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Se encontraron 3044 resultados en recursos

Cuando Severo Llamas, en la edad más florida, abandonó la casa de sus padres yendo a estudiar en laUniversidad de Madridla carrera de Filosofía y Letras, sucediole una aventura casi vulgar en el camino carretero de su pueblo a la estación delferrocarril. Y fue que en el patio de una venta, donde se paró deseoso de echar un trago de rioja clarete y picante, vio arrimados a un poyo, trasegando vasos del mismo vinillo, a un gitano viejo y una gitana moza garrida, los cuales le convidaron. No era Severo hombre que se dejase ganar por la mano en asuntos de cortesía, y se dio prisa a avisar al ventero de...
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La lima
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Cuentos sacroprofanos
La Borgoñona El día que encontré esta leyenda en una crónica franciscana, cuyas hojas amarillentas soltaban sobre mis dedos curiosos el polvillo finísimo que revela los trabajos de la polilla, quedéme un rato meditabunda, discurriendo si la historia, que era edificante para nuestros sencillos tatarabuelos, parecía escandalosa a la edad presente. Porque hartas veces observo que hemos crecido, si no en maldad, al menos en malicia, y que nunca un autor necesitó tanta cautela como ahora para evitar que subrayasen sus frases e interpreten sus intenciones y tomen por donde queman sus relatos inocentes....
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El error de las hadas
Se encontraron las dos hadas a orillas de una presa de molino, la másencantadoraque puede soñarse. El agua era fina, pura, bajo el espumarajeo que levantaba la rueda, y en la superficie, en los momentos de calma, las efímeras, en un rayo de Sol, tejían sus contradanzas, y las argironetas o arañas acuáticas jugaban, con sus luengas patitas, a ver quién rasaba el agua con más agilidad y presteza. Espadañas lanceoladas y poas de velludo marrón revestían las márgenes. Flores no había, porque era invierno; caía la tarde del31 de diciembre. Al verse, las hadas se sonrieron como buenas amigas....
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Rey de la democracia
En la España que ha dejado atrás una alargada experiencia dictatorial, los dos sustantivos -Rey y democracia- que dan título a esta obra han convergido: el titular de la Corona contribuyó decisivamente al tránsito de una a otra época, y el afianzamiento de la democracia ha aportado legitimación social a la Monarquía. Estas páginas lo demuestran al analizar el papel histórico de Juan Carlos I. Ocho son los trabajos reunidos bajo la dirección, como editor, de José Luis García Delgado. Primero, Juan Francisco Fuentes sitúa al personaje en el marco de su generación, anotando nombres y vicisitudes...
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Las madres negras
En el convento de Santa Vela vive recluido un grupo de niñas huérfanas, víctimas de destinos oscuros y malhadados. Quienes las han llevado hasta allí para buscarles un futuro mejor ignoran que el convento está regido por la hermana Priscia, una mujer que solo entiende la entrega a Dios desde el fanatismo ideológico y el castigo del cuerpo y del alma. Ese universo cerrado parece obedecer en todo a la hermana Priscia hasta que una de las niñas, de nombre Mida, anuncia que Dios se le ha aparecido para decirle que él no existe. Con estos mimbres, Patricia Esteban Erlés construye una novela llena de sensibilidad, profunda y cautivadora sobre la relación entre creencia y conocimiento, ciencia y fe, fanatismo y razón, con el conflicto siempre latente entre el mundo de los adultos y el de la infancia.
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Fantasmas del escritor
perdonen si me apropio, con infinito respeto, de la expresión que acuñó nabokov para decir que el libro que el lector tiene en sus manos se compone de opiniones contundentes.
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Banquete de boda
Una noche de Carnaval, varios amigos que habían ido al baile y volvían aburridos como se suele volver de esas fiestas vacías y estruendosas, donde se busca lo imprevisto y lo romancesco y solo se encuentra la chabacana vulgaridad y el más insoportable pato, resolvieron, viendo que era día clarísimo, no acostarse ya y desayunarse en el Retiro, con leche y bollos. La caminata les despejó la cabeza y les aplacó los nervios encalabrinados, devolviéndoles esa alegría espontánea que es la mejor prenda de la juventud. Sentados ante la mesa de hierro, respirando el aire puro y el olor vago y Germinal de los...
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Platero y yo
I. PLATERO Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. . . Lo llamo dulcemente: "¿Platero? ", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal. . . Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina...
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Al anochecer
En la vereda solitaria se encontraron a la puesta del Sol los dos hombres del pueblo. Venían en contrarias direcciones. El uno regresaba de dar una ojeada a sus viñas, que empezaban a brotar; el otro había asistido, más bien curioso, al suplicio de cierto Yesúa de Nazaret, y bajaba de la montañuela para entrar en la ciudad antes que los portones y cadenas se cerrasen. Se saludaron cortésmente, como vecinos que eran, y el viñador interrogó al ebanista: — ¿Qué hay de nuevo en la ciudad, Daniel? Yo estuve abonando mis tierras, que la primavera avanza, y he dormido en el chozo la noche anterior....
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Carbón
Fragmento de la obra No se llamaba así, pero alguien se lo puso de mote, y el mote corrió en el balneario. Su verdadero nombre, o por lo menos el de cristiano, el que había recibido en la pila bautismal, era Francisco Javier. El de Carbón prevaleció porque pintaba con un solo enérgico trazo la cara negrísima del niño catequizado, recogido y prohijado por el buen obispo de R. . . , a quien acompañaba, como muestra viviente de los frutos del Evangelio en las posesiones lusitanas del áfrica. Al pronto, Carbón y su obispo fueron muy curioseados y celebrados; después la gente se acostumbró a ellos, y...
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Carbón
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