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El Católico - N. 81

Por: | Fecha: 20/12/1864

TRIM. ur. AÑO IL JJorota, 20 de diciembre de 1864, NUMERO 81. ~~ lJJ[A (QiJ. Qtr¡)[/j~(]}(/),. ~~ 1 poseida pacíficamente por los conquistndol'es, sus - -------------------- 1 descendit>ntes, i Jos que habiun compt·ado a estos REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. 1 o a aquellos hasta la época de nuestra re\'olueion ; 1 i aunque el oríjen de esta propiedad fué el preten· En <'1 número 364 de El Tiempo, continúa tm 1 dido e infcuo det·echo de conqnist.-., elln estaba colahol'adm· la poeo noble tí\l'{'a de insultat· nues 1 ya sancionada por el tiempo, así como quedó de tra fé i de negal' los milagros. Srgun él, e\ Cato- l htcho sancionada por las circunstanrias, la que licismo no es mas que una viPja éH'mazon de pa~ 1 algunos adquil'ie•·on el dia de la p•·ecipitadn fuga t•·:Jiias que la filosofía va descubl'iendo i elimi- 1 de Jos españoles, po1· uua especie de Jo que el det·e-nando: es una c•·eencia contraria a la libertad ¡ 1 cho llama res nulUu.<;. De consiguiente es cierto [ que fa,·ot·ece Jos mas vergonzosos abusos; Jos 1 que la propiedad en la Nueva Granada es lej(tima [ 1 dogmas del infierno i del pm·gatol'io, son inven- 1 en su orijrn ; i como la pi'Opiedad presupone el J ciones de que e\ Clero católico ha hecho uso péH'a 1 der·echo pl"t·fecto de disponet· de la cosa poseída F nter'l'm· a los neeios i esquilmarlos. Siendo los como mas en gusto le venga al po · eedor," se sigue, ¡ bieoes eclesiásticos el p•·oducto de la necia creen- 1 dt<.'imos ahora, que, suponie~1do que los bienes . cia en el purgatorio, i no sirviendo sino para opri- de In Iglesia hubirran sido el 11•·oducto esclusivo . mit• i embt·utecet' a Jos pueblos, ('1 Gobiet·no de 1 de cesiones ar'l'nncndas pot· los t<:\t·r·ot·es dt>l infiet·- 1 Colombia ha hecho bien en quitarlos, ha usado de 1 no o por el deseo de alivio de las penas del pm·­un derecho perfecto al declat·al'los bit.nes nacio · 1 gatol'io, no po1· eso dejnrian de ser una adquisieion · nnles. 1 lejítimn. ¿ Qnién puede privamos del derecho de P L ~t Opinion en su número 96, sigue la misma 1 dijJom·r a nuestro gnsto de nuestt·n lrjítimn pro­t_ · senda, i niega que Sf'a un t•obo lo que Jos liben\les 1 piedad? Si somos dueños de un predio rústico, llaman desamortizacion. . 1 i nos viPne eu Yo!untn l hace1· en él un templo a Como estos artículos son dirijidos especialm r nte 1 Júpitfr. Cnpitolino, ¿habrá derecho para impeclít·- al seiwt· redactor· de La ?,'OZ del Cat.Jlicismo, i él 1 no~do hoi que se dice hai libertnd de cultos? Cree­tiene la instruecion suficiente pal'a (~ontestarlos, 1 mos que no. Pues bien : los que creyendo en las nosotros le dejamos libre el campo del combate en 1 penas del pu•·gatorio, cedh>ron a la Iglesia cntólica , que espe1·nmos salga vidCI'ioso, i nos limitnmos n 1 como una espincion, alguna finca que <'l'a suya, manifestm· que esos ataques a la Kelijiou eatóliea 1 usaron de un derecho perfecto i sagrado, "i nque­cstán probando que los señores libernles no leen 1 llos a cuyo favor s e hizo la cesion, adquirieron Jo que no los lisonjea. Lo c1·eemos así pol'qt.e todo 1 legal i justamente una cosa sobt'e la cual tienen lo que ahora dicen, está ya rebatido. El seilot·¡ absoluto dominio." ~- Augusto Nieolas et sus "Estudios filosóficos sobre Pero hai mns: si los títulos de propiedad vjenen ~ el Cl'istianismo," el I'<'ÜOI' Bálmes en su "Crite- 1 de l:1 compra, C"' sion o het·encin, las comnnidndcs t¡ f rio," i el padre Félix en sus Conferencias, han 1 relijiosns que, hasta 1861 hnbinn sido recono<'idns 1 ~~ ~ dicho todo lo que es necesnl'io pa1·a contestar a 1 por las leyes como personas jurídicas_, son tnn pro­Hl1i ·empo in La Opinion. 1 pietarios como cnnlquic1· pnrtiru!at·, pot·que adqui­Citamos solo estos escritos, porque ellos son 1 rieron sus propiedndes pot· los medios legales. No bastantes pnt·a pe1·suadi1· nun al mas est·éptiC(l, i 1 ha habido put's derecho para quitárselos. 1 como el pon¡ue estando adamados con todos los encantos 1 que despoja a otro de s u pt·opiedad, sin dc1·echo de la elocueucin, no pueden dejar de agrada•· aun 1 para ello, roha, es claro que Jos que lo hicie1·on a Jos lectores de gusto mas esquisito. 1 e11 Fr·ancia en 17 HD, los que hicieron Jo mismo en 1 1 suponiendo pot· un momento que en renlidad 1 Alemanin, en Jnglnterrn i en Holanda, Jos que \ no hubiera infierno ni pm gatorio, i qne los bienes 1 hieicron lo mismo en Espaün i los que Jo han hecho 1 de la lglcsia fueran el producto de la invene?ion 1 aquí, han cometido un robQ: Esto nos parece tan de esos dogmas, no por eso dejarian esos bienes 1 claro como la luz. I de que ei I'Obado haya per·do 1 de ser una propiedad; no pot· eso dejaria de ;;er 1 nntio a Jos );1drones, no se deduce CJlte estos hayan un robo lo que se rstá llamando desamortizacion. 1 proct:!dido bien. 1 <'S e pe1·don jenet·oso, pat·to del ,il Para prob·a': esto, nos permiti~os copiar lo que. en 1 espíl'itu qe caridad que ali enta a la Iglesia <'ató li-t 852 esci'lbJmos para _combat11· la le1 de redenc10n 1 en, . ¡ se ll.ama hoi aqui escencia! Esa misma de censos, no ménos wfcua que las que nhora se 1 aqmescenc1a puede tenet· <'uatquiera con el que Jo 1 han dictado para Yiolar los mas santos derechos: 1 despoj~ en medio de un camino. Despues de probat· entónces que es natu;·nl 1 1 Se diCe que nosotros no pl'nsamos sino en las sagrado el derecho de ~ropieda~. i que el ataque a 1 "manos muertas," i, cl'lbalmente los señores libe­ese dc1·echo es contrano a los mtereses de la Na- 1 raJes tampoco han pehsado ni piensan en ot1·a cosa. cion, dijimos : · f Pero hai una diferencia : los católicos pensamos "~ello en su, '~e~·~ch~ de)en~es,' divide la t C?ll dolm·, en que los bienes nrumnlrtdos por la propiedad en pu.bhca 1 pnva.oa, 1 e~ esta com- 1 p1edad para dar.culto a Dios i aliYiM a Jos pobres, prenden? solo la de cada. ~a•·tJculai'! smo 18. de las l s~ hnyan sustra1do de su objeto ¡ se esté dispo­cor. poraciones .como. hosp1~10s, hospitales, monas- 1· mendo de ell?s como de una cosa de que hai de­t~ rios, comu~I?ades, &, 1• enumet:a entt·e los.me- l reeho pa.1·a dtsp~ner·, porque es natu1·aJ scntil· esa diOs de adqml'lrla, no solo la cu.ahdad de pnme1· l pena. S1 Jos senores liberales L~vantamn hoi un ocupante, sin.o la d~ heredel'o, comprador,. cesio- 1 e~i~cio suntuoso, con el objeto p1·eciso de que nm·1~, & ~ Aho~·a ~1en: en la. Nueva Gt·a~ad~ la t Sli'YJera ele academia a sus ndeptos; si aiJí. reunie- 1 propiedad tCI'rltOI'JaJ, pot· ejemplo, habm Sld .o r· l'an, con mucho costo i trabnjo, todas las obras t,~~- 5~- ~------~--~~~-=--~----~~--~--~~~~~.~.~~~----~~~--=-~~~c~~--~-~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. que juzg1 ra · • nas de ~ r . , i eon. t·an esn funa aci on suyn com o cosa monumental pnt'{l s escru1la, ¿no les dol·dl'i-l ttue una ott·a t>scut>la, ~ánd.iliie..Jlfll' la fu.erza.del Go.bier .. no dei p3is,. den~ra e&e edificio o lo conYirt.i~ ·a en cabi\lleri­zas, quemara todos los libt·os j flispu:-:ier~ de los , rnptt:ftes-cmr que se sostenia aquella funoacion! l ¡,Se ol vid m "ttn de ('S(\ vru1eneia? Ó'S ptlre<.'e (f e : la respuesta no <'S (hHlosn, porque se desprende de la naturnlezn hunnna. : 1 hai mns : la propiedad como det·echo nnturnl i l sagt·ado, es una de las condiciones nect• L~t'ias de la existencia social del hombre: si se ataea ese deredw, se dt'struye una de las bases de la socie · dad, i como nosotros somos sét·es raciona!es, i so­ciables por consecuenria,no podemos n•r sin tt>nor que se hagcm dt•sapat·ecet• los Yínculos que nos ligan a los demns hombres. Débiles como somos, ¿a dóude nos refujinremos el din que no hnyu mas Jei que el derecho del mas fuerh'? 1 pat·a ali~\ ,:amos. Hoi se d<'Spojn a un propietario porque se llama Fraile, p·orc u. se llamn la Vírjen de los Dolot·es, ¿ quiéo im¡ icle que maii1 sentimi<>nto sublime que puede unir n los hombres con el ví n-culo mns est1·eeho, que puede hneerlos nmarse ~~. ~ hasta disimularse sus defectos, que da ni pobre esperanza i al rico scguridncl, que dn a todos paz i enjend1·n a~í eltJrogreso. Ese scntimiPnto se llama C.\HJDAD. ~ ld a buscm· este tesoro santo que constituye Ya 11 felicidad humana, fuc>ra de la Iglesia cntóliea. Ha- l liareis ferrocarriles i t ·légrnfos; riqueza rn poros, miseria en los mas, deseonfianzn, celos i odio en , todos. A"í no puede ot·ganiznt'5e sorieJMl alguna con la raza latina, nsí no puede haber aquí Hf'pil­blicn, así no pu~de babet· nndn sino ~uc>rm, dc­vastacion, miseria, nnarquíil. Así tenclrcmos.sie:11- pre entre nosotro:> el infierno cuya <'Xistcncia ne­gais porque os parc>ce un abslll'do. SEÑOH REDACTOR DE tít• Jos dislates que siempre se han dicho por los hombres enemi­gos de toda relijion i de toda cre(>ncia, pnra negar los milag1·os, dislates que están combatidos i con­testados hasta la sacicdi.ld. Pero como el objeto de estos señores i de todos los de su escueln, no es diseutil· impnt·cialmente, no es ilustt·at·, suponien­do que en esta materia hubiet'a algo que ilustra•·, i que ellos fuet·an capaces de ilnstt·at· algo, yo me att·evel'ia a aconseJar a U. i a todos los escritores 1 catóHcos de nuestro país que, dando al desprecio , como lo merecen, tales producciones, no tengan 1 el mal gusto de entt·al' con ellos en discusiones inútiles i aun ridículas, tmlmjo infructuoso porque ellos no oyep jamas las razones de ot1·o, ni les conviene oirlas. U. no tiene e! deber de Í[lstrui.·­los sobre lo que ignoran : si ellos no han podido ' o no han querido leet· lo que les cumplía leer para . poder hablat· CCln razon en cuestiones relijiosas, con su pan se lo coman. Si en estas materias ellos son ignornntes, cúlpense a sí mismos. o a sus pa- ' dt·es que no cuidaron de instruirlos. Esos resnbios de una infancia descuidada son a la vet·dad dignos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. n bacea· el 1 1. _ Lo que importa es hablarles nito porque ese es r.trevidas, dolores saludables i angustias i cónsue­i el medio de lwcet·los calla•·; las búenas palabras, los i votos i lágt·imas en esas modulaciones magní­~: ias buenas rawnes ¡ li.ls buenas maneras no hacen ficas que nrregla i uomina la santidad de la litur¡ia. · .sitlt> aumentar su altanería. Desde el momento que Despues todo esto se mczda sin confundirse, todo 1' UU. bajen la voz para tomar el tono de la polt?mi6'a esto se une sin perderse, todo esto se eleva en ¡ purifica, sou 1JU. pet·didos, po1·que sus osados reunion prodijiosa: son las mismas almas que 1 , contrarios, <.:reyéndolos débiles, los arribillart\n a all·aviesan las bóveda::) pat·a it· a Dios. 1 g'i insultos i cl'lu\ndoles rn cat·a falta de razones pot• He visto inerédulos, pobres espíritus fuertes, 1 la fnlta de palabras iucleeorosas i de conceptos cabezas Jijeras como In hoja con que juega el vien- l t vi:l:1nos, cnntnnln ufanos vktorla. to ; los he visto quedm· e. tupefactos al oil· esto. '· 1 ~~ n\anse UU. de esos pel'ipatétieos modemos. Sí! l~or fuera, ellos se disculpaban con lu májin del ~ esos sciwrcs nos recuerdan nquell(\ escuela estra- arte, el prestijio de la música, la majestad de ese ~ ~ \'agaute que, como los buhos, aiJorl'eda la luz del runto sostenido por el pvde1· del ó•·gano : en el dia i maldeeia de1 sol, astro pat·a ellos enojoso, fondo, se confesaban a sí mismos que allí babia importuno i u quien llamaban espín i f1sgon, que otra cosa que un artifi.do de col'istns, i sentían a en todo se mezdn, vríjen de todas las enfermeda- pesnt• suyo los movimientos interiores, los ecos del ~· {les, de todas las pestes, de todos los insectos. Hai remordimiento, los impulsos de la graci:l ; en fin, h' jentes enemigas de la luz, · lechuzas que graznnn la vida cdstiana i divina, que los hacia estreme­eu la oscuridud porque el brillo del sol lt's ofende. cersc i pal pitat·. Pot' eso abul'l'ecen a .fesu('risto 4 ue es la tu~ del Terminado el canto (nadie ha venido po1· oir l ~~ mundo, como él mismo to dijo, ¡ el qt;e le sigue ese cnnto) un sacerdote apat·ece eu el pulpito: 1 ;; ¡ no anda en tinieblas. Pero la luz de este sol J)l'ilia toda esa multitud ha venido por él. 1 po r louas pnrt;es, se hace ve1· i senti1· pOI' donde El púlpito es e! que han ocupado Dup:m]oup i . quiera, todo ló onirna ¡ vivHlca. Solnmente los Lacordnire ; la ourn que se continún, es la obra ¡· i ciegos vo 1utal'ios 110 quie1·eu verlo ¡ huyen de él. de ese ot1·o príncipe de los 01·adores sagrridos, el t Dejemos a esos ciegos, que guiándose unos a otros, patl1·e Ravignan, i esa obra es el rt!tiro anual pre- 1 caNán at fin en el abismo. paratol'io de la comunion Pascual. El predicadot· ~ FIDEL es jesuita como el padre Ravignan, es su - discí· 1 pulo, su hermano, es el padre Féüx. I. Seg uid en Ulla de esus fl'ias ttH'ues que la pri­mavera pat·ece reservat' a l.a semaña santa en J'e­rt. erdo u el testo sagrado: etenin frigus erat, seg id a in multitud que se apt·esut·n, i que atl·aida do todos lo!S puntos de la capital, se reune sobt·e el atrio de l:t iglesia de Nuestra Señora pam hun­dil'se bnjo las bóv das inmensl-ls de la vieja basí­lira. E ntt·ad, hended las olas apretadas de estos tt'~s o cuatro mil hombres pert~necieotes a todas In elu ses de la sociedad~ par·te rscojida de la in­téliJenein, del arte~ del snber; nwjistrarlos, mili­' tares, administta oa·cs, jóvenes en todo el urdo¡· ¡ impetuoso ele su edad, frent · s madUI·adas pot· el 1 trabajo i llt ·espet·ieucia, cabezas encane.cidas en · se1·vieio det pafs i en la pt·áctica del podea· o de los 1 negocios. Ellos han invadido sin tumulto i con 1 un respetuoso apa·e::;m·amiento, el vasto espacio do la antigua Metrópoli, i bajo la luz vacilante de las lúmpa1·as, en presencia de un santuario casi sin adorno por la triste2'ía de estos grandes días, de­lante deJ ma,de~·o d_e la Cruz, del clavo ensangt'l:'ll­tado, de la corona de espiuas, diadema del rei de los reyes en el patJ,bulo, todos hacen si1endo i ti espe1·an. A la sE-ñal as_¡tecre_tos, s~ notan e11 El padt·e Félix, en Nuestra Señora, predicando el retiro a los tres o cuatro mil hom bres mas dis­tinguidos de París i de la Franciu, seria lo que ye quisiera pintato, porque el verdade1·o cuad1·o, el v~rdadet·o retrato de este grande omclor, está allí mas perfecto que en ninguna otra pat·te. u. Sí, un retit·o en Nuestt·a Señot·a, en pleno siglo XIX, un retiro esclusivamente para hombres, para hombres de Pat·is, la primem ciudad del rnundo i del siglo, de este siglo el mas audaz de todos, es el verdadero triunfo de la elocuendn sagrada. Em ya untl rara i difícil victol'ia In obtrni<.la con el establerimiE>nto de las Conferencias de la cua­resma. Dirijir una ense1wnza dogm¡-\tica, polémica, apolojética, dirijirla a la juventud al dia siguiente de los sucesos de 1830, al d1a siguit'nte de hnbe1· roto las c1·uces i saqueado el ar~obispad-{) ; con­voca• · atrevidamente ras es.cuelas estremecidas aun con los hechos de la \•fspera i casí preparadas para la conmoci~n del dia siguiente·; opone¡· al escepti­cismo frío i calcu lador~ a la pasion del bienestat·, a la invasion de los intereses matel'iales, a las -bajas lorUl-ns del panteísmo i a las impe,rtinentes satisfacciones del eclecticismo, opone•'· digo, la doctrina ardiente i severa del Evnnjelio, el aguijon del sacrificio, la leccion drl d<.>ber i de la abnega....: cion, In ínmutalJfe austeridad del dogma i la be· • lleza siempre antigua i siempre nuev.a de la veruad católica ; era necesario pam una e.mpresa tan te· memria, hqmanarncnte hnblanuo, tene1· La inspi­racion del jenio i la sRntidad dcf mártiL·. ,Monseñot· de Quélen, el mrit·ti¡· ct~. nuestl'as disco1·dias, el abate Dupaulóup, el abate Plantie1· i e1 abate La­cot'dairc, fueron los primeros entre los héroes del apostolad~ que tuyiet·on esas inspiraciones, i que obtu.vieron un efecto mayor del que podian espe1'ar. Tan $!ierto es que en Francia,...en nómbt.e del Cl'is­tianismo,. no. hai nada que no debá emprendeJ'se i· qu~· no tenga un éxita srgUl·o.. - - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 260 EL CATOLICO. 11 l 1 l.a~ Conferencias se fundaron pa.·a siempre, i 1 caciones <.Jel n~tit·o doude exhibía toda su c-iencia ! Y0 deJo a las almas que les son deudot·as del re- toda su razon tod~ su fé todo su <'so es lo que me no bastn sm lns obras. Esos millares de hombres PI opongo eu este e cnto. f impr·esionndo s , convencidos, vacilantes a<'nso to- El padre F é li x es de una talla mas qt~e medittlHl; ~ ~ da vía, necesitaban sc1· fijados para encorbat·se pe•:o, cosa nota~le, eso no dniin ni a s u JPSto que 1 voluntariamente bojo el yugo de Ja penitencia; ~~ ~mpone~te, m él su nrcion que e::, libre i t>nérjica, 1 era preciso conducidos al último o 1·ado de la vida / fnell I dommante. PnreC'e que tocio se ha ron ern . cristiana, a fa snnta mesa, u la pa~ticipaeion en h tra~lo en la parte supe•·iol' d~ su sér, brazos, cal>e - 1 .11 Eucal'istía. La g loria de este su!lremo esfuerz~ 1 za I cor~7:ou. Tiene qne .. lrvant:use sobre la puntn pertenece al padre llavignan ; él Jo meditó con de los PH' s, per~ l?s t'P.JIOnes t>lHadas de su rn et·- el e!ocuente i .piados? superior del pequeño Semi· po, son fuertes 1 b1en prop~rcionadas; su busto es , 1 na_no de Pal'ls (t); 1 Jo ensayó, si puedo hablar noble, su rabez.a es bella, t1e?e la b(>lh.•z n Jnl)ral, la ast, sobre algunas pe1·sonas escojidns, unidas a los B~lc~a _seJ'E'na 1 ~tll'~ de la vtrtud, la bellt'Xa de la alumnos de este admimble Colejio. Des pues, nlli. ct, ncw 1 del sacrtfirw. mado ele un santo celo, pero no sin alguna vaci- Sus fardones son ¡·egulares; su color Jijeramen· lacion, apoyado pot• el eoncua·so del Cm·a de la t~ moreno, deja pe1 cibi1· unn sangr·e jenerosa i ac­Ab: ldia de los Bosques ( 2), tentó 1~ obra ellúnes t1va; su ft·ente ~s anrha, estensa, limpia, i en sus santo del año de 184 t, en la pequeña ialesia hu- arrugas <¡ue ap:1recen i desapnrecen bnjo los esfuet·­mildemeote oculta en los an·abales de Sn~ .Jen:nan. zos del pensamiento, casi puede decü·se que este • Conset·vo pocos recuerdos mas dulces ¡ mas lle- se hace visible. Sus ojos son de una espresionJ'nt·a nos de emociones i de encanto que el de esta so- i viva, i hai en su mirada como una llama conte- , lemne pr:.Ieba. Es preciso ¡·ecorda1• Jo que e1·a, al nida, afectuosa llena de celo i de caa idad : lw.'ens traves de las c~mtra~iciones i iucl1as de ta época, et ardens, como la lámpara del santuario. U u labio nuestro fea·vor JUVeml, nuestro valiente entusias- delgado, sonriente, acentuado, ncnba de dar a la mo, paa·a sabet• cuán felices éramos¡ cuúnto uos fisonomía una e~presion de dulzura humilde, be­afanábamos por tomar parte en esa cruzada que nevoleute, unida a la firmeza de la propia concien·· po1· medio de las ob1·as cat·itativas de la Sociedad cia i a la induljencia por los demas. de San Vicente de Paul, de los estudio-s i escritos Nada hni mas ('ncantadoJ' que el t1·ato de este del Instituto Católico, ele los trabajos políticos ga·ande ot·ador, modesto, dulce i fue,·te a la vrz. Se pam la reivindicacion de las libertades •·elijiosas, dil'ia que él se ignora a sí mismo. que ignora su , 1 del ataque contt·a el monopolio universitario, talento, su ascediente, su influencia; i <'n efecto, 1 ni'J'astraba ácia nosotros lo escojido de la nueva ante Dios, lo i.gnot·a todo o no lo recue1·da sino pat·a :! jenemcion. Yo no olvidaré nuesta·os temores ¡ ponerlo al senicio de las almas. Estaría uno casi j nuestt·as esperanzas, las ansiedades d·e nuestros tentado a creerlo tímido, sPgun es de afable i de­maestJ ·os mas esperimentaclos i natm·almente mé- fe1·ente. Tiene no solo la amenidad de que los nos confiados, la intt·epidez de nuestros deseos ¡ hombt·es vea·daderamente superio•·~s no saben se­de nues.tras resoluciones. ¡Qué place•· cuando por pararse, sino la que (i esta es una observadon que la tarde, una hora áutes de la pl'imem alocucion, todo el mundo ha podido hacer) poseen en g•·ado ' encoott·amos la iglesia de tal manera llena dejente s~pa·emo los relijiosos de la Compañín de Jesus. · que ~tpénas podíamos mover·nos sobre las g 1·adas No solamente está siempre pronto a dar buena ' del alta1·! Esa misma tar·de fué p1·eciso cita 1· para acojida al que llega, sino que jamas se impacienta, el dia siguiente en una de las mas vastas iglesias jamas está de pl'isa o se fastidia ni con los mas im­de Pal'is, en San Eustaquio, ¡ San Eustnquio se pot·tunos. Desde el pt ·imet· momento pone a su in­llenó. El Hño siguiente fuimos ya a Nuestra Se- terlocuto¡· complnciclo porque parece condescendet· ñvra, i Nuest1·a SPñot·a se llenó tambien, pl'inci- con él,i al mismo tiempo lo eleva sin esfuerzo a las cipalmente el domingo de Pascua de 1842. En altas I'Pjiones de la intelijeneia~ de modo que, en aquel dia el Apóstol i el primer Pasto&· tuvie1·on breves instantes lo posee, lo arrebate\ i lo hace res­el consuelo inefable de vet· lm·gas filas de homb1·es pi m¡· el aire de la vea·dad i de la vi•·tud. acercarse al banquete sag. act". Así fué eomo el Este es uno de los secretos de In vida rclijiosa : retiro pascual se estableeió p) ca¡·áctet·, dá a los relijiosos, en los momentos 1 merosísimo, teniendo esto una significacion sin- que consagmn a las relaciones esteriores,una igual­gularmente espléndida; no fué ménos concmTido dad de humor pt·odijiosa, una disposicion calmada t'l de 1852 : i el <.le lS62, t'ontó nada ménos de i benevolente que abt·azan i sojuzgan las naturnle­cuatro mil personas. zas mas divet·sas, la actividad, el t!elo, la prontitud Cuando el pad1·e Rnvignnn se agotó en el ser- como la gt·avedad, la refleccion, la sabidm·ía lenta 1~ ~~ \'i~io de las ~lmas, le stucediótel pdab~·e Fb 1 éti_x. I i mEe 1 dita 1 tivaF. él' . • 1 d 1 as1 corno en nmguua par e era an a rnam e 1 tan pa( a·e 1:t, JUnta a os ones natura es que completo el padre Ravignan, como en sus predi- le ha concedido libea·almente la Providencia, la ( 1 ) Monseñot· Dupanloup, perfeccion que añade la p1·áctica de la abnegacio11 ( 2) El abate Hamelin, Cura de Santa Clotilde. monástica. Es amable, complaciente, joYial hasta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLlCO. 261 1 1 donde es predso con tn juventud; así rautivn, con- 1 los ait·es. Bien que levantados poa· el ba·azo del ·¡ · \'em·e i aa·•·nst.·a. J ánjel de la cátedra sag•·ada, no podíamos algunas A la eátedra sagrarta Uevn estos rasgos que exal- 1 Yeces drja•· de temblaa· al vernos ('fi tales alturas. 1 t.~ por la superioddad de su mérito ora todo. . Pei'O con el padt·e Ravigoan, con el pad1·e Félix ( i IV. i este último es mucho mas emprendedoa·) si no se ~ ~ Naturnlmente, i por una propension invencible, ateja uno tauto de h tierra, es porque va con mas t' a lo ménos para los homhl'es de. mi jeneraeion, cnlma, sube :nas dulcemente, í es llen\do con una '··, c•nanclo uno se encuentra ni pié de esta cáted&·a de tranquilidad sin mezcla sobre ltls rnismas alas de ~ Nuestra Srfwra tan llena de reruerdos, i ve subir 1 la ciencia i de la doctl'iua. ni pndre Félix, se nruenla inrncdij\tnmente de ~us V. t dos ilustres pfPdeeesor~s; sus gt·andes im<íjPnes se Como su ilustr·e hermano, el padre Félix lu·illa evocan, i la comparacion n<.H~e po1· sí sola. rn las Conferencias: es .allí que se desarrolla todo 1 E¡ p<~dl'e Félix pnt:>d,e sopot·trll: esa compa~·acio?; el podc&"de su vasto esp!l'itu ; es allf que él toma · i no es Ut10 , el padre Ravignan i el Jojista, polemista, i catequista. Sí, cat{'quista a la padre Félix. Ellos se han trasmitido mejo1· que los manera de los doctor·es de la Iglesia Ol'iental que antiguos c.otTedo~·cs ·~ ~stCts lámparas de la \'ida," deJTibaban a los sofistas ofreciendo a tos fieles de la venJadera \'idll, de la vida de la elocuencia i Jos elementos de la vet·dad evanjélira. de la 1e <1ue han nlumbr:JC:o, calentado i vivificado Lo diremos, nuesti'O siglo cuyos mél'itos no ne· a la !"rancia nuev!t. Cada uno de ellos las ha llc- gamos, tiene d-os defectes capitales : es un niño \'ado cgn el Cétrácte•· p1·opio de su jenio, pero con grande ¡un gran sofista. Apéoas salido de !os ho- 1 igu~l éxito paa·a In. salud de las simas.. rrorcs de la revolu<.:ion; nacido en medio de a·uinas, · Yo, que he tenido la felicidad de oil'los, de co- se deja emb&·iagnr po1· el olor de la pólvora, i va a nocel'los i de amarlos., m.e ct·eo ron el det·echo de rerorrea· el mundo siguiendo a un déspota dejenio. deci1· que el pad•·~ l!, élix a·eruE>t·da al uno i al otro ¿Qué educacion ¡•elijiosa,qué edncacion intelectua1 de estos maestros de la. palabra apostólica, mez· podia recibir en los vivars i rn los campos deba­ ·c'lnndo su orijinaHdad pa&·ticula¡· i el sello de su talla? La Iglesia, esta Soberana maestra de las al· pe1·sooa.. mas, habia vertido su sangr·e mas pma sobre el Tiene arranques impetuosos, súbitos e ir-resisti- cartalso i salia de tas catacumbas agotada, empo- 1 Lles como el g&·an .dominicano; como su hem1ano brecida, despojada. Las letras estaban mudas o 1 ue la Compañía de Jesus, tiene la plena seguridad escl.avizadas. De rep~nte, en la floa· de su adoles­de la doctrina, la penetmcion, el nlma. Es mas cencia, este siglo que babia podido recibir las fe­¡ filosófi co, mas profundo,. mas atL·evido que el padre cundas lecciones de la fé, de ta paz i dP- la libet'ttld , 1 Ravignan ; mas seguro, mas dueño de sí mismo trnidas por la 1·aza de San Luis, que había ortido • 1 que el pad1·e Lncordaire. Si no tiene en el mismo lanzarse rápido en el desal'l'ollo espléndido de la 1 g&·ado la chispa eléctrica, si no cnusa esas so&·pa·e- elocuencia, de la poesía, de la p1·osperidad, de la \, sas sublimes que trasportan al aurtitol'io, tiene mas relijion, se hundió en las vergüenzas del respeto 1 igualdad en la grandeza, mas fluidez, mas majes- humano, en las abyecciones del interes material, 1 tad sel'ena i ('Ousta nte. l~n este mas que en los en las bajas satisfacciones de la revuelta. Creyén-otros, la concepcion es nerviosa i fuerte, la t1·ama dose elevado, i sintiendo apesar suyo sus miserias del discui'SQ enét·jica i resistente, la razon i la lóji- ¡ sus debilidades, se babia embl'iagado de 01·gullo ca, precisas, dt:cisivas, apremiantes. No tiene esas ('On las cosas de aquí abajo) i se habia hecho un repentinas refutaciones que caían de go!pe de los ídolo de su decadencia que pretendía adorar bajo labios del pndr·e Lat!ordake con sat·casmos impla- el nomba·e de progreso. ¡Vanidad puel'il, engaño 1 clabJes;no tiene siempt·e esos •·aptos de uncion con impotente, sueño daüoso de que al desperta1·, el que el padre flaviguan, raras veces poa· desgracia, desencanto i el castigo han sido los espantos de la cuando daba libre cu1·so a todo su coa·azon, a1·a·an- anaa·quía i la péa·dida de In libertad ! caba lágl'imas a su auditorio ; pero está armado en A los sesenta i dos añtls la esperiencia es dura la polémica de una it'Qnía de pl'ime1· órden, acera- para este brillante siglo XIX que se ha creido do­da, eleg<~nte, implacable; es como una águila que tado de una intUortal juventud i que ha aspirado agarm su presa, la rompe., la despednza i arroja los a ¡·e formal' el mundo. Pero esa esperiencia no le ft·acm<'ntos con un gt·ito de triunfo. ha servido de nada: Esté jóven nacido en 1800, No ca&·ece de at¡·evimieuto, i toda su obra orato- no se ha desengai1ado aun del progreso. ria dá de ello una prueba ; pero este atrevimiento ¿Por qué? Po1·que como dijo nuesta·o Bossuet, no es temea·ario. St• siente el altivo c01·aje del at- "todo etTOI' viene de una verdad de que se abusa." 1 Jeta que se fia (ln su vigo&· ; mejoa· que esto, se sien· Así el e•·•·or del siglo no está en creer en el pro­te la indomable enerjía del soldado que se fia en greso, sino en abusar del progreso mismo. su bandera; mejo•· aun, se siente la confianza del Hai un pt·ogreso ve&·dadero que se acomoda a Apóstol que se fia en su Dios. Nada hai compa- la actividad i al desaa·I'Ollo dP las ft~e&·zas intelec­rable a esta seguridad sea·ena que prueJ?a. i que tuales, científicas i matel'iales de la humanidad, inspiril. que las arregla, las dirije i las fecunda ; i hai un Esruclwndo al pad&·e Lacol'Clait·e, ( i todos como progreso falso que engaña i miente favoreciendo yo pueden •·ecordal'lo) estábamos literalmente sus- solo los malos instintos, secundando solo los go­pendidos de sus labias; nos Jlevaba eon él a las ces culpables i alabando los éxitos escandalosos ; eumb1·es mas á1·duas, i, me at1·evo a decir que pi'O- este JJrogreso hace ret1·oceder a la humaniaad bábamos entónces l:tlgo de Jo que debió esperimen- manchándola i deshom·ándola. Este progrfSO que tRI' Baruc cuando el ánjel lo tomó por los cabellos tiene un nomb1·e usm·pado i que miente al mundo, i lo t1·asportó cerca de los segadores al traves de es el progreso por et ·error. El otro que es el solo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. · -"-'~-"-"'--"-'"-"./'.J""'-.......,...J'>J"'..f"'J~""'-/'..r-.J"~~·,..._~.-...-_,.... .""'"-,.,.,_,.,.,_,.."",....----------. ! . 1 lej timo, el solo preciso, el ~()lo mor{ll, es el que ' Comnnménte en er mundo, i aun entt·e ros c1·is- 1 elevn i engrandece a la soc-iedad, es el prog1·eso tianos se ignoran las pruebas porque pasan los re- ' por el bien i pot· la verdad, es el prog1·eso por el lijiosos de este instituto, <.·~tlumniado pr·ecisamente ' AtTanca•· el siglo XIX al culto degradante i fa- ignorado en todo tiempo por qué sábias lentitudes, , ·¡ Cri-stiá1tisrtw. porque está conslitu.ido c>on un vigor snnto. Se hll . tal del prog•·eso po1· el error, aJTastrallo convencí- pot~ qué aplit•aciom•s suce:,i\'as i p•·ofundas se for­do i rejenerado, a las vías seguras i rectas ·del pro- ma esta milicia escojidn del Santuario, estos gt'eso por el Cdstianismo, fué la inspiracion, i es « grandes granaderos del fanatismo, >) como han la vocacion, la glol'ia, sí, yo me permito esta pa... merecido sea· llamados po1· Diderot, estos (( \'igu- 1abra delante de Dios,-la gforia del padre Félix. rosos remeros deJa b:u·ca de Pedro, >J como han En Paa·is, a la hora en que se ceJTaba la esposi- merecido se•· JJamlldos por Pío VIL PeJ'lllltaseuos, cion universal del pal:-tcio de la industria, yo no pues, describir en pocas palabl'as <>1 noviciado i la vacilé en decir que esta inspira<·ion era un rasgo preparncion del padre Félix. Su historia es la de de jénio, de ese jénio de que el espíritu de lo alto todos. . es la llama i la luz,i que se puede alaba•· con tanta La pl'imer·a parte de este noviciado la pnsó eu seguridad, como que en él el hombre es lo ménos Béljicn, en T•·onchienes, des pues en F r«nein, t.•n i Dios es lo mas. Saint-Aébeul, i en fin, ot1·a vez en Bt~ljicn, en El padre Félix se hizo, pues, el apóstol del pro- Brugelette. Ciencias, letras, filosofía, todo lo CJUC 1 greso por .el Cristianismo, i bendecido por su Ar- forma el alhnento superio1· de In intelijt.>ncin, lo zobispo que vaciló un instante, inauguró esta profundizó el novicio bajo una disciplioa sevem i predicacion en Nuestra Señora, en la cuaresma con el fuego de su amor a In verdad. Esto duró ·r· de 1856. po1· ta·eg años; ott·os tres pasó en Lovaina i otro VI. en Lnval, consagmdos a la teolojía dogmática i 1 No era lab pl'i 1 m1 1! erDa vedz que el elocbuente reliji?so mor,a1, 1 id?l ~n 1 sufrió los exámenes fde uso Hé ·j se presenta a a 1. es e 1853 esta a en poseswn aqUJ e Jsc•pu o ya armndo pam su rir aun otra ue .Ja herencia de Ravignan i de L~cordait·e. prueba,la de la enseñanza. El será maestro i pro- El babia conquistado esta herencia pot· largos fes01·, i aplicará e) resümen de sus conocimientos. l{. trabajos i grandes sucesos. ¡Quiéo podrá re.istir De 1845 a 1847,el padr·e F ' lix oeupó en Brugelc-a la ht.ventud aparente de su .semblante, a la savia tte la cátedra de retórica i de filosofía . .Brugelette viva que lo colora, a la cabellera negra aun i en i Fribomg, eran los colejios de la juvttntud católi- l que a-pénas se distinguen algunos hilos nevados 1 ca de F1·ancin; asf la libertad pt·oset·ita recibia el l Nadie le darin mas de treinta i cinco años, i tiene culto mas hermoso que consistía en dividit· cou elJa ~ cincuenta i dos. De manera que es cierto lo que se el destiel'l'o i en haeedo fecundo en bienes. Allí l ha dicho en un estudio sembrado de l'asgos encan- el padt·e Félix ha obtenido dfl los nurr.et·osos alum­tadores, i que deberían haberme hec11o cae el nos que recibieron sus ndmit'ables cuidados, una pincel de la mano : <( es la juventud del alma la mocion de accion de gracias. que pa·olongn- Ja de la fisonomía. >) (3) ~ Sinembm·go, la (e pi'Obacion >J no e1·a romp!etn, El padre Félix conserva esta juventud del alma un << tercer año >) debía aun trascurrir, i esta vez 1 '· con la madmez de la cspel'iehcia i del sabe1·; pri- en el 1·etiro, en la rneditacion i en la oracion. l~J vilejio admit·able que l.e $1Segut·a el beneficio de los ~rúfesor, oculto en las montañas del Aa·deche, a la aüos sin curgal'lo éon su peso. Hace mucho tiem- somb1·a del piadoso asilo de Nuestra SeñOI'a de po que se entregó al estudio, preliminat· sagrado Ay, salvó su salud i su voz amenazadas pot· una de( apostolado : ordenando desde 1832 i Jesuita enfermedad de In lariuje, i salió oradol', pronto n ' desde 1837, no ocupó definitivamente ia cátedm todas las luchas del a-postolado. de la \'erdad sino en 1851. Así prepara sus om- Sus primeros t1·iunf'os fueron en 1848 : el futu- ;; dores la Compañía de Jesus 1 ro apóstol de N1:1est•·a Señora de Pal'is, babia em- E! padre Félix por su parte,at}esar de lo ardien- pleado en formarse, toda la i sólidos, di a no babia p1·edicado sino ·en las escuelas, Él ' se estendieron hasta 1830,i en esta ho1·a de crrísis, fué derecho a los nuevos bri•·baros como San Re- ' al ruido del trono desquiciado i de las cruces aba- mi a nuestros padres, les habló, los conmovió i tiaas, fué que la voz de Dios habló a su c01·azon. los domó ; la paz t•efloreeió en las almas i rcnpn­Dosaños en el seminario mayot·, cuatro de profe-. reció en la ciudad. Fué un bello preludio aquella soracto en las clases elevadas de « la escuela se- victoria obtenida sobre los rudos adeptos del pro- 1 cundaria eclesiástica de Cambrai, >> como se decia gt·eso moderno. 1 1 llntónces~ probaron i asegu¡·aron su vocacion. Esta D~ aü'?s mas aun el OJ•ndor se ocupó en las fa­- yocacion no lo llamaba solamente a la dignidad i tigas del profesorado. Con el año de 1850, la li· i a las labores <.ffil sacerdocio, Jo convidaba tambi-en bertad babia vuelto a Fr-ancia : la República ha- : a las abnegaciones i a l9s Sllcrificios de la vida bja restituido a ras familias i a -la Iglesiá los dere. monástica. El abate Félix tenia 27 aitos, i no el' a chos que el Te1-rot· les habia anancado,que el Con­auu Sacerdote ; entónces se hizo novicio de la sulado i el Impedo les habian •·ehusado, que la 1 Companla de Jesus.. Restauraclon 'no les babia devuelto, i que el 6o- 1 . (3} E-l Güude ·de Ponfmar:t-in: EL PAnnn F:ELlx-· bierno de juli-o les habla negado hastá su última / ~studio biog•·é\fieo 2. e;~ edi-e.iau, pájli-na t1. h01~o. El padre Félix in~ugua·ó la tetó-rica en e! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l -colrJio de la PmYidencia, salido, por decirlo asf, '1 las llngas de nuestt·o tiempo, qpién no admh·a la J de las ruinas ve<.'itm de Saint-Acheul, i hoi uno cotnetliencia de' los r~medios para sus males'! de los 1'nas conside•·aules de l que sa:~,.ao entre nosotros !a fé i las nlgunos de los mas notabtcs disctu-sos del pnd•·e '· letras. Félix, tales como los <¡ue versan sobre el traba.jo, !:: El profesot·ado, sinembarao, no lo alejab~ en· la lei de :a vida i de la cducncion, .¡ sobre el alivio . teramentc dt•.t púlpito : en 18~ l predicó el Ad- de las almas del ptH'gato•·io, que se han hecho los vi'"'nto i la Cunresma en la Cated1:al de Amrens. manuales de lc1s familias cristianas i d.e l.as almas El oradM se había yn revelado del todo; el ojo que sufren. f 'ijilante de sus Superiores lll había distinguido, i J;¡mas he oído al apóstol de Nu-estra Señora mas 1 ·.., fué enviado a Pnl'is. poderoso, mas dueño de sí i de ~u auctitodo que La prepararían había sido larga. pem el atleta en estos santos ejea·<•icios. Allí es v-erdaderamente estaba pronto al tiombate i a\ tl'iunfa. el Apósfol, el " pescador de hombres." ¡Con qué VII. autoddad lanza 5¡u p~lahra ! ¡cómo domina, cau- He dicl o triunfo, pot'q!)e no hai co l>pte mas tiva, disciplina esa multitud 1 El pada·e Laro ·dai-t,.! dificil, ni victoria mlls euvidi.flble, ni t.riq11fo mas rela conmovía i la aterrnba, el padre Raviguan la l { r-enl i mas glorioso que la conqt+i ·a de Jas lll¡uas. despertaba i la connncia : el pl'imero em pot· 1 esa fn é la ob1·a del pndre Felix en el A<} viento decirlo así el doctot· del credo, el segundo el doc- ~ de l 51, en Santo Tomas de Aquino; t>n..Ja Cu'f\n•s- tor del Conjitteor; el padre Féiix es_ el docto¡· de ll rnn de 1852, en San Jennnn (1e Pt·es; en las Con- la Eucaristln. ferrncias de Nuestra Señom en t 853 ; i ha sido su La Eucal'istía; he aquí el téa·mino divino, Ja ¡, obra sobre todo en lils Conferencias (!Uadriljesima- consumaeion del snerificio, la plenitud de la recon- lt les i en los •·etiros pascu:1les. ciliacion a donde él yuiel'e lleva•· a esos millares , Yo no pretenderé analizar· las ndmirables ense- de hombres, i los lleva. Sabe el camino de todos J iwnzas d.el orador sngrado. Despues de hab.e1· sido esos coJ·a.zone,s: vías diversas, innumerables en 1 recojid,.1s por todo lo que hai de mas iotelijentc .¡ apariencia, semejmltes i poco numerosas en rea- l de mas elevado en la sociedad parisiense,esas Con- lidad. Las del.>ilidañanza doctrinal, ei ¡ ha cspueslo la necesidad del progreso pot• el espí- se1·mon ; i las instruccJOnes, los avisos, las reco­ritu i por la f¿. En frente de los desbordes del lujo mendncione~. No temo deci1· que el padre Félix 1 i (lcl bi('nestat·, el padre Félix ha tl'onado contJ·a In desplrgn mas ascendiente en esta segunda parte coucnpiscencia, este grande obstáculo que el pro- que en la ota·a, porque es en ella .que está lo mas g•·eso sensualista opone al desP.nvolvimiento del difícil i eseneial ; los consejos prácticos, la me­prog¡ ·eso materia\ i mo1·ai.A las miserins,a las vea·~ ditaeion, la oracion, las medidas de preser\'acion i güenzas,a los enervamientos que ocasionan los pt·o· los medios de volver al buen ,camino, la lectut·a, gresos corruptores, opone estas pofrncias: la santi- la peniteneia, la confesion. El tiene cntónces una · (rad,la humildad, la austel'idad,la pob,·eza, In cal'i- fuea·za, i, a los ojos de algunos, un atrevimiento ~ dad; divinns panaceas que 80lo el Cri tianismo po- vet·dademmente maravilloso, -es la temeridad de j sce. Pero n.o es e to todo: se qu\e.rc hacer vivir del la cruz que todo lo consigue, hasta la locura como - progreso a la sociedad, a la familia, ¿ pct·o dónde dice San Pablo. 1 es tri ese progt·eso ? ¿ En la libertad, la igualdad, Pero se le escuc-ha, se le admira, i lo que es de-!' la fraternidad, ta!es como las entienden los uto- ci!'ivo, se fe obedece. He aquí el triunfo. pis.tas modernos? Nó, el verdadero progreso es el En cuanto a la enseñanza. en cuanto a los dis­dc la lib ertad cri tinnn, de la igualdad cristinna, cursos, concuerdan con In obra, porque los con­de la f•·aternidad el'istiana, anunciadas i gal'anti- sejos dados encuentmn en ellos su razon de ser i 1 das por la autoridad cristiana ; porqu~ esta auto- su sancion. Estos sermon·~s son variados con un l ridnd tiene su tipo en .Tesucl'isto, i en Er.: solo. que arte protundo que no es en realidad sino el vesti- . ~ ha reunido en sí la autot·idad divina, la autoridad do espléndido i TenDvado de vet·dades inmutables. ~ ~ paterna, la autoridad real i la autoridad del Pon- La necesidad que tiene el alma de recojerse, de :¡ ' tífice ponerse delante de sí misma, de sustmerse a las i La autoa·iclad pontifical, viva al traves de Jos aJitaciones esteriores, de media· la vida i ~ontar siglos, i dominando todas las tormentas i todns con Dios; la muerte inevitable i tal vez próxima, 1 · lns cdsis: ¡qué asunto pIe: la de senti-t· la m:ucha triunfal de la graeid, '\let· caet· una tras ott·a las ban·e1·as vivas que se levantan eonb·n Dios, oí1· los gritos interiores de las almas que se-libe•·· tan, í t•ecojer los estt·emeeimientos cJel amot· divi­no, que entra como vencedot· i como padt·e. Nada es comparable entónces a los acentos de alegría anticipada del sábado santo, si no es el himno de reconocimiento que ent~na, a la sa lida de la santa mesa, el Apóstol jadeante, agotado, pero tl'iunfante i como tt·ansfignrado! Es allí que es preciso contemplado ; allí, en medio de la inmensa multitud cuyos arrobamientos interpreta ; pot·que es allí que aparece con toda su fuerza, con toda su dulzura, con todo su jénio. 1 Qué no haya entónces a mi dísposicion i en mi mano un rayo de luz intelectual bastante d6.­cil, bastante vivo i brillante pam fljat• su iméljen Il Así esta sel'ia vet·dadem, solo así el retrato de padre Félix podt'á pm·ece1·se al·g o n su ol'ijinal 1 ENRIQUE DE RÜNCEY. -~- -- -- -=--- COLEJIO DE NUESTRA SRA. DEL ROSARIO. Con este título ha existido en Santa Rosa de Vi­terbo una casa de educacion pat·a hombt·es, dil'iji­da por el doctot· Rafael Peña Solano. Este estable· cimiento en que se da una enseñanza es,cncial mente católico, pt·ocurando- fonnat· el corazon l'irá de nuevo pm·a pt·incipiat' su 4 .o año escola1·. Conociendo como conocemos las aptitudes del doctor Peña, i sabiendo lo que Jos niños adelantan en aquel establecimiento, no d nda­mos que seguh·á siendo fíWOI'ecido pm· los que en Bovacá i Santaudet· deseen apl'Ovechm· el tiempo en que sus hijos pueden aprende1· las ciencias i •·e­cibh · una educacion sólida i cristiana. COLEJlO DE LAS HIJAS DE MARIA. DIRECTORA DOLORES Al\IAYA DE POSSE. Este establecimiento de educacion continuará sus tareas el dia lo del entrante enero, bajo las bl.'lses siguientes: Matrl'ins de enseñanza: Relijion, Historia sagra­da, Ut·banidad,. Escritm·a .. Gramática castellana, Frances, Aritmética, Cálculo, Jeogt·afía jeneml i particular de la Nueva Granada, Dibujo, Música vocal e instrumental i toda clase de costuras, bor­dndos i obt·as de mano. 1 rán la cuota mensual de cuati'O pesos fuertes. (:· 4\ pot• bimestt·es adelantados. Rebajado, pues, rJ número de alumnas, i con-. tando la di1·ectora con la cooperacion de los hábiles pt·ofesores que siempre lct l:lan ayudado, esp<>ra que los padres de familia, que le confit>n la eduea­cion de sus hij.as, quedarán completamente satis­fechos. El ColeJio está situado en la caaTet·a der Ecua­düi ·, calle 1, u número 42. Bogotá, diciembl'e t.o de 1864. EL LIBRO [/) "1:6 ~~ !P 'IIUJilJJ.lt!P !JI~ OBRA ADOPTADA PARA LA EN:iER'ANZ.A. EN 1 TODOS LOS COLEJIOS DE LA REPURLICA ll?®ffi ~@~d]l ~®á\®Wild:N ®ffi!flllJ~ .. La segunda edicion estará concluida en todo el 1 • mes de enero. Va cot•t·rjida i aumentada con un tratado de jeogt·afía sagr·ada, ot1·o de pt·osodía i ortogt·afía, i otro de contabilidad por el método de partida doble. Cada ejemplal' al mismo pt·ecio que los . de la pl'imera edicion. • 1\IE~lOll.IAS DEL JENERAL JOAQUIN POSADA GUTIERREL:. Esta o!Jra se d1rá a la prensa en esta ciudad tan pronto como se reciba el papel i la tinta de imprenta que con tal oiJjeto pidió el autor a Francia i lle gó a Santa l\Jarta el 18 del mes pró.xi m o pa a do . .No habieudose podido, po1· no haberse reunido el ' di ·nero suficiente hacer la impresionen el estranjero, como ~e habia anunciado, el autor ha tenido que re­solverse al sacrificio .d~ hacer tirar aquí con grandes costos una corta edtc:ou. E.n consecuencia, la suscricion vale seis pesos de lei, en moneda de talla mayor, pagaderos , como se dijo e&J los primeros avisos, asi : 3 fts. c1l tiempo de suscribirse i 3 fts. al recibit· el pri ;ner tomo. No puede llevar láminas. · A los suscritores que hayan pagado o paguen su cuota inmediatamente en los términos espresados se entregat'án los volúmenes empastados. Despues de cerrada la suscrieiou valora 6 fts. 40 cs. a la rústica o sea 3 fts. 20 rs. cada UJlO <.le los dos \'Olú-menes. · Est1 papel i la tinta en vla de Santa j\farta para esta capital. siendo enormemente c1·ecidos los gastos de derechos de aduana, comisiones, fietes, ect. ' i debiendo empezarse a tevautar en la imprenta a 1 sa­berse la llegada de- los efectos a Honda, lo s~>ñores njentes se servirin enviar iumediatamente Jos fondos que hayan recaudado, o recauden, a la njcncia de los se.ñures Lundínez i Gaitan,o dirt>ctamente al autqr. Los pocos señores que se han serYido contestar aceptando lai1 vitacion de suscricion a la empresa se servirán 'lambien consignarlas i remitirlas a dicha ajencia o al autor·. SERMON EN ELOJIO DE NUESTRA SEÑORA !}) !.B (fJ t]J il :!) Jl 't !JI !P !)J ~ Compuesto i predicado por. el Presbitero FERNANDO A. MEJ IM . F.o - él se hace una aplicacio.n pateute del testo del capitulo XII del -\pocalípsis n la milagrosa aparicion de Nuestra Señortl de Guadalupe. Habrá unicamente afumn~s estemas, las que coucurdrán al Cole.fio todos los dias de las 9 a la De venta ea la tienda del sel1or Pastor Lozada, a 1 por la mañana, i de las 3 a las 5 poda ta1·d_e_._ -n -Je~io re~a~l e_l_~ej~m~pl.v-..c~~ --~-~-~-~- --~--~~-~--- ~--- !1· El DÚffiCI'O de. alumnas tlO pasm·á de 30, i paga- Jl\lPRENTA CONSTITUCIONAL-POR NTCOLAS PONTON. ---Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 81

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El Católico - N. 80

Por: | Fecha: 13/12/1864

AÑO II. Bcgota, 13 de diciembre de 1864, NUMERO 80. 1 ~~ llJ f!J (f)Jj '[P(/)[/,jft(fJ®~ ~~ r del espectáculo de la naturaleza, i sin ganar sino , ~ -- --- l una t·acion apénas suficiente para no moril· de ham .. ~ ____ REDACTOR, V~NANC!_O ORTI~ .:.__ _ _ bt·e; nunque esa miseria i la que se arrnstra pot• i1 las calles i medio se oculta pot· las· noches entt·e ~ ROMA~ inmundas cuevas a la orilla del Támesis, contras- l Como el hombre, aunque rei de la ct·eneion, es ta con la opulencia de los. banquet·os i de los sei1o- ~ ~ débil pot· naturaleza ; como el pecado lo dejó suje- t·es, eso no se le dice al pueblo; se le sigue ha lan. to a las enfermetlade!\ i a la muerte, el objeto de la do sí contra Roma, calumniando a esta madre i sociednd es a!E>jar de él cuanto pueda dañarlo, re- modelo de las Naciones, donde la caridad ejet·ce su · ~ t 1edim· el ~al que no se le hay<~ podido evití\r, i 1 funciones de verdadera reinn, donde el espí.-itl l en último caso, cubrirle de flores In senda que 1 divino del Cl'istianismo se deja senth· rodeado de f,~~ ~ condnce al sepulct·o. Esta mision la llena, mt>jot· 1 nna at11·eola de glot·ia. que todas las ínstituciones humanas, la caridad 1 Vnmos a hare1· nna breve resef1a de los estable-cnseiwda por Dios, la caridad católica. 1 cimientos de ('at'idad que hacen de la Roma actunl, l 1 1• El lote ele sufrimientos en .este mundo, es mu- 1 una ciudad mas noble, como dice el abate GatHne, cho mayot· siem¡)l'e que el de los goces; el número que la Roma de Augusto. ¡Caridad humilde que se ~ ~ de infelices es inmenso con relacion al · número d~ oeult~ siguiendo el prec~pto del Evanjelio, que no ~ dichosos. El G<>biemo que m.as se fije en los des- tiene diarios que publiquen sus obms., i que, sitwm­graciados para pi'Ocurat· aliviar sus desgmcia~,se1·á, hargo, ha pt·oducimal de la Igfe.,.ia. sil·vn de e · cala, pt·ocu¡·an ahogat· la voz de la con · 1 764,000 esl•udos romat os, (825,120 pe~sos fuertes) ciencia en <'1 pueblo, i quieren que se olvide de la 1 se invierten anualmente tm estos i otros esté\bled­causa mas frecuente de sus sufl'imieutos.Le cubt·en 1 mientas destinndos al socot·t·o, al alivio, al consue­los ojos con la venda ti orada de los goces; le ;i bren 1 lo de la humnnidad afli,iida i a la correccion Célrit l Un médico sub-inspectoa· examina i conije lo que ~ Aunque en los países protest&ntes la suerte del 1 los médicos subalternos hacen. La obra cuenta pou1·e es desesperada, aunque en Lóndt·es hni mul- 1 ademas con tres cirujanos litotomistns, i diez bo. · titud de infelices que nacen i viven sotet•t•ados en 1 tieas pel'fectamente surtidas. El enfe_rmo que ne· lar; minas de carbon, sin ver jamas el sol, sin gozat· 1 cesita los soeonJs de esta institttcion, lo avisa al 1· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ......... ;.- ¡{ .................. '11:"""0'7""~'":M~~~-.~.-:..,.. __ -~ .... ,.... .• $-.... ~·j~~~~'"T ~...:: w=:-~~~-o-.- -- ·- . 250 EL CATOLICO. ' l t Cura; c;>ste envía un billete n la botica mas inme- 1 allí los Sl delwr de enviar una ¡ dios, van u hacel'lo las Hermanas de la caridad, vez pot· mes a dos de sus miembros, pnra que per- 1 que son tambien las enca1·gadas de proporciona¡·le manezean, por lo ménos cinco borns, ayadando a l i pt·eparMie Jos alimentos que el médico indica. los doce sacerdotes; i muchas veces pot· dia, uno l Esto sucede, no obstante que los hospitales de ¡ de ellos att·aviesa las salns, det{'niénclos<' en medio 1 1 la ciudad eterna son Yel'daderos palacios en qne se 1 de cadt;t una por si hni quien lo llrimiento, donde se les en- ,¡ el núme1·o.de enfermos, se repone el barnis de lns seüa algun oficio ; i a los diez i siete años, si no 'i camas, . se blanquean los muros i se lava todo, hai quien los adopte, se les da una sumn igual a 1 hasta el pavimento. 1 los gastos que pudieran causar en un año, ·¡ Los cadáveres no se retiran de la cama hasta para que con ella cornpren las henamicntas que .. despues de dos hol'as: entónces una confraternidad nec<.>sitan paru establecerse. ,\sí es como salen de de las muchas que pnm este efecto bai en Homa, \ la casa. 1 se apodera del muerto. lo asea, lo amortnja i lo Las hembras fo¡·mnn un gnm conservatorio bajo conduce a una capilh donde po1· veinticuatro ho- I ta direccion de hábiles maestras que las instruyen ras está cuidadosamente invijilado. Como el vi,ii- 1 en :a virturl i en los quehncel'es pl'<.pios de su sexo. Jan te pnede donnil·se, se ata al puüo del muerto Cuando llegau a ser mujeres, la cariclnd no 1, <: el cordon de una campana, pal'a que nl men .or mo- abandona; !es abre tres caminos pa,·a su porvenit·: ! vi miento que revele una muerte apal'ente; el sonido 1 el matrimonio. la profesion reli,iiosa, o la perma- 1 ~ lo haga nolat·. Pasadas las veinticuatro borns, la nencia perpetua en el hospicio. Si elijen esto, que- ~ misma confraternidad lo conduee ;d cimrnterio da ascgul'ada su subsisteneia ; si se casan, se les '.· de un modo decente, i le dá sepultUI·a, procligán- da un dote que Leon X.ll dispuso saliera en di­dole las Ol'aciones que la Iglesia diri,ie a Dios por nero de los fondo· d 1 hospital, i que para que no 'J los fieles difuntos. pueda perdC'r e,debe asegmat·se poi' el novio sobre ~ Pio VH, cuyos doiMes i t¡·abajos no pudieron una finca J'aiz; i finalmente, si adoptnn el estado 1 hacerle olviua1· a los pobt·es, construyó en este re.lijioso, el establecimiento cubre tambien la suma 1 hospitnl magníficos baiws, sustituyó pntTillas a los que deben lleva¡· al claustt·o. ~1 calderos de las salas, i añadió una bPlla sala de El celo por la conservacion de la vida humana 1 operacioues quirúrjicns, grnnue, bie:1 alumbrada, i ele los bienes sociales, no se ha limitado n esto ,J veutilada, abundantemente provista de aguas i en la calumniada mansion de los Papas. Ellos han ~ · de mesas de má1·mol. 1 ideado el mt>dio de snl var lambien el honot· de las 1 l . Pero como la Iglesia Católica pmctica la vet·da- familias. Clemente XJV quiso OCUI'I"ÍI' a todo, i ~- ! dera caridad, no lh'nita sus cuidados al cueqH>, 1 ab1·ió un asilo a las mujeres culpables para que ~ , los lleva tambien i con no ménos cuidado i pro~ pudieran oculta!' sn falta i curar su aln a del vicio. 1 , fusion al alma. Doce limosneros habitan en este El hospicio de San Roque si1·ve pm·a esto. Estú 1 ~~ hospital, i sirven de dia i de noche a los enfermos. 1 situarlo de manera que una de las puertas da a una 1 : ~ ~ Pot· la mañana les dicen misa, los consuelan, los pequeüa plaza desierta i rodeada tlc calles desiertas j ~ 1 instruyen i constantemente están administt·ando 1 tambien, de manera que las mujeres que allí se l 5 "-=~;_~ A-.~~~· ··~· ~ 'n -;.--.=-~~--'-"" ...... _.,_.,. ___ .....,.. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~~======~~~~=====-==~~~=--=-~-=- ~~-~~=-~~~~ ~ . ,; . EL e ATO L I e O. 25( dirijen, pueden 1leo·n1· . sin qnc ln.s vea nadie. Puc- 1 a todos Jos educa, a todos les proporciona un pot·­den presentarse e~1 el rostro velado, ocultm· su 1 venir; i los que han visitado a Roma nos refieren , nombre, s-u condicion, todo; i pueden i1· -desde que que la salud i el contento ,bJ•illaü en los semblan­sienten los síntomns de su embarazo, si son ele tes sonrosados de estos seres arrancados a la ig- l aqurllas mujeres que no _podrían dejar percibir sn nominin, a la desgl'aria, a In muerte. Usan pot· 11 falta sin esponerse a gravrs consccucncia!-l. Allí - unif,)rn'le una sotana blancn, acaso eomo un re­son recibidas, nlimrntad:1s i cuidncl~s con el esme- cuerdo de los nntiguos cntecúrnenos; estos como ro que exije su estado, i ni fl médieo, Riel ciru.Ja- nqucllos hnn sido snstraidos vl dorninio nbsoleto i, no, ni el cnpcllnn, ni lns mujeres de srn·icio puc- de Satnnris, i la Jglesirt los ha cobijado coo su di- :1 drn revelar nada, porque sobre perder su cm pleo, vino manto. , ' sufririan penns gravísimns. Si nlgunn rnurrc dd 1 En el hospicio apostólico de Snn Miguel esta-~ pat·to, solo se sabe que hni un rad su estado, tienen hijos. i que están sometidos a una disciplina a 'j sus cm·tinas i eada una su biombo que las sepat·a propósito para que ' ' ivan contentos i robustos, i de las otras e impide que una enferma vea a la trnbajando proporcionadamente a sus fuerzas i j~ ' que hai en la cama vecina. No ha podrao la pon~ ap1·endiendo el modo de ganar h vicia despues, ?. derada filanti'Opía inventar precauciones mas cleli- \ San M1guel es una verdadera escuela politécnica, ¡'~ cadas, no ha podido In raride.d ir mas léjos. Así se un conservatorio de artes i oficios: allí se .ensei'Ja ~ t1·ata al pueblo en la Metrópoli del1·etrógrado Ca- j todo ron pe,1·feccion, i se forman hombres i muje1·e s 1 ~ t 1 vlicismob,l así sab( e?e)s 1 a Jcrle~ia t 1 an rombatida po1· Id·~struidos i relijiosos: los ancianos ncaban sus ¡i os repu icemos ¿ . 1ermannr a libertad huma- ws en paz. 1 nn con los intereses mas cn1·os del corazon i con ¡ Pero hai ademas de este establecimiento, los l los preceptos de la austera moral : ocurre nl re- 1 hospicios de Sautn María de los Anjeles, do Tatn '1 ¡· mPdio de una necesidad urjente, salva a un tiemoo Giovanni~ de Snnta Catvlin:-t do los eot'doleros, de 1 ;. el honot· de una muje1· i In vida de un niüo, i pro- 1 lo s Cuatro Santos coronados, de los Mendigo~, do 11 cura por todos los medios po sibles curar el cora- Zoccoletto, el Conservatorio de la Vírjen de los ; ¡ zon de la culpable i lHH'erla otm \'('Z \'ÍI'tuosa. 1 Dolore s , el de S-un ei\rlos Borromco, el de Snntn ' La criatura que nace es llevada inmediatamente, 1 Eufrrnin, el de la Divina Proviclcocia, el .Conser- ¡~ con el mnyor· cuidado, n In casa de es pósitos, va todo Pi o., Sn\1ta Mari u del Refujio, · i otros en 1J donde ya sabemos In sue1·te que le espe1·a. Si la que el espíritu católico se ostenta con toclo su l i.· madre quiere rcco,jfrla luego, puede ponerln una jeneroso dcsprenqimiento, con toda su obneoncion sci'm para reconoeedn. heróka. E· \m posible describirlos todos, po1·que ~~~ Como entre esos nil1os, hijos de 1a ~t·ovidencia, nos hal'inmos interminables ; basta decir que en · 1 ¡ puede haber ~lgunos que tengan disposi<:iones pa- cada uno de ellos se pt·actica In caridad ron jo·ull"l ~~ ralas cie11Gias o pat·a las artes, la eal'idad católica magn,ificeneia, con igual prudencia, con igual es· ¡J les ha abierto establecimientos a este fin. l;lui otro píritu e\'anjélico, ¿No valdrá pnm el pueblo mas ¡-: hospicio llamado de Santa Mada ·in .Aquiro, que esto que los Bancos"' la Bolsa i los demns estable- j fué establecido pan• los huérfanos, tt instancias 1 cimientos de esta especie, que tanto encomia el Ji del Jesuita Ignacio de Loyola en el año de 1540, ¡ materialismo moderno? ¿Será ménos dio·no de ~~ i el eardenal-Salviati fundó en él un colejio en respeto i amot• el gobierno papal que el deeVíeto 1• :j 1591. A ese colejio van los niños espósitos que a j Manuel.? ¿Ganará el pobr·c pueblo t~nllano con i la edltd de doce año~. han manifestado aptitudes 1 que Garibaldi ~lestruya el poder temporal del Pnpu " para los tt·abnjos litet·arios, i el Papa Leon Xll i eche po1· tierra esos asilos deJ pohl'e i disipe sus jl cncm·gó su direccion a los. padres s,o•.nascos. . 1 rentns? ~ Pero no es solo a los muos espos1tos a qmenes ¡ Pc1·o no se crea que hemos concluido la enurne- : h-n adoptad~. la ciudad eterna, no~ todos Jos huér- ¡ racion ele los asilos abicr·tos po1· la caridad cnt61! •n , funos, los htJOS de padres pobres, los niños que 1 a las necesidades del _pueblo, faltan aun muchos ~ 1 carecen de recut·sos, i que, abnndonados, podrian 1 entre los cuales son mui notnbles tres. Hernos ~ perderse pam Dios i para la !'Oriedacl, son hijos dicho que hai tt·es especies de mise1•i¡;¡s que ncosnn 1i de es~ Iglesia que se quiere hacer aparece•· corno 1 a la hum::midad i que a todas ellas ocurre el n- ~ cnem1ga del progreso humnno. A todos los rccoje, 1 tolicismo con su benefaqtora mano. ~ , -,.:::a. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. !¡H.~ :52 1 EL CATOLICO. ¡ ~~~ ~-;:t~:-;:;;::~:~~~:~0~1~:," ;~~:: ~:~: los italianos nes del antiguo Coliseo, se ostenta en realidad t tod9 se dicide a puñaladas. El paternal Gobie1 no como el fruto precioso de la sangre vertida en 1 pontifieio hace cm\llto puE>de pnra p:-evenit· estos aquel circo inmenso. Quinientos sPtenta i ocho ' escesos,pem ya que no puede evitarlos, sé <)eupn en enfermas reciben allí los uusilios espirituales i cor- curar lns tristes romrcu<'ncins clel Nu·¿ích't' ardi~n- ' porales que necrsitan; i sinembargo, no se pertibe te de los nwriclionales. Es deciJ·, cumple los de- .f el mns lijei'O mal olot·, po1·que el aseo es ui1a de beres de uu btwn Gobierno. 1 las mas admil'rbles condic'ours de los hospitnles Nos falta nun lwblnr dP la Penitenrial'in. Cuan­de Roma. Este no es ménos suntuoso que el del do en Eu1·opn . e su 'po que los nol'tC· amerit'üi!Os Espíritu Snnto, i ha rcl'ibido los ausilios no solo habiun hallado (':-te medio de suprimit· el <.'[ dalso, 1 de los Papas desde Clemente Xl, sino los de algu- se envinl'on pubJieistas n e~tudiLU' el sistenw para uos particulares, entre los cuales figma eu primel'a trasplantarlo al contitwute. l'cro al fin tu' it•rou línea la piadosa señora Teresa Doria que fuudú ' la c¡ue ir n ' ' t:·rlo en su oríjen i df'st•ubr!eroll qu<' ' no órden de las Hermanas hospitalarias que sirven era iln·encion de los hijos tle \V3shing.ton. l\11·. ~ : de asiento en e~te hospital. Cerfbeer, encargado por el Gobierno fril lH.'es de En el de San Lázaro se reciben todos Jos atnca- esta humanitaa·ia mision, siguió cuidadosamente dos de la lepra o de otms enfea·medades reputadas los rastros de la idea eremlora d~ estos i11 titutos, contajiosns, porque su fundacion se debe a un i viuo a encontrélr su <.·una en Romo, donde el · leproso frances que reunió algunos compañca·os Papa Clemeute XI hizo con. t1 uit· por los modelos ~~:r~;i~~l'~it t:~·: ~~~;i~~e~~;I c~~z~as ~~~~~~~.asP~~~~ ~i~r~·¡.~:!~~~~aca:;~o:, ~:~~;lí~l~~)~,l;¡:~;~.:r~a~le~;\W:;~ ,rf 1 esos clesgrnciados el magnífico hospital donde hoi de Roma i de los Pontífiee~ de In lg!esia Cntülkn, se asilan i que es uno de los mas brllos de Europa. las mejoras en que tos librrales h11cen con~btir el 1 Puede alojar 21 o enfermos ; i Leon XII le a~regó progrt'So de los pueblos. . un magnílico prntidns, Jos mont<.•s de piedad, todo ha na­radones. ciclo al pié de la CJ'UZ drl Vatica11o, i todo tietw allí El hospital de dementes es el teJ'l'ero de Jos una pert'eccion a que no ha llegatlo en ninguna 1 estahlet•imientos que qm~1·emos aun menciona¡· en otrn parte. No hui ereacion benefactont que no partic,Jiar, i en seguida Jvll.>larcmos rápidamente haya tenido su cun:t i que no exista en Roma. del asilo a que van los convalecientes de todos los Roma es la marstra de todos los Gobirmos, i solo hospitales. _ la iugratitud de los hombres puede ha ·e¡· que se El de Santa Mñda de la Piedad fué fundado en combata el pode1· a que mas lwnt-;firio::. debe la 1548 po1· tres españoles, Femando Ruiz~ Diego i h~1manidad. La Jglt>siH sigue las huella~ de s~1 di: Anjelo Bruno, en hon01· de San Juan de Dios. El vmo Fnndcldor: cnrgada con la Cruz, e ·cup1da 1 Cardenal Quera fué el primer protel'tol' de este abofeteada, sigue su marcha dr red~ncion, orando nsilo del info1·tunio, i Snn Carlos Bol'l'omeo el que po1· los que la condul't>n al Calva no. Jo e. trudió, mejoró i organizó. En él se asiste a 370 enft•rmos, dándoles un alimento sano i abun­( laute i no u~ando ot1 os medios de represion que la camisola i los lechos de fnerzn. El principal mNiio empleado para la cu1·acion, es la dulzura en el trato, i allí Jas mujeres hacen p1·odijios de caridad con las pobres enajenadas, pon¡ue en el establecimiento se reciben los individuos de ámbos sexos que se colocan en dos salas srparadas, al rededor de las cuales viven los asistentes, i están , los refectoJ·ios, la coeimt, los baños i la capilla. Como el que acaba de sufrir una enfermedad grave, no queda en nptitud de ta·abajm· inmediata ..... mente, la caridad roma u¡:¡, previsiva en todo, ha fundado el nsilo de los convalecientes, único que existe ta 1 vez en el mundo. Sobre las •·ibet·as del Tibet se levanta este vasto edificio a donde el convaleciente es coollueido en un coche con el n .avor cuidado. Allí se le dan alimentos nutritivos i de fácil dijesti-on, vino jeneroso i frutas; se a)e­jn del pob¡·e todo lo que pueda entristecel'lo, se le hace hacer un ejercicio proporcionado al aire li­bre i se le proporcionan distrncciones. Un médi­co roncuJTe todos los clins a ''et• si los con\'alecien­tes han tenido novedad : si esto sucede, el enfermo vuch-c al hospital ; pero si al contra do su salud se fottific·n, la cat·idad católica tiene aun con él otro cuidado: le propo1·ciona trabajo, para lo cual los Papas desde Sisto V, han emprendido obras secu­lares, i han hecho uu fondo que Grcgo1·io XVI, aunque pob1·e, aumentó con 33-,29'3 escudos ro­manos~ Ademas de esto hui todnyía en Roma otros establecimientos para nusilia¡· a los que necesit('n --~-- --- LA RELI.liON. Ciertos escritores liberales han dicho que 3 111: 1 t·xiste para negat· lo oti'O. Luego no debe ) El culto es, pues, necesat·io: el interno1 el es-habc¡ · culto de ninguna clase; ¡ la estéril creencia, 1 terno, e! privado, el público, todos. i llO mas ! . . . . Lá Relijion 110 es el culto ; pero el culto es La Belijiou del espíritu es sir.t duda la mas nece- esencial a la Relijion. La persona del Sncerdote saria : nadie lu1i que pretenda desconocet·lo. Baio no es la Relijion; pero es Ministro de ella. El este aspecto decimos que la primera especie de culto i el sacerdocio le pertenecen. Atacar, pnes, eulto que debernos tributaa· al Séa_' suprerno, i sin el culto i a los Ministi'Os, es ntacat· a la Belijion, · '! cual es imposible agradarle ,es la fé, como libre ·es impedil' sus prácticas, prohibirlas, sustraerlas i i rc;pontt\rwo homenaje qut> presentamos a Dios de la sociedad. ¡ cunw \ '('rdad soberana, inmolándole no ya vícti- Pei'O la Relijion no es solamente el culto i la mas cstrañns, sino nuestro espíritu, nue!Stras fa· pea·sona del Sacerdote : es la REPÚBLICA ! « La 1 cultades. Pe1·o en materia Je Helijion lnti que con- Relijion verdadera, dice Platon,es el fundamen­siderat' dos cosas, la ceremonia i el misterio : esa to de la República. >) (1) 1 mezcla de figura i de ,·crdad, de cuet·po i de espí- Considerado d Estado baJo el punto de vista de t•itn, de obcJiencia i de fé, de obset·vnncia i de su mecanismo, no se preseLta a nuesta·a coñsidera­' iotelijencia. cion sino como un conjunto de relaciones estable- Ln l'elijion de la sinagoga no em sino signo i cidas entre sus miembros ; pero es necesario aten­figut ·a, dice el Apóstol. Homl>l'es caa·nales eran a de&· mas a la voluntad que le dá vida, que une to .. quienes habia cargado el Seüor con el pesado ata- das sus partes, i que le \m prime el car:ícter mo&·at. vío de ceremonias, (~omo observa San Agustin. I 1 como la voluntad i el principio de todos los de­ellos las gmu·daban al pié de la lett·a .. sin penf'tJ':ll' berf's i leyes caen por su pa·opia naturaleza bajo 1 , nunca su espíritu. 1 no siendo aquellos hombres el dominio de la Rclijion, resulta que esta es la ¡ 1 sino justicia segun la carne, como dice San Pa- base prineipal de todo Gobiemo. Necesario es 1 '' blo, no podían pUI·ificaa· sus conciencias ; i no busca•· el fundamento sólido de las Naciones en la eran santas sus ceremonias. porque_ no eran sino verdad, que es madre de la paz ; i la verdad ng imújeues de lus verdadesque habían de cumplirse. se en<.'uentra sino en la Relijion verdadeaa. ~ ~ La Belijion del Cielo no es sino verdad i reYela- Si la Relijion es el fundamento de la República, cion. Háuse descorrido todos los velos ; i Dios ataca a la República quien ataca a la Relijion ; i al manifestarse a sus escoJidos tal ,como es, real, el soldado que defiende la República defiende la efectivamente, los t:·ansf'orma en EL, llenándolos Relijion. -La Relijion, pues, se puede defender de su verdad i amor. Pea·o' la Relijion de la Jgle- con las armas. . _ sia i drJ Cristianismo está IJena de figuras i reali- Segun sea el ataque, así debe ser la defensa. Si dad. Estamo:s en Dios por IC\ firmeza de nuestra la gurrra es de ideas, la defensa tambit>n debe ser· fé; pero estamos adheridos a la tiel'l'a pm· la flaque- lo. Pero si desta·uyendo la República se quiere 1 za de nnest1·os cuerpos, i tenemos pot• lo mismo destruit· india·ertameute ia Relijion, ¿por qué defen­j neresidad de figuras i representaciones. Mas, aun- dieudo lél República no se podl'ia tambicn defen­ ·¡ qne ''t\lnos pasanclo por las cosas sensibles, es !Jna·a . del' indi&·ectamente la Relijion ? .¡' encaminarnos a las etemas i espirituales. Nuestro Una cosa es probat· la verdad de la Relijion i 1 culto estu en nucsta·.1s manos, en nuestr·os labios, otra es sostener el derecho de pa·l\ctica•· nuest1·a 1 en nuestros ojos ; mas.., su odjen i pa·inripio está Rl'li.Jion. Paa·a probm·la VE't'dad de la Relijion, o en nuestros cori\zout>s. Alimentamos nuestra pie- sea para rombatia· un erroa·, no necesito de at·mas, dad con las cer·emonias que ha instituido la Igle- ni me es líeito usal'lns ; pe1·o un pueblo que se vé sia ; pero las hal'<'mos apoyar en las virtudes que violentamente privado de las prácticas de su Re­forma en nuestras nlmas el espíritu de Dios. 1 así lijion,está en el dt>re(.'ho de conquistárselas. La Re­como hai en nosot1·os un hombre interno que ama, lijiou es nuestro patrimonio; i t·uando nadie tiene hai otro hombre cste1·no que ad01·a, que se rinde. derecho a arrancárnoslo, le tenemos todos p~ra 1, Pero hai mas. La raridad, el amot· de Dios i de sostenerlo. los hombres en Dios, son todos los mandamientos, 1 no sabernos cómo es que puede desconocerse ¡' toda la lei. Pero qué cosa es amar ? Amar es estt; patrimonio. oba·nt·. P•·PtendeJ·, pues, un (lmoa· de Dios que no Si ya en otro tiempo erhaba en cat·n. el Apóstol 1 se esprese poa· ningun culto,por ninguna devocion, a los atenienses que adoraban a un Diosr que no es evidentemente imposible. El culto o la devocion conocian, (2) menester es confesar que hai sobra- 1 es el amot· mismo, en cuanto vive i se espresa; i dos en este siglo a quienes se les puede aplicar la aunque Dios no lo hubiera esté\blecido, cada uno misma máxima, Cdstianos son, o al ménos están de nosot:·os, al pié de un Crucifijo, idearía i crea- persuadidos de sedo. Han enta·ado efectivamente 1 ¡ ria un culto esteriot·. en la Iglesia pot· el bautismo ; hacen pt•ofesion de Hai mas todavía. Qué es la sociednd '? Es la creet· eu Jesucristo ; participan de vez en cuando 1 reunion de un númel'o mas o ménos ct·ecido de de sus mistet·ios sagt·ados ; i practican algunos hombres. Se ba buscado, i ~e buscar á qui-zá pot• ejercicios de nuestra ReliJion. Sucede emp ro muí much::l tiempo la razon fu 1damental de las socie- frecuentemente que nuestro Jesucl'isto es para ellos· 1!.: 1 dades ; pet·o jamas se enaontl'al·á si ante todo no un Dios desconocido : z'gnoto Deo ! se quieren reconocer los designios de la Providen- Ignoran la Relijion,es preciso decirlo. Hombres 1 cia, que por sí sola ha podido. pi'Oducir i conservaa· depositados de los destinos .de la sociedad, nos esa afinidad maravillosa, Jazo secreto i vida secre.. ofrecen el espectáculo de una existencia inanimada , 1 ta de las Naciones. Dios solo ha podido ser el p;ua con Dios. La Uelijiori está ausente de ellos; ¡ autor de la sociedad. Dios es el Creadot· del hom- su lenguaje no les es conocido; ellos no sienten 1 bre; es, pues, tambien el Creador de la sociedad. sus inspiraciones ; sus relaciones, sus alianzas, Lo que es el hütnbre para con Dios, esa mismo es sus actos no apar_ecen a los· ojos que Jos juzgan ; i . la sociedad. El hombre es esenciqlrnent~ pt·áctico el mas animoso esfuea·zo de la caridad pu~de solo ! i relijiosp, la sociedad tambien debe set·lo. El negar a sttponer que aun sobrevive en ellos el sen- l' h?~lbt·e tiene necesidad de tdQuta.r culto a Ja Di- (1) Platon Ji~ro 4 de lecritrus. vm1dad; luego la sociedad tambien. (2) Act. XVU--v. 23. t:J ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 254 EL CATOLICO. timiento rrlijioso, pero que dormita estéril bujo 1 las nubes de la ilusion ! De aquí sus c'l'eencias, i eso que llaman ellos la ReliJion ~ ~ Lo repeti mos: ip.norán la R elijion. 1 No se sabe la R e liJiOn por habet· sabido en ott·o ' 1 tiempo nl g unas palabr·ns del Catecismo ; lo mismo • que no se sabe el derN•ho pot· bFtbet· estudiado en la infancia algunos artículos del Código civil. No se sabe lil Relijion cunndo solamrntc se han leido algunas obras que la combaten,algunos libelos que la calumnian; lo mismo que no se conoce un pro­ceso cuando solamente hemos Óído las quejas de una de lfl s pa r tes. No se sn b c la R e l ijion , ruando únicamente s e sabe n lo s '' bn sos que se han h Ec ho de ella; lo mismo que no se conoce una ciudad, cuando únicamente se han visitado sus cárceles ; lo mismo quE> no se conoce fa medicina cuando un médico ha envenenado n s u enfermo. En fin. pnra definir es nee esnrio conocer ; i se ignora la B. eli­Jfon cuando no se s ab e dPfiniJ·. Saber ta Reiijion es hnl> er e studiado profunda­mente su hi s toriat sus dogmHs, su moral, sus le­yes. Hé aquí lo que t>S nN·esal'io hace¡· para saber , la Belijion; i es evidente que ning uno de sus. ene­n1igos, sinemba1·go rehjz'osos, han estudiado la Relijion. ¡ l es tos son los hombres que pretenden ense­ñarnos 1 pobre s pu eblos l . .. Oh sociedad 1 ••• Mas, ellos se corrijen. i tratan pot· último de darnos la definie-ion. « La Relijion, dicen, es la práctica arreglada i constante de los pt· eceptos señalados por esas mismas creenciaS.>) D:]= R EVE­LADOS p01' Dios, dt>bian d~cil·. Si la Rt'lijion no es la c1·eencia sino la práctica de los preceptos señalad s pot· la misma creencia, la Retijion tiene que set· visible ; Juego puede ser atacada,i en ella se ataean los pt·eceptos 1·evelados po1· Dios. La práctica relijiosa requiere Sacerdotes, que son los Ministros de la Relijion. i esos Ministros . deben subsistir del ejercicio de su ministerio; luego atacar a los Sacerdotes i privar a la Iglesia de sus a bi e nes lejítimamt>nte adquiridús, es atacat· la Re- ' ¡ lijion que se funda en la revelacton. t. Hacen otro esfuerzo i dicen: « Si ·la ReliJfon son los diez mandnmientos promulgados en el Si­nai i los cinco de la Iglesia; quién,sino mis pasio­' nes, impide que yo cumpla con los quince? A tacan las leyes de > i « desamortiza-cion >) a 1tlguno de estos pt·eeeptos ? « No HURTAn _{ s. >) sia no pu ede hnbm· · Relijion ; sin Hclijion no puede haber sociedad. l Dad garatías al s ac erdocio de .Tesurristo, i vereis • la pnz; pero léjos d e é l, no hnll a reis sino la muerte. J S. A .. } 'É, E-S P ER ¡:~.\.RIDAD. J Yo te snludo, Me n~ Pj c ra santa t Benigna Fé 1 del hombre protectora, Suave consuelo del tjue triste llora, Eficaz lenitiYo del dolor. Entre el bullieio del rev u elto mundo,. Ajitado por p( nns i dolo1 ·es, Soportnndo mis cruC'l es sinsabores, Te consagro en alta!' mi corazon. ¿Qué fuera yo sin tu divin·a lumbte Triste viajero po1· el mundo enante, Si tras la sombra del d o lor, radiante No pe1·cibiera tu fnljente fn;? Cuaudo el dolor sus tenebro a s alas Sobt·e mí tiende, en mi dolor te imploro, 1 ~on mi amat·go i dolot·oso lloro Riego las aras de tu santo altar: Entónce, oh Fé ! para el qu e triste llora Consuelos tienes : tras el ne g ro mnnto De su dolor, parn eojugm· su ll'anto, Ott·o mundo le muest1·as-un Eden. 1 ·como el faro que en la oscurn noche Muestra su 1·umbo al infeliz viajero A sí tu acento, para mf hechicero, Ot¡·o mundo me muestra de placet·. Por eso, oh Fé I de mi dise01·de lira Un canto quiero dedicarte ahorll : Ya que consuelas al que tl'iste llora, De él recibe la tímida cancion. Yo te bendigo. : tu sonor·Q aeento Ha sosteni'do la existencia mia ; Cuandc la mano del dolor me hel'ia,­Oh santa Fé l me consolaste,-adios! I tú Espe¡·anza t de la Fé la hermana Tambien tu duiC'e proteceion me has dado Cuando a m e rced de mi destino aiJ·a ~lo La desventura penetró en mi hoga1·. Yo ví a la muerte en rni.queJ'ida choza Hacet' estragos .... impone r espanto .•• Hondos j.emidos, doloro so llanto Se sucedieron a mi dulce paz. Hoi el recuerdo de tan tristPs horas Hace temblat· mi corazon herido ... 1 escucho quejas ... ! i el fatal jemido De mi madre me viene a conmover. 1 tú, Esperanza ! a consolar mis penaa Veniste entónces; sob1·e mí tendiste Tus puras alas i valo1· me diste Para lidiat· con mi dolor cruel. Entónces fuiste para mí cual sombra Que refresca al viéljero en su camino, Como fuente que brinda al peregt'ino Puras linfas en cálido arenal. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Hoi ei sendero de mi vida alumbt·a Con el rrflejo ue tu luz sagrada 1 dás a mi alma, de sufrir can ·aJa, S un ves consuelos, plácido soln.i En camblo yo por los hermosos emnp1>S l\Jil bellas flores buschré irnpnciente Pnra que adot·nes t~ nC\'PLla freute l te delt'itcs en su grato olor. Ellas serán el l'evcrente gaje Que te dedica e\ pecho agradecido l cuando exhale mi postrea· jernido, Tuyo será mi postl'imer adios. Oh 1 ya percibo tus vestidos blaneos, Oh santa Carjdad! i reverente l\Ic inclino en torno de tu altM : tu ft·ente Radiante miro de divina luz Tu reluciente i desplegado mauto Las forrnas mue:strn de tu talle esbelto 1 cu aureas ondas tu cabello suelto Brilla disperso en el lejano tul. Sobre las nubes rne pnrece verte Con lo3 socorros para el pobre hambriento 1 con tu dnlee i clelieado acento Consolando al proscrito, al infeliz. Pasa la escena i me parece verte Baj ,) la choza de infeliz mendigo Daudo consuelos, proteccion i abrigo Al infeliz abandonado allí. A donde qniPra que la uerte a u versa Lleva su curso tu favor se ::.iente, Como el susurro de la clam fuente Que nos brinda sus aguas de eristal. Dame el acento de tu voz divina rara ensnyar en tu alabanza un canto, 1 en la dl'sgracia, con tu puro manto Abrígame1 bendita Cal'idnd ! Préstarne, oh Fé ¡ tu ml:lternal al.>rigo En la senda escabrosa de In vida, Dan1r, Esperanza! l.a ilusiou pt>rdida Que consuele mi t1·istc juventud; l pnra oma1· mi solitaria tllmua Cuando la muerte en su furor me hiem, Dame tamhien divinn mensajea·:1, ( h Caritlad! tu snC'rosanta cruz. NoYierniJre de 1864. ANJELO. 1 tendemos piota1· ese cmHlro ni la emocion que sentimos ni vedo; pet·o a. un pueblo como el nues­tro, r.o se le poddt nunca imponer el cristianismo absurdo de Renan i su escuela : el pueblo que solo sabe sentit· necesita sea· devoto : una relijion sin practicas no se hizo para él ni {Jara nadie porque la relijion rs algo mas que una teoría. ¡Es tan natur·nl amar todo !o que tiene relacion ij con el objeto que se ama 1 ¡ vem~raa· ' todo lo que ) la tiene con el objeto que se ndoa·a !--Hombres i de la relijion pummente especulativa., cristianos 1 1 que lla mais a nuestro culto idolatría ¿no veP-ea·ais, 1 no amnis el retrato del padre, de la esposa, de la • 1 persona que os fué querida 1 abandonó la tierra? 1 ¿No SOtl para vosotros reliquias sagradas un gajo 11 de sus cabellos, una prenda de sus vestidos ? ¿no 1 tTibuta1s una esprcie de eulto a las imüjencs de los 1 grandes hombres'? Pues dejndnos que hngamos M 1 ,. lo mismo con todo lo que represente o recuerde a nue · tro ·ni os hec ho hombre. Ni el rumo•· de cohetes i cn.rnpanus -La fiesta de !a lllmaculada Concepeion de 'MARÍA, ha tenido este año nlgo de la solemniun<.l i de otros tiempos; pero en esta como en toda fiesta, j hemos vbto resaltaa· In miseria i el abatimiento ·~ de esta pobre ciudad. Aunque no podemos escla- ql mar como ahora dos años : · 1 n úsicas alegres llena el viPnto~ 1 Ni remc) periódico liberal que se publiea en lfl ciudad d{'l Sorot-ro, rejistm en sus columnas un Mtículo en que el,ióven lledactot·, al reves del seüor B.edaetoa· de « El Tiempo, n lanza un grito de noble inclignnl'ion contra el bárbaro ruso, que nHu·tiriza a una ua- 11 ,1 t 1,¡ ~ cion beróica, porque ·lucha por ln libertad para ;¡ poder practicar su creencia reliJ'íosn. ~ ~ Ju~~~{~~~:t: ~~~~~!·1vad:1ur~~~1;g~~d;~~::a~~ c~. Cerca del mediodi[l, alma de s.ntisfaecion, porque Yernos en su clo- ~· la multitud, de todas las condiciones sociales, que cuente arrauque, el noble eaníett-r p-nll)adino. ] se diriJ'ía allá era inmensa: nosotros nos mezcla- Con placer l'l'produdmos su valiente articulo_, 1 ~.1 mos ru ella i tomamos el mismo camino. Cuando que dice así : ~ ~ 1 llegamos al pié del cerro, la proccsion aun no pa- LA POLONIA. J t, recia: pronto empezaron a bajar nume 1·osos gru- "Han llegado a nuestros oidos, desdP lejanos pai- ·t pos de jente del pueblo l'ezando ·devotameute; i ses, los Llltimos sollozos, los últm1os suspiros dl' la Po- ~ repentinamente vimos aparecer en una pequeña louia moribunda. Lu dolorosa voz de sus h1jos, alzada ~ en Paris por almas raroniles, ha repercutido en nues- i aft\planicic, tendida sobre las cabezas apiiiadas de tt·o corazou. Debemos a <'Se pnis despeduzndo ya, pt>ro ] mas de mil quinientas personas que ·al verla se altivo, enéqico i valero o cual ninguno, u u recuerdo ~ ........_b_a_b_ia_n-..p_o .... s.;.t..:t·a ... d;:;;;o::;;,;¡¡;¡l;;;:;a .. i•m;;;o;;;;nJ;;;;. e;;;;nw...d~e-1 ,;;;.S;;;;a;;;:h::;;· u;;;:d::::o;;;;l:::' ·~_r .... r o..,._,p.,i'·~e,..;·~:¡d:::;e...;;:;a d;:.:a;;;;n;_;;:ir:;;;;a;::;c;;;i:;;:o:;;:n:;;;, :;:t:...m ... a~-ofre n (~:~ a ~~~~~~: e-~1 ~: i~ ~·-d-~ ~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ 256 . . EL e ATO 1 e O. • !1 · . nu:;;;::;:;:-o~ ;o~:~ ~;.;ud:: ~~~~::,~~r--1 ~ac~.:l.polnc::-;.;~n:~:::~ ' 1 por su de,s.,.racia. . por el tt•Junfo 1 salvac10n de la Poloma. 1 "Polonia ha sucumbido al fin ! Centenares de co- "Socorro, 14 de novjembre de 2864." 1 · sacos han devastado sus campos, .arruin~do sus. po- ___ .. _ _ ___ _ ---- 1 blacionPs. asesinado a sus hiJOS i clavado sobre r~m~s !J.? ~I!l/l'fP[l!JJ(!) 't.~\ el estandarte del autócrata ruso, el símbolo mas s•gm­ficativo de la mas odiosa tiranía. Millares de polacos han sido ahorcados, quemados, ,arcabuceados i _ d_es­pedazados. Las matronas i las vtqenes d_e esa Nacton hetóica han muerto, en multitud ternble, baJO los 1 golpes del latigo oprobioso colocado en m?nos de u_nn 1 moldadesca impudente _i cruel: los .niños •. los a.nCJa­nos han vereeido tambten. Dos mtllDre~ 1 _med1~ de 1 habitantes han sido deportéldos a :sa _trtstfs•ma 1 o_s- 1 .cura reJion del gloho lla1~1ada la S1be:•a, donde el frto 1 es .terrible, donde se re.sptra una atn:osfer~ de muerte, ~~ donde en medio de llanuras inmensas cub1ertas por la nieve se levantan algunos castillos,. algunas ciud~des silenciosas i lúgubres. En esos recm~os, mas tr1stes quP. rl abismo, óyese únicamente ell'UJdo de pesadas cadenas que arrastra un pueblo ~ntero: esc:ud~anse los sollozos del desgraciado, los gntos de la md1gna · cion, las maldiciones que lanzan millares de almas contra sus feroces verdugos. "Esa nacion lwróiea,víctima de principios que triun­farán un dia, a drspe<'ho de los déspotas, mere~e la admit·nc1on, el respeto i el ausilio de todo~ los p.:11ses~ pero es11eci~lmente de la América republicana: AIIJ todas las almas se han sobrepuesto a In a?ver~Jdad ; todas la~ clases se han levantado eootrn la tn· lllJa : el 1 pueblo i los nobles, los clérigos ; los sl'glares, los an· cianos i los !liños. las matronas i las vírJenes, todos han torrrado su fusil i han pelt•ado con ~1 valor de, l~s antiguos e¡;;partanos, con la desPsperacwn del d.ehd ante un enemigo poderoso. ¡Cuánta grélndeza, cuanta dignidad, cuí:íntos i cuan grandes sacrili<"ios! 11 "El clero pola<'o se ha elevado t~mbieu a la altura de ·¡ Jos acontecimientos. Los Sacerdotes del Catolicismo en Polonia han peleado al lado de sus hern1anos de· 1 tendiendo las libertades patrias : han muer.to: han sido deportados a Sillería, i algunos .que mtlagrosa-mente se hao salvado de la devastacion jeneral, alzan hoi en Pa1·is la voz elocuente, ft.erte i enél'jica del desgraciado i piden el ausilio de todo el uníverso. "Ellos dicen a todos los católicos, a todos los-hombres Jeb:erosos : '• Tt'PS cosas necesitamos: el SO('Orr·o de vuestrns ofrendas, el apoyo de vuestras oraciones i las esplícitas manifestaciones. de vuestt·as simpatíos Al opelal' a vu(!stros nobles corazones, a vuestros sentimieutos de reli~1on i humanidad, uosott·os os conJuramos a que oigais ~1 grito supremo de un putblo crucificado. . " Levantad vuestra voz Pn nuestra defensa: dec1d al mundo cuan JUsta i sagrada es .nuestra .causa, cuá! es la estens1on de nuestros sufrimu:mtos, 1 hnsta <.JUe punto importa a la salud de la Iglesia que Ja Polon!a mártir sea r~staulee~da en sus derechos, independenCia e integridad.'' "Así lo haremos, aunque pequeños i ocultos en este rincon del mundo, ¡ oh nobles mártires de uua cau: 1 sa sagrada! ¡oh '\linistros de Jesucristo vale~osos 1 dignos del gr·an Maestro! ¡oh almas grandes 1 acree- 1 doras a la mas profunda admiraciou! l! ''La Polonia, exhausta, habiendo perdido a lama- 11 yor parte de sus hijos, s~n~rienta como .Tesus en ~t· Calvario, pelea aun con sm 1gual valor. En presencia del hewismp de ese pu~blo desgraciado que defiende 1 sus de¡·echos, e~ preciso inclinar la frente con re.spet~ i ·elevar al ci clo nuestras súplicas por su sJI\'acton 1 rejeneracion. "Los indolentes, los cobardes Gobiernos de Europa ' • han dejado con infamia inaudita que un déspota exe· e, crable se cebe en el cadáver de un pueblo moribundo. 1 Los republicanos de Am1~rica. ya que no podemos prestar ausilios materiales a tantos héroes i mártit·es, hagamos oír siquiera nuestra voz de simpatía i de ad· miracion par muchos millones de nuestros hermanos asesinados. Gobierno Éclesiástico.--Núme'J·o 4 2 .--Roma, setiembre 20 de f 864. Señor V2'can'o .fene1·al de ta Diócesis de Santa­ma'J ·ta, Presbítero doctor José Romero. Con la nota rJC J. o de junio del presente afio, recibimos la esposiciol que el lllmo. señot Ar·zo · hispo i US. dir ;j ieren a los Católicos, en In cual se contienen la uilijencia i fól·mnla bajo la cual pres­taron ante la autoridad rivil en Ca1·tnjena el jura­mento exijido por el ) Esta fórmula es clara i p1·eci a en sus ,,, té1·mino~. por· lo cual salva perfectamente los de- , rechos i la libertad de la Igle:;ia, i por· ro misrno i no puede quedar ninguna duda de que el jm·a­mento p1•estado era estos té1·miiws es lícito, par­ticularmente dcspurs de habet• manifestado esplí­citamente Su Santidad en la p1·esente cuestion al lllmo. seño1· Ar·zobispo en la nota que le dil'ijió con fe(•ha 2.5 de abJ•il, In fórmula con la cual puede p1·estat·se el jur·amcnto de obedieM•ia a la autoridad ci\·il, la cual está entera mente de acue¡·­do con la de que han hecho uso tanto el lllmo. sefw1· A1·zobispo como US. La digna conducta que US. ha observado hasta nquí, me gamntiza, que esta•·á p1·onto a dar· la voz de alerta i sujetarse nuevamente a toda clase de sufrimientos, ántes que convenir· en ninguna exi- . 1 jencia indebida de par·te de la autol'idad civil, que intente viola¡• la lihe1·tad i dere{·ho;; de la Jg\esia, impidiendo el eje1·cicio de su sagrada autoridad. ' Si por• una p:ll'te siento los ultl'cuciones por la justicia. Aprovecho la ocasion para suscJ·ibiJ·me de US. con sentimientos de la mas alta considerftcion su afectísimo stwvidoJ•. VtcENTE, Obispo de l11axi7nópolis, Vicm·io Apostólico de Santamarta. B 1 OGR AFIA. Como un monumento de gratitud, de gloria nacio­na l. i de honor para el Catolicismo en jeoet·al i para ' la iglesia ~ranadioa en particular, se tr·ata de publicar la biogrotía del ínclito mártir i confesor de la fé EL ILUSTLHSll\10 SE~OR DOCTOII. Lms NIÑO, seguida de todas sus luminosas cartas Pastorales i demns docu­mentos relativos a la vida del santo Obispo. Ln obra en edicion esmerada i constante de mas de 100 pújinas, irá acompañada deiJ·et;ato de la ilu re vlctima. Para hacer frente a los gastos se reciben suscriciones en las ajencias de "El Co nse rvador" i de " La Caridad" al bajo precio de un fuerte que se. consignara al re· cibir el libro, bastnn(l o por ahora el aviso ; para los 1 no suscritores el precio se1· ú de dos pesos de a 8 déci­mos. Los que quieran que se les remita empastado C? en media pasta lo avisamn i en tal caso se aumentara el ;·alor de aquella operacion. Se suplica a los seño­res Ajentes de los periódicos enunciados se girvan dar oportuno aviso de los suscritores a la obra para ~levar­la a efecto. "Reunamos tambieo nuestros pequei1os recursos, enviémosJos al rep.resentante CU · P~ris del gobierno lliPRENTA CONSTITUCIONAL, POR NlCOLAS PON TON ¡ • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 80

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El Católico - N. 84

Por: | Fecha: 10/01/1865

Ol:..liC \ ¿p¿;nm,¿r®LIDD:CD® rwmB'i[f,l¿J'"~r "--'ª®JD 1 - AflO n. Bo.sota, 10 de enero d~ 1S65, NUMERO 84 ' TRIM. !II. LA CUESTJON DE LOS MILAGROS. ' Señor Colabot·ador de« El TieJhpo.» Aunque npénns hnbrú ~·i45~0 U. el n~met'? 83 dr "'El Católico," i de co.ns•gmentc estarn aprnas es­cribiendo pam contestarnos, vamos adelantando ' nuestro tral.wjo sobre la cuestinn que U. ha pro­pu(' Sto,pOJ·que ha escl'ito U. ya mucho, i puede ~e· · círsele tambien mucho sobre lo que ya ha esCI'Jto. U. que. asienta t>l prinripio de la Omni~(ltencia de Dios, le quiere quitar ahsolutameute la hbert<\~. Dios creó todo Jo que existe, por un acto csponta­neo de su voluntnd, P~"I'O d!"spues de c1·enr, conse1·­, \'Ó su so!Jr1·anía. Esa sobera11ía absoluta, se mues­tra a veces po1· golpes de Estado dados a 11\ Cl'et\­, rion, como dice el Padre Félix; esos golpes de Estado \o sorprenden a U, i con razon porque PI'P.­cisélmente para e, 1Sa1· sorpresa, para mostrar su pode¡· infinito, es que los dú Dios. U. quiere disputm· a Dios el. derr.eho con qu~ hace los milngt·os, le alega la cxtstenem de la l<'t natu1·al que ÉL mismo erró, i asienta que no puede ''iolal'la, i qne ('l milagro <'S una violacio~. ~o, seño1· Colaboraclo•· ; viola la Jei el qoe esta SUJí'tO a ella, pero Dios es superio1· a fa naturaleza que creó i o·obierna libreme nte. Pretrnder 11egar el milaO't·o 0 porque no se puede esplirn•·, es ma• ·c hat· o . a la neoacion absolutct porque mm raras cosns pue-de esptí'car el homb1·e. La erN\cion entera es para nosotros un misterio: veiTI05 rsas mi riadas de mun­dos que están suspendidos sobre nuestras cnbrzas, snberno~ que el globo que IYibita.mos rueda en me­dio de los espacios, vemos la mar inmensa ence­J'I'adn ent1·e sus diques de menuda arena, v e1nos que el gusano que hoi se a1Tnst1·a sob1·e el polv.o ma­ñana vuela de lloren flor,encantando la v1sta con los vivos i variados colores de sus brillantes alas, i nada rompl'endemos. Pero¿ qué mas? Vivimos, i no sabemos cómo, no podemos esplicat uuestra p1·opia existencia. ¡ 1 así pretende el homb•·c lla­ma• · a Dios a juicio .sobre sus misterios 1 Es mucho elevarse para cae1· \uE'go c\esde toda la altura de su or·gullo, revolcarse en elloclo..i levantm·se a\"el·gon­zado de haberse enlodado. 5egun U. mismo, pues, el Evanjelio rs una his­torh ; i Jo es en efecto, i Ja mas respetable de to­das las historias, la historia santa. Ella está escri­ta po1· testigos p1·esenciales e idoneos. La p1·ueba de su idoneiaad está aquf: si lo que escribieron no es la \'erdnd, m •eh os bubo que pudieron des­mentirlos, i, sinernbargo. nadie lo hizo; si lo que escribiPron no E'S la verdad, no podian prometerse sino la ignominia, porque era jmposible natural­mente que ellos se persuadieran de que una impos­tUJ ·n podia ntravesat· Jos siglos hasta nosotros i variar ia faz del mundo ; si lo puleJ'O se le­vantnron del ntaud; los que enterrados de !llgunos días despedían ya mal olo1·, se alzaron envueltos en su mOJ'taja, i salieron de lu tumba, obedientes a la vez que los mandó sali1· fuera.>> U. dice : s al>· l surdo puesto que niega la Omnipotencia de Dios.)) 1 ])ice U: << Así corno Dios pudo hacer las leyes « naturales, puede tmstomarlas, i por consiguien­(< te harel· miln~ros; pero esto no t'S bastantt>, ~s ce necesm·io pr·obar que alguna vez ha querido ha­ce -cerlos i que los ha ·hecho. Aquí está la di­ce ficultad.» A eso contestamos nosotros: El hecho <'Stá ahí; que no podamos comprenderlo, no es razon para negarlo, porque eutónces podría negarse todo~ has­ta In luz. La creacion que es el primero i rl mas port~ntoso de los milagi'Os puesto que no se veri-fit ·ó con relaciona ninguna lei preexistente, s2 po­dl'ia negaa·, pero a despecho de esa negacion, los fenómenos afirmativos vendrian a califieamos de locos. \ Eso de rechazar la creencia profesRda h:1sta boi 1 po1· todos los cristianos, es demasiado orgulloso, \' setior. Entre esos cristianos que afi1·man i que han ~ .. ,· J. afirrnado hasta sellm· con su snngre su afirmacion, ¡ Para el que niegue el testimonio de la historia, sí; pero para el que no quiera rwg:ll' la e\·ideneia, nó. Vamos n verlo, U. exije ce que los comprobantes históricos del ce tnilagro se l'efie¡·an a testigos p•·~senciales, cuyo « dicho, si ellos mismos no son los •·elatores ha:ta «nuestros dias, se hnya recojido por p"rsoiws ido­ « neas >> ; i declam << rechaza¡• p1·ucLas de esta cs­ « perie :- «los milagt·os son ciel'tos, porque asf lo «han cre~do siempt·e los católicos.» hai muchos talentos que puedo calificm· de supe- 1l riotes al de U, sin que U. ¡m~a ofcnde¡·se. T<'l'tu· 1 liano,. San Agustin, Santo Tomas i muchís!mos ¡~ ot1·os, no han sido homb1·es Yulga•·es. homb•·es 1' preocupados; la ciencia que ellos poseyP.I'On, lo hal'ia a U. cl'istiano l'atólico. Pero no son solo : etlos los que afi1·man el milagro; vea U: Diódoro ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 282 EL CATOLICO. en la historia de Mat·co A urelio t•efiere el de la 1 hombre se revela naturalmente contt·a lo que U() 1 Lejion fulminante, i U. que conoce la histol'ia, no 1 compt·ende; no podía eomprender a Dios en Jesu- · podrá dejar de vm· en aquel relato Jo que llama cristo, no tenia disposfcion pm·a admitir la doc­un tl'astorno de las leyes uatm·ales. Véamoslo.~ tl'ina cl'istinna tan contmria a la pagana; no podia Et·a el año de 176 ; el Empemdot• se hallaba con vea· en un hombl'e oscm·o i pol>re, el pode~·oso su ejé1·cito en el coa·azou de la Alemania. Enga- Libertador'• Reformador de lü humanidad. Foa· es-o; ) ñado pot· los Quados, se metió en un valle p1·o- pal'a convencer a los hombres, se mostró Seiaor fundo i t•odeado pot· todas paa·tes de altas montañas~ sobea·ano de la natmaleza. Las obras, dice, que en cuyas cumbres apareciea·on de golpe los Bát·- mi Padt·e me ha dada potestad de hacer, dan baros. El ejét·cito a·omano no podia ni avanzat· ni testimonio de mí.- Si no dai:i fé a mis palab1·as, retl'Ocedcr, e iba a sufa·il· una segunda vez la hu- creed a lo rn,énos en mi.<> obras; i como todo es :,·f· • millacion de las hot·eas caudinas. La desmoraliza- actual pal'a EL, suspende el cutso de uua lei natu-cion cundía en las filas, las fuerzas físicas faltaban ral, c1·ea, siempre que así conviene a su gloda a las !ejiones, porque una espantosa sed las ator- i al bien de sus criatm·as, porque no ha abdicado mentaba hacia cinco dias. En esta estremidad, el su libea·tad infinita. Comandante de las cohot·tcs pretorianas, se dil·ijió No tt·astoi'Da, como IJ. dice, no viola ninguna 1 a Mát-co Am·elio i le dijo: « Césat·, la lejion lei, porque la accion que ejecuta, estaba prevista 1 melitina que hace pat·te del cuea·po del E'jéa·cito, desde abetei'Do, segun el pobre lenguaje humano. está compuesta de c1·istianos para los cuales nada Si para Dios hubie1·a tiPmpo, se podl'ia espresar es imposible.))-<( Haced los pooca· en Oracion, » nuestro pensamiento así~ ''Un fé:ebre maquiuistn le respondió el Empe1·Ddo1'; i éllos, esos viejos constt·uyó un a·eloj que podia anda•· sin dal'lc cue•·­soldados venidos de Oriente, animados de la fé da durante cierto número de ¡,ños, pel'o para os­victoriosa del t :cntul'ion del Evanjelio, cayea·on de tentm· sus conocimientos en la matel'ia, el artista rodillas i a·ogal'On al vea·dadero Dios que glt)l'ifi- disp-uso la máquina de manea•a que en cierto dia i cara su nombre. Apénas habían conduido su a cierta hora, el reloj se parara pc>l' unos segundos ' oraeion, cuando el ciclo se cubriá de e pesas aubes, pa.·a m·mouiza•· con ta catTera del tiempo, i conti­el 1 ayo brilló, el . tnteno se repitió mil veces por el nuara despues andando." Esa suspension que ni eco de las montai'1as, i una gmuizc.\da honible cayó viola ni tt·astornu la lei, tampoco constituye un sob1·e los bárbat·os a quienes quemó, e . .;pantó i vacío en elJa,.. i no nos D('gará U. que es mui po­puso en derrota. « De tal suerte, dice el autot· sible. pagano, que se veía al mismo tiempo i en el mismo Poa· eso iué que Cl'isto dccl:lró categól'icamentc ' lnga•·, el fuego i el agua cayendo del cielo. re- cuando cu1·ó al ciPgo de nacimiento, que " ese l 'frescando a los unos i ardiendo a los otros. El hombre no babia nacido ciego poa· habe1· pecado él l fuego no tocaba a los romanos, i el ngua nt·dfa a o pot· hai.Jet· pecado sus padres, sino para que las . los Búrbai'Os como aceite hi1·biendo. lnundadosr ob•·as de Dios se manifestaran en éJ." (S .• Juan u, , 1 como estaban, pedinn agua a grito~ i se hacian 3, 4). ¡ hondas hel'idas pa1·a estínguit· con su sangt·e el Vea U, pues, que carece U. de razon cuando dice ! incendio que los consumía. En su desesperacion, que, «la existencia de las leyes natm·ales rijiendo se arrojaban en medio de los romnnos, en cuyo s campo el agua em t•ef•·escaote. El Ernpm·adoa· tuvo ccatl'ibutos infinitos de Dios, en tales términos que piedad de ellos_, i en memol'ia de este hecho, el (le comprenderlo, no necesitamos que ha­la sétima vez, i el Príncipe quiso que la lejion ) r•·ee1·ia U. ¡ tualmentr presente ante tL, i c¡uc de consiguiente Ahora, fíj<'se U. en lo que era el mundo al tiem­no cotTije lo tJUe ha hecho, no lo t•·astot·na. no po eu que el Cl'istianismo apat·eció, en Jo que eran hace mas que obt•ar conforme a su sabiduría infi- los que lo prrdicm·on, i en su establecimiento so­nita · los mila~ 1·cs . son la manifestacion de su o m- bre la ti en a, i ven\ otro milagro que prueba la nipotencia. o . divinidad del Cristianismo. ¡,Le parece a U. mé- Como es infinito, está en todas p~t'tes como ha nos sorprendente que la resurreccion de uu estado i estará· cuando U piensa, EL lee su pen- mut-rto? samiento ; cuat~do U. habla, ÉL oye su voz; pot' Pero dice U. que. el paganismo rayó pot·qne la eso es q e el espíritu se nutre hoi como se ha nu- humanidad encontró mas filosófica la doctrina trido siempre " bostezando ?t·aciones,:' segun la de Cl'isto, porque el mundo ma•:cha .siem¡~rc en espt·esion de U. I esta iofir.tdad de Dtos que el pm~r~so. Pues en verdad que la lustorw esta ~on • espfritu concibe pero que no puede co~prender tradtctendo a U. Lo mas natural es que el ngor 1 bien es la causa del milagt·o. Estando EL como hnga retmcede•· espantada a la humanidad del ca-está 'actualmente en todas pat·tes, viendo como mino que qnerin seguit·, i el rigor se empleó con los ' está viendo toi!o, oyendo i palpando todo de una cristianos a quif'nes se haría mol'ir de un modo manera sobet·ana, hace ostentacion de su orpni- honible pot· Ct'ntennres. ¿Dónde estaba la buena 4 potencia, no porque necesite hacel'la para ~a ni- disJ?osi.ciou del ~1undo en favor ~el CristhH}ism~? festarse, puesto qnc todo, hasta U. qu~ lo megfl, ¿ D1ez 1 ocho ~tllon~~ de .!lllio. Si no fué , cierto, muc·hos debiet·on negru·lo, i nadie lo negó. Luego su<·edió una de ·dos cosas: o todos fueron embancados como unos nét~ios, o todos convinie­t ·on en afit·mat· una mentim ; pe1·o ent1·e ese nu­memso grupo de .personas debia haberlas mas o ménos mnliciosas, p01·quE> siempre ha sido igual la espeC'ie humana, i se habl'inn reido como se ¡·ie U, luego si todos furron r11gañndos hubo un milagro, 1 el que l)l'esentaria U. i los que como U. piensan, ~ ¡ dejándose embnttCDI' po1· un charlatan. i condu('ir ' a tfna creencia contral'ia a la que hoi tienen. Si 1 todos conviniel'On en menti•·, esa mentim nl'egu­¡ ·ada po1· todos, es oti'O milagro, que C@ntracUce abiertamente una lei natural de la humanidad. Ya vé U. pues, que ha habido milagl'os. Pero U, dice que el mil> l aquí Yiene bien, siguiendo el const>jo que U. mismo nos ha dado, copial'le un pal'l'afito de Bálmes, en su Cl'itel'io. Oigalo U. " La imp(l&ibilidad físlca o natural, consiste en que un hecho esté fuera de las leyes de la natuai'IPza. Es naturalmente imposible que 1 lejion fulminante. Luego los milagt·os pueden pt·o­bal ·se. ¿ I por qué no, si ellos caen como cualquiem otro hecho, bajo d dominio de los sentidos? Respedo de los milngt·os falsos, vamos a con­testa!' a U. copiaudo testualmente en esa pa1te Jo que dice el St'ños· Augusto Nicolas, i así poudremos 1 punto pot· h o i a la polt'roica : "De que 1aya habido rn:Jagros falsos, muchos mila­gros falsos, es poeo filosófico i hasta irracional deduc.ir una eonsecueucia de ium·edulidad absoluta en los mi­lagros. '' ¿ Qué verdad hai en el mundo {jue DO haya sufrido falsificaciones? ¿Cuál podría subsistir si este fuera motivo bastante para desecharla? ''Mas aun: Do siendo el error, como dice Bossuet, mas que la ve1'dad de que se abusa, debemos ver en los nulagrosfalsos, rnilag1·oscontralleclws, Jo mismo que en la moueda falsa vemos la verdadera, fraudu· lentamentf' imitada. ¿Por qué hai quien haga moneda falsa? porque espera haeerla. pasar por buena. 1 ¿por q_ué espera i log~a a veces hacerla pasat· por buena, smo por·que la ha1 en efecto. buena, que predispone a recibir la que se le parece. ? As1 es como lo falso solo existe, pon¡ue lo verdadero le da interes i credito. Examinad todas las falsedades que aparecieron en el mundo, i vereis que todas debiet'on su orljen ¡, su cré­dito a alguna verdad primera, ) ) l . nivel, que un cuerpe sumerjido en un fluido de Coíno co aborado1· de su importante periódico, : \ menor gravedad no se hundn, qtle los ast1·os se me att·eví a dn no l juegos del Coliseo.¿ Puede rechaza¡·s~ ~e testimo- es un s·obo, un salt~nmiento, puesto qye no hni ni 1 nio? No, racional i lójicamente hnblás~(}, no pue- ha habido tales manos ·muertas, ni tales bienes 1 de rechaza1·se i mucho ménos exif1iendo, como amo1·tizados hace largo tiempo en nuestra tiel'l'a., existe hoi en Roma la columna Ai1tonina, don- Si UU. los escritores católicos, se emedau ahora de está •·eprescntado en relieve eJ.. p1·odijio de la en etemas polémicas sobre milagros, o sobre cual. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. quiel'a ota·o asunto inoportuno, si t1·agan el anzue- ' tener hasta el dia la publicacion semanal ; i cum­lito que les han ehado los pescado1·es,estos habrán pliendo con galanura i brillantemente la mision que logmdo su objeto poa· ahora, que es distmerlos a babia tomado a sn cargo. Mision sublime i grande UU. de esas gt·aves cuestiones, i de las que deben como grande i sublime es el objeto que en ella U. sm-jit• del estado actual de cosas,i distrae!' tambien se proponía, i mision que, no dudamos, haya pt·o- ' n los lectores con provecho de In impiedad. ducido los mejores efectos, conduciendo intclijen- Los milagros se ven i se palpan, i lo que se vé cías estrnviadas, al camino de la vet·dad i de la luz. 1 i se palpa no necesita pi'Ueba ni demosta·ncion. Pero Ha prestado, pues, U. con la fundacion i redac-eso::; señores no admitirán jamas los testimonios cion de « El Católico» un positivo servicio a 1a que se les dén, aunque con ellos se llenen diez vo- Iglesia, i de consiguiente a nosot1·os que, romo , lumenes; i como no hai peo•· sordo que el que no católicos, debemos considerat· como tal la defensa quiet·e oh·, ni peoa· ciego que el que no quiere ver, de nuestra Madre ultrajada, insult«da i escarne­es inútil gasta1· el tiempo, la pnciencin. los tipos i cida por los que han quel'ido llamat·se tolea·antes el dinea·o, o como se dice, gas tíll' la pólvora en en materié\s relijiosas, aunque no toleran ni siquie­gallinazos. Empleo UU. la suya en pavos, faisa- ra que lloa·emos en las aras del Dios vea·da> opóngase alguna de es- ¿Acaso g•·andes utilidades pecuuial'ias '? Bien sa- 1 tas ·otras : a los a·obos son justos?« La revolucion brmos qne ha salido alcanzado en las cuentas con ha sido útil o funesta al país'?>> ¿ «Qué se han he- el Editor. ¿Acaso la p;lorb literal'ia? Oh 1 No! cho los millones que pl'odujeron las manos rnuer- Adcmas de que esto Yale tan poco en nuestro país, tas? » << ¿Qué-gan1utías de ó1 den i de pnz dán los esa ya la tenia U. conquistada de antt>mano. Pero principios ni los hombres de la época? 1> ¿mro del tcl'l'or: el espt>J'aba diócesis, 1 Esa sel'ri una histol'ia i él la escribirá. Me limitaré, tanto ménos sus palabras cons oladoras, edificantes pues, a tocat· los hechos principales. i llenas de uncion i de fé; los sostenedol'es i de- «El Univet·so » ha sido en la r•·ensa pal'isiense fensores del Catolicismo apénas podiamos publicn•·, el órgano mas escuchado, el mas influyente i, para como a eseondidns, cortos folletos i hojas sueltas decit verdad, el único órgano del partido Cató­en defensa de nuestra Relijion i de la Iglesia, espe- lico. Se le han puesto al lado periódicos relijiosos ; !'ando, cuando ménos algunos días de pris.itm o de se le han opuesto periódicos de p:utido, pero solo 1 estrnñamiento : en tal estado se hacia notar la fa 1- él se ha mc\11tenido siempre lejano de las facciones ta de una pnblicacion periódica que rccojiet•a i uie- i de las j4otas de toda especie; soJo, ha podido t•a a luz semanalmente las qnrjas de los católicos, decir siempre con toda venlad : «Yo no pertenez· lanzadas al pié del altar doméstico, pues los tem- co sino a la Iglesia i a la Patria. » plos pe•·maneciall cermclos ; i fué entónces cuando ¿ Qné quel'in el paa·tido Católico? apercibiéndose U. de aquella falta, fondó «El Ca- > con 1,200 suscl'itores; se le han presentado, desde In falta de recu•·sos poros amigos en el mundo rcUjioso, niHguno eu pecunial'ios, no solo para empeznr, sino pam sos- el mundo político. Hé aquí los elementos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 285 ~Aun en la polítiea, se observó una conduct~ jeneralmente bien circunspecta: la ausencia de toda hostilidad sistemática contra el Pode1·. Se admitió la evolucion de 1830 con su Carta, su Rey, su dinastía, i nos limitamos a trata¡· de sacar par­tido en f'avot· de la libertad de la Iglesia. La reso­lucion era formal, de no inclinarnos ni a derecha 1 ni a izquierda. « Acuerdo perfecto en las cuestiones t·eliJiosas : amor sin reserva a la Iglesia; profcsion, sin mis­tel'io, de l) ( 1 ) Este progama hizo estullar en el acto numrt·o­sas reclamacioJ1es, i encont•·ó vivas hostilidades. Miéntras que el Podet· se inquietaba con un movi­miento que debia suscitarle embat·azos, la p1·eusa lejitimista denunciaba una tentativa de engancba­miento en fa'\lor del réjimen de julio. Las hablillas hacian circulnr la especje de que «El U ni verso n que prometia muí poco a sus Redactores i les daba ménos aún, em costeado pot· Madama Adelnida, hermana de Luis Felipe. Los revolucionarios i universital'ios, aunque felipistas, respondían a los Redactores del periódico Católico que pedía liber­tad. 1.( Vosotros sois Jesuitas, i se os debe es­pulsar. » A tmves de estas hostilidades, el periódico cre­cin. Su fusion con la ia a la vez los mas sólidos apoyos i los guías mas seguros. Fuet·a del periódico .. se publicat'on folletos pnra activat· la pmpaganda . .M. Luis Veuillct tomó pat·te en esta lucha con su escrito intitulado « Carta a M. Villemain, l\Iinistt·o de Instmecion pública. >) El éxito de este escrito contrilmyó mueho a estendct· la circulacion de «El Uni\'erso.>) El Gobiemo inquieto, o mas bien irritado de Jos esfuerzos de Jos católicos, cedió a las premiosas instancias de la Universidad que en todos sus dia­rios lo conjuraba a recurrir a los medios rigorosos. Viendo que era poco anastl'at· a los Obispos ante el Consejo dr Estado i obttne¡· de ellos declaracio­nes que calificab~m la defensn de abuso, se trntó de iutimidat• a los escl'itores, i sobretodo a los · \ ec\esi<\sticos que hacian la guerra al monopolio. Se aprehendió desde luego n\ seilo1· Abate Comba­Jot, auto•· de una elocuente JUemoria a lo,s Obispos, i bien digno de set• el prime¡· atacado. El fué con­denado a pl'ision i a una multa. Siguiendo el ~so de las causas políticas, los Redactores de <(El Uni-l verso» i el Comité (.'atólico, pt:epararon una histo­_ ria detallada de este proceso, encargándose lVI. . Veuillot de aüadirle una intl'Oduccion,que escl'ibió · de manera que no pudiera prohibirse la publica- . cion del folleto de que el partido cat,ólico contnba hacet· un medio de propagandn. , El manuscdto fué sometido a la revision de un M> dirijiéudose a los Jurados: i'e de lA Iglesin se ~ pusil'se resueltamente a In cabPzn del partido libe-~ ral. La clivision se introdujo hasta en la redaccion 1 largo tiempo tan comparta del ~~ Univet·so : >) los Jesuilns <..le H.omn, que no tomaban parte en las manifestaciones clérico-libcrcdes, enm en Francia censurados por unos i aprobados po1· otros. M. 1 Luis Veuillot, decia coll este motivo en una carta ~, dirijida a M. Coux, el 18 de 11ovir,nbre de 1847 : " Encuentro bien, i aun deseo .que los Jesuitas no salgan de su casa 1 perdería tal vez algo de mi simpatía por ellos si hiciesen pl'oclamas de Ja especie de la de los fl'anciscanos de Perusa,en que me parece descubrir algo al Sacerdote constitu- 1 cional. Yo no veo en la historia ele la revo!ucion ninguno de esos habladores de libertad q.ue se haya euconta·ado Sacet·dote fiel en el dia del mm·­til'io. Si po1· una desgracia cuya posibilidad se ol­vida demasiado, P-ío .IX fuese destronado" estoi segUJ'O que pe1·mnnecel'ian al lado del Papa mas Jesuitas que de esosjTati p1·oclamadores. " En lo que concierne a los Jcsuita8, mas vnle s~uit· al Papa nsieudonos a su sotana, que preten­de~ · sacarle fuera de ella. El Papa es ba~tante sá· bio para nu quedarse drma ·indo a tras ui ir dema­siado léjos : la segul'idad está a su sombra.'' Las disensiones se agravaron, i M1·. Luis Veui.­. llot, viendo que se entraba f(\ªJ5 i mas en Ja vfa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. _ - .. ,_-. _'! - ~ ...... - -~~·-· - - ~- rrl 286 EL CATO L 1 C O. ~;~:::::~:~~::,~:;; d;::~;.::::: t:;g:;.: -:~,:~=nu~e t dt-bia dt>jar él solo. A~uardaba para paa·tir el fin 1 ('Ste hecho puede concluil·se que el 1\e> uno dP cu .. ' os fundadores fué M. de Coux. Ma·. de Montalembea·t, i el golpe de K tado no M. Luis Veuillot se quedó con ((El Univea·so,,> i M. ejerció una acrion inmediata sobre el partido ca­de l\1flutalemb('rt vnh ió a ser uno de los amigos del tófico. Mr. Veuillot, despues de Mt·. de Montn­peribdit'o; hé at¡-Uí sobre este punto algunas líneas lembret, se adhh·ió a él, porqne asi l1ebia hacerlo de Mr. Veoillnt: como consecuencia lójica de la linea de ronducta " l\1. de Montnlembert nos pennitit·á a·ecordar que habia seguido en su periódico. Así fué qoe eu una (•it·cunstanda que le honra : en el momento todas las discusiones que precedieron i anunciaron de la revolution estaba de malas con "El U ni ver- el frn de la República, e' El Universo" se mostró 1 so. " El 24 de f{> u·ero poa· la tarde, en númet·o de favot·able al Presidente, pei'O sin manifestat· taro­tres o cuatro,delibel•·nbamos sobre el lenguaje que poco un celo estremado. Sus reservas dejaban 1 ·¡ debíamos usat·,cuando vimos,~on mas alegda que compt·endeJ' que no podia olvidat· cierta carta rela- SOl'pl·esa, lle~a~· a M, .• de Montalembef.t. Fué el ti va a la cuestion romana, contt·a la que ningun único C; ; pitan que upaa·eció es~ ta1·de eu nuestro otro periódico había hal>Jado tan fuertemente. pobre i pequel'lo cuerpo de gnardia. Antes de ha- Aunque mostt·aba ioclina1·se al lado p1·rsidencial, bet· dieho una pnlabl'a sobre la situacion, estaba- no llegó a pi'Onunciarse ni por el impe1·io ni por la mos de aClH'.l'do ; pt·esente i consultando él, es- Presidencia vitalicia ; se limitó a opinar en favor cribimos el wrto programa de la línea de conduc· de la pa·olongacion de Jos podel·es que ·tc·nia Luis taque debinmos seguil·. Este programa e1·a since· Napoleun, i no hizo el papel de vencedor al dra ro ; se le encontró sin temeridad i sin bajeza. siguiente de la victoria. El 8 de diciembre de Bien p1·onto despues, leyendo las instrucriones de 185 t escl'ibia : "NosotJ·os no somos ven<'edores nuestros Obispos, tuvimos el consuelo de ver que " ni vencidos, ni descontentos. Nada tenemos que no habíamos sido mal inspirados." " decit· cuando nada de Jo que nmamos se ha ata- IV. "cado ni amenazado. Somos simples esoectado- Bnjo la Hepública, " El Univet·so" estuvo en- ~'res de los acontecimientos, i ,-emos en ellos clavado en el partido de la resistencia, pei'O sin " grandes i consoladol·as lecciones.' ' pertenecede ; pot· el contrario, no cesó de mos- No quea·iendo depende1· el esct·itot· ni de la opo-tt ·a¡• a este pnrtid ,l que si tenia mejores instintos sicioú ni del poder, se colocó en una por: iciou que \ que sus adversarios, necesitaba mui poco para lo alejaba igualmente de la oposicion i de los em~ · te[\et• tan malas doctrinas como ellos. Duran- pleos i aun de las candidaturas. Asi pudo juzga¡· · l te el tiempo de esas luchas tan vivas, reinó pe1·- los incidentes que se presentaron, sin que lo cega- 1 fecta armonía en el fondo de las cosas, tmtre ra el espí1·itu de partido, sin censurados ni elo­el pedódico i M1·. de MQntalembert. " Antes jiarlos, i sobre todtl, sin comprometer jamas el del 1 o de diciembi·e, Luis Napoleon, candida- pot•venir. Segun una patabra de Mr. de Monta­to pnt·a la P1·esidencia de la l\epública, ofa. bien lemtJe¡·t, hablaba como testigo i no como gm·ante, a t<,)dos los hombres que poseían una voz i una aceptRud-o lo que la Iglesia areptaba, i contestando pluma. PI'Opúsose al Redacto-r en Jefe del U ni- , a ciet·tas mls~bles insinuaciones: e< Como depen· verso una entrevista con este personaje que podía . de de nosott·os dar armas a la caiumuia. estamos ya influit· té nto. El periodista respondió que M1·. ta·anquilos. ~ El estracto siguiente de un artículo de Montalembert era el jefe del pat·tido cntólico, i publicado el t4 de marzo de 1852, basta para in­que poa· medio de él se podia sabe1· todo lo que di ca•· su actitud : pensaban, todo lo que qnE>riao i aun lo que desea- « Que el Príncrpc se acuerde de la confianza ban sus amigos, i que él tenia mas t-ítulos i mas ce qoe el país ha depositado en él ; no el pais que capacidad que ningun ota·o para hablar en nomba·e e< está celoso i que discute su podea·, sino el que pi­de tal partido.', (2) « de al po·det· justicia, fuet·za i paz. El Pl'íocipe La eleccion del Pdncipe Luis Napoleon cambió ce pu-ede mucho pam el mal como para el bien; l}ien pi'Onto la situacion. M•·· de FallotlX encar- « pero Dios no sostiene largo tiempo lo que no es gado del Ministet·io de la instt·uccron pública, sacuet·dos, aumentó las disidencias, 1 pot· cualquier artículo que pareciet·a desagradable; agrabó ciertas hostilidades de que resultaron polé- pero sinembargo, como estaban resueltos a desa- ,l micas ardientes. fiado todo para publicat· lo que les llegara del i ( Aq_uí el autot• de la biogt·afía entl•a en porme- Soberano Pontífice, publicaron, apesar de la ame. 1 nores sohre las disputas que ocas!onó una tésis en naza foi·mal de supresiou, el discurso en que el J que se pt·oponia que a la juventud cristiana, no se Santo Padt·e calificaba el escl'ito titulado "El Papa 1 Ja educat·a sino confOJ·me a las ideas de tos clási- .¡el Congreso,'' como "un monumento insigne de cos ct·istianos. Esta disputa llegó a tal grado de . hipocresía, i un innoble tejido de~ontradicciones." acl'imonía, que Monserwt· Dupanloup prohibió en En el momento en que se acababa de resolvet· su su Diócesis la lectum de El Universo, en cuyo inset·cion, entl·ó al despacho de la l'edaccion uno pel'iódico se sostenía que no debía limitarse a eso de los colab0radores, i notondo en las fisonomí&ts la enseñanza. El Redactor agua1·dó el fallo de Ro- algo que indi<·aba una situacion gt·ave, preguntó : maque le fué favomble. ¿Qué sucedt>? Que estamos mul'iendo, se le t•es­Dt> spues el Abate Gnduel, lo atacó en un folleto, ponclió.-El 11 de enero de 1860 se publicó el dis- ¡ acusáutlolo de habet• so~tenido difet·entes herejías. curso del Papa, i el 28 del mismo mes reribió M. M. VeuilJot contestó i se fué para Roma, no a bus- Veuillot la Encíclica Nullis certe condenando los cat• la solul!ion de esta cuestion,sino a oJ"ar pot· una últimos atentados cometidos contm la Silla santa. p.et·sona quel'ida a quien babia pet·dido. Miéntras Envió! a a sus colabol'adores diciéndoles: r, Hé tanto, el Abate ocUI'J'Í{) a Monseñor Sibom·, Arzo- aquí la muerte. El pel'iótlico será suprimido ma­bispo de Pal'is, que condenó tambien el pe1·iódieo. ñnna."-La Encíclica se t1·adujo, no obstante, in­A esta condenacion se adhil'ie1·on ott·os cinco Obis- mediatamente, teniendo pot· una fdicidwl pe1·ecea· pos; i M. Veuillol apeló nl Papa, que en 21 de en tan bella ocasiou. No h (tbia sino un temo1·, ¡ ma1·zo de 1853, espiclió la Encíclica Inter multi- em que el periódico fuese co!lfiscado en la impren­plices, 1·ecomendando a la benevolencia i protec- ta, i que !~ palabra poutifirfa no reeibiese publi- , cion de los Obispos, los escl'itores laicos i los pel'ió- cidnd. Pero el 29 por la tiw ;}ana la Encíclica apa­dicos •·elijiosos. Monsef'wt· Sibom· derogó entónces rccíó. El mismo dia fué sup1·imido El Universo la prohibicion con que había herido a El Universo. por un decreto imperial. Er uial'io sueumbió, pe1·o f :l· Pe1·o la gueJ'I'a no cesó poa· esto. En 1856, ~e la Encíelica se publicó; los otros diados no tenían , p~blicó un folleto anónimo que se atl'ibuyó a mu- prohibicion de rept·otlucirln, i desde eutónces, nin­cnos escríto1·es i que se 1·epartió con pa·ofusiou. En gun obstáculo se ha puL:h o a la publicacion de él se trató de pt·obm·, tomando varios trozos aisla- estos docurnf'ntos. dos en la coleccion del periódico i adulterándolos, l\1:. Luis Vt>uillot i sus c ompnf¡eros, no podían que El Universo, i sol:>re todo su Redactor en Jefe, des<>m· un fln mas noble, m:\ s glorioso para la obra ' habwn sostenido las doctrinas mas •·evoluciona- que habían amado tanto. ría : , i cometfdo una multitud de iniquidades cuya Hé aquí nlgurms lineas de una carta redactada soliuaddad deshonrada a la Iglesia. Esta publica- por f. Veuillot, i dirijida al dia siguie~:tc porto­ciou fué apoyada i ensnlsada, no solo pot• Jos pa- da la t'eclaeci'm al So1wrano Pot tífi(·(~ : peles que atacaban la fé católica, sino aun poa· los u Una l~ndt'licn de Pi u IX lnhia dndq la vicla ¡· t ,· que la de 'endian,i los Obispos tuvieron que censu- al Universo, i otra Encíclil'a dP Pi o rx le ha qui-t! ml'la. La t·edaccion entabló un proceso que tuvo tado la Vida. Dios i Pío TX. ;eau lwnditos. Nue~-­que se1· abandonado pot· un sucesc imprevisto, i tra obm era vuestra obra, Santísimo Pmlrc, i nues-el auto1· del anóuimo se comp1·ometió a no refmpd- tros \'Otos i nuest1·os tr;d;o jos cotltínúan siendo mirlo. vuestros como nosotros.'' Como M. Veuillot habia conticuado su política El Sant•) Pad.1e se digno felirital' n los lledc·tcto-de pt'escinjencia absoluta de los partidos, i muchos res de El Universo poi' hah ,. ernpt·e.~.lido ' ' hacia de sus autiguos ellmpniie;·os de t·edaccion habian tanto tiempo, i de todo c01·azo n, sostr•t¡er i defen­formado en las tilas opo ' icionistas, resentidos por- der la mui belln i noble c·n usa de la Iglesia i de In que no los seguía, lo acusamn de mui complaciente S:-~nta Sede." Alabó mui p: t'ticulaJ'nHmte el mdot• , con e~ poder, i pt·ocul'ar_on así la sup1·esion del "eon que se habían esf'o.rz a do, sin. tt•mo1· ninguilo, 1 pel'iódico pot· un decreto impel'ial. ) -en l'Pfntat· los diados irnpudentes, en dt>f<~ncJe¡· lns Veuillot cometnó a tenm· pot• inevitable este leyes ele la Iglesia, i en c·ombatir pot· la soberanía sarrificio, cuando el protoco\o de 8 de abl'il de civil con que la ProvidP l da ha investido a los 1856, pt·obó que el Piamonte podía cont:w con la Poutífiees I'Ofl11H\OS." alianza de FJ'a.ncin. E1·a clat·o en efecto que la Cuando Et Uni1:etso fu~ sup:·imi ( o, coutabn gQerra de Italia alcanzada al Papa; i El Universo trece mil suscritores i este número iba siempre en e~pt·esó esta convicc1on, aun ántes d~ que la cues- anmentv . , tion ita}iana fuese publicada oficialmente. A esto Es preciso notar que M. Billauit, Ministro de lo · : se debió que IR cnmpi•ila no fuet·a mui desastrosa, Intel'iot·, tJo hablnba de la publicaeion de la Eneí­ ·pet·o ro celo IP ata·ajo una prevencion de que solo clica en el informe en que pedía la supn·sion d 1 ' le libró la amnistía que siguió a la paz. No obs- periódico. No toda verdad debe decirsP. f:t califh'ó tan te, la cuestion continuó, i la p1·eusa sometida al '' Unive1·so" de dañoso a lo: verdaderos inte- . i apeló a los iLrultos i a las denuneiaciones .eontt·a reses de la Iglesia i a los e: e la paz p •í lJlica, j 1 ' El Universo. La redaccion fué de nuevo conmi- di.io tarnbien que era la c~usa de atnqut·s mui te­nada con la supresion, no ya con motivo de los mibles dirijidos contra la Relijion. ¡ Cuilnto cl<->be negocios de Itnlia, sino poL· causa de un escrito haberse sorprendido el cándido i pkdoso M. Bi-titulado Europa i Asia, i seis semanas desput!s; llnult, al V(>l' que la supl'esi.on del Univel'.~o, léjos se le hizo otra conminacion por un proyecto de de hacer cesar esos atnqu{'-s m~ti temibles, 1os ha carta al Papa, que había pt·opuesto M. Veuillot. hecho mas atrevidos ! A ñadkemos que su tésis El decreto ministel'ial dcclamba que tal P'.'6yecto ! ya era co~1ocida, .po1·que los catóJi,•os model'ndos tenia por fin "busrat• J organiza•· una ajitacion ! sinceros, ga.lirnnos,fusionbstas,académicos,i en fin' en Francia, bajo un pretesto relijioso.·,, 1 toda la prensa irreJijiosa la babia sostenido üntes: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 ~88 -- :EL CA T·o L I C O. r~.,~~~~~~~,.....,_~r . r-..~ ................ - 1 Como el ataque era mas bien a Veuillot, que al 1 f periódico que él redactaba aunqn~ el Ministro 1 hnbia califieado de in.sopo1·table e: titulo de C'ste, r se permitió al propietario MI', Taconet. comprar 1 otro que se llamaba la Voz de ltt verdad, i que ¡·: contaba cr.¡·ca de 2000 soserito¡·es. DPI pel'ióclico suprimido i del nuevamente adqnil'ido, se formo ¡1 uno nuevo que se llamó El !J'Jundo i que f•onservo 1 casi todos los RedaC'tOI'<'S del <> i todas : sus doctrinas. Lo únieo que se exijio por los en­l e> no ha desarmado a los enemigos de MI'. Veuillot. Los escritores revolucionarios i oficiosos (que es todo u no), lo he n perseguido con injmias po1· b prensa i aun en el teatro donde Dada se rrp1·esenta sin el pase de la censura, los católicos liberales mas ilustres i mas nombt·ndos, lo han hostilizado ata­cé" indolo, regañándolo i haeiendo mezquinas alusio· nrs a él en sus panfletos, rn sus discursos i aun en sus libt·os. El ha solido contestna· cuando se han atacado sus obras, i ha desdeñado toda respuesta cuando los atnques hau sido dirijidos a su persona. Pei'O como no ha habido acusacion que no se le haya hecho, aun la de ambicion personal, ha dicho por fin: «Yo no soi nada, ni pretendo nada,ni tengo nada. No perténezco a ningun partido, porqu·e no me hago ilusiones sobre ninguno, ni acaricio ninguna quimera. No <:'stoi ligado po~· ningun reconoci­miento, por ninguna ftfeccion, sino con la Iglesia, pm·que ella es mi Madt·e i mi Reina. Es a ella que Jo debo todo desde que le debo el conocimiento de la Y<:'rdad ; la amo porque es po1· ella que creo; ele ella sola espe¡·o todo lo que puedo espet·ar : hombre, la misel'icordia divina, ciudadano, la sa­lud de la patl'ia. >) Concluyo ron estas palabras que cal'acterizan la obra i el obrero. No se espe•·a¡·ia de mí, sin duda, que enta·ase en detalles particular<'s sobre la Yida de Mr. Luis Venill.ot. Las cosns demasindQ íntimas, segun Eu· jenio G uérin, debe uno gua¡·dal'las pa1·a sí. Hahlat• de sus hábitos, seria una pue1·ilidad : yo he divi- ~ dido con él los placeres i )os dolores, ¿ p.ara qué refcl'il'los a los indiferentes? 11 1 ·EuJENIO V EUILLOT ( 3) Una de las obras mas notables de 1\ll·. Vuillot, es la que ha publicado últimamente con el título de 1 f7ida de Jesus. Fn ella hace la verdadera historia del 1 Dios. de lo~ cristianos, _i pu~veriza la novela que con ¡ el m¡smo t1tulo ha escr1to l".rnesto Rr.nan. El Santo Padre dirijió con este motivo al escritor católico la rat:ta q_ue publicamos en nuestro número 82.-( Nota de la redaccion.) · RETRACTACION. Ilustr~ simo señor Arzobispo doctor A ntouio U erran. Socorro, diriemt1·e 20 de 1864. Nuestro amado i mui respetado Prelado :-He-m os leido con el respeto i la estimacion que merece. la carta contt>stacion que se dignó <'scrihirnos con ferha 1.0 de los cot'l'ientes, en (Jtle nos manifiesta , S. S. J. las razotH'S en que se funda para rxijirnos ret1·actacion pública del jm·amento que pr('stamos en los términos prevenidos po1· la leí sobre policía de cultos, i de fas opiniones i doctrinas que hemos publicado po1· la imprenta. Vamos a complacet· a U. S. I. diciéndole lo sr.- ¡ guiente: po1· el jut·llmerrto que prestamos en obe­decimiento de la leí de .23 de abril sobre policía f' de cultos, no quisimos de modo alguno obligamos a obedecer al pode¡· tt>mporal en asuntos propios de la jmisdiccion espiritual ; i aunque a\ prestar sia, pedirnos perdon a la aHtoridad cele- 1 s!ástica por httber prestado nuestro juramento, sin salvedad alguna en la fÓI'mula con que lo pt·es­tamos. Respecto de las publicaciones que hemos hecho po1' la imprenta, des pues· de babea· prestado aquel juramento, ya lo dijimos a U. S. l. en otra ora­sion, i lo repetimos ~hora: nos rett·actamos de todo aquello que en tales pu\)lieariones rsté con­denado por la Iglesia docente, como rontrc1rio a la fé, a las buenas costumbres i a la jurisdircion es­piritual de la Igl('sia; pues crPemos <.·o.n el Apóstol que la Iglesia católica es "la columnn i firmnmen-to de la verdad," i que nuestra razon ()(lbf' sorne· terse a su,. autoridad, sin exámen ni va~ilacion, siempre que se trnte de asuntos propios del órden espiritual. Si esta retractacion fuere suficiente ra1·a llenar los deseos de U. S. I, pedimos rendidamente In 1 correspondiente absolucion, i prometemo sujetat·- ! nos a cumplir la penitencia espil'itual que se nos. señaln. U. S. I. tendt·á lü bondad de dar t\ esta ret1·ac- • tacion la publicidad necesaria, i ordenarnos totlo 1 . lo demas que dt'bamos hacet· para llena1· nuestL:o deber como minjstros católicos. ~ Con sentimientos de respeto, amor i obediencia, ~ nos suscdl>imos de U. S. I. humildes súbditos. · Félix Jiron-11/iguel Atuesta .. SEÑORES SUSCRITORES." Con el pt·esente número tet·mina el trimestt·e .. .COI.EJIO DE I .. A CONCEPCION. Este Establecimiento de alumnas rsternas continua­rá sus té.lreas el dia 7 de enero de 1865. Se enseñarán las materiassiguient~s: relijion, urba .. nidad, historia sagrada, gramatica castellana, aritmé­tica, frances, jeografía, escritura, d•bujo, musir,a vocal e instrumental, costura, bordados, tejidos i demas obras de aguja, i flores artificiales. El sistema adoptado para el estudio de los ocho pri­meros ramos será el _mismo que emplea en el" Liceo de la Infancia" mi hermano, el señor Ricardo Carras- l:.j · quilla, quien se enc.:~rgará de dirijir la enseñanza de ellos. La Dir('ctora, BELEN CARRASQUI LLA DE ÜBTEOA. ..._ .. _ ... -.......... ~ ............... ......,.._""'"" ............. ..........,...,.. IMPRENTA CONSTITUCIONAL - POR NlCOLU llO~TON, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 84

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El Católico - N. 83

Por: | Fecha: 03/01/1865

Cm·cciendo ya de fondos para los gastos que demar'da la pub\icacion de este periódico, supli­camos a los St'ñores ajentes que nos envíen el valo1· de las suscl'iciones que hayan podido coloca•·. 1 señot• doctor Chial'i sea el autor de.l artículo a que el seilot· colubot·ador de " El Tiempo" se refiere en el que estamos contestaudo. Cuando el señot• colab.ol·adul' se si•·va dat· res· puesta a nuestras preguntas, entraremos n por respeto. La 1·azon no necesita, ántes rc.>(·hoza el insulto que la daña, i no ·otros vamos a defendet· los fueros de la mzon catolira. PtH·n empezar esta polémica, se hace preciso senta1· algunns bases, po1·que todn verdad tiene su modo especial de set· probada : una ve1·dad de heehos, ~e p1·urba po1· la hi~toria, como una ver­dad rnatt•máti(•a se prueba con númea·os. Es pr·e<·iso, pues, que el seiiot· colabo•·ador nos diga primer·o qué entiende pot· milagl'o, i despues, si admit11·á pruebas histó1·icns pat·a compi'Obal'lo. Obteniclas esta respuestas, veremo:s si, apelando a\ nusilio de los he<•ho i de lns refleccioues que los confirman, p 1demos conseguü·,ape~at· de nues­t¡ ·a est•a ' t~ inte rij í'tH.•ia, poner eo cléH'o la existencia del hecho milagroso. Desgrnei(Hlnmente tal vez, hemos visto el nú­mem 367 de '' El Tiempo," cuando ya tod<'s nuestt·os matt'riales para este númet·o de "El Ca­tólico" estnlwn en poder de los cajistas, i pm· eso nos limitHm~-; a esta lijera répltca ; pei'O el señor colnbontdur put.'de contat· con qne no esquivamos la diseu"ion en el terreno de la verdade1·a filoso­fía, aunque alo·nn.o de nuestros mas quel'idos i apre<'i <• ble, n migos nos haya aconsejado otra cosa. " El Católico" i 11 La Voz del Catolicismo," no tient•n otras t·rlaeioues que las que resultan de la idt>ntidad t'n ta causa que ámbos periódicos sostie­nPn ; pero el sei'w•· Redactor del segundo no ha put'stH nunca una lett•a siquiera en el primet·o ni no:-.otros t('JU'mos ninguna injerencia en el segun­do. Decimos esto pa1·a r~chazar la idea de que el El campo a quP se nos 1\amn es vasto; pt'OCUJ'a­remos recorrerlo. Pero no teniendo en nosott·os mis­mos luces suticient<>s, las pediremos a ott·os como el señoa· colabot·adot· nos In aconseja. Ni él ni no­sotros naeimos aprrndidos,i los que nos hnn prece­dido, i los que nos arompañnn en la tl'abajosa pe­re¡. rrinacion que llamamos vida, alumbt'ernns decidirán cuál de los dos marcha po1· una senda el't·ada. EL DUELO. El anhelo del hombre pot· la inmot:talidad, esa ' ansia que no se satisface con ménos que t•on una vidn eterna, están pi'Obando que en efecto tenrmos un pl'incipio inmortal entJ·e nosot1·os. No podemos tent>J' idea de lo que no existe; los objetos abst•·ac­tos, romo la virtud po1· ejemplv, hilu tenido que hac-é•·senos conocet· pot· el mismo que nos enseñó a habla•·· E:o;e Sé1· infinito en su bondad, no quiso que dt>ját·amos de ronoeerlo, que tlrjára,mos de amal'lo, i nos reveló el mP.Clio de llega•· a EL pOI' el amor. El ódio, que es la· causa del duelo, contra­die~ a la lei de Dios ; la inmo1·talidad a que el due­lista aspira~ si la olltiene por acaso, es la iumOt'ta­lidad delcrímf'n. Drsde la cumbt·e de una montaña dejó oh· el Todopoderoso su tronante voz: :as criatma" al OÍI'­Ia, cayerou aterradas. La majestad de Dios era · irt·esistible pam el homb1·e, i el homb1·e 1~ rogó que hablara a otro o se hiciet·a eutendet· de otra mane­t ·a . Dios dió su lei esct·ita sobre piedra pat·a que fuera pennanente i no pudiet·a set• alterada ; i m1o de lo'> nrtíl'ulos de esa lei, deciu en earactéres gra­bados po1· Dios, ce no matal'áS.» El duelista des­precia este mandato de Dios. El primer hombre que se atre\'iÓ a vertet· la sangre de su het·mano, fué-ma!dt>cido i vivió c1-ran~ te; i hasta hoi el nnmiJre de Caín, ha rnat·chado unido a un adjetivo tenible. Nio~un homi.H'e tie­ne derecho pam atentat· a la vida de otm hombre; el que romete tal atrntaclo, lleva el sello de Caín. Dios dió al hombre noriones de todo lo bueno, i le ot·denó !'el' justo. Lns individualidades fot·man las Na<.•iones, i estas, tomnta :1 la vida de otro i espone su propia vida, lleva en su frente no solo el sello de Caín, sino esta iuscripcion dos ve­ces deshonrosa : suicida. El hombre deLe la vidrt a Dios, i tiene que eon­sag¡ ·arla a objetos grandes, t'1n grandes como es el don de la vidú. Debe consagt·al'la a Dios, a la patria, a la familia; debe consagrada a la huma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ es su familia. Si su ' ser· nn~~:::,-opta roneie:: .~:: !1 vida es de objetos tan gt·andes ¿con qué derecho ladron, el ott·o co¡•¡·u}:>tor, t'l otro asesino. ' vá a disponer de ella 'l ¿Qué se hizo la justicia 1 Sí, asesino es el que se mancha e Jll la sang1·e de · ¿Qué es lo que se llama civilizacion? Sabemos que ot1·o hombre a quien mata con premeditacion. I.Ja somos inmm·talcs, que somos aquí pe1·egrinos, que sangre así vertida mancha para siemp1·e la frente no se nos han dado estos oreves momentos sino del que la vertió. Eso dice la moJ•al, eso dice la para que los ~pl'ovechemos buscando el G&mino de Relijion, eso dice el simple buen sentido. nuestl'a yet•dape1·a i eterna patrJp. (< j\.un en los <> i aunque ella se ha dirijido al Editor 1• Dire el esc1·itor de > que seria bias, ile ce La Voz del Catolicismo,>> p01·que es a quien femm· de Dios suponet· qu.e no podíamos compren~ de hecho i de der·echo corre. poude ventilar i sos- derlo si no violaba las leyes naturales, si no hacia temw estas cuestiones, nosotros que vemos pasm· mil11gros. J> sin contt·adiccion ta!llaüos enores, i et•t·ores que Prescindiendo de la im¡wopied:ld en los tét·mi­se tendrán por verdades al verlas andar sin con~ nos en que aquí se reincide i de la frase compren­tt ·adiccion, tomamos la pluma para esponer en der a Dios, que es ab~urda, porque fl hombt·e no cuntt·o palabras las sofistei'Ías de ce El Tiempo» puede- comprendet• a Dios miéntt·as esté en carne, sohre la cuestion de Jos milagros. diremos que, no es que necesitemos de milagros Se dice:- u Dios al crear· el universo lo sujetó pnra compt·endf'i' a Dios, o su \'oluntad, que será a leyes fijas: el milag¡·o supone la víolacion de lo que se ba querido decit· ; es que el hombre car­esas leyes; es deci1·, la vi~lacion de la yoluntad nal, estmviado por las pasiones, s e ha olvidado de Dios." de Dios i de su lei muchas ' 'eces; i l)ios en su La cuestion es de palab1·as ; quítese el Yrrbo misericordia ha querido despe1·tarle de su leta1·go violar, que no conviene al caso, i póngase el verbo con seüales estraordina1·ias para tt·aetlo al camino suspender, i el argumento desaparece, quedando de la , ·m·dad i del bien. Por eso obró grandes mi­reducido n un disparate. Jagros en tiempo de los Patrinrcas : por eso los NCI conviene lll caso In palnbm violacz"on po,.que obt·ó sob1·~ el pueblo heb•·~o, d{'J ('Ual habia de violnr es infl'injir, contt·nvenit·, ob1·ar ~onha una salil· la luz verdadet·n qne i'1nmina a todo hombre lei o costumbre; i en Dios no cabe u a da de esto, que ' 'icne a este mundo ; i en fin, po1· eso los i>l)t'Ó ni se puede deci1· sin blnsfemnr: ni estableC('I' In Jet perfPcta del Evanjelió ql.\e de- , Cuando Dios obra un milagt•o no viola la lei de bia elevat· al hombre hasta Dios, i los pueblos hasta Jn naturaleza, como no ' 'iola la lei civil el lejisln- el mas alto grado de civilizacion. 1 es con esto ' f~ dor humano suspendiendo s ts efectos en cie1·tos que contestamos a quien dic•e: casos. ¿Convendrá « El Tiempo>) en que, cuando ) no que enmendar alguna vez. pero que en Dios no necesitan de_ contestarse : clios lo están con lo puede suponerse ignorancia para que tenga que que acabamos de decir, puesto que no son mas enmendat· luego su obra. que corolarios de los equívocos refutados.-J. M. G. Esto no puede decirse, pot·que, por lo mismo --- CfUé Dios es infinitamente sábfo i poderoso, desde CJUe dió leyes al unívet·so todo Jo previó, hasta los Tomamos de un tratadito de Urbanidad para casos en que ha suspendido 0 haya de suspender Señoritas, redrctado por nuestro amigo el señot· las leyes natm·ales; pot·que para Dios no hai pa- AleJo Posse Mtll'tíuez, la parte que se refiere a Jos sado ni ft.tnro; todos los tiempos son pt·cseGtes, i deberes morales de ila mujet·. en su pt·eseucia un dia es como mil años i mil años I. como un dia, nos dice el PríJ)cipe de lo'i Apóstoles. Debet'es para con Dios. ~sí es qlle_, el milagro no implica falta de preví- 1· Cuando mir() la bóveda azulada swn en Dos, pot·que él estaba p¡·e,•isto como un Ir- 1 contemplo ese sol esplendoroso artículo transitorio desde que se dió la leí. O de la bet·mosa luna la plat ada Se dice, ,·a·amo 1 la suma clemencia, De un Sé•· Supa·emo, po•· do qniPt' conozco, Del Sér ete1·no que me c•·~ó a mí misma, 1 su podea· inmenso t·e.conozco 1 su bondad me abisma. Existe un Dios! Verdad consoladora Para quien lleno de pesares jime, ' Poa·que mira acabat· hora por hora El llanto que le oprime. 1 al meditar esa vet·dad, sn pecho A gozaa· vuelve de feliz repo~o. Su coa·azon se encuentra satisfecho 1 mdiante de gozo, Seguro que ese Dios en al~un dia Daa·á fin a sus penas i d(,SVt>los, 1 que el pesat· que un tiPmpo le opl'imia No mora allá en lns cielus. 1 si ese Dios existe, i · si es tan bueno, Si poa· los hom~a·es cuidadoso mira, 1 si lleno de nmoa· nbre su seno Al justo cuando espia·a; 1 tomando en sus bt·azos aquella alma Se deja conoce•· cual fino amante, Conct-!diendo pmpicio dul(·e calma Al pt>(•ho palpitlnte; ;. No debemos nosota·as, humilladas, Guarcbt• pat·a ese Dios amot· pa·ofundo, 1 adot·a•·le rendidas, pa·osternadas, A despecho del mundo? Así, pues, cada dia i a cada hot·a, Al rerojt-"rnos en el blando lecho, 1 al ve¡· la luz de la rosada aut•ot·a, Del pa·ofundo del pecho Elevemos a Dios cantos fervientes De amor i ga·atitud, pues bondadoso La luz de la razon dió a nuestras ft·entes. 1 pm'.s es bondadoso Pidámosle consuelo en las desgracias7 1 dócil c01·azon, i uua alma pura, Pa•·a que llenas de su amor i gracias Gocemos su hermosura. Pea·o ha de sea· nuestra m·acion ferviente, Llena de fé, de amoa· i de espea·anza; Que el que pide contt·ito i t•evet·erite De Dios to,lo lo alcanza. Ama•· a Dios es el debet· grandioso De todos los debet·es la ancha fuente, 1 ese amo•· hace el pecho valet·oso, Le hace humilde i ferviente, El que cumpla con él no se estt·emece A los vaiven de su tl'iste vida, Verá ~eguro i fuerte cual se mece La maa· emb,·nvecida, Mas, a sus ondas •·ápidas, fm·iosas, No temerá su corazon m·diente Ni sus mejillas se verán llorosas Temblando levemente. 1 será respetado por el mundo, 1 haciéndose mns justo i jenea·oso Jamas la mbia mostrnrá iracundo; 1 será mas piadoso, 1 los hombt·es vtwrin su ft·ente Ol'Oada Con la COJ'ona de inmoa·tal '·ictoria, 1 gozará de Dios en la morada Todo su amoa· i gloria! (Continuará). 1 1 1 BIOGRAFiA DE M. LUIS VEUILLOT. \ M. Luis Veuillot nació ,Pn Boynes ( Loiret) el 11 de octubre de 1813. El mismo en su obra de 1 •Roma i Loreto, dá dt>talles sobre sus primeros años i soba·e la condicion de sus padres, que yo 1 ¡ t•esumiré bt·evemente. " Un dia . dice, F:·ancisro Veuill<,t, tonelero. 1 \'ió cuando atJ·avesaba una aldt>a del Gatinais, en 1 la ventana t·odeada de mada·pselva de una casita j humilde, una hea·mosa i a·obusta muchacha que ll ~··abajaba cantando ; él empezó a :mdal' mns des- i pacio i volviendo a cada paso la cnbeza, i no pasó , de allí. La muchacha em tan virtuosa ('Omo agm­dable, amaba el tt·abajo; el honm· brillaba en su ft·ente entre las flores de la salud i de la juventud, un sentido recto i fi¡·me regulaba sus discursos. Las fortunas eran iguales, los corazones iban a la pat· ; el matrimonio se hizo." Francisco Veuillot se estableció en el pueblo donde se había casftdo, i lo~ hijos vinieron pronto. Los tres primet·os fue•·on varones: Luis l"rancis<:o~ Eujenio Ct·istobal i Luis Eujrnio . Todo iba bien ; la humilde familia habitaba su pt•opia cas> Pe1·o este mismo fué el introductor de su jóven amigo el obrero ('argado de familia no tiene esos reeua·sos; en la vida cl'istiana i el pl'imer edito•· de sus escri­es preeisT> que su hijo pase por el aprendizaje i tos. ¡Cosa estraña 1 volvió al fin a su pa·imea·a gaste t1·es o cuatro años de su vida en aprende•· senda i eje•·ce la profesion en Aljerfn, con mas ta­alguu duro ofit·h> que, con un trabajo continuo, le lento del que babia most•·ado en las ota·as ~osas a pi'Opc)l'cionan\ apéna~ e\ pan de cada dia. ¡Con que quiso dedica•·se . •••••• qué ansiedad ao tnmarán los padres la resolucion M. Luis Veuillot tenia entónces diez i siete años. supl'ema que dehe trae•· tantos inevitables sufrí- Sus relaciones, el jiro comun de las idras,l~. ajita­mientos sobt·e la th~•·na ealJP;ca del niño ! cion en que la revolm:ion de julio hnbia art'ojado El autua· de llonw i Loreto descl'ihe con amaa·- a lll socirdnd, eran poco a propósito para l'(•tene•·lo gu1·a Pstas pmn:antes incct'tidumb•·es, i añade : en el estudio aunque había llegado á ser s1·guudo de (C Me hhbian ofa·ecido veiute f•·am•os p01· mes en su patron. Pe•·o no pt•nsaba en cambim· de cm'l'era la oílcina ue un pl'ocurado•·, i alli me roloqué. ba porque no tenia una idt>a mui grande de su p1·opia a pPt'llHliH'ce•· fujos, ~in amigo-;, i po1· dech·lo uno de sus camat·actas que deb!a en lo sucesivo in­así, sin seüo1· i siu Dios l ¡ Oh destino amargo 1 tluia· mucho sobre su vida? tt·ayéndolo a la senda Eutonta·é buenos comwnes ; no fal tm·on para mi de la Reli,iion, lo n~l.wiunó con los dial'istas, ofre­ni la jruero..,adad ni lét iuduljenria ; pet·o nadie se ciéndole parte en la redncl'ion del (cEco de Ronn,» oe~pó de mi alma, nadie me hizo brbe1· en la fuen- hoja nue\'ament~ funclada poa· los amigos del Go­te s.•grada del deber. Mi intelijeucia se educa.ba bierno de Julio, a la cabrza de los <.'unles estaba en J:l..; calles de Pal'i:, las con ve•·sacicmes de algu- M a·. Hébe1·t, mas tarde <.liputado i miuist1·o~ i en· nos 1óvrnes,en medio de los cuales tenia que \'ivh·, tónces abogado distin~uido. fnnnaban mi l'Ot·azon : fuem del caso de que algu- « Sin ott·o pa·erl•dt>nt<•, dice M. Veuillot,me hiee no viniese demasiado tarde o se fuese demasiado (< pel'iodista. Esto pugnaha con mis ideas porque pa·ontu, no se imajinaban debe•· imponet·se ningun (/. yo habl'ia sido partidario del mo\'imiento, i aun ree;¡to a·aclos., 1lero arahaban de sali1· del cole,jio; estaban Despues de veinte nños, tal fra.se ha escitado en en ·u dt>t'el·hu i, segun la moda del tiempo, ea·an la pa·ensa un gnm núm~->1'o de protestas virtuosas. lih<>rnles. Los que rne querian mas me llevaban Escl'itertiHl, los e ... tudios l'OmE'nzados tnn bien en Paul temen te un católico liberal i moderado, cola· de r t>t•l i Lamothe Langon. >> b01·ador· de M•·· Renan, de Madama Sand t de M. E. personal del escritorio en que enta·ó M. Veui- Michelet, la ha citado insinuando quE> la indife­Jiot, 1)1) el'al:ioln:nente libet·a 1 i volteriauo como el renda política del jóven, elE> be hacer duda1· de los de tnd()s l(ls es<'l'itol'ios en aquella época, sino que pl'itwipios t•elijiosos del hombre madOI'o. tenjn ndemas un caráctet· particular i mas raro : M. Vt•nillot se hnbia e1Wa1·gado de la gacetilla Cl\l lit.et·adu, o para hablat· mej01·, era romántico. del « E<•o de Roan, o i fné escribiendo allí ttue 1~1 patrou de e ·te e ·tu dio escepcional, se llama- eomenzó a des¡wedaa· el teata·o contempo:·áneo, ba f<'ot·tnnato Delavigne, hermano de Casi miro el porque pudo. hncer compamciones {'Oll el antiguo antrll' de Luis Xl,de las Comediantas, del Paria, •·epet·torio. El nbm·dó bien pronto la política, i su hui m,¡¡ <.le~deñado i entónces rodeado de gfo¡·ia. bttt>n sentido n•·moa·izando con la pasion que la El bl'illo de M. de Lnmartine i la reputaeion ya al- lucha le comunicaba, lo convirtió en conservadoa· bo1·otadora de M. Víctor Hujo, no habían aun fogoso. Los bióg•·afus han divulgado val'ias histo­eclipsado su uomb1·e ventctjosamente conocido, i rías sol~re el oríjen de sus opiniones, f'ea·o en ellas los pa•·•·oquianos de mftese Fo•·tunato, eran ad · no hai~cptó sino dos, uno que Je Babia ademas ota·a fuente de -disipacion. Entt·e p:·omO\'Ít'l'on po•· cuestiones lite&·arias, i ota·o poa· sus clientes contaba la pt·ocua·adurí~ ciea·to núme- cue:-.tiones políticas. ·No babia tomado en su vida ro de jentes de letras i vodevillistas, como Scl'ibe una :wma, i er. el primea· combate no supo ni a•·­que pleiteaba mucho, Bayard, Jem1an Delavinge, mar la pistola ; la bala del advea·saa·io le at1·avesó hermano del patl·on, i ota·os. Cuando se reun"ian, el snmbt·ero. En la s<>gunda vez, le atmvesó el se cenaba la oficina i se daba de mano a los ne- ver;;tido. Es todo lo que a este a·especto tengo <.JUG gocios. Si este réjimen ha foa·mado muchos pa·o- . decir. El lecto•· no debe ignoa·ar que yo pienso del curadores espet·tos en las cosas de palacio, lo ig- ¡ duelo lo que M. Veuillot piensa desde que es ver­noro i aun lo dudo ; pero en cambio, muchos de dadet·o cl'istiano.-Diez años despuPs, hHllándose Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 218 . E 1> e A T O L 1 e O • ~~ co1¡1 SU$ hru•manc¡s i uno .de· s'Js hea·mano$ en el ' tf mis disposiciones a respetar la lglesia que ét 1 h~gnr en que oourriea•on t'..SOS combates~ se ;puso·¡ el ataca sin cesa1·. A pesar de mi ignorancia! me­c~> n todos de rvdmas pnra:daa· gracias n Dtos de (( revelo contra esas opiniones, deshonrosas- 1 mal ! babet·lo lib:·ado en~?nc.:¡es, i ptu·n pedirle pea·~on. « •·ed~ctadas. J> • • . 1,. Mas tarde tuvo ocaswn de mostt·m"' otra espec1e de Fue en Perigueux que M. Lms Veu1llot regula· ! valo•·, el valor del c1·istiano. Cuando se supo que rizó sus estudios Jiternl'ios. Babia dado nlgun 1 el ,redacto•· en jefe de El Universo, sometido a las tiempo al romanticismo, porque hai unn edad rn JéyC's de la Iglesia, no daba otras satisfacciones que ''el ruido agrada mas que fa músicn, i la q1,1e las que él mismo podía éxijir, es decil·, el re- ncidez de las f¡·utas ''erdes, mas que el dulce de cua·so a la discusion i aJas leyes, algunos valientes la· maduras:' Estudiando con ruidndo nuestras desconocidos como tales hasta entónccs, pt·egona- clásicos, encontl'ó en el lenguaje, en la pasion, en J'on su deseo de obligarlo a batit·se, i det·ram:won las escenas, uua pureza indecible~ "Era, dice injurias a falta de sangre. l\1 . Veullot habló así de hoi, la sensacion que yo probaba, igual a la que esos valientes ::-<> Jos ~mpleos, i no les fué mal: uno es Presidrnte 1 :En noviemb1·e de 1832, M. I~uis Veuillot dejó a de un tribuna 1; ot1·o tiene una posirion elevada en · Roan para i1· a Pel'igueux a donde se le llamó para el foro; ot•·o murió dll PI'O\'ÍSOt' de un lireo de ~~ ~· que se encargm·a como redactot· en ,iefe del "Me- Paris; otro es Conseje1·o de Estado; otro Senador, morial de la Dord oña." La pí'lémica no era mé· i en fin, los mas desgt·aciados tienen por lo ménos nos viva en el Perigol'd que en No1·mandía, j Veui- condecoraciones mui de su gusto. Solo él ha es- 1 Jlot no tenia ni edad ni humor para moderarse. capado a los favores deJa fot•tuna, pet·o esté\ con­Tuvo un duelo con uu republicano del departa- fo1·me. mento que lo acusó de se1·viiismo i que, apesar de En J 831 dejó el pingüe pafs rle Perigord, por­su republicani:mo, ndmitio el empleo de sub--pre- que se le llamó a Pal'is sin solicitm·lo, para tom:w fecto. El •·edactoa· del Memoriall'ecibió el fuego pat·te en la a·edaccion de "J .. a Carta de 1830," de su advet·~ario a quinre pasos, i la bala volvió a periódico funditdo bajo Jos nuspicios de M. Goizot, romper sus ve tidos. El no quiso hacer uso de su entónces Mini tro d e Instruecion pública. Tuvo al'lna i de vol. ' ÍÓ ~ republicano a sus padres que por colabot·ado1·es políticos o literario,s a M. Ro­podían estar inquietos; i aunque la polémica no queplan que vino a ser directo•· de In Opera; a l\1. se calmó po1· eso, este tercer duelo fué el último ¡ Leon M< ssou, que fué P1·et~cto; a M. Lesieul' que a que concurrió. · es .fefe de seccion en el Ministerio de lnstl'llccion En Perigueu · conoció M. Veu.iHot a dos hom- púl>lkn, a . f. Ed ardo Thierry, Di•·ecto1· del tea­bres de los cuales el uno ha hecho su nombre [ tro fa·ances; a M. l\ ali ClJI'lle que ha muerto cl'is· , histórico i el otro ba represe11tado cie1·to papel en tianc; a 1 Eduardo Ourliac, que murió santa­los negocios de.l tiempo: fueron el Mariscal Bu- ment~; a M. Texiea·,hoi Redacto¡· del Siglo; a .1\f. geaud i M. Bomieu. Este último era entónces Foa·gues, mas ta1·de Redactot· del Nacional, &. &. Prefecto deJa Dordoña. Espíritu cultivado i Jite· Los sei10res Mnsson i Veuillot redactaban lo pl'in­rario, sintió p1·esto inclioacion por el jóven -e:;cri- cipal de la parte política i la hicieron mui ngn•siva. tcrr, i una vet·dad~.ra intimidttd se establ .ci( entre Una crísis ministerial hizo caer a .M. Guizot, i el ámbos. En CUílllto al Mariscal Bugca1 d, han eH- mismo golpe hizo desapare<'el' u La CMtn." En­cho ~lgunos que fué el p()t'I'On dei pel'iodísta~ i esto tóoces Veuillot entl•ó aJa r·erlaccion de "La Paz," sel'ia aceptable si ;fnera esacto~ pero no Jo es: periódico tambien conse1·vador, i en el que tuvo Veuillot que babia sabido estima ·lo como a hom • pot· pl'indpal colaborado1· a M. Tussenel., aut.Ol' del bre de bien, como a homb1·e de tal.ento, lo defeu- "E! píl'itu de las bestias,'' i hombre de talento, dió siempt e con su pluma, pero jamas le fué ad·c- aut que se ha hecho falansteriano. Entónces Jo to po1· ot1·o título. Si en 1841 estuvo seis meses em ··a·, p o poco. 1 en A~erfa en casa de) Mariscal que era Goberna- "La Paz ,, defend'a particularmente la política 1 dor jeneral de la colonia, fué solo en calidad de de M. Guizot, que ent1·e Jos hombres de Estado de 1 · huésped i de cul'ioso,j se despidió mui l'econocido 1830, fué el que hizo mas esfue.rzos pm·a Jevnntar 1 de su hospitalidad, pero, libt·e de- todo empeño há- un muro ent1·e el réjimen de julio i Ja e\'olucion: cia sus i me­legal," pe1·o no se.,ocupaban en los asuntos relati- jante maestro. Veuillot comprendió bi pronto, vos ~la Iglesia. Asiera que el espíritu vo)tel'iano eso sí, que ese camino no tenia salida, i se desa­dommapá en la p1·ensa ministerial. Había ya en· lentó.-" Un año d , polémi~a, ha dicho él en su tónces, bajo -n.o sé qué nombre, católicos sinceros " Roma i Lot·eto," 1 abia roto, despe zaclo, pul­pro~ tos a dec)araa· <¡Qe Jos Sacerdote , Jos Obispos v~rizado convicciones'que no se e ynban sobre 1 a~~~ el Paua comp1·ometian los intereses de la ninguna base fia·me en el pasado, i que no pi'Ome­~ ehJwn. M. Veuillot no cayó en esas estmvagnn- tian nnda para el poa·veni1·." En este estado, el c1as. f~l decía : u Cie1·to dfal'ito luga1 eño, de la propietario de ''La Paz, se sepaa·ó de M. Guizot ./'~-----~-.....~'OJ ~ -·...r~'J~~~~.--.... .~-....r~ Red~lctores protestaron inutilmente contm esta ' empleos. 1 se me pet·donará hacer notat• aquí, qqe · evolueion; i poco. despucs· se habló a M. Venillot esos dos emple.os, sin dal'le que hacer,le pt·oduciau ; p~ru 9ue entran\ en la redaccion política del f;ans- doble ulilidad que la que le ofrecía el Rel'iódico. t2tucwnal que cscl'ibia entónces M. Thiers, al Desde su vuelta de Roma habia publicado siete mismó tiempo que pot· otra parte le instaban pm·a obras distintas, la mayor pat·te de ías cuales con­que se hiciera colal.loradot• )iterado del "Diado tienen capítulos en que el autor tt·ata la política, de debates." Examinando lo que debia hacet·, no subt·e las cosas del di a, sino sobt·e las cuestiones descubrió que no podía "reunh· ni en política ni fundamentales. Las ideas que en ellas espresa, en n~o1·al dos ideas que no estuviesen en desacuet·- son absolutamente las mismas que ha espresado do, 1 entt·e las cuales no se sintiese indifeeente." en" El Uuiverso," desde 1843, hasta el 29 de_ "Durante dos meses, añade, no tuve compro- enet·o de 1860, en cuyo dia se suprimió. Adhe­miso especial, ni fuí otra cosa que uno de esos sion absoluta a la Iglesia; horror absoluto a la condottieri de la pluma, que van de un campo a revolucion ; tal es la regla que ha seguido, i de otro." Nueva confesiou de que muc>hos escritores ello puede asegm·at·se el que lea su ob1·a capital · cargados con un hermoso surtido de divisas, se en doce volumenes, titulada : 'Miscelanea. han púdicamente avergonzado. Conviene aftadir (Conclui,-á). qug los campos de que se tl'ata estaban tan inme­diatos, que aun entJnces muchos los confundian. Toda la cuestion estaba en sabet· a quién debia seguil·se de los señor~s Thiea·s, Molé o Guizot; cosa que podia parecer mui grave al antiguo Re­dactor de '' La Paz " ; pero que en realidad no p1·oducia cambi•o de bande1·a sino l'mieamente de guía. M. Veuillot no dió importancia ninguna a esa$ divisiones, i estando pam pat-tiJ· a un la1·go viaje, uno de sus amigos resolvió acompañado. Creyo ir a Constat~tinopla, pero fué mas léjos: "fué a Roma, a la fuente de la ;gl'acia." II De v'nelta a Pal'is en t8a9, escribió su primet·a obra "Los Pea·egl'inos de Suiza," i no quiso aso­ciarse a la polémica de la pt·ensa política, porque no estaba afiliado en la oposicion. Así fué que sin ninguna dificultad de concjencia, admitió un empleo en el Ministerio de lo lntel'ior, i fué a la vez nomba·ado subJefe de una mesa agl'egada al gal.liltete áel 1\linistcl'io. Este último empleo fué el que sirvió, i en él tenia que recibit· b. algunas personas, que escribh· algunas cal'tas i que ¡·edac­tíH' algunos olicios; en suma, poco trabajo, nada que firmar. La posicion era, pues, agmdable, so­ba ·e ·todo para un hombre de letras mas que ene· migo del trabajo de oficinas. 1 ademas le facilita~ IJa Ja ve•·sacion en los empleos de funciones acti -· yas, como las prefecturas, las misiones adminis~ t1·ativas i el Consejo de Estudo. Cuando estuvo en Aljeria donde el Mal'iscal Bougeaud, M. Veuillot conservaba su asignacion de ag1·egado al Gabine­te; i de vuelta de está ~scursion, tuvo po1· fuucion principal i casi única, ir· todás las mañanas a re­ci!) il' órdenes de ~$. G uizpt p(!.ra la ,direcci-on $le la impt·cota oficial . d~ los deyartam.entos. Pero evidentemente el escritot· no tenia vocacfon de empleado, Í1i de funcionario público. Hombre de combate, debia volveL· al pel'iodismo, i entró a la redaccion del Unive·rso. Su estreno tuvo lug:u· en 1830, con uu a1·tículo sobre la construccion de la capilla del convento de Oiseaux, donde sus dos hermanas se estaban educando, pet·o no tomó de­finitivamente pat·te en la redaceion, hasta 1843. Tocaba entónres a sus t1·cinta años, i la Providen­cia le babia hecho conoce•· bastante los hombres i la vida, pq1·a que pudiese poneL· útilmente manos a la obra. El se decidió porque el Universo, que era mui poca cosa i no vivia sino de sacrifieios, pues apénas contaba de mil a mil doscientos sus­crito res, iba a carecet· de Redacto•·· . FIESTAS CRISTIANAS EN PORE. . 1 ; No pensó en hace¡· la oposicion al Gobiea·no, pero ¡: queriendo, sinembargo, hablar con libm·tad, se El 29 de seti{lmbre tuvo lugar la de la dedicacion de San,Miguel At·cánjel, a e~fuerzos del seño1· Mi-.. ~uel Jerez; caballero es-pañol i verdadero católico. .Esta fiesta marcat·á época en los anales de Casan a­re, pot·que ningun sacrificio ahor1·ó dicho señor, pam hom·at· la imájen del glorioso Arcánjel cuyo nombre lleva, i pat·a colocarla en la iglesia de Mot·eno~ a cuya poblacion la habia ofrecido, tiem­po ha, pa1·a que fuese allí protectot· especial de la ciudad. La fiesta aquí, fué una de las mas concu­l'l'idas que ha habido en siete años que hace que estoi admi~ist1·ando estos pueblos. La iglesia p•·e­seutó en las víspet·as, misa, sermon i pt·océsion, ias deliciosas imájenes de la Jerusalen celestial que leemos en el libro del Apocalipsi : . una multitnd innumerable de fieles cercaba el tabernáculo del Dios vivo, tl'ibutándole culto, reverencia i gloria pot· las etet·nas miset·icot·dias que ha obt·ado en favor nuestro por ministerio del Arcánjel San Mi ... · guel. El 30 fué pat·a Pore un dia de luto i de tris­teza, pues se le sacaba aquella bella imájen que yn habla comenzado a amar, i era éonducida a MOI'euo para continuar atlí la solemnidad i hacer:. ¡ le una especial dedicacion en aquel templo : en su aeompuñamient.o iba lo mas flol'idó de estos pueblos: en su tt·ánsito et·a saludado con salvas de cañun,con arcos triunfales i con himnus, que pat·a el efecto habian prepaa·ado los habitantes que vi­ven a ol'illas del camino. Al fin llegluno.s a More­no : allí se pt·ecipitaban al encuentro del Arcán­jel bendito pet·sonas de todas las edades i sE-xos, hombt·es i mujet·es, jóvenes i ancianos ; parecia (aunque en pequeño ) la entt·ada de la arca de la alianza al templo de Sion. Arcos, flores reg.adás a su paso, salvas, músicá i lo que es mas, un cor­dial afecto de todos Jos vecinos : en todos los sem­blantes se ¡·ep1·esentaba la alegría. La iglesia esta­ba compuesta del mejo•· modo posible, sumamente aseada i mui aleg•·e. Inmediatamente se siguie1·on las vísperas para solemnizar al ott·o dia su iuagu­mcion que el mismo señot· J-et·ez quiso costear. Esta fiesta, sino estuvo tan concul'l'idn como la de Po1·e, no dejó nada que deseat·. Al día siguiente los moreneros hiciei'On tambien su fiesta pat·a liom·at· aquella pt·eciosa joya que babia venido de mano tan jenerosa i que quel'ian hom·at· de nlgun modo. El seño1· Jefe.Depat·tamental, Sipion Du:u·­te, tomó la iniciativa i todos coaTespondieron a sus deseos, mostrando su relijiosidad. l desprendió de todo vínculo renunciando sus dos A las fiestas sag•·adas se siguie1·on las profan~s. ~.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. bailes, comedias m01·nl~s, sninet€'s sumamente 1 cimiento en quE> se da una c>nseitanza c.> cnc·inlmente chistosos i t•orridas de toros, de modo que hnsta catnos de re- \ alumnos conforme a las nH1ximns rle <'~ta Bt·liJion · 'j · sin la · mellOI' molestia que amargase snnta, merece hi(ln quf' los S(•ilo¡·es curas lo prote-ntento i f(•Jicidad. ¡ jan i que los padres cte familia llevrn a el sus hiJos. • Quie!'A el Cielo que estos pueblos sigfln en pm- En J9s niws anterior<'s han nwnil·,·~tndo Jos edul'an­gr(> o a impul:-.o del seño1· San Miguel ; que léls • dos una instnlt'ion sutkit->nte pnra que pueda fundar . ~. é~ supel'iores,tanto civiles como eclesiás- en ellos la patria rbueints c.>sperauzas, i el 2 de ' tids,nO-Jl1ii;E'n con bmta indiferencia estos pueblos enero próximo se nbl'irá de nue\o pnrn principia¡· mereeed01:e~ dt> mejor SUí'l:tP. SU 4 .o año escolar. CotUC'ÍPLHlO romo COIIOCE'ffiOS Por-e, pancio l~OJ>E'Z, de la Arqui­. (l'ócesi , relijioso del Orden de pt·t>dil·ad . res. Pa·omovidos al dia<'ona1lo el subdiácono HET­meuf'jildo Bautista, éte la Diócesis de Pamplona, ('OD lrtra dimi~' rias de su ordinario. - El subdiácono Gt ~ol'io Arena domiciliado de E mP.íon con IE'tt·as dimisol'ias de su ordinal'io. el su diácono f•·ai José Mal'ia Péa•nz, l'(~lijioso f·anl'i (•ano de 1< A1·quidiócesis. l 1'ue1·or• promovidos al subdiaconado, bajo el tí­tufo de o t>rliP tcia, Jos minol'istas de la Arqui­dióct> sis: Anto nio Cnstaitt>dn, Cñndido Téllez, FrmH Lt.:o a :lcho, Ba·aulio P(ltiño, Gabriel Pérez, f.:.; Tt1mitS Posada, rt>lijioso de pa·edicado•·es, frai Ga·egol'io D<•lgado, relitioso de predi('adores i fl·ai Fran(•isco EspPjo. relijioso de p•·edicadores. 28 DE oÍCIH~BitB. Volvió a celebraa· óa·denes el Illmo. señoa· Ar~obispo en la Vicepanoquíal de San Cá1·los, i fuer p1·omovidos al Presbiterado QS : QjfÍ('C)JlQ He•·m~tlt'jiido Bautista i José Gre- . g · 'Aa·f{Uls, de la Dióeests de Pamplona, con étr~ dimisol'ias de su m·dina•·io • . Ignacio Buenaventura, Seca·etario. • · ADVERTENCIA IMPORTAN 1~odas las personas que él parezcan o hayan apa­r eido ab ueltas po1· el Ilustl'isimo sei'1o1· Arzobbpo, b. jip sido po1· haberse sometido a las condiciones ~ :q';\C: Su Señoda las ha sujetado. ' Ignacio Buenaventura, Secretado. ROBO. En la ' mañana del 29 se han estraido de una casa en el barrio de las Niéves, entrE' otros efectos, un 1·eloj de phita con un grueso peudiente de oro, i trntrndo sobre la tapa las inic1ales J. M. A .. unidas (l\1). En la ;mpreo· 'ta constitucional se gratificará al que dé razon. El ladron es un. mozQ "de ruana parda. mo" que se:>guirá siendo fa\'oretiüo por los que en "Boyac¿\ i Santnndt•a· tle~N'n l'lproveehnr el tiempo en que sud hijos puE>dE>n ap1'E'nde1· lns ciencias i •·e­cibil · una edm·acion só!icla i áistiana. COLE.TJO DE SAN ANTONIO DF. PADUA. Este E'stnhlerimiPnto ele edura<•ion <'O~ltinuará sus tarPi'IS rs<'olares dr~c!P el 2 de enero J>róximo m el local a<'ostumba·ado, siE'ndo los ramos de enseñanza los si· guirntf's: PIHl\IERA SECClON-LE'<'tnra, Escritura, Dibujo, Relijion i PIPnwnto& de Arit 1 étiea i Jeografía, Mora cristiana i Urbanidad. 1 SEGUNDA SECCION -Idiomas castellano, ]atino, fran!'f'S e inglE>"' . TERCERA SECCION-Aritmét;ra fundamental, Alje­bra, Jeomrtría, Partidn clohle i Cosn.o~rafía, cuARTA SECCT ON -Filo~oria; un curso completo. s~ ad•niten alumnos dPsde Ja edad de Sf'ÍS añ<' hasta la de diE'z i St'is. para <·uya colocacion df'be hablarse con los infraseritos dire<·tores en el mismo lo(•al, de las diez a la doee del dia. d "'de t>sta fecha. Bogotá, diciembre 22 de 1864. ESCUELA DE NIÑOS. El infras<'rito ofrece sus servicios n los padres de familia f'll una escuela que abrirá el dia 1 J7 de enero en esta <'apital. I.os ramos de enseñanza St>ran : Lectura : escritura : relijion: moral : urhanidad : gramatica castellana : aritmétira i dibujo. Por cada niño ~e pagará la cuota adelantada por trimest• es, en los términos siguientes. Por sola lectura, un peso fuerte, Por los otros ramos o parte de ellos, tres pesos sencillos.-Ei local, <'asa número 20, ('al le J .a pe la carrera del Banco, cuadra siguient!i" a la del Arco . Bogotá, diciembre 6 de 1864.-JAcono GnooT. EL LIBRO [/)fa [j !Jl~u_¡ !QUJ2 OBRA ADOPTADA ~ARA LA EN~ERA~ZA EN TODOS LOS COLEJIOS DE LA REPUBLH'A lP@ffi 3@~~ 3@&,CQ&@'JJ j_~ O J! n 1~ Cl La segunda edicion estará concluidn en todo e mes de enem. Va conrjida i aumentada con nn 1 tl'atado de jeografía sagn1da, ott·o de prosodia i ortografía, i ota·o de contabilid¿;¡d por el método de partida doble. Cada t>jE'mplat· al mismo precio que los de la p1·imm·a edicion. ACADEMIA MUTIS. Este Co1ejio abre de nuevo sus clases el J 5 de enero próximo. Carrera de Santamarta, calle 2, co:s número 60. JosÉ CAICHDO RóJAS. 6-1 BIPBENTA CONSTITUCIONAL, POR NlCOLAS PONTON. Calle del Chorro del Fiscal, númrro 14 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 83

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El Católico - N. 75

Por: | Fecha: 08/11/1864

- 1 TRIM. ni. AÑO II. Bogota., 8 de no"'Tiembre de 1864, NUMER0'15 REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. Hemos Yisto el númm·o 1. 0 del periódico que COn e) título: LA VOZ DEL CATOUClSl.\10 7 Se puulica a espensas de\ sef1m· Arzobispo; i notamos que no hnya en el unn palnbra parn nosotros que abrimos aquí la senda a Jos pel'iodi tas católicos en esta época, i que pusimos gratuitamente nuestras co. 1 lumnas a disposicion de la autoridad eclesiástica, pa1·a que publica1·a como ha estado publicando en ellas todo lo que ha creido que dcbia ver la luz con carácter oficial. Sentimos la ingratitud i la descortesía con que se r:os trata, pero como soldados de la causa cató­lica, saludamos con respeto al nuevo periódico ofidal ele la Curia. - ---<;:99+ -<~- · ... ·---- INSTRUCCION POPULAR. SOBUE LAS FIESTAS CATÓLICAS, En los dos primeros clias del mes de novieml.n·e, , l:l Iglesia co· memo1·a la glo1·ia de sus santos i rue- 1 ga por los fieles difuntos. Para podet· comp1·endet· lo que es un santo, es preciso snbcr comp,·eudet· lo que es un héroe. El mundo cM este tftulo a muchos ilrest?·es asesinos, como dice el poeta Maitin, a muchos que han inundado en lágrimas i sungre el suelo que ha servido de teatro a sus hazañas, i que han dejado en pos de sí una huella de horrores inolvidables, por defende1· algun capricho qne halagara las pa­siones de cierto círculo, sin proclucil· ningun bien positivo para la humanidad. Los santos no son héroes de esa especie. Ellos no han sacl'ificado sino las tendencias dai'linas de su propio cm·azon, su bienestal', sns comodidades, sns apetitos, su yo, al bienestar, a la comodidad, a la segurillad, al alivio ue los demas hombt·es a quienes han tratado •·ealmente como a hermanos. Los héroes del sig)o vencen el temor de un peligro mome11táneo, pot• la vanidad de Jo que llnman glol'ia. Los héroes de la Iglesia luchan toda su viJa por vencer los peligt•os ue su alma i conquistat· el cielo. Aquellos tienen orgullo, estos humildad, que es la virtud mas rara i mas difícil, como dice el Pndre Félix. Aquellos vencen los peligt·os, estos los dcspt·ec.ian, i muchas veces los buscan. Aque­llos quieren el ruido, estos el silencio. Los héroes mundanos ansian que se sepan sus hechos~ los san­tos procUI'an ocultarlos, po•·que Cristo les dijo: Es preciso que tu mano izquie1·da no sepa Jo que hace tu mano derecha,pot·que el que goza con la alaban· za de sus acciones, ya está recompensado. Por eso los héroes cristianos se sacrifican en silencio, en la oscul'idad al bien de sus he1·manos: la fé, la 1 esperanza i la caridad son sus guias. Por In fé ct·een que hacen bien en imitar a Cl'isto i son ab­negados; por la esperanza en el cielo, desp1·ecian i sacrifican los bienes de la ti_erra ; pot· la caridad aman a sus hermanos hasta mol'it· por ellos en medio de un desierto donde nndie los vé, donde no hai una mano que cierre sus ojos i eche un pu­ñado de tiena sobre sns restos. En los santos tiene 1 los pob1·es sus mejo•·cs ami­gos ; Jos ·hombres todos, verdaderos hermanos: sufren el mal con paciencia, i nunca hacen mnl v 1 ninguno : son los guat·dianes dél honor ajeno i entt·egan el suyo a clisct·ecion confiados eu que DiOs Jos vé, i les hará justicia: ni atacan ni se defiell­den sino con la orncion: no tienen nada suyo, } todo es de sus hem1anos; para ellos han fundado casas de asilo, hospicios, hospitales, escuelas, co· lejios, talleres. Donde se dct'l'ama una lágdmu de ¡ ~lol01·, un santo está pa1·a enjugada con el consue .. lo. Sob1·e las nieves de Jos A 1 pes como sobre los , ro desde el .ha estado velado, i que Jos mado po1' un Dios, lllfi ~.:.:~· m(!} a@ ·:'1":! ~~~ CONFEUENCI.\S DEL PADHE FÉLIX . .. SESTA CONFERENCIA. El Cristo de la critica moderna, delante de la Historia i del progre so. Señores :-La cdtica anticl'istinna ensaya va­namente destruit· .con los milagros del Evanjelio una de las mas firmes ·oases de la demostracion cristi:llla. El milagro evanjélico permanece como la mas populm· i la mas brillunte manifestacion de la divinidad de Jesucl'isto. Entre la ci'Ítica que­niega los mflagros de Jesucristo i esos milagros twgados por la cl'Ítica, lllli tres testimonios de que la verdadera cien~ia hará brillat· cada vez mas Ja evitlencin. Estos testimonios son: el de la Iglesia que afirma ; el del Evnnjelio que refiere ; i el de Jesucristo que ol)l'a. Estos tres testimonios que se conft ·man i se apoya!1 mútuamente, son de tal rnaneru el sello de la -verdad, que la crítica no j pueuc emprender negat• los milngt·os, sin afi•·mat~ }· lo incomprensible i sin ernbrollars,e en contradic­i cio lCS incxtricnbles; pórque neganclolos, afirma 1, que el hecho in;nenso de la fé de los cristianos no puede ·e-xistir; que el Evnnjelio que reune todas • las condiciones ele C'e1·tidurnbre, no es mas que un ~ tejido ele fábulas e impostoras; i que Jesucristo, -proclamado súbio i virtuoso por excelencia, no es mas que un bellaco, un titiritero o un monoma­ni: lno. La crítica puede continunt' sm ataques, ttue ~ ellós mismos la irán haciendo PLJ 1 ve rizar pasando l tlc una coott·ndiccion a otra contradiccion, i el mi!t\g:o quedanl. siempre intacto i proclamando la divinidad de nuest1·o Cristo TaumatUI·go. ~ 1 Así, señores, pnr·a reasumí!' diremos: Jesucl'isto npGrece en Jn histori[( con estos tres tftulos que lo demuest1·nn 1)ios: Posecdm· de los siglos; Refot·­rnndor de In humanidad, i SefiOI' de la naturaleza. Rei, Refo¡•madot· i Taumntlll·go, llevando como tal, sobre su frente coronada de' estas tres aureo­las, el triple signo de su -divinidad. Pero la cdtica negativa se obstina en no ver estos signos brillantes de lo divino en Jesucl'isto; r míéntras qne ÉL resplande-ce a la simple vista con f una claridad popul~u·, la crítica no consiente en vedo sino al traves de la nube de la preocupacion \ antict'istianu. Pam ella, es preciso absolutamcute l que Cristo sen un hombt•e i nada mas que un • hombre: este errOl' es el centro de toda la crítica t anticl'istianr., es el punto de partida del anticds-tianismo. Delnnte del siglo que In escucha i la mira, c\\n despoja al Cristo de su manto divino, de su coron:l diviun, i pt·esentándolo a la multitud igno- 1 ante esc\ama: bé aquí el homb1·e.. el hombre il'lcomparable; he aquí el Cl'isto verdadero, el Cristo del pt·ogreso. Tal e , en efecto, la (loblé pretension de la crí­tica : volvet· al Cl'isto sa vet·dudera fisonomía i i poco falta para que ella tambien lo adore. 1 bien,. léjos de proclamar que su t•einndo ha concluido, decl::tra qne Jesucl'isto no Sérá escedido,_ pot·que es la mas alta de las columnas que muestran al hom­bre a dónde debe dirijirsc. En dos palabras ; la cl'itica nos dá a ese Cdsto restam·ado i 1·ehecho pot· ella~ como el Cristo vet·dadero, como el Cristo 1 del progreso. Vamos a demostnu· que nada es ménos fundado que estas dos p1·etensfones; varnos l a ver que tu crítica anticristiana quitando al Cristo 1 su carácter divino, deshonra s 1 u carácteL·IlDlU.mano; :l qne si Jesucl'isto no es aceptac o como e ws que . el Cristianismo adom, nada en su incomparable firrma s·e comprende ni se sostiene ya. Añadiremos j q~e ese Cristo humano que la crítica p1·etende ba..; ' ce1• murchat· a la cabeza de la humanidad, léJOS de 1 podet• ser aceptado como el Cl'isto del pt·ogreso ¡ no puede set· pat·a la humanidad retrógrada sino 1 el Cristo de la decadencia. 1 Es para el que habla una rat·a fortuna ocupat·sc ¡. de lo que 11 en a su c01·azun ; si, porque en, esta vez l voi a hablar de Jesucristo mismo ; de EL i nada '¡ · mas qtle de itL. Pueda su diviria imájen reflejarse bastante en mi palaura para llegar derecha hasta l vuestras almas, imprimirse en ellas i quedat· allí ¡ pat·a si€mpre como la luz, el encanto i la fuerza ~~- de vuestra vida. j I ~~ Una de las pretensiones mas curiosas de la críti- ~ a~·~ ca anticristi3.na delante ele los hombres i de las cosas del pasado, es querer dades con relacion al arte i a la estética, una fisonomía nueva. A nada ~ ménos aspjra que a refundit• los elementos de la J histoda, a arrojarlos confundidos en el molde ! donde su jénio los funde para bact>r salir de ellos caractéres ine~perados i :Qguras que la humanidad ¡ no conocía. Esta idea pt·econcebida, los testos, los documentos, los libros~ los discursos, las ac- ji ~iones trasmitidas por· Ja historia a la cudosidacl 1 de las jenet·aciones, no tienen sino un valot• secun- ;. dario ; lo que prevalece sobre los elementos histó- ~~ l'icos, lo que vale mas que todas las relaciones tt·a- , dicionales, es el gusto, la estética, el sentimiento, el arte en fin ; i la ci'ltica procura hacet· sn1ir de 1 todos estos elementos depurados, ref'ot·mados i ~ ajustados a su capl'icho artístico, lo que se ha con~ ~] venido en llamar fl.gm·as vivas, para presentadas J a la postel'idad en toda su belleza t·ejuvenecida. ¡1 Esta teoría de la mzon de arte aplicada a la ~ historia i a la person& de Jesucristo, tiene algo de ~ tan sacrfleóamente audaz_, que ha 11enndo de sor- 1 ~ presa, de admiracion, de verdadero estupo1· u la · ~ humanidad cristiana. La fisonomía de nuestt·o a Cl'isto resplandece en los si!:.dos como el ·so( en la ¡j '-' 11 .naturaleza; es un cuadro que tiene:tpot· marco el \:~~· infinito, i para realzar .su luz,ese fonCio inmenso de. las oscuridaaes humanas sobre el cual se destaca su figura con un relieve que ba fijado todas las mira­das, con una belleza que ba cautivado todos los ~ corazones. Jamas se ha mostrado en fos bol'izon- ' ~ tes de la historia, jamas se ha gravado en la me- : 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 EL CATO L 1 C O. 1 mol'ia de los hombres una figUI'a m.énos descono­cida, una fisonomía mas popular, un caracter mas público. Pero hé aq~lÍ lo que s~cede ; desyues de casi dos mil años, viene un art1sta, cambm todas ' las proporciones esenciales i todas Jas gmndes lí­neas de esa fio·um incrustada en el mármol de una incorruptible 0 historia, i nos dice : mirad; aquí teneis el verdadero Cristo; estaba perdido, i yo le he cneoutr~do ; estaba borrado por la mano ele los hombres i la injut·ia de los siglos, i yo le hé restaurndo ; héle aquí, héle aquí en su '' ~rdadera fom1a tal como le hé t•econoeido sob1·e los hod­zontes' de N awret i de la Galilea: este es el Cristo orijinal, i la 1·a::;on de arte está satisfecha. . En verdad, seflorrs, esto es de tal modo prodi­jioso, que aun despue::; de consumado el hecbo, aun despues de la celebrid ~;td del escándalo, se r pregunta uno todavía si tal id.ea ha po~ido cabet· 1 ,: en una inteli¡encia humana, st tal audacta ha po­dido subil' hasta el comzon de un hombre. Nó, no se lo crecl'ia si no se supiese que la apostasía hace f¡ posible todo crímcn contra Jesucristo; testigo la 1 traiC'ion, modelo i profecía de tantas otras. Sea lo que fuere, como esta empresa tan incom­prensible ha venido a ser un hecho estruendoso, 1 es preciso al ménos que la crítica, suprimiendo lo il divino nos ofrezca un Cristo hombre que la hu­l m~mid~d pueda reconocer i respetar. Pero, seiio- 1 res, hé aquí la gran contrudiccion de la crítica soi dissant restaumdora de la :fisonJmía de Jesucristo: 1 ella nos present::l un Cristo que no so1am~nte no es el Cl'isto Dios que nosotros adoramos, smo que 1 ni aun es el mismo Cristo hombre que ella preten­de venerar ; es un Cristo falso, un pseudo-Cristo, el único que poclia espesarse de la cdtica pseudo­cristiana. Si yo hubiera de dclineat· los rasgos mas nota­bles de la fisonomía de Jesucristo, pod1·ia repre­sentarlo pl'incipalmente con t1·es caractéres que le constituyen una figura enteramente especial, dán­dole un relieve i una belleza incomparables : la kwnzldad, la caTidad i la sinceridall. :Es impo- , sible pintarlo en su propio pensamient~. sin com­binar at111oniosamente estas tres cosas que cons­tituyen su grande orijinalidad. Pero si el rayo de la divinidad deja de brillar en e1 rostro de Jesu­cristo, estos tres rasgos se debilitan, i no queda mas que unn. figura sin carácter; digo mal, una figura mnrrada con vergonzosos caractéres. D~ los tres rasgos indicados, el esencial, el que put!de reputarse como su línea fundamental, si puedo cspresarme así, es la humildad. «Aprended de rní que soi manso i humilde de corazon.--Sí, aprended, porque sin este l'asgo característico, no poclreis entender nada ni en el misterio íntimo d e mi vida, ni én los reflejos que brillan en mi sem­blante; si no me conoceis humilde, no me cono­ceis. >) Esto es lo que dá a Jesus, sobre todas las figuras qne brillan en la histol'ia, un signo inimi­table i absolutamente único. Nadie; que yo sepa, se ha complacido jamas en estasiarse aute la hu­mildad de Aristóteles, de Platon, de Mahomet, de Zoroastro o de Confucio. Tomar en sério la hu­mildad de estos grandes hombres, no tendria otro resultado que escita1· en nosotl'Os lo que siempre es triste : la risa en un asunto grave. Cuando se trata de Jesucristo, por el contrario: se sabe tan bien que la humildad es su signo, que ensayar re­presentado de otra manem que con esta dulce aureola, es siempt·e condenarse a desfigurado. 1 -· P:ro- ~ ~ué es la humildad? ¡ Ah ! La hu mil~ l dad es lo que hai de mas raro i de mas difícil,pero 1 ¡ al mismo tiempo os lo que puede haber de mas J simple i de mas divino en el hombre. La humil­dad es la verdad, pero la verdad aplicélda n sí mismo ; es la vista clara i desinteresada de lo que 1 uno es i de ' lo que vale en sí i por sí. La bumil- 1 dad de Jesucristo está, pues, subordinada n ecesa­riamente a la vista de sí mismo i a Ie snber; es EL el que ordena todo lo que se debe hacer ; es EL el , qu3 juzga, ,el que· castiga, el que pel'dona; es EL el que dira a los el~jidos: ): el que dirá a los r~probos: « Uetiraos; Yo no os conozco. >) Hé nquí lo que Jesus ha dicho i pensnqo. de sí mismo; i el menor honol' que puede hacm·sele, es seguramente suponer que hablaba lo que pensa­ba i comprendía lo que hablaba, aunque decir lo que se piensa i cofnprender lo que se dice, es una gloria· que no se rehusa al mas vulgar intérprete de una sauiduria humana. Pero entónces, siendo ineontestal.Jlemente histórico que Cristo ha dicho esns cosns, i pue.sto que ha dicho lo que pensaba~ comprendido lo que decía, yo pregunto: ¿que Yiene a ser la aureola de su modestia i la gloria de su humildad? Si la humildad en un hombre ha podido hablar de esta suerte, ¿cómo podt·á hablar el orgullo? Así aunque yo haya querido re.tener sobt·c su frente esta corona tau bella en la frente del Dios de Belem i de Nazaa·et, elta se ha desva­necido al soplo de vuestra impiedad. Ah! Si _Jcsus no es .Dios, no me hableis, os ruego, del mtlagro de su humildad. Aunque cien veces me diga i me repita: Aprended de m,i. que soi manso i humilde de corazon, me ' 'eré forzado a respondel'le: no, lo que ap1·endo de vos no es la humildad; lo que yo aprendo de vos a cada pájinu i casi a cada pa­labra caida de vue~tt·os labios, es que os atribuís, vos hombre, uo valor, una importancia, un papel, uua funcion, un poder que ninguno de los hom­bres conocidos habriu podido atl'ibuirse sin da1· la prueba o de la vanidad mas atrevida o del orgullo mas jigautesco. Así, señores, ya lo veis; suprimiendo la divini- 1 dad de Cristo, se destruye de hecho el rasgo emi­nentemente distintivo de su figura histórica ; se rompe el pedestal de st1 estátua, la humildad, para levantado ante la humanidad como el tipo del orgullo. Hui en la fisonomía de Cristo otro rasgo funda­mental sin el cual me es imposible repJ·csentát·­melo: es el amo1·, el amOl' pUl'o i desinteresado, la adhesion., el sacrificio, la abnegacion, lo que hai, en una palabra, de mas radicalmente contra­dictol'io a esta cosa vil i vea·gonzosa que se llama egoismo. Es porque la dulce figura .de Cristo ha brillado sobre el mundo como el astro del mas pua·o amor, que ha ejm·cido por todas partes i siem­pre, sobre el corazon de nuestra humanidad, este 1 incomparable imperio. Es de tr,, es de su ense­i1anza i de su ejemplo que nació en la humanicl:ld la grand-e era de la ft-atemidad. Los mismos que 1 niegan o recusan sus otros beneficios, afirman, aceptan i procl.aman este. Jesucristo reveló la idea, díó el ejemplo i fundó sobre la tierra el rei­nado del amo1· i de la fraternidad. I si creemos a ciertos apóstoles del Cristianismo puro, la funda­cion de la repub!ica ft·aternal resume toda su obra, la pa·áctica del amo1· fraternal abriga todas sus virtudes; i esta palabra: "vosotros sois herma­nos," condensa toda su doctrina. Evidentemente, los que limitan a esto 1as reve­laciones dogmáticas i las influencias morales i so­ciales de Jesucristo, se engañan ; toman el atTO­yo po1· el río, la luz por el fuego, un elemento destacado por el total de la cosa, i un ft·acm<'nto de la estatua por la estatua entera: Pero este 1 mismo eri'Ol', viniendo de nuestros adversarios , es 1 un testimonio precioso. El atestn qt'le aun los que no adol'!Hl al Cristo que nosotros adoramos, saludan .en EL con nosotros i como nosotros, la mas grande figura, el mas sublime modelo de amot·, el ideal mismo de la fratemidad. Ellos confiesan, por consecuencia, que un Cristo mar­cado en la frente ) Ah! si EL es parte el ideal de Ir. sinceridad total, i si el Ct·isto Dios sí, yo compt•eudo ese mistel'io del amor que de mi Evanjtlio ha podido menti1· una vez siquie­se da i se inmola por mí: quiet·o a bmzarle, quie 1·o m, una voz íntima gdta en el fondo de mí mis· besat· sus llagas libertadol'as, quiero l101·ar sobre m o: i No, ese no es ·EL, yo rechazo ese ideal, re­sus piés ensang.t·entados, llo 1·a 1• de amor, de dicha nuncio a tal Cdsto, abjuro tal Evanjelio ! i ele alegria 1 Pero si no es mas que ün hombre, I, notadlo bien, cuando se trata de Jesucristo, ¿qué quereis que yo entienda de ese misterio de la cuestion de su divinidad es la de su siuceddncl. nmo1·, de ese misterio de sacrificio? Cuton, Só- Si Jesus no es el Cl'isto Hombre Dios, no es un crates i tantos oti·os han muerto tambien, segun hombre sincero.¿ l po1· qué? Porque si no es Dios, dic~n, por la lihm·tad de los hombres. ¿Acaso el no ha podido sin mentit· proclamarse Dios. 1 si 1 reconocimiento i el amo·¡· me pt·osternan delante hai alguna cosa manifiesta a cada pl.\jinn del de ellos? ¿Acaso espel'imente )a necesidad de Evanjelio, es que Jesucl'isto no solamente se ha conmoverme con su recuerdo ni de llorar al pié dejado ct·eet· Dios, sino que él mismo se ha dado de sus cstátuas? ¿ I qué mas me importa la muer.. por Dios. No se ha co tentarlo con darse todos los 1 te de Jesus, si Jesus es solo un hombre? Su muet·- títulos de que hemos hablado, i que un sét· que se te 110 tiene delante de la humanidad ni el vulgat· c1·eyera solo homi.H·e no se atrevería a atribuit·se l onot· de tlll sacrificio voluntario, porque esa sin un inmenso ol'gullo o sin una estrai"la locura ; muerte lo ha tomado apesa t· suyo, i -é l se ha estre- ha hecho mas, se ha atribuido la dignitlad que en­mecido de terrol' bajo su mano h€1ada. I si quereis cietTa i domina todas lns demas, la dignidad di vi­sostener contra toda evidencia que esa muel'te fué na. El que no l ..... n esto en el Evanjelio, prut>ba que una voluntaria inmolacion, hai una cosa mas evi- lo ha leido con los ojos vendados. dente que todas las demas, i es, que si fué volun­taria, no fué desinteresada. Dió su Yida para ilustt'at· su muerte, vertió su sangt·e para cosecha!' gloria, i lo consiguió; el buen éxito fué su fot·tu­ua, i su gloria su recompensa: yo no le debo .nada, nada sino lo que met·ecen el ol'gullo i el egois· mo : el desprecio r El de pt·ecio 1 1 Ah, señot·es! ese Cristo falso, si existiese, le merecería tanto mas, cuanto que sobre estas dos señales vergonzosas del orgullo i clel egoismo, llevada una tet·cem todavía mas vergonzosa, la del disimulo i la hipocresía. Ya hemos dicho sobre esto algo, a propósito de su pa· pel de ta.umatm·go, pet·o es preci-so volver a esta cuestion que es aquí, en el sentido mas riguroso, el rasgo decisivo. En efecto, lo que nos átL·ne a todos ácia esta figura, la mas dul ce i fue¡·temeníe att·activa de Yo sé que la cdtiea no tiene vet·gúenza de decir que Jesucristo no ha Yertido jamas, "una palabra de donde pueda conc1uil'se que se ha creido Dios·" ¡Dónde estamos gnm Sér de los Sétes! ¡ A horu, cuando todos tene:nos dial'iamente el Evanjclio en la mano, se nos viene a anunciat· semejante descu­brimiento 1 ¡Cómo! ¿ni una palabt·a, decis? ¡Cuán ciegos estais! El ha dicho, diez, ciento, mil palabras a este respecto. Eso está escrito de tal mane1·a en todo el Evanjelio, brilla tan clara­mente al tmvez de todo el tejido de las palabras i de las accioo.es de .Jesucristo, que sola esta afirma­cion: Yo soi Dios, puede dm· sentido al Evanjelio. No tengo necesidad de hacel' citas pues todos po­deis leerlo, sinembargo, esc.uchad solamente algu~ nas de esas palubms. "Quién dicen que soí? pt·e­guntó Cl'isto a sus dtcíputos.-Vos soi's el Cl'isto, et Hijo de Dios Vivo.-tOh! Sirnon Pedro, sois bien- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1( t EL CATÓLICO. 215 1 -~ ~:nt=-a~:~,:qu:~;i l::•~ne-~-;1: sangre os ~~ ;,: .;,:::ida~·e:;.~;·a ·;::;:,:::;::;;, q ~. han revelado esto."-"Es cierto,como se te acusa, que hai rnuchas medidas en la since?'idad. Así lo ~ que tú te dices Hijo de Dios! -Sí, vos lo babeis ~ han dicho en efecto nuestros mentirosos contem-dicho: Yo lo .soi. )~ Así responde al Pontífice que j poránros, de manera que, al creerlos, habria a f· le intetTogn. ((Nosotros tenemos una lei, gl'ita el lo ménos dos sinceridades; la que no miente ja- 1 [ pueblo, i segun e·!la. el debe mo•·it·, po¡·que. no j mas i la que miente algunas veces; In que dice lo f siendo sino un hombre., se ha dicho H7)o de verdadero i la que dice lo falso; la que marcha a [ Dios.>)- ) (quonian homo cumsis facis teipsum 1 si lo que oye, es realmente el e~o de una"?.,. ln~- 1 '. Deum) >) , Así, los mismos enemicros no se enga- mana. i Qt1e! ¡ 1Uztcltas medtdas en la smcen­ñaban entónces."- "Si es el Hij~ de D'os que 1 dad, i el Hijo de Dios no teniendo para sí sino la descienda de la Cruz ¡ que Dios le libre; porque medida mas pequeña, la medida en que la sincel'i- 1 f EL ha dicho· Yo sol el Hijo de Dios. 1 ~acl miente.! 4' ~né ÍI'0 7 nía ele l?s ho.m})l'es. i q.t~e ,J ! quÍ teneis, pues, paJa:.H·as de Jesncl'isto i he· 1 msulto a Dws. 1 .:.Uuc,!las 'tnedzdas en. la sznce1z- · f eh os evanjélicos. ¿ Cómo ha beis podiclo a egurar cl.ad ! ¡ ?I: sofist~.; s1, ~ara vos~t1 o~, 1 para v~1cs~ f que Jesus no dijo una !~Ola palabra de domle pn- t1 os maest1 os en '.11 tu~l 1 en sal)}clUIJa, tnl ·Hz . j diese deducirse que se creÍa Dios? ¿Por quó este ! Para nuestro ~nsto 1 p~ra sus adoradores, nó, 1 ~ rnl tel'io de igno1·ancia 0 de olviélo? ¿ Es cálculo, ,l(lllla 1 ~.te Cnsto n~'tn ~~·oso no s~rá nunca el de distraccion,o nlgun oti'O misterio que yo no pu.edo la hum.atn<.lad que lo a~OJ.a, per? m aun ~1 ~le ~~ peuetrc.\1'? ¿Qué importa por¡ demas el moth'o humamdad.~~e lo.h_on: a 1 esp::andose a "I m1sma. de vuestra negarion? l .. a nfit'maciou de Cl'isto ~sí, la Cllttca m t1sttca, s?L' ~todos '?i:) punt?s. queda, queda ea su perpetua evidencia, en su 1 baJO todos as.pecto.s se-l Gran Doctor de la huma- son altamente pet·judiciales a la causa de In. Iglesia; nidad, del Gran Reveladot· de la humanidad ; i que no pueden redundar en honor para ninguno qué viene a set· su sinceridad '? ¡ Qué 1 ¿ 1~~. diJO de los rontendot·es. Dos hombres que se ai'I'Ojan q~1e era Dios i sabia qne no lo era'? ¡ Oh! EL sa- \ lodo, al fin de la contienda no pueden resultar bm que lo era ; sí, yo no me att·evo~ pot· respeto limpios; i si esto es deplorable t1·atándose de sim­a Jesucristo i pot· respeto tambieu úcia ,~osotros, 1 pies pat'ticulat·es, siendo eclesiásticos, i eclesiásti­uo me atrevo a detenerme en la idea insolente que 1 cos de notable posieion los adalides, el hecho toma supondl'ia en Jesus una fé real en su Divinidad ¡ proporciones tan grandes como malamente sig- 1. ,:1 imaJinaria; es dccia·, la mas ridícula de tc.das las nificatívas. locnras en el que se supone el mas sábio de todos Deseamos que el Ilustdsimo señot· Arzobispo, los hombt·es. Esta últ!ma hipótesis es tan estupi- empleando su alta dignidad i su cal'ácter benévolo, damente sacrflega, que casi es demasiado mencio- concilie esas desavene leías ajenas del sacerdocio 1 nal'la. Es preciso, pues, volver a esta ot1·a: Jesus \ i tan perJudiciales a In edificacion de la sociedad. no se creía Dios, i, sinembm·go, en sus palabt·as i No es posible que el público se fot·me una buena ' en sus acciones, afit'mó que lo era. 1.;_:s decir, que idea del Glet·o, si este se despedaza con sus propias 1 sob1·e la cosa mas grave, decisiva i sagradn que se 1 manos; romo j3mas se la ha fo1·mado favot·able de pueda concebit·, afirmó lo falso, lo absolutamente una familia, que si tiene un pat'iente difícil o cen- ' falso ; de donde resulta con las condiciones del suruble publica sus defectos en vez de ocultarlos 1 ' mas solemne i del mas impío de todos los engaña- : para evitar su pt'op-io despt·est1jió. Rn estas pala­dores. ¡ Ah ! Si fué así, velad me su se!l1blante, bras no nos dil'ijimDs a las personas sino a los ·: porque lo que yo quiero contempla!' en EL, es la 1 principios úe verdadero órden • . 1 ?sonomía de la sinccl'idad, i vuestm crítica tan El inteJ.·cs ·.con que vernos cuanto atañe al decot•o 1 msensnta como sacdlcga, no me deja vet· sino la ele la Iglesia i a la dignic acl de sus Ministros, nos ' faz repugnante del disimulo, de la hipocresía i del 1 dicta estas líneas del todo imparciales. J 1 engaño. Me muestra no sé qué cat·a maquiavélica, Es sensible que Jos homlHes no vcarnos a veces con sonrisa menttmsn i mirada equívoca, en vez todo el alcanoe que tienen nuestms acciones; pues de esa figma radiante i pura que se presenta a la no pocas ocasiones, pot· herit· a otro, nos herimos, J humanidad con la coronn de una sinceridad abso- i q.uizá mas pt•ofund&mente, a nosotros mismos. , luta i de un candor divino. 1 En este caso, las palabt·as del Divino .Maestro 1 para asegm·arme sobre el carácter del Cl'isto 1 merecen bien traet'se aquí ahot'a: - qué me dejais, para calmar e~ grito de la coneien.. · "' Todo reino dividido- perecera:' ., rd --- --- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. F.L CATOLICO. -------- --------- -'81 n~mero 71 de Los Ande$, p:cri
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 75

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El Católico - N. 72

Por: | Fecha: 18/10/1864

• AÑO II. Bogota, 18 de octubre de 1864• NUMER072. ~ llJ Jit®llt [JJ ~ il ii!B » ~ [JJ ~- Con el presente número concluye el segundo trimestre del segundo año de este periódico. Suplicarnf)S a UU. que a vuelta de correo se sirvan enviarnos los fondos que hayan recau­dado i las colecciones sobrantes. Los qne no lo 1 hicieren así, no esttañen que so les suspenda h remision. Arquidiócesis dé Santafé de Bogotá, 29 ile se­tiembre de 1864-Secretarta. clel Gobierno ecle­siástico- Número 669. Al señor doctor Vicente Ferrer Berna l. El IlustrfsimoseilOt·Arzobispo ha resuelto res­' tituir a U,a la capellanía de Monserrate,quedando U. autorizado para ejercer libremente su Minis­terio. Lo comunico a U. para suconocimiento i demas fines. Dios guat•de a U. IGNACIO BUENAVENTURA.. REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. RENAN. IIacía cuatro mil años que existía el mundo, i las frecuentes revoluciones que durante ellos ' aflijieron a la. humanidad, dejaban por aquella época de hacer derramar lágrimas. El mar tempetuoso de las pasiones se mostraba en ca\ma despues que el trueno ensordeció los espacios i que los huracanes habian escrespa­do las olas haciéndolas subir como mon tafias i bt'ljnr hasta los abismos. El mundo sojuzgado por las armas romanas, doblegaba paciente lá cerviz uajo el yugo que le habia impuesto un pueblo, i la voz de César Octavio Augusto era obedecida en todas las rejiones conocidas. Un pueblo solo, fiado en sus tradiciones que formaban un cnrso completo de verdadera filo­sofía) levaba a duras pénas aquel pesado yugo. Sabia que cuando el cetro de sus Reyes hubie­ra pasado a manos de estranjeros, vendría el Libertador de los hombres, i esperaba con ansia a ese Libertador. Varias veces, impulsa­do por esa esperanza, se habia sacudido, i J ose­fo refiere los heróicos esfuerzo-s que hizo inu­tilmente para romper sus cadenas. Pero no era solo el pueblo judío que poseía esas tradiciones, el que estaba persuadido de que iba a aparecer un Hombre estraordinario, que cambiaría la faz del mundo: todo el mun­do tenia esa persuacion. Tásito habla de ella como de un fenómeno inesplicable, indicando con claridad que ese Hombre nacería en Judea. , Sustonio dice: que " todo el Oriente repetia la antigua i constante opinion de que los desti­nos habían decretado que en aquella época la Judea diera Soberanos al Universo. " La es- 1 pect~tiva, pues, era universal; i no como quie­ra, smo que segun el sábio ingles Mr. Mnurise, se esperaba un l\iediador que restableciera las relaciones entre el cielo i la tierra, entre Dios i la humanidad, porque toJos los pueblos reco­nocian, segun rlatcn, que "la naturaleza i las facultades del hombre se mudaron i corrompie­ron en su jefe, desde el principio." Voltaite confesó que " la espiacion fué la mira de to­das las relijiones. " I todas ellas contenían la creencia de que ef3e ~fediador debía nacer de una Vírjen. W. Jones, en el suplemento a sus obras, tomo 2.o pájinn. 5 t!8, refiere que los libros sagrados de los bramas declaraban que una Vírjen daría a luz a un Dios. Los ejipcios profesaban la creen­cia de que Isis seria madre sin dejar de ser vírjen. Los siamitas seglln Plutarco, creían que el Hombre esperado, nacería de una Vír­jen. En la India se han hallado pinturas, se­gun refiere Rose.lly de Largues, en que se re­presenta a un N1ño en los brazos de una Mujer cuya cabeza es~á .. ra.deada con una aureola que representa la V1r,pn1dad. En el J a pon, -en Chi­na í en el Tibet, hai, segun Barrow. la misma creencia. Mm·atori refiere que en ~arias Na­ciones de este Continente, se halló poi' los conquistadores españoles i portugueses, la tra.­dicion de la Vírjcn que babia tenido un HiJo que tlespues tlo haber obrado prodijios, se alzó en los aires a vista de muchos de sus discípulos. Las vestales eran vírjenes que se consagra ban al servicio de los dioses, i las había en Roma en Aténas, en la India, en el Perú, en .r:Iéjico' en China, etc, i en todas part~s se las honra~ ba ya porque se creía que de ellas nacería nn Dios, ya porque Dios hn.bia nacido de una de ellas. Por eso el Profeta Isaías no dijo : '' una vírjen, '' sino " la Vírjen concebirá. " El mundo sabia que así iba a suceder; i así suce­dió, porque pn.ra el Sér infinito que de la nada sacó el universo, no hai cosa imposible. " Há­gase la luz, '' dijo, i la luz fué hecha. Llegado el tiempo, el orgullo del hombre ".llas poderoso sirvió· de instrumento a Dios. Augusto quiso saber el número de sus siervos i ordenó con tal objeto un empadronamiento jc­neral. La Yírjell: que habia concebido, segun la espectaCion uniVersal, o patraña universal segun el gólgota Boulanger, fué de N azaret a Belen con su esposo a empadronarse conforme al decreto del César publicado por Cirino, Go~ bernador de Judea. N o hallando lugar entre los hombres, como estn,ba predicho que debía suceder, se refujió esta santa familia a una cueva que servía de establo, en las afueras de la ciudad, i allí nació el Gran reparador EL Dros DESCONOClDO a quien los ateniense~ ha­bian erijido un n,ltar, el Dios a quien habia cantado Virjilio. La "Biblioteca oriental" en el artículo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 186 "ZEUD.ASCHT," ow3tñ<" que este 1-It stro de 1 ele In Rclijion Católica tralJajnn por estrélvinr los los magos había advertido que una estrella ! ánimos haciendo amable el crímen i udiosa In seria la señal anunciadora del nacimiento del justicia, nos complacemos en rep¡·oduci¡· el anúli .. :M esías, a quien l'ecomendaba llevaran presen- sis que de di~ha obra hace el_ señor .Obispo de Or.., te· i en "Las investiaaciones asiáticas" to- leans en un hb1'o que ha publicado, 1 de que estrac­m~ X, se lee que un E~perador' de la India, ta, un trozo tEraducido :'El Co¡·reo do Antioquia," 1 conmovido por algunos oráculos, encargó a sus nu;~H'ro 5. .· s com~ s1gu~: ., . emisarios que mataran a ese Niño. Jos Schmitt Un espíl!t~I fue~ te estravJ,tdo, q_ue ~omo otlos 1 en el " OríJ'en de los mitos " refiere que ha- muchos ha disipa~o en locas. prodJgallclades, los ; O . ' . dones mas maravillosos del C1elo, ha lanzado t·e· b.endo llegado .a h~na e~~s rum~res ' culndo cientemente al mundo un libi'O titulado" Los l\II- 1 el S~ be rano Mmg-ti. en~IO ~mbaJadores a de_s- SERABLES." El ruido de este Jibro ha fijado mi c~1br1r el SAN'l'O, hacia 6.> anos que EL habla atcncion : médico de las almas, un Obispo tiene el 1 diCho sobre la Cruz, ·~o no ESTA CO!XSUMAJ?O· deber de vela¡· de ce1·ca i de léjos sobre todo lo que El profe~or de 1.\;lumch, Mr. ~ch?-berr, h1zo interesa o compromete la salud de las a\ mas; i un una multitud d~ calculas ast:onom1cos p_or los buen o mal libro demas, es siempre pa1·a las almas quo ha descubierto que, preCisamente a tiempo un nuevo principio de corrupcion o de virtud. 1 en que nació Jesucristo, se verificó en el Cielo Nosotros debemos poner el oído aun al ruido de los una revolucion particular, pues U rano, el mas sucesos lite¡·aa·ios, como a las seilales del tiempo. elevado i lejano de los planetas, cumplió en Pero, lo confieso, é.lntes del estraño suceso el título aquellos días su quincuajésima crrera, volvien- n~e babia atraido,- LOS 1\IISERABLES 1 Yo rne habia do entónces todos los astros a principiar su dicho: esto nos atañe quizá, porque nosotros somos curso. " Aquella época añade el sál>io bába- los socOI'redores. Cuando se oye en el mundo una ro coincidió con el fin de la semana del año Yoz gritar: 'e¿ quién se interesa pot' los misera· sabático de los judíos en el cual segun un an- bies?" debe haber al ménos un cristiano que se tiguo vaticinio Dios debía asegu~·ar su alianza. levante i respond.a: "Yo:'' e 1 s s ~' "No he quendo refenrme para conocer este 1 0~, 08 J uyo · . . libl'O al infot·mc que de él hnn dado diversos es- A51' p~es, todas las tuedas 1 tod~s los re: critores bien intencionados, i lo diré sin rodeos: sortes partiCulare.s de a.qu_e~ gran reloJ _del um- yo hallo que los católicos se avienen fácilmente v_erso, cuyo. dest_mo 1.;r1mit1vo. e~?' scnalar el con estos gmncleg libros, que son con relacion a t1empo, hab1an si~o colocados 1 ct1spuestos de las almas, grandes acontecimientos. A veces unn tn.l modo por el m1smo Cren.dor, que corres pon· chocarrel'Ía quizú dos o tl·cs insultos un tono mas dian tod?s a la g~ande hor~ en que Dios debía desdefloso que cscandaliznclo, i ya 'creen que el 1 hacer bnllar el dm determmado desdo toda la libro es muerto. Se dice que el ridículo mata; no : eternidad, i celebrar el gru.ndt) ai'ío do rcnova- él hiere. Emple:.índolo, se estimula a los advet·­cion i de perdon. Todo el universo anunciaba, sarios, pero no se les desarma. O yo nada sé, o pues, en las grandiosas proporciones de su San Agustín ha dicho: Tuba insu.ltationis infruc~ arreglo i de sus disposiciones interiore~, como tuousum facit bellU?n. el libro de la revelacion, ~quel por quien i pa- "Yo, pues, me he hecho dar un~ cuenta n_1Ui ra quien, se hizo el Cielo estrellado." profunda de esta ,l.~rga ?bra: _yo m1smo h~ lmdo Las ciencias i ]a. historia vienen: pues, a sus numerosas pnJmas, 1 meditado .las mas nnpo1·- 1 formar en escuadren cerrado para atestiguar tantes de ellas. Yo puedo despre_cwt· al que hace • la esactitud de la relacion evanjélica. Tantos el _mal; pero 11 ~ puedo. desprecJat' a aquellos a '1 prodijios vaticinados i cumplidos a tiempo que q~Henes s~ hase; I, a dectr verdad, yo no de~~re- 1 ·, J ~ b' d 1 c1o a nadJe. Encurnt¡·o, por otra parte, en todos 1 n_aciO esus, es!an pro an o. pa.ra e que no los libros de nuestra época, lo mismo que en las ~ Clerre voluntanat?ente los OJOS a la luz d~ 1~ almas, signos que me iluminan, homenajes iodi­razon, que J esucnsto es verdaderan~ente J?ws, rectos por los cuales bendigo a Dios, confesiones tanto mas cuanto que, esa espectac10n umver- involuntal'ias que me tocan fnarimas dolot·osas sal que tanto IJ?Olestaba al e~céptico Bou]an- que solo la fé puede calmar, dese~ secretos, esplo­ge:, desapareciÓ con la vemda del Ho~bre a siones repentinas, lágrimas mnl disfrazadas, i yo qmen nosotros adoramos como a HIJO del quiem investigar estas t1·azas del Cl'istianismo Eterno. escondidas bajo montones de eJTOJ'es, como un Es, pues, mui orijinal que Ernesto Renan: viajero saluda las ruinas invadidas po1· las yerbas, contradiciendo todos estos irrecusables datos, i los escombros de un templo en que Dios habita por sí i ante sí, sin mas apoyo que su capri- i se revela aún. eh o, diga, como si estuviera refiriendo hechos "¿Qué se pretende enseñamos sobre los mise- ' de que él fué testigo: "J esus no nació en Be- rabies? Escuchemos, si de allí puede resultnr al- , len sino en N azaret: J esus no es mas que un gun bien. hombre: el Evanjelio es una leyenda. '' Pero "La obra, segun me parece, corresponde medio­mas sorprendente es aún que haya quien, por- cremente a su título: ella nos dice ~obre los mise· que dice audazmente esos disparates, lo llamo rabies lo que vnldl'ia siempr·e mejor {>3Sal' ensilen­sábio. eio; pero no nos dice lo que a todos convendría LOS MISERABLES. saber·. Estos diez volumenesencierran un romance, un panfleto, una tésis. El romance me impo1·ta poco; él parece, ademas, la parte débil, esceptuan~ do algunos destellos a los cuales la pasion por esta suerte de literatura puede no ser insensible ; pero Como esta novela de Víctot· Hugo se ha hecho que es preciso ir a buscat· como un zambullidor vá tan de moda, i se le tributan elojios tan pomposos a pescar pe das en el fondo de un golfo borrascoso. como a todas las producciones en que los enemigos "No callaré, sinembargo, que aun en un roman- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ce, hai algo mas que una falta literaria, hai un 1 dolorosa, que se compone de dus tér·minos, uno espantoso trastorno moral,. cuando' el bien i el mal, 1 que los denuncia a la policía, i otm que les garan­el vicio i la virtud, la inocencia, el her·oismo, el tiza las reservas de la piedad ; pulnbm mitad ju­honor, el martirio están como aquí siempre en diciaria, mitad cristiana. falso. Yo no he encontrado a1If un sentimiento del ) El cristiano, al contral'io le dice íll ód10; 1 este punto no habeis sabido tocado; por~ oído al rico: ) Despues se coloca entre Ios dos, i no el quo nosotros hemos conocido) es bueno has­grita a unos i a otros en voz alta: << Hai un tala tontel'Ía; vuest1·o ajcntc de policía tiene una Dios que os contempla!)) ~sp~~ie de honradez, pero so~da i ciega ; vuest ros « ¿ I cómo i pot' qué el cl'istiano querria olvidar mdJJen~c~ se tom~n en. ~acm,o.sos. Sel'ia enojoso que hai miserables? Sí, hai hombres que han ~nco?,t 1 ar se .~ón 'uestt ~s her oes en un ,bosque. robado porque careciau de educacion, de relijion ¡ 6 Qmen sablla, pues,. fiJar este punto cleh.cado de de pan, que han estado en la prision porque han ? 011 ?~ dependen el ó.t de1!, ~a pa2, la s,egul'ldad, la 1 rollado, que han sido deshonrados en Ja -prision, ¡ J~Stlcw? ¿~ué ~oder· mstJ~nll·.á, reglara e.ntr·~ noso­despues, desapiadadamente rechazados por la so- tt os est~s 1,elacwnes .. c.qUJtatlvas, que IffiPl.d~n a ciedacl. Sí, hai mujeres que la miseria ha hecho uno socieda~ convel tn se. en una casa de pnswn o sucumbir, i que el vicio infame ha hundido en el en una taberna de rnatas~etes ? mal, Sí, hai pob1·es niúos mas desg¡·aciaclos que <re sin comprenderla. Sin Jesucristo, 1851 soi el ver~adero Cura propio de la parroquia 1 vos IlOS rechazais,i e11 ~L nosott·os os perdonamos, de Plato, en la Diócesis de Santamarta,me veo en nosotros os amamos siempre, aunque no fuesé sino el debe1· de desmentida; no tanto por mí, a quien pot· causa de estos acen,tos inesperados, que nos ningun mal viene de la mentira fraguada por el \ 1ienen algunas veces aun de vos mismo, como de mentido Cura de Plato, cuanto por mis feligreses, una alma hecha en otro tiempo por Dios para me- a quienes a juzgar por el supuesto procedimiento jores destinos. Sí, solo Jesucristo nos hace perdo·· del Alcalde i del hombre que se negarn n p1·estnr nat· i amar a estos miserables que vos babeis a su Pát·roco tan sencillo favor,·-como el de ensi· pintado ; ¿pero sal>eis cuál es el gmn repl'Oche llat un caballo, se les puede tene1· como un pueblo qne dirijo yo a la ~ociedad? ¡ Ah ! lo que es es- seduo-católico, cómplices en la eruela guena que pnntoso, lo que no perdono a mi época, es que un en nombre de h libertad i de la civi\izacion se ha espíritu como el vuestro, lo mismo que otros mu- declaraáo en nu~stros tiempos a la augusta Reli- · chos, hayan causado tales nauft·ajios eu la tem- jion del Crucifirado: a esa Re.lijion divina bajada pestad de su siglo 1 Vos al ménos, aun es tiempo, del Cielo pat·a incendiat· a la tierra con el fuego podeis encontrar la luz perdida i yuestra prime1·a sagrado de la caridad; i pat·a -prodiga~· a las Na­llamn, i a vuestra última hora, dando en fin al ciones los ópimo.s i sasonados frutos de la paz i ) 1 1 • , . Es un hecho cierto, que el Jefe Superior del Es· «. ¡ ~h Jesus_ · V o~ solo esta1s, _pac~, nlh. _PUia tado del Magdalena enviara a mi curato de Plato ' , dec1rnoslo ~od?, esphcarnos el .m1ste 1: 10• facihtar- un piquete de jente armada para captmarme, cual ~ nos el sacrificw, revelarnos lo Imposible. De Vos un criminal sin tene\' otro delito que el de haber- ' vien,e para todo, el consuelo, la luz, la reparacion, me negado ~né1·jicamente a obedecet· los decretos 1 el balsamo. Con Vos tod? se _co~prencle, to~o se de «Tuicion i Desamortizaciou,» i haber trabajado resuelve, se reanuda, se Ilumma 1 se perfecciOna. con igual enerjía, en mi calidad de Vicario forá­Lo que los hombr~s ll~man un suplemento de luz, neo, para que los Curas de mi dependencia hicie · es vuestt·~ revelacton, I el suple~ento de fuer~a ran igual 11egativa. Lo es igualmente que en 21 q.ue ?llos. mvocan, ~s vuestra gracia· Vos ~labets de julio de 1862 ,salí de Plato en calidad de pt·eso, s1do E~vmdo ~o~· Dw~ p~m trasformar ~~a tlet·ra : para la capital del Estado : que allí estu\'e hasta i V: os S?IS su Mm~s~ro mdtspensable, su Et.erna sa- el 27 de setiemb1·e en que partí para esta, a donde b1duna hech~. VISible en su o.bra, su lV!edmdor, su fuí confinado; i en donde he permanecido hasta otro Yo, su HIJO, su yet·~o, Dws con EL, nuestr·o hoi de Secretario del señor Provisor Vicario jeneral Salvad?t'. Vos lo SOis, I yo os ~dot·o 1 de la Diócesis de Santama1'ta, docto¡· José Rome- (( No, .no ~e comprenderá JUmas la cruz ~e ro; i dispuesto siempre a arrostrar el destierro con nuestra v1?a sm la c!uz el; vuest1:a J?Uerte. .sm todas sus penalidades, i hasta la misma muerte en Ves no ha1. pot· do9mera smo casttgo 1 ~orrupct~n. d~fensa de los sagt·ados derechos deJa Iglesia i de La humamdad qmere ott·a cosa. No hm redencwn su divina libertad · mas si alauna cosa me ha ni perfeccion sino en Vos. hecho llevadero mi ~onfin;mieut~ no ha sido otra ce Adorén:os, pues, .delante de este _mundo, que que el gt·ato recuerdo de las fina~ demostraciones es corrupcwn, al :J?!,os que es candad! DEus de verdadero afecto que recibiera de misfeligt·eses, <::HARITAS EST! F ELIX, ÜBISPO DE ÜRLEANS.» en los momentos de mi separacion. Esta fué acom- Por el último correo venido de la Costa, hemos recibido una hoja impresa en Cartajena, que con­tiene lo siguiente : « UN 1\I.Á.RTIR. Con este mote he leido en la parte etlitot·ial d.el número GO de " E\ Católico '' de Bogotá) corres­pondiente al 26 de julio último, un artículo en que se anuncia la defnncion del Presbítero Joaquín I,abarcéz, Cura de "El Plato," en la Diócesis de 1 Santamarta ; lo que tuvo lugar el 15 del mismo pañada del sentimiento i lágrimas de aquellos, que en su mayor parte abrigan los mas sanos pt·inci­pios relijiosos, morales i políticos ; i sin el menor ultt·aje de parte de la autoridad local, que po1· el contrario .sentia profundamente tener que cumplir las ó1·denes que se le habían dado para mi captura i rcmision. Al tributar este homenaje a la verdad, siento el mas vivo placer en recordar como una prueba de ella, los dos memoriales dirijidos por los vecinos de Plato al Congreso de la Union, reclamando el _, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. t--~~~w~~~~"~~~~~~~~'-~~~~ f cumplimiento de1a garantía otorgada por el inciso 1 d!as destihado~ al efecto con nuestra~ familia~, ·1 16, artículo 1ó de la Constitucion nacional, es de- 1 Cll'Cunspectos 1respetuosos,con un contmente reh~ ·¡ cil·, la libm·t&d de profesm· i pr.actiraL' su Relijion, ji_oso i gmve: contraidos esclusivament~ ~los ofi­sin la menor restriccion por pm·te del Gol>iemo, ctos que en él se celeb1·aban por el Mmtstro de en quien por su parte ningun poder han delegado nuestro respectivo culto. para ello. Hoi ciudadano Presidente, este mismo lugar, a Sirva lo espuesto parn que los señores Redacto- que nosotros tributamos un respeto profundo, ha res ele «El Católico» desdio·an, en obsequio de sido invadido por la mas inmot·al de las profana­la veracidad de S\1 periódic~, la impostura que ciones : hoi entran a él 1os sil·vientes del señot· ~ envuelve el nrtículo de que me he ocupado, i de Eliseo C01·tez, ajente de" bienes desamortizados," r, satisfaccion a los vecinos ele Plato por quienes a guardat· el pasto de los caballos, con el mismo únicamente he dado este mentís. desacato i atrevimiento que a una caballeriza cual- JOSE ANTONIO ACOSTÁ. )) quiera; í avisados por su señor, del error lastimo­Cartajeua, 30 de agosto de 1864. El individuo que murió en el Hospital de San Vicente.de Paul, haciéndose llamar el Pt•esbítet·o Joaqmn Labarcéz, refil'ió lo que relatamos en nuestro número 60. Su relato estaba tan en ar­monía con lo que ahora se ha visto en la Repúbli­ca, i el hombre tenia tal aire de injenuidad, que no era dable creEldo un embustero ; i mucho mé­nos habiendo sostenido como sostuvo su papel hasta en sus últimos momentos, no obstante que. en ellos recibia los ausilios ele una Relijion severa con la mentira, i manifestaba sabet· bien que iba a ser JUzgado pot· el mismo Dios ante quien no son ~ ~ posibles el disimulo ni la ficcion. _ ¡1 Damos las gracias al Presbitera señor José An­~ tonio Acosta,pot· la aclaracion que contiene su es- 1: crito, i manitestamos ni insertarlo en nuestt·o pe­, l'iódico, el deseo que nos anima de sel' siempre vera-ces en nuestras producciones. --En carta fecha 16 de 5etiembre último, escri- ' ben de Cali_, que al Jenera\ Mosquera le ha queda­do la mnnía de predicat·. Anunció que iba a ha­cerlo el domingo 11 en una de las iglesias de San Fmncisco o San Pedro ; i como fueran algmws lj Sacerdotes a rogarle que no diera tal escándalo, los trató de un modo indigno, insistiendo en que quería mostmr que sabia mas en materias re~ijio­sas que todo el sacerdocio católico. Un JÓven Presbítel'O, coadjutor de ámbas iglesias, dijo al sabel'io, que si el Jeneral iba a cumplh· tal capricho, lo trataría como a un profanador i le cenada las puertas. El Jenet·al temió acaso el cumplimiento de esta amenaza, i desistió de su idea q.ue tenia alarmado al pueblo. -La sei10ra Eujenia Mouthon ha pi'Ocedido con lijereza al asegurat· en el numero 70 de "El Ca­' tóliro " que se babia incorporado su nombre en la 1 lista d' e rematadores publicada en e l mt.s mo pe- \ riódico. Acaso dicha señora ha sido una de las personas a quienes en H La Opinion," se ha que-l. ' ¡:ido manchar -con el estigma que señala la f1·ente de los que han usm·pado los bienes de la Iglesia, i en tal caso es contra aquel periodico que debe , protestar. MIGUEL AmAs. ~ .. ·~--- so, de que allí debe entrarse con sombret·o puesto i del mismo modo que a cualquier luga1· comun. Anexa a este templo hai una casa que eu otro tiempo fué convento de frailes, i últimamente, por muchos años, estuvo destinada a casa de habita­cion del eclesiástico que allí funcionaba. Estos edificios que nada pueden producir al Go­biet'no i .que tan notable falta nos hacen, parecen sábiamente comprendidos en la escepcion del pa­rágrafo J.o del artículo 2. 0 -de la lei ultima sobre " bienes desamortizados." Por tales razones, ciudadano Pl'esidentc, nos atrevemos a invocar vuesti'O ausilio, a efecto de que In Junta Sup1·ema Dil·ectiva del Crédito públi­co, en virtud de lo estatuido por el artículo 11 de la lei ántes citada resuelva, que la ocupacion de tales edificios por cuenta del Gobiemo no es legal, i por tanto debe dejársenos en posesion de ellos pam el objeto que fueron instituidos por nuestros antecesores. Así es de justicia que es lo que pt·etende~os, oft·eciendo,de los hechos, la prueba correspondien­te si necesario fuere. Ciudadano Presidel}te. Belen ele Nobza, 6 de setiembre de 1864.-José D.iartin EspzUa, José Ezequiel Suárez, a ruego de José Agustín Acevedo, Teodoro Espitia,Agus­tin Banera, Eduardo Diaz, Manuel Zalam,an­ca, Pedro José Acevedo, Ped1·o N. Acevedo, To­mas Diaz, JJ-lat·iano Tórres, J~tan Clímaco Ba­llesteros, TeodoTo Espitia, Florentino Barrera, a ruego de Cecilio Acevedo, Réyes Abril, por ruego de Juan Abril i por mí, Joaqut.n Balleste­ros, a ruego de Jesus Ballesteros i por mi, Benja­mín Ballesteros, a ruego de Juan de la Cruz Ba­llesteros, Teodoro Espitia, a ruego de Alejo Ri­caurte i Jos~ María Guarin, Clímaco Ballesteros~ Luis Usoáteg~ti, Juan Castro, Rarnon Tórres, a ruego de Francisco Ambrosio Herrera, Clímaco Balleste1·os, Antonio JJ.1.m·tínez, a ruego de José Barrera, Epífanio Barrera, José Pattocinio Ro­clríguez, José Mw·tin Espitia, a ruego de Barto­lomé Ballesteros, Ismael Ballesteros, a ruego de Salvador i Félix Rincon, Clímaco Ballesteros, a ruego de Juan Francisco Rincon e Ignacio Rincon, Anjel !r1aría Rt'ncon, Dímas Granádos, José Gregario Cadena, Ramon JimAnez, JJ1amtel Rinc(m, a ruego de Custodio Diaz, Clímaco Ba­llesteros. FUNCION. RELIJIOSA Ciudadano Presidente de los Estados Unidos de 'DE cuARENTA ~ORAS EN SANJIL. Colombia. Seño1· Redactor de ce El Católico.>> Los suscl'itos residentes en el territorio de la Siendo el pel'iodico que U. dignamente redacta Hacienda ·de e< Belen de Nobza,» ante vos atenta- el órgono de la causa católica en el país, pensamos mente representamos para esponer: que U. recibirá con gusto e insertará en las colum­Existe en esta Hacienda un templo que ántes del nas de su puhlicacion todo lo que tienda al desa- 9 de setiemb1·e de 1861, estaba destinado a la rrollo del sentimiento relijioso~ haciendo patent~ oracion i .recojimiento: donde aparecíamos, en los ~ que aun permanece viva en nuestros pueblos la fe Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 190 .ÉL .... ,.... _ _,..._~- que heh~damos de nuestr·os pad1·es; esa fé i esa 1 nuestt·l\s poblaciones se estraVimi o se entibian en Relijion tan combntidas por el ·espíl'itu reformista 1 la c¡·eencia, depende mas de pet·ezn, de la cobat-día de la época; ess en calabosos inmundos, jimen en las minas heladas de 1 la Siberia; otros mas íelices, han sucumbido en los campos de batalla i han recibido la corona del marti­rio, sellando eon su sangre el amor a la patria i a la fé. .~ ¡Oh, si alguno dudase de lo inmenso de nuestros máles, -~ bastaría para procurarse el mas profundo convenci- 1 miento, el que consultase los hechos que acaban de cumplirse en presencia de la Europa civilizada. Bajo los reinados de Catalina JI, Nicolas 1 i Alejan­dl'o II, la Rusia ha r.onvertido por medio de la fuerza al cisma griego, mas de 10 millones de católicos ro­manos i griegos-unidos, aprisionando a los sacerdotes, desterrando a los monjes, eJerciendo en 1842 una ho- • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-~=~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~- ~~~~ ;¡ /' -- - -- -- ~· -~~~ ~ ~ -- ~~~~~~~~--~.__o"'· ~~.-...rv~-..r-....r~....r-.ro~~~ 19t 1 ~ rrible persecucion contra los relijiosos i las relijiosas 1 todo lo ha sacrificado por la patria comun i porque ¡~ de Snn :Basilio, de modo q~e la Europa toda ~e ha 1 junto con él, muere con la cruz en la ma!lo por Ja di: 1 conmO\'Ido de horror a la v1sta de esas persecuCiones cha de sus hermanos. Su voz, pues, sera respetada 1 J de cuya evidencia es imposible dudar. I los mismos la Relijion del Cristo, esa Relijion de amor i de verdad Ir tratamientos nos han bido reservados boí, i nuestl·as no será profanada. La Polonia independiente hoi, lo glesias son profanadas o convertidas en templos ds- mismo que en tiempo de su grandeza, léjos de perse· .l máticos, otras cambiadas en prisioues, nuestros con- -guir lós otros cultt•s, guardaría la preciosa herencia rentos convertidos en cuarteles, en los que -se abriga i que le fué trasmitida por sus padres: la santa fé se solaza una innoble sol<:l.adesca. El cumplimiento de católica. lo s deberes relijiosos es considerado como un crimen, El Clero que conoce desde hace ·mucho tiempo las asl como eu los tiempos de Ne1·on i Dioclesiano; que- nobles aspiraciones del pueblo, asi CORlO las de los que ' reis un ejemplo? Los sacerdotes son asesinados por con~ervan las riendas del Gobierno, unirá sus esfuer-í los caminos públicos en los momentos mismos en que zos 1 labores a los de la Nacion, sin que le fu11·a posible J llevan el Viático a IGs agonizantes. En muchas dióce- o~rar de otra manera sin atraer sobre su cal5eza la ver- ' sis es prohibida toda comunicacion entre los ·Pastores guenza ·i el desprecio. Todo polaco i con mayor razon, i sus Obispos La audncia de \os Popes moscovitas, no todo sacerdote polaco, sabe bien que el czurismo co­-¡ t eniendo ya freno, nrrebatan a los niños recien-naci- rrup~or e inmoral, es un enemigo mortal t an to de la fé .t d os i los b nutizan conforme al rito cismatico; · otros catdo~IC~ como de la Nacion polaca i de sus mas caras emi sarios r ecorren el país i atacan por su base al culto tra Iccwnes. En nuestra calidad de sacerdotes po- ~ eatólico, ex citando al puebiQ con sus palabras i escritos Jaco~, siempre hemos marchado de acuerdo con la ·¡ contra los sacerdotes, i dan así lo:; primeros golpes ·al Nacwn. ~ poder espiritual, a los derechos canónicos i a la perso- Despues de esta compendiada esposicion, bien pue­~ na sa g t·ada del Santo Padt·e. Tan excecrable trama se de oomprender el venerable Clero catolico del Univer­~ nos r e pre senta como el desencadenamiento de las po- so, hasta qué punto han al-canzado las desgracias de l. tencias infernales contl'a nuestn nacionalidad, anti- la Polonia, i cuan pesada es la cadeua que la oprime. f sno i venerable antemural de la Iglesia, al Oriente de Oh! A _la verdad que Dios no ha podido jamas ser tan ~ la Euro pa. desprecwdo, ni la humanidad tan vilipeiJ.diada con lí . E n pr esencia de semejante dfspreeio por todas ·las mas r.mdacia e ignominia. leyes divinas i humanas, ¿será posible que el mundo i yenerables padres de la fé, Obispos de es1a santa cristiano mire sin conmoverse cómo se derrama la san- Iglesw, por cuya defensa sufrimos todo cuanto una ¡¡ gre inocente? No hnbrá para nosotros otra cosa que Nacion puede sufrir, i vosotros, Sacerdotes hermanos palabras de compasion? ... En otro tiempo la Nacion ~ues~ro? por el sacerdocio, a ejem-plo del Levita del ¡ p olaca, al llamamiento de la Iglesia i de la cristiau- EvanJeho, no paseis por ·delante de un pueblo tan in· d ad, des varata las hordas tártaras que invadían la ci- f01·tunado sin dispensarle vuestro socorro. rilizacion i preserva a la l~uropa de las desgracias que Tres cosas necesitamos: el socorro de vuestrasofren-la a mennzaban, i hoi esa misma N acion deberá ser d~s, el apoyo. de vuestras oraciones i las espllc.itas ma­abandonada por la Europa i la civilizacion, i dejada mfestaciones de vuestras-simpatías. Al apelar a vues­como presa a la ferocidad de \os Procónsules moscovi · tros nobles corazones, a vuestros sentimientos de tas, m as cr ueles todavla que los jefes de las hordas ~elijion i humanidad, nosotros os conjuramos a que f! asiáticas? Olgttm et.forman, ·cum qua zps'ius cató­~ con enerjía la barbara tiranía de nuestros opreF " res. cm ?'eligíoms cunjuctan et secúrztas-Paris, 29 de ~ Ya en 186l babia Su Santidad públicamente aprobado j-unio de l864, el dia de San Pedro i San Pablo. la ~aoble conducta del Arzobispo de Varsovia, de in- Cárlos M ikoszeuski, Canónigo honorario, Cura de ' mortal memoria, Antonio Fialkowski, así como fué Zalazna en la arquidiócesis de Varsovia. 1 grande su dolor, como padre de la Cristiandad, al te- Ví ctor Lisicki, director i profesor del Seminario en ner noticia del arresto audaz del administrador del ar- Pultusl\, en la diócesis de PJocl\. ¡ zouispado, Antonio Bialohrzersld, a quien designó VIcente Szumowski primer Vical'io de la Catedral con el nombre de ru·wn constantem. Desde entónces de Plock. , i en muchas otras ocasiones, ha espresado el Santo Casimiro Zulinslü, Vicario de la Iglesia de San Ale· Padre sus sentimientos i su dolor en las alocuciones jandro en Varso,ria. papales , en que nos ha recomendado a las oraciones Alejandro Balczevvski, administrador de una parro- . públicas de los católicos de Roma. Finalmente, apo- quin en Litrania. ' yimdose en hechos i documentos ~uténticos en su me- En nombre del Gobierno nacional polaco, Nos, Co· morab\e alocuciou de 24 de abril de 1864, nos ha he· misario P~enipotenciario de dicho Gobierno. acredita­, cho plena justicia, i desde lo alto de su autoridad sin do en Fran cia i en Inglaterra, certificamos por la pre­igual, ha lanzado anatema contra ese potentado del seute que los infrllscritos Sacerdotes polacos proceden Norte, ese perseguidor de mujeres i de niños, que des- en virtud de un mandato que l'es ha sido conferido tierra .¡ destituye a nuestros Obispos, que ahorca i fu. por el Clero de Polonia-París, H) de julio de 1864. sila a nuestros sacerdotes, queriendo sostituir a nues- Adam Pn)ncipe zapteha. tra santa fé católica el cisma sacr1lego, del cual es él el promotor i pontífice. 1 Des pues que su voz augusta se ha hecho oír en favor de la Polonia, es tiempo ya que nuestros reales enemi- 1 gos o hien aquellos que han sido inducidos al error por el engaño, se ~allen i dejen de ultrajar al pueblo ' mártit·, no viendo en nuestra lucha mas que un peligro para la santa Iglesia i para el órden de la Europa. No .! Nuestra patria, libertada del yugo de sus opreso- 1 res, no ser-á teatro de siniestras conmociones sociales i relijiosas, porque entre nosotros, el Sacerdote está íntimamente ligado con el pueblo, junto con el cual, SEÑOR DOCTOR :MANUEL ;JOSÉ ANAYA, PROTONO· TARlO APOSTÓLICO 1 CANÓNIGO DE LA CATEDRAL J.\.lETll.OPOI..ITANA DE BOGOTA. Cartajena, setiembre 1'3 d e 18 64 . l\Jui respetado se-ñor mio :-Con el objeto de ver si es posible reunir una suma, aunque hubiese de ser mui pequeña P"Nazon de las particulares circunstan­cias en que se etícuentra e1 país, para socorrer con ella la miseria de que es víctima el pueblo polaco, es­pecialmente sus sacerdotes, por Ja ferocidad inaudita Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. C ATOLICO. ¡· de los Rusos, se ha formado en esta ciudad una junta, 1 ]a que me ha hecho el honor de eleJirme para que la 1 presida en sus trabíljos, i ha ele.iido tambien para Te­sorero al señor doctor l\Iárcos l\1. Merlano l\Ie dirijo a US. para poner en su conocimiento la existencia de la espresada junta, la que me ha encar­gado particularmente rec~omiende a US. que promue­va una suscricion con el fin de obtener nlgun socorro ·l destinado al alivio de los sacerdotes polacos. En la excitncion que se espera haga US. para la con­secucion de un fin tan laudable, debe hacerse enten­der a los que quieran contribuir, que no debe retraer­los la consideracion de que fuese pequeña la cuantía con lJUe quisiesen suscribirse; pot·gue cualquiera que esta sea, no hai duda que será bien recibida por aque­llos infelices saeerdotes desterrados que imploran la ; caridad de sus hermanos los católicos. Nosotros que somos un pueblo pobre, no podemos ofl'ecer sino una pequeñez. Pero de la pequeñez de la dadiva prescin­den las almas jenercsas i cristianas, para fijarse en la intencion que la estimula a saber el ejercicio de la ca­ridad, virtud nobilísima que en el caso presente la ejercitamos en consideracion de los grandes infortu­nios de nuestros hermanos en la fé. Acompaño a US. 16 ejemplares de la publiracion que ha hecho en Paris el Clero polaco i que ha dado ocasiona la formacion de la junta que presido. En nombre de esta reitero a US. el encargo de que pro­mueva la referida su&cricion, i se sirva participarme en su <>portunidad el resultado de ella. Con sentimientos de distinguida consideracion rne suscribo de US. su hermano i capellan-JosÉ Rol\IEJ,W. Al sr. dr. José Romero, provisor Vicario jeneral 1 da la diócesz's da Santamarta en Cartajena. ,¡ 1 Bogotá, 12 de octubre de 1864. 1\Iui grato me ha sido el en cargo que US. pone bajo t·l, mi cuidado para que yo promueva eu esta capita-l una ~ 1 suscricion con el objeto de reunir fondos para ausiliar con ellos aL Clero católico de la esgracinda Polonia, que desde el centro del antiguo JUupdo han enviado a estas rejiones la historia de los iunnditos padecimien­tos que les ha inferido la autocracia rusa. La historia de sus padecimientos, me ha conmovido en Jo mas vivo de mi alma, i no dude)" q 10 igual o ma­yor emocion causará tanto en el digno Prelado de la Arquidiócesis, como en su virtuoso i jeneroso Clero. Con el propósito de levantar la suscl'icion que US. me ha recomendado, me dirijo hoi al Ilustrísimo seí1or Arzobispo i demas individuos del Clero, para hacerles presente el gr·¡mde infortunio de nuestros herman{)s los Sacerdotes,polacos, i el encargo que US . me ha confe- 1 rido. A la vista de estos documentos no vacilo en asegurar n US. que obtendré el socorro que debo pro­meterme de parte de un Clet·o que en todas ocasio­nes se ha distinguido por sus elevados sentimientos i en especial por el ejercicio de la caridad. Oportunamente avisaré a US. del resultado que haya tenido la comisíon con que US. me ha favorecido. 1 Tengo el honor de suscribirme de US. mui atento i seguro servidor. MANUEL JosÉ ANAYA, Protonotario apostólico i Canónigo. Bogotá, 12 de octubre de 1864. Al señor Presbítero doctor Por los documentos preinsertos verá U. las inaudi­tas crueldades con que el Gobierno de la R usía ha pretendido llevar a cabo el esterminio de la Relijion católica, en la infeliz ·Polonia, empleando todo jénero de crueldades con el Clero valeroso que ha lidiado sin tregua en defensa de su fe i de su patria. El se- o· Vicario jeneral de la Diocesis de Santa mar­ta, me hu recomendado que proml\irVa entre el Clero 1 de esta Arquidiócesis una suscricid!l, para atender a las necesidades a que está espuesto el Clero polaco, que se ha visto forzado a dejar su patria. ~ Para contribuir en cuanto esté de nuestra parte al ~ alivio de nuestros hermanos que tanta compasion 1 os 1 causa, tengo el honor de dirijirme a U. para rogarle ~ se sirva contribuir con lo que le permitan sus fuet·zas j en obsequio de aquellos sacerdotes polacos, cuyas des- i venturas es seguro (jUe habrán-enternecido su bondn- : l doso corazon. ~ Me atrevo a esperar de la bonuad de U. que la ran·· ¡ · tidad cualquiera que sea, con la que U. ¡meda suscri- ~ birse, se sel'Virá ponerla a mi disposiciou para dejar 1 1 cumpliuos los deseos del señor Vicario jene1·al de Suu­tamarta. Tengo el honor de suscribirme de U. mui atento ~ i seguro servidor. 1 1\IANUEL JosÉ ANAYA, ij Protonotario apostólico i Canónigo. ~ ======== J DENTADURAS EN CAUCHO. ULTDIA INVENCION. El cirujano, dentista de París, doctor Augusto Pis­sot, establecido rerientemente en esta capital, en la r.Rsa que hace esquina en la ralle 2. ~ de la cnt'rera del Norte, i primera de la carl'era de Bogota, coloea las maravillosas dentaduras montadas en caucho, cuyo ulterior descubrimiento es el mejor que se conoce hasta ahora, ocupando el primer lugar entre los demas sistemas adoptados por la ciencia. Estas dentaduras se ponen sin gnnchos, resortes ni otros aparatos, que­dando tnn fiJas que sola se pueden sacar cuando así Jo quiera la persona que hace uso de ellas, volviéndo­se a colocar con la misma facilidad. Dichas dentaduras ofrecen pol' otra parte las ventajas de ser iucort·upti­bles, i tan raciles de llevar por su imperceptible peso, que~ quien las adopta no las siente ni el primer di a. Tambien ejecuta todas las operaciones, aun las mas complicadas i dolorosas, de la boca, por el sisterna electro- cloro- magnético (última invencion ). Calz:1 dientes i muelas con porcelana, oro i caducium. Horas de dE:spacho de las 10 de Ja mañana n lns 4 de la tarde. 6--1 FARMACIA I DROGUERÍA DEL DOCTOR BERNARDINO 1\lEDINA. .. (Calle (Ü Florian). En este acreditado establecimiento se vende por ma­yor i pol' menor toda clase de medicinas de primera calidad i a los precios mas módicos. En el dcspad10 de l~s recetas se ofrece toda la garantía necesaria de honradez i etfuidad. 26-l o ~ [f.~·¡ UN HOMBRE DE BIEN!!! ~ Agapito Suarez, de una honradez a toda pruebn, l ofrece sus servicios a la persona que quiera ocuparlo 1 c_orno dependiente (en Bogotá o en el campo), }Jrome- 1 t1endo acreditarse con personas de alta posicion i cate- l gorla, que pueden dar informes satisfactorios d, su l honradez. En esta imprenta se dará razon de su ha- j hitacion o residencia. 12-! t m m .tJ. ~ w . ~. ~ Se encuentra en el a\maceu del señor Ricardo Bor-da, primera calle del comercio, numero 54. 8-5 HOMEOPATIA~ ACABA de llegar un surtido magnífico de medica­mentosfresc ;mente preparados i mui variados para , el tl'atamiento de las enfermedades por el sistema del ilustre Hahneman. Hállanse en la casa numero 59, carrera ele Popayan, habitacion del seüor Andres l\Ion­toya. Dicho señor ha recibido igualmente botiqui­nes para el mismo objeto, i despachara cualesquie­ra recetas de los profesores de homeopatía que se le dirijan al efecto. Los medicamentos están en glóbu· los, tínturas i en trituraciones : i hai aclemas un surtido de frascos, glóbulos inertes i azúcar de leche perfectamente pulverizada. 10-10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 72

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El Católico - N. 62

Por: | Fecha: 09/08/1864

SEÑORES .AJENTES. P Esperamos se sirvan env1a1 nos a vu0lta de corr(;o todos los ejemplares de '·EL cATÓLICO'' que no bflyan podido colocar. I~unlmentf' se servirán remituno Jos fonilos :r eau1lados del trime8tre que terminó. 1 uevamen e r~,lve1 t1mos que todn suscri ion debo de ., garse adelantada. POR LA GRACIA DE DIOS 1 DE LA SANTA SEDE. .APOS· TÓUCA, ARZOBIS O DE SANTAFÉ DE :BOGOTÁ.. Al venerable Clero secu,lar ·i reg~tlat, i a todos los fieles aatólic08 de- nuestra Arquidiócesis: SALUD, P.AZ.I BENDICION EN N. S. J. · lmpediébar plúrimum venire d vos, et prohtb1tus sum usque. ádhuc-(Ao Ro.M. XV-22). · Grandes obstáculos nos han impedido llenar los deseos de • nuestro oorazon, de estar corpu4 ralmente con vosotros, aunque siempre Jo henJos estado con nuestro esplritu. . Bien notorio es., mui amados Coadjutores 1 carísimos hijos nuestros, que- por haber recha• zado co:n ia eneJ:jía. Apostólica que noe eumplin! los ecretos inícuos llamndos de ''Tuicion" el uno, i de " Desamortizacion de bienes de mano~ muertas" el otro, por los -cuales se sometia el ejercicio de la jurisdiccion espiritual al pode:r­temporal, i se despojó a la Iglesia de sus bienes i propiedades, se nos redujo aprisiOnen la casa üe le tra l1a bitacion el dia f> ntes costas del 1\.tlántico, en dond'e se nos ha tenido confina­dos i rod~ados de los sufrimientos consigu_ientea a tan penosa. situacion. No es nuestro ánimo el hablaros prolijamen­te de a~ucllos sufrimientos, ni seria esta la¡ ocasion de verificarlo. Queremos olvidar esos sufrimientos, que hemos sobrellevado con resig­nacion, con paciencia, i que al mismo tiempo nos han sido gloriosos, puesto que nos vinieron por haber cumplido con nues-tro deber, defen diendo la mas santa dt: las causa~; pero si alguna vez los recordáremos, no será con otro o 1jeto que con el de tributar rendidísimas gra­cias a nuestro buen Dios, por habernos prote-jiclo, i con el de ped-rle por nuestros pcrsegui­dor~ s. M·1s en medio de esos mismos sufrirnien­t s, much:!s VPce . nos decíamos con el gt'!lnde Apóstol de la. N nciones, i pensanrlo en vo o­tro~, caris mos hijos nncstros: '' .:;¡ m vencibles ob. tácu!os nos impiden llenar el deseo que te­nemos de e . tar corporalmente al frente de nuestra muí amt~da grei, ella. está presente a nue~tro espír1tu "-Si. si('mprc os hemos ben­decido desde cada uno de los lu~ares en donde hemos estádo: siempre hemos levantado nues­tro atribulado cornzon al C1elo pa1•a rogar por vosotros, i cuando, bañados en lágrtmas nues­tros ojos-, hemos tom-:.do en nuestras indignas manos el Cuerpo sacrosanto i la purísima San gre de nuestro Di vino Redcnt_or ; a. 'la vista de los males que pesan sobre vosotros i noso· tros . . . . ¡ ah! humillados entónces ante la majestuosa i real, aunque oculta- presencia, de nuestro Dios i Salvador, le hemos ·suplicado fervientemente que alivie vuestras. penas : que enjugue vuestras lágrimas: que leva u te ya el azote de su justicia, i sobre todo,~ que no per.! mita que os priven. de la Relíjion Catolica, Apc. t6lica, Romana, que profesais, i que con t <~nto empeño se trata d~ arrebataros o de adulterar. Tales han sido, tnles I':OD nuestros votos, por el interesante rebaño que la Divina Providencia ha puesto a nuestro cuida,lo. Después de cerca de tres años de destierro, ~ de dolorosa separacion de vosotros; relajarlas las cadenas que absolutamente nos impedi~n el estar en medio de nuestro amadísimo aprifr co, volvemos otra Vt'Z a él, lleno de gozo el co­razon, no porque creamos haber llegado a tér­mino nuestros personales sufrimientos, que contamos en nada, sino porque nuestro m.iseri­cordioso Dios nos otorga el consuelo de poderos abrazar; de veros ántes de morir ... Rendidas gracil'l s le damos por este bepeñcio. Dentro de tres días nos pondremos en ca m .ap, · i si nuestra. deterio.rada salud no opusiere obstáculos á nuestros deseos, en breve estwremos -p,ostraaos delante del altar de nu~stra Iglesia Metropoli­tana, para. orar por todos sin distincion. Hablamos especialmente ahora con nue~trÓ venerable Clero ; nos dirijimos a nuestros ama­dos cóoperarios,i at anunciarles nuestro regreso encargamqs, a los que tienen cura de almas, la residencia formal i material en sus parroquias • porque. si esta residencia es de tan estrech~ oblig~cion, i tan grande la responsabilidad que pesa sobre el Pastor que no cumple. con esa misma residencia, a un en los tiempos bonañcr­bles o de c:thna., i cuánto m<:lyor no deberá ser­lo en los tiempo~ tormentosos, en los dias de combate contra lá Iglesia.1 .•. Vosotros sois 1 testigos de loé mo:rtales tiros q e se dirijen contra el Catolicismo desde las tribunas políti­cas, en los periódicos i en las mismas leyes. Pues a vosotros, directores espirituales- de los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 106 EL C .ATÓ L 1 C O • pueblos, es a quienes toca defenderlo, con Jaa ·armas materiales, que por cierto no son las de nuestro ministerio, sino con las de la. palabra e-vanjélioa., proferida con santa libertad, i de vuestra conducta en armonía con las sub!imes doctrinas, de las cuales sois los anunciadores i los maestros. Vosotros eQtais palpando los es­tragos que ha hecho i continúa hacienrio en los pueblos la relajacion que una guerra desol · do· ra ha introducido en las costumbres. Pues a vosotros es a quienes incumbe trabajar para el restablecimiento de la moral, para l a r eforma de Jas costumbres, ánculcando a vuestro~ feli ­greses las santísimas i vivificantes máximas: los sanos i eternos principios del Cristianismo, predicando oportuna e importunamente contra los vicios_, i recomendando la práctica de las virtu ~ les,no solamente de v1va voz, sino tambien, i sobre todo, con el ejemplo, que es la. verdadera elocuencia del sacerdocio. i C6'llo no ha de amarse una Relijion cuyos Ministros son los primeros en sujetarse a sus celestiales pyecep­tos i consejos~ I i cómo no ha ue trmnfa.r sobre los corazones una Relijion a la cual se ama. ? ...• Nada de esto podreis hacer ni con­seguir, ausentes de vuestras parroquias, o aun cuando esteis en ellas, si guardais aquel silen­cio criminal de que habla el Profeta al escla-mar: '' ¡ ai de mí porque callé!, • Como no seria estraño que, por efecto de los mismos trastornos de que ha stdo víctima el país, haya habido algunas disidencias en el Clero, es preciso, es indispensable que toda division desaparezca de entre vosotros. No es nuestro ánimo entrar en esta Pastoral en el exámen de los hechos: lo que deseamos es que reme una estrecha i cordial union en los ecle­siásticos todos entre sí, i en todos ellos con su Pastor, que la tiene íntimamente 'con el Pastor universal: sin esta union no puede haber ver­dadero Catolicismo. Los que por desgracia hayan .cuido en algun error, que lo detesten, principalmente despucs de haber oído la. voz del VJCario de Nuestro Señor Jesucristo, i que se reconcilien con Nuestra Santa Madre la Iglesia: ella está pronta a recibirlos, si se arrepienten, si se retractan i reparan el escán­dalo que hayan podido dar a las almas ; 1 qué consuelo, qué satisfaccion para nosotros, si no hfi i uno siquiera que permanezca obstinado i contumaz! Concluimos esta nues tra Pa.ro;tor a l exh or ta n ­do a todos los fieles católicos de nuestra Ar­qudi6cesis al cumplir .... iento de las obl1gacio nes que tienen como tales católicos : a no de­jarse seducir por los apóstoles del mal, que con tanta astucia engañan a los incautos i sencillos; i a que con una conducta irreprensible, contes­ten tas calumnias de que hacen uso los enemi­gos neciente al ót'den temporal, como co11sta en un impreso publicado en la ciudad de Cartajena i se encuentra tambien en el ., Diario Oficial " nu­mero 79. El mismo Ilustrísimo señot• fucultó en 5 de julio citado, al Vicat·io jeneral pat·a que pa·estm·a el juramento de obediencia en los mismos términos, puesto que Su Santidad aprobó la fórmula bajo la cual se prestó el juramento espresado. La fónnula dada pot· el Ilustrísimo señoa· Arzo .. hispo, es esactamente la misma que el infa·ascrito Vicario jeneral prescl'ibia al Clea·o, la cunl leyó al venerable Capítulo metropolitan~ el dia 1 6 de mayo de 186lj,cuaudo le consultó si debia prestar­se el juramento de la lei de 23 de al>ril del mis mo año, fórmula que rechazó el Capitu\o p01·que juzgó eutónces que debía prestat·se el jmamento jenera l­mente i de ninguna manera con restricciones. ' Bajo esta fórmula oft·eció la obedienciaa dicha lei el dia que el señot• Gobemadot· del Distl'ito fe­det ·al le exijió el jm·amento lisa i llanamente, i fué declat·ado inadmisible poa· dicho Funcionnrio. Comparada la fót·mula dada por Su Seiloda Ilustdsima i aprobada pot· Su Santidad cuando dió su nprobacion a las Pastorales de 14 de julio i i 6 de noviembt'e de 1863, con la que el Vicario JCneral pa·esentó al Capitulo, obsea·va con sntisfac­cion -que las restt·icciones contenidas en la fóa·mula espresada han sido aceptadas por Nuestro Santísi­mo .Padre, que poa· la Encíclica de 17 de setiembre de 1863, 1·eprobando el juramento jeneral de la lei Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATÓLICO. 107 1_ de 23 de abril, aprobó tambien la Cil·cular del Vi~ 1 cario jenea·aJ, de 3 de junio del mismo año~ pt·ohi­r biendo se prestat·a el juramento jeneralmente. Cumplicndo,pues,el infrasel'ito con lo prevenido en la comunicacion del Jllmo. señor Arzobispo, des de julio, continúa en el ejea·cicio de las fun­ciones de Vicario jenea·al. Ha pt·estado el jura-mento de obediencia al Gobiea·no en todo lo que se.a de su incumbencia, es decit· : en todo lo que no se oponga a la lei de Dios, al dogma, libea·tad, disciplina e independencia de la Iglesia, dentro de los límites que Je señaló Nuesta·o Señor Jesu­cristo, su Divino Fundador; i lo comunica al ve-nemble Clero, manifestándole que se conformó en todo a la fórmula presct·ita pot· el Illmo. señor Aa·zobispo~ pea·suadido que respetando la voz del P1·elado, ha respetado a la Iglesia i seguido su • santa doctrina. Con sentimientos de respeto se suscribe de UU. mui atento servidor. - El Vical'io jenPral, BoNIFACIO A. ToscANO. Es auténtica, el Secretario-Miguel Arias. REDACTOR, VENANCIO ORTIZ .. CULTO. Oomo ya hemos visto que la mayor parte de los hombres que hoi figuran, combaten la Reli­jion en tollas sus manifestaciones ; como he­mos oído llamar mojigangas idolátricas a las prácticas del cu\to católico; i como observa­mos que ni aun saben distinguir lo que es culto interno de lo que es culto esterno,volvemos hoi a tratar esta cuestion para probar que el culto es necesario, út1l í conv-eniente. Llámase culto interno el sentimiento moral que nos hace temer a Dios; amarlo, bendecido, honrarlo i esperar en su bondad, su justicia i su miseriCordia ; i culto esterno la manifesta­cion que por signos sensibles hacemos de esos mismos ~entimientos. Así es que el culto si m· plemente esterno no tiene significacion ni obje­to, i ni aun puede comprenderse, porque el que se arrodilla ante el al tal' donde no cree que está Dios: no ejecuta un acto de culto sino de hipo- ' cresía. El culto es tan antiguo como el mundo, por­que el hombre siempre ha creido en Dios i lo --ha temido; i como no somos esclusivamente materiales ni esclusivamente espirituales, nun­ca se ha contentado nadie con tribl!ltarle el cul:to interno;i el esterno,que como hemos ·licho, no es mas que la man\festacion sensible de aquel, constituyo una necesidad de nues_tro sér. i Quién es el que al sentirse herido de espanto, de dolor, de pena., etc. no vuelve al Cielo los ojos i pronuncia el nombre del Sér cuyo poder puede aliviarlo ?_ El cmlto interno s-in el esterno no podFia subsistir, sino a intervalos ; cuando alguna ca usa. de las que hemos indicado nos h -iciera 1 acordar de que hai un Dios;. i como lo que no hiere nuestr._os sentidos no nos- impreswna, ese espiritualismo que tanto anhelan nuestros re­! formadores, viene a parar-al indiferentismo re· lijioso que trae como consecuencia. la corrup-cion del corazon. Al estar el pueblo tocio satu­rado d~ ese indiferentismo, desaparecería la. moral1 con ella todo elemento de bienestar so­cial. El desaparecimiento del culto esterno, seria, pues, para nosotros el mal mas funesto de todos los males. El pueblo, como hemos dicho en otra ocasion, no vé sino con los ojos de su cuerpo material,i olvidaria hasta las mas lijeras nociones de ]a Relijion, el dia g)l!UlO viera las ceremonias de la Iglesia. Ellas constituyen una verdadera en~eñanza en el sentido mas completo de esta palabra, i a esas MO.TIGANGAS IDOLATRICAs deben los hombre~:~ que así las llaman, la posesion de sus fortunas, las virtu­des do sus esposas i la fé en el porvenir de sus hijos. El hombre rudo do nnest't'OS campo~ri aun el de nuestras cíu,lades. s · n la enseñanza rlel cul­to <>sterno, olvidarla la Relijion. sin esta no Re r1a un sér social porque ella es su único elE•men· to de socialJ1li'l c1 ,se convertiría en un b11 ndido, i SIE'ndo est!t especie de homhres la mas nume­rosa, es ciaro que todo:'~ efltuiamos a merced de esos enem1gos tenaces de cuanto pudiera hacer la vida apetecible. En Esparta, esa era la con­dicwn de los escl " vos, pero como el los no eran la porcion mayor de lu. sociedad, i a mas de eP-o, est :r han invijtlados por sus amos, no podian ha· cer lo que aquí harían hombrea libres como las fieras de los bosques 1 que convertirían en bos­ques tQdas nuestras poblaciones abandonadas por los que quisieran conservar a.lgo yéndose del país. El pafs presentaría en preve el aspecto mé­nos r1sueño i hasta su nomhre desapareceria de la lista de las Nacione:!l. Hordas de salvajes llenar1an sus estensas i fértiles llanuras, sus monte~ elevados, las riberas fecundas de sus rios; i las riquezas con que la Providencia dotó este suelo, se perderian para la humanidad. N o es este un sueño, n6. La historia nos está di­ciendo que es una realidad terrible. Por lo pronto recordamos que fué lo que sucedió al bajo Imperio donde el cilnna destruyó la Rcli­j ion i con ella todo. Ese es el mal de que estamos amenazados. Mal que no ven nuestros refo-rmadores p<>rque ni comprenden la Relijion que quieren destruir, ni pueden valuar la influencia que ella ejerce sobre la sociedad en jcneral. Creen que la Re­lijion es un mal i no ven que es el único bien que tenemos ; al que debemos nuestra existen­cia nacional i la l1jera tintura de civilizacion 1 que nos adorn-a. Los :frailes i las monjas, como Corporaciones relijio~as, son, pues, eminentemente civilü:ado· res,i ha sido un acto de salvajismo el que se ha ejecutado al suprimir esas Corporaciones, i mas aun de la manera que se ha ejecutado aquí. Eso ya marca con un sello. no mui honroso a nu~stno partido llamado impropiamente liberal. Tratar de reemplazar nuestra Relijion con el culto al oro, es la idea mas absurda e irra­cional que puede concebir-se, i sinembargo, es la tendencia que manifiestan nuestros reforma· dores. Si todos pudieramos enriquecernos igual- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 108 EL CATOLICO. mente i cuál seria la suerte de los ambiciosos ? I no pudiendo eso suceder porque es humana­mente imposible ¿cuál seria la suerte de los que lo consiguieran, viviendo en ua pueblo sin relijion? I decimos sin rel ijiou porque deste­rrado de aquí el Catolicismo no quedaría nin­guna. , I como es esencial al Catolicismo, que pue­dan los fieles oír la voz de su Jefe espiritual, i : esto e~tá prohibido por l.t llamada leí de 17 rle mayo. de este .año, que ordena que ninguna dis-postcwn ponttficta se cumpla :-in el permis o del Poner Ejecut1vo; i como la misma llamada lei prohibe que se a-imita en el país algun Ajente de ese Jefe espiritual de los católicos, PS claro que se quiere destruir el Cato1icismo, SI pudie­ra quedar eluda rlcspues que lo hemos oí1lo en los discursos parL .menta rios 1 lo hemos lei,lo en l os periódicos que redactan los homl1res del Gobierno. • Como no puede haber una cntástrofe m a s aterra,lora para los quH amamos Aste suelo dtg ­no de mejor suerte, que la consecucion de ese objeto de la revulucron, el señor Arzobispo, tlc­seando que el culto se conserve i que con él se conserve la creencia que nos salva, se resolvió a prestar el jurame nto mawlarlo exijtr por la mismc.t monstruosa disposicion que ataca de un modo decid~tlo la Relijion nac1onal. 81 no ha t c-mdo otra m1ra al prestarlo,i ahora falta que sea inútil haberlo prestado, pues no creemos qne pueda someter al PASE de los enemigos decla­rados de la fé, las bulas, rescr1ptos, etc. que le vengan de Roma, o levantar las censuras im­puestas canónicamente, por ejemplo, a los re matadores de las fincas de la Iglesia. Su S eño ría Ilustrísima, dijo al jurar que no haria esto, i creemos que no lo hará aunque se lo ex1jan ; pero este es el pr1mer mconveniente con que tropezamos, a ménos qu~ el señor Murlllo S('C\, i direis a la luz de una evidencia inveneible: tenido una U ea que no solo ningun hombre tuvo "Esta idea hl'otó de una intelijencia divina, o de un 1 jamas, sino <.JL!e ningun hombt·e pudo tene1·. cerebro enfe1·mo: ella es el signo de una l'evelaeion I dt>sde Juego, lo que en la idea de Cl'isto refot·- de Dios, o la ate.:'tncion de un delit·io del hombre: j macljislacfo- dad, su divina orijiualidad. t·es {'élebrPs babi;~ n d ('jado vcstijios de su prnsa- Ln arnbieion de todo hombre que pl'<'tende c1·ea1• · miento i rastros de su jénio en monumentos que alp:una cosa, es consegui1·la gloria de tenrt· una idea 1 uo Célreeiet·ou de nombre ui de gloria ; pero Jc- suya que salga ente•a i esclusivamente de él. Se SUl'l'isto no es un imitado1· ni un contiuuado1· de compn•ude que la gl'andeza intelPctual está toda en estos ga-andes hombres. Su conr.epcion no sola- la propiedad de la idea i en la ol'ijinalidad de la con­rernte Cé\I' '.? Ce de o1·eredentes en lA historia i de cepcion. De aquf la p1·rtensiou de lo~ pensad01·es, 1 raiees natuntles e1~ la intelijencia humnna, sino de los fundadores i de Jos reformnd01·es a la idea que se n monta desde su p•·imer rasgo a una esfe1·a propia, a la ~oncepeion personal. Pero notad que · supel'iOI' a la re.1ion en que s-e mueve natu1·almente el esto .no es, de ordinal'io, mns que una pretensiou, spiritu humano. ¿ I pot· qué es así, señot·es '! po1·que aunque hai hombres mas OJ'ijinales que 1 ¿Por qué la coneepcion de Jesucl'isto se muestra ot1 ·os, esa orijinalidad no es en el fondo sino una desde el p1·in<'ipio mat·cada con et signo de Jo imitacion supel'io•·, que como un jénio Jevauta la divino? Porque la idea de Cristo reformado!' es cabeza entt·e la multitud servil de los imitadores, i fundat·, en el S" ntido l'iguroso de esta palab1·a, muestm un bl'illo que arranca la admiracion, como ; e) reino, o si quet·eis mas bien, ra república de una faz aun desconocida de aquella brlleza siemp1~e las atntas : reino desconocido sobre la tierra i que antigua i siempre nueva que es la bellezn del infinito tiene pot· límites natmalcs las mismas fronteras mismo. La glol'ia de una orijinalidad completa, de la conciencia; República sin igual, cuyo Go- nunca se asienta sobre la ft·ente del hombre i ni aun biemo todo esttt organizado en el espíritu i para el sobre lu del jénio; i en un sentido mui verdadet·o, espíritu, i en que los poderes que forman o cons- no hai hombre que lleve en su pensamiento ideas tituycn de ordinal'io las sociedades humanas, no absolutamente suyas. er.tran para uuda, absolutamente para nada ni Alguno se estima orijinal en ef mas lato sentido como fuerzas creado1·as, ni como fuerzas constitu- de esta palabra, i os dice tocando con el dedo su tiras. En uua palabra : la tepública de las con- ancha frente: tengo mi idea; pe1·o lo que llama su -ciencias i el 1einado de las almas. Hé aquí la idea, estaba en jérmen en el pasado, i tal vez en idea de Jesucristo; idea de tal manet·a fuem del vía en el presente. Él lo ha aspirado sin pensar, alcance del pensamiento humano, que era impo- como un átomo que vuela en la atmósfera, i el 1~ 1 sible que un hombre pudic1·a concebida. ¡Ah 1 calor de su alma lo ha fecundado en silrncio en el , Que Jesucristo, no siendo mas que hombre hu- pi'Ofundo misterio de su vida. Un dia él ha sentido 1 biera podido pensar en reforma1· las sociedades este íntimo est1·emecimicnto que precede a los par~ políticas i las instituciones sociales que entónces tos del espíritu, i lo ha dado a luz en una obra en- : rcinabnn en el mundo, se comprende sobre todo eantad01·a de que se admi1·a él mismo abrazándola si se tiene e\ buen sentido de no hace1· de EL lo como un producto de su pers<:)nalídad,como un hi­que h:1 hecho la ci'Ítica modema: un homb1·e ·igno- jo glorias~· de su jénio. Pel'o se engaña, porque no 1·m.te en primem línea. Pero que Cl'isto, no siendo era sino un pi'Oducto del pasado, i sobre todo, un , sino un hombre, f,·ente a frente de la historia i de hijo del siglo. Tal es In verdadet·a OI'ijinalidad de su siglo, haya podido pensar sériamente en la fun- Jos grandes hombres. Ella consiste ménos en tener dacion de un reino esclushnmente apoyado sobre ideas propias que en comunicarles alguna cosa de lo espil·itua1, lo invisible, lo sob1·enatural, es lo que su propia vida. Una idea se estiende sob1·e una el conocimiento mas vulga1· de la humanidad no sociedad, está en el ai1·e, pasa en la t·espiJ·acion del pe¡·mite a nadie supone1·; es lo que mi razon re- siglo i es del dominio comun de las intelijeucias ; chaza absolutamente. pet·o de repente un jéuio vigoroso la encuentl·a i la I lo que debe mostraros aun mejor una g1·andeza aspira; aspirándola, se la a~imila, i asimilándosela, sob1·ehumana en esta idea del mundo de las almas, le dá su propia savia, i bien pronto esta idea que no es el caráctet· de universalidad que C1·i sto meditó dat· pet'tenecia a nadie porque pertenE:'cia a todos, esta a su ct·eacion. El quiso hacer universal, católica en idea que pasaba sobre las almas sin ser apercibida el .sentido mas riguroso de esta palabra, esta repúbli- como un polvo perdido en la atmósfera, esta idea Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~- uo· EL CATO L I C O. encarnruh en un hombre, sale en su palabra, viva con su vida, ardiente con su ardm·, i COI're electri­Zftndo los espíritus i llevando a los corazones estt·e­mecimientos desconocidos. Asf, señores, para bablat• rigm·osamente, la pro­piedad de la idea no existe en la humanidad ; i si he insistido sobt·e este punto, no. ha sido por el pfacer de satisfacer una curiosidad de vuestra inte-ijcncia, sino para lmcm·os comprendm· mejor el pmdijio, verdaderamente divino, de la concepcion de Jesucristo ref01·mador. El tiene, en eferto, la propiedad esclusiva i la ol'ijinalidad absoluta de su idea. La ci'Ítica intea· es ada en contra decil· est a ol'i­jinalidad completa del Divino reformad01·,se esfuer­za en ct·eet·, i pt·etende hacernos creer con ella, que ta concepcion de Jesus estaba en el aire que :ÉJ¡·espi­raba, que pasaba sobre la Judea i la Galilea como sobre el mundo entero; i que Jesus, jóven aún, pudo desde t>l fondo de su oscuridad veda b•·illar en los horizontes encantadores de Naza•·et. Al oít·­los, nada mas simple ¡ruNle coucebit·se que In ma­net ·a como se desnnolló en el espíritu dE> .Tesas •·e­fOJ• madot·, i tomó po('O a poro posesion definitiva de él, la ga·anrl~ idPa de la •·ejeneraciou univea·sal i del reino de las almas. La crítica~ pt·estémdo así a la poesfa sus pinr.el~s i sus colores, <'I'ea a Jesus de Nazaret una vida ideal que no b:.t existiciJ jamas sino en su imnjinacion. La verdad es que la idea t•eformadora que Ct·isto reveló en su palabra, es una idea absolutamente suya. La concepcion de Jesucristo reformado•·, no ha recibido nada, ni aun en jérmen, ni del pasado, ni del presente. La razon es bien simple : .lesus, ántes de apat·ecet· sobre el teatro en que se desple­gó su vida pública, no habia puesto su intelijencia en contacto, ni con el pasado po1· e) estudio de los filósofos i de los t·eformadores de ta antigüedad, ni con el presente por su p:uticipacion en el movi­miento del siglo. Pot· confesion de la misma cl'ltica anticl'istiana, "ningun elemepto de la cultut·a lle­u lénica hubin llegado hasta EL,directa ni indir-ec­" tu mente; i los ensayos de filosof(l\ relijiosa ten,­" tados por la escuela judía de Alejandría, le et·aa ce desconocidos." A la verdad : Jesus, en la hu­milde man'iiion de Nazaret, c1·eció oscut·o, solitario,, ausilim· obediente de José el carpintero i distante de todo estudio filosófico, social o relijioso, capaz. de suministrarle su g•>.ande idea reformadom. Ni Ja Judea, ni la Galilea, et·an un centt·o ele actividad . intelectual,ni ~L pa•·ticipó siquiet·a del ruido i aji­tacion que pudiera habet• en una o en ota·a. Pero aunque hubiera puesto su intelijencia en, contacto con el pasado pot· el estudio de las ob1·as maestt·as del espfritu humano, i con el presente poa· su pat·­ticipacion en el movimiento contemporáneo, nada ltabria podido reeojer para su idea, pm·que nada análogo a ella se babia oído en el-pasado ni respi· rado en el presente. Rabia¡ es cierto, alguna cosa como una vaga idea de rejeneracion, como una aspit·acion confusa de novedad que at1·avesaba entónces el mundo; pero en este estado m01·al e intelectual del siglo contemporáneo de Jes"Qcl'isto, nada habia, absolu· tamente nada que se pa•·eciese a la idea del Divino reformador. La idea del Mesías, concebida pot· el mismo Israel, no se elevó ni con mucho, a esta sublime concepcion; i los Profetas que anunciaron el reinado del futuro Mesfas-. fueron entendidos por el mundo en un sentido carnal i material. Entónces, es cierto, se levantaban monat·quías '---· 1:, nuevas, nuevas repúblicas, pet·o la idea del reino 1 de las almas i de la república de los espíl'itus, no· : se ocura·ió a nadie. Entónces se pensaba en fundar \. escuelas, en crem~ academias ; pero en crear el 1 gobiemo de las concit>ncias, en fundar sobt•e la 1 · sola creencia una sociedad grande como el espacio, ¡·: grande como los siglos, grande como la humani­dad misma, i en este ch·culo indefinidamente es­tensible, coneebi t· la idea de gobemar todas las conciencias i mantenerlas bajo el impea·io pea·petua­mente incontt·overtido de su palabt·a; no, en ver• dad, nada semejante corria entónces en e) aire n se movia en las almas. E\ C\·isto ha\\6 toda ente­¡ ·a esta idea en el fondo de su propia vida, i esta o•·ijinalidad absoluta de una idea, no solamente desconocida, sino imposible entónces de concebit•, lleva el signo de lo divino, i desafía a nuestra razon a que se diga así Rlisma : " Jesucristo no es mas que un hombt'P, '' En fin, señores, hai en la idea de J.esuct·isto reformadllr, un ter!'er rarácter en que brilla aun <'On mas cl:uichd el signo de lo divino: es su , milag•·osa plenitud~ su plenitud repentina., ins-. tantáuea. Entiendo po1· esto que la idea no sola-:-· 1 mente ha salido de Jpsucl'isto, i de ltL solo en su-. ol'ijinalidad absoluta, sino que brotó de un solo golpe tan completa como es posible ... Desde su primem mirada Jesus descub4'ió todo el horizonte· de sn pensamiento i todo el campo de su accion •·eformado1·a. Supo hasta dónde iría, lo sup~ inmediatamente i lo dijo sin vacilar. Esto cons- 1 tituye no solamente un privilejio reset·vado, un hecho único, sino un pt·ivilejio sobrehumano,_ un hecho divino. Las mas g•·andes concepciones homanas no b1·otau de un solo golpe. Los autores pueden ha­cerse sobre este punto ilusiones lisonjet·as, porque es mui duJce decía· que se ha tocado desde la pl'i­met ·a mit·ada la mas pa·ufunda t•aiz i la mas alta cima de las cosas,. pea·o el ve1·dadero jénio es mas modesto po•·que se conoce mejo•·. Al ponerse a la obra él mismo ign.ora hasta dónde se estendel'á. La Pro·•l'idencia lo defiende contt·a el orgullo·velán· do.le con una nube la altu1·a a donde ha de llegar, i cuando suena· la ho•·a labol'iosa i casi siempre fatigosa de la ejecucion, él mismo, instruido por sus desfallecimientos, añade o quita a su plan p•·imitivo. Las obras en que mas resplandece por su acabamiento la magnificencia de la unidad, no escapan a esta leí que domina a la humanidad enfet·ma. ¿ Quereis una prueba clara? Mirad esta magnifica i real Basílica: al contemplada, su belleza g1·ande i simple os pa•·ece el pa·oducto bt"illante de un pensamiento. armonioso, i ct·eis que ella ha debido salir de un golpe eotet•a del cet·ebro que la concibió con esta 1·iqu3za de de­talles i este esplendor de unidad que hoi se osten­tan a vuestras mil'adas •. Pero os engañais ... Yo no he· leido seguramente toda la histoa·ia de esta bella creacion que brilla al Sl)\ hace largos siglos; no he leido Ja histot·ia de su tbrmacion in­visible, tal como tuyo lugar en el: pensamiento íutimo del jenio que la creó ;·pero sé de antemano, sin haberlo leido, que ella ha sufrido en su creacion la lei que rije a todas las creaciones humanas. Na­die mas que Dios puede contemplar de una vez de un estremo a otro toda la estension de su obt·a : Attingit a fine 'ltsque acl finen. Solo su pensa­miento toca a la vez· la base; el centro i la cúspide de todo ; de una sola. mh·ada descttbre i con una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~· EL CATÓ L 1 C o. 1J1 sola palab1·a hace en las cosas el órden, la armonía, 1 la fue1·za i la belleza. El pensamiento del homb1·e 1 no marcha de esta mane1·a divina. Sus visiones, aun las mas luminosas, no descub1·en a la vez sino 1 una faz de las cosas, así como en sus marchas 1 mas rápidas solo puede da1· un paso t•·as otro. Si l ve el conjunto, se le escapan los detalles, porque ve siempre o desde mui alto o drsde mni Jéjos; i , 1 cuando ve lobs deta11 1 es, o. esttá mui abajo o mui cerca para a r·azm· e CODJUn o. Esta impotencia para abrazar de u.na mir~da 1 igualmente luminosa el conjunto i los detalles> el j todo i las partes ; esta impo~ibi\idad humana de 1 tener a la vez, aun en sus p1·opias ob1·as la idea 1 adecuada i completa, os esplicm poa· qué en el arte como en la ciencia, en las refoa·mas como en las l . constituciones, en las restaua·aciones como en las revoluciones, nadie ha podido decir: "Iré hasta ·¡ allí i no iré mas léjos. He aquí mi idea, mi de­signio, mi ·plan de rejene1·acion, de a·eforma o de r·evolucion: concluido, no quitaré ni añadil'é nada, ni aquí ni allí.'' No, el hombre no puede decía· esto, porque no solamente ignoa·a la frontera del acontecimiento que medita, sino que ignora el lí­mite de su pi'Opio pensamiento cuando medita el acontecimiento. Es eso, para decil'lo de paso, lo que hace las empresas de refoa·mas sociales i ¡·eli· jiosas tan formidables para los pueblos, i lo que hace levanta1· ante el pensamiento de los mismos l'ef01·madores, mil fantasmas alaa·mantes. Ellos no osan decir donde se detendran, po1·que lo ignoran. Saben que hai un torrente de cosas mas fuertes ~e la voluntad de los hombres, i que no se de­tiene una vez precipitado. Los mas at•·evidos re­foa ·madores, no han tenido Ja pc·e i Ion de toda su oba·a de reforma. I bien, señoa·es, cuando ninguQ l'eformador ha podido tenea· la plena vision de su obt·a, Jesuel'isto la tuvo. Su idea llegó de un solo g<>lpe basta la estremidad de ta l'efoa·ma que meditaba: salió de su pensamiento de uua vez llena, acabada, com­pleta. Jamas se le añ: dirá ni se le quitaa·á nada; i los que p•·etenden que su pensamiento Jtegó len· tamente, 1, por decirle así, paso a paso, al término 1 de str coucepcion, son hombres de since•·idad equí- 1 voca l de vista l-imitada, que prestan a Jesücristo, pm·a most•·al'fo mas homb•·e, fa indijencia de su pensamiento i sus carnales visiones ... 1 Asi, lo que ningun hombre ha osado decir jamas, .Jesucristo lo .dijo, lo dijo bajo diversas fórmulas que se1·ia superfluo repeti1·os~ Sí, ~L diJo a los suyos: " He aquí mi docta·ina, he aquí mi pen-samiento; id, llevadla al mundo tal como yo la el. i en mi palabt·a; id, enseñad todo lo que yo os he confiado.: Omnia qurecumqae 1nandavi v ovis. Desgt·aciado el que intente cambiat· ni una jota. Si alguno la añade anatema; si alguno la quita, anatema. Si nlguno no recibe mi doctl'ina, toda mi doctrin:., si uo quiea·e ejecutat• mi designio, toda mi designio, anatema. El mundo cambia1·á, per() mi doctl'ina no. La filosofía humana abdi­c; u·á todos sus dogmas pal'a crea1·se ot1·os nuevos; mi doctl'ina no val'iat·a jamas. Aquí abajo los homb•·es deberán modificarlo todo, pulir todo, rehacer i refoa·mat· todo en sus ideas, en sus doc­trinas, en sus planes; mi doctrina jamas se alte­rará. Hela aquí : llevadla al mundo i que el mundo no la toque porque ella es la verdad, toda la ver­dad. Hé aquí mi idea, inmutable, completa i en que el cielo i la tie1·ra no cambiat·áu nnda, porque el cielo i la tierra pasat·án, pero las palabras que espresan mi pensamiento, no pasarán. Ve1'ba autem mea non prmteribu.nt. Clea·tamente, señores, vosota·os convend1-eis ·en que el que ha podido tenca· tal idea i ha osado de­cida, si no ha demost1·ad<> srr Dios, ha demos­trado ser la demenda misma. 1 sinembargó, hai en el Cristo reformadot• al­guna cusa que es aun mas milag1·osa que su con­cepcion, i es su •·esolu<'ion. El p1·odijio de su idea no ha sido sobrepasado sino por €JI milagro de su voluntad. (Continuará). ~-~ ........................... "'~,....,. ,_.. -El dia 19 de julio último, murió en Simijaca despues de una c01·ta enferm~dad,el señor ENRIQUE 1 PAms,· sujeto conocido como su pad1·e, el señor José Ignacio Pal'is, pot· su c01·azon caritativo i por su e:,ptl'itu de empresa en que sabia hermanar siempre sus intea·e~es personales con los de su país. Él había traído del e:;tranjero muchas especies utiles que procua·ó aclimatar, i máquinas para los t1·abajos agrícolas que no se conocían aquí; i en sus labores tenia empleados mas de doscientos individuos cuyas familias vivían de ellas. En solo alimentar a tanta jente gastaba PAnts una eno•·me suma mensual. La mue1'te de este sujeto 1 ha dejado sin pan a todas esas familias, hoi que la subsistencia es tan difícil .. En sus últimos momentos se presentó un cuadl'O capaz de conmove1· el coa·azon mas duro. Su her­mnna que acababa de llegar i lo halló en la agonía fiual, se a•·rodilló aliado del lecho mm-turio para ot'ftr lf()rando,fal mismo tfe pose oían los lamen­tos de los numerosos pobres cuyas necesidades socon·ia. Los individuos a quienes tenia empleados i que veían desaparecer con él sus medios de subsisten­cia, se retorcian de angustia. Solo el moribundo mostraba la calma propia del cristiano que muere en el abt·azo de Dios, porque ha t•ecibido todos los ausilios de esta Relijion llena de consuelos. La muerte del señoa· PAnts, constituye una pél·­dida real para la patl'ia, porque no era solo un buen pada·e ·ue familia i un buen ciudadano ; era 1 algo mas, era un ¡·ico sin egoismo cuyas via·tudes hab1·á premiado ya el Padre de las misericm·clias. LAs FIESTAs.-Habl'iamos guard:ado silencio sobre este punto ; i ¿qué podia decia· u EL CATÓ­LICO,, relativamente a fiestas? ¡, Jemia· sobre la suerte de un pueblo de moralizado i empobrecido a quien se bl'inda con una semana de otjia? ¿ •>.e­corda• · a Jos cristianos que muehos de nuestros hea·manns, que jimen en la misea'iél, reclaman en nombre de Jesucristu nuest ros ahonos , i que si ántes era una falta, hoi es un críme n gasta•· en el lujo i los vi('ios lt> que debemos a 1<> pobres 'l ¿hacerles observar que si la c:Hidad nos m:mda amaa· i sea·vir a todos los que, como nosotl·os, fue­¡ ·on redimidos con la sangre de Cristo, el •·espeto que nos debemos a uosota·os mismos, no nos per­mite toma•· parte en las olegdas de los ~nemigos de nuestm fe? Otl'Os habla•·on en este sentido i nosotros prefe1·imos calla a·. Como no concunimos a las fiestas no podemos hablar de ellas con d~­tencion : paa·a los desocupados que esperaban di­vertirse i los especuladort>s <¡ue se prometían ga­naa ·, estuvie1·ou malas; poa·que la misel'ia i e! dis­gusto que atormentan a nursta·a sociedad se deJ~ron ver i pudieron medh·se. Segun lo que pud1mos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 112 ~ Jj e T o. L 1 e o . • observa•·, mui peJe s familias decentes, nun libet·a­les, tomaren pat·tc en elb , i el cnnsaneio i In po­breza, <.les pues de haberles dado ciet·to cat·áctet· de it termitencia que no estaba pt·evisto en el progt·a·­ma, les diet·on fin. P~t·a nosott·os las fiestas siempt·e son malas. De todos los que, durante esos días} frecue 1tan el gal'ito i la tabe ·nC~, mue'hos los siguen frecuentan­do despues; i es imposible que ocho días de crá-pula no hagan mella en la mol'alidad de un pueblo que, pot• ott·a parte~ vgó : La dulzura del Dios humanado Qu en su barca escuchó al Pescador, Sola impu o stiE>ncio a las andas Que azotaba furioso nquilon. El, despues que sus dulces consuelos A mis padres alla prodigó, Con mi llanto mezeló aqul su llanto I agregó a su dolor mi dolor : 1 a él mi Patria coo mano de hierl'O De su seno at1·evida lanzó ! I a él rehusan las indias palmeras. Guarecet· de los rayos del S
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 62

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El Católico - N. 85

Por: | Fecha: 17/01/1865

TRIM. IV. AÑO II. Bogota, 17 de enero de 1865, NUMERO 85 SEÑORES SUSCRITORES. 1 dnd i su existencia de hombre es un hecho histó· Con el presente númet·o principia el cuurt-u tri. 1 l'ico; pet·o no ha existido ningun enviado sobre-mestre del segundo año. 1 natural ; luego Jesus era simplemente hombre; 1 Juego no era hijo de Dios, .sino en el sentido de 1 que todos lo somos; luego no era Dios. >) ~ NUESTRO~ AJEtJTES. 1 Hé aquí hasta donde ulcanza la negacion del Les suplicamos encarecidamente que, a vuelta ¡ milagro, ¡ sinernbnrgu, U. dice: « J .... os ultl'amon­de correo, se sirvtlu enviarnos e\ valor de las sus~ tunos lo defienden ~olo p nra poder embrutecer i criciones qne coloeat·on en el tl'ime~.tt·e que tet·nü- esplotnr a los pueblos, Nosotros lo comb·ltimos nó i las colecciones que tengan obran tes. persuadidos de hace· un gl'an set vicio a la Relijion REDACTOR, VE1 ANClO ORTIZ. - - - LA CUESTION DE LOS MILAGROS. cristiana, dándo con1bate a las preocupuci0nes. )) Esto equivale a decir : « F.l Cristianismo ha ci· 'ilizaclo al m un( o porque el mundo lo ha creído obra ele Dios, porque el mundo h:. creído que Jesu- 1 cris~o. es Dios_; quitémogJc ~ Crist~ el prcstij.io .de la eh vu .. dud, 1 entónces hn ·a mus btenes el Cnstm- Se,ior Colaborador de ) t nisrno. )) Pero como el hombre alnn donado a sí Efectiv.1ment ··, seiwr, es < ifícil entt·m· con UU. 1 mismo, no puede adclantat· porque todo progreso en m a cuestion séria, poquc no tienen bueno fé. 1 ven/aJero tiene f rzosamt•nte que acercado a Dios, Sernros ele que lo que UU. escl'ibcn llega sin es- 1 fuente única de toda perfeccion, no comprende- · torbo hasta los últimos rincones de In ll<'públic~, 1 mos cómo pueda hacerse mas útil a In humanidad 1 i de t¡ue los que Lt>n ce El Tiempo>) i ce La Opiniot n 1 la Relijio! , quitánt!ole su oríjen di vi o i su fin no le ·n lo que nosotros escribimos, siguen llU. 1 inmortal. ¡Qué crbtinnismo tan particular el suyo, !' siempt•e adelante diciendo qne hemos desertado de 1 se flor Cotabot·adot· te ce El Tiempo. J) Ese cri tia- ~-~­la polémica, que no !JOdemos conte~ta1· -us argu· 1 nismo, obra de un hombre que :.;e éltr~vió a !la­mentos, porque el Catolicism:::> no resiste una dis- 1 mat·sc Dios no ~iendo Dios, no es mas que un sis- 1 .. cnsion filosófica. Así van UU. ganando terrello ron 1 tema filosófieo como cualquiet•a ou·o. No h~:ti re .. 1 , Jos que tienen bucnns dispc sieiones para la im- 1 velacion, segt n U, no hai 1 uda, i de con ·iguiente i piedad, i van arrastrnndo a Jo Íl rautos po•· la vía 11w hni Dios, pot·que no hni Pro ·idencia. Entón- ¡ del ateismo, para arrojm· a una porcion del pueiJio 1 ces U. no es Cl'i: iano, pero ni aun deísta, es ateo. 3 en nn piélago de desgracias ; este es el íll}lOI' que 1 ~~to t'S lo que U . nos dice claro negando la di •i- ., UU. tienC'n a sus compatl'iotas. La mayor pat·te l11idad de Cristo, los milngros i la e.xistenda del de estos, no tiene otro consuelo en su miseria que 1 infiemo. ·~ ·su f> en Dios, su nmor a Jesncl'isto, su espenwza 1 La revelacion es un gmn milagl'O ; si no hai en las promesas del Evanjelio. Pm's bien, UU. le 1 rnilngro no hui t·evelacion; si no hni rcvelacion quitan ese único consuelo~ i gritándole: e< sois 1 no hni rclijiou verdadera, no hni Provic'ruciu, no ~ libre,>) ''en su desespet·acion i se ríen con una rLa 1 hni Dios. Un Dios que creó i no conscna, que • satánica. 1 crPó i deja luego abandonada su crcatura sin dtt ' l~n los dos u1timos n'i meros de este pel'iódico 1 cirle siquiera por donde ha de mat·ch:lt', 10 es l hemos contestado a U. señot· Colt.borador, los ar- ¡ com{)l'eusible, no podemo!:: imrtjinado, es tanmons· 1 gumentos que hn hecho contra el milagro, i sin- 1 tt'Uoso para nosotros corno para U. el milagi'o; 1 embnrgo, en elnúmet·o 369 de «El Tiempo, )) que 1 i como el milngro prurba la divinidad de Cri.sto, ¡i tieile fecha 11 ele este mes, di('e U, qne ce El Cató- 1 i como nosotros CJ'(lemos en la divinidad de Ct•i to, t . ~ lico >> ha guardado un profundo silencio. ¡~ Hai 1 defendemos la existencia del milagro. ' en esto bur•1a fé? .e To, ¿ pe1·o qué impo"ta ? Lo 1 Si b mot·al Nistiana es sal \'adora de ta huma- 'f que importa es que los que Icen «El Tiempo~> i 1 nid:Jd, es porque la hurnanid:Jd eree en la revela- ~ no leen ce El Cat61ico, >> crenn que cfe~tivnmente 1 ciou. Si eL hombre busca el saerificio en vez de los 1 nos ha dejado U. con la lengua entre lt\ boca con 1 goces, si renu 1cia a una e, istencia llena de pla- Je ' sus estupendos argumentos. 1 ceres para consagrarse al servicio de sus seme- Cuesti'O pueblo no estú suficientemen e ilus rato 1 .}ant('S, es porque cn.'c en el cielo, porque cree en · ~ f para tcnel' criterio. I. .. e La~ta ve1· qne una cosa está 1 las })I'Ornesas de Cristo; pero si Cristo no es Dios, l l impresn, para creerla ch•rtn. Si no f11era 1·a1 u 1 el hombre se hace pagano o ateo, que es lo mismo, ~ ~ 1 ! situacion intelrctunl, 110 Sfl'inu los libet·alrs los 1 i entóuces todo lo sacrifica a sus goces personnles. 1 que cstaiJan eu el Poder; el pueblo hubria cono- 1 El hombre ama a sus semejantes porque cree en cido ya hnsta dónde nleanznn ..,us derechos, i no 1 Dios i espera cu sus promesas; ama a su patria li üeJal'ia iosultm· impuneroente sn fé. 1 porque an:Ja a sus semejantes¡ pero si no hui Dios, · U. dice: e< El milagro no sirve para la moral, 1 si el que él creia Dios no es mas que un céleiJre ·i no es npoyo de la doctrina cristiana, no conduce 1 impostor, ¿por qtJé ha de nma1· a sp patria? Su 11 [ a fortificar el sentimiento relijioso, no prueba la l patria es su yo, í ence!'l'ado en un egoísmo l)l'utal, ~ ¡ existencia de Dio:s, del alma, ui de la inmortali- l todo lo sacrificará a la satisfaccion de sus deseos, 1 f' dad, no inst1·uye, no mejol'a la especie hurnana, l será un mónstruo. Hé aquí las consecuencias de l, (¡ no sirve, en una palabra, para nada Lueno. >) ¡la negacion de la divinidad de Cril:. ·o. I un po.:!o mas adelante est<1rnpa estas palabras, 1 Segun U, señot· colaborador, ya lo v0, no hai ~•1 que prueban pt\l'a cmmto sirve el milag¡·o : <'Si 1 ninguna virtud positiva, no bai porque amat· a los el milagro no existe, como lo hemos probado, no 1 hombres, no hui porque amm· a la patria, no hai l1ai mision sobrenatural.-Jesus existió, es ver- 1 porque sacrificarse en favor de otro; el yo es todo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 290 EL CATOLICO. ¿Este es el credo de los'libet·ales? ¡ Pobre tierra la nuestra 1 U. exije que se le pruebe " de un modo il'l'efra • gable un milagro siquierfl, uno solo; i entónces, dice, Jos admitimos todos." Nosotl'os le hemos citado a U. uno compt·obado con el testimonio de la historia i con un monumento que aun existe. La misma pt·ueba que tenernos de que existió un hombt·e que se llamó Má1·co Aun•lio i que ft é em­pe, ·adot· de Roma, tenemos del milagt·o ( cunido pot' la orncion de una de las !ejiones de su e,i(~l'eito. El milagro es un hecho, pnt·a nosotros inespli­cnble, pero es un hecho que se vé, que se pnlpa, qu~ nos entt·a por los sentidos como <·ualquiera otro ; i de consiguiente se ¡.;rueba como todo he­cho, pot' laahistoria. Le hemos probado a U. qne el Evanjelio es una histo1·ia, se lo hemo: p1·obado con las mismas condiciones que U. exije, i le he­mos pt·esentado la relncion de los mila¡2.ros que él refiere. Si estas no son pruebas, no aeertamos a comprende•· cómo puedan comprobarse los ncon · teeimientos que han tenido IÜplr léjos dP nosotros. Todo lo que ha sucedido en el muudo, lo sabe­mos por testimonio ajeno ; miéntras m(}s rnmH•t·o­sos son los testigos de un hecho cualquiet·n, mas fé nos merece; i si esos testi_bos no pueden tachar­se, pot·que ningun intel·es han podido tener en mentir porque ninguno de los que pudieran des­mentirlos lo ha hecho; i porque esos que pudieran habel'los desmentido tenían inte1·es eu hace..Jo, i sinembargo. no se atrevieron a ello, entünces la evidencin sube de punto. Estns son las coudiciones que la cdtica exij pam compt·obnr la esactitud de las relnciones histórieas, i esas condiciones tiene el Evanjelio, con estas mns: los que p 1dierao ha­bet' desmentido a los Evanjelistas, estaban en po­sesion de un poder suficiente para hact-r!o con plena segul'idad, mientras que esos historiadores, pobres, oscut·os i pet·seguidos no tenian muchos medios de defensa. 1 por fin, U. que no cree en Cristo-, ¿U. cree po~ible In abnegacion de esos hom­bres, llevada hasta el estremo de sufrir, como sn­fl'ieron, espantosos martirios hasta rendir la vida pm· sostener la divinid1.1d de Cristo? ¿ Contibe U. que fueran tan tontos esos hombres que se dejaran matal' así, por difundil· una patt·aña? Usted que no cree en ningun fundamento del sacrificio del yo, ¿puede esplicnt· ese sacrificio? ¿No seria él un milagro, i milagt·o mas sot•pt·endente que todos los que U. niega hoi? · Si esos homLa es diet·on su vida por sost€net· i difundí•· la creencia en la divinidad de Cristo, es indudable que lo creían Dios; i si lo creian Dios era pot·que babia hecho a su vista los milagros que los Evanjelios refie.-en. Pero todavía quet·emos hnblat' a U. de otros milagros que no son refet•idos pot·los Evauj('listas, de otros milagms que constan en la historia pro. fana; i casualmente nos ha venido a la mano una ob1·a respetable en que se refiere uno ocutTido en Roma en el año de' 1842, i cuyos efectos vió lít poblacion entera, causando no poca s01·presa a los que allí habia de la escuela de U. Vamos a refe­rido. En los primeros dias del mes de enero del citado año, llegó a Nápoles, procedente de St1·asbourg, un jóven israelita de cat•ácter ardiente e impetuoso. Su objeto era seguir para Oriente a consag1·ar to­dos sus esfuerzos i la gran f01·tuna de que dispo­nía, a la rejenet·acion de sus correlijional'ios, por­que se indignaba de todo lo que podia justificat· la ' maldicion que pesa sobre los descendientes de Jacob. Al momento de it· a aneglar su embat·que, le ocurrió que era una tontería no it· a Roma para estudia•· los monumfntus de que aquella ciudad está sembrada. Tenia intencion de t·egresat' direc­tamente a su país, sin tocar en la capital del mun­do cristiano, i vió que era preciso acercarse a ella en aquellos momentos. Ne vaciló, i t1·es días des­pues se presentaba en casa de un personnje para quien tc>nia cnl'tas de recomeodacion. Como este personaje em protestante deJa secta de los pietis- 1 tns, concibió e\ deseo de atraer a\ jóven a su c1·eencin, porque le inspil'ó simpatía su caráctel· determinado; pero por lo mismo, temiendo ofen­del'lo, no se atrevió a decirle una palabra. Acet·cábase el dia de la partida, i Alfonso Ra­tisbona, que era el nombre del jóven ismelitn, cm­daba ya bac·iendo sus visitas de despedida. Uegn una carcnj:Hla, i poniéndose enc~ndido como una gmna dijo : "Bien, set·é coudescencliente; que venga la seño­rita i de ella la admitiré.'' La señorita no se hizo esperat' i colgó la meda·· lla ni cuello de Ratisbona, añadiendo con el mnyot• candor. " Esta medalla vá siempre acom paúada de una omciou. ¿La admitiríais de mí?'' -Sea, contestó el interpelado, i pat·a que veais que los judíos no somos tan intolerantes como se nos ct·ee, la copiaré i os dejaré la copia de mi ma­no como un recuerdo mio.:· Al decía' esto se alejó murmumndo por lo bajo : '' ¡Qué impet·tinencia 1" 1~1 señor Baron de Bussieres, ratolico, que era el que había cometido aquella indiscrecion con el jóven judío, corrió a t•ogar a M. de la Fet·ronais, hombre eminentrmente virtuoso, que orara por la convet·sion de Ratisbona. La Ferronais mu1·ió casi de repente al siguiente dia, i el Baron se encarg6 de los arreglos del entierro. Dirijíasc pam este · objeto a la iglesia de San Andt·es de la Fratte. 1 cuando encontró a Rntisbona que andaba aun yi­sitando monumentos, i lo convido a vc1· un precio­so mosaico. El judío entró l se puso a pasea1· en ' la nave como podría hacerlo en un corredor. El Barou lo deJó allí, i se entró al couvento donde 1 permaneció como ocho minutos. Cuando salió, buscó a su compañero, i 1 o alcanzó a ver postrado en la c>apilla de San Miguel, con la frente sobt·e el polvo. Creyendo que por burla estaba asf, lo llamó varias veces sin obtenea· respuestn. Temien­do ~ntónces que sufriera alguu accidente, lo fué a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E L CA T O L I C O. .291 1 levantar, i vió que oraba i que estaba bañado en lágl'imas. So•·pt·endido le pt·eguntó: ¿qué es esto? -Es, le respondió, que ese hombre mut;rt\l ha 1 rogado po•· mí. Llevadme inmediatamente a don­' i de un Sacet·dote de los mas vit·tuosos e ilust•·ados :¡ que haya en Roma, pam que me instruya en vues- 1 que produce estos efectos milag1·osos en favor del pueblo. U. que quiet·e > vea Jos efectos de la ct·eencia que combate con tanto empeño. tra fé. -¡, Pet·o qué os ha sucedido? · 1 -No me pregunteis ; yo lo diré de un modo so­lemne. Llevadme, amigo mio. No sé dónde estoi. Quedóse pa•·ado un momento con la frente entre las manos, i luego abrió los brazos para estrechat· en ellos al Baron. Condújolo este al convento de Gesu, donde el padre Villefort, i algunas horas despues, en pre· sencia de una reunion de pet·sonajes mui cat·acte- ; a·izados, convocados al efecto, Ratisbona dijo: ''.Hacia un instante que yo estaba en la iglesia, cuando me sentí de golpe turbado de un modo ines­p\ icable. Alcé los ojos i no ví el edificio en que me hallaba. Toda la luz se babia concenta·ado en una sola capilla, i en medio de esta aUI'eola des­lumbmdora, ví, de pié sobt·e el altar, grande, bri­llante, llena de majestad i de dulzut'cl, a la Vírjen Mada, tal como se •·epresenta en esta medalla. (Sacó l-a i cubl'ióla de be~os) Una fuerza il'l'esisti­ble, continuó, me lanzó hácia ella que me hizo seña con la mauo pat·a que me pusiet·a de t·oclillas. Hícelo, sin poderme resistit·, i entónces me pare­ció que una voz me decia al oído: " así debes es­tat•.'' Ct·eo que no babia hablado nadie, pero yo lo oí, i lo comprendí todo." Tal fué la 1·elaeion de este hombre que figtll'aba entre. los viajeros ilu~trados, i que estaba alla-nen­te l'elacionlldo eu Em·opa. El recibió algunos dias despues el bautismo de mano del Cardenal Patl'izi, en la iglesia de Gesu, en presencia de una concu­rrencia nume1·osa, i vestido con la túnica blanca de los catecúmenos. No contento con erijit·se en apóstol, predicando en el Chetto a sus antiguos coaTelijionat•ios la doctl'ina de Jesus, se afilió en una de Ias muchas asociaciones de caridad, que cuenta en su seno la ciudad ete•·na. l romo solo ei.Catolicismo que tanto se combate aquf poa· los que se llaman amigos del pueblo, puede inspi•·ar el grado de abnegadon necesal'io paa·a desempe~ ña1· las penosas taa·eas de Los Sacconi, vamos a dar una liJera idea de esta asociacion. En el l'igor del inviel'llo, cuando el fl'io es mas intenso, cuando el cielo se vé cubiet·to de bruma i las calles inundadas de lodo, dos hombres vesti· dos con un lat·go sa<.•o de tela blanca, con el ¡·os­tro oculto bujo un cnpirote como el que usaban nuestros nazat·enos de la semana santa, i con los pies descalzos, van golpeando de puet·ta en puet·ta i presentando sin hablar, un bolsiHo que llevan en la mano. Caen en él las monedas que la caridad destina para el alivio del pob1·e, i pocos días des­pues, están en libertad los prt>sos po1· deudas. Los hombres que hnn pagado pot· ellos, los que paa·a pagat· han pedido limosna recotTieudo las calles con los piés descalzos, son los nobles •·omanos, los ~randes de la tiefl'a, Pdncipes seculaa·es, Cardena­les, Jefes de ót·dcnes rclijiosas. ¡,Puede hacer estos sacl'ificios el que no ca·ea en la divinidnd de Cristo ? ¿ Puede hace•· estos sacrificios el que tiene el corazon henchido de egoismo, el que no adoa·a sino su yo ? I estos sou Jos males que hnce ' a la humanidad la creencia que U. combate, señor Colabo•·adot· de " El Tiempo." Esa jeraa·quía que U. llama tehebrosa9 es la que enseña la doctt·ina La caridad católica busca por donde quiera al desgraciado para aliviarlo, pat·a consolarlo. Lo toma, como U. dice, desde la cuna, i no lo aban­dona hasta despues que ha lanzado el ultimo sus­piro, poa·que ella practica los preceptos evanjéli­cos, porque vé en cada hombre un hermano, por­que cree que Jesucl'isto es Dios, i espera pot• p•·e­mio de este amot· sublime, una eternidad de goces. Quite U. al pueblo su creencia ft•aternal, quítele U. su fé en Ca·isto Dios, i lo ve1·á U. ft•io como el mármol ante la desga·acia ajena ; lo verá U. egois­ta, sensual~ báa·baro, c•·uel. Cuando el pueblo ba­ya llegado al punto a que U. quiere conducirlo, huya U. con su familia a lo mas enmarañado de algun bosque, po•·que ni su hono1·, ni su vida esta­rán seguros entre el pueblo. ¡,Quién puede daa· garantías a U.? ¿La lei? La lei será impotente, i el mismo juez que debiera aplica•·la, será un malvado que se reirá de los males de U, i ayuda­• ·á a lo~ que quiemn deshom·at· a sus hijas, despo­jarlo a U de sus bienes, privarlo de la vida. La oa·ganizacion actual del mundo, no lo olvide U, se debe al Cl' istianismo. Pero si Cl'isto no es Dios, si es solo un impostor, esa Relijion no tiene mas pa·estijio que las doctl'inas de Voltah·e, i nadie dejara de buscar el placet·, porque nada cspea·a•·á po¡· la senda del dolot·. Si el Cristianismo ha triun­fado del halago de las pasiones, si ha podido salvar al mundo. pt·edicnndo el snca·ificio, si ha alzado a la mujet· a la altura del hombt·e, si ha podido estendea· las virt'!ldes que forman lo que llamamos civilizacion i culturn, lo ha hecho poL'• que es una K.elijion divina, pot·que el que la pre­dicó em Dios. El triunfo de esa Relijion sobre las inclinaciones natnrales d61 hombt·e, ese tl'iunfo que bl'illa t•omo e) sol en medio de la escena del mundo, ese triunfo, seúot·, es un milngro. Si U. cierra hoi los ojos pat·a no vedo, cuando se acet·­que su ultima hora cuando u. tenga delante esa eternidad que hoi niega, cuando sienta el fl'io de la muerte que no puede dejat• de confesar como una realidad, entóuces gl'itara U. como su maes­tro: q Creo que me he equivocado,'' i solo la mia·ada compasiva del Sace1·dote de quien hoi se burla, i solo la voz de ese Sacet·dote que pide para U. la misericot•dia divina, le dat·á alguna calma. ¡Pobre de U. si oye entonces las cat·cajadas del ateo a la cabecet·a de su lecho. ~--- INSTR U CCION POPULAR. BELACION DE LAS 1\IUEP.TES FUNESTAS DE LOS 11\IPIOS. Es tan notable la circunstancia de que todos los grandes enemigos de Dios, que se han distinguido po1· su odio i sus pe1·secuciones a la Relijion, han muea·to desastl'osamente, que al leer con detenciou reflexiva su histm·ia,no puede el mas despreocupa­do dejar de sorpt·enderse viendo que una verdad tan obvia, que está al alcance de todo el mundo, que estriva en hechos auténticos i en testimonios intachables, pase desapercibida para e) mayor nú­me• ·o. Tal vez a fuerza de repeti1·se estos hechos en • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 292 EL CATOLICO. lj todos tiempos se han familia !'izado los hombres con i¡ ellos, i han dejado de considemrlos como una 11 1 manifestacion de los altos juicios de Dios, que, si a veces indignado reset·va para ott·a vida sus tenibles castigos, ott·as misel'ico,·dioso nos pone delante de los ojos altos ejemplos, que nos conmuevan i 1 1, hagan una llamada a los gt•andes criminales i a los cot·azoncs endurecidos en la maldad. 1 preparado en el infierno lm lugar preeminente, pues no se sabe qnE:' hiciese penitencia, i dónde ha estado nguardando dut·ante casi diez i ocho siglos a su discipulo Voltaire, i a todos los que han adop­tado su divisD: écrassez l' infame. Alguno co­lombianos se hol1t'arán hoi tan1bien eon su com-pañía, i tan amable sociedad no dejnrá de aumen-tn •·se miéntms haya en el mundo filósofos a lo ·'1 llenan. ~ Un volúmen entero podriamos llenar, si quisié­~ ramos seguir paso a paso la historia desde Jos pd- 1 meros ticmpos,i pinta~· la suerte de los impíos obcc- 1 dados de de Caiu hasta nuestros días ; pero no 1; siendo posible ni oportun~ esta tarea, nos p1·opone- ! l' mos solamente dnr breves cst1·actos relativos a 1 ~ 1 algunos de los mas célebt'<'S pet·sonajes desde lfl ti.: venida de Jesucristo, dejando aun lado los tiempos Comenzamos nuestra relacion por Cnlígula, .l emperaclot· romnno, suresor de Tiberio, qu nació l el año 13 de .Tes 1cristo. Era hijo de Gel'lnániro i ·a de Agripina, bija del g rande Agrip 1. Tib .... rio lo llamó al trono desde mui temprano, pnes no tenia , sino 25 años cuando fué proclamarlo Emperadol', el año 37 de Jesucristo. Los priucipios de su rei­nado, como sucede frecuentemente con los tit·anos noveles, parecieron pt·ometer al pueblo romano días afot·tunados ; pc1·o este sueño brillante no tnr­dó en desvanecerse. El jét·men de los vicios ocul- 1 bíblicos, i pasando eu silencio, así los gnmcle':i 1 castigos jenet·ales de aqtu~ IIas épocas, como los 1 , individuales, larguísima lista de nombres de reyes i personajes enemigos de Dios, desde los Faraones hasta Júdas I:>cal'iote. l¡i Léanse con atencion estos bocetos i ellos sumi­nista ·arán ejemplos i lecciones tetTibles en que se ve claramente el dedo de Dios obt·ando milagt·os, 11 pot· ma::; <.jue los incrédulos nieguen ~a posibilidad ¡ 1 de estos. Ellos pueden burlarse, pero la relijion, r ]a razon i ia espet•iencia de todo los siglos, han f ' estado siempre de acuerdo en predecir a los culpa­~ bies el inevitable castigo de sus crímenes, aun ~~ en este mnndo. ce El camino de los impíos conduce ~la muerte,» elijo hace muchos siglos Saloman. ~~ ·«Por le tl ta que pat·ezca en venit· la pena, dijo Ho­!; I'acio, rara vez deja de aleanzat· al culpable que ; huye de ella.>) En efecto~ con rat·as escepciones, J que Dios pet·rnite, porque sie!1do ete•·no puede 1 diferir :ms <'nstigos, los acontecimientos han venido casi siempre a confirmat· la verdad de esta espanto· sa precliccioo. . Re pi tamos que es solamente una pequeña parte de los numet·osísimos hechos que att>stiguan el irrecusable cumplimiento de esa verdad, la que va­mos a presentm· seriamente a nuestros lectores omo (>l ob,reto m~1s digno de su meditacion, i que partiremos d<>sde Jesucristo. No l:Jab!aremos del imp ío Iseariote, primero cuya muerte clesastt•osa enco 1t1·amos en la historia de Jesucristo, porque bi n conocida es ella de todo el mundo. Solo obse•·­varomos que f~1é el único de la escuela filosófico-li­beml que había entt·e los doce escojidos, como Jo pru 'han sus muchas i famosas fazañas. Tampoco mencionaremos al célebre Poncio Pi­lato, Gobernador de la Judea por los romanos, que condenó a Je,;us al último suplicio, uo obs­tante la pel'suacion en qne estaba. de su inocencia i santidad. El miedo es alto de cuerpo, i el de este juez pusilánime~ tomó proporciones jigantescas cuando pensó que el pueblo sobe1·ano de Jerusalen o sean los escribas i princípes •·osa-cruces, podían hacer una asonada democrática que pusiese en peligro su autol'idad. Todo el mundt? sabe qué vida llena de ama1·gm·a, de profunda melancolía i de cru«:>les l'ernot·dimieutos llevó este hombt·e cuya criminal debilidad le hizo desoí¡· Jos dictados de su conciencia i los consejos de su esposa ; i nadie ignora que murió en Viena del Deltinado, víctima de su desespemcion. El suicidio em el fin necesa•·io de una existencia tan inquieta e infeliz, i así se at•t·ojó desde la cima de una roca elevada, único medio de borrat· de su ft·ente el estigma del 1 deicidio que lo marcaba: estigma que, sinembar­go, llevará eternamente su memoria i que le habrá to en su corazon se desarrolló mui pronto. r~ ·te príncipe, que dut·ante ocho meses había pi'Omcti­do tanta gloria i felicidad, se manifestó como un til·ano, un mónstruo, un cobarde ins"nsato. Su orgu llo llegó ni colmo, i se jactaba de set· el amo de todos los reyes de la tietTa, mit'Rndo a los o'tl'os pl'Íncipes como viles esclavos. Quiso ser acloPado como nn dios, i a este efecto edificó un templo, nombró sacerdotes e hizo que le ofrecieran sacri­fi. eios. Se inCOI'poró él mismo en este col.ejio sa- · cerdotal, i tambien a su mujer i a su caballo. El l nuevo Júpitet·, para mejol' merect>r este título, .1 quiso imitat· los relámpagos i los t·ayos, i en las J tempestades hacia un ruido semrJ·ante al de Jos i~ ¡if tt·ueuos con una máq 1ina a propósi o. Entónces lanzaba un p1ed\·a ni cielo i g1•itaba : " mátame, o yo te mato:' Sus estravngancias no se JimitllJ'on a eso: echó pot· tietTa las estntuas i 1 las imajenes de los grandes hombres; bizo quit:.u· de todas l¡;¡s bibliotecas de Roma los bustos de Homet·o, de Virjilio, de Tito Livio ect. La co- l, l rt·upcion mas iGfame i ta ci'Ueldad mas bárbara ~ viniet·on a aumenta•· el horror de todas estas es- a tt·avagancins. Incestuoso con sus tres hermanas, ;~ apat·ecia con ellas en público en las postut·as mas ,,~ indeeentes. Deshonró las mujeres de Roma, arre­batándolas a sus ma1·idos, i fo¡·z;::mdo a estos a ser testigos de Ja profunacion del lecho conyugal. Es- i tahleció lugares públicos de p~·ostitucion en su pa· , lacio i fllndó una academia de jnego, donde él mis~ mo recibia lecciones de pillería. U 1 dia que le faltaba dinero, dejó a los jugado:·es, bajó al patio de su palacio e hizo mata¡· allí mismo a vat•ias pet·sonas distinguidas, para quitarles 600~000 ser­tercios. La efusion de sang1·e humana era 'para él el espec- ' tácul? maf,s agradabDle; t 6 os as 1 esinntos edr~n dsu 1 1 ·e- ;~ creacwn nvorita. os e nsu es, en me ro e os cuales estaba sentado un dia, viéndolo reil· a cat·­cajadas, le pregunta•·on la causa: " Me rio, les 1. respoJ.?dió el malvado, al pensar que en este mis­mo jnstante puedo haceros degollat· a los dos." OtJ'O dia que se babia equivocado en una ejccucion haciendo sufrir la muerte a ot1·a persona distinta del condenado, dijo : '' qué importa ! el ot1·o no lo merecía mas.'' Un caballet·o que, sin moti­vo rdguno, había sido arrojado aJas fieras, grita­ba que et·a inocente. Calígula lo hizo llamar, mandó que le cOl'tasen la lengua i lo hizo echar de nuevo a las fieras para que lo devornsen. Obligaba a los padres a asistir al suplicio de sus Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. «-:~-· ----- -- ·-------- -- EL CATOLICO. 293 hijos i allegados i a bul'larse de ellos con el Empe 1 no están apropiados a las instituciones, institu­rador. El tdste placer de ver sufrir a oti'O le lison 1 ciones libérrimas qur, tl'aducidas literalmente de jenba tnr to que se dive1· ia cu dar él mismo el las que se ban dado a p~íses mucho mas cultos i tOI'Jlento o pone1· sobre la t•ueda n los desgl'aciados civilizados, requiel'en aquí virtudes estraordioa­que t•aian en sus manos. Su maldad llegó ni e'itre- ¡·ias para cumplirlas, vi1·tucltes que es necesal'io m() d! ec¡·rm· los w•meros públicos pat·a cornpla- fonnat• pl'itne1·o con doctt·in~s severas i p¡·opo¡·cio­cel'se c.1 vct· mo1·il· de hambt·e las jentes eu Roma. nadas; en una Nacion en que se hace g~terra a E ta nhna feroz ll evaba la demencia i la J'élbia m'lterte al Catolicisnw, guen·a a los templos muer­hasta dcsem· que el pueblo romano- no tuviese tos i matet·iale', guena a los vivos i espiritu:lles, a sino una sola cab za para cortársela. Una bambre, los Obispo<;, a los Sacerdotes, a Jos relijiosos i a los Ullft p •ste , un incendio, un terremoto, In pér·dida fieles; en una Nacion en que se cor·rompe al pue· ¡ lo que hacen nuestros enemigos mil pn1aies mas se levantaron pnt·a desgal'l'ar aquel i sabremos nosotl'os lo que deb~mos hacer. Pat·a li cuerpo o Ít)SO qlle quedó cubierto literalmente de barbal'izar· el pueblo, qué hacen ?-Atnquemos, hl'ridas i t ·1 maldiriones,n los 29 ai'ws de su edad, dicen, primel'o al cuerpo sacerdotal: neguémosle : de ·pues (e h:1ber t·einarlo cuatro, el aiio 4 l de .Te- su indrpendenl'ia, csclavicémosle. Dest1·uyamos suerísto. Arroja ron su cuc1·po a un muladar don- s us ten ·p'os, usurpémonos sus l'iquezns, i privé- i de sus hcr .1an0 · ·ntentm·on quema1·lo,pero temien- mosle de todo elemento a fin de que no pl'ogrese ., do t uc el pneblo les a!Tebatar·a el cadúver para su relijion. Si nos obedecen) ya no pet·tenecen1n e e.;;pcuaz¡ l'lo. lo enterraron precipitndamente. 1 al Cnto!icismo ; i si no obedecen, serán destel'l'a-sí p"r"ció este sujeto, filósofo nte c~uc debin devorat• a los romanos, segun tada. Lo dijet·on i lo practicaron. ~ J· e ·presi n de Tit;,erio. El desraba vivamente Entre tanto fué mui de notar la inocencia de la ¡ que su rcinurlo se señulase po1· nlgllnn granrle ca- ma yo t· pnrte de los católicos, cuando no quer·amos h mid· p 'h liea; ¿ pet·o no e1·a (¿ mayor de todas, deeir su traicion e infidelidad. >oco convencidos, dice un juicio, o histori dol', que el mundo fuese pre •i ' O es decirlo, de lo que son nuestt·os enemi­goLernadv por esta besti<.~ fero?, '? gos, Cl't.•yeron que hquellas persecuciones eran La desct·ipcion del carücter de este gt·an jeneral merns personalidades, i que mas bien se atacaba i díetador romano no dl'jn de tene1· algun interes a l11s personns de sus sacerdotes que a la relijion de actualidad pal'a nosotros los gt·< nadinos que que I'Ppl'esentauan. 1 I los pueblos vieron con in­' OU:tamos de Hlilai' • €mejanzas. 1 dif('renl'ia que suprimían sus templos, que se les Tt>dos los Calígulas merecen la misma suerte i 1 prbraba del ejercicio de su relijion, i que calum-ellnismo Jugar en la historia. niaban i destet·t·abau a sus Pastores, siendo de ·-·~ esto víetimas aun las vír,ienes inoceutrs 1 Empero, una triste espet·ieocia nos ha hecho co- 11 noccr que no son tan francos ni sencillos nuestros 1 en 'tnigos como lo aparentan, i que en su estudia· 'j da simplicidad ocultan planes i p1·oyectos abomi- ~~ nables. Es, pues, necesario que resucitemos. Si en t Jos tit'mpos de guerra estamos precisados a com- ¡i bati1·, en Jos de paz debemos establece•· i edificar. 1 Un Ckro suficiente- suficiente en número, que provea a todos los pueblos de su Pastor; suficien- l te en ilustrncion, que pueda reemp.lazat· dignamen- 1 1 te al que tenemos así en lo espil'itual como <:u lo tcmp01·al, nsí en lo relijioso como en Jo civil ; es, decimos, pm· aho1·a nuestra mas imperiosa necesi- 1 dad. l no es que no tengamos un Clet·o virtuoso EL CLERO. I. Nue tra Nacion no C'S aun, no puede sm· Yel'da­dernmentc dichosa i feliz. I .. a humanidad, para sc•r lo qne el divino Hpensos los Motta, los Sotomayot•, los Tót•t·es, los Serrano, los homb1·es, sep·trados unos de otros, inmóviles .. fijos , Estévez, Jos Rebollo, los Mom, los Chamecas. En en un sítio pot• la oscuridad cual si estuviesen en­el colejio Seminario del seño1· LoBOGUERHERo, ilus- cadena dos, ha dicho un aut01·, no podrian ca mi- . tre i benemérito Arzobispo <.le Santafó, fué que se na1·, obmr, alimentarse, ni subsistir. Eu vano 1 formaron los Duquesne, los Moreno, Jos GutiéJ•t·ez, pues, dice ~an Ambrosio, en vano habría Dios los Cabales, los Me,iía, los Caro, los Hóyos, los ct·iado el mundo sino huuiese concedido _ a lo s Valenzuela, los Cuervo, los A.nd•·ade, el sabio Zea, hombres i a los animales la faculta<'l de verse. Así, Jos Restt·epo, i ot•·os hombres ilustres que no cita- la pl'imm·a condicioA de la luz material es la de mos por no estendemos demasiado. 1 qué mas? sea· nel'esat·ia ; i necesal'ia es tambien la primera ¿Podemos olvidat· el celo de los Jlustl'Ísimos seiio- condicion de la luz espil'itual t·epa·esentnda en el res Mosquera i Hen·an, de inmortal memol'ia, de sacenlocio. Siendo la luz del mundo, el Saccn]ote cuyos seminat•ios tenemos los Ba!Teto, los Bemal, enseün po1· medio de la pt·edicacion una doctl'ina los Bermudez, los Beltran, los Olivos, los Piñé1·os, estable, que jamas se sepat·a de la vet·dl!d ; clara, los NaVntro de la ~erdad, i la cáted1·a pa- 1 para la Patl'ia. rroqui a l unida al episcopado. Salid de aquí, i no II. hallareis mcls que el error: el paganismo, el ma- Los Sacerdotes son !a sal de la tien·a, vo~ estis hometismo, el cisma, la het·ejía, la mentil·a. 1 sal tern.e ..•• la luz del mur.do, vos estis lu::; mun- como es evidente que solo la ' 'et·dad puede civili­di: ( t) Jesucristo mismo nos enseña lo que es su zat· al mundo, i que la verdad no existe sino en la silce1·docio : comparólo primero a la sal, el mas Iglesia Católica; como es incontestable que la util de los condimentos; i con la luz, lo mas put·o cátedra part·oquial es el eco de la verdad qtw des­(! Otre las cosas visibles. cienue de la cátedra pontificia i que le es trasmi- 1 · Como la sal pt•eset·va de la corrupcion, así el tida pot· la episcopal ; es igualmente positivo que Pastor a su rebaño, así el Cm·a a su pueblo, así el no hai ni puede babe1· nada de "\'eJ·dad, ni civili­Cicro a la sociedad. La sal es una cosa buena ; zacion po1· consiguiente posible, fuet·a del Clero pet·o si piet·de la fuel'Za, ¿ con qué se sazonará 'l católico. Si nos quedamos sin Sace1·dotes, que es lo que El segundo elemento necesario para la civiliza­quim ·en i p1·etenden nuestros enemigos, sin docto- cion es la caridad. Pues bien, la cat•idad no se (1) Mat. c. V, vs. 13 i 14. encuentra sino en la Iglesia Católica. Busquemos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 295 1 fuera de la Iglesia Católica un medio de matm· el 1 egoismo, enemigo de la . civilizac~on. Se puede ser mui bád)élros con cammos de h1erro, con va· pares, con telégrafos, con academias, con aboga­dos, con sübius; pero nunca con los Sa;er~otes de la verdau. Para destruil· el egoísmo, es mdJspensa­ble la Relijion. Fuera de Jesucristo no esplicareis 1 nunca la r <'··idad. La filantn)pfa no es otm cosa que la het·ejía de la caridad. · El tercer' elemento necesario pat·a la civilizacion es la virtud. Puede civilizar el cdmen? Esto es imposible. ¿Cómo, pues, se enjendt·a ~a virtud eu el h ombre '? Es necesario unn potenc1a que mate no solamente el aeto esterior del crímen, s~uo el 1 deseo mismo, el pensamiento: una potenc1a que se~convierta eu guardian del cot·azon, una fuerza invencible que intt·oduzca al homb.re en las e~tra­ñas de la virtud. La vit·tud, propwmente d1~ha., ' es sobrenatural, njena a nuestra twtu1·aJeza; ~ no la hallaremos sino po1· la gra~ia de Jesucrtst? 1 en J esucrlsto. Es, pues, neces~r1o e_l sacet·docw, la sola aqtol'idad sobet·ana a qmen Dws ha legad~ s~s veces pam f'l gobierno mo•·al del mundo, tan llltl- 1 mamcnte enlozado con el sobrenatural. Lo J't>pc:-timos, el mundO no puede civiliz_m·se sino con tres cosas: con la verdad, con la candad i con la virtud· ¡ estas tres cosas se encuentran, Ja primem en 1~ cátedra católica, 1~ segunda en el altar sarrrndo i la tercera en el tnbunnl de la •·e­concilin~ ion. Tomad estas tt•es cosas, i tendreis civí\izacion. ¿Qué hace el misionero en. medio ~e los antropófagos 'l ¡,Qué lleva pat·a supht· a la c1- . vilizacion? Lleva una piedt·a sagt·ada : la co~~ca, Jlama a .Jesucristo hnce corre•· lu sangt·e punflca­dora del Hijo del Hombre, i aparece la civiliza~ion. Allí .está ella con la verdac1, con la caridad 1 con la virtud. Esperad algun tiempo, i esos antropófa­gos se convertirán en humanitarios, en c1·istianos, confesores i máa·tit·es. No somos nosotros ménos que los antropófagos: el fratricidio, la sangt·e de nuest1·os hermanos, he aquí el objeto de nuesta·as guerras. Es porque no hai verdadem civilizacion. Convenzámonos : los Bancos, los caminos, los telégrafos, son nada para la felicidad social, compat'ddos con los bienes que deben resultat· de la ilustt·ncion i de In virtud del Clero ; t1·abajemos por el restablecimiento de los seminarios. EL CLER01 He aquí nuestra s·nprema necesidad. S. A. EL SENTIMIENTO CATOLICO. Estableced costumbres, enta­blad prár.ticns, publicad edictos, haced leyes: la Relijion cristiana triunfará del clima, de las leyes que de ahí resulten i de Jos lejis­ladores que las hubieren dado. 1\'lONT ESQUlEU. •' La persecuciou cismática que el Gobierno colom­biano ha puesto en juego contra la Iglesia católica en nuestra infortunada patria, es tan manifiesta i eviden­te, que no pueden negarla ni los mismos liberales; so­lamente algunos mui maliciosos pretenden disculparla con la dañada mira de mantener engañados a los pueblos para que insensiblemente se dejen arrebatar su Reli­jion, i luego sumirlos en el abismo de la incredulidad. "1\Ionstruosos i tiránicos son los edictos de supre­sion de los institutos monacales de ambos sexos, arreba­tándoles sus bienes i hasta susconventos, condenándo-los a mQrir en la mtseria; la esc:andalosa espoliacion de Jos bienes destinados al sostenimiento del culto en nuestras 1glesias, dejándolas sin lo preciso para la ce­lebraciou de los divinos oficios; !a policía en "materia de cultos," i en fin, el acto de 17 de mayo del üonieute año sobre "inspecdou de los mismos." ¡Magnífica tolerancia de cultos la sancionada t>u la Constitucion de Rionegro! Ya se ve, que la tal tolerancia ha sido como el primer toque de la persecucion de.l Catolicis­mo en tudas partes: en la Holanda, en la Suiza, en la Iuglaterra i donde quiera que los i111píos han llegado a-tener algun ascedieute en los Gobinnos. .... Los precitados edictos de persecucion son propios de los tiempos de Neron, de Calígula i d<>mas Etnpf'rndo­res pilganos i del tiempo de Enriq ue VHI; que hoi ni el Gobierno de la Sublime Puerta los rejistra semejan­tes en sus códigos; prueba inequ1voca de que al presente los Gobiernos absolutos son mas respetuosos de ciertos principios de justicia universal i de algunos derechos inmanentes del hombre, que los ll;unados e!lfatica­mente liberales demócratas,<]ue tunto atmden al mun­do con exajeradas tem·ías de LIBEBTAD E IGUALDAD, i que en la piedra del toque de la pr:lctica se desmienten c:on cinismo raro. En el tininico edicto de 17 de mDyo, se prohibe por el artíl'ulo 3.u recibir en este país lus bulas, IJreves, en­cíc! Jcas etc, que el Romano Pontífiee dir•ja a los fieles católicos, sin que obtengan el pase de la autoridad temporal. Esta prohil.Jir.ion es altamente tiráni t a, por­que ataca la autoridad del Vicario de Jesucristo, a quien en rabeza del Bienaveuturado Perlro le fue dada e ~ presa potestad de rejir i gobernar la Iglesin santa, por estas palabras: •• I yo te digo, que tu eres Pedro, i sobre es­ta piedra edificaré mi Iglesia, i las puertas del infierno no prevaleceran contra ella I sto se llama persecucion de la Iglesia Católica, esto se llama tiranía. Es tan esencial al Catolicismo el Gobierno del Ro­mano Pontífice para mantener la unidad de la fe i de 1 la doctriua, que los mismos protestantes lo han echado de ménos-l~ntre otros, el célebre Puffendorf dice. « J .... a supresion de la autoridad del Papa, ha sembrado 1 en el mundo ii,1linitas semillas de discordia; pues 11~ habiendo ya ninguua autoridad para tuminar las­disputas que se suscitaban en todas partes, se ha visto a los protestantes dividirse entre sí mismos i despe-dazarse las t ntraüas. » (2) - Por el articulo 4. 0 del mencionado etiicto se im­pone pena de estrañamiento del país al Prelado ecle­~ iástico, que en uso de ~u potestad imponga censuras 1 no las levante requendo que fuere por la autoridad civil. Esto es enfrenar de todo punto la facultad que a ese respecto tienen las autoridades eclesiásticas por 1 derecho divino : esto tiende a abolir la disciplina eele· 1 siastica i a fomentar en la Iglesia el esplritu de in- 1 subordinacion : en una palabra\ se trata de fomentar · el cisma para dar en tierra cou la Iglesia Católica. 1 ¡ 1 de dónde obtuvieron los Jejisladores de los Estados Unidos esa facultad sobre las censuras de la Iglesia? ¿Esto será dar libertad al culto Católico? Por el artículo 5.11, i bajo la misma pena, se obliga a los señores Obispos i a sus Vicarios, a prestar jura­mento de obediencia a la Constitucion, leyes, órdenes etc, es decir,a los mismos edictos ele persecucion de la Iglesia i escandalosa espoliacion de sus bienes. Los ene­migos del Catolicismo sabian bien, que las autoridades 1 ( t) Mat. cap. 16, vs. 18 i 19. Juan cap. 21, vs. 15, J 6 i 17 (2) De Monarch, Pont. Rom. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 296 EL CATOLICO. ec:Jesiásticas no podian prestar aquel jurameuto, sin sustraerse de hecho ·a la unidad Católica, sm aprobar la espoliacion de los bienes eclesiástieos, ·i para decirlo de una vez, sin qtledat· separados de la obediencia i surnision que por derecho divino deben al Romano Pontífice, sin com•ertirse en apóslatas. Por Jo mismo pues, que aquellos impíos sabían bien esto, espidieron aquel monstruoso i mui meditado articulo, el que envuel e una manifiesta prosc¡·ipcion de los seiíores Obispos i sus Vicarios, proscripejon de toda autoridad en la Iglesia, que pueda atender a las premiosas ne­cesidades espirituales de los Católicos. ¿ I proscribir a los altos funcionarios eclesiásticos, sera la garantía constitucional de permitir a los Católicos el libre ejel'­cicio de su culto? No: esto es intolerancia, esto es tiranía. Respeto de las penas que impone esa Jei impía a los sacerdotes del Señor investidos de autoridad, nada tienen de nuevo ni de estraordinat·io; esa es la triste mision que siempre ha cumplido a los enemigos dü la Iglesia : perseguirla. Cuando el Salvador del mundo mandó a sus discípulos a predicar el Evanjelio, les di¡o: "Ved que yo os envío como o.vejas en medio de lobos ... " (3) Enseguida les advirtió que sus enemigos los harían compareeer en sus audiencias, que serian presentndo s ante los gobernadores, i que serinn azotndos, perseguí _ dos i abonecidos, pot· causa de su santísimo Nombre. La per~ecueion (Íe los l\línistt·os i s:-1cerdotes del Altlsi_ mo dió principio en .la persona de los Apóstoles i s IS dis_ cípulos, la han contiuuado i contiuuan los impíos husta nuestros tiempos con los sucesores de los mismos Após­toles; pero los que imitan a los emperadores Rom:1uos i a Enrique VrJJ, dirán que no es tiranla ln per~eeu­cion ofi,·ial de los Obispos i sus Vicarios, sino que t'S insper.cion de eultos; dilim que no es robo escandaloso la espoliacion de los ienes de la Iglesia, sino que es desamortizacion de bienes de manos muertas. SI : as í Jo dicen, pero la tiranía i el robo a mano armnda conset'varáu siempre sus ¡wopios nombres, porque la variacion de nombre nunca muda la esencia d Jas cosas. Nosotros que DOS gloriamos de pertenecer i pr.~rte­neceremos siempre a la Iglesia Cató! ira, a esa Tglef:Hl que co11 tanta elo"uen cia i sublimid:ld definió el S;)bio Donoso Cot'tez en f'ste rasgo admirable :
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 85

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El Católico - N. 77

Por: | Fecha: 22/11/1864

:EL1 CA ~Ot;IOO. AÑO II. Bogota., 22 de no.,-iembre de 1864, NUMERO '77. ==~==================~====================~==============~==========- 1 (/}IJ. '(P(/)[l)[l(f) (/)~ ~~ mision que lo coloca cntl·e Dios i la humanidad. 1 Pet·o las instituciones actuales ponen tt'&bas al R~DAC!~VENANCIO ORTIZ. cumplimiento estricto de sus deberes, luego no son Cuando oímos hablar con tanta ft·ecuencia de respetables ni pueden ser •·espetadas. civilizacion i de cultura nuestra pobre tierra; Por esa parte, pues, está probado que no hacemos cuando hiel'e a cada instante nuesta·os oídos lapa- un pueblo culto. laüra progreso como co 'iecuencia de la destt·uccion Pero aun queda pot· examinar si cultivamos las dnJ Catolicismo, naturalmente nos preguntamos ciencias i las artes. qué significan estas palabt·as con que se conmueve Cuando nuestt·os padres diet·on su glol'ioso grito al pueblo i se lo obliga a dea·ramat• su jenerosa de independencia, una de las cosas que se propu-t~ ngre ; i despues de meditar algnn tanto, hemos ._ sieron fué abrir de pat• en pat· las puet'tas de Ja e mpa·endido el engaño envueltQ en esas palabras Patl'ia a los conocimientos humanos, cuya importa­que como la de libet·tad se ·han querido hacer sa- cion a nuesta·o suelo estaba. prohibida por el som­ct ·amentalt>s i constituirlas en bandera de constan- brío i desconfiado Gobierno peninsulaa·. Algo de tes rev0luciones. latin, teolojía, i derecho civil, era todo lo que se Llámnse culto un pueblo que tiene instituciones enseñaba en los cole,iios : e\ liberal Virey Espeleta respetabl.es i respetadas, i que cultiva las ciencias consiguió que se fundara tambien la enseñanza de i artes. Al ménos esta es la defiuicion que de tal Ja medicina, i se estendió hasta permilh· i aun palabm dá el Diccionario de la lengua, 1 así la fomentat· la enseüanza de las ciencias esactas. 1 entiende tambien el buen sentido. - Pero era tan poco lo que podía adelantarse con un Vamos a examinat· si la idea que tal palab~·a sistema de Gobkmo tan ¡·estl'ictivo como el que representa, puede hermanat·se con el empeno se babia establecido en las colonias, que Jos bom­funesto que hoi se muestra de dar en tierra con la bres que algo habian podido aprendea·, lo debinn Relijion. mas bien a sus esfuerzos particulares i a su talen- Es respetable la virtud, porque ella hace la feli· to, que n los medios que lns autoridades les pro­cidad del individuo que la pmctica i contt·ibuye pot·cionaban. La luz entt·aba por estrechas rendijas pot· estension a la de los sé1·es que lo rodean. al país i no podía difundit·se sino con dificultades. Desde que cada uno inspira confianza justa a los El anhelo de sabea· era grande, i ese anhelo fo­demas con quienes v·:v. n sociedad, esa i nt las ideas de libertad. Así f é.q lo-que tiene n elemento de fé licidad. La v t1d es es- mas empeño se puso, una vez realizada la emanci­, peta Ole pot• que asegura con verdaderas garantías pacion política de Colombia, fué en la d!fusion de los derechos individuales, i las instituciones de Jos conocimientos ciei\tHicos e . industdales. Se todo pueblo deben basat·se en el respeto por la dictaa·on disposiciones para fomentar i difundír las vh·tud, porque de otra manera no sedtn respetables escuelas ga·atuitas ; se dió ensanche a la enseñanza ni r·e~petadas. Pero entre nosoti'Os hoi la vil·tud secundaa·ia que se daba en los colejios que mante­' está considerada como cdmen, luego no hacemos nia la Nacion ; se autol'izó al Poder Ejecutivo pa-un pueblo culto. ra que enviara algunos jóvenes a E\wopa, c~n el La virtud está considea·ada como crfmen, sí ; fin de que aprendieran allá algunas ciencias i a1·tes i la prueba es e hecho. Es virtuosa una persona i volv.iet·an a enseñadas en la República ; se pm­que no hat mal a nadie, que respeta sus compi'O- curó fomentar la a gl'icu\tura, i este fué uno de ios misos, que teme a Dios i lo ama, i que pm· ese te:- objetos con que se contrató el funesto ernprés.tito . mor de su justicia i ese nmot• a sus pel'fecciones, (jUe estaremos pagando aun quien sabe si por crucifirn su carne i so consagra a la oracion, al siglos. ~a da se consiguió sin embargo, gt·acias "a puntual cumplimiento de todos sus debea·es i a la Jas constant-es revoluciones que han hechadesobre pa·áctica de la caridad que es el amor al v~·ójimo~ el país una mortaja. Pero siquilwa se mant vo la Las monjas han dado ejemplos heróicos de "irtud, instl'Uccion a .cierta altura que daba a Ja ~acion i sin embargo . han sido anancadas de sus casas algun bt·illo. con violencia, i las instituciones actuales las Hoi nada existe. Colejios particulares hai,razon la semilla del escep­tisismo, se lo priva de su únic<;> consuelo, pero léjos de hacel'lo mej~a·, se lo dept·ava~ ¿ &ení esto hac~rlo feliz? ¿Qué gana el proletmio con .QUe lo persuadl,\n de que Jesucl'isto no es Dios? El, po1· rudo qt\e sea, ha sido form,ado en la creencia cris­tiana : si a pes~r de ella ha sido, p01· ejemplo, ladron, ¿qué será cuando deje de creer ? No -po­d• ·án variaa,se sus hábit~s, pet•o se harán peo1·es sus co.stumbres. Se quitará siempre el SO!l\bl·ero cuando pase por frente del templo, pero ya no tend•·á temo1• de roba•·se la custodia, ¿De qué medio se valdrán los reformadores pa­• ·a hacer mejot· al pueblo cuando hayan consegui­do descatolizal'lo '! ¡ Oh 1 Bien sabemos que le dicen j ia estado indispuesto en su paseo d~ A vosott·as, que léjos de pt·eocuparos de vuestras vm·ano, pero, completamente restablecido, regresó propias galas en los dias de regocijo comun, habeis a la ciudad etea·na, que lo recibió con un júbilo consagrado todo vuestro injenio i todas vuestras indecible. Allí le fué pt·esentada la nota en que gmcias solo a prepat·ar las limosnas que debian el señor Arzobispo le comunica la fórmula con que enj\1gat· tantas lágl'imas. jm·ó en Cartajena, i aunque el Santo Padre nada A vosotras, que os babeis apat·tado con adora- . babia resuelto, se creia que impat·tiria su apt·oba· ble bondad de todos los sitios en que imperaba el cion a tal fót·mula, no obstante que la cree inútil entusiasmo i la alegn'a, para sen•h· el puesto hu­segun se refiere, por el conocimiento que tiene del ' mil de pet·o santificado por sus fines de « vende-espíritu de nuestt·os liberales. doa·as de la caridad. >> -La sagrada Congregacion del Indice, ha pro- A vosotras, en fin, niñus hecbicet·as, a quienes hibido últimamente las obras siguientes : el Altísimo prodigó n manos llenas los encantos fí- La Divina Comedia de Dante-Cuadro sinop- sicos i los del alma, a vosotras i a vuestras madres tico por Luis Mansini. tan virtuosas como vosotras, i a vuestros herma- Moises, Jesus i Mahoma, por el baron de Or· nos i vuestros amigos i a todos los que han servido bach, con la adicion a la Vida de Jesus de Ernesto con buena voluntad en la empt·esa de socort·et· a Renan. Jos pobres con Jos productos del Bazar de setiem- Los Miserables de Víctor Hugo. bre, os dá las mas íntimas, sinceras i pro~undas Las Memo1·ias del Diablo pot· Federico Soulie, gracias a nombre de la« Sociedad de Beneficencia ¡ las demas obras semejantes del mismo autor. de Santiago, >l vuestra humilde servidora i amiga. Fanny i Daniel (estudios) por Ernesto Fei- ANTONIA. SÁLAS DEERuÁzuniz. deau id. Santiago, setiembre 20 de 1864. >) Catalina de Obermeyre (estudio) id. , En la misma ciudad, i a e:tfuerzos de la mis- De Champfleury, Los Campesinos de Molin- ma Sociedad, se han fundado establecimientos cf¿ar; Las a·venturas de la señorita Margarita; destinados a proporcionar alimentos a las personas El Realismo icl. · indijentes. ¡ Qué contraste ! En aquella República De Enrique Murget·-Escenas ele la Bohem'ia ; en que impera deveras la libertad i se cosecha el 1 Escenas de la vida de juventud; El Pais lati'!lo fruto de los sacrificios hechos para conquistar la id. independencia,seestablecen asilos para los indijen- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATÓLICO. 229 tes, i en la noeva Colombia, se destt·uyen esos asilos i las casas donde se daba de comer a los po­bt ·es. Pero tambien es cier·to que algunos que el otl'O dia eran de los pobres que acaso necesitaban esos asilos, hoi son personas de pró, ricas, i están fan altas, que no alcanzan a oír los gritos que el hambt·e art·anca a las multitudes desheredadas. -El impuesto sobre los perros de uno i ott·o sexo en InglatEwa·a, ha producido en el año que terminó con el mes de junio ultimo, la suma de 1. 106,547 pesos, 50 centavos. Es lo imico que aquí no se ha ga·avado nun, i no sabemos por qué es ese desprecio a la interesantE' raza canina, tan numerosa en esta ciudad. --Con fechas 28 i 30 de julio último, escriben de la Habana dos de las Reverendas Madt·es Car­melitlls de esta ciudad, i ilnn pormenores cm·iosos acerca del viaje que han hecho. i de Jos motivos po1· qué se sepal·aron. 1 Cea·ca de ocho meses perrnaneciet•on en Puerto Rico, donde fueron ta·atadas con una cordialidad que no clvidan. Monseñot• Ba•·ily les escribió que ' agu:u·daa·an allí hasta que él dispusiera lo que de­biao hacer ; i en efecto, dispuso que unas siguie­ran pat·a España, i ota·as paa·a la Habana, en razon de que Jos recursos no eran suficientes para la traslacion de todas a Eua·opa. El 22 de abl'il marcharon siete paa·a la Penínsu- 1 la, produciendo en todas aquella sepaa·acion, un 1 doloa· que pintan con los colores mas vivos, pero que sufl'ieron resignadas i apoyadas en su fé. Las 1 otl·as marcharon paa·a la Isla, el t 5 de mayo en , un vapor, cuyo Ca pitan les aderezó un camarote a donde no dejaba enb·aa· otros homba·es que el Ca-cuerdan a los que las han pea·seguido, para pea·do­nal'los, para compadecet·los i pat·a a·ogat· a Dios por ellos. -El último coa-reo del Norte trajo cartas de Ci:t­cuta en que avisan que las RR. MM. Clarisas de · íunja, llegaa·on s':l novedad el dia t.o del corrien­te a San Antonio del 'Tácbira donde fue1'on reci­bidas de una manera espléndida ; i que el dia 3 continuaron su marcha para Mamcaibo. -Al fin ha quedado comprobado que lo que anunciamos desde nuesta·os primel'Os números, erá realidad : los liberales están unificados en prin­cipios con la Rusia. El doctor Pa·óspea·o Pea·eira Gamba lo ba dicho bajo su firma en un artículo que rejistra '((El Tiempo)) número 360, i en ese escrito notable, despues de manifestar que el Im- · perio ruso es la esperanza de la Europa liberal, i el destinado indudablemente por· la Providencia para desta·uit· a Roma, Fa·ancia i España, que son los escollos del proga·eso, añade, que toda reden­cion necesita una víctima i «víctima pot· víctimR, esclama, mas vale que lo sea Polonia, país de fanatismo i de ta·adiciones nobiliarias, que la Italia liberal o los Estados Unidos del Norte. »-Esto, dicho por uno de los miembros mas distinguidos del partido gólgota, de ese partido que tanto ha hablado de las garantías de la vida humana, del ódio a la tiranía, de la abolicion del cadalso etc, muesta·a en toda su desnudez al partido Ubea·al i enseña al mundo lo que debe esperar·se de hombres que no tienen mas principio fijo qu.e--Ja destruccion de la Relijion civilizadot•a que fundó Dios mi&mo con su palabra i con su rnuet·te divinas. pellan i el Médico, tratándolas siempre con un ¡·espeto que rayó en veneracion. Llegadas al puer­to, el Gobernado a· de la Isla envió su pt•opia lancha, espléndidmente adornada, para recibidas, i en la UNA OBSERVAClON playa estaba él mismo COU los Cabildos eelesiásti- SOBRE LA PUBLICACION DE MR. RENAN. coi secular i un jentío inmenso que las victoa·eaba " No hai mal que por bien no venga.'' . i alababa al mismo tiempo a la Inmaculada Vil'jen ADA~ro vuLGAR. que sirvió de Santuaa·jo al Sér Eterno. Llegado " Conviene que haya herejías para que hubiemn al convento do de se las espernba, nuestra fé solidar." las monjas españolas echaron a vuelo las campa- I,A TAP.& DEE CÓNGOLo. nas, descubl'iea·on la Majestad, cantaron un solero- Mucho és el daño que causan las publicaciones ne Te Deum. i lul'go las condujeron a las celdas impías poa·que corrompen la fé del pueblo sencillo que les tenian dispuestas, con abundante provision e ignorante, pol' lo cual deben pa·ohibirse i depues de ropa intel'iot• i hábitos. t•efutarse, aunque los libres pensadores de " La Hacen las monjas una cul'iosa descr·ipcion de su Opinion" nos apliquen el cuentecito del Jeneral nuevn i espléndida mo&·ada, i del lujo de ICis fiestas que mandaba afusilaa• españoles i despues qtre les ¡·elijiosas que han visto ; i dán noticia de sus - siguiemn la causa. "El talento no se hereda.'' hermanas a quienes el Jeneral de la Orden recibió Hé aquí· un grande aforismo a que se debe ag1·egar en Cádiz i acompañó hasta Consuegra donde está este ota·o: "Los educandos de la sociedad demo­el convento en que las alojaron. Las Jentes del craticn no pueden saber lójica ni cosa que lo valga." noble i hospitalario pueblo español, tambien hicie- I en efecto, ¿a quién qne tenga nociones de las a·on a las pobres monjas desterradas, ovaciones reglas del raciocinio le ocurre que haya pal'idad dignas de su vit·tud. Poa· eso dicen las que escl'i- euta·e el cuento de ser juzgados despues de fusila­ben : gu­lar están creyendo que todo eso del N u evo Testa­mento son cuentos i mer.tiras; muchcs están pet·­suadidos de que no hubo tal Jesucristo, ni tales 1 . Apóstoles; i pot· consiguiente que en cuanto a eso de la pena del fuego no hai cuidado. Pero ahora viene el maestro Renan a desengaüarlos, enseñán­doles que sí hubo Jesucristo; que sí hubo Apósto­les, i po1· consiguiente, que en esto del infierno ya no estamos mui segm·os. 1 como creido esto, las esplicacioues que él dá para evita•· esa infemal consecuencia, no satisfacen, ui pueden satisfacer a nadie que tenga buen uso de razon; se sigue que el maestro les mete el clavo i se Jo deja aden­tro, porque no se lo puede sacar. Puestos en este- estado, como la ballena con el arpon adentro, no le hace que se yayan con la zoga; ella se les enredat•á· pot• ahí en algun tifo u otra cosa que los detengn, i entónces se acabó la fue1·za filosófica que no dependia sino de bruta­lidad. Ent1'ftn en juicio; se componen con Dios i siguen bien. Así es que, nosott·os creemos que l\fr. Renan ha echado un jarro de agua pura sobre mas de cuatt·o de esos que estaban mui c~mtentos creyendo que _todo aquello et·a mentit·a. El les ha traido la Bue­na Nueva sin querel'lo : 1 los que no se habían persuadido de la verdad de la historia evanjélira leyendo-los autol·es relijiosos, vienen a persuadirse en el libro de un impío .. ~ t !ll!f~ lJJ l.1t rJJ Il® D :S:~~ «La Restau1·acion >) de Antioquia tomó de la « Gaceta de :Francia )) el siguiente cm·ioso docu­ ·mento, que reproducimos con placea·, ya que uues­. tro cof1·ade «·El Símbolo )) incluyó eu sus colum­nas la representacion que el Cong1·eso de Manilas dirijió al Santo Padre. Bueno es que se s('pa qne cuando los enemigos de la Iglesia se reunen pam destruil·Ja, los hijos fieles se reunen pat·a de­fenderla. CONGRESO CATOLICO. 1 1: 1J1anílas, 29 de agosto. El Con9reso cat~ico ha abierto hoi su segunda se· sion. EI numero de las personas que han correspondi­do al llamamiento del comité de organizacion es mui constderable. La :r~n1on cuenta mas de J ,000 miembros venidos de todos los puntos de la Béljica, de la Francia ,.. de la Inglaterra, de la Alemania de la Hungría, de España, de Portugal i de la Italia. :rodás las notabilidades del partido católico belga toman parte en esta solemnidad, que recibe un cárncter mui particular de importancia por consecuencia de la pre­se. nte situacion del país. El continjente de la Francia es ménos notable que en el último año ; pero se aguar­da mailana a Monseñor Dupanlouv, i este ilustre Prelado debe tomar el ri1iércoles la palabra en la sesion je.nerat. Urjido por la pronta salida del correo, no tengo tiempo de enviar hoi muchos detalles: Jos enviaré e-n otra carta. Así, al presente me limitaré a hacer una relacion sucinta de la primera srsion. Hoi a las .diez de la mañana los miembros del Con­greso se reunieron en la Catedral de Saint-Rambert, donde se celebró una misa solemne por su Em. ef Cardenal de Malinas, para atraer las bendiciones del Cielo sobre los tl·abajos de la reunion. Con~luida esta ceremonia relijiosa, los miembros de la Asamblea 1 fueron en cuerpo al local del pequeño Seminario dio- 1 ces¿¡ no, Juo-ar de las sesiones del Congreso. A 1 entrar f.:­en este ediffcio se hizo una verdade1·a ovacion al señor Dechamps, el eminente orador católico del ¡larla- 1 mento belga. La sesion ha sido abierta con un discurso del Cílr­denai- Arzobispo, interrumpido por numerosos aplau­sos. Cuando el Prelado invocó Ja bendícion que Su Santidad Pío IX se ha dignado conceder a los tra­bajos del Congrc.;o, un grito inmenso i unánime de "Viva Pio IX ! Viva el Papa-reí ! '' salió de toda~ las bocas. I,a reunion procedió en st>guida al nombramiento de sus o11ciales i la presidencia ha sido confiada, como f'l af10 pasado, al señor Baron de Gerlach, Presidente de la Corte de C'asacion. Instalado en sus funciones, . este eminente majistrado ha pronunciado un largo i notable discurso sobre la sítuacion jeneral del Cato­licismo en los diferentes países de Europa, i partiru- ~ larmente en Béljica. . U. recilJirá in extenso este cliscurso, en los diarios belgas de mañan~. No obstante, voi a trascribir un fragmento Onde · sino con beneficios. Un hombre para quien el mundo parecia demasiado estrecho i de quien Pio VII había ' tenido mucho que sentir, en la época de su nwyor fortuna, despues precipitado del trono i cautivo, reprochaba amargan)ente á sus vencedores los malos 1 tratamientos que le hacían soportar en su roca, en medio del océano. Ninguna potencia reclamaba en su favot·: solo Pio VII se 1·esolvió a hablar en favor del grande infortunio de Napoleon I, i lo hizo,como vosotros lo sabeis. en los términos mas fuertes i mas · conm\'Ovedmres. Solo la Relijion, señores, puede ele- 1 _ var tan alto las almas. ,, ¡ La sesion íué terminada votaudose una manifesta­cion de adhcsion aJ. S()berano Pontífice. Ella ha sido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATOLICO. 231 enviada inmediatamente por el telégt~afo al Cardenal Antonelli, para que sea trasmitida a Su Santidad. FRANCISCO LENORMAr\T. EL GAMONAL DE PUEBLO. F.n t\n pel'iódicó ft'fl.nc~s, consagntdo como el nuestro, a la defensa de la causa católica, se lee una ocunenda que tiene mucha analojía t!on lo (fUC suele sucedet· entre nosotros, i que po1· eso nos ha pm·ecido digna de ~er ¡·ept·oducida. Refiét·ese que en un lugat·ejo de aquel impmtan­tc imperio, había un zapatero que pasaba pm· el 1 hombre mas capaz i con quien se consultaba todo, sieni!o sus juicios fallos sin apelacior~. El, dice el historiado•·, era el oráculo de la p~noquia, i aun su mismo CUl·a, aunque conocía bien el alcance del sabct· del maestro, se veia obligado por respeto a la opinion pt1blica, a fiojit· que lo consultaba algunas veces. Así, tenia la seguridad de set· obe­decido pot• sus feligt·eses. Cuando en la cuarr.sma o en el acl viento, algun p•·edicadot· estt·aordinario llt>gaba aiH, el Cura le aconsejaba que ántes de dar principio a sus tareas, hiciem una visita al maestro Jacobo pat·a qbtener su poderoso sufrajio, sin el cual et·a seguro que la Iglesia estaria desierta, i nádie oil'ia la palaba·a de ' Dios. Naturalmente, no todos los Sacea·dotes querian sometea·se a una humillacion tal, i uno de estos pudo asegut·m·se pot• sí mismo de que tenia que pasat· pot· ella si quel'ia hacer el bien a las almas. Vió, en efecto, en su primer sea·mon al mae~tro · Jacobo, solo al pié del púlpito, i en Jos siguientes 1 dias nadie hubo que pudiera escucha•·Jo, p01·que el maestl·o, al salia· de la Iglesia, habia dicho: '~ Este predicadot· no sabe nada ; se conoce que no 1 ha estudiado; es un ignomnte., El pobre padl'e se decidió a pasar bajo las hor­cas caudinas, i fué a ver al zapatet·o para sabet· a qué atenerse respecto de su ciencia i pam ensayar el medio de ganal'lo. El marstro lo recibió con una zurda galar.teda, pel'O en fin, lo recibió bien, i el pa·edicador poa· su pm·te, procuró lisonjearlo, diciéndole que debia tener una erudicion notable cuando tanta influen· cia eje1·cia sobre el espil'itual pueblo fa·ances. A lo ménos, le añadió tocándole el hombro, la gran reputacion de que gozais, me hace c1·eer que algo útil sacaré de tt·atar con vos.- Al fin de una ho1·a, el astuto Sacerdote babia ganado tan bien In con­fianza del mentor de la panoquia, que acabó pot• confcsat·le que hacia dit:z años era poseedor de un libro de que juzgaba no babel· otro ejemplar que el que él posein, i que a ese liba·o debia toda su ~iencia. :.._" 1\fostrádmelo, poa· Dios, mi quel'ido amigo, le dijo el p••edicado•·· Entre jentes como nosotros no debe ocultarse esejénero de tesoros." -"Sois el primero con quien voi a tener tal condescendencia, t·espondió el maestro, lisonjeado por los cumplimientos del padre, i fué a buscat· el libro en un armario que tenia cerrado con doble llave.- Era un volúmen descabalado de una tt·a­duccion f¡·ancesa de Tertuliano. El pt·edicadot· se mot·dió los labios para perma-necer sério, i le dijo :-" No me sorprende vues· l tra J=icncia : conozco esta ob1·a, i os ruego que m a- \ liana vais a mi sennon, f me juzgueis sin parcia­lidad." Pi·ometiólo el inaesb·o; i cuando el pad1·e salió, mU&·mm·ó entre dientes : -- « Siemp1·e son lo mis­mo; ni oh·los, nada ignot·an; pet·o ya vet·emos.» 1~1 predicadol' no dijo nada al Cura del descu ~ b1·imie~to que habia hecho, i al día siguiente cuan­do subió al púlpito, vió al maestro Jacóbo sentado ; en frente, i notó que tenia un auditol'io conside­rable. Et·a que nuest1·o hol't:lbre babia convocado a los vecinos como a un iurado en que debía fallaL'­se sin ápelácion sobre el mél'ito del o¡·adót• sagt·ado. El se1·mon fué un tejido de citas de Tertuliano que el z;apate•·o oía con ·un . gozo i~Hlecible, sor­pa ·endiéndose de que se hiciet'EH\ ntgunas que no estaban en su libro que sabia casi de memol'ia. Cuando el Padre bajó de la cáte_da·a sagt·ada, to· dos los oyentes siguieron al zapatero cuya tienda se llenó, i en aquel dia no se habló de otra cosa en la pat·t·oquia que de la elocuencia del predica·· do•· que tuvo en Jo sucesivo tantos oyentes, cuan­tos podia contener el templo, i cojió un f¡·uto abundante de sus sel'Inones. El mismo zapatero, vino al fin a echarse a los piés del misionero, con­fesando su ignorancia i su ot·gullo i pa·ometiendo dejat· de desviat· el espíl'itu de los vec.inos a quie­nes dia·ijia en todo confot·me a sus mtereses o a sus caprichos. El Padre lo levantó diciéndole : () i luego, llena de admirable confo1·midad, esclamaba tranquilamen­te: «¡,Si de mano de Dios hemos recibido los bienes, por qué no recibimos los males '? » 1 cuan­do el oleaje de mil penas reunidas paa·ecia sumer­Jirla en un mar de amarguras, anebatado su espíti­tu en alas del amot· divino,i de una firme confianza repetia con aquel héroe de la resignacion : « Yo sé que vive mi Redentot· i que he de resucitar de la tierl'a, i en mi p1·opia came veré a mi Dios : esta es la esperanza que está depositada en mi pecho >) • • • • ¡ Afljida señora, probada fuiste en el crisol de la ~dversidad : muriendo, descansas­te ! . . . . Qué la tierra que recibió tus restos te sit·va deblando lecho> i que fu alma, por los mé­ritos de Nuestro Señor Jesucristo, i en premio de tus virtude.s obtenga el descanso eterno r •••••• Respetando las lágrimas de su élesconsolada hija, no intentamos enjugadas: que Jlore, porque el llanto del amor filial, mejor que las gotas del rocío de la mañana, reft·esca Jas flores que él sem­bró sobre la tumba materna •.•. pet·o que su lloJ'o to endulce el recuerdo. de que llenó, pal'a con su madre los deberes de cal'iñosa hija, como en idéntica ocasion, los de tierna esposa, haciendo cuanto debia i podia hacer por el alivio de perso­nas tan queridas ..... Que ella nos permita mez­clar a las suyas nuestt·as lágrimas, acompa.Qal'la en su dolor i en su oracion ferviente a Dios po1· el descanso del alma de su madre i nuestra sentida amiga......... R.M.G. SEÑOR REDACTOR DE (s señores que í han tenido Ja bondad de visitarlo en esta capital ; ~ i les pide SllS órdenes pat·a el Cauca, sintiendo no r hacerlo personalmente pül' falta de tiempo. i - ·-. - En 1á tienda -del señor Venancio Ot,.tiz, segunda calle del Comet·cio, número 66, está de venta a la l'Ústica i por doce reales cada ejempfar, un cua- ' derno titulado : " Cuadros nacionales-Obra pós· : turna de la señora l\1. Josefa Acevedo de Gómez.'" t Esta brillante produccion de una señora grana· dina, merece bien ser leida por todo el que se goce ! en las Yerdadet'éls glorias nacionales. I.MPRENTA CONSTITUCTONAL ___ P_O_R_ N -IC_O_L_A_S_P_O_NT_ O_N_ . ~ -:--~·.' -;-- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ALCANCE AL CATOLlCO N.o 77. SEÑOR EDITOR DE H EL COMERCIO.'' En el número ~3 de &u periódico, en la H ~evis­ta interior,'' se encuentran ~nos acqpite~, en Jos cuales •·efiere U. los i1;1formes q\le se te han dado, aceren de la couducta que ha 9l;>&~cya~9 el señor docUH' Marcelino Gqtiénez Salgar, como Vi~ario, Gobea·nadóa• d~l Obispado. - No dudo que un ~cenda·adq Ratl'iot{~ll}o, hay(J. sido el que ha movido a U. a escrjbh· Q~ una ma­nea ·a tan fuerte, para vitup~rar los pl'Ocedimieutos del setioa· Vicario, po1· JUzgados ser obra de las mezquinas pasiones de partido, mas bien que por cumplir con sus sagrados deberes. · U. mjsmo confiesa que el sen-or Gqtiérrez, es homba·e de un caráctc1· dulce i de finos modales, i yo añadiré, que nada ha hecho hasta ahora, como "\-'icado, que pueda hacerle desmer·ecer de esa opinion, que tanto U. como otros han foa·mado de él, p-ues tan solo es un justo homenaje al ver­dade• ·.o mérito1 que siempre lleva el manto de la modesti::.. · Lo que ha causado a U. mayor alarma es que se haya sometido a juicio a los Sacel'dotes que presta1·on e) juramento, que prevenia la leí de 23 de abril de 1863, lo que me es mui estraño; pues no puedo convencerme que U. _ignoa·e que la Igle­sia, como sociedad perfecta, tiene leyes, ¡ que los P1·elados son las autori-dades a quienes toca haeel'las cumplir e imponer las penas, en su caso, a los transgt·eso¡·es. Los Sacerdotes que se pt·estaron a hacer tal ju· rnmento, se hicieron t·eos de un delito definido de ?nt~mauo por la Iglesia i corroborado, aunque mdu·ectamente, con la autoi·idad de Nuestt·o San .. tísimo Padre Pío IX. Aparte de estas auto1·ídades hui- otra-s docisrones, ya de Romanos Pontífices ya de univet•sidades como la de Soa·bona, que co~ noble aLuegacion, i con desprecio de inminentes .peligros, condenó esta clase de jm·amentos, unién­dose a los ciento cuaa·euta Obispos franceses, que suscribieron una manifestacion que tenia poa· títu­lo: ~' Esposioion de principios sobt·e la constitu­cion civil del Clero," la cual tenia poi· objeto re­clamar Ja jurisdiccion esencial a la Iglesia, el de­recho de fijar la disciplina, de instituir Obispos i de conferirles podel·es ; de todo lo cual se veia Ía Iglesia ente1·amente despojada por las prescl'ipcio­nes de los nuews decretos. Lamentábase tambien de la supresion de tantos conventos, i de aquellos ·incalificables dec•·etos que cerraban las puertas de los asilos consagrados a la piedad, que pretendian anular las promE>sas hechas a .Dios, i destruh· unas bnl'l'el·as que no ha levantado la mano del hombre. Los Obispos concluyen diciendo que se consultase al Papa, sin el cual no debe trataa·se nada que ten­ga impoa·tancia para. la Iglesia. Así hé;\blaba la igle- _sia de Francia, colocada en idénticas circunstanci(ls a la nuestra, i' su "EqJOsicion de principios," pasó a la categorfa de sentencia. Aparte de estas aut:ol'idades, digo a U. hai ota·as razones de mayoa· estima, de las cu11les se deduce la culpabilidad en que ·bao incurrido algunos Sacerdotes, al p1·estar el juramento en cuestion. Todos saben que en el dia d_e nuestm ordenacion hacemqs una solemne pl·omesa de sumision i obe­diencia a los lejíN~nos Prelados. Esta sumision i o.bedienria mira principal i esclusivamente al Go­biemo de la Iglesia, en cuyos cánones i dis.posicio· nes están mas instl'Uidos los Prelados, por razon de su ministerio, que los domas Sacel'dote~. El · faltar a esta obediencia, así prometida, es incurrh· en u_a pet·jurio. "''.Es caer en el orgullo i abando­nar ta vercla~ ·dice San Ainbrósio; es hacerse í·eo del del.ito de insubordibacian; para con aquella di­vina aQtoridad, que dijó ' a los ·A'pósl:oles, 1 en per­sona de ellos, a · su'S sucesores. Quien a vosotros oye, a mi me oye : i quien a vosotros desprecia, a mí me desprecia. 1 ~í que a mí me desprecia; desprecia a aquel quemé envió. 1 el Apóstol qué di~e: I EL mismo (Jesuct•isto) dió a unosciertamen'· te el apostolado, a "otros el don de profecíá, a otr()s hizo evanjelistas i a otros pastores i docto­res, para la consuma~ion de los santos, enZa obra del ministerio, pa·ta la edificacion del cuer­po de Cristo. . . •.. Pata que no seamos ya ni· ños fluctuantes i nos de}emas traet en rededor de · todo viento de doctrina." 1 si no debieramos obedecer a los Prelados, a quienes Jesncri~to puso por Obispos, para gober­nar la Iglesia de Dios, para que· como Pastores, cuiden de nuestl·a salud espiritual, i nos eóseñen como doctores a distinguir el error de Ja verdád, para que no seamos pá1·vulos fluctuante¡:;, i -nos dejemos atl'aet· en rededor de tQdo viento de doc• trina ¿ q~é significado podrían tenea· aqueUas pala-bras de la ve1·dad eterna ? · Para restablecer el órden tm·bado en la Iglesi-a, en vh'tud de las leyes civiles, pa1·a absolver ·anno· cen~e o castigat· al culpable, son indispensables ·las formalidades de un juicio, sin Jo cual la Iglesia, no podl'ia_..s!erciorarse de la verdad 'de los hechos. Por esta razon el señor Vicat·io, ha sometido a· iui­cio a los sindicados de inobediencia, no· par·a ejer­ce• · un acto de venganza, sino para cumplir con las dispo~iciones de la Iglesia, de las que és su lejítim~ guardta · - No son los dect·etos dellt.usTnísuto s'EÑOR NI­Ño, los que el señor Gutiérrez ta·aia de hacer re­'' ivh·, ni tampoco hacer mérito, para~ pot· este enojoso camino subir al solio del Episcopado, sino l1acer positiva la autoridad de fa Iglesia, cont~ni­da en los cánones; que f}quel ILus'Í'nE.l>oNTÍFICE, principió a poner en ejecucion, i qua el señor Gutiérrez, .co~o su sucesor en la jprisdiccioh espiritual, tiene la impresc~ndible o~1ígacion de llevar a ~u término. Lalglesia .po es, señor Editor, como las Repú­blicas: sus Prelados no pueden dat· indultos en el dia de su advenimiento al poder. Si esto estuviera en sus facultades, estoi mui seguro que ·el señor Gutiérrez, que tieue un corazon bondadoso, que síente como P•·elado los sufl'imientos del Clero habria es.pedido un ind\1lto jeneral, no sot'o e~ favor de los Sacerdotes, sino tambien de todos 1os fieles de la :Qjó~esis, que hubieran h)éurridó en algunas censuras. · · · , U. dice que no bai diferenci,a enta·e el jurame.Qto que prestaron algunos Sacerdotes, en \'irtud de la Jei de 23 de abril áe , 63, i el que han hecho el Ilustrísimo señm· AI'Zobisp<_>, '?trós señores Obispos j _ Preladqs, i últimamente ~J seño.r Gutiérrez, co"mo Vicario Gobernador de la Diócesis. Yo sí ~ncúentro una gl·an dispai:~da'd. Aquel ~st~ba pr.9hlbjdo por ~et· ~bsoluto : este es permitido i líc1to p'ór seL· condi~i) que el Clero, como corporacion, esté afiliado en No he gua1·dado el órden debido al contestar los ningun pat·tido poHtico. Si se le ba visto al lado acápites de su Revista, por evitar el tocat· otros de Jos Imperios, tambien ha estado en el seno de puntos que no hacen a mi objeto. P<>m cometería las Bepublicas, combatiendo en aquellos Jos a bu- un acto de injusticia, si no dijera a U, que E'Xé\miné sos del Poder., i cultivando en estas los principios en Pamplona lo que hubiera de cit:~rto, arerra de de verdadera libertad, para que, bastat·deados, no lé\s instrucciones p~noquiales del señor Presbítero hagan su ruina. Jamas se ha adherido a los Go- José Antonio Femández, i pel'sonas imparciales i biel'Dos, sino para hacer la felicidad de las Nacio- de veracidad, me as<>guraron se&· un ht'tho fU1" lo mfsmn- no JllO U. dice. Esta es una aseveracion que carece atribuin\ estd manifestacion a un deseo de adulat· de fundamento. Si fuera cierta, esté U. segul'O al señot• Gutiél'rez, puPs creo no habrá ohidado, que yo seria uno de los primeros, en denunciarlo a que cuando fuimos compaf1eros de. destierro en ' la Nacioa; pues así como no quie~·o el desdot·o de Venezuela, E'n el año de 1861, hablamos al gunns la Iglesia, támpoco quiero Ja ruina de mi Patria. ,·eces sobt·e este delicado asunto. l~as opinion •s 1' ~oncluyc U. escitando a las autoridades de que entónces emití, hacen hoi parte de esta rnani · Pamplona, para que presten a los Sacerdotes sorne- festacion. ti dos a juicio, la proteccion que les dispensan las Quedo de U, señot· Edito&·, su atento servidor, leyes i que hagan se les .levanten las cens,uras. No JEsus MAníA. MALDONADO. dudo que aquellas autondades, no se baran sordas , a su invitacHm, si encontraren que el Prelado co- Cacota de Velazco, 20 de octubre de 1 &64. mete hechos punibles, i que ataquen la sobe•·anfa ========e=:-============ nacional. Pero como esto último, no puede ni aun A ~TUN11JO suponerse, porque las leyes que rijen a la Iglesia, 11 tJ • en nada dañan la supt·ema soberanía de la Nacion, .·• tiene U. que su invitacion no pasará de set· un B I O G RAFIA. celo patriótico. Mas, supóngase U. que las autol'i- Como un monumento de gratitud, de gloria nacio-dades intimat·an al Prelado la absolucion de las nal, i de honor para el Catolicismo en jeneral i para censuras, :. se c¡·ee que él obedecería esta intima- la iglesia granadina en particular, se trata de publicar " la biografía del ínclito mártir i confesor de la fé EL cion? Nó, i mil veces nó. Pues estoi persuadido, ILUSTlUSUio SE ÑOR DOCTOR Lms NIÑo, seguida de que primero se sujetaría a cuantas penas se le qui- todas sus luminosas cartas Pastorales i deinas docu­sieran imponer, ántes que faltar a la fé, a la dig- m~ntos relativos a la vida del santo Obispo. La obra ni dad de Prelado, i a la confianza que la Iglesia ha en edicion esmerada i constante de mas de 1 oo Jlájinas, depositado en él. Tampoco habria Sacerdotes que irá acompañada del retrato de la ilustre victima. Para aceptaran esa clase de absoluciones, pues la ver- hacer frente a Jos gastos se reciben suscriciones en las d 1 d h a.J·encias de "El Conservador" i de" La Caridad" ac sea ic a, para honor de la Iglesia i del Clero d t D. ' . ) S d h al bajo precio de UD fuerte que se consigmrrá a] re· e es a Iocesis : os acer otes que se an creido cibir el libro, bastando por ahora el aviso ; para los culpables, no ha sido necesario -mas llamamiento no suscritores el precio será de dos pesos de a s aéci­ni mas apremio, que leer la Pastoral del señor m os. Los que quieran que se les remita empastado o Vicario; en la cual declat·a cuáles son las iglesias en media pasta lo avisarán i en tal caso se numentará hábile& de la Diócesis, i viendo que quedaban es- el valor de aquella operacion. Se suplica a los seño- j cluidas algunas, los Curas Rectores de estas, i al- res Ajentes de .Jos peri_ódicos enunciados se sirvan dar 1 gunos otros Sacerdotes, ocurrie1·on inmediatamen- oportuno aviso de los susct:itores a la obra para llevar-la a efecto. 1 te a SUJetarse a la autoridad de la Iglesia, repre- --~ ____ ¡ Sentada en el Prelado. IMPRENTA CONSTITUCIONAL-P e R NICOLAS PONTON. e== Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 77

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El Católico - N. 69

Por: | Fecha: 27/09/1864

AÑO II. Bogota., 27 de setiembre d~ 1864, NUMERO 69. CIRCULAR. AH.QUfOIOCESIS DE SAN1'AFE DE ROGO'l'A­GOBH: RNO ECLESIAS'l'ICO- NUMERO 9J.­SANTAFE nE BCGOT , 16 DE SETIEMBRE DE 18n4. jurando al mismo tiempo obediencia a la santa Sede, a los demus Prelados i a las leyes de la Igles 'a; hizo la protostucion de lo. fé, recitó la confesion i recibió solemnemente la absolucion; dospues de lo cua; fué habilitado para el pleno ejercicio del ministerio. . · En'fé de lo cual, Qomo encargado actual­mente del despacho de la Secretaría lo certi· St'ñor Cura de · ·. · . . l ficoi el certificado so publicará para satisfaccion Tenienuo conoc1m1ento de que desgraCiada- del escándalo causado por el enunciado R. P mente, por consecuencia de los trastornos plÍ· M A · bl1·0 os 1· de 1a s ma1 a s d octr·m as que pre(1 t·c an IGUEL RTAS. Ios enemigos del Catolicismo, ~u~ }Imchos ma­trimonios separados de hecho 1 sm que la au­toridrrd eclesiástica ha ya tenido intervencion niaguna, lo cual :;1urr.entn. la desmoralizacion de las oo~tumbres i perjudica al órden social por las consecue_n~ias funestas que efi~o pro­duce en las famthas; encargo a U. ll'lll! enea"' rccídamente que como párroco inculque en sus feligreses la fidelidad que debe haber en los que ~e hnn unido con el santo sacramento del matrimonio, la obligacion i necesitla(t en que están todos los padres de familia de velar so­bre e&tn, dándole buena educacion a sus hijos i enseñándoles la aplicacion al trabajo. Esto lo hñor Redactor que se purifique 1 el Cristianismo volviéndole su pureza primitiva., i eso indicu. que ha leido con interes l!lo obra de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 162 CATOLIC O. M. Renan, pero nó las reftttaciones de ella. El señor doctor Lléras, como hombre- ilustrado, sabe cuan abnegados, cuan penitentes, cuan creyente-s eran los primeros cristianos, i com­prenderá que hombres tan amigos de los goces materiales como nuestros pretendidos reforma~ dores, nunca se sujetarán a esa vida de subli­me espiritualismo,de sacrificio constante. S a be que, si Jesucristo es Dios, su obra no puede mejorarse por los hombres, porque Dios es mas sábio i mas perfecto que todo cuanto perfecto i sábio puede concebir la humanidad. Sabe que la verdad es una i eterna i que de consigniente no admite refo.rma: si la verdad estuvo, pues: alguna vez en la Iglesia de Cristo, ahí debe estar aun,porque es inmutable. De manera que _ el Cristianismo se quiere depurar, como dice el Padre Félix : destruyendo sus dogmas, sus misterios, sus sacram·entos, su culto, su sacer­docio, la Eucaristía, b jerarquía i la organi­r. acion instituida por Jesucristo; se quiere de­purar, destruyendo a Jesucristo mismo. Esta es la verdad. La cita del testo evanjélico de: M 1 REINO NO ES DE ESTE l\1UND01 quiere hacerse valer i se alega para desterrar del mundo a Dios des­terrando la Iglesia, porque los amigos de este sistema orijinal, dicen como el Redactor de " El Tiempo," que " la Relijion no es la Iglesia ; que esta no es la universal sino aque­lla." De manera que la Relijion no ha sido c·reada para los hombres, i debe relegarseln. a una rejion que no compren:Jeme>s, que no divi· aamos, que no acertamos a concebir. El empeño de alegar que la Iglesia está en el Estado para ser avasallada por él, es mui orijinal. No quiero comprenderse que el hom ­bre tiene cuerpo i alma i que de consiguiente la lei que rije a su espíritu i la que rije a su cuerpo, pueden i deben armonizarse, pero no destruirse ; porque esa pretension inútil acarrea muchas desgracias para la sociedad. Lo está viendo el · doctor Lléras en la ti­rantez actual de ]a situacion, i aunque debe comprenderlo, dice que no lo comprende, i ale­ga esa tirante-6 como una razon de mas para avasallar el alma de la mayoría d'o sus compa­triotas. Mr. Guizot ha probado con su lójica honra­da i convincente, que atacar la autoridad tem· poral del Papa, es atacar su independencia necesaria com o Jefe de la Iglesia, i que de consiguiente, es atacar esa Iglesia misma, des­truir la libertad en lo que mas debe respetarse, i anular con hechos lo que se predica con las palabras. Nosqtros traduji'lloS e insertamos varios trozos de esta obra importante del sábio frances, en los primeros números de ''El Ca­tólico ; " i en todo este periódico hemos com­batido lo que ahora escribe el señor Redactor de "El Tiempo." En el número 52, recorda­mos haber puesto un a¡·tículo, titulado: "A donde vamos a parar, " en que están destrui­dos todos los sofismas que hoi vuelven a em­plearse. '-' El poder dl3 la Iglesia es puramente espi-ritual, dice el se:fior Redactor, i ese poder se emplea por los católicos en contrariar i subver­tir las instituciones i leyes temporales cuando no son emanaciones suyas." Pero si esas ema­naciones atacan el poder espiritual de la Igle­sia, si esas emanaciones tratan de volcar el altar de nuestro Dios i avasallar et alma del creyente, es natural que esa I gle sia se defien­da con las a1·mas espirituales que tiene. Por eso es que el Jefe de Ja Iglesia ha dicho: "En la esfera de mif:l facultades, prohibo que se obe­d ezcan. " El se ño r R ed a ctor de " El Tiempo" puede dictar ciertas regl a s para el réjiruen eco­nómico de su hogar doméstico; i si alg una autoridad quiere trastornarlas, él puede decir: ''Yo, como jefe de la familia, declaro que esas disposiciones ata can mis derechos i que por tanto no quiero que mis hijos las obed ezcan. " ¿,Quién comete falta aquí ~ ¿, La autorid 4d que se injirió en lo que no le tocaba, o el señor Lléras que lo declara con perfecta autoridad ? El seí'ior Redactor dice que el Estado tieno J?erfccto derecho para DESAMOR'l'JZAR bienes estancados, i que se le disput:l por los católi­cos ese derecho. Ya sabe el seí'íor Redactor lo que nuestro pueblo entiende por DESAMORTI­ZAR. La intelijencia que el vulgo dá a esa pa­labra, nace del buen sentido natural con que todos los hombres estamos dotados. Suponga­mos que aquí hubiera. en efecto bienes estan­cados, i que uno de esos bienes fuera propiedad del _señor doctor Lléras que, bien por una cláu­sula testamentaria, bien por un contrato, o por un caprich1J 7 no quisiera enajenarlo. ¿Concede­ría al Estado el derecho de quitarle esa. finca i dispersar a su familia, prohibiéndole volverla a reunir, aunque en su rcunion no inflijiera mal alguno a la sociedad 1 Al que abus ando de la fuerza le quitara esa propiedad, i cómo lo llamaría el señor d•Jctor Lléras? I al que con el mismo abuso dispersara a su familia, i qué título le daría? I porque el señor doctor se quejara i protestaru. contra tales abusos, i se le podría llamar enemigo de la República ? Sigue el señor Redact0r quejándose de que los amantes no pueden satisfacer el anhelo fer· viente de su corazon, porque estando escomul­g! ldos, no los quieren casar. Pero si esos aman­tes no son miembros de la Iglesia que les niega la administracion de ese sacramento, i qué les importa 1 A eso llama tiranía el señot· Redac­tor, i dice que de esa tiranía es víctim{l. tambien, el enfermo a quien se niega la administracion de los sacramentos . . . . i es víctima la socie­dad entera en las relaciones mas íntimas i mas caras de los individuos entro sí i de cada uno de ellos con la Divinidad. Eso consiste en la manera de comprender la Divinidad. Ella dictó una lei constante de diez artículos : esos diez artículos forman el Código cristiano : si los liberales son cristianos, deben practicarlos todos, i creer en la palabra de Cristo i de con­siguiente en el Papa i en los Concilios. Si no creen en alguna de esas cosas, no son verdade­rGs cristianos, no son católicos, i entónces, volvemos a preguntar, B qué .les importo. que se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. !-------- .. , ·- -· --· ---------·------ -- EL e ATO L I e O. 163 les nieguen los sacramentos de esta Iglesia ~ Si les importa, es porque son cristianos, i en­tónces no será hipócrita la rettactacion que hagan de las faltas cometidas contra la Iglesia de Dios, pues sabe~ que para que les sean per:­donadas, necesitan,cotno dice el Padre Astete: contriccion de corazon, confesion de boca i sa­tisfaccion de obra. Cree el señor doctor Lléras que la publica­cion de los nombres de los individuos que han intervenido en la cuestion de las llamadas "ma­nos muertas, " ha tenido por objeto desigm1r­los a las iras populares. En primer lugar, esos nombres habían sido ya publicados oficialmente por las autoridades civiles, i en segundo lugar, el pueblo aquí ha manifestado que no tiene iras sino lágrimas. Vi6 echar a las monjas, vió cerrar las iglesias i no hizo sino orar i llorar. i Será por cobardía~ El señor Lléras que es granadino se a.trevería a hacer tal ultraje a l!lUS bravos compatriotas ? Nó: él comprenderá con nosotros que esa mansedumbre nace del sentimiento católico: que si la cosa hubiera sido al contrario, es decir, que los conservado­res hubieran sido denunciados al furor de Jos democráticos, aquellos tendrian much:1 razon para temer. Los que hacen o quiere hacer incompatible la existencia de la Relijion con la República, son los que bastardeando esta, no respetan, no quieren respetar el querer de la mayoría. Cuando el seílor Redactor de "El 'riempo " consiga organizar esa igle, ia nacional a que convida a los suyos, verá cuan pocos son los no católicos en la Nueva Granada, verá que son cuentas alegres las- que hace, i que la cifra que calcula solo en Bogotá, será a lo sumo la que haí en todo el país. Aquello de llamar Monarca estranjero al Pontífice Romano, es ya una cosa ridícula i m11.S en los que obedecen al Rei de Prusia. Para nosotNs el Papa es tan .Monarca estranjero, como es estranjero Dios a quien representa. Si Dios puede ser estranjero en algun punto del globo, el hombre a quien EL designó para gobernar su Iglesia, lo será tambien ; pero como una i otra cosa son absurdos, es claro que el P~pa no quede considerarse aquí como estranjero. El modo de entender la moralidad, es otra de lns cosas que nos dividen. Los que nos llaman como dice el señor Lléras, con el espre­sivo dictado de NEO-CATÓLicos, creen que la moralidad consiste en dar al César lo que es de Dios, en dar gusto a los scntidos,en ayudar a la espoliacion de la Iglesia,en asociarse a los que suprimen todo instituto relijioso como an· tisocial, en considera!' a Cristo como un gran filósofo o como un grande impostor,pero nunca como Dios. De consiguiente, esa moral acomo· daticia i tan a propósito pa,ra convertir la so· ciedad en un infierno, puede producir RE­Tozos DEMOCRATICos como el de Beltran, por ejemplo; puede producir, los Pascual Bruno, pero nó los Vicente de Paul; puede producir héroes de romance pero n6 santos, es decir, séres que se sacrifiquen por sus seme­jantes sin esperar recompensa sino de Dios en el Cielo. Si la República consistiera ét'l ese alto des­precio que hoi se ost~nta por la creencia relijio· sa. de la mayoría de los ciudadanos; si para ser republicano fuera preciso ser materialista, cons1derar a Cristo como a Sócrates i a Dios como a una especie de va por, seria necesario rcnt!nciar a la República, donde imperaría la tiranía mas real i mas espantosa: la de las multitudes sin freno i sin temor. N osotroEl comprendemos las cosas de otro modo. Creemos que respetando la conciencia de los mas,puede conciliarse todo ; bien entendido, eso sí, qué el derecho de propiedad como derecho natural, tan natural como el derecho de respirar, debe ser respetado como el santuario de la conciencia, como la vida i la salud de los ciudadanos. Es· te respeto mútuo es lo que entendemos por li· bertad, i las espansiones de esa libertad santa, garantidos por la justicia de que son la espre· sion, producen los hermanos de San Vicente, los Lazaril:!tas, las U rsulinlls, etc. ; en fin, los bienhechores de la humanidad. Esa libertad eleva los espíritus a las rejiones a que subió el Tat~so, i aunque no forme banqueros ni bailari­nas ( que ni aun a eso se opone ) forma séres realmente útiles con una utilidad santa, no ménos real que la que produce la riqueza. Esa libertad enseña al rico a ser ausiliar del pobre i al pobre a respetar la fortuna del rico. Esa libertad está toda comprendida en una palabra evanjélica: " NO HAGAS A OTRO LO Q.UE NQ Q.UIERAs PARA Tí." Pero vosotros señores liberales " quereis ser libres sin saber ser justos. " CONFERENCIAS DEL PADRE FELTX. CUARTA CONFERE NCIA. El milagro i la critica moderna. (CONTINUACION). II. ¿Pero para qué insistir mas sobre este punto fundamental en la cuestion que nos ocupa? La posibilidad del milagi'O, es una causa ganada ante el tribunal de la misma crítica anticristiana. Ella ha rcconocido.que no puede marchat' mas tiempo en este camino sin salida, donde a cada paso tropieza su metafísica vacilante; i así la hemos visto eje­cutar sobre este terreno, una evolucion inesperada. Ya no dice que el milagro es imposible, que no puede haber tenido lugat·. Lo que usegut·a ahora, es que no puede act·editm·se. «Cualquiera que sea, nos dice, su posibilidad metafísica i absoluta, lo despt·ecio en la cdtic~ histórica i en los estudios I"f.lijiosos, porque no tengo pam reconocerlo, nin­gun signo infalible. Todo lo que se me dice haber pasado supedormente o fuera de las leyes de la naturaleza. se ha hecho sospechoso de ser una ,, invencion.l) I en qué, pues, pregunto, se demues· tm imposible In comprobacion del hecho miJa­groso? Escuchemos aun a la crítica formuland0 su objecion. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 'l 164 ~ EL e ATO L.J e O. l ( ;~~ hecho milagroso, la certidumbre de la lei me fue•·- Yo estoi allí i veo a mi élmigo levantarse lleno de za siempre a dudar de su derogatoria, i debe ha- ''ida, de salud i de fl1erza en la aur<•ola de su re­ce~ ·me prejuzgar la falsedad del milagro. l certi- smretcion. Es él, él mismo: yeo su semblante, i dumbre por certidumbre, quiero mas bien suponet· sus facciones, su actitud, su marcha. ¿Me nega- l.j~ que la lei sigue su curso, i que la pretendida uero- reis la posibilid::d de reconoce¡· ni que he conc- 1, gacion es una ilusion de mi pensamiento,. o un cido tanto, de lwblarle, de tocarle, de (lecirlc: !~ error de mi óptica. Pero contra la comprobacion él'es tú, tú mismo? 1 , del milagro bai una dificultad mas gra·ve; es esta: .\ En estas tn's faces del hecho milagroso¿ qué hai 1 siendo concebido el milagro como un hecho coü- de invisible, de impalpable, de problemático·~ Yo ' tmdictorio o superio1· é\ las leyes que rijen la na- he vjsto a mi amigo vivo, lo he visto muertn, i lo ¡· tm·aleza unh·m·sal, pat·a llegar a acreditar científica he Yisto vivo otra Hz, es decir, 1·esucitado ¿Sobre · i formálmentc su existencia, seria necesario tener cuül de estos tres puntos haceis eaer la preteDdida ) 1 g la última palabra de los secretos de la nnturaleza imposibilidad de la atestacion científica? Que d 1 f i conocer a fondo todo el mecanismo de las leyes esceptisismo, llamándose la ciencia, venga a de- 11 j que gobiernan la creacion. No pudiendo Jamas cirme i repetirme que puede ser que yo no le haya ~ verificarse esta condicion~ quedamos en la impo- ' 'isto vivo, que puede set· que yo no le hnya Yisto ¡¡ sibilidad fatal de distinguit· el hecho verdadera- muerto, que puede set· que no lo haya visto resu· mente milag1'oso,. del hecho simplemente inespli· citado ; aunque se califique drn veces de cirntífi- l1 cable. >> • co, no podrá quebrantar en nnda mi certidumbre, 1 Tal es, en su resúmen sustancial, lo que la cd- porque yo sé lo que he visto i lo puedo atestigunr. ti ca, tan exijente por ttmperamento, puede oponet· Si me negais, bajo pretesto de ciencia Cl'íticn, In l. a la posibilidad de acreditar el milagro. Las otras comprolJacion histórica de este triple hecho, yo os razones ,no son sino detalles que entran mas o mé· niego la comprobacion posible de todo hecl;}O ! uos en lo que queda dicho. Pero estas grandes histórico. lij razones que la crítica anticristiana cree incompa· «Pero nó,. dirá la crítica ciega en plena luz, nó, tibies con la verificacion del milagro, uo son ver- vos no podeis concluir rigurosamente la compro· dade1:amente sino juegos de la sofistería moderna bacion del milagro. ¿ 1 pot· qu'é? Porque cuales- , mui se~ejantes a Jos de la m:Jtigua.· quieTa que s.ean las pruebas que creis tener de su ¿Por qué el hecho milagroso, por el solo hecho existencia, teneis siempre, i a priori contra él una de serlo; babia de escapar a la mirada i sustr-aerse cet'tidumbre que anula la prueba. E$ de certidum­a la prueba? ¿ p 01• qué en ''irtud de su naturaleza, bre universal i constante, que un cuerpo humano, babia de esta¡· necesal'iamente escluido del domi- u.na vez p•·esa de la putrcfaC'cion, no resucita. To­nio de la investigacion i de la comprobacion cien- das vuestras pruebas suvuestas del hecho de una tífica? ¿Es que un hecho milagroso no cae bí\jO resurreccion, no pueden Yalet· nada pnm debilitar el imperio de los ,$..entidos como cualquiera otro esta certidumbre, i de consiguiente, de todas las hecho? ¿No se puede ver, tocat·, en una palabt·n, pruebas que pretendeis tener de la derogncion acredita•·, como el hecho mas nátm·al i vulgar? de la lei constunte de la naturaleza, nac.la puede ¿ p 01· ser milagroso estada condenado a robarse é\ resultar. De dos fuerzas que se encuentran en un la mirada, a hacerse inaccesible? El milagro pue• mismo punto i en dh·eceion opuesta, nada resulta; de tenc1· muchas faces, pero todas pueden set· vis- i así de vuestras dos certidumbres, opuestas la una tas, ¡ se dejan sin dificultad abraza¡· por todo ojo a la otra, la certidumb1·e de la lei i la de ladero­que sepa mira•·· Un ejemplo hablará mejot· que gacion de la lei, ninguna conclusion se puede sa­el razonamiento. Supongamos que acaba de cum- cat·; la certidumbre jeneral i ad~uirida con atici­plirse un milagl'O, por ejemplo, la resurreccion de pacion, se fijaría en la leí con· detrimento del hecho un muerto. Tenemos derecho para suponcl'lo, milag•·oso.» pues que la crítica reconoce como nosotros, que En Yerdad, señores, que nos vemos bien emba­e} milagro puede tene1· lnga1·. Yo he conocido a razados; porque enceiTados ent1·e dos ce•·tidumbres un hombre como mi amigo: le he visto, le he que se disputan el honor de ronvencernos i que se hablado, lo he abrnzado, una, cien, mil veces. No rechazan mútuamente ¿cómo hacer pura salir del me negareis, creo, la posibilidad de ae1·editar este caso ? Saldremos por una pequeña suposicion mui hecho. Un clia he visto a este amigo enfermo, inocente, i que os hablará mas claro que estas luego moribundo i últimamente muet·to. He asis· grandes fórmulas con que no tenemos que hacel' ti do a su última hora i recojido su último suspiro; por el momento, i de queJa apliracion a este órden i queriendo en vano hncenne ilusiones, he velado de cosas es, por Jo ménos, poco hábil. cerca de él t1·es o cuatro dias, esforzándome en Sois ciudadanos franceses, i este honor que no persuadirme contra toda evidencia, de que podia es pequei10, os impone una carga que no lo es mé­no estar muerto sino aletGrgado. Querl'ia prolon- nos. Esta carga se llama «el impnesto.» La lei g:u aún a un cadável' estos cuidados consoladores, del impuesto, os comprende a todos en la medida 1 pero ¡imposible l-un.a terrible descomposiciou se de vuestws ¡·ecursos, porque todos los ciudadanos manifiesta de golpe, i cansa horror a la misma son iguales delante de la la lei. Teneis,pues la cer­amistad que huye esclamaudo ¡ muerto, está tidumbre adquirida de que tal contribucion en es­muerto 1-Bajo pretesto de que un letargo puede te año, os quital'á una parte de vuestro habet·; algunas veces simulat• la muerte ; ¿me tratareis pero supongo que mañana el Monitor anuncia que,. de impedit· que ante la pod•·edumbre iufecta de un pol' decreto imperial i con consentimiento de las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 - . - -------- }: ¡: E :{. C A T O L 1 C O • f: ''-"-'"'-'-'-""'-''-"~'-"'-''-''-"-"-~~"-./~~~~~-..... ~ 165 Í Cámnrns, el Gobi-erno, pnra recompensar servicios ~ ,q-ue estima mui importautrs, os releva de la obli­f :gacion de pagarla. Aun bajo .el réjimcn de los ~· 'principios de 1 í89, no hai en esto nada de nbso­f' Jutamcute irr1posible; porque el E'tado os descat·ga >;<. ele! impuesto pnt·a recompensar vuestt·os sm·vicios f· .¡ 0s en~iquece con una dotacion que us ahorra el ~ g asto d'C la ~utrib-ucion, estableciend() unn rlife · Í r~ncia que es verdgo si ·os debemos l1 algo?)) El recaudado1·, despues de haberlo leido, ! podrá deciros : Bueno, ¿pero debeis notm· que t si 'osot,·os te neis un decreto que os esceptúa de rfi, paga1· el impuesto, yo tengo una lei que me obliga a prrcibirlo '? ¿ E1)ta observacion no os hará reir? if•'·, Pero t:o hai que temer que eso suce-da, porque el empleado, despues de habet· leido el d·ecreto dero-gatorio en favot· vuestro de la Iei jeneral, os ·sala­dará con una profunda inclinucion, i os dirá: «Os felicito po1· habe1· servido tau bien a la patria, i so- • hrc todo por habe1· sido tan bien recompensados.)> l~~ ·, . Seflorza ; pero si quiet·e el Crea- . j .dor hace¡· uun escepcion de esta lei del tributo na-tural que todos pngamos a su soberanía sin igual ~~ ¿,por qué pretendeis quitarle la posibilidad de ha- 1:, 1 cr.r .couoce·r t•on certidumbre esta . d erogacion cumplida po!· su voluntad? Si el Creador puede ~ rcnlrnente d rogar pot· una eseepcion partícula¡• ~' parte de l.a J.ejislncion jeneral ( i ya hemos estable- !¡ cido que si puede) ¿por qué quereis despojado 1 del poder de Jwce-r conocer su yoJuntad particu­ ·l; lnr así como puede mrmife~tllr su Yoluntad jcne­ra 1? ¿Pot• qué entt·e estas dos manifestaciones un 1 , conllicto imposiúle? ¿ Por qué entre una i otra l cet'ticlumbre un nntngonh-:mo imnjit.nrio ? Si Dios 1, puede danws ro u evidencia, la certidumbre de la ~~ lei creada pot· ÉL mismo .¿ por qué no ha -de poder dnrnos., con \a rnisma clari<.la{l, \a cet'tidumbre de 1 la derogacion que es tarnbie.n obra de su volun­tad? ¿Qué viene a ser esta especie de axioma , matemático de las dos certidumbres que se anu­lnn, sino un juego de la imajinacion, bueno para divertit· a los semi-sabios, i que no puede .resistir la mirada del buen sentida '1 No insistiré mas, i llegnt·é a la dificultad con­siderada como mas majistral. Ella se reduce a decir que para po.de.r de.cidi.r formalmente sobre la c.e\'li) ¿ nos impediríais por la autol'idad de la ca·ítica clecla1·ar que este fenómeno no se ha cum­plido en virtud de una fue•·za de la materia i de una lei de la natm·aleza? ¿Para darme científica­mente la razon de este hecho, no necesitaré ele- Yarme poa· encima de Ja naturaleza, salit· de la materia i llegat· hasta Aquel que habiendo cre8do \ la matel'ia i la natm·aleza, las retiene ámbas bajo su domini\) como a esclavas sumisas de su auto· ridad absoluta i de su libertad soberana? ¿ Ten­da ·emos necesidad de h· a buscat· a todos los gran­des maestros de las ciencias filosóficas, para sabet· de ellos si Ja natm·aleza encenará en su profundo seno alguna fuerza misteriosa, que obrando solo 1 en situaciones raras, produce de tarde en tarde resm·a·ecciones instantáneas como la que se supo· ne opera en el mundo or·gánico de jenet·ario­nes espontáneas? No, no os condenareis a la hu­millacion de ver a la Academia mofat·se de vosott·os, de oü· a los señores de la ciencia deciros con una ironía g1·ave : « No, señores, la cieqcia fisiolójica no conoce resurrecciones instantáneas i la natura­leza no tiene aparecidos.» Queda, pues, bien demostrado que para afirmat· con certidumbre la realizacion de uu hecho su­perior o ajeno de la accion de la naturaleza, no es necesaa•io conocet• de una manet·a perfecta todas las leyes de esta. Porque siendo ella una a1·monía, i una armonía que no es libre, no puede tener el · poder de desmenti&·se, i poa·que si este motivo de negar opuesto a la posibilidad de comprobar el milagro, fuese aceptado, resultaria que para cono­cer con certidumbre cualquiet· cosa natural, sel'ia necesario comenzaa· por conocerlo todo, Jo que se­ria comenzar poa· el fin, estt·enarse por el imposi­ble. Todo o nada : conocer todo o no negar nada: saber la última palabra de las leyes de la natUI'a­leza, o no estar seguro de sabel' ni la pl'imera. ¿Admitís esta altemativa '? No, no la admitimos, 1 . porque el homb1·e sin sabea· todo, puede esta1· se- ! gmo de saber algo en la natm·aleza. En horabue­na; pero entónces decid con nosota·os que sin co­nocer tostimab]e familia i a la prensa conservadora de es­ta ciudad que lo echará bien de ménos. -En ) debe decu· ~uno do de cumplit· un sagrado deber; i cuando mas, ¡ni, en vez de Paulo III. dado · un buen ejemplo,·· llenando una obliga- IIMrRENTA coNSTITUCIONAL-POR NICOLAS PON TON· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Católico - N. 69

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