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Imagen de apoyo de  La relación Estado-sociedad  civil a través de las estructuras de los gobiernos  descentralizados en Venezuela

La relación Estado-sociedad civil a través de las estructuras de los gobiernos descentralizados en Venezuela

Por: Carlos Enrique Mascareño Quintana | Fecha: 01/06/2017

El presente artículo contiene una aproxima­ ción a la dinámica de la relación entre la so­ ciedad civil y el Estado descentralizado en las entidades federales y municipios en Ve­ nezuela. La hipótesis central que se maneja es la de que a partir del inicio del proceso de descentralización en 1990, han proliferado grupos civiles organizados alrededor de asun­ tos públicos como salud, vivienda, educa­ ción, vecinales o programas sociales, asocia­ dos al desarrollo de competencias ejecutadas por gobernaciones y alcaldías, y que la rela­ ción que se establece con estas estructuras de gobierno territorial aún es precaria, toda vez que su desempeño depende más de la iniciativa de los gobiernos que de la autono­ mía del espacio civil.El documento resalta la importancia  de esta reciente realidad, enmarcada en las tenden­ cias de cumplejización de los procesos so­ ciales y de la diferenciación funcional cre­ ciente que obliga a la existencia de esferas públicas, más allá del Estado. En esta pers­ pectiva, los procesos de descentralización ofrecen un terreno fértil para ampliar los es­ pacios civiles, siempre y cuando se puedan atenuar  los marcados  signos  movilizadores y clientdares del Estado patrimonialista y dar paso a una creciente instimcionalización de la actuación de los grupos civiles en los te­ rritorios.
Fuente: Universidad del Rosario - Revista Territorios Formatos de contenido: Artículos
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Imagen de apoyo de  La consolidación de asentamientos ilegales urbanos  como expansión de la ciudad. Proceso de legalización de la tierra de un barrio periférico de la ciudad de Mendoza	(Argentina)

La consolidación de asentamientos ilegales urbanos como expansión de la ciudad. Proceso de legalización de la tierra de un barrio periférico de la ciudad de Mendoza (Argentina)

Por: Alejandro Sáenz | Fecha: 01/06/2017

Los asentamientos ilegales en América La­ tina atraviesan por distintas etapas, tanto desde el punto de vista social como territo­ rial, jurídico y urbanístico. Una vez toma­ dos u ocupados los terrenos, el objetivo si­ guiente suele ser la legalización de los mismos. En este trabajo se analiza el caso del barrio  San Martín (Mendoza, Argenti­ na) como un ejemplo paradigmático de la forma que adquieren los procesos de apro­ piación y legalización de la tierra, y la reper­ cusión directa de dicho proceso en el creci­ miento de la ciudad. Además, se hace énfasis en la organización de la población de esca­ sos recursos para la consecución de vivien­da, infraestructura y servicios básicos.                                        
Fuente: Universidad del Rosario - Revista Territorios Formatos de contenido: Artículos
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Imagen de apoyo de  Costos de medición y redistribución del ingreso en el servicio público de recolección domiciliaria de basuras en Colombia

Costos de medición y redistribución del ingreso en el servicio público de recolección domiciliaria de basuras en Colombia

Por: Nestor Rubiano Páez | Fecha: 01/06/2017

Dado que la vivienda y el agua potable, el alcantarillado, la electricidad, el gas combustible, la telefonia y la recolección domiciliaria de basuras son bienes complementarios, la legislación colombiana de servicios publicos domociliarios entinede como "usuario", y responsable legal por la factura, al propietario o arrendatario del inmueble que recibe los seervicios, en tanto que denomiba "consumidores"a la totalidad de ocupantes del predio. A diferencias de lo que sucede con los otros servicios, es el de aseo domiciliario a las viviendas no se realizan mediciones cotidianas de los residuos recogidos. La regulación reduce los costos de me­dición, fijando promedios de producción mensual de basura por ViVienda, de acuerdo con los cuales se fijan las tarifas. Las empresas han encontrado viviendas informales que albergan varias familias, lo que conduce a interpretaciones  encontradas sobre la correcta facturación del servicio.Este artículo examina las consecuencias de facturar el servicio según promedios, teniendo en cuenta dos fenómenos:· el "equilibrio económico       actual" entre empresas y usuarios, y la distribución del ingreso en losseis estratos socioeconómicos establecidos en Colombia. Concluye que elequilibrio no es alterado por ningun  tipo de pro­medio,  mientras  que la distribución  del ingreso entre estratos sí es   afectada por el tipo de prome­dio utiÍizado en la facturación y en  connsecuencia, que si los municipios colombianos utilizaran el mejor promedio, el más adecuado a la estructura del mercado podrían mejorar la distribución del ingreso sin origmar "desequilibrios económicos" para las empresas prestadoras del servicio de aseo.para las empresas prestadoras del set:Vicio de aseo.
Fuente: Universidad del Rosario - Revista Territorios Formatos de contenido: Artículos

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Costos de medición y redistribución del ingreso en el servicio público de recolección domiciliaria de basuras en Colombia

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Región: de la teoría a la construcción social

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Estudios de caso REUNIRSE (2): pobreza, gobiernos locales y Red de Solidaridad Social

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Aguaita: revista del Observatorio del Caribe Colombiano

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Imagen de apoyo de  Colombia: guerra en el fin de siglo

Colombia: guerra en el fin de siglo

Por: | Fecha: 17/08/1901

~-@:;" ~"<:9 ~ ~ Bogotá, 17 de Agosto de 1901 ~ ¡__ e--- ir~ ~~ --e- -+ o le tí n ilitar de tolorr.bia Organo del Ministerio de Guerra y dell{iército DIRECTOI. .AO KOiiOil 111 F;oa :;:3Jo J. Vergara y Velasco G.-u. r 1 d,. l11~wniPruw, .Mit whro de varia• So('Íf•dad<> 'ivntlúct.• on culaboraliom de cst~ prriódico lo Moc y Oficinl. d lljérut. 12 DE AbUST 1 or c·l ( ual '-C t n·n la L:ul 'rnacit'>n Militar de b Plaza de Honda y · r glnmen t,l u sen·icio R.El'A At·t. 1.° Créase la (iohcnr ción 1ilita.r de la Pléua de H nda que ha v nido funcionando l ord n pt1blico y la tranqui­lidad social : 2." Vigilar el Ferrocarril de La orada y la Flotilla del Alto y Bajo Magdalena; TOH.O ~-13 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o(ehn ~Hitar be 'olombi.t '- 194 __; 3 ... Fiscalizar el manejo de la Flotilla del Alto Magdalena, sin perjuicio de las órdenes superiores que ésta reciba; disponer de ella en lo relativo á la seguridad de la Plaza, para lo cual comu­nicará sus órdenes al Jefe de la misma, disponiendo para el efecto, eom6 Jefe de la Plaza, de las fuerzas acantonadas en ella y en su~ alrededores ; 4:· Refrendar los pasaportes á los militare que pasen por la Plaza; 5... elar por los intereses d 1 Gobierno, y en especial por la · brigadas que se den á los Jefes y Oficiales pasaportado ; 6: Cuidar del parque que haya en la actualidad en la Plaza ó que éntrc en adelante, el cual estará iempre á sus órdenes; y 7 .• Cumplir y hacer cumplir toda · las órdenes manadas del Ministerio de Guerra y de la Comandancia en J fe del Ejército. Art. 6. 0 El Gobernador, como Jefe l\1ilitar supremo de la Plaza, dispondrá. ·de todo elemento que le sea n e ario para el osteni­miento de lla, y podrá, en gen ral, dictar cuantas m dida hagan prcci as la circunstancias y el m jor d sempeño de u funcion . Art. 7. 0 El Gobernador ord nará lo gasto qu casione el p rsonal d la Oficina, útile de scritorio y alumbrado de la mi - ma, servicio de po ta · y pionaj y lo · imprevistos de carácter urgente, omo son la provisión d vívC'r · para las tropa ~ qu tran-iten por la Plaza, y otras semcjant . Art. .0 El Gobernador d term·nará, d' acu rdo con las ór­dene ó instrucciones superiore y con la n cesidade y circun - tancias del momento, cuándo debe mpr n<1er viaje de La Dorada 6 de Arrancaplumas cada uno c1 lo~ vapore qu llcgu n á e to~ puertos. Comuníquese y pub1íquese. a do en Bogotá, á 12 de Agosto de 1 o 1. JO É MANUEL MARR QUÍN El Mini tro de uerra, PEoRo NEr. OsPINA PREVENCIONES OBRE ERVICIO DE PLAZA * RO TJ)AS M A y RE: SERVICIO ., rt. 671. Con el objeto de uniformar el servicio y atender á la constante seguridad y vigilancia que re- • igentc en toJa su- parte. y aprobada por el . fini terio de Guerra. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~3o1Nin IDhritetr be f owmbit 195 .-/ quieren los cuerpos de guardia, en los cuales no deben pern1itirse, ni aun en tietnpo de paz, descuidos que re­lajen en lo n1ás mínimo ninguna práctica legítima, se dispone lo siguiente : Todo mi.litar que entrare de facción, ajustará inde­fectiblemente su conducta al contenido de los capítulos que sobre guardias y rondas trae el Código Militar. Los comandantes de guardias prestarán especial atención á lo prevenido en los artículos 702, 703 y 722 del mismo Código, á fin de que aqu 1las siempre estén listas para cualquier evento, y nunca pasen n1ás de dos minutos entre el mornento en que . e anuncie una ron:. da y aquel en que s la recibe. El artículo 7 31 e. de vital irnporté'ncia, pues si el anto ha ele surtir sus efectos, una de las palabras que lo componen debe quedar desconocida á todo individuo de tropa. En consecuencia, los Oficiales de guardia no darán al argento ó Cabo respectivo sino el Santo y Contraseña, recibiendo personaln1ente de la ronda la eña. antes de lo cual no admitirán orden ninguna ni pern1itirán el avance de las comitivas, si las hubiere. Este procedimiento es tanto más necesario, cuanto siendo varias las rondas mayores que pueden presen­tarse en la noche en un cuerpo de guardia, el Coman­dante de ésta cebe sien1pre asegurarse de la legitimi­dad de ellas. Al tocar la ronda á la puerta de la muralla, ó al acercarse al puesto, el centinela preguntará : ¿Quién va á la guardia ? ; y al recibir la respuesta de que es una de las rondas m a y ores, mandará : " diez pasos á reta­guardia la ronda, ó alto," según el caso, y cerciorándose de que su orden ha sido cumplida, avisará á su cabo la llegada de ]a ronda. En caso contrario dará la voz de alarma. A visado el Oficial, hará formar su fuerza sobre dos filas, dando frente á la puerta éstas, y terciar las armas, calando el centinela la suya. Entonces el Sargento ó Cabo entreabrirá la puerta y preguntará de nuevo : ¿ Quién va á la guardia 1 ; y obtenida respuesta satis­factoria, mandará: "Haga alto la comitiva" (si la hu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~otetin !Jutitat. be ~olombi~ \._ rg6 __) hiere), y luégo " Avance el que así se anuncia á rendir el Santo y Contraseña" ; y abriendo un poco n1ás la puerta, dirigiéndose á los cuatro soldados que forman el resguardo y estarán tras él : " Resguardo, de frente, n1archen" ; y al llegar á la altura de la ronda : ''Res­guardo, á derecha é izquierda, calen." La. puerta del cuart J se cerrará al salir el Re. guardo, y el centinela observará por el ventanillo lo que sucede. Recibido el Santo y Contraseña de acuerdo con lo dispue.;to en el artículo 7 3 r del C<)dig- Militar, mandará el Sargento ó Cabo respectivo : ''Primer costado derecho, tercien, y "Paso lateral, ó al frente, ' segttn la disposición en que se halle el re guardo. á fin de que el soldado se le apro ... ·ime, y le dirá al oí lo: "Dig-a al Comandante de la guardia que viene bien ( ó n1al) anunciada." I ecibida de dicho Comandante ];) orden de que la ronda puede avanzar, t ~rciará su arn1a, se lo hará !laber así á la ronda, y mandando terciar .á su Resguardo, entrará con él al cuerpo d guarcl ia tras la ronda. Si la ronda se hubiere anunciado n1al, el ficial mandará orden al Sargento para que, intimáncl le prisión, siga al cuerpo de guardia entre las ayonetas caladas, y lo mantendrá alH entre dos centinelas cle vista, hasta tanto pueda dar aviso al superior respectivo y recibir de este las órcJe­nes del caso. Si el caso fuere grave ó la situación anor­mal, el Oficial mandará dicho aviso en el acto. La puerta de todo cuerpo de guardia no se abrirá para permitir la salida á rondas, Jefes ó patrullas, sino ~uando la tropa esté formada en dos filas abiertas, con las arn1as caladas, y en e1 n1omento de abrirse dicha puerta mandará al Resguardo: "Resguardo, n1archen "; y ya en la calle la persona que debe salir, cerciorado el Sargento de que no hay peligro : "Paso atrás, mar­chen." Si la ronda tuviere que permanecer algún tiempo dentro del cuerpo de guardia, rnandará que la tropa se retire, á fin de no cansarla inútiln1ente, no ordenando se forme de nuevo sino cuando fuere tiempo de salir para recibir una ronda; si Ja ·fuerza de la guardia exce diere de diez hon1bres de facción, el Comandante de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oidin !Rintar be ~o(ombia '- 197 _; e,lla no hará forn1ar sino la parte que esté vigilante, para pern1itir su reposo al resto, salvo en el caso del artículo 718, -ó cuando así lo disponga la ronda ya re(:ibida. Todas las guardias cumplirán con la parte que les corre pende de lo prevenido en el artículo 495, y nin­gún ficial que entrare de facción podrá ser reen1 pla­zado por otro, sino por orden del Jefe de Día, ele quien dependen inrnediatan1ente las guardias, pero puesto de acuerdo con el J ·fe del Cuerpo á que per­tenezca la tropa, salvo el caso de que el Comandante de la guardia estuviere ebrio ó cometiendo fafta gra­ve, pues entonces el Jefe de Día lebe relevarle inme­diatarnente, encargando de la guardia á otro de los Oficiales, si los hubiere, y si no, trayéndolo 1 cuerpo respectivo, donde lo pedirá sea de día ó de noche. De acuerdo con el ~rtículo 72 7, los Jefes de Día son responsables del estrict cun1plimicnto le estas el isposiciones.·' De este n1odo el ord ·n 1~ jerarquía * en todos los Cuerpos del Ejército, tanto de artillería é infantería con1o de caballería, será invariablement el siguiente : Cabo 2~, Cabo 1?, Sargento 2?, Sargento 1?, Subte­niente, Teniente, Capitán Ayuda11te Mayor de Bata­llón ó Escuadrón, Primer Con1andante de Batallón, Segundo Ayudante General, Pri1ner Ayudante Gene­ral, ** General de Brigada, eneral de División y General en Jefe cuando se trate de un Cuerpo de Ejér­cito. (Código Militar, artículo I 52). * Jerarquía significa expresivamente e cala radual, orden ascendente, cadena cuyos numerosos y de iguales eslabones unen al oldado raso con el General. Pudiera decirse graduación : es sinónimo casi de subordinación. Dentro de ella circula y se des-nvuelve la disciplina. (Abm'ranfe, Diccionario Militar). ** El rango de Primer Ayudante eneral debe ser superior en todo al de Comandante de Batallón 6 E cuadrón. ( ódigo Mi­litar, artículo I 57). Y la palabra rango! en milicia significa estado, carácter, funcione , grado, repr sentación. (Almt'ranlt, Diccionario Militar). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. &Idin WH!itar be ~o{om~ia \.._ 198 _; En igualdad de en1pleos la antigüedad da derecho al mando. (Código Militar, artículo 4 r ). En las guardias de plaza habrá una de carácter superior, que será siempre n1andada por un Capitán, y se llamará de Prz'nczpa!. (Ctado; y suponemo ·, además, que el pueblo está habituado á hacer acrificios por el ejército. i no es a í, podrá suceder que la situación se altere, que el ejército enemigo, á quien no detiene ninguna consideración, e abastezca con mayor facilidad qu el ejército que defiende el suelo nacional. En la campaña de 1806, las tropa. prustana y ajonas morían de hambre en un paí rico, en donde no se atrevían á tomar la pro isione. , en tanto que al enemigo n le contenía ningún escrúpulo y no e privaba de nada. Durante el invierno de 1870 á J 871, en la segunda mi­tad de la campaña, tropas francesas se vieron obligadas á ivaqucar, con un frío intenso, en la calles de las ciudades, porque no se creía poderles dar albergue en la. moradas de los ricos, en tanto que los Alemanes ocuparon esta mismas lo­calidades sin inquietarse, y a•i pudieron toma.r desean -en el hogar y o;entarse á Ja me. a de lo• habitante¡. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. moLetin militar be ~oiomhi.a \_ 200 _) esto el prim ro se v rá obligado con mucha frecuencia á dividir sus fuerzas, á fin de avanzar obre una zona más exten a, para sa­car mejor partido de los recursos que le ofrezca el país. Entonces se pre · ntará al ejército defensor ocasión para lanzar todos sus cuerpo reunido sobre una de la · fracciones enemigas, ant s de que las demás tengan tiempo de acudir á su defensa. i e logra que salga bien esta primera operación, será posible acometer con las mismas tropas que acaban d luchar victoriosamente contra una de la columnas enemigas, por segunda v z, y cierto que ha ta por una terce ra y batirla á su turno. Ejempl brillante de esta clase de operaci'one nos ofrecen los golpe qu dio Napoleón al ejército de Sile ia del 10 al 14 de Febrero de r814. Este procedimi nto fue empleado por Federico n una grande scala, para defend r , en el cur o de la guerra de los siete año . En tanto que el jército á la defen iva no haya sido Yencido en una batalla formal, ejercerá naturalmente gran fu rza de ~trac­ción sobre el acometedor, como 1 imán ·obre el hierro. En decto, e te último trata de buscarlo para batir! o, para dar fin á la mol tia que le oca iona, con toda u maniobra , la pro.·i­midad ele -' t ejército. ·e pu d , pue., admit ir d modo general que el acom tedor e trasladará al punto en donde 1 jército de la defen iva haya tomado po icion s. La 1tuación de la d f n iva e por •. te hecho notabl m nte ventajo a. i el acometedor desprecia una po ·ición que domine todo l teatro d la operaciones y que 1 ejército á ]a defcn iva haya ocu­pado, la mayor parte d · las vece., e t no t ndrá ino qu dividir aun cuando sea en pequeña artf' para jerc r inm "'diatam nte obr el adver ario su fu >rza d atra ción. Los movimient poco acentuados d 1 ejército turco del Danubio amenazando el flanco iz­quierdo del jército ru o, 1 l movimiento ofl·n_ ivo de mán Bajá contra ~u flanco derecho durante l estío dt· 1 ( 77, ba taron para decidir á é t á qu abandonase su prim ~r ¡ a~o 1 l Balkán, di - pue to, por otra parte, de modo in ·ufici ·nte. ·¡ el acorn tedor trata d~..; pa. ar d 'liado del ejército de la de­fensiva, desdeñándolo, ést • podrá iempre y con mucha ficacia conte tar, por un movimiento ofen ivo que am~..;nace el flanco d 1 ad­versario. Este movimiento fue ,¡ ¡u e propu~o .... charnhor t para el ejército prusiano en ctubre de 1 < 'o6 cuando no se si ·uió u conse­jo, y en Mayo de 1 r 3, ·n Lutzen, ·n donde se aplicó con éxito. El General de Wercler recurrió á él igualmenre el 9 de Enero de r87I n Will rsexel, y tuvo que felicitarse por hab rlo aplicado. La def -nsiva e tratégica puede in temor aprovechar ·e d ·u gran Tibertad de movimiento , sobre todo n u propio territorio. Una de las condiciones e encial que e imponen :i la of n i­va stratégica es, como antes lo hemo visto, la n ~ces idad d terminar su preparativo má pronto qu 1 adver ario. ~ 1 obte­ner esta ventaja depende de la organización general del jér­cito, de que la movilización se haya preparado con istema, de que se disponga de almacenes y arsenales provistos en abundan­cia, de medio de transporte muy numerosos, y por último, de la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58o{etin '-'Hlitat be (to[ombia \._ 201 _J configuración geográfica y de la naturaleza del territorio nacional. Exige también gastos considerables. Difícilmente reunirá un país todas esta condiciones. Querer rivalizar en estos diferentes pun­tos con v cinos más favorecidos, puede, aun en tiempo de paz, acercar al país á dos dedos de su ruina. E te peligro no exi te para aquel que se mantiene á la de­fensiva estratégica. Puede, in riesgo para él, á lo menos la ma­yor parte de la vece , dejar que el adversario avance un poco, con tal que no sea bastante considerable el a vanee para que las lí­neas ó la po icione defensivas que haya escogido sean ocupadas por el enemigo ante de erlo por la defensiva. Estudiando la ofen iva, decíamos qu , de modo general, la nación cuyo ejército e mantiene á la defensiva tenía más probabi­lídade que el acometedor de contar con el apoyo de las demás po­tencia . Actualmente e ha establecido en Europa un estado de equilibrio en sostener el cual toda las potencias tienen cierto inte­ré . Verán, pue , elia con di gusto qu este equilibrio e turbe por el aniquilamiento de una ó de tra potencia, se opondrán á ello y atajarán el brazo del vencedor i se mue tra muy empeci­nado en obtenr ventaja·. En 1 66 las potencia que no tomaron parte dir cta en la guerra, no intervinieron, á la verdad, en favor d Austria, que sucumbía bajo lo golpe . de su adversarios, sino por medio de una acción diplomática muy débil de Napoleón III; n 1871 no in­tervinieron de ningún modo en favor de Francia, u e fue d rrota­da; pero e to d pendió de que el vencedor usó de una cu rda mo­deración en l partido que acó de la ventaja ue acaba a ele ob­tener. La te ndencia á sostener el slalu quo, la cual tiene ·u origen en el hecho de que los E tados de Europa son de formación vi ja, de siglo , tendencia que predomina en la política. actual, e favora­ble á la defensiva tratégica, porque lla tam ién ba a en un principio d con ervación. En la guerra de siete año , Pru ia, que enton es era un e tado joven, experimentó el peligro que pue­de resultar de remover un e tado de co as formado lentamente y cuya conservación desea todo el mundo. ólo el g nio extraordina­rio de un gran príncipe la salvó entonces d la ruina. Tale on las ventajas que se encontrarán al decidirse por la defen iva estratégica. P ro ella tiene inconv nient esenciales. De una manera general, la re olución de mantenerse á la defen­siva descubre un entimiento unánime de debilidad. Y este enti­miento será el que ha sugerido esa resolución. Además, no hay que olvidar, como ya lo hemos dicho, que no ería posil.>le terminar nino-ún litigio implem -nte defendiéndose. Lo má ventajoso que podrá obtenerse por medio de la defensiva estratégica, es la paz que otorgará el advcr ario á consecuencia del can ancio que ufrirá. Paz de esta clase fue la que obtuvo Fe­derico el Grande, y lo que le ayudó para conseguirla fue un cam­bio en la ituación política. También la manera de combatir en su época le . irvió muchí imo. IANCO O lA fPU LICA 1110 TfC A Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oCtt\n !JliHtar be ~olomiiuro el calcio, de la cuale la principal . la lenta de composición al aire libre por la gran o.·idabilidad del calcio, lo qu obliga á mantenerlo en re­ceptáculos h rmético , y mejor aún umc rgido en p tróleo. egui-ament da las caracterL ti ca má. notable del acetileno, á aber: · un ga transpat-ente, de color aliáceo, . olublc en el agua; unido al air en ci rta proporcion , arde con llama brillante de poten­cia lumínica 15 v re. mayor que la del gas del alumbrado; detona e n dos volúmen< de o.+r no, alcanzando el rná.'imo de potencia explosiva cuando . tá en pr ncia de 12 volúmene del dicho gas; también forma m "zcla explosivas con el cobre y la plata, por lo cual es necesario ('nvasarlo n aparato de hierro, y por último, :u toxicidad es semejante á la del óxido de carbono. Ancho e ya 1 campo de . u aplicacionc . Además de su em­pleo directo en el alumbrado, puede asociarse con lo ga es po­bres para dar mezclas de gran poder iluminante; su calor de com­bustión permite utilizarlo como origen de calor y de fuerza; por la cesión de la gran cantidad de carbono que contiene, sirve para preparar gran número de cuerpos orgánicos; y por último, los pe­ligros de explosión que avecinaba su empleo hanse alejado por los consejos de la ciencia y el cuidado de los constructores. Estas cua­lidades sumada á la economía del artículo, cuyo valor no excede Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~~letin ~nmtar be ~oromb\a \__ 2o6 _¡ de 400 francos la tonelada, explican su enorme consumo y el tra­bajo de más de 100 fábricas consagradas hoy á la elaboración de aquel producto. • * • Tal ~S son actualmente .. á grandes rasgos, las fuentes de in­exhausta energía que aseguran el rico porvenir del automóvil y le brindan el áureo cetro de la Dinámica. Ayer, la soberbia locomotora, hidrópica de vanidad, resopla­ba imponente por el llano y la colina, escupiendo al cielo con el humo de su orgu11o desenfrenado; hoy, como el gigante de la fá­bula, cae al tropezar en su camino con un mísero guijarro, el pe­queño automóvil, herrumbroso y olvidado. ¡ Instabílidad de las cosas humanas! Apenas desprendidas del orto luminoso, an de­clinando hacia los pálidos umbrales de ~u ocaso. El hombre, perpetuo Judío errante, vive condenado á eterna fiebre de innovación ; semejante á í ifo, arrastra su mole hacia una cuml re cada vez más lejana, y al modo de Proteo, se agita en las convul ·iones de la inquietud y de la mudanza. Ved por qué la locom tora, moza gentil de la mañana, mué trase quintañona y rugo a en la hora ve pertina. u cuerpo, ayer ter o y ruñído, no parece al pr sent hierro viejo y abollado; us voces aflautada alegre música de tro día , atruenan ya el oído; u penacho va­garo o irrita nuestro. ojos, y su piernas robustas y ligeras, loadas tanta vec p r el plectro del iglo . rx, antójan e ahora rehacía , infl xible , y trabada por 1 terno grillete d 1 carril. · Atrá,, locomotora . ¡ a n sirv ! Queremos má indepen­dencia, mayor oltura, libertad sin límite · queremos otra cosa, nuevo molde , algo fre co que calme el hipo agonio o de nuestras ansias; má luz, más movirniento, más vida ; queremos el vu lo in­dividual, la loco:notora en nuestr ajuar, la ala de Mercurio en nuestros pie , los giros del torbellino en nuestras manos : quere­mo el aul~mÓ'lJl'l- ConHmía. MEDIOS QUE H.A fJE EMPLEARSE PARA lfA 'TENER Y ELE AR LA MORAL DE L OLDADO EN CAl1PAÑ • .a. (Contimla) Será bueno, antes de marchar á. campaña, hacer un pequeño repertorio de canciones y piececitas de teatro que no exijan gran­de aparato escénico; esto servirá. al fin para distraerse durante la travesía. Recomiendo del mismo modo que se lleven algunos jue­o- o de cartas, dominós, &c., algunos in trumentos de música poco embarazosos, tales como ocarinas, flautas, acordeones, &c. e pue­den también organizar fuera de plantilla, charangas e.'travagantes con instrumentos del país 6 con instrumentos de cartón. Para tener seguridad de que la moral de los soldados e man­tiene á buena altura, es necesario conservar su salud, ya lo he di- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletin ~Hitar be €oll'mbt(l '- 207 _} cho, y en la conservación de la alud la alimentación juega un gran papel. Es pr ciso variar cuanto sea posible la comida y po­ner en guardia á los soldados contra los peligros que para ello ofrece el abu o de las frutas de los trópicos, que, si deliciosas al paladar, son á menudo perjudiciale y causan graves disenterías. El mejor modo de poder variar la alimentación es cultivar huerta cuando e llegue á un punto cualquiera. El cultivo de huertas es, en mi concepto, lo que más importa ncarecer. La huertas constituyen un recurso inapreciable en los paíse donde 1 calor hace que se tome aversión á la carne. Se nota entonce qu las legumbres frescas on un gran recurso, porqu ellas impiden la anemia, en el momento en que 1 e tóma­go no puede soportar, ino muy difícilmente, la carne y las legum­bre rn con erva. ¡ Y de~pué , todo nace tan pronto ! Al cabo de quince día e comen rabanito · al me , habichuelas verd . , hor­taliza ·, berros, &c. i t do el mund no trabaja n la hu rta, á lo meno · t do el mundo inter a por ·11a. e la cuida olícitarnt.nt . Cada hor­telano ó p~ udo hort !ano ¿quién no lo e~ n campaña'?), afana 1 or tener lo cuadros de que e tá nca rrrado, m jorque ~u ,. ·cino. Del m1 m o modo que un jefe hábil debe :ab r . ·pi tar 1 amor propio, deb también hacer nacer una aluda le mulación, qu rá bi n pronto la m jor eraran tía del bienestar de todo ·. o quiero abu ar el qu oy cabal! r :le! mérit agrícola, para dar · aquí una onf rcncia de horticultura; m limito á dc­iro ~implem nte : hac d huerta , y con las 1 ·gurnbr que la harráis produ ir, lvaréi en la colonia· tanta vidas humanas como los más ilu tre médico e n toda u ciencia y u medicirr . E ta onvicción m impul ó á escribir, con fecha 24 de Enero d r 95, al Gen ral uchesn , de-io-nado para mandar 1 cuerpo pedí ionario de 1adagascar, una carla ·n la qu , 1 pué~ d hacerle pr scnte mi refer ncia , 1 d cía : H M jorque nadie abe u t d, mi en ral, las ventajas que r portaría á la alud de las jó' enes tropas del cu rpo expedicio­nario, qu los hospitales y ambulancias de campaña que han de er creado · n el camino y á medida qu el ejército a vanee hacia ' ananariv , estén rodeados de huerta qu permitan uministrar en plazo breve leo-u m res fr cas de Francia á lo enfermos de eso ~spitale . " espué de las ob ·ervaciones que he hecho en Tonkín, no creo aventurarme cierna iado, mi General, diciendo á usted que me comprometo á proveer abundantemente esos hospitales, cuarenta días de pué de mi llegada á un punto cualquiera, de iertas le­gumbre , tales como habichuelas verd s nsalada , berro~, rába­no, &c. " ... esta una idea que reclama, necesariamente, ser de en­vuelta de un modo más completo, y que yo tengo el honor de o­meter á la alta apreciación de usted; en la utilidad de la cual yo creo, y que puesta á prueba, sería para todos una demostración de la muy grande solicitud del Comandante por el bienestar del cuerpo expedicionario. · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ofetin WHntar be ([o(omóia \.._ 20 _) ~in embargo, cr o no inútil recom ndar á lo oficia le que , e provean de simientes de hortaliza numerosa y variadas, la que e conv nient con er ar en cajas estañadas para vitar el enmohecimiento. La caja urtida de . imiente de hortaliza que la casa Vzlmo­n ·n, Andrúu:r )' Compm1ía, comer iantes granero , Muelle de la Tenería, 4, en París, fabrica para la e.·portación, son e.·c lente para la conservación de las simiente y nota les por la composi­ción del surtido. El precio de una de dicha cajas tomada. en Parí , y las cua­les pueden ser ,·pedidas como paquet po tal, es d 2 francos, . i aún no ha cambiado el precio. En campaña s preciso aber hacer clavija de toda las maderas y no de p 1-diciar nunca lo que puede ser útilmente em­pleado. La agua o-rasicntas ) ci ·rtos de pojos pueden en· ir para alimentar cerdo·. Esto animal s on muy prolífico , y e muy ce­lebrado el caso de poder malar uno. l~n e e día e hacen morci­llas, salchichas, past le , &c. Es un día d fie ta en qu se recuer­da la .. rancia y 1 hogar de la familia. Es preci o tener mucho cuidad en situar la guarreras en tu-ares bastante apartados del alojami nto el los homl r , tener aquello lu ·ares .·cesivamcnte limpi , de modo que no s an in­cómodos por 1 mal olor. E to n es siempre cosa fácil. El tiércol, 1 hollín, la b rras de café y la ceniza , ·on uti-lizabl en la. huerta . n cuant á b inmundicia , jor des-inf ctarla · y enterrarla . o r •comí ndo u u o en ultivo · rápido ; · compr nderá fácilment ~ la razón. El ebo pr e lente d lo animal desollados, d be ser tam­bién con ervado. e le empl a útil m nte para hacer gru a v la~. Un poco de al r d 'n su mini tra 1 s pabilo · una vez qu el seb está derretid , vierte en l aml ú qu e parten despué del n-fria iento y solidificación. En cuanto á lo otro restos d los animales, que no pueden ·er aprovechados por lo· europeos, tales como las panzas, la pie­les, lo cuernos, · ·c., se abandonan á los indígenas á cambio de servicios que serían penoso para los primeros, tale como limpiar las letrinas, acarrear ao-ua, madera, cuidar los fuegos de las coci­nas, hacer terraplenes, &c. e puede, in embargo, conservar una panza ó dos por sema­na, para hacer callos al estilo de Caén, los C'.Jale.:; e harán cocer en el horno del puesto, y son muy del gusto de nuestro soldados. Desde que e instale un puesto e preciso apre urar e á crear un gallinero. Es forzoso vigilarlo mucho para evitar que sea sa­queado por los ladrones ó destruído por los animales dañinos, que on su verdadero azote. Es muy agradable el tener al alcance de la mano hue o frescos para los enfermos. Este alimento, que se presta á tantas preparaciones diferentes, es de un recurso sin igual. De Yez en cuando se le da á la tropa. Este día, nueva pequeña fiesta para la preparación de una tortilla al ron. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ofetin 9J1Hitat: be CSofomf>itt '-zog___J En fin, como en ciertos paíse las vacas no dan mucha leche, erá preciso crear un aprisco. La cabra, que se encuentra en todas parte , da leche n todos lo paí e . e fabricará una pequeña mantequera, se hará manteca, que o, &c. &c. El aprisco permitirá, obre todo en un momento dado, ma­tar un carnero, una cabra ' un cabrito, y hacer lo que los ára­bes llaman un meschonz· decir que se hará cocer el animal enter en el asador. e escogerá para e to un día de fiesta ó de un feliz aniversa­rio. El comandante del puesto apt-ovechará. esta ocasión para or­denar la confección de pa tele , la preparación de una tortilla al ron, de una ensalada, la distribución de una ración de 'in o extra­ordinaria y de café. El regocijo erá completo. Canto , bailes, representacione de teatro, nada faltará. La alegría reinará como dueña, y milagrosament casi todo los enfermos anarán, sobre todo los enfermo imaginarios, que no on lo menos numerosos. En resumen: una vez l er icio a egurado, no hay que pen­sar más que en ivir bien, es decir, en hacer una buena provisión de fuerzas físicas y morales. Pero e me dirá que para hacer todo lo que acabo de enumerar e necesitan mucho empleados. Aquí es precisamente adonde me faltaba llegar. Tal sucede en Francia, en ~fecto; ensible, mirándolo bien, v r un número tan grande d hombre eparado de la compañía para ser em­pleados ; en campaña e todo lo contrario, porque entonces es conveniente que todo lo sean. El talento del ficial con istirá. n hacer un juicio o reparto de lo mpl o , confiriend á cada uno una labot· en armonía con su aptitudes e pecia!es y con su inteli encia en interesar al soldado n el empleo qu_ d empeña y probar) que n él es indispen able. En tale condicione- , todo erán felices, y acabarán por en-contrar el dfa d ma iad corto ; todo lo fuerzas del jef de un puesto deben tender á conse(Tuir t r ultado. El número de cargos que se le pueden confiar á los europeo e~ con i erable, pue ademá de ~er ord nanza , ecretario , sas­tre , zapatero , enfermeros, cocineros, carnicero , panaderos, hor­telano. ó guarda ·-almac nes, pueden star agregados á la cabreriza para guardar el ganado, vígilar 1 pue ·to y dedicarse á la fabrica­ción de ladrillos t jas, cal, carbón, & . i un río pasa por las in­mediaciones del puesto, e organizan flotillas de pescadore y bar­quero , &c. ce. Mientras unos en ayan piececitas, para poner en escena una cualquiera, lo carpintero. albañile y herreros esta­rán empleado en trabajos de con trucción, de tran~portes, y en el mejoramiento de la instalación, trabajo que nunca deben inte­rrumpirse. e puede encargar á lo má inteligentes que hagan co­lecciones de coleópteros y lepidópteros, de estudiar la flora y la fauna del país de preparar la pieles de venados, de rellenar de paja pteles de animale y de hacer colecciones de todas clases. TOMO II-14 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oietin WWitar be ~orombia \.._ 210 -' Es de la más grande importancia tener alo-unos hombre que sepan hacer de todo, pue aunque no e ne e ario profundizar nada, nada debe tampoco ignorar e . Importa que los conocimiento del que mande y dirija todos los servicios sean no muy profundo , pero sí muy variados. No sabré recom ndar ba tan te al oficial qu 'a á campaña, que se provea, antes de marchar, de una pequ ña enciclopedia de todos lo conocimiento. útiles á la Yida material, de una brújula · Peigné, de una scopeta de aza, de pólvora y municiones, &c. No es rar , en efecto, ver uno de tinado á un punto donde no hay absolutamente nada para crear un pue to, y, por consi­guiente, de de lo trabajo · d dcfen a ha ta 1 má in ignificante detalle, todo ba d hac r ·e y todo ha de impr vi ar e. i tiene interé , d el 1 punto de vi ta moral, n que todo lo soldados ean mplead , e t mi mo interé debe exi tir n lo que concierne al buen funcionamiento d 1 ervicio y al mantenimiento de la disciplina; pero para e to es pr ci o que ningún de tino, salvo el de asi ten te (e to último marchan siempre on aquellos á quie­nes irven , exc ptü á u propietario de los servicio de guerra. odos deben alternar n la uardia ·, ~ colta , reconocimientos, -c. E te e 1 único modo d n perjudicar á un . con beneficio para otro ; di ho d otro modo: pr ci o hac r un prorrateo equitativo de lo· ríe ~-o d J la o-uerra, d las fatiga y del des­canso. i á pe ar de toda la pr caucione evitar las enfermedad , el ficial JU manci no tien médico milite r, debe dirio·ir todo u sus nferm ría ele el ·ear ue todo oficial le tropa colonia­les ·ea alo·o médico ; to indi pen a le ; de todo modos, debe hac r uanto d él d p nda para demostrar á u oldado qu po e todo · lo onocimientos mé ic:o nec ario para cuidarles bien en toda la· cir un tancia y ·i por ca ualidad Jos medica­mento 11 o-an á faltarl , d bl' uidar d ocultar e~ ta ituación á sus oldado y n titub ar n ha· r tra()"ar á u nfermo píldora de nuca pam:~ (vulo-armeutc mi a de pan), á ·ui a de píldora de quinina, ó alguna o·otas d a,aua fonhs (agua vulgar), m á 4 meno color ada, á gui a d opio, c·c. Con frecuencia ólo la fe e la que sal a, y yo h vi to obt ner '. ·ito d te modo mientras no fue de ·cubierto 1 ngaño; intere a que los soldad no e des­moralicen, que e · lo l rincipai-Conlz"n!Ía. CAPITUL ClONE. DE FUERZAS INGLESAS E,- EL R DE AFRIC.\ La serie de de tacarnentos, algunos bien nutrido de Infante­ría y de Artillería, amparado por buena def ·n ·as y provi tos de municiones de boca y gu rra, r ndido á lo comando boers, mo­lesta y preocupa á la nación ingle a muy particularmente, porque Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. · 'o(etin -~lHitac e ~o(ombia \...._zii_; en alguna de la capitulaciones 1 honor de la armas no se ha dejado bi n puesto, como demandan de consuno el deber militar y lo exige la alero a tradición británica. * Varios periódicos, y muy particularmente la :'\~aHonal Re­vi'ew, han tratado de e te triste asuntt, cuyo ecos llegaron á la Cámara de lo Comunes, dond Mr. Lambert pre entó una enmienda para que se lleva en á la Cámara los procesos incoados por la capitulaciones, i lo cual s negó el Ministro de la Guerra, Mr. Brodick, alegando que la lectura de tale proce os en nada podría beneficiar ningún interé grande, ' añadió que sobre veinte hechos e siguió proceso militar, del que r ultaron retirados ro Oficiales, aparte de otra pena · impuestas. Por último, expresó el Sr. Mini tro de la Guerra su creencia de que al terminarse la cam­paña podría abrirse una información o-eneral para depurar res­pon abilidades, y ofreció que serían ~ eparados de las filas todos aquellos Jefes ú Oficiale que durante la campaña hubiesen dado pruebas de incompetencia, flaqueza ó debilidad. La réplica no satisfizo á uno d lo leaders del partido liberal, el honorable ir H. Campell Bannerman, porque á la nación im­portaba conocer muy luégo y cara á cara cómo ha ían ocurrido tantos y tan desagradables uce Natural es que á la opinión inglesa preocupara la erie de la­mentables capitulacione registrada desde que s rompie!'"on Ja hostilidades. Interesaba al crédito de la armas y á la tradición vigoro a de u oldado . ~ 1 hecho, por sus ca u a fici ntes, merece también er re-gí trado por todo cuantos iguen con cuidado lo problemas mili­tares. uando tan frecuentemente e reproducen acontecimientos de tal naturaleza en un jércíto que opera cau a hondas deben alimentarlos. ¿ Cuále. pueden s r ~ tas ? aria y d orden di ·tinto, eo-ún nue tra opinión particular. El Yoluntariado, la condición mercenaria de un jército, 1leva en í una ran debilidad para su fuerza moral 1 oro no uele ser ñuelo para el h nor ni entre latino ni entre ao-losajones : para derramar sano-re y morir, d e cía un d nuestro más férreo · clásico del Renacimi nto militar ne c ita randísima e peran­za de honra y provecho. E decir, la honra por delante, aun para a uello a ventureros inmortal e qu n Flande n .... lemania y en Italia mo traron escaso e crúpulos en punto de moral y di ciplina. El concepto mod rno d 1 oficial y del oldado, · 1 que más boga alcanza n el continente, realza 1 factor sicológico de la fuerza armada y e el mi mo de recia y Roma : á aber : para el ciuda­dano es derecho y es deber el defend r á su patria con las armas en la mano. La soldada es un corolario de segundo orden, una impo­sición de la vida material. Cabalmente en guerras largas, con cli­ma riguroso y maléfico, en país incipiente, sin recursos ni vías • Como consecuencia de esto, Lord Kitchener ha dictado órdenes severí­simas en que conmina con duras penas á los que leYanten bandera blanca y no extremen la defensa de su pue to. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletin 9JHlitar ~.:e ~o[ombia '- 212 _) de omunicación, ni e ntro · d riqu za y de vida, contra enemigo activo, intrépido y du ·ño del . uelo, y que tiene por auxiliares la población, la flora, la fauna y ha tala atmó fera que e respira, en g·uerra · de a índol , decimo es donde e prueba el temple mo­ral de un Ejército. Pt! ·e i lo'\ · tr · año de campaña de Cuba, sin dinero y con mayores rio·ore de clima qu en el ur de Africa, el Ejército es­pañvl probó g-allarda~ nt u abnegación, u di ciplina, u virtud militar. Los trf'. e) cuatro hecho en i le de indisciplina y rendi­ción de pue tos fueron d - bido lo primero á " oldado volun­tl\ xi 1"· ·· á mercenanós · lo eo-undos, á una erie de ca u as que i no . in en para di ·culpar á .· u· autore , mirada con frialdad llevan la atenuactón aun á la c1mci ncia má sev ra . ¡ Loor á los solda­d s españole , ·~p jo de ciudadanos guerreros n aqu lla tris­teza de la ingrata manigua ! A pesar de lo espléndidam nt pagado que tá 1 oldado inglés, cuyo . u Ido y v ntaja en el Afri a ustral suben casi á la paga que en Ultramar \'enían á. di frutar nue tros ubalternos no ob tan te la Ji · rtad qu e le onc d " para garbear por u cuenta ,. y talar, qu mar y ''galantear· con la pobres mujere~ boers cosa toda ella· tan d 1 ao-rado de la oldadesca marrulle­ra, c1 ejército qu opera en el 'l ransvaal y en el stado libre de Orano- tá hastiad de aquella pelea in fin, mayormente ha­llándo e alejad de lo centros populo. os dond toda jácara y regodeo tienen u a i nt y ·n los u m diant u dorada li­bra e terlina podría r o-alar us ví cera con uculenta comi­da y wh1sky y vin d la olonia 6 df' Europa. Aumenta, d otro lado e l apetito para no e. ·tremar la defen-a de un puesto llevándola al llmit qu impon l deber del al-dado el noble r roe cler los boer. hidalgo y humanitario . iempr , pero muy . ingularmcnte n el trato con lo prisionero ingl(;. e . Bu can lo , burghe r_ arma munici n víver ~ : lo pri-i nerus ino-l e e on para llü una car a, obr todo de de que por la ,·igoro a ofen i \·a d L ord oberl perdí ron la capitalida-des pcrmanenL de , u Repüblicas. a uf 1 qu muy luég lo pongan n liberta ; y como durant u autivcrio el trato bueno y la consideraciones cuanta . on 'ompatible con la mar-cha de la operacione r ulta u 1 r ndir ntraña peligro ni molestias de orden mat rial. Entre la Oficialidad d 1 Ejército, "Obr todo la n ata y de noble in tinto , la guerra con e l bu n pueblo boer no e ·i mpá­tica, y mucho meno de de que e llevan ha ta la cru ldad los ri­gores de la "reconcentración y de la lucha ca i in cuartel. Tal estad9 de opinión se refleja en su conver acione , aun contenidas por la disciplina ; llega al oldado, qui n en su ha tío y en su an ias de repatriación recoge cuanto oye, e lo a imila y lo trans­forma en desaliento y en falta de nergía para todo. Por último, cau a e· también de tan fr cuentes capitulacione · el elemento irlandé del Ejército . obre todo la tropa y u la e , pue la ficialidad como lo Gen raJe de la de raciada isla, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ofdin 9nWtm: br a. El 27 de Febrero, Cronje e rendía á lord Roberts con 3,660 hombres y 6 cañones. De un solo_golpe los ingleses hicieron más prisionero que los boers en todo el curso de la guerra. Mas la serie de tristezas no había terminado para el Ejército de la Gran Bretaña; hasta este período había perdido 3,000 hombres, y 200 Oficiales que yacían prisioneros en Pretoria y en sus alrededo­res, más 19 cañone que lo boers ya habían utilizado. En la gue­- rra de guerrillas que iba á iniciarse le esperaban sucesos más frecuentes y amargos, aun cuando no fuesen de la resonancia de los hasta entonces ocurridos. El día 31 de Marzo, en uno de los razas de De Wet fueron hechos prisioneros en annas Post, cerca de Tabanchú, cosa de 500 hombres, cogiendo además lo boer icte cañones. Tres días después, el 3 de Abril, en Reddersburg, el mismo caudillo hizo 500 prisioneros entre Oficiales y tropa, de los Reales Fusileros irlandeses. 1 31 de Mayo, sabedor de que gran parte del 13. 0 Regimien .. to de la Yeomanry, comprendí ndo el destacam nto del Duque de Cambridge, marchaba hacia Lindley le dejó llegar, y una vez dentro, sin xtraordinario esfuerzo logr. u rendición. La flor de la aristocracia britámca cayó en poder de lo burghers pue á una de las Compañía de este Batallón se la llamaba de "los millona­rios. ' Tanta impresión produjo n Londres la noticia, que el TVar Offia, temtendo los efectos, no la dio á conocer hasta el 6 de Junio, es decir, de pué de que el público s regocijaba con la en­trada del Ejército en Pretoria. Quedaron pri ioneros 450 hombres. Pre entándosc inopinadamente el 4 d Junio en la vía férrea al .,orte de Kroon. tad, e \Vet cogió un convoy de 70 carretas e coltado por 160 hombres de la brio·ada e higlhanders. ' revuel rápido y audaz, y n la tación de Roodeval coge un tren con pingüe botín, y hace pri ionero al batallón Mili­cia de Derbyshire, más 160 hombre de la brigada de ferrocarri· les. Total, uno 760 hombre . Perseguido por la avalancha de columnas que enviara Lord Robert para asegurar su línea de operaciones y castiga,.. -1 los co­mandos del Estado libr-e, se desliza hacia el Oeste, y en la noche del 21 al 22 de Julio aparece en la estación de Gerfontein, hacia el Rhenoster, se apodera de un tren de provisiones y coge prisionera su esco1ta, que se entregó sin resistencia: constaba de un Oficial y roo soldados. A las veinticuatro horas destaca un comando á la estaci6n de Roodeval y coge otro tren de víveres, haciendo prisionera á su es­colta formada por 200 hombres y tres Oficiales. '~.. i . ,. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ofetin illlHitat· e ~oromóia .'- 216 _) Sin contar el sinnúmero de patrulla , pequeños destacamentos y escoltas que constantemente caían en poder de los diligentes boers, el r 1 de Julio Del are y realizó en el Distrito de Rensburg una buena operación : aprovechándo e del descuido que en el servicio de seguridad tenían lo ingleses, atacó el campamento del Coronel Roberts; bravamente e defendieron lo ingleses ; mas al fin izaron bandera blanca, entregando do Compañías del Regi­miento Linco]nshire, dos de escoceses y do cañones. En suma, unos 500 hombre . La guarnición de Jagersfontein, después de una ligera defen­sa, cayó en poder de los boer el 17 de Octubre, y el 28 se apo­deraban de un tren n Genera, cerca de Kroonstad, rindiendo al destacamente de go hombres. Durante el mes de oviembre, aparte de otros accidentes de menor cuantía, los inglese perdieron los destacamento de Klips­fostein, Balmoral y Laydon; en la defen a de éstos hubo de todo. Pero la rendición más onada de este mes fue la de la guarnición de Dewestdops 1 2 3 : entregaron us armas I 8 Oficiales, 450 sol­dados, y cayeron, ademá , en mano de De Wet, do cañones. También fu fecundo en acontecimientos de e ta índole el mes de Diciembre: en él los pri ioneros h chos á los inglese pa­saron de r,roo; además perdieron un cañón. Los hechos más sa­liente fueron : el desa tre de lements en los Magalie , donde cayeron pri ioneta cuatro ompañías del r gimiento de N rthum­berland y se perdió todo el convoy: total, uno 6oo prisioneros. El mismo día la divi ión Brabant d jó en mano de los boer , en Za - trow, 120 'irregulare ·; n Vryh id caían pri ionero o olda­dos, y en 1 de tacamento de Helvetia 250. En re umen, dice la 1\"alz'onal Revzew: más de 8,000 hombres han entregado u arma al enemi o · solamente en el mes de Noviembr 3,74 soldados y 140 Oficiale cayeron n poder de lo boers. Por todo lo cual, y para de urar la cau as de to lamen­tables suceso , debe abrir e proce ·o que irva á la v z d _ correcti-y de atisfaeción le ítirna á la nación in lesa 1 . 1 VIAJ S P()R MEXICO Y SUDAMERICA 'UEVA GRANADA-POR G. T. VIG 'E (Traducido del inglé para el Bo/etfn ilfilitar) Seplt'embre 4.- ielo notable al anochecer: horizonte color de rosa, mezclado con púrpura hacia el zenit, y om breado por n\.1- rn~rosas nubes de un color not~blemente verde. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oretin 9)lHitar be <1oiombia \.._.. 217 _J Una completa relación de los Muiscas e) naturale de Cundi­namarca, ha sido traducida del Compendio de Aco ta. Los Chibcha · (Mui ca ), e el propio nombre de los indio á quienes los Españole encontraron en la comar a que rodea á Bo­gotá- desde Fu a o-a ugi ha ta Zipaquirá-gobernados por tres je­fes, de los cual C'l Zipa de Boo-otá era 1 más podero ·o , vivían en casas de madera y arcilla, d techo cónico y puerta de caña, lo únicos naturale ue u aban di co de oro como moneda, adoraban al Creador, el sol, la luna, el arcoiri . La luna y m días lunas de oro eran llevada · en procc ión en su fie -ta . 1 ambién veneraban al Bochica como" dios bienhechor.,; contaban por cin os, dividían el círculo en setenta y dos parte , ~.:·c., y tenían un si. tema e cálcu­lo, y, como en México, un año se lividía en veinte m .e , pero no sabían, dice el Dr. :Vil on (vol. I, pág. 43 7), la tre causa de los verdadero eclipse . Tenían acrificio humano , y creían qu el alma bajaba al centro de la ti rra ; u cielo, como el de los Egipcio , estaba lleno de animale .• co ta añade: '' 'e \'e tam­bién una gran conformidad entr lo ignos de los Egipcio y los símbolo de los indio . ' * La ho pitalidad de la • ra. B. y e u familia hizo muy a ra­dable una corta perman ncia aquí. Zipaquirá ti ne una catedral y tre igle ia , la rim ra muy de m jorada por un t 'mblor. Un cordero vale do pe o ; una gallina ó un2. doc na ~· hu .,·o: un real· una arroba el trio· (25 libra do IJ l) • En el cerro, yendo para la mina, b ervé una e pe ie 1 a io. ntes l mprender la vuelta, fui á una cae ría de a achadiza. á lo pantano , e rca del rfo, 1 que r ent a formando bellas curva . Muchos rábano , d flor azul, verbena, y un a turión d . flor · ncar­nada, en lo 'llallados d di vi ión. i muchach ju ·an do á la bolas con una fruta llamada mararay. En el camino de Zipaquirá, y no 1 JO de la ciudad, auavesé 1 má hermoso puent de cal , canto d la comarca, conocido como Puent del omún y que ti ne una ir. cripción por la ual los pasajeros . aben qu fue con truíd por 1 ~ pri ion ro ingleses tomados durante el sitto puc to á Cartagena por 1 Almirante Vernón en 1739 · el monumento que encierra los de pojo de é te, en la Abadía da \Ve tmín ter, nos informa de que él ' tomó á Por­tobelo con eis na e , y qu en Carta t=na onquistó hasta donde · podían llegar sus na ves victorio as ... La mina de hierro de Pacho stá como á distancia de quince legua de Bogotá, y como á 7,000 pies obre el mar. La mina de cobre de Moniquirá está como á do jornada de Zi aquirá, y hay una mina de hierro en amacá, á diez legua de la última ciudad, en donde viven algunos mineros inglese con sus familia . Vi el tijereta ó halcón con la cola en forma de tijeras; y en la llanura al oriente de Boo-otá hay un caprimulgus ó chotacabras, cuyo cuerpo apena tiene ocho pulgada d largo, con una cola • Compendio ltistórit·o dd })c·scubrimiento y ColonizariÓil dt la Nm·va Cr,,. 11ada m el siglo décimosexto, por el oronel Joaquín Acosta, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oretilt 9JHíitm: be G:o(om'6ia L z r8 _ _; de dos pies de longitud, pájaro em jante, más que ningún otro de los conocidos en ud mérica, al a ve del paraíso. En un sitio al pie de un de cen o, con árboles sobre el camino, observé muchas grandes lombrices, como de una yarda de longi­tud, como no 1~ había vi to en ninguna parte, ino ólo en las montañas del rgán, cerca de Riojaneiro, que ya he mencionado. Alguna peculiaridade iguales ele suelo pueden encontrar e de - pué . En cerro , como de ordinario, de pi dra arenisca, el granito ( ·ic) aparece cuando el camino pa a por sobre las cumbres, for­mación que continúa por todo el camino, á espaldas de Bogotá. Dejo á. Boo-otá por Cartao-ena, recorriendo como ocho leguas de camino sobr la abierta llanura, hasta Botello. Dormí allí. Al acercarme al remate de la colina· m di uenta de que una ca­dena de cumbr de arenisca y traquita corre de oriente á occl­dente. Mucha agua n la llanura. En l tránsito me detuve en t. n:::t venta, anghcé (taberna), y pregunté i tenían cerveza. "No, señor, pero tenemos palh allz'."! (pale-a/e). De pué d una jornada de cinco ó sei horas pasé por Ville. ta, á la v nta de une, entonce · en pod r d un inglés llamado Teosdale, que e taba au ent , y ocupé una buena pieza. Tras una corta marcha desde Botello, e llega al remate de la llanura, llamado Los Robles, y en d nd e omienza una bajada abierta y fuer­te entre las faldas de do e rro . El reci nt calor pronto se hizo entir. Descúbr e repentinamente una vi la magnífica, á lo lejos, á pera montaña cubierta de 1 o qu , y el valle del Magdalena m·uelto por den a nubes qu mu v n in di ipar e, y por en-tre las cuale 1 río Yi to á int n ·alo , a¡ ar e' omo moviéndose, hasta que 1 ojo d scubre lo do _· má alto picacho nevados del T lima, vi ibl sólo ncima. . uí encontraban lo árbole de marfil v getal, floripondio fu ia · ncarnada y bor!"'achero . Ape­na acababa d dejar lo peñ~ co de areni ca, fin de la llanura, los que sobre alen en muy altor liev o re 1 bosqu al norte del de filader . Má a ajo se encuentran palma , plátano , cañas, árbole de helecho, de coral (en eflor cencia), áloe . , bromelia , planta tre­padora , con bella flore de e lord ro a, ·c m jantcs n u forma á la flor d la lila, qu en artagena llaman bcllísz}na J. crranada piñas ilve tre , un e dro, y otro que produc una flor marilla brillante; la caña brava, con la que se fabrican lo ombr ro de Panamá, y muchos otr s árl ol s. una corta di tancia de La Venta tá la hacienda de La Es­meralda, residencia de Mr. Patricio \Vill , caballero inglés; ahí me detuve para almorzar, y pa é un día muy a radable en e a con­fortable residencia inglesa. Fui ob equiado con excelente música. El elevado relieve que queda adelante, como á 6,ooo pies sobre el mar, se llama el Alto del Trigo (la comarca alta en donde puede crecer el trigo). La temperatura media del termómetro en todo el año es de 70° á 74°. Mr. iVill me mostró algunas palmas de cera que él cultiva­ba. El tronco está cubierto con una muy fina capa de cera, que se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58o{etitt -~~Hitar he \1ofombin \..._ 219 _; raspa. La semilla, e parcida por el viento, brota e pontáneamente en terreno desmontado. :Hay tres cla e de :ílo e en 1 uc va ranada · el maguey mexi­cano no es aquí criollo; la pita Uf 1 :íl oP ti n un la ro- tallo ama­rillo; el álo v teado s el higo ! las fibra de . stos dos último sirven para hacer lazo . En la orilla occidental d 1 Cauca ) como hacia el noroe te de Bogotá, está la mina de oro d e Marmato, y otra de Purnio, c¡ue pertenece á la Compañía ele 1Iinas de Nueva ranada. Una g-ran cantidad de oro · tran ¡ 01·tada de allí á la feria d 1viompó , sobre el 1:ao-dalena, en dond habitualmente hay un o·ran am­bio. El r. D. P. fue ba tante amabl conmigo n Boo-otá al darme un p dacito de mineral ncontrado n la upertlc· e y que ensayado resultó t ner 50 part · d oro. La orilla izquierda del Magdalena una r gi ,)n n qu e se produ e: mucho tabaco. El interior del cigarro lo hac n d e l m j r tabaco, y lué -o lo envuel­ven en una grande hoja . o a d color d aneJa. Me dijeron qu en 1840 un norm alu\'ión de lodo de .en­dió repentinamente ¡ or . ntr un barranco y cubrió un e pacio de cuatro legua cuadrad , pultando la co. echa · de tabaco; y, egún la tradición, cada 70 año ha acontecí o una Yi ita truc-tora por el e ilo. En Lagunilla, al occidcnt de o ·otá. y rca de os o-rande e tablecimiento · de tabaco d Ambalema, la can­tidad y pr cio de la quina y el tabaco ufre por i puta .on o­bierno e olivia (sic), qu pued _ paralizar 1 omer io de la quina; y también por disturbio interno u afe ctan 1 di tribu ión, y u producen a imismo plétora n el om e rci de l tabaco el que al­guna vecas e monop !izado por e l b; rn por i ti mpo en que to dura. Una o-ran cantidad d e uina puria e vende t n­tonce también. í la r pu ta que dio un Jabri ego que confundía ti mpo y di tancia: ". ndando d ·pacio, una 1 ua; andand apriesa, m dia legua. Y un criollo que vio marca a la pala ra .l.ondon :obre uno géneros en mbalema, y que pre guntó l qu aqu 11 ig-nificaba, habiúndole dicho tu quería decir la capital de In rlat rra, excla­mó: "¡Qué l obo · on lo ino-1 e ~ P r- qué no la llaman Lon ]r , como s deb llamar·? Fui muy r uerido para r¡u ext ndie e mi \ iaje á ntioquia (descubierta en 15 3 7 , atra ando la ntral d la tre cordill - ras que limita la orilla izquierda e l Mao-dalena y la orilla derecha del Cauca. E co tumbrc atrave ar parte e lo · pa o de la mon­taña cargado por lo indio , á paldd , en canastos. La mina de plata d e anta • na e ncuentra en la provincia como á dos legua al ccident el Magdalena, y á una altura de 2,000 pies al pie de la montaña nevada conocida con el nombre de páramo de Ruiz, y como á do hora de di tancia, á caballo, de Honda. e encuentra tanto oro en ntioquia como en la inmediata provincia del Chocó· pero el pelio-ro del clima e tan granel , que los emigrante van á California, y rara vez vi itan estas localidades auríferas. Antioquia debe $U nombre á haber sido colonizada Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ofetin :lJHritar be <5o!omúia \...... 220 _; originariamente por familia judías, acada de E paña en el rei­nado de Felipe u, que tal vez fu ron inducidas á establecerse aquí por haber oído que había oro. Encoí1tré una familia de antioqueños en ueYa ranada, y eran la herma a faccione ju­días sin equivocación. Una e pe ie d mo ca hac terrible estra·o cli ·u Ita en agua de amo­níaco). De La E meralda fui á dar al Alto del Trigo, y descendí la montaña para lleajo por camino á tre­chos muy pendí nte, pedre o o y malo llegámo á la orilla dere­cha del río. -iorman u lecho H!itar be <$oíombiá \.__ 222 _; por numero as capa concéntricas de cal carbonatada, frecuente­mente impregnada de ó.·ido de hierro. De de 500 metro arriba, ha ta la cumbre de la m seta (200 metro ) y el vértic de la rranías lateral e , que en parte miden 2, roo metros d altura so­bre el nivel del mar, ó ·ea 1,454 obre las aguas del río, predo­minan las tratificacione poca vece concordante , alternando el calizo, el gre v la cr ta, cuyo de 1 ojo reco ·ido · n la quiebras y e calones de lo cerros, ofrec n al agricultor un su lo fértil y hú­medo, particularm nte del lado de ., en que pro peran rica se­mentera de maíz, arroz, caña, raíce de varia cla e y erdes campo de añil. Mide el río uárez * en 1 1 a o para imacota, má de roo vara de ancho, y corre impetuo. y ramador por encima de los peñasco sembrado en u lecho. No hay puente· pero la in­du tria nalz"va v nció la dificultad e table iendo, como en otros pa-os análogo , cierta maroma que llaman cabu;'a . Elíge e en la mar­gen un árbol robu to que al opue to lado tenga otro que le corres­ponda, ó, n u defecto, plantan grue os horcone en la barranca, á 20 ó má ara de altura obr las agua d 1 río, rodeándolos de una plataforma cubi rta por un Jio- ro t chp d paja · e tos árbo­les ó vio·as derecha , llevan el nombr de morones. De morón á mo­rón, atra e ando el río, tiend n ur. grue o cab!e de 24 rejos ó cuerdas d cu ro retor ido, 1 cual naturalmente forma una cur­va cu; no queda di tante de la corriente ocho ó diez ·ara , y con tituy la línea de trayecto. POI- ncima d l cable se po­nen do abrazadera de mad 'ra r cía, ' ·arrucha cabalgando apoyada n la rodaja. el apéndice inf rior de cada abrazade­ra bajan do cu rdas que terminan uj tan o con fuertes nudo amba te ·t ra , d una pe i d camilla compu sta de mar-:o de palo fi roso., á lo cual va co ido 1 cuadrado a i nto de cuero: á te aparat que hace la fi ura de un ranas/o hato colgand , 1 llaman puerta. marran á la te..:t ra · de la puerta do !aro-a cabuya ó prolonga d stinada á tirar d la máqui­na para hacerla 11 oar d banda á banda d 1 río, de !izando por el cable la abrazadera~ ó arrucha de donde cu lga la u rta, la cual, cuando rinde el viaje ha ta ~erca del morón, u da traba­da ' ujeta por un ganch · sin e ta recaución rodaría otra vez hasta el centro del río pue , como 11 vo dicho, 1 ca l forma un seno cuya mitad ofrece rápido deseen o y la otra mitad una subida resbaladiza. Dentro de la puerta pueden colocar cuatro pasaje­ros entado , dándo e la palda y con la piernas al aire hacia afuera guardando ;quilibrio, ó bien un pa ajero con do petacas de equipaje y us arreos de montar. Li ta y asegurada la carga, • n 1537, cuando la in va ión dd país de lo Cbibchas por onzalo Ji. ménez de Que ada, en la marcha <.le de Chipatá para 1\Ioniquirá, hubieron de atravesar la rápida aguas del río Sarrrbita. El caballo del Capitán Gonzalo Suárez estuvo á punto,de ahogar.c; y de aquí pro,·ino que designaran el ara bi­ta con el nombre de no de Suárez, que no empeñamos n consen'arle sin em­bargo de lo ridículo de su origen y á pesar del bello nonbre indígena. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o[etin 9JCUitar be ~olombtu \..._ 223 _J lo cabu_yero de acá avi an á lo de allá con un ilbido: zafan el ganch que contiene la puerta, y é ta por su propio peso arranca velozmente para abajo y 11 ga en r v á lo má hondo de la cur­va que hace el cablP ; en e e momento los cabuyeros de allá em- . piezan á tirar de la prolonga para llevar cuestarriba la puerta ha ta hacerla atracar y anclar contra el morón, y allí d scargan y desembarcan lo pa ajero . Cuando peón 1 que pa a, ó un ci­catero que quiere ahorrar 1 parje, no pz'de pun·ta ino ganclzo. E to del o-ancho inY n ión toda\ ía mi indígena que la puerta. Fi­gur 'monos un ·arabato d guayabo, terminado por m u seas ó en­talle n el e ·tr m ele cada brazo : d la muesca del brazo ma- ,. yor penden cuatro aro d cuerda, largos, y otro corto de tinado á trabarse n la mu ca del brazo menor. El prójimo ue pz'de gan­cllo toma el que mejor le acomoda, tr pa por el morón hasta al­canzar el cable, lo engancha con ·1 ~-arabato, cuya puntas liga con el u odicho aro orto de cuerda, m te la pierna n do de los ar ]aro-o , y 1 s brazo n 1 · tr s; dos, el manera ue queda colgand del_ cable, á O"Ui a de araña, con la cabeza para la orilla fronteriza del río; encájase bien 1 ombrero, suelta la manos, y allá a cabeza abajo como cohete, oscilando obr el abismo de roca batida por el turbulento rí . Per 1 impul o involuntario se le acaba pa ada la mitad del cable, y ntonce comienza una serie de maniobras Tote ca con brazos y pierna para subir ha ta el el alto morón, lo que realizan brevemente lo ·eteranos y no in sudar Tue a gota lo recluta y novicio . o e co a 1mpo 1bl qu lo rejos del cabl humedecidos por un ao-uacero revienten al tiemp de recibir la intensa frotación d lo o-ancho ó o·arru\_;ha de la puerta; y ya pued con iderar e cuál erá la uerte de los pa ajeros que caio·an precipitado al río. ­A í s que la Cámara d Provincia han dictado Ordenanza - peciale que determinan el número dl' rejo de que haya de compo­nerse el cable, ue nunca. on meno de 24, y que ccifican la pre­caucione de seguridad que deben ob en·ar·e re p cto de la puerta y aparatos adyacentes .. ·upue tas la co a en 1 mejor e tado po-ibl , iempr r ulta gran pérdida d tiernp en 1 pa o de la ca­buya , ue to que en ada Yiaje de ida y vuelta de la puerta e ga tan diez minuto~, no llevando má de una caro·a, y las be tia tienen que pa ar á nado, cruiadas por nadador , con evident _ peli­gro la cau a y naturalc¿a d · 1 fenóm no: era la ig­mción e. pontán a ele la. pirita , <. ornunicada al arbón min ral so­terrado. Por con ·irruiente, nada tenían que temer los vecino de Si­maceta, pue to que te iinaje el cornbu ·tión tranquilo los gase~ e e· apaban con facilidad p r la grieta abiertas, y á poco trecho e taba el manchón de ulla que daba pábulo al inc ndio. Conll'mía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 7

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Revista CITCE: territorio, construcción y espacio

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Editorial

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El arrendamiento residencial en los barrios populares: las redes de relaciones y la generación de compromisos

Por: Hernando Sáenz Acosta | Fecha: 02/02/2018

El siguiente documento presenta un análisis del mercado de vivienda en arrendamiento en un barrio popular de la ciudad de Bogotá, y hace énfasis en los compromisos que se celebran entre arrendatarios y arrendadores. Para ello se presenta en un primer momento la metodología empleada en un trabajo de campo realizado entre el 2011 y el 2014 en el barrio Patio Bonito I, localizado al  suroccidente de la ciudad. A partir de la Escuela de Convenciones Francesa como referente teórico, se exploran dos aspectos importantes para el funcionamiento de este mercado residencial: la existencia de redes de relaciones y la celebración de compromisos entre los agentes económicos. Estas características son cruciales para desarrollar una lectura institucional heterodoxa de este tipo de mercado —centrada en el concepto de las convenciones sociales— y comprender así las formas creadas por las comunidades en los barrios populares de la ciudad para su regulación.
Fuente: Universidad del Rosario - Revista Territorios Formatos de contenido: Artículos
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