
Estás filtrando por
Se encontraron 44707 resultados en recursos

Era cuando el invierno amortaja en liso sudario las estepas infinitas y el aire está como acolchado por la lenta caída de los copos que lo ensordecen y lo mullen, preservándolo del desgarrón delcierzo. Y era en una estancia amplia y sencilla, la más silenciosa de la señorial mansión de Yásnaia Poliana. Mientras las restantes se abrigaban conalfombray se adornaban con muebles suntuosos, en la que reposaba el conde ostentaba cierta monástica sencillez, o, por mejor decir, cierto filosófico desdén hacia las mil complicaciones de la vida civilizada. El lecho, no obstante, era blando, limpio, con ese no...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
El conde sueña
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

El conde llora
Se había levantado lleno de satisfacción. Desde el amanecer, un Sol de primavera rasgaba laniebla, bebiendo sus argentados jirones y barriéndolos diligente, con presteza mágica. La tierra parecía desperezarse, después del letargo del invierno, y un poco de calor tibio acariciaba su superficie. . . El conde vistió la blusa, no sin haber cumplido antes esos ritos de aseo necesario al hombre civilizado. Pasó por las luengas y enredadas greñas el peine y el cepillo; atusó lo propio la barba, y, ya atusada, la encrespó otra vez, distraídamente, con la mano: se lavó en agua fría, conjabóninodoro, y...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
El conde llora
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

El cáliz
Ante la amenaza de que, como entonces se decía, los de Napoladrón llegasen de un momento a otro, el abad del Monasterio de Sangreiro pensó en la necesidad de esconder el tesoro monacal. Y con tal fin llamó a su sobrino Ramón, mozo de empuje, gran cazador, familiarizado con los rincones de la sierra. Vino, y encerrose con el tío en la celda abacial. Duró la conferencia cerca de una hora, y cuenta que ni uno ni otro gustaban de perder el tiempo. Se discutieron los pormenores, y aun cuando al pronto el abad era partidario de que el sitio fuese conocido de alguien más que del encargado de la ocultación,...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
El cáliz
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

El balcón de la princesa
ésta era una de lasprincesasmáslilialesy exquisitas que la imaginación puede concebir, no acertando laplumani el pincel a trasladar su imagen, de puro idealmente bonita que la había hecho Dios. Figuraos una carne virgen y nacarada, como formada de hojas de rosatéy reflejos deperlaoriental; unacascadade cabello fluido, solar, esparcida por la espalda y juguetona en dorados copos ligeros hasta el borde de la túnica; unas formas gráciles y castas, largas y elegantes, nobles como lasangre azulque le corría por las venas y se transparentaba dulcemente al través de la piel de raso; unos ojos inocentes,...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
El balcón de la princesa
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

El abanico
— Como deseaba escrutar el corazón de mi novia — díjome Sandalio Aguilar, en la terraza del Casino, en la hora propicia a las confidencias, cuando los acordes de la orquesta se desmayan en el aire, aleteando débiles, a manera de fatigadas mariposas— , y en las conversaciones de amor casi todo es mentira, decidí practicar una experiencia que me ilustrase. No había asistido ella nunca a unacorrida de toros. ¡Su tía la educaba con tal rigidez. . . ! Compré un palco, y las invité galantemente. La tía transigió, convidando a su vez a unas amigas que la ayudasen a llevar, según ella...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
El abanico
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Irracional
El deber de Cleto Páramo en Madrid era estudiarDerecho. Para eso, y no para otra cosa, le había enviado a la Corte, con el subsidio de cuatro pesetas diarias, su tío el señor cura de Villafán. Si hemos de ser enteramentefrancos, el cura hubiese preferido verle ingresar en el Seminario de ladiócesis, tenerle allí bajo el ala, cuidar de su alma y de su ropa interior y hacer de él un misacantano. ¡Porque ese Madrid! ¡Esaperdición! ¡Lo que allí hará un muchacho suelto! ¡Y cuando vuelva al lugar, qué va a traer sino las camisas y los calzoncillos en un puro jirón y en la conciencia un cargamento...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
Irracional
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Interiores
Bromita Había un compañero de oficina, un señor Picardo, que nos divertíainfinito— díjome el cesante, sacudiendo momentáneamente la preocupación que le abruma, a consecuencia de haberse quedado sin empleo— . Tanto nos divertía, que desde que él faltó, la oficina parecía un velatorio, a pesar de las diabluras y humoradas de nuestro célebre Reinaldo Anís. Picardo y Anís andaban enzarzados siempre, y eran impagables sus peloteras. Ha de saberse que Picardo, siendo un cuitado en el fondo, tenía un genio cascarrabias. Por eso nos entretenía pincharle, porque saltaba, ¡saltaba como un...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
Interiores
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Los escarmentados
Laheladaendurecía el camino; los charcos, remanente de las últimas lluvias, tenían superficie de cristal, y si fuese de día relucirían como espejos. Pero era noche cerrada, glacial, límpida; en el cielo, de un azul sombrío, centelleaba el joyero de los astros delhemisferio Norte; los cinco ricos solitarios deCasiopea, el perfecto broche dePegaso, que una cadena luminosa reúne aAndrómedayPerseo; la lluvia de pedrería de laspléyades; la finacorona boreal, el carro de espléndidos diamantes; la deslumbradoraVega, el polvillo de luz del Dragón; el chorro magnífico, proyectado del blanco seno de Juno, de...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
Los escarmentados
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Insolación: historia amorosa
Insolación. Historia amorosaes una noveladeEmilia Pardo Bazán, publicada en 1889. Narrala aventura amorosa de una viuda con un hombre más joven. Se aleja delNaturalismo deLos pazos de Ulloay se centra en el estudio psicológico de los personajes, empleando un estilo que la acerca a la narración espiritualista. Es notable enInsolaciónelfeminismo y la puesta en duda de los valores morales y la doble vara de medir de la sociedad de la época.
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
Insolación: historia amorosa
Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Hallazgo
La casa se había quedado ensordecida y vacía, triste, a pesar del Sol que inflamaba el rojo de los claveles en las macetas del balcón y entraba chorreando oro hasta la pared frontera. Todos de bureo: solo Carlota, la costurera, siempre tan rara, como sus compañeras decían, continuaba allí, refractaria a la diversión, tirando de la aguja, interrumpiendo con el rápido ticliteo de sus ágiles tijeras el silencio solemne del gabinete amueblado a estilo Imperio, donde hacía labor. ¡Salir, meterse en zambras, ella, ella, Carlota Migal! ¡Con lo que llevaba encima del alma, aquellas infinitas arrobas de...
Fuente:
Digitalia
Formatos de contenido:
Libros
Compartir este contenido
Hallazgo
Copia el enlace o compártelo en redes sociales
Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido
Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.