Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Cargando contenido
¿Qué estás buscando?
  • Escribe palabras clave como el título de un contenido, un autor o un tema que te interese.

  • Búsqueda avanzada

Seleccionar

Contenidos y Experiencias Digitales

Filtrar

Formatos de Contenido
Tipo de colección
Género
Idioma
Derechos de uso

Selecciona contenidos según las condiciones legales para su uso y distribución.

Estás filtrando por

Cargando contenido

Se encontraron 392 resultados en recursos

Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 144 y 145

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 144 y 145

Por: | Fecha: 31/03/1900

AN01V Bogotá, Marzo 3 1 de 1900 SU M. 1« y 145 ---··~--- ORGANO DEL MINI 'fERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO DJUCTOil AD-HONOAEM, FRANOISOO J. VERSARA y V. General, Miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefe• 7 Oft.ciales del Ejército de la República OFif~IAI. (26 DI! FEBR.2RO) por el cual se abren varios créditos •uplementales al Presupuesto de Gastos tlel .Wiftia­terio de Guerra correapoodiente al bienio de 1899 y 19oe El PrnitltnU "' la Repú/J/ittt En uso de la atribución que le confiere el arde ulo 121 de la C•as­tituci6n, y CONSIDERANDO Que por razón de la guerra y de la organización consiguiente e~ un numeroso Ejército como el que hoy mantiene la República, el a - mento de los gastos ha sido proporcional, y son insuficientes las partidas sefialadas á varios Capítulos del Presupuesto de 1899 y 1900, y Que el Consejo de Ministros ha determinado la apertura de loe créditos suplementales de que se tratará en seguida, OECR~TA Artículo único. Abreose al Presupuesto de Gastos del Minietcrie· de Guerra, correspondiente al bienio de J 899 y 1900, los siguiente~ ~réditos suplcmentales: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETíN Hl.LITAB VIGENCIA DB 1 899 Y 1900 rJ~jJartament6 de Guerra-Capítulo 40-Ministtrio de Guerra- Material Art. 293. Para gastos de escritorio y aseo del Minis-terio. . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . • . . . . . • • - .... $ C apítul(/ 41 -Ejército de la República-Penonal Art. 294. Para el gasto que ocasione el personal del Ejército . . . . . . . . . . . .. ....................... . Art. 29 5. Para personal de E s tados Mayores, Audi­torías, Parques y demás empleados administrativos del Ejército ........ . ...•...•.... . ...............• Capítulo 42 - Ejército de l a República- Material Art. 296. Para arrendamicn to y reraración de e uar-f. OOO 7.000,000 1.200,000 teles y parques.... . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ioo,ooo Art. 297. Para compra de armamento y municiones. to.ooo,ooo Art. 298. Para gastos de vestuario, equipo y menaje, escritorio, alumbrado y lavado, empaques, transportes, co-misiones, mobiliario, pastajes y otros gas tos cau~ados por la fuerza pública. . . . . . . . . . . . . • . . • . • • . • . . . . . . . . . . 1 o .ooo,ooo Capítulo 43-Marina de Guerr.:z-Personal y material Art. 299. Sueldos de los empleados de las cañ0neras La P1pa, Boyacá, General Nariño, Cruuro Córdoba y de las demás embarcaciones que se juzguen necesarias para las costas de la República... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5oo,ooo A~t. ,3?0- Para provisiones de personal, combustibles y demas uttles...... . . . . . . . . • . . . . • . . . . . . • . . • . . . . . Joo,ooo Capítulo 44-Hospitales militarts-J1tateria/ Art. 302. Para los gastos de ropa, muebles, enseres, medicamentos, escritorio, a] umbrado, etc .............. . 170,000 Capítulo 45-Gnstos varios Art. 305. Para gasto~ imprevistos de este Ministerio. 6o,ooo Suma.... . . . ...••..•.... $ 29·334,000 \ Por el Ministerio de Guerra se dará cuenta de este Decreto al Congreso en sus próximas sesiones, de acuerdo con el artículo 6.e de la Ley 19 de 1894. Dado en Tena, Departamento de Cundinamarca, á 26 de Febrero ele 1900. MANUEL A. SANCLEMENTE El Ministro de Gobierno, RAFAEL M. PALACio-El Ministro de Hacienda, CARLos CALDERÓN-El Ministro de Guerra, Jos:R SANTos­El Ministro del Tesoro, MARGELIANO VARGAs-El Ministro de Instruc­ci6n Pública, MARCO F. Sv.Á1taz. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN JdiLITAk 355 SE~;ciON DOCrrBINAL TABLAS UE TIRO Con el nombre de tablas d~ tire se designan unas tabl..ts uu­méricas, de doble entrada, que dan los elementos dd tiro para cada boca de fuego y para cada género de tiro de la pieza en referencia. A la cabeza de las tablac: figuran las indicaciones concernientes al pesfl de la carga ó cantidad de pólvora necesaria para el disparo, el peso del proyectil, la velocidad inicial, e~ decir, la con que el pro­yectil sale del caiión, y el ángulo de altura, porque el conocimiento de esos elementos es indispensable para reglar el tiro. Cuanto al cuadro, contiene una serie de columnas que de or­dinario se disponen en el orden siguiente: I . 0 Aleonas ó distancias, de I oo en 1 oo metros; 2.0 Alzas, expre aJa en milímetros; 3. 0 Desvíos, expresados en la misma unidad y que juntos con lo anteriores permiten obtener en cada caso la línea de mira corres­pondiente á un alcance dado; 4·u .Angula de t;ro, para obtener los mismos alcances ó distancias cuando en vez de alza e apunta con el nivel de puntería; 5.0 Angulo de caída, correspondiente á los di­versos ángulos de tiro, para así determinar la forma de las dos ra­mas de la trayectoria; Ó. 0 Yelocidades restantes, que indican la fuer­za de traslación que el proyectil ha perdido en cada aistancia por la resistencia del aire; 7. 0 Duración del trayato, en segundos; 8.0 Desvzos de los proyectilu, ósea el número de metros que ellos se alejan á la derecha de la prolongación del eje de la pieza en cada al­cance; 9.• Flechas máximas de la trayectoria, ósea la altura máxima á que el proyectil pasa sobre el plano del cañón en cada caso y co­rresponde al punto de unión de las Jos ramas de la trayectoria; ro. 0 , 11.0 y 12.o Duvíos probables en alcance, dirección y altura para las correcciones de la puntería, y 1 3· '? y 1 4· 0 Zonas peligrosas, para la caballena y la infantería, ósea el número de metros en que antes del blanco el proyectil pasa á tal altura del suelo que alcanza á herir un jinete ó un hombre de pie que esté colocado en el plano vertical del tiro. Estos di ver os datos permiten efectuar el tiro del cañón en toda circunstancia con perfecto conocimiento de causa. Otras tablas dan los mismos elementos no ya para el tiro diruto ó con carga normal, sino con cargas variables con el alcance por ar­gumento. Al reprvducir en seguida las tablas de tiro de los cañones que constituyen nuestra artillería de montaña, naturalmente principia­remos por las del Bange, por constituír éste el material regular, ya que )os otros sistemas en uso apenas pueden mirarse como auxiliares~ ó 5ea como material irregular. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CAÑON BANGE-TABLA PRIMERA Tiro directo: carga 400 gramos de pólvora: C 1 -peso del proyectil 5.605; vel cirtatl inicial, ~51 (Comisión de Bourges, Diciembre de 1879) Aogulo de altnra, 40' o ~ ANGULOS ~ ~... P&l B.ABLBI ZONA P& • 2 "" DI:SVJOI - 1 ~ - ~ : LIGROII.A ~ _e ª á .::: ""' E Metros M etros 'O i ~ ~~ !! ] "' .o 1 .~ ~ ~ ! o ~ ~ ~ .g ~ -: :g = ~ ~ ·~ ~ 4 ~ z 1 ;. .!:: ~ •ü ~ ~ &, '~ ~ ~ ~ ~ ~ .:. :! !!!! co ~ ... u ..=!~ .... Q .,~ c.a.... co ....... tD QJ • .. ..-: ~ ~ "' "' ..,..e; l ::sen ..,,... ~,.e; s:: s:: s:: e i5 1 ü o .ü 1 4 1 8.9 o 2 0.2 6oo 13. 6 o .5 1 3.') 2.20 2 ,~0 2 o 0.8 6 8 9 0.2 0 .3 200 tsol 600 18.0 0.5 2.0 2.50 :l40 2.4 1 1 8 :8 9 0.3 o 4 1 700 22.0 1.0 2 30 3.25 235 2.85 J .4 1 J 8.9 o 3 0.5 800 26.0 J .O 3.0 1 3.55 2351 3 . 3 1.7 H 9.0 O 4- 0.6 69 51 1 900 30.5 }.(1 3 30 4.30 ;l30 3.15 2.1 18 9.0 o 5 o 7 ' 1,00l• 35.0 1.0 4.0 1 5.0 2301 4 2 2 ~ 2~ 9.0 0 .6 0.8 . 1,1011 39.0 }..'j 4.30 5 .35 225 4.6:> 3.0 27 9.0 0.7 0 .9 1,200 43 5 1.5 5 .0 6 . 15 225 lU 3 5 3:l 9.1 0 .8 J. O BO ~3 1 1,300 4~ . 5 1 5 5.30 6.:,o 220 5 M 4 1 3H 9. 1 O 9 1.1 ' 1,400 53.0 1.') 6 .5 7.30220 6 .0 47 44 92 1.0 1.2 1,600 58.0 2.0 6.35 8 . lCJ215 6 .5 53 51 92 1.1 13 Cl,&OO 630 20 7 . 10 8.50215 7.0 60 59 9.3 13 1.4 1,100 68.o 2.0 7.4:) 9 . a5 210 7.6 6.8 68 9.4 1 5 1.5 1,800 73 . 5 2.0 8.20 10.20 21<1 8 .0 7 .7 77 9 5 1 7 l. 7 1,900 79.0 2.5 9.0 Il-5 210 8.5 8 7 87 9.6 1.9 1.9 2,ooo 84 o 2. 6 9.3.5 11.50 ~o 9 .o 9.8 9~ 9 .8 2 1 2.1 21 u 2,1001 HO.O 2.h 10.15 12.40 205 9.61 10. 9¡'110 10 O 2 .4 2 3 2.200 96.0 3.0 10.60 13.30 20.:> 10.1 12 1 122 10.2 2.7 2.5 :l,soo 102.0 so 11.30 a .·w 2ou 10.1 13.4 135 10 .5 3.0 2.1 15 11 2.400 108.0 3.5 12.15 15~ 10 200 11.2 14.8, 1 ·1 9 10.8 3.4 2 .9 2500 114.5 3.5 12.55 16 ~ 200 11.8 16.4.1164 11.1 3.8 3.2 1 , 1 2 600 121.5 3.5 18.40 17.0 195 12 4 18 2 11 180 11.5 4.2 8.5 ~ ~·700 128. 5 4.0 14.25 18.0 195 13.0 20. 1 198 120 4.7 38 12 9 2:800¡ 136 6 4 .0 15.10 19.0 195 13 .6 22 1 218 ¡2.5 52 4-.2 2 900 143.0 4.5 15.55 20 . ~ 190 14 2 24 2 239 13.0 58 47 3'ooo 1 151.0 4.5 16.45 21.10 I9o 14.9 26.5¡ 261 18.6 6.5 5 .2 ' , 1 · 1a 100 159.0 so t7.40 22 20190 I5.6 29.01 286 14 2 7.2 58 a'2ool67.5 5.01830 23.30190 163 31.81 310149 s .o 6.5 3'3oo11n.o 55 19 . 30 24.45 19u 11 o 34.8 337 15 7 8 9 12 9 J 7 l s'4oo! l86.5 6.o 20.30 26.0 185 118 38.oj 366 16 6 9.9 8.1 j •1 ¡:a:soo 197.0 6. 6 21.30 21.20 185 18.6 42.ol 398 11 6 1 10 9 9 1 9 tJ ! 3.600~ 208. 0 7.0 22.35 28.45 185 19.4 46.0 433 18.7 12 1 10 3 j ~ 700 220 . .5 7 5 23.45 30.15 !85 20.3 51.0 472 19 9 13 5 11 6 5 3 a;8oo 234.0 8.5 25.5 3t.50 185 21.2 57.o 1 515 21.8 J5.o 13. 2 ... 3 1 a,go 249.5 9 o 26.30 33.35 180 22.2 65.o '63 22 9 16 8 15.2 a ~ -t,OOO 266.5 10.5 28.5 35.35 180 23.3 74.0 620 24.8 19.0 17.7 .•...... -t,too ....... 12. 0 2~.55 a7.551SO 24.6 86.o 658 27.4 21.1 21.0 ~::: ·.:::. -t,IOO .•••• 14 5 32 20 40.50 180 26.2 104.0 774 30 4 25 4. 26.3 . • • • • . •.~oo ..•.. 20.0 36 2 0 45.20 180 28. 6 140 o 916 36.2 32.1 a6.o ... . . . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOLE'I'ÍN MILITAR 357 " . 1 } TA.EL.A.. SEG-LT~D.A.. ro COR carga mediana: cuga, ok300 de pólvora C¡ -Peso d~l proyectil, sk6os Velocidad inicial, 216 (Comiaión de Bourgea, Diciembre de 1879) hgulo de elevacion o altura, 35' ..¡ u z ;5 1 ANGULOS 1 ~ la < lo4 ~ "" "" 1 DRsvios PROBABLES ZONA PE ~ LlOROSA o-1 < ,o < - o e ~ ~ t;~ E .. ~ i 1 < N ~ < o "" ~ ~ Q ~ ~ ~ ~ ¡;: ~ ; :¡ -9 ~ Q.,. '<•:::!:~ z ~ e ~ -~ -g ., e < !:; ~ ~ g~~~~~=~ ~ ,_¡~ , "'~ :;;~ ~~ ~ ~ ~ ~ ~ e .,.. Q Q .., z ~ Metroa z ,o ü u lo4 "' E z ~ z ~ Metros ., lo4 ~ z < ... ~ 0.0 0.0 5.5 o 5 11.0 0.5 16.5 1.0 22.0 1. 0 ---,- ------ 0.00 0.35 215 0.1·5 0.1 1 10.5 0.1 0.1 .......... . lOO 200 310 400 e~ OO 0.40 1.10 21 o¡ o.9 0.3 2 10.5 0.2 1.15 1.50 210 1.4 0 .5 3 10.5 0.3 0.2 200 200 0.3 135 90 1 55 2 . 25 205 1.9 o. 7 5 10. 5 o . 1< 0 . 4 ... . ...... .. 2.3t't 3 .5 205 2.4 1.2 7 10.5 o 5 0.5 79 58 600 700 800 900 1,000 1,100 1,200 1,300 1,~00 1,500 28.0 33.5 39.5 4.5.5 52.0 1 58.0 64 .• 5 71.0 78.0 85.0 1.0 1.5 ].5 20 2.0 2.5 1 2. 5 2.5 8.0 3.0 3.10 3 .• so 4.30 6.15 5.55 3 . 50 20.') 2.9 1.7 4.30 200 1 3.-1· 2.2 5.15 2001 3.9 2.8 6.0 ] !15 4 .4 3.4 6 .• so 195 4 9 4 1 1 6.·10 7.40 7.'20 8 30 8.05 9.25 8 . 50 10.20 9.35 11.20 l !M 5 .·:J. .... H ] ~)Q : 6 o 5. 8 190 6 () 6.8 1851 7.2 7.9 185: 7 .s ~u 1,600 92.0 1 3 5 10.25 12.20 1,700 99.5¡ 3.5 11.15 13 20 1,600 107.5 4.0 12.0.5 14.25 1,900 115 5 4 o 13.0 15.35 2,ú00 124.0 4.5 13.55 16.45 1851 .4 lOA· 1so 1 9.0 11.8 1801 9.6 13.3 175, 10.3 14- .9 175 11.0 16.7 1 2,1 01) 133.0 2,200 142.5 2,300 152.5 2,4oo 162 5 2,500 173.5 2,600 185.5 2.700 1985 2,800 213.0 2,900 228 5 3 , 000 246 o 3,100 3,200 3,300 4 5 14 .• 55 1 17.55 5.0 , 15 .55 19.10 5 . 5 1 16.5{) 20 30 5 5 18.0 21.55 6.0 19.10 1 23.25 6 5 20.20 1 25.0 7.5 , 21.40 , 26.40 8.0 23 .5 28.30 9.0 1 2-t-.;~.'i 30.25 10.0 26 . 10 32.35 11 5 28.5 1 35.0 13 5 30.30 1 38.0 17.5 33.55 42.15 1 1 175 11.7 18.7 170 12.4 20 9 170 13.1 23 •. '3 170 13.8 26 o 165 H.7 29 . 1 1 165; 15.5 32.6 16.5 , 16.4 36 .7 1 165 17.3 41.4 1651 1 .3 47.0 160 19.4 53.8 1601 20.6 62.7 160 ' 22.1 7 .... 8 160 24-.1 95.0 l JO 10.6 14 10 . 7 19 10.~ 2+ 10.9 30 ll.l 361 11.3 43· 11..5 51 l 1 71 61 12.0 72 l ~.3 , 83 12.7 95 1 13.1 109, 13.6 1 124 1 .. 1 1401 H.6 157 15.2 176 15.9 197 , 16.7 220 17.5 2 ·1-6 , 18.5 274 19.6 305 20.8 339 22.2 378 1 23.8 422 25 7 475 , 28.0 543 30.9 645 : 35.7 g: ~ , 0. ~ 0 . 9 1.1 0. 7 ...... . .... . 0 .8 · ····· .. .. .. 1.0 40 30 1.1 ........... . 1.3 .......... . 1.2 1.5 28 20 1,1: 1.7 . .. . .. . ... .. 1.6 1.9 ...... .... .. ~ : ~ g .. úf"i"4 ~~i l ;:~ "'i'6 1"'i'21 3.0 3 6 ...... ...... , 3.4 1 4.0 ..... . ... .. ::: ::; .. :.~ .... -~1 4 . 8 5.8 ........... ,, 5.... 6.5 . ......... .. 6 l 7.4 .......... .. ;_:¡ :.: .... 9 .... 6 8 .8 10.9 .......... .. 9.9 12. 5 .......... . 11.2 145 .......... .. 12 8 16.9 7 ¡ 5 14.8 19.9 .......... . 17.4 24.3 ........... . 21.6 31.8 4 311· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 358 BOLETÍN lrHLlTAR T.A.::SL.A... TE.R..OEJR..A-Carga de tiro reducid(\: o ka. :r.oo gn. de pólvora Ca - Peso del pro yectil, 5 i.1 . 'os ­Velocidad inicial, 172 (Comiaión de Bourgea, Diciembre dt 1879) Angulo de aUura 30' - .;. o lo Esv tu ut i-o 1111 Col o < Z O MA PZ - o Á~OULOS :: Col :z: z - •O >- o PROBABLES LtORO~A < g < :..:1 o . ~ ...l - ~ ~ Metro• ...l g 6 < o i-o Col < M e tro• < z!:i ...l Q ::;¡ ----- - -- V '..::1 ... " z 1 •O 6 ~ ... ~ Col < ;;< j.¡J • O 11 - ~ Q 1 Q - ...l '< o ü < < 1 ~ < Col z o ·<"' ;a .. z o a:: . - .. O "'' < ::> :111 o o 1 U) o Q e i-o - d U) o < ~ o l.:l i-o "' '"' z .. o a:: o z o ::1 o!:; :z: ... ...l a:: ...l .,¡ <~ > ¡:: < en z z z z .. Q ...l 1112 .. Col foil ~ :; < Q .:::1 Q > Q Q "" "' llll j.¡J .... --- --- -- --- --- -- -- - -- -- - -- -- -- 100 4.0 0.5 0.25 l. O 170 0.6 0.1 1 12 ,9 0.1 0 . 2 lOO 100 200 12 .5 0. 5 J .25 1.55 167 1.2 0.3 3 13 0.2 o ... 9 5 90 300 21.0 1 o 2.25 2.5 5 165 1.8 07 !j 13.1 0.3 0.6 90 90 400 29.5 1.0 3. 25 4.0 165 2.4 1.2 8 13 . 2 0.4 08 80 70 600 38.6 1.5 4.25 5.0 165 3.0 1.8 l:l 13 .41 0.6 1.1 65 .50 600 47 . 5 2.0 6.25 6.5 160 3. 7 2.5 17 13. 6 1 0.8 1.4 45 32 700 57 . 0 2.0 6.30 7.15 160 4.3 3.3 23 13.91 l. O 1.7 40 36 800 66.5 2.5 7.35 8.25 155 5.0 4 .2 30 14.2 1.2 2. 1 301 20 900 76.5 3 8.40 9.40 155 5.7 5.3 38 1461 1.5 2.5 25 JO 1,000 86.5 8.5 9.50 11.0 155 6.3 6.6 48 15. 1 1.8 2.9 20 16 1,100 97 .0 4.0 11.0 12 20 150 7.0 8 .1 59 15.6 2.1 3.4 19 ¡ 15 1,200 108.0 4.0, 12.15 13.45 150 7. 7 9.8 71 16 2 25 4.0 18 14 1,300 120.0 4 . 5 13.30 1 15.20 150 8.5 11.6 85 ¡ 16. 8 2.9 4.7 17 u 1,400 132.5 1 5 1 1+.50 17 .0 14.5 9.3 13.5 101 17.5 3.4 5.5 16 12 1,500 146 o 5 .. 5, 16 15 1 18.45 145 10.1 15.6 120 18.3 4.0 8.4 15 11 160.0 1 1 1,600 6.0 17.45 20 35 145 10.9 18 .0 Hl 19.3 4.7¡ 7. 4 Hl ]~ 1,700 176.0 6 .5 19 .21J I 2:l.35 140 11.8 20 .9 164 20.4¡ 6.5 8.6 12 1,800 192 5 7.5 21.5 24 .45 140 12.7 24. 5 191 21.7 6.4 10.1 11 1,900 211.5 8.5 22.55 27.10 140 13.7 29 .0 222 1 23.3 7.4 12.0 10 2,000 283.0 9.5 , 25 .0 29 .45 135 14.8 34.6 2561 25.2 8 .7 14.3 9 2,100 ..... 11.01 'J.7.25 32.45 18.') 16 .0 41.9 300 27.6 10.3 17.5 8 ··~ 2,200 ...... 14 o 30.35 36.30 135 17.6162.9 356 30.8 12 5 22.5 7 2,300 ...... 21.0 35.30 42.10 130 19.8 78.0 452 36.7 16.5 32.5 6 2,400 ...... ... , ...... ... . .. . .. ... . .. 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ' 'BOLBTfif KlLITAK T ..A.. EL .A. OU .A .R. T .A.. COMPAftAClÓN DE LOS ELEMt:NTOS PRINCIPALES D~ L-.s ANTBiliOlll!la { 400 gramo& Velocidad inicial, ~17. Aogulo de elevación, 4-0' Cargas 300 gramos. Velocidad inicial, 216. Angulo de elevación, 35' 200 hramo • Velocidacl inicial, 172. Angulo de elevación, ~o· ,;, o ~ t.: (,) ~ DESVÍOS .., cz: .., =: 11 ÁNGULOS (,) ;... (,) PROBABL~S :z; . -o w < • < ~ a: . ,J , e: (,) o w Metros ~ ,J -~ 1 < e ... Q ~ o ~ zt: ,J ~ " e cz~ w < :z; ~ o ~ Q ,J >< ~al '() (,) < :..::l Q 1 .. -< (,) ü ~ Cal - .. ~ 1 < < w z o ~ ::a ., :z; (,) " -o-c ~E ~ ::::» Q (,) o o Q e~ - d < e w :z: .... 1 ..8 " (,) cz: .. .., ~~ ;:: < (,) z ~ ~ -4) :!: .... ,J Q ,J Wl ~~ ~ ~ (,) o< ~~ ~~ ~ ~ ~ N lll ,J ~ ~(/) ,J Q ,J r.;¡ Cal Cal w w ,J :z; z :r; (,) ~ Q Q Q > Q Q c.. Cal rol w --- --- ----- --- --- -- --- -- -- -- -- -- 1 0.0 M 100 0 .0 0.0 1 0.25 255 0.4 0.1 1 8.9 0.1 0.1 m ...... 00 0.0 00 0.35 215 0.45 0.1 1 10.5 o 1 0.2 m ...... 4.0 0.5 0.25 1.0 170 0.6 0.1 1 12.9 0.1 02 M so o 13 5 0.5 1.35 2.20 240 2.0 0.8 6 89 02 0.3 m ······ 22 o 1.0 2.30 3.5 205 2.4 1.2 7 10.5 0.5 0.6 m ······ 38.5 1.5 4.25 5.0 165 8.0 1.8 12 13.4 0 .6 1 1 M ~·:~~~~ 35.0 1.01 4.0 5.0 230 42 2.5 22 9.0 0.6 0.8 Jll 52.0 2.0 5.55 6 50 195 4.9 -l-.1 30 11.1 1.1 1.3 .,. 86 .• 5 2.() 9 . .50 11.0 155 6.3 6.6 48 15.1 1.8 2.~ M 2,000 84.0 2.5 9.35 11.50 2051 9.0 9.8 98 9.8 2.1 2.1 m ...... 124.0 4.5 13.55 16.45 175 ] 1.0 ~6.7 140 14.6 38 4.5 m ...... 233.U 9.5 25.0 29.45 135 14.8 34.6 256 25.2 8.7 Ht.3 M 3,000 151.0 45 16.45121.10 190 149 26.5 261 13.6 6.5 5.2 m ..... 246.0 10.0 ~~~~-~ ~::~.~ 160 19.4 53.8 422 25.7 12.8 16.9 m ...... ... , .. ... . ...... ... ... . .. . .. . .. M 4,000 266.5 10 5 28.5 35.3.5 ~.~o~~~:~ .. 74.0 620 24.8 19.0 17.7 m 1 , ..... ...... . .. ...... . ...... ... ... . .. . .. . .. m ...... ... .. ... ...... ······ ... . ..... ... ... ... ... . .. • M, carga múima ó normal; m, carga median a; m, carga mfnima a6n efleas NoTA--Esta tabla permite elegir r'pidamente, en cada caso, la oarga eoa­• enieote, y por ende los elementos del fuego cuando se trate del tiro en eondieiea• .determinadas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. TABLA.. QUIN"T.A.. TABLA DE LA C.UA CAIL, ó SEA LA CASA CONSTRUCTORA Pese del proyectil, 6 kilogramos; catga de pólvora, 400; velocidad iuicial, 2.).5 cott pólvora negra, 265 con pólvora sin humo r 1 1 .. ~ ~ 1 = u z -e u ...:¡ ~ 500 1,ooo ! t,socJ 2,0001 2,soo 3,000 3,5oo 4,000 f,soo .. ~ o Cll ~ e ::; ¡... 1.<1 ~ e ! o 14 -e p H Cl ...:¡ :r. ~ ~ 1 3· 5 1.30 35·0 4 ss.o 6.30 8f·5 9·3° 1 If·S J 3·0 151 .o 16.45 197·0 21.30 z66.5 28 --.. fO e :z: .. ... lklg c.. rol V A RIACIÓlf DE ;:·~ - ¡... 100 MTe. :t.lf ~ ~ ll;=:: c.: ALCANCE <11 ¡. e;: -~ ~ ...:¡ wl p.¡ ~ Q"' "' ..; Q)l: OB•ERVACIÓN 7-.g .. )!:g l i .o e o u tá 3» ... u o 1 tJIII ~ce -¡; ~bl) < Prn "' Ql! <11 N "'~ ..: ... 14 prn w :z; .. ..,Q _. J-Q _..:- -<~ > ------ 0.5 2.0 f.O 0.30 1 o.o ~ ~-¡; ~ ¿, ·- :Q (.) > (,) ce ~.e cr. \0 u¡ l. O .:f-.20 4·50 o 30 5·0 :0 ~ b 'll-~ 6.50 e~~~\:!$ 2.0 s.o 0.30 3·5 Q) ~- ~ cu ~'":?=3~E 5·5° 0 ·45 c:o~"',... 2.5 9·0 2.5 'O ...... - ~ '(j e::~~ g 3·5 1 1.8o 6.so 0.45 2.0 ~:_o.,u~~ 8.o :.aC/)~~~8 4·5 I.f.·9° l. O 1.5 ~ 8 ca :O •1"'4 ·¡: - ....... "' e: G) !t.o ¡l. S ;>-.(1)~+-J-~ 6.s t8.6o,II.O 41 s > "' 41 ~ -<11 ~ g .,~ >-.3 ~ 10.5 23.10 16.o 1.30, 1.0 ~-;; ~ ].ql zo.sl 30-30,25.0 2.0 1.0 _ 41 S "'¡:_ ~ OONVERSION de minutos 6 segundos sexagesimales en decimales y viceveTsa ( 60 : 1000) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BóLK'l'fr. MlLtTAR 361 T ABL.A SEl~TA Comparación del tiro con cañ6n de 80 m. de camp11ña que usa el m;smo pruyectil, tJUe el de montaña tiundo en éste con carga llormal ( 400 gs.), y en el otro con normal (lk.SOO) y reducida (400 gs.) f-4 < o 1 • ÁNGULOS ~ ~ ~ oesvtos PROBABLES! Metros .. e z ~ ~ g o ------ ~ ~ ¡:; -<: "' e U) Q e := ~ cj < ~ ----z-- := :E Q Q .., ~ -~ ~ 'G < Cll ~ 1 ... < ... 7. o -< - ;::¡¡ "' z u e:.: lli!IS 1 en · Qo -o-o cno o~ IU :::> ~~ U) .e ~ ~ ü~ tj~~~~~ ~e:!:; ~::E ~ 1 ;';; f-4 1 ~ 3::E ~~ ~::E ~~ < Q < ~ ~ ~ ¡:.¡ .... .... :::> ¡:.¡ ~ 7. z z < < Q Q Q;;. Q ~'"' t:J ¡:.¡ ... --¡--- -- -----,-- 600 4·0 l. O 2.55 :1 . 1 o 21 o 2 2 1.1 1 6 1 o 91 o. 1 o 6 1 1 ;3.;) O 5 1.30 2 20 NO 2 O 0 .0 6 8 9 0.2 0.3 ¡ -:.s ';; sj ;20 1 M5 7os 1-:; ;;-21 15 ;o ;1 ; 1 1,000 1);) 21.5 1 6.5 6.3.í 200 4 7 3.51 27 11.4 0.3 1.3 ~ ~... 4 1 ~o .:_so 4_;o ::_s 32 ~o ~> ~8 16 0.5 ;10 1 1.50 360 2.4 o 7 1 7 8.0 0.2 0.3 1,500 135 4 o 9.35 10 40 190 7 4 8 o 1 6·1- 12. 3 0.6 2 3 ~ ¿ ~3o 1 ~~o .:_15 6~0 ~a ¿• ~2 ~l ~3 295 1.0 2.5 3.10 325 39 l.P J 17 82 0.4 05 81-.5 2.5 9.30 11.50 205 9.0 9 8 9~ 9 8 2.1 1 2.1 2,0tJ O 191-5 6 O 14AO 15.35 180 10 3 15 .0 122, 13 7 1.0 3 8 1 , ¡.; u¡ 3~1s ;so 7oo s~ ;1 -:;4 1 ;5 ¡ ;;-7! ;;:; 1 2,5001267.0 8.5 18.25 21.30 174 13.4 25 4 210 15 .8 1.6 6.4- 114.5 3.5 13 165 20011.80 164 16411.1 38 3.2 63 8,000 866 5 151.0 1;; 25 12.5 45 3 .5 4.30 24. 35 16.45 5 55 280 7.2 7.6 6.501 29.20 170 17.7 43.4 2:.201 ~90 ~~ 2~5 9.0 266 9 o 12 ~919~0 344118 .8 ~1¡1~6 961 9.7 0.9 J. l. 2 4 10.5 6 5 5.2 1.3 1.5 • En carl:1 grupo de 3 cifras la marcada con un'-" corresponde sl cañ6n tle moBtaña, la inferior lll de campaña con•carga notmal, y la superi"' á e te mi. mo con la .:ar¡-a mínima. • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 62 DOLBT'Ú4 KILI,.A..lt CUADRO COMPARATIVO de los datos de tiro del alza y ele las tablas • ALOA NCE !- -- ALZ ~ ! ANGULO DE TIRO pieza Metro11 Alza Tablaa \ Alza de la Tablas 1 ~-- --5oo¡--w --13.5 ~ --- - 1040· --1.30 1,000 1 37 1 35 1 4015' 4. 1,500 62 58 70 5' 6.30 2,000 90 84.51 10°15' 9.30 2,500 121.32 1145 , 13°4-7' 13.0 3,000 160. 3 151.2 17°50' li.45 • Los mi mos elatos figuran en las tabln para proyectil cle 5•600 y 6". Las cli· ferenci:u: entre los datos del alza de la pieza y de las tablaa de tito, deben re oluue experimental mt!nte. __ __ . ...__ _ _ PililZAS :EOTOEXIGS . El cafi6n Hotchkiss, de montaña, es una pieza de tiro rápido, c¡ue ranza granada perforante y bote de metralla. En el concurso abi~rto por el Almirantazgo inglés con el fin de prnveer á la marina de una. pieza ligera, fue aceptado por las siguientes razones: ser de retrocarga y muy preciso hasta los 3,500 metros; comunicar al proyectil velocidad inicial considerable; usar proyectiles de hierro ó acero, unidos á la car­ga por medio de un cartucho; disparar, apuntando, por lo menos cinco tiros por minuto; mínimo de retroceso volviendo las piezas á so sitio después de disparadas; admitir manteleta, ó pieza de quita r pon para resistir el fuego de fusilería, y escaso peso. Desgraciadamente el pro­yectil pesa muy poco, pero podría emplearse mayor, disparándolo con . p61 vora sin humo. Como puede construirse la pieza de mayor calibre, $in que el pe5o llegue á 1 ooks, máximum de la carga normal de una mula en nuestras montañas, usando el gatillo para disparar y lanzando granadas hasta de sks., con estu condiciones sería una pieza de arti· llería de montafia casi ideal. El catión es de acero Withworth, flufdo, comprimido y templado en aceite. Consta el cuerpo principal de un tubo y un manguito, con su culata y muñones; únese el manguito al tubo por contracción, y ambos estin sujetos con un anillo roscado para evitar todo movimiento: ~n este anillo va colocada la mira. El mecanismo para abrir y cerrar la culata consiste en una cuña, movida horizont.almente por medio de una palanca, á la vez sencilla y fuerte y que funciona con gran comodidad. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. OAftON BOTOHKISS DE KONT~ A Tabla de Clro C~alibre, 42 mm.; longitud de la línea de mira, 456 mm .; peso del proyectil. ftk. 880; carga, 17 5; pólvora, MC3o; velocidad inicial, -t-10 mb.¡ carga de pól­vora sin humo, 100; velocidctd inicial con (!sta, 500 ; presión máxima en la n­cámara, 2 toneladas. bgulo de alton, ~O' c.Ofh 1 el> "' .. 1 ..; ·~ .. ..., =ói § ·a ·;; .... o ., ... _..., J).l1'108 u ;i IUCI) -o! "' ., ., ...,, =·· ...... ,.,. .. .., -ce; .., .o¡ do .. -o'<:! O .,.., 1~ o o .. o :S~ :gti oso ~H.~~ ..,.- :; -::s A .. ¡:U oo"' =- '3 ~Q) ~~ .. ::sa 2~ tw to~oS 1>1) ~lO .. :;- ... O'-- !!6 t:: ¡:d d Q) ... ~ ::s ... ~a ~M:::I < < < < ""11 > · ~- ~ u-& --- -- --- ---- ---- -- --- ----- ·-- 100 o. o 0.0 0.10 0. 0 388 0.3 0 .0 o. o 2110 os 02 o 22 ..... 869 06 00 00 800 1.8 0.14 0.84 ...... 862 0.9 o. o o. o 4tJO 34 O.'l6 0.46 ... ... 83'7 1.2 0.1 0.1 600 6.2 o 39 0.59 1.13 324 1.6 02 0.2 600 7.1 o 64 1.14 ...... 813 1.8 3 0.2 700 9 l 1.9 1.29 ....... 804 2.1 0.4 O. S 800 1 .2 1.26 1.46 ...... 2t5 14 0.5 O. S ~00 13 4 1.41 2 1 ....... 287 2.7 0.7 0.4 1,oot 16.8 1.69 2 . 19 8.0 280 3.0 0.9 0.4 1,100 18 3 2 .19 2.38 ...... 2'13 8 .4 }.1 0.6 1,200 20.\f 2 87 2 67 ...... 266 3.8 1.8 0.6 1,800 28.5 2. 6'7 3.17 ...... 260 4.2 1.& 0.6 1,40() 2t\.2 3.18 3.88 ...... 264 4.6 20 ().6 ' 1,600 29.0 3 39 a 61* 6.26 248 5.0 ~.4 07 1,600 82 o 4 1 4.21 ...... 243 ISA 2.8 0. 8 1,700 86.0 4.24 4.44 ...... 238 58 83 0.9 1,800 88.1 4.47 67 ....... 238 6.3 3.9 1.0 1,900 41.3 6.11 5 S1 ..... 228 6.7 46 1.1 2000 44'7 6.37 6.67 8.38 228 7.2 6.2 12 1 2,100 48 3 63 6 23 ...... 218 7 6 6.9 1.3 2,200 62 o 6 31 6.5\ ...... 218 8 1 6.7 1.4 2,300 l>b 9 7.0 7.20 ....... 208 8.6 7.6 1.6 2,400 69.\J 7.29 7.49 12 3ó 203 9.1 8.6 1.6 ~500 640 8.0 8.20 ...... 199 9.6 9.7 1.8 2,600 68 3 8.32 8.ó2 ...... 196 10.1 10.9 2.0 2,700 72.8 9. 6 9.26 ..... 191 10.6 12.2 2.1 2,800 7'1.6 9.41 !0.1 ...... 187 11.1 13.6 2.3 2,900 82 6 111. 16 10.36 ...... 183 11.'7 16.1 2.4 3,00U 87.6 10.6;-i 11.13 17.40 179 12.3 16.8 2.6 8,100 92.8 11.82 11.62 ······ 176 12.9 18.8 2.8 8,200 98.6 12.13 12.83 ...... 171 18 6 20.9 3.0 3,800 104 6 12 66 13.16 ······ 167 14.8 28 2 3.~ 8,400 110 9 13. 42 14.2 ······ )6:{ 16.0 26.6 8.6 8,600 117.7 14.80 14. 60 24.20 169 16.'7 !8.3 3.8 ll,600 124.8 16 19 15 39 ····· 166 16.4 81.6 4.1 8,700 1!32.2 16.11 ló.81 ...... 163 17.1 849 4.6 3,800 140.41 17. & 17.26 ...... 160 17.9 39.0 4..9 ~.900 148.8 18.4 1~.24 , ..... 146 18.7 43 6 6.4 4-,000 167.3 19.4 19.24 32.40 148 19.6 ~8.6 0.8 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 364: BOLB'l'ÍN KILITAR P I E Z A Calibre •••••.••••• Longitud total. •.... Longitud del ánima ... Número de rayas .•• Angulo de inclinación de ]as rayas ..•••• Longitud de la líne.1 de mira ......... . Pe o total. ...•....•• f2"' .. 1•17CS, 2 5 calibres. 10 PROYECTIL Peso del cartucho.... 1 so gramos Peso de la carga para la granada . . . . . • • 17 5 íd. Peso íd. bote de me-tralla.. . . • • • • . . .. . . 1 so íd. Peso de la granada co-mún...... . . . • . • ok88o Peso de bote de me - tralla . .......... 1k28o ~ granada .. Pec;o total b o te de metralla .. Peso total del cartu-cho .... . .••.•.. Carga para la granada común ........ . Balas del bote de mc-trall a .........•• 1k210 okso 30 Longitud de la cureña. I m40 Peso de la cureña.... +tk Peso de las dos ruedas. Altura del eje de mu­ñones sobre el suelo. Diámetro de las rue-das • . •••••.....• Longitud del eje .••• VARIOS Campo de tiro (verti- 1) { elevación ... ca d . , epres10n ... Peso del cañón con cureña • • ..... .. Peso del avantrén ..• Peso de las 4 cajillas .. Peso de las íd. carga-das (112 tiros) ..•. Peso del avantrén car-gado ... . ........ . Peso del cañón, avan­trén, etc. • . • . .. Peso del arnés y basto del cañón ...•.. . • Peso que transporta la mula de pieza .••• Peso del arnés de la mula de cureñas .• Peso que transporta la mula de cureñas .. Peso del arnés de la mula de c~jillas .... Peso que transporta la m u 1 a de cajillas, inclusos 56 ti ros ... 56 k 1 S S • IOOk. t6k I54k 375k 130k ~6k J26k Los cañones Witbworth son piezas de acero rayadas de modo espe­cial (hacia Ja derecha), de carga por la boca ó por la culata; las rayas, en número de 6, tienen fondo formado por un arco de círculo tangente á los costados, tc.mbién inclinados. Aquí e:x:isten cationes de este sistema, de dos especies diferentes,. aun cuando del mismo calibre, á saber: los de dos y media libras el pro­yectil (tres libras corto), utilizables como piezas de montaña, y los de tres libras y carga por la culata, que! p r u peso no pued~n servir sino como artillería de campaña. Los proyectiles son de dos especie ~ : u11o prismáticos, en su parte posterior terminados por un e u lote ó cara plana, y en la anterior por Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. :BOLETÍN KILITA.R 36~ una ojiva; otros, tronco-cónicoJ, terminados atrás por una ojiva trun.­cada, y adelante por una ojiva semejante á la de los anteriores. En am­bos la sección entre el culote y la ojiva delantera, siguiendo un plano perpendicular al eje, es un polígono regular de seis lados con ángulos redondeados; la su pcrficie lateral del proyectil resulta, pues, formada por seis caras que corresponden á los flancos 6 lados de las seis rayas. La base fllndamental del sistema consiste en que el metal es acero comprimido por fuertes presiones en estado flufdo, el ánima de figura exagonal y la recámara cerrada por un largo tornillo, que se enrosca por medio de una anilla que hace las veces de cascabel: esto en las pie­zas que se cargan por la boca. En las de retrocarga el cierre es una cufia de tamaño considerable, que por medio de una cremallera corre de iz­quierda á derecha y viceversa, trasversalmente al ánima, para descubrir la recámara y permitir la carga, y 1 uégo cerrarla convenientemen­te. Las piezas de carga por la boca, por su ligereza, largo alcance y emplear granadas explosivas, son muy apreciables como artillería lige­ra de montafia, á falta de piezas Hotchkiss. ELE:MENTOS NUMÉRICO. P 1 lE Z A Calibre (diámetro entre dos paredes opuestas) Diámetro entre dos rayas opuestas .•••.•.••. 'Número de rayas 6 planos ..•••....••.••• Paso deJas rayas (constante) ....••...••.•• Longitud del ánima .......•.•.•••..•.••.• Peso de la pieza ...•..•.•...•...•.••.•.• e U R E ~ A P d ) ñ ( . d ) { madera ...... . eso e a cure a sm rue as hierro ........ . Peso de las ruedas •.•••• . ..••.••••••••..• Peso de la limonera ..•..........••••...• Peso de la caja de municiones (con ellas) •... Peso ciel avantrétt (con ruedas y cajas) .•.•. Número de cargas que caben en la caja ..... . PROYECTILES Calibre ............••.••.•..•..•.•..... Longitud de la granada (prismática) .••...•.• Peso de la granada, inclusa la espoleta Du-mar<:' St ...........•........•.•...•... Peso de la carga interior de la granada •..•• B d IJ { Peso total .•...••.•.... ote e metra a Número de bala• .•....• e A 1t. e A 2l libru 3 libras (~ libras eorto) +3 •• 59 ...8-13 6 6Js·~~~ 1m070 IJJk i-7k 133k 1-f.+k -f.Sk 90k 12k -f.O k 220 20 1-0 (36 granadas, y + botes de metralla) 1k190 fOgr IkSS• sogr 1kzoo '%7 (9 capas) Clase de pólvora .••• , • • • . . . • • • . . . • • • . • Ordinaria R. L. & de taft6n Bouc hct, d•rll Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLB'l'Ü~ 111LIT.A.1l Peao de la carga... . . . . . . . . . . . . . •.... Alcance máximo •••.•. . .... - •. . ....... Velocidad inicial . . . . . .... . ... . •.... Angulo de tiro del alcance máximo ...... . 1 sogr •h400m 316m25 3 5°46' OAÑON WITHWORTH 250gr 5,4oom 384m6o 37°5 1' T.-bla de tiro del de do• y media libraM (3 libra• corto ) Veloeidad inicial. 300 metros ~------~----·----------~-----~--~--~------------~ 1 1 ~ t 1 IUE VIOS ó ERRORES < i:í E 1 PROBABLE EN (metros l ~ Q ~ ~ : 1 ~ Q ..J o lA = = Q Q , ..., )1 ~ ~ 7 ~ ~ ~ ~ :¡ ;;! ¡ ~ 1 ~~ ~ ~8 ~ ~ e:~ ~-g ~~ 1 ~ '? < 7. z O'l ~= .:: .. - - ~ .... :: :.., ::S UJ !:: ~ ~ =:: .... :::l 1:> .... >"' <~ 1 .... < lol ;:) U :;::! N;::;l "' ~ t!l t!l r.:;a ¡o:(/) z;:a ~ <:! .. ~· ~ ~ 1 ~ ~ ~ ~ ~ 1 ~ ;; ~ -----------1------- 200 5, 7 2,9 0,21 0,36 O,t>4 0,6, 171,0 19,0 0,25 0,2 400 16,4 3,0 0,58 -- 1,40 ] ,3 89,0 19,b 0,55 0,4 6oo 26,2 3,2 1)37 . . 2,20 2,0 54,0 20,9 o,oo ¡ o,7 800 37,6 3,4 2,19 -- 3,00 2,7 37,5 21,8 1,301 1,1 1,000 49,5 3,7 3,03 3,46 4,00 3,5 27,5 22,9 1,70 1,5 1,200 62,3 4,2 3,50 -. 5,20 4,:.3 21,4 23,8 2,10 , 2,0 1,400 75,8 4,81 4,40 .. . 7,00 5,1 17,5124,8 2,60 2,6 1,600 90,6 5,4 5,34 . - 9,40 6,0 14~5 25,8 3,10 3,2 1,80Q 105,2 6,0 6,31 . . 12,00 6,9 12,4¡ 26,8 3,60 3,9 2,000 123,8 7,0 7,.'35 2,200 142,6 8,5 8,43 2,400 162,3 11,0 9,54 2,600 183,0 ] 4,0 11,08 2,800 205,6 17 ,o 12,28 9,54 15,00 7 9 1 10,41 1 27, 1 . . 19,00 8,9 9,0 28,8 . . 24,00 10,0 7,8129,8 . . 30,00 11 ,t) 6,9 30,8 . . 32,00 12,0 6,0 31,8 4,201 4,8 4,90 5,8 5,601 6,9 7,40 8,1 8,50 9,6 1 3,000 230,4 21,0 13,55 19, lo 43,00 13,5 5,3 32,8 9,80 11,2 3,200 270,6 26,0 15,32 . . üO,OO 14,9 4, 7 34,0 11,40 13,0 3,400 294,4 31,0 17,34 . . 75,00 16,51 4,1 , 35,5 13.:>0 15,4 3,600 337 ,8¡ 36,0 19,58 . . 93,00 18 3 3,9 38,0 . - . - . 17,5 3,800 386,51 43,0 22,34: . . ] 20,00 20,01 3,8 42,5 .... 20,0 4,000 447,2157,0 25,41 135,33 130,00 1 22,2 1 3,7 47,0 ..... 23,0 4,200 531,8¡ 29,461 . - . -.... . . . . . .... 4,400 570,0 35,46 . . . .... - .. - .. - . -. NoTA-Los datos correspondientes á distancias intermedias entre dos alcances consecutivos se obtienen por interpolación empleando una simple proporción ó mejor las fórmulas que se hallarán más adelante. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOJ.BTÍN KILlTAB. 367 -rAOTIOA DE l'"OEOOS EL TIRO nE METRALLA En el tiro de metralla el bote que guarda las balas es roto por el choque de los gases que produce la deflagración de la pólvora, y los dichos proyectiles, golpeados entre sí y contra las paredes del ánima del cañón, salen de é te con velocidades variable y di ver­sos ángulos de proyección. Por regla general las velocidades ini­ciales son menores que las de la granada comun y shrapnel, por­que una gran parte de lo gases de la pólvora e escapa por lo intersticios que se producen en el ánima, por lo cual no puede· estimarse en más de 400 metros por segundo. Las trayectorias de las balas, consideradas separadamente, forman, pues, un cono de dis- · persión: unas tocan inmediatamente el suelo y otras dan más allá del punto de caída de las más. En todo caso, ese punto queda rela­tivamente cercano, porque lo ángulos de proyección son pequeño y porque la resistencia del aire ejerce grande influencia sobre la balas pequeñas, que en el presente caso tocan el suelo, siguiend ángulos de escasa magnitud, rebotan del mismo modo y dan así una serie de saltos ra ante ha ta agotar su fuerza viva. El nÚTl'ero de balas del bote de metralla (93 para el Bange, 97 para el Withworth, 20 para el Hotcskiss) y su fuerza de percusión son los dos factores de los cuales depende la eficacia de este tiro, en el que naturalmente tiene superioridad la pieza de mayor carga calibre. La naturaleza del suelo tan . bién ejerce una grande in­fluencia en el particular: firme, igual ó ligeramente inclinado, favorece el rebote, en tanto que blando, ascendente ó desigual, le es desfavorable. La disper ión de la~ balas puede estimarse en el décimo de la distancia y posee su máximum de eficacia entre los I 50 y los 300 metros. A partir de los I oo metros la dispersión de las balas es bastante granrle para batir todas las piezas de una baterÍa estable­cida en batal1a á distancias cerradas ; á más de 300 se aumenta de tal modo, que ya no es posible obtener acción re:¡Jmente eficaz sobre un espacio reducido, á que se agrega que la fuerza de percu­sión que aún resta á las balas es muy pequeña. En fin, más allá de los 400 de ordinario no es suficiente para poner fuera de com­bate hombres y animales. Además, por ser rasante la trayectoria de las balas, el tiro de metralla no puede emplearse sino cuando se trata de batir un blan­co al descubierto, pero demanda menos precauciones á causa de la gran dispersión de los proyectiles. El servicio de la boca de fuego se abrevia: no hay que escobillonarla, la punterÍa no exige la mis­ma precisión y no hay espoleta que reglar, por Jo cual se distingue por la rapidez que alcanza, y conviene, sobre todo, en la defensiva contra un ataque brusco y cercano. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 368 BOLETÍN MILIT A.R. El shrapnel, merced á su espoleta de tiempo, estalla á dis­tancias de 150 á 200 metros, y por lo mismo, en ciertos casos, puede reemplazar ventajosamente el tiro de metralla; pero bueno es recordar que el error que se comete en la puntería al apuntar por el guión y la escotadura de mira antes cid blanco, en vez de hacerlo sobre el pie de éste, puede producir fácilmente un falso punto de caída, lo que haría nulo el efecto del disparo. Otro incon­veniente del shrapnel, es que á distancias inferiores á 200 metros casi no produce efecto: en este caso no obrará sino como bala rasa. Mas si se pudiera reglar el cohete de modo que el shrapnei estallara en el acto en que sale tiel ánima, desaparecerían los dos inconve­nientes apuntados, y el bote de metralla podría suprimirse en las municiones de la artillería de campaña. Bien que el tiro de metralla sea el natural contra las sorpre­sas ó ataques cercanos y pueda hacerse con gran rapidez, para que produzca efecto es preciso hacerlo con gran calme~, pieza por pie­za, á la voz de los jefes de sección y de preferencia á la de los jefes de pieza. Para andar más aprisa basta apuntar la pieza dirigiendo la. visual por la generatriz superior de la recámara. Teóricamente, para obtener el máximum de efecto debería darse á la pieza el ángulo necesario para que la trayectoria del centro del haz de ba­las pase por el blanco; pero la experiencia demuestra que sin in­conveniente mayor, basta dirigir el eje de la pieza sobre el blanco, y aun colocarla horizontalmente en la dirección del blanco, lo cual depende de que si en este caso disminuye el número de im­p~ etos dirutos, el de impactos por rebote aumenta de tal modo, que hay compensación, y por lo tanto es posible un tiro rápido y dicaz, cosa indispensable cuando se trata de rechazar un ataque inopina­do. Conviene, pues, tener presente corno regia general para el tire de metralla con las piezas de que dispone la artillería de montaña, que sus efectos son púco menos que nulos á más de 6oo metros; que á la voz tiro de m etralla, todas las piezas, incluso las que estén cargadas con granada, se dirigen sobre el blanco señalado y se colo­can poco más ó menos horizontalmente, y que para los disparos siguientes no se vuelven á poner los cañones en batería y sólo se revisa la puntería á la ligera, en dirección, para restablecerla é can biarla, si hay tiempo, y si no la maniobra se reduce á introdu­cir el bote y la carga y disparar ; para recorrer 300 metros, por ejemplo, un batallón que ataca emplea por Jo menos cinco minuto¡ en tierra quebrada (una falda), y en ese intervalo un cañón puede lanzarle una docena de botes, ó sea un millar de balas, que de ordi­nario bastarán para destrozar!.:> y contenerlo en su marcha ofensiva. Cuando fuere posible apuntar la pieza, en este tiro se em­pleará el alza así: para 200 metros, 5 milímetros; para 300 me­tros, 10 milímetros; para 400 metros, 20 milímetros; para 500 metros, 30 miJímetros, y para 6oo metro,, 50 milímctrot. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'fÍN MILITAR 369 NO~MA Y DIREOOION DEL TIRO DE LA ARTILLERIA EN CAMPAÑA seg(í.t el Aide 111emoire des offici(;rS d'artillerie • Preliminares- Para reglar el tiro se emplean todas las piezas de la batería. Antes de l:omenzar el fuego se indica á lo~ jefes de seccion, tan claramente como sea posible>, e] blanco que se trata de batir, el género de tiro que habrá de emplearse, la distancia y las correcciones que demanJen las circun tancias del momento. El fuego se principia emp~eanc4o alcance inferior á la distan­cia calculada, y tanto más cuanto menos probabilidades de exacti­tud presen~e dicho cálculo; por regla general esa disminución será de 2 0 0 metro . El fuego se manda por el jefe, situado sobre el llaneo de la batería, del Lt do del viento, á di ~ tancia que no haga imposible á la tropa o í r su voz; el jefe ob rva la caí-.la de lo proyectiles sea á la simple vi s ta, se: a con bi núculo á ser posi blc; si dispone de an. teojo de batería no lo empleará sino en casos extremos y nunca en los primeros disparos. Tiro d e ensayo-Los di s paros se escalonan mandando que en las pieza · se dé suce ivamente un nÚm.:!ro dado de vueltas de ma­nivela, en progre::,ión aritmética, hasta que se observe un error de sentido contrario al del primero. De ordinario hacer aumentar el nú­mero de dtchas vu e lt..~s, u na por una, cuando la distancia se calculó inferior á 2,0::>0 metrus; de dos en dos vueltas, si se estimó entre 2,ooo y 4,000 metros, y de cuatro vueltas, si lo fue superior ~ 4,000. A partir del momento en que el blanco re ulte enmarcado entre dos disparos, corto uno y largo el otro, estrechar el haz hasta ! de vuelta, disminuyendo progresivamente la amplitud de los mo­vimientos de la manivela; cada una de las nuevas modificaciones será la mitad de la anterior. Transformar en milímetros las vuel­tas de manivela que dieron disparo corto en el haz; modificar en consecuencia el alza y tomar la que así se obtiene como alza de ensayo. Cuando contra las previsiones, ó á causa de las circunstan­cias locales que obligaron á reglar el tiro por medio de disparos largos, el primero que se haga resulta largo, se acciona la m a ni ve­la en el sentido más próximo, de acuerdo con lo antedicho . Tiro de conjunto-Basar las modificaciones que se introduz­can en el alza de en ayo, primero sobre la observación de una serie de 6 disparos y en seguida sobre series de I 2 proyectiles. Para or-fll Publicada en 188 3 y aún vigente. Las notas han sido arregladas por la Dirección, y en próximo número ae msertará lo conducente del curso de la ~cuela de Versalles, pu­b · icado el año pasado. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 370 BOLETÍN MILITAR denar esas modificaciones tener pre ente que una va.riac10n de r milímetro en el alza hace variar 2 sobre 6 el número de disparos largos. Si se hace fuego sobre una l1r1ea delgada y descubierta se tratará de obtener por mitad que lo tiros sean largos y cortos; si fuese profunda ó cubierta, obtener ; de di paros cortos. Funciones de l?s jifes de sección-Indicar claramente á los jefes de pieza y á los sirvientes apuntadores el punto sobre el cual deben apuntar y reglar el tiro; rc.;petir en alta voz las indicaciones del capitán; a:segurarse de que l.ls pieza descansan sobre la cabeza del tornillo de puntería, arrcglaJo a la distancia pre·crita; situar las piezas, en cuanto sea posible, sobre un suelo firme y horizontal, vigilando que de pues de cada disparo sean de nuevo puestas en batena en el mismo ::;itio. Verificar el alza; indicar la corrección necesaria cuando las ruedas no que den al mi m o ni vd *; hacer jalonar (reperer) las pie­zas después de la primera puntería; cuando Ja seccion está lista, acercarse al capitan y mirarlo levantando la mano; ob ervar la di­rección de los disparos de la sección y ordenar las correcciones ne­cesarias al de v í o. Tan luego como el capitán dé la orJen de repartir el fuego, indicar la parte de objetivo que deben batir las pie&as de su sec­ción; ob ervar lo:s punto:, de caíJa y prescribir, si fuese preciso, las modificaciones que necesita el alza, previo permiso del capitán, por causa del viento *, altura, alcance, etc. Blancos poco visibles-Si el btanco no fuere bien vi ible para todos los apuntadores, tan solo se indica la dirección del tiro, seña­lando para ello un punto que se vea pcrfectamen te, y las piezas se apuntan con el nivel. Jalonar la puntena con el al&a y reglar ésta en seguida, conforme queda dicho. En el caso en que no se en­cuentre un satisfacrono 0bjeti vo auxiliar de puntena, se regula el alcance con el nivel como si fuera con el alza, recordando que un milímetro de alz<:~ corresponde á cinco minuto. de angulo, termino medio, para todas las piezas de montaiia. Cambio dt objettvo-El capitán prescribe el número de vuel­tas de m a ni vela y la m o di ticación necesaria del alza para dirigir el tiro sobre el nul'!vo objetivo. Las piezas ya apuntadas sobre el blanco anterior se dirigen sobre el nuevo sin cambiar el alza, y terminada que sea la punte- • Para esto basta aplicar la siguiente regla práctica: mover el ojo de la planchuela de desv10s hacia el lado de la rueda mas alta, un número de mihmetros igual al producto de multiplicar la sexta parte del alza, valorada en cent1metros, por su inclinación (lateral) medida en grados. • La influencia de un viento que sople perpendicularmente á la línea de tiro seco· rrige para cada cinco metros de velocidad, corriendo eJ. ojo de la planchuela de mira hacia el lado de donde supla el viento, tantvs milímetros ó fracciones de mihmetros como kilÓ· metros y fracciones njunto de la manivela para todas las piezas. Verificación dt los disparos -Para verificar un disparo se le re­pite; si el segundo da un resultado del mismo signo que el prime­ro (-=corto; +=largo), se tiene éste como bien observado. Si el segundo disp.1ro e de igno contrario al primero, se tira otras dos veces con la mi · ma alza. Cuando sobre las cuatro observacio­nes así hecha hay tres en un sentido y una en el contrario, se tiene p r exacta la respalddda por las tre ; si hay do en un senti­do y dos en otro, se adopta como alza de en::,ayo el alza media que Jos produjo. Tiro fusante- El alza se regula como para el tiro percutan te, y desde que se enmarca el blmco entre do · disparos que sólo difie­ran media vuelta de manivela, el capitán ordena á una de las alas continúe el tiro percutante, en tanto que la otras piezas se prepa­ran para arreglar la espoleta de lo shrapndes. ~l capitan prosigue la determin tción del haz de { de vuelta de la m a ni vela con las piezas cargada , fija el alza y manda arre ­glar la espoletas de tiempo: sobre una línea delgada se adopta el alza del disparo corto del haz; sobre otra profunda la del disparo largo. El cohete de la espoleta se arregla conforme al alza, siendo de advertir que en el shrapnel Bange de 80111111 conviene disminuír el cálculo de la duración del trayecto en cuatr.o décimos de segun­do. Para los disparos siguientes las piezas no vuelven á cargarse sino cuando el capitán prescribe la nut.va graduación para el cohe­te. Hace variar ésta, si fuere preciso, de dos en dos décimos de segundo, hasta que se obtenga una serie de cuatro disparos que contengan á la vez tiros fusantes y percutantes. En seguida se re­gla el tiro de modo que se obtengan del tercio al cuarto de disparos percutan tes, recordando que una variación de un décimo de segun­do hace variar el número de proyectiles que estallan por percusión en cada cuatro disparos. Tirar en seguida una serie de ocho gra­nadas con el cohete así corregido, y cuando la serie sólo presenta dos ó tres percutantes, el cohete e tá convenientemente arreglado. La sección que hacía fuego percutante pasa entonces á hacerlo fusante. Sobre una línea delgada en un tiro fusante bien reglado, el nú­mero de proyPctiles que estallen por percusión más acá del blanco debe ser superior al de los que lo hagan más allá: si no se observa esta proporción, se ejecuta una salva percutante para corregir el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN .MILITAR 373 alza y paralelamente el cohete, recordando que cada un milímetro más ó menos de alza corresponde, término medio, á un décimo de segundo en la duración del trayecto del proyectil. Para escalonar las alza en el tiro fu san te, ya determinadas aquéllas por el percutan te, los jefes de sección ordenan que en cada pieza se arregle el cohete de modo que corre ponda con su alza; el ca pi tá n observa, como queda dicho, la re.lación entre el número de disparos percutan tes y fusantes, y ordena las modificaciones de conjunto que pueda nece itar el arreglo de las espoletas. Para reglar el riro fusante directo se principia con una sola alza corta y el cohete arreglado para ella; conservar el cohete y modificar el alza para producir el estallido á la altura del blanco, partiendo del hecho de que á distancias de r ,ooo, 2,ooo, 3,ooo me­tros un octavo de vuelta de manivela modifica la altura en cosa de r, 2, 3 metros. Tan luego como un cohete ha dado origen <Í un disparo per­cutante (corto ó largo), se modifica su graduación, y con la mani­vela se corrige paralelamente el alza. Las primera variacione del cohete y la maní vela serán Cohete: o•6 1 8 2 2 4 M a ni vela: r vuelta 2 \'ueltas 4 vueltas según que el tiro e haga á di tancias inferiore á 2,:::>:::>:::> metros, La m;mivela empleada como instrumento de reglaje del tiro cxiae rle los oficialca el perfecto conocimiento de la corresp ndcncia que existe entn: loa movimientos ele ella el alza. el ángulo de tiro y la duración del trayecto) á fin de que puedan ciar las órdcnc; del caso sin esfuerzo ele intcli.;cncia ó memoria, sino maquinalmente, por decirlo así. MOVI t t F:!I:TOS DE AT,Z C:'>: IÁ.'OUf,() DJ DURACIÓN DJFERP.:NCJAS DE ALCANC1 1'.: METROS DEL 1-------~~------- TillO TRAYECTO Ha.tn 2,500 De 2,500 ií término medio 4,1100 metro!\ LA L\1'\lVELA .\lll.Í .\11 ~T lto~ r-----------1-------- ---·--1------ ---- -1'------ o S 1 vuelta ............ . 7·5 o. so 1.3 320 260 t ... ........ 3·S 0.25 0.4 200 ISO * ............ 2 . 0.12 02 lOO 8o * ········· .. o.6 0.1 so 40 2 ........... . J S 1.45 2.2 3 23 z . .¡.o 3· 4 ······· .. J2. 3·45 4· 5 40 4·35 4·7.::> 6 48 5·3° S·5° 7 ............ ~6 6.10 6.3 8 6s 7·2S 7· Este Cll:'lrlro indica la cor¡cspondenci'l en el cañón de mootañr~ aunque con e"ca~a aprox.im1ción, brer, que lnst~: 1·n la práctica. Debe observarse: ;ulemás, que el empleo de la manivcl.t p<~ra vari:tr metódicamente la inclinación de las picz.1s 1 aun cuanrlo rápido y cómodo, alarga las órdenes, necesita transformaciones de vueltas en mil! metros, gradoa 1 etc Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 374 BOLETIN MILITAR de 2,ooo á 4-,000 ó á más de 4,ooo. Cuando se observa un disparo de signo contrario al de los anteriores, se aplica el procedtmiento de los términos medios sucesivos hasta obtener un haz de 083 de amplitud. Verificar en seguida los límites del haz y adoptar para toda la batería el cohete y el alza del disparo corto. Tiro sobre blanco móvil-Si el blanco está animado de escasa velocidad se observa ésta y su dirección para determinar la canti­dad en que es preciso modificar el alza y el desvío, á fin de tomar en cuenta el tiempo necesario para cargar, disparar y que el pro­yectil llegue al blanco. Cada apuntador, después de dar el alza y el desvío convenientemente calcubdo *, hace desplazar progresi­vamente la pieza~ de manera que la línea de mira se dirija sobre el punto al cual se ha de apuntar. A la voz tal pieza, el apuntador se levanta y ocupa su puesto, lo mismo que el segundo sirviente de la derecha; el primero de este lado coloca el estopín, y al man­dato fuego, dispara. En las otras piezas se corrige en el acto el des­vío, si es preciso, de acuerdo con la observación que se haga del primer disparo, corriendo la plancheta sin sacar el alza de su canal, y en seguida, cuando el apuntador se levante, se corrige el alza por medio de la manivela. De esta suerte se siguen haciendo las correcciones conforme atrás se dice para blanco fijo. Ejecutado el primer reglaje, si el blanco se aproxima á la ba­tería, se dispara lentamente con la alza que dio el mejor disparo corto hasta que resulte uno largo, en el cual momento ~e hace fuego rápido hasta que no se obtengan sino disparos largos, pues entonces se disminuye el alza (á la manivela), en I 50 á 250 me­tros, se;ún la velocidad del blanco. Si el blanco se aleja de la batería se dispara lentamente con el alza que dio el mejor tiro largo y se manda fuego rápido en el momento en que se presenta el primer tiro corto, pues entonces se aumenta el alza en 150 á 250 metros, como en el caso anterior. Cuanto á los errores en dirección, cuando el proyectil cae sobre un punto que aún no ha alcanzado el blanco, basta aumentar el intervalo entre las dos voces de mando: tal pieza y fuego. Es lógico, por otra parte, que el haz sea tanto más abierto {largo} cuanto más dista el objetivo, y el empleo de la manivela conduce á la adopctón de haces expresados en vueltas y fracciones de vuelta, de suerte que la extensión abarcada disminuye á medida que la distancia es mayor, pero esto no presenta inconvenientes graves para distancias infe­riores á 2 1ooo metros. En el tiro el haz largo mide una vuelt11, el normal de tiro fusante media v elta y el de percutante un cuarto. Por esto la adopción del alza de cremallera, en la que las modificac10ne3 se ejecu­tan con rapidez y precisión, sin tener que sacarla del canal, ha permitido acelerar la ve­locidad del fuego y adoptar haces idénticos, expresados en metros, para todas las distancias. Para casos de urgencia tos jefes de sección tendrán siempre á la mano una regleta de co­rrespondencias entre los milímetros del alza y los grados del nivel de puntería A nuestra• piezas de montaña no ha sido difícil arreglarles alza cie cremallera siendo de advertir que la necesitan con más urgencia que si fueran de batalla. • Convendría construir tablas que permitieran dar estas órdenes con rapidez y exac­titud en los casos más comunes (infantt> al paso, al trote, de.), porque do otro modo este importandsimo tiro dará escasos resultados entre nosotros. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 375 También puede arreglarse el tiro sobre un blanco m6vil, re-gulando la puntería sobr .... un punt escogido en el c1mino que parece seguir el blanco, y mandar fuego ra pido cuando el blanco llega á dicho punto *. TirCJ sobri? una caballería que se aproxima á los cañones. I . 9 Dis­posicione. preparatoria de combate: ·oflamar las piezas; escalonar la alza : por ejemplo, para r ,ooo metros en la sección de la izq uiercla, 1, ro o en la del centro y r ,200 en la de la derecha; dar los de,;víos de dichas alzas; colocar el tornillo de puntería como para el tiro á esas distancias en terreno horiz.ontal; cargar los cañones; los pri­meros sirvientes de derecha se proveen de esto pi ne ; 2.° Coloca­ción en batería: la pieza no se enrayan ni se vuelven á poner en batería; el capitán pre cribe el número de vuelta de manivela que necesita la di t~ ncia, pero de manera que las alzas queden cortas; el fuego se ejecuta por de cargas; lo irvientes apuntadores siguen el blanco ~on la línea de mira y se levantan á la voz de piezas; 3· 0 Reglaje y dirección del fuego; como regla general la piezas se apuntan con el alza de partida y no se ha e transformación al­guna de vueltas de manivela en milímetros de alza: a) Si una des­carga enmarca el blanco de manera sati factoria, la siguic11te se hace con un-a vuelta de m.111Ívcla menos; b) Si queda corta, no se hace rnoditicaci6n ó á lo umo media vuelta, i fue muy corta. • Ob enmcioncs sobre /r¡ l'elncidad del tiro -Dur:a11te el período d e rc:;l<,je, ;~ntl·. di' hn ·cr 1111 rli p .aro, e, prec i o ,, ~ t anl.11 !i qne . e h ¡t y.t oh.et v,ulo el :tutcrior,· ;¡hor:carga c~uida . T;,n ltaeg-o COIIlO ,e ha rtgl"cl. el tiro contra tropa en posición, e· de principio ejecnt;ar el fiuf!o rápido á mzón de T \ . ·To rlisparos po1· pitz.a, á fin de lanzar :subte el enemigo una vcnbdeta 11 tt \'ia lt 1 rnyecti es; el c fl'cto mor;.! e· tanto mayor cua11to menor es el tiempo en que .e causa una gran mortand.td. De ahí proviene la impor­tancia de los caiiones de tiro tápido. L ·1 rapiclt•z del tiro dcpe 1dc esenci .dmente de l,as siguientes operacione : n- tt­Licc ·er la pit:za eu b .t ... ría, HJ nntarla, 11 rreglar )¡,s espoletas de tiempo, carg1r y di ·. patar el proyectil. El rettoc ·. o, a11n cu.llldo lo iit11iten los freno , delllora el tiro pOl­que h1.ce nf·cesario vol\'l'r á coluc:tr la pi za en b · terf:a y desarregla la puntería. } .. 1 1stema ó 11111do de apuntar l ~t s pit·za a1¡uí ex.i . tente. e· largo y poco preci:-.o i uo ·e ejeL·ut l~OII ~r.an le ¡, t , tH:ión; :e impone un mccani. mo que permita el ele ·plaz:1- mit·nto l u tc l' al <.le la curcñ '· El ,¡ tema ue a e.:opolet, de tiempo ubre lento, incó­modo y oc:a, Íil ll<•.do á crrurc:, 110 dej 1 l111ell ·1 lle la durc.ci6n t:IIIJ•It:11tla, Para a<'eler;ar el tim u11 lll p ·1:-ib ie cunve 11tlrit adcuHÍ. el uso de la c'p.ttla 6 cartucho metálico en el cnñ6n y el di p;.uo pur percu~ión pam evitu el estopín, yuc dej.L aúu mucho qw~ desear cuanto á perfecciOJnmicrito. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 376 BOLETlN MILITAR Tiro de grupo de baterías-Llevarlas imultáneamente á la línea de fuego, y si esto no es po ible, hacer entrar primero la que deba quedar bajo el viento: en e te caso cada batería regla su tiro, tomando como punto de partida los resultados obtenidos por las baterías ya instaladas. Cuando todas entren al tiempo en línea, cada una regla su tiro como le sea más cómodo. Tan luego como cada batería esté reglacb, hará conocer al jefe de todas el alza empleada, para que e ·te pueda ordenar las correcciones y recti ficacione que es ti me convenientes, valiendose para ello de fuegos por descarga si fuere preciso, pero por baterías y sucesivamente á partir de la que esté bajo d viento. Cuando el humo, un vient fuerte, etc., no permita á las baterías hacer simultáneamente el reglaje de su ti ro, el jefe su pe­rior de ellas determinará el alza por descargas por batería ó media batería, como lo hace el capitán con la suya ai lada. Indicadtt el alza, cada capitán acaba luégo de rectificarla como queda dicho. La& baterías reunida que empleen pól\'ora negra deben ponerse en guardia contra el humo, para emplertr el nivel cuando no sea po ible apuntar directamente la pi eza y darle la r:Jirección empleando cualquier procedimiento para jalonarla. Notas complementarias. 'J'iro c?Jltra trinch eras. Tiro parabólico. El alcance y el ángulo de caítla on la ba-:e para reglar este tiro. Tomar como ángulo de caída L1 inclinación de la línea que úna la cima de la cresta ó parapet en el punto más bajo en que ~e la pueda alcanzar á batir ; e m picar la carga de pólvora correspon­diente. Amplitud de /()s desvíos.-Cuando éste se conoce se princtpla con el ángulo de tiro de la tablas ; se disparan cuatro proyectiles por vía de en ayo, haciendo de puc de cada uno una corrección igual al desvío observado dividid por el número del proyectil, no tomando en cuenta las cifi·as inferiore á una y media veces el pro­bable de la pieza ; en este ca o el desvío que no se corrige se añade al del disparo anterior. Dirección de los desvíos. Ensayo-Cuando se conoce la direc­ción del desvío para reglar el tiro, ·e hace un primer di ·paro em­pleando los elementos de las tablas: si es corto ó largo, se aumenta ó disminuye suce~ivamente el ángulo de tiro una cantidatl igual á ocho veces el desvío probable de la pieza, hastc1 ob ervar un di paro de signo contrario. Obtenido é:.te, se cierra el hr.z hasta dos des­víos probable , empleando por ángulo de tiro el que ea término medio entre los dos ángulos que dieron el último corto y el pri­mero largo, ó viceversa. Cuando el reglaje se hi7. ·obre un objeti­vo auxiliar, se transporta sobre el real después del primer tiro de conjunto. Efectos de loJ proyectiles de artillería.-- El calón de 8omm de montaña da con la granada común 32 cascos, 4 de más de 300 gra­mos de pe~o y 7 de menos de 25; el shrapnel rs.;, de los que 33 varían de JO á 300 gramos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 377 La granada de e~pole'ta percutante, al tocar c ... ] suelo bajo ángu­lo pequerw, exc~va un. urco, se levanta de nuevo y estalla en esta segunda trayectoria: como la altura á que lo hace es casi nula, la posición y forma del haz depende de tres elementos: retardo de la espoleta, ángulo del rebote y amplitud del cono que abarca los c:a. cos. El retardo e de ordinario de 2 metros á los I,ooo metros, di ·minuye con la di tancia, y á 3,ooo la granada estalla al tocar el suelo formando fogata; el rebote en terreno firme y horizontal va­ría de uno y meJio á do veces el ángulo de caída; la amplitud del cono de casco depende de la velocidad restante, de la ve.locidad de rotación y de la velocidad que imprime á las caras la carga in­terior: con proyel:tilcs bien con:.truíJos puede mirarse corno de­pendiente solo de la di tancia. El proyectil de 8.J 111 m sobre objetivo de 2 metro de altura, 40 de frente y 40 de profundidad en que se pongan 4 filas de blanco, , á 2,ooo metros, si es ligeramente corto el tiro, da ha ta 50 imp:tcro., ó en otros término , si estalla á 100 metros del blanco ya no cau a daño sensible, pre:entando el máxi­mum de.: efecto si lo hace á 1 o metros de distancia. En el tiro fwante la di:.pcr. iún de lo cascos obedece á las misma cau_a señalada para el pcrcutante, pero en el centro del cono habrá un vacío o c upad ~pena~ por lo, ca. co del culote si la carga interior ocupa es, acio sobre el eje del proyectil, lo que no sucede si é . ta e coloca en la parte del s 2.z669 y 184 88. Con la pólvora Or p tra e l proy ectil de So milímetros k= 370.6 y su largo 2. s689. para di e ha pó l vora el logari t mo a =0·3 718 ; logari t­mo b=o.26619; el valor de m e::s :.438 y el error relativo mí.ximo de temerse en el alcance / 0 • La intercalación se efectúa conforme á la regla de N ewton: los medios acitméticos usuales y diferencias primeras y segundas, son: om o' 1:::. b. 2 soo 44 I,ooo 99 x,soo 164 2,000 237 z,soo 319 44' (+9·5) SS ( 6o) 6s (69) 73 l 1 lO 8 La fórmula cf>=cf>+-11 - b. + ~ {- n- -) 2 b. 2 upo niendo á nL 500. ;oo 50" Para buscar entre 1,soo y z,oo ome tros losalcanc csde 100 en 100 me ­tros, por ej emplo, á 11 se dará sucesivamente el valor de roo, zoo, 300 y +OO. ángulo vertical del alcance; n=-}, }; : y ! respectivamente; b. =69 b. z=8. Para la primera intercalación para obtener el ángulo sería: 1600= 164-+; (69) + ~(!) 2 8 = I6++ 13.8 +o.I6= 178 La m.1 nivela-Empíricamente cada vu elta de manivela equivale :í. 7 milímetros de alza para todas las distancia ; pero si se trata de un gran número de vueltas deben tomarse 32 milímetros cíe alza por cua­trn vueltas. En tesis general puede usarse el siguiente cuadro para las variaciones de alcance. á 1 ,ooo metros I vuelta 250 " ~ " 125 t " 6o á z,ooo 180 90 45 á 3,000 140 JO 35 á 4,000 100 so 2j POR H. H ELVIG, DEL ESTA DO MAYOR ALEMÁN Versión libre para el Boletín Militür PARTE PRI:llEltA-EL BA.TALLON CUARTO EJEMPLO Un bat ollón contra batallón y medio (cuatro compañías contra st:is compaiHas) Cot..Jideraciotus tácticas Si el enemigo, superior en número, se divid~ en porciones iguales y no concentra .\ grueso de su fuerza contra un punto detcrminado de la posición, es preciso tratar de reunir momentáneamente fuerzas superiores Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 379 contra una de 1as alas del adversario, y tomar allí la ofensiva: semejante contraataque puede ser decisivo si al mismo tiempo se amenaza la línea de retirada que debe seguir el enemigo para reunirse con otras tropas. El batallón ha tomado posiciones. La cuarta compañía, adelantada como vanguar:iia, se cubre con algunas patrullas; la tercera se sitúa 300 pasos atrás como línea avanzada; las compañías primera y segunda otros 300 pasos atrás de la anterior, en columnas de compañía á intervalo de despliegue, funcionan como grueso 6 línea principal. PRIMER MOMENTo-Las patrullas señalan la aparición del enemigo. l)lsposlclóo : la cuarta compañía despliega su pelotón de tiradores; fuego lento y cuidadosa puntería. SEGUNDO MOMENTo-E/ ttumigo.• • • • • * • * •..., • • • • • • • •"" •"" •""..., muestra fuerzas superiores y 4vanza 4· a t contra nuestro fruiU. ¡ Dlsp6slclón : cuarta compañía, ¡e despliega íntegra en tiradores; terara compañ í r, en línea funciona como sostén 1 so pasos á retaguar­dia de la cadena; primera y segun­da compañías se aproximan hasta quedar á 300 pasos del sostén. • :•so ~ :, pasos 3·· 8 egundo m~mtnto 300 : pasos o o o o 1 t TERCER MOMENTo-E/ adverJario despliega en tiradores dos compa­ñías, qut avanzan apoyadas por cuatro co/umlJas de compañía, y obliga á ajar á nuestros tintdores. Ulsposlclón : tercera compañía, se sitúa á la derecha de la cuarta, en posición de refugio para sostenerla por el flanco . • .... . . . .... .... . .... .... . . .... .... .... . .... .... . . . .... . • • • • • • • • 4·a •• ... • • •• '··.... • • :¡p. ·, •• ~'i> ···..•. . :. ')' · .......... ~· ~0 :8$.~~ ~~ ~ ~~~ ~~ 2.a La. T erar momento Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 380 BOLETÍN MILITAR Señal: después de verificada la operación anterior: cuarta ~ompa­ñía, lentamente en retirada, hasta colocarse á la altura del ala izquierda de la tercera. • ••• • • ,+.._ •• . . .'- .. .. ~ / .. . . ')' / .. CuARTo MOMENTo-E/ enemigD despliega otra com­pañía e11frente de la terce­ra, y trata de ~ogerla de flan~ o. • • • • • • • • • 1 • • • • • • • • • • /-- ----------+ 4·" // Disposición: tercera ~ompañía, martillo defen­sivo en el ala derecha; primera y segunda ~ompa­ñías avanzan á apoyar el ala izquierda. • e uarto momento QuiNTO MOMENTo-E/ enemigo se presenta ~on tres ~cmpaíiím despftg,¡das en tiradores apoyados por tres en orden cerrado. Ulsposlclón : tercera compañía lentamente en re· tirada, hasta alinearse con Quint, momento la cuarta; primera y se-gullda compañías, desp,iegan sus pelotones de tiradores de modo que for­men martillo ofensivo á la izqui -:rda de la cuarta, con los pelotones en filas cerradas 1 so pasos atrás. SExTo MOMENTo-E/ enemig(/ refuerza sus tiradores y aprieta nuestra tercera "mpaílía. Señal: fuego rápido 1 IHsposldón: la tercera compañía contiene al enemigo que tiene al frente cuanto sea posible; primera y segunda compañías avanzan, el ala izquierda adelantada á la c;eñal de avancen!,· la cuarta compañía se enla­za con los pelotones de tiradores de las compañías primera y ugundtJ, de­jando atrasada su ala derecha. SÉPTIMO MOMENTO - E 1 mo1.timiento orde110do amenaza el flanco derecho dd enemigo y contin1e su marcha ofensiva. Señal: avancen! (La mar­cha ofensiva se ejecuta con­forme á la disposición indi­cada). • . .. x ••• -ttt **-11 • • ... ?( ~~~ :. -$--m..•. ..:x -$-"'~ ••. · . ~ ......... . • • • • • • • • • 4·& J.a Séptimo mdmentQ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. not.E~ÍN MILITAR 381 ÜCTAVO MOMENTo-E/ ene· migo haa af/anzar u1111 CIJflt­pañ !a en filas cerradas sobre la línea de combate, del lad~ de su ala amenazada, y ejem­ta juego de descargas. Seña/u: para todos, alto! fuego rápido! •• -$e •• -~~ .. ... ~. •* .· ~··. •• ~ .. ~-'- .. ~ ;ttT •• •• ~ ·:. ./;~ .. •• •• •• •• • . . . .... • • • • • O ctaf/o momento 4· a 3. a NovENO MOMENTo-E/ ene­migo se tJe obligado á haar replegar un poco su ala de­recha . . · ~. . . • •• -$;: • • Ut. po~lción ; la tercera -x=$--ttr • • compañía queda en la posi- ,/, • • • • • • • '6 _.. ~ • • • • • • • c1 n que ocupa . . · 3.• Señal: afiancen! Nof/eno moment1 DÉCIMO MOMENTo-E/ enunigo, amenazado en stt línea de retirada, trata de resistir con su derecha, para entre tonto acercarle su alo izquierda af/anzada con exceso. Señales: para todos, alto! fitego rápido! avancen! A esta última se­tia} ]a primera, segunia Y cuarta compañías se lanz.m al atae¡ue de la de­recha enemiga; la tercera sostiene el ataque con fuego rápido. U N DÉCIMO MOMENTo-E/ ala derecha tnemiga retrocede lentamente. Señalts: para todos, avance rápido! .?í . .· ••••• '!~.:. ..x .L: ~· ./'~·· .. . .. · • ..d:t. •• ""tfT..d:t. •• ~ .-.;¡:r • .?í • • • • • • • • • • • • • • 3·· Undécimo momento Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 382 BOLETíN MILITAR. DuoDÉCIMO MOMENTO - Nuntro ataque es recibido por 1111 fuego violento; el enemigo entre tanto ha reunido JUJ fuerzaJ Jobre JU ala derecha y u retira !eJJtamente. Seña fn: para todos, alto! Uisposlclón : primera J ugw1d11 compaiiíaJ siguen al adversario con fuertes en­jambres de tiradores; tercera y cuarta u r eÍinm. El bata­llón vuelve á s u primitt\ra posición y no deja avanuda sino la primera compañía. •• •• •• :' ··. . " .. ~~ ~ l888B~ ~~ ~~ ~~ 4 .a l. a •• • • a ~ • • .'~-t¡r •• -(., Duodéc imo momento --··· -- SOBRE EL U !FORME MILITAR El traje mdit4r ha si.lo en casi todos los ejércitos, obj:to de estudios y de cambios que demuestran su indudable Importancia. Apartándose por lo general de antigl.Jos caminos, ya desusados, no se trata de conseguir en él un aspecto agradable ó humildemente sujeto á las volu ble:s é irrazonadas exigencias de la moda ; pues si bien es cierto que no debe separarse por completo de la manera de vestir de los contemporáneos, no debe tampoco ser copia exacta de cuanto se idea por quien tiene su principal ocupación y oficio en inventar nuevo, y sobre todo variados modos de vestir. Otras son ciertamente las condiciones con que debe cumplir; y ejemplo de ello tenemos en las ropas usada-; por los que á ocupaciones es­peciales se dedican. No viste el cazador de la misma suerte que el albañil, ni el maquinista como el que á las labores del campo ptde el pan de cada día. ¿Por qué, pues, siendo la guerra el principal empleo y mas excelso del soldado, ha de vestírsele á semejanza de los que viven al seguro abrigo de intemperies y fatigas en las calles r casas de poblado? La estancia del militar bajo techado es acci­dental, pues no ha de cumplir su cometido encerrado en los cuar­teles. Si ha de arrostrar toda intemperie y de soportar cualquier fatiga por desempeñarlo, parece lógico no aumentar su ya penoso oficio con molestias artificiales; sí, por el contrario, acuoir en lo hacedero á su reparo para evitarles las posibles, y amenguar las irremediables. Debe ser el uniforme, puesto que en el campo ha de usarse, traje de campo y no de ciudad, y si bien no ha de tenerse compla- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 383 cencia en darle aspecto sobremanera agreste, tampoco d~be sacri­ficarse á la buena vista condición ninguna esencial, que no es ne­cesario para llenar el primer objeto vestir al soldado de tan extraña suerte que llame la atención de su inu s itada apariencia. Las actuales costumbres, prácticas ante todo, han allanado grandemente el camino para esta reforma, y ciertamente el ejérci­to no se adelantaría á sus coetáneos hacient'o más convenientes y apropiados sus vestidos; la moda, con tnás entendimiento del que podía suponerse en tan caprichosa señora, ha adoptado trajes en general cómodos y holgados y no exige á sus adoradores que su­fran, por acatar sus imaginaciones, los tormentos que los corbati­nes, calzones ajustado , mangas estrechas y cinturas microscópicas les ocasionaban no hace aún medio iglo. Y no se diga que la rigidez y tiesura son necesarias para inculcar al camp .... sino y al ciudadano costumbres militares; esto sería bueno en el tiempo en que la uniformidad y acompasamiento en el manejo de las arma , el canto d el fusil y su brillo deslumbra­dor, unos bucles bien empolvados, el paso á la Federico, y otras mil cosas de igual jaez, se tenían por el colmo de la perfección en el arte militar. El tiempo que se perdía en obtener tal resultado, se aprove­chará dedicándolo á ejercitar en la paz lo que en la guerra se practica. Hoy que á todo militar se le exige, dentro de sus obligacio­nes, una gran iniciativa y que el último soldado ha de saber gober­narse y combatir aisladamente, parece contradictorio hacer de él una máquina y pedirle luégo que marche sin dificultad, entregado á sí propio. Hoy que por la índole misma de las modernas guerras son más necesarias que nunca costumbres de obediencia y disciplina, si no ha de convertirse en lamentable barullo lo que debe ser, según las recientes di posiciones tácticas, ordenado desorden (en realidad lo primero y en apariencia lo segunrio), es preciso que de­jando aparte lo accesorio, se dedique especial atención á lo esen­cial, que es procurar rapidez en las marchas, seguridad en el tiro y agilidad en los movimientos. Dos de estas condiciones exige que se eduque al soldado con el objeto de obtenerlas, y por lo tanto que se le ponga en condi­ciones físicas tales que no encuentre en su propio individuo, es decir, en su vestuario y equipo, los principales obstáculos á su logro. Sobradas causas externas, ya vengan del enemigo, ya del terreno, ya de las intemperies, encontrará con qué luchar sin que se aumenten otras más, que haya de vencer, so pretexto de endu­recerlo contra las fatigas de la guerra, ó que su aspecto sea más militar. Puesto que el ejército ha de servir para el combate, debe ser la aspiración de los militares, tratar de colocarlo en las mejores Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 384 BOLETÍN MILITAR condiciones para guerrear, prescindiendo de que á los paisanos les agraden más ó menos la tropas cuonJo las ve.tn en la· paradas ó desfiles, que no irán seguramente á aplaudirlas en las penosas marcha , los inclem~!ltcs alojamientos ó los sangrientos campos de batalla. Si por dicha el Erari anduviese tan sobrad de recursos que pudiera, sin quebranto, dedicar uno cuanto~ cientos de millone á lo superfluo, despue d ... haber ga · tad e11 lo nece:,ario que fd!ta otroi mucho·, en buena hora que se.: i .. learan lujo,í_imos unií rmes para usarlos en las poblar:iones, sin p erjui ·i ele almacenarlos y vestir otros más cómr Jos cuando de f.tenas militare· e tratara; per de graciadamen te no acontece t ti cosa , y, aun á trueque de descontentar los ojos de los pagan>, h1brá qt~e ver ele emplear con la p si ble utdidad dd E jérc1 to y del Estado los exiguos recursos de que se di p ne. Esto por lo que hace á lo extrañ á la pr~fe·ión militar, pues los que cursan las ·o a~ de 1· :Tuerra, pvco ó n..1d ,1 han de fijarse en si es m ' ó meno- vi.,to,o d un i~>rrne , ante bien, dán­dole la import,lllcia que verlladeramente tiene, ¡Mr.1dn la conside­ración c:n cualidade más ho:tdas é interc antes. En dos cJtegorías pueden encarars' ésta:s: mi lit, res é higié­nicas. Por cualidades mili tares ueben entenderse las q te cxclusi va­mente se refieren á la e.)peci,ll ocupación del o dad. > y us medios de llevarla á término, y p r hi 0 iéni ·a la que e diri6 ·n á con er­varle en estad de saluJ ó precaver la.; causas que puedan alterarla ó destruírla. Líganse aquellas y é;:,ta.- 111timam-...nte, y no es fácil á veces cumplir con l.ts una_ si11 pcrju,li(: 1r ,t la otra., pero siempre que.da el recurso de optar por la :sol11 ión de que menos daño pue­da originarse, que en vano sería disponer los wldado con prefe­rente atención para el mo nento de la lucha i, por haber desaten­dido las precauci nes higiénicas, las enfermedades ó las fatigas los postrasen, impidiéndole llegar á este último y apretado trance de la guerra. Y de nada serviría tampoco mante11erlo., sanos y robus­tos á costa de disposiciones que llegarían á empecer sus aptitudes militares. Por tanto, cualidades militares y cualidades higiénicas espe­ciales debe tener el uniforme, combinadas en justa medida, para que mutuamente no se perjudiquen, antes todas ellas concurran al mismo deseado fin. Los primeros, por las razones dichas, han cambiado notable­mente, pues ya no es posible pedir al vestido que se defienda fuerza á fuerza de los golpes de las armas enemigas. En lo.) combates á alguna distancia, porque á tanto no llegan ni aun verdaderas armas defensivas como la ro raza, y en los combates al arma blanca, por­que no se podría lograr eficaz prutccci ó n sino á trueque de au­mentar sobren1anera d peso que ha de llevar el soldado. Lai pocas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR veces que se llega á las manos no ,notivarían la adopción de trajes muy defensivos, convenientes para este caso, pero paco á propósito para marchar con velocidad y moverse ágilmente. Pero si no puede buscarse la protección del indivicluo en estos medios directos, debe buscarse en medios indirectos que serán tan eficaces por lo menos. Si no :;e puede contrarrestar la fuerza LOR..EJS CONDICIONES 11 En terreno descu~icrto .... . ---- --.-- -- ---- En terreno roque no ....... . Al horde del mar ...... .. . Sobre el agua.. . ....•••• Sobre obras de tierra ..... . Sobre obras de piedra . ... . e \ Al amanecer . .... .. . . ~tAl alir el sol ..... . . . ~ A medio día ... ... . ~ A la puest::l del s 1 . .. . \Al amanecer.... . . .. ~ J Al salir el sol ....... . ~ J A medio día.. . . ... . :.á 1 A la puesta del sol ... . ~ 1 Lloviendo .....•.. . .. l Lloviendo y con niebla. --5 { Con luna . . .•.• .. .... ~ Estrellado . ......... . En terreno descubierto .... . En terreno roqueño ...... . Al borde del mar.. . . . • •. Sobre el agua . ......... . Sobre fortificación de tierra. Sobre fortificación de piedra + 2 1 J 2 1 1 2 1 8 8 1 8 2 2 8 8 I l 1 t l 2 2 4- 3 7 3 2 2 5 ~ 1 6 1 6 3 8 ! j 3 + 1 2 1 3 4 5 3 2 4 + 3 2 5 4 4 3 3 + + 3 4 6 3 3 4 5 4 S 3 S 5 4 3 5 4 4 4 3 3 4 4 3 5 3 7 8 4 4 ! 1 3 + 5 4 + 3 7 7 7 S 6 7 7 6 7 S 8 8 5 8 6 6 8 8 1 6 8 7 8 8 7 8 8 6 8 6 -------------- S u mas ..... . ..... 68 90 1 9+ 98 165 l 16é .. .. 11 Pardo ó gris plomizo resultan ser en efecto los colo:-es que menos se ven en el campo, y aunyue éste no sea de las calidades antes dichas, también son éstos los colores más favorecidos en los demás ten enos 'y ocasiones que se consignan en el adjunto Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ROLETiN MlLl'l'.AR 387 cuadro formado por el renombrado cazador Julio Gerard y el ar­mero l\tl. Devisme. El número 1 indica los colores que más se ven y el número 8 los que no se ven ab ·olutamente nada. Inducidos por la experiencia y por análogos ensayos, la mayor parte de los estados mili tares han modificado el color de sus ejér­citos. Austria, prescindiendo de antiguas tradicione:.i, ha desterra­do sus levitas blanc<1 , Alemania emplea los colores azul y gris, Rusia el verde oscuro, Italia el gris y el azul, únicamente Ingla­terra conserva la casaca graca, y Francia y E!paña los pant Iones encarnados. El negro azulado, y mejor aún, el gris plomizo, ó el pardo, son los colores cuya dopción presenta más ventajas, no sólo por las razones que se originan de los cuadros anteriores, sino también porque son colores sufrido , que no se deterioran fácilmente ni descubren las injurias del uso, lo cual los hace al mismo tiempo ser baratos por su mayor duración en buen estado. Contra las herida que infieren las armas blancas, debe tener el soldado su mejor defen a en el buen manejo del fusil armado de bayoneta. Las charret<:ras llevadas con el objeto de amortiguar la violencia de los sablazos en el hombro, son excesivamente moles­tas, y no tan eficaces que no las sustituyan, sin gran desventaja, las hombreras de paño almohadilladas. Estas tienen sobre aquélJac; ]a ventaja de evitar la incomodidad que el peso del fusil causaría en la posición de armas sobre el hombro, ya apoyándose sobre la charretera, que como cuerpo duro transmite su presión á la claví­cula, ó ya sobre este mismo hueso, si no se interpone más que una tela delgada. El casco de cuero, el morrión ó el chacó se han usado con el objeto anteriormente expue to, desempeñando su ofi cío protector respecto á la cabeza; pero el haber sido desechados, adoptando ke­pis, cuyas únicas propiedades militares son la ligereza y la estabi­lidad, es razón bastante para no volver sobre ello. Y aun á riesgo de repetir lo dicho, debe insistir e en que la infantería lucha tan pocas veces cuerpo á cuerpo con la caballería, que no habría pari­dad entre las ventajas que proporcionase un cubre- cabeza resisten­te al sable en absoluto, y los inconvenientes debidos á su pPso y á lo molesto de 5U uso. En las refriegas entre caballería tampoco son tántas las ven t ajas del casco de hierro ó acero, que se deban pasar por alto los graves inconvenientes que re ultan para el jinete de la elevación del centro de gravedad y del golpeteo sobre el cráneo en los aires violentos. Las correas que soportan y sujetan el equipo se han preconi- 7ado como protectoras, llegando, en algunas ocasiones y con tal pretexto, á dárseles exageradas dimensiones y á disponerlas de ma­neras viciosas, como cuando se cruzaban sobre el pecho, sobre­cargándolas con chapas de metal, cuyo único efecto era aumentar Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 388 BOL.K'l'IN MIL1'1'Ah el peso sin lograr detener las balas (faltando al encargo que tenían de salvar á su dueño). Otros medios se han propuesto, tales como petos, almohadi­llas, mochilas para balas, medias corazas, etc., que acaso fueran útiles para desempeñar servicios especiales, trabajos de zapa, defen­sas de posiciones, etc., pero que en tesis general no pueden acep­tarse, siendo, como es, muy dudosa su eficacia, aun en estos casos particulares. Resulta, por lo dicho, que el medio de que se dispone para cumplir esta primera condición sin perjudicar a las demás, estriba en adoptar uno de los colores mencionados, el negro azulado, el pardo ó el gris plomizo.-(Continúa). N AZARIO CALONJE INFORl\~E OBRE EL EJÉHCITO ALEMÁ!i (Continuación) Las Í'tspucionu Como la mayor parte de las inspecciones y las más importan­tes se aplican precisamente á los ejercicios del período de prima­vera, parece sea esta la ocasión de decir algunas palabras. Primero vamos á dar la lista de ellas, luégo examinaremos la manera coma se pasan, y, en fin, procuraremos poner de manifiesto su carácter general y dar á conocer las particularidades más importantes. Desde el día de la incorporación de los reclutas hasta aquel en que son licenciados los hombres clasificados para la reserva al fin de su tercer año, se puede enumr-rar como sigue la serie de inspecciones que tiene que sufrir un soldado prusiano. En Enero, es decir, antes de la inspección de los reclutas, de que ya hemos hablado más arriba: 1.0 Inspección de la instruc­ción individual, teórica y gimnástica (y 1por consecuencia es­grima, que siempre van unidas) de los soldados antiguos, pasada por compañías por el jefe del regimiento. En Febrero: 2.0 Inspección de los reclutas. Ya hemos dicho en qué consiste y cómo se pasa. En la línea * no tiene lugar ge­neralmente hasta principios de Marzo; 3.0 Inspección del perso­nal sanitario por el jefe del regimiento. En Marzo: 4.0 Examen de los sargentos y de los reengan­chados que siguen el curso de la escuela regimenta], por el jefe del • Las fechas indic1das se refieren á la Guardia, en la cual se hace la instrucción, como ya hemos dicho, de una manera más regular. Por esta causa se encontrarán men­~ ionaifas así, cuando se ofrezca, las épocas correspon d ientes para la línea. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 389 regimiento. 5.0 Inspecciones de compañía * por el mismo. En la línea tienen lugar en Mayo. En Abril: 6.• Inspecciones de batallón, pasadas por los jefes de brigada ó de división. En la línea tienen lugar en Junio. En Mayo: ].0 Inspecciones de regimirnto, pasadas en la Guar­dia por el Emperador, y en la línea, en la cual se efectúan duran­te el verano, portlos comandantes generales de cuerpo de ejército. 8. 0 Inspecciones de gimnástica y de instrucción teórica, pasadas á cada compañía por el jefe del regimiento. 9. 0 En la Guardia, re­vista general, por el Emperador, de todos los regimientos de guar­nición en Berlín. Esta revista en parada nu se pasa en la línea. A fin de Junio: 1 o.0 Inspección del tiro, pasada en la Guar­dia por los jeft:s de brigada, y en la línea por los de regimiento. A principios de Julio: 1 I. 0 Inspección del servicio de campa­ña, pasado por compañías por el jefe del regimiento. En Agosto: 12.0 Inspección de gimnasia por el jefe del regi­miento. En Septiembre, antes de empezar las grandes maniobras y ge­neralmente en el punto de la concentración de fuerzas: 13. 0 Re­vista general de todas las tropas que deben tomar parte en ellas, pero sólo en el caso de que el Emperador asista en persona. En el caso contrario esta revista no se pasa por los comandantes genera­les de cuerpos de ejército sino cuando ello lo juzgan conveniente. A fin de Octubre: 14.0 Inspección de las fracciones regimen­tales de ingenieros, por el jefe del regimiento. A esta inspección se puede, además, agregar una revista de detall *, pasada cada tres ó cuatro años al principio del verano, por los jefes de brigada, y una inspección de las armas, que no tiene lugar sino cada diez ó doce años, en épocas indeterminadas. Se pasa por un oficial general que designa á este efecto el Ministro de la Guerra. Lo que sobre todo Í.Jnpresiona en la manera como se organi­zan estas di versas inspecciones es, por una parte, el minucioso cui­dado con que se sostiene, en todas circunstancias, el principio de la independencia personal á que cada uno tiene derecho en los límites de su esfera de acción; y por otra, las precauciones constantes que se observan para no quitar á la instrucción de los hombres sino el menor tiempo posible, concediendo plenamente á cada oficial los medios para que pueda darse cuenta exacta, desde todos los puntos de vista, del estado en que se encuentren las tropas sobre las que ejerza mando. • Es preciso entender por tál la inspección con que se termina la eacuela de compa­ñía; más adelante se verá la misma inspección para el batallón, regimiento, etc. • Que no ea en verdad sino una revista de material como lo veremos más adelante. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 390 BOLETÍN MILITAR A primera vista parecerán e~tas dos condiciones contradicto­rias é inconciliables; pero la práctica ha demostrado que no lo son, y q u P. de hecho es muy posible conciliarlas, ob ervando riguro a­mente las reglas iguientes, a la cuale s e conforrr1an siempre en el jército alemán : 1: No pasar jamás dos vece .~ :í la misma tropa el :·ni~mo gé­nero de inspección. Dos oficiales subordinados el uno al otro, pa­san á la tropa que mandan do::. inspec iones diferente, pero nunca la misma. 2. 8 En lugar de consagrar á la inspección una e ión espc-­cia1, convenirse, tan o como sea posible, para aprovechar el mo­mento en que la tropa recibe preci amente el genero de instrucción que se quiere examinar. Contentar e asimi ·mo en rigor, en pre­sentar á la in. pección ó á b re vi · ra, una parte solamente de las tropas, aquellas cuyo trabajo de instrucción pueda re:;entirse menos. Conformándose estrictamente á e::.t s principios fundamenta­les es como la autoridad uperior ha llegado á e tar siempre de un modo perfecto al corriente del estado de la tropa , sin pasar más que un número de inspecciones tan reducido como es posible, á fin de no entorpecer nunca la march~ de la in trucción. t\lgunos ejemplos harán comprender bien c<)mo se con igue sati facer las condiciones indicadas más arriba. En la lista que hemo;, dado de la diversas inspeccione se puede notar que las de gimnasia é instn.:cción individual y teórica se repiten en realidad varias veces al año. Es una prueba de la i m­port. mcia que e concede en el ejercito alemán á todo lo que puede contribuír al de arrollo Í1sico e inttlectual del S< ldado. Pero en cambio ha de bid o ver e también que estas mú !ti p!es inspecciones se pasan por 1 jefe del regi mient , c · to es, por el hombre que está en las mejore· condtciones de ob en ar lo que se hace sin in­terrumpir la marcha de la instrucción. Este c., por lo demás, un principio al que los coronele se conforman e· crupulo amente, y tienen siempre el cuidado de ele­gir, para ver tal ó cuál parte de la in trucción de una compañí2, el momento mismo en que la ecíbe. A 1, por ejemplo, el coronel sabe que mañana hay gimnasia en la tercera compañía e instruc­ción teórica en la séptima, ha. ce saber p r medio de la orden, con ervando en lo po ible las horas fijadas por los comandarne5 de compañía, que mañana habrá para la tercera compañía inspección sobre gimna ia, y para la séptima examen de enseñanza teórica. Toda la diferencia entre semejante inspección y la instruc­ción de cada día, con iste implemente en que en t:des circunstan­cias el capitán presenta el completo de su fuerza, incluí dos los or­denanza , con el traje ordenado para la inspección, y entrega al coronel un estado que contiene todas las noticia que e le piden. Jamás estas inspecciones e pasarán por otro que no sea el jefe del regimiento. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILI'l'AR 391 Si dos oficiales di fe rentes tienen que pasar á una tropa el mi mo género de inspección, hé aquí cómo obran siempre de ma­nera que la tropa no sea inspeccionada dos veces sobre el mismo asunto. En la época de la in pecciones de batallón, en d mes de Junio, el comandante general de la di vi ión dará á los de brigada orden para inspeccionar los segundos batallones de su regimientos, re ervándose ver los primeros y terceros ó inver amente, y jamás un comandante general de división inspeccionará un batallón que lo haya sido ya por el de brigada. El mi mo principio se igue aun cuando se trate de la ins­pecci<') n de unidade5 tá ticas má considerables. Así, en 1a Guardia, cuyos regimientos y brigadas se presentan al Emperador mi mo, 61o el r :1 sará la inspección de brigada ó regimiento; pero como todos asi&ten á las que él pasa, es siempre perfectamente posible á cada Jefe de cuerpo aprovechar la ocasión para ver su tropa. Podrá uno quizás inclinarse á creer que un comandante ge­neral de división que no haya in-peccionado sino el segundo ba­tallón de un regimiento, no cst. rá enterado del mérito del pri­mero y tercero. Nada de e · to: los conoce tan bien como al otro, porque ha a istido á la in pección que hizo á estos batallones el jefe de la brigada, en las que escuchó las obse-rvaciones críticas finales, y quizá también haya sorprentfido así algún detalle que se le hubiera escapado con ocasión de su inspección particular. Y aun en las má elevada graduaciones de la jerarquía mili­tar e e fuerzan para no del\componer jamás la marcha regular de la instrucción, aprovechando para las inspecciones los días en que el regimiento se encuentre reunido en su campo de in trucción. Por lo que toca al Emperador, se comprende que no pueda stempre someterse á esta regla, pero en todo caso cuida de fijar el día de sus inspe ciones en lvs límites habituales de los períodos de in - truccion corre pondiente . V éa e cómo se dispone en la Guardia : el Jefe de E tado 1vlayor, despu és de poner ~ e de acuerdo con los jefes de regimiento, brigada, t:tc., formaliza una lLta de todas las inspecciones que debe p:1 sar el Empera dor, a igna ndo á cada cuer­po un día elegido de manera que di s traiga lo menos posib1e su ins­trucción. Este programa se somete en se g uid:-t á la aprobación de S. M., después de lo cual se litografi::t y ¿ : ~tribuye con profusión de modo que todos aquellos á qüienes la cosa intere s e pu e dan asistir á las inspecciones. Otro tanto se hace para to d a la inspecciores que se pa an en las di visiones, brig!!da - y regí mientos, púr sus jefes re. pectivos, etc. Se da cuenta al .E tad ·> iVl ayor del cuerpo de ejército, quien formaliza á su vez la lista general y la comunica al Emperador y á toda la guarnición de Berlín y us inmediaciones: resultado, que todo oficial que lo desee puede a istir á estas inspecciones, siendo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 392 B:)LETÍN MILITAR muchos los que aprovechan las facilidades que se conceden. EI mismo Emperador va con frecuencia á las inspecciones que pasan Jos jefes de regimiento, y en general también los oficiales genera­les van á las que pasan sus subordinados. En todas estas circunstancias se renuevan las escenas que ya hemos descrito. Los altos personajes no asisten más que como es­pectadores, muy atentos sin embargo, á la inspección, que cuidan de no turbar en nada, manteniéndose generalmente á distancia; pero yendo siempre á escuchar la crítica final. Así se encuentra mantenido el principio de independencia individual, á la vez que se desarrolla entre los oficiales la facultad de explicar abiertamente sus ideas, con lo cual todos ganan, pues además de sus observacio­nes personales, puede también aprovecharse de las de otros. Para todas estas inspecciones las tropas se disponen en orden desplegado, hasta el regimie11to inclusive. Las brigadas se forman casi siempre en columnas, como en el orden de reserva. En todo caso, el oficial encargado de la inlipección es el único que pasa por el frente de las tropas; ni sus superiores, aun cuando a i tan á la revista, ni sus subordinados, por más que le esperen sobre el terre­no, no inspeccionan las tropas antes ni después que él. Aun en aquellas revistas que pasa el Emperador, nadie recorre el frente de ]as tropas antes que S. M. Esta es una regla excelente, porque permite no llevar las tropas al terreno sino lo más tarde posible, Igual práctica se exige en ]o que concierne á los honores que se rinden. No se presentan las armas sino al oficial que hace la inspección ; para los demás, cualesquiera que sean, se concretan á mandar firmes. El estado oficial de la fuerza no se da sino á esta sola persona. Sin embargo, como puede ocurrir que el Emperador ó algunos oficiales generales asistan también á la reviHa, los ayu­dantes de regimiento y batallón se proveen siempre de algunos ejemplares que ponen á su disposición. Si durante la inspección aparece sobre el terreno algún oficia 1 de graduación más elevada que el que la pasa, este último manda firmes, y dejando la tropa en el orden de formación en que se en­cuentra, sale al encuentro de su superior, al cual le da parte de que "á tal cuerpo está pasando tal género de inspección;" ~eguida­mente, después de haber obtenido su autorización, continúa sus operaciones sin preocuparse más de la presencia de su jefe. Terminada la inspección, el oficial que la ha pasado reúne sus oficiales, hace su crítica, que vienen á escuchar .sus superiores, á los que, cuando ha concluí do, pide únicamente permiso para re­tirar su tropa. Tal es el aspecto general que presenta una inspección; aspec­to que no modifica en nada la presencia de cualquiera, sea quien fuere. Todo pasa dentro de cada jerarquía, con calma, sangre fría y sin agitación ni emoción aparente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BULgl'f N ~llLI'rA R 39 El oficial que debe pasar una inspección no comunica el pro­grama á la tropas hasta la víspera; precaución muy útil y que excluye toda posibilid;~d de preparación especial. Una vez que se ordene una inspección, no se da contraorden sino en circunstancias sumamente excepcional-:s. El mismo Em perador se conforma rigurosamente á esta regla hasta el punt de que si por una razón mayor le es imposible pasar la inspección, delega para reemplazarle al comandante general del cuerpo de ejército, quien le da parte después del estado de las tropas. El so­berano no repite jamás una inspección así pasada, porque la per­turbación que resultaría en el programa general perjudicaría la marcha regular de la instrucción. Para las inspecciones de compa­ñía los oldados se presentan siempre con los efecto de número que desea examinar el jefe del regimiento: ordinariamente los efec­tos número I, porque el coronel ha tenido frecuentemente ocasiúr durante el invierno de ver lo otros *,pero las in pecciones de lo oficiales generales tienen lugar por lo regular con los efectos nú­mero 2 ó número 3, según el e tado del tiempo, á lo cual se pres­ta siempre la mayor atención. La autoridad superior da siempre el ejemplo de economía en este asunto, interesándose por econo­mizar en todas circunstancias el vestuario de las tropa, por lo qu no es raro ver algunos generales que la mañana misma de un día de inspección, hagan telegrafiar á un regimiento la orden de com­parecer con sus prendas usadas, por t~mor á que el mal tiempo es­tropeara las nuevas. Compréndese que con tales precaucione el vestuario del ejército se mantenga siempre extremadamente bri­llante, sf!gtín lo explicaremos más adelante. Con el objeto de con­servar la bayoneta nunca se pone ésta en el fusil en los ejercicios, inspecciones ó paradas, ni aun para montar las guardias. Tiene esto además la ventaja de hac~r comprender á los soldados que no de­ben jamás hacer fuego con el sable-bayoneta, el cual hace desviar la bala, da más peso al arma y se deteriora bajo la acción cie los gases de la pólvora. No se pone, pues, la bayoneta más que para determinadas facciones de noche, ó bien para desfiles, formar el cuadro y dar una carga, y en las revistas ó maniobras solamente en las ejecutadac; en presencia del Emperador. En todos los ejercicios inspecciones ordinarias, basta con simularlo á la respectiva voz de mando. Todas las inspecciones, y fuera de esto, la mayor parte de los ejercicios tmpiez.an siempre con un desfile. Se obra así porque se juzga que los soldados han de desfilar mejor y más correcta­mente cuando no se les ha fatigado todavía. Un buen desfile se considera para el soldado como la más difícil de todas las manio­bras, y por consiguiente como un criterio infalible para juzgar de la firmeza de una tropa. • Ya hemos dicho que el soldado prusiano t" ene comúnmente hasta seis jue¡na ele dectes de veatuario, los cuales tiene numeradoa e 1 ielie.-(N. ele! T.) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 394 BOLI<.;Tll'i ~IlLl'l.All Nunca se determina con jalone la línea del desfile; esta pre­caución parece superflua, y se requiere la atención de lo oficiales colocado en las alas para regular la marcha sin ayuda alguna exterior. Aun en las grandes paradas en pr '= e ncia del Soberano, se ob­serva el mi · mo principio, concretándose á de tacar en la vanguar­dia dos oficiale· a las órdenes, que se colocan á derech:1 e izquier­da del Emperador, sobre la línea que Jebe eguir el flanco de la columna. Una. observé..ción general que debe hacerse sobre estas ins­pecciones, es que si bien en ellas e ejecuta siempre cierto nú­mero de movimientos reglamentarios para apreciar la destreza y agilidad de la tropa, no se detienen mucho tiempo en esto, pasán­dose bien pronto á la solución de cualquier problema táctico plan­teado sobre el mi mo terreno. Al proceder de este modo, el inspector puede juzgar á la vez oel grado de la instrucción militar de los soldados y de la inteli­gencia de su jefe, pudiendo asegurarse de qué manera éste y sus oficiales sabrían tomar, en ca o de necesidad, una re olución y eje­cutarla. A í, por ejemplo, en una in pección de batallón despues del desfile, algunos cambios de formación y marchas en línea, el 'efe de la brigada plantea al del batallón el problema siguiente: "Su batallón de usted marcha en columna de viaje aislada­mente y sin contacto con otras tropas. Al llegar á cierto punto, usted sabe que una posición que se encuentra sobre su camino está ocupada por el enemigo, y usted se decide á atacarle para po­der continuar su marcha." El jefe del batallón dispone al momento su tropa en d orden de marcha. Destaca una vanguardia, retaguardia y exploradore á los flancos. Luégo se lanza al galope hacia u vanguardia para ob­servar á distancia al enemigo representad por los músicos del regimiento que el ayudante de la brigada ha colocado al efecto. T'oma entonce su disposiciones para hacer un ataque de frente, y tambien, ~i el terreno se presta, un ataque de flanco. Todas las órdenes y explicaciones se dan en pre encia del in pect r, quien se ab tiene por principio de intervenir en nada, re ervando todas sus observacione para el fin de la in pccción. Al tet minar el capítulo cle las inspecciones no será quizá fue­ra de lugar decir aquí algunas pal a bra obre las revistas dt parada. N o se con ideran como inspecciones, puesto que no permiten en modo alguno juzgar del e tado de la instrucción de las tropas, y más bien pre entan el carácter de solemnidades militares, y como tienen además el inconveniente de su traer mucho tiempo á la instrucción de las tropas, el jefe las evita con el rrayor cuida­do. En la Guardia, como ya lo hemos dicho más arriba, no hay cada año más que una gran revista de parada, al fin de lo ejercí· cios de primavera. U na se pasa, además, al comienzo de las gran- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN 1\'UJ ... ITAR 395 des maniobras, en el mismo punto de reumon de las tropas que deben tomar parte en ellas, pero solamente cuando el Emperador asiste en persona, porque de otra manera la mayor parte de los co­mandantes generales de cuerpo de ejército no la pasan. En virtud del mismo principio, es decir, el de no interrum­pir la in trucción de las tropas, no se hace a istir á la gran parada de Berlín sino á los cuerpos que tienen su guarnición en ]a capital. Los regimientos estaciouado en las inmediaciones, aun cuando pertenezcan también á la Guardia y formen parte de las brigadas y divisiones que han de concurrir á la parada, no dejan jamás su guarnición. No se quiere di traerlos de sus ocupaciones durante un tiempo que sería necesariamente mucho más largo que para lo regimientos establecidos en Berlín. No hay más excep­ción que para los dos regimientos de Spandau, y esto únicamente porque dichos regimientos se encuentran precisamente en Ber­lín en esta época del año, porque van á pasar allí algunas sema­nas para ejecutar una parte de los ejercicios de prima vera, de con­ciert con los regimientos de sus brigadas respectivas. La víspera de ]a parada, un oficial de Estado Mayor se encar­ga de preparar el terreno, marcando con un pique te el ala derecha de cada regimiento y batallón. Hecho e to, las cosas se suceden al día siguiente con una calma y sencillez notables. Habiéndose fija­do la parada á las once de la mañana, se ve á las diez solamente llegar al terreno los jalonero , á razón de uno por batallón, batería ó regimiento de caballería. E tos jaloneros son los mismo hom­bres que la víspera han preparado el terreno en compañía del capi­tán de Estado Mayor. Pocn después llega este oficial, y á una señal suya, cada hombre va á colocarse cerca de su piquete, ali­neándo' 5e por RUS inmediato . El oficial rectifica el alineamiento, y en menos de media hora todo e tá dispue to. A las die?_ y media apareció sobre el c.1mpo el primer regimiento, y á las diez y tres cuartos se formó el último eH línea. A las once menos veinte mi­nutos llegaron los generale con mando en las tropas, y un poco más tarde lo- que iban á asistir á la parada: por último, á las once en punto apareció el .Emperador en compañh del Rey de Suecia. N a die antes que el soberano había pasado por el frente de las tropas. Él mismo lo recorrió al paso, según el. uso universalmente observado en Alemania, con el fin de juzgar mejor de la regulari­dad de las formaciones. Y i bien Jos regimientos no llegaron al terreno sino con una media hora de anticipación al comienzo de la parada, puede decirse que la precisión de su alineamiento era verdaderamente notable. Por lo demás, se cuida riguro amente de que las tropas no lleguen demasiado pronto al terreno, para luégo mortif.carlas allí inútilmente durante muchas hora . No faltan ejemplos de duras reprensiones dirigidas á jefes que no se sujetaron á esta regla. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 396 BOL'li~TÍN MJLIT.A.R. Se exige también que los jefes de batallón sepan alinear con prontitud su tropa sobre las demás, tanto más cuanto el apoyo de su ala derecha les ha sido claramente indicado. Si algún regi­miento ó batallón no está bien alineado, nadie sino su jefe es res­ponsable, y así se consigue que cada cuerpo se coloque por sí mismo de una manera perfectamente regular. Nada causó mejor impresión que la calma y el orden, que no cesaron de reinar, tanto en el momento de la reunión de las tropas. como durante todo el tiempo de la parada. Todos los oficiales de Estado Mayor del cuerpo de ejército permanecieron como meros espectadores en la comitiva de su jefe, quien no tuvo desde el principio hasta el fin una sola orden que dar. Antes de la parada un plano litografiado que indicaba el pues­to de lac; tropas y de los oficiales, se había distribuído á todos los jefes de cuerpo. Cada uno de ellos, ajustándose á él, sabía, pues, exactamente, lo que tenía que hacer. Siempre existe, como se ve, el mismo principio tan c-aracterí tico de independencia completa, y en compensación, de responsabilidad entera, dejadas á cada uno en los límites de su esfera de accion. Nos resta decir alguna palabras ::le la revista de detall (muste­rung), que no e verific.t sino cada tres ó cuatro años, al pnncipio del verano. Es, ante todo, una revi ta del material, y no cuestión de exámenes ó ejercicios. Antes de la revista aparece casi siempre una orden qu~ indica ~u marcha detal :ada. El general inspector* va acompanado de un funcionario de la intendencia y de un maes­tro armero para el examen de las cuestiones que se refieren á su especialidad. Estas revistas generalmente son muy largas, y los regimientos se preparan para ellas con un año ó más de anticipa­ción. El inspector e tá obligado, en eft-cto, á examinar todo lo que constituye el material del cuerpo, tanto al pie de paz como al de guerra; y se pasa la revista, no superficialmente, sino pieza por pieza hasta el último botón. E ta inspección no se refiere, sin embargo, sino á los ob­jetos que constan en los estados reglalllentarios. 1 odo lo que el cuerpo haya podido economizar, por un medio cualquiera, queda como propiedad suya particular y no se somete á examen alguno. Así, por ejemplo, según los reglamentos, cada regimiento debe puseer lo que se llama lagarniture (equipo) de guerra*, esto es, los ef~ctos de vestuario y equipo para un efectivo de siete batallones y medio; el todo dispuesto en absoluto á prestar servicio, y además de esto, una sola garniture de paz. 'l'odo ello se examina; pero en cuanto á los efectos números 3, ~h 5 y algunas veces 6, nadie tiene que verlos, en atención á que el cuerpo no ec;tá de ningún modo obligado á poseerlos, }' si existen, es gracias á los procedimientos de ad- • Que es, como hemos dicho, el jefe ele la brigada. • Lo a prusianos designan con el n:>mbre de gar11Uure un juego completo de efectoa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 397 m1mstracJOn del regimiento. Estos constituyen ]a propiedad parti­cular de cada compañía. Por lo demás, volveremos á dar detalles sobre este asunto. La inspección de las armas sólo se verifica cada diez ó doce años. Se refiere á las armas y sus accesorios, y se pasa por un ofi­cial superior designado especialmente á este efecto por el Ministro de la Guerra, que manifiesta cada añ.o los cuerpos cuyas armas de­ben sufrir la revísta.-(Continúa). HISTORI.f.__ PARA LA S MEMORIAS SOBRE COLOMBIA Y LA NUEVA <..RANADA (Coutinuación ) El cruel desengaño que Barreiro recibió en Casanare, la disminu ­ción de sus fllerzas, causada por el género de guerra adoptado allí, la moral que había creado mi división, el estado en que se hallaba, las noticias favorables que recibí del iuterior de la Nueva Granada, y Jo¡ informes verbales que dio el General Lara decidieron á Bolívar, que estaba en Manteca! á orillas del Apure, á emprender una catnpaña so­bre el Virreinato, reuniendo sus tropas á las mías, á desrec ho de loa obstáculos que presentaban las inundadas llanuras del Arauca, y la des­nudez del ejército. Esta reuni6n, precursora de tantos días de gloria, se verific6 en Pore, capital de Casanare, el día 28 de Junio de 1819, ha­biendo yo presentado 1,200 hombres armados de fusil y 6oo llaneros montados. Aquí debo mencionar que, estando en Casan are antes de la in va­sión de Barreiro, recibí órdenes para nombrar Diputados al Congreso de Guayan a, que debía instalarse el 1 5 de F~brero de 1 819, ylse nombra­ron en efecto por Casanare á los señores Zea, Salazar, Vergara, U ribe y M uñoz, instruyéndoles que! salvasen siempre los derechos de la N ue­va Granada para cuando fuese libertada. Cuando recibí otras órdenes para reconocer la autorid td del Congreso, y la de Bolívar como Presi­dente de Venezuela, lo ejecuté al frente de las tropas declarando que este reconocimiento lo prestaba entre tanto que no eHuviesen libres las Provincias granadinas, á las cuales tocaba deliberar sobre su futura suerte. Conservo el documento respectivo, escrito de letra del General Antonio Morales, que servía en mi Estado Mayor. Apenas supe la resolución de Bolívar de mc..rchar á unirse conmigo en Casanare para obrar sobre Santafé, envié con el Capitán Ramón Zapata (hoy Coronel) á los pueblos oprimidos por los españoles la si­g'Jiente proclama, que, como es bien notorio, fue conocida de ellos y produjo un entusiasmo general en la capital y en las provincias, no obstante las medidas de precaución de las autoridades españolas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 398 BOLETÍN MILI'rA& FRANCISCO DE PAULA SANTANDER del orden d~: los Libnladnres, GP11eral de Brigada de los Ejércitos de 1-'enezuela y Co­mandante en Jtfe de la P(lnguardia dtl Ejérrito Libertador de la Nuev1t Grauadrs ¡Granadinos! El momento de vuestra libertad ha llegado. La in­trépida vanguardia de un poderoso ejército marcha bajo mis órdenes á despedazar vuestras cadenas y á vengar lo3 ultrajes recibidos del bár­baro español. Alentáos, y reunid y reunid por un instante vuestros es­fuerzos á los nuestros : en un instante de vigor y de actividad vais á recobrar el dón más precioso del cielo, que !>Óio la seducción, ia intriga y la perfidia pudieron arrebataros. Las arma de la independencia triunfan por todas partes. En México, en Chile, en el Perú, en Lima misma acaba de obtener "icto­rias decisivas de la libertad de América; Venezuela, la heroica Vene­zuela va á fijar su de tino, de pués de haher pulveri7.ado el mayor ejér­cito espat1ol que ha salido de la Península. Sólo vosotros, granadinos, aún gcrn1s e11 la servidumbre. Mas no durará muchos días tan triste condición. El ilu tre Bolívar aparecerá triunfante en vuestro territorio seguido de gran número de bravo , que han jurado no envainar su espada mientra existan tiranos. Entre tanto, los tiranCJs de Chile y Bue­nos Aires libertan las Provincias de la desventurada Quito. Compatriotas : Vuestro honor, vuestra felicidad reclaman impe­riosamente vuestra más eficaz cooperación. El ejército que mando se compone de vuestros hermano--, de vuestros parientes y de vuestros amigos. Yo mismo oy uno de vosotros. No tenemos codos otra ambi­ción que re tituiro!> al goce de vuestra libertad. Ausente de vosotros, oyendo siempre el ruido triste de vuestras cadenas, no he tenido otro consuelo que ver cubiertos los campos de Venezuela con los cadáveres de los bárbaros que os subyugaron. ¡ A las arma·, compatriotas ! Venganza contra el fiero espafiol que ha derramado la sangre de nue tros m 8s ilustres ciudadano, y ha asola­do nuestro país. Reuníos á las tropas de m1 mando, contribufd vosotros mismos á libertaros : reuníos pronto, y marchad sobre el miserable resto de bandidos que profanan nuestro territorio. Venid seguros de que el suceso coronara vuestros esfuerzos. C:.~artel general de vanguardia en Manare, á 2+ de Mayo de I 8 19-9'! FRA 'CJ-CO DE PAULA SANTANDER Precediéndonoc: esta proclama, y nuevamente nombrado Coman­dante de la vanguardia del ejército, salió todo él de Pore por el camino de Paya, y habiéndose atrasado la retaguardia, que mandaba el intrépi­do General Anzoátcgui, tocó á la vanguardia forzar este paso ocupado por el enemigo, que fue después denominado Los 'Termópilas de Paya. En la traducción que recientemente se ha publicado en esta ciudad del artículo Colombia de la Enciclopedia britá11ica, se ha hecho ya mención de un hecho importante, que hubo interés de parte de Bolívar en no mencionar y del cual existen todavía testigos oculares. Ocupado Paya Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'ÍK lt.lLfTA k 399 por mi división, la de retaguardia 'vivaqueó en el llano de Miguel con el cuartel general, por no haber podido las tropas venezolanas marchar hasta dicho Paya. Con el Capitán Freytcs, edecán de Bolívar, recibí una carta llamándome al expresado vivac para conferenciar sobre la posibilidad de continuar la campaña haci n contra los enemigos dominadores de la Nuc"a Granada, que retro­ceder á lo Llano , y que la di visión sola debía seguir adelante Y o pasé el día siguiente al llano de Miguel, y allí nos reunimos á conferenciar el General Bolívar, los Generales Soublcrte y Anzoátegui, los Coroneles Lau y Salón y yo. Bolívar nos manifestó la desnudez de las tropas, y el mal estado en que se hallaban con sólo un día de marcha por la cor­dillera ; las penalidades que se les esperaban al pasar lo más elevado de ella, donde una nevaci'l p0día concluír con el ejército, la falta de caba­llos y el disgusto de los llaneros de marchar por un país montañoso; no hizo ver que si en tal conflicto el enemigo se colocaba al pie de la cor­dillera, y retiraba los recur' os que podrían servirnos, nuestra destrucción seda completa, y que en tal situación era mejor retroceder para inten- . tar por GuJ.dualito una incursión por el valle de Cúcuta. Yo me opuse á este plan con cuantas razones me sugirieron el conocimiento del te­rritorio y mis deseos de libertar á mi patria, y por fortuna me apoyó muy bien el CoroPel Lara: al fin propuse que para salvar las tropa venezolanas, que eran las que habían estado haciendo frente á ]as de Morillo en el Apure, yo atravesaría la cordillera con mi división, reco­nocería el terreno, obser..-ada si el país tenía recursos, me informaría de la opinión de los pueblos, y resisriría al enemigo si estaba apoderado de los puntos por donde debíamos entrar en la Provincia de Tunja; que si éramos destruídos, las tropas de Venezuela quedaban intactas para seguir obrando, como antes lo habían hecho, sin contar con las que yo tenía en Casanare; pero si, al contrario, la campaña presentaba una per - pectiva lisonjer.· , todos reunidos la seguiríamos hasta lograr el objeto. El General Anzoátegui, que tenía la creencia de que era capaz de ha­cer lo que cualquier otro hiciera, ofreció también ejecutar lo mismo que yo proponía, y de este modo logramos hacer cambiar de plan á Bolívar. Nuestros primeros encuentros parciales con el ejército enemigo en la Provincia de Tunja, no fueron fdices : una compañía de mi di­visión fue batida en Gámeza, y una partida de caballería de la de An­zoátegui dispersada en Cornles. Pero en el puente de Gámeza comen­zó á sentir Barreiro que estaba lidiando con hombres muy decididos á vencer á todo trance. Mi di visión sufrió mucho en esta jornada ; y() perdí entre otros, los Oficiales Arredondo Lobo Guerrero y Gómez. Por no ser difuso en estos apuntamientos, no inserto el Boletín de Gá­meza y el de Vargas, donde se hizo la justicia debida á la vanguardia y al Jefe que la mandó en estas batallas. Sin embargo, la gloria de Vargas pertenece al Coronel Rendón y al Teniente Coronel Carvajal, ambos de los llanos de Venezuela. A ningún otro se concedió, sino á ellos, en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 400 BULE'l'IN MlLl'l'A.R a-queL glorioso día, el renombre de valientes. De las compañías británicas se hizo honrosa mención en el Boletín del ejército. La batalla de Boyacá nos puso en posesión de la capital del Yi­reinato. Nuestra pérdida ea este día no alcanzó á 20 hombres en todo 1 ejército, y la mayor parte los perdió mi división, porque, como lo expresa el
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

Compartir este contenido

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 144 y 145

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Comunicación interpersonal y comunicación intersubjetiva. Algunas claves teóricas y conceptuales para su comprensión

Comunicación interpersonal y comunicación intersubjetiva. Algunas claves teóricas y conceptuales para su comprensión

Por: | Fecha: 14/04/1900

AROlV Bogotá, Abril 14 de 1900 NUM. 147 --~·~-- OllGANO DEL 1\HNJSTERlO DE GUERRA Y DEL EJERCITO UIRECTOR AD-HONOREM, FRANCISCO J. VERGARA y V. Genr:n·al, Miembro del~ Sociedad Colombiana de Ingenieros Son colaboradores natos de este periódico todos los J'efes y Oficiales del EJército de la República O 'I ;rAL D:ElO? .. ETO N'O'~!:zl? .. O .. D:sl 1900 (28 DE MARZO) por el cual se fija el per:on·d y asignacione y demá gil tos de la Flotilla Jcl Alto · !\lagd:dena El Presidente de la República DECRETA Art. 1." La Comandantia de la Flotilla del Alto Magdalena tendrá el siguiente personal, con las asignaciones que á continua­ción se expresan: Un (:reneral Jefe, con quinientos pesos mensuales. Un primer Ayudante general, con trescientos pesos men­suales. Un segundo Ayudante general, con doscientos cuarenta peso:. Cuatro Capitanes Ayudantes, con ("ien pesos cada uno. Dos Tenientes adjuntos, con ochenta y siete ptsos cincut!n­ta centavos cada uno. Ocho Sargentos primeros cornetas y tambores y cuatro Sar­gentos primeros ordenanzas, con treinta y siete pesos cincuenta centavos cada uno. Art. 2. 0 El personal de cada uno de los buques de la Flotilla será el siguiente: Un primer Comandante, con trescientos pesos mensuales. Un segundo Comandante, con ciento sesenta peso.;. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 434 BOLETÍN MlLIT A.R Un Capitán náutico, con trescientos pesos. Un Oficial Ejecutivo (Contador), con doscientos cincuenta pesos. Un primer ingeniero, con doscientos cuarenta pesos. Un segundo ingeniero, con ciento veinte pesos. Dos aceitero, con cincuenta peso cada uno. Un primer práctico, con doscientos cincuenta pesos. Un segundo práctico, con ciento ochenta pesos. Un timonel, con noventa pesos. Un primer carpintero, ... ·on noventa pesos. Un segundo carpintero, con cuarenta y cinco pesos. Un celador, con cuarenta pesos. Cuatro candeleros, á treinta y cinco pesos cada uno. Un primer contramaestre, con ochenta pesos. Un segundo contramaestre, con cincuenta peso~. Doce marinero , á treinta pesos cada uno. Un despensero, con e enta pesos. Un panadero, con treinta y cinco pesos. Un primer cocinero, con uarenta y cinco pesos. Un segundo cocinero, con treinta pesos, y Seis sirvientes, á diez pe os cada uno. Art. 3.0 La guarnición de cada buque la compondrán: Un Capitán, dos ·renientes, do ubtenientes, dos Sargentos primeros, dos Sargentos segundo , dos Cabo primero., dos Cabos segundos y veinte oldados con la mi mas asignaciones de que goza la gnarnición de Girardot. Art. 4.° Cada buque podrá di ~ poner mensualmente hasta de mil ochociento pe os para combustible, hasta de do::; mil para ali­mentación del personal permanente, y hasta de ochocientos iesen­ta y ocho pe os para gastos imprevi tos en reposición de materia­les y alimentación de Oficiales de trán ito. Comuníquese y publíquese. Dado en Tena, Cundinamarca, á 28 de Marzo de 1900. MA ·uEL A. SANCLENIENTE El Ministro de Guerra, JOSE SANTOS ORDEN GENERAL DEL EJERCITO PARA HOY MIERCOLES 4 DE ABRIL DE 1900 Servicio: Art. 13 I 4· El Ministerio de Guerra, en oficio número 97 5 de 3 del presente, dice á la Comandancia en Jefe lo siguiente: "Por informes recibidos en este Despacho, sábese que hay ó parece haber una contradicción entre disposiciones de servicio Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 43 prescritas por la Orden general de 19 de Noviembre de 1887, y la doctrina contenida en el Manual Militar, aprobado por decreto efectivo, lo que ha ocasionado algunas dificultades e·n la práctica." Estudiando el asunto, fácilmente se comprende que lo que hay en el Manual Militar es, por una parte, un aditamento á la citada orden, el que no puede cumplirse sino cuando el Estado Ma­yor distribuya "Señal de campo," y por otra, una oscuridad de re­dacción que es la que importa aclarar. Sobre el Manual y la orden citada está la doctrina del Código Militar, por cuanto es la Ley y ésta previene que la Ronda mayor dé al Comandante de guardia ó puesto, por conducto del Sargen­to ó quien haga sus vece , el "Santo y la Contraseña," y como es natural que la verdadera llave de un campamento no llegue á conocimiento de los individuos de tropa, y el Código nada dice de la "Seña," e evidente que é ta puede y debe reservarse, y moral­mentt hablando venir á ser el "Santo" en la verdadera acepción que á esta palabra se da en lo5 ejércitos extranjeros, lo cual justi­fica la doctrina de la citada orden general, la cual fue además aprobada por es t e l\1ini sterio. En tal virtud, en el recibo de la Rondas en las guardias y puestos militares, es entendido que aquellas rinden al Sargento el "Santo" y la" Contraseña," y directa y personalmente al Oficial de guardia la "Seña" del día. No hay inconveniente en que el Comandante de la guardia dé la "Señal de campo" á la Ronda que llegó al pue to, pero debe advertirse que como seguridad esta precaución nada significa, ya que la "SeJízl de campo" es de mu­chos conocida, y la ~uardia ó destacamento no puede ponerse á órdene-. de Jefe alguno que de antemano no tenga á ello derecho, y éste por tanto tiene<) que ser personalmente conocido por el Ofi­cial del puesto, si se repartió parada, ó conocido de nombre á lo meno , toda vez que é. te debe figurar en la re~pcctiva Orden gene­ral sobre servicio. Y como no es prudente confiar al criterio de los individuos de tropa cierta clase de apreciaciones, y no conviene poner sobre aviso á quien intentara con fines indebido~ pasar por Ronda mayor, á lo menos en tiempo de guerra, mientras dure turbado el orden público, dispone este Despacho que el resguardo que recibe á la Ron­da no terciará armas sino hasta tanto que el Oficial, satisfecho con el parte del Sargento, comunique á éste la orden de que la Ronda puede avanzar; conviene tener presente que en horas avanzadas de la noche, cuando la tropa es aquejada por el sueño, hay verda­dero peligro en que el resguardo tercie armas en presencia de un enemigo atrevirlo y audaz. Estas aclaraciones se publicarán en la Orden generalísima para su cumplimiento por parte de los militares que entran de facción. Dios os guarde. JOSE SANTOS Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 436 BOLETlN MILITAR :o:mor>";alrz'O NUMERO 121 D li 1 QOO (10 DE MARZO) por el cual e honra la memoria del Capitán del vapor Guaeral Tobar, Sr. D. Orencio Hcnnes~>y El Jefe Civil y Militar del Tolima CONSIDERANDO: Que el día 14 de Febrero último murió á bordo del vapor Ge11eral Tobar el Capitán Orencio Hennessy como Capitán de dicho vapor, en tl combate que se libró para rescatar el vapor 17e­nez. uela, el cual había caído en poder de los revolucionarios por medio de la traición y el asesinato; Que en el expresado combate el Capitán Orencio Hennessy dio muestra de valor y lealtad que deben cr imitados; Que el Capitán HPnnes y, á pesar de que sus opiniones polí­ticas eran contrarias á las in tituciones que informan el Gobierno, prefirió cumplir el juram~nto prestado ante· que traicionar á costa de su propia honra; Que el hecho de morir á bordo cumpliendo su deber, fue la más elocuente protesta contra la traición y el asesinato cometido por sus copartidarios en los Jefes y Oficiale::; del vapor 17enez.uela, DECRETA Art. 1.0 El Gobierno del Tolima honra la memoria del dis­tinguido Capitán del vapor General Tobar, Sr. D. Orencio Hen­nes y, y deplora su fallecimiento como un acontecimiento funesto para el Tolima. Art. 2. 0 La señora viuda del citado Capitán tendrá derecho á percibir en la Te~orería del Departamento el sueldo que durante el estado de si ti o hubiera correspondido á aquél. Art. 3.o Copia de este Decreto ¡e pa¡ará á la familia del finado. Comuníquese y publíquese. Dado en !bagué, á ro de Marzo de 1900. FEDERICO TOBAR El Secretario de Gobierno, José M Tobar. • • HONO:Ei..ES MILI~AP.ES República de Colombia- Telégrafos Nacionales-Soatá, 30 de Mar­zo de 1900 Sres. Ministro de Gnerra, y Jefe Civil y Militar de Boyacá y Medellín. Tengo el honor de transcribir á continuación, para la censura del Sr. Ministro de Guerr.1, y para que el Sr. Jefe Civil y Militar Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 4.e Ap ioguia se sirva, á mi nombre, transmitirlo á las faroili.as del Cor.onel jesús M. Arango, Sargento Mayor Federico Laverde y Capitán Gregorio Betancur, ·el siguiente Decreto que- dicté ayer: ''DECRETO UMERO 94 por el o 1 ae mandan ejecutar lo honores y medida de ju ticia á que ti6nen dere­cho loa miembros del BalaU6n Salami1uJ, individu 1 y colectivamente, por su con­ducta en el combate de Oapitaujo " ·El General, Comandante tn Jefe del Ejército de Antio­quia, haciendo uso de las facJJltades que le ha conferiao el Supre­mo Gobierno, y CO SIDBR.ANDO "I.oQue en la acción de armas que tuvo Jugar en Capitaneja, el día 17. de los corrientes, rindieron la vida luchando con valor heroico, digno de la cau que defendemo y del bierno 41ue la repres nta, lo res. enient Coronel le ú M. Arar go, 2.• J fe; Capitá Federico Laverde, yudante Mayor, y el Teniente Gre­gario Betancur, todo del Bata/Ión Salamina; "2.. 0 Que e deber de ju ticia honrar la memoria de los ab­negad que así sellan con u sangr on jda y aun con el infortu io que legan á sus hogares, ante felice , la urna de sus convicciones políticas, DBCR..ITA " rt. 1.0 Hónrase la memoria de los Sres. Teniente Coro­nel J ús M. Aran o, Capitán Federico Laverde y Teniente Gregorio Betancur, y se la recomienda á la gratitud del jér­cito, como ejemplares digno de ser imitados; y dedárase acción distinguida de valor la ejecutada por el Batallón Sa/amin11, que, . compuesto de 140 plaza , y habiendo mJJerto su Jefe á la primera hora de combate, resistió por cuatro horas más á un enemigo en ndmero casi diez veces uperior, hasta retirarse á mejores posicio­nes, mientras IJegaban pertrechos, puesto que habían quemado el último cartucho. " rt. 2.° Conftérese á Jos Sres. Teniente Coronel Aran~o, Capitán Laverde y 1 eniente Betancur, héroes de Capiunejo, los ascensos de Coronel al primero, Sargento Mayor al segundo y Capitán al tercero. " rt. 3 ° Confiérese asimismo ascenso al empleo inmediata­mente uperior al que hoy desempeñan, á todos y á cada uno de lo Oficiale Jel mi mo Batallón que asistieron al combate de Ca pi t· nejo. " rt. ·4. 0 Declarase que la familias de los Sres. Teniente Coronel rango, Capitán Laverde y eniente Betancur tienen derecho al sueldo de que é tos debí n gozar, de acuerdo con lo decretado aquí y a puesto en práctica por el upremo Gobierno. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 438 BOLETÍN MILIT .A.R '' Art. 5.° Concédese á los Oficiales é individuos de tropa del Batallón Salamina, y que toma(on parte en el combate de Ca­pi tanejo, ci('n pesos á cada uno de los primeros, y diez sos á cada uno de los segundo ~ , como ob · eq uio que con grande sa-i fac­ción les haré, en nombre del Supremo Gobierno, para que puedan reponer los avío> y enseres de uso personal perdido en el combate. "Art. 6.o El Ejército de Antioquia llevará luto p r tres días, y por nueve el Batallón Salamina. "Sendas copias de este Decreto serán enviadas á los Sr · .M t­nistro de Guerra y Jefe Civil y Militar de Antioquia para la cen­sura de;] primero y conocimiento del segundo, y á las familias de los militares cuyas memorias h nra. "Dado en Soatá, á 29 de Mar z.o de I 900. "El General, R. LE MES "El Coronel, Ayudante general, cESAR CAMPO" De S. S. respetuoso servidor, . LE" MES ."\?wOHIVO N.A.OION-"\ L .DOOUMEN'l'OS lNÉDl'l'OS Campaña de 1819-1820 en el Cauca (Continuación) En el tercero acompaña el oficio que con fecha 17 de A ril del corriente remite el Sr. Leandro Salas al Comandante de la fragata LoJ AnJn y de la costa, ciudadano Juan Illingrot, y la proclama d! éste 6 manifiesto, á consecuencia de los sucesos que han ocurrido en Is:uandé, y decreto inserto en ella que comprende tres artículos sobre que las provincias de Iscuandé y Micav, con la jurisdicción de Tumac y Pro­vincia de Esmeraldas, quedan bJjo la protección del Gobierno d_ Chile, por cuyas armas se hallan libres . Que todas las autoridades civiles y militar~s recibirán sus nstruc­ciones de ]a Comandancia. Que estos dos artículos tengan fuerza hasta tanto se restab'ezca el Gobierno patriótico en Popay~in, ó vaya la fuerza suficiente para la de­fensa de dic..has provincias ó que determine el a unto el Superior Go­bierno de ]a República de Colombia, con ac uerJo del de hile Que se 1~ presten todos lo au;ilios por las autoridades d ambas 6rdenes al Sr. Coronel José 1\tlaría Cancino, Gobernador Jcl Chocó, que pasa tr0pas al cuartel de instrucción. Que siendo aquellos puebl0s parte integrante de la prov ncia cie mi mando, y él como Comandante de artillería del Dcpartaocnto, y ambo. por las ventaja que resultan á la causa de la libertad. Por haberse entablado ya por aquella vía la comunicac ón con Chile y Buenos Aires, demanda todo allí ]a permanencia de .. n hom- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN .MILITAR 439 bre capaz de gobernar esos pueblos, y que me digne nombrar uno que aea de toda mi confianza, que ocupe tan importante destino: En el cuarto dice que á mas de los inf0rmes que tendré de la con­ducta de Ledesma, que ha sido prisionero y de cuyos hechos se <.¡ueja este pueblo y el valle entero, los cuales lo han hecho digno de obtener entre loa traidores el empleo de Alférez, hace presente: que en la Re­pública pasada, al ocupar Sámano esta provincia, se vio en la precisa necesidad le enterrar unos cañone · de artillería de gruv:;o calibre á presencia de e te mi mo Lede ma (alias Pr1tibrr1J), que era entonce ~argento primero de artillería de la Re¡.níbltca, y que cuando Sámano llegaba á Quilichao, estt: criminal le había dado el denuncio, y este fue el motivo para que se perdie en; que por <.: tos y los demás crímenes se empeña en favor de la justicia para que no se use de benignidad con él. En el quinto dice: que teniendo 1a brig01da de artillería suma es­casez de oficiales, y que los pocos que hay están destinado á la campa­fia de Barbacoas, y no teniendo uno que se encargue del puc to de la Buenaventura, puesto que el Tenien.e Gobernador de Raposo que ha cuidado de él todo este tiempo, tiene otras arendencias en su destino y las constante:. rec1amacion~.:s de sn relevo, se ve en 1::~. preci­sión de hacerlo pre::.entc, para pinosa, d~ Cartago, fecha r6 del corriente, en que comunica haber entregado la Visita de Rentas al Comisionado propicta- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~40 BOLE1.'ÍN MILITAR rio Manuel José Castrillón, con todos los conocimientos que ha adq I­rido en virtud de mi orden, y papeles cr~ados en la materia; y que ha comenzado á obrar en la Comisión, y que le avise si sigue en la Secre­taría. Se recibió oficio del Comisionado José Castrillón: en que comu­nica haber llegado á Cartago á consecuencia de mi orden comunicada por la Secretaría, y que ha comenzado á obrar, segtín el mérito que prestan los dccumentos entregados por el Comisionado interino, y que necesita le libre yo el título correspondiente. Que me digne corrobo­rar el título hecho por mi antecesor en el ciudad ano Cayetano Espino­sa. Con fecha 19 del presente remite el Juez mayor de Buga, Agustín Bernardo Santocoloma, en una carga de costales, 32 varas jerga abrigo y una pieza que dice contiene, según su ancaje, 45 varas, y 500 pesos de Ramírez, que todo conduce el ciudadano Joaquín Pei1a y Plaza; que ha­biéndolo verificado se le entregó al Proveedor Pedro Ospina, que hace de Comisario de guerra, interinamente, y se le mandó dar recibo. A las cua­tro de la tarde de este día llegó á ésta el Ten icnte Coronel M urguei­tio á convalecer u salud, quedando en su lugar ocupando el puesto el Capitán Custodio Gutiérrez. Día 21-Se recibió, con oficio de 20 del corriente, el expediente original sobre la averiguaci6n de los deudores á la renta de diezm0s, con la razón certificada del N otario de ella, dirigido por el Juez mayor de Cali, en virtud de mi orden de 1 5 del presente. Con fecha 19 del presente me comunica el Comandante del campo de El Palo, Capitán Custodio GutJérrez, por conducto del Jefe de Estado Mayor, haber llegado el día antes allí, y héchose cargo de él y su fuerza, quedando impuesto de todo; remi e un estado de fu~rza, arma~, mnn1ciones, ca­ballería y monturas que ha recibido del Comanclante Murgueitio; que no ha ocurrido novedad y que piensa seguir al día siguiente á Matarre­donda á traer un ganado que hay y que se dice pertenece al español enemigo Perdereles, con 6o hombres. Que le diga de d6nde echa mano para las carnes, por no haberlas en aquel campo, en caso de haber el dicho ganado. Pide le r~mita cuatro ó cinco cuadernillos de papel. Que á más de las dos compañías de caballería se han agregado 1 5 hom­bres más, sin armas y á pie, y que le avise lo que deba hacer con éstos y los má~ que se le presenten. Que siguieron á las doce del día los dos pliegos que le remitieron para La Plata, y que le mande sal por no ha­berla por allí. En este día ha eguido el Capitán Martínez á hacerse cargo del cuarto Escuadrón de caballería que está destacado en El Palo y bajo las órdenes del Comandante Gutiérrez. Día 22-Se contestó al Visitador general de Rentas, Manuel José Castrillón, el oficio de 16 del corriente, en que se le dice queda impuesto el Gobierno de su llegada á Cartago á consecuencia de la orden que se le comunicó, y de haber recibido del ciudadano Cayetano Espinosa, Comisionado interino, todos los documentos y demás perte­neciente á la Visita; en cuyo concepto está y debe seguir obrando, sir­viéndole de título dicho oficio, ínterin las circunstancias permiten ha­cerlo en forma. Se le encarga la más pronta ejecución de los asuntos de rentas en Cartago, y se venga cuanto antes á Cali, de donde podrá dar impulso á las de lo · demft s 1 ugarcs, que están en el rnayor trast r­no. Que por no estar impuesto de si la Visita general debe tener un Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'ÍN MILITAR 441 Secretario para actuar, ó lo deba hacer con los Escribanos públicos de cada lugar, como cosas de oficio, no ratifica el nombramiento que hizo el Sr. Gobernador Obando en el ciudadano Cayetano Espinosa, pero que, sin embargo, puede seguir éste en clase de primer Oficial de la Tesorería general de esa Provincia. Que, considerando colectado el re­partimiento que se hizo á los vecinos de Cartago, remita ese dipero y el demás que haya en la Tesorería, pidiendo á ese Juez mayor el auxi­lio que necesite para la custodia de esa remisión. Se contestó al ciuda­dano Cayetano Rspinosa su oficio de I 6 del corriente, aprobando la entrega de documentos y órdenes concernientes á la Comisión ó Visita general de Rentas, que obtuvo interinamente, al Comisionado propie­tario Manuel José Castrillón, quien se impondrá del destino á que se ocupa. Se ofició al ciudadano Luis Espinosa que supuesto haberse res­catado la imprenta y ser él el impresor que la m:.~ncja, se ponga en este lugar, en el más breve término, a hacerse cargo de ella, y que para su transporte lo auxiliará aquel Juez mayor, á quien se le oficia en la mis­ma fecha. Se le ofició en este día al Juez mayor de Cartago que fran­quee todos los auxilios que necesite el ciudadano Luis .Espinosa para su transporte á ésta. Se le ofició al J ucz mayor de Cal i, previniéndole haga que en el término de la di tancia se.; presente en este Cuartel el Presbítero Juan José García, á quien se le ha nombrado Capellán del tercer Escuadrón de caballería de línea .. Se le acusó recibo al Juez mayor de Buga, del oficio de 20 del corriente con que remite al mu­lato Leandro y condujo Fernando Cárdenas, diciéndole haberlo des­tinado al servicio de la armas; y que representando otro Leandro y ha­biéndose presentado otros esclavos á tomar el mismo servicio n virtud de los bandos publicados, han sido devueltos á sus amo~; que no se cree, pero que en caso de ejecutarse, sería este procedimiento del todo criminal, así por la desorganización de las órdenes superiores, como por privar á la República de esos brazos en el tiempo que más los necesita, y por el perjuicio que á ellos se les sigue en la manumisión que les está declarada y consiguen por ese medio, y sobre el particular se to­marán las medidas que dicte la prudencia. (Continúa) JOsÉ CONCHA 1 •••• ~. SECCION DOCTBIN AL NOJ?.MA Y :CIREOOION DEL TIRO DE LA ARTILLERIA EN CAMPA A según las Le~ons d'a,·tillerie de E. Girardin. (Continuación) Tiro [usan te normal sobre blanco fijo Sábese que en el tiro fusante la trayectoria media que procu­r.:~. el máximum efecto es la que pasa por el blanco, y que el punto medio de explosi<ín debe quedar á la altura tipo que convenga al proyectil y al género de tiro de que se trate. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 442 DOLE1.'ÍN MILITAR i) Tiro en fortificaciones-En ~ te caso la trayectoria me ia que pasa por el blanco se obtiene tr,ls un reglaje previo y comple­to, realizado por medio del tiro percutante. Despué de hallar la tenaza estrec:ha (4 desvíos probable ), se coloca el tiro en el cen­tro y se modifica el alz1 conforme á los resultados del tiro de con­junto, de suerte que se obteno-an tanto disparos cortos como lar­gos; así encontrada la alza del blanco, se monta el cohete de suerte que corresponda con la di tancia y se procede á reglar la altura de la explosión del proyectil. Si el blanco está al descubierto se hace pasar la trayectoria media por el pie de aquél; si se muestra abrigado se la hace pasar por la cresta de la masa protectora; des pué , en ciertos caso , se aumenta el ángulo de tiro, de 5 hasta ro minutos, antes de mon­tar el cohete. Este realzamiento de la trayectoria es necesario sobre todo en el tiro p1rabólico con ángulos inferiores á 20° y con shrapnrles de haz ligeramente hueca, para. evitar que la masa protectora detenga los proyectiles de la nda inferior. j) Tiro de camprdía- En el tiro de campaña con shrapnel no pue~e buscarse el alza del blanco ante de montar el cohete, porque es esenci~l obtener en el menor término posible la mayor eficacia del fuego. Por tal razón hay que limitar e á buscar apri a una te­naza amplia, siempre la de 100 metro , salvo á las distancias me­dianas y pequeñas, cuando es fácil la observación, pues entonce!' la tenaza se pone de 200. Como alza de ensayo se toma la del medio de dicha tenaza, que corresponde á 8 desvíos probables prácticos en las distancias ordinarias de combate, y se divide la hatería, es decir, dos secciones (centro y una ala) montan el cohete y reglan sin demora la altura de la explosión. Entre tanto el capitán, con la sección del ala que continúa disparando con espoleta percutante (sección !(UÍa), verifica el alza de ensayo, adopta en seguida la alza probable del blanco (como en el percutante sobre blanco fijo), es decir, la de la tenaza mínima (so metros), y aun la mejora mediante un tiro de conjunto si lo cree conveniente, como cuando se dispara contra artillería enemiga. Así que se encuentre el alza probable del blanco, las seccio­ne fusantes, que in cesar se reglan sobre la percutante, es decir, á cada disparo emplean el alza del momento que da aquella sección, la utilizan sin demora y en concordancia con ella gradúan el cohete para aprovechar el beneficio del reglaje. A su turno la sec­ción ercutante pa ·a á er fusante cuando lo cree oportuno el ca­pitán. Entonces este último manda repartir el juego, fija el alza y envía una ráfaga de proyectiles en fuego rápido (tantos tiros por pieza). En el caso en que la maniobra y la observación dt:! los di p~1- ros ean fáciles, puede suceder que convenga dividir la batería de de el principio del tiro; al contrari , en e pecial cuando la ob­servación es difícil, puede el capitán no practicar tal separacíón y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 443 encargarse él mismo de la graduación del cohet'!. Con frecuencia importa, antes d e ejecutar el fue o-o rápido enviar al enemigo una l d . . b ' sa va e repartiCIÓn, que p e rmite ver i el cohete está bien regla-do y si el fu ego está bien repartido sobre el objetivo. Sábese que á las distancias medias de combate una gra- AB=trayectoria media nada de metralla aislada (de 9omm), bate eficazmente una profundidad de 200 metros por unos 30 de anchura (hg. adjunta), en tanto que en una serie de disparos esa pro­fundidad u be a 300 metros. En consecuencia la tenaza de roo metros (y aun la de 300 metros *), en medio de la cual se establece el blanco para principiar el tiro fu . an- -~ te, ya produce efecto ensible, bien que el máximum de éste corresponda al caso en que la ---- trayectoria media pase por el ----- blanco, lo que ju tifica la pos- xoo -¡oo-terior busca del alza probable d el blanco y, eventualmente, su me­jora empl("ando tiros de conjunto á fin de obtener la alza real del blanco. límite ]argo B' o M límite corto B 1 1 ¡ tenaza de 100 l metros ¡ 4mm dcalza 1 : Es fácil darse cuenta de las variaciones de la eficacia del tiro según la posición del blanco en la tenaza amplia de roo me­tros ó en la menor de 50 metros entre By B'. Sábese que 100 metros corresponden á uno; 4mm de alza, 50 metros á 2, y 25 á I; por consiguiente el alza de ensayo (centro de la tenaza de I oo metros), expresada en función del alza real del blanco h, varía de h+2mm á h-2mm p ,t · ando por h: conforme á lo resultado de los experimento la eficacia corre pondiente va­ría de 28 á 36 filas atravesadas pa ando por el máximum que e 46. Igualm'!nte el alza probable del blanco (centro de la tenaza de 50 metros), varÍa de lz + Im m á lz - l mm pasando por lz, según }a posición del blanco entre By B', y la eficacia cambia de 42 á 43 • En el hrapnel de mont nñ ~ b cifra es menor. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 444 BOLETIN MILITAR pasando por el mismo max1mum de 46 filas atravesadas á 2,200 metros (22 á 4-,ooo). tenaza de 50 metros B' límite largo 1 1 1 1 1 1 ! 1 ;o M 1 1 1 1 1 1 1 B límite corto zii'Dm de alza l) Reglaje del cohete. Para reglar el cohete ó mecha de la es­poleta de tiempo, es preciso atender á la altura y al intervalo de la explosión, y á los medios para levantar ó bajar el punto medio de la explosión, ó sea para colocar ésta á la altura tipo del proyectil •. Los puntos de expl sión de los proyectile en el aire están sometido á las misma leyes de dispersión que sus puntos de caída en el suelo. La di per ión proviene de los desvíos accidentales que pueden producirse en la inflamación y combustic>n del cohete, y en segundo lugar de los que resultan de la divergencia misma de las trayt.ctoria ; en Ja práctica esta ultima causa es nula compara­da con la otra. El cohete, variable en su acción con el alcance, figura en las tablas de tiro y en las alzas de los cañones, pero su regulación en cada sesión de fuego se itupone por las razones siguientes: 1.\ las condiciones de combustión Je los cohetes, en un día dado, no son identicas á la condiciones medias de 1 s experimentos en vir­tud de lo cuales se construyeron las tablas de tiro; 2.8 , la veloci­dad de e mbustión del cohete puede variar por culpa de la fabri­cación; 3:, una gran densidad del aire, la sequedad de éste, el viento soplando de frente pueden activar la ignición del cohete. En el reglaje del cohete es ventajoso, si no indispensable, em­plear cohetes de la misma duración en tiempo. Toca ahora indicar los principios conforme á los cuales se ve­rifica el reglaje del cohete. La experiencia enseña que en la granada francesa fusante la diíerencia probable en tiempo (duración de la ignición) es de~~ de segundo. Sea E el punto medio de explosión ó la altura tipo de 1 0 4 ,, n' sobre la trayectoria media _ll,f EC; sabido es que en el tiro directo el trayecto Ec corre ponde á cosa de -/'0 de segundo. To­mando el ~~ de dicha longitud y llevándola cuatro veces sobre y cuatro debajo del punto E, obre la trayectoria, se obtienen aproxi- • Lám•\se altur~ lipo 1111 valor a ugula1· que con e~; po ude á una altnra ('. presada e~ 1~1etro y varfa eun la distan c i il. Bl asunto scr · d e los prnp tt ilc ·-( L. D. ) . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 445 madamente las ocho zonas de dispersión de los golpes fusantes, cada una de las cuales equivale á /o de segundo. Zona de tiros muy altos • . • . . • • • . . • • • . • . . . . . .••... 1. 5 • • . • . • . . . • . . • . . . • . • • • . • • . . • • . . . 7 Zona de tiros alto···· · ··16 • • • • • • • • • • . . • • • • • . • • • • • . . • • • • • . • • • • . 2 5 •••.• . •••..••• 2 5 Zona ele tiros bajos········ 16 b ..• .•• . . . . ........... 7 Llámanse bajos los proyectiles que estallan á menor altura que el punto E en la zona Ec y tienen por lo mismo :J.ltura menor que la tipo. Percutantes , los que lo hacen en la zona cd suroniendo pro­longada la trayectoria bajo el suelo. Altos, los que lo hacen sobre el punto E, en la zona Ep, me­nor que el valor de do3 alturas tipo. En fin, muy altos son los que estallan á más de dos alturas tipo, ó sea sobre p. Esto sentado, si los dos primeros disparos tirados con cohete reglado resultan percutantes, hay motivo para creer que el punto medio de explosión, en un tiro prolongado, quedaría bajo Ja super­ficie del suelo, en la zona e d y aun más bajo, lo que justifica la re­gla de "disminuír la duración del cohete en 1' 0 '' para remontar la explosión y acercarla al punto E. La inversa se impone si los dos primeros disparos resultaron muy altos. En tesis general, "una variación de r'o de segundo corres­ponde, término medio, en 4 disparos al cambio de sentido en el desvío del tiro por relación á la altura tipo," y "cuando una serie de +disparos da tantas explosiones altas como bajas, puede mirarse el cohete como reglado." La justificación de estas sencillas reglas resulta del examen de la escala de dispersión de los tiros fusantes. Según el Manual de tiro de campaña, de acuerdo con los ex­\> erimentos de polígono, el reglaje del cohete puede lograrse tan solo con dos series de dos disparos. En seguida la duración se au­menta (ó disminuye): / o tras 2 tiros altos (ó percutantes); lo des­pués de uno muy altor uno alto (ó uno percutante y uno bajo); 1 2 0 - tras dos altos (ó bajos); lo al estallar uno alto (bajo) y otro á la altura deseada. Después de modificar así la duración del cohete si la serie disparada en seguida provoca una nueva c0rrección en sentido contrario, igual ó superior á su valor absoluto, se adopta definitivamente un valor intermedio entre las dos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 446 BOLETÍN MILIT A.R . Con la altura ~ipo ( 1 , / 0- 0 ) adoptada para el shrapnel en el tiro dtrecto, un ... fuego bten grad~d~ no debe dar sino disparos fu­san~ es, y estos cortos por anadtdura, porque si la explosión se venfica s0bre el bla~co no pr~duciría resultado alguno . .En efecto, entonces el proyecttl marchana sobre una trayectoria media pero larg~ de ~ás en ~o á roo metros (4mm de alza ó 15' de ángulo), á las dtstanctas medtas de combate, y se sabe que siendo h el alza del b.lanc?, la alza ~ +.4 mm n? cor~esponde en un fuego prolongado s1no a una eficacta tgual a 4, s1endo 46 la del máximo. Si no pro­duce efecto la granada de balas en el caso anterior mucho menos lo producirá un disparo fusante largo. , -- i5 minuto · (nreo) + 100 ms. Si el blanco se pre enta al descubierto, la altura de la explo­sión se cuenta á partir de su pie; si e ~ tá abrigado por una trin­chera, á partir de la cresta de esta última. OBRE EL EJÉRCITO ALE IÁN (Continuación) El tiro Vamos ahora á pa ar á uno de lo puntos más importantes de la instrucción del soldado de infante ría: el tiro al blanco. En reíilidad, los ejercicios de tiro duran todo el año en el ejército alemán. No obstante, como durante el verano es, sobre todo, cuando reciben su impul o más activo, parece que su estudio corresponde más naturalmente al período mencionado. Estos ejer­cicios son objeto de la más constante atención y se conducen en todas partes con una actividad y metodo extraordinarios. De nin­gún modo exagero al decir que en realidad preceden á todos los demás y que éstos se arreglan según aquéllos para no entorpecer nunca su marcha regular. También se procura no interrumpirlos jamás durante mucho tiempo, para evitar que el soldado no olvide de una á otra lección la instrucción que ha recibido y las obser­vaciones que se le han hecho, hasta el punto de que aun en pleno invierno con-10° de frío, las tropas van al t:iro al blanco. Como la enseñanza del tiro está dirigida en todo el Ejército de una manera perfectamente uniforme, nos bastará examinar el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 447 modo como las cosas pasan en un cuerpo de la Guardia, con h observación, sin embargo, de que éste, como en general todas }a¡ tropas estacionadas en las grandes ciudades, se encuentra desde este punto de vista en las peores condiciones. Porque sin hablar de los inconvenientes que impone un servicio de guarnición más recar­gado, ca~i siempre el campo de tiro e. tá situado en tal caso muy lejos del cuartel, de donde resultan pérdidas de tiempo y una gran fatiga para los hombres, circunstancias desfavorables para la eje­cución del ti ro. A pesar de esto, los regimientos de Berlín están de tal ma­nera acostumbrados á e tas largas marchas, que la obligación de andar cada día cuatro y aun siete verstas * para ir al tiro al blanco, parece una pura bagatela. Hay además muchos coroneles y capitanes que consideran este alejamiento del campo de tiro como una cosa muy conve­niente. Prett-nden que el tiro se efectúa así en las condiciones más próximas á la realidad del tiempo de guerra, puesto que el soldado no empieza á tirar, sino despues de h':iber llevado la mochila du­rante una hora ú hora y media, y añaden que este paseo mili­tar cuotidiano de dos ó tres horas constituye un excelente ejerci­cio de marcha. En general, respecto á este punto, como en todos los demás, aparece en el ejército alemán ese e fuerzo constante de no hacer ni enseñar nada que no pueda ser de una utilidad directa en la guerra. Todos los oficiales no piensan más que en preparar sus hom­bres para desempeñar el papel que pueda incumbirles en el cam­po de batalla, y despliegan, p:tra alcanzar este fin, todas sus fuer-zas é inteligencia. · Nada lo prueba mejor que el cuidado que se pone en la ins­trucción del tiro, y los mismos procedimientos á que se recurre para darla á la tropa. Alguna vez he tenido ocasión de visitar los campos de tiro durante el ejercicio, y siempre me ha impresionado vivamente el celo y la atención extremos de que eran objeto cada tirador y cada disparo. Nunca tira más que uno cada vez, y el capitán en persona está siempre allí para guiarles y darles sus consejo~, tratando, por todos los medios posible.s, de desarrollar entre sus subordinados no sólo la ciencia, sino también el gusto del tiro. En caso de ausencia otro oficial de la compañía ocupa su puesto. 'Todos los campos de tiro de la guarnición de Berlín están muy lejos de la ciudad, salvo el del 2. 0 regimiento de granaderos de la guardia, Emperador Francisco, que se encuentra en la barria­da inmediata al .cuartel. Los demás regimientos no tienen menos de una hora ú h0ra y media de marcha que hacer para encontrar- • La ver ta e igual á 1,067 metros, 6 sea poco más de un kilómetro. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 448 BOLETÍN i\IILITAR se en el terreno, particularmente el regimiento de fusileros de la guardia, el peor dotado á este re pecto, pues u campo de tiro, situado cerca de la Tegel, está lo menos á una milla alemana (7,500 metro ) de su cuartel. Estos campos de tiro presentan todos la misma disposición general. Se;;ún los reglamentos, un regimiento de tre5 batallones debe disponer de nueve líneas de tiro, de las cuales dos son de 6oo me­tros, tres de 400 y cuatro de 300. Se comprende que las circuns­tancias locales no permiten siempre la realiz<3ción de este deside­ratum, y que bajo este concepto Jos campo de tiro difieren poco u no· ~e otro . En todas las partes donde es posible darles mayor longitud, se hace desde luego; pero no se admite tengan menos de 6oo metros. Como consecuencia del desarrollo de la agricultura en Ale­mania, con frecuencia e muy dif1cil encontrar terreno convenien­te , sobre todo en la cerctalles de ejecución de los div, en el poseedor del arma y entre todos los asistentes al acto. Si un fu il parece realmente malo, se recurre al caballete. El oficial hace algunos disparos, y después de haber determinado la naturaleza de lo~ defectos, indica al soldado sobre qué detalle debe ante todo poner su atención cuando se sirva de esta arma, ó bien, si es necesario, le da orden de en viaria al armero. De cual­quier modo que sea, no p9r eso deja el oficial de resolver definitiva­mente la cuestión, y los soldados ven en él siempre y en todos los casos una autoridad ante la cual les es preciso inclinarse. Lo que contribuye ad~más al mismo resultado es el celo ex­tremo con el que los oficiales se ocupan en la instrucción del tiro. Los hombres se di ponen por grupos de á cinco y se colocan en hilera uno detrás del ~Jtro; el primero carga, apunta y tira. Du­rante este tiempo el oficial se mantiene cerca de él, siguiendo todos sus movimientos, rectificando su posición y dándole con­sejos apropiados á su carácter particular, que siempre conoce perfectamente. Hecho el disparo, el tirador permanece en su pues­to hasta yue el marcador le haya indicado el punto herido por su bala. Dando entonces un paso al costad da cuenta en alta voz al instructor: "El soldado N. ha tirado á tal punto y ha dado en tal otro." Después aquél se dirige á su pu esto á la cola del grupo, y así sucesivamente hasta que cada uno haya tirado el número de balas fijado para aquel . día. No lejos de allí un sargento, sentado cer­ca de una mesilla, guarecido, si se nece~ ita, bajo un inmenso para- · guas de tela, inscribe cada bala tirada en el libro de tiro de la compañía. Además, la misma anotación se hace en la libreta de tiro que tiene en su poder cada soldado, con cuya inspección puede éste saber en todo instante cómo tira, sobre qué punto le es preciso particularmente poner su atención y qué condiciones le quedan aún por atisfacer para pasar á la clase superior ó para terminar lo ejercicios de la que forma parte. Se exige que todo soldado conozca siempre perlcctamente en qué situación se en­cuentra respecto al tiro, y ocurre con frecuencia que un superior, al encontrar un soldado en la calle, le dirige de pronto una pre­gunta sobre este asunto. Entonce. está obligado á dar las indica­ciones más detalladas sobre todo l que heme dicho anteriormente. Se concede gran i11"portancia á que el tirador sepa perfecta­mente reconocer sobre qué punto del blanco estaba dirigida su arma en el momento mismo de efectuar el disparo. Y preciso es confesar que nada es más propio para apreciar y comprobar el tiro, tanto para el mi m o tirador como para el instructor-( Continúa) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOLETÍN MILI1.'AR 453 SOBRE EL UNIFORME MILITAR l Continuación) Cuarta cualidad-Preservar de los agentes morbosos externos. f?¿uinta cualidad-No entorpecer las funciones fisiológicas. Para cumplir con las condiciones impuestas por estas cuali­dades, es necesario examinar, siguiera sea sucintamente, cuáles son las causas de enfermedades que la higiene puede combatir por me­dio del vestido, y cuáles son los órganos más expuestos á ellas. La temperatura, la luz y la humedad influyen poderosamente sobre la superficie del cuerpo humano, y sobre los órganos en ella colocados. La temperatura influye por su elevación ó por su depresión, siendo tan pernicioso al cuerpo humano el excesivo frío, y mucho más i por transición repentina se pasa de una alta temperatura á una baja, pudiendo llegar no ólo á alterar la econom1a de los teji­dos externo·, in o á dPsorganizarlos totalmente y á causar lesiones graves en órgano internos importantísimos. A precaver el efecto de los cambios repentinos de temperatu­ra, ó á contrarrestar el que pudiera producir la influencia constan­te de temperatura anormal, se dirige la higiene al dictar las leyes á que e 1 vestido debe someter·e. El cuerpo del hombre, cuya temperatura de unos 3í0 es casi uniforme en todos los puntos del globo, tiende á equilibrar su ca­lórico, producido en su mayor parte por las reaccione químicas á que dan lugar las funciones respiratorias con el del medio en que se le coloque, por radia ·ión dd calor propio si la temperatura e& más baja, ó por ab orción del extraño, si es más alta; para evitar ambo extremo irve d ve tido, y erá mejor cuanto mayor su eficacia para conseguirlo. Pero es necesario tener en cuenta que la piel que cu hrc la periferia del cuerpo hu mano tiene eiialadas en la ~conomía funciones depuratoria g u e no Jeben ser contrariadas. E 1 vestido debe con ti tuír, por tanto, una e pecie de pantalla que conserve Jentro de límites conveniente la temperatura de la capa atmosférica inmediata al cuerpo y en circunstancias higro­métricas favorable., facilitando la normal exhalación y absorción que al travé Jel dcrmi y la epidermis se efectúan. Para Í11ve. tigar cuáles de las materia tl'xtiles que se ~uelen emplear en el traje d~ 1 horn br~, son las más provechosas, se han hecho diversos experimentos, partiendo siempre de que las más fa­vorables serían d~.:sJc el punto de vista calordico la meno con­ductoras, y desJe el higromc..trico las que mejor abs rban la hume­dad del ambiente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 454 BOLETÍN MILIT.At.R De las del doctor Coulier (médico militar francés) resulta que por su poder radiante las t~las siguientes están colocadas de más á menos en el orden en que se citan: 1. a Tela de algodón para forros. 2.a Tela de cáñamo para forros. 3·" Tela de algodón para camisas. 4.• Paño azul oscuro. 5· • Paño encarnado para pantalón. 6.a Paño azul claro para capote. El poder absorbente con relación á los rayos del sol, da el que á continuación se expresa, también de más á menos. 1. a Paño azul claro para capote. 2. a Paño encarnado para pantalón. 3·a Paño azul oscuro. 4·a Tela de cáñamo ':rudo. 5· a 're la de algodón para forros. 6. a Tela de algodón para camisas. Hammond en 1863, en Filadelfia, obtuvo respecto al poder radiante la colocación siguiente: 1 .• Algodón para camisas. 2.a Tela de cáñamo. 3.• Franela blanca. 4.• Paño azul oscuro. 5.• Paño azul claro. El c.:>lor influye también en el poder absorbente, como lo de­muestran los experimentos de Franklin, Davy, y más reciente­mente los de Stark en Edimburgo, condensados en el cuadro que sigue: Poder absorbente de los color es con relación á los rayos del sol I.0 Negro; 2. 0 Azul oscuro; 3.0 Azul claro pardo; 4. 0 Ver­de; 5. 0 Púrpura; 6~ Encarnado grana; ¡.0 Amarillo; 8. 0 Blanco El médico militar Hermant dice que para hacer subir un termómetro envuelto en telas de lana de 10° á 70° han sido nece­sarios, cuando estaban teñidas de negro, 4'; grana, 5'30; verde, 5'; blanco, 8' Sobreponiendo unas telas á otras, se ha visto que es mayor el poder absorbente de lana sobre algodón, que el de algodón sobre lana. De e;;tos datos se deduce la consecuencia de que los tejidos de lana son muy buenos para proteger el frío, porque impide que se pierda en la atm ós fera el calor del cu erpo, favoreciendo la absorción del solar, y qu e, por el contrario, los tejidos de al~odón son eficaces contra el calor, pues permiten más radiación á la par Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'ÍN MILITAR 455 que moderan la infl u encía de los rayos del sol, y en cuanto á los colores, que los oscuros son ventajosos en las lanas y los claros en el algodón. Patente se n uestra aquí la conveniencia de dos trajes para el soldado, uno para tierra cálida y otro para clima frío. En un país, en que la temperatura varíe desde + 1 o 0 hasta 35° no e-. razona­ble exigir de un traje que proteja con igual fortuna contra las dos. La razón económica, que á primera vista parece oponerse á que se haga un vestido de lana para el frío, y uno de algodón para el calor, no lo es en realidad; pues siendo mucho más barato el se­gundo que el primero se ganaría la diferencia de precio entre uno y otro, por el mayor tiempo que durarían; y si hoy, por ejemplo, en cuatro años se consumen dos capotes de paño, enronces se gas­tarían, en el mismo plazo, un capote y la prenda de algodón con que se le su tituya en verano ó tierra cálida. Pero si esto no puede hacerse, no cabe duda en la elección, y es preferible adoptar, para tod tiempo, el traje de lana. Los efectos del frío son mucho más perjudiciales que los del calor para la economía, en cuanto á la defensa que el tr .. tje pueda proporcio­nar. El frío mata directamente sólo por ser frío, y el calor, si bien s cierto que tam hién mata, no produce e te efecto, aun cuando indefen a y sin cubierta alguna s11fra la piel los ardores del sol; el calor produce la rarefacción del aire y la muerte, ó por asfixia por falta de oxígeno para el desempeño d~ la fun ione. re piratorias, ó por congestión cerebral i la cabeza sufre sus rayos, ó por viciar la atmósfera, ó por otras causas en que el vestido es de ninguna importancia, si se exceptúa lo que á la cabeza se refiere, en que vuelve á recobrarla, porque tratándose de esta parte del hombre, puede y debe prestar efica7. ayuda á su reparo. De las condiciones higrométricas resta tratar, y en este pun­to, como se ve en el adjunto cuadro, también está la ventaja de parte de los tejidos de lana: CANTIDADES DE AGUA QUE ABSORBEN DIFERENTES CLASES DE TELAS Dt•signación de las telas Jlumed~td Hum4'
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

Compartir este contenido

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 147

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Análisis de las interacciones entre personajes inmigrantes/extranjeros y nacionales/autóctonos en la ficción televisiva española

Análisis de las interacciones entre personajes inmigrantes/extranjeros y nacionales/autóctonos en la ficción televisiva española

Por: Juan José Igartua | Fecha: 27/10/2014

En el presente artículo se muestran los resultados de una investigación en la que se analizó una muestra de programas de ficción nacional televisiva española emitida en horario prime time, en el que se observaron las interacciones que se daban entre los personajes inmigrantes y los nacionales. Para ello se realizó un estudio de análisis de contenido de las 282 interacciones detectadas entre personajes inmigrantes/extranjeros y nacionales/autóctonos. Así, se comprobó que el mayor número de relaciones que se establecían entre los personajes inmigrantes/extranjeros se producían en un entorno laboral. Además, se observó que los personajes inmigrantes/extranjeros apenas hablaban sobre sus sentimientos y no eran escuchados por los autóctonos/nacionales cuando lo hacían. No obstante, sí que eran más numerosas las interacciones en las que expresaban opiniones y estas eran más atendidas por los personajes autóctonos/nacionales. Estudiar cómo se relacionan los personajes inmigrantes con los nacionales en la ficción nacional es de suma importancia, ya que diversas investigaciones recientes realizadas sobre el denominado contacto mediático (Müller, 2009; Park, 2012) han indicado que las interacciones parasociales complementan las interacciones interpersonales.
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

Análisis de las interacciones entre personajes inmigrantes/extranjeros y nacionales/autóctonos en la ficción televisiva española

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  El encuadre de las controversias tecnoambientales: La construcción mediática del "Conflicto de las papeleras"

El encuadre de las controversias tecnoambientales: La construcción mediática del "Conflicto de las papeleras"

Por: Andrés Wursten | Fecha: 26/06/2014

El artículo adopta la teoría del framing para abordar la construcción mediática de la controversia tecnoambiental vigente entre Argentina y Uruguay, suscitada a raíz de la instalación de una planta productora de pasta de celulosa en inmediaciones de la localidad uruguaya de Fray Bentos. El análisis está centrado en las respectivas coberturas realizadas por dos medios de prensa gráfica argentinos -los diarios Clarín y Página 12- en tres etapas clave de la evolución del conflicto. Un corpus conformado por un total de 1004 artículos fue examinado mediante un protocolo de registro elaborado en base a instrumentos previamente probados, destinado a observar cuantitativamente la incidencia de cinco frames establecidos a priori: a) ambiental; b) científico-técnico; c) político-jurídico; d) social; e) de causas-consecuencias económicas. La evidencia indica que, por amplia mayoría, los medios analizados representaron la controversia en términos político-jurídicos, opacando drásticamente su origen ambiental y las discrepancias de índole científica y técnica involucradas en su raíz y desarrollo. En el artículo se discuten algunos resultados de la experiencia, como así también las limitaciones y posibilidades de extender la tipología de encuadres aquí ensayada a otras coberturas mediáticas de situaciones semejantes, con independencia de su objeto específico.
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

El encuadre de las controversias tecnoambientales: La construcción mediática del "Conflicto de las papeleras"

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Nuevas narrativas en Comunicación de Salud: El storytelling y la conquista emocional del paciente

Nuevas narrativas en Comunicación de Salud: El storytelling y la conquista emocional del paciente

Por: Alberto Pedro López-Hermida Russo | Fecha: 30/12/2013

Los avances logrados en las áreas de la Comunicación y la Salud han devenido en que el ciudadano tiene hoy, por un lado, acceso ilimitado a una cantidad insólita de información, mientras que, por otro, percibe la salud como un derecho muchas veces preventivo más que curativo. Los desafíos en este escenario son palpables: riesgos de identidad de pacientes, proliferación de información abiertamente perjudicial para la población y el surgimiento de un paciente que consulta al especialista a partir de datos y opiniones volcadas en la red. El storytelling, como relato que busca conquistar la atención del interlocutor, surge como instrumento de comunicación pública, ya utilizado en política, empresas comerciales y organizaciones de toda índole. Las instituciones vinculadas con el área de la Salud no son una excepción, tal como parece evidenciar una aproximación a la estrategia comunicacional de Clínica Mayo y un análisis cualitativo de una de sus historias.
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

Nuevas narrativas en Comunicación de Salud: El storytelling y la conquista emocional del paciente

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Cobertura periodística del cambio climático en el portal web de la Universidad del Zulia

Cobertura periodística del cambio climático en el portal web de la Universidad del Zulia

Por: Karina Fuenmayor | Fecha: 14/05/2013

El artículo describe la manera como la Universidad del Zulia asume la comunicación institucional y la divulgación de su producción científica, a través del portal Web: LUZ-Web, Agencia de Noticias (LUZ/ADN), como medio de comunicación que favorece el tratamiento y la difusión del periodismo científico. El objetivo general consistió en examinar la cobertura periodística del cambio climático en el portal web de la Universidad del Zulia, mediante el análisis de contenido de noticias de estos tópicos, guardados en su repositorio del ciberespacio. Los resultados evidenciaron una comunicación universitaria consustanciada con el periodismo científico como parte de la difusión del quehacer de la institución, la cual registró ciento setenta y cinco informaciones sobre ciencia y tecnología publicadas entre junio de 2009 y septiembre de 2012, entre ellas veinticuatro vinculadas directa o indirectamente con el cambio climático, sin embargo, hay preeminencia de otros contenidos sobre la universidad y la academia en relación a los mensajes sobre la producción intelectual realizada en la institución, razón por la cual se concluye que las diversas actividades del acontecer universitario, tales como la docencia, investigación y extensión, forman parte de manera desigual del universo comunicacional que se difunde y divulga por medio de la Web LUZ/ADN. 
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

Cobertura periodística del cambio climático en el portal web de la Universidad del Zulia

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  El framing en las noticias sobre las cumbres del cambio climático en la televisión española

El framing en las noticias sobre las cumbres del cambio climático en la televisión española

Por: Juan Carlos Aguila Coghlan | Fecha: 14/05/2013

El Grupo de Investigación MDCS de la Universidad Complutense de Madrid, ha analizado la cobertura televisiva en España de las noticias sobre las cumbres del Cambio Climático desarrolladas en Cancún y Durban. Se realizó un análisis de contenido de 309 noticias a través de un protocolo diseñado especialmente. Se hace referencia al framing de las noticias, al marco social y al marco cognitivo de los formatos mediáticos. La información obtenida se procesó utilizando el programa estadístico SPSS. Se presenta una comparación entre las frecuencias de algunas de las variables de las noticias analizadas de ambas cumbres.Principales conclusiones: La cobertura televisiva de las cumbres del Cambio Climático es exigua y en disminución en España; las agencias internacionales de noticias fijan la agenda de los canales; se identifican a lo menos dos formas de framing; se traslada la responsabilidad de la solución al sistema de comunicación y a los políticos, los que muestran cada vez menos interés por el tema, arrastrando consigo a su vez, a los medios de comunicación.
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

El framing en las noticias sobre las cumbres del cambio climático en la televisión española

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  La organización. Espacio de la construcción simbólica de la diferencia sexual

La organización. Espacio de la construcción simbólica de la diferencia sexual

Por: Antonio Zarur Osorio | Fecha: 10/12/2012

El presente trabajo está realizado desde la perspectiva de género dentro de los estudios organizacionales. El género es utilizado en las ciencias sociales como categoría de análisis con una acepción específica: la construcción simbólica cultural de la diferencia sexual. Esta construcción simbólica cultural, establece lo masculino y lo femenino; lo “público” espacio donde se encuentra el trabajo remunerado, la educación e imputado a los hombres, y lo  “privado” donde se encuentra el trabajo doméstico, la maternidad y que es atribuido a las mujeres. Esta construcción simbólica cultural entra al mundo organizacional, pero las interacciones, producto de la práctica administrativa, pueden modificar esta identidad de género.  Es necesario señalar que este artículo es parte de una investigación más general, realizada bajo una metodología cualitativa  donde se ha optado por las historias de vida de mujeres administradoras, en puestos de decisión dentro de las organizaciones. Pero todo trabajo de investigación requiere una reflexión teórica. El presente artículo corresponde a la reflexión teórica y expone algunos elementos para entender la categoría  género,  la organización y algunos elementos para un posible entendimiento del  género dentro de la organización y la posibilidad de resignificación de la identidad de género. 
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

La organización. Espacio de la construcción simbólica de la diferencia sexual

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Desarrollo Regional y Pymes innovadoras

Desarrollo Regional y Pymes innovadoras

Por: Ignasi Brunet Icart | Fecha: 17/11/2012

El artículo plantea que el análisis de los factores y del contexto institucional es un campo adecuado para la contribución de la sociología al estudio del desarrollo. Concretamente, se destaca que en la actualidad, para el desarrollo, se identifican tres factores claves relacionados con sus respectivas dimensiones institucionales. Primero, la estructura industrial y empresarial local, y en especial, la cambiante relación entre pymes locales y grandes empresas de orientación internacional. Segundo, la generación, distribución y aplicación de conocimiento, con una atención preferente al desarrollo y aplicación de los conocimientos tecnológicos en el tejido empresarial y productivo, dentro del enfoque de sistemas de innovación tanto a nivel nacional, como subnacional (regional y local). Tercero, el papel de las instituciones públicas a la hora de crear condiciones y bienes públicos para la competitividad. Los argumentos se ilustran con ejemplos de bienes colectivos de competitividad local (BCCL) en tres regiones industriales españolas con una marcada presencia de PYMES. 
Fuente: Universidad del Rosario - Disertaciones Formatos de contenido: Artículos
  • Temas:
  • Otros

Compartir este contenido

Desarrollo Regional y Pymes innovadoras

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Compartir este contenido

La nueva diplomacia pública. [Reseña del libro Diplomacia Pública y Place Branding]

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

¿Deseas limpiar los términos de la búsqueda avanzada?

Vas a limpiar los términos que has aplicado hasta el momento para poder rehacer tu búsqueda.

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones