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Fecha:
25/02/1904
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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, (Rcpúblicn de Colombia) .t'EnHEIW 2:1 DC HIO.f -?\o 159'
ferio die,~
E L L A B R 1\ D O R
El labrador es el rey de la nabíraleza,
pero el e:scl avode la sociedad.
Los cielos ofrecen rocío á su obra,
el solla fec und:-t, el aire la conserva,
la tierra la alimenta, las estrellas
velan su noches; y todos los ecos
de la cr~ación son los cantares que,
ó celebran su nacimiento ó lloran su
muerte. T odos los gérmenes de vida
que el a liento d el Creador e;.,parció
en los espacios, como semilla eterna
éie los séres, se fecundan, brotat1 y
crccea al soplo del labntdor. De
suerte que sus brazos :son como el
instrumento de que Dio se Yale pa·
ra perfeccionar la naturaleza.
¡Qué hermoso e · cuando el cielo
se esmalta con ese azul riente df' la
primavera, y la tierra comienza á
dar el jngo de su sa\·ia á los árboles,
ver desde la humilde cabaña, ni envidiado
ni envidioso, las primeras
blancas y rojas flores que da el almendro
; l<:.s primeras maripo'-'asque
rompen ::;u capullo y se bañan en suaVes
aromas, siendo el pétalo vivient
e de las fiares; la primera golondri
na, que cansada de su larg·a tra ve~
ía, ¡.,e posa en la cúspide del can1-
panario, como aüaída por un ciego
sentimientoreligioso; ydee tasuerte
es el a lma como el relámpago de
luz increada, como eter11o eco de las
annonías de la creación, y vive con
la \'Ída l.lniversal que desciende .á.
·-
raudales de los c·ielos. El labrador'
ofrece á la "'ocidad los tributos· de
la naturaleza. Suya es la vela que
el marinero extiende para aprisioná.r
los vientos; suya la seda en que se
envuelve el magnate; suyo el blauJ
co li1-.o que viste el niño en su cuna;
suyos son todos los velos con que se
resguarda el cuerpo de las inclen1enciá.
s de los elementos; porque es
como el mediadot entre Dio::; y la naturaleza,
entre la naturaleza r el
bom bre.
Y cuando la estación dl! las lluvias
viene, arroja el trig-o en la tierra,
depositando en él todas sus espet·anzas,
que reverdecen al verle brotar
basta que el sol drl estío lo dora~
entonces, cuidadc,so, lo recoge con
deleitosísimo afán y alimenta á itrfinitos
séres, pues sus manos, siempre
avaras de los tesoros de la vida
divina, la reparten entre los bombtes.
Y sin embargo, ¡ pebre obrer·o de
Dios, que así contribuyes á realizar
sus fines, que recog-es f'n tus manos
el rocío, que llevas las fuentes de la
vida á todos los labios de lo:; hombres!
¿Cómo no se han acordado les
b'ombres de tu suerte? Los mismos
que visten esa ~-eda, que sin tí nunca
se viera tejida; los mismos que te
deben e os ricos elementos, te menos
prec ian, te olvidan. Cuando una
joven del gran mundo marchita entre
los rizos de sus cabellos una flor,
no se acuerda del pobre que la arran~
ó á la tierra, consagrándola cuida~
dos it1 mensos, poniendo en ella todos
sus pensamientos para que el sol no
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147E; EL COHRÉO DEL V ALL])
pudié;:-a abrasarla, ni de~vanecerla
el vie11to, ni abo ;~·arla en sus torrentes
b lluvia, ni coe¡·J;t lo::; insectos;
v cuando s eca v casi Je:--;bu je:~da b.
~rroja de t>í, ig·no.-::t que las lágrimas
del pobre labrador acaso ~e
mezclarían en aquel cáliz con las lágrimas
del rocío.
¡Y si fuera sólo e~to! El labrador
nunca se cura del mundo; trabaja
porque trabaja, cott1o el 1·uiseñor
canta sin saber si sus cantares se
perdec"in en los aires, ó irin á reg-alar
con c·ms acénto~ enamorado~:; coi-
a zones.
El labrador, al borde de su era,
rodeado de sus mieses. bajo un árbol
que plantó su padre y qu~ deja caer·
sobre él sus ramas ofreciéndoles regalados
frutos; recostado en el lomo
de uno de sus bueyes, q Lte uncidos
le miran sumisos cor:~o si se aperc¡bie!:>
en al h • bajrJ, ,-iendo c1·uzar vor
los aires la blanca paloma, á quit'n
presta asilo, y sestear á sus plantas
los e orderi !los qut" a pacieuta, entonando
á la par cantares melancólicos,
que se parecen al ruido de las
hojas secas en el otoño, es un artista
de la na tu raleza.
¿Qué pintor tr~zó jamás una flor
como la flor del almend r o, 1¡ ue parece
como de nieve dorada P• >( los rayos
del sol poniente'? Q Llé poeta
safÓ jamá-., á su arpa ~.one ~ , tan mclo'dio~
os como esos can tos popu 1 ares
que al caer la tarde, Guando la
carnpana de la oración sal nda á Jos
nacientes astros, levantan al cielo
perfumado en el amor divino.'Jos pobres
labradores'! ¿_ Dónrie hay un
cuajro más bello que una de esas
campiñas meridionales arn-~ g-ladas
por el trabajo del pobre labrador,
en que las vides se extienden formando
verdes alfombras por los suelos,
y se levanta el sombrío olivo, y
el naranjo cargado cie frutos de oro
y flores de plata, que como pebete-ros
orientales ilen;:u e!~ aronLlS lo~
~ir;.·s, y sobre ta:1tos ;:rbo1e~>, de t:m
va,·io \·erde matizados, se eleva la
pulmera de s tac de lores. Tal
e::-; ~u triste suerte.
Pero no te desconsueles ¡pobre la.:
brador! Veudrán días mejores que
matarán la usura y ct·earán en cambio
baucos agTicolas para libertarte
de su oprobios~ sen·;dumbre; el derecho,
n~spíandeciendo como una es.:
trella, ob1·e tu frente, endul7ará tus
días; la asociación te proporcionará
t11áquinao; que te ayuden á domi1nr
la naturaleza; la 11bertad', lejos de
arracarte tus productos, tP. hará reproducir
con creces y larg-ueza tu&
tributos, no consag-rándolos á com-
' prar voluutacles á los tiranos; y tu
alma se cernt'rá g-ozosa sobre los.
campos, como las n:1ariposas sobre
las flores.
Mientras tanto, yo nada pueda
hacer por tí. Si Dio~ encendiera alguna
idea en mi oscura mente, la
pc)Udría á tu servicio, comn á tu servicio
he puesto los sentimientos de
mi corazón. Así sólo me es dado pedir
al ciélo que se acerquen es<;s días,
uniecdo á tus ruegos la~ oraciones
que me enseñó mi madre; lengua
u ni versal conque los cristianos, aunque
apartados por la distancia, nos
dirigimos á Dios, uniéndonos en amor
infinito y en mefables y tiernas esperanzas.
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PLFGARJA DEL ALBA
Soi1é q no allá, b<1jo el hogat p~t( r 10,
Dormlrlo en tu regazo, ml:ldre mía,
Sobre mi fren•e p1ílicla s<' ntía
El beso de tu amor, sublime y tierno.
Po116 que al despE'rtar, tu dnleP- ::~eento,
Como un ec•1 del <·ielo desprendido,
Anidaba Sil mü~il·a en mi <•Ido,
Para arrullar mi insomne pensamiento.
Soñé gne tu du!eí~illla mirctda
Mis ojos1 ¡ay ! acariciando abr1a,
Y at levantar rnÍ$ párpados v eía
El ro:st!'O d e la 1nadre idola ~ rada.
Y soñé f]lle tn angélica sonrisa
Rizó por mí tu venerable frf'nte,
C~omo clara y punsima corriente
Besada po•· el soplo ñe la brisa.
Soñ6 .. ! mas ay! qnr ni despPrtarrful sue!1o
l\f ,. halle muy lejo,; del hog;u- amado,
'{ tan &ó! r> en mi '~"P ritu grabado
'l'n se¡;nb lante pnrí i1 uo y ri s n t)l'io.
Ah ! yo so~ahn fl,·spertar <'ontigo;
M 1rlr<' d e m i-> h , r · •a Hns, madr':l mía,
Y llH' hallé '1'1'~ .. n 1111 p.,raliiO dormía
~ i.1 f'l n Ól:'l b ''·u l nem 1go.
> l' t> nto n• ·rs la 1nirada al cielo,
1: "~'l al despnntar PI d1a1
Annqne proscrito del boga r paterno,
Encuentra e l eora.dn1 profundo y tierno,
Que re::;ponda al llamarte : ¡ madre mía !
RrcA two GoTIÉtmE.?..
L A E S P O S A M IJ E R T A
[ lmitaciút. 1lel nlcm;ÍII]
El jóven fue a llamar á la ventana,
Y dijo: -Amor mío, estás ahí~
Y oyó a·dent!·o nna voz seca~ no bnmana,
~ut: con tés taba : ¡ 81 !
-l.eYDntate, a¡n¡ ,¡• 01Ín, aore Hl ÍIIStatiÍé''·•
Ha:; V<~riadnt ... Contéstarne, por Dios!
~A ·otro dt 1ui f e, tengo otro amante ... ·•
Dijo la m i::-ma voz..
Mi c::.p"snyn es lu muertr:.' Era'n¡i anl•clo,
Pues t11 t11r1 'a 11t:a t11e obligó n ~J:-lrir .....
Ahura, h;osta I'II('l de?stino
L es hizo fiems, y con cruda tuatiO
D esgnrraron mi tnar1to soberano.
-Pohref ¿v Ol:'í'ptH~f:? . -Dc~p1 i·1' nw YÍ pt'Hlida.
8in t f' ner un lugar donde astlarme,
Y. cual la cierva, por laflf'cha herida,
Volé á bn sc::~ r aquí donde ampnrarme;
Rodará aqni mt solitaria vida
Cort1o esa fu e n tP .. ¡qui én podr:l enc,mtrarme'
Si va!ln s il pre:;entido
Ser t ::~n h :liee SI tn labio quiere •...
-Te dPjaré mi coraz(•n, mi auseneia
Te dirá que me llamo'· La Inoeencia 11,
Y se perdió cotno una nube errante,
Como un vellón de seda en el espacio,
Y quedé sorprendido y delirante
Con tan grata y esplendida visión.
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1477 EL CORREO ~EL VALLE
Yo la segul ~·on mi pupila al <~;~lo,
La miré ent~·~ el ceh'tje de la tarde,
La dí mi lld~'ós ... mas quédame el consuelo
Que al irse \1le dt>jó su corazón.
CELSO DE LA PUENTE.
EN LOS GUINDOS
Tenía yo diez y ocho añ0s,-ella :A penas diez y seis ; rubia, rosada __
No es por cierto más fres<·a la aiLorada:;
Ni más vivll una fúlgida centella.
Un día Adriana be lla
Conmigo fue al ve•jel á coger fruta,
Y asi corno emprendim r¡ s nuestra ruta;
Absorto rne fijé por vez primera,
Cuan atractiva y cuán hermosa era!
Llepaba un sombrerillo
pe paja, festonl,aoo con adornos
De :fi.OI'es de canela y de toinillo,
Y realzando sus mórbidos conturnos1
Un coq.~iño ajustado,
~aya co•·tft, abultada, de distintas
Labores, hacia e l uno y otro lado,
Re('ogida con lazos de albas cintas.
Como nuest1·o paseo se alarg-aba,
La ofrecí el bra"Go ; me arraLé al sentirl~
Que en él lángu id:imente se al'oyaba,
Confuso y sin saber el qué de(' irla,
Me desasí. Trepéme á un alto guindo,
Desde cuyo ramaje de esmendda
El bello fruto ya ett sazón la brindo,
Que ella con gral'ia l'ecogió en la falda.
¡ Oh delicioso instante !
¡Oh secretos de amor! ¡,C uál mi ventura
Podré pintar, mi sangre llameante,
Al ve1· desde la (l.ltura
Su seno palpitante,
Su voluptuosa y cándida het'mdst1ra 1
¡,Acaso Ad•·iana adivinó en mis ojos
El fuego interno que en mi alma ardía~
¡. Esa la causa fue de sus sonrojos~
-"Aquella guinóa alcanza, me decía,
Qué trié darás~- Be•·meja cual las pomas,
Que madura el estío en las laderas,
Contestó apercibiendo dos palomas
Dlanuas, ebrias dto amor: ''Lo qulj tú quieras''(
CARLos Gumo SPANO.-
.~USENCIA
En la tarde, cuanno encienden
Sns fanales las estrelias,
Alza al cielo tu mirada
Y al blanco Sirio <::onterup1a.
Yo alzaré tambiér1 tnis ojos
Anublados por la ausencia,
Y en el astro he de clavarlos
Como Jos agudas flechas.
Un ángulo en los espacio·s
11razartín desde la tierra,
Tu mirada y rtli mirada,
Tu tristeza y mi tristeza,
Y ea el vél'tice al iunta•·se
Se be8arán en la estrella.
ALBERTO WILLfAMs·.
----¡1
VliLf{DOTE
Te vi en el templo, y te creí sagrada,
Y la frente incliné puesto de hinojos;
Y tembló la retina de mis ojos!
Y vi un mtmdo de luz, y luégo ... nada.
¿Por qué, dime, ocult::ir la llamarada,
Y en vez de amor hacer vibrar enojos~
Finjan arco de paz tus labios rojos
B~tjQ la tempestad de tu mirada!
¡,Quieres alimer.tarme eon mentiras~
A Es ficción el amor con que me iuflamasV
A Son ficiones las ansias que me inspirasY
Yo quiero realidad, yo quiero llamas!
Si no me amas, mlJje•·, ¡.por qué me ruiras1
Si me miras, mujer, APúl' qué no me amas~
JOSÉ S. CHOCA NO.
Que está en la copa; agárrate á las •·amas,
No vay¡;ta á cael' ".-Y tú,, &i ru~ aiDas, , ,
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EL CORREO DEL VALLE 1478-
TE NT 1\ C 1 O N
Retira fa; ahPjas de tu huerto
Si ternes por· tus flores, niña mía :
La abeja, dí, t, no es cierto
Que arrebata á las..fl.ores su ambrosía T
Que nóf-Mira: en tu mueC'a malieiosa
Tu boca es un clavel rojo y abierto,
Y si yo fuesP- abeja ... . 1\iña hermosa
Retira las abejas de tu huerto! ....
ANTONIO .J. CANO.
MARMOL
Te comparé tu corazón, ingrata!
Con un trozo de hielo
No dije la verdad, amh"s :::on frío~
Pero aquél es muy denso :
De mármnl ':lon tu'{ hrazo::; y tu frt-nt.e
De márruol Pi! t.u :-:eno
¿Sabes dt~ qué es tu corazón .. ? Dt=~ mármol,
Pero de mnrmul negro.
.ENRIQUE ALVAREZ HENAO.
LA CARTA DE RUPTURA
Apenas entra Gustavo en su casa,
se dirige á la mesa, coge la pluma y
empieza• á escribir ciego de ira. Sí,
ciego d.:> ira, porque ya no le cabe la
menor duda. La mu·jer á quien adora
ha sido durante toda aquella velada,
la más infame, la más perversa
de las criaturas.
¡2ómo se inclin;:¡ba sobre Jos hombros
de cuantos bailaban con ella!
¡ Con qué lánguido abandono se dejaba
llevar en brazos de sus admiradores!
Y Gustavo escribe estas veng-ativas
fra:::;es: "No la o~io á usted, porque
la desprecio. Ahora la veo á usted
tal como es, falsa, pérfida traidora,
digna de todos mis desdenes.
Si por medio de una tr!entira más
tratara usted de j u~tificarse, no la.
escucharía siquiera."
Gustavo se detiene un momento v
reflexiona. "'
Le parece bien la úl ti :na parte de
la carta, pero no la pt·imera. A una
mujer, por despreciable que sea, no
s~ le puede de¡.:ir que se la desprecta.
Cog-e otro pliego de papel y escribe:
"Sepa usted que la odio, que
he dejado de amarla y que me siento
cavaz de estrangularla entre mis
tnanos. ''
Gust1vn ~e detiene nuevamente, v
pien~a que esta vez ha ido tam bié~
demasiado lejos.
Se puede execrar á una mujer y
· decirl~ que se la execra, pero no se
la puede amenazar con una brutal
veng-anza.
Cog-e otro pliego y ~scribe : "L:t
odiaría á usted si no la hubiese amado
tanto. El respeto y el recuerdo
de mi ar11or (g u e á Dios g·racias ya
no exi:::;te), la lil¡ran á usted de mi
furor. Y si u3ted osara justificarse,
me alejaría de usted con la
más glacial indiferencia."
¡Esto ya es otra cosa! Aquí no
hay ya ni énfasis ni ultrajes, y sólo
se nota en estas frases la firmeza de
de una alma resu elta al olvido.
Sin embargo, Gustavo experimenta
ciertos escrúpulos.
¿Se puede hablar de indiferencia,
confesando que se ha amado, sin ex-
ponersE- uno á que le tilden de voluble
é inconstante?
Al separarse de ella, no quiere
Gustavo dar motivo para que se diga
que no era digno de la estrecha
fidelidad que exigía.
Medita por espacio de larg-o tiempo,
coge otro pliego de papel y escribe:
''que la h~ amado á usted tanto,
que no puedo dejar de amarla, sin
profunda pena por mi parte; y si
tratara usted de justificar su con-
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EL CORREO DIBL VALLE
ducta, me alejarír1. de u<;ted, no sin
expcrime 1tar uo sentimiento de ver-dadera
tri:steza . '' '
Pero tampoco le ao... , ·rada á Gusta-vo
su nueva misi,·a. ¿Tiene, ac·no, el
negar á una desdichada la posibil
idad de siucerac·e y de obtener alguna
atenuación en ::;u condena.
C<;>g-e, pues, otro ¡_)iiego de papel y
escnbe: "La he a!n:tdo á us ted tanto
y con bl fe, que no me at;evo á
con:'> iderarla. como irremisiblemente
f?-lsn. y desl ~al. Trate usted de justdicarse,
demosttáudomt> qu<", eno-a-ñado
por las apariencias ... . .. " b
Pero_ Gustavo arroja ~<'L pluma, en la
st:gundad de que si su amrt.da leyera
las líneas que acaba de tr;tzar, no
le vvl vería á hacer maldito el case.
L~ conoce bien y sabe que es imperbnente
y a l ti va, ·sobre todo cuan-do
no tiene razón. .
~o queda en la mesa má~ que un
phego, q~e.Gu s tavo coge presuroso
para escnb1r en él lo sig11iente : '·Te
am!D', te adc~ro. _te idoht~ro. ¿De qué
ha§ de de JUstdicarte ~1no eres culpable?
No es ciet·to que te inclinase~
sobre los bom bros de Jos que
batla~Jan contigo. No es cierto que
te deJases llevar con 1'\.no·uido abandono
en brazos de tus admiradores.
Estaba loco, sin duela, y te confundí
con "tra mujer. Voy á verte sin
demora y te pediré perdón de rodillas,
por haber sospechado de tí en
un momento de extravío mental."
CATULO MENDEZ.
•
E N P i{ 1M A V E 1{ A
Cuando lleg-an Jos primeros díns
ele la primavera, en que la tit-rra
despierta de ~u letargo, y el tibio
perfume del aire nos acaricia la piel
y penetra en nuestro pecho, senti mos
vag-os deseos de dichas indefi nidas
y anhelos indescriptibles de
correr en pos de a venturas desconocidas.
U na mañana me levanté muy tem prano,
y sin saber por qué, salí á la
calle y me dirigí á las márgenes del
Sena. Varios vaporcitos naveg·aban
bacía Suresnes, y de pronto -~ e me
ocurrió la idea de ir á dar un pa.:eo
por el bosque.
Entré en u!Ja de las emharc:-Jcinnes,
cuyo puente estaba 1 k no eh ¡ •asajeros,
y me coloqué al Jad e, de u1 a
obrera muy guapa. y muy hil'n ·c~t~·da,
que me lbm0 d c-scle luego la
atención.
La muchacha, alnot;1r la insistencia
de mis miradas, volvió la cabeza
hacia mí, y despué:s baj<í bruscamente
los ojos.
Nos pusimos en marcha, v á los
pocos instantes mi vecina, al ~"er que
yo no cesaba de contemplarla, me
c?rn~spondió con una deliciosa sonnsa.
Iba yo á abrir la boca para dirig
·irle la palabra y manifestarle la
admiración que su belleza me causaba,
cuando sentí que alguien me tocaba
en u~ hombro. 11e volví sorprendido
y ttJe enconhé cara á cara
con un hombre de aspecto vulgar, ni
joven ni viejo, que me miraba con
aire de tristeza .
- Deo;eo hablar con usted-me di jo.
Se trata de un asunto muy importante.
Me levanté v le seo-uí al otro extremo
del bo.r~o .
-Caba]Jero--repuso-cuando se
acerca el in vieruo con sus fríos, sus
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EL CORREO DEL VALLE 1480
lluvia~ y ~os nie n ·R, aconsejan los
médicos á sus clic11tes todt) g-t:nero
de prccaucione~ contra lus catarros,
las bronquitis y las pulmonías, y todo
el mundo se abrig·a para co1;jurar
en lo posible el pe! i~-ro. Pero cuando
viene la primavera nadie da un
con~ejo saludable á un amig-o, con
respecto am en te las eomuniean
los pasajeros que arriban en los
vapores rnerc:tntcs. De manera que pon
e;·,e á hace r crónicas viejas para los peri
ódicos del interior, reeogiendo notieias
de los diarios extranjeros, es ímproba tarea.
ó como si dijéramús, poner albarda
sobre albarda, porque hoy las eol'l'espnndeneias
viajan á la l'ar, es deeit·: " po;·
los caminos, y en las bal ijas de Ir: correos ... "
-Lo m á grave que ha ocnrrido l'n los
últimos dtas y en estas nuestras costas
pac~ficas, ha sido la presencia en 'l'umaco
de un buque de vela t.:on uno•¡ ochenta y
tantos pit atas de atnbos sexos "que pretendieron
hace t" presa de aquella i m pot·tante
poblaeic~n y luga re,; circunvecinos ;
perp afortunadamente la actividad y euergía
del señor Prefecto de Núñez, don Ta.
:t..ario Varona, lograr•ln co11jurar e l pL•Iigro.
De corregpondencia d Tumaco le
trascribimos lo ,; si¡; uicntes pasaje::; al respecto
de PS3 \·i ,;ita de Ufí rbc~rOS ": ... _
_ _ _ . .1!:1 30 de Enero á las ':1: p. m. se
presentó á 1~ vista del callo de ~lan~lares
una cmbarcaci<'m cttn mucha gente á bordo,
cosa que alarmó a lo::s lw.bitantes de
ese punto. ~Iedia lwra después fueron á
tierra, José Antoeio López, (an tÍOCjiJ eño),
Franci t.:O C'arnmza (panameño). l~n rique
I!an,er. (alemán) y Yartos marineros,
dragoneando como c::~pitán del buque el
alemán Haosen y López eomo Jefe de invabión.
A las sospecha::; de que eran pi-ratas
ó criminales en ct alquier· form 1, se
agreg-1 la g-rav!sima cirt.:uostancia d~ an•
Jar el unqne sin documentos de 1 av ~gaeión,
pOI" In cual el Inspeetor detuvo á
esos vifljrros é inmediatamente hizo un
posta al Prefecto de Tumaco, avisándole
lo <'ClltTido, y este empleado, preocupadu
se·iamente por tan alarmante avi~o, logrl>
reunir unos ~3 individtlOS armados
entre polici:,lle,; y cmrleados del Resguat·r:
lo, los que al mando del Coronel Saavedra
y del Alcalde ,;iguieron el ;JI de Enero
al cabo de Manglar,.,s, en donde ya el
InspPctor cooperado eficazmente por los
vecinos haL ta lo!;rado eapturar á todos
los bandidos, inelusive la Balnndra, y tan
selecto con¡;oyfue t~asladado á Turnaco, en
donde ya en po,;esión de dato~ fid~dignos
st> sae<) en limpio lo siguiente: "Tal ca·
r1vana pt·•wed t>t de la i,;la de Chatán, arehi11iélago
de Ga!ápagf•S (Eeuarlorl, eu
donde Antonio Lóp.>e z, euyG;.. verdadero
nombre es Eltas Puertas, (se supone ael\
algiln presidiario antioqneüo pot· el cambto
de nnlllhre ), logró ase,;inar al señot·
l\lanuel J. Cobos, riquísimo propietario y
dn ei1o de un I11gc~nio de azúcar en esa i,;la,
adnnde había logrado reunir un número
con:;iderable de criminales deportado,;
por· PI Gobierno (!el r~<;uador, empleándolos
como t:·abajadorcs en sus Ing-enios.
Tambi én qui:;icron a esinar al Gobernador
de la i¡,la de Chatnn, pPro no pudiendo
efeL:tnarlo, lograron apnderar.;e de algnna
embarcaciones menores, repletároulaH
de azÚc·ar refinada Ó biciéronse a la
vf'ln con rumbo hacia (Jentro-América y
Panarua, pno, pot· cualquier viento, 'la
''Josefina t'obo,;" vino á dat· á nuestra
cn·t:l. En difi,·ultades se ha visto el seü:.H"
Prrfecw ele 1'ulllat.:o pura custoJir.r y mantc
·rwr {t c,;to-; nu evos vi sitantes, y para lo
primero hubo de echar mano de los ciudadanos
pata :1yuclar así á la Plllida y al
Resguardo; y para lo S<'gundo, ósea para
pt·oporcionarles la buccdica, realiza!', tle
a<.:u e rdn enn el señor C'ón"lul el e! r:cu(ldor,
todo, ó uua gran pnrtc del cargnmento do
azÍlt:nr de c¡uc venían provistos, amén de
mnchas otras vitnallus. Tan luego C'OlllO
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1483 EL CORREO DEL VALLE
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e! Gobierno Naeio:~al y E'l riel C:tuca supieron
la JJTupoión de esos b:írba ros, di~ pusieron
que siguiera á Turnaeo el Crucero
''Bngntá" con refuerzo para auxiliar
:-d señor Prefecto de Núñf'z. A la fec ha
deLe de estar ya dc: ro no
t enemos pormenores sustaoeiales, si bien
se anuncia que el General Reyes se ha
trasladado á París, d(>nde espera obtener
resultados satisfactorios y definitivos respecto
á los .JU~tos Interese~:; de nolombia,
tan vilrpPnte atropellado~:; por los americanos
del Norte.
Adiós, sPfJOr Director. Le desea bienestar
y m~cba contrieión su atento estitnador
y aroigo aftmo.,
CüiWESPONSAL.
ARMAS DE PIO X.
Los últimos tel egra rl,as recibidos de
Roma dicen que ::-). S. P:o X formó su
e~cudo de armas con nna est r e lla de oro
de ocho ravos, cc,lo('ada entre dos ramas 1 •
de palma, y todo en fondo azul.
Atribuyese gran ~;ignificado moral 1-1
este e ' cudo dPI Papa, pcr c ree rse que él
t: imb<,lice e l trinnf., d<· l eatnlic i:>tuo Pn
todo el orbP, para ll egar cou él hasta el
cielo de l1-1 felicidad etC'rr.a: así lo c reeu
los Yers:Jdos Pn llcr:í !dtca quP le dan este
signili,·ad .. : latro Iroqués'
de Cbic:ago, e! 30 de Didembre último'
á tiempo en qne s0 daha la pteza Jen"ndnad~
t Bw·ba Azul, ante numerosísi111a concurren
c ia, eompnesta Pn Hl nHl)"or p~ll'te
de mujeres y nilios, por ser fnncion de
rnatmee. Los ddalles ele aquel terrible
acontecimiento son tan horrip-ilantes y ta'l
<·onmoverlores, quPnohay plurnaeapazde
de:lc ribtrlos. !L uando sonó la voz de
¡ fuPgo! ¡fuego! un pánico indefinible se
apoderó de aqnellu inlllema tnUl·hedunlbre,
que conJenada á espnntosa ntu er te,
y no sabiendo por dónde ni cómo escapar,
se atropellaba y se e:;tru_j:~ba con dcsespt>
ra<·ion infinita entre las <'xc l;u l!ac ioues
de [('S hombres, los Rlarid":; d,! las mujeres
y el llnnto de los niños.
LBs personas que se hallaban en los
. palcos, al ver '~t· JTada<> por las liam<'ls y el
humo toda >' :as salidas, ~e arrPjaban á !a
platt>a, e11 d,,,,dP. c::1yendP l'OirtO entre un
mar r ev ueltn snhre la ar11ntinada turba
que allí se debvtía, morían piwteadas y
magullada:,>, sin que nadie tu,·iera compas
ión pur nadiu ni pensa.-a en otra cosa
que en salvar su persona, aunque para
ello tuvi e.ra fjlle en1pinarsc) sobre sangrientos
cadiÍ\'<~rt•s .
.El r.mot• materPal, que es el miís grande
de la lHltUJ'al eza J e l unicO que SOOresale
en e::;os cataclistw>s horribles en que
se apaga toJo sent imi ento nuble y S•>lr.
aparece la be tia hurtt ana Pn su at!'rraclora
desuudl·z, se exhibió a llí más conmovedor
que nunca. Muchas infe lices madres
se vieron envucl as en las ll amas,
llevando en b1·azos al querido hijo ago.ti·
zante e ÍmplMando Ú todos que ios S~~~ varan.
Otras se arn,jaban Á aquel horno ardiente
prett>nd ie r,dn arrPbatarle los restr>s
del d é bil ('U"rpecito del niiio que se retorcJa
en a t. o ces dolores. Otras, que murieron
at'tixtadas, tenían tan Cbtrechamentt:l
abrazados I•)S cuerpos de sus hijos, que
fue imposible separarlos.
No se sabe cómo murió m:is g<"nte: si
· por el fuego y por la abtixia, ú magullada
y estrujada )JO!' la muchedumbre o aplastada
entre los esc"~tnbroi' .
Durante la catástrofe, que como era
natural cor1movw a la ciudad ente1·a, se
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'•
1
EL CORREO DNL VALLE 14-84
vieron escenas de tod::ts clases: de salvaji;:;
mu eruf'l, de robo y pillaj e, de heroÍdmo
ab11<"gado y de ,-alor s ublim e . No oustao_
te ser el pueb!o yankee "goista CPIOO
ninguno, hubo all1 individuos no tan contaminados
por el a11101' al dallar, que hieieroo
actos de tal val en t1a y generosidad,
que la hidalga raza castellana no los hubiera
hecho me jores.
La extl'aeción y la llevada de !o:> carláveres
fue un espectá•·ulo b(n rible. Por
<-~nt•·e la <·uriosa multitud qne nunca falta
-en ('aM•S tales, desfilaban los ageutPS de
pnlil'Ía co •. duc if'ndo los eucrpos: dt•s troznd"
s ltn • s, earb• ·nizados ot ,·os. borriulenwute
lacerarlos estos, incol\PeiLit>s ar¡né]¡
,,,, !Jero todos desfignrados, ater1 adqres.
1-<=ntre tanto los desolados pari Pnt<"s y los
~llntgo- se eoif'Ot'Zában pvr re•·onocN ii las
prct11la,; r¡ueridas que buscaban. ePtr•· ese
!llblo
débil y awigo, está tanJbi éu de Juelo.
-SEt~ÚN los últimos cánones de la
elegancia, las visitas de cumplido no
d eb~ n durar más de quince ó veinte
mi;:mtos. Si en la visita hay va6as
per~nas, después de sal u dar á laque
recibe, se debe cambiar ÍídsPs con
las demá . Al despedirse, jamás debe
tenderse la mano. Debe esperarse
i que la tiendan la~ personas que
quedan en la casa. Si media una
presentación, se debe ir en s~'>guida,
al día sig-uiente, mejor que á los dos
días, á dejar una tarjeta eu casa de
la persona presentada.
Nota bene.-Lo de doblar lastarjetas
e::- cosa abolida. La persona
que las recibe debe saber por qué las
r ecibe. Y si no, averiguarlo.
1\).II:a :!u·te de Ro~tc~till!
El 11 ele Oie.iernbrc, en Monte-Cario,
á la" 11 de la maltana, el L.<~r on lrtltJ'•J
d ... Host<:hild, fallPeió repentinaJueute, de
insuticiencia a•JJ'tJea, sentado en 1,n sill ón .
Desde haee tiempo se encontraba enfermo,
y su muerte 1111 ha causaJo gran sorpresa.
FCNERALES
La viuda é hi ios del finadc General
Asnbraldo Rojas, suplican á sus
amigos y demás personas piadosas
se sirvan concurrir á las honras que
por el sufragio de 1:>U al m:-t se celebrarán
en la iglesia de S<.1n Pedro
el 27 á las 8 a. m.
Por este acto de piedad les quedarán
eten:iamente ag-rédecidos.
Cali, Febrero 23 de 1904.
-Dime, Manuel-pregu¡¡taba la
mL1~e r al marido-¿ qué diferen i:t
ba v entre un accidente v una des-
.;· ·-·ci t ? J
' - 8spera que se vaya tu·1:~amá y
te lo explicaré.
La suegra se retira al poco rato
y el marido dice:
-Pue~, si tu madre se cayera E 1
u :1 pozo. eso sería un accidente; y .31
la ~acaran vi va .... eso ~erb una
desgracio.
'~ * * Cuando Dio~ hizo al mundo, según
se cuenta, quizo dejar firmada su
obra maestra, y dibujó lu.:> ojos de
mi tnorena .
DoBos•U:t
No me oh•ide11, te dije, y me olvidaste,
Te dt llli c·o•·azón, no lo qni:,
Te rrn-1<1dé mi retnlto, lo rotnpistc,
'¡e r E.' mití una eal'ta, la quemaste,
Te r egn lé un aniiln, lo vendiste, . "'
En fin; de nu es tro nrno1· se J'OIJ)pió el lazo;
Hoy no puedo ya darte ni un abrazo.
190± Em·ique Alva1·ez Henao.
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1
EL CORREO DEL VALLR
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extranjeros.
Apartado de correo númerc· 85.
Agente general, Mateo Gamboa. í Dirección telegráfi~a: BLASCARPETTA.-(;ali.
------~--
LUIS G. BARR.r\.GAN
~Ofrece lleva.r agua á do.:
mi cilio y piedra de toda clase
para edificar.
También se compremete
á trasladar, en su carro, de
nn punto á otro de la ciudad,
toda clase de objetos.
5,-5
AGUSTIN SCARPETTA
Liquida mortuorias,
tad menos que otros.
Garantiza traba}o
.
mi-
ISMAEL .BSCOBAR B.
Vende en Palmira por la mitad
de su valor:
U na ('asa de fldobe, ('tlloierta de
teja en 1a calla del MatadPro, á tres
~uadr11s y U1cdia dt~ la pl11za f.Jrincipal.
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sus t'll"t-'res, sitllhdü en '' L1-1 Por .. ada
de Sa~ta 1->arh<~l·a, '' con ea~a de
habitaeión. \fr(,piedacles habidl'ts
antes de la guerra pa!ladH.)
Acepte un a perm n ta por u na e<~ sa
6 una finca de campo en Cali.
Et~tt·rdt·rse 1:'11 Pe1lmira, eon Dami
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frente á las Gdlerías contiguo
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LIBRE ESTIPULACION
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construída.
Eduardo Sierra F. 6-5
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORREO DEt VALLE
Un triunfo
EN LA F ABRÍCACION DE AZÚCAR ! !
Verdades sobre el azúcar de LA .M.ANUELITA
El~tzú<'nt· de LA M ~\ NU¡,~LlTA eRt~ empRGirla en bonitas talrgHs cosí·
das. ERtá e mpaenda t-'rt la fábri('a y Abierta en el hogHr ; no hay manoseo
intermedia rio ; !'Or consigni ... nte. no h;:¡y des<1seo, no hay desperdicio, no hay
~\dult.eraci6n posible. C<~da talega brilla como un montón de diamantes ; el
l·'esult."do de su crist:1lización ¡wrfecta. Cómoda en formA, pel·tecta E>n calidad,
brillante en a!' ~; ¡,~ne ia, ninguna azúcar la iguala en excelencia. Cuando
compn~ usted esta ,,z 't('IH, acuérdese que la tah-ga cosida lleva el letfero de
''LA MANUELI'l'A11
, ( 't HUO también el nombre de los fabricantes. Ustt-d estaJ
·á S[l que abre una talegél, Usted estará más satisfecho
cuando la ha probado en su café, d11lces, etc. Está d¿ venta en to·
das In~ poblaciones, desde Popayán hasta Maniz.ih:-s, y es únioamente fabricada
por la
CAUUA VALLEY AGtUCULTURAL C.o
Sucesores de 'SantiHgo M. Edet,
Palmira.--Cauca.
ENRIQUE RODRIGUEZ
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abajo del Hospital. Entenderse
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12-4
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Vm; de Vebw' i 'w, de j;1va, de H t·iÍ<>tropt>; D ·vociuncJrÍos; mantillas yt-'rsey
lisas y bnrtLld;¡ ..;; mrdadas; mantos de crespón calados;
pa ño lones bl:t.1c•~ de sed s;paños; mediasme:.ias; frane]¡:¡s;
sombre roR ; en misas de piq11é labradas, lisa~ y d~ du \ce ab,·igo; cuellos;
puños; co rb:1tas ; ca lzooarias ¡ gul\rnieles ;' guantes ; pañuelos grandes
de s eda etc. e tc.
PARA N IÑOS : Y estidos; sombreros¡ cae huchas etc· etc.
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ame ricana:.; holaudizas; linones; piqués; bot.>nes ue nácar; hilo de la
cad ena blanco y negro; ma ntel es; serville-tas; sobre camae; cobijas etc etc.
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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EL CORREO DEL VALLE -------------------- •
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O a p i t a 1 $ 4.0oo.ooo
Abrirá sus operaciones el 1.0 de Febrero próximo,
Desde esa fecha abonará las siguientes ratas:
Cuent~s corrientes 6 dep6sitoR á la orden 6 ozo anual.
" 2 111eses 9 ozo ~"
" 3 " 12 ozo ''
" 6 " 18 ozo "
" 12 ,, 24 ozo "
LQs intereses se abcnarán por trin1estres Yencidos
para las CUENTAS CO ~tRlENTES 6 DEPOSlTCS A
LA ORDEN, y por mensualidades, tambjén vencidas,
para los DEPOSITOS :FIJOS. \
El BANCo hace ope ~·aciones en participación; abre
créditos flotantes; afianza obligaciones; reendosa Letras
y Pagarés; hace préstanJos y descuentos; con1pra y ven~
de Letras sobre el Exterior y plazas comer0iales del país.
, El 30 del presente rnes debe cubrirse el prin1er iHs-talamento.
El 29 de Febrero queda cen·ada la suscripción
de acciones.
Local: CALLE DE SANTA BÁRBARA, media cuadra al OccidentE"
de la piaza.
Palmira, Enero 18 de 1904.
Por telégrafo: "AMAlME.n
El Gerente, Luis FELIPE RosALES.
El Director l. 0 Alonso Madriñán.
12--5 El Director 2. 0 Rito Antonio Medrina.
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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