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Con la frase Poesía.

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Imagen de apoyo de  Sin tu mirada no existe la luz

Sin tu mirada no existe la luz

Por: Luis Alberto F. Piña | Fecha: 2018

La reafirmación de los sentimientos a través de la poesía. En unos tiempos donde los verdaderos sentimientos son cada vez más reservados, diluyéndolos en distracciones momentáneas y superficiales, irrumpe Sin tu mirada no existe la luz para reafirmar que todo tiene energía, un alma que conserva la semilla donde nacerán las emociones. Luis Alberto F. Piña regresa a la literatura con su primer poemario para exponer el mundo a través de sus ojos: el desamor que nos persigue durante toda la vida; la sombra de la hiriente soledad, siempre acechante; las casualidades que el destino interpone ante nosotros; ese amor platónico que nunca será alcanzado, por mucho que se intente; la crítica hacia las injusticias que se siguen manteniendo en la sociedad... Sin tu mirada no existe la luz es un libro de poemas que interroga a la razón y al corazón.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Crítica

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Sin tu mirada no existe la luz

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  • Exclusivo BibloRed
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Ya no sé qué hacer para triunfar

Por: Francisco Peña Mayor | Fecha: 2018

Una mirada poética a través de lo cotidiano. Expansión del autor, estos pequeños poemas encierran mil situaciones y experiencias distintas. Siendo poesía, son perfectamente entendibles, sacrificando el autor subterfugios y recursos para que la idea llegue limpia al lector. Se entremezclan, por tanto, metáforas y otras figuras retóricas con la realidad y clarividencia de la vida misma. Poseen las estrofas (si se les puede llamar así) un ritmo vivo, producido por una buena utilización de rimas, que sin ser un metrónomo, tienen una sonoridad y armonía hermosa. Es un lenguaje moderno, de nuestro tiempo, con denominación de origen canario, donde el autor está en conflicto permanente con la sociedad. Un inconformista con numerosas razones para quejarse, en una lucha permanente que plasma mediante conclusiones certeras.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Crítica

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Ya no sé qué hacer para triunfar

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Conflictos políticos y creación literaria entre Santillana y Gómez Manrique

Conflictos políticos y creación literaria entre Santillana y Gómez Manrique

Por: Vicenç. Beltran | Fecha: 2016

Este libro aborda el estudio de la Consolatoria de Gómez Manrique desde las modernas teorías de la producción ideológica, adaptada a las peculiaridades de la sociedad, la política y la poesía del siglo XV. Tras un excurso teórico, se analiza la forma en que el autor ha aplicado el senequismo y la religión no solo al consuelo de su hermana, sino sobre todo a animarla en sus reivindicaciones político-patrimoniales y dar a estas un soporte doctrinal y político que las hagan eficaces. Se incluye, además, una edición crítica del poema y su comentario. Especialmente es a través del comentario donde se revela una densidad de lecturas y una maduración intelectual que empezaron a desaparecer del panorama castellano tras la muerte de Juan II, Cartagena o el marqués de Santillana, como el mismo poeta puso de manifiesto en la sentida elegía que le destinó.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura española

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Crisoles del tiempo (poemario)

Por: Andrés Barbosa Vivas | Fecha: 2017

Andrés Barbosa Vivas, poeta nacido en 1987, dejó una profunda huella en los barrios de Bogotá con su poesía enérgica y comprometida desde la adolescencia. Reconocido desde temprana edad, ganó premios y menciones por su obra combativa y sensible. Tras graduarse en Ciencias Sociales, continuó destacando en certámenes literarios y publicó varios libros, como "Desdóblate silencio" y "La desmesura". Trágicamente, falleció a los 23 años en un accidente de tránsito, dejando una obra inconclusa que es preservada por la Fundación Andrés Barbosa, liderada por su madre, Mercedes Vivas. Su legado, marcado por la autogestión y la edición comunitaria, se refleja en obras como "Crisoles del tiempo", publicado póstumamente en 2017, que recoge sus poemas inéditos y sus reflexiones sobre la escritura y la historia.
Fuente: BibloRed - Colección Digital Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Otros
  • Historia

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Crisoles del tiempo (poemario)

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Lo que tarda algo en irse

Por: Lucía Vargas Caparroz | Fecha: 2022

¿Quiénes son los descendientes de los maestros del haiku? Uno piensa que deben estar en Japón o en otras latitudes, y no sólo eso, que deben ser ancianos y barbudos. Pero no. Los tenemos en Latinoamérica, y Lucía Vargas es una. Basta abrir este libro para comprobar que ella posee la mirada entrenada del sabio, que sabe comulgar con la naturaleza, que doma los símbolos y que cuenta con una precisión verbal y una sensibilidad insólita. Lo que tarda algo en irse es su primer poemario, un libro hecho con nostalgia, lágrimas, asombro y amor, que se centra en el movimiento perpetuo y en la imposibilidad que tenemos de detenerlo. No es por otra razón que en uno de los poemas más memorables de esta colección escribe: Ahí en ese rato que se queda es donde quiero vivir siempre: el momento antes de volverme otra cosa, el minuto antes de la pérdida, el instante antes del miedo. Es en ese “ahí” donde está ubicada la casa de la poesía. Y Lucía Vargas lo sabe. De ahí ha recuperado las...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Poesía

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Lo que tarda algo en irse

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Imagen de apoyo de  Anales de la Instrucción Pública en los Estados Unidos de Colombia - N. 21

Anales de la Instrucción Pública en los Estados Unidos de Colombia - N. 21

Por: | Fecha: 1882

TOMO IV. Junio de 1882. NUM. 21 ANALES DE LA INSTRUCCION PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA. LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES POR FELIPE PEREZ. UNIDAD É IDEN1'1DA1> INTRÍNSECAS DE LA POE ÍA. (Continuacion). Complementamo e tas ob ervaciones con lo que el insigne literato Li ta di e d l sentüniento de la belleza, u l principio de i1nitacion, de la subli?nidad, de la JJOe [a conside¡·ada corno ciencia, de la 81.tpue ta mision de lo poeta , de las costurnbres en. la poesía . de la importancia del e tudio filosófico de las humanidades, que e un r úmen completo de las reglas del arte literario visto é te de de la altura de la ciencia. " Grande afan s y vigilia han consagrado los filósofos al estudio de la facultade del alma que tienen por objeto la generacion, la e presion y la doduc ·ion de nu tra ideas; pero son pocos, muy pocos, lo que se han d dicado al tudio de los entimiento . Se han hecho progre os muy apreciables en Ideología, Gramática y Lógica. No pued decir e otro tanto de la ci ncia de la afecciones de nue tra alma: contento con reco­nocer y · ntir u exi tencia, solo han bu cado lo medios de contenerlas dentro de los límite de la razon por medio de la filosofía moral. "Tánto empeño en un trabajo y tánta negligencia en otro prueban evi­< lentemente que la primer ciencia es mucho má fácil que la segunda, y que hay medios má expeditos para ob ervar atentamente los fenómenos de la inteligencia cuando investiga la verdad, que los de la voluntad cuando busca el bien ó huye del mal. " Añáda e á e to que concurren frecuentemente de tál manera, que suelen confundir e la ideas y lo sentimientos. En lo estudios más abs­tracto , el de matemáticas por ejemplo, hay por lo ménos un sentimiento que nos guia, y e el de la curiosidad, que e innato en el hombre. La curio idad satisfecha es la fuente del placer que experimentamos cuando hemos ntendido y resuelto bien un problema de Geometría ó de Mecánica. Pero otro placer de diferente especie e el que resulta de comprender bien una teoría entera, contemplando el enlace maravillo o, el encadenamiento TOMO IV. 19 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 270 LOS GRANDES LÍRICOS ESP .AÑOLES. ··--···-··············--···················-··-·······--·--······-·····- .... ·······················-···········-·······------·- ·······-·-··· .................................... -- bien concertado de lo di ver os pensamiento que la componen. El si te a d la atraccion newtoniana que sometió á una ola y única ley todo los movimientos planetario , e el ejemplo m dor que pu d I resentarse de la belleza de la verdad; porque es impo ible estudiarle y abrazar con l n ­t ndimiento toda u part sin sentir una impr sion d la mi ·roa e pe ie que la qu ca u ·a tm h rmo o edificio 6 una e celent compo, ieion l)Oéti a. ' E te placer qu entimo al per ·ibir muchas eru· d nlazada ínti-mam nte entre í pro de del ·entimiento de la belleza, inn< to como l de la curi i.dad, com l o ial, como l religio o en el alma humana; por ue ba ta u un entimi nto, que una facultad sea comun á todos lo hom­br , r que en todo ohr de una mi ma manera, para inf< rir legítilna ­m nte que e connatural u n otro · ; y pu no ha ning .. nno in en i le {t 1( im¡ r ion de la beltlatl, ueb mos mirar l placer qu de u contempla,­ci n r ulta como in] ren ú, nu trc natural za. "Al entimicnt de la b )ll za e ignar n los latino con la, \Ozjudici-um, di cernimiento; lo· pu blo mod rnos le llaman g'u to . .Amba voce 01 d :D ctuo : la prim ra por ., r harto vaga, y por den ar una op ra ion puram nte intel ctual ; la e unda e tra ladada metafórica. S rá pr - ci o u arla para conformarno al l nguajc e mun. "L difer ncia entre l id a l . ntimi uto ra on r ultado d 1 tr bajo d l alm ; la o·un la. ct:D • ·ion dad u a . Por te m tivo con e mo, t· u i n la en ra ·i n, combina­cion y d d ccion de nue tras idea , hcmo hecho tan poc progreso en la teoría e los entimi ntos, que e. por uecirlo d pa" o, la piedra de e cáncl lo e tre la d cta d filo.·ofi::t re ional que dividen hoy la repú ·ca de las iencia . La análi,L, qu tan f lizm nt e aplica al e tu­dio d 1 :idea ";_ _ 1 l guaje perfe cionado, ue tan m tódi ·am nte repre-ent:?. J aquella análi is, no on fácile de emplear en l tudio ele la afec­cione' el alm . El ntimi nto es un ga que e e apora cuando queremo epararlo, ó un rayo que recorre en tm olo in tan e toda la ten ion del firmamento. lo Quién podrá d tenerlo ú oprimirlo para om t rlo á la lenta opera ion de nue t:r;. inteligencia . " Y sta dificultad e hace mayor en l gusto, porque su objeto es la belleza, cualidad aérea, impalpable, en ible solo al alma, p ro que parece que huye de nosotro como la maripo a apénas qu remo analizarla. ¡ Cuánta veces la sentimos sin que nos ., ea po ible definirla I ¡ cuántas ni aun podemos expre ar el sentimiento que nos agita al contemplarla! " Sin embargo, en la ciencia de la poe ía, a í como n toda , e men - ter partir de un punto conocido, evidente, de un h cho at tio·uado por nuestra mi ma conciencia, y este lo tenemos. Exi ten en la naturaleza alg1.1nos séres, algunas combinaciones de . éres capaces de excitar en nuestra alma cierta ensacion de plac r, que ni pertenece á los sentidos, ni á las demas pasione conocidas del ánimo, sino olo á la imaginacion halagada. Llamamos belleza á la propi dad que tienen aquel1os ére d e citar en nue tra"imagina i n, y • olo n lla un gozo tra quilo y agra.- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES. 271 --····-····-····-·········---·!": .................... .... .......................................................................................... ......... ............................... - ........................... ............................... -..... . dable, 6 bien una conmocion vehemente que no eleva por medio de la admiracion á una region int lectual6 moral má noble y grande que la que comunmente habitamo . Las palabra de que no hemos valido para explicar el hecho fundamental de la ciencia poéti a, i no son las má propia , son en nue. tro entender suficiente para caracterizar las diver a impre iones qu cau an en no otro lo objeto bello y sublimes de la natural za. "El placer producido por la belleza perten ce exclu ivamente á la imaginacion ; y de ahí re ulta que solo la en a iones de la vi ta y del oído on la qu , proc di nr sino en un punto indefinidamente p qu ño d ~ un obj to. El de cada uno do lo punto inmediatos ha de ser preci amente divcr o, porque pre­senta al rayo do luz que en él e quiebra una snp l'ficie diversamente iuclinaua. La dift r ncia será muy corta á la ver! Á la poesí~ u civilizacion misma. Díganlo las fábulas ingeniosas de los griegos que atribuyeron á la lira de An:fion la construccion de una ciudad y á la oz de Orfeo y de Arion la potestad sobre lo ri co , á.rbole y 1nonstrt os: -esto es, sobre los hombres feroces y bárbaros, má durns que lo peña os y las alimañas. Díganlo los bardo de lo pueblo setentr·orl les, que suavizaron su co tumbres con u cantos; díganlo los himnos r ligiOf:os de los hebreos; dí~aulo, en fin, las nacione bárbara de cuoi rta y risi­tad s por Cook en las i las de Oceaní.. y en la qu yac ~u · re .. .n al e tre ho do Auiau. En toda pa.rte e han e 'leura lo, · ('elebran se celebrarán con Yer os la relirrion, las virtud , el valm· r l o~ .. ·entimientos má tiernos ó má ublime del corazon humano. Exi. t~, 1n , n lll<.~m­bre la facultad de poetiza·r, y pue es general, forzmmMe te ha de ser innata : u oríg u es l insti to del pl· e r, p ro u ef cto n la ' oci~lad ti ne un al ance dificil de medir á pri ra vista; pu s á nada n1énos se dirige q u á ua Tiz. r la co. tumbr in n rva las alma', ~· á f. rtal er el corazon quitáwlol la dureza de la bnrbari . " E 1nuy pro < bl que la mú ica · la. 1 e ía fu ron h 1m a na gemelas. El idioma de lo pueblo primitivo ra pobre, at ndido 1 corto número de idea de lo qu lo hablaban; p ro ra enérgico, ac ntuad , armoni o, pues debia repre nta.r p· iones fuertes y frecu ntcs conmocione d la fanta ía, qu e ag·ita má en los hombres ignorant , )ara quienes todo es nuevo, todo e - digno de admiracion. No era dificil adaptar á un len­guaje de eota especi lo tonos mu icale que naturalmente produc la voz humana aeompañad·1 de algunos instrumentos que lo imita en. ''Su oratorio nació de la poesía mi ma, ó por n1ejor decir, e confundió con ella durante e. primer período de la civilizacion; pero no con tituyó un arte separado, ha taque los pueblos tomaron por guia de sus acciones y de sus juicios á la razon con preferencia á la imao·iuacion y á los afe - tos. La introduccion de este nuevo elemento, el raciocinio, ep ró las dos artes; pero no tanto que no admita la elocuencia, aunque con cierta so briedad, lo ornamentos de la poesía. "La arquitectura, como arte de necesidad fué por lo ménos co tánea ; pero como b lla arte 1 s fué posterior. Hay mucha diferenciad~ la cabaña de los cazadores y de las tiendas de una tribu nómade, al P rte:aon de Aténas ó al templo de Diana efesina. " La pintura fué muy posterior á la poe ía, y la escultura en u e.stado .de perfeccion lo fué á la pintura. Los instrumentos de que se valen sta dos artes suponen yá un grado bastante superior d prosperidad y de .conocimientos en el pueblo que las cultiva. "La diferencia e encial entre las bellezas d la nanu-aleza y la del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LÍRICOS ESPANOLES. 279 arte con i te n do principio : el uno e que las prim ras se prc en tan p r í mi ma , y n la· otra e visible el de ignio del arti ta. La naturaleza nos ofrece el p ·táculo de un hermo o jarilin, de la mar embrav cida, d 1 alma sublime luchando con la f, rttma. El pintor no lic : Yo representaré esos cuadros por ¡,wdio de colores, sombras y luces'; y el poeta: 'Yo pintm·é con palabras todos e. os objetos.' "El otro principio de diferen ia : que la b lleza de la naturaleza on origiual ~ y la d 1 art olo on u ii litacion, u r fl d • Ma no se crea por e o que el art s un m ro copiador, m1 mero retrati ta. E obli­gacion suya perfeccionar y mbellccer la natural za. El po ta el pintor deb n l'(unir en el obje o qu de ·crib n tod lo. ra.·go. d b U ,za qu pn d~ n convenirle . Por e o Juv nalllama poétictlt á una t mpn tad muy honoro a : ...... Si cuando po ética swrgit tempcstct!. ' D' toda maneras ·i m 1· cierto qu e i. •u t . ·u·ti. ·ta un ci rto éua · la y mos 6 h: ·m · • u título, i '· eompo. iti u lit ·rarü . -'an ·u bu •11 <'ft ·to ·e n - •e:itan, pu , do COIHli ·ion : prim ra, que ·1 1 arti ta n d cribirlo. ; y coro ,ntónce uo no in piran ni mi do ni horror aque­lla opi , . citan el entimi nto d 1 placer que los mi moa obj to nos cau arian i no no atemoriza en. " Puede decirse lo mi 1no de los objetos a. quero os i Nó. Confe amos no tener l .·tómago ba ·tante fuerte para complac rnos en la fredissima proluvie de la arpíac d. Vi g'lio, ni n ciert pa nje de la noche d los batanes d l uijote. elebrar mos cuanto e quiera la habilid. d del pincel d Cervánt s; pero no aplicaremo la ista ni la fanta ía á aquella parte de su cuadTo. ' Por qué no no.' gu ·tan n la cena lo e ractére nt ramente vil porqn ·on a . lPro ·o·; y excitan la náu 'ea moral. Y por el contra­rio, v mo 1 r trato d un tirano y áuu entimo 1 terror facticio que no inspira con ierto placer. Pero un tirano es un mon truo, un hombre vil un escuerzo. " Veamo ahora en qué con i te la belleza d l d i crnio arti ta: e to , lla art . , "Y x.i tiendo regla y prh cipio ci rto para la construccion de las frases en el l nguaj , para la combinacion de lo "Onido en la mú ica, para la, proporcione. de la geom tría, para la mezcla de lo color para la repre enta ion d la pcr pecti vas en la pintura, nadie podrá n gar que el instrnm nto le ca la arte supone una cienda particular para su conoci­miento un arte re p cti-vo y regla competente para la práctica. ".Aca o no tendrán dificultad en confesar e tolos que quieren jntrodu­cir la anarquía en la república de las b llas artes; acaso concederán que el pintor necesitad la geometría descripti a, el po ta de la gra ática y el mú ico de la ac(, tica e toe , que ti nen necesidad de conocer, no estas ciencias en toda su profundidad exten ion sino los principio generales que sumini tran á la artes. Pero lo que ellos quieren que sea mirado como un dogma inconcuso e que el sentimiento y expresion de lo bello y de lo sublime en cualqui r arte s obra cxclu iva del genio y de la inspiracion; en una palabra, que la belleza no e tá ometida á regla y que no hay ciencia. de la b ileza. " \..mba a· rcion . on in xa ta : la primer, , p rqu i bieu la regla Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 284: LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES. no pueden servir para crear los pensamientos de una composicion, ayudan infinito á eYpresarlos debidamente, mostrando los escollos que deben evi­tarse : y la segunda, porque no hay sentimiento alguno del corazon huma­no que no pueda y deba ser objeto de las investigaciones de la filos(}fía racional, y por con iguieute que no produzca un ramo de ta va tí ima ciencia. "a, Exi te en el hombre el sentimiento de la belleza y de la sublimidad Y ¡Hay en los objetos de la naturaleza ometiu á u u tra contemplacion cualidades en virtud de la cuale .xi t n en no otro la impresiones de lo bello y de lo ublime 1 lo Posee l hombre la f: cultad de tra mitir á sus semejant por diver os medios y con lo . PerQ el instinto e uua norma muy poco · gura en la na ione culta que e tán yá e ·e ivamente leja­na del ca,ndor é ingenuidad de la natural za. Adema , los pu blos civili­za< lo qni ren filo ofarlo todo, por qué, pu le ha de impedir el dere ·ho de raciocinar · rca de la.· fn nt . · de n plac r intelectual , ' Horacio, que no cr ia nficient ¡lara la bondad <1 una compo lClOn algun ver os ó de crip ·i n {! licc , r umi toda e a do trina cuan-do djjo: Rmn tibi socrat-icre pote'rttnt ostendere chartm. "En efi cto, 1 estudio del hombr , objeto principal de la filosofía de Sócrate , e el grande au iliar del genio p ético. Sin aquel e tudio la in - piracion ruda, como la llama el mi. mo Horacio, no I odrá dar {a, luz belle­zas de primer órden. "Ya es ti mpo, pues, de que cese esa nueva preocupacion nacida en nu tr . día , qu upone inútil el estu lio y las regla para sobre alir en lapo" ía; y i mejante delirio no podría ni áun decirse de un pintor, de un mú ico, ele uu arquitecto, t, cómo se toleraria que s dijese de los que se ~j rcitan en pintar y en de cribir por medio del lenguaje' Porque el ob­jeto de todas las bellas artes es el mismo: y ~por qué no ha de er nece­sario para la má noble de todas el estudio que lo es para las demas ! • . . . "Animis natUtm inventunnque poenw. juvwndis." RORACIO, "No deja de ser bastante ridícula la pretension de alguno de Jos cori­feos del nuevo romantici ·mo, atribuyendo la facultad de poetizar á una mision recibida no se sabe de quién, pues aunque citan la naturaleza, el genio y la inspiracion, no por e o es mejor conocida la autoridad que llama y elige al poeta. Nosotros abemos que el genio, auxiliado por la instruc- TOJ.\10 rv. 20 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 286 LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES. cion, enardece la fantasía, le presenta cuadros originales y animados, le enseña á vencer los obstáculos y á expresar dignamente lo que ha conce­bido. La inspiracion en las bellas artes no es otra cosa sino el calor y la osadía de los sentimientos que elevan el alma del artista {t una esfera nueva, desde la cual descdbe Jos objetos qne en una situacíon tranquila ni áun podria descubrir. Tambien sabemos que 1~ naturaleza excita al verdadero poeta á cantar lo que siente y lo que imagina, no solo para sn complacencia propia . ino tambien para la de la sociedau eu que vive. "Esta teoría e· clara y nada misteriosa cuando e definen con exac­titud la voces. Más no abemos cómo pu t.la llamar e mision el impul o natural á describir las bellezas de la naturaleza, ft pre entarlas bajo el aspecto más ventajo o, á concebir y expresar ideas originales, vigorosas y sublimes. La mi iou supone una autoridad que en'Oia y que tmcarga la ejecucion de una co a. ~ Cuál es esta autoridad! ¡La naturaleza t Pero la naturaleza movió igualmente á hacer v r o á Homero y á Querilo, á Virgilio y {t Bavio, á Boileau y á Cotin, á Calderon y al mae tro Cabeza , el más desatinado de nue tros poetas cómicos. ¡Por qné la naturaleza imprimió tan fuertemente en el ánimo del gran Cervantes el deseo de ver· siftcar, aún despues que, desenga:liado, solicitaba · la gracia que -no quiso da?'Ze el ciclo '! "¡Y quién tenia más derecho de creerse enviado para ser poeta que el autor del Quijote, dotado de la imaginacion más vehemente, más rica, más variada que ha vi tola república de las letra 1 " Los griego y los romanos que tenían un dios de la poesía, nueve musas, 1ma dio a de· las ciencias, un Parna o y una fuente Ca talia podían creer en esa mision. De ahí las expre iones est Deus in nobis, in'Vitá Mi­nerva, aspirate canmtti, ?n/usarU/m sacerdos, y otra. semejant que se hallan á cada paso en los poetas latino . Ovidio, Virgilio y lloracio podían creer­se enviados de Apolo, sacerdotes de las mu as, inspirados por un dios, así como César creia en su fortuna y Bruto n su mal genio. Pero nues­tras creencias no permiten semPjante suposicion; y cuando nu tro poetas, tratando de asuntos religiosos, in\ocan la a i tencia de los séres sobrena­turales, como los ángeles, los santos 6 la Divinidad mi. m a, no es para con­seguir una inspiracion especial del cielo sino para expresar dignamente las que ya hemos recibido de la fe. " Se ha querido comparar l.a inspiracion poética á la que recibieron del mismo Dios los profetas y autores inspirados de los himnos y cánticos de la Escritura. Esta pretension, que si se manifestase sériamente podria llamarse blasfema y sacrílega, es l)Or lo ménos soberanamente necia. Los escritores sagrados recibieron verdaderamente una mision j más no por­que sus composiciones sean poéticas se ha de inferir que todo poeta es tambien enviado. Esto merece alguna explicacion. El tono de la Biblia es generalmente sencillo en las narraciones, ner- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LÍRICOS ESP ARO LES. 287 ---·-············································--·······························-········ ..................... _ ........................................................................ vioso y severo en los consejos morales, enardecido, vehemente y sublime en los cánticos y profecías. La inspiraciou divina era en cada uno de estos casos lo que d bia ser at ndido el objeto de la obra, á saber: dar noticia de los hechos pasado , 6 instruir al hombre en sus deberes, ó ajus­tar á la música las alabanzas del Altísimo, ó de correr al género humano el velo de lo futuro. Así ni el Génesi , ni el Levítico, ni lo libros de los Reyes, ni lo Sapienciales son poéticos. Toda la pompa de la poesía se reservó para lo~ cántico .. , lo que á uadie causará extrañeza, y para las profecías qne por ·u carácter particular exigen tambien el lenguaje de la imaginacion y de los sentimientos. "En efecto, un hombre que de'= cubre en la edad V'enidera uceso que interesan á su nacion, ó lleuos de maravilla y de mi terios, no pu de expresar en el idioma tranquilo y o egado d 1 raciocinio. Era imposi­ble que Jeremía vaticinas . sin lágrima la próxima ruina de Jeru alen, ni que entr viese in grave conmocion de n fanta ·ía el gran mist rio de la pasion, simbolizado tambi .u n aquel snce.., o. Jsaía evangeliza más bien que profetiza los sufrimientos del nombre-Dios; pero su estilo, muy difer nte del de Juan, parti ·ipa del pasmo y del dolor que la cont mpla­cion del gran sacrificio icio o del iglo. em jan tes 1 cucion corre pon den muy bi n {L la pr untuosa osadía que ·e va haciendo de moda en todas las cla es y pro.ÍI iones. " La verdadera mision del poeta es la que le designó lloracio : anirnis juvandis, (nxrear el ánimo), y todo el que la cumpla dignamente tendrá por bien empleado el trabajo y el tiempo que le hayan costado srís compo­siciones. Este objeto es muy noble, pues aumenta, sin menoscabo de la virtud, la. corta masa de placeres que es dado al hombre gozar sobre la tierra. "Pero algunos nos opondrán una objccion que no carece de fu rza. ' El objeto, nos dirán, que habeis atribuido á la poesía e harto frívolo y mezquino. Esta divina arte con el hechlzo de u. forma , con la magia de la versificacion, con la sublimidad de la idea da, por decirlo así, una nueva vida á la verdad, y la hace acc sible no olo al entendimiento sino á la fanta ía y al corazon. Hay verdades, como on las morales religio as, que en vano serán conocidas del hombre si no e le hacen amables, y e te debe ser el objeto, la verdadera mision del poeta, obligando á la sociedad á que ame la virtud y le rinda sus homenajes. Un verso feliz graba mejor nna máxima importante de moral 6 de política que un tratado científico de cualquiera de estas ciencias.' " N o quiera Dios que. nosotros desterremos la virtud de la poesía, 6 que aplaudamos á los que abusan de este arte para hacer descripciones inmun- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 288 LOS GRANDES LÍRICOS ESP AÑOL~S. ···--·······--·····································-·····························--------------···----····························-·········· ·-·················-· ........ das ó para inculcar máximas inmorales y pernicio as. 1\iá diremos: no puede haber belleza en una composicion contraria á la buena costum­bre , porque la tleformidad moral es la mayor de toda , y basta á destruir todos los ra go bellos del cuadro mejor acabado. "Má no por eso hcmo de tra tornar los principios, ni colocar los que s lo son corolarios al frente del sistema de doctrina . El objeto primario d la bella. arte es agradar; es halagar la imagi11acion del hombre con la de cripcion d la belleza. Para con eguir e te ohj to n la pintura de las a cione , costumbr s y sentimifmtos humanos, no puede prescindirse de la vi'rtnd; a í e una consecuencia nec saria, pero no un principio, en las compo iciones poética , el re peto á la moral, la exprc ion enérgica de lo afi cto virtuo o , l embellecimiento d la máxima noble y genero­sas; en una palabra, el triunfo de la bondad y la d te tacion del vicio. ha qu rido di ·culpar la inmoralidad d alguna compo icione di i ndo qu 1 autor no se ha propu sto n ñar la bu na o tumbi'CS ni pr ntar un modelo de virtud, ino un cnadro arU ticamente p rfi cto, Ult invento de la imag·inacion. N o otro d cimo u e todo lo que produz­ca fi to contrari á la moral malo y d forme n lit ratlll'a. "E vid nt qu la bJio·aciou d 1 arti tan r roclamar lo gran-d •s principio de la moral, ino halagar la fanta fa on la imitacion de la bell za esparcida entre todos los sére tl la natural za. o t ebe equivocar el principio con el corolario; p ro talla uní u que tienen con la belleza la v rdad y la virtud que e ta d cnalidade on condi­ciones esenciales de lo bello. "E ünpo ible pr sentar al how bre á lo ojo de ot1·o hombre in que e te e p ctáculo deje de producir un efecto d t rmina lo. i l ~fecto es malo, no pued di culparse el artista con d cir qu olo 1 intó 1 ara agra­dar; porque el bia aber qué clase de in piraci n babia ele producir ·u cuadro. E ta in ·piracion s on iempro análoga á la que iutió el alma d l arti ta al q¡nponerlo. Cuando Voltaire cribió u ~ xecrable Doncella conocía muy bien las impresiones que babia de .. u ar n u lectore ; y lo que es má , quería producirlas. El autor del .A.ntony manifiesta en 1 epígrafe de u obra que no ignoraba el daño que hacia con ella á. la moral pública y á su propia reputacion. "Pero se nos preguntará: '~Estas obras, consideradas no mas que artísticamente, son bellas~ ' N o, será constantemente nue tra respuesta. Jama tendremos por bello lo que degrada y envilece la humanidad; lo que reduce al hombre á la condicion de los bruto ; lo que excita tolas las pasiones bajas y ruines; lo que aniquila el principio de la inteligencia; lo que acaba con la confianza social, con las creencia nacionales, con la fe individual, con la virtud, con el honor, en fin, que e la virtud del h mbre en ociedad. Ridiculizar lo que hay má agrado en lo pueblo , romper lo vínculos en que estriba la moral univer al, nunca puede ser un mérito artí tico, aunque el estilo, el colorido y la man ifa s an perfectos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LíRICOS ESPAÑOLES. 289 ¡ Triste pinceles, malhadado genio, los que se emplean en describir nn albañal! ~Qué importa la armonía y nitidez de las frases con que s sumerg en el cieno la dignidad de la, naturaleza humana' ~ Ni cómo pue le interesarno el hombre cuando no se nos da á conocer sino por sus vicios y sus crímenes ? "Todas las descripciones de los afectos humanos obran en nosotro por impatía; y é ta, por decirlo de paso, es la única ilu iou que hay en el teatro. Sentimo lo que vemos sentir á otros. Pues bien; qué impa­tía podemo. tener con el mal ado si no nos hacemos tan mal ado como él o ba., remedio : 6 el efecto de la de cripcion e · nulo, 6 . perverso Y a.nti ocial; . en ste ca o p or que nulo, aun literariam,ente, pue en lugar d ver perfeccionado nu . tro er lo vemo de mejorado y abatido. 'La poe. ía, y eñaladamente la dramá,tica, pu ele y del)e pintar hs pasi ne , lo vicio ' y áun lo. crímeue. de los hombres : no á la verdL d calumnianc.lo á lo per onaj s couocidos n la hi toria, como e ha hecho con :María d Inglat rra y ·on 1 ray Luí · de L on; }}Ue 1 or d gracia harto comnue. ·ou y llan ido la maldade para que ea n ce aria la calumnia. ro ha d procurar el hábil artista que el re ·ultado d u plan y l ~f ·to 1 u obrL . ca hac ,rno odio. o el rím u, ridí ulo el vicio, t mi le · la pa ion . En u ·nadro . o lo d b n ir l mal como d una sombra biu1 •olo •ada para qu r~. alt el bi n. Es roen ."t r qu haya im­patí .. entre 1 h mbr virtno o y los per. onajes que e nos pintan; i no, ce. ará el iuter , y in interes e nula toda po ·ía. " 1 dra, adúlt ra é in e . · n sa, no iutere a. in embargo en Racin : ¿por qué~ por u r mordimientos. El crímen cometido in re ·i tencia nes, {t, la ¡>oesía, cuyo objeto es ag'radar. "EL Guadalhorce, p riódico literario de Málaga, en nn artículo excelen­te y escrito con mucha filosofía, cuyo título es El Oltlteran·ilmw, despues ele ha r el merecido el gio del genio poético de Góngora en sus buenas composiciones, le procJama por jefe de la ec.ta de lo culteranos, y añade: ' e difícil ·explicar cómo un poeta en cuyas primeras obras se admiran los rasg-os de un genio superior, la belleza en la expresion, la exactitud en las proporcione , y toda las cualidades necesarias para ser colocado, si no en el primer lugar á lo méuos al nivel de los más di tinguidos nom­bres qne han enuohlecido nuestro Parnaso, pudo caer en tales extrava­gancias y olvidar tan ingratamente aquellos mismos principios que le ofrecieron tánto triunfos y tánta gloria.' "En efecto, tiene sobrada razon el periódico que citamos. N o hay dos escritores más distantes entre sí que el Góng·ora de las Soledades y el de algunos romances, sonetos y letrillas. Son el mediodía en todo su esplen­dor, y la noche más o cura. Sin embargo, nosotros emprendemos buscar la ex:plicacion de este y otros fenómenos literarios de la misma especie, problemas que el autor del artículo ha abandonado, por no ser de propó­sito, á los que qui ran re"olverlo. " El siglo XVI produjo no solo grandes genios en todos los ramos de la. literatura sino tambien grandes humanistas, pero muy pocos filósofos. El To tado, Nebrija, Simon Abril, Arias }!ontano, y en general todos los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES. 291 que escribieron en aquella gloriosa época sobre gramática, retórica y poe­sía, lo hicieron copiando á Aristóteles, Horacio Ciceron y Quintiliano, sin elevarse al principio filosófico de donde ¡.;e derivaba la mayor parte de las reglas que promulgaron aquellos in ignes legisladore~ de las bellas letras; y no es extre1üo que pareciese incontestable en ellas el imperio de la auto­ridad cuando lo era en lo mi. m o estudios filo "Óficos. Fné conocida, pues, la belleza por in tinto é inspiraeion, no por exámen ni ra.ciocinio. Se sabia el arte, pero no la ciencia de la poesía. "Es verdad que al 'iglo del genio sucede comunmeute el de la filoso­fía; pero esto era imposible en E~¡mña. N u e tra ill~titucionc severas se oponían á la propagacion del e. vu·ittl filosófico y de exámen. Sacrificóse al deseo de conservar la pureza de la fe toda eRperanza de progreso inte­lectual. Temiérouse, . · no in razon, todos los infortunio" sociale que eran con ccuencia en otro países "11 1za, el in,·tinto I> ético convertido en id a las armonía (lcl m nudo físico é intelectual con el corazon r la fanta. ía del hombre, la deduccion, en fi.u, de las r gla ttrtí ticas d este importantes diseu~ione, , "On co as de conocidas ha ta la época que hemos señalado . . A. í l • qu , más ó méno.·, s ob erva extraYiale facilidad de ha r v r o·, ni el inm n o núm ro <1 lo. que publicó; jama hubi ra dado á luz in corregirla tanta eompo icion ·, plagada frecu utement de pro ·ai mo, de rndi ion indige ta y d pen ami nto fal OS Ó pu rfl S. "1~1 artí ulo qn hemo citado cree qu la co tumbre de scrihir pro a en ver"'o, introdu ida por I.Jop y aplaudida por u cont mporán o , indignó l genio np rior de Góngora, J' 1 • m Yió {t dirigir al xtr roo opu sto. :ro. otros ·omo de la misma pinion. Iluy ndo >za humana, cr ó tnnhi n •1 air Yehíenlo d lo "onido . n mi mo nt ndimi to • ol>er no né ·1 que e~· itó 1 hambre en 1 tómago rimitivo, cual es el del hambre. El niño recien­nacido iente la nece~idad de alimentar e, y la iente enérgicamente ; pero ni tiene id a de ella, ui del objeto, ni. de los medios de atisfacerla. Es claro qne i uo · le pu 'Íe e junto á lo labios el alim nto, creceria á cada instant ~ . u suplicio; pero sentiria solamente, no conocería. ~ Se satisface su uece idad' Queda contento ha ta que sienta de nuevo el mismo estímulo. Cuando el hambre le aqueja, llora; cuando e. tá harto, no piensa en el por,·enir. Sus lágrima y quejido en el p1·imer ca o, on el medio de que se vale la naturaleza para expresar el dolor de una nece idad no satisfecha : su imprevi ion en el segundo manifiesta que no tiene idea de cuanto pa a por él; no abe qué es hambre, ni qué e alimento, ni qué son l{tgrimas, ni qué e uolor. El instinto e de enYnelv , el entendimiento yace todavía dormido. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 296 LOS GRANDES LÍRICOS ESP .A.ÑOLES. "·Cuándo comienza á de pertar' Cuando yá puede distinguir las diferentes partes que le irven para nutrirse, lo labio , la lengua, el paladar, y la cualidad s sen ible del ama que le cria y del alimento que recibe. Entónc s empieza á adquirir idea muy importante para él, indi­viduales, e Yerdad, pu aún no tiene voce ~ con qué expresarla ·; pero de la cuales e da cuenta á í 1ni. m o. Entónces y á di ~tingue el en o qn lo nutr de lo dema obj to ; di tingue al ama de la 'an; no creemo qu tra alma cont nte con gozar: n e ita ad ma conoce~·. " Por e a razou 110 aceptamos la ugo Blair da de lo bello y de lo sublime: no hace ma qu lo ef3 cto · que can ·an n uo otro ; ó lo que es lo mi mo, a igna 1 h ·ho, y le da un nombr . E tono ba 'tapara ati ·fac r la curio ·ül. d. El hombr quiere i m¡)re hallar la razon uficiente, que ju tifiqn lo movimiento de su corazon r d u fant ía. D eir que es bello lo que agroda á nuestra imagi· nacion ... qu es sublim.e lo q1te ele a nue tra alma, pon r {&, una y otra á corromp r u · n acion , á complacerse con lo d .forro omo i fuera b llo, y {a. ntu ia. mar e con lo bajo y ridículo e mo i fuera ul>lime. ''El hombr rnpezó, pue , á examinar la forma d lo obj to que prouu n n él la do impre ione ele b ll za . de ublimitlad, y no le fué difícil hallar cuál eran e tas forma.· n ial ; por n yá lo hemos dicho, no hay n nos tro in tinto alguno qu no halle su ju tificacion en las 1 ye. del mundo fí ico y moral. ¿ Cuál e la qu justifica el sentimiento poético~ El principio del órden, sin el cual nada puede haber bello, agradable y elevado. "Y á en otros artículos hemos probado que el órden, la unidad y la variedad son las fuentes del placer que no can a la belleza, y que la pre ncia de un gran poder pue to en ~ercicio e la fo1JD.a del sublime. No in i tiremo , pue ·, sobre esta materia. Bá tano bab r probado que el sentimiento poético, bien estudiado, se conviert en la idea del órden. " Sobr ella se funda la ciencia de la hum anida le ; á ella e reducen todos u principios; á ella, todas la r glas de la l\Iú ica, de la Pintura, de la Oratoria y de la Poesía. Aun la expre ion de las pasiones vehementes, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LOS GRANDES LÍltlCOS ESP A -;OLES. 301 que por su naturaleza debe ·er desordenada e tá 01 etida sin embargo á la 1ni ma idea. , da ná. contrario al órd n quu ma,ni:D . tar el d lirio de lapa ivn con ·embla lte trauquilo ó con fra e alambi acla . Hé allí por qué t d lo incidente de un drama eb n uirigir e á un punto comun que constituye la nilldad do int r ; por qué los caractére. d b n con r ar. · i o·uale á pe ar de la diYCl'. idad de la circun. tancia ; por qué en J d órden mismo de lo pen ' , mi ntos q_ue agitan al poeta lírico lln d ha b r un. ca por qué no can amo . No hay regla alguna en la bella. arte que no se deduzca. m di< ta ó inmediat m nte d l principio d e la wtidad. "El abio ondillae .·e qn ~ja a, de que no era po._ ihl analizar la belleza. ~. to . T rdad ha~->ta i l'to 1 rnt . Entr gad una ro.·, al b táni<' para qu la analice, . Y r i · ·uál qu d~ . La < ál"~i." u un o~j to llo no on i t nl._ . para i n material de u part "ino n el e ám n d la infiu 11 ia qr j r · au~ una en la b lle,.;< d l onj mto d m do qu quitada une de lla qu < é r{t méno b llo el total. Por ~ mplo, n e. te ver o de Lop d ga ltaoland d Dio : El t]1t e jr ~no di 6 a.l. ma.r de blanda arena, "¿Quién no y le dureza, d 1 fr asta aquf el . ñor l.Ji. ta. todo e1 pi za por el 'n tinto El Sér 1 p.1emo á qni,lH (L mo~ el nombre om 1n <1 JJios, reó todo cnant e.ri te en la n tural z, Yi ·ible (- invi.. i 1 1 . . de el homhr he. ta el gusano, ra proY"idcn •ial, qu .· egun nu · ·tra ley , con umó n sei dia , ha Yeni 111, niti st,. . <·on ja mi ma TO:.\I IY. :!i DF Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 302 LOS GRANDES LÍRICOS ESPAÑOLES. sublimidad en el seno de las flores que en las bu.rbn'as del mar, en los rayos ele la aurora que en In tinieblas de la noch ; lo mismo en el iu ·ecto que en el ángel. Sí, allí s halla como se halla el rayo n el seno de la nube y el fruto en el de la flor; y es allí en donde l hombre la sorprenue para arrojar u ecretos en medio d la grau YÍ< de la peregrinacjon de los pueblo . Cada "e reto arrebatado una lumbrera, y atla lnmbrern nna irradiacion del progre.·o. Es a. í como han t nido origen la agricultura, la a tronomía, la na,y gacion, &~ E a í como han tenido origen y ele arrollo la poe ía, la pintura., la mú ica, llamada bij< · s lo cál culos parti­culal'e8 es 160,000 nnobn . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ALINA ' DE .ZIPAQ IRÁ. • O'"' El gre ·irv de ase al y so tan pronto granujado como laminado, y su grande di olubilidacl n el agua ha ausado u de truccion en Y rios p' raje , como se ve eu Tunjuelo ( n el valle ele Usme), en Zipa u!rú, he­qua particularmente al norde te del e .rro d los Taujosí cerca de Cucu­nubá á una altura con id rabi . La pi dra calcl rea densa e. tá obr p esta o re el yeso, y n donde é t ·' halla de truido por alcrt: a catá tr f antig a br 1 oT • t ngas i~ rior b1nllenas d <'Oncha p ,trificada , como en I 1 ar y C cuma, la que rara e e hallan en lllano d Bogotá. Se n u n­trau hue o d momuwt ( l fant carnicero ), de rinoceront de otros auimal de conocido , lebrado~ con el nombre de gigant ; l itio e t{t al te de Suacha una tonga d arcilla qu ti ne su a i nto obre la pi dra calcár a. E ta ílltima ~e pr enta á la vi ta cerca d Mon errate y cerca de U aquen. De e ta tr grande forma ion s s cnndaria , el gre , el y la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 306 HUMmOLDT. piedra calcárea densa, las d s primeras contien n formaciones particula­res ó dependi ntes, que aum ntan la riqu za del país. El gres contiene banco de arcilla, alo1.mos de ellos muy bello', como e ven cerca de Gachancipá, Tocancipá, Chal eh , y ntr Zipaquirá y Cogua; mineral de :fierro oscuro (y óxido de fierro amarillo) n Mon erra te, que no se labo­rea; y carbon d ti rra cerca le Guatavita; fó il del que ll{) se conoo rá su gran valor ha ta que e te eino con i O" a mayor poblacion y civiliza­cion: tambien e en u ntra de e te mi mo arb n al udoe te de Canoas, cerca de Chipa; en 1 cerro ai ·lado de Suba, er ·a d 1 e rro de lo Tun­jos, &c. En el y o e halla., formando una tono-a d pencli nt de carbon y pirita y con la creta, al g m a ó muriáti o de . oda. En la mina de Rute se ven bancos de y o que nbren on contigi:i.id el la al gema, fle modo que no pu de haber duda d la di p i i n n qn yac ta pre i a produccion. l.Ja natural za . uni~ rme n la proc~uccion d la montaña . La e chista mtu~iat f¡ ra o cura negruz a, que conti n mucho carbon y muriáti o d al m ;r, lado n pirita , á lo qu igu la al g ma, lo mism que n Zipal)uirá., n 1 Aragon, n 1 Tir 1 y n lo Corpath : 1 cono imi nto íntimo i e ta ar illa 1 qn ha juzg r al min ro ·uan­do e 1 pierd la v ta de 1 m ( má i n 1 t ng(_) tecible para el abut1to de Snntnfé en gano· dos de llanos, fucilitnrin mucho la expot·tncion de granos, á esto se objeta que se aumeuturia el contt·abando; no aumentaril\ seguramente en cantidad (porq ne en estaa inmensas colo­ni na que tienen costns marítimas entr·n, á penr de las grandes pt·ohibiciones, cuanto al uacion necet~iln); pero siendo el contrabando del Meta y de la Guoyana ménos caro qu el de Santa Marta, disminuiría. el de esta última, y Yerdaderamente no seria esto perju d icial á los intereses del Gobierno. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 308 RUMBOLD'l'. salitrosos) no merece por ningun término el nombre de mina, porque es un hoyo ó cantera sem~jant á los que abren lo t d ~ro para acar arci­lla; aunque no hace más de 40 ó 50 años que , e trabaja en ella, es ya bastante considerable la e_~cavacioll, la que se ad lanta hasta ahora 4t de la brújula de Freibero húcia el ndo te, como la pendiente a ubiendo y desean a obre el ye o y la al una norme lile a d arcilla desvol­cana,, y e to demunbu. son ya tan frecuente.· qu en vario parajes es imposible l trabajar en tiempos lluvio o·, á má. · d l rie go en que consi­dero á los joi"nal ro en aquel trabajo, e .. ta esp cie 6 método de explota­cion oc~ iona ga. to e ·tra rdinarios. uando ha pasado el in:B rno ó tiempo lluvioso, se o u pan un grau JJ úm ro d ~ jornaleros en trasportar lo derrumbos y en d cubrir y eparar la al gema que se ha de prendido con los escombro ; :1m á cada seis m 'e e e· una, casa y ti nen la pacienci:t de vol erla {L construir con tantcm ute on la mi roa falta de ~olidez; p ro lo ga ·to, inútile qu c .. u ·an esto d rrumbo u e lo 1 or, pues {t un ~o u d con" ecuencia m a fatal e ; no se ~~abe . "a. ~1 dónd arrojar tanto" ·coml>ro , una gran parte l ·al e ·ti ya en i .rta y e11 dro me ha parecí o de 6- , la d " u ·al do 12-141. c. Qué norme d trncci n d comba tibie no r ulta de ·ta. lla n1ontafia pr ·enb los m dio má. fácile para pr porcionar e man ntiul " alitro o. ;ya sean natural ó a artificial '; pero aualicemo lo hecho. por el cálculo ántes de pa·ar á. e to m di Un hm·no de 500 ~ rroba (esto e , producto puro de 500 arroba de al comerciabl ~) nec ·ita, á mú d la mezcla acostnmbl'ada de agua dulce, y de lo' manantiale ~alitro. o , 310 arroba ue sal gema: un horno de los mayore de 800 arrobc uecc.·ita e rca de 500, y como 500 arroba d sal gema con tan lo á 92 p. c. e nti nen 460 arr ba de al gema ( 1 resto de pc ·o e muriático de alumbre, de azufi' de cal, de tierra, magn ia calcá­rea .... ) conta.ndo ( lo experimento de }J. Lang dorf no autorizan para ello) d pérdida} en la coccion y falta de a eo en el trabajo, resultan efi c­tivam ntc !l60 arroba~, que el producto de 1 · ma ores de un horno de lo ma;yore en lugar de la 800. De esto no ale la consecuencia (porque la coccion no produce ni compone el muriático ; concentra y cri taliza solamente la disolucion que stá hecha en la m zcla acuo a) que cerca de 500 arroba provien n de lo manantiales salitro o . De la al que e labo­rea en Chilca, en Gua al, y en la obra del Rut , la parte que provi n de lo manantiales á la que proviene c1 la. mina (que e.-tá abierta) e Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 310 HUMBOLDT. en razon = 1 - 08 - 1, pero no se debe dividir en esta razon toda. la produooion de Zipaquirá de 160,000 arrobas porque cerca de 0,13 en el trabajo del Rute por desgTacia . e b cen con agua dulce ; luego es probabl que lo manantial salitro os dan anualmente "'5,t:)()() arrobas de sal fa ricada,, y la mina 84,000, ó 100,000 arroba de ttal gema. Este cálculo prueba que la fabricacion de Zipaquirú estriba por mitad en los manantiales . a litro ·os de Gua el y San Pedro, en medio de que estos manantiale. están n el estado más infeliz, no quh;iera que so negara á ellos, ni á sus inmediacione~; porque aunque es cie1·to que en Schwnbisch Hall, Aigle y en Iugelfingeu e ha Yi ·to qne per onas inteligentes han aumentado la calidad y 1a antidad de los manantiale ·alitroso , haciendo trabajos atrevido. ; pero e .. ·to tralt. jo requieren cono ·imiento mineraló­gico nocione d 1:.1 formacion del globo, y sab r la qniE'bras ó conductos por dond corren los mauantialP. .. , cou lo que no puede contar aquí, seria prudente l alejar la gal ría. (qn e han acon.· Jado n l apítulo antecedente) rl l local de los manantial s acinale ). Lal>or"anlo l( min d al gem11 d Zipaquirá por el mi mo método que la l. rga -¡)críen ia c.l mucho , iglo ·, hall cho adoptar n lo E. ta­dos d 1 Emper(. dor de Al manía, n al. burgo, Bavi ra .... se tendrán agua ·alada en abundan i., má ·rica. qn ·las pres nt ahorrarán lo ga o de .·tra ·i u <1 al o· rua n m :l.'. , - lo de bati- ·cion n la~ all>er ·a de pi dra. };a cantidad de Ra qu quirá . tan corta (160,000 arroba , uamlo la ·alins · as y mucha. d 1 rey d Pru ia1 • in sal g ma, má. (le 1.500,000 arro :... ) y las lluvia tan abundante en ta latitud, que probabl m nt . e podria for­mar t da la sal de Zipaquirá de manantiales alitro o .. artificial , enri­queciéndolos < ."US tiempo . E 'te es el método que d b ob rvnr , })Orla analogía. que el local de Zipaquirá guarda en su sem j< nza con Berchtes­gadeu, Hallein y Au sei. 8e p "'rf01·ará el monte de· sal por medio de ga.Jerías ( ocavone ) inter­nándo e hácia 1 sur :r sudoeste, dirigiénrlo e á los parajes donde la sal gema es má rica. Se sab , por lo ya dicho anteriorment , que la al más pura está á una profundidad que el tajo actual no alcanza; esta es Ja sal que se extraer{t exca ando la galería de escurridero, cuya boca deb estar en el paraje más bajo que permita elniYel del llano. Ll gada ya la galería á sit.io donde la mina sea más abundante, s harán grandes excavaciones de mr s de 90,000 hasta 150,000 piés de superficie. segun la. solidez de la sal aema lo permita; e ta excavaciones que lo mineros llaman wocbre 6 sinkwerke, on unas grandes salas subterráneas de 2 á 3 toesas de alto; esta obra nada cuesta J)Orque la sal que rinde su excavacion sufraga sobradamente los jornale ; segun la sal que se necesita y la riqueza deJa mina se tienen 15 á 20 de estas salas colocadas en uiferentes piso , y no al mismo plan segun el local lo exija. A estos wochres es donde se conduce el agua dulce por medio de galerías superiores de los pozos ó de los parajes Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SALINAS DB ZIPAQUIRÁ. 311 donde pueda con eguir e. ,. Ella dilmel\en roy niTán lo · dim nto · térreo. ánt de pasar á los cubo·. 1\Ir. Clai t (amig y di ípulo del inmortal Franklin) por qui n las con trucciones d alina han tenido los ma "Or s progre os, ha d en­tado ta especie d tamices en Fraun t in para hnificar un manantial natural. El movi1niento que lo peon · dan al agua en 1 s estanques para ace-lerar la di olu ion de la al gema (la baticion) una maniobra que o a-iona ba. tant ga. to pérdida de iempo; ría más v ntajo. o el . tablecer Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Sá.LINA DE ZIPAQUIRÁ. 313 la máquina que he pue to n u o en la Habana, para ayudar la ri tali-zacion de lo · aco de caña, en sí b· t.ante shnpl , e reduce <Í un ~j en el que tán fijas unas cuchara que e le da mo "imiento J)Or medio de do cig-uefL . La obra del r y t{t al pi; d lmont zuelo, y han con tn1ülo , tan­ques á lo que se conduce 1 agua dulce, y la ·al gema de la dm~ de la colina y e pagan 7 rPale d tra port por cada ci n arroba' de. al g ma, q1 é di po icion de labore tan ingular! ello ierto qu e útil})ara el tra porte <1 l combnt'ltil>l qu la coccion e haba al pié ·in 134: poco ti JU})O ha que n pizarra ~ ha e la coc ion con va ija. ' hi >rio p ro ánt , se hacia en totuma~, qu son una cá - cara d ci >rta ·p •ie d calabaza . . Segun lo tiempo la o tumbr ; la poblacion el e te R ,ino ha amnentado ·ingnlarm ute h·ícia 1 fin el l último . iglo, particularm nte la clase que onsnm mu ha al, pu . la raza india ""hacen muy poco u o de ella. La. procluccion d al n Zipaquirá de aume tarse · p ro la falta Or ejemplo la ,'alina de R ~ichenhall en Baviera, de cuya economía onservo ca ualm nt alguno. manu crltos. Se hicieron en 1791 n 5 caldm·a , 242,156 quintal de 4 a:uobas. • Lasco tras de al qúe se forman en las cazuelas por tongas sucesivas, y la multipli­cidad de paredes son sin duda la causa principal del enorme consumo de combu tibie: diarinment.e experimentamos en los trabajos prácticos de coccion en Europa que cuando se forma en una caldera un sedimento térreo de dos pulgadas de crasieie, se consigue con gran dificultad el hacer entrar en coccion el agua salada, y aquí se trata de sedimentos de a á 18 pulgadas. En Europa e prefiere una caldera grande á. dos de igual volúmen~ porque (á. más de otras razones) estas últimas presentan mayor superficie y por consi­guiente consumen mayor cantidad de calor; ¿pues cuántas no son las superficies que presentan 200 cazuelas de forma semiesférica 6 semioype ? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 316 lltJ~rBOLDT. 1792 en 5 cald ras, 243 355 quintale de 4 rrobas. 1793 n 5 id. 24 ,256 id. de~ id. 1794 en 5 id. 217,024 id. id. 1795 n 5 179G en u irim ro eria ven tajo. o porque so ahorraría el <.les­truir lo bosque ( i :ll combustible e n uy e caso); pueden dirigir e las agua ·alada · 1 or trag }as ha ta lo . itio dondé haya mina de carb n de tierra, la aguas ;:: v u o pr ci ado á alt rar el •al r d l fu o·o ~wiva do éste má ó méno . La primera op ra ·i n al principio de la co cion y la evaporacion r qui r n un fu go viol nto. La gtu1da opera ion y la cris­talizacion por lo contrario xl · n p co fu go, y no menear ó mover el líquido : esta variedad en l fuego es p ruiciosa para la economía d l com­bustible; cada v z que e ha de hac r h rvir ll.íquido se pierde una gran parte de calor en p netrar (saturar) la parcdc del horno el aire circun­vecino- .. - cuan lo la paredes 1 l horno tán ya calc.leada 1 rá, la pér­dida; pero nuevam nte entra otra qu e n el ti mpo d la cristalizacion en el que e enfría l horno. La \'ap racion de una u < cantidad de· agua salada qu, s~ r pone n la all ra., e jge un fuego activo, e repi­ten nueva pérdiorque el ~gua con en rada puede pasar cu­rrieudo natnralm 'ute á la. gnnda. E ac rt, tlo el< ¡~p ner el fu ·o d modo que nos lo ircule al rede­dor d lo bord . d h eald ra, in tam i n que \aya {t dar debajo de otra caldera de preparacion, la que e coloca entre la chimenea y una de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SALINAS DE ZIPAQUIRÁ. 310 la otras calderas. Ba ta qn la agnas salaíla adquieran 20 6 25o de calor de Heaumu.1.· en
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Anales de la Instrucción Pública en los Estados Unidos de Colombia - N. 21

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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 449

Por: | Fecha: 21/12/1911

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • .Cantos de la prisión y del destierro Blanco Foml>ona es uno de los poetas sur americano::; más conocidos en Europa. Su nombre está prestigiado por una frondosa uihliografía. Más de seis libros en prosa y verso, dan testimonio de su actividad men­tal. De esos libros, uno fue traducido al francés por Marius Amh·é. · Este poeta es león y paloma á un mismo tiempo. En la crin y en el rugido lleva su orgullo de hombre combativo, para quien la vida es un campo de batalla, con muertos y heridos; de hombre de lucha y de acción, sobre cuyos ojos ha caído más rle una vez la Rombra aciaga de la ergástu­la. En el tornasol y en el arrullo va elpo~t:1 que ve en el mar ft una cotn llena de zafiros'' y que, co;no Pierrot, sumerge el alma en la pila bauti ,_ mal de la luna. Ahora publica Blanco Fombona su última obra. Canto.'l de la prisir'.n y del destierro se intitula. A excepción de varias poesías que florecen al principio del libro, lo demás es un grito de combate, un chasquear de foe­tes inmisericordes, sobre espaldas enemigas: la revancha de un exiliado que toma el desquite desde las páginas de un libro. Blanco Fombuna ha sido víctima propiciatoria del caudillaje militarista que domina en Vene­zuela. Su temperamento rebelde, su pluma de picos tremendo.::;, lo han llevado más de una vez hasta las fauces de los calabozos, en dumle sus tobillos se han amoratado bajo los hierros del grillete. Cantos de la prisión y del clr fif'I'J'u es un libro, en donde la flor de la venganza se abre como una mandrágora ag1·esiva. Hay allí endecasílau••: y alejandrinos que son como fieros masLinc~~ mordiendo en lu carne de nt­fi. anes, de correv<'diles y de akahnete:. Bn el rojo jardín tlcl odio ha co,·­tado Blanco Fombona esas flores de cruelJad .v de suplicio. LeyL'ndn üno el prólogo del libro y siguiendo al poC'ta en zahurdas y cuchitriks. {l don­de lo empujaron los traficantes de la poliLic:a, ha.v que pen. ar po¡· fuerza en aquella valerosa afirmación de Maeterlinck: «Hay ocasiones C'll que n•> l' · necesario un grande esfuer:w de imaginaciún para romp1·C'ndcr que la n'n­ganza es un deber. '' De ahí el vrólogo del lihn>. tn·ml'IHÜt azotaina pnra los malhechores de Ulanco Fombona. l~ste honóre bebió la sombra de las mazmorras y soportó el gesto brutal de> capataces y verdugo;;. Oigamos cómo habla el atormentado de sus día-; neg-ro·: • En frente de mi célula, cierta noche, af;csinos y ladrones me ol~cquioron con burks­ca serenata de algarabía. lVlugían como toros, halaban como borregos, relinchaban como caballos, caearca.ban eoru•> gallinas; r hubo latir de pe­rros, maullar de gatos, grur1ir de cerdos, n'buznar rlc jumentos y rugir de leones. Era el momento de sentarse á comer. No dije una palabra, pero no pude pasar bocado y esa noche no durmi. Con el alba estuve en / pie, dispuesto á un escarmiento. A precio de diamante, día atrás, había comprado una escoba, cuyas barbas deshice como pude; .r armado con d 1 asta y con represa furia, acometí esa m:.u1:.U1a al primero de lo:; asesinos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 8221 ET1 CORREO DET1 VALLE que acert~pasar á mi alcance. Corrió el villano; corrí detrás, majando sus espald~ Y su cabeza de guillotina, bañada en púrpura, asperjeaba de rojo, como hisopo de sangre, las paredes blancas y la madE!ra del pasa­dizo y el pavimento. Lo salvó el ser cobarde y precipitarse por el bal­cón al piso bajo. » Después de estas horas difíciles, de torturas intensificadas por el gesto histriónico de cómitres y reos, se explican la sevicia del prólogo y la amar- .gura de ciertos párrafos que restallan como látigos. Hay ebrios de vino y:ebrios de venganza. Blanco Fombona escarba, como con un hierro encen­dido, en las llagas morales de los que en la sombra le urdieron conspira· ciones y encrucijadas. Quizá hubiera estado mejor que el poeta hubiera rociado esas ulceraciones con el agua bendita del perdón. Perdonar es una voluptuosidad. El libro, desde el punto de visfa poético -precindiendo de su índole vindicativa y política es un nuevo gajo de laurel para el autor de la Peque­ña ópera lírica. Blanco Fombona es maestro de la rima. Es uno de los poetas que han dado fisonomía propia á la literatura hispanoamericana. Su obra es la de un domador de ideas. En ella palpita el corazón de una raza. Blanco Fombona es en Europa padrino espiritual de los que acá, bajo el cielo azul de los trópicos, vendimian en las viñas del Atica y vagan por los huertos floridos en donde susurran las abejas de Horacio. Un día estaba Blanco Fombona en la prisión. Miraría de seguro al­gún retazo de cielo azul, único bien que no habrían podido escatimarle sus carceleros. De pronto echó á cantar el ruiseñor que Fombona lleva en el alma. Y el ruiseñor dijo: « Sobre un arco, en la prisión, cayó un copito de nieve: es una paloma breve, blanca como una ilusión. 11 Viene del cielo turquí, abre su pico de rosa y me dice cariñosa: está buena y piensa en tí. >> Ahora el ruiseñor vuela y canta en otras latitudes. Orillas del Medi­terráneo, quizá. Tal vez orillas del Adriático. O en las brumosas playas nórdicas. Guarde Dios á Blanco Fombona, para donaire y gentileza de los jardines del espíritu. Que siga cantando el ruisefior. CARLOS VILLAF AÑE Senda de paz Am01·, único amor de mis amores, ere.c:: para mis plantas peregrinas como una senda en donde no Jza.y espinas, como una senda en donde sólo hay flores. ' •' ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 FL CORREO DEL VAl~~ Blanca estrella de tímidos fulgores que mis pasos inciertos iluminat:, eres en el ja'rdín de mis arno?·es un caminito en donde no hay espinas, un camirdto en donde .c;6lo hay flores. Sobre el agua sin luz de mis dolores C(/ niO gana l?'ltcarísth·a te ~·ntlina~. Dios te bendiga, amor, porque ifwn inru~ mi 1Jaso incie?'ÜJ y llevas mü amores p01· 1ma senda c11 donde no hay e:-;púta,<:, por una senda en donde sólo hay flore.··, i ' CARLOS VILIAFAÑE Eco triste Sueüa abandonos el piano sobre la sala desierta ... . Todo es triste, y mi alma en vano invoca á la amada muerta. Suci'la abandonos el piano sobre la sala desierta . . .. Y lloro y la grito en vano ! ¿ Dónde estft la novia muerta ? Hay un silencio pagano un silencio que es hermano del recuerdo ele mi muerta .... La llamo y la invoco en vano ! Sue11a abandonos el piano sobre la sala desierta .. . . . . . . J. A. SÁNCHEZ GARCÍA • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORTIEO D8L YALLE Recuerdo filial Ayer tratando de ordenar un poco mi revuelta librería, me encontré el libro con que mi madre me enseñó á leer. Es una Vida de San Luis, impresa á principios de siglo y toscamente encuadernada en piel, y mi ..m adre la había ganado como premio en la escuela; de modo que este viejo testigo de mi infancia lo fué también de la suya. Al recorrer sus hojas amarillentas recordé mis primeros ejercicios de lectura, y la penosa lentitud con _que iba pronunciando las palabras que mi madre me señalaba ~on una aguJa de hacer calceta; y pensé que antes que yo había i~clinado una ni~a su cabecita estudiosa sobre estas páginas, y que esta mña fue luego mi madre. i Cosa rara! Esta idea de que mi madre un día fue también niña, no se me había ocurrido nunca y, ahora me maravilla al par que me conmue­ve · Cnando yo nací, tenía mi madre cerca de cuarenta afíos. Había sido muy bella en su juventud, según he oído decir; pero el único retrato suyo que conservo es de poco antes de morir, y en mis recuerdos más remotos aparece su rostro coronado ya de canas. Quizá los que han conocido á su madre todavía joven y hermosa la recuerdan con especial ilusión. No sé qué diga. Pero creo que son más afortunados aquellos cuyas primeras mi­radas vieron inclinarse sobre su cuna una frente marcada por la fatiga de vivir, y para quienes la figura de la madre es siempre la de una mujer de edad. El recuerdo que cle ella guardan es, no diré más querido, pero sf más sagrado, por que en él se unen lo venerable de la vejez y lo augusto de la maternidad. Este pícaro libro en que mi madre me ensefió el arte tan difícil de la lectura, este libro que la conoció cuando era colegiala, me hace pensar en su niñez y en su juventud. Pero ni aún así puedo imaginar sus juegos de niña, ni sus ilusiones de doncella, ni sus alegrías de esposa adorada. No, no puedo ver en ella más que á mi madre á mi anciana madre. Me parecía faltar al cuarto mandamiento del Decálogo, que ordena «honrar padre y madre; 11 me parecía romper el respeto que le rodea en mis. pensamientos, si me la figurase por un solo instante sin sus cabellos gri,ses y sin las arrugas que surcaban ya su rostro cuando yo era a~n niño. Se necesitaría una pluma más exquisita y espiritual que la mía; seria preciso buscar palabras aéreas para expresar con toda su dulzura y sua­vidad est€ sentimiento respetuoso y tierno, e~te delicado escrúpulo, este matiz de alma. Sólo puedo dar de él una idea recordando aquí el conmo­vedor y profundo misterio de la fe cristiana; que rodea á la Madre de Je­sús de una aureola de ideal pureza. Sí, para todo el que tenga corazón verdaderamente filial, su madre es un sér inmaculado. Además, ¿ no es muy natural que yo vea sólo una madre en aquella para quien no dejé nunca de ser niño ? Cuando ella murió tenía setenta y un aüos y yo acababa de cumplir los treinta y tres; por consiguiente era un hombre hecho, un hombre que había vivido, trabajado, gozado, su­frido, atravesado veinte veces la llama de las pasiones, un hombre que indublemente se había mantenido fiel á sus deberes principales, pero que no por eso dejaba de ser culpable ele una infinidad de faltas y i ay! des- • pojado completamente de mi inocencia. Mi madre lo sabía; no se le ocul- 'C Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 EL CORREO DEL VALL~ . ~24. taban mis esfuerzos por seguir el camino recto, ni ignoraba r ~~{caídas Y debilidades; tomaba parte en mis alegrías, con.,ola!Ja mis amarguras; Y si con su viril energía y claro juicio me hablaba como á un hombre, cuando yo le pedía consejo, volvía á ser para ella - ¡ adorable ilusión!- su hijo, su pobre hijito, necesitado tan sólo de su amor. No es que yo recuerde -ahora únicamente los instantes en que, abru­m'ldo por alguna pena, sólo encontraba consuelo abrazándome á mi madre,. Y secando en sus mejillas mis ojos enrojecidos por el llanto, ni más ni me· nos que cuando era níño de pecho. Precisamente lo.; sucesos ordinarios de la vida, las menudencias cotidianas, eran las que daban ocasión á mima­dre para tratarme como á un niño, acusándome Ll::mdamcnte de impru­dencia é irreflexión. - j No bajes la escalera tan de prisa .... . ! j Cuidado con resfriarte, abróchate bien ! Apuesto á que has olvidado el paüuelo. . . . . ! . . Compadezco á los que se impacientan con estas recomendacione? pues r1les. A mí me llegaron siempre á lo más hondo del allna. Y ad v1é~tase que acaso pocos han sido nunca objeto de cuidados matern:J.!es tan asiduo­como los que á mí se me prodigaron. En mi juventud estuve varias ve­ce~ enfermo de bastante gravedad; y mi madre cuidaba entonces con so­licitud de mi, no sólo como de un hijo sino como de un hijo enfermo. Cierto invierno los médicos me prescribieron el clima del mediodía. Al volver después de algunos meses, encontré á mi máclcc tan mudada, que al año siguiente no quise dejarla, á pesar del quebranto d mi salud; Y ambos pasamos el invierno recluídos en la priiión de mi cuarto, pues tampoco ella estaba para burlarse del rigm·osu frío de París. Hace un instante murmuraba yo unos versos. mientras oj eaba el li­bro en que mi madre me enseñó á leer buscando en él las huellas de sus dedos para besarlas. Y no obstante ¡cuántos disgustos le causé á aquélla admirable mujer ! No pudo, ciertamente, dudar ni por un minutode mi respeto ni de mi amor. ¡ Dios mío~ Eso nó. Pero cuando uno es joven Y contrae ciertas amistades y se ve empujado por el punzante estímulo del deseo de gozar, olvida fácilmente que en casa le espera una anciana ma­dre, llena de indulgencia infinita es cierto, y que apenas se atreve á diri­gir á su hijo, ya adulto, una tím{da reprensión, pero que se alarma pen­sando en los peligros que corrc y ¡ llora al verle perder su candor y su pureza! i Quiera Dios que estas páginas sirvan para detener á algún joven, á punto de caer en un precipicio ...... ! i Ah ! i si supiera con qué amargura ¡·ccorclar:í, en los últimos ailos de su vida, que, aun sin haber sido un malvado, hizo llorar á su madre .. .. ! Hace máf' de veinte anos que murió la mía; hacP veinte aii.os también q~e se marchitó mi juventud, porque el día en que ella murió sentí que en m1 corazón filial algo se extinguía para siempre. Nunca la había recordado con tanta frecuencia como durante esta úl­tima enfermedad y su larga convalecencia, que tan saludables han sido para mi alma. Al balbucear, después de tantos años, las oraciones que ella me enseñó cuando era niño, mi alma ha concebido el deseo de elevar­se hacia Dios. La esperanza de reunirme un día con mi madre es lo que sostiene mi fe en la otra vida. Para merecer esta recompensa. para vol· ver á hal1arla en el cielo, he prometido pasar el resto de mi vida entre-l gándome á pensamientos más puros y practicando obras más meritorias que hasta aquí. Jesús, que ha hecho partícipe de la gloria á su divina Madre colocán- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 f22í '/-- EL CORREO DEL VALLE --------~' ~--------------------------------- c'oh junto á 'l! en el ciclo, bendecirá 1[ s súplicas de un hijo y de un (ris t'ano. i Mística patria de las almas, morada d ~los justos, mansión gloriosa de luz y de amor ! Pretenden algunos e ue nuestra débil inteligencia no puede comprender en toda su extensión !a f~licidad que reservas á los ele­gidos; pero yo, infeliz y humilde pecadcr, creo haber presentido el Paraíso, c~ando, siendo niño inocente, me qued;;ba d)rmido rodeando con mis bra­zos tu ct.:ello, oh santa madre mía, que con tanto amor me criaste á tus pechos! rRANcors coPPEE Marineras P J->cauor d' ojus au Jaces y cJrtiJ.:l. tez morena, igno,·ario 1 u chaclor que caminas por la vida con la fr :mte alta y serena, sin más guía que el trabajo, sin más armas que el valor Yo te vi salir contento de tu casa, pobre nido que es un templo de la paz, donde aun plácidas dormían en abrazo bendecido la robusta compati.era y el angélico rapaz . . Y te vi cruzar la ar ~na e n la> redes á la espalda, satisfecho de vivir, sin 11 duda que atormenta ni el rencor que el alma escalda, sin la envidia que envilece, ~ in el ansia de subir ... Tienes fe que te sostiene y alegría que te eleva, justa y noble es tu ambición: sólo ansíns que no falte en tu hogar la buena nueva. ¡El trabajo y el carÍ11o son tu sola aspiración! Yo t e ví saltar gozoso en la barca vieja y fea y la vela desplegar; y pensando en tus amores disponerte á la pelea con el viento que azotaba el cristal azul del mar. Sin temor á la tormenta que pudiera ser la muerte vas cumpliendo tu deber; luch~ bien tu cuerpo sano y resiste tu alma fuerte los C)mbates en que á veces eres héroe sin saber. Ce nt3mplanclo el humo de tu pipa mal repleta, pronto empiezas á ensoilar; sin saberlo vuelas alto, sin saberlo eres poeta, un pceta ingenuo y dulce que no sabe más que amar. En tu pensamiento ríe la gallarda marinera, que es tu dicha y es tu bien; y con ella está el querube, pura flor de primavera (lUP perfuma tq santuario convirtiéndolo en edén. ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL COR~{EO DEL VALLE ¡Con qué encanto los recuerda tu memoria, y cómo lale de placer tu corazón! Y entre tanto el agua ruge, y rabiosa y fiera embate la barquilla vieja y fea, j tu fortuna y tu ilusión! No te importa, y de tus labios surge alegre y picaresca en su ruda sencillez, la canción que hace más gratas las faenas de la pesca y que llena de armonías á tu cáscara de nuez. Tú no piensas, marinero, en soberbias redenciones, que á tu sana juventud basta bien con el cariño de dos puros corazones. Tú no llamas al trabajo miserable escla\'itud! Cómo envidio yo tu vida, pescador de audaces ojos, cómo admiro tu valor, que hace frente á las borrascas, que desdeüa los abrojos, y se rinde generoso á los ruegos de tu amor. Marinero, yo tenía como tú mi barquichuela, un esquife de cristal que ligero navegaba, como un pájaro que vuela, por las hondas del ensuefio, por el mar del ideal. En las aguas de berilo que reían placentera3, llena el alma de ilusión, yo bogaba, y eran siempre del bajel de mis quimeras capitán la fantasía y piloto el corazón. Venturosa navegaba sin temer los temporales, mas surgió la tempestad y rompiose la barquilla de mis bellos ideales al chocar contra las rocas de la fría realidad. Que esas rocas traicioneras no destrocen la fortuna de tu dicha, pescador; esa dicha tan tranquila como blanca luz de luna, que sosiega tu alma fuerte de ignorado luchador. 8228 SAHAH LORENZANA Tipografía - Mamá, yo quiero aprender tipografía, le dijo Hilda una noche á la rrespetable autora de sus dias. - ¿Y qué es eso? preguntó la sefiora Encarnación, frunciendo el entre cejo. - Eso es, mamá, repuso la niña, cosa de imprcnta;los tipógrafos son loa 11 que imprimen los libros, los periódicos y todo lo que ~e ve en letras de U molde. - Ah! Y es, oficio de mujeres? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ 8227 • EL CORREO DEL VALLE -~e- - De m~res y de hombres: todo el que quiere ocuparse en la tipo-grafía encuentra trabajo. -De veras? -Se gana más que en la costuta, m~ dice B'Jnifacita, la vecina, que es tip 'grafa desde hace un mes. -Hola! No me parece tan mala tu idea, y si no fuera porque tienes ese genio tan ...... en fin, que eres una loquilla y tengo que andar con cuatro ojos detrás de tí ..... . -Ay, mamá, si alguien la oyera, qué diría de mí? -Dirá que soy una madre cuidadosa, y me alabaría el gusto. -Usted es muy exagerada! -Mejor! Lo que abunda no daña, y si peco por guardarte mucho, quiere decir r¡ue estás muy bien guardada. -Ya lo veo. -Ec::, hija, que yo también he sido muchacha y sé de qu~ pie suelen éstas cojear; yo he visto mucho, y por lo mismo que he visto, no te quie­ro perder de vista un solo instante. -Bueno, basta. Diga si le parece bien que sea tipógrafa ó nó, que de eso es de lo que ahora se trata. -Ni sí, ni nó, te puedo decir todavía. Primera vez es esta que oigo hablar de la taquigrafía . . . . . . - No es taquigrafía sino tipogra[ia, mamá. - Eh ! lo mismo es para mí. Digo que sólo ahora llega á mi conoci-mieuto ese oficio, y bien puede ser cosa de santos ó cosa de malos; por eso tengo q.ue averiguarlo, consultarlo y pensarlo. Y la sei'iora, al decir es lo, extendió el índice en dirección á su hija y recalcó las últimas palabras con tr ~s g·olpes en 11. rodilla izquierda. Este fue su ultimatum No se habló más del asunto. II Al día siguiente, dolia Encarnación había averiguado, consultado y pen­sado todo lo que concernía al proyecto de la hija; y como los informes fueron buenos y las personas serias aprobaron, formó opinión favorable de las inclinaciones tipográficas de la niña y se decidió á que ésta abrazara el ar­te de Guttenberg. Lo que le faltaba et·a recomendarla encarecidamente al Regente de la impl,7enta en donde Hilda iba á hacer su ap1·endizaje, y para allá se fué la buena señora provista á su vez de una carta de recomendación que le dió un,respctable amigo. El Regente estuvo muy amable y se ganó, desde luego, la confianza de doña Encarnación; porque á la par que se mostraba atento y fino con ella, le veía manifes!tt.rse muy serio, muy recto, casi severo con los emplea­dos del taller. Este es un hombre formal, se decía la señora; mi hija estará bien vi­gilada, cual lo requieren sus pocos años. Al despedirse, después de estar convenido que la niña ingresaría en el taller, ella reiteró sus recomendaciones - Nada tiene usted que decirme, repuso el Regente: cuidaré á su nifia como á las niñas de mis ojos. - Oh! gracias, señor! o me la deje usted salir del taller ni por un momento. - No saldrá! / - No me la deje usted hablár con los jóvenes. f No habhm1! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL COltnEO DEL VALLE -No me la deje usted recibir obsequios de nadie. <. • -No recibirá! Las madres, señor, debemos ser así muy cuidado:sas ccn la;;; J¡ ~jas m u­jeTes. En estos tiempos hay mucho peligro ... y que yo no quiero, no lo permita Dios que .......... ¿Sabe usted, señor Regente, lo que me decía mi confesor esta mañana ? Pues me decía: mnlíer rt trum suxt i-n periculum semper; lo que quiere decir en latín que la mujer y cl vi­drio estamos siempre en peligro. -Así es, dijo el Regente, profundamente convencido. - Por lo e al, aftadió la señora, no me cansaré de suplicar á u,:,teu que la vigile mucho y me avise por escrito de todo lo que suceda. Si ella se maneja mal, escríbame al punto cuatro letras ..... . - Lo haré así, mi señora. - Me voy en esa confianza. Hasta la vista, señor mio. - Para servir á usted ! -No olvide dirigirm~ cuatro letras cuando haya motivo ? - No, señora. III Y á Hilda está trabajando en la imprenta. Y está contentísima. Doña Encarnación se ha convencido de que es verdad que más se gana en la tipografía que en la costura. Y también está satisfecha p01·que la niña no da moth·o de queja. Si sigues así, le había dicho, te llevaré al teatro el domingo, ~unque yo hace tiempos que me alejé de las diYersiones mundanas. Pero, ah ! esa ida al teatro no se realizó, porque estaba ofrecida para el domingo. Y el sábado, por desgracia, vino una carta del Regente á llenar de tribulación á la pobre señora. Antes de abrirla, casi adivinó su contenido, y confirmó sus sospechas leyéndola. 1 1 La carta decía: ((Señora doña Encarnación Argolla V. de Picaporte. Respetable seflora: Cumpliendo con lo que le tengo ofrecido, le dirijo h Jwe:;f'nte para comu­nicarle, muy apesar mío, que la conducta de sn uina dista mucho de ser buena como en los primeros días,, -Ay Dios, i qué habrá hecho esta muchacha ! exclamó con angustia la infeliz madre. Y continuó leyendo. . ((Yo la creía muy formalita, pero he descubierto un pa:~tcl con cierto ttpo, y aunque ella me lo negó al principio, yo des uhrí la vE'nlad••. -Santo cielo ! En qué enredos se ha metido mi hija ? qué pastel será ése? á qué tipo se ref rirá? ((Esto me desagradó, como era muy natural, sobre todo cunr,do ha­bía observado que la niiia andaba cogiendo los hiyotc.· de los cajistas, in­cluso Jos mío:-, dí• modo que tenemos que gu1.nlar much~s precauciones para evitar que ella se apodere de todos y no los sepa conservar, que es lo peorn Qué es lo que leo! Mi hija en pos de los bigotec:;; quiere decir que anda esa atolondrada en familiaridadec; con los homure.:;. « AdemáR, pésame decirlo que no just¡jica lo que hacE"' - Claro es ! Cónw va á justificar esa indigna conducta? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 8229 EIJ CORREO DEL VA 1 L ~ <'Ayer r~iió un tímpano, sin querer talvez, pero e3 un daño que no lo ha podido tolerar el prensistan. - Mater Dolorosa! dame fuerzas para seguir leyendo. Mi niña rom­perle el tímpano al prensista! Y si á ese desgraciado se le ocurre pedirnos una indemnización por la vía judicial, jqué va á ser de mí! << También le digo que la manera como impone no es de mi agrado .... ! • -Y qué tendrá que imponer esta infeliz criatura! se de>· madeja el hilo de oro de una fl;uta Una pasto rc1ta canta : L as ovejas tienen frío. L as ovejas balan ... . balan . ... Ya no llorotlli me q uejo 1 Y te ogo frío en e l a lma! . . . ·E·l.·_:_:¿·Áp~~t~~;s·?· · · · · · · · · .. . · ....... . .. · . · .. · .. . . . .............. · Ella.-¿ Un beso por cada estrella? Pero- si no hay ninguna. El. - En invierno las estrellas nacen tarde. Aguardemo3 . .. ! La iglesia lejana da doce campanadas. De entre una nube negra surge un lucero. Ella. - Ves? Ya hay una ..... . (y e¡ pastor estampa un beso en la bo-ca de la pastora.) EL - Allá en aquel pedaci to azul como que hay otra. Verdad? Ella. - N o la distingo bien, pero si tú la ves . . . .... . El. - Sí! Y allá hay otra .... otra ... . otra . . . . (Besos.) Y en el cielo negro apenas brilla un lucero. Los pastores siguen bus-cando estrellas. Ella. - jQué malos son los astros! El. - En invierno l,ts estrellas nacen tarde. Aguardemos .. .... ! Y los pastores aguardan. Y el infinito sigue negro, sólo negro . . .. . . Un resplandor indeciso ilumina lentamente la cima del monte dormi-do, El cielo empieza á aclararse. Ella. La luna ...... !! EJ. - !Que grande y que triste! Ella. ~ ¿ Y no me besas? El. -Un solo beso .. . . ? Ella. - ;. Cuántos besos valdrá la luna? ¿Quieres veinte? EJ.-Más ........ ! Más . ....... ! Ella. - Vamos! Los que quieras! Hasta que te canses . ..... . . Y bajo la calma misteriosa de las hojas principia una sagrada canción de besos. Y al fin nace el sol. Y el pastorcito aún no se ha cansado de besar. LUIS A. CUERVO. SUELTOS "J~l Porvenir", uno l1C' los cliarios más caracte rizados d el Allántico y· cuya ,. ¡ ~ ita s iempre no:-; ha favor ecido, lanzó con molí vo (le l Ccn ten ario de la "ML1)' Noble y l\T u y Leal Ciu­dad de Cartagena de Indias'' una bellísima edición en cuyas página!", están compilados, al­gunos ele los documentos más ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EIJ OOitTIEO DEL V i\LLl~ importantes de nuestra gran­diosa epopeya. Reciba la H~­ROIC.\ la más cordial enhora­buena. Tócanos deplorar la muerte de la estimable señora Doña Sara Patiño de ·Escalante. A su esposo é hijos acompañamos en su pena. También lamentamos el fa­llecimiento de la señora Filo­mena Micolta de García acae­cida el 13 del presente. En Medellin recibió las 6rc1e: nes sacerdotales él inteligente hijo de Cali, FrC:ty Alfonso Za­wadzky. Van para él, para su apreciable familia y para lé:. Comunidad Fra11ciscana, de la cual es miembro muy distingui­do, r.uestras entusiastas felicita­ciOnes. Después de larga au. encia ha vuelto al hogar, el simpático amig'o don Jerónimo Ve lasco. En la capital de la República .. en donde fijó su residencia, al­canzó como compositor, fama bien merecida. Acepte él y sus compañeros de viaje la afectuo­sa bienvenida que le· presenta­me~. Hemos tenido el gu::.lo de leer la Antología ce lo discur­sos y poesías que leyeron sus autores, en la Velada Lírico­Literaria del 19 de Julio, orga­nizada por los RR. PP. Fran­ciscanos con el laudable objeto de festejar al Superior d la Orden. Nos congratulamos con ellos r les agradecemos el en­vío del folleto. El domingo principió con buen éxito en el Palacio Muni- -- cipal,b seguncla ten~Jorada del "Biógrafo Colombia." La Em­presa cuenta con la. simpatías del público, lo cual nos compla­ce sobre manera. l,a Junta de Delegados, de las ~iete provincias del Depat­tamenlo, tuvo á bien elegir romo miembro del Directorio Liberal, á los seTiores doctores Luis F. Ro. aJes, Pablo García A. y Julio Córdoba. Con sumo agrado damos ca­bida en las columnas de El Co­rreo del Valle, á .a siguiente circular que no ha dirigido el ciudadano General Rafael U ri­be U ribe en su carácter de Pre­sidente de la Comí. ión Central, para la extinción de la lattg-o~ta. Bogotá, Nol•iembre 22 de 1911 S~ñ~ta importante recomendación: "Téngase cuidado rle no tomar licores embriagantes, espacialmen­tP- cuando se esté amenazado de afecciones pulmonares, las cuales lt>fectan más ó menos el estado de la sangre y la nutrición- no se vi­vide que el alcohol es ~demás de inuutil, peligroso; que las personas que toman bebidas alcohólieas es­tán, por consecuencia, más expues­tas á contraer tuberculosis." Debido á error cometido en la selección y empleo de taedicinas en algún pariódo crítico de la ·ddr se cuentan por millares las seres que sufren desesperanzados, que de ha­ber escojido el medicamento apro­piado á sus dolencias,gozarían aho­ra de completa salud y robustez. La demostración verdadera de las cualidas y la eficacia de una medicina no está en su sabor, sino que se basa en que responda afir­mativamente á Pstas preguntas sundamentales ¿Curará la Pnfer­medad? ¿Sanará Jos:pulmones las­timados? ¿.Eminará la causa de la tos agobiante? ¿Purificará la. san­gre? ¿Delendrá el desgaste que la enfermedad está ocacwnando en su niño y le devolverá la fuerza y ¡a vitalidad? La Emulsión Scott de aceitE> pu­ro de hígado de b calao hace todo eso, porque es una medicina verda­dera, que no contiene alcohol sino solamente ingredientes que impar. ten fortaleza. Oígase la voz de la ciencia; no se compre nir.guna pre­paración de aceite de hfgarlo deba­calao á no ser la genuina Emulsión de ~cott. 'fo.da.s la~ dPmáR prepa­raciOnes son Imitacwnes que con­tienen grandes cantidades de alco­hol, y muchas co contienen una so­la gota de aceite de hígado de ba­calao. SemejantP.s productos no son una verdadera medicina sino bebidas alcohólicas que causa~ más <>:mwr¡ 'i ~·a 'fttnW •:11 IIIUI\ IVJOp(Jd 11111:> .tVsn tl:Kj~p !111U"W o!•q11.11 ot.pnw o~u~!1 ~nb co, ·~1u•1•u! 111 \011:) 0!A!(11 oyJVJ1UO:>U~ 'OW!tlj !O 01!1 -O>de "!a 'ooplll!J!q"p S3HHWOH SO, 't19P!Poo:> vro1¡svr~p ""' y1:>~J12dvr~p 11110ppd '"1"' opuvwo .L •vpv8!1"J Á l!q?p 09t.:>n1Qouo:> e un ov¡~ ""l ~IUl')!'"'" lllpuv 1~ ·Á •o!qm¡ 'o!o lO( 'IVP!lYd svn•!:>W ,., ·vz~JI:Kj Á pn1ea 'IIZJ~fiJ 03 t1YJIIUU8 11110p ·pd ev¡aa oaen ""b S3H3fnw SV, 1
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 449

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Li Fu

Por: Pietro Grieco | Fecha: 2018

Un libro sui generis, evocativo y provocativo, a la vez profundo y elemental, que revoluciona nuestra noción de la originalidad y de nuestra propia realidad. El silencio de la naturaleza y las voces del alma sirven de fuente de inspiración a Li Fu, un poeta chino cuyo legado perdura más allá de la desmemoria de los anales. Nacido en las postrimerías de la dinastía Tang y educado para aprobar el Shi Ching y convertirse en funcionario imperial, el talentoso Li renuncia a su ambición gubernativa y se convierte en un poeta campesino, ermitaño, aunque rodeado de discípulos. La visita de un viejo amigo le traerá de vuelta las fragancias indestructibles de la infancia y, con ellas, la añoranza de tantos instantes que el poema nunca acaba de atrapar. Ya cerca de la muerte, Li Fu tomará una decisión: seguirá el destino de la poesía pura y entregará su cadáver a las llamas. El fuego se encenderá con los papeles de seda de sus delicados epigramas. Con inspirado pulso poético y un profundo conocim
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Crítica

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Geometría de lo imposible

Por: Ernesto Alcalá | Fecha: 2021

“Con la humildad de quien conoce la indigencia de nuestro paso por el mundo, Ernesto Alcalá nos entrega en esta colección de poemas una mirada que, al igual que la amatista, es el resultado de la cristalización de materiales diversos y que, como esta piedra semipreciosa, combina diferentes tonalidades. De este modo, poemas transidos de dolor se alternan con otros en los que el yo poético se muestra en paz con lo vivido; versos anhelantes, con la celebración de las pequeñas cosas que componen el sustento básico del mundo. En los poemas de Ernesto Alcalá encontrará el lector una conciencia que, como la de todos nosotros, a veces espera la plenitud y a veces se contenta con la perplejidad, una conciencia en cuyo lecho puede adormecerse la esperanza, para reavivarse después y reconciliarse con las cosas; en resumen: encontrará el lector muchos de los distintos modos de estar el mundo que la poesía propone al hombre”. Mario Cuenca Sandoval
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Poesía

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28 poemas minimalistas /

Por: Josef Amón-Mitrani | Fecha: 2016

Josef Amón-Mitrani, al comienzo de su libro, nos dice que él es un escritor minimalista, e inmediatamente nos presenta unos poemas largos. Entonces uno se pregunta: ¿de qué se trata esto? Y la verdad es que para mí no hay una respuesta. Cuando se entra al cubículo del poeta Amón-Mitrani, a su oficina, se encuentran una serie de fotos de sus dioses tutelares: postales de William Shakespeare, de Virginia Woolf, de Juan Rulfo, de Bob Dylan, de Emily Dickinson, de Paul Verlaine, de Borges, de Whitman Y la pregunta es si hay alguna relación entre todas esas lecturas y sus versos. En una charla con Amón, él puede recitar de una sola sentada los poemas de Lezama Lima o algún pasaje del Talmud en hebreo, cosas que son lo que se piensa opuesto a este libro. Poesía irónica, amable, divertida, con toques de lo que algunos podrían considerar no apropiado para una escritura que llamaríamos "poética". Estos versos son una ruptura con muchos de esos parámetros que están ya establecidos. Pero sabemos que hay poemas que nos invitan a buscar otras fronteras, otras zonas, otros momentos el poeta Amón-Mitrani logra hacernos esa invitación.
Fuente: E-books 7-24 Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Poesía
  • Literatura colombiana

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