Pero, agregó después de haberme mirado, parecéis muy joven. -No. tengo sino veintlséis·allos, pero he vivido mucho y además ..• ' he visto m nehos enfermos. -Oh! seilol', no c1'eais._ .. Exousadme;.: yo no duuo .... Poro es mi hijp, sefiol'; un nino de qninee allos. -Si lQ permitís, iré l\ vedo, y esto será. meiqr que todo lo que po-liáis uoeit'.mp .. -Ah! ya,lo creo. Vamos,. Subimos. un piso y entré en un ·vasto aposento, donde no distinguí illQ tres .ó cuat-ro mujeres q ne se ngiLabau eouIuslIlmmt.e en la penumbra, y, en ol ·centro de la alcobl\, noa lorma vaga en un gran l~ho. La ma­dre del enfe~·mo,-OIuy . bien comprendí cu:í.1 era-se roe aceroó, me cogió las manos·y me las estrech6 fuertemente Sin poder bablllr; los sollozos le cortaban la, voz. Traté ele tranquilizarla, tomé IllfOl'OleS sobre la í'nfcrme­lind, pl'Ogllnlé. qué Lmtamie.ntoso. hubía seguillo, y uespués supliqué que me dejurau .sol{) Tolios- se retiraron. El t!ufcrmo cm un ado1esoente, gtnlldG yrobnslo, ntacatlo po.r una ,iolentf~ fiebre wiuidea. l)esplllÍs de haber conocido el período en que os­tabl\ elmnl y de. haber .fijado los re.me.dios-qutl deLínn emplellrse, mil'é más de cen:a uLpehrc diablo 'lue se revolcaba Y' dejaba escupar palnbru& incoherGntes. Sus faccione .. eran .l'egularea, bastRut(1 ,bellas, y,-lo que me imllre.siouó,...,-me reeordalJUll. lllgp que yu, había ui.~to. Pero, dónde ha· bría conocido yo á ese uillo? En llingnn¡~ parte evjdente~nento, ... y .sin embargo, senba que no mo 91'11 enteramente extruüo o basta á veces cualquier incidente pam llespertar en nosotros un mundo de recuerdos c1ormecidos ql!~no espcraban sino una palllbra, un gesto, mIli mimds, para reMludar la caUCHa UO I:lUS anillos rotos? Quedé lllrgo ruto sentado u\ pie del le.cho, ~Oll los OiOi fijos sohre el joyen, escndriiiaudo · 109 más houd03 sOCl'.etoi ue mLcoueic.ncill . . El enfermo había vuelto ti ('Iltc.o.r • .ell Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA :r.nSCELÁNÉA. delirio y en medio de sus gemidos dejaba oir algunas palabras: "Pe­dro! .... Ped ro .... vol verás .... vol verás á consolarlos?" Creería el pO_ bre dillblo que iba á moril'? "Peuro! .•.. vuelve á r\Íempl~í.mrme ... . Vuelv-el. ... Qué- haceS"' pues ·allá.' .. ' . .. en III nieve?"- TI' n ternLló~ que me recorrió 'el ouerpo me hizo IeV'flt1tat' instantánea­mente. Fui ii I¡\ chimenea donde ardía ull' grnwflleg01' Hegllií á la ven­tana y aparté Ins cortinas: la campiffa, se extendía á lo lejos; pOI' toda. partes blanca cubierta por'un cielo negro. -Sthal y llaller tienen razón, me elije, la· nieve ejerce uoa inflnen ~ cia par,ticulur SObl1() nuestro ollganismo y especia.lmente sobre el de los en~ fennos. :ruste la sien te; la adi vina .... suefln con ella. No sé por qué "COgl ladámpam y la acerqué arjo\'en· pal'a. considernr~ lo con atenci6n. Inmediatamente retrocedí. -Pera .... ('sa fisonomía ..... esos ojos., ... es- imposible! Es que' Ja nieve me ha trastomadb. Fuor~ la nieve úobral coStl; .~ me sentiR. muy maL Avergonzado de mi timidez, rccorrÍ á pasos ('ontados' 01 aposento en toda su longitud" y, ]N\cióndome refiéxiont,s, había lagmdo trtluql1lliMI'lbe, cuando por casua~ Jidad, tendí la vista á un retrato colg.¡¡do en la pared, .y no pude cOllterrel' un grito dlYespa.n~. , 'Uemb!ttbll, sin' atrel'el'Ule (¡'¡'lev~ntur loS' ojos, cla~ vado en'aqtH;]' punto. -Es él r. . ' 0> grlln Dios! : . " Ese ooifhrme,< esas' fáeciones"qll6'" snlle ha.n grabarlo tan hien . •.. )' que nUTlca se bOl'nll\~n elo mí. y me lIió miedo, miedo verdadero. Toqué una campana y no' me había repuesto del todo, cuando entró la madre. -Qus fin)'? preguutú"Con ansiedad. -Sellora, dije recobrándome un poco, el estado es grave sin duch, pero no dllse3porado., lLa crisis será talvew>máe fal'orable que ad~·QrsQ. -Ahr scflor, Dios os esouche! ' -Necesito, prosoguí, eseribiJ: una fbrmnlapara que mllndell pronto Íl la ciudad por medicllmcntos. Bajó á escribir al sa.JÓn. Encontré la cstufa encendida y los muebl~s ' sin los fOlTOS que Jos cubrían" como si hubiese despertado de 811 sueno ordinurio. - efio!', dije al padre dol enfermo, despllÚd de haber dauo 11\ fórmu-la tí un criudo, . deseo hablaros •. -A,mi?'- -A vos 8010. La puorta se cerr6 y yo dije : . -Mo pormitís haceros una ' pregunta? El médioo ,tíene algo de in. quisidor, y . •. . -Heblal1, sen'or. -Cómo se llama.. vullatro hijo?' ...:..Jacobo, -El repite con frecuencia eu su delirio' uu nombre,.el de Pedro • . -Ayl sí ~f1or; así se llamaba su hiM1ono. Lo llama .... -Su hermano está .... al~sonte? -Murió, murmuró'el pobre hombre, bajando·lll,cabez8. ' -Ah! Perdonadme ~i he de:tpal'tado, sin quererlo, un recuerdo crueL -Al contrario; siento l'Ili'vio cuando hablo de mi Pedro. Era un mozo tan bUllno, tl\U S'uapo, sel1or! Quiso ser soldado del emperador y le alistó; después plll'l;ió,con su regimiento para Rusin . ... J hace scis.ano& que no s¡¡beruos de él! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6t6 LA MISCELÁNEA. -Pero> ..... no me mueve solamente la curiosidad r. preguntaros, creedme; tengo un vivo interés. Estáis seguro de que mnrió? -Nó, y mi pobre muj~r lo espera toda\"ía ... . Es cierto que aun "fuelven algunos de esa Dlalditll campana. Pero yo no quiero esperar más. Murió, no lo creeis? De lo contrario nos hubierll escrito .•• Mi pobre hijo nos quería tanto! El anciano se detuvo; IlIs lágrimas rodaban de sus ojos. Yo no me atrevía á interrogarlo temeroso de saber la yerdad, pero ya no podía au­portar más tiempo :\qnella dnda. -A qué rcgimiento pertenecía? le pregunté. -Al 3? de Voltígel'os. -En nombre der ciclo, cómo os llamáis pues' -Yo' .... Dumestrc. E~te nomure me hizo estremecer. -No os lo habían dicho? agrrg6. Aquí me llamaD el Sr. Felipe, pe­ro ese es solamento mi nombre de pila .... Pero qué tenéis, senor' estáis pálillo; os sentís mal? 'j'uve que apelar á. toda mi energía. Aunque babía sentido un dea­unecimiento rep~ntino, me levanté. -Excusadme, balbucié. Yo tl)mé parte en la horrible campana de que habláis, y siempre que me la recuerdan ... . -Dios mío! .... habéis conocido {L mi hijo' -Nól. ... nó, os lo juro .... Pero esos recuerdos son tnn horribles .. .. PerdoDodme otra vez: necesito un poco de aire, dc Boledad. Salí brUSC¡lmente, dejándolo atónito. Apenas me YÍ afuera me pu­le á correr, sin saber adonde iba, por las avenidas de un jardincillo cu· bierto de nieve, qlle había detrás de la casa. -Es posible? me decía en voz alta. La casualidad ó la Providen­cia me conducen lÍo la casa de los parlres del desgraciado á quien asesiné! No pUello dudarlo .... El retrato, el nombre de Pedro Dllmestre, . . .. es él, sí él. Y nada me lo advirtió! No tuve el menor presentimiento al pi ­sar el dintel de su puerta, yo . ... yo, su asesino. Pero, qué hacer' .. .. y esta nieve que me rodea, esta nieve que me persig~e por do~uiera como ,1 testigo de mi criml:n! . .. . Encontré un banco y me senté en él agobiado, con los ojos cerrados. En aquel instante, volvieron a mí todus las ideas de suicidio que el tiem­po había alejado y mil pareció 10 mejor hacerme justicia por mi propia ma­no. Además, veí!, el porvenir tan mi~erable que la muerte habría sido para mí una dulce libertad. Todo me Ilbanuonflba entonces, la concien­eia de mi jllyentud, mi amor á 111 ciencll\, la esperanza de expiar una ho' rll, un minuto de locura criminal, el decto á mi familia, á mis ami­g08, todo desaparecía, todo 8e desmoronaba ante mí. Me senUa arras­trado irremisiblemente á un abismo insondable. Iba Í\ desfnIlecer ccan­do oí ruído de pasos en la nieve; abrí los ojos, y ví una sombra erguida á pocadistancia . .. . Di un grito de horror ... . Emel Sr. Dumestre. -Qué tenéIS pues, mi querido senor; estáis enfermo? -Nó .. . . nó, dejudme! -Dejuros yo! Ay! tengo mucha necesidad de vuestros aOJ:iliol. Vamos, entremos; mi hijo os llama. - V ucstro hijo? . . • . Ah! el senor J acobo! Sí, tenéis razón. y me dirigí rápidamente Í\ la casa repitiendo: "Es cierto .... es cier· to, tieneu nccesidnd de mí, y recalcaba sobre esta idea, como el que va "ahogándose se ase desespemdo á. la mano que le tiendeD. Encontr~ al enfermo algo mejor, c.1lmudo J sumido en un aneno po- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MISCELÁNEA. 647 ~o agitado. Ya habían tmído los remedios do la ciudad; los apliqué, 1 después, tranquilizando ú. los padres de Jllcobo, dije rotundamente que velaría solo y exigí que todos fueran á acostarse. Aunque estaba abrumado de fatigo!!, tenía lo, nervios muy excitado. para poder dormir y me senté al pie del lecho con los ojos fijos en el ni­no, absorto en profundas C':avilaciones. Un si lencio absoluto reinaba en la casa, y nada turbdba el vuelo de mi pensamiento que pasaba oontinua­mente de mis aventuras pasadas á mi situación pl·esente. Nó, me decía yo, no es la casualidad la que me trae, dcspués de seis aflos do rE'mordi­mientos, del lugar del suplicio de un hermano á la cabcc('ra del herma­no moribundo. No debo bendecir á la Providencia que me grita en este momento: Matas!;(, al uno, cura al otro' Esta misión que me impone no es el principio del perdón' .... Pero, qué digo? Lo maté!. ... Será posible? ... ~crá cierto? ... Yo no lo ví, pero oí; oí los tiros. Y aunque mI crimen no se hubiera consumauo, no soy un asesino dE'sde que tuve intención de serlo? Por qué el cobarde temor de la muerte, que tántaa 'feces desafié, me inspiró esa idea de locura homicida' Tendía 101 brazos al retrato y exclamaba: "Ah! si fuera posible! Si te viera volver aquí, á tu casa, entre los tuyos! Cómo me arrojaría á tus pies! Cómo besal'Ía tus man08 gl·itando: Pérdón! perdón!! Ah! Dios clemente! Ili 10 permitiel"uis! A la triste claridad de la lámpara, me puse á ver á Jacobo y sentí que poco á poco me invadía una tornura indefinible por ese nino. No me había visto sino en medio do su delirio, yo no lo conocía sino desdo un momento antes, y sin embargo, ninguna persona en el mnndo me era tan querida desde ese instante. "No tengas miedo le decía, yo te eal­nré; la muerte no se atreverá á arrancarto de mis brazos. EI·os mi úni­ca esperanza, mi rehabilitación, mi honor que al fin vuolvo á encontrar. Quiero, quiero que vi,as. Un rayo luminoso penetraba por las rejas; nacía el día y abrí la ven­tana. El camino que pasaba delante de la casa, 108 verdes árboles cuyo. largos ram08 tocaban á tierra, los campos que se extendían hasta el borde de los bosques que ceflían 01 horizonte y se perdían en las nieblas de al~o­dón :le la maflana, todo estaba cubierto de nieve; nieve espesa, compac­ta, mate, rudiante en la calma ab!oluta de la atmósfera, llena de luz con los tintE's rojos del 601 naciento y que sin embargo me op.·imía siempre el corazón por su aspecto helado, por su impasibilidad de testigo obatmado de mi deshonor. Cené la vcntana, y vol,iendo el rost ro hnera el lecho, comprendí que en aquel momento estllba allí mI úni ca espomnza de salvación y de repo. la. Por eso, no bien f'ntraron los Srs. D umestre les dije: -La noche ha sido buena; pero la c risis que acabamos de vencer pue­de volver; voy, pues, á haceros una propu<'sta .... tal vez extmna, que po­déis urlmitir ó rechazar, como gnst[iis. Arlemás del interés natural que me inspira vucStl'O hijo, su enfermeclud ofrece algullos caracteres e8fecia­les que teugo interés en estudial'. Deseo quedarme algnnos días, a me­DOS haa~.a que vuelva vuestro médico, y os qlledaré muy ngradecido 8i me. lo permitís. La8 buenllS gentes me miraron ~Igo admirndas y se 10 consultal'on con los ojod; me pareoió adivinar 8118 tomorf's y 8US escrúpulos. -Yo practico, les dije, la medicill cumo aficionado, y "ea en ella, no una profesión, sino una ciellcia digll ll de profundizar. Después de nlgunas vacilacioncs exigidas por la cortesía aceptara" J al punto me instalé á la cab.ecera del enfermo. llabía consegmdo mi • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. t>48 LA MISC!ELÁNE:A.. objeto, y sin f'mbrgo, me decía yo, "estoy pidiendo hospitalidad á 101 padres de mi víctima! Este pensamif'uto Ole hacía. sentir una vf'rgüenz& sorda, que hacía ,'acitar á veces mi firme ,'oluntad de sllhar al hermano del que hnbía. mnorto por mi culpa. Fingí un estado de salud particn. lar, horas 8e .comid~t ,d i'Íeve[lt~, y aSí. vi·ví apll1r.teen cierto modo, en cea Cllil:.\ honrada y plWriarcal, proourando :~l¡>jar.me lo ·mcnos posible de eso lecho, puesto de honor confiado á mi cnidlldo y qne no debí1\ abandouar. El primer dh, había venido (, sentarGe á mi lado n nl1 jov,en alta, de tez pálida. La ilamaban JUAna y ella ¡-¡tlBlnba á 108 seflOl'cs Dnmestre padre y mfl,d1'l~. 'Supe mU'~ pronto.(Jne lu:.blll. sido la novil1 iOtle suoeclld.Q Ry{)r. Ell pleno medio día, a~oyado en d bnlZo ~.e ~u h~lJllana JTlilana. J aOQbo 1¡ba por la grande ave-­niela del jUiI:dín. eon eee pfl80 débil Y vacilante ele loo enfermos. 'lJo! pa­dres albol'ozadosle segllJanj después Iba yo d~trás con los cria~03 qne ba~ bían ido "á ver alld·8.ll' al Sr. Jucobo." -No debes fatigartf', le gritaba la madre. Ohll1u poeo iIIll.ás, b.&li.tl\ ,el ballco d.el viejo eocuo .. "Mirad, Juana me aleYa casi e¡l1'gado. Me CO/~SllltarOll con la mirada, 'Y dí el p01'lniso doe ir hasta el ,iejQ eCI·czo. Reconocí el bancoj era el mismo en que bubía caído, I1gobiad~ de ,fatiga y de terror, la noche de mi llegada. Reprcsentaba un gran pa.­¡ pcJ.en .el jardín-qué di.go?~e.n la fnmilia; en esa familia, Ulla de ta.utu Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 'LA 'lllSCELOOA. ~! en toJa liU fuerza; semilléro8 de sacerdotes, de sol­< Jados, CJue al'l'er salvauo á mi berm,mo. Ella pronll:)("iaha con tolla ttaturalidañ ufJuellas palahl'lls rleparlres y herman,o. ,"! qué, no era y sería siempre la 111ujel' del póbre Pedro? Lné­' go pWBJgulO: ....lEI [ladO que hoy doy, pneoe pnreceros 'edraBo. .r o sienta bien, ,lo sé, á nna jovoo quc-éntrc a!Í al cuarto de un hombre; pero eoy una .C1lmpE'sinl\ y no comprendo los usos del mundo. Y ancm{ls, dijo 60m1en­, do tl'i"tementr, ya no soy llfilt nifla, ooy VIuda. En fin, en' fin, .... qllit!- 1'0 tener nna conferencia con "08. -lIablad-sin temQr, seflorita, Y'lJi está en mi poder ... _ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 650 LA MISCELÁNEA.. Yo estaba agita.do é inquieto. Ella pareció recogerse y luégo di~ • bruscamente = -Vos 1mbéis algo de PedroL ... , Siempre! . • •. Siempre este suplici{) de los recuerdos, de 108 rcmordi­~ ientos que sólo mE: habían dejado un momento de reposo para volver 1t1égo más violentos {¡ torturarme por boca de esa muje, tan bella, tan con­movedora eft su dolor! IlIh estaba am, inmóvil, con esa mimda fija que­me iba al alma, con la mano tendida á mí, pidiéndome de limosna una palahra de esper:lIlza, que yo le habría dado si hubiera podido aunque fue­ra á precio de mi vida. Creyó que mi turbación era una semícon­te'si6n. -Sí, no es cierlo? Algo sabéis. Ah! muy bien lo había adivina­do . . .. Con sólo veros, desde el día que llegasteis, tijar á cada momento Jos ojos en el retrato de Pedro. Pero, yo creía .... -Sin duda DIe enga­naba y os pido perdón,-creía descubrir en la expresión de vuestro rostro algo tRn triste, tan e:xtrallo, tan .... sí, tan Il.'\haje, que DO me habia atro­vido á interrogaros. Ah! cuánto lo he deseado, pero me daba miedo; me­parecía I}ue estábais unido al ser querido por un misterio horroroso; ya. pOdréis juz.gar, senor, cuánto hnbnl divagado, cuántas quimeras se h:lbrá forjado la cabeza de una pobre joven .... Tenéis que perdonarme, no e~ cíortot La desgracia que cayó sobre mí como un rayo me ha dejado ano­nadada, y á veces me },rcgnnto si estaré loca. En efócto, había en sus ojos un fuego extralio, y ya yo tenía iemor de que perdIera la raz6n. -Entonces os \'igilé, prosigtú6, y, 0& Jo confieso,. espié l'uesbas ac­ciones. Ayer os ví cuando establtis en la alcoba de Jlleobo y os despedíailJ de él con esa amistad tan dulce y tan tierna. Mi hermano se adormeci6 \In el sill6n y todos salieron. Eutonet:s, creyendo qllC estabais solo, oa acercasteis al retrato de Pedro, y allí permanecisteis, in pei, contemplán­dolo mucho, mncho tiempo, como si tmtaseis de fijar bIen sus fllCClone* en vue~trl\ memoria antes de separaros de él. Y () os estaba mirando por la puerta entreabierta, ansiosa de entrar, de cog!:'r08 infraganti y de obli­garos ú hablar, pero quería ver hasta el fin qué hacíais ... . De J('pente. ocultásteis ellostro en las manos; y luégo, cayendo de rodillas, 103 brazoa tendidos ÍI la imllgen del pobre nlÍu,til', murmurasteis p'.\labras que no pn- ' de oir, ... Pero, por el acento, eOffi}Jrendí que eran una oración y quo llo-rabais, .. . Yo también 1I0raoo .. . . iba (\ decidirme á entrar,. cnando oí que al­guno Sl! bia la escalera y huí á mi enarto azornda. Yo escuchaba esta relaci6n, sin saber qué responder, é interrumpién­dola á veces blllbucielldo palubras entrecortadlls. -Pero no, sefiorita, .. .. os lo aseguro. nuda sé • ••. Calmaos,. os lo. suplico. Llljos de calmarse, se eXflltaba mns J más: -No me digáis que n6; conocisteis á Pedro .••. Sí, hnblnd, namos! Muri6, no es cierto? ... Sí, lo sé; si no hubiera muerto. si quedara la me· nor esperanza, ya )0 hllbríllis dicho ó al menOS nos hnlJ.loruis hubludl> C& eSII malchtu campanil; un soldado enentll siempre sus campañas, y al con·· trario, vos habéis evitado decirnos UDa sola palabra. -Pero, sel10rita J nUIlU, \'nestm mente se extmTÍn. Crecdme, si 11 unca hr.blo de esu horri ble guerra, es porque conservo de ella tremendo¡¡ l'ceuerdos que 110 puedo evocar. -Pero entoncea, por qué llorar ante ese retrato .... por qué tenderle los brazos? Nó, no me estÍlis diciendo la verdad; me creéis muy débil Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L en llUIl'cltrta que ·dejasteia olviclada en casa .... Peco .llf) 'iropoJ;t;a! gran Domci.d, ,_ .Aüi".nad!. ... . ' ¡Qllé!.. _.no-uoivináis? -Perdonadme,._ , -Vive dectoi'! V.uelve.; está on Estrasbul'go, 'en é1. hosprhll, enfe1'- mo aún .... pero no bCly cuida~Q, lo curaréis, porque ronéi. que iros con­migo,. "Enifin, ben¡:¡rto 8e:\ TIi08! La Stbel'i¡¡ soltó,su ¡presa. -l~n nombre·del ciclo ..... , ,de quién habllils1' -Plll'S de lRedl'o! -PedroL _. , -1Sf1 mi pobre hij6!. .. , .Mi queriaa, .mi ,santa -mujer tema razón cuando, como recm'daréis, no.qnería.creer fIliO había muerto:y lo agnar­dalla siempre. Ah! lo que ell:lllurgo. No exLl'l1.fiúis el no h:tber sabido 111\­Il ¡~ de él durante cinco alios, pC)l'qlle ('stllvO jll'lmel'o prisionero y luégo 'fué man,laclo á las min:l6 du Sibr rif\ desde d¡HH]e no podía escl'ibic, por más qne lo intentasc, pOl'qu (1);¡, pol icíill'usa ilTtelCl'ptab¡¡ todas las comn, llictwiones. .Ahora l'stii libre, y aunqne enfoTlllo tlrl n·na her ida en 1/\ lIla­no, pud(, atravooar1a kll' tn:mia y lleglH' n(juÍ; eSJI! I'a potlCI' ponerse ('n eamino ,¡('utro de pocos mas rara 'voh'('r al hog,if p; r t' rno. 'Oorno 1'0 t i(" 11& rCCllr~os, 06 611plica le en viéiS á lu. m.'l.yorbl'cyc'l;., c inCU(' lltll cscudos p:s.ra pagar los 'gastos del viaje que ha de Tlevado :L \' lI ".:tr08 br¡(lms. . e1'­, íos enviar esa suma dirigida .á mí, pues 01 no plleGe I'¡'c ihitlu por imp'·­dirle Sil herida firmar d reeillo, Os 'abraza til'1'nameni.o, mientras tiene hddicidad de ver á RU íllmthn. !Ii'lignaos aceptr.r los scn"imientos de COl1- "tdaración ·de :vuostro ¡úectísimo servidor, ill'ñLIX G17EREAU. íEmpleotlo .• n 01 hosprtalreal de E "tl'asbnrgo. Al momento de leer la carta, mi primera impresión fué oe a1egl'ío., la o.legría de un muerto quc hubiera renacido 'á la vida, .í si no hllbicr& .i­. dopol' el.escupGicismo de que .Jo me ,glolliabn .Y que CQ11lczuLa á cUDL.ir y.a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 'LA UISGELÁNEA .~ntre los estudiantes, me habría putsto de rndilllls para dar ferVlentell .;gracias al ciclo. Pam mí no existía cielo y ,me arrojé en bra7.os del Sr . . Dumestre. _y I1ho;'a qné ·decís·amigo mío? CiXc1amó. Ah! bimnyentnrada era. .esta cart!l! ·La he loído y 'nlleÍlIo veinte \teces y no puedo acabarla sin "ti orar. 'romad, leed la otra vez.._ . .. El pobre viejo estaba -raditmtc.j ,las lágrimas rod~ban de sn6-ojos en­. l'oj ecid os. -Ya os imttgiuaróis {j\1é -untf.ho1a habría e11 casa , aquel pel"ro qne eOl1ol:éis y qne cRsi .(lB.devora clllía que llegásteis, 'rurcl> rmismo lQdr,llm .... \.h!fllistcia VOM quien nos trajisteis la felicidad esa noche. Jacobo curado", :eedl'o que ya "oelvé! Dios núo! es tl!'mnsindoj vel'dntlet'amente deull1.siad0! "Y el buon hombre me IIbrilzaba y sliltaua como si t Ilviel'l1 también Temtr ¡~fioa. Ihb:b sacado de lIn arrun:rio 's1l8 mejores vestidos; yo nunca lo habia 'VlstO to.n gal{m. tEstaba en 'braje de fie~ta; leSe cm, ~l'gúu d. cía,Bu lado flaco y muy bi(,ll podía'conrlescendar con l'Be peeanitlo en Sf\­ ·nal de alegría y permitírselo-u,!ul. vez ll1:\B '(permetrc eneo1'l'). lo que pro­nunciaha pehmette encalte, 00. no ']'0 hacíl\ en su jnventnd á ('si ilo de lo.: inc1'eíbles {1) Derecho, con la cabcza lel'3n taoa, hacia girnr sn ta[¡:lq~lf'· 1]':\ entre 10B ...• La duo,\ lO oprimió el coru7.6n 'y.creí quc una tltlbe negra se cerni" .¡óbre el cuarto en qne e,Mtl)llmos. -Quú lr¡(,a! no es clCrto'? PN!O /1.men l'egaflo te hns Ilcn,lo.Tó:mib(' Venir 'Po tu rb>\r n l1estra alegría! Dlln¡u' de ('RE' bnf'n Sr. G orn'un, de et' .gunpo mozo r¡tte escl'ibe ,ClIl·tl\s tan belluR, tan excelentes! .... ~f lIy mlll hr­. cho es rso! Os rcpito qn.e está loca .... N o'{\s ycn]¡\rl:' -Sin dl1nr~ ser inerúdl!­] 0. Se h¡\ anllneiado bml:t6 .~60ce 1<1 vl1eha de alguno de esos ~1obres 501- -dados rle H).l~ .... y desllllf.s .... -Pero cQmo, estais aliado con eria? .. • dijo el Sr. Dnrue~tl'e asom-brudo; no el'( (~ i8 ('11 ('sta aarbt! ....::.Oierto. prfo .... _ TobaulrOloB mas, dijo; os l1e\'0 IÍ. Estra~bnl'go 'P0rr¡ne 08 nece8il~ 'para qua lo cnidéls en 01 crumino. No ulvldéis que mi pobre hijo snfr,. .aún rle su hcriJa. YJo no ,~Irvo ~ino p:lra IIp,arle sus cinc\lPJü" r~,,\Ul.)s, '! ;aún m{¡s si neccsita. A fe HI·ía r¡ue mi viaje no era iDdi~ , u. "t'lf, pertl muy bien puedo hecerlo porqno nl1estll~ "inillo bllillco de 'l'ul'ena 8(; ye¡.. dió á buen precio es.te ano .... (1) En 1.'1 rigl0 pasado ·se di601 Jlom'bt'o ae increiblts íincroyahll'~) á ~i('rta8 1>1'1'. 'WOll&ij que, pretendiendo hacer más suave la pronunciación dr-l fr&l1ré~, introdujer(\n .en ella o.lgUll(lS v:u-i.a,cioDc.s J)O.InO la de sUjlrimir la r, la do cambilU' la eh 6 .la j ¡por L, • .t.c. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MISCELÁNEA. -Vamos, prvnto, doctor. Por qué os quedáis mirándome' ProD- ' to, os lo digo; la diligencia parte á medio día y ya tengo 1011 008 mejorea puelltos. Almorzad, arreglad vuestro equipaje y dentro d03 media hora Tengo por vos. Mientras tanto, 'fi0Y á. dar un paseo por lae galería8 del Palacio Real y ti emiar un regalillo á mi mujer. Y bajó con presteza la eselllera tarareando: OM mimado de 1M dam.as. No pude defenderme y tuve que ceder. Pero, cuán lejos ~8taba de abrigar la confianza del pobre hombre! La senorita Juana tenía razón: euántas veces se había anunciado á los parientes de algltno de los héro81 de esa retirada fatal, que aún vivía! Y cuaudo los que le lloraban espe­raban verle llegar á Fl'ancill, cuántas veces habían sufrirlo un cruel d.­. engano! Ya era un hijo único dejado por sus camaradas cuando venían de Alemania en Dresdc ó en Leipsik, enferOlo de alguna herida, pero ya en vía de curación; ó bien, habían visto un padre, un marido gozando de plena salud, ocho días después de la batall/\ en que había muerto. Y por qué no esperar, .i allá estaba la Siberia con SUB minas en que traba­jaban nuestros poures soldados, agobiados de fatiga, lemntados á golpea de knollt cuando caían bajo el peso de su miseria, vero que al menos vinan J que pronto serían puestos en libertad, aunque ha8ta ese tiempo no hu­biesen podido d;l,r ni recibir noticias? Pero pasaba el tiempo y la dnda, Ja inqUietud, la tristeza lIumcnta011n díll trll8 día, aunque In certidumbr. de la desgracia no podía caber de Ilcllo cu algnnl' "lmu8 repletas de espe­ram: a. Porque la esperanza hace parte del aire que respiramos, de la luz que nos alumbl'll, recorre sin cesar la tierra y lleva consigo á todos loa que sufren acogidos á los IInehos pliegnes de su túnica azulada. La hu­ulimidau no puede vivir sin ella y le ha dado el pri\'ilrgio de ser la úni­ca diosa del m undo antiguo cOllsagrólda por 1~ ley cristiana y elevada por .lla al puesto de virtud. Yo también esperé. En el camino de Estrasburgo, la companía del Sr. Dumestre Rle hizo abrigar la confianza c3nrlida y serena oel anciano que me contaba sus ilusi::nes sobre el porvenir de ese hijo h"lladr', In épo­ca probable de su matrimonio con Juana, su e8tabl ecimiento (:11 una de lus dependencias de su propiedad; mientras que Jacobo sería comerciant. })orque e8as erlln sus inchnaeioncs; en resumen, me contaba todos ceoa castillos en el aire que se forjall en un momtnto de felicidad. Nada ea más eomunicatiTo, y ya pensaba yo enánto trabajo me costllría no saltar al cuello de ese ,-ali ente P edro y pedirle perdún, lo quc parecería muy ntrano. Y Il1égo me ponía á pensar .. . . ~le reconocerá' . . _ . Imposible! En todo caso, aliviaría mi conciencia para siempre haciéndole mi con­fesión. Eran ya las cuatro. Ln flecha de Estrnsburgo se dt'stacaba hacía. ~iempo ñ. nuestra vi sta en un ciclo gr is, sombrío y limitado, cuando co­menzó á caer la niE'Ve. Sentí que, conlO siempre, su aspecto hacía t'stremecer todo mi cuerpo y yolví á concebir dndas; su acción disohente hizo disipar una tl'aij otra las quimeras qne me había forjado. Ví á eso aluciano alborozado por una fulsa noticia que talvez no era SillO unn baja fJspeculación; y lnógo aquella casita que volvía á tomar su aspecto entris­!. ccido, tod08 8US morlldores sumidos en el luto, la pobre madre que su­cumbía de dolor, y á J nana, J llana cnya imagen se erguía linte mí, COn 8U. largos vestido! negros y Bll mirada de acero tija en la mía . ... Pero llegamos y no Be trata de sonar, sino de obrar. No bien baja el Sr. DlImestre del coche, me arrastra al hospitl'l, cuyo camino había lI'fcrígusdo con anticipación; yo le lo habría porlido indicar porque había •• tlldo allí seis uleses después de conclnída la guerra. El s~lperior me re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MISCELÁNEA. 655 eonoce, introduzco á' mi companero al interior del triste edificio, y para llegar más pronto al despacho del mé.:lico principal, atravieso nnn de la. grandes sa11\8. La puerta se abre, luégo le cierra, vemos uoa larga fila de lechos, un olor particular, el olor acre y pel1etrante de la virnela casi nos sofoca. El Sr. Dumestre, pálido, .ueh·e el rostro á un lado. -Quiera Dios que no esté aquí! .... me dice en vOz baja. -Quiera Dios que esté! .... murmuré sin responderle. De ropente se me Qscapa y se rlirige á uno de los enfermeroll. -Está aquí PeJro Dume.tre? --Dumestre? ... nó. -Cómo que nÓ! .... Que fué .oldado del 3! de Voltíger08 .•.. qne ~iene de Siberia. -Ah! Dumestré' .... Ven puel, Guereau! dijo el mozo en tono bur­lón á uno de sus cama~das .... en buena te llUs metido! Aquí están tu. cincuenta escudos .... Lo que no te irá á gustar mucho es que te 108 tr •• un pariente. El Sr. Dumestre queda inmóvil, como idiotizado. Yo, que com-prendo todo, cojo por el cuello á ese hombre. -Cál :ato miserable, cállate. -Eh! me soltaréis? ... sois tan bestia que creáis en una chanza! .. . . A estas palabras, el anciano lívido, vacilante, puede IIpenas bal bucir: -Luego no es sino .... una burla .... es .... Ohl Diol! mío!. ... te-ned piedad de nOlotrosl Se doblegll, lo levanto, 10 cojo en mis brazos, le arranco los vestido. y le pongo la mano en el corazón; luégo aterrado, sin fuerzas, lo dejo caer . tlomo una masa inerte. Su frente va á dar contra una cam!\ y un chorro de aangre brota de Sil herida ..•. , pero no había ya peligro; habia muerto de una apoplejía fulminante. No he podido nunca evocar recuerdos precisos de lo que pliSÓ en aquel momento, y s610 sé que estuve pronto en el cuarto del mMico prin­cipal que me dería: -YII edtá lejos el miserable que causó la muerte de vuestro compa· l1ero. Creeréis, mi querido colega, que este es el vigésimo que despido por el mismo motivo! Esas pícaros buscan en las listas de companía. que traen los oficiales que entran al hospital, el nombre de a.lguna perso­na muerta en la guerra; escriben, por aventurnr, Í\ sus familills, y como no faltan personas tan .... cándidas que les envien dinero, ee animan á repe­tir estos hechos. Estoy de nuevo en camino Ite EstraebUl'go á París, lllégo en Toun, en uua silla de posta, que lleva atms ulla cuja de pino larga, elltrecha .... Qué Tilljel Si agobiado por el suetl.o cierro los ojos, Vl)0 bailar ante mí un vejete que gesticula, llora, me sonrie maliciosamente .... Si estoy des­pierto, cada para¿a, cada legllll me recuerdan al desgraciado padre: hace leis días que, CUAndo almorzábamos en esta posada, me con tuba la histo­ria de BU juventud, su matrimonio, 8U vida en los tiempos de 111 Revolu­eión; cuando subíamQ8 aquella colina, me referia la partida de su hijo, .le 8U Pedro pRra el Grande Ejército, el interés qne le inspiraban BU' car­tas hasta que había dejarlo de escribir .... Al fin, estoy en el reJucido campo santo de Turena, arrodillado ano M una fosa aún abierta. La nieve, 81empre 111 nieve, cae lentamente, en eopos espeso. sobre la hoya. y blanquea la. paletadas de tierra que arrojan en ella, como lágrimas que llora el cielo sobre UDO de lo. mayores infor- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 650 LA.' M:TSOELÁN2A: !Ul1ios de este miserable mundo. Junto á la puerta del campo de reposo' lJt!VIlIl det;·uayad:.¡ una mudre, una cSP?&'i {, mi lado Jncobo, ahognuo en. lollozos; yal otro hoo. de la fosa, Juana con loa- ojos secos, ardientes,. 3icmpro fijos en mí,.de pié; erg.\üdll,.con. su vestidlll'3 negra <{pe Ilune., deja .... No los, yolví á ver. Sulo supe que-.f.llnn"fsiguió "ivlendo con-lw se­tlora DUlIlestl'e hasta que le ccrró l08.oj'Ps; libr de vencraClúu. y ¡tieuad. Ocho días despuós, ucoUl puM su cadáver al cemeu terio. Termina. da la ceremonia , ct .sul rasgó las nubes y mc dirigí á C:L2tl absorto en sut!· nos trístes y dulces, en una de esas · noches sorouas db invicl'Ilo, alldando" lobre la nieve endurecida Y: qu ebmdiza, cuyo aSIlcoto m(J recordaba el S6- creto del Dr. Amue.rL; pero el cielo estaba. puro, tachonado de esttelhts,_ abierto é infinito como la misericordia divina,y p:1n:cía l'ecorda~ las últill· mas palabras de Wllltcr Scott al hablur de su héroe RoL Ro)':' "Hay en· la vídu de algunos hombres mucho bueno y mucho mnlo {da vez para<· que podllmos ju&g;\rlos. Dios 101 j!lzgu.l'á." ALEHNDRO ROOOJ/',VORT. & 1111 01.,& CJOt'f~B&. - Hija, yen i besar la 8ugnsta mano' Que en 01 desierto mundllnal me guía; Sé amaute y ti!:l'na con el noble anciullo Culto y sos Léll-¡le l!.í existencia mia . . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. :LA" ?tIrSCELÁNE"A. Le debo cnanto soy, él ha sentido Más que yo mis "entums, mis dolorcs) Por 61,.8&10 por él, siempr& han tenido­Lu~ miJ;CerebroY.' mi c.'\IDino flores •. A 811 frcnte ue CRnllS coronada ' Dí\ tus ósculoa-·llrnos dc inocencia; Su frente, com.o tú, .no estlí. manchada; Limpia co: ¡Que siemnrc amparen tu ninez dlCho;iA 8us canas -que. con hígrimas bendigo! Méjico, Marzo 3 de 1884 • . 65T JUAN ·DB- Dr.. Plu ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .658 J.A. MISCELÁNEA. , LA. OBRA. DOCJTRINA.L DE LEON XIII (EsCRlTO PARA :ú O,sucristo había coufiado [, la IgIe­", ía debiera haberlr\ inspirado deRdén PQr los andrajos de. yerda<1es que la razón humana había logrado conservar 6 conq,listm , QUb eont.r1l.S­te, 1.'11 efecto, I.'ntrc la estl.'rilidad definitiva de la razón? la fecundidad del Evang¡;lio! Después del esfuE'rzo de la filosofía antigua para. de­volver á la razón alguua vislumbre de 811 luz primitiva, llega el imperio de la dl.'pravaeión de los corazones, r bajo este influjo todo se apaga, qm'­da reducido á densas tinieblas en las que permanecería sin el socorro de la fe victoriosa. La Iglesia no abandona ála razón pues saue que el Uristo lH~ yenido á perIeJcionar, no fl destrllir, .Y que la fe suponc la razón como el ingerto supone la planta, La naturaleza, obra de Dios, ]¡¡, sillo uendeci­da y'aprobada por su antor, quien después de haberla creado declaró que ella era b!lena, afirmacióA que no ha sido retractada, Y CODlO dc todos los dones de la nat.uralezlI el más precIso es la razón, y b filosofía es la razón en acto, aquelllLs uendieiones recacn sobre la filosofía, La Iglesia no 19uora estas eosal>, y VOl' esto las abcr"aeiones de la 1':1- zón no lo han hecho descono(!el'la nntnral dignidad de esta facultad. León XIII, órgano de una tl'l1dición constante reconoce la fller~il de la raúnl puesto quc afirma que "á su sob luz los filósofos paganos han conocido, demostrado y sosteni·.lo cierLas verdades natumles que Dios qncría hao<'r acccsiblcs á to escolástica resumiendo ÍL los padres do la Iglesia, como éstos hubÍlIn resumido á los filós.ofos ullti­gU0S .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA },fISCEL . .\.NEA. 661 En la E,l¡vl ¡¡redia, el espírittl humano hacc alto, y deja ver en to(lo J:¡ necesiclad ele una sin tesis. Gregario YIf había. soñado la sínteais sccial bajo la forllla del Santo Imperio romano. cuyo apogco marca el pon tiflcado ele Inocencia IIl, }Jn el dominio de lo bello, el art.e au tiguo y 1:1. in pirilción eristiana se encuentran para la obra de Dante, y la de e iatto. En fin, la Suma ele Santo 'l'om{ls realiza para la verdad el ideal pcr:"l'gnido por el siglo del Dante' y de Inocencia lIL La SUllla cs una síntesis parcial, sin duda alguna, é iuC'omplda, porque nllnca la sÍnLesis completa se hará alltC'g del llía en qne la ra7.ón, que lla­lmí. aleanzarlo su objeto, descanse en Dios, y vea ~n la luz Lliyina toda lu7., 1\ o CJ u iere eslo decir que carla siglo, C:llln. generación no dcba Lrah:ljal' en trazar las grnndrs líneas de la gran síntesis, en perfeccionar sus detalle~, y aun el! agrandar la base por la snstiLución Je un principIO aún mús ge­lleral al principio f]ue sen'Í;( Je guía ro es esto. sino que on LoJo caso, cn el siglo t1'l'ce sc hizo ul1a dÍ!~tc,is purcial, y esta síntE'sis ha quedudo hasta hoy la oLra maestril. Jel eSIlÍritll hnmano, Allnnno esta ~íllt()SIS sea la ,'lima lerilú,q¡crt, es una obra fi 10.>6 fiea porq ue la teo logía, seglul la herllJosa ibliotccas, como desde más le;os aún, las tumbas de los mÚl'ti- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 662 LA. MISCELÁNEA. res yacían sepultadas bajo los escombros de la Roma imperial. Y nues­tro siglo de negaciones rotundas debía asistir á la resurrección de las ca­tacumbas y á la restauración de la filosofía tradicional. La gloriosa. iniciativa de León XIII, Lha encontrado s610 3dmir3dore1l y dóciles adeptos' No nos atreveríamos á afirmarlo, mas creemos que las contradicciones expresas ó calla¡]as han tenido por causa alguna mala inteligencia r¡ue nos toca disipar. Para conseguirlo, seualelllos tres rasgos ,ll? la obra de Santo 'fomáe, que formall como su carácter, y por los cuales 10do pensador rcconocer{~ una obn\ de la razón fiel á la íe. Ante todo, diremos que la filosofía del Santo Doctor es tradicional. ~. CuÍlndo se llegl'rá :í convenir en que el progl'eso no puede ser edificio le­yantado sobre ruinas? S" echl\ en cara á la fe cl ser enemiga de la razón })ol'que le inspira el rcspeto ue b verdad conseguida; pero lo cierto es que los verdaderos enemigos de la razón son los que la mantiencn en tal yaci­lación que jam{ls ln fijan en ninguna de sus conquistas, y la obligan Íl es­tar siempre remo\'iendo unos mismos problemas, sin pcrmitirle reposar ni aun en soluciones parciales. La tradición no es ni debe ser UIl límite si­llO un ]Junto de puttida. Por lo qnc hace á definir lo quc siendú yernad descubierta por los antiguos investigadores, cOllstittl}e verdaderamente la traélición, quere­mos que sea. asunto de discreta critica personal. Si el respeto por el pu­sauo es un principio, In. filosofía no serÍl 1111 pcrpetuo comenzar, una in­yestigaciór. sin fin porque no tiene conclusión. Es esto 10 que Santo 'To­lUns ha comprendido, y por lo mismo ha realizarlo nna obm (ln yez de ha­cer un cat{dogo. Y con qué amplitud y profundidad ne crítica! A los que se imaginan y repiten de Lueua. fe que el "Angel de las E . (":e:/ls" ha crilitianizado á Aristóteles, y nada m{\s, les recomen¡}amos la lectura. d('l hermoso libro que Monseflor 'l'alamo. t1nl1 de las más grunues 111lnbreras de la Italia contemporánea, scgún el juicio poco sospechoso dú Bonghl, ha rscrito para refutar aquella l'reocupación: "l' Al'istolrlislIlo della scol(l .~ - tica." En segundo lugar, la filosofía. de Santo Tomás es la obra de la. f37ión 1I In iga de let fe. Es esta la oeasión de destruir otra preocupación arraigada: la crecn-cia de que esta alianza de la razón y 1/1 fe es una servidumbre. Observa­remos que la raz6u se asegul'fi por sí no' 'I1n de la autenlicir1au de los títu­los de la fe, puesto que por Ul¡a pnrte Vucc1e demostl'il\' In existencill de Dios y su yemcidac1 infillita, supremo motivo ue fe; y por otra parte, uplicaodo eiertos criterios, puede cereiorarse de In reafidad de los hechos de la revelnciÓn. No entrar en la inycsligaeión uel problema propuesto por el primer hecho es nn deseuido culpable; no aceptar las consecuencia!! de la soluci6n que al prooll'ma se dé, es para la razón, llrglll'Se á sí misma. Ahora bien, aceptar lns consecuencias de la solución es 1'0conoce1' el deber de seguir el caml110 trazado por la fe en la investigación de la verdad; la alianza dc cstos dos iusirumcntos, mejor núo, de estos dos 6rganos de la verdad, cstá evidentemente en el orden. La prueoa de que !tsí es, se halla en la fecundidad dc rsta armonía,: la razón y la fe se entreayndan hasta que las 001':13 respectivns se confunden á causa de los puntos de contncto de los 3suntos que tl'f\tun; en adelante la más noble, la fe, se abre un ca­lDino por entre regiones misteriosas dcsJc las cuales envía á la raz6n en­senanzas quo confirmatl y completan las COllqU istas I{ue ésta ha heeho por sí misma. A quien temiera la alianza de ln l'I\zón y la fe por causa de ltl 1ibertad de la primrra, lo citaríamos lo 8ucediuo en los grandes siglos eris­banos, en que los pE:llsadores se alrevÍan á todo, y en los que todas las te- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MISCELÁNEA. mcridades fueron contenidas. La obra de S mto 'l'omás tiene este otro - Jl'ito, de haber sitio hecha eonfol'lne á esta alianza," Al mismo tiempo que distingue, dice León XIII, perfectamente, como conviene, la razón tic la fe, las une con los lazos de la Inás estrecht\ amistad, Conserva a~i :'\ cada upa sus derrchos y ,"ela pOI' su dignidad á tal punto quc la razón llenlda por Santo Tomás hl1sbl la mayor perfección que pueele alcauzar en la natumlcza human!l, no puede casi subir más; y quc la fe puedc apenas esperar de la rHzón auxilios 111:'\S poderosGs y multiplicados que los quc recibe en las olm,s ue Santo '!'om{¡s, En terccr lugar, la filosofía cristiana y tl'allicional, quc es tafIa uno, tiene por rasgo peculiar el abrazar todo su asunto, para definir las rela­ciones que existen entre Ills c:liferente~ partes: 11} srllsible y lo intcligible, lo rclativo y lo absoluto, lo finito y lo infinito, No podemos en verdad comentat' aq'tÍ nuestro pcnsamiento por <:1 estudio comparado de las tloc­tri 11 as rI i versas que se reclaman antores célebres, .En Lodos los asnntos, la dI; Santo 'l'omAs evitando á la VE'Z el e 'callo del idealismo y el dtll seu­Sll: IIISIlIO, escapa al doble peligro Je abn1tuarse en la materia y al de cx­traviarse en lo il1laglU:trio, Tales son los cal'rl.:!teres principales de la Sllma, obra cn la que mn. ehos deLalles necesitan evidentemente el retoqnC', pcro que en sus graneles líueas es el mOtlllmento graudioso dd genio católico, más aún que el de un genio personal. La Reforma ha rlesLrllído esta sin tesis, com,) ha echatlo á perder las otras. Preconizando rllibre examen, ha destl'nÍreehll ,1)01' cOI\(jui, tal' (¡ defender. Si pucs yetrlos que se prolonga la lucha entre la Iglesja y ht pote-starl civil, con. perjuiclO de limbos combatiellt('s y ('on i1ellgro de la vida del más annatlo. d(lJemos juzgar que HjlarenLelllente lucbm por la. existencia. Entonces, .qué es lo que pasa? La preot:upa­ción que mantIene la Illcha es pat· dlJ~¡;ra(;ia oemasiado lcal, plles la 80ci(o­@ ciYil juzga que el derecho social -<¡ne la Igles!a reclama es incompati- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. G66 LA. MrSGEL,\NEA. ble COI1 lns costumhl"('S y la civilización modernas, es decir, con la mism¡, socicdad ciril. 'l'rlltemos de dar, ó más bien de inicial' la solución ql1~ León XIII ha dado Ú esta dr.tTcultlul. ¿Qué pi oc el esphitn 1ll0deJlllo? Quiere el :Estado soherllllo é inde­]' tnc1iclIte. ]~l derccho Boeral raeionll) y cl'istiuno qniel'e esto lnismo!" Las 110s sociedades, diceLeci)n XllI7 llllciG-nuosc el eco ce 1\ tradición, son s0brrulllls7 c¡ul'a. ulla en Sil oruel.l. Citda un.;;t estil cirC"rtnaeritl\ :í limites p('r.fcct~mentc determinudos, conforme á su natLlralezu y á su objeto es­pt ·rial __ . _. . lIu)' pues corno ODa esfera tletcl'lJIi'l'lJada en la qne cada una. c'jcrec Slt ncrión .lure :PrtJll1'io. J7 Edtí\ claro, y e~ dificil encontrnr nadll más preciso y cntegó¡-}co €lite­e3t:¡. ufinmlcibll nI' l~ aobel'lmía del EstaU-O. En cuanto ¡Í, deDllir los do­minios, ii selialar las fl'Ol1teras, ya es otm cosa: es una cuestión de hechO' dl>t11 inada pUl" n n derecno: una de las potenciaa- es espiritnal, h. otra tem­poral. Que S0 tracen los límites partiendo de' este prinCIpio, y <¡no en lo­e¡ no se l't:-1iera :í, esa ZOftU vaga en que bay derechos inci~1l't{)s de llUO y otro,.. se cC'lebl'e un concordato, especie de tratado amigable en el que Lcóu ~"1E ,.~ "un medil) elO' gal';lI~t¡'~lr la pllZ y ];\ liuertatl.'T :::le- oujeta flue el espíritu molllerno 110 comosicnte la llIT-lall'm\ demasfauc. íl~tima do la Iglesin y el Estlldo,. a}ianza necesaria según el derecho social crisliane (¿lIé se entiende por esbl a]Lan:a-a demasiado Íntima? Cuand(~ la "lilosofb del evangcli~", pa.ra emplcM" kl cxpresión de León XliI, es. ~cir, cnanllo la llílzón bi~n 011iel'lt3ld:1 ha determi'l1udo el vrigen diVinO do la sllciedad y del pode)', se siguo necesarÍamenie (JI'" el poder y 1 .. socic­drtd tienen (lEUeres reli¡óosos, por qlle l:.L ley ruligi",;;t cl'l'l1siste en que toc1() lo Cjue "irne de D¡o~ Vl,ehl\ ú él. y COP'IO ele hecllo. Iglesir. .v \'crdwlC':·¡~ rcli !ión es todo nno, la' sociedad civil}' el E~tado tieneJa d .Jeres par-J Cúh la 19lesill. ¿ eu :íles son ~tos debere~ ~ Al menos e. de reconocer los de­)'(' ehos de la Iglesia, y íneT.I ~le este ?JI Í;li1l~1m/' otros que pon no podel' de­terminar se comprollden en l~ fórmula general de la aliane sn origen, sa ll:ltul'alczu, y ilesc()Il~IlCl.ll)Olt ttmto Jos Iímite:l do- srt jrPñsMcci&.n . .Mas SIJ dir(, (ll1O la .I'NlI'tl'0<' implica conuicrooos de sIlboJodiuación co­mo las que han presenta !O las cdadeR tasadas, y que el espíritu modern() 110 p\'lCtle )'/\ !lCeptar tal Jll~- Es ¿-sia UII¡I oujecióu mUJ mCl1(juina, COD'W>.,n & ye;TSe. :ES:I$ forma de subort!iotll\ción eran las condieion-es. de otros 1ri{lmpo~ erdO ()t)i!ltingcn~cs, y han pasado. :El pl'iuc:ipio de que e)l!';a.l~:\U:l- ts lo ÍfnÍ>eQ que 00 ~I\~daao . ]lorrjllC cra otl> olulo. Qlle se» usí , se cf:mtestarn, mas ql'loiFa~ nÍPt'I; ciertos l'¡'Ú!'1C¡'Pros o~mi ­C'N ne las-- eonsti tuciones moJemas q ne parecen eu QpDsicroll rMIJiclt1 CO!l. t'I dOl'cehe 20cilll c)";'8tinno= tales SOIl la 1i bcrtud de l'a plllabl'a,}lI ele i¡~ ll)'ellsa, 1:\ de culto,;. IInu sin mencjonar I:r:-l li-hei'taiks pol~~icas. ' JLs est'll 1mh objeedln fnmctl, sin amblijes, y que .~flll'¡'ere por lo Dlis­mo lUl.U rcsIH1Csta categóricll, que la Iglcilia La dlltlo desdo hat'C lllrgo fiNll Po!' Y (lIto en la 000» de León XIII 1111 asumido el carácter de respues­ta oncill!. En cuunto :í la libertad de la palnbra y la de la prenSil, sólo pt'uim1>S (jll€' se nos con~ 11\ }íOOi'tud de apreculrlas moralmente según nu-o~r.¡. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. cOJl(;iellci~, y nos someteremos .t':mcamente al régimen de hecho (lll~ las concede. La Iglesia euseDa qllg lales libertades sólo son ili1llil((da,~ cuando se ejercen sobre los temas n'C'seencia de las luchas l'('\¡giosas ('j). ;, La tolerll \1eia )1l1c(10 Ilegal' á ser objt·to (le ¡mcto ó promesa f¡ ne eom­) 1rolt1ela el pOJ'yenir? Sí porque se Pllodc prometer lícltaTllente una cnsa jlL t,t cnanuo para ello no hay o¡'~t¡'t'::lllo, Y como la loleranci:l de 1;( he­l'ejí :1 es enteramente lí('ita, ell las eil'cunstancias :t 'lile hemos allldido ya, el po,ler ('i"il pno,le hacer ele est:L to]erancia el objeto de IIlHt promesa para el ponenir. Yel !l0(].er ci"il esLar:í oblig1' Injusto." ApliCjneuws osI ¡l doctrina ~(·()I{¡.2'i(·a, y Fea ]lOI' cj('H1pl'l, el I"USO ele los .d;sic1enteR f\'i1l1ec.es en 01 aflo lRSfi. Es patrnt,e f¡no elcile tolcnírsell's. por tCtlllo por l'ls hen:dt'ros de los disinenl('s (1e1 ai\o 188(). VerJad es quc la soeicd:td crisf iana IIl) in:~ugllrnría este ri:giml'n en 01 nue,o medio ql!e ~llpOlleIl10S, péro Gll1Jlple lo pactado. por­( IUO la tolerancia ha sido jUl'HÜ;\ y lo lJl'()ll1cti,lo es legítimo en vil'tnd dd antigno interés público '1ue le ha dado n:\r'imicllto. La callsa ¡Je que la sOClCd:Hl cristlaila por I'i no inauguro la tolerancia 'lile hemos pintado yi(,lle dc que ni d crror ticne uerechos, I!i el bieu público pedía lIrjuelhl toloranei;l. Si ee t.rata (le terminar prácticalllente la ditlcnltad 'lile {'llede nnCCl' do las eXlgo::('ias actuales dcllJien público. din'I1l03 que (',.. te ('s !lll r:\FO lIt­conciellcia socialmn.y delicado que no nos :ltreVl~lJlOS Ú rl'soII"Cr. BOSSll"~ y Fenclón ('n el siglo diez.\' siete no tenían una mislll;\ opini0n sobrc l. Opol'tullirlad de la tolel'ftnci:l, lli sobre si cm I:cito ('()nccderb. Hlll', l'n pleno siglo diez y nue\'c, no sCI'hl an'ntnra lIClW8:II'IO l'S lllltt 6ltnaci6:1 <¡IIC dC'be 1:1I111.'IItI11'8(', ¡'ero la le)' misllla qne conCl'(h' h llhertad ('8 burila, de I\lodo (¡lle h )'l'3petnrC'1l1Os para sil'llI]lre, y «]]a ]lJ'OIl-g(:l'(\ ha~ta al último de \11(', tro (le,:C(lII!JClIIU,'. Pal'('ce <¡lll' 1111 disidente 110 t(,ll flría TllPtiyo para hallar este lellgtllljo .)rmui:u!o fiel'f) ó pocn trnllquillzaclor. tQllé 01:'13 Pllrrle prdir~er ~ (} 1 ,o,lda exigí I'SO que el estado Hocia! en r¡ 110 IlIt}' 1 i berla(l de cultos fnC'l';4 1lI irado por LO¡]flS como nn idcal dI' prl'f('rC'iílll \'11 este )ll1l1to, porqni' esto sería IIna persecucióll, ulla ,iulaeióu ¡Jo la III1crt1l(1 de pcn"al'. Al IHleC'r Ú un lli illelül) cbta ¡ll'gu mCll faeión: sólo la verdarl ticne derecho', mi re­ligión es In \'crdad, II1Pgo mi religión lielle tleJ'ec]¡oR, y 110 la nlCstra, )10 lo ofendo porque dejo á sn buel1a fe qlle so coloqllo en la misma POSiClÚll ('11 'll1e me hallo. Si es hombre ~enstlto'y aRícllte {~ la mayor, y tieno Lastante sineeri(lad p¡lm creer que la menor lo fa,orree, deLe retoreer mi argumento y considerarme tan errado como yo lo cOllsiJero, y por lo (7) An X, serie IV, 1'01. I V, p, 434. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6íO Tu\. MISCEIu\NEA. mismos motivos, por )0 que ninguno de Jos UOS ofende al otro, ni tiene derecho para exigirle <¡ue lwga el sacrificio de su convicción. Dc este modo, en la doctrina de la Iglesia católica, los principios in­mutables se acomouan :í. todas las exigencias contingentes. El error de los adversurios cst:í según hemos visto, en partir de un sólo principio, mientl'Hs que nosotros partimos uc muchos en cuyo punto de con\"ergell­cia brota la luz. ¿ Dónde está. pues el antllgonismo real del derceho social eristioIlo y el edl'íritu moderno? Una V('7. rectificadas las apreciaclOlIes crrónens, re­sulta <¡ue 1'11 diferpncia CIÜl·e los clos está en que el U 110 es el derecho cun Dios, y el otro el dereehu sin Él. ¿De qué parte estará el unlen racio­nal ? Lc6n XIII ha SOlH]C!U]O el a\¡ismo :1 (pe lIem :1 111 sociedad 01 dero- (Jito lluevo, palabra prelc!!ciosa r¡ue nI) pasa de ser un lar.o; hemos uem",.. tmtlo que el derccho eri.liano, por tener raíces y bases inmortales e acomoda rL toJo progreso, y hasta llega á contemporizar cou cier­tos males iuveterlldos. En el ordell sucial, cl derecho cristiano es análogo [~ lo rllle es 1l1rRzón ilustr;L(j¡L por la fe, en el orden sicológico. Las in tituciones sociales Jo los ]1m'b los modernos son oum del 11crcuho cristiano, y uunque csta obm sólo estú empe7.ada lUuesLm ya udmimules progresus: el l11atrimonio cris­tiano Ilovadu á su ley y sosleuido en su pUre7.3, la abolición de la esclavi­tud y L1e la scrvic1111l1Ure, IHe! fruur¡lIic:ias LUuuiulpales, el millisl.erio de la ca1'1ll:~d ejercido bajo lllll f,n·ouls. Estos son en lo pasallo la conr¡ni,ra de ulla civilización qne se flltlLla en lo principios cristianos y la pr:íctiea de las virtll,Jes s(l-:iales, f¡ u to del e\'angel io, Para lo ven idero, ¿~uánto no porl r(¡ esperarso de es" ,1c¡·(I:hu eri,~tialllJ re;;tallnlllo Clegím sus princi­pios inlllutables, y ('on h . la" b~ fll \:n:as I1IlCVaS qU0 el desarrollu Je la ci 1'111 ¡,:ación material traLJ Ú la ci \ jJi :m¡;iúIl cr.,¡,iana? IV Lfl Ens('!'hnza de León XIII termina con el euanro grnl1rlioso de b civili,mciún cristianil contrapuesto al de 111 civiliímeión materialista. El 1llan e~t(¡ lomado (le J::¡. Uiltdad de Dios quo ua de reconstruirso. j,:IS gt­lléraciunes (\e católicos (IUIJ León XUI trabaja en formlll" Sé!"ún las Ihnua­Ilas á secundar la I'e:dización de la ompre~a. Paralelamento (~ su labor r!oclrinHI, León XlII sostieno otra de elemlhl educación c\I.I'osprinci]liv3 expone al ll1iSfllCJ tiemjlo quc hlleo Sil aplicación prúetica. DeulOs sir¡nic­la uua mirada :L esta parle de I.\ em 'ilanzlI pOlJtdlcal, ya qllo o, partiJa1'lo ardien~e oe los gralldes estudios católieos, "La Igll'sia Ilova consigo la l'icncia. como tI sullleva la lu~. " (8) Porqlle "la Iglosia, segÍln palllbra do León XIII, simpatiza con lodo lo hermoso, hOllostO y laudable"; (9) ella quiere el desarrullu do las uobles facllltades Jet hombro, y da :'~ la illlcligeneia las :das de la Le para eler·u·su í\ la eima en que la CIencia humana se ilustra ó (8) Dupnllloup. (9) Carln sobre los estudios literarios. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA MISCELÁNEA. 6il !e completa por 1:1 ciencia divina. En Jesucristo se reali7.a la unión de csas dos lnees, y por esto se le llama "el l'esLaul'ador de la ciencia" (10). La ciencia católiea tit'lle lll1a historia paralela á la de la Iglesia! Qnc entusiasmo anima la palabra de León XIII, cuando pintn In nda ardilJll­te de csns ~randes llniv(lrsitlades de la edad media hacia 1m'! cuales el Port­tífice "vnelve sus miradas con encanto supremo." La hu: 8e ha amort.i­guado porqno otra ciencia ha )'ecmplazado á la ciencia cristl:wa. La (¡ue 110)' qneda es una ciencia hija de UD:~ filosoiía recllflzada pOI' Dios, ft qUlell ella desconoce ú su vez, ciencia que reina en una sociedad que se J¡:t des· cntlÓ ndidu do lo bello para 110 peusar sino en los goces materiales. En semejantc crisis, las obras dc caridad no bastan: los católicos ne­crsitau la cicncia, cuya corriente deben segnir hasta hallar el sitio on quo (JI error la ha hecho desriar, quizii porque aquellos que represent:!b:\1l la verdad no la dofendieroll suficientemente. Está onteramento eu el orden de la Pro"i¡]encia, dicll León XIII, que para llevar al Plleblo á la fe y la salvnción 80 busquo el concurso de la ciencia humana (11). Y si nlgull1\ vez la restanr:\ción Jo la yirla mteledual en la "ioa cristiana fllé un ue­ber illeludibl(·, es en una epoca cn que es prcciso rehabilitar la sociedad por mcdio de 1':1 Iglesia, dpj>urando la razón por una sana filosofía. Rste deber ineulllbe á todo católico y sobro todo al sacerdote, en 1" hora en q\Hlla hlCha moral se complica con \lna IncIta intelectual, y on que es preciso defender la f(, COII las armas de la cieneia. ASÍ, una de las prcocnpaciones de Loón XIlI, su obra ospecial, es fortificar los estn­! lios de 'os jóvelles leritas y elo"ar sus almas por esta grande y austora }lie¿[nrl de que 1:1 congl'('g,lción de San Sulpicio le pre entaba un foco y una 'eseuI·Ia. LeólI XIII exhorta :í. los jóvenes leyit.1 á eOIl'luistar la ('ie!lcia, cllyas yastas proporciones lrs descubro después de haber seiiaJa­uo sn baso on el estndio de Santo Tomás. )fas importa comproll!ler biell la aUlplitncl oe mims con que 01 Pon­tífice ha eoneclJido esb restauración de la Jilusofía tJ'¡[d ie iunal. La l'ilz(¡n se ha desviado de su camino, y 110 es hacerla l'drogmr1ar el llevarla otr" YeZ á la "Ía. Por otra parte, linda habl'(t ]>enlitlo en la labor dui eSl'íritll )lU nuno. y vlviendo á adoptar 11\ trad iClón do la filosofía oristiana, IIJ8 maestros de nuestros tiempos hlll'lÍll lo r¡ne el TJlaestro de la filosofía esco­lúslica ha hecho por la ciencia antigua. Hccogcrím la parte ue "N'dad quc se me~cb al error cn las gl'llnde8 hipóLesis de los filósofos modornos. y una. YeZ más se veriu los despojos del Egipto llorados al tOJllplo uol nrdmlcro Dios. Esto es 10 que concibe León XnI. "Lejos do mirar con destlén los progrcsos de nue tra CiVl1i7.'1ción intelectual J mnterinl", el gran Papa quiere des.'J.l'J'ollar todas sus conquistas dándole nn faro quc la oriente ha­cia :1uevos progresos, mas !!unca una barrera <¡ue la detenga C1J su legíti­mo crecimiento. Su v<'l'dlldel'o pensamiento. quo expoue en 1m ll'lIg11nje admirable, cs el de propol1er á la ciencia Dlo,lernll al nI'. A.ngél1co "como se propone á los que cnlti"an I!lB artes y los letras el modelo de los graD­des muestl'os do lu untigüedad" (12)' Purquc según lo ha dicho COII i Q- (10) A?/crni Patr¡'3. (11) A?temi Patr •• (12) Carta ul CurdcD:l1 Ziglillfll. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6 ~<) ( ... LA :lHSCELÁl'i'lsA. sistellcia, o~esióu de si lllisma, razón quo volverá {L hallar (,1 principio ele las cienciasllatlll'ales con la nocióli do Dios Greador y con b de la C¡lusa ejcmplar dol Universo, así como hallarú el pl'incipio de lad ciencia morales cun la uOClón del ])io~ 1'l'ovideneia, y (jue hal:arÍl en el h~ch(¡ mismo de la sociedad un 11('(;ho lIccL'sal'io 8ollletido á una ley im· }ll'cs¡;riptlulc. La fe tllIl'<Í una alma á toda citlllcia al I'ebcl:trle uu tipo ideal ell la persolla del Hombre-Dios. L!\ 'íntesl8 de la rllzón y de la fe ]101' la cielJeia telldrá Ulllll'C:dl)(u,¡;iún purale]¡¡, un la Rant.idau; porque h llilutiJad también, con llll elcUlellto uLsoluto, til'lIC' otro rclatll'o á la mi· ¡¡ilÍn de la Igle~ia ti trale1. tle los tiempos. Parece que la slIntidad 110 lllle,lra ép(J¡;¡( haya sillo tldinida por ::;a¡¡ Pablo en las p¡tlabrlls: Qux. ('/¡,lt'lue qU.rl·/tll1qllo pudica .. _. ú qua drllls, ,~i qua lalls disclj¡li1lCc .... t/'{le cogilitle. . Yol\'l'remos:'l yer S¡lllto que S<'fin saLios y nrti,tas. Ycrl~mos ga-lIleos que ~c harán comprender tic sn siglo, fm Angélicos que sabrán ex· }lrcaJ' la~ inspiraoiollt,s de su ideal COll la ciencia técnica del arte moder· HO. En todas lus tlirl'cciones de la vitla moral y de 1.. . viJa illtelectual, la Iglesia yolverá Íl tomur la ul1torchu que alllmura y que guía. Del arte antiguo 8e ha dicho que murió de tristeza; la filosofíu mo· derna mucre de ilUpotencia. 1\1. Curo no yacila en reconocer la banc;¡· nota rld racionalismo, como :MI'. Taine y :MI'. Montegu III de la revolu· ción. La 1i!osofía ha querido reemplazar á 1:1 Religión, y la ciencia ha dado muerte Ít la filosofía. Esta hija elel pensamiento hu mallo se ha 'Vuelto contra su madre, ) la potcnéia que tlebía tl'uusfigul'al' almundo (18) Cardenal Cspecclatro en la dedicatoria de sus obras ú Le6n XIII. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 674 LA :mSCELKÑEA. terrestre se convierte en el instl'lImento de la fuerza material, cuya uOll1i­llación Ilevar:t este mundo á la barbarie. La hora de este gran peligro ha sido la eseo:;:lla po\' f..Jeón XIII pata vohel' {¡ mostrar en totla sn luz la relación cntre la razón y la fe, es dccil' }1ara rcstablecrr la jerarqnía de las inerz¡lS rotlls por el elTor, y restaUl'llr ]a obm (}el santo de genio que ha determinado la ley de estil relación. Santo 'rom{ts se nos mnestra sobre las alturas de la edad media como ('} Prof<.'ta de la lluera Jcy. --_... . _--- LOS HO:lIDRES E'~:t..S'.l'ICOS Aqul como en tona tiel'l'3. ])e J!!'oclamas y jaleos, »e c1lselnsos y de empleos, Poca luz y mncha guerra H:\\" lJllencs mo'zos y feos ne "tal tOlDple y calidad) Que lli les (',~hran 80n ])e n.lta represcntaeióu, Pe/' pum elaslicirlad, y crhi,gracia, nOl\ GUSPlll\ Hombre a1llante cl-el pl'f~J,'eM y que, dieJ\o es!'ú con eso, Conocido tiene el mar, (.'01110 yo el PeJoponeso ..... . )'or 11\ V <.'1 1 n n tad [Jeml ina Del ¡"'pujar Prrsidel1te, Hcsllha elristicame71lc Secretario de marii¿ bHj(~, porque U, sabe (¡ne el del:ol'o de mi elllpleo me prohibe avanzar opinión aeen;!\. de lo qUll debo dueidil' en ju~Li(',i¡l, EXClll:itl USla, dijo el otro, sin vcnlt'I' la <~nlma eusi beatífirll, de su Rcmbl<1l1te, y con cierta fil'mezl1 me:\duda (Ir Reneille:l. que revelaba en íil ltl. éi l'cull~tu.nci .. de scr un l'etlolaudo In'ibón ó. pCl'l:iOllil de inm¡j,eula­da i lloceulwl, l!"}x(;use U"íll, si me atrevo á }lIwerle algulln!; r eflexio­lItiS q l:C pmeball, ú. nO dejar dllUIi, lu..lpgitimid;ld de roi del'C(:ho, Creo (lile ll¡ty dispot-lieioncs en uuc::;ü'a sabia Lcglslaeióll patl'ia qlltl me fu.­VO\.' C(',Cll, y si U8íu no lo lleva {¡ llJal. ... , . -i~;; inút.il tqdo lo quc U, pueda, y qllieTa deeinne "oote el pa.rt,i- (!~1 11lJ' Pienso que sel'ú mejol' p1l.1'¡1 U. renunciar iI la pl'etensiÚll de Cn SCÜ¡Lrme á COi.lOCl'l' laA leyts de mi país, á las CUUll'::; ajusLo siempre d cumplimiento do mi:,: ncueres. Oll!\lldo e»to dijo d SI', OidOl', tocaron de n upvo {¡, la plH'l'ta, y en- (.1:¡u'()[I CH flc~\lida litO de otr() hasLlt trcs iu(1i\'iduo:; quc veníall ÍJ. ti fo­n) U~t'S 11 ,,!-\,OCIO , y á di,.;tinl¡\s ¿¡ili¡reHeias eon el Docto!'. GÚllll~?' lllle \l1)(.0 ('1\ la Ii:-;Ollomía del to~all() p,l (1t'~flO de tru.t.l1' con J.lIJ (,(r(JR de ull.uwdo I)i'('l\!rent.e, se aneg6 ¡'~ él Y le dijo l~a~i en s(:l;rcLo: f Se['lll illllH'udcllt:ia ó ill,J¡"H_a'c~iól1 dI' p~H-tC mía, l'O/!.'!LI' al SI', Mngist1'a­lÍú que 1110 permita ¡lIH' \Ul lIle mwb), mieut.rclS ¡;,~ OIWP¡\ (~fHl e~ws ca­halle ros, ua hbl'ü de :;¡¡ h,bllOtecil tille llccosit,o COu¡;ul.tal' urgcnte-lllC Llt.\.I?· , -1';I\{,1'c U. !tl :;¡.1,')1l Vlllino y consulto cu:~uto::; liiwo::l ql1iCl'U, le 1'e8- pvlldtú el ~!', ::hm!¡I'j)j/), BJ \11l(} be ui¡'ig;ó g b bilJlio!,ccu., mientra.s el ut.ro ~~o ent.endía con l.J"; rC":l~1l 11 t;¡:;,ld "S, aÚllle70, t.OIllIl nao de es!>' illfolios qno t.:\1I fl'i.'(·llent¡os , eran en hUI hihli Jlt'(::tS (le 11):,1 1'1JOg',d,,:-¡ antigllo.->, tÜ'ú (~tHI a }H_nt un rini~{,n del :'J.lÚ.l, ¡¡;} eo111c(¡ ,)1)1''; n:lil Imln:'l, VII, o el eÚlligo ,mhl'" l(¡~ mu:"los y s'n !t:c,' p;¡, al,)'.)-, ni L,(, l.: ll.tl1W ¡dtCl'uattV!tlIlCllle en los lJolsillm; dI.: bU gr,1U Cillllc.;,), y (;OllL'II,;Í) {¡ ~¡Wu\', Sili haeeJ' l'u:t!o, tilla tt',,::; otl',\, 11lU­dl'l~ O'\~~: S tll' oro y fl ('o[oual'l,ls OH fiill beFél.it1¡~ CllLr.: dos hoj ' ti alJier' 1,1" <.l .. 1 li bro. Cuuda .lo q,\t,; h:11:o (~::;¡~ op~rari6n, cerró eOll mufla el tomo, !JIle lo (¡-.l (le Ia.r; !.,',Ye$ lIt! I':lrti:la, lo (!olouó soul'n \lU!l Illesa q tlC c:;Lal.¡¡¡, 1'11 la. p.u'L':I (:clltl'Jl.l iimo J ((('z, Ir. ¿¡ijo: mi l g,';i('¡U:-i Hcilnl'j h(l Vi::l'i!il'Mo mi cOll"¡lllt,a,~- ('t'/:'v b -d)l~r Ilttllaüi¡ en e l v J!tlllHm qll': ,h:ju solJ1'l! l.l 1I1t~,-m, variob ¡trt¡c:u!os de 1\'y (jUC put'tlrm fu-, v )n~~l~l'lm', l' : .. UIl C:~'CO q~lt;. cou r:lw.-or diligc!1-!i:1, \:¡i~n 1;0 pudiera hulbr :I)[;V 1ll;Í-; Cl~ mi f¡, vot', . eDn c:.:t:> y ¡:Oll m'ly l'evcrene',lsa saltü,wióu Sf:l a lejó el litigal.te. i'.lg~ U.':"iUUi.\. D. !':.f::cl Silnnil.lllto dI! emilic!ILI.'lHl.:llt.c i'l::ltO \:11 114 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ley de PI1.l'tiJa señalaua. P01'\1110 IL~ep:urll.n las cr6ni(~as n1l3.ii\'au~ que tI':'!:! día,; de!::pués, lu senteu0la I'~tab!l. !lrOllullcü.da y el pieito ganado por o-ómez, U¡H'hos años dl'spné,~ e1(' lo rd:1t'ionallo en lo que precede. y poro 11.llte" de qnC' en d N Llevo R 'i1l0 t!(, (hallada se Jícse 01 grito de emall­\' ipil.cióll I1bsol11tn, dt· 1.1 lY!()U<11"tlI1Úl. l't--pafloll1, 1111 hUI1I br(!~lto de media- 1IIJ. e8"ntura, do t,id mO'·CnH. de mirada uH:lallcólicl), :-- tranquila. vestido de flite ll(,~~I'O, (;hah~co blnl1co. cOl'hata t1cl IlIismo coh,r, pant.alón OSCIl­)" 0 y zap:hO:i con hebilla de pluta, ¡;,.,;talllt sentado cn un sillón de ltu­mi/ lIt· ('uarto p('t'L"lleei"litt~ Ó. ll1t¡c!C'6ta e:lsa en la. Ciuaat't dú l'opnyún. Jé\'i$:mdlJ r()n C$Il¡ll'O ,- atátl val'ios lil,r(J¡; de lcvl's, pOl"uue era Ju('~ " f-Slllm en VísP"I'¡l,,, '(l(~ ¡JrollulleiHI' :antencia ej) 1111 pl~iL(I de no pv- 1':1. im¡Ni'iilllcia. 1,IIPS::;i bicn el illtúl'é' qtl\~ en d se (~i6j1l1t:Ll>a alf"un. l:¡;,\! ,tperw,s Ú -1 Ó C,OOO IW:;o~, los litig-illlh',; erUII, de lUla [,;u'te Ull hu;,¡J· lIl'C f,~auclllllldo, y de tJ~t'il , ulla d('s','('ut1lI'nua vinJIt que al pel'tlul' .,u t',!ll,;¡, qtwJarí:t sumei'gitla ~Il la l:l:H; üeplol'al¡le tni:,!' '¡a. U Juez (¡ qnipll alndilllO:; pasnbil (le cOI\::;ulta Ó. üO!lsnlta. de med:­Uleiúll tl lUe(libl(,iúlI v de I'aWllUUlil,nto á l'aZOIUlllienlo, ~";\)(.(nl 11(' la mujer 5' ud dt'I·('dlO perfee­w dtl ('onlr:'rio. lIn:'ía:-i('j\~ '¡¡'¡¡'(J ('olldpllar Ú pol¡:'(:l.ll al¡¡;.olllta á lltia lI\uj,:r desv"lid,\ ,1':1 tiel'l1os hi.io,~ \le ('1Ia. t--umidll~ ('11 ol'fmcl:ulj p(;ro .\b"i, trJoo l't~eL{), l:",dayo tk 1ll 1 t.'.\', \'it,::¡!lo de Iu cOJ,.:iu\('ia. ()¡wero (te h \'Cl 1:111, y ~{Jkl: (ouo, hij(, ,¡1Il1i;,:) ll~ la jn:::t:eia. no l."dill torcerla ui ':llIlbiül' d fallo por lIlot.ivo~ di' e:OJll.!l:\::;ioil Ú r:ll'it:ad . .. ' IgUllO,< días (¡(,,;;l\l;" la lil'r.tl'IH'i:t {'6bdl!l }lrolllllJf,¡a:c en ()lJra¡; de \ ¡¡'[)Id, '!'I)dn :-;i¡!Ll;O 1\'"' ::IglUI ti"!Jl'!H) l'llltlO 411l't'l:t di,'}¡o, h:l;;rl qur un día (\} céle1',e .iuri 'Ilt'l'itt>, Cj!le sí¡'ve de lllllli 'o pilla (."ni:,i.' l,,,t.l lugar. JltI/¡,·j • (':;t,·L.I (1!tl'('~¡ulo, (',>1110 de' l'o:-;tillltln'c, nI e::ot:lllio .Jt'l::, lcycti y al I'J<'l' ,¡\:¡o l:ol!~la¡ttl' do tmb,lj"" /le )!l'J1:,:lllliellto, ('n.tIldo al I~'r (;11 l!'ltl J., ::('í:J.: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 678 {anCla; pero como me pal'e~e más oportuno ha"erlo ('u mi casa y I)scri­torio que en la hahitaei(m do U., e!-'prro me excuse y t('np-a la. condfls­tondencia de vcrse ?ollmi~() ~l~)Y. mismo á la 111m de la tarde." La señora h qnwn fue dIrlglda esta. eBqueh~ 01"11. la vmda de que btl­hlúmo. al irl1tar del pleito á qne antes nos r eferimus, y la misma que fué fiel á l:1 cita que ::;0 le hizo. Cnando ('1 Dortor y la mujer múnrionur1a estuvieron renuidos en el escritorio del pl'ill1(,I"o, éste le dijo con calma.Y ~;cllcillez las siguien­tes palahl'as: "Señora: he comct.ir1o mm gran falta eoa U. y para tran­quilidad de mi COllciclwia,le suplieo me absuelva d('~p,I('" no darle debi ­d[ 1, reparación. St'ntcncié 1111 pleito en contra dI' lf., b:t"ac1o en la dis­posición de nna ley que no era aplicable. Ayer mo conveneÍ por el tpxto de otra ley f'X(l!'('sa, qno el derecho esbha de su parto y que la scntencia que dí fllé inj llsta, La snma sohre que \'L'l's:1.ha el liti~io era. tanta, el tÍl~mp() que huce cO!11('tí mi erl'or tanto, l'l inter('~ leg¡ü Jel dinero éste, y la suma para t'ubl'ir capitn] i1 inLel'c:,:es ?sf.¡t." Y le ::;e· ilftlÓ algunas talegas llenas de pc,;os fucrtes que ha.bía colocado sobr~ la ruesa, Llamó en seguida eRte probo ~lagistt'fl.(]o, éste d ec11nd o de honra-dez, esta pl'E'eiosa joya de nneslra histol'i:t lHwional, Ú ano oe Hns sir­vientes y le dijo: "Aeompaile U. (:,~la SeflOrl\ Ú su casa; llcvo U. este dinero qne le pel'tel1('ce, r entrégnesdo al llegar." La pobrc nluj('r no habló: lloró pOl' única respueRtn, siguió para su rasa, y d(' ese día en adelante, hubo en su hogar pan y abrigo, tranqui­lidad y dicha. :g'l hombre de quo Ü'utn.mos se Ilomaloa JOi'Ú Félix: de Restrepo, hij(l esclarecido de Alltioquia y ciudadano ilustro de Colombia. MANUEL UJUBE A, NUESTROS CillTiCOS DE TEATUO Una de las mnchas flaqnezas de la fTagilísim!L hnml1ni<1o.d es la pretrnsión de conocel' de m{u'¡ea y de teatros, Alguien ha cal('uhHlo (ll1e cnt! c la cseogirlll. ('oneUlTl'IH:ia qu(' llena los teatros ue las cnlta. ('inun
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Miscelánea: órgano del Liceo Antioqueño - N. 5 y 6

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Las empresas no se encuentran obligadas a informar las razones por las cuales no admiten laboralmente un aspirante

Por: Ministerio del Trabajo | Fecha: 2014

Las empresas se encuentran obligadas a dar a conocer los requisitos de ingreso en un proceso de seleccion y de incluir en el reglamento interno las condiciones de admision para vincularse laboralmente por lo que no se encontrarian obligadas a informar l
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