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Imagen de apoyo de  El Cóndor: periódico literario - N. 43

El Cóndor: periódico literario - N. 43

Por: | Fecha: 28/04/1871

Et ~OND~R PERIODICO LITERARIO . . .... . NUMERO 43. SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS. LA SERIE DE 12 NUMEROS VALE 60 CVOS. Editor responsable, JuAN C. AautLAR, Agente general, LÁzARO Tono z. CONTENIDO. Tu retrato y el mio ............................. Por Baint-Amour. A la a ael'aoratJ caaa(la• . .. • .. .. .. .. .. . • • • . • . .. . • • Por M. B. de los Herreros, R91alía Córdena1............................... Por Ricardo L6pcz C. Declmaa • . • . . .. . • . .. • .. • • . • • • • . • . . . • • • .. • • • • • .. • • • Por Lino R. Ospint\, Arensa Jaotable • • • • • • • • • . • • • • • • • .. • • .. • . .. • .. • • • Por •••• Jfltl'aque ................................ , ......... PorSalomóJil. Delirio .. . .. . . . .. . . . . . . . . . • .• • .. . . . . . . • • . . . .. . .. . • • Por l. de D. M. Llkratura mullcai¡Continuo.cion) .............. for •••• ?tiEDELLIN. lHPRENTA DEL ESTADO. 1871. h 11 170 EL CONDOR T = VARIEDADES. 1 alma de la mujer : amar, curar, consolar; tal es ~ su destino sobre la tierra • ....... -.------··--~----···········--····--·--···-·····-····----···· .... / Consideraréruos ahora la vida de la mujer, LA :MISIO N DE LA MUJER. l veamos si llena como es debido en la sociedaero Abel era insensible (t los bienes de ( que gozaba, y su corazon hil chado de so- i berbia y de orgullo, no abrigaba ni grn.ti- ~ tucl ni re peto, llegan o á. tal punto su ma- ~ la índole que hasta evitaba el trato á su¡ benef ctor. } Detesto el carácter de un hombro así, \ como Abel, me dijo uno á. quien empecé á~ contarle esta historia, no paco mueLos dias. i Y es el toyo, querido lector, 6 lectora~ muy amada. Es la pintura de tu corazon y i de tu carácter la que estoy hacientlo. Mi- i rate en este espejo! Tú eres eso ingrato! ~ Tú eres ese mónstruo! ~ El Gran Señor de cielos y tierra te ha ~ colocado en un mundo que ostenta por do-) quiera el órden, la belleza, la magnificen- ( cía, y que abunda en todo género do como- { didades y conveniencias. To ha dadc tal ~ poder de alma y cuerpo que dominas á los ) peces del mar, á las aves del aire á las bes- ~ tías de la tierra. Te ha convidado y te con- { vida diariamente, á que lo trates con inti- i midad y á que mejores de naturaleza imi· ·; A LAS SE10RAS CASADAS, A 10r, mod' ·ra, virtud, Y en ncro como 11 julio Mirar por nu tro ]wculio, Rezar por nue ·tra ·alud ; E:o e· mu.· buen< y muy santo; p ro i y to n akmá ! pan aLrnerno · ma. Aunque no no quieran ianlo. No . 1 amor unn, balsa. n~ aceite , icm pr e (' )' ·na j iugnna ·omi1la .s bn na, Siempro con la misma sal ·a. Es 1 matrimonio un drama Sin int re. y ·iu vida Cuando la e po . a s lvida De los fu ros de la dama. Para con s~:. nr u imp erio, Un di cr to t n con ten Mezcle 1 favor y el desden Y lo alegre con lo serio. En vez dE> echarse en el surco, Sepan n eñat· los dienles; Qu víctima obediente S6lo las quiere el Gran Tmco. .Ayude al lindo emblante El primo ro. o vestido ... ..• Traten, en fin, al marido Como se trata al amante : O al marido no se arguya Si el ha. tfo le ondena A bu car en ca a ajena Lo qne no encuentra en la suya. MaNUEL BRETON DE tos HEnnEnos, -----~~--- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. __________ , 338 EL CONDOR a:;:::;:::;....., -- ROSALIA OARDENAS. i de una mansedumbre dignas d~l ángel que d. 1 d ú · 1 sonrie al lado del Padre celest1al. La. auna y el ata u son os os mcos ' Era la señorita RosA LÍA CÁRDENAS quien muebles que t tall~ n Icol~~adoEnfara el ¡ atesoraba en su alma estas bellísimas ·dotes, hombre en e sa on e t Vl a. 08 ~b~- ~ á las cuales se unia su incomparable her· pan los do~ extremos,; e uno para rccl lr ~ mosura. Así puede decirse que su alma nuestra prJmcrall~gnma, ?1 otrlo para enl- { era una riquÍsima esencia e¿cerrada en un cerrar nuestro ú tlmo suspu·o ; e uno es e : b d ·1 t d . 1 1 . 1 0 es la \ pe otero e oro aqut a a o. onente, e otro es e oc~s? ' e un . . ! Como la hermosa estrella que al apare· abul rora,l el otr? e~/a apa!'lc~o? d:/~~r~n~:- ! cer siente apagar su fulgor por las espesas as; e uno stgmica. pnnClplO, . • ~ nubes que se le ponen delante, ó como la nota fin; ol uno. es una ale~re salutac10n, ¡ flor del campo que al despuntar se mira co· el otro es una trlste despedlda. . . ~ bijada por las sombras de espesos árboles, Las lágrimas que son el patrtmomo de 1 ella encontró en ol mundo esas nubes y la humanidad, empapan nuestra almohada j esas sombras que llamamo.s pob~eza y cgois­al extendernos en la cuna; Y las que arran· { mo. La primera le fu6 stmpát1Ca, la amó ca á los ojos la última agonía, corren á. to· ¡ con toda. la efnsion de su alma, hizo de ella rrentes nl descender al ataud. ~ su traje do gala, y colocóse encima. el velo Llorar al nacer, llorar al morir! Así ~ de la modestia. La segunda lo causaba. te­nuestra mísera exi encía no es otra cosa l rror, huia de su presencia, y so re~gua.rda· quo un manantial inaO'otable de llanto. ¡ ba bajo. el manto. protect?r do la v1rtud . . b ·• • ~ A ve011las precwsas y t1e~·nas, llorad á la Muy corta es la. dtstanCia que mod~a en- ¡ hermosa alondra que, nactda en el norte tre la cuna y 1 sepulcro, porquo la ~1da so~ del Estado, vino á esta ciudad á. ampren-escapa veloz c?mu el relámpago i Y sm em- •' dor su eterno y majestuoso vuelo!. . bargo, os sufict~nte pa~'a .apurar, hasta ag?· l Flores olorosas y bellas del Jardm do tarla, la copa d.ol ufnm1ento. Pe a.res ~1n ~ Antioquia, doblad vuestras corolas y re· cuento, dcc~pct n?s ama.rgas, .humlllamo- ~ gad con el rocío do vuestr? llanto la dulce ncs crueles, mgratttudc. 1 uaudttas --- .... de 1 memoria de la horma a vwleta tronchada todo nos toca algo, ó ~al vez mucho, en ese~ al empezar la primavera, por una cortanto pequeño lapso de twmpo que llamamos.; cuchilla 1 vida. ~ Cefirillos amantes y suaves, susurrad con Hay una cosa que amamos. con frc~esí y l tristeza, pues ya no v?lvcreis á acariciar tr:1s de la cual corremos áv1dos y Ciegos, ( esas rosadas mejillas m á robaros ese per­ein comprender acaso 'que es una ment~r~, i fume delicado 1 una creacion de nuestra mento, un dehno 1 Encantadoras vírgenes de mi patria, cu~ de nuestra ardiente fantasía : el placer. ~ bríos de luto y derramad algunns lágrimas, Tal como nosotros nos lo figura.mos,, el ~ porque ha marchado léjos y n? volverá ya placer no es otra cosa que un qmmérlCO ¡ nunca vuestra hermana Ros.ALIA. sueño. Los goces qu~ se exporimenta.n en~ y yo tambien, oh dulce y simpát.ica ami· 1~ orgía bajo un traje de seda Y preowsos ; ga, lamento tu pérdida,. envid~o tus virtu­diamantes, al ón de las armocfas de una} des y me regocijo al mismo twmpo de tu contr~danza Y. en medio de un cortejo es- ) gloria! Tú que pasaste ya P?r el umbral pléndtdo · de msensatos a~uladores, ea t~n 1 de la muerte y que has dornndo en el fú· pasajero como una nubecilla y solo dep1. Í nebre ataud, ruega por los que ~pénas, ca­en el c&razon amargos recuerdos y tal vez ; minando por el sendero de la v1da, hemos heridas incurables y despedazador remor- 1 soñado en la cuna : un dia, tal vez ~uy dimiento. ~ pronto, bajarémos á él ; miéntras tanto, El único placer verdadero. es. aquel que ) adios ! imprimen en el alma la COn~ICClO~ de ~na •: RICARDO LóPEZ C. · vida inocente y pura, de una res1gnamon ~ positiva, de una modestia, de una caridad, ¡ Abril, 3 de 1871. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR DÉOIMAS. A PEDRO, Ya que Castor no ha querido, Forc¡ u e poder bien pudiera, Dar contestacion ligera Al pipo que le has metido; Yo que soy entrometido Y sc;pero por demas, No quiero dejar atra La cuestion de los botines, Pnes por v intiocho tomines Lo insultas sin má ni más. Él calla porque es prudente, 111 i\s no por falLa de m u a ; Ella en ~n almacen iotl'U a Se lo cuela diligente ; i>ero no fu ra corriente, Si ndo como e comerciante, Qut- por bu car consonante En la vara no midiera ; Yo se la doy á cualquiera Eu est pu blo mercante 1 i Con quo por probarte á. tí La calidad upel'ior Y el 1 gftimo valor De tu compra balad{, No ele be decirle " í Tengo de eso", al que interroga? .... ¿Quién al pobre lo subroga l le pagan un contado ? •••• N o, no es ju to que la oga Rompa por lo mas delgado. Ni es regular que incompleto Tenrra el Diario y el Mayor Por medir con gran fenar Un miserable cuarteto, Ni quo si llega un suget Libras de lana á buscar, No lo pueda tra quiJar Por e tar versos midiendo, O mejor dicho, mintiende, i Eso qué le puede dar 1 Ahora, en la defensa entrando De u calzado flamante, Que solo porque no e de ante Lo e tá desacredit..ando, Respóndeme, Pedro: i cuándo~ Castor te dijo 1 ' no aju ta "1 El te diria : " si te gusta, Si te viene lleva un par", Y Lú pudi te buscar A tu pié, medida justa. Pudi te tocar el cuero, Examinar la costura, El material, la figura, Aunque no eres zapatero. No comprando á un usurero N<> es tan fácil que uno quiebre ¡ Ni eres pastor del pe ebre, Bailador allá en Belen: A tf, re póndeme i quién Te metf:\ gato por liebre 1 i Te dijo, acaso, Castor Este cal;~,ado es do moda Y los callos no incomoda, Ni can a leve dolor ? .El no ha sido el con tructor., Ni el que fabricó la horma, Ni couoce bien la forma De tus piés para obligarte Con u calzado á calzarte, Y á que cantr~ras la "Norma t', El cuero no era charol, Ni cabritillct, ni él Te dijo e tal 6 cual piel : Sran de Francia 6 .... del Tyrol, A la lur. de un claro ol Y de. pues de previo cusa) o, Ech~ndola tu de gallo Cogiste el par de botines Por lo · intiocho tomines, Siendo de piel de caballo. Pero hay m:\ : astor pidió }. Paris e e calzado Y como bueno han mandado E e l :u qu te Yeodió ; Si 1 fabricante engañó, Y Ca lor no lo hn adv rtido, Ju t e qne el cla vo m Lido Se aque in ceutemente: E. e e principio corriente Y on 1 comercio admiLido. Pudo muy bien provenir Ese mal de los prusianos ; Porque en París á do manos Trabajaban sin dorruir, D eandn hacer su curo bir La E'rancia en todo sentido, Y habrrín botines cocido Lleno de grantles élefectos, Para granjear desafectos Contra ese pueblo perdido. Si asf fuera ¡, qué partido Podrás, Pedrito, tomar? Te le apuntas á Bi. mark 1 Al empentdor caído ? O á Trocbu que ya vencido Por los bárbaro hulanos Dejó á París en sns manos 1 .••• Estando allá ¡ cuánto miedo Te diera decir no puedo Usar botines prusiano ! Y vamos á ver : i por qué No siendo Ca tor un ruin, Al apretarte un botin, O todos dos .... ¡ yo qué se!. ... No fuiste á decirle: " i Usté Puede cambiarme aste par ------------=Digsc:it=ali=za=do_L_or--"'la -"-Bi_bli_otecaLuis A~- n_gel Arango del Banco de la República, Colombia . 839 ~40 EL CONDOR Que me e tá haciendo bailar? O penuítame lo deje Y á Girardota. me aleje A pió limpio y sin gritar". Él no se hubiera negado A una ·típlíca afectuo a, l\1ucho mas cuando en la cosa No hubo din ro al ontado, Y no ue ha pe1jt'ldicado A Ca tor tu gl'it t·fa, Quit:índole día por día Compraclore á ese artículo ; E o, Pedro, e muy ridfculo! E a es mucha porquería! Y hoy ... ¡ apo tara un condor! .•• (Poro no el que se publica, Porque ese á la gente rica No 1 gusta, no, señor); tJn condor cuyo valor S<.'a de dier. pt>so cabales, A que lo botines tales Con que hns \ i to scrafilles Por unos pocos tomines, Hoy son tus amigos leales 1 tAqué no son on el dia El blanco de tus enojos. Sino el ncaro que tus ojos Cootcmpl. n con alcgrfn, Pasándoles á porffa Baños de bola ín fin? i A que hoy t los pones sin Qno diera lnlen na :nqui .t a, 11 Aquí e. te botin Ulc n >rieta 1 Aquí me apl'ieta ol botin " 1 Si a f fu e e, y Ca. tor abe Que gozas de ho!O'ura tal, No de eará uinaun mal Al botín on que hMa cabe El pié, qno hn sido la llave Que cerró dC' otro l:.t vonta, Sin tener iquiora on cuenta Que la guerra se acababa En Francia, y no les ganaba A los deruas el cincue!lta. Ni él A su Dios pedirá, Porque esa accion es muy baja, Que tu b:i.rbnra navaja. Lo rompa. N o rogará, Ni . iqniera de ará, Que ellos e te acaben presto, (Aunque yo pien o que esto No le d~be disgustar); Querrá verlos alcanzar Al próximo año bisiesto ! No querrá que un tropezon Rompa u suela 6 puntera, P~ro ni querrá siquiera Que se les tuerza el tacon; No querrá que un re balon Con tus narices concluya : 1 ( ¡ ~ } ~ ~ ¡ ¡ l ~ ~ ? Una alma como la suya, Solo pide, en conclu ion, Que otro par sin dilacion Le compres, por vida tuya ! Eso y aun m:\s lo deseara Castor, al pérfido ñato, Que desconocido, ingrato, Pre tendió darle en la cara Con lo s botines que fiara! Eso y má al que adherido Del rey Guillermo al partido, in rebozo y ·in misterio e acoge al trinnfanto imperio " llabiendo fr unces mecido ! , Mal 6 b'en, ya be contestado Por defender el honor Del comerciante a. tor Y do u uuevo cahmdo: l ~ ~ Pel'dono ·i no lte }oO'rado JJlrnar 1 0 tan altos fines; ' :lngel , y, etafin S M acompañen á <'1 ntar, 11 IJoa Onstor me va á paga·r Con tlll bu upar de boLines ''. lll1 O R. ÜSPINA. ~ Mcdollin, 18 d marzo de 1871. ~ ~ ARENGA NOTABLE. ~ Con este titulo trae l IJiario de Czmili· ~ nama1'ca, núm ro 386, b que diriO'ió al Li· ~ bcrtadot· l cura do Pucarú en Bolivia en ~ 1825; y su lectura me hizo recordar otra ~ arenga mas corta, aunque no tan elocuen· ~ te, dirigid3. ó. Bolívar por el cura de Iba· ~ gué. ~ El Libertador llegaba del Sur, en me· .~ dio de un invierno e ·pan toso, y aunque ve· 1 nia á espaldas de un carguero, eso no im­~ pedia el que estuviera. empapado de agua. } y salpicado de barro. { J.Ja comitiva que babia salido á encon· i trarlo á La Palmilla, llegó con el Grande ~Hombro á un toldo jumenso que habian ~formado, orillas del Combeina, en donde \ estaban las principales señoras del lugar, ., los músicos y las mesas del refresco. La ~música tocaba un bambuco capaz de a.lo­} grar á un muerto, disparaban cohetes, repi­~ caban las caru panas y el pueblo en el en tu­~ siasmo de su amor y de su patriotismo ha­) cia resonar los ecos de la cordillera gritan· ido: viva el Libertador! Viva el Padre de \ la Patria 1 Viva Bolívar 1 { U na niña. preciosa do catorce años, le di- Di.9ilalizado f!Or la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E:t.. CONDOR 341 jo unos malos ver8os, poro con mucha gra- ~ sigtlifica~iva de dos o,jos negros, az~1le , 6 to.rna 7 cia y el garbo lo tapa todo. El Libertador l solado.,? como e qmera, en el PI'Itl1~t· ua1le a 1 '. d' b' h 1 · . · ? que a 1 t1mo . De pne , se han repottrlo tanto e 1espon t? como ~a ta acer o, 1 m.P 1 OVl· ~ aquella ese na , que la olnpa e ha con e nado sando un d1scu~·so d1gno de la posteridad. ~ qni ta, ·in qne la muevan ya los débiles latidos El cura anCiano, hombre largo y seco \ de un corazon que acaso ningun galvanismo al-trnia tambien su arenga; pero al llegar la~ canz~ría á conmover. . . hora de recitada se cortó malamente y no l De.Jemo 'pues, aquel pnmet~ fraque, de qmen . . ' ' 1 me de pedí hace ya mucho anos y que hoy an- ;ao acordó Ul de una. pala.bra Entónces so- ¡ dará convertirlo Dios abe en qué, y permfta - bándose apresuradamente las manos, como ¡ me decir alguna cosa del que actualmente me ·si estuviera penetrado de frío, exclamó : ) sir e. Pocos dias hace tuve qué echar ruano de "Excelentísiu o Señor. 1\Iuchobarro!... _~él y vf,no in uol.or,lo estra aqur ) tenderme, lo reconvine por haber guardado pot• lla mano. Me acomodé los e pejuelos y vi qne 1 tanto tiempo aquellas papat'rucbas y lo amenacé estaban de cosidos en algunas partcs ....... Se ner ocas ion de vot· i ha hecho 6 Dtl peqn iie?., pareciéndom pot· ella prenda impro- ~ caso de mi a el \'Crtencia; pero en la primera opor­pia de varon; y hub de confirmarme en mi sos- ( tunidad que se ofrm~ca, le mar~ una cuenta es­pecha, al ve1· el pr cioso encnjo que ndornaha \ trecha de la conducta que ob erve y i incurrie­las orilla. y la delicada bordadora qLto lucia n i re en el delito de rein idencia, Jo condenaré á la esquinas. En una df' ellá · vf do· l tra~, una ( diez años de armario cou calidad de retencion. R y tilla e, seguramente las ihiciales el l notu- ) SAL0:'.1B JIL bt· y apellido de 1a dueiia d nqnella pieza. Lue- f · go me pnse :i pensar en toda. las Ro a , Rito. , •: Ramonas y Rafa. la qu e conozco, y en cuantas ¡ 6nloba , 0a Lro , rte r.: es ' arra . cale · hay ( en la ciudad , y nadaba · tó para q no tmdie e yo ) d '})C'jar aquella incógnita. o babia vi 'to <:>1 pa- l flu lo sino por un lado; ocurrió. eme e aminarlo ~ por el oLro, ' i cuál no Sl:'rin mi a ombro al n- 1 contrar un pedacito de pnpel dobhH1o y ·lavado \ con un alfiler en una ele la abcccras? J> r l ) hilo e ·aca el ovillo, dije, cle!idoblnndo aqu .1 \ que parecía billete, logré de cifral' estas pala- ( bras, esc!'ltas 0on h1pir., y que trascribo t xtua.l- \ mente, para conocimiento d ln interesada: ¡ "Niuo Chico: e toes onibl , seis ''e es ;\ bai- \ lado on la Juana, le llevo la queuta. Si no me ~ saca para la ¡)rimcra rredoba todo es conc ludo. 1 Maud me mis co ·as: Suya: 1l. ( P. D. De todo· modos lo e ·pero esta noche en ( la ventana; asi que o aca.ve 1 vaile" ~ Comprondf que aquel exLraño mE'n sajo s.e ha.- \ llaba en el bolsillo de mi fraque por alguna equi- ~ vocacion. Probablemente la señorita R. meo tomó ) por su niño Chico en la confusion del bail0, y 1 me hizo, sin quererlo, depo itario á médias de su\ secreto. Ahora i cómo hacer para no q uedanne i con aquel pañuE-lo de batista, que podla valor ~ unos cinco pesos 1 1 Tentaciones tuve de poner avi os en las Pll:er- ~ tas de las iglesias; pero pareciéndome mas ex- ¡ pedito el referir el lance y dar a luz el billete, ¡ va con toda sus letras, para que la autora y dne- ~ ñ:t del pañuelo ocurra por sus prendas, si le con- \ viniere. \ En la bolsa de pecho de mi fraque encontré ¡ varios o~jetos cu o inventario es el siguiente: ,' 11n cucurucho de dulces revenido ; ítem una car- i ta interesan ti ima qne me escribió un suaeto que } anda por Coruitan y á quien no conte té, porque ~ no pudE> dar con su apreciable, basta ahora; itero ; un billE-te del sorteo de la, lotería del mes de no- ( viembre, que no sali6 premiado; iteru un soneto ¡ que comencé y no pude concluir, porqne e su- ·: bi6 al cielo un consonante ; item nn anuncio de } teatro y unas cuantas páginas rlel "Libro sin ,. nombre "1 de la edicion que se está haciendo en ~ DELIRIO. (rMJ'l'A IO DEL ALE .tAN.) M lancólica y llorosa, ro¡· 1 dolor agobiada, ]1~n una noche d es tf no. hermo a jóv n vaga. Por la , ' ]vas jardines Bu anclo d ·venturada, Lo ojo , la voz, la vida Del hombre que ella idolatra. Su amante, que ya no existe, La y rma tumba le guarda: E te e· el pesar acerbo Que devora sus entrañas .••• Cuando á los cielos eleva Sn triste, humilde mirada 1 ve la luna y los astros Que su dolor acompañan, Entónces la pobre jóven ViBtte lAg rimas amargas .•.• Y en su delirio incesante Deja oi r esta plegaria: 11 ¡Ay de mf l Que nunca pueda Volar al cielo do se halla Mi c01·azon, mi alegría, Mi fe, mi luz, mi e peranza ..• Brillante y límpido cielo, Oye las quejas de mi alma: Desciende pronto á la tierra l?ara entrar A tu morada ..•• '' Entre tanLo que esto dice, us gemido y us lágrimas De su corazon doliente Al cielo, infeliz, exhala. De pronto us pa os lleva Por senda o cura, ignorada, Y en las orillas de un río Detiene su débil planta¡ Allf la luna y el cielo Ve reflejar e en las aguas, Y en su dellrio la j6ven Llena de éxtasis, exclama: "Gracias, cielo refulgente, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Aran o del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR 343 Tli has oído mis plegarias, 'Tú de ciendes A la tierra A lle'farme á tu morada. La luna y lo a Lros b llos Me acarician y me llaman. 'Oh Dio ! mi amado tambien Me presta sus blancas alas ..•• Ya voy, ya voy á la a mora ..• 1 j Ah ti ITa tan de graciada! Adio , adios para siempre .... ,, Al terminar u pn.labra La pobr jóv n lan~ó e A las espumo as agtla .... Y las onda apacibles Que en u eno la abrazaran, Al cielo llevaron ella Todo el amor de su alma .... J. DE D. M. LITERATURA MUSIOAL. AN UNZIATA Y PERGOLE O. III , Cuando el marq ne llegó iÍ. Roma con ·u pro­¡ tegido, lo recomendó al cuidauo do sn amigo el ~ cardenal Barberioi, aficionado enLu ia . ta d la. ( mü iea, de pues do haberle referiJo toda la his­~ toria de P r..,.ole o. { El al'd ual prometiónclole vicrilarlo y ocupar­) lo con frecnencia , para no cleja.r al amor· la oca­~ ion de paralizar las notables facnltal entimiento ) en 1\poles , amenazaba. volver ano mas l t-riblP., que babia im·adirlo su alma, y donde reinaba co~ ~ con e 'ta diferencia, que en aquella ciudad era mo soberano ah. oluto. ) re . nltado de la dicha en amor, y aquí de pesar. Pa adas alguna emana , desde que tuvo lu- ~ El cardenal Ba.rberini había infonnado 5 su ear la couver acion que hemo referido al fin ( amigo Spinos a obre este estado ele co as ¡ por del capítulo anterior, un 1 aante carruaje alia { e o el mar u~s marchó á Ro~~ para ver si lo­de Nápole , en el que á la d recha estaba senta- í graba un mbto favorable en el JÓVen; y en efec­do el marques d Spinosa, grave y erío: á la ) to acertó á decidirlo á que Jo , igui <> á l~loren­] r.quierda un jóven pálido y tri te , de cuyos hú- { cía, n cuya sociedad lo introdujo , 11 erando has­medos ojos se desprendían ele vez en cuando al- ~ ta pre ontarlo en la mi ma e rte ducal, donde la gunas lágrimas arrancadas por el dolor. E tejó- ) mü ica era amada, cultivada y colmada de ho~ ven era Giovanni Pergoleso. ~ not·es. . . . El marques se dirigía á Florencia en cumpli- ~ ~1 u y pro~to, GJOvann~ no tuvo .t1empo so?rado miento de una importante mision diplomática (pata p~n m ~n .u amot. e. enttegó co~ ftenesí que se habia encargado de de ·empefiar cerca de \ á 1~ vt~.a bul~ante de la cOit~:. y e deJÓ arras­esa corte; pero ántes debia, por algun tiempo, •, tra1, ebuo de bozo, P,or la con ten te de 1?~ mas detenerse en Roma. ) notable placer~s. Co~ todo, e~te ~ulhc10 no • . • • . l pudo por largo ttempo ImponN S1lenc10 á la vor. -G1evan.m hab1a reconocido la verdad de las 1 de ·u cOl·azon, que e elevó con mas fuerza, exh?rtac10nes de u dos protectores: a~bos le~ cuand hubieron pasado la primera impresio­habt. an hecho presente que no era preciso que ¡ nes, los primeros éxtasis de la ovacion y de los h~1b1era una ruptura con sl.l amada, y que mas / goce . Su deseo de tener noticias de n amad& b1en su enl~ce con ~lla deb1a ser el_ fin, la recom- ~ .Anunnziata aumentaba á medida que ella e ba­pensa, y' SI se qmere, 1~ coronac!On de_ sus es- ' ciau mas e casas; escribía, y sus cartas queda­fuerzas. LlE~gó,. pu s, el JÓven á con~entn·, aun- / ba.n in re ·pue ta. que c?n gran dtficn.ltad , en marchar a Roma, pa- \ , 1 • • •• ra aplicarse con ahmco en e ta ciudad nl e tudio ~ -~Iuerta. Mueita! Tal era la te1uble o~ que de la música reliaiosa, á la que una decidida afi- ~ resonaba ordamente en u alma, y que hama es­cion lo -conducía irresistiblemente. La despedida 1 tremecer de horror todo su sér. fué bien tri te para los amant.e : pero la e pe- ~ IV ranza halagüeña, que á su. ojo onreia, los al~n- ( t6 en tan amargo trance. Los torrente de lágri- ) Su melancolfd y u desaliento crecian, todas mas que corrían por la mejillas de ambos con- 1 sus compo icione respiraban la Ll'i teza de que sagraron el juramento de eterna fidelidad que ¡ su alma e taba hinchada, y sn Yiolin no vibraba mutuamente se hicieron. Al fin Giovanni, medio ¡ sino para exhalar acento plaiiillero , aye des­ahogado por E:'l dolor, pnede desprenderse de los ) ganado de su alma. Las palabra qlle expresa­amorosos brazos de Annuuziata. 1 ban lam ntos y dolores, eran las únicas que se Digitalizado orla Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re¡:>ública, Colombia 34-! EL CONDOR hallaba di puesto ~ poner en mú ica, y para ~ -iD6nde e. tri. Annunziata1 dijo Giovanni con lln~ la armonía emanaba del fondo de su cora- í voz tembloro ·a y débil. zon 1 erido con maravilloso poder. ~ -¡Ay! e a es una hi toria muy triste .... pe- -· in embargo, un t xto, uno solo, le parecia ) ro yo os la contaré, aunque mis ltijos padez an; impo . ible expre ar de una manera sati. ·factoría, ¡ de haHibre en ca. a. Ella ama mucho, y el clo­annque las palabras producían de 'l un ef cto ~ lor qne le can 6 vu ·tra marcha'fuó muy g .. an­m:\ gico, y e te. Lo era aqnol inimitabl cántico { de; no bstante, ol pes:tr no la. hizo morir, COD1(} 1 l monje Jacopone, ol Stabat mate,. que expr - \ lla babia creído . sa tan patética y tan admirablem nte el dolor de ~ Cuando aconteció el iucendi de su barrio, y31 la madt·e al pié de la cruz del hijo. ~ ánte babia perdido ;.i. su madre; como su casa El aire con que e cantaban e. ta J1ermosa~ { fué tambicn devorada por el fu go, ella bu có palabras el'a tan insi~niñcant y eacordal1a tan\ refugio on cn.s:t de Tibaldi, que ·e habia muda­mal on la ·orprentl nte b lleza del t xLo, que } do á otra calle, y allí conoc'ó <\ nn hombre qtH) PcraoJe o e e f(;rr.ó en encontrar una exacta ex- \ la fa cin6, que ln. he hiz6 completament~. Era pre ion d e te d 1 r; pero cuanto m<~ bu ·ca- l un , ugeto de mala r pntacion, un bravo, pero­ba y trabnjaba, tanto m<\ parecía al~jar e su ~ henno o signor, het m o 9 como ninguno en toda realizacion. ¡ la xtension del olfo. El t aba ol arpa y ella 1~1 l>Obr jóven vagaba ombrío y descon ola- ) cantaba. :sn cualqni r parte donde . e pr senta­do. Un dia qui o la fortuna que 11 aa ,' e A su 1 ban, se reunía ln go un herruo o auditorio, atrai­mano una carta d nnunziata, en la c1n le ro- \ do por u mú ica: nada e. traño había en ésto,. gaba. que volvie e inm diatamente á . u lad , ~ pu bi n ab i cu.in encantadora rala v z d& pu m riria. i no 1 ha ia a ·f. ~ Annunziala. E~ta. carta n e o momento fn6 irre, i tible. : A la Hzon so encontr6 nna mañRna en la call~ Sin d ir ua a á naclif>, io anni partió de ]t'lo- ~ de ' o ledo el cadáv r de un jó ·en n bl , que de-r ncia, fué : R rna y d Roma pa, 6 á á- 1 bió haber lu 'hado largo ral contra ' U a. . in o, pole . i ;~uL de sucu bir á sns g lp ; pue é 'l dej6 Lo primero que hizo fué correr á la calljnela ~ su puñal ·lavado en el pecho do n. f tima, y d nde . taba la morada de sn Annnmdata; pero \ e puñal, de ptte de reconocido, resultó sAr el ¡cuánto cnm io! Ruina ennegrecida· y vig-as ! de 'l'ommaso, de ' mm a o aman le d Annunzia­medi con:umida por 1 fnea fné lo único que ) ta. Ambo de apar ·ieron rep utinnm nte. Los encontró. Un YOraz incendio había a. lado e o' ¡ Abruzzo le irrieron d refugio, lo quo E'n brc­lugare · y todo l barrio ya no era rna que una } v e u pe en l uebl . .1. Lmca. se ha1ia pre <'n­ese ua lúgubre. i tarlo un bandolt>ro rua anda~, ni asesino 1n:t d - P rgole ·o quedó inmóbil como una <:>statua, ¡ sapindado é inhumano, que el tal Tomma o. No hasta que al fin un hombre de mi ·crablE:' aspec- : babia seguridad alguna para lo viajero : las ca­to salió de una cabniía coreana y le pr guutó: ¡ ~ts y la pr pi ,dados d la comarca e tabnn á -Buscai alao; signor? 1 merced d ese d salmado y su pandilla. Tam- Su dolor entónce estalló! ~ bien n mujer, la bella Annunziata, se adquirió -¡ Ah! 1'oclo lo he p ru1 lo ! exclamó sollo- 1 gran reputa.ciou. zando y cubri ndoso el ro . tro con ambas mano , ( Se sentaba ~ cantar en l3¡ orilla del camino, y para ocultar al de. conocido las lágrimas que {los viajero que se detenían para oírle eran por­surcaban su mejilla . t dido ; aun e decía qne ella mi rua. tocaba par- -Dónd E:' tá Annnnziata 1 añadi6 Giovanni. f te el la aventura ma peligro a y que en al- -Qué Annunziata? Bien sabeis, signor, que ~ gnnas circunstancias era tanto ó ma o ada que ese nombre mn comun aquf. ¡ su amant . -Annunziata Marini, que vivia al frente del ~ o ob .. tant , yo ignoro si son ciertos todos zapatero Tibaldi, la bella Annunziata que canta- 1 eso rnmore,. batan bien. ~ Pero a supondreis que tales correrfn · no du-o la conozco, signor. Tampoco conozcv al : raron mucho tiempo. De pacharon carabineros zapatero Tibaldi. ( de á caballo en busca ele los bando] ros, que Al oír esta palabras un frio glncial se apode- 1 fueron perseguidos y presos ca i todo , entre r6 del corazon del pobre jóven. Mudo de e ·pan- \ ellos Tommru o. to torna la espalda. á. e ta e cena. de de consuelo i -i Y Annunziata? preguntó Pergoleso lleno y de luto, y diriae ns lentos y vacilantes pasos \ de an iedad, hácia la ca a donde se babia hospedado. l -Nada e sabe de ella. Tomroa o e tá en San ¡ ITa muerto! pensó, ha muerto! y por eso ya ~ Telmo, y supo trer salida será para ir al cadalso. no rue escribin.. ¡ La mujer e puso á reir ; tendió n seguida su Entro tanto .. e le acereaba una mujer. ~ mano hu ·o a, de carnada y aíin.dió : -¡Ah mae. tro,le dijo, v~stai al fin de vuelta? 1 -Dadme, sianor, algnna limosna para mis po .. Él la miró fijamente. \ bres hijo que mueren de hambre. -iMe conoceis1 le pregu~ló. { Gio ~uní le arrojó al~unas monedas y siguió . •, u calllino con paso vac1lant.e. -i.Cómo no he de conoceros! Y o ?S . he Yisto : ( Conclltt'rá). mucha vece , cuando tocaba1 el VIOhn, pura { w ..................... ---"· ···- -··-----.- ...... - .............. ~--·.,·····"' .. acompafiar el canto de Annunziata, i l.lPRE .. TA DEL ESTADO, Di ita liza do ¡Jor la Biblioteca Luis Ángel Aran o del Banco de la Ref2ública Colombia
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cóndor: periódico literario - N. 43

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El Cóndor: periódico literario - N. 44

Por: | Fecha: 30/04/1871

EL IJ~ND~R PERIODICO LITERARIO. NUMERO 44. SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS. LA SERIE DE 12 NUMERO S V ALE 60 CVOS, Editor re pon able, JuAN C. AauiLAB, Agento general, LÁZARO Tono z. CONTENIDO. Duelo..................................... .. ... .... Por la Reda.ecion. Nue1t:.:o pé ame .................................. Por L. E. V. A ml amigo Juan c. Agullar.................. Por Pedro Bravo. Colegio del Estado .............................. Por ... . Gtnm6stlca . . . . . .. . . . . . . .. . . . . . . .. .. • . .. . . .. . . .. • • Por Sa.mt.A.mour. Señor Lino R. Otplna .......................... Por C. M. J. De laa mujeres en la profeslon agrícola .... Por .... Juan Díaz....... ... . . .. . . . . . . .. . • . .• . . . . . . .. . . .. • . Por Francisco J. Jurado. Pastoa·a Res trepo Ga virlR...................... Por las alumnas del C. de M. A P. R. G. . .................. .. . . . . .. . .. . ... • . ... • • Por .••• Literatura musical tConclusion)................. Por .••• Mil· queja& á ella................................. Por Juan N. Nieto. MEDELLIN. 1 IMPRENTA DEL ESTADO, t f'_Jl 1871. 1 ~~ b~~~~-~-- ¡ il 174 EL CONDOR VARIEDADES. LA MISION DE LA MUJER. POR ENRIQUE CO . CIENCE. y os de su amor, natural es qne la llama de su aT· ma haya concluido por exLinguirse1 Error! La mujer debe amar miéntras quede en eUa un .·opio de vida. • Berta consagra ahora todo sn amor á los hi· jos de sus hijo·. Ya de una familia ñ o ra; canta para adormir lbs pequeñuelo ; tiene siempre pa ... (ooNoLusxcN). ra. lo otros alguna golo ina; .,abe hermosas can ... El esposo de Berta es un .hom re animoso y cione ·de u tiempo é hi torieta8 sin cuento. ·Ah! enérgico, quE' n pira á ensanchar, por su propia ¡Qué buena abuela! ¡Cómo vuelve ;\ er niña con elevacion, el porveuir de sn familia. Su giro los niflo ! o hay palabra ma propia para bacE'r principal s el comercio. El noble deseo el me- e tallar la alegrfa en un circulo ele familia qno jornr n fortuna le hace afrontar y desafiar tO'- la d : ¡ATm la! Pronunciad la, y voreis cómo los da· las vi isiLuues 'de la uerte .... pero no bns- niJJos la aclamarán batiendo la mano. y bailan- ' t:ín.. dnca derú su xcclente e.-po a.... · 'm trny . .Jnnto a !In. hay otr·o ecl!hcw en quo Pero ell le ocultad ·n propia tristeza y, con se encierra {t Jas du.;grnciatlas víctimas clo locu~ 1 humor sereno é inalloraule con la voz .·iem- ra d nno Y otro· exo. pr. suav , 1 hnblut ;í. de ltt i;npcnetrante volun- · E.·os do · gamcnto una parte de la cinclacl . teiiia el cielo con las al to;orente imp tu oso <.le los placE>rrs de ln ju- tinta . u bielas y sangrienta.· d la d? truccimJ. ventud, Y se E'.·pomldn i mil peligro ' ¡\mil R LemblHba el, u lo bajo 1 tru no inc ·nute de a er~hauza , , :í. mil ricio . hntr tnuto, lla cui- lo, . ii ·centes, bomhas sa ú cadn. instante; angrar;~ por todas la herí- mortffera de ·crihia.n mil útbila 11 l e" pn io, da, que el tiempo y el de tino hayan hecho en y caían, rompiendo y de trozantlo cnnnto en­su orazou do madre, hat'ta qn •, extenuada. y contrnban en u paso, sobro las ca as abandona· ven cicla, encorvada. bajo el peso de lo· años, ven- d 1 1 · 1 el a. e e a CltH a . uet·o.:amcnte los ra- cer fut..go solrre ]('!, ciUtln lela. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública, Colombia. EL CONDOR 175 Alacacln, de esta. suerte, de ~ cle el interior de aquello· est.ablecimiento de benPficcncia que to­da~ las na iones con ideran como un terreno neutro, In gnarnicion holaude11a "e irrita, y cie­~ a. con el de eo de venaar e, JHlo con e pnnLoso ruido lo~ ,•idrios de ambos edificio . El iucemlio o tá próximo á declararse .•.• Quó hac r1 No e .. po. ibl dejar ;\lo loco ncNra(lo y ;\ los huérfano que lloran, expu ::;Los tí. se r in¡ s' lanzan! atro­pelln. Jt a lo. hu6rfnnos <'11. u de ore!"' :lCln. cnrrí'­ra: uní ·:tnlt nto preocuparlos del cuitlnrlo d ·u cons ·n·acion per ona.l no tardan en fra.ur¡ uear la; pnNtn·. Pero iftll..! hnc<'n las loca~ en esta crítica si­tu'lcion? .Miracl: lo. gritos lastimeros <1 lo: ni­fio;; J:l; han conmovido .... Cno¡ in<:liua to1 aroma de las flore.; prro us OJO. 1 muerto ~ la luz, no podi n contempla•· los brillantes colore con que la naLur lez v¡ te su flore . -¡Arde mf, decía:\ l:t niiia, qné de~graciado oy! IiénLra .. todos gozan de la ht?. <1 l ol v admiran RU lwrmo;ma, yo ;úlo i nro rn u1i arrugada fr nte el beneficio d ·u calot·. u~ be­llo dr.l>e ser el din! Qué L1·i te es la no<.:lw! Pn.ra tí, hija, todo es l>rillo 1 ·plen< lor, alegrfa, ln;~., ¡palabra que yo J.O puedo cm1pr nd r! Para mí todo e uoch , o;cmiclad mierlo ó inqui Lud. OL! Dios no es jn:lo1 porque r parte llllt) mal .·n:; done·· para qné njar para rta 1111:1. hrr­mo. a jóren fJ.lH' <·slabn uonl:mdo un vestido de raso con hilo ,¡ . oro. -Delia Piioritn, mi pn1lre es cicoo y no pue­de trabaJar. iQn reis tlnnne una. liltto , na? -\'éte ele ahí, holgaza11., cont :.;tú la .:cfioritn, tn pndro soní. 1111 va!!abundo y tti UJtil ntur.hacha inl.til¡ vét de nhf 1 y no me mole. t 'S nw .~ . La pobr. nii'ia enjugó sus ];í~rimas con la pun­ta ele su pafiuclo y ~e retiró <\ doud.e e. taba su pacll'e. .. -Yanlo~, padrcm;o. lo <1ijo, e a seiíorita no quiere i't lo · pohrcs. Y es tan rica! -Dios no e: justo! munnuró el anciano y le­vanl; íncl o ·e huyó de aquel siti1,, D sd~ entónce: perdió la fe y SU!i clins Nan mny tn::~t<:> ·, pontn la fe el e 11 nelo e e lo · afiigiclos y pl ünico rt'm dio para los corazonc: qutl pa. rcmente v 11 no de aJliccion¡ hnbia pcn1ido bs fue r · color ele u rostro Na p;ílitlo, su· binn enca.necido. No tenia m:\~ qt:o nn pE'n ju. to 11 • .Ante: era cie2o <1 lo. oj del e ·pfritn! .:Dio' 110 • .iu~ Uli. m o que '·Dios e. m, '·J '. Oyó e un gran ruido e •1 ca __________ ..:;:D;!;'ig'.:::ita.:;:;liz;;:.:ad::.::,o ]::;;o:::..,r ::.::,la ,:=:Bi:::::bl::;::iot~ec::::,a ,:;;:Lu::.:.:;is:...:::!."Ángel Arango del Banco de la Ref?úblioa Colo11, • anciano que tenia mucho tino, se levantó y al.lr } A LA MEMORIA hácia. la puerta, sintió caer á su lado un cuerp9. ~ Era una jóven tlUe andando de caza !ie babia : D.BL LtBERTADOR SIMON BOLÍVAR. extrav:n"" .. ¡;:a ido Clel caballo á la misma puer.ta ~ ¡Cuántas veces, Dolfvar, tu frente coronada d~ la chozr . • . . ~ De laurel y rosas América la vió; .h~ a1 se b.a}ó Y con e~ mstmto proruo de : Y al enemigo ibero que al escuchar tu nombre u· r. eg "' , reconoc~t- -tue eraJóven y hermosa: la;. Del campo de batalla despavorido huyó! e1.1tró t11 la ca.l>a.ña, y desmayada, reanim6 iu ~ . . . . C'lf'IIT': con hcor benéfico, y cuando vol~ en 1 1 Cuántas veces tu glor1a, tu glona s1~ eJemplo .ll , , tre J RU :,ana pero pobre comida, qóe 1 Cantaron los poetas con noble emnlacJon, ln. jóven no se babia desayunado. Dióle, p ,-"la ¡ Y pad~e ~e la patri~ por ~ombre te ~u ieron salud y el alimento y quietud á su espfr' '6- 1 Y te rmd16 Colombia subhme adorac10n .•• • 1 formfmdola del sitio en que se hl\llaba. •. L'.:"' · ·~ Las ninfas peruantts tus sienes coronaron, ..Jba e ~a la bell.a cazadora cnando e ~ Orgu!Joso pisaste del inca la ciudad ¡ h~.Ja. dt>l Ciego, que tba á buscar a.~u~. Per . .. • i La cima de los Andes repercutió los ecos CIÓ ~~da. hasta. que se fué la senonta Y • 6n- ~ De libres que dijeron: "Triunfó la Libertad", ces d1,10: ~ \ · ( -¡Ah padre mio, habeis socorrido ~ 1, ~ Al colmo de la gloria llegaste, gran guerrero, del palacio que no quiso darnos limosna! • , ( Y cómo asf pudieras temer ó recelarl Eutónces el viejo cayó de rodillas y lw-•j Que aliA en el Aqueronte puñales se forjaban rondo: ~ Que en tu pecho, asesinos, hubieran de clavar1 -Perdóname, Dios mio, porque os he ofendi- •. . . . do ha ta e te momento. ¡ ¡Y que mnnchnr ~~ glona los v1!es pr~tRnd1eran, De. de ahora couocer6 vue tra misericordia: si ~ Pagando tus rvlc~o con fiera mgrat1tud .i. hubiera tenido vista para conocer á e a eño- { Inventando calummas de pue de qn~ admnaban rita, no la hubiera socorrido porque le conserva- ) Tus hechos valerosos, tu fama y tu v1rtud! ba odio y rencor. La cegue~a ha !!ido ca u. a de 1 Perdona,oR.A.N oUERRBRo,perdono. á los mavados que en v;z de un~ mala acc1?n, h~ga nn b1en á ~ Porque ellos no pudieron tu pecho acribillnr ¡ un scmt>Jante mio. "!o bendJ."O mt ?egu~ra Y .la ~ Y m á~ porque han pagado su crimen en la tierra: mano que me la d16! Bend1to sea1s, DIOs m10! l T\1 grande y generoso supiste perdonar. Qué justo y misericordioso sois! ~ ' ' De ·de e te in tan te fué el mismo ciego feliz. ) Por libertar ;\ ingratos del yugo de la E paña A f el hombre e queja mnchas veces do lo ~ Tu vida, en los combate , ·u¡1i te de prt"ciar; que cree un mal, olvidando que Dios puede ha- \ Pero de pues hui te del teatro de tus glorias cer de una piedra un pedazo de pan, ¡ Porque tu sangre se iba sin fruto á derramar. J. A. ~ De la mansion que habitas,guerrero esclarecido, ( Perdona de esta tierra la pérfida maldad ; TORNEO LITERARIO. ~Perdona las calumnias infames que forjaron ( Los hombres que pusiste en paz y libertad. CANTO DE LA M.AfiANA. ( P. M. ToBoN. { Medellin, febrero 9 de li71. (TRADUCCION DE RACINE 1 DEDICADA A MI AMIGO\ _______ ...._. _..__~ JESOS HARÍA ARTEAGA), ) El ave vigilante despierta los sentidos.... { A ISO tSus cantos repetidos la noche hacen huir1.... : a los deudores moro&o8 de la. botica del doctor Du- Jesu habla en secreto al alma adormecid3, ·i rand,que se sirvan pasar á dicho establecimiento Y llAmala a la vida, al dia. de luz sin fin. ' 1 á cancelar sus cuentas, pues esto es necesario Deja, le dice al hombre, el lecho do inactivo. ¡ para la liquidacion de los negocios. Te auarda el atractivo de un languido sopor: { Como recomendado, V el~ con alma y ojos; sé sobrio, casto, puro, . · Í Marco A.. Pelde: T. Que cerca estoy, lo juro, llamando al corazon. f 3-l A su adorable lumbre los ojos, pues, abramos, { ---------------- Los ojos y las manos alcémos al Señor: ¡ • aimamos, que una plegaria ardiente 1 ' ahuyente, traspase la extensionl · t •, Profesor de medicina y especialista en el tra- '"1 divino! del corazon el1ario, 1 tamiento de la disenteria y enfermedades del hí-u fuego haga cesar; . . ~ gado, ofrece us ervicios. t·as en que lo sume el vtc1o ¡ Su casa. de habitacion está en Ja misma acera 1 propicio lucir tu claridad! { que el hotel dE-l señor don Joaquín Escovar. ~ PEDRO BRAVO, 1 3-1 SE IE IV. EST.I\.DO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 44. Wa.ee .~ nue~e.:.. C:..<'.Ontjta-.Ut~(l¡-1 tl'!A» Cll Mil Lwfo. á, llll~tJ¡,o. Q,ftlt~J'(} J lt.(l¡ ~e ~~a.~~J~~~c", ~~~ co1rv· ¡11a.lw.(l¡ kc:\.11;(1¡ ~e )l" l}~()l. Y&o-ttrli(t¡ lHllcfto.r,., nuwue & )W e+t-r~o- fur~t, ~ Clioo~ett ~e tt/cMt~ á, Mil l'l~te 9)Wek~ Clll eClt ) ~Ü).· ta. ~( i<1l ~~~ ~~ ®~tafv~ ~e ~w~ctJv. Q]t nU ~r¡l ~ l;a..¡11 hli~G-~ 1 ~lli Cltrfl~(l¡ C/(,~. t~(l,fl,(l¡ ~ u:>.~•"c~~~a. tLo- ~Je &LIJ:>COt\.. otto- (l;e~. e-w. ere ee ~\Ale ltMJt"G-W~L, no encuentran ya placer en las ocupaciones rúbticas ni en el mundo que las rodea; ellas se poseen del m:tl humor. .Conocemos á. algunas cuya. snluu se resen­tia de la violencia en que viviau y el ma­rido afectado por la dese peracion de su mujer, despues de haber vivido largo tiem­po en la inquietud, se decidió á. abandonar su estado para habitar en la ciudad, en don­de fué á perder su capital en especulacio­nes para las cuales él no era. apto. La mejor educacion de las mujeres es la que reciben en el regazo de sus madres. Las sanas tradiciones de familia se conser­van allí; la buenas co tumbres no se sepa­ran jamas de la instruccion propiamente dioha¡ la. jóven no vive en un mundo ideal, como el que su imaginacion, ayudada de las inspiraciones del bandido , que le babia robado el amor de Annunziatn ~ ~ No tuvo mucho tiempo parllmen ese in tan te escoltado por ! los terribles carabineros y por algunos religiosos. 1 Era un apne to j6ven como de unos veinte ~ afios de edad, de talento, firme, sereno y aun al­¡ tivo . Las piado as exhortaciones de los frailes, ' parece qu no hacian la menor impresionen él. ~ Sus brillantes ojos resistían con impavidez las 1 miradas de la muchedumbre. Cuando la justicia de lo hombres fué satisfe­, cba, Giovanni, profundamente conmovido por ~ tan horrible espectáculo, se disponía á volver á ~ su casa ; pero de repentE- las oleadas del pue­~ blo se dividieron y tomaron otro rumbo. ~ -¡Ah pobrecita! exclamaban por todas partes. ~ Giovanni no podía distinguir A quien se dirigía ~ esta exclamacion; pero un presentimiento le de­~ cía que se acercaba el temido instan te en que iba ¡ á ver otra vez á Annunziata. Su ansiedad aumen­¡ taba por segundos. ~ En ese momento una mujer jóven y bella se { precipitó hácia el patíbulo: su larga cabellera l negra, flotando en desórden, era juguete del vien­/ to: su traje sumamente rico, pero en desarreglo: todas sus facciones eran perfectas y podia to- LITERATURA MUSICAL. mársela por el tipo de la mas rara hermosura. ANNlJNZIATA Y PERGOLESO. Lanz6 un grito agudo y penetrante, se arrojó al v pié de la horca, enlazándola con sus brazos blan- Cerca de dos meses habían .pasado desde que cos como la nie\'e, ) con un tono, que hirió co­Giovanni tuvo el encuentro que Rcabámos de re- mo una aguda cuchi la el angustiado corazon de Giovanni, exclamó : ferir en el anterior capítulo, cuando un dia notó que numeroso pelotones de gente se ditigian -¡ Ah! Tommaso, amado de mi alma! muy aprisa hácia la portada de la. ciudad, en : Una sola mirada había bastado á Pergoleso cuy11.s inmediaciones habitaba. Tambien él salió ( para. reconocer á Annunziata¡ pero no era ya su' para respirar el aire libre. Su semblante, tan ro- ~ pura é inocente Annunziatn: había en ella algo zagante en otro tiempo, era ahora de, una palidez ¡ de salvaje, de insen ato, de extrat"iado. La expre-' mortal, y bien ee veia po1· su aQdar lento, inse~ ( sion de sus ~jos erl\ inquieta ! siniestra. Digitalizado por la Biblio1eca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública, Colombia. 352 EL CONDOR El g ntfo ha. la entónces bullicio~ o, rrunrtla a en e e in t:mte nn ·ilen io profundo; np ~ a re - piraba; par in qu arta u.1o de lo circun tar.­tes t· gaba con ln. inf liz jóv .n, fJUe p 1'l aneció un momento de ro(lillas, teni udo la ho1· n abra­zach y la cabeza in linada h<~cia la tierra.. Uepentinarncnte e levantó . hE>ch6 a tras , u negra. cahe11ei'a con ad man vi lento, fijó ·u mi­rada acorlt;ojaa todo los corazones con un pod r increíble. La imprc:ion fué traordinaria. To ;lo. los ir­cun t. nt .· t niau l ~ mauo~ junta · en ad mnll su­plicaut. e; tolo · lo: oj . e.-tabun 11 no l lágri­ma ., y cuan lla. cabó, todo · lo· p eh s e - halaron un RIL piro. Un momento (le. pnc ·la in~ lir. ha ia d a.pa­r ci lo. Pa. ada alguu. .· 1 :mn .·, un ca ;l\or, qul~ el mar nrr jó á la playa, fu· reconocido por el de Aununziata. YI. Unjúv n d lrr:ulo y p;\li ha ia. tomado el e - mino u •1 Vc : nhio , . e irigia <1 nde 1 rmitaño nya celda se encuent ·a uo 1 '•jo · del hum ante crfttcr. L ro o·o para c¡ue le die : e a ilo unrante alcrunas emana ·. :El pobr vi jo e lo a. ·ordó con tan hm ua \Olnntad, uat to qu ln. fi ·onoruia del Yi ·itante inrlicaba un c01·azon dolorido que bu al>a n e ta ol dad, rodeadn. de todos los horror d la naturaleza, el olvido de los dolo­re qno turlJaban u alma. No lle,·n.lla con ·igo más que un ~e tido. "\i agalla en ·ilencio n la· e·­panto ·as aleda e. de la montaña; con fr cuen­cia e en taba en un pedazo 1e lava, acaba de su violín , centos maravillo. os, poderoso , y in embargo, tan tiernos y tan plaiiid ros que con­mo- vían la· m~· recónditas fibra. d 1 alma. s·em­pr tocaba el mi. moa ir , parecía que no cono­cía. ino e. e, y qu no . can a a do ejecutarlo. El jó\'en era Pergol o y l aire era el que Annunziata cantaba; e taba grabado n u me­moria de una man ra indeleble, no d jaudo lugar en su alma para ningun otro ¡>en amiento mu i­cal. En vano el ermitaño e sforzaba en hacer­lo hablar; su boca permanecía muda, y u mira­da parecía implorar piedad. Pero lo que alarmaba ma al buen olitario era la vi ·iole diminucion de las fuerzas del infe­liz jóv n. Un dia, varios aballero llecraron de ápoJe con 1 fin d vi itar 1 Ve. ubio. La mayor part habianse _-a al jado d la ermita· pero dos hom­bre quE' hal>laban inutos, que arou atra . -He eguido sus huella hn. tala 'rorrc del Greco, donrl ha vivido a.lgun ti mpo despues de la mnert de 'romma o; pero ha desaparecido a de allf, dijo uno de sto vi ·itante . -El solitario que ocupa aquella cabaña po~ drá quizá darnos algun indicio de su paradero:. dirij(lmonos an. ~ tó no eran otro qne los protectores mas deciuido y entu iasta del genio de Pergo­leso, 1 marc¡u s de pinosa y l cardenal Bar­berini. J;o lo quedaron tri t mente rprendi­os al v r el abatimieuto fí ico y m ral d l jó­ven Giovanni, y s e ·forzaron n arrancarlo in­mediatamente dt' su ni:lamient , á fin d nlllor­tigunr n 11 e pfritn la intetJ. ·idad del entimien­to qu ioa d varando u vida. J..,ocrra.ron connardecida, Va á hacerme ufl'ir continuamente! · as A hacerme llorar toda la vida ! •... Per yo loco e toy ... por qué me quejo? ..• nal si la reina de mi s6r no í'nera ! La imAgen ere tri, mi alma el e ·pejo, Y lo puedes romper cuando tú quiera ! JUAN N. NIETO. Cali, 1869. v•--•.., .... ..._,.....,..._.. ... , ... .. -# .. #, _ ..... , ... , ..... .. _ ... ._ .. _, ....... _ ........... ............ _."*"''"""'•••J"'_..., IMP.RE TA DEL ESTADO, -------~-...,;;;,:Dil!.:.:git.-ali_,za-.::do:.J::p.:::.or..::::la..:::.BI::::.'bl::::.iot~ec:;:,.:a L=uis Ángel Aran o del Banco de la República, Colombia.
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El Cóndor: periódico literario - N. 44

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El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 40

Por: | Fecha: 13/02/1875

.PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUVENTUD. • ~~'VWV'·~···~·'VW'•• """""·"'· .......... ... ~"f""""""'""'""""'''" " ~· ··--;l;MF.Rc)'4(). ·~·---~ ~ TRIM. VIII. ~- ~~~J e POP~~:~:~~:.:~~EJ~~!~wl~Rí~;¡~· ~~~ ~ RAM1REZ y RIYERA, EDITOREs. Aquellos fragmentos de edificios, blanquea· do: á los últimos rayos del sol de la t~trde, medio escondidos todos entre el tupido folla· LAS ItUIX.-lS DE IBARRA. jede los numerollos árboles que crecen libre· . . 'mente en el recinto de las ruinas; las torres Despues de ~n?n· por. el espaciO de ~ás de y camp:tnarios, mutilados, el aspecto seren? dos borns y mecha, habJCnuo cesado g1 adual· del cielo, la belleza de los contornos y el Bl· mente el calor, llegamos á una altura e~l don· lencio que reina alli, donde ántes hubo tanta de ~:;e ven las ruinas de algunas .cnb?nas de animacion, tanto contento, acumularon uu proletarios, atildo de las cuales estan o~ras torrente de itlcas en mi mente, mel:mcólicas de liger~ eonstrnccion, sum~mente bn~as: tochls, iu11piradas por el recuerdo de aquella J>cseeudunos luégo nn corto t1 echo Y ?e 1m catástrofe espantosa. proviso fuimos I"Orprenditlos por un l.mdo Y 1 Apu 1·é el paso de mi mub y ac1clant{mdo· vasto paisaje que constituye la esplémhda ~o - me algnn trecho :l mis compniieros de viaje, marca en donde, hastn ltace ménos de ~1 es llegué solo á la ciudad, cunntlo el sol presta· año~: brillaba como opulenta seiiora la e cs. ha u moribnntlo reflejos al paisaje. Entró venturada !barra. . decidido y con el eorazon oprim1do por uu!\ Des<'lc luégo buscamos, answsos, en el ho· emocion inexplicable. l'izoute, las ruinas do ~lf]tLella cinclatl ; pero A tm lado y á otro de la que fué calle ele entre ellas y no~otros Ae intc1·pnso la pinto · entrada, se aL~an hoy muros mutila~lo , re~t~s resc.~ laguna 'Y aguarcocha, que parece en de templos, lienzos de paretl,. en. p1é toda na, mecho a,, a9ucl mn1·co vrr1lo de pradera , ár y re iduos peJo enga~taclo mosos árboles se levantan por toclas partes, en un cerco de esmeraldas. Apénas detuvi· e. condícndo trás de su lozauo follaje aquel mos un in tanto las miradas en eRe bellísimo confuso hacinamiento ele ruinas, ese sudario paisaje qne, en otro lugm·, las habria. dcteni · ue c~combros que guarda entre sus pliegues do horafl entera ; y l:ls lanzamos há01a el snr, misteriosos )a historia terrible de aquella he· en (londc encontramos lo que solicitábamos : catombe inmeusa ¡ y por entre el ramaj~ a· las ruinas de !barra. banicado de las palmeras 6 del melancóhco .El Imuabnra se alzaba imponente, cscon· ciprés se distirwnen, majestuosos aún, los ' d~end~ su negr~ cima e~1tre las. nubes; hácin pórtic~s de algu~os templos! los capiteles el~ el occidente reJase el Uotacaclu ocultando la piedra de alrruna columna cmcelada con deh· faz á sus víctimas de 1 G8, entre una masa cado esmero0 6 el medio arco de una ventana flot~nte. de aplomadas nieblas i. en el suroeste ojiva que, s~~ duda, prestó Jnz y anima~ion al se tllbUJaba sobre el azul del Clelo el perfil de sagrado reCinto en alguna fiesta grandwsa. unas serrauíaq poco eleYadas, Y. desde su base Las pisadas de mi cabalgadura resonando hasta la del Imbauma, extend1éndose hasta sobre las anchas baldosas de las aceras, eran las faluas tl.c un cerro dcRmHlo. que d~rno_ra repetidas por mil ecos 1_ormados .en .los eón · al sur, tiC dilataba un e ·plénduJo terntono, ca vos vaclos de los arrumados ed1ftmos; de~· cubierto de p~antíos y de prallera~, en cuyo pues de ella nada interrumpí~ el solemne SI· confin setentnonal se mostraba tn tc>mente, lencio de la ciudatl muerta, smo el aleteo de como un inmenso pauteon adornado de san· alrruna lechu1.a ext.raviaua en aquel dédalo de ces, palmeras y naranjo!~, la que fu(:. Ib_ana, es~ombros, 6 el &inie tro graznido del bnho orgullo y ornato de la opulenta provwc~a de entre tos derruidos paredones. Imbabura. ¿ JJ:s aquí, me dije. deteuiéndom~ a.nte a· N() poclró expresat· eloc~wntemente lo que ~ucllas ruinas solitarial'l, en don~e exu!tló una sentí al '1tem 1 ·por pnmera vez aquellas cinuaeminallas en medio del bella luz el sol, llenaba de poesía la h:na, do más bello pauorall.l •• que ~c . puetle imaginar. encanto la natu1·aleza y . esplendor los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELCAUCA. hombres?.. ........... ¿ Qn~ se hicieron ios habi-tantes de -esas (Casas stmttwsa~ de las cüales no quedan hoy sino fragmll:lntos despedaza-dos.?.. .. , ........ ¿ En d(mde están la .alegrí-a .y la esperanza qme animaban el corazon de los hijos del majesttuoso Imbabnra ?.. ......... ."ro do ha desaparecido\ y en su lugar sólo se ve una ciudad múterta . El viento hollado del Cayambe, que br'illa­llaua t·iid'iante te:n el confin lejano del paisaje, ezotaba en eso!! momentos los ángulos sa­liente!! dt> las ruin as, produciendo sonidos lú-gubrcR.¡ in'!ltando lamentos humanos!., ........... . Absorto en la contemplacion de ese espec­táculo tristísimo, imaginé estar viendo á Iba­l'l'a la noche del 15 do AgoHo de 1808. El cielo tlebia est:a1· sereno y hermoso: como en los m'Omentos vrescotes i miríadas de estre­llas brillariau fulgurosas en aquel clel'O de los trópicos, uispuc to como un palio espléndido pum cobijar e:l delicioso paisaje v la bella cindad; las avecillas· enviarían· á las flores sns nocturrws cantares, y las flores les devol­verian en perfumes lo que habiau recibido en tneloclía; las arboledas se mecerían suave­mente, los céfil'~>S confiarían el secreto d-e su frescura á los l"amajes y las fuentes inul·mu­rárian quedo e ltre los f¡·ondo~os huortos, pa ra p€ruers~ de pues cu la llanut·a ........... . Los suotuos~s templos estaban espléndida­mento iluminado , porque se festejaba á la Reina de los ángeles, la Vírgen del 'i'ránsito; tma mnliitnd los llenaba y otra pululaba por las calles; en :~lgunos salones bC bailaba, en otros se conversaba alegremente, más allá se rcia y se go~aba ...... se go~aba! cnando la muerte esltJba tan cerca!. ..... ¡ Unántos cormwnes arrullados pot' lat\ gra­tas armonías éle la esperanza, cuántos ensue­ños alimentados por ese néctar divino qu-e se llama amot·, CLtáutos afectos fundados cu la t'licha y en la tranquilitlatl, no constituirían la esencia vital \le todas esas almas que debían • volar esa noc e A las ignoradas regiones do la eternidad 1 Más allá or:aban las vírgenes del Señor, las vestales de Cristo, las encargadas de conscr­vat · el fuego Jel amor de Dios: las. monjas! Vestidas con sus altos trajes recorrían )tran­quilamente lo•s claustros,.bencliciendo aYCria­dot ·, al anminJU· la belleza de la noche; ó des­cendían á los jardines de sus conventos pa­ra aspirar el grato aroma de sus hcrmai!aS, las flores. En otros lmgares, santos tambien, velaban unos hombrcSJ de rostro austero y vestidos · con largos hálbitos de color oscuro : eran los minist'ros del Santnario, que reposaban tran­quilos, despnres de haber glorificado al dulce nombre de María ...... En 'todils par'tes 1~ aiegría1 Í'á dicha, ~l pla• cel· ...... el place\'! cuando no pasarian"mt1chas horaE ·sin que la lind·a ciudacl parodiaM da ü~1a manera trágica á ~ru¡yeya y á Hercul.a• no !.1 .... FltilGUEST(). DE UNA LEYEND..i IN~DITA, Porque amó mucho y con tartát·oo peM deploi·ó BllS pécados, conmovido perdonó -el Hombre'--Dios -á 1\IagJal'Cna. Y tú, que sabes bieu que, ancpentido, perennemente mi flaqueza l!ot·o cou el d~ler más hondo¡ Lanra mial tú fi qui-en cual siempre deli1·ante al'toro1 no perdonas mi culpa todavía! J. M. VEL.ASCO CasTILLO. Popayan. .. SONE'fO. Si po1· siempre el morir la vid!\ ln\\llá1 tlauL1o para nuestra alma una morada do la dicha eternall ambicionada, so encuentra ú par de la verdad de!lbuda 1 bi de pásioucs la tormenta ruda, all1 por 11hanpro so hall a encadenada; si en vista allí de la Bomdad aruada1 no se. teme, ni espera, tJÍ se duda; ¡ Oh! los qttc á stt seplllcró ya l>ajartm el qne auhelauan porvenir ya vieron, los velos del misterio allí rasgaton, lar, cadcnn8 de carne en él hundieron, su traje llc camino abandouaron y el d'e una vida eterna se vistieron 1 Popayan. 187<1. J. u. DOLOitA. Debo llorar sobre las secas hojas de aquel jardín de mi i!usion perdic1a, ay! porque fu6 mi estrella maldeciJa vivir de his angustias y congojas. Ay ! po1·que vivo sin pláCet•, sin bl'illo, canto yo con aconto lástimcro, como cri su cárcel cant.a el prisiopero, como en su jaula canta el jilgucrillo. Gimo cual gimen los nocturnos vientos entre las rama.) del oscuro sauce; cual murmura la fuente entre stl cauce murmuro yo ruill íntimos tormentos ...... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CAUC1: 315 .1\las calle para siempre el labio mio eso que mi alma destrozando Yá, con el sigilo tino el S(.'pn'cro frio guarda el tadavcr que en su seno está ... -....- Popayan. V. 1 .. \ TUUB,\ DE LOS DOS. ( ELT,A Y ÉL ). El ángel del amor hirió su pecho; en sus brazos la muerte la estrechó; pero al verla morir, sobre su lecho, conmovida la muerte, sollozó. Tristemente dcspucs ¡tal es la vida! de una mú ica fúnebre al compal', en un pobre atauc.l fn6 conducida á la morada triste de la paz ..... . Desde entónces un hombre se vcia cerca u e aquella tumba suspirar; ...... asido de la lápida dor¡ia y lloraba tambien al despertar l Una noche¡ qué horror! la sepultura y la querida lápida rompió ...... y besando el cad:'l\'er con loclll a, ni abrazar sus restos expiró!. ... ,. I>opa);an, 31 de Enero do lb75. ÜREGORIO LLOlWTE, A. ELLA. Piensa tú en mí; mujer encantadora,· ya que en tu·oido mi cancion no suena; déjame oir tu voz, tu voz sonora, y del amor t)O rompas la cadena. Déjame ver posada en tu semblante una cxp1·csion siguiera de placer¡ mas no quiero me olvides un instante, ni me niegues tu amo1·, bella muj.r. De tus labios quisiera una spmisa y de tus ojos la gentil mirada, . esa mirada dulce que me hechi:r.a .al contemplar mi pena aniquilada En pos de tu ternura; Jesus Leila, te consagro mi vida ,mi pasion : perdona cial, y juntándolas con gnsto y arte, pueden formar­se frases enteras. Ese encantauor, embelesador y seductor lenguaje, inventáronlo las bellas hijas de O· 1·iente, de esa region de los perfumes y de los crepúscalos de naranjo y oro, y de los blan· dos y rizados arroyos de cri~;tal, y de ...... en fin, y de otra porcion de coeas no ménos in· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 316 EtC.AUCA. tcresnntes, que no se detallan por su mucha extcnRion. JJas uiñns (y los ráños) pueden ex~resar 6ltS más recór ditos pensamientos por medio de ramilletes hábilmente combinados, ó de simples floL·es. Pondremos unos ejemplos para que la lec­tora se inicie en ese eucantauor y embalsa­mador y ~eduutor lenguaje, lo que nos agra­decerá seguramente, pues ocasiones hay en la vitla en las que uno daria cualquiera cosa por expresar á otro cualquiera idea, sin que se aperciban los demás. 'N u es tras lectoras harán santamente en guanlarsc este número de La Prensa para que no caiga en podet· de las mamás, en cu­yo caso nuestro trabnjo seria inútil, lió aqui los ejemplos citados: IJa anúmona es una flor muy mona ( mejo­rando lo presente) que quiere decir: -Aunqne tu mamá me plante en la calle, seré consecuente, pimpollo. La adelfa, esa fiot· amarga y melancólica que crece junto á la plateada fuente, tiene es­te significado: ~¡Ah, pérfida! ¿ahora te descuelgas con que to gusta el de las patillas rubias? ¡Pues bien 1 no pienses más en mi, ni esperes más libras do caramelos. ¡ Murió mi amor ! J.Je aljaba, quiere decir : - ·ro nmo frenético· apártate de mi lado ó te como á besos. La ilor de pajarito : -¡ N o es usted mal pájaro l La perpétua morada : -¡La amaré á usted más atu de la cterni­Jad ! ¡ V ca usted si soy un jóven q UllJJrOme­te l El alhelí: -Seré fiel, pero no me pidas dinero. El boton de plata : -Señorita, yo la adoro á usled por todo lo alto; rui corazon palpita sola y cxclusivamen· te pcr usted, y si me desaira ...... ¡ Oh! si me rlesaira soy capaz ......... de enamorarme a e otra. El boton de oro : -:.¿Dudas de la siccridad de mi afecto ? ¡Ingrata! para muestra basta .. ...... un botou. La clavelliúa doble: . -Iremos ij 1mtos: donde,tú quie::as, pero p~1· Dios y las once mil vigenes que no venga tu madre. El lirio blanco : -IIe tenido la debilidatl oc enamorarme de t11s cucan tos, engañosa sirena. ¿N o hay p01' ahí qni1!u me haga la fineza ue .pegarme. un par do tiritos ? El pensamiento : -Pienso qne estoy haciendo el oso. La ortiga: -El vecino de enfrente me da mala espina. ¿ Qné hay? La flor de lino : -Caballero, me parvce qne las heridas de amo1· no ni que se ,·aya su mamá. El don Diego de noche : -Esta noche estará junto á la reja. N o fal­te usted á la cita ó acepto el fino amor del rubio. • La espuela de caballero : -La co,a va que vuela. Pida usted pronto mi mano. Su afectísima amiga Q. B. S. M.­Fulana de 1'al. La hortllncia : -¿ Cuántas veces le he de dccit• á usted, r.aballrl'tl, qno su amor nomo har{1 feliz? Va­ya ustoa no¡·amala y expresiones á mamá. La campanilla: -Es usted ·un buen muchacho, no lo niego: muy fino, muy atento, muy bien educado, eso sí, pero ¿ qué quiere usted ? Y o quiero un os· po ·o de muchas campanillas. El cedrin: -:-N o tengo más que trece años: soy nna novia en flot'. Cuando me pongan de largo, no pase usted de idem. El claYel rayado : -Si no tiene usted amrwillas, ¡¡e empcñ3 en balde, pues yo no amo de baldo. La aroma: -Estoy inquieta ...... mamá ha leido todas tns cartas y quiere meterme de monja ¡ Qué honor! espero que me salvarás así que ten· gas un momento desocupado. Con franqueza, lectora, ¿te gusta el idio-ma: de las tlor~s ? ¿ tü 11 tJUCS quf;:d ti~fe-cho. De Ln Prensa de Guayaquil. IIIS'l'ORIA DE UXA UlBI.A I. Se llamaba Sofia ; y era chititita, bien for­mada, graCiosa, pispireta y sensible hasta la pared de enfrente. ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. E J. CA U CA. De sus ojos brotaban rayos, de sus labios su alma cual bandadas de amedrentadas aves. flores. Su corazon era una fragua. Amaba al -¿ 1\fe amas mucho, Angel? murmuraba por mayor. ¡ Deliciosa rubia! la rubia con inefable acento. Tuvo tres novios ...... recono.cidos oficial- --¡Oh, mucho! respondía él con melodra-mente por la mamá. mática intencion. El primero era un estudiante poco estu- -Y si alguno te disputara mi cariño,¿ se-di oso. l'ias capaz de matl\rle? El segundo el hijo excesos en la botica de. su sciior papá, hi1.o lln:\R pfl­doras de arsén1co que mandaron al otro mun­do á un infeliz enfermo : tan turbado estaba el pobre chico ! ¡ Déjense ustedes de una es­cena tan patética ! La verdad es que er" muy j6ven y por Jo Mito mny débiles snR hombros para sopor­tAr la pe~adn cru?. dcll.ltpatrimonio. Además, no tenia un real. ¡ Cómo que era poeta! Lec­tor, ríase u¡;ted de los que dicen que no exis­ten los sinóuimo~. Poeta es exactamente lo mismo que pobre. Cárlos babia prometido el oro y el moro á Sofla, con tal de que eones· pondiera á u amor, y una vez colmados sus deseos, tomó las de Villadiego, como so ha vi~;to, sin decir siquiera ¡ rnelvo! Y héten ustedes á Sofla sin novio otra vez. ¡Qué demonio de rnhia! IV. Y apareció el tercero. ¡Sí: f:cñores, npa­reció otro novio ! ¡Guapo chico ! ¡Como que era gacetillero! .Me parece que ...... IJa rubia se volrió loca por él. y le juró que hasta entóucee no habia sabido lo qne era amor, pero que desde aquella fech:, esta­ba al callo de la calle, como dijo el otto, (un personaje famoso). };a mamá de la ruhia no las tenia todas consigo, por aquello de que el gnto eRealda­do. del agna tria huye, y así es que la \mena señora cJ·cyó oportuno ten e•· nna explicaci m con el gacetillero á la segunda. visita que hi· zo éste {1 la familia -Ocupa u. tcd una buena posicion? le dijo despucs de preguntarle por la f.'lmilia. -· í, seiiora, generalmente ... la hori1.ontal. -:Me refiero á su posicion social, caballero. -Escribo en un p01·iódico, y tengo lo sn· ficiente ...... ( para morirm~ de hambre). -¿ Cuúndo piensa usted caRarse? -Cnando herede á algun tio millonario. -¿Tiene usted algunos? -¿ Tios? si, scfiora ... (más pobres que yo) tlolía es muy sensible. -¿ Devoras ? ¡encantadora rubia, me gu ta mucho! la sensiblería ...... -¿Con qtte quedamo~ convenidos? N o se hable más del as~mto. :Me parece que han quedado orilladas todas las dificul­tades. Y el gacetillero iué admi ido en anUdad d~ novio, y la rub1a le amó hasta alli, y pnr.aron ámbos muy buenos ratos, porque el amor es una ocupacion bastante ngradable, por más que digan los escépticos, gente que:\ tuerza de no creer en nada, acaba por creer en una porcion de tontcrias. Pero el gacetillero no ora de mejor con- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El. CA UCA._. 319 uici'on (Jtle SUS antecesores, y ~cabó dor abU· l'rÍl'Se 'Cll meuio de SU felicidad, La 'Sensible S-ofía pasó un mal tato. Por­que ¡ay! le amaba de vera~ sobre todo des­de qu·e sabia qne iba a tasats-e con él. El papá lle la niña, (personaje d~l cual no hemos hablado ahora) .,ueontró tres me~es (lespues ñ nuestro gacetillero, y cntaulóbe ent1·e éllos este diálogo: · -Caba~lero, sn conducta de usted no me parece decente. -Señor mio, yo opino todo lo contrario. -Le andaba buscando á usted; quiero te-ner una explicacion. -llombt·e, lo que es que en este momento llevo mucha prisa. ~¿Si? pncs dígame usted dónde vive, -Cauallcro ...... ¡me he mudado! V. I,o cierto es ql!e la tnbia se quedó sin no­vio, cotno se queuat•án sin ídem, todas aque­llas qtte se enamoren con demasiada facilidad, cambiando de amapte com~<.le vestido. ¡ Pobt·e rubia! y es lá!:>tirua, porqnc ca muy J.,onita. ¡ Abí son las cosas 1 l .. ESSUIIEN1'0S S'UI~L'l'OS. ('l'oma.dos do vatios autores, por José .M:arla Vcla:wo Ca.stillo.) J .. a Biblia · un libro prodigioso en que el género humano comenzó á leer treinta y tres siglos há, y con leer en él todos los días, todas las noches y todas las horas, aún no ha acabado su lectura. Donos-o Cortés. Todo se entiende al revés entre nosotros, pero más que todo la fraternidad, que el egoísmo filosófico invoca para despedar.ar las entrañas del hermano y despojado de sus in.Lercs~s. José Manuel Groot. Cuando en nombl'e de la libertad se pt·o· clama el et·¡·or; cuando en nombre del pue­blo se pide el ostracismo, la inteligencia se retira de esa obra de maldicion, y deja á la sociedad abandonada á la merced de los hárbaros· Donoso Cottés, U na cru:t sbbre una tumba lo dice todo. El que allí yace creyó y oró, y al ruot•ir es­peró. Ihbrá sido contlt'mada su esperan. za ? La crut lo asegura. N o se adopta un signo de infamia por mil generaciones, si por algnn modio no hay seguridad de que es ya signo de gloria• José M. Vergara y V ergarct. La ciencia se desenvuelve· en la sociedad hümana de una manera prodigiosa, y el pensamiento ilustrado y libre \'nola pot• regiones qno ántcs le estaban vcda1a:s por la ignorancia y la supen¡ticion. Juan Leon ]lera. Las limosnas son letras de cambio sobre la Eternidad: cuando lleguemos allá las cncontrat·émos pagaderas tlla vista. Fenelon. Entt·e ulla mujer casada y un hombt•e qne no sea su marido, toda relacion para ser inocente debe limitllrso al cambio de una ju~:~ta estimacioo, 1unrlada en el lhtltuo co· Procum qtlo \.u hijo, mamando lá leche de oocimicnto de sus virtudes y en la peraua­sn madre , no se ahogue al mitimO tiempo en cion de que existe en ámbas partes, ptime-sus lágrimas. · ro que todo otro amor, un amot· firme do Thalés. sus propios deberes. Silvia Péllico. La edad madut·a debe proponer las leyes; la veje~ sancionarlas ; la juvcntuLl dcf(mder­las y ejecutarlas. De Ségw•. Ilay pct·sonas á quienes se les hace un mal con enscilarles la cartilla temprnno, y otras á quicnos se les hace con enseñát"sele tarde. Un ~:~abio, un hombre que para n1erecer el nombre de iilósofo sepa muchas ciencias, no haría aprender la cartilla á los niños á una misma edad, así como no afeitaria un bar­bero á toJos los adolescentes al cumplir una misma edad, tuviesen 6 no barba. José .1.'1faría Ver;¡arct y Vergara. ta sangre de los vencidos ó vencedotea bajo las banderas de la jüsticia, es la san~ gre de un sacrificio que el ci~lo bendice y In. Patria acepta agradecida. Juan Leon .JJ!e!'a. ¡Extraño fenómeno, t¡tie en ocásiones e-l mundo moral se rija por leyes diametraÍ; mente opne~tas á las del mundo físico, pues si en éste la atraccion m(ttua de los cuerpos está en razon inven,a do las pistancias, eti tratándose de afectos, los corazones 11e at.raen en r~zou directa de las mismas dis: tancias! 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 320 EL CAUCA.' Mujeres! no ccseis de ser dulces y modes­tas. Conservad vuestras costumbres pú· dicas. N o renuncies á las gracias. Para agradar á los hombres, sed siempre mujeres. Pitágoras. N o conozco un monstruo más terrible que un gobierno arbitrario. Un tigre pue­de rasgarme las camcs: el despotismo des­garra la conciencia. Emilio Castelar. J~a murmmacion tiene mucho de envidia ó de jactancia propia, y casi siempre es del inferior al superior. Saavedm. IIonor! Voz de !!in guiar elnstici
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Colombia Ilustrada - N. 4 y 5

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El Cóndor: periódico literario - N. 45

Por: | Fecha: 07/05/1871

SERIE IV. ESTADO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 45. LOS FUNERALES. En un hermoso dia de los de agosto es­taba yo en el lindo pueblo de Sucre, cuyo horizonte, como el de An t ioquia., so extien ­de bastante hicia el occidente. El sol lle­gaba al ocaso, con esa luz brillante y que­madora ue electriza el cuerpo y la inteli­gencia, cual electrizara. á. David el calor de J erusalem, purificando así su pensamiento para rc<'ibir la inspiracion de Dios. Ese sol poniente reflejaba sus dorados rayos sobre las doa única , rectas y aseadas calles de aquel naciente y rico pueblo, cuando unto­que de campana acompa sado y fúnebre hi­rió mis oidos, {t. tiempo que mi cabeza no e taba tan fresca como yo la descara, pues acababa de hacer el balance de mis haberes y ?alié? con bastante pena se entiende, que nu paswo era enormemente nu1yor que el a~tivo. IIa.biame salido á la plaza. para ol­VIdar el presente, único lenitivo del que padece, pues así como Dios ha dado al hom­bre facultades que adornan su alma para su felicidad, tambien le ha negado otros dones, cuya negacion constituye por si'llo­la un bien, un dón inestimable, tal consi­dero yo, la inc ertidumb-r e del futuro y el ol­m'do del p1·esente. Los hermosos mangos de la plazuela me reanimaron, refrescando mis ojos con su verde follaje; el perfumado am­biente de sus flores me trasportó á otro mundo; la luz del sol en el ocaso lo envol­vía todo en un manto de oro· el rumor le­jano de los habitantes que s~ paseaban en la playa del caudaloso Cauca, y el olor de las ~renas que, agitadas por el agua ó re­movidas por el caluroso viento eran traspor­tadas por las brisas de la tarde, todo forma­ba armonía para ~ranquilizarme, para col­ruar de placer m1 corazon, sí, el c01·azon, víscera. del ouel'po humano {pasando de lo :::=::::::::~ : =:: wn r ..,..._ moral á lo material), que no sólo se ll ena con el placer, sino con el preludio de él, oon el asomo de la esp eranza, hasta con una. quimera misma: y en este in stante sublime en ese éxtasi s de mi alma. , momento que n~ era en realidad mas que do soberano des­canso , fuó cuando of el triste toque de las campanas de la bonita iglesia del pueblo: Qué es esto? m o apre uró á preguntar i un hombre quc estaba á mi lado. -Es el en­tierro del cadáver de José 1\iaría Duran­go, .sciio~, vea al pueblo. que ya se ag olpa ti. la 1gles1a para solemmzarlo. -Quién es ese Durango, volví á decirle, r1uc tanto así llama la atoncion? Será un rico de los po .. cos gamonales de este pueblo? -No se- - ' nor, me cont.estó, aquí hay varios ricos, pe-ro no es él de ese número; Duraogo no tu­vo ?lás que una mediania decente, y su his­tona no es tan corta que yo pueda referir­sola en este momento; más si otro dia. us­ted quiere oirla, el dueño de la casa que es­tá al fin de aquella calle que vemos, tendrá el gusto de contársela, pues vale la pena dd ~n.berse. Y con sus últimas palabras me de­JÓ y se fué. En semejante estado y aguijo­neado por la curiosidad, yo no pude ménos que seguirlo á. la iglesia. Allí en un mo­desto ataud, forrado de negro, reposaba el blanco y pálido cadáver de un hombre con sus !ll~rbidas manos cruzadas ante el p~cho, opnm1endo una pobre oruz su barba azula­da y rasa, frente despejada y cabellos la­cios salpicados de canaa. Y o me detuve contemplando esa simpitica fisonomíamién­tra~ el señor cura oficiaba; en seguida sus am1gos clavaron el cajon, un concurso nu­meroso lo condujo al modesto cementerio, y todos uos quedamos como habiamos esta-do ántes _____ ocupados en nuestros nego-cios, ui el acento de un suspiro, ni el ruido 354 EL CONDOR de un sollo7.o, ni una lágrima furtiva aso­mó á pr rpado alguno! Y o dijo parn mí: no al huérfano y al aban o nado, Jle a r cm­aos nl que huye, intri~ra por el rebelde y A cn1peña p0r el con crito. Anc át nlo { él m· amo, y lo ponen como soldado en la fi­las del ejército? oigue como volunt:uio n buscó la gucna, pero bmpoco la t mió, s constituye en la providencia viviente al !a­do de los soldados, con uc]a al que e. t(L tristo, anima al cobarde, e lma al en n;e­cido, da p n al que lo necesita, y si J.: Hu. dinero para racionar la tropa, como se ve­rificó una ocasit•u con el doctor Berrío, abre su bolsa y no lleva oueota., como no b lle­vó, y el Presidente del Estado al cabo de cinco años tiene qué oblignrlo á que b. pre­sente parn. que reciba sn ditero. El tr In r pide n. Duraugo diez y lleva dos, el pct:H·­dista veinte y lleva diez, el trabajador pido seis y lleva ciento; 61 sabe cómo viven lo domas, qué gastan, quó deben y qué ganan; con todos se entiende, todos tioneo cuentas con él, todos los qt e lo rodean recib en fa­vores unos como menestet·o ~ os el pan de su caridad, otfllS coJuo amigos el rcg- lo del amigo genero o, y los extr- üos el obserp.üo de un a ter to caballero. Este era el hombre cuyo caJá.vcr vió us­ted ell5 de este mesj sepultá 1dose en uues­tra humilde aldea. ¿ J1Jngaiíé :'t. ust.ed cnnn · do le dije que m la ·gn. é interesante sn histori:t y que 'alía la pena de S'lbcr:c '? -No, señor, me apresu.ré á d cirl vo ~() .. lo no me hn. cn~ai ado si110 que me h "tlde'­tado y admirado con la narracion que aca­ba de hacerme: un hombre como el que us· EL CONDOR ted me pinta merece ocupar un lugar muy distinguido en la historia contemporánea, tanto mas cuanto que en ol present e si glo, un carácter semejante es excepcional y yo no só cómo calificarlo, me pa1;eocn poco significa­tivos los términos de filantropía y caridad i poro> en fin, Dios sabe lo que esto es, y El en su justísima misericordia habri sabido premiarlo. Entónces dos ardientes lágrimas vertieron los ojos de mi interlocutor, y que­damos ambos en un silencio 8epulcraL __ ~ Despues él levantó su rostro y me dijo: us­ted, caballero, se ha expresado con mucha cordura en sus apreciaciones; el hombre que nos ocupa era. singular y raro en esto siglo de hierro, de plata y de oro : yo creo que asÍ como e pn an siO'los sin qur apar zcan hombres célebres que llenen la hi storia con el catt·ucndo de sus hech o , a.sí e pasará. tambien mucho tiempo s in que se vea. en nue tro Estado un hombro por el tipo do Durango. Yo estaba pttra despedirme de este tan buen narrador, cuando se me ocurrió pre­guntarle: ¿por qué me dijo usted, al prin­cipio de su relacion "aquí no hay ni heroi­mo ni nobleza? Si las bellas prendas que us­ted describió en Durango, oo constituyen twbleza de oorason, yo no s6 qu6 lo sen; y si batallar incan&ablomento por ol bien de to­dos no es lteroismo, entónces el hcroismo no exi te sobre la tierra. -:bJ verdad, señor mio, me contestó él, esa es mi opinion y ce­lebro que pensemos del mismo modo, pero no es esa la opinion de nuestros tiempos; y como yo ignoraba su modo de pensar, pre­ciso era que me expresara de la manera que lo hice. Díle las gracias á mi buen compañero y me despedí diciéndole: yo agradezco á us­ted altamente la narracion que me ha he­cho y espero que no tenga á. mal que le dé publicidad á, primera ocasion. -Haga us­ted lo que guate, me dijo él, l vida públi­ca. del hombre es del dominio del público, y no puede ser una cosa reprobada dar al César lo que es del César, como á Dios lo que es de Dios. · La hermosa tarde que describí al priuci­P. ÍO de este artículo, no fu6 infructuos•t p - r;~ mí in í son los acontecimientos humanos: una cosa, que al parecer es insignificante precede :í otra de gran val-or, y el enlace mutuo de los suce os pres enta al ojo inex· perto, admiraciones y sorpresas que jamas Bospechó. Al dia siguiente, cuando el sol derramó sobre el valle de Antioquia, su bella y a.r· diente luz, yo galopaba en mi caballo por los hermosos llanos que separan á. Suero de Sopetran; la vi~ta se me extasiab admi­rada de tanta belleza, todo era digno do una mirada: el Cauoa qur :í mi derecha. se ostentaba. blanco como una cinta de plata que ondea en un campo do esmeraldas, segun ·taban de lindas y vcrd r.s sus dos ribiras; la mul tiplicada fi re que por todas pn.r· tes lucí an, y que para cogerla sólo hubie­ra bn : tado e tend er el brazo; los bellos y corpul entos árboles ¡uc cual testigos se cu­lar e ::~ de los don s de a~uclla comarca pri­vilegiada, no se desdeñan do asistir á todos lo festin es de la. naturaleza y de acompa· ñar al modesto y aromático prisnus ( *) y por último las lindas a-vos que con sus pin· tados plumaje& y sus trinos variados y re­petidos acababan do engalanar ose magnifi­co pnnorama. Yo mo dijo entonces: vaya una observacion, miramos lo que está pin­tado como una cosa rn.ra, como si no la hu­biéramos visto jama , como hermosíaim&; y despreciamos e to lindos paisajes en que la naturaleza se mue tra con todas sus gra· cias, con todo su brillo y sonriendo á nues­tros ojtJs. Así tambien nos parece poético y sublime el est~lo del gran Fenelon, cuan­do describien1o el Egipto dice: "dos ve­ces al año se cubrian los campos de una co· secha dorada, y los segadores se veían ago­biados bajo el peso de los frutos que la tierra brotara de sa fecundo seno", y An­tioquia ve sus campos; tres 'veces en el año, cubiertos de hermosa y dorada cosecha, y los hombros de todos sus segadores juntos, son impotentes para llevar á las ciudade3 y aldeas, los frutos que la tierra brota de su fecundo seno", y no hacemos ningun caso. de ella. Fredonia, 2 de agosto de 1871. B m nTo JARA:\HLLO GARCÍA. ( * ) Ciruelo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Rerública, Colombia. ELCONDOR 857 ::;: sw:! ·-= =· : =-= -=~-=:::::::: ::::::::: -=-~~=::~ = : ::::::=-:::: ::::: ::= ;r,... GLOSA \traba yo amilanado por la lluvia en uno de tan- DEDICADA A MI AMIGO ADRARA. { SALAZAR. ) tOf!. portOOf>S que lucen tan di tinto y Y:ll'ÍadOS El d 1 h b 1 . i reJ¡eves, pero que maldiLo lo que amparan á uno cora.zon e om re e una. 1m : de un t€'tn]) ral Dispu . ta á producir cualquier soniuo ¡ \ . · . 1'emulento do amor goza y d lirn, \ Ya VCJ~, lcctot· nuo, quo aunquf- hay una que llerido do dolor lanza. un gemido. ; otra frase inciobr s vestí-en ro , m á lleno de goismo; d d : o. , nlllHJU , mn IH'!!I'O ·, l blanco dP n:-~ hnmc-acia. o é in acial>l , h rm so y feo, 1 -- Tirano nunca dueiio de. f mi mo; \ e e dor s tiro:, r<"_Rolvf esrm-rirme :í lo largo ele En sn primera E>dad i amor le in pira ;. la pared con el ol>.Jeéo de l.m cat· mE>jor hospi141.- Bl co1·azon del hombre es una lira. l lidacl pnr·a mi indiYiduo. ~ Ilnbrin caminado média cuadra, peaado á la. Atras en v leidad del av el uelo Deja, y leja tambien al viento vario, irne cual la paloma. in consnelo O cauta u su prision como el canario. 1 a do su · speranza. su be ni cielo, Ya de sn amor se esconde u el osario; lnstrum nto fatal no comprendido .Dispuesto á ptoducir cualqr¿ier s01udo. Cnn1 salta el conlerillo en la pracl ra Y en la yerba enflorada q n la esrual t.a, Cual avecilla tímida y parlera Que en los alambr s de ·n jaula salta; O en la h nda limpia cabo Ja ribera El pececillo al cual nada le falta, A f en su juventud, i ella le inspira 1'cmutento d~ amor goza y delira. Tanto bebe en la fnente d la vida, Que el raudal y la fuE.'\Dtt" al no agota, De pncs en su rcjoz adolorida En vano, en vano buscar{l una croLa; Sn ruda lira por su mano herida Ya apénaR puede modular un canto Y al rendirse por fio desfallecido, Jieriilo ile dolor lanza un gemido. ~ par d como abrazándola, cnando tro}>C'Cé con ; nlao parecido al nmrco d una. pnerta. Felir.men­~ t, para mf, porqne :íotros,essegmo que no le ¡ i.ria m1~y hi. n, un rn o f~1rioso roll)pi6 la. atmós­( f ra é 1lumrn6 con '{U roJO r planrl< r lo rtnP- mi ;. vista poclia. alcanzar . .1. oté al]Hlllto qn la pu r­¡ ta. ·taba aLir 'La y qno lahn ntrada A nu es­~ tr 'cho pasaclir.o, que e n vio! ncia impnlsó el agun, me nr.otó con (e-lla todo <"l ·uf.\rpo l1aciéndome volver á la. rea~ ¡ li.dad y al conocimiento pcrf cto de qne estaba. { SI mpre en esta dudad de Medcllin, en Medellin ¡ que canará, la pobr , y no sabrá nunca qu6 es ¡ una puerta cochera! ;. E pantado por el ataque que tan de impro- Jos:B ~1. VERGARA Y VERGA.RA. ~vi o me. venia del cielo, emprendí carrera por : el pa:ad1zo que, corno era al de ·c ubierto , no me 1 favorecía de la llnvia ha ta llegar al correJor ~ no in darme un terrible golpe en la cabeza con~ ( tra nn maldito parapeto que no sé qu6 era, ni ~para. qué diablo lo poodrian allí. (A bordo del vapor" Conftanaa" ). UNA NOOHE DE BORRASCA. A riesgo de ser proéesndo por abuso dE' con- \ Tan luego como sentí que en mi gastado soro-fianza ó u o de la co a ajena sin la corre pon- :• brero no golpeaba ya el agua, me detme á exa­diente ,·éoia de su dueiio ' i el lector 00 me 1 minar el tt"rrcoo, haciendo t.:so para ello del me­guarda una e tricta re erva' r feriréle una a ven- f jor Y ma aparente gentido de lo. que tenia ;í mi t?ra nov('l1esca qne es tal, n~ por ser in ven.~ ímil, ¡ di po i ion : el tacto. Entónces comprendí que !lllO por parecer e á muchas de esa que lo~ so- : me enconLraba ya en el corredor, qne muy bwn ñadore~, especialmente lo.· france e , forjan allá ~ e-n lo arlo, ~·~can.te y desocupado goza?a de ho­en un rmcon de su gabinete, para embancarnos { n?re Y priVIlegiO como un dE'samort1zador de fl nosotros, pobres lectores; de cuanto sale m le- \ b1enes de mano mu rías. tra de molde. ~ Ya e ta a, pues, ct salvo de la lluvia. iEra esto No comenzaró como casi todos los literatos \ lo que qn ria? Quizl\ f; más, como todo sér hu­( porque no tE'ngo de Lal ni el p lo), diciendo que i ma.oo, ~ po~o no e tn~·e atisfecho y qui e más. "era ~na h rmo a mañana tle verano" ni que : Qu1se e ·amm~r y curiO. enr aun i despecho de "cornan los años ele gracia tale ó u ale " ¡110 i la densa o ·cundad que me rodeaba. lisa y llanam~nte que.una de 1a l11timas ndche , ~ A alguna distancia en que 1 corredor termi­como á las s1eto, llov1a á cántm·os, y me encon- í naba en no pu.tio despu s de formar un cuadra- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re~ública, Colombia. 35 EL OONDOR doy volver#. entrar en f mimo, noté que por~ samentennalindacajitadero aque,abiertayaso .. una especie d ventana 6 quiz<\ reja, ·alía Juy,, : brela me. a, me dejó ver algo como cintas ligando lo cual m o alegró, pu ha ia. buen rato que no \ flores, encajes, paquetes y hotecitos. Sacó la tra­vcia talco. a, á no st>r la luz fo ·fórica del rayo :· viesa nifia un paquctito cnidadosa,mente aforratlo qne m tenia allí hacit>ndo uso de la co a ajena, \ y ligado con un cordoncito verde. Al desplegat· que es lo que tllt> llacf' temer las pe qni as de ) In cubierta, tomó Rosa una. e quelitn que segn­los de facedores do agravio y enderezadores de ¡ raruente tenia preparada y la gua1·d6 junto con tuertos. } lo que contenía el paquete en la cajita de rega· Me dirigí en puntillas ñ aquel lugar, y á me- ~ los. Ent6nces sonrió satisfecha. di da qu me acerc11ua cref percibir \'Oces que lle- : -Qn~ ser :l. e to1 me pre untaba admirado gabau ha ta mf. cguf imperturbable ha ta en-~ yo al ver la malicia que mostraba. ltosa al ha­coutl'at'me n fr nte de la '\"entana, la quo por ·er i cerio. runy baja, me p r ütió acur1'ucarme y v r al in te- ~ A poco llegó Susana trayendo lo.s papeles que rior in er de ·cubicrt . Una ele las abra~, un: quería le r. poco corrida, nLadas alretledor de una linda me ita, con- :· el tiempo leyendo que en hablar de cosas insns­Tersaban do jóvene hermosas, aunque do muy ( tanciale. cot o la que trat~bamo . di tinta belleza. La una cou sa beH za trnu -Ho- ¡ - Jn ustanciale , dice 1 Con franqueza, dime, rin que da ln ~racia y la d envoltnrn que ."e du- ~ iDO quieres ¡\ Pepe1 morn ~ntlin a m nto ¡ la. otra, tfmida y cand - ) Par ció amostazar. e un tanto ]a pohr niíia ro a, r .v ·laba lns cunlidad · en u pur · y \ con e '1\ in pNnda pregunta, y cont ¡.;tó ~ntre a moro '0.' ojo ., y n tod o." u:s mol ·ólo hecho de ofrecerlos os una prueba~ --Pero si e tan eductor como tú dices, Ro­l> alpaule d q ne no me estima lo ba tantfi para \ sa, iPOr qué 110 te ha prendado de él1 O tserá re. p tarrue. Ninguna sPñal que revele poco afee- ¡ que es preferible su amigo Andres1 to ;¡las buena maneras de una ~eñorita, ha po- \ -Ah! es natural que cada oual estime mas dido sorpr nder en m f. tPor qné no ha visitado¡ su alhaja que la ~jena. rn! ca a, pudie?do a f aber q~1ién so-s Y cuál es ~ iA dónde irá á parar esta serpiente que trattL mt carácter, 81 e.s que me estima. ~E algo1 ¡ de coger t>n su redes á. tan cauto y pudoroso -Eres una eh tea muy tonta, m!la; los hom- ) pajarillo? Esto me preguntaba yo, interesado bres son por ~atural.eza muy ~trevtdos, y .. :· ¡ más de lo que creía en tan imprevista escena, qne -Por lo m1 ·m?, .mterrump16 Su. aua, qmero í era representada como la§ escenas de tragedia moder~r su atrevtml~nto. r. ro no hablem~s d~ ~ al siniestro fulgot· de los relfimpagos que recl}­e. to. ? a que la lluv1a contmüa Y ttt mama esta ) rriendo los e pacios, pe u~ traba indiscreto hasta dtve,•ttda m el salon, leamos nosotra algo que nos : el ca to retiro de la señorita Susana. distraiga. El Gondo,., El Bstudio y otros perió- ~ . . .. dico y libros que voy á Lraer, nos darán un ra-; -Oyeme, 9nenda aru1.ga, dlJO ésta. al cabo de un to de solaz. A·ruarda. ¡ n~o!Oento. P?r 1~ medmna educac10n ~ue he re~ • e='>. • \ c1 1do, gracms a Jos e fuerzos de papa que m€1 Puso e n p1é la ~ncantadora mña, v atrave- í quiere como yo no merezco ser amada de nadie, só el c~arto con maJestuoso ~aso. Ent6nce pu- :: bt> alcanzado A comprender ]a sabiduria de la de med1r la belleza y la arac1as de .su ana. Re- ( m:txima que se me hizo aprender con empeño: la gnlarmen~e alta, o · ~entab~ una cunbradora y i muier debe ser mas pura que los puros botones delgada cmtnra mocho cub1erta por el_ largo y~ de la ro a, ma precavida y temerosa que la flor ondulante cab llo q~1e .uelto y e. p_a.rctdo sobre ~ que inclina su tallo, para que los ardore de un s~ espalda. , e movm bgeramente a Impulso del \ sol abra ·ador no manchen ui deslumbren sn bri· VJento de la noche. ( nantes colores. iQuién te ha dicho que Ans: yo no he de abrir ninguno de ·on ólo extender su brazo, puede de gajarlo y ;. ello , con que así .... est.ruirlo. ! -.-Pues yo no o y manca, onte. t6 Ros. , y di- --Hermosamente hablas esta. noche querida; \ cieno o esto, ele. ató fácilmente la ligadura del pa­per por mas elocuencia que emplee~, tus razo- Í qu Litu, y desplegó el papel quo le· serviu de cn­rnientos son absurdos. Conque e os dos inmejo- '¡ bierta. ables caballero pretenden burlarse de noso- -Mira lo que contenga, mióntras examino los tras? otros, continuó. Má , viendo que Susana, hacia -No aseguro tal, contestó Susana apresura.- . con la cabeza. una ~ñaluegativa, agregó: qué! amente,. ólo b querido m strarte la posibilidad ) no quieres 1 Qné remilgada! Yo . f soy curiosa! e que eso nceda. in conocer sus cualidades ¡ Mira, aquf hay una cal'tn; y es p'ara tt, para la su defecto 'mal podría asegurar nadado ello . ) S fiorita. Susnnn r • •••• Abrela, querida, y vea.~ -Te lavas 1~ ·mano , lo eULiemlo; pero qui- ¡ mus qué dice Pep . iara quitar ha tala dnda. Pepe, burlarse d~ ¡ -Y ¡,cómo sab M que cM. carta s sn ·a 1 tf! Andre., hac~r de mf unjur~uete! E. o no es 1 -J.~o pr sumo, puesto que s encuentra entre ni preRumible; y ya que lo fuera, jnaamos con ~ ese cofre quo es para U. rma de irtnale , porque las nue, Lra son supe- ( -Gu: L'dala, U.osa, y no nbt·amos e a carta; iores A la suyas. En fin, tu amable pre encía ha. ~ yo la devolver junto con lo dorun .. a.utivado á Pepe, tu· finos y amoro ·o modales { -D volverla, no. E u e . ario, es urr~enta o tienen apri ionado n tus redos, y de é te t-s :• verla. Abrola. ó la abro. mpo iblo sospechar siquiera. lte pecto á An- l Incontinenti rompió la cubierLa y extrajo de ·es sólo estoy · gura de una co ·a, y e do qne ~ ella un pli go de papel e esquela, qu por lo e adora hasta la demencia, y de que le amo 1 qu ví, estaba todo escrito, como se dice, de ca· asta el sacrificio. \ bo á rabo. -tNo decías eso mismo de Luis cuando él te i -Toma, léela, Susana. Y viendo qu ella se 01teja.ba? ! inclinaba sobre la me ita en eñal de disgusto y -Esos eran otros tiempos; eran locuras mi a.~. ( desaprobacion, añadió : aro bien crei ahora dos me. es que me babia ena.- \ -E tá e rita en una linda l~tra. No te decía orado locamenlie ele aquel petillan de Ortega; ~ yo? En todo sobresale, es un compl to caballa· ero no recordemos esto. Mira, vuelve á con-~ ro. Si no la lees, la leeré yo. Escucha, pues : mplar esos dijes que te regala Pepe y dime si ~ " SEÑORITA : o son la prenda ma preciosa y la mas clara ~ " Extraiiará usted recibir una carta mia, y tie~ anifestacion de su loco amor. Chica, éste e un : ne para ello mucha razon ; pero i atiende á la artido excelente, atiende á sus deseos y sal pe, qu e llamaba :\la dad de veinte tJne d véra~ ruo culpo. Yo los del sto; pero no i años no con umado p rillan, y qno n compañia poclia. ha er uso de otra. cosa mejor. Amo á us- ) de sus amigo· lla eguido di erlido estudimulo á ted de tal manera, señorita, que el pa. o que voy .: las mujeres. no a la está chaudo de sesuda al á dar, con respecto á u. ted, 11 m spuuLa, auu- ) cabo de la vej~z por v r i a f hay un pez quo que por otros ea mirado corno un atr imiento i coja E'l anznclo; pero n mi concepto está desa~ inconcebible. En una palabra, quiero que usted ) huciada y morirá impenitente. Su mamá no abe siga siendo quien e::;, m que dé dered10 á que~ toda~ía que por estar á todo gusto en el alon, l:le diga que e~ digna de . u atnirra!. T,a seiiori- ¡ su bij::t. ra. in ·ulta.da gravemente en el cuarto ele ton Ro a e llama su amiga, y e~ta es una ofen a :: sn amiga, recibiendo una cruel vapulacion es· que ella hace á su bnen jnicio. Ustecl que e el í critn. verdadero tipo do una ~o~eñorita no merece quo i Dios nos libre, á mis 1 ctores y á mí, de las fia .. una coqueta e dé se honroso tftulo vara con ) jelaciones por escrito. u::,ted ...... " i -Dios poderoso! Qué horrible trama ! dijo ~ ADIOS! Ro a medio aho~ada. Susana por tl parte oia ~ ya con][\ ·tima los crueles epft tos qne ese Adó- \ nis prodigaba á su prole tora. Ro a continuó: ( A Rosita. RÉGULO. '· Nosotros los jóvenes somos un tanto perilla- ¡ Adios mi bien! La uert.e dc>, graciada. nos, señorita; pero C:)ta. calidthl qn nos di tin- :: 1 oy se interpouo, cruel, é re los dos! gne no la empleamo para hacer la burla do las \ To dejo A tí, me llevo la e ·p chuza mujere que aben lo que valen, ino olamente :· De coronar con oro nue. Lro amor. para poder estudia,.las y saber cuáles son las 'seo- ~ gidas. Usted es una de éstas,· más, la quo se dice 1 No llore ángel mio, que tu l1anto Viene A ruatilr la fe del corazon; su amiga no es siuo do las llamada3. Andre ha \ · 1 b' llenado su obJ'eto, y rie-ra de n idolatrada IIcle-) Alza iu frente, deja que mi a lOS J Pose en tus labios al decirte ¡ a dios! na, que como la de Tro a hubiera sido robada: ) si nue ·tro amartelado hubiera c¡uerido imitar á ¡ Alza tu fr nte, mira que serena Pári~. Usted ers de una esfera mas el vada y por \ Lamia se prepara á combatir; tanto 110 pueden auiYelarse sioo eleYtíndose ella ( A la fortuna buscaré doquiera 6 bajándo e u ted una. y otra cosa imposibles. \ Ya qne ln. suerte me la niega aquí. "La seiíorita Rosa es la que lleva estacar- ( La corona le aMhare que en tu frente ta y.... ¡ Al pié del ara te ciñera ayer, Aquf qui o detenerse la lec Lora, .pero un ras- \ N o quiero e marchite con el llanto go de curio idad la obligó á eguir, seguramen- ¡ . Que de tus ojos derramar se ve. te porqne e con ideró completametlte vendida. ·: ¡No llore ; no! Recuerda que en el cielo '' Y quién •;abe qué astucias emplear:í ,para ( Se halla el bien qu eo la tierra se perdió, ponel'la en u. mano . E· ruin el ervinue de ella ¡ Pide al eñor que al infeliz viajf'l'o para entenderme cou usted, tan pura como en- ~ Vuelva á tu lado, mi Rosita ¡ adio ! cantadora. Ojal~\ que e ·as relacione entre 11 ·leu 1 Rionegro, 15 ue diciembre d 1~60. y Ro a tuvietan fin, vorqu disuena , . i a f pu - ¡ A "TONIO J. PÉREZ. de decirse, la pudoro n. mirada de ust-ed sobl'e la :· ~·--.,~--............ ,-. · - ·· · ·--- ~---·--- ·· · --· · ··----·----·-----·-··­aU ·evidn. ~o11rit>a d.o e líl, iuy diferonL s ~:~on sus { Die italizado eor la Biblioteca Luis Án el Aran o del Banco de la Reeública, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cóndor: periódico literario - N. 45

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El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 34

Por: | Fecha: 26/12/1874

PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUYEJ\TUD. UIPOUTANTE. Snplicamos á los señores Agentes de este periódico se sirvan remitimos los fondos que hayan en su poder por suscriciones, los nú­meros sobrantes y la lista de los suscrito res que aún no hayan pagado las suyas. Tambien ad,·ertimos á los señores Agen· tes que no hayan aneglado sus cuentas al concluirse el Regundo año de este periódico, que les suspenderemos la remision, reempla zándolos con otros señores que sepan llenar este deber-y tengan un verdadero interés por el pt:ogreso intelectual y m~al del pais. Los E. E. MISION DE J,A l'tHJJER • . l'OR CO::I'SOU:NCl;J. PLUGO á Dios dar fin á la obra maravillo­~ a de sus manos creando á la humana fami· lia, y para (Jsto hizo primeramente al hom ­bre y di!lpuso en estos términos de su des­tino. "Que reine sobre los peces que habitan en el mar, sobre las aves que respiran en el au·o, sobre Jos brutos que pueblan las selva@, y, finalmente, que domine toda la tiena.n lié allí el primer hombre, emblema de la fuerza flsica y moral! Un rayo de la ma­jestad divina resplandece en su fi'ente noble y elevada¡ sus pupilas despiden fuego¡ el valor y la confianza agitan sn Yasto seno. J,a fuerza de sus músculos, el vuelo atreviJo de su espiritu, el hervor de su sangre¡ todo le dice que es capaz de luchar con las Jifi­cultades y los peligros de la vida, al mít>mo tiempo que su voluntad inflexible, el ardor de sus pasiones indomables y los alcances de su alta razon, le hacen comprender que rleza y la gloria debían henchir sn ánimo de una ambician altiva. Conocedor de su fuer­z~, cuanto se huuiere opuesto f1 la impetuo­stdad de sus dsseos hubiera sillo implacable­mente deshecho: Ahora: si cada uno de sus futuros hermanaR hahia de etalió iormacla de las manos de Dios: quedó la humanidad creada en toda su maravillosa plenitud. Si el hombre es mnnat~i(ll de toda fuerza, la mujer será manantial Je todo ·amor; sí él gobierna por sn vigor y su razon, ella reina· rá, consolará, esparcirá el contento por la gracia 11iento IHlP.vo y desc~m.ooi­do de uorda todo su 8ér. Ayer no más 1 su mirarla so detenía sin embargo con amable candor sobre los ro~tros extraños; hoy baja involuntariamente la vista al ir con su ma­dre á la iglesia. Advierte qnc la mimda de los mancebos hace I'Htbir á su frente los en­cendidos color<'s del pndor, y que Ul)nclla mirada la intimi1la y la trstorna La revolucion de un destino cercado de peligros la espanta¡ el temot· de que en las aspit aciones que le anastran no baya sino un insl.into terrestre y culpahle1 la hace 1 etroce­. der bono rizada y anhelante ...... '!'o do es va· no! Su destino le 'nelve á gritar: amarás 1 'l'ú amarás, Dios te ha creado para el amor 1 En efecto, á''pesa t de todos sus esfuerzos, su corazon reboza rle amor. N o re atreve todaYía f1 dejar penetrar en él una imágcn de hombre, sin embargo ella amará; e~ me· nester que ame! A quién ? ¿Acaso Berta conr-ertit·á hacia. DioR to· das las fuerzas de su alma? ¿Por ventura agotar{\ en la contemplacion ele su misericor· día y de su majeslad todos los tesoros do stt amor? I-l:ll'áse esposa qe Cristo? ¿ At•ro('J'Ícordioso; ella no conoce otra fuente de felicidad que aquella que Dios de­positó en su seno: el amor. Paliaron para Berta cuantos placeres ofrece la vida. Bri­llnote artista en otro tiempo, poseía una ,·oz admirable, y su juycnil inteligencia gu~taba de los encantos de la poe ía y de la música¡ pero hoy deja flojas las cuerdas de su arpa y empolvados sua libro!! farolitos ; no sino por sus niños y para su niüos. Mirad¡ mirad eómo, durante el silencio de la noche¡ pasa horas enteras Yigilando una cuna. La mano del Señor la ha visitado: la en­fermedad acaba de postrar en el lecho del dolor fl uno de us uiiios. Pálida con los ojos enrrojecidos por las )flgrimaR, Berta halaga todavia con una mira ncia, sin conciencia de sus propios sen­timientos; nada de humano parece haberle quedado¡ su alma misma está extraviada¡ no sabe lo que dice ni lo que piensa : todo parece muerto en ella, todo excepto la llama santa y oculta del amor! :Mártit· infortunada de la miseria humana, que desde los impenetrables abismos de la locura, viene todavía á dar testimonio de la mision sublime de la mujer sobre la tierra: Amar! -·-TE ADORO. Te adoro porque ayer cuando de llanto inundaba mis ojos el dolor, calmaste mi cruelísimo quebranto con tu abnegado amor. Te adoro ~ - orqnc nunca de amargura has hecho pnlpitar mi corazon y porque en mí encendiste con tenmra la luz de la ilusiou. Te adoro porque el mar de la existencia no surcas con placer sino por mi y porque sé que siempre mi presencia fué vida para ti. Te adoro porque nobles sentimientos infundes en mi pecho sin cesat·; porque mi mento de altos pensamientos te gozas en poLlar. Y eternamente fiel, con la ardentía de insólita pasion to adoraré, y sólo en tu cariño ¡ prenda mía! la dicha bnsca:é. Fragantes flores con tu amor profundo no dejes eu mi senda de regar, que así seráR por siempre en este mundo mi arcánge! tutelar ! J. M. VELASCO CASTILLO Popayan, Diciembre 16 de 1874. CAR'fA DE UNA JI,\DRE Á SU HIJO. Querido hijo mio : Jamas me fué tan amarga tn separacion cerno al presente! Y o te he visto unas cuan· tas veces salir de nuestro pobrísimo hogar á los clímas mortíferos de nuestro suelo, en busca del trabajo y con el santo fin de pro· porcionar un pan á tu desventurada madt·e ¡ y aunque te veia á través de las ~ágrimas de la ausencia entre la muerte y la esperanza, mi corazon de madre no tembló de amargll­ra, porque ibas inspirado por el amor filial en pos del trabajo, y yo tenia fe en que .la díviua Providencia te amparaba. Te he v1s· · to otras cuantas ocasiones desasirte triste­mente de mis amantes brazos para vestirte la blusa del soldado y seguir trás las fatigas de las campañas y los peligros de los--eomba· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CAUCA. tes; y aonque á través de las lágrimas de la an~encia te veía eutre la muerte y la gloria, mi corazon de madre no se estremeció es· pantado, porque ibas á cumplir un sagrado deber, y me asistía la couiianza de que el Dios de los ejércitos extendería en mano so· bre tí y te Yolveria ileso á mis brazos. En uno de esos viajes, tu' corazon jóven, sensi· ble y vigoroso, sintió que ardía en el fuego del amot bajo la mirada de una mujer, eu quien viste el complemento de tu sér y el depositario cltJ tu felicidad; y ele esa :nujer hiciste tn esposa; pero Dios, cuyos desig· nios son impenetraules, hizo en breve de ('Scl esposa un ángel, y se lo llevó al ciclo. Tu alma entónces cruzó las tinieblas de la deso· lacion en busca de un santuario para tus iá· grimas de infortunio y lo halló en el eorazon ternísimo de tu madrr, cuyos ojos lloraban tu llnsencirt y tu soledad! Cuando volviste tle esos climas, dominios ue la muerte, mis entrañas se regocijaron y mis ojos mojaron con las lágrimas del gozo el pan qne me trajiste comprado con el Sil· dor <.lo tn üeotc. ¡Cuánta alegría, cuánta tranquilidad, cuánta delicia cupieron en mi COI'!lZon al partir contigo ese bendecido pan ! Cuando de~pues de las campaüas y de los combates volviste á mis brazo¡¡ !!ano v salvo y victorioso, mi corazoo se estremeciÓ rego­cija( lo al verte libre Je tantos pchgros; pero cnlóncet> mi alegría no fué tranquila, mi de­licia no fué' incfaule, porque el pan que me trajiste y los l:>uroles (¡ne ndomabau tu cal>e­za h:1bian teui,io por precio .la sangre y la vida do tantos de uuestros semejantes y tal \Cz ...... Ay! ...... sin duda las lngrimas ele t:lHtas madres iau amautet! y más infortuna­das que la tuya ! Uuaurlo pronunciada la última palabra del eterno adios sobre la sepultlll'a de tu espo.a, volviste h espalda entristecido á la tierra eu <]Ue sofiaste la J'eliuiJrtcl, .un ::;olo corazon te eRperaba anhelante, sólo unos ojos te guar­daban lágrimas de amor, sólo unos brazos iban á estrecharte cou frenesí. Eran el corn. z.,m, los ojos y los brazos de tu madre! En tónces me trajiste eu vez de pan tu pobreza, en lugar de alegrí:l, la desolacion do tn al· ma, en vez de laureles, la corona del infor­tunio; p r l darte el al:iTazo , e la desgra­cia, el eonsuelo de mi corazon fué indefini­ule. y P\lro, y el que mis ojos denamaron en el tuyo, me pareció ser extraorn la t'enH fortuna, cer y auatirse ante la moral, ante b vlrtud, la subsistencia de la madre, de la esposa, de ante la honrosa laboriosirlad: no ante tLt pro· los hijos, sn nombro y muchas ocasiones haf· pía conciencia, porque ella. formarla por mis ta su vida ...... Si gana, goza; pct·o ¡ qné pla­desvclos segun la ley de Dios. te ha reprQba· cer será ese que se funda en la desgracia aje­do, estoy cierta, todas las veces que h:1s ex· na!..: y si pierde ah ! entónces la miseria, b puesto al capricho rle la s\10rto una moneda de esperacion ctuhre, 4 8 SO e~. por 1~ suscricione~ del trimestre de 1!.'1 C:nuca en ol :l. 0 ailo. SEÑon DON MIGUEL E. Yomm.-Cali.-Con su esti· mable carta de fecha 13 del ptlsado noviembre reClbimod 4 S 20 cs., 'í'alor de suscriciones á El Catwa en su trimes· tre 3. o ; y tambien la. encomienda del señor Sca.rpotta.. SKÑOR DON 'l'uLIO SA.r.oEoo.-Palmira.-Rccibimoe de m11nos dt>lseñor Jos6 Marra. Eticovar, juntamente con su carta de fecha 4 del presente los 4. S valor do sUBcricio· nos al trimestre 2. 0 del año en curso. A 'VISOS. ¡AL PUEBLO 'illSPANO-A.MERICAKO 1 OUIDADO. Tengo el honor de anunciar el hecho do que ll!ljl P!ldO<­ras y el Uuguento I-Iolloway no se elaboran ni nndea. en ninguna parto de los Estados Unidos. Las cajas y los botes de diohM medicinas llevan invo.• riablcmente el sollo clel gobierno britúnico, en el que aparecen grabadas las ¡1alo.bras: ••Holloway't Pills and Ointment, Loudon." Ha lle,ado á ser necesario el dar publicidad á estos hechos, p~rque la "Compo.iifa Qufl~lica de :t\u~v.a York," que jamllS pagaba. sus Jeuda.s, h:¡.b1endo a.dq umdo malo. reputacion, giro hoy bajo la razon social de "Holloway y Cal; ¡¡ero á un llSí nadie quiere compmrles directamente sus preparaciones, de suerte que estos sugetos verifican todas sus venta!! actuales por conducto de los señores Hcmy y C.nl, de Nueva York." . Veudo mis Pfldoras y Ungüento cuando el 1mporte del pedido asciend:¡. tt .t:~O, á razon de Ss. 6d., 22a. y 34s la. docena de cajas y botes: debiendo remitírsemo a.ntici· pa.da.mente el valor de m~ factura. .. Publicaré al p16 de 1ms auunc10s los nombres de los bptica ios y demllS endcdores de mis verdaderos reme· dios, con 'tal que o.quelJos me l'lpresen 1 Ueeeo d quo a.sílo haga. TOMAS HOLLOWU. 7 de nbril, tlo lSH. 533, Oxford Strect, LóndrGs, W. C. Ull'lU:NTA DEL ESTADO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 34

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El Cóndor: periódico literario - N. 38

Por: | Fecha: 12/03/1871

VARIEDADES. .......... ,¿o .......... , ... , ...... , ............... , ... ~- .. - ....................... , .. ,._,. .. , ........ , .................. -,-_, .. ,.. ........... _ OONSIDERAOIONES AGRI-DULCES, .A.CERC.A. DE LAS ~lUJERES .lOREN.A.S 1 RUBIAS Y ROJAS. Cnénta.se que al repartir Dios en el cielo todos los done con que ha favorecido <\ los mortalés, á ültima hora e presentaron solicitanuo audien­cia la: 11111jeres blanca , con la idea tle reclamar sn parte en el botio, y .... Dios las preguntó: -i Qué es lo que quereis '1 ¡ Yenis muy tarde! - 'eñor, p dimos úna cosa con mucha uece i-dad, re ·pomlicron las blancas. -i Qué cosa 1 -Quer •mos lo que nos falta : g¡·acia. -Y o t:un poco tengo, se la ha u llevado toda la morenas. Cuan(lo esto oyeron las blnncas, Sf' lP. cayó '1 alma cí lo. J>iés, y de de entóuccs qued.aronj>ias ... fria como el mármol. * ,¡e B tá csci'ilo .•.. en el l" omn, que para pr~miar l\lahoma ¡\ :u. elegido., les tir.n prr.p. rada ·n el gétim > dedo de su lH\rnfso nna colec<:ion rle lmríe: '':tprtc1· de r ucitar ia rino la perdicion del gé .. U()ro humano ; Eva era rubia. *** Rubi9s y de ojos a:ml~s pintan á Jo~ ángeles; no me parece mal; e o· colores ientan bien e\ los niiio .... Guárdese el negro briliawte para. que chi pee en los ojo de la. mnj ~ro:> y el m o .. n·no llorado para qtte tiiia us mejillas. *** *** Lo. ojos constituyen 1:t faccion mas cxpreHira del rostro.Jmmano; tanto e: a ·f, que tienen sn lenguaje R Yece· mas ·ignificativo qu rl de las palabras: la nariz y las oreja:, por ejemplo, ·un faccione: conr un e:fu 'rzo ·u. premo para no hablar, son Jos ne6ros, e to es, los rasgados, los orieutale ·, lo , andaluces, los . qne sou, por regla general, patrimonio de las mo­renas: decimos por regla rrenera.l, porq¡.¡e hay alguna mnjor blanca quepo ee los ojos de la na­turaleza indicada¡ pero estas excepciones son ca. os an6mnlos que sin·en para probar la exce­lencia de los ojo africanos que prodamo en Yo:r. alta; cnanIes y serafines. La· rubia ue pelo miis o. curo, que no se puede lb­mar negro ni rubio 1 sino cnstaiio, no n len «as­ta. r lo ojo negros ni az 1les, ino captaiio. ; per­tenecen al gétJ ro 1111\ Ynlgar del bello exo, al ma: onlinario, como todo lo qn tieno mer.cl::l., como lo qno p<'l't Jtcco fí. dos si. tema. y á uingn­no; como la zarzuela en el teatro, como la ílllion lib ral en la polít:ca.. La morenas e ·t:\n adornadas comm.mcnt con pelo negro ; en una · e .'te n ~ro e· mn te atNciopclajcs, b.s tl:t nn : tr·actiro in ·isti­blc, I tla la belleza pl:í Ucn y libillino a de tu­da · la: creaciones del metliotlf.l. *** He notado, y esto no pasa de e· una C.'l ·i1os:- clad min, CJill! las mujen•. roja on :>Jtag y arne­~ a , las rubias pf)q nciías y rechoncha , y la mo­renns delgadas y a Itas: sin cm bar~ o u o c.·tn fia­ré que alguno haya Yi to lo con rario. *** Considero á In mujeres rojas como um c. pe­cíe de apóndice al libro do la. oe:l ezn, en w un ai1allido á In. hermosura: se aseu cjan t\ lo~ sus­Las rnujerc rnhias pucclen ostentar di tintos titutos y sobresaliente, en que ~,olu irven para matices y calJel' dentro del género; las de cabe- de..;empeiiar las obligacion<.> de los prop>..:t nrio.-, Hcra <1~ rubio l·r·o, las de treuza. de oro. wn las cuando éstos no pueden de. emp'1finrlas; en nnn. pr dilectas d og poet·1~ pa Loriles y bucólicos; pnlalJra., creo qno al hombro qnc se ennnrom d . son las ví ·genC' de ~!millo, son la· mujeres mas ella , le hn cogido do lleno ol ref ·an e ·paiiol, que. é¡:eas ~e la crcacion, ángt!les en apariencia: es- dice : A falta de pan, b~tcJ~as ¡on tortas. · ·' * * * C tanda \eo una mujer roja, me acuP.rclo invo-luntariamente de los traidores de melorlrama, pon ue t>abido e~ qne en el teatro siewpro son rojcs. gci, · hnllnn (le venta los siguientes artículo os de la "1:\:l'l'Cl'Í:l de Antioquia". ce faurican ta.mnuien en éstn. cualesquiera cla es de in inuHenltto.· y nliÍl{llilY ~ tl0 !iet't'O; ;Í preeÍOS mucho n1as l uaju~ de los quo pueden obtener:->~ de Enropn. risone.o; graneles con espign. cndn mto ;;; lQO Id. chicos id. id. ~ 8 TnpaH para cajas ele caiic-l'Ías. . . . .. .. .. .. . . .. . .. itl. HlO (J wnrlo .Tücln.s meditó vendct· ;\ .Tc!!ucristo pn­~ 6 una noeho de in omnio cruel, y un :\ngel so le apDrcriú cntt't' nubes gun u t.:laso czu de 8 O [t 10000 I>arrillns .................... CJC1. 10.0 lllanes pam molinos. . . . . . . . . . , • 7 'nnques .. .• .. .. . .. •. .• . .... 11 111 llnnul>rios.... .. .. .. . • .. .. .. , 110 Guijos Jo vnrins figura.·.... . . . , HG Tapas p!tra do ·ague::; c!ldc cntónc9s todo lo que pnr icipn. tlcl color t1el trnidor, y por lo tanLo las mujeres rojas, m­ce con la. maucha primith·a, con .... wcas . ... en­yo orfgen etimológico es el pecado o. e J üdas. Cllnnc;L: y .ahitlo es qn : 111. cu:ulratlo y pla-son pet'jnclici;tle~ todos los cxt ·r.mos: nn homlJrc í no c1c peqneiins dilnen ·iones.. , btH>.JJO vrtlo untcho. u u hombro e: e ivnmcntr i DicnleB para trapiches . . . . . . . , uuet o lll!ga r~ ser l;l1 inf Ji~ y ll'L1 11' nnR. l.xcd •rlt cnali n. ct> •. o; toJn virltHl flacacl::l d qui ·io por la c:xn- ) e la~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . ,, rncion s cOII\'Ícrtn en \'icio ¡ ollJian o oxtre- \ Cnmpam1s pnra. tone:,... . . . . , mallo c11 el !'et , hln11to 1-iP cubro de manchas pnr- ~ .\ pn ratiJ: p:ll'a. col m nns.... . . :1 dns q ne no dr.jan l>rilla.r su misma Ll:mcura.- ~ U arras acemdns de u un. pulrrn.- hn lacio á qui '11 corrc.pons é inscripciones pam y e U l1ien modelada es el tipo mas perfecto de ·: tnmhas.... . . . . . . . . . . . . . . . . , 10 lo que se }Jama wm buena mouJ. He dicho. l IJos precios ele los te ni amos establecida etn e ta. })l'ofcsion .de pia?ista. _ . . ( cinda<.l, que<.lan<.lo la liqui<.laciou á cargo de los Da leccwne a. las seuontas y á lo JÓvenf\ i \ socios restantes. templa y afin~ pianos: s~ E.>nca.rg~ de,tocar con el l Antioquia, febrero 3 de 1871. .. 3-3 se. ·teto c¡ue tiene orgamzaclo ó l:illl el, ya en el \ Uorral é hyos, teatro, ya en los bailes 6 tertulia:, ya en los cer- ) ---- t:\menes 6 en otra cualquiera cla ·o de funcione . j ARAlfGO l!E'l11A llEllfl~T Tmuuien en efi:u~ cantar y :ítocar guitarra. 6-4 ¡ 11 1 ~ ' 11 ~ -- -, ) roue dentaduras monta.das en oro y en cau· OT e . )) J .PORT 1 T l S. ~ cho, a.plica una máquina e.·ce~ente p~l'U pJrodu· En lo almacenes de los eíiores Toro, Herma- { cir anestesia local y extraer dtentes sm doHor. nos .Y Compt\iiía .Y en los ley al cuello de la camisa; Va haciendo ca o omi!lo de sus deberes Y nele divertirse con las mt~ere ; Le ednce del mundo lo. eoterna gresca Y casi nunca sabe lo que se pe ca; Amante dol negocio, que es lo seguro, Se pE>ga con su padre por medio duro; Cruza la vida airado y atrabiliario; Y cuando llega á viejo reza el ro ario; Para hacer algw1 daño, nunca está quieto; t Qué me d1:Cen "stedes de ese sugeto ? III Es el amor, al ménos el que hoy se estila, Una e. pecie de taza de agua de tila, Calmante antinervioso, flor delicada, ¡ 1 ~ ¡ ( Y duerme por la noches en los portales. Pidiendo va. limosna de puerta en puerta. Y lo· hombres le dicen que e divierta.. Sumido en la miseria, metid en fango, Se muere en el arroyo coru un zo.nguango. ~ ~ { ' : ... :. El mund e divierte: ¡lector, ten juicio, No ·eas nunca pobre, que es mal oficio! í \ ! ( ~ ( Eu EDIO llLASco. EL MILAGROSO DE BUGA. AL SEÑOR DOCTOR JUAN FRANCISCO ORTIZ. ~ ¡ La capill~ del Mi;:~roso, ósea L~ F.r· ~ mita, es un templo sencillo, sin mérito ar­~ quitectónico, y engrandecido únicamente \ por la -renerada y preciosa iroo gen do Cris­~ to espiran te, que guarda como el mayor te­~ soro en un lindo camarín. Allí, en medio ( do adornos valiosos y de buen gusto, se le­~ vnnta una hermosa cruz de madera, encha.­¡ pada de carey, en la. cual, pondiente con ¡ clavos de oro ndornados con rubíes está. la ~ admirable efigie del Señor de los 1\'Iilagros. ) Ija angustiada expresion del semblante ~ es imponente y dolorosa, como debió serlo 1 la del Hombre-Dios en esos in tantea de ~ amargura suprema; y aquellos labios cir­~ denos y entreabiertos, esa cabellera empa- 1 pada en sangre, los miembros mutilados y ~marchitos y esa mirada amorosa que se adi­~ vina al traves de sus descoloridos párpa­¡ dos tienen una eloouencja tan grande y tan \conmovedora, que al contemplarlo , el co­~ razon ménos creyente se encuentra oprimi­{ do, las rodillas se doblan involuntariamen- Digitalizado orla Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la ReRública, Colombia. 800 EL CaNDOR te y la frente se inclina hasta .. tocar el sue- ¡ mas terrible esos azotes espantosos, las po­lo, quedando el alma absorta ante esa ma- i blaciones afligidas dirigen sus miradas á. La jestad infinita. { Ermita, y las plegarias y las rogativas vie· Una hermosi ima corona de oro adorna-~ ncn á. servir de humilde expresion á los de­da con topacios, diamantes y csmer:l.ldas, i solados habitantes. Otras veces son partí­oprime l::u; azulad as y sangrientas si enes; ~ culares los que vienen de tierras lejanas á. la toall~ quo ciüe la cintura es de raso blan· ~ cumplir promesas hechas por el restableci­co, magníficamente bordada con oro, perlas \miento de la salud, por el buen éxito de un y piedras preciosas, y la cruz tiene una irra.- ~pleito, por el honor sal\Yado, y todos los diacion de plata maciza, así como las puer- { viérnes iluminan la iglesia millares de velas tas del camarín y el fróntis del altar, que ~ encendidas, que los fieles ponen allí como está.n aferrados en el mismo metal. : testimonio de su fe. Pero e tos adornos mundanos, npénas ~ Refieren las crónicas de Buga quo cuan­dignos do ocupar un lugar allí donde todo ~ d6 el feroz Calzada so aproximaba á la ciu­está o.ntifioado por lo. imágcn uel Hombre- ~ dad el año do 1820, estando fresco todavía Diot;, nada significan delante de la belleza ~ el recuerdo de la memorable batalla que se severa de la sagrada efi io. Y la cxpr esion ~ dió el 29 do setiembre del año anterior, en u o infinito amor 6 infinito dolor qu e des-~ la llanura de anjuanito, trn.ia recta in ten­cubre en esas fornb , mod eladas por la m a- ) cion de pasar á cuchillo á todos los hl}bitan­no de a1gun inspirado ar~ista del siglo dó- ~ tes; y las negras · banderolas de sus escua­cimo ·sétimo; la respetuosa 6 ind eíiuible un- \ drones, que ondeaban al aire como un lú­cion que . e impregna en el alma una vrl z 1 gubre presagio de muerte, no prometian tra. a ·¡H]os aquell o sat tos umbrale , ha- ~ otra cosa. Alarmados con justa razon los blau mejor al coraz n qnc lo que pndi era •, bttgueños, emigraron en su mayor parte; hacerlo el templ ma s s untuo~ o adornado ) pero los infelices que no pudieron hacerlo con toua la. agnifieoucia que las artes mas ) imploraron fcrvoro os la proteccion del e­l'efinada pudieran inventar. } ñor de los ilagro , e pcrándolo todo de ¡Cuántas vec es me he postrado de rodi· ¡ El. En efecto, Calzada entró á la ciudad llas al pió de sa im:igen adorada pidiendo ~con 1:~ frente erguida. y las intenciones mas consuelo para supremos dolores! Cuando ¡ hostiles; pero al pa ar por la plazuela de me he lcv.antaclo he croido cr una sonri a \ La Emüta se descubrió humildemente In. do misericordia en esos labi ps yertos y san- ( cabeza, cambiando en el instante mismo sus grieutos; entóncc , mezclado á las ave fn~- i sanguinariaH ideas por otr~s mas humanita­ga. ncia que ou aquel recinto espo.roen las ( ría. y pacíficas. azucenas, torz'tos y rosas que las señoras de ~ Jiil verdadero origen de la imigen del lluga colocl n á los piés del Milagroso, he ¡ Milagroso se pierde en un oscuro dédal? sentido penetrar n mi alma un efluvio mis- ¡ de conjeturas absurdas é inconexas; pero terioso que me ha llenado de esperanza. ~ la devocion en que se ha tenido y se tiene * (data do dos siglos atras, no existiendo, por * * ~ dosgl'acia, en los archivos eclesiá ticos ni n- La veneracion por el Señor de los Mila- \ guna noticia acerca el tiempo y de las cir­gros e general, no solo en el valle del Cau-1 constancias en que se edificó el templo. He ca, sino eu territorios lojanos como el Cho- ~ tenido á la vi . ta un t'n folw que contiene oó, de donde han enviado la mayor parte : veintidos Breves Perpetuos expedidos todos de la valio..,í ima alhajas que constituyen su ~por S. S. Pi o VI, ~n los cuales c~nce~e tesoro, elcua~sea dicho de paso pa1·a honot· ~ "gl'acias éindulgenc1as á. favor de hugles1a du Buga, a.péoas os custodiado por un hon- { de J csus de lo Milagros, de Buga, en la rado sacrista u, sin que nunca se haya la- ¡ diócesis dePopayan, en Indias". mentado la mas insignificante pérdida. } * Cuando alguna calamidad amenaza el ( * * pais; CUi.l.ndo la. poste, la escasez ó la guerra { Cadacuatroañostiene lugar una suntuo !si­intentan abrir la puerta á. los tenébrosos1 ma procesion del 1\filagroso,ála cual concu .. antros que esconden todo lo que tienen do \ rren las poblaciones de treinta leguas á la, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOl.=t 801 redonda. Las bugueñas envian entónces á La~ &as palmeras, cargadas de cocos, se elevan Ermita las mas hetrnosas flores de sus jardi- ( de trecho en trecho sobre los grises tejados; nes; los fieles llevan ceras adornadas con ~ los uaranjos, ma.droños y nísperos se mue - cintas de colores, y de las arcas del Cristo ~ tran en tupidos grupos, esparciendo en la salen costosísimas y precio~as alhajas qué ~ atmósfera la fragancia de sus flores y fru­. sirven para el ornato de la imágen. Deco- ~ tos; y los platanares y los tamarindos, con rada el paso de columnas de plata y colga- ~ ese lujo de lozanía peculiar á la vegetacion duras regias con lindas flores, blandones~ cauoana, ombrean la. humilde choza. del perfumados y brillantes joyns, los sacerdo-t proletario 6 se meo-en al impulso del vien­tes colocan en él al Señor de los Milagros, ~ to al lado de los viejos muros de alguna. despues de haber retocado en la herida del : pintoresca iglesia. costado numerosas cintas que distribuyen ~ Hácia el norte se ve, como un~ rival hu~ entre los fieles. ) millada, la gruesa torre de San Francisco, Ot•dina ·inmente la procesion del Mila~ ~ ménos elevada qtie la de La Et'mita.; mas 1é­groso tiene lugar durante la noche, lo cual } jos dibujan su silueta sobre el azul del :lir~ la hace ganar en majestad. Y el imponen- ~ mamento los campanarios de Santodomin­to ilencio, apénas interrumpido por las me- ~ go y La Iglesib.; y algunos troncos de pal­lodías religiosas que ejecuta la orquesta; ~ mera despojados de su follaje por el rayo ó as oraciones de lo fiel es, ol humo perfuma- ~ por el huracan, se levantan aquí y allá, co~ do que se levanta de los in con. arios y de las ~ mo truncadas columnas do bronce de un .escudillas do pltttn, lleo~s de ascuas y colo- ~ antiguo edificio de titanes. Hácia el sur se ~ndas en platos del mismo metal, llenos de ~ ven brillar las aguas del poético rio que flores, que sustentan algunas negras muy ) circuyo la ciud d por e o lado, exte dién­bieo v stida , sobro paños ricamente borda- i dose en la ribera opu c ta una linda 11 nura do s; los cántico s de los sacerdotes y el con- ~ limitada pol' selvas azules, ]a o .·in decir n::t­Solo por mover el pi-. Pido al cielo que feli- Se hallen n u nuey .sta ... Y que te ha a enconl.ra­( Ja i un :í.ngel <'n Pauli-y que aquella dulce ni- El ci lo le dé prndf'n­Para ufti:r con pací n­' J'anta y tanta locu- 'on que lo s hombr s apu­La copa del s ufrimien- PlmRo A. Isaza y C. ..... MIS VEINTE AÑOS. ¡> an con rapidez años tras año~, Y deseo a año dejan por doquier; Para esa tierna edad en quo ·e qoza, ;Edad úich a. Eo que ¡¡ad~ nos viene á entristecer. Si yo te d'go ~ue efJ bne­Lo que llaman ~anto e.sta­y una VE'Z crucifica-l , ................................... . Por ~u de gracia te pe-iN o dijeras que el conse ... }' ué loco y des.cal>ella- 1 Y como el gato E'Scalda- ~ )fe Jlastil. {lel < aua fri­l'o, r eso bu ·qué eva.si­Para no verme enreda-. Su onte tú que solt - Tan soltero como esta- A f te hubiet138 queda­Q\\ e al ~ 09 t't·as e-J .pr@e.­i No dijeras que el coose­Te había hecho de ·gracia-1 ¿no me .hubiera llama­. Con tnn(}ba .ra~on P~wi­Jntrigante entrometi­~ o.pero y hasta cola-. \ Pero nada hay estable en e ta vida .••• } Ya decidida nuestt·a \1 rte e. tá •.•• { Ricos y pobres ,á la tumba irémos ~ Y allf erémos ~ ivel~dos, tambil;\11, por la igualdad ..•• \ 1 } ! ~ ( i \ í ~ ! Hoy que cumplo veinte años quiero ~1 cielo Levantar, .t rvoro o, una oracion; Quiero pedir al Dio de los ristianos Su sacro anta y pura bendicion .••• Gniadme, Seiíor, por el en-aL &S-'l'Al>O. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re¡Jública, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cóndor: periódico literario - N. 38

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El Cóndor: periódico literario - N. 39

Por: | Fecha: 19/03/1871

~~.rs~~~~~~'il~~~: .~r:: -" "-..../ ;r-e e- ---.r-'-._/ e:::;-- mpos ele 1:1. herúi­ca \omn, dominó é iln 11 ó almnnd') civilizáudo­] o m a tan le; aquella á la cual pert enecieron ' - layo, Carlo ~Iagno I:auol 1:\ cntóliea, Leon X, : mas rccienten ente Luis .:IV, y en la. cual el he­roísmo es un elemento con. tituti\'O de u ¡;ét·, 110 pncde, no el be .:ct' nby11 gnro idcucia ;i. la. rn?.a btin 1, ·s el faro !u minoso que luce, üuicamente, en t· • t luctuosa época. Sabido e:, qu' uc:¡mc · 1 e la inupcion 1le lo bárbaro· del ~orte. ln civilizacion y In iln. tra­cion hallaron un refnO'io en los claustros. Un ·an J~ern:mlo, un ·anlo 'l'omas ele .Aquino, y otro eminente varonrs conserY~\.l'tm, :\ la rcz, el bri­llante depó:~ ito del saber y de In fe. Bn m cito ciendo ;~ una nccesin it~t!an« , ~1 ·nal, Dn.nt ', on .. u inmen so g enio, ontribu. ó po ll r' nn ente unmt.' ·tro para toda· 1.;1las. y como el digno. uce, , r de romero y de ' ir,..ilio. Poco d . puc ·, ~vhuit·amos :í. Petra.rea, el cual en sns lH~llos so1elos v ranzo,¡c hace rer los rüpi­doR adelant<,s de- sn hermo o idioma. J~n e:o u ti m o siglo aparece Bocarcio, quit'n nos presenta el primer rjemplo, en la.· lenguas moderna·, de una prosa, cuyo estilo leg:mtt> y culto, se considt ra ha:ta rl dia como un modelo del mas puro len!!nnje. l\fa~ tarde, la. célehre é ilnstrac1a familia 1Ié­dici , y en ella, especialmente el di tinguido Pa­pa Leo u IX, q nc mereció el insigne honor de dar u noml>rr al siglo en el cual existió, reune, ba­jo su poderosa proteccion, esa inmorta.l falange de hombrrs tan eminentes, en letras y artes, an­te las cuales es forzoso detenernos. E. e jalo XVI en el cual la Italia poseía tan brillantes modelos, no solo en la obra. clásicas de la a.r.tigüerlad, completamente conocida y es­timadaR ent6nces, ·ino en :u propios escritores, qtie iguiendo el ejemplo del Dante, fundador como hemos dicho 1 de la literatura mod'erna, se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELCONDOR 155 habian di tinrrnido tnnto en ella, ha forma<.lo épo­ca cn la. hist\)r·a lil01arin. :1\laqni< ,·el o, cuyo no m br~ ha lle~ado :i . er el sinónimo d' la · perfidias diplomátieas, fué un gr nch" hotnbre, pOI' sn extraordinaria inteliger - ci : quo le 1 izo notable en tan variados génPro ': pues poe ta, historiador) y sobre tolo poiHico, se di. tingue por la enPrgfa. de sus concepciones y In. belleza do su r tilo. Ar"ost.o, rleual Nl .n hermoso poema nos dr­lci ta con sn hella poe:ía. El Ta o, cuyo bri !ante ingenio creó una tan b lla e¡ op ya, y cnyo anuonioso YC'J' cOS no.· conmueven <1 licio ·a m nte recor l.in 1•>. o· es·~ tiempo~ le: fe y : nlientc entu ·h smo; 111te dtNOtl por resnltado la: urillantcs y J'olll:lllv ·cas cmr.a­da · y tanto .. otr >.' di 'tincrnidos e:seritorc ·, que SCJ ia 1 uy difu:o enumer r, h. 11 impreso. u be­llo ó iu(lc llo sello, .. o!Jrc o e . i,;lo t·ll di ·tilt­gu'< lo en l. literattll'i.'l., tanto itn.li:ma. como e~})íl­flola, l'egun lo verémo: :\ . n rez. lue<16 I alía, al parecer f. ·o ·i •mio un • tro ohjt'lo ocuparnl) tle Ia li­f. e r11ll11':l ro·1 'UIJlll ·:'iuea, iuo pr n ar. liniea­n1f'nt , tUl 1 1 o bu qu jo de Jo. d brrr con­tra ído por lit ratmn mod rna y la ch•ilir.a­cion delmt n 1 h~,cia la ll' cion de 111za lati-n qn ha11 ido Jns pr'mera en i11icinr tan ·as­ta ohra, d('\ beml). d t.Clll'l'llO~ en el último iglo, tpw tan hrill nt mcnt concluye 1 a1 a ltaliJ, en el célecrc 1. lficri. ITI roJvamos, puc , nn . tms miradas :\ Espaiia, In. prinll'i"'l N ·ctrnir· tan lnmiao a hu lh. Yn. e.'ta na ·io11 e habia h cho notable desdo los primero i"1o · el, mueh uolal>ies literatos A los cuales atraía , u inteligente pro­toccion: pasaron :i ella, y difundieron las lnces debirln nl renacimiento, lo que clió luz (~ lllHl. uotalllc revolucion literaria qne hizo de I~ ·pafia la diana étnula d Italia cnlal': 1 tra:. Ya, al 'lin del si~lo nnterior, habían aparf'citlo n1 11 Unm nota u le· escrilore · como el infante don Juan ; tailllel, PI I'I'Oni ·tn J\:ab y otro•·; m;í~, t'!llúnc . : impu .. ndo el e:tu1 io ll 1:1 literatur.L por olmngt flico ejemplo u 1 ):mlc y de Pctn~r­~ l, ,(, h'zo tan 1!eneral,qno nH c:lw · lJfi':.oua. no­tabl ::; por sn alta posicio11 so~;ial se dedicaruu anlit•ntemcnte :l. <.'ll,. \ cr os, pu •g, al ilu tre cl1)11 Iiiigo T .. IÍ,) 7. do • Icnduza, marques dr., ·~mtillur a, tan e cl~u·t•c'tlo como cru npuu . , no nos permit( n hacer n.l:L IIOmenclaturn. tan (·. ·!ens corw de eariamos, d a e¡ u llos rmi cn­t . escritore.· ; JH'oeur.uémo , ¡ u e. : ,. i1 lar tau solo aqn !lo . qu ··oh re ·al n t n f n hrillnute pc­ ·íudo, aparl' i ndo como 1 w tro.:. de la geue­racioul'. \' nid ·ras. . Bo:can inici '> la r~forma de la poesfa, intro n­cicnflo el me! ro it liano; p ro el qnc In complE> 6 y lh~\·ó ;¡ caho, f l:-; clmalocrrallo Gnrcila o ele la. Yl'ga, rr nio priv ·; ,•giado, qt l', 011 SllS l}nlcf ÍlllOS rcrsos diú priHCII'io á la nueva era. de la litcrn.- turn e ~ paiiola. • } par •ci6 cm la misma épora, don DiE>"'O II ur· tado ntlo~a, eiQgante poetl, pero atín rmts admirado por sn belln. prosa, eu la cunl como en su "Lnzar'llo l'a, que ha. m('rccido se le llame "el divino". J~l notable hi~toriador ñ :triana,la snblim<.' SRn­ta Ter e a de J e sus, y Ercilla, el cual nos encan­ta en su "A1a·1cana.". Poro al que m:ís que á todos admira moR, es al gran Ccr\"ilntes, el cual en su inmortal Quijote, ha llegado ;\ ser el encnnto y constante estudio de las getJeraciones que le han sucedí< o y que ha alcanzarlo á tal porfeccion, que ha sido ini­m~ table en u género. ( CotJclflirá ) •. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 • Gl5 EL CO .. DOR I.JICJ-~0 DE LA. JUVb."'rrD. E te nombre lleva nnn. nue\'3. sociedad de n 1nmn~¡s del Colegio del E~tnvrnrs que conclnir:tn sn. tstndio. en el Jll'l'l\('nle aiio. J,n societlad, c111P 1uro sn primera r"tmion el c1omiJ go 1:2 del corricut , fué forma.du por los se­fío ros Eduardo Yilléaas (Prc iclr.nle). J1:íza ·o ~roro :l. (\'iccprC'sidc11te), moubio .A rango (Secretario). J~n!'iqne Ralllírez (2.o id.) .Jo ·é M.a ;'u:hcz. nnsilih llú\'03. Jhnirl Dm11íngnPz. l\larcelino Arnn!!O. EclnaJ·do Anm!.;o. Jna.n d:' D .. Jaramillo. Joaquiu Berna!. J nan • . Fomtegra. Cnmil J3of ·¡·o. n lljlllÜH Palacio. El c•hjdo r¡ne 110 propone e tn. socicdntl es diCY­no JH'Il ·nmiento clo In jtl\'<'ntud que." eduea hov ll <>1 Colegio d 1 h:stado: pcT·fe, ~ cion 1 e en p] stndio de la litcratnra, ilu lrar s11 rs¡1fl'itu con el~.;, 1 hio re íproco d<' ielcn. y sc!llimi r.:o id - di nr alguua hora· ni tll\ iodo la retórica · d la el ·lamarion, ch. rlltia· <'U :tiOIIPS importan- • f • <· jmi prud nl'ia 'ei<'ndn · p Htica , te1 it>1- do a ·f un lnanr dmtd pued n en ayar ·us pri­mero pu sen la. carrera JlUhliea que indnda-uh 111 nt~ 1 :ln na ·cr . ... ~o otros, illtcresatlos altamente porl:l perfcc­c · on e:piritnnl y moral de torla.- las e; Jases ~oeia­k ·, y particularmente de la ju\'elll nd cuyo ro­bustos frutos ha ('lllP<'t.ntlo á CO!,CChnr la ~;ocic­dru1, 110 racilamos en dar nncstro eonlia l ¡¡arn­lJien :í lMJ mieml.>t·os del Liceo por tannoul s co­mo laucl:lbles propó ito., E:pcramos, e"o sf, que rl Liceo c1P- In jnr0ntml no clegPnero en un palenqne en donde po · Ir.edio de la di ·cusion se agitrn cuestiones iujnrio ·as, cnpac~s de da fiar el fin de tal asociacion· ·ou c. a condicion y con la de qne se ocupct~ 1 cle algo prorecho o C'n las reuniones, alabamos el })C'11~n.­micnto civilizador de losjúreucs alumnos delCo­lrgio del Estado. OFICINA DE CONTABILIDAD Y COr.SIGNACIONES. ~: Medellin, Calle de Bolívar. A,:TIGUO AL.rACEX DEI, SE:-'OR :nm:ANDO RESTREPO. Pollemos en conocimiento ~lel público que l1e-m o c. tnl!l('cido nna oficina <'ll rsla cindad, qne e tar:í al.lwrt::t todo el día~ y en <1ne nos ocuparé~ m o de lo , ig Iiente: l,le,·~r libro· I)or partida .doble ó simple, sr..m . <1 pnrtTcn :nc>., u de cualqtuera ('.:pcrie de com- 1 aftías.-Hacer J'quiclncion<'s de CtH'Iltas de pnr, ticnlarcs ó 1lc compaiifas.-Ponnnlnr y e.·;¡mi­Il r cncnt:1s y fnctnras.-Ilacer docnmcntos.­Liquidar mortuolias.-Ilncer copia· de docn~ mentos y d otros escrito· .--Arrcrrlar cuentas de empl<'ndos <¡lle matlf'jan foudo · pu blicos.-.Escri­bir corre ·pondencin.- K·tcnclcr compromisos de sociedad s ele minas y de otras empre::;as.-Y, en gt>Hcral: dt. todo tlahajo do escritorio. A DE. IAS NOS ENCAUGAnWS DF! \ elltlcr en consignacion libro , rinos, tahnco, cigarros, üLile~ dr · crit(lrio, sombrero:. harina le trigo y otros rlos inclu. tria!cs y agríco­la .-.\'r\'Ír u uget• e· de perió1licos uaciomle · y c.·trnnjero · &. J,a con· ponclf.ncia ·o dirigir:\ á cuah¡uicra de los inihl ctito . 'l'E ... IOJO. Y A 1) ·~ YE . TT 3-1 ~··------------------------~ V ~e (htrA nnn grntifil'ncion al que indique su 1 ......... 1 o. !a iguicntes he ti as do la propiedad de M;n 1 •1 EcltC\'eiTi, de H ionegro. rr n en hallo ruc.io mosqueado. Otro id. gur.rharrrco, y Unn. yrgna mcia orcra, con su cría, colorado, co.riblanco. No tien ninguna marca especial. J,a pérdida se ha efectuado de la delwsa e EL SITIO DE P ARIS. J~ ·ta carta llegó á Tours eu alas de unn. paloma, como las anteriores; y por su con­texto se echa de. ~er que nuestro amigo no estaba para escnbu·, por lo muy apurado de sus ircunstancias. Le cercenamos algu· nos acápitea. 37, ruo Jouycrt.-Ptni~, 28 ue enero. Al SE'iior Juan Ramon 1\Iejía. Querido amigo : :E. to es mucho sufrir, mucho pn ccer! y pudH:nd estar uno allá en Antio uia, r s­c( wdo. o la pan?. ! ~. a todo por amor de Dios ! Y no quiero uecir mas ____ por no es-camlalizarlo. }jl bon~b.ardeo de los fuertes empe1.ó á fines de drciCrubre, y el do la ciuda1l el 1. 0 del corriente á medio dia, por el fuerte Avron~ al sur de Paris, que distn. d 1 ce­menterio del P. La Ohnisc, tanto como nues· tro Sunta-Ilelena de Medcllin. Aquí no lo notamos: como disparan tantos cañonazos! ha ta que se avisó oficialmente por carteles pú~licos, firmados por el general Trochu, qmcn aprovechó do aquella. circuo~tancia para reanimar al pueblo de Paris y al cjér· cito di la. defensa, que en sus diversas sa­lida~ ha tenido bajas muy considerables. Eso se calla aquí, por sup uesto. Trochu les dice: que eso no significa nada; que mejor que los prusianos se pongan bajo el fuego de nuestras baterías para exterminarlos. No era nada lo del ojo, dicen por Amagá, y lo llevaba en la mano. Aquí muchos sim­ples me sostenían furiosamente, que Bii­ruark no se atrevería á bombardear á París: yo so!tenia lo contrario, y me parece que se lo predije á usted en una de mis ante­rior :s; ahoxn. se han desengañado ; y lllá~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 306 EL CONDOR le profetizo: que si las llamas no devoran ) hermana, á mi Mére, á mi Cuchu. ___ cara-e~ ta ciudad, Paris, ~on fanfarronada y ~é- ~ pe '- __ -Y o me vuelvo loco ! . __________ _ d1a, tendrá qu~ capitular. Acuérdese b1en} Me parece que ya hablé tambien en una de lo que le digo. ) de mis anteriores, de una. pobre vieja bre· Trochu babia manifestado que al termi· i tona, medio loca, que vivia en el tercer nar e~ta gue.rra con la. Prusia se re!iraria ~ piso, y. no pensaba sino en comer ; p~es á la v1da privada, á cmdar de su senara y · ya munó la pobre, de un balazo, y la hija niños; pero ahora que ha sabido que el Pa-¡se remató, y se volvió loca, que es la suer­pa está. preso, jura que no envainará su e,s· te que se nos espera, cuando mejor nos pada, sino que, concluida la guerra, volará. ~ vayn. á Roma á motérse1a hasta la empuñadura , M. Canovy, á quien no conozco, figúrese en el corazon, al Rey Caballero (?) para ~ usted qué tal chico será, por lo que paso á. que no sea tan_ .Dios me lo perdone! Pe- ~ decirle. Ha inventado una máquina que ro esto es mote gallico, á la francesa, sin ha· ~ llaman la ugadora (fauchease) que equiva­cer la cuenta con la huéepeda. Aquí mori· \ le á cincuenta ametralladoras, con tiros rémos todos, y los que no, ee quedarán me- ~ mecánicos continuos, y de una extraordi­dlo locos haciendo almanaques. Esto pre-l naria economía: 3,000 balazos salen coa­veo; no ié si me engañe. ~ tando siete pesos. Arroja 3,000 balas por Est&mos como en el sainete aquel de Lh~e- 1 11?inuto, .á. distancia do 4 ~ 5 cuadras. Aquí vm bofetonet: aquí llueven desgracias. El ( tienen listas J!, segun dicen, ~uchas de 18 se dió en Nuita una batalla, desde el { ellas: para cuando se ponp:an á tiro los tu­medio dia hasta el anochecer : los france- ~ deseos, Y lo mas raro de esa máquina. mal· ses con 20 mil hombrea, tuvieron qué retro- ~ d.ita es que no produce fuego ni . detona­ceder, con pérdida. de unos 2 mil. Thion- 1 cwn, segun cuc.ntan; yo no la he.vtst.o. Un ville, ciudad muy importante, tuvo qué ca·~ yankee rue dema &J.er .ta.rde: .Mi ~mtg, esto pitular, despues de que cayeron en su recin- ¡ ter Ut~. Humbug ~ur mtzrma fot pru~aat~. qtrn. to ¡vea usted qué barbaridad! cincuenta mil¡ ~áquma, tambiCn de reciente mve~Cion, hombat! Este número tr&en los periódicos : ¡ dispara los cohetes de Batanas, produCiendo puede ser cxngerado. Quítcle usted una ~ por ~cdio de~ petr~leo, una lluvia de fuego quinta. parte, y dígamc: ¿si Leonardo cuan- Í que, a gran distanCla, cubre, á cada desear· do ataco á San Agustín, les hubiera man- i ga, 20 metros cuadrados. dado unas 50, unas 4 siquieu, hubieran re- ~ En esta semana ha corrido la noticia de sistido aquellos angelitos? Figúrese usted '• que M. de Bismark está gravemente enfer­qué estrago no causarían 30 ó 40 mil bom·} mo, de muerte! dicen unos que de 1Jel2'ra'urn has ! Así es que la ciudad quedó como un l tremens, pero él no es bebedor, se achispa escombro. lliger~mento como todos ~os alemanes cada. En una. de mis anteriores hice la cuen.l 15 dias i otros 9ue de hipertrofia en el co· t d 1 l'd d D t d 1 p 'd ~1 razon, pero habtan asegurado que él no te- a e as sa 1 as e ucro y e resi en- . . te Trochu, con fuertes divisiones, y de los ;la co~·nzon, qué sé Y~! ~ad1a ganan& la rechazos y pérdidas considerables que han¡ .rancm con su muer e, na a. ~ues el ~an-f 'd l a·· h 'd d t d 1, ciller que lo reemplazara tambien habla de su n o; y e IJe que a SI o es roza o e 1 •• ejército del Loira á las órdenes de los ge-) ser ale~an, .Y seg~I~H\ los planes a~ordados. nerales Chanzy y Bourbaki : añada usted ¡ Gar1~aldi, .el VIeJO de la montana, el de la mortandad en todos los hospitales, au-lla camisa roJa, f~é de;rotado ~n los V os­mentada con los horrores del invierno (10 ¡ ges;. ~o es extrano: t1ene encu~a tantas grados debajo de cero), falta de llena, fal- ~ mald1010nes Y su buena excomumon l ta de víveres, el Sena helado, y un antio- \ Alejandro Dumas murió el 5 de diciem· queño como yo, arrullado con las ah~s amo· i bre en Puya, cerca de Dieppe, y cuentan rosas de la brisa, en climas tan benignos ! los periódicos que á.ntes de morir pregunta­como el nuestro, es mano de condenarse ~ ha á. su médico si podría, como por via. de uno en vida! Sin poder salir ! Sin poder ~ ensayo, escribir un3 novela en un tomo. ir á abrazar á un hermano querido, ' mi í ¡ Diots le haya abierto los ojos del alma y lo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR 307 F:::-=- ::--=::::-=::~7:::::!$~~;:::=--;;:;-~=::-:- == ::::-=:::;:::~-=-=::::::=:::::::::::~====-===--~=: =:::::::::~::::: ::: .. haya salvado, porque era. un mulato de grandísimo tslento 1 Entre las muchísimas caricaturas que producen los parisienses, para entretener > el fastidi'O de estas largas horas de sitio, ~ circuló en estos días la que represent& una ) turba de muchachoa,cogiéndole el rabo á y ) jugando con un leon dormido. Lo~ muchll- ~ chos con sus respetables edades al pié son ~ Bismark (57), Guillermo (72), Moltke (73), ~ y, en el extremo de la cola delleon, se ve ~ un letrero que dice: LA FRANCIA. ~ Oh l sí 1 muy bien porque la Francia, ~ trasnochada en la orgía de la sensualidad y ~ de los placeres, duerme, y BO se ha. de3per- ~ tado todavía; pero cuando se levanten co- ~ mo un solo hombre, tres 6 cuatro millo- ( nes de soldados (de sus 40 millones de ~ habitantes), los rugidos espantosos del ~ lcon se oirán en el Rhin, en los Alpes, en i los A pe ni nos y en los Pirineos, y habrá gue- ¡ rra de dia y guerra de noche) guerra en las montañas y guerra en las llanuras; guerra ~ en loa m res y guerra en los rios ; guerra ; en las ciudades y guerra en los desiertos; : guerr& en los periódicos y guerr& en las ~ asambleas; guerra en los salones y guerr& en ~ las tabernas; en todas partes guerra. á muer- : te, guerra 1in tregua, sin piedad y sin mi- ~ eericordia, con el puñal, con el veneno, y r con todo género de armas; guerra los vie- ~ jos y guerra los niños, y guerra h&sta las ~ mujeres: ahí tienen el ejemplo de una he- ~ róica doncella, de Juana de Arco, que arro- ~ jó á los ingleses de su pai~& nativo; ahí tie- ~ nen el de loa buenos patriotas de España ~ ~n 1808, y en nuestra América, ahí tienen ) el ejemplo de las ínclitas mujeres del Pa- } J raguay. • : Entóncea empezará el segundo acto de l esta espantosa lucha. que tiene preocupado ~ al univer o. Sedan, Metz, el bombardeo, la { capitulacion 6 el incendio, fueron como las i canteras do Jaumout, y las entrevistas di-~ plomá.ticas, esoenas del primer acto. ~ El segundo, confiando en Dios, no lo pre- ~ eenciaré yo en Paris : leeré las relaciones \ en los periódicos, bien descansado en mi ( n.att'lla del Porce en compañía del buen Be- ~ rrío, de Aguilar, Quevedo y demas amigos. i Suyo afectísimo. ~ ) * * i ME DA RISA! Gil Polo ;\ la bella. Luisa, Valiéndose de una tranca, Le aplicó con mano franca El mártes una valiza. Me da risa! Y le rompió las narices .....• Y repite que la adora! Qué me dices ? Aseguran que Belisa Es doncella y muy honrada, Porque sale bien tapada C,uando se va para misa. 1\fe da risa ! .••• Públicos son sus deslices Y ella se hace la taimada. Qué me dices 1 i. N o conoces á Panisa El marido de Belen ? -Sí! Lo conozco. -Pues bien! Ha jugado la. camisa ¡ Y da ri a Cuando atufa las narices, Sabiendo que el hijo juega. Quó me dices 1 El qne llaman Longaniza Med1o millon se ha robado, Y s varon tan re petado Que nadie el rabo le pisa. Me da risa ! Hablando ( á 1as codornices ) De virtud entusiasmado ! Qué me dices 1 Y el militarazo Juancho 1 Es decir, militar-zote, Loco como don Qnijote, Y burro como el de ancho, t N o fué de su patria azote\ Ni pasada por tamices Su conducta os de rl.'cibo, Qué me dices 1 Y aquel sabio Senador ·Que bebe, juega, enamora, Y una vece• de tambor, Y otras hace de tambora, Gangueando por las narict-s, Me da ri a Cuando por la Patria llora, Qué me dices? Dim~, y un ltepresentante Do opiniones tau inciertas, Rico con las Manos Muertas, Tan jugador y tunante, Me da risa Si tiene ra gos felices, ¿No es mas bif'n un comeuiante 1 Qué me dice ? ST. A.toUR. Ft-brero do 1871. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 308 EL OONDOR A SAINT-AMOUR. Mi re petado señor. Estoy reventando por contar á. usted cierta historieta de mi buenos tiempos, de aquellos tiempos en que yo currucuteaba como palomo y arrastraba. el ala como ga­llo; pero me detiene por una. parte el pro­fundo respeto que le tonrto á usted, y por otra la barrera insuperable do nuestro ami­go Aguilar. Aguilnr es un arrecife, un escollo en que tropiezan touas las inteligencia• pri vi­l giadas coro LA ~nA. Y o Le visto muchoe pichones el '' Condor" tender su vuelo ma­jestuoso y sereno hasta elar con aquella ro­ca, tropezar en ella y caer exánimes p ra no volver e(\ levantar jamas. Ya e usted, pues, rni querido Saint­Amour, que á pesar de mi buen deseo, y Á F~s. n, m:. h t 1IUY OAJJr.o, tendré qué que­darme con b lengua entre la boca, como dicen, y dej, r pas11.r desapercibida tantas y tantas oosillas que ucedeu on mi pueblo in hacer los bocetos de algunos persona­jes, de uno y otro sexo, que bi en mcre c n una. honorable mencion entre l& cáfila de ente ridículos que andan por esos mundos de Dios, Laci ndo ncceuades y siendo el hazmcreir de las personas scu satas. Y a ve usted, puel!, que tendró qué gmudu mi historieta. p~n·:lo uo periódico ménos quis­quilloso qne El Condor, que ha prohibido sus servidores mojar la pluma en eolucion de cantiri as, y por con iguiente que de­beré dejarla. correr apn.ciblc y silenciosa co­mo los arroyos c¡ue baiirrn el valle encanta· dor de :Meuellin. Tendré qu6 olvidar á. doiia Móuica, por ejemplo, señora que reune mis ~impath y á < uien quisiera deJicar un articul cjo, si· quiera para bo. quejarl't ya que mi plum no puede trazar lo rasgo ... curnctcrís icos de ta.n e timable mntrona. Sin embargo, y con pm·don del señor Aguilar voy á uar algunos brochnzos, si­quiera por ensayanne en este género de pintnrn, al cual soy muy nficiot udo, pero en el que nur,co. he trazado dos lineas. Cuentan las crónica ele una ópoca no muy remot.11, que doña 1\Iónicn F lórcz fuó una mujer de belleza dudosa; pero de un cur:\ctcr alc~tre, cxprcsiro y compbcier t : refieren tambien que su conversacion era un tanto salerosa, por cuanto estaba salpi­cada de ciertos CALn nounas, que en los primeros aiios de su vida la hicieron pasar por inocente, mas tarde por coqu'Ota y úl­timn. mente por una mujer de conversacion libre y por consiguiente no muy bien aco­gida. en socieuad. Fuó en la. segunda de estas épocas que yo tuve la fortuna de conocerla; y digo la fortuna., porque olla coqueta y yo travieso y embarrador, tcniamoa quó encontrarnos y por consiguiente dirigimos miradas envuel­tas en sonrisas, guiíiaditas de ojos, besitos tirados, y en fin, todo aquello que usted sa­be y hacia con Rosita. Ramírez en aque· llos f liccs tiempos del Tragaleguas. Bien pues, Mónica y yo trabamos rela­ciones amorosas de lo mas rom•intico que u teu pueue imaginar. Nos leimos juntos á. Pnblo y Virgiuia, luego á Abelardoy Eloi­sa. 6 la nueva Julia, y con esto y otrns uántas no cllls que conecguimos, nos di­mo s un re nontada á. la regiones del idea­liamo mru ideal y nos pu ·irnos tan necios é irupertineutes como ciertos pepitoe que yo conozco y que ni Dios ni el diablo los to­lerarían en sus don inios, ei la sociedad tu· iera la fortuna de so.lir de ellos. Fué en· tóncea que á. mi me entró la idea, como {L todo enamorado, do meterme ~ poeta, y principió tí hacerle endechas á mi querida I~loisa. A~:~í la llama a. l\li padre (que Dios guarde ) cristiano viejo, mont do á. la. antigua., pero con sus puntas ele malicioso, comprendió al vue­lo, dónde me npretaba el zapato y ¡vea us­ted qué barbaridad! .me ofreció sacarme el amor por~---por donde no puedo decirlo :i usted, mi respetado amigo; y sin fórmu­la al guna legal, sin oirme ni vencerme en juicio, me declaró convicto y confeso i me notificó órdcn de destierro 6 tj Jso Jacto me plnntó de patit s en el Colegio. ¿ nó po­dria hacer allí , yo, pobre tórtola, clueca y despl umada? No diró que dedicarme á. los estudio s porque no me lo creería, pues ya. está proba o que los enamorados no estu­dian , y como yo estaba enamorado corno unn. be tia, no hacia otra cosa quo pensar en 1\ló ica, aoñar con Mónica y ha~erle versos (1, Mónica. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR 309 Recuerdo que una de las estrofas de mi primera. composicion decia así: Si piensan que porque me apartan De tu amable y linda compañía Han de borrar tu imágen de mi mente, E Un mu equivocado sf! muy equivocados, Porque yo Tolvoré algun dia. Y a ve usted que yo era muchacho de esperanzas desde aquellos tiempos y quo el parnaso antioqueño tenia tma perla en agi#· ta para. mas tarde ador1lar su eleg~nte co­rona. Por lo que buce á 'Mónica, ella al prin­cipio me escribía con frecuencia, luego me mandaba rccaditos con una criada, y últi­mamente, ni saludes; pero como el roman· tici mo es achaque contagioso, y la. poe#­quería se pega fñcilmento, ella. estaba iufea­tnda de ambas plagas ( que perdonen las musas) y si no ahí va la muestra: No te tardes N1 volver Al lado de tu Eloi a, Pue desde que te dejó de ver e me quitó ln CTana de com r Y hasta huyó do miM labios la onri .a. ¿Para qué decirle que aquellas estrofas me parecían admirables, si usted lo com­prende muy bien? ¿Para qu6 contarle que cada una de aquellas cartas me arrancaba un suspiro, me hacia enjugar una lágrima y que luego iba á depositarse sobre mi ena­jenado y amante corazon? Pero ¡ay! vici­situdes de la vida humana! El suspiro era fingiuo, la lágrima no asomaba, y con las cartas no le diré lo que hice, porque ___ _ no me acuerdo. ______ _ Algunos años han trascurrido desde la época de aquellos mis primeros amores, y desde cntónces yo no he podido olvidar á Mónica; constantemente la recuerdo, para reir me de ella ; pero en cambio, ella me olvidó tambicn ! A mí me sucedió el tirabeque del cura, hombre que desempeñaba funciones de aa­Cl'istan ; se peinaba con rizo sobre la oreja, usaba pantalon blanco y babuchas amari­llas. Este sugeto se ausentó del pueblo y fué relevado por un sarjento del batallon Santarosa que marchaba contra l\Ielo; á éste le sucedió un maromero que llegó por ca5ualidad, y concluidas las funciones se fué, dejando á Mónica sola y sin amores 1 Pobre tórtola clueco. y desplumada l Entónces le dió idea de visitar parien­tes y salió de pueblo en pueblo. Se fu6 á Rionegro, bajó á !tiedellin, siguió á Antia­quía y al fin regre~ó al lado de su ancian a, madre que estaba al borde del sepulcro. Mucho lo bregó la infeliz 1\lónica, pero no pudo casarse. Pobre, ei era ta.n coque­ta! La bo vuelto á ver últimamente y está muy pñlida y ojerosa. Anda de iglesia en iglesia viatiendo santos y componiendo al­tares. En la puerta de san Juan do Dios ha· blé con ella. una tarde, le record nue~tros antiguos amores y ella dió un suspiro, se signó y se fué: yo volví la espalda: solté una carcajada y exclamé con Gregario: Recuerdos y espcranr.a, popa y proa Adio t·iste y al ore despedirla, Allf oxiste el dolor, aquf el anholo, Recuerdos y e poranza, noche y día. PEDRO A. I At.A c. LA JUVENTUD. PRÓLOGO, AL SEÑOR l~ELIPE PÉREZ. P rdon, po ta.! De tu "álbum d l~s flores" Que en vez de álbum es jardín gigante, Donde aborta tu ing nio e ·uborantc, Plantas y flores de colore mil ; Y de do emanan ámbares, perfumes, Encantos y bellezas y armonfas, De tello · de tu alma que exta ·ían, Y donde mi alma iénte e feliz ; He tomado magníficas id as, Hijas do ,tu mente creadora ! ..•••. P rdon, poeta! 1ue m· voz desdora Lo qne cantan tu voz y tn latid! Quiero cant.ar en mal rima os ver os Lo que en prosa cantó tu fantasía Rica ele in piraci n y poe fa ! Quiero cantar aquí "la juventud ! " Como el viajero que expatriado marcha Jadeante, lacrimo o, adolorido, Lanzando de u eno hondo gemido Porque se aleja de su caro hooar! Y que al trepar la alLfsima montaña, Extiende su mirada enternecida Hácia su e tancia, . u man ion querida, Qne alcanza i ver para rever jamas! Así do pió ituado en la alta cima Que domina los valles encantado. , Esos valles preciosos, perfumados, Ese hermoso pai , la juventud; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 310 EL CONDOE, " Tiendo mi vista hácia los bello campos " Donde dicha y amor mE> sonreían, Y solo miro la extension sombrfa, Que el recuerdo la vela en su amplitud 1 Porque la opaca nnbe d~l recuerdo Es la distancia cierta y verdadera Que nos separa de la edad primera, Cuando se llega al término fatal ; Al término fatal de la alta cima Cuando llevamos treinta primaveras! ..•• Es la distancia cierta y verdadera! Es la di tancia cierta en lo moral! II Ya las palmas enhiestas, cimbradoras, Los cedros corpulentos, las encinas, Las hermo as llanurn , las colinas, Lo collados y otero miro allá, Como azulenca manchas de follaje, Como alfombras enormes de e meralda, Como otra tantas olas cougeladas En el seno verdo o de ese mar ! Y los ríos, arroyos y torrrntes, Los estanque!! i lagos, cuyas brisas Otro tiempo a piré, y á sus orillas Los :\nades y ci ne ví nadar ; Los miro como fajas arg ntinas, Y como trozos de cri tal caídos De la e fera cel te, y que 101:1 igtos Han podido en su accion pulimentar. m All~ el cielo sereno y apacible, Es mas redondo, azul y colorido, Mas suave el aire, el éter mas lucido, Mas ricas las esencias del jardín ! Y las plantas no a~Yotan su frescura, Sujugo, su verdor, ni lozanfa 1 Y las aves, crcscindos de armonía, Alegres lanzan en cantar sin fin ! ¡ Oh juventud, pais de los amores, Donde dormf mis sueños de ventura, Donde la dicha encantadora y pura Con mano celestial me acarició 1 Me despido de tí para perderte 1 Solo el recuerdo llevaré conmigo ! Ese será. mi inseparable AMTGO Que ulcerará mi pobre corazon! ¡ Llenando el valle umbrío de espanto y ansiedad! \ Taleslavida!Elhombrequeensu primerosaños. \ Agota ansioso el cáliz de gloria y de placer, { Leaguardanotrostiemposde horror y desengaños ~ Que inundarán su alma en largo padecer! ( Í V ~ Allende ese paisaje ondean te y encrespado i Hay un estrecho campo, do se oye sin cesar ~ La lúgubre armonía. que forma el viento helado ~ Chocando n el follaje de un bosque funeral! ~ Y bien; aquese campo de aspecto enlutecido, {No es otro que el panteon! ¡fatídica v~rdad 1 ¡ Allí termina el viaje del pobre peregrino ! .: Con glorias 6 infamias, en polvo yacer~ 1 \ 1 ( ( VI ) Despues de ese cuadro que dejo pintado ~ Con simples colores i qué mundo se vo 1 ¡ De pues olo encuentra el mísero humano ¡ Misterios y dudas que salva la PE 1 ( 1 ( ~ \ e \ 1 ~ ( ~ ~ l ( ~ i \ } ~ t ) ~ ~ \ \ VIl Peregrinaje solemne El del hombre ! ¡ Qué admirable! La mujor, primera madre, Lo embarca allá en la ninez, }~n una cuna de mimbres, Para que haga el corto viaje Del tiempo! Seguro anclaje En la muerte ha de tener ! Y su madre postrimera, La tierra, en barca de mármol Lo encierra, porque el espacio Cmce de la Eternidad ¡ Y lanzado en e e Océano, Surca laG olas inmensas, Donde hay regiones extensas Que no decrecen jamas! ¡ Peregrinaje grandioso De jornadas desiguales, Que iluminan los fanales, Las antorchas de la FE ! Y cuyo fin es el cielo, Círculo inmen o, celes~, Donde el hombre, con la muerte Se allegará á su dintel! Peregrinaje sublime, IV ~ Donde se mezclan las gentes ! Unos con arpas pendientes, Vates de los siglos son! Otros llevan en su mano Varas de !!abiduría. ! Oh! yo corno el viajN·o,la tierra que me aguarda ¡ Es un paisaje estéril, más, lleno de vigor, ( Sus valles son colinas de rocas escarpadas, ; Sus aguas, cataratas de horrísono fragor ! j Ya no se ven las plantas brotando bellas flores, > Ni el aura embalsamada q~e mora en el pen il! ¡ En cambio grandes árbole que agita en sus furores \ El huracan rabioso, cuya alma es frenesí ! { "El sol calienta apénas", y en el cenit retumba ) El genio pavoroso de negra tempestad! : :' Su ala de relámpago" agita tr~mt-bunda, ! Son, bendita jerarquía! Sacerdotes de nacion ! Otros, en fin, veis que llevan En alto, espada dEO nuda 1 Esos son los que torturan A la pobre humanidad! Allí marchan viejos, mozos, Ricos, pobres, soberanos, Plebeyos, niños y ancianos 1 Todas clases1 all:i van l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CONDOR 311 VIII Yo en el blanco paisaje de la infancia, Mi madre acarició mi dulce sueño, Y allegando bá.cia. mf, rostro halagüeiio, Sobre mi alma vertió su dulce amor ! Y despues abordé al paraíso, De mi edad juvenil que he recorrido De gozo y de placer mi seno henchido, De emociones repleto el corazon! Las huellas de mi paso han ido de oro ! Las flores sus esencias me ofrendaron, En mi marcha feliz me acompañaron Honor y gloria, po e fa y am or ! Más todo ha muerto para mi! La hora De alejarme sonó ! Y en torno mio Miro vagando por cort jo umbrío , En mi marcha, el recuerdo y el te mor ! ¡ Si ya que no puedo gozar de ilnsiont-s, ,lugar con lo s mundos cual Newton pudiera! Si en cambio de amor es las musas me dieran El alma de Ossíam, su eterno cantar! Guarne, julio de 1870. JuAN MAníA CoRREA. LA PEREZA. ¡La pereza! palabra que tiene para mí mas poesía que el Fausto de Goethe; mas voluptuosidad que la mirada de una niña hermosa que ama sin esperanza; mas armo­nía que las notas do Rossini; mas atracti­vos que la gloria; mas encantos, en fin, que el primer amor. ¡ Vivir sin hacer nada 1 ... Hé ahí la tmi­ca, la verdadera vida, la mas envidiada de las existencias, aun cuando te parezca, lec­tor, y con razon que te sobre, que vivir y obrar sean una. misma cosa. Pero yo que no soy muy dado á sutiles metafísicas y á pacienzudos análisis de las palabras, suelo encontrar en ellas en virtud de un privile­gio de organizacion, lo contrario de lo que significan para el oomun de las gentes; ten­go un diccionario para mi uso particular; y así no extrañes que la vida sea para mí la muerte; pero una muerte voluptuosa que amo y que á, lo ménos no me cansa nunca. Por eso mas de una vez en el torbellino de la vida. que me arrastra, suelo exclamar en eón de amargo reproche: ¡ Dichosos vos­otros, séres privilegiados, que no veis en el dia de mañana mas que un número de ho­ras destinadas á la holganza y al regalo 1 ¡Mil veces dichosos 1 V u estros abuelos se tomaron la molestia de formaros un patri­monio que vosotros alegremente derrochais; la sociedad os abre de p&r en par sus puer· tae, os hace hombres libres, os concede cuan­to apeteceis, y de placer en p]o.cer os lleva en volandas por un camino alfombrado de flores al punto mismo al que tambien he de llegar yo; pero á. costa de mil fatigas y pe­nalidades sin cuento. El mundo os sonríe y os muestra su faz encantadora. Gozad y re id; vuestra es la vida, vuestro el mundo. El hombre es naturalmente perezoso; pe­ro es tamb1en demasiado hipócrita pn.racon­fesárselo á. sí mi m o, cuanto ménos á. sus se· mejantes. Desgraciado de él, si tal no hi· ciese: vedlo si no. Un hombre vestido pobremente y con desaliño, como si dijéramos á la eterna ne· glt'g é de la indigencia; de rostro pálido, ojos hundidoa, barba á medio crecer, y semblan­te melancólico, se acerca por un raro caso, cansado ya de una existencia aislada y sin brillo, á. un café, á. un teatro, á un paseo público, lugares en que bulle todo lo mas rico, delicado y seductor de nuestra socie­dad. Si acaso el buen hombre murmura,pri· mero una melancólica lamentacion, luego un voto de odio y de amarga ira, le contes­rt. n que aquel no es su lugar, que marche á mezclarse con sus iguales; y si su pasado fué mas venturoao, le dirán con soberana supe· rioridad y desprecio, "ya que eres un pere­zoso, lleva en el pecado la penitencia, ptlde­ce y aufre, ese es tu sino: nue tra mision es arrojarte de nuestro lado como un harapo sucio é inútil que mancharía nuestras ma· nos". Los que obramos de este modo comete­mos un crimen. El ángel de la pereza, ese espíritu invisible oreado por el hombre, vive eternamente en él, y cuando roto el equili· brío del globo la humanidad lance el últi­mo suspiro, morirá oon ella, quedando su cadáver confundido entre las cenizas del hombre. El hombre no busca jamas la pereza, si­no la pereza es quien le persigue, y cuando cierne sus blandas y suaves alas sobre una criatura, cuando imprime en sus labios un beso de amor, infunde en sus venas un yo no sé qué de dulce y soporífero espíritu, que ni la fuerza. de voluntad de Sócrates Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 312 EL . CONDOR bn.ataria á separar este elemento de los quo componen su sangre, hnsta el punto de ser esta soñolencia como su segunda alma., co­mo su segunda naturaleza que no le aban· donará sino con la muerte. Dios nl crear al hombre pensó darle un pataiso de eterna ventura. y felicidad, no permitiendo se ocupase en trabajo alguno ímprobo, miéntras permaneciese en estado de gract.a; pero la flaqueza de Eva burló las esperanzas u el Eterno; y el Eterno la arro· jó ignominiosamente del paraíso, diciéndo­le:'' Sufre, trabaja y llora"; paguen tus des­cendientes hasta la postrera generacion tu nefando ¡)ecado, el pecado de la ingratitud: y mi anatema pe~ará siempre, siempre so­bre la infortunada raza humana. El hombre, pues, no es tan criminal co· mo se cree: compadezcámonos en buena ho­ra de su perniciosa indolencia, si Mí quie­ren calificad~ sus detractores; pero quede sentado que no es culpa suya lo de laman­zana del paraiso, ese primer gérmen de la pereza: pues sin la liviandad de la concu­piscente mujer, el hombre no hubiera. cono­cido el trabajo y por consecuencia la pere­za no se conocería por un vioio repugnante. Aqui el autor dirige una mirnda á la es­fera. de su reloj: son las tres ménos cuarto, y dice hablando cvnsigo mismo: " He ofrecido un artículo ; mi honor es­tá. empeñado; escribamos para salvar el ho­nor." ¡A dios, regalada pereza de mi vida! dé ja­me por un momento: pero no te alejes mu­cho, y la. dulce esperanza de estrecharte en breve entre mis brazos, hará. que mi pluma corra veloz sobre el papel. Perdona, pues, si te Racrifico al cumpli­miento de mi palabra. Pero no te seré in­grato por mucho tiempo, porque sin tí la vida no tiene encantos ni poesía y la de la prosa es una taza sin café, una copa sin ro m, una petaca sin tabaco. Tú eres la madre del amor; la criatura nace llevándote en su seno; pero como el hombre, en el trascurso de su vida ni hace lo que desea, ni dice lo que piensa, acallan­do la voz de su conciencia, se tortura para demostrarte un odio que está muy léjos de tenerte, puesto que su eterno afan es poder embellecer con tu misterioso influjo los en­treactos de la comedia. hum~na. En todo lo bello, en todo lo grande, en todo lo sublime, te hallo á tí, encantandora pereza de mi alma! L~ creacion seria im· perfecta si tú dejaras de ser su cariñosa ma­dre. Tú te ocultas entre las blancas plumas del perezoeo cisne cuando lánguidamente se deslizan por las cristalinas aguas del lago. Tú moras en la enramada, en el cáliz de 1M flores, en la plateada nube que cruza el azul del cielo, en la fuente que mana junto al césped de la pradera, en el sentido ea.nto de la tórtola, en el ardiente beso de la ruujer enamorada. Sin tí no hay vida, no hay be­lleza~ no ha y armonía; tú erc3 la segunda. vida do todo lo grande, el espíritu misterio­so de la ipmortalidnd, y en fin ... para mí mas poesía existe en un hombre sentado en su butaca volteriana, con la cabez& inclinada há.cia l\tras, los ojos soñolientos, la boca cn­treabiert. a, lanzando un bostezo intermina­ble y con 1M manos perezosamente metidas en los bolsillos, que en la locomotora que rasga el viento, extendiendo por los cam­po. u ancha cabellera do humo y de por­tando con aus penetrantes silbidos el perc· zoso sueño de los pastores y las ovcjns. En una palabra ¿quieres saber, querido lector, por quó el hombre no ha encontrado todavía el movimiento continuo? Porque la pereza se opone á ello. ¿ Quieres saber en qué consiste el genio creador de Ccrvá.n~ tes, Calderon y E pronceda? En la pereza; y on fin, yo mi m o escribo este artículo, por­que estoy viendo al travcs do los cristales de mialcoba,sonreir y extender hácia mí sus voluptuosos brazos á mi tierna compañera, mi inseparable amiga. ... la. pereza.. :ENRIQUE PÉREZ EscRICH. LA MADRE Y EL ALMA INOOENTE. LA. MADRE. Murió mi dulce María, Mi consuelo, mi alegría: Con ella al sepulcro voy. EL ,ALMA INOCENTE. No me llames madre mia: Yo ora. mujer, ángel soy. J. E. llARTZENDUSCII. , . .__ . ..., ........ ," ..... -.., ...................... ...,....., ... , __ ., ... ; ... -." ............................. -_ ..................... ; . ., ... 11\IPRE "fA DEL ESTADO, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cóndor: periódico literario - N. 39

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El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 5

Por: | Fecha: 06/06/1874

PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUVENTUD. Af\0 II. N U MERO~·""""'~~~MVvvvv·~-·~· r~· .. ~~~~ POPAYAN, 6 D'E JUNIO DE 1874. ( TRIM. V. RAM1REZ & RIVERA., EDITORES. EL MES DE MARI& Ha pasado ya el tiempo consagrado á la Reina de Jos ángeles y aún no se borra su grato recuerdo ;recuerdo qne parece envuelto en una atmósfera e m balsam'lda por las flores del campo, alumbra.dn por un claro sol de primavera y cruzada por los ecos de voces vi1 ginales- Cuán bello es el mes de Mayo, el mes de la Virgen y de las flores! Pocas, pocas co as esfín tan en armonía con el objeto A qne han sido consagradas co· mo esta tparte del año : la naturaleza como que lo comprende y so engalana con sus sen­cillas ó inooentes galas y ensaya sns más her­mosas sonl'isas y sus mcjoreR voces para hon­rar y bendecir á la sobet·ana de los sét·es, mR· dre bondadosa de los sencillos y humildes de corazon; y sus hijo , los que se honran con el dulce titulo de hijos de María, todos, to­dos ofrecen á la bendecida mailre algnna ovacion, algun obsequio. Si, el más indiferen­te al recordar su villa de la infancia, tiene que recorda1· sus encantos y sus goces y las ot·aciones que en el retiro de sn hogar 6 en el regazo de su madre pronunciara,y entónces un sentimiento remoto 6 nn anhelo descono­cido le hacen bendecit· á Mal'ia, siquiera sea con el pensamiento, siquiera de un modo in­voluntario. Esa práctica c1istiana y agt·adable á la vez de venerar á la Reina del cielo durante el tiempo que se le ha consagrado en el seno del hogar, cuánta belleza, traecendencia é im­portancia tiene! Ese sencillo, alegre, claro y oloroso altar en que se coloca la imágen de María para ofrendarla flores y cantos, tan puros como los votos que hasta el cielo llegan tienen una poesía indefinible. ¿Quién no siente devocion ante tanta ino­cencia? Que corazon no siente allí siquiera un rayo de alegría, si la alegría es compañera de la confianza y la inocencia ? Porqne la confianza viene <.lespnes de orar J'VV'¡~,.,.,._,.,.....,..,.,." á Mat·ía. y cuántos votos secretos no habrá oid~ y bendecidó ella, y cuántas lágrima8 fnrttvas, cuántas penas ignoradas no habrá ell~ misma extinguido y consolado 1 A María la representan á veces entre fio· res y á veces calmando el océano y disipan­rlo las nubes ¡Cuántas tempestades del cora· zon no habrá calmado y cuántas nubes yman· chas no habrá hecho desaparecer de las men ­tes que se han oonfi:~s, se arma~o un puñal, y sale á sorprcnd<'ros y á robaros para vi,·ir· él y Rus hijos uu dia 1 á!lj lo merecerá el que humillado, insultado, E carn oído, pro· vocaflo por otro, le dl'sgana el corar.on en uu momento de ciego furor; lo merecerá el hombre honrado quo convencitlo tlc la ing¡·a­titu~ l de una esposa infiel y dcsnatmalizada madre, la ahboma es do la víctima, no del asesino. Algunos de O'SOS h0mbres pretenden dis· culpar sn felonía con una lógica tan egoi~;ta y asquerosa como irritante. Reconvenido uuo, á quien eonoci, por ha. ber negado ~ll nombre á su hijo recien naci· do, contestó que sn clase, sn categoría y las conveni encias sociales no le permitían acce· dcr ~ tan ju ta pretension. Comprendo qnc haya un hijo que se aver· gücnse de 8\l padre, pero no ~ne haya un pa· clre que se arergiiense de serlo de un ángel recien nacido. Y o no hubiera vacilac'!o en firmar para a­quel hombre una sentencia de alejamiento perpetuo de la sociedad, seguro de que en su alma no babia ningun in~Stinto bueno y ge· neroso. ' Se le observó que por qué no honr!lba al hijo redimiendo á la mllclre, y el cobarde contestó que la debignaldnd de clases era un obstáculo insuperable para semeJante posi· cion. ¡ Ef! decir , que hay drsigual(lad de clases pr•ra honrar á nna mujer, y uo la hay cuando i!e trata de es· tar muy orgullosos que digamos cou nne1:1tra cidlizncion. 1 Es de0ir, que la mnjrr pobre no deue cul­par tle su dcsholll'a al inüune ~no vino á tur­bar la paz ] re­mordimiento no ce ·a en e o , npremos instan te de clamar en la conciencia. · Ante de concluir quiero referir la historia de un loco, que murió no ha muébo tien.1po en un bospiLal, fuera de Madrid. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3G Don Pahlo, que a~í Re ll amaba, hahia r¡ue dado huérfau0 en lo primero.:' años de :;n v'­da en no pueblecillo de la costa y al cuiliaclo de una honrllua familia de pescallores. Cria­do á orillas del mar, se afi<:ionó grandemente á la azarosa y noble profetoion de la marina, y á los diez y nueve años hizo su primer viaje á las Antillas, á bordo de un nado mercante. ~;icndo tantas y tales las prnebas que meses hizo una visita á la enamorada aldeana, que nada le pedía, nada más sino que nunca la olvidara y nunca pasara por corea de la aldea sin bajar á decirla: "¡Aun te amo, hija mia 1, Pero el marino pat.ó una vez á lo largo, por delante de laM montañas que ocultaban la aldea, y el mes siguiente pasó lo mismo, y el otro taro bien. U no de los comerciantes dueños del buque, le hahia casado con sn hij a, mujer más rica que hermosa. Don Pablo dejó el mando del bnquc, y se hizo comerciaute, y armador, y no sé cuántas­cosas más¡ pero una sombría tristeza nubla­ba constantemente su semblante, y "u carác­ter, antes franco y expansivo, se tornó ,tétrico, receloso y duro. Atribuíanlo las personas que le rodeaban á la vida t.l'auquila y sedentaria en que babia en trado, tan opuesta á la v'da de marino, que tan hien le habia probado desde niño. Don Pablo no amaba á su mujer, y ésta por i!U parte, no dejaba de conocerlo ¡ así es, que sin oposicion de ningun género, volvió D. Pa­bla al mar, dejando en la ciudad á su esposa y á una hija que tenia- Via:ió durante catorce años, t·econiendo los má~ lejanos paises, y volvió á Cádiz, cuando recibió la noticia de la muerte de su mujer, que dejaba una hija de diez y ocho años, por quien él debia velar. Su melancolía no habia desaparecido en catorce año& de caprichosos y variados via­jes¡ &iompre estaba sobresaltado, se CJ'Oia muy enfermo, hablaba ft·ecnentemente de la 1)roximidad de su muerte: y todos lo!! días -eucarecia á su hija sus deseos de casarla pron­to, para qn.e al morir él, no quedara so: a en el mundo, expuet~ta á mil peligros y á mil al!echanzas. Su bija tenia ya elegido dnéño pat'a su co­razt) n; pero D. P;¡blo, que nada sal;ia, la des­tinaba á un pobre y houraJo jóven, hijo de 1m anti;;uo compañero suyo. Cuando habló á. éste de su proyect,o, des· cubrió el secreto de su melancolla incnra­ble.-" Diez y nueve años hace, le dijo, que cometí nna villanía, abandonando una pobre niña para casarme con la madre do mi bija i desde aquel día no he teuido uno so ~ o de tr:mquilidad ¡ por to volvió rflpidam entc b cabeza y mi· ró con extrañeza al imvortuuo que tan brus camcnte le babia sacado de su delicioso éx-tasis. ' Y sin embargo, éste era un íntimo amigo suyo. -¿Qué miras con tanta atenciou? le pre-guntó con ac (•nto jovial. -;Ah! ¿ éres tú ...... Cárlos? -Sospecho que sí. -:Miraba ...... mir·aba ...... -Lo he adivinado. ¿Eh? -Esa deliciosa rubia es el iman que atrae tus miradas. -¿La conoces ? -He hablado con ella vál'ias veces en casa de una prima mia. -¡Oh, fortuna l -¿_Qué dices ? -Tú éres mi amigo, ¿verdad ? -Hasta la par·ed de en frente. -Preséntame á ella. -¡ Pero, chico 1 ¿ así tan de repente ? -Es preci. o, estoy locamente enamorado de esa deliciosa rubia. Calisto meditó un rato, y añadió con acen:· to de dettooo.fianza: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 38 :EtCAICA.. :.._¿Supongo que tú no estarás enamorado de ella? -N o me acuerdo. -¡Cómo! -¡ Qué quieres 1 ama uno á tantas ...... _. No te burles, hombre. -¡ V aya si te da fuerte ! Y el amigo se sotú·ió bnrlonamente. Pasaron várins dias. Calisto rondaba la, casa de Coust¡elo sin id e m. Cárlos no aparecía. N u estro héroe empezó á dudar de la amis· tacl Y es que el tonto de capirote creía en ella {1 piés juntillos, Por fin Calisto top6se un día de manos á boca con Cárlos. -¿Y Consuelo? le dijo ántes de darle los buenos dias. -Acabo de vcl'l:t. -¡Oh! -Hemos hablado de tí. --¡Ah! -¿Sabes que es una polla divina? -¿Eh? Aquello dió mala espina h Calisto. ¿N o e1·a posible que üárlos, en lugar de intereAarse por su amigo, se ht¡biese decla· rado él? -Pero Cárlos es mi amigo y no pnede co· meter semejante felonia ...... pensaba nuestro ll!'llante. ¡Amigo 1 ¡ amistad !.. ....... Palabras, pala­bras ...... y 1)alabras. Efectivamente, Cárlos babia tenido la bue­na iutenciou de interesarse por sn amigo, pintanuo á Consuelo las p~nas que por ella vasaba Cali to. Quiso ser ministro plenipotenciario del amor. Pero se fijó un poquito en Consuelo, le en· cantó su ro&tru, le subyugó su mirada, le en· loqueció su voz y quiso trabajar por cuenta propia. Porgue C:lrlos obraba impropiamente al traicionar á su ...... amigo. Cali~to se de pidió tle Cárlos alentando la :risueña espemnza de que seria presentado á ella por éste. -¡Dile to.:lo lo que snfro !-exclamó el in­feliz mancebo, un sí es no es lloroso y mo· bino. Cál'los dijo que de cuidara, que ya él sabia lo que dcbia hacer, Pero ¡ 11y! C:írlos era un Tenorio; In rea· lidad d.e ese sér quimérico creado por 'l'irso rle Molina é imitado por Corneille y Mo~iére en Fr11ncia: por Mozart en Alemania, por Lord Byron en l
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 5

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