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Imagen de apoyo de  La Siesta - Serie 1 N. 4

La Siesta - Serie 1 N. 4

Por: | Fecha: 04/05/1886

REPÚBLIOA DE OOLOMBIA. ..... i'. +\ <. ~ ,., 4-~~ ,o> $..- '"ti '-~<®® ~.~ . .-'''~ --- -,-----~~-,- '---'-'-'-'--~'-------'~-----~I -----;tr--~~--¡:__ -~;';~-;~-.' ----1---'''-- B O G O T A, M A R T E S 4 O E M A Y O O E 1 8 8 ~,, ___ , ____ ~,,_v_v.~ __ • --~ ·":--'-;-:;·-8"----:;.":-·,---' ------·'~~r~-·::-::~:;:;;iiÍlocros grue.os, con episodios de mal )J. .. ).. >J 1 J0( ..;-lo. , I ol~r, que son propios u~ los pueblos sin ejercicio intelec. VIDA INTELECTUAL. tual, y que ~n C?lombia estiÍn ya relegados á las aldeas y I á los corros mfenores de vaqueras, "qne se suenan con las Lo más genial en Bogotá es la agudeza, que no r~'1 manos," y de pastoras y pastorcillos reales, que alimen. side ciertamente en todas par~es, pero que e~á repart!o tan los oidos con pal:tbras primitivas y licencio~as. Aquí da en distinta cl~ses de la sOCIedad santa:feren?-. La f~a. hay una emulación tan grande. en el buen declf, que la se que prov~ca nsa vale más para la eXistenCIa comun, frase que se celebra debe ser clllc~lada, de palabras do· que las consideracIOnes filos6ficas y las recetas para te. nosas; sin ripios, de Ulla exactitud completa. ~ por ner buena vida y buena muerte; porque uno se, escapa esta razón los hombres de verdadera chispa sostienen de lo vulgar desagradable en una ola de al~gna, y es , con mesura Ulia couversación larga, sin desmayo, al facil de probar que los benefactores con diploma de I mismo tiempo que sin alambicamiento. Casi nadie le tales, son !os que hacen po~er buen~ cara á los hombre.s, toma prestado al vecino su curcaj, porqn~ al punto aun debaJO de uu CI~lo gns ~e lUVlerno y e,n pre,se~cJa los conocedoreR, por la estructum del penodo, saben de ~n futuro más gns todav\a de los ,negocIos publicos I qué personalidad está detrás de la frase ó del vers~ en y pnvados. El buen humor, es la feliCidad, y, ~ falta de litigio. Y no se excluyen tampoco las palabras. VIVas, oLra cosa, los hombres deblUn ~acerse c,?sqUlllas,. los sino que se les señala un lugar, qne no es el pnmero; unos á los otros, para ll? ~oner JU~ás ceno de mlsán. ni pudierall ni debieran suprimirse, porque ellas son la tropos. Cuando el aburrnruento se sienta á nue~ro ~ado, mitad de la lengua castellana, las ideas se acortan y aun desaparecen las aspiraCIOnes CId t h b d to . . generosas' no es bueno sino el hombre que ama la uane o uno e es os om res e gra mgemo s.e vida no' uede amársela sin tener los nervios dulce- prepara á publicar una obra, nos parec~ que hay motI. mentl elás8cos por la inflnencia de la musa Alegría. I V?S para estar de plácemes, porqt~elos ~Ibro~,agradables De donne se deduce, naturalmente, que incurren en 1 Slelllpre son escasos, y los .de diflCIl dlgestlOn a~undan Pecado imperdonable l"s que arrastran á nuestros con. '1 e;t todas partes l'ara nutnr los est6magos f~er.es. El . 'b ' d libro que anunciamos hoyes uno de FranCISco de P. CIUdadanos á contemplaCIOnes som nas, y son peca o. C '11 n Id" T' d B tá " tá res, 6 sea mejor dicho, criminales, los que personal.! arrasqUl a, I u a o IpOS e ogo,' que?:a:sd~ mente causan enfado á sus semejantes con qnisicosas '1 en pren~a, y que contiene nnas fotograf~as comp ,e como cobros, requisitorias, embargos, por ejemplo...... per~ona,Jes, t,omadas del natural; un estIlo peculiar, c?n Para permanecer en estado de gracia deben buscar los ' denVaCl?n .dlrecta del de Quevedo, y con sello ~roplO, bogotanos esos círculos chispeantes, en donde viven ell caractenstlCo, lo que puede llamarse la ,presencIa real chiste, el epigrama, el salado relato y las hermosas y! del autor en su obra .. Hay much.os escntores que 110 alegres variantes de la palabra, cuando la anima un I comparecen en las págmas .de su hbro, y ?-llector se e estro festivo y la reciben labios que ondulan con des. ¡ figura al leerlas que se entiende con los dl!untos, 6 que envoltura y bocas que se abren para dejar que salga, ! ha de encontrarse con el autor, .no por a~ll cerca, entre como un aire de música, la carcajada sonora. Es im. ! los demás cuadrumanos, smo qUizá despues de muerto ... perdonable que la gracia de que hablamos tenga la ! en los cuernos de la 1 una. . "ida efímera na la conversaci6n, y no vaya á consa. 1 La lectura de buenos libros se ha hecho fa~ihar grarse en libro~ amellOS 6 á ser la pimienta de los ¡ entre nosotros. Lejos estamos de los centros estrepitosos peri6dicos. En otros países vale mucho lo que llamaré. ! del pensamiento y siu comunicaci6n facil con ellos, en mos el buen humor literario. La inmortalidad está de'j esta altura desconocida, á donde se llega con tanto tra. trá:; de la agudeza. Y nosotros la poseemos en todas sus bajo y de donde se sale, por uua rareza, para Europa ó manifestaciones: de de la chanza jovial y sencilla, hasta los Estado~ Unidos. Pero así, no obstante, vivimos al el epigrama de punta aguda, que se dispara con arco 1 corriente de los sucesos importantes de todo el mundo, flexible y va á olavarse en las carnes. El suceso más I y ell relaci6n con los más afamados escritores universa. pueril da nacimiento á millares de comentarios 8:l.bro. les, mediaute las librería~ asiduas que nos abastecen sos, de relatos nuevos, ue inciuentes grotescos y de fan. I oportunamente de rica y variada lectura. La facilidad tasías risueñas, que son un enC'lnto. La vena abierta y I de obtener libros ha despertado un espírit,u beneficente nunca exhausta mana licor ell que abrevan tQdos los de crítica, del cual e.tábamos desposeídos hasta hacc paladares; y como cambie el acontecimiento, el hecho i pocos años, 6 que era patrimonio de algunas personas del día, a~í toma otra faz la cr6nica divertida, sin que doctas solamente. La comparación, facilitada, de las jamás sea monótona y nunca pueda doblarse la hoja. I distintas escuelas literarias y filos6ficas, permite á los Es lo dicho una de las señales más precIsas de vida in. ! lectores que purifiqtlen su gusto y los estimula en el teledual, Jl?r9ue la gracia es el fós~oro del cerebro, los I estudio. En ~os salones hoy día la charla insustancial fuegos artlnclnlcs cuando liucstras Ideas están de fiesta. I va desapareCiendo, como una vergonzante de mal a!1'Üe. COIl las cOllversacioncs dclicadas, en que el arte se reju.¡ ro, y el diálogo sensato, útil y agrauable, ocupa el v~cío venece, en que los má.s pulidos tienen derecho al triun. de las cosas fútiles. La mujer ju,ga en materias, enantes 26 LA S IESTA intrincadas para ella, pero inocentes y provechosas, qne le dan consistencia al cn.rácter femenino, de suyo mudn.­ble, y que son uu adorno admirado en el cerebro de las damas, como las ajorcas de diamantes en sus brazos hermosos. Va desapareciendo por completo la mujer silvestre, que es ya ex6tica en nuestra civilización, y de la cual se despedirán los poetas con églogas melanc6li­cas, que ellas, si tornasen, no entenderían por su propia rusticidad. Los libros que sirven á los bombres deben servir á las mujeres; los malos, que son los qne no con­tienen un pensamiento fecundo, pues dicho se está que no deben ser leídos ni por los unos ni por las otras. El espíritu de crítica se manifiesta en la juventud persistentemente y la aprovecha para ensanchar el ra­dio de su examen y ampararse de los dómines en un raciocinio propio y deliberado. El saber es una inunda­ción de la cual no puedeu librarse ni los que asustados busquen los más altos picos; que es inundación abajo y diluvio encima. A fomentar el gusto al examen y la experiencia, á la comparación y la deducción, á la in­vestigación de los hechos y de las ideas, que es lo que constituye la crítica, vienen justamente dos nuevas obras de nacionales (á uno de ellos, pues no tiene patria libre, séale la nuéstra grata), á saber: la segunda edición de los A?,tículos escogidos de Emiro Kastos, muy corregida y aumentada, y los Esfludios OTíticos de Rafael M. Mer­chán. De ambos nos ocuparémos próximamente. Pero mielltras tanto, observamos que los dos escritores, aun­que con distinto procedimiento, tienen ambos por objeto contribuir á que prevalezcan la verdad en los enteudi_ mien tos y el buen gusto en las l etras. i Quiénes se apartan, pues, de esta vida intelectual de la metrópoli 1 En todas partes son los mismos: los imbéciles y los que tienen sed de oro. A MI HIJA CLEMENTINA. Si estuvieras aquí, cerca del lecho Do el dolor implacable me t01·tura, CulÍntas angustias de mi amante pecho Calmaran tus caricias y ternura ! De la desgracia el huracán deshocho Combate sin cesar nuestra ventura, y es ya este grande corazón estrech o Para la hiel que en su infortuuio apura. Cúmplase a"í la voluntad divina Del que les dió .í tus labios vil'gi nales, 1I1i dulce y adorada Clementina, Trinos de los sinsontes y ttU'piales ; Del que puso 011 tus ojos hechiceros Arrobadora luz do sus luceros. Septiembre de 1885. JORGE ISAAcs. LA CANCIÓN DE LOS OFICIOS. (DE 8ULLY PBO'DBOMME) Los que la li¡na om puñan ó la llana, O guían el aTado, Son más felices que vosotros, hijos Del Al·te soberano: Ganan ellos el pan de cado. dío. Con el diario trabajo, y vosotl'OS, obreros pensativos, De hábil, ligera mano, Halláis la muerte en vuestras propias ob1'as, Que triunfan de los años. Más rud~ que la vuéstra es la taren Del labrador austero, Cuyos afanes colman de abundancia Los hogares ajenos; Mas él con las gavillas que le sobran Tiene facil sustento; Cuando á vosotros, que si alzáis el canto, Guirnaldas vais tejiendo, De ham bre os dejan morir ante sus puertas Los henchidos graneros. Suda el herrero en la continua noohe De su taller ardiente, Cuyo calor le seca la garganta y c11'ostro le enrojece; lilas, sin verlo agota.rse, humilde vino En toscos yasos bebe, J\llientras vosotros, que labráis de oro Hermosas copas tenues, Morís de sed, mirando ,¡ vuestro larl$ Rebosar los toneles. Ante sus telas encorvado siempre, Palidece y enforma El pobre tejedor, y ni los astros Ni el cielo azul contempla; Mas siquiera un abrigo contra el frío Su ardua labor le deja. Los ligeros encajes de los sueños Teje la mente vuestra, y sinembargo perecéis helados Cuando el invierno llega. Audaz suspende el albañil, que escala Tms un piso otro piso, De frágiles andamios la existencia y alienta entre peligros; Mas siquiera una mísera cabaña Hcredanín sus hijos. Vosotros hacio. Dios tendéis ligeras Escalas de continuo. y no es vuestro el hogar donde se escucha Vuestro último suspiro I Llega la noche, cesan las faenas, y todo el que trabaja ­Veucido, pero en paz con la fOl·tun a ­Feliz torna ti su casa, Donde la esposa, sonrosada y fresca, Llena de amor le aguarda. La corta vida consumís vosotros En perseguir ¡( el alma Con ligeras y tímidas caricias, y la ternura os mata! FIDEL CANO. ----.... ~ EL PATIO DE LOS MILAGROS. Nada más bello que la Bogotá actual. No que la i ciudad esté alegre y bulliciosa, op ulenta y ~erroc~a­, dora' pero en cambio está pintoresca y romántlCa. PID­I tores~a, con sus soluados de diversas divisas, con SIlS 1 , ramos del domingo de id. en los b~lcones, con su~ alcan­, tarillas en construcci6n, que aqul abren un abismo y allí levantan una montaña, con el bazuqueo de los cañoR, ¡ que andan por esas aceras ~e Dios olvidados de su an­I tiguo cauce, con una multitud de gentes de antafí~ y I de provincia que vienen á la corte á emplear ~us OCIOS 6 á emplearse en algo, y que recorren con su abigarrada LA SIESTA 27 1 comitiva los templos y lugares públicos, Cou muchas Ila tarde, 6 corredores como azacaues hasta la misma cosas más se engalana la que fué un tiempo asiento de I hora, pierden de ahí en adelante muy buenos ratos en los ZipaR, y después de los nietos de Recaredo; pero visitas á la ch¡chería vecina, donde no es agua lo que lo que más nos llena de entusiasmo y nos hace echar heben, La chicanta¡na, comQ ellOB llaman la chicha, de menos los pinceles de Murillo, es la inmensa caterva I entretiene sus ratos perdidos y compone las moléculas de mendigos, truhanes, pordioseros, azotacalles, rateros, I de sus cerebros, de manera de producir en ellos cierto vergonzantes, vergonzosos, &:, que hermosea las plazas, I arreglo matemático cJue dé por resultado una borra. callea, zaguanes, ch~cherías, atrios y P?rtales de l~ ciu·1 chera como una hipotenu a, , dad, Es una maravJlla ver ese hormigueo de ciegos, ' Allá en esos bodegones, despues de cocer lo habido l~za~in~s, baldados" pletóricos, anémicos, hambrientos, I en grano y repar!'il' las baratijas y el nikel (i que muo dlspeptlCos y paralíticos, 1 chas veces hace ncos á muchos! ), comen y beben mejor Por la mañana están en montones semovientes ! que los obreros albañiles, que los pobres carboneros, durmiendo en los quicios de las casas, en los ángulo~ ¡ que el mismo soldado, c!e línea, consagrado á la muerte, entrantes de una iglesia ó en 1M apartadas zahurdas de ¡ que la madre ~~ familIa á qUien le reclutaron su ma. los arrabales, Cuando el sol empieza á calentar, se van! ndo, y cuyos hiJOS en~ebles lloran por pan, que no hay, poniendo en marcha hacia el centro de la ciudad, como! y que no pued~ peduse, porque el rubor y la pena las brujM de Goethe en la noche de E¡anta Valpurgis, á! saltan á las meJil!as, , ., tomar posiciones estratégicas: quienes en la puerta de ¡ Tras In, c0n:.üona Viene, en. pr~~L~cuacI6n de, sexos una iglesia, llaman con tristes voces al coraz6n del co. I y ed:,des, el sueno reparador y JustiCiero que los Iguala merciante devoto 6 de la viuda atribulada que van á ¡ ~l nco más orondo; el sueño, que para ellos no, es oh su misa antes de comenzar la faéna diaria, como ¡ Imagen de la muerte, que ellos no son Argensolas, smo otros se toman el del est7'ibo antes de emprender el; la , Ima¡¡-en de la nada! porque ellos son todos ateos viaje á la sabana: aquellos se reparten las calles en i eplCurelstas, Las oracIOnes truncas y enrevesadas que jurisdicciones inviolables é improrrogables, y cada cnal ¡ se les oye murmurar algunas veces, son enseñadas por en su dominio grita y se pasea todo el día: esotros, re. ! los -yete?'l1trws á los ?'ecZutas, y para. ellos no tienen beldes á todo yugo 6 convenci6n, y que tienen las me. I sentido de Dlngu~a clase: las apr,endle:on .para pedir jores zanCM que jamás hicieron resonar las aceras de ! á los 110m bres, no á DIOS, cuya eXistencIa, SI la sospe. Bogotá (como cierto hom6nimo de Nuest?'a Seño?-(~, las I chan, _no los preoc,upa, y cuyos atnbutos desconocen de París), se dan á recorrer toda la ciudad, por todos ! e~ ,absoluto, ~n:~lgos declarados de todo, lo que sea los vericuetes, y aquí piden, a.!Ií hurtan, acullá comen ¡ reglmen y ~hsClplllla, huyen ele los hospitales como algo, se van por esta buena vida santafereña con el ! de lugares lllfestados y malditos; las casa, de asilo lema del caballero de la Triste FiO'ura: sus fueros sus ¡ sou para ellos presidios; y 1M Hermanas de la Caridad, bríos, sus premáticas su voluntad, bCuando llega la no. I los mé?icos y las boticas, sus tres en~migos: su mundo, che, ,,-uelve la carabana, más 6 menos repleta la panza : demoDlo} carne, Su fístula, su lobauillo, sus calambres, de oplparas sobras, y el costal de zarandajas, á las O'ura. : son ~u tlm6n lllflexlble eu el mar en que luchan por pas habituales, donde un fog6n de hojarasca y m~dera I lo. VIda, ,con perdón de los (larwini~~os, Y si de Dios de las cercas vecmas les aguarda, Es entonces cuando: y los Santos no hacen la, eshmaClOn que todo ser el Patio de los Milagros, que descrihi6 el gran poeta, ¡ raCIOnal elcbe de hace:, de Malthus y sus leyes se hene aquí un recuerdo no muy infiel. Para hacerse! burla~l del modo más Irreverente, Aquello de que en 8e,ntlr y ~o ser pisados por algún burro callejero 6 aL ! la SOCiedad cada e,sfuerzo debe tener su, remuneraci6n, gun pr6Jlmo calamocano, y por ver si en esa última ¡ que sólo ha de satisfacer á qmen lo ha eJecutado; aqueo redada cae algún pez, van O'ritando que es un O'usto: j llo de que el vicio'o infecundo no debe sentarse luégo­" i Una limosna para su cieg~ecito !" "i La carid~d se.! cuando ya sea una carga y no más-sobre el saco de ñores :" "i Por las ánimas benditas!" Y demás so~sa. ¡ frutos que el h.onraelo padre de familia recolectó para cas que ellos se saben, Se llecesita la imperturbabilidad ! s~ Y para SU" h1JOS; aqnello., ,( pero para hablar en sen. de todo ,un Pedro Gringorio para no aturdirse con esta ¡ tlelO común), aquello de que á caela uno seg(m sus obras, algarabla y no aterrar e con esa procesi6n de fantasmas! cada palo que aguante su vela, y el que lo gana lo jama, en muletas, Llegados al cubil, es de ver la zalagarda i eso, llO entra, ~on la veneranda cofradía que nos ocupa, que ar~an, las voces que salen de aquellas hocas, y lj,S j Las nl1.e,e doclmas pa.rte? de estos sugetos son rezagos pantomllnru; ,que representan aquellos gandules, Allí j del VICIO, truhanes arhficlOsoS, ya cantados por Espron. son las maldlClOoes para el avariento que no di6 sino I ceda y Bérallger, que hacen de la mendicidad un oficio, U?~ pIltrafa de carne cediz~, para la señora pobre que i como átros de la zapatería ó de la agricultura, dIO la, cofia vIeja de un Dl~tO, que de nada le servía á I Ya dijimos que son ateos, y lo evidenciaremos: ella DI de nada puede serVirle al mendIgo, el cual la I i quién ha visto á un mendiO'o de éstos en la i lesia eJ,l?-~ta en su b~rd6~ y se ríe de la. fig~ra ridícula de eu I oyendo la misa, confesando ó"comulgando 1 Nadi~, En~ hiJO entocdofiadlo, alh, en aquella mmuclOsa reqUisa, apa. ¡i fermos, como dicen ellos que están deberian ir tí. comul 1r1e cen os os proventos del día ' entre 1o s cual esb n'- gar semanalmente por lo menos p, ara poder recibir en. t at;t alguno,s ndíkele~, que cuenta y recuenta el propie. ¡ el cielo el pre:nio ó mejor dicho la indflmnizaci6n de eanr IOla, cboaut p0aJ O~H e mIDe"r o cateador que ve la ceJ' a d e oro iI sus penas de acá' abaJ,O ; pero no": m.n O'uno de ellos se de los me~digosay mC;:ld:\~::re ;n .. ~t~ hora 1 sicológica I preocupa de la ~uerte futura de su alr::;a, y cuando los das' pues no sie~pre la parti ~~ uJI~ab ~ pa os y pa~. ! sobrecoge la CctJem, como llaman desdeñosamente á la por 'igual á los que lo adc¡uirf:~~n ? . o l~ cOi{esp;n e I m~erte, lanzan una inttlrjección no nada pi~dosa, se frente!" Y además, los sugetos de c~~ ~a~~a or e s~~ I ~~lran una I,lulg~da, y se van al an~teatro SID d~spe. dnos en SUB puestos, como centinelas q h t 1 m~s, ait ¡ 1111'~e de ,n,adle Ul encomenda!se á n:nguuo, Y DI aun , as a as res e i a 1 son ntiles, pues su orgaDlSlllo, mlDado por un mal 28 LA SIESTA que no es enfermedad característica ni caracterizada en la patología, sino qne es la muO"re los parásitos el alcohol y el desarreO"lo constante de ~ida no puede' ser estudiada en. f?rma o alguna; y ni ann a~atómicamente se pneden utilizar: aquellos músculos, huesos y vísceras 1 n~ est.~n eu estado ninguno observable, couservable 6 " disecable: ese pot pOU1'ri v':lelve á b tierra-después I de h~berse burlado d. e la pohcÍa, de la caridad pública I y pflva.d~, de todas las instituciones sociales y de las leyes dlVlDas-á prestar el primer servicio de su muer- , te, en forma de abono de los potreros adyacentes al i cementerio. I ~uy atrás d~jamos ya lo pintoresco de Bogotá y ! s~ PatIO de los Mtlagros; pero volvemos á ello, porque ¡ olmos á un aparcero que canta: I "No hay gente como los ciegos, I Que aunque no ven, oyen mncho . . Penas se ahorran no viendo ' Las miserias de este mundo·" y concluímos. Lo de romántica no se le achaca á ! nuestra villa ilustre por aquel número innumerable de i viejas enmantilladas que lloran detrás del transeunte, : contando hazañas y percances desgraciados, las más ; veces verdaderos y dolorosos de oírse. i Piedad suprema i para la miseria! I LOS MINEROS DE NEWCASTLE. I DE .lUG. DUBan I Que otros sobre los montes respiren el aliento J;leneficente y suave del impetuoso viento E. i~unde un aire puro su frente en derredor; L,v,anas velas otros desplieguen en los mares y surquen presurosos, al sóu de sus cantares, De las amargas olas el seno bnllidor ; Que á otros, cada día, les llene la pupila El sol con dulces rayos de luz tibia y tranquila y ante sus ojos brille un cielo do zafir ; Que otros, cerca de un techo cubierto de vordura Recojan las coseohas que la estación madura, ' y . el canto de las aves arrulle su dormir. El cielo echó sobre ellos sus ojos compasivo, Un astro de bonanza los dió su fuego estivo, Yesos mortales fueron nacidos al placer. La mano poderosa que acá en la tierra imparte Favores ó castigos, les dió la mejor parte: Vida de amor y gloria que es grato merecer. Ay I de aquel imprudente, ay I de aquel temerario, Que del !Iriso!! desciende al lúgubre suntuario ~in la bendita lámpara que Davy nos legó; A éso el torvo espíritu que aceoha en la penumbra, Ó súbito le ahoga, ó súbito se alUlnLra y entre implacables llamas al míseru abrasó .... Ay I de nosotros todos: 'lue á YeCes 60 desprenue La misllla dura I'oca que nuestra pica hicnd~ y rueda sobre cráneos como impetuoso alud. Mós de uno que soñaba, COn alma cariñosn, En los cabellos rubios do un hijo ó de una esposa Encuentra en esa sima la muerte y sU quietud!. ... y bien: somos nosotros, nosotros sombras mudas, Del movimiento humano en sus faenas rudas La poderosa fuerza y ellDvisiblo irunn. Oh Industria! es el teso1'O que á riesgo da la vida Ananca nuestra mano convulsa y aterida, El que te impulsa férvido, potente leviatlÍn ! La hulla en llamaradas calienta la caldera, llace rugir los hornos, hace tem blm' la esfera, Rodar sobre los rieles el rápido vagón, Es ella quien por todos los óru Litos del mundo, Sobre el hinchado seno del ruar ancho y profundo, Pasea omnipotentes los mlÍstiles do Albiún. Nuestra labor oscura á la imperial diadema Da el brillo esplendoroso de la beldad suprema, Que en vano otros imperios p"etenden igualar. Sostienen nuestros brazos el torpo sensunlismo De esos quinientos lores, que ven con egoísmo El hambre pavorosa sentar.e en nuestro hogar. Oh Dios da la Justicia que ns dentro del pecho I Nosotros no queremos buscar nuestro derecho Turbando acá en la tiena el orden y la paz; Nosotros no pedimos el puesto preemineute Que ocupan los ruagnates del trono en la pendiente, Ni el oro que acumula el privilegio audaz; Nuestra am bición se sacia con que les des á ellos Do un sol de amor al prójimo los vívidos destollos, Para que al pobre atiendan con paternal fervor; Que les recuerde á veces, en medio del bullicio, Que si el cimieuto falta se cae el edificio y aplasta entre sus ruinas al siervo y nI señor. ANTOllIO J o.É HESTREI'O. Havre, 1884. -, ........ ---- En tanto que nosotros, cual presidiarios viles, OONTRA LOS OR1TIOOS IMPERTINENTES. Llevamos entre cuevas la vida de reptiles Sin recibir siquiera del solla olaridad ; y nó porque las leyes violáramos audaces, Sino que la miseria, en confundidos haces, Lanzónos desde niños á esta oscuridad. ¡ Porque ha llamado la atención del público, he lc,do ¡ dok ó tres veoes el artículo titulado Un ,,·itico impertillente, , que publicó el número 10 de "La Miscelánea." La primera , lectura soduce, poro tí la segunda se palpau las exagora­i ciones y errores y se descubre el cobre do la crítica. ¡ Por supuesto que la forma ingeniosa adoptada por 01 1 escritor, poniendo en boca de un interlocutor imuginario "opiniones do que él dico no participar, no es en modo al­! guno oxcusa pnra rehuír la rosponsabilidad del artíoulo, I ni menos alcanzaría la especie do palinodia final ti dar Nosotros los mineros somos de la Inglaterra, Vivimos oomo el topo, mil pies bajo la tierra, y allá el martillo se oye con redoblado són ; La hulla que arrancamos la empapa nuestro llanto, La noche n08 envuelve con su tupido manto, y el frío de la muerte nos hiela el corazón .... Ay I del incauto niño que en desgraciada hora Sienta el pié vacilante en la espiral traidora, Del fondo de ese abismo jamlÍs ha de volver .... Ay! del anciano débil, de caminar tardío, Si el agua descubierta se torna en turbio río, En ese estreoho vórtice habrá de perecer. - - . carácte" de pura broma IÍ todn la pieza. La critica os, i puos, bion seria, y comO tal pienso oOlllLutirla. ¡ No me detendré á examinnr las doctrinas literarias , de Mingrelio, ca i todas teóricamente exactas, y por cier­, to no lllUy nuevas y originales, pues son lns mismas quo , acerca de la crítica, la utilidad de las rcgltls y otros J>Uu- ' " tos, han profesado siempre los Larras, Clarines y He\'illlls. Me limitaré á defender oomo lo entienda los pasajos que LA SIESTA 29 con más chispa que verdad, ha tachado en dos notables I y aun de la mano por las puertas doradas de la juventud, poetas antioqueños. ! y que un mismo rayo del sol esplendoroso de esa época de Desde luégo, convengo con lIIingrelio en que la críti· ! lB existencia ilumine sus frentes' ca .6 al't~ de ju~gar ~e la bond.ad, verdad y. b~ll~za de las I P.or lo que hace al mal us? de vencer, no ~e parece producclOnes hteranns, fundandose on prmcIplos de esté-I' tal, D1 creo qué gane en valentIa el verso trocandolo por tica ó buen gusto y en las reglas científicas I'elativas á renclir, que es, por otra parte, sinónimo suyo, según puede cada obra, según el ramo á que pertenece, es clase de 00- verse en el Diccionario de la lengua. nacimientos poco ó nada cultivada en países atrasados. y como roeoan mansas adormidas En ellos, el que hace papel de crítico es con seguridad' Juntas las ondas en tranquila mar, ' amigo 6 enemigo personal, político ó en religión, del es-I Nuestras dos existenci,as siempre unidas . 't . d tI' . , f' 11 Por el sendero de 1 .. VId .. van. en. al' Juzga o; y. en o.nces e .J.UlClO no y ?ano ca a para Tú asida de mi brazo, jndiferente, ,deJar el campo hbre a la paSlon adversa o favorable. El, Sigue tu planta mi resuelto pi6, compadre ó copartidario agota el vocabulario de la ala- I y de, la se~da en 1 .. áspera pendiente, banza bombástica y exagerada; el enemigo ó adversario j A rollado Jamás temes caer. no acierta á hallar nada bueno en la .obra, y harto será "Es defectuosa la comparación, dice Mingrelio, por. que del análisis de ella no pase á la disección del pobre I que no hay ó no debe haber movimiento ó rodada de ondas autor, y lo ponga de presnmido, inepto é ignorante que en un mar que positivamente está tranquill?; y porque es no haya por dónde cogerle. Así, pues, ó censores amargos 1 1 ext~avagante qne ,las ondas salten de su sereno elemento cuya opinión envenenada encoleriza y no corrige, por más á berra para seguIr sendero, para oogerse del brazo y su-que puedan decir verdad; ó ciegos aduladores, de quienes I bir por algu~a pendien~e áspera." . . no hay que esperar que señalen defectos ó indiquen nue· ~ yo dl~o que, aSI como en la pl'lmera estrofa, la lU· vas vías; pero nunca jueces imparciales que, sin más guía moralldad,.l~ Incorrección y. el.disparat~ quedaron de par­que la razón, aplaudan y enseñen, animen, corrijan y des· I te de la cl'ltlca, en las dos slgulentes q~Ien apareo~ defec­piGl'ten la emulación: hé ahí lo que se le espera al hombre! tuoso y extrava~ante, no e8 el poeta, smo ~lingreho. qué de ingenio ó al tonto que sale pluma en ristre por es08 ,I es lo opuesto a ~~a mar tet?pestu?~a? Una tranquila. trigos de la literatura. ¡ ¡ Pero esa tranqUlhdad es la mmovilldad, y puede nunca ¡ suponerse un mar, ó siquiera un estanque, cuya tranquili­Hace presa Mingrelio en la primera cuarteta de la ¡ dad llegue hasta el punto de que la 8uperficie sea perfecta· composición .A Julia, de Gregario Gutiérrez GonzlÍlez. ! mente nítida é inalterable' A las playas del mar, aun es- Juntos tú y yo vinimos á la vida, ! tanda tranquilo, llegan rodando siempre las ondaQ á estre· Llena tú oe hermosura y yo de amor; ¡ llarse, y siempre el viento, por ligero que sea, riza la BU-A ti vencido yo, tú á mi vencida,. ! perficie y produce ondas. Porque de ondas habla el poeta, Nos hallamos, por fin, juntos los dos. i nó de olas, que, á mi entender, sobrepujan en volumen, Ya Rafael Pombo había tachado de verso malo el ! elevación, l'apidez y fuerza á las ondas. Y qué manera de primero de esta estrofa y primero también en la colección! nociones son las de Mingrelio sobre la comparación? Ni de poesías del bardo antio(lUeño; propone el señor Pombo ¡por 9n? prolonga.á otra estrofa la influencia ideol~gioa de que se reemplace por este otro: i un slmtl que termma en la que precede? Este slDllllo re..- Al par tú y yo vinimos á la vida; i pite el I,>0eta en su composición .A Julia, de 1869, con ma-y dicen los editores (los hijos del poeta) que no hay in-I yor clarIdad: . . , co,m patibilidad entre el verso primitivo y el último de la I .... Unldos VInImOS basta el ftll Coal dos olas gemelas qne ban rodado mIsma estrofa: : En busca de nna play .. en q06 morir. Nos hallamos, por fin, juntos los dos, I La observación del crítico á la siguiente cuarteta, deja si se tiene en cuenta que Gregario y Julia nacieron juntoB, ! de ser trivialidad para pasar á simpleza. Con que hay in­es decir, á poca distancia de tiempo y de lugar, y de pa· ! cohel'encia gramatical é imposibilidad material en decir: dres íntimamente relacionados; tuvieron que separarse i Tú asida de mi brazo indiferente luégo por largo tiempo, y después de varias vicisitudes se i Sigue tu planta mi res~elto phI; , hallaron para. siempre juntos. . . '1 porque quienes andan de brazo van de frente, y la planta Pero Mingreho le cu~lga al cuarteto lo~ califioatIvos , del uno no puede seguir el pié del otro? Fuera de que no de inmoral, incorrecto y dIsparatado i lo prtmero, porque! hay tal imposibilidad material, el verbo seguir no signm· quienes vienen ó naoen juntos á la VIda, son los gemelos, ! ca siempre procesión y enlilamiento, sino también com­y éstos no pueden amarse con amor; l~ segu~d~, porque ¡ pañía. el verbo vencer no puede ~sarse oon régimen I!ldlrecto; y ¡ "Y;;u mano en mi maDO, paso á paso ", continúa el lo tercero, porque nada hene de raro 9ue qUIenes nacen i poeta, y l\lingrelio observa que" ya no siguen de brazLA. Tal vez Guzmán no hizo mal Con Fulano en a cenderlo ; Que no importa nn Geueral Donde es general el serlo. JORGE POlIlBO. IMPROVISACIÚN. Largo rato caminámos Sobre la grama. menuda, I (Á Oli OANA.R10) Siempre limpia y siempre verde, Pájaro de par,la pluma, Que la población circunda. De pico arpado y sonoro, A t f d 1 Semejas salterio de oro . es e rag~ento e a composición Un paseo en Abe- Que resonara entre espuma. Jorral! le nota M1D:~elfo que es imposible la posición que La esclavitud no te abruma, d~~~nbe. Yo !"? se SI a los poetas pueda exigírseles la pre- Pues cantas entre tus rejas clSlo.n IDa.temabca á cuya regla de hierro pretende Min- y al corazón saber dejas, 1 t 1 1 Por la. forma de tu ca.n to, gre 10 suJe ar os; pero o que sí es claro es que no hay tal Que tus trinos no son llanto, abs~rdo en la posición r~spectiva de los dos paseantes ó I Que tus notas no son quejas. cammantes, y que renglon por renglón pueden dos perso- JOAquíN P. POSADA. nas ~r~cticar lo que dice el poeta, formando un grupo na- ~ ___ turahslmo. La ?la?"o derecha de J uIia iba por detrás de la I nuca de Gregono a tomar la derecha de éste fácilmente I EL TESTA~{ENTO DE UN POETA. doblada hacia arriba· J li • ' y el brazo izquierdo de la misma ¡: i eo m b a t'1d a eXI.S t enC.l a fn'e I a de EID.l h.o Antom.o u a, pasando por frente al cuello del poeta iba á unirse i E biD b' 6' b' l' 61 l' f con su propia mano y con la derecha de que' ya se habló; ¡ .seo ar. e 1 Ir len eJos, y s o a ?anzo, como re u- Y así el brazo izquierdo pod' b'. di' ; glO á sus dolores, la. tumba. Era un Joven lleno de lll- , la muy len ro ear a CID- I t r' - -d r d' , tura de la esposa, que, como se ve, iba como colgada del i ~ 1geneta, con ensue,nos e tea os, ldea8 a~re~s, prop6- c~ello de ~u amante marido. Un poco flojos los brazos, ! sitos vagos pero ardlentes, que s~n el dlstmtlvo de los nlngun~ dificultad hay para andar en esa posici6n ; y ella I cerebros de alg.unos poeta.~ desgraclado~. Apenas colum­es la mas natural en d~s recien casados (Julia y Gregario i br6 la persegUl~a glona, con la cual ce~ebra esponsales .~apen8B !l~:vaban tres .. nos de matrimonio en la época de la ! fantástiCOS la Juventud, cuando el publlCo de Bogotá composlclon) que van á visitar la tumba de su primogénita. i aplau~ía su drama titulado i Ju.sticia ó Fatalidad! que (Concluirá). I mereció de la crítica tantos encomios. Por ese tiempo i ya el infortunio lo había herido de muerte, y la ovaci6n I que sus amigos le hicieron por su triunfo fué casi una i fieRta p6stuma. El sufrimiento moral es, frecuentemen- FÁBULA. En el patio de rústica alquería Un pato mor~ió á un perro cierto día; y en va~o seIS mancebos, moraleja PretendIeron sacar de esta conseja. . Esto enseña IÍ los seres racionales A nI> buscar moral en.animales. R. DE NARv.h:z. EPIGRAMAS. Ayer tarde don Juan Lonas De hambre fiera en el exceso' Les pedía á todos un peso ' P?rque se hallaba en ayu~a8, DIeron las seis, don Juan : "¡HOI'as dan 1aí,_~5._ 1IIII1, 8II1r&ií.,. ~i"'811101l..,\" I te, principio y consecuencia de las enfermedades. Una p~na íntima, ':lna espantosa desgracia, postró hasta ren­, dir al pobre Joven; el aneurisma que le dió el último j g<:>lpe fulminante, no fué sino resultado de uno ya reci­! bldo enrnedlO del pecho. Tal V~2l algún día alzarémos i este velo sombrío que hoy, por piedad, no tocamos. I . ~ua~do los médicos desahuciaron á Emilio, él reci- I bl6 SIO ~ledo el fallo. Pensamos que deseaba alejarse: hay. oc~slones en que la partida, aunque sea á lo ignoto, les mdlspensable. ~ero para viajar, 'porque él creía en una contmua ascenSIón, según la teona espiritista, quiso I p0l!er s.obre . el papel lo que vivía y tenía ya cuerpo en i sll.mtehgenCla. O como Gustavo Becqller, .. quería dor­I ~lr en paz en la noche de la muerte," sin que sus crea- I Clones fueran á ser su pesadilla. Entonces trabaj6 mu_ cho: los dial! ~ra!l contados, y á pesar de SUB dolores I esCribía, 8610 rmdléndose á la suprema. fatiga. LA SIESTA 31 Por la. tarde salía de su casa, lentamente, :1 dar un '1 EL MUNDO BOGOTANO. paseo al Pa?"que de Santcmdc¡·. Iba allí :1 gozar de la , llabría materia para una revista nutrida. é interesante música en las retretas, del grato verdor de los irboles, '\' con lo que pasa en Oolombia. ! Pues, señor: no es poc.'\ cosa con la. vista de las eras florecidas, Lo ~imos en e~e tener á los italianos á tiro de cn.~ón, cuando .n~ nos hemos lugar por última ve>l, Su rostro estaba pálido y flaqUl- acabado de. desenredar de la ~Itlma guerra cml.; la~ espe· simo, sus ojos azules se movían en un círculo VIOlado, y I ranzas en C1~l:ue, tle un emprestlto de doce y ~edlO mllloneR sus cabellos rubios habíau crecido hacia atr:1~. Al rede- I de pesos á tIempo ql~e un decreto del Gobierno ~a ~altlo dor buscamos por instiuto la muerte. Aquello era un I como bombn. en la.s cajas de l?s ~ancos y en la cartel~ de di ,,' mbarcro el desgraciado joven soureía los partIculares; y una Constitución nnev~ ~n p,erspe,ctl'vat ca ,ver, ), ~NID el bl,o d' I d' 6 t' de los facultati I cuando ya Ibamos acostumbrlÍ.ndonos á VIVIr SIn DJOs DI dulcemeute. ?~ , la o e ~agn s ICO ; , - , ley. Eso para no bn.bln.r más que de las cosas grandes, que vos,. y corno qUISICr:1mOs reammarlo, coutestó con reslg- I si fuéramos á metemos en detalles, por Jesucristo que no nacl6n: ., . . I sabemos á d6nde nos diera el barro en las calles y plazas -Todo es ¡nútIl : cuando mucbo be de vIvir un mes. de esta pobre capital removida en sus cimientos por la No se quejaba; aparecía soseg:1do y respetuoso mano inf¡,tigable de u~ Alcalde, empeñado en hacernos re· con su destino. Por otra parte, buscaha en los astros un I cordar los buenos tiempos de Ahumada, de Alfonso Ace· punto de cita para encontrar á los que am:1ba. , . vedo y de PadIlla. Pronto con~er&'Ímos de SIlS obras. No quena monr , ..... sin dar término á un poema t!~ulado 'l'hara, de si&nifi- i Suponemos que no se querrá obligarnos á hablar de caci6n grieg:1...... No~ refino el plan y reclt? al- I las representacioDes teatrales, que - al revés de lo que gunos de los versos. Deseaba, :1Símlsmo, conclul l' un ! pasa en las capitales europeas - el invierno ha puesto en drama que, por lo .que .Ie entendimos, era cou :1r~un?en-1 entre~icho; ni de las últimas proce~iones ~e PaSC!la y tos de su propia hl ton:1, i Esp:1ntoso drama sena este, , Cu~sl1nodo, que t~do el mundo ha VI~tO; DI de lo~ lIbros porque i Emilio se le agri6 en la boca la leche mater_¡ recientemente puul!c~dos, que somos mcapaces de Ju.zgar. nal, y el 6sculo paterno le hizo ,pna llaga en la lDltad Sobre mu~rtos y vlll,¡eros Dadn. hay nuevo que, decIr; ,Y del corazón 1...... c~mo nalhe. s~ SUICida, se cas~ DI se bate, p~~namos Sl~ La arteria traidora no le dió tiempo, Una tarde nO I dIfic1l:1tad dejar eD bl~nco el espacIo Íntegro que La SIesta se vi6 al poeta ocnp:1r su banco de?ajo ?e los árboles, ! ~a aSIgnado á la re~lsta. .. ni á su perrita blanca, á la leal Eta:1-j'os, Juguetear por i . .... .. . los caminos de areua de~ Farque. ,Era .!lfeciso,. 3:llte I . aPero usted es eXlge~te, quendo Director, y el .. ofiClo todo, morir; y comprenchendolo asl EmIlio, escrIbl6 á ! obhoa •. A~emás, la crÓnIca es una parte tan eS(lncIal en sus amiaos predilectos la carta sicruiente, que era su úl- ! los penódlcos, y Duestro púbhco ~usta tánto de verse en f 'j' too' o ¡ letra de molde, que, á falta de los zlgzags de :tIIerchán, de- Ima vo UD . , voraría hoy con ansiedad hast.'\ los cronicones de la difunta Señores Jorge Rafael A.ranza y AJejandro Vega, "Reforma," único género realista que se haya cultÍ\-ado Queridos amigos míos: , con provecho eutre DOSOtI'OS .... Ahora, Di eso: "La Na- Les suplico encarecidameDte que hagan cumplir mi ción" publica versos, leyendas hist6ricas, ú hojas de carteo voluutad última, consignadf\ en estas líneas. Pel'llonen esta ' ra sobre el estornudo, los suspiros, los tropezoDes Y los postrera molestia. callos, aDalizauos en su acepci6n filos6fica; "Las Noticias" Dejo mi libro de Recuerdos á mis amigos todos, en la ! no dan ninguna que no haylLtnoS visto antes en el "Diario confianza de que ellos no dejarán morÍ!' mi pobre norubl'e. ' Oficial"; "El Semanario" tiene que ir á escribir su reviso Quiero que si alguna vez se publica mi drama, vaya i t,'L al desierto de la Oanuelaria, dándonos por crónica bo­precedido de un prólogo escrito por Alejandro, que sabe I gotaDa lo que habíamos leído en uu capitulo de la Pe/'egrí­su historia. , nación de Alpha y en uu articulo de Felipe Pérez; de A Alberto Urdaneta Y Lázaro Girón les dejo La novia I fuera no recibimos Di un lihro ni UD periódico, y así, ¡ pre· del Zipll. Ojalá la embellezcan con Sil lápiz. " teDde nsted que el suro haya de llenar esta necesidad de Suplico que se quemen mis papeles Y las cartas de imposible s:1tisfacción ¡ mis amigos. Bogotá se muere de atonía. ToLlos sus resortes se ha· Quiero ardientemente que mis coronas las guarde JuHa Illan flojos, y el movimieDto, la vitl:1 qne parece animarla como un recuerdo, ! es algo comO la febril desesperaci6n de los últimos esfuer~ Una cubierta de luto que tengo en mi cartera, serlÍ 1 zos. Puede usted pasarse el día Cntero en una esquina colocada deutro de mi ataud. cruzado de brazos, y decir como el poeta de "la Hora d~ Quisiera Ber sepultado en el suelo y que Adelina sem· Tinieblas": brara sobre mi sepultura mi pensamiento blanco. Gente .. , y wás gente .. , y mús gente Ojalá que mis nobles amigos pa"uen á María los cui. Pas" delante de wí, d h 'd . o, Oh! qué tI'lste CB ver así da os q ne a tem o conilllgo durante ml larga enferme· La hUllJo,uidad ell tonen te 1 dad; es UJla deuda sagrada que les dejo. ' . Daniel lIIacharllviaya, Joaquín Pinto, Joaquín Gon- I Ver~ pasar dIez v~c~s P?r delante de usted amigos y z'lez, el noble doctor Ortega, l'aciban la expresión de mi des~onoCldos en tal preCIpItaCIón y con. afán tan extraordi· gratitud eterna por sus cuidados, I nano, que podría creer, soure to~o SI acaba ~e llegar de En fin, para todos mis buenos, mis queridos, mis fie- fuera, que ,al fin hemos. c01I!prcDdldo aqul la IIDportancia les amigos, Un último abrazo. del proverbIO yankee: T!me IS mOl/ey. Adiós. , . Oh ! no señor, nada es 11l01lCy hoy eD esta bendita ca. Suyo hasta la eternidad. . pItal, que .de capita/,--con teDer ocho BaDCOS en su seno- Septiembre-1885, EMILIO ANTONIO ESCOBAn. no po~ee SIDO la categona geográfico· política. Pero, á lo me. nos, dirá usted, todos esos que entran á Santo Domingo y v~n á l~ Tesorería; que salen por el correo (para. acortar la distanCia) y se meten en (\1 Banco de Bogotá' que de ah! van á San.Fr~uciBco y ~'uil~en al Bazar, para dirigirse lué. • go al Capitolio, al Crédito hipotecario, al Prendario y á la Que no se olviden de mi pobre Etairó., . Sencillo testa.mento de un poeta infortuDado, para. qUien la. desgra.cia fué la inspira.ci6n y fué la muerte. 32 LA SIESTA Unión, tprminando donde Isaac Jl.fontejo, Martioez, de La Cuatlra, 6 don Jesús Gutiérrez, todos esos serán hombres de negocios. Esa es la agitación febril de qne acavo de havlarle. Puede asegurarse que esa colmeua de la Calle Real que zumba como las abejas, al rededor de las cajas de los Ban­cos, no produce, como aquéllas, ni la miel del sustento dia­l ·io. · Ahí van los empleados, los descendien tes de los pró­ceres, los militares de la última campaña, los contratistas, touos los acreeuores del Gobierno, es deci1) la povlación entera--porque aqui no bay quien por éste ó el otro moti­vo no depenua del Tesoro público-á desl'ontar el porvenir. Qué bello teat·ro para un autor do l!'ilosofia en cal'fera! i Cuántos padres de familia, cuántos huérfanos, cuántas viudas, cuántos iuválidos que vuelven casi siempre á su casa, vacias las manos, á soplar en las cenizas del bogar siu fuego! .. " .. r. Qué seria de todos ésos si aquellas puertas, tan es­trecbas y todo como sao, se cerraran para ellos con el Lasoiate ogni 81Je?'ctnza de este infierno más positivo que el de Dante ~ Eso es, precisamente, lo que acaba de pasar con el decreto del Gobierno á que nos bemos referiuo atrás. Y, sin embargo, hay muchas personas que creen, pensando en Bentham sin advertirlo, que la providencia es bllena: 1° porque el mal, si alguno produce, se extiende á todos y es, por consiguiente, menos sensivle; 2? porque s6lo ataca directamente á unos pocos, yesos pocos lo merecen; y 3° porque el lJien que produce abraza al mayor número, y ese mayor número es el que más necesita protecci6n. Eso es, sin dulla, lo que 80 ve. Lo que no se v~, como dice Bastiat, es tan grave, que tememos !JO tener lIbertad de examinarlo, sin extendernos mucho, por una parte, y sin traspasar, por otra, los límites que nos es uado salvar. Si el empréstito fuera Un¡L realidad! Doce millones y meclio de pesos! Por desgracia acabamos de leer en un pe­riódico, que M. de Lesseps, el Gran Francés, como ya se le Jlam¡t se halla gra,emente enfermo, quizá á cousecuencia de su 'reciente viaje á Panamá. Su vida sola seria la que pudiera obtener la cODcesi6u de aClllel préstamo, que, al presente 00 tenemos con qué asegurar, fuera de los dere­cbos de ia N ación en la obra del canal. Sin esa esperanza será imposible que el papel moneua conjure la crisis que por touas partes nos acosa. ..... . Porque á lo de adentro, teuemos ql!-e ~gregar lo .lle afuera. Tiempo hace que cuatro cruceros 1tahaoos reCIbIe­ron orden de dirigirse (L nuo~tras costas. ~ Dónde se h~n quedado Y & rOl' d6nt.le ~scogleron para empezar~, segun la expresión del señor lIIllllstro Rolnlant. , Y á todas éstas, nuestra única cañonera, la Boyaoa, es apresada en el Istmo por contrabandista! !! IIé aUí pal­pable, en la forma más concreta y elocuente, la sf~tes.is de la actualidad. La llaga que uevora al país,-Ia 1ll1Sena,­hace anteponer el ansia de¡ l'ÍCluezas al más noble, allUás sagrado al más imprescin él hubo de haber 611- t0?1CX8 momentos ... " . "Los hijos que tllVO fueron tres, ele los cuales v:'ven dos hoy Bola,,,,"t." ('fomo 2, p. 96). 4 floy sola",.nt.l Nó: vwen hoy dos 80lamente ... " , Nuestro COl·tós pnisano llamQ á este modo de oona: tl-uÍr manía. N osotl·os le cnlificnl'ínmos de otro modo Sl fuér~lllos do lo~ que lean al soñor Ccínovas, de quien ya no extrañamos que con ciertas órdenes ministeriales h.aga fl!-­silar insurrect.os toda vez que con una plumada hterana puso en capilla' do un día á dos hijos de El Solitario, BU pariente oeroano.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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La Siesta - Serie 1 N. 4

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Horizontes, Pulsiones audiovisuales alrededor de Araya de Margot Benacerraf (1959)

Por: Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes | Fecha: 2024

En esta cuarta edición la provocación es la película Araya* de Margot Benacerraf (Venezuela) y las curadoras son María Luna (Colombia) y Karina Solórzano (México), quienes proponen en esta ocasión diez programas de películas que conversan con esta obra audiovisual y su contexto.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Publicaciones periódicas
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Horizontes, Pulsiones audiovisuales alrededor de Memorias del Subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea (1968)

Por: Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes | Fecha: 2025

En esta cuarta edición la provocación es la película Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea (Cuba). La curaduría, a cargo de Cecilia Barrionuevo (Argentina) y Jorge Yglesias (Cuba), presenta diez programas de películas que conversan con esta obra audiovisual y su contexto.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Publicaciones periódicas
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Imagen de apoyo de  Nueva Cinemateca de Bogotá

Nueva Cinemateca de Bogotá

Por: Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes | Fecha: 2014

Las ciudades crecen y se reconocen en los espacios que las congregan y las convocan. Los íconos urbanos tejen la historia sensible de una ciudad, y es allí donde los equipamientos culturales cumplen esa doble función de fomentar y desarrollar las artes y de promover identidad y apropiación humana del espacio público. El centro para el desarrollo de las artes visuales y audiovisuales de Bogotá es una apuesta de la ciudad por entregarle a un sector cada vez más visible y transformador un espacio para el fomento de sus prácticas creativas y productivas.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Libros
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La Siesta - Serie 1 N. 4

Por: | Fecha: 04/05/1886

REPÚBLIOA DE OOLOMBIA. ..... i'. +\ <. ~ ,., 4-~~ ,o> $..- '"ti '-~<®® ~.~ . .-'''~ --- -,-----~~-,- '---'-'-'-'--~'-------'~-----~I -----;tr--~~--¡:__ -~;';~-;~-.' ----1---'''-- B O G O T A, M A R T E S 4 O E M A Y O O E 1 8 8 ~,, ___ , ____ ~,,_v_v.~ __ • --~ ·":--'-;-:;·-8"----:;.":-·,---' ------·'~~r~-·::-::~:;:;;iiÍlocros grue.os, con episodios de mal )J. .. ).. >J 1 J0( ..;-lo. , I ol~r, que son propios u~ los pueblos sin ejercicio intelec. VIDA INTELECTUAL. tual, y que ~n C?lombia estiÍn ya relegados á las aldeas y I á los corros mfenores de vaqueras, "qne se suenan con las Lo más genial en Bogotá es la agudeza, que no r~'1 manos," y de pastoras y pastorcillos reales, que alimen. side ciertamente en todas par~es, pero que e~á repart!o tan los oidos con pal:tbras primitivas y licencio~as. Aquí da en distinta cl~ses de la sOCIedad santa:feren?-. La f~a. hay una emulación tan grande. en el buen declf, que la se que prov~ca nsa vale más para la eXistenCIa comun, frase que se celebra debe ser clllc~lada, de palabras do· que las consideracIOnes filos6ficas y las recetas para te. nosas; sin ripios, de Ulla exactitud completa. ~ por ner buena vida y buena muerte; porque uno se, escapa esta razón los hombres de verdadera chispa sostienen de lo vulgar desagradable en una ola de al~gna, y es , con mesura Ulia couversación larga, sin desmayo, al facil de probar que los benefactores con diploma de I mismo tiempo que sin alambicamiento. Casi nadie le tales, son !os que hacen po~er buen~ cara á los hombre.s, toma prestado al vecino su curcaj, porqn~ al punto aun debaJO de uu CI~lo gns ~e lUVlerno y e,n pre,se~cJa los conocedoreR, por la estructum del penodo, saben de ~n futuro más gns todav\a de los ,negocIos publicos I qué personalidad está detrás de la frase ó del vers~ en y pnvados. El buen humor, es la feliCidad, y, ~ falta de litigio. Y no se excluyen tampoco las palabras. VIVas, oLra cosa, los hombres deblUn ~acerse c,?sqUlllas,. los sino que se les señala un lugar, qne no es el pnmero; unos á los otros, para ll? ~oner JU~ás ceno de mlsán. ni pudierall ni debieran suprimirse, porque ellas son la tropos. Cuando el aburrnruento se sienta á nue~ro ~ado, mitad de la lengua castellana, las ideas se acortan y aun desaparecen las aspiraCIOnes CId t h b d to . . generosas' no es bueno sino el hombre que ama la uane o uno e es os om res e gra mgemo s.e vida no' uede amársela sin tener los nervios dulce- prepara á publicar una obra, nos parec~ que hay motI. mentl elás8cos por la inflnencia de la musa Alegría. I V?S para estar de plácemes, porqt~elos ~Ibro~,agradables De donne se deduce, naturalmente, que incurren en 1 Slelllpre son escasos, y los .de diflCIl dlgestlOn a~undan Pecado imperdonable l"s que arrastran á nuestros con. '1 e;t todas partes l'ara nutnr los est6magos f~er.es. El . 'b ' d libro que anunciamos hoyes uno de FranCISco de P. CIUdadanos á contemplaCIOnes som nas, y son peca o. C '11 n Id" T' d B tá " tá res, 6 sea mejor dicho, criminales, los que personal.! arrasqUl a, I u a o IpOS e ogo,' que?:a:sd~ mente causan enfado á sus semejantes con qnisicosas '1 en pren~a, y que contiene nnas fotograf~as comp ,e como cobros, requisitorias, embargos, por ejemplo...... per~ona,Jes, t,omadas del natural; un estIlo peculiar, c?n Para permanecer en estado de gracia deben buscar los ' denVaCl?n .dlrecta del de Quevedo, y con sello ~roplO, bogotanos esos círculos chispeantes, en donde viven ell caractenstlCo, lo que puede llamarse la ,presencIa real chiste, el epigrama, el salado relato y las hermosas y! del autor en su obra .. Hay much.os escntores que 110 alegres variantes de la palabra, cuando la anima un I comparecen en las págmas .de su hbro, y ?-llector se e estro festivo y la reciben labios que ondulan con des. ¡ figura al leerlas que se entiende con los dl!untos, 6 que envoltura y bocas que se abren para dejar que salga, ! ha de encontrarse con el autor, .no por a~ll cerca, entre como un aire de música, la carcajada sonora. Es im. ! los demás cuadrumanos, smo qUizá despues de muerto ... perdonable que la gracia de que hablamos tenga la ! en los cuernos de la 1 una. . "ida efímera na la conversaci6n, y no vaya á consa. 1 La lectura de buenos libros se ha hecho fa~ihar grarse en libro~ amellOS 6 á ser la pimienta de los ¡ entre nosotros. Lejos estamos de los centros estrepitosos peri6dicos. En otros países vale mucho lo que llamaré. ! del pensamiento y siu comunicaci6n facil con ellos, en mos el buen humor literario. La inmortalidad está de'j esta altura desconocida, á donde se llega con tanto tra. trá:; de la agudeza. Y nosotros la poseemos en todas sus bajo y de donde se sale, por uua rareza, para Europa ó manifestaciones: de de la chanza jovial y sencilla, hasta los Estado~ Unidos. Pero así, no obstante, vivimos al el epigrama de punta aguda, que se dispara con arco 1 corriente de los sucesos importantes de todo el mundo, flexible y va á olavarse en las carnes. El suceso más I y ell relaci6n con los más afamados escritores universa. pueril da nacimiento á millares de comentarios 8:l.bro. les, mediaute las librería~ asiduas que nos abastecen sos, de relatos nuevos, ue inciuentes grotescos y de fan. I oportunamente de rica y variada lectura. La facilidad tasías risueñas, que son un enC'lnto. La vena abierta y I de obtener libros ha despertado un espírit,u beneficente nunca exhausta mana licor ell que abrevan tQdos los de crítica, del cual e.tábamos desposeídos hasta hacc paladares; y como cambie el acontecimiento, el hecho i pocos años, 6 que era patrimonio de algunas personas del día, a~í toma otra faz la cr6nica divertida, sin que doctas solamente. La comparación, facilitada, de las jamás sea monótona y nunca pueda doblarse la hoja. I distintas escuelas literarias y filos6ficas, permite á los Es lo dicho una de las señales más precIsas de vida in. ! lectores que purifiqtlen su gusto y los estimula en el teledual, Jl?r9ue la gracia es el fós~oro del cerebro, los I estudio. En ~os salones hoy día la charla insustancial fuegos artlnclnlcs cuando liucstras Ideas están de fiesta. I va desapareCiendo, como una vergonzante de mal a!1'Üe. COIl las cOllversacioncs dclicadas, en que el arte se reju.¡ ro, y el diálogo sensato, útil y agrauable, ocupa el v~cío venece, en que los má.s pulidos tienen derecho al triun. de las cosas fútiles. La mujer ju,ga en materias, enantes 26 LA S IESTA intrincadas para ella, pero inocentes y provechosas, qne le dan consistencia al cn.rácter femenino, de suyo mudn.­ble, y que son uu adorno admirado en el cerebro de las damas, como las ajorcas de diamantes en sus brazos hermosos. Va desapareciendo por completo la mujer silvestre, que es ya ex6tica en nuestra civilización, y de la cual se despedirán los poetas con églogas melanc6li­cas, que ellas, si tornasen, no entenderían por su propia rusticidad. Los libros que sirven á los bombres deben servir á las mujeres; los malos, que son los qne no con­tienen un pensamiento fecundo, pues dicho se está que no deben ser leídos ni por los unos ni por las otras. El espíritu de crítica se manifiesta en la juventud persistentemente y la aprovecha para ensanchar el ra­dio de su examen y ampararse de los dómines en un raciocinio propio y deliberado. El saber es una inunda­ción de la cual no puedeu librarse ni los que asustados busquen los más altos picos; que es inundación abajo y diluvio encima. A fomentar el gusto al examen y la experiencia, á la comparación y la deducción, á la in­vestigación de los hechos y de las ideas, que es lo que constituye la crítica, vienen justamente dos nuevas obras de nacionales (á uno de ellos, pues no tiene patria libre, séale la nuéstra grata), á saber: la segunda edición de los A?,tículos escogidos de Emiro Kastos, muy corregida y aumentada, y los Esfludios OTíticos de Rafael M. Mer­chán. De ambos nos ocuparémos próximamente. Pero mielltras tanto, observamos que los dos escritores, aun­que con distinto procedimiento, tienen ambos por objeto contribuir á que prevalezcan la verdad en los enteudi_ mien tos y el buen gusto en las l etras. i Quiénes se apartan, pues, de esta vida intelectual de la metrópoli 1 En todas partes son los mismos: los imbéciles y los que tienen sed de oro. A MI HIJA CLEMENTINA. Si estuvieras aquí, cerca del lecho Do el dolor implacable me t01·tura, CulÍntas angustias de mi amante pecho Calmaran tus caricias y ternura ! De la desgracia el huracán deshocho Combate sin cesar nuestra ventura, y es ya este grande corazón estrech o Para la hiel que en su infortuuio apura. Cúmplase a"í la voluntad divina Del que les dió .í tus labios vil'gi nales, 1I1i dulce y adorada Clementina, Trinos de los sinsontes y ttU'piales ; Del que puso 011 tus ojos hechiceros Arrobadora luz do sus luceros. Septiembre de 1885. JORGE ISAAcs. LA CANCIÓN DE LOS OFICIOS. (DE 8ULLY PBO'DBOMME) Los que la li¡na om puñan ó la llana, O guían el aTado, Son más felices que vosotros, hijos Del Al·te soberano: Ganan ellos el pan de cado. dío. Con el diario trabajo, y vosotl'OS, obreros pensativos, De hábil, ligera mano, Halláis la muerte en vuestras propias ob1'as, Que triunfan de los años. Más rud~ que la vuéstra es la taren Del labrador austero, Cuyos afanes colman de abundancia Los hogares ajenos; Mas él con las gavillas que le sobran Tiene facil sustento; Cuando á vosotros, que si alzáis el canto, Guirnaldas vais tejiendo, De ham bre os dejan morir ante sus puertas Los henchidos graneros. Suda el herrero en la continua noohe De su taller ardiente, Cuyo calor le seca la garganta y c11'ostro le enrojece; lilas, sin verlo agota.rse, humilde vino En toscos yasos bebe, J\llientras vosotros, que labráis de oro Hermosas copas tenues, Morís de sed, mirando ,¡ vuestro larl$ Rebosar los toneles. Ante sus telas encorvado siempre, Palidece y enforma El pobre tejedor, y ni los astros Ni el cielo azul contempla; Mas siquiera un abrigo contra el frío Su ardua labor le deja. Los ligeros encajes de los sueños Teje la mente vuestra, y sinembargo perecéis helados Cuando el invierno llega. Audaz suspende el albañil, que escala Tms un piso otro piso, De frágiles andamios la existencia y alienta entre peligros; Mas siquiera una mísera cabaña Hcredanín sus hijos. Vosotros hacio. Dios tendéis ligeras Escalas de continuo. y no es vuestro el hogar donde se escucha Vuestro último suspiro I Llega la noche, cesan las faenas, y todo el que trabaja ­Veucido, pero en paz con la fOl·tun a ­Feliz torna ti su casa, Donde la esposa, sonrosada y fresca, Llena de amor le aguarda. La corta vida consumís vosotros En perseguir ¡( el alma Con ligeras y tímidas caricias, y la ternura os mata! FIDEL CANO. ----.... ~ EL PATIO DE LOS MILAGROS. Nada más bello que la Bogotá actual. No que la i ciudad esté alegre y bulliciosa, op ulenta y ~erroc~a­, dora' pero en cambio está pintoresca y romántlCa. PID­I tores~a, con sus soluados de diversas divisas, con SIlS 1 , ramos del domingo de id. en los b~lcones, con su~ alcan­, tarillas en construcci6n, que aqul abren un abismo y allí levantan una montaña, con el bazuqueo de los cañoR, ¡ que andan por esas aceras ~e Dios olvidados de su an­I tiguo cauce, con una multitud de gentes de antafí~ y I de provincia que vienen á la corte á emplear ~us OCIOS 6 á emplearse en algo, y que recorren con su abigarrada LA SIESTA 27 1 comitiva los templos y lugares públicos, Cou muchas Ila tarde, 6 corredores como azacaues hasta la misma cosas más se engalana la que fué un tiempo asiento de I hora, pierden de ahí en adelante muy buenos ratos en los ZipaR, y después de los nietos de Recaredo; pero visitas á la ch¡chería vecina, donde no es agua lo que lo que más nos llena de entusiasmo y nos hace echar heben, La chicanta¡na, comQ ellOB llaman la chicha, de menos los pinceles de Murillo, es la inmensa caterva I entretiene sus ratos perdidos y compone las moléculas de mendigos, truhanes, pordioseros, azotacalles, rateros, I de sus cerebros, de manera de producir en ellos cierto vergonzantes, vergonzosos, &:, que hermosea las plazas, I arreglo matemático cJue dé por resultado una borra. callea, zaguanes, ch~cherías, atrios y P?rtales de l~ ciu·1 chera como una hipotenu a, , dad, Es una maravJlla ver ese hormigueo de ciegos, ' Allá en esos bodegones, despues de cocer lo habido l~za~in~s, baldados" pletóricos, anémicos, hambrientos, I en grano y repar!'il' las baratijas y el nikel (i que muo dlspeptlCos y paralíticos, 1 chas veces hace ncos á muchos! ), comen y beben mejor Por la mañana están en montones semovientes ! que los obreros albañiles, que los pobres carboneros, durmiendo en los quicios de las casas, en los ángulo~ ¡ que el mismo soldado, c!e línea, consagrado á la muerte, entrantes de una iglesia ó en 1M apartadas zahurdas de ¡ que la madre ~~ familIa á qUien le reclutaron su ma. los arrabales, Cuando el sol empieza á calentar, se van! ndo, y cuyos hiJOS en~ebles lloran por pan, que no hay, poniendo en marcha hacia el centro de la ciudad, como! y que no pued~ peduse, porque el rubor y la pena las brujM de Goethe en la noche de E¡anta Valpurgis, á! saltan á las meJil!as, , ., tomar posiciones estratégicas: quienes en la puerta de ¡ Tras In, c0n:.üona Viene, en. pr~~L~cuacI6n de, sexos una iglesia, llaman con tristes voces al coraz6n del co. I y ed:,des, el sueno reparador y JustiCiero que los Iguala merciante devoto 6 de la viuda atribulada que van á ¡ ~l nco más orondo; el sueño, que para ellos no, es oh su misa antes de comenzar la faéna diaria, como ¡ Imagen de la muerte, que ellos no son Argensolas, smo otros se toman el del est7'ibo antes de emprender el; la , Ima¡¡-en de la nada! porque ellos son todos ateos viaje á la sabana: aquellos se reparten las calles en i eplCurelstas, Las oracIOnes truncas y enrevesadas que jurisdicciones inviolables é improrrogables, y cada cnal ¡ se les oye murmurar algunas veces, son enseñadas por en su dominio grita y se pasea todo el día: esotros, re. ! los -yete?'l1trws á los ?'ecZutas, y para. ellos no tienen beldes á todo yugo 6 convenci6n, y que tienen las me. I sentido de Dlngu~a clase: las apr,endle:on .para pedir jores zanCM que jamás hicieron resonar las aceras de ! á los 110m bres, no á DIOS, cuya eXistencIa, SI la sospe. Bogotá (como cierto hom6nimo de Nuest?'a Seño?-(~, las I chan, _no los preoc,upa, y cuyos atnbutos desconocen de París), se dan á recorrer toda la ciudad, por todos ! e~ ,absoluto, ~n:~lgos declarados de todo, lo que sea los vericuetes, y aquí piden, a.!Ií hurtan, acullá comen ¡ reglmen y ~hsClplllla, huyen ele los hospitales como algo, se van por esta buena vida santafereña con el ! de lugares lllfestados y malditos; las casa, de asilo lema del caballero de la Triste FiO'ura: sus fueros sus ¡ sou para ellos presidios; y 1M Hermanas de la Caridad, bríos, sus premáticas su voluntad, bCuando llega la no. I los mé?icos y las boticas, sus tres en~migos: su mundo, che, ,,-uelve la carabana, más 6 menos repleta la panza : demoDlo} carne, Su fístula, su lobauillo, sus calambres, de oplparas sobras, y el costal de zarandajas, á las O'ura. : son ~u tlm6n lllflexlble eu el mar en que luchan por pas habituales, donde un fog6n de hojarasca y m~dera I lo. VIda, ,con perdón de los (larwini~~os, Y si de Dios de las cercas vecmas les aguarda, Es entonces cuando: y los Santos no hacen la, eshmaClOn que todo ser el Patio de los Milagros, que descrihi6 el gran poeta, ¡ raCIOnal elcbe de hace:, de Malthus y sus leyes se hene aquí un recuerdo no muy infiel. Para hacerse! burla~l del modo más Irreverente, Aquello de que en 8e,ntlr y ~o ser pisados por algún burro callejero 6 aL ! la SOCiedad cada e,sfuerzo debe tener su, remuneraci6n, gun pr6Jlmo calamocano, y por ver si en esa última ¡ que sólo ha de satisfacer á qmen lo ha eJecutado; aqueo redada cae algún pez, van O'ritando que es un O'usto: j llo de que el vicio'o infecundo no debe sentarse luégo­" i Una limosna para su cieg~ecito !" "i La carid~d se.! cuando ya sea una carga y no más-sobre el saco de ñores :" "i Por las ánimas benditas!" Y demás so~sa. ¡ frutos que el h.onraelo padre de familia recolectó para cas que ellos se saben, Se llecesita la imperturbabilidad ! s~ Y para SU" h1JOS; aqnello., ,( pero para hablar en sen. de todo ,un Pedro Gringorio para no aturdirse con esta ¡ tlelO común), aquello de que á caela uno seg(m sus obras, algarabla y no aterrar e con esa procesi6n de fantasmas! cada palo que aguante su vela, y el que lo gana lo jama, en muletas, Llegados al cubil, es de ver la zalagarda i eso, llO entra, ~on la veneranda cofradía que nos ocupa, que ar~an, las voces que salen de aquellas hocas, y lj,S j Las nl1.e,e doclmas pa.rte? de estos sugetos son rezagos pantomllnru; ,que representan aquellos gandules, Allí j del VICIO, truhanes arhficlOsoS, ya cantados por Espron. son las maldlClOoes para el avariento que no di6 sino I ceda y Bérallger, que hacen de la mendicidad un oficio, U?~ pIltrafa de carne cediz~, para la señora pobre que i como átros de la zapatería ó de la agricultura, dIO la, cofia vIeja de un Dl~tO, que de nada le servía á I Ya dijimos que son ateos, y lo evidenciaremos: ella DI de nada puede serVirle al mendIgo, el cual la I i quién ha visto á un mendiO'o de éstos en la i lesia eJ,l?-~ta en su b~rd6~ y se ríe de la. fig~ra ridícula de eu I oyendo la misa, confesando ó"comulgando 1 Nadi~, En~ hiJO entocdofiadlo, alh, en aquella mmuclOsa reqUisa, apa. ¡i fermos, como dicen ellos que están deberian ir tí. comul 1r1e cen os os proventos del día ' entre 1o s cual esb n'- gar semanalmente por lo menos p, ara poder recibir en. t at;t alguno,s ndíkele~, que cuenta y recuenta el propie. ¡ el cielo el pre:nio ó mejor dicho la indflmnizaci6n de eanr IOla, cboaut p0aJ O~H e mIDe"r o cateador que ve la ceJ' a d e oro iI sus penas de acá' abaJ,O ; pero no": m.n O'uno de ellos se de los me~digosay mC;:ld:\~::re ;n .. ~t~ hora 1 sicológica I preocupa de la ~uerte futura de su alr::;a, y cuando los das' pues no sie~pre la parti ~~ uJI~ab ~ pa os y pa~. ! sobrecoge la CctJem, como llaman desdeñosamente á la por 'igual á los que lo adc¡uirf:~~n ? . o l~ cOi{esp;n e I m~erte, lanzan una inttlrjección no nada pi~dosa, se frente!" Y además, los sugetos de c~~ ~a~~a or e s~~ I ~~lran una I,lulg~da, y se van al an~teatro SID d~spe. dnos en SUB puestos, como centinelas q h t 1 m~s, ait ¡ 1111'~e de ,n,adle Ul encomenda!se á n:nguuo, Y DI aun , as a as res e i a 1 son ntiles, pues su orgaDlSlllo, mlDado por un mal 28 LA SIESTA que no es enfermedad característica ni caracterizada en la patología, sino qne es la muO"re los parásitos el alcohol y el desarreO"lo constante de ~ida no puede' ser estudiada en. f?rma o alguna; y ni ann a~atómicamente se pneden utilizar: aquellos músculos, huesos y vísceras 1 n~ est.~n eu estado ninguno observable, couservable 6 " disecable: ese pot pOU1'ri v':lelve á b tierra-después I de h~berse burlado d. e la pohcÍa, de la caridad pública I y pflva.d~, de todas las instituciones sociales y de las leyes dlVlDas-á prestar el primer servicio de su muer- , te, en forma de abono de los potreros adyacentes al i cementerio. I ~uy atrás d~jamos ya lo pintoresco de Bogotá y ! s~ PatIO de los Mtlagros; pero volvemos á ello, porque ¡ olmos á un aparcero que canta: I "No hay gente como los ciegos, I Que aunque no ven, oyen mncho . . Penas se ahorran no viendo ' Las miserias de este mundo·" y concluímos. Lo de romántica no se le achaca á ! nuestra villa ilustre por aquel número innumerable de i viejas enmantilladas que lloran detrás del transeunte, : contando hazañas y percances desgraciados, las más ; veces verdaderos y dolorosos de oírse. i Piedad suprema i para la miseria! I LOS MINEROS DE NEWCASTLE. I DE .lUG. DUBan I Que otros sobre los montes respiren el aliento J;leneficente y suave del impetuoso viento E. i~unde un aire puro su frente en derredor; L,v,anas velas otros desplieguen en los mares y surquen presurosos, al sóu de sus cantares, De las amargas olas el seno bnllidor ; Que á otros, cada día, les llene la pupila El sol con dulces rayos de luz tibia y tranquila y ante sus ojos brille un cielo do zafir ; Que otros, cerca de un techo cubierto de vordura Recojan las coseohas que la estación madura, ' y . el canto de las aves arrulle su dormir. El cielo echó sobre ellos sus ojos compasivo, Un astro de bonanza los dió su fuego estivo, Yesos mortales fueron nacidos al placer. La mano poderosa que acá en la tierra imparte Favores ó castigos, les dió la mejor parte: Vida de amor y gloria que es grato merecer. Ay I de aquel imprudente, ay I de aquel temerario, Que del !Iriso!! desciende al lúgubre suntuario ~in la bendita lámpara que Davy nos legó; A éso el torvo espíritu que aceoha en la penumbra, Ó súbito le ahoga, ó súbito se alUlnLra y entre implacables llamas al míseru abrasó .... Ay I de nosotros todos: 'lue á YeCes 60 desprenue La misllla dura I'oca que nuestra pica hicnd~ y rueda sobre cráneos como impetuoso alud. Mós de uno que soñaba, COn alma cariñosn, En los cabellos rubios do un hijo ó de una esposa Encuentra en esa sima la muerte y sU quietud!. ... y bien: somos nosotros, nosotros sombras mudas, Del movimiento humano en sus faenas rudas La poderosa fuerza y ellDvisiblo irunn. Oh Industria! es el teso1'O que á riesgo da la vida Ananca nuestra mano convulsa y aterida, El que te impulsa férvido, potente leviatlÍn ! La hulla en llamaradas calienta la caldera, llace rugir los hornos, hace tem blm' la esfera, Rodar sobre los rieles el rápido vagón, Es ella quien por todos los óru Litos del mundo, Sobre el hinchado seno del ruar ancho y profundo, Pasea omnipotentes los mlÍstiles do Albiún. Nuestra labor oscura á la imperial diadema Da el brillo esplendoroso de la beldad suprema, Que en vano otros imperios p"etenden igualar. Sostienen nuestros brazos el torpo sensunlismo De esos quinientos lores, que ven con egoísmo El hambre pavorosa sentar.e en nuestro hogar. Oh Dios da la Justicia que ns dentro del pecho I Nosotros no queremos buscar nuestro derecho Turbando acá en la tiena el orden y la paz; Nosotros no pedimos el puesto preemineute Que ocupan los ruagnates del trono en la pendiente, Ni el oro que acumula el privilegio audaz; Nuestra am bición se sacia con que les des á ellos Do un sol de amor al prójimo los vívidos destollos, Para que al pobre atiendan con paternal fervor; Que les recuerde á veces, en medio del bullicio, Que si el cimieuto falta se cae el edificio y aplasta entre sus ruinas al siervo y nI señor. ANTOllIO J o.É HESTREI'O. Havre, 1884. -, ........ ---- En tanto que nosotros, cual presidiarios viles, OONTRA LOS OR1TIOOS IMPERTINENTES. Llevamos entre cuevas la vida de reptiles Sin recibir siquiera del solla olaridad ; y nó porque las leyes violáramos audaces, Sino que la miseria, en confundidos haces, Lanzónos desde niños á esta oscuridad. ¡ Porque ha llamado la atención del público, he lc,do ¡ dok ó tres veoes el artículo titulado Un ,,·itico impertillente, , que publicó el número 10 de "La Miscelánea." La primera , lectura soduce, poro tí la segunda se palpau las exagora­i ciones y errores y se descubre el cobre do la crítica. ¡ Por supuesto que la forma ingeniosa adoptada por 01 1 escritor, poniendo en boca de un interlocutor imuginario "opiniones do que él dico no participar, no es en modo al­! guno oxcusa pnra rehuír la rosponsabilidad del artíoulo, I ni menos alcanzaría la especie do palinodia final ti dar Nosotros los mineros somos de la Inglaterra, Vivimos oomo el topo, mil pies bajo la tierra, y allá el martillo se oye con redoblado són ; La hulla que arrancamos la empapa nuestro llanto, La noche n08 envuelve con su tupido manto, y el frío de la muerte nos hiela el corazón .... Ay I del incauto niño que en desgraciada hora Sienta el pié vacilante en la espiral traidora, Del fondo de ese abismo jamlÍs ha de volver .... Ay! del anciano débil, de caminar tardío, Si el agua descubierta se torna en turbio río, En ese estreoho vórtice habrá de perecer. - - . carácte" de pura broma IÍ todn la pieza. La critica os, i puos, bion seria, y comO tal pienso oOlllLutirla. ¡ No me detendré á examinnr las doctrinas literarias , de Mingrelio, ca i todas teóricamente exactas, y por cier­, to no lllUy nuevas y originales, pues son lns mismas quo , acerca de la crítica, la utilidad de las rcgltls y otros J>Uu- ' " tos, han profesado siempre los Larras, Clarines y He\'illlls. Me limitaré á defender oomo lo entienda los pasajos que LA SIESTA 29 con más chispa que verdad, ha tachado en dos notables I y aun de la mano por las puertas doradas de la juventud, poetas antioqueños. ! y que un mismo rayo del sol esplendoroso de esa época de Desde luégo, convengo con lIIingrelio en que la críti· ! lB existencia ilumine sus frentes' ca .6 al't~ de ju~gar ~e la bond.ad, verdad y. b~ll~za de las I P.or lo que hace al mal us? de vencer, no ~e parece producclOnes hteranns, fundandose on prmcIplos de esté-I' tal, D1 creo qué gane en valentIa el verso trocandolo por tica ó buen gusto y en las reglas científicas I'elativas á renclir, que es, por otra parte, sinónimo suyo, según puede cada obra, según el ramo á que pertenece, es clase de 00- verse en el Diccionario de la lengua. nacimientos poco ó nada cultivada en países atrasados. y como roeoan mansas adormidas En ellos, el que hace papel de crítico es con seguridad' Juntas las ondas en tranquila mar, ' amigo 6 enemigo personal, político ó en religión, del es-I Nuestras dos existenci,as siempre unidas . 't . d tI' . , f' 11 Por el sendero de 1 .. VId .. van. en. al' Juzga o; y. en o.nces e .J.UlClO no y ?ano ca a para Tú asida de mi brazo, jndiferente, ,deJar el campo hbre a la paSlon adversa o favorable. El, Sigue tu planta mi resuelto pi6, compadre ó copartidario agota el vocabulario de la ala- I y de, la se~da en 1 .. áspera pendiente, banza bombástica y exagerada; el enemigo ó adversario j A rollado Jamás temes caer. no acierta á hallar nada bueno en la .obra, y harto será "Es defectuosa la comparación, dice Mingrelio, por. que del análisis de ella no pase á la disección del pobre I que no hay ó no debe haber movimiento ó rodada de ondas autor, y lo ponga de presnmido, inepto é ignorante que en un mar que positivamente está tranquill?; y porque es no haya por dónde cogerle. Así, pues, ó censores amargos 1 1 ext~avagante qne ,las ondas salten de su sereno elemento cuya opinión envenenada encoleriza y no corrige, por más á berra para seguIr sendero, para oogerse del brazo y su-que puedan decir verdad; ó ciegos aduladores, de quienes I bir por algu~a pendien~e áspera." . . no hay que esperar que señalen defectos ó indiquen nue· ~ yo dl~o que, aSI como en la pl'lmera estrofa, la lU· vas vías; pero nunca jueces imparciales que, sin más guía moralldad,.l~ Incorrección y. el.disparat~ quedaron de par­que la razón, aplaudan y enseñen, animen, corrijan y des· I te de la cl'ltlca, en las dos slgulentes q~Ien apareo~ defec­piGl'ten la emulación: hé ahí lo que se le espera al hombre! tuoso y extrava~ante, no e8 el poeta, smo ~lingreho. qué de ingenio ó al tonto que sale pluma en ristre por es08 ,I es lo opuesto a ~~a mar tet?pestu?~a? Una tranquila. trigos de la literatura. ¡ ¡ Pero esa tranqUlhdad es la mmovilldad, y puede nunca ¡ suponerse un mar, ó siquiera un estanque, cuya tranquili­Hace presa Mingrelio en la primera cuarteta de la ¡ dad llegue hasta el punto de que la 8uperficie sea perfecta· composición .A Julia, de Gregario Gutiérrez GonzlÍlez. ! mente nítida é inalterable' A las playas del mar, aun es- Juntos tú y yo vinimos á la vida, ! tanda tranquilo, llegan rodando siempre las ondaQ á estre· Llena tú oe hermosura y yo de amor; ¡ llarse, y siempre el viento, por ligero que sea, riza la BU-A ti vencido yo, tú á mi vencida,. ! perficie y produce ondas. Porque de ondas habla el poeta, Nos hallamos, por fin, juntos los dos. i nó de olas, que, á mi entender, sobrepujan en volumen, Ya Rafael Pombo había tachado de verso malo el ! elevación, l'apidez y fuerza á las ondas. Y qué manera de primero de esta estrofa y primero también en la colección! nociones son las de Mingrelio sobre la comparación? Ni de poesías del bardo antio(lUeño; propone el señor Pombo ¡por 9n? prolonga.á otra estrofa la influencia ideol~gioa de que se reemplace por este otro: i un slmtl que termma en la que precede? Este slDllllo re..- Al par tú y yo vinimos á la vida; i pite el I,>0eta en su composición .A Julia, de 1869, con ma-y dicen los editores (los hijos del poeta) que no hay in-I yor clarIdad: . . , co,m patibilidad entre el verso primitivo y el último de la I .... Unldos VInImOS basta el ftll Coal dos olas gemelas qne ban rodado mIsma estrofa: : En busca de nna play .. en q06 morir. Nos hallamos, por fin, juntos los dos, I La observación del crítico á la siguiente cuarteta, deja si se tiene en cuenta que Gregario y Julia nacieron juntoB, ! de ser trivialidad para pasar á simpleza. Con que hay in­es decir, á poca distancia de tiempo y de lugar, y de pa· ! cohel'encia gramatical é imposibilidad material en decir: dres íntimamente relacionados; tuvieron que separarse i Tú asida de mi brazo indiferente luégo por largo tiempo, y después de varias vicisitudes se i Sigue tu planta mi res~elto phI; , hallaron para. siempre juntos. . . '1 porque quienes andan de brazo van de frente, y la planta Pero Mingreho le cu~lga al cuarteto lo~ califioatIvos , del uno no puede seguir el pié del otro? Fuera de que no de inmoral, incorrecto y dIsparatado i lo prtmero, porque! hay tal imposibilidad material, el verbo seguir no signm· quienes vienen ó naoen juntos á la VIda, son los gemelos, ! ca siempre procesión y enlilamiento, sino también com­y éstos no pueden amarse con amor; l~ segu~d~, porque ¡ pañía. el verbo vencer no puede ~sarse oon régimen I!ldlrecto; y ¡ "Y;;u mano en mi maDO, paso á paso ", continúa el lo tercero, porque nada hene de raro 9ue qUIenes nacen i poeta, y l\lingrelio observa que" ya no siguen de brazLA. Tal vez Guzmán no hizo mal Con Fulano en a cenderlo ; Que no importa nn Geueral Donde es general el serlo. JORGE POlIlBO. IMPROVISACIÚN. Largo rato caminámos Sobre la grama. menuda, I (Á Oli OANA.R10) Siempre limpia y siempre verde, Pájaro de par,la pluma, Que la población circunda. De pico arpado y sonoro, A t f d 1 Semejas salterio de oro . es e rag~ento e a composición Un paseo en Abe- Que resonara entre espuma. Jorral! le nota M1D:~elfo que es imposible la posición que La esclavitud no te abruma, d~~~nbe. Yo !"? se SI a los poetas pueda exigírseles la pre- Pues cantas entre tus rejas clSlo.n IDa.temabca á cuya regla de hierro pretende Min- y al corazón saber dejas, 1 t 1 1 Por la. forma de tu ca.n to, gre 10 suJe ar os; pero o que sí es claro es que no hay tal Que tus trinos no son llanto, abs~rdo en la posición r~spectiva de los dos paseantes ó I Que tus notas no son quejas. cammantes, y que renglon por renglón pueden dos perso- JOAquíN P. POSADA. nas ~r~cticar lo que dice el poeta, formando un grupo na- ~ ___ turahslmo. La ?la?"o derecha de J uIia iba por detrás de la I nuca de Gregono a tomar la derecha de éste fácilmente I EL TESTA~{ENTO DE UN POETA. doblada hacia arriba· J li • ' y el brazo izquierdo de la misma ¡: i eo m b a t'1d a eXI.S t enC.l a fn'e I a de EID.l h.o Antom.o u a, pasando por frente al cuello del poeta iba á unirse i E biD b' 6' b' l' 61 l' f con su propia mano y con la derecha de que' ya se habló; ¡ .seo ar. e 1 Ir len eJos, y s o a ?anzo, como re u- Y así el brazo izquierdo pod' b'. di' ; glO á sus dolores, la. tumba. Era un Joven lleno de lll- , la muy len ro ear a CID- I t r' - -d r d' , tura de la esposa, que, como se ve, iba como colgada del i ~ 1geneta, con ensue,nos e tea os, ldea8 a~re~s, prop6- c~ello de ~u amante marido. Un poco flojos los brazos, ! sitos vagos pero ardlentes, que s~n el dlstmtlvo de los nlngun~ dificultad hay para andar en esa posici6n ; y ella I cerebros de alg.unos poeta.~ desgraclado~. Apenas colum­es la mas natural en d~s recien casados (Julia y Gregario i br6 la persegUl~a glona, con la cual ce~ebra esponsales .~apen8B !l~:vaban tres .. nos de matrimonio en la época de la ! fantástiCOS la Juventud, cuando el publlCo de Bogotá composlclon) que van á visitar la tumba de su primogénita. i aplau~ía su drama titulado i Ju.sticia ó Fatalidad! que (Concluirá). I mereció de la crítica tantos encomios. Por ese tiempo i ya el infortunio lo había herido de muerte, y la ovaci6n I que sus amigos le hicieron por su triunfo fué casi una i fieRta p6stuma. El sufrimiento moral es, frecuentemen- FÁBULA. En el patio de rústica alquería Un pato mor~ió á un perro cierto día; y en va~o seIS mancebos, moraleja PretendIeron sacar de esta conseja. . Esto enseña IÍ los seres racionales A nI> buscar moral en.animales. R. DE NARv.h:z. EPIGRAMAS. Ayer tarde don Juan Lonas De hambre fiera en el exceso' Les pedía á todos un peso ' P?rque se hallaba en ayu~a8, DIeron las seis, don Juan : "¡HOI'as dan 1aí,_~5._ 1IIII1, 8II1r&ií.,. ~i"'811101l..,\" I te, principio y consecuencia de las enfermedades. Una p~na íntima, ':lna espantosa desgracia, postró hasta ren­, dir al pobre Joven; el aneurisma que le dió el último j g<:>lpe fulminante, no fué sino resultado de uno ya reci­! bldo enrnedlO del pecho. Tal V~2l algún día alzarémos i este velo sombrío que hoy, por piedad, no tocamos. I . ~ua~do los médicos desahuciaron á Emilio, él reci- I bl6 SIO ~ledo el fallo. Pensamos que deseaba alejarse: hay. oc~slones en que la partida, aunque sea á lo ignoto, les mdlspensable. ~ero para viajar, 'porque él creía en una contmua ascenSIón, según la teona espiritista, quiso I p0l!er s.obre . el papel lo que vivía y tenía ya cuerpo en i sll.mtehgenCla. O como Gustavo Becqller, .. quería dor­I ~lr en paz en la noche de la muerte," sin que sus crea- I Clones fueran á ser su pesadilla. Entonces trabaj6 mu_ cho: los dial! ~ra!l contados, y á pesar de SUB dolores I esCribía, 8610 rmdléndose á la suprema. fatiga. LA SIESTA 31 Por la. tarde salía de su casa, lentamente, :1 dar un '1 EL MUNDO BOGOTANO. paseo al Pa?"que de Santcmdc¡·. Iba allí :1 gozar de la , llabría materia para una revista nutrida. é interesante música en las retretas, del grato verdor de los irboles, '\' con lo que pasa en Oolombia. ! Pues, señor: no es poc.'\ cosa con la. vista de las eras florecidas, Lo ~imos en e~e tener á los italianos á tiro de cn.~ón, cuando .n~ nos hemos lugar por última ve>l, Su rostro estaba pálido y flaqUl- acabado de. desenredar de la ~Itlma guerra cml.; la~ espe· simo, sus ojos azules se movían en un círculo VIOlado, y I ranzas en C1~l:ue, tle un emprestlto de doce y ~edlO mllloneR sus cabellos rubios habíau crecido hacia atr:1~. Al rede- I de pesos á tIempo ql~e un decreto del Gobierno ~a ~altlo dor buscamos por instiuto la muerte. Aquello era un I como bombn. en la.s cajas de l?s ~ancos y en la cartel~ de di ,,' mbarcro el desgraciado joven soureía los partIculares; y una Constitución nnev~ ~n p,erspe,ctl'vat ca ,ver, ), ~NID el bl,o d' I d' 6 t' de los facultati I cuando ya Ibamos acostumbrlÍ.ndonos á VIVIr SIn DJOs DI dulcemeute. ?~ , la o e ~agn s ICO ; , - , ley. Eso para no bn.bln.r más que de las cosas grandes, que vos,. y corno qUISICr:1mOs reammarlo, coutestó con reslg- I si fuéramos á metemos en detalles, por Jesucristo que no nacl6n: ., . . I sabemos á d6nde nos diera el barro en las calles y plazas -Todo es ¡nútIl : cuando mucbo be de vIvir un mes. de esta pobre capital removida en sus cimientos por la No se quejaba; aparecía soseg:1do y respetuoso mano inf¡,tigable de u~ Alcalde, empeñado en hacernos re· con su destino. Por otra parte, buscaha en los astros un I cordar los buenos tiempos de Ahumada, de Alfonso Ace· punto de cita para encontrar á los que am:1ba. , . vedo y de PadIlla. Pronto con~er&'Ímos de SIlS obras. No quena monr , ..... sin dar término á un poema t!~ulado 'l'hara, de si&nifi- i Suponemos que no se querrá obligarnos á hablar de caci6n grieg:1...... No~ refino el plan y reclt? al- I las representacioDes teatrales, que - al revés de lo que gunos de los versos. Deseaba, :1Símlsmo, conclul l' un ! pasa en las capitales europeas - el invierno ha puesto en drama que, por lo .que .Ie entendimos, era cou :1r~un?en-1 entre~icho; ni de las últimas proce~iones ~e PaSC!la y tos de su propia hl ton:1, i Esp:1ntoso drama sena este, , Cu~sl1nodo, que t~do el mundo ha VI~tO; DI de lo~ lIbros porque i Emilio se le agri6 en la boca la leche mater_¡ recientemente puul!c~dos, que somos mcapaces de Ju.zgar. nal, y el 6sculo paterno le hizo ,pna llaga en la lDltad Sobre mu~rtos y vlll,¡eros Dadn. hay nuevo que, decIr; ,Y del corazón 1...... c~mo nalhe. s~ SUICida, se cas~ DI se bate, p~~namos Sl~ La arteria traidora no le dió tiempo, Una tarde nO I dIfic1l:1tad dejar eD bl~nco el espacIo Íntegro que La SIesta se vi6 al poeta ocnp:1r su banco de?ajo ?e los árboles, ! ~a aSIgnado á la re~lsta. .. ni á su perrita blanca, á la leal Eta:1-j'os, Juguetear por i . .... .. . los caminos de areua de~ Farque. ,Era .!lfeciso,. 3:llte I . aPero usted es eXlge~te, quendo Director, y el .. ofiClo todo, morir; y comprenchendolo asl EmIlio, escrIbl6 á ! obhoa •. A~emás, la crÓnIca es una parte tan eS(lncIal en sus amiaos predilectos la carta sicruiente, que era su úl- ! los penódlcos, y Duestro púbhco ~usta tánto de verse en f 'j' too' o ¡ letra de molde, que, á falta de los zlgzags de :tIIerchán, de- Ima vo UD . , voraría hoy con ansiedad hast.'\ los cronicones de la difunta Señores Jorge Rafael A.ranza y AJejandro Vega, "Reforma," único género realista que se haya cultÍ\-ado Queridos amigos míos: , con provecho eutre DOSOtI'OS .... Ahora, Di eso: "La Na- Les suplico encarecidameDte que hagan cumplir mi ción" publica versos, leyendas hist6ricas, ú hojas de carteo voluutad última, consignadf\ en estas líneas. Pel'llonen esta ' ra sobre el estornudo, los suspiros, los tropezoDes Y los postrera molestia. callos, aDalizauos en su acepci6n filos6fica; "Las Noticias" Dejo mi libro de Recuerdos á mis amigos todos, en la ! no dan ninguna que no haylLtnoS visto antes en el "Diario confianza de que ellos no dejarán morÍ!' mi pobre norubl'e. ' Oficial"; "El Semanario" tiene que ir á escribir su reviso Quiero que si alguna vez se publica mi drama, vaya i t,'L al desierto de la Oanuelaria, dándonos por crónica bo­precedido de un prólogo escrito por Alejandro, que sabe I gotaDa lo que habíamos leído en uu capitulo de la Pe/'egrí­su historia. , nación de Alpha y en uu articulo de Felipe Pérez; de A Alberto Urdaneta Y Lázaro Girón les dejo La novia I fuera no recibimos Di un lihro ni UD periódico, y así, ¡ pre· del Zipll. Ojalá la embellezcan con Sil lápiz. " teDde nsted que el suro haya de llenar esta necesidad de Suplico que se quemen mis papeles Y las cartas de imposible s:1tisfacción ¡ mis amigos. Bogotá se muere de atonía. ToLlos sus resortes se ha· Quiero ardientemente que mis coronas las guarde JuHa Illan flojos, y el movimieDto, la vitl:1 qne parece animarla como un recuerdo, ! es algo comO la febril desesperaci6n de los últimos esfuer~ Una cubierta de luto que tengo en mi cartera, serlÍ 1 zos. Puede usted pasarse el día Cntero en una esquina colocada deutro de mi ataud. cruzado de brazos, y decir como el poeta de "la Hora d~ Quisiera Ber sepultado en el suelo y que Adelina sem· Tinieblas": brara sobre mi sepultura mi pensamiento blanco. Gente .. , y wás gente .. , y mús gente Ojalá que mis nobles amigos pa"uen á María los cui. Pas" delante de wí, d h 'd . o, Oh! qué tI'lste CB ver así da os q ne a tem o conilllgo durante ml larga enferme· La hUllJo,uidad ell tonen te 1 dad; es UJla deuda sagrada que les dejo. ' . Daniel lIIacharllviaya, Joaquín Pinto, Joaquín Gon- I Ver~ pasar dIez v~c~s P?r delante de usted amigos y z'lez, el noble doctor Ortega, l'aciban la expresión de mi des~onoCldos en tal preCIpItaCIón y con. afán tan extraordi· gratitud eterna por sus cuidados, I nano, que podría creer, soure to~o SI acaba ~e llegar de En fin, para todos mis buenos, mis queridos, mis fie- fuera, que ,al fin hemos. c01I!prcDdldo aqul la IIDportancia les amigos, Un último abrazo. del proverbIO yankee: T!me IS mOl/ey. Adiós. , . Oh ! no señor, nada es 11l01lCy hoy eD esta bendita ca. Suyo hasta la eternidad. . pItal, que .de capita/,--con teDer ocho BaDCOS en su seno- Septiembre-1885, EMILIO ANTONIO ESCOBAn. no po~ee SIDO la categona geográfico· política. Pero, á lo me. nos, dirá usted, todos esos que entran á Santo Domingo y v~n á l~ Tesorería; que salen por el correo (para. acortar la distanCia) y se meten en (\1 Banco de Bogotá' que de ah! van á San.Fr~uciBco y ~'uil~en al Bazar, para dirigirse lué. • go al Capitolio, al Crédito hipotecario, al Prendario y á la Que no se olviden de mi pobre Etairó., . Sencillo testa.mento de un poeta infortuDado, para. qUien la. desgra.cia fué la inspira.ci6n y fué la muerte. 32 LA SIESTA Unión, tprminando donde Isaac Jl.fontejo, Martioez, de La Cuatlra, 6 don Jesús Gutiérrez, todos esos serán hombres de negocios. Esa es la agitación febril de qne acavo de havlarle. Puede asegurarse que esa colmeua de la Calle Real que zumba como las abejas, al rededor de las cajas de los Ban­cos, no produce, como aquéllas, ni la miel del sustento dia­l ·io. · Ahí van los empleados, los descendien tes de los pró­ceres, los militares de la última campaña, los contratistas, touos los acreeuores del Gobierno, es deci1) la povlación entera--porque aqui no bay quien por éste ó el otro moti­vo no depenua del Tesoro público-á desl'ontar el porvenir. Qué bello teat·ro para un autor do l!'ilosofia en cal'fera! i Cuántos padres de familia, cuántos huérfanos, cuántas viudas, cuántos iuválidos que vuelven casi siempre á su casa, vacias las manos, á soplar en las cenizas del bogar siu fuego! .. " .. r. Qué seria de todos ésos si aquellas puertas, tan es­trecbas y todo como sao, se cerraran para ellos con el Lasoiate ogni 81Je?'ctnza de este infierno más positivo que el de Dante ~ Eso es, precisamente, lo que acaba de pasar con el decreto del Gobierno á que nos bemos referiuo atrás. Y, sin embargo, hay muchas personas que creen, pensando en Bentham sin advertirlo, que la providencia es bllena: 1° porque el mal, si alguno produce, se extiende á todos y es, por consiguiente, menos sensivle; 2? porque s6lo ataca directamente á unos pocos, yesos pocos lo merecen; y 3° porque el lJien que produce abraza al mayor número, y ese mayor número es el que más necesita protecci6n. Eso es, sin dulla, lo que 80 ve. Lo que no se v~, como dice Bastiat, es tan grave, que tememos !JO tener lIbertad de examinarlo, sin extendernos mucho, por una parte, y sin traspasar, por otra, los límites que nos es uado salvar. Si el empréstito fuera Un¡L realidad! Doce millones y meclio de pesos! Por desgracia acabamos de leer en un pe­riódico, que M. de Lesseps, el Gran Francés, como ya se le Jlam¡t se halla gra,emente enfermo, quizá á cousecuencia de su 'reciente viaje á Panamá. Su vida sola seria la que pudiera obtener la cODcesi6u de aClllel préstamo, que, al presente 00 tenemos con qué asegurar, fuera de los dere­cbos de ia N ación en la obra del canal. Sin esa esperanza será imposible que el papel moneua conjure la crisis que por touas partes nos acosa. ..... . Porque á lo de adentro, teuemos ql!-e ~gregar lo .lle afuera. Tiempo hace que cuatro cruceros 1tahaoos reCIbIe­ron orden de dirigirse (L nuo~tras costas. ~ Dónde se h~n quedado Y & rOl' d6nt.le ~scogleron para empezar~, segun la expresión del señor lIIllllstro Rolnlant. , Y á todas éstas, nuestra única cañonera, la Boyaoa, es apresada en el Istmo por contrabandista! !! IIé aUí pal­pable, en la forma más concreta y elocuente, la sf~tes.is de la actualidad. La llaga que uevora al país,-Ia 1ll1Sena,­hace anteponer el ansia de¡ l'ÍCluezas al más noble, allUás sagrado al más imprescin él hubo de haber 611- t0?1CX8 momentos ... " . "Los hijos que tllVO fueron tres, ele los cuales v:'ven dos hoy Bola,,,,"t." ('fomo 2, p. 96). 4 floy sola",.nt.l Nó: vwen hoy dos 80lamente ... " , Nuestro COl·tós pnisano llamQ á este modo de oona: tl-uÍr manía. N osotl·os le cnlificnl'ínmos de otro modo Sl fuér~lllos do lo~ que lean al soñor Ccínovas, de quien ya no extrañamos que con ciertas órdenes ministeriales h.aga fl!-­silar insurrect.os toda vez que con una plumada hterana puso en capilla' do un día á dos hijos de El Solitario, BU pariente oeroano.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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La Siesta - Serie 1 N. 4

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Gritemos ¡Corte! Guía de cuidado y prevención de violencias en el entorno laboral audiovisual- Capítulo I Enfoque mujer

Por: Carol Ann Figueroa | Fecha: 2022

Entendiendo la importancia de promover buenas prácticas en el entorno laboral audiovisual, esta publicación hace parte de la estrategia de prevención de violencias de género de la Comisión Fílmica de Bogotá y el trabajo por ambientes libres de discriminación, respetuosos y seguros para los profesionales del sector. GRITEMOS ¡CORTE! busca exponer una investigación de lo que ha sucedido al respecto en el sector audiovisual de diferentes países del continente y en Colombia particularmente, además de plantear un ejercicio práctico en donde los lectores podrán responder libremente, con el objetivo de identificar y reflexionar sobre aquellas conductas que han sido normalizadas, y que pueden resultar violentas para otra persona, con el fin de aportar en la generación de cambios en el sector.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Libros
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Hágalo Ud. mismo: una guía de preservación para cineastas y videocreadores

Por: Bill; Treadway Brand | Fecha: 2022

La mayoría de artistas y cineastas son mejores creando que haciendo seguimiento de sus creaciones; incluso sabiendo que deberíamos cuidar mejor nuestro trabajo, nos vemos bloqueados porque consideramos que esto implica demasiada labor y nos quita tiempo y esfuerzo. Sin embargo, con sólo un pequeño esfuerzo podemos hacerlo todo más fácil a los que quieran conservar nuestra obra en el futuro. Con esto en mente, presentamos una guía simple escrita por artistas con el objetivo de darnos ánimos en los pasos que podemos hacer para preservar nuestro trabajo. Hay dos guías excelentes y detalladas disponibles en Internet, las cuales invitamos a consultar en paralelo a ésta para un mejor entendimiento del tema, sin embargo, gran parte de estas guías están escritas para archivos y bibliotecas; la que ofrecemos aquí ha sido escrita especialmente para artistas y cineastas.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Libros
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La Siesta - Serie 1 N. 4

Por: | Fecha: 04/05/1886

REPÚBLIOA DE OOLOMBIA. ..... i'. +\ <. ~ ,., 4-~~ ,o> $..- '"ti '-~<®® ~.~ . .-'''~ --- -,-----~~-,- '---'-'-'-'--~'-------'~-----~I -----;tr--~~--¡:__ -~;';~-;~-.' ----1---'''-- B O G O T A, M A R T E S 4 O E M A Y O O E 1 8 8 ~,, ___ , ____ ~,,_v_v.~ __ • --~ ·":--'-;-:;·-8"----:;.":-·,---' ------·'~~r~-·::-::~:;:;;iiÍlocros grue.os, con episodios de mal )J. .. ).. >J 1 J0( ..;-lo. , I ol~r, que son propios u~ los pueblos sin ejercicio intelec. VIDA INTELECTUAL. tual, y que ~n C?lombia estiÍn ya relegados á las aldeas y I á los corros mfenores de vaqueras, "qne se suenan con las Lo más genial en Bogotá es la agudeza, que no r~'1 manos," y de pastoras y pastorcillos reales, que alimen. side ciertamente en todas par~es, pero que e~á repart!o tan los oidos con pal:tbras primitivas y licencio~as. Aquí da en distinta cl~ses de la sOCIedad santa:feren?-. La f~a. hay una emulación tan grande. en el buen declf, que la se que prov~ca nsa vale más para la eXistenCIa comun, frase que se celebra debe ser clllc~lada, de palabras do· que las consideracIOnes filos6ficas y las recetas para te. nosas; sin ripios, de Ulla exactitud completa. ~ por ner buena vida y buena muerte; porque uno se, escapa esta razón los hombres de verdadera chispa sostienen de lo vulgar desagradable en una ola de al~gna, y es , con mesura Ulia couversación larga, sin desmayo, al facil de probar que los benefactores con diploma de I mismo tiempo que sin alambicamiento. Casi nadie le tales, son !os que hacen po~er buen~ cara á los hombre.s, toma prestado al vecino su curcaj, porqn~ al punto aun debaJO de uu CI~lo gns ~e lUVlerno y e,n pre,se~cJa los conocedoreR, por la estructum del penodo, saben de ~n futuro más gns todav\a de los ,negocIos publicos I qué personalidad está detrás de la frase ó del vers~ en y pnvados. El buen humor, es la feliCidad, y, ~ falta de litigio. Y no se excluyen tampoco las palabras. VIVas, oLra cosa, los hombres deblUn ~acerse c,?sqUlllas,. los sino que se les señala un lugar, qne no es el pnmero; unos á los otros, para ll? ~oner JU~ás ceno de mlsán. ni pudierall ni debieran suprimirse, porque ellas son la tropos. Cuando el aburrnruento se sienta á nue~ro ~ado, mitad de la lengua castellana, las ideas se acortan y aun desaparecen las aspiraCIOnes CId t h b d to . . generosas' no es bueno sino el hombre que ama la uane o uno e es os om res e gra mgemo s.e vida no' uede amársela sin tener los nervios dulce- prepara á publicar una obra, nos parec~ que hay motI. mentl elás8cos por la inflnencia de la musa Alegría. I V?S para estar de plácemes, porqt~elos ~Ibro~,agradables De donne se deduce, naturalmente, que incurren en 1 Slelllpre son escasos, y los .de diflCIl dlgestlOn a~undan Pecado imperdonable l"s que arrastran á nuestros con. '1 e;t todas partes l'ara nutnr los est6magos f~er.es. El . 'b ' d libro que anunciamos hoyes uno de FranCISco de P. CIUdadanos á contemplaCIOnes som nas, y son peca o. C '11 n Id" T' d B tá " tá res, 6 sea mejor dicho, criminales, los que personal.! arrasqUl a, I u a o IpOS e ogo,' que?:a:sd~ mente causan enfado á sus semejantes con qnisicosas '1 en pren~a, y que contiene nnas fotograf~as comp ,e como cobros, requisitorias, embargos, por ejemplo...... per~ona,Jes, t,omadas del natural; un estIlo peculiar, c?n Para permanecer en estado de gracia deben buscar los ' denVaCl?n .dlrecta del de Quevedo, y con sello ~roplO, bogotanos esos círculos chispeantes, en donde viven ell caractenstlCo, lo que puede llamarse la ,presencIa real chiste, el epigrama, el salado relato y las hermosas y! del autor en su obra .. Hay much.os escntores que 110 alegres variantes de la palabra, cuando la anima un I comparecen en las págmas .de su hbro, y ?-llector se e estro festivo y la reciben labios que ondulan con des. ¡ figura al leerlas que se entiende con los dl!untos, 6 que envoltura y bocas que se abren para dejar que salga, ! ha de encontrarse con el autor, .no por a~ll cerca, entre como un aire de música, la carcajada sonora. Es im. ! los demás cuadrumanos, smo qUizá despues de muerto ... perdonable que la gracia de que hablamos tenga la ! en los cuernos de la 1 una. . "ida efímera na la conversaci6n, y no vaya á consa. 1 La lectura de buenos libros se ha hecho fa~ihar grarse en libro~ amellOS 6 á ser la pimienta de los ¡ entre nosotros. Lejos estamos de los centros estrepitosos peri6dicos. En otros países vale mucho lo que llamaré. ! del pensamiento y siu comunicaci6n facil con ellos, en mos el buen humor literario. La inmortalidad está de'j esta altura desconocida, á donde se llega con tanto tra. trá:; de la agudeza. Y nosotros la poseemos en todas sus bajo y de donde se sale, por uua rareza, para Europa ó manifestaciones: de de la chanza jovial y sencilla, hasta los Estado~ Unidos. Pero así, no obstante, vivimos al el epigrama de punta aguda, que se dispara con arco 1 corriente de los sucesos importantes de todo el mundo, flexible y va á olavarse en las carnes. El suceso más I y ell relaci6n con los más afamados escritores universa. pueril da nacimiento á millares de comentarios 8:l.bro. les, mediaute las librería~ asiduas que nos abastecen sos, de relatos nuevos, ue inciuentes grotescos y de fan. I oportunamente de rica y variada lectura. La facilidad tasías risueñas, que son un enC'lnto. La vena abierta y I de obtener libros ha despertado un espírit,u beneficente nunca exhausta mana licor ell que abrevan tQdos los de crítica, del cual e.tábamos desposeídos hasta hacc paladares; y como cambie el acontecimiento, el hecho i pocos años, 6 que era patrimonio de algunas personas del día, a~í toma otra faz la cr6nica divertida, sin que doctas solamente. La comparación, facilitada, de las jamás sea monótona y nunca pueda doblarse la hoja. I distintas escuelas literarias y filos6ficas, permite á los Es lo dicho una de las señales más precIsas de vida in. ! lectores que purifiqtlen su gusto y los estimula en el teledual, Jl?r9ue la gracia es el fós~oro del cerebro, los I estudio. En ~os salones hoy día la charla insustancial fuegos artlnclnlcs cuando liucstras Ideas están de fiesta. I va desapareCiendo, como una vergonzante de mal a!1'Üe. COIl las cOllversacioncs dclicadas, en que el arte se reju.¡ ro, y el diálogo sensato, útil y agrauable, ocupa el v~cío venece, en que los má.s pulidos tienen derecho al triun. de las cosas fútiles. La mujer ju,ga en materias, enantes 26 LA S IESTA intrincadas para ella, pero inocentes y provechosas, qne le dan consistencia al cn.rácter femenino, de suyo mudn.­ble, y que son uu adorno admirado en el cerebro de las damas, como las ajorcas de diamantes en sus brazos hermosos. Va desapareciendo por completo la mujer silvestre, que es ya ex6tica en nuestra civilización, y de la cual se despedirán los poetas con églogas melanc6li­cas, que ellas, si tornasen, no entenderían por su propia rusticidad. Los libros que sirven á los bombres deben servir á las mujeres; los malos, que son los qne no con­tienen un pensamiento fecundo, pues dicho se está que no deben ser leídos ni por los unos ni por las otras. El espíritu de crítica se manifiesta en la juventud persistentemente y la aprovecha para ensanchar el ra­dio de su examen y ampararse de los dómines en un raciocinio propio y deliberado. El saber es una inunda­ción de la cual no puedeu librarse ni los que asustados busquen los más altos picos; que es inundación abajo y diluvio encima. A fomentar el gusto al examen y la experiencia, á la comparación y la deducción, á la in­vestigación de los hechos y de las ideas, que es lo que constituye la crítica, vienen justamente dos nuevas obras de nacionales (á uno de ellos, pues no tiene patria libre, séale la nuéstra grata), á saber: la segunda edición de los A?,tículos escogidos de Emiro Kastos, muy corregida y aumentada, y los Esfludios OTíticos de Rafael M. Mer­chán. De ambos nos ocuparémos próximamente. Pero mielltras tanto, observamos que los dos escritores, aun­que con distinto procedimiento, tienen ambos por objeto contribuir á que prevalezcan la verdad en los enteudi_ mien tos y el buen gusto en las l etras. i Quiénes se apartan, pues, de esta vida intelectual de la metrópoli 1 En todas partes son los mismos: los imbéciles y los que tienen sed de oro. A MI HIJA CLEMENTINA. Si estuvieras aquí, cerca del lecho Do el dolor implacable me t01·tura, CulÍntas angustias de mi amante pecho Calmaran tus caricias y ternura ! De la desgracia el huracán deshocho Combate sin cesar nuestra ventura, y es ya este grande corazón estrech o Para la hiel que en su infortuuio apura. Cúmplase a"í la voluntad divina Del que les dió .í tus labios vil'gi nales, 1I1i dulce y adorada Clementina, Trinos de los sinsontes y ttU'piales ; Del que puso 011 tus ojos hechiceros Arrobadora luz do sus luceros. Septiembre de 1885. JORGE ISAAcs. LA CANCIÓN DE LOS OFICIOS. (DE 8ULLY PBO'DBOMME) Los que la li¡na om puñan ó la llana, O guían el aTado, Son más felices que vosotros, hijos Del Al·te soberano: Ganan ellos el pan de cado. dío. Con el diario trabajo, y vosotl'OS, obreros pensativos, De hábil, ligera mano, Halláis la muerte en vuestras propias ob1'as, Que triunfan de los años. Más rud~ que la vuéstra es la taren Del labrador austero, Cuyos afanes colman de abundancia Los hogares ajenos; Mas él con las gavillas que le sobran Tiene facil sustento; Cuando á vosotros, que si alzáis el canto, Guirnaldas vais tejiendo, De ham bre os dejan morir ante sus puertas Los henchidos graneros. Suda el herrero en la continua noohe De su taller ardiente, Cuyo calor le seca la garganta y c11'ostro le enrojece; lilas, sin verlo agota.rse, humilde vino En toscos yasos bebe, J\llientras vosotros, que labráis de oro Hermosas copas tenues, Morís de sed, mirando ,¡ vuestro larl$ Rebosar los toneles. Ante sus telas encorvado siempre, Palidece y enforma El pobre tejedor, y ni los astros Ni el cielo azul contempla; Mas siquiera un abrigo contra el frío Su ardua labor le deja. Los ligeros encajes de los sueños Teje la mente vuestra, y sinembargo perecéis helados Cuando el invierno llega. Audaz suspende el albañil, que escala Tms un piso otro piso, De frágiles andamios la existencia y alienta entre peligros; Mas siquiera una mísera cabaña Hcredanín sus hijos. Vosotros hacio. Dios tendéis ligeras Escalas de continuo. y no es vuestro el hogar donde se escucha Vuestro último suspiro I Llega la noche, cesan las faenas, y todo el que trabaja ­Veucido, pero en paz con la fOl·tun a ­Feliz torna ti su casa, Donde la esposa, sonrosada y fresca, Llena de amor le aguarda. La corta vida consumís vosotros En perseguir ¡( el alma Con ligeras y tímidas caricias, y la ternura os mata! FIDEL CANO. ----.... ~ EL PATIO DE LOS MILAGROS. Nada más bello que la Bogotá actual. No que la i ciudad esté alegre y bulliciosa, op ulenta y ~erroc~a­, dora' pero en cambio está pintoresca y romántlCa. PID­I tores~a, con sus soluados de diversas divisas, con SIlS 1 , ramos del domingo de id. en los b~lcones, con su~ alcan­, tarillas en construcci6n, que aqul abren un abismo y allí levantan una montaña, con el bazuqueo de los cañoR, ¡ que andan por esas aceras ~e Dios olvidados de su an­I tiguo cauce, con una multitud de gentes de antafí~ y I de provincia que vienen á la corte á emplear ~us OCIOS 6 á emplearse en algo, y que recorren con su abigarrada LA SIESTA 27 1 comitiva los templos y lugares públicos, Cou muchas Ila tarde, 6 corredores como azacaues hasta la misma cosas más se engalana la que fué un tiempo asiento de I hora, pierden de ahí en adelante muy buenos ratos en los ZipaR, y después de los nietos de Recaredo; pero visitas á la ch¡chería vecina, donde no es agua lo que lo que más nos llena de entusiasmo y nos hace echar heben, La chicanta¡na, comQ ellOB llaman la chicha, de menos los pinceles de Murillo, es la inmensa caterva I entretiene sus ratos perdidos y compone las moléculas de mendigos, truhanes, pordioseros, azotacalles, rateros, I de sus cerebros, de manera de producir en ellos cierto vergonzantes, vergonzosos, &:, que hermosea las plazas, I arreglo matemático cJue dé por resultado una borra. callea, zaguanes, ch~cherías, atrios y P?rtales de l~ ciu·1 chera como una hipotenu a, , dad, Es una maravJlla ver ese hormigueo de ciegos, ' Allá en esos bodegones, despues de cocer lo habido l~za~in~s, baldados" pletóricos, anémicos, hambrientos, I en grano y repar!'il' las baratijas y el nikel (i que muo dlspeptlCos y paralíticos, 1 chas veces hace ncos á muchos! ), comen y beben mejor Por la mañana están en montones semovientes ! que los obreros albañiles, que los pobres carboneros, durmiendo en los quicios de las casas, en los ángulo~ ¡ que el mismo soldado, c!e línea, consagrado á la muerte, entrantes de una iglesia ó en 1M apartadas zahurdas de ¡ que la madre ~~ familIa á qUien le reclutaron su ma. los arrabales, Cuando el sol empieza á calentar, se van! ndo, y cuyos hiJOS en~ebles lloran por pan, que no hay, poniendo en marcha hacia el centro de la ciudad, como! y que no pued~ peduse, porque el rubor y la pena las brujM de Goethe en la noche de E¡anta Valpurgis, á! saltan á las meJil!as, , ., tomar posiciones estratégicas: quienes en la puerta de ¡ Tras In, c0n:.üona Viene, en. pr~~L~cuacI6n de, sexos una iglesia, llaman con tristes voces al coraz6n del co. I y ed:,des, el sueno reparador y JustiCiero que los Iguala merciante devoto 6 de la viuda atribulada que van á ¡ ~l nco más orondo; el sueño, que para ellos no, es oh su misa antes de comenzar la faéna diaria, como ¡ Imagen de la muerte, que ellos no son Argensolas, smo otros se toman el del est7'ibo antes de emprender el; la , Ima¡¡-en de la nada! porque ellos son todos ateos viaje á la sabana: aquellos se reparten las calles en i eplCurelstas, Las oracIOnes truncas y enrevesadas que jurisdicciones inviolables é improrrogables, y cada cnal ¡ se les oye murmurar algunas veces, son enseñadas por en su dominio grita y se pasea todo el día: esotros, re. ! los -yete?'l1trws á los ?'ecZutas, y para. ellos no tienen beldes á todo yugo 6 convenci6n, y que tienen las me. I sentido de Dlngu~a clase: las apr,endle:on .para pedir jores zanCM que jamás hicieron resonar las aceras de ! á los 110m bres, no á DIOS, cuya eXistencIa, SI la sospe. Bogotá (como cierto hom6nimo de Nuest?'a Seño?-(~, las I chan, _no los preoc,upa, y cuyos atnbutos desconocen de París), se dan á recorrer toda la ciudad, por todos ! e~ ,absoluto, ~n:~lgos declarados de todo, lo que sea los vericuetes, y aquí piden, a.!Ií hurtan, acullá comen ¡ reglmen y ~hsClplllla, huyen ele los hospitales como algo, se van por esta buena vida santafereña con el ! de lugares lllfestados y malditos; las casa, de asilo lema del caballero de la Triste FiO'ura: sus fueros sus ¡ sou para ellos presidios; y 1M Hermanas de la Caridad, bríos, sus premáticas su voluntad, bCuando llega la no. I los mé?icos y las boticas, sus tres en~migos: su mundo, che, ,,-uelve la carabana, más 6 menos repleta la panza : demoDlo} carne, Su fístula, su lobauillo, sus calambres, de oplparas sobras, y el costal de zarandajas, á las O'ura. : son ~u tlm6n lllflexlble eu el mar en que luchan por pas habituales, donde un fog6n de hojarasca y m~dera I lo. VIda, ,con perdón de los (larwini~~os, Y si de Dios de las cercas vecmas les aguarda, Es entonces cuando: y los Santos no hacen la, eshmaClOn que todo ser el Patio de los Milagros, que descrihi6 el gran poeta, ¡ raCIOnal elcbe de hace:, de Malthus y sus leyes se hene aquí un recuerdo no muy infiel. Para hacerse! burla~l del modo más Irreverente, Aquello de que en 8e,ntlr y ~o ser pisados por algún burro callejero 6 aL ! la SOCiedad cada e,sfuerzo debe tener su, remuneraci6n, gun pr6Jlmo calamocano, y por ver si en esa última ¡ que sólo ha de satisfacer á qmen lo ha eJecutado; aqueo redada cae algún pez, van O'ritando que es un O'usto: j llo de que el vicio'o infecundo no debe sentarse luégo­" i Una limosna para su cieg~ecito !" "i La carid~d se.! cuando ya sea una carga y no más-sobre el saco de ñores :" "i Por las ánimas benditas!" Y demás so~sa. ¡ frutos que el h.onraelo padre de familia recolectó para cas que ellos se saben, Se llecesita la imperturbabilidad ! s~ Y para SU" h1JOS; aqnello., ,( pero para hablar en sen. de todo ,un Pedro Gringorio para no aturdirse con esta ¡ tlelO común), aquello de que á caela uno seg(m sus obras, algarabla y no aterrar e con esa procesi6n de fantasmas! cada palo que aguante su vela, y el que lo gana lo jama, en muletas, Llegados al cubil, es de ver la zalagarda i eso, llO entra, ~on la veneranda cofradía que nos ocupa, que ar~an, las voces que salen de aquellas hocas, y lj,S j Las nl1.e,e doclmas pa.rte? de estos sugetos son rezagos pantomllnru; ,que representan aquellos gandules, Allí j del VICIO, truhanes arhficlOsoS, ya cantados por Espron. son las maldlClOoes para el avariento que no di6 sino I ceda y Bérallger, que hacen de la mendicidad un oficio, U?~ pIltrafa de carne cediz~, para la señora pobre que i como átros de la zapatería ó de la agricultura, dIO la, cofia vIeja de un Dl~tO, que de nada le servía á I Ya dijimos que son ateos, y lo evidenciaremos: ella DI de nada puede serVirle al mendIgo, el cual la I i quién ha visto á un mendiO'o de éstos en la i lesia eJ,l?-~ta en su b~rd6~ y se ríe de la. fig~ra ridícula de eu I oyendo la misa, confesando ó"comulgando 1 Nadi~, En~ hiJO entocdofiadlo, alh, en aquella mmuclOsa reqUisa, apa. ¡i fermos, como dicen ellos que están deberian ir tí. comul 1r1e cen os os proventos del día ' entre 1o s cual esb n'- gar semanalmente por lo menos p, ara poder recibir en. t at;t alguno,s ndíkele~, que cuenta y recuenta el propie. ¡ el cielo el pre:nio ó mejor dicho la indflmnizaci6n de eanr IOla, cboaut p0aJ O~H e mIDe"r o cateador que ve la ceJ' a d e oro iI sus penas de acá' abaJ,O ; pero no": m.n O'uno de ellos se de los me~digosay mC;:ld:\~::re ;n .. ~t~ hora 1 sicológica I preocupa de la ~uerte futura de su alr::;a, y cuando los das' pues no sie~pre la parti ~~ uJI~ab ~ pa os y pa~. ! sobrecoge la CctJem, como llaman desdeñosamente á la por 'igual á los que lo adc¡uirf:~~n ? . o l~ cOi{esp;n e I m~erte, lanzan una inttlrjección no nada pi~dosa, se frente!" Y además, los sugetos de c~~ ~a~~a or e s~~ I ~~lran una I,lulg~da, y se van al an~teatro SID d~spe. dnos en SUB puestos, como centinelas q h t 1 m~s, ait ¡ 1111'~e de ,n,adle Ul encomenda!se á n:nguuo, Y DI aun , as a as res e i a 1 son ntiles, pues su orgaDlSlllo, mlDado por un mal 28 LA SIESTA que no es enfermedad característica ni caracterizada en la patología, sino qne es la muO"re los parásitos el alcohol y el desarreO"lo constante de ~ida no puede' ser estudiada en. f?rma o alguna; y ni ann a~atómicamente se pneden utilizar: aquellos músculos, huesos y vísceras 1 n~ est.~n eu estado ninguno observable, couservable 6 " disecable: ese pot pOU1'ri v':lelve á b tierra-después I de h~berse burlado d. e la pohcÍa, de la caridad pública I y pflva.d~, de todas las instituciones sociales y de las leyes dlVlDas-á prestar el primer servicio de su muer- , te, en forma de abono de los potreros adyacentes al i cementerio. I ~uy atrás d~jamos ya lo pintoresco de Bogotá y ! s~ PatIO de los Mtlagros; pero volvemos á ello, porque ¡ olmos á un aparcero que canta: I "No hay gente como los ciegos, I Que aunque no ven, oyen mncho . . Penas se ahorran no viendo ' Las miserias de este mundo·" y concluímos. Lo de romántica no se le achaca á ! nuestra villa ilustre por aquel número innumerable de i viejas enmantilladas que lloran detrás del transeunte, : contando hazañas y percances desgraciados, las más ; veces verdaderos y dolorosos de oírse. i Piedad suprema i para la miseria! I LOS MINEROS DE NEWCASTLE. I DE .lUG. DUBan I Que otros sobre los montes respiren el aliento J;leneficente y suave del impetuoso viento E. i~unde un aire puro su frente en derredor; L,v,anas velas otros desplieguen en los mares y surquen presurosos, al sóu de sus cantares, De las amargas olas el seno bnllidor ; Que á otros, cada día, les llene la pupila El sol con dulces rayos de luz tibia y tranquila y ante sus ojos brille un cielo do zafir ; Que otros, cerca de un techo cubierto de vordura Recojan las coseohas que la estación madura, ' y . el canto de las aves arrulle su dormir. El cielo echó sobre ellos sus ojos compasivo, Un astro de bonanza los dió su fuego estivo, Yesos mortales fueron nacidos al placer. La mano poderosa que acá en la tierra imparte Favores ó castigos, les dió la mejor parte: Vida de amor y gloria que es grato merecer. Ay I de aquel imprudente, ay I de aquel temerario, Que del !Iriso!! desciende al lúgubre suntuario ~in la bendita lámpara que Davy nos legó; A éso el torvo espíritu que aceoha en la penumbra, Ó súbito le ahoga, ó súbito se alUlnLra y entre implacables llamas al míseru abrasó .... Ay I de nosotros todos: 'lue á YeCes 60 desprenue La misllla dura I'oca que nuestra pica hicnd~ y rueda sobre cráneos como impetuoso alud. Mós de uno que soñaba, COn alma cariñosn, En los cabellos rubios do un hijo ó de una esposa Encuentra en esa sima la muerte y sU quietud!. ... y bien: somos nosotros, nosotros sombras mudas, Del movimiento humano en sus faenas rudas La poderosa fuerza y ellDvisiblo irunn. Oh Industria! es el teso1'O que á riesgo da la vida Ananca nuestra mano convulsa y aterida, El que te impulsa férvido, potente leviatlÍn ! La hulla en llamaradas calienta la caldera, llace rugir los hornos, hace tem blm' la esfera, Rodar sobre los rieles el rápido vagón, Es ella quien por todos los óru Litos del mundo, Sobre el hinchado seno del ruar ancho y profundo, Pasea omnipotentes los mlÍstiles do Albiún. Nuestra labor oscura á la imperial diadema Da el brillo esplendoroso de la beldad suprema, Que en vano otros imperios p"etenden igualar. Sostienen nuestros brazos el torpo sensunlismo De esos quinientos lores, que ven con egoísmo El hambre pavorosa sentar.e en nuestro hogar. Oh Dios da la Justicia que ns dentro del pecho I Nosotros no queremos buscar nuestro derecho Turbando acá en la tiena el orden y la paz; Nosotros no pedimos el puesto preemineute Que ocupan los ruagnates del trono en la pendiente, Ni el oro que acumula el privilegio audaz; Nuestra am bición se sacia con que les des á ellos Do un sol de amor al prójimo los vívidos destollos, Para que al pobre atiendan con paternal fervor; Que les recuerde á veces, en medio del bullicio, Que si el cimieuto falta se cae el edificio y aplasta entre sus ruinas al siervo y nI señor. ANTOllIO J o.É HESTREI'O. Havre, 1884. -, ........ ---- En tanto que nosotros, cual presidiarios viles, OONTRA LOS OR1TIOOS IMPERTINENTES. Llevamos entre cuevas la vida de reptiles Sin recibir siquiera del solla olaridad ; y nó porque las leyes violáramos audaces, Sino que la miseria, en confundidos haces, Lanzónos desde niños á esta oscuridad. ¡ Porque ha llamado la atención del público, he lc,do ¡ dok ó tres veoes el artículo titulado Un ,,·itico impertillente, , que publicó el número 10 de "La Miscelánea." La primera , lectura soduce, poro tí la segunda se palpau las exagora­i ciones y errores y se descubre el cobre do la crítica. ¡ Por supuesto que la forma ingeniosa adoptada por 01 1 escritor, poniendo en boca de un interlocutor imuginario "opiniones do que él dico no participar, no es en modo al­! guno oxcusa pnra rehuír la rosponsabilidad del artíoulo, I ni menos alcanzaría la especie do palinodia final ti dar Nosotros los mineros somos de la Inglaterra, Vivimos oomo el topo, mil pies bajo la tierra, y allá el martillo se oye con redoblado són ; La hulla que arrancamos la empapa nuestro llanto, La noche n08 envuelve con su tupido manto, y el frío de la muerte nos hiela el corazón .... Ay I del incauto niño que en desgraciada hora Sienta el pié vacilante en la espiral traidora, Del fondo de ese abismo jamlÍs ha de volver .... Ay! del anciano débil, de caminar tardío, Si el agua descubierta se torna en turbio río, En ese estreoho vórtice habrá de perecer. - - . carácte" de pura broma IÍ todn la pieza. La critica os, i puos, bion seria, y comO tal pienso oOlllLutirla. ¡ No me detendré á examinnr las doctrinas literarias , de Mingrelio, ca i todas teóricamente exactas, y por cier­, to no lllUy nuevas y originales, pues son lns mismas quo , acerca de la crítica, la utilidad de las rcgltls y otros J>Uu- ' " tos, han profesado siempre los Larras, Clarines y He\'illlls. Me limitaré á defender oomo lo entienda los pasajos que LA SIESTA 29 con más chispa que verdad, ha tachado en dos notables I y aun de la mano por las puertas doradas de la juventud, poetas antioqueños. ! y que un mismo rayo del sol esplendoroso de esa época de Desde luégo, convengo con lIIingrelio en que la críti· ! lB existencia ilumine sus frentes' ca .6 al't~ de ju~gar ~e la bond.ad, verdad y. b~ll~za de las I P.or lo que hace al mal us? de vencer, no ~e parece producclOnes hteranns, fundandose on prmcIplos de esté-I' tal, D1 creo qué gane en valentIa el verso trocandolo por tica ó buen gusto y en las reglas científicas I'elativas á renclir, que es, por otra parte, sinónimo suyo, según puede cada obra, según el ramo á que pertenece, es clase de 00- verse en el Diccionario de la lengua. nacimientos poco ó nada cultivada en países atrasados. y como roeoan mansas adormidas En ellos, el que hace papel de crítico es con seguridad' Juntas las ondas en tranquila mar, ' amigo 6 enemigo personal, político ó en religión, del es-I Nuestras dos existenci,as siempre unidas . 't . d tI' . , f' 11 Por el sendero de 1 .. VId .. van. en. al' Juzga o; y. en o.nces e .J.UlClO no y ?ano ca a para Tú asida de mi brazo, jndiferente, ,deJar el campo hbre a la paSlon adversa o favorable. El, Sigue tu planta mi resuelto pi6, compadre ó copartidario agota el vocabulario de la ala- I y de, la se~da en 1 .. áspera pendiente, banza bombástica y exagerada; el enemigo ó adversario j A rollado Jamás temes caer. no acierta á hallar nada bueno en la .obra, y harto será "Es defectuosa la comparación, dice Mingrelio, por. que del análisis de ella no pase á la disección del pobre I que no hay ó no debe haber movimiento ó rodada de ondas autor, y lo ponga de presnmido, inepto é ignorante que en un mar que positivamente está tranquill?; y porque es no haya por dónde cogerle. Así, pues, ó censores amargos 1 1 ext~avagante qne ,las ondas salten de su sereno elemento cuya opinión envenenada encoleriza y no corrige, por más á berra para seguIr sendero, para oogerse del brazo y su-que puedan decir verdad; ó ciegos aduladores, de quienes I bir por algu~a pendien~e áspera." . . no hay que esperar que señalen defectos ó indiquen nue· ~ yo dl~o que, aSI como en la pl'lmera estrofa, la lU· vas vías; pero nunca jueces imparciales que, sin más guía moralldad,.l~ Incorrección y. el.disparat~ quedaron de par­que la razón, aplaudan y enseñen, animen, corrijan y des· I te de la cl'ltlca, en las dos slgulentes q~Ien apareo~ defec­piGl'ten la emulación: hé ahí lo que se le espera al hombre! tuoso y extrava~ante, no e8 el poeta, smo ~lingreho. qué de ingenio ó al tonto que sale pluma en ristre por es08 ,I es lo opuesto a ~~a mar tet?pestu?~a? Una tranquila. trigos de la literatura. ¡ ¡ Pero esa tranqUlhdad es la mmovilldad, y puede nunca ¡ suponerse un mar, ó siquiera un estanque, cuya tranquili­Hace presa Mingrelio en la primera cuarteta de la ¡ dad llegue hasta el punto de que la 8uperficie sea perfecta· composición .A Julia, de Gregario Gutiérrez GonzlÍlez. ! mente nítida é inalterable' A las playas del mar, aun es- Juntos tú y yo vinimos á la vida, ! tanda tranquilo, llegan rodando siempre las ondaQ á estre· Llena tú oe hermosura y yo de amor; ¡ llarse, y siempre el viento, por ligero que sea, riza la BU-A ti vencido yo, tú á mi vencida,. ! perficie y produce ondas. Porque de ondas habla el poeta, Nos hallamos, por fin, juntos los dos. i nó de olas, que, á mi entender, sobrepujan en volumen, Ya Rafael Pombo había tachado de verso malo el ! elevación, l'apidez y fuerza á las ondas. Y qué manera de primero de esta estrofa y primero también en la colección! nociones son las de Mingrelio sobre la comparación? Ni de poesías del bardo antio(lUeño; propone el señor Pombo ¡por 9n? prolonga.á otra estrofa la influencia ideol~gioa de que se reemplace por este otro: i un slmtl que termma en la que precede? Este slDllllo re..- Al par tú y yo vinimos á la vida; i pite el I,>0eta en su composición .A Julia, de 1869, con ma-y dicen los editores (los hijos del poeta) que no hay in-I yor clarIdad: . . , co,m patibilidad entre el verso primitivo y el último de la I .... Unldos VInImOS basta el ftll Coal dos olas gemelas qne ban rodado mIsma estrofa: : En busca de nna play .. en q06 morir. Nos hallamos, por fin, juntos los dos, I La observación del crítico á la siguiente cuarteta, deja si se tiene en cuenta que Gregario y Julia nacieron juntoB, ! de ser trivialidad para pasar á simpleza. Con que hay in­es decir, á poca distancia de tiempo y de lugar, y de pa· ! cohel'encia gramatical é imposibilidad material en decir: dres íntimamente relacionados; tuvieron que separarse i Tú asida de mi brazo indiferente luégo por largo tiempo, y después de varias vicisitudes se i Sigue tu planta mi res~elto phI; , hallaron para. siempre juntos. . . '1 porque quienes andan de brazo van de frente, y la planta Pero Mingreho le cu~lga al cuarteto lo~ califioatIvos , del uno no puede seguir el pié del otro? Fuera de que no de inmoral, incorrecto y dIsparatado i lo prtmero, porque! hay tal imposibilidad material, el verbo seguir no signm· quienes vienen ó naoen juntos á la VIda, son los gemelos, ! ca siempre procesión y enlilamiento, sino también com­y éstos no pueden amarse con amor; l~ segu~d~, porque ¡ pañía. el verbo vencer no puede ~sarse oon régimen I!ldlrecto; y ¡ "Y;;u mano en mi maDO, paso á paso ", continúa el lo tercero, porque nada hene de raro 9ue qUIenes nacen i poeta, y l\lingrelio observa que" ya no siguen de brazLA. Tal vez Guzmán no hizo mal Con Fulano en a cenderlo ; Que no importa nn Geueral Donde es general el serlo. JORGE POlIlBO. IMPROVISACIÚN. Largo rato caminámos Sobre la grama. menuda, I (Á Oli OANA.R10) Siempre limpia y siempre verde, Pájaro de par,la pluma, Que la población circunda. De pico arpado y sonoro, A t f d 1 Semejas salterio de oro . es e rag~ento e a composición Un paseo en Abe- Que resonara entre espuma. Jorral! le nota M1D:~elfo que es imposible la posición que La esclavitud no te abruma, d~~~nbe. Yo !"? se SI a los poetas pueda exigírseles la pre- Pues cantas entre tus rejas clSlo.n IDa.temabca á cuya regla de hierro pretende Min- y al corazón saber dejas, 1 t 1 1 Por la. forma de tu ca.n to, gre 10 suJe ar os; pero o que sí es claro es que no hay tal Que tus trinos no son llanto, abs~rdo en la posición r~spectiva de los dos paseantes ó I Que tus notas no son quejas. cammantes, y que renglon por renglón pueden dos perso- JOAquíN P. POSADA. nas ~r~cticar lo que dice el poeta, formando un grupo na- ~ ___ turahslmo. La ?la?"o derecha de J uIia iba por detrás de la I nuca de Gregono a tomar la derecha de éste fácilmente I EL TESTA~{ENTO DE UN POETA. doblada hacia arriba· J li • ' y el brazo izquierdo de la misma ¡: i eo m b a t'1d a eXI.S t enC.l a fn'e I a de EID.l h.o Antom.o u a, pasando por frente al cuello del poeta iba á unirse i E biD b' 6' b' l' 61 l' f con su propia mano y con la derecha de que' ya se habló; ¡ .seo ar. e 1 Ir len eJos, y s o a ?anzo, como re u- Y así el brazo izquierdo pod' b'. di' ; glO á sus dolores, la. tumba. Era un Joven lleno de lll- , la muy len ro ear a CID- I t r' - -d r d' , tura de la esposa, que, como se ve, iba como colgada del i ~ 1geneta, con ensue,nos e tea os, ldea8 a~re~s, prop6- c~ello de ~u amante marido. Un poco flojos los brazos, ! sitos vagos pero ardlentes, que s~n el dlstmtlvo de los nlngun~ dificultad hay para andar en esa posici6n ; y ella I cerebros de alg.unos poeta.~ desgraclado~. Apenas colum­es la mas natural en d~s recien casados (Julia y Gregario i br6 la persegUl~a glona, con la cual ce~ebra esponsales .~apen8B !l~:vaban tres .. nos de matrimonio en la época de la ! fantástiCOS la Juventud, cuando el publlCo de Bogotá composlclon) que van á visitar la tumba de su primogénita. i aplau~ía su drama titulado i Ju.sticia ó Fatalidad! que (Concluirá). I mereció de la crítica tantos encomios. Por ese tiempo i ya el infortunio lo había herido de muerte, y la ovaci6n I que sus amigos le hicieron por su triunfo fué casi una i fieRta p6stuma. El sufrimiento moral es, frecuentemen- FÁBULA. En el patio de rústica alquería Un pato mor~ió á un perro cierto día; y en va~o seIS mancebos, moraleja PretendIeron sacar de esta conseja. . Esto enseña IÍ los seres racionales A nI> buscar moral en.animales. R. DE NARv.h:z. EPIGRAMAS. Ayer tarde don Juan Lonas De hambre fiera en el exceso' Les pedía á todos un peso ' P?rque se hallaba en ayu~a8, DIeron las seis, don Juan : "¡HOI'as dan 1aí,_~5._ 1IIII1, 8II1r&ií.,. ~i"'811101l..,\" I te, principio y consecuencia de las enfermedades. Una p~na íntima, ':lna espantosa desgracia, postró hasta ren­, dir al pobre Joven; el aneurisma que le dió el último j g<:>lpe fulminante, no fué sino resultado de uno ya reci­! bldo enrnedlO del pecho. Tal V~2l algún día alzarémos i este velo sombrío que hoy, por piedad, no tocamos. I . ~ua~do los médicos desahuciaron á Emilio, él reci- I bl6 SIO ~ledo el fallo. Pensamos que deseaba alejarse: hay. oc~slones en que la partida, aunque sea á lo ignoto, les mdlspensable. ~ero para viajar, 'porque él creía en una contmua ascenSIón, según la teona espiritista, quiso I p0l!er s.obre . el papel lo que vivía y tenía ya cuerpo en i sll.mtehgenCla. O como Gustavo Becqller, .. quería dor­I ~lr en paz en la noche de la muerte," sin que sus crea- I Clones fueran á ser su pesadilla. Entonces trabaj6 mu_ cho: los dial! ~ra!l contados, y á pesar de SUB dolores I esCribía, 8610 rmdléndose á la suprema. fatiga. LA SIESTA 31 Por la. tarde salía de su casa, lentamente, :1 dar un '1 EL MUNDO BOGOTANO. paseo al Pa?"que de Santcmdc¡·. Iba allí :1 gozar de la , llabría materia para una revista nutrida. é interesante música en las retretas, del grato verdor de los irboles, '\' con lo que pasa en Oolombia. ! Pues, señor: no es poc.'\ cosa con la. vista de las eras florecidas, Lo ~imos en e~e tener á los italianos á tiro de cn.~ón, cuando .n~ nos hemos lugar por última ve>l, Su rostro estaba pálido y flaqUl- acabado de. desenredar de la ~Itlma guerra cml.; la~ espe· simo, sus ojos azules se movían en un círculo VIOlado, y I ranzas en C1~l:ue, tle un emprestlto de doce y ~edlO mllloneR sus cabellos rubios habíau crecido hacia atr:1~. Al rede- I de pesos á tIempo ql~e un decreto del Gobierno ~a ~altlo dor buscamos por instiuto la muerte. Aquello era un I como bombn. en la.s cajas de l?s ~ancos y en la cartel~ de di ,,' mbarcro el desgraciado joven soureía los partIculares; y una Constitución nnev~ ~n p,erspe,ctl'vat ca ,ver, ), ~NID el bl,o d' I d' 6 t' de los facultati I cuando ya Ibamos acostumbrlÍ.ndonos á VIVIr SIn DJOs DI dulcemeute. ?~ , la o e ~agn s ICO ; , - , ley. Eso para no bn.bln.r más que de las cosas grandes, que vos,. y corno qUISICr:1mOs reammarlo, coutestó con reslg- I si fuéramos á metemos en detalles, por Jesucristo que no nacl6n: ., . . I sabemos á d6nde nos diera el barro en las calles y plazas -Todo es ¡nútIl : cuando mucbo be de vIvir un mes. de esta pobre capital removida en sus cimientos por la No se quejaba; aparecía soseg:1do y respetuoso mano inf¡,tigable de u~ Alcalde, empeñado en hacernos re· con su destino. Por otra parte, buscaha en los astros un I cordar los buenos tiempos de Ahumada, de Alfonso Ace· punto de cita para encontrar á los que am:1ba. , . vedo y de PadIlla. Pronto con~er&'Ímos de SIlS obras. No quena monr , ..... sin dar término á un poema t!~ulado 'l'hara, de si&nifi- i Suponemos que no se querrá obligarnos á hablar de caci6n grieg:1...... No~ refino el plan y reclt? al- I las representacioDes teatrales, que - al revés de lo que gunos de los versos. Deseaba, :1Símlsmo, conclul l' un ! pasa en las capitales europeas - el invierno ha puesto en drama que, por lo .que .Ie entendimos, era cou :1r~un?en-1 entre~icho; ni de las últimas proce~iones ~e PaSC!la y tos de su propia hl ton:1, i Esp:1ntoso drama sena este, , Cu~sl1nodo, que t~do el mundo ha VI~tO; DI de lo~ lIbros porque i Emilio se le agri6 en la boca la leche mater_¡ recientemente puul!c~dos, que somos mcapaces de Ju.zgar. nal, y el 6sculo paterno le hizo ,pna llaga en la lDltad Sobre mu~rtos y vlll,¡eros Dadn. hay nuevo que, decIr; ,Y del corazón 1...... c~mo nalhe. s~ SUICida, se cas~ DI se bate, p~~namos Sl~ La arteria traidora no le dió tiempo, Una tarde nO I dIfic1l:1tad dejar eD bl~nco el espacIo Íntegro que La SIesta se vi6 al poeta ocnp:1r su banco de?ajo ?e los árboles, ! ~a aSIgnado á la re~lsta. .. ni á su perrita blanca, á la leal Eta:1-j'os, Juguetear por i . .... .. . los caminos de areua de~ Farque. ,Era .!lfeciso,. 3:llte I . aPero usted es eXlge~te, quendo Director, y el .. ofiClo todo, morir; y comprenchendolo asl EmIlio, escrIbl6 á ! obhoa •. A~emás, la crÓnIca es una parte tan eS(lncIal en sus amiaos predilectos la carta sicruiente, que era su úl- ! los penódlcos, y Duestro púbhco ~usta tánto de verse en f 'j' too' o ¡ letra de molde, que, á falta de los zlgzags de :tIIerchán, de- Ima vo UD . , voraría hoy con ansiedad hast.'\ los cronicones de la difunta Señores Jorge Rafael A.ranza y AJejandro Vega, "Reforma," único género realista que se haya cultÍ\-ado Queridos amigos míos: , con provecho eutre DOSOtI'OS .... Ahora, Di eso: "La Na- Les suplico encarecidameDte que hagan cumplir mi ción" publica versos, leyendas hist6ricas, ú hojas de carteo voluutad última, consignadf\ en estas líneas. Pel'llonen esta ' ra sobre el estornudo, los suspiros, los tropezoDes Y los postrera molestia. callos, aDalizauos en su acepci6n filos6fica; "Las Noticias" Dejo mi libro de Recuerdos á mis amigos todos, en la ! no dan ninguna que no haylLtnoS visto antes en el "Diario confianza de que ellos no dejarán morÍ!' mi pobre norubl'e. ' Oficial"; "El Semanario" tiene que ir á escribir su reviso Quiero que si alguna vez se publica mi drama, vaya i t,'L al desierto de la Oanuelaria, dándonos por crónica bo­precedido de un prólogo escrito por Alejandro, que sabe I gotaDa lo que habíamos leído en uu capitulo de la Pe/'egrí­su historia. , nación de Alpha y en uu articulo de Felipe Pérez; de A Alberto Urdaneta Y Lázaro Girón les dejo La novia I fuera no recibimos Di un lihro ni UD periódico, y así, ¡ pre· del Zipll. Ojalá la embellezcan con Sil lápiz. " teDde nsted que el suro haya de llenar esta necesidad de Suplico que se quemen mis papeles Y las cartas de imposible s:1tisfacción ¡ mis amigos. Bogotá se muere de atonía. ToLlos sus resortes se ha· Quiero ardientemente que mis coronas las guarde JuHa Illan flojos, y el movimieDto, la vitl:1 qne parece animarla como un recuerdo, ! es algo comO la febril desesperaci6n de los últimos esfuer~ Una cubierta de luto que tengo en mi cartera, serlÍ 1 zos. Puede usted pasarse el día Cntero en una esquina colocada deutro de mi ataud. cruzado de brazos, y decir como el poeta de "la Hora d~ Quisiera Ber sepultado en el suelo y que Adelina sem· Tinieblas": brara sobre mi sepultura mi pensamiento blanco. Gente .. , y wás gente .. , y mús gente Ojalá que mis nobles amigos pa"uen á María los cui. Pas" delante de wí, d h 'd . o, Oh! qué tI'lste CB ver así da os q ne a tem o conilllgo durante ml larga enferme· La hUllJo,uidad ell tonen te 1 dad; es UJla deuda sagrada que les dejo. ' . Daniel lIIacharllviaya, Joaquín Pinto, Joaquín Gon- I Ver~ pasar dIez v~c~s P?r delante de usted amigos y z'lez, el noble doctor Ortega, l'aciban la expresión de mi des~onoCldos en tal preCIpItaCIón y con. afán tan extraordi· gratitud eterna por sus cuidados, I nano, que podría creer, soure to~o SI acaba ~e llegar de En fin, para todos mis buenos, mis queridos, mis fie- fuera, que ,al fin hemos. c01I!prcDdldo aqul la IIDportancia les amigos, Un último abrazo. del proverbIO yankee: T!me IS mOl/ey. Adiós. , . Oh ! no señor, nada es 11l01lCy hoy eD esta bendita ca. Suyo hasta la eternidad. . pItal, que .de capita/,--con teDer ocho BaDCOS en su seno- Septiembre-1885, EMILIO ANTONIO ESCOBAn. no po~ee SIDO la categona geográfico· política. Pero, á lo me. nos, dirá usted, todos esos que entran á Santo Domingo y v~n á l~ Tesorería; que salen por el correo (para. acortar la distanCia) y se meten en (\1 Banco de Bogotá' que de ah! van á San.Fr~uciBco y ~'uil~en al Bazar, para dirigirse lué. • go al Capitolio, al Crédito hipotecario, al Prendario y á la Que no se olviden de mi pobre Etairó., . Sencillo testa.mento de un poeta infortuDado, para. qUien la. desgra.cia fué la inspira.ci6n y fué la muerte. 32 LA SIESTA Unión, tprminando donde Isaac Jl.fontejo, Martioez, de La Cuatlra, 6 don Jesús Gutiérrez, todos esos serán hombres de negocios. Esa es la agitación febril de qne acavo de havlarle. Puede asegurarse que esa colmeua de la Calle Real que zumba como las abejas, al rededor de las cajas de los Ban­cos, no produce, como aquéllas, ni la miel del sustento dia­l ·io. · Ahí van los empleados, los descendien tes de los pró­ceres, los militares de la última campaña, los contratistas, touos los acreeuores del Gobierno, es deci1) la povlación entera--porque aqui no bay quien por éste ó el otro moti­vo no depenua del Tesoro público-á desl'ontar el porvenir. Qué bello teat·ro para un autor do l!'ilosofia en cal'fera! i Cuántos padres de familia, cuántos huérfanos, cuántas viudas, cuántos iuválidos que vuelven casi siempre á su casa, vacias las manos, á soplar en las cenizas del bogar siu fuego! .. " .. r. Qué seria de todos ésos si aquellas puertas, tan es­trecbas y todo como sao, se cerraran para ellos con el Lasoiate ogni 81Je?'ctnza de este infierno más positivo que el de Dante ~ Eso es, precisamente, lo que acaba de pasar con el decreto del Gobierno á que nos bemos referiuo atrás. Y, sin embargo, hay muchas personas que creen, pensando en Bentham sin advertirlo, que la providencia es bllena: 1° porque el mal, si alguno produce, se extiende á todos y es, por consiguiente, menos sensivle; 2? porque s6lo ataca directamente á unos pocos, yesos pocos lo merecen; y 3° porque el lJien que produce abraza al mayor número, y ese mayor número es el que más necesita protecci6n. Eso es, sin dulla, lo que 80 ve. Lo que no se v~, como dice Bastiat, es tan grave, que tememos !JO tener lIbertad de examinarlo, sin extendernos mucho, por una parte, y sin traspasar, por otra, los límites que nos es uado salvar. Si el empréstito fuera Un¡L realidad! Doce millones y meclio de pesos! Por desgracia acabamos de leer en un pe­riódico, que M. de Lesseps, el Gran Francés, como ya se le Jlam¡t se halla gra,emente enfermo, quizá á cousecuencia de su 'reciente viaje á Panamá. Su vida sola seria la que pudiera obtener la cODcesi6u de aClllel préstamo, que, al presente 00 tenemos con qué asegurar, fuera de los dere­cbos de ia N ación en la obra del canal. Sin esa esperanza será imposible que el papel moneua conjure la crisis que por touas partes nos acosa. ..... . Porque á lo de adentro, teuemos ql!-e ~gregar lo .lle afuera. Tiempo hace que cuatro cruceros 1tahaoos reCIbIe­ron orden de dirigirse (L nuo~tras costas. ~ Dónde se h~n quedado Y & rOl' d6nt.le ~scogleron para empezar~, segun la expresión del señor lIIllllstro Rolnlant. , Y á todas éstas, nuestra única cañonera, la Boyaoa, es apresada en el Istmo por contrabandista! !! IIé aUí pal­pable, en la forma más concreta y elocuente, la sf~tes.is de la actualidad. La llaga que uevora al país,-Ia 1ll1Sena,­hace anteponer el ansia de¡ l'ÍCluezas al más noble, allUás sagrado al más imprescin él hubo de haber 611- t0?1CX8 momentos ... " . "Los hijos que tllVO fueron tres, ele los cuales v:'ven dos hoy Bola,,,,"t." ('fomo 2, p. 96). 4 floy sola",.nt.l Nó: vwen hoy dos 80lamente ... " , Nuestro COl·tós pnisano llamQ á este modo de oona: tl-uÍr manía. N osotl·os le cnlificnl'ínmos de otro modo Sl fuér~lllos do lo~ que lean al soñor Ccínovas, de quien ya no extrañamos que con ciertas órdenes ministeriales h.aga fl!-­silar insurrect.os toda vez que con una plumada hterana puso en capilla' do un día á dos hijos de El Solitario, BU pariente oeroano.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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La Siesta - Serie 1 N. 4

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Horizontes, Pulsiones audiovisuales alrededor de La Ciénaga de Lucrecia Martel

Por: Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes | Fecha: 2022

A partir de una provocación, dos curadores intercambian ideas y aproximaciones que generan relecturas, consensos y disensos. Es una forma de resaltar las curadurías como gestos de creación y rutas de navegación. En esta segunda edición la provocación es la película La Ciénaga de Lucrecia Martel y las curadoras son Isabel Orellana (Chile) y María Paula Lorgia (Colombia), quienes proponen en esta ocasión cinco películas que conversan con esta obra audiovisual y su contexto
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Publicaciones periódicas
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Horizontes, Pulsiones audiovisuales alrededor de Los olvidados de Luis Buñuel

Por: Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes | Fecha: 2021

A partir de una provocación, dos curadores intercambian ideas y aproximaciones que generan relecturas, consensos y disensos. Es una forma de resaltar las curadurías como gestos de creación y rutas de navegación. En esta primera edición, la provocación es la película Los olvidados de Luis Buñuel (1950) y los curadores invitados son Michel Lipkes (México) y Janaína Oliveira (Brasil), quienes proponen en esta ocasión cinco películas que conversan con esta obra audiovisual y su contexto.
Fuente: Cinemateca de Bogotá - Archivo Formatos de contenido: Libros
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