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Imagen de apoyo de  Mala feminista

Mala feminista

Por: Roxane Gay | Fecha: 2020

Cuando la escritora Roxane Gay se autodenominó –de broma– "mala feminista", reconocía que no podía cumplir con los requisitos de perfección del movimiento feminista. Mala feminista es un conjunto de ensayos ácidos sobre el feminismo en la cultura moderna, y una aguda y divertida reflexión sobre cómo la forma en que consumimos la cultura nos convierte en lo que somos; siempre con tono autocrítico y consciente del papel de la mujer –así como de su relación con los hombres y con las demás mujeres– en nuestros días, a través de su propia experiencia, y de las dinámicas políticas y culturales recientes. Para ella vivimos en un mundo apasionante, lleno de distracciones que nos gustan y que nos obsesionan, incluso si van en contra de nuestros principios. Le gusta la música rap, aunque es consciente de los clichés sexistas de muchos de sus autores. También le gusta el cine absurdo, el color rosa, engancharse a series como Girls y leer la revista Vogue. Mediante ejemplos de la cultura pop y de su propia vida, Gay nos habla del aborto, de la maternidad, del acoso sexual, de la igualdad de salarios, de los mitos sobre la amistad entre mujeres, de la reciente literatura escrita por ellas, de la misoginia en el mundo del espectáculo, etc. El feminismo, como la humanidad y la vida, es imperfecto, y la autora propone que aceptemos todos sus matices.
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La mala costumbre

Por: Alana S. Portero | Fecha: 2023

El desgarrador viaje vital de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar. Una novela deslumbrante que no se parece a nada que hayas leído. Un fenómeno literario internacional antes de su publicación.  «  La mala costumbre  nos enseña a volver  a mirarlo todo otra vez y a entenderlo mejor.»  Bob Pop  «Una voz transportada por la belleza y la rabia,  un canto para las arcángeles derribadas que se alzan con audacia fraternal, sostenida, libre.»   Belén Gopegui  «Un libro hermosísimo, cruel y redentor sobre  el camino que recorremos hasta convertirnos  en quienes somos.»  Elena Medel  «Una escritora en mayúsculas, cruda y brillante. Un debut  arrebatador lleno de buenos augurios. Una herida sin nombre  que por fin podrá cicatrizar.»  María Sánchez  «Una novela devastadora. A cada página te  traga y te devuelve a la vida. A Alana se la lee  con emoción y admiración.» Iván Repila  Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.   La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son completamente válidos para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.   Dueña de un universo creativo único en el que conviven el teatro, la historia clásica y el activismo, Alana S. Portero debuta en la ficción con esta novela deslumbrante que se ha convertido en un fenómeno editorial internacional antes de su publicación. Puedes escuchar la banda sonora de la novela en: https://open.spotify.com/playlist/0gQEfjdfg1iInLPl5JPoho?si=rirNC6yaRsautEDcBe27GA
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El instinto científico

Por: Andrés Gomberoff | Fecha: 2024

En un mundo donde las ideas falsas y absurdas pueden arraigarse durante largo tiempo hasta transformarse, para algunos, en su percepción de la realidad, es crucial desafiar y desmantelar esos falsos saberes que nos rodean. En El instinto científico nos embarcamos con Andrés Gomberoff en un divertido, polémico y absorbente viaje intelectual que nos lleva a explorar los orígenes y fundamentos del pensamiento científico, proceso decisivo en la construcción de la cultura occidental y de la joya de su corona: la ciencia. ¿Su propósito? Demostrar que la actividad científica es producto de un instinto humano básico, y, por lo tanto, intrínseco a su naturaleza. Argumenta que el pensamiento mágico y la pseudociencia no son el resultado de la ignorancia o del analfabetismo científico, sino de una represión activa de este instinto, motivada por sesgos y autoengaños arraigados en nuestra propia cultura. El resultado es un abanico de creencias, desde las más disparatadas como el terraplanismo hasta las más peligrosas como la aversión a las vacunas. Sin embargo, nos alerta el autor, las posturas que dificultan el desarrollo de la ciencia no solo se encuentran en estos grupos marginales, sino que también penetran, de modo mucho más sutil pero igualmente peligroso, en círculos políticos e intelectuales establecidos. Mediante una combinación de lógica rigurosa, evidencia científica sólida y una argumentación convincente, este nuevo libro del autor de Física y berenjenas nos invita a reconocer nuestra capacidad innata de pensar científicamente, y encontrar en esta práctica no solo una forma de comprender el mundo que nos rodea, sino, además, de conocernos a nosotros mismos. Con un enfoque accesible y cautivador, a través de anécdotas cotidianas, experimentos científicos y episodios de la historia, El instinto científico nos ofrece las herramientas necesarias para desarrollar criterios que nos permitan apreciar y preservar esta práctica fundamental y maravillosa que nos define como especie: la ciencia.
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Internet para la gente

Por: Ben Tarnoff | Fecha: 2025

Por qué deberíamos estar todos en pie de guerra para salvar nuestra independencia digital y nuestro pensamiento crítico. «Un libro extraordinario y urgente». Naomi Klein. Internet tiene dueños: empresas privadas con ánimo de lucro. La mayoría de buscadores aniquilan cualquier tipo de privacidad y algunas redes sociales se han convertido en altavoz de la propaganda de ultraderecha tan solo porque resulta rentable. Pero no siempre fue así. De hecho, para maximizar los beneficios, internet tuvo que rehacerse mediante un largo proceso de privatización que duró años y que convirtió una pequeña red de investigación en una gran potencia del capitalismo mundial. Internet para la gente es la historia de la privatización que ha creado el internet que hoy conocemos y que dio pie a las crisis que hoy lo consumen. Pero también es una respuesta: propone su desprivatización y que quienes lo gobiernen sean las personas y no los beneficios. Reducir el espacio del mercado y del afán de lucro, abolir los jardines amurallados de los gigantes que dominan nuestras vidas digitales al tiempo que se desarrollan alternativas de propiedad pública y cooperativa que permitan un control democrático real. Si queremos construir un internet mejor, es preciso cambiar quién lo posee y cómo lo organiza. No con la intención de que los mercados funcionen mejor, sino de que tengan menos poder. No para crear una versión más competitiva o más reglamentada de la privatización, sino para revertirla de una vez por todas. La crítica ha dicho: «Ben Tarnoff es el mejor tipo de visionario: informado, práctico y comprometido al máximo con la transformación de un statu quo abusivo y corrupto. Tenemos la enorme fortuna de contar con su proyecto para reimaginar las herramientas que han formado nuestras vidas. Un libro extraordinario y urgente». Naomi Klein «Una reformulación útil: de pensar en cómo evitar un internet nefasto para los usuarios a cómo crear uno positivo. Tarnoff quiere devolverlo a sus raíces de propiedad pública y orientación cívica y, sea o no lo correcto, es la pregunta adecuada para plantearse». The Washington Post «Un estupendo término medio entre la historia más técnica y la polémica». TheNation «Este libro revela la historia oculta de internet y amplía nuestra visión sobre sus futuros posibles». NewRepublic
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Visión y diferencia

Por: Griselda Pollock | Fecha: 25/08/1898

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CRÓNICA, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA DIRECTOR, PEDRO CARLOS MANRIQUE FOTOGRABADOR, SATURNO ZAPATA - ADM!!'I!STRADO~, RUBÉN J. MOSQUERA AÑO 1- I "OL. 1 EL BOFETÓN DE ITALIA DE .GRA'J D del paí cu­yo hij no. ien­tan el e Tozor 1 lo. ultraje~ he-ho al honor v á la dignida le la atria, como mferi dos á u pr pia madr ue no t r. an el valor de re ba­zarlo en la me­dida de .u. fuer-iones. o por mi parte, iento en la mejilla la allva e ·cupida al ro tro de la Patria ¡:ior el Gobierno de Italia, y ·omo no e té di pue ·to á be ar la mano que me ultraja tomo la pluma para ilu trar y o tener la conciencia nacional en la larga lucha que hoy principia, para limpiar e ·te in ulto. Ma. como al entrar en l campo del razonamiento, la 'le­ra no ólo ea mal con ·ejero . in o cau a le rlebilidacl haré que e a ólera enmu ez a ante lo jui io de la razón y la con lu ione del der eh . n el objeto de 110 dar al abogado del eñor rruti el má · leve pretexto de pon r en duda la lealtad on qu el obierno colombiano e ometería al fallo de la omi­ ·ión mixta internacional pa tada por el Prot colo de Parí. de 24 ele M ayo de r 86, para fallar la ca u a, nue tro int Ji­gente y muy a vi ·ad Mini. tro de Rela ione E ·teri re. señor . Vic nte Re. tr po pa ·' on fe ha r r de Febrer d~ r889 al 'on loria, Mini tro Re ·idente de Italia y miembro d la omi ión, la siguiente nota: BOCOTA , A(;Osro 25 JJE 18c)8 VUMERO 4 ". eñor Minil>tro: Refiriéndom á la atenta nota de V. E., de 10 d 1 actual t ngo 1 h nor de manife tar á V. E. que el $obierno d la Re­pública aceptará cual tui r sentencia arbitral que la Comisión mixta ltal - ~ oloml iana dict de acuerd con el 1 rotocolo de París. '' Reit ro á V. ~. la e Turidadc de mi alta y distinguida consid racion. 'VICE. TTE Rf" TREPO." :\que! Protocol y e tricta-que yá había dejado pa. ar e rito de 18 del omi ión el ñor Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. so REVISTA I USTRADA 'erruti diez mil libra esterlina , que han sido deducida de las 6o,ooo adjudicada por el Laudo americano. Prestó e entonces nuestro Gobierno, con exceso de bonhomía, á uscribir otro arbitramento, y tuvimos la im­previ iva condescendencia de convenir en confiarlo á un Gobierno de lengua inglesa, el menos adecuado para el es­tudio del proceso, en descuidada , incorrectas y malas tra­ducciones, ni para hacer e cargo de la parte que en estos desgraciados acontecimientos de nuestras guerras civiles tiene la fuerza mayor del medio en que vivimos, que á to­dos nos cobija y con el cual debe contar el extranjero que voluntariamente sale de su país en bu ca de pan y de tra­bajo. F.l mismo poderoso Gobierno de lo Estados Unido , acaso el más poderoso Gobierno de la tierra, en el caso de los asesinatos colectivos de los hijos del Celeste Imperio, del ataque al Consulado español de Nueva Orleans y del linchamiento de lo, italianos, opu o como .fin de non rece­voir ia incontenible exaltación de las pasiones populares, para no conceder sino una indemnización de mera equidad, tasada por su propio juicio. Pero entonce ¿por qué se exige de nosotros una res­pon abilidttd ab oluta, completa, de libra por penique, sin admi ión de circunstancia exculpativa ni atenuante de nin­guna cla e en el pago de estas reclamaciones? Simplemente porque no tenemo cañones con qué rechazar la imposición. El Protocolo, ó sea la ·escritura qu sirvió de compro­miso arbitral para el Laudo americano, dice en su parte dis­positiva: Apenas el Arbitro, por la aceptación del cargo, haya ad­quirido título para ejercer sus funciones, quedará investido de plenos poderes, autoridad y jurisdicción para hacer y ejecutar, y ordenar que se haga y ejecute sin limitación alguna, cualquier acto que á su juicio pueda ser necesario ó conducente á la con­secución de una manera recta y equitativa, de los fines y pro­pósitos que el presente Con enio está destinado á asegurar. Por tanto, el Arbitro procederá á examinar y decidir, fun­dado en los documentos y pruebas que se produzcan por cada uno de los dos Gobiernos ó por el reclamante como parte intere­sada en el juicio, y en los principios del Derecho público en pri­mer lugar, cuáles, si hubiere algunas entre las dichas reclama­ciones del Sr. E. C rruti contra el Gobierno de Colombia, cons­tituyen una reclamación ó reclamaciones de competencia de juicio internacional; y en egundo lugar, cuáles si las hubiere, de tales reclamaciones del señor E. Cerruti contra el Gobierno colombia­no, constituyan una re !amación ó reclamaciones de competen­cia de lo Tribunales territoriales de Colombia. Y en lo que res­pecta á la reclamación ó reclamaciones - si se las hubiere- que á juicio del rbitro tengan el carácter y formen parte del primer orden de reclamaciones antes definidas, el Arbitro procederá á determinar y declarar el monto de la indemnización, si alguna le corresponde, que el reclamante señor E. Cerruti tiene derecho á recibir del Gobierno de Colombia por la vía diplomática. Y en lo que respecta á la reclamación ó reclamacionts del señor E. Cerruti -si las hubiere- que á juicio del Arbitro tengan el ca­rácter y hagan parte del segundo orden de las reclamaciones an­tes definidas, el Arbitro declarará cuáles son, y no tomará ulte­rior ingerencia en lo que se refiere á tal ó tales reclamaciones. onforme á la voces de e ·ta escritura, aunque muy mal redactada, lo podere conferido · al Arbitro se dividen en dos: omo Juez ustanciador para ordenar y ve tir el pro­ceso, para hacer traer á él, de oficio, todas las pruebas que á su juicio "fueran necesaria ó conducentes á la con ecu­ción, de una manera recta y equitativa, de los .fines y propó­sitos que el pre ente convenio e tá de tinado á a egurar," u juri dicción ra ilimitada. i Mr. Cleveland hubiera exi­gido que e presentaran n u Despacho de de el Presiden­t ha ta el último funcionario colombiano que hubiera Í!l­tervenido en el a unto, para recibir él per onalmente us tes­timonio , habrían t nido que ir. Como Juez sentenciador su facultade ·e reducían : á declarar cuál ó uále reclamacione . caían bajo u juri - dicción por ser de competen ia de un jui io internacional, fallarlas declarando el monto de la indemnización i al­guna le corr _ pon día; y á remitir la otra á lo Tribunales territoriale de olombia ' in tomar ult rior ingerencia en ellas." Y sin embargo, el Árbitro falla las primeras fijando el monto de la indemnización en ;{; 6o,ooo, y después de eso falla otras. Después de fallar aquéllas, carecía en absoluto de juri dicción para fallar ninguna otra. Todas las que no fueran las primeras pertenecían de hecho, de jacto, á la ju­risdicción de los Tribunales territoriales de Colombia, por­que el Protocolo las había dividido en dos, A y B. Su traí­do A, el resto era B: era cuestión de simple contabilidad. Pero con e ta circunstancia agravante: que de las que se apoderó sin facultad para fallarlas, fueron las únicas de que le estaba expresaiTiente prohibido conocer: las pefte­ne ientes á la Sociedad mercantil de E. Cerruti & C ~ El proce o de esta reclamación comem~ó por someter á la me­diación del Gobierno de España las cue tiones relativ.as al fuero de extranjería del reclamante, y el Gob-ierno mediador por su Laudo de 4 de Febrero de x888 declaró: qtie el señor Cerruti no había perdido su carácter de · extr~njero neutral y tenía, en consecuencia, derecho á ser indemniza­do; pero que E. Cerruti & c. a \!ran colombiano~ porque, .dijo: "cualesquiera que sean las nacionalidades de los in­dividuos que forman una Sociedarl mercantil, ésta sólo puede desarrollarse y vivir dentro de la legislación del país en que nace, y todas la razones en que se fundan los fue­ro de la nacionalidad y de la extranjería faltan por su base cuando se trata de la entidad moral que se llama Compa­ñía mercantil." Sin embargo, el Arbitro, haciendo caso omiso de esta decisión, que era ley del proceso, y en absoluta oposición con la extensión de sus poderes, dictó su artículo s~, por el cual ondenó á olombia á ·anear la quiebra de E. Cerru­ti C~, imponiendo á la República la obligación de pagar toda las deudas ó créditos pasivo que bona .fide se com­prueben por terceros á cargo de E. Cerruti & C~, con más los ga tos necesarios para los litigios á que tales deudas de la ompañía den 1 ugar. Fuera de la nulidad de su extralimitación, dicho artí­culo es írrito por . er esencial y diametralmente opuesto al espíritu, al tenor literal y á los fines on los cuales se pa tó el arbitramento, que fueron, como aqu 1 documento dice, los de " pon rle término á todas las reclamaciones y diferencia pendientes entre E. erruti y el Gobierno colombiano"; y dicho artículo 5~ torna á envolver á las parte. en otra erie de interminables controversias. Equi ale, pena da decirlo, pero el tiempo ju tificará la expre ión, á haber habilitado ó erigido una Comisión de Suministros y Em­pré, titos contra el obierno colombiano. Desde que el tenor dt>l Laudo fue comunicado por el cable, el Gobierno del eñor Caro, y de ello debo dar so­lemne y público testimonio, se aplicó con el mayor esmero á reunir todos los razonamientos, antecedentes y datos con lo cuales debía reclamarse respetuosamente ante el Arbitro la revisión del Laudo para la radiación de dicho artículo 5~ Aunque el Laudo fue pronunciado el 3 de Marzo, la ví pera del día en que Mr. Cleveland cesaba en el ejercicio de la Presidencia, como el Protocolo no lo había designa­do por su nombre sino con el de "Presidente de los Esta­do Unidos de América," era claro que la reclamación de nulidad de dicho artículo podía y debía intentarse ante el Magistrado que le sucedía, por ser á todas luce inadmisi­ble el que desaparezca el Tribunal que pronuncia una sen­tencia sin dejar ante quién reclamar contra un error de hecho, la extralimitación ó la suprema injusticia en que el fallo haya podido in urrir, como i en el caso presente el Laudo hubiera condenado á Colombia al pago de cien mi­llones rle libras ó á la entrega de una porción del territorio nacional. El derecho á hacer esta reclamación es de derecho na­tural · lo lleva consigo todo juicio y toda sentencia viciada de nulidad y así lo reconocen todos los expositores del de­recho. Vattel, uno de us más ilu tre expo itore , lo expo­ne magistralmente en las páginas 404 á 405 del tomo 2. 0 de u obra, edición de 1822 concordante ~.-on la opiniones de todo lo publici ta. moderno , que dicen: " La décision du tribunal arbitral peut etre considérée comme nulle : Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA ILUSTRADA "a) Dans la mesure en laquelle le tribunal arbitral a dépassé ses ponvoirs; " La décision des arbitres est nulle, lorsqu'ils ont pro­naneé sur des questions qui ne rentraient pas dans leur compétence." Sin embargo, Mr. Mac. Kinley, sin pronunciarse sobre la cuestión de competencia, declaró finalmente que la juris­dicción del Arbitro había terminado con el pronunciamien­to del fallo, cerrándose así las puertas contra todo recurso para la reparación del error; por manera que, si como an­tes hemos dicho, aquel fallo hubiera condenado á Colom­bia á entregar en parte de pago una porción del territorio nacional, á falta de fuerza material para recha-zar esta írrita condenación, no habría quedado sobre la tierra Tribunal alguno ante quien su-plicar la nulidad. Pagó el Gobierno colombiano, en oro so­nante, las ;/; so,ooo restantes de la suma fija á que había ido condenado; y por el delito de haber estado ocupándose en buscar algún me­dio legal de reparación ó siquiera de estima­ción ó regularización ele los gravámenes inasig­tzables que le impone el artículo 5~ :-pago de todo crédito pasivo que bona fide se compruebe por terceros á cargo de Curruti & C~; por el delito de decir que se pagaría bajo protesta, presentóse repentinamente en Cartagena una División de la Armada italiana, en argada de exigir el reconocimiento incondicional del Lau­do y la consignación inmediata de la suma de ;{; 2o,ooo como garantía y á buena cuenta de pago de las sumas ilíquidas, desconocida y controvertibles en juicio, de dicho artículo 5° Obligado el obierno á hacer toda clase de sacrificios para salvar de destrucción la ciu­dad de Cartagena, contesta que consignaría la suma exigida, en poder del rbitro, para que él la emplease en el descargo de las obligacio­ne desconocida de di ho artículo 5~ El Almirante andiani nos ni ga entonces hasta el refugio de la vergüenza, el que se c o ~- ede, por pudor, al que ha quedado de ·nudo en medio de la calle; no nos permite siquiera cubrirnos el rostro onrojado por tánta humi­llación, y exige perentoriamente que la uma se consigne en un Banco italiano. !...as ;{; 2o,ooo se consignan en el Banco que el Almirante Candiani ordena, lo que .qui­vale en la leyes de la guerra á no dar cuartel á los vencidos, haciendo que é tos desfilen, de - poja<.los de todas su in!!ignias militares, de¡ o­niendo las armas á los pies del vencedor. El Gobierno italiano nos ha abofeteado el rostro; nos ha escupido á la cara; y el pueblo colombiano no debe disimularse la inmensa ig­nominia del insulto. Para esto, para hazañas de esta clase se ha verificado el milagro, único en la historia de la humanidad, de la resurrección de un pueblo y de una gran nación después de 13 siglos de tiranía y de opresión. dario del siglo, en una campaña de veinte días, Sicilia y N ápoles, y fue á ofrendarlos, con la grandeza del patriotis­mo, á la corona de Saboya en aras de la unidad nacional. Para esto se extinguió en los dolores de u alumbra-miento el genio de Cavour. Sí, esto ha hecho Italia con Colombia, por un puñado de oro, con un país donde sus hijos han encontrado gene­ro. a hospitalidad, honrosas di tinciones, lucrativos empleos y cuantiosas fortunas. Pero como seria preciso que el país huhiera descendi­do á 1m grado de indignidad y de cobardía incompatible no digo con la e~timación, pero ni siquiera con el trato de DOCTOR lA UEL A. ANCLE 1ENTE Para esto esperaron sus mártires y su pro­fetas, desde Rienzzi hasta Silvio Pellico y :.Ma­zini el advenimiento de esta resurrección en el Declarado electo Pre idente de la República por el Gran Jurado Electoral, el día 6 de Julio último. limbo de esa larga esclavitud. Para esto han ceñido su frente, con aureola de inmor­tales re plandores, el Pontificado Católico, la mayor gloria de Italia, y el Olimpo de sus vates y de su divino arti - tas, con Petrarca y el Dante, con Rafael y Miguel Angel. Para esto bu có inútilmente la muerte, con temerario valor, Carlos Alberto en la noche de la rota de N ovara. Para esto tornaron á ser de pedazado por el plomo austriaco los patriotas italianos en Custozza. Para esto ofrendaron su vida y derramaron su sangre más de veinte mil france es en Magenta y Solferino. Para esto conquistó Garibaldi, el primer héroe legen-los otros pueblo , Colombia, mientras no reciba adecuada 'atisfacción del ultraje, debe, como lo di ponen los proyec­to · de ley iniciados en la Cámara de Repre entantes, rom­per us reJa ion s diplomática con Italia, declarando insub-i tente el Tratado de amistad, comercio y navegación de 27 de Octubre de r8g2, que e tuvo vigente ha ta el día en que Italia lo rompió de hecho con lo ultraje y las humi­llacione inferidas bajo la pre ión de sus cañones. parte de que como ju ta repre alía, sin llegar á una declaración de guerra, el Derecho de gentes natural y con­ ·uetudinario autoriiAla medida, ella se impone ~obre los Neo DE t~ lfEPUI Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVI T. lLU TRADA fundamentos éticos y morales en que reposa el cumplimien­to de toda obligación. Las relaciones de los Estados que forman el grupo de las nadones civilizadas de Europa y América, tienen por base fundamental el principio de la igualdad, ó sea el del derecho que todas ellas, grandes y pequeñas, tienen al mis­mo respeto de su personalidad moral y jurídica. Por tanto, cuando uno de esos Estados, abusa•1do de su fuerza y pretermitiendo las fórmulas protectoras y con­vencionales de este respeto, ultraja á otro, sólo porque es débil, sujetándolo á extorsiones y humillaciones incompa­tibles con su dignidad, quedan y deben quedar de hecho rotas las relaciones pactadas en Convenciones que tienen por base aquel principio, porque no hay vínculo alguno que pueda sostenerse cuando falta el respeto á la dignidad mo­ral de los asociados. ANÍBAL GALINDO --*-- IDENTIFICACIÓN DE DOS RETRATOS N o reproducimos íntegro, como querríamos ha­cerlo, el retrato escrito del señor Marroquín por nuestro colaborador el señor Pombo, que se hallará en seguida, no sólo por falta de espacio, sino tam­bién por no abusar del uso colombiano de repro­ducción en perjuicio de tercero, pues es el prólogo de un doble volumen de la Biblioteca Popular del señor Roa; pero creemos que bastará lo trascrito para lla­mar la atención de los lectores por su identidad con el original, hoy Presidente de la República, tal como éste acaba de exhibirse él mismo en su discurso de posesión de tan alto cargo· y porque esta identidad con una fotografía íntima publicada en eptiembre de 1893, cuando ni Marroquín ni su retratista- á cuál más apartados de la política gobernante- podían so­ñar tal encumbramiento, viene hoy á servir de singu­lar garantía de la ingenuidad del Magistrado, cuyo Secretario académico tenía que conocerlo á fondo. Fuera de los obligados cumplimientos al saliente y ai·titular electo, y á los cuerpos eclesiástico, judicial y militar, la mitad del discurso del señor Marroquín es un concluyente alegato y una clamorosa súplica á todos sus conciudadanos para traernos, por común in­terés, á términos de tolerancia, de conciliación y de paz; y la segunda mitad es una demostración no me­nos patente de que Colombia no es opulenta como ella se lo imagina; y de que oficialmente, como en lo parti­cular, gasta y derrocha en superfluidades y en bene­ficio de extraños mucho más de lo que debe y tiene. -"Y o apetecería dar lustre á Colombia: ... darle lustre y gloria," repite con cierta malicia solemne; pero ... "la pobreza toca á todas las puertas," y "no finquemos en adustas comarcas desiertas, esperanzas próximas." Y como prueba ad hom.t"nem de su since­ridad, constitúyese él mi~mo en su Daniel de este fes­tín de Baltasar (que dicen ha encontrado tan repleto de hambre y de nuevas bocas como barrido de viandas); y nos recuerda que él es "un hombre cuyos días es­tán contados," y "sin otra aspiración que la de sentir tranquila su conciencia el último día de su gobierno." En toda esta pieza, que parece escrita con 1( sua­vísima vaselina," sin una partícula de bilis, vemos al "hombre de paz y el más tolerante de opiniones aje­nas;" al escritor "cuya preciosa especialidad y cuyo poder benéfico, según Pombo, es precisamente la au­sencia de toda ilusión mundana, la facultad y misión más bien evangélicas de despojar la farsa social de sus caretas, y el comercio de la vida de su tren ruinoso de vanidades ___ . Contra-poeta, cuya cristiana divisa es Vanitas vanitatttm et 01nn'Ía va_nitas," y en quien el re-tratista no había logrado sorprender más que una ilu­sión en todos los años de sus estrechas relaciones. Heredero, por añadidura, de la más heroica san­gre cundinamarquesa, rico hacendado desde la cuna, é infatigable discípulo de S. Vicente de Paul, como el pintor nos lo declara, ¿qué mejor certificado po­demos apetecer de que el señor Marroquín no es un parvenzt que venga á hacer de la patria su despen­sa y su lío, ni qué apóstol mejor escogido para esta mz"sión presidencial en la feria de páuperos y de eje­cuciones que, sin postulación suya, le han adjudicado ? Admiremos aquí el tino y discreción de los cesantes, si sustancialmente hay cesantes; cooperemos de bue­na voluntad al milagro de la multiplicación de los pa­nes que de él se exige; y yérgase y esfuércese él á su turno para merecer que se le compare (cambiando una imagen de Pombo) á un elegante solio cubierto de las flores y lauros de toda la República. En nuestro grabado, de una fotografía instantá­nea tomada en el Palacio presidencial para el presente número, la apostura del primer Magistrado parece confirmar á su turno el diseño de la pluma de Pombo, -excepto en el gesto, que nada tiene de risueño, y antes mucho de desagradado y acre. o podía ser menos: era la hora en que estaba recibiendo, por te­legramas de Cartagena, los indignos desacatos del re­gio corchete de Cerruti. Está mordiendo la primera fruta del frondoso manzanillo que suele crece r en los palacios. J. MANUEL MARROQUÍN NOTICIA BIOG~ÁFICA Y LITERARIA Los noveladores científicos de la ley del atavism , y los que construyen la incógnita hombre, ffsica, moral ' in­tele tualmente, planteando la ecua ión del medí total en que él nace y se desarrolla, unos y otro se darían buen chasco describiéndonos á José Manuel Marroquín por cuantos datos les suministrasen su árbol genealógico y nuestra historia y geografía. E el completo antípoda de ese re ultante matemático. Biznieto del Fiscal Moreno y Escandón, aquel ilustre filántropo pero temerario innovador; s::>brino nieto de N a­riño, nuestro primer prócer y dictador revolucionario, y de su entusiasta voceador Ricaurte, que paró en héroe de San Mateo; y de los primos hermanos de éste: de apellidos Ri­caurte, Baraya, París y Serna, todos gente de guerra y de ardor desmedido, José Manuel es hombre de paz, incon­trastable en su credo político, pero nunca beligerante; na­die más tolerante que él para las opiniones ajenas, y duda­roo que haya un conservador más simpático y respetable para sus compatriotas liberales. Brotó de aquella cepa como la suavísima vaselina del incendiario petróleo; como el témpano de hielo de la cápsula de · hierro roja á fuego. Moro y Moreno de apellido, y de familia antigua, por otras raíces, de esta colonia andaluza americana, es de tipo más bien alemán ó godo, alto, delgado, esbelto, blanco y de pelo y ojos castaños, cabeza de gracioso y sesudo perfil, miope y con los respectivos anteojos, de hombros bajos, pecho ango to y aliento nada robusto. Disintiendo del con­cepto de José María Samper en el boceto que de él hizo, lo encontramos de apostura agraciada y elegante, con los descuentos que trae la ida literaria; pulcro, pero despreo­cupado de la silueta que haga ante el espectador. Su voz siempre baja, su risa medida y nunca estrepi­tosa, su paso mudo, su frase siempre considerada y fría, s1.1s concepto jarná. dogmáticos n; ofensivos, todo revel~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 53 EL. EÑ R D. J É l\IA ~' EL MARROQUÍ , Vz'cepresidente de la República, Encargado del Poder Ejecutivo. Retrato tomado expre amente para la REVISTA por lo - di. tinguido - fotógrafo ·res. Ricardo Durán y Antonio Gonz:llez, en el Palacio presidencial cl13 del presente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 54 REVIST !LUSTRADA en él al perfecto y mejor criado caballero, todo lo acu a de exótico en las tierras del bochinche, del e trépito, de las pasion~s violentas y las proposiciones ab olutas, y todo casa á maravilla con su sér interior, ó procede rectamente de ahí y de los antecedentes que lo formaron desde la cuna. Y aquí vien.en los verdaderos datos de la ecuación á que aludimos al principio: el medio doméstico que preponderó sobre todos los demás. N o habrá habido, entre laico , niñez más tri te y con­ventual que la de José Manuel Marroquín. Hijo único, circunstancia que por sí sola con ideraba Lord Byron de negra estrella, al año de nacido perdió su madre muerta SEÑOR DOCTOR D. MIGUEL SA fPER tuvo necesidad de estudiar su lengua, y desde la primera vez que escribió oltó el andar del castellano castizo, ente­rizo y espontáneo. De aquí también la primorosa dedica­toria vetusta que dirigió Marroquín á sus dignos cofrades Vergara y Carrasquilla en la edición que hicieron de sus poesías en 1867, juguete que puede servir de pérfido pala­deo para enamorarnos de la literatura á que corresponde. De aquí, en fin, el gusto de José Manuel por los retruéca­nos único vicio (si la sal no lo hace virtud) que le cono­cerno. Y de aquella trágica orfandad, y de aquellos casarones in muchachos, y de aquellos viejos tíos y tías que vivirían rezando y haciendo lamento5os re­cuerdos, resultó la edición definitiva del espíritu de José Manuel, tocado cte viejo, si no de muerto, melancólico de puertas adentro, barrido de toda fe y de toda ilusión en las cosas de este mundo, prodigio amente in apaz de pasión, á usanza de espíritu puro. y al mismo tiempo disfrazado perpe-' tuamente de sonrisa y de chistes como un elegante ataúd cubierto de flores. Por cristianismo, por caridad: por buena educación, por huír de í, como el que u. a limpiadientes para hacer creer que ha comido, ó como el que no puede sufrir su casa y huye de ella á regocijarse en la ajena, vive Marroquín deleitándonos con ·u cul­to y bi n inten ionado chiste, que sólo á él no hace reír. Por el mi mo impulso centrífug~ gu ta mucho de la comedia y la novela; pero enten­demo u e Bretón, Walter Scott, J u­lío V eme, Fernán aballero y demás autore no deletéreo n ó fueron su favoritos. El Marroquín interior y constitucional no aparece sino en la sustancia y de ignio de lo que es­cribe con otra intención que de chan­za, en su conferencias religio as y de beneficencia, y en u con tante andar en mi ión de la Sodedad de an Vicente de Paul, de la cual es miembro principal desde que aquí se fundó; y aun ha solido presidirla. Esta ocupación, y la no menos pia­dosa de in titutor de la juventud, creemos son las únicas que lo han entretenido seriamente, aunque la gentes lo creen (y acaso él mi mo) aventajado ganadero y agricultor. El chiste es en él arbitrio docente, y de particular eficacia entre nosotros, es­píritus romos pa;ra lo serio y formal. Heredero único de su padre y de su madre, y por mitad de los cua­Candidato del Partido Liberal para la Presidencia de la República e1t las últimas elecciones. tro tíos (pues una de las señoras se casó), vino á ser dueño de una for­tuna de príncipe, para entre nosotros, á cuya administración la literatura y el cultivo de los intereses eternos de­de noche, en sana salud, por un accidente horrible é inex­plicable. Dos años después perdió su joven padre, y quedó el niño en una espacio a ca a solariega sin más compañía que la de cuatro viejos tíos solterones, de uno y de ot~o sexo, que se desvivían adorando á Dios y á su•único sobri­no. Su yugo debió de ser muy blando, pue · el niño no re­sultó hereje sino antes teólogo ortodoxo, ni perdió su amor á la vieja casa; por el contrario, cobró grande afición á la lectura de algunos centenares de buenos libros en pergami­no, más viejos que su tíos y que constituían parte impor­tante del ajuar doméstico. De aquí el miope y el literato á la antigua, que no bieron de hacer ruinosa competencia, y yá, en efecto, se ha desprendido buena parte de ella. Casado desde joven con una perla de gracias y virtudes, y padre de doce-hijos, cua- . tro de éstos también casados, ha entrado allí además este divisor, á que ningún caudal puede resistir. Enviudó hace yá diez años, motivo supremo para confirmarlo en su casi congénita melancolía (enfermedad también de príncipe) que sólo aquella compañera dulcificaba. La fortuna en manos de quien no la ha trabajado es á menudo disculpa de ociosidad y poderoso ministro desmo­ralizador; por esto hacen doble honor á Marroquín la per­fección de su vida privada, sus arduas labores de institutor Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA ILUSTRAD 55 y maestro y su aplicación á las letras y á la beneficencia. Por falta de espacio y por muy conocido·, apenas mencio­naremos sus clásicos Tratado de Ortografía y Diccionario Ortográfico_,- sus tratados de Ortología, de Métrica y de Urbanidad_,. sus Leccz'ones de Religz'ón y Exposz'cz'ón de la Liturgia ./ su Biografía del señor D. Juan Antonio Marro­quín, tío suyo; su traducción de El Evangelio según Re­nán, por Laserre; el y á apuntado tomo de Poesías publica­do en 1867, y el de Obras escogidas en prosa y verso con que nos obsequiaron en r87 5 los redactores de El Tradz·­ciottista, en el cual faltan desde luego muchos artículos de materia religiosa, costumbres y crítica literaria y amenas bagatelas anteriore y posteriores á esa fecha, re to de su espontánea colaboración en los periódicos c:le esta capital durante los últimos cuarenta año , . cuya recolección completa es de desearse. Aparte de su objeto de varia enseñanza, cuanto ale de su pluma es ejemplar por el lenguaje, por el ingenio, por el buen gusto, y por la dis­creción, el chiste inocente y limpio y la delica­deza, que son, sin necesidad de firma, su ma·rca de fábrica. Ha usado por s udónimo Pedro Pé­rez de Perales, ó P. P. de P. Si por algún lado fayorabl (pues no todos le harían favor) ha merecido alguna vez Bogotá el obrenombre de A tenas sudamericana, creemos que, hecha una severa liquida ión, vendrán á ser los escritos de José Manuel Marroquín uno de sus títulos jus­tifica ti vos. La prosa del s ñor Marroquín a en taja con mu ho á sus erso ·. Siendo la poesía, n su atribu ión espe ial, el mini terio de fomento de la pasión y de las ilu ione , mal puede clasifi­car e de poeta en el sentido eléctrico é infla­mador de e ta palabra,- familia sediciosa, so­ñadora, desequillbrada y aun indicada de caso pat lógico,- al scritor u ya precio a e pe ia­lidad y uyo poder b néfi o e preci amente la impa ibilidad, la ausen ia de toda ilusión mun­dana, la facultad y misión má bien evangéli a de despojar la farsa so ial de us caretas y el omercio de la vida de u tren ruinoso de va­nidades. Tál es la tend n ia cardinal de cuanto e· ribe Marroquín; de aquí su influencia mo­ral y el particularí imo dón de consejo que todos sus amigos le reconocemo , pues conoce la vida, hasta en sus puntadas mínimas, como por la más espinosa experiencia. n lo carac­terístico, más bien que poeta es contra-poeta, y su empresa, la cristiana divisa de sus obras, Vam'tas vanitatum et omnia vanitas. Los jóve-nes, y sobre todo las muchachas, se desviven por las modas y la alucinación; Marroquín debe de ser más popular entre los escarmenta­dos y maduros. El chocarrero espejo parlante no agrada á los miramelindos. Una cosa inferirán de ay_uí rectamente los lectores, que Marroquín, en vez de ser de los que se quedan atrás, se adelantó á su época. Fernando vn: día, como es de suponer e, ele entusia m o patriótico y regocijos de toda laya. Es dignísimo Director de la cademia Colombiana, cuya Juntas agracia, ó agraciaba, con su innata gentileza y sabrosa hospitalidad. Hallándo e la orporación en sus­penso de años atrás por las arduas faenas políticas de casi todos sus individuo , el que esto escribe lo ha excitado más de una vez á re ucitarla; y él siempre nos ha contestado: '' N o puede haber Academia ni aun literatura en olombia mientra gobierne el partido conservador":- y aquí la primera y única ilusión que en él hemos sorprendido. Septiembre 30: 1893 RAFAEL POMBO En el ideal del arte y de las letras hoy todo SE- OR DOCTOR D. FOCIÓN SOTO es Realismo y Naturalismo, ésa es la moda, ésa la balanza crítica del día. Nuestro querido autor ha estado toda su vida escribiendo rea- Candidato de! Partido Liberal para la Vicepresidencia de la República en las últimas elecciones. lismo sin que ni él ni nosotros lo sospechára-mos; pero no realismo de mala ley, de sórdida especulación con la bestia humana, sino, al contrario, el de reducirla á su jaula sin los disfraces y perifollos con que anda usur­pando el puesto y las regalías del alma, de la razón. Por capricho de la suerte este hombre, antídoto del indiscreto entusiasmo y para quien no hay más patria que el Cielo ni más libertad que la de Cristo, nació en 1827 el 7 de Agosto, aniversario de la batalla de Boyacá que redi­mió á su patria terrena del yugo de la católica majestad de Ahora identifíquese el anterior retrato del emi­nente señor Pombo con el que sugiere los siguientes pensamientos que extractamos del discurso del 7 de Agosto: Y entiéndase que mi anhelo no e únicamente el de ver reintegrado el partido cuyas fracciones me favorecieron con sus votos. Yo quisiera ver unidos á todos los colombia­nos ya que no en opiniones acerca de principios, que esto no es posible ni aca o sería ventajo o en una democracia, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Rt~VI T.\ ILUSTRAD.-\ sino en el loable propósito de trabajar, cada uno en su es­fera y según su posición y sus facultades, á fin de que nuestra Patria goce de una paz estable y de que, á su be­néfica sombra, puedan estudiarse y debatirse con serenidad los asuntos de interés público, estimularse las labores útiles y productivas y hacerse prosperar las empresas de común pr-;>vecho. D. ENRIQUE RECIO Y GIL la suerte 6 al trabajo, nos va siendo desconocida; vtvtmos una vida enfermiza; la crisis es nuestro estado normal ; el comercio y todas las industrias echan menos el sosiego que han menester para ir adelante. La pobreza toca á todas las puertas. N u estros disturbios políticos han hecho que se con-funda ó se anule la noción de Patria. La idea que de la Patria se tiene está de tal manera asociada con la de las turbulencias políticas y con- la de las zozobras y desconfianzas que ellas engendran, que no es raro oír á un paisa­no nuestro lo que no se oiría á ningún natural de otro país: "Yo quisiera haber nacido en otra parte." Si mi voz fuera bastante autorizada, yo me atrevería á invitar á todos mis conciuda­danos, y señaladamente á aquéllos en cuyas manos está la suerte del país, á que juraran ol­vidar lo pasado y no mirar sino á lo porvenir para conjurar peligros y para procurarle á la Patria días de ventura. Yo desearía que mi Administración fuera tiempo de tregua. Los pueblos, como todos los organismos, necesitan descanso, y las estériles luchas que nos han agitado recientemente han agotado las fuerzas del país. N o basta que nos veamos libres de combates cruentos y de apa­sionados desahogos. Juzgo que debería dejarse para mejores tiempos el tocar cuestiones pro­pias para suscitar contiendas de aquéllas que exaltan los ánimos y que producen divisiones nuevas ó ahondan las antiguas. En nuestro paí , á diferencia de lo que sucede en casi todos los demás, la grandes cuestiones y novedades política atraen y al> orben la at nción de todo , y la divierten del trabajo, del estudio y de todos los objeto de utilidad práctica é inmediata. Como en las capas elevadas de la atmós­fera es en donde se engendran las tempestades, en las altas esferas en que obran los poderes públicos es en donde nacen las turbulencias que agitan y atormentan á los pueblo .. Dios me es testigo de que á desear que mis compatriotas aparten la atención de la po­lítica, no me mueve el temor á las censuras que puedan dirigirse á los actos de mi Administra­ción. N o me desagradará oír todas las opinio­nes¡ antes bien, espero que las que se emitan me den luz para acertar en el ejercicio de mi cargo. Teniendo presente que por ahora convie­ne no iniciar reformas ni medidas de ningún género que no puedan proponerse ni ventilarse sin enconar los ánimos, he manifestado mi de-seo de que el tratarlas se deje para tiempo más propicio. ¿Quién negaría que los asuntos de Profesor de Dibujo y de Pintura en la Escuela de Bellas Artes. grande interés no pueden estudiarse debida­mente y discutirse sino cuando los ánimos están Apunte al óleo por Franci co A. Cano. serenos y reposados? De lo que acabo de ex- En el caso de verse la Patria amenazada por un ene­migo extraño y prepotente, ¿quién vacilaría en llamar á todos los colombianps en torno de una sola bandera? ¿Qué colombiano rehusaría entrar en las filas dispuestas á de­fenderla? Los males que amenazan á Colombia, y que yá la afli­gen, no son de mucho menor cuenta que los consiguientes á una invasión extranjera. J ,os odios, las envidias, las am­biciones, dividen los ánimos; en la esfera de la política se batalla con ardor, pero menos por conseguir el triunfo de principios que por hundir ó levantar personas y bandos; la tranquilidad pública, indispensable para que cada ciuda­dano pueda disfrutar á contento del bienestar que deba á poner puede inferir Vuestra Excelencia que mis ideas acerca de reformas no discuerdan de las suyas. A que la nueva Administración pueda ser tiempo de tregua, espero que contribuya el hallarse frente de e11a un hombre cuyos días están contados; que nada ambiciona; que, gracias á la oscuridad en que ha vivido, no tiene ene­migos, y que cuenta con no tener en adelante otros que los que lo sean de la Patria. Tiempo de tregua quiero que sea el de mi Adminis­tración. Nadie más que yo apetecería dar lustre á Colom­bia. Cuando abrí los ojos, ráfagas de gloria cruzaban toda­vía nuestra atmósfera: recién conmovida por el estruendo de gloriosas batallas. Mamé con la leche la admiración Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA ILUSTRADA 57 CORO DE CANÓNIGOS EN L CATEDRAL DE A ÍS Cuadro de D. Enrique Recil) y Gil. per1eneciente al eñor doctor D. Liborio ZerU blo que pedía un i ta or la úni aut rida 1 u podía re tabl~ er las co as á. u t tado ant rior; ma · al fin edió y prometió ideracione la leye ntl aba lumnia: que lo acerca de la n lo funcionario· 59 on-e u adhesión á n ia f, mentaba las ca- TObi rn'o habían leYantado 1 ~mJ?r' tito d r824. todos · calificaba de ignorante ; lo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6o REVISTA ILUSTRADA Diputado en el Congre ·o eran á u ojo ne io lo unos, locos los otros y lo ue meno , enemigo. de la indepen­dencia. La onstitución era un códig de ne edade · las leyes, la ignominia de olom ia · lo empleado en la Ha­cienda, defraudadores; los juece venal e ; lo republi­canos, ideólogos; los censore de la boli iana, pigmeos; sólo los militare , que e habían declarad en favor de sus proyecto . eran virtuo. o é incorruptible . Entonce e vio hacer la pintura ]el ..robierno on - titucional de la República con lo mi mm; negros olo­res con que se hizo la del irectorio d Fran ia por los que tenían interé en ju tificar la u urpación de onaparte. ilegal en las reuniones populares de que hemos hablado. De de entonces yá no hubo sino dos partidos pronuncia-os: el de los constitucionales 6 liberales, que pertenecían á la causa o tenida por Santander, y el de los bolivianos ó ervile , que eran los que pedían facultades extraordina­ria para Bolívar y la onstitución boli,·iana ( 1 ). Bolívar, dotado de grandes talentos y con sobrada pers­pi acia para valuar las circunstancias y aber aprovechar­la comprendió que del de-orden y de lo partidos pocHa re abar el éxito de su empresa, y no se descuidó en fomen­t_?. rlo. secretamente, y por medio de agentes infatigables ( 2 ). El había experimentado en u propia persona, que los co-lombiano deslumbrados con sus discursos y sus proclamas llenas de prote~ tas desinteresadas, y de las palabra libertad y derechos del hombre, y temeroso de volver á caer bajo el yugo español, le habían confiado muchas vece3 una autoridad extensa é ilimitada, y descansado tranquilos en el su~eso de e ta medida. Sab1a que la anarquía es la madre del despotismo, que las má vece se prefiere el poder absoluto de un hombre olo al de la multitud, siempre ciega y temible y que un pueblo no e in urrecciona jamás sino cuando es impelido por los que tienen interés en us movi­mientos. De e to principios se. valió para inspi­rar horror al poder del pueblo y esparcir temores obre una guerra de ca tas, ó de localidades, y á la par de . us exagf!racíones acerca de un riesgo inminente de ue los colombianos fuesen íctima dt la anarquía, la fomentaba bajo de cuerda y anunciaba la r oludón J abandonar para siem­pre á Jolombia. obre e to:; ejes hizo girar la es­fera de _u in aciable ambición. Hablar de la so­beranía del] ueblo y ." Parece q~e ~n esta ocasión el rey 1tahano ha dejado en panales al sangumano ma­riscal austriaco. Plus fort que Radetzky! .. -- REVISTA DE LA MODA L A MODA se acentúa en el sentido de hacer lucir el talle es­belto de la mujer. La manga ancha ó muy adornada y en general el vestido flojo que da á la mujer aspecto regordete y descuidado, han dicho adiós por el momento en el campo de la elegancia. . , . En los vestidos defoulard las lmeas son sencillas y se ador· nan generalmente c?_n encajes Y, guipures que se ~ruzan en la enagua y en el corpmo. Tambien se ado~·na.n con Cintas angos­tas, de raso ó de faya. Es complemento mdtspensable para este vestido la sombrilla de la misma tela y adornos como los del vestido. Continúa en gran boga el vestido sastre; los colores prefe­ridos son gris pálido, habano claro, malva, violeta obispo y ver­de agua. Las corbatas de gasa ó tul de seda se usan cada día más voluminosas. La figura adjunta representa una toilette de foulard color malva con camiseta y cuello de encaje sobre fondo de raso malva. Espaida: punta de encaje, sobre el mismo fondo, partiendo de debajo del brazo y acabando en punta en el talle. En la boca­manga pequeña berta del mismo encaje prendido con una cinta negra formando cocas en la extremidad; mangas terminadas con encaje y cinta de raso negro. Enagua enteram nte ajustada en las caderas y muy amplia abajo. Adelante, sobre el lado izquierdo, quilla de encaje sobre raso malva. Abajo y de cada lado de esa quilla de encaje, algu­nas cocas de cinta de raso negro. Cinturón de raso negro que da dos veces la uelta al talle y que se abrocha al lado con una el gante hebilla de plata antigua. Al lado izquierdo de esta he­billa un gran nudo de la misma cinta. BERTHE
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Revista Ilustrada: crónica, ciencias, artes, literatura, historia - N. 4

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La despensa mágica

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Imagen de apoyo de  La desconocida

La desconocida

Por: Tess Sharpe | Fecha: 2021

Para saber quién soy, primero necesitas conocer mi historia. Porque no soy Nora, esa chica normal, con una vida normal en un vecindario normal… Este es solo un disfraz bajo el que me escondo desde hace algunos años. Y todo iba según lo planeado hasta esta mañana, cuando me convertí en rehén de un atraco a un banco, a punta de pistola. Pero si hay alguien que pueda lidiar con esta situación, soy yo. Porque los atracadores no tienen ni idea de a quién han retenido y para cuando se den cuenta, será demasiado tarde.
Fuente: Odilo Formatos de contenido: Otros
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