Por:
|
Fecha:
25/10/1902
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l ORG!NO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL RmRGITO •
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¡_: o~ntora.l de In¡o;t-ui~TOI t
Son colaboradores de este periódico los Jefes y Oficiales del Ejército f
P&UtÜ muv b1m euctultr qu• nueetro rcapeto d toda• la• conviceionet, tJenfll d Jltlrtsr M~
indifer•ncia V no• deje tin energine para defender lae nutltrtu
EsRtQUS ::;tF.NJtiEWICZ 1
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··r · ··· :::··· ~ ----~ ---- ~~-~otá, octubre 25 de 1902 . ~ --· :· ---~---····1-
r-~------ -------------------
---- Oficial ==-=-
DECRETO NUMERO 1462 DE 1902
(SEPTIEMBRE 30)
por el cual se aumenta el valor de unas hospitnlidades
.El Vt"ceprtsidmlt d1 la Repzíblz'ca, mcargado del Poder- EjeculitJ# 1
DECRETA
Artíc .... lo único. Elévase á tres pesos cincuenta centavos ($3-50)
la ración diaria de cada enfermo e n los hospitales de La Mesa y
Tocaima, sin perjuicio de que se les continúe suministrando la ración
en carne, conforme al artículo 2.0 del Decreto número 964 de
20 de ] unio del año en curso.
§. Queda en estos términos reformado el Decreto número 96-4
de 20 de Junio del año en curso, que reorganiza los Hospitales de
La Mesa y Tocaima, y regirá desdt> el 1. 0 del presente.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Septiembre de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1461 DE 1902
( SEPTIE~IBRE 30)
por el <: t!:ll ~e confiere un ascenso y se hace una destinación
El Vr'ctpr-uidmle de la República, encargad() del P~er EjuultÍI#,
DJtCit&TA
Articulo único. A!>C iéndese á Sargento Mayor efectivo al Capitán
Ot ta ,·io Va rgél~, y de!>tír.asele al Cuerpo de Depósito para
t'o•o 11-31
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Boletín !-.lilitar de Colombia
\_ -48l _J
que preste sus servicios en la Balería Bogotá, con fecha 1 .• del
presente, para cuyo efecto se le promueve del Batallón Colombia
número 3. 0
, al cual pertenece.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Septiembre de Igül.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro d e Guerra, ARISTIDES F E RNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1464 DE t90l
(SEPTIEMBRE 30)
por el c ual se h ace u n nombram i ento en interinidad
El Vrápresz'dmle de la R epúllrca, mcargado dtl P oder Ej eculz.., , ,
DJ:CRETA
Artículo único. Nómbrase interinamente Ayudante de la Secció
n 3: de la lntf>ndencia general del Ejército a l Sr. Enrique Gutiérrez
C ., con la antigüedad de 25 de los corriePtes, fecha desde
la cual está prestando sus servicios.
Comuníquese y publíquese.
Dado t:..n Bogotá, á 30 de Septiembre de 1902.
jO. E MANUEL MARROQUIH
El 11inistro de Guerra, ARISTIDRS I~ERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1465 DE rgo~
(SEPIU.)fBR . 30)
por el cual ¡e b ;~c t:n nombramiento
El Viceprw'dmle de la Repzíllú:a, mcargado dd Poder Ejecuft'vc,
ORCKKTA
A r tícul o úni co. Nóm~ ¡ase In· l cctor g-eneral del Ejército de
Santand er al Sr. Ge n eral l á zaro l':r.sccs.·
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá , á 30 de Se¡:.;tiemL r e d e 1902.
] OSE MANUEL MARROQU IN
El Miniitro de Guerra, ARJS1J J .~s FF.RN jNo~z
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\._ 483 -'
DECRETO NUMERO 1466 DE 190-2
(sEPTIEHBRE 30)
por el cual se llama. á un Jefe al suvicio activo y se le destina
Zl Vi'cepresidmil de la República, encargado dtl Poder .EjeculiTJ•,
DJ:CRJlT.A.
Artículo único . Llámase al servicio activo al General Pedro
Avendaño G., y nómbrasele Ayudante del Ministerio de Guerra,
asimilado á Comandante general.divisionario, y con destino á prestar
sus se rvicios como Inspector especial de la vía de Bogotá l.
Tunja.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Septiembre d e 1902.
]OSE :MANUE L MARROQUIK
E l M ini str o d e G uerra, ARISTID ES F ERNÁ NDEZ
D E CRETO NUME RO 146 7 D E 190:l
( SEPTIEMDRE 30)
por el cual se conceden unas Letras de Cuartel y se hace una p romoci6n
El Vzi:tpnsramle dt la Rep1í.blica, mcargado del Poder .Ejeculi'v•,
DECRETA
Artículo único. Concédense las Letras de Cuartel que solicita
el Coronel Ignacio Amat, para separarse del puesto de J efe de
Estado Mayor de la Dá.Júi!m Anzoálegtd, y promuévese á d ic ho
puesto al Coronel Heliodoro Pieschacón del de primer Ay udante
general del Cuartel general del Cuerpo de Ejército que comanda
el General Antonio Roa Díaz.
Comuníquese y publíqucse.
Dado en Bogotá, á 30 de Septiemb~e de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
D ECR ETO NUMERO 1472 D E 1902
( OCTUBRE I . 0
)
q ue confie re una autoriza ción a l P o de r E jecutivo
El Vrúpreszaenle de la Repúblt'ca, encargado del P oder .Ejeculz"v•,
En uso de sus facultades constitucionales,
DECRETA
Artículo único. Autorízase al Poder Ejecutivo para aumentar,
er. lo que estime conveniente, las raciones de tropa y los sueldos
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'- 484 --'
4e Oficiales inferiores, ó asimilados á tales, del Ejército que se
halle fuera de la capital de la República, fijando el sobresueldo
que sea necesario para aliviar la situación del Ejército, por razón
de escasez y de climas.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Octubre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Subsecretario de Gobierno, encargado del Despacho, ANTONio
GunÉRREZ Rumo-El ·Ministro de Relaciones Exteriores,
FELIPE F. PAÚL-El Ministro de Hacienda, JosÉ RAMÓN LAGo-El
Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz-El Ministro de Instrucción
Pública, JosÉ joAQu{N CAsAs-El Ministro del Tesoro, FRANcisco
MENDOZA P.
DECRETO NUMERO 1473 DE 1902
(OCTUBRE 1. 0
)
que fija un sobresueldo
.5./ Ví'cepresz'dmle de la Repúblú:a, encargado del Poder EjecultÍII,
Haciendo uso de la facultad conferida por Decreto Legislati'
t'O número 1472 del presente año,
DECRETA
Art. 1.0 Desde el día 1.0 del presente mes auméntase en un
Teinte por ciento (20 °/ 0 ) los sueldos de los Oficiales inferiores del
Ejétcito de la República acantonado fuera de Bogotá.
§. De este aumento disfrutarán, desde la fecha mencionada,
los empleados administrativos asimilados á Oficiales inferiores y
que se hallen fuera de la capital de la República.
Art. 2.0 Auméntase en un cincuenta por ciento (50 °/ 0 ) las
raciones de tropa del Ejército que 5e halle fuera de Bogotá. De
este sobresueldo gozará la tropa desde el 1. 0 del presente mes.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1. 0 de Octubre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDFs FERNL~nRz
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'- 485 -'
DECRETO NUMERO 1477 DE 1902
(OCTUBRE 1 • 0
)
por el cual se concede uaa recompensa
E/ Vú:epresidmlt de la República, encargado del P1der Ejecultvl,
En uso de sus facultades legales,
DECRETA.
Art. 1. 0 En atención á los servicios prestados al Gobierno por
el Sargento Mayor Eusebio González, se reconoce del Tesoro
Nacional á favor de su viuda, Sra. Gabriela Rey de González y
de sus cuatro hijc,s menores, una recompensa de diez mil pesos
($ 10,000).
Art. 2. 0 Por la Pagaduría Central, y desde la fecha del presente
Decreto hasta la próxima reunión del Congreso, seguirá disfrutando
la Sra. Rey de González y sus menores hijos del sueldo
que correspondía al Sr. Eusebio González con el carácter de Sar ..
gento Mayor.
Comuníquese y puhlíquese.
Dado en Bogotá, á I.0 de Octubre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Subsecretario de Gobierno, encargado del Despacho,~
TONIO GuTIÉRREZ Rumo-El Ministro de Relaciones Exteriores, F&LIPE
F. P.A.ÚL-El Ministro de Hacienda, Jo~É RAMÓ:-¡ LAGo-El Ministro
de Guerra, ARISTIDES F.ERNÁ ·oEz-El :Ministro de Instrucción
Pública, JosÉ joAQu{N CAsAs-El Ministro del Tesoro, FRANCISCO
M:a:NDOZA P.
DECRETO NUMERO 1478 DE tgo:.¡
(OCTUBRE 1 • 0
)
que dispone se continúe pagando una gratificación
El . Vicepresidente de la República, encargado del Poder ~ecult'-v1,
DECRETJ.
Art. 1.0 La gratificación que se manda pagar á los emple~
dos de la Oficina Telegráfica Central por Resolución número 27
de 18 de Diciembre de 1 go 1, y reformada por la marcada con el
número 20 de 22 de Marzo del presente año, surtirá sus efectoa
mientras no se dicte disposición en contrario.
Art. 2.0 Por la Habilitación del Cuartel general del Ejército
seguirá pagándose tal gratificación en la forma determinada ea
la Resolución últimamente citada.
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'- 486 ..J
Art. 3. 0 Queda comprendida en el presente Decreto la Resolución
número 45 de 23 de Mayo último.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Octubre de Ig<>~.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FRRNÁNDU
DECRETO NUMERO 1480 DE 1,0~
(OCTUBRE 1. 0
)
por el cual se hacen dos promocione'
El Vtcepresülmlt dt la RepúbHca, encar~ado dtl Poder .Ejauli'lll,
DECRETA
Art. 1.0 Promuévese al Sr. Mario Ayarza del puesto de Subteniente
Adjunto al Cuartel general del Ejército, al de Oficial Escribiente
Supernumerario de la Sección 4.• del Ministerio de
Guerra.
Art. 2. 0 Promuévese igualmente al Sr. Ernesto Hoyos del
puesto de Portero Escribiente de la Sección 4.• del Ministerio de
Guerra, al de Oficial Escribiente Supernumerario de la misma.
Sección.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Octubre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz
DECRETO NU11ERO 1481 DE 190~
(OCTUBRE I. 0
)
por el cual se hace un nombramiento
El Vtáprnidmle de la RepúbHca, encargado del Poder Ejecult'vl,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase Practicante del Hospital Militar
Central a.l Sr. Manuel A. Valencia, en reemplazo del Sr. Teódulo
1Yrreto, quien pasó á ocupar otro puesto.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Boirotá, á 1. 0 de Octubre de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDKS FxRN.ÁND:U
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'- 487 ...J
DECRETO NUMERO 1482 DE 1902
(OCTUBRE 1. 0
)
1ue convierte en zapadores el Batallón Simijaca, y crea una Compañía suelta.
.C/ Vtápresidenle de la Repúblú:a, encargado del Poder .E.fecuHv•,
DECRETA
Art. I.0 Segrégan.se so hombres del Batallón Sz.mijaca, para
formar con ellos una Compañía suelta que hará la guarnición en
el Municipio del mismo nombre.
Art. 2.0 Será Comandante de esta Compañía suelta el Sargento
Mayor Obdulio Méndez, que ha estado ocupando el puesto
de 2.0 Jefe del Batallón. Sz.mijaca.
Art. 3. 0 El resto de dtcho Cuerpo se elevará á 200 hombres
con sus correspondientes Jefes, Oficiales y clases, y tendrán de
ahora en adelante el carácter de Zapadores, destinados á los trabajos
de explotación oficial de las minas de Muzo.
Art. 4. 0 El Batallón Sz1nijaca, que pasa á ser de Zapadores,
la masa de ataque está compacta y
firme, y cuando todos á una, con destreza y decisión, se lanzan al
ataque, las últimas filas deben estar listas á penetrar por los flancos
del enemigo.
Pero los del frente deben acometer con decisión, sin pensar en
la suerte tle sus camaradas de flanco.
En un batallón, las maniobras de doble acción (quiero decir
medio batallón contra el otro medio) no se verifican sino cuando
el batallón no está reunido con otras tropas en el ensayo de maniobras.
Pero si entra á formar parte de un destacamento, y si ha
hecho antes buen aprendizaje en desarrollo del reglamento y de
las maniobras sencillas, se puede prescindir sin inconveniente de
esta instrucción, y pasar de modo directo á las maniobras de los
pequeños destacamentos con las tres armas, poco más ó menos, de
la manera siguiente: un batallón con uno ó dos escuadrones y dos
ó tres cañones. Estas maniobras las mandan alternativamente Oficiales
superiores de las tres armas, haciendo de modo que en todos
los Oficiales recaiga el mando durante la temporada de ejercicios,
á lo menos en una ocasión defensiva y en una de ataque. Si
esto no se puede lograr en un período señalado, ie verifica en dos
seguidos.
Las maniobras de esta clase son el primero y más importante
paso á las maniobras con las tres armas, en las cuales desempeñan
el mismo importante papel que en la enseñanza de ingenieros,
de artillería, y en la instrucción de maniobras de arrnas separadas.
Esta debe tender únicamente á presentar un modo de tilslrucúón,
es decir, á tratar de inculcar en los Oficiales superiores la práctica
del manejo, no sólo de su arma, sino de todas tres, y á sacarlos de
la rutina de no preocuparse sino de su tropa únicamente.
El destacamento de la defensa y el del ataque deben ser
iguales, porque suponer que el acomet edor ha de ser siempre mayor
en número, es incurrir en un error manifiesto, puesto que en
un combate verdadero se ataca y se bate uno, no sólo con fuerzas
iguales, sino á veces con fuerzas menores.
Este sería otro error que nos haría considerar la maniobra
nó como un procedimiento de instrucción, sino como juego de vencedores
y vencidos. Esto sería, por último, establecer la convicción
deque la ofensiva no es posible sino con fuerzas superiores.
La hipótesis íntegra se explicará á las dos partes, y esto debe
tener lugar á lo menos con una semana de anticipación, para dar
tiempo de reconocer el terreno y de hacer, en tiempo oportuno y
con calma, combinaciones basadas en el conocimiento de las intenciones
del adversario.
No se adoptan sino los temas más sencillos, esto es, que un
partido debe tomar sus medidas de defensa, en tanto que el otro
debe verificar el ataque. Con el fin de habituar á los Jefes de los
destacamentos á que den con método solución á los problemas que
les incumben, es muy útil llamarlos á que respondan por escrito á
1
as preguntaii si~uientes:
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'- 496 _J
a) Para el Jefe del destacamento encargado de la ofe~siva: 1.0
¿Cómo defendería, si me tocara, la posición que tengo orden de
atacar? ¿Por qué la defendería así y no de otro modo? (apreciar
la posición): esto es, ¿cuál es el flanco más débil 6 el más fuerte?
¿Qué resistencia tiene el centro? ¿No hay en frente de la posición
enemiga, puntos que favorezc.an el acceso á ella sin ser visto? 2.0
¿Qué formación de combate adoptaría para el ataque?¿ Qué haría
para ocultar mis propósitos? ¿Cuál es el flanco que más debo reconocer
y mediante qué precauciones ? ¿Qué órdenes daré á los
Jefes de los destacamentos encargados de guardar los flancos?
¿Qué punto indicaría á las diversas tropas de combate? ¿En dónde
me situaré? ¿Y qué haré si el adversario pasa á la ofensiva?
b) Para el Jefe del destacamento encargado de la defensa:
1.0 ¿De qué manera atacaría yo esta posición? 2. 0 ¿Por qué así
y no de otro modo ? ¿Qué dispositivo de combate adoptaría para
defender mi posición? ¿Cómo defendería mis flancos? ¿Qué papel
asignaría á los diferentes elementos de mi dispo5itivo de combate?
(¿ Sólo rechazar los ataques del enemig-o, 6 bien aprovechar la
ocasión para pasar á la ofensiva?), &c ....
Las dos partes contendientes no se separan una de otra á mayor
distancia de dos kilómetros.
Por lo que hace á la ejecución de la maniobra, hé aquí los
puntos respecto de los cuales hay que poner particular atención:
1.° Cada Jefe de destacamento debe comenzar por tener muy
juntos y subordinados á sus soldados, esto es, presentarse á la tropa,
pasarle revista, hablarse con los Oficiales mientras le hacen
los honores de ordenanza, es ei único medio para hacer saber á las
tropas la autoridad bajo cuya dependencia van á. practicar la maniobra.
Hay muchos que, sin embargo, por descuido no lo hacen,
sintiéndose contrariados en presencia de soldados que no son de
su arma.
2.0 A los Jefes no debe retraerles el temor de incurrir en
error, porque esto es lo que fomenta la indecisión y el temor. Después
!e comprende que deben repararse las faltas con calma, como
si se tomase consejo para lo futuro, y no como si se subsanase un
descuido.
Las voces de mando deben ser dadas con precisión, lacónicas,
enérgicas, según el orden de graduación, indicando el objeto pero
no los medios con que se cuenta para la ejecución.
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'- 497 :..J
BATALLAS DEL SEGUNDO IMPERIO
POR DICt<. DE LONLA Y
Traducción del francés para el Bq/~thz Militar
Coulmz"ers-9 de Novz'e111brt de r870
Por un voluntario del 33 de Marcha
Era el 9 de Noviembre de 1870.
La trompeta y el tambor se encargaron de despertarnos.
La única idea que nos atormentaba en aquel momento era el
temor de no encontrar esos bávaros que tan niño aún había comenzado
á aborrecer, porque en otra época nos habían abandonado,
lo mismo que los sajones, en las llanuras de Leipzig, y que
habían sido los que más se encarnizaron contra nosotros cuando
nos vimos en desgracia ..... .
-Sí, exclamaba yo, hoy es cuando vamos á vengarnos.
Muy temprano hacía un frío intenso que nos helaba los huesos,
y se removía el extinguido fuego d~ las hogueras del vivac
para calentarnos.
Cada cual se coloca en su puesto, y como yo formaba parte
en aquel momento del 33 de Marcha, dejé el pueblo de Launay
desde las ocho de la mañana.
Nuestra División, la tercera, formaba el ala izquierda del 15. 0
Cuerpo de Ejército, y acababa de colocarse á inmediatas órdenes
del General Aurelles de Paladines, que mandaba en Jefe el Ejército
del Loire.
En cuanto á nuestra izquierda, sabíamos que estaba formada
por el cuerpo r6, y que el General Chanzy estaba á la cabeza
de ella.
El soldado no tiene malicia, y con frecuencta se imagina que
todo consiste en disparar el arma; pero sí le gusta saber los nombres
de los encargados de conducirlos á la gloria y de defender
sus banderas, y todavía no conocíamos á Chanzy, que debía ejecutar
un movimiento de flanco por Charzonville, Epieds y Ge-migny.
·
¡La bandera! esa es la verdadera insignia del soldado: ella es
la que da valor aun al más apoltronado.
La band<>ra representa la patria; es la verdadera guía del
soldado; y tora :\ sus rf'su~ltas y enérgicas manos el defenderla.
Así pues, el General Aurelles, informado de que un Cuerpo
de 25 á 30,000 alemanes, mandados por el General Von der Tam,
y que servía de columna de descubierta al Duque de Masklem.
bourg, estaba disemjnado entre Or)eans y Chateaudun, resolvió
atacar y destruír este ejército, ¡·ompuesto ae bávaros, antes de
que les llegase el socorro que esperaban. Hizo avanzar por nuestra
extrema izquierda á la caballería del General Reyaux y á
(TOllO 11-32
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Boletín Militar de Colombia
'- 498-'
los franco-tiradores de Lepowski, en tanto que por la extrema
derecha los Yoluntarios de Chatelineaux perseguían á los bávaros
por entre el bosque y se acercaban hasta las puertas de Orleáns.
Luégo se refiere que el General Marttin de los Pallieres ejecutaba
también por su cuenta un movimiento de concentración. Se
· dice que marchó sobre Gien, y después de reforzarse con un destacamento
considerable, avanzó hasta Orleans para darnos la
mano, siguiendo todo el camino comprendido entre el bosque y el
Loire.
Pero lo que causó espanto fue el anuncio de un refuerzo de
20,000 hombres que habían venido de Pitiviers en apoyo de los
bávaros.
Ya sabíamos que todos estos alemanes son buenos caminadores,
y como tienen costumbre de cogerse cuanto encuentran, y como
imponen fuertes contribuciones á los países por donde pasan, están
siempre bien alimentados, en tanto que nosotros los hijos del país,
á duras penas tenemos que comer.
Seguimos, pues; esto se va á encender, pensamos.
-Cierto, añade con flema un Subteniente.
Y los voluntarios sacan algo, para comer un bocado, de las
alforjas.
Los caminos están espantosos.
La lluvia, el viento, el barro, ocasionados por los aguaceros de
los días precedentes, son la causa de la demora en nuesta marcha.
Hay que tomar venganza del doloroso recuerdo del desastre
del arrabal de los Aides, en Orleans, el 1 1 de Oetubre anterior.
Tenemos orleaneses en nue tras filas, y ellos nos han contado
lo que ha sufrido esta ciudad desde la ocupación d los báYaros
los asesinatos del \Vissembourg, los incendios de Bazeilles.
Nos han hecho saber el manejo insolente del General prusiano
Diet, que amenazó á la Municipalidad de la ciudad porque e>
Alcaldt: Sr. Crispí, movido por un legítimo sentimiento de patriotismo,
no había salido á su encuentro para ofrecerles las llaves de
Orleans.
1 os informaron de qué modo los bávaros, acampando en las
calles y en las plazas ptÍblicas, desvalijaban todas las casas de los
barrios Bannier y San Juan, robándose todas las mercancías de
los almacenes de ferretería, de vinos y de tabacos, apoderándose
por todas partes de todo y convirtiendo el orden y el lujo en ruina.
' rapiña y desaseo asqueroso.
Y .... añadid á todo esto el lado feo .... imprescindible ....
· Los Oficiales bávaros se instalaron, nos refirieron los orleaneses,
en la casa de la Alcaldía del Departamento del alto Loire.
Al caer la noche, y después de bajar muchas veces á la bodega,
algunos se visten con ropas (lingerü) del dueño de la casa, y llaman
á los músicos del Regimiento y se entregan á orgías detestables,
á e5~os actos impúdicos de que se muestran tan apasionados
los alemanes.
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-499 ._)
Este ejemplo lo imitan hasta los soldados en una casa de 1&- ·
vecindad. El dueño de ésta se presenta a1 punto tras de los borra- -
chos Oficiales y les echa en cara su proceder.
Uno de ellos tira en un rincón el sombrero de mujer que se
ha puesto, se coloca el kepis de soldado prusiano, se apodera de ~
un garrote, entra en la sala en que Jos bávaros e stán entregados i tan
torpe bacanal, y á b astonazos los hace salir fuera de la casa;
Juégo se reúne á los demás Oficiales, y todos otra vez, sin miramiento
alguno, se entregan á la interrumpida orgía.
Al oír este relato, avanzábamos en nuestro c amino. El tiempo
s e ha aclarado, ya vemos dónde ponemos los pi es; gracias
á estas circunstancias, la artillería y la cabal1 e ría no e ncue ntran
difi cultad para moverse. Como nos aproximamos á la aldea de
Bacón, o c upada p o r e l e nemigo, e l 15.° Cuerpo de Ejército. se ,
apresta para atacar esta línea de defensa . P or su parte el Comandante
d e l 16.° Cue rpo cuida de que se cumplan fi e lme nte las órdene
s del Gene ral D 'Aure l les, quien ha ordenado que se observen
lo s m o vimi e ntos de los alemanes del lado de Charsouville, Epieds,
Coulmie rs y Sain t-Sig is moun d, y que se ve rifique con e nte r e za un
movimi en to vigoroso e n vo lve n te sobre la izqui e r da , con el objeto
de oc upar a l fin de la batall a e l camino d e Chateaud un á Orl eans~
lo m is mo q u e l os bosq ues situados ad e lart te d e R ozieres.
E l Gene r a l Resjau, con dos Divi siones d e caball ería, o cupa el ~
ala izquierda. de este Ejército, e n d irección de Pantay, y a d e má5
d efie n de las líneas de París y de Chateaudun.
Los franco-t iradores, á ó r de n es de Leponsky y de Foudrás,.
marchan con la caballería, después de hacer cejar una caballe ríac
enemiga hacia Tournoisis y Saint-Peravy-Ja-Colombe.
De este modo todo stá dispuesto.
La primera brigada de la DiYisión Barry, teniendo de reserv
á la seg-unda, recibe ord n de avanzar sobre Coulmiers, po r
Champedrix y Villoceau, con el fin de secundar el movimiento
del 15.° Cuerpo sobre el Grand-Luis.
Dos baterías divisionarias y una sección de ametralladoras lo
acompañan.
Al propio tiempo, la 2." brigada de la primera División (confiada
al General Deplanque), llevando á su descubierta, á la iz.- -
quierda, á los franco-tiradores del Comandante Lienard, apoyada.
con dos baterías y una sección de ametr a ll adoras, se traslada con ,
ligero tiroteo sobre Charsonvi ll e, Epicds y Germirny.
La primera brigada de esta División (confiada a l General
Bou r dello n y que si r ve d e r eserva á la segunda ) n o debe abandOnar
á Ouquer-le-M a rc h e sin o c ua ndo el G e n e ra l D e planq ue haya
toma d o á Cha r zonvi ll e .
Esta s tropas fo rman nu estra iz1uierda.
A la d e recha tenemos que señalar la marcha de una parte de
las tropas del General Martineau, que efectúan su movimiento sin
encontrar al enemigo. ·
... · Con esto coincide el que la Divisi6n Pativin, que forma la ca- ·
beza de la columna, llega como á una distancia de seiscientmt·pa-sos
de la aldea de Bacón. '
..
1
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'- 500-'
Este General, ya de edad a vañiácla, páfeée hab~r vueito ~
encontrar todo el ardor de su juventud en el momento de ñUl.tchar
c-ontra el enemigo.
Ha desplegado los segundos batallones de sus regimientos,
en tanto que los terceros y primeros, formados á media distancia,
en pelotones, dejan de reserva varias compañías destinadas á servir
de sostén á la artillería.
Pero apenas han acabado de tomar posición estas tropas,
un terrible fuego de metralla viene á hacer claros en sus filas.
Continúan, sin embargo, su movimiento ofensivo, y sin decaer de
ánimo ante las mortíferas balas enemigas, sin preocuparse de lo
fangoso del camino, en que á cada paso quedan sepultados hasta
la rodilla, vuelven sobre la izquierda y comienzan su ataque.
El sudor les corre á chorro~ á estos valientes soldados, pero
nada les importa esta fatiga.
No pensamos sino en una cosa, en exterminar hasta el último
de los bávaros~; y sin preocuparnos de los peligros que corremos,
marchamos al ataque de las trincheras del pueblo de Bacón.
Esta primera columna la forman un batallón del 10 de Línea,
uno del 33 de Marcha (á órdenes del Comandante Mery) y el 6.0
de Cazadores (que conduce el mismo General Petivin).
Por todas partes, á derecha y á izquierda, se alcanzan á ver
masas enormes de infantería, caballería y de artillería que avanzan
con firmeza.
Toda la llanura está llena de soldados.
Este país es del todo descubierto. Los bávaros se aprovechan
de esta circunstancia para tirar mejor sobre nosotros.
A nuestra vista aparece el pu eblo, con los techos p equeños de
las casas cubi e rtas con paja ó pizarra. Pero apenas se le distingue:
de tal manera está cubierta por el humo.
Súbito resuena un prolongado ruido. No, no olvidaré nunca
semejante espectáculo. Parece como si el espíritu de las batallas
se apoderara de todos nosotros : de tal manera es vertiginoso
nuestro empuje, de tal modo hemos adquirido confianza al
acercarnos á las trincheras del pueblo.
Nuestros Tiradores han sido los primeros, pero nosotros se ..
g~imos sus pasos, y en breve, en los parajes cerrados, en los jardmes,
encontramos á los bávaros. Ellos nos fusilan emboscados,
pero nosotros nos agazapamos como culebras, y cuando logramos
alabras de Napoleón 1 :
"Hay tres cosas que nunca deben ustedes separarlas del sol.
dado, á saber: su fusil, su munición, su mochila .... Que se reduzca
.el peso de la mochila á su mínimo .... pero que se le deje llevar
siempre consigo al soldado, porque al separarse una vez de él, no
·Yolverá á verlo jamás. Hay que diferenciar bien entre la teoría y
la práctica de la guerra. En el Ejército ruso era costumbre que
el soldado se sacara la mochila en el momento de empezar el combate
.... El temor de perder esta prenda preciosa, en la que el sol-
dado suele guardar todos sus bienes, lo hizo defender con más ferYor
la posición que ocupaba .... A pesar de todas las razones ficticias
que se pueden hacer valer para recomendar esta costumbre,
los rusos la han abandonado por completo, en razón de los experimentos
que hicieron." ~-
Estas objeciones son hoy todavía tan válidas como lo eran en
.,. la época de Napoleón 1. Podría agregarse lo que dice nuestro Ree-
lamento para el servicio en campaña (art. 82): "El alargamien
·to excesivo de la<.> columnas constituye un grave peligro, puesto
que demora en un tiempo considerable el despliegue de las tro-
. pas, ... " Y este alargamiento excesivo sería inevitable si se admitiera
en principio que el equipo de las tropas debería llevarse
litmpre sobre carros.
Sin embargo, sería igualmente un error decidirse en absoluto
~orla norma contraria, estableciendo que nutzca debe la tropa se..
pararse de su equipo. Más bien habrá que convencerse que en este
..caso como en tantos otros, no tienen nada que ver las considerado-
•· Kausler, Máximos á1 Najoi1Jn, tomo 1, páf. 235·
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11es teóricas, y que es imposible reglamentar de una manera de ..
-cisiva esta cuestión.
• ••
Después de estas consideraciones preliminarea, pasamos á citar
algunos ejemplos de la historia de la guerra en su época más
moderna.
Estos ejemplos, sacados de la práctica del arte militar, aos
..enseñarán cuáles son las ventajas y cuáles los inconvenientes de la
medida en cuestión.
En el curso de nuestras investigaciones hemos de encontrar
seguramente el material necesario para formarnos un juicio sobre
la solución del problema :
¿En qué circunstancias es justificada y hasta necesaria la medida
de aligerar la carga que llevan los combatientes, hasta tal
punto que se ordene poner en tierra la mochila?
Los ejemplos que pasamos á exponer se han sacado en su mayoría
de monografías que contienen la historia de regimientos determinados
ó de diarios de marcha.
No es nuestra intención escribir un tratado sobre la materia,
ni pretendemos ventilar tan interesante cuestión de un modo completo.
Al contrario, estamos convencidos que sin gran trabajo se
podrán citar otros ejemplos de la histo.-ia de la guerra, ejemplos
que ofrecerán quizás pruebas más concluyentes que las que podemos
presentar. Pero entremos en materia .
• * *
En primer lugar, la historia de la guerra contiene numerosos
ejemplos en que se dejó atrás c>l equipo durante las marchas m qu~
no podía preverse rm combate rimzedt"alo.
En la campaña de 1870, el Comandonte del 7.° Cuerpo de
Ejército prusiano dio, durante la marcha de las tropas hacia la
frontera occidental, la orden de llevar el equipo de los soldados en
·carros.
Esta marcha se efectuó, como se recordará, en los últimos
días del mes de Julio, cuando reinaba un calor sofocante.
Las tropas tenían que atravesar además territorio montañoso,
y la marcha era muy dificultosa. *
Muchos soldados habían sido lastimados por la mochila y la.
presión que ejerce sobre la espalda, aumentándose así considerablemente
el número de los rezagados.
La orden decía que al llegar á las proximidades del enemigo,
es decir, desde el dfa 4 de Agosto, los soldados tenían que llevar
siempre el equipo.
Una orden idéntica dictó el Comandante del 10.° Cuerpo de
·Ejército prusiano cuando se trató de trasladarse lo más pronto posible
á las orillas del río de la Saar.
• Mono;rafías sobre temas de la historia de la guerra (Kritgsgsc!u'c!tllidu
Eitc-:tlscllnftm), editadas por el Gran Estado Mayor de Berlín, Cuaderno 17.
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La orden se ejecutó desde el día 8 de Agosto de 1870.
Se podrá decir que en ambos casos la medida era completa-mente
justificada y en perfecta armonía con el criterio enunciado
en el Reglamento alemán sobre servicio en campaña, cuando dice:
" Tropas acostumbradas tÍ zma huma disci'plz1za duranlt la marcha,
podrán soportar de una manera duradera las fatigas de esta ú!Hma ; y
no serán diezmadas por un número más ó mmos grande de 1·ezagados,
cuando el comando sabe evzlar que se les exija soportar cualquiera fatiga
gue no sea absolutamente inevz'lablt, dados los fines que se buscan con la
marcha."
El General von der Goltz en su libro Conducd/m de la Guerra
y mando de las /ropas ( Kn'eg und HuifiUhrung), hace resaltar el hecho
de que al principiar una campaña es precúo aligerar la carga
que llevan los soldados.
Motiva el General su aseveración en las siguientes consideraciones:
Después de las primeras marchas de guerra habrán quedado
á retaguardia los individuos á los cuales falta la resistencia física
necesaria.
Las filas se compondrán, por consiguiente, más adelante de
soldados que saben soportar las fatigas de la marcha; la capacidad
para hacer jornadas más largas habrá aumentado en general.
•••
¿Qué conse cuencias tenía la medida arriba mencionada-el
sacar las mochilas-para las tropas?
En cuanto al 7.° Cuerpo de Ejército, la me dida e ra del todo
ventajosa.
También lo hubiera sido para e l 10. ° Cu e rpo d e Ejército, si
además de ella no se hubiera tomado otra disposición.
En la orden de Cuerpo se d e cía que las mochilas d e bían ser
transportadas por ferrocarril hasta la estación de Saint Ingbert.
El equipo no se llevó, pues, en carros con la columna de convoyes
de las tropas, y éstas no vol vieron á ver sus mochilas sino
un mes más tarde, más ó menos, es decir, á principios de Septiembre.
Era la intención del comando del 10.° Cuerpo dejar á los soldados
durante todo este tiempo sin su equipo.
Esto se desprende de la disposición siguiente : que las mochilas
se depositarían en la estación ferrocarrilera mencionada. •
Por otra parte, se puede probar lo mismo, ojeando el diario
de marcha del Estado Mayor del 10.° Cuerpo, donde se dice en las
observa9iones referentes al 2 r de Agosto :
. " .Hasta ahora, la medida ha tenido los más benéficos efectos;
por requisición se procuraron las camisas y los botines necesarios."
• Diarios de marcha de los Regimieñtos níímeros 17 y 78 de ln!anterí a
pRsianos.
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d • .0: ~
Boletfn Militar de Colombia
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Parece, ·sin embargo, que no todos los cuerpos pertenecientes
al 10.° Cuerpo de Ejército sintieron los efectos benéficos de la medida,
ni que se les suministr6 á todos lo que más precisaban de
aqueJlas requisiciones.
En el diario de marcha del Regimiento 17 se lee, por ejemplo,
la siguiente nota :
" Mucho se hizo notar la falta de las mochilas; sólo en los
primeros días no fueron echadas de menos ; esto se comprende,
pues los soldados tenían que llevar la ración de hierro y la munición
en la bolsa de víveres, la que no estaba hecha para estos fines.
" Si no se consigue que dentro de dos ó tres días la tropa pueda
reunirse de nuevo con sus mochilas, sucederá que la supuesta medida
benéfica dificultará más bien la marcha."
Hasta aquí el diario de marcha.
Cuando á principios de Septiembre se entregaron las mochilas
á los soldados, resultó que muchos objetos habían desaparecido
de ellas, sobre todo camisas y botines. Otras mochilas habían su-frido
por la lluvia, y su contenido no servía más. .
Parece, pues, que no se tomaban laso medidas de precaución
necesarias para evitar estos inconvenientes.
Naturalmente, la medida de hacer transportar las mochilas
tiene sus límites, aun ¡Jara el caso que fuera posible requerir los
vehículos necesarios.
En el libro Las marchas en la guerra del 70 • se describen las
consecuencias funestas que pueden resultar de la adopción de
aquella medida, para unidades de mayor efectivo, especialmente
cuando se cambia la dirección de la marcha.
Durante los días del 23 al 29 de Agosto de 1870, la medida
se tomó por no menos de tres cuerpos de ejército-el cuerpo de la
guardia real, el I y II cuerpos bávaros,-los que hicieron transportar
las mochilas sobre carros obtenidos por requisición.
En estos casos era tal el aumento de los convoyes de equípajes,
que todo cálculo medianamente exacto sobre las marchas, resultó
del todo imposible.
Si las tropas se hubieran visto en la necesidad de emprender
la retirada, aquel fuerte aumento de las columnas de equipajes
habría tenido seguramente muy serias consecuendas.
Es cierto que no se puede calificar de no justificada aqueJla
medida, pues se exigían en aquellos días esfuerzos extraordinarios
de las tropas, siendo muy pesadas las jornadas. ·
El error que se cometió, consistía, lo dice también el Estado
Mayor alemán en la obra citada, en la tendencia de hacer avanzar
el grueso _de los trenes y convoyes, después de concluida la
jornada, hasta muy cerca de las tropas.
De este modo se produjeron confusiones, se nterrumpió á
menudo el avance de las tropas, lo que produjo á éstas mayor can-
• Estudios sobre la historia de la guerra y la táctica, 1.• parte: las
marchas en la guerra del 7o (obra del Gran Estado Mayor alemán}, Be1lín,
Mittler y Sohn, 1901.
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Boletin ·Militar de Colombiá
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sancio, y no se obtuvieron, por consiguiente, las ventajas que se
tenían en vista al dictarse la medida.
Según von der Goltz •, el cuerpo de la guardia real tuvo
de 5,000 á 6,000 bajas durante las marchas de Saint Privat á Sedán,
sólo á causa de inutilizarse aquellos soldados por las fatigas
~xcesivas que tenían que soportar .
•••
Los franceses solían hacer caso omiso de las máximas arriba
mencionadas de Napoleón, por lo menos tratándose de marchas á
proximidad del enemigo.
Parece, al contrario, que e11 las marchas que no conducían á
un campo de batalla, se empleaba sólo por excepci6n la medida
de aligerar la car~a del soldado, aun en el caso de ser muy grandes
las fatigas que éste debía soportar.
Leemos en la obra del Estado Mayor alemán que trata de la
guerra de 1859, que en las marchas dificulto'3as al través de los Alpes,
marchas que eran para una parte del ejército francés las pr imerai
de la campaña en Italia, el soldado francés tenía que llevar
una carga excesiva.
Cada individuo cargaba entre lo que llevaba dentro 6 encima
de la mochila, lo siguiente: una blusa, un par de zapatos, un calzoncillo,
tres camisas, las polainas, cepillos, ochenta cartuchos para
fusil, un sac de campamento (carpa), un cobertor, estacas de carpa,
una marmita, una. caramañola, útiles portátiles, y víveres para
cinco día.s.
Se afirma que hubo muchos rezagados y enfermos, pero hay
que reconoce r que las tropas se comportaban exce lente mente,
hacie ndo jornada s muy larg as.
A í, por ejemplo, la Divisi6n Trochu r ecorrió go kilómetros
e n. tres jornadas, y la Divi si6n R e nault 192 kil~m e tros en siete jor.
nadas consecutivas t .
Si se hubiera alige rado 6 se hubie ra podido aligerar la carga
del soldado, habría sido menor probable mente el número de rezagado
.
III
La historia de la guerra demuestra que la medida que nos
ocupa se tomó con mayor frecuencia, no en las marchas efectuadas
lejos del enemigo, sino á proxz"mzdad dd mismo y durante el combate.
En estos casos resaltan con más claridad las ventajas 6 los
inconvenientes de aquella disposición.
En la ya citada campaña de 1859, los franceses casi siempre
acostumbraron sacarse el equipo inmediatamente antes de principiar
el combate ó durante él.
No hay duda que esta metiida dio á las tropas francesas en
más de una ocasi6n mayor agilidad y facilidad en los movimien-
• Von der Goltz. La ruerra y el mando de las tropas.
t V. Caemmerer, Magmta, Berlín, E. S. Mittler y Soben, 1902.
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~os. Las ventajas que alcanzaron sobre el enemigo demasiado cargado,
se mostraron ante todo en las batallas de Montebello y de
Magenta.
Y como el ejército francés fue siempre victorioso en esta campaña,
no se hicieron sentir tanto los inconvenientes que esta medida
trae consigo. .
Sin embargo, aun en 1859 hubo muchas ocasiones en que las
tropas sufrieron bastantes incomodidades por haber tomado aquella
costumbre.
Pasamos ahora á la guerra del ¡o. Por parte de los franceses
se siguió á menudo la costumbre de la campaña arriba mencionada,
es decir. que antes de entrar en combate se dejaron atrá.s las
mochilas. Elegiremos sólo algunos ejemplos para conocer los efectos
producidos por esta medida.
El Cuerpo de Ejército que estaba al mando del General Frossard,
abandonó el 6 de Agosto de 1870 su campamento para librar
un combate, dejando atrás las mochilas, las marmitas, los cobertores
y las carpas. • Al emprender la retirada sobre Metz, lastropas
sufrieron mucho, pues después de la batalla les faltaban las
raciones de víveres que estaban en las mochilas, y como no llevaban
tampoco marmitas, era difícil hacer rancho. Cuando las tropas
llegaban á Metz, se repusieron las piezas de equiJ!O que faltaban.
Esta enseñanza fue muy pronto olvidada, pues el 16 de Agosto,
diez días más tarde, cuando el mismo Cuerpo de Ejército avanzó
al campo de batalla, se dejaron otra vez, y sin que existiera la
necesidad apremiante de hacerlo, las mochilas en los vivaques entre
Trouville y Rezonville.
El deseo de muchos soldados de reunirse con su equipo, trajo
esta ve¿ mayore- inconvenientes, habiéndose comprobado que el
desorden con que se efectuó la retirada de los franceses el 17 de
Agosto sobre la qzubrada de la Manee, era debido en parte al hecho
de que un gran número de soldados del ~.° Cuerpo corrieron
á los sitios donde habían vivaqueado el 16 de Agosto, á buscar sus
mochilas. t
•••
No faltan tampoco ejemplos que prueban que la medüla tn
cueslz'ón lz'me por conucumda una dz'smz'rzucz'ón de los ifeclz'vos dúpom'b/es
durante el rombal e.
La División Lorencez del Ejército francés se encontró el 18
de Agosto de 1870 en su campamento; eran cerca de las 11 a. m.
y se pasaba lista, cuando de repente se oyó el estampido de los
cañones alemanes. Inmediatamente la División se puso en marcha
dirigiéndose sobre Amanwiler, que distaba sólo dos kilómetros.
• Historia del Rtgimíento número 2. Historia del Revmienlo número
24. (Ejército francés).
t Estuiio1 uórr la !listo ría ár la ptf'ra )' la t4dica •Jiicada, tomo I, obra
del Gran F..stado May•r alemán.
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Boletín Militar de ·Colombia
'- So8 ..J
En el campamento se quedaron las mochilas y los equipajes
al cuidado de una guardia compuesta de dos batallones del Regimiento
15.0 de infantería de línea y de una balería. •
Difícilmente se podrá admitir que la disminución del efectivo
de los combatientes disponibles hubiera igualado á la producida
por no tomar parte estos dos batallones y la batería en el combate,
porque llevando cada soldado su equipo, y como la marcha era
de poca duración, el número de rezagados hubiera sido menor.
Se comprende que al ordenar, durante la marcha ó antes de
principiar un combate, que se dejen atrás las mochilas, debe encargarse
á un débil destacamento la misión de servir de escolta i
la columna de vehículos que lleva el equipo, ó de hacer el servicio
de guardia en el punto donde están las mochilas, con especial recomendación
de hacer todo lo posible para que el equipo se transporte
al Jugar que indique el Comandante de las tropas.
Pero para ello han de bastar algunos rezagados ( ó soldados
imposibilitados para emprender la marcha), y unos cuantos músicos
de la banda del regimiento; este pequeño destacamento estaría
al mando de un sargento enérgico y podría llenar su misión perfectamente.
Ni un solo hombre más de los que se necesitan en realidad
debía destinarse á este servicio, para no reducir los efectivos de
combate.
Si no se toma la precaución de encargar á algún destacamento
el servicio de guardia en el lugar donde se dejaron las mochilas,
entonces se repetirá el caso de los regimientos números 20 y
35 del Ejército prusiano, experimentándose las mismas consecuencias
que estos Cuerpos sufrieron el día de la batalla de Mars la
Tour.
Después de grandes fatigas, y previendo que cada individuo
se vería obligado á soportar todavía otras mayores, ambos Cuerpos
habían dejado atrás sus mochilas, pero sin encargar de su vigilancia
á destacamento alguno.
Lo cierto es que después de la batalla los soldados encontraron
completamente vacías las mochilas, que habían sido despojadas
de todo su contenido. t
•••
No sólo inconvenientes como los apuntados, sino también desventajas
que se reflejan en las operadones táclz"cas, trae á veces la
medida que nos ocupa, siendo ilusorias en estos casos las ventajas
que se pueden esperar de eJla.
La: historia de la guerra demuestra que en más de una ocasi6n
fue el deseo de recuperar sus mochilas dejadas atrás, el motivo
para impedir el avance rápido de las tropa~, ó la causa de
que el éxito que habían obtenido, se volviera de nuevo dudoso.
• Historia del regimiento número IS {Ejército francés).
t Historia del refitniento número 2o-Diario de marcha del re~imieato.
número 35 (Ejército alemán).
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Bol~tín Militar de Colombia
'- 509 _;
Al principiar la batalia de Spich~ren (6 de Agosto de 1870),
la División Castagny del Ejército francés se encontraba en su campamento
situado cerca de Püttlingen, como á dos leguas del campo
de batalla.
Oyendo el estampido del cañ.6n, la Divisi0n, por propia iniciativa
del General que la mandaba, se puso en marcha; eran las
1 t a. m.
Las mochilas habían quedado en el campamento.
En su marcha, la División se alejaba del campo de batalla
para dirigirse á una localidad situada á la derecha de este último. ·
Cuando después de haber recorrido como una legua, la Divisiórt
no oyó más el ruido del combate, el Comandante, acordándose de
las mochilas, xdenó que las tropas volvieran á su campamento de
Püttlingen, llegando la Divisron allí entre las 4 y las 5 de la tarde.
Como una hora más tarde, cerca de las 6 p. m., el General
se decidió por un nuevo avance hacia el campo de batalla. Pero
ya era demasido tarde; la División no pudo intervenir más en la
faz decisiva de la batalla.
En la campaña de r866, durante el combate de Kissingen, y
después de haberse tomado por asalto esta localidad, el General
von Goeben ordenó á la Brigada Kummcr y al Regimiento número
19 de intantería que ejecutaran un movimiento de ataque contra
las posiciones ocupadas por los bávaros cerca de Winkels. .
Al pie del monte Sian y bajo el fuego de fusilería del enemigo,
las tropas se sacaron las mochilas.
La Brigada Wrangel, que antes había tomado la misma medida,
avanzaba más á la derecha.
Una vez ocupadas las posiciones de los bávanll por las tropas
del agresor, éstas hicieron los preparativos para vivaquear cerca
de Winkels, mientras que la Brigada Wrangel emprendió la marcha
hacia el lugar donde estaban sus mochilas.
En aquel momento los bávaros, que habían recibido refuerzos,
ejecutaron un contraataque.
Como se ve, la circunstanc1a de retirarse demasiado temprano
la Brigada Wrangel para buscar su equipo, hubiera podido tener
serias consecuencias que no se produjeron en aquella ocasión
por ser algo defectuoso el plao desarrollado por los bávaros en su
nuevo avance.
Leemos en el diario de marcha del primer Cuerpo bávaro,
donde se habla de la batalla de Worth, lo siguiente :
"La orden reiterada que recibió la 2.• División de infantería
para que avanzara inmediatamente con el máximo de velocida4
de marcha, sólo pudo ejecutarse en el sentido de que la 4.• Brigada
de infantería-dejando atrás su equipo-llegara á la alliplanide
situada cerca de Froscgweieer cuando el enemigo, en plena retirada,
acababa de llegar á Re1chshofen."
La medida de sacarse las mochilas debe considerarse corno
perfectamente justificada en este caso. .
. El Comandante de la D1visi6n no podía prever que ésta iba'
llee-ar 'la alliplanicit poco des~ués de haberse' tíbrado el combáté
,deciliYo.
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Bien hubiera podido ser que la decisión se obtuviera por la
llegada de la División al campo de batalla. Era necesario, pues,
dejar atrás el equipo.
Los hechos que siguieron á este episodio demuestran, sin embargo,
cuál puede ser una de las 111ás sensibles desventajas producidas
por la circunstancia de haberse separado el soldado de su mochila.
La División volvió al lugar donde había dejado su equipa,
porque se juzgó improcedente que prosiguiera su avance más allá
de Worth, "pue s d e e s te modo las tropas hubieran quedado separadas
de sus mochilas quizá por mu c hos días."
Es d e cir, que se renunció á la persecución del enemigo, tan
indispensable e n e ste caso, porque e ra demas iado grande la atracción
ejercida sobre la tropa po r s u equipo.
__:::::::::::::~ Variedades -~-
PEREGRINACION DE ALPHA
1
POR MANUEL ANCIZAR
(Continúa)
Supuesto este hallazgo, la producción de sal de Chita podría
ll egar sin mucho e. fuerzo á 300,000 arrobas anuales, se~ún calcula
el actual Administrador, Dr. Romualdo Liévano, y abaratarse
mucho 1m ventaja
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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Publicaciones periódicas