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Con la frase Rafael pombo.

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Pombo "el poeta de los niños" o un héroe cultural

Por: Natalia Andrea Alzate Alzate | Fecha: 13/04/2016

El interés de este texto es presentar a Rafael Pombo desde la perspectiva de los estudios culturales, y establecer relaciones con la configuración de una idea de infancia que se ha mantenido vigente en la obra del autor. Siguiendo la línea de Carlos Rincón (2013), se propone una contextualización del escritor como icono y 'héroe cultural', y una descripción que ilustra el marco de sucesos en el que se transforma en 'poeta de los niños', para finalmente pensar valores estéticos y socioculturales asociadas a la infancia, que a primera vista parecen inmutables en Colombia.
Fuente: Revista Infancias Imágenes Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Pombo "el poeta de los niños" o un héroe cultural

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De viva voz

Por: Iván Hernández | Fecha: 2011

Colección: Leer es mi cuento. De viva voz, relatos y poemas para leer juntos. Tienen como propósito hacer que los lectores, niños y grandes, adquieran el gusto por las palabras. En esta recopilación de cuentos, poemas y fábulas de diverso autores como los Hermanos Grimm, Agustín Jaramillo Londoño, Charles Perrault, Infante Don Juan Manuel, Félix María Samaniego, Rafael Pombo, Juan Manuel Marroquín, Rubén Darío, Víctor Eduardo Caro y Federico García Lorca. Acompañados de una diversidad de ilustraciones podrás encontrar relatos como El gato con botas, La gallina de los huevos de oro, El Gato Bandido, Esto dijo el Pollo Chiras, entre otros que podrás disfrutar con tus niños.
Fuente: Maguaré Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura infantil
  • Otros
  • Cuento

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De viva voz

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La Siesta

Por: Rafael Pombo |

“La Siesta” fue una publicación dirigida por Rafael Pombo que circuló en Bogotá durante 1852. El periódico se presentó como un título que no se interesaba en la política y las polémicas partidistas, motivo por el cual, se creía que sería bien recibido por “lo mas florido de nuestra sociedad”. Atendiendo a lo dicho, en “La Siesta” se reprodujeron cuadros de costumbres, perfiles biográficos y piezas literarias, con el fin, como su prospecto lo indicaba, de promover “la instrucción en todos los ramos del saber, explicando los nuevos descubrimientos e invenciones en todas las materias. Entre las piezas que se reprodujeron por entregas en el periódico se encuentran: “Memoria histórica sobre la vida, carácter, trabajos científicos y literarios, y servicios patrióticos de Francisco José de Caldas” de Lino de Pombo y “El Clasicismo i el Romanticismo” de Juan Donoso Cortés.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa
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El Telegrama del Domingo

Por: José Ramón Argaéz |

“El Telegrama del Domingo” fue el suplemento de “El Telegrama: diario de la mañana” y circuló durante el periodo 1887-1889. Su dirección e impresión estuvo a cargo de José Ramón Argáez y en su cabezote se definía como la “Parte literaria” de su homónimo de circulación diaria. En las páginas del título se reprodujeron: poesías, reseñas de obras literarias, correspondencia, cuadros de costumbres y obras de autores extranjeros, entre los que se encontraban: Emilia Pardo Bazán, Víctor Hugo y Edgar Allan Poe. De igual manera, en las páginas del título se publicaron piezas de autores nacionales como serían: “El Quijote” de Miguel Antonio Caro, “El Diccionario Abreviado del doctor don Rafael Uribe U.” Protesta por Rafael Pombo y “El Parnaso Colombiano” de Julio Añez por citar algunos ejemplos. Para consultar el periódico “El Telegrama: diario de la mañana” dirigirse a: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll26/id/12917
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa
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El Colombiano: periódico político, religioso, literario, noticioso y de variedades

Por: Daniel; De Angulo Bucheli Angulo |

“El Colombiano: periódico político, religioso, literario, noticioso y de variedades” circuló inicialmente los martes y los viernes y luego los miércoles y los sábados. En sus páginas se registraron noticias sobre la Guerra de los Mil Días y la apertura de Canal de Panamá, así como textos de opinión que ayudaban al sostenimiento del gobierno del momento liderado por José Manuel Marroquí. Adicionalmente contaba con dos páginas de anuncios publicitarios al inicio al final de cada número. En sus cuatro años de existencia, “El Colombiano” contó con la colaboración de destacados dirigentes conservadores como: Manuel Casbianca, Prosepero Pinzón, Rafael Reyes, Ramón González y literatos como Rafael Pombo, José Maria Caro Grau, Luis Trigueros y José María Carrasquilla. A partir del número12 de abril de 1901 figura como director y administrador el señor Euclides de Angulo Bucheli, hijo del general conservador Diego Euclides de Angulo
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa
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Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 10

Por: | Fecha: 04/03/1876

lIenellm, 4 ne 1hat!o (le l~,n. NUM.10 PERIODICO LITERARIO, NOTICIOSO Y DE V ARIEDAD.ES EDITORES- UBORIO ECHAVARR.IA VELEZ, ALEJANDRO HERNANDEZ MONTOTA y USAN'ORO RESTREPQ COLABORADOR ES: Acevedo Graciliano, Alviar José de J., Dr., Arango Marco A·., Botero A. Rafael, Dr" Botero U. Alejandro, Bote~o U. Baltasa.~, Bofero Herme; I~egildo, Dr., Botero J uan José, Bravo Pedro A., Cano Fidel, Carvallo Luciano, C i~néros Francisco J., De Hóyos Roman, Dr., De la Roche M. V., Dr., Echeverri Camilo Af, Dr., Escovar Fabriciano, Espinosa Jesus María, Dr., Garda AbrahaR, Isaza Emiliano, Isaza IsiJOf-o, Isaza Luis María, Isaza y C. Pedro A., Jaramillo Tulio, l 6pez C. Ri-.\ ~ardo, Llano Juan C., Dr., Llano Teodomiro, Dr., Martínez B. Ramon, Dr., Martínez Juan de S., MartíJlez P. José M., Dr., Martínez Remigio, Dr., Mejia A. Luis M., Mejía T. Jesus María, Me}ia Juan de D., Merchan Rafael M., Molina Juan José, Moreno Abrahan, Muñoz F. de P., Navarro Nepomuceno J., Navia Rafael, Pombo Lucio A., Dr., Po .. sada A. Andres1 Dr., Quewedo Tomas J., Dr., Rastrepo E. Alvato, Restrepo E. Antonio M., Restrepo S. Benigno, Dr., Restrepo /. Guillermo, Restrepo A~ Julio, Dr., Restrepo 1. Luis M" Dr., Restrepo José de la C., Restrepo Ricardo, Tobon Juan C., Toro Z. lázaro, Toro Manuel S., Uribe Ben ito, Uribe Fabricio, Dr., Uribe M. Franoisco A., Or., Uribe A. Manuel, Dr., Vélez V. Baltasar, Pbro., Vélez Fernando, Dr., Vélez Marceliano, Dr., Viana Demetrio, Villa Eduardo, Villa V. Sinforiano, Dr., Zuleta José C., Pbro, Dr, "RE\'ISTA DE ANTIOQIJLl". AO'radecemos c nlO es debido, y retribuin10s con u· roa 'omllac ncia~ 01 aludo que no han di!'i, 'ido El Tradicionista de BOl"rotá y El1.Voocrátz'co d~ O -ana, Lo. ilnnerecido C011e 1 to emitidos por e to do. impor-tant s órganos ele publiciJad, con o 1 con qu no han favorecido ya ülbunas otra pu li acion s ] eriódi­ca, cl'án para no otr la ,·oz de ali nto que nos ani­ro ' y nos o 'teno'a en la tarea periodí -tica que henlos -en prendido. ., CEJJEBRID1DE nIUSIC ALES. I RO "' INI. La figura más importante de la lnúslca nl odei~na es, á nueo;; tro juicio, la ele Ho . ini. E tudiarla con inceridad aunquo co tin idez, en un cuadro reducido nue ... tro propósito; a-í d .. r' lTIO principio á un lar o traba­jo que tenerno" proyectado y al cual nos conduce una fieio . sieror re o teni a por el divino arte de la mú- 10 E c trabaJ 1'. 1" 11 un e'le dro int' tico la lUÚ-ica rood rna por u granel beui'J, . p la. O'l'fill­des obra . Ro . 111i, ·Y r i, Donizetti, M yer cer Be­llini, Au r, M zart, Beethoven) Li tz, Pe ganini, Thal­berg, lIcnry IIertz y otro n a forn1arán los capítu­lo de e 'te e t.udio que dodi amo desde ahora á. lo que He an la bandera del bu n gu to lnu ieal 11 el E -tado, á nue tro. buono amigo los ,ñ res J. Dal iel alazar, José Viteri, Pedro y .Brand 00 J. Vida!. I sobre u tiempo por la sola fuerza del genio; abatir­u inlnen o din.cio y crcar otro compl tarnente d~ tin" to 'in contar con]o rccnr o ~ un.ciente ; partir des .. de el fondo le la o cllridad, arroja! do u ium n o cau. ... d.nl de idea á su i -]0, Y ~l O'ar á la citna de la gloria. 1 n p n al' n ello, un hecho que sólo vellOS reali .. zad en 1 dominio d la art ,por lo que haco á la. époctt contemporánea, en el inmortal autor del .Barbe .. 'ro de Sevilla. ** * J oaqulll Antonio Ros ini nació el 29 de febrero de 179~, n 1 él aro) pequ "lño pU ' rto situado en el fondo dol golfo de V n da. u padr s eran de humilde orí .. o'(;U y el esca o. reCl r. o; ran 111Ú ico ambulantes que e haeian cono"" l' n lo teatro do seoundo ór e ue lo ~ pue ]0 ei1' nuv cinos. La madr ,Ana Guida.rini, bolla lnujer, hija de un panad 1'0, cantaba lo pap l:\ e egunda dama, y el padre tocaba In. corneta ó la trompa en las orquestas de la ópera.. - El ni ño e hizo ele . e téTnprano notnble pOl~ su gra .. cioso semblante y por u hermo 'a voz que hacia oir n 1 coro de la::; iglc. ia ó en la 0l'rée8 1 lo grandes se. ñore " Tambien '1 el Ll vez, enno 1 'ido por el genio 7 nriquecido por el trabajo d ia t ner alO'un día us g nuo . aloncs 1 l'ee:ibo, a lond ha ria de correr 1 munJo el') ant y endonde ha ria de oir",e álo Inejo1"es arti -, ta Je la época, qu allí habrian de buscar el sello de II gloria. , ~ 11 pad:re lo el dicaron al e tndio de la n1ú ica y su prÍln l' JU.'1 tro fuó un li o1'i ta, ii sl:qnore Prin tti, da oval1a, que a 1 :ti, n o tionll o que daba IQcciol1es da 111Ú ica, e ~1 n ia vi no á lo cual era aficionado: I El cle~'o el B:>lonia, apreciando jn tam~nte la bri. Ro sini, semejante al a tro rey, ha e parcido su luz llant cualida 1 8 del niño cantor le coro le dió co­á torrentes, y eí . uav-e calor de II in piracion so t ni- \1 1 'acion n l Lic ; n la cla e del abate Mattei, el a. ha h cl o bro~ar del u, lo it~liuno y del. u, l f1'n.n- \ di~cípLllo favorito d 1 ~famado sac rdote ~a:l'tini, q 1~ ces, nlU 'ho < enl '" de prun l' 01' n, qn In el hl1ble- ,1 fue un lo lo lTIa ablo - prof . ore de n1U lca del 1.-­ran s guido TU bos e.¿Ttravindo~, en pos de nn id \ 1 I glr XYIn. o'astado en In 01' da del filosofi rno d 1 iglo X \"r UJ , I \JO lni apren lió pronturoent con 1 abate la n 004 Ó en l ~ batín i nto <1 los píl'itus á prin ·ip10 el 1 cion el mental de la c 1 1 icion y el la al' uía1 10'10 pre 01 te. R~s ini, como h~k. p :>a1" , como 001'- \ y }Jor no t n r l' curo o , ni ticlnpo para , tudial' ~ :B 11 .. neill , COlno Oel'v'l te., n o el ünt, como yl' 1 , lo 1 ant0 llano y 1 canon p netl'ado SI 1 e. tllo d COlno Chateaubrian 1, corno lo g nio tipo, cono 'ió I 11 z'u't y le llar In, o doc'i 1i' ñ "cri ir para 1 t :1 ... despuc de alo"uno n ayos la fn l'za creadora le u \ tl'O, al), n lonando una á una toclc '1.18 ilu iones do al'­tal nto, abar dOI Ó la ,ruta que'u -, antecesoro habinl1 ti ta 'j 'lltallt. e tableéido COIT10 regla ,y lanllo rienda llelta á S11 La fu Tza del lestino 10 separó de las t, la iIlspiraclon, creó con ._ n ' fauta ía., do trinas que la d 'u 1 1'mo 'a voz, su gran tal nt y distin~ui o por ... postoricl d y 1 éxito han con -aO'rado por COI11] leto. t lo p1' 'abia au granel s triunfo. y u a:B rtuua qll ~lncho e" cupar una él ca con un n lubr ,á pe al' la, familia necesitaba con uro'encia, 10 arrojó á la , medio que 1. ara ello se elnple n; pel'o reinar posicion, sin pr otect ores, i Olnbr conocido de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 74 REVISTA DE ANTIOQUIA ti público y atravesando una via toda erizada de tro­piezos y de dificultades, al parecer in uperables. El vaciló Un momento, nlas al fin tuvo fe en su 'e­nio, y quiso ser maB bien Rossini que Rubini; Be sen­tia- lleno de melodías COlno el rui enor, y n cesitaba soltar al aire de la publicidad sus gorjeos y BUS trino inmortale . . Tal v z en su aTnbicion de gloria le par ció ma só­lida y duradera la d 1 mae tr que la del cantor, pnes la de é.:te pa. a con el tiemp y 110 ql1 da de ella ni un vestigio para la posteridad. ~luere omo la hoja que . DO se repr u· e eva pora c mo la , ota dc rocío; alumbra un TI omento n la et rnidad ('on o un ]n t o­ro luminoso; e la e teja que d ja la I1c ve 001' las on­das; e la tray ·toria d 1 uv que 1 io)) le 1 e pncio. De Rubini, de Da])r z, de N oUl'rit, d M:ario, d Tam­berlick no queda ino un rcc:u r o en la 1 1 toria de la arte ; ma las o ritR d M zart de B eth ven, de BelljDi, d 'Ver, e 1 o 'ini pa. a.rán á la p I:\teric1ad y hacen entr tanto la d li ·ia de los cont mporáneo . Su prill1 ru bra. fué una 'autnta intitula n Il planto ti. armonia qn l valió 1 nombramiento d Dir ctor de la Acadenúa d{Jgh Unam·mi. Por ti .mpo habi en B lonia un tenor de TI01n-bradía lhtl1lndo l\1 onbcl1i. Un~ uOl1de._a guí o con e 'lür unn. :lJ'ia q\1 él C'1ntc ba y, corno la óp rn. no siaba itn­pI' a, elH.:arhó n, ROl. ini la pidi l'n al 't ,nor; I te se de-n 'ó á darla y .. itli burl" 1 '01 'n10 d aqnél, d unA. nlan .ra in '('nío a: a i.,ti' . IH r pI' lS ntH 'ion de la óp ra, 0)"6 e n 1 nyor 'uidndo R '1 11 rUi r do ro- I gre o á utl"a cribió d lnomOTi< tnct: In pnri 01 tenor, in 1 vautar la pluma. P )r un n ilngro el 11 mo­ria mu ical hallia ret '\lliJo el pup ,1 de l\lonbelJi y J 01' tro milagro do ciencia para su dad, fué capaz d c ­Cl'ibirlo in auxilio de instru TI 1 t alo'uno. 1 En el año de 1812 escribió un gran nÚlnero de obras I sin preparacion, sin cuidado y al correr de fa pluma; y al año iguiente dió á luz El Tancredo y La Italiana en A~r¡ér: el disco del genio apareció en todo su esplen- 1 Jor. El suceso de e tas piezas fué inrnenso; el nombre de Ro ini recorrió toda la Italja en alas de las melo­días nlas snav s, ma originales y )na fr seas de las conocida ha ta ntónces, y el favor popular lo elevó al pedestal de lo grandes maestros de la lnúsica dra­mática. D aHí para adelante no hubo ya sino triunfo sos­tC1lido y prodigios admirabl de improvisacion. Au­reliCl/ no en Palmita, Bl Tm"co en Italia, Otelo, Cenerénto1a, La Gazza-ladra [ó la lJrraca ladrona] y .. l1oües, fueron apa­l' ci ndo sucesivan1ente,~y ocupando, en absoluto, to· do lo t atros líricos de la Italia. Rossini con el I tanti paplü ha.bia derrumbado el Olimpo de los composito­, res del 1910 XVIII. I A lo aconlpañamientos J 'biles y esea os de é tos ' I él Rn ti tuyó la ~l1uplitud, lá. opulencia. y el vigor de una orq u . tauion llena d arnlonía ; y sob)' todo, hizo co- 1'1' romo de una. fu nte lín 1 i a y p l' nne lo arro· yo de una ln lodín licio a, fácil y e 'pontánea; des­pr n ida en cierto modo d la naturaleza mi ma de Italia, con todas la gracias de un cielo imupre e tre-lIado, n ~c ido por 1 auru¡:; perfumadas y co horizoD. I I te. bañado una llZ purí~ima y tI'( nquila. ¡ Qué 0- plo tan abundante y tan profundo ale de aquella bo­( ·~t • ollo1'al Cuánta. .calma y cuánta pa ion á la v z, y ¡ ~ ,e () e to in e fuerzo y sin conior~ioI o tOada fra e , naC;0, se de envu lve y no d aparee sino d -.; pues de habol' ct arrollado por completo todo u te 01'0 ; la 1.1C'lodía que princil ia, sigue en ondulacion s quo el torazon conoce, y á cada p 11 ami nto re ponde en tionlina nue tro sér en dule vibraciones. I * E tono recu rdaunaanécdota. e cj ntedeMozart. El Mzsel'ere d II gri gu .:~e canta ir acolnpnlln.­lnIento en la cap] a ixtina, \n la fundon s d la I e­luana santa e~ HIla o l'fi mae tra en la mú 'iea religiova Habia probi icí n d I pontífi 'ud ,pnra hucGr p01 ular dicho M/sere'tl' y por mucho. año' lo arti ta tllvi ron que hac r la peregrina ·jon á loma para ()ir yen - I ~:: * I Por se tiempo 1 a. ó Ro sini á N ápoles y trabó re-lauione con el famoso empr ario Barbaja. Para él COlllpll"O La 1 abel que obtnvo un 'xito brillante, debi­do l ~ de lu go á In. partitura y talubi n al regio es-c r tal oura .. M.ozclrt fué uno de lloJ; oyó con aten· cjon suma, n 'xta 'i-=', i pu le
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Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 10

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Imagen de apoyo de  Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 28

Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 28

Por: | Fecha: 15/07/1876

TÓMO I.~'f&IM. m. '. í NUMERO EVISTA DE .ANTI QUI EOITOR.E$-LlBORIO ECHAV RRl VE EZ y AL.EJIKDRO HERNANOEZ MONTOYA. COLABORADORES: Ac~vedo Gracill~Qo, Alvi~r Jqsé 4~ J., Dr., A~ngo M4rco A" Bot~ro l. Rafael, Dr., otero U. Alejandro, Botero U. Balt¡¡sar, Botero He~me· . egildo, Dr., Botero Juan José, Brav,o Ped'/'O A., Cano Fidel, Carvallo luciar,o, Cis.néros Francisco J., De H6yos Roman, Dr., De la Roche M. V., Dr., Echeverri Camilo A., Dr., Escovar Fabrlclano, Espinosa Jesus r.1arfa, Dr" Garera Abrahao, 'sa~a Emiliano, IsazCllsidorQL 's~za ~ujs María, Isa~~ 'J C. Pedro A., Jaramillo Tullo, López C. Ri· cardo, llano Juan C., Dr., llano Teodomiro, Dr., Martfnez B. Ramon, Dr., Martfnez Juan de S., Martfnez P. José M., Dr., Martfnez Remigio, Dr., Mejía A. Luis M., Mejí T. Jesus M.} MejfaJ. de O., Mendaza ~ntonio, Dr., Merchan Rafael M., Molina JuanJ., Moreno Abrahan, M uñoz F. de P., Navarro NepomuoenoJ., Navia Rafael, Pombo lucio A., Dr., Fosada A, Andres, Qr.¡ Quevedo Tomas J'J Dr., RestrepQ ~. Al ~ro, Restrepo E. Antonio M., Restrepo S. Benigno, Dr., R~strepo l. Guillermo, Restrepo A. Julio, Dr., Res- E}pO 1. Luis ~., Dr., R~strepo J~ de la C" Res~ep'o Ricardo, Restrepo liSM,dr,o, T opon Juan C" Toro Z.Lázaro, TOfO Manuel S" Uribe Bénito, Uribe Fabricio, Dr., Uribe M. Francisco A., Dr" Uribe A, Manuel, Dr., Vélez V. Baltas~r, Pbro'J Vélez Fernando, Dr" Vélez Marceliano, Dr-, VJana D.em.ekio, Villa Eduardo, Villa V. Slnforiano, Dr., Zulet~ José ~., pqro. Dr. REVISTA DE ANTIOQUlA. l)~mos oabida~ con ml,lCho gusto, 31 opo~~uno ~rticu­lo que para su inseroion nos ¡-emitió, r.opiadQ con es~e Qbjeto, la eñorita doña Concepcion U ribe ~~jí~ LA HERMANA DE LA CARIDAD. 1. Dios tiene sobre la tierra men9ajeros de su providencia. Esos meDsajaros on criaturad sublimes que el mundo 'admira, respe ta y b~Ddice : oriaturas- que form an la traD­~ icion del rein\> de la materia á la patria feliz de los es-píritus. . . , ¿ Querei8 8aber el origen y prosapia de esas afortunadas eriaturéiS? Son hijas del ciclo. Y, madres de los desvalidos. y I HBRMANAS DE LA CARIDAD. Viven en todos los paísos donde hay lágrimas qué enju­gar y m31es qué compartir. Y las lágrimas son rodo que fecunda toda la tierra; y los males son herencia de que participa toda la humanidad. Por cso la santa vestidura de esos ángeles del amor no­ta lo mismo en \h8 regiones del polo que en las abrasadas llanuras del Ecuador: en el campo de batalla es la enseña gl{}riosa de misericordia; en las poblacion~s ea el emble­ma de la ternura y la. beneficencia. Se han sucedido en el globo horribles cataclismos; ~e han hl1ndiJo imperios, entre cuyas ruinas perecieron in~­titucioncs venerandas, Hace un siglo que el soplo dé la revolucion tiene como envenenada la atmósfera en que se agita la sociedad. Pero sobre las ruínas que amontonaron los cataclismos, .obre el torrente desbordado de las revoluciones, ha pre­valecido incólume eE!a raza de heroínas, m3goífico monu­mento del catolioismo, prodigio perenne de la caridad·. Solamente á la caridad cristiana era posible obrar tales prodigIOS. La filantropía que encarecen tanto los filósofos ama en 'el hombre al hombre; la caridad, y por lo tanto su;:: h~r­mana8, aman en el hombre á Jesucristo, y en la figura del mendigo, del huérfano y del enfermo, ven con 108 ojos de la virtud la sacrosanta figura del Salv~dor. La. filantropía suele dar lo que sobra; la ~aridad suele dar lo q'le no tiene' la caridad parece que renueva diar'Ía- IPente el milagro 4P los panes y los peces. . La filantropía compadeoe de las desdichas qu~ ve Ú loye; 108 ojos y. 108 son sus meosajeros: la oaridad Be compadece de las desdichas sin verlas ni oirlas; las aiente eo el fondo del corazon. La filantropía remedia 10& males y consuela las afliccio. nes que le ea len al encuentro; 1$ caridad busoa los males para remediarlos y las afliccionóB para consolarlas. La fil ilDtropía stlele residir en 108 grandes. palacios; 1& caridad vive en los hospitales y en los aailos. Allí viven tambien SUB h~rman(J8. Allí, junto al lecho del moribundo, 6 junto á la cuna del recien nacido, bosquéjase la figura de una mujer, cuya cxi8tencia está consagrada al bien de sus semejantes. Su rostro apacible y sereno, como su corazon, muestra las huellas del insomnio y de la austeridad. Cuando en las horas lentas del padecer, apénas hay pa­ra. el mtllero mortal un rayo de espera'nza, aparece á ¡US ojvs la heróica hermana de la caridad, de cuyos labios bro­tan pa labras de re ignaGiou y do consuelo. Cuando la mano de una madre monstruo deja caer 80- bre la cuna de la pública caridad el fl'uto de 8US entrañas, la mano de otra mlldre; glás tiEtrn~ )0 reooge y lo aQaricia, y c9ida d9 8U existencia, y le enseña mád tarde á perdo-nar) á orar y á ser feliz. . 11. La caridad no tiene patria. Tam poco la tienen sus hermanas. La caridad salva las distancias y atraviesa los IJldreS, si en' remotas tierras ó en el otro lado de los mare$ h~y 190- grima~ ql1e enjugar y penas que cumpartir. y sus hermafias salvan asimismo las distanoias y atra,.. vi esan el Océano en busca de los pobres y de los afligidos. Donde:¡uiera que el sol deja sentir su influencia; don­dequiera que alienten séres racionales, I\llí se llora i allí está la caridad '; allí viven sus hermanas. Prodigios de ternura y de amor santo, su paso por la tierra semeja el de un astro que ilumin~ sin quemar, el de una tá.faga que purifica sin destruir) el de un &Troya que fecunda sin iDundar .. N o h:~ y en la tierra premio para sus b~rieficios ni coro­na para 8U heroismo. Su premio y su corona están más altos. Solamente en el cora~on de una mujer puade esconder. se ta I tesoro de caridad y eentimiento. Ella, (tue está organizada para compadecerse y para sen­tir, es la nuica que puooe menospreciar las gt'andezas y 108 apiausos, los triunfos de la hermosura y los halagos de h. opulencia, para ocultarse en el fondo sombrío de un hospi­tal como perla de valor inapreciable en el fondo de uaa con (lh:\. Ella, que ha nacido para amar, y para amar puramente} ,por más que el hombre Hene de asechaulas su camino ! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 21'8 'REVISTA DE ANTIOQUIA ella, quo cuando esposa y cuando madre dulcifica las ho­ras de la vida en el bogar tranquilo de la familia, cuan­I do madre y hermana de todos los .que padeccm dulcifica y atenúa los infortunios en el recinto de la gran familia, en el seno de I~' sociedad. Si la idea de madre de familia haoe inconcebible y ab­surdo el ateismo, la idea de hermana de la caridad' hace absurdo é inconcebible el escepticismo. Toda la arroganoia de los e8píritus fuertes, se oorifu?de ante el pobre sayal de UDa mujer que se sacrIfica herólca­mente en bien de la humanidad. Los guerreros y los conquistadores producen el llanto y llenan los hospitales,· y u·na .mujer . piadosa enjuga el llanto y cura last,heridas. . Esos .guerreros' tienen más fuerzas.;,· esa mujel' tiene más corazon. L08 .que denigran por sistema al sexo que llaman débil j los ,que se' burlan ridículamente de todas las mujeres, do­v. olviendo quizá á todas la ofeosa que una l~s hizo, que se aouerden de su propia madre; y si no han tenido la dicha de conocerla, que se acuerden de esas criaturas sublimes que son madres de todos los desgraciados y -hermanas de la caridad . . ; Cuando en época muy reciente' la .guerra ensaogrenta. ba los mares y las campiñas, ya lo hemos .dicho, el sallto ropaje de esas mujeres ondeaba en todas partes como la enseña del bien, oomo la bandera ,santa de la torIlura, y d~ la caridad cristiana . . En lo'i dias del contagio y del conflicto, 'esas muj&res infatigables se multiplican, y aparecen como á~geles .de consuelo en m-edio de la humanidad afligida y desolada. Por eso las bendice la humanidad. ' La humanidad esoribirá en su historia con caractéres de . luz el nombre 'venerando de 'SAN VICENTE DE PAUL. Severo Cata.lina. ,ME.DELLIN: ALERTA! (CUARTO .A.RTÍCULO). lELIAGUA y LOS ACUEDUCTOS. l. El agua -es! un elemento, dijeron los sabios antiguos; y I el vulgo moderno repite esa frase, que ignoraba el anti­guo, oomo si ella fuera una verdad inconousa. 'Prueba irrefragable de que los' oonocimientos humanos pasan oon ¡'Os añ08 ct>mo filtrando, poco á poco, 'dcsde la~'jerarquías más elevadas' hasta las 'más inferiores de las clases sociales. Los químicos mode~nos nos enséñan que el agua es una -oombinacion, el aire una mezol" la' tierra 'un compuesto heterogéneo y el" fuego un agente físico; que el agua está oompuesta de oxígeno, gas quo da ' \'"id~ y oalor á-todos los sé res; y de hidrógeno, que el:! el más ligero de los cuerpos y oon cuyo auxilio el atrevido europeo navegaba eoJas.re­giones superiore~ de la atmósfera, 'y el industrioso hábi­tante de los países 'Civilizados iluminará las ciudades del porvenir. Sesenta y cinoo S(ln los cuerpos á los cuales les dan los modernos el nombre de elementos -·ó cuerpos simples, por­que ninguno de ellos puede descomponerse; pero dia lle. gará en que esos ouerpos, tratlldos por métodos desoono.ci­dos, vengan á reducirse, acercándoie á.la unida(que es ·la. fórmula simbólica do la perfe'otibUitiad' científica. No divaguemos. , Convenimos con el vulgo, d.el que..hacemoa parte, en que ai el agua no ea un ouerpo .simple, no por eso deja de ser . lun elemento del organism.o, puesto que es un cuerpo indis· pensable, y el que entra eu mayor cantidad, en todos los séres animales y vegetales, y hasta en la. m.ayo~ parte· de j 10$ cu~rpos illQ.rgállicos. 11. Para que una agua sea potable no' se .neoesita que sea completamente,pura .. Por el contrari?, .par4). ~ue se~ buena, CQmo bebida, e-s preCIso que' tenga aIre en dll;¡olucI~n y de dos á seis centígramos de materias minerales por lItro de ~gua . . Si contiene mayor cantidad so le llama agua p~sada . Las principales sustancias que oontiene el agua -en más -ó méoos cantidad'-Bon : carbonato, sulfat(} y fosfato de cal j sulfato de so.da,y de magneblia; oloruros de so~io y de ~ag- · nesio ,' sílice y silicatos alcalinos; yodo y materIas, orgámcals . / La mayor ,parte de estos cuerpos son necesarlOS para a nutricion en general, y en particular para ~a de los hue­ ·soS . . Cree Boussiugault que el coto es deindo en ~lguna8 localidades al agua 'lue toman, la que, P?r prov~01r d.e la · iD.m~diata liquidacion del hie.lo, n(}'tlcne aire ,en dlsoluclOn. EI.doctor Chatin ,ha domostrado la-presencIa del yodo en las aguas potables y sostiene .que el ~oto y el cr~ti n ism.o en ciertos sitios son ~tlbid08 á la ausenCla.Ó á la débIl cantidad de este elemento. Dos opiuiones re~petables que muy bien pueden oonei­. liarse. :IIl. . ¿El agua que se consume hqy en Medellin reunirá. las oondiciones apetecibles? . .. 'Suplicamos la 'respuesta,decisi-vl\ á esta pregunta, en, V'lS­ta del análisis oua'litattYo y ouantitativo, á nuestro estIma­ble amigo y antiguo discípulo señor'Tulio espina,·hoy Pro .. fesar do Química en la Universidad del Estado. QUé ha.ga él uso en sus operaciones de las tinturas al­oohólicas de campeohe.y.de jabon, de. los .nitratos de, pla­ta J de barita, del cloruro de oro, oxala~o de a~oUlaco, permangauato de potasa y de todos los de~as reac tl~oS qua le sugiera.la Qüímica .. En nombre de la mudad suplIcamos la publicacion de sus resultados, y IH)S sometemos d~sde hoy. á BUS fallos, s . .1 ar ....ó.ad.v~IB08-Á lilo¡8 conslde­taciones q uo, vames. á exponer. El agua de las fuentes públioas de la oiudad arrast~a macho !od-o, arena .• y ,ma,terias orgtnicas, quo .pueden ha­cerse precipitar: los dos primeros por medi,~ del reposo, .'1 las últimas colocando en el fondo de las vasIjas que la oon­tengan, alambres de hierro. Para los usos domésticos basta esto y decantarla para obtener '~glla potable de etXoelente calidad, Bin necesidad .d6.Jilt¡:o~, los,que¡ pr.esentan alguDos incon venien t.es, , Estas operacione8 : deber¡~n h.acer-se en 19ran?e -esoala, !n · las fuentes donde se reparte el agua, para eV/ltar el dano de las cañerías con todos 6stOS sedimentos . .. Ad vertimos q.ue la opinion emitida sobre bondad del agúa nos · es ente.ramente pera,onal, que no está ~~s~da en experimentlJs de laboratorio, 8100 en los hechos SigUientes. Las aguas que no son potables no cuecen .bien 108 frutos llamado~ legumbres, por1lue las sustan.cias·.calcáreas forman en su 811perficie una costra dura y resistente. que no l ~ s de­ja · s'rlIZonar; 'J ,no .disuelven.el jabon .. porque esas mismas sustanciaslu descomponen formando un jabon de cal inso- 1 uble, por ouya razon aguas de e::;ta clase n~ sirven para lavar porque oortan el jabon, 8egun la expreslOn dd vulgo. Lo's .frísoles y el lavado .p.ueden serv.irnas de termóme­tro, y creemos que .haya pOOIlS localidades en ,que los fríso­les se cuezan mejor que en .Medcllin,.y en las cuales se la­ve mejor la ropa sin preparaciones de antemano.: de don­de sacamos la conseouencia, de que las aguas que se C005\1° meo en esta ciudad son.do una calidad exquisita. IV. ,.seria curioso levantar la costra ~upeifioia1 del suelo do esta ciudad para · ver la · red inextricable de ~cue~ucto8 y zanj'ls que la cruzan, sin órdeoj en todas -dlrec.clOncs; pero oomo. esto es casi imposible1 le ~Ilplicamos allectar que nos acompañe con los ojos del alma-'para que vea lal cosas que pasan en estas oañerías l5ubter,ráueas. hEl ~gua de lasjlu.via~~y las aguas supias. p~sall¡ filtr4lldG Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA. DE kNTIOQ1TIR 219' y 8e introducen en estos ' acuedl1cto~ como dijimos hablan· do de los drenajes. , Si el agua enouentra algun obstáculo en 8u ,corriente, trasuda y humedeoe la tierra. Si el obstáculo es, mayor, rompe las paredes del caño y el agua 8e esparoe por todas partes ó pasa á otra oañería cercana aumentando el.caudal de agua de unas, con detrimento de las otraa. Puede RU­ceder, y ha sucedido; que aguas de albañalos pasen en par­te á 10R acueductos de aguas potables; y que los dueños de estos últimos se pongan contentísimos por el aumento re· pentíno que acaban de tener'en sus '8urtidbres Ó poceta8. V'.· A <,sta ciudad'le-entran, por cañerilis, quinientas pajas de agua potable, poco más ó ménos: trescientas cuarenta y tres que hasta el añ'O de 1874( tenia vendidas el distri· to, segun consta en la Crónica Mun2'cipal, y algunas más que ha vendido despues. Esta agua es la· denominada con el nombre de, agua del distrito ó· de Piedras Blancas. Al­go más de cien pajas que contiene el agua llamada de La Ladera, y para completar el número redondo y aproxi­mativo de quiniectas, nos queda el agua que acabll de po. nérsele al barrio de Villa ffueva, por cuenta de la Diócesis, y por órden del Oapítulo, eclesiástico.- Si cada paja de agua representara la pulgada de·agua 6 pulgada del fontanero, tendriamvs, para Medellin"por cada paja en una hora ochocientos litros d'e agua, lo que daria para las quinientas paja-s cerca d'e DIEZ MlLLONES DE,LITROS cada veinticuatro horas. Pero entre nosotros Ur madid'a usual' C'OID"O' que-es muy arbitraria y no se ha fijado todavía lo que debe entenderse por una paja d'e aguQ. Antiguamente era el agua que sa­lia por una abeFtura circular yue tuviera par diámetro do­ce líneas, y las vendidos de algun ~iimpo , á cata pllrte tie· nen sólo diez líneas de diám~tro., Establecida esta medida nada se ha fijado. Por una abertura de éstas pued e pasar 1 cautidad de ag a que se quiera, en la uni~ad d'e tiempo, segun la altura de su nivel ó la presion que sufra .. De aquí resulta que para que li901' una distribucion equi­tativa se necesita nacer fuentes de compartimiento, que se mantengan llenas 6 que valiéndose de medios apropia­dos tengan un nivel fijo, y que los cÍl'curos de salid'a estén todos á la misma altur&. VI .. Vamos á abrír aquí un paréntesis dedicad'o á rO! que creen que para ser fontanero basta saber sumar y hacer taladros de distintos diámetros, segun el agua que corres· ponda á cada cual. Si por una abertura d-e doce líneas de diámetro salen, con una presion dada, ochocientos litros de agua, por esa abertura con un diámetro' d6ble,. es decir,.con veintiouatro líneas, sale una cantídad' enorme, que representa Ji{) el do­ble del agua sino muchas veces ese volúmen. Al parecer dos y dos no son cuatro y de aquí proviene el primer error. Si á. una paja de agua se le aumenta una lfnea, el lí­quido que sale de más no guarda la proporcion aparente con el exceso que salga de una abertura de dos pajas, al diámetro de la cual se le agregue tambicn una línea; y esta es la segunda oausa de erre-r. La profundidad á que está el circula ,or donde eale el agua, la direcoion de eaa abertura, el espesor de 80S pare· des, la inclin8cion de estas paredes, ya sean divergentes ó convergelltes, el a.gregado do tubos de distintas formas en las bocas de entrada ó de salida &.- ; todai estas circuns­tancias, y otras más, son caUBas de error que no debe igno. rar el fontanero, quien necesita, ademas de 8er honrado, conocer muy bien las leyes de la Hidrorlinámica. A cste escrito le hemos dado un caráéter demasiado se­rio para que pueda admitir entre sus observaciones una anécdota; y así, valid ~s del paréntesis abierto vamos á re­ferirla, pidiendo la vé ia respectiva á nuestros lectores. En tiempos antiguos hubo en estll ciudad un hombre hODrado que alcallzó una inmensa fortuna, haciendo bien á los pobres, segun creia él y lo deoia de buena fe, y , quien nosotros le haoemos la jUtlticia de cree,rle tambien. Su profesíon consistia en comprar tierras á los ricos para venderlas á los pobres, por lotes yal mismo precio que le oostaban. Y sucedia, segun se expresaba él mismo, que al venderlas por partes; s-e ve,rificaba oon,ellas ovntiDuamen~e el milagrv de los panes. Pur ejemplo: compraba una cua­dra por dosoientos pesos, y vendiendo cada\média cuadra cuadrada, por ciento, le ha·cía cuatrooientos pesos, y mién .. tras más la subdividía, má8 le producia !. i Que no suceda lo mismo con la compra y venta delegaa! VII: Dicen ,los personeros del disbrito .que d-e las fuentes pú~ blicas sale para cada iudividuo, mayor cantidad de agua. de la que le corresponde, porque las aberturas que se hi· cieron al venderles (y algunas datan desde el año de 1800), han quedado en el mismo punto, miéntr88 el nivel del agua ha subido en dillhas, fuettes , por el agregado que se ha heoho de nu.evas aguas. A~eguran 108 propietarios del agua que "su easa no en· tra sino una parte de la que tienen comprada~ Los unos y los otros tienen razon, La, mttad.; del agua ó algo más se pierde en el· tl'ayeoto recorrida; ya por fil­trllcion, ya por rotura, y en ambos oasos con menoscabo del agua y perjuicio de Jil salubridad páblica., Cómo pudiera evitarse esto? Confltruyendo de lloy en adelante, al reformar ó haoer nu(\vos aoueductos" oañerías, con arcaduoes, de hierro. Segun los oálculos que tenemos á la vista, hech08 por el señor JUBn Henrique White, 108 acueductos de esta cla­se serian económicos hoy, áun haciendo venir e808 oaños de hierro de Inglaterra: se aprovecharia el agua que se pierde, resistiriatl al peso de los carros, serian, más perma· nentes, má.s durables, y el ag r uJtaria un pooo fe-rrugi. nosa, lo que convendría mucho á la poblacion. Si la Ferre­ría se montarar como se piensa, estos tubos costarian la sexta parte. lAa Municipalidad" de acuerdo, con 10& propietarios, po­dia hacer todas estas reformas de un modo económioo, si­guiendo para su realizacion un plan únioo. Esto va siendo cada dia más necesario á medida que las cañerías aobuales envejecen y qu'J la falta dIe agua y la insalubridad Tan creoien-do .. --- VIII. El agua es para las poblaciones 10 millmo que para 1011 animales y 108 vegetales :. un elemento de primera necesi4 dad. Pero es preciso distribuirla de un modo equitativo entre los individuos" las familias y los barrios" respetando siem· pre los c't>ntratos celebrados hast,a el dia. Miéntra& que los ind'ividuos en el centro tienen UDa can .. tidad exce8iva de agua que les es inátil y hasta perjudi­cial, los del Oamellon del Llano, t1ue es nuestro tipo en es .. tos estudios, están sufriendo el suplicio de Tántalo: oon las aguas de mllla calidad hasta el cuello y sin una gota. de agua potable para calmar su sed. ~eoaen tambien so .. bre las sociedades colectivamente las obligaciones indivi· duales ~ " Dar de, beber al sediento. " F. A. Uribe M(\jía. • MATILDE. [Leyenda. histórica por Jua.n C. Tobon]. V. Es el amanecer de un bello dia: El 801 desde su carro de colores Fantásticos y límpidos fulgores Sobre la tierra en vía; I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Mil e008 déliciosos Rom pen de las montañas el eilancÍo :. ~on 1a8 aves que en trioos Qrm.oniosos, Salúdan la 1l1borad;a ~ Al beso ae la luz las flore! abren\ .' Su perfumado b-roch~t Óstentandó, la gracia y I'a hermosu'f$ Que entre BUS alas env.olvió. la noche., Tod.o era luz" perfu:mes y. armonía: Que sol, flores y, av~s Formaban en la aurora d-e tal día. Todo inm~nso y'grandtos se o6ten\¡~ba" El valle dulcemente sonr~ia) Miéntr;t& en él un alma_ agonizaba y un copawn m.orill •. Era l\tatilde, la precIOsa vfrgenr 1a aromática f1~r delliódo valle, ¿Por qué sus negroS ojos cubre un vel'O, ue intercepbu la· luz dIe su mirada? ¿Por qué 6U blanca, frente está surcada YOi' las Dubes de amargo d'esconsuelo?' Desd6 e1 wstante mismo, En qoe sus l>tllloslabiós pronunciaron. El juumentfJ horrible: SQtj ojos en la sombra columbrAron El espeotro glacial del impoSible. Ojos q\1Q tan temprano d.erramaron, La savia del dólor 80bre las flores, De la pasion primera ~ Invierno que cortó la primavera,. Antes que ésta prestara sus colores. A la selva,. al jardin, ~ la pradera. En la alborada de tah bello aía Se levantó la j6,ven de su lech.o Más temprano q 6 nunca, . Lleno de ángutJoia y de dolor eh peclm~. Laa e as el' . En todo su semblante,. . Cual la lumbre de uo astro agonizante, TÍlrbida. luz sus oj:os de~pedian .. Al abrir de su cuarto lad ventanaS U'na carta encontró sóbre una de el1I18;' Leyó su nombre all~ leyé. el de Cárlotl" y sus ojos brillaron oomo e8tre llas. Sintió un dól~r m-e~lado de a.legría, Cruzó un santo reouerdo por su frente, . Olvidó la amargura del presente y la carta le~ó-, que asÍ" ~ecia: . (( Ya qhe la negra estrella de mi vidá, Miro elevarse en mi hóriiotité os(}uro;, Ya qne ti~nde UDa mano m~ldecidá Entre Iíli amor y mi esperanza un muro;, Ya que el rigor de un bá.rbaro destino, Me empuja del dolor por el sendero, Regando con abrojos el camino Que debo recorrer, triste vi3j~ro ! Ya que la luz de la esperanza mía .Cual nyo moribundo de una estrella,. Se apaga entlle la noche mud~ y fria Del infortunio que mi fronti sella, Quiero folver mis última~. tbiradl18 .A:1 -muertu-resplalIdor de aquel lucero Que bañó en luz las h.oras perfumadas" Dulces y costas ae iñi amo:- primero. Sueños d.e ayer, visiones- Iumlnos.as,. ." Que~atra~esaron mi cerebro ardien~e; Duradas y viajPras mari.posas Por el cielo ain nube~ de mi mente, ¿Por qué vjDistei~ á dorar el oie~o . (hcuro y silencinso de mi v.ida,. Si era para de~pues tender un velo ])lás ne&ro aún sobre su lu~" qu~ridá?~ ¿-'pUl" 'qUé h lig steis in! Alma enamp ,a Prometiéndole un. cielo de ventura" Si 'era Párá d~ipue8,. á rqwlidá, Al'rojai'lá. n u~ limb,o de htmargura?' Angel .! .... Bendita seas._!. .. Perdóname que estoy desesperado. Yo ruego á. Dios que encuentres otra alma QUd te ame tanto· cu·al te am@ la mia: Esta es la l:Iola, apetecida palma Que el mártir del amor, ávido ansía." Al terminar Matild'e 111 lijotu¡r Que interrumpió mil veces. Para. dar libre riendll á. su. amárgura,. P~do medir el horroroso 'ibisnio En el cual se encontraba sumergidri Su alma primaveral,. llena dó sueños,. En el alha pl'irnera de la vid«. Comprendi0' lo que puede el égoismo. De un padre despiadádo; ~ecordó Su terrible juranJ(~nto,. y vol vierrdo sl1s oJos .al pasadó DiJO con triste y tlíobbundó aC'ento :: " Dios de piedad y padre generoso, \1onsuelo de qui'etl llor., Genitor de los mundos: Oye la triste y fuueral ,legtiria ue se d . li De mi allll~ solitárili. Tú que el'M COmpliTherb De todo~ 108 que estan desampllradoíl. Del valle del dolor en el sendero, Manda un rayo de luz de tu mi1'4da Que ilumine mi vidá, y se verá. de soles Mfon:,da Ekta cárcel oscura y enlutadd - Donde está prisionera mÍ1 alma herida .. Dame valor para seguir la senda, Dolorosa y somo ía, Que debo reoorrer. catgándo el peso De la. horrorosa cruz de mi agoní..1. y tú, madre de mi alma,.YB que al Cielo. Plugo arrancarte de la tierra impía' Ya que cambiaste la mllnsiou del d~elo Por la region de paz y de alegría, Ruégale á. Dios por mi: pídele aiempre, Por esta pobre hué·rfáUJ1 olvidlIdli y mándame en la Iu-z de las estrellas Tu maternal miraua, Cuando en las noches !írnpida~ y be'llas, Esté orando en tu tumba arrodillada." Dijo, y bajando sus hermosos. ojos Anigados eú olas..de quebranto,. Se quedó pensativa y abismada Como la estatua del dolor clanda Entre un mundb dc luz y otr@ de llanto., Que las penaa sí caben En corazones, vírgenes y buenos; El amor y el pesar tan8{)l~ aJenos Son á las. almas que ~atil' DO saben. ......... . NOTA.-En el canto rntf'!rior'de este poema, página 212, lfnea, ~9, de la 2 ... · columna, lice: "Las, ?iUestral ih¡síoll~a del plSlldo.~I ' l)e.b~ leerse :. "LSlS, tn'/.4cfta$. ~,.,Il . ' \ \ ALGÓ ACERCA. DE LAS LohÁs DE ·CANeAN. it. Allá muy léjos; aoercándose casi ' al Magdalena,. por loi· lados del uaciUliento de San. Bartolomé, hay una. rica par­to de estas lomas que lleva el humilde nombre de "El Pan­tano". U na elevac-ion de terreno,. notable por sd mucha al· tura y por el espléndid(\ horizont~ que abarcá la vista del que sube á ella, se enc51eutl'a comprendida en esta parte de la! lomas. Loe jeógrllfos hacen mencion de esta altura y,. 'como para reunir todo lo repugnante en la nomenclatura de esta parte, la apellidan oon el nomhre grosero de "La Tetoná". No es uno. 8010, son ,oos los horizontes inmensos. que aparecen al que sube a·llí: e·l horizonte físico 'al deidoblar­se mundos y mundos, atrae las miradas sin cAsar,.sin tregua, sin descanso,. y por decirl@ así, separa al hombre de su. mismo puesto para llevarlo allá muy léjos, ~r confin. Al alma, digo yo, se le abre tambien un horizonte extenso en a(luella altura~ El hombre, como sintiéndose eh ella tnás vecino de Dios, se siente tambien más grande, siente bullir sus potencias interiore~ con más fuerza. En eu inteligencia. se deshacen pliegu.es y más pliegues. y él se pOlle al instan­te á apacentarse, cual hambriento ciervo, con los millares de ideas qu.e el esp.ect!i.culo que ae presenta á su. vista des •. pierta en iU alma,. quizá virgen hasta entónces de semejan .. tes impresiooe8. La Tetoná es un cerro de poca elevacion ab&oluta, pero su altura,. en las regiones que ella ocupa, l:n haoe dominar bO.O ventaja un territorio bien extenso. Ella f38 en esta par­te la reina de las alturas~ El hombre, de pié en BU cúspide, siente y medita, e%amina y reflexiona; pisa el suelo, lo golpea con el talon y se satisfaoe al hallárse á tal altura; mira el horizonte y. se siente chico t mira al cielo,. aspira ., se prostero&. Es cu·riOBO ver cómo caml:ria el a.precio íntimo del s~r del hombre al vaiven de las sensaciones produciddk por los diverso!! esp~ctá ülos del mu.ndO' t1lral: lo chico á nuestros piés hace que Nos cODtetnpl~mo&. grand B j Id grande cerca de nosotros hace que nos sintamos pequefioS. El observad01~, de pié en la cima de Ld Tetoná, domina un mundo eutero coa la \lista ~ gran. parte del Estado de Aotioquia aparece á 8US ojos asombrados. Allá- al Orienté, despues de las 10D1ás, mas a.llá de selvas y montañas tamo bien, el ~ey de nllestros ·rios, el turbio Magdalena, la e· peranza, el recurso basba ho, de tlueotro comercio,. se deja ver con tn·ajestad en varios puntos. MáS allá. el horizonte se extiende aún y la vista descubre el levantamiento del terrp.Do, el empinamiento que comienza á formar la oordi· llera oriental. Las sierras que á eSa parte aparecen n08 traen á la memoria rouenos notablea hechos de nuestros. conquistadores. Ante la imag·inacion asombrada del. que mira á esa parte, se presentan aquellos hombres llenoe de valor, de audacia, de obstinacion) d'e firmeza y hasta de brutalidad, emprendieudo h.echos cuyo cumplimiento, hoy mismo, n08 espanta .. La vista dirigida al ~cidente y sal· tando de cerro en cerro, dé colina en colina, llega hasta las aberturas endonde está situada la rica poblacion de Yarumal, y se p-ierde más allá, en el azul de las cordilleras, y más allá. todavía en el azul del cielo. El hombre,.situado en La Tetoná y mirando hácia el Oriente y h~cia el Ocoi· dente, domina ". pues" con la vistn"como quien no dice nada, . la granJe extension d~ la rama central de la gran cordi· llera de los Andes de Colombia. La vista hácia el Norte es no ménos ex:.tensa. La mirada entretenida, jugueteando, recorriendo fi.los, siguiendo siemplle montañas, porqae el artista tuvo genio especial aquÍl H(\ga casi ha~ta los con· fines del Estado,. á las cordiHeras de Gnamocó, á detenerse por esa parte tambien allá. en el azul del cielo y de los montes. Y este poderos().aentido con el cual, aunque .itua­dos ~n un mismo punto,. recorremos sin einbar~o tantos mundos, goza tambidn de tod!\ su libertad hácia el Sur: las inmediaciones de Nare, las montañas i.omediatas á San Cár­los, el c.an.o d.e 1/& Vieja', gran ~arte de la hOy'a del For.o~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. &~a OC.a 'si descubren por aquel lado. Cuántas maravillas en ' una Hola, cuánto 'lujo siDarítico natural! ' Son muchas y muy variadas las condiciones que se ne­cesitan para examinar, para compronder, para observar bien el cúmulo de b:echo!r', de verdades, de bellezas' r til,tn­bien de imágenesj,de ensueños, de ilu8iones que asaltan las~ potencias de la ihteligencia en eltte punto. lla cal ma in; diferente del ' estoico,' la fria medltacion del filósofo, la útil y mesurada cu·rios·idad del' naturalista, la looa imagi~ nacion del poeta, la fantástica inventiva del iluso, la' aten; ta observacion de la' ciencia, ' la frívola curiosidad de la mujer, la extremada desconi-llnza del positi vista, la fe cie­ga del ascético, ,la grande impresionabilidad de la sensiti va,! las dulces armonías de la música, los gratos encantos ' de la poesía, 'el mayor n(finero de pasiones, el mayor número do virtudes, la calma, 'el entusiasmo,- la loeura; el mayor, el más grande, el má8 inmensO' número' de sensacioncs, y más ' y más se necesita para pouer' sentir y comprender aquello. Oh! si los ci-elos estuvieran' siempre más cerca de nos­otros, su vecindad nos haria mejores y más grandes ! Al rededor de esta altura,·que es como si se dijera utla' loma más alta, ee desenvuelven ot'ras lomas que' se extien­den y ondulan' á lo léjos y ouya vista colma de encantos y conmueve con indeoible agrado"el oorazon. Es tan bello, tan natural, tan espontáneament1e conmn: vedor, tan lleno de encantos aquel paisaje, que el observa. dor mira á todas partes y no a~ sacia; ' escucha atento por· que le parece que allí deben oirse cosas extraordinarias; aplica los sentidos al estudio de todi> cuanto le oircunda, y luégo se repliega y se concentra eobre si mismo como para meditar, como para observar, como para asimilarse cuanto hay de externo en ellle mundo. Y quién no se enC!ntB, y quién no se embelesa, quién permanece im­pasible, J quién no ee ~ntusiasma en presencia de aquel irimenso horizonte y á la vista de aquel pasmaso hervor de colinas y montañas! De tal manera,' en efecto, ondu­lan estas lomas, que una imag,inaoicn' ex:altada ve en ell as los 8 e s ui ,en eh - llicion, óel remedo de un cuantioso cúmulo d-e las quietas olas de un mar cuajado. Pastos fértiles, casi siempre abundantes y verdes, cubren porciones extensísimas de aquel terreno. Con su forma es­pecial, cubiertos así de una tupida, lujosa y rioa alfom bra verd e, esos terrenos engendran pensamicntos hasta extra­ños, pensamientos y deseos infantiles: el enamorado observa­dor quisiera arrancar y robar témpanos de a1lueJ terreno pa-ra llevarles siempre consigo, para colocarlos en la mesa de estudio, al alcance siempre de la mano, en presencia' siempre de la vista. ¡ Bendita sea aquella pintoresca altu'ra de cuya oúspide se domina'n tantas y tan bellas cosa-s! ¡ $ublime eSCUEla en la cual so enseña á los ojo~ á mirar I \ Fuente nutritiva del espíritu y del s..entimiento! Entre el terreno perteneciente al Estado de Antioquia' que se descubre con la vista desde el alto de La Tetoná, hay pedazos de sorprendente beBeza y de extremada feraci­dad. La hoya de la cruz, la d'ell'i<> San Andres, la del San Bart.olomé &.a encienden en el a-Ima las mayores ilusiones y mlintienen las más gratas esp'eranzaff. Sus terrenos pla­nos y fértiles, sus bosques seculares tan llenos de maderas preciosas, BUS abundantes aguas, sus ricos minerales los predisponen, á lo que parece, para desempeñar gran-des destin os en el porven ir de nuestro suelo, con las generacio­nes venideras. N \lestro prinoipiado ferrocnrril no está. léjos de ellos y llegará un dia en q'ue en esos mismos bosques seculares y espesos en 108 cuales se encuentra hoy á oada paso el tigre hambriento que devora y el reptil inmundO' que muerde y enTenana; en esos mismos bosques de cuyas oiénagas y escondrijos se levanta el miasma pestilente qu-e' acaba en minutos con la vida, y en cuyas rocallosas conca· vidades se repercute cou estruendo el bramido estridente' del fayo que fulmina; en esos mismos bosques; digo, se alzarán numerosas y elegantes poblaciones que con fre-lleD~ ia lanzarán la voz de sus oampanlAs hasta el oielo, en señal de alegríá por la inauguraoion de alguna nueva rama telegráfica ó , de alguna ramificaoion del carril de hierro que las enlace y las estréone más y más. Si nuestro mundo av'anza, el obserTador que trepe á La Tetoná dentro de tres Ó' cuatrocientos años, dominará, 8in ' duda, un paisaj,e espléndido"variado y rico, pero tan dife­rente del actual como 'lo es la naturaleza del arte, s, organizada por 01 señor' Lino R. Ospina, prepara dos comedias y un drama franoes del repertol'ilJ español moderno, qu'e se ejecutarán en las noches del 20, 22 Y 23 del corrient'e mes. Esta ciudad, que progresa en diferentes sentidos y que aspira á figurar en segundo término c'omo culta, nellcsita ur· gentemente de un solaz que á la par que drvierta, instruya. El tpatro es sin disputa el llamad'o á proporcionar tales' ventajas. La monotonía proverbial de nuestra v'ida, el encoghnien­to en nuestras relaciones sociales, y el escaso' cambio de ideas que hoy tenemos, se combaten irremisiblemente OOl! e!!pectáculoB de ese' género que mora!izan y abren amplios . horizonten1 esplritu. I . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .t 'REVISTA DE ANTIOQUIA Pretenderaeguir viviendo como hasta aquí, taimados, hos· I .cos é inurbanos, será bastante cómodo si se quiere; pero .'lllUY poco digno de hijos de una ciudad rioa que va muy ,aprisa en el oamino del pr.ogreso material. H ay otro motivo que debe entusiasmar.nos ~Qbre mallora, : y es el aniversario de nuestra emancipacíon política .que .trat" de oelebrar el señor .. Oopina. El sentimiento de gl'a­- t-itud á los fundadores de la Repúblioa deBe ser gr'a.nde y espontáneo en esta ooasion, y por lo taoto no dudamos de .gua el 100301 del teatro se verá Ueno de una namerosa y escogi da concurrencia. El t3eñor Ospina posee un repertorio selecto de las últi­mas piezas que se han representado oon notable aplauso en "España, Escrita~ con singular maestría, exornadas oon una pulcritud de estilo ioimitable, en versos armo.niosos,y s o· ·noros, ellas son tambien el refiyjo de las oostumbres D.u c.s· tras, y á una moralidad sin tacha se une el iuteres más grande que pueda darse. A ese género pertenecen las pie­zas cómicas intituladas: " 'Las Riendas del Gobierno ~', "j Viva la libertad J " y "Mi honra .por su vida", de los ;da· mados eacritores don Henrique Zumel y don Ventura .de.la Vega. El teatro español siempre ha .figurado en primera líne~ ; los Lope de V ~ga y Oalderon de la Barca han abundado 'en la tierra clásica do la hidalguía castellana. En estos úl­timos tiHmpos Bl'eton de los H erreros, Luis Mariano de ,Larra, Tamayo y Bau~J Rubí, Zumel y mil ingenios más, han rivalizado á los antiguos olásioos, y arrancado graudos 4lplausos en las naoiones cultus. ,R~p€tando el lengu~ e , copiando escenas de oostumbres, deprimiendo el vicio y eu­sa1zando la virtud, esos talentos se han .heQho simpátioos .y po pularf's en todo el mundo. La. obras que se repl'esentaFán en las nOQhcs en.uncia,da~1 á la par que morales en .grado eminent~, son de manifiesta actualidad en los, tiempos que alcanzamos. No solamente lOE particulare y las faUl ' ias, siu tambien los pueblos enteros hallarán en ellas útiles y proveQhosas enseñan­zas. . Ojalá que el s~ñor Ospina logre el objeto que se propo­ne; y que esta 8Clciedad recowpense d~bidameute los es­fuerzos de los jóvenes aficionados qUti trabajan por di· v~rtir y moralizar Duea.tro .. pueb1o • . Tal.es,son. pu~strQS . vo- , tos. o Julio 8 - 1876. ~ntop.io M.a Restr.epQ. • "LO ~UE DICE DOÑA ANSEtMA. (ARTÍCULO DBDICADO EXPRESJtHENTE AL BELLO SEXO). "Está visto: la CI' Ui: del matrituonio . es nada, .si se compara c.on la cruz negra; sí, s~ñor, con la cruz n~gra. Nada sign¡fi c~n nuestras eufel'medades, ni las de los ~ijos, esposo &,& &,&, Y si digo bieu, la mUt'rte de ninguno de ellos causa tanto h0rl'Or COllO la cruz negra, con la cual tenemos que cargar por doquiera que va­mos, y que irá á ser indudablemente nuestt'a propia coad~na­cion." Palabras tomadas de mi vecina doña Anselma, 'y que en noches pasadas profería, paseándose en el corredor de,su casa,' al tiempo que acertaba á entrar yo con el objeto de hacerle una visita, Esta mi vecina es una señorona que (".stá rayando en los cincuen­ta añus, mujer de genio ak-gre y travieso, maneras cultas y de muo cho chiste para colgar un pn'ljimo, corno ella dice, Cuando prt>para bien su tijera, no se le,queda títere coo cabeza. Recibe fre0uentes visitas de todoa sus amigos, quienes no desperdician Q-Casioode ha­cerla compañía, por,oir ~us :felices.. .ocU\:re.n~ias"Es vjuda d~ r UD 00- ronf'l cuyo nombre no viene al C/lSQ.y q,ue.wu.rió por allá 'en el año de 1860; tiene únicamente dos hijos, uno que trabaja en este lug,ar para subvenir á los gastos de su madre, y otro que se fué á reC8- rrer es.os mundos de Dios sin mas equipaj~ que BU linda cara y un bay~ton á la espalda. - Decia, puesJ que mi vecina estaba de pólvora en noches pasa­. das, al tiempo que yo entl'ab& de risita, y que echaba tajos y re­veles contra la cruz negra, . Yo, que habia oido toda la fiesta desde el porton, vacilé I..mucho al entrar) porque ,mejm giné atria a~gulla ~8puta . domés-tica de aquellas que á nadie le gusta sepan los extraños' más como I'epentinamente cesó la tormenta sin que nadie cont;stara me dije; "Hoy está buena doña Anselma; entreIDos~ que de segur; nos pasamos un bu~n rato"; y di tres golpes á la/pJlerta, -Prosiga, conte~tó una voz femenina. ........ 4\1uy buenas lloches, vecina. -Felices, dQn Dami~n. Qué milagro es verlo! ¡,Qué tal está usted~ -Regularmente, 'doña Anselma j y .usted se conserva bien? -Tal cual, v"cino. Tenga la bondad de sentarse. .---:.Mil .gracias . ~y i,qué ha ocurrido dE' nuevo, don Damian1 -Parece que no hay nada notablE', doña Anselma; todas las co­sas sigllp.n cQmo de ordinario, Y á ustE'd i4ué le ha ocurrido que tne está pareciendo como abunida ó e,~lfe.rrna? -9lJé ll.a de ser si no que me tiene 10<;a la cruz negraJ don Da­p; lian. -Efectivamente, vecina; oí al entrar al zaguan que usted an­daba por el corrpdo\' echando mucho en coutra de la cruz nagra ; pero me quedé á la luna de Valencia, por no sabet' de cu ál cruz hablaba usted, y &upuse ,que ~al vez se referia ti la CI'UZ de Bara-coa '!" -No, señor, de la ,crqz del sacri.ficio; de la ·cruz de to­das nUE'stras cGlpas y pecados.; del .retr.ato del mismo ;Luc fer : en una, sola palabra, de las negras qpe sirven en la coc~na. -.AcabáralUos! Puco e.¡;lti~ndo y.o de est' asunto; mas como mi s('.ñora es ta(l.lbien enemiga acérrima de éstas, segun lo que le he oido decir, y busca un remedio, á cualquier precio, para no ocu­parlas, tne volveré todo oídos para escuchar lo que va usted á de­cir, ,pups tal v~.z ,pueda convenirme, -:Siéllte 'e uste.d aquí, don Da~ian, t>ara que , conversemos de­tenirlamente, -~il gracias, veQina. .D (~ña Au elroa me encendió .un cigarro, y .arrellanándose en su .sillqn, Ple dijq: Na tural mente, á u:¡te,d .no le gusta rá naqa el tema de esta conversacion, porque él es prQpio ,únicamente de mujeres' pero cO plo es de cOQfianza, nada. itllporta que sufra usted a.lgo; , al fin ya conoce mi genio, -Al contnuiu, vpcina ; el hombre se hastfa con e~ a vida de neo gocios y papeles que tanto le dan en qué pensar, y busca con ft'e­cueucia la sociedad de personas como usted, en cuya .conversa· cion ~ ncue nt\'a . un placer pOl!it~vo. Al méOOB por ml me atrevo á ju~gar á los demas hombres. -Sabe usted, vecino, me.dijo doña Anselma, que el año tiene doce /Deses? .-SI, señora; doce meses cabales . -y i,calcula usted cuántas cocineras he tenido en el ~ño que aca ba de pa ar1 I -No es mu], fá~il ad,ivinarlo, s~ñ9ra. -Pues he tenido treinta y ' seis. .--:Treinta y seis? .,..-Sí, s~ñur, tl'einta.,Y . seis. No. vaya & reir:se de mis cosas, don ~amian .i, Yo he llevado tQ.das estas cuentas sólo ·por curiosidad, .."..Pues es bien cl'ecida la qifl'a, doña Anselma. .- U lla~ tnt> han dUl'ado un mes, otras quince dias, otras ocho &. & &.&j pero he llevado la cuenta exacta y han entrado á casa trein­ta y eis co. .c i~eras en el año. --Parece que .usted fuera .Pluy partidaria del adagio aquel de que" en la va.1'iacion está fll placer." . -No consiste en e:iO, don ,Damian ; consiste en que la mejor no sirve ,para hacerle.un presente á J údas. -'Ajuhgar por lo que estoy oyendo, usted como que profesa poco 'ariño á esa clase de gente. -,Eso ('s mliy cierto, vecino; no puedo verlas ni pintadas. Voy á hacer a usted uua pintura de lo que ellas SOD , para que en sel~ guida me diga con todl\ franqueza, si tengo ra,zon 6 nó al tratarlas como la ,hago, POI' supuesto que muchas cosas no le sorprenderán á usted, pOl'q ue COloO es casado, ya deba tener algunas noticias, aunque vagus, de lo que son en realidad j pero no importa. ,,-Expl~411e~e ust fi, doña .Anselma, .,.-La.!llejol' de todas es l~dI:QDa, Hoy,entra al servicio de usted. y de~de el instante en que se le ofrece como cocinera lo primero . que,hace.es de.cirle que ha es~a(!o sirviendo en casa de don Fll la­no, en casa de don Zutano &,8., buscando siempre los nombl'es de las .personas más acomodadas del lugar, en CUyliS casas habrá ~s ­tado un dia cuando .más, llenando alguna vacante. ~Y ll.ué sabe. usted h~cer, Maríá1 -PUf'S, wi señora yo sé hacer esto, sé hacer estotro, y esto· tro/ .l!-esulta que saben hacer hasta pajarit.:>s de oro. . .-A cómo se alquila usted? -Yo ~iempre he servido á cuatro pesos. Al pronunciar esta palabra deshilachan el fleco del p,,~~lon , escarban con el pié en la juntura de dos ladrillos, ó rayan c&n .la uña del deuo pulgar de la mano derecha 1& pared á la cual se h~n recostado . -Pero eso será en lal casas de los ricos, dondi haya muc~a. . ente. donde tengan, que moler .el chocQlate.y., bacer lQ.uq}los ,pj)~ t,ajes en la comida. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -y cuánto~ son los de aqun -Aquí no somos sino do, y COlDO estamos pobres, las co-midas son comunes; por manE'ra qlu"l\ las trE'S de la t~rd(" ya pue­de usted irse para su cas~ completamente deSOCl.lpadll. Convi8nE'D al fin en alquilar&e A razon de veinte real~s III mes y se comprometen á volver al siguiellte dia j p~ro no CUmplE'll, don Damian, no se le!:! vuelve á ver la cara, y dE'jan Á una con un pal­mo dE' narices esperándolas, y perdie:ndo mucbas veces la ocasion de consei'uir otra rn~nos mala, de la cual hay siquiera informes, 6610 pór no quedar mal con ellas. -Pero eso ~ inicuo! -Si, st"ñor, así como se lo digo es. Otras sí vuelven, pero Á és- 'tas hay nec'bsidad de entablarlas, ~Ye f!'s lo más penoso del mundo. -i y qu' es lo que ustf'd llama entablarlas, doña ~ns.lml~ -Ponerlas al corriente de 1a3 costumbres de la cas", de lA manera dt> hacernos las comidas, 11\ hora que tRneroos señahtda para E'sto &,- &.a EstA es, don Damian, 11n:1 tarea de aquellas que hacen nacer en una el de~eo d6 no tener cocinp.ra. -Pues, y lu~go que et\tltn enladnlladu3 6 entaólndal, como usted dice, ya no d~sCRU un por fOsa parte? -Cá)]e~e esa boca, don Dr-mian ; I!li eso bastara, la cosa seria distinta; es qUE' ",un desput>s de entabladas, siempre tiene uno que l)agarlt"s y hacflrles la comida tambien. -Eso no puede ser, d(,ña Anselrna. -sr, señor: como ella~ ven que al principio una 1f'1!' 3Juda, miénlras se ponen al corriente, resulta que mÁs tard~ ya no pueden hacer nada, sin estar el ama presente, y una tiene que ha­cerlo todo. E as son las que 'se qu~dan ~n la casa. Hay otras qUE' vif'nen á servir un día cuando mAs. Estas no tienen otro oficio que andar aVeriguando qué es 1.0 que se usa en esta casa y qué en la otra/ par" hacer enredos dondequít>ra que se E'nCuelltren. Todas entran al ser,icio muy' humildE's al principio, se tl!lmeran Jos cuatro primeros dias en hacer buenas comidas, y cURndo f'st:in abulTidas, que es al m~s á l~ sumo) buscan modo de disgus­tarse con la señora para desocupar el pue:sto, ~orque no quieren nnnca dejar á una ~n sana paz de Dios. Otras hay , y éstas l!on las peores, que si no tiE'oen padre& vivos, hijos Ó t"sposo, no IE's falta alglma comadre ó al~un art'inquit¡ Á quién mantE'ner ¡ y toJos ios dias por la tardt'l salt'n de la casa con su tapao debajo del pafiolan, , , ue cocinera \lE' duerma en la casa? -Porque e as son peorts, aon arnJa · . A esas hay que cuic1ar­las corno 1\ niñas bonitas, porque aunque se se-pa de una manera pública qne se les ba ~egl1ido cat;sa de vagancia por ~. u vida rela­jada, nunca falta hlglln deudo suyo que vaya á donde una i\ supli­carle encarecidamE'nte no se las dE"jeo salir á la calle á mat¡dadol y mucho m'éno solita~. Esas mantienen tertulia fin la puerta de la calle todas las noches, y el cuarto eudonde babit~n lo ponen as­queroso. Yo prefiero clialq uier plaga en casal á sufrir cocinera que duerma en ella, Antf'riormente habia criados 6 sirvientes muy ~umisos y humil­des, sf'gun 10 que me c(,nlaba mi madre, de los cuales ~ la más insig­nificante senal se era inmediatamente obedecido. Hoy con el CUE"nto de que la ónseñanza es obligatoria (>n el Estado, y que t.odo títe­re con cabeza ha de ir t\ las t"scuelas, nos han puesto en un predi­camento fatal: por supuesto que eso será muy but"no, no digo que nó; pero nos han matado, don Damian; yft no hay negra en e ta tiel'l'a que no sepa frances, inglé y hasta gimnasia. Hoy si llamamos R alguna cocinera para qUE" nos sirva) no crea usted que DOS aluda como anteriorDlente: "Cómo está su merced, mi se­ñora?" SiDO que su saludo de ordrnanza es el "Bonjour, Madame.', -Esa t's mucha exngeracion, dona An~E'lma ! -No exagero nada, don Damian, todo lo que usted está oyen-do e el santo evangelio. Hay algunas á q,,¡,.nes no les falta nE'ne al lado, y que mUf!hu veces por ese grande inconvenientp. dejan de alquilarse; pero éstas al tiempo de entrar á servir en una casa, p/men de manifiesto esa circun tancia, con la expresa advE"rtf'ncia de que no I~ consentirán que alga do la cocíAa. Á éstas las d~testo más que 1\ todas, ya porque se cuidan poco de hacer las cosas con el debido aseo, ya porque nada les importll que el nt>ne de sus entl'añas est"; metien­do sus manecitas bi(>n sucias en cuanto trasto se enc'uentra en la casa. Agregue usted que casi todas ti(>nen por co~tumbre dejar en las tiendas, cualldo Sf' las manda á comprar alguna cosa, piquitol de cuarta ó trueque de que se aprovethan más tarde. Es una cosa bien sabida) don Damian, que todas ellas son muy malas, y que 'e cuidan muy l'0co del aseo E'D lo qnt hacen y en su propia per ona. Si cierra ustE:'d un ojo le secan un cu bi~ltO 6 un plato en la aya; si u 'ted c&pa.b'ila le muelE'n las arepas fumando tabaco y d~jando capr sobre 111. masa cierto hilo sem~jante & una hebra. Se descuida ullted un instant~, y cuent~ po.r s~guro que se , engullen lo DlE'jol' qUE' hay E'n la cocina y que no le lIe'f'an Á la me- : sa sino los sobrados. Esa es la canalla m~s df"testabJ'e qu~ hay,' don DamiaIJ. Si yo fuera legisladora, trabajaria incllnsab,lemen porque se expidie-ra una ley que dispusiera 'que. todas en gene-ral la9 ~nvi~ra~ ~ Patiburrú, un año, conel obj~to de hacerl3¡~ u­riar de costumbres. Pero" qué vamos ~ nRCE'r! Hasta por ahf somo~ de!lgraciadas ncs~ Qtras. Los hombres bacen sus leye á su amaño, y, qué leyes aquellas! Leyes de embudo, coo las que buscan para ellos lo a.ncho, y para nOSf)tras lo angosto! -No diga tal, doña Anselmll ~ si A usted la oyeran, de fijo qu~ seria la primera que marcharia á Patib'tlrrtí. -Nada importaria: me lIevarian (Jorque habia dicho la \"erdad~ Hoy qu~ esto) d~, buen humor) y que be encontr~do qui'én me e~­~\\ che con ~ ~ncion, quien desnhog~rme ~ mi~ a,ncbas. -,~A lín hay algo más q'.!é decir de ~Sll pobre ~eote? - Pues si tlma. ,. , ' , -Encienda este otro t~baquito, y pré&teme tin poquito de atf'ncion. Bueno serÁ quP entiendan mis lectorE'~, que cuando doña Anse-l. roa torna la palabra no bay quién 3e la quite; y que para slt1iTar que sea, poue por delante una ruano, 'de temor de algu- 11\ interrupcion. , -Abunido lo tpndr~ y& ton tsta eonversacioD taq pesada, ~no es verd~d, don Damian? -Al contrario, doña Ans~lrila, iDe distr~igo mucho con es\a! cosas. -Iba diciébdole qUt hay llna~ 'c'ociot'ras m~s malas que otra ~ pero que todC\& en general ot;l (Jéslmas, por cuyo motilO la& lla­mamos la eruz fJegra. Yo quisiera que tuviéramos tiempo suficien­te para hact>r1e una pintura mas 'á lo vivo de lo que son en reali­dad; pero como noto que hstad St' está fastidiando, serÁ bueno que ~u,speDdamQs la conversacioll sobt-tt este asunto para continllarla dt'spl1es, -Como guste usted, ~ofil\ AnseliD/),. Vo me distraigo 4n yo cuando usted entraba, qué va op¡n~nd01 -Por lo que he oido " usted y. por lo que he visto en cas¡l¡ creo, y tengo firme convencimiento, de que lo que ueted dice es el tvaogelio efS t,·¡unf.! -OjalÁ que usted supiera otrae C08J\S t -Bien, pue&, vecina, dije levant:indome j que paee usted muy bu o --- -Por qué tan pront01 -Es tardf' ya, y conviene dormir algo para poder trabajar mañana. -Plles no olvide el camino, don Damian. Recuerdos á Helio­dora. -Buenas nocl:!t>s, ncina. Despues qup aH ~ la calle dije pnr~ mi coleto: 11 Esta mi veci­na es un demonio; no hay qué jugarlt' J) ! DaUlian. AVISOS. JUAN DEDIOSURIBE G., DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGIA De l,a :Caculta
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 28

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Radionovela Por salvar la patria - Capítulo 28

Por: |

En este capítulo, el general Juan de Sámano adelanta la diligencia de aprobación de la sentencia, aun sabiendo que somete a cuatro reos que son paisanos. Ciertamente, se trata de un acto arbitrario que reprueba el Tribunal y de un dictamen que deja impotente al oidor Juan Jurado. —Se lee un fragmento del formulario de procesos militares sobre el procedimiento que se sigue con los reos tras aprobar y notificarles la sentencia—. Antes de ser conducidos a la capilla del colegio del Rosario, Policarpa y Alejo Sabaraín se piden perdón mutuamente. La inminente fatalidad aflige sobremanera a María Ignacia Valencia —por el escrito de Rafael Pombo, se sabe dónde vivía ella—. En la capilla, Sabaraín conversa con el guardia José Hilario López, compañero suyo en la campaña del sur, que en el pasado fue apresado y juzgado junto con él en Popayán.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Audios

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Radionovela Por salvar la patria - Capítulo 28

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Novelas y cuadros de costumbres - Tomo 2

Por: José Eugenio Díaz Castro | Fecha: 1985

El tomo dos presenta la novela BRUNA LA CARBONERA, primitivamente titulada LAS AVENTURAS DE UN GEOLOGO, empezó a aparecer en la sección de Folletín del periódico El Bien Social, Bogotá, serie 2a. Núm. 24 (21 de noviembre de 1879), y concluyó en el Núm. 48 (7 de mayo de 1880). La presente edición es la primera que se publica en forma de libro. El periódico El Bien Social se inició el 14 de junio de 1879 como semanario. Lo dirigía Manuel Briceño, jefe del partido conservador en Cundinamarca. Entre quienes formaban su junta de redacción figuraban Sergio Arboleda, Rafael Pombo, José M. Otero, Luis S. Silvestre y José 1. Trujillo. Posiblemente Manuel Briceño fue quien escribió el epílogo de BRUNA LA CARBONERA, que no pertenece a la pluma de Eugenio Díaz. Esta obra fue recopilada por la escritora colombiana Elisa Mujíca Velásquez.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Libros
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Así éramos los Muiscas

Por: María de la Luz Giraldo de Puech | Fecha: 1986

‘Así éramos los Muiscas’ es un cuento relatado por un niño muisca quién describe las principales creencias y costumbres de este grupo indígena, previas a la llegada de los españoles. Explica las manifestaciones culturales, religiosas y políticas existentes, así como la dieta que seguían y las principales actividades económicas que se practicaban. Este libro pertenece a la Colección Rafael Pombo, producida por la Subgerencia Cultural del Banco de la República y la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales (FIAN), la cual contiene cinco fascículos que narran –a un público infantil- la vida cotidiana y las costumbres de cinco grupos precolombinos. Consulte los otros libros de esta colección en las siguientes url: Así éramos los Quimbayas: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll18/id/502 El mundo selvático de los Huitotos: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll18/id/519 El mundo Tairona: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll18/id/534 Así éramos los Zenúes: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll18/id/504
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Libros
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Así éramos los Muiscas

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