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Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 2

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 2

Por: | Fecha: 11/01/1902

When Papa Smurf is away, the Smurfs will play! Handy Smurf has invented some machines to ease the burden of the hard-working Smurfs (not including Lazy Smurf!). Soon, the whole Village is interested in these inventions that improve the quality of life. Seduced by the easy life, The Smurfs rely more and more on these robots to perform their daily tasks, however small they may be. Will the Village survive the occupation of these high-functioning robots?
Fuente: Comics Plus Formatos de contenido: Otros
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Smurfs Vol #23 Can't Smurf Progress

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Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 7

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 7

Por: | Fecha: 23/08/1902

~ ~~I:~::MO~ilitar deAfi~I::~=~:~ ~ [~ _ _o~~~~O DEL I~INISTERIO~~-G~R~- ~nEL ~~~~~~O _ _ ___ ~. ¡:::::.::::_- DIRECTOR, Fra~~~::,~"~:,~;~::ara y Velasco -~:.·:::::: Son colaboradores de este periódico los Jefes y Oficiales dd Ejército Puede 17ltll/ bie11 wrcdrr que nue1tro rttpcto á todrll ln8 condrcione1, 1·rngn cí parar en la indifer•tlcia y 1101 deje 1in e11err;ía• par(L d'ferldu la• 111Lt1/raa E'IRIQUE SICXKlf:WICZ -··r··-----------·----------------·-- · -- ··-- ·--·--------------·------ -.. ------ --·· .. ..... - ................ -------- ¡ -o-- Bogotá, 23 de Agosto de 1902 DECRETO NU~fERO 1 )84 DE 1902 (JULIO 20) por el cual se hace un nombr:1micnto El V/apresúlente dt la Rep;íb!t'ca, en cargado del Poder Eje"cutn•o, DECRETA Artículo ünico. Nómbrase al Sr. Dr. Timoteo Mora Ayudan­te del ~Iinisterio d Gu e rra, a imilad á Comandante génc.ral de División y adscrito al Cuart~l g-eneralísimo para los efectos fis­cales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 20 ck Julio dt: 1902. JO E MANUEL MARROQUI N El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER. ·L·nr-:z DECRETO NUMERO r 143 DE 1902 (JULIO 29) por el cual se confiere un ascenso El Vicepresúlente de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al Coronel Carlos Mejía, tanto por los importantes servicios que ha prestado al Gobierno en la presente guerra, como por su valeroso TOMO II-13 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 194 _¡ comportamiento en los últimos hechos de armas ocurridos en el Tolima. §. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y pub1íquese. Dado en Bogotá, á 29 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁ mEz DECRETO NUMERO II44 DE 1902 (JULIO 29) por el cual se hace un nombramiento en interinidad El Vicep1·eszdmle de la República, etzca~·gado del Poder .E)"ecull"vo, DECRETA Artículo único. Nómbrase interinamente 2.0 Edecán de Ho­nor del Vicepr idente de la República al Sr. R l:erto Ospina Pradillc, con la asignación de seiscientos r esos mensuales. Co~uníquese y publfquese. Dado en Bogotá, á 29 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁrmEz DECRETO NU1\1ERO 1145 DE 1902 (JULIO 31) aclaratorio del marcado con el número 836 de 21 de 1\Iayo del r sente aiío El Vz'ceprtSz'dmle de la RepúbHca, encargado del Poder I!;¡eculz'vg, En uso de sus facultades constitucionales, DECRETA Artículo único. La recompensa provisional concedida á las familias de los Sres. General Jesús Casas Ca tañeda y' del Coronel Augusto Pardo, según Decreto Lcgislati\O número 836 de 21 de Mayo de 1902, será pagada á los Sres. Dres. Jesús Casas Rojas y Ricardo Pardo A., padres de los finados, e mo representantes le­gítimos de los agraciados. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 31 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Gobierno, FRANCisco ~1mmozA P.-El Ministro de Relaciones Exteriores, FELirE F. PAtJL-El Ministro de Ha- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \,_ 195 _..) cienda, Josi RAMÓN LAGo-El Ministro de Guerra, ARISTIDES F:n ... NÁNDEz-El Ministro de Instrucción Pública, JosÉ JoAQuiN CAsAs-El Ministro del Tesoro, AGusTlN URIBE. DECRETO NUMERO 1153 DE 1902 (AGOSTO 1 . 0 ) por el cual se faculta á un Jefe para organizar una Brigada de Caballería El Vz'ctpreszaente de la Rept'tbHca, encargado del Poder .E.JecuHvo, DECRETA Art. 1.° Facúltase al General Mariano Os pina Chaparro, Co­mandante en Jefe del Ejército de Oriente, para organizar una Brigada de Caballería compuesta de dos Regimientos, con el per­. sonal de Jefes, Oficiales y tropa que juzgue necesario y conve­niente, la cual hará parte del mencionado Ejército de Oriente. Art. 2.0 Autorizase al Sr. General Comandante en Jefe del Ejército de Oriente para hacer los nombramientos de Jefes y Ofi-. ciales de esta Brigada, sometiéndolos á la aprobación del Ministe­rio de Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO r 154 DE 1902 (AGOSTO 1 • 0 ) por el cual se fij1. una a imilación El Vü:epresz'denle dt la Rtpúblzca, encargado del Poder EjeculzÍitJ, DECRETA Artículo único. En atención al recargo de trabajo y al maJ estado sanitario de la región en donde ejerce sus funciones el Dr. Manuel A. Soto, Médico de la División Malamundo, la asimilación de que disfrutará, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 3.0 del Decreto número 55 r de 31 de Marzo último, será la de Gene­ral de División. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 196 _; DECRETO NUMERO 1158 DE 1902 (AGOSTO 1 . 0 ) por el cual se declara insubsistente un nombramiento y se hace otro El Vü:epresidmle de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. En virtud del informe rendido por el Sr. Jefe Civil y Militar de la Provincia de Zipaquirá, respecto de que el Dr. Samuel F. Hernández no cumple debidamente con los debe­res de Médico del Hospital Militar de Zipaquirá, declárase insub­sistente el nombramiento hecho en él para tal puesto, y nómbrase en su reemplazo al Dr. Epifanio Combariza. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERN,{NDEZ DECRETO N'UJ.1ERO 1 169 DE 1902 (AGOSTO 2) or el cunl !:.C auu.enta una asimilación El Vü:ep?·est'dmle de la R tpúUica, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Teniendo en cuenta la responsabilidad y el recargo de trauajo que tiene el Teniente Coronel César l'delo, en­cargado de la Botica del Ejército, auméntasele la asimilación de que disfruta á primer Jefe de Cuerpo, desde el 1.0 del presente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MA~UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDF.S FmmÁgcno.-Distin­tos tipos.-Inco:wenientes de los generadore'i móviles.- Transporte ~el hidrógeno en cilindros.-Estudio de estos c'1vascs.-Forma y climenslO• ne .-. ldal de que se construyen.-Clasc de pruebas á que se les some­tc.- Cilindros p:tra el parque tle Guadalajara.-Vilvula. tic ci~:Tre.-Com­pre5iÓn del gas -Trar.sporte de 1 s cilindros en carro y á lomo.- Datos concerniente<> á los ejércitos de Europa. EL GLODO-CO:I!ETA Inconvcnie11les de los globos csféncos caull'vos.-Ya se apuntó en la última conferenria que el viento es el enemigo más poderoso del globo sférico caulivo, ha ta el punto de ser imposible su em­pleo cuand aquél es muy fuerte. El efecto perjudicial del viento se deja entir aun en los casos en ue su "iolencia no sea grande ; las incesantes oscilaciones hacen imposible la quietud indi pensa­ble para poder practicar los reconocimientos d "sde la barquilla; por otra parte, no es siempre hacedero alcanzar grandes alturas á causa tic la inclinación del cable, lo que trae como consecuencia una dominación menor sobre los accidentes circundantes, y por tanto, el que las observaciones 5ean más limitadas. A estas dificul­tades del globo en el espacio hay que añadir las del globo en tie­rra, es decir, las de u inflación, transporte y maniobra, todo lo cual convierte este inapreciable instrumento de guerra en un me­dio inútil y estorboso cuando se opera en términos geográficos azo­tados de continuo por vientos reinantes. Estos inconvenientes pudiéronse apreciar desde las primeras campañas en que se usó el globo cautivo, sin que el ingenio de los aeronautas militares, excitado para dotar de alguna estabilidad á la forma esférica, haya conseguido disminuír aquellos inconve­nientes, los cuales se tocan hoy mismo en los aerostatos del ejérci­to inglés en el Trasvaal. Teoría de la comela.-Buscando solución al problema, se cayó en la cuenta de que la causa que impide subir al globo cautivo es Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 200 _; precisamente la que permite remontar la birlocha con que jue­ga el niño, y por tanto, se pensó que en el fútil juguete de tantos siglos podía encontrarse la el a ve de la cuestión. La idea primera­mente concebida fue combinar la forma plana de la cometa con la esférica del globo. La razón del procedimiento se buscó en la teoría de la come­ta, teoría que explanó el conferenciante auxilíandose con diagra­mas y extendiéndose en consideraciones que no podemos reprodu­cir, diciendo aquí tan solo, á modo de resumen, que supuesta una cometa en el espacio, su plano, inclinado respecto al horizonte, re­cibe del viento una fuerza horizontal que puede descomponerse en otras dos : una normal á la superficie de la cometa, y otra en di­rección del plano de ésta y hacia su parte superior. La primera está equilibrada por la tensión de la cuerda, quedando, pues, la segunda como resultante del sistema, la cual imprime al aparato un movimiento de ascenso. Se ve, pues, que la cometa subirá tanto más cuanto mayor sea la fuerza del viento. La idea de utilizar la cometa como instrumento científico es anterior al siglo x1x; Franklin la empleó en sus ensayos acerca de la electricidad atmosférica, y se ha usado y sigue usándose como elemento de investigación en Meteorología. En la primera mitad del último siglo comenzaron los ensayos conducentes á la realización de un globo-cometa, pero la dificul­tad de conectar la superficie plana de ésta con la esférica del glo­bo, hizo infructuosas las tentativas realizadas sucesivamente por el inglés Douglas, el francés Trauson y el alemán Roedeck. Idtas dt Parseval.-Como dentro de los medios de que dispo­nen la ciencia y la industria, puede casi asegurarse que cuestión planteada es cuestión resuelta, 1 feliz acuerdo de los elementos globo y cometa no podía hacerse esperar mucho tiempo, sobre todo desde que el Capitán Parseval, en vista de la inutilidad de los esfuerzos encaminados á realizar la asociación de aquellos ele­mentos sobre la base de la independencia de las dos formas plana y esférica ó semiesférica, resolvió abandonar este camino para to­mar el de la fusión de dichos elementos en uno solo, para obtener un cuerpo alargado que pudiera mantenerse en el espacio con cier­ta inclinación sobre el horizonte. El globo-comela.-Con el concurso del Capitán Siegsfeld, otro mártir de la navegación aérea, de cuyo trágico fin habló la prensa no hace muchos meses, se ha llegado á la realización de un tipo de globo-cometa que obvia casi por completo los inconve­nientes del esférico cautivo y constituye, por lo tanto, un instru­mento seguro de observación, es decir, el verdadero globo militar. Pn1mpz'o del globo-comela.-Es el que se ha dado á conocer en la teoría esbozada más arriba, sin otra diferencia que la de ser ci­líndrica la superficie opuesta á la .acción del viento. La componen­te vertical de la reacción dirigida de abajo á arriba, se opone en cierta medida á la componente que tiende á tumbar el cable. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 207 _J Descripcz'ón.-El cuerpo principal del globo está constituido por una envuelta cilíndrica terminada en dos casquetes esféricos, la cual se halla dividida en dos compartimientos por una pared flexible ó diafragma, que va desde el casquete inferior (supuesto el cilindro inclinado en el espacio) á la parte media del semicilindro vuelto hacia la tierra. El compartimiento superior forma la cáma­ra de gas, y el inferior (cuya capacidad es t próximamente de aquélla), constituye la cámara de az'rt, donde .puede penetrar el de la atmósfera con el fin de mantener constantemente en este recep­táculo una presión proporcional á la del viento; de suerte que, obedeciendo á ella, el diafragma se extenderá más ó menos, obran­do sobre la cámara de gas, reduciendo la capacidad de esta cá­mara y obligando á que dicho fluido llene siempre el comparti­miento superior, donde, por tal causa, no podrán formarse bolsones. Válvulas de seguridad y otras disposiciones de detalle aseguran el juego automático de ambas cámaras contra las variaciones repen­tinas de fuerza y dirección del viento. Para el caso en que la tensión del gas llegue á ser excesiva, existe una válvula de escape, situada en el casquete superior, la cual se abre automáticamente cuando sP. presenta dicho caso, y puede abrirse también á voluntad del aeronauta, gracias á una cuerda que va, en parte, por el interior del globo. La gran superficie de éste hace poco sensibles bs oscilaciones verticales, y en cuanto á las laterales, debidas á cambios inespera­dos en la dirección de la corriente, pueden ser evitadas merced al lz'món, que está situado en la parte inferior del globo y se halla constituído por un gran saco que tiene la forma de una (:.Orción de toro, cuyo círculo generador es de un diámetro sensiblemente mi­tad de el del globo. Este toro termina por su parte anterior en un trozo tronco-cónico, abierto por delante para dar entrada al aire, con objeto de mantener henchido el timón, el cual está conectado por medio de patas de ganso á la banda de amarre que rodea el cuerpo del globo en toda su longitud; en fin, dos aletas de lóna dispuestas lateralmente en el tercio superior de aquél, contribuyen á dar estabilidad á la posición inclinada del globo, inclinación que suele ser de 20 á 30°. Este aerostato no lleYa red. La barquilla se une á las patas de ganso de la banda de ama­rre por varios puntos convenientemente elegidos, para repartir bien los esfuerzos y mantener la estabilidad en todos los casos. Para que ésta sea la mayor posible, se ha provisto al globo de una cola, cuyos elementos están dispuestos de manera que resulte aumentada la presión del viento sobre aquél. La explicación precedente no puede servir sino para dar una idea muy vaga del globo-cometa. Este es un elemento tan in­genioso como complejo, y para el completo conocimiento de sus distintas partes se necesitan todas las figuras y todas las explica­ciones que el Coronel Maná consagró á este punto del programa. Valor práctz'co del globo-comela.-Si este aparato no evita en absoluto las oscilaciones, ~esultan en él tan atenuadas, que las ob- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 208 -' servaciones desde la barl"}uilla son casi siempre posibles. Su efica­cia en todos terrenos y circunstancias atmosféricas; la facultad de orientarse por sí mismo según la dirección del viento; la lenti­tud con que toma los cambios de posición aun para las grandes ráfagas, y la posibilidad de mantenerse en el espacio por más tiempo que e. globo esférico, hacen del cometa un instrumento de indiscutible valor táctico en los ejércitos. Su elevación es perfecta­mente posible en un 62 por 100 de dfas del año. Tipos de globo-comela.-La casa de Riedinger (Augsburgo) construye tres modelos distintos, cuyas principales condiciones se apuntan á continuación : Diámetro. Longitud. Volumen. Peso. Precio. Modelo. llfetros. llfetros. ,1fetros cúb. Kgs. llfarcos I 6,3 22,5 635 345 I 3· 150 2 6,82 24,35 8os 380 15.170 3 7,8 27,35 I.205 515 20.000 El modelo 1 es el reglamE:ntario en el Ejército alemán . .A1odelo espa;7ol.-En España se ha hecho necesario adoptar un globo-cometa de gran cubo, á causa de la ele\'ación de las mesetas de Castilla, y en particular de la ciudad de Guadalajara, donde radica el Parque aerostático español. Esta mayor altura da me­nor den idad al aire dt;salojado por el globo, y consiguientemente menor fuerza ascensional; lo que imp:me la necesidad de mayores cubicaciones. Por tal razón, el Comandante de dicho Parque, Sr. Vives, ha creído ncc .sario adoptar el modelo número 2. Conll'mía =;;.~¡;¡:-= ESCUELA DEL SOLDADO A CABALLO POR CARLOS FERNÁNDEZ Y JULIO DEL CANTO (Concluye) QUINTA PARTE-TRABAJO CON ARMA Manejo y empleo del sable. Marujo y empleo de la lanza. Manejo y empleo de la cat-abz'na. Persecución. 152. Los jinetes se encuentran preparados para este trabajo por medio de la ejecución de los ejercicios musculares á pie firme y sobre la marcha, á fin de que los caballos se habitúen de ese modo á los movimientos de Jos brazos y á Jos desplazamientos del cuerpo que resultan del empleo de las armas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Los caballos se familiarizan generalmente muy pronto con el uso de las armas. Sin embargo, es preci o obrar desde el princi­pio con mucha prudencia, á fin de no resabiarlos. Los caballos n erviosos 6 irritables, serán atendidos preferentemente por el Ins­tructor. Marchando el pelotón á mano izquierda, y repartidos sus jine­tes en las pic;;tas con grande di tancias, montan á caballo con pre ­caucir5n, teni ndo el sable al portasable. El Instructor los hace marchar d'"' frente al p1.so; no los hace trotar sino cuand -..·e que todo los caballos marchan tranquilamente' y no manifiestan i,1quie­tu' 1. D ~spués de alg-unas vueltas al picadero á ese aire de marcha, los jinetes vuelven á tomar el pas, y cambian de mano para re­petir el mismo trabajo. Se hace en seguida ejecutar á la dos manos algunos movimiento al pnso y al trote, h::1sta qu los caba­llo demue tren la mism1. tranrtuilidad y la misma obediencia á las ayurlas que cu1nd lo jint>tes e5ta han sin sable. Cuan J los caballos sop,)rtan el sabl á todos los aires de marcha, s~ le desonv·:~.ina y envaina r e petí as vece . Al prin ipio, est mJvimi •ntos s ejecutan ri pi flrm ~ , suavemente y in mar­car ti m pos; s, les r pite marchancl al paso, y despu~ci se hace desenvainar el al le al trote y al g-alopt. El ej rcicio del sabl se manda, al principio, desde pie t1rmc, y suce Í\'amcnte á todus los air s d . marcha, á man derecha y á mano izquierda. 15 3. Pam aco tumbrar á loe;; caballos á las detonaciones de armas d e fu e n· , se coloca ,¡ pelotón á pi tirm sobre el e írculo; el In t ructor, co 1ocado al centn, di para un tir , con poca pólvora al princ ipi1), y aum ntan 1) d pués pror)T sivame nt la carga. O·­dern á lo · jin e tes qu acari cie n su ca allo á. cada de tonación y que d en frent al inte ri r clc1 círculo. Un ayudante á pi e da enton­ces un poco ele ceba la, az ícar ó s·, 1 á cada caballo. La misma progr~.;sión se sig-u! cuando el pelotón est<Í. en mo­vimiento al p so y al trot . Al disparo, ¡r ar al paso, det •n ~r e y dar frente al centro del cír u lo. Despw.!s de varias r 'P .ticionr:.s de esta especie, y cuando los caballos no manifiesten temor, los jine­tes nJ se detienen á la detonación y con ervan el aire ' de marcha que llevan. Para convencerse de que los jinetes son verdaderamente dueñ os de sus caballos y que éstos no se espantan, el Instructor hace ejecutar alg-unos movimientos á lo largo de las pista·, mien­tras que individuos á pie disparan en el centro del picadero. Cada jinete hace fuego después de esto, estando á caballo, evitando aproximar su arma á la cabeza del animal. 1 54· Los caballos se habitúan á la vista de estandartes duran­te el trabajo con la lanza, y ésta se emplea al principro sin bande­rola. Los jinetes montan con precaución y, si es preciso, se hacen ayudar por un hombre á pie. Se colocan sobre las pistas con gran­des distancias, y el Instructor les hace ejecutar á las dos manos TOXO n-14 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 210 _J algunas vueltas al picadero al paso y al trote, teniendo la lanza terciada 6 afianzada . Para calar la lanza, bajarla suavemente á fin de no asustar los caballos; volverla á leYantar del mismo modo, y bajarla en se­guida á derecha é izquierda, hasta que dejen de asustarse. Repet!r después el mismo trabajo al trote y al galope. Una vez familiarizados Jos caballos con la lanza sin bandero­la, se ajusta ésta y se sigue la progresión de más arriba. En fin, se ejecuta el ejercicio de la lanza al principio á pie firme, y después á todos los aires de marcha y á las do manos, pero evitando tocar la cabeza del caballo con el asta. 155. El jinete conduce su caballo al terreno con el sable en el porta-sable; la carabina se lleva ordinariamente al porta-mos­quetón ; irá á la espalda cuando así se ordene con anterioridad. En todo caso, el portacarabina estará alargado. El Instructor hace repetir á los jinetes armados los diferentes ejercicios del trabajo con brida; vigila que el peso y el movimien­to de las armas no les hagan perder la regularidad de posición, y les prescribe conducir alternativamente sus caballos co.n una sola mano 6 con ambas. MANEJO Y E.MPLJ!:O DEL SADLE Deseuvénar el .sal/t.-Pasar la mano derecha por encima de las riendas, para jecutar lo que está pr scrito á pie; dC;senYaina­do el able, colocar el puño apoyado en el muslo, diez centímetros más abajo de la cadera, el pomo en la franja del pantalón. I. 1Jesenvm1zm 2. SABLE. 15 7. E1mal1zar d sal/e.-Como está prescrito á pie, apoyando la hoja en el ant ·brazo izquierdo hasta que la punta e intr duzca en la vaina, y afirmando ésta con el talón izquierdo ¡.,ara facilitar la introducción de la hoja. I .. E1n:arizm. 2. SABLE. 158. Los movimientos de prcsmlm el salle y al lzrml1·o el salle, se ej cL.tan á caballo como está prescrito á pie. Al mando: A discreáfm, los jinetes pueden dejar caer el ~able al co tado dere­cho 6 ponerlo en una posición que, sin estorbar á sus vecinos, en­cuentren cómoda y descansada. Al mando : En su lugar descat1so, ejecutarán golpes y estocadas á voluntad. En ambos casos, al man­do: Atwc ·zn FIR(mes), 'uehen el sable al homl>ro. El Instructor hará dtsctwaúwr á los tres aires de marcha, y m­vaz1zar solamente marchando al paso. Vigila que los jinetes, ejecu­tando estos movimientos, cambien lo menos que sea posible la mano de la brida. El jinete que tiene el sable desenvainado puede, momentánea­mente, ayudarse de la mano derecha para conducir su caballo con las riendas separada., llevando el puño junto al izquierdo, toman­do la empuñadura con todos los dedos, entreabriendo éstos, cogien- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '--211-' do la rienda derecha del filete inmediatamente adelante del puño izquierdo, corriendo el derecho lo que sea necesario para ponerlo enfrente del otro, sacando la rienda de debajo del índice izquier­do; tomada la rienda de manera que éntre por debajo del meñi­que y salga por encima del índice, se toma con firmeza la empu­ñadura, poniendo el sable vertical, el filo al frente. Para cruzar las riendas, colocar la derecha del filete debajo del índice izquierdo, ajustar las riendas y volver el puño y el sable á su lugar. Para acortar 6 alargar, llevar también el puño derecho á las riendas y tomar éstas con el pulgar y el índice. 1 59· Las estocadas y los golpes de sable que se enseñan en la instrucción á pie, se ejecutan primero á pie firme, y después á los tres aires de marcha. A la indicación: Contra úifanleda, dirigir los golpes de arriba hacia abajo. · El Instructor se fijará en que los jinetes no vuelvan ó inclinen c.1 cuerpo más de lo neresario, y en que conserven siempre la mano izquierda inmediatamente encima del borren rlelantero. Para ejecutar el ejercicio del sable sobre la marcha, se hará el mo,·imiento de romper de á uno (número 47), conservando siem­pre las distancias y describiendo una pista á dos pases de la pared, cuando se trabaje en picadero cerrado. Los jinetes mantienen las piernas cerca del caballo y se apoyan en los estribos; ,:,US movi­mientos no deben modificar el aire de marcha ni la dirección del caballo. 160. Para ejercitar los jinetes á golpear un objeto determi­nado, se coloca sobre la línea del medio del picadero ó sobre un punto cualquiera del cuadro, pero lejos de la pista, un trípode co­ronado por una cabeza móvil. El jinete se ejercita primero en pa­sar á todos los aires de marcha muy cerca del obstáculo, dejándolo alternativamente á su derecha y á su izquierda. Cuando el caballo no manifieste tendencia á retirarse, el Instructor indica al jinete la estocada 6 el corte que debe dar á la cabeza móvil. La cabeza se coloca en seguida en tierra. El jinete no inclina su cuerpo más allá de lo estrictamente indispensable para tocarla con la punta del sable, dirigiendo el golpe de arriba hacia abajo. En este último ejercicio el jinete deja siempre á su derecha el ob­jetz'vo. Los ejercicios preparatorios de la carga indicados en el traba­jo fuera del picadero (núm. 144), se repiten con el sable desenvai­nado; los jinetes toman, según la indicación del Instructor, la posi­ción de los soldados de la primera 6 de la segunda fila, y terminan el movimiento con algunos golpes á su elección. Posú:z!m de la prz'­merafila: en guardia.-PoszCión de la segunda fila: el puño á la dere­cha más arriba que la cabeza, el codo doblado, el filo al aire, la punta atrás y á la tzquierda. 161. Un maniquí de paja vestido con un iniforme viejo de Ia tropa, se empleará también para el ejercicio del sable, colocándolo amarrado al trípode. Este mismo maniquí clavado superficialmen- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 21 2 _) te e n el suelo, da mod o q ue a l menor g-olpe caiga, se emple ará ~ara acostumbrar á los caballos á atro p ellar los infantes. MANEJO Y E;\IPLEO DE LA LANZA IÓ2. Co11duúr el caballo al tcrreno.-El jinete conduce el caba­llo al terreno con las cuatro riendas sobre el cuello, tomándolas tl e la brida con la mano derecha á dos centímetros de las argollas del freno, en la forma prescrita. La lanza la lleva sobre el hombro izquierdo, con los dedos de esta mano bien cerrados, e l dorso a l frente, tomada el asta á un metro, más ó menos, del reo·atón y colocando el puño á la altura de la tetilla izquierda . Llegado al terreno, tomará la posición del cuerpo y de la mano derecha como en el número 126, colocando la la11Za verticalmente, con el regnt6n poyado en tierra i cinco centímetros de la punta del pie izquier­do, alineado con dia; la mano izquiPrda t ma el asta con el dorso hacia el fr ntc, los dedos bien cerrados y el puño en contacto con el hombro izquierdu. IÓJ. J.fOJZiar á caballo.-Levantar la lanza con la mano iz­~ uicrda, girar á la der~;.;cha, dar el pa o á la derecha soltando las riendas con esta mano, que incontin e nti pasa á tomarlas por enci­ma del cuello; afirmar el a~;Ll .. z0 ,: toda su e,aensiún por entre el cuello del caballo y el antt"hrnzo izquierdo; soltar la lanza con la mano iz uierdn, h.:Yantarla on la derecha hacia arriba hasta que el regatón quede más alto que las crines; pasarla verticalmente 1 costado derecho ara intrvducirla en el porta-r galón, corriendo la mano el recha hasta que quede á la altura del hombro, 1 dorso ~1 frente, los d dos bi~n cerrado. , el asta vertical y la band rola ameando sin em·olverse en el asta. Contimía EL SERV ICIO OBLIGATOR IO EN LA ARGENTINA LEY NUMERO 4031 El Stnado y Cámara dt Diputados de la Naáón ArgmtitJa reumdos m Co ngres o, &-> c., SANCIONAN CON FUER ZA DE LE Y TITULO I DISPOS ICIO ES GEl\".ERA LES Art. x. 0 Todo argentino d ebe el servicio militar personal. Art. 2.0 La obligación del servicio militar es igual para todos y tendrá una duración de veinticinco años. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 213 --' Art. 3.0 Nadie podrá ingresar en adelante al Ejército Nacio­nal, en carácter permanente, si no es ciudadano argentino 6 natura­lizado argentino. Art. 4. 0 Los individuos que antes de su incorporación al Ejér­cito, 6 mientras estén incorporados, sufran condena judicial, por delitos que revelen inmoralidad notoria, á juicio del Poder Ejecu­tivo, prestarán su sen·icio en cuerpos disciplinados, 6 serán desti­nados á servicios 6 trabajos especiales después de cumplida 1~ condena. Art. 5. 0 Nadie será admitido en adelante á desempeñar ua puesto en las administraciones dependientes de la Nación, si n• justifica haber satisfecho las prescripciones del servicio militar im­pu estas por la presente Ley. Art. 6. 0 Los j efes, Oficiales, clases y asimilados de todos lo' grados y de todai las armas del Ejército permanente, no puedea ejercitar ninglÍ.n derecho electoral, ni tomar directa ni indirecta­mente participación alguna en política, mientras tengan mando de fuerzas 6 desempeñen funciones en cualquier repartición depen­diente del Ministerio de Guerra. Los individuos de tropa del Ejér­cito permanente quedan sujetos á las mismas prohibiciones duran­te el tiempo de servicio que les corresponda por la presente Ley. Estas disposiciones se harán extensivas á los individuos de la Reserva de cualquier graduación, mientras estén movilizados, deS­de la fecha de la convocatoria hasta la de ~u licenciamiento, de acuerdo con las prescripciones de esta Ley. Art. 7. 0 Las convocatorias para maniobras ó ejercicios de la Resena del Ejército de línea, Guardia Nacional ó Guardia Terri­torial, no podrán efectuarse con anticipación menor de cuarenta y cinco días, 6 posterior de quince días á la celebraci6'1 de un acte electoral. Art. 8. 0 Los ciudadanos de la clase de Yeinte años que com­prueben haber adquirido en los polígonos de tiro la práctica y pre­cisión que el Poder Ejecutivo determine n la reglamentaci 'n de esta Ley, serán di pensados: de un mes ele s nicio en las filas del Ejército permanente, aquellos á quienes haya tocado el servicio de seis meses; y de cuatro meses, aquellos á quienes haya tocado el servicio de dus años, sin que este beneficio pueda exceder al die1 por ciento de los individuos de la clase convocados en uno y otr caso. Art. g. 0 El Poder Ejecutivo Nacional, en la capital federal y territorios nacionales, y los Gobernadores de Provincia en las su­yas respectivas, quedan facultados para prorrogar por ocho días el tiempo de servicio, en cada convocatoria, á todo guardia naciO­nal que no haya satisfecho exactamente á las condiciones del tiro, determinadas por el Gobierno federal en los correspondientes prO­gramas de instrucción de la Guardia nacional. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Mi litar de Colom b ia L 2 14 _¡ TITULO II CO. 'STITUCIÓN DEL EJÉRCITO Art. ro. El Ejército de la Naci6n se compone: 1. 0 Del Ejército de Línea; 2. 0 De la Guardia nacional; 3. 0 De la Guardia territorial. TITULO III DEL EJÉRCITO DE d. K\ Art. 1 I. El Ejército de Línea lo forman: el Ejército permanen­fe y su reserva, como si~rue: I .0 El Cuerpo de O.iciales sui)eriores, Jefe y O.Kiales subal­ternos y asimilados del Ejército permanente, de acuerdo con la ley respecti \'a; 2.0 Los Jefes y Oficiales de Rescna, reclutados de acuerdo con la pres nte ley; 3. 0 Las clases: Sub-oficiales, Sargentos y Cabos del Ej¿rcito permanente y los de u reserva, reclutados en la forma fijada por la presente Ley ; 4. 0 L0s contingentes de conscriptos de las ocho clases de veinte año cumplí o., i veintiocho años ig-ualmente cumplidos, considerados aptos para el servicio militar, cualquiera que sea su e ·tado civil; 5. 0 Una cantidad de ·oldado voluntario·, cuyo número no podd. en tiempo de paz exceder de mil ochoci nto hombre . En caso de guerra, el número de soldados voluntarios no seri limitado. 6. 0 Los destinado por infracción á la obligaciones impuestas por la presente Ley. 7. 0 El perso al de \·oluntarios (músicos, cornetas y tambores) necesarios para las bandas militare . Art. 12. De acuerdo con el 4. 0 del artículo r r, que an-tecede, los conscriptos de las clases de veinte á veintiocho años cumplidos, que en virtud de la presente Ley forman parte del Ejército de línea, dependen directa y e,·clusivamcnle del gobierno federal, desde el momento de su enrolamiento, que deberá efec­tuarse, imprescindiblemente, dentro de los noventa días después de cumplir los diecinueve año , hasta su pasaje á la Guardia na­c ional, al cumplir los veintiocho años. A:-t. 13. Los argentinos de la cla e de veinte años (cumplidos en el año anterior a l de su llamamiento) reconocidos aptos para el servicio militar, serán incorpo ra d os al Ejército permanente por el término de seis meses, c on excepción d e los destinados por la L ey número 3948 para el ser vic io de la A rmada, y d e otra canti ­d a d que no podrá exced er de la q uinta parte del to tal d e los indi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 215 _J viduos reconocidos apto para el servicio de dicha clase, los cual es serán incorporados al Ejército permanente por el término de dos años. El Poder Ejecutivo podrá, por razones de presupuesto, redu ­cir este tiempo de servicio continuado en las filas, hasta cuatro meses para los primeros y veintid6s meses para los segundos . Art. 14. El Poder Ejecutivo podrá, cuando alguna necesidad urgente dd servicio lo requiera, prorrogar hasta por tres meses ellicenciamento ele los c0ntingentes de dos años y de seis meses incorp.:>rados en el Ejército permanente; y esto aun cuando los nuevos contingentes de la cla e siguiente hubieren ya sido incor­porados al mismo Ejército. Art. 15. El Pudl'r EjecutÍ\'O determinará cada año, con sufi­ciente anticipación, ·· 1 número de conscriptos de la clase de veinte años que serán incorporados por dos años á la Armada y al Ejér­cito. Para designarlos, se proceded. á efectuar el scrteo de toda la clase en la forma quL: será. reglamentada por el Poder Ejecutivo . Aquellos á quiene toqu n los números más altos, formarán el con­tingente para la Armada; los sicruientes, el contingente de dos años para el Ejército p er manente, y el resto constituirá los contin­gentes destinados al servicio de seis meses para el mismo Ejército. Art. 16. El conscripto perteneciente, por el sort o, á uno de los conting ·ntes enunciado,, que no se incorpore en la fecha para la cual fuere convocado, será reemplazado por el número siguiente, aun cuando é te forme parte de otro contingente, sin perjuicio de apli­car, en cualquier tiempo, al infractor. las pena. establecidas por la presente Ley. Art. r 7· Despué~ de la incorporación queda autorizada la permuta de servicio entre un conscripto á quien haya tocado el servicio d e do años, con un conscripto p rf ctamente apto de la misma el e á quien haya tocado el ·e rvico de eis mese;s, bajo las condiciones siguientt!~: a) El conscripto de SPis m ses manifestará á la autoridad mi­litar corre pendiente, formalmente 6 por e crito, y con interven­ci6n d u padre ó tutor, que acepta voluntariamente hacer el servicio de dos años, que corre pondía al conscripto que propone el cambio, tomando ante d Gobierno todas las obligaciones corres­pondi<" ntes á éste; b) La permuta implica únicamente el cambio del tiempo de serv1cio que á cada uno de los dos conscriptos corresponde hacer en el Ejército permanente, terminado el cual, ambos quedan obli­gacos á formar parte de la reserva de dicho EJército, con todas las obligacionPS inherentes á la misma, hasta su pasaje á la Guar­d ia nacional, al cumplir los veintiocho años; e) El conscripto de dos añ s, 6 su padreó tutor, pagará, a l d e se is mese..,, una suma que será fijada entre ellos, sin poder, sin em­bargo, ser menor de seiscientos p~sos moneda nacional. Esa suma se rá depositada en e l Banco de la Naci6n Argenti na , 6 s uc ursal más pr6xima, á la o rden del M ini sterio d e Gue rra, q uie n la hará Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar d~ Colombia L 216 _; pagar al conscripto interesado e n tabla y mano propia, e n esta forma : cien pesos moneda nacional un mes después de firmarse el con trato de permuta; sucesivamente diez pesos moneda nacional m ensualmente, y el resto de la suma, al terminar el servicio de dos años; d) En caso de fallecimiento de un conscripto que esté de~em­peñando así un servicio de dos años, las cuotas que aún quedan á su haber serán entregadas á sus legítimos her cleros, deLiendo en tregársele á él personalmente, en caso de haberse inutilizado en acto de servicio. Pero en caso de deserción ó de expulsión del Ejér­cito por falta legalmente comprobada, entonces la suma que aún restare, pasará á nb"r sar el fondo del Departam nto de Guerra, destinado á las construcciones militares indicadas en el parágrafo siguiente; e) Todo contrato de permuta de servicio será extendido en papel con timbre especial d l J\finisterio de Guerra, de costo de doscientos peso moneda nacional. El importe ele venta de estos papeles será, exclu::.ivamente, destinado á aumentar el fondo del Departamento de Guerra, necesarios para construcción de hospi­tales militares regionales, sanatorios, edificios para a ilos de in­válirlos ó huérfanos de militar s, ú otros institutos de beneficencia del Ejército. Revúla del .Ejércüo de línea Art. r8. Terminado su tiempo de servicio en las unidades pcrmanentt> del Ejército de línea, los conscriptos pa arán á cons­tituír la reserva de éste: una parte afectada á las compañías, s­cuadro nf' s y baterías de las umdades pe rmanentes, hasta alcam~ ar el pfc:ctiv reglamentario de éstos en pie de guerra, y 1 r . to á comtituír las otras unidades de movilización que, con las p rma­n nt s, constituyen el total del Ejército el lín a : todo de acuerdo con la reglam ntación que dictará al re p cto el Pudcr Ejecutivo. Art. 19. Los hombres que forman la rcscna d 1 Ejército de línea, están obligados á incorporarse á su cuerpos respectivos, en ca o de movilización convocatoria de la clase, ordenada por De­cr to del Poder Ejecutivo, de acuudo con las prescripciones de la presente Ley. Art. 20. Igualmente, los hombres que comtituyen la reserva del Ejército de línea, están obligados, durante su tiempo de servi­cio en dicha reserva, á efectuar do períodos de ejercicios ó ma­niobras, de una duración máxima de un mes por período, en las época y formas que reglamente el Poder Ejecutivo. Art. 21. Ademá de lo período de instrucción que antece­den, el Poder Ejecutivo queda facultado para convocar para dos perL dos ele in. trucción de cuadros de una duración máxima de quince días cada uno, á Jos Jefes, Oficiales y cla es de la Reserva, en aquellos años en que no se haga, en la r egión respectiva, con­vocatoria para instrucción de reservistas. Cr;nlz'núa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 217 _; - Historia ~ AUTOBIOGRAFIA DE HIPÓLITO MORA COROJ. EL DE COLOMBIA (Continúa) Llegámos á Cucutilla, y allí permanecimos dos días. Continuá­mos la marcha para Cúcuta, donde también estuvimos igual tiem­po, que se empleó en elegir el punto en que debía IJbrarse el combate. Marchámos para La Donjuana, punto que fue elegido para esperar el enemigo,) allí acampimos. Poco después avistá­mos á Camargo. Acampó é te en el llano que lleva el noml.Jre de Carrillo, con un ejército de 8,200 hombres. Nusotros no contába­mos sino con 5,200, pero le llevábamos la ventaja del valor de nuestra gente. Se procedió á trabajar en las trincheras, las que fueron he­chas durante la noche. Al día siguiente, muy temprano, no atacó, llevando la gente al combate por batallones, y aun había dispues­to que por compañbs nos hicieran descargas cerradas. De la ma­nera dicha entraron y llegaron hasta muy e rca de nuestras trin­cheras ; pero á nuestros soldados nada de sto les aterraba ; con las escopeta hacían fuego con la mayor prontitud, en términos que los adver~arios salían .n. retirada y llegaban á su campamen­to algo más que diezmado ; pero como Camar~·o tenía gente de sobra, r forzal.Ja uien pronto la línea con batallones frescos. A pe­sar de todos estos movimi ntos que el ene migo hacía, á las tr~s de la tarde el triunfo era nué tro, pue ya le;:, habíamos cogido 400 homl.Jres, armados todQs de rémington, y si hubiera habido dpsu­las, de seguro que lo habríamo · batid ·>; p:!ro desgraciadamente no teníamos ni una. Como no habíamos preparado pertrechos suficientes para ha­cer frente á un ejército tan numero o, se nos agotaron, pero así sostuvimos el fuego hasta las seis de la tarde. Cuando el enemigo se hul.Jo retirado á su campamento, dispu ieron los Jdes contra .. marcháramos para Cúcuta, lo que se verificó, saliendo en forma­ción. A las once de la noche llegámos á Cúcuta; allí acampámos en el Camellón, en el punto donde nos pararon. Al día siguiente dieron orden de marchar para Gramalote; mas en esos momentos se presentó Camargo con su gente, en el llano del Rosario, sitio que dista de Cúcuta dos cuadras. Tan pronto como llegó, jt.cut6 la operación que había hecho en Bucaramanga, taladrar las pa­redes. Como 110 podíamos marchar por tener el enemigo tan cerca, dispusieron los J efes saliera el Coronel Juan Maldonado con su batall ón á tiroteado, con el fin de proteger nuestra retirada : cum­plido esto, partímos para el punto designado. llegámos ya de noche al sitio llamado Zulia; y como el río de este nombre es muy Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 218 _J correntoso, no lo·podía pasar la tropa á vado; por lo cual todos anhelaban tomar las barquetas. A las tres de la mañana e tába­mos del otro lado; continuámos nuestra marcha, y llegámos á Gra­ma lote; alH estuvimos ocho días. No habiendo recursos en aquel pueblo, marchámos para un punto llamado La Corcovada. En este lugar se dividió el ejército: el Dr. Valderrama partió por un atajo con la mitad, y el resto contramarchó con todos los Generales para Gramalote, donde permanecimos tres días. E te pueblo no tiene sino un solo camino de entrada; de manera que el que entra por él, tiene que volver á mlir por el mismo. Las fuerzas de Solón vVilches, en número de 3,000 hombres, atrincheradas, resguarda­ban dicha entrada. Convinieron nuestros Jefes en buscar prácti­cos para que por el costado izquierdo nos sacaran, haciendo tro­cha, aunque todo era cerro y muy montuoso. Por allí se verificó la marcha, no sin que antes de: partir se fueran unos á poner al frente de \Vilches, con el fin de que los tiroteara, y mientras tanto nos­otros pudiéramos partir. LoO"rámos salir uastante adelante de \Vil­ches, aunque tuvimos que dar una vuelta considerable. El no ad­virtió nuestra desaparición, por la estrategia de haberle puesto gen­te al frente. Llegámos á Cúcuta, en donde no parámos sino para tomar un ligero alimento. Seguímos en dirección á Silos; pasámos por e rca de La Donjuana y no lejos del camino 1ue va para ella; no purlimos atravesar el campo por la fetidez insoportable de los caclá \' res que estaban en putrdacción y servían de pasto á Jos animales. Llegámo á Chin1cota, y en este pueblo era lamentable todo, pues los enfermos no cabían en las casas~ y se veían hasta en los corredores. , t guímo la marcha pam 1 Valle de las Angu tías, y llegan­do o\ é te, tuvimos noticia de que hacía poco tiempo había desocu­pad stc pueblo el Coronel Ilernández, quien con su gente había permanecido algunos dfas allí; díjo cnos que pabía tomado la vía de 'ilos. En el acto nos pusimos en m~rcha picándole la retaguar­dia; pero al llegar al río hubo mucha dcmoTa para pa arlo, porque él había cortado el puente, dejando sólo dos vigas muy separadas; con todo, por allí pasámo ; pero Hernándcz e taba parapetado en un alto que por su situación u a imposible atacarlo por ser inexpug­nable, ha ta el extremo de que con 20 homlJres se impide el pa o á mil. Por tanto, turimos que contramarchar para el pueblo de las Angu tias, y allí pernoctámos, pasando la noche á la intemperie. Al día siguiente muy temprano marchámos para Pamplona; en e te lug-ar pasámos la noche. Al otro día marchámos para Mu­tiscua. \Vilches estaba con su gente en el pueblo de Chopo; tan pronto como salímos, él ocupó la población que nosotros abandoná­bamos. Llegá.mos á Mutiscua, y continuando nuestra marcha salf­mos al alto de La Piñuela, en el páramo. En este Alto se dividen dos caminos: el que va para Silos y el que sigue para Bucaramanga. Nuestra intención era salir por el de Silos. Empezámos á subir una loma, y á muy poca distancia nos empezó á tirotear la gente de Hernández, que había salido adelante de nosotros. Por ser ya tarde, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Milittlr de Colombia .\._ 219 _.) dispusieron nuestros Jefes que permaneciéramos en este punto: cada uno acampó donde estaba parado. Al día siguiente hubo un des­acuerdo entre los J efes, porque unos querían tomar la vía de Bu­caramanga, y el General Posada opinaba que era mejor contra­marchar á Mutiscua, pues por allí había un camino que conducía á Cupagá, y de este modo se podía de!>cansar. Inmediatamente desfi­ló con alguna gente. Viendo el resto de la fuerza que él tomaba esa vía, emprendió marcha por la misma. Al llegar al pueblo, por el lado izquierdo, hay un camino que faldea un cerro muy elevado, y cruza un puente. Cuando lo habían pasado algunos, vimos desfilar las fuerzas enemigas que estaban acampadas en el Alto de Calderas. Tan pronto como se divisaron, todos Jos que no habían pasado e lanzaron sobre aquéllas con las pocas municiones que tenían, para tirotearlas, lo que dio por re­sultado que la. derrotaron; pero como las fuerzas de \Vilches eran conocedoras de esos campos, se escurrieron por muy abajo del río, y trepando una loma, nos salieron al frente de la YÍa que llevá­bam )S. Cu1.nclo lo que estaban en el Alto vieron que se nos atacab:1 por retaguardia, empezaron á bajar nuevamente en nú­mero considerable por el camino que habían abandonado, hacien­do fueo-J en di tintas direcciones. Como nuestra gente estaba des­armada por falta de municiones, tuvo que abandonar el campo. El enemigo inmediatamente tomó el puente, lo que dio por resul­tado que todos los que habíamos pa ado, fuéramos atacados de frente y por retaguardia, cayendo prisioneros rasi la totalidad, pues pocos fuimo lo que nos salv:imo . Los prisioneros fueron llevados al pueblo, y la iglesia fue ha­bilitada de drcel. Yo no caí prisionero aquella tard _,, por 1ue me metí uentro de una zanja, en donde espert.S la noche, y permanecí como hasta las cuatro de la mañana, hora en que salí de tal es­condite y me dirigí i una casa inmediata. Tan pronto corno lle­gué, salió un'l mujer y me dijo: ¿Quién es usted'? Le contesté que era uno de 1 s derrotados. Me hizo entrar, y al acercarme á la put rla, vi que en dirr.::cción á donde yo estaba venía un hombre. Sabed r de que era perseguido por no haberme entregado, le dije á la mujer: ¿ D 'nde me puedo ocultar? No tenga cuidado, que el que llega es el Alcaldt::. E un ~cñor muy bueno y conservador. Al llegar é_te, la mujer 1~ manifestó que en su ca a había admiti­do á un señor de los derrotados. Le contestó que había hecho muv bien, porque a í deb~ procederse con toda persona que se halla en desgracia. A mí me dijo: Soy el Alcalde, no tenga cuidado. Ahora no· vamos junto para el pueblo, n donde está el Coronel Hern:índez recibiendo lo~ pri~ioneros que han caído hoy. Le ma­nifesté que era mejor que me dejara libre en el lugar en que me hallaba. Me contestó que no podía, porque si lo llegaba á saber el Coron 1, podía perjudicarlo, y agregó: No tenga cuidado. Yo lo presento y le digo que en mi casa lo encontré. Marchámos para el pueblo, donde me presentó al Coronel, quien después de manifestarme no tuviera cuidado, me condujo á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol~tín Militar de Colombia '- 220 _J donde estaban los otros señores, y al entrar les dijo: Aquí tienen ustedes á otro compañero. Me sorprendí al ver allí al General Posada, al Dr. José María Samper, á los Sres. Hoyos y á otros compañeros. A las cuatro de la tarde se presentó el Coronel Hernández y nos dijo: "Tenemos que marchar para Pamplona, porque no ten­go orden de permanecer aquí." Inmediatamente contestó el Gene­ral Posada: "todos estamo á su disposición, de manera que puede disponer lo que á bien tenga y estime conveniente." Partímos, pues, para Pamplona, diciéndonos aquel Jefe al tiempo de mar­char: j Caballeros, ustedes no van con escolta, irán bajo su pala­bra de honor rle cumplir lo ordenado ! CcnHnÚil ---= Variedades PEREGRINACION DE ALPHA 1 POR :UA, 'UEL ANCIZAR (Continúa) A 1 ,8o6 metros de altura sobre el mar, y batido por los vientos libres de la cordillera, disfruta este pueblo de una temperatura media t.k 20° centfgrados y Je ext: lente clima; beneficios que, unidos á la sencillez de co tumbres, 1 s afianza la longevidad, así como encuentran una fuente de salu<.l en la vi<.la que llevan, nece­sariamente laboriosa, pues no habitan un suelo tan fértil que les di pcnse de asiduas tar as para sacar de su seno las cosechas con que se alimenran, y además de ellas, añil, panela y algodón, por valor de S I 5,700 anuales, cuya irculación anima el tráfico inte­rior. Hay una escuela pública con 47 niños, lo que es bien poco para 5,500 habitantes que cuenta el distrito. Nac n al año 170 y fallecen 64, qucdanJo por consiguiente un aumento de ro6 indi­viduos, de los cual s 30 son hijos naturales; mal de que adolecen todos nuestros pueblos por las grandes distancias que de la parro­quia dividen á los moradores, por el alto precio para ellos á que se vende el Sacramento del matrimonio, y por un resto de las costumbres sueltas de los indios, transmitidas á lo más pobre de la población agrícola. Hacia el N. de San Gil no hay más Distritos que los dos ya nombrados, por lo cual hubimos de retroceder en demanda de Mogotes, primero de los que se hallan al S. del cantón. El ter rito­río que se recorre presenta una serie de ramblas y recuestos al­ternados, que sin perjudicar la bondad del camino, lo hacen entre- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de C olombia '- 221 _) tenido por la variedad d e l os paisajes, ora enriquecidos con prós­peras se me n teras de todo linaj e d e f rutos, ora so litarios y a g re st es, p er o si empre verdes , ll e nos de frescura y amenidad . Pas ados los ríos T ubuga, Cuchicuira y Mogotico, en el punto en que se juntan para form11 r el Monas, se entra de repente en una llanura pe rfe c­tamente pla na, q ue en la d irecc ión N-E. S-E., se prol onga casi tres leguas, m idiendo en lo más a ncho una legua . Cíñe nla, como el óvalo de un medall ón, dos ramales desprendidos de la serranía principal, compuestos de cerros lavados y desgastados hacia el llano , most rando .n lo alto las crestas desiguales y ari tas afiladas del n úcleo descubierto, n o ya formado de estratas más ó menos co n­cordantes, como e l grueso de la serranía, sino de masas esquisto­sas en que abundan escamas brillantes d talco ; al paso que en lo bajo constan de una aglomeración confu a de margas abigarradas que ruedan hasta las márgenes d ·1 río 1IoO"otico, canal labrado por las a•ruas primitiva aposentadas allí como en una g-ran taza, de la cual se deslizaron cayendo sobre el mi ·mo río Monas y de ­jando n seco la bella planicie en cuyo centro _e halla 1 pueblo de ~ .fugot s . Con ta éste de un caserío c.·tenso, interrumpido á tre­cho por ruina r ci ntes ck habitaciones, donde antes moraba n familias acomodadas, industriosas y pacíficas, que en número de 700 in lividuos hubieron u abandonrara é invita al descanso. Tanta es la fuerza de esta costumbre, que sen­tí una especie de pesar cuando me convencí de que Petaquero no tiene campanario, cual si leyera la intimación de no haber hospi­talidad para el viandante, por necesitado que llegase al reducido caserío. "Las iglesias comunican á nuestras aldeas un carácter singularmente moral. Las miradas del viajero se detienen y fijan sobre la cruz del campanario, cuyo aspecto suscita multitud de afectos y de recuerdos. Aquel campanario es el túmulo en torno del cual duermen los abuelos y deudos de los moradores; y es al mismo tiempo un monumento de alegría, que con sus bulliciosas campanas anuncia la existencia de los fieles. Allí se unen los espo­sos con religioso vínculo; allí se prosterna el cristiano ante los al­tares sagrados: el débil, para invocar al Dios fuerte, el culpable, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletín Militar de Colombia \.._ 224 _J para implorar al Dios misericordioso; el inocente, para cantar al Dios de bondad. Por pequeño y solitario que sea un lugar, se llena de vida y de misterios desde que en él se levanta un campanario rústico: las plácidas ideas de pastor y rebailo, de asilo para el pere­grinante, de limosna para el menesteroso, de hospitalidad y fra­ternidad cristianas, brotan consoladoras á la sombra del campa­nario, emblema de los tiempos de gracia y de caridad." * ¡ Cuán noble y reverenciado sería el oficio de los Párrocos si comprendieran la antiJau de su carácter y la g-randeza moral de sus funciones, que no son de lucro ruin ni de intrigas opresoras, sino de protección y civilización, de a'11or y beneficencia! t D •jando á Petar¡uero, su casas pajizas y sus lindas mujeres, prosigue al Sur el camino para Onzaga. al través de serranías y estribos menores trastornados por alg-ún terremoto que pu o al descubiert su esqueleto g-ranitoid , cobijado en parte por terreno de formación intermediaria, y en parte por el secundario inferior. Las quiebras y llanuritas contienen grue os lecho de acarreo, ex­c~ Jente- par'a cualquier g-énero de cultivo, los cuales cesan á las 3 leguas de camino, por la interposición de un ramal de la cordille­ra, que dividida en dos, ciñe la hoya de Onzaga. Una cuPsta rápi­da nos condujo al Alto del Manco, 2,401':' metros sobre el ni\ el del mar, dejand atrás 21° de temperatura, para llegar á la de I7° del centígrado. l.!.n la cumbre se hallan dos ranchos miserables, ocupados por una familia tan pobre como numero ·a. Los YC tidos de bayeta y el hablar con los dientes apr ~tados, ·onando mucho las, indicaban ser gcntt.: u/11osa, nombre que Jos halJitant s de las tierras bajas dan á los ue las cordilleras: eran los primeros que yo, 1 ijo también de lo Ancl s, en contra la de pué: d largas co­rr~..: rfa por tierras calient s; a í como en J.anuritas que coronaban la altm--t se me pre ·ntaron de nuevo las flor s de achicoria, pc­culiare. de la r g-ión andina, recordánck1me las praderías verde­esmeralda, tachonadas de tr !la amarilla , que en guisa de al­fombras tendidas á los pies de Bogotá, cubren y alegran sus alre­dedores. 1\I1 pensamientos volaron lejos, y con los ojos clavados en las hum:ldes florecillas, w·rman cí abstraído d~ cuanto me ro­deaba- ¿Scrá una debilidad, será una virtud este amor profundo, indeliberad , que los naturales de la cordillera profesan al lugar nativo, haciendo palpitar el corazón lo mismo bajo la ruana del indio a(rricultor, que bajo el frac del hombre blanco de las ciu­dades? Sacóme de mi di!)tracción la voz clara y tímida de una muchachita, que con acento perfectamente reinoso contestaba: "Mi mamá está hallá abajo motilando una oveja." Volvíme, y en­contré siete criaturas, que apiñadas unas contra otras, rodeaban á mi compañero, mirand con ojos dilatados los barómetros que ar­maba delante del rancho. ConHnúa • CHATEAUBRIAND-Mé/angt.r. t Dic!1o está que el autor no era católico. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 7

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 8

Por: | Fecha: 24/08/1902

~ SKRIR ill-TOMO ¡¡ • Afto VI-NtrMmRO 8.• f i Boletin Militar de Colombia 1 l ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉil.GITO ~ i ¡~ -- - -- - ---- : ·-· -··· ····-----~! ¡ DIRECToR, Francisco J. Vergara y V el asco ¡ l General de Ingenieros ¡ l Son colaboradores de este periódico los J efes y Of1ciales del Ejército ¡ l ¡ ¡ Pv•d• muvbj:&¡¡:~:~iaq~~:~~d;;,o ;~·~~~~~!~~:r~d~ft~~:ro1~~\':t~f:O~ parar e11 la ¡ l EsRtQUE StE!>IKtE,vlCZ 1 -·¡-··········································································· ·························-··················¡··· ¡ + + Bogotá, 24 de Agosto de 1902 + 1 ===- Oficial -- DECRETO NUMERO 1147 DE 1902 (AGOSTO L 0 ) por el cual se confiere un ascenso El Vú:epreszaente de la Replt!lzca, encargado del Poder E.JecuHvo, DECRETA Artículo único. Ac;ciénclese á Capit1.n al Teniente Rito Rodrí­guez, px su valero..;o e )mportamiento en el combate de La /Iema, ocurrid) el 2 r de Julio del presente año. Comuníquese y publfquese. Dado en Bogotá, á r. 0 ele Agosto de 1902. ]OSE MA. 'UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES F~<:R. ·J\~vEz DECRETO NUMERO r 149 DE 1902 (AGOSTO 1 . 0 ) por el cu~l se traspasa una pensión EL Vzeeprwaente de la Repltblzca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. El medio sueldo de que disfrutaba la Srita. Hersilia Carreño, hija del finado General Juan B. Carreño, en vir­tud de lo dispuesto por el Decreto de 19 de Abril ele 1900, conti­nuará gozándolo la viuda del expresado General, Sra. María del TOMO II-14 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 226 _) Carmen ·s. de Carreño, por haber contraído matrimonio la Srita. Hersilia ya mencionada. Comuníquese y publíquese. Da.do en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1 1 so DE 1902 (AGOSTO 1 . 0 ) por el cual se hace un nombramiento El Vicepresz'denle de la Repúblü:a, mcargado del Poder E;ecuti'vt~, DECRETA Artículo único. Nómbrase al Dr. Próspero Cervantes Síndico suplente del Hospital Militar de La Mesa. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 1. 0 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁ:Nl)EZ DECRETO NUMERO 1 163 DE 1902 (AGOSTO 2) por el cual se reconoctn dos grados El Vt."cepresidenle de la República, encargado del Poder EjecuHv~, DECRETA Artículo único. Recon6cense los siguic ntes grados á que han sido ascendidos los Jefes que á. continuación ce expresan, por el General Mariano Ospina Chaparro, Ccmandante en Jefe del Ejér­cito de Oriente de Cundinamarca : El de General de Brigada al Coronel Ernesto Ca margo L., y ele Coronel al Teniente Coronel Heliodoro Moyano. §. Dése cuenta de estos ascensos al Honorable Senado en su~ próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FxRNÁND.Ez Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 2?.7 _J DECRETO NUMERO 1164 DE 1902 (AGOSTO 2) por el cual se hace un nombramiento El Vt'ctprest'dente dt la Repúblz'ca, encargado del Poder .Ejecult1J~,. DECJ.ETA Artículo único. Nómbrase Jefe de las guerrillas de El Choclt~~ Pasea y Tibacuy, organizadas en la Provincia de Sumapaz, al Sr. Coronel Angel María Borray, con dependencia de la Columna da. Arbdáez. · Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIX El Ministro de Guerra, An.IsTIDES FERNÁN:uu DECRETO NUMERO 1 165 DE 190?. (AGOSTO 2) por el cual se reconoce un grado El Vtcepresz'dmle de la Repúblz'ca, mcargado del Poder Ejecult1J#,. DECRETA Artículo único. Reconócese el grado de Sargento Mayor i que fue ascendido el Capitán Ambrosio Díaz por el General Ra­món González Valencia, en su carácter de Comandante en Jefe del Ejército en operaciones sobre la región oriental de Cundina-. marca, por su valero o comportamiento en el combate de San M guel. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDJ:s FERN.ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1 166 DE 1902 (AGOSTO 2) por el cual se hace un nombramiento El Vtápresüimle de la República, encargado dd Poder EjuuHott,. DECRETA Artículo único. N'ómbrase al Sr. Enrique Rash Silva Auditor. de Guerra del Ejército del Atlántico, con la asimilación que le se­ñala el Decreto respectivo. f ' Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 190?.. JOSE MANUEL MARROQUDl El Ministro de Guerra, ARISTIDIS F:IlNÁlmie Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 228 _) DECRETO NUMERO r 171 DE 1902 (AGOSTO 2) por el cual se dictan varias providencias El Vicepresidente d1 la Repúblú:a, encargado del Poder Ejecutzvo, DECRETA Art. 1. 0 Declárase en uso de Letras de Cuartel al Coronel José María Amézquita, Ayudante del Estado Mayor de la 2.• Di­visión del Ejército de Occidente, y nómbrase en su reemplazo al Teniente Coronel Manuel J. Rojas. Art. 2.0 Promuévese al Sargento Mayor Gregorio Tobón del puesto de 2.0 Jefe del Batallón 2. 0 de Tiradores, á prestar sus ser­vicios á Honda, en el puesto que le designe el Gobernador Militar de aquella Plaza, y nómbrase para reemplazar al Sargento Mayor Tobón en el citado B~tallón 2. 0 de Tiradores, al Sargento Ma­yor NeftaH Luque. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁ TDEZ DECRETO NUMERO 1 r 72 DE 1902 (AGOSTO 2) por el cual se aclara el numeral 4. 0 del artículo único del Decreto número IIo8 de 24 de Julio del presente alío El Ví'cepresidmle de la Repltblú:a , encargado del Poder .Ejeculz'vo, DECRETA Artículo único. El Ejército á que se refiere la atribución 4.• del Decreto número 1108 de 24 de Julio del año en curso, y al cual confiere la facultad d¿ nombrar Jefes y Oficiales para los dis­tintos Cuerpos del Ejército, debe llamarse Ejército Nacional, y no Central, como allf se expresa. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN 'El Ministro de Guerra, ArusTIDES FERNÁNDU Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 229 --' DECRETO NUMERO 1183 DE 190~ (AGOSTO 6) por el cual se hacen dos nombramientos, se concede una autorizaci6n y se hacen varias asimilaciones El Vz'cepreszdenle de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecult'v6, DECRETA Art. 1.0 Nómbrase á los Sres. Miguel Rey M. y Moisés A. Pavón, Médico Jefe y Síndico Médico Ayudante, respectivamente, del Hospital Militar de Cáqueza. Art. 2. 0 Autorízase al Prefecto de la Provincia de Oriente para que de acuerdo con el Médico Jefe y el Sindico nombrados, reglamente el Hospital en la forma que estime conveniente, nom­bre los demás empleados, que serán un Ayudante del Síndico, tres Hermanas de la Caridad y los Asistentes necesarios, y para que ordene los gastos que demande el Establecimiento por personal y material. Art. 3. 0 El pago de estos gastos se hará por el Administrador de Hacienda de la Provincia, por medio de libranzas que presen­tará el Síndico, previa la ordenación respectiva del Prefecto. Art. 4. 0 Los empleados del Hospital gozarán de las siguien­tes asimilaciones : El Médico Jefe, la de General de División; el Síndico, la de General de Brigada; el Ayudante de éste, la de Coronel; las Hermanas, la Superiora 6 Celadora, la de Capitán; las demás, la de Teniente, y los Asistentes, la de Subteniente. Art. 5. 0 Los empleados de que trata el artículo 1.0 del pre. sente Decreto, devengarán sus sueldos desde el 19 de Julio último, por estar prestando sus servicios desde esa fecha. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO r 184 DE 190~ (AGOSTO 6) por el cual se hacen dos promociones El Vz'ceprmaenlt dt la Repúblt'ca, encargado del Poder F;¡'eculi-.,, DJ:CRJ:TA. Artículo único. Hácense las siguientes promociones : Al General Calixto Leiva, del puesto de Ayudante general del Ministerio de Guerra al de Comandante general de la División Fernández número 1.0 ; y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 230 _¡ Al General Florentino Cubillos, del que desempeñaba como mandante general de la expresada División, al de Jefe organi­ador de fuerzas en la Provincia de Ubaté. §. Estas promociones surtirán sus efectos desde el 24 de Julio .próximo pasado. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARlSTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1185 DE 1902 (AGOST06) por el cual se hacen unas promociones El Vicepresz.dmte de la Repúblzca, mcargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Art. 1.0 Promuévese al General Elías de Páramo del puesto ·41ue ocupa en el 2.° Cuerpo de Ejército de Boyacá, al Cuerpo de Inválidos de esta ciudad. Art. 2.0 Nómbrase al Sr. General Felipe Molano Inspector ~eneral del 2.° Cuerpo de Ejército de Boyacá, en reemplazo del General PÁramo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL :MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER1Á ·nEz DECRETO NUMERO r 192 DE 190~ (AGOSTO 6) por el cual se hace una promoción El Vzeepresidente de la Rtpública, encargado del Poder F:Jecultvo, D:I.CRRTA Artículo único. Promuévese al Capellán de la 5."' División del "Ejército de Santander, Dr. Juan Jerónimo L6pez Ayala, al mismo puesto en el Ejército del Cauca. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 231 J DECRETO NUMERO r 193 DE 1902 ( AGOSTO 6) por el cual se incorpora una fuerza en otra y se hace un nombramiento El Vú:eprw'denle de la República, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA ~ ...., .. .,., Art. I .0 Incorpórase al Ejército que comanda el General An­tonio Rea Díaz, las fuerzas al mando de los Generales Jenaro é Isaac Mendieta, Demetrio Mora, Daniel Rubio París é Isaías Gam­boa. Art. 2.° Facúltase al General Roa Díaz para hacer la reor­ganización que e time conveniente en estas fuerzas. Art. 3. 0 Nómbrase Auditor de Guerra del expresado Ejérci­to al Sr. Coronel Ignacio Amat, con la asignación que le señala el Decreto número 55 I del presente año. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRE1 O NUMERO 1 194 DE rgo:l (AGOSTO 6) por el cual se hace una promoción El Vtúpresz'denle de la Rep!'tlhca, mcargado del Poder ~·ecutzvo, DECRXTA Artículo único. Promuévese al General Félix Navarro del puesto de Comandante general de la División 11-lanuel Casabz'anca, al de Comandante general de la División que actualmente se or .. ,ganiza en Honda, con destino á la campaña de la Costa Atlántica. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 6 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ArusTIDES FxRN.ÁNDEZ DECRETO NUMERO r 197 DE 1902 (AGOSTO 8) por el cual se aprueban unos ascensos El Vz'ctpresidenle de la Repúblz'ca, encargado del Pcdtr E.Jecult'vl, D:JC-.:JTA Art. 1.0 Apruébanse los ascensos conferidos por el Sr. Gene­tal Manuel María Castro U., Comandante ~n Jefe del Ejército de Tequendama, á los siguientes señores : Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia A General de División al General de Brigada Numa P. No­guera; A General efectivo de Brigada al Coronel Martín Antía. §. Dése cuenta de estos ascensos al Honorable Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Art. 2. 0 Apruébase igualmente el ascenso conferido por el mismo General en jefe al Teniente Leopoldo Pardo á Capitán. Art. J. 0 Reconócese al Sr. Carlos Sampedro el grado de Co­ronel, con el cual ha venido prestando sus servicios en la presente guerra. Comuníquese y publfquese. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDxz DECRETO NUMERO 1 198 DE 1902 (AGOSTO 8) por el se cual se hace un nombramiento y se confiere una autorización El Viúpnsidenle de la Reptíblz'ca, encargado del Poder Ejccult''vo, DECRETA Artículo único. Nómbrase al Sr. General Luis D. Céspedes Comandante general de la División Manutl Casabianca, acantonada en la región del Colegio. §. Autorízase al expresado General Céspedes para hacer los nombrami ntos de Jefes y Oficiales subalternos que falt en en la División, sometiéndolos á la aprobación del Ministerio <.le Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. jOSE :MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz DECRETO NUMERO 1200 DE 190~ (AGOSTO 8) por el cual se declara en uso de licencia indefinida á varios Oficiales y se con. fieren unos ascensos Zl Vzcepresiáenll d1 la Rtpúblzca, encargado del P1der Ejecult'D(J, DECRXTA Art. 1.0 Declárase en uso de licencia indefinida al Subtenien­te Félix Castro y al Teniente Joaquín Al faro, del Batallón 1.0 de Artillería, por mala conducta. Art. 2.0 Para reemplazar estos Oficiales en los puestos que ocupaban en el Batallón mencionado, hácense los siguientes as .. censos: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 233 _J De Teniente al Subteniente Luis Ortega. De Subteniente á los Sargentos primeros José María Galindo y Jesús Medina. mes. Estas novedades se efectuarán con fecha 1 .• del presente Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. . JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ INFORME DEL INTENDENTE GENERAL DEL EJÉRCITO (Continúa) PROYECTOS de contratos pasados á la Sección 2. • del Ministerio de Guerra. Fechas Artículos Cantidad Contratistas Valor Vienen ................. $ 687,253 20 Marzo 17. Maleleras.. ...... 1,000 Mercedes A. de V élez......... ... 6,000 - 17. Frazadas............ 2,000 Francisco de C. Mesa............. 49,000 - 17 Frenos............. 36 Cristóbal Sala- - 1 7· Sillas ............. .. - 17. Galápago aperado - 17. Macho .............. . - 17. Cometas ......... .. - 17. Peinillas ........... . - 17. Taburetes ........ .. - 17. Bayetones y telas para íd ........... . - 17. Confección de tol-dos ............... .. - 18 Alpargatas (dnas.) - 18. Galápago .......... zar .............. . 3 Sixto Guerrero .. . J o s é Domingo Vargas ........ 1 Jesús A. Garcfa. 15 Octavio Monroy. 365 Flavio Angulo ... 6 José L. Camacho Romero y Cubi-des ........... . 40 Enriqueta Gon­zález B ......... 222 Antonio Gonzá-lez .............. . Ildefonso Ramí- 2,000 ... soo 1,275 12,775 250 5,4IO ... 640 ••• 6,380 rez............... 500 Pasan .................. $ 773,435 20 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 234 _J J'echas Artículos Marzo 18. Varios objetos - 20. Correajes, roo, y sillas .............. . - 20. Esperma, arrobas - 20. Factura de drogas - 20. Enjalmas, lazos y cinchas ......•..... - 20. Correajes .......... . - 20. Confección toldos - 20. Sillas .............. .. - •o. Ccnfección de ba-yetones, bande-rolas, &c ....... .. - 20. Alpargatas, dnas. - 20. Enjalmas ......... .. - ~o. Galápago aperado - 20. Confección toldos - 20. Cinchas, baticolas - 20. Cornetas .......... . - 20. Correajes .......... . - 20. Cargas de estera. - 20. Enjalmas, &c. &c. Cantidad Contratistas Vienen ................. $ Juan M. M. Gi-libert .......... .. 2 Hipólito Bolívar. 3 Nicolás Pineda .. Abraham Apa-ricio ............ . Pedro Pachón ... 400 Arsenio Zamudio 50 Enriqueta Gon-zález B ....... .. 5 Manuel Puyo ... .. Enriqueta Gon-zález B ........ . 70 Antonio J. Ra-mírez ........... . ro Fidel Segura ... .. 1 Víctor Ospina .. . 50 Enriqueta G o n-zález B ........ . roo José N. Muñoz .. . 4 Pedro Mayorga. 200 Aurelio M e r i-zalde .......... . 19 Honorato Landí-nez ............ . María Parra ..... . - 20. Cargas costales.. 3,103 Honorato Landí- - 20. Polainas, pares .. . - 26. Drogas ............. . - 24. Galápagos, 2, y si-llas~ .............. . - 24. Alfombras, estri-bos, &c .......... .. -29. Mula ............... .. - 29. V arios artículos de comercio ......... . nez ............ .. 20 Lorenzo García Abraham A fa­nador .......... 4 N urna P. Nogue-ra .............. . Francisco Posa-da .............. . J. Eugenio Ucrós Gonzalo Fernin­nández ......... Valor 773,435 20 18,765 1,773 990 1,493 10 562 20 12,800 ~00 900 559 2,100 150 700 800 1,250 400 2,500 3,037 so 480 ... 3,665 so 1,000 .•• 2,000 4,500 s,soo Pasan .................. $ 843,11 I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 235 _) Fechas Artículos Catidand Contratistas Valor Vienen .................. $ 843,111 Marzo 3 r. Dril, pieza~ ...... 300 Claudia Angel... 61,800 -31. Bayetones, confec-ción ............... lOO Enriqueta Gon-zález B ......... 500 - 3 1. Pasto, cargas ...... 34 Salomón Gonzá-lez .............. 250 - 31. Frazadas pescanas 500 Antonio Lemos .. 10,500 - 31. Alpargatas, dnas. 141 Antonio Gonzá-lez .............. 4,230 - 3 r. Peinillas ............ 54 Zalamea Hnos ... 2,700 - 31. Macho ...... : ........ 1 Fermfn Moreno .. 200 - 3 r. Galápago ........... 1 Luis M. Boa da ... 750 - 3 r. Cargas costales .... 462 Ignacio Guillén ... 3,234 - 31. Galápago aperado Alfredo Bonnito H ................ 3,000 - 3 I. Galápago aperado Alberto Uribe B. 2,000 - 3 r. Varios artículos ... Do migo Rodrí-guez ............ 1,160 -31. Corroscas .......... 300 Rafael Gómez M 1,6so - 3 1. Galápago .......... 1 Germán BraTo U. 1,200 - 3 r. Correajes ........... 150 Benito Navarro .. 5,025 - 31. Binóculo ............ Carlos Garcfa ... 6oo - 31. Alpargatas (doce-nas) ·· ............. IOO Antonio Gonzá-lez Q ........... 2,800 -3 I. Paño azul (metros) 120 ]orce Góm ez B .. 3,360 - 3 1. Varios artículos de equipo ............ Vida! Pachón .... 9,990 Suman los contratos del mes ........... $ 958,o6o CONTRATOS T DOCUMENTOS REVISADOS Y DEVUELTOS AL MINISTERIO DE GUERRA Fecha Contratistas Marzo 1.0 Anselmo Pine-da ................. . - 3. Santiago Rosillo .. . - 3. Manuel Gutiérrez F. - 4· Juan A. Uricoechea - 4· Liborio Moure ..... . - 5. Teodoro Dupuy ... . - 5. Belisario Castro .. . - 5. l. de Broc ......... . Cantidad Artículos Arrendamiento de una casa. Viseras y cartón. 3 Bestias. 326 Id. 1 ,ooo Yardas de paño. 24 Bestias. Varias docenas de cohetes. r6 Reses. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Marzo 5. Nicanor Castillo - 5. Juan N. Acosta ... . - 5. Liborio Moure ..... . - 6. Tomás Morales .... . - 6. Joaquín Rojas (Jus-tiniano Gutiérrez) - 6. Francisco M. Res­trepo (por Fran­Cisco Londoño) .. - 7· Julián Restrepo (J. H. Parish) ..... .. - 7· Miguel Fonseca ... . - 7. Eduardo Villa ..... . - 7. Pantale6n Cortés .. . - 7. Res trepo y Cardo-na (Domingo Bo-lívar) .............. . - 7. Aurelio Barragán .. - ¡. Aristides Rojas . (Presbítero) .... .. - 8. Luis Peña S ........ . - 8. Enrique Fernández - 10. Julio Uricoechea .. - 10. Juan de D. Galvis (Galvis Hnos.) ... - 1 1. Leonardo Cárde­nas P. (Pedro E. Mora) .......... .. - 11. Grcgorio Arteaga - 1 1. Luis V. Castillo ... - 12. Justo A. Guerrero - 12. Enrique Hoy os (Adolfo Triana). - 12. Compañía Colom­biana de Trans­portes (Ignacio Neira) ............ . - 12. Franci co M. Res­t r e p o (Andrés Orozco) ......... .. - 13. Restrepo J. y Car­dona (Elías Gon-zález) ............ .. - 13. Francisco M. Res­trepo (Anerés Orozco) ......... .. - 14. Roberto James T. 5 Id. Id. Arrendamiento de una casa ~ 5 Bestias. 12 Reses. 27 Mulas. 10 Mulas. 35 Bestias. 32 Reses. 1 Caballo. 3 Mulas. Res. 4 Bestias. Varios efectos. Gastos hechos por el peticio­nario. 16 Bestias. 1 I 3 Id. 87 Novillos. 10 Mulas. 7 Reses. 20 Mulas y monturas. 4 Bestias y un galápago. Fletes de buques. 2 Bestias. 29 Id. 8 Id. 4 Reses. Conlznú11 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 237 _J Doctrinal EL FERROCARRIL INTERCONTINENT AL EN COLOMBIA (Continúa) Abundan en los terrenos bajos la lima y la guanábana, fruta de un árbol que crece como el chirimoyo y es tan grande como una sandía mediana, verde, con escamas como las de anana, pero menos marcadas y de un gusto exqui ito. El árbol del totuma es abundante, y de sus brazos, y aun del mismo tronco, cuelga el fruto, de forma esférica, corteza delgada, que seca es dura y elás­tica y sirve para hacer vasijas, platos y cucharas : se cree que la totuma, untada de arcilla húmeda para protegerla del calor, sugi­rió á los primeros habitantes la idea de fabricar la loza de barro, porque en algunas vasijas antiguas se han encontrado huellas 6 impresiones de vegetales, y se supone que de éstos recibieron su forma. Un arbusto de tallo tierno, sin espinas y de rápido crecimiento, llamado lechero por la savia láctea que brota al cortarlo, se em­plea bastante para setos: nos suministró muchas estacas. Durante nuestros trabajos en esta región andina, una planta desconocida infectaba el aire con su mal olor. Los cocuyos son numerosos: los hemos visto con frecuencia desde Quito, en toda la comarca. En las aguas del Patía vimos peces, mas no en ningún otro río, aun cuando dtcen que también los hay en las aguas de la cuenca de Quito. A la legión de los in se ctos se incorporó en el val e la mosca dragón. Hay arañas y escorpione s, pero no en abundancia; uno de los últimos picó á un arrie ro en un dedo, sin hacerle más daño que el de una avispa. Mayor alboroto causó un gran sapo que sal­tó sobre el pecho del caporal del campo, que dormía medio des­nudo. Abundan las lagartijas, especialmente las pequeñas, que son muy bonitas; no se consid eran como plaga; no recordamos haber­las visto en las hoyas altas. En los arroyos vimos una especie de anguila que corre con presteza, rápida como una ardilla, sobre las cercas, y en el agua sobre las piernas traseras, batiendo al mismo tiempo la cola, para mantenerse recta. Observámos una gran va­riedad de palomas, gallinazas y colibríes ; vimos tordillos, pinzo­nes, acantas y un a ve pequeña con copete y cola tan larga como hermosa, que se mecía gallarda en los aires. El condor vuela entre 8,ooo y 15,000 pies (2,400 á 4,6oo ros.) sobre el mar; nada lo invita á subir á mayor altura; pero á me­nudo desciende más en busca de presa. Su movimiento lento, igual, calmado, demuestra que sin esfuerzo gira, sube y baja; es un es­pectáculo encantador, es la poesía del movimiento. Para posarse sobre las rocas se precipita hacia ellas, plegadas las alas, y en el momento en que parece que va á. estrellarse, las abre, se levanta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 238 -' como si le diera impulso la aproximación al suelo, y flota exacta­mente sobre el lugar deseado, en el cual se apoya sin saltos ni oS­cilaciones, á plomo, en el momento en que cesa el vuelo. Abun­dan los insectos y parásitos, y entre ellos el diablo del coloradito, el rey de todos, que no obstante ser un átomo, pero átomo pesti­lente, nos ha marcado íntegro el cuerpo. El Comandante Militar del Cauca nos ha dispensado cortés atención mientras hemos permanecido en los alrededores de Po­payán. Como lo hemos anunciado por cable, Mr. Bourgers envió su renuncia desde Cali, la que le fue aceptada, para consumarse el 20 de Diciembre, debiendo encargarse, mientras tanto, de la Sección, Mr. W. J. O'Connell. El Topógrafo ayudante ha re­cibido las instrucciones del caso para estudiar el trazo de la línea. de Cali hacia el Norte, hasta encontrarse con nosotros, verificado­lo cual, podrá hacerse el de aquí á Cali. Mr. Bourgers ha sido fiel y diligente en el desempeño de sus. deberes. No conozco la causa de su retirada; pero como debe respetarse la autonomía del hombre, por este motivo su renuncia le fue aceptada sin reparo. CAPITULO VII:-DE POPAYÁN Á CAL1 Li hoya ó cuenca hidrog-ráfica del Sur del Cauca, cuyo eje se dirige hacia el :Mediodía, tiene su compañera en la del río de aquel nombre, que lo hace al Septentrión. El río Cauca nace en el flanco del cerro Canelo, en donde se desprende también de la Cordillera Oriental la Sierra del Roble, y de pués de corr r para­lelamente á é ta, describiendo con ella un cuarto de círculo del S al W., tuerce á la derecha y adquiere una dirección corre pon­diente á la del Patía, unos 30° al NE. por el pie de la base de la Cordillera Occidental. No sólo las corrientes de las aguas centra­les y sus relaciones con las adyacentes del Patía tienen sus corre­lativos en la del Cauca, sino que hasta la hendedura secundaria por donde á aquél fluyen los ríos Las Palmas y Guachicono, tie­ne su homóloga en el valle del Cauca y se puede seguir con la mi­rada, desde la escarpada colina que domina la llanura en la vía de Popayán hacia Tunía, separada aquella del Palo por un relieve se­cundario que limita el valle propiamente dicho, y que se extiende por 125 millas (200 ks.) hasta las cercanías de Cartago hacia el Norte. La porción meridional de la 1->lanicie al E. del río Cauca, s extiende con un promedio de 15 millas (24 ks.) de anchura y más­de 50 millas (So ks.) de largo de la Sierra del Roble al río del Palo, inclinada hncia el NW., honda111ente excavada por muchos arroyos. Los tropiezos del viaje, el tiempo y dinero de que disponía­mos, y el plan mismo de nuestro trabajo, concurrieron á impedir­nos practicar un extenso reconocimiento previo del terreno, por lo cual tuvimos que adivinar la topografía del país con auxilio de los mapas existentes y el dicho de los habitantes, que por cierto nO> Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 239 _J tenían siquiera la idea de lo que es un terreno adecuado para la construcción de un ferrocarril. De Quito á Popayán el campo de las alternativas posibles quedaba restringido, si se exceptúa el valle del Chota, en parte por las dificultades físicas, y en parte por las económicas, lo cual simplificaba mucho nuestro trabajo. Aquí era más amplio el campo, y por lo mismo menos fácil la tarea. Examinando el país desde las alturas de Popayán, tres zo­nas se nos presentaban para el trazo de la línea: una la del río Cauca; otra, la diagonal al través de la llanura hacia el Duende, para caer al río por el Piendamó, pequeño afluente suyo; y otra, por la vía de Jimena al vecindario de Tunía, para de allí descender al Cauca cerca de Gelima, por los valles del Tunía y el Ovejas. Por entonces esta última parecía la más improbable. Elegímos ra zona intermedia, porque además de sus condiciones aparentes, no5 brindaba la oportunidad de observar más .ó menos las otras en nuestra marcha hacia el Norte. Empezámos obra el 30 de Diciembre de 1891. Pronto adver­tímos que la línea por la zona del río era fácil y el terreno despe­jado, á juzgar por lo que veíamos á ratos y por inferencias, aunque relativamente despoblada. La marcha nos revelaba además la existencia de cierta depresión marcada con ondulaciones y descen­sos, al pie de las colinas de la tercera alternativa, decididamente favorable para la línea, y sin otros tropiezos que los cañones del Palacé y el Piendamó, que se presentan como obstáculos formida­bles. Las divisorias de las aguas, hacia el Cauca mantenían su al­tura con notable uniformidad, en tanto que las corrientes, como era natural, se hundían más y más, á la vez que los valles se de­primían rumbo del Norte. M. O'Connell, que venía de Cali y nos encontró en Gelima, siguió de allí hacia arriba por la divisoria al \V. del Ovejas, y por la tercera alternativa llegó á la aldea de Tu­nía cuando nosotros por la SC'gunda nos aproximábamo al río Ca ji. bío. Entonces nos pusimos en comunicación con él, y convinimos la manera de pintar ]as dos líneas en la ruta central, lo que en decto conseguimos el 7 de Enero de 1892, obteniendo así un trazo com­puesto de la z: y la 3: alternativas, antes indicadas. LA CIENCIA MILITAR EN EL ATENEO CONFERENCIAS DEL CORONEL MARVÁ (ESPAÑOL) (Concluye) La envuelta de dicho globo no se ha querido barnizar, á cau­sa de la efímera duración que tienen en España estas capas; en su lugar se ha empleado la capa de caucho entre dos telas. El tipo de cable ahora en uso, no está definitivamente adop~ tado; en la actualidad se estudian las condiciones del cable pru· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia siano, articulado en trozos de 100 metros, y las del austriaco, que es continuo y tiene conductor telefónico en el alma. Este globo-cometa da 6o kilogramos de fuerza ascensional, según resulta de los datos sig-uientes : 7-40 m'. á I kilogramo de fuerza ascensional......... 7-40 kg. IEnvolventes, cámara de aire, timón l y válvula.............................. 257 Globo. Cordaje................................... 8o l l ~~~~:~~~~. d~. i~· ·b~~~i~iú~; ·~i~~~~ ·; 20 630 kg. cola.................................... 23J Cable (500 metros)............................... 100 Aeronautas, :.l á 7 5 kilogramos.................. I 50 Lastre y aparatos................................... 50 Fuerza ascensional excedente .......................... .. GENERADORES Y CILINDROS DE CAMPAÑA 6o kg. Generadores móvzles de ht'drógeno.-La imposibilidad de montar en campaña generadores fijos de hidrógeno, ha obligado á estu­diar su aligeramiento para darles condiciones de transportación. Dz'versos tipos.-Con el indispen able auxiliar de la fotografía, explica el Coronel 1-b.rvá los sistemas lón de generador sencillo y doble; el sistema del mismo autor para maniobra á mano; el propio sistema modificado por la casa Surcouf, de París, y en fin, el generador Renard, sin secador, adopta:!o en el Ejército francés. Estos tipos contienen los mismos elementos citados al tratar de los generadores fijos, bien que modificados en su forma y di­mensione , para reunirlos del mejor modo posible sobre carros de cuatro ruedas. Todos los generadore tran portables son de circu­lación continua y se fundan en la descomposición del agua por medio de las limaduras de hierro ó de zinc y del ácido sulfúrico. Incottvmimtes de los generadores móvz'les.-Las primeras mate­rias nece arias para producir el hidrógeno que un globo de campa­ña exige, representan un peso de 15 tonelada , número excesivo que aumenta el bulto de los parques aerostáticos en proporciones inadmisibles. Si además se tiene en cuenta el gran caudal de agua que requieren las reacciones químicas, y la dificultad de apurarlas en campaña, con el consiguiente desperdicio de los productos ele­mentales, se comprenderá cuán graves son los defectos inherentes á esta clase de ~eneradores. Transporte de hzdrógmo m álzndros.-Huyendo de aquellos in­convenientes, se ha pensado en renunciar al acarreo de la materia bruta, transportando en cambio la materia útil, ó sea el hidrógeno, en vasos cilíndricos donde éste puede almacenarse á gran presión. Las ventajas de este sistema son evidentes: el hidrógeno uti­lizado es mucho más puro, como producido con reposo y esmero en aparatos permanentes; la inflación es más fácil y rápida, y el peso muerto á transportar resulta considerablemente disminuido. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín I\1ilitar de Colombia Ct'lindros.-Por tales ventajas, el sistema de conducción del gas en cilindros metálicos está ya universalmente aceptado. La importancia de este nuevo elemento justifica la amplitud con que lo estudió el conferenciante. Forma y dzinenúones.-Su forma es la de un cilindro terminado en casquetes, uno de los cuales contiene la válvula para la salida del gas. Sus dimensiones son: Longitud............... 1 m. á 2,40 m. Diámetro exterior... 140 mm. á 250 mm. Espesores . . . . . . . . . . . . 5 mm. ro mm. (según el diámetro). Peso . . . . . . . . . . . . . .. . . . . 40 l·g. á So kg. C1pacidad t.n litros. ro á 46. Gas que contienen... 6 á 8 m: 1 • (á r 50 atmósferas). J\lhT. L.-Debe conciliar las antagónicas condiciones de resis­tencia y poco peso. El estado actual de la metalurgia permite fa­bricarlos de una pieza y por mbutición, con acero excelente, de gran tenacidad y mucha elasticidad para disminuír las probabili­dades de explosión. Los tipos ensayados en el Laboratorio de Ingenieros del Ejército, han dado los siguientes mímeros : Límite T os Espesor CaJ.acidatl Peso de Fractura elasticidad ------------ Mann.;sma n .... IO 42 84,3 3IO 450 Rhienischeu ... 7 46,8 66 302 4IO Brunon .......... 7 " , 365 475 La carga de fractura resulta mayor de 55 kilogramos por mm2 , y el alargamiento es ele rg por roo. Clase de pruebas que sudm t.:ng/rse.-Suele fijarse á 300 at­mósfera el límite de elasticidad, y la carga de fractura á 400 y aun más. Los tubos trabajan, como es natural, á presiones meno­res, que varían de I 20 á I 50 atmósferas. Los tubos franceses tra­bajan á 200 atmósferas, pero este número se considera exa~erado. Cz"Hndros para el parque de Guadalajara.-Tienen las condicio-nes siguientes : Longitud entre las tangentes á las semiesferas, 1m,50. Diámetro exterior, 22 centímetros. Espesor, 7 milímetros. Tolerancias, 10 por 10 para espesores; 5 por 100 para pesos. En las pruebas á que se han de someter para su recepción, se estipula que á :l50 atmósferas no pre!lenten deformación perma­nente, y que en el ensayo por aplastamiento, las paredes interiores TOKO 11-16 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia queden á 18 milímetros de distancia, doblándose las paredes sin presen tar resquebrajaduras, cosa difícil de conseguir en los meta­les duros. Válvula de áerre.-Hállase atornillada en uno de los casque­tes del cilindro. Cuando se abre la espita, el gas sale á chorro muy fino. Sin las figuras explicativas de este mccani~mo no es posible dar una idea de su funcionamiento . ComjJrtsión del gas .-Esta operación no se practica en cam­paña ino en los talleres del Parque perrranente donde se dispone de los aparatos necesarios al efecto. Sirven para to ciertas Lom­bas especialts de gran potencia. El Parque de Guadalajara dispo­ne de una máquina modelo Thirion, cuyos detalles dio el docto maestro. Al material relacionado hay que añadir los juegos de colecto­res, mangas, llaves y demás acce~otios que fueron también des­critos. '.fí·amporle de los rzb"11dros.-La última parte de la conferencia versó acerca de los medios empleados en los Ejércitos de Europa para 1 transporte de los cilin ros. Tram¡orle f 'or rancs.-Los vehículos d dicados á este objeto son de cuatro ruedas; ~u 1 ng-itud depende de la que tengan los cilindros, y su talla y lenll.i<'n ob .decen al nímero de cilindros que deben conducir. E_tos ~e dispon ~ n aco tados y al tre bolillo por tongadas horizontales y con la válvulas tedas á un mi mo lado, que es la tras ra del carruc1je. Dicllas váh ulas están en co­municación con tubos de pcc Ut ño cJj ..< metro. los cual e , á su \ z, se conectan á un tubo colector más gru ~o, donde . i~te una L quilla para empalmar la manga que directam nte ha de llevar al globo el gas Cúiltcnido l n los cilindros. E t s <. arro son gcneralmt:nte de un solo cuerpo, pero también puedl n n. tarde dos ¡artes ar­ticuladas: avantrén y retrotrén, .como suctde e n el carro ale­mán. Lo. pequcñ s tubos de comxi'n ti · nen la ncc saria cunatu­ra ara llt nar su omctido, <'urvé'tura que en algín caso (carros alemane:) C:S la de una spiral, forma que rt p nde á la conYc­niencia de dar á los tubo la mayor la tir·idad posible, como lo exi~e la violencia con que sale el gas. Datos rtla//vos á los dt7•ersos I}hútos.-Las disposiciones toma­das por Jos Parques aero~táticcs de Eur r arara la cvnducción de los cilindr s d hidr 'gc no, son, en ese 1cia: I11glalerra.-Carros con 15 ciiindros. Peso del carro 11 no, 1,8oo kilcgramos. Cada cilindro e ntier.e 7,76 m' de gas, á 101 at­mósferas, y r e~a 65 kilogramos. Alrmam·a .-20 cilindros por carro, 15 en el retrotrén y 5 en e l avantrén. Cada cilidro contiene 7 m 3 de gas, á 200 atmósferas. Ilaha.-30 cilindros por carro, con 7,30 m 3 de gas cada uno, á 120 a tmó~feras, con peso de 40 kilcgramos. Frauda.-8 c1lindros de 3,50 metros de longitud por carro, á 35 m 3 de gas, á 200 atmósferas. E spmia.-23 cilindros por carro, con un total de 136 m 3 de gas, á 150 atmósferas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 243 _) Transporte á lomo. -Este m'odo de conducción ha sido intenta­do, aunque con éxito escaso. Los italianos pusiéronlo en práctica en su campaña de Africa. Los cilindros, en número total de 8o, se repartían entre 20 camellos, transportando así el gas necesario para un globo de 300 m3 • ESCUELA DEL SOLDADO A CABALLO POR CARLOS FERNÁNDEZ Y JULIO DEL CANTO (Concluye) IÓ4. Desmontar á ll'erra.-E tando la lanza terciada, correr el puño derecho hacia abajo, levantar la lanza con el brazo á toda su extensión, introducir verticalmente el regatón entre el antebra­zo izquierdo y el cuello del caballo, dejar deslizarse el asta hasta que el reg-atón toque el suelo, tomar las riendas como sin lanza y envolver las crines en el pulgar, mant nicndo mi e ntras tanto la lanza apoyada en el cuello del caballo; tomar el asta, las crines y las rie ndas como para montar; proceder como en el número 128. Una vez el jinett en tierra, soltar las riendas y crines de la mano izquierda, que sólo toma ·1 asta poniéndola vertical; colocar con la mano der:..cha las cuatro riendas estiradas sobre el cuello del ca­ballo, cerca de la silla; dar el paso á la izquierda, levantando cin­co centímetros el regatón del suelo, tomar las riendas de la brida con la mano dc r cha, girar á la izquierda y tomar la posición de atención, explicada en el número 162. 165. Para m ontar y desmontar, la separación de los números pares é impares se ej e cuta tal como sin lanza, mant nit:nclo ésta en la posición para conducir el caLallo al terreno, durante la eje­cución de los tres pasos al frente. Las voc~..:s de mando no tien n diferencias; los movimientos sólo tienen las c. ·plicadas en los nú­meros 163 y 164. r66. Alr,·wslo-LANZA. I) Estando la lanza en la posición de afiancen ó de lt'rcim, la mano derecha la levantará hasta que el regatón salga de su alo­jamiento, y en seguida inclinará la moharra hacia el frente y hacia la izquierda, colocando la mano cómodamente apoyada en el muslo derecho; la moharra quedará sobre la oreja izquierda del caballo, y á una altura suficiente para no molestarlo ; el regatón no quedará muy abierto á la derecha, porque se correrá el riesgo de herir al caballo vecino. 167. Tercien-LANZA. (Estando al muslo). I) La mano derecha coloca la lanza verticalmente, haciendo entrar el regatón en su alojamiento. La correa portalanza queda al frente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B oletín Militar de Colombia '- 244 _) r68. Afiancen -LANZA. (Es ta ndo t e r ciada). I) D e jar cae r la lanza sobre e l nacimi e nto del homb ro de re­cho, c orriendo esta ma no á toda la extensión del b razo . r6g . Te rcie n-LANZA. (Estando afianzada). I ) Corre r la mano derecha hasta la altur a del ho m b ro, colo­ca ndo al mismo tiempo la lanza perpend ic ul armente . 170 . Al brazo-LANZA. (Estan do te r ciada). I ) In cl ina r la la nza haci a la izqu ierda, tomando e l asta con esa m ano, cuyos dedos se entreabren sin soltar las riendas ; intro­duc ir el brazo derecho en e l portalanza. 2) Enderezar la lanza empujándqla á la derecha con la mano i zq u ierda, de mo do qu~ quede sujeta del portarregatón y del por­talanza, que se coloca en e l pltegue del codo, doblando e l ante­b razo derecho sobre . e l cuerpo. 17 r. Tercz'en-LAL JZA. (Estando al brazo) . 1) Separar del cuerpo el antebrazo derecho, llevar la mano arriba, y de atrás hacia adelante. tomar el asta; inclinar la lanza á la i zquierda para apoyarla en la mano de la brida, como e n i gual tiempo del número 170, sacando inmediatamente después el a ntebrazo derecho de entre el portalanza . 2) Tomar el asta con la mano derecha y llevar la lanza á la posición de terciada . 172. A la esp«.lda-LANZA. (Estando terciada). I) C mo el primer tiempo del número I 70. 2) Tornar la lanza con la mano derecha más abajo de la iz­q uierda-cuidando que no se salga el po ·talanza,-lcvantarla para inclinar la m barra hacia atrás y á la iz uien.la del caballo; soltar la lanza que r¡ueda sujeta del portalanza colocado debajo del so­b aco; la moharra queda colocada por el flanco izquierdo dd ca­b allo, dirigida al suelo, y el regalón por sobre el hombro derecho d el jinete, dirigido arriba y á la derecha. Esta posición es excepcional, destinada á usar el sable in me ­d ia tamente de pués del choque de la carga, en los casos que fuere necesario. 173. Tercien-LANZA . (Estando á la espa lda). I) La mano de r ech a toma la lanza por encima d el h ombro, é im p r imi éndo le un movimiento a d ela nte, la pone ver tica l, intr odu­ciénd o la e n el p o r tarrega tón y c olocándola in mediatame n te d esp ués en la p osición de l prime r ti e mpo del número 170. 2) Como e n ig ual ti e mpo del núm e ro 171. 1 74· Ca/m-LANZA. (Estando terciada). I) Sacar la lanza d e l portarregatón, levantándola con la mano derecha; bajar la moharra hacia el frente, colocar el asta debajo d el sobaco, doblando el codo. La lanza queda horizontal, firmemente apoyada al cuerpo ; el puño afirmado en las costillas, con el dorso hacia abajo; el codo se une al cuerpo. 1 7 5. Tercien- LANZA,_,_(Estando calada). r) Levantar la moharra para poner la lanza vertical y en la posición de tercien. 1 76. La esgrima de la lanza se ejecuta como está prescrito á pie, tomando los jinetes la colocación del número 47, con seis pa- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia l sos de distancia, teniendo presente que en un picadero cerrado, s.ólo se dirigen los golpes hacia adentro. Cuando los jinetes se ejercitan en el maniquí 6 en la cabeza móvil, dirigirán los golpes tanto á la derecha como i la izquierda. 177. En la carga, la lanza .:>e cala en el momento de empren­der el galope. Una vez terminado el movimiento, el jinete endere­za la lanza y la tercia. En la carga en línea de batalla, los jinetes armados de lanza y que tienen Oficiales delante, colocan la lanza con la moharra in­clinada un poco hacia arriba; de igual modo proceden los jinetes de segunda fila. :MANEJO Y EMPLEO DE LA CARABINA 178. En el manejo de la carabina á. caballo no se exige uni­formidad en los movimientos, pero éstos deben ser rápidos y eje­cutados con limpieza y seguridad; se tratará de mover el cuerpo y la mano de la brida, lo menos que sea posible. r 79· La cara !Ji na se encontrará en el porta mosquetón ama. rrada por la garganta con doble vuelta de la correa de vizcachera destinada á este fin; el cañón queda hacia afuera del cuerpo del caballo; el portarnosquelón se alargará ó acortará. lo suficiente para que la culata de la caralJina se encuentre á la altura del bo­rren delantero de la silla ; Jos pasadores no estarán corridos más arriba de la mitad del largo total del portarnosquetón. r8o. Al muslo-ARMAS. (Estando al portamosquetón). I) Afirmar con la mano izquierda, ~in soltar las riendas, la culata contra la silla; de ·he billar con la mano derecha la correa de vizca lwra ; tomar la carabina con e ta mano, el pulgar por encima del aparato d cierre, los cuatro dedos restantes por deba­jo del almacén, el dorso hacia la silla; retirar la mano izquierda¡ levantar el arma para sacarla del portamosquetón; bajar la cu­lata por la izquierda para poner la carabina vertical; afirmar la cantonera en el muslo derecho, de manera que aquélla siga la forma de éste; mantener el arma con una pequeña inclinación adelante y á la derecha ; la mano derecha qu da afirmada sobre la perilla del cerrojo; la uña de la culata se dirige á la vizcachcra izquierda. 181. Al prwlamosqutlón-ARMAS. (E tando al muslo). I) Levantar la carabina con la mano derecha; inclinar el cañón hacia abajo por la d recha; introducir el arma vertical­mente en el portamosquetón, de modo que quede el cañón hacia afuera; sostener la culata con la mano izquierda; soltar el arma con la mano derecha, que pasa á tomar la correa de vizcachera, la cual se envuelve dos veces en la garganta, hebillándola después¡ colocar la mano en su lugar. 182. A la espalda-AR11AS. (Estando al muslo). r) Levantar horizontalmente la carabina, el cañón hacia atrás, por encima de la cabeza; doblar el brazo derecho para que el portacarabina se introduzca por delante de la cabeza, inclinan- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia do el puño derecho hacia atrás; bajar en seguida la mano hasta que el portacarabina se afirme en el hombro izquierdo; soltar la carabina introduciendo acto continuo todo el brazo derecho entre la correa y el arma; servirse de la mano derecha para inclinar la culata hacia atrás, de manera que quede atravesada la carauina. sobre la espalda, Jo má! cómodamente posible. 183. Almuslo-AR~1AS. (Estando á la espalda). I) Con la mano derecha llevar la culata un poco adelante¡ doblando el brazo, sacarlo de entre la correa y el arma; tomar la carabina con la mano derecha, de atrás hacia adelante, por enci­ma del aparato de cierre ; levantar horizonlalmente la carabina hasta que salga por encima de la cabeza; bajar la culata por la derecha y poner el arma en la posición de al muslo. 184. Enganchm-AR'f:..fAS. (E tando al muslo). I) Dejar caer la carabina obre la mano izquierda, que en­treabre Jos dedos sin soltar la riendas; vol ver al mi,mo tiempo el arma, de modo que la anilla quede hacia arriba; sostenerla con la mano izquierda, afirmando la C:Jlata en el m u lo derecho; tomar el ganch con la mano derecha; abrocharlo, de arriba hacia aba­jo, en la anilla; tomar nue\•amente el arma y llevarla al muslo. 185. Dr:senganclzen-ARMA ·. (Eslando enganchada). I) Dejar caer la carabina como para enganchar; de abrochar con la mano derecha el g:mcho, botándolo después hacia atrás¡ llevar el arma al muslo. 186. Carrr1UJ1-ARMA . (Estando al muslo). I) Dejar caer la carabina sobre la mano izquierda, cuyos de­dos se entr abren; apoyar la culata sobre 1 muslo dere ho; pro­ceder como en la instrucción á pie· volver el arma al mu lo. 187. El ll'ro.-Estamlo la carabina cargada. y al muslo para apuntar, se introducen las cuatro riendas en el antebrazo izquierdo, despué de haber girado ,¡ caballo á medio derecha, y se procede exactrtmente como n la instrucción á pi , cargando un poco el peso del cuerpo en los e tribos; el cañón se dirige por el lado iz­quierdo del cuerpo del caballo, es decir, en dirección <.lel frente -:¡ue se t nía antes de ef ctuar el medio giro. Si el caballo se mue­ve, el jinete sostiene la cara.:>ina con la mano izquierda, y se sirve de la mano derecha para tomar las riendas y dirigirlo. Los movimientos de retirar el arma y dar fuego se ejecutan como á pie. Terminado el tiro, el jinete ajusta las riendas, pone el arma al muslo y deshact: el medio derecha. El tiro se efectuará también con el arma enganchada y aun con el sable colgando de la dragona; se ejercitarán los jinetes en soltar la carabina enganchada, con el cañón hacia abajo, después de hacer fueg-o, empuñar el sable y ejecutar algunos golpes. 188. Todos los movimientos explicados se efectuarán á los tres aires de marcha, salvo el tiro, que sólo se ejecuta á pie firme. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar d e C olombia "- 247 -' ' PERSECUCION 189. La persec ución es la preparación ecuestre del com bate; provoca la emulación entre los jinetes, afirma su asiento y los o bli­g a á usar de todos lo: medios d~ conducción. Sirve para demostrar q ue en el combate á caballo, con valor ig-ual, la ventaja debe p ro­teger al jinete que tenga su caba1lo mejor adiestrado y que se pa conducirlo con mayor perfección . El Instructor formará dos secciones y las colocará una enfren­te de la otra y á seis pasos d t las pi s tas cortas; cada jinete tendrá en la mano der cha una varilla de tiza blanca. Igo. Al mando: n ·rs('CllclÚII, el jin te de la derecha de cada sección sale al frente al trote y e dirige contra el adversario has­ta encontrarse con él : cntonct s e mpieza la persccuci()ll. El fin que se propone cada jinete es tocar d h om' ro ,·:r¡u/erdo de su adY ersario, se­ñalándolo con la varilla d e ti ;~a . Aplicará, para la r e alización de "' esto, las vu Ita. , rrH'di~S\'ut.!lta . , me dias vue ltas sobre la c:;paldas, &c., obrando con cel rielad. La. pers ~ cu c ión cc~a cuand uno de los combatientes ha sido tocad en el hombro izquierdo. El Ins­tructor dará con este fin la \'OZ de;: ALTO. Los do ~ jinetes toman entonces el pa o, y son reemplazados 1 or los otros dos que siguen . El Instrudor e,·ita d las qu c rt·llas ó di · cusioncs que pudieran producirse por fe ctu del amor propio. Si durante la persecució n un caballo se escapa al g·al o p • no e.·i(;>·irá el In tructor que se le ponga inmediatamente al trote. Las paradas brusca ele las riendas y b aplicación fuera de lugar de las espuelas, s rán te rminantemcnt~ pr hiuidas. El In tructor establee ·n' pre mi o s para los jinetes victoriosos . Estos premios pu eden c un _ i~ t ir "n e.-l! ncionc de ci erto::. s ervicios, permisos extraordinarios, &:c. -EL SERVICIO OBLIOATORIO EN LA ARGEN TIN A LEY NUMERO 403 1 El S enado y Cámara de Dipulados de la J.\adún Argmlt'na 1·eum'do s m Co?Zgru o, &>c. , SANCIO:\'Ar\' co.r FUEl'ZA DE LEY (Continúa) TITUL O IV DE LA GUAR DIA NACIONAL Art. 23. L a Guardia Nacional la forman : 1. 0 Los J e fe s y O fic ial es d e la G uardia Nacio na l, nombr ados por los Gobie rnos d t: Provinci a, en las suy as r especth·as, y por el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Poder Ejecutivo Nacional en la capital de la República y Territo­rios nacionales. 2. 0 Las clases. 3. 0 Los hombres pertenecientes á las doce clases de veintio-cho años cumplidos á cuarenta años igualmente cumplidos. J Art. 24. Las fuerzas que constituyen la Guardia Nacional ten­drán una organización táctica análoga á la del Ejército de línea; pero cada Gobierno de Provincia en la suya respectiva, y el Go­bierno nacional en la capital de la República y Territorios nacio­nales, correrán con todo lo relativo á su instrucción, la que será dada en la forma que reglamente el Poder Ejecutivo. Art. 25. Los Jefes y Oficiales de la Guardia Nacional serán nombrados por los Gobiernos de Provincia, en las suyas re pecti­vas, y por el Poder hjecutivo Nacional en la capital federal y Te­rritorios nacionales, de acuerdo con las condiciones que r glamen­tan la presente Ley. Art. 26. Los Oficiales de la Reserva que en razón de haber cumplido veintiocho años fueren autorizados para continuar sus ser­vicios en la Guardia Nacional, no pueden ~er obligados á servir en ésta en un grado inferior al de su empleo en la Re erva; pero si rehusaren prestar sus servicios como tales en la Guardia Nacional, entonces se les obligará á servir como simples ~oldadus en la clase que por su edad les corre ponda. Art. 27. Los Jefes y Oficiales en retiro dd Ejército perma­nente, que fueren aún aptos para 1 servicio, e tán autorizarlos para aceptar los empleos de u categoría, ó mayor, que les fuen n ofre­cidos en la Guardia Naci n;¡l, in que ésto puedan dar! d .rccho á tro rn olumento, de parte de la 'ación, que el Ptiro CJUt ' gozan. Art. 28. ~.n la capital de la República y t rritt ríos f dcrales el Poder Ej ecutivo NacionCll, y en las Pro\'incias c;us Gubit rn .) ~, es­tablecerán Academias MJ!itares, á que concurrirán, obligatoria­mente, los jefes y Oficiales de la Guardia ·acional. La instrucción en esas Academias se dará de acu e n.lo con la reglamentación que dicte el Poder Ejecutivo. Art. 29. Los Sargentos y Cabos de Rese rva d e l Ej~rcito de línea, pasarán n su jerarquía á la Guardia Nacional. Art. 30. Los hombres que con tituyen la Guardia Nq.cional es­tán obligado , durante Jos duce años que forman parte d la mis­ma, á efectuar cuatro períodos de instrucción en campamentos, ó maniobras de campaña de una duración má.·ima de quince dfas cada uno, en la forma que reglamente el Poder Ejecuti •o. Para los efectos de esta instrucción, el G1 bierno nacional pres­tará todo su concurso á los Gobiernos de Provincia, y podrá, si las ventajas de la in trucción ó necesidades de las maniobras lo c.~igieren, sacar de sus Provincias respectivas algunas unidades 6 la totalirlad de los efectivos de la Guardia Nacional convocados á instrucción. Art. 31. Los Gobiernos dt" Provincia nombrarán un Inspector General de milicias encargado de la dirección inmediata de la ins­trucción de la Guardia Nacional y Guardia Territorial. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 249 _; Será obligación de ese funcionario : pasar informe al Ministe­rio de Guerra sobre el resultado del enrolamiento; organización de los Cuerpos ; nómina de los Jefes y Oficiales; estado y resulta­do de la instrucción, &c. Art. 32. El Poder Ejecutivo Nacional determinará la forma de proveer el armamento, vestuario y sostén de la Guardia Nacional cuando la convocare á períodos de instrucción. TITULO V DE LA GUARDIA TERRITORIAL Art. 33· La Guardia Territorial la forman: 1.0 Los Jefes y Oficiales de- la Guardia Territorial nombra­dos por los Gobiernos de Provincia, en las suyas respectivas, y por el Poder Ejecutivo en la capital de la República y Territorios na­cionales. 2.0 Las clases, procedentes (en sus grados) de la Guardia Na­cional, y para completar las que faltaren, los individuos que atis­fagan las condiciones que determine el Poder Ejecutivo para la capital y Territorios nacionales. 3. 0 Los hombres pertenecientes á las cinco clases de cuarenta á cuar nta y cinco años cumplidos. Art. 34· La fuerzas que con tituyen la Guardia Territorial ten­drán una organización táctica análoga á la de la Guardia Nacional. Art. 35. Los hombre que constituyen la Guardia Territorial están oblig-ados, durante los cinco años que forman parte de la misma, á efectuar anualmente un senicio de instrucción durante cuatro domingos consecutivo:, á fin de recibir in trucción, es­pecialmente de tiro, en la forma que dicte el Poder Ejecutivo. TITULO VI ENROLA:\IIENTO Art. 36. Para los efectos de la ejecución de la presente Ley' todo ciudadano argentino, desde la edad de diecinueve años cum­plidos á los cuarenta y cinco años, está obligado á enrolarse: 1.0 En el Ejército de línea los comprendidos entre los dieci­nueve y veintioho años cumplidos. El enrolamiento de éstos de­pende exclusivamente del Poder Ejecutivo Nacional, y será fcc­tuado en la forma que éste determine. 2.0 En la Guardia Nacional los comprendidos entre Jos vein­tiocho y cuarenta años cumplidos, y en la Guardia Territorial los comprendidos entre los cuarenta y cuarenta y cinco años cumpli­dos, efectuándose este enrolamiento en las Provincias por los Go­bernadores de las suyas respectivas, y en la capital federal y te­rritorios nacionales por el Poder Ejecutivo Nacional. Para uno y otro caso, en la forma que el Poder Ejecutivo reglamente en cum­plimiento de la presente Ley. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 250 -' Art. 37. Cada ciudadano al enrolarse está obligado á presen­tar los documentos legal es que comprueben su edad; de lo contra­rio, ésta será fijada de oficio por las autoridades indicadas en el artículo 36, que antecede, mediante los documentos é informacio­nes obtenidas y que sean suficientes á juicio de dichas autoridades. Art. 38. La declaración de edad es obligatorio hacerla en nombre de los au entes del Distrito, partido, &c., por sus padres ó tutores, ó dirigirla por escrito al Ministerio de Guerra ó Inspecto­res de Milicias, respectivamente; y por lvs ausentes fuera del país, en los Con uladus de la República. En todos los casos, dentro del término fijado por la presente Ley. Art. 39· Los registros permanecerán abiertos durante todo el año, para la in cripción de los ciudadanos. Art. 40. La edad á que hace referencia el artículo 36 se entiende que es la de veintiocho años cumplidos el año anterior al de su pase á la Guardia l·acional, y cuarenta años cumplidos l año anterior al de su pase á la Guardia T rritorial. Art. 41. En jecución dd artículo 36 del presente título, el Poder Ejecutivo procederá á efectuar un enrolamiento gener.al en toda la Rt'púlJlica, dentr de los tres meses si~ui~>ntes á la promul .• gación de la presente Ley . . Art. 42. Un nut.::vo nrolamiu1to general será efectuado cada cinco años de pué ; además, el Pod~::r Ejecutivo podrá decr tar enrolamientus parciales cuando lo e~ ime necesario. Unos y otros en la forma que r glamente el Poder Ejecutivo. Art. 43· Ninguna omisión ó error en el enrolamiento podrá. justifi~ar la falta de cumplimiento de la obligación del servicio. Los que lo eludieren por esta razón, erán obligados á prestarlo en cualquier murnento en que se compru ·be el defecto. TI'IULO VII JEFES Y OFlCJ.\LES m: l'ESERVA Jerarquía Art. 44. La jerarquía de los Jefes y Oficiales de Reserva se compone de Subteniente, Teniente 2.0 , Teniente 1.0 , Capilán, Mayor. Rtclulmm~nlo Art. 45. Los Jefes y Oficiales de Reserva para completar les cuadros de Jefes y Oficiales nece arios á la movilizaGión del Ejér­cito de línea, serán reclutados de la manera siguiente: Subtenien­tes ó a~ i milados: a) Los alumnos del Colegio Militar que hayan rendido satis­factoriamente el examen dt! primer año. b) Los Suboficiales procedentes del Ejército permanente. e) Los voluntarios, aspirantes á. Oficiales de Reserva, de acuerdo con las reglas fijadas en el artículo 46 siguiente. Conlimi• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia --Historia=== AUTOBIOGRAFIA DE HIPÓLITO lVlORA CORONEL DE COL0~1BI A (Continúa) Así lo hicimos, dándole antes las gracias. Partímos, y como á poca di tancia hay una cuesta muy pendiente, nos cogió la no~ che en P-l alto; por la falta de costumbre de andar á pie, nos can­sámos. Llegámos á Pamplona á las nueve de la noche, bastante estropead ,s; las señora de este lugar salieron á encontrarnos y á ofrecernos sus scnicios, pues ya tPnían noticia de nuestra 11 gada. Nos tenían una ca a li ta para alojamiento; p ro como no podía­mos d:::.poner de nuc. tras personas sin con. ultar con el Coronel Hcrnández si nos permitía aceptar la oferta, les dimos las gracias, manik~tánJolcs nuestra gratitucl. El Dr. ~amper se dirigió al Coronel y le preg-untó si habría in­convcni ' nte l n ac ptar lo ue se no ofrecía. En el momento le con­testó que no tenía ninguno, pero que antes deseaba que entráramos á su casa. En la puerta de ésta no hallábamos á la azón. Entrámos y permanecimos un rato en la sala ; en seguida nos condujeron al comedor, en donde había una mesa provi ta d-.; muy bueno licores; pero nosotros anhcll Hernán-dez un snstancioso desayuno y una botella de brandy. Estábamos principiando á tormarlo, cuando se presentaron las señoras con otro espléndido desayuno, una botella de brandy y dos de vino. A las 10 de la mañana mandó el Coronel un abundante almuerzo, y en seguida llegó el otro. Comprendiendo todo que el Coronel estaba tomándose la molestia de hacer gastos en nosotros, resolvió el General Posada mandarle una carta en que le daba las gracias en nombre de todos, por su fina atención, y le participaba que nos ha­bía: t puesto cocinera. En virtud de esa carta, él suspendió el envío de alimentos. En este punto permanecimos unos días, hasta que nos mandó llamar á su Despacho el Dr. E trada, Gobernador del Es­tado, con el objeto de mandarnos para Piedecuesta. Nos hizo ex­tender un pasaporte falso, el cual teníamos que presentar en todas ~('.#t.. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia las poblaciones. El Dr. José María Samper y el General Posada pidieron el confinamiento para Venezuela ; aquel día partieron ellos para esa República, y nosotros para nuestro destino. Pasá­mos por Mutiscua, teatro de nuestra desgracia, y nos detuvimos un momento mientra~ fuimos al cementerio á visitar la tumba de nuestro sentido Jefe Ospina. Este digno Coronel fue asesinado aquel infortunado día; y digo asesinado, porque él salió en derro­ta, sin poder servirse de sus armas por falta de municiones; se ocultó en un rancho, y á éste llegaron las fuerzas enemigas y le hicieron fuego. Luégo continuámos nuestra marcha y llegámos á Piedecuesta; allí salió á recibirnos una compañía de soldados, la que nos rodeó y encerró en las filas para conducirnos al Cabildo. Al llegar á di­cha Oficina nos preguntaron : ¿ Qué armas traen ustedes? A lo cual contestámos: ¿ Qué armas puede traer un prisionero, cuando en el instante que cae, lo primero que hace el que lo coge es esculcarle lo bolsillos, so pretexto de buscarle elementos de gue­rra? Nos pidieron en seguida el pasaporte; mas como el que lle­vábamos era falso, y de antemano habían mandado un pliego al Prefecto para que tan pronto como llegáramos nos redujeran á prisión, así lo hicieron. Varias señoras y caballeros se dirigieron al Prefecto á interesarse para que nos dejara salir al hotel, com­prometiéndose á responder por nosotros, en caso que hubiera algu­na novedad. El Prefecto, qu~ era un joven muy bueno, convino, y mél;ni­festó, además, que el hotel quedaría como lugar de prisión; que podíamo salir á la hora que quisiéramos, con solo la condición de presentarnos todos los días á las dos de la tarde. Como este compromiso era para nosotros fácil de cumplir, le dimos las gracias y nos dirigímos al hotel. Al!( nos esperaban con una abundante comida todos los caballeros y señoras que se interesaban por nosotros ; en pocos momentos se llenó de gente la casa. Después, entre las familias que fueron á visitarnos se acordó que cada una se llevara para su casa á uno de nosotros, y una vez así convenido, abandonámos el hotel. A mí me tocó irme para la casa de las Sras. J\Iantillas. A los pocos días llegaron todos los otro. presos que tenían por el páramo ele Mogorontoque, entre los cuales venían los Sres. General Leonardo Canal, Dr. Valdcrrama y Dr. Domingo o~pi­na Camacho. A la llegada de estos caballeros, hacía cuatro días que me habían puesto preso en la cárcel, y el día que los remitie­ron para la capital de la República, fui incorporado entre ellos. Llegámos al Socorro: fuimos recibidos allí por las señoras, quie­nes se interesaban para que las dejaran entrar, lo cual no pudie­ron conseguir ; p"'ro sí se les permitió que mandaran todo lo que quisieran, en materia de alimentos, con excepción de licor. Obte­nido este permiso, principiaron á llegarnos canastadas de toda clase de comestibles, con abundancia tal, que no ob~tante er nos­otros en número considerable, simpre quedaban sobrantes. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 253 _; Para mej or regul arizar esto, se h iz o la l ista de los presos y se r esol vió fuésemos r epartid os entre las familias, para que .nos ali­mentaran; cosa que se cumplió durante el términ o de 28 d ías q ue p e r manecim os a ll í. Del Socorro nos trajeron para Bogotá; y como se había fija ­do itinerario para saber á qué punto habíamos de llegar, a un cuando fuera de noche, en cada lugar éramos recibido~ por las se ­ñoras de la población, quienes vertían lágrimas al vernos tan es­tropeados, y nos proporcionaban en seguida abundante comida que de antemano habían preparado . Nuestra marcha siempre era muy penosa por tener que ha­cerla a pie, con excepción del General Canal, que venía herido, y del Dr. Domingo O::.pina Camacho, á quienes les concedieron licen­cia de hacerlo á caballo. Llegámos á Ubaté un día por la tarde; nos tuvieron parados en el camellón más de una hora, durante la cual cayó un fuerte aguacero ; y como no se nos permitió separarnos del punto donde estábamos, cuando nos llevaron para el salón de la escuela, nos ha­llábamos completamente mojados, y así pcrmanecimo~ hasta el día siguiente, en que nos traje ron para Zipaquirá. Estando en la calle para 'lesfilar, nos dijo el Coronel Martínez, jefe de la escolta : "Caballeros: se tiene noticia de que muy cerca de aquí hay una guerrilla que tiene por mira salir á rescatarlos; mas tengan uste­des en cuenta que si esto sucede, al primer tiro que se oiga, esta fuerza que va custodiándolos no hará fuego sobre la guerrilla, . ha ta tanto que no quede uno de ustedes." Dicho esto, ordenó e l de~file. Llegámos á Zipaquirá, donde se nos hizo espléndido recibi­miento: los balcones y la~ ventanas staban muy bien adornados por las señoritas; las señoras llevaban en la cabeza elegantes la­zos azules . Al atravesar las calles se ofan repetidos vivas á los pri­sioneros de Mutiscua. Llegámos á la plaza : en ésta nos hicieron dar dos vueltas, cual si estuviésemos ejecutando un despejo; luégo nos condujeron á la iglesia, donde permanecimos ocho días, custo­diados por una guardia que no respetaba ef sagrado recinto, pues profería palabras abominables como en cualquier campamento. Nosotros, al contrario de aquella gente, estuvimos con mucho res­p eto en aquel lugar, pues considerábamos q ue estábamos en la casa del Señor. Co mo las seño ras nos ll ev aron camas y a limentos , d e nada carecíamos : ún ic am ente nos fal taba la lib ertad. P or e l place r d e mortific arnos, redoblaban de noche la guar­dia que nos custodiaba, ele vando su núm ero á 50 centin e las, d e ma .. nera que hasta este núm e ro se pasaba durante toda la noche, en voz alta, con el fin de no dejarnos dormir. Nos lle varon al cabo para Bogotá. Cuando nos tenían formados en la plaza para emprender la marcha, las señoras nos rodearon, y derramaron lágrimas por nuestra partida. Alguno dijo : "No lloren, que pronto vuelven si no mueren." · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombi~ '- 254 _) La escolta, por molestarnos más en la marcha, no nos permi­tió venir á pie : tenían preparados unos grandes carros con esforza­das yuntas de bueyes, y en dichos carros nos colocaron en número de ocho en cada uno, y como al correr los bueyes nuestro estro­peo era más fuerte, con este fin los picaban con frecuencia. Llegado que hubimos á Chapinero, nos encerraron en la igle­sia. Aquel día tuvimos el ~usto de ver á nuestras queridas familias, que habían salido á encontrarnos. Al siguiente nos condujeron para Bogotá, en medio de una gran fila de soldados de infantería cubierta por un Escuadrón de caballería. Lleg:imos á la Plaza. de Bolívar, en donde no podíamos caminar, á causa de la multiud de curio os que la ocupaban. Fuimos conducidos al edificio del Semina­rio. En é te estuve diez día , mientras mi esposa buscó un fiador que le exigieron para ponerme en libertad. Salí para mi casa con gran contento y con propósito de cum­plir el juramento que muchos habíamos hecho, de ingresar de nue­vo en las filas con ervadoras, dondequiera que éstas volvieran á hallarse en actividad. Concluye ---::=:=-~- Variedades ~- PEREGRIN ACION DE ALPHA 1 POR :r.IA. "UEL A• 'CIZAR (Continú::t) La mayor, autora de la respuesta citada, no tendría nueve años; y era de ver la sulicitucl y gravedad con que procuraba man­ten r en orden á sus hcrrnanilos é impedirles que se apro,·imaran demasiado á los instrumentos, ac rca de los cuales daba en voz baja explicaciones peregrinas á sus curiosos subordinados. Una moneda tirada en medio del grupo lo hi.w retirar alborotado y presuroso, y las ri as, di ·putas y proyectos de compras de aquello pobres relegados á la solitaria montaña, sin otro guardador que la Providencia de Dios, resonaban todavía cuando empezámos á ba­jar la cuesta del lado de Onzaga. Este pueblo se halla situado á la margen derecha del río de su nombre, entre las quiebra de los cerros que lo estrechan por todas partes. Es de regular extensión, y los viernes lo animan los tratantes de Soatá, que traen al mercado los abundosos frutos de aquella comarca fertilísirna. A 2,000 metros de altura sobre el mar, Onzaga pertenece á la región andina por su temperatura (20° cen­tígrados), sus producciones y los colores firmes y trajes de bayeta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 255 _; de los habitantes. No faltan buenos cotos, ni tampoco el desaseo general, de que es monumento elocuente la iglesia, desenladrillada en parte, agujereado el techo, y los altares mutilados, pacíficamen­te poseídos por los murciélagos. "El templo armoniza con lo de afuera," me decía á mí mis­mo, y no tardé en convencerme de lo completo de esta armonía, pues reparé en el altar mayor una santa con su competente coto, homenaje oportuní imo á los u os del país. -" Hé aquí una delicada galantería del Cura," dije á mi compañero, indicándole la é cuálida y mal ata\·iada anta. -"Sí, por cierto, pero no comprendo qué alu ión contendrá este otro grupo interesante," me contestó mostrándo 11e muy serio un altar en que se hallaba San Antonio con la vi ·ta al techo, y á su izquierda un jud 'o de .sos f o te y am e nazadores que sacan en las proct~iones de Semana Santa; tal parecía que el ciudadano de la Judea insultaba iracundo a 1 tél umaturgo vecino, 1 cual lo des­deñaba soberanamente, ó implora a el auxilio de lo ... \Jto para que lo libertara del terrible invasor u e su al tar. Véase qué dignidad, qué decoro traen al culto cristiano las estatuas ridículas, special­mente cuando la casualiuad ó las procesiones las juntan en grupos por el estilo de éste ! Encierra el cantón San Gil ocho distritos parroquiales, con­tándose 43,700 habitantes esparcidos en 6o 1 guas cuadradas de territorio, de las cuales 15 permancc n yermas y el"spoblaclas. Nacieron en el último año 1,335 niño. , y los 'arones e. ·ccdieron en 65. Para la instrucción de estas oleadas de nuevas generaciones no hay sino 7 escuelas públicas concurridas p r 284 niños, y 3 pri­vadas á r¡ue asi s ten 3 7 niñas. Pinchote , put.:ulo con s ide ra ll , cuyo Cura blasona de patriota, ti ne una cu la c on c/nco niños. El Valle, cabecera de un di~trito con 4,300 habitantes, no tie, e ni rastro de escuela; ele man ra que 6lo d 6 p or 100 ele lo niños en edad de educarse aprenden á leer y á escribir lenta y mala­mente; abandono tanto más d plorable , cu "' nto lo natir s ele: este cantón manifiestan vireza. de inte lige ncia, y son de tan buena ín­dole, que en 1 tran curso de 12 meses no huuo más de 22 delin­cuentes juzgados por heridas y hurtos miserables, número insigni­ficante comparado con el total de la poulación. Al Este de Onzaga se encuentra el camino que conduce á Soatá, distante 5J leguas. Comienza llano, atra vcsando tierras fér­tiles regadas por un arroyo claro y bullicioso, donde á poco andar se toma la cuesta de una serranía cubierta de al ·gre bosque. Más de dos leguas mide del pie á la cumbre, y conforme se va subien­do, disminuyen los ruidos de las aguas, vientos y a ves, ha ta entrar en un silencio total cuando se pisa el terreno de los arbustos resi­nosos, de los musgos y gramíneas. El aire leve y perfumado se respira fácilmente, la circulación de la sangre se anima, y se sien­te el indefinible bienestar físico que experimenta el viajero al en­trar en las regiones andinas, y le hace volver los ojos complacido hacia los países calientes que abandona. Llégase á la cumbre es- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .Boletí n Militar de Colombia '- 25 6 _J t r echa y breve, y de repente se descubre la grande abra de cerros qu e tumultuosamente se hunden hasta lo p rofundo de la cortadura por donde corre el C hicamocha encajonado entre poderosos estra­tos calizos, más all á de los cuales tornan á levantarse los cerros unos tras otros, recostándose finalmente contra las cimas nevadas del Cocuy, que brillan á diez leguas de distancia directa. En vez de las gramíneas, los helechos y arbustos aromáticos que cubren la mitad superior de la falda occidental de esta serranía, sombrean e l opuesto lado innumerables robles de abundante follaje, á cuyos pies ninguna planta crece, hallándose entapizado el suelo por una alfombra de hojas secas que deja libre á la vista lo interior del bosque, formando paisajes notablemente bellos en dL posición y colorido. Así se camina durante legua y media, y se llega á. los llanitos y laderas inferiores que desde arriba se veían en miniatu­ra, revestidos de labranzas y fertilizados por aguas Yiva~ que en todas direcciones corren buscando el Chicamocha. Síguc e una serie de colinas n que los sauces, las sementeras y las casitas de campo presentan cuadros de imponderable amenidad y frescura: son los alrededores de Soatá. La imaginación se complace en re­presentarse esta villa digna de los paisajes que la circundan; y rara vez la realidad destruye tan completamente lo imaginado. Casas de teja y pajizas interpoladas, mal construídas y que anuncian en lo exterior un desaseo sin rival en lo interior; gentes enruana­das y embayetadas, cuyos cuerpos han entablado divorcio perpe­tuo con los baños; hombres que se afeitan por trimestres; ningu­na policía y menos hospitalidad: tal es Soatá. para el forastero, que viéndose alll, vuelve involuntariamente los ojos á los verdes bosques y á los campos risueños que ha dejado, para entrar en un poblado en que la moderna cultura no ha hecho mella, y en que si no fuera por el Dr. Calderón, hombre superior á los que le ro­dean, sería tratado como inva or enemigo, y no hallaría un techo que lo abrigase ni un fogón que para él se encendiera. Conlzida ---- o?:.llio ---- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 8

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 6

Por: | Fecha: 08/02/1902

•~:========================~==-=-==~==-====-~========= ----- ~ Jtol• P l.11o - --· -- Ofic · ECRET p r el ual c.; dispone la oJgan· ación ue In 1 , 1 161: ¡.¡,,·atalwd, e h. cen \ano nombrami ntos y s t.OP ter u • .u oriz:tci 'n El 1 rafn uide111t dL l .Rtjn(b/ e 1 . rt:. Art. 1.0 Org níza e un min rá /)ivisz'(J11 ''acal 1/vtÍ m uesta de· lo Batall l { 0lllflZIÍt1 ruJJdlilaiJlarrn , k10laima y ZiporÓII e n J p •¡·~anal e u· l,tr la · 1 .. 6di ilita1· tomando por as el Bnlalllm frizt"t1la iva . las fu r /.a d0 undi-namarca, el cual par el efec o s it ·orpm·, a] Ejército nente con el nombre d e Cctrar.úa. Art. 2.0 Hácen e lo _ i~=;ni n e~ n m ·-o nucntos ar la e.·pre-sada Di risi6n : Comandante General, eneral lro Emilio Ru io . Jefe de Estado Mayor, Cor: nel os.! Prirni iv Orozco. Primeros Ayudantes :tenerale . ;oroncl s .. steban ubio y F'rancisco uitrag L. Primer jefe del .BalallluJ Cat a :u; .,, u nf"l ·al lo A. ori. Primer Jefe del B alall/Ju Cu11d izamarca eniente Coronel Víc­tor M. Córdoba. Primer Jefe del Botallún Anolrii11a, ,. enientc Coronel Le ni­das Bernal. Primer Jefe del Bttlallótz. Z1padw, roncl José María ar- B6n W. '!' JlO 1-- J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1 bia \_ 162 -' Art. 3. 0 Autorízase al omandante para hacer los nombramientos de segund segundos jefes de uerpo ) Oficiale . Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á I 8 de Enero d JO E eneral de la División Ayudantes Generales, EL fARROQUI El Ministro de Guerra, ARlSTID · s F ,R •• L~oF.z. DECRETO ~ERO 121 (E 'ERO 25 E 1902 por el cual e llama á Yarios Jefes y Oficiales al sen icio activo y se Jes destina El Vkepr6s/dente de la Rep¡íblica, JICtl''gado dt:l Poda· Ejecutivo, DECRET rtículo único. Lláma e al servicio acti \'O á los siguientes Je­fe y OficiaJes y d tínasele á la 3.~ Divi ión del Ejército de Oc­cidente, en el pue to que le señale el omandante en Jefe de aquel Ejército, neral Tomá a reía: Cor ncl Pedro Ramírez; Tenientes oronelcs ~ migdio l'iceño bd6n Rincón y Manuel J. Rojas· rgentos 1! yore Jenaro P reira, Réo-ulo Barrera y Julio R camán ; apilane 1-jandro Lóp z Lema Braulio Ro­dríguez C milo eira y antia o-o orté · T -niente edro A. Cuervo, José Gr orio P r ira y rnando García. Comuníquese y publíque e. Dado en o otá á 25 de .._,nero de 1902. JO E IARROQUir El finistro de Guerra r RI 1IDE DECRET • 1ER 132 DE 1902 E.· RO 27) p~r el cual se hacen unas romocionc' y un 1101 bramiento El Vt'cepresüleme dt la l?ej)/tbhca 1 OlCclJ rrado del Poda· .Ejteulivo, 1J E CR E T único: Pr mu~v s Cor nel Agustín a abianca el l u t de pnmcr jef del Bala/l(Jn Jl!lanuel 'asab/anca al de .. yudante del Mini tcdo de u ·rra, y nómbrase para r em­latarl~ en la omandanc1a· le dicho • a tallón 1 r. Comandante ustod10 Morale Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '--- 163 --' §. El egundo jefe Comandante Campo E. Gómez, será pro­mo ido al dL pósito del Batallón Guard/a d(; Bogotá, y nóm brase en su reemplazo al r. aro-ento l\1ayor imón Pizano. Dado en Bogotá á veintisiete de Enero de rgo2. JO E M UEL MARROQUIN El ~~ini tro de Guerra ARlSTIDEs FERNÁ. DJ:z. DECRETO U 1ER r 35 DE 1902 (ENERO 28) por el cual se confieren dos ascensos El Vz'cepresiiünlt de la Reptíóltca encargado del Poder Ej'ecul/vo, Dl!:CR.ETA Artículo único. sciéndese á los res. Teniente Coronel Este­ban Huertas y Capitán Octaviano B. Pérez, á Coronel y argento Mayor, re pectivamenle. §. R specto del ascenso conferido al 'l~ niene Coronel Huer­tas, dése cuenta al Honorable enado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíqu se. Dado en Bogotá, á 28 de Enero de 1902. JO E M UEL IvlARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER Á ·nEz DECRETO Ul\1ERO 142 DE 1902 E. ,.EltO 28) por el cual se confiere un aseen o y se hace una d~stinaci6n El Vú:cpreside111t de la RepúbHca encargado del Poder Ejecutivo, DECREIA Artículo único. sciéndese al Tenienle oronel Arturo Ace­vedo V. á Coronel efectivo, recon6ce ele la antigüedad de 7 de Mayo de rgoo y de tínasele como primer j efe del Batallón 2 . 0 de la Divz'sión Marroquín. . Dése cuenta de este ascenso al Honorable enado en sus pró. ima esione , para los efecto constitucionale Comuníque e y pubtíquese. Dado n Bogotá, á 28 de En ro de 1902. JO E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra ARI TIDE F,¡¡JtNÁ DEZ. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 164 -' E RET NUMERO 143 DE 1903 EXERO 28 por el cu3l se hace un nombramienlo y un~ promocion EL Vi'ceprtsidenle de la Rt:públú:a, cucargado itl Poder .E:feculivo, DE'RE.lA A 1·t. 1 .0 Nóm rase Comisario Pagador d 1 Ejército en opera­ciones obr las ProYincia de Zi1 a uirá y Ubaté, al oron 1 Ma­nu 1 errano V., a imilad á General de Brigada para los efecto fiscal s. Art. 2. 0 Pr muév - e al T niente 'oroncl Pascual Maya U. d 1 pu sto d Prov edOl- o· ncral el l Ejército en o eracione~ obr la región oriental d 1 epartam nto, al pue to ue le des.tgne e] Gen ral edro León costa n la División que e tá org·an1zando. Comuníquese y ubHqucsc. Dado en Bogotá, á 28 de Enero de rgoz. JO E MANUEL MARROQUlN El Ministro de Guerra, ARIS1IDES FER- ·Á 'DEZ DECRETO NUMERO 144 DE 1902 (ENERO 2 ) por el ual se hacen unos nombramientos .E1 Vrceprcsidt-"?IÜ de la Rep1íblú:a , encargado del Poder Ejccul/vo, DECRETA Artículo único. Llámas < 1 servici activo á los siguientes señores, y destínaselc á prestar us servicios como Jefes y Oficia­les del .Batallón. 3. 0 de hifantcría pertcnecient á la División. Ma­rroqttít- l, respectivamente : Coronel prim r jefe, L. alvador Abad; Sargento Mayor segu.ndo jefe, Ed_u~rcJo 1'anco; Ayudante Mayor, Capitán Eduardo AgUirrc .; Habthtado, Capitán Juan Rodríguez C.; egundo Ayu­dant . 'I' nientc Paulina á z; banderado Subteniente Enrique Ríos · Cap!tanes Agustín voa, Adolfo Aguirre, Pedro J. Fon­seca Y Alc1des Castro ; enientc Enrique Pinzón, Reinaldo o­m ~o Jo é Ignacio Casa y oncepci6n Barón : ubtenientes Gre­gono alg do! r I.Ianuel de J. García, roilán 1\llartínez, ecundino Ac ro, Corneho Hucrlas, Eliéccr Vesga y Emilio Aguirre. ado en Bogotá, á 28 de Enero de rgo2. JO E MANUEL MARROQUIN El Mini tro de Guerra, ARtSTIDES FERNÁNDEZ. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 165 __) DECRETO NUMERO 145 DE 1902 E RRO 28) que incorpora una División en el Ejército de Occidente El Vi'cepr~Ndenlc dt: la R~públt"t:Je. Cuando el enemigo 11 ga •· c~ l e ntinela hace fuego, y e re­pliega;' &c. (~rvicioolct~mf)(Ul < , artículo 168. I?egl mudo provúoJio, artículo 15). El nemigo a-van za 1· ~ ueltam ente á u frente, rebasa la línea de las avanzadilla , qu por tal cau a e 1· pli g n má 6 meno desordenadamente,~ol>r la gr· n guardia. Esta ha mpuñacl la arma : Pero · dond está el enemigo'! ¿Cuál s ~u número? La pn..:ocupaci6n gana t~ rr · n : todo los a~imale el hombre e el nl3s tcm rusu' (Prín i e de Ligne, Pr~orupaClolleJ mi/1/ zreJ ; y ·orno el t m 1· • c.. ... mtagi o, ha ue · ontar n qu en la gran g-uar lia habrá alg-una turbación. Todo nu tr oficial s on val rosos, pc1·o á cuánto 1 fal­ta la sano-rt: fría ~ Muchos serán l o· cn pitan e que en una. situación grave á e te re pecto, procederán con la calma necesaria para 'avisar· á los pu sto vecinos y al cpmandante de la .. avanzadas" Servicio tJz. campa11a artículo 179. Rt:g!amenlo propisorio, artículo rg), para saber imnediatament cuál de stos tres l artido debe tomarse: salir al encuentro del enemig-o, resistir n el itio, ó re­plegarse combatiendo.' ? (Se1 'lHfzO en rampruia, artículo r 79· ~Regla­mento proviSorio artículo 19). un hecho demostrado por la . p riencia, ¡ue una tt· a ue es atacada de noche es más 6 meno sor rendida y no pu de nun­ca avisar á tiempo á las r servas; cu ndo J 1 rim ¡-golpe 1 vi ta juzga que no tiene fuerza suficienl , t nnina p r creer que debe retroceder. E este retroceso el que ten tbl , arque n ta clase de movimientos con frecuencia ~ muy difícil dirigir á la tropa y á 1 s oficiales de grado inf rior. I ..a gran preocupación de Va s unida e colocada n avanza­das, y sobre todo de las avan¿adillas , ~ siernprc a eo·ut·ar la r ti­rada · en el primer ataque no pi ns n sin n repl gar e preci a­mente porque tienen concienc..ia de su d bilidad. La teoría del e fu rzo sucesivo, d cir, de J s pequeños pa-quetes que se hacen sucesivament despedazar, ha pasado; hoy se admite, sin discusión, ue 1 línea e combate debe ser fuerte. Lo mismo debe ser Ja línea de las avanzadas, la cual no es única- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia '- 170 -.-1 mente un cordón de a' iso, ino tam ién y especialmente una línea de d~fénsa. Y esto resalta claramente en el papel que le es á confiado. Las avanzadas ti nen por misión : 1 1.0 Informal á la tro¡ a que cubren, de la posición y los mo­vimientos del enemigo; ' 2.0 p, ofeacrla contra la sor¡ r as y darle tiempo de pre-pararse al combate...... . . La di posición de conjunto y el scrv1cto de las avanzadas varía con las situacione , los erreno y el fin que uno se propo-ne ..... . o se puede dar, pues ino i1 dicaciones generales respec­to del ervicio de la a' anzada . El juicio o lo cr.á casi siempre el mejor guía en la elección el los medio má adecuados para sa­tisfacer á la doble múión gue les está confiada ·• *. La ropo iciones que io-uen no tienen, por tanto, nada _d antirreglamentario· tienen por fin prcca ver de la tendencia manife tacla por los Jjércitos extranjero á la sorpresas de noche. Fijaremos, n princi¡ i que se deben tener en las avan-zadas como en el combate: 1. 0 x Im·adores · 2.0 Una línea de comba e lfnea g-randes guardias) ; 3. 0 Una re erva (de a'·anzada Lo e. plor;l dor en la a Yanzada son fijos ó móviles. Llamare m o á lo pl"imero puesto de e. ·ploradores, á los segundo patrullas. En la formación de combate de un Batallón lo e.~ploradores se ocupan obre todo de la tr pa u e cu br n; no e unen con los otro grupo encargados de Ja misma mi ión prestarse mutuo apoyo.· (E. cuela de Compa1iía, artkulo Lo puesto de exploradore col ca os nfr nte de la línea de la grandes guardias, no tendrán, pue que ocuparse sino de lo que asa al r~dedor de ellas, en 1(. zona de 'ib·ilancia posible. Gracia á la facilidad d tran mi t6n del onido por la noche, una tropa, aun poco numero: a, no pued · zna1·char sin que la oigan á 200 metros á. lo menos. _ Delante de un ft-ente de 1 .200 met•·o efendido I· or una Com­panfa de grande guar ia ba tarán con ft·ecuencia ti·es puestos de e: plor.a.clores para que una ft·acci6n enemio-a n pueda acercarse sm que la descu ran. • .R~glamenlo .robn el servicio "''campana, articulo 164. " •l .R~ lnmot~o provisorio. uel 1 r de layo de 1894, se contenta con decir: Las avanz:u..las t n ncarga. en clc acuerdo con el artículo 15, . 8 del R~­rlatJUJtl, prúviurio: '·Los centinela no pued n ni disponer d u ::.aco." ·c. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia "- 172 _J Benningsen se detiene entonces en esta llanura y nos espera en una bella posición con muchos reductos sobre las alturas. El Alle divide en dos su ejército; coloca _sobr<: él cuatro ~uentes, y ocupa enfrente de este río la pequena c1udad de Fnedland, que lo cubre. El 13 de junio nuestro regimiento, el 50° de línea, que mar­cha de vanguardia, llega á la vista de las posiciones enemigas. Mi compañía de rranaderos se desprende con orden de despejar el país montanoso que se extiende delante de nosotros. Hace algu­nas horas que marchamos por entre estos bosques, y acabamos de entrar en una aldefta desierta, cuando de improviso oímos disparo á nuestra derech ue tro Capitán nos envía entonces en esa di­rección, n número de veinticinco hombres. Avanzamos con pru­dencia, dispersados en tiradores, á veinticinco pasos uno de otro, abriendo los ojos tanto como uede suponerse. Hemos renovado el cebo de nuestro fusil, y no deslizamos de árbol en árbol, gu1ado por las detonaciones, que continú n dejándose oír. Nuestro Subte­niente, con el sable bajo el br zo, nos sigue repitiendo: "Adelante 1 Adelante ' En breve llegamos á la orilla de un claro del bosque, en don­de e encuentran cinco 6 sei árboles echados por tiet·ra, y en donde se han extraviado dos cajas de nuestro jército y las ha ro­deado fuerte partida de irregulares kalmucos. Estos verdaderos alvajec:, de grat1des narices, de figuras achatadas y de enormes oreja , stán armados de arco Y· de flechas. Mandados por oficia­les y cabos y argentas ruso , dan vueltas al rededor de los con­ductores del tren, que han echado pie á tierra y se defienden con disparos de tercerola. A pesar de una defensa desesperada casi todos nuestros po­bres lringlots ( I han sido heridos con flecha; sólo dos han es­capado á la matanza, y agazapados tras de una caja, todavía dis­paran por entre las ruedas. En este momento salimos del bosque: ' 1¡A la bayoneta!", grita nuestro Su teniente. Corremos sobre los kalmucos, que de lejos retroceden, pero que, descubriendo nuestro pequeño número, vuelven á la carga. Nue tro ubteniente, no con­tando con número suficiente para defender e, incendia muchos manojos de heno que están sobre las cajas, y nos hace alejar de este modo de los soldados del tren, y sostiene la fusilería. Al ver 9uc están quemándose las cajas, los 1 almucos huyen. N~estro ofic1al.en~onces hace quitar los manojos de heno, abre las CaJas y nos d1stnbuye los cartuchos que contienen; los carruajes no pueden llevarse porque los caballos que lo conducían han sido muertos á flechazos. De pronto gritos salvajes resuenan n los bos­ques: son los kalmucos que reforzados con un destacamento de cosacos regulares, de chupas escarlata y pantalones azules, vuelven á la carga. '¡En retiradar,, m~nda nuestro jefe. (r} 7rin&fqt~, seldac:Joa del ren. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletin Militar de Colombia '- ''3 _¡ No replegamos vivamente sobre la aldea, en donde no es­pera 1 re to d la compañía, volviéndonos á cada paso para clis­parar. Los jinetes rusos luchando con el estorbo de la male­zas y los árboles, a anzan dífícilment . Por último, ll egatno á la aldea, y en la entrada hacemos a­rricadas con can·os ara conducir pa to. El enemigo llega obr la barricada, pero n este momento oimos fuéra esta voz de man-do en francé : ' ¡ d lantc ....... Cargad t'' Es un escuadrón d nue tro húsares que acu e al ruido de la fusil ~ría y ue desbara­ta á su paso á lo irregulares ruso como si fues una manada de carneros. Por la noche volv mos al campamento. Comienza la luna á crecer. La comida e prepara con rapidez y con mayor e leridad la despachamos. Pronto nos dan rden d apagar los fuego y de no toe 1· orneta lo que si,;nifica que el enem1fY'O no ,stá 1 jo y que se teme señalarle e l sitio de nuc tro Yi ·ac. El tiem1 o an cálido, que oye á las cigarras cantar largo ti mpo toda\ ía de - pués de la pue ta del sol. Nos acostamos con la reja obre el mo­rral, y acabamos por dormirnos. A las tres de la mañana un violent fueg de fusiler a no despierta obresaltado : la caballería enemiga ataca nuestras avanzadas, que la acogen con resolución. Aún e de nqt,he, p r el día marca) a una línea blanca n el cielo á lo. largo de los bo - ques. Amarramos los sacos, cargamos los fusiles y renov mo el cebo de las cazoletas. La luz matinal ya aparece. Un rumor confuso se 1 vanla p t• todas partes. Las tropas de Lanncs toman las armas · los tambo­res suenan; rápidamente tomamos las armas y no ali Lamos para partir. Los oficiale superiores esperan á e bailo al frent de los batallones. Pronto Lannes llega :i galope, seguido de s s oficialc ayu­dantes con dormán blanco de trenza de oro y panlal6n encarna­do, el gran chacó adornado con plnma orla y pun i guda. Saca la espada, y mostrándonos á rieclland, cuy ampanario comien­za á verse en el horizonte, por ntr 1 brum de la Jnanana, die : 111 Adelante! ...... ¡Adelante. ¡Al enemigo 1 Partimos á paso de carga . .~.- t·epente el cañón stalla á nuestro (rente: es nuestra at·tillería que acaba de poner e en ba­tería y di para sobre los ru ... os, 1u en ma as profundas des m-ocan de Friedland precedido de una nu e de cosacos. E en tonces cuando los soldados levantan us chacó y us kepis en la punta de las bayonetas y ponen á gritar; ~~¡Adelante t ¡Vi a el Emperador l'-( (m/inúa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L Boletín lilitar de Colombia '- 174 _; GU ~p 1~ l\10NTt ~ (Continúa) En e ta di posición, el que manda tomará odas las medidas ue crea portuna para r cibir al nemigo al am.anecer 6 tal vez en aquella noche. Como á e ·ta columnas deben 1emprc acompa­ñarlas alO"'uno prácticos del ter.ren , d\;; pachará á a uel que le me­rezca la ~ayot· confianza, para lar conocimiento á los puestos más inmediatos, d la ituación n 1ue encuentra y ea socorrido, calculando el tiempo qu pued n lardar la tropas que vengan á favorecerle y lo medios que iene para u defen a, ha ta que lle­CYU e te mom enl . i encontra e n un tado ue juzgare no o oder resi tir po1· e te pacio al enemigo, ó bien n el caso de no poder ser acorrido tratará de ng-anarl , mprendi ndo su reti­rad á media noch con l m y ¡· il nci di poniendo ue perma­nezcan en el campo las guerdlla que deben cub¡·j¡·]a retaguardia, hasta media hora le ué d hab r alido 1 grueso de la colum­na, cuy mo' imi nto guirán. i no fuere fácil budar la vigilancia d l cont¡·ario bien p r l c.uida lo qu tien · ó por la posiciones que ocupa ~~ j f u manda lJ erv nimado á u soldados y di pue t á \Olv er :i la m nos a¡Jr ,. c hará lan buena disposi­ción ; excitará má . má. u \'alor por la promesas y premios, dándoles á con cer que u .. IJ-' d arroj 1 uedc librarles del pe­ligro en qu se encuentran · t ni ndo nt n ido que no hay nada que pr st má leer i6n ni m o y en r~ í á los hombres que la dese peración. Pr pa1 aclo ~ í, formar·i n e lumna cerrada, 6 como mej or lo permita el terreno y pro" chanclo 1 momento má oportuno y 1 unto má atac bl y lébil de Jos que ocupa el enemigo caerá o r é l como un ray . Rota la lín a y colocado á. u espalda; hará qu la ·uerrilla , 1ue de antemano llevará pre-parada ~ in truído á 1 oficial qu la mandan nvu h·an al enemiO"' en toda dir cci ne y cwnclu) a 1 de atirlo; al mismo tiempo ¡u 1 art · de la fu rza de l alumna habrá d plegado en batalla, y roto e l fuP · para aum ntar la onfu i6n ~· desorden. La derrota del n migo induclabl ., po1· tan im re\·i to é ine pe-rada golp · , pues hay 1 oco alelado 1ue epan ontrarre tar con serenidad em jant cho ues y má uando tán p ·netrados que lo contrario hallan en la impo ibilid l n tan sólo de tomar la ofcn i\·a, sino ·w1 dt. ,. i lit- á la primera amenaza que trat de hacérsel s. reo haber· a bt·aza ¡rincipal incid nte que pueden ocurrir n la guerra de mont ñ , aplicabl al mayor ó menor nú­mero de tropa . Pasemo ahora á dar una id a de 1 · ardides y estratagema ¡ue con fre u n ia su len usarse; lo más comunes on las embo cada . E t· se 1·educ n á olocar i rto núm ro de tropas n un siti 6 Jh raje le difí il e, p ,. don e 1 recisa-men e d b pas 1· el enemigo· 1 ircun t'a cia más esenciales que deben concurrir en una emboscada son : ue la tropa se halle Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1Iilitar de Colon1bia '- 175 -' colocada en tal di po ición ue no ucda e1# Yista ni descubierta por el contr·ario; que ésta e té dh·idida si posible en dos 6 tres paraje , de manera qut; á un mi m tiempo caio·a so re u adver­sario, .:>i cabe por \·anguat#dia y retaguardia; que sea tan veloz y fuerte u ímpetu, que no e 1 dé lugar para volver en sí, procu­rando introducir el desorden; que no e adelante 6 anticipe uno de los puesto al ott·o sino ue obren simultáneamente ; que se dej~ al enemigo extender- e á l largo d 1 desfiladero ó garganta cuanto ea posi le para de sta manera ncontrarlo más débil; y en fin que se procw-e interceptar la comunicación de la anguar­dia con la retaguardia con árbole , can·os, caballería muertas y otro ob táculo que obstruyan e 1 pa o. E preci o que no olvide el jefe que manda una emboscada, que u felicidad consiste en no ser descubicr o por encmig antes de caer obre él; ni que tampoco éste pueda aber el punto en que e oculta, pues entonces 1 a ventajas que cree tener el qu e cm basca, serán en su daño. Para que no le s lgan ·anas sus e per·anza , es necesario que guarde un absoluto silencio acerca el a raje · n ue trate de em­boscarse y que sta operación cuando pueda combinarse la ve­rifique poco tiem o am.<... que · 1 nemigo llegue al sitio determina­do. Tomada esta medtdas puc. esperar e un uen resultado. Otro de los ardide de esta guerra on la sorpr sas de los puestos: é tos pueden dividi~se n table y volantes. Para las sorpre a de Los primero e r quieren preparativos de alguna con­sideración pues iendo é to , por lo r O"ular unas casas fortifica­das y pre·paradas contr un O"'Olpe de mano, no s fácil sorpren­derla á no ser u· la guarniciones que la defienden se hallen en total abandono 6 haya inteligencia con Has · por lo que de­jaremos e te punto y hablaremo de los pu stos de campaña. abida la colocación de éstos el terr no que ocupan, el de sus inmediacione u íuerza y "ígilancia y demá ue puedan con­venir, se preparará la tropa que ha.·a d e hacer# la sorpresa la que no habiendo un particular motivo que lo impida, ejecutará u mar­cha de noche hasta la ro.·i midad del puesto que se quiere sor­prender, donde se le dará un rato de de canso á fin de que repose de la fatiga y ataque con mis ig-or. i la distancia del punto de partida hasta el de los enemigos fuese tal que sea pr ciso mar­char de día, e evitará pasar por p blados ó ca edos, y cuando no hubiere remedio, un de tacamento de la guerrillas de vanguar­dia, 6 el total d\.'! lla, adelantará, y cercando la oblación 6 caseríos no permitirá la salida á pcr ona alguna. Llegada la co­lumna á est iti 1 ros guiJ-á la marcha sin detenerse no dejando entrar individuo alguno le ella, y pet*manecerán las guerrillas circunvalando la casa , hasta tanto qu 1 grueso de la tropa se ha ya separado como un media leg·u que seguirá el mismo mo­vimiento y cubrirá }, retao·uat*dia r mplazando á la de e te pun­to, que ha rá pa do á v nguar·dia. 1 ntes 11 gar á la inme­diaciones d 1 l u sto cnemig , si aún no fuere de noche, se oculta­rá la tropa en un p r je á propósito hasta la hora determinada Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 176 -J para el ataque que en mi concepto es la mejor dos horas antes de amanecer en la que gularmente caro-a con más fuerza el sueño y se experimenta una specie de sopor 6 falta dt; .n rgía en el organism , aun - n aquello que se hallan d, vtg1la~~e . Dada la eñaJ, s figurará atacar 1 pu~sto po: los o tres lttos, según lo permita 6 propm-cione la Jocahdad s1en tratando en ambos ca o de empujarla sobre el de filadero, para ue e trechados por 1 nalural - za dc:l terreno, sea menor la resistencia que puedan oponer arr fiando al mismo tiempo los pue tos que e hallan e locado obre la alturas que lo forman. En estos casos es preferible el ataque por ·anguardia 6 retaguar­dia; ma iendo en cam ora o debe procurarse siempre caer so­bre u contrario como ya se ha dicho perpendicularmente á su línea de formación pue d hacerlo por anguardia 6 retaguardia, tiene má medios de defensa el enemio-o, y no e tan apurada su situación. - sí como la violencia en el ataque debe obrar en las tropas 1ue emprenden estos golpes, el que los recibe no debe precipitar­se en la defensiva, de arr liando us fuerzas despué que e haya cerciorado de las verdaderas intencione y objeto del que le ata­ca .. i é te lo verifica por cual uiera de los puntos en dirección de ia marcha, se 1dispondrá desde luego que las tropas de reta­guardia apre uren u movimiento hacia el punto que aparezca el enemigo. La vanguardia hará alto y por un cambio de frente obre uno de "u flancos en dirección al enemigo tratará de en­olverle ejecutando e te mo imiento para! lo al camino que traía. a artillería, si la hubiere marchará algún tanto á vanguardia, colocándose, si el terreno lo permitiere, en una dirección oblicua · las columnas enemigas, para sostener el movimiento de la Yan­g arr.lm y retaguardia. La caballería habrá corrido á hacer frente á la enemiga y en caso de que ésta haya logrado romper la línea y pasar á retaguardia, como por este e fuerzo debe hallarse des­Jnida es el momento le cargarle y arrollarla, di poniendo que la ; nfantería por cuya inmediación ha cf ctuado su paso dé frente á retaguardia y le haga fuego. omo por e te género de ataques, ó se logra desordenar instantáneamente al enemigo, ó se con­vierte en una acción regular, e halla un jefe en el caso de eje­cutar los movimientos y maniobras que crea oportunos para re­chazar al enemigo, cuando la primen\ te ntativa no le ha dado el resultado que esperaba. -¡ este acontecimiento imprevi to lo fuere por vanguardia al alir de un de filadero, se apresurará cuanto sea posible la mar­cha para que lo atraviesen las tropa que se ha11an mpeñadas en él, y las que hayan sido rechazadas hacia u salida resistirán el empuje hasta que sean sostenidas por la de retaguardia, procu­rando hacer esfuerzos y desembocar nuevamente ganando terre­no, en el que pueda erificarlo la demá fuerza. Los puntos que á derecha é izquierda de la altura que forman el desfiladero ha­yan sido tomados para o tener el paso erán reforzados y de- To O I-12 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín M ilit r de Colotnbia '-- 178 --' EL COMBATE POR MA UEI. MORE O CHU UCA (Continúa) La infantería que recibe una carga formada e1 línea y es rebasada or la caballería da frente á retaguar·dia y le hace fuego. Las guerrillas orprendida n terr no al ierto por otra de caball e rf 6 por una car-ga á discr ción, forman e ¡ueños grupos y se defiend n con fuego rá'" ido· pero si el terr no quebrado 6 cubierto, bastará ue estr eh n lo inte Yalo y e parapeten en sus quiebra 6 en e 1 arbolad . La r sen•as re i ten en pelotón 6 en línea de plegada h ciendo fuego por de careras y de igual ruodo roced n la compañía de re erva lel batallón, formando 61o el cuadro la ¡uc e ncu n.tran muy al lescubierto ó al ex­tremo de un ala. Cuan la ca allería a1·ga á fonjo n línea ó en columna, la compañía desplegada reún n obre su re ervas y cada batallón e calona la uya_ para cruzar lo fue o , formando el cuadro la d e las ala 6 la má . ·pue ta al ataque directo. Aunque difícil mente pu e e un batallón " r e sorprendido en marcha por 1 aballería 11 gado te ca o escalona rápidamen­te su ompañía fu ra del camino, hacia 1 lado en que el terre­no es má de iaual y f ¡-mando 1 cuadro todas, ó parte de ella rompen el fuego or de rga . on artillería Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 179 _¡ intervalo , lo ostenc se fraccionan por e adras, las reservas por pelotone y las compañías de r e n ·a d 1 bata116n adoptan la di posición que más las Jibr del fuego encarg,ndo e una de apo­yar el ata ue y let otra d com atir la re istencia de las tropas que osticnen la artillería. 1 llegar al alcance máximo del fusil m¡:,ieza parcialmente su acci6n ofen iva bien con de carga i se distingue claramente la batería, bien con alguno tiradorc que se adelantan y abren un fue o lento y preciso obre los sirvientes y ca allos que aican­zan á descubrir. ..J re to de la fuerzas prosigue su avance sin hacer fuego y empieza á preparar el ataqu abandonando la for­maci6n profunda la reserva que la hayan conservado hasta en­tonce y reforzando las ala . A lo 6oo metro el fuego lento e hace general y comienza el avance por altos uce ¡,o , como en el ataque de una posición. i la atería retrocede para mejorar de emplazamiento y 1i rar e del fuego se adelanta con mayor rapidez aprovechando la sus­pen ión del su o, hasta alcanzar po icione entajosa desde las que ea fácil ofend r á la tropas de ostén, contra las que dirigen sus disparos la ala de la línea de combate ó la parte que mejor los distinga. A medida que se domina la re i tencia del ostén y el ataque progresa, el fuego redobla y el movimiento envoh-ente se acen­túa buscando los puntos del terreno d sde dond descubriéndose lo sirvientes y carruajes que oculta la ere ta enemiga se puedan batir eficazmente. Ante e peligro la aterfa tratará de poner los armones y retroceder de nuevo y en este momento la guer'ri­lla, reforzada por la resen•as, rompe el fuego rápido contra los ca allos y persigue á la piezas pue ta en mo~ imiento, y la re­serva de batallón e apro ·ima para r forzarla y hacer frente á los contraataques del sostén. Inmovilizada-la batería, sigue el fue ·o rápido hasta llegar cerca de ella · en ton ce~ e ataca á la bayoneta esforzándose en vencer la última r istencia que harán los sirviente y el so tén, y apresurándose á tomar la pieza , que d no po ersc llevar deben quedar inutilizadas. El ataque de una batería resupone una con\!eniente prepa­ración por la artillería propia, com n todo lo demá casos en que la infanteda toma la ofen iva · pues si bien su armamento y formaciones on recurso que 1 hac n muy temible, como tiene que vencer la resistencia que con iguales elementos y con las ven­tajas del terreno le oponen lo sostenes y arrostrar el fuego de granada y metralla desde muy lejo y por largo tiempo. s rá te­merario dirigirla contra una batería intacta, á no ser que por estar falta de apoyo ó si uada en punto que fa orezca el apro imarse ocultamente, haya medio de apod~rarse de ella por sorpre a. I ·FAl TF.Rt... osT:a. ~mNDo ' u YA BAT.E.RÍ -La artillería encuentra de ordinario uficiente apoyo n la tropa próxima ; pero hay casos en que debiendo establecerse en posiciones muy avanzadas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1ili ar de Colombia '- 180 _../ 1, , nece it una e colt 6 ostén pe-pr te ... ció~1 inmediata. . . e infantena para la po JClOne estable , o la at. rí deb ejecutar rápi o y frecuentes movimientos par 1e e e:n¡ lea con 1 refer ncia la de á caba-llo) y en alcr n u mi ·tos~ cotn p r jem1 lo, · n la ala del orden de atalla don e iemprc · conv niente 1 a1 y de la in­fantería y e b 11 ría en 1, t·ctirada cu .. :os movimientos progre­sivos proteg m jor la acción comb·n la d atn a arm La infantería qu.... ti .,1 _ á un atedc atiende sobt- todo á asegurar us flancos para lo que se e ta lccc n el terreno que se halla al frente le ellos y apro\·echa lo recurso naturales que ofrece, creando una fuerte po ición ue b ta con eficacia el cam­po de ataque y prevenga lo movimiento envolventes. A falta de abrigos, ó cuando no son uficientes, con tr·uye en las pendientes y replie~ues ue las pieza no alcanzan á batit· una trinchera rá­pida que sin estorbar el fuego de la batería complete su defensa. i hay tiempo, e reconocen demá todos los repliegues y puntos cubiertos del terreno, hasta má · de un kilómetro, estudian­do una instalación general que permita batirlos todos y dominar us salidas y dese,mbocadura . Ordinariamcn e, tu o el o én e establece sob1·e el flanco amenazado; ma · ambo lo (:! tán, e di ·id entre llos iempre en formación de com ate. La g·uerrilla 1 hace á vanguardia e - tendiéndo e por del nte de 1 bat ría, mientras la pendiente de la posición permila hacerlo i 1 privar u fueg y formando en el ala que cubre el flanc un mar illo defen iv . Los sostenes, divi­didos en grupo d una escuadra ó pelotón, ocupan Jos repliegues que mej r lo oculten. La reser a e sittían o re el ala de la batería algo á ' 'anguardia aunque dejando con1pletamente libre el tiro oblicu de las pieza inme liatas ó de1an de ella y deba­j de la lín e a e piez , i la posición e el 'ada y de pen iente brusca. La re e rv d batallón se coloca tatnbién al flanco, algo á retaguar ia, n Jugar se uro y á cul iert del fuego. . El com~n ~nte del Oitén debe rn ntener con t nte in elig n-eJa y comumcac16n con 1 de la bateda y ubordinar á sus dispo-sicione~ ~a acción de u tt·opa. ~ I~tcl~~ el ata ue la guerrilla t·ompe el u go con arreglo á. 1 s prmctptos de 1 d f n h·a, sin de cubrir el ·ente si la batería puecl disparar por endma le 11 ó de lo contr·ario corriéndos haci~ el fl . neo para no torbar1 : y lo soste nes s 'incorporan á ella mmedtatamentc> ó cu n o 1 e ·i en lo progresos del asal­t nt . _ d · fen a ¡gu0, u m ·u· ha no1·m 1 rando principalmen­te contt a lo fla neo d ... e t • pal-a e t01·ba1· su intentos nvolven­tes Y obligar! á oncentrar e ohr 1 ten· no del frente que ba­ten la 1 ieza . . 1 e n ,. n r 1 e rnc n lante d 1 o n de <.JU n le po- SI 1 e ntenc 1· la agt·e i6n, a,•i , al de 1' 1 ateda, pide auxilio á las tr pa \' cin Y em 'eña t da u· r cr · procurando ganar Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín iilitar de Colotnbia L 18 r -' tiempo para que aquélla . onga 1 ~ a1 mones y retroceda antes de que un fueg-o demasiado cercano . ' ficaz Jo haga imposible. Cc,mo e ta operación obliga á suspend r 1 d cañón y fa orece el avan­ce del agresor, el stén debe protegerla con fu go rápido segui­do de un viroroso contraataque que l detenga, ha taque la ba­tería esté en salvo y Yuclva á rompc..: t el suyo: conseguido lo cual se bate n retirada o re la seg ut da 1 osi ión que se dispone á prote~er de igual manera. Cuando el quebranto produ ido por el com ate la pérdidas en el ganado y lo desperfecto d l material, irnpiden Ja oportuna retirada de la atería, y el ao-r or logra aialtar1a el o tén se repliega ha ta las pieza ha ie1 do fuego y n unión con los arti­lleros la defiend cuet~¡ o á cu rpo hasta el último extr mo. En un ataque rechazado 1 sostén ersigue al agresor con fuego rápido in adelantar e tanto que de ampare la batería, y ésta lo cañonea con yjgor mientr lo tiene á buen alcance. Cuando la bat ría avanza para stablecerse en otra posición, el sostén marcha con e1Ja prot giendo u frente y flancos, y ade­lanta una vanguardia que reconoce lo Jugares sospechosos á cuya inmediación debe pasaL- Conllinía. ESCUELA DEL SOLDAD A CABALLO POR CARLOS FER 1 Á_ ~oEz Y JULIO DEL CA TO o11tÜuta 61 . . ilied/a-vud/,z._La media-vuelta se compone de un semi­círculo seguido de un a m bio de mano. Este movimiento, como el de la vuelta, es individual y simultáneo d hiendo guardarse la alineaci6n como en ella, guiándose para la diagonal por el jinete que va á quedar de cabeza del pe1ot6n. 1 mando: ll!cdzá-vudla, MA (chen), estando los jinetes marchando sobt* la pista describe cada uno un semicírculo de un diámetro ig-ual al de la vuelta y toman despué una dirección dia­gonaJ para entrar á la pi ta cambiando de mano. El in tructor vigilará que los jin tes no acorten la diagonal, cuya oblicuidad será igual á la del cambio de mano en la mitad (número 55), y hará cerrar pt·ogrc i a ente el movimiento en la misma forma que la vuelta. 62. Los movimientos tales como doblar cambiar d~ mano, VtJ~l­ta, media-"" udla, después de jecutado al pa o se repiten al trote. 63. Rett·oced. r y a s ar de rdroudtr-Al mando : Retroceder, re..; coger el ca allo (número 7 5) · al de llfar (chen), a egurar el asiento, inclinar el cuerpo hacia atrás y r coger los puños · si el caballo obedece, se le d libertad y se recogen los puños alterna­th• amenle lo que se llama: dar y tomar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia '- 182 -' El jinete debe afirmar 1 cuerpo de manera de no inclinarlo hacia adelante por fecto del mo~imiento retrógrado del ca allo, y de e vitar la tracción excesiva de las rienda ara que el _ca­ballo no acerque dema ia o 1 cuarto d lantero al tra ero. 1 el cabalJo bota las anca á un ro tado, se primirá la pierna de e e lado, y i to no a ta ara colocarlo derecho e abrirá y tirará la rienda del co tado al cual bota la ancas, sosteniendo al mismo tiempo la rie.nda opue ta y sin dejar de hacer obrar la pierna lo cual se llama opotur las spaldas d las ancas. i el caballo se re i t á retroceder, se marcha entonces un poco al frente, y in detenerse, se hace obrar los puños para que el caballo e ea obligado á volver atrá lo miembros po teriores á fin de equilibrarse; 6 ien e ladean las anca á uno y otro cos­tado, in olvidar hacer obrar los puño hacia atrá . i el ca allo retrocede d masiado ligero e di minuye la tensión de la rien­das y e contraen las pierna cuanto ea necesario. i el caballo rata de pararse en dos pie , se argar-' el pe o del cuerpo lo má adelante o ibl se ajarán los puños y se ha­rán o rar vii derecho encuentran apoyados en tierra. El trote es el air"' d marcha por excelencia de la caballería, pudiendo so tenerlo el e ball por mucho mil tiempo que 1 ga­lope, y es, por con iguiente 1 aire de marcha má apropiado para recorrer rápida y continuadamente una lar 210 á 220 metros, 240 á 250 m "tro or minuto. 1 principio ólo e u ará el trote corto á fin de no _cansar los reclutas, 1 cual iempre acarrea inconv niente para el caballo. Gradualm nt s a ará al trote medio y al larg·o empleándose des ué~ la tres didsione e e t aire de marcha . . Lo medi r crito para la marcha al pa o, son también :1phcable al trote. Aunque la t·eacciones de este aire de marcha Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín l\1ilitar de Colon1bia '- 183 _, permiten má difícilmente al jin ete con er 'ar u asiento debe es­forzarse en """vitat· las des\ iaci<:> ne qu xperimenta, más por el equili rio qu por 1 contracció n las rodilla · tratará de suavi­zar la reacciones del ca alto p o r medio de la fte ibilidad de la cintura, é impedil~á lo tirone d 1 fr e no que diere el caballo, man­teniendo firme lo puños. 65. Pasa1 d~l p o al trole, .Y ¡ 1ceversa- 1 mando: Al trole, MAR (chen) y de pués: Al pa~·o , 11 (chen) e emplearán los medio re crito para pa arde la po ición á pie firme al paso, y viceversa (número 46). procedi e nd con tanto mayor graduación cuanto más O"rande a la dife rencia ntr la velocidad adquirida y la que de e a quirirse. Resulta de la aplicación de ste principio que el caballo no debe pasar jamás repentinamente de un aire de marcha á otro, ino que debe entrar poco á poco ero francamente, en el aire de marcha ordenado. 66. Alargar .Y acortar el paso .Y el trote-Para alargar y para acortar el pa o, el jinete debe emplear lo medios prescritos ara pasar del paso al trote y del trote al aso, usando transiciones mas débiles n 1 graduación de las ayuda , y limitando la acción de ésta al grado requerido: para no provocar ni el trote alargan­do ni el alto acortando. El jinete tratará de darse cuenta de las diferentes fases del movimiento, á fin de ejecutarlo bien. El caballo, alarO"ando el paso aumenta poco á poco el balan­ce del cuello á medida que aumenta la xlensióJZ del paso; acelera el movimiento d 1 cuello á m dida que aumenta la cadencia del pa o; en fin, si el caballo toma el trote, precipita la acción de un miembro posterior al mismo tiem o que la del miembro ant rior opu to á fin de lle ()"ar al apoyo diagonal qu caracteriza el trote. El jin te debe~ por con iguiente, para alargar el paso, dismi­nuír gradualmente la ten ión de 1 s rienda , á fin de dejar al cue­llo una liberta creciente, in abandonar por llo al caballo; ar­monizar u a iento con el bal nce del caballo, y hacer refluír el peso del cuerpo hacia atrás, ce ando la acción de las piernas tan pronto como sienta que el caballo quiere trotar. ara acortar el jinete debe hacer de suerte que el caballo mat·che á pa os lentos sin atraYcsarse, y que le permita entir la subida y bajada de cada miembr anterior. 67. Los jinetes alargan y acortan el paso á las oces: Alar­gar, Acortar. A fin de confirmar lo jin tes en el principio de la uniformidad de lo aire de marcha el instructor no hará pasar jamá del alargar al acortar y recíprocamente sin haber hecho alguhos pasos á la velocidad reglamentaria que se toma al man­do: Al paso. 68. Para alarO"ar el trote, emplear los medios prescritos para producir aumento de la velocidad teni ndo cuidado de obrar muy progr sh amente á. medida que 1 a bailo e entregue. i el caba­llo no quiere entregarse, el jinete debe ponerlo á un trote moderildO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín lilitar de Colornbi "-- 184 __) y solicitado poco á poco con las pierna , oslenicndo siempre lo puños. ¡ 1 a all activamente 1 jinete lo estimula por 1 ccton . nérgic.. 1 ie~·.na . i el caballo e floJO d palda , el Jm\;;t(.; ostien 1 s puño uficientemenl . Si las anc no se balanc an igualmente el jinet opera una retira a de u cuerpo al e stado donde note el ef clo má marc - do, cerrando icmpr l pi rn y o teni · ndo la d · nda del mi mo costado. Si la e palda no s mueven igualm nte, el jinete afirma Jo¡ puños hacia l costado de la palda más activa, y i es necesario, cierra la ierna del mi mo co tado. Durante e tos ejercicio , el jinete e e entarse bien aunque la posición del cuerpo h cia atrás no a fa vora le pat·a la acele­ración de la , .. eloci a I or u a í ad ui r·e mayor facilidad para liar e al caballo entir ·u e ione y corr gil· lo movimiento precipitado 6 . ma iarlo nél·gico d l cuat·to tra ero que pon­drían el ca all al galope. d m s afirmándo e ólidamenl el jinete por me io d la Cljez le 1 rodilla y d 1 aplomo del asient , so ti nc el caballo y lo i pone á l mar n el freno un apoyo que le ayu a á r i it· el impul o de lo micm ro po terio-res y á isar con má onfianz . En fin en ial concordar lo efectos d los puño on lo d la pierna , r ue el tt·ote estando basado n el bípedo dia onal un aire de marcha que tablece olidari ad con tant ntr el cuarto delant ro 1 cuarto critos pier-jecutan á 1o llo separado toma á la vo7. : nto ad lante. Conllitría) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Milit r le Colon1bia '- r8s _.) - - Variedades --- TRI ) ( el libro Thamar no ·e la por i\Iarylie ~ ínrko' itcl1. Tradvcci6n para el Bol. tln JJf¡/¡f(lt) .• 1 último Rey de Gcorgía Jorg XIII, al m rir, cedió us E tados á Ru ia. El Zat· Pa Jo 1 ac ptó 1 1 o-ado y dec1ar6 en 1801 unido d áuca o al Imperi . P t·o lo montañese r hu aran someterse. Fortificado n ·u a de'l or lo común inacce ibl , sostuvieron contra u~ia una lucha que dut·ó se enta años. ~ fue ino en 1 86o de pué e la len·ota de chan1yl, l héroe de la independencia cauca iana uand poco á 1 ceo la tdbus e so­metieron 6 e alejat· n del uelo patrio · entonct: el Cáuca o e convirti6 t·ealment"' e:. 1 pro\'in ia ¡·us·l. E al últi1no pedod de esta guerra al uc se r fiere J pn!scnt relato, Con la carabin obre la p- 1 la y un pesado ba t6n en }a mano Aly tornaba lentamente á la ald a. arreando su rebaño de cabras. El oído atento la mit·ada en acecho, · egu(a por el e trecho sendero que da vuelta á la montaña, al pie de la cual el Kuban, aún cerca de u origen hac corr t· u alborotada agua . Lluvias recientes habían ablandado 1 flan o d la montañas y acabado de hac r im¡t·acti abl l end t·o ob truyénd lo n uno y otro unto con tronco árbolc: combro . Pero los pies de 1 , tan firme e mo 1 franquea an 1 obstáculo maquinalmente. Pastor y ·uerr r om• todos los circa iano , obre todo en tos terrible año n que J 'ucn o · nt r luchab por la cau a sagrada d la independ ncia, l) ll \aba extr ño vestido circasiano que manii1 sta tan la1 arn nl · l d le ca1·áct r de esa raza. na cartur-her muy csada ct..ñía u p "'eh o de dere­cha á iz uierd ; ancha ,inta aju ta l al uer·po pr · i am nt en el punto n que terminaba la corta haqu ta ~ t rc-i pelo 1·ojo, entl·ea i rta · pantalone ang to m el ·lnb n u fo rma y un u­ñal fino y afilado u pe.: ndi o cl Ull la al tercero u s mejanza con ly era tan notoria que era J mpos1ble al verlo junto dudar de ue fuesen h rmano . Al ruid de la puerta ue se abrí , el anciano levantó la aabeza. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletin · ilitar de Colom ta L 187 ..J -¿Eres tú, ly? preo-untó. - í, padre mío. -Vuelves muy tarde. -Ciert , padre; e por ue m interné con mi rebaño hasta el Talle, para saber lo qu pa a. - h. ¿y qué? El joven se acercó 1 anciano, se inclinó respetuosamente ante él, y le besó la mano. -Pues bien padre la situación es grave. ad dia las noti­cias que llegan son más alarmante . El General Barntin ky gana te­rreno; Schamyl se ha refug-iado en Veden. La posición es seo-ura. El pueblo está bien fortificado· pero i Baratin ky logra desalojar de él á Schamyl acabará la indepcn encía del áucaso. -¿Y de esa parte de las montañas qué dicen? Aly hizo un ge to de de e peración. -De ese lado están in fuerza ! · el desali nto penetra por todas partes. De napa á ukhum-Kalé obr l ar egro, la co ta está bloqueada por los rusos y nuestros má atrevido monlañeses con trabajo e cotounican con los contrabandistas tur­cos. ólo nos queda la n1ontaña y 1 bo que; pero ¿quién puede decir hasta cuándo. Mirad, allá al ajo, en los últimos valle , al pie del Kara Jaila (montaña n egra , los ru.;o trabajan con 1 fusil á la espalda y el puñal en la boca. ¿ abéis lo que hacen? Un camino; í, un camino por el llano, el antano el osque; un camino para la montaña. Hace año que to ucede ; tienden u nt obre nuestros torrentes; tumban á hachazos nue tt·o bos ues; incendian la male¿as; tapan los tremedales de nie,·e. Dentro de algún tiem­po, yo lo anuncio, el á uila no tendrá ónde colocar su nido· ha­brán tumbado la montañ y no ¡uedará nada de lo ue fue 1 Cáucaso, la patria de los lch~rknse«. Aly, t:mbland d cól ra y de emoción, se dejó caer obre un banco y ocultó la cabeza entre la mano . Entonces el viejo levantó. Por Ja in eei ión de us mo,·imientos, por el t mblor de sus manos, que buscaban un apoyo por la fijeza d su mirada, di­ríase que era ciego. Pero cuando estuvo de pie con u am1 lía capa d género oscuro, con su larga bar a blanca xt n ida sobre el pecho, apa­reció de repente con ]a maje lacl ele un prof ta, de un clarovidente. on una mano e a oyó n la me a c0locada á u fr nte; con la otra mo tt·aba al Teniente d ~ chamyl: - ly, Yussuf, hijos mío , ha llega lo 1 hora de la gran­des re oluciones. Oíd á e te homl>re. Yo ya no oy sino ~.m oco de pol o que el bosque reclan1a ; pero t- no- do hijos. Ahora bien: la patria los pide ; ya no me pertenecen. 1 y añadió vol viéndose del lado del joven tienes delante de ti á l\1éhém l- min, el Te­niente del g1·an Schamyl, ue ha Yenid á nu tras montañas para intentar el último e fuerzo. El imán (jefe agrado llama á todo 1 Cáucaso á las armas; á vosotros hijos mío , os toca re ponder ahora. Aly se inclinó ante el huésped. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 11ilitat el~ Colotnbia '- 188 __) -Que la bendición de Alá o cobije, y que su nombre nos sirva de muraJla Mientra que · 1 viejo hablaba, un lig- t· t~uido se había oído en la parte del aposento lcstinado á Ja muj res, ) la puerta se entrea ri6 uav mente. n el umbt·al apar ció una mujer y se mantuvo escuchando. Era bella, muchí imo, con esa belleza clásica que ha hecho que la circasiana se consi eren como tipo perfecto· ero, más que por la regularidad de sus facciones y lo correcto d sus ras­gos, u elleza resaltaba por un c. ·traño y seductor encanto. us grand s ojo d azul o cur , velados por negras pesta­ñas, hacían pensar en los mi terio os t uavemcnte á un niño de ocho años que tcmc.:;ro o e apegaba á su falda y vino á echar­se e rodilla ante su padre. que la be 6 n la fr nte. -Ha¿ lo que e dice 1 ha mar, hijo mío; t6ma el cuerno, en­ciénde las señale reúne la ribu, y que todos recojan en el oído y guarden en el cor zón la pala ras d 1 imán.. El joven se inclinó desprendió del muro u corneta de pastor, su carabina y salió seguido de léhémet-... min y e Yussuf. -¿Cuál e el pase cst:~. noche, padre m{o? . inquirió antes de travesar el umbral. -· Cáucaso. contestó el anciano. Los tres hombre cen·aron la puerta y se perdieron en la os­curidad. AtraYesaron sil ociosamente 1 estrecha plaza, en donde á trechos el re plandor la antorch del interior de las cabaña , marcaba cuadros de luz mortecina. Cerca d las mut·alla los e ntinela v .. eJ an. nvueltos en us capa de color oscuro, no se distincruían de 1 sombra de la n~che. ly e acercó á ellos e dio á conocer y con sus compa­ñeros atravesó la muralla. En el camino levantó la cabeza. En la profundidade azules d 1 infinito sólo rillaba la débil claridad de la estrellas : - ada d luna dijo n voz baja· tiempo eco y sin nubes; la noche nos fa vorcce· las eñales se ·erán de le jo ; dentro de pocas horas todo lo habil n e del valle tarán aquí. Dieron la ·uelta á 1 aldea por el pie de la muralla. ~1ajestuosa y gra' e llegaba ha ta ello 1 ,-o.r del torrente. a absoluta calm de la noche pesaba sobr Jos montes, las águilas habían ·ueJto á us guaridas, lo anim les á u madrigue­ras, y e torno e 1 inmensa so1c ad no e oía otro ruido que el mugir perpetuo del I<. han, y la mi tcrio a palpitación que testi­fica la ·da de los eres, aun en e a apariencia de muerte: el sueño. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín l\1ilitar de Colon1bia '- 190 _) Para alcanzar rná pronto la ct#e ta del tlaruch tomaron por entre 1 bosque un send ro bien conocid? d Al}; la entra de este sendero sta a oculta por g•#andcs ptedras que escalaron. Baj la ramas ntrecruza la , la ?.scuridad era. comp~eta y el ilencio solamente turbado por 1 cruJlr de las hoJa baJO us pa os, por 1 vu lo brusco e un pájaro n_octurno ó por l<;t sacudida de un animal á uien turbaba en su sueno el paso msólrto de eso tres hombres que marchaban hacia un fin desconocido. El e ca1·pado end ro seguía por el flanco del Maruch, has­ta una estrecha planicie de cul ierta en donde de impr viso ter­minaba. Lle~ados á la cumbr - ly acó de su bolsillo un sable peque-ño, encendió una antorcha de re ina y la fijó en el suelo. - ecesitamo rama ecas para prender una grande hogue­ra dijo. Todos tr·es se pusieron á la obra y poco instante despué un enorme fuego levantaba al cielo u llama rojiza y su penacho de humo. En tanto que con larga ramas Méhémct- min y Yus uf ac­tivaban la combustión, ly tomó 1 cue1·no que tenía en la cin­tura, y fue á situarse en el borde de la planicie. Primero emitió un sonido lúgubre, que el ec de las montaña prolongó siniestra­mente · lu égo llamada precipitadas y e tridentes. El sonido se extendió de pendi nte n pendi nt ha t lo valles profundos, r - percutiendo n la encrucijada , r tnontando por el flanco de la montañas para volv r á b jar á em janza: de alta ola que Yiene del fondo n dond e se hund y alta por ntre lo scollos. Pronto, sobre la altu1·as d lo ont rno , n 1 s r I li gue oculto de las montañas o re la cumbre má de pejada y hasta en el fondo de los valle má recóndito otra hoguera se encendieron que par - cían estt·ella r epentinam nt caídas del ci lo. E ta era la respues­ta d lo e pía . ntonc s Jyí e contuvo. -¿ ~ peramo , dijo á que hayan de perlado á los je s? La noche estaba fría· se sentaron no 1 jos d 1 fuego. Engañados por ta luz !UC tomaban por la aurora grandes pajaro ha fan dejado Jo árbol y re ·olotcaban en torno de la hoguera .. .... traído cada v z n1á trechaban sus círculos, hasta que e gado por 1 humo la ala calcinadas por la encar­nada llama, caían en 1 ra ero que lo ,..on umía con ruido de crepitación. ly lo contemplaba. -Que d ta manera aio-an en nue tra embo cadas Jos que con piran contra nu stra li crtc: d y nue tro hogare . De pronto n el . ilencio de la noch~ e oyó un sonido de corneta lué..:ro otro de pué otro, de to o l puntos cercanos del horizonte. Eran los jefe advertidos por la n cturna señal. Por medio de. los toques conv i os, 1 los convocó, lo im-p~ so de la necesidad de obrar con actividad; y de pué , por el mtsmo sen ero, los tres hornbr s volvieron á la aldea, en tanto que todos los otros que reconocían la autorida suprema de Harma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín IVIilitar de Colombia '- 19 I __,/ zat-Bek se ponían tambien en marcha para contestar la lla­mada de u jefe. Acudieron de todos los punto de la llanura y de la montaña. A la hora en que el águila deja u guarida para internar e en 1 insondabl · pacio en busca de u pr a; á 1 hora n que d cienden de la cim de lo pino l e carcha de la noche lle­garon por lo can1inos de la montaña. t rta y listos, la carabi­na á 1 palda e le ,. {, de la ltu1· del M ruch ora solos, ora en g•·upo e calonarse por todos los send t·os. un ante de que 1 sol hicie e brillar la cresta de lumbrante del Elbruz la tribu entera cudía á la cita. tro estaban on ella, cogido al azar en el camino, 6 que habían acudido con la e peranza de combatir, para realizar alguna atrevida hazaña. A toda hora del lía llega an nue os reclutas: Abkhase de lo pantanos de t z marchita por la fiebre, habitan­tes de las llanuras de la 1ingr tia, preYenidos no se sabe cómo de que una expedición se preparaba n las Inontaña . Unos lle a­ban el gorro de a tral·án de las tribus de las llanuras, otros la pe­sada ca a de pi 1 d ca ra de lo tnontañeses algunos la cota de mallas que le daba el aire de caballero de 1 dad fedia ex­tr viados en esa altura , todos la cartuchera oble ]a carabina de cañón rayado, la pi tola y el puñal crrcasianos. Las caJJes de la ald a, tan estr chas que apenas dos hombres podían pasar de frente, estaban colmadas. :rviéhémet- min hul;>o de renunciar el a1·engar á la multitud en la plaza, inca par de contener la much dumbre. Se le subió sobre la muralla y habló todo el día haciendo ver el peligro inminente contando la n1ara villa realizadas po1· chemyl aconsejando la úl­tima resistencia, la unión general para Yentaja de todos. En el bo ue, y con lof pies entre las alta yerbas, la multitud escuchaba. lgunos para oír mejor se habían tt·epado en las ra­mas de algún ái-bol, y ele de allí lanzaban ·clamaciones. Y cada Yez que nu YOS gru os sut·gían el Teniente del imán comenzaba su arenga, que lo má mmediatos iban á difundir en seguida entJ·e aquello qu no la habían oído . • Cuando oscureció, ran mil quinientos decididos á partir e a. misma noche porque el camino es largo d la orillas del Kuban á la lejana montañas en donde se refugiaba Schamyl. lgunos, sin embar o, e escaparon, no por uc temiesen <;cm­batir, sino orque re ueltos á defender sus propia montaña , no querían llev r sus at ma más lejos. lndisci 1inado~ y ·aliente , no comprendían la necesidad de la concentración d fuerza , y por la noch , YOI vieron á ir e, pre as de la an iedad ni uponer ncontrar su pueblo in defensa, de - truído por los ruso~, que · staban en acecho. ~Iil doscientos quedaro:1 y se e uiparon, dispuesto á ponerse en marcha á la primera cñal. Con las arma li a durmier.on alguna hora sobre el césped y entre lo helecho , bajo 1 abrigo de los abeto ; luégo se reu­nieron para la comida de de pedida. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia \._ ~~ _) Desd or la mañana Thamar había en i do á las aldeas ve-cina en bu ca de íver s. A c.l hora ca ra , carn ros nleros se asaban sobre oTan · e hotruet·ac; aj 1 ,.¡~·il ncia de las muje­re y de lo niño , y n •n01·me cal era se cocinaban el arroz y los pescado . Por grup lo hom 1 r.... s entarot t los clat·os del bos u e, en la calles n la plaza; la mujert les s<"rvían 1 evando entre cuatro obre una pi l curtirla d a1·neru Jo animale a ado , que los jefe partían re tamentc con el cuchillo ll nando los vaso , mientt·a que Jos muchachos acababan de r r los huesos, saltando el red dor d 1 fuego. Cuando saciaron el hambre, 1 Bel· aunque ciego quiso salir y pasearse en medio de ellos . Como la noche e acerca a, habían n endido antorcha de resina, y él aparecía como m gr nde por la luz Yacilante que proyectaban los fueo-os. Su laro-a barba 1 caía sobt· el pecho como un río de pla , y e n la man e apoyaba obre la palda de hamar que apenas le daba al hombro. !éhémet-Amin y u do hijo 1 cguían. na aclamaci6n inm n a los acogi6. Locos d en ia m o, todo · e to hom ¡·e e 1 vantaron, ba-tían palmas á un iempo y to producía en la calma solemne de la noche, como un ruid f nnidabl de tru no, que lo ecos repe­tían á Jo lejos. -Padre dij 'rhamar qui n lesd hacía dos dfas alimenta­ba en su cabe;~a proye to qu atín tenia o ullos ; y siento tam­bién que la patria me llama : d jadm partir. a ía le\'anta o la a 1 eza ; 1 anci no tornó hacia ella sus ojos in vista. -¿ bandonarmc ttÍ hija rnía . - '1 iene á i a, la hija de tu hermano. :hlla s como her-mana mía como una hija para \'O • tiene diez años · ella pue­de ser uficiente par vuestt·a n ce i acle . Dcjadme partir con lo que defien i1 1 áuc.a o ) la liberta . -El camino ( lar ~;o d uí á d n hija mía y ademá el oído d la muj r tá má pront á la palabr de amor que á lo stallidos de la 1 a alla . Quédate al lado le tu anciano padre, y espér con 1 la uelta de lo qu van. - adre mí te lo u¡ líe ...... F tima ha abandonado á Jos suyos ~ara eguir á u h~rmano chamyl ; ue y hag lo que ati­ma. 1 madr y la palrm l ordenan ; oigo u ·oces en la noche. -Pues ien, hij ·mía · tuc:daré solo anciano inútil en la aldea de ierta; vét , y que la bendil: ión el Alá t acompañ-. Cuand la luna m :,tt·ó en tod u ere imiento alumbrando el cielo con u claridnd l lata 1 s tclurlu us e pu ieron en marcha. "ilencio atn nte de ·filar n delant d la aldea confiada á la guardi del ''icjo Bek y de alg-uno " lero os def n or y ya e había erd_i~o d Yi ta la tropa en la u-curidad d la noche, y to­da vía _ 1 vleJo Haman~·lt permanecía 1 pie en el borde e la montana, con los brazos c.·tendidos hacia ello . en iándoles la úl­tima ¡upr ema bendición Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 6

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 16

Por: | Fecha: 19/04/1902

SERIE I II- TO.JJfO I ~::::::::::::::: Oficial~- DECRETO NUMERO 428 DE 1902 (MARZO 7) por el cunl se llama á un Jefe al sen icio acti o y se le destina El Viúpresidtnü de la Repúblü:a, encargado del Poder .Fjeettlruo, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel José María Améz uita A., y destínasele l Ejército de Occidente de Cundinamarca que coman a 1 General Tomás García, en el pues­to que este Jefe le designe. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 7 de Marzo de 1902. JOSE M UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FElUlÁN~ DECRETO NtJMERO 433 DE l9Q2 {M RZO 8) por el cual se Uam al en icio á un Jefe y se hace un rr.,moción El Vuepresz.dml~ de la RepríUri:a, encargado del Poder E.f cu/Jvt~, DECRE'l' A Art. 1.0 Llámase al serYicio activo al Coronel Eulogio Ba­uero, y destínasele como Ayudant del Cuartel general de Ja Di­isi6r: Carazúa. TOMO 1-31 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol tín 11 ilttélr de Colombia '- ~82 -' Art. 2. 0 PrcJmuéY al Jor neJ Luí M. Madero del pue t de Ayudante d 1 E tado f\1ayor n ralí imo, al de Ayudante del Cuar tel g net al d la ivi 1 'n C4razría. Comuníque e y pu lí u Dado c;-n BogotáJ á P. de Mat·zo de rgo2. ] E MA El Mirni tt·o de Gu rra, RI~IIDKS FER ·J.. 'DEZ DECR T 448 DE 1902 (?.fi\ 70 10) por el cual sellan a á uc J<.ft.: 1 scnicio activ y se les destina El Vicepreu'dtnle de la Rt1níb! (:a, arrnrgado dtl Poder Ejuul vo, D-e F.TA Art( ulo ún;co. Llám~ en·i io activo á Jo oroneles Carlo ~. Pard y Adolfo Rojas, y l tfna_ele á la 1 • Brigada de la 7.• Dtvi i6n d 1 Ejército, en 1 pue to que á ada uno de ellos le desi 1902. i\L\ EL MARROQUIN El Ministr de GuetTa, ARt nm•. EZ ECRE1 l" fER 563 D 1902 (O{¡ R?.O 3 I) por el ual s hnce un om r · n i" to El Vú:epruidenle de la Rc'jJIÍbltca, otc_a rg 1do d../ 1-1 dt1 E:Jeculz o, D 'C ... E'l .1 Artícu) único. ótn t·a r- al 1·. r n 1 1artín onzález uditor de Guerra de 1 Di i ión ].'t!rtJ.ándcz, que se organiza n "baté. Comuníquese y ublíqu . Da o en Boo-otá, á 3 1 <.le Marzo d 1 02. J E L 1~U !.L I RROQUIN El Ministro de ucrra, ARISTWES J:-fER¡"Á ·nEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- -4-84 _/ DECRETO NUMERO 565 DE 190~ (MARZO 31) por el cua l s e hace un nombra miento El Viceprtsidenle de la Reptíblzca, encargado del Poder .E.Jeculz¡ DECR E TA Artículo úni c o. Nómbrase al Teniente Coronel ~1anue! 1\r Quijano Comisario Pagador d e las fue rzas qu e organiza el ral D e id e rio B ec e rra, a imilado á Corone l para los efectos fi Comuníquese y publíqu e s e . Dado en Bogotá, á 3 1 de Marz o de 1902. . ]OSE MA UEL MARROC El Ministt~o de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 566 DE 19<>2 (MARZO 31) por el cu 1 se hace un nombramiento Zl Vicepresz'denle de la Re¡níbl/ca, encarzado del Poder .E.JecuA DECRETA Artículo único. Nómbrase al Sr. Dr. Jesús Vargas F Médico de las fuerzas que comanda el G e neral Erné sto Re. Tirado, asimilado á Gen e ral para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 1 de l\Iarzo de 1902. JO E MA UEL MARROQQ El l\1:inistro de Guerra, ARISTIDES FJtRNÁNDEZ DECRETO NUMERO 567 DE rgo2 (l1ABZO 31 ) por el cual se hace un nombramiento El Vicepresidenle de la Rtpública, encargado del Poder .Ejecul/ve DECRETA Artículo úmco. Nómbrase Ingeniero geógrafo del Minist de Guerra al Sr. General Francisco]. Vergara y V. dependí directamente del mismo Ministerio, y reconócesele la antigüe de 7 de Enero próximo pasado. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 1 de Marzo de 1902. ]OSE MANUEL MARROQl El Ministro de Guerra, ARISTIDRS FERNÁNDx~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletln Milit r de Colotnbia '- 485 _J DECRETO UMERO s8s DE xgo2 (ABRIL 3) por el cual se hace un nombramiento Vicepresit:ünle de l Repúblt"ca uuargado del Poder Ejtculzvo, DECRETA / rt(culo tínico. ómbra e al Sr. Joa uín oledo yudante ección 1. de la Intendencia, en r _mrlazo del Sr. José Ra­rtiz, cuyo nombramiento se declara in ub istente. Comuní ue e y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 de Abril de 1902. ]O M UEL ~1ARROQUlN .. 1 Ministro de uerra, ARISTIDES FF.RNÁNDEZ DECRETO NUMER 588 DE 1902 (ABRIL 3) por el cual se llam á un J ·fe al servicio activo y se le destina Vt'cepresidenle de la Repríblz'ca, mcargado del Poder .Ejecull'u() D~C ETA . rtCculo único. Llámase J servicio activo al Coronel Rafael f BarriCYa y n6mbra le Ayudante del Minist rio de uerra, destino á prestar su crvi io n la ección 2: el mismo Mi­erío. Comuníquese y publíques . ado en Bogotá, á 3 e Abril de 1902. J E UEL 1A ROQ N inistro de Guerra, ARISTJDll F. RNÁ rntz DECRET u 1ERO 590 E Igü2 (A RIL 3) por l cual se 11 m~ al s n·icio acli •o á un J ( • y se 1 destin El Vtc~J resli.l nlt d~ la Rtpríblt'ca, uLca! ·g do del Poder .l!.,j"uull'vo DECRETA rtfculo único. Llámase al s rvido cti o al r. Coronel A c­. rdo P drero ., y de tína 1 · al uc~to c.l" In pe tor ·en ral d 1 .jército cci nte. Comuní ue e y publí ue e. D d en B-J tá, á e A ril de J UEI ARROQUIN El Ministro de Guerr , A ISTID ~ F.Z , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 486 _J DECRETO NUMERO 592 DE tgo~ (ABRIL 3) por el cual se hace un nombramiento El Ví'cepresülenle de la Repúblt'ca, encargado del Poder EjeculztJe' DECRETA Artículo único. Nómbrase al Sr·. Crí pulo Caballero Ofic ' supernumerario de Ja ección 3 ... d~l Mmi terio de Guerra. Comuníquese y publíquesc. D do en Bogotá, á 3 de bri1 de 1902. JO E MANUEL MARROQL El Ministro de uerra, ARISTIDES .. RRNÁNDEZ DECRETO UMER 593 DE 190~ (ADRI:L 3) por el cual se hace un nombramiento El Vt'cepresMenfl dt la RepiÍblka, encargado del Poder .F:feculzÍI*, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Sargento May Marco A. lgar, y <.1 tí na ele al jército de Oriente, en el pue~, que le designe el General umer indo Rozo. Comuní ue e y pub)( uese. Dado en Bogotá, á 3 de bril de ! go2. JO E 1 UEL ARROQU1I El Ministro de ucrra, RISTIDES F ER Á ·nxz DECRETO NU 1ERO 594 DE rgo:.il ( BRIL 3) por el cu 1 se llama al ser\'icio activo :i. un J efe y se le destina El Viáprcstdeule de la R jJ/Íb/ica, encargado del Poder ~·ecultv~, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel Marc liano Anzola, y d stína lt: al Ejército ele Pan má, en el pue to qu le d igne el r. obernador J fe Civil y Militar de ese Depart mento. Comuní uese y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 de bril de 1902. JO E I UEL MARROQUI El Ministro de Guerra, RI nnEs F R •Á.'DEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B 1 tí 1 1 i lit r d · Lo; >Tn b i '- 487 _J DECRET TU.1ERO ro DE l902 (ABRIL 7) por el cua e hace una promoció .EJ Vicepresúünü de la ReptÍblica encargado del Poder Ejuulzv,, DECRETA Artículv único. Pr muéve e al n ral e Divi i6n José Ma-ía C~gol.lo el pue ... . ywl nte ~ _ t· l del Cuartel general 1 Ejérctto del rde tP l .. yu nte o-eneral del inisterio e Guerra con antigü dad u r 7 de Marzo último, y adscrito al :uartel Generalí imo p ra lu f · cto fi cales. Comuní ue e y pubH ues Dado en Bogotá á 7 e Abril de 1902. El Ministro de Guerra DECRET J E Ivl UEL M RROQUIN RISTID ~S ~ERNÁND.EZ u 1ER 6I8 DE Ig02 (ABRtL 9) por el cual se 1lam1. á os O ci 1 e; al ser ido activo y se les destina El Vt'áprc:sidenle de l Reptíbh'ca tllC rgado del ~oder .E.Jecull'7JI11 DECRE A Artículo único. . ... .láma e al ser i io activo al Capitán jesús Mar(a Pérez y al ubteniente Luí Rojas B rda, y de tínaseles á la División nrnández, que comanda el General J é V. Ortega. Comuní ue e y publí uese. Dado en B gotá, á 9 de bril de rgo2. ]O E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra. ARISTIDKS DECRETO NUMERO 619 DE 1902 (.\BRIL 9) por 1 cu 1 se hace un nombramiento El f!ícepresidente de la Rep1íbl ca, encargado del Pod~r .Ej~cullv", DECRETA rtículo tínico. Por renuncia ac plad al r-. vid Pontón, nómbr-ase Jefe de la ección 2." el Ministerio de uerr al Dr. Rupe1·to !lelo. Comuníquese y publí uese. Dado n Bogotá, á 9 de Ab.-il de 1g02. J E 11 NUEL MARROQUIN El Ministro de Gu rra RlSTIDE FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletin Militar de Colombia L_ 488 -' DECRETO NUMERO 620 DE 1902 (ABRIL 9) por el cual se confiere un ascenso .El Vlcepruzaenle de la RepLtbbca, encargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Artículo único. Asciéndese al Coronel Miguel Zerda á Gene­ral graduado. §. Dé e cuenta de este ascenso al Honorable enado en su próximas sesiones, para lo efectos constitucionale Comuníquese y ublfquese. Dado en Bogotá, á 9 de Abril de 1902. JOSE 1v! UEL MARROQUI 1 El Ministro de Guerra, ARisTIDES ERN.ANDEZ DECRETO NU~1ERO 622 DE 190~ (ABRIL 9) por el cual se llama al servicio activo 3 un Jefe y se le destina El Vz·cepresü:lente de la RepúbliCa, encargado d~l Poder .Ejecuf¡1Jo, DECRETA Artículo único. Llámase al sen icio acti"o al Teniente Coro­nel Jorge 1.'orr nte, y destfna ele al Cuartel g neral d 1 Ejército de Occtdente de Cundinamarca. Comuní uese y ublíqu se. Dado en Bogotá, á 9 de Abril de 1902. JO E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ArusTwEs Fx.R ·L·DEZ DECRETO UMERO 6 ... 3 E 1902 ( BRIL 9) por el cual se llama al ~,;rviclO actiYo i un Jefe y se 1 d stina El V1cep1 nidcnle de la R 'PIÍlli a, t.ncat gado dd Poder .Ejecutivo, D CRETA Artículo único. Lláma al en·icio acti o al ·reniente COJ·o­el Jacobo ¿rez, y d tínas 1 á r tar sus servicio en la Divi-st6n Fcrnáudez, qu tá n Ubaté, n 1 pu sto que Je d signe el C. mandante g net·al de ella. Comunique e y publíquese. Dado en Bogotá á 9 de Abril de 1902. JO E MA UEL MA.RROQUIN El Ministro de Guerra ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar e Colo1nbia '- <4-89 _J DECRETO 624 E 1902 ( BRlL 9) por el cual se Llama al servicto activ á un O cial y se le destina El 'V!ápreside11le de la R~pitbli'c ellcaru o dd PtJder E:J'ecull"vo, DECR.ET rtículo único. Llám e al er icio activo al pitán rancis-co Bello Castro y destína ele á pre tar su er tCl n el Ejército el Cauca en el uesto qu le d igne el omandante en Jefe de icho Ejército. Comuní ue ... y ublí ue Dado og tá á 9 de l902. J E. 1.1 UEL RROQUIN 1 Mini tro de Guerra OL CI MriJ.Úit!rio de Guerra-Bogotá, Abn'l I2 de I902 e a iert tare , que 1 juzgamícnto de este De pachc , dictad re eldt.:s que nto ci' ile como mili­e oJución número 25 ini ts· FE ·~\.. DEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militat· te Colombia '-- 490 _J -Doctrinal MA 1 UAL PARA LA PREP DEL COM CION - IA AL COMBATE O ·.L GE T R L DR GOMIROFF Con.lintía En 1 primera oosición, la re erva se coloca en columna por sección, en conformi a con las dimensiones de la colina detrás de la cual se oculta; en la segunda, a¡.>arece en orden desplegado por ue el terr no no pre enta defen a. Observación-Es mejor formar lu blancos que figuran el mo­vimiento e rebase, por medio de do cuadros reunidos n ángulo recto· 1 segund cua r d e r presentar las ciimen iones de un hombre visto de lado. L 18.-En las in trucci nes ,con cartuchos de guerra conviene mostrar también cóm se env1 una cadena en una nueva direc­ción para responder á un contraataque lo que e hace igualmen­te por medio de blanco que formen ala ofensi ,·a. 1 19.-Es preci o, ad más en lo tiros de guen·a, hacer ver á la Compañía 1 empl o de las descarga , n lo dif ·rent s casos ue ya e conocen, d ecir contra la re erva d e la d e fensa y con­tra u caballería. las d escargas contra Jo blancos que repre­sentan 1 r se n a debe guir la acom tida de o blancos. No es malo d ·ez en cu n o hacer el sacrifici de algunos blancos. Observaa'ón-A la c-adena n razón de sus atribuciones debe instruír ela también en la marcha ofen i ·a como en la d r tir da, porque e l éxito para elJ e triba má n su fl exibilidad que en su tenaci ad, en el art con que e oculle cu n o le vaya mal, y vueh•a á la arg de improvi o. P ro la re r a no d be retroce­der, y por e to i. 1 cadena r trograda 6 bien ~e detiene 1 reser-va, 6 av nza ha t Il para libertada. 120.- ARTICUL RlOADES RELATIVAS Á LA I:-.rSTRUCCIO •• ES CON CAR­TUCHO DE GUERRA. 1.0 L o Jefes de e cuadra d ben ele 1r e entre lo mejore tiradore y entre los má inteligent or lo cual de-en distribuír e esto tlltimos d 1 mod má igual que p.ucda en tocla 1 escuadras. E t altera mucho 1 rr glo de 1 Com-pañía y es d utilidad po itiva para l a unto principal. 2.0 E reci o exicrir á stos jef s de escuadra que dirijan personalmente á 5u e marada , s decir, ue determinen el alza, por medio de algunvs di paros de prueba que 1 s eñalen los pun­tos de mira más vent jo os ara 1 tir , é im idan que lo soldados disparen al aire. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. m á bi n cimi re Boletín Militar e Colon1b1 \,_ 491 _.1 , calma n lo posici6n y tam­n t r cono­adena y le 1 n parttcu­pre(.. iso Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- 492 --J 5. 0 Hay que recordar á todos lo Jefes que son responsa­bles de todo hom re ma 1 colocado, de todo disparo sin motivo. El Comandante de la cadena s responsable de los Jefes de escua­dra que debe vigilar, pero sin usurpar nunca sus atribuciones; partiendo de ahí Jos jefes de escuadra son á su vez responsables de sus hombres*· 6.0 ada impide al J efe de la cadena, des ués de colocarla, ocuparse, si aún hay tiempo, en hacer medir las distancias á los puntos más notables adelante de la posición.' Consejo para el tiem­po de guerra. 7. 0 La resen·a se instala á tal di tancia de la cadena, que pueda tener todo su empuje en el mom nto del asalto; por lo que - es mucho mejor colocar esta reserva, i 1 terreno suministra con­venientes dcfen as, á· lo menos como á 50 pasos del sitio en donde se quiere preparar el choque. Pero en posiciones muy cortadas, com<.' en un espeso bosque, entre maleza , &c., es mejor tener la reserva más cerca de la cadena, á fin de que su jefe pueda obser­var lo que sucede en la cadena. 8.0 i al hacer el re<.;onocimiento e de cubre que 1 terre­no tiene aberturas que puedan e torbar la libertad de los movi­miento de la reserva, y que son fácile~ para allanar (como en las aldeas, los vallados, las cercas), es preciso arreglar allí pasos fáciles. Práctica ara el tiempo d guerra. g.0 El jefe de compañía debe indi pensablemente destacar de la re erva patrullas de observación para lo flancos y hacer com­prender bien á los jefes de éstas que tienen el deber de seguir to­dos lo mo imientos del enernigo, tomando su medidas d mane­ra de ver 1 más lejos posible en fr·ente y á los lados. Desde que se descubre un movimiento del enemigo sobre los flancos e la posición, se nvía inmediatamente á un hombre de los de la pa­tru11a al jefe de com añía para darle a viso. 123.-La o servación de los flancos es un objeto de primera importancia ; reduce á e ro los movimientos envolvente del ene­migo, y puede á vec s hasta hacerlos concurrir á u érdida. • Lo J ·fe oc ompa ñia deben atender con ·1 mayor uid do á despertar el sentí iento ~>·to­ro no usurpen lns afri'burtQJtU .te sus suho1d11mdrJs. El Jefe de Compailia. debe dejar al Comand nte de la a.dcn toda li et tad ara ejecutar las órden s que le da, y no cerciorarse sino dcs~·ués, de la m ner como han sido cumplidas .• i se ha com ticlo una falla, 1 re tifica, no por i mismo, sino por intcrmcdto del Coma u. nte ele J cadc..na. El mantl nte ue la cadena tam oco e ncarga or sí mi 1 \O de coloc.-tr á catla 1.ir:tdor clctr de un zarz.zol un árbol. ·c., ino que obs na para con los Jefes de escuadra la mi ma conuucta qu el }tfe de C mpania debe obsenar para con él. El J ef d escuadra debe dej 1r á caua hombre la iniciativa p.-tra. colocarse, pero n seguida rev1sa y c. rrige, llenando los claros desocupados si fuere preciso. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín l\1 ilitar de Colombia '- 493 _J Un movimiento envol ente no es peligroso por r mismo, por que es la bayoneta no la posición r lativa de los dos ad ersarios, la que deci~e _la victoria. P ro lo que es sumament peligroso es que el mov1m1ento nvol ente no e onozc ino dema iado tar­de porque entonces e procede sin re i ión en el campo de ba- . t~lla •. El jefe más apaz de cons r\'ar u angre fría y de sa­hr de un mal a o uede caer n él por cau a de un movimiento en ol ente de qu no e dé cuenta in d masiado tat·de ; porque aun cuando conserve la facultad de decidir lo que de a hac rse, puede no tener tiempo para ej cutarlo. Por esto se r comienda con instancia, Jan/o e11 la difálSa como OJ el ataque, 110 descuidar nu11ca el observar sobre los lh neos. Cond'9'e BATALLAS DEL SEGU O IMPE IO Alma.-(20 de t>li'embr~ de I854) La guerra estalló n 1854 ntre Franci é Inglaterra de un lado y por otro Ru~ia que e disponía á de truír á Turquía. En el mes de Septiembre una flota numero a transporta 1 Cuerpo expedicionario anglo-francés á Crimea, en donde va á poner itio á la gran ciudadela rusa, 1 arsenal del imp rio moscovita en el Mar egro la intomable ba topol. El 14 de Septiem re de 1812 el grande Ejército entraba á Moscou; 1 14 de eptiem re de 1854 1 intrépido eneral Canro­bert ptan aba el prim ro 1 estanda1·te fr ncés n J tierra de Cri­mea y nue tros soldados holla an el uelo de la santa Rusia. Los rusos no se opusieron á nu tro desembarco, que e ef ctuó con rapidez y orden dmirable : nos e peraban detrá del río de 1 Alma, sobre alturas defendidas con artill da. El 19 d Septiembre por la mañana e levanta nuestro cam­po; e l ejercito avanza. Lo que pruebe bien que el eli~ro en un movimi nto envolvente consiste en la inesperada aparición del cnenugo, s que u ataque inopinado d~l. ene­migo sobre el frente, produce una 1mpre ión tan func ta como un mov1m1ento envolvente. Pero si estamo dis uestos ara todo, si hemos tomado todas las me­dida<> en tie~po oportuno para star ~revenido~, en cu~nto sea osibl~, cont to. das las em resas del nemigo, no babra nada de 1mpre" Jsto, po~ cualqu1er Jado que el enemigo se presente; y c:s ~a bayoneta la que deci e e! L_nunfo. La campaña de u aroff en "uiza, es la meJor prueba que e pu(•de um1mstrar n apoyo de lo que precede. Todo dc:pende de la previsión y de la t nacidad, y como resultado de estas cualidades, de la facultad de no perder nunca 1~ ca za, y de no deses-perar nunca. . n la batalla de Rivoli, una columna austriaca que ab1a llegado ~asta las retaguardias de lo franceses, acabó por rend1r las armas; l consecueocta e que el mo imiento envol ente de suyo nada significa. • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol tín El na d d i 1 i ta r e '-- 4 -' ol n1bia o, corta o or d u-tención aint- rnaud, enerales os­e , recorr - n el columna lle-ntrario n~mo ue • t¡· ar r olina do toda las tropa á lo tt1os u cam am nto obr la hace un rec no- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín Milit r e Colon1bia '- 495 _) urso ce obre un cielo puro, la péripe ias de la lucha que e forma en 1n ; al y el Ejército r et pone en-lo tira- ; y hénos diYi iona-nliuú . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- -4-96 _; A DIRECCIÓN DEL FUEGO EN EL COMBA TE V D1ITERMINACIÓNDEL BLANCO-PU .• TO APUNT DO-SUSPENSIÓN DEL FUEGo­RESUME. En el tiro de combate es lo gen<:ral tomar como objeHvo á la fracc16n enemiga más inmediata"· pero alguna v z teniendo en cuenta la posición que ocupa, su grado de visibilidad y aun consi­deraciones de orden táctico podrá convenir concentrar el fuego sobre otros puntos. correspondiendo el disponerlo así cuando sea oportuno_, al Jefe de batallón. El Capitán y Oficiales deben cuidar para obtener punterías uniformes, de elegiré indicar el punto apt~n­tado, 6 sea aquella parte del blanco á que haya de dirigirse la lí-nea de mira. • Nuestro Reglamento recomienda que se apunte siempre al pie, prescripción muy conveniente por prop01·cionar las siguientes ventajas : aprovechamiento de los rebotes; limitación más com­pleta del blanco en su línea de intersección con el terreno, y por consiguiente mayor facilidad para la puntería y para seguir los movimientos de aquél, consiguiéndose al mismo tiempo corregir en cierto modo la tendencia del soldado á tirar alto. Respecto á la corrección del tiro en dirección, previene tam­bién que se apunte un poco más á la derecha 6 á la izquierda, se­gún el costado de donde sople el iento. Cuando el blanco tuviere un frente considerable, puede en realidad hasta despreciarse la corrección; pero como el fracciona­miento de fuerzas se impone en el combate moderno, .conviene concretar más las ideas sobre el particular. El cálculo de las desviaciones producidas por el viento no ofrece dificultad Jguna; además, la tabla de tiro inserta en el Re­glamento expresa la magnitud de dichos desvíos, cuando su velo­cidad es de un metro per . egundo. Para velocidad de dos, tres, cuatro metros, &c., no habrá más que duplicar, triplicar, &c., di­chas magnitudes. La tabla siguiente indica el valor de los desvíos debidos al viento, á las di tanc1as que se expresan. DES VI OS Distancias 1 m. X 1 11 3m. X Iu 4 m. X 1" 6 m. X t" -----1·------- -------- ----:----· 300 400 500 8oo 1.600 0.085 0~159 0.265 0.730 0.2]9 0.255 0-477 0.795 2.190 8.382 0-340 o.636 l.o6o 2.920 I I. 176 0.510 0.954 1.590 4·380 16.764 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1ilitar de Colombia \.._ 497 .J _. egún sto paree que ara la corrección de la untería e­nece rio dirio-ir i mpre la línea de mira á un punto situado entro 6 fuera d · 1 blanc , s ún el caso, pero de tal modo cleo-i­o, 9ue su distam;ia .al centro de a uél fuc:;e igu~l y de signo c;n_ ano á l desvtactón calculada. Pero St consideramos lo difícil uc e apreciar icha i t ncia con uficiente exactitu , conven­remos en ue e te procedimiento e inap rca le al tiro de combate, ¡en que no debe rccurrirse á él n ningún ca o sino en circun tan­ias xcepcionale por ejemplo cuando e tir obre lances de rente estrecho tales como f rmaciones or el flanco, &c., ó bien u ndo el viento es vial nto; fu~ra e estos ca os puede asegurar­e que llev ndo la Hnea de mira al e.·tremo del lanco por donde o le el viento, resulta una corrección suficient . Para demostrarlo examinemo el valor de la corrección en 1 ira individual á la distancia máxim s a io-nada por 1 Reglamen­egún él, puede hacerse fuego con robabilidad de éxito: 300 metros so re un hom re de ic ó arrodillado. 400 metro contra do de á ie ó uno á caball . A 500 metros contra un gru o de cuatro ó má hombr A la rimera di tancia re ult 1 mianchura del blanc de .30 metro ; á la segunda de o.6o m tro , y de 1 .20 metros á la 'ltima ; lu go 1 apuntar como hemo di ho, introducimo. esta isma correccion s n el tiro. hora bi<"'n: i . aminamo 1 t la anterior, er mas que ólo en 1 ca o de qu la v locidad del iento ea uperior á 4 m. x 1" los d ·do erán ma •ore que la corrección, y ntonces la probabilidade d tocar al blanco isminuirán con iderabl mf'nt ~. En l tiro colectivo ocurrirá 1 ró>:mam nte lo mismo como amos á er. A 800 metr uede hac r fue o ol>r una cu dr·a en línea cuyo frente 6ximamentc de inca m tro · apuntando á u extremo intt·oducir mo una corr cci6n de 2.5 m tro , oco me­or que el des í debido al vient cu n .~ce de de la ya indicada. m a¡· omo ol¡)divo una icndo 1 e rreccion d A 1 ,6oo metro frente s r de uno menor también que 1 d Cuando 1 objdtvo casos, · gún que su ir te de la tropa ue tir . ..n uant á 1 erá también variabl , se ún el e rma y 1 air· á u . ma_t·ch a infant da r e rr n un rninul , 1 pa o ordman r me-tro , al largo 9 , y l .. 3 al li et·o. L 1uc 11 rí n l mism tiem-po, recorre 120 tr 1 a , 250 al t1· t y 350al galo e. i e trata cle inf nt da, u · mue,· a ral lamente al fren-te y con la velocidad ordinaria, astará puntar á u xtremo ~n­terior, ue to ue la bala no tar a n recorr r 2,0?0 metros sm unos 7'', y el d plazamiento del blanco n este ttemp 61o será. de unos nuev metros. TO.MO t-32 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. u al por com d una m ol tín ilitar de CoJon1bia mucho. eda muy conve­. o, con 1 fin de pro­s y oncrlo en la mano uant llev mu dich , r ultan la la ituaci6n táctica lo auto- 1 cualdebe ara lo lo tiradore en 1 las diver a frac-que pr 1 orcione un campo 1 enemigo ocupe á más Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ol tín ol rn bj 499 _¡ U ... L. EL S P R ARLO FER A. D •z (Continúa p cialm nL bre FER,'A.'DO 1 ó.· Capitán de I fantería JULI D '. L "' A TO compon lín a r ct á 1 p r- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín fvlilitar de Colombia ·..__ soo _J El movimiento se ejecuta á lo ancho del picadero, á lo la! del mismo y en un punto cualquiera de la pista. Para asegura· regularidad de la ejecución en los dos primeros casos, se marc con una señal aparente los puntos medios de los costados Iarg cortos. 57. Al mando : Doblar á lo ancho, el conductor de la fila cuta un giro hacia adentro cuando llegue á tres pasos de la mi de la pista larga ; atraviesa en seguida el picadero á lo ancho, mando una dirección exactamente perpendicular á la pista opt: ta. Tre pa os antes de llegar á esta pista, gira nuevament . • mismo lado d 1 pt-imcr giro y sigue marchando sobre ella. : [ demás jinetes ejecutan iguales movimientos, siguiendo las hue del de la cabeza. 58. El mo imiento de doblar á lo largo del picadero se cuta en 1 centJ~ de la pi ta corta, bajo los mismos principio número anterior y á la ~oz: Doblar á lo largo. 59· Al man o : Doblar, lo jinetes doblan. ind ividualmcn . lo ancho ó á lo largo, según el punto de la pista en que e encu tren. Los jinetes muy próximo al rincón· continúan marchando - bre la pi ta y a an el rincón para ir á doblar regularmente á· largo ó á lo ancho. Los jinetes llamados á doblar á lo largo deben dirigir su . vimientos de manera d no ~ncontrarse con los que doblan-'; ancho. Despué de ejecutado el moví miento, los jinetes toman su · tancia gradualmente, alargando ó acortando el aire de marc" Un nuevo doblar mandado en el mism punto que el anter· vuelve los jin tes á u primiti a colocación. 6o. ¡. uelta-La vuelta es un círculo descrito una vez y t­gente á la pi ta. Al mando: Vue!t -M R(chen), cada jin te de cri e e punto en que se encuentra un círculo de un diámetro igual á mitad del lado corto, y t rminado el movimiento, marcha rec mente á su frente en la dn·ección primitiva. ~ 1 movimiento es individual y y simultáneo, debiendo o-uó dar e la alineación durant~ la marcha, primero por el jinete de cabeza, de pués por el de la cola, y otra vez po el de la cabe para entrar junto con él á la pi ta. La con ideraciones desarrolladas más adelante en la marc· en círculo (número 83) son aprcable á la vuelta; el jinete mantí su caballo sobr~ el círculo, haciendo u o de lo medios prescrit para 1 giro (número 48), y e esmera en conservar el mismo gr. do de inclinación de su caballo, cuyo doblez hacia adentro 1 mitirá verle el ojo y la nariz del lado de la vuelta, manteniendo jinete la cabeza recta. El instructor reduce las dimensiones del diámetro de la vu • ta en razón de los progresos hechos por los jinetes¡ gún caso será menor de oce pasos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ole in 1i litat· de C o lo n1 bi '- SO l _/ e compone d un mi­E t m ,· imi nto, como el n o o·u r a1 e 1 ia nal or el jinete NCO t n lo lo jin tes 1 1 - e h - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B o letín M ili ta r de Colombia '- 502 _¡ El trote e el aire de marcha por excelencia de la cabalJ · pudiendo o tenerlo el caballo por mucho más tiempo que el pe, sienao, por con iguiente, el aire de marcha más apropié! para rec01·rer rápida y continuadamente una larga di tanc·a. este aire de marcha el cuerpo del jin te proyectado ( una primera atida, recibe en 1 momento en que ae en · 1 101 , . 1 la reacción d una nueva batida; e tos choque produciéndos inten•a los igu l s, comunican al jinete un movimiento altern ti . de subida y ajada. El trot pues, un aire de marcha qu jecuta en do tiempo fácile d~ di tinguir. En 1 pi~adero la velocidad del trote e algo menor qu las maniobras á fin de pod r jecutar los cambios estrecho dirección, lo movimientos obre dos pi ta , &c. El trote d ic dero e llama frote corto, trole med1o y /rol~ largo, según que e corr- á ste aire d e marcha 170 á 180 metro.;; 210 á 220 metr. 240 á 250 metros por minuto. Al princi io ólo se u ará el trote corto á fin de no can ar 1 reclutas, lo ual siem re oca ~ jona inconvenientes para el cabal 1 Gradualmente e a ará al trote medi y al largo, emplcándo: después la t;e di v, ione de este aire de marcha. Lo medí s pre crito para la marcha a l paso son tambic aplicable al trote. unque las reaccione de te aire de m rcl-h difícilmente ei-mit n al jin te consen·a¡· su a iento, debe e fo zarse n evitar las desviaciones que experimenta, má por- el t?quJa · librio que por la contracción de la rodillas; tt-atará ae ua viz las reaccione del ca allo por medio d la flexibilid d de la · tura, é impedirá lo tirones del freno que diere el caballo . mar:n teniendo firmes los puños. 65. Pasm del paso al üole y 11iccvusa.- 1 mando: Al trole L. R(chen), y de pué : Al paso- ~L R(chen), se emplearán 1 medio 1 r ritos pa1·a pa ar de la posición á ie firme al aso ..... : vic ver a (númer 46) procedí ndo con tanto mayor graduaca . cuanto má ga·ande s a la diferencia entre la ,·eJoc-idad adquirid• y la u debe adquirirse. R esu lta d la aplicación de este p.-incipio que el caballo n d eb pa ar jamás repent:nam nt de un aire de march á otro sin que deb entr r poco á poco pero francamente en el ire d · mar: cha ordenado. 66. Alargm· )' acortar el paso y d lrote.-Para alargar y a acortar 1 pa o, 1 jin t de e emplear los medios pre crito par pa ar el pa o 1 trot y dt>l trote al pa o, u and tr n icione~ m,~ ébiles en la gr duación de la ayudas, y limitando la ac ión d é tas al grado r qu rido, para no pr voc r ni el trote alargando, ni 1 alto acorLando. El jin t tratará d dar e u nta de l. diferentes fase del movimi nto pat·a 11 gar á j cutarlo bien. El caballo, alargand 1 pa aumenta poco á poco el halan-- ceo d 1 cuell á medida qu aumenta la c>:de!Hión el 1 pa o; ncele­ra 1 movimiento d e l cuello á m ida uc aumenta la cadencia del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ~1ilitar de Colo1nbia '-- 50.> -- aso· en ñn i e1 cab llo pr ci ita la acción de un liembro po terior al mi moti m 1ue la del miembro anterior puesto á fin de llegar al apoyo di gonal ue caracteriza el trote . El jinet ebe, or con iguient , par 1 rgar el pa o, dismi-ír gradualmente la t n i6n de la rienda , á fin d d jar al cue­una libertad creciente sin aban onar por ello al caballo; armo-izar u a i nt con l b lance d 1 caballo y hacer. r fiuír eJ peso lel cu _rp h cia atrá ~, ce and la cción d la pierna tan pron­o como i nta que el abal!o quiet· trotar. Para ac nar, el jin te d be hacer de uerte que 1 e hallo arche á paso l0nto in att·a ar P y qu le e1·mita entir la bi a y bajada de cada miembro anterior. 7· Lo jine e alareyan y acortan el paso á la oc s: Alaruar ~Acorlar. fin d confirmar los jinetes en el principio de Ja ~ni­formidad de lo aires de march el in tructor no hará pasar ia­má del lar-gar al acortar, y al contrario, sin haber hecho algu­no p ~-:> á· la vel c1 d reglamen ria u e tom al mando : Al paso. 68. Par alargar 1 trot mplear lo medios pre critos para ,roducir aumento de la \'eloci ad, teniendo cuidado de obrar muy progre 1, aml.!nte á medi a que 1 caballo e ntregue. i el caba­l lo rehusa entr O"ar , 1 jinet d be onerlo á un trote moderado y solicitarlo poco á poco con la ierna , ost nien o siempre los puños. i el cab llo no e mue\'e ba tante activamente, J jinete Io e timula por la acci6 enérgica d las pierna . Si el caballo e ojo de espaldas el jinete sostien los puños suficientemente. í las z nca no , balancean igualmente el jinete opera una retirada de u cuerpo al costado donde note el efecto má marca­do cerran o si mprc 1 pi rna · so tenien la rienda d 1 m· mo costa o. i la espaldas no e muev n igualm nt , 1 jinete afirma los puño hacia l costado de la espalda más acti,·a, y, i es necesa­rio, cierra la pierna del mi mo co tado. D ra te est ejercicios l jinete d be entar e bien aunque la po~ición del cu t·po hacia atrá no sea fa vora le para la acele­ración d<"' 1 v loci ad, porque así adquiere mayor facilidad para liarse al~ ah llo, entir u acciont.s y corr gir los movimientos precipitado ó lema iado enérgicos del cuarto tra ro que pon­drían 1 aballo al galope. demá , afirmándose sólidamente el jinete por medio de J jeza de las rodtllas y del aplomo dE:l asien­to so ti nc 1 caballo y lo di pone á tomar en el freno un apoyo que le ayuda á recibir 1 impulso de Jos ~iembros po t riores y á pi ar con má con anza. En fin, e enc1al concorda1· los fectos de los pu- o on lo d la iernas, pues 1 trote estando basado en J bípedo diagonal s un ait-e de marcha que establee una olidaridad con tanl ntre 1 cu rto delantero y el cuarto tra ero. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - Boletín 1ilitar de Colomb1· Historia ===-- QUINC .. I S D ~ C 1P Ñ EI 1870 OR L . AR I G.1.TAC {Tra ucido y abre iado del francés para el Boldln Jl-fi!Jtar) (Continúa) Cuando todo asó, to:námos la arma ~·n vez de. eguir al Ejército, volvimos atrá , atra ,.e ámos á Rethcl é hicimo una mar­cha de flanco que no nos permitió juntarnos á la tropa d 1 ~lari - cal l\lac-1\Iahon ino á la caída del día. Aquella fue nuestra pri­mera marcha un poco larga, con arma y bag j rma y ba­gaje pronto se die ero qué cúmulo de ufrimiento contienen a do alabras! El morral con u contenido 1 pan la atería de cocina de hierro blanco de poco eso, pero de mucho volumen, y estorbosa· la carabina ?\Iinié que e carga por la culata buen arma, p ro muy ada, de cali re muy fu rte y las bala muy grue a ; el sable ayoneta una cartuchera bien rovi ta -tod eso daba un o norm . uando la corneta tocó 1 fatal: morral d la espald é íbamos á onernos en m t·cha, yo me pr guntaba i me ería o ibl andar veinte pasos. Llegué, in m · argo pero cuán-ta s v me acometió la ten ación de de arazarme d ese saco fatal. P r a tante tiempo marchámos á lo laro-o del canal d los Arcienne , circundad de ellos árboles. Atra\c ámos un parque rnao-nifico que rod #a á un ca tillo cerca del ual e nos di tribuyó vino. t can ámos n Thugny y orla noch 11 gámos como á las nueYe á Auigny, n dQnde debíamo dormir. El día ta a ellf­simo. in la fatiga extr ma que m au aLa mi uipo este 1 a o me hubi ra arecido dcJicio o. 1\c ampámos no le jos de la igle a al lado de un r ~ O"imicnto de corac. ro . ·1 n1om P nto n que com n zá mos nu tt·a ma1·cha haci el 1 ~jé r ito ru iano ign o raba toda \'Ía nu str· u· 1 fa , l o p ri6di o. , info rmadon s de di · r a bfan h e cho ab r la f rm ión un nue'· jér it n p r~o ahí I ar informe s. ¿.Qué d bía hac r , te.;; ·Iba á libr r a talla ere< e Ch k n á marchar n o­zaine ó á r e plegarse so r - Parí . ¿, cuál era la 1 ipó-t i n á probabl ? T da ta rnn olucivn po ibJ "S que .·i-gían tn } O r número d I ru iano y cl 1 · rae ion , dif rente . En s ta in cisión, los do ejército ¡ui ne tocaba mar h sobre Parí e detuvie ron dut~ant Jo días 20 21 y 22 de ¿ El 23 por la mañana comenzar n u movimi nt so r Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín ilitar de Co.ornbia '- 505 -' al pasa1· por oul y Ver un t entativa que no les di ron ~ l 1.0 } fe 7 1 rind i' a vi o de que el L .. ! (lu ue 27 d~ Agosln de J8¡o. 8 h. 30 m dt 1 llOcll . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colo1nbia '- so6 -' 11 Paris, 27 de Agosto de I870. I I. h. d~ la 1. oclu 'Si abandonamos á Bazain la revolución estalla y vo mi mo eréis atacado por toda las fuerzas del n mit:;o. Con­tra lo de fuet·a, Parí se d fenderá. Las fortificacion s t han ter-­minado. Me at·ece urgent qu tratéi acercaro con rapid z á azaine. o s 1 Príncipe R al e Pru ia quien está en Chalon , ino uno d lo hermanos d 1 R y de Pru ía, con una anguardia y fuerzas consid rabi de caball ría. O at-ticipé 1 or telégrafo e ta mañana do noticias que indican que 1 Príncipe Real de Pru­sia comprendien u vu tra marcha es peligrosa para su Ejér cito y para 1 que blo u a á Bazain , quizá aya camtJiado d di­rec ción y marche hacia 1 orte. ..ontái á lo menos con treinta y ei hora de ventaja obre él ; quizá cuarenta y ocho. No ten­dréis á vue tro frente ino una parte :le la f er·za que bloqu an á Metz, y que iéndoo retirar de ChaJon á Reins, se han e.·ten­dido hacia Argonn . Voc tro movimiento obre Rein Jos habrá engañado. Como el Príncipe R a 1 e Pru ia. aquí todo l m un o ha compr ndi o la nec sida d libertar á azaine y la ansiedad con que o obser an e e. trema.' El ari cal, á pesar de t da us in tancia no ha ía logrado su d o. ontinu6 pues, el movimiento d a ancc. El t re r día de nuestra mar ha el 26 .- eritnentámo por primera vez, trabajo para obtener pt·ovision ~S, y com ncé á darme cuenta de la dificultad qu pr enta el aba tecimiento d un ejér­cito hasta n un paí rico que ofr ce, en ti mp ordinal io, gran­des r cursos . Llegámos por la t rde después de una larga marcha por ca­mino tan em apad s p r la lluvia que no f'nlerrábamos ha ta el tobil1o á una pe ueña aldea. p rdonde acababa de pasar 1 grue o del Ejército. Imaginao un campo d va tado por una nube de lango tas: no quedaba na a na a. o había modo de obtener ni pan ni ·ino ni nada, aun cuan e ofrecic pagar el doble e precio. es ués de llamar en vano á mucha puerta entrámo mi amigo y y , n una pe ueña ca añ . La ueña de casa, p bre aldeana cr yéndo al fin libr d vi ita imr ortunas de hué pe­des hambre o , ac ba a de e locar n l fuego una opa de papa . Ella n da había comido durante 1 día é hizo un g sto e dese. per.ación. u prim r im ulso fue de p dirnos con ua idad. u h . pobr jóv n , yo no teng nada '' in embar ·o al cabo de un instant viendo nuestras caras lán ui as y fatigada , nos hizo entar nos d1jo u ráramos, y cu ndo la sopa tuvo cocinada, nos dio á ca a uno un 1 1 to lleno. un a h omido nad mejor. A pes r d toda nuestras in rancia , 1 aldeana no qu da recibir nada. e acordaré 1 rgo tiempo 1 1 buena viejecita de la aldea de . ~ muy y d u opa de papa . io , que no d -ja in recompen a un va o de o-ua qu e dé n u nombr , tcnur: n cu nta á ta ·cel nte Jnuj r P' r u bonda para con nosotro . i alguna "ez u hijo , lejo d u país, tienen que pe ir hospitali- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1 ilit r e Colombia '--- 507 -~ dad que ncuentr n or o e uiera una acogi a la que su madre no dio. L mi n1a noche e a el diferent . ecibímos ord n Vonc , o re una planici ta at lada. nues r 11 gad lor d cortar la cuerda de mo el a
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 16

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 10

Por: | Fecha: 13/09/1902

SERIE III-ToMo II Aflo VI NuMERO 10 ~ Boletín Militar de Co-lombia T l i ~~ ____ , _ -~=~~·-0 D_BL ~l~~~B~Io_~~-~~B~1~ ~ ~EL -~~!~0- ----------- -- ~~ ¡ DIRECTOR, Francisco J. Vergara y Velasco 'j Í Geut•ral de JugciiÍt>ros ¡ :::¡:: ::-.e~::::::~~~= :..::::.:,~::::::~::. ~:¡::~.:,:::.·~::::~~:,::~:: _:'::: indif~r•ncia 11 nor d~j• 1in enerr;iat para deje11der la• nuütraa E:>R!QUE SIENKIEW!CZ --r·····:··:·········;;~~:~~·:· ~-~;~·¡~~~;~-- ;~. ~~--~~;·;-- ..... ·:--·.:----·¡· ~- Oficial ===-- DECRETO NUMERO 1228 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se hace un nombramiento El Vicepresidente de la R ep!Íblt'ca, encargado del Poder Ejeculz'vo, DECRETA ' Artícul umco. N'mbrase al Sr. Victorino Rodríguez Con­serje de la Int~ndencia general del Ejército, con derecho al suel­do desde el 1. 0 de Julio del corriente año, fecha en que empezó á prestar sus servicios en tal puesto. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL ~1ARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDR FER ' ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1244 DE 1902 (AGOSTO 20) por el cual se adiciona el marcado con el número g86 de 2-t- de Junio último El Vü:epresidenle de la Repúblz'ca, encargado del Poder Fj'eculz'vo, DECRETA Artículo único. Las cuentas que desde el 1.0 de Agosto de 190 1 no hayan sido rendidas por el Tesorero de la Maestranza TOllO II-19 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- .290 -' Nacional á la Intendencia general del Ejército, serán examinadas y fenecidas directam e nte por la Corte de Cuentas, siempre que vayan arreg ladas como lo p reviene e l D ecreto número 986 de 24 de Junio último. §. Queda en es t os t érminos adicionado el DecreiO mencio­nado. Comuníq u ese y p ub líq uese. Dado e n Bogotá, á 20 de Agosto d e 1902. JOSE MANUEL M ARROQUIN El Minist ro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1245 DE 1902 (AGOSTO 20) por el cual se manda organizar una División y se hacen unos n ombr amientos El Vicepresülmü de la R ep/tbl/ca, encargado del Poder .Ejeculwo, DECRETA Art. 1.° Facúltase al Sr. General José 11aría Cogollos para que en su carácter de Jefe Civil y 1Iilitar de 1 cqucndama, orga­nice una División, la cu-1 ll c vará d nomLrc de Dz".¿iszfm Pc1domo, con la base del Batallón Cárdola } Chicos de La J\ilesa . Art. 2.0 Nómbr a se j efe J e J' 1ado Mayor de la expresada División al Gene ral Uba lJino J. artí n ez, ; Comisario Pagador é Inspector de la misma á lo · Sre s. Coroneles Fernando Vergara y • Luis H. Ferro, rcspccti ' arrcnte . Art. 3.0 Autorízasc al Ge neral Cogollos, como Comandante general de .la 1Jz7· z'dón n rdomo, para hacer Jos nombramientos de Ayudantes y demás Jtfes y Oficiaks, somuiéndolos á la aproba­ción del Ministerio de Gu rra. A rt. 4 .0 El Secretario de la Jefatura Civil y Mili tar de Te­quendama será p ri mer Ayud ante general de la Di v is ión qu e por el presente D ec reto se man d a or g a niz ar. Comuníque se y publíque se. Dado e n Bog otá, á 20 de Agosto d e 19 02. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, A RISTIDES F ERNÁNDEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia D E CRETO NUMERO 1246 DE 19 02 (AGOSTO 20) por el cu al se lla ma al ser vicio á un J efe y so le destina El Vú:eprwden fe de la R epúblú:a, encargado del P oder Ej ecuHvo , DECRETA Artículo único. Ll á mase al servicio acti vo al Coron el Juan de Dios D íaz , y nómbrasele J efe de Estado l\1ayo r d e la Divi sió n Ma­famundo , que comanda e l General Benigno Muñoz. C omun íq uese y p ub1íquesC' . D ado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1902 . J OSE MANUEL MARROQUIN E l l\1in istro de Guerra, ARrsTIDEs FER. ·Á ·DEz DECRETO NUMERO 1247 DE rgo2 (AGOSTO 20) por el cual se llama al scHicio á un J de y se le destina I:."'l Viccpresúlmfe de la Rep!Íblt'ca, encargado ód Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel José V i­cente NaYia, y destínasele á prestar sus sen-icios en e l Ejército que comanda el General Antonio Roa Dfaz, en el puesto que este J efe le designe. Comuníquese y publíqucsc. Dado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1902. J OSE l\IANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDEs FER.-Á.-oEz D E CRET O NUMERO 1248 DE 1902 ( AG OSTO 20) po r el cua l se hacen \'arias proml')cioncs y un nombramiento El Vz'cepres t'dmle de la R epúbHca , encargado del Poder Ejecul zvo , DE CRETA Art . 1 .0 Promuévese al Ge n eral F éli x N av arro del pue sto de Comandante gene ral de la Divisió n T olima al de Jefe de la r.• División del Ejército expedicionario de Panamá, en reemplazo del General Julio M. Santander, á quien se conceden Letras de Cuartel. Art. 2.0 Promuévese al General Pedro Sicard Briceño dol puesto de Jefe de Estado Mayor del Ejército expedicionario del Magdalena, al mismo empleo en el tercer Ejército de Panamá." Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colornbia L 292 __; Art. J. 0 Promuévese al General Luis M. Arango del Ejército ae Panamá al puesto de Comandante general de la División Toli­• a del Ejército expedicionario del Magdalena. Art. 4. 0 Promuévese al General Tomás Quintero del puesto tle Gobernador Militar de Honda al de Comandante en Jefe del itrcer Ejército expedicionario de Panamá. Art. 5. 0 Nómbrase al General Salomón Correal Gobernador Uilitar de Honda, en reemplazo del General Quintero. §. Autorízase al mencionado General Quintero para que hag-a I.Qs nombramientos de Jefes y Oficiales del Cuartel general de di­lflo Ejército, sometiéndolos á la aprobación del Ministerio de Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1g02. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FmrnÁNDEZ DECRETO NUMERO 1249 DE 1902 (AGOSTO 20) ¡tor el cual se declara insubsistente un nombramiento y se nombra reemplazo .El víeepreszdmtt de la Repzíblzca, cncm·gado del Poder Ejeculz'vo, DECRETA Artículo único. Declárase insubsistente el nombramiento he­. tlo en el Sr. Dr. Cesáreo A. Vargas para Médico del Hospital Militar de Guaduas, y nómbrase en su reemplazo al Sr. Dr. Car­lns E. Díaz. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARrsTIDES FERNÁ. 'DEZ DECRETO NUMERO 1250 DE 190~ (AGOSTO 20) por el cual se llama al servicio activo á un Oficial y se le destina z ¡ Vicepreszaenle de la Repúblt"ca, encargado del Poder Ejecutzvo, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Capitán Luis •rlos Acevedo, y destínasele á prestar sus servicios en la División Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 293 _) Manutl Casabianca, en el puesto que le desi¡:-ne el Comandante 2"._ neral de ella. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUDI El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1251 DE 1902 (AGOSTO 20) por el cual se hacen dos promociones El Vicepresidente de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecttltvo, DECRETA Artículo único. PromuéYese al Coronel Marceliano Tascóa del puesto de Ayudante de la Comandancia Militar de la Plaza, ai de primer jefe de uno de los Cuerpos que se organizan para 1a expedición á la Costa; y al Coronel Julio Sanmiguel del emple. de Ayudante de la Comandancia general de la Dr'visz'fm Rz'caurft. al puesto que le designe el Comandante Militar de la Plaza de B... gotá. Comuníquese y puhHquese. Dado en Bogotá, á 20 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIJI El 'Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁ:r..'DEZ DECRETO NUMERO 1262 DE 1902 (AGOSTO 22) por el cual se hace una promoción y un nombramiento y se fijan unas asimila­ciones El Vz'cepresidenll de la Repz'tblz'ca, encargado del Poder Ejeculiv1, DltCRETA Art. 1.0 Promuévese al Sr. Ignacio A. Osuna del puesto da Guardaparque general al de Inspector general de Parques y Prt>­veedurías en los Departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Saa­tander, excepto la ciudad de Bogotá, que tiene su ln5pector es­pecial. §. El Sr. Osuna devengará en este empleo el sueldo corrs­pondiente á General Comandante general de División. Art. 2.0 Nómbrase en propiedad primer Guardaparque ¡..... neral al Sr. Miguel Zerda.. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 294 _) Art. 3.0 Asimílase al 2. 0 Guardaparque general á General ce División, para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1263 DE 1902 (AGOSTO 22) por el cual se concede una licencia y se hace un nombramiento en interinidad El Vzápresidenle de la Rep/tblzca, mcargado de/ Poder Ejuutzv~, DECRETA Artículo único. Concédese la licencia que por noventa días penunciables solicita el Sr. Carlos Escobar R. para separarse del émpleo de Ayudante del Guardaparque general, y n6mbrase en tu reemplazo, por el tiempo de la licencia concedida, al Sr. Jena­ro Pernía R. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1264 DE 190.:¡ (AGOSTO 22) por el cual se confiere un ascenso El Viceprestdmle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Asciéndese á Coronel efectivo al Teniente Coronel Santiago Ardila. §. Dése cuenta al Honorable Senado en sus pr6ximas sesio­. es, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 295 _) DECRETO NUMERO 1265 DE 1902 (AGOSTO 22) que hace unas promociones El Vi'cepresidenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejeculi'v~, DECRETA Artículo único. Promuévese al Sr. General Francisco Aceve­do del puesto de Comisario Pagador del Ejército en operaciones sobre Occidente de Boyacá y Provincia de V élez, al de Inspector General de la Divisz!m Medúza Calderón, en reemplazo del General Flavio Triana, á qUien se promueve al Cuartel general del Ejército Permanente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1267 DE Igül (AGOSTO 22) que declara en uso de letras de Cuartel á un Jefe, confiere un ascenso y hace ua nombramiento El Vtcepresidenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecull-c1, DECRETA Art. 1.0 Declárase en uso de letras de Cuartel al Coronel Guillermo Herrera, segundo Jefe del Balallfm I.0 de Arlzllería. Art. 2.0 Para llenar la vacante que deja el Coronel Herrera, nómbrase en su reemplazo al Sargento Mayor Pedro Soriano, á quien se asciende á Teniente Coronel. §. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia DECRETO NUMERO 1268 DE 1902 (AGOSTO 22) por el cual se hace un nombramiento El Vicepresidente de la Repúblz"ca, mcargado del Poder Ejeculivo~ DECRETA Artículo único. Nómbrase al Sr. Inocencio Leytón Ayudante del Ministerio de Guerra, en reemplazo del Sr. Malek-Adell Cai­cedo, quien aceptó otro puesto en el Ejército. §. Para los efectos fiscales dependerá de la Habilitación del Cuartel general del Ejército, asimilado á 2. 0 Jefe de Cuerpo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁN:aEz DECRETO NUMERO 1269 DE 1902 (AGOSTO 22) por el cual se hace un nombramiento El Vz'cepresidenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Nómbrase al Dr. Samuel Zerda Auditor de Guerra de la División ltfedúza Calderón, con la asimilación que fija el Decreto número 551, de 3 I de Marzo de 1902. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1270 DE 1902 (AGOSTO 22) que confiere un ascenso y hace una promoción El Vzeepresidmle de la Repúblú:a, encargado del Poder F/ecu!J"v,, DECRETA Art. 1.0 Asciéndese á General efectivo de Brigada al Coronel Pablo Bustillo R., y destínasele á prestar sus servicios en el puesto que ]e designe el Comandante general del tercer Ejército exped i­cionario sobre Panamá. 1 1 1 / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.... 297 -' Art. 2.0 Promuévese al Sr. D. Tobías Hernández del puesto de Subjefe de la Secci6n 1.• del Ministerio de Guerra, al de Jefe d~ la Secci6n 2.• del mismo Despacho, durante la licencia conce­dtda al Sr. D. José Germán Silva, interinamente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FE&...~ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1271 DE 1902 (AGOSTO 22) que hace un nombramiento El Vt"ceprtst'denle de la ReptÍblica, encargado del Poder Ejecu.tzvb, DECRETA Artículo único. N6mbrase al Dr. Pablo Camacho Médico de la Divisi6n A1anuel Casabz"anca. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER 'ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1278 DE 1902 (AGOSTO 26) que acepta una renuncia y nace un nombramiento El Vzápresidenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutzvo, DECRETA Art. 1.0 Der6gase el Decreto número 1266, de fecha 22 de los corrientes. Art. 2.0 Acéptase Ia renuncia que presenta el Sr. Alfredo. Bo­nilla del puesto de Oficial supernumerario del Ministerio de Gue­rra, y para reemplazarlo, promuévese al Sr. Raúl Ayarza del em­pleo que desempeña en el Cuartel Generalísimo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 298 _j DECRETO NUMERO 1279 DE L9o2 (AGOSTO 26) que hace una promoción é incorpora varias Divisiones en un Cuerpo de Ejército El Vzcepresz"dmle de la RepúbHca, encargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Art. I .0 Promuévese al General Rafael M. Gaitán del puesto de Comandante General de la Dz'visz'ón Fernández, al mismo puesto en la 2: Dz'vúz'ón. Rz'vera. §. Autorízase al General Toribio Rivera para hacer el nom­bramiento de Jefe de Estado Mayor de la expresada División, dando cuenta de él al Ministerio de Guerra. Art. 2.0 Incorpóranse en el tercer Ejército expedicionario de Panamá, que comanda el General Tomás Quintero, la Divisz'ón 2 .• ti~ Rzvera, 3 .• de Fernández y 4· • de Medina Calder6n, comandadas por los G~nerales Rafael M. Gaitán, Pioquinto Ampudia y Eduar­do Ortiz, respectivamente. §. La I.• Dz'vz'sz'ón lolz'ma, que comanda el General Félix Na­varro, incorpórase también en el Ejército expedicionario de Pana­má, á que se refiere el artículo 2.0 de este Decreto, en el orden que le corresponde. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1280 DE 1902 (AGOSTO 26) por el cual se hace un nombramiento y se confie re una autorización El Vz'cepresidmle de la Repúblü:a, encargado del Poder Ejeculiv1, DECRETA Artículo único. Per no haber aceptado el Coronel Bernardino Alfaro el puesto de Comandante general de la Columna Arbeláa, nómbrase en su reemplazo al Coronel José de Jesús Lozano G., á quien se promueve del puesto de Ayudante del Ministerio de Guerra. §. Autorízase al Coronel Lozano para hacer los nombramien­tos de Ayudantes del Cuartel general de la mencionada Columna, sometiéndolo~ al Ministerio de Guerra para su aprobación. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Agosto de 1902. . JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, AusTIDES FxRN.ÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 299 _J DECRETO NUMERO 1281 DE 1902 (AGOSTO 26) que confiere dos aseemos y haee un nombramiento El Vz'cepresidenle de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Art. I.° Confiérense los siguientes ascensos: el de Coronel efectivo al Teniente Coronel Jesús Anton:J Ocampo, y el de Sar­gento Mayor al Capitán Belisario Salazar, y destínaseles al puesto que les designe el General Carlos Mejía, en las fuerzas que co­manda. Art. 2. 0 Nómbrase Ayudante de 2.• clase del Guardaparque general al Sr. Mardoqueo Prieto, interinamente. Comuníquese y publíquese. · Dado en Bogotá, á 26 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO r~82 DE 1901 (AGOSTO 26) que reconoce un grado militar El Vzcepresidenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutivo, DBCit:ET.A Artículo único. Reconócese el grado de Coronel efectivo con­ferido por el Sr. General Floro Moreno, en su carácter de Coman­dante general del Ejército de Occidente, al Sr. Teniente Coronel Andrés Astudillo el 12 de Marzo de 1901. §. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIJI El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia DECRETO NUMERO 1283 DE 1902 (AGOSTO 26) por el cual se deroga el número 845 de 1901 (15 de Julio) y se dispone que los fondos para gastos especiales de la Intendencia general del Ejército, vuelvan á ser manejados por ella El Vú:eprw'dmle de la República, encargado del Poder .Ejecu!z'vo, CONSIDERANDO 1.0 Que por Decreto número 845 de 1901 ( 15 de Julio), se dispuso que los fondos que manejaba la Intendencia general del Ejército se situaran en la Habilitación del Cuartel general, tenien­do en cuenta el recargo de trabajo de la Intendencia. 2.0 Que las múltiples atenciones de la Habilitación se han re­cargado en extremo con el pago de contratos procedentes de la Intendencia, complicándole al propio tiempo el arreglo de sus cuentas; y . 3. 0 Que los contratistas sufren graves perjuicios con la demo­ra en el pago de sus acreencias, y el Gobierno, en muchas ocasio­nes, se ve privado de elementos indispensables y urgentes que la Intendencia no pueJe obtener porque carece de fondos para com­prar de contado ó con breves plazos, DECRETA Art. 1.0 Los fondos para gastos especiales de la Intendenciap general del Ejército, volverán á ser manejados exclusi,•amente por esta Oficina, y los pagos de contratos, &c. &c., los hará en la for­ma que determina el Decreto legislativo número 723 de I.0 de Mayo del año en curso. Art. 2. 0 Los contratos pendientes por gastos de Intendencia serán pagados por ella de los fondos que al efecto reciba, y te­niendo en cuenta, al verificar los pagos, la antigüedad de la acreen­cía y su cuantía. Art. 3. 0 Derógase el Decreto número 845 de 1901 (15 de Julio). Comuníquese y pubHquese. Dado en Bo¡¡otá, á 26 de Agosto de 1902. JOSE 1\1ANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia DECRETO NUMERO 1284 DE 1902 (AGOSTO 28) que ordena una incorporación, confiere un ascenso, h:.>.cc un nombramiento y una promoción El Vzeeprestdenle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutz'vo, DECRETA Art. 1.0 Incorpórase á la Dz'vúz'ón J.fanuel Casabzcmca los Es­cuadrones dependientes del Regz?m"enlo Fernández á cargo de la ' Sección 5."' del Ministerio de Guerra, que están actualmente en la región de El Colegio á órdenes del Coronel Ricardo Samper. §. Autorizase al General Luis D. Céspedes para hacer la in­corporación material de la tropa y pasaportar para esta ciudad á los Jefes y Oficiales excedentes. Art. 2.0 Asciéndesc á General efectivo de Brigada al Coronel Cayetano García, y nómbrasele Jefe de Estado ·Mayor de la men­cionada División, en reemplazo del Coronel Carlos Tribín, á quien se promueve al puesto de primer Ayudante general del Estado Mayor general del Ejército. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 28 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARrsnnEs FER ·Á 'DEZ DECRETO ~UMERO 1285 DE 15)02 (AGOSTO 28) que hace un nombramiento y confiere una autorización El Vzeepresz'denlt dt la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Art. I.0 Lláma.se al servicio activo al General de División Flo­rentino Cubillos, y n6mbrasele Ayudante del Ministerio de Guerra, con destino á prestar sus senicios como Supervigilante de las mi­nas de Muzo y Coscuez, dependiendo de la Habilitación del Cuar­tel general del Ejército, para los efectos fiscales. Art. 2. 0 Autorízase al General Cubillos para que aumente las fuerzas acantonadas en la regi6n mencionada y pueda mandar di­rectamente las que existen en la actualidad. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 28 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ IANCO D~ l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 302 .J INFORME DEL INTENDENTE GENERAL DEL EJÉRCITO (Continúa) RELACIÓ~ DE LOS RECIBOS EXPEDIDOS POR ESTA OFICINA DEL PARQUE GENERAL DUR.1\~TE BL MES DE EN'ERO DE 1902 Enero 20-1,174· Recibido de la Sra. Matilde Dousdebés 4,000 corroscas enterizas de las llamadas Guaguas. ·Ministerio, 1,752. Enero 20-I,I75· Recibido de la Sra. Mat!lde Dousdebés 1,300 corrosca enterizas, Guaguas, á buena cuenta de 3,000. Minis­terio, 1776. Enero 21-I,I76. Recibido del Sr. Honorato Landínez 170 fraza­das comunes. Proveeduría, 545. Enero 2I-I,I77· Recibido del Sr. Carlos Salgado G. 1,500 fra­zadas comunes. Proveeduría, 529. Enero 21-I,r78. Recibido del Sr. Manuel Puyo 39 correajes com­pletos, compuestos de cartuchera, cinturón, portarrifle y porta­tahalí. Proveeduría, 534· Enero 2 I-I,I79· Recibido del Sr. Guillermo Villar 535 peinillas y machetes, así: 59 peinillas de 20 pulgadas, Cultbra; 60 íd. de á IS I u eradas, Ca/mdn; 120 íd. de á. r6 íd., Ctúmdn; 296 machetr.s d' á 16 pulgadas, ví:nado. Proveeduría, 548. Enero 22-1, r8o. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. ro toldos de campaña de li nzo diagonal. Proveeduría, 550. Enero 22-1,180. Pccihido del Sr. Valentín Olaya 650 frazadas comunes. Prov duría, 549· Enero 2 3- r, r 8 r. Recibido del Sr. Administrador de los Talleres de San Vicente 6oo corre¿-¡jes, compuestos de cartuchera, cin­turón, portarrifle y po_rtatahalí. Proveeduría, 554. Enero 23-I,182. ReciLido del In pector de los Talleres de San Vicente 170 frazadas, con peso neto rofundi­dad de quince á cuarenta metros, qu dando siempre ·u fondo des­de unos pocos mt'tros ha ta diez, ~obre la · aguas del río principal. En el fondo de tal ' canal<>s, es dcci1·, sobr 1 bedr e, se encuen­tran en forma de bol a la arenas aurfferas más ricas, que forman la wtla; sobre ésta queda el vme1 o, menos productivo y de 0.5 á 4 metros de C;!spcsor; luégo a parecen La Chuclura, con troncos de árboles, y el ldcqudlo, eJe cuatro á e inco mt:trc,s de cspes r, om­pletamente e ·ténl, y por último, el .... ipé, ele 5 á ¡ metrós, hecho de arcilla, que tambirn enci rra troncos, acaba de llenar el canal, y aun desborda sobre el banco de bcdroc, pero que en su base tiene una 6 -varias capas de arena aurífera, á yeces muy rica, que cons­tituye el ~·mero de arriba. En fin, sobre el Sepé se encuentran El Calt'che, El Pdadero y la tierra vegetal. De lo dicho resulta que probablemente el oro de estas comarcas se depositó en dos momentos geológicos distintos. Del río Timbiquí hacia el Norte los canales sólo varían en el grosor de las capas y de los guijarros y en la dureza del cemento; pero hacia el Sur, hacia el Izcuandé, se tornan más y más profun­dos, y sobre el Sepé aparece el Guangué, conglomerado durísimo de grandes guijarro .. Además, en este lado W, al pie de la cresta culminante, se encucntP n en los canales inmensos cantos roda­dos, peligrosos de moYer, apilados en capas y reciamente ce­mentados; pero entre ellos y el bedroc queda una cinta aurífera, la más rica de todas, con pepitas de un grosor extracrdinario. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Los antiguos trabajos de minería en la hoya del Timbiquí se concentraron en los valles del Sesé, el Sesecito, el Cotejé, el Anto­ñuelo y el Cheté (no figuran en la carta oficial), porque estos ríos se abrieron un lecho encajonado en el fondo de sus valles respec­tivos, dejando á los lados grandes bancos de hasta diez metros de altura, cubiertos con una capa de arena aurífera, fácil de trabajar, y ésta fue la que por muchos siglos dio inmensas riquezas, explo­tada en unos veinticinco asientos de mi~as. Cuanto á la alta mese­ta, sólo se trabajó en las márgenes de los ríos, y sobre todo en sus ya¡aimientos superiores, entre las corrientes principales, está intac­ta, por así decir, lo mismo que los canales mencionados, debido á que los antiguos dueños primero, y luégo los esclavos emancipados, carecieron de medios y elementos para poder explotar en grande escala esas riquezas. En todo caso, los antiguos laboreos han permitido á los em­presarios e.-tranjeros estudiar á fondo 45,000 hectáreas de yaci­mientos auríferos en la hoya del Timbiquí, á lo sumo una sexta parte de la posesión, resultando de numerosos catees que en los canales el metro cúbico de tierra aurífera produce de 15 á roo pesos, con un promedio de 40, que aun reducido á ro, daría en las 480 hectáreas de los canales mejor estudiados, la cantidad de 48 millones, 6, lo que es lo mismo, alg-o así como un millar de éstos en las solas faldas de la sierra de Timbiquí; se trata, pues, de una California más rica que la americana y más fácil de e.'plotar. En el cauce de los ríos la cantidad de oro aumenta con la pro­fundidad, y como todos pasan al través de inmenso territorio aurí­fero, cortando el bedroc, y los canales, tendremos que son verda e­ros recipientes donde el precioso metal se ha depositado sin cesar; y si en las playas de algunas de esas corrientes los antiguos reco­gieron algún caudal, en las del río principal, que tiene su banco bajo el nivel del agua, jamás fueron trabajadas. Los ingenieros de la Compañb, calculando apenas las playas explotables á la draga y aún intactas, estiman que 1 )S afluentes del Timbiquí producirán 35 millones de pesos, y 50 el río principal .. ó sea 8o en toda la cuenca, lo que permitirá poner en obra un gran número de dragas, con la certidumbre de que por muchos años cada una de ellas produzca $ 200,000 anuales. Y las arenas así valuadas no s n sino la décima parte de las de toda la comarca! En resumen, los ingenieros de la 1í7JZbTqut' Gold M/ne Compa­try estiman en 140 millones de pesos en oro la fabulosa riqueza que esperan retirar de la parte exactamente estudiada en la posesión de la Compañía, y que es apenas la quincuagésima parte del yaci­miento aurífero que ella trata de explotar! La Compañ(a, no obstante los tropiezos y dificultades inheren­tes á la revuelta que acaba de asolar el país, ha adelantado sus trabajos con bastante rapidez; de manera que los envíos de oro, de una ley de novecientos dieciocho á novecientos veinte milési­mos, que se vende á seiscientos treinta y cinco pesos el kilogramo, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bole t ín Militar de Colombia \__ 308 _j eu ya pro du c~ió n no ~u ~sta 5ino 30 pesos, a um entan día p o r día; lo s fe r roca rnles econom tcos y la s d r ag a s p enetran sin cesar e n la om a rca, y para obv ia r la. escas.ez d e la mano de obra y la pe r e za « e los negros, ha consegmdo mmeros sardos en bastante n•'mero y t ra t a de esta blecer co mpañía s filiales, á semejanza de las deÍ Trans vaal. A demás, c?mo el territorio de T imLiquí s~stenta grandes sel­vas , es de un chma completamen t e salubre, salvo en la vecindad del litoral, tiene varios ríos navegables, á pesar d e su situación ecuatoria l, es refrescado por el Yiento del mar, y á la fecha tie ­a e unos cinco mil m radores negros, ~e presta admirablemente á toda clase d~ cultivu!'. Y la Compañía ingLsa no se ha limitado á. enriL 1uccer e con el oro, sino que se ha entendido además con otra So~iedad. an?nima, la C'_olomb/an Rubb,r C'omfallJ', de un capi­tal d _ c1en m1 l hbra csterlmas, que en Santa Bárbara de Timbi. ~ uí ha establecido su centro de acción . Esta última empresa, á p rinci¡ ios del corrient:c año contaba ya dos mil cauchos trasplanta- 8os, y dier. mil en almácigo, fuera de los centenares de árLoles na­ti vos ya .n plena producción, y esperaba que durante el aiw ele ­varía á cien mil Jos arbolillos de su plantación. T ambién cuenta ya con plantíus de caña de azúcar, café, cacao y \ainilla; y se ocupa en plantar ricino, árbol que crece con gran rapidez y que se ve1.de «. dmz"rrzblcmcnl n Europa; ha montado un aserradero mecánico para producir tablas de maderc s !xccl ntes ya acreditadas en el mercado francé . En fin, en los grandes playones del Litoral prin­ ·ipia la cría Je ganado , para lo ual cu ~nta con doscientas reses y cien mulas y caballos. E impo_ible suponer, n \ ' Í!>ta de lo dicho, que s trate de una far.a para csp ~e u lar ·n la bol a eurup~.:a; y como el jemplo de esta empresa puede atra ·r otras á esa r gión litoral casi ucs­trada del rt':sto del territorio e llombiano normalmente o1·ganizado, preciso es prcs.tarle ate.nción, no vaya á rcsul~ar estal~l~ciJa allí una vasta coloma e.·tranJera, germen de tn p1ezos y c}¡ficultades, pues no de he olvid~use que I\Ié.·ico y~rdió á California por su oro, y el Transvaal su IJbertad por la 1111 ma causa. Conforme á la Constitución vigente , las minas de metales pre-ios'Os ~on propiedad de la ación, y según la ley está gra,ada la e xportación del oro, es e l momento de que la autoridad se haga sen­tir en el a sunto, en beneficio del fisco y en guarda d e la s dificulta­tics que en esa parte dd Chocó puede traernos el porvenir. Del informe de los interesados t r aduci mos : "La Túnbl'qui Gold lr!z!tc CompanJ'. a~ n no e s c onocid~ sino tl e m uy poca s personas fuera de los acc10mstas, lo cu a l exphca por qu é el p re cio de sus . a c ci ones n? h a ~lca n zad o á la f echa el alza conside rabl e de prec10 á que t iene n. J. u t<: derech_?. ~m pe ro, ta!l luego como el negocio se haga famll.1ar a los capttahstas, e.s fácil prever que esas acciones darán ongen á un brom formtdable en el mercado europeo, donde se n egocian hace ya algunos días. Dichosos entonces los accionistas de la primera, la segunda Y. aun de la undécima hora 1; de manera que serán cuerdos los que á tlem- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 309-' poden orden de comprar algunas á su banquero 6 á su agente de negocios. " Hemos oído comparar la Túnbz.quz· Gold Mzne Company á la Rand J..fzizes, y aunque entre las dos hay, en efecto, alguna seme­janza, también entre esas dos grandes empresas mineras hay no­tables diferencias, y no en contra de la liúzb/qta'. De una parte, u.11 modesto capital de cinco millones de francos, apenas mayorado por el curso del mercado, con un territorio aurífero de 450 ks. O, de ellos 6o completamente explorados y catados; un territorio ya pa­cificado, una mano de obra barata, una explotación de una facili­dad increíble con la herramienta más sencilla, y, como ya se ha. demostrado, con costo de producción de 375 francos el kilogramo, en tanto que el de venta alcanza á 3,200! "De la otra parte, un capital de diez millones de francos, ya elevado á r6o en el mercado, es decir, mayorado cuarenta ,·eces por el agio; con terreno aurífero de sólo r 2 ks. O ; un país de­vastado por una guerra interminable, una e.·plotación difícil y llena de aleas, una maquinaria compleja y valiosa, y un costo de produC­ción que sube á la mitad del de la venta. "Verdad que la Rmzd .1lfzius trabaja en un territorio cruzad• por los ferrocarriles y habitado por una población numerosa. ¿Pero acaso no puede suceder esto mismo á la liinbiqui Gold Mzi~e? Don­dequiera que e.·iste el oro en abundancia, su fuerza de atraccióa es tal que los caminos se abren por sí mismos, por así decir, los ferrocarriles se construyen como por encanto, y poblaciones impor­tantes surgen allí donde el matorral imperaba antes como el ünice soberano. "¿Es necesario recordar la historia del Klondyke, el Transvaal y la California? A principios de 1848 apenas se contaban 15,000 blancos en California: la noticia d(;l descubrimiento del oro en el aserradero de Coloma se esparció rápidamente, y en este año la guarismo de la población subió á IOO,ooo almas, y hasta 1856 au­mentó de una manera regular en so,ooo individuos por ario. "En pocos años un modesto villorrio de campesinos transvaa­lenses, Jobannesburg, se trocó en una rica y crecida ciudad de más de Ioo,ooo almas. "En fin, á pesar de los rigores del clima polar, Dawson City se levantó como por arte mágica en las heladas orillas del Yukom, y en ella hormiguean gentes de los cuatro puntos cardinales. "¿Por qué los humildes casares de negros, entre los cuales ya se alzan algunas viriendas confortables, construídas ayer no más:1 en un porvenir próximo no se transformarán también completa­mente? ¿Por qué Cotejé, Santa María, San Francisco, San José, La Fragua, Pueblo, Sesecito, no se trocarán en poblaciones flore­cientes? ¿Por qué no podremos esperar para 1Ymbzquivi/le los des­tinos de las grandes poblaciones auríferas, puesto que el preciase metal yace por centenas de millones en la cuenca de su río? "Ese valle de Timbiquí, ayer completamente ignorado, hoy apenas conocido por unos pocos, será mañana célebre en el munde Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia ·._ 3 IO _; entero: para hacer esta predicción no es necesario ser vidente ni poeta; basta ser comerciante y calcular fríamente el negocio en cuesti6n." Por muy exagerados que supongamos los informes 6 1·eclames ele la Túnb1'quz' Gold Mz'ne, sabiendo, como sabemos, lo que es nuestro Choc6, la tierra del oro por excelencia, superior á California y al Africa austral, siempre tendremos que se trata de empresas que no puede mirar el país con indiferencia: en los actuales momentos, más que desidia sería crimen cruzarnos de brazos y permitir que unos pocos mineros sardos vengan á llevarse de ColomLia ingentes riquezas, sin dejarnos en cambio sino ridículos jornales pagados á los negros que habitan la comarca y que trabajan por un pan. Ya la Ttinb1qu.i Gold ~Hm. dice en sus informes que s dueña absoluta del gran tesoro, por cuar1to pag6 anticipadamente veinte anualidades de impuesto, es decir, una suma que no alcanza á s,ooo francos 1 ¡Y esto por un terreno que mide 6o ks. O auríferos de superficie ! ¿Podernos consentir en que mañana otras compañías hagan lo propio en los valles del Micay, el Saija, el Guaguí, el Guapí y el Izcuandé? Si tal hiciéramos, mereceríamos nuestra suerte. Al Go­bierno toca estudiar y resolver el punto; pero por lo pronto cree­mos debe declararse que en esos grandes bancos aurífero , la Na­ci6n se reserva la propiedad de una hectárea por cada ciento de su­perficie, y las 500 hectáreas á que ascendería esa reserva, serán base segura para la soluci6n de todos los problemas fiscales que ltoy abruman á. Colombia. Esperemo . F. J. V. V. - ~- Doctrinal- EL S E RV 1 C 1 O O B Ll O ATO R 1 O E N LA A RO E N T 1 N A LEY NUMERO 403 r El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argen/z't¡a reum'dos en Congreso, &>e., SANCIONAN CON FUERZA DE LEY (Continúa) TITULO X RECOMPENSAS Á CLASES Y SOLDADOS Sobresueldo Art. 87. Todo Cabo 2.0 , desde el momento de su e~reso de la Escuela de Aplicaci6n de Clases, tendri, sobre el sueldo que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia asigna el Presupuesto, una recompensa anual de ciento veinte pe­sos moneda nacional, pagaderos en proporción, mensualmente, durante los cuatro años de su compromiso. Art. 88. Un Cabo 2. 0 , que no hubiere ascendido á Cabo 1.0 en los cuatro años de su compromiso, no podrá renovar su contra­to y no t~ndrá derecho á las ventajas de retiro. Art. 8g. Todo Cabo r. 0 6 Sargento, en el primer período de su com~romiso, tendrá. un svbresueldo anual de ciento cincuenta peso moneda nacional, los primeros, y de ciento ochenta pesos moneda nacional, los segundos, pagaderos proporcionalmente por mes. Art. go. Los Cabos primeros y Sargentos que tomen un se­gundo compromiso de cinco años, tendrán un sobresueldo anual de ciento ochenta pesos moneda nacional, los primeros, y de dos­cientos cuarenta pesos moneda nacional, los segundos, pagaderos igualmente, proporcionalmente por mes. Art. gr. Los Cabos y Sargentos que renueven su compromiso por un tercer período, fijado en seis años, tendrán, durante éste, un sobresueldo anual de doscientos cuarenta pesos moneda nacio­nal, los primeros, y de trescientos pesos moneda nacional, los se­gundos, pagaderos proporcionalmente por mes. Art. 92. Los Suboficiales, ascendidos á tales en el primer ó segundo período de su compromiso, tendrán un sobresueldo anual de trescientos pesos moneda nacional, y los que renueven éste por el tercer período, gozarán en él de un sobresueldo de cuatrocientos ochenta pesos moneda nacional anuales, pagaderos proporcional­mente por mes. Art. 93. Los voluntarios incorporados al Ejército permanente para los fines indicados en el artículo 77, Título IX, de la presen­te Ley, gozarán del sobresueldo mensual de diez pesos moneda nacional, sobre el sueldo que les tenga asignado el Presupuesto. Art. 94· Los conscriptos incorporados por dos años, recibirán un sobresueldo anual de ochenta y cuatro pesos moneda nacional, sobre el sueldo asignado por el Presupuesto á los soldados cons­criptos. Dicho sobresueldo será abonado del modo siguiente : dos pesos moneda nacional mensualmente, y los ciento veinte pesos moneda nacional restantes, al ser licenciados al terminar su perío­- do de servicio Prefermáa á tmpltos cz'vz1es Art. 95. Las clases que hayan desempeñado quince años sus servicios como tales, serán preferidas para llenar las vacante' que oculTan en las distintas dependencias del Mini~terio de Guerra, y que puedan ser desempeñadas por ellos, así CQmo otros empleos civiles de la administración nacional que serán determinados por el Poder Ejecutivo en la reglamentación de esta Ley. Art. 96. El empleado público llamado al strvlcio militar, po­drá ser remplazado sólo provisionalmente. Su reemplazante goza­rá de la mitad del sueldo del titular, debiendo la otra entregane al censcripto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 312 _, Art. 97· 1.0 Los Cabos primeros, Sargentos y Suboficiales, después de nueve años de servicios continuados como clases, tienen derecho á retiro, con la mitad del sueldo fijado por el Presupues-to para sus grados. - 2.0 Los Cabos primeros, Sargentos y Suboficiales, terminados los quince años de servicios continuados como clases, tienen dere­cho á retiro, con el sueldo íntegro, fijado por el Presupuesto para su grado. Art. 98. Los retirados gozarán de su retiro íntegro, aun en el caso en que fueren nombrados para desempeñar cualquier empleo de la admininistración nacional, sueldo que les será aLonado igualmente íntegro, salvo el descuento que corresponda para las cajas de los montepíos civil y militar, quedando, de consigui ente, con derecho á obtener también la jubilación del empleo civil que desempeñen, de acuerdo con la ley de la materia. Art. 99· Las ventajas acordadas á las clases y soldados del Ejército pe ; manente por este Título, no podrán ser disminuidas para aquellas clases y soldados que estuvieren ya en servicio, en caso que se dictare alguna nueva Ley que modifique la presente. TITULO XI EXCEPCIONE~ Art. 100. Exceptúase del servicio militar: a) A los que por nfennedad ó por defecto físico, resulten · inútiles para el servicio y no puedan ser empleados ni en los ser­vicios auxiliares. b) Al hijo de madre viuda ó al hijo natural que atienda á la subsistencia de ésta 6 de un padre septuagenario ó impedido. e) Al hermano que atienda á la subsistencia de hermanos me­nores huérfanos de IJadre y madre, ó de hermanos impedidos. d) Al nieto que atienda á la subsistencia de la abuela pobre 6 abudo septuagenario ó impedido. e) Al mayor de los hermanos pertenecientes á una misma cla­se, 6 al hermano menor de la clase siguiente, si estuviere ya bajo banderas un hermano cumpliendo un servicio de dos años. /) 1·1ientras duren sus funciones y empleos, á los miembros de los Poderes Públicos de la Nación y de las Provincias, á los Go­bernadores y Secretarios de los Territorios federales. g) A los miembros del clero regular y del clero secular y se­minaristas, así como á los ministros de totias las religiones. Todo seminarista que por cualquier motivo abandonare la ca­rrera eclesiástica, queda, hasta los veintiocho años cumplidos, obligado á prestar en el Ejército permanente el tiempo de servicio que por sorteo le toque. Art. IOI. Antes de concederse la excepción, deberá compro­barse debidamente la absoluta pobreza y otras causales que ne- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 313 _.1 cesariamente han de concurrir para que dichas excepciones pue­dan darse. Art. 102. En tiempo de paz, los conscriptos de dos años, des­pués de seis meses de permanencia bajo banderas en el Ejército permanente, si han satisfecho perfectamente el programa de ins­trucción militar, y han observado conducta irreprochable, podrán ser licenciados, á su pedido, hasta la fecha de su pasaje á la reser­va del Ejército de línea, siempre que se encuentren en algunos de los casos que se enumeran á continuación : a) Los maestros de escuela, los médicos y practicantes nom­brados para el servicio de los hospitale públicos, y los empleados de ferrocarriles que fueren indi pensables al servicio, á juicio del Poder Ejecutivo. b) Los jóvenes que teng-an aprobados sus exámenes anterio­res y prosigan sus estudios para obtener un título profesional en una universidad, facultad ó instituto de enseñanza superior. in embargo, el número de hombres á quienes alcance este beneficio, no podrá exceder del 5 por 100 del total de hombres de la clase incorporada por dos años. Este beneficio cesará desde el momPnto en que el individuo que goza de él, interrumpe, salvo el caso de enfermedad comprobada, Jos estudios á que hace refe­rencia este artículo, y en este caso deberá incorporarse inmediata­mente al cuerpo de que fue licenciado. Art. 103. Toda excepción deberá ser renovada anualmente, al efectuarse el pago dfi! la tasa militar establecida en el artículo 1 19 de la presente Ley. Art. 104. Todo riudadano, cualquiera que sea la categoría en que cstuvi re enrolado, tendrá obligación de dar cuenta de haher desaparecido la causa de su exce ción, cuando a í ocurrie­re, dentro de los treinta días después de d esaparecida dicha causa, dehiendo á u [Jrescntación hacer e el sorteo para designar el tiempo de enicio que le corresponda. Los que se hallen fuera del territorio de la ~ación al desaparecer la causa de la excepción, darán aviso por intermedio del Consulado de la República, ó por escrito al Ministerio de Guerra, en donde no lo hubiere; debiendo proceder á regresar al país en el más breve tiempo, para prestar el servicio militar que le corresponde y cuya duración se fijará igualmente por sorteo á su presentación. TITULO XII JUNTA DE EXCEPCIONES Art. 105. Entenderán en los reclamos de excepciones: 1.0 En la capital federal: un oficial superior delegado por el Ministro de la Guerra, como presidente; y como vocales: el Presi­dente del Consejo Deliberante Municipal, un cirujano del Ejército, el jefe del Registro Civil y un jefe del Ejército, actuando como se~ cretario y con voto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 314 .J 2. 0 En las capitales de Provincia y de Territorios nacionales y otros centros de población, que en la reglamentación de esta Ley determine el Poder Ejecutivo, la junta estará compuesta así: un oficial superior ó jefe del Ejército permanente, designado por el Ministro de la Guerra, como presidente ; y como vocales: un ci­rujano, delegado por la Sanidad Militar, el Presidente de la 1\tfuni­cipalidad, ó en su defecto el Intendente Municipal del lugar en que actúe la junta, el jefe de Sección del Registro Civil y un jefe ú oficial del Ejército, actuando como secretario y con voto. Los Pre­sidentes de las Municipalidades de los puntos á que pertenezcan los individuos que soliciten excepción, tienen derecho á ocupar el puesto correspondiente al Presidente de la Municipalidad del lugar en que funcione la junta, siempre que se presP.nte en este lugar en el momento en que se tome en consideración la solicitud de excep­ción de aquéllos. 3.° Cuando el presidente ó intendente municipal fuere extran­jero, será reemplazado por el juez local superior. Art. 106. Las juntas á que se refiere el artfculo anterior, ejer­cerán sus funciones sin perjuicio de la jurisdicción que corresponde á los jueces federales ; pero en caso que una apelación sobre ex­cepción no hubiere sido despachada por el juez federal competen­te, hasta la fecha fijada para la mcorporación al Ejército del ciu­dadano solicitante de la e.·cepción, queda éste bligado á efectuar dicha incorporación y á esperar en las filas el fallo definitivo del juez. Art. 107. Los miembros de la junta de excepciones á que se refiere el artículo 105, que acordaren e. cepciones indebidamente, serán penados, en cada caso, con una prisión de tres mese á un año. Los militares miembros de las juntas que incurrieren en tales penas, cumplirán su condena en una fortaleza, y en su defecto den­tro del recinto de un cuartel; y lo civiles, en la prisión que deter­mine el juez competente. Art. 108. El car2'o de miembro de la junta de excepciones será desempeñado gratuitamente, y es irrenunciable. Su excusa inmotivada, así como la falla de así tencia á las reuniones de la junta, será castigada, en cada caso, con quince días á tres meses de prisión. TITULO XIII PENALIDADES Art. rog. El argentino que no cumpla con las prescripciones del enrolamiento determinadas en la presente Ley, será penado con un año de servicio continuado en las filas del Ejército perma­nente, sin perjuicio del enrolamiento en la categoría que le co­rresponda. Art. 110. El conscripto á quien haya tocado el iervicio de dos años, que no se incorpore en la fecha fijada, á las filas del Ejército permanente, para efectuar en él su tiempo de servicio, será Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \,_ 315 _1 penado con un año de recargo de servicio continuado en las filas, después de terminar los dos años que le correspondía hacer. Al que le toque servicio de seis meses, y no s-e incorpore en la fecha fijada, será penado con un año y medio de recargo de servicio continuado en las filas, después de terminar los seis meses que le correspondía hacer. Art. 1 1 1. El reservista que no se presentare á la convocato­ria, para realizar los períodos de instrucción que determine el Po­der Ejecutivo en cumplimiento de la prese nte Ley, setá penado con un año de servicio continuado en las filas del Ejército perma­nente. Art. 1 12. El guardia nacional que no se presente á la convo­catoria para efectuar en ella un período de instrucción, en la forma ordenada por el Poder Ejecutivo, de acuerdo con la presente Ley, será penado con seif, meses de servicio continuado en las filas del Ejército permanente. Art. 1 13. El guardia territorial que no se presente á la con­vocatoria para efectuar el período de instrucción fijado en el artí­culo 35 de la presente Ley, será penado con un mes de servicio continuado en las filas del Ejército permanente. Art. 1 14. El ciudadano que no cumpliere la disposición con­tenida en el artículo 104, Título XI, será penado con seis meses de servicio continuado en la· fila , además del tiempo que le co­rresponda por sorteo, si un contingente de su clase estuviere bajo banderas en el Ejército permanente. Art. 1 I 5. Los conscriptos que después de haber sido incorpo­rados á las filas del Ejército, sea por dos años 6 por seis meses, fueren licenciados provisionalmente por causas distintas á las in­dicadas en el artículo 102, en caso de no reincorporarse al Ejérci­to en la fecha que les ha sido prescrita, serán penados con un año de recargo de servicio continuado en las filas del Ejército perma­nente, sobre el tiempo que aún les hubiere faltado de servicio. Art. 1 16. Todos los infractores que se encuentren cumpliendo su servicio y su recargo, no podrán gozar de otro sueldo que el menor asignado á los conscriptos, quedando sin derecho á ningún sobresueldo. Art. 117. En principio, los infractores á que se refieren los artículos anteriores, cumplirán su servicio y el recargo en Jos cuer­pos del Ejército destacados en fronteras, 6 que ha~an el servicio de policías en los Territorios nacionales. Art. 118. Los militares á que se refiere el artículo 6. 0 de la presente Ley, incurrirán en las penas establecidas en el Capítulo II, Título II, Sección segunda del Libro segundo del Código Penal Militar. Ccnli'núa ~ ----- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 316 -J -=--=== Variedades ====- PEREGRINACION DE ALPHA 1 POR MANUEL ANCIZAR (Continúa) En las cercanías de Soatá fue donde primero encontrámos fó­siles de mastodonte, soterrados bajo un techo calizo de terreno de acarreo, del cual se encuentran abundantes depósitos en las cuen­cas formadas por los innumerables estribos y colinas que dan un relieve sumamente desigual al territorio. Estos huesos lle\an seña­les de haber sido rodados y rotos por corrientes y remolinos de ag-uas poderosas, en términos que apenas las grandes mu las se hallan enteras, gracias á la resistencia metálica de su esmalte. Restos de la misma especie suelen descubrirse al pie de Cavara­chía, depositados tranquilamente entre la greda y ar na de los an­tiguos estuarios del Chicamocha. Cómo hayan permanecido por allí, si arrastrados desde los altos páramos por aguas diluvianas, 6 sor­prendidos y sepultados por ellas en su mansión habitual, no podre­mos determinarlo sino después de examinar los fósiles análogos que se dice hay en las riberas del 11ag-dalena; pero se ignora si ma­nifiestan señales de ha er sido rodados ó no, haciendo en seguida la comparación necesaria con la edad de las eleYadas cumbres del Cocuy, donde también los hallámos, tan colosales, que un colmillo midió nueve palmos de larg·o; á menos que los fósiles del Magda­lena sean de megaterio, puesto que, segtÍn Bucklan, se han encon­trado abundantemente en el Paraguay, de jando rastros continua­dos hasta los Estados Unidos, y concurren bastantes razones para creer que habitaron en gran número la América meridional. Lleva el río Chicamocha en sus márgenes hundidas y revol­cadas el testimonio de haber acarreado en época remota una te­rrible inundación pro\'eniente de las planicies de Tunja y Tunda­roa. Las aguas violentas rompieron los estribos de la cordillera que se opusieron á su curso, socavaron el antiguo suelo y causaron hundimientos laterales en que al pie de los estratos desnudos y quebrantados de la serranía se acumularon confusamente las tie­rras por espacio de media legua de lado y lado, permaneciendo sin la consistencia necesaria pt ra no ser minadas y arrastradas por las lluvias, y en un estado de aridez que hace completo con­traste con la fertilidad de las mesetas superiores. El río, turbulen­to como un torrente, corre por entre rocas transportadas de otros lugares. Atraviésase por cabuya, y una cuadrilla de nadadores se encarga de hacer pasar las bestias, guiándolas y animándolas con gritos, ejercicio en que e tán todo el día, y en el cual adquieren notable fuerza y desarrollo de musculatura; sirven lealmente al pasajero, y ag-radecen cualquier demostración de cariño, con cier- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 317 _; ta franqueza varonil que parece comunicada por el oficio; pues ya se ha observado que las profesiones activas y rodeadas de riesgos de la vida, ennoblecen el alma del hombre, implantando en ella sentimientos generosos que no siempre acompañan á los de ocupa­ciones sedentarias. Del otro lado del río se encuentran por largo trecho del camino que llaman viejo, grandes barrancas de esqui tos carburados, minados por filtraciones salitrosas, y en varias partes atravesadas por vetas de hulla q ue inútilmente ofrecen su riqueza. Más adelante comienzan á levantarse los cerros con mesetas bien cultivadas y cumbres montañosas, flanqueadas de estratos calizos tan discordantes, que á veces se plegan sobre sí mismos, formando grandes óvalos, resultado de hundimientos parciales verdadera­mente raros. En la mitad de los cerros, que siguen levantándose por explanadas cortas y sucesivas hasta el páramo del Escoba], se halla Boabita, con su caserío pajizo y reducido; y media legua adelante Ubita, ambos cabeza de Distrito, fundados como en com­petencia, y según se nos <.lijo, por ccrct.;nar á un Cura codicioso la mitad de 1a extensa Parroquia de que disfrutaba, quien tenía puesta la mira preferentemente en los bienes terrenales. Acertámos á lle­gar á Ubita en día de mercado. La plaza esta ha casi llena de bue­yes enjalmados y cargados, y muchedumbre de campesinos ofre­ciendo en pintore~ca confusión varie<.la<.l de frutos y artefactos en venta. Por e. ·cepción se notaba el rostro cobrizo de algún indio entre la multitud de gentes blanca que formab::m casi el total de los vecinos, haciéndose notable la mujeres por el carmín de sus m .jillas y la pequeñez del pie, calzado con la alparg-ata, sujeta a por una trenza de colores. Para el que se tr«nsporta con el pensa­miento al por· nir de e te país "lastrado lh: oru," como dice Ovie­do, es un e · pectáculo int resante l ue presentan las reuniones numero as de los mercados, donde se ve la públaci6n, comr.ucsta de ag-ricultor· s Llancos y robu Los, ostentando los firme. colores de la salud y la aleg ·ía bulliciosa del bienestar, toclos bien \'esti­dos y abrigados, todos te ni ~ndo <.le ué vivir con independencia, y algunos manifl.:!stand en el aseo dd traje y gra,·edad de la per­sona, que son hombres de caudal, ennoblecidos por el trabajo y la economía. La fecunda tierra, cuyos Jímit'-s se e.·tienclen más allá de lo que puede ambicionar un puel.Jlo naciente, les afianza los medio· de holgada e.·istcncia y le aleja del alma la pasión de la envidia, hija de la miseria sin esperanza; las familias se multipli­can sin temor de que les falte el pan cuotidiano; los motivos para delinquir contra las personas y la propiedad no se conocen sino es en las ruidosas querellas que nacen del amor y los celos, compa­ñeros inevital.Jles del corazón humano. Un pueblo que así comien­za, y que habrá de crecer bajo el amparo de la vivificante demo­cracia, sin trabas para la industria, sin opresión para el espíritu, camina necesariamente á la grandeza. XVIII Los recuestos y explanadas ascendentes de Boabita y Ubita concluyen al N. y NE. con el territorio de Soatá por las elevadas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 318 _J cumbres de una serranía estratiforme y anchurosa, que es un ra­mal de la cordillera oriental de Jos Andes granadinos. Media en­tre Ubita y la villa del Cocuy la distancia de 6 leguas, ora se tome el camino que atravesando el Alto de Belén pasa por La Capilla, ora su paralelo, que á mano derecha saha el Alto del Cocuy por junto al tempestuoso páramo del Escoba!, donde la serranía se manifiessa destrozada y cubierta de sus propias ruinas colosales. Como en el ramal fron. rizo que divide Jos cantones de San Gil y Soatá encontrámos por primera vez fragm ntos \Í ibles de rocas graníticas, las cuales generalmente están cubiertas bajo estratos poderosos de transición y secundarios n nuestros Andes del N., resolvimos tomar el segundo de los indicados camino , esperanza­dos de hallar patente la formación granítica en las grandes rotu­ras y derrumbes del páramo, puesto que g·uarda con el ramal de Onzaga notables analogías de constitución y dirección. Con todo eso, y á pesar de haber subido 4,218 metros, que es la altura del Escoba], sólo encontrámos rocas de sedimento en estratos violen­tamente sublevados, ó en trozos que algún terremoto esparció por las faldas y precipicios, con los caractcr_;s del terreno péneo de la formación secundaria. El sjstcma de levantamiento es allí por lí­neas rectas de S. á N., sin descubrirse el eje mineralógico de la serranía, sino estratos poderosos de calizas magnesíferas y arenis­cas rojizas, remate de los esquistos y terrenos carboníferos que habíamos dejado en la región inferior cortada por el Chicamocha. Conforme íbamos acercándonos al Alto de Cocuy (3,866 me­tros; temperatura, 9° cent. á las 8~), la vegetación vigorosa des­aparecía, quedando en su lugar los arbustos enanos resinosos, las gramíneas y los mu o·os, hasta que por fin, coronada la altura, en­trámos en la región exclusiva del fr ailejón, que en aquellos lugares mece su triste paraguas de hojas amarillas sobre un tronco de 5 á 8 metros, chorreado y ennegrecido por la abundante trementina que destila esta planta, tan fea para la vista como útil para ex­citar el calor de la piel, pareciendo que la Providencia la colocó en nu~ tros páramos con el fin de animar al hombre á transitarlos. Caminábamos por una enda pedregosa, llevando á la derecha los desnudos picachos del E cabal, y á la izquierda los gigantescos paredones de una cortadura irregular por cuyo fondo se oía correr á saltos un riachuelo. 1 ugas de Yicnto helado se pr cipitaban sil­bando por el ancho callejón, trayéndonos remolinos de espesa nie­bla en que largo rato permanecíamos envueltos. La soledad y profundo silencio del lugar; las enormes rocas desnudas que se alzan por todas partes en medio de las ruinas de cerros postrados unos sobre otros, mezclando sus restos ponderosos lanzados á gran distancia ; el opaco y triste cielo por cuyo espacio giraban buitres corpulentos y algún candor con la majestad del señor de las aves carniceras,-todo esto formaba una escena sublime de aridez y de­vastación, que nos mantenía involuntariamente callados, como si nos oprimiera la idea del desamparo en que allí se encuentra el viaje­ro. Una voz monótona y tristre que devolvían los ecos de las pe- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 319 _./ ñas, vino á sacarnos de nuestra distracción, y buscando con la vis­ta quién cantaba de esa manera en aquel desierto, columbrámos á lo lejos, y acurrucada junto á las roca , una mujer vestida de ba­yeta, oculto el rostro bajo el ancho sombrero de trenza que lleva­ba encasquetado, y rodeada de algunas ovejas negras que pasta­ban In. escasa yerba. Informónos el guía que esta mujer vivía sola con su hija en lo más agreste · del páramo, sustentándose con los productos de su pobre rebaño. Cantaba para e pant ar los buitres, que no oyendo la voz se arrojan sobre los corderillos y los llevan arrebatados hasta los picachos inaccesibles, donde hacen su habita­tación. Había no sé qué de raro y misterioso en esa manera de existir, fuera de todo comercio humano, sin má!:> amparo que Dios en lo alto y la indiferencia de los hombres en la tierra. Compade­cidos llamámos á la vieja cantora para dejarle un recuerdo nués­tro: á los primeros gritos que resonaron en el espacio, cesó ella de cantar, nos examinó un breve rato, y luégo, sin hacer caso de nues­tras señ:1 , tornó á bajar la cabeza y á entonar sus melancólicas endE>chas. ¿Qué pesar, ó qué escarmiento terrible encerraría en el alma esta desventurada? Lo preguntámos, y se reían de nuestra pregunta, como si la sensibilidad y el pensamiento no existieran también bajo los harapos de la miseria. Nadie sabía la historia de esta mujer, ni los motivos de su confinamiento en lugares inhabita­dos: era infeliz y oscura, y para las gentes acomodadas, tales seres no tienen historia: apenas tienen alma racional. Ct;nlzttÚII No Oficial NUEVA GEOGRAFii\ DE COLOl\'1BIA TO~IO 2 •0 -GEOGRAFÍA FÍ ICA Estando ya en prensa el tomo 2. 0 de la Nun.Ja Gtografía dt Colombia, consagrado al estudio detallado del territorio, desde el punto de vi ta físico, nos ha parecido conveniente insertar en este semanario algunos documentos referentes á dicho trabajo, por ob­vias razones que el lector sabrá apreciar. Oportunamente dare­mos la muestra de los grabados, que como se comprenderá, en su mayor parte son cartas y planos detallados de las diversas regio­nes naturales y de sus porciones más inter~santes 6 mejor conoci­das, de acuerdo con los trabajos más recientes y autorizados. Sr. General D. Francisco J. Vergara y V. "Bogotá, Agosto 29 de 1902 Estimado amigo : He examinado y ·estudiado con la mayor atención la carta geográfica de la hoya del Patía, trabajada por usted, ue se sirvió Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 320 _) enviarme con su amable esquela de r 2 de los corrientes, para que emita concepto sobre ella. Desde el año de 1893 vengo estudiando en los libros, manus­critos y mapas que hallo á la mano, y en el mismo terreno, la His­toria y la Geografía de la sección que tarde ó temprano formará el décimo Departam ento, y que en mi concepto es la región más rica y de mayor y más inmediato porvenir, por su proximidad al Canal que ha de abrirse por Panamá 6 por Nicaragua, por la fer­tilidad de sus terrenos, abundancia de pastos en los 'Valles bajos, excelentes climas en las tierras altas, densa población, hábitos y carácter de ésta, facilidades de comunicación rápida con f' l mar, &c. En cada uno de mis viajes al Sur, he llevado cartas geográ­ficas, relaciones de viajeros, geografías, brújula, &c., para hacer un estudio formal de las localidades que voy recorriendo, y para anotar y rectificar todo lo que encuentro digno de ello. Por eso puedo dar i usted opinión no inconsciente sobre su trabajo. No la comparo con las cartas geográficas publicadas hasta hoy, para decirle que la encuentro mucho mejor que é:.tas, porque ese sería flaco elogio. En el último viaje hasta Ipiales, llevé un mapa de las Provin­cias de ] úquerr s y Obando, y otro dt~ la costa del Pacífico, entre las bocas del Iv!ira y la del Ivlicay, trabajados por usted. El primero lo hice estudiar por tocios los conocedores en las principales pablaciones del ur, para que me ind'caran lo errores ú omi ·iones qu notaran, y sólo encontraron que no estaban mar­cados dos caminos scc ionales t·ecicntemente abiertos, y el cambio de nombre de uno 6 dos riachuelos. El segundo fu e detenidamen­te comparado por el Capit.1n del buque inglé · 'Ji1boga con las co­pias de las cartas d el Almirantazcyo que u a la marina inglesa, y de pués de un minucioso c·studio, me hizo dos pequeñas correccio­nes, y marcó en sus cartas s is omisiones, tomando los datos de la de usted, de que hizo grande· elogios, manifestándome que ~1 po­día apreciar su trabajo, porque hacía mu hus años que naYega­ba en nuestras costa del Pacífico, las cuales ha r corrido palmo i palmo con agentes Yenidos e.·prcsamcnte á estudiarlas. Creo que esto valga para usted mns que mi pobre opinión de aficionado; pero como me la pide, no tengo incom·eniente n dár­sela. El trabajo de usted, en escala de 1:200000, lo encuentro de una exactitud admirable hasta en los más pequeños detalles; y si el de las demás regiones del país es igual, como lo supongo, habrá le­vantado usted un monumento de gloria para su nombre y para la Nación, y que no muy tarde será apreciado en todo su valor, cuan­do abierto el Canal, vengan hombres de ciencia á estudiar las re­giones del Cauca y i dar desarrollo á sus inmensas riquezas. Soy de usted atento servidor y amigo, RuFINO GwTIÉRREz" Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 10

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 19

Por: | Fecha: 10/05/1902

-= Oficial ==== DECRETO "U .IER f593 DE 1902 ( BRll. 29) por d cual se hac.::u tlo · no uuramientos El Vtápresid~:ll/( de la R 'P'íblú. , tttca1 ·gado del Poder .Ii'jeculiv•, DECR:i:C.A Artícul umc , .. cione sobre el lstm del Ejé1·cito en ope­lanu 1 tr po le s ñala el De-: ECRr~1 700 (AlH IJ. 2 ,;;.•) por el cua l s e h. e • un romo ... tón El VT"r~pr'- ¡(fff n!t dt / ,l Rtplíl~b'ca, (ncm ¡:ado del Podtr Ejur~lt"w#, o:r.c E ' • . Pr muéve e a\ Coronel Jorg·e Ro illo del it al puesto d primer Jefe del Balall.Jn Gr,rna- • TOMO 1-)7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B o l~tín M i litar de Colombia '- 578 _1 Jeros de la primera División del Ejército de Occidente de Cundina­marca. Comuníquese y publíqucse. Dado en Bogotá, á 29 de Abril de 1902. JO E MA EL MARROQUlN El Ministro de Guerra, ARISTIDES F:z~ÁN~E% DECRE O U 1ERO 701 DE 1902 (ABRIL 29) por el cual se hace una promoción y se destina á un Jefe .El Yüepres/denle de la R epública encargado del Poder Ejuult?J~ D EC R ET .\ rtículo único. Promuéve e al General de Brigada lndalecio Munévar d 1 pue to de primer yudante eneral de la Di\ i ión Manuel AL dt"na, 1 e J fe de tado . f yor de la D'vi ión Al/rall­da, ue va á 1 ganizar n uat ·que el eneral Francisco Cama­cho B . . La pr ente promoción debe su1·tir sus efectos d sde el 1.0 de rvt yo próximo. Comunf uese y publí ue Dado en ogotá, á 29 de bril de 1902. JO E • I .l UEL MARROQUI •1 Mini tro de Guerra, ARI TIDES F ER .... úwxz DECRET 1ER 702 DE 1902 (ABRIL 29) por d cual se ha e un nombramiento El V~epres/(Ünü de la RtplÍbl/ca, encargado dd Pccür Ejuult'r~-, DECRETA Artículo único. ómbra Capellán del Ejército que obra en los territorios de la Int ndencia de San ~ 1artfn y de la Provincias de Oriente y Guata vita., de que es Comandante n jefe el General Mariano Ospina Chaparro, al Reverendo Padre José Valenzueta, con el sueldo de primer Jefe de Cuerpo, que le reconoce el De­creto respecth·o. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 29 de Abril de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDllS FxRNÁNDR'Z Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 579 _J DECRET u r!ER 70 DE Ig02 (ABRIL 29) por el cual se di pone la organización d un Cuerpo de Ejército y se concede una facultad EJ Vi"apt·esidenlt de la R~ptíblica, urcargado del Poder .E;juultilo, DECRI-:T.A rt. 1. 0 Organízas un Cuerpo de .... jército n operaciones sobre el I tmo de Panamá compuc to de la fu rzas ue comanda en la actualidad el General P mpilio Gutiérrez y de la División que se hall al mando d 1 G ncral .. Joro -1 reno. Art. 2.0 "ómbra e Comandante n J f d e te Ejército al Sr. en ·ral n j efe mpilio utiérrez, é in í t el de facul-tades d · iini tr d Guerra. Art. 3. 0 utodza ·1 , en virlu lo di. ue to n 1 artículo anterior, pat·a ha r la r organi7.ación d ~ 1 .jét·cito en referencia n la forma que jm~guc n.á con · nient acicndo los nombra-m ·ento de J f y ~ciat omuníque y ublí u Dado n Bogotá, á 29 de bril de J !ARROQUI El ·1ini tro de Guerra 1 ' ,'DEZ D ~CRET 706 DE 1902 (.\BRIL 29) por el cual se llama á un Jefe al c;cn·icio acti\'o : le destina y e hacen ·ario • r ombramicnto El Ví'cepraidenü d~ la R~ptíbli'ca, (llcargado t!d P()d~r Ej((ull"vl' , DECR T A Art. erv1c1o cti vo nera 1 de rio-ada Numa P. oguera, y d tínas le como In pector .fci e 1 de las fuerza cantona la ntr 1 itio ele 'rr uina riente d Bogotá, ha ta Llanogrand , ad h ono1 tm. §. as funcione de e e em 1 ado rán la mi mas que de-ermin el Código 1: Iilitar. Art. 2 .o Nómbra e primero yudant del n ral ogue-ra á lo re . 1'eniente Coronel Miguel . Rozo Y rgento Ma-yor 11anuel Alberto Bernal. Comuníque y pubHquese. Dado en Bogotá, á 29 de bril de xgoz. ] E M EL MAR OQUIN E1 Ministro de Guerra, AaxsTxoxs FERNÁl\'l>RZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletÍI 1 iilitar de C io tnbia '- 580 _J ECRETO fUMER 713 E 1902 ()tA\'0 1.0 ) p r el cua e hace un nombramiento XI Vrapr6,\ldenle de la Reptíblic , encar ad, dd Podtr ..E)"tcull'lll DXC J:TA .Artículo únic-u. .. rase omi~ario Pagador d EZ-El Ministro de Instrucción Pública, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.­El Ministro del Tesoro, AGusTÍN URIBJt. DECRETO NUMERO 726 ·DE 1902 (MAYO 1. 0 ) por el cual se hace un nombramiento y una promoción El Vú:epresid~ule de la Rep/tblica, e11cargado del Poder EjecuH •, DECRETA. Art. 1.0 Promuévese al Teniente Cor nel Adolfo González del puesto de 1 .er jefe del Bat llón Rrndnd~z, de la 1 .• División del Ejército en operacione sobre el I tmo de Panamá, al de Ayudan­te de la mi ma Divi ión. Art. 2.0 6mbras I .er Jeofe del Batallón nrnándes antes men-cionado, al Teniente Coronel César Saavedra. . Comuníquese y publí uese. Dado en Bog'ol á 1.0 de 1ayo de 1902. ] S ( M UEL MARROQUIN El Ministro de u erra A RIS rnxs 1 ER ANDZZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia ~ 584.......) DECRETO NUMERO 134 DE 1902 (MAYO 2) por el cual se hace una promoción m Vtcepresüienle de la RepúbHca, tllCargad- del Poder .E.Jeculzv•, DECRETA Artículo único. Promuévese al Teniente Coronel Julio Rui Ospina del Cuerpo de Depósito al puesto de Ayudante del 11inis­terio de Guerra, asimilado á Coronel primer Jefe de Cuerpo par(! los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Mayo de 1902. ]O E MA UEL MARROQUI. El Ministro de Guerra, ARrsTIDEs FER.lliÁNDxz DECRETO NUMERO 735 DE 1902 (MAYO 2) que reforma el marcado con el número 704, de 29 de Abril de 1902 El Vzcepresidenle de la R~pzíllica, encar~ado del Poder .E:.fecuHv,, DECRETA Durante la permanencia del r. General en ]efe D. Pom- ­pilio Gutiérr z en el Istmo de Panamá como Comandante en Jefe: del Cu rpo de Ejército e que trata 1 Decreto número 704 dell año en cur o, t ndrá e 1 caráct r d J fe superior de operaciones en t dicho Departamento, y de consigui nte le quedarán subordinadas todas las fu rzas de allí. §. Queda en estos términos reformado el Decreto número 70+ e 29 de Abril del presente año. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Iv!ayo de 1902. ]OSE fANUEL MARROQUI El Ministro de Guerra, A ISTIDE FxRN.ÁNo:az Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 585 -' DECRETO NUMERO 737 DE 1902 (M \"0 2) 1uc reforma 1 articulo 2.0 del ccreto n' mero 678 de 26 de Abril de 190: El T icepresz(/uzle de 1 Rep~bHca, e11cargado del Po«er EjeculzH, El Mini tr d D CR7..TA . e. eneral Viccnt \ andurraga 1unicipio de emocón achanci-ayo de 1902. JO E }.! UEL MAR OQUIN IDE FER. ÁNDBL ECR T {L1ER 7 o DE 1902 (MAYO 3) sobr orden pú bl ic .El Vicepresi(i n/ de 1 Rrpública ~ncargado dd Poder EjecuHv#, co,· IDERANDO rande amenaza contra los vivan eros, nego­y que aun cu ndv 1 Gobierno n guarda it rla, no ha podido con­ha Gobi roo a m parar en sus personas é in- DECRJtTA 1 Artículo único. rganíza e un E u dr6n con el número de ~ plazas que el Ministerio de uerra estime conveniente. Este Es- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia -- 586 _,1 cu adrón tendrá su Estado Mayor, y se dividirá en tantos piquetes volante cuantos sean necesario recorrerá los caminos naciona­les, d part~ mentales y municipale , con 1 objeto de dar seguri­dades y garantías á vivanderos, negociantes y tran eúntes, y cap­turará toda la cuadrillas de malhechores que merodean en la vías pública y á los rezagados de las fuerza rebeldes. Publíquese. Dado en Bogotá, á 3 de Mayo de I9()2. JOSE MANUEL MARROQUI •1 Ministro de Guerra, ARI TIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 744 DE 190~ (HAYO 2) que dispone la organizaci6n de una Divisi6n .El Viupresrilenle de la República, encargado da P~der Ejeculz"••, DECRETA Art. l.r:> Organfzase una División en el Municipio de Pacho y pueblos circunvecino , compuesta de cuatro Batallones de á dos­cientos cincuenta y seis individuo de tropa cada uno. §. Para la organización de esta Di vi ión servirá de base la Columna Fernátulez que e halla acantonada en aquel lugar. Art. 2.0 ómbrase Comandante general de la expre ada Di­visión al General Cecilio Zamudio, y Jefe de Estado Mayor al Ge­neral roilán M ahecha. Art. J.0 Destínase para la expresada Divi ión á los siguien­tes J efes y Oficiales: Coroneles Jesús María Zerna y Guillermo Palomares; Capitanes Roberto Tavera, Leopoldo Armero y Eloy Q•Jintero; Tenientes Aurelio González, Justo Tobar, Florentino Hernández, Enrique Ramh·ez y Romualdo González · y ubte­ment s Jacinto González y Jesús Duarte. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 de Mayo de 1902. jO E MA UEL MARROQUIN i Ministro de Guerra, ARI TIDES FxR. ·.ÁNo~~ RESOLUCION UME O 41 sobre orden 'blico Despacho dt Gu.erra-Bogotd Mayo 5 de r9 02 CO lDERA 'D Que \ alza exccsi va de los ví ere se debe, en su mayor par­e, á que \os product re y negociante , temerosos de ser ase in a~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilit r de olombia '--- 587 -' s 6 a altados en los caminos públicos, se abstienen de traer sus ·tículos á la capital ; Que e deber del Gobierno por cu n os medios estén á su al­nce debe1ar la p rtidas armada y lo grupo rebeldes reza­_ do que, á guisa de r volucionarios, e han organizado en cua­rllas de malherhore con el fin de a altar· en lo camino públi­s y en otros sitios á vivanderos }' demá transeúnte · y .. Que es de vital importancia la reglamentación y pronto ser­lClO del E cuadrón creado por Decreto Ejecutivo número 740 de _cha 3 del que cursa, E RESUELVE Autorízase al Jefe de la Sección s: de este Ministerio para 1ue proceda inmedtatamente á organizar y reglamentar el E cua­rón con el número de plazas sufici ntes para el er icio. E te ;ervicio será permanente, y lo hará extensivo á todos los puntos t::cesarios. El Ministro, AnsTIDKS F:xaNÁND&Z CO TESTACIO DADA A UN MEMORIAL POR EL VlCEPRESlDE Te DE LA REPÚBLICA res. Dres. D. Diego ~endoza, D. Rafael Rocha Ca tilla, garita y . J. E. 1 tanrique. anuel José An- Recibí el Mem rial que con fecha 14 del corriente n1e diri­gieron u tedes y otro muchos ciudadano . He hecho la misma alta estimación que ustedes de los con­ceptos y exhortaciones contenido n la Carta Pa toral que el Ilmo. r. Arzobispo de Bogotá como reJado celo o y como ciudadano animado d uro patriotismo, dirigió á s""s dioc sano á principios del mes corriente. En ella he encontrado una pintura i va de la horrorosa itua­ci6n á que nue tra di ensione inte tinas nos han conduci o, y la expre ión e us anhelos por la paz. Yo también n diver s manife taciones públicas hechas á mis conciudadano he ex re ado igual s anh lo , y 1 propio he hecho e palabra y por e crito nt ·ndiéndom co!'l com atd tas míos pert nl! ient á di tinta parcialida p Jít1ca qu s me han dirigido par indicarme manera de poner fin á la guerra, ue ellos han con i .~ado po ibl · y eficac . Me.:: ha comnl ciclo obr man ra 1 r que u · tedes, á qu1enes pu do mirar e ~ r 1 re ~ nt ntes de un partí ~ u e ~a ido hostil á la Igl ia t61ic acaten y pi udan la mamfe tac1ón que d u voluntad hac á J fiel un Prelado at6Iico. to me infunde la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Milit r de Colombia '-- 588 _.1 halagüeña esperanza de que, ya que no todo ese partido, á lo m nos muchos de sus más honora le "miem ros se hayan hecho car;r go del deber en que todos los católicos estamos de sostener la instituciones que respetan los derechos de la Iglesia le dan liber. - tad y reconocen que la Religión es el primero de los elementos de orden y de btenestar general. En cuanto al sentido y alcance d la ala ras de nuestrc Ilmo. Prelado, tengo la pena d no hallarme d acuerdo con us - tedes. U tedes entienden que él, al encarecer la necesidad de qu~ haga la paz y al instar para que se trate de alcanzar e ~ bien, pro­pone que el Gobierno, tratando con los revolucionarios como de igual á ÍO"'ual, y entrando en transacciones con ellos, atisfaga su aspiracione y los ponga en posesión de mucha de a uellas cosas por las cuales se juzga qu tán combatiendo. ario asaje det la Carta Pa toral prueban que las medidas qu . acon eja n las que deben adoptar los ad ver arios armados d 1 Gobierno para que volvamo al estado de paz que ellos hp.n alterad . Cierto pasajes de Encíclicas del Soberano Pontífice, citados por el Sr. Arzobi po, demuestran que quien tiene deber moral y religio o de ce er en a contienda, no e el Gobierno, sino quien lo desconoc y trata de d rrocarlo. Afirma el r. rzobispo que la guerra es de ordinario obra 1 de inju~ticia oluntaria.... rovocada con designios criminales. De • la Encíclica Immorlale Dez" toma las iguientes palabras : "Los Go- · bernado , por su parte, han de comprender qu es justo y legítimo el alto mini teri ue aquéllo (lo ~ Gobernantes) ej rcen, y han de acoger dócilmente las órdenes de las autoridades, prestándoles obe­diencia y fi elidad, porque tan ilícito es de reciar la le ítima au­tondad, ea cual fuere la per ona que la reviste, como hacer re­sistencia á la voluntad de Dios." u Todos los individuos (dice la mi ma Encíclica, en pasaje citado en la Carta Pastoral) están obli­gados á ac ptar el Gobierno que los rige, al cual a origen un con­junto de circun tancias históricas ó nacionales, de que nacen tam­bién la leye fundamentales por las cuale e determina tal forma particula1· de gobi rno tal m dio de tran misión de los Poderes públicos. De a uí "iene ue 1 Iglesia enseñe ue tampoco pueden los fieles intentar na para d rribar lo o-obi rnos." ' iguiendo siempre el texto de la Encf Jica afirma ~1 r lado que la Iglesia reprobó iempt· á los hombres r beld á la autoridad legítima y condenó sus doctdnas. ' Hé aquf otra cita d la Encíclica, que ha­Jlamos n la Carta Pastoral : 'El rehusar obediencia y 1 trastor­nar la ociedad, apelando á la edición por la fuerza d las mu­chedumLre , e crimen no sólo e e lesa majestad humana, sino también de lesa majestad divina." El Ilmo. Sr. Arzobispo condena expresamente la revolución en el párrafo siguient , lo mismo que en toda la Carta Pastoral: "Nos dirigimos en prim r Jugar á los que en mala hora enarbola­ron el estandarte de la rebelión y son causa inmediata de los ma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín ilit r de Colombia '- 589 _; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , oletín Militar de Colombia '-- sgo _) prcs nte gu rra haya teni o larga dura­la que u tecle: apuntan . o ha durado esta para r aliLar idea- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 591 _J i Dios d las escuelas y de todo los e tablecimientos de educa­~ ión, ha contribuído también pod rosam nte á que esta guerra se largue así como á que tenga los abomina les caracteres que la :listinguen. A esa corrupción se debe que e te estado de desorden haya ido convertido por muchos en siLuación propicia, no sólo para el roJ:>o, sino también para pinKües, fáciles y nunca soñadas e pe-ulaciOnes, que aumentan la riqueza de los que las hacen, sin au­mentar la pública, y que á muchos distraen del cumplimiento de sa­rados debere . o de extrañar qu si muchos centenares e colombianos pacíficos y laborioso suspiran por la paz, otros muchos teman ue al terminarse la guerra, se cieguen las fuentes de ri ucza que al pre ent ti nen en e.· lotación. Desean ust d s que no termine e ta o-uerra sin que juntamen­te con ella d apar zcan la cau a á que han debid todas las nué tra . ómo e ha an de remover sas causa . e probl ma po­Hlico que no pued tudiat- e en época tan turbul nta como la ac­tual sino en alrruna en que los ánimo esté n e r e nos. Pu de d cir­s que e e e tudio h id h cho de tl e 1u i t e la R 1 ública, pue todos los partidos p ra afirm rse en 1 Poder uando lo han nido, han aplica lo todo us fu e rzo á hac r con titucione y leye y á en ayar práctic rara \ itar r ' 1ucion ó m ·imien- 0 qu e lo hagan p rder. To o o estudios y e fuerzos han sido inútil s. ca o no in razón e ha atribuído la frecuencia de nue tras revoluciones á la índole de la raza qu uebl á olombia. ea esa índole la que fuer damo má · acífico y gobcrna le si hubié­emo empe?.ado á cr mi mbros de una R ptllli d mocrática le pué d haber a uiricl háLito que no hubies n hecho capa­e de gob<'rnarnos y de d jarno gobernaL La dcmocr cia e lo ue dcb r cuand se tablece n un p ís acostumbrado ya á respetar la autoridad, á reconocer la n "'cesidad le que hay 1 yes } á someter e á lla . 1\quí no se tit.:nc noción ju ta de obiern ni d autoridad. los ojo de la mayorí d lo colombiano , l obierno no e otra cosa que un grupo de hombres que por la fu rza ó cl otr man - ra ha logrado apod 1·arse del jér it y de la T sorería. P ra los que tal pi n an el patrioti mo con i te n fi alizar á lo hombr s de ese ·rupo n murmurar libremente de llo y á veces hasta en calumniado . Entre las causas de nuestra re Jucionc , hay que contar las revolucione mi ma : la 1· petici6n d cual uier act humano n­gendra 1 hábito y pone de manifie to 1 mar: ra de ejecutarlo. En cada revolución se apr nde á hacer revo1uc10r;e ! ~ d scubr n l~s aficionados á hacerlas Jo medios d darl s pnnc1 JO y de conti­nuarla . A f, quien promueve y quien fomenta una, e hac~ re pon­sable no sólo de los male que lla procluc , sino también de los que han de provenir de otras futuras. Afirman ustedes que el pu ~lo ha_ce la guerr por algún ideal político 6 para repeler alguna v10lenc•a á sus derechos. Muy poco Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- 592 _j ha de conocer á nuestro pueblo quien crea que ha sido él quien ha iniciado y sostenido la present rturbaci6n del orden públlco. El pueblo e taba cuando ésta se pr u jo di frutando de paz y gozan­do tranquilo de los frutos d u trabajo. lguno individuo mo 'Í ­dos por 1 apetito del man o , han forzado á lo ue del trabajo vivían, á hacer armas contra la autoridad que los roteg1a, ora haciéndol s creer ue é ta le hacía d ño y ma uina a contra ello , ora ti ·ándolos á sus campamento valiéndose de la fuerza bruta. o, no fue 1 pueblo quien declar6 la guerra al Gobierno; Colombia entera fue te tig d la labor u co t6 á uno dt: lo principale promotores d ella hombre de gran per ua iYa acth·o y porfiado como p co 1 det · rminar á una parte del u lJlo á tomar la arm ~ . Y fu grand, y ilata a e a la or no o tante que las au orid e no l e pu~ieron esturbo ara que YtaJara pero­rara, escribiera cat~ta y 1-! riódico llamando á la guerra y ara que hiciera conocer 1 plan de lla por medio d la prensa. 1' 1 pueblo se le ha tratado d ngañar haciéndole crcet- ue su pobre­: la y to o su quebranto e deben al o i rno. Pruebas palmaria de ue 1 · revolucionarios armado no pe­lean p r i eale político on ue lo corifeo d u panidu des­aprobaron su primer movimiento, y ue, habiéndo e pronunciado contra el partido nacion Ji ta dueñ del Poder en r , qui ieron luégo concer-tar on él p ra rr cat- mi Gvbi rno. El General Varga anto ha dicho qu el obiern del Dr. Sanclemen te era legítim y bu no, y que 1 mío e todo lo con­trario. Hablan u tede de prosct·i cienes y de escl vitud civil ha vivido m dia ación dur nt _ 'eint año_. ¿ uál de lo duos que hoy empuñan la arm contra 1 obierno ha i crito? ¿ u¿ t m r de rlo poJían abrigar hace do los que la han empu- ad ·. ¿ uále on lo derecho privado á m e dia ación. ca o se dirá u uno triunfos en la J ccion _. por el pu bl ya s qu 6 ea que e ponb n m i ilícito . 1 ui n la picrd la piet d por la Y Juntad d e la mayoría 1 ·1 pueblo. Harto d ¡ lorable que en la 1 cci n e_ eche mano de f1· ude y 'iolencia , pero hay que reconer u e t le m d10 on m pleados n tu <.lo )u a' de g bierno emocr tico. todos 1 !) ue hemos presenciado los suce os polític ocurrid a uf n más d s nta año od mo declarar que no fu - l IJarticlo uc oy e t{ en 1 od 1- quien dio la primeras l eccione y los rimero ejemplos en punto de fraude y iolencia electoral s. No me toca condenar ni defender la Administraciones con­ser ad ra anteri re á la mía. A f, para refutar las palabra de ustedes de que pudiera inferirse que la califican de tir nicas, ólo diré que la pr n ·a olític , en Jos años á que ustecle e refi ren ha atacado al Gobiern , n ti m o d paz, con tanta libertad, con Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia '- 593 _J tan a acritud y con anta •iol ncia, como en 1 paf m libre del m un o · y que la revolución· actual se fracruó abierta y pública-mt: nt y e tli pu 1 pla.laS y n la call s d la capital y de otra mucha p in qu la autori d per icruie á lo5 .·poned á fin e cmos­obierno in moti- 1 Poder. ala­áma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletin Militar de Colombia '- 59 _/ liación, ya por benévola d fe1·encia hacia mí, otó en favor d lo proyectos de ley emanados d 1. mi mo documento, y se declar' di pue ta á favor e rlo todo con u oto . E c; peré que a uello día fuesen principio de una época, feliz para mi Patria en ue todos los colombiano de buena \Oluntad habían d v r colmadas u aspiraciun , en que odr· lJu car e el quilibrio de in ter s o lítico. que us ted s a etec , y n que habían de calmar e la pa ione ue desde años atrá estaban a ·­tándono . Doctrinal ===-= ELF R e IL I 'TERC E. T L .. N e (A rr g lado ar· d /Jo d!n lí;btw) En Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín Militar de '-- 595 -' olombia . í, con una mira de quince pies de tran 1t > e punde determinar la isual á la dis­ntre las d 3,000 preciso caminar dema ia la el 2 r 1 rocl uci r el In.fi 1 m1 1 Nudo d Hu ca la llanada pr6. ima á. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Tukán. La iud Boletín lilitar ele Colombia '- 596 _1 Mr\ U L P R L\ PR P ero · ( 'tmlimía Dli.. L, S 'TR Le l\1B T., P()R FL c;EN RAL DRA(; >MIROFF . . EGU. DA PAI TE- PF •1, RALIO . 1 EL l3A'J ALLO . (Traducido para el Bole1Í1J /l.ftlttar) I.- Oburvac/ones gnu:rales. Las indicaciones que se han hecho para la compañía, e aplican en sustancia sin cambios para la pre­paración del batallón. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar e C lo1n bia '- '\97 -J Sin embargo, los procedimiento de tinados á desarrollar la nción de los soldados. y que se han in icad para la compañía, inútile para la in truc ión del atallón alvo 1 proce imiento, consiste en cambiar cada vez el orden de los ej rcicios. 2.-El comandante del batallón, durante la preparación del npo de paz. desempeña má bien l papel de in pector que el ordenador. Vigila la ejecución 1 unt al. en la compañías de su allón de lo regla mentos7 de las instruccion" de la pre crip- 1e el jef d reg·i mient , ( or ue sa e que el a tallón no .ma unidad separada, sino un lem nlo d 1 unidad que se na regimiento 1 buen d sempeño del cual y u conjunto ar­nic deben hacer el orgullo y onstituír 1 fin UJ remo de todo !m ro que erdaderamente m rezca pertenecer á esta gran 1ilia. que fe de 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B o letín Militar de Colombia '- 6oo _J de él . El Jefe de compañía se con ierte en instrumento ciego del J efe d batal16n y bajo su r spon a ilidad la compañía debe obrar n todo como un solo hombre re pecto de sus camarada, e decir, para con las otra compañías, cuando manden marchar, parar disparar cargar á la ayoneta, cesar el fu go 6 calar ba­yoneta &c. Y i e or ena á todo e l batallón u di pare *, nadi debe atreverse á hacer uso de la bayon ta, ah·o las gentes que en un ataqu á la ayoneta, deben, en conformidad con 1 Rerurna 7 un in tant_ iluminad por lo resplanclore d 1 combat , encubre con v lo ombdo ampo fúnebre. • n te ro z el · nemt i ti mpo la clefi nde 1 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1 ilitar le Colotn bia '- 6o3 -' y empa ad por la lluvia, que s había par la tímida luz de una ' n vada direccio- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 604 _J ~ , )' con onlúuLa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín l\1ilit~ r de C >1 )n, '- 005 _j EL O ICI L EL T .J R o necesida e más imperiosas de quien tnanda en la tudio del erreno como necesario y ha e para el udio á que nue tra convicción eñala el primer fi ial, al ue no e oncil>e sino e táctica, ue no ólo h de em- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia ·'-- 6o6 _1 ello los años de Academia no han hecho más que colocarle e condiciones ad hoc. Mas, si la mayoría alimentamos idea erróneas sobre nue r papel ¿ in tr·ucción que debemos adquirir y enseñar, no es nuc r­Ia maym· parte de culpa, ino d 1 medio en que se nos hace vi iJ'"1 y cons~cuencia lógica del absurdo istema que o liga :i lle ·a;)­sedentaria vida de guarmci(m á una institución cuyo fin es comba. tir, y cuya situación en tiempo de az debiera er de prácticas tl. campaRa en vez de perfeccionarse en un ser ·ido poco común en h guerra. Si no e practican operaciones 6 imulacros de guerra, la ocupación or inaria s de guanuccr en Vf'Z de prarl/car i en lo· cuartele no hay soldados ni nada que 1 diga al Oficial la maner­de aprov char los conocimi ntos adquirido , ¿e de xrrañar qu pasados los primero meses d en·icio se apod re de él 1 de aliento y que vista la inut1lidad d un servicio rutinario y su obr gada inacción en lo que á instruccién d la tropa y á la suya propié se refier es de extrañar rep · timos, adquiera profundo é insan conocimient del arte de vivi1~ tranquilo manual práctico de holl gazanería de que nunca escasean los maestros entre los ntu~ias a! de un día? o e de extrañar no, pe1~o hay que evitarlo, y como el bur­empleo del armamento y la táctica cou1o lement, de combate exigen oner á contribución lo nocimienLos le mecánica, baH tica química, ólvoras topografía fortificacit'n &c. ele que r tributarios basta para llo que 1 m11!tar sea Yen.lad •·am nte mi­litar, y militar sus ocupac-ione , uc convencidos entoncc> de c¡u nada de lo aprcn ido huelga, 1 jo le encontrar el nov ·1 Oficial' al incorporars al rerrimiento, quten le desilusione y aun diga 1 e eso no ir ve anl. na la, t ndrá 'luien 1 instruya en la manera e aplicar y aumentar la cicnda adquiri la. De e corto audal de ciencia pod1·án a at· los privilegiadO! la base para e tudios qu permitan 1 perf<" ci nami n de loo medios Je combnt • ~ ma la gen ralicla a ta qut; se a aplicarlo_ . para el buen apro · chamiento <.1 lo conoddos y cc,m·) esto de ser en todo una ob iga ión ct-eemo tam 1ién d nu stro cleb r s·­ñala1 · 1 o1vi 1 n qu t nemo 1 e~tudio práctico de un fact r cuya importancia s aXIomátic y ducida de la mi ma definiciór de la táctica. T do conoc mo e a definición, y sabcmo u e divide er lemen al, pura ó cuerp de doctrina le principios fijos y aplica­da, u<' e la verdad ra táctica, ue n ella se ti n n n cu nt los dtf rentes factor que modifi an y varían su di posiciones; e decir·, que ara brar táctica m nt para rr pl ar táctica, e hacE preciso conoce•· las ondicione d 1 t rreno y di po icione del ne­migo, y como este enemigo ha de atender á las mismns conside­racione , fácilmente se d duce que n últim re ultad lo v rdade­ram nte variable á que uno y otro se suj tan s el terr no, pues m terr no Í2"uales las dispo icione de dos contrarios d e n ser idén- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín ilit r de Colombia '- 007 .._./ ecuencia l ógi ­táctica pa r­y e n es- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombiat '- 6o8 _; á esa eficacia del terreno para la en eñanza de la táctica que en é: existe en estado latente, e debe e l milagro de la conver ión de u cazador ó pastor n guerrillero y táctico? Y si el cazador y el pas­tor se han hecho táct1c s in má preparación que las revelacione d e l terreno, ¿ es posible que no~otro , los Oficiales, con más base para e l estudio y compren ión, de deñemo tan buena fuente dE• conocimiento y permitamos que mañana, á pesar de nuestro oficie de toda la vida, sea más ducho que nosott·os en la guerra, cual-1- quiera que al recorrer cuatro palmos de terr no lo haya mirada comprencHendo u mudo lenjuage? Pot· todo lo expuesto, y que mal ó bien e. pre ado es en no - otros una convicción y teniendo en cuenta que al Oficial, artífice .. táctico, le e tan necesario J conocimiento del terreno para Ja bu~-­na aplicación de sus útiles (fuego y movimientos), como al carpin-­tero el de la madera que con us herramientas trabaja, creemo. debtera estudiarse e l medio d que ese Oficial, en vez de conocen tan solo la calles de la ciudad donde está de guarnición, conocie-­ra el campo de la provincia 6 región; y ya que nuestro e_ca o_ recursos impiden in ertir gt·uesas urna en grandes maniobras. ¿será también imposible y co toso que aquél dedique varios díac: cada mes á e tudios y práctica de campo, ad uiriendo la inS>truc­ci6n y aptitud física nece aria para llenar su cometido en campa-­ña, y desat·rollando, á par que los hábitos de trabajo, 1 e pídtu .,- · amor á la carrera tan neces río en la de las a1~mas? No lo cree­mos, y como por el contrario, no parece factible y útil, y 1 tra­bajo puede pet·feccionarse con memorias y desarr llo de upue - tos táctico ue mantengan con tantt..mente de pierta las cualida­des analizadoras del terreno no perderemos la esperan7.a, y ho meno que nunca de que e tudiand cue ti6n tan important con superior y acertado criterio, se di pondrá lo necesario para que desapareciendo la obligada inacción s despierte en la Oficialidad,. con 1 ejercicio útil y honrado de u profe i6n, 1 legítimo orgullo é interior ati facción que proporciona la consideración del deber· cumplido. Josx Yu REP Capitán de Infantería (Español) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 19

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 8

Por: | Fecha: 22/02/1902

~ -.--- fE~ ----- • ~mbro d e 'Yarioa S(>ei~dadea Clenttfi u DECR T Oficial - UMERO 89 DE 1902 (E. ERO 21) por el cual se llama al servicio activo á un Jefe y se le destina El J.'íá¡,re ÚÜ11Ie de lct ReptíbHca u1cargado dd Poder .Ejeculwo, DI<:CRETA rtículo único. Lláma ~ al servicio activo al General efectivo Beli sario Acuña , ' d tína~ele como In peclor general de la fuerzas y brigadu e ·i t nt n la Provincia de Tequendama. Comuní ue y 1 u 1í ue e. Dado en Bogotá, á 21 de Enero de 1902. • J E M UEL MARROQUIN El Mínistn.> ele Guerra, ARIS toEs F.rm.·ÁNDEZ ECRETO "l.1ERO 218 DE r902 (l<'EBRERO ) por 1 cual se llama :i un Jefe al S'.!n 1cto a ltvo y e le destiua El f"'iupres1denle de la Repúbl/c:a, utr rgado del Pe tkr .F:fecult'v•, U CREI' rtículo único. I.lámase l s .r icio acti ·o al General Simón Cha.c6n, y tína el e m jefe de E ... tad Mayor de la División qu comand enet·aJ Manu .:1 . Cañ da . TOMO l-IS ,. - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar cle Colombia '- :126 _.) El Coronel José V. Arana, que estaba encargado de dicho Estado Mayor volverá á ocupar u pue to de Primer Ayudante general de la ~ pre ada Divi ión Comuníque e y publíque e. Dado en Bogotá, á 4 d Febrero de 1902. JO E M UEL MARROQUIN El Ministro de uerra, ARI TIDES FER ÁNDEZ DE ET MER 236 DE 1902 por el cual e aprueba un ascenso .Ji.1 J iúpr~súien/e de la República, encargado dd Poder .E¡'eculiv,, DECRETA Artículo único. Aprué ase el a cen o conferido por el Gene- .. ral lor ntino u ill s, mandante general de la División Fer-nández, al a1·gento Mayor dro C. Murcia, á Teniente Coronel. . Dé e cuenta de e te aseen o al Honorable Senado en ~us , próxima se iones para los f cto constitucionales. Comuníquese y pubH u Dado en Bogotá, á 5 de Febrero de 1902. J E M UEL MARROQUI l Mini tro de Guerra RI TIDJ<. FERNÁNDEZ ECRETO l1ER 238 DE 1902 (F BRERO 6) por el cu 1 hace una romoci ó n y e lJama á un J fe al servicio activo • y se le destina El Viaprnz(:Juzü d~ la Repríblü:a, encarrado del Poder .F:J"tcuHvo, lJ RETA Art. 1. 0 Promuéve e al icente D. Cuervo, del Ba-ta116n uardza de Bogotá, al primer Jefe del Batallón Gutiérrtz Verga1 a, d la z: del Ejé1 cito de Occidente, que co manda el n tal To ía á uez. Art. 2. 0 Llámase al n ·i i a th·o al Coronel Rafael Vesga, y destfnaseJe como ] fe de E tad ~Iayor de la expresada Divi­sión muníquese y pu Hqu se. ado n og tá, á 6 d ~~ Ministr.o d TU n·a ARt · IDF. lgü2. A UEL M RROQUI~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B(. letín ~1 ilitar de Colombia DECRETO UMERO 246 DE 1go:.a (FEBRERO 7 por el cual se hace un nombramiento El Vicepresidente de la República ~ncargado del P oder Ejaulzvt~, DECRETA Artículo único. Nómbrase al Dr. ~1art(n Canale Médico de la 1.• División de la Columna de Tequendama, a imilado á Gene­ral para los efectos fiscales. Comuníque e y publíquese. Dado en Bogotá á 7 de Febrero de 1902. JO E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra ARISTIDE FERNÁl-1-nEZ DECRETO NUMERO 247 DE 1902 (FEBRERO 7) por el cual se llama al servicio activo á un Jefe y se le de tina El Vtcepresúlenle de la Reptíbl!Ca encargado del Poder Ii;¡ecull'vt~, DECRETA Artículo único. Llámase a] servicio activo al Coronel Rafael Moros, y destínaseJe como Comisario Pagador de la Di visión Albán, con la asimilación de primer Jefe de Cuerpo para los efectos fis­cales. Comuníquese y pubHquese. Dado en Bogotá, á 7 de Febrero de 1902. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNL DEZ DECRETO NUMERO 248 DE 1902 (FEBRERO 7) por el cual se hace un nombramiento El Vicepreslden/e de la Repríblica, encargado del Poder Ejfculzvo, DECRET Artículo único. Nómbrase al r. Cándido Lozano ficíal es­cribiente de la Secci6n 4.• del Ministerio de Guerra, en reem lazo del Sr. José María Rincón, á quien se le concedió li ncia ara separarse de dicho puesto por sesenta días. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 7 de Febrero de 1902. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, A ISTID F~RNÁNo~z Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 228 _J ECRET UMER 249 E 1902 (FEBRE~O 7) por el cual se hace una promoción Al Vtáp1 esidurle de la República, ~ncarzado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Promuéve al apitán Marco . l:..onseca, del u r o de Artill ría de uerto Colombia al Batallón I. 0 de Artill rf de la olumna ' écnica, en el pue to que 1 designe el Comandante general de é ta. Comunf uese y pu 1í uf" ado n Bogotá, á 7 de Fe re•·v e 1902. ini tro de uerra, ECRETO J . E M UEL M RROQUIN 1 ERNAND,Z R 250 D ~ 902 ( •.RBRERO 7 or el cual se confiere un ase n o y se aumentan uno sueldos El Vtápu•s¡dnlle de la Re¡níb!t''ca , enea• gado d·l PodeJ .Ej'ecull.'vt~, DECRETt ciénde á L6p z. arg nt ayor al Capitán Miguel A. rt. 2. 0 1 uel o el li frularán n lo uce i o lo rac-tícante del Hospital en tt·al erá d cien pesos ( · 100) men uales. omuní ue y ubHqu e. ado n l3og tá, á 7 d .. brer d 1902. J U _.'L MARR UJ . 1 Mini tro de uerra, Rtsnox FRRNÁ nEz D 1 C LT 2 5 2 !5)02 (FEB •RO 7 or el cual se rcorg. níza un:Batallón .1!."'1 1 í'ctpl tsuJ. 11ü de la Repúbb'ca, ~ncargado dd Podu Ejfetd/vo, DE 'RET rt. 1. 0 eotganfza e con fecha 1. 0 del presente y con I cr~on 1 de ro ~ ue h y tien , l tallón Guardia d~ Bogotá, 1 cual en 1 u ce 1 v e denomin rá yarucJ1o y h rá part de la Columna CArazúa, con un ef ctivo de 250 plaza distribuidas n Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 Boletín ilitar de Colombia '- 2~9 _J cinco compañías de á 50 hombres cada una y seis más de plana mayor. Art. 2.0 N6mbrase jefes y Oficiales de dicho Batallón á los señores que á continuación se expresan: Plana Mayor-Primer jefe, Teniente Coronel Enrique Urda­neta; 2.0 jefe, Teniente Coronel graduado Anselmo Díaz; Ayu­dante Mayor, Capitán David Jiménez; 2.0 yudante, Teniente Roberto Arango ; Abanderado, ubteniente Arcadio Páez. I... Compa;iía-Capitán, Simón rdila; Teniente, Enrique Sánchez; Subtenientes, Calixto Vega y J u lío Pardo. ¿,• Compañía-Capitan, Antonio eira ; Teniente, Miguel Be­nalcázar; Subtenientes, epomucen Martínez y Avelino Acero. 3.• Compa1iía-Capitán, Wenceslao Lombana; Teniente, Mar­ceJino G6mez; ubtenientes, Demetrio Caicedo y Alejandro Flóre.z. 4· • Compañía-Capitán, Daniel Rodríguez ; Teniente, Apari .. cio Lezama; ubtenientes, Daniel Piedrahita y Eduardo Cifuentes .. 5.• CompaTlía-Capitán, Leopoldo Forero; Teniente, Juan Za­mudio; Subtenientes, Jesús Rubiano y Arturo Olaya. §. Los individuos nombrados per el presente Decreto empe­~ arán á devengar sus sueldos en sus respectivos empleos desde el día en que se presenten al cuartel y sean dados de alta. Comunique e y publíqu s . Dado en Bogotá, á 7 de Febrero de rgo2. JO E. MA UEL MAR OQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDE FERNÁ nxz DECRETO UMERO 256 DE 1902 (FEBRERO 7) por el cual se hace un nombramiento El V/apres1denü de la Repríblüa, encargalio del Poder Ejecuii'TJI1 D:!:CRETA Artículo único. óm brase Ayudante del Guardaparque ge­neral al r. Julio Gutiérrez, asimilado á Teniente Coronel para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 7 de Febrero de 1902. JOSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de uerra, ARJSTIDEs FxRNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Milit r de Colombia '- 230 -' DECRE O NUMER 260 DE 1902 (FRBRERO IO) por e l c"al se- ad ·cribe á la Dirección feneral de la Policía Nacional la Coma•­dancia Militar de la Plaza y se hace un nombramiento El VJre;residenle de la Rtp1íílú:a, eucurgado dd Poder Ejeculz'yo, DECRETA Art. 1.0 Ad crít ese á la Direcci6n general de la Policía Na­cional la Comandancia Militar de la Plaza, con la funciones que le dct rmina el Decreto Ejecutiv número 1,341 de 1. 0 de Di­ciembre de 1901. Art. 2.0 N6mbrase Jefe de E~lado 1ayor de la Comandancia Militar de la Plaza al Sr. eneral Ma imiliano Gutiérrez Rubio. §. Por el Ministerio de Guerra e harán los nombramientos respectivos de lo mpleado de la oficina de la Comandancia Mi­litar de Ja Plaza, y dict rán las providencias del caso para su completa organización. Comuníquese y pu Hquese. Dado en Bo oti, á 10 de ebrero de rgo2. JO E M UEL MARROQUIN El ~1inistro de Guerra, RISTIDES FER ÁNO'EZ DECRETO UMER 26o DE 1902 (FEBRERO 12) por el cual se crea un empl~o y &e le eñalan funciones El Vícepresidenlt de la Reptíblica, encargado del Poder Ejeculwtl, OXCitKTA .A:rt. r. ° Créase el puesto de In pector general de Parques de la capttal. Art. 2. 0 En lo sucesivo, el recibo y entrega de armamento y municiones en los Par ue mencionados, se hará con intervención de dicho empleado quien llevará cuenta detallada de la entradas y salida , y raz6n d las partidas d la cuenta. Art. 3· 0 icha cuenta se formará so r la ituación de Jo arques almacenados, á cuyo efecto 1 In pector fectuará los ca­respondiente in v ntaríos. Art. 4-0 -41 Inspector p ará al M·nisterio de Guerra un ejem­plar auténtico de los inventarios, y copia formalizada de la cuenta mensual. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. e letin i litar '- 231 _,1 Art. 5.0 er obliEZ DECRETO NUMERO 272 E 1902 (FEBRERO 12) por el cual se hace una promoci6n El Vicepre "dente de la República, e11cargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Promuéve e al General Obdulio Garavito del uesto de Ayudante del Mmisterio de Guerra al de Comandante Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colotn bia '- 232 _1 general de la 2.• División del Ejército en Operaciones sobre las Provincias de Zipaquirá y Ubaté, comandado por d General Er­nesto Restrepo Tirado. Comuníquese y pubHqu~se. Dado en Bogotá, á I 2 de Febrero de 1902. JOSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, Aru TlDES FERNÁNnxz DECRETO NUMERO 283 DE 1902 (FEBRERO 1 4) por el cual se eleva á División una Columna y se hacen varios nombramientos. El Vicepresidenle de la República, encargado del Poder .E.fuutzvo, DECRETA. Art. I . 0 Elévase á División la Columna Carazúa, con un efec­tivo de mil veinticuatro plazas, la cual se compondrá de Jos si­guientes Cuerpos : A;yacueh• número I. 0 , Casab·ianca nzímero 2. 0 , Ca­zadores de Vanguardia 11/Ímero J. 0 y Cajicá n1Ímer<1 4.0 , constante¡. cada uno de doscientos cincuenta y seis individuos de tropa. Art. 2.0 El personal del Cuartel g-eneral de la Di i ión Cara­súa será el siguiente : Comandancia general-Un Comandante general; un Ayudante Secretario, del grado de Subteniente á apitán ; un Corneta de ór­denes; un Tambor de órdenes y un argento I . 0 ordenanza. Estado Mayor-Un Jefe de E tado l\1ayor ¡ tre primeros Ayu­dantes generales, del grado de Coronel 6 General; tres segundos Ayudantes generales, del grado de argento Mayor ·ó Teniente Coronel ; dos primeros Ayudantes, del grado de Ca itán; dos se­gundos Ayudantes, del grado de ubteniente ó Teniente ; un Mé­dico y un Capellán, asimilados á rimero Jefes de Cuerpo, y un Auditor de Guerra, asimilado á 'reniente Coronel ; un omi ario Pagador asimilado á Coronel · un Habilitado elegido por el per­sonal de enerales, jefes y ficiales del Cuartel general, de entre los segundos Ayudantes generale y adjunto ; un Corneta de ór­denes; un Tambor de órdenes, y cuatro O denanzas, de la clase de soldados á sargentos primeros. Inspecdf»l Un General Inspector; un yudant Secretario,. del grado de ubteniente á Capitán, y un rdenanz.a, de la clase de soldado á sargento primero. Art. 3. 0 Hácense los siguientes nombramientos para el Cuar­tel general d la División Carazúa: Genera 1 Maximiliano Gutiérr z Rubio, Comandante General; eneral Elfa Baquero, Jefe de H.:stado Mayor; General Benito Martínez, I ·1spector; Coronel Benjamín Varga R., primer Ayu­dante general del Estado Mayor ; argento Mayor Cardenio Pé- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • Boletín Militar de Colombia '-- 233 -' rez, segundo Ayudante general; Teniente Coronel Juan de D. Boh6rquez, segundo Ayudante general; Comisario Pagador, Luis M. Madero; Capitán primer Adjunto Abraham Losada. §. Las vacantes que queden serán llenadas por Decretos es­peciales. Comuníquese. Dado en Bogotá, á 1~ de Febrero de 1902. ]OSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDRS FRR.NÁNDEZ. DECRETO NUMERO 284 DE 1902 (FEBRERO 14) por el cual se h.:.cen ~nas aclaraciones respecto del Batallón Guardia de Ionor El Vzcepresúlenle de la Repríblzca, encargado del Poder EjtcttHvo, DECRETA Art. 1.0 El Decreto número 194 de 21 de Enero último, por el cual se aumentan las raciones de la tropa en el Departamento de Cundinamarca, no comprende al Batallón Guardr'a de Honor, el cual continuará disfrutando de las mismas asignaciones fijadas por el Decreto número 7 que lo creó. Art. 2.0 Los pagos de los sueldos á que se refiere el Decreto citado, se cubnrán desde el 3 1 de Enero próximo pasado sin al­teración alguna. Art. J.0 Los Sargentos Mayores del Batallón Guardt'a de Ho­nor disfrutarán del sueldo de su grado, conforme al Decreto que lo creó, en cualquier puesto que ocupen en el referido Cuerpo. Art. 4. 0 El segundo Jefe de e te Batallón gozará desde el día 1. 0 de Febrero del presente año la asignación de doscientos sesenta pesos ( 260) mensuales. Pu blíq u ese. Dado en Bogotá, á 14 de Febrero de 1902. JO E M U L MARROQUIN El Mini tro de Gobierno, ,. RA cisco ~1E ' DOZA P.-El m1stro de Instrucción Pública, ncargado d 1 Despacho de Relaciones Exteriores, JosÉ JoAQUÍN CASAs-El ubsecretario del Mini terio de Hacienda, encargado del Despacho, Josi RAMÓN LAGo-El Minis­tro de Guerra, ARlsTm:as FJtRNÁNDJtz-El Ministro del Tesoro, AGU,TÍ. u RI»K. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • Boletín Militar de Colombia '-- ~34 _J DE RETO NUMERO 314 DE 1902 (F.EBRRRO 18) por el cual se da nueva organizaci6n á las Seccione de D p6sito é Inválidos El Vic~presúienle de la Repúbil"ca, ~ncargado del Poder .Ejeculit.lfJ, DECRETA Art. 1.0 Desde el 1.0 de los corrient s las ecciones de De­pósito é Inválidos formarán dos Cuerpos separados q~e ~epende­rán directamente del E tado Mayor general del EJérctto, y los formarán : el primero, todos los Generales, Jefes, Oficiales é in­dividuo de tropa en di ponibilidad ; y el segundo, todos lo Gene­rales, Jefes, Oficiale é indivi uos de tropa que, por con ecuencia de las campaña al servicio del Gobierno constituci~nal de la Re­pública, hayan quedado in válidos, y que, como lo del Depó ito, sean destinados por la Comandancia en Jefe del Ejército. Art. 2. 0 Para el mejor erviciu y arreglo de la cuentas por los gastos que estos Cuerpos demanden, cada uno tendrá un pri­mero y segundo jefes, un yudante del grado de Subteniente á. Capitán, y un Habilitado. Art. 3. 0 Los Generales, jefes y Oficiales del Cuerpo de De­p6 ito devengarán medio sueldo. E ceptúanse el 1. 0 y 2. 0 Jefes, el Ayudante, el Habilitado, los que en diferentes grados y asimilaciones están prestando sus servicios en las oficinas públicas y en la ejecución de varios tra­bajos del Gobierno, y los individuos de tropa, que g-ozarán del sueldo íntegro que corre ponde á sus empleos. §. Cuando algún General, jefe ú Oficial del Depósito iiea pro­movido á de tino en actividad, gozará del sueldo íntegro desde el día que tome posesión del nue o puesto, y si, como perteneciente al Dep6sito, fuere comisionado accidentalmente disfrutará del sueldo íntegro durante el tiempo de aquélla, comprendiendo este tiempo desde el día en que marcha hasta el día que regre5e in­clusive. El Habilitado, con el a viso que se dé al Jefe del respecti­vo Cuerpo, de la marcha del individuo en comisi6n, y la anotación por el Estado Mayor general en el pasaporte, que serán Jos com­probantes, sacará en adicional y en la libranza correspondiente las diferencias de sueldo. Art. 4.0 Todo el personal del Cuerpo de Inválidos gozará del sueldo íntegro. Art. 5. 0 Los individuos de tropa del Cuer o de Depósito que como el 1. 0 y 2. 0 jefes, yundante y Habilitado devengan ínte­~ r?s sus haberes, quedan obligados á prestar el servicio de ac­tlvtdad, y los de medio sueldo, con la imprescindible obligaci6n de hacerse presente los días lunes y jueves de cada semana, en la Comandancia del Cu ~rpo; el jefe de éste tomará nota de los q~e 1? verifica1·en, y dará cuenta al Estado Mayor general del EJército de aquellos que in xcusa dejaren de hacerlo. Art. 6. 0 En las mayorías de ambos Cuerpos se \levarán los siguientes libros: Situación diaria de personal, Alta y Ba)a de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar e Colo1nbia '- 235 .-1 ersonal ituación de e á la r•·inl "ra . •nal n pennanec r inmóvil y i­lenciosa ha ta que ~u J fe haya encontrado el m dio de salvar 6 franquea•· e · l . tá ul ). T d movimi nto int mpe tivo, toda palabra inútil, d h n pr hibirse formalm nte. L- fJ·accion· -. inml diata han adelantado: el Oficial que diri li ·i ion _ i no 1 informa n corto plazo, ¿pero cóm E ta au a 0 llegar á 1 !le i·'in dl:.:l com orden manic l r·and o >n: op ración difíciL a1·a 1emo trar que aun in cho solo de atravesar en ('" nocid , es si rnpre una tal muvimient d<..lante del ene­n él en ti m po de az : la .·peri nci á falt· de la dt lo cam o de manio-nt d 1 servid de seo·uridad de noche mo aquí jno una palabra: la instruc­te re pecto ino cuando jcrcicios de a ''anzadas, e acerquen tant como TO O 1-16 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar e C lombia rá pues preci o a rovechar J, - maniobras de otoño y co­locar lo jercicios de a anzadas n la prim ra parte de estas maniobras (regimiento contra regimiento). De esta manera to o el mundo se apro echará de la instruc­ción y s odrá confiar en el cel y buena voluntad de todos; celo y b~ena voluntad qu se _enfriarán m_ucho si se espera la coi?-cen­traci6n d la o-rand umdad para Imponer á algunas fracciones un servicio fatigoso, cuand las tropa di frutan de un de canso con frecu ncia bien mere ido. En re umen, las maniobras d noche son sobre todo una es­cuela de iniciativa y de di ciplina ; no hay que xigirles más de lo que puedan dar. o se1·án nunca, or má que e haga. sino una falsa imagen de la gu n·a, orque no a rca ino hechos di puestos, eventua­Hdade re ist s. Lo acontecimiento extraordinarios los actos de valor d intrepi ez d atr vimiento que en la guerra cam­bian la situacion , no u d n pr entar e en ellas; en una pala­bra: el factor moral falta. in mLargo, las tropas ue se hayan familiarizado con las tiniebla que n la situacione difíciles estén bien sujetas al jefe, que ante 1 im revi t s an mant ner su sangr fría, podrán contar con grand ro •abilidad de éxito. Tale tropas tendrán confian za n !'US j fe y confianza n sí mismas. 11 La ersua ión d n tem r á ninguno de sus vecinos y de pod r enfrentarse á ualqui r nemigo e uno de los bienes más precioso qu puede posee1~ una nación " LAS G t\N B LLAS DE NAPOLEON J'Olt DICJC D.E LO, •GLA T (Continúa) Esshng-(3I J' 22 d" }..fa_; o de I809 1 10 d May de 1 09 1 grande ejército después de un bom arde? de alguna hora , dirigid on infinitas recauciones, ntra a tnunfante por segunda v 7. en la ra ita! de Au tria. El Ej~rcito d 1 mperad r Franci co, despué de de truír to­dos lo puente d 1 Danu i , e había retir do del otro lado del río y a ostad nf1·ent Vi na, ajo las órdenes del Archidu­que Cario . :a n e ari? it~ al n uentro de te ejército y atra­ve ar es t rn le anubto ue ha fa engrosado con el deshielo de la montañas cl 1 Tirol y orría á orillas r bosante . 1 pa o d . un r_ío, _con •;n j r i o enemigo al frente, es iem­pre una opera t6n dtffctl. a ma a d agua del Danubio, que bajo Maquiavelo, .Druunos sol,'~ 7ilo [,;:·,o. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletí MitiJar de Col rnl ia '-- 2-4-3 -' Jos muros i na < n<..ancha á u antojo n una vasta llanura, h~cía e ta op ración a i im o i le, y in embargo Na o eón iba á mtentarla y á realizarla. A fin d dis-ninuír el peligro escogió para efectuar el paso 1 punto n donde e ara, á causa de tres islas, en cuatrn razo . De estas tre isla la última era la más larga : ta s la i la e Lo au, para i m r memorable or los acontecimi ntos extra rdin ríos de que iba i ser te ti ::ro. Tiene una legua d largo por un y media d ancho. podía llegar allí in ser inqui tado por .1 enemigo, y n qu daba ya por franq·1ear sino el braz pequeño bajo J fuego lo au triaco~. La pera­ción e hacía po~ i l . E tando list i na tod lo material s nec ario para el paso, e de 1 1 ó 1 7 de Mayo, se les condujo tres leguas abajo de esta ciudad enfrente de Ja 1 1 de Lobau y de la llanura de Es ling. El Empera or ordena ntonces que se ocupen todos los edificios para impedir á los i nese que ha an eñalcs al rchi­duque Carlos; luégo ordena que e jecuten d mostracH.mes de paso por Viena, para sostener al jército nemig nfr nte e su capital é impedirle ajat· del lado de E ling. l propio tiempo todas nuestras tropas encamin n ha ia 1 punto n que e debe intentar el pa o. Durante todo el día r8 de Mayo marchamos hacia Ebers­dorf, punto de concentración con un e lor muy fuerte y por entre el poh·o de los caminos. A medida que avanzamos descubrimos delante de n sotros más regimientos de infantería y de caballería; cada v .z más nos amontonamos, por decirlo asf, porque detrás de nosotro todavía vienen otros. Todo desfila del lado del Danubio ; todo l Cue rpo de Lannes, el de Massena, dos Divisiones del de Davout la guar­dia y la reserva de caba11ería. Mi regimiento el g. 0 de hú ares, hace parte de la División de caballería de La all . Delante de nosotros marcha, seguido de sus oficiales, ese valiente General Pl héroe d tettín, en donde con ochocientos jinetes se apoderó de esta plaza de guerra defendida por cien piezas de cañón y seis mil soldados de infantería pru ia­na. Alto, muy bien formado La alle, con los cabellos rizados, sus gruesos mo tachos retorcidos, y sus patillas como patas de conejo, es el verdadero tipo del oficial de ca allería ligera. Napoleón ha dejado el palacio de choenbrunn para estable­cer su cuartel general en E ersdorf. La operación comí nza bajo su inspección · la Di visión Molitor es colocada en barcas y trans­portada sucesivamente á la isla de Lobau, qu ocupa sin ninguna resi tencia. Apenas se han instalado nuestros oldados en ta i la el Ge­neral de artillería Pernetti comienza los trabajos para establecer un gran puente. Se emplea en esto setenta barcos que sin cesar los arrastra la corriente, y que se amarran difícilmente, porque 1 río tiene una fuerza espantosa. A falta de anclas se irven d ca­ñones de grueso calibre, cañones que se han encontrado en el ar­senal de Viena, ó bien de cajas llenas de balas de cañón. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Desgraciadamente la corriente se hace á cada inst nte m~ rápida á causa de una creciente los progreso de la cual on ame­nazadores. Por último se logra fijar la barcas y stablecer con los ma­deros e l tablero del puente. Todo el día rg y la mitad del 20 ~ emplean en terminar esta larga obra. Hecho esto, la División Bou-l J det una de las cuatro de ' Iassena, atraviesa el puente á pa o de ca;ga y e reúne á los cuatro regimientos del General Molitor .. Nuestra División pasa á su ez á la isla y se pone á cubierto de las mirada de lo ex loradore enemigo , en el lecho seco de un canal. o queda por atrave ar sino el pequeño brazo. Do intré­pidos oficial~s, de ainte-Croix, yudante del Mariscal Massena, y Baudus Ayudante d e l Mar·iscal Bessi res, se arroj n en barcas. con doscientos voltíjeros y e dirio-en rápidament hacia la orilla enemiga. Los paseros encor ados sobre los remos, r doblan sus esfuerzos. AJo-unos minutos ba tan pat·a que nue tros oldados pi­sen la 01·illa opue ta. Vario di_ paros re uenan, las las 'ienen á azotar el agua en torno de las embarcaciones; pero nuestro vol­tíjero guiado por us valerosos oficiales, altan á ti rra y corren á las mancha de árboles, e donde algunos au triaco se e capan á. toda prisa. En seguimiento de ellos vemos las charreteras ama-. rilla perder · n e l pequeño osque que en e te lugar cubre la orilla del Danubio. l ca le so re el cual debe apoyar e el puente está 6lidamente amarrado n tierra á fin de esta 1 cer al punto el pa o. ara e ta última obra ha re en·ado e l equipaje d puente tomado en Land hut y tran portado en carromato . En tre horas la comunicación queda sta lecida: nuestra di­visión e caballería de fila la primera sobre e te puente ; los jine­te e han desmonta o y tienen de la brida sus ca allos, que s encabritan y se e pantan con 1 ruido que roduce el ta 1 ro del puente baj sus h erradu ra . pena se ha atr S acometen dando hurras estridentes. De improviso un fuego r compañías re uena como un redoble de tambores. Son nues­• o voltfjeros de vanguardia que, ocultos detrás de un pliegue del · rreno, han esperado tranquilamente esta caballería y la han de­nido por medio de una de carga á quemarropa que cubre la rra de muertos y de herido . De este modo comenzó el 20 de Mayo por la tarde, la san­u- ienta batalla de Es 1ing. En este momento nos llega una mala ticia : el gran puente levantado sobre los dos brazos principales aba de romperse porque e han de prendido algunas barcas, •ue han cedido á la dolencia de la corriente. Una repentina cre- Ilente de tres pies ha causado este accidente, y aun puede repetir­La caballería ligera del General Marulas se ha visto cortada 01 do por la ruptura del puente. Por fortuna los Generales Ber­. nd y Pernetti se han puesto á la obra con extt·ema actividad, á n de poder restablecer el gran puente durante la noche. in estar resuelto á librar batalla apoleón toma sus dispo- :kiones para guardar esta importante comunicación. Por tanto, la ivision Molitor va á dormir en Aspern, y la División Boudet en ~ling. Nuestra cab2.ll rfa viYaquea entre esta dos aldeas en­tr .nte del p-.. ueño bo 1ue. El Emperador, con el Mayor General erthier su E tado Mayor y u scolta de cazadores á caballo, se ittí· en el mi rno lugar. Uno d ce cazadores con la bayoneta :alada e tán colocado de centinela al rededor de apoleón, que .e envu.el e en u capa, y, o-ún u costumbr , se duerme con tran­uilidad y completamente ,.e tiJv delante de uno de los fuegos del i ·tt.c Las nueve dan t:n lo campanarios de Aspero y de Essling. Poco á poco el tlenci domina nue tro campamento. e acomodan todos detrá de un vallado ó en un surco para ormir. Hace una luna mao·n{fica ; á di tancia de varias leguas, ntrente de no otro , todo el paí l.Jrilla como si fuese de plata. En as alturas d Wagram y de Neu i del centell an numero as ho­:: YUeras. Sun lo!) e mpamentos austriacos. A Jo 1 jos se oyen lo u¿ H"tr da! • (¿ Ñ'ui~n Ya'?), y á nue tro r n e los "¿ Quif:n vtvd • ~.1uchc má cer a d no~otro , lo explora­ores de nuest1·a Divi ión vigilan, la cara· 1 apoyada de lado, á los hallo inmóviles, metidos ntre los trigales ha ta el vientre. Al aclat·ar, el r6 de Cazadorc m nta e caballo y e pone en rnovimient ; filas de jinetes att·avi san los campos cultivado diri- ·iéndo~ en re ·onoci miento á las posicion nemigas, n donde n-da e mu ve. Entre las ocho y la nueve, el General La alle llega obre nuestro frente. us ofici le ''an á e:>tJ·echar 1 mano á su cama­rada . En este momento nue,·as tropa comienzan á d sembocar del pequ ño bosqu ; on lo cot·acero d 1 G neral E pagne, la caballería ligera del G ~n ral tlat·ulaz, la ivi ión d~ infantt. ía I...t-gr nc.l y numerosas baL~da que vienen á atravesar el puente Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 246 .J compuesto durante la n che. Des racia mente el paso e& lento y difícil po eemos sino un sol puente. Hacia m dio df tocan llamada. Saltamos á. caballo. En el mi m in tan te e oy n á la iz uierda mi liare d gritos de: "¡Viva el Em erarlor .'' apoleón llega. Estos gritos e acercan como una t ._ p ta . En to nu tra Divi ión no se oye sin un murmu­llo: '¡ H laina ele hui y anchos chacós_, de mostacho rojo ; lo jó enes fi ial s con ca co liso, en el interva­lo d la compañ1a b m ol ándo e á caballo, con la espada en 1 puño, y vohiéndo.:e para gritar con voz penetrante : '¡ Vorwarl.s/ 1 Vorwarls! adelante. · a elanle .) 4 ta ma a, erL.:::ada de brillantes ayonetas d sciende á paso de carga sobre A pern. A la cabeza de e ta columna . en un gran aballo bayo a anza muy dere­c- ho un oficial de dad, de peluca blanca, 1 talle envuelto en una banda amarilla y el pecho condecorado con cintas. De impro\~ iso nuestra barricadas se cubren d relámpagos; Los alemane hacen alto, y conte tan con fuego continuo. Toda est parte del Marchfeld se n uelve en un humo peso y azulo­so. Grande grito se yen: son los r gimienlos de Molitor que, tomando la ofen iva salen de ]as barricadas que lo defienden, caen á la bayoneta sobre los austriacos y los arrojan á conside­rable distancia. E te primer ataque ha ido calurosamente recha­zado, y despejado el erreno en un cerrar de ojos. Pero aquello no es ino el preludio de esta espantosa batalla. El General austriaco Hiller vuelve á la carga, apoyado por las profundas columnas de Bel¡:-arde. Treinta y is mil kaiserbclu e dirigen á este punto á atacar á los siete mil franceses de Molitor. Parece como que sta ma a de vestidos blancos va á consumir con u o lo peso la aldea de A pern. El fuego de fusil ría '·u el Y e á comenzar más violtnto que nun­a. De pronto re u na un redoble de tambores; y todo ste hor­miguero de hombre corr de nuevo hacia las arricada ; lo ofi­dale , lo mi mo que los demás, gritan: j orwarlsl La tierra tiem- Ja y e cubre de cadáveres. En breve una spantosa batalla se traba. Los primeros acomet dores caen muertos á culatazos 6 atra­vesado con la bayoneta, y ru dan por el suelo como granizo. Por último, eJ en migo penetra en spern. uestros soldados defien­den el pue to que e les ha confiado, con un furor igual al que los austriaco tienen en acometer. - A la derecha d Aspern se descubren grandes 1 íneas verdes. Es Marulaz con sus regimientos de cazadores á ca allo, que aco­mete sin tr gua la ma a profundas de los austriacos y tJ-ata de dese m 1 ara zar de ellos á Molitor; varios cuadros son rotos; pero nuestros jinetes no pueden acabar con esta multitud de nemjgos, y e v n o ligado á vol\'er, con algunos cañones que han tomado. J Cuántos vimos de estos cazadore , á la mañana iguiente, tendi­dos sobre la Jlanura nuestra derecha el cañon r etumba cada vez más fuerte n la dirección de Es Jing. Masa de humo blanco pasan por encima de esta aldea. Todo el Marchfeld está incen­diado. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia - 248 _J Pero el combate va á hacerse más terrible. nuestro turno vamos á tornar parte en la batalla. La columna de I;:ohenzollern entra al fin en acci6n, sostenid por la reserva de caballería del Príncipe Juan de Lichtenstein, y marcha obre nuestro centro. Ante esto, el Mariscal Lannes ordena un pod ro o empuje á nues­tra caballería. Corriendo á donde está u colega essi re que tiene á. sus 6rdenes los cuatro regimi ntos de coracero del eneral Es­pagne y nuestros cuatro regimiento de ca all ría ligera, que manda Lasalle: u Partid en seguida, le ord na; ) at gad d fondo.'' " o tengo costumbre de acom t r de otro modo, d eríai a­berlo," contesta el 'aliente Bessieres · y a ,·anza con nuestra caba­llería, que forma al frente n bat lla ajo 1 fu g de una a­tería de cañones que el nemigo aca a d colocar delante de nosotros. Los coraceros parten los primero Be i res y Espagne á la cabeza. Esta carga es espléndida. Con urna raptd z los chalecos de luerro se apoderan de la artill ría n ~ miga, hi eren á los artillero , desbaratan y alejan á la primera 1 fnea de infantería de lfoh nzo­llern. E tamos n usiasmados: '·Bravo los corac ros .• ,, xclama­mos landiendo nuestro sable . R pentinam nte nu tro ros ven aparecer la masa de la ca allería au tt·iaca que · 1 r hi­duque Carlos ha lanzado sobr ello . Sor¡ r ndido durante el desorde n de la carga que acaban d j - cuta r, on ·i 1 ntament acometidos y rechazados. Lasalle, con ese ardor y gol e d vista que lo caracterizan, se da cuenta del peligro : u V ostros d 1 g. 0 d<:" húsares, n grita, adelante . ''; y poniéndose á nuestra cabeza vuc!a n apoyo de los oraceros. aemos como el rayo obre lo hú ares de tip icz, en­car ·nizado en pers o-uir á nuestt·o cam~rada . y herimos con el ablc á buen nt1mero de e llos. P ro una ma a d hulano~ con 1 for, aj ra amarilla y negra atraY ada re la haqueta blanca, y co1 el pe ueño schapska amat·illv con pluma d garza, no ro­d a, blandiendo las larcYas lan zas con band •·iJla n gr~ y ama­rillas No defendemos á ablazo y con la i tola. • n m( dio de este tumulto, 1 Ya)i ente E pagn 1 primer oficial ele la · aba- Herí pesada del ejército cae m u or una bala d izl aíno. u cadáver s 11 \'a o por lo oficial un m nto blanco d corace-ros todo ensano:rentado. e i<.r nvuelto on su 1\yudant hUdu , por lo hulano,, di para pistola . · ha man á u abl ara d f nder e, cuando Jo htí a1· ·- <1 1 9.0, de ~ubri .nclo el peligro, acud n en u ayuda. Lo co1·ac - r s s han un'do, y, apoyado por nu···tra I\'l 1on s preparan á argar á la · 0 ·unda lín a inf, nt da au triaca. u tres r gimiento se pliegan n cuad¡­seri muerta 6 herida en la calles de e ta infernal aldea. Al pro­io tiempo los coraceros de ansouty y los cazadores d Marulaz .- mplazan á los coraceros de Espag-r. y á nuestr División que e tán agotados de fatiga. e Jogr~a onservar á A pern. uestra caballería rechaza la del enemigo y desbarata varios cuadros. El ardiente Marulaz pe­netra en uno de estos cuadros y cae d 1 caballo ; ·an á tomarlo preso 6 á matarlo cuando sus cazadores, atraídos por sus gritos, lo libran del peligt-o le dan un caballo y r troceden atravesando la masa de una 1 {n a de infantería. Hace seis horas que dura ta lucha tenaz. En pern, en Essling soldados encarnizados, 1 n de entre las ruinas incendiadas· entre e ta dos aldeas ma. sas de caballería e di putan la llanur á sablazos. El rchiduque arios suspende la bat Jla ha ta la mañana si­uiente y Jlc"·a u tropa á retaguardia · poco á poco el fueO"o de fu ilcría decr ce y acaba por e sar del todo. La noche llega. ndi os de ueño y de faticra, pasamos la brida d Jos cabaJJos al brazo derecho, y nos acostamo en tierra envuelto en nuestras apa blancas. Durante .la noche continúa el desfile de las tropas. Los puen l _s no re i ten, y casi u m rg n ajo el peso de las caja de ar. Lillería· so re algunos antones que se han hundid , nuestro ol­d los atra \ ies n el río con los pie en 1 agua. Por desgracia, la ct·eciente del D nubio aumenta á ojos vista ; la corriente arrastra numerosos cuerpo flotant qu á cada in tante hay que desviar · una •,-ce s son troncos de árbole enormes de arraigados por las aguas· ott·as, son barcas amarradas á la orilla, que el río h pues­to á ft te al aumentar u olumen; tra , por t'iltimo rand s ar­tificios incendiario que el nemigo lanza con el intento d des­tru( r nuestra tínic í de comunicación. Hacia tn dia noche el gran pu nte e rompe le nuevo · esta s la tercera vez. El anubio, ue ha recido como i te pie , acaba de su:.>ir _itte más, lo que da catorce de aum nto. in em­argo á fuerza d nergía, l puente ued repar do al amane­er. Lo omunic ción se re tablee , la h rmosa División Saint- I--Ii- 1 ire, la do ivi ion s de :r¡·anaderos de udinot, toda la artille­da d lo ucrpos de Ma en a y de Lanne , dos Di visione de ca­ball ría ligera la pe ¡ueña di ·isión Demont, pasan d ué de me­lía noche y al aclarar. La guardia á pie travie a i ualmente el anubio y recibe orden de ponerse su gorros piel. s ndo en tr s filas por •1 gran puent nue tros gr nadet·o y nuestro e za- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 250 J dores se ayudan unos á otros, y stem re marchan~?' sacan Su$ gon·o , que llevan en los sacos. Ef ctuada esta operacwn en la tra­Yesía del uente, botan al río los elásticos. La guard · no volvió á usar estos om r ros desde aquel día. D de el Iba, todo el mundo e tá 1 vantado en ambos ejér­citos. Desde la cuatro de la mañana los tiradores di paran recí­procamente su arma . Napoleón, ue casi no ha de cansado, está á caballo, en el punto llamado El Tejar, entre Essling y spern, y da us órdenes á Jos Mari cales. 'Hoy tenemos e enta mil hombres, es cierto, contra los noventa mil austriacos del Archidu­que Carlos, y nue tra artiJJería no cuenta ino con cuarenta y cua­tro cañones, en tanto que el enemig uede poner n batería tres­cientos.'' El combate vuelve á comen7.ar á la iz ierda, en ·pern, en donde el enemigo ha logrado con ervar la igle ia de d la víspera por la tarde, y en donde se ha atrincherado fuertemente lo mis­mo que en el cementerio. apoleón dirige obt·e este punto una tropa de infantería jo en, de a pecto marcial) apoyada por cuatro cañones; los hombres llevan vestidos de paño azur d l rey, concha­rreteras que parecen patas de ganso, de paño azul ó verde listado de lanco; en las vueltas verdes 6 escarlatas, águilas cortadas so­bre año blanco ; la chupa y el pantalón blanco , las polainas ne­gras, en forma de botas, á lo ruso, y adornadas con botones de cobr ; el chacó adornado con galón blanco en forma de V, y con un cordón encarnado 6 verde y un águil en cobre y con un magnífico plumaje rojo y blanco. E tos on lo tira ore -granad ros y los tiradores-cazadores de la guardia joven creados el r6 de Enero de 1809 por un de ­creto imperial fechado en Valladolid (España). Estos nuevos re­gimientos van á recibir el bau ti mo de fuego y á hacer sus pri­meras armas bajo el intrépido Massena. Sin di arar un solo tiro, esta valiente juventud corr , con la bayon _ta calada, con el aplo­mo de soldados veteranos, sobre la iglesia y el cementerio de As­pem, n donde los austriacos están amontonados, los desaloja y les causa e panto a mortandad. Un valiente Sargento de lo tirado­res- granaderos toma prisionero al Mariscal de Campo Weber. Conlmúc IN ORME S BR ~ EI.J EJÉRCITO AI.JE 1 N (Contin 'a) Es muy importante darse cuenta exacta de la manera como se ?Pera e te r nuevo uce ivo, porque precisamente en su regu­landad es donde puede encontrarse la !lave del mecanismo admi­nistrativo de las tropas prusianas y la explicación de lo resulta­dos verdaderamente admirables que les ha permitido obtener. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar le Colon1bia '-- 251 - J El. Gobierno no se preocupa sino de una :cu a, y es la de conservar en perfecto e tado y completo los repuesto d efectos destinados á hacer frente á las necesidades de la movilización y deJa guerra. De tiempo en tiempo se a egura * por medio de las s'11specdo1zes de delal de que nada falta en ellos. Por otra parte, con los abonos en dinero que se le hacen, abonos calculados como lo hemos explicado, y con el paño que se le entrega en especie, el regimiento e ingenia para producir 1 mayor número po ible. Los efectos fuera de erv1c1o e di vi den en dos categorías. Los meno malo e de tinan para vestir á los hombres que se en­vían á sus hogare como comprendidos en la reser\'a. Se 1 s repa­ra del mejor modo po ible, lo ba tante para que duren hasta el momento de la llegada del hombre á u domicilio. La segunda categoría se entrega á la Comí ión de vestuario. Esta recoge todo lo que puede ser utilizado de cualquier manera : pedazos de paño, botone ., hebillas guarniciones de casco, cañas de botas, &c. Todos estos restos se destinan á la reparación de objetos que aún valga la pena arreglar. Una parte de ellos, con el nombre de tra-es Yíejos para la reparaciones (IHck-malerzal), se reparte con este objeto entre la distinta compañías. En fin, todo lo que quede ab­solutamente inútil para el Cuerpo, se vende en prov cho del fondo de estuario. Se ve, pues, que en el ejército prusiano se saca partido de todo, hasta del último jirón. Los efectos nuevos son colocados in­variablemente desde Juego en los almacenes de reserva de movi­lización, de donde no aJen de pués ino para pasar por la grada­ción de almacenes explicada antes. Una parte de los objetos es onfeccionada en los tallere regimenta les; pero otra, también con­iderable particularmente del equipo, e encarga directamente á articulares. Es muy importante advertir que es siem re el mismo regr7menlo quüll hace es/os encargos, :í quien y como mejor le parez­ra t; y como tiene naturalmente interé en estar ien servido, eli- • Cada tua 6 cuatro ai'ios, como se ha dicho en otra parte. t En otros ejércitos no existen esas comi iones de vestuario especiales de loa cuerpos del ejétcito altmán, pero tienen la .}u1tla uonómun, que la forman, como es sabido, los jefes y capitanes del Cuerpo, y ésta acuerda la adquisición de toda clase de prendas 6 efectos que sean nece · arios, con tal qoe se cuente con los fon s suficientes para ello7 y previa un acta razonada de las C.1usas quemo­tivaron la réuni6n de la junta y necesidad de la compra de tales 6 cuales efectos; tenienu á la vista los tipos elegidos como l s mejore_, y convenientes por u pre­cio y calidad entre los presentados por distintos industriales y comer ia~tes •. se remite al Dir~ctor ~;tcneral ud arma dicha acta, quien concede su autonzac16n i encuentra razonable el e-asto propuesto. En Alemania se impone á los Cuer­pos el p a no de la industria nacional, para obtener así la uniformidad en los co­lores de las prendas, muy \'ariados por cierto entre los distintos regimient s del arma de caballería, en la que e raro ver dos regimientos que usen un mismo uniforme; pero en otras parte s sigue la práctica de pr sentar 7n l. D~rccción los tipos adoptad\> , con lo cual f á cilmente puede comprobarse st están aJustados en su color y hechuras á lo e tablecido por la t>artilla dt' fl1li/lrmidad. En este concepto, pues, los cuerpos de t les ej~rcitos ~ozan de 1 misma autonomía que los prusianos,-(N. del T.). Neo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar Je Colornbia '- 252 _, ge cuidadosamente los proveedore , Jos cuales á u vez, d_eseand_o conservar su parroquiano se sfuerzan por todos lo med1os post­bies en sati facerle. Los pedi os se hacen siempre por c;:onducto de las comisiones de vestuario que establecen con el fabncante un contrato en forma, e tipulando todo los detalles de calidad, can­tidad precio, regularidad n la entregas, &c. E. to~ contratos son renovados en cada e dido, de suerte que el reg1m1ento no se en: cuentra jamás obligado y queda Ji re de cambiar de proveedor 1 no está contento. e compr nde que con este istema los efectos son comprado en la mejore condiciones posibles, y de hecho, basta vi itar los almacene de un r gimiente pru iano cualquiera,. para cerciorarse, aun in ser speciali ta, de que todo, y particular­mente los objetos de cuero, d e excelente calidad y de confec­ción muy esmerada. Hemos visto que los efectos de vestuario y equipo quedan to­dos, durante un ('"Spacio de tiempo, á veces muy Jaro-o, en los re­puestos permanentes. urge aquí, n consecuencia, la cuestión de las medidas que deben tomar e para favor e r esto repuestos de toda especie de deterior , humedad, d e~ trucción procluci a p or los insectos, &c. E to como se compr nde rá, s muy importante; así pue , este e uno de Jo primeros cuidado~ del r gimiento. Ante todo los efectos son aereado con 1 mayot~ frecuencia posible, en especial durante los calare . Las compañías encargan e.·presamen­te de ello á algunos hombr , y e ta es una faena que e impone de prefer ncia á lo oldados de aseados encontrándose así el me­dio de ca tigar n alg-ún modo Ja fal a~, de una manera pro e­chosa para t dos. P ra pr n·arl o e la polilla y otros in ecto , se han e tabl ciclo cierta s reo-las pt·opiadas á las condiciones cli­matol6giea de l a di ~ T a l ocalidad , y muy racionale al pare­cer, puesto uc j má e han obs r\·ado g raves d eterioro . sí por ejemplo, es d principi o-uardar todo los o bjetos de cuero en el estado natural in ennegrecedo por ue la .·periencia ha pro­bado qu - con r.Tan mucho mejor en stas condicione · y aun en la últim amp ña mucho co1·reajt; que no hubo tiempo de enne~recer s consen a ron m jo1· q u 1 tt·u . Para las r p, de paño ó 1 na a emá de 01· - rla y metódic m nl , rccurcc á difcrent 1 r ce mkmto , d _ Jos c~ale un de lo má ·ficaces e comp' /m.rlos t 'r('t'/cam~nle. e u­ntdos lo f "ctos n fard l \·a1·ia e nt n , t n i pue tos so­bre un op rtc 1· ctang-ular y cerrado fut.:rlementc arriba por medio d una pr n á to1·nill , a tant emf:jantl.: á la ue e em- 1 a par· l r n ar t la l ero de mayor s limen io n e . En d e fecto de est aparato, contentan con p ncr obr 1 fanl una l lancha qu carera de pi ln1 tí ou-o uerpo 1 ados. "'.te modo d..,; conser ac16n obr- todo Yentaj o para aque- JI~s OUJ to ue no ~ .Ya t mor de que e arruguen : lie 1zos de ca- ~ tila de ambulanc1a manta d aballo , ·c. i aün trata en los tl'_lsecto de ataca!- .tal_ fard nun<...a podrían cau at· d terioros smo n la up rh 1 , p r· u pn~ ión le impicl penetrar en el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 253 -' interior. Pero para mayor seguridad, esto fardos se encuentran ademá envueltos por una tela igualmente ien ajustada y sobre la cual e aplica despué exteriormente un barniz formado de en­grudo y yeso. Esta capa de yeso impide en absoluto á la poli11a atacar ni aun los borde de los objetos conservados. Y un fardo así preparado puede con ervar e un año entero sin peligro al­guno. Por lo demás el empleo de te lienzo aderezado es muy eficaz, aun in r sión para la con er ación de prendas, tales como las le itas pantalones y capote . e reúnen por montones de cin­cuenta ó ciento en fardos pri mático que se envuelven en un lien­zo así preparado. De e te modo presentan los almac nes un as-ecto astante original. o s ve en eJlos ino una larga serie de fardos que parectn otros tantos grandes cuerpos cúbicos de ye o alineados sobre los estante . na etiqueta aplicada sobre cada uno de ellos permite aber el número y naturaleza de los objetos que contiene. Ad má , e cuida d que no haya jamás contacto entre los diferente fardos · y lo tableros que Jos soportan están dispues­tos de manera que la circulación entre ello ea fácil y 1 estable­cimient de las corri ntes de aire e té siempre a egurado en la inteligencia or último, de que e tos fardo s levantan dos veces al año se ce iJlan y e qutta el polvo á las prendas y en seguida se vuelven á coser. E isten también almacenes en donde se contentan con acu­dir y or a1· frecuent - mente los efecto , sin empaquetarlo en el lienzo. P r este si tem tiene 1 inconveniente de xigir mayor mano de o r·a y r or con iguie nt mayor número de hombres de­dicados á e ta faena lo que e n1anifiestamente contrario á los principio en vigor en el ejército ru iano en onde se tt·ata ante todo, de reducir al stricto mínimo el número d e oldados ue se encuentren distraído así el ervicio. Pat·a Yitar la humedad, stán iempre in talado 1 dep6 i­tos d efecto n J cal eco y fáci es de ventilar. Los inmensos de vanes de lo cuart les convi nen perfectamente á este objeto, así que casi siempr se le uti1i7a para ste fin. En invierno son muy frío y durant J vet-ano las v ntana y Yentiladores permi­ten conservar oder sas corriente de aire que on un excelente preservativo contt-a l os ins cto . En fin su posición misma dispen­sa de poner en ellos centinela , economía de hombres nulj' apreciada. Ad emá , stá rigurosamente prohi ido penetrar allí con fu go. EJ ord n y aseo que reinan en estos almacene s n verdade­ram ente notable . Cada regimiento e envanece con los uyo hasta el punto de no descuidar la parte decorativa, que iempre juega en ellos un importantf imo papel. in hablar de las armas y otros objetos análogos, má 6 meno artísticamente agrupados, los muros están i mpre armado de trofeos é inscripciones alegóricas á. la últimas campaña ; los nombres de los compañero muertos al frente del enemigo, se leen alH n el pu to de honor entre al­gunos versos patrió ico . un lado, una mesa con todo los libros y documentos relativos al almacén, y en la puerta de entrada un Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín M ili tar de Colombia \.:.._ 254 _) rótulo suspendido que indica el objeto, por ejemplo : Zeugl1aus d~j Ersalz-.Balall/ons von Landwehr-Regimenl tním... ... (Almacén del Batallón de Depósito del Regimiento de Landwehr núm ... ... ). Pero, e preguntará quizás, si todos los trajes se han hecho no para los hombres presentes en el cuerpo, sino para conser­varlos en los depósitos de los almacenes, ¿ en virtud de qué me­didas e han confeccionado? Hé aquí cómo se procede. En Alemania se ha tomado nota, desde muchos años há, de la talla y otra dimensiones de todos los hombres reconocidos n los Distritos del Batallón de Landwehr, para comprobar su grado de aptitud en el servicio. Así e encuentran en posesión de numerosos datos estadí ticos que proporcionan indicaciones prácticas muy im­portantes relativas á las medidas de los soldados incorporados á los diversos regimientos del ejército alemán.-Co.nlztuía. =---= Variedades IAJE A LA REPUBLICA DE COLOMBIA EN 1823 POR lrf. MOLLIEN (Traducido para el Boütln ll.fthlar) (Continúa) CAPÍTULO fl I Brazo del Mag alena-La Miel-Rionegro-Gunrnmo -Promontorio de Grade­ría- Escollos de Perico-Honda- escripci6n del Magd2.1ena Al salir de are nos hemos dirigido hacia la oriJla derecha del río; luégo hemos entrado en uno de sus brazo , que se 11ama el Tigre. No tardamos en descubrir alguna cabañas. El cielo se cubría de nubes precursoras de la tempestad; tratamos de ponernos á cu ­bierto antes de la noche; las dos orillas del río estaban llenas de árboles muy tupidos y juntos ; no había e peranza de encontrar antes Jel fin del día una playa arenosa; una cabaña esta a á la derecha, e di tinguía 1 techumbre de ella en medio d 1 monte¡ se impulsó la piragua hacia te asilo; una canoa estaba amarra­da á algunos juncos : mis bogas la mudaron de sitio para colocar allí la nué tra. De de que stuvo en eguridad en esta p qu ña abra, bajamo todos a tierra, arma 'o hasta los dientes; se hu-iera dicho que corríamos al asalto. Habiendo trepado con rapi­dez las gradas abiertas desigualmente á Jo largo de Ja orilla, pron o estuvimos arriba. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín Militar de C 1 mbia '- 255 -' Encontramos un patio rodeado de platan les, y nfrente de nosotros ur. tinglado levantado obre estacas · una hamaca de hilo estaba e ·tendida ncima del lecho, construído de caña gua­dua ¡ aquí y allá e veían calabozos, en un rincón había fuego · al­gunos pedazos de carne de anímate de caza se eca an en las cuerdas · por toda partes se notaba el desorden y las huelJas del espanto que habían experimentado á nue tra aparición los ropie­tarios d la casa. Todo esta a abierto· no había ni paredes ni aun esteras para cerrar la {:abaña; penetramo por toda artes en esta mi erable habitación, á que daban sombra árbole muy ele­vados. 1uestr·a vi ita no e verificó sin dejar d uscitar lo alaridos quejosos de los perros que guardaban la ca a ; 1 dueño no taba alJí; y, aliendo de improviso de uno de los lugare más tupidos del bosque que rodeaba su habitación, se presentó con un air de inquietud que no se ocultó al iloto de nuestra em arcación · éste se apro,·echó de ello para o tener la hospitalidad que se apresuró el otro á conceder; y no contento con esta at nción, preguntó al huésped con un tono arrogante: ' ¿ No er s g do? " ( pañol) ; el otro lo negó de una manera ba tante floja par aumentar la audacia del m rinero quien no cesó desde n onc s, á e arde mis indicaciones, de molestarlo con sus impertinencias. La borrasca nos obligó á cenar bajo el techo de nue t1·o hués­ped : é te, inquieto y vigilante, no se limitó á n ·dar á su familia al bosque para que pasase allí la noche, ino que ni aun acostó : permaneció de centinela observand nuestros movimiento para oponerse en lo posible, á las violencia de mis boga . ¡Cuántos cuidados han envenenado la vida, ante apacible, de e te hombre solitario. ¿ Podía él esperar que ocultándose en un brazo aparta­do del Mat rre, y que no e sino la pendiente que se extiende desde ChaguarJI hasta Purificación. (sic) El día 13 ocas obsen·aci ne pude recoger; no ob tante antes de la noche me sorprendió el a pecto ingular que prcsent· el peñón de Gardería. Lo mi mo que todos lo cabos de la orilla del 11agdalena, es recto como una pared, y se compone de tre capas de arcilla; estas capas forman ángulos de colores div~erso y muy vivos. Enemigos del desorden y del ruido, los caimanes hu yen de ordinario á lo alto del río; in embargo encontramos va ríos al pie del Gardeira cuya~ apacibles aguas convenían á u costumbres. Garza y garzotas y otros pájaros que siguen en I­caza á estos anfibios, se encontraban en la cima de esta colín truncada. Perdimos de vista bien pronto el peñón de Gardería, ,. con las sombras de la noche la serranía de Garrapapf. C()n li'11 .. 1Í Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 8

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 9

Por: | Fecha: 06/09/1902

~ - ~ SERIE III-ToMo II • Afio VI-NuMl!IRO 9.• , Boletín Müit~r de Colombia l ¡~ _ __ _ 0~~:~~ D-~ ~~~~~~ERI~ ~~ G~E-~~~ D~ ~-~~ITO__ _ ___ _ ~~ !- DIRECTOR, Francisco J. Vergara y Velasco ! _ ,-- :~~,~~:~:~~~~: .. ~;~~;;;~;~;:~;~~~:.~;~~,~~;~i~~;;E !_. : i j • + -o-1 Bogotá, Septiembre 6 de 1902 * -o- -o- ¡ ' -= Oficial -~ DECRETO NUMERO 1201 DE 1902 (AGOSTO 8) por el cual se hacen unos nombramientos, se confiere un a censo y se destina á unos Jefes El Vü:epresidmle de la Repúbb'ca, eucargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Art. 1.0 N6mbra~e Jef~"' de Estadu Mayor de la Divút'!m To­lz'ma, que se organiza en Honda, al Gf'· ... ral Antonio M. García. Segundo Ayudantes del Cuartel general de la misma Divi­' i6n, á los Sargentos M<~.yores Antonio J. Herrera y Félix Alvarez, á quien se asciende del grado de Capitán. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de Igü2. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministrode Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1202 DE 1902 (AGOSTO 8) por el cual se confiere un ascenso El Vt'cepresidenlt de la República, encargado del Poder Ejecult'D~, DECRETA Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al General graduado Francisco Rodríguez, con antigüedad de 1.0 del presente mes. t'OKO U-17 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar d e Colombia '- 258 _J §. D ése cuenta d e e st e a sc enso al Honorable S e nado en sus pr6ximas sesiones, para l os efec to s con stitucionale s. Comun íque se y publíquese. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. ] OSE MANUEL M ARROQUIN El M inistro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1203 DE 1902 (AGOSTO 8) por el cual se hace una promoción y se destina un Oficial y un Jefe E l Vzeepresz'denle de la Rfp/tblica, encargado del Poder Ejecufz'vo, DECRETA Art. 1.0 Promuév se al Capitán Diego Caro Putnam, del C uerpo de Depó ito al de Capitán Adjunto al Cuartel g neral de la División que se organiza en Honda al mando del General Félix Navarro. §. La División mencionada e d nominará. Dz-.l'lsz'ón Tol/ma. Art. 2.0 Destínase al Capitán Jesús Antonio García á prestar sus servicios en el pu sto que le designe el Coronel Jefe de las Guerrillas de Sumapaz. Art. 3. 0 Llámase al servicio activo al Teniente Coronel Ra­fael Ricaurte, y destína ele á pre~tar us s n ici s n el pu( sto que le designe el General omandante general de la Di,·isión Tolima de que se hace mención n el artículo 1. 0 del presente Decreto. Comuníquese y publíquesc. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, Aru.sTIDES FEiu-iÁNDEZ DECRETO NUMERO 1206 DE 1902 (AGOSTO 8) por el cual se confiere un ascenso El Vz'cep r esidenle de la R epúblzca, encargado del Poder Ejeculzvc, DEC R ETA Artículo ún ico. A scié nd ese á Tenie nte al Subteni ente Antonio Berna l. Comuníque se y pub líques e. Dado en Bogotá, á 8 de Agosto de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Gu e rra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 259 _J DECRETO NUMERO 1208 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se hacen dos promociones El Vicepreszdenle de la Repltbhca, encargado del Poder E:feculz'vo, DECRETA Artículo único. Promuévese del puesto de Ayudante de la Habilitación del Cuartel general del Ejército, al Cuerpo de Invá­lidos, al Teniente Coronel Joaquín Riascos, y para llenar la vacan­te que deja el Teniente Coronel Riascos en la Habilitación, pro­muévese á ese puesto al Coronel Manuel París, que desempeña las funciones de Ayudante de la Comandancia Militar de la Plaza. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1209 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se confiere un ascenso El Vú:epres/denle de la R ep/tblú:a, encargado del Poder Ejemlt"vo, DECRETA Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al Coronel Napoleón Rivera. §. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra:, ARISTIDES FERNÁ 'DEZ DECRETO NUMERO 1210 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se hacen unas promociones El Vzcepreszdenle de la Repúblzca, encargado del Poder Eieculivo, DECRETA Artículo único. Promuévese al Sr. General de División Luis María Arango G. del puesto de Intendente general del Ejército Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 200 _, que comanda el General Antonio Roa Díaz, al de Primer Ayudan­te general del Ejército en operaciones en el Departamento de Pa­namá, que comanda el General Pompilio Gutiérrez. Al Sargento Mayor Luis María Arango (hijo) y al Capitán Abel Arango, del puesto que ocupan en el Ejército del General Roa Díaz, al mismo Ejército á que se destina al General Arango. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE :MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERN.ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1211 DE 190~ (AGOSTO 14) por el cual se llama al servicio á un J cf e y se le destina El Vteepresz"dmle de la Repúblú:a, encargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio actiYo al Teniente Coro­nel Emígdio Briceño, y destfnasele al Cuartel general de la Dz"vi­l. ÍÓtz 1'olima, que se organiza en Honda, en el puesto que le designe el General Comandante general de ella. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1212 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se aumenta una asimilaci6n El Vtápresidmle dt la República, encargado del P1der E.fewlttJfJ, DECRll.TÁ Artículo único. Auméntase la asimilaci6n del Primer Guarda­parque general del Ejército á General Comandante general de Divisi6n. §. Esta novedad surte sus 'efectos desde el 1.0 del presen-te mes. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de I 902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FxRNlNnxz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 261 _j D E CRETO N U MERO 1213 DE 1901 ( AGOST O 14) por el cual se bace una promoción El Vtápresz'dmle de la Repúblú:a, encargado del Poder Ejeculz'vo, DECRETA Artículo único. Promuévese al Sr. General Roberto Quijano del puesto de Comandante general de la 5." División del Ejér:cito de Boyacá, al de Jefe de Estado Mayor general del primer Cuerpo de Ejército del mismo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDllS FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1214 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se reconoce un grado y se hacen unas promryciones El Vz'cepresidmle de la RrpúUú:a, mcargado del Poder Ejeculzvo, DECRETA Art. I.0 Reconócese al General Moisés Herrera la efP.ctivi­dad dd grado de General de Brigada, y de tínasele á prestar sus servicios como J e fe de Estado Mayor de la División Carazúa, que comanda el General Elías Baquero. Art. 2.0 Promuéve e al Coronel Benjamín Vargas del puesto de Jefe de Estado Mayor general de la División Caraí:úa, al de Inspector general de la misma División; y al Sr. General Benito Martínez, del puesto de Inspector de dicha Dívi ión, al de Ayudan­te general del Estado Mayor Generalísimo del Ejército Permanen­te, destinado á prestar sus servicios en el Ministerio de Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1g02. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia DECRETO NUMERO 1215 DE 1902 (AGOSTO 14) por el cual se hace una promoción El Vz'cepresz'dmle de la República, encargado del Poder .EJecuft'vo, DECRETA ¿.:f' Artículo único. Promuévese al Coronel Pablo Antonio Are­nas del puesto de primer Ayudante general del Ejército en opera­ciones sobre Occidente de Boyacá y Provincia de V élez, al de pri­mer Ayudante general del Estado Mayor de la División Tolima, á 6rdenes del General Félix Navarro. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 14 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARrsTIDEs FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 1236 DE 1902 (AGOSTO 18) por el cual se hacen dos nombramientos El Vicepresidente de la R eptíbb'ca, encargado de/ Poder .Ejeculz'vo, DECRETA Artículo único. Nómbrase á los Sres. Ildefonso Sarmiento y Jacinto Uribe Ayudantes del Ministerio de Guerra, asimilados á 5egundos Jefes de Cuerpo para los efectos fiscales, con anteriori­dad de 1.0 del presente. §. Los nombrados serán dados de baja en el Estado Mayor ¡reneral del Ejército Permanente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 18 de Agosto de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERN.ÁNDEZ / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 263 -' INFORME DEL INTENDENTE GENERAL DEL EJÉRCITO (Continúa) PROYECTOS de contratos pasados á la Sección 2. • del Ministerio de Guerra. Fechas Contratistas Cantidad Artículos Marzo 14. Augusto Dulac r8o Yardas Maleskín. - 14. Martín Aguen e Barhendey ...... 5 Bestias y una res. - 14. Isaías BJ.rcalcel. .. I Macho. - 15. E lías González ..... 36 Bestias. - 17. Eliécer Ortega ... 42 Reses. - 18. Emilio Maguin .... 14 Bestias. - 18. Pedro P. y Fran-cisco Posada ...... 2 Reses. - 20. Fidel Roa ......... 5 Bestias. - 20. Nieto Hermanos ... 70 Reses. ·- 20. José Joaquín Gai-tán .................. 8 Bestias. - 22. Leo S. Kopp & e: (Edmundo F. Cas-tello y otro) ......... Id. - 22. Librado Sondoval Utiles de escritorio. -24. Joaquín Rojas (J ustiniano G u ti é-rrez P.) ............... 2 Bestias. - 24. José María Sierra 1 Res. -24. Id. íd ...... 50 Id. - 26. Victoriano Duque Caballo. - 31. Ambrosía Silva ... Buey. - 3 1. Nicomedes C6rdo-ba ..................... Res. 1 ACTAS DE POSESION Y FIANZA Marzo 1.0 -Peregrino Hurtado, Comisario Pagador de las fuerzas que organiza en Chiquinquirá el General Uldarico Leiva Fiador, Lisandro Leiva. Fianza, $ 4,000. Marzo 8.-Guillermo Merizalde, Comisario Pagador de la Dz'visz'ón Fernández. Fiador, Aurelio Merizalde. Fianza, $ 4,000. El Jefe de la Sección 3:, GoNZALO GrRÓN Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 264 _J RELACION DE LOS RECIBOS EXPEDIDOS PO. E TA OFrCINA DEL PARQUE GENERAL DURANTE EL MES DE ENERO DE 1 902 Enero 2-2,134. Recibido del Sr. José Cayetano Ortiz 6oo juegos de herraduras, así : para caballo, 176 juegos, y para mula,. 424. Proveeduría, 524. Enero 2-2,135. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 10 toldos. Intendencia, 560. Enero 2-2,136. Recibido del Sr. Cerbelón Pinzón roo correajes completos, con morral y sin vaina. Proveeduría, 477. (Dupli­cado del número 2,072). Enero 3-2,137. Recibido d Sr. Jesús Segura 50 enjalmas apare­jadas. Proveeduría, 604. Enero 3-2,138. Recibido del Sr. Aniceto Beltrán 6oo corroscas enterizas. Proveeduría, 605. Enero 7-2,139. Recibido del Sr. Administrador de la Maestranza de San Vicente 2,900 chaquetas de md.nta, 1 1,150 pantalones de manta, 4,000 calzoncillos y 120 kepis. Intendencia, 507. Enero 7-2,140. Re:cibido de la Srita. Enriqueta González B. 10 toldos de campaña. Intend ncia, 306. Enero 8-2,141. R cibido de la ra. 1faría U. de Lozano 400 encerados, a í: 158 ene rados grand s y 100 íd. pequeños. Enero 8-2,142. Recibido dd Sr. Manuel Puyo 19 sillas nuevas y 68 aperos, compuc. tos de freno , cabezadas, ri nda , jáqui­mas ( in pi~ador), acioncs, estribos de aro, cinchas y grupe­ras. Proveeduría, 595· E1 ero S-2,142. R~:.·cibido de la Sra. l\íaría Parra 330 ncerados, · así : 185 crrand s, de á 2 metro cada uno, y 145 de á 1 me­tro 90 e ntímnros, computados d s por uno. Prov duría, 510. Enero 9-2,143. Recibido dd Sr. Salomón Rojas 4 sillas nuevas chocontana , ~in aperos. 1 rOYE: duda, 601 . Enero 9-2,144. Recibido del Sr. Intendente de Jos Talleres de San Vice:nte 700 correajes sin morral ni vaina. Proveeduría, 51 I. Enero 11-2,145. Recibido del Sr. Aniccto Beltrán 182 docenas de alpargatas. Proveeduría, 508. Enero 11-2,146. Recibido del Sr. Ilonorato Landínez 340 fraza­das del país y 90 extranjeras. Proveeduría, 51 3· Enero 11-2, 147-Recii:.Jido del Sr. Roberto Salazar Silva 110 docenas de corroscas enterizas. Proveeduría, 518. Enero 11-2,148. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 10 toldos de campaña. Proveeduría, 5 r4. Enero 11-2,149. Recibido del Sr. Antonio González Q. 150 doce­nas de al_~Jargatas. Proveeduría, 512. Enero 11-2,150. Recibido del Sr. Administrador de los Tallere~ de San Vicente de Paúl 200 correajes completos, con morral (forrados en coleta) y sin vaina. Proveeduría, 515. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 265 .J Enero 11-2,151. Recibido del Sr. Manuel García J. 30 frenos montados, 30 jáquimas con pisador de lazo y 30 baticolas. Proveeduría, 519. Enero 14-2,152. Recibido del Sr. Vidal Pachón I toldo de ca­ñamaso de 6o de ancho por 4t de largo. Proveeduría, 523. Enero 14-2,153. Recibido del Sr. Vida! Pachón 30 frenos mon­tados, 30 jáquimas con pisador de lazo, 58 pares de aciones, 6o pares de estribos de aro, 6o cinchas y 30 baticolas. Pro­veeduría, 517. Enero 15-2,154. Recibido del Sr. Administrador de los Talleres de San Vicente da Paú! 200 frazadas con peso de 23 arrobas y r 3 libras granadinas. Proveeduría, 528. Enero 15-2,155. Recibido del Sr. Arturo Montaña 567 frazadas pescanas. Proveeduría, 529. Enero 15-2,156. Recibido del Sr. Roberto Salazar Silva 430 fra­zadas cocuyanas. Proveeduría, 530. Enero 15-2,157. Recibido de los Sres. Zalamea Hermanos 3 do­cenas ele peinillas de á 18 pulgadas. Proveeduría, 530. Enero 15-2,157 bis. Reci!Jido del Sr. Arturo l.Vlontaña 3 76 fra­zadas de las llamadas cocuyanas. Proveedurfa, 533. Enero 16-2, r 58. Recibido del Sr. Administrador de los Talleres de San Vicente 450 correajes completos, con morral y sin vaina. Proveeduría, 527. Enero 16-2,159. R ecibido del Sr. Aniceto Beltt·án 700 docenas de alpargatas. Proveeduría, 520. Enero r6-2, r6o. Recibido del Sr. Cerbeleón Piuz6 n 350 lazos pequeños y 86 oYillo d cabuya. Proveeduría, 535. Enero 16-2,16r. Recibiuo de l Sr. Honorato Landínez 8oo lazos p r¡ueños y 200 ovillo· de cabuya. Proveeduría_, 5 36. Enero 16-2 .. 162. Recibirlo' de la Srita. Enriqucta Gonz:Hez B. 10 toldos de campaña. Proveeduría, 526. Enero 16-2,163 . Recibido de los Sres. Zalamea Hermano 100 peinilias y machetes marca Vda B rg Il.° C.\ así: 43 pei­nillas angostas, de 18 pulgadas, y 57 machetes ancho , de 18 pulgadas. Proveeduría, 540. Enero 16-2,164. Recibido del Sr. Lui Pozano 500 metros de fieltro rojo de lana. Prove duría, 539· Enero 16-2,165. Recibido del Sr. Aníbal Castro 450 correajes completos, con morral y sin vaina. Proveeduría, 539· Enero 17-2,166. Rtcibido del Sr. Silvestre Páez 53 r-ifles com­puestos, saldo del contrato celebrado con el Inspector de Ar­mamento, de fecha 30 de Octubre de 1899. Enero 17-2,167. Recibido del Sr. José Laverde 2,000 frazadas, así: 612 cocuyanas y 1,388 pescanas. Proveeduría, 528. Enero 18-2,168. Recibido del Sr. Lucio Gori 700 correajes: car­tuchera, cinturón, portarrifle y portamachele. Proveeduría, 542. Enero 20-2,169. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. ro toldos de campaña. Proveeduría, 543· Enero 20-2,170. Anulado por los números 2,172 y 2,173. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 266 --' Enero 20-2,171. Recibido del Sr. Carlos Correa 6oo portarrifles, 6oo portatahalíes,6oo cinturones y 6oo cartucheras. Proveedu­ría, 541. Enero 20-2,172. Recibido del Sr. Intendente 5 banderas de ver­de y blanco y 33 íd. de azul y blanco. Proveeduría, 547· Enero 20-2,173. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 39 yardas, 6 sea 44! varas de raso azul de algodón. Proveedu­ría, 547· Conll'núa EL SERVICIO OBLIGATORIO EN LA ARGENTINA LEY NUMERO 4031 El Smado y Cdmm·a de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, &->c., SANCIONAN CON FUERZA DE LEY (Continúa) d) Los que han satisfecho las condiciones del servicio en el Ejército permanente, impuestas por la presente Ley, y respondan á las prescripciones que el Poder Ejecutivo reglam ente. Art. 46. Los ciudadanos mayores de diecisiete años cumpli­dos y menores de diecinue ve años igualmente cumplidos, que hu­bieren terminado sati factoriamente el cuarto año de estudios en los Colegios nacionales 6 establecimientos de enseñanza secunda­ria, que aspiren á ser Oficiales en la Reserva del Ejército de línea, serán admitidos en calidad de soldados voluntarios, aspirantes á Oficiales de Reserva en las unidades del Ejército permanente, por el término de diez meses. Terminado éste, aquellos voluntarios as­pirantes que siitisfagan el programa fijado por el Poder Ejecutivo para el grado de Subteniente de Reserva, recibirán este grado, si hubiere vacante; y de no haber, quedan con derecho á ocupar la primera vacante que ocurra. Art. 47. Un Oficial 6 aspirante á Oficial así egresado del Ejér­cito de línea, queda eximido de ser comprendido en el sorteo de su clase, y en caso de no haber ascendido á Oficial, por falta de vacante, será incorporado á la Reserva como suboficial, hasta que ocurra la vacante de Subteniente que le corresponde. Art. 48. El número de voluntarios aspirantes á Oficial de Re­serva que pueden ingresar al Ejército permanente en esa forma, no puede pasar de trescientos por año. Art. 49· Los ex-alumnos del Colegio Militar que hayan ren­dido examen satisfactorio de segundo año, serán reconocidos en el empleo de Teniente segundo de Reserva; y los ex-alumnos del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 267 _; mismo Colegio que hayan rendido examen de tercer año, igual~ mente satisfactorio, serán reconocidos en el empleo de Teniente primero, llenando en ambos casos las condiciones que el Poder Ejecutivo determine. Art. 50. Los Jefes y Oficiales del Ejército permanente á quienes se acuerde la baja ó el retiro, y estén dentro de los límites de edad~ y además en estado de salud que les permita hacer cam­paña, quedan obligados á continuar prestando sus servicios, en su grado, en la Reserva. Art. 51. Los Jefes y Oficiales de la Reserva tendrán despa­chos firmados por el Presidente de la República y serán destina­dos á los cuerpos y servicios que det~rmine el Ministro de la Gue­rra. Ellos podrán ser dados de baja ó privados de sus empleos por decreto presidencial-previo sumario,-por incapacidad, falta gra­ve en el servicio, inasistencia injustificada á un período de ejerci­cios, mala conducta ó falta de cumplimiento á sus obligaciones civiles ó militares, &c. &c. Art. 52. Los Jefes y Oficiales de la Reserva serán dados de baja de los cuadros de la misma, cuando lleguen al siguiente lími­te de eda.d: Mayores ................................... . Capitanes ................................. . Tenientes primeros ...................... . Teniente segundos ...................... . Subtenientes .............................. . cincuenta años. cuarenta y cinco años. cuarenta años. cuarenta años. cuarenta años. Art. 53. Lo Mayores de Reserva, en aquellos años en que sus respectivos cuerpos de Reserva no sean convocados á períodos de instrucción, ni llamados á instrucción de cuadros, podrán ser convocados á efectuar un período de instrucción de duración máxi­ma de quince días en las unidades permanentes del Ejército de línea. Art. 54. Durante los períodos de instrucción en las unidades ráctica de dos meses en el des m peño del grado al cual se aspira, y satisfacer las condiciones teórico-pn\c­ticas que el Poder Ejecutivo reglamente. Art. 63 . Los ascensos serán dados para llenar las vacantes que estrictamente existan para completar la cantidad asignada á cada grado en el artículo 61 de la presente Ley. TITULO VIII 1 RECLUTAMIE~TO DE CLASES DEL EJERCITO PERl\lANENTE Jerarquía Art. 64. La jerarquía de clases del Ejército de línea, Guardia Nacional y Guardia Territorial, se compone así: Suboficial, Sargento, Cabo 1 . 0 , Cabo 2. 0 Art. 65. Las clases para las unidades del Ejército permanen­te, se reclutarán del modo siguiente: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 269 _) 1. 0 Los conscriptos que se encuentren en el Ejército perma­nente, terminado el cuarto mes de presencia bajo banderas, que hayan demostrado aptitudes militares, condiciones morales, inteli­gencia, &c., podrán aspirar á ingresar en la Escuela de Aplicación de Clases, de donde egresarán como Cabos segundos si satisfacen las pruebas que en ella se establezcan; 2.0 Los Cabos primeros, entre los Cabos segundos que hayan servido como tales seis meses, por lo menos, y demostrado aptitu­des para el empleo, así como buena conducta; 3. 0 Los Sargentos, entre los Cabos primeros que hayan servi­do un afio en este empleo y que reúnan aptitudes de mando y con­ducta intachable; 4. 0 Los Suboficiales, entre los Sargentos que hayan servido por lo m enos dos años y cuya conducta intachable, aptitudes y pre­paración para el mando, merezcan esta alta recompensa de su je­rarquía. Art. 66. Los grados, en tiempo de paz, se concederán por or­den riguroso de jerarquía. Art. 67. Los Suboficiales constituyen una categoría especial entre las clases, siendo intermediaria entre éstas y los Oficiales, pero sin que puedan, en ningún caso, ascender á Oficiales en tiem­po d paz. En tiempo de guerra podrán, excepcionalmente, ser ascendidos á Oficial cuando realizasen una acción heroica y distin­g- uida, debidamente comprobada. Art. 68. El alumno de la Escuela de Aplicación de Clases que obte nga el número uno en la clasificación del total de alumnos de la E · cu e la, podrá ingresar al Colegio Militar en calidad de alum­no b F> cado, quedando desde ese momento anulado el contrato que firmó para servir como clase. Art. 6g. Los individuos del Ejército permanente que aspiren al ingreso en la Escuela de Aplicación de Clases, deberán firmar antes un contrato con la autoridad militar, obligándose á servir como clase por el término de cuatro años, á contar desde el día de su egreso de la Escuela. Si el individuo incorporado á la Escuela de Clases pertenecie­re á los coscriptos de dos años, en caso de rendir satisfactoriamen­te las pruebas de egreso, queda de hecho dispensado de comple­tar el tiempo de servicio que, como conscripto, pudiera faltarle, debiendo liquidársele la última parte del sobresueldo de conspcri­to, fijado por el artículo 94 de la presente Ley, en la proporción correspondiente al tiempo que ha servido como conscripto. Este contrato será firmado por el padre ó tutor del interesa­do, si éste fuere menor de edad, como testimonio del compromiso contraído. Art. 70. Todo contrato podrá ser renovado una vez por cinco años y una segunda y última por seis años, si los interesados reú­nen las condiciones enumeradas en el presente título, sin que una clase pueda permanecer en las unidades del Ejército permanente más de quince años. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 270 _) Art. 71. Toda clase destituída de su grado, estará obligada á cumplir el término de su contrato, sin derecho alguno á las recom­pensas á que hubiere sido acreedor en su carácter de clase por el resto del período. . Art. 72. Los Cabos y Sargentos de las unidades del Ejército permanente que hayan terminado su compromiso, en caso de no renovar éste, pasarán como clases, en el grado inmediato superior, á las unidades de reserva del mismo; y los Suboficiales que no re­novaren el tercer período de seis años de servicio, para completar los quince, al concedérseles la baja como tales, serán nombrados Subtenientes de Reserva. Art. 73· No podrá haber en el Ejército permai ente mayor número de Suboficiales que el número de compañías, baterías, es­cuadrones y planas mayores de los cuerpos permanentes del Ejér­cito de Línea. Art. 74· Para completar el número de clases necesario á las unidades dd Ejército permanente, el Ministro de la Guerra puede acordar el ascenso á la categoría de Cabo 2.0 á los conscriptos de dos años, después de terminado su primer año de permanencia en las filas y siempre que sati fagan las condiciones del examen teórico- práctico que será fijado para ellos por el Poder Ejecutivo. Dichos Cabos segundos pueden ser ascendidos á Cabos primeros, siempre que reúnan las condiciones establecidas en el § 2. 0 del artículo 65. E e consegurría sino un malgasto de tiempo entre la marcha y corrección del tiro, para volver á dcsemplazar las piezas tan pronto como el enemigo, á mansalva, ha encontrado la nueva línea de mira. Resultan, pues, inadmisibl s estas ideas, y el duelo de las dos artillerías, impuesto como una necesidad en la iniciación del com­bate. Luchan, por tanto, en este período, dos elementos completa­mente idénticos, entre los cuales, por la poca importancia que tienen en el fuego y porque n teoría debemos suponerlos de condiciones completamente iguales, tiene poco relieve la r ]ación d 1 factor lugar; la consideración del factor tiempo en este caso, quiere decir rapidez en el tiro, y como tambien re pecto á ello debemos suponer igualdad de condiciones, queda la razón de superioridad reducida á la consideración del número en el caso general, y por tanto, la relación de los efectos de ambas artillerías será su misma relación numérica. Dice el Reglamento táctico alemán que aunque no se wenle ccn la su.perz'oridad numérú:a, puede consegta'rse la supcrzondad del ifeclo, eoncmtrando los fuegos de cuándo en cuándo sobre tm punto da/sz'vo. Esto, que en teoría puede parecer factible, en la práctica no parece tanto, y sólo podemos admitirlo en el caso contrario, en el de que exista una superioridad numérica manifiesta, y entonces ya tene­mos la superioridad en los efectos en la relación de número. Además, el fuego de la artillena en las faces primeras del combate, no solamente tiene el carácter ofensivo de cubrir de fue- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \_ 275 _J gos las baterías enemigas y cañonear sus posiciones, atrayendo la atención de ellas para proteger el despliegue de las tropas, sino que también tiene un carácter esencialmente defensivo, puesto que mientras no los apague, está sufriendo los efectos del fuego de la artillería enemiga; si con este carácter multiplicarnos us objetivos, haciendo, aunque sólo sea por momentos, que se dirija á determi­nados puntos, disolvemos su acción ofensiva entre distintos come­tidos, debilitando también su acción defensiva, de lo que resulta, en suma, que debilitamos nuestra artillería y ponemos dificultades para que adquiera superioridad. El ofy'elt'vo de una artillería debe ser toda la artillería enemi­ga, y el fijar sobre un punto sólo la acción de los fuegos, es ceder o-ratuitamente la superioridad á todos los demás puntos. l'J> Parece que nos encontramos en una contradicción grande, cuando al tratar de la superioridad en otros factores del combate, hemos manifestado nuestra opinión, inclinada á la concentración de efectos sobre un punto táctico, y ahora presentamos las dificul­tades con que cuentan las baterías para realizar el mismo fin. No existe tal contradicción ni tal inconsecuencia de ideas; la acumu­lación de efectos para conseguir superioridad es tan necesaria á la artillería como á todos los demás factores; pero esta acumulación necesita una sabia dirección para resolver á un tiempo el ditícil problema que presenta en la práctica el hecho de abandonar el tiro sobre fracciones del enemigo distintas de la que se toma como objell"vo. Siempre que en estudios tácticos hemos encontrado la razón de superioridad fundada en el número, hemos acudido al factor tiempo para resolver el problema; y como en este caso la razón de superioridad numérica tiene carácter más general que en nin .. gún otro de los que pueda presentar la teoría del combate, e lóCYi-co que argumentemos del mismo modo. b Para que sea lo más eficaz posible la manifestación de supe­rioridad, ha de tener lugar en el momento en que el enemigo pre­sente mayor debilidad en aquel factor con relación al cual pret n­demos dicha 5uperioridad; este es un principio general que ai arca todos los elementos y momentos del combate, como tamlúén lo es el de que el momento de mayor flaqueza es aquel en que se reali­zan las maniobras. Como en este primer período del combate la artillería no realiza otra maniobra que el despliegue para con e­guir sobre la del enemigo una superioridad efectiva que anule su mayor número, qu .... posteriormente puede hacerse patente, e ne­cesario sorprenderla en esta maniobra, y por tanto hostilizada antes de que, desplegada toda ella, pueda manifestar por comple­to sus energías. La operación es bien clara, y consiste en tener desplegada toda la artillería antes que la del enemigo, y reducir al silendo la que éste tenga en batería, concentrando sobre ella todos los fue­gos antes de que el resto haya podido entrar en acción; es la so­lución de buscar la superioridad numérica del momento, ya qu~ no Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de C o lo mbia \._ 276 -' existe la superioridad numérica absoluta, fundándose en la rapidez d el despliegue, en el útil aprovechamiento del factor tiempo. Dedúcese de aquí la imprescindible necesidad de una direc­ción saLia del arma para que tenga lugar con éxito esta concen­tración de fuegos, esta unidad de acción ; si la artillería, como en a nteriores tiempos, hubiera. de diseminar~e por todo el frente de combate, distribuída en baterías ó secciones para que el humo de los continuos disparc.s no la mole tara en el desempeño de sus fun­ciones, no podría cum¡;!ir con la rapidez que requiere, el caso tan importante cometido, pues aparte de que la unidad de mando, nece­saria paru la unidad de acción, se dificultaría grandemente, se alar­~ ar :a mucho la operación, expuesta á lament::tbles equiv0caciones en el cálculo de la línea de mira. Hoy tanta disper!Sión no es nece­saria, la nueva pólvora ha venido á resolver la cuestión y á hacer más rápida y segura la corrección del tiro, y puede, por tanto, pre­sentarse en grandes masas, como exigen por necesidad evidente los ant riore~ argumentos. Otra tendencia se manifiesta modernamente para poder con­trarrestar los seg-uros efectos de la superioridad numérica. Hemos d e .;uponer á ambas artillerías combatientes en igualdad de con­diciones, habiendo admitido ambas todos' los modernos adelantos; en esta. hipótesis de carácter práctico, es como únicament.._ debemos admitir la idea que se impone de superioridad numérica respon­diendo á la superidad táctica; de otro modo, el problema sería com­pl jo, porque habríamos de poner en relación diversos medios de acri0n, de naturaleza distinta también, y que por consiguiente in­fluiría 1 de mo·1o diferente en lo ·fectos, n pudiendo determinar éstos tl ¡)n'ort", sino por los resulta os ob e rvado n los campo de tiro después de sus estudios ai lados y combinados. Ambas artille­rías: pues, son iguales en calidad; la diferencia está únicamente en la cantidad. La t ndencia moderna consiste en subordinar la superioridad numérica á la superioridad de los efectos; y admitiendo que para la calidad de la artillería los efectos dependen únicamente de las condiciones en que se hace el tiro, cabe fundar la superioridad de los efectos en el hecho de dificultar en lo posible el tiro del ene­migo ; para esto se requiere ocultar cuanto se pueda nuestras pie­z: as, y de ello se trata, al extremo de admitir el tiro indirecto con a adopción de obuses para el campo de batalla. En la útil adopción y sabio empleo de estos dos medios que a ntes que repe lerse son afines, está, pues, el me d io de subordinar la superi or idad nu mérica del e ne mi go, medi os q ue en r esumen qui e­r en decir r a pidez e~ el d esp lie g ue, anticipán d o se al de l e n emigo para atende r á su destrucción con forme vaya presentándose e n el campo d el c om bate, y ocultar las baterías á su fu ego directo con ' la utili za ción por nu estra parte d el tiro indirecto. Apa r te de la pe rfecta in strucció n q ue e l emple o de estos me­dios exige por las dificultades del tiro indirecto, presentan además otros no despreciables en la práctica, consistentes en que el ene- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 277 _,; migo, haciendo lo mismo y por la considerable distancia á que modernamente combate la a r tillería, será difícil de descubrir si admitimos en él la adopción de la pólvora sin humo. Esta dificultad no presenta para su solución otro medio que un servicio de exploración bien organizado, compuesto de pocos hombres bien instruídos, servicio -:¡ue ha. de ser arriesgadísimo y que debe mantener una comunicación rápida con las fuerzas de artillería, siendo su principal misión averiguar el emplazamiento de las baterías contrarias y dar conocimiento de su situación y dis­tancia probable que las separa de la artillería propia. Abstrayéndonos ahora en la consideración de estos medios, deducimos que se refieren ambos á la mic;ma idea á que en otras ocasiones referíamos la superioridad en el hecho táctico de la ca­ballería, y la misma á que referimos también la superioridad en el fuego de la infantería; es ésta la que domina toda la esfera del combate moderno, y se extiende al empleo de todos sus factores la consideración dd carácter principal que tienen los factores lu­gar y tiempo. Si por los expresados medios, hábilmente puestos en acción, se consigue reducir á un relativo estado de impotencia la artille­ría enemiga, durante una corta canLidad de tit:mpo, mediante la cual nuestra infantería, desembarazadamente ha podido r alizar el desplieg-ue, preparándose para la realización dd combate, se ha cumplido esta primera misión de la artillería. El combate pue<.le re d'zarse, se ha estu<.liado el campo de la acción, se ha d terminado el objd/'uo táctico; la infantería liene ahora la. mi!->iÓn de dar cadct r al combatt, realizarlo y llc•gar á su solución. En stt· seg-undo período, la artillería tiene también su ú il empleo; n hay que supon .r tan destrozada á la del enemi­go, que t n :ra inutili1.ada todas sus pie::as, con las cuales n pue­da mole, tar á nuestra infant ría; é:,ta Lil·ne cvid nt mente un re­curso dl~fensivo contra ellas en su movilidad y en su fu--·go, de ma­yor efecto á medida que se acorta la di~tancia; pero dada la mi­sión que en este período ha de cumplir la infantería, no puede de­dicar su atención al fuego de la arlillena enemiga, y ería una distracción grand~, de su principal cometido, el acondicionar su movilidad á los efectos de aquélla, cuando otros factores ele mayor importancia y de más directa influencia, son los que deben r gu­Iarla ó activarla. Tampoco la artill ría ene níga puede ser, en la generalidad de los casos, el objet/vo de su fuego; la artillería ne­miga concurre á contener nuestro avance y á rechazar nuestro asalto, y concurre de una manera directa, pero ni estará general­mente, sino por desacierto en el mando, en las posiciones que se han determinado como objelivo del asalto, ni las posiciones que ella ocupe, sean cuales fueren, podrán determinarse como objtH­vo, sino pur desacierto en el mando también, á no ser en el espe­cialísimo caso de que el jefe del ejército enemigo haya decidido sacrificarla para evitar un mal mayor, ó de que á fuerzas propias se les confíe la misión especialísima de contrabatida. Una vez re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 278 -' ducida á la impotencia la artillería enemiga, la infantería queda reducida á la impotencia también. Podrá causar con su fuego al- 2'Ún número de bajas, quizás de consideración, pero su inmovilidad con relación á la infantería, así como su carencia de condiciones para el combate cuerpo á cuerpo, serán causa de que al fin y al cabo caiga en manos del vencedor. En la realización del combate, en la armónica concurrencia de todos los factores, no es sólo misión de la artillería el acabar por completo con la quebrantada artillería del enemigo : exígesele otro cometido, que si no le es peculiar y exclusivo, ayuda, sin em­ba¡- go á determinar la superioridad táctica; es éste el hacer blanco «le sus fuegos los puntos escogidos para realizar el asalto, y batir las grandes masas de tropas enemigas. Para realizar este objeto se le impone el cambio de posición. Operación es ésta que merece especial estudio, porque consis­te, en suma, en una maniobra, momento táctico de supr ma deLi­lidad, más aún ad nitiendo la agrupación en grandes masas; no se trata d.; una sola pieza que en el campo del combate avanza ocul­tándose :í la vista del enemigo y regulando su velocidad por las exig-crcias de su seguridad: trátase de un grupo de Laterías que al dejar de hncer fuego, suprimen momentáneamente ~u eficaz con curr~ncia y que por _u consideral>le número difícilmente en­contrará terreno por dónde marchar á cubierto, y de igual ó ma­yor nú nero d carros que las siguen ó que marchan antes á repo­nerse dd gran consumo de municiones hecho, para después incorporarse al nuevo emplazamiento, y como ocurre en general n toda maniobra, interesa mucho la Yclocidad, y como ocurre en do momento de debilidad, interesa la p;-otccción. P ro rontand.o con la anterior reducción d~.,; la superioridad oumér'ca del enemigo, al c.·tremo dl! dctc.:rminarsu estaLlo de infe­rioridad láctica, se facilita notablemente la operad 'n ; ya no es necesaria la acción simultánea dd fuegu sobre un punto, y tanto la aparición sucesiva de las piezas, como el mayor fracciunamien­to, puede supone¡· poco ó nada en los ef ctos de la concu­rrencia. Pcrmitt n estas consideraciones el avance ucesivo des­pués de un estudio de las nuevas posiciones, avance realizado por escalones, operación en que todos encuentran protecciÓn recípro­ca. El número de escalones, así como la velocidad, ya no es cosa d.e capital importancia, y no merece consideraciones anteriores, porque son condiciones tácticas del momen~o, dependientes sólo de las condiciones del terreno en que se ha de realizar la ma­aiobra. Posterioriormente á este momento táctico del combate, queda sólo el de su solución, consistente en el choque. Nada puede hacer ~n él la artillería, como no sea la concurrencia eficaz de su fuego; elemento ofensivo poderoso, carece por completo de condiciones para el contacto; sin elementos de choque y con difícil adaptabi­lidad al terreno, no le incumbe otra misión que dejar sentir los efectos de su fuego y concurrir á la persecución del enemigo en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 279 _) la retirada con un cambio rápido de posición, hecho sucesiva ó simultáneamente, según reclamen las condiciones del momento, facilitando la maniobra la poca eficacia que debemos suponer al fuegu en..._mi_so y la prutección por el frente de un considerable númerp de tropas. HILARlO HERNÁNDJ:Z RIVERA --·-~ EN LA GUERRA i DEBE EL MA:.J'DO TE:.J'ER FAMlLL\RIDAD CON EL SOLDADO? Si se escu lt·iña con cuidado la vida de los caudillos y Gene­rales e ·clareciclo._, se convendrá en que, sin caer en la chocarre­ra populache ría, qui n mande debe estaulecer trato y conver­sación con el s !dado, Sl>l>re todo en campaña. Sauida es la cos­tumbre de la casa clt! H henzollern al pasar revista i los reg·imien­tos ... "¡ 13J~no días, II' are ele la GJardia ... , I. 0 de Granaderos, 17. 0 de Cat.adJre ! ... " Lué_;o, lo S.)be ra•10s suelen hacer pre­guntas á la clases y soldados. E taco tumbre es aún más patriar­cal entre los ru o . Napoleó 1 ,_, ust alKt de recorrer los campamentos, conversando con la tropa, y hub o~.;a ' iones, com la ví ·pera de la batalla de Jena, en que p r su presencia y alil!nto, pulo sacarse dd barran­co en qu había ca~do á prima noche, la artillería del Cuerpo de Lane (el 5. 0), CJUe ¡:.> r e:sta razón jug-aua horas de pués en la ba­tall, que deshiw .\ Pru.,ia, . ujdándo a á la ser\'idumore d..! I3ona­parte. En los ti~mpos mo·lernos, quienes más han empleado la fa­milia. ricla con 1 , so!dJ.d >S, acaso por la condiciÓn del mouj 'k, han sido lo ' Genc;t a.les rusos. ¡ Q1é brio. a elocuencia la de S.·obelew en la~ .i.lJntañ S! Biucher sabía enardecer á su gente con la vigorosa divisa que fue la guía de su e fudzo eu los tiempos amargo d,~ la deca­dencia ¡Jru:-,ianJ.. ¡Adelante!, gritó si~mpre; ·adelante!, ·adelante t En los días d~: 1 desastre, pedía un mapa y preguntaba: ¿dónde está el enemi:.;-o ... ? ¡Adelante, vamos á batirle ! La víspera de Leipú · se introdujo entre los regimiento , gritando: ¡ Quien maña­na no muera, tiene que embriagarse con la alegría del triunfo, si no e un perro maldito l A1uel gran soldado de las campañas de Dinamarca del 66 y del 70-71, el Príncipe Federico Carlos, t~.mlJién po~eía el arte de inflamar al soldado ... ¡Dejar latir vuestro. corazones pensando en Dios y batir vuestros puños hacia el enemigo!, exclamaba en la lucha del 66. ¡ Podéis descansar como soldados que cumplieron con su d eb..._r !, dijo al concluír el glorioso combate de Missunde. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Pero uno s y otros son flores de cantueso, cotej a dos con el h u­m orismo y e l arte de Federico n, pa ra granjea rse el cariño y la adoración de sus soldados. Y cuenta que, en sus días, los merce­narios sólo conocían al Rey por la moneda. Después de Rosbach, Federico n marchó con su Ejército á Silesia. Era en pleno invierno; las marchas resultaban muy peno­sas; el frío y la nieve embarazaban el avance; los alojamiento~ eran malos; escaseaba la leña y la comida... Para dar ejemplo, el Pe y filósofo echaba con frecuencia pie á tierra, conversaba con la tropa, oía sus conversaciones y sus quejas .... Oyó un día mur­murar de que el pan era escaso y malo ... Pidió á un granadero un pedaí:o, Jo comi ', y en seguida dijo en voz alta, para que se le oye e: HEs verdad que el pan no es muy bueno, que digamos, p:!ro .. . se le puede comer ; ya procuraré que se mejore en cuanto sea posible. Pero hasta que esto llegue, hagamos de la necesidad virtud." Como los dineros escaseaban, los mercenarios extranjeros de­sertaban de su fila en cuanto dejaban de percibir alguna paga. En ci •rta ocasión se sorprendió á un borgoñón, fusilero, que se dispo­nía á desertar. Dada cúenta al Rey, é te hizo que se le presentara el soldatlo.-¿, Por qué nos querías aband nar, fu ·ilero ?-Señor, la verdad, p >rque los negocios van maL-Cierto, no van bien que di ramo , pL:ro •scúcha : \amos á batirnos otra vez, y si d spués de u na nueva batalla las cosas no mejoran ... des rtaremos juntos.­-(].. 1 da hech el trato, sei10r-Lo que Dieudonie Thiebault, cuyo s ·l dato !'·miar el valor de un C~pilán de lnfant •ría, F derico n l e envió una c1·ul ele pu.! · de citar en fJÚblico su comportamiento. hl tpitarón de Pirch contestó que no deseaba dormir.-¡ Bien, mi cxcelente Pirch! 111rad la h ra que es, y dentro de una hora Jlamadme para que reanu­d emos la marcha . Dos minutos despué·, aqu 1 hombre que acaba­ba de perder una batalla y cuyo Ejército il>a de huída, d0rmía p rofundamente. ¡ Cuán grande ra el dominio d~ sí mismo! Federico, en Colín, decía años de. pué::; el Titán cor~o, só lo perdió su Ejército; p 'ro en Rosl>ác h, el .i. lariscal francé Soubisse, p erdió el Ejército y el honor .... El Rey filó~ofo dt..:cfa de ~ ulJi se : "Ti<: ne más de veinte cocincr s, r ero ni un ~pía . " . . . . Yo no gas-to cocinero, pero cuento con n•ás de v in te s¡..ías ... . P >puJar y justi iero entre la tro¡.>a, ejemplar n toda ora. ión, profun lo y abnc, ado i rnpn: .... su rd1 .·ion sal Duque Fe rnan­do de. Br m wick constituv n uno de 1 funcJamc nt s más h •rmo os de la milicia .... "D "' CÍa ·v g cio que la gu "na "ra un l:!Stw1io y la paz un ejt~rcici , y teníi1 razt)n. Ilay quien p n _ n juego t o su organismo, sin 'mplt:.ar jnme;1s. u e 'f>Íritu. El pen · miento, la fa­cult. d de e 1111binar las idea , t•s lo que di . tin .. ·ue al hombr , mili­taró ivil, de la b ~stia. ·n mulo, de pu~s de llevnr el 1 a te du­rante e i z rampañas con el Príncipe Euge1 io, no seda por (.o un táctico .... P r es preciso conft .. ar, para \'ergü nza de la humani ­dad, que muchos hombres nvejccen n una profc:~ión, ~in hacer m ás progresos que el mulo . . . . " Contra tales amartelados de la rutina lanzaba el gran Rey sus órdenes de estudiar, de trabajar y de discurrir sobre el ofic io . Contra ello ha luchado, lucha y luchará Inglaterra en el Norte, l os latinos todos al Sur. ... 1\Ias, hágase punto -aquí, porque el tc>m a es vidrioso y requeriría vagar y e;~tcnsión de que hoy no dispo­n e m os . S. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- 282 _J - Historia==== AUTOBIOGRAFIA DE HIPÓLITO MORA COR01 1 EL DE COLOMBIA ( Concluye) REVOLUCIÓN DE 1885 El 25 de Diciembre de r884, siendo Jefe del Ejército de Re­serva el Sr. General Leonardo Canal, se me llamó al servicio en el empleo de Guardaparque de dicho Ejército. Tomado que hube pose ión del cargo, se me entregó una nota para el Guardaparque general, en la cual se le daba orden de que me entregara todo lo que yo pidiera y fuera necesario para elaborar cartuchos. El ~r. Francisco Vanegas, Guardaparque cntonce , puso á mi disposición todo lo que le pE;dí, de conformidad con la nota refe­rida. Tan pronto como recibí e tos elementos, establecí trabajo de 6 a. m. á 6 p. m. En pot.:os día , con ayuda de soldado , arreglé un millón de cartuchos ; pero viendo que todos los días marchaban cuerpo· para el Sur y para 1 Norte, estaba desesperado por no irme incorporado en alguno de ellos, debido á que mi espo. a esta­ba enferma, y de tanta gravedad que el 13 de Ener de r885 mu­rió, dcj,índome seis hijos, cuatro mujeres y dos hombres. A pesar de lo sufrimicuto inhen: ntes á e te duro trance, me dirigí á la casa del e neral Canal, y le dije: "~Ii Gt::r.eral : suplico á u ted me el ·stine para cualquier punt donue haya fuerzas dcl Gobier­no; pues aun cuando e tá tan reciente la mue1 te de mi esposa, de­seo ir á participar de los azares de la campaña, resignánt.lome á abanclo11ar mis hijos, á quienes lts d jo de mi sueldo una radi­cación." El General Canal me dio esta contestación, que me fue muy sati factoría: "¿Quiere marchar para O caña, é ingresar en la 6.• Dli•ú/!m, que manda el General Guillermo Quintero Calderón?" Mi respuesLa fue : " General: rnándeme á donde quiera, que inmedia­tam~.; nte me pondré en marcha para el lugar de mi destino." Se me expidió el respectivo pasaporte, fechado el 2 de Mayo de 1885, con destino á Ocaña. Llegué al pueblo de La Florida, donde estaba acantonado el General Antonio B. Cuervo, quien comandaba una División. Me presenté á él, y le manifesté que mi marcha era para Ocaña; pues á este punto me habían destinado. El G"'neral Cuervo me dijo : "Debe u ted quedarse aquí, porque el General Quintero ya no está en O .. aña, y además yo lo necesito." Manifestóme que habfa nece­sidad de constru(r unos miles de cartuchos; pues todos los que le habían mandado estaban muy gruesos, y no servían para el cali­bre de los fusiles. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ ~~3 _J Obedeciendo esta orden, principié mi trabajo, y en poco tiem­po se elaboraron cien mil tiros; pero no se pudo continuar la obra. por haber llegado orden de marcha. Nos movimos al pueblo de La Cruz, y en este punto encontrá­mos al General Quintero Calderón, y la noticia de que las fuerzas enemigas habían salido de Ocaña en dirección á Bucaramanga, tomando una trocha para no encontrarse con nosotros. El General dispuso la marcha hacia Ocaña; pero al saber lo hecho por el enemigo, acampámos en el punto llamado El Salado. Las fuerzas enemigas se atrincheraron en el Alto de las Ro­jasó el Campanario, punto distante una media leg-ua. El General Cuervo dispuso el plan de ataque, y en seguida mandó desfilar los cuerpos; como mi empleo ó destino no era para que se me orde­nara marcha, yo, lleno de entusiasmo al ver desfilar las fuerzas, me acerqué al General Cuervo y al General Quintero, y les d1je: "Concédanme permiso de que yo vaya en uno de los batallones que marchan; quiero ir á di:)frutar del comlJate aliado de mis com­pañeros; aun cuando el resultado en la pelea me sea adverso, que­daré muy contento con él." El General Cuervo me contestó: "No, señor, no es mi gu to que usted va ya por allá; " pero yo insistí, diciéndole que e o era lo que me había llevado á esos puntos. Vol­vió y me dijo: ''Pues ~i u ted lo quiere, váyase en el Batallón nú­mero r r de J unín." Inmediatamente marchámos, el General Quintero, el Coronel Rojas, el Comandante Bueno, el Comandante París y yo. A muy poca di~tancia de nuestro campamento empezámo.s á subir una loma, y cuanrlo íbamus bien arriba, nos cayó un gran aguacero, acompañado de un fuerte graniza]; pero nada de esto nos aterró, y continuamos subí ·ndo, por cuanto ya nos avistábamos con el enemigo. A poco momento rompieron el fuego, y el Gen e ral Quintero, el Coronel Rojas, 1 Comandante Bueno y Parí a Yanzaron adc:lan­te, con algunos soldados, con el fin de t ncr la gloria de tomarse la primera trinch ra; pero esto no ucedió, porque tan pronto como se apro.·imaron, les híciero 1 una descarga que dio por resultado la caída de todos cuatro. Nosotros que estábamos abajo, supimos que el General Quintero había quedado v1vo, por la razón de que lo veía­mos haciendo esfuerzo por levantarse, pues estaba casi debajo de la mula, la que sí había muerto. Viendo esto, un Sargento muy valiente se fue en cuatro pies para no ser descubierto por el enemigo, porque como é~te no deja­ba dc,tiro:ear, podía perecer también. Cuando lleg-ó al punto donde estaba el General, se puso á hacer por sacarlo, le hicieron una des­carga, pero afortunad~mente sólo ie hirieron, y como al General no se le veía sino el sombrero, en éste le alcanzaron á dar dos ba­lazos. Comprendiendo que era imposible poder atacar por ese lado, resolv·mos variar la entrada, y partímos sobre el lado derecho del ~ampamento enemigo, aunque también el acceso era demasiado di­fícil por lo escarpado de los cerros, teniendo que bajar una peña para Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia d espués subir otra. A esto se agregaba que como hacía tan poco que h abía caído e l graniza!, las pajas estaban muy lisas; á veces des­cendíamos un gran trecho, pero a l fin salímos á la cuchilla. Ya de este punto podíamos romper nuestro fuego, pero no po­díamos avanzar contra las formidables trincheras de enemigo, de las que nos hacían muchas bajas, pero sin embargo no afligímos. Estando muy cerca ya, oímos mucho viva al General Cuervo,. dentro del campamento enemigo; y crcy ndo nosotros que nues­tras fuerzas habían entrado por el otro lado, a vanzámos sobre las trinc!leras, pero ya eran las seis y la tarde estaba muy oscura, no sólo porque concluía l día, sino porque había sobrevenido una ne­blina tan e pesa, que no porlíamos distinguirno á distancia de cua­tro metros; por fin a vanzámos sobre la trinchera, pero cuando la alcanzámos, como tenían una salida por el borde de un precipicio,. por ahf se nos vinieron encima, y uno me hizo un tiro de revólver que no acertó por lo o curo del tiempo. Como era imposible resis­tir, nos botámos cuatro por el precipicio, para no ser mu rtos ó pri ioneros, ayudándonos de los bejucos que pendían de Jos~~ bo­les, costándonos mucho trabajo podernos el s nredar de llos; pero al fin lh;gámos á la profundidad ; estos -·ría á las 8 de la noclw. Como en esta profundidad hal>ía agua, caímos en ·lla, dándo­nos arriba de la rodilla; pero cuntinuámo · zanjón abajo, y á las tres de la mañu.na salírnos á un medí llano, donde d scans::imos~ aunqu todos mojad ::;, e pcrando que amanecí ·ra. Lué~o continuámos nuestra marcha; pero como stál amos desorientad s d 1 punto don e n >S hall :iba m -, fuimos á . é\ 1ir al pueblo de La Cruz, qu ·danc1o di. tantt"s de nuf''-tro camparn nto. N dirig-ímos ~í él, y llegamos á las r r del día, é inmediatam•- n­tc nos pr~.;scnLámos al Ci-t:neral Cuen o, 1 que tan pronto como me vio, me abraz(i y . e al gró de que no me hui.Jicra uc clH o m da, pues ya le halJían dich que había muerto, porque me habían vi t muy cerca ele la tnnchera , y que i sto hui.Jicra suce.Ji­do, él era el culpable, por hal>erme e nccdi l el permi -o solicitado,. y agrí.!gÓ: "Ya que e tá salvo, venga s toma un trag-o," y en efecto me lo tomé muy á mi gusto. Luégo le dije: "l\Ii G '11 ral : espero de usted que asci ncla al Cabo y á los soldatlo que me acompañaron,' y él me conte tó: "No ólo á clii)S, sino á usted, que bien lo mer ca." En seguida marché para mi toltlo á recoger mi montura, la que había dejado en l Alto con la mula ; pero no encontl é nada de ella, porque de lo compañeros, por vía de herencia, el uno había tomado el galápago, otro el freno, otro las espuelas, &c. Como estos oi.Jjctos estaban en diferentes batallones, me costó mucho trabajo recuperarlo . Como el General Cuervo había nombrado en comisión al Dr. Luis Martínez Silva para que subiera al campamento enemigo á proponerle que se entr garan, que él por su parte les daría toda clase de garantías, tanto á los Jefes y Oficiales como á la tropa , q ue todos quedarían en liberta d y que escogieran un p unto para en- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 285 _) tregar las armas y darles su respectivo pasaporte, ellos aceptaron, y eligieron el punto de Los Gua m os, y á ese lugar nos dirigímos. Cuando llegámos, ) a aquellos señores estaban ahí, y nos en­tregaron 6oo rifles en muy buen estado y 6o cajas de cápsulas. Al entregarles el pasaporte, el General les otorgó un auxilio de $ 16 á los Generales, á los Jefes $ 12, y á la tropa$ 4· 11archámos en seguida para Ocaña con el armamento y una ametralladora, y una. vez en este punto, el General Cuervo arregló viaje para Bogotá. A los pocos días nos movimos para Puerto Nacional, con todas las cargas ; allí nos embarcámos, y salímos á Honda, don­de encontrámos al General Cuervo, quien venía á encontrarnos. De Honda pas:imos á Serrezuela, donde durámos un poco de tiem­po, y luégo nos dirigímos para Bogotá. En esta ciudad fui nombra­do Guardaparque del Ejército del Atlántico; pero á poco tiempo fueron eliminadas estas fuerzas y quedé excedente. Me dirigí entonce al lado de mis hijas, las que había aban­< lonado para ir al Norte, contento como el día que salí de Bogotá, y dánd le gracias á Dios porque aun cuando pasé trabajos en la campaña, me conservó inalterable la salud. En la revolución de 1895 presté mis servicios en el Parque general de la República. *** Esta es la relación de un hombre entusiasta, que cuando oía tocar la corneta conse rvauora, abandonaba mujer, hijos é intere­ses por conseguir la gloria de ver triunfante su Partido, que por sus doctrinas es el que debe regir una R púulica que se llama cristiana; y mi e ntras te nga alud, y aun cuando de a\anzada edad, estoy li ~~ o á rendir mi vida por d e fender la causa de mis convic­ciont s. E ta relación no la podrán estimar sino los que hayan estado en los campos de batalla, hayan cruzado los páramos y hayan dor­mido d t bajo del toldo; porque sería imposible, en este pequeño relato, enumerar todas las impre~iones y fatig-as que se sufren en una campaña en Colombia. NoTA DEL DIRECTOR-El Coronel Mora, á pesar de sus 80 años, servía en el Parque general con el brío de un joven, cuando falle­ció, hace algunos me ·es, arrebatado por una enfermedad de pocos días. ---- ~ ---- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia -- 286 _..) ------========= V a r i edades PEREGRINACION DE ALPHA 1 POR MA UEL ANCIZAR (Continúa) Situada Soatá al extremo del último recuesto de la serranía que demora al Occidente, y no lejos del río Chicamocha, goza de una temperatura de 20° centígrados, hallándose á 2,045 metros sobre el nivel del mar. Ya en 1538 era el asiento de un Usaque distinguido en la g-uerra de la Conquista, como principal auxilia­dor del valeroso Tundama, lo cual le trajo la rnuerte y la devas­tación de sus Estados, en términos que hasta 1 7 57 no pudo adqui­rir la importancia de Parroquia. Hoy es cabecera del cantón de su nombre, y cabeza de un distrito que cuenta g,ooo habitantes, rico en ganados y en agricultura, favorecido con un clima sano y generalmente templado y con la producción espontánea de e. qui­sitos dátiles que los soataes tienen el tmo de echar á perder, cre­yendo que los adoban para el comercio. Hállanse minas abundan­tes de hulla, hierro, cobre, plomo, galena, alumbr , y so y sal co­mún, como que en las quiebras colosales del terreno stán ma­nifie tas las formaciones de transición secundaria, y las cuenca contienen grandes depósitos de acarreo. Téjens muy buenos lien­zos y mantas de algodón, ruanas y bayetas de lana; artículos que con el trigo, añil, aní , panela, miel de caña y otros frutvs ali­menticios suministrados largamente por la agricultura, son mate­ria de un comercio activo con San Gil, ocorro, anta Rosa, oga­moso y Cocuy, y en parte con las Pro\ incias de Soto y antander; elementos más que suficientes para asegurar la prosperidad y la. civilización de la villa, cuyo atraso es por lo mismo imperdonable y sólo imputable al carácter trabajoso de sus moradores. Los del Distrito son fornidos y de aventajada estatura, blan­cos en la mayor parte, mestizos é indios de índole dócil, costum­bres sencillas, ajenos de crímenes y tanto más bondadosos, cuanto más se al jan de la presuntuosa riqueza y semi ilustración de los gamonales de pueblo. Visten el traje rduoso, en que predominan la bayeta y las pesadas ruanas, cubriéndose los campesinos con grandes sombreros de trenza, muy indígenas por cierto. Viven felices labrando un suelo que les remunera sus fatigas con prodi­galidad; excepto en las laderas hacia el río, que son compuestas de margas sustentadas por un lecho de lajas inclinadas, sobre la., cuales suele resbalar la capa de tierra cuando las aguas la empa­pan, rodando á trechos hacia abajo y sepultando las ca. as y la­branzas que halla por delante: fenómeno á que dan el expresivo nombre de camznar la Herra, y que sin embargo de repetirse con frecuencia, no escarmienta á los que toda vía persisten en cultivar y poblar aquellos recuestos movedizos. Cuando llegámos á Soatá., se preparaban á celebrar la Octa- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 287 -' va del Corpus, comenzando por tres días de penitencia para en­trar luégo á las fiestas con el saco de la conciencia vacío, puesto que habrían de presentarse numerosas ocasiones de henchirlo nue­vamente hasta más no poder. Aguardé á que concluyeran de blan­quear y adornar la iglesia para visitarla, y cuando dieron punto á la magna obra, me encamir:é para allá. En lo exterior habían con­servado esmeradamente lo descascarado y sucio de la fachada; pero dos palos revestidos de arrayán y amarillo, que hacían en la puerta el oficio de pilastras, indicaban que los ornatos estaban dentro. Y en efecto, todo aquello era arcos de cañas cubiertas de género blanco y salpicados de espejitos y láminas de grisetas pa­risienses, cuya proverbial modestia las haría ruborizarse al verse adoradas tan en público con los trajes suficientemente profanos que les puso el valiente litógrafo su autor. ¿Qué harán aquí estas ciu­dadanas?, iba á preguntarme, pero me cerraron la boca dos alta­res fronterizos, donde por entre un bosque de retazos colorados y blancos sacabr-1n la cabeza, como quien pide socorro, unos santos de bulto e cu~Hidos y ve ti<..los á usanza de ninguna naci6n del mun­do: rodeábanlos varios espejos, y más abajo unos cuadros que re­presentaban escenas de Atala y Chactas y la exhumaci 'n y funera­les de los restos de Napoleón. Ante la valentía de esta innovación, no quedaba otro recur o que enmudecer, en Jo cual imité á dos retra­tos de Pío IX y del ciudadano Arzobispo, que estaban en otro altar viendo á las grisetas y á Napoleón, sin conmoverse, ó acaso distraí­dos por la ramazón que llenaba el resto de la igl sia, más seme­jante á un adoratorio de indios que á un templo cristiano. i así estaba la iglesia, fácilmente se colige cómo estaría la proce ión. Máscaras monstruo as, cuadrillas d matachines, rey David bai_ lando y diablos alegres delante del Santísimo, depuesto el antago­nismo necesario; un cercado de cañas representaba ,,¡ Paraí o, con cotudos y fabricantes de ollas; exploradore hebreos de la tierra de promisión hacían parte de la procesión, sin dár eles un bledo del anacronismo que estaban cometiendo; todo esto, ro­deado de un concurso que presenciaba la fiesta como un spectá­culo teatral, y no como la más solemne y severa de las del culto católico. ¿Qué fin de enseñanza moral, ni épase que hay la costumbre de presentarse en la iglesia unos que llaman penitentes, que son hombres vestidos de enaguas blancas; las cuales forzosamente deben ser alquiladas, y una vez adentro, comienzan á zurrarse el pellejo, compitiendo á quién se da más azotes hasta sacarse sangre ; pues no he hallado medio de deste­rrar esta barbaridad, y á veces por no verla me he ido á otro pueblo. -'Mejor debería llamarse profanación del templo y agravio de Cristo, que jamás ha pedido ofrendas de sangre, como los ído­los del Ganges ó del antiguo México, á los cuales sentaba bien u11 culto de crueldad y dolores físicos. -Pues ahí no es todo: vienen después los crucificados, gaña­nes que se echan á cuestas una cruz grande, y se ponen á repre­sentar los pasos y caídas del Salvador, con la particularidad de que en vez de Cirineo les acompaña una moza con un calabazo de chi­cha, de la cual dan un trago al penitente en cada caída, para for­talecerlo y animarlo; y sucede que las caídas menudean y lo tra­gos también, hasta que á la postre andan los falsos Cristos tan borrachos. que no dejan nada qué desear, y acaban por familiari­zarse demasiado con los Cirineos.-IIe combatido este abuso por todos los medios que están á mi alcance, y espero que dentro de poco desaparecerán. -Quiera Dios, para decoro de la Religión y honra de nues­tro país, que á este paso no sé cuáles creencias le quedarán luégo que la mayor ilustración proscriba sem "jante farsas. Que en las poblaciones de indios retiradas y pequeña subsis­tan stas prácticas de los siglos bárbaros, fuentes de lucro para los mnlos sacerdotes, se concibe aunque se lamente; pero que se vean toda vía en oatá, es lo que no tiene perdón. La moral popu­lar no se funda ni conserva con fraudes y supersticiones de apara­to puramente material. Cuenta el cantón 34,00 habitantes sobre un territorio de 38 leguas cuadradas, distribuídos en 8 distritos parroquiales, que, de­terminada su situación respecto de Soatá, son los siguientes: Co­varachía, 5Í leguas al N., pueblo pequeño y desprovisto, edificado dando vista al Chicamocha sobre el ramal occidental de la cordi­llera, no habiendo por esta banda otra población, salvo algunos vecindarios de estancieros; al E., pasado el Chicamocha, Boabita y Ubita, distantes 3 leguas por camino de serranía; Jericó, 8~ le­guas al SE., encaramado en la serranía donde la rompen por tres lados los ríos Canoas, Chitano y Chicamocha, y por consiguiente expuesto á recibir los fuertes vientos que se arremolinan contra el Alto de Mausa; Susacón, 3 leguas al S; y finalmente las dos Sáti­vas, 6 y 7 leguas al mismo rumbo. No podíamos, pues, hacer una correría metódica por todos los distritos, sino visitarlos en las sali­das desde la cabecera del cantón hacia los de Santa Rosa y Cocuy. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 9

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 25

Por: | Fecha: 21/06/1902

:Ion coW.boradorc• de crtc periódico los .rife• y Oficiales del Ejtrcito ~::::::;:::::::: Oficial - DECRETO JUMERO 916 DE 190~ (JUNIO 5) por el cual se hace un n01nbramiento, se concede una autorización y se hacen arins asimilaciones El Vicepruidenfe de la Reptíblzca encargado del Poder EjecuHvo, DECRETA Art. 1. 0 1 ómbrase Síndico del Hospital Militar de Tocaima y Capellán de la División 1i:r¡u cndama al Presbítero Dr. Obdulio Cha­la H., asimilado á G ncral de Brigada para lo efectos fiscales . . Art. 2. 0 Autorízase al fndico nombrado para que reglamen­te 1 I o pita] en la forma que stime conveniente, nombre los em­pleado. , y haga los gastos, pre"ia ordenación del Jefe Civil y Mi­litar de Tocatma á uí n s faculta para que ponga el Páguese á la cuentas de cob1·o que le presenten pot· gastos y á los recibos por ueldos de empleados . Art. 3. 0 Las I-Iermana de la Caridad y los sirvientes que 1 resten el servicio en dicho 1-Io_ pi tal qu darán asimilados así: la Superior á Capitán, la demás á 'Tenient ; y los sirvientes á Sub­t ni nte. Art. 4.° Como el índico nom rado y la Hermana y sirvien­tes de que trata 1 a1·tículo anterior, han venido pre tando sus ser­vicio desde el mes de l\1an:o último, los ueldo que devengan se les •· econocerán desde l 1.0 del citado Marzo en adelante. Comuníque e y 1 ublíquese. Dado en Bogotá, á 5 de Junio de rgo2. JOSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARIS1 JDES FERN.ÁNDEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 770 __) . DECRETO NUMERO 933 DE rgoz (JU ... IO 12) por el cual se conced e un indulto y se reforma el articulo r.0 del Decreto Jegis­lath- o de 14 de Enero de 1901 El vícepresidetzle de la República, encargado del Poder Ejecul/vo, Haciendo uso de la facultad que le confiere el ordinal 6.0 del artículo 1 rg de la Constitución y COJ •siDERANDO r.0 Que muchos hon01·ables ciudadanos han solicitado con vivas y patrióticas in tancias gracia para lo revolucionarios que se hallan aún en armas, y de quienes se espera que las depondrán si el Gobierno les presta facilidades para hacerlo y les asegura las garantías que les ti ne ofrecidas; 2. 0 Que la situación de aquellos revolucionarios es verdade­ramente deplorabl e para e llo , r e ducidos como están á grupos pe­queños y disemi~ados, en tant? que un numeroso y aguerrido Ejército del Gobterno los per~tgue ) vence en todas partes; de manera que esta es ocasión propia para que tengan efecto las me­didas benévolas d e l Gobierno · 3. 0 Que é te se halla en la mejor disposición para contribuír, en cuanto lo permitan su d ecoro, las leye y el Derecho de Gen­tes, á la pronta terminación de la guerra, empleando medios pací­ficos · y 4.0 Que para evitar malas inte ligencias y abusos de los que están en armas, es preciso acompañar esta providencia de precau­ciones y seguridades que le den la mayor :ficacia posible DECRETA Art. r .0 oncéde e amplio indulto á todos lo colombianos cümprometidos e n la revolución armada que tuvo principio el 18 de Octubre de 1899, que s entreguen y entreguen también las armas y todos los elementos de guen·a que tengan á su dispo­sición. Art. 2.0 Los re\'oluciona.-ios de los Depa1·tamento de Boya­cá, Cundinamarca, antander y 'I'olima, gozarán del indulto si se entregan y entregan us at·ma ante del 1.0 de Julio de este año· lo de los otros Departamentos y los de Ca anare, si e entregan y entregan sus armas antes del 7 de Ago to del año corriente. Art. 3. 0 Los que e acojan á este tndulto gozarán de garan­tías para sus persona y sus intere es d e de que fect úen la entre­ga de que se trata, á la autoridades legítimas civiles 6 militares. Art. 4. 0 Los que hayan figurado como J efes ú Oficiales de fuerzas revolucionaria y se acojan al indulto, podrán retirarse de la manera honro~a, como n caso emejantes les han permitido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1\1ilitar de Colombia '- 771 _J hacerlo los J efes de fuerzas del Gobierno á lo que le han depues­to las armas. Art. 5.° Cada uno de los que se acojan al indulto deberá de­clarar ante la autoridad respectiva su •o luntad de \'Ívir sometido á las leyes y á las autoridades legítimas y de no volver á tomar ar­mas c.ontra el Gobierno, y pondrá en manos de la misma autori­dad las armas y elementos de guerra que tuviere en su poder. Art. 6. 0 Quedan exceptuados del indulto los responsables de delitos comunes, los cabecillas de expedicione organizadas en país extranjero para invadir el territorio colombiano, y los indivi­duos que por haber tomado parte en dichas expediciones han sido juzgados y condenados en Consejo de Guerra. Art. 7. 0 Tampoco quedarán comprendidos en e l indulto Jos que se entreguen en combate ó al \'erse atacados por fuerzas del Gobierno. Art. 8. 0 Si los principales grupos revolucionarios que quedan en armas, como son los de Sumapaz, Tequendama, La Palma, Norte y Centro del'l olima, la deponen y se someten al Gobierno dentro del término señalado, los preso polfticos y prisioneros de guerra que e tán á disposición de é te, serán puestos en libertad y entr·arán en pleno goce del indulto. §. También se suspenderá el cobro de la contribución de gue­rra mensual, cumplida que sea la condición expresada en este ar­tículo. Art. g.0 La facullad concedida á los ejércitos de] Gobierno por el artículo 1. 0 del Decreto de carácter legislativo de 14 de Enero de 1901, se limitará á los casos urgentes en que imprescin­dibles necesidade de la o-uerra obliguen á hacer uso de dicha fa­cultad, y en este caso Jos bienes d _ los enemigo e tomarán ú ocup¿u-án con intervención de la respectiva autoridad civil, siempre qu sea posible la presencia de é ta · pero in causar más daño que el que fuere ine\· itable, y expidiendo á favor de los propieta­dos el correspondiente recibo, pre,•io el a,·alúo y demás formali­dades, para que puedan hacer u o de us derechos. Art. 10. Los funcion rios público civiles y militare están obligados á 1·espetar y á hacer re petar de todos las garantías concedidas en ste Decreto; y los que infrinjan la pre ente di po-ici6n incurrirán en las penas que le aparejen la desobediencia y los atentados que cometan contra las personas y lo bienes de los revolucionario que hayan acogido al indulto d ntro de los tér­minos pre crito€ en el artículo 2. 0 de este D creta. Art. r 1. En los término del artículo g.0 del presente Decre­to, queda 1·ef rmado el artículo 1.0 del Dect- to de carácter legis­lativo d 14 de Enero de 1901. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á r2 de Junio d 1902. JOSE ~1A UEL 1ARROQUIN El Subsecretario del r íinisterio de Gobierno, encargado del Despacho, A rroNIO GuriERREZ R Bio-El Ministro dP R laciones Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia . '- 772 _J Exteriores, FELIPE F. P ur.-El .l\1ini tro de,;; Hacienda, JosE RA.MON LAGo-El Ministro de uen·a, _ RlSTlDES VER .... L ... nEz-El Ministro de Instrucción Pública, Jo E Jo QUIN CAsAs-El 1inistro del Teso­ro, AGUSTL""f URIDE. C TAS Sr. General D. Aristid s Fernández-S. f. l\1i muy querido amigo: Recibí la nota de u ted fecha ro del con·iente, en que me dice usted que con motivo del quebranto de su salud, debido al con tante é ímprobo tt·abajo d 1 de pacho del 1inisterio de Gue­rra, se halla en el caso de solicitar su separación de éste, ó bien por licencia temporal ue se lt: e nceda, ó bien pm· admisión de una renuncia. Conocedot· de 1 constante y fatigoso de las labores que usted se impone, no sólo para cumplit· estrictamente sus deberes, sino para emplear más esmero y má actividad de Jos que para ello se­rían indispensables, yo desearía como amigo suyo, poderle pro­porcionar el descan<>o que há menester, y con to as veras me pro­pongo proporcionárselo, aunque sea por breves días, apenas lo permitan las circun tancias ; pero en las actuales, faltaría á mi obligación y desoiría la opinión de todo los amigos del orden y de la paz, si consinti se en que usted se separara del 1inisterio. Para que se Jle,·en á cabo lanes milita1·es de urna importan­cia concebidos por usted que han producido ya 1 felices re ulta­dos que todos conocemos y ue, acabados de d san-ollar, han de conducir indudablemente á la comple a pacificación de la Repú­blica es también indi pensable su presencia en ese fini terio. Y no lo es tnenos para que el público entero, compuesto de amigos y enemigos d 1 :robierno-público ara quien el e tar los asuntos militares en mano 1e usted es garantía d honradez y de pureza en el manejo de los din ros con ue e hacen los gastos de Ja guerra,- iga conYencido de qu a 1 Gobierno 11 uede hacér­sele cargo alguno po1· mal · r ación ele a uellos caudalc . Espero que u ted mi que.-ido amio-o atendiendo á las razones expuestas, y movido J mi m tiem¡ por su patrioti mo, por su amor á nuestra causa y por lo ~ amistosos sentimientos de que me ha dado tanta prueba , cxcu mí falta de condesc ndencia y haga el sacrificio que u mal salud 1 exige par·a continuar en d pues­to qu tan dignamenl ha stado de emp ñando. u siempre afectí im amigo y ., J OSE MANUEL MARROQUIN Bogotá, j'lnio 1 3 de 1902. Excmo. Sr. D. José Manuel i\Iarr quin, ·c. &c. 1uy estimado ~eñor mío 7 distinguido amigo: Acabo de leer la muy estimable de usted, en que de manera amigable se sirve contestar mi nota oficial haciendo de mi pobre Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 773 -' personalidad elog-io inmet·ecido. Para corresponder á sus elevados conceptos, no solamente haré el sacrificio de mi salud, sino que de­dicaré todo mi esfuerzo á coadyuvar en el digno Gobierno de us­ted, hasta dar por él mi último aliento, como patriota, como leal y como amigo. Las hermosas palabra en que está concebida su misiva de hoy, no sólo son voz de aliento para el que puede desmayar por lo decires de la n1aledicencia · también dan al honor un timbre que siempre busca el que quiere trillar el camino del deber. Esa prueba de la confianza que usted abriga en las operacio­nes que pueden ejecutarse en lo sucesivo bajo mis órdenes y di­rección, recompensa mis desvelos pasados, y sus cariñosas frases me animan á seguir, con mi lealtad acostumb1·ada, la tarea que ha debilitado mi organi mo, pero que ha fortalecido mi espíritu, en presencia de los resultados, que exhiben á nuestra causa triunfan­te, al Gobierno fuerte y al enemigo anonadado. Apenas lo permita el estado de mi salud, trataré en primer término de hablar con usted, para entreg-arme en seguida á las ocu­paciones del Despacho que usted me designa para honra mía. Con sentimientos de la más profunda consideración y aprecio, soy su obediente, S. S. y leal amigo, ARISTIDES FERNÁNDEZ Bogotá, Junio 13 de 1902. Fechas INFORlVIE DEL I TE.r DE TE GE ERAL DEL EJÉRCITO (Continúa} Arlículos pedz'dos á la Secdón r! de la Intende!ZCÍtJ Artículos Cantidad Contratistas Valor Vienen .................. 369,597 Enero 20. Toldos de cam- Enriqueta G o n-paña ............ 10 zález Borda ... 2,200 " 20. Reses .............. 15 José V. Peña .... 10,500 " 20. Mulas .............. 2 Durasio Gueva-ra ............... 1,6oo " 20. Galápago apera-do ............... l Vidal Pachón .... 1,400 20. Mulas ............... 8 regorio AbelJa 6,8oo , ~o. Bestias ............. 30 Isaac Arza yús ... 26,500 20. Machos ............ 2 Jesús M! Vargas 1,300 '' Indalecio Landí- 20. Caballo ............ nez ......... . ... 1,6oo " Tornillos garban- " 20. zos para rifle .. 10,000 ilvestre Páez ... 7,000 Pasan .................. 4281497 go 90 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colornbia '- 774 _J trechas Artículos Enero 20. Género para banderolas ... . , 20. 1-iulas .............. . , 2 I. Peinillas ........... . , 2 I. Correajes sin mo-rral ............ . , 21. Galápago usado .. , 21. Mula ............. .. , 21. Frazadas ....... .. , 21. Toldos de campa-ña .............. . 22. Esperma, @ ..... . , 22. 11achP.t y pei-nilla ........... . , 22. Galápago y uno apet·o ......... . , 22. 1 . aperad0 ..... . , 22. Mula .............. . 22. 1 ... .............. . 22. Caballo ........... . , 22. Toldo de cam-paña ........... . , 22. Macho . .......... . , 23. Mula ............ .. , 23. Be tias .......... .. , 23. Cornetas ........ .. , 23. Frazada lazos &c .............. . , 23. Be tia ............ . " 23. ,, 23. " 23. " 23. " 23. ' 23. 23. J 23. , 24. , 24. " 24. Mula ............ .. arios efecto ... . alá agos ...... . razadas ........ . Id ................. . C-orneta ... ...... . 1ula ............. . an tidad Contratistas Valor ienen..... .. . . . . . .. . . . 428,497 go Enriqueta Gon-zález B.. .. .. . . . 3 54 go 4 Leo G. Odell..... 4,200 6oo I 42 1,500 10 2 400 ro 31 3 5 3 4 6so 2,000 3 I 450 15 15 Zalamea H e r - mano ........ . Carlos Correa B. Francisco Díaz ... H enry Paraff ..... Carlos algado G. nriqueta Gon-zález B ....... .. icolás Pineda .. . J est1s Cuen'o ... idal Pachón .... Manuel García !. abriel Triana .. Longold _. r a n-isco ........... . Camilo reira .. Enriqueta on-zález B ......... . Antonio Hernán-dez ............. . 1 aac rzayú .. . C. 0\'den .. . Laur G.n 11 a-yorga . ....... .. Honorato Lan í-nez ............. . arios co ta R. Habacuc Cald - r6n ............ . !anuel Puyo ... . Lucio Pasan ....... : ......... . 8,360 9,300 400 46,200 33,750 2 200 65o 14,000 I 270 500 700 1 150 8oo 2,200 2,goo 5 246 3,900 13,000 47 000 240 40 .. 13 500 r 6oo 12,000 13,700 715,638 Bo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 775 _J Fechas Artículos Enero 24. Reses .......... . , 24. Mulas . ... .......... . , 24. Id. (50) y caba-llos (6) ........ . ,, 25. Id ................. . ,, 25. Id ................ . , 25. Id ................ . , 2 5. Galápago Camz1lc , 2 5. 1ifula ............. .. ,, 27. Id ................ . , 27. Toldos de cam-paña ... ........ .. , 27. Banderolas ....... . , 27. Frazadas ......... . ,, 27. Fieltro (metros) .. , 27. Encauchados ...... , 27. Almohadas y es-teras ........... . , 27. Galápago ......... . , 27. Id ................. . , 27. Caballo .......... .. , 27. Esperma y 'pe-tróleo .......... . , 27. Frazadas ........ .. , 27. Galápago fino ... .. , 27. , 27. , 27. , 2 , 28. , 28. Mulas .............. . Monturas ........ . Enjalmas ........ . Conducción d e cargas para el General P. G u-tiérrez ........... .. Sillas-galápagos. Galápago apera-do ................. . 11 28. Id. íd .......... . Cantidad Contratistas Vienen ................ . 5 6 56 28 18 5 1 2 10 25 907 500 4 1 1 2,000 I 4 2 150 29 2 1 ntonio Durán ... Jorge Abdala & C." ...... ········ Diógenes Ferrer G ............... . Rafael !tes-trepo .......... . Abraham A f a-nadar ......... . C. H. Bowden .. . Teófilo Porras .. . Rafael Galvis ... . Jorge Abdalá & c.· ............ .. Enriqueta Go n-zá1ez B ........ . Id. íd. íd .... .. Néstor Mesa .... .. Luis Pizat-ro ..... . Enriqueta Gon-zález B ........ . Id. íd. íd ...... Gonzalo FerQán-dez .. · .......... . Eustaquio Botero Francisco Arjo-na B ............ . Rafael Gómez .. . Néstor Mesa ..... . Saturnino Posse. Rafael S. Res-trepo ........... . José N. :Iuñoz .. . Je ús egura ... .. Miguel Gutiérrez Andrés Alford ... Víctor Touzet ... farcelino Gutié-rrez ........... . Valor 715,638 8o 2,6so 8,400 65,000 29,500 18,350 3,875 1,300 r,8oo 1,6oo 2,200 350 20,861 ro,ooo 400 2,400 6oo 1,200 4,700 825 1,650 10,150 4,320 800 goo Pasan .................. ' 958,839 8 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 776 _J Fechas Artículos Enero 28. Galápago ape-rado ........... . 28. Varios efecto ... . , 28. Mach ........... . , 28. Correajes ........ . , 28. Macho ........... . 28. Encauchados .... .. , 29. Mulas .............. . ,, 29. Id ................. . , 29. Id. (7) caba-llos (S) ........ . , zg. Cornetas ( com po-sición) ....... .. , 29. Galápago ......... . , 29. Peinillas .......... .. , 29. Piezas lienzo ..... . , 29. Varios efectos ... . , 29. Toldos de campa-ña .............. . , 29. Caballo .......... .. , 29. Mula ........... .. , 29. Mulas (29), ca a-llos (9) . ..... .. , 29. Caballo ........... . , 30. Bestias ........... . ,, JO. Frenos ............ . , 30. Mulas .............. . , 30. Macho ............ . , 30. Frazada ......... . , 30. Varios efectos ... .. , 30. Mulas .............. . , 30. Galápago ......... . ,, 30. Id ................ . , JO. illas nuevas .. .. .. , 30. Bestias ........ . antidad Contratista Vienen ................. ·. Da vid il va ..... . !\Ianue 1 Puyo .... . everiano de la 1 1-:Iortúa ........ . 700 Lucio Gori ....... . Carlos Herrera V ...... ......... . Enriqueta Gon- 6 zález B ........ S Carlos Franco Q. S Pedro P. Díaz ... Gerardo Torres 12 M .............. . S P dro i\tlayorga. Juan de J. Ca ta-l ñeda .......... .. S3S Guillermo Villar Horten ia de la 230 Os ............. . José La verde ... . Enriqueta Gon- 20 zález B ....... .. 1 tfanuel F. Leudo 1 elipe olano ... 38 Isidro Calderón. Luis M. 'T'erán ... Justino V a 1 en- 2 zuela .......... .. IOO 2 l so 3 1 3 I 1 19 Guillermo Villar :T ............. . Jorge bdalá .. .. Jorge González Aurelio Beltrán .. aturnino Posse nt nio fana-dor ............ . Jua de J. as-taüeda ........ .. Lucio ori. ...... . Jo é 1uñoz .. . Fernando V r-gara ........... . Valor 958,839 8o 2,100 6,sso r,ooo 9,8oo 6oo 11,000 8,200 1 I,2SO 49 700 19,260 I I ,270 24,800 4,400 11000 1,000 56,100 2,000 3,100 4000 T, 00 1,600 I9,97S 2 9S4 3,000 6oo 3,000 [,023 20,000 Pasan .................. $ 1. rgo,970 io Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín !v1ilitar de Colombia L 777 --' Fechas Artículos Enero JO. Caballo ........ . ,, JO. Galápago nuevo. , JO. Bestias. :-.......... . u JO. Galápag-o ........ . ,, 30. Bestias...... . ..... ,. 30. Rev6lvers (S&vV) , 3 1. Mulas .............. . , 3 I. Bestias.. . ... . . . . . .. ,. 3 1. Mulas ............. . , 3 1. Género azul ( a-ras) ............. . , 3 1. Galápago ......... . ,, 31. Id ................ . ., 31. Toldos ............ . , 3 1. Utiles de escrito- ~ río ........... . , 3 1. Varios efectos ... . , 31. Id. íd ........ . , 3 I. Género diagonal (piezas) ........ . , 31. Encauchados ..... . Cantidad Contr:>.tist s Valor Vienen ................. $ I.Igo,g7o 8o ergio rjue la.. 300 9 13 26 6 3 4 45 20 Domingo B 0 drí-gue z ........... . Juan Gilede ..... . Rudesindo G ó - mezA ........ . Gerardo Torres I\1 .............. . Guillermo Villar G .............. . NepomucenO' E. Barón ........ . Roberto Olarte .. Rafael Montoya. Enl"iqueta Gon-záJez B .... ~···· Polo García ..... . Remigi'<> I-I e r - nández ........ . Enriqueta G o n-zález B ........ . Eugenio Pardo .. Cerbele6n Pi n-z6n ............ . Id. íd ........... . José María Cár- 248 denas .......... . Enriqueta G o n- IO zález B ........ . 1,300 7,200 J,6oo 2,600 1,000 5,506 so 6,285 go 5,000 I, 100 Suman los contratos del mes de Enero......... 1.322,449 20 Conlziz.ú• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 778 .J Doctrinal- EL FERROCARRIL I TERCO TINENT AL EN COLOMBIA (Arreglado para el BtJletln JJii/itcr) (Continúa) IV-DE PASTO l\L RÍO DE LAS P. L.{AS El valle del J uanambú, de forma oval, se extiende l! _ E. á W., teniendo al . la hoya del :ruáitara, al E. l~ Cordillera Orien­tal y al N . el páramo de Tangubina, la montaña de. Berruecos y la loma Majuandó, nombres parciales de un alto lomo que de la cordillera corre hacia el Patía, para terminar no lejos de la boca del Guáitara. Las cumbres que por el . y e l S. enmarcan 1 'alJ mencionado vistas de u cima caen hacia -1 fondo con relali va convexidad y producen por lo mismo una hoya de segunda catego­ría, de 50 millas (80 ks.) de longitud con anchura má .. ima de 20 (32 ks.). Esta cuenca, por su r líe"· y 1 cañón por cuyo fondo se precipita e l río, se a emeja á la d 1 Guáilara ya descrita. Nuestros estudios uccsivos en la hoya de Pasto nos conduje­ron á un arroyuelo de unas 2t mil1as ( k .) de longitud, llamado ChichatQy por los indios, que al lado 1 . de las cumbres de Mora­surco corre hacia el riente y facilita el ascenso á los espolones de aquel relieve, forjados en forma de peine , pétt-a salvarlos por sus raíces, en donde á causa de componerse el terreno de colinas de aspecto uniforme, era natural suponer un puerto más bajo. Nuestra suposición quedó pronto confirmada, y debi o á ella pudi­mos evitar el rodeo de tres de esos espolone y el paso de otros tantos torrentes afluentes del Juanambú y tamb1én, á causa de una larga vuelta hacia el ur que el río de cribe más arl"iba á cierta distancia del puerto, aproximar el trazo al Tablón, reduciendo con esto y de un modo nota le e l de censo y el pa o de quiebra trans­versales. La contracurva del Tab16n la calculamos primero te6t·ica­mente sobre la Ca1·ta geográfica de la comarca, pero in prescin­dir en absoluto de e tudiar e l paso rl 1 renal 6 ea el que por generaciones enteras e ha usado en la cumbre divisoria del Jua­nambú y el Mayo, al vo que al ~. de esa di ,•isoria hall aramos uno de esos arroyos tan socorrido n los tt·azos en las cordilleras. Vis­ta la umbre del renal desde la cuenca del Juanambú no pare­cía impo ible su acce o, por emejar un mar d cat·pas, endien­tes y barrancos. Al s guit· del ~ ablón hacia el E., hallámos que e l río Vado no era ino un arroyo que no nos of1·ecía aliciente alguno para seguir u vaguada, que volvía hacia arriba, n dirección obli- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 779 _J cua á la del eje de nuestro trazo, por los peñascales del volcán de Doña Juana, y sin apariencia de encerrar salidas convenientes. El r]achuelo la Quina el tributario mayor entt·e los que reci­be el Juanambú en e ta zona parecía incuestionablemente ser la ruta natural, y así sucedió pues nos llevó á un lomo tan bajo como el del Arenal pero donde será preciso excavar un túnel de 2,500 pies (8oo metros). En torno del Tablón practicámos muchísimos reconocimientos para pre ararnos contra cualquiera contingencia ulterior. Aun cuando en el valle alto parecía imponerse en unas cinco millas una gradiente de doble desnivel del 5.8 por 100, de San Bernardo á la cumbre n terreno en que esta operación es re­lativamente fácil, preferímo esta obra al desarrolJo ordinario, por lo largo y así proyectámos· el trazo. Los que trabajen aquí después de nosotros ampliarán el e tudio del terreno á los lados del Tablón, y dirán si son correctas nuestras previsiones. Los flancos del vallejuelo de la uina son de pizarra, ó piza­rrosos, roídos por torrenteras, pero redondeados de un modo uni­forme y con creciente inclinación hacia la vaguada. Al N. del túnel propuesto en la bajada al Mayo, cruzámos una zona de arci­lla deleznable y pie dra pómez muy el sgastada or el tiempo. Pa­rece que en otra época el relieve .... e componía de rinconada entre delgados espolones articulad os al lomo principal, como los boli­llo de las percha de colgar ropa y de ordinario las porciones cóncavas coinciden con las cur as de nuestro trazo, exigiendo des­montes profundo pero cortos. El río 1\1ayo donde lo cruzámos, unas 6 millas (3.73 ks.) al .... de la Cruz, mide 6o pies (18 metros) de anchura en el fondo de un cañón de 800 (244 metros) de aber­tura por 300 (91 metros) de profundidad, que exige, por lo tanto, un viaducto de e tas dimensione . 10 millas ( 16 ks.) de ese punto el valle se convierte en una grieta infranqueable entre pare­dones, con espolones á modo de dedo ; pero e ta dificultad la ven­cima con una vuelta en cuyo remate y mediante un pequeño tú­nel, salimos al vall de las Palma , y 7 milla ( 1 r ks.) adelante nos reunímos al fin con r. urgerss, juntando los dos trazos á 76 mi­llas (123.3 k .) de Pasto y 307.2 milla (294. 1 k.) de Quito, egún nuestras medidas. Dimos la nhorabuena á nuestros compañeros pot· haber desatado otro de sos difícil s nudos que }Jr scntan Jos Andes, el más trabajoso, nos parece, en nuestra ruta hacia Vene­zuela, aunque no podemos afirmarlo por no conocer todo el t rreno. La empresa nos cuesta mucho trabajo y labor, por lo cual entimos alivio análogo al que entirá la madre al mirar al recién nacido en sus brazos, y nos alegTamo d qu nue tr hijo haya visto la luz con toda felicidad. La numerosas curva que despótica mente e imponen n el trazo de esta línea en toda u ext n ·ión, ya por la manera de ser del relieve, ya por razones de eC"onomía, mpl ada con un poco de habilidad permi irán u 1 co to de la lín<"a al . de Pasto no exceda de lo calculado para el trayecto al . d e a ciudad, y también que la pendien e máxima resultante sea menor, salvo en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 780 _) contados sitios obligados de lo que p e rmitían suponer las deficien­tes cartas de la comarca. La madera par durmientes e buena y abundante, menos en el valle del Juanambú, donde e casea pues no e la encuentra ino en forma de bosquecillos á lo lados de la cañada , según hemo¡ podido observarlo. En los lechos de las quebradas hay piedra de construcción; ero como la ueltas de ordinario son volcánicas y por lo tanto difícile de labr'ar es de suponer que el ladrillo las reemplazará con v ntaja. La arcilla y el combustible, por lo regu­lar se encuentran pró irnos á la línea del trazo y la piedra artifi­cial puede prepararse en los mi mos sitios en que sea necesaria. hstas observaciones sobre albaijilería son aplicables á toda la línea. El río de Las Palmas e un tributario del Hatoviejo, '"'! ...... rJr aquí corre paralelamente á aquél, po1· un Yalle más amplio y que permitirá una con trucción más económica, por lo cual debe exa­minarse ante de resolver definitivamente el punto. El paso al valle del Hato iejo es factible 2 milla 3 k .) al . del sitio donde nos unimos con Mr. Burgerss. Con/ m lÍa ---a=:: ;:s:::--- PREP P CION MANUAL PARA L D S TROP S AL COMBATE PO.R EL GE ERAL DRA O. UROFI" SEGU D ARTE- PR • P CIO~ EL B TALLO (Traducido parél el .Boütín lJft/Jtar) ( ontinúa) 33-DISPOSITIVO POR COllP.\;;ÍA OBRE . . SOLA LÍNEA-Este dis­positivo es especialmente ventajoso cuan o e necesario ocupar una posición extensa y d esa rrollar lo más que se pueda los fuegos, primero sobre la Hnea de lo tirador , y luéo-o en las fraccione en filas cerradas. Las condicione mi ma de la po ición pue en exi­gir esto cuando se encuentran en sus flancos puntos que es indis­pensable ocupar, esto es, que no e debe dejar que los ocupe el enemigo, para poder defender la po ición. 34-Pero el di positivo sobre una sola línea, en caso de ser cortados, no procut·a el medio de restablecer 1 combate, porque no posee reser as; no e pues aplicable sino cuando e nece-ita, como se acaba de decir tener á tod costa una lfnea extensa de fuegos ó bien cuando e cuenta con refuerzos que constituyan la reserva, 6 también cuando se tiene n frente un nemigo tímido, indeciso, dispuesto á convertir un mo ca en elefante, y á conce­der sin discreción, á nuestr extensa línea, una r serva que no existe sino en su imaginación. / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 781 _) Llamo la atención del lector sobre este último punto: cuando se trata de juzgar de la disposiciones de un adversario' no es con­forme á lo que realmente existe, sino sobre apariencias, como tiene que formar su juicio. Supóngase que ocupamos, con un batallón, una posición de 1,200 pasos de longitud. El enemigo 11ega, sabe que es peligroso no constituír una reserva, porque de otro modo, en caso de desgracia, no hay remedio. Sabe también que para ocupar una posición de 1,200 pasos, quedando una reserva, un re­gimiento no es suficiente; no ve fracciones en filas cerradas, pero descubre tiradores por todas partes: si está indeciso, si es inclina­do á la exageración, dará por seguro el razonamiento de que de­bemos tener tres, y quizá cuatro bata1lones, en tanto que no tene­mos sino uno. Parecerá que el arlificio no es muy bueno, y sin emba¡·go, ha servido más de una vez para atajar fuerzas diez veces superiores en número. En suma, si se logra hacer creer al enemigo que se tiene una reserva, casi es lo mismo, en ocasiones, que si se tuviese una. Hé ahí una aplicación ventajosa del orden delgado, y que prueba al propio tiempo, cuán importante es á ve­ces saber disimular sus fuerzas, ó en otras, hacer ostentación de ellas con intención, pero de modo que el enemigo no pueda sos­pechar que es con ese propósito. Se comprende que para esto hay que conocer bien al enemigo, penetrar bien el carácter del con­trario 35-Pero el enemigo puede conocer tan bien como nosotros este medio de engañar, ¿y qué habrá que hacer si él nos juega la misma pasada ? En este caso ha y dos modos de proceder: dar toda la longitud á la línea mpleando todo 1 efectivo, y parar, es decir, dejarse coger en la trampa; ó decidirse á poner la cosa en claro, comprobando si detrás de la apariencias se oculta una reali­dad. Pero no hay sino un medio para obtener esta verificación, y es la bayoneta El fu egosumini tra pocos indicios: diez batallones pue­den disparar hora cnt ras contra un so1o batallón, y in embargo, no aclarar nada ; n tanl que la bayon ta de un g 1 e sondeará la verda . Ant ella, todas la apariencia desaparecen, hasta las más hábilmente dis u · stas. Pu de uno dar con fuerzas supe­riores y uf ri r un des a tre ; pero á lo m e nos a be lo que tiene d lante, y si no 1 gra nada, por lo m~nos los camaradas saca­rán ventaja. Entre dos situaciones: permitir al enemigo que nos muc.;t1·e á un hombre como die~, ó an·ancat le la verdad, aun cuan­do sea haciéndose maltratar la última es la más honra a y la (llás útil. l ro iempre se puede encer, y deshonor no hay en sucum­bir cuando no se cuenta COPl fuer~a superiores, si merced á ese acto s~ ha pue to n claro la situación par todo el destacamento de que se forma parte con el batallón. Lo repito una vez más : es preciso pen arque en la guerra, sobre todo antes del combate, la generalidad de las veces no se obtienen indicaciones exactas sino exponiéndose á una derrota. 36-La falta de resistencia del dispositivo sobre una línea puede corregir-se escalonando las compañías si el terreno lo con- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 782 -' siente, esto. es, si no dificulta que lo últimos escalones puedan, á la primera necesidad que haya trasladarse fácilmente en auxilio de Jos escalones más adelantados, 6 sobre la mi ma línea que ellos. En esta última formación, lo último escalones desempeñan al mismo tiempo el papel de reserva y de tropas de primera línea. Co11ililúa BATALL S DEL SEGU O I lPERIO POR DICl< DE LONLA Y Traducción del francés para el Bo!dfn Milttar Malakoff (8 de Sepücmbn de I855) (Concluye) Se tri un fa y se cree que se ha tomado á 1alakoff pero no es así. La ant.igua torre e ue Jle, a e te nombre ha ido demolida hasta la altura del primer pi o y e ncuentra en lo interior de la fortificación. Un centenar de rusos e ha r fucriado n las casama­tas de esta torr , y ha comenzad mortífero tiroteo sobre nuestros zuavos, que no han podido penetrar ino ha. ta las primeras de­fensas. La gran fortificación, de donde han ido rechazado los ingle­ses, nos inunda de r pente con sus fueg-o de metralla y de mos­quetería, en tanto u un ,.a or de la r da e l Tr ladtimi· que siem­pre ha sido dirigido tan bien ue cuan e llevaba á cabo alguna cosa atrevid t níamo co tu mure d J d e ir: Ello es dtl 117adimir, desfila con ra idez obr· nue tra bat ría d 1 monte apoun y hace su primera de carga· lué.,. Yit a de bordo majestuo amen­te, lan za la e unda, sin que al par cer ufra nada con nue tra réplica. E ta d cargas cau an mort 1 s de trozo y producen inexplicable onfusión n nuc tra fil s. 1 pt o io tiempo Jo sol­dado del r g-imi nt d Prao-a 1· ·fuo-iado n l_a s gunda trin­cheras de Malakoff no recil>en con una lluvia d~.:: balas. E tas de­fen ·as son de ordtnario trinch r s d pi •dra cuyas galerías están soslemda ot· clobl fila d postes normt.·s d pino de ·oru ga, y la capa d tien·a ¡u forma la cubiet·t la pone J abrigo de las bomba ; or lo oml.ln tit:n n <..1 loe á quince pies de altura y como son muy ir..-c gula r s , s muy difícil a pod s arse de ellas por o m pleto. Esta recrud e ncia le ·fu · 1·7o l n 1 d fens-a, está á unto de desconcertar pot· un in tan e el L·mpuje d nuc~tros ol<.lados; el enemigo se apt· cha de ·lla p 1·a lir c·n columna e rrada de sus trinch ra y tratar d ol n~•· á tomar la po ici6n. En este instante supremo, 1 j fe d atallón La u r, del 1.0 de zuavo., e arroja delant d nosotro. , le artando u able, y exclama: 'Ade­lante, zuavos Esta on sus últimas palabr s, ero han bastado Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia '-- 783 .J para reanimar nuestro ardor, y todos, imitando su ejemplo, nos precipitamos de nuevo sobre los rusos y les acometemos á la bayoneta. E te último choque es corto y decisivo, y la segunda línea de trincheras, que forma una segunda línea de defensa casi continua detrás de la torre de alakoff, es tomada también; pero de nuevo nos emos detenidos por otras trincheras todavía más levantadas, que de este modo presentan un obstáculo en la parte en que el fuerte tiene u mayor anchura. Los rusos, reforzados por sus reser­vas se defienden a11( con tenacidad. Los zuavos del 1.0 y los del 7· 0 de línea tratan de trepar las fuertes pendientes de estas trin­cheras y de enetrar por los estrechos pa ajes que los separan; varia veces ~omos rechazados. Por último, nuestra segunda brigada, á órdenes del General V~noy, acude á tomar parte en el combate. Cuatro compañías del pnmer batallón de Cazadores de á pie guiadas por el Comandan­te Gambier 'uel en á la izquierda para apoderarse de Ja batería Gervais, de la que matan ó arrojan á los defensores; el 20 y 27 de línea también se trasladan sobre Malakoff y toman de flanco y por detrás á los defensores de las últimas trincheras. En este mis­mo momento nuestra primera brigada vuelve á emprender sus ataques con gran empuje y los rusos son desalojados de trinchera en trinchera hasta la entrada del reducto, en donde después de un último combate cuerpo á cuerpo .son rechazados fuera del re­ducto de Korniloff. Al punto se cierra apresuradamente la garganta de la trin­chera es decir, la abertura por la cual se comunica con la plaza. Mientras que e cierra del lado del arrabal, se abre del lado de nuestras trincheras para dej(lr libre paso á la reservas que el Ma­riscal de fac-Mahon ha hecho llamar. Hé aquí el primer batallón del 3. 0 de zuavos de tambor amarillo. El intrépido Capitán de Mu­trecy, adelante de todo los zuavos de la Guardia, con su uniforme con galones amariJlos, los voltíjcros de la guardia, los correajes blancos cruzados sobre el capote azul-oscuro, con su Coronel Fé­lix D uay. Con la imp tuosidad de un torrente, los tiradores arge­linos del Coronel Ro e se lanzan con la cabeza inclinada; atravie­san el puente de escala , seguido de cerca por el General N'imp­ffen y el 50 de línea. in embargo, los rusos refugiados en las casamatas de la torre 1\tialakoff, han rehusado rendir y di paran si mpr sobre nosotros dese peradamente. Pa ado 1 prim r mom nto de confusión, l\1ac­Mahon orden 1 rcnder hogueras pat~a ahogar con 1 humo á los ruso y de este modo obligarlo á ntr bar 1 arma ; pero ape­na han prend1do e ta hu u ra , cuando recuerda lo que tan á menudo han o tenido lo e pía , que todo tos bastiones están minados. Hay que apre urar e á apagar 1 fuego; para lograr­lo se a,•a el u - lo del reducto echando la tiet·ra sobre las lJamas, y practicando este trabajo es cotno e tiene la dicha de encontrar un hilo metálico dispue to por el enemigo y que comunica con el nor- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 784 _J e de la rada, que habría producido una formd.able explosión st nuestros soldados no se hubieran apresurado á cortar lo más apri­sa ese lazo misterioso. Se abre entonces una trinchera muy en con­tomo de la torre que contiene un pol vorfn enorme, y se encuentran también varios hilos que son al punto cortados. Esto e para nos otros un descubrimiento providencial. Los rusos, que comprenden que si nos abandonan á Malakoff, la plaza está p erdida para ellos, hacen esfuerzos heroicos para vol­verla á tomar. La lucha es encarnizada. Los turcos del General de Wim­pfien, semejantes á leones desencadenados se lanzan á la bayo­neta hacia la garganta en que los rusos formados en columnas profundas, intentan sin cesar nuevos ataques ofensivos. En me­dio de cadáveres amontonados, luchando cuerpo á cuerpo con el enemigo arrojan confusamente faginas, ga viones, sacos de tierra, y con ayuda de los zapadores de la artillería, tratan de cerrar los tres pasajes por los cuales los rusos van á intentar volver á Mala­koff. El Teniente C o rone l agues les da el ejemplo : cargado con un gavión, se lanza el primero, á tiempo que una bala le derriba muerto. En esta terrible lucha, nuestro heroico r .0 de zuavos alcanza también los últimos límites d e l heroísmo. Por su parte, los dos regimientos de línea de la brigada Vinoy, el 20 y el 27, se mues­tran dignos émulos de gloria de los zuavos y de los tiradores. Es­tos valiente de los crra1ldt·s capoles (como 1 s dicen en broma las tropas de frica), so tenidos por dos compañías de los zuavos de la guardia, r eciben aliente m e nte 1 choque de una columna rusa que penetra por un momento hasta las primeras trincheras del fuer­te; pero todos a1ut-:l l s qu e han podido atravesar - 1 estrecho paso de la garganta quedan mue rto n 1 itio á bayonetazos. Tantos esfuerzos no son perdidos; por último después de varias tentativas d esesperadas, en r¡ue 1 nemigo tiene que amontonar sus ca­dá eres en la cima d e la rampa, cesan los furiosos ataque del ene­migo; los ru os r econoc n u impo: ncia aJ~a quitarnos su pro­pias fortificaciones, y e retit·an 1 arrabal e I<.arabelna1a; pero los fuegos de la artillería y de la mosquetería siguen sobre todos los puntos e n extrema vi acidad. Como á las cinco d e la tard el enemigo parece decidido á. abandonar 1 partida y ól u b tedas continúan hasta por la noche nviándonos proyectiles. En medio de la tdnchet·a la pequeña guarnición de la torre, reducida á unos esenta soldau s ¡·usos mandados por un oficial, <,e sostiene siempre di l arando p r· la almena y matando á tod los que se ¡.>t·esentan á su vi ta. ·omo no ha habido tiempo para es­trecharla, se han e 1 cad centinelas que impidan que e acerquen á las almenas. Hay que acabar : muchos valientes camaradas han caído ante esta maldita torre. e trae un mortero que rompe la puerta. El zuavo Constant acomete con denuedo: de un salto llega . á la torre, mata a 1 Oficial y siembra tal espanto entre los rusos, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 785 _j que éstos se declaran prisioneros .. En este momento resuena la for­midable explosión de la cortina, que tan caro nos costó. Es preci­samente á la hora en que los moscovitas salen del polvorín entre­gando las arma . Estamos envueltos en una nube de polvo; al ver á nuestro rededor á varios camaradas despedazados por los despojos de la explosión y suponiendo que la pólvora ha sido prendida por los rusos, pretendemos vengarlos en los que acaban de entregarse, pero nuestros Oficiales calman bien pronto nuestra exasperación, y la pequeña guarnición de la torre es tratada con todos los miramientos debidos á su valor. A las ciRco, como ya Jo he dicho, los rusos abandonan la par­tida. Decididamente somos dueños de Malakoff, y la toma de esta posición ya á tener los más grandes resultados. Hemos comprome­tido en este punto como cuatro mil setecientos hombres, y de este número, dos mil novecientos treinta y cuatro que han sido muertos ó heridos en esta sola trinchera, testifican de sobra cuántos esfuerzos nos ha costado tomar la torre. Las pérdidas de nuestro 1.0 de zuavos son crueles. El regimiento tiene 512 hombres fuera de combate, entre los cuales diez Oficia­les muertos. El regimiento reducido á su más simple expresión; el mando se entrega al Capitán Bourdeville, que conduce á las para­lelas el resto de la gloriosa falange. Los ingenieros y la artillería se ocupan al punto en todas las disposiciones propias para fijarnos definitivamente en las trincheras conquistadas, de modo de poder resistir en caso de un ataque noc­turno. Estas precauciones resultan inútiles. El enemi~o, sin espe­ranza de vol ver á hacerse á Malakoff, desocupa la ciudad ; se ven largas filas de tropas y de equipajes marchar á lo lejos sobre el puente de barcas tendido en la rada y que conduce á la orilla norte. Apenas los últimos soldados rusos han evacuado la ciudad, cuando los fuertes saltan unos tras otros, inundando las trinche­ras con sus despojos; el Carenero, el bastión del mástil, el central, los fuertes de la bahía, los arsenales se hunden bajo la acción con­tinua de las bombas, del incendio y de las minas. Sólo la gran for­tificación y Malakoff quedan en pie. Sebastopol es presa de las lla­mas!. ... . . Nunca un espectáculo de desolación ha sido más impo­nente. Cuarteles, edificios, casas particulares, se queman alternati­vamente como para alimentar la hoguera. Los ejércitos aliados acababan de realizar uno de los hechos más gloriosos de su historia miHtar. Pero también habían compra­do este triunfo muy caro. El Ejército francés contaba 5 Generales. muertos, 10 heridos; 4 Coroneles y 4 Tenientes Coroneles muer­tos, 142 Oficiales superiores ó subalternos muertos, 245 heridos; 1,489 cabos y sargentos 6 soldados muertos, 4,259 heridos y 1,400 desaparecidos. Por todo 7,547 hombres fuera de combate. Esta era la parte que nos tocaba. Los ingleses contaban 2,500 hom­bres muertos 6 heridos. La brigada sarda había pagado noble­mente su deuda al cañón. Los rusos confesaron cerca d e 12,000 1"0MO l-50 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 786 --' h'-vnbr · fu ra d combat ~in incluír las pérdidas de Ja artillería, porqu ha\ ían p rdtdo ya más de l ,8oo hombres d esde que se rompie r on los fuegos, 1 17 de go to. Tres de sus Generales muri eron. Los enerales P 'li i r, Canrobert y Bosquet recibieron el ba tón de Mari cal d Francia; ad más, el rimero obtuvo el tí­tulo d e Duque d · IalakofT. Lo rusos dejaron n nuestras manos 4,000 cañone , oo ancla de marina, varios centenares de miles d e kilogramo de l 61 ora y provisione , y sinnúmero de proyec­tiles de todas clases. La toma de eba topol puso término á la guerra, y el Trata­d o de Parí fue firmado l 30 de M arzo d e 1856. Conlin~ta ESCUETA OLDAI)O A CABAI .. LO POR CA LOS IT. ,K At -'DEZ Y JULJ O D • I. CANTO Contint\a Levantar do el caball s pr dso evitar que arroje el cuello muy hacia atrá ; en est caso, la acción el la mano obraría di­re c a tnente obre los riñ nes y soLr lo corvej nes. i el caball se re i te á pi gat·se y manti ne la nariz al aire á pesar de los esfuerz s d 1 jinet e preci o entonces trabajarlo en l os aires de marcha acortados, sin abandonar jamás la calma y paciencia, tan necesarias para la correcta educación y dirección del caballo. En el pliegue y le\'a!"'lamicnto del cabaJlo 1 aire de marcha debe conservar un ritmo uniform , y 1 jinete debe sentir debajo de él un movimiento vig ros y t· gulaL P or regla general, cuand 1 aire de marcha pierda su caden­cia, s pr ci o t-e ta l ceda pdmer y de pués comenzar á le van­tar de nuev . Se deduc de todo lo dicho, que plegar 1 e baJJ e la con­tinuación d le •;antarlo. E stos movimientos se jecutan á su ola nunciaci6n, agregán-dos e el aire marcha n que de en ejecutarse, si es que debe alterarse i qu ti ne 1 e lotón . 81. Doblar el caballo-Recoger 1 cabaJl , cerrar un poco atrás la pierna de afu ra y aumentar la tensión de la rienda de aden­tro afirmar la pierna d adentro y la rie nda de afuera, levantando la mano de este costado , el m ñique á Ja altura del pulgar d la otra mano, de man ra que 1 caballo doble ligeramente la ca eza sobre el cuello mostrando al jin t el ojo y la nariz. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 787 _.) Para enderezar el caballo, volver á su lugar las manos y las piernas. El instructor habituará á los jinetes á doblar el caballo sin voz de mando pa· a la ejecución de los movimientos circulares, y á en­derezarlo una vez terminado el movimiento. 82. Trole realzado-Este trote tiene Ja misma cadencia que el trote corto; una vez aprendido por lo jinetes, el instructor les hará comprender que siempre ejecutarán el trote corto en la forma del realzado. El trote realzado tiene por objeto obtener una flexión mucho mayor del cuarto delantero, desarrollar la libertad de las espal­das y- levantar el movimiento de los miembros anteriores. Por su parte, el jinete aprende á hacer obrar enérgicamente el peso de su cuerpo y la presión de las piernas. El mecanismo de este aire de marcha es el mismo del trote medio, pero el movimiento es más cadencioso. Los pies de atrás del caballo se meten debajo de su cuerpo á fin de soportar el peso que les transmtten las ayudas ; encontrándose aligerado el cuarto delantero: los miembros de adelante pueden levantarse y exten­derse muy fácilmente. Bajo la acción enérgica de las piernas y d 1 pe o del cuerpo atrás, Jos m1embros posteriores, metidos deba­jo del caballo, s extienden como un resorte. Durante el trote realzado los jinetes cierran la pierna derecha en el instante en que el pie derecho de atrás del caballo llega á tierra, y cuando el pie izquierdo de atrás toca el suelo, cierran la pierna izqu~erda. Hacen sentir al mi mo tiem o una ligtra trac­ción de la rienda opuesta á la pierna que se cierra, de manera que los efectos de la riendas y de las piernas se produzcan en diago­nal. El peso del jinete o.hra como ayuda cargando fuertemente la parte de atrás de la silla, doblando hacia atrás la cintura. Para producir e. te trote, el peso del jinete y las piernas tie­nen que obrar muy enérgicament . El caballo marcha levantado y plegado. Mando: Trole r~alzado l\1AR(chen). 83. Marcl1ar en círculo-En la marcha circular el caballo debe estar doblad< , eg-ún el cfr ulo que recorra ; todos los puntos sa­lientes de su parte interna deben estar igualmente distantes del centro del círculo á fin de que las extremidades anteriores y pos-eriores pas n por los mismos puntos. En esta marcha Jas piernas no sólo deben proy ctar hacia adelante, sino que al mismo tiempo deben producir un movimient<-· de costado tanto más pronunciado cuanto má pequeño sea el círculo. En la marcha circular, la l'ienda de adentro y la pierna de afuera del jinete son las que deciden al caballo á volver; la rienda de afuera y la pierna de adentro determinan el tamaño del círcu­lo, ayundando á alargarlo y á estre~harlo. La rienda de afuera no sólo sirve para mantener el caballo en buena posición y en movimiento regular, sin qu contribuye Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 788 -' directamente al cambio de dirección, limitándolo por su acción so­bre la posición de la cabeza y del cuello, pues si sólo obrara la rienda de adentro, el cuello se doblaría á partir de la cruz y po­dría conducit- las espaldas á estrechar el círculo ; por otra parte, no manteniéndose el cuello n el eje del cuerpo, las manos no po­drán arreglar la acción del cuarto trasero en provecho de la di­rección, es decir, que la fuerza impulsiva sería más fuerte q ·e la fuer7..a lateral represent~da por la cabeza, y en vez de volver, el caballo continuaría el movimiento en la dirección primith·a. Las piernas obran de acuerdo con el efecto de las manos ; la pierna de adenfro hace el oficio de un punto de apoyo, al rededor d 1 cual la pierna de afuera hace entrar el cuarto trasero, y la rienda de adentro el cuarto delantero. La presión simultánea de las pi rnas mantiene el aire de mar­cha · las riendas de acuerdo con las piernas. e aprovechan de la acción ue ésta p1·oducen para conservar la dirección y la posición del cuarto delantero. 84. Para hacer mar har los jinete sobre el círculo, el ins­tructor manda: Eu cí1·culo, MAR(chen), teniendo cuidado de dar la voz de ejecución cuando la cabeza haya sobrepasado el rir.cón en la ista larga una exten ión igual á la mitad de la pista corta. El jinete de la cabe?.a d scribe un círculo tangente á tres pistas (dos largas y una corta), siguiendo sus huellas los demás jinetes. Para volver á tomar Ja pista el instructor manda: De frenl~, cuando el jinete de la cabeza llegue á una de las pistas. 85. Camb·iar de mano fuera del drculo - Mando: Cambiar áe cír­culo, MAR(chen) voz que se dará cuando la cabeza se encuentre en el punto en donde empezó el círculo en que marcha el pelotón. Al mando: MAR(chen), el primer jinete endereza su caballo por medio de la rienda de afuera y de la pierna de adentro, atra­viesa diagonal mente el picadero, dirigiéndose hacia la pista larga, á una distancia del rincón igual á la mitad de-la pista corta y do­tila su caballo para describir un círculo á la nueva mano. Para volver á tomar la pi ta, el instructor, como en el núme­ro 84, marda: De frente. El primer jinete endereza su caballo, se­gún se ha explicado, y sigue la pista ; los demás jinetes ejecutan suce ivamente, en el mismo lugar, el mismo movimiento. El cambio de círculo, como todos los cambios de mano, sólo se ejecuta al paso y al trote. 86. Grupa adentro y espalda adentro-Grupa adentro-Marchan­do los jinetes á mano derecha, al mando : Grupa adentro, recoger la rienda izquierda y cerrar al mismo tiempo la pierna de ese cos­tado. Si el cabalio cede y en ra u grupa un paso adentro de la pista ganando siempre terreno al frente, es preciso enderezarlo muy pronto con la rienda y la pierna derecha. Repetir muchas ve­ces este movimiento de las ancas, jn in i tir jamás en las primeras lecciones. Poco á poco rolongar el movimiento, y, en fin para acentuar el fecto de la pierna, cambiar de mano girando la an­cas al rededor de la espalda , pero sin detener completamente el Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 789 -J cuarto delantero. Este movimiE:nto de apoyar la grupa ade tro, hace obedientes las ancas y constituye una excelente preparación para apoyar y para partir al galope. Para terminar el movimien­to, el instructor mandará: CtSar. Marchando los jinetes á mano izquierda se procede á la in­ersa de lo explicado. ConHnría )®\"- -Historia- ARTE DE VERIFICAR LAS FECHAS COLOMBIA Por B. Warden (Traducción para el Bold/11 Militar) (Continúa) El territorio de la República ha sido dividido de la manera siguiente, en virtud de los artículos 8, 20, 26, 27 y 29 de la Cons­titución, por un acto del Congreso, de 2 3 de Junio de 1 824. DEPART. E TOS PROVINCIAS CAPITALES CANTONES ------------ ------1--------·--- coa, Aragua, Cuma- . fCumaná, Cumana- Orinoco ..... Cumaná ........ Cumaná •...... nes, Maturín, Caria- Leo, Canipano, Río, ., Caribe y Guiría. [ Santo Tomás de An­gostura, Río N e­gro (1), Alto Orino- G Santo Tomás co (2), Caura (3), uayana ... ·· · · de Angostura ¡ Gua yana, Vieja, Ca- . J roní, Upata, La Pas-tora, La Barcelo­lneta. { Barcelona, Píritu,Pi­Barcelona ..... Barcelona..... lar, Aragua, P a o, San Diego. ( 1) Cabecera, Atabapo. (2} Cabecera, Caicara. (3) Cabecera, Moitaco, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- 790 __) DEPARTAME. TOS PROVL C IAS CAPITALES CA ITO :ES ------------1-------------1 -------- Margarita ..... La Asunción.. La Asunción orle. ( aracas, Gua i r a, 1 Caucagua, Riochi­co Sabana, Ocuma- J t· e, Victoria Mara- ~ Venezuela .. Caracas ........ Caracas*·· .... l cay, Cura, San e- lbastián, Santa Ma­rfade !pire, Chagua­rama, Calabozo. bello, irgua, San IValencia,Puerto Ca- Carabobo ...... Valencia . . . . . . Carlos, San Felipe, LBarquisimeto, Care­ra, Tocuyo, Quíbor. A to, utria , San Jai- { Barinas, Ob i s p o s, Mijagual, Guanari- 3 pure .... . .. Barinas ......... Barinas •...... me, Guanare, Ospi-nos, Araure, Pedra­za. { Achaguas San Fer- Apure ......... Achaguas...... na n do, Mantecal, Guadualito. z r M · . • San Carlos de Zulia, { Maracaibo, Perijá, 4 u 1a .,. . . . . . aracatbo . . .. Maracatbo ... Gibraltar·, Puerto de 1 Altagracia. Coro . ..... ... : .. Coro............ ná (1), Casigua, Cu- { San Luis, Paragua- In rebo. ( 1érida, Mucuchíes, 1 E j id o, Bailadores, Mérida......... férida ......... lLa Grita San Cris-tóbal, an Antonio de Táchira. T { ~"rujillo Ese u que, rujillo ......... Trujillo......... Boconó, Carache. (Tunja, Leiva, Chi- lquinquirá, Muzo, o- B á gamoso, Tenza (2), 5 oyac ...... Tunja ........... Tunja •.. C t R ocuy, an a osa, o a l á, Turmequé Garagoa. ~-------------------------------------- (1) Cabecera, Pueblonuevo. (2) Cabe era, Guateque. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 79l --' ---------.,..------- -- ---·--------- -,.---- ~~ - ' TO S I _ P_R_ovt_._·c_r_A_s_ 1 , _ c_A_P_IT A_L_E_s __ . 1 ____ c __ A_._· T_o_N E_s ___ _ ¡Pa m p lo na, Villa de an J osé de Cúcuta, Rosa ri o de Cúcuta, Pamplona .. . ... Pampl ona .. .. . ·1 S ala zar,Conce pci6n, 1 M á laga, Gir6n, Bu­ca ramanga, Pi e de­Lc uesta. { ocorro, San G i 1, Barichara, Charalá, Socorro· ·· ·· · ·· Socorro · ··· ·· ·· Zapatoca,Vélez,Mo-niquirá. { P o re, Arauca, Chire 6 Tam e , Santiago, Casan are .· · ··· Pore . · · · · · · · · · · · Taguana Macuco, Nunchía. 6 Cundina- } * Bogotá ......... Bogotá · marca . .. 1 ~ Bo gotá, Funza, Me­sa, Tocaima, Fusa­~ gasugá, Cá q u e z a, l Sa? Martín, Zipa- LqUtrá, Ubaté, Cho­contá, Guaduas. { Antioquia, Medellín, Rione gro, Marinilla, Antioquia · · · · · · Antioquia .. · · · · Santa Rosa de Osos, N o rde ste ( 1). M . . H d { H o nda, Mariquita, anqulta .... . . on a.... .. ... !bagué , La Palma. { N e i a, Purificación, Neiva .... · .. · .. · Neiva....... .... La Plata, Timaná. ICartagena, Barran­quilla, Soledad, Ma­hates, Corozal, El Carmen, Tolú, Chi- 7 Magdalena. Cartagena ..... Carta.gena • ... -{ nú, Magangué, San lB e nito Abad, Lori- • ca, Momp6s, Maja­gual, Simití, Islas de San André. { Santa Marta, Valle Dupar, Ocaña, Pla-anta Marta... anta Marta... to, Tamalame que, Valencia de Jesús. IRiohacha ...... Riohacha ... . .. Riohacha Cesar (2) (J) Cabecera, Remedios. (z} Cabecera, San Juan de Cesar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 192 -1 DEPARTAMENTOS PROVINCIAS CAPITALES CANTONES { Popa yán, Al maguer, Caloto, Cali, Rolda- S Cauca ...... Popayán ....... Popayán •..... nillo, Buga, Palmi-ra, Cartago, Tuluá Toro, Supía. eh 6 Q . bdó { A t r a t o ( 1 • • a n oc .. .. .. .. . ut .. .. . ... . Juan (2). { Pasto, Túquerres é Pasto ........... Pasto.... .. . .. . . Ipiales. { Iscuandé, Barba­Buenaventura Iscuandé .. . . .. coas, Tu maco Mi­ca y (3), Raposo (4). { Panamá, Portobelo, 9 Istmo ........ Panamá ........ Panamá * ..... . Chorreras, Natá,Los Santo, Yabisa. Veragua ...... Veragua .. . .. . gua, Mesa, Alange, Gaime (5). ~ Santiago de Vera- Quito, Macha eh e, 10 Ecuador ... Pichincha ...... Quito * ......... Tacunga, Quijos, Esmeraldas. { !barra, Otabalo, Co­Ibarra ......... · lbarra ..... ·.... tocachí, Cayambe. { Rioba m ba, Ambato, Chimborazo ... Riobamba .... . Guano, Guaranda, Alansí, ]\facas. Az { Cue nca, C a ñ a r í , 1 I uay ...... Cuenca ........ Cuenca •...... Gualasso, Girón. ~ Loja, Zaruma, Ca- Loja ............ Loja............ riamanga, Cataco-cha. · J a e n de} Jaen, Borja, Geve- Bracamo- Jaen ........... . ros y Ma.yna.s ros. { Guayaquil, Da u le' G G Babahoyo, Baba, • 12 uayaquil uayaquil ..... Guayaquil •... Punta de Santa Ele-na, Machala. M í { Puerto Viejo, Jipija- · anab ......... Puerto Viejo.. pa, fontecristi. (1) Cabecera, Quibdó. (~) Cabecera. N óvi t a. (3) Cabecera, Gua pi. (4) Cabecera, La Cru% . (~) Cabecera, Remedios. • Las ciudades marcadas con un asterisco son á la vez cabeceras de Pro· yin~ia.s y ca,Pitales de Departamento, Ctml11lJln Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 793 ,....) QUINCE DIAS DE CAMPAÑA EN 1870 POR L. ARMAG AC (Traducido 1 abreviado del francés para el Bo!df" Militnr) (Continúa) Para terminar más pronto con esta resistencia desesperada, los bávaros llevaron dos cañones á 70 pasos de las casas que de­bían tumbar. Todos los artilleros fueron muertos, y los dos cañones quedaron silenciosos; pero in cesar llegaban refuen~o á los ale­manes. El General de Tann tomó rimero el parque de Monvi­llers. Las bombas acabaron por incendiar la infortunada ciudad, en donde se sostenía siempre la infantería de marina. Tu o que desocuparla, y en breve un montón de ruinas humeantes sembra­das de cadá eres, señaló sólo el sitio en donde había estado Ba­zeilles. La villa Beurmann resistía siempre. Durante este tiempo los sajones llegaban á la Moncelle. Se apoderaron de aquel punto sin gran dificultad y se fijaron en él ; pero cuando pretendieron establecer su ba tedas, un fuego muy vivo Jos tomó de flanco y los contuvo. Eran como las siete, y la acción $e comprometía en toda la línea. Por desdicha en el momento en que la dirección del Ge­neral en Jefe se hacía más necesaria que nunca, el Mariscal de Mac-Mahon debía despojarse de su tnando. Al oír los fuegos de mosquetería que le anunciaban que la batalla se empeña a seriamente sobre el Meuse, el Mariscal había montado á caballo y se había acercado á Bazeilles. El día se le­vantaba, y las brumas pesas que cubdan el campo remontaban lentamente hacia el cielo. La artilJería prusiana, ya n posición, había roto el fuego tan pronto como pudo di tinguir los o j to y dirigir sus golpes. El Estado Mayor se con •irtió en un punto de mira, y el Mariscal herido en la cadera por una granada fue a­cado del campo de atalla, entre la 6 y las 7· Entregó el mando del Ejército al General Ducrot. Este, tan luego como estuvo investido de la funciones de Ge- 1 neral en Jefe, juzgando 1~ lucha impo. ibl , de idíó la retirada o­bre Mezieres y comunicó órdene con tal fin en todas direccio­nes. Había hecho practicar dcl. lado del Oc e reconocimiento por medio de la caballería de la Di vi ión Margueritte, la qu no había encontrado al nemigo y creía que el camino e taba libre. Por lo demá , la cabeza de columna d 1 5. 0 y 1 r . 0 cuerpo ale­manes que cort:1ron la retirada al Ejér ito ft-ancé de este lado, no se presentaron sino á la nueve. Ya se habían comenzado lo mo­vimientos de tropas cuando el General de íVimpffen reclamó el mando que se le confiaba por medio de ord n d l Ministerio de Guerra, para el ca o en que e l Mariscal Mac-Mahon no pudiese ejercerlo. El General de vVimpffen venfa de Argelia. La ví pera h~bía lle~ado de París, é ignorab~ quizá la situación peli~rosa del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 794 -' Ejército. Juzgando impracticable la r etirada sobre Mezieres, 6 creyendo todavía en la posibilidad de un triunfo, hace que lastro­pas vue lvan á ocupar )a ~ po iciones que tLnían por la mañana. Esta tergiversaciones en el mantlo , estas contraórdenes, las con­tramarcha que pro ucen, iembran el desurden en el Ejército, turban y de moralizan al soldado, y h ccn perder un tiempo pre­cioso durante el cual los enemigos se acercan. A las diez Daigny cae en su poder. Allí, por un instante, el éxito pareció decidirse en favor nuéstro. El General Ducrot concedía para el paso de la artillería, grande importancia á la posesión del puente sobre el Givonne, si­tuado en esta aldea, y ha}Jía dado orden al General Lartigné de encaminarse sobre el bosque Chevalier, más allá del río, con el fin de cubrir el puente. Al ver dar principio á este movimiento, los sajones se lanzaron al combate y para llegar más pron.u .l. la. línea de batalla, dejaron us saco en el vivac. Un fuego muy vivo agotó sus provisjone de cartuchos. Tres baterías que llegaron en su socorro, se v· eron obligadas á retroceder bajo el violento fuego de fusilería de una parte de la Divi ión Lartigné. La infantería comenzaba á ceder, y pat·a aprovecha1·se de este momento de tur­bación, los franceses se disponían á dar una carga, cuando un ata­que sobre sus dos flancos vino á sorprenderlos y los obligó á aban. donar con prontitud la po icion, d ejando obre el terreno una ametralladora y dos cañones. Volvieron á att·avesar el Givonne, dejando á lo turcos en el pueblo, en donde ellos se sostuvieron valerosamente, pero también se vieron obligados á evacuarlo. En este momento la villa Beurmann caía en fin, en manos del enemigo; G'vvnne y Balán caían en su poder. La artillería de la Guardia, la de los sajones, se aprovechaba de estas ventajas para avanzar y tomar posición en el ala derecha del ejército prusiano. En el ala izquierda, lo enemigos ocupaban á Saint-Menges y F loing, en donde dos compañías prusianas, que se habían instalado en alguna casas a andanada á la extremidad del pueblo, se estuvieron dUI·ant do horas contra Jos más vivos ataques de todo un cuerpo de e jército. Las baterías de Jos 1 r y 15 cuerpos prusianos, comprendiendo entre esto lÍltimo 84 caño~ nes, se desplegaron contra Floing hasta l bosque de los Arden­nes, uniendo su fuego al de las baterías de la guardia. A la una los alemanes tenfan 426 cañones en posición y llena­ban con sus proyectiles toda la planicie ocupada por el ejército francés. Nuestt·os cañones son d smontados, sus cureñas vueltas peda­zos; las cajas saltan; los caballos, asustadísimos, llevan el desorden á las filas de infantería. Los oldados aterrorizados, ven caer en sus filas la gr·anadas, detrá , cnfr nte, por todas partes. Por don­dequiera en la muerte. Pierden la cabeza ; la desbandada co­mienza; lo fugitivos se encaminan, unos hacia el bosque de los Ardennes, otros, la mayor parte, hacia edán, en donde es­peran en vano encontrar una defensa detrá de sus murallas· ellos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín lVIilitar de Colombia \..._ 795 --' se apiñan en las entradas de la plaza, pero las granadas los per­siguen allí, y en breve sei~ciento cañune iembJ·an el incendio, la desolación y la m uert . A1gunas tropa luchan toda da. Como á la una la brigada de cabaJlería Margueritte recibe orden de e rt)·at·. Al General lo ma­tan cuando avanza para reconoce¡· el errcno; lo re mplaza• el General Gallifet. Toma el mando de us valientes e cuadrones, y bajo un espantoso fuego de artillería, les hace dar durante media hora esa hermosas cargas de una intrepidez tan heroica, que arrancaron al Rey Guillermo un grito de admiración : ' Ah! gentes valientes!", exclamó, viéndole correr á la muerte · pero era dema­siado tarde. El General iargueritte había pedido inútilmente por la mañana, con in tancia, autorización para acometer en el mo­mento en que los prusianos pasaran el Meuse y cuando había po­dido echar al agua algunos r gimiente que acababan de pasar el río. Sus instancias reiteradas quedaron sin respuesta, y la orden llegó cuando el sacrificio tenía que ser inútil. Después del desastre de la caballería francesa los prusianos se entregaron al ataque del calvario de llly. Las cumbres estaban guardadas por trincheras que fueron defendidas con denuedo ; la infantería alemana sufrió grandes pérdida~ intentando el asalto de las escarpadas pendientes que conducían á la planicie. Como siem­pre, la posici6n fue flanqueada : huuo que abandonar la pocisio­nes tomadas por la espalda y el flanco izquierdo. El calvario de Illy fue ocupado por la infantería prusiana, en tanto que la Guardia penetraba en el bosque de la Garenne, y allí recogía por miles sol­dados de todos los cuerpos, desarmados, decaídos, agobiados por la fatiga y por el hambre. Un solo batall6n del 17 regimiento se uni6 y resisti6 valetosamente. En -vista de este hermoso ejemplo, al­gunos soldados desbandado , que todavía tenían sus fusiles y car­tuchos, se unieron á él. La metralla y los fuegos cruzado de va­rios regimientos dieron pronto cuenta de e te puñado de valientes. El círculo fatal se estt·echaba en torno de edán. El General de Wimpffen, reconociendo la imposibilidad d abrirse paso hacia Mezieres, intentó hacerlo sobre arignan. Dio á todos lo Jefes de Cuerpo la orden de encaminar·s en e ta dirección é hizo pre­guntar al Emperador si venía á ponerse á la cabeza cle e as tro­pas para forzar el paso. u ir decía él, doy orden al General Le­brun de que intente abrir una brechó. n dirección de Carignan, y hago que le sigan todas las tropa di ponible . Ordeno al General Ducrot que apoye e te movimiento, y al eneral Douay que cubra la retirada. i V. M. viene á poner t n medio de us tropas, ellas se esforzarán p01· tener l honor de abrirle un paso. ' Luégo junt6 algunos miles de soldado y se lanzó sobr Balán. Ante e te furio­so asalto los bávaro que la ocupaban r tirar·on n de orden de­trás de la aldea, que era tomada impetuosamente. Los fugitivos alemanes impiden que les lleguen tt· pa d refuen~o. Hubo un momento de turbaci6n para 1 enemigo, pero fue corto. Las 6rdenes enviadas por ,l General de impffen no 11 - 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 796 __) gar-on, ó llegaron demasiado tarde. No se cumplieron, y el Empe­rador no se movió. Napoleón ni, que había salido por la mañana, después de man­tenerse algún tiempo en el campo de batalla, había vuelto á la Subprefectura, y allí esperaba los acontecimientos. Las noticias más funestas llegaban de instante en instante; cuando recibió el despa­cho del General de Wimpffen, trató de salir de nuevo, pero las puertas estaban obstruidas, las bombas estallaban en las calles sembradas de cadáveres, no pudo pasar. El Estado Mayor alemán, comprendiendo que el medio más acertado para terminar era bom­bardear á Sedán, en donde se encontraba el Emperador y un in­menso número de soldados, dirigía sobre 1a ciudad la mayor parte de su formidable artillería. El Emperador volvió, y en un acceso de desesperación, dio orden de izar bandera blanca encima de la ciudad. A esta señal el combate cesa en ambos eampos; pero el }::f de Estado Mayor, General Faure, hace quitar la bandera parlamen­taria. Urgido por el Emperador para que firme la orden de cesar el fuego, responde con energía: u Acabo de hacer quitar la ban­dera blanca ; esto no es para firmar semejante orden.,, Los Gene­rales Douay, Lebrun, Ducrot, tampoco convienen en tratar con el enemigo. Ducrot propone esperar á que llegue la noche para in­tentar una salida, pero toda vía faltan cinco ó seis horas. Du­rante este tiempo, el infortunado Comandante en Jefe veía la al­dea de Balán despl9mar e á p1·oyectiles y era atacado por fuerzas inmensas. La pequeña columna que él había conducido disminuía rápidamente bajo estos multiplicados ataques. Su desesperado em­puje había hecho retroceder al enemigo ; pero no siendo sosteni­da, fue diezmada y dispersa. 'rodo estaba concluído. El Emperador mand6 izar de nueYo la bandera blanca, y el fue­go cesó como á las cuatro. El General de \~impfien tuvo que ejer­cer hasta el fin su penoso mando y que encargarse de las negocia­ciones relativas á la rendición del ejército. e trasladó á Douchery al Cuartel General prusiano. 1 Estado r.1ayo · Alemán se mostró inflexible. Moltke y Bísmarck estaban decididos á s:1car de su vic­toria todas las v "ntajas posible . El Ejército debía entregarse ínte­gro prisionero de guerra con armas y bagajes. En atención al valor mostrado por el Ejército, lo Oficiale conser a rían sus armas y po­dían permanecer en Francia, dando su palabra de no ervir más contra Alemania durante la guerra. El General de Wimpffen trató inútilmente de obtener del ven­cedor que suavizase estas condiciones. Se retiró para conferenciar con el Emperador. Por la mañana muy temprano, el Emperador tuvo una entrevista con M. de Bísmarck, y le preguntó i no se po­día hacer que el Ejército francés pasase á Bélgica para desarmar­lo allí é internarlo. M. de Bísmarck, que la víspera había estudiado la cuestión con M. de Moltke, no con<;intió en ello, y el 2 de eptiembre, después de un Consejo de Guet raque tuvo luga1· á las nueve, y en el que se re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 797 -' conoció que era. preciso someterse á la voluntad del vencedor, el Genera 1 Wimpffen firmó la desastrosa capitulación siguiente : u Entre los suscritos, Jefe de Estado Mayor del Rey GuiJler­mo, Comandante en J e fe de los ejércitos alemanes, y el General Comandante del ejército fran cés, ambos provistos de plenos pode­res de Sus Majestades el Rey Guillermo y el Emperador Napo­león, se ha convenido en lo siguiente: u rt. 1.0 El Ejército francés, puesto bajo las órdenes del Ge­neral de vVimpffen, encontrándose actualmente sitiado por tropas en número mayor que rodean á Sedán, es prisionero de guerra. "Art. 2.0 Vista la defensa valerosa de este ejército francés, se exceptúa á todos los Generales y Oficiales, lo mism~ que á los empleados superiores que tengan el rango de oficiales y que em­peñen su palabra de honor por escrito de no 11 var armas contra Alemania y de no obrar de mnguna manera contra sus intereses hasta el fin de la guerra actual. Los Oficiales y empleados que acepten estas condicione , conser arán sus armas y los objetos que les pertenezcan per ·onalmente. u Art. J.0 Toda las armas, como también todo el material del Ejército, que consiste en banderas, águilas, cañones, municio­nes &c., se entregarán en Sedán á una comisión militar constituí­da por el General en Jefe, para que se entreguen inmediatamente á los comisionados alemanes. u Art. 4· 0 La plaza de Sedán se entregará en su estado ac­tual y sin que pase de la tarde del 2, á disposición de S. M. el Rey Guillermo. 11 Art. 5. 0 Los Oficiales que no se comprometan á lo estipu­lado en el artf~lo 2.0 , lo mismo que las tropas desarmada , erán conducidos en fila en su regimiento ó cuerpo, en orden militar. 1 Esta medida comenzará el 2 de Septiembre y terminará el J. Estos destacamentos serán conducidos sobre el terreno que ori­lla el Meuse, cerca de Iges, para ser remitidos á los comisiona­dos alemanes por sus oficiales, que cederán entonces el mando á los cabos y sargentos. "Los médicos-mayores, sin excepción, permanecerán á reta­guardia para curar los heridos. "En Fresnois, el 2 de Septiembre de 1870. MoLTKE Y DE WntP.FFltN ... M. de Bísmarck hace justicia á los esfuerzos del General para obtener mejores condiciones. e lee, en efecto, en la comunicaci6n que dirigió al Rey Guillermo, las líneas siguientes: 11 La actitud del General de iVimpffen era muy digna, lo mis­mo que la de los Generale franceses, la noche precedent . Este valiente militar no pudo dejar de manifestarme el profundo dolor que experimentaba, veinticuatr horas despué de su llegada de Africa, y medio día después de que se había encargado del mando, por tener que'dar su firma á una capitulación tan penosa para las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 798 _J armas francesas. Sin em argo, la falta de alimentos y de municio­nes, la imposibilidad absoluta de prolongar la defensa, imponían al Gene1·al el debet· de hacer callar . us sentimientos pe1·sonales, porque la efusión de sangre no po ía )a cambiar en nada el es­tado de las cosas." VII El 4 de eptiembre, un nuevo Gobierno tomó la dirección de los negocios: par cía decidido á una r esist ncia enérgica ; Metz se sostenía toda vía con su hermoso ejército; tras burgo, bombardea­do, resistía con nergía ; París, bien roYisto de íveres, rodeado de su cinturón de fuertes, de ía atajar largo tiempo al enemigo. Durante este tiempo, las provincia s levantarían, se organizarían y llegarían á hacer retroceder á lo invasores. Tales eran nuestras patrióticas esperanzas que Jos acontecimientos se encargaron de burlar tan cruelmente. En el cu1 o d Ag-o to, el Ejército de M etz había librado pri­mero la batalla de Borny ( 14 de Agosto) qu no tenía otro ob­jeto que asegurar la r tirada de 1 ue tt·a tro ns in ui tadas por teintm tz y M nteuff 1 y que aun cuando e n ventaja nué tra, no dio para nosotro ningún r ultad . Hasta ap1·ov chó al enemigo, r tardando nuestro movimiento éle r tr e o . urante e te tiem­po, en efecto, 1 Ejérci~o prus iano de cribiendo un inmen o arco de írculo vcní á coloc ar # n gran parle 1 tre !vi tz y París. En t nto qu lus al m ncs acdn1ban f ·brilm nte u marcha, los franc ~e n( a' an1..aban ino con una kntitm.l 1 s<:. perante. o sabfan ap1·o echar los <.lífer nt amínos que t ·ní n á u disposi­ción, y una dificultad inu· fbl s ha ía ·ntit· n a uel por donde pa aban todas la tt·op s. Un uc1·po gast'" ua un día n recorrer d os kilóm tros. El t6, el 1'Iariscal Bazaine hizo ma1·char J Ejército sobre Verdun, y encontró 1 nemi,..o ue s le había ad lantado n esta dirección. ombate sangri nt s tuvi t·o n lugar 1 r ·dedor de Re­zonville, Vion ·ill · , Doncourt, vaint- iarc 1, !1at·s-la-Tour. Al princi io de la acción un cth.! l'l a ,·anzacr le , D cr t amplí imo indulto r tirada horu-o~a J fes. R iteré e mbi circunscripcione elcct ra1 s, inter­viniendo liberale , ficacia ufrauio ar· Jeccíone Congreso, y pedirél r forma pr sent das n g8. Grupo importante de libera­les con Camargo diríg nsc hoy á amigo rmados declarando re­Tolución e impotent , conccsione uficientes é in tándoles acójan­se á indulto. Gobi rno considera insignificante la intervención de Soto y Vargas antos. MARROQUIN Mx.mozA P.-PAÚL-L Go-FER~· .. {l\~EZ-CAsAs-URIBE. En verdad que si no e, tuvieran escritas en las líneas del cable de nuestro Ministro en áshington las singulares pretensiones de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 8oo ..J los vencidos en Palonegro, Chucurí, El Amoladera y cien combat s má , nadie las creería, por cuanto revelan un estado de razón que si no e tá perturbado, poco le falta para merecer una casa de Ora­tes. Esa líneas escritas en un campamento próximo á ser cer­cado por huestes triunfadoras y aguerridas, podrían ser heroicas¡ dictada en una lejana metrópoli extranjera, recuerdan la hi toria de Bertoldo, que nunca encontró el árbol en ue quería er ahorca­do, pensando que de esa manera no e cumpliría la sentencia dicta­da contra él, salvo que se trate de esa falsa mercancía de exporta­ción á que tan aficionados se han mo trado los corifeos de la rebe ­lión, que por fortuna de la Patria yace vencida en tierra é impotente para cumplir su programa de orrar á Colombia del rol de las na­ciones civilizadas. Original es por cierto pedh· un cambio de Ministerio por ra­zones política , é indicar para su reemplazo al mi moque en el que se quiere derribar desempeñó nada menos que la Cartera de la política, ó á empleados que por el solo hecho de ser tales indican su conformidad de o inión con los demás def nsores d 1 Gobierno, ó á personas que por otra razones e tán en el mi mo caso. Original es, sin duda ninguna pretend r que un Gobierno vic­torioso se declare v ncido porque t argas Santos y D . Foción así lo quieren ' como si n la memoria de todos no estuvieran las fá­bulas del Enano de la Venta y del igre y el anejo Candor, y mucho, revela en e os señoron s la pretensión de que 1 Gobierno abdique de su autoridad como i la integridad de é ta no fuera ca­non del Partí o Conservador Pudo 1 Gobierno er generoso y ofrecer el perdón de pués de la victoria ; pero se trocaría en obje­to de mofa y escarnio ac ptando la tutelct del rebelde encido y prófugo, que intenta equipararse con el negociador de Campo Formio. Por esto, bien hizo el Mini ·terio tachado en firmar la enérgica respuesta negati a dada á semejante pretcn ión junto con 1 Jefe del Ejecuti o, orqu no e tr ta de defender puestos que nada tie­nen hoy de Sinecura sino de probar la absoluta unidad de acci6n en el Gobierno de aceptar la respon abilidad del acto en referen­cia, cualesquiera que sean u consecuencias, y en fin de notificar urbi ti orbe que está resuelto á todo, an es ue á conculcar las insti­tuciones, cuya defen a y guarda le ha encomendado la mayoría de los ciudadanos. Los cable transcrito se sintetizan en una fra e : la suerte está echada/ y es claro que de pué 1 r. 0 de Julio próximo toda 1 san­gr r belde que corra de e cat~gar e á 1 cu nta de argas San­tos, oto, Uri y ompañía, si r or ulpa d- su dislate aún qu - daren extra viada que no e resuren á poner las rmas. Lo que es el triunfo del Gobierno y la róxima destrucción de Jos úl­timos cuadrilJeros, son hechos tan indiscutibles como la r dondez de la tierra. Alea jacta est 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 25

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