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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  El final del inicio

El final del inicio

Por: Franz Schirmer | Fecha: 2014

Esta novela se adentra en la ciencia ficción más clásica y, respetando los límites del género, plantea una diferencia fundamental. Aunque se vale de recursos que resultan atractivos para el lector adiestrado, el texto se despliega en varias direcciones hasta convertirse en una verdadera metáfora de la conversión que puede experimentar el mundo debido a las acciones humanas. El autor, siendo desde pequeño un gran observador de su entorno, es consciente que el planeta hoy se enfrenta a grandes cambios. A partir de esa premisa, construye una novela de género, entretenida y ágil, llena de acción,...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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El final del inicio

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Después de la ceniza

Después de la ceniza

Por: Jorge Nawrath | Fecha: 2014

Luego de varios libros de cuentos y una novela, la prosa del autor se ha vuelto tan identificable y potente como pasa pocas veces en el panorama de la literatura chilena contemporánea. Visitando una y otra vez ciertos temas - el conocimiento del pueblo, los ambientes rurales pero, sobre todo, la profunda penetración en el modo de ser de sus habitantes- ha construido una obra lo suficientemente sólida como para ser considerada una verdadera poética. Este nuevo conjunto de relatos no es la excepción a lo dicho: personajes a veces inocentes y otras violentos, gente común que puebla lugares comunes,...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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Después de la ceniza

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Casi nunca

Casi nunca

Por: Daniel Sada | Fecha: 2014

Demetrio Sordo es un agrónomo que pasa sus días en la grisura de su empleo como administrador y técnico agrícola en un rancho de Oaxaca, en 1945. Un día, aburrido, decide que el sexo dará sentido a su vida y va al primer burdel que encuentra. Ahí termina muy allegado a una morena, Mireya, con quien se entiende a la perfección. Poco después, la madre de Demetrio, Telma, le pide que viaje hasta Coahuila, donde ella vive, para asistir a una boda en la población de Sacramento, hogar de su prima Zulema. La idea obvia es que el joven se entienda con alguna señorita ilustre de la comunidad para que haya...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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Casi nunca

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Imagen de apoyo de  Biografías clandestinas

Biografías clandestinas

Por: Martha Robles | Fecha: 2012

El oficio literario de Martha Robles (1948), incansable trabajadora de la literatura y la investigación de temas sociales, se asoma este libro a las contradicciones del mundo de las parejas. En una prosa muy trabajada, la palabra de la mujer se aleja de la sensibilidad y se presenta dispuesta al reclamo, al reconocimiento de las culpas y al intento de volver a descubrir, a amar.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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Biografías clandestinas

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  • Exclusivo BibloRed
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Casi tan salvaje

Por: Isabel González | Fecha: 2012

Este primer libro de Isabel González disfruta del ritmo del cuchillo y del aire en un afán por reconstruir y apuntalar primero para derribar después. Sus personajes luchan por la supervivencia en condiciones adversas, en un campo de batalla que es tanto el propio cuerpo como el paisaje que lo rodea. Alma y fuerzas elementales se dan cita en cada palabra. En sus cuentos no es amor lo que se pide pero se compra todo por amor. El lector desprovisto de presuposiciones no descansará. Isabel González, tampoco, casi tan salvaje y toda una colisión. 'Si algo nuevo se puede encontrar en la literatura actual...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros

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Semanario de la Provincia de Cartagena - Semestre 1 N.

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Obra completa

Por: Julio Torri | Fecha: 2012

Es la narración breve el estilo que atrae al autor para poder expresar sus emociones e intereses, que consisten en el conocimiento de sí mismo. Sin necesidad de buscar respuestas en el universo, Torri hace una reflexión íntima y personal, para encontrar las respuestas que busca; es esto lo que hace que el autor sea afín con su lector, pues busca, analizándose a sí mismo, encontrar una explicación a sentimientos comunes. Mediante sus diversos estilos transmite las diferentes aristas del alma humana, reflexionando sobre temas como la figura femenina, el amor a la vida, el fracaso, el antihéroe, etc. ,...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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El Correo - N. 28

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Imagen de apoyo de  La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 13

La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 13

Por: | Fecha: 01/04/1840

1.4 1 mjj)~w m~'ft!!~ PERIC)DICO POLI'rICO y Ll'rERARl(). -lJA1. 1 . } Viucit omnia vel·itas. 1 TUJl' 1I~ Este periódico soltira d luz los di as l. -= I1 !J :J 1 de cudu mes. Ten ­rá 16 pajinus, y (,1 precio de Hl.lJscripdott por I tl nUnln o ' con·t:~· pOlldienf s ri Uft Sf:IJttSlre, que .e pagtl1'a odelalltodo, se1·á ,,/ de {re . pt'sos. ClIda lIÚU1l1'O Sllc/Ln va/dI á re"l y medio, y se vcndeHi en. (Il lleuda del Sr. LClm/llmdl, en donde se recl/I/ráll /IIS slIbscripéio­fUS, y /)e elllreg01'ált los nú1)/( roe a los subsc, lplo1'es. CO CLUSIUN DE LA RESPUESTA } ... LA CRÍTICA MAJADERA, E.l último punto que e propone deft llder II tl artÍcul 4.0 I Revi or Juj ño-Bol iviuno, e~ el de que anta (jruz fl hflcia • u frecn n1e viélje á los d partnmento. de aquella Rt;­púllicn con el obj to de ill.peccion"r la ad ¡ni tlucion en to­do sus rilmo, ino c 11 la. mezqlliun. miras que le upone r 11 I prueba el calumnio o Revisor. Él bahl de las fie. ta. ridícnla. que le h" ial1 lo pl1eblo~ por donde tran it" 0, y d I are s triunfides, con tntido~ de pasto y brezo., que le en JÜlll en algullo punto. ollv .ngill1los p r lo meno en qu stas nreo trinnfale no nrruinarian á 1 u'blo por donde trnn itaba .•. , y que cualqniera d lo altnll rzos y comi­da, qu e han dado á .amarra y á 1.a(u Ilte, d de qu o menzar n 11 patri J tlcn ('(\rr rn en pi P 10, Ilnll . i o mas grn vo En todo el P rú alto y h:1jo ha ha Ido iempr desde el ti mp d lo Espnfiole la eo tu mbr d (h quiar á las aU-toridnd n u viaje y pa o, á co ta d I ti: o y de lo funcionario locale, Ha tu á lo militdr s qn van huyendo del enemigo e les ha reeibiúo con arco triunfid , a i com se han dado e padas de honor titulos retllmbantes, y conc · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 195 dido grandes rentas y crecidos sueldos a los que peor se J an comportado. En calla tierra hai u costumbre; 'l por o no extrañaria q oe fuese cierto lo de las tie tas l'id ícu la y ar·· co triunfales de pa to y brezos, con que se fe~tejuba al P re­sidente de Bolivia en sus visitas departamental. í dudaré, ó por mejor decir, no creeré nunca, aquello de lo alojamiento" e plélldLd , con me as abnndantes, que no cuenta 1 Revisor, á no er que el pobre Jujeño entienda por e plelldldéz y por abundancia Ulla porcion regular de carne de vuca y de vario gui otes de papa y cecina, que e pueden encontrar p r aq ue- 1Ios andurriales. Yo he vi to uno de e tos fe tllle tan p 11- derados del Revi 01', á una jornada de Chuqui 'aea áciu el ca­mino de Cochabamba, y puedo colejir lo que serian 10f-; otros espléndidos banquete que se daban á S. E. á una di tancia . mas grande de lu ('apital de la República. Ciertamente nin­gun hombre de buen gusto dejaría de almorzar en su ca a, por poco que tuvie e en ella, por el intel'es de gustar del e pi 'n­dido banqllete que se preparó en aquel punto al Presid nte .de Bolivia. Dice, en fin, el Revisor que los hombres pen adores y patriotas se indi a-naban contra esas práctica viciosas y degradantes, que revelaban un alto grado de insolencia eu el primer mandatario, y un empeño decidido en promover las co tumbres abl¡ectas de la raza indíjena, llevándolas ma allá del punto á que logra alcanzar la arbitrariedad del réjimen colonial sobre esa parte de América, en tre icrlos de una dominacion férrea.-Yesos hombres pensadores del Perú y de Bolivia i en qué piensan ahora al ver que e hac lo mismo, no en ob eq llio del que va á examinar el e tado de los negocios público .. , sino de los acristanes que no llevan otro objeto que p.I de su propio interes? ¿ Cuándo e han manife t· do ma abyectas as razas indijenas y alieníjenas y mixtíjenas, que en la época presente en que se 1 s ha h cho repre. entar las farsas mas l'idícul\. y degradant s? Si an ­ta Cruz, pue, con intió en que e hici sen en ob equio 'uyo aquellas tie ta . que no apl'lleba el Rcvi 01', y que tampo o son de mi gusto, no hizo mas que incurrir en 1 pecado orijinal de ambo PerCles, u, segun dicen al pre ente, son los paises clásicos de la libertad. Pasemos ya al quinto y último artículo, en que pretend probar el Revisor que la opinion favorable que se tiene en to­do el mundo de la buena admini tracion de Santa Cruz ha sido mal adquirida, y que la que quieren darle ahora los cons­piradores Bolivianos y los demas enemigos suyos es la. que ebe prevalecer. Pata esto pretende nuestro crítico hacernos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 196 ere et que las lloticias favorahles que se han esparcido llor { • das partes d' aqu lIa bU(ma admll1i~ traci n, y l' r la cua c.' se ha teuido lIl1lV ·1' alnJCIlte [Silnta l'tlZ por nn t1 TI édwi­ru trador, se d bleron á lo men,ajes d e .. tc J<.nuHI, di'erni· nado con proflision, . que dlrijia al Gorlgl e~o de Lolivia en la época de ·u 'TJwitdo, y solo elOI1 1In hucirl(jmierlto oe em bu ·te:1 de cm odo', 6 la pi17tura 'IIIentiro, a de 1m quitlnérico }Jl'oo're o, con la que e.peraba (,o;lqui~taJ' u'JIa Ú'lf C1ta , aunq'ue fal 'a l'eputacion en l ez't ,'ior.-l-, to d UltlIlO 010 l ·ueden caber 11 la calilV rOl qlle lrvc de nlr, za al crítico de Jujui. i 'ómo podla e o nlen.aj· de anta 'n z, aunque se ul .. e-rmna 'en con la müyor pI'Olu~i()n, conql1i:-.ttH: 11 <.'1 xtcrior la buena reputa{;i n quo dl 1 h 'V I 01', i lIdo solo un ha­cinamICllto de enlbll t· de, cal'ado~, ttwndo 1l el extel ior no se forman la opini II por lo qlle . e 1<. 11 lo · n, ll .. éljes, .. i-no por lo c mento qll hilC ' l1 d ell los inf lijellte, com-parando lo que e halla 11 ~to d 'Ulll lltos T~ ú blicos con Jo que consta. de la relaciones oficinle de aqu 11 .. j nte diplo­máticos, que no se envian á ninguua parte, ~11I0 (, n el objeto de adquirir informes eauros ~obre lo hecho i"'l1 Xiln inados 'J Entienda pues el critico de Jujui que la re} utac.:ion Euro} ea y Americana que e adquirió o} J l1eml SalJta I'llZ, no la ad­quirió por sus men ajes, que eran de mui poca importancia por las cosas que conteman, sino en con eCll ncia de los informes que recibieron los Gobierno\;; extranjero de la p r onas envia­das á examinar la. cosa por sus propio ojos, y en con ecuen­cia de toda la con 'pondencia de lo extmIljero r ident s en Bolivia, que comullicaban á us r ~pectivo pai es los h chos quo pasaban ú su VI .. tao Asi es corno s adquiere la l'eputacion jenernl, y no por lo ro 11 njes que nadio 1 e, sino como una co a qne no irve para nada. i Qué fama ban adquirido Ro­sas, Prieto y Gamarra con sus' m n aj '~, á P al' de qne ello han dicho cuanto han creido conveniente para hacer e todo el ülvor posible? Diga, pue , todo lo que al). t . obre e te par­ticular el calumniador de Santa Cruz, bi n seguro de que por mas tonterias que escriba, queriendo aparentar lo .. conocimi n­tos económico políticos de que car ce, no podrá hacer variar aqu !la opinion, aunque llene d disparate todos los números venidero del ¡ercnrio de Valparai o. Diré sobre los otros puntos del último artículo del Revisor lo que hace al caso, para no dejar ninQUn d satino sin con­testacior: J. Se queja e te del carácter irascible de mi pluma, porque le enumero á él entre los escritore lisonjeros de Prie , Gamarrc y Lafuente y llova á mal que colme d denu s Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 197 tos á estos excelentísimos señores. Dice que yo he selltado hn ce mucho tie IpO la :plaza de un e. 'C?'itor de taberna, p01"rjue la groseria, mala Jé 'Y la in olencia ob curecen completamen­t~ el mérito de mi pluma y el caudal de mi~ conocim,ien­tos,- Lo escritore de taberna son los ue e cnbell con1.O Illl • tro cr'tico, sin saber lo que e criben; cuya pi U 111 s no ti lleu méri­to algm;H>, 11\ pos~en ello e uocimiento" d 1 illgun jénero, lllell llama tonto ()I tonto, necio al necio, malo al alo, no escn e como los e 'cl'itore de tabérna, il1 como los e critores que saben e 'cribir. b Y cuál erá el ro ~rJto de e ta pluma, y cuál el caudal cie ~ quellos conocimientos, de que ha oido hablar el crítico sin qu él pueda ~er juez en la 1 ateria, cuando con todo e to e sielJta la plaza de escritor de taberna? El e cri­tOl' debe e cribir en el e tilo convoniente á la materia de que trat' ; y si el crítico no 'abe e to, os porque n Jujui no e en ñu la ret'l'iea á los lombre que se d , tillan á la can .r d, l letra. Cllando se trata en t do el mllndo de pro en­tar los oJJJeto ridículos como on ClI í, es n cesario u al' de­n, II 1 estilo, que en vano qll rria inlttar el hi toril dor de 0- livi GOll. su pluma de a.v trúz. L[ coso y lo Iréro de la Re taufílcion uo 011 héroe ni co. as en que Salu tio podio. ha­bJf empleado con lmen t!xjto la pluma con que e. cribió tl=<' hi trias de la onjuracion de atilina y. de la gnerra d Ju.­gurtha. E tos héroe y e tas co. a debian tlatars con la pé­ñ la de e rvallt " de 1 la, de Le .. 0', Ó de otro. ridicl lizad - re de las costumbres de II ti m o. Aprenda tU e tro crítico á Ilacel' la di! rencia de los estilo 11 lo divcr. os ritos de la per ona á quien critica 'in conocerla. ompar" el 1011 to o­bre el tr~tado de paz de Paucnrpata y el que trata d I emprés­tilp de Chile, con la "Verdad De.lluda," y hallará qlle tlda co­sa pid un modo de tratarse mni difer nt , Para G nclllú' con lo que dice nuestro Revi sor en Sll úl - artículo obre q le yo he (¿dultel'ado cuant él xpn o en u Revista, 1 o diré otra co a ¡no que e 1(><1 la tnl Re-vi tct.r. y , c mpare lo qlle en Ila en u /ltr J cm 1 qn y he note do, :JI p bre crítico n.o halla otrn nli la á ll~ in ­COI eC1l61}cii , ino n gnr qne h dI ho lo qne ha dicho. 0 - tcm [} fin, j- torpeza. y In 1 ec ,<.lua . n qne t J minn , l1 01 ra e te Reví r, cnalldo, qu ri \ d n:ten r I oñnuo 11 e miento d 1 J neml Lor z, d ' ce:- damo pue. 'lJ1'lIcha irn­pfYrta. ltaia tí la revela iones que hizo en u expo i ion el Je~ nfJra}. Blan 'o: mayfJ{, crédito debía l11'e lar ant C'ruz ú' la que- le haría D. Antonio Jo é de lri arri, ye mui pro able que e te, no contento e decirle 19 q UJ sabia le arrn Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 188 seja1'ia el crímen horrendo de que Lopez fu~ la victima.-­Esto sí, .que ~s e c.nbu ~omo escritor de taberna, sin nmgun talento, Jl1 nmgllna gracIa y con toda la torpeza de un mi­serable embarrador de papel. i Qué otro zopenco podia d ci r que él daba menos importancia á los hechos evidentes, que á las suposiciones mas ridículas, mas caprichosas, mas malignn' y mas infames '] Hé aquí la últIma prueba que nos dá el crí­tico de Jujui, de que merecía justísimamente aquel epíteto de miserable que tanto le ha disgustado. D, CASIMIRO OLAÑE'rA. 'rengo á la vista un cuadernillo de 25 pájinas, titulado l :Ix DEFENSA, impreso en Chuquisaca y subscrito el 6 de Ene­ro de 1840 por CASIMIRO OLAÑETA. Comienza este papeluch con una estancia del Child-Harold de Lord Eyron, traducido en un español, que no dá la mejor idea de la educacion li­teraria. del escritor. Pero esto no quiere decir nada, porque no es mas que una mala traduccion del texto de Lord Byron, qu seguramente no se imajinó, cuando escribia su Child-Harol<.l, que estaba componit:mdo el epígrafe de una obra diplomática. Esperamos que en otros papeles, que nos veno-an á las mano~, de la hechura del Señor Olañeta, encontrarémos por epígrafe' algun pasaje del Compadre Mateo ó de Mi tia Tomas. La introduccion á la Dejen a del Señor Olañeta es una v r­dadera pepitoria de erudicion, ó chorizo de nombres célebres, en que entraron Plutarco, Tácito, el profundo Gllivon, que no . a bemos qnien es, Socrates, Ciceron, Herenio, Popílio, Lamar, Rivadavía, Sucre, Bolívar, Irisarri, Miranda (no el Oaraqn ño sino el Español,) y todo esto envuelto en su correspondíent salsa de indijestion. El intento del Señor Olañeta en este papelucho parece qu es, segun él dice, cnrnrse de su de crédito en el exterior y vol ­ver por el honor de Bolivia, á quien na servido en us ma. elevados puestos; por ne, como él expone:-la i1ifluencia moral y directa de los altos funcionarios de una nacíon, su capacidad y su conducta, 'llelen valorar la importancia de los pueblos por la de ltS empleado .-EI ñor Olañeta quizá ha pen a­do mni bien, pero no pnede explicarse peor, porque est.a Ont­cioncilla, i yo no e toi muí encyañado, no contiene mas que un di parate. La influencia mOfal y directa de lo. altos fun ­, donario de una nacion, la capacidad y conducta de estos son, segun el Señor Olañeta, .las cosas que hacen valorar, es decir Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 y~t vaiuar la Impoltancla de los pu tlo ' por la de sus emplea b • La influencia moral e aqui la avalnadora, y esta iufiu neia moral de gl'aciadamente es ca a que 110 se d ja cntf'lIder n la oracion de nue tro diplomático. La capacidad y la conducta de los altos funcionarios son las que miden la importancia de los pueblos por la de los empleado; de modo que ellas son la vara y la ca a medida al mi ~ mo tiempo. i Pueden darse explIcaderas nm extravagante ? No es extraño que e criba tan­to el Señor Olañeta, cualldo e~cnbe de e te modo. Otro hu­biera dicho mas clara y lójicamente: La capacidad y la con­ducta de los altos funcionarios de una naClOn suelen er las que dan la medIda de la importancia de los pueblos, dejan­do á nn lado aquello de influencia. moral dú'ecta (5 indirecta con que solo se con igue embrollar toda la frase. Digo esto, porque el Señor Olañeta me ha llamado quí­mico de la gramáticas y criticastro de todos lo discursos, creyendo e te huen S ñor que me ha hecho un agravIo en concederme la capacidad necesaria para analizar las oraClOn s y los discursos, manifestando en el análisis que no saben ha­blar ni escribir, y consiguientemente ni pensar, los que escriben tomo él. Como el Doctor Olañeta es enemigo de los análisis, no ha podido, ó no ha sabido discernir 10 que corre ponde en el nú­mero 4. o de la Verdad Desnuda al editor de este papel, ni 10 que solo e del cargo del articulista subscrito con la ~ ini­ciales F . M. D. M.-EI editor de la Verdad Des!luda dijo, y sostiene, y so tendrá hasta el último dia de su vidj, que la pri­mera defensa del Señor Olañeta es una verdade-a ~ cusaclOn de su conducta falsa, innoble é inmoral. Lo qu ah ra e en­cuentra de nuevo en la .'egunda defensa no pr ba otra cosa sino que el Dr. Olañeta, por mas doctor, ó por r. as , d?~to que quiera parecer, carece de la instruccion y del bu~n J 11 1), que se necesita para no acusarse cuando quiere defelld~ r e. Las cin­co cartas que presenta este señor como documen de Sl hon­rado proceder, no son sino cinco testimonios con a u m ra­lidad. i Qué dicen estas cinco cartas '1 Dicen que .,,1 eilor Ola­ñeia era enemigo de la Confederacion, enemigo de J neral S nta Cruz, y enemigo del órden de cosa, bajo I cual 1 ser­Vla solo por amor al dinero que se le pagaba. ¿ ~s st o que hace un hombre honrado? i Es esto lo que hac un b en pa­triota '1 . Es esto )0 que hace un hombre que tlele enfmien­tos de Jecencia'] o; el hombre decente, por innor 1 ql e sea, por mal patriota que pueda ser, no se expone jtn18 ue se 1 diga que ha servido un tino contra su opnio Y' contra Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2ú . conciencla. I ul~n obhgó al Señor Ulanetu á ::,erVlr 10 empleos de confianza que obtuvo en el Gobierno de la Cou· f deracion y bajo la admini tracion del Jeneral anta Cruz .n Bolivia 1 i No podia este eñor vivir de su ~rolJia in~u tna, sin hacer e cargo de un de::,tlOo que solo podIa ploporclOnarle los medios de er infiel á la confianza del jefe á qUIen servía? Mientras no alió de Bolivia el Señor Olilñeta, tuvo algnn pretexto para hacerse cargo de mini terios y de otros empleos que uponen la confiuuza del 01 .01 mo, sin creerse obligado á guardar ninguna C01l ecuenclu; pero despues que este señor estuvo en Francia algunos año, y despues que pudo impo­ner 'e del modo con que se conducen en todo el mundo ci­vilizado los nombre. que se comprometen á servir los prime­ro' de tino poI ítlCOS de las nacione~, es ya indisculpable la conducta ruin y de'preciuble de e::,te ilustre caballero. Pudo antes este señor haber vendido á u tia, siendo su secretario: pudo antes haber traicionado al Jelleral Bucre, que le miraba como á hijo, y que le salvó de graves compromi os: pudo ha­ber sido incon ecuente con todos aquellos con quienes hizo el papel de estar intImamente umdo; y pudo en fin haber vendi do las confianzas del Gobierno á qUIen servia; pero despues de haberse hallado en m dto del gran teatro politico del mun­do civilizad, estas traiciones solo probarán que tieuen su jer­men fi cllndÍ3imo en un corazon eminentemente traidor. Disculpcable fuera el doctor Olañeta, y aun ju tificable en­teramente, él hubiera servido á la Confederacion, ó á los proyectos dE:l Jenernl Santa Cruz, dn rante cierto perlado en que él los aproba e, separándose de pues, y aun obr:1ndo en contra, c'l,mdo se hubiese convencido de que eran ab urdos Ó peljudicial~s. El hombre no está oblIgado á obrar siempr del mismo nodo, sino n cnant0 las ideas y las circunstancias .Han las mi I:Jla ; porque la verdad ra con"ecuencia con 'i te en ser 1 no c~:m~ecuente consigo mismo. Pero i cómo podrá el Dr. Olañeta vInCicnr. e de haber servido doce años á un hombr(; que para él, seQ'Un nos dice, ha sido un tirano 1 Ahora parece que 1 iere 1 acernos r f que las p f. ecuciones que sufrió, y el mie o q lit tenia á Santa 'rnz, le hizo siempre obrar como un im écil. i Pero era Santa ruz un hombre temible para Olllñ t 1 no era in el juguete de Olañeta, segun lo ma nifies a e te el los docum nto que acaba de publicar. Si estos docUJ ento contienen la verdad, Olañeta conspiraba descubier­tamente cont'a Santa Cruz: esta con pi raciones eran públicas, y el e er 1 Santa Cruz no podia ¡unorar lo que se decia en calles pI s contra la infidelidad de su favorit ue! que. u ut Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 201 como dicc D. Elias Bedoya ün uno d 103 documentos; pnbl i cados en la segunda defensa, m declarado por la voz pú )li­cn cómplice en el pronunciamiento del Jeneral Orbegoso y aUl en la derrota de YUllgay. Todo e to, i vale algo en el jUiclO de los lectores, solo Pllede servir para dar una Idea mm con­traria á la que el Señor Olañeta quiere hacernos formar de la severidad del Protector. Es preci o que en vi ta de e tos docu­mentos, creamos que el Jeneral Santa Cruz dejaba obrar á us enemigos con la mas completa libertad, y con la impunid d mas perjudicial al sosten de la Confederacioll. Asi pue , los epí­tetos de cruel, de vengativo, de tirano, de déspota, de arhitrario y otros semejantes, con que el Doctor Olañeta acompaña siempre el nombre de Santa Cruz, son los menos adecuados al carácter indolente con que aparece este Jeneral en la mi ma históna escrita y documentada por su Ministro. E 'te podría pasar á las jeneraciones futuras como un grande dlplomático, si no hnblese querido su de graciá que escribiese e tas defensas; pues el ver­dadero saber para el Señor Olañeta habria sido cl saber callar. Dejo aquí la defensa de D. Casimiro Olañeta, dándole las gracias por la jenero idad con que quiere privílt'se de la glo­na que le traeria escribir mi biografia, para cuyo desempeño le sobran, dice, abundantes materiales, y cuyo argumento se­ria fácil de tratarse con perfecciono Pero él agrega que no sabe aborrecer; y dice la pura verdad; porque para saber abor­recer, es nece al'io tener sentimientos, y mi doctor jamas lo ha tenido ni para aborrecer, ni para amar á nadie. El dice tambien, y con mucha razon, aunque el dicho no sea suyo, que siempre se gana mas con una pasion menos. Asi ganaría ma ~ nuestro doctor, si perdiera la pasion de escribir DEFENSAS, que solo son sus propias acusaciones. Con todo, yo quisiera que le acometíe e In nueva pasion de escribir biografias, para te~ ner el gusto de ver disfrazado en Plutarco al Demó tene~ de Bolivia. EFECTOS DE LA NUEVA CON TITUCION PERUANA dada por el Congre o de lluancayo. El día 25 del pre ente han llegado á la Puná ocho Pe­ruano eJepulsado por el Jeneral Gamarra, segnn se dice, por qne e ta per onas formaban un partido contra aquel Jeneral en la elecciones para Presidente de la República. Los expul­sados sOI1:-el coronel D. Alejandro Deustua, el capitan de fragata D. Fmnci. ca F rcelledo, D. Francisco Re~olinll; . D Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 202 José del Carmen Gallegos; D. Juan Gallegos; D. . Noya; D. N. Nestaris y D. J. • Céspedes. El coronel Deustua vino al Perú en la expedicion del Je·· neral Blanco; volvió en la de Bulnes: y segun el testimonio unánÍlue de Chilenos y Peruano, fué el oficial que mejor se comportó en Guia y en Yungay. Despues de esta última ba­talla, marchó al interior, é hizo una capitulacion con el jene- 1'al Otero, por la cual se le entregaron las fuerzas que queda­ban enemigas; y e ta capitulacion fué de~aproba
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Semanario de la Provincia de Cartagena - Semestre 1 N.

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Imagen de apoyo de  La migraña

La migraña

Por: Antonio Alatorre | Fecha: 2012

La migraña es una novela breve y de gran intensidad en la que se entreteje la memoria y el diálogo interior de su personaje principal, Guillermo, para trazar una historia que se remonta a la infancia, los primeros años de formación en un colegio católico y el descubrimiento del amor, para ilustrar las repercusiones que el pasado tiene en la vida del ser humano. Muy emparentada con la autobiografía, se trata de una obra que permite al lector conocer la vertiente narrativa de Antonio Alatorre.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Literatura latinoamericana

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Por: Roberto González Echevarría | Fecha: 2012

El autor combina el ensayo con la comprobación científica, y aporta ejemplos irrefutables de su tesis: las relaciones que la narrativa establece con otros discursos no literarios son a veces mucho más productivas y determinantes que las que mantiene con su propia tradición u otras formas de literatura. Así, por ejemplo, demuestra las relaciones de varios escritores con el poder y sus notables influencias estilísticas.
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