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Map of South America to illustrate Olney's School Geography

Por: | Fecha: 11/03/1840

162 Jl)Im)1I PERIODICO I:lOLI'I'IC.O y LI TERARIO. BU Al. 11. } Vincit omnia V ritas. { 1'0.'1. 1 I Este periódico snldra d hlZ los dias l. o JI !I 21 de cada mes. Ten­drá 16 pajillas, y el precio de jubscripcion por 1 71Umi-rOS corres­pondie7lt s ci un Seme tre, que se paKara adelalltado, será el de tres pesos. Cada núme"o ue/lo valdrá real y medio, y se velldera en la tienda del Sr. L.etamendz, en donde se recihirá" las subscripcio­v. s, y ~e entregarán los núma09 dios su bscriptO'tes. CONTINUACION DE LA RESPUESTA Á LA CRITICA lAJADERA. Bn el artículo 3 del Cen or de Santa Cruz, defendiendo su revi 'ta políti a de Bolivia, hallo el cargo que hace e te crítico á aquel Presidente de la república por la formacion de los Códigos que llevan su n mbre. Dice que aquel era en un todo plaji ta teatral de los grandes guerrero del viejo mun­do, y no podía echar en olvido que Federico II, rei de P 'J'U ia y Napoleon habian dictado sus códiuos respectivos. Feliz, ó de cómo se hacia el monopolio de la ca carilla por Sant. Cruz, se atreve el im­pudente escritor á decir: lrisarri confie a que él tambien fué invitado para entrar en la asociacion. . En dónde habrá ba­llado e te torpe escritor e ta confe ion? Es verdad que él no entiende muí bien el ca tellano, y que lo e cribE} como cual­quiera de lQS camilucho de su tierra. Pero e admirable en­contrar un hombre que entienda la cosas del modo qu las entiende este. Lo que yo dije en la revista fué 10 siguiente: yo debía haber tenido parte en este orlado monopolio, en ca­so que lo hubiera habido, y debieron tenerla tambien lo. se­ñores Villamil, Heros, Seoane, Zavala, Mas y todos los fran- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Lb4 ' ¿. 'e:J ·é Ingle es que han e peculado en este Q1'LicuZoj p 7 no sé cO'1iw hubiera yo pe'! d¿do 1; iute mil l/e o 01 'mil quintales de cascarilla que umití á liuropa, deL]Jue de te­' Ji~rlos allí mas de tre a 110 , y estando el Jeneral ~anta Cruz intere ado en e te monopolio de nueva invencion. He aqui como nuestro hábIl crítico sabe sacar una prueba de la existencia del monopolio, y una confe ion de Ir'isarri de ha­ber sido invitado para entrar en la asociacion de los 'lno­nopoli tas, de la prueba mi ma que se dA de que no pudo haber tal monopolio, cnando el mi. mo Ir¡sarri y otros infini­tos e pecularon en aquel artículo y tuvieron pérdidas. Este crítico no sabe que el objeto de todo monopolio es el de comprar barato, haciéndolo por pocas mmJOs, y vender caro quitando la concurren ia de los vendedores, Nadie ha enten­dido nunca por monopolio, sino un derecho exclu ivo conce­dido á una, ó mas personas, para negociar en algun ramo de comercio ó manufactura; pero cuando hai personas, que sin tener e.e derecho exclusivo, compwn y venden la cosa qu se supone monopolizada, como ha habido centenares de Ingle-es, Franceses, y Norte-Americano que han cargado de cascari­lla muchos buques en Arica, con que han abarrotado los al maccnes de Inglaterra y de Francia, se dá el nombre de mo­nopolio á la cosa qu menos le conviene. Las razones E;X­plle tas contra el sl1pue to monopolio no pu den ser mas evi -dente, ni las bachillerias que alega el revisor en apoyo de la xi tcncia del monopolio han podido s r mas vagas ni mas ri­dícul j ni las and ces cou que pret nde de vanecer el mis­mo escritor la prueba que dí en mi Critica de la Revi ta contra la exi tencia de tal monopolio, que me trajo l1na pérdt da de veinte mil p sos, pueden er ma di na dp. un escri tor, que par ce no ha trntado en n vida ~ino con la hez de lo marineros y oldados, y que jamas se rozó con persa nas de buena educacion. Á semejante escritores no se les d - ,be conte tar sino con el desprecio que e mere en. o En cuanto á la compañia que supone el Revisor que te­ma hecha Santa Cruz con el español Mas por vestuario de los soldad s, yo no la creo por mucha razone; iendo la pri­mera de ellas, el no ha er vi to este cargo ha ta ahora, sino ~l!tre tod . lo derna que forman el catálogo de las calum nJa re apIladas, Ó inventadas por este desgraciado esoritor. Júz­guese de los documentos en que se apoya esta del vestuario, p r la siO'uiente oracion de nu stro crí ico: las contratas de 'Vestuario no se hacían recibiendo librerrumte la propue la mas ventajosa, porque Santa Cruz ya tenia acordado 'Un Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 165 contrato sin Urmt.Íno con su socio, que procluciria probable mente ventajas considerables tí su persona. i PROD C1RlA PRO­BABLEMENTE ventaja considerables á su persona! Esto es mui convincente, mui determinado, mui seguro. Á lo n en09 nos dá la ma exacta idea de que el escritor no e pára en niñerias, y que es capaz dc levantar un falso testimonio al lu­cero de alba~ En cuanto á la prohibicion temporal de lanas, que dice el articuli, ta que decretó Santa Cruz con el pretexto de fomen­tar la fábrica de bayetas y bayetones del Cuzco, exc ptuando á algunos e peculndorc de la Paz, 'racna y Arequipa, y no sé otra cosa, sino que es falsa la excepcion que el crítico nos asegura; y me basta para no creer en ella el encontrarla. en el catálogo de las calumnia. En cualquiera otra parte en que la hallase, no me mereceria el menor crédito, porque la omi­sion de los nombre de aquellas personas exceptuadas de la prohibicion de extraer laua , me haria ver el carO'o como impro bable, y para mí, tratándo e de hecho, ninguno me parece cierto cuando se me pre enta improbable; mucho mas cuando esto hechos son referidos por hombre arr trado~ por pa io nes innobles y vergonzosas. C n respecto al otro cargo pre entado por nuestro crítico contra. Santa Cruz, por las neO'ociacione de azo0'ue, debo decir que la oracion sol , con que empieza á tratar de est materi' el e~critor, prueba el ningun fundamento que tiene para hacer­lo. Dice a i: Nada diriamos 're pecto al artículo azo![ue ,o­bre el cual la especulaciones de D. Andres Santa Cruz han podido e "cudar e con el sello de una necesidad imperio a, pero alO'o se ha traslltcido, y no de lJeqneña 0'7~avedad. i lri­sarri no lo sabe, pregúntelo á su Mecenas_ Yo n sé lo que dirá Mecena"i p ~ ro lo que yo dü;o es, que ese alp'o que se ha tra - lucido, no puede ser cosa de gravedad, porqu yo no conozco cargo tra incido que sean grave carO'o. Todos Jos calum­niadores tra~lllcen sus cal umnia del mejor modo oue pueden tra lucirla, y mientra ma impudente es el calumniador, tan­to ménos necesita de motivos para tra lucir. P r lo demas, yo no veo en que pnede encontrar un motivo nuestro crítico p ra decir ne Santl Crnz e mi M0.cenas, cuando ll [\die puede ver otra co ( en mi conducta con re pecto á él , sino que por ahor- yo oi n patron y él es mi clierft; yo soi quien de fiendn y él e. el d tendido. En Clllnto á la hi, tOl'ia de la natural za del banco de r s cates d B >Iivi", COl que ha C¡ll 'rido regalar nue. tro crí­tico á us lectore de Chile, puede er muí in, trnctiva pal'a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .lquellos qu no ~epan lo que son los bClncos nacionales de rr ate y habilitncion de mille ria. Peru 1-o.1'a el qtle sepa qu s~ to bancu acun u PI vrchos de la habilitacion que ~e ha­ce á los mineros en lo~ o..i<'ntos de minas, proveyéndoles con el valor nntlcIpado del azogue, y pagándose con el de las pas­tas de oro y plata, las Ilociones que se pued n so. af del ar­tícu lo de lllle tro crítico on ~ umam nte impcrfecta~, y d na­da pueden ervir para conte,tar á lo que se dijo contra el u­pue to monopolio de azogues n las pájinas 19 y 20 de la Cri­tica, hecha por D. Antonio José de Irisarri, de la Revista Polf­tica de Bolivia. E te escritor tiene la gracia de repetir las mi mas cosas, sin darles siquiera el aire de Jo. nov~dad, y de escribir mucho para no decir nada. La conclusion del articulo sobre azogues, la termina nues­tro crítico con la siguiente oracion, dirijida al l)e(ensor de Santa Cruz'-' Ofrezca al Ecuador que se encargará de con .. " tratarle un empré~tito en Lóndres. Ofrezca á Nueva ,Grana- 'd<: el de:semp ño oe una mision diplomática; y verím mui " luego los gobiernos de ambos paises, si aceptan H1S sel:vicios) "que su habilidad sabe sacar rccur os de la nada, y que como "negociador de tratados, sabe cumplir con las in trucciones " que se le uan, y llenar los deseos de su comitente. "-¡ Mi-erable crítico de Jujui! ¡ Vejiga de ponzoña! i, QUé tiene que yer el Ecuador, ni el empréstito de (hile con lo que estamos tratando? i Qué tiene que ver la Nuova Granada, ni el trata­do de Paucarpata con la conducta del Jenernl Santa Cruz en u presidencia de Bolivia '/ i Y qu'é tienes tú que hacer con empréstitos ni con tratndo; tú, que eres un tonto de capirote? i, T parcee á ti, que las complicada.'\ opernciones de la cono­mia y de la aritmética política, y las de la dificil diplomacia están al alcance de toda clase de zopencos, para que pu das tú .tener voto en la materin? El negocindor del empréstito de Chtle en Lóndres ti ne la satisfaccion de hab r vi to ~loJiada u operacion por plumas mas bien cortadas que la tuya: lien el orgullo de no haber encontrado entre ~ us enemiO'os nno que se haya atrevido á di putarle la gloria de haber hecho él para In ma" pobre de la nuevas R públicas, que habia n aq el tiempo, un empré tito mucho mas ventajoso que lo que con i ui r n )( s otra R púhlIcas, y las ma podero élS y tic¿¡ Monarquias. Si los in pt s obiernos, que e ucedi ron unos A otros en aquella pobre República, no se supi ron ~prov chllr de .)os neficios de e te mpréstito, esta no fué c\llra del ne­gOCIador. Mira lo que e te dijo en el folleto que cribió so-re 1 materia en la misma capital de ('hile, el año de 1833- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 '7 , El' emp'réstito proporcionaba los medios de beneficiar a~ país "del mejor modo que se quisiese; pero despues de no haber "se aprovechado de él, es la última injusticia echarle la culpa :, de no haber producido los bienes que estaba pronto á pro­" ducir. No quiero tampoco hacer á nadie cargos por esto. Yo "no soi ti cal de la operaciones ajenas, y sé muí bien, y " mui á co ta mia, que las revoluciones que se suceden con "frecuencia son el may0r obstáculo que puede presentarse pa­" ra el bien de las uaClOnes; que todo lo embarazan, y nadn "mas producen que la cOllfu ion en los negocios mas sencillos. "Los hombres, mléntras están ocupados exclusivamente de los " intereses de su partido, que quieren mirar como si fuese el in­" terés público, no pueden dedicarse á ningun otro objeto, ni... " tienen el tiempo, ni la calma necesaria para calcular sobre co­" sas que exijen una contraccion particular. " En cuanto á si se cumplió, ó no, COIl las in trucciones en los tratados de Paucarpata, sobre si se llenaron, ó no, los deseos de los comitentes, ya se ha escrito bastante por el negociador en jefe, para que puedan instruirse en la materia todos aquellos par­lanchines de política que se entretienen en hablar de lo qne no entienden. El primero de estos escritos, bastó, no solo para qu se absolviese al Jeneral Blanco, sino para que e aprobase su con­ducta en la negociacion, declarando la Suprema Corte de ju ticia de Chile, que no re ultaba ningun cargo por la negociacion de la paz; y despues de esto, yo no tenao que decir á los des­aprobadores del tratado otra cosal sino: necios, id á expulg ar un galgo. e cou,tinuara. ) EL PERUANO. Ell el número 6 del tomo tercero de este periódico minis­tet'Íal de lo Re'taurad res del P rú, hallamos el artículo edi­torial enteram.-nte ocupado en probar la exactitud con que yo dije en 11. IN raOOUCCION á e' te tomo segll ndo de la Verdad De~nurJa , " '\' Jan l> de lo e' crit re de la Restauraci n: "Es­ta per ona rleben rabiar, deben hechar pestes contra mí, y. yo no debo hacer ca o de su rabia ni de u pe te , .o/c. o/~. " Casi toda la ell' rta p' ¡illa de ar¡Llel p'\p ~ lote no contiene SInO peste contra. el editor d In. Verdad Desnuda. Pero i 9.~ é peste ! ..•• 'fvla, por llpuesto, que valiera la pena . de escnbu­se; pero í, to () lo que el heraldo de la RestauraclOn encon­tró onv nie llt ~ para desahoaar su mal humo!'; y como est Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 168 escritor hipocóndri~co no gusta de los chistes ni de la festiva sátira, con que ridiculiza el editor de la Verdad Desnuda las locuras de los Restauradores, SB contenta con lanzar torpes gro­serias y evidentes mentiras á su adversario. Con todo, yo no sé si deba dar á mi crítico las gracias por el cumplimiento que me hace, diciendo en dos distintos lugares de su largo artículo, que mi lenguaje acostumbrado es correcto y puro: malo e que me alabe qUlen no es voto en la materia. E te escri­tor es incorrectisimoj y en cuanto á su pureza, solo pode­mos decir que iempre emplea las palabras en aquella acepcion que menos les conviene. Por ejemplo, cuando dice: Cualquie­ra, al oir desplega1' tan imperturbable confianza en sus pro- .pia fuerzas, tanta uperioridad de alma, se imajina o/c. o/c. comete dos graves faltas, porque no conoce el significado de la~ v ces. iAquellas propias fuerzas, de quién son 1 tAqUél su , á quién se refiere? Solo puede referirse á aquel cual­quiel'a que oye}' pero e to no es 10 que quiso decir el escri­tor. Por otra parte la accion del verbo desplega'l' no se perci­be por el oido, sino por la vi tao El que oye desplegm' al­guna cosa, es capaz de oler la música y de ver el ruido de tos truenos. Este es el lenguaje figurado, dIrá nuestro Perua­no; pero estas, digo yo, no son figuras, ino figurones ó ma­marrachos. i Por qué no dijo: cualquiera, al ve?' de plegar, o/c:1 Porque él no sabe cuál es el oficio de cada uno de los sen­tidos corporales. Vemos, pues, que nuestro escritor Peruano no pu de ser voto en punto á correccion ni á pureza, porque su lenO'uaje es precisamente el que usaria cualquiera de los otros escrito res de la re tallracion, que no son ciertamente los de la re tau­racion de las letras, sillo los de la restauracion de Jos di pn~ rate. Así, su críticas no merecen que se haga mucho ca o de ellas, porque está ya bien manifie ta la ignorancia del ora­dor en la propiedad del 1l~0 de las palabras. Pero e to no es 10 peor que se descubre en el editor d 1 Peruano, sino la ma­la t~ y la impudencia con que falta á la verdad en cuanto tie­ne relacion con la Verdad De nuda. I dice que: el o~jeto de e ta e maldecú' de lo Restauradores, y en 1l'mbl'ar ha - la el quinto cielo al Protector y á la Confederacion. En cuanto á lo primero, tiene razon el Peruano; porque, in duda alO'una, en la Verdad De nuda no se halla nada favorable á los R stauradore, ni ptwde hallar e en e te papel co a tan contraria á la verdad. Pero es una m ntira de las mas tor­pes que pueden escribirse, la encumbracion hasta el quinto °elo del Protector y de la Confederacion que se me acha- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 16D ca Cien vece he dICho, que nunca fni amigo de la Con federuciol1, y en el número criticado por el Perua,no e J que si la Confederacion es mala, la Restawraciorn es pé i­ma, y la mas fatal de las pe les que podian haber veni­do sobre aquellus pueblos que la sufren. i Se ellc unlbm, por ventura, la Confederacion hasta el qUinto cielo, di 'J lldo que era mala l 'J Se encumbra ha ta el qumto cielo, dlcjend que si ella era nece aria para impe di1' que domina en el Perú los que le dominan hoi, era anta, anlísima, iUlJ11ejorable, pueslo que era 1 remedio de tanto mal, de tanttO absurdo, de tanta tiranía, de tanta barbaridad y de tanto escandalu J _ 'o; no e encumbro. hasta el quinto cielo, ni hasl el Cltarto, ni hasta el tercero, ni hasta el egundo, ni hasta 1 primero: no se encumbra sino sobre el abismo de la Re tan acion. i e encumbra al jenernl Santa Cruz ha ta el quinto cielo, dicien­do que puede haber cometido errores en al mod de llt.var á efecto sus planesj que puede habe1' e cuchado dema iado imprudentemente la voz de su ambician de glo7"ia ? i S hace tambien un gran elojio del Jeneral Santa Cruz, d ci ndo que yo no pienso que él solo se'tia calJaz de remediar los ma­les actuales del Perú, y que veo entre los mismo coutra­ríos de este jeneral alguno qtte tienen di po ic 'ones natu­rales para gobernar con mucho mas acierto que lo que se han hecho los árbitros del pai ? Tan lejos de ellcumbrar á Santa Cruz ha ta el quinto ci lo, no he hecho mfl que po­nerle al nivel de algunos de lo Restauradores. A i e como á fuerza de mentira y de fal a supo ¡ciones pIet nd€n los escritores pagados por Gm arra y Lafllente contrur 'tn1' á la Verdad De nuda; pero i cómo e habia de contra r tar á la Verdad sino con la menti ra ? Cuando yo dije que en la CO'l1federacion al '1nénos el hombre era con iderado como hom,bre, que la. o dS e veian como on, pero que en la Re tauracion lo ILOmbr e e mi­ran como be tia , los principios como objeto de b'lJrla, y la cosas mas graves como digna de de pre io, dije lo que todo el mu do e tá can. ado de ver; y lo qu e tá prob .do por los hechos publicados y no contradichos, sino con las ti v rgüen­zas Jeni le de los escritores de este partido in rnal. i Se azotab á los ancianos rpspetabl s en tiem o de 1 O dera­cion ? i Se robaban los bienes á los d l pnrtido contrario en tiempo de Santa ruz, como se roban ahora á lo que sir­vieron á la 'onfederacion'l i Se ultrajaba la moral pCtblica, como se ultraja ahora, en cuanta leí, cuanto decr to y cm nta disposicion gubernativ-a se toma? i Se asesinaron los prisi~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 O r0S de anacocha y de Socabaya, como se han asesmado el Yunguy á los Jcnerales Armuza y Quiros J No; los que s ajusticiaron desplles de Socabaya fueron aquellos á quienes el erecho de la guerra autorizaba á quitar la vida, porque hacían la guerra contra el derecho de jentes, porque hacian la guer­ra SIN CUARTEL, P rque hacian la guerra de ASESINOS, por que hacian la guerra de RE TAURAOORESj es decir BANDIDOS; y los que se ajusticiaron en Arequipa, y que nos cita el Pe­ruano, no se sofocaron en medio de las tinieblas, como se hi­zo COH Armaza y con Quiros, por solo haber caido prisione­ros, sino porque eran unos insignes malhechores, unos mons­tras sedientos de sangre humana, enemigos de su especie, uu­tare de la GUERRA M ERTE; porque fueron los ASESINOS de muchos hombres, eutre ellos, del jeneral 'allerriestra y del coronel Delgado. Estos monstruos, que hicieron temblar la humanidad, fueron juzgados, sentenciados y ejecutados en me­dio de la plaza de Arequipa, conforme á las leyes. No fue­ron a esinado" como A E 'lNAN los Restauradores, Cuando yo dije que la Confederacion 'll¿antuvo en paz á los pueblo cuya vecindad fué siempre un motivo de amagos de guer­ra, y que la Restauracion volvi6 á poner á aquellos en el antiguo estado ele cOJtstante incertidumúre, dije tambi t1 una verdad patente á todo el mundo, i Qué se ha hecho en el P rú y en Bolivia desde que triunfaron los Re tallradore~ en y llugai, sino mantener los pueblos de ambas repúblicas en aquel e tado de constante incertidumbre y de perpetuo ama­go? D~, de entonces i.s há hablado de otra cosa que de O'LHH'- 1:, ? Ahora mi,mo i se trn a de otra cara? Cuando dije que el Perü y Bolivia procrresaban bajo la adn¡,inistl'acion de an­ta Cruz, haúiendo él terminado la· ince ante gue1'ra civil que aniquilaba esto pai. e , dije tambieu lo que tod el mun­do sabe, y lo que todo el mundo vé, aunqüe no quieran con­fo arlo aquel Los torpe escritore que se han propup,sto negar la luz del dia, l~ inalm llt . clfando dij . que lwi el Perú rI Bolivia e tán '1m~i lejo de ofrecer el prospecto de ningun 'enero de proD're, os, y que !tan vuelto á entrar en la ca1're7'a de la . guerra civile" dij0 lo que nadie es capaz de dis­putar con razone, ni con la manife tacion de los hecho , i rn, les on lo. llogr O" que han hecho Bolivia y 1 Perú ~esde la re tanracioll ? BI haherse enriquecido los restaurado, res á co ta d la mi eria de los pueblo,; el que no haya aho­ra con CJue pagar lo sueldos de los emplead que se pnga­hUt. regularmente en tiemp de la ('onfederacionj el que se re n los destinos ocupado por lo hombres mas ineptos, in Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1-, l moral ,y dc mas ontiguo u 'er -¡dito' d quc 110 haya UlJ e . critor que sepa escribir Cll ca tellan , á peal' dc qnc un bu na . parte de ellos on extranjero '; el que ~e h~lya regalad la ma­rina p ruana al enemigo. H aquí los progr o de la R s tunraeion. loes pues extrnño que parezca tan mal la T'erdad De - nflda al editor del Peruano que gana \l ciento y C1l1CU llta pesos mensmle en defender la batallOla re laurada: 11 Id cilIo que no hubiera ganado en la Confederacion, porque enl n es se buscaba para e critores á aquello que abian e cdbir, y que podian hacerlo sin pre tal' materia á la sátira del editor d la Verdad De3nuda, quP. sabe encontrar el ridículo en done! quiera que este esté. Pero 10 qne in duda jncomodó mas á nuestro escritor, rué el haber visto e\l el nümero 1.<> del t - mo n. de este periódico las opinione ele lo period i ~ta. d > Venezuela y de la Aueva Grauada sobre el e lado actual del Perú. Alli vi ~ que aquellos periodi ta~, mui uperiore á lo de la Restuuracion, tienen de esta la misma opillion que el editor de la Verdad Desnuda, y la mi ma que tienen todos los hombres sens tos de la tierra. El Liberal de 'cuacas, xa­minando los suce os del Perú, dijo: nacen todo estos h citos de que en el Perú lo. homóre lJrominelltes e uponen todo, y á la nacion la con ideran nada. e pn s prol1UnCinll l que- 110s editor s un fallo fun to contra el P rú 01' el ... 010 hecho de ver á Gamarra, el hombre mas de ncreditado d toda In. América, á la eabeza de e ta infeliz nacion. El Ob. rvador dc Bogotá, con el mi mo convencim' nt que cl Lió ral d Caracas, aUO'lHÓ n ui mal de la sucrt d l Perú, 010 p r­que continuan mandando en eifte pai un Garna1'ra, 'lt71 La­fuente ú otros hornb're de la mi 'ma e cuela. ¿ Qué lwbl'(lll dicho e tos escritore:, y lo dema del mUl1do cíVJlizodo, '\Hm - 'do hayan vi to la baj za y la vil '\dnlacion on que 1 r ba­ño de Huancayo d ificó á su héroe dc uc O'racinda y fun(' tí ¡mn memoria? Pero de~ pues d Cllr. ntrar n la hi toril que Calignla hizo on. ul á n calltlllo, ¿ ql1 extrañ n\ ver qu l ongre o de Huaneayo ha hecho un hombre gr.:mde de Gamarra? Podemo, siR embargo, dudar algo ql1 alJO"ula d sprecia e tanto á lo Romano, qn quísi. e darle un on-ul cuadrúpedo; ero lo que no pn de dudar mi lltrn con. erve el d creto de ]4 de [)ovi m r de J 3 , e q] ItI. LLAMA. de Huuncayo decretaron lo supremos hon res á un gato monté de la tierre.. ue tro escritor del partido de las LLAMA y de]o O"nto monteses del Cuzco quiere combatir la proposicion de la rerdad Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 'i ~ De.ll11da, de que la 'ol1fedcracion mantuvo eu pe ___ a 10.\ pueblo ' y dice con e te objeto, que la l:J;palicion de 11'eyrc, V lo '", tete años de int~'igas y maquillaci01les 01 ~,s que 'I7'lan tuvieron al Perú en perlJctua comb'll ·tion son s pr'U,(;óa irrecusable de la paz que daba ~fallta (l'llZ a s pueblo Está ya d ma iado probado que en la exp dlClOll de }<'leyr no tuvo "anta. Cruz ma parte que en la xpedlCion de Ejip­to, que hiz Bonaparte, y que él hizo a de lo que debió hacer para sátisfacer al Gobierno de hile, y para evitar la inju ta allerra. que se llevó al Perú. En cuanto á las intrigns y maqllinacione orda~, que mantuvieron al P rú en perpetua. omb • tion, la. culpa no fué de Snnta fUZ, IlJO de aquellos intrigantes y maquinudnre' ordos y ciegos, á cuyo partido per­tenece el editor d I J eruano; pelO esta combu tion era cier­tamente mui insigOlficante, por la mi Ola ordera con que la califica el elocuente critor. i Vaya por sordns combustiones! En lo tiempos tranquilo y 'eutados no pueden levantars los hnmbres vulgar s, que llece itéln, lo mIsmo que los líqtli­do , de una fermentacion que baga subir la heces á la super­ficie, levuutándola' d "d , el ti ndo del tonel. ollcluirémo In reVl .. ta de la críticn del Perua1lo baciel do notar tr s cosas que son verdaderan. lltc mui notable. La primera e , que supone el ,¡ditol' del P flwno que alguna ve? ha de mentido las faZ edades '!J CalU'1I111iasj que ¡lO ,'ectifica do lo hechos ulJ'l.lc.to, ó de naturalizado, las doctrina.' adulterada y lo l)7'illcipio vi 'iados d la V RD TI DE~ NU DA. ¿ no noche de pe adllla. ñó llH. tro e rritor que hélbÍl. hecll todas aqn Ila coso.? Yo 110 11 vi to nunca nn s 1 artículo de ~I, ni de llingllllo de "tl e frade, en que ~e ha yan proplle to cntrar n materia .obr hecho., ni . o re d cu m nt s, ui .obre ul'gntn lItO" ni brc I'ílzon s, tU sobre princi­pio, ino, 010 bÚI bura torpf'za . crita n nmi mal en tellnno y con nmi tllltl an tn, E~ debia.- raí, porqu ni :¡marra, ni Ln-Fu n te, ni 1'orrico, ni nrnguno de 1 herpe de In rednura cion p()dian hallar . ritor. qll e en arO'él .. en de su de! n ·l. sino t tI' aquello qne tl1diaf0n la 1 t -rica, la elocuencin, • la p ti i a n ll\ o1'.lía.. P ro ta ha ido la 'uerte de la '1 er­dad Ve '?luda: .lam:1 Ir.. batido con tra el "e de e erifor Sj .. i mpr n tellldo por controfl . á lo hombres d ning na edu e on y de nmgm (l' prill ip s. La s gnndo. f'Mtl notahl es, q 1 omienzo. el editor de ñando {1 la' erdad Desnuda, y dici ndo que cste papel no m rece que e oeup n de él; pcro r pesar d e to, nOl1 llena n i una p'~jma de u folio ma- 1/01'. PI t ndiendo e mbatir á e ta VF.RD D, de que nadie ha,· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 17~-) t.!~ ca o. La tercera cosa es, que el escntor huye cUldado"ú. mente de entrar en cuestion sobre los hechos de que se ocupo la Vel'dad, y solo trata de desacreditar á la persona que la dice. i Pero cómo la desacredita? 011 torpes imposturas y COI versiones falsas de sucesos bien conocido::;. impleza fuera ha­cer el menor ca"o de estos desahogos de la injusticia conflln dida, cuando en la desaprobacion de e tos e c1'itores e tá p1' ­ci amente la prueba de que las co a merecen elojio, y cuan­do la mayor de gracia del hombre seria verse aplaudido por . aquellos. i Quién querria verse elojiado por los panejirista. de los Gamarra, de lo Lafuentes, de lo. Torrico, de Jos Snla­berris, y dema m nstruos de esta horrible especie 'J • ••• Ningu­no que se estimase á sí mismo. Por el contrario, las acusaciones de estos apó toles del vicio, de e tos defensores de la corrup­cion m s di gllstante, son los elü:iios á que deben a pirar todos los hombres sen atos. Escritores como el editor de un papel pa­gado por G.lmarra, no pueden acu ' ar, sino con cal umnlas, des­nudas ha ta de la apariencia de verdad. Los que no se aver­güenzan de pertenecer al partido ma ruin y degradante, al partido dete tado en todo el mundo á donde ha llegado la no· ticia ~e su natn raleza, al part~uo encnf8zado por los mas ?c sacredltados revoltoso, al partido que· deshonra á la ITaclOu CIue dominR, i de qué cn a podrán. avergollzar e? qué caluI1 nia dejllrán de invpntar ~l qué atentado dejarán do cometer? qn' villania dejarán de defender y de antificur con SllS plumas ve­nales? Digan lo que quieran contra el editor de la T'crclad D n1¿da, pues si e cierto que e~ te papel no puede hacer creer ¡ los Peruanos, ni á los Boliviano que on UIIO malos 110mbr " SllS dominadores, i. por qué tanto empeño en impedir la circnla­cíon de la Verdad Desnuda 7 i por qué no . e permite l erin mas que á aquellos ~ue están pagado, no para que conte t<' ll á los documentos, nt á los hechos que se manifiestan en e t periódico, ino para que digan disparate . sohre la persona .del editor? Ah! no s n tontos, aunque ean Ignorante., . to" tlf( nos del P~rú y d Bolivia; y bien ahel lue la. circulacion de la Verdad De. 'nuda no les hiciera buen prov cho, porqu ella manife. taria que no . e escribe, como dicen los R taurador , para defender á In Confederacion, sino para d fetld r á los in­fe ice pupblos qne on In. pre a de los loho famél ico, de lo tigre, y de las df>ma fieras qlle se ceban n la carne, y en la sangre de . us víctima, cubriéndolas al mi ~o. tiemJ?o d 1 ma· yor opr blO. ~o'í pueblos del Perú y de B hv:m vena~. que yo 1 () lAS aconsejo que vuelvan. á confederar e. Ul que elIjan po~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 174 ' - l~ jefe á anta Cruz, aunque valga mas que todos los Restau. radores de la cuadrúpeda alianza: sino que solo manifie ... to la ini­quidad de estos, para que aquellos Americanos como yo, sacu­dan su degradante yugo, y se den unos gobiernos dignos de na­ciones ivilizadas. Jamas he pensado en que Santa Cruz vuel­va á mandar, ni en el Perú, ni en Bolivia. Si le he defendido de injustas acusaciones, lo he hecho como lo haria despues que él hubiese muerto, como he defendido á O' Higgins, cuan­do le han atacado sus enemigos, como he defendido á Or­begoso, como he defendido y defenderé á Lamar, á Sucre 'i á Bolivar, que han ilustrado tanto los fastos de la historia ame­ricaua, cuanto los han infamado los mon truos contra quienes aun uo es mi pluma bastante enéljíca para pintarlos como son. El Peruano pudo haber copiado, si hubiese sido un es­critor de buena fé, aquella conclusion del número 1.0 del to­mo 2.0 que quiso .criticar, para que viesen los peruanos cua­les eran mi verdadera idea.. Yo concluyo el artículo de que sacó sus extractos el editor del Peruñno, del modo ~l­guiente: .Aro se crea por esto que yo pienso que solo el Je­neral Santa Cruz seda capaz de 'remediar los males ac­tuale del Perú. Esto seria suponerlo sin re'lnedio. Yo veo entre l() misnw contrarios de e te jeneral algunos qUf! tienen d ¡ 'po iciones nat urale-s para gobe1"11Iar con mucho mas acierto que los que e /tan hecho lo áV'óitros del pai. A1l9t entre lo que vinieron con los Chilenos no falta algun Pe­ruano de talento, de buena educacion, de conocimientos, que golJernari(l, con i1~Ii1tit() mas acierto que todos e os hombre .. que solo <'¿enen dis]Jo iciones parra hacer el mal, y para con limar la ruina de aquellos pueblos. Dirá el Peruano, como ha dicho el Vijia d.e Tumbe, y ba repetido el Tribuno 1, que q ui'én me ha dl1do á mí vela en e te entierro? En e te entierr del Perú me dan vela los qne le mataron, y debian dárr ela, tal'lto por ser yo America­no, como por ser hombre, y obre todo, por haber yo tenido una parte mas noble en la libertad del Perú, que todo aquell{)s restauradores que peleabün en füvor de los E pañoles, cuando yo trabajaba por dar una patria á los Peruano~ . i Bajo qué banderas se hallaban lo turbadores de la tranquilidad del Pe­rú, los señores prE'sentes de ese pUls, ahora 22 año, cuando yo fu í á arreglar con el gobierno de Buenos Aires las bases sobre las cuales debia hacer e la expedicion que condujo San Martin? Pero yo no pensé jamas q le mis trahajos ltnbi"m de ervir solo para que se coloca en en los primeros de tinos de la República aquellos hombre que debieron siempre- quedar confundidos entre la escoria de los pueblos. He aqui la razo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 17r: por que estoi autorizado á t Dlilr vela en el entIerro e la lí· bel'tad y de la dignidad peruana. El PeTú me debe s~rvi?ios , que yo no quiero que me r conozca, porq e los hice 111 mte­res alguno: me debe la parte que tomé n su ind pendencia, y la que he tomado siempre en su libertad, y en ximirle de los males de la guerra: me debe el interes jeneroso con que he combatido desde el año 30 al déspota de ese paí; á e e Gamarra, que en todos tiempos ha sido el verdugo de SU5' compatriotas. Debo, pues, por mil razones, tomar vela en el entrerro del Perú, y la tomaré, mal que les pe e á aquellos q u(> le han muerto. ECUADOR. ESPIRITU DE LA PRENSA DE GUA VAQUIL. La "Balanza." periódico del Gobierno de Guayaquil, en 105 diez números que hemos visto, desvanece con solidéz y tino to­dos los argumentos que contra extranjeros le ha hecho la " Opi­nion" y otros papeles de oposicion." La "Verdad De nuda" en el número 2. o tomo 2. o dic,e: "Si eUoS no saben, (hablando de los lejisladores de Hnancayo) que los delitos, y no las personas, son las que merecen las pe­nas, segun todos los principios de lejislacion, ambien igno 'an que desde el tiempo de Moisés mandó Dios á los ju ces que juzgasen sin hacer ninguna diferencia entre judlo y extranjero." En la de{ensa que hace Orbegoso contra el decr to dado en Huancayo el 21 de setiembre d::l nño pasado, se encuen­tra lo siguiente: ""En tres años y ocho meses que he manda­do en el Perú, y de ellos los tres nños con absoluta utoriza­cion, y eis meses en medio de los horrores que trajo la uer·· ra á muerte, declarada por S,laveny, .010 cuatro mdividuos han ~ido ejecutados por mi órden, y es notable que de estos solo uno se cree que naci6 en el Perú." En el mismo número de la "Verdad Desnuda" se en~ cuentra: "Vemos tambien en la lei que analizamos, que no podrán volver al 'país los extranjeros que hayan sido perio­distas. o erá infructuoso examinar la razon que e hayA tenido para dar esta disposicion . ¿ Qué hicieron estos perio­di ta 1 ¿ E algnn delito escribir periódicos?" n la citada defen a de OrbeO'oso se lee: (¡ unndo Sa]averry declnró 1(\ guer-á muerte contra los que d fendinn la causa del óroen y de las leyes, el Jeneral Santa ruz, á ]a cabeza del eOétcito unido, manifestó que no admitia esa bárbar.a declaratoria, sin~ olamente respecto de coroneles adelan e, y gac teros." ~ o h81 da ,q ue los de nuestra profesion, en aquel tiempo, 11· Ci . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 176 j lcados entre la clase alta de In milicia, pero se hubieran da­do por tnas bien servidos si se hubiera tenido preseilte C( gue 110 es ingun delito escribir periódicos." [Corner-cio n.O 204. } La..s acotacjone~ que hacen los editótes del Comercio de 10 que dice la Verdad con lo que dijo el Jeneral Orbegoso en su efensa, ciutamente no se habrén puesto para comba­tir á J Verdad, porque los principios de esta son indepen­dientes de las opitliones del jeneral Ol'begoso. En cuanto á la prim ra. acotación, yo no hallo ninguna contradiccibn entre lo que dijo la Verdad en el número 2 del tomo 11, y Jo que expuso el jeneral O. begoso en su deti n .. a, porque bien po­día no ha erse ejecutado durante la guerra. á muerte, declara­da por Salaverry, tIlas que cuatro individuos, por órden de Or­begoso, siendo de los cuatro uno 010 nacido en el Penl, sin que por esto los tres extranjeros dejasen de merecer ]a muer­te, la mismo qlle el Peruano. La "erdad jamas ha sentado 1 principio de que ]os extranjeros «eben gozar de impunidad .por los delitos que cometan fnera de su pai::::. Lo único que ha dicho es, que Dios mandó á los Jueces que juzgasen in hacer ninguna diferencia entre judio y extranjero: cosa que no han ob ervado los diputados de Huancayo, á pesar de que ha­bia entre ellos muchos hombres de C01'ona, que debían haber leido la Biblia. En cuanto á la segunda acotacion sobre lo que dijo la Verdad con respect-o á la expatriación perpetua de los extran­jeros que fueron periodistas durante la onfederacion, con lo que e lee en la citada defensa de Orbegoso, sohre qbe 1 Je­neral Santa Cruz no admitió la guerra á muerte, declarada por al erry, sino solamente con respecto á Jos coroneJe y Q'aceteros, tampoco hallo un contraste bien palpable, p rqu , ~ i Santa Cruz quiso con iderar á los gaceteros como jefes d 1 ejércit , concedió esto honores militares á todos los gaceteros der artido contrario, ~in hacer la menor distmclOn entre na­turale é hijos del pais. Por lo ménos debemos á Santa Cruz una consideracioh qtle vale alguna cosa, ptles cualquier peri­Han de los q e e cri'bieron bajo el reinadó del terror de a lavetry, ti ne ya derech) nI tratamiento de V· . que e dá á lo coroneles, y no solo tiene derecho á é te tratamiento, sino al d que se le pr enten las arma , como á los sobera­no , y que e le apunte, y <'tue e les haga fuego (dro'tt au CfEUt) como á Ney y Murat, que no eran gaceteros. i Pero por qué el Cong-reso de Huan ayo es ménos equitativo que San­ta Cruz, haCIendo una· difer neia toln not..'\ble entre los trafican~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 177 tes de notiéias, c?mo se llama~ en ~ngle los cracétero (new ~ mongers) concedIendo mayor lmpul1ldad á unos 'que á otros 'J ¿ E~ est? conforme con la ley de Di03? i Es esto conforme con aquello de no hacer diferencia entre el judio y el extran. jero? Sí, dirán los clerizontes asistente al Concilio de Huan­cayo: esto es no hacer diferencia entre judio y extranje-ro) porque nosotros tratamos á todos los extranjeros como ju- . , diosj es decir, como á enemigos de Dios. Pero aqw:dlos santos . varone no han advertido que cuando Dios mandó que se tra, tas al extranjero como al judio, era el judío el pueblo ama do de Dios, y qne si hablase hoi Dio al Moises del Perú so­bre las montañ'lS del Cuzco, le diria: Mandad á los juece' de Huancayo que juzguen sin hacer ninguna diferencia en­tre la raza de Manco-Capac y las de los otros descend ¿en-te de Adan, porque á todos los he sacado yo del barro del Paraiso y de la costilla del primer hombre. Ciertam .... nte Santa Cruz hubiera sido m s amable} si no hubiera elevado á los cracetero á la clase de coroneles, y hu­biera hecho mejor en degradar á todos los oficiales del ejército enemigo, cO!1siderándoles como tambores y pitos; evitando de, e~te modo el fusilar á nadie. E ~ te es el con ejo que yo le hu­biera dado; pero por las leyes de la guerra, que no son en todas sus partes las de la filosofiJ, ltai un caso, como dice Vattel en el libro tercero, capítulo ViII, §. 141, en que se pue-de negar la vida a un enemigo que se rinde, como tambien toda capitulacion á una plaza que se halla en el último apu­ro; y este ca;so e cuando el enemigo ha cometido algun aten­tado en?rme contra el derecho de jentes, y particularn¡,ente cuando ha violad, ,) III leya de la guerra. La denecra.cion que se hrtce de la vida á e ~te enemigo, dice el mismo pnbli-ci ta, no e,~ una con ecuencia natural de la ¡;uerl'a, sino un castigo de aquel crimen, que el ofendido tiene derecho á impo­nerle; y luego dice en seguida, que cuando se hace la guerra sin ob ervar nin!f'una re,a-las y in dar cuartel, e puede ca - tia-ar á lo culpables. El desgraci do alaverry declaró la guer-ra sin cnartel, autorizando esta dec1aracion e 'pantosa, m s que nunca en el tiempo en que vivimos, el snncruinario Ferreir ; y n1 es extr ño que teniend tanto influjo e, te petit Marat en su Convencion de HU'lnvayo, hicie e declarar un crrande hom­bre al ffil.yor m m~tl'U que h· conocido la América. i Pobre~ pu !bl ., d .'! P-! rú, á q uienl"!s se pre entan por m0de)os dignos de im' ta,ei 11 Ú lo, S llnverrys, á los Gamarras, á los Lafuen­te, y q ¡t :1 dlrijid .:; por el influjo de los políticos del en. libre de Ferreiro ! nta de M. 1, l\lurill Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 11

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La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 12

Por: | Fecha: 21/03/1840

PERIODICO POLITICO y LITERARIO. NUM. 12. } Vincit omnia veritas. { 10M. JI. Este periódico saldra a luz los dias 1. o 11 y 21 de cada mes. Ten­drá 16 pajina~', y el precio de ~ubscripciou por 18 numeros corres­p071dientes ti un semestre, que se paKará adelantado, será el de tres pesos. Cada n~mero suelto ~aldrá real y me~i~" y se vender,a .en la tienda del Sr. Letamenda, en donde 'Se reczb'lran las subscrIpcIo­nes, y se enlregat'án los número, á los subscriptores. CONTINUACION DE LA RESPUESTA Á LA CRíTICA MAJADERA. En el cuarto articulo de la r futacion de la Crítica, he­~ ha por D. Antonio Jo é de Iristln'i, d la Revi ta Política de Bolivia, se propone el mismo revi or sostener esto tres pun­tos: 1.0 que el proyecto de la C onfederacion no fué en su Ofl­jen de Gamarra y Lafuente, como e dijo en la Critica de la Revista: 2 o que estos jenerales son disculpables en la revolu­tlion que hicieron contra el jeneral Lamar: 3_0 que anta Cruz no tenia un objeto laudable en las frecuentes visitas que hacia por los departamentos de Bolivia, ino que era llevado por mi­ras de interes personal. Las prueba de todo e to están en el archivo secreto del Revisor: son pruebas de naturaleza tan sa­grada que no se pueden pre entar al examen de los profanos; y ba ta que el oráculo de Jujui pronuncie su media palabras, p ra que todo el mundo crea ó revi ute. Yo dije en mi ('ri ­lica, pájina 20, que aquellas primeras tentatIvas anárquicas, d que habla nue tro e critor, fueron orijinalmente proyectadas por Gamarra y Lafuente, cumo lo prueba la mi ma corresponden­cia citada por el Revisor, en la cunl e hallan varias cartas del Jeneral.. Santa Cruz, en que dice á sus corresponsales: que no Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 179 .,üsconfien de Gamatra ni de Lafuente; que los eree de buena fé en aquellos proyectos.-Ahora dice el crític o de Jujui:-" Si "fuese del·to que en 1829 aquellos dos jefes se prestaron de al. "gun modo á la admision del tal proyecto, cuando iodavia man­" daba el Jeneral Lamar, esto solo probaria que la opinion pt'i. "vada de ambos le el'a favorable, ó mas bien, que quisieron alha­" gar las esperanzas del mas pérfido intrigante, para alejar por "algun tiempo sus maquinaciones anárquicas deL suelo pel'Ua­" no. "-¡ Qué tal modo de defender á sus clientes, y qué tnI moralidad, la del critico de Jujui! Cierto que el hecho á que se alude no podia probar otra cosa, sinCl que las opiniones de aquellos jefes peruanos eran favorables al proyecto, por el cual se acusa á anta €ruz, y por esto mismo es precisnmente por lo que se acusa á Gamarra y Lafuente, que no debian tener se­mejantes opiniones favorables al proyecto de la Confederacion, cuando ellos estaban obligados á someterse á la constitucion vi­jente del Perú. Pero ¿ por qué entónces Gamarra y Lafuen­te tenian aquellas opiniones fa vorables por la e onfederacion, y .despues no las tuvieron? Porque cuando se formó el proyecto trataban ya estos de la deposicion del Jeneral Lamar, y encon­traron en la division del Perú que se conciliaban los intereses de ambos ambiciosos, pues el uno se hacia jefe del Estado del Norte, y el otro de el del ~ur, quedando el tercer Estado de Bolivia para asegurar la independ ncia de los dos primeros, que podia ser atacada mútuamente. Despues de este acuerdo. las cosas tomaron otro rumbo mas ventajoso para el principal de 108 conspiradores, porque habiendo podido Gamarra realizar su traicion en Piura contra el Jeneral Lamar, y hallando en el Congreso Peruano una reunion de hombres semejante á la de Huancayo, que premió con la Presidencia de la R pública el mas escadaloso de todos los atentados que pueden cometerse entre republicanos, vió que le era ya inutil la Confederadon pa.ra llegar á un mando de mayor importancia, pues se habia asegurado f>1 de la República entera. Lafuente se contentó, á mas no pod r, con la Vice-Pre iclencia, sin dejar por esto de conspirar contra su compañero en aquella revolucion. El 5 de Junio de 1 29 hizo este Lafuente la revolucion en l.ima con­tra el Vice-Pre idente D. Manu I alazar y Baquij no, y dos di de puelf Gamarra depu o ñ L. mar ,n Piura, cerca de tres­cientas leguas de distancin de Lima. Por aqui vernos el plan combinado entre estos corifeos de todos los desórdene del Pe­ru para proceder al mismo tiempo en la Capital y en el cuartel jeneral del ejército, á la violenta y criminal de titucion de Jas dos personas en que se hallaba dero itado el supre o mando de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 180 a Nacion. Nuestro crítico ignora que tanto el uno como e otro traidor, publicaron en aquellos momentos que las víctimas de su ambicion y de su alevosía habian renunciado á sus des­tinos, cuando toda la capital de Lima era testigo de la víoleno: cia perpetrada en la persona del Vice-Presidente, y cuando to­do el ejército y la poblacion de Piura vieron el escandaloso atentado cometido en la dignísima persona del Jeneral Lamar, y cuando en aquellos mi mo momentos el uno y el otro jefe de la República protextaban contra esas supuestas dimisiones. Tam­bien ignora el mismo escritor que el Congreso Peruano proce­dió á llombrar á Gamarra Pre idente ele la República contra ]a Con titucion, que para el caso de faltar el presidente, previ­no entrase á subrogarle en sus funciones el de Ja Cámara de Senauores, y en ningun ca o estaba autorizado el tal Congreso por la Constitucion pnra el jir nuevo presidente. Se obligó á aquel presidente del Senado á renunciar el ejercicio del Poder Ejecutivo, para dar pretexto á la nueva eleccion de presiden­te; co a que s@lo podia ser imajinada por los estúpidos parti­darios de Gamarra, pues aquella renun ia en ningun casI) le.iiti~ maba una nueva eleccion, porque, siendo el mando de la Re­públicll, en falta del presidente. uno de los cargos del presiden­te dpl Senado, no podia ser renunciado sin renunciar la presi. dencia del Senado. y renunciada esta, el cuerpo debia proceder ..á nombrar sucesor al renunciante, en quien recaeria el mando de la Hepública. No hnbiéndose, pues, hecho esto, y habiendose:­nombrndo á Gamarra anti-constitucionalmente, por las intrigas ridí­cula y mi erables de sus torpes partidarios, y por el miedo que se apoderó de la mayoria del Congreso, la presidencia de Gamarra y la vIce-presidencia de Lafuente adolecieron siempre de un vicio de­nulidad t1ue no podia ser ubsnnado de ningun modu; y he aqul la cau a necesaria de aquellas CATORCE REVOLVCIONES, que di­ce Gnmarra en su manifie to publicado en Costa- Rica el año de J 35, que tuvo que , ofo nr en los CUATRO AÑOS de su mane do. Lo admirable es, que aquellas revoluciones no fuesen mas que atorce, y que no hubieran ido mil cuntrocienta., por~ que i qué otra co.'a deben srerar Jo ambiciosos como Gamar­ra y Lafuente que llegan al mando por el camino de la traicion y efe la infamia? ¿ Y porqué quiere el revi or de Bolivia que la perpetua lucion d 1 P rú fuese obr de anta Cruz, cuan­do bastaban lo hecho de Gamarra y Lafuente para tener á nquella República en una J-lerpetu8 combu tion 1 E to on hecho constantes á to o el mundo y ccm ignad ) a n los rejistr público, que p arán á la r s remota posteridad, á pe ar e uant pue un hacer a.quellos miserables, com el escritop d \ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 l Mercurio de Valparai o, que tienen sus J os para ser amig 9 de los mayores monstruos de iniquidad. Este e ('ritor mercurial, que cuando trata de los hombres grandes de Am 'rica, de los hombres dignos de respeto, como los Jenerales Bolívar, Sucre y Lamar, les llama simplemente Bo­livar, Lamar, ucre, y cuando· trata de su ridículos héroes, dice: Los SEÑORES GAMARRA y LAFUENTE; < que motivo puede tener para considerar tanto á estos, y tan poco á los otros? - Yo lo diré.-Gamarra fué casado en primeras nupcias con una parienta del Revisol' de Bolivia: Gamarra ha sIdo el protector de la fa­milia del que escribe 108 artículos que yo refuto:-Lafuente ha sido el compañero de Gamarra en las mas grandes iniquidades que aquel ba cometido; y como Santa Cruz es enemigo de Ga­marra, el Revisor de Bolivia era preciso que defendiese:! su pa­riente político, al protector de los suyo; y era preciso que ca­lumniase á los enemigos de este pariente y de este protector. Por esto no hallamos en los escritos del crítico de Jujui, sino hechos falsos, acusaciones vagas, lugares comunes, contradiccio­nes mamfiestas, y tooo envuelto en un inmenso caos oe igno­rancia, Ya he manifestado en los números anteriores cómo está en oposicion lo que diee el Revisor de Bolivia sobre la con­ducta observada por Gamarra en aqueIJa República, y sobre Jo que hace relaclon al Jen~ral Santa Cruz, con lo que el mismo Gamarra ha dicho en sus comunicaciones oficiales y en su car­tas patieulares, Ahora recordaré lo que se encuentra en los nú­meros 4, 6, 7 Y 9 d I tomo l. o de la Verdad Desnuda, soLre el juicio que debe uno formarse del carácter y de las virtudes del Señor Gamarra despues de haber leido los manifiestos que él mismo ha publicado en defensa de su conducta, y los demas documentos que salieron á luz en el tiempo en que este zorro viejo estaba tratando de engañar á alaverry y á Santa Cruz, y de pues de haber sido el primero que en 1834 trató de esti­pular con el Jeneral Nieto la Confederacion Perú-Boliviana. Léanse esos docum ntos, libres de toda tacha, como obras que sa" lieron de In manos de aquel autor que e tamos juzgando, y dí­gase si es po. ible hallar un hombre mas falso, mas alevoso, mas inconsecuente, mas criminal y mas impudente. i Por qué no ban dicho nada los Gamarri tas de Chile y del Perú contra aquellos documento' rev stidos de toda la solemnidad po ible, ni contra lo argumento, ni contra las convic ione del Editor de la Verdad Desnuda, in que e han contentado con impedir la circulaeion de este periódico? Porque la Ve7'dad no puede com· batirse, y porque no queda otro partido que tomar contra ella, que el ocultarla á )08 ojos de los t ombres. Cuando et Revisor Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2 1ie Bolivia me presente contra ~anta Cruz, en prueba de los he­chos indeterminados con que 1I na su papel, documentos tan clasicos como los que yo he munlfestado cOlltra Gamarra y La­fuente, le concederé que Sunta Cruz es el hombre que nos pin­ta. .Mientras tanto, nadie puede ver en el Hevisor de Bo)¡via ~in() el defensor de la iniquidad y el calumniador de la inocencia. Divirtámonos un poco con las inmomles sandeces de nues­tro crítico Jujeño,-No pretenderérnos jamas, dice este buen hom­bre, justifiCa1' la revolucion contra el Gobierno del Jeneral Lamm', pero siempre hemos cl'eido que ella "pl'odujo 'Un "gran b'ien, terminando la guerra in~prudente declarada en­H tTe el Perú y Colombia.-Los hombres que gU'iaban los ce consejos de la administracion Lama?', estaban dominados "por un senti'lniento de ódio ácia la persona del Jeneral Bo­H livar, El pueblo Perttano hacia un papel vergonzoso lle­" vando la guerra al suelo de Colon~bia,' de Colombia, cuyos " guerreros, acaudillados por e e mismo Bolivar, habian dado " libertad y existencia política al Perú, cinco afios antes, " con la ayuda que le prestaron en los campos de .Junin y " de Ayactlcho, Las ideas y los intel'eses ojuzgados en es­" las célebres jornadas querían ejecutar una reaccion que "eclipsase la gloria del héroe de Colombia, y el Perú repre­" sentaba el papel de un pueblo ingrato, guiado por algunos "frenéticos demagogos, y políticos rencorosos é imprudentes. "­y bieu, mi grande historiL dor: i quiénes eran esos frenéticos demagogos, políticos rencorosos é imprudente " esos hombres que guiaban los con ejos de Lamm', y estaban dominados de ódio cont7'a Boz.¡vQ1'? i No eran el mismo Gamarra y el mis­mo Lafuente? ¿ No fueron estos los que trataron de encender la guerra con el objeto de adquirir el mando á costa de la humillacion de su patria, de la muerte de millar s de sus compatriotas, y á costa de la violacion d~ las leyes funda­mentales de la República? Vamos á verlo, En carta de 24 de setiembre de 1828 dijo Gamarra al Jener'ál Boliviano Blanco:- Yo parto para el Norte ..•••. toda!l 'Zas probabili­dades nos favorecen . .•... la localidad del terreno nos ayu­da, la justicia es nuestra, 'Y la opinion del pais nos favore­ce, (Mercurio Peruano, n. o 459). E to está en contradiccion con lo que dice el Revisor sobre la justicia y la opinion del país, 1 6 de Junio de 1828 e cribia ya Gamarra- á Lnfuen­te ,desde Oruro, diciéndole:-" Es llegado el caso que desde l' tiempo atrás se recelaba con sobrado fundélmento. El USUf­H pador' de América, el tirano de Colombia, ha botado )a más. " cara que cubria su desmesurada ambicion, y trata de invadir Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 : , .. 1 Perú .... Es ti mpo, pue, de alarmarse en mn :1, y "antes que sucumbir nuevamente á la esclavitud del olom., " biallo .... El Perú, el respetable Perú sabrá morir, pero no volver á la servidumbre. 1\1e con titnyo de de ahora gafan 'te de su valor tantas veces creditado, y prometo ullte 1 "Cielo, que me escucha, conmover las piedras todas c 11tra tun ;, inicua pret .nsion, cuando e huya c.on~u l1ic1o In raza huma­., na en 10 iln ... tre' y ameno campos de mi Repflblica.-.:..-d lo derna qlle no contribuirá ti anular su docum ntos ni a {al incar lo ' hecho~, ni ú di m inuir la fuerza de us convencimientos . bntremo pUl! n lu lid con e to, nllevos paladinc de la Re 'tauracion, que ya han sido combatid . bajo otros nombres. PERÚ. En el núm ro 25 de la ¡'Balanza" se hall dad!) la noti ia llegadas últimnment de Lima 'obre In eleccione para Presi ­dente de la H .públi('a. Allí andan divi lido_ I . hombre entre Gornano y Lfltru eta. siendo el coriféo del partid!) Gorna nista. o­ffia, y el del partido Latl'Ueti ta, Deu:tua. ('on e t moti'·o . e han publicado n lo peri' dico de aquella Capital artículos bIen duros contra el tal ffia, "contra 1 tal Gortlono. ~ i tene os IUf1:u en tro de ntJestro~ ~ número inmcdiutw, piar mo los cita o artículos de lo, que e vé que Gornano ha hecho to.1 lo posible para ganar la elec ion in ahorrar . uperch >rin, y que Latru ta, por in 'igniti 'ante que . ea, t'll vez ten l'a mll ch vo­tos p ra h Pre,'idencia del P rÚo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 12

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Por: Anónimo | Fecha: 1860

El proceso de independecia de América latina, implicó cambios en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales" Este mapa político con color añadido de América del Sur. Contiene hidrografía, relieve e información de ferrocarriles. Incluye cartelas de las Islas Galápagos y de la Patagonia.Longitud con respecto a los meridianos de Greenwich y Washington. Trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio. Escala expresada en millas y leguas.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: Anónimo | Fecha: 1860

Durante el siglo XIX, los territorios de América Latina se enfrentaron a procesos de independencia frente a las coronas Europeas, esto significó un cambio en el nuevo orden del sub continente, las colonias pasaron a ser Repúblicas independientes que tenían la necesidad de construir un proyecto nacional único; la transición no fue fácil, pues implicó cambios en los valores nacionales, en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales. Este mapa político a color de América del Sur realizado en 1860 contiene división político administrativa con límites fronterizos a color; incluye hidrografía, relieve e información de ferrocarriles. Longitud con respecto al meridiano de Greenwich. Trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio. Escala expresada en millas. Publicado por: J. B. Lippincott & Co.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: Alexander George Findlay | Fecha: 1835

Mapa físico de América del Sur trazado por el geógrafo e hidrógrafo inglés Alexander George Findlay. Incluye información hidrográfica, relieve y ciudades portuarias principales. Publicado por: Thomas Kelly. Durante el siglo XIX, los territorios de América Latina se enfrentaron a procesos de independencia frente a las coronas Europeas, esto significó un cambio en el nuevo orden del sub continente, las colonias pasaron a ser Repúblicas independientes que tenían la necesidad de construir un proyecto nacional único; la transición no fue fácil, pues implicó cambios en los valores nacionales, en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales. Longitud con respecto al meridiano de Greenwich. Trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio. Escala expresada en millas.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: Society for the Diffusion of Useful Knowledge (Gran Bretaña) | Fecha: 1842

El proceso de independecia de América latina, implicó cambios en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales." Este mapa muestra con color añadido las divisiones políticas del continente dadas en 1842. Incluye hidrografía, relieve e información demográfica, adicionalmente presenta longitud con respecto al meridiano de Greenwich y trazado de la línea del Ecuador. Su escala está ubicada al margen derecho y se expresa en leguas y millas. Hace parte de: "Maps of the Society for the Diffusion of Useful Knowledge. Vol. 1""
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: James Monteith | Fecha: 1875

El proceso de independecia de América latina, implicó cambios en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales. Este mapa muestra con color añadido las divisiones políticas del continente dadas en 1875. Incluye hidrografía y relieve, al margen se incluyen países con posición geográfica de similar longitud respecto al meridiano de Greenwich, además presenta trazado de la línea del Ecuador y del trópico de Capricornio. Su escala se expresa en millas. Verso del folio con plan de clase para profesores. Hace parte de: "Monteith's Physical and Intermediate Geography; In Two Parts: Part I: Geography Taught as a Science [and] Part II: Local and Civil Geography".
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: Anónimo | Fecha: 1818

El proceso de independecia de América latina, implicó cambios en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales. Este mapa representa las divisiones políticas de América del Sur durante dicho periodo conocido como La Reconquista Española, adicionalmente incluye hidrografía y relieve, presenta trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio. Publicado por: P. Potter, Poughkeepsie."
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: George E. Sherman | Fecha: 1860

Durante el siglo XIX, los territorios de América Latina se enfrentaron a procesos de independencia frente a las coronas Europeas, esto significó un cambio en el nuevo orden del sub continente, las colonias pasaron a ser Repúblicas independientes que tenían la necesidad de construir un proyecto nacional único; la transición no fue fácil, pues implicó cambios en los valores nacionales, en el poder político administrativo y constantes renovaciones del territorio."" Este mapa muestra con color añadido las divisiones políticas del continente dadas en 1860, incluye hidrografía, relieve y ciudades principales, contiene perfiles de alturas de la región en la parte superior e inferior del mapa, así mismo presenta longitud con respecto al meridiano de Greenwich, trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio. Su escala está expresada en millas. Hace parte de:"Mc.Nally's System of Geography, Barnes & Company: 1860""
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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Por: Anónimo | Fecha: 1820

El proceso de independecia de América latina, implicó cambios en el poder político administrativo y constantes renovaciones de las entidades territoriales" Este mapa presenta las divisiones políticas de América del Sur a principios del siglo XIX, incluye hidrografía y ciudades principales, muestra también longitud con respecto al meridiano de Greenwich y trazado de la línea del Ecuador y del Trópico de Capricornio."
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Mapas
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