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La Mujer - N. 20

Por: | Fecha: 20/07/1879

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LUZ Y FE DAN FUERZA. . LA MUJER, REVISTA QUINCENAL ll XCL.USIVAMENTE REDACTADA POR SEÑORAS Y SEÑORITAS, llAJO LA DIRECCION DE LA SEÑORA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. ------------JU-EV-E-S, -JU-LIO_ 2_0 D_E_ 18_79._ ___ ~PRECIO 30 cs. ;;.__......;... N.0 20. }- __ ESTUDIOS HISTORICOS SOBRE LA 1\I.IUJER EN LA CIVILIZAOION. CAPÍTULO OCTAVO. LA MUJER GRIEGA. ( CONTINUACION). X 1 ií una vida de sibaritismo, su mujer EN la Albania. y Arcadia. (hoy Tur- tom6 las riendas del gobier~o e_nter~­quía de Europa), las mujeres eran ta.m. m~nte á .s~t cargo. Daba au~t.enclas pu­bieu valerosas como las espartanas. bhcas, v1stta.ba las guaru_lClODe~ que Sucedió una vez que habiendo peue. guardaban las fronteras, é 1mped1a _cou trado los enemiO'os hasta el corazon las armas on la mano que los vec10os mismo de una. de 0aquella.s ciudades, en invadie.!:en .s~R Estados. Era tan v?"le­tanto que, los hombros combatían en rosa Y.JUS~Ct?ra qtte los r~yes vecmos las calles, las mujeres, desde lo alto de la bac1an ~rbttro en syto d1sputas. Una sus ventanas y azoteas, arrojaban sobre vez los esc_tt~s se queJaron de los ma. el enemigo piedras y tejas. Al fin, los proce~tm1e11tos lucen en la bis. toria, y aunque no fueron griegas, en los anales de esta nacion fué que se hi­cieron notables. AMAGE era. la esposa de un rey Sar. mato <}el Ponto. Como el rey no cuí. daba de sus deberes y vivía entregado TOMO 11. 22 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 174 L A .M TiiE] R . ::.=....:. -...=- hijos del rey. A este j6ve:-coronó all te;;~as Iet..;:, y ell~miau~ redactó 1 dia siguiente, recomendándole (pie go. ·un có(Jigo de leyes. hcrnnso con prudencia y siempre le Ze• obia, CJ'Ie se titula ha reina de~ sirvieso de ejemplo la desgraciuda suer. Orie te, sostuvo una larga y gloriosa te de su padre. guer ~ contra los romnnos, cuando t{s. Otra reina famosísirua fué ARTJo:Mf- to::; e ~aban en todo ~erable. rey de Persia ántes del combate, sólo rneott~ en un rincon de Italia. XII ella fué de opinion que no combatiesen con los griegos ántes de que llegasen los damas aliados. N a.turalmentc la opi. Gr tcia teoia tanto trato y comercio niou de una mujer no fu1~ escuchada, y con cilin, que la historia. de esta isla. J erges perdi6 la. batalla. do Snlnmina.¡ hace r,"lsi parte de la do Grecia. Artemisa, sin embargo, combnti6 con Si lia hauia. sido eu su principio co. denuedo hasta que so retiraron las fuer.; Jonia griega y cnrtngine~n. pero á me. zas persas, tanto que Jurgos dacia des- dida lile creció su civilizacion, se fué pues de aquella batallA, que "lo~ hom. hacieJJdo iodcpendieote. Siracu>a, su bres se habinu manejado como mujeres capit~d, fué una de lns ciudmlt..>s mils y lus mujeres como hombres." ( 1) importantes pam las letros en la auti- La tercera reina famosa fuú Zr.xo. güeda.p, y allí "e daban citn todos los IHA, y aunque su vida pertenece mtis sabios de Grecia, ú peAar de que conti. bien ú la historia romana que á la gric. nuam1 u te los principales estados de ga, hemos pensado que la rola.cion de Crecí vivían en guerra abierta coutra ella uo vendrá mal en este sitio. Sicili Fo Despue~ do llu.ber ensayado el Zonobia era mujer de un rey de gobie o repuLlicnoo, los si racusanos Pu.l mira. en tiempo del emJ>Crac.lor ro. tuvie on que poneroe hnjo el yugo llo mano Aurelio.no. Esta. reiua, despues un r y quo los tiraniznLa á su sabor. do enviudar, gobernó sus estndos con Este tirano tmo lilltcsores á cunl peor, 1 tnnto lJrio y energía, •¡ue dCM!e el dia y UDll· 'e~ le dijeron :'t uno de tlllos, o u que tomó las riendas del gobierno, DioDh,io el jrívcn. l)llfl cutre sus ~•íbdi. no abandonó nunca la armadura do los tos so Jistinguia una mujer muy an. guerrer<>t<. Zenobia no tmo de su sexo cian~ que Crecucotnbu el templo. pi. sino b belleza física, pues reuuiü en sí llieud en alta 'oz n los dioses que 1 wdos los vicios y las virtudes de un cons Meu largo tiempo la vida del Léroe¡aasculiuo. Su 1ínica tlistrn.ccio!l tiran . era la caza y siempro se la vcin. á ca. Di uiláo la. hiw l111.mar y la pregun. j ballo. E ra grande bebedora, y en los t6 M qué le tenia tnn especial cariiio, festines bebia al par de sus generales, pues '1 no recordaba haberle hecl1o 11in t rastornarse jamas. Amaba las ar. 1 uin .. In bien particular. ~ )s lo diré, señor, contest6 ella¡ (1) La ltiatoria menciona otra Artemisa, cuandlo yo em niBa reinaba un tirano roinl\ de Caria,qnicn á lamucrttldesuesposo l L-d· · q Mausoleo, le le,·antó uua tumba tan maJn.~Ífi- muy 1rue , y yo robrnuu. aaraamente a os ca, que desdo entóncea loe monumentos fÚne- dios~ para que nos libmmn de él Ellos bree se llaman maulvltol. Pero no so crea me o~~ron, y el tirano murió. Otro su. que en aquel monumento reposaban _las ceni- bió al t rono y resultó aún más cruel Zall de )[al!JI:OIOO, no j éa~s )aa bab¡a rcllet- que 1 anterior. y 0 entÓnCes pedía 1 vado Al1cm1sa para tomarsclns poco a poco ! 1 ' 1 c&n 11ua alimentos sirviendo olla misma de CC?D rvor que murtem e rey' ,Y os sepulcro ambulan~ á su ma1ido. 1 d1os me oyeron. Deapues de ~1 lle- ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -~- 1 RE V I S T A Q U I N C E N L . 175 gásteis vos, señor, y resultásteis peor partida, pues 1 refiero mil veces ser la. 1 que los otros dos .... Así, i c6roo osad- esposa de un d ~sterra.do, que no la her. ~~ mirais que ya, con la experiencia que mana de un ti ano!" tengo, no pida. yo á los dioses que os Tesca eta. m ~y querida. de lossiracu. conserve u la vida luengos años 1 Si ca- ¡ sa.aos, y aun d spues de la caída de su 1 da uno ha sido peor que el anterior, familia del t tono, ú ella respetaron i c6mo seria el que viniera des pues de siempre y le e pnserva.ron los honores vos? 1 de princesa re l. Et tirano le celebro la gracia., y la. 1 La suerte dE las mujeres de }! esenia vieja partió en paz. 1 no era por ciet o muy enviuiable. Una Las siracusanas eran francas y aman- 1 vez, estando la ciudad rodeada. de ene. tes de hablar la verdad. Cuentan los migos, acudie~ n al oráculo, quien les cronistas que habiendo Dionisio el an. respondió: " pláquetJe á los dioses ciano casado á su hermana TESCA. con ron la sangre 11e unavítgende7·eal es. nn seffor de Siracusa, éste, no pudien- 1 tirpe." Tocó) e la suerte á la hija del do soportar el orgullo de su cuñado, 1 rey Licisco, p~ o él favoreció su eva. huy6 de aquel lugar dejando á su m u. sion. Present6s ~ ent6nces otro príncipe jer. Diooi~io creyó que ella había te.¡ que aspiraba jll trono, llevando á su nido parte en la fuga de su marido, y propia hija cq In o holocausto, á quien la acus6 de ingratitud por no habérselo 1 degolló con su mano. Dicen los anti. avic;ado á él. guos historiad~ ~es que aquello aplac6 -"Tirano, le contestó ella, ¿ pen- la ira de los ~ioses, se salvó Mesenia. e.a.is que soy una mujer tan tíruida y 1 y eligieron coti o rey al padre desapia. cobarde, que no hubiera hecho cual- dado. quier sacrificio poi' acompañar ú mi 1 S. A. DE S. marido en su destierro? Desgraciada-mente no tuve á tiempo noticia de su (C'ont~rHW/I't ~. ~------ La cxplicacion de la. chrmuln del penúltimo n1'lmE o es BoYAcÁ. UNA NOCHE DE LUN~. Envuelta tou11 en nacarada nube, 1 Oh lumt sin i unl ! ... Me recordaron Como una vírgeu en :;n Cn!>to velo, 1 Tns a)bo¡; raj·os v esplendor incierto J'or el espacio ~>e dc!!liza y sube TAJ. que Agustin ~ Mónica mirAron, Lo. blanca nube, iluminando al cielo. 1 De Ostia la bclt e~l tranquilo puerto; Do azul oso vapor y gasas bellas • Cuando do Di b<> y de Su amor hablaban, Ya se empieza á cubrir el firmamento, 1 Llenos de fe, dE caridad, á solas Y c.ll•tTtuuan su lumbre las estrt:llas Eu gótico baleo , y contemplaban Sobro los montes, duude gimo el viento. La ténue luz so ro las mt~nsas olas!... Olt ! cutin bcrm~s e.'!Ulr1in los valles, 1 Te veo en el ispacio suspendida Do &la luna 1i la luz brillante y pura, A. los piés del :E erno, y te contemplo Si aquí no ru1Ís eu las sombrías calles Cual la ltin1para; fiel y bendecida Cada. piedra cual ópalo fulgura ! Que brilla ante ~l en el sagrado templo. Y, cambiando el astJeoto de las cosas Bajo el influjo de su lumbre grata, De mórmol son las de:;iguales losas, Y son lrts fuentes derretida pinta. Oh ! quién s vista apartará del suelo, Y al verte eucu [otro deliciosa calma, Que no se acuer e del Señor del cielo Para entrego.rle 1 cora-wn y el alwa 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 176 LA MUJER. Ay! que es empresa demasiado vann Cantar á Dios con la terrena lira ! Quién, al mirar tu límpida hermosura No siente el fuego de Su amor profundo! Y andando así, bajo tu lumbre pura, Calla mi voz ... Arrullador el vionto Sopla á traves de la ciudad andina, Quién? ... pero no, quo la palabra humana Y el estrellado y puro firmamento La voz falaz escuchará del mundo ! Por impotencia y coofnsion espira... Se inunda á un mfls en claridad divina. 2 de Mayo de 1879. BF.nESIOF-. LOS DESCUBRIDORES. , CUADI'tOS HISTORIO OS Y NOVELESCOS-SIGLO XV. (COKTINUACION). ALONSO DE OJEDA. IV debidas ú tan cerc;~.no pariente de un miembro importante del Santo Oficio, AL fin, despues de haber sufrido Oje- en lugar de da.rle el torroeuto, como da. ve.ria.s dolorosíRimu.s operaciones, el l me recia el crímen de haber intentado médico le declaró en convalecencia y tener comunicacion con alguna de las le dijeron cuál era su crímen. Result6 1 novicias del monMterio, ·- le ¡;umieron entónces que hacia. muchos días que el &implemeute en un calabozo, en tanto tribunal de la. lnquisicion le tenia l que se avisaba ~ 1 ti o de lu conducta. puestas espías porque se le considera- ¡ del !-.Obriuo. ba. sospechoso con motivo de ciertas Sin embnr,.ro, cuando llegó la 6rden declaraciones que babia dado el O bis. de fray Alonso pa.rn. que su sobrino fue. po de Btírgos. Notaron, pne!l, q11e ha- 1m trasladado 6 Sevilla, en donde pen­bia seguido al rel' Fernando hasta el saba interrogarle personalmente, en. monasterio de las Huelgas, le üerou 1 contrábase nuestro pobre héroe en una. conversar y pasearse con el jarJinero situaciou bien })recaria: la humedad del convento y á la tarde siguiente di. del calabozo; la pesadumbre de perder rigirse de nuevo al mona.<~terio, entrar 1 para s1empre n María, pues no se le al jardín y no volver á snlir en toda la ocultaba que en adelante la harían su­noche. A su Ra.lida le si¡.,ruieron, y ere- fri r l1orriblemente, y que ya jamas la. yéndole ya m¡~<> que sospechoso los cor- ¡ •olveria á encontrar; la obligada quie. cbetes se babinn creído obligados á tud de la prir-ion, tan contraria. á su arrestarle. temperamento ncti vo y fogoso ; la. in- En las declaraciones le preguntaron cert1dum bre que sn Ritnacion causaría qué significaba su permanencia en el á su madre, que sin duda ignoraba qué jardio del monasterio, qué era aquella babia sido de él,- todas estas cosas cuerda que se hall6 atada á la reja de unidas le produjeron una cruel enfer­la Capilla de las novicias y la huella medad, en la cual crey6 perder ~1 jui­de sangre que se veía hasta eJ muro, cio y la vida. Así no fué sino ya en­lo que coincidía con la mano herida. ¡ trada la estacion de invierno que pu­A esto Ojeda no contest6 nada, sino dieron trasladarle á Sevilla. Allí eufri6 que dijo se acogGria. á la proteccion de un interrogatorio solemne, y al fin de su ti o el Grande Inquisidor fray Alon-1 él le notificó su ti o que, merced á su so de Ojeda., á quien daría cuenta des~ intercesion,habíanle permitido ponerle conducta. Merced á las considera.cior¡es en libertad si juraba, por su S&lvacion [ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCE N AL. 177 eterna, no tratar de vol ver íÍ verse ja- ~' público cambia. cada di a los objetos mas con dofia Mana, pue¡¡ no era posi. de su entusiasmo,- los reyes le aco. hle que una doncella deluacimieot.o y gieron con marcada. benevolencia y no futura destioacioo como era ella fuese le hicieron reccmvencion alguna, olvi. inquietada y perseguida de una mane- dando en aquellos momentos las quejas ra tan escandalosa. do los envidiosos. 1 Cosa que por cierto Ojeda no quiso aceptar semejo.nte fué una grande merced con el hombre coodicion, y manifestóse tatt i od6mi- que les h:~.bia donado un N ue,•oMundo 1 to y audaz que le sumieron en los Inmediatamente pidi6 Colon permi­mús houdos y terribles calabozos de so para volver á las Indias y atender Sevilla, en donde fk'\SÓ muchos me~es ' al descubrimiento de la Tierra Firmo, desesperado y casi loco,- pero re~isti- en donde esperaba encontrar mayores do fóiempre Íl someterse. -:-iquezas que la.s que hnbian hallado Una de las reglas de la. Iuquisicion en las islas. A pesar de la. marcada era que jamas se publicara la. causa del mala voluntad del Obispo ll'onseca, qu~ delincuente, que desaparecía repeoti. no excusaba hacer la guerra ú Colon nameote de In. sociedad,sin que so su pie. de cuantos modos podía, la reina orde­se qué se babia hecho, lo cual sus pn- uó que se dieran inmediatamente rientes, temerosos de comprometerse, 6.000,000 de maravedís ($ 86,956) tampoco indagaban. Algunas veces se para equipar los ocho navíos que debe. perdía para Pie m pre y nadie sabia jamn.s ria.n de eutreaársele. Pasiíronse sin em. qué suerte babia corrido,- otras veces barcro la.s sem"'anas y los meses y Colon volvía al mundo al cabo de más 6 mé- no ;ecibia nada, pues Fernando, necesi­nos años, pero como tenia prohihicion tado de aquel dinero para otros gastos, de revelar lo que le había. pasado, guar. Re lo apropió sin cuidarse de la pala-daba. profundo silencio. bra de Isabel. A vasar de todo, dos personas se Trascurrió el año de ü7, y ú pesar atrevterou tí averiguar por In suerte de la proteccion de la reina, Colon sólo del j6veo Ojeda, - una de ellas fué el obtuvo ofrecimientos y promesas, y es. duque de Mediuaceli, su patron, que to merced á la exagerada pintura que era suficientemente poderoso para iCI- bacia de las futuras grn.ndczas que en dagar sin riesgo de hacerse sospechoso, aquellos países no descubiertos le por la suerte de su escudero, - la otra aguardan para pa.rticipárselas n Espa­perc~ ona. que tampoco tuvo miedo fué la fin y á &us soberanos. Al fin, en Mayo madre de Alonso : las madres no se de. de 1498, pudo darse ú la vela llevando tienen ante ningun obstáculo cuando seiR buques en lugar de los ocho que tratan de indagada suerte de sus hijos. le babia. u ofrecido. Sin embargo, iba Una y otra recibieron la mi!;ma res. contento, porque en nquel~a expedicion puesta: que O jeda no corría riesgo de fundaba su más graude esperanzo. de la vida, - que estaba en seguridad, y fama, y esperaba obtener ámpliamente que aaldria de su encerramiento cuan- con qué lograr el voto que !labia hecho do él mismo quisiese, retractándose de de libertnr-6Jerusalem ántes de morir, ciertos desmanes de que era reo, co. para. lo cual, creía. él, Dios le babia metidos en lugar sagrado. inspirado el descubrimiento del N u&vo En tanto que nuestro desgraciado Mundo. héroe vegetaba sumido en los subte- Aunque parezco. una ingratitud con rráneos de la Inquisicion, digamos en tan noble y verdaderamente grande pocas palabras Jo que hacia Cristóbal hombre como Colon, no cabe pensar Colon en E9pafia íÍ su regreso de su se. otra cosa sino que las de'lgrncia.s del gundo viaje de descubrimiento. Aun. Nuevo Mundo provienen en gran parte que no fué recibido con las mismas de la manera con que el Descubridor ovaciones por la na.cion como Rucedi6 inició la colonizacion de las Antillas, despues de su primer viaje,- pues el que fué la escuela de los demas con. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 178 LA M C J E R. 1 l qnista.dores de-América. Tenieudo em- -Alonso, le dijo el grave Inqnisi-t) ei"ío, de'lcle Ml primer viaje, en mani- Jor. pue~to que te ha.s uegatlo tantas testar á los reyes y t\ la. uuciou C!ip&- veces ii dar tu palahra de no volver ú i'íola la irupo1'tnucia de su descnuri. buscar á dofía liaría, quiero hacerte mieoto, para que le su mi nistrn.ran re. otra. propue.;tn m á~ fúcil de cumplir. cur:>os para. s~guir adelante sus cou- - ¡,Cuál señor? Hablad! que muero ' 1 l qui>tas, no se causa.\):\ ue pontl~rar lar! de impacieu<:ia .. .. . dijo O jeda con aui. 1 riquezas que eocerrabu.n aquellas nu~- rnado acento. 1 1 "\'as tierras. Esto tlespert6 en los colo- -Embarcarte iumediameuto que nizadores aquella iul'aciable sed de oro estén concluidos los preparativos de 1 q11e fué causa. de tantas cruelda.rles, Hna. expedicion que debe, dentro de 1 mi) ti v6 la perdicion de los naturales y poco tiempo, .Jar:;e ú la vela en el puer- 1 false6 el espíritu de la. conquÍI;ta. to de Santa 1faría. La noticia de la panida de Colo u -De mil amores, señor: ... Lo dn- ¡ lleg6 hasta el fondo riel calabozo eu dúbais ·¡ .... :Me dareis la libertad, t no 1 que yach~ el infortunado Ojedn., y éste, es ciP.rto ? pues me siento morir ou ' eu el silencio de sus días y el insomnio aquel calabozo. de sus noches, le acompaüaba. con el -Sí, te daré In. libertad que deseas 1 espíritu, y en su exa.'>peraciou envi. con la coudicion do :¡t1e uo saldrás del 1 diaba hasta la suerte del último 9ru. recinto Je Ctídiz hasta la hom de cm­mete de los navíos, que por lo menos uatcarte. podía gozar de luz y de libertad en 1 -Pero, dijo .Alonso volviendo iÍ la alta mar. realidad de las cosas del mundo,- pero 1 Pasa. ron meses, y aunque le hacia u para Júode sigue esa expedicion ? .... 1 1 preguntas SUS captotl1S periódicarncute nmes yo tengo compromisos de honor 1 por ver si cejaba en su determiuaciou 1 ttue me impedido usur¡Htrle ú Colon 1 do buscM (~ la noble novicia, Ojeda d descubrimiento de la Tierra Fit·mo. siempre contestaba que nnnco Jaria 1 -Esas no son cueot:ts mías, rcspon­uoa palabra. que no podría cumplir, ui dió ül astuto fraile, bastante l.:1.go yo ofrecería una. cosa que para él era. impo. con ponerte ea libertad sin teuer que sible. Siu embargo, iquiéu determinara eutra.r ií explicarte la ruta que deben jamas la graduo.ciou con que los sufri- seguir los bol¡ues en que te embarca­miento& físicos van deteriorando el eb- l t•ús .... De eso platicar:ts con el Obispo píritu mejor templado, y determina.t el de Btít•gos, patriarca Je lu.~ ludias, el , menoscabo que padece el u.lrua. que no que, á pesar de tu iog:ratit.nJ, está pron­siente el cuerpo libro ! Lo cierto es to ú pertlon:l r tu pa.:ada conuncta y que en aquel encierro tenia Ojetla protegerte nnev:uuente. momentos de tan profundo desaliento, -El perdona.nue ~ exclamó Ojedn,­que si ent6uces le hubieran hecho pro- él que me ha !tocho tan crueles males puestas de ponerlo eu libertad :1 cual- ~ y por cnya 6rdeu he p:J.Sado tantas e.n-qnier precio, las hubiera. u.ceptatlo. gustias, ; él decir que me perdona!. .. El invierno de 98 :Í 99 fné suma- -Pues si lo torua.s por ese Jatlo, dijo mente cruel y le pasó entero !;in m o- ¡ el Ioqnisidor, vuelve á tu calabozo, Y vi miento casi, con escasa luz y grande no ha olemos miís de viaje ni de li­aislamieuto. Al fin un dia de Bnero, Lertad. triste, frío y destemplado entró el ca.r. Actuella horrible idea Je¡;corazon6 al celero ú avisarle que su tio, el Gru.utle pohre jóveu, pues ya. en su mente ha­Inquisidor, necesitaba haLlar con él. bia visto la liuertad, la luz, la vida, Y Alegr6se el mísero j6ven con b idea no pudo resistir al det!eo ardiente de de salir de su estancia y respirar, aun- volver al mundo. q~e fuese pasajeramente, el aire de otra -Bitm, seüor, coutest6 bumildemcn­P. teza ménos triste, y tener alguna noti- te, me rindo y someto, pero s~~adme, c1a de su madre y del mundo exter.i.or. 1 ahora. mismo, fuera de esta pnSlon. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA l~UISCE~AL. -, 1--- ------ ------- 179 ~- ---~ YI nci!'l á la ca.be;r. .1 . ele 1:~. cxpcclicioo que estoy preparando en parte t\ mi costa. Al día ¡:iguientc Ojeda ~e prc~eutú 5• rpte no tardará un1Cho en e~tar equi-en el puln.r.io de don Juan Rodríguez padn. en Cádiz. 1 Fonscca. ObiHpo de Búrgos y Patritmo. -¡Cómo, seüor, dijo Ojcdn. y no es de las Io,lias. Al cabo rle nos horas de 1 prohibid o visi tnr los parajes Joscu uier.l conferencio. con el Obispo nuestro h,{. tos por Colon ! 1 roe sali6 suhyu.gaclo y deciJido á l1acer El Obispo le contestó dándole á leer cuanto 1~sto quisiera. una c:1.rtn. escrita. por el rey don Fer. Lo qttc motiv,) esta resolucion fu(. nnndo y dirigida ni Patriarca de las la relacion circnnstancindn. r¡ue le hizo ludin'l, en la cual le recomendaba que del tercer vioje de Colon á ludia". :¡.;m. hicic>e los mayore!'. esfuerzos 1>arn que pez6 seüaláodole hts cartas aut<ígrafas .;;e extendiese el rlominio espnñol en el envh\dns por llrJnel descuLridor lÍ R<;. X u evo )J undo. lranu:íl,ale que prote. paiía, en la" cuales ponía de manifiesto gicra particularmcutc la!i expe1liciones ( el descnurilniento de hL Tierra-Firme pri~nda.s de los que quibÍCI'en ampren. y las costas llamadas de P:íria.. I~usc. derlr•s ú su costa ( puc,; el erario real ñ6le en seguida el clio.rio del uavogan te, estaba muy escllso) cou la coudicion eo el cual, con su acostumbrada poesía, 1lc no inft'in.gir en lo que hnhian pro· descrihin lns nuevas tierrns como lln metido á Colon áutes de 14U;); es de. >crumlero pnmíso, habla ha de l:L abuu. ci r, •111e no tocase u en las t ierrns descu. daucia tlel oro, pietlras preciosas, per. uiurtas por él ninguno de Jos subsi. , las y h1~ cspe··in." que se hallaban eu guieutes desnthridores. á r¡uieues se todas parte::, ll~~tLUc.lo :.í tanto el entu- d:Hir~ carta hlnuca, con la sola obliga. sia~;rno del e:íudiJo Alruirante,qnc aso- cion de contribuir(¡ la corona con el gurabn. que en aquellos sitios 1:rivHe. cuarto 6 el quinto do las gnnr.ucias rriados no solamente crecían los árbol e!; 1 habidas en las expetliciones. frutnles hasta en b misma orilla tl<:l A la vista de lns comunicaciones de mar, siuo que se veían las o~trns pe,.::~. (:0Joo y de las riquezas enviadas do das cc•tltra los mangles de la playa y Pária, infiam6se la n.rdicntc imagina. abiortas Jo par en par pnra recihir ou ciou de Ojecl:1., tanto ticulpo nntrién. su Reno la~> gotas c.Jo rocío que Jeho· !lose de sí misma, y sintió correr por riau convertirse en precio~as perla~. I!IIS \·eons el contagio del entu,.,iMmo y segun l1L tcorb de Plinio. Decía t:un· 1le~eo ele gloria, de fn.mn y do oro 1¡uc se bion qne los uatumles de Pária eran rc,piraua en )a a.unó,fc¡n de aquel si. más ho--pit:\larios, inteligentes, mejor glo de aventuras¡ embringó~o con el formados, má!; bla.ncos que los do lnl> airu libre, del cual h:\l1ia sido privado islas 1Íntcs descubiertas, y adomas t¡uu tanto tiempo, y con las mil locas cspe. cnmhin.bno con el mayor gnsto ul oro rauzns que le a..•;n.Jtaron en aquel mo. y lns perlas clo Stl tierra por las clm- u1euto. Largo rato permanoci,) callado cherl'as de uingun valor que Jmbiau repasando en sn mente aquellas pro. llevado de l<~spailn. mesa!! de dicha, que le señalaba su imn.. ~ En pruehn de que nl}uello e m cierto, ginncion, y ú las cuales no renuncia el Fouseco mo..;tró 1Í Ojeda. mucho" sart:\. hombre m(JS <~n.nto sin nn grande es. les Je perlas, que Colon había cnvi:~.do, fner.t.o, ¿qué dir~rnos de lo que p:lS6 eo y ¡;ruesos trozos Je oro, más fino y uc el palpitar.te .corazon clel júHm aven. tnás precio y quilates que todo el t¡no huero que >eul nuto s\1!! ojos un lD\ln­ántes hnbinu llevado del X uevo MuuJo. do de encantos, como 110 los había so· Cuando OjeJo. hubo visto y :tdmirudo iíaJo sino en sus won.entos de delirio~ todac¡ estas mnm-villas del X uuvo )[un- .AJem:'u; el astuto Fonsecn supo acabár. do el Obispo dijo : sclo de ganar mostniudole en lonta. -Pues bien, est.ú en vuestra ruano nauza la suave im1ígeu de María, ofre- 1 1 poseer tesoroR Í"Uales ¡\ estos, si O!t P,O· ciendo darla llVÍSO de loS proyectos de 1 o Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 180 LA MUJER. ------------- --- Ojeda, y pedirln. de nu~vo, en nombre causaron tantm guerras y crímenes, suyo, que no se comprometiese á nada. tnmbien es procillo confesar que de hn.sta. su regres:o do Indias, pues le ase. aquellas disputn~~ de la Refo·nna surgi6 gur&ba que olla. a1ín estaba libre y ll\ religion C'ltólica. triunfante y con pensaba. en él. mayor brillo y gloria. La reforma ha A principios de Mayo, merced á lo'l obligado á los creyentes no solamente e11fnerzos de la inaudita actividad de á tener mayor fe sino :i comprender y O jeda, ya babia equipado cuatro boni. e~tudiar su religion,- porque lo que ttls cara velas, coutrutado como piloto ú basta á los verdaderos cristianos y á su antiguo compañero en Indias, Ju11.o los buenos y mnnsos de ánimo, no con. de la Cos:a, y reunido varios caballeros \'Once :í los espíritus indagadores que aventureros de f:unilias distinguida", no admiten, sino Je~pues de haber exa. entre otros un comerci!\nte floreutino ruinado, los motivos que La y para creer. llamado A?Mrico Ve.q¡)llci{), qnicn tuvo A los principios del siglo que nos t despues la usurpnda gloria de darlo su ocupa ya existin Copéroico pero aún 1 , nombre al continente descubierto por no se conocían sus admirables trabajos ' Colon. Así, el 20 de Mnyo de 1499, ni acerca. de las revoluciones astron6mi· romper el alba, Alonso de Ojeda. se di6 cas de los cuerpos celestes,-cootompo. á la vela en el Puerto de Santa María, rúneos suyos fueron Tycho-Braho, Fe­y despidióse lleno do entusiasmo y ale. rr&ri, Paracelso, Hamus, Tartaglia y gría de su madre, á quien ofreci6 traer. otros !'n.bios ro~tnuradores de la cien. la al regreso gr.~.ndes rique&as y gloria cia, como J anson (que puso en uso el mi. y fama á su familia, si o pensar que" en croscopio ), que iluminaron el mundo este mundo nada sucede como lo he. con la. luz de lns matemáticas, la astro. mos ideado ni como lo hemos temin eo re tantos otros, uacho Spenser, Walter Raleigb, Marlowe, más conocido é ilustres1 Por cierto Beo Jonson y otros literatos famosos. que su nomb e no vale nadn por sí En Francia. l1astan los nombres de solo, si no fue para nosotros el tipo Montaigne, Palissy, Ronsard Bran. en que mejor podemos encontrar las tome, Arnyot, &c., para dar lustre virtudes, erro s, crímenes tal veí:, co~- 1 ú uua nacion. En Italia, i qué más tnmbros y asp raciones del espnüo1 de gloria que la de Ariosto, Maquiavelo, su tiempo, y or eso se nos pe;rmitirú Galileo, el T:v;so y Guichardini en las estudiarle ú t do sin encubrir us de. ciencias y literatura 1 Entre los e!lcul- fectos ni ocul r sus cualidades. N o le tores y pintores á Banc!iuelle, .J{iguel preseutarémo. ni como un héroe per. Angel, Leonardo de Vinci, Rafael de fecto de nove , ni tampoco como un 1 U ruino, Sebastian delPiombo, el Peru- ley ni principios, ~ino, gino, Coroggio, Julio Romano, el Ti- como Ja encarnaciou cinno, Veronesa, Tintoretto, A. Carraci, Dotoiuichino, Guido Reni y el joyero Benvenuto Ccllini .. ... Ent6oce9 'i'i6 la II luz el c61ebre Palestrina, cuya música El viaje de Ojeda :í Tierra Firme sagrada ferma escueb.. Tarubien son babia sido d sastroso, y dospltes do contemporáneos los pintores Vol:í;¡;. motos sueños orndos y locas ilu siones, 1 quez, E sp:\ñoletto, Zurbarán, Alberto no obtuvo en esmuidas cuentas nada Durcr, Flolhein, y en los últimos años digno de meo oua.T!le. El único descu­de él naci6 Van Dyck, y otros que fue. brimieuto de alguna importancio. de ron r;ecuodarios y que no nontbrnrémos. r¡ue pudo pre arse en aquel viaje, fué Entre Jos hombres de E~taJo que el de haber a ribado al lago que los mús ~;e llistinguiP.ron b:ístanos meucio. inuios llamal n de Coquihac01.1.. y que uar ( fuern Je los que ya. heme>s oom· él bautiz6 de enezuela (porque su~; brarto en el curso Jo e,tn historia. ) á habitante~ orli caLa.n cutru el aguo. co. los lit{dicis, los Dorias, los Monmorency, m o los de Ve u cia ), lago conocido hoy los Ne:noms, los Sobieski, y tutl¿ con el nombre e ~bracnibo. Adnm s, 'J1Utllti. siguiendo 1:1. ndiento do sus de. eos AqmJI :.iglo tlu4 renacimiento llo todo de llo\'ar algu botin, y viendo r¡uo en lo ol \'iclndo en h o~cura l-poca rle h. aquellas co"t ,le 'L'torm Firmo no Edatl .!lledia, fué el de C.!rlo~ V, de eucontrnbn la rir¡uezn.s qlte ngmu la. Fr:~.ncisc:o I. de Enrique IV (de l!'rnn. ba, ~en. artes y la .iteratura, como en el siglo dorios como e lavos. Entro los poco'! XYI, ni mayor magnificencia, rirpwza obsec}'ÜO.i que logró ci pobre Ojecl y pode tío uui re los reyes, los gnerre- llevar á su m dre o~ taba una indin. ro13 y lo:~ gmnJes de las naciones civi. mny hermosa e Coquiba.coa, que ba­lizadas de Europa. bia bautizado u el nombro de Isabel, Pero, diní el lector, en medio de a!iÍ como otro odio hermnno suyo ú tanto esplendor y ~randeza., y del ofus. quien llamaba artin. cal'lliento de una ci vilizaciou que se Despue'l de sitar :í ~;u ma.d re, .A lon. perfecciona,¿ quú puede ser el nombre so se dirigió ú úrgos ú dar cuenta al TOJIO n. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ' .-----------------------------~------------------------~~ 1 182 LA 'MUJER. Obispo del mal éxito de su expedicion, se nutre el houl bre eu deseosambiciosos, pues una. vez pagados los gastos, apé. pues si al priudpio cree que lo que au­nas pudieron repartir 500 ducados en- be h. no es sino la. puerta por donde debe tre más de cincuenta personas que te- 1 entrar á otm mansion mús pura, en oían parte en la empresa. Sin erni.J¡u. seguida va perdieudo de viRta el obje­go, no se crea que e!':tliViese de¡:alenta- to principal, y toma lo vif,ible y loma. do,-al contrario,- el e¡:píritu a ven tu. te1·ial por la causa primer~, hasta ol vi­roro bullía en él, y tenia empeño en 1 dar el más all(Í que en un principio volver á embarcarse y seguir en el l anhelaba con~eguir. Nuevo .Mundo sus empezado~ descu. Ah! no hay nada más triste y des. ~ brimientos, pues parecía que más va. alentador que el estudio del c01·azoo :1 lor, audacia y constancia manifestaba ldel hombre en sus tra.¡;;formaciones y este hombre mié u tras más contraria cambios, casi E-iempre de bueno en malo, le era. la suerte. 1 y de malo en peor! Y al pintar la caro. Aunque el Obispo le recibiera al¡ hiante faz del carácter de O jeda., que principio con frin.ldad ( el mal éxi- no se nos tache de exageracion é inve. to e~ defecto de mny malo. nota entre 1 rosimilitud, pues tenemos Feguridad gentes del carácter de Fonseca ), bien de que cada. uno, en el estrecho círcu­pronto, con su natural perspicncia, com- 1lo de sus reln.ciones,- aun en esta. épo­prendi6 que aquel j6ven DO oro. ya el j co. tnn impropia para alimentar cier. mismo que tanto lo babia importuna .. tas ideas de ambicion,- ha tenido oca.. do con sus locas pretenciones años án. ¡ sion de estudio.r por lo méoos á uno 6 tes, y que era muy propio para Reguir ldos de sus conocidos, cuyo carácter ha adelante sus proyectos, habiendo ma. 1-ufrido modificaciones bajo el soplo de durado su génio r.udaz, y perdido eo la codicia 6 de los deseos ambiciosos los vnivenes de la vida aquella deli. de la. política. Así, esto deterioro del caueza de sentimientos que á sus ojos alma. en un ellpafíol aventurero del r;j. le inutilizaba. glo XV y XVI nada. tiene de raro 6 Efectivamente nuestro Alonso de extrnfio, y mucho ménos es contrario á Ojeda. ha.bia. perdido muchas de sus la verdad psicológica. cualidades y babia. cambiado y dañn- Como 1lcciamos, el patriarca de lns dose su carácter. A los veinte y nue\ e Indias, al c!escubri1· en Ojeda n.l Jefe años no es de extrañar que no tuviese audaz y sin wnyores escrúpulos, al j6- la precocidad candoroso. del niño que ven ambic io~o y de grandes talentos por primera vez vimos en la fortaleza militares y conocitfÍeutos náuticos, de Zahara; DÍ la ardiente fe y nmor aquilatado!; por 1:1. <:xp<:ricocia, liÍn los abnegado del adolecente de Granada; tante mal estado de las fioanzas da de su corazon, pero aquellos sentí- reales. mientos se habían humanizado, por de. cirio así, y babia perdido mucho de la . S. A. DE S. poesía de su primern. edad. N o en vano 1 ( Oontin1U111'CÍ). -----------,...------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - --------------------------- REVISTA QUINCENAL. 183 SECCION RELIGIOSA. r ÁG IN A I> AltA LOS NI:&" OS encomendada d. t: Ufi bu ~nas madres. AL GRAN PATRIARCA SAN JOSÉ • EN LA ORACION DE LA MANAN A .. ¡ Patron dulcísimo Del alma mia.! En este din Vuelvo ú j)Oner, Bajo tu amparo Mi hora postrera Mi vida oniora, ¡ Toclo mi ser ! Guarda mis horas, Guarda mis años De los engaños De Lucifer; Y haz que sin culpa Viva en el suelo, Y allá en el cielo Te llegue á ver l PARA LA NOOIIE. l'ues en tus brazos El Rey del cielo, JlnliÚ COUiiUe}o, Y de.~cansó ; Así tu amparo José dichoso, En mi reposo Te pido yo. SILVEJUA EsPINOSA. DE RENDoN. • El Ilustrísimo señor Arzobispo se dignó conceder á la recitacion de estas estrofas do la. mañana y la noche Si dias de indulgencia, aplicables tí. las almas dol Purgatorio. MÁXIMAS DE SANTA 'I'ERESA DE JESUS. 1 El et.píritu del hombre se parece IÍ fin, prestaos enteramente i todos para go.­nna ti~rra t¡uc, aunque férf.l, no produce narl~ á todos. sin ernbnrgo. curmdo no &tá cultivada, !) Xo os excuseis jamas, i ménos de sino e.-;j)ina.'l y zarzas. que baya una razon poderosa para ha- 2 No hahlei'> sino con estimncion y res- cedo. peto do todu11 lll:l pon;onas de piedad. 10 No digais nunca de vosotros mis- 3 Cuando estei11 con muchas personas mo11 nada que pueda merecer ó atraer hablad túempro 1wco. alguna alabanza, ú ménos que en ella 4 No disputeis jamas, y principalmente pueda hallar el p~ójimo alguno. "e?taja, sobre coMs de poca importancia. lulgun np~·ovecho.mtento; .Y aun entonc~s, 5 llnblad ú todo el wuudo con apaci- uo Lablei.S de esas cosas stno con huuul- 1 bilidad y serouidad. dad, conaidertíndolas únicamente con1o 6 EYitad la burla, sea cual fuero su done.i que debeis á la bondad de l>ios. asunto. - 11 Cuidad de que no llaya nunca ex.a- 7 NI) roprendais á nadie sino con dis- gernciun en vuestras palabras: decid sen­crecion, con humildad y con una confu- oilla y moderadamente lo que pcnseis. sien secreta de vue:~tros propios defectos. 12 Mezclad siempre algo edificante en 8 Pt·ocurad acomodaros siempre al hu- vuestras conversaciones, á fw de evitar mor de las gentes con quienes tongais las palabras inútiles y conteataciones dee­ocasion de tratar. Sed alegres con los agradable:~. que tengan un carácter alegre ; padioi- 13 N o asegureis nunca nada de que paó la tristeza de los que son tristes; en no esteis vosotros mismos bien soguroa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 184 LA MUJER. ELEMENTOS DE HIGIENE GENERAL. (pr.nduccion del f¡;ancce po~ J5. ~W.. de $. PRIMERA PARTE. ¡sangre, cuyo efeoto inmediato es conver-c A P Í TU LO TER e E RO. tir la sangre venenoAA en sangre arterid, ~:»: L.\ r.!:lé cosa. es el aire? Con qué condicio- es rápidamente mortal pam todos los sé­ncs e~> viuficante? Cnól es su composi- res qne respiran ... ... eiou '· Todo animal qne se ponga bajo la ca m- El ¡me atmosférico, del cual los anima- p~1n:> de in máquina neumá.t10~ pronto ~s­ks y hs -plantas toman uno de sus ele- p1ra, y su mne:te .es tanto ~as r~penhna 1nt>ntos mns esenciales para vivir, es un l cu~nto su rosplrACitln es mus actn·a.; un fhudn cl:ii>tico, diitfano, posante, quo en- piÍJUro Oluoro al cabo de ~1gunos segundos, 'u • v~ "1 globo terrestre y lo revit>te de Y la rana al cabo de "anas horas. 1 110:\ (,, ·¡a de 15 Ú lG leguaS de eSpOtiOl', DI:L AUU: Vn-JPJCA: pira- l la cir cia moderna, fecundada por un es- cion ; la cncslion es esta : ¿, Cómo y bajo ¡ ir to nuevo, ha demostrado que lo for- qué condiciones es vivificanto el ail·e ~ 1nau 21 ]11\rte.s ó volúmenes de gas oxígc- El aire e:; vivificante porque cedo á la no y 70 de gas azoo, y que tiene adamas sangro uut\ parte de sn oxígeno, y este une. pcqneita po1·cion de gas ácido carbó- oxígeno lra~formn la sangro venenosa en :n;co, o iecir, como cuatro parte~o sobre l sangre arterial, 6 ln l>aDgJ'C ttegra en san- 10,,)Qo gro roja, lJnciéndoht útil pnrn la nutricion 1 tm e .~cubrimieuto do la compo.'iicion 1 do los órganos y In CUDbOrvacion de la del ah· ' Tojó una YÍ\'a luz sobre los fenó- vida. ~'nos do l.l r&phacion. Para que rl aire ~ca vivilicantf', e~ pre­D a~b e ntóncOl:l se ha u in creído que la J ciso quo contenga oxígeno, y q11e t:sto ton­Íl trodu c1on del airo á lo~ pnlmonOh ser- gn la caul idad ne<.·t·tinriu pam tm~ll hn- la · ~IDgfe. rnr'ilnrl1 atural, el calor do la l.lllngre; pe- ],a cicucia ha drmostmdo que un hom- ~ ro el ck nnkimiouto do J,nvoisier • hizo 1 h1·o !le lnlll\ y corpuloncin ordiur.rias, res­~ mprl'ndcr mejor In naturulezn del fenú- pii'Untlo do 16 á 17 Yeccs por miHuto, é cno, .) 1ronto e.o supo que el uiro que intl'oduciendo á lo, pulllloncs cndn vez p r.ctra en el pulmon ~>lmudoua una parle q u o respim la. tercom parto de llll litro, d tu oJr: 'geno á lo sangre- cuyos cnunl6ló poco más ó ménos, introduce en c~;tol! ór­ll! izr.n lt•s admirables celdillas do ese ór- gnuos de 7 á 8 metros cúbico¡; de aire en ' ' DO, - y ol oxígeno se cmubia en carbono :!1110ras, y con:>nme en non hora toda la 1 IJllO era el< t ra la sangre, doJt~ndo, á cada 1 cnutidad do oxígeno qtt6 encierran VO li­" ¡ i:11cion, cierta cantidad do gru; ácido tros d6 1\ire, es decir, llG grantos, ó 2, om bónioo IJ.Ue resulta de 0.~11 comhinacion HWlitros en 2! lwras; un poco mús de o cc,mbn tion. do:~ metros cúbic..o~. ~\sí, o ., nbsoroiou del oxíg(lno por la j .La cantidad de aire que necesita ~s- • t l'l 1 LaTObi••r, Oi•! .. bre qultnico, DA<'ió eu Pa- tnctameute Cl hombre CS1 )1\!Cl>, de 7 U 8 .-u.· 17l3. u !rnbu.ioo cicnUft,..,. le hiciOl'O so cometeria nn gra- .. , m no, r tm·o ti honor de hac.:r pnrte de lA . 1 A .,_,,. ,1 c.~nciusa tos23ailoo.l.a '"cl'!•trin,clco- ve error SI se crcyet>e que el hombre po- I c>o ~· la n •ncul~un• lu de!M-n mucbosó 1mpurtnntca dria vivir sin sufrimiento oon so'lo rect'b' 1 ut.r-mi o •. S1n ~mbnr¡ro d~ tanto• tltulos al roco- lr 1 • ' to •"lioo, La Tu . .¡,,. se vi6 J•P~do y conde- aquella cantidad solamento · los hechos 1 o 11 m.: rt~ po• loa tnbuoo.lcs re\olurtonarlot, y fu6 d .' ~ • unado c11 Pana en :Mayo c1e ti~. . omuestran que oso no sena bastant :>."- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 185 qne un hombre necesita de 8 á 10 metros por boro, ó cuando ménos 6, pues no bas­ta encontrar en el aire la cantidad sufi­ciente de oxígeno : es preciso, adamas, que el gas esté convenientemente desloido en él. en el espíritu. Los placeres son ménos ar­dientes, las pasiones mll8 moderadas ; pa­rece como si al elevarse sobre las moradas de los hombres se dejaran entre ellos to­dos los sentimientos bajos y terrt!stres, y qne d. medida que uno se acerca á las re­giones etéreas, el alma so empapara en su inalterable pur¡,za. Entónces somos sérios sin ser melancólicos, apacibles sin indo- Cualquier individuo que permaneciera clausurado durante algun tiempo en 7 á 8 metros oú bicos de aire, no tardaría eu sen­tir las señales precursoras de la sofoca­cion ó asfixia, y si le encerramn en un sitio de 3 á 4 ruetros cúbicos en breve se eucontraria asfixiado. Puede suceder ta10bien que annque el aire tenga la cantidad snficiente para man­tener la vida, éste sea dañoso y afecte gra­vemente la salud de quien lo respira. Es, pues, indispensable que el aire que respiramos sea puro, que no contenga nin­guna sustancia volátil ó gaseosa, que al introducirse á.fa sangre con la r espiracion, modifique su composicion, llevando algun desórden á la economía y engendrando alguna enfermedad. DEL 11&101\ AIREÓ DEL AU!.E X.U VTVU"IC.LNTE- lNrLVEN· OlA 8.U.UDABLE DEL AUIE DE L.A.8 MONTAAAl. Por lo que acabamos de decir es fácil comprendet que las cualidades del aire dependen de su composicion y su pureza, y que el aire fresco y puro, renovado con­tinuamente, es el más vivificante y favo­rable ú. la salud. Se debe preferir á todo el aire de las montañas, porque éste, re­novado continuamente por las grandes corrientes atmosféricas, ó impregnado del perfnme de las plantas, introduce al or­ganismo uno de los elementos típicos de su cooservacion y bienestar. Nndie puede descouocer sus efectos sa­ludable.,¡, y no podemos xesistir al deseo de citar aquí nna bella págitla de Roussean, aceren del sentimiento de bienestar q u o pueden experimentar los qne, como él, sacudiendo la atmósfera pesada de las ciudades, habitan momentáneamente los bosques y los campos : " .Fuá allí, en medio de aquel aire puro," dice el filósofo ginebrino, " que descubrí con olnridad la causa verdade¡•a del cambio de mi humor y el renacimien­to de aquella paz interior que babia ~ar­dido hacia tanto tiempo. Efectivamente, esta es la impresion que generalmentE~ sienten los hombres sobre las alta11 mon­tañas, donde el aire es vivo y penetrante. Se siente JUáS facilidad en la respiracion, más ligereza en el cuerpo, más serenidad lencia ...... Dudo que una agitncion vio-lenta, una enfermedad de nervios, pueda lnchat· victoriosamente contra ona ruan­sion prolongada en las montañas, y me sorprende que no sean usados los baños de aire saludable y benéfico de las mon­tañas, como un 110deroso 1·emedio físico y moral." Efectivamente, nada es más conforme á lns ideas fisiológicas; y si se diese á es­coger á una persona entre una buena ali­mentacion ó re.-;pirar un aire pu1·o, el in­tares de su con11ervacion exigiría que pre­firiese lo segundo. En resúmen, seria rué­nas dañoso carecer de buen alimento que de buen aire. La respiracion de un aire pnl"O puede suplit, hasta cierto punto, á los vicios de la. alimentaciou ; por eso tienen los habi­tantes de las montañas color rosado y for­mas atléticas, aunque sólo se mantienen con legumbres y lacticinios. La balad11. escocesa dice : " Qué bueno es respirar el airo, el aire que nada perturba en su curso libre ! "El que rodea el corazon del hombre, le sostiene y d&tierra el temor, y cu11ndo le golpea la cara, con su fuerza hace co­rrer la sangre." Bueno es respirar el aire, el aire libre, diremos al obrero, cuyo .trabajo lo hace vivit· en el malsano taller. Bueno es respirar el aire, diremos á la madre de familia, á quien ocupaciones de casa 6 el freno del trabajo obligan á per­manecer encerrada. Bueno es respirar el airo, el airo libre, diremos al niño, porqne él es la mitad de la vida. Aire, aire libre y puro es el grito y la aspiracion de todos los séres animados ; del árbol y de la :flor, del insecto y el pá­jaro, del niño y el anciano. Que sea taro­bien -el vuestro, trabajadores, con el en­tendimiento y los brazos, con el fierro y la idea. Id al mónos una vez por semana (aunque sólo sea un dia, una hora), á res- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ¡ ----------- 186 LA MUJER. pirar el aire que dilata el corazon del hombre, le sostiene y destierra el temor, haciendo nacer la esperanza ! Tened cuidado ¡ oh jóvenes matronas ! de proporcionar á vuestros hijos e.se baño de aire que los hace desarrollarse y vivir, y suple lo demas. Y vosotros todos, preceptores, patrones, censores y maestros de t~dus clases, que teneis é Yuestro cargo inteligencias y sa­ludes ¡ ensanchad vuestros patios y dor-mitorios, donde reina generalmente un aire impuro y mefítico, y eu cambio de los estudio~ prolongados (que tienen por resultado i10pedir que los niño:; crezcan, ~· desanollar la sensibilidad física :¡ la inteligencia, dañando la salud y el orga­nismo), en cambio do esos ~stndios, digo, haced les pasear en el campo, lo que apro­vocbaní todavía más á sus almas y su salud. ( Ccmtinuará). ------ ANALES DE UN PASEO. DIA PRIMERO. ( CO:STINUAC!OS) . 1 - Cuando entramos en la vida, añadió 1 - No tal, contestó ella prontamente; al cabo de un momento de silencio, nos estaba callando miéntras meditaba en lo 1 ''amos rodeados de parientes y de amigos que se dacia, procurando sacar á luz las que nos sonríen, y lisonjeados por nues- ideas ocultas en mi pensamiento, por no tras juveniles ilusiones creemos que nos haber tenido á qnien comunicarlas ó por­aman y amarán siempre. A medida que que no tlabia que se hallasen allí. Confor-vamos creciendo, eotas personas van to- me li la idea que ust~d babia expresado mando diversos aspectos, y se van borran- hace un momento, añadió, se dice que no do del círculo mágico de nuestros afectos. debemos medir nuestra existencia por el Si de vez en cuando aparece en él alguna tiempo trascurrido, sino por los acon­nueva figura, en cambio perdemos de tecimientos; y los haJ. a veces en aparien­vista las que nos eran familiares y que- cia completamente futiles, y que pueden ridas. l'oco á poco el círculo se va e,tre. sin embargo despertru· en nuestro ánimo chaudo en torno nuestro, hasta que al mil recuerdos secretos, y hacernos medir concluir nuestra carrera nos :Oallarémoe ea un momento el espacio de los aüos que quizá solos. Yo puedo juzgar de este fe- han pasado por nosotros, sin echarlo de nómeno mejor que muchos, porque ha- ver. biéndoll.Le ausentado por tanto tiempo de -Sí, dijo .Máximo; desde que aparece mi patria, he vuelto á ella para encontrar nuestra inteligencia., nos encontramos ro­muchos desengaños. Durante la ausencia, deados de tumbas, que son otras tantas cada lugar, cada planta, cada piedra que fuentes de que mana el raudal de tristeza fué testigo de nuestra niñez, so grava para indefinida que con tanta frecuencia oscura­siempre en la memoria, y al regresar nl ce el pensamiento ; bien entendido que no hogar lo encontramos todo cambiado: el solamente hablo de las tumbas materiales, árbol arrancado, la piedra ausente, la casa sino tambion de los sepulcros en que ya­en que despertó nuestra alma con el pri- oen sumergidos ruü desengaños y las es­mar pensamiento, h~obitada por extraños. peranzas de cada año de nuestra vida. Desilusiones de estas nos hacen en veje- ¿Recuerda usted aquellos ven;os de Al-ear en nn sólc, día muchos años. fredo de Mns::1et, dirigidos á Lamartine, Alicia babia permanecido callada, y en los que se encuentra un bello trozo que Máximo, creyéndola disgustada con la empieza así : conversacion, la dijo: Quel tonweau gue le carnr, et guelle aoli- --1\lucho temo que el tenor de nues- tude? tras pláticas no sea del gusto de usted, Ali- -Ah! exclamó Adriana, eSa poesía es de cia : perdón en os si hemos estado demasia- lo que más me gusta de Alftedo do Mus-do lúgubres;y hablemos de otra cosa. set ¡ si la recuerda nsted, repítanosla. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - ---·- ---- - __ REVISTA QUINCENAL. 187 ___:,_, -- - - -- ------ ----- --- --- ---- -Pero no ou frnuccs ! interrumpió Pe- l la traduccion es por cierto digna del ori­pita, hablando P'Jr la primera vez, de~de 1 ginal. quo habían empezado ú con\'ersar séria- j -So diga usted eso, contestó él; para mente. N•1 diga usted nada en frances, traducir á Alfredo de Musset con perfec­añadió, porque no lo entiendo. 1 cion, seria necesario ser Alfredo de 1\lusset. -Pero no me bullo capaz e! e traducir 1 --Cutínta profundidad y originalidad esa bella obra de un gran poeta, contestó 1 verdadera tenia esto desgraciado poeta ! Mamicio. exclamó .:Mauricio. -Permítame entónccs, repuso Mnxi- -l\Io parece, observó Pepita, que ya mo, repetir una t111duccion que hice de deberían cambiar ustedes de conversacion; este modo : • basta de reflexiones tristes y de disecar el Qué tumba, qué soledad corazon ~ast~ dejarlo como estopn. . La que el corazon presenta l 1 -Peptta t10n.e t·azon,.conte~1o Ad~·tnna: Cómo Ja pasion se enfría, be~~s prete~dtdo venu á acompanar. a Córuo en hábito se trueca ! 1 Allca\ para dtstraerla, y no hablamos ~mo de cosas desoladoras. Cuando los amtgos Cómo á menudo sucede , so reunen no debe .;er para quejarse en Que sin tropezar en ellas, ¡coro, sino para consol:lr~e en compañía Entre sus propias rüinns uuos do otr1:s. El hombre sus pnsos mueva 1 -Pero, repuso Manricio riéndose, dice Sus pa~os mueYe; Dios mismo Alfonso Karr que son tau raros los verda- Es quien le llama ti e~ta. senda; 1 daros amigos, que todos queremos tener-y él va sombrando, v su vida ¡los, pero nunca procuramos serlo no~otros Prodigando por doqÜiera. para Jos damas. Deseos, temores, iras, 1! -Ahora, definamo~, dijo Adriana.: qué Inquietud&~ y tt-i,tozas, cosa es \m amigo? Todo paen y dosporoce, -Un amigo, contestó Mnuricio, segun Todo en él es sombra aérea. el mismo Alfonso Knrr, "es un hombre Estl¡ el pobre corazon Formado de tal manera Que es fuetzf\ que en ¡:1 rüinns 'l'ras riiiuas sobrevengan. Fuerza os q u o ''aya á la ntnerte Como ti incvttablo meta, Y que IL morir aYauzaudo A cada momento muera. En el padre, en el amigo, :Muere, áun An la prole tiema ; ::\luoro eu lu::~ cosas quo llora, .Muot·o en la.~ co»>\s quo cspet·a. Fuera do que sonws polvo Que ha de Yol vur á la tierra, Somos siervos del olvido Y os ohi.do muerte leuta. Y mns qtte muerte: el que olvida Se sobre\·ive en la tierra. Cuando pierdo lo quo aruu .ll:l alrua Lúcia el cielo vuela. armado contra el cual combatimos sin ar­ma~;;" aunque dice Voltaire "que es un matrimonio del altoa entre personas vir­tuosas." -Los mnlvndostambien tioneo amigos! -Sí, repuso Adriana, porque "nn ami-go, begun Dechamps, es un pariente que uuo mi~;mo be busca." -"La amistad, dice Sil\'io Pellico, es non fraternidad ; y el bello ideal de la ' fraternidad en su sentido más elova- 1 do, añndió Máximo. Es una armonía su­prema cutre dos ó tres olmns, los que se hnn hecho como necesarias unas á otras y hnn encontrado entro sí la mejor di~posi­cion pam cou1prenderse, agradnr~>e é in­terpretarse noblemente, e~trcohando sus ~ relaciones para hacerse mútuamente el bien." -Esa dcfinicioo me agrada mucho por­que es completa, dijo .Adriana; y aunque dico que en la amistad no debe haber reu-y es \10 cadáver vh'ionte nidas mns de dos ó tres almas, declaro que Lo que de nosotros queda: cinco, como nos hallamos aquí, forman Desesperacion lo habita, una m.o.yor armonía qne dos ó tres. Ay 1 y la nada le espera ! -Recuerdo, dijo Máximo, una anécdo- -Muy bien, Máximo, dijo Adriana ; tn que define en dos palabras el supremo • Debcmoa lA troduc:clon de esto beiJa obJu, un amigo egoísmo y la suprema abnegaciou que ouamo. puede y debo haber entre dos amigos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 188 LA MUJER. cuando lo son en realidad. Un hombre ha­bía sido atacado por una e11fermedad te­rrible y conhgiosa, y le decin ti su o migo, licuo de aprension: "¿Por qué veo tantn gente en mi alcoba? solo tú deberías es­tar á mi lado." Qué prueba de confianza tan grande en los :santo& deberes de la amistad, ¿no es cierto ·? Pero, añadió, ya que hablamos de la confianza qt1e debe­mos tener en nuestros amigos, no olvide­mos que A'licio. nos ofreció referir una his­toria, ó un 1anoe de su infancia. ¿ N o pien­sa usted oulllplir su promesa? -Quién sabe si uo podré desempeñar lo que ofrecí, y referir con palabras lo que pasó -en mi o.lma como un doloroso sueño; los sueños no ~e pueden describir; creo que sucedern lo mismo ahora al que­rer contar lo que nunca be referido. :Miéntras que Alicia mer.itaba (antes de empezar su t-elacion, todos guardaron si­lencio. La belleza de Ja noche, la serenidad del ciclo, el lucero Júpiter que se alzaba on el horizonte y {<)S miraba como un ojo Dli!,terioso y brillante; el aspecto de los cet'I'OS que pareci~n dormir envueltos en uicblat~; lo. tranquilidad eo1nplet:t del sue­lo, tan sólo interrumpida por el movi­miento del follaje do los árboles y arbus­tos mecidos por el viento, y el coutinuo mugir del rio ó. lo léjo,, uniéndose á los l'Umoros cmnpesh·ei!, todo, todo cou vidaba 6 gozar de la vida contemplativa, sin pe­nus ni aprensiones, !>in pasado y basta sin recuerdos ni c:o qno me ~~uhie- 1 riñca::e, do tnl manera •1ue r.uo::de 'e dijo se ,ohrc uno piellrn para nlcr.nznrla: perdí fllle ln familia de los uovios ~e oponi•l ¡\ el eqnilihrio. y resbuhíudome caí nl n;;nn, quo se realiz~,e, Sl'nti uu graut:.le nlivio; daudo un grito: quise ponerrne en pi<í, t;in c¡ue c,to signifique c¡uo el nsuuto me pero el p•>zO c~ttlba allí wuy hondo, y no trnin inquieto, pues stílo pcn~aha en ello, tm o rud11 nrbitrio que dejarme lleYnt· por cuando por casualidad .>o hnblnb~~o ou mi la corriente, perdiendo n~í el sentido. Di- presencia de Lin ó do en noYio. V u dia con qne el quo Ml t:btá oLog-.mdQ YO de \IIl llt•gó ú mis wunos un pcricirlico que, úntre golpe de vista toda su vida ¡.>a!!Odn: corno otro~ matrimonios vcrific;,dos en In capi­) ·o no tenia vida pn:;ndn, ;;o l'uede dcd1·, tnl, mencionaba el de Liu. Largo rato tu. mi inuaginncion pteaintió el porvenir do ve el papel eu la mano, ~~tc, ¡1n~nba por frente :í una oosa. h,1ja, y que ¡,oguin 1111 ataúd, en que babia un en- mirnntlo por la ventana vi cu la mitad dáver cubierto con flore-¡ do nmG, y á lill do la sala á una jóven que reconocí bCr LiR: lado cami11ahn, con ln cnbeza indiundn y sus b.,.ande.; ojo¡;, tnn bellos y mt>lnncóli­llornndo, un jóvcn vestido de hlttl que -ví cns, ¡,o fijaron en los DIÍO!!, pem sin cono­Jl• ll' dctt·ns; poro do repente, y sin poder ccrme, pues cuando nos eopnmmos o1·n yo decir do qué runnctn, como ~ucedc en ks nun niiin, y eutóucc3, ya mujer, J,ahin suoiior;, aquella cornil i\'a de entierro ~;O cnm bindo do aspecto. Sn es 060 la al'..om­trn, formó en una de bodas, en que el no- paiiabn, poro volvía h espalda ci ln ven­vio era el mismo que lloraba ántco.;, y para tnna, do manera que !;cílo le \ í por dctrns. 1 colmo do coufnsion, yo era lu uodn.... Inmedintamcnte ~altó á mi memorin el En &o momento oí nna 'VOZ qno 1ne ha! recuortlo de la ·d~iou que tuvo en el rio blnL'l cnriilosn, y volviendo en mi, me en- niios atrJ~, y ~egní mi camino, callada y contré rodead:\ do ruuchas persoun.s á ori- meditnbundn. lhs <11.'1 rio y en bmzos de Lin, quion ha- ./11 cnoo de alguno~ meses, hnlticndo tor­biéudome oido gritar babia '\"'olndo n so- iulil\ en casa, y ruiéutrus oin cnutnr ll una cor¡·e¡·mo. Eehólo nl cuello los brozoH, y nmign mio. el AcUu3 do lo. " Lnoía," mi nl hacerlo ~e ourcdcí en ~>u cnbcllern 1melta pnd1·o, soutiludoso ,¡ mi Indo, me dijo: uu mouojo tic flore~ llo amé que yo mnu- -Aoouo de ~;nber que ha muerto Lia. tl)uia todnvín nsido: lo que ul punto mo -Lin! 1·cpetí confundida, 1 tan rocieu tl'ujo á In memoria el ataad y el cndñ ver cnSI\da! cubierto tlc llores. Se me llennron los ojos do lngrimns. X o- -Oh! por 1¡ué me snh·ó n~ted. Lin? ln! tando mi omocion, mi p11dro 1110 dijo: dije; mejor buLJCrn sido dcjnrmo nbognr. -Noto aflija:<, Dios snbc lo que hnoo. -¿Por quó mo dico mted C"O? querida Murió llena de ilnsionC8. ¿ Qnó sniJcmos Alioi:\. 6Í:cl porvenir ~;ólo le reservaba penas? -No s~, poro tal YC7. usted me dcbcrin -Y sn pobre esposo ! exdnn1é, 611 ''idn odiiU·. tronchada do raíz, ~>U c:¡,;i~tcncin .tesicrta .... J .. os cinmnstnnlos so rieron de mi oou- -So volverá tl casar, couiosló mi pa-rroncia poro uaun les dije do la. e:drnüa. dro. nlueiunci(ln que hnbia. tenido. -Casrme ! A poca~ l01 gusb casarse Al c .. bo do P"CI'" dios regrcsnmo!l n con viudo. N•••, y ISO interrnrnpioron, no sé pQr 'tué, -'l'o cquivoca.q, dijo mi padre con aire las l'clnciones de omi~t:1d con la familia do gru\'tl, y tanto, que tú mi~Jma te casnrias Lía, pero yo nunca. olvidé la. escena quu oou ~l. acabocorcfcrir. -Yo! ... l'asnroc aiios, no voh·í á ,·er á mi ama- -Sí, tú! Digo m!\s, aiindió: tú te casa-ble amiga ni de l6jo,;, pero supo que ib:l ti rós con él. cn.sarse cou uu jóvcu á quien yo no conocía Y al decir e.sto se alejó. ~le acutí tan personalmente, sino pur lo que do ~1 ha- imprcr;ionadn y pt·esa do un:\ ngitacion, bia oído hablar n mi familia. No eé por una. nprension tal, quo tuve que Rolir dell qué towa.bn cierto interes negativo en s~&lon parn ocultar lo que ~ontia. u.c¡uol Dlatrimonio, deseando que no so ve- Aún no babia po.sado un mes cuando ------ ).10 II. 24 -· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 190 LA MUJER. murió mi padre, y ]a pena de perderle bi- ñor, y ante m1 1mnginacion volvió á pre­zo que yo no volviera á pensar en su ex- sentarse el magnífico parque de Ver$allts traña profecía. en una noche de luna . Vt>rsalles, magní- Algnn tiempo despues, estando un día tira ciudad, que conocí silenciosa y bella en asomada 1\ la ventana, ví pasar por la ca- la pll'nitucl de su grandeza, guarda muchos lle á un jóveu á caballo, cuyos ojos 11e fi- recuerdos de mi infancia. jaron en mí. Pregunté quién era y supe -¿Por qué recuerda ustt>d á V!'rsnllrs, que era el viudo do Lía. 1 don ele no vivió mncho ti~ m¡ o, ~t'gun me Pocos meses deJ;pues estaba yo vestida 1 ha dicho, más bien que :i Pori~, donde per­do blanco y coronada de azahares, y al manerió largos años? prt·guutó Pepita. acercarme al altar con mi novio me es- -París tiene parn mí gratas memorins; tremecí, pues iba á dar mi mano de esposa pero recuerdo á Ver~alles con más ternu­ti Feliciano, el viudo de Lin; cumplién- ra, porque pa~é allí una tempornda en dose así la profétic~ \'Ísion de mi infancia que, estando cnfl'rma y déhil, mi im;lgina­y las palabras do m1 padre. cion muy sen~iblc 11hsorvia toda impresion. Calló Alicia conmovida, y lns dema~ la imitaron, respetnndo la emocion que se ma­nifestnba en su temblorosa voz y acento. Adstaba helnda y temblorosa; lo que h1 indujo á distraer de uquel asunto la convcrsacion. -Lo que s~ ha rellltndo, dijo, confirmo la iden de que nada hay más durable que los recuerdos de la infancia ¡ ¿ no es cierto Máximo 7 -Sin duda, porque las primeras impre­siones son las que mejor se gravan en nues­tra memori:~. -Sí, dijn Adriana; lo pasado, cuando tiene su raíz en la infancia, es t:tn bello, que traerlo á la memoria es re-juvenecerse. Huy lugares en el mundo, brillantes ú ocul­tos, nl~gres ó ti istes, en yo r<"CtH'rdo virnc ú golprnr tn nuestn memoria con una pa­lubm, un perfume, un color, un &<•nielo, y haciéndose dueño ele nuestro espíritu, do­mina nuestro coraz,m, mnrtirizándonos ck tal manern, que sin fuerzas para dt's~:char el recuerdo, quedumos como atndos de piés y monos, cautivos de lo pnsado. Ahora un momento, añ:~dió, oí el lrjnno canto de un pajarillo : fué una nota sola, repetida varias veces, callándose en segui­da ; recordé entónces el canto del ruise- Refiéranos usted algo de eso, le tlijo Alicia. -Con mucho gusto, contestó Adriana· Ul'\ "ECUEfl DO. En el segundo piso de una hermosa casa situada entre u nt1 ancha y silenciosa calle y el !'arque, pasé cinco ó st>is meses, mis hermano! se bnbinn quedado en Parí11, y sólo estaban conmigo mi p:.dre, siempre entrrgado al estudio, y mi maclre, ocupada sol:lmente en cuidarme. Yo era unn niña pálitla y enfermiza, llen11 ele rnprichos y de nchnques, que pasabn de la alegría á la tnsteza casi sin transicion. Desde la ven­tana de mi aleobita Vt:Ía toda un:~ alamrd;l de altos árboles del porque, una fuente de mármol y dos ó tre~ rincone• primorosos, sombreaclus por ti .,s y ca~tañoR. Cuando me levanl:lba por la mañana, lánguida y clébil, me reclin.1bn en el borde ele la ven­tnnn obicrt:t, y recibi:¡ nuen Yirla con el ambiente rmhalsam :•do qne refresc:~ba mi frente fati¡tadxpiar faltas y crímenes), y reverenciar ni infortu­nio donde quiern que se me prcseuta~e. En la11 noches tlc verano, cuando brillaba la lunn y no podía dormir, me levantaba callandito, abría 1" ventana y pasaba allí boru enteras, reconstruyendo con la mt:n­te la societ.lad de antañu, miéntms que un ruiseñor cant~tbn deliciosamente entre el ramaje de los ürboles, frente á rr.í. Veía con la imaginocion pasar las bellas dnmns cuyos retratos hallia contemphuo en la& galerías del palacio; me parecía ver brillar las espacias ele los caballeros y oir crugir los manteos de seuu de los abates, que tan­to frecut>utaban la corte. Unido á tus fuentes, á las nlamedzu, á las estatuas y al jurdin inglés con sus gra­tísimos perfumes, está para mí el albor ele mi pensamiento, el que surgió delante de tnntu mar.willns artísticas como lns que allí se encuenttan. ¿Cómo olviclnr los pa­seoe por Jos parques del Gran Trianon, y las pintnresc.1s casas de c:tmpo tle la Leche­ría de )u reiua, y la nanmjeríu toda perfu­mada ue azahares que me recor cree­no pueden srr nunca malos ; a~istiéndo­viccion de que los grlln-ichosos. Ed:td feliz, ioflln­cual, thce Víctor H ug.>, casi se avergüenza ! nte, dijo Alicia, se pien. no se fijan en lo que les tlll: ello~ guardan Jaa entónces no sepan ex- Cuando hubo hablar Alicia, Pepita exelomó, ue•~aTl~anu•¡¡sc de In hamaca repentinamente -Subrún simo, pues aq ll:ima Júpiter, el horizonte ha subido tan que debe de ser tardí­t: strella q ne Aclrinna apénas estaba sobre nos sentamos aquí, ya en el ciclo, que está so­na . notando que hnbian pro. velnd:s, ee separaron bus­u dormitorio. S. A.. Dll: S. UNA HORA EN MI VENT "Es grato recorrer la. profundidad sa.. Para. mí hay hora. más deliciosa de los aires y vivir en los inmensos que la última la tarde, cuando aso. espacios de los cielos."- i Quién no ha ma.do en mi , .. nu...... con el cigarro sentido esto con el poeta latino 1 El entre los y los ojos alternativa. cielo, "variable y cambiante siempre," mente fijos las página.s de un li-es un libro abierto en que podemos bro favorito, la tnmensa. llanura leer á toda hora una leccion provecho. 6. lo léjos, paso bs ho ~----------------------------------~--~--~~~-------------------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ras más felices de mi vida, y gozo po-J de ilusiones que huyen encuentran sitivaroente, sólo, con el espectáculo la ocia que viene." Pero taro-de la naturaleza. 1 bie irú con Larcber: "tengamos EL cielo del crepúsculo, ese cielo en ilu:s1u111<~ para. defendernos de las ver. que los antiguos, que todo lo ilustra. dolorosas, así como tomamos una ban con imágenes, pintaban la lucha á ra qne el frío no nos penetre." muerte entre la. luz y las tinieblas, tamuien fuí j6ven y no lo he presenta.•el mús poético momento del : "yo ta.mbien viví en Arca. dia ...... Eutónces volvemos al pasado, Así mi pluma enmohecida. es el y en las nubes y arreboles de colores ret.e de los seutimientos de otra tan vnriados, se nos aparecen los e!;. y que aún existen en roí. 'l'oda. pcctros fantásticos de lo que jw; y entro en el fondo de mi almo. de lo que hubLera sido; entónces ·•e- poesía innata. que animaba mi mos pasar iÍ los séres que amamos y ec.lad, y me queda un fondo que ya no existen ; ent6nces rehace. de ilusiones para creer, si moa los ensueños imposibles de nues. tengo por conveniente, que tra primera edad, y vemos de nuevo · ra sido ligada mi suerte á los ideales cuya existencia fuú tan va. mujer ideada, mi felicidad ga. como las nubes y tan etérea y caro. ra límites. Pero ustedes, los hiante como esos matices que ningun de familia, á quienes les ha. pintor ha podido imitar. do lo contrario de lo que al Largos, largt1ísimos años han pasado de la fábula, pues creyendo desde que se extinguió mi juventud: la sombra, lo ideal, se han en. mi vida ha sido ~iuútil para los demas, con una realidad frecuente. y nula pn.ra. mí mismo; pero á pe!!ar dolorosa; ustedes, repito, han de todo, creo que ha sobrevivido en el derecho de mnuifestarse mi corazon mayor fuego y más energía entales ~;in hacerse ridículos! de la que se encuentra en el pec~o de escogido la prosa de la. vida, los niñoll de la época; aún siento her. que yo me consuelo al ver mi vir en mi alma el amor y el entusias- solitario, con la libertad que go. roo, "esos dos o.ceites perfumados que él, y me encuentro independien. arden en la lámpara de la vida," como te sexo femenino, pues dice Mar. dice Lamartine. Sí, amor á todo lo tín Toledo: "que no hay maldad bello y grande, y entusiasmo por las en feclHL ni por facer, que á ideas que hicieron pc1lpitar mi cora. la er difícil le sea de ejecutar y zon en la juventud, y que, tí pesar de obra. . .. ... " He dejado esca. los desengaños, dieron valor tí rni edad cita mal de mi grado, pues madura para olvidar las miserias del ras tal vez se molestarán; momf:nto y tener fe en lo por~enir. no la borro: "A micos Felizmente no profeso con la genera. 1Jed TM.!JÚJ amica veritas." cion de hoy el "nihil admirari" de entendámonos: yo no quiero Horacio; cuántas cosr.s hay todavía pensar que todo el sexo es malo, J ~ para. mí que embellecen y elevan el al creo, como eu el Eva.ngé. ~ ~ mundo. La. naturaleza., tanto espiri. lío, hay muchas mujeres lmenas, tual como material, es siempre adwi. y fli preciso lus defenderé can mi ra.ble, y no se necesita sino saber en · Deseaba solamente vengarme de dónde se encuentran sus cualidades y aquellos que viven predicándo. virtudes bajo el nuevo giro y el ro- matrimonio, con muy negras in. paje de la época...... segun creo, quitarles la ca. Pero tal vez el amigo lector me acu. satisfa.ccion que llevan para earli de romántico, lo que no es propio os, y mostrarle al ~tiblico el a e mi edad, recordando aquello de que gesto que hacen ...... Pero vol. "las arrugas son los caminos por don a.l objeto de mi artículo, que era ---------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ---- ---,.-----~- REVISTA QUINCENAL. 193 hablar de lo que pasa en mi calle en clase que se encuentran en diferentes la 1Htima. hora de la tarde. períodos. El último lo representa mi Tocan las <>raciones: el sol se ha veciuo, que es un buen hombre, aun. ocultado enteramente, pero la claridad que algo hipocondriaco, padre de una lucbu aún con las tinieblas que la aco- familia tan numerosa cuanto es esca.sa sao. Como be dicho, mi casa se halla su renta; viene siguiendo con dificul. al pié de Egipto, calle en que s6lo vi. tad al novio de su hermana, el cual, vimos gentes sin preteociooes y cuya con aire alegre, procura detener el pa­bolsa no está muy repleta. Durante el so paro armoui:&arlo con el de su fati. dil\ mi calle permanece casi siempre gado compañero. ¡Desgraciado! No solitaria, pero á esa. hora. empieza á comprende que su mal humorado ami. verse eu ella a.lgun movimiento. Los go es el retrato de lo que él mismo que tienen negocios en las calles del ¡¡erá dentro de pocos años. Va á anuo. comercio van volviendo uno á uno á ciarle á su futura ( que es del partido su casa, y tal cual persoua que, ence. opuesto al Gobierno) que para darla rrada, h<~ trabajado todo el dia, sale ú gusto ha renunciado al destino que lo dar una. vuelta.. Las muchachas dejac hacia. vivir, reservándose apénas, como la costura y quehaceres domésticos y Alejandro el Grande, "lo. esperanza." se asoman á las ventanas. En aquelia Si no temiera que se me tachara, con hora los pretendientes escogen el roo- alguna razon, de literato fósil, diría mento cie pasar por delante de la ven. que en la caja de Pandora de su futu. tana en que se encuentra el bello ideRl ro cuñado no ha quedado ni la espe. femenino, predilecto por entónces. El ranza. E.xplicarémooos mejor: el ma­que ha salido con la 1nteucion de pa- trimonio es una especie de masonería; sa?·, tiene un aspecto que no puede el ap1·endiz tiene que sufrir mucho pa. confundirse con el de los demas tran. ra ser iniciado, y los tres viajes en tor. seuntes. Una cuadra ántell de llegar al no de la lógia no son más trabajosos templo de sua adoraciones, se arregla que lor, que hace por la calle de su la corbata al descuido, y se abrocha 6 amada, cu11ndo los empedrados son co. desabrocha la levita ( segun el estado roo los de la mia. La hermana Terl-i­en que se hallen el chaleco y la co.mi- ble lo obliga á pasar ent6nces por sue. sa) y deteniendo el pnso, auda. poco á los bien "movedizos" y escabr0808, y poco, poniendo la miro.da. suplicante ó subir la "escalera sin fin," y á vece.a de triunfo, segun el estado en que se lo hace caer en precipicios que no son hallo. el corazon de lo. divinidad. ¡In- fingidos, como los de los masones. Pero feliz del que encuentro. en su camino: ellos no desmayan; pasan de cxnnpa. es seguro que lo detiene para hablarle iieros á maestros, y al fin, cuando 18 largamente, no se sabe de qué; pero casan, se convierten en muy sabios. el colmo de la dicha par& él, es cuan. 'Sucede muchas veces que la. completa do encuentra un conocido que tiene el iniciacion produce el desaliento, como mismo objeto en su calle, es decir, si á los masones y á mi vecino. el objeto no es el mismo ; ent6nces tra. Pero veo venir dando saltitos de 1 ban conversaciones interminables en alegría y con los trajes altos, á tres 6 . la e~quina. más cercana. Este es el esta. cuatro n.iñ.as que vuelven de la escue. ' do de aprendiz, segun el rito ma.s6ni. la: están en aquella edad en que, ha-1 co; en el segundo per{odo pasan ú hiendo concluido la infancia, no han compañe?·os (repito que aquí sólo vive llegado todavfa á los quince; sin em. gente sencilla. y se hace lo que en la bargo, observo que cuchichean y miran ciudad 11eria mal visto ). Los del se. con curiosidad y envidia. á sus herma. gundo período, 6 compattcros, se acer. na.s mayores, ocupadas en coloquios can á la ventana y no solamente sa.lu- tiernos en la ventana: " Oh juventu, j dan sino gue se detienen á conversar. primavera de l:l. vito.~ " 11 ¡ Por mi calle hay varios idilios de esta Sobre lns desiguales piedras suena 1 1 - - - -- - --- -- 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ¡-=--=-1-9=4 ::.-_-_ ...._ __ , LA MUJER. el mon6touo ruido que hace un tnlli. sarcasmos. Una excla.mncion de la ma­do al arrastrarse; vive no muy lújos dre del plebeyo pone fin al coloquio do aquí, y despues de haber bajado á animado de los dos contemporáneos, y la ciudad, vuelve cou lo que ha recogí. el chino corre á levantar al hermanito do de la caridad ptiblica dnrante el dia. menor, I}UG por quel'erlo imitar ha E~ un hombre j6ven aún, que parece es. caído entre el caiío, y la madre no lo tar lleno de vida, á pe¡;ar de su mal. pueda socorrer porque lleva. las manos Fué baldado en la última. revolucion, ocupadas con la arteza de almidon. despueRde pelear cowo un héroe en uua La calle está ya mtÍs sola, se oyen contienda cuyo objeto jamas compren. rechinar los portones y ventanas que di6. La patria que 1W.turalmento recom. cierran. Alguno!! trabajadores, con sus pensa á los promovedores de las revo. instrumentos al hombro, p~an con ver. lucione.'! y á los generales y persouajes sando en alta voz, y tal cual criada, sa. que se han hecho ricos á "rio revuel. le aprisa ú comprar en la cercana bo. to," olvidó al mísero trabajador que tillaría, el chocolate, el pan y el dul. no tenia más patrimonio que sus bra.. ce para. la merienda, zos. El cielo ha perdido sus arreboles Detras de éste suben varios mendi. nacarados y s6lo queda, allá en el con. g~s, gritando, cantando y di11putnndo fin de la llanura, detras de los cerros acerca de las ga.nancins del dia. más lejanos, un color dorado, el cual Ya el crepúsculo se hace ménos vi. de repente se convierte en un tinte sible. Los sirvient!!s que van á cerrar gris, pues la htelH\ de la luz y las ti. los portone.CJ de las casas, entablan con. nieblas está casi concluida. versaciou con las gentes de las tienclns lb& á cerrar mi ventana, cuando vi veciMs, ruiéotras que las mujeres de pa$tlr un buen cl6rigo, amigo mio, se. In~~ nlitrmas, empiezan ú descol .. o.r la guido por una mujer que lloraba ropa, puesta {t secar en lazos Jo~11uto.. miéutras que el chiquillo que lleva. dos con horquetas contra la pared, y ú ba en los brazos rein juganuo con recoger el negrísimo almidon }¡echo las desatadas trenzas de la afligida. con agua del cafio, que ostentan en la Comprendí enl6oces que un pobre an. puertt1 sobre rotas ollaR y m·tezaB ¡ los ciano, padre de la j6ven desconsolada, muchachos 6 chi'MS de lru. tiendus co. estaba de muerte. rren tras de los animales que viven en -Ha t>mpeorado el enfermo! pre. amable compañía con ellos; y cerdos gunté á la mujer. gallinas y palomas andan gruñendo: -Sí, señor; está en la agonía, me cacareando y volando en torno de los contest6. transeuntcs. t Pero qué ruido e!l este? La noche vino ya. Los últimos res.. En medio de la cacería uno de los m u. plandores del dia han dejado una vaga cbacbos tropieza con un sefforito de claridad en el horizonte, al traves de botas que viene del cerro, á donde fué la cual brilla el lucero de la tarde, y á ecb~r su cometa; éste dá un grito, el cielo se va cubriendo de estrellas. mús b1en de asco que de dolor, al ver. se tocado bruscamente por el bara.. piento chino, el cnal responde con in. sultoa, pues deede esa edad empiezan loa democráticos á odiar á loe de bo­tas¡ á los vulgares insultos del mu­chacho contesta &1 otro con burlaa y "Ay levantad los ojos A. aquella celestial, oterua esfera¡ Burlareis los antojos Do aquesta lisonjera Vida, con cnanto teme 1 cuanto espera! RENATO. -------------·-------------~-·-~--~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,~.----1..-- ---- R E VI S 'rA L . 195 i ELEVEMOS NUESTROS CO ZONES I Terribles, espantables, desoladoras han si­do por cierto <'ntro la sociedad bogotana las últimas tres semanas .... ¿Quién, desde el más nito funcionario hasta el último jorna­lero, desdo la clama de 1uas riquezas hasta 1 {nlima porrlioscra, no so habra con temblado do asomhro y ha llegado á sns oídos la noticia drama qno tuvo lugar el 20 do Junio en la hacienda de ' ' Los :A lisos ? " ...... ~osotros nos habiu­mos propueAto no ocuparnos nunca en La Muje1· do los acontecimieutos que tienen lugar en nuestro país, y esto lo hacíamos con el objeto de no de11pertar rencores, do no lla­mar la atcncion do ningun pnrtido, de pasar de largo en nuestro humilde cnmino, sin que so ocupasen do nosotros. Pero hay hechos do un interes tan palpi­tante pam todos, y qno encierran un fondo de enAcñanzns tan trascendentales, que no es posible dejar de hablar de el,os. J<:sto nos ha sucedido con el sangriento drama que tuvo lugar en " I.ns A lisos." Bnst:mi prc!lontar tan sólo loA pen~onajes do aquel clrnmn para desrertar el intercs del más indiferente. Por uun parte encontraré­mos en una enea solitnria. a dos mojorcs dé­bile!!, solas, indefensas; y contra ellas ti do­ce hombres audaces, sin ley ni Dios, llenos do rasione!l, y sin la más leve compasion que Jos dotPnJ'a en sus propósito11 homici­daA ...... ¿Y el rrsnltudo do rato?.... Una víctima que mucre ntr:wl';;uda por mnllitml do puiinlaclnR, miéntrns qno los aRcsinoB hn. yen. sin llevarse nndn n•aterial, pero cntrc­¡:: ndos para 11iemprc al tl<'sho:lOr y !!ovando eubre s•t frct•lo la mmH;h'l de Caín, y tardo 6 temprano lafl nngnstias del remordimiento. !So no!i toen ll IIMotra~ nveri¡;nat· quiénes fueron lo~ culpables, ni usnrparémos la ma­giRtratura de lo11 jucee~ para seiialnr á lo11 sinuicndos en neto tan mt•nstruosu. ~Ine;ho, y con sobrada ra~on, se ha lamentado In I!IICrlO de la víctiroo, voro nosotras heruos visto en ella, no una iufeliz mujer sino, nl contrnrio, 11na persona pri,•ilegiada por Dice. Acab:4bn do cumplir con tocios los deberes de sn Reli­gion; so babia preparado de tiempo atms con actos de infinita caridad y tmprema nb­negac: ion ~ merecer las recompensas cel68tia­les. Ella llegó delante del tribunal do Dios como A BU pattin natural{- sufrió un momen­to y desrerl6 cu el Cie o ...... Los aspsinos no pudieron lastimarla sino el cuerpo. Y eu t:l.nto que ellos 1miren horribles 1nartirios, su espíritu está con su Creador; la dieron eterna libortad y un bim supremo, cuando elloa se hicieron esclavos de! mal para siem­pre. - ---- ~-------------- Pero, qneri cierto que los yor compasion las wadreR, 1 las tiene pensa amn oral sea hollada. y vilipendiada de una maner escamll\lo¡¡a ·? Y si lo mismo recibimos al ombre virtuoso y do nobles precedentes, e al vicioso, y al impío, ¿por qué nos quej os ahora porque ese iru¡~ío y vicioso come crímenes que nos aterran'? ... Ah 1 madres i cautas. levant11d vuestros co­razones al Di de las alturas, y pedidle que \Js dé pruden a infinita, piedad :lerisoha
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Mujer - N. 20

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Orquesta Colombiana de Arcos, orquesta de cámara (Colombia)

Por: Orquesta Colombiana de Arcos - Orquesta de cámara (Colombia) | Fecha: 21/04/1971

Concierto interpretado por Orquesta Colombiana de Arcos. La dirige el distinguido compositor y director de orquesta BIas Emilio Atehortúa. En esta ocasión el programa será excepcional, ya que se trata de un arreglo del maestro Atehortúa de la Ofrenda Musical de Bach, preparado especialmente para esta Orquesta de Arcos, así, como el estreno en Bogotá del concertino para dos violines y clavicémbalo, dedicado a tres figuras sobresalientes, no solo de esta orquesta, sino de nuestro medio artístico, como lo son Ruth Lamprea de Baracaldo, Mauricio Cristancho y Helvia Mendoza de Díaz. En este concierto la orquesta interpretó obras de Juan Sebastian Bach, Jorge Federico Haendel y Blas Emilio Atehortua.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Cuarteto Mozarteum de Salzburgo, cuarteto de cuerdas (Austria)

Por: Cuarteto Mozarteum de Salzburgo - Cuarteto de cuerdas (Austria) | Fecha: 12/06/1991

El Cuarteto del Mozarteum de Salzburgo, conjunto dependiente del Mozarteum de esa ciudad, realiza en 1970 su primera gira oficial por América Latina, la que cuenta con los auspicios del Gobierno de Austria. El conjunto está integrado por distinguidísimos intérpretes: el Dr. Karlheinz Franke, concertino de la Orquesta de Salzburgo desde 1955 y de muy destacada actuación como solista, al que acompañan, Hermann Kienzl (2° violín), Alfred Letizky (viola) y Heinrich Amminger (violoncello), todos ellos músicos graduados en la Academia de Viena y de muy destacada actuación en el Mozarteum de Salzburgo. Este conjunto fue distinguido con la designación oficial "Cuarteto del Mozarteum de Salzburgo".
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Jaime Arias, guitarra (Colombia), Nuevo Barroco, ensamble de música barroca (Colombia) y Carlos Schloss, guitarra (Colombia)

Por: Jaime - Guitarra (Colombia); Nuevo Barroco - Ensamble de música barroca (Colombia); Schloss Arias | Fecha: 11/09/1988

Concierto interpretado por Jaime Arias, Carlos Scholss y Nuevo Barroco. Jaime inició sus estudios de musicales en el Conservatorio de la Universidad Nacional y de guitarra con Gentil Montaña. Los prosiguió en el Real Conservatorio de Música de Madrid, España, de donde pasó al Guildhall School of Music de Londres. Comparte escenario con Carlos Scholss, quien comenzó sus estudios de guitarra a la edad de 10 años. Más adelante estudió en el Conservatorio de Madrid bajo la dirección de José Luis Rodrigo y en el Conservatorio Superior de Alicante con el maestro José Tomás, discípulo favorito de Andrés Segovia. El grupo Nuevo Barroco también hizo parte de esta presentación y compartio su experiencia en música renacentista, barroca y clásica. En este concierto interpretaron obras de Ignacio Cervantes y Antonio Vivaldi.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Adrián Chamorro, violín (Colombia) y Christophe Rousset, clavecín (Francia)

Por: Adrián - Violín (Colombia); Rousset Chamorro | Fecha: 24/11/1999

Concierto interpretado por Adrián Chamorro y Christophe Rousset. Adrian comenzó estudios de violín a los cuatro años bajo la dirección de su tía OIga Chamorro, reconocida violinista y pedagoga colombiana. A los nueve años hizo su primera presentación pública interpretando el Concierto en Re mayor de Seitz para la televisión colombiana. Comparte escenario con Christophe Rousset apasionado desde los trece años por el clavecín, Christophe Rousset siguió primero las enseñanzas de Huguette Dreyfus en la Schola Cantorum de París, y luego de Bob van Asperen en el Conservatorio Real de La Haya. En este concierto interpretaron obras de Arcangelo Corelli, Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart y Luigi Boccherini.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Pesca general. Asistencia técnica

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Comercialización de productos pesqueros

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Contaminación. Hidrocarburos

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Sistemas de información

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Etnografía. Litoral Pacífico

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