Por:
|
Fecha:
31/03/1900
AN01V Bogotá, Marzo 3 1 de 1900 SU M. 1« y 145
---··~---
ORGANO DEL MINI 'fERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO
DJUCTOil AD-HONOAEM, FRANOISOO J. VERSARA y V.
General, Miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros
Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefe• 7
Oft.ciales del Ejército de la República
OFif~IAI.
(26 DI! FEBR.2RO)
por el cual se abren varios créditos •uplementales al Presupuesto de Gastos tlel .Wiftiaterio
de Guerra correapoodiente al bienio de 1899 y 19oe
El PrnitltnU "' la Repú/J/ittt
En uso de la atribución que le confiere el arde ulo 121 de la C•astituci6n,
y
CONSIDERANDO
Que por razón de la guerra y de la organización consiguiente e~
un numeroso Ejército como el que hoy mantiene la República, el a -
mento de los gastos ha sido proporcional, y son insuficientes las partidas
sefialadas á varios Capítulos del Presupuesto de 1899 y 1900, y
Que el Consejo de Ministros ha determinado la apertura de loe
créditos suplementales de que se tratará en seguida,
OECR~TA
Artículo único. Abreose al Presupuesto de Gastos del Minietcrie·
de Guerra, correspondiente al bienio de J 899 y 1900, los siguiente~
~réditos suplcmentales:
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETíN Hl.LITAB
VIGENCIA DB 1 899 Y 1900
rJ~jJartament6 de Guerra-Capítulo 40-Ministtrio de Guerra- Material
Art. 293. Para gastos de escritorio y aseo del Minis-terio.
. . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . • . . . . . • • - .... $
C apítul(/ 41 -Ejército de la República-Penonal
Art. 294. Para el gasto que ocasione el personal del
Ejército . . . . . . . . . . . .. ....................... .
Art. 29 5. Para personal de E s tados Mayores, Auditorías,
Parques y demás empleados administrativos del
Ejército ........ . ...•...•.... . ...............•
Capítulo 42 - Ejército de l a República- Material
Art. 296. Para arrendamicn to y reraración de e uar-f.
OOO
7.000,000
1.200,000
teles y parques.... . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ioo,ooo
Art. 297. Para compra de armamento y municiones. to.ooo,ooo
Art. 298. Para gastos de vestuario, equipo y menaje,
escritorio, alumbrado y lavado, empaques, transportes, co-misiones,
mobiliario, pastajes y otros gas tos cau~ados por
la fuerza pública. . . . . . . . . . . . . • . . • . • • . • . . . . . . . . . . 1 o .ooo,ooo
Capítulo 43-Marina de Guerr.:z-Personal y material
Art. 299. Sueldos de los empleados de las cañ0neras
La P1pa, Boyacá, General Nariño, Cruuro Córdoba y de
las demás embarcaciones que se juzguen necesarias para
las costas de la República... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5oo,ooo
A~t. ,3?0- Para provisiones de personal, combustibles
y demas uttles...... . . . . . . . . • . . . . • . . . . . . • . . • . . . . . Joo,ooo
Capítulo 44-Hospitales militarts-J1tateria/
Art. 302. Para los gastos de ropa, muebles, enseres,
medicamentos, escritorio, a] umbrado, etc .............. . 170,000
Capítulo 45-Gnstos varios
Art. 305. Para gasto~ imprevistos de este Ministerio. 6o,ooo
Suma.... . . . ...••..•.... $ 29·334,000
\ Por el Ministerio de Guerra se dará cuenta de este Decreto al
Congreso en sus próximas sesiones, de acuerdo con el artículo 6.e de la
Ley 19 de 1894.
Dado en Tena, Departamento de Cundinamarca, á 26 de Febrero
ele 1900.
MANUEL A. SANCLEMENTE
El Ministro de Gobierno, RAFAEL M. PALACio-El Ministro de
Hacienda, CARLos CALDERÓN-El Ministro de Guerra, Jos:R SANTosEl
Ministro del Tesoro, MARGELIANO VARGAs-El Ministro de Instrucci6n
Pública, MARCO F. Sv.Á1taz.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN JdiLITAk 355
SE~;ciON DOCrrBINAL
TABLAS UE TIRO
Con el nombre de tablas d~ tire se designan unas tabl..ts uuméricas,
de doble entrada, que dan los elementos dd tiro para cada
boca de fuego y para cada género de tiro de la pieza en referencia.
A la cabeza de las tablac: figuran las indicaciones concernientes al
pesfl de la carga ó cantidad de pólvora necesaria para el disparo, el
peso del proyectil, la velocidad inicial, e~ decir, la con que el proyectil
sale del caiión, y el ángulo de altura, porque el conocimiento
de esos elementos es indispensable para reglar el tiro.
Cuanto al cuadro, contiene una serie de columnas que de ordinario
se disponen en el orden siguiente: I . 0 Aleonas ó distancias,
de I oo en 1 oo metros; 2.0 Alzas, expre aJa en milímetros;
3. 0 Desvíos, expresados en la misma unidad y que juntos con lo
anteriores permiten obtener en cada caso la línea de mira correspondiente
á un alcance dado; 4·u .Angula de t;ro, para obtener los
mismos alcances ó distancias cuando en vez de alza e apunta con
el nivel de puntería; 5.0 Angulo de caída, correspondiente á los diversos
ángulos de tiro, para así determinar la forma de las dos ramas
de la trayectoria; Ó. 0 Yelocidades restantes, que indican la fuerza
de traslación que el proyectil ha perdido en cada aistancia por
la resistencia del aire; 7. 0 Duración del trayato, en segundos;
8.0 Desvzos de los proyectilu, ósea el número de metros que ellos se
alejan á la derecha de la prolongación del eje de la pieza en cada alcance;
9.• Flechas máximas de la trayectoria, ósea la altura máxima
á que el proyectil pasa sobre el plano del cañón en cada caso y corresponde
al punto de unión de las Jos ramas de la trayectoria; ro. 0 ,
11.0 y 12.o Duvíos probables en alcance, dirección y altura para
las correcciones de la puntería, y 1 3· '? y 1 4· 0 Zonas peligrosas, para
la caballena y la infantería, ósea el número de metros en que antes
del blanco el proyectil pasa á tal altura del suelo que alcanza á
herir un jinete ó un hombre de pie que esté colocado en el plano
vertical del tiro. Estos di ver os datos permiten efectuar el tiro del
cañón en toda circunstancia con perfecto conocimiento de causa.
Otras tablas dan los mismos elementos no ya para el tiro diruto ó
con carga normal, sino con cargas variables con el alcance por argumento.
Al reprvducir en seguida las tablas de tiro de los cañones que
constituyen nuestra artillería de montaña, naturalmente principiaremos
por las del Bange, por constituír éste el material regular, ya
que )os otros sistemas en uso apenas pueden mirarse como auxiliares~
ó 5ea como material irregular.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
CAÑON BANGE-TABLA PRIMERA
Tiro directo: carga 400 gramos de pólvora: C 1 -peso del proyectil 5.605; vel cirtatl
inicial, ~51 (Comisión de Bourges, Diciembre de 1879)
Aogulo de altnra, 40'
o ~ ANGULOS ~ ~... P&l B.ABLBI ZONA P&
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800 26.0 J .O 3.0 1 3.55 2351 3 . 3 1.7 H 9.0 O 4- 0.6 69 51 1
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1,600 58.0 2.0 6.35 8 . lCJ215 6 .5 53 51 92 1.1 13
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1,100 68.o 2.0 7.4:) 9 . a5 210 7.6 6.8 68 9.4 1 5 1.5
1,800 73 . 5 2.0 8.20 10.20 21<1 8 .0 7 .7 77 9 5 1 7 l. 7
1,900 79.0 2.5 9.0 Il-5 210 8.5 8 7 87 9.6 1.9 1.9
2,ooo 84 o 2. 6 9.3.5 11.50 ~o 9 .o 9.8 9~ 9 .8 2 1 2.1 21 u
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2.200 96.0 3.0 10.60 13.30 20.:> 10.1 12 1 122 10.2 2.7 2.5
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2.400 108.0 3.5 12.15 15~ 10 200 11.2 14.8, 1 ·1 9 10.8 3.4 2 .9
2500 114.5 3.5 12.55 16 ~ 200 11.8 16.4.1164 11.1 3.8 3.2 1
, 1
2 600 121.5 3.5 18.40 17.0 195 12 4 18 2 11 180 11.5 4.2 8.5
~ ~·700 128. 5 4.0 14.25 18.0 195 13.0 20. 1 198 120 4.7 38 12 9
2:800¡ 136 6 4 .0 15.10 19.0 195 13 .6 22 1 218 ¡2.5 52 4-.2
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
DOLE'I'ÍN MILITAR 357 " .
1
} TA.EL.A.. SEG-LT~D.A..
ro COR carga mediana: cuga, ok300 de pólvora C¡ -Peso d~l proyectil, sk6os
Velocidad inicial, 216 (Comiaión de Bourgea, Diciembre de 1879)
hgulo de elevacion o altura, 35'
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1,600 92.0 1 3 5 10.25 12.20
1,700 99.5¡ 3.5 11.15 13 20
1,600 107.5 4.0 12.0.5 14.25
1,900 115 5 4 o 13.0 15.35
2,ú00 124.0 4.5 13.55 16.45
1851 .4 lOA·
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9.0 11.8
1801 9.6 13.3
175, 10.3 14- .9
175 11.0 16.7
1
2,1 01) 133.0
2,200 142.5
2,300 152.5
2,4oo 162 5
2,500 173.5
2,600 185.5
2.700 1985
2,800 213.0
2,900 228 5
3 , 000 246 o
3,100
3,200
3,300
4 5 14 .• 55 1 17.55
5.0 , 15 .55 19.10
5 . 5 1 16.5{) 20 30
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6.0 19.10 1 23.25
6 5 20.20 1 25.0
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8.0 23 .5 28.30
9.0 1 2-t-.;~.'i 30.25
10.0 26 . 10 32.35
11 5 28.5 1 35.0
13 5 30.30 1 38.0
17.5 33.55 42.15
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175 11.7 18.7
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274 19.6
305 20.8
339 22.2
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
358 BOLETÍN lrHLlTAR
T.A.::SL.A... TE.R..OEJR..A-Carga
de tiro reducid(\: o ka. :r.oo gn. de pólvora Ca - Peso del pro yectil, 5 i.1 . 'os Velocidad
inicial, 172 (Comiaión de Bourgea, Diciembre dt 1879)
Angulo de aUura 30'
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400 29.5 1.0 3. 25 4.0 165 2.4 1.2 8 13 . 2 0.4 08 80 70
600 38.6 1.5 4.25 5.0 165 3.0 1.8 l:l 13 .41 0.6 1.1 65 .50
600 47 . 5 2.0 6.25 6.5 160 3. 7 2.5 17 13. 6 1 0.8 1.4 45 32
700 57 . 0 2.0 6.30 7.15 160 4.3 3.3 23 13.91 l. O 1.7 40 36
800 66.5 2.5 7.35 8.25 155 5.0 4 .2 30 14.2 1.2 2. 1 301 20
900 76.5 3 8.40 9.40 155 5.7 5.3 38 1461 1.5 2.5 25 JO
1,000 86.5 8.5 9.50 11.0 155 6.3 6.6 48 15. 1 1.8 2.9 20 16
1,100 97 .0 4.0 11.0 12 20 150 7.0 8 .1 59 15.6 2.1 3.4 19 ¡ 15
1,200 108.0 4.0, 12.15 13.45 150 7. 7 9.8 71 16 2 25 4.0 18 14
1,300 120.0 4 . 5 13.30 1 15.20 150 8.5 11.6 85 ¡ 16. 8 2.9 4.7 17 u
1,400 132.5 1 5 1 1+.50 17 .0 14.5 9.3 13.5 101 17.5 3.4 5.5 16 12
1,500 146 o 5 .. 5, 16 15 1 18.45 145 10.1 15.6 120 18.3 4.0 8.4 15 11
160.0 1 1
1,600 6.0 17.45 20 35 145 10.9 18 .0 Hl 19.3 4.7¡ 7. 4 Hl ]~ 1,700 176.0 6 .5 19 .21J I 2:l.35 140 11.8 20 .9 164 20.4¡ 6.5 8.6 12
1,800 192 5 7.5 21.5 24 .45 140 12.7 24. 5 191 21.7 6.4 10.1 11
1,900 211.5 8.5 22.55 27.10 140 13.7 29 .0 222 1 23.3 7.4 12.0 10
2,000 283.0 9.5 , 25 .0 29 .45 135 14.8 34.6 2561 25.2 8 .7 14.3 9
2,100 ..... 11.01 'J.7.25 32.45 18.') 16 .0 41.9 300 27.6 10.3 17.5 8 ··~ 2,200 ...... 14 o 30.35 36.30 135 17.6162.9 356 30.8 12 5 22.5 7
2,300 ...... 21.0 35.30 42.10 130 19.8 78.0 452 36.7 16.5 32.5 6
2,400 ...... ... , ...... ... . .. . .. ... . ..
1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
'
'BOLBTfif KlLITAK
T ..A.. EL .A. OU .A .R. T .A..
COMPAftAClÓN DE LOS ELEMt:NTOS PRINCIPALES D~ L-.s ANTBiliOlll!la
{
400 gramo& Velocidad inicial, ~17. Aogulo de elevación, 4-0'
Cargas 300 gramos. Velocidad inicial, 216. Angulo de elevación, 35'
200 hramo • Velocidacl inicial, 172. Angulo de elevación, ~o·
,;, o
~ t.: (,) ~ DESVÍOS .., cz: .., =: 11 ÁNGULOS (,) ;... (,)
PROBABL~S :z; . -o w < • < ~ a: . ,J , e: (,) o w Metros ~ ,J -~ 1 < e ... Q ~ o ~ zt: ,J ~ " e cz~ w < :z;
~ o
~ Q ,J >< ~al '()
(,) < :..::l
Q 1 .. -< (,) ü ~
Cal - .. ~ 1 < < w z o ~ ::a ., :z; (,) " -o-c ~E ~ ::::» Q (,) o o Q e~ - d < e w :z: .... 1 ..8 " (,) cz: .. .., ~~ ;:: < (,) z ~ ~ -4) :!: .... ,J Q ,J
Wl ~~ ~ ~ (,) o< ~~ ~~ ~ ~
~ N lll ,J ~ ~(/) ,J Q ,J r.;¡ Cal Cal w w ,J :z; z :r;
(,) ~ Q Q Q > Q Q c.. Cal rol w --- --- ----- --- --- -- --- -- -- -- -- --
1
0.0 M 100 0 .0 0.0 1
0.25 255 0.4 0.1 1 8.9 0.1 0.1
m ...... 00 0.0 00 0.35 215 0.45 0.1 1 10.5 o 1 0.2
m ...... 4.0 0.5 0.25 1.0 170 0.6 0.1 1 12.9 0.1 02
M so o 13 5 0.5 1.35 2.20 240 2.0 0.8 6 89 02 0.3
m ······ 22 o 1.0 2.30 3.5 205 2.4 1.2 7 10.5 0.5 0.6
m ······ 38.5 1.5 4.25 5.0 165 8.0 1.8 12 13.4 0 .6 1 1
M ~·:~~~~ 35.0 1.01 4.0 5.0 230 42 2.5 22 9.0 0.6 0.8
Jll 52.0 2.0 5.55 6 50 195 4.9 -l-.1 30 11.1 1.1 1.3 .,. 86 .• 5 2.() 9 . .50 11.0 155 6.3 6.6 48 15.1 1.8 2.~
M 2,000 84.0 2.5 9.35 11.50 2051 9.0 9.8 98 9.8 2.1 2.1
m ...... 124.0 4.5 13.55 16.45 175 ] 1.0 ~6.7 140 14.6 38 4.5
m ...... 233.U 9.5 25.0 29.45 135 14.8 34.6 256 25.2 8.7 Ht.3
M 3,000 151.0 45 16.45121.10 190 149 26.5 261 13.6 6.5 5.2
m ..... 246.0 10.0 ~~~~-~ ~::~.~ 160 19.4 53.8 422 25.7 12.8 16.9
m ...... ... , .. ... . ...... ... ... . .. . .. . ..
M 4,000 266.5 10 5 28.5 35.3.5 ~.~o~~~:~ .. 74.0 620 24.8 19.0 17.7
m
1
, ..... ...... . .. ...... . ...... ... ... . .. . .. . ..
m ...... ... .. ... ...... ······ ... . ..... ... ... ... ... . ..
• M, carga múima ó normal; m, carga median a; m, carga mfnima a6n efleas
NoTA--Esta tabla permite elegir r'pidamente, en cada caso, la oarga eoa•
enieote, y por ende los elementos del fuego cuando se trate del tiro en eondieiea•
.determinadas.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
TABLA.. QUIN"T.A..
TABLA DE LA C.UA CAIL, ó SEA LA CASA CONSTRUCTORA
Pese del proyectil, 6 kilogramos; catga de pólvora, 400; velocidad iuicial, 2.).5 cott
pólvora negra, 265 con pólvora sin humo r
1 1
..
~
~
1
= u
z
-e
u
...:¡
~
500
1,ooo !
t,socJ
2,0001
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3,000
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4,000
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..
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~ ~
1 3· 5 1.30
35·0 4
ss.o 6.30
8f·5 9·3°
1 If·S J 3·0
151 .o 16.45
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z66.5 28
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e :z: .. ... lklg c..
rol V A RIACIÓlf DE ;:·~ - ¡...
100 MTe. :t.lf ~ ~ ll;=:: c.: ALCANCE
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~ Q"' "' ..; Q)l: OB•ERVACIÓN
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0.5 2.0 f.O 0.30 1 o.o ~ ~-¡; ~ ¿, ·- :Q (.) > (,) ce ~.e cr. \0 u¡
l. O .:f-.20 4·50 o 30 5·0 :0 ~ b 'll-~
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5·5° 0 ·45
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3·5 1 1.8o 6.so 0.45 2.0 ~:_o.,u~~
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4·5 I.f.·9° l. O 1.5 ~ 8 ca :O •1"'4 ·¡:
- ....... "' e: G) !t.o ¡l. S
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6.s t8.6o,II.O 41 s > "' 41 ~ -<11
~ g .,~ >-.3 ~
10.5 23.10 16.o 1.30, 1.0 ~-;; ~ ].ql zo.sl 30-30,25.0 2.0 1.0 _ 41 S "'¡:_
~
OONVERSION de minutos 6 segundos sexagesimales en decimales
y viceveTsa ( 60 : 1000)
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BóLK'l'fr. MlLtTAR 361
T ABL.A SEl~TA
Comparación del tiro con cañ6n de 80 m. de camp11ña que usa el m;smo pruyectil,
tJUe el de montaña tiundo en éste con carga llormal ( 400 gs.), y en el otro con normal
(lk.SOO) y reducida (400 gs.)
f-4 <
o 1
• ÁNGULOS ~ ~ ~ oesvtos
PROBABLES!
Metros
.. e z ~ ~
g o ------ ~ ~ ¡:; -<: "' e U) Q e := ~ cj < ~ ----z--
:= :E Q Q .., ~ -~ ~ 'G <
Cll ~ 1 ... < ... 7. o -< - ;::¡¡ "' z u e:.: lli!IS 1 en · Qo -o-o cno o~ IU :::>
~~ U) .e ~ ~ ü~ tj~~~~~ ~e:!:;
~::E ~ 1 ;';; f-4 1 ~ 3::E ~~ ~::E ~~ < Q <
~ ~ ~ ¡:.¡ .... .... :::> ¡:.¡ ~ 7. z z
< < Q Q Q;;. Q ~'"' t:J ¡:.¡ ... --¡--- -- -----,--
600 4·0 l. O 2.55 :1 . 1 o 21 o 2 2 1.1 1 6 1 o 91 o. 1 o 6
1 1 ;3.;) O 5 1.30 2 20 NO 2 O 0 .0 6 8 9 0.2 0.3 ¡ -:.s ';; sj ;20 1
M5 7os 1-:; ;;-21 15 ;o ;1 ; 1
1,000 1);) 21.5 1 6.5 6.3.í 200 4 7 3.51 27 11.4 0.3 1.3
~ ~... 4 1 ~o .:_so 4_;o ::_s 32 ~o ~> ~8
16 0.5 ;10 1 1.50 360 2.4 o 7 1 7 8.0 0.2 0.3
1,500 135 4 o 9.35 10 40 190 7 4 8 o 1 6·1- 12. 3 0.6 2 3
~ ¿ ~3o
1
~~o .:_15 6~0 ~a ¿• ~2 ~l ~3
295 1.0 2.5 3.10 325 39 l.P J 17 82 0.4 05
81-.5 2.5 9.30 11.50 205 9.0 9 8 9~ 9 8 2.1 1 2.1
2,0tJ O 191-5 6 O 14AO 15.35 180 10 3 15 .0 122, 13 7 1.0 3 8
1
, ¡.; u¡ 3~1s ;so 7oo s~ ;1 -:;4
1
;5 ¡ ;;-7! ;;:;
1
2,5001267.0 8.5 18.25 21.30 174 13.4 25 4 210 15 .8 1.6 6.4-
114.5 3.5 13 165 20011.80 164 16411.1 38 3.2
63
8,000 866 5
151.0 1;;
25
12.5
45
3 .5
4.30
24. 35
16.45
5 55
280 7.2 7.6
6.501
29.20 170 17.7 43.4 2:.201 ~90 ~~ 2~5
9.0 266 9 o 12
~919~0
344118 .8
~1¡1~6
961 9.7
0.9 J. l.
2 4 10.5
6 5 5.2
1.3 1.5
• En carl:1 grupo de 3 cifras la marcada con un'-" corresponde sl cañ6n tle
moBtaña, la inferior lll de campaña con•carga notmal, y la superi"' á e te mi. mo con
la .:ar¡-a mínima. •
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62 DOLBT'Ú4 KILI,.A..lt
CUADRO COMPARATIVO
de los datos de tiro del alza y ele las tablas •
ALOA NCE !- -- ALZ ~ ! ANGULO DE TIRO
pieza
Metro11 Alza Tablaa
\
Alza de la Tablas 1
~-- --5oo¡--w --13.5 ~ --- - 1040· --1.30
1,000 1 37 1 35 1 4015' 4.
1,500 62 58 70 5' 6.30
2,000 90 84.51 10°15' 9.30
2,500 121.32 1145 , 13°4-7' 13.0
3,000 160. 3 151.2 17°50' li.45
• Los mi mos elatos figuran en las tabln para proyectil cle 5•600 y 6". Las cli·
ferenci:u: entre los datos del alza de la pieza y de las tablaa de tito, deben re oluue
experimental mt!nte. __ __ . ...__ _ _ PililZAS :EOTOEXIGS
. El cafi6n Hotchkiss, de montaña, es una pieza de tiro rápido, c¡ue
ranza granada perforante y bote de metralla. En el concurso abi~rto
por el Almirantazgo inglés con el fin de prnveer á la marina de una.
pieza ligera, fue aceptado por las siguientes razones: ser de retrocarga
y muy preciso hasta los 3,500 metros; comunicar al proyectil velocidad
inicial considerable; usar proyectiles de hierro ó acero, unidos á la carga
por medio de un cartucho; disparar, apuntando, por lo menos cinco
tiros por minuto; mínimo de retroceso volviendo las piezas á so sitio
después de disparadas; admitir manteleta, ó pieza de quita r pon para
resistir el fuego de fusilería, y escaso peso. Desgraciadamente el proyectil
pesa muy poco, pero podría emplearse mayor, disparándolo con .
p61 vora sin humo. Como puede construirse la pieza de mayor calibre,
$in que el pe5o llegue á 1 ooks, máximum de la carga normal de una
mula en nuestras montañas, usando el gatillo para disparar y lanzando
granadas hasta de sks., con estu condiciones sería una pieza de arti·
llería de montafia casi ideal.
El catión es de acero Withworth, flufdo, comprimido y templado
en aceite. Consta el cuerpo principal de un tubo y un manguito, con
su culata y muñones; únese el manguito al tubo por contracción, y
ambos estin sujetos con un anillo roscado para evitar todo movimiento:
~n este anillo va colocada la mira. El mecanismo para abrir y cerrar la
culata consiste en una cuña, movida horizont.almente por medio de una
palanca, á la vez sencilla y fuerte y que funciona con gran comodidad.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
OAftON BOTOHKISS DE KONT~ A
Tabla de Clro
C~alibre, 42 mm.; longitud de la línea de mira, 456 mm .; peso del proyectil. ftk.
880; carga, 17 5; pólvora, MC3o; velocidad inicial, -t-10 mb.¡ carga de pólvora
sin humo, 100; velocidctd inicial con (!sta, 500 ; presión máxima en la ncámara,
2 toneladas.
bgulo de alton, ~O'
c.Ofh
1
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1
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1~ o o .. o :S~ :gti oso ~H.~~ ..,.- :; -::s A ..
¡:U oo"' =- '3 ~Q) ~~ .. ::sa
2~ tw to~oS 1>1) ~lO .. :;- ... O'--
!!6 t:: ¡:d d Q) ... ~ ::s ... ~a ~M:::I
< < < < ""11 > · ~- ~ u-& --- -- --- ---- ---- -- --- ----- ·--
100 o. o 0.0 0.10 0. 0 388 0.3 0 .0 o. o
2110 os 02 o 22 ..... 869 06 00 00
800 1.8 0.14 0.84 ...... 862 0.9 o. o o. o
4tJO 34 O.'l6 0.46 ... ... 83'7 1.2 0.1 0.1
600 6.2 o 39 0.59 1.13 324 1.6 02 0.2
600 7.1 o 64 1.14 ...... 813 1.8 3 0.2
700 9 l 1.9 1.29 ....... 804 2.1 0.4 O. S
800 1 .2 1.26 1.46 ...... 2t5 14 0.5 O. S
~00 13 4 1.41 2 1 ....... 287 2.7 0.7 0.4
1,oot 16.8 1.69 2 . 19 8.0 280 3.0 0.9 0.4
1,100 18 3 2 .19 2.38 ...... 2'13 8 .4 }.1 0.6
1,200 20.\f 2 87 2 67 ...... 266 3.8 1.8 0.6
1,800 28.5 2. 6'7 3.17 ...... 260 4.2 1.& 0.6
1,40() 2t\.2 3.18 3.88 ...... 264 4.6 20 ().6 '
1,600 29.0 3 39 a 61* 6.26 248 5.0 ~.4 07
1,600 82 o 4 1 4.21 ...... 243 ISA 2.8 0. 8
1,700 86.0 4.24 4.44 ...... 238 58 83 0.9
1,800 88.1 4.47 67 ....... 238 6.3 3.9 1.0
1,900 41.3 6.11 5 S1 ..... 228 6.7 46 1.1
2000 44'7 6.37 6.67 8.38 228 7.2 6.2 12
1
2,100 48 3 63 6 23 ...... 218 7 6 6.9 1.3
2,200 62 o 6 31 6.5\ ...... 218 8 1 6.7 1.4
2,300 l>b 9 7.0 7.20 ....... 208 8.6 7.6 1.6
2,400 69.\J 7.29 7.49 12 3ó 203 9.1 8.6 1.6
~500 640 8.0 8.20 ...... 199 9.6 9.7 1.8
2,600 68 3 8.32 8.ó2 ...... 196 10.1 10.9 2.0
2,700 72.8 9. 6 9.26 ..... 191 10.6 12.2 2.1
2,800 7'1.6 9.41 !0.1 ...... 187 11.1 13.6 2.3
2,900 82 6 111. 16 10.36 ...... 183 11.'7 16.1 2.4
3,00U 87.6 10.6;-i 11.13 17.40 179 12.3 16.8 2.6
8,100 92.8 11.82 11.62 ······ 176 12.9 18.8 2.8
8,200 98.6 12.13 12.83 ...... 171 18 6 20.9 3.0
3,800 104 6 12 66 13.16 ······ 167 14.8 28 2 3.~
8,400 110 9 13. 42 14.2 ······ )6:{ 16.0 26.6 8.6
8,600 117.7 14.80 14. 60 24.20 169 16.'7 !8.3 3.8
ll,600 124.8 16 19 15 39 ····· 166 16.4 81.6 4.1
8,700 1!32.2 16.11 ló.81 ...... 163 17.1 849 4.6
3,800 140.41 17. & 17.26 ...... 160 17.9 39.0 4..9
~.900 148.8 18.4 1~.24 , ..... 146 18.7 43 6 6.4
4-,000 167.3 19.4 19.24 32.40 148 19.6 ~8.6 0.8
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
364: BOLB'l'ÍN KILITAR
P I E Z A
Calibre •••••.•••••
Longitud total. •....
Longitud del ánima ...
Número de rayas .••
Angulo de inclinación
de ]as rayas ..••••
Longitud de la líne.1
de mira ......... .
Pe o total. ...•....••
f2"' ..
1•17CS,
2 5 calibres.
10
PROYECTIL
Peso del cartucho.... 1 so gramos
Peso de la carga para
la granada . . . . . • • 17 5 íd.
Peso íd. bote de me-tralla..
. . • • • • . . .. . . 1 so íd.
Peso de la granada co-mún......
. . . • . • ok88o
Peso de bote de me -
tralla . .......... 1k28o
~ granada ..
Pec;o total b o te de
metralla ..
Peso total del cartu-cho
.... . .••.•..
Carga para la granada
común ........ .
Balas del bote de mc-trall
a .........••
1k210
okso
30
Longitud de la cureña. I m40
Peso de la cureña.... +tk
Peso de las dos ruedas.
Altura del eje de muñones
sobre el suelo.
Diámetro de las rue-das
• . •••••.....•
Longitud del eje .•••
VARIOS
Campo de tiro (verti-
1) {
elevación ...
ca d . , epres10n ...
Peso del cañón con
cureña • • ..... ..
Peso del avantrén ..•
Peso de las 4 cajillas ..
Peso de las íd. carga-das
(112 tiros) ..•.
Peso del avantrén car-gado
... . ........ .
Peso del cañón, avantrén,
etc. • . • . ..
Peso del arnés y basto
del cañón ...•.. . •
Peso que transporta la
mula de pieza .•••
Peso del arnés de la
mula de cureñas .•
Peso que transporta la
mula de cureñas ..
Peso del arnés de la
mula de c~jillas ....
Peso que transporta la
m u 1 a de cajillas,
inclusos 56 ti ros ...
56 k
1 S S •
IOOk.
t6k
I54k
375k
130k
~6k
J26k
Los cañones Witbworth son piezas de acero rayadas de modo especial
(hacia Ja derecha), de carga por la boca ó por la culata; las rayas,
en número de 6, tienen fondo formado por un arco de círculo tangente á
los costados, tc.mbién inclinados.
Aquí e:x:isten cationes de este sistema, de dos especies diferentes,.
aun cuando del mismo calibre, á saber: los de dos y media libras el proyectil
(tres libras corto), utilizables como piezas de montaña, y los de
tres libras y carga por la culata, que! p r u peso no pued~n servir sino
como artillería de campaña.
Los proyectiles son de dos especie ~ : u11o prismáticos, en su parte
posterior terminados por un e u lote ó cara plana, y en la anterior por
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:BOLETÍN KILITA.R 36~
una ojiva; otros, tronco-cónicoJ, terminados atrás por una ojiva trun.cada,
y adelante por una ojiva semejante á la de los anteriores. En ambos
la sección entre el culote y la ojiva delantera, siguiendo un plano
perpendicular al eje, es un polígono regular de seis lados con ángulos
redondeados; la su pcrficie lateral del proyectil resulta, pues, formada
por seis caras que corresponden á los flancos 6 lados de las seis rayas.
La base fllndamental del sistema consiste en que el metal es acero
comprimido por fuertes presiones en estado flufdo, el ánima de figura
exagonal y la recámara cerrada por un largo tornillo, que se enrosca
por medio de una anilla que hace las veces de cascabel: esto en las piezas
que se cargan por la boca. En las de retrocarga el cierre es una cufia
de tamaño considerable, que por medio de una cremallera corre de izquierda
á derecha y viceversa, trasversalmente al ánima, para descubrir
la recámara y permitir la carga, y 1 uégo cerrarla convenientemente.
Las piezas de carga por la boca, por su ligereza, largo alcance y
emplear granadas explosivas, son muy apreciables como artillería ligera
de montafia, á falta de piezas Hotchkiss.
ELE:MENTOS NUMÉRICO.
P 1 lE Z A
Calibre (diámetro entre dos paredes opuestas)
Diámetro entre dos rayas opuestas .•••.•.••.
'Número de rayas 6 planos ..•••....••.•••
Paso deJas rayas (constante) ....••...••.••
Longitud del ánima .......•.•.•••..•.••.•
Peso de la pieza ...•..•.•...•...•.••.•.•
e U R E ~ A
P d ) ñ ( . d ) { madera ...... .
eso e a cure a sm rue as hierro ........ .
Peso de las ruedas •.•••• . ..••.••••••••..•
Peso de la limonera ..•..........••••...•
Peso de la caja de municiones (con ellas) •...
Peso ciel avantrétt (con ruedas y cajas) .•.•.
Número de cargas que caben en la caja ..... .
PROYECTILES
Calibre ............••.••.•..•..•.•.....
Longitud de la granada (prismática) .••...•.•
Peso de la granada, inclusa la espoleta Du-mar<:'
St ...........•........•.•...•...
Peso de la carga interior de la granada •..••
B d IJ { Peso total .•...••.•....
ote e metra a Número de bala• .•....•
e A 1t. e A
2l libru 3 libras
(~ libras eorto)
+3 •• 59
...8-13
6
6Js·~~~
1m070
IJJk
i-7k 133k
1-f.+k
-f.Sk 90k
12k
-f.O k
220
20 1-0 (36
granadas, y + botes
de metralla)
1k190
fOgr
IkSS•
sogr
1kzoo
'%7 (9 capas)
Clase de pólvora .••• , • • • . . . • • • . . . • • • . • Ordinaria R. L. & de
taft6n Bouc hct, d•rll
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BOLB'l'Ü~ 111LIT.A.1l
Peao de la carga... . . . . . . . . . . . . . •....
Alcance máximo •••.•. . .... - •. . .......
Velocidad inicial . . . . . .... . ... . •....
Angulo de tiro del alcance máximo ...... .
1 sogr
•h400m
316m25
3 5°46'
OAÑON WITHWORTH
250gr
5,4oom
384m6o
37°5 1'
T.-bla de tiro del de do• y media libraM (3 libra• corto )
Veloeidad inicial. 300 metros
~------~----·----------~-----~--~--~------------~
1 1
~ t 1 IUE VIOS ó ERRORES
< i:í E 1 PROBABLE EN (metros
l ~ Q ~ ~ : 1 ~ Q ..J o
lA = = Q Q , ..., )1 ~ ~ 7
~ ~ ~ ~ :¡ ;;! ¡ ~ 1
~~ ~ ~8 ~ ~ e:~ ~-g ~~ 1 ~ '? <
7. z O'l ~= .:: .. - - ~ .... :: :.., ::S UJ !:: ~ ~ =::
.... :::l 1:> .... >"' <~ 1 .... < lol ;:) U :;::! N;::;l "' ~ t!l t!l r.:;a ¡o:(/) z;:a ~ <:! ..
~· ~ ~ 1 ~ ~ ~ ~ ~ 1 ~ ;; ~ -----------1-------
200 5, 7 2,9 0,21 0,36 O,t>4 0,6, 171,0 19,0 0,25 0,2
400 16,4 3,0 0,58 -- 1,40 ] ,3 89,0 19,b 0,55 0,4
6oo 26,2 3,2 1)37 . . 2,20 2,0 54,0 20,9 o,oo ¡ o,7
800 37,6 3,4 2,19 -- 3,00 2,7 37,5 21,8 1,301 1,1
1,000 49,5 3,7 3,03 3,46 4,00 3,5 27,5 22,9 1,70 1,5
1,200 62,3 4,2 3,50 -. 5,20 4,:.3 21,4 23,8 2,10 , 2,0
1,400 75,8 4,81 4,40 .. . 7,00 5,1 17,5124,8 2,60 2,6
1,600 90,6 5,4 5,34 . - 9,40 6,0 14~5 25,8 3,10 3,2
1,80Q 105,2 6,0 6,31 . . 12,00 6,9 12,4¡ 26,8 3,60 3,9
2,000 123,8 7,0 7,.'35
2,200 142,6 8,5 8,43
2,400 162,3 11,0 9,54
2,600 183,0 ] 4,0 11,08
2,800 205,6 17 ,o 12,28
9,54 15,00 7 9 1 10,41
1
27, 1
. . 19,00 8,9 9,0 28,8
. . 24,00 10,0 7,8129,8
. . 30,00 11 ,t) 6,9 30,8
. . 32,00 12,0 6,0 31,8
4,201 4,8
4,90 5,8
5,601 6,9
7,40 8,1
8,50 9,6
1 3,000 230,4 21,0 13,55 19, lo 43,00 13,5 5,3 32,8 9,80 11,2
3,200 270,6 26,0 15,32 . . üO,OO 14,9 4, 7 34,0 11,40 13,0
3,400 294,4 31,0 17,34 . . 75,00 16,51 4,1 , 35,5 13.:>0 15,4
3,600 337 ,8¡ 36,0 19,58 . . 93,00 18 3 3,9 38,0 . - . - . 17,5
3,800 386,51 43,0 22,34: . . ] 20,00 20,01 3,8 42,5 .... 20,0
4,000 447,2157,0 25,41 135,33 130,00
1
22,2 1 3,7 47,0 ..... 23,0
4,200 531,8¡ 29,461 . - . -.... . . . . . ....
4,400 570,0 35,46 . . . .... - .. - .. - . -.
NoTA-Los datos correspondientes á distancias intermedias entre
dos alcances consecutivos se obtienen por interpolación empleando una
simple proporción ó mejor las fórmulas que se hallarán más adelante.
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BOJ.BTÍN KILlTAB. 367
-rAOTIOA DE l'"OEOOS
EL TIRO nE METRALLA
En el tiro de metralla el bote que guarda las balas es roto por
el choque de los gases que produce la deflagración de la pólvora, y
los dichos proyectiles, golpeados entre sí y contra las paredes del
ánima del cañón, salen de é te con velocidades variable y di versos
ángulos de proyección. Por regla general las velocidades iniciales
son menores que las de la granada comun y shrapnel, porque
una gran parte de lo gases de la pólvora e escapa por lo
intersticios que se producen en el ánima, por lo cual no puede·
estimarse en más de 400 metros por segundo. Las trayectorias de
las balas, consideradas separadamente, forman, pues, un cono de dis- ·
persión: unas tocan inmediatamente el suelo y otras dan más allá
del punto de caída de las más. En todo caso, ese punto queda relativamente
cercano, porque lo ángulos de proyección son pequeño
y porque la resistencia del aire ejerce grande influencia sobre la
balas pequeñas, que en el presente caso tocan el suelo, siguiend
ángulos de escasa magnitud, rebotan del mismo modo y dan así
una serie de saltos ra ante ha ta agotar su fuerza viva.
El nÚTl'ero de balas del bote de metralla (93 para el Bange, 97
para el Withworth, 20 para el Hotcskiss) y su fuerza de percusión
son los dos factores de los cuales depende la eficacia de este tiro, en
el que naturalmente tiene superioridad la pieza de mayor carga
calibre. La naturaleza del suelo tan . bién ejerce una grande influencia
en el particular: firme, igual ó ligeramente inclinado,
favorece el rebote, en tanto que blando, ascendente ó desigual, le
es desfavorable.
La disper ión de la~ balas puede estimarse en el décimo de la
distancia y posee su máximum de eficacia entre los I 50 y los 300
metros. A partir de los I oo metros la dispersión de las balas es
bastante granrle para batir todas las piezas de una baterÍa establecida
en batal1a á distancias cerradas ; á más de 300 se aumenta de
tal modo, que ya no es posible obtener acción re:¡Jmente eficaz
sobre un espacio reducido, á que se agrega que la fuerza de percusión
que aún resta á las balas es muy pequeña. En fin, más allá
de los 400 de ordinario no es suficiente para poner fuera de combate
hombres y animales.
Además, por ser rasante la trayectoria de las balas, el tiro de
metralla no puede emplearse sino cuando se trata de batir un blanco
al descubierto, pero demanda menos precauciones á causa de la
gran dispersión de los proyectiles. El servicio de la boca de fuego
se abrevia: no hay que escobillonarla, la punterÍa no exige la misma
precisión y no hay espoleta que reglar, por Jo cual se distingue
por la rapidez que alcanza, y conviene, sobre todo, en la defensiva
contra un ataque brusco y cercano.
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368 BOLETÍN MILIT A.R.
El shrapnel, merced á su espoleta de tiempo, estalla á distancias
de 150 á 200 metros, y por lo mismo, en ciertos casos,
puede reemplazar ventajosamente el tiro de metralla; pero bueno
es recordar que el error que se comete en la puntería al apuntar
por el guión y la escotadura de mira antes cid blanco, en vez de
hacerlo sobre el pie de éste, puede producir fácilmente un falso
punto de caída, lo que haría nulo el efecto del disparo. Otro inconveniente
del shrapnel, es que á distancias inferiores á 200 metros
casi no produce efecto: en este caso no obrará sino como bala rasa.
Mas si se pudiera reglar el cohete de modo que el shrapnei estallara
en el acto en que sale tiel ánima, desaparecerían los dos inconvenientes
apuntados, y el bote de metralla podría suprimirse en las
municiones de la artillería de campaña.
Bien que el tiro de metralla sea el natural contra las sorpresas
ó ataques cercanos y pueda hacerse con gran rapidez, para que
produzca efecto es preciso hacerlo con gran calme~, pieza por pieza,
á la voz de los jefes de sección y de preferencia á la de los
jefes de pieza.
Para andar más aprisa basta apuntar la pieza dirigiendo la.
visual por la generatriz superior de la recámara. Teóricamente,
para obtener el máximum de efecto debería darse á la pieza el
ángulo necesario para que la trayectoria del centro del haz de balas
pase por el blanco; pero la experiencia demuestra que sin inconveniente
mayor, basta dirigir el eje de la pieza sobre el blanco,
y aun colocarla horizontalmente en la dirección del blanco, lo
cual depende de que si en este caso disminuye el número de imp~
etos dirutos, el de impactos por rebote aumenta de tal modo, que
hay compensación, y por lo tanto es posible un tiro rápido y dicaz,
cosa indispensable cuando se trata de rechazar un ataque inopinado.
Conviene, pues, tener presente corno regia general para el tire
de metralla con las piezas de que dispone la artillería de montaña,
que sus efectos son púco menos que nulos á más de 6oo metros;
que á la voz tiro de m etralla, todas las piezas, incluso las que estén
cargadas con granada, se dirigen sobre el blanco señalado y se colocan
poco más ó menos horizontalmente, y que para los disparos
siguientes no se vuelven á poner los cañones en batería y sólo se
revisa la puntería á la ligera, en dirección, para restablecerla é
can biarla, si hay tiempo, y si no la maniobra se reduce á introducir
el bote y la carga y disparar ; para recorrer 300 metros, por
ejemplo, un batallón que ataca emplea por Jo menos cinco minuto¡
en tierra quebrada (una falda), y en ese intervalo un cañón puede
lanzarle una docena de botes, ó sea un millar de balas, que de ordinario
bastarán para destrozar!.:> y contenerlo en su marcha ofensiva.
Cuando fuere posible apuntar la pieza, en este tiro se empleará
el alza así: para 200 metros, 5 milímetros; para 300 metros,
10 milímetros; para 400 metros, 20 milímetros; para 500
metros, 30 miJímetros, y para 6oo metro,, 50 milímctrot.
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BOLE'fÍN MILITAR 369
NO~MA Y DIREOOION
DEL TIRO DE LA ARTILLERIA EN CAMPAÑA
seg(í.t el Aide 111emoire des offici(;rS d'artillerie •
Preliminares- Para reglar el tiro se emplean todas las piezas
de la batería. Antes de l:omenzar el fuego se indica á lo~ jefes de
seccion, tan claramente como sea posible>, e] blanco que se trata
de batir, el género de tiro que habrá de emplearse, la distancia y
las correcciones que demanJen las circun tancias del momento.
El fuego se principia emp~eanc4o alcance inferior á la distancia
calculada, y tanto más cuanto menos probabilidades de exactitud
presen~e dicho cálculo; por regla general esa disminución
será de 2 0 0 metro .
El fuego se manda por el jefe, situado sobre el llaneo de la
batería, del Lt do del viento, á di ~ tancia que no haga imposible á
la tropa o í r su voz; el jefe ob rva la caí-.la de lo proyectiles sea
á la simple vi s ta, se: a con bi núculo á ser posi blc; si dispone de an.
teojo de batería no lo empleará sino en casos extremos y nunca
en los primeros disparos.
Tiro d e ensayo-Los di s paros se escalonan mandando que en
las pieza · se dé suce ivamente un nÚm.:!ro dado de vueltas de manivela,
en progre::,ión aritmética, hasta que se observe un error de
sentido contrario al del primero. De ordinario hacer aumentar el número
de dtchas vu e lt..~s, u na por una, cuando la distancia se calculó
inferior á 2,0::>0 metrus; de dos en dos vueltas, si se estimó entre
2,ooo y 4,000 metros, y de cuatro vueltas, si lo fue superior ~
4,000.
A partir del momento en que el blanco re ulte enmarcado
entre dos disparos, corto uno y largo el otro, estrechar el haz hasta
! de vuelta, disminuyendo progresivamente la amplitud de los movimientos
de la manivela; cada una de las nuevas modificaciones
será la mitad de la anterior. Transformar en milímetros las vueltas
de manivela que dieron disparo corto en el haz; modificar en
consecuencia el alza y tomar la que así se obtiene como alza de
ensayo. Cuando contra las previsiones, ó á causa de las circunstancias
locales que obligaron á reglar el tiro por medio de disparos
largos, el primero que se haga resulta largo, se acciona la m a ni vela
en el sentido más próximo, de acuerdo con lo antedicho .
Tiro de conjunto-Basar las modificaciones que se introduzcan
en el alza de en ayo, primero sobre la observación de una serie
de 6 disparos y en seguida sobre series de I 2 proyectiles. Para or-fll
Publicada en 188 3 y aún vigente. Las notas han sido arregladas por la Dirección,
y en próximo número ae msertará lo conducente del curso de la ~cuela de Versalles, pub
· icado el año pasado.
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370 BOLETÍN MILITAR
denar esas modificaciones tener pre ente que una va.riac10n de r
milímetro en el alza hace variar 2 sobre 6 el número de disparos
largos. Si se hace fuego sobre una l1r1ea delgada y descubierta se
tratará de obtener por mitad que lo tiros sean largos y cortos; si
fuese profunda ó cubierta, obtener ; de di paros cortos.
Funciones de l?s jifes de sección-Indicar claramente á los jefes
de pieza y á los sirvientes apuntadores el punto sobre el cual deben
apuntar y reglar el tiro; rc.;petir en alta voz las indicaciones del
capitán; a:segurarse de que l.ls pieza descansan sobre la cabeza del
tornillo de puntería, arrcglaJo a la distancia pre·crita; situar las
piezas, en cuanto sea posible, sobre un suelo firme y horizontal,
vigilando que de pues de cada disparo sean de nuevo puestas en
batena en el mismo ::;itio.
Verificar el alza; indicar la corrección necesaria cuando las
ruedas no que den al mi m o ni vd *; hacer jalonar (reperer) las piezas
después de la primera puntería; cuando Ja seccion está lista,
acercarse al capitan y mirarlo levantando la mano; ob ervar la dirección
de los disparos de la sección y ordenar las correcciones necesarias
al de v í o.
Tan luego como el capitán dé la orJen de repartir el fuego,
indicar la parte de objetivo que deben batir las pie&as de su sección;
ob ervar lo:s punto:, de caíJa y prescribir, si fuese preciso, las
modificaciones que necesita el alza, previo permiso del capitán, por
causa del viento *, altura, alcance, etc.
Blancos poco visibles-Si el btanco no fuere bien vi ible para
todos los apuntadores, tan solo se indica la dirección del tiro, señalando
para ello un punto que se vea pcrfectamen te, y las piezas se
apuntan con el nivel. Jalonar la puntena con el al&a y reglar ésta
en seguida, conforme queda dicho. En el caso en que no se encuentre
un satisfacrono 0bjeti vo auxiliar de puntena, se regula el
alcance con el nivel como si fuera con el alza, recordando que un
milímetro de alz<:~ corresponde á cinco minuto. de angulo, termino
medio, para todas las piezas de montaiia.
Cambio dt objettvo-El capitán prescribe el número de vueltas
de m a ni vela y la m o di ticación necesaria del alza para dirigir el
tiro sobre el nul'!vo objetivo.
Las piezas ya apuntadas sobre el blanco anterior se dirigen
sobre el nuevo sin cambiar el alza, y terminada que sea la punte-
• Para esto basta aplicar la siguiente regla práctica: mover el ojo de la planchuela
de desv10s hacia el lado de la rueda mas alta, un número de mihmetros igual al producto
de multiplicar la sexta parte del alza, valorada en cent1metros, por su inclinación (lateral)
medida en grados.
• La influencia de un viento que sople perpendicularmente á la línea de tiro seco·
rrige para cada cinco metros de velocidad, corriendo eJ. ojo de la planchuela de mira hacia
el lado de donde supla el viento, tantvs milímetros ó fracciones de mihmetros como kilÓ·
metros y fracciones njunto de la manivela para todas las
piezas.
Verificación dt los disparos -Para verificar un disparo se le repite;
si el segundo da un resultado del mismo signo que el primero
(-=corto; +=largo), se tiene éste como bien observado. Si
el segundo disp.1ro e de igno contrario al primero, se tira otras
dos veces con la mi · ma alza. Cuando sobre las cuatro observaciones
así hecha hay tres en un sentido y una en el contrario, se
tiene p r exacta la respalddda por las tre ; si hay do en un sentido
y dos en otro, se adopta como alza de en::,ayo el alza media que
Jos produjo.
Tiro fusante- El alza se regula como para el tiro percutan te,
y desde que se enmarca el blmco entre do · disparos que sólo difieran
media vuelta de manivela, el capitán ordena á una de las alas
continúe el tiro percutante, en tanto que la otras piezas se preparan
para arreglar la espoleta de lo shrapndes.
~l capitan prosigue la determin tción del haz de { de vuelta
de la m a ni vela con las piezas cargada , fija el alza y manda arre glar
la espoletas de tiempo: sobre una línea delgada se adopta el
alza del disparo corto del haz; sobre otra profunda la del disparo
largo. El cohete de la espoleta se arregla conforme al alza, siendo
de advertir que en el shrapnel Bange de 80111111 conviene disminuír
el cálculo de la duración del trayecto en cuatr.o décimos de segundo.
Para los disparos siguientes las piezas no vuelven á cargarse
sino cuando el capitán prescribe la nut.va graduación para el cohete.
Hace variar ésta, si fuere preciso, de dos en dos décimos de
segundo, hasta que se obtenga una serie de cuatro disparos que
contengan á la vez tiros fusantes y percutantes. En seguida se regla
el tiro de modo que se obtengan del tercio al cuarto de disparos
percutan tes, recordando que una variación de un décimo de segundo
hace variar el número de proyectiles que estallan por percusión
en cada cuatro disparos. Tirar en seguida una serie de ocho granadas
con el cohete así corregido, y cuando la serie sólo presenta
dos ó tres percutantes, el cohete e tá convenientemente arreglado.
La sección que hacía fuego percutante pasa entonces á hacerlo
fusante.
Sobre una línea delgada en un tiro fusante bien reglado, el número
de proyPctiles que estallen por percusión más acá del blanco
debe ser superior al de los que lo hagan más allá: si no se observa
esta proporción, se ejecuta una salva percutante para corregir el
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BOLETÍN .MILITAR 373
alza y paralelamente el cohete, recordando que cada un milímetro
más ó menos de alza corresponde, término medio, á un décimo de
segundo en la duración del trayecto del proyectil.
Para escalonar las alza en el tiro fu san te, ya determinadas
aquéllas por el percutan te, los jefes de sección ordenan que en cada
pieza se arregle el cohete de modo que corre ponda con su alza; el
ca pi tá n observa, como queda dicho, la re.lación entre el número de
disparos percutan tes y fusantes, y ordena las modificaciones de
conjunto que pueda nece itar el arreglo de las espoletas.
Para reglar el riro fusante directo se principia con una sola
alza corta y el cohete arreglado para ella; conservar el cohete y
modificar el alza para producir el estallido á la altura del blanco,
partiendo del hecho de que á distancias de r ,ooo, 2,ooo, 3,ooo metros
un octavo de vuelta de manivela modifica la altura en cosa de
r, 2, 3 metros.
Tan luego como un cohete ha dado origen <Í un disparo percutante
(corto ó largo), se modifica su graduación, y con la manivela
se corrige paralelamente el alza.
Las primera variacione del cohete y la maní vela serán
Cohete: o•6 1 8 2 2 4
M a ni vela: r vuelta 2 \'ueltas 4 vueltas
según que el tiro e haga á di tancias inferiore á 2,:::>:::>:::> metros,
La m;mivela empleada como instrumento de reglaje del tiro cxiae rle los oficialca
el perfecto conocimiento de la corresp ndcncia que existe entn: loa movimientos ele ella
el alza. el ángulo de tiro y la duración del trayecto) á fin de que puedan ciar las órdcnc;
del caso sin esfuerzo ele intcli.;cncia ó memoria, sino maquinalmente, por decirlo así.
MOVI t t F:!I:TOS DE AT,Z C:'>: IÁ.'OUf,() DJ DURACIÓN
DJFERP.:NCJAS DE ALCANC1
1'.: METROS
DEL 1-------~~-------
TillO TRAYECTO Ha.tn 2,500 De 2,500 ií
término medio 4,1100 metro!\
LA L\1'\lVELA .\lll.Í .\11 ~T lto~
r-----------1-------- ---·--1------ ---- -1'------
o S
1 vuelta ............ . 7·5 o. so 1.3 320 260
t ... ........ 3·S 0.25 0.4 200 ISO
* ............ 2 . 0.12 02 lOO 8o
* ········· .. o.6 0.1 so 40
2 ........... . J S 1.45 2.2
3 23 z . .¡.o 3·
4 ······· .. J2. 3·45 4·
5 40 4·35 4·7.::>
6 48 5·3° S·5°
7 ............ ~6 6.10 6.3
8 6s 7·2S 7·
Este Cll:'lrlro indica la cor¡cspondenci'l en el cañón de mootañr~ aunque con e"ca~a
aprox.im1ción, brer, que lnst~: 1·n la práctica. Debe observarse: ;ulemás, que el empleo de
la manivcl.t p<~ra vari:tr metódicamente la inclinación de las picz.1s 1 aun cuanrlo rápido y
cómodo, alarga las órdenes, necesita transformaciones de vueltas en mil! metros, gradoa 1 etc
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374 BOLETIN MILITAR
de 2,ooo á 4-,000 ó á más de 4,ooo. Cuando se observa un disparo
de signo contrario al de los anteriores, se aplica el procedtmiento
de los términos medios sucesivos hasta obtener un haz de 083 de
amplitud. Verificar en seguida los límites del haz y adoptar para
toda la batería el cohete y el alza del disparo corto.
Tiro sobre blanco móvil-Si el blanco está animado de escasa
velocidad se observa ésta y su dirección para determinar la cantidad
en que es preciso modificar el alza y el desvío, á fin de tomar
en cuenta el tiempo necesario para cargar, disparar y que el proyectil
llegue al blanco. Cada apuntador, después de dar el alza y el
desvío convenientemente calcubdo *, hace desplazar progresivamente
la pieza~ de manera que la línea de mira se dirija sobre
el punto al cual se ha de apuntar. A la voz tal pieza, el apuntador
se levanta y ocupa su puesto, lo mismo que el segundo sirviente
de la derecha; el primero de este lado coloca el estopín, y al mandato
fuego, dispara. En las otras piezas se corrige en el acto el desvío,
si es preciso, de acuerdo con la observación que se haga del
primer disparo, corriendo la plancheta sin sacar el alza de su canal,
y en seguida, cuando el apuntador se levante, se corrige el alza
por medio de la manivela. De esta suerte se siguen haciendo las
correcciones conforme atrás se dice para blanco fijo.
Ejecutado el primer reglaje, si el blanco se aproxima á la batería,
se dispara lentamente con la alza que dio el mejor disparo
corto hasta que resulte uno largo, en el cual momento ~e hace
fuego rápido hasta que no se obtengan sino disparos largos, pues
entonces se disminuye el alza (á la manivela), en I 50 á 250 metros,
se;ún la velocidad del blanco.
Si el blanco se aleja de la batería se dispara lentamente con
el alza que dio el mejor tiro largo y se manda fuego rápido en el
momento en que se presenta el primer tiro corto, pues entonces
se aumenta el alza en 150 á 250 metros, como en el caso anterior.
Cuanto á los errores en dirección, cuando el proyectil cae
sobre un punto que aún no ha alcanzado el blanco, basta aumentar
el intervalo entre las dos voces de mando: tal pieza y fuego.
Es lógico, por otra parte, que el haz sea tanto más abierto {largo} cuanto más dista
el objetivo, y el empleo de la manivela conduce á la adopctón de haces expresados en
vueltas y fracciones de vuelta, de suerte que la extensión abarcada disminuye á medida que
la distancia es mayor, pero esto no presenta inconvenientes graves para distancias inferiores
á 2 1ooo metros. En el tiro el haz largo mide una vuelt11, el normal de tiro fusante
media v elta y el de percutante un cuarto.
Por esto la adopción del alza de cremallera, en la que las modificac10ne3 se ejecutan
con rapidez y precisión, sin tener que sacarla del canal, ha permitido acelerar la velocidad
del fuego y adoptar haces idénticos, expresados en metros, para todas las distancias.
Para casos de urgencia tos jefes de sección tendrán siempre á la mano una regleta de correspondencias
entre los milímetros del alza y los grados del nivel de puntería A nuestra•
piezas de montaña no ha sido difícil arreglarles alza cie cremallera siendo de advertir que
la necesitan con más urgencia que si fueran de batalla.
• Convendría construir tablas que permitieran dar estas órdenes con rapidez y exactitud
en los casos más comunes (infantt> al paso, al trote, de.), porque do otro modo este
importandsimo tiro dará escasos resultados entre nosotros.
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BOLETÍN MILITAR 375
También puede arreglarse el tiro sobre un blanco m6vil, re-gulando
la puntería sobr .... un punt escogido en el c1mino que
parece seguir el blanco, y mandar fuego ra pido cuando el blanco
llega á dicho punto *.
TirCJ sobri? una caballería que se aproxima á los cañones. I . 9 Disposicione.
preparatoria de combate: ·oflamar las piezas; escalonar
la alza : por ejemplo, para r ,ooo metros en la sección de la izq uiercla,
1, ro o en la del centro y r ,200 en la de la derecha; dar los de,;víos
de dichas alzas; colocar el tornillo de puntería como para el tiro á
esas distancias en terreno horiz.ontal; cargar los cañones; los primeros
sirvientes de derecha se proveen de esto pi ne ; 2.° Colocación
en batería: la pieza no se enrayan ni se vuelven á poner en
batería; el capitán pre cribe el número de vuelta de manivela que
necesita la di t~ ncia, pero de manera que las alzas queden cortas;
el fuego se ejecuta por de cargas; lo irvientes apuntadores siguen
el blanco ~on la línea de mira y se levantan á la voz de piezas;
3· 0 Reglaje y dirección del fuego; como regla general la piezas
se apuntan con el alza de partida y no se ha e transformación alguna
de vueltas de manivela en milímetros de alza: a) Si una descarga
enmarca el blanco de manera sati factoria, la siguic11te se
hace con un-a vuelta de m.111Ívcla menos; b) Si queda corta, no se
hace rnoditicaci6n ó á lo umo media vuelta, i fue muy corta.
• Ob enmcioncs sobre /r¡ l'elncidad del tiro -Dur:a11te el período d e rc:;l<,je, ;~ntl·.
di' hn ·cr 1111 rli p .aro, e, prec i o ,, ~ t anl.11 !i qne . e h ¡t y.t oh.et v,ulo el :tutcrior,· ;¡hor:carga c~uida .
T;,n ltaeg-o COIIlO ,e ha rtgl"cl. el tiro contra tropa en posición, e· de principio
ejecnt;ar el fiuf!o rápido á mzón de T \ . ·To rlisparos po1· pitz.a, á fin de lanzar :subte el
enemigo una vcnbdeta 11 tt \'ia lt 1 rnyecti es; el c fl'cto mor;.! e· tanto mayor cua11to
menor es el tiempo en que .e causa una gran mortand.td. De ahí proviene la importancia
de los caiiones de tiro tápido.
L ·1 rapiclt•z del tiro dcpe 1dc esenci .dmente de l,as siguientes operacione : n- ttLicc
·er la pit:za eu b .t ... ría, HJ nntarla, 11 rreglar )¡,s espoletas de tiempo, carg1r y di ·.
patar el proyectil. El rettoc ·. o, a11n cu.llldo lo iit11iten los freno , delllora el tiro pOlque
h1.ce nf·cesario vol\'l'r á coluc:tr la pi za en b · terf:a y desarregla la puntería. } .. 1
1stema ó 11111do de apuntar l ~t s pit·za a1¡uí ex.i . tente. e· largo y poco preci:-.o i uo
·e ejeL·ut l~OII ~r.an le ¡, t , tH:ión; :e impone un mccani. mo que permita el ele ·plaz:1-
mit·nto l u tc l' al <.le la curcñ '· El ,¡ tema ue a e.:opolet, de tiempo ubre lento, incómodo
y oc:a, Íil ll<•.do á crrurc:, 110 dej 1 l111ell ·1 lle la durc.ci6n t:IIIJ•It:11tla, Para a<'eler;ar
el tim u11 lll p ·1:-ib ie cunve 11tlrit adcuHÍ. el uso de la c'p.ttla 6 cartucho metálico en
el cnñ6n y el di p;.uo pur percu~ión pam evitu el estopín, yuc dej.L aúu mucho qw~
desear cuanto á perfecciOJnmicrito.
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376 BOLETlN MILITAR
Tiro de grupo de baterías-Llevarlas imultáneamente á la
línea de fuego, y si esto no es po ible, hacer entrar primero la que
deba quedar bajo el viento: en e te caso cada batería regla su tiro,
tomando como punto de partida los resultados obtenidos por las
baterías ya instaladas. Cuando todas entren al tiempo en línea,
cada una regla su tiro como le sea más cómodo.
Tan luego como cada batería esté reglacb, hará conocer al
jefe de todas el alza empleada, para que e ·te pueda ordenar las
correcciones y recti ficacione que es ti me convenientes, valiendose
para ello de fuegos por descarga si fuere preciso, pero por baterías
y sucesivamente á partir de la que esté bajo d viento.
Cuando el humo, un vient fuerte, etc., no permita á las
baterías hacer simultáneamente el reglaje de su ti ro, el jefe su perior
de ellas determinará el alza por descargas por batería ó media
batería, como lo hace el capitán con la suya ai lada. Indicadtt el
alza, cada capitán acaba luégo de rectificarla como queda dicho.
La& baterías reunida que empleen pól\'ora negra deben
ponerse en guardia contra el humo, para emplertr el nivel cuando
no sea po ible apuntar directamente la pi eza y darle la r:Jirección
empleando cualquier procedimiento para jalonarla.
Notas complementarias. 'J'iro c?Jltra trinch eras. Tiro parabólico.
El alcance y el ángulo de caítla on la ba-:e para reglar este tiro.
Tomar como ángulo de caída L1 inclinación de la línea que úna la
cima de la cresta ó parapet en el punto más bajo en que ~e la
pueda alcanzar á batir ; e m picar la carga de pólvora correspondiente.
Amplitud de /()s desvíos.-Cuando éste se conoce se princtpla
con el ángulo de tiro de la tablas ; se disparan cuatro proyectiles
por vía de en ayo, haciendo de puc de cada uno una corrección
igual al desvío observado dividid por el número del proyectil, no
tomando en cuenta las cifi·as inferiore á una y media veces el probable
de la pieza ; en este ca o el desvío que no se corrige se añade
al del disparo anterior.
Dirección de los desvíos. Ensayo-Cuando se conoce la dirección
del desvío para reglar el tiro, ·e hace un primer di ·paro empleando
los elementos de las tablas: si es corto ó largo, se aumenta
ó disminuye suce~ivamente el ángulo de tiro una cantidatl igual á
ocho veces el desvío probable de la pieza, hastc1 ob ervar un di paro
de signo contrario. Obtenido é:.te, se cierra el hr.z hasta dos desvíos
probable , empleando por ángulo de tiro el que ea término
medio entre los dos ángulos que dieron el último corto y el primero
largo, ó viceversa. Cuando el reglaje se hi7. ·obre un objetivo
auxiliar, se transporta sobre el real después del primer tiro de
conjunto.
Efectos de loJ proyectiles de artillería.-- El calón de 8omm de
montaña da con la granada común 32 cascos, 4 de más de 300 gramos
de pe~o y 7 de menos de 25; el shrapnel rs.;, de los que 33
varían de JO á 300 gramos.
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BOLETÍN MILITAR 377
La granada de e~pole'ta percutante, al tocar c ... ] suelo bajo ángulo
pequerw, exc~va un. urco, se levanta de nuevo y estalla en esta
segunda trayectoria: como la altura á que lo hace es casi nula, la
posición y forma del haz depende de tres elementos: retardo de la
espoleta, ángulo del rebote y amplitud del cono que abarca los
c:a. cos. El retardo e de ordinario de 2 metros á los I,ooo metros,
di ·minuye con la di tancia, y á 3,ooo la granada estalla al tocar el
suelo formando fogata; el rebote en terreno firme y horizontal varía
de uno y meJio á do veces el ángulo de caída; la amplitud
del cono de casco depende de la velocidad restante, de la ve.locidad
de rotación y de la velocidad que imprime á las caras la carga interior:
con proyel:tilcs bien con:.truíJos puede mirarse corno dependiente
solo de la di tancia. El proyectil de 8.J 111 m sobre objetivo
de 2 metro de altura, 40 de frente y 40 de profundidad en que se
pongan 4 filas de blanco, , á 2,ooo metros, si es ligeramente corto
el tiro, da ha ta 50 imp:tcro., ó en otros término , si estalla á 100
metros del blanco ya no cau a daño sensible, pre:entando el máximum
de.: efecto si lo hace á 1 o metros de distancia.
En el tiro fwante la di:.pcr. iún de lo cascos obedece á las
misma cau_a señalada para el pcrcutante, pero en el centro del
cono habrá un vacío o c upad ~pena~ por lo, ca. co del culote si la
carga interior ocupa es, acio sobre el eje del proyectil, lo que no
sucede si é . ta e coloca en la parte del s 2.z669 y 184 88.
Con la pólvora Or p tra e l proy ectil de So milímetros k= 370.6 y
su largo 2. s689. para di e ha pó l vora el logari t mo a =0·3 718 ; logari tmo
b=o.26619; el valor de m e::s :.438 y el error relativo mí.ximo de
temerse en el alcance / 0 •
La intercalación se efectúa conforme á la regla de N ewton: los
medios acitméticos usuales y diferencias primeras y segundas, son:
om o' 1:::. b. 2
soo 44
I,ooo 99
x,soo 164
2,000 237
z,soo 319
44'
(+9·5)
SS
( 6o)
6s
(69)
73
l 1
lO
8
La fórmula cf>=cf>+-11
- b. + ~ {- n- -) 2
b. 2 upo niendo á nL 500.
;oo 50"
Para buscar entre 1,soo y z,oo ome tros losalcanc csde 100 en 100 me tros,
por ej emplo, á 11 se dará sucesivamente el valor de roo, zoo, 300 y
+OO. ángulo vertical del alcance; n=-},
}; : y ! respectivamente; b. =69 b. z=8. Para la primera intercalación
para obtener el ángulo sería:
1600= 164-+; (69) + ~(!) 2 8 = I6++ 13.8 +o.I6= 178
La m.1 nivela-Empíricamente cada vu elta de manivela equivale :í.
7 milímetros de alza para todas las distancia ; pero si se trata de un
gran número de vueltas deben tomarse 32 milímetros cíe alza por cuatrn
vueltas. En tesis general puede usarse el siguiente cuadro para las
variaciones de alcance.
á 1 ,ooo metros
I vuelta 250 "
~ " 125
t " 6o
á z,ooo
180
90
45
á 3,000
140
JO
35
á 4,000
100
so
2j
POR H. H ELVIG, DEL ESTA DO MAYOR ALEMÁN
Versión libre para el Boletín Militür
PARTE PRI:llEltA-EL BA.TALLON
CUARTO EJEMPLO
Un bat ollón contra batallón y medio (cuatro compañías contra st:is compaiHas)
Cot..Jideraciotus tácticas
Si el enemigo, superior en número, se divid~ en porciones iguales y
no concentra .\ grueso de su fuerza contra un punto detcrminado de la
posición, es preciso tratar de reunir momentáneamente fuerzas superiores
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BOLETÍN MILITAR 379
contra una de 1as alas del adversario, y tomar allí la ofensiva: semejante
contraataque puede ser decisivo si al mismo tiempo se amenaza la línea
de retirada que debe seguir el enemigo para reunirse con otras tropas.
El batallón ha tomado posiciones. La cuarta compañía, adelantada
como vanguar:iia, se cubre con algunas patrullas; la tercera se sitúa 300
pasos atrás como línea avanzada; las compañías primera y segunda otros
300 pasos atrás de la anterior, en columnas de compañía á intervalo de
despliegue, funcionan como grueso 6 línea principal.
PRIMER MOMENTo-Las patrullas señalan la aparición del enemigo.
l)lsposlclóo : la cuarta compañía despliega su pelotón de tiradores;
fuego lento y cuidadosa puntería.
SEGUNDO MOMENTo-E/ ttumigo.• • • • • * • * •..., • • • • • • • •"" •"" •""...,
muestra fuerzas superiores y 4vanza 4· a t
contra nuestro fruiU. ¡
Dlsp6slclón : cuarta compañía,
¡e despliega íntegra en tiradores;
terara compañ í r, en línea funciona
como sostén 1 so pasos á retaguardia
de la cadena; primera y segunda
compañías se aproximan hasta
quedar á 300 pasos del sostén.
• :•so
~ :, pasos
3··
8 egundo m~mtnto
300 : pasos
o
o
o
o
1 t
TERCER MOMENTo-E/ adverJario despliega en tiradores dos compañías,
qut avanzan apoyadas por cuatro co/umlJas de compañía, y obliga á
ajar á nuestros tintdores.
Ulsposlclón : tercera compañía, se sitúa á la derecha de la cuarta,
en posición de refugio para sostenerla por el flanco .
• .... . . . .... .... . .... .... . . .... .... .... . .... .... . . . .... . • • • • • • • • 4·a
•• ... • • •• '··.... • • :¡p.
·, •• ~'i>
···..•. . :. ')'
· ..........
~·
~0 :8$.~~
~~ ~
~~~ ~~
2.a La.
T erar momento
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380 BOLETÍN MILITAR
Señal: después de verificada la operación anterior: cuarta ~ompañía,
lentamente en retirada, hasta colocarse á la altura del ala izquierda
de la tercera.
• ••• • • ,+.._ •• . . .'- .. .. ~ / .. . . ')' / .. CuARTo MOMENTo-E/
enemigD despliega otra compañía
e11frente de la tercera,
y trata de ~ogerla de
flan~ o.
• • • • • • • • • 1 • • • • • • • • • • /-- ----------+
4·" //
Disposición: tercera
~ompañía, martillo defensivo
en el ala derecha;
primera y segunda ~ompañías
avanzan á apoyar el
ala izquierda.
•
e uarto momento
QuiNTO MOMENTo-E/
enemigo se presenta ~on tres
~cmpaíiím despftg,¡das en
tiradores apoyados por tres
en orden cerrado.
Ulsposlclón : tercera
compañía lentamente en re·
tirada, hasta alinearse con
Quint, momento la cuarta; primera y se-gullda
compañías, desp,iegan sus pelotones de tiradores de modo que formen
martillo ofensivo á la izqui -:rda de la cuarta, con los pelotones en
filas cerradas 1 so pasos atrás.
SExTo MOMENTo-E/ enemig(/ refuerza sus tiradores y aprieta nuestra
tercera "mpaílía.
Señal: fuego rápido 1
IHsposldón: la tercera compañía contiene al enemigo que tiene al
frente cuanto sea posible; primera y segunda compañías avanzan, el ala
izquierda adelantada á la c;eñal de avancen!,· la cuarta compañía se enlaza
con los pelotones de tiradores de las compañías primera y ugundtJ, dejando
atrasada su ala derecha.
SÉPTIMO MOMENTO - E 1
mo1.timiento orde110do amenaza
el flanco derecho dd enemigo
y contin1e su marcha ofensiva.
Señal: avancen! (La marcha
ofensiva se ejecuta conforme
á la disposición indicada).
• . .. x
•••
-ttt **-11 • • ... ?( ~~~ :.
-$--m..•. ..:x
-$-"'~ ••. · . ~ ......... . • • • • • • • • • 4·& J.a
Séptimo mdmentQ
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not.E~ÍN MILITAR 381
ÜCTAVO MOMENTo-E/ ene·
migo haa af/anzar u1111 CIJfltpañ
!a en filas cerradas sobre
la línea de combate, del lad~
de su ala amenazada, y ejemta
juego de descargas.
Seña/u: para todos, alto!
fuego rápido!
•• -$e ••
-~~ .. ... ~. •*
.· ~··.
•• ~ .. ~-'- .. ~ ;ttT •• ••
~ ·:. ./;~ .. •• •• •• •• • . . . .... • • • • • O ctaf/o momento 4· a 3. a
NovENO MOMENTo-E/ enemigo
se tJe obligado á haar
replegar un poco su ala derecha
.
. · ~. . . • •• -$;: • • Ut. po~lción ; la tercera
-x=$--ttr • • compañía queda en la posi- ,/, • • • • • • • '6
_.. ~ • • • • • • • c1 n que ocupa .
. · 3.• Señal: afiancen!
Nof/eno moment1
DÉCIMO MOMENTo-E/ enunigo, amenazado en stt línea de retirada,
trata de resistir con su derecha, para entre tonto acercarle su alo izquierda
af/anzada con exceso.
Señales: para todos, alto! fitego rápido! avancen! A esta última setia}
]a primera, segunia Y cuarta compañías se lanz.m al atae¡ue de la derecha
enemiga; la tercera sostiene el ataque con fuego rápido.
U N DÉCIMO MOMENTo-E/ ala derecha tnemiga retrocede lentamente.
Señalts: para todos, avance rápido!
.?í . .· •••••
'!~.:. ..x
.L: ~·
./'~·· .. . .. ·
• ..d:t. ••
""tfT..d:t. ••
~ .-.;¡:r •
.?í
• • • • • • • • • • • • • • 3··
Undécimo momento
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382 BOLETíN MILITAR.
DuoDÉCIMO MOMENTO -
Nuntro ataque es recibido por
1111 fuego violento; el enemigo
entre tanto ha reunido JUJ
fuerzaJ Jobre JU ala derecha y
u retira !eJJtamente.
Seña fn: para todos, alto!
Uisposlclón : primera J
ugw1d11 compaiiíaJ siguen al
adversario con fuertes enjambres
de tiradores; tercera
y cuarta u r eÍinm. El batallón
vuelve á s u primitt\ra
posición y no deja avanuda
sino la primera compañía.
•• •• •• :' ··. . " ..
~~ ~
l888B~ ~~
~~ ~~
4 .a l. a
•• • • a ~ • •
.'~-t¡r ••
-(.,
Duodéc imo momento
--··· --
SOBRE EL U !FORME MILITAR
El traje mdit4r ha si.lo en casi todos los ejércitos, obj:to de
estudios y de cambios que demuestran su indudable Importancia.
Apartándose por lo general de antigl.Jos caminos, ya desusados, no
se trata de conseguir en él un aspecto agradable ó humildemente
sujeto á las volu ble:s é irrazonadas exigencias de la moda ; pues si
bien es cierto que no debe separarse por completo de la manera de
vestir de los contemporáneos, no debe tampoco ser copia exacta
de cuanto se idea por quien tiene su principal ocupación y oficio
en inventar nuevo, y sobre todo variados modos de vestir. Otras
son ciertamente las condiciones con que debe cumplir; y ejemplo
de ello tenemos en las ropas usada-; por los que á ocupaciones especiales
se dedican. No viste el cazador de la misma suerte que el
albañil, ni el maquinista como el que á las labores del campo ptde
el pan de cada día. ¿Por qué, pues, siendo la guerra el principal
empleo y mas excelso del soldado, ha de vestírsele á semejanza de
los que viven al seguro abrigo de intemperies y fatigas en las calles
r casas de poblado? La estancia del militar bajo techado es accidental,
pues no ha de cumplir su cometido encerrado en los cuarteles.
Si ha de arrostrar toda intemperie y de soportar cualquier
fatiga por desempeñarlo, parece lógico no aumentar su ya penoso
oficio con molestias artificiales; sí, por el contrario, acuoir en lo
hacedero á su reparo para evitarles las posibles, y amenguar las
irremediables.
Debe ser el uniforme, puesto que en el campo ha de usarse,
traje de campo y no de ciudad, y si bien no ha de tenerse compla-
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BOLETÍN MILITAR 383
cencia en darle aspecto sobremanera agreste, tampoco d~be sacrificarse
á la buena vista condición ninguna esencial, que no es necesario
para llenar el primer objeto vestir al soldado de tan extraña
suerte que llame la atención de su inu s itada apariencia.
Las actuales costumbres, prácticas ante todo, han allanado
grandemente el camino para esta reforma, y ciertamente el ejército
no se adelantaría á sus coetáneos hacient'o más convenientes y
apropiados sus vestidos; la moda, con tnás entendimiento del que
podía suponerse en tan caprichosa señora, ha adoptado trajes en
general cómodos y holgados y no exige á sus adoradores que sufran,
por acatar sus imaginaciones, los tormentos que los corbatines,
calzones ajustado , mangas estrechas y cinturas microscópicas
les ocasionaban no hace aún medio iglo.
Y no se diga que la rigidez y tiesura son necesarias para
inculcar al camp .... sino y al ciudadano costumbres militares; esto
sería bueno en el tiempo en que la uniformidad y acompasamiento
en el manejo de las arma , el canto d el fusil y su brillo deslumbrador,
unos bucles bien empolvados, el paso á la Federico, y otras
mil cosas de igual jaez, se tenían por el colmo de la perfección en
el arte militar.
El tiempo que se perdía en obtener tal resultado, se aprovechará
dedicándolo á ejercitar en la paz lo que en la guerra se
practica.
Hoy que á todo militar se le exige, dentro de sus obligaciones,
una gran iniciativa y que el último soldado ha de saber gobernarse
y combatir aisladamente, parece contradictorio hacer de él
una máquina y pedirle luégo que marche sin dificultad, entregado
á sí propio.
Hoy que por la índole misma de las modernas guerras son
más necesarias que nunca costumbres de obediencia y disciplina,
si no ha de convertirse en lamentable barullo lo que debe ser,
según las recientes di posiciones tácticas, ordenado desorden (en
realidad lo primero y en apariencia lo segunrio), es preciso que dejando
aparte lo accesorio, se dedique especial atención á lo esencial,
que es procurar rapidez en las marchas, seguridad en el tiro y
agilidad en los movimientos.
Dos de estas condiciones exige que se eduque al soldado con
el objeto de obtenerlas, y por lo tanto que se le ponga en condiciones
físicas tales que no encuentre en su propio individuo, es
decir, en su vestuario y equipo, los principales obstáculos á su
logro. Sobradas causas externas, ya vengan del enemigo, ya del
terreno, ya de las intemperies, encontrará con qué luchar sin que
se aumenten otras más, que haya de vencer, so pretexto de endurecerlo
contra las fatigas de la guerra, ó que su aspecto sea más
militar.
Puesto que el ejército ha de servir para el combate, debe ser
la aspiración de los militares, tratar de colocarlo en las mejores
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384 BOLETÍN MILITAR
condiciones para guerrear, prescindiendo de que á los paisanos les
agraden más ó menos la tropas cuonJo las ve.tn en la· paradas ó
desfiles, que no irán seguramente á aplaudirlas en las penosas
marcha , los inclem~!ltcs alojamientos ó los sangrientos campos de
batalla.
Si por dicha el Erari anduviese tan sobrad de recursos que
pudiera, sin quebranto, dedicar uno cuanto~ cientos de millone á
lo superfluo, despue d ... haber ga · tad e11 lo nece:,ario que fd!ta
otroi mucho·, en buena hora que se.: i .. learan lujo,í_imos unií rmes
para usarlos en las poblar:iones, sin p erjui ·i ele almacenarlos y
vestir otros más cómr Jos cuando de f.tenas militare· e tratara;
per de graciadamen te no acontece t ti cosa , y, aun á trueque de
descontentar los ojos de los pagan>, h1brá qt~e ver ele emplear con
la p si ble utdidad dd E jérc1 to y del Estado los exiguos recursos
de que se di p ne.
Esto por lo que hace á lo extrañ á la pr~fe·ión militar,
pues los que cursan las ·o a~ de 1· :Tuerra, pvco ó n..1d ,1 han de
fijarse en si es m ' ó meno- vi.,to,o d un i~>rrne , ante bien, dándole
la import,lllcia que verlladeramente tiene, ¡Mr.1dn la consideración
c:n cualidade más ho:tdas é interc antes.
En dos cJtegorías pueden encarars' ésta:s: mi lit, res é higiénicas.
Por cualidades mili tares ueben entenderse las q te cxclusi vamente
se refieren á la e.)peci,ll ocupación del o dad. > y us medios
de llevarla á término, y p r hi 0 iéni ·a la que e diri6 ·n á con ervarle
en estad de saluJ ó precaver la.; causas que puedan alterarla
ó destruírla. Líganse aquellas y é;:,ta.- 111timam-...nte, y no es fácil á
veces cumplir con l.ts una_ si11 pcrju,li(: 1r ,t la otra., pero siempre
que.da el recurso de optar por la :sol11 ión de que menos daño pueda
originarse, que en vano sería disponer los wldado con preferente
atención para el mo nento de la lucha i, por haber desatendido
las precauci nes higiénicas, las enfermedades ó las fatigas los
postrasen, impidiéndole llegar á este último y apretado trance de
la guerra. Y de nada serviría tampoco mante11erlo., sanos y robustos
á costa de disposiciones que llegarían á empecer sus aptitudes
militares.
Por tanto, cualidades militares y cualidades higiénicas especiales
debe tener el uniforme, combinadas en justa medida, para
que mutuamente no se perjudiquen, antes todas ellas concurran al
mismo deseado fin.
Los primeros, por las razones dichas, han cambiado notablemente,
pues ya no es posible pedir al vestido que se defienda fuerza
á fuerza de los golpes de las armas enemigas. En lo.) combates á
alguna distancia, porque á tanto no llegan ni aun verdaderas armas
defensivas como la ro raza, y en los combates al arma blanca, porque
no se podría lograr eficaz prutccci ó n sino á trueque de aumentar
sobren1anera d peso que ha de llevar el soldado. Lai pocas
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veces que se llega á las manos no ,notivarían la adopción de trajes
muy defensivos, convenientes para este caso, pero paco á propósito
para marchar con velocidad y moverse ágilmente.
Pero si no puede buscarse la protección del indivicluo en
estos medios directos, debe buscarse en medios indirectos que serán
tan eficaces por lo menos. Si no :;e puede contrarrestar la fuerza
LOR..EJS
CONDICIONES
11
En terreno descu~icrto .... .
---- --.-- -- ----
En terreno roque no ....... .
Al horde del mar ...... .. .
Sobre el agua.. . ....••••
Sobre obras de tierra ..... .
Sobre obras de piedra . ... .
e \ Al amanecer . .... .. . .
~tAl alir el sol ..... . . .
~ A medio día ... ... .
~ A la puest::l del s 1 . .. .
\Al amanecer.... . . ..
~ J Al salir el sol ....... .
~ J A medio día.. . . ... .
:.á 1 A la puesta del sol ... .
~ 1 Lloviendo .....•.. . ..
l Lloviendo y con niebla.
--5 { Con luna . . .•.• .. ....
~ Estrellado . ......... .
En terreno descubierto .... .
En terreno roqueño ...... .
Al borde del mar.. . . . • •.
Sobre el agua . ......... .
Sobre fortificación de tierra.
Sobre fortificación de piedra
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6
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S u mas ..... . ..... 68 90 1 9+ 98 165 l 16é .. ..
11
Pardo ó gris plomizo resultan ser en efecto los colo:-es que
menos se ven en el campo, y aunyue éste no sea de las calidades
antes dichas, también son éstos los colores más favorecidos en
los demás ten enos 'y ocasiones que se consignan en el adjunto
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ROLETiN MlLl'l'.AR 387
cuadro formado por el renombrado cazador Julio Gerard y el armero
l\tl. Devisme.
El número 1 indica los colores que más se ven y el número
8 los que no se ven ab ·olutamente nada.
Inducidos por la experiencia y por análogos ensayos, la mayor
parte de los estados mili tares han modificado el color de sus ejércitos.
Austria, prescindiendo de antiguas tradicione:.i, ha desterrado
sus levitas blanc<1 , Alemania emplea los colores azul y gris,
Rusia el verde oscuro, Italia el gris y el azul, únicamente Inglaterra
conserva la casaca graca, y Francia y E!paña los pant Iones
encarnados.
El negro azulado, y mejor aún, el gris plomizo, ó el pardo,
son los colores cuya dopción presenta más ventajas, no sólo por
las razones que se originan de los cuadros anteriores, sino también
porque son colores sufrido , que no se deterioran fácilmente ni
descubren las injurias del uso, lo cual los hace al mismo tiempo ser
baratos por su mayor duración en buen estado.
Contra las herida que infieren las armas blancas, debe tener
el soldado su mejor defen a en el buen manejo del fusil armado de
bayoneta. Las charret<:ras llevadas con el objeto de amortiguar la
violencia de los sablazos en el hombro, son excesivamente molestas,
y no tan eficaces que no las sustituyan, sin gran desventaja,
las hombreras de paño almohadilladas. Estas tienen sobre aquélJac;
]a ventaja de evitar la incomodidad que el peso del fusil causaría
en la posición de armas sobre el hombro, ya apoyándose sobre la
charretera, que como cuerpo duro transmite su presión á la clavícula,
ó ya sobre este mismo hueso, si no se interpone más que una
tela delgada.
El casco de cuero, el morrión ó el chacó se han usado con el
objeto anteriormente expue to, desempeñando su ofi cío protector
respecto á la cabeza; pero el haber sido desechados, adoptando kepis,
cuyas únicas propiedades militares son la ligereza y la estabilidad,
es razón bastante para no volver sobre ello. Y aun á riesgo
de repetir lo dicho, debe insistir e en que la infantería lucha tan
pocas veces cuerpo á cuerpo con la caballería, que no habría paridad
entre las ventajas que proporcionase un cubre- cabeza resistente
al sable en absoluto, y los inconvenientes debidos á su pPso y á
lo molesto de 5U uso. En las refriegas entre caballería tampoco son
tántas las ven t ajas del casco de hierro ó acero, que se deban pasar
por alto los graves inconvenientes que re ultan para el jinete de la
elevación del centro de gravedad y del golpeteo sobre el cráneo en
los aires violentos.
Las correas que soportan y sujetan el equipo se han preconi-
7ado como protectoras, llegando, en algunas ocasiones y con tal
pretexto, á dárseles exageradas dimensiones y á disponerlas de maneras
viciosas, como cuando se cruzaban sobre el pecho, sobrecargándolas
con chapas de metal, cuyo único efecto era aumentar
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388 BOL.K'l'IN MIL1'1'Ah
el peso sin lograr detener las balas (faltando al encargo que tenían
de salvar á su dueño).
Otros medios se han propuesto, tales como petos, almohadillas,
mochilas para balas, medias corazas, etc., que acaso fueran
útiles para desempeñar servicios especiales, trabajos de zapa, defensas
de posiciones, etc., pero que en tesis general no pueden aceptarse,
siendo, como es, muy dudosa su eficacia, aun en estos casos
particulares.
Resulta, por lo dicho, que el medio de que se dispone para
cumplir esta primera condición sin perjudicar a las demás, estriba
en adoptar uno de los colores mencionados, el negro azulado, el
pardo ó el gris plomizo.-(Continúa).
N AZARIO CALONJE
INFORl\~E
OBRE EL EJÉHCITO ALEMÁ!i
(Continuación)
Las Í'tspucionu
Como la mayor parte de las inspecciones y las más importantes
se aplican precisamente á los ejercicios del período de primavera,
parece sea esta la ocasión de decir algunas palabras. Primero
vamos á dar la lista de ellas, luégo examinaremos la manera coma
se pasan, y, en fin, procuraremos poner de manifiesto su carácter
general y dar á conocer las particularidades más importantes.
Desde el día de la incorporación de los reclutas hasta aquel
en que son licenciados los hombres clasificados para la reserva al
fin de su tercer año, se puede enumr-rar como sigue la serie de
inspecciones que tiene que sufrir un soldado prusiano.
En Enero, es decir, antes de la inspección de los reclutas, de
que ya hemos hablado más arriba: 1.0 Inspección de la instrucción
individual, teórica y gimnástica (y 1por consecuencia esgrima,
que siempre van unidas) de los soldados antiguos, pasada
por compañías por el jefe del regimiento.
En Febrero: 2.0 Inspección de los reclutas. Ya hemos dicho
en qué consiste y cómo se pasa. En la línea * no tiene lugar generalmente
hasta principios de Marzo; 3.0 Inspección del personal
sanitario por el jefe del regimiento.
En Marzo: 4.0 Examen de los sargentos y de los reenganchados
que siguen el curso de la escuela regimenta], por el jefe del
• Las fechas indic1das se refieren á la Guardia, en la cual se hace la instrucción,
como ya hemos dicho, de una manera más regular. Por esta causa se encontrarán men~
ionaifas así, cuando se ofrezca, las épocas correspon d ientes para la línea.
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BOLETÍN MILITAR 389
regimiento. 5.0 Inspecciones de compañía * por el mismo. En la
línea tienen lugar en Mayo.
En Abril: 6.• Inspecciones de batallón, pasadas por los jefes
de brigada ó de división. En la línea tienen lugar en Junio.
En Mayo: ].0 Inspecciones de regimirnto, pasadas en la Guardia
por el Emperador, y en la línea, en la cual se efectúan durante
el verano, portlos comandantes generales de cuerpo de ejército.
8. 0 Inspecciones de gimnástica y de instrucción teórica, pasadas á
cada compañía por el jefe del regimiento. 9. 0 En la Guardia, revista
general, por el Emperador, de todos los regimientos de guarnición
en Berlín. Esta revista en parada nu se pasa en la línea.
A fin de Junio: 1 o.0 Inspección del tiro, pasada en la Guardia
por los jeft:s de brigada, y en la línea por los de regimiento.
A principios de Julio: 1 I. 0 Inspección del servicio de campaña,
pasado por compañías por el jefe del regimiento.
En Agosto: 12.0 Inspección de gimnasia por el jefe del regimiento.
En Septiembre, antes de empezar las grandes maniobras y generalmente
en el punto de la concentración de fuerzas: 13. 0 Revista
general de todas las tropas que deben tomar parte en ellas,
pero sólo en el caso de que el Emperador asista en persona. En el
caso contrario esta revista no se pasa por los comandantes generales
de cuerpos de ejército sino cuando ello lo juzgan conveniente.
A fin de Octubre: 14.0 Inspección de las fracciones regimentales
de ingenieros, por el jefe del regimiento.
A esta inspección se puede, además, agregar una revista de
detall *, pasada cada tres ó cuatro años al principio del verano, por
los jefes de brigada, y una inspección de las armas, que no tiene
lugar sino cada diez ó doce años, en épocas indeterminadas. Se
pasa por un oficial general que designa á este efecto el Ministro
de la Guerra.
Lo que sobre todo Í.Jnpresiona en la manera como se organizan
estas di versas inspecciones es, por una parte, el minucioso cuidado
con que se sostiene, en todas circunstancias, el principio de la
independencia personal á que cada uno tiene derecho en los límites
de su esfera de acción; y por otra, las precauciones constantes que
se observan para no quitar á la instrucción de los hombres sino el
menor tiempo posible, concediendo plenamente á cada oficial los
medios para que pueda darse cuenta exacta, desde todos los puntos
de vista, del estado en que se encuentren las tropas sobre las que
ejerza mando.
• Es preciso entender por tál la inspección con que se termina la eacuela de compañía;
más adelante se verá la misma inspección para el batallón, regimiento, etc.
• Que no ea en verdad sino una revista de material como lo veremos más adelante.
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390 BOLETÍN MILITAR
A primera vista parecerán e~tas dos condiciones contradictorias
é inconciliables; pero la práctica ha demostrado que no lo son,
y q u P. de hecho es muy posible conciliarlas, ob ervando riguro amente
las reglas iguientes, a la cuale s e conforrr1an siempre en
el jército alemán :
1: No pasar jamás dos vece .~ :í la misma tropa el :·ni~mo género
de inspección. Dos oficiales subordinados el uno al otro, pasan
á la tropa que mandan do::. inspec iones diferente, pero nunca
la misma.
2. 8 En lugar de consagrar á la inspección una e ión espc-cia1,
convenirse, tan o como sea posible, para aprovechar el momento
en que la tropa recibe preci amente el genero de instrucción
que se quiere examinar. Contentar e asimi ·mo en rigor, en presentar
á la in. pección ó á b re vi · ra, una parte solamente de las
tropas, aquellas cuyo trabajo de instrucción pueda re:;entirse
menos.
Conformándose estrictamente á e::.t s principios fundamentales
es como la autoridad uperior ha llegado á e tar siempre de un
modo perfecto al corriente del estado de la tropa , sin pasar más
que un número de inspecciones tan reducido como es posible, á
fin de no entorpecer nunca la march~ de la in trucción. t\lgunos
ejemplos harán comprender bien c<)mo se con igue sati facer las
condiciones indicadas más arriba.
En la lista que hemo;, dado de la diversas inspeccione se
puede notar que las de gimnasia é instn.:cción individual y teórica
se repiten en realidad varias veces al año. Es una prueba de la i mport.
mcia que e concede en el ejercito alemán á todo lo que puede
contribuír al de arrollo Í1sico e inttlectual del S< ldado. Pero en
cambio ha de bid o ver e también que estas mú !ti p!es inspecciones
se pasan por 1 jefe del regi mient , c · to es, por el hombre que
está en las mejore· condtciones de ob en ar lo que se hace sin interrumpir
la marcha de la instrucción.
Este c., por lo demás, un principio al que los coronele se
conforman e· crupulo amente, y tienen siempre el cuidado de elegir,
para ver tal ó cuál parte de la in trucción de una compañí2,
el momento mismo en que la ecíbe. A 1, por ejemplo, el coronel
sabe que mañana hay gimnasia en la tercera compañía e instrucción
teórica en la séptima, ha. ce saber p r medio de la orden,
con ervando en lo po ible las horas fijadas por los comandarne5 de
compañía, que mañana habrá para la tercera compañía inspección
sobre gimna ia, y para la séptima examen de enseñanza teórica.
Toda la diferencia entre semejante inspección y la instrucción
de cada día, con iste implemente en que en t:des circunstancias
el capitán presenta el completo de su fuerza, incluí dos los ordenanza
, con el traje ordenado para la inspección, y entrega al
coronel un estado que contiene todas las noticia que e le piden.
Jamás estas inspecciones e pasarán por otro que no sea el jefe
del regimiento.
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BOLETÍN MILI'l'AR 391
Si dos oficiales di fe rentes tienen que pasar á una tropa el
mi mo género de inspección, hé aquí cómo obran siempre de manera
que la tropa no sea inspeccionada dos veces sobre el mismo
asunto. En la época de la in pecciones de batallón, en d mes de
Junio, el comandante general de la di vi ión dará á los de brigada
orden para inspeccionar los segundos batallones de su regimientos,
re ervándose ver los primeros y terceros ó inver amente, y jamás
un comandante general de división inspeccionará un batallón
que lo haya sido ya por el de brigada.
El mi mo principio se igue aun cuando se trate de la inspecci<')
n de unidade5 tá ticas má considerables.
Así, en 1a Guardia, cuyos regimientos y brigadas se presentan
al Emperador mi mo, 61o el r :1 sará la inspección de brigada ó
regimiento; pero como todos asi&ten á las que él pasa, es siempre
perfectamente posible á cada Jefe de cuerpo aprovechar la ocasión
para ver su tropa.
Podrá uno quizás inclinarse á creer que un comandante general
de división que no haya in-peccionado sino el segundo batallón
de un regimiento, no cst. rá enterado del mérito del primero
y tercero. Nada de e · to: los conoce tan bien como al otro,
porque ha a istido á la in pección que hizo á estos batallones el
jefe de la brigada, en las que escuchó las obse-rvaciones críticas
finales, y quizá también haya sorprentfido así algún detalle que
se le hubiera escapado con ocasión de su inspección particular.
Y aun en las má elevada graduaciones de la jerarquía militar
e e fuerzan para no del\componer jamás la marcha regular de
la instrucción, aprovechando para las inspecciones los días en que
el regimiento se encuentre reunido en su campo de in trucción.
Por lo que toca al Emperador, se comprende que no pueda stempre
someterse á esta regla, pero en todo caso cuida de fijar el día de
sus inspe ciones en lvs límites habituales de los períodos de in -
truccion corre pondiente . V éa e cómo se dispone en la Guardia :
el Jefe de E tado 1vlayor, despu és de poner ~ e de acuerdo con los
jefes de regimiento, brigada, t:tc., formaliza una lLta de todas las
inspecciones que debe p:1 sar el Empera dor, a igna ndo á cada cuerpo
un día elegido de manera que di s traiga lo menos posib1e su instrucción.
Este programa se somete en se g uid:-t á la aprobación de S. M.,
después de lo cual se litografi::t y ¿ : ~tribuye con profusión de modo
que todos aquellos á qüienes la cosa intere s e pu e dan asistir á las
inspecciones.
Otro tanto se hace para to d a la inspecciores que se pa an
en las di visiones, brig!!da - y regí mientos, púr sus jefes re. pectivos,
etc. Se da cuenta al .E tad ·> iVl ayor del cuerpo de ejército, quien
formaliza á su vez la lista general y la comunica al Emperador y
á toda la guarnición de Berlín y us inmediaciones: resultado, que
todo oficial que lo desee puede a istir á estas inspecciones, siendo
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392 B:)LETÍN MILITAR
muchos los que aprovechan las facilidades que se conceden. EI
mismo Emperador va con frecuencia á las inspecciones que pasan
Jos jefes de regimiento, y en general también los oficiales generales
van á las que pasan sus subordinados.
En todas estas circunstancias se renuevan las escenas que ya
hemos descrito. Los altos personajes no asisten más que como espectadores,
muy atentos sin embargo, á la inspección, que cuidan
de no turbar en nada, manteniéndose generalmente á distancia;
pero yendo siempre á escuchar la crítica final. Así se encuentra
mantenido el principio de independencia individual, á la vez que
se desarrolla entre los oficiales la facultad de explicar abiertamente
sus ideas, con lo cual todos ganan, pues además de sus observaciones
personales, puede también aprovecharse de las de otros.
Para todas estas inspecciones las tropas se disponen en orden
desplegado, hasta el regimie11to inclusive. Las brigadas se forman
casi siempre en columnas, como en el orden de reserva. En todo
caso, el oficial encargado de la inlipección es el único que pasa por
el frente de las tropas; ni sus superiores, aun cuando a i tan á la
revista, ni sus subordinados, por más que le esperen sobre el terreno,
no inspeccionan las tropas antes ni después que él. Aun en
aquellas revistas que pasa el Emperador, nadie recorre el frente de
]as tropas antes que S. M. Esta es una regla excelente, porque
permite no llevar las tropas al terreno sino lo más tarde posible,
Igual práctica se exige en ]o que concierne á los honores que
se rinden. No se presentan las armas sino al oficial que hace la
inspección ; para los demás, cualesquiera que sean, se concretan
á mandar firmes. El estado oficial de la fuerza no se da sino á esta
sola persona. Sin embargo, como puede ocurrir que el Emperador
ó algunos oficiales generales asistan también á la reviHa, los ayudantes
de regimiento y batallón se proveen siempre de algunos
ejemplares que ponen á su disposición.
Si durante la inspección aparece sobre el terreno algún oficia 1
de graduación más elevada que el que la pasa, este último manda
firmes, y dejando la tropa en el orden de formación en que se encuentra,
sale al encuentro de su superior, al cual le da parte de que
"á tal cuerpo está pasando tal género de inspección;" ~eguidamente,
después de haber obtenido su autorización, continúa sus
operaciones sin preocuparse más de la presencia de su jefe.
Terminada la inspección, el oficial que la ha pasado reúne
sus oficiales, hace su crítica, que vienen á escuchar .sus superiores,
á los que, cuando ha concluí do, pide únicamente permiso para retirar
su tropa.
Tal es el aspecto general que presenta una inspección; aspecto
que no modifica en nada la presencia de cualquiera, sea quien
fuere. Todo pasa dentro de cada jerarquía, con calma, sangre fría y
sin agitación ni emoción aparente.
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BULgl'f N ~llLI'rA R 39
El oficial que debe pasar una inspección no comunica el programa
á la tropas hasta la víspera; precaución muy útil y que
excluye toda posibilid;~d de preparación especial.
Una vez que se ordene una inspección, no se da contraorden
sino en circunstancias sumamente excepcional-:s. El mismo Em
perador se conforma rigurosamente á esta regla hasta el punt
de que si por una razón mayor le es imposible pasar la inspección,
delega para reemplazarle al comandante general del cuerpo de
ejército, quien le da parte después del estado de las tropas. El soberano
no repite jamás una inspección así pasada, porque la perturbación
que resultaría en el programa general perjudicaría la
marcha regular de la instrucción. Para las inspecciones de compañía
los oldados se presentan siempre con los efecto de número
que desea examinar el jefe del regimiento: ordinariamente los efectos
número I, porque el coronel ha tenido frecuentemente ocasiúr
durante el invierno de ver lo otros *,pero las in pecciones de lo
oficiales generales tienen lugar por lo regular con los efectos número
2 ó número 3, según el e tado del tiempo, á lo cual se presta
siempre la mayor atención. La autoridad superior da siempre
el ejemplo de economía en este asunto, interesándose por economizar
en todas circunstancias el vestuario de las tropa, por lo qu
no es raro ver algunos generales que la mañana misma de un día
de inspección, hagan telegrafiar á un regimiento la orden de comparecer
con sus prendas usadas, por t~mor á que el mal tiempo estropeara
las nuevas. Compréndese que con tales precaucione el
vestuario del ejército se mantenga siempre extremadamente brillante,
sf!gtín lo explicaremos más adelante. Con el objeto de conservar
la bayoneta nunca se pone ésta en el fusil en los ejercicios,
inspecciones ó paradas, ni aun para montar las guardias. Tiene esto
además la ventaja de hac~r comprender á los soldados que no deben
jamás hacer fuego con el sable-bayoneta, el cual hace desviar
la bala, da más peso al arma y se deteriora bajo la acción cie los
gases de la pólvora. No se pone, pues, la bayoneta más que para
determinadas facciones de noche, ó bien para desfiles, formar el
cuadro y dar una carga, y en las revistas ó maniobras solamente en
las ejecutadac; en presencia del Emperador. En todos los ejercicios
inspecciones ordinarias, basta con simularlo á la respectiva voz de
mando. Todas las inspecciones, y fuera de esto, la mayor parte de
los ejercicios tmpiez.an siempre con un desfile. Se obra así porque
se juzga que los soldados han de desfilar mejor y más correctamente
cuando no se les ha fatigado todavía. Un buen desfile se
considera para el soldado como la más difícil de todas las maniobras,
y por consiguiente como un criterio infalible para juzgar de
la firmeza de una tropa.
• Ya hemos dicho que el soldado prusiano t" ene comúnmente hasta seis jue¡na ele
dectes de veatuario, los cuales tiene numeradoa e 1 ielie.-(N. ele! T.)
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394 BOLI<.;Tll'i ~IlLl'l.All
Nunca se determina con jalone la línea del desfile; esta precaución
parece superflua, y se requiere la atención de lo oficiales
colocado en las alas para regular la marcha sin ayuda alguna
exterior.
Aun en las grandes paradas en pr '= e ncia del Soberano, se observa
el mi · mo principio, concretándose á de tacar en la vanguardia
dos oficiale· a las órdenes, que se colocan á derech:1 e izquierda
del Emperador, sobre la línea que Jebe eguir el flanco de la
columna.
Una. observé..ción general que debe hacerse sobre estas inspecciones,
es que si bien en ellas e ejecuta siempre cierto número
de movimientos reglamentarios para apreciar la destreza y
agilidad de la tropa, no se detienen mucho tiempo en esto, pasándose
bien pronto á la solución de cualquier problema táctico planteado
sobre el mi mo terreno.
Al proceder de este modo, el inspector puede juzgar á la vez
oel grado de la instrucción militar de los soldados y de la inteligencia
de su jefe, pudiendo asegurarse de qué manera éste y sus
oficiales sabrían tomar, en ca o de necesidad, una re olución y ejecutarla.
A í, por ejemplo, en una in pección de batallón despues
del desfile, algunos cambios de formación y marchas en línea, el
'efe de la brigada plantea al del batallón el problema siguiente:
"Su batallón de usted marcha en columna de viaje aisladamente
y sin contacto con otras tropas. Al llegar á cierto punto,
usted sabe que una posición que se encuentra sobre su camino
está ocupada por el enemigo, y usted se decide á atacarle para poder
continuar su marcha."
El jefe del batallón dispone al momento su tropa en d orden
de marcha. Destaca una vanguardia, retaguardia y exploradore á
los flancos. Luégo se lanza al galope hacia u vanguardia para observar
á distancia al enemigo representad por los músicos del
regimiento que el ayudante de la brigada ha colocado al efecto.
T'oma entonce su disposiciones para hacer un ataque de frente,
y tambien, ~i el terreno se presta, un ataque de flanco. Todas las
órdenes y explicaciones se dan en pre encia del in pect r, quien
se ab tiene por principio de intervenir en nada, re ervando todas
sus observacione para el fin de la in pccción.
Al tet minar el capítulo cle las inspecciones no será quizá fuera
de lugar decir aquí algunas pal a bra obre las revistas dt parada.
N o se con ideran como inspecciones, puesto que no permiten
en modo alguno juzgar del e tado de la instrucción de las tropas,
y más bien pre entan el carácter de solemnidades militares, y
como tienen además el inconveniente de su traer mucho tiempo
á la instrucción de las tropas, el jefe las evita con el rrayor cuidado.
En la Guardia, como ya lo hemos dicho más arriba, no hay
cada año más que una gran revista de parada, al fin de lo ejercí·
cios de primavera. U na se pasa, además, al comienzo de las gran-
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BOLETÍN 1\'UJ ... ITAR 395
des maniobras, en el mismo punto de reumon de las tropas que
deben tomar parte en ellas, pero solamente cuando el Emperador
asiste en persona, porque de otra manera la mayor parte de los comandantes
generales de cuerpo de ejército no la pasan.
En virtud del mismo principio, es decir, el de no interrumpir
la in trucción de las tropas, no se hace a istir á la gran parada
de Berlín sino á los cuerpos que tienen su guarnición en ]a
capital. Los regimientos estaciouado en las inmediaciones, aun
cuando pertenezcan también á la Guardia y formen parte de las
brigadas y divisiones que han de concurrir á la parada, no dejan
jamás su guarnición. No se quiere di traerlos de sus ocupaciones
durante un tiempo que sería necesariamente mucho más largo que
para lo regimientos establecidos en Berlín. No hay más excepción
que para los dos regimientos de Spandau, y esto únicamente
porque dichos regimientos se encuentran precisamente en Berlín
en esta época del año, porque van á pasar allí algunas semanas
para ejecutar una parte de los ejercicios de prima vera, de conciert
con los regimientos de sus brigadas respectivas.
La víspera de ]a parada, un oficial de Estado Mayor se encarga
de preparar el terreno, marcando con un pique te el ala derecha
de cada regimiento y batallón. Hecho e to, las cosas se suceden al
día siguiente con una calma y sencillez notables. Habiéndose fijado
la parada á las once de la mañana, se ve á las diez solamente
llegar al terreno los jalonero , á razón de uno por batallón, batería
ó regimiento de caballería. E tos jaloneros son los mismo hombres
que la víspera han preparado el terreno en compañía del capitán
de Estado Mayor. Pocn después llega este oficial, y á una
señal suya, cada hombre va á colocarse cerca de su piquete, alineándo'
5e por RUS inmediato . El oficial rectifica el alineamiento, y
en menos de media hora todo e tá dispue to. A las die?_ y media
apareció sobre el c.1mpo el primer regimiento, y á las diez y tres
cuartos se formó el último eH línea. A las once menos veinte minutos
llegaron los generale con mando en las tropas, y un poco
más tarde lo- que iban á asistir á la parada: por último, á las once
en punto apareció el .Emperador en compañh del Rey de Suecia.
N a die antes que el soberano había pasado por el frente de las tropas.
Él mismo lo recorrió al paso, según el. uso universalmente
observado en Alemania, con el fin de juzgar mejor de la regularidad
de las formaciones. Y i bien Jos regimientos no llegaron al
terreno sino con una media hora de anticipación al comienzo de
la parada, puede decirse que la precisión de su alineamiento era
verdaderamente notable.
Por lo demás, se cuida riguro amente de que las tropas no
lleguen demasiado pronto al terreno, para luégo mortif.carlas allí
inútilmente durante muchas hora . No faltan ejemplos de duras
reprensiones dirigidas á jefes que no se sujetaron á esta regla.
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396 BOL'li~TÍN MJLIT.A.R.
Se exige también que los jefes de batallón sepan alinear con
prontitud su tropa sobre las demás, tanto más cuanto el apoyo
de su ala derecha les ha sido claramente indicado. Si algún regimiento
ó batallón no está bien alineado, nadie sino su jefe es responsable,
y así se consigue que cada cuerpo se coloque por sí
mismo de una manera perfectamente regular.
Nada causó mejor impresión que la calma y el orden, que no
cesaron de reinar, tanto en el momento de la reunión de las tropas.
como durante todo el tiempo de la parada.
Todos los oficiales de Estado Mayor del cuerpo de ejército
permanecieron como meros espectadores en la comitiva de su jefe,
quien no tuvo desde el principio hasta el fin una sola orden que
dar. Antes de la parada un plano litografiado que indicaba el puesto
de lac; tropas y de los oficiales, se había distribuído á todos los
jefes de cuerpo. Cada uno de ellos, ajustándose á él, sabía, pues,
exactamente, lo que tenía que hacer. Siempre existe, como se ve,
el mismo principio tan c-aracterí tico de independencia completa, y
en compensación, de responsabilidad entera, dejadas á cada uno en
los límites de su esfera de accion.
Nos resta decir alguna palabras ::le la revista de detall (musterung),
que no e verific.t sino cada tres ó cuatro años, al pnncipio
del verano. Es, ante todo, una revi ta del material, y no cuestión
de exámenes ó ejercicios. Antes de la revista aparece casi siempre
una orden qu~ indica ~u marcha detal :ada. El general inspector*
va acompanado de un funcionario de la intendencia y de un maestro
armero para el examen de las cuestiones que se refieren á su
especialidad. Estas revistas generalmente son muy largas, y los
regimientos se preparan para ellas con un año ó más de anticipación.
El inspector e tá obligado, en eft-cto, á examinar todo lo que
constituye el material del cuerpo, tanto al pie de paz como al de
guerra; y se pasa la revista, no superficialmente, sino pieza por
pieza hasta el último botón.
E ta inspección no se refiere, sin embargo, sino á los objetos
que constan en los estados reglalllentarios. 1 odo lo que el
cuerpo haya podido economizar, por un medio cualquiera, queda
como propiedad suya particular y no se somete á examen alguno.
Así, por ejemplo, según los reglamentos, cada regimiento debe puseer
lo que se llama lagarniture (equipo) de guerra*, esto es, los ef~ctos
de vestuario y equipo para un efectivo de siete batallones y medio; el
todo dispuesto en absoluto á prestar servicio, y además de esto, una
sola garniture de paz. 'l'odo ello se examina; pero en cuanto á los
efectos números 3, ~h 5 y algunas veces 6, nadie tiene que verlos,
en atención á que el cuerpo no ec;tá de ningún modo obligado á
poseerlos, }' si existen, es gracias á los procedimientos de ad-
• Que es, como hemos dicho, el jefe ele la brigada.
• Lo a prusianos designan con el n:>mbre de gar11Uure un juego completo de efectoa.
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BOLETÍN MILITAR 397
m1mstracJOn del regimiento. Estos constituyen ]a propiedad particular
de cada compañía. Por lo demás, volveremos á dar detalles
sobre este asunto.
La inspección de las armas sólo se verifica cada diez ó doce
años. Se refiere á las armas y sus accesorios, y se pasa por un oficial
superior designado especialmente á este efecto por el Ministro
de la Guerra, que manifiesta cada añ.o los cuerpos cuyas armas deben
sufrir la revísta.-(Continúa).
HISTORI.f.__
PARA LA S MEMORIAS SOBRE COLOMBIA Y LA NUEVA <..RANADA
(Coutinuación )
El cruel desengaño que Barreiro recibió en Casanare, la disminu ción
de sus fllerzas, causada por el género de guerra adoptado allí, la
moral que había creado mi división, el estado en que se hallaba, las
noticias favorables que recibí del iuterior de la Nueva Granada, y Jo¡
informes verbales que dio el General Lara decidieron á Bolívar, que
estaba en Manteca! á orillas del Apure, á emprender una catnpaña sobre
el Virreinato, reuniendo sus tropas á las mías, á desrec ho de loa
obstáculos que presentaban las inundadas llanuras del Arauca, y la desnudez
del ejército. Esta reuni6n, precursora de tantos días de gloria, se
verific6 en Pore, capital de Casanare, el día 28 de Junio de 1819, habiendo
yo presentado 1,200 hombres armados de fusil y 6oo llaneros
montados.
Aquí debo mencionar que, estando en Casan are antes de la in vasión
de Barreiro, recibí órdenes para nombrar Diputados al Congreso de
Guayan a, que debía instalarse el 1 5 de F~brero de 1 819, ylse nombraron
en efecto por Casanare á los señores Zea, Salazar, Vergara, U ribe
y M uñoz, instruyéndoles que! salvasen siempre los derechos de la N ueva
Granada para cuando fuese libertada. Cuando recibí otras órdenes
para reconocer la autorid td del Congreso, y la de Bolívar como Presidente
de Venezuela, lo ejecuté al frente de las tropas declarando que
este reconocimiento lo prestaba entre tanto que no eHuviesen libres las
Provincias granadinas, á las cuales tocaba deliberar sobre su futura
suerte. Conservo el documento respectivo, escrito de letra del General
Antonio Morales, que servía en mi Estado Mayor.
Apenas supe la resolución de Bolívar de mc..rchar á unirse conmigo
en Casanare para obrar sobre Santafé, envié con el Capitán Ramón
Zapata (hoy Coronel) á los pueblos oprimidos por los españoles la sig'Jiente
proclama, que, como es bien notorio, fue conocida de ellos y
produjo un entusiasmo general en la capital y en las provincias, no
obstante las medidas de precaución de las autoridades españolas.
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398 BOLETÍN MILI'rA&
FRANCISCO DE PAULA SANTANDER
del orden d~: los Libnladnres, GP11eral de Brigada de los Ejércitos de 1-'enezuela y Comandante
en Jtfe de la P(lnguardia dtl Ejérrito Libertador de la Nuev1t Grauadrs
¡Granadinos! El momento de vuestra libertad ha llegado. La intrépida
vanguardia de un poderoso ejército marcha bajo mis órdenes á
despedazar vuestras cadenas y á vengar lo3 ultrajes recibidos del bárbaro
español. Alentáos, y reunid y reunid por un instante vuestros esfuerzos
á los nuestros : en un instante de vigor y de actividad vais á
recobrar el dón más precioso del cielo, que !>Óio la seducción, ia intriga
y la perfidia pudieron arrebataros.
Las arma de la independencia triunfan por todas partes. En
México, en Chile, en el Perú, en Lima misma acaba de obtener "ictorias
decisivas de la libertad de América; Venezuela, la heroica Venezuela
va á fijar su de tino, de pués de haher pulveri7.ado el mayor ejército
espat1ol que ha salido de la Península. Sólo vosotros, granadinos,
aún gcrn1s e11 la servidumbre. Mas no durará muchos días tan triste
condición. El ilu tre Bolívar aparecerá triunfante en vuestro territorio
seguido de gran número de bravo , que han jurado no envainar su
espada mientra existan tiranos. Entre tanto, los tiranCJs de Chile y Buenos
Aires libertan las Provincias de la desventurada Quito.
Compatriotas : Vuestro honor, vuestra felicidad reclaman imperiosamente
vuestra más eficaz cooperación. El ejército que mando se
compone de vuestros hermano--, de vuestros parientes y de vuestros
amigos. Yo mismo oy uno de vosotros. No tenemos codos otra ambición
que re tituiro!> al goce de vuestra libertad. Ausente de vosotros,
oyendo siempre el ruido triste de vuestras cadenas, no he tenido otro
consuelo que ver cubiertos los campos de Venezuela con los cadáveres
de los bárbaros que os subyugaron.
¡ A las arma·, compatriotas ! Venganza contra el fiero espafiol que
ha derramado la sangre de nue tros m 8s ilustres ciudadano, y ha asolado
nuestro país. Reuníos á las tropas de m1 mando, contribufd vosotros
mismos á libertaros : reuníos pronto, y marchad sobre el miserable resto
de bandidos que profanan nuestro territorio. Venid seguros de que el
suceso coronara vuestros esfuerzos.
C:.~artel general de vanguardia en Manare, á 2+ de Mayo de
I 8 19-9'!
FRA 'CJ-CO DE PAULA SANTANDER
Precediéndonoc: esta proclama, y nuevamente nombrado Comandante
de la vanguardia del ejército, salió todo él de Pore por el camino
de Paya, y habiéndose atrasado la retaguardia, que mandaba el intrépido
General Anzoátcgui, tocó á la vanguardia forzar este paso ocupado
por el enemigo, que fue después denominado Los 'Termópilas de Paya.
En la traducción que recientemente se ha publicado en esta ciudad del
artículo Colombia de la Enciclopedia britá11ica, se ha hecho ya mención
de un hecho importante, que hubo interés de parte de Bolívar en no
mencionar y del cual existen todavía testigos oculares. Ocupado Paya
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BOLE'l'ÍK lt.lLfTA k 399
por mi división, la de retaguardia 'vivaqueó en el llano de Miguel con
el cuartel general, por no haber podido las tropas venezolanas marchar
hasta dicho Paya. Con el Capitán Freytcs, edecán de Bolívar, recibí
una carta llamándome al expresado vivac para conferenciar sobre la
posibilidad de continuar la campaña haci
n contra los enemigos dominadores de la Nuc"a Granada, que retroceder
á lo Llano , y que la di visión sola debía seguir adelante Y o pasé
el día siguiente al llano de Miguel, y allí nos reunimos á conferenciar el
General Bolívar, los Generales Soublcrte y Anzoátegui, los Coroneles
Lau y Salón y yo. Bolívar nos manifestó la desnudez de las tropas, y el
mal estado en que se hallaban con sólo un día de marcha por la cordillera
; las penalidades que se les esperaban al pasar lo más elevado de
ella, donde una nevaci'l p0día concluír con el ejército, la falta de caballos
y el disgusto de los llaneros de marchar por un país montañoso; no
hizo ver que si en tal conflicto el enemigo se colocaba al pie de la cordillera,
y retiraba los recur' os que podrían servirnos, nuestra destrucción
seda completa, y que en tal situación era mejor retroceder para inten-
. tar por GuJ.dualito una incursión por el valle de Cúcuta. Yo me opuse
á este plan con cuantas razones me sugirieron el conocimiento del territorio
y mis deseos de libertar á mi patria, y por fortuna me apoyó
muy bien el CoroPel Lara: al fin propuse que para salvar las tropa
venezolanas, que eran las que habían estado haciendo frente á ]as de
Morillo en el Apure, yo atravesaría la cordillera con mi división, reconocería
el terreno, obser..-ada si el país tenía recursos, me informaría de
la opinión de los pueblos, y resisriría al enemigo si estaba apoderado de
los puntos por donde debíamos entrar en la Provincia de Tunja; que
si éramos destruídos, las tropas de Venezuela quedaban intactas para
seguir obrando, como antes lo habían hecho, sin contar con las que yo
tenía en Casanare; pero si, al contrario, la campaña presentaba una per -
pectiva lisonjer.· , todos reunidos la seguiríamos hasta lograr el objeto.
El General Anzoátegui, que tenía la creencia de que era capaz de hacer
lo que cualquier otro hiciera, ofreció también ejecutar lo mismo
que yo proponía, y de este modo logramos hacer cambiar de plan á
Bolívar. Nuestros primeros encuentros parciales con el ejército enemigo
en la Provincia de Tunja, no fueron fdices : una compañía de mi división
fue batida en Gámeza, y una partida de caballería de la de Anzoátegui
dispersada en Cornles. Pero en el puente de Gámeza comenzó
á sentir Barreiro que estaba lidiando con hombres muy decididos á
vencer á todo trance. Mi di visión sufrió mucho en esta jornada ; y()
perdí entre otros, los Oficiales Arredondo Lobo Guerrero y Gómez.
Por no ser difuso en estos apuntamientos, no inserto el Boletín de Gámeza
y el de Vargas, donde se hizo la justicia debida á la vanguardia y
al Jefe que la mandó en estas batallas. Sin embargo, la gloria de Vargas
pertenece al Coronel Rendón y al Teniente Coronel Carvajal, ambos
de los llanos de Venezuela. A ningún otro se concedió, sino á ellos, en
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400 BULE'l'IN MlLl'l'A.R
a-queL glorioso día, el renombre de valientes. De las compañías británicas
se hizo honrosa mención en el Boletín del ejército.
La batalla de Boyacá nos puso en posesión de la capital del Yireinato.
Nuestra pérdida ea este día no alcanzó á 20 hombres en todo
1 ejército, y la mayor parte los perdió mi división, porque, como lo
expresa el
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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