Sobre la mesa de la cocina están el queso y el membrillo, el pan amasado y un lindo limón amarillo. Allí está también un huevo con un rojo corazón, inquieto y soñador. ¿Qué será de todos ellos cuando llegue a cocinar la señora Josefina?

Nueve sorprendentes cuentos en que sucede de todo y cuyos temas son muy variados. En uno de ellos la ausencia de amor se manifiesta en dos seres extraterrestres que se aman. En otro la muerte de un profesor complica la vida de todos los que se relacionan con su colegio. Una serie de interrogantes surge en cada uno de ellos: ¿qué sucedía a quienes recibían las once rosas rojas?, ¿quién era Lisa de Lot?, ¿por qué el alumno nuevo es tan misterioso?, ¿por qué nunca se reconstruyó la casa de Zapallar? Algunos de estos relatos dan miedo, otros no tienen más explicación que la magia y demuestran las muchas cosas extrañas que pueden pasar en la vida.

Un diálogo, un encuentro fortuito, un compa-ñero de viaje, un aeropuerto, un museo, un rincón de la ciudad, un pasajero del metro, una calle, un recuerdo de infancia, una mujer, un amor pasajero; estos son los destellos que dan vida a esta nueva recopilación de crónicas de Pedro Lemebel. Con su pluma barroca, crítica y voluptuosa, el autor va fotografiando escenas de los días presentes y pasados, completando una obra que con Háblame de amores se consolida entre las más s originales del panorama literario latinoamericano.

Pedro Lemebel desafía todo intento catalogador. "Irónico, sarcástico, salvajemente paródico, cursi, relamido, retorcido y, además, tierno, divertido y siempre intenso, abrumadoramente lírico", este escritor dirige su mirada a un universo poco mal explorado entre nosotros: "la identidad homosexual, la alternativa travesti y sus complejidades". Una historia de amor en el Santiago del 86, el año del atentado a Pinochet. Un muchacho del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que va a participar en la acción, vive una relación sentimental con un homosexual, que lo apoya, sin saber-sabiéndolo, en sus planes políticos. Éstos fracasan y la ligazón se frustra. El escenario es exactamente el del año en que pudo ser decisivo pero no lo fue: las protestas, los neumáticos humeando en las calles de la capital, los apagones; los boleros, rancheras y baladas de la época; Pinochet lidiando en la intimidad con sus fantasmas y sus pesadillas, y con una Lucía encaprichada con los últimos modelos de Nina Ricci; y la Loca del Frente, protagonista y testigo, personaje entrañable, puente entre los sueños y la desdicha. Tengo miedo Torero es el verso de una antigua canción española. Sus palabras sugieren, más allá de "su densa teatralidad" y sus ecos melancólicos, la interioridad recóndita de un país que, según lo define Lemebel, "sueña muy poco, sueña a crédito, no sueña lo imposible".