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Con la frase historia de colombia.

Imagen de apoyo de  Un granadino a sus compatriotas i a sus hermanos del Norte

Un granadino a sus compatriotas i a sus hermanos del Norte

Por: Lorenzo María Lleras | Fecha: 1830

Impreso en el que Lorenzo María Lleras se manifiesta en contra de las políticas y abusos de autoridad cometidos por Simón Bolívar, lo que a su juicio, constituye una afrenta a la ciudadanía y el deseo del libertador de convertirse en autoritario y déspota. A lo largo del documento, que conserva la ortografía de la época, Lleras hace un llamado a los ciudadanos para que no permitan que en Colombia prevalezcan los abusos de la justicia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Tesis
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  • Otros
  • Ciencias sociales

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Un granadino a sus compatriotas i a sus hermanos del Norte

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Ya cayó

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Imagen de apoyo de  Protesta

Protesta

Por: Marco Fidel Suárez | Fecha: 01/08/1900

Protesta inscrita en el libro del Ministerio de Instrucción Pública, en la que Marco Fidel Suárez critica el ‘atentado’ que José Manuel Marroquín y un grupo de seguidores de él, perpetuaron contra el presidente Manuel Antonio Sanclemente al quitarle la investidura presidencial mediante un Golpe de Estado. Se encuentra otra hoja suelta con el mismo contenido y una crítica adicional al entonces Ministro de Relaciones Exteriores Carlos Martínez Silva, en: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/4052.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa
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  • Ciencia política

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Protesta

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Alocución

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Imagen de apoyo de  The coast of Mosquito and the boundary question between New Granada and Costa Rica

The coast of Mosquito and the boundary question between New Granada and Costa Rica

Por: | Fecha: 29/08/1896

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 506 L A 11 U J E R -----~~~-~~~'~ ... ~~---....-..........; ... -~.~~_,- .. __ ... ~_ ...... ,..,~_,..,_ __ ............ - ............... va escudada conh~ t.Ddo análisis dor, RÍn que el cornzón se F.:ublev investigador de loR que c:een des- y se levante para prot_esttu~ con tr, cubrir h::tJO cada JnO\'irrnento del , esos hec~o~ que esian ;n ~ugn~ ánimo,. por levantado que sea., con la rehgtón y la concie~cia?, una tendencia política. Si en nuestra einanCJpnmon Y esta imparcia1idad en sus hubo historiadores que se levan­acciones, que ]as mns de las veces taron parn n tenuar los crímenes se le atribuye á -carencia de per-¡ de los pacificadores con la. consa .. cepci&n en su espíritu, es la que bida frase de que '"'la culpa fué del la ha permitido rernontat·se sie1n- tiempo y nó de Españn,",: hoy, pre sob.re todas las aspiraciones cuando casi alborea la inrnaculrt .. mundanas y realizar los divinos da aurora. del ISiglo :xx, qué velo ideales del bien 7 ancla salvadora puede exten::lerse sobre las csJe­sin la cual la humanidad sucum- D:lB de Cuba 1 biría en ]as gigantes borrascas del Que la irnparcialidad Jo con-pensntniento. teste. Esto por Jo q.ue respecta á la La ofi~enda, pues, que acaba de mujer en su. tendencia hu1nanita- presentar LA MuJER ~rá. butnilde, ría; que e mo patriota, cotno re- 1 si se guiere de pequefiísitno alor publicana, palpita .Y centellea en 1 nnte la nl:tgnitud de l:is desgra­ella In. poderosa chi pn de sas cias de Cuba;. pero ella sintetiza, progenitore;J, cuya huell¡l, ha que- al n1cnos, los generosos sentin1ien· dado :impresa cu la. historia. de la. tos y el iuter~s 1: tente que d:cs­pntria con luminares ine.~tingui- piertan en el cor.·1rzón de toda. rnu­hles. Chispa que á veces7 en sns jer republicana y cuya alrna está investigaciones subjetivns1 cree vnoiada en el tnolde de ideales haber sido trasmitida con las no- vcrdndc•·amente hu1nanitarios, el ciones de civilización que nos vi- espectáculo de un pueblo que su .. Jlieran de :ultnunar, cuando en cua be entre los arrDyos de ~ novelescas tradiciones, lns son1brn. propia. sangre, y cuya ~ ... i . tencia de Pelayo el inmortal, Rodrigo de se quiere destruir .de Ja. faz d~ t ~ivar, Guzmún el Buc.no, lo~ tnar- tierra por la nltlR grande, la más bre~ de Zaragoza, D~oxz y Ve larde c.:anta de la~ nspíracione : la inde­y !n1l rnás, h~n ve~1do á ser. aJgo l pendencia de la patria! a~1 co~10 Jos rde~les de la r_n:tolo- IsoLINA CHAPAnno. gut gr1ega: subll!nes ..apariciones que invocatnos cuando queretnos diseñar sobre el telón de los re· :LA KrBA cuer~os.pnrte de lo que oculta el Una niiia ~ un ér sagn do: represen-escenario ae laS grandezaS huma- ta)a :familia futura, Un mundo do iluRÍe>­D3. S y ae las gloxias de nuestra n.cs Y esp~ranzas .nca¡·iciack>r~s, l_a mist&:- mndre patria. t r1osa pá~ma del hllr? del porvernr . . Có · d ' "' · l IJa v1da de unn 1uiia debe sernoB muy • lJ ITlO¡ pue~, Pl~sar esaperc1- queridA, porq te a troncharse, se marclH-bidas las .agontas srn cuento de la. tan ~ui2 s las ~emilla de grandes ·a~. preciosa Antilla; asistir como loa ial vez el ge:rme-n de más perfectas ~n ., antiguos espectadore~ del cir~o racione5:_ .. l~omano, al degüello de tántos cau- . Lns nmas son la alegt a del bo¿?;ar, laa t . ·a 1 d l mscpa.rables compañera ~ de ln matlre la 1vos unc1 os a carro · e vence fiesta de Ja ,.ida;r ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 510 LA 1\1 U J En olns s& levant!ln como bl1\ncos f,"ntaAmas Resinos cerca de tm caserío Hamndo '' .1\ inaa de :b'irmeza," y los colgó de las muñecas en los ál'hol del camino. Luégo los so-lda­dos hicieron varins descargas sobre l0s cuerpos. Los cadl veras q ucdaron colgan­< lo por dos días, porque Rdie e atr& {a á aoet·carse á ellos para recng(Jr.los. lTn nser;inato semejante ge perpetró cet•ca de ArFoyo Guerra. Las trOJ:4: españolas ha­llaron por a ili á. c[nco negros, cerca: d&l comino, y lOl! fo_silaron. LM cndávcres Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 512 LA ~1 U J E U Y como, Rin vani1lnu, No era do pies ú cabeza Un ptodigio do bell<'zf\ Ni un moustruo de f~aldnd, Ver no podía con calma. Qne otms hnllnrnu parejn, Y ella fuese á Villa- Vieja ExpueEta á morir con pnlma. 'l1enienclo su fin previsto, Y despechada en su nuheto, Trll tó de tomar el velo De e~posa. .•. de J esncristo. ~lns el pnso era atrevido Y de gravedad inmensa, Que donde menos se pien~a Suele saltar un marido. Quiso buscar consultor De ciencia y saber profundn, Que entre el conveuto ó el mundo LA dijera: ''é:-te es mejor.'' Y sin mentida lisonja JJe aconsejase: "hij~~ mía, Lo que más te convendría Es ser casada ó ser monja." Escogió por consultora A la. V~rgen del Rosario, Y dedicó un novenario A tnn alta protectora. Y ni una tarde siq niera Dejó de entrar tÍ rozarla, Con el fin do preguntarla l'or su futura carrera. -1\Iadre mía idolatrada­Ln dccín con fe rvor- ¿ Qué me conviene mejor, Ser profesa ó ser casada? Mas corno no reRpoudía La Mndre, n\ Niño o.cudió, Y también le preguntó Con devota hi¡ ocrcQía: -N\ño,-ven {, illlminarmc, Tú que en sus brazos ent{ts; • Q'ué me convendrá mn8, (¡ ' • ó ~ . :Meterme n. monJa casarme' Pero el Niño, ~-;ilencioso, IJR dejó en zozobra igual Sobre el punto principal Que turbaba su repo~o. Como pobre porfiado Al cabo eaoa mendrngo, y entre el yelo y sacro yugo Elegir era. arriesgado, -Sé que un milagro será, :Mas soy testnrud~-dij?~-­y bien 1:>. !\ladre o el HIJO, Alguno responderá. _ y con más constante em¡)eno Siguió su intcrrogatono Sobre el clan~tro ó el cnsorio Qne h robabnn el sueño. Un sncristán mny tuoant~, Al ver aqnella alma en pena, Decidió entrar en escena Como chiquillo parlnnte. Y unn tarde Re escondió Trns la i mngen de María, Y la petición del día '1\anqnilnmente aguardó. Llegó la cnarentenaria Cou cnra de cuadragésima A repetir la milésima Edición de su plegaria. Y al preguotnr ¿qué he de ser, Sierva di:) Dios ó casada? Dijo con voz atiplada. El budón: "moujn., mujer." l\1 iró al Niño con furor La beata, y gritó nl pnnto: -Chico, á ti no te pregunto, Sino á tu l\Iadre, hablt\dor. RAFAEL GARCÍA 8..\NTISTEV..!N~ Pésame .. Ha dejado de existir elaciíor don Carlos La Rnttn honrado padre de familia y her­mano de 'uuo de nuestros más estimados amigos. E u viamos {, su Reñora esposa y numero- 80s }médanos nuestra expresión de con­dolencia. Pensamiento Hay qne elegir por esposa á la mujer á quien ae elegirí por amigo si fuese hombre. El que suf!crihc, licenciado en :A~edic~na y Cirngio, certifica: Que hace d1ez anos viene empleando e u ~us enfermos la ~Enml­si{ nt de Scott» de aceite de hígado de ba .. calno con bipofv~fitos de cal y de sos~, con brillantísimos resultados en las afecciOnaR del aparaio respiratorio, y s~bre todo e?' 1 aquellos individuos que J.ecesLtan una ah­mentnción reparadora,como los escr~f'!!o­~ los niños raquíticos, v en la dentLClon, so .. , . .J cuando se hace dificultosa. y para constzmcia, expide la pres~nto en Corral Fnlso de ..1\facuriges, Cuba, u 15 de i Junio de 18~4. - ¡ ANTO .. ' IO ÜRDONEZ. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Mujer - N. 64

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Instituciones, desarrollo y regiones : el caso de Colombia

Instituciones, desarrollo y regiones : el caso de Colombia

Por: Jairo Parada Corrales | Fecha: 2011

Esta obra, dirigida a estudiantes, profesores e investigadores de Economía, Historia, Derecho y Ciencia Política, así como a profesionales en distintas áreas, contiene un examen de la relación entre instituciones, desarrollo y regiones en Colombia, bajo una mirada totalmente diferente a lo que se conoce en el país comúnmente como economía institucionalista. El autor analiza las instituciones bajo la perspectiva teórica del economista norteamericano Thorstein Veblen, y los modernos enfoques evolucionarios de corte darwiniano, algo desconocidos en los medios académicos del país y latinoamericanos....
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Economía

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Instituciones, desarrollo y regiones : el caso de Colombia

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Imagen de apoyo de  La reforma y la libertad de conciencia, la promoción del fenómeno religioso y el derecho a la libertad de conciencia en Colombia

La reforma y la libertad de conciencia, la promoción del fenómeno religioso y el derecho a la libertad de conciencia en Colombia

Por: Luz Ángela - Piano (Colombia) Posada | Fecha: 30/10/1991

Concierto interpretado por Luz Ángela Posada. Realizó sus primeros estudios musicales con la profesora Leonor Pardo de Sáenz y con la ilustre pedagoga Lucía Pérez. Adelantó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Javeriana e ingresó al Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, en donde fueron sus profesores Pablo Arévalo en piano, Mireya Arboleda en música de cámara, Blas Emilio Atehortúa en formas musicales, Alicia Lozano y Franciso Gil Tovar en historia del arte, Guillermo Abadía en folclore y Simón Galindo en armonía, hasta obtener, en 1976, el grado laureado de pianista. En este concierto interpretó obras de Frederic Chopin Y Sergei Prokoviev.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
  • Temas:
  • Música
  • Otros

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Luz Ángela Posada, piano (Colombia)

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Imagen de apoyo de  El diagnóstico del pueblo. Lecturas médicas sobre indios y negros colombianos, 1870-1920

El diagnóstico del pueblo. Lecturas médicas sobre indios y negros colombianos, 1870-1920

Por: | Fecha: 13/03/1875

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. _. ------c:¿c---¡:~ s ~ 2 ~.-:l:s;---.. _----~ • • PERIODICO DEDICADO A L A LIT E R A T U R A. - Serie IIl. Bogotá, 13 de Marz') de 1875 . Número 27. • ~A Al\. DE. MIS NOCHES. I Cada vez que vuelvo los ojos sobre mí mismo, cada vez que abro las páginas _de mi corazon, encuentro en él tanto misterios, tan ros a fectlls , tantos recuer­d os, l'scl'itos unos con tintes de rosa y ennegl'ecidos otros con hiel, que mi alma perm:mece concentraaa bo· l'as enteras en í misma, en su pasado y en FU porve · nir. La historia de cada hombre! cuán lIC'na está de episodios! cuán digna no es de observacion ! E coged á un hombre cualquiera, al primero que mireis á vlles­tro lado, ya sea un gran pot.entado con el pecho ll eno de C¡'uces y condecoraciones, el Arca repleta ::le 01'0 y el cornzon de crímenes; ya una virgen adormecida en el seno de un clau ero desde los primeros albores de su juventud; ya un humilde labriego que ignore los usos de 1M ocit'dad y viva En medio de la poureza y de la sencill t'z. En la vida de todos los h"mb¡-es hay cuadros ombri os, hay escenas tranquilas y sua­,' es, hay pasajes ll enos de animacion y de fuego. Venídcon migo: repasad por nn instante en el pasado vuestra historia ó la hi torÍa de vuestros ami­gas; ved solamente e. a larga lista de noc};¡es que han rodado sobre vuestras ca bt::zas, Qué div eri>id a d de impresiones ha (]('jado cada una de ellas en vuestras almas ! en qué diversos sitios las habeis pasado ! ·Y miéntl'as os engolfais con la imaginpcion en esas ho­ras oscur~s, y <¡ne no volverán ya mús, porque la ete r­nidad no dev uelve los momentos que vamos depo~i­tando en su seno, yo tambien recordaré algunas de mis noches. II ¿ Es ciel'to que los años de la niñez nos parecen dulces tan sólo porque los vernos al traves de un velo de lágrimas, tan ólo porque los miramos de léjos? O es que realmente no ha germinado todavía en la Ílüancia el fruto del dolor que lleva el hombre en su alma y que despues amal'ga su t'.Kistp.ncia? Porque, en efecto, los dias de mi niñez rodaron p:.lros y sere­nos como una mañana de verano, y el sol de mi niñcz no tuvo más de un ocllso, bien que un ocaso et erno: mi niñez fué una mañana constante toda llena de fra­gancia y de luz; entónces no buba noche para mí, j es tan dulce dormir en el seDO de una madre, y sen­tir sus dedos blandos entre nuestros cabellos y sus be os en nuestros labios, y oir la algazara infantil de nuestros pequeños hermanos y 'ldormecel'l1os pausa­damentE'> entre sueños de colol' de rosa! y despertar der;;pues inocentes y alegres, como los mismos pájaros que durmieron tranquilos y lIhora cantan y vuelan en las ramas de nuestro jardin! La niñez! oh ! en la niñe.z no hay noche; porque aunque la luz se vq.ya del cielo, no se va del alma. Pero despues los años pasan y la noche l\ega: á. veces el mundo la englllana en festines y danzas con todas sus joyas y con todas 8US luces j pero á veces tambien la muerte y la des­gracia retlñoD sus tinieblas, , JII 'fodaykt. recuerdo la noche en que fuí :trrancado del hogar deméstico y comencé á ser hom breo Ni el más ligero bozo tocaua mi labio, ni la más ligera. pena os­curecia mi frente; pero la sociedad me r eclamaba con justicia; era preci o comenzar á formarme pua ella y el colegio me recibió cenándome en seguida sus puertas colosa les. Qué noche nquella tan o;cura! qué friu estaba entónces mi lecho! La luz de un es­caso farol derramaba sus hiloR de luz sobre Iu. cama donde dormia yo sin madre y sin hermnno .... las horas pasaban largas y pe adas como si fuer'un de plo­mo, dejanr]ome cada una el corazon bel'ido. Y al so­llar la call1pa na ~ esa reina del inmenso edificio, no pude saltar s iqui era de la cama como lo bacia ~n otro ti em­po: estaba ya encadenado por la mano del debe¡'. fué tal vez la primera de mis noches tri tes. Sin em­Bargo, á los once me es tuvo s u revancha , cuando des­pue de habel' c'lDseguido mi primera cinta de honor, agobiado de ca ri cias y regalos, volví ¿ tenderme en la alcolba de mis primeros años con la alegr'ía de las va­caciones: era una noche de Diciembre llena de luz y de estrellas. IV Algunos nños pasaron: el corazon empezaba ya :i latir estrcmcci do por una sensacíon nueva y descono­cida hasta entónces; y mis ojos bu. caban entre el aire luminoso del dia .r entre las tinieblas de la no­che algun sér encantado cuya existencia pl'e,cntía con la seguridad más completa, así como dice Caro que se presi ente el j3zmin por el aron.a que exhala en derredor. El soberbio v"por .Med~cn.v, de la C01!1- pañía de vaporcs que su rcan el A tlántico, se destaca­ba entre olas de espuma levant ando su plumero de humo oscuro 'lob r e el cielo purísimo de las Antillas, Al fin detuvo su rumbo majestuoso entre las tibias olas que besan murmurando las pl¡,yas de San-Tho­mas, ese idilio trazado por Dios y embell ecido por la man() del bomure, esa canastilla riente y gracia, a que sobrenada y mece sus flores en la inm ensidad del 0céano. Míl y mil barcas recorrian la ribl' r:l ornadas de banderolas y cintas, las colina de la ísb cubiertas de árboles y casas reverberaban con mil luces quo sa lian do las persianas y los colores del crepú¡,culo muriente chispeaban en las aguas temblorosas. Inte­resante cuadro, digno del más animado pincel! Pero no era ménos intere, ante el aspecto del colo.o que abrigaba en su' flancos ca i Ull pueblo entero. La bandera británica flotaba en el palo ruayor, los oficia­les vestian ele gala y más de treinta jóvenes ba bane­ras, pel'uan as, mejicanas y pOl'toricens( s, e ta ban en el puente del vapor. El canto de algunas de ella y los ecos de una gitana regalaban al aire los tonos melancólicos y ti el'Dos de una cancion amorosa , Entretanto saltaba del buque á la chalupa una jó­ven fralleesa con quien habia entaLlado yo re l acione~ ,de una amistad delicada. Tal vez yo abrigaba una verdadera pasion por ella; pero lo ignoraba hasta el1- tÓllces. Y qué bella estaba en aquellos momentos! vestia traje de seda de color de rosa y una capilla aplomada j sus trenzas se derramaban profusas agHa­das por el viento, lo mismo que las cintas que sugeta­han el ligero sombrerillo de paja italiana. Entónces por vez postrerlt estreché su mano suave como el raso, I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 210 LA TARDE y al tocarla sentí que mi sangre corda acelerada, fijé mi oJos en ella y al verla ruboro~a y melancólica, den'amp la lagrima primera de amor: el \'iento trajo á mis labio~, como úl.imll dcscTeuida, una mach'ja de su cabello ca. tnño, y un momento dCl'pue, 110 quedaba en el mar ni la buella ,¡quiera de tan hermosa mujer: aquello tudo lwbia sido lln ensueño instantál1eo, un minuto de amor ahogado por un adio eterno. Una Ve7. evaporada aquella imágen, la ombra de la no­che e interpusieron entre lo dos y el cuadro del con torno de apareció. Ay! así vuelan las glorias y la fe­licidad de la vida. v Alentado el corazon por la e peranza, fijos los ojos del alma en el bello suelo bogotano y lleno de lo recuerdo, de la infancia, i cuántas veces al ,ol,er de lejanos paíse ,alía durante la noche á respirar las brisa frescas del undo o rio Magdnlena! Todo en torno dormia: ni el más leve rumor movía la olas, ni la ola mas leve azotaba los flancos del vnpor: los inmensos ramilletes de flores silvestre que colgaban á manera de jardines flotantes de los árboles, embal­samaban el aite, y al traves de su vá tagos tan dulce y profu amente engalanado~, derramaba la lUDa como una lluvia de rayos: el azul sin límites del firmamen­to y sus globo de oro innumerables se retrataban quieto en el Magdalena. De pues la hi toria de todo viajero: pone el pió en tierra firme y cone de alado al suelo donde nació: despues de un dia pasado duramente ~obre los duros lomo de una mula, se recuesta en alguna pobre ve7tta al pié de cerros altí Ílnos que nada mezquino con ien­ten en su seno y en los cuales tan sólo brotan árboles corpul l'utos y sombrío. Si el equipaje ha qned¡ do atras, sólo tiene para abrigar su cuerpo la capa de hielo que le brinda la atmó fem: no importa, el ves­tido nacional suple en esa noche los exce os de lujo y comodidad europeos; los zamal'ros de piel se ex­tienden como un mullido lecho, el freno y el cojinete le sirven de almohada, y de colchas para cubrirlie el bayeton democrático. Añádase á esto un acanelado cigarro de Ambalema, en cuyas ondns de humo van volando los recuerdos y la esperanza, y la noche de la sabana está concluida. Por la mañ:ma todo es mur­mullo en los bo ques, alegría en los ci('los, y gozo en el cOI'azon del viajero. Y cómo no, si cuando el cre­púsculo vespertino tienda su velo de púrpura torna­solada ha de gozar de otra noche más bella todavía? VI Esa noehe es aquella que al tocar el eslabon de la puerta tras de la cual vivimos luengos años, la vemos abrirse entre ruidosa lágrimas y mani ciones de alegría. oche en que se aura7,a al padre que nos b¡¡n· dijó al partir, á la madre que tanto lloró por nue tra ausencia, á la hermana que levanta u sieu coronada de inocencia, al hermano que lleno de brio e lanza á los espacios de la vida. i Cómo no ha de ser brillante ~a noche si su misma madre, la madre de PI ime­ros años, viene á cerrar las cortinas del lecho donde útro tiempo tuyimos delicios sueños? Ah! en aquella noche se duerme con tranquilidad, i hay tantos que están velando por nosotros! VII al pacUico cuarto donde habi to y donde ólo alcanza á oirse la grata \'07. ne un hermano ó de'un amigo, e veian lucir cuatro hachon que chi 'porrotcahnll, y ell medio, sobre un pafio negro R[¡lpir'ado con g()ta~ amal'ilI.\s de cera, dorlllia un cadtiver! OJ..¡ ! sí, dO! mia, dormla efln la mucrte de los ju"tos (ltle e van ('11 suC"o ño,' al cielo. Y ese cadtive!' 'rn el más sa¡;rndo para mí y el más :Hlora ICl, p0rque era el de mi maclre, á quien pOC' ;>$ horas ¡intes yo mismo habia c nado lo;; ojo, y be ado las manos blanca y í'das ya como el n1árrnol ......... o. •• • ................... o. ..... o. ••• o. ..... . . .. .. . .. . . . . .. .. .. . .. .. .. .. . . . .. .. . . .. .. . . .. .. .. . . .. .. .. . .. .. .. .. . .. .. . . VIn Para qué hablar de esa multitud de noclJes pasadas con un libro, en un círculo de amigos, reanim ~ndo sin ce al' la vivt~ l llz del cigalTo y aglomerando sus nubes de bumo, al ruido de uo violento aguacero? f Para qué recordar e a llOche de in omnio en ·que la Nebrc UlC uc;voraba y, cuando má~, t en ia á mi Indo un "él' amado, que tocase mi pul 'o agitado y '=!n­juga e el calor de mis ienes? i Para qué recordar esas noches en que, al traves de las ga as, las luces y las flores de un salon, be vis­to la. oU1edias traido) a- y embustera que represen­tan diariamente hombrc y mujeres? Dejemos las noches del pa ado i c,uáles serán las. noche" de mi porvenir '1 IX Léjos allá en las costas de Inglaterra ví al incansa­ble pescador lanzar su delgada y ágil barca sobre el seno agitado del mal' bajo un ciclo si n a tros, y oí sus cantos melancólicos y vagos que aban la tern­pe tad unas vece,> y p en lo mares de la vida; mi corazon late sueno y mis labios ('antan sin cesar. i Qué me impol'tall los truenos lejano de la tempestad? Mas hay en la vida de todo hombre dos noches lle­nas de intel'es ; una de ellas incomparablemente feliz, y otra que destila gotas de acíbar en nuestro pecho r en el de todos los que nos aman-la noche en que uno entl'('gn su corazon, su porvenir, u vid~~ á una mujer, y la noche en que deyuelyc á la tIerra el ye"tido que nos cubre, el cuerpo. Ah! cuántas veces he pen ado en ellas y me be estremecido. Si pndiera copiar con pluma y pinceles terres la vírgen cuya imágen re­posa aquí en mi corazon! Si pudiera retratar el ful­gor de, us ojos, y detener sobre e:;ta página su aliento­que se exhala de sus laLios purísimo como las bri as del país donde nació! Y e a mujer, ó tal vez otra es­trechará mi mnno al pié de 105 altares y alií mismo enlazará conmigo su existencia de tal ruodo, que D<> podrán de prender, e nunca una de otra; porque más allá¡Jde la turuba hay campos floridos para los que se amaron de "éras en la tierra. Habrá una noche en que libre y dichoso la acercaré á mi COl'azon y luego como a ustado de mi osadJa me echaré atras y ca í la adoraré, mirando en ella el poder inmenso del Señor, y viviré desde entónce- en,uelto en esa atmó fera da aromas que ('Írcuye á los amantts cri tianos. Pero :::1 fin la e cena cambiará, y entónce3 será ella quien me abrace. Si; me parece haber salvado ya los pocos af¡os que se pueden vivir sobre la tierra. E toy en una alcoba pequenn, y el bl'illo de una lámpara amortiguadll alumbra un grupo puro y sublime en su mi ma encillez: no hay allí amigos; porque los ami- Ha habido en mi juventud una noche en que los gos yuelan cuando sopla la desgracia, como los pájaros huracanes del dolar bramaron sobre mi cabeza y la en las mañanas de invierno. En mis mejillas ajadas desdicha se apoderó de mi corazon y lo prensó dQ tal siento caer las tibias lágrimas de esa mujer adorada modo, que al verme los hombres medio tendido, con que embelleció mi exi tenciu; con sus labios dulcísi­la frente en las palmas, los ojos ecos y fijos y los la- mos recoge el helado suspiro que de los mios e esca­bios amortecido:;, e compadecieron de mÍ. Acababa pa, y luego con sus dedo de ángel Itledio dobla mis de pasar uno dl' e os dias que hacen época en nuestra párpados sobre los ojos apagados ya por la muerte. vida y que no se borran jamas, porque no los ha i1u- Esa noche será larga y terrible, mucho más horrible minado el sol, sino lo antorcha del ángel del estermi- si en vez de su seno siento bajo mi cabeza, una piedra nio. Desde ese di:!' un paño de muerte quedaba esten- en el desierto; pero al fin terminará para dar campo c1ido sobro mi porv('nÍl' y yacian entre el polvo mis al dia clarísimo y eterno que el amor desplega en ese c¿;reranzas má bollas y mis más dulces glorias. Junto. mundo incógnito. J. J. BORDA . • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL ANGEL. De lampara fUneraria La ténue luz ilumina Oon moribundo tem blol', Las sombras de mi alcoba solitaria y sábanas r evueltas del lecho dcl dolor. En un perpetuo gemido, Mi triste vida se exhala • y con mortal variedad El alm.a presurosa bate el ala y asciende ti. la insondable y augusta etcl'Uidad. Mi sueño es un desvarío, Una agitacion continua j P ero siento al de pertar En 01 fondo del alma, tanto frio, Que lánguidos mis ojos se vuelven á cerrar. Mas, un rumor á mi lado, Oon grato. sorpresa escucho, Cual dulce re. piracion : Vuelvo el rostro doliente y faLigado y miro ante mis ojos fantástica visiono Es un ángel cuyas alas Conservan de la inocencia Aun el polvo virginal j Angel quo deja las celestes .alas rara llorar conmigo mi horóscopo fatal. , En mi rostro enflaquecido Siento el suyo, terso y suave Como del cisne el plumon ¡ y sus labios pegados tí mi oido Inulldan de esperanza mi yerto coraZO:1. Con cuanto placer le ID iro Ir y venir noche y dia, y escucho el revolotear De sus alas dc púrpura y zafiro, Cual linda mariposa en torno del hogar. En medio de mis dolores, Aún me siento ven turosa Pucs donde el ángel está Hay músi0as, perfumes, brisas, flor es ¡ Blanc.lras inefables) inmensa claridad. - Sus labios frescos y rojos Sonrien como las flores Al pri'n er rayo del sol; y abrasa la mirada de sus ojos Si tiñe su mejilla el púdico arrebol. El (.ngel es muy hermoso Mas lo más bello del ángel Reside en el corazon ¡Bendito fué el instante venturoso En que este blanco lirio brotó en la creacion ! Oh! mi tierno ángel querido, Mi hija de quince abriles, Boten que empieza á entreabrir, y se dobla en el tallo entristecido Porque la planta madre dispónese á morir. - Morir he dicho, y profundo Implacable dolor fiero Me de¡;gnrra el COl'azon j Moril', cuando la dejo en este mundo 211 Sin más quc su inocenoia, sin más que su candor. Mas, ¿ como podré, ángcl beno, Dejartc, si no me dejas, Ni te separas de mí? Si tns brazos se eu!azan :i mi cuello y al mundo mo .encadenan y me unen más á tí? i Si me da calor tu aliento, Cuando el frio de la muerte Sieuto en mis venas serpear j Si mi rostro abatido y macilento A fuerz,a de caricias consigues reanimar! Tú no quieres, hija mia, Separarte de mi lado, y no mc dejas partir, Pues si miro al entrar en la agonía Tu rostro idolatrado jamas podré morir. / U RSULA. CÉSPEDES DE E SC.ANA VEllINO. -----=~,~~Ce3----- EL LLANTO. Dichosos los que ll"ran porque ellos sedn consolados. .. • •• ..'O .... •• •• •••• ,.... • • • •• •• El llanto es la esencia del espíritu) el desaho· go de la cabeza y el jugo de! corazon. El que no llora, no goza las in efables delicias del con<;uelo. Un rostl'O quo nunca se humedece con el be­néfico r ODÍo del alma, no puede ser h ermoso. Porque 01 llanto es la animacion, es la sensi­bilidad, es la exprecion de los afectos más su­blimcs. Una mujer que no llora) es un cuadro sin co­lorido, Ulla llegacion do su sexo. N unca es mas LlignQ de adoracion una belleza que cuando rueda por sus mejillas una lágrima de ternura. N unca es más grande un hombre que cuando se desliza de sus 1 árpados una gota de fuego. Hoy, en que la moda, ese azote del mundo, esa destruccion de la felicidad doméstica impera en todo, el ll anto se ha suprimido) C01110 ridículo y de mal tono. Una mujer que hoy llora al ver la representa­cion de un drama á los desvastadores cuadros de la historia, se la considera una vulgaridad it 8ll­fribl e. Un hombre Cjue se enternece y arrasa sus ojos con ese manantial de la. vida, es un ente ridículo , á. qu.i en debe mirar-se con el más insolente dcs - preclO. y sin embargo, j cuánto vale ese licor bendi­to, elle raudal fecundo de pureza, ese tesoro de bienaventuranza! El hombre, al naoer, lanza un gemido y vier­te una lágrima: el primero es el ay! de dolor que siente la materia, la segunda un precioso bálsamo contra las injusticias, azal'6S y amargu- - • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 LA TARDE - - ras quo se espel'an en la vida. El niilo llora y sonrie con una facilidad admi­rable, sin que uno ni otro parezca tener signifi­cado; ma ' ay! i CUllnto pudiera de cirse de este lIan to in ca u a, de e ta rí. a sin origen! El ulma siente desde que desciende al mundo pal'a encerrar e en el barro de la humauidad. No hay duda que el llanto es la sivia de la • • eXlS tenCIa, U na sóla lágrima á. veces, encierra todo un mundo de poe ía, ~'andeza y elevacion. El llanto es el mejor intérprete de las almas sen ibles. Lo que no con igue una lágrima no lo consi­gue todo e l poder del universo. El llanto es magnético, tiene la fuerza. de la atmccion ; a i e que no puede mimrse en otro ojos, sin que los propio se a rrascn. i De"dichados aquellus que no e inundan con la desgracia de un semejante ! .... ,. Huid de ellos; pues el que ama un sér sin corazon, camina á perdel' el suyo. El egoi ·ta no sabe lo que es llanto, el ambi­cio o lo olvida, el avaro lo "eca, La mujer que pierde la hermosa aureola de la virtud, hace del llanto un comercio hOI'l"Íble. El es el re orte de su engaño, la careta de sus ma· quin acione8, y tambien en su dia el únicu r ecuro so de la dignidad ferdida. Cuando una de estas mujeres llega á anodi­llarse como la Magdalena, cuando siente en su frerte el oprobio, y lucha entre el orgullo y la po tracion, vierte una lágri ma, hervida como la de Luzbrl, pero que suele ser la transicion del m al al bien, de la desgracia al arrepentimiento. El llanto sana las heridas y pUl'ifica las cul­pas, no hay duda. El poder de las lágrimas es infinito como Dios, grandv como el cao , precioso COOlO la gloria. Cuando veais sufrir un d esgraciado, no le prodigueis consuelos, ofreced le una lágrima. Cuando el objeto de vuestros amores os ator­mente con desvíos, dejad sin temor que vea vue:otro llanto. Podrá dejar do amaros; pero nunca olvida· rá que derramá teis por' él vuestro lloro. Esta memoria es un recuerdo santo, que sólo un alma depravada puede ridiculizar. Si n o tu viésemos el recur o del llanto en las aflixiones de la vida ¿ cómo podríamos soportar las distintas emociones con que lucha el sér, in· terin alient'l en este inmenso caos? ¿ Por qué os a vergonzais de llorar, i oh séres, que aun conservais vírgen el raudal de vuestra ternura? ¿ Por qué no demostrais al mundo que el llanto os la recompensa de la virtud, el consue­lo de la miseria y la sal vacion de la humanidad? ¿ POi' qué no le enseñais á sentir y á compa­d ecer á sus hermanos? Si nI llegar un pordiosero á vosotros no teneis una moneda que ofrecerlo, y le mirais co n~oli­dos y derramais on su de"carnada mano una lágrima de piedad ó un acento d.e compasion, ¿, cuántas bendiciones no recihireis de aquel in­foliz, acostumbrado al desvío y á la seca y ás­pera voz de la indiferencia social? Si llegais al pié de los altares, y vuestra con­dicion humilde no os permite alhajal' el templo • Agrado, ni dedicarle ofrendas de riqueza y lu­jo, no importa. Dioa se contenta con una lá- • gl'llll a. El munel e piritnal cs de los eres sensible'J. ¡Eterna degradacion a l hombre que nUllca ha humedol:ido su rostro con el agua bendit:\ de h pi edad! ¿ D¡)nde hay de, espera:Jion, frascs, ademanes, ni gritos que xpre en lo que una lágrima? Vosotro , lo que habeis perdido la mujAr que amai. ) los que rozais en el sepulcro de UII ami­go, los qua vístei . bajar á la huesa un pad re Ó un hermano adorado, decidme, ¿ qué tributo le ofreceis? ¿. qué poder mitIgó vue,tra de alada amargura? ¿. cómo no se rompió vuestro cora­zon en el pC'cho? ¿ cómo no . altaron yue;tras sienes h echas pedaz¡do de los juece francos. Cuando e o hombl'c- e pI' . ntaba en una fiesta, la fie .'ta se camuiaba en c l' monia fúnc­brfl; cuando un pastol' 6 una.ióvon tenia on los labios una cancíon alegre y 10 veifl n pasar, su cuncíon se acabaua y el corazon su pendia sus lat,ido .. L os ocho gen tiles-hom bres del rey se cstt'c­mecieron, la marqnesa npal' ntó un desmayo, y el conde Jablonowl;k y sus dos compañeros ma­nife taron un terrol' profundo. 8ól,) el supuesto rey permaneció sereno; 0.1'­rancó sin titubear e l puñal y el pel'g mino, tiró el arma al uelo, de pI gó el men tlje, y aCCr­cáudole á un candeleru leyó en altll voz lo SI' guiente: "Nosotros, los jueces francos, te llamamos, Enrique de Valois, ante nuestro tribunal supre­mo, para que dés cuan ta de tu co nd ucta como hombre y como soberano. --Ah! ah 1 interrumpió el conde Héctor mi­ra ndo al conde J ablonowski con aire iud ¡ferente, creia que los reyes sólo :l. Dios deben dar cuenta de su conducta. El conde se inclinó sin responder palabra. H¿ctol' prosiguió su lectura en e tos términos: " Si no quieres que se te d eclarc tl'aidOl', co-barde y felon, y que se te dé de puñaladas como á tal en cualquier punto en que te encuentres, y por de tras como e mata :l. los hombres sin vel'güenza, pr03séut:1te inmediatamente ánte no­sotros. Comp rece 1 comparece! -Muy bien! dijo el supuesto rey y continuó: "Te irás al in tante á la orilla izquierda d el Vístula j saldrás de Varsovia subiendo el curso del rio, y cuando te halles fuera. de sus fortifi­caciones, te sentarás al pié dcl primer árbol que veas. Poco despues se llegará. á ti UI) hombre á quien te fia.rás enteramente y á quien seguirás. D ebes acudü sólo. " El condc Héctor volvió á doblar el pergamino y se levantó sin titubear, echando en torno suyo una m irada tranquila y fria. Todos los ojos estaban bajos, y los geotiles­hombres del rey, esos hombres que jamas le de­jaban, que poco ántes temblaban todavía cuando fruncia las cejas, se separaron de ól con aquel terror mistp.rioso y despreciativo quo se apode­raba do todo el mundo que veia !Í. un hombre citado ante cl inexorable tribunal, por elevada que fuese su categoría, U na sonrisa de desdo n asomó á los labios del conde LI éctor. -Mi capa, señores, les dijo. Pero los gentilos-hombrcs en vez de obede­cer se alejaron silenciosamente. -Cobardes! mur::tluró el falso rey. y tomando él mismo su capa se dirigió con paso firme hácia la pUHta. Durante ese tiempo la marquesa. habia. vuelto en sí, y dominando la emocion yaun los remor­dimientos que principiaban á desgarrar su co­razon, se precipitó hácia el supuesto rey, le de­tuvo de un brazo y le dijo: -No vayaia. Héetor se encogió de hombros, se volvió un poco háeia ella, y le dijo con. tODO iudiferente : -¿ N o ho do ir, cuando sois vos quien me onvia? Aclios, marque '(1.. y (In trlnto qu r tI' codía en 01 colmo del espanto, n éctar !'ia1ió con pasn firlll o, COIl In. cn· beza alta y cspléndida do Hudo.cia, y con la ma­no on 01 puño do la aspada. XII • El cando H éctor salió ti. la calle, llegó á la orilla d 1 l'Ío y so volvió por última vez Mcia 01 palacio de donde s(l.1ia. ---j IIó ahí, dijo con amargura, lo que valen los reye ! E as goo t s qua acabo do dejar y que, tomándomo por Enrique de Valois, se ha­lla ual. pooo hace á mis pi68, me abnnuonan co­bardemente porqU0 un tribunal illfanl (~ , mi sto· lioso, al servicio de odios personales, ha queri­do citarmc ante su barra! Al cabo de un momento de pausa, Héctor cominuó dando otra dil'eccioll á sus pensa- • mIentos : ---Exi-;te alH, h{Lcia 01 sudoeste, uno. ciudad que se llama Pari , un palacio quo se llama el Louvre, y en ese palacio hay 'una mujer con el dulce nombre de l\1argarita. Por amor á esa mujer he venid. nq uí, por ella voy á morir sin duda dentro do una hora, y sólo Dios, á quion nunca he ofondiLlo, conoccl'á. la extension de mi sacrificio. El conde caminaba á paso largo sin conocer los sitios, pero guiado por un maravilloso ins­tinto y un fria cálculo topográfico, que salió su­mameute acertado. LlegaJo fuera dc los muros, vió una inmensa encina cuyas sombrías ramas se agitaban ti im­pulsos del viento nocturno, y fué á senLarso de­bajn, siempre con la mano sobre su espada. Allí espcró tranquilo y sereno al temible guia. que debia acudir á bu carle, y on ofecto no es­peró largo tiempo. Un hombrc que pareció salit' de debajo de tierra, tan de súbito se prosentó, enmascul'ado como el que habia llevado el porgamino, so pu­so en frente de él diciendo: ---Seguidme, oñor. ---Vamos, pensó Héctor, mis jueces se dignan llamarllle aun señor, lo cual supone que Ole re­conocen como rey i siempl'e será illucho hallar que muora como tal. y dicho esto se embozó en su capa para res­guardarse del fria. Bl guía siguió el rio duranto uo cuarto de hora; luego se volvió bruscamente hácia lo. iz­quierda y dijo á IIéctor : ·--Seño!', estaremos viajando toda la noche. -Muy bien, respondió el conde. El guia extendió una mano; el conde sigió la. direccion que le marcaba, y á pesar de la oscu­ridad blanq necina de la noche, distinguió dos ca1;>allos atados á un árbol y que piafaban de • •• Impaclencla, El supuesto rey montó uno de eSOR animales y dejó pasar delante de él al misterioso enviado. Este echó su caballo al galope, lanzándole por medio de los campos, y seguido del conde Héctor, llegó á orillas de un bosque que se ex­tendia. oomo una neg,ra
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Tarde: periódico dedicado a la literatura - N. 27

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Historia de la cultura material de la América equinoccial. Tomo I: alimentación y alimentos

Por: | Fecha: 24/09/1908

REPUBLICA DE COLOMBIA Director-Redactor, MANUEL ALVAREZ JIMENEZ SERIE 1 CONDICIONES Este peri6dico e8, por ahora, semanal. Número sOlllto, el día de su salida.S 2 .. . Número Atrasado ......... ............ 4 ... Serie de 15 números................... 25 .. . Remitidos, colulUna ................... 3UU .. . Anuncios, palAbra...... .............. O 50 Reclamos y ~ueltos, palabra... ...... l ... Iosercione@, precio con vpncioual. ANUNCIOS L08 q lIe se 8 parten de la fúrillfl ordinaria, pa¡rIlU . 5 por centÍUletro lioeal ue columna. Oontratado un aviso por nlÍmero deterrr:l­nado de veoe~, no se devolverá suma alguna, aun ouando ~ oruene la suspensión. PAGOS ANTICIPADOS "Cinemat6grafo " Sil p"lítio>\ oODsi te en no tener ninguna y 8U Adrnini~tr"ción se encu~ntrl\ en la Agen­cia de Repartición, calle 13, 96. ~~~~~~~~ LA :8C>XELLA A Ptdro Uribe G61lllz Prfsiento qlle voy á morir, y para no dejar líos, ti u,ted, q ueriuo padre espiri ­tuoso, le voy á contar mi historia Je modo 8ucinto y paladino. Sé qu~. lui madre es la tierra, en cllyo seno lUomé, y recu'lrdo que ú rni padre, al 80plarm .. á la vida, se III ioflarun los C!U rillo ~ . Mas tarde Cua Iq uiera IIOS toma­ru por UlllI docella de a~lltlstoi z11'llUOres, orgullosa~, paradas, corno en grun para­da, ~n el 8e~ufluo piso dol estullt<:l IIquel; 'Ve~tlalD UB Igual uniforme: casco de cor­cbo qnebrado al tre:! por recios alaml res que abrallllbun nueslrr¡ dtllgudo CUI.I/U y , cuyas extremidaues retorcirlas el/ll'ena. chabun el copete dorauo, y cubría la mi­tad del 8 bdolllen uo peto en q Utl ~e leia .q Monopo{e uc..J> A.la ~n:-ón era mi alma muy pura, que de no, le Juro qUt:1 CU'l lo que vi en aquel .re~tauraote tenuría u~ted muchos colonos más á quien mandar; pero allí mi boca l,ermall llció hermétic"ru6l1te cerrauu, h1l8- la el cllU en que fui cOlUprlldll, Ó fiada pr.ú bablemente, no 'o sé , coo cnntro de IUIS COllll'ltñ~rll~ por u nos filipic/¡ÍlIPR y itOCauHstada elltre ~allt'tI.lS, cigarrillos, i!tc. etl'. A~ut'lliI nocittl fue trova: una á una vi sacrificar lUis hermtlnad' elltrtl bá­quicos brindis y c'trcnjuduR l' túpidl\9; vi destapar, ::Jedde la PApUIIJ0811 4: Bier J> hus­, h e8cH~ciar el jerez topacio y el glauco pUl>cllfe; pero lo demá~ que ullí vi y oi no .tá esorito Di desarito; miento: 8í que lo Bogotá, Septiembre 24 de 1908 e!'tá, y ma~islralmente, por la pluma pun­tiaC1uda de Soto Burda en su Diana Ca­:; ad"'al'a; por lo que tÍ mí re7. ,I, le diré, pa­uro mío, que nO quiero agregar al crimen da los mucho~ tel rores que he puesto con los guayabos, el de asu star el puJor dA persuna ... y auelante. Llega por fin mi turno; SI)Y gollet¡.ada por un tambale:.nte pis ¡verde, desalambradll, mi tapón salta .Y cstnl lH, i lile sacaron de lap~, Dios míú 1 viprteo mi humeante conleniJú de bur­bujas pn Ins copaF, y le apuran elioa y lo apuran ellas; lué,~o, otro y otro pUll es­trpl'iloso, el bailotEO desmandado y de­l! lasiado y ct c5 pués ... uada m1Í5. Al si· guiente día fui vendida por vil precio pn la cervecería La Camelia, como ~imple CIISCO, y mós corchadll c¡ ue cierto perso­n: je lo fue en ... (¡h itón, que todavía re­cuerdo el su to que me metió un mucha· cho al echarme al pescuezo una pi ta á manera de dogal; creí ~ue iba á ser ahor­cada, y de entonces aca mil he vuelto la prudencia en pastH. ¡Qué veleidosa es la fortuna y ligera é in­constante! Dos de las que en el baile aquel eran solicitadas á porfía, han :Ievado con­ruigo suerttl paralela: á la rubia, la del «Tequeodama de cabellos dtl oro,» que dijo el poeta, requebrada entoncea con voz I vino a por un trompadachín de oficio, la encontré, quién lo creyera J, la encontré ell San J UIIU de Dios, y cómo Ja tlncontré'! ¡qué fitlbre aquélla! «amor mío, cielito mlu 1, tartalJ,udtlaba, no áea~ celoso, dé­jalo, e. el anfitriúlI, y el anfitrión e~ sa­grado ... no lo mate~, qu~ naJa malo ha dicho d~ tu corbatl1 ni de tu cllivel ... qué vitl.lo tan !~iedoso, hllsta IIhora SJ le eOIl que e~ padre de f,"nilia ... dale, pero eso sí, tú pHg:\S t'1 arrendamiento, ¿ venhd, Luisito f, tomemoll ... bebamos,» y. IlStO diciendo trataba de u~arrarm e con S\l~ ftjbriled y hueso'ils manos y de apurarme Je \111 solo trago; pues le contaré, padre miO, q ne yo esta ha co 10yaJa sobre u nrl me­sita dEl noche COII fraSCOi y cajas J tl po­lOada, y que en mi vientrtl llevaba estA rÓ. tulo: « C"c/tara(ll¡~, ttrla cada media !tora. Yodllrj) de potcfdio y merCUI·io .. J> Haldaba de la ('alltl de lu rO~II, cuando c08t\lr~r:\; d!! I'rome~u~ fulaca:! y sobre todo de Lui­Slt". 8U motoso, ..¡ue IIbandonó la ri 'a pa­terna casa por ella, f .. lsifieó un cheque por el'u v par'l ellll y foe ó. parar Ó. UIlU Colonia Penal por ella y sólo por ella, ¡ pobrecito 8U an¡.:elito, su motoso 1 Pero cURnd/) pide unas tijeras á la Her­maDa de la Cllridad, y corta la punta de ana de 8U~ crencha~, un wes UDttlS rubius NÚMERO 2.0 y 88dosa8, pam mandársela no sé á quién ni con qui én, y la tOC.1 pegajo a y "1 ve blnnca, tlutooces se .retuercf:', y tr,IS 100- mentlÍneo este rtor, muere de all1or ... pro­¡ rio la desdichaua E1virB. Arra"lran, que no Ifvantan , su luerpo todavía calienLe y IHcio, y lo llevan á la. Sala de Anatomía n tiempo Ijur, C'lIIJO en In8 pe luquería, vo \ t~a n el cl,j in cuando llega el nu,·vo clialltc, v.)ltplIu t.lrnbién aqu~1 colchón menguado, roños" , y.otra al pueilo. I l.:l eterna danz;( 1 N·lI.lle la sintió, yo tan sólo ~u e me dest .• pé pn llan­to Je espesa; lágrirnu~ dtl yodu ro y de mercurio eu un albnú d, (111 don"" estuve á punto de que me rompiera á llorar la enfe rmera. Pero aquI no paran mis desventuras: con santa resign~ci6n he tenido que so­portar el tufo negro dll los frecuentes be­sos que 103 borrachos me dan tÍ b',ca de jarro ó á pico de botell a; le conozco las fuuces secas y la campanilla á mas de nn socio de telll¡lerancia y á muchos hipócri­tas bebedores; le htl calentado 103 talones yertos á un moribundo; fui auxiliadora y encubridora Je un contrab'mdo de aguar­die n te, y me rompo de vergüenza a I re­cordar los usos para que hl3 SIJO IIdapta­da ... hasta verme toda chorrea,la al pres­tar Al 8ervicio de candelero. Hoy mi fnígil humanidad corre inmi­nen tes rip5g()~ . i QII'~ co ntra ste~ y qué extremos I D SpIlÓ~ de haoer sido tetero de un bebé consdntido y lDá~ rabioso que cierto borracho cuanJu me veÍ-l desocll­pada, me enCllelltrú en podpr de una J/lú­nc¡ (otra de lus palomas de nqu .. 1 baile) qUtl me llena y me rellen ll todos los días con el verdadero peligro amarillo de esta tierra, me tapa con una tU:la, y asomada en el borde de un canasto que lleva sobre su cabe7.a con pqui"brio attlrrador é inve­rosÍllIil, me conduce al cuartel y allí 80y gargüerearla con avidez por un sHrgento, bribonuzo, que va Stlr la cauoa de la próxi­ma rupturu de mi existencia: Ú la salida (,tra J llana, qUé! por lo nrroj 'ld 'l pareoe Juana df\ Ar co, clUbi,te :l la Inía, conver­tida en J Ullnll la L')ca... Je celos, me es­grimo como urma contundente, pue:! cua!).­do lo sea c .. rt,lIIta ó puozante ya ha muer­to, y mi pobre lI"iento, olviJado en un muladar, espe rarlÍ tau sólo 1 L vi-ita de 109 talonea del rapazuelo, y mi pescuezo fOtO q nizA venga ti tILpar una cueva de rato­nes, I borror! Líbretne, padre mío, dll táatos peli­gros. Recuerde que la nooho! vlspera de .u viujtl, lDe IltlVó á l.'IB Nlevo. wuy aca- I riciad.1\ en el bolsillo del sobretodo, que me .dlo mucho~ besos. que yo le inspiré vanas e~ocuentes peroratas, y qoe Ilstl'd en cambIO, me dejó tirada en un rincó~ de su cuarto, después de beberse hllst:l ~i9. hece~. 1 Esos los hombres 1 Ocra muy dIstInta suerte me cupiera si yo soy pn el muu?~ panzudo botel~ón ó siquiera trasco rae¡ UltICO. M. A .• T. FRASES NUMERICAS 2 "t-t1abra~. lector: Lo~ nlllnt'ros desempeñan un papel im­portante PIl la conversación, ['ero nótu _e tal capricuo en ~u UW, que no i'od~mo, prescindir de rcflexionhr sobri' el a unto. Empecemos por las frasf's d~ 4- unida_ des; y no FO pspaute el lector si le recibi­mos ~on 4 l'if'r1ra& en In m~no. Stl dicen 4 fre C~E, 4 claridades. Lo~ oradores, que improvisan, por regh gpll,'ral. sólo pro­nuncian 4 palahras: y f'S I'roverhial nquel "te hHgO estas 4, letras" CO Il que prillci­pian las cartas de confianza. Hay ;¡úmeros que son como punto de resistenci a, fortalezas, trillcbpras ó cosas I por el estilo: "sigue en su, 13," "está muy en sus ]5," y todavia mejor, "está parado en :31." Otras frases bay que contienen alguna operación aritmética, v. gr.: "lo hizo en un 2 por 3," lo cual es tan claro "como 3 V 2 son 5." 'y ya metidos en camisa de 11 varas, ep un asunto corno éste, de 3 al 4.°, pa­semos á los números gordos, á las frases de millares y millones, por ~quello de que ya en el [lotro aguantar los 500. Las gracias y los besos no se conocen sino en paquete~ de 1,000 y 1.000,000. A nadie se le ocurre dar, por ejf'mplo, 384 gracias, que sería mucho dar, Di en· viar en una carta ~etecientos curenta mil besos. Mil g"aoias, 7m mill6n de besos: eso es lo corriente. Pero donde más resalta el capricho del )enguuje es en la medida riel tiellllJo: el reloj de IR IJonderAción ~eñ tia sólo una bora .•. ¡ Liegó á Ins 1,000 Y 500 ! " ...... Cu~iquier hijo de vecino salva en un día 1,OUO dificllltudes, mientras que el pobre periodi,ta gasta todo su tielllpo tra. tando de Vtlllcer ob·tácul'lll: la falta ue suscriptora.,. Dedpllc~ de pe,Ji r 1,000 excusas al lec_ tor y dO' de,parle l '/v ¡¡[¡Oil dtl vida ...... nada eulre 2 plato,! TULlU FIWRES CoHOEllO La más bien sentada fama toR la "Famli rlp El, C"~DOH." Avellida Oo· ¡ún, lIúmeru~ 31!) A Y 31() u, y correra 13, uú me%. '177 (J Y i" D. Oarnp8 á domicilIo, ------ - - --_ .~ El. QUE NO QUIERA que se le cou .. idere C(\(JIO ounlljuier pintado en la pllre,l, /jue bUS(IU\! In Fotugrbfia DUI<ÁN. Cartera 8.·, 573 I ¿ QUIERE USTED, QUERIDO AMIGO un sombrero CúlIHnf' 11 /uut? Cllmine, oorra cOllmlgo á dondo EUGENIO DUH'tI. Fr~ute al Conto. CINEMA TOGRAFO Sr. D. Manuel Alvarez Jiménez_p. Mi estimado amigo: Contesto t~ ?mable carta, de esta fecha, pn la cua~ solICItas colaboración mía para 9INEM~TOGI\AFO eobrfl I.HUntos 8grícolas, lndllstr~ales y de com~rcio !ln geoelal. . Gf~C.III.S muy sinceras por la bpnevolen­CJaj fellclt;~?j~nes por el bien digirido y ?m"no perlOd ICO y ta III biéll por 111 id ea de Ins prtn r en él tem:.ls qlle contribuyan ri fOlllentar el progrf'so ~grícola del I'aí~: CU~lIta con que en la medida Ufl mi. cnpa­cidlldes tendré el mayor plncer en ayu. durte con algo r!psd\J t'i próximo oUluero. Agradecido Hllligo y oetimador, ToruÁs (JAHnA~QuILLA H. 22 de SC'pt iembrB de 1908 ~~~~~~~~ Una prestatriz propone ~ D. Carlop, ¿ telldrí" 1I3!t'd il.lcunv/:'lIiplIte el~ I,rfl-tarme $ 50 sobrA un bdlrte d~ $ 100 q"f' U'"go en c:lsa, Ó ,obrp lo- ~ 150 (~UC Ifl debo, para cOIl1I,JeLar $ 200? No me gustall las fi'leas, conl~sta D. Carlos. Adiós! me dijo al morir, Yo la respondí: basta luégo; Ella Hcauó por gemir: V éll pronto, yo te lo ruego, Pa I'a volver á vivir. JOAQufN SUÁREZ R. MAISON, nOREE E.te Ilcreditado Estsbl(lciwiento, uno de 108 mejor~s de IR ciuda d, que habla su~pendido BU servicio tral1sitoriumente, está hoy en ventll­jos¡ J.s condiciones pura satisfacer toda exigol'l­cia, pues ha sido reorgüniz .• do y mejorado en toda f.mua por ~1I8 ctlbal/eroRos empre-arius. Diubn Establecimiento, que 008 pCl"'nitimus recou.el.d ,u al IJúblico, e.t.1I t;ituado tn 111 calle 14, llúmero 76. PUtO tienda D. ClelUf'nte y á tllJO el mundo 11' fió; Ha;,ta que por fiu queJó Como acrl'tJdor ... insolvente. Azahares En la igle.ill (la Not:'e Dame, en PBrl~, Re lI11i"l\m COl! el ~ngrQdo Vluclllo del IlIlltTlmO­nio la bellíKilll1l S 'ita. Lilí Leotheric y el e~­timable Ollh .. llerro M. Piter A.tkiIl6011~. Arn¡'u~ (lolltmyenteR ne .. ,ianueu dtl la~ o()rpditbd~R CII'a ... p~rf()!IIi:r~lIsJllJ¡p~ OOlliO pllrte detall' lllPlIlo de I"H ave. de COIT.!. E·,tre 1'\1108 1"8 IIlrj"res "uu la. cllles y In. c"blollll"y~cudRS y 'l\.zd~dIlR, I'orqutl OOllsLllUytn IIn tumeO muy f.'OUCIU'V, ~Vlt·.U lo~ IIJMl'cL"H t.¡ue I>lM st'IIJan y 1"9 i'llll,,"iz~lt ot>ntr .. wllch •• eufcrwtdddeM fre~util,tO" en élla~. Para Umniar l(l~ ubj,-tlls de mÁrm(,1 ~e di'Hl~lv~,' ell 1111 JiIi'U ¡le AglI~ no I{rnlDOij de c1onll'O Je C,.I,~" 1I1(.,j. un t.,rapo 1111 e~t>t dlHolu· ciú" y kHf hlllll~JrOld,) se frotn l'a~tldllK v/Hle" 1,1 ",; perficie del ruurwol; Jo~ hoftl" ullspué, .e lllvn é,t~ ~Oll B¡(IIII. QUESD DE FLANDES $ 220, eo Lu Gran Viu, lo. lDá:l Í1escos. Suicidios-El 14 de 10B oorrientes Her­llIógen ps Amorteguf puso fin Ó Sllil días, pn el Llano de la Mosc,), con ulla cucbi­liada ell el vientre; y en fl l Salto de Te­quenduma un joven, que dicen Ila:narse L:lUreuno Va lencia, se sallÓ los sesos con UII ti ro de r~vó lver. Homicidios - PRotaleón Valencia di() muprte ell !lfalll7.:tlrs á Marcos Sáncbeíl y M'lrcia! tlegovia á Ricardo G~lofrtl eu' la C·' , Icoaga. .DefuncioDtl8-En Bogotá: SrN~. Ada­IllIda B. d~ Angulo, Fall~tilla R. de Ar­~ ü"lJe~ )' Jo,:pfu Antonia H. de Burgo~; C r p~ . Dr. D. José Manuel Uurroqnín Si- lUo,n nUOd I''l guez. , En Ango,tum, Alfl'eJ., Ho.lríguez. En DldálllillU, .J esÚs [,Iad,) LÓpflíl H. I~n Gua­llllrl (D. Bu!!a), Miguel A ZtI)'ú., y en Medu/IJu, D.n Cande/ari'l G. de Isaza, J Uall Palolo Hestrl'po y Patricio Artea¡{3. Paz á bUS tumbas. Clínica de enfermedades mentales. Hegentarú t'sta <:IÍleJra el ui~tJngllido alie­nlsl. R Dr. MartÍr. Ca macho, quien hizo en ['¡lrÍo ostudios ' speciales. En Bogotá.: la familia del Sr. Enrique Helm, prucedente de BarranquilJaj D. Eduardo Espinosa Guzmán, de Nueva York, )' D. Demetrio Cortés BernDI, de Antioqllia y Cauea. Grata p",rmanente. "El Canal" eetá permaneot~mente abierto al comercio nniversal en el atrio de la Basílica Primadll: as! se resolvió el escabroso asunto. Canjes: La PI'C)18a, Sombras, Revista .Judicial, Re¡,jsta de Obras Públicas y Fomen­to, Pan, El Po,·venir. RESTAURANTE ISA2A Este acreditado Eitableoimieuto oontinúa AU bueu Her\'ioio de cOIII~doreij y oantinn basta 1115 1 ¡! de la lJoche y deopués de teatro. Alí­melltAci( II1 para f"mili'18 ú preoio. módicos. P ASCU~L IsAZA DDMINGO GARCIA P. JUY1r"eitls reJuci,Jod. FLORENTINO RUBIAND B. ~e tloc:\rg'l de n,uvdlzijr,t'1I1a,o!l\~e de c"rga. en la ciudad, ue esta á !lilndll y vioeversa. Ofr~(,e I\etiviJlld, cumplimicuto. Precios 6ill o'lIl1IJetenda. B' 'gu IÓ, S~i'tierubre 1 i de 1908 Qué destino tan triste y tan amargCl El que l"jerce don Juan, es interino y es pobre su vivir con ese cargo, Pues sin embargo de tener destino Nunca ha cogido un sueldo 8in- emba'T'go. CRISTO VELA N DIA No murió entro do~ malsines, Pero murió en mal estado, Pues lo ellcontraron clavlldo Eutre dos fi¡ipicuines. MOSCARD6N OAPRICHOS DEL DOLAR Fue Martínez ca. ado y vivtl LuiE con sUrgra, Tien!l Felipe niño, El cha tv Isidro ni .. to y Baldompro chico: Lps pu 'o Ruperto ha ya j Se vol vió negro Prieto, P~d ro Leór. moreno y dou Enrique blanco; La p~gó Pedro recio A don Olimpo Wllloj Se puso rucio BerllíÍndez, Volvióse el Padre moro, Don Antonio rosillo y el General ca. taño ; Compró Pi~uillo montes y don Virgilio barco; Tiene Francisco salas, Don Julio co rredor, Don Eduardo posada y el General rincón; Allí Luis M. mora; Culti va J nlio flores, El Dr. Gabriel rosas y hace Gonzalo ramos; Clímaco Soto borda, Trabaja en lino Pamba y se hace el bobo Borda; Tiene Carlos copete, José Vicente concha, Rafael Uribe uribe, Don Valentín perilla y Honorato barriga A costa de Slunper; Con~iguió Luis trigueros, Puso Felipe trigo y don Joaquín molino; Juega Julio billar y da Felipe lura; Lleva AlfreJo del Jiestro A don _'lntonio Izquierdo; Como t3pÓ Luis cuevas Uogió el gato Montafia Por fuera al ratón Pérez. (Continuurá) FARMAOIA OEIY1'RAL !'1tUJERA CALL~ DE FLOItIÁN, 222 Gran surtido de drogas y específico~ de las principalet< CUbas europ~aa y americanas. f)espacho de facturas. Deijpucho esmerado de fúrtnulu8. l)reparnoiol,es de 8uw,clave. ruutualidlld. Precios bin competeuciH. Próximam~nte carta de la "Copa á la Bottllla." "Una de tintas," de Joaquín Suórez R. "Postule," de 80to Bordul l' Notioia~ por cabuya." CINEMA TOG RAFO I SIEMPRE EL VIL METAL I La humknid"d que pelea Lo bace siempre por dinero, y quien lo dicho no crea, Q~le tome la Ri"toria y lea Para ver que no exagero. De sangre una CllpU espesa Reaó por LOJo ¡r evol uCl.O. n f runct:sn, y cau~ó 8i bien se p~S:l, , • 1 L . ToJo Hquello ...... uo ,llI1p,e lIl8. En IVaterloo Su flr rogancia Errtrevó en manos de 1- Ibi ón La S'tlh\ 1¡rre invenclb e FranC'Il I, y ¡jt' L"do e:,o, ell 'u tal1cia, lfue la cans.I ..• · 1111 N(lpolróll • Cunndo Orol1lweil, In glaterra Mo·(rÓ á 10i; ojo' hUlll(lI1 11~ En ."nar" 1IIlt,¡ ~ll tierrn. G y f~o rc;)ué tall fN"r. guerra ? ::)ÓIO !ror ...... do. S u/m·unos. LuchH rldo corllO \1 nipón RiuJió N ~y, el tl en oJatlo, D~ Blching .. o la posición, y obtuvo, 1:'0 c(J m!,ell~¡¡ción, Un miser:lbltl ...... J)/lCudo. Do Sol ferino y Magenta El orbe contelll¡,ló mudo Lf( Cf(lamitlad tlln cruenta, J Y, si vemos bien la cuent», Se peleilba ,dU uu ...... Escudo. En Matz, antes de Sedún, Hace ó. diario dos mil muertes El pjército aleul60, Todo por el trÍ-te afáll De hacerse á ..... diez)' ocho Fue1'tes. No ob,tante lo desigual, Por poco entran en pelea Inalaterra y Portugal. ,y"'cuál fue el motivo? ¿cuál? GP ues .. . ... una S•l mp 1e ...... Gu m. ea. Curindo nnestra Indppendencia, Si España prueba el acíbar No es por escasez de ciencia, Sinu porq ue, en la emergencia, Jamás nos falta uu ...... Bolívar. y no hay ri esgo, en tal campaña, De que el triullfllote alg0 lucre; su~ medios reule" Esp¡rña POllo en j uPgo, )' se lo daña (JololUbia con ~ólo un ...... Sucl'e. Estatuas {¡ Sanmártín Erige América, gratA, Porgue coo su ~¡.ble, al fin, A E pilña quitó no botín Y ademlÍ. ........ toda La Plata. A la ioourrección cubana Prpi'tó :río 8um su tizona Porqne VIO qll ~ siempre gana Robre una 'imple C07'OIW U na ~j!llúla (11Jte,'icarw. No ho mucho, NI la Pl1tria mía Hubo de Si,n¡l'tl un dprrucbe y 1uehuron noche y día Dos Jefes tle nombradía Por la po~e;;ióu de ...... un Toche. En Zipaquirú se vio Que uo buen tirador al blanco De un combate decidió, Porque todo sucumbió Cnando al\! se perdió un ..... Franco. Embestidas temerarias Pr!'senció el Z""j6,,-Oscuro, Y una fllerza Jio allí varias Rorpresas á las contrarias Para que le dierllo ...... Duro! Por todo esto, lo que dije 11;s muy verdadero y rtr.tl, Y, allllt¡ue el confesarlo aflige, A tojos los hombres ri ge :::lol~mente 1'1 t·illnetal. Mas yo, que, á Dios gracias, soy Do los mellas avari~ntos, Como résar, desrle h,, )', SolnmPDte t, pelea r voy Por uoos pocus . . . Talen!os. JORGE POMBO POMADA DE MATILDE GALINDO Carrera 7.', número 796 B HERRADURAS PARA GANADO ARTIUGLADM, DE ZA PAT", SIN CL.A VOS y ¡>aterltRll"~, vende BenjHlJI1ll Alvarez, inven­tor' y f"bric Hrrte de ell"" ~Ii 311 tnller de mon­taje y repara ción de máquinas. La Capuchi­na, 158 C. Dr. Bernal'dino Herrera Manrique FAIOIAClA: l." C"L L~"IlEAL, NÚMERO 394 'l'ELÉaRAFo "QUER1MÁN" Importacióu directa de drogas oe primera calidud. Ventila por may .. r y 81 detal. Precios equitativos. El Café Americano e.'LLrr: H, NÚMEllO 120 Empres,\ de coches de lujo coo preoios mó-dico~. Alimentación meD~ual. Servicio IÍ la C"rta. Comedore6 reservados. Servicio permanente. Orquestl\. Cocina '1 e"tilo fran cés. REaLIZO ropn ingles:.\ ¡¡!Ira homble; f!uxe~ de saco cor­to, ingle e~, pura jovene~; un lindo surtido de vestid os marinos y .obntodop ['lira nipas. Bras y refllj o~ para señ(, rll, ú rr~cio8 baratísi· mo~. CurteH para pall~alóD, oorbat8~, ligas, tirautas. J u.iQUIN CASTRO B ERRÁN Calle 12, número 144, cuadra de In RoslI Blanca. NOTA-Me hago oargo de la realización de toda clA,e de merClInOla . Doy ref~reDoia8 ae comerci 'H1teHrt~pt't~bl~e. J. C. H. LLOBEL &. GRACIA SEGUNDA C.HLE HEAL, NÚ)(ERO 323: Surtido compleLo y ~i(\lllrre fre~ o dq Ran. clll', Vinos du torl1l8 c IH.e~, Chall1pllgoes, 13nmdY8, Galletas, et .. etc. Vendemos mueho. Limitamos utilidades. l CINEMATOG RAFO ~~~~~~@~~@@@~~~ ',; LA CAMELIA BLANCA @~ advierte á su numel'Osa clientela y al público en ge- - ~ neral, que en la actual idan está produciendo cel'vezas (~ blanca y negra, elabomdaR con las mejores cebadas ~ del país y el mejol'lúpulo Bohemio. ® Esta Fábríca no t iene sucursal I Para evitar confusiones, próximamente se les pondrá un nuevo tiquete á los envases. $ Av enicia Cl'iíitóbal Colón (Calle 13, números ~~ ~h-I 349 B á 349 D). (!J ~@@~~~~@@~~~~~~ O ~@@\ly@@ ~®@@~@@~\~V@~~ H Se ha observado ql1e las l ánll'ar~s de alcohol impotab le dan luz Jllá~ diáfana cuando se les ('nciende con los fósfo'os de Teófilo Moneada é hijo~. S i la MuniclpaUcla::l echa po r la calle de enmedio, apostllmos !Í que los Ou­billos abren carrpra 1 .. " BIS P A NI A " Eleg'lnte Can/.ina. Concurrencia escogirla. Lunch frio, obsequio Á. In clientela. Calle 13, número 153 A. J nnto al Correo. LLOBEL ~. GRACIA ARTURO PARDO MORALES se ha trasladado al local números 412 y 414 de la carrera 6.", acera oriental del Parque de Santander. Continúa encargándose de asuntos judiciales, administrativos y de comisión. ENRIQUE B. UMAÑA R. ABOGADO Aoera norte, Parque de Santander, número 112. ABONOS AZOADOS Aumentan en un oincuenta por cient,o la cantidad y el tamllño de las Il'Jft'S, frutas y legumbres. FLÓ/tEZ & A NDR1DE BLBA2AR BBLTRAN Abocado '7 Agente DECRETO LEGISLATIVO NUMERO 47 O (12 DE 8ItPTI¡¡~IBRE DE 1908) sobre PreDsa Continúa Biblioteca nacional y ti. la Prefeotura de la Provincia, el mismo día de la publicación de todo libro, folleto, reviAta, periódioo, hoja va ­Innte, grabado, eta., dos ejemplares de tales p"odllccioneR á Ins dos primeras de dichas Ofi­cirlas, uno á 111 segunda, tres á la tercera y uno á la última. Estos ejemplareH oiroularán libres de portd por las eRtafetas nacionales. Artícnlo 9.° La oontraven.:ion á lo dis­pue_ to en el artículo anterior hará incurrir al responsable en una multa de cioco ti. veinte pesos uro, que imvolldnl cada uno de los Jefes de las oficinas nombladas (¡ quien se omitiere el envío. Artículo 10. Es prohibido á 108 dueños, ad. ministradores ó enoargados de laR efitableci­mientos de que hablll d artíoulo 5.' dar pn­blicidad: 1.0 A prodnociones anónimas ó susoritRs por nn peendónimo, siempre que no se~n artículos de periódico, ab qlle la firma autógrafa del 8utor figure al pie del original respectivo, el onal, lo mismo que los escritOR llamados origi­nales de imprento, conservará en ~u poder du­rante un año el dUI'iío del establecimiento. Las pnblio&oiones ofensi vas de oarlÍoter per­sonal en hoj8~ sueltaR, remitidos o comunioa­dOR deber~n llevar la firma de Sil autor. 2.0 A produccioces que no llenen laR requi­sitos determinados en 1,os articulas 15 y 19 de este Deoreto; y 3.0 A publioaciones que hayan sido snBpen­didas por la Butoridad o que sean regidas por un director inhabilitado. Artioulo 11. L'l violaoión de cualquiera de 6I'tas prohibioiooee será castigada oon alguna de las penas señaladas eo los ordinales 1.0, 4.° Y 5.° del artlcu:o 86. m ~ O tj H O O ro * ~ ~ Oéj O ~ ~ ~ ~~ =CC "-O. ... . ~. • S,... ce = ~ O ~ ce 00 S .~, O ~ == ~ O ~ ~ O... . ~ [Jl ~ ~ ~ ~ ~ ~ a- ~ .....,¡. O fJ1 ~ , =ce r./). ce Aoera oriental del Parquo Santander, nú­mero 408A. Artículo 12. Los originales de que trata el ordical 1.° del art ículo 10 8ól0 8e eotregarán ti la autoridad competente cuando ésta asl lo ordenare. ( Con,¡nuará) IMPRENTA MODERNA. Carrera 6.&, 27~ Director, Á. Áubert
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Cinematógrafo - N. 2

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Pensamiento y política monetaria en Colombia, 1886-1945

Por: Mauricio Avella Gómez | Fecha: 2023

'Esta obra fue escrita en 1980 y publicada en 1987 bajo los auspicios de la Contraloría General de la República. En esta ocasión se publica con el patrocinio del Banco de la República. Salomón Kalmanovitz, quien fuera miembro de su Junta Directiva, generosamente solicitó al gerente general de entonces, Miguel Urrutia, y a las autoridades encargadas de las publicaciones, la reedición del libro. A todos ellos mis sentimientos de gratitud. En el último cuarto de siglo la historia monetaria de Colombia ha encontrado cultores entre las nuevas generaciones de investigadores. El libro intitulado El Banco de la República: antecedentes, evolución y estructura, salido a la luz pública en 1989 es, entre muchos, un ejemplo del creciente interés por la investigación monetaria en el país. La reedición de la obra aspira a convertirse en un nuevo estímulo para quienes opten por dedicar su vocación investigadora al estudio de las instituciones monetarias colombianas. Mauricio Avella Gómez, Investigador del Banco de la República […]' Tomado de la introducción de este libro
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Libros
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