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Imagen de apoyo de  La Barra - N. 51

La Barra - N. 51

Por: | Fecha: 10/03/1904

DIRECTOR ESPIRITUAL - --- ----------------------------- Oficinas: El Correo 1\~záonal, calle 12, número 156 Envío ue canjes: calle 15, número ¡l3 Correspondencia: SoTo BoRDA-Bogotá Apartado número ........ ? Precios y hora, los de.. costumbre. Pagos anticipados. Segunda tanda Colombia- Bogotá - arzo 10 de 1904 úniero 51 ~~~~~----~--~~~--~~~----~~~~~~~~~~~~--~~~----~~--~ ~--~----~------------- OJO AL CRISTO 1 QUE ES DE PLATA rammle, hechos ' esconoci o~ para él, al pa­recer, como si las cuestiones de interés pú l>lico fueran umarios reservados de poli­cía. LA B ,\RRA no hace sino pedir-luz ::IIJ,'A DE ;\!L'ZO 1 (Se~undo attículo) En nuestro último número, á grandes ras­gos y con e 1 mismo títlllo del presente es­crito. dimo á conocer del público, en cum­plimiento de triviales deberes de periodis­tas y de colombianos, y aca~o hasta sin co­rrespondernos esa tarea, que parece toca. b~ á la Junta de Amorlizacion, la existencia • del contrato de explotación de las l\Iinas de Muzo celebrado entre " u11 gru..>o .ae capi­talistas de esta ciudad "y la Junta ya nom­brada. Por último. el ~·r. Dr. Pocha Castilla, 1 Presidente de la Junta 1. racional de Amor­, tii\ación, nos ha distinguido con la carta que La Junta nombrada por los altos poderes, "la Junta cuyos miembros todos srn per­sona. de reconocida honorabilidad," la con~ tituyen los Sres. Dres. José Camacho Ca­rrizosa, Nicolás Esguerra, Rafael Rt.cha Castilla (liberales c1vi istas), Luis Martí­nez Silva y D. José Manuel Restrepo Sáeoz · (conservadores). Y el grupo de capitalistas lo forman Jos Sres. Laureano García Ortiz, Manuel An­tonio Angel, Julio Silva Silva, Enrique Sil­va Silva, Silvestre Samper Uribe, Enrique Cortés, Nicolás Camargo Guerrero, José María Sáenz P., Francisco Sáenz P., Nic.o­lás Sáenz P .• Wenceslao Paredes, Luis Pa. tiño Orrantia, Andréi Vargas Vergara, Enrique J. Escobar (liberales), y Fran­cisco A. Gutiérrez, Bernardo Pizano E., Au­relio Uribe B., Manuel María Madero G, Miguel S. Uribe Holguín (conserv&.dores); además, el Banco de Exportadores. Nuestro artículo, que apenas de ~ floraba la cuE'stión, fue recibido por el público que se p•eocupa por los a ~ untos verdaderamen­te trasrendentales del país y aun por el pú­blico frívolo, con muestras de marcado in-• terés. Nuestros colegas de la f rensa tO t'lla­ron mmediatamente cartas en taLI Íial1 inca­do asunto, contribuyendo así al objeto que nos propollemos, qu3 no es otro que el de pedir lo que pidió Goethe : ¡Luz, más luz! En efecto, El Nuevo 1/cmpo se apresuró á ¡:-ublicar lo que no había publicado la Jun­ta, lo que nadie, á excepción de las partes co1llraHslas, y muy pocas personas, cono­cían ¡e to es, el " Con/ralo para la EXPLO. TA CIÓN de las Mz1¡as de esmeraldas de Muzo! " Los Hethos, certeramente y en seguida, tra­taron el escabro. o asunto, y en su edición de ayer publican una importantísima carta del Dr. Enrique González, Administrador de la Mina por muchos años, sobre la pro­puesta. que él hizo, en su nombre y en re­presentación de varias respetables Casas ex­tranjeras. De ella tratará nuestro próximo número. A su turno El Relator, en un suelto ligero, nos recomienda:prudencia para !ratar, lige-á continuación se leerá, con los comentarios que, con el re.peto f]Ue nos mer~ce, no!'> permitiremos hacer á su-; palabras : "Pre.ricleJ'cia dt !a ')'uut,z 1\írriomzl tf¿• Amorl!"zg. ión Bo;u d, ~fa;·:;,, 4 t ',: .190.¡. Sr. D. Cl:mueo ot.o 'Gwdu, l! !Uado.- ue L.l. BA1lRA-L. c. Muy seño: m:o: De11tro de po··o:; días se puhlic.ará en ~n diario de esta ciudau l'•la ¡;~era e -:>0 ici6n obre lo· trabajo:; de la J l.lnta 1 T ac.!onal ue Amo·t>:ación, en todo Jo re­lativo á las linas de c:::mcr~ldac; ue :\!uzo y Co.3cue·~. cuya adminis¡ra~,.;ó,l y e- 11lotacic'm se acab'Ll de con­tratar con un b.ll!"'O de car>italistas de e~¡a ciudad Espero que esta c .. posición pueda servir para ilnstrar el criterio del p·':blico, y muy cspecial..nente el de la prensa periódica de la Nación." Observamos : La exposición que se ofre­ce no debe ser ligera. El asunto reviste capital interés. "Aquí debiera terminar esta carta, si no fuese por­que el artículo Ojo al Cristo,qzu u de plata, publicado en el número 50 del periódico que usted redacta, me­rece algunas rectificaciones, que paso á enumerar:' ' LA BARRA dtbe agraJt:cer ctl s.·. Presi­dente de la Junta, y lo agradece en verdad, que sólo por el articulo del número 50, y no más que por el artículo, se vengan á rectificar comentarios en que esta hoja no hizo sino dar la voz de alarma de una par­te del público. Continúa el Sr. Dr. Rocha : "1." No es cierto que la Junta de Amortización baya recibido propuesta alguna de crrendamimto de las Minas de Muzo, ni mucho menos que por dicho arrenuamiento se haya ofrecido la cantidad de cua­trocientos oc lienta mil ( $ 48o,oco) en oro, anuales, pagaderos por anualidades anticipadas. Si usted- ó quien escribil'1 el artículo á que me refiero-se hubie. se. at;~:-c .ur í. !~ 0fici"'1 ,1,. la J n t:l , "(' hahría cercio­rado de la inexactitud de esta noticia, que según se dice, había susurrado en el público. "Desde el día 29 de Diciembre de 1903, es decir, al día siguiente de su instalación, la Junta resolvió suspender la licitación para el arrendamiento de las Minas, tanto por los 'con-,idcrandos' en que se apo­yaba la resolnción que fue publicada en cartelones, como por el convencimiento que adquirió al leer el 'pliego de cargos,' de que solamente podrían ser postores individuos de mucha influencia, para no ex. ponerse á ser anulados sus derechos ó menoscabados sus intereses, por la facultad que el Gobierno se re­servaba de rescindir el contrato cuando así lo creyese conveniente á los intereses de la N ación. "Hasta el día en que la Junta suspendió el remate, -es decir, la víspera en que dicho remate debía ve­rificarse,- ella no había recibido ninguna propuesta de arrendamiento. Si hubo al~na ó algunas presen­tadas al Ministerio de Hacienda Nacional (sic), la Junta no pudo conocer los términos en que hubiesen sido formuladas. "Es de advertir que si la ¡unta de Amortización hubiera optado por el sistema de remates, tenía que ceñirse al Código Fiscal, que exige cincuenta días para la licitación. Y este plazo es verdaderamente in'iuf1cicnte si se quiere obtener la concurrencia á la licitación de capitales extranjeros. ' Observamos : LA BARRA dijo lo que en el público se s11surrah~. Nos· bemos si la propue ta de arrenddml cnt de los 40 ooo mensuales la rec·ibiú la Juntn. 6 la recibió el Ministei'io de Ha~ienua; lo que sí sabe­moi, por la carta d 1 Dr. Enrique Gonzá­lez, e que la misma Junta sí recibió otra propuesta, u.ucho más ventajosa que la que elevó 4 contrato, aun cuando no fuera para arrendamiento sino para admini tración. Observamos: Que es, y perdónese la expre5.ión, tinterillesco, t atándose de un contrato, que en este caso de cualquier modo resulta de arrendamiento, eso de ape­lar al sentido de diccionario de cada palabra, pues ( ntonces tamfJOCO habría tenido la Junta propuesta para la administración de la Mina; porque el contrato que celebró no es contrato de administración sino de EX­PLOTACIÓN, según Jo dice clara y textualmen­te la escritura número 357 que publica El !vitevo Tz"empo. Observamos: Aquí van fechas. La Junta de amortización se instaló ~1 28 de Diciem­bre, y el 29, cuando nadie sabía ni siquie­ra el local donde ella funcionaba, declaró nulo el pliego de cargos que hacía seis me­ses publicaba el Dz'arzo Ofidal, y que fijaba como base del remate la suma de $ 36 ooo en oro, mensuales. OhsP-rvamos : Si á la Junta le pareció que dicho pliego de cargos no permitía que hubiera otros postores que los muy ami· gos y allegados del Gobierno, ha debido corregir los defectos que allí encontrara y formular otro para llamar á nueva licitación pública, conforme lo previene terminante­mente el Código Fiscal, á cuyas disposi­ciones tiene la Junta que estar sometida. Observamos : Al crear la Ley 3 3 la ya famosa Junta de Amortización, la facult6 para manejar las rentas destinadas á la amortización del papel, pero ciñéndose en lfldo caso á las prescripciones del Código Fiscal, y los doctores que componen esa Junta saben perfectamente, ó deben sa­berlo, que es 1~ulo todo contrato relativo á bienes nacionales, si no lo precede la li­citación que el mismo Código estatuye. Observamos: A la Junta de Amortización le pareció corto el término de cincuenta días para hacer público un nuevo pliego d~ car­gos, pero le pareció largo el término de ho­ras para verificar el contrato que llev6 á cabo con capitalistas de la ciudad, y mucho menos sin dar tiempo "á la concurrencia de capitales extranjeros." Ttme is money? • Observamos : El Código Fiscal ordena: de modo terminante que nadie sea contra­tista, administrador, explotador, &c., de bie­nes nacionales en cualquier forma sin ha­ber prestado fianza que responda por las cantidades que maneje, y la Junta no sola­mente ha prescindido de este mandato de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. la ley, dejando así, ipso fiuto, nulo el con- . trato, sino que da á los contratistas como fianza de que éstos cumplirán lo estipulado en é~, las misma~ :Minas de Muzo y Cos­cuez. Observamos: Por lo~expuesto el contra­to es claramente violatorio de la ley, pues­to que la Junta no podía prescindir, como lo hizo, de lo que le ordena el Código Fiscal. OL5ervamos: El contrato reconoce á los contratistas el uno por ciento mensual sobre $ 25 ,ooo en oro que le serán dados en letras á go días, pero que empiezan á ganar in­terés desde e l día de su entrega á la J ¡nta, de modo que con el plazo y el tiempo del trá ns ito vit ne á resultar que el país paga men~udlmeme ~ 1,125 en oro cie antett:!Ses por una suma que tardará cuatro y medio meses en recibir Con esto no más se grava el miserable Tesoro de Colombia en la suma, en papeles, de $ 1 12,500 por cada entrega mensual de Letras. Ojo al Cristo. Hay más: como sobre cada entrega mensual de 25 ooo se pagnn intereses en cuatro y medio meses, dun.nte los cuales no ha recibido el dinero, Tiene á resultar que el país paga cada año intereses en cincuenta y cuatro mese~. El contrato ha hecho con esto el milagro de los cinco pa­nes, con Jos meses del año, para el efecto del pago d~ intereses. Dos y dos ya no son cuatro. sino dieciocho. E~ fuerza suspender por hoy las muchas observaciones que tenemos en la punta de Ja pluma á lo dicho por el respetable Dr. Rocha, así por fal.ta de espacio y de tiempo, cerno porque observamos también que sólo hasta lo que va transcrito de la interesante carta del señor doctor, trata é~te el asun­te palpit:t nte y tra c;ce'1dental dP Muzo, y sin dt:tr la últim~ mano á su argumen­tación, de un salto brusco y si,p solución de Cvntiuu;d"J, entra c:n el a!;urilO de la fija­ción del cambio del oro, hecha por la Jun­ta de que es digno Presidente. Son puntos del todo diferentes. Cada día trae su afán, y no queremos fa­tigar al ledor. Nuevos escritos seguirán, si Dios quiere, tratando, desde el próximo número, este ya célebre asunto de Muzo y lo del oro y su cambio. Suspendemos, pues, para no ser cansados, porque, por último, observa mos : cada pala ra , cada instante de a'''-~~L-..\,~~'' ~v!..,• '-' t...,tv~ ~•v~•~:o.o~: , ' """'::, ... ...,_ .. _ tos, dan para un artículo. Se podría escribir un libro grande ....•. acaso basta un gran libro Pero ya está dicho : cada día trae su afán. ~· ·~gn- tt..-o-p.-di~'*r! -La Chala Rupa-Sali6 la dicha Chata á espetafirmas de Ministro de Hacienda. Con ese motivo se produjo cualquier día este diálogo : -Ha de saber usté que ella entró al Ministerio sumamente rogada. -Puede ser ; pero ha de saber usté que ha salido mucho más rogada. -El Sr. José Antonio Pinto como que te­nía deseos de ser Presidente de la Repúbli­ca por descensión del Sr. D. Manuel. Pero como el Sr. Pinto está todavía chiquito, hay que esperar á que crezca un poco para dar­le esa bicoca, que bastante falta le hace. Por qué se le ha de negar ese pequeño ser­vicio. Ya sabe, pues, que cuando esté gran­de lo cuelgan con eso el día de su santo. LA BARRA -¡Mz'serablcs !-En algunas tumbas del Cementerio hav escritos con lápiz contra los mue rtos. ¡Habrá canallas l Es proba­ble que en vista de esto Núñez de Arce no le hubiera dicho á la humanidad : " ¡ Eres buena ! '' ¡ Esto produce asco ! -Mr'sencordia-La fiesta del último do­ming- o de Febrero, á beneficio del simpáti­co Hosr ;tal de la Misericordia. alcanzó un éxito brillante, como era de esperarse, y como lo merece. Nuestros calurosos para­bienes á ~ us generosos iniciadores -'' J:a Revz'sta Nueva " aparecerá en la importante ciudad de Manizales bajo la dirección del inteligente amigo D. Rufino A. Malina, y con una Junta redactora que no deja una gota que desear. Con plumas como las de Samuel Velásquez, Alfonso y Aquilino Villegas, Pinzón y Jos Robledos, se va á cualquier parte. Desde ahora un cariñoso saludo. -¡Infaliblt!-(F á bula farmacéutica). Para curarse un grano ya incurable Compró Juan una droga detestable l Y el grano se curó, mas ¡ de qué modo t Se fueron grano, y cuero, y pierna y todo. Si quieres evitarte un grave chasco, Apresúrate ... á no comprar el frasco. -El simpátrc• caballero Sr. D. Tomás Arango B. ha ingresado en la importante Casa Toro, Largacha & C .. , como socio co­lectivo y con pleno uso de la razón social. -Las cosas de los tranvías ya no producen cólera : causan risa. No ha y instante que no se dé un descarrilamiento. Esos arma­tostes brincan como muletos, y ya no es que se descarrilan, sino que se entran á las casas, cruzan las esquinas, se meten en las tiendas, en fin, un horror. Entonces se ve que las señoras. los clérigos, los niños, la Policía, las criadas, el Ejército, &c., tienen que intervenir en el percance; empiezan á • pu; r "omo ~n 16 ematP , y á pot:'o, cuan­do ya colo an á u Paternidad el carro so­bre los rieles, res•Jlta que no puede seguir porque el dt> adelante está en las mismas apreturas. Es la vida de nunca acabar, pe­ro queda la esperanza de que el servicio empeore cuando suba siquiera á diez pe-sos ....•. Gran Panamuzo-Contenido del próximo número de Los Hechos: Pri'nci'piamos nuestra labar-i Quim adminis lrará las minas de Muzo ?-J.1ás datos sobre el panamuso-Vlslocacion cie ..e-¡ J.Yuevo 7i"empo. La Po!t''cía y sus abusos-Artículo del Dr. Santiago Lleras. El aire Libre y jugu::!tón el aire Penetra en tu estancia, amor ; Y juega con tus cabellos, Y modula su canción En tu oído, y de tu boca Refresca la fresca flor. Bate el ala, libre, libre Y se esconde en tu mansión, Y te perfuma, te besa Te acaricia y... ¡oh dolor t El aire te quiere menos De lo que te quiero yo ..• GIL PiRRZ El Rey A!fonso y el Papa-El Papa ha hecho importantes declaraciones respecto de España y del Rey Alfonso. Dice S. S. que sostendrá con todo su poder el trono de España, pues ha heredado, y así lo ma­nifiesta, el amor que León XIII profesaba al joven Moní\rca. ¡Dejad á los niños que vengan á mí! / Estadística demográfica de Ltmdres ( I90J)-­Tiene Londres 6.581 ,402 habitantes, que viven en 928,oo8 casas, lo cual muestra un aumento de 947,596 almas y 139,795 casas en diez añvs. En la población total hay un exceso de 252,371 mujeres sobre la pobla. ción masculina. Esa preponderancia del sexo débil es más notahle en las circuns­cripciones de Hampstead , Kensington, Pad­dington y Maryrehone, hecho que se atri­buye á la circunstancia de que en esas lo­calidades el servicio doméstico está confia­do más á criadas que á mozos. En la población total se cuentan I 35,377 personas de origen forastero, distribuídas así: 38,117 rusos; 27.427 alemanes; I 5.420 polacos ; 1 1,224 franceses; y I o,88g italianos. El siete de Agosto Con vestido de masón, Queremos decir, de Mb'son, Y cantando el kirieleison Por donde Enrique Leytón, Subirá á San Carlos Don Don Joaquín Vélez, velay l Taa campante, ¡qué caray! Con un sombrero de Rozo Y calzado del famoso Calzado de Luis Garay. Magndismo-El Profesor S. J. Barnet, de la Universidad de Stamford, que había ve­nido haciendo estudios sobre ciertas alte­raciones magnéticas en la costa de Alasca, que hacían difícil la navegación, ha encon­trado grande abundancia de rocas magné­ticas en las inmediaciones de Skagway y de la isla de Douglas, las cuales casi cons­tituyen un polo magnético local en ese punto. ANTECA "GLOBO "-Tarro de cinco libras, $95 cada uno. Aceite de lmaza cocido, a 1 80 el galón. Alambre de hierro galvanizado para cercas, á $ 950 el quintal. Esmalte blanco, tarro de media libra, á $50, de un cuarto de libra, á $ 25. Cominos, á $ soo la arroba. Puntillas de París, á $ I 4 libra. Escobas para barrer entablados, á $50 y $ 120 cada una. Tela de alambre negro, á 95 el metro. Clavos para herrar, á "" 1 8 Ji bra. ; cla­vos paleta, á $ 15 libra; clavos T chato, á $20 libra, y clavos ala de mosco, á 16 libn .. Llaves para pipas, á$ 10 cada una. Papel de oficio, á $ 240 resma. Tiza para billar, el pan $ ~. Piedra pomes para el aseo de las ma­nos, á $ 20 la barra. Tinta para marcar ropa, á 25 el fras-quito. Betún líquido para glasé, á $ 30 el frasco. Canela de Ceilán, á $ 1 ,ooo la arroba. Clavo de olor, á$ Soo la arroba. Pimienta de sal, á $ goo la arroba. Pimienta de dulce, á $ 500 la arroba, Canastas para papeles, á $ 200 cada una. El mejor fósforo de palito, á $ 140 gruesa. ALMAC:iN DE RAFAEL BALCÁZAR, 3 ... CALLK DE FLORIÁN, NÚMEROS 455 Y-457· -Los tmjores cigarrillos, más cómodos, más baratos y sanos, los fabrica " LA FA­MA." Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Blanco y negro Temas actuales Los empelotadores Un caballero que vive lejos, y cuya his­térica esposa se puso mala de .....• repen­te, en busca cle una droga echóse á la .fl: calle por el filo de las dos de la mañana. ~n la esquina tropezó con un sujeto, un am1go calaverón. -¿ Qué haces por aquí á extramuros ? -¿ Extra qué? No veo los muros : que-rrás decir extramuladares. -Bueno, lo que quieras, pero contésta­~ :ne : i qué haces á estas horas, solo, por estos barrios tenebrosos ? Y el calavera respondía : -¿Y no dicen, pues, que andan por .ah{ unos caballeros que se llaman Los Em­pelotadores? -Por lo mismo, ¡ animal ! Nuestro calavera continuaba: -Unos señores que lo toman á uno le t iran por tierra, le colean como al toro' en las fiestas de pueblo, le quitan cuanto lle. va encima, y le sueltan. Uno sigue para su casa en el traje de Adán, y los empelota- _ dores cubren sus desnudeces .••.•. -Hombre,¿ estás borracho? -Hombre, no he tenido con qué tomar-me un trago I -¿ Qué quieres entonces ? -¿ Que qué quiero ? ¡ Qué pregunta 1 Pues qui~ro... .•• empelotar un Empelo­tador. -Estás completamente loco. -Por ~upuesto : estoy loco por encon-trarme con algún miembro importante del Cuerpo de Empelotadores del Distrito. Ha­blo, naturalmente, de los Empelotadores · ~ nocturnos; los que trabajan en el d{ los conozco bastante. Me explicaré : hace mucho que á pleno sol, en pleno centro bajo las miradas indiferentes de todos, m~ están empelotando. A cada necesidad que siento-y siento muchas-me despojo, 6 mejor dicao, me despojan de alguna pren­da. Voy quedando como los árboles en in­vierno : desnudo, sin una hoja ; pronto no me quedará ni la de parra. -¡ Hasta luégo !, dijo el caballero de la sefíora histérica. -Escúchame, le dijo el otro tirándole de la levita. Esto que pasa conm1go, pasa contigo, con tu mujer, con tus hijos, con todo el mundo, con todo ese mundo de torcazos que no ejercen la profesión. Y míra : entre las dos especies de Empelotadores que existen, la diferencia está en que los de la noche extraen con dolor, brutalmente como los sacamuelas, y los otros extraen con cocaína, insensiblemente. báme un ciga­rrillo. Encendió el cigarrillo, y cGntinuó: -Estoy resuelto á desvalijar un pájaro de éstos, y si doy con alguno lo empeloto, Te Jo juro, te lo juro por mi honor! -¿ Dices eso, y hablas de honor? -¡0 de deshonor! Hoy da lo mismo. Echaba bocanadas de humo, y seguía : -Los empelotadores deben tener relo-jes, anillos, carteras, dinero ; en fin cuanto pillan, porque si ellos no Jos tien'en •••••• ¿:quién los tiene ? Ya lo he dicho estoy re- ~ suelto. Míra: de una pedrada' acabo de romper un bombillo para obrar mejor en la sombra ; ando por aquí, porque para cazar tigres ...••• ya dijo el Sr. Montero á dónde hay que ir, y ando solo porque si anduvie. LA BARRA ra acompañado, huirían los empelota-dores ..... . Pero hasta luégo, que allí me parece que va uno. Dijo, y se perdió en la oscuridad. ** * Ahora el autor pregunta: ¿qué es esto? Y Joaquín Dicenta, el admirable padre de J umz J os¿ el obrero, desde una de sus crónicas de M '\J rid - I 898- responde : u Alzase enfrente de nosotros S. M. el Hambre. "Ese caudillo trágico, que tiene la des­esperación por guía, y el calambre por banderín de enganche, se dispone á dar la batalla ...... ''S. M. el Hambre acaba de presentarse en España, desplegando al aire su terrible bandera .•....• " Y en otro punto agrega : ''Lleva á los hombres, no sujetos por el corazón, engar-fiados por el estómago ...... " Basta de Dicenta. Nosotros también sa­bemos qne en Bogotá ya hay traperos, tra­peros que hieden á miseria ; que en Bogotá hay gente que come carne de perro,' de pe-rro ...... robado; que en Bogotá hay Em-pelotadores .....• Y al propio tiempo altos revisteros es­criben: "En nuestra sociedad ha penetra­do ya la costumbre de las ricas loilelles en ls¡s señoras .. .. Así el conjunto es annó. nico .•.••• " Está claro: muy armónico va el conjun­to ..•.•. ¡ muy armónico I CASIHIK.O DE L.A BARRA 190::1 y Septientbre. DESAHOGO A Enrique Aluarez Henao Y o qt..e he sido observador De las leyes de esta tierra, He visto algo, algo que aterra, Que francamente da horror. Verbigracia : un tal por cuál Roba un poco de dinero, Todos le dicen : ratero, Y al Panóptico va el tal. Otro ejemplo : cualquier hombre Mata á alguno con razón, Y al punto, ¡ qué sumarión I ¡Qué mancha para su Rombre ( Y á veces dictan condena Nuestros Jueces inactivos, Sin fijarse en los motiTos O si la causa era buena .. ••• Ahora, hagamos paralelo Con tus crímenes, mujer, Si aquí no quieren hacer Justicia, ante Dios apelo. Tú, no sé si con razones, -Aún no sé si lo pensaste­Con cinismo me robaste Mi corazón é ilusiones ; Y niña, dí la verdad: ¡,A cárcel te sentenciaron? ¿Siquier te notificaron Que hiciste una atrocidad? Otro punto: yo te quiero Y tú te burlas de mí, Y si prosigues asf, De repente por ti muero. ¡ Y apuesto que no hay quien hable Cuando yo me encuentre inerte Y diga que de mi muerte Eres tú la responsable ! Si tú me odias, no hay razón, Pues en nada te he ofendido, Y mil veces te he servido ... Aunque sea de diversión .•• No tengo yo más pecado Que haya podido ofenderte, · Sino con muy mala suerte Sin cesar haberte amado. Y eR esto no hallo razón Para que nadie se quf' je, Si en paz quieres que te deje, Devuélveme el corazón. FRAY CosQUILLAS -Son mf91 eleganlu los.álbumes que La Fama regala á los coleccionistas para colocar los retratos que vienen en los pa. quetes de la misma simpática Empresa. -A.nlu de entrar en el orden del día, considérese Jo siguiente : quod natura no11 ialur, mod.Sitribus dona/. Si la mujer es be­lla, el adorno la diviniza ; y si es fea, la pone muy bien. Y en la calle 18, número 156, encuentran ustedes, amadas lectoras, toda clase de géneros, trajes, adornos, etc., desde Jo más diminuto hasta Jo de mayor lujo, todo venido especialmente de París. ¿Qué más? -Ron, ran 1 Bueno es el vino cuando el vino es bueno; pero ct¡o.r.do el ron es ad. mirable, legítimo y puro, no hay como el ron. ¿ Conocen ustedes la marca García & Richard, Ron Jamaica? Pues si no, nada bueno conocen. Lo expenden en esta ciu­dad Lemus,~Pérez & C. • -En/re mas011ts--Periódicos afirman que D. Joaco, el candidato casi triunfante, tiene mucho de masón. Nosotros no sabemos de esto una jota, mayúscula ni minúscula, ni se nos alcanza si esto está bien 6 mal ; pero felicitamos al Dr. Vélez por su buen gusto. En efecto : el que tenga algo de eso, será un elegante de cuenta, pues en la sas­trería de Mason se cortan las mejores le­vitas, los mejores fracs, pantalones, &c. &c., como consta en nuestro anuncio de la 4.• página. Y qué bien quedará el candidato subiendo al solio con vestido de Mason. SUCURSAL DE LA CAMELIA BLANCA La sucursal número 1.0 de la gran fá­brica de cerveza La Camelia Blanca, ofrece á su numerosa clientela la más popular, agradable y bien preparada cerveza del país. Tónico admirable y el mejor confortativo del organismo. Plazuela de Las Cruces, antigua Plaza de Armas, hoy Plaza Albán, acera norte. LA MEJOR CERVEZA Propietario, BuENA VENTURA LANDÍNE Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELEGANTES, FINOS y superiores. Los sombre­ros que vende Eugemo Dt~tfó, de la última an­cheta recibid a. Media cuadra al Sur de Epaminondas. . Q UIEPE USTED comprar un fondo de cobre, de irJ 7 á 8 arrobas, que tengo en Agual:Jrga? Di-rección: Calle 13, número 55· Bogotá. LORENZANA & GONZALEZ. Calle 13, números 182 y 184. Dulces finos, frutas cristalizadas. UYas pasas, Ciruelas pasas, Dátiles. Galletas, Queso Gruycre, Jaleas inglesas. --- ---------------- LA."GOSTA. Att'm,. anlinas, ?\lacarela, Salmón. · Langostinos, Hongos, I'dit -poi~, Espárragos. Salsa de tomate, puntas <.le Espárrago, &c. &c. &c. Brandy, l..hampaitas, Cremas surtidas. Vinos de Jerez, Tintos, Blancos, Oporto,*nladera. VINos rAP.A co. 'SAGRAR. Vinos en barriles. Calle 13, números 182 y 184. Loreuzmta & Go1•:d!ez LA ~ ü z \Jl ~ rfJ. ~ ~ o 0'4 e ~ ~ ~ o -~ ~ ,..... ~ ~ m. ~ ;... BARRA ~ :: ~ 00 ~ ~ • ~ ~ ~ ~ . 1 ~ 00 ~ ~ ~ ~ ~ .-e ¡:: ~ t .."."."."-' Q) o ~ ~,-.... -0o-0 ~ CI'J := rJ1 ~ o '"O ~ l o ~ ~ ~ = >o -- ~ ,.Q ~ ~ .....¡,.;J > ~ ~ ~ o ~ 0~0 o z .....-4 ce o ~ o .....-4 :> z < r/1 r.tl o z o ~ [Il· ~ < o -Res non verba-2,000 reses se pueden cebar perfectamente en la magnífica ha­cienda de Barroso, en compañfa con los ga­naderos. Es negocio claro y fijo. Entender­se en Bogotá en la calle 13, mímero 55. 10-2' CASA-Se vende la casa núme· ro 72 de la calle 1 5· Tiene 17 pie­zas, 3 patios, agua del Acueducto y excusados con agua corriente. En el Banco número 1? se da ra­zón, 3': Calle Rea1, números 526 y 528. p. CLASES DE L. rGLES-Está abierta en la Cigarrería Pon ce de Le6n, puente de San Francisco, la matrícula para las clases prácticas de inglés superior é inferior. Pro­fesor, joRGE REISALES. -------------- --- Molino Rojo Cúbrase, caballero ! A dos puertas no más, hacia el Oriente ¿el local de El Correo l\"'!"acio11al, en donde también se despacha LA BARRA, encontrará el consumidor elegante la famosa sombre­rería de los Sres. \W Q. •e~ 8 eJ ~ S =o \;.; 1 -,... o o Este Establecimiento de billar y cantina, amenizado con canto, música, &e &c., sigue su molienda sin molestias. SU RUEDA se mueve dulcemente á impulso de las aguas del Leteo-inspiradoras sublimes-para lle­gar al Parnaso entre nubes de hurfs, mu­sas, querubes, y entre un constante y esco­gido concurso .... que, Dios mediante, no será de deudores. \:2 ~ m ~ ~ l ~ o BOZO & COMPAÑIA Sombreros de las clases más variadas; gran surtido acabado de abrir ; precios, los más c6modos por Jo equitativos y m6- dicos. Diversidad de artículos para gentleman, de oportunidad, ahora que se acerca Ja SEMANA SANTA Ca1Je 12 (de La Rosa Blanca), núme­ro 1 54· MOURE HERMANOS-Comisionist.1s. Oficinas en Bogotá y Honda. Tienen magníficos dep6sitos para el despacho rápido de los efectos que les consignen. Cuentan con es­pec ales facilidades para tl embarque de frutios del país y mercancías en el AJto y Bajo Magdalena. Oficina principal, calle 13, número 168, Bogotá. JUAN N. ORTEGA vende ropa hecha y demás ar­tículos para hombre. Calle 12, número 182, frente á J. M. Saravia. JOSE MARIA SARAVIA. Artículos de fantasía para hombre. Calle 12, nítmero 173, frente á Juan N. Ortega. QUE LA SIRVAN La Cerveza :Rosa Blanca -Es HIGIÉNICA; -Es cómoda ; -Es buena al paladar y al bolsillo ; -SE CONSERVA EN TODO SOL Y EN TODO CLIMA -Y tiene su AgeLcia en el :E'uen te da San Agustin ~ .,..., ::: '0 ~ ü ' EXPORTADORES 11 Avisamos que podemos firmar á los ex­portadores conocimientos directos de Hon­da á todos los puertos del Exterior, evitan­do así desembolsos inmediatos y haciendo­economías como de tres d6lares en tonela­da. Pr6ximamente podremos firmar cono­cimientos directos desde Girardot, de tal manera que el e~portador no recibe cuen­tas de comisioJlistas de ninguno de los puer­tos del tránsito. HACENDADOS t Un jove~ honorable, con buenas refe-rencias, desea la administraci6n de una hacienda, sea cualquiera el clima. Para pormenores, en el Despacho de la Cervecería Rosa Blanca. 5 LEONIDAS CARRILLO INGENIERO CoNSTRUCTOR MouRE HERMANOS. Carrera 15, número 72 5 Honda ~Fábrica ,yade ~ Ciga;illo;, 11 C.t:. LA con lindas fotografías Los de esta nuP.va F~brica están de venta en .Ja carrera 6. !'' N S. 34~ F '! 348 G (frente á la Capilla del Colegio del Resano). Elaborados con la meJor pt­cadura y papel de la casa de Henry Clay & e:·, de la Habana. Fabricados en m~quinas movidas por un motor eléct·rico Cada cajetilla contiene una fotografía. Hay dos colecciones: una de bellezas europeas, la otra de hombres célebres, constante cada una de trescientos sesenta ~ tipos distintos. El que presente en la Fábrica una de estas coleccione., será obsequia­do con un lujoso álbum para colocarlas. Ventas por mayor y de contado.-Valor de la gruesa, $ goo. En compras de más de diez gruesas se rebaja el 5 por 100. Para los pedidos fuera de la ciudad, dirigirse á GONZALEZ & C. a ~ Apartado número 160- Bogotá. ~~ -~:=======~~¡==== , H LO MAS ELEGANTE; lo m~jor confeccionado; lo MAS equitativo; los precios MAS cómodos y la hechura MAS correcta. Paños in0·leses de última moda y de primera calidad. Especialidad n casacas, pantalones, chalecos y smoking. SASTRERIA MASON. Calle Florián (acera oriental) mp. de Vapor, Calle 10, número 168 Adro in\ rador y Corrector, Belisario Cueryo AD'el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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La Barra - N. 51

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La Barra - N. 52

Por: | Fecha: 17/03/1904

DIRECTOR ESPIRITUAL Oficinas: El Correo Nacional, calle 12, número 156 . - Correspondencia: SoTo BORDA-Bogotá Apartado número .. . ..... ? Envío de canjes: calle 15, número 78 - Precios y hora, los de costumbre. Pagos anticipados. Segunda tanda Colombia - Bogotá - Marzo 17 de 1904 OJO AL CRISTO, QUE ES·DE PLATA MINAS DE MUZO (Tercer artículo) Continuamos hoy haciendo las observa­. cienes al contrato sobre la explotaci6n de las Minas de Muzo, hecho por la Junta de Amortización. Observamos : Como al firmar Ja escritu­ra Jos contratistas no se habían constituído en Compa:ñfa, y como, además, Ja misma escritura no dice que ellos estén compro­metidos mancomunadamente, resulta que no se ha hecho uno, sino diecinueve contra­tos, y que el día en que la Junta quiera exi­gir el cumplimiento de alguna obligación, tiene que entablar acciones personales con­tra cada 1mo de los" conlralislas. Observamos : Según el contrato, la!liqui­daci6n de cuentas será anual, y s6lo en el caso de que la Junta pida liquidación antes de terminarse un año, ésta se llevará á cabo. De suerte que lo convenido, lo re­gular, fo natural es que estas liquidaciones no se hagan sino al fin de cada año, como lo dice expresamente el contrato. Veamos los intereses que paga la Junta en este tiempo: Sobre $ 30,000 en oro, en 12 meses, al I 2 por 100 .... ... . . .. . ...... $ 3,600 en oro Sobre $ 30,000 en oro, en I I meses, al 12 por 100. 3,300 Sobre $ 30,000 en oro, en IO me5.es, al 12 por IOO. 3,000 Sobre $ 30,000 en oro, en 9 meses, al 12 por 100. 2,700 Sobre $ 30,000 en oro, en 8 meses, al 12 por 100. 2,400 Sobre $ 30,000 en oro, en 7 meses, a1l 12 por 100. 2,100 Sobre $ 30,000 en oro, en 6 meses, al 12 por 100. 1,800 - ~obre $ 30,000 en oro, en 5 meses, al 12 por 100. 1,500 Sobre $ 30,000 en oro, en 4 meses, al 12 por 100. 1,200 Sobre $ 30,000 en oro, en 3 meses, al 12 por I oo. 900 Sobre $ 30,000 ·en oro, en 2 meses, al 12 por .1 oo. 600 Sobre $ 30,000 en oro, en 1 mes, al 12 por I oo. •• .. 300 --- Suma ...... $ 23,400 en oro O sea dos millones trescientos cuarenta mil pesos en billetes anualmnte. Observamos : Como los contratistas van recibiendo el producto de la venta de es­meraldas, sería lo natural que el contrato dispusiera que los intereses fueran recf. porcos, es decir, que por cada suma que recibiera la Junta abonara el mismo inte. r6s del I por 100. Pero el contrato no estipuló esto, viniendo á resultar que en un año pueden haber estado los contratis­tas manejando enormes sumas, valor de los productos de la mina, y sin embargo, el país pagando intereses, sobre lo que la Jun­ta recibe mensualmente, siendo así que las sumas entregadas por e])os, bien pueden haber sido tomadas de los mismos produc­tos de las esmeraldas. Observamos: ¿ Quién le responde al país si quiebra la Casa. ó Casas donde estén de­positadas las esmeraldas, 6 si quiebra quien esté manejando Jos productos de las ven­tas ? ¿ Qué haría la Junta el día en que por no haber ella exigido fianza, perdiera el país un valor de consideración ? Observamos: Los contratistas pueden, si á bien lo tienen, ceder el contrato á cual­quier Compañía extranj era. El día de un Jitigio, como siempre sucede en Colombia, ¿ á dónde irán á parar las Minas ? ¡ Alma bendita de Panamá 1 Observamos: En la Junta se hizo saº­ber á los periodistas que concurrieron á la reunión del 11 del presente, que en unos pocos días se habían extraído esme· raldas por valor de OCHO MIL PESOS EN ORO, y que ah{ los tení~ en la caja de la oficina. Con OCHO MIL PESOS EN ORO hay para los trabajos en la Mina por lo menos en seis meses ; y dentro de seis meses,¿ qué cantidades habrá producido la Mina ? Sin contrato no se tenía que dar el 20 por 100 de ellos, ni abonar el I por 100, y todo el producto sería para bien pel país. Observamos : Cuando los preductos de la mina den más de$ 3,000 en oro por mes (la base del pliego de cargos era de $ 36,000), los contratistas no tendrán que desembolsar ni un cuartillo, pero siempre seguirán ganando su 20 por 100, y su 1 por I oo mensual sobre la misma suma ; esto último mientras llega la I iquidación. Observamos : En todos los contratos so­bre Muzo se estipuló siempre que, aJ termi­narse, las mejoras quedarían á favor del Gobierno. En esta vez la Junta hace to­dos los gastos y mejoras, paga el I por 100 de interés mensual sobre lo que cue.s­ten, y al fin de los cinco años regala á los contratistas el 20 por I oo del valor de las mejoras que el mismo país (léase Junta), y con su dinero, hizo en las Minas. Observamos: La Junta autoriza á los contratistas para conseguir un empréstito, en caso necesario, dando como ¡rarantía el producto de las Minas. Pero no se dice hasta dónde puede alcanzar la cuantía de él, ni el objeto á que se dedicará, ni cuál es el "caso necesario." Resultando que "caso necesario " puede ser para los contratistas, cualquiera, por ejemplo, no tener fondos para suministrar á la Junta. Observamos : Si los contratistas, autori­zados como están, consiguieran un emprés- Número 52 tito sobre las Minas ,de un millón de libras, por ejemplo, y las Mi nas no produjeran con qué pagarlo en los cinco ó diez años del contrato, éstas seguirían hipotecadas hasta tanto que sus productos cubrieran el to tal que se prestó sobre ellas, aun cuando di­cho total no éntre en absoluto á las cajas de la Junta. Para todo esto quedan autori . zados los contratistas. Observamos : L_a Junta manifiesta que rechaz6 el anterior pliego de cargos, pr r­que de acuerdo con él no podrían ser pQS­tores sino los muy amigos y al1egados &) GGbierno, puesto que éste se reservaba la facultad de rescindir administrativamente el contrato cuando as( lo creyera conve­niente al país. Dentro de pocos días, por los reclamos que se hagan a] Gobierno so­bre licitación, la Junta se c González Cúbrase, caballero! A dos puertas no más, hacia el Oriente del local de El Correo Nacirmal, en donde también se despacha LA BARRA, encontrará el consumidor elegante la famosa sombre­rería de los Sres. OZO efe COMPAÑIA SomJ>reros de las clases más variadas ; · gran surtido acabado de abrir; precios, los más c6modos por lo equitativos y mó-dicos. · Diversidad de artículos para gentleman, de oportunidad, ahora que se acerca la SEMANA SANTA Calle 12 (de La Rosa Blanca), núme­ro 154. MOURE HERMANOS-Comisionistas. Oficinas en Bogotá y Honda. Tienen m~gníficos depósitos para el despacho rápido de los efectos que les consignen. Cuentan con es­pee ales facilidades para ti embarque de frutios del país y mercancías en el Alto y Bajo Magdalena . Oficina pri t.i cipal, calle 13, número 168, Bogotá. JUAN N. ORTEGA vende ropa hecha y demás ar. tículos para hombre. Calle 12, número 182, frente á J. M. Saravia. JOSE MARIA SARAVIA. Artículos de fantasía para hombre. Calle 12, número 173, frente á Juan N. Ortega. QUE LA SIRVAN :C.a Cerveza. !tosa :Bla:o.oa -Es HIGIÉNICA ; -Es cómoda ; -Es buena al paladar y al bolsillo ; -SE CONSERVA EN TODO SOL Y EN TODO CLIMA -Y tiene su AgeLcia en el LA BARRA :EACENDA:OOS 1 Un joven honorable, con buenas refe­rencias; desea la administración de una hacienda, sea cualquiera el clima. Para pormenores, en el Despacho 4e la Cervecería Rosa Blanca. 5 LEONIDAS CARRILLO INGENIERO CONSTRUCTOR Carrera 15, número 72 5 -Res non verba-2,000 reses se pueden cebar perfectamente en ta magnífica ha­cienda de Barroso, en compañía con los ga· naderos. Es negocio claro y fijo. Entender­se en Bogotá en la calle I 3, mímero 55. I0-2 CASA-Se vende la casa núme .. ro 72 de la calle I 5. Tiene I 7 pie­zas, 3 patios, agua del Acueducto y excusados con agua corriente. En el Banco- número 1? se da ra­zón, 3! Calle Real, números 526 y 528. ~ - CLASES DE INGLES-Está abierta en la Cigarrería Ponce de Le6n, puente de San Francisco, la matrícula para las clases prácticas de inglés superior é inferior. Pro­fesor' JORGE REINALES. Molino Rojo Este Establecimiento de billar y cantina, amenizado con canto, música, &e &c., sigue su molienda sin molestias. SU RUEDA se mueve dulcemente_á impulso de las aguas del Leteo-inspiradoras sublimes-para lle­gar al Parnaso entre nubes de burís, mu­sas, querubes, y entre un constante y esco­gido concurso .. .. que, Dios mediante, no será de deudores. EXPORTADORES! r Avisamos que podemos firmar á los ex­portadores conocimientos directos de Hon. da á todos los puertos del Exterior, evitan­do así desembolsos inmediatos y haciendo economías como de tres d6lares en tonela­da. Pr6ximamente podremos firmar cono­cimientos directos desde Girardot, de tal manera que el exportador no recibe cuen­tas de comisioAistas de ninguno de los puer. tos del tránsito. MouRE HERMANOS Honda $~Fábrica de Ciga;illos e.e. LA . FAJYJ:A"" con lindas fotografías . Los de esta nueva Fábrica están de venta en la carrera 6. ª Ns. 348 F Y 348 G (frente á la Capil1a del Colegio del Rosario). Elaborados ~on la mejor pi­cadura y papel de la casa de Henry Clay & C.\ de la Habana. Fabricados en máquinas movidas por un motor eléctrico Cada cajetilla contiene una fotografía. Hay dos -colecciones: una de bellezas europeas, la otra de hombres célebres, constante cada una de trescientos sesenta tipos di~tintos. El que presente en la Fábrica una de estas colecciones será obsequia- ~ do con un lujoso álbum para colocarlas. Ventas por mayor y de contado.-Valor de la gruesa, $ goo. En compras de más de diez gruesas se rebaja el 5 por 100. Para los pedidos fuera de la ciudad, dirigirse á GONZALEZ & C.ª Apartado número 160 - Bogotá. :Puente de San Ag,.,.stm. ~~~======:::t!=====::::::::::::==~===j~~ LO MAS ELEGANTE ; lo mejor confeccionado; lo MAS equitativo; los precios MAS cómodos y la hechura MAS correcta. Paños ingleses de última moda y de primera calidad. Especialidad en casacas, pantafones, chalecos y~ s-m--o.k..i.n..g... ..S..A STRERIA MASON. Calle Florián (acera oriental) .... ....... -... ~ lmp. de Vapor, Calle I!), número 168 Administrador y Corrector, Belisario Cuervo Angel
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Grupo Dama-wha, ensamble instrumental (Colombia)

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La Barra - N. 54

Por: | Fecha: 16/04/1904

Concierto interpretado por el Cuarteto de Saxofones de Bogotá. Este ensamble nació en abril del 2000 por iniciativa del maestro Luis Eduardo Aguilar, y ante el hecho que en nuestro país eran muy poco los grupos de saxofones que existían. Reunió entonces a algunos de sus alumnos con el ánimo de ampliar el campo de sus conocimientos y darles, además, la posibilidad de conocer y tocar la música de nuestro país. El cuarteto ha ofrecido recitales en el festival del Nogal en la Universidad Pedagógica, en el auditorio Olav Roots de la Universidad Nacional y ha rendido homenaje a diferentes compositores de música colombiana en las universidades de los Andes, Jorge Tadeo Lozano, Universidad Nacional (Auditorio León de Greiff); así mismo ha hecho presentaciones con la orquesta filarmónica de Bogotá con la cual interpretó la obra “Piccolo, saxo y compañía”.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Cuarteto de Saxofones de Bogotá (Colombia)

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Por: | Fecha: 21/04/1904

Concierto interpretado por el trío de Danilo Pérez compuesto por Pérez, Avisahi Cohen, Jefferson William. Danilo Pérez, en síntesis, es dueño de un personalísimo y refinado concepto pianístico. En su estilo se percibe la convivencia pacífica, de por sí difícil, entre compositores "clásicos" europeos, pianistas latinos (y del llamado "the spanish tinge", heredado de Jelly Roll Morton) y grandes maestros del jazz típicamente afro estadounidense. De su canto instrumental surge el timbre delicado de la mezcla étnica, impregnado a veces de quejidos y lamentos a la manera de CoItrane o de Jarrett, siempre sentidos, jamás esnobistas, lo mismo que el rigor que posibilita la coherencia de la síntesis musical: todo ello en un aroma de lirismo que bien pudiera inspirarse en Bill Evans, McCoy Tyner, Ahmad Jamal, Keith Jarret, Chick Corea, Herbie Hancock o The Monk, pero, que en cualquier caso, tiene el muy particular sello de Danilo Pérez, sobre todo en el aspecto rítmico.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Trío de Danilo Pérez, trío de jazz (Panamá)

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Por: | Fecha: 13/08/1904

Concierto celebrado por la cantautora colombiana Marta Gómez. Graduada del prestigioso Berklee College, Marta fue nominada en 2005 a los premios Billboard de la Música Latina en la categoría jazz latino, junto a Paco de Lucía, Gonzalo Rubalcaba y Néstor Torres, y ha sido calificada por la prensa como una cantante con una “voz exquisita”. El diario Los Angeles Times la describió como “un talento excepcional con una voz sublime”. A principios de 2004, la joven cantautora fue incluida por el sello Putumayo World Music en su recopilación de cantantes femeninas latinoamericanas, donde aparecen artistas de la talla de Totó La Momposina y las peruanas Tania Libertad y Susana Baca, entre otras.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Marta Gómez, cantautora (Colombia)

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La Barra - N. 65

Por: | Fecha: 19/08/1904

Concierto celebrado por el violonchelista Paúl Desenne en compañía de la pianista Claudia Caldeón Saenz. Desenne es un violonchelista y compositor caraqueño nacido en 1959. Ha desempeñado los más diversos cargos que ofrece el medio musical actual. Desde primer violonchelista de varias orquestas de cámara francesas de renombre, como L'Orchestre de Chambre de France, o la Orquesta de la Sorbona, a primer violonchelista que recibe el honor de tocar como solista invitado por el grupo criollo "Un solo pueblo", ha paseado su violonchelo por gran variedad de mundos y géneros, sin temerle a la exploración de lo inesperado.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Paul Desenne, violonchelo (Colombia)

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La Barra - N. 66

Por: | Fecha: 27/08/1904

Concierto interpretado por Ensamble Trabadeos. Esta agrupación nació en Barinas (Venezuela) a finales de 1999, por iniciativa de tres músicos dispuestos a dar a conocer un estilo diferente y contemporáneo en la ejecución de su repertorio. Pero fue en 2000 cuando se consolidó este grupo conformado por cuatro músicos que estimulan el disfrute de la improvisación, lo espontáneo, lo inesperado, y del virtuosismo de cada uno de sus integrantes que da como resultado ejecuciones únicas e irrepetibles.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Ensamble Trabadeos, ensamble de música llanera (Venezuela)

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Revista de Tequendama: periódico municipal y órgano de los intereses del Departamento - N. 22

Por: | Fecha: 12/06/1994

Concierto celebrado por la orquesta de cuerdas colombiana el Nogal. Esta agrupación se conformó en 1986 para suplir un vacío existente en ese entonces, por la desaparición de la Estudiantina Bochica y el Conjunto Instrumental Colombiano, entre otros, que habían mantenido en alto nivel la interpretación de la música colombiana, por la carencia total de dIfusión a través de conciertos y medios de comunicación y por el completo abandono de la música de cuerda en Bogotá. A partir de un quinteto inicial, Nogal se fue ampliando para desarrollar y proyectar las ideas musicales del maestro Fernando León en cuanto a las posibilidades de repartición orquestal. Los galardones Gran Premio "Mono Núñez", en Ginebra, Valle, 1987; Pipintá de Oro, en Aguadas, 1987 y Mención de Honor, Universidad Pedagógica Nacional, 1990, demuestran la am lía acogida de la Idea y la eficacia de su aplicación.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Nogal Orquesta de Cuerdas Colombianas, ensamble instrumental (Colombia)

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El Piano Xarocho, ensamble vocal e instrumental (México)

Por: El Piano Xarocho - Ensamble vocal e instrumental (México) | Fecha: 23/05/2010

Concierto interpretado por la Camareta de voces e instrumentos tradicionales Piano Xarocho, dirigida por Claudia Calderón. El Piano Xarocho es un proyecto camerístico que recrea la tradición musical jarocha veracruzana de México ampliada en forma barroca y contemporánea a través del espectro afrocaribeño del fandango, del joropo colombo-venezolano y del ancestro musical árabe-andaluz. Se trata de la incorporación inédita del piano a la música jarocha como instrumento solista y acompañante, desplegando su registro sonoro y la posibilidad cromática que ofrece, así como el potencial tímbrico y expresivo que lo caracterizan.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Programas de mano
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Jean Geoffroy, percusión (Francia)

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Lectura y Arte - N. 1

Por: | Fecha: 1903

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. A CO DE LA 1 LfOTECA LUIS A ,. .. oc . c;c•s•- _H ___ M _ .-1::. ___ ..,..__ SALUDO -------- Los Directores de esta Revista se com­placen en ignificar aquí sus agradecimien­tos á la prensa de esta ciudad que tan bon­dadosamente anunció la aparición de Lec­tura y A rte. CONDICIONES DE ESTA REVISTA . . Suscripción por un año ...... $ 120 Después de publicado el tercer número, un año vale. . . . . . . . . . 150 Número suelto ..... ______ ... 12 ~ ú me ro viejo __ .. __ . _ . __ . . 1 5 Se devuelven los originales, cuando su dueño ac::í lo exija. Se admiten avisos para las tapas inte­riores. Agente general, . FRA. ' CI. CO A. LA TORRE. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. MEDELLIN - JULIO DE 1903 . Vencidas las dificultades con que hu­bimos de tropezar en un principio, presen­tamos al público el número primero de Lectura y Arte, periódico que con inusita­da benevolencia fué anunciado por la pren­sa de esta ciudad. Empezamos hoy la dura y laboriosa tarea que nos hemos impuesto, de hacer una publicación mensual especialmente de carácter artístico y literario, á la vez que campo adecuado para las producciones de interés patrio universal que nuestros cola­boradores quieran confiarnos, toda vez que deseamos para nuestra Revista no solamen­te lo agradable y lo ameno, sino también lo de marcada utilidad general. Que se califique de atrevimiento loco el que nos dejemos ir por esta vía á todas luces ingrata, poco nos importa, pues que buscamos sólo el bi n final; sino que sol­tando un poc de rienda á este amor de or- 't'fe. ~·a~ or el más ingrato de los cultivos 6(). en Colombia, el cul- J~ tivo del e píritu, deja- . ~ n;os á u~ lado el inte- , · · -~ re propto, y nos e- /IJ: chamos en pos de un ({ · de luz para noso- 1 y para los demá . Seguimos el ejemplo de El Reperton.'o Ilustrado y de El Montaiiés, de simpático recuerdo; pero confiamos en que no será ni la indiferencia del público por una parte, ni lo insustancial de nuestra publicación por otra, los males que den en tierra con esta empresa. Sería conveniente para estos fines, que nuestros colaboradores se acomodaran al consejo de un pensador del día, consejo que nosotros procuraremos seguir igualmente: "Para ejercer influencia eficaz sobre los es­píritus modernos es necesario escribir corto, escribir claro, y escribir culto." Esta Revista, creemos un deber de­cirlo, no pertenece á ninguna escuela; aquí tendrá cabida todo lo bueno. Al lado del cuadro y de la caricatura, publicaremos el retrato de la personalidad del día, del hom­bre que esté en alto, justa ó injustamente, como nota de actualidad, sin loas, sin re­proches, sin comentarios. Puede llegar á nuestra mesa algo que pugne con las ideas nuestras, que será pu­blicado, si es bueno, en espera de algo que le haga controversia, para que venga la luz, para que resalte la verdad. Como se vé, nuestros pro­pósitos son modestos, y espe-ramos dejarlos cumplidos .. Medellín, Julio de 1903. \ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. M. O. V. TEMAS DE CON ­VERSACION. SE SOLICITA UN APOSTOL. + + + + I Un poder de abstracción apenas infe­rior al de i\.rquimedes, necesítase para po­der pensar hoy en este país en ciencias, ar­tes, literatura, en cualquier cosa, en suma, que no sea la miseria del momento: la si­tuación; la asfixiante situación política, fiscal, económica: social, en una palabra. Yo, por mi parte, confieso no tenerlo ; y comparto con mis conciudadanos la honda preocupación con que el inmenso desa tre ha venido á acabar de entri tecer el carác­ter de la raza, ó mescolanza de razas, me­jor dicho, que puebla á Colombia. Y por lo que vivo preocupado, estoy atento á los remedios y soluciones que á cada paso están proponiéndose para el de­sastre ese. Y me parece que todos los bien intencionados doctores se han quedado, co­mo quien dice, á flor de piel; que 110 han bajado á las raíces del mal. Porque yo con­sidero el caso nuestro sencillo y terrible: es, simplemente, que estamos enfermos de barbarie. Búsquese, si no, la alida de cual­quiera de las dificultades actuales, y á poco andar se tropieza con esa verdad. Por ejemplo, el papel moneda: U ni­versalmente conocidos son los remedios para este mal. Pero todos ellos requieren la seguridad de que no se emitirá más: e decir, que el Gobierno podrá y querrá vi ­vir de sus rentas. Lo que, en un país tan pobre como éste, presupone un Gobierno que sea, entre otras cosas, honorable y po­pular; que pueda sostenerse sin gran ejér­cito é inspirar confianza; que administre mucho y politz"quée poco; y partidos políti­cos cultos y honrados~ respetuosos de la ley y de sí propios ó sea, por lo pronto, respeto al sufragio. ¿ Pero siquiera hu­bo nunca entre nosotros sufragio popular respetable? ¿Puede haberlo hoy, en nues­tro actual estado de civilización, es decir, de barbarie ? .... __ Y llegamos á la con­clusión: La enfermedad de Colombia es. bar­barie ·: barbarie maligna. Ese, el diagnóstico; que por lo que hace al remedio, no hay más que uno: ci- 4 vilización. Pero la civilización no se compra he­cha, como ropa de cargazón; por más que muchos sí lo crean. Ella tiene que ser pro­ducto indígena; resultado de una cultura razonada y consciente del alma colectiva de la nación. Pues para mí, civilización es comprensión y tolerancia; y civilizar es, por tanto, un procedimiento por el cual se le ensanchan las entendederas al vulgo-y cuidado que vulgo somos todos, ó casi-­y se le hace capaz de asimilar idea que no nacieron en su cerebro ó en su medio am·­biente; y de tolerar y respetar opiniones que no comparte. Civilizar es educar las masas. Pero para educar la masas, hay que empezar educando á los educadores. Por supuesto, que educadores no quiere decir implemente los maestros de escuela. Los educadores de un pueblo son aquella porci 'n del pueblo mi m o que por su inte­ligencia y su energía-y por su riqueza á vece -se destacan incon;:,cientemente de la línea común, y vienen á constituirse sin pensarlo en modelos de lo demás; encar­nando por 1 momento la a piraci 'n-el ideal inmediato, podría decirse-que bulle informe en la mente de todos. Y conform ·ean nobles ó mezquinos esos modelos, así será elevado ó rastrero e e ideal inmediato, e a meta hacia la cual corren ellos arra. : trando tras sí al pueblo. Por e o educa­dore es por los que hay que empezar. De modo que si yo hubiera de civilizar á Colombia, empezaría por educar á A n­tioquia; ya que por circunstancia , que no hay hoy e pacio ni ocasión de detallar, la considerq en condici nes más propicias pa­ra el caso que cualquiera otra porción del país. Y en Antioquia, empezaría por esa porción de ella que está verdaderamente en estado de comprender qué es y cuánto va­le la educación. Lo que es decir que fundaría una ver­dadera U ni ersidad; la cual sería la prime­ra que hubiera existido en el país; ya que los establecimientos de enseñanza superior que en él han llevado aquel nombre, ape­nas si lo merecen. Aquella Universidad, ricamente dota­da, autónoma, abierta á la verdad sin te­mor, libre de influencias oficiales y de sec­tarismos, habría de ser la expresión más elevada del pensamiento antioqueño. En ella se estudiarían y se investigarían, con espíritu amplio y métodos modernos, to- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. das las cue. tiones científica , artísticas, in­dustriales, sociales que interesan á Colom­bia. Allí se discutiría con razones y sin có­lera; y tendría derecho á ser oída toda voz que el saber autorizara. Allí se iría for­mando el gusto estético, de que tan en ab­soluto carecemos; se irían haciendo fami­liares los métodos científicos r.wdernos; se escudriñarían las ignotas riquezas de nues­tro territorio, y la manera de explotarlas; s~ estudiaría el modo de sanificar y sua­vtzar nuestras costumbres, de salvar la vi­talidad material y moral de la raza-que tan de cerca amenazan hoy el alcohol, la abyección y otros enemigos-; y, fomen­tando todo vigor fisico, moral, intelectual, se iría haciendo la ida en esta tierra más útil y más dulce: más vivible. Esa Universidad, tal com yo la figu,ro sería no ya la fábrica oficial de copartida­rios, ó el semillero de aspirante á los em­pleos públicos, ni oficina de patentes para p eudo-sabio rutineros y pretenciosos, i­no el cer bro mismo de Antioquia: vivien­do la vida de ella, é infundí ' ndosela nu va. Allí .lo graduados ejercicios de t la laya de arrollarían los músculos, la energías y las facult~des de los que llegaran encogi­dos estud1antes ; y en el rcsp to por el al- 1/~a matcr in pirarían el r spet de sí pro­ptos, fundamento único de la dignidad d indi iduos y nacione . De allí saldrían hom­br s s.a,no. de e. píritu y de cuerpo: una ge­neracJOn de audaces y pacientes; los e u­cadores del pueblo ; lo conq ui tadores dC' esta naturaleza tropical, insidiosa y hostil. Habría quizás entone s menos doctore que hoy ; pero habría más hombres. ... se fuera el principio de la curación de Colombia. Y el principio de e e principio ¿cuál es ? Un apóstol. Un entusiasta, que poseí­do de esa idea, no repose hasta ponerla por obra, entusiasmando á los otros · men­digando, inventando recursos: un Pad're Ra­bagliati de la Universidad. ¿Surgirá? .... Tal vez otro día pueda entrar en de. talles sobre todo esto. Hoy falta espacio. S. RESTREPO . SOM ­BRIA . """" "" "" Habían ido centenares de veces á esa ribera magnífica del río, que acogía sus amo­res con una indulgencia paternal en sus márgenes severas y apacibles. Aquella tarde bajaban también, apre­su. rados, abstraídos en sus propios pensa­mtentos, Tonio y Silvia. Tenían la misma edad,-trece años. El era esbelto blanco y rubio. de ojo esplendorosament~ azules que contrastaban con sus mejillas ardientes. Ella un poco morena, de labios encen­didos, con una cabellera de rizo perfu­mados y profusos. Todos lo conocían en el pueblo y sa­bían sus amores inocentes y sonreían de ello . '1, lo amenazaban en bromas con que le quitarían su novia. A ella, le decían que él la olvidaría por otra, antes de mu­cho. Los dos escuchaban indiferentes aque­llas amenazas que carecían de ignificación para sus almas aún nueva·. . . De camino, llegando Gasi al río, dijo tlvta: ¿ abes? dentro d una semana nos vamos á ivir allá-y s ñaló e n la ~ano una vivienda del otr lad del río, á ¡oca. cuadra · obre la falda oriental. Venían a ·id s del brazo. Tonio la sol­tó rep ntinamente y en medio del camino ·e plant ' á contemplarla con una especie de admiración e túpida. 6 -Qué? dij nada mas, por último. Silvia repitió con naturalidad:-Que nos vamos á vivir allá, á aquella casa del tr lado. -Y entonces? preguntó él_. on voz de alarma. -Pues-dijo ella-entonces tu viene aquí al puente, y yo también vengo aquí al puente. Aquella solución inesperada arranc' un suspiro de satisfacción á Tonio:-Yo si que soy bestia! exclamó; y haciendo en se­guida una cabriola, se inclinó rápidamente cogió una piedra y la despidió tan vigoro~ samente que produjo un silbido al atrave­sar el aire. Ella lo contempló un instante, enorgullecida del vigor que manifestaba. . S~guieron su camino mas de prisa, ca-st c~rr~end? para.ll_egar al puente que ya se dtstmguta. Pns10neras entre márgenes abruptas, corrían las agua del gran río, re - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. dta . l\\ ~+:\ ,/~ ~l··~ ·~ ~~lf'A[f;; -· ~' \ · \ 1 . --~·- - V . ~ \. _ _::,- / .l' · l.. - jt, ' con un arrullo medita- ~ , ;:" : .. ~' . ndo y pausado. El horizonte de la tarde / ~~t. dllataba sobre el mundo sus senos de azul ::;r;! pálido, con una nube aquí y allá, como una '-UD~' isla vaporosa. Allá abajo-dijo Tonio indicando las riberas explayadas, á media milla del puen­te- se ahogó el domingo un hombre. -Como? interrogó Silvia. -Bañándose-En la orilla no es pro-fundo .... y fué entrándose .... y fué en-trando y ... . Tonio no concluyó, sino que hizo un gesto vago que ind~caba el naufragio fatal, lo irreparable. Silvia fijó entonces los ojos en el lugar designado, con un leve movimiento de mie­do en las facciones, como si hubiese con­t~ mplad~ la cara de un traidor, de un ase­smo. Un ruido de alas los hizo mirar hacia la altura. La tarde moría ya; y bandadas de palomas cruzaban el espacio, volando al palomar. Venían de dos en dos, lentas y graves, deslizándose en el aire largos tre­chos, sin una trepidación, como si una fuer­za invisible las hubiese conducido. tras se­guían luego, más veloces, pre u rosas d lle­gar al final de su carrera. Las últimas cru­zaron como saetas. -¡V é! ¡ míra! exclamaban los dos al­ternativamente, contemplando los vuelos de las aves. Cuando éstas dejaron de pasar, dijo Tonio: Yo ya tengo cien palomas. otro día· no tenías sino ochenta, observó Silvia. -Sí-pero he conseguido más. . ..... -Y son tuyas solas? interrogó ella aún. --Mías -afirmó Tonio con énfasis. -Me regalas un par? volvió ella de un modo provocante. Otra vez Tonio la miró con sorpresa. Permaneció como un minuto en suspenso. or último exclamó: -Es que son mías, pero para ti, por suppesto. Ella se echó á reir con una risa blan­da de placer y de victoria. Se habían acer­cado el uno al otro. Familiarmente le echó él el brazo sobre el hombro y el cuello, y los dos inclinados miraban en silencio hacia las aguas oscuras que seguían entonando su cántiga apacible bajo los arcos del puen­te. Habían aparecido en el cielo algunos as­tros; y las últimas nubes de la tarde, teñi­das de fulgores vespertinos, reflejaban sus formas luminosas en la corriente tranquila. A lo lejos, río abajo, las aguas se rompían . con clamores tumultuosos en una barrera de peñascos. -Oyes ?-preguntó Silvia sobresal-tada. -Qué? dijo él. -Creí .... me pareció, dijo ella, que habían hablado allí. El tendió el oído. Con voz firme afir ­mó luégo: Es el río en los saltos-é indic' hacia el lugar de donde venía aquel sonido. En el silencio dé la noche las ráfagas de bri. a les traían los ec s alte rnos de las aguas. Tonio había parecido varias veces re­coger sus fuerzas para decirle algo. Había querido decírselo en verdad; pero se ha­bían detenido en sus labios las palabras. Por fin, medio titubeando, empezó: Silvia . ... -Qué? - .... dime .... nos vamos? -Sí; ya es tiempo, contestó ella; y se volvió para ponerse en marcha. Pero él l.a cogió con suavidad de un brazo. Bueno, dt­jo; pero antes de irnos dime .... y se con­tuvo aún, incapaz de formular la pregunta. -Qué quieres que te diga? le pregún-tó ella. -Yo .... dime Silvia: tu te casas con­migo? articuló él por último, con una rotun­didad que revelaba la indecisión y el temor. Ella permaneció un instante cohibida. Por último, medio tímidamente, le preguntó á su vez: no te dije ·que iÍ desde la otra tarde? -Tú? exclamó Tonio asombrado. Silvia se quedÓ' pensativa unos instan- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. tes. ¡Cierto que nó 1 dijo por último. Fué que soñé que tú me habías preguntado y que yo te había dicho que sí. El exhaló un ah! de convicción y de satisfacción profunda; y se pusieron en mar­cha. Iban de prisa, temerosos, seguros de mano mayor, risueñamente, lo que Tonio proyectaba. El chico volvió á escaparse co­lérico y desolado como antes. y no vol~ió á decir nada, pero una angustia confusa le lle­naba el corazón al pensamiento de que no hacían sino rei ando él hablaba de sus Sil que serían reñidos porque tardaban~~?~/ ... --.~- ceso. ~~..:;.,2 ~-· , ' ~ 2..!"" ~~ --N o ves? decta ella- / ~~ Cuando nos vamos para el otro le.do, podrás venir todos los días des-de temprano, y no.s estamos en el puente toda la tarde. La casa es ahí, muy cerca. La idea del amor era para ellos inse­parable del río, del puente, de la tarde, que habían sido los pretextos de aquellas excur­siones vespertinas. · Ahora, el pensamiento de que Silvia se casaría con él, llenó á Tonio por comple­to. En verdad que sería después, cuaqdo estuvieran grandes, como su hermano y la hermana de Silvia que se habían casado un año atrás. Pero con esa carencia de perspectiva que tiene el tiempo en los primeros años, l{más tarde," para Tonio, era un tiempo tan cercano, que se le hacía indispensable con­templarlo e mo inmediato de de lueg . A los p cos días, dijo á s u madre, formalmen ­te, con una gravedad soberbia: Yo me oy á casar con il vi a. -¿De veras? exclamó ella con acento de irrisi 'n; y s ltó la carcajada. Tonio se sonrojó vivamente y salí ' huyendo. U na sensación turbia de cólera se apoderaba de él. Después, hizo muchas preguntas á s u hermano. Quería saber cómo había hecho él para casarse. Cómo había dicho á su no­via; cómo había dicho en su ca­sa. La madre oyó un día sus preguntas y di-jo al her- En las tardes había llovido. N o podía ir al puente (}n busca de ella, que ya vivía del otro lado. Un sábado, camino de la es­cuela, tropezó con el párroco en la calle. Era un sacerdote joven, afable, de rostro jovial, risueño, y franco. Conocía mucho á Tonio. Tonio al verlo, dió con el pié vigo­rosamente en el suelo. Le había ocurrido una idea. El cura era quien hacía los ma­trimonios. Sombrero en mano se le acercó. Pero le daba vergüenza. Sinembargo, con rodeos y vacilaciones, acabó por exponerle el caso: yo tengo ganas de casarme, dijo. El cura lo contempló con admiración. -Tienes novia? le preguntó. - í señor, contestó él; y en voz baja, co n dulzura, murmur' despué : Silvia. El cura abri ó los ojos desmesurada­m ente. Record ' que los muchachos eran novios, que tenían sus amore infantiles, conocidos de todos en el pueblo. - Ja, ja, ja,! prorrumpió en una nor­me carcajada. Tonio, confuso, inclinó la cabeza, rien­do un poco también, pero irritado, y tenien­do como jamás la sensación del sarcasmo. El Cura fué á hablarle, á preguntarle más para divertirse. Pero Tonio se marchó sin despedirse. Al medio día, cuando vclvió á la Escuela, supo que el maestro estaba enfermo. Había vacaciones hasta el lunes. Miró al cielo. Estaba nebuloso. Llovería de seguro. Se encogió de hombros con violen­cia. Qué importaba? .... y se lanzó á toda prisa en dirección al río. N o pensaba, no sentía nada, sino que iba á ver á Silvia y á .. _ ----- ~ .. -. ~- => . con versar con ella. Cuando llegó al puen­te, se le ocurrió, por primera vez, que ella no sabía su venida, que no lo esperaría sino en la tarde. De­cidió entonces subir Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. hasta su casa, en busca suya. Había que eguir un trecho por la ribera, río abajo. Estaba agitado; sin aliento: tan rápida ha­bía sido su carrera. De tiempo en tiempo se detenía á respirar, á ecar e el udor que le rodaba por las mejillas. En un leve reco­do de_l sendero, repentinamente, hizo alto con brusquedad y dejó escapar un grito. Había visto á Silvia, acababa de distinguir­la, al travé de unos arbustos, bañándo e en el río. Sin detenerse, poseído de un júbilo incontenible, corrió, llamándola por su nom­bre, hacia ella. -¿Tú? exclamó ilvia, atónita, sin a­ber que hacer; y añadió con premura, ¡' é­te! véte! -N ó! ¡ y e! I le venido á buscarte, dijo él con voz de angustia y acercándose á la orilla. U na ola inesperada, de e n cicla de regocijo le había dominado al descubrirla tan cerca y solitaria. Ella, viendo u agita­ción, se quedó entone s indecisa. Qué hay? le preguntó. Tonio no sabía cerno empezar. Sentía y pen aba confusamente una multitud de cosas. Lo había acompañado en su carrera la esperanza de que encontrando ' á ilvia, encontraría un alivio, una olución para el problema incompren ible que le venía tor­turando. hora, en frente de lla, no hacía mas que mirarla, y admirarla, absorto, perdida la hilación del pensamiento. Le parecía asombrosa de hermosura, medio oculta en­tre las piedras cercanas á la orilla, con los brazos y el cuello descubierto , y los cabe­llos intensamente negros, abrillantados por el agua. -¿Qué ha sucedido ?-vol vi ' ella á preguntar, viendo en el ro tro del mucha­cho pintada la confusión de emocione . -Ah! ¡N o sabes! empezó él. Ahora verá . ¡N o podemos casarnos! Ella sonrió. ¿Por qué? dijo distraídamente en e­guida. El, entonces, con palabras entrecorta­das y en desorden, le contó lo ucedido. Interesándose en la narración, ella se acer­có lentamente á la orilla, hasta sentar e, con los pies sumergidos en el agua, sobre una de las piedras. Agitaba lo cabellos en el aire con una de sus manos. Parecía haber­se preocupado también, pero menos que el muchacho. Grandes árboles sombreaban allí la margen. El agua se detenía en un reman­so como un lago, y estaba cubierta, á gran­des trechos - de juncos y nenúfares. De tiempo en tiempo, una trepidación fugaz agitaba la muchedumbre de las corolas acuáticas. -Y por qué viniste hoy? preguntó Silvia. Tonio á esas palabras pareció volver de otro mundo, despertar de un largo ueño. Siguió ~u relación: el maestro enfermo, su carrera veloz, su ira, su miedo y acabó por pre untar: ¿qué hacemos? 8 Ella e encogió de hombros. -Qu' importa? dijo. Esa expresi 'n le desconcertó por com­pleto. No quiso mirarla y volvió los ojos su­cesivamente á las cumbres remotas de los montes, á lo. senos profundos del espacio y á las aguas. Soplaba una brisa muy te­nue, haciendo tremolar los xtremos uti­le de los juncos y las rama · menuda de 1 s árboles. ilvia le miraba, absorta, 1S1- blemente e nmovida por esa convulsión in­terior que le parecía inexplicable. Los ojos azules del muchacho continuaban extravia­do , dirigiendo sus errátiles miradas don­dequiera. P r fin, lo fijó en ella otra vez. Quiso llamarla articular u nombre¡ Silvia! Silvia! como si ella hubi se huido, como . i fue ya lejos. Pero u oz ·e ahogó en un llozo invencible, y . u · pupila . e 11 naron de lágrima. ilvia, ent nce , e pu en pie, páli-da, conmovida por la cxplo ión de e ·e os­curo pe ar cuya amargura p rcibía en to­da su inten idad por último. ó! ¿ Por qué llora. ? -¡ Cálla, Tonio! Y no acertó tampoco á decir más, es­trangulada su voz por el contagio de la tri - tez a. Se quedaron silencio os, ella acaricián­dole el rostro y la cabeza con la mano, limpiándole las lágrimas, recogiéndolas en las yema delicadas de los dedos á medida que brotaban. El agua lenta en el remanso, parecía gemir también, ahogadamente, acariciando con suavidad la ribera silenciosa y el reba­ño de nenúfares dormidos. A veces, sobre las aguas, pasaba una rápida sombra. Gran­des pájaros, de alas cenicientas, atravesa­ban el aire, sobre el río, en direcciones oblícuas. .Silvia se estremeció un momento. V é- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. te allí, espérame, dijo con suavidad. Tengo frío, pero me vestiré en un instante y nos iremos para el puente ó para la casa juntos. El se desprendió de ella y dió un pa­so para irse, pero volvió aún á mirarla. En la expresión de su mirar había una especie de honda súplica, un grito-no me olvides! ¡no me dejes! imposible de articular en pa­labras. Silvia miró de nuevo al río. El sol des­tellaba sobre las aguas que seguían desli­zándose .soñolientas y henchidas con una especie de voluptuosidad serena. -Me voy? dijo Tonio, comprendien­do que ella vacilaba. -Espéra, contestó Silvia. Voy á ba­ñarme otra vez, un momento. -Pero míra, añadió luego: aquí,-y señaló bajo la sombra de los árboles,-es muy profundo. Para allá,-y rle ·ignó en sentido opuesto-es más bajito, pero hay piedras y me da miedo de caerme. Dáme la mano para pasar un pedacito. El entró al agua apre uradamente, lle­vándola con tiento, explorando el piso él mi mo é indicándole 1 camino palmo á palmo. e había levantado un viento fu rte, que agitaba los cab llos d la muchacha sobre ·us hombros y su e paldas, ciñ 'n­d los á vece , como un d gal rle seda en derred r del cu llo. En torno de ellos la onda· turbias se rizaban con una agitación e mo un estr mecimiento n rvioso y seco­r naban de e pum a . -Espéra, dijo ella con tem r, miran­do hacia la ribera que parecía ya lejos. Do pájaros e habían detenido s bre la rama de un árbol que avanzaba en el eno del río casi á flor de agua. Los dos cantaban, la eterna canción, inolvidable é invariable, de las parejas aladas; Tonio y Silvia e quedaron mirándolos y oy 'ndolos. El canto se prolongaba, in ·istía, dila­tando en el espacio sus vibraciones cris­talinas. Sobre la rama, los bellos cantores revoloteaban. e miraban de frente, silen­ciosos, un instante; acercaban los picos, me­nudos y brillantes, hasta tocarlo . Era el tiempo de los nidos. Tonio miró á u compañera ávidamen­te. El empuje de las aguas la hacía á ella oscilar, balancearse como una hermosa plan­ta de aquellas que elevaban su talle esbel­to y ágil en el seno de las aguas. El viento seguía sacudiendo sus cabellos, esparcién­dolos, agitándolos como un negro turbión 9 en redor de su cuello y de sus hombros y sobre sus brazos desnudos. -Silvia, te quiero mucho, con toda mi alma, exclamó él por último, apasiona­damente; y la cubrió de caricias atrayén­dola á sus brazos. Ella reía, abandonán.do­se, agitan do las aguas con los pies y deján­dose besar complacida en los labios y en los ojos. -No ves? decía-Yo también te quie­ro mucho y no me casaré sino contigo. ¿Qué importa que se rían? Tonto! .... ton-to!. ... llorar. ... un hombre .... tú!. .. . Insensibles ·habían ido avanzando, de­jándose llevar más y más lejos, atraídos por el esfuerzo de la corriente. Cuidado! dijo Tonio de pronto. Házte acá. No sigas, que allí fué donde se ahogó el hombre. Y quiso volverse teniéndola de la mano. Inconscien­temente habían cambiado de posición, que­dando ella con la espalda vuelta al río. En ese instante, al retroceder atray 'ndola, vió él un gesto rápido de terror sobre los ras­gos de ella y sintió que se hundía, que se iba, llevándoselo consigo. - Tonio! ténme! socórreme! grit' ella agarrándose de él violentamente. El e echó atrá , buscando bajo las ondas desespera­damente una piedra, cualquier cosa en que apoyar e para poder contenerla. Habían pasado la zona de las piedra y pisaban un banco de arenas movedizas y de fango, cu­yo borde había cedido. Tonio luch' aún por un in tante, intiendo que el . uel se hundía bajo us pie , agarrándose convul­. ivament de ella, como ella ·e agarraba de 'J. U na vez y otra sacaron las cabezas. espués, las aguas inmen as se e rraron so­bre ellos impasibles. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 ·' 1'1 1/ '• ,, 1 1 1 1¡ .. \1 ¡ 1 1 ' 1 1 IJ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CARLOS E. RESTRE ­PO . CERA Y DIA ­MANTE . "- "- "- "- Rafael Giraldo y Viana nació en Ma­rinilla el 7 de Mayo de I 8 59 y murió en Bogotá el 24 de Abril de 1903. Entre estas dos fechas se encuadra una vida dulce, delicada; tanto, que el escritor teme profanarla al referirse á ella, como se teme empañar, si se toca, la brillantez y tersura de la seda blanca; pero al mismo tiempo se encuadra una vida fuerte, enér­gica, ...JUe desafía aun al hierro quemante de la calumnia. Giraldo y Viana tenía contex­tura de acero cubierta de armiño. Y entre esa contextura, un corazón formado de igual maravilloso modo: de ce­ra para el sentimiento, de diamante para la resistencia. De lo blando nacían con mansedum­bre la modestia, la humildad de su carácter; el amor desinter sado-un amor de virgen núbil, ardiente y candoro~o-á la familia, á la Patria, á la humanidad y, po~ sobre to­d o, á Dios. Aquella suavidad lo hizo poeta; de a llí e manan estro fa como e stas, in spiradas por la arti sta ra. T . L. de G. •E s á vec es tu voz blando murmullo de cris talina fuente, ó el arrullo de tímida torcaz ; e á veces, la múltiple arme . ; ,1 Que forma la grandio a sinfouía del anchuroso mar. E el s u urro d e la brisa 1.. · que blandamente resbai · ... . , mueve • las hoja del p..i mtar, ó cuando agita el bosque centenario. de la tranquila sol edad ~antuario, la voz d rl huracán. Mas .... silen cio: las hondas emocione · no puedo, y las dulcísimas fruicione , pintar del corazón cuando, sobre el teclado, ágil resbala tu blanca mano y tu garganta exhala temísima canción." Con lo diamantino del corazón resis­tía Giraldo y Viana-con serenidad de hé­roe y de mártir que recibió por atavismo­todo cuanto para su alma de hombre hon­rado y de cristiano, debía resistirse: la fuer­za de la sangre, las adversidades, la fasci- 11 nación de los abismos y el vértigo de las alturas. Era una voluntad, pero una voluntad sin contracciones: la ejercitaba con fácil sencillez, porque así debía ser, no impor­tándole- poco ni mucho-el efecto produ­cido. Siempre obró lo mismo, como en los dos 3.Ctos que abrieron y cerraron su carrera pública. Fue el primero cuando, ya casado, re­gentaba la e cuela primaria de San Pedr , después de 1876. El partid vencedor, ex­altado e n los recientes triunfos, y ávido de ensayar ideas nuevas, no quería que las escuelas fueran dirigidas por personas co­mo Giraldo y Viana, vencido y del credo añejo. Se le notificó que había opositores á la escuela, con título de Normal, que él no poseía; robó entonces muchas horas al sueño, en poco -tiempo se preparó con sufi­ciencia, se presentó á examen y obligó á sus contrarios á extenderle título de Maes­tro graduado. Volvió á la escuela y, ven­cedor en el ataque, se retiró prontamente. Fresco está el otro hecho: quiso un su­perior jerárquico obligarlo á que opinara como no opinaba; aquél se enardeció por­que lo supusieran susceptible de error; exi­gió la renuncia al inferir levantisco, y éste la hizo en términos tales que el renunciante fué aclamado al salir como ningún Gober­nante de Antioquia lo fué al entrar. A los pocos días el cadáver de Giraldo y Viana recibía del Gobierno Nacional los honores de General de División y de Gobernante inmaculado. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Diez y seis años há, cuando Giralda y Viana era casi un adolescente, publiqué su m iniatura. Hombr e maduro á su muerte, merece que de él se d iga lo mismo. ¡Tan poco así lo afectaron las cosas y los hom­b res; el lodo del tiempo no empañó el can­dor de su a lma! Héla aquí: "El que entra predica su abolengo; es el hijo de un mártir. Figura curiosa es este Rafael Giraldo y Viana; t iene rostro de Cristo sin padecer; las mucltaclzas lo quieren Lien y se le arri­man, porque aunque es un buen mozo, no inspira tentaciones: es un armiño. Heredó de su padre las aficiones mi­litares, y tánto, que cuando ha querido li­brarse de una multa, dice que le tiene más miedo "Que al ruido estruendoroso del combate." Gusta imaginarse erguido entre nubes de balas y adormecido con el tronar de los cañones. Y se lo creo. Pues aunque es sentimental como él solo, se pli ga, d 'cil, al recuerd de u in­fancia, de su colegio y de su madre, y es afectuoso como una niña; su sentimentalis­mo no es de es romancesco ni neu rós ico que empalaga: cu corazón tiene fibra u­tile , delicadas, que e extremecen al me­nor contacto, per . on de acero bi en tem­plado; ¡vibran agitadas por las graneles en­saciones, pero con firmeza inqu e branta­ble." (El Casino l,itn·ario. I 887.) Ahora que ha muerto, su familia debe lamentarlo, y lo lamenta con el estrem c·i­miento de las ruinas domésticas totales. Gi­raldo y Viana la multiplicó sin contarla, encomendando á su fé robusta lo proble­mas de una prole numerosa; y á ésta, pura y gentil, 1~ trasmitió esa fé que ha de sal­varla del cataclismo en que fue abi mada. Colombia debe lamentarlo; en esta bancarrota de hombres y avería de volun­tades q u e atravesamos, menos vi ibles pero más.profundas que la bancarrota fiscal y la avería financiera, una voluntad y un hom ­bre como Giraldo y Viana hacen falta in­decible. Por él ¿debemos lamentar su muerte? E n los grandes nau fragios, cuando, ro­tos hélice y casco, estalladas las calderas, 12 la pérdida de todos los tripulantes es irre­mediable ¿serán de lamentarse los que mue­ren primero? Medellín, Junio de I 903. ENRIQUE W. FER ­NANDEZ. A RAFAEL GIRALDO Y VIANA. Te ta gallarda, olímpico emblante, Ojos ingenuos cual la luz del día, Boca viril en que el valor reía, Busto como el de Apolo, de lumbrante; Alma como el reflejo del diamante, Corazón como el oro y la ambrosía .... ¿ Y un sér a s r de tán ta y tál valía Se hunde y muere y se borra en un in tan te? ¡Oh no, jamá ! El ánimo maltrecho Gime y tiembla al mirar las sepulturas, Ese tu.rhión tan lóbrego y estrecho Que e traga v oraz, la vestiduras ; Pero el sér mora siempre en nuestro pecho Y titila sin fin en las altura . Bogotá, Abril 25 de 1903. ANGEL MARIA CASTEL L. PEREZ GALDOS Y LOS EPISODIOS NA CIONALES . Pérez aldós, el ilu tr m a e ·tr , e· l a p r o­nificación de la actividad y d e l trab a jo. En es te tiempo se le podría ver pas eando al g ún ra to por la tarde, p ro el pa~eo le ·irv para ir á correg ir pruebas ó dar instrucciones en la impr nta donde imprime sus obras en la Carrera de San Franci sco, ó para dar una vuelta por su casa editora! de la calle de Hortaleza. Viv e en una casa no muy lujo­sa del Pa eo de Arenero , y en ella trabaja muchas horas del día in recibir visita que forzosame nte le di traerían de :.,~1 estudio · y de sus trabajo . Por rarísima e ·ccpción, quiso recibirme un día de la emana p a ·ada. E1 , r las diez de la mañana, y el insigne :critor lleval, a dos h')ras de trabajo, según me ," : 1 criado .... cuando hicimos la pa-c s porqu • ímo ·. sin reñir el fiel servidor del maestro y ·o. : {e lo negó el criado, y ya estaba en la calle u: .. do salió tra. de mí llamándome. D . Benito hah ~ · 1.ntado la con · irrna en mi obsequio. Dio se l1. 11, ·•n e y el santo del día. El criado ha­bía cum~ h · ') ~u deber . N o cabía enojo de mi par­te. } ,i autor de los Episodios uacionales trabaja P n "'11 uarto de e tudio y dormitorio á la vez: una gran sal a sin drapería ni lujos pero con mucha luz, mucha ventilación y, en uma,' mucha hirriene. La cama á un lado · al otro la mesa, creo que de pintado pino, y sobre ella una cartera, un tintero , muchas cuartillas y un atril muy sencillo, sobre el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. que había colocado algunas de aquella ya termi­nadas · en diversas sillas, libros y periódicos en montón. Con tanta modestia vive el que por u ta­lento y con sus libros es uno ele lo escritores que má dinero ganan. Tenía entre manos Los duendes de la Camari­lla, el tercero de los Episodios de la cuarta serie. - Se publicará- me dijo-á mediados de Abril y comprende los años de 185o, 1851 y 1852 hasta el mes de Febrero, que es cuando el cura Merino atentó contra la vida de la Reina Isabel.. .. el 2 de Febrero de aquel año .... E muy interesan-te la historia de los suceso. relacionados con aquel regicidio. Este libro es de lo que me han costado má trabajo. La palabra camarilla que he pue to en el título obliga á mucho, y es preciso explicar todos sus misterios .... A este libro serruirá La re71olución de Julio, que es una relación de los uce os de 18 54 la su­blevación militar del Campo de Guardia· el ma­nifiesto de Manzanare el oriaen de la Unión li­beral .... A La re11olución de Julio seguirá O Donnell, la historia política de aquel caudillo que llegó á con - tituiru no de lo, gabinetes má. duraderos de la Espa­consti tucional. El s xto libro será Aita Tettauen ó sea La guerra de Africa. He adoptado el título en árabe, porque erá un r lato de aquella rosa y Versos es deliberada, hija del estudio y la reflexión, que le han mostrado donde está el gusto castizo de sus paisanos. Aho­ra bien, como Jo entiende el mismo señor Ospina, la obra del poeta popular es in­consciente, los cantos de él no nacen de la reflexión, son espontáneos y primitivos co­rno los gorjeos de las aves montañesas; ca­suales como le sonó la flauta á Epifanio Mejía cuando compuso el canto del antio­queño. • "" "" Hemos oído decir con insistencia que la publicación de El Recluta fue un fiasco. No lo estimamos nosotros así. La publica­ción de El Recluta fue un triunfo, el triun­fo de D. Tomás Carrasquilla sobre todos los que escribimos por acá. En ese libro se presentó un certamen que tuvo más efica­ces resultados que el Concurso de La iJ!Iis­celáuea [aquel en que ganaron medallas de honor D. Samuel Velásquez y D. José An­tonio Gaviria] porque al juzgar El Recluta, el jurado calificador fue el público, y en lu­gar de medalla hubo la consagración defi­nitiva de nuestro gran literato. Ante todo admiramos á Carrasquilla por su cuento A la plata. Por supuesto que ese cuento es poco antioqueño: aquí don­de el sentimiento de familia está tan arrai­gado, donde el hombre es altivo y pundo­norosn, la mujer honesta y recatada, el ca­so del cara tejo Langas y su hija, es muy raro, fenomenal. Pero A la plata es un cuento muy bonito! Tememos, eso sí, y esto nos amarga ~1 gusto, que en otras partes tomen el asun­to del cuento como ordinario en Antioquia. Dios nos perdone el elogio de la obra si se ha de dar á ella tan desusado alcance. Entre los escritores antioqueños hace excepción D. Tomás Carrasquilla en punto á moralidad. El libro El Rec:luta, que era jardín de inocentes flores montañesas, lo echó -á perder con su cuento A la plata (para lzombres solos). pues no se atrevieron los padres de familia á llevar á sus casas el precioso libro. Nosotros, como somos hom- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. MODAS. Señoras y amigas mías: Los directores de Lectura y Arte han tenido á bien elegirme para que presente á Uds. esta sección de su periódico, y yo lo hago gustosa en la creencia de que aceptaréis agradecidas este esfuerzo tan simpático y tan Íttil. Hoy no podré dar en materia de modas otra cosa que la copia de algunos figurines de los que vienen de Eu­ropa y Estados Unidos, figurines que por sí solos se explican y que no exigen para su confección otros conocimientos que los que feliz­mente poseen nuestras modistas. Otra vez, si aceptáis este comienzo con ei cariño con que se os ofrece, entraré á hacer algunas indica· ciones, que si van dirigidas en parte no pequeña á la s modista s , son quizá más indispensables á aquellas que las c.cupan. Hoy faltan es­pacio y tiempo para ello. Quedaría yo muy contenta si en cambio de mi esfuerzo en favor del periódico Lectm .. ay Arte, Uds. lo recibie­ran con la simpatía que yo siento por él, y aún agradecería muchísi· mo las indicaciones que me hicieran las amigas por medio de cartas enviadas á la Dirección. S. S . S. y amiga, FIGURINES . No. I · Blusa para señoras, de !wláll, muselina ó cualquier otro género lavable. N
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Lectura y Arte - N. 1

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