Por:
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Fecha:
14/03/1865
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TRIM.IV. AÑO U. B:>gota, 14 de niarzo de 1855, NUMERO 93
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REDACTOR . VENANCIO ORTIZ.
LA ENCÍCLICA DEL PAPA.
Tenemos un coa·azon esencialmente g•·anadino i
por eso nos entusiasma toda alma grande. Vemos
a un anciano que sin alianzas poderosas, sin {'Utronques
vnliosos de familia, sin el prestijio del
podet· material, sh·vien no solo a los dioses del paganismo sino a las
pretensiones de la herejia. La iglesia no ha tenido
desde su nacimient()sino leves momentos de repo~
so; siemp•·e ha sido insultada, calumniada i pe¡·seguida;
pea·o sus detractores, sus calumniadores,
sus pea·seguidores, han caido pulverizados a sus
plantas, i ella sigue su mm·cha triunfadoa·a.
Cuando apénas empezaba a difundirse la semilla
sembmda en el Calva•·io, apaa·ecieron S.irnon,
Cerinto, Menanda·o, Ebion, Satui'Dino, Rasílides i
Nicolao. Vencidos estos, se pa·esentaron los gnosticos,
los valentinianos, los o•·phitas, los montañistas
i otros muhos pa1·a combatir la iglesia. Pasó
1 esta por eneima de ellos i se encontró con los sectal'ios
de Praxeas, de Sabelio, de Pauto de Samosata,
de Nabato, de Manes. Los tres pl'imeros siglos,
pues, tuvo la iglesia cl'istiana~ no solo que
apurar los martirios del circo i del C'Oliseo, los potros,
las hogueras, los garfios de hic&·ro, las tuni-
' .
cas de brea&, sino el mas doloi'Oso suplicio aun, el
de combatil· con hijcs ingt·atos que la despedazaban
las entrañas corrompiendo la >m·rza de su moral e
insultando sus dogmas. Llegada a la época de
Constantino, cuando vió brillar la cruz ya sobre
el capitolio de lo~ Césares, le vinieron a amargar
el triunfo los donatistas, melesianos, i luciferianos,
i sobre todos Anio, el desgnlciado sace1·d,ote
de Alejandría. Siguió la invasion de los bá1·baros,
1 i en este tiempo lurbó con la ferocidad de esos
hombres a quienes log1·ó domar algun tanto, al
mismo tiempo que luchó tambien con el anianismo
i con los empe1·adores de Orieute.
Así \'ivió diez siglos, llegando a esta época victoriosa
pero cansada de un trabajo tan Ja¡·go ; i
entónces, cuando podía Cl'ee•· que iba a recoje1· eJ
fruto de tantas fatigas, la ignorancia del clea·o i la
violencia bá•·ba1·a de los seilo1·es feudales, le p1·opor·
cionaron nuevos i mas peligrosos trabajos. Por
una pa1·te los poderosos guerreros querian co1·tar
todo con su espada, i por otra parte el clero seco· 1•
rrompia i hacia concesiones, hasta que llegó Lutero.
De entónces acá no ha tenido un instante de reposo,
pol·que su divino institutOl' no ha que1·ido que
olvide que es pereg1·ina sobre la Uerra. Está destinada
a pelead vencer~ pero sabe que las pu.IJT·
tas del infierno no prevalecerán contra ella.
Como su lucha es eoutrn las pa5iones i estas
tienden a dominar el · corazon de los hombres, las
herejías siernp.•·e se han pat·ecido, siempre han estado
animadas del espíritu de rebelion contra Dios,
siernp1·e han tendido al predominio de la carne
porque en esta está el arma que Satanás esg•·ime
eontra el Sé•· Omnipotente. Cristo marcó de un
modo decidido el campo de la lucha, i enseñó el
modo de coml>atit' pa1~a triunfm·. ((El que quiera
llega•· al reino de mi Pad1·e, dijo, debe ct·ucificar
sus pasiones, seguil· mi ejemplo i aguarda¡· la resul'reccion.
»
La iglesia,que es la depositaria de la verdad i la
poseedora de las promesas de Jusucristo, debe en·
caa·arse con todos los el'l~res que pueden pe1·de•· a
In humamdad i mosta·al' a esta, sin consideraeion
i sin miedo a la:s ideas quo estén de moda, el cami-no
que debe seguir para salvarse. Tal es la mision
que ba llenado Pio IX con la encíclica de s de di ..
ciembre último. -
Nunca ha existido en el mundo una sociedad sin
relijion. La relijion ha sido siemp•·e la base de la
lejislacion de todo pais, porque la lejislacion repo ..
sa sob1·e la moml, i la moral nace de la 1·elijion.
El pode1· público, como representante del cuerpo.
social, como guardian de la moral i de las costumbres
publicas, no ha podido ser en ningun pais del
mundo indife1·ente al principio que for·ma la base
de la m01·al i IRs costumbres publicas. El gobiemo
puede considerarse a·especto del pueblo como el
padre de familia, i esa es en realidad la santa misíon
que deben llenar los buenos gohie1·nos.
Po1· e.so cuando los majistrud()S han sido cor•·ompidos,
su ejemplo ha bajado al pueb!o que se ha
co1·rompido tambieu, i la coHupcion del pueblo
precede siempre, si no a su disolucion completa i
a su esclavitud, eomo sucedió con Aténas 1 Caa·tago
en la antigüedad, sí a los ho1Tores que p1·eseutó
1 .
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Ia .Frnncia camo consecuencia de los vicios de la ! muchas veres contr·al'io a él. La autol'idnd h•jíticorte
de Luis XV. La moral, pues, es una ,·et·da- ma tiene en si misma una virtud moral qu€ subde¡
·a salv.r; fruto
repcttimo~ es un producto preciso de ~u reJijioo, de la violet1cin de una re,·olucion, como- faLO: de
no puede haber gobiernos ateos, ni es indifet·ente ese prestijio, rarece d(~l fundamento n('cesario para
la relijion pal'a el gobierno. Pot· esto es que el san- obligar moralmente a la obedienria. I. .. a iolesia,
to padre en su encíclica condena el pl'incipio libeml que tl'al~:ljll si m · pot• la jus i<'i i o'fitra Jos
que establece "la prescindencia absoluta dE'I go- abusos i la atHll'quía, no puede lisonjem· al desbierno
_civil en matel'ia relijfosa '' ; i much-o mas, potismo, ni hacerse cómplice de la optesion ; i
af1adrendo como añade la siguiente co.nsiclet·acion. aunque 110 se injiere de hecho en las revoluciones
ce Como si no cxistie1·a relijion, o pot· lo ménos sin de los pueblos, no pueue aceptar como moral la
hacer distincion entre la verdade~n i las falsas.»> teoría de los hechos consum1tdos i Ja cot dcna por·
La indife¡·eneia entt·e In vet·da.d i el ei'I'OI' en m a- eso.
t-erias reUjiosas, es un absm·do que solo los soña- La iglesia ha r-ecomendado siempre los institudores
de nuestro siglo pueden pretcndet· reducir a tos monásticos corno mui confor·mes con la docJa
p1·áctica. La vet·dad siempre hace bien i el error trina apostólica; la iglesia, ( i lo decirr1os mui al~o
siempt·e hace mal. En las ciencias físicas i eronó- porque tenemos fe en l~s promesas de Jesucdsto )
micas, ningun gobierno civilizado manifiesta esa no puede equivoca1·se, i de consiguiente los que
indiferencia absoluta, pot·t¡ue la ve1·dad crea ri- declaran esos institutos contrarios a los intereses
qnezas i el enot· las destruye ; el enor en matel'ia socialr.s, obru 1 cont1·a las prescripciones de la iglerelijio~
a comp1·ometc intereses roncho mas sagm- sia ; i los que, sin nuuencia del papa, los supl'idos.
1 como eJ gobierno- civil' nJ es el llamado a m en para nbarse sus propiedi1des, obran no solaconoee.
r i a enseña~' la v...erde.d de .que es depositada mente como impíos, sino como dest¡·uctot·es de
Ja iglesia, resulta clmlo que el papa tiene razon uno de los elementos principales de la existencia
de condcnm· esa independencia, ese divorcio que social del hombre : el dt>recho de -propiedad.
quiere establecerse entre la iglesia i el estado, i Resulta,. pues, que el santo padre no solamente
que,. en la práctica, segun hemos visto, se reduce ha usado de un derecho,__ sino que ha cumplido con
a la escla...vitucl de la iglesia. u o deber al condenat·, como condena, la doctrina
De las premisas establecidas, se deduce 16jica- i la pt·áctica de los liberales a este respPcto, i que
mente la inconveniencia de que el gobierno rivil si ha cnlificado dignarnente los hechos i las doctriHiegue
a la iglesia el apoyo que necesite para re- nas d,e la hct·ejía comunista que se nlza atrevida
pl"imir ·a los violadores de la relijion. desafiando a Dios, es porque lns cosas deb n
No siendo indiferentes, camo ya hemos dicho, llamarse por sus nombres i la verdad es sincera.
ni pudiendo serlo que el error se et1tronice i abo- Jcsuedsto no anduvo con ambnjes, llamó hipócritas
gue la verdad; siendo la vel'dad el fundamento a los hipócritas, i blanqueados srpulcros a Jos que
de todo bien J•eal i no siendo el gobiemo civil el eran sepulcros blanqueados. No tienen, pues, po¡·depositario
de la verdad moral, puede ser tole- qué sol'prenderse los sei o1·es redactot·es de « La
rante con el en·or, pe1·o como este i la ve1·dad se Opinion >) de que ~ papu llame las cosas po1· sus
escluyen, es claro que la iglesia que representa a nombres ; pero nosotros sí nos sor·pt·endemos de
Dios, uo puede ser tolet·ante sino c~entt·o de los que ellos, insultando a la bt¡ena fe, hayan tet·jiYerlímites
de la cal'idad. De consiguiente el jefe de sado i dado diferente sentido a las palabras de la
la iglesia está en su det·echo al condenar· la libe1·- encíclica que venimos examinando. Tampoco be·
tad de cultos de la manem que la proclaman IPS. mos podido leet· sin sol'pt·esa el apodo incompn~nsiliberales,
pues como ellos la entienden constituye ble que dan al cristianismo, llamártdolo bárbaro
una negacion de la rrlijit:>n yerdadera.. porque destruyó el culto de los ídolos paganos; 1
Dios, al re,·elarse a los hombres les dió la r.o- ni sabemos a qué viene esa comparacion dt'l pélpa
don de la justicia; esta hace la base de las ins- con Víctor Hugo, porque de 4ue este dé cada mrs
tiluciones regulares de l-os pueblos civilizados. una comida a cuarenta niños pob1·es, no se deduce
Cuando esa nocion se piet·de como tiene que pe1•- que sea mejor que Pio IX que alimenta i educa en
derse en los pueblos que se olvidan de Dios, la los numerosos estableci-mientos de beueflcencin que
violenci.a se sustituye al derecho, i el gobierno hai en Roma, no solo a millares de niños, sin-0
como poseedor de la fuel'Za, tit·aniza al pueblo que a cuantos desgraciados imploran la caridad del ca·
no puede repele¡· esa fuerza, o que para repelerla tolicismo. .
tiene que empleat• el medio de la g e1 r·a cuyos Otm de J~s cosas que condena Pío JX i qt e ha
1
: hot•¡•ot·es pueden t!'ael'le en vez de la J.ibe.·tad, la hecho alzar el grito a los señores de «La Opinion,n
·recrudescencia de b tiranía que lo martiriza. La es la idea que tienen los libe¡·ales de que. debe
nocion de la justicia viene de la mot•al, i cuando quitat·se al clero católico la intet·vecion eh la edu-l
la iglesia se manifiesta tan celosa por conset·var cacion de la juventud. Es l>i-en estt·año que los que
esa nocion~ i condena el cánon liberal que la en- se dicen apóstoles de la mas ámp.lia. libertad, nie-trega
al ~opl'icho de lo.s bombt·es, muestt·a bien el guen al clm·o un derecho que conceden solo a los
intet·es que la anima en favor de la S'Ierte de los puches de familia. Si ~no o muchos de estos qniepueb1os.
pe~1 que sus hijos se:w (,'ducados pot· miembros del
Dios es el unico S.oberano absoluto del univet·so; cle1·o católico ¿con qué justicia, por que motivo se
para Jlegat· a ÉL, ·nos dijo que debiamos obserVtu· les ha de-pt·ivat· de este uso de sü libertad?
su lei qne nos mandd refrenar las pasiones, estas Nosott'os comprendemos lo que hai en todo esto
didjen muchas veces, g¡ uo siempPe, los móvi- de realidad .. La seeta liberal es comunista, ya lo
mtentQs de 1os pueblo!', pot· cuya razon la opinion hemos dicho, i por eso tiende a destruit· el cl'istinpf!,
blirxt. puede equivocftt·se~ i el cánon liberal que nismo~ que es el mm·o contra el que se estrella esta
la declar'a leí supt·e-ma sU'pel'iot• a todo derecho di- herejía.
vino i humano, es digno de la condenaéion. Los gri-tos de desespet·acion de los liberales al
E1 hecho no constituye el derecho, pues es ver que ,·un -anciano solo, inet·me, i sériamonte
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l!- --~ Eb CATO LI C O. 355
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1 1
amenaz:1d<,,alza s\.t \ oz para con lenal'los i los cou- 1
d~n i los humillo, son tan nntu•·ales como es nattu
·nl que rl infierno gr i to contra el ríe!o; pero el
santo padre tenia que hacerlo así; tenia que pre·
s nta1· esa hcn~jía desnudan los ojos del mundo, i
el mundo cato!ko se inelina t•e 'Crente al oit· la voz
del sucesol' de Pedro.
'¡ l damos justamente el título de htrejía al libe-rnlismo-
rojo-cotüuni~tu, porque él tt·nta de destruir
el plan divino de In PI'OvidenciJ, trastornan-
!
do, no §olamente los principios relijiosos, sino las
bases fundamentales de todo sistema social. Ata<>a
la mor-al, fundamento de toda lejis lacion jus ta,
1
atal'a el principio de autol'iclad par
del Sér supremo, que alumbra el sendero de nuestra
vida~ penetra con su luz hasta el corazon i lo
hace palpitar con el ptaeer mas dulce, mas intenso.
De todas las misedas, 1:1 que mas conmueve, la 1
que mas interesa n toda nl mn b:en nacida es la de
los niños ; pobres criaturitas inocentes condenadas
tal vez u paga1· con indecibles tormentos la
falta de sus padres l Un hombt·e que suft·c inspira
simpatía, una mujer que llora iutere!'a i conmueve,
pct·o un niüo que se muere tle hambre, parte
el corazon. Si meditamos profundamente sobre la
causa de las penas que nos amargan la vida, pocas
encontraremos que qo la tengan en nuestras
propias falta : , sí, ¡bien pocas que .no sean una
espiacivn ! ..Pero u los uiflos, a los niños que no
han comprendido el mal, verlos trocar las alegrías
de su edad por la lúgrimas de la miseria, vagar
J sin babe1·
1 visto siquiem la primera lett·a con que empiece el
libelo sacdlego e infamatorio, mucho ménos pensm
· que debiéramos haeer su refutacion.-¡ Qué
tontería, nos dijimos despurs ; pero en ella. cuánta
sinceridad ! Hoi, empero que han hecho esa
refutacion los literatos de nuestro pais i de todas
partes, no tuviéramos que decit· nada, si nuesti'O
amor no nos obligara a confesar, que Jesucristo
es Dios ante todas las naciones.
Nada se necesita para probar que Jesucristo es
Dios ante los cristianos, puesto que está escl"ito
en los evanjelios: J
Nada tampoco se necesita para p•·obar que JesuCl'isto
es Dios ante los judíos, así estaba profeti•
zado. <) Esto dicen los
profetas; i JEsus nació en Belen bajo el reinado de
Heródes, i apat·eció una nueva estrella, i Jos reyes
le adoraron, i fué oa·denado el sacrificio de los
inocentes.
Es, pues, la cuestion con los incrédulos i racionalistas.
JEsus no es Dios, dice Mr. Renan, pero su obra
es divina. Si la obra de Jesucristo es divina, de
dónde le viene su divinidad sino de su auto1·? Los
efectos deben decirnos cuál es la causa. ¿ Hai un
homb•·e que conociendo los caractéres de una flo1·
i de su,f.-uto, no se pronuncie desde luego a favor
de la naturaleza de su simiente 'l (, Hai un hombre
que conociendo la abundancia i la fuerza de un
a1Toyo, no pueda concebir inmediatamente la
fuente de donde nace? ¿ Hai un ~strónomo que
contemplando el nacimiento de los astros i la vuel·
ta de los cometas, no medite en las causas reguladoms
del movimiento 'l No, ciertamente; i no los
hai, porque todos saben, todos comprenden i todos
ven, que si las causas estün ligadas con sus efectos,
estos no pueden ménos de ofrecemos un me·
dio cierto de juzgm· aquellas ; i porque es igualmente
lejítimo, por ''alernos del lenguaje de las
escuelas, concluil' a p¡iori o a posteriori, del
acontecimiento a su principio, o del principio al
acontecimiento.
Si, pues, la obra de Jesucl'isto es divina,Jesucris·
toes Dios.
Sí t la obt·a de Jesucristo es divina 1
Su doctrina es santa. Leed esta doctrina toda
divina, no en nuestr6as costurnbt·es que con tanta
f1·ecuencia le son opurstns, sino en el evanjelio que
es el manantial. Leed la en los escritos de los san·
tos docto:-es i en todos los monumentos de la relijion;
compamdla despues, no con la impiedad del
paganismo, no con los estruvíos de los herejes,
sino con las opiniones cstt·avajantes, con los absurdos
irritantes de los filósofos, con l'Sos sistemas
monstt·uosos de los p1·etendidos sabios modet·nos ;
i conocereis fácilmente, que no hai sino esta luz
divina, el cristianismo, que pueda combatil' i discipa•
· todas las tinieblas.
Las leyes del cl'istianismo son santas; i debe
juzgarse de Ja santidad de aquel po1· la santidad de
sus leyes,i poa·la conducta de Jos que las obser\'an_,
no por los escándalos de los desertores de su
milicia.
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--y·~-.~-------
EL CATO LICO. 357
. ' ,,-..,_r.._,.,,.......,...._...~.._,· ..... >-......,-..._,'-'..._,~~~~~~.
Su culto es santo. En la a·elijion cristiana se ha- 1 aquellos homba·es santos, sino del mismo Dios que
lla el vet·dndea·o templo, el sncl'ificio lejítimo, esa se valió de ellos para traer al mundo a su conociofJ!
acion pura que debía ofrecerse al Señ~r en to- miento i para que estuviese seguro de su verdad i
dos los lugares, segun b prediccion de Malaquías. autenticidad.
La relijion cl'istiana es santa en sus votos, es san- Creemos en la iglesia, porque Ca·isto mismo es
ta en su sacrificio, en su ministel'io, en sus ceremo- quien la ha establecido para set· « la columna i
nias, en todas sus pn\cticas. fundamento de la verdad,)) i porque nos ha asegu-
Es santa en sus saeramentos. Ellos son san- rado que jamas el infiea·no pt·evalecea·á conta·a ella,
tos,i por ellos Jesucristo la santifica. J<::lla es santa, i porque sabemos que escuchándola, escuchamos
en ~~espíritu que la nnima: el espíritu de santidad al mismo C1·isto. Ca·eemos, pues, todo cuanto ha
produce eri ella la castidad de las vírjenes, el de- Cl'eido ella, todo cuanto nos enseña; po1·que su fe,
sncimiento de los solitarios, la mot·tificacion de los sus tr·adiciones son la mas constante pa·uebfl de
penitentes, la santidad de todos los justos. que lo que sabe lo ha ap1·endido de los apósto-
Ella es santa en la mas noble parte de sus miem- les, i estos de boca del mismo Jesucristo nuestm
ba·os. Apesat· del diluvio de cot·rupcion que ha Señot·.
inundado el mundo, apesar de las pe1·secuciones, Esta es nuestra fe; i nada hai que estrañal' que
apesar dt: los impíos, ella tiene i tendrá siempre un tengamos fP., siendo la fe una de las a·eglas de la
número de santos entt·e sus hijos: número peque· intelijencia, siendo en el hombre una necesidad,
ño, a la verdad, en comparacion del númem de los i estando nuestra fe, sobre todo, tan compa·obada.
méllos; pe1·o número verdadet·amente gt·ande en El cristiano ct·ee, i la sencillez de su fe hace su sa-sí
mismo, como dice san Agustin. bidul'ia. Que despt·ecien los impíos nuest1·as Cl'een-
EIIa es santa, en fin, i fuera de ella no puede cias; no creemos en ellos. no queremos creer en
habet· sino, a lo ma.,, la apal'iencia de santidad. ningun hombre sino en Dios:-S. A.
Pueden da1·se individuos de educacion i mot·alidad
individuos de honor, de probidad. jenerosos i caritativos;
pero lo que parece bueno fuera de la
relijion son hojas i no frutos. El espíritu de Jesucristo
no se halla sino en la iglesill de Jesucristo.
¡ La obra de Jestls es divina 1 Si, es divina I ; i
no Jo ha de ser Sll cabeza? Si su doctrina es santa,
si sus leyes son santas, si su culto es santo, si el
espíl'itu que la anima es el espíl'itu de santidad, si
sus sacmmentos son santos i santificados; de dúnde
le viene esta santidad, sino de su fundador? 1
c..>mo pod¡a ella sea· un cuerpo santo, si no ea·a santa
su cabeza? Insensatos! Quieren con su débil razon
destt·uil· la obra de Dios, i esa misma 1·azon sine
pat·a confundil'los !
Si In relijion de Jesucristo es divina, quién es,
pues, Jesucl'isto ! Es el Vervo de Dios, la espresion
rtal de la infinita i divina intelijencia de Dios,
coetema, inmanente, plena, subsistente i consustancial.
Sí ; ÉL es nuestro Dios., i no hai otro que
pueda compat·ársele.
Ca·eemos pues, en Jesucristo, p01·que ha hecho
obras tales, que solo un Dios podia hacer: obt·as
que nos prueban incontl'astablemente que Dios
« despues de habea·nos hablado en diferentes ocasitlnes
i rnnneras po1· boca de los pl'Ofetas, sus
sien·os, nos ha hablado últimamente pot· boca
de su pt·opio hijo, a quien ha constituido hel'edea·o
de todas las cosas i por quien han sido fo1·mados
todos los siglos.>)
Reconocemos i ado1·amos a Jesucristo, Dios i
hombre a un mismo tie.mpo: Dios enjend1·ado del
padre ántes de todos los siglos; homba·e nacido en
el tiempo de la sustancia de su madre santísima i
siempre vírjen; Dios perfecto i homba·e perfecto,
quien como hornba·e tiene un alma •·~tcional i una
eame semejante a la nuestra, i como Dios es igual
a su pada·e en cuanto a la divinidad. Ptwsona única,
no porque su natlll'aleza divina se haya convertido
en nuestra natu1·aleza, ~ino porque ÉL se ha
unido a nuestra natm·aleza. Unico Cristo, no por la
confusion de las sustancias, sino por la unidad de
la persona que ~s el hijo de Dios, segunda de la adot•
able Trinidad.
Creemos en los apóstoles, porque el hijo de
Dios los ha enviado al modo que El mismo ha
sido enviado por su padre. Ca·eemos en las santas
escrituras, porque han sido, no solamente ob1·a de
ESCUELA DOMINICAL.
CONFERENCIA DEL 26 DE FEBRERO DE 1865.
Cuando en una sociedad que se precia de civili·
zada comiénzan a jenen11izarse doctrinas que tienden
a propagm· falsas creencias ; cuando con
descaro e insensatez se p1·etende hasta ridiculizat•
lo mas santo i lo mas sublime que el homba·e
posee; cuando se quiea·e lleva a· la pe1·secucion i la
injm·ia hasta el punto de armncm· del c01·azon de
un pueblo, b que hace la felicidad de ese mismo
pueblo-sus creencias i junto con ellas su fé, su espet
·anza i Sll amo1·; cuando se hace alaa·de por algunos
hombres que se pa·ecian de sábios,de menospt
·eciat• lo que diez i nueve siglos han respetado i
aun adorado; entónces, digo, es cuando Jos hijos
de la iglesia católica estamos en la obligacion de
salia· a su defensa, los unos de aclquirit· mas solidez
en nuest1·a instruccion, los ota·os i todos en la
de afit·ma,t·nos mas i mas en nuestra fe, i corno
pot· desg1·acia hace ya tiempo que ha toeado a
nuestra patria la tl'iste sum·te de abl'igar en su seno
a hombt·es impíos i anticatólicos, que dert·aman el
Yeneno de la impiedad en sus discursos, en sus
escl'itos i hasta en sus leyes ; tócanos a los fieles
hijos de la iglesia llenar nuestm deber·, el deber
de salia· a su defensa, debet• tanto mas sagt·ado
cuanto que a él están unidos los mas dulces •·e:
cuet·d.os de nuest1·a infancia, i las mas caras espea
·anzas pa•·a nuesta·o pot·venh· i paa·a el de nuestt·os
hijos.
Paa·a cumplia· cou este deber es que nos hemos
reunido aquí, pat·a que por medio de disea·taciones
clat·as i precisas sobre Jos principales puntos i misterios
de nucsta·a relijion, no pase siquiera pot·
nuestt·a mente la fatal idea de reemplazar nuestras
dulces i santas creencias con la fea i horrorosa indiferencia.
De aquí nuestro empeño en hablat:os
siempre .de las vet·dades que son el fundamento de
nuestt·a fe. Po1· eso os hablé en nuestra pt·imera
conferencia sob1·e la existencia de Dios; no porque
yo creyera, de lo que estoi mui léjos, que bubiera
entre vosotros uno solo que duda1"a de esta verdad·
sino por·que ella tiene que se1· en discusiones reli_:
jiosas., i sob1·e todo en materias de fe, la base precisa
del raciocinio i del discm·so : pt·obada esa
verdad ya todo lo demas es fácil de hacer; porque
existiendo Uú Sét· todopoderoso, eso nos tiene que
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31)8 EL CATOLICO.
;¡
"'' '"-' "-" :!
llevar como pm· la mano a .con~~ \1' e.uu las cosas
mas incomprensibles. Avivndn nuestra fe con el
recuerdo deJa existencia de ese Sé1·, como que
todas las facultades intelectuales se desarro!lnn i
se ponen en aptitud de cree¡· i de comprender todo
• lo dernns con facilidad ; la 1·azon ilurnina con vi''
isimos resplandores al alma del creyente, i esta
se remonta hasta el brillante trono de In divinidad,
i desde allí, como desde el foco de todo lo gt'imdc
i de todo lo bello, va descendiendo pm· todas los
escalas de la crencion i encontmndo siel 1prc en
todas ellas los gnwdcs atl'ibutos le Dios, i al reconocer,
sobre todo,::m inmenso e ilimitado podet·,
i su estensísi!'na bondad, ya no puede dudnr de
que ese mismo Dios fué quien mudó en el Calvario
po1· la redencion de los hambres, i quien fundó
esa divina relijion, que noso.t1·os profesarnos, i
la cual es el mas perfecto modelo de la mas L}et'fecta
c.aridad, i de la filosofía rnas pet~fecta.
Po1· la misma razou, n la confe¡·encia segunda
se probó hasta la evidencia la divinidad de J 'sucl'isto.
Cuestion al órden del dia ; porque un escritor
frunces llevando su audacia ttsta la e, rumuia
se ntrevió a neg<:H a Jesucris o la prcrogntiva
de set· hijv de Dios, · Dios como su padre. Prctension
absurda bajo el pn11to de vista .filosófico, i l'idícula
considet·ada a In luz de la 'erdad histórica;
pero et·a preciso rebatil'ln, porque el el't'Ot' que se
r pite dia por dia, sino encucntm oposieion, puede
cundit· en entendimientos poco refleccivos i Jogmt
· estnwial'los ; ele la misma manera que el to
lTente que, logrando 'Sulvm· sus diques,immda sin
resistencia ninguna los mas verdes i florirlo~ campos,
haciéndoles perder toda su belleza i todu su
lozanía_.
Nu me detendt·é en hnbltu·os de las o t·ns cinco
conferencias, en todas las cuales habeis visto vo.sott
·os prQbadas .de la manera mns razonable i elocuente
val'ias de las verdade que enseiia el cl'istia ·
nismo i las vent.'ljas que a la sociedad, a la familia
i al individuo resultan de la profesion de esta
relijion. Pero sí quiero que reco¡·deis ahora lo que
en esas confet·encias se ha dicho porque sobt·e
tales fundamentos estl'iva la ve1'dad del tema que
pretendo desarrollm· en estos momentos; a snbet·:
necesidad de reconoret· la autol'ida 1 de la iglesia :
necesidad de obset·vat· sus mandamientos; i conA
cluiré con una breve esplicacion sobre ellos.
Al estendet· una lijera mirada sobre el mundo,
i sin mucbo detellernos, :vcl'émos en todas lns
nacioues de la tiel'l'a uu po c1·, IIc.' es como se
quiera, encargad~ de dirijil· la marcha de los pueblos
confot•me a las leyes que se hnn cstt blecido.
Así vemos en unas partes la monarquía, en {)ti'Us
la república; en unas pa!tes un hombre impo·
niendo leyes a Jos pueblos; en ott·as los pu~blos
mhimos imponiéndose sus leyes; pet·o de todos
modos esas leyes existeu, i sin ellas la existencia
de las sociedades sel'ia imposible. D~ aquí, pues, la
..necesidad de un pode1· que gobierne a los pneblos
de cada nacion.
Ahora bien: si Jesucristo vino al mundo a
fuu1at· una sociedad, no diré la mas grande, sino
una sociedad universal, que es lo que significa la
palabra católica, con que calificamos a la iglesia;
es indudable que Jcbió dat', como en efecto dió,
todns las leyes necesarias para dil·jjit• esta sociedad ;
es evidente que debió establecet·, como en efecto
estableció, un gobierno que la dirijiera ; j era
necesat·io que ccmfi•·iera~ como en efecto confil'ió, a
¡ ~se gobierno e~ podeL' necesario pa~a-llenat· sus
1 fiues, dottínllolc pnra ello de !os mismos mEdios que
1
ÉL poseia, el poder que hnbin J"Ccibido el u padre:
<s de
~whc1· ensenado sn doctrina i fundado su iglesia ; 1
despucs de babel' efectuado la grandiosn obra de
1 la recl€n ion delj 'nero humano, muril'ndo ~obt·e
la cima el Cal vnrio ; des pues de haber ¡·es u citado 1
milag¡·os¿tment~, subió al cielo en presencia de la
multitud que estática lo miraba i seguía ansiosa
con la •istn 1 resplaudeci._>nte huella de su divino
pié. ¿Pero seda creíble que u\ al<'jarsc de entre
los hombres abandonara su obra, i dejam a la
sociedad que habi.a establecido, sin quien la dirijiera?
No ! Ya EL que snbia su próxima a usencin,
les había mandNio a 1os apüstoles que fueran
ellos los j€ fl'S de la comunidad católica ; i en
particulat· a San Pcd1·o a qu!en le dijo : "Tu eres
Pedro, i sobre esta piedra edificaré mi iglesin, i te
daré las llaves )
Probada de esta mane•·a la Jrjítima nutol'idnd de
snn Ped1·e, i por· consiguiente tll' sus sucesot·es
hasta Pio IX, como cabeza vi ible de la iglesia,
ocurre nntul'almente esta pregunta: ¿Qué ~ignifican
hoi en la Nueva G1·anada esas leyes que dis- 1
ponen no tengamos los católicos comunicacion ;
ninguna con Roma, ni leamos, ni bagamos circu- 1
,
lat· las pasto1·ales, bulas, ni rescl'iptos del santo.
padt·e? Pues significa, señores, que los lejislndoJ'es
de Colombia que tales leyes es-piden, quieren
que se efectúe po1· este medio la sepm·acion del
pueblo granadino de la santa secte,L pot· l'Ousiguien·
te de la comunion cntólica; sigoitica que quieren
lieval'llos al pt•otestantismo i a la apostasía ; o tal
vez a la nada, a on cáos relijioso entre cuyas so m~ 1
b1·as perdamos hasta la esperanza de la felicidad
futut·a. ¿ I esto por qué razon '? roe p ·eguntareis,
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EL CATOLICO. 359
i yo no temo decirlo; la rnzon e ttí ahí. liéntrns t la malignidad i Ia impic()ntl pa1·a no cumplit• con
c'Jne 1 pu blo grnuadino ronse1·ve sus creencias re- 1 este precepto ; que no solo no tiene nada de duro;
' lijio n , t profese la divinn t·elijion dé J0 ucristo, sino que es una IJril)antísima escota pa1·a levantat·~
el partido que hoi es á et d p der no podrá subte- nos del poh·o mi ·erabl& de la tierra i elev:1rnos
1 n t se en él, porque tendrá iempt·c In oposicion de basta las escelsns alt tras de la gloria,
, los I omb1· s ilns t' dos i virtuosos, i tend1·á, sobre Se di<•e que cómo un ñembrc instruido, tnl vez
todo, la oposicion del pueblo sencillo. bueno i po- . nlgnn magnate de la tierra, ha d-e ir a postrat·se a
bre, que no t' .ne t•a ¡· r in que dejarle a sus los pies de otro ho:nbre, mé-nos instruido quiz~s,
hjjos que su santa f'e,. su consoladora e pe1·anz.1 o i quizós tambiem ménos noble, ménos el vado en
1 su nrdiente carie~ el, hcr<'nria con la ct:nl e.stá se- el 1 ango social ; pero al clecit· esto no se piensa
, g d-e 1 bt· Ltl' far ·id.a.d que ese pobre homb-re que ''iste un pobre sayal,
Prro d{'.tttldo a un fad~ la di~t·esiooes, i sabicn- e Od jos n se leva nn de la tierl'a, cuyos 11!do
ya que la autoridad ue la. igle ia Le vieoe desde bios no tirnen ott·as parab1·as que las del consuelo
Jesucri to, fu dadcr; i est0 poT una séric no i las de la esperanza, es verdaderamente un miinterrumpida
de papas que han ocupado sucesiva- nistro de Jesuc1 isto, que está i-nvestido de las mis-m
n e IR cátedr·a de san P •dro; es preciso de-ducil· mas facultndes que el divino fundadO!' de nuestra
1 lójicamenle que todo t-1 que se diga cl'istíano tiene divina relijion confil'iÓ n sus apóstoles cuando les
que reconocer la facultad i potestact absolutas que dijo : )
brantm· esos preceptos sin hacernos dignos de In U· i, sobre todo, una consideracion que debe
con
n la mas grande faciliclm:f. dad, hasta la venida de Je.mcristo, el que quisiera
Pensar por nn momento que en (>) altut· que te- salvarse tenia que pennanecer en u_na pei'Íecta
nemos n !á vista se pt·esenta el mismo tremendo iuocencia, o Jlo¡·at· con Jágl'imas de a mas ardiensacrificio
del Calvario, i que nosott·os que somos te coJltl'icion, i po1· muehos años tal vez, Jos. pelos
apt·ovcchndos de te: 1 gt·acia, desoigun:.os la voz caclos que hubie1·a cometido; testigo de esto el
ele la iglesia que nos manda asistit· a él, es no gran rei David, cuyos eL1ntigos pidiendo misel'i-solo
e traño, parece un absurdo ; imitamos en cordia al Seflot·, huu llegado hasta nosotros con
esto a las muchedumbres judaicas que impasibles, toda la armonía de la mus halagadora p::>~ sí a.
indiferent~s i quizás risurñas contemplaban n Pero vino Jesucristo, i no contento con borrat· con
Cdsto, azotado, cot·onado de espina i clanldo en su sangre la mancha de todo pecado, i no conuna
cruz. Posesioncmonos, pues, de esta idea tento con la in titne-ion del snct·amento del hangrandiosa
: d sacJ·ificio de la misa es de un pre 4 lismo para damos por su medio la g1·acia que hacío
infinito, como de valor infinito es la. ví-ctima biamos perdido en Adau, instituyó este sacramento
que en él s ofrec , i altr es en donde, mas que en de amot· para que cuantas vec:es tengamos la desninguna
otm pnl'te, debemos i•· u unirnos por dicha de nbnndonamos al pecado, tengamos pron··
mt>dio de la ot·arion, con nuestro Cl'iadot• i Reden- to el consuelo de la t·econcilíacion. Bendito seais
tor que a la \'ista tenemo . Pero no vayamos, ni Dios mio, i bendita vuesti'U misericordia, que ha
t~mplo, corno aqu"'Hos cul'iosos i dt"socupado5 que hallado Jos medios para procurar al infeliz mortal
van únicamente u bm larse de los 1 istel'ios qu~ se la salYacion ctet· a,. au cuando t« con sus inrepresentan
allí, porque entónces tmiriaruos a la 1 fidelidades se empenó en p.e.&.ilecla t
faltél del deber, In pt·ofanacion del lugar santo, El tercer· mandan1icn-W-de la iglesia bat·á pat·te
1 entónces mas valiera no concur¡·il·, así siqúiera de la r_on(e¡·encia en que se b·ate de los saet·amencvital'iamos
el escándalo ; no está pot· demas esta ] tos, i por esto no ocuparé hoi vuestra ateneion
última ad,·et•tencia pues bien reeo¡·dareis el hecho con refleciones acerca de é~, tanto mas inútiles,
que tuvo lugm· en uno de los templos de esta ciu- cuanto que luego las oir.eis mucho mas- sólf'das i
dad, h mui po<>os día ,. concluyentes.
Con el fin de que po ]amos cet·caJ•nos a Dios, El cuarto, pu·es, uo.S precribe no solo el nynno.,
unirnos a IDL ín imamente i ser dignos hijos suyos, sino otras varias abstinencia~ en ciet·tos i determjnos
m·d na la igl in- :que nos ncerquemos al sagra· nadós dins. La institndon del ayuno viere dest1e
do tribunal de la penitencfa, por lo ménos una vez los apóstoles, como lo pt·ueban varios pasajes d~
en cada año. Mil pretrstós toman Ja ignorancia, los sagmdos lib1·os ; i su obse1· 7 t\ncia no es capl'i-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
chosa i fanática como lo dicen los miembros de la 1 pensando que nuestm pais solo puede pro~rPsar
escuela materialista. Bien sabeis vosot&·os, como 1 siendo católico, como progresan la Francia, la Es-
• ; Jo sabe todo cristiano desde ántes de que la razon paña, Chile, Buenosah·es, etc, i que andan mui
ilumine su intelijencia,quc nuestra alma tiene tres descaminados los que exijen como prPcisa condl·
grandes i podei'Osos enemigos que·no d~jan de es- cion de bienestar futuro, la a·uina del catolicismo.
grimh· sus armas para hacerla pe1·ere•· en la lucha Juan Francisco 01·tiz.
.
.
,
..
que con ellos tiene siempre empeñada. No ignorais
tampoco que el mas formidable de esos enemigos
es aquel que está en nosotms, del que no po-demos
evadimos i que continuamente nos escita a w:r~ W~lN~-ª
faltar a nuesti'OS deberes; ese enemigo es nuest&·a EN LA TIENDA DEL SR. MANUEL CASTRO
'
carne con todas las pasiones, con toda la concu- Carrera. de Bogotá, calle 2,a número 46.
piscencia de la especie humana; para combath· I EN LALIBRERIA DEL SR. MOGOLLON GUZMAN
con ese enemigo necesitamos de hacet· uso de aque- lB DI :rT
llos medios que se opongan al desan·ollo e incre- EL L RO DEL ESTU AN E.
mento de las pasiones ; i como estas se desaa·ro- Coleccion de tratados elementales por José
llan con la gola, i con el cuidado de escojer los Joaqtein Ortiz.
mas delicados manjares, viene la iglesia pa·oponiéndonos
el ayuno i las abstinencias como el mejor
remedio para las tentaciones. Pm· otra paa·te, no
hai que olvidar que toda pa·ivacion es un dolo•·, i
que estos tenemos que sufrirlos como espiacion ;
que toda abstinencia es un mérito, i que debemos
abstenernos si queremos merecer.
Por último: la iglesia nos presca·ibe pagar diezIUQS
i pl'imicias para el sostenimiento del culto i
de sus ministros ; p1·esca·ipcion que no deja de tener
sus enemigos,i que lo son sin adv·ertir que este
mandato de la iglesia, ademas de ser razonable es
de estl'icta justicia, i la esp•·esion de nuestra ga·atitud
hácia el Criadoa·.
En efecto: si Dios hace que llueva el rocío sobre
Jos pa·ados, i que fecundados estos den al homba·e
los alimentos en abundancia, nadie puede negar
que es razonable, justo, i g•·ato, que nosot&·os nos
p1·ivemos de una paa·te de tanta abundancia para
oft·ecerla en el altar de los holocaustos ; i si los
ministi'Os del culto son hombres, i tienen, como
nosotros, necesidades que satisfacer, natu1·al es
tambien que cmlt•·ibuyamos con nuestl·e óbolo pa-ra
su mantenimiento ; i advh·tamos, por último,
en este punto, que la costumbre de pagat· diezmos
i primicias-no es.J.nvencion de los papas i de los
fanáticos, pues safiruo es que desde los tiempos de
Moisés la tribu de Leví, que estaba destinada al
servicio del tabemáculo, v\via del diezmo i de los
sacri ti ci os.
. Para tea·mina1· demos gracias al Dios misericordioso
i bueno po•·que nos ha. CJ'iado i conservado
en una relijion, cuya suave lei, i éuyos g•·andiosos
sacramentos pueden da!'Dos las gl'acias necesarias
para llegar a la glo•·ia, i pidámosle llenos de fe i
esperanza, no abandone al pueblo g•·anadino, sino
que, ántes bien, dename sobre nosotros sus pindosísimas
mirad$ls, i nos conserve en el seno de su
santa ¡·elijion.
ALEJO PossE MARTÍNEZ.
PROTESTA.
Suscribí una adhesion a la candidatm·a Masquera,
sin leer ántes el p1·eámbulo que la encabeza,
porque supuse que seria un cúmulo de piropos de
laudatoria que nada significan en sustancia. Ahora
he sabido que dicho p•·eámbulo contiene un
prog1·ama conta·a el catolicismo, i en tal virtud,
digo : que siendo, como soi, católico, apostólico,
romano, no puedo susc•·ihh· a ideas que estoi mui
Jéjos de acojer como propias. He pensado i sigo
Obra aprobada pot· el Concejo de Instruccion publica
del Estado de Cundinamarca, compuesto de Jos
señores doctor Venancio Restrepo, José Caicedo Rójas
i José Manuel ·Marroquín, dt>signada por tt>sto de enseñanza
para el colejio de ]as Mereédes i de TODAS las
escuelas de ámhos sexos del mismo estado i por los
siguientes iustitu tores : Liceo de la Infancia, sei1oRicardo
Carrasquilla; Sao Luis Gonzaga, señor Domingo
Martíuez ; Academia de la Paz, seño•· José
Belver; San Antonio de Padua, señores Fróes i Michaels;
La Santísima Trinidad, señorita Eustot.Juia
Carrasquilla; Las Hijas de Maria, señora Dolores
Amaya de Posse; La Concepcion, señora Belen Carrnsquilla
de Ot·tega; Santa Ana, señoras Recamanes ;
Las Mercédes. señorita St>gunda Beriña; i los de la
señorita Hortencia Parga, seílor Nicolas Esrobar Cerda,
señor J esé María Trujillo, señor Alejandro Caicedo,
el del esta~o de Antioquia en la ciudad de 1\Iedellin,
el de Pamplona; tres de Tunja, Jos de Jos señores
doc(or Juan e D. Tavera, doctor l\Januel A. Camacho
i señor Proto García ; el de Santa Ros¿¡ de Viterbo
de los señores doctores Rafael Peña i Jose María Valdez
; dos de Chiquinquirá, el del señor doctor Francisco
Fajardo i la señora l\Jaría del Rosario Fajardo
de Casas; el de Cipaquirá; id. de Ami.Jalema i Lérida,
de los señores Ernesto i Adolfo Sicard ; i los de
San Antonio del Tachira, San Cristóbal, etc.
~EGUNDA EDICION CORREJIDA 1 AUMENTADA.
Un volúmen de 660 11ájinas en media pasta
A ps. 8b- ~~ cvos.
Contiene los siguientes tratados : moral i urbanidad,
doctrina cristiana, historia sagrada, gramática
castellana, aritmética, dllculo de memoria, jeografía
jeneraJ, teneduría de libros por el método de partida
doble.
Este magnífir.o libro en que se han ht>eho importantes
conecciones i agregados, es el único patrimonio
que un hombre honmdo,via·tuoso e ilustrado
puede dejar a su numerosa f¿¡miJia.
El lib•·o que boi se anuncia, merece la atencion
de todas las pet·sonas ilusta·adas, i la proteccion de
todos los que aprecien el mérito. En Europa se ha
apreciado debidamente el Libro del Estudiante, i
no espe1·amos que en la patl'in del autor sea mirado
con ménos inter·es. Mea·eceriamos que se nos considerara
romo a los españoles respecto de Cervántes:
nécios, ingratos i tardiamente arrepentidos.
TESTIMONIO DE LA HISTORIA 1 DE LA FILOSOFIA
ACERCA DE LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO,
SACADO 0€ CANTU NICOL.AS 1 GAUME
1 precedido de un prólogo por José Joaquín Ortiz
ESTE interesante folleto, que contiene mas de tOo
pájiuas de composicion «;:ompacta, se encu~ntra ~e
venta en la tienda del senor doctor Venancao Ort&z,
2. Q) calle del comercio, al módico precio de un real.
IMPR"iNTA CONSTITUCIONAL-POR NICOLA~ PONTON.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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Prensa