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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 3

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 27

Por: | Fecha: 31/07/1897

• Año 1 • Bogotá, .Julio :n de 1SU7. Nümero '27 BOLET.IN MILITAR ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA V DEL EJÉRCITO - - --.·--- Director, ALEJA.TDRO PO ADA. Son colaboradores natos de este periódico, todbs los Jefi.i y Oficiales del Ejército dé la ]{epública. ---~--· l .. ECT'URAS DE 1- IST'ORIA PATRIA (cONTlNU.\CI6!':) I.as tropas <;olecticias reunidas 'n '1 unj"a y el Socorro' - forn1aron la reserva. Los españoles se apostaron tn columna, sobre una al­türa, con tres pi~zas de artillería u1 el centro y sus alas clf!_. fend.idas por dos cuerpos de éaballcrfa. Ron1pi éronse Jos fuegos en toda la línea. de batalla. Pront > un Batallón d los realistas, que ocupaba nncl cañada, tuvo que replegarse. l .. as tropas patriotas que fonnaban el ccn tro, rt pesar del fu g que e h::s hacía por las r alistas situadas á a1nbos · ostados, atacaron el grueso del E.j "rcito e.-pañol. Los rea-listas se de{¡ ·ndieron con . rdirniento, pero· no n1enor fue el rnpujc y dec1 ión e n que supier 11 acon1 :ter los patriota·:-, quienes al fin 1 graron envolver á lo cnerpo~ n n1igo . Rondón con " US adie 'tJ·ados llancl'O cargó tan1bién con va­ronil denuedo y yá desde ese n1on :nt cozncnzaron ft per­der Sl posiciones Jos .spa0o1 s y á desordenarse. os Cver-· pos d ~ caballería trataron de ponerse en salvo los prin1eros, eí1 tanto que la infantería ocupaba otra altura y procuraba re.: hácerse, pero fue inútil 'su resistencia. ·un Guerpo de caballe­ría española que había permanecido formando la reserva i pretendió hacer frente, pereció casi todo. ' La victoria alcanzada ese día por los patri tas fue ccmpleta. B:n el can1po quedar m cer(·~ de ciet rerrlir-ta<; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 74 BOLETÍN MILITAR n1uertos; mil seiscientos prisioneros; n1ucho arn1anH~t1tú 1 at~ .... tillería, n1uniciones y cuanto constituía el parque y equipaje de la División española. En esa acción cayó prisionero el Oficial Vignoni, que encabezó el alzan1iento del Castillo de San Felipe, en Puer­tocabello, el JO de Junio de I 8 I 2; Bolívar lo reconoció y · dio la orden, que se cun1plió, de ahorcarlo en aquel sitio. Bolívar y el ejército vencedor pusiéronse en n1archa para Bogotá, y en el Puente del Con1ún, á distancia de seis lt!guas, supieron que el Virrey Sán1ano y todas las autori­dades habían huído dejando ]a ciudad desamparada. Enton­ces el LibertadoJ;" se adelantó á sus tropas y entró á Santafé el día 1 o de Agosto, á las cinco de la tarde. Indescriptible , fue el entusiasn1o con que la población le recibió. En eso9 n1omentos de intenso júbilo, las lágrin1as ason1aban á los ojos, hablando más elocuenten1ente que las palabras. Esa n1isn1a noche el Coronel español Antonio Plá, con 300 hon1bres, ocupó el cerro de Monserrate, pero no se­atrevió á bajar á ]a ciudad, y sus soldados hubieron de ser luégo puestos en fuga I?Or los patriotas arn1ados de los pue.., blos de Guasca y Guatavita. El Libertador pern1ancció en la capital hasta el 20 de­Septien1bre, fecha en la cual se dirigió al Norte, con nunle­rosas fuerzas. Muchas fueron las n1anifestaciones de pública gratitud que él y los principales Jefes de sus tropas recibieron en Bogotá.. Decretó entone s una Asatnblea de vecinos nota- · bies, en unión de las autoridades civiles, n1ilitares y aún eclesiás icas, la erección de una cohrn1na conn1emorativa del triunfo de Boyacá, que debía erigirse á la entrada de la pla­za de San Victorino, y en la cual debÍé¡n inscribirse el nom­bre del Jefe vencedor y el de sus principales compañeros. Decidido e] General á volver á Angostura, siguió de la · Salina de Chita ( 20 de ovien1bre ), á Casanare y al Apure, llegando _al término de su destino el I 1 de Dicien1:... bre d~ I 8 I 9· XIII FJ 2+ de Dicien1bre del n1Ísn1o año volvía á. abandonar á Angostura, á la cabeza de la olun1na des inada al Ejér- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .i5 'ctto ele Apure, eú cuyo punto pasó revista ~ las fuerzact confiadas á Páez. Siguió run1bo hacia Cúcuta, por Guadualito y la n1on­taña de San Canlilo y llegó allí el 8 de Febrero de 18 20. Como Latorre y los suyos habían evacuado yá esta población, sigui hasta Bogotá, entrando á ésta el + de _ Mayo ( 1820 ), y volviéndose á poner en n1archa para el Norte el 24 del misn1o mes y año. Algunós meses duró con su cuartel general establecido en la Villa del Rosario de Cúcuta; trataba de in1pedir, en · este punto, cualquiera invasión que se intentase por el Ejér­cito realista de Venezuela sobre Nueva Granada, pues conl­prendía que el principal elen1ento de vida para las diez pro­vincias libertadas era el conservar la lieertad adqeirida con la decisiva jornada de Boyacá. ' Err los prin1eros días de Julio recibió pliegos ·¿e Mo­rillo y Latorre referentes á la cesación de las hostilidades por un n1es, con el fin de fij.ar bases para lá paz; y al co~ rnenzar el de Agosto, encargó al General Rafael U rdaneta 'del n1andc del f.:jército del Nort , y él siguió por la vía de ·ocaña, que es uno de los can1inos n1ás n1a!os de la Repú­blica, á Mon1pós, .BarranquilJa y .Turbaco, con el propósito de visitar las fuer7,as estacionadas en aquellos lugares y ac­tivar con su presencia y n1edidas prontas y enérgicas las. operaciones de la guerra. Regresó á Cúcuta á n1ediados de Septien1 bre. · Dadas las órdenes para q u . el Ejército del Torte se movilizase hacia el Occidente de T cnezuelu, 11archaron á, vanguardia dos mil quinientos hon1bres, al n1n1ldo del Co­ronel Plaza, y el Jeneral Bolívat~ 11t:gó eJ 2 r de Septien1~re á San Cristóbal (Provincia de l\llérida1 . ~·n esta ciudad s" encontraba la tercera División e pañol a, con1púesta de n1t 1 liomhres, los cuales no esperaron el ataque, poniéndose en catnino. E.l Libertador ocupó á M~rida el 2 de Octubre de 1 8 20, dando órdenes de perseguir al encn1igo. Un Cuerpo de Dragones, n1andado por Jos C rondes Gón1ez " Infante y el Mayor Segarra, le alcanzaron á la salida del Páran1o de Mucuchies, quitándole las arn1as sobrantes, tnunicioncs } víveres y causándole la dispc sión de nntchos solda los. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • ¡~; BOL~TÍt-; MILI1 R Perú á Colon1bia, trajo una recua de mula~ soberbias, tant , por su hern1osura con1o por sus pasos y vakntía para via­jar en nuestras n1ont~ñas. Llevó entonces hasta Caracas al­gunas n1ulas que le acon1pañaban desde Bolivia; pocos ejen1plares habrá d~ caballerías que hayan pasado así á lo. largo de la mayor parte de la Cordillera de los Andes. Bo­lívar> en su juvéntud y hasta I 824, fue muy fuerte é infa-: tigable en sus viajes. Empeto, después de Ayacucho, co­n1enzó á decaer y á debilitarse en su físico, de modo que desde entonces canlinaba pocas leguas cad,a día y tenía que ~escansar con frecu;encia. Su constitución no pudo. resistir á trabajos tan continuados, fís1ca y n1oral,mente: su, cuerpo enflaqueció, y el Libertador era un viejo desde antes de n1orir, cuando apenas contaba cuarenta y siete añQs y d . , 1 1e ~o ..... (Continuará) ., • • MINISTERIO DE GUERRA DECRETO NUMERO 284 DE 1897 , ~~ 5 DE JUNIO) fndc.arrollodclaLcy 1z¡dc 1896,por la cual se qcaunaEscue~.a1 Militar. El f/icepresidente 4e la República, encargado del Poder Ejecutivo, en virtud de la fac 11tadcs queleconficz:elaLey 127 de 1896, , : DECRETA: Art. I . 0 La E cuela Militar de la República quedará estable-- · cicla en la capital el día I . 0 de Febrero del añó próximo venidero en d local que ·e destinará al efecto, y se dará principio á las enseñan­zas de acuerdo con la Ley citada y con las disposiciones de este Decreto. · ' Art. 2.0 La Escuela Militar,. como lo indica su ' npmbre y el objeto de su fundación? será organizada y dirigida en todos sus ac­tos bajo un régimen estrictamente militar y el reglamento interno de ella establecerá en todas sus prescripciones sobre los deberes de los cadetes y de los empleados del Establc<;:imiento, la sumisión á la ~isciplina militar, aún e:n las tareas y funciones de carácter civil. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 HOLETl N MILITAR í9 Art. 3. 0 La Ese la Militar tendrá el siguiente cuerpo de empleados con las asignaciones anuales que se señalan en seguida: I.0 Un Director, que será el Jefe del Establecimiento, á quien estarán subordinados todos Jos demas empleados y los alumnos de • la Escuela, con la a ignación anual de $ 3,6oo. , 2.0 Un Subdirector ó Inspector con Ja de $ 2,400. 3· 0 Un Comandante ó Jefe del Ctterpo de Cadetes, con el car­go especial de dar á éste la instrucción teórica y práctica de las táctica de Infantería, Caballería y Artillería y las demás enseñan­zas que se determinan en e te Decreto, con la de $ 2,400. 4· 0 Un Secretario con la de $ 1 ,8oo. 5.° Cuatro Ayudantes, de los cuales uno, á elección del Go­bierno, de empeñará las (unciones de Síndico de la Escuela, cada ¡no con la asignación anual de $ 960. 6. o Un Portero con la de $ 6oo. 7. 0 El número de Profe ores que sea nece ario para dictar las enseñanzas literarias y científicas, y lo sirvientes indispensable para el aseo,_ ervicio don1é ·tico y demás necesidade de la Escuela,. lo primeros con la asignación anual por cada curso que dicten) de$ 480. Y lo egundos la de $ I 8o. Art. 4. 0 Todos los empleados que acaban de indicarse, será11 de libre !1ombramiento y remo ión del Gobien1<1, excepto los Slr­vientes, que erán ie ignad por el Director de la Escuela. Art. 5. 0 El Inspector, los Ayudante ,. el Portero y lo sir­vientes tcnlo 30 Dragones protegió esta re­tirada. En ella perdió el Ejército 1 epu blicano 3 hombres y 15 pri-ioneros, cuya pequeña perdida cnsoberheció altamente al en migo que, embriagado con una aparente victoria, cay6 por fin en el lazo que se le teudía, per iguiéndonos tenazmente hasta acampar e el día 4 de este mes á la una Jc la tarde, al frente de nuestro campo, ca i á tiro d~; añón, mediante entre los dos hjércitos el camlalo o río del Palo. . El 5 al rayar el día se pre entcí el enemigo por la derecha de nue tr) campo habiendo por la noche pa. ado el río por el pa ·o de Pi lamo. Marchó en batalla on el mayor rden sobre no, otros, en hl forma :i~uientc: 700 hombre. de i;1fantería traían en el centro 3 bicornes de á 4 y un cañ<)Il de calibre de á I. En su ala izquierda se av·anzaban 200 cazadores, á cuya retaguardia venían 40 Drago­nes. Al .. mn suya compue~ta de 200 infantes sostenidos por I 50 caballos. Yo les esperé formado en bata­lla, en el orden que iguc: la izquierda la tomé á mi mando con el Batallón de Cundinamarca, al que e ;1greg<> poco hasta ocho leguas de distanci.1 cortando de este modo la re ti rada á la infantería enemio·a que iba tomando los monte y quedándose atra ada. El Batallón de Antioquia merece una particular insinua­ción por haber excedido á lo demás cuerpo· en impavidez y sere­nidad. N ue·tra pérdida ha consi tir Holguín, Juan Agu, tín Doncel y Pedro Pablo Torres; los Subtenientes Juan Salvador Lugo é Ignacio Cabal, mi Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'rfN MILITAR 93 .. ~yudante. Tuvimos 47 soldados muertos v 1 I 2 heridos. Poste­. riormente ha seguido el Mayor General Serviez con 250 hombres á Popayán quien yá á la fecha debe estar en aquella ciudad y así este ] efe, como el Cuartel Maestre General tuvieron sus caballos muertos. I 5 Oficiales enemigos muertos entre ellos el Mayor Ge­neral D. Francisco Soriano y el Comandante de Patía Joaquín de Paz ; 8 Oficiales prisioneros, cerca de 300 soldados muertos, 67 heridos y 350 prisioneros ; 6oo fusiles, 28,ooo cartuchos de esta arma; 250 cartucheras, las 4 piezas de artillería con sus monturas y útiles correspondientes; 2 3 I tiros de bala y metralla para cañón; ·un botiquín bastante provisto y otro destrozado por nuestro ejer­cito; I quintal de pc)lvora; 8 cajas de guerra; 100 tiendas de -campaña, de las cuales sólo 33 se aprovecharon por haberlas des­pedazado nuestros soldados para sus usos particulares ; todos los equipajes del enemigo y dvs altares portátiles lujosamente adere­zados son los trofeos de esta famosa victoria. Todo, todo lo perdió el enemigo en unos cortos momentos y arra~trándose el caudaloso r.ío del Palo, que estaba bastante crecido lo que se escapaba ·á las manos de nuestros soldados. Siguen continuamente aprehendién­dose los enemigos que estaban escondidos en los bosques cuyos pa­sos se hallan cortados y no cesan de encontrarse fu si les y otras armas. Un triunfo tan bri1lante ha hecho respirar el Sur de la Nueva Granada, ha infundido el más grande terror á los enemigos de nuestra Independencia y ha llevado la gloria á las armas repu­hlicanas de la Unión. Campo sobre la derecha del Palo. Julio Ir de 1815. JosÉ M.• CABAL. __ ._.... .. ..,_ __ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 94- BOLETÍN MILITAR ORONIOA INCENDIO DE SOA T A LAUDABLE COMPORTAMIENTO DEL BATALLÓN" NÚÑEZ, NUMERO 9· 0 N o ha podido precisarse el punto en que el incendio apareció: solamente se sahe que no fue producido por mano criminal, y que la co­lumna del .fuego devoraba á un tiempo tres casas, en tanto que su lengua roja centellaba en el espacio iluminando con siniestra luz los rostros pá­lidos de los angustiados circunstantes. Inmediatamente se hizo oír en la guardia de prevención del Bata­tallón N úñez el solemne toque de "señal de incendio," que tánto pá­nico infunde en los que comprenden el lenguaje imponente de la cor-neta .......• Las campanas, á su vez, virticron en el aire sus acentos metálicos, vibrantes y tristes, para anunciar á quienes las oían que el fuego avan­zaba con velocidad creciente. Las llaljlaS consumían rápidamente las casas de los señore-s Evaristo Avila, en donde estaba el cuartel; Matías Salazar y Aristides Torres, A calde de la ciudad. Un incendio siempre es imponente y aterrador: pero es terrible­mente siniestro cuando se hace sentir en el recinto de un cuartel, en donde hay buena cantidad de materias combustibles y depósito consi­derable de materias c. plosivas. Por eso es al tamcnte honrosa para el Batallón Núiíez la manera como e umplió su deber en tan tristes cir­cunstancias. El Coronel D. Manuel J. U rdancta y el Sargento Mayor D. ~duardo Ortiz, Jefes del cuerpo, se pusieron á la cabeza de él para co batir el fuego y salvar el parque. El Batallón todo se puso en movimiento con ese orden, esa regularidad y ese compás que se nota en )as comunidades que conocen la disciplina, y en tanto que; unos lucha­ban con las llamas, otros transportaban á la plaza bultos de parque y de vestuario. Era un espectáculo grandioso el que presentaban esos adalides de la abnegación y el deber: U rdaneta, pálido pero sereno, amenazado pero fuerte, atendía á todo con esa calma que solamente es propia de los temperamentos heroicos. Orti'l. ostentaba su actividad nerviosa y estaba ora aquí, ora allá, ora más lejos, en donde quiera que las circunstancias exigían su presencia y su voz de m.ando. El Batallón todo, con pocas -excepciones, olvidándose cada cual de sí mi mo, sólo pcnsaha en que había un peligro que comhatir y un deber que 11enar; y trabajaba, tra­bajaba con incansablo celo, en tanto que las llama socavaban los techos y los echaban á tierra para acabarlos de cot urnir. ~ mientras que unos llenaban su deber á la luz de un incendio, otros se reducían á trasmitir 1otjcias! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfr.; MILITAR 95 N o faltaron en el Batallón índi vid u os de tropa, por fortuna en nuy contado número, que sólo pensaran en aprovecharse del conflicto para abandonar el servicio, como al efecto lo hicieron. Alguno de ellos, según creo, se fue llevándose un rifle mauser. Para los que así proce­dieron, baldón eterno, porque pensaron antes en sí mismos que en sus semejante y en el pueblo que esperaba de ellos amparo y salvación ;. estigma infamante~ pot que cometieron un crimen de lesa humanidad. A las ro p. m., tras rudo combatir, el incendio cedió, dejando en­vuelta en sombras la ciudad, y sembrada de ruinas humeantes.... La casa del cuartel s.c quemó en gran parte; y el frente de las de los se­üores Salazar y Torres se consumió íntegramente. Hay no sé qué encanto tan grande, que es inexplicable, en aquellos hcc...:hos nobilísimos en que el hombre se entrega al peligro, pensando sólo en la Providencia, para salvar á los demás. Las frentes de esos héroes, p<ílid~ en los momentos del peligro, se yerguen después lumi­nosas por la auteola que las corona. Y es que siempre será sublime el e p~.:ctáculo de corazones magnánimos sacrificándose en aras de la ab­negación: es seguro que para esos héroes dicen al oído misteriosas pala­bras de aliento, c:,píritu como el de Ricaurte ó almas como la de Leo­nidas; es probable que el ángel de la caridad encienda para ellos, en el mundo inmaterial, antorchas celestes, y que avive su fuego con fa sonrisa plácida de quien ofrenda á Dios una obra que alcanzará su ben­díción. Por eso presento mis parabiencq muy entusia · tas á todos aquellos que hicieron cuanto estuvo á su alcance; pero especialmente al brioso Batallóu N ftííez, á sus dignos 1 efe. , y {t los c;cñores Leoncio y Manuel Mcdina Calderón, que se distinguieron por su eficaz ayuda,.su actividad en conseguir herramientas y su crcnjdad en combatir el fuego cuerpo á cuerpo i cabe la expresión. El Níúez todo cumplió con su deber; pero aún en aquel torrcnt! de abnegación, todavía tuvieron campo para distinguirse los 1ef~.:s y los Capitanes Adán 1. Vargas y Pablo E cobar, que dirigían las CompaiiÍas de Zapadores que se organizaron para combatir el fuego; i para sobrc-alir los Subteniente. 1 orge l\1 anínez y Roberto Patifío; el Sargento 1.0 Rafael Sánchez, . tambor mayor, los c .· ccdió :i todo ~ . Se encargó de salvarlo la misma vioh.ncia del peligro: á horcajada sobre un techo, destacado en el ciclo como un punto negro, golpeaba sÍtl descanso el tenaz madero con una hacha, cuando materias e.xplosi as que guardaba Ja pieza sobre cuyo techo estaba, se inflamaron y estalla­ron .... Sánchcz e perdió de vi ta y ,u compaficros lo creyeron muer­to. Una hora de ~ pués les contaba qnc á causa de la explosión había vo­lado sobre un tejado cercano, á donde llegó sin más averías que unas c,uantas chamusquinas. (De El PnJgreso de Bogotá). El I 6 de Julio en el salón del Estado Mayor General tuvo lugar un Consejo de Guerra seguido al Subteniente Eliseo Qui- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ñones, perteneciente al Batallón Bárbul; número 5.0 , por el delito• de abuso de autoridad. Por designación del Comandante General presidió el Consejo el Coronel hlías Baquero. Desempeñó el puesto de Fiscal, el T'eniente Coronel TomásR odríguez Ricardo, y fueron Vocales, los señores Coronel Habacuc Beltrán, Tenientes Coroneles Cle-· mente Barreto, Ezequiel Villarraga y Julio Escallón, y Defensor, el señor Coronel Pedro Sicard .B riceño y Secretario, el Teniente Abdón Rincón, Auditor de Guerra, Coronel Enrique Hoyos. Asistieron también el Comandante Generar, el Jefe de Estado Mayor, Inspector, Jefes y Ofi.c'iales francos de la División y varios particulares. El Consejo dio principio á su sesión á las I 2 del día y termi-· nó á las 9 de la nocht calificando el delito en segundo grado, con­denando al reo á la pena de reclusión de once meses y días. El Batallón 2.0 de Artillería que hacía parte de la guarnición de esta plaza á órdenes del Coronel Pedro Sicard Briceño, salió de esta capital el día 24 del presente con direcci6n al Quindío para continuar como zapadores los trabajos allí establecidos. En su· reemplazo llegó el Batallón Tenerije número 6. 0 que hacía lat guarnición de Honda á órdenes del Coronel Rubén Varón. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 20

Por: | Fecha: 05/06/1897

.A.ño 1 ~ogotá, Juoio ~de 1~\!7. Nlimero 20 BOLETI.N· 1\IILITAR ~·--- onGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO -·-Director, ALEJANDRO POSADA. Son colaboradores natos de este peri6dico, todos los ]efes y Oficiales del Ejército de la República. LECTURAS DE l-IISTORIA PATRIA EL LIBERTADOR I I-Iay dos fisonomías.de grandes hombres que quedan profundamente grabadas en nuestra imas inaciGn desde que hs contemplamos por primera vez: la de Napoleón I y la de Bolívar. Este muestra siempre, en medio de su grandeza y ma­jestad, un aire meditabundo, una fijeza de contemplación que impresiona. Las correctas líneas de su fisonomía deno­tan la ing~nita nobleza de su pecho. En una publicacién hecha en Nueva York en r 8 35, con el título de Un rasgo de Bolívar e¡z campaiia, leemos lo siguiente: "En la conversaciGn ordinaria el semblante de Bolívar presentaba un aire melancólico, y apenas levantaba los ojos del suelo; pero si trataba algún asunto que le interesaba mucho, entonces adquiría mucha vivacidad, miraba cara á cara al que le escuchaba ateoto, y en cada gesticulacién ~e veía expresada una alma encendida de vivas pasiones. El era bien parecido, tanto de sen1blante como de persona. Su estatura, aunque no alta, tampoco era pequeña, tenía Ja tez trigueña, aunque tal vez lo estaba más de lo que realn1ente era, por estar continuamente expuesto á las faenas é inten1- peries de una vida militar en un clima cálido. Sus ojos nían una expresión que creo no puede pintarse ni con Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 33° l50LETfN MI LIT Alt pincel ni con la pluma. El color de ellos era castaño oscu­ro, Todo en él era grande é infundía respeto y admiraci6n." II En la poEtica ciudad que baña el queiumbroso Guaire, en Caracas, la ciudad gentil y sin rival en América, por su' tradicional cultura, se señala al viajero la casa de cuatro grandes ventanas defierro, y de apariencia común que, sobre la pequeña plaza dt. San Jacinto, recogió el primer aliento de Bolívar. Vino al mando el 2+ de Julio de 1783. Sus padres preciábanse de la distinciGn d~ su abole'ngo y eran personas acaudaladas. Llamábanse Juan Vicente Bo­lívar y María de la Concepcién Palacios y Sojo. Considérese el bajo nivel á que tenían que ajustarse entonces los estudios en América, lo cual debió de ser causa para que el tutor del joven Bolívar lo enviase en 17 89 á Madrid, con el propésito d~ que perfeccionase allí su edu­cación. Probablemente á causa del origen de su familia y por ser entonces á modo de requisito para darse á conocer, cuando Bolívar se encamino a la Península llevaba yá el título de Teniente de Milicias de Aragua. Bolívar, para quien la imaginacitn fue su más pode­rosa y leal compañera en la prCs¡:era como en la adversa fortuna, sintiCse en Madrid apasionado de la señorita María Teresa Toro, á la que llevó al altar en 1 8or, después de un corto viaje á París. Unido á la esccgida de su corazén, tor­nó á la Patria, pero á los diez meses de Fet manencia en ella el destino le arrebató á su amorosa com¡.;añera. 8áce~e que aquella pena le entristeció profundamente, predisroniendo su ánimo, yá de suyo inclinado á la melancolía, á la abs­tracción permanente. En el mismo año de su desgracia tornó á Europa por algunos meses, y de regreso á Venezuela se dirigió á los Estados Unidos. Al llegar de nuevo á Caracas, contaba veintidés años de edad y, según parece, estaban muy lejos de su espíritu Jas ideas revolucionarias que debían hacerle el primer caudillo de la lucha ror la independencia. Dicen que se encontraba en los valles de Aragua, fue requerido, por resolución de la Junta de 19 de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLBTfN MILITAit 33 1 Abril de Caracas, -la que impulsando el movinl\ento de separación de la n1adre patria quiso enviar á Inglaterra dos con1isionados que trabajasen en el sentino de la indepen­dencia- Bolívar tuvo de con1pañero en esa misil-n delica­da, difícil y honr•1sa, á Luis López M .... ndez, y por auxiliar, como Secretario, á Bello. Uno y otro personajes de gran­des n1¿ri tos. El resultado que, por entonces podría lograrse de esa en1bajada, se consiguió. Inglaterra se encontró en actitud de apreciar la política sud-an1ericana y de apercjbirse de que los sucesos que en el Nuevo Mundo habían de cum­plirse, tenían por Jefes á hon1bres de elevado temple de aln1a y visil,n sana y prudente. En una palabra, pudo pre­ver que aquella guerra no correspondía á la necesidad de rapiña, de lucro y de codicia, sino que era restauradora del eq uiJibrio n1oral, torcido por n1ala adn1inistracil,n de justi­cia, y seguran1ente tambi~n por la preocupaci0n heredada de la edad media de buscar sisten1átican1ente la elevacil,n de una clase sola de la sociedad. Trabada la lucha entre venezolanos y españoles vino á enardecer los ánin1os la noticia de la hecaton1be de los patriotas de ~ito. Los caraqueños hub!eron de sentir el peso de esa desgracia, que les dio la n1edida de los esfuer­zos dolorosos que tenían que hacer para recuperar su li­bertad perdida. Proclamada totalmente la independencia de Venezue­la el 5 de Julio de I 8 I I, se logró contener un movin1iento que á inmediaciones 'de Caracas promovieron varios realis­tas, hijos de las islas Canarias ; pero en la ciudad de Va­lencia sí hubo que con1batir. Las tropas republicanas, n1an­dadas por el General Miranda, se apoderaron de la plaza. Allí expuso por prin1era vez su vida y con denuedo, el fu­turo Libertador. Dispuesta España á oponerse á Venezuela en el em­peño de ésta por adquirir derechos propios y constituírse en naciún independiente, comenzó á enviar tropas y ele­. mentos de defensa, señalándose desde el principio con1o afortunado en sus tentativas de sujeción de los patriotas el oficial español Domingo Monteverde. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,. IOL.ITÍN M ILITAJt El General Fra:ncisco Miranda, encargado por 1ol) ve- · nez,olanos de la defensa de su territorio, est.ableció su cuar­tel general en Maracay y para mejor guardar sus posiciones non1brú á Bolívar Jefe de la Plaza de Puertocabello. El JO de Junio de ese año ( r 8 r 2 ), un oficial español (Francisco Fernández Vinony), unido á varios presos y . . presidiarios en número como de doscientos que estaban en la fortaleza de Puertocabello, enarbolaron la bandera de España en lo alto del Castillo llamado de San Felipe, y se declararon por el Rey .. Bolívar acudió á resistir con valor á ese inesperado alzamiento. Por cinco días luchó con aquella increíble audacia que él sabía desplegar en los n1o­n1entos de peligro, n1as, á pesar de todo, no pudo vencer la obstinada resistencia. El castillo era dueño de abundantes. pertrechos y elen1entos de guerra, y especialn1ente con Jos cañones ocasionaban gran daño á la población. El coln1o del desastre se verificó el rl campo. En Cúcuta reflexionó Bolívar que á los intereses ame­ricanos con venía n1ás seguir la guerra por los lados de V e­nezuela, á fin de librar primero este territorio para luégo tornar al Sur; así lo propuso el Congreso de Nueva Gra­nada, el que vino en ello. ·Si bien es verdad que para esa tentativa el número de. soldados era reducido, como que no pasaban todavía de quinientos, confiaba mucho en el esfuerzo de su voluntad incontrastable y e? la calidad de oficiales granadinos y ve­nezolanos que le acompañaban: Girardot, D'Elúyar, Ur­daneta, Ribas. Vencida la dificultad que oponía el paso por la Grita, en donde estaban atrincherados los españoles, á los cuales atac6 y venció, por orden de Bolívar, el Coronel pa­triota Castillo; las fuerzas granadinas continuaron su n1ar­cha hasta M~rida. Para entonces la guerra que los españoles hacían á los americanos había tomado proporciones feroces y se peleaba yá con la desesperación propia de las circunstancias. El Co­ronel Antonio Nicolás Briceño fue el prin1ero que, organi­zando un cuerpo franco con varios an1Ígos, ton1ó la resolu~ ción de la guerra á muerte~ y así lo hizo saber por n1edio 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 334 BOLETÍN MILITAit de un bando que dio en San Cristébal, en donde hizo pasar por las armas á dos proletarios españoles. Bolívar improbó en~rgicamente este hecho, pero en breve, su espíritu, abierto á toda manifestaci0n que Je ilustrase en el arte de lá. gue­rra, debió de apreciar que aquel bá.rbaro expediente había de iníluír de modo significativo en la lucha. Con él se es­tablecía una separaciGn absoluta entre los hijos de España y los del territorio americano, quedando Jos últin1os com­pelidos, de n1odo irresistible, á tomar parte en la lid, pues diversas causas, entre otras la consternación que produjo en los ánimos el terremoto de I 812 los traía alejados de la lucha. "Españoles y canarios ... contad con la muerte aun sien- · do inocentes! ~'¡Americanos!. ... contad con la vida, aun siendo cul­pables." Varios historiadores están conformes en que aquel de­creto ayudó á la indept.ndencia de Venezuela. Aumentaao en M~rida á ochocientos hombres el ej~t­cito republicano, dispuso Bolívar que trescientos quedasen en la plaza al n1ando de Ribas, y él continuú con el resto por el camino de Boconó. Ribas debía incorporarse en el curso de la marcha. . Los realistas tenían 2,6oo hombres en Barinas, al man­s de Lt conservación del orden, DECRETA: Art. 1.° Créase una plaza de médico supernumerario en el Hospital militar de Bogotá. Art. 2.0 Dicho medico estará subordinado al médico jefe y tendrá las mismas obligaciones de los demás médicos del mismo Hospital. Art. 3·n El G J bierno ¿cterminará el tiempo de duración del médico supernumerario, quien tendrá la asimilación de Teniente Coronel para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 29 de Mayo de 1897. M. A. CARO. El Ministro de Guerr~, PEDRo ANTONio MoLINA. E! copia.-EI Subsecretario, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • • OLi:TfN MILITAlt Rtpública dt CJI?mbia.-Ministerio de Guerra.-Sución 1.•-NÍt­mero 7,793.-B;gotá, 20 de Mayo de 1897· Señor General Comandante en Jefe del Ejército.-P. Por medio de circular dirigida á los Comandantes Generales de División y á los J efes militares, servíos prevenir nuevamente á éstos y á los Comandantes de Batallones, que los Gobernadores departamentales no tienen mando alguno sobre el .Ejército; ni para nombrar ó separar Jefes ú O.:iciales; ni conceder á éstos li­cencias temporales; ni ordenar altas ó bajas de individuos de tropa; ni ordenar serviciús de escoltas. En relación con el Ejército, á los Gobernadores les corresponde: suministrar el contingente necesa­rio cuando lo disponga a í este Despacho; solicitar escoltas para la prestación de algún servicio público; dar cuenta de los abusos que cometan los individuos del Ejército; celebrar, con autorización de este Despacho, contratos para la provisión de vestuario y equipo de tropa, de elementos para los Hospitales militares, y de transportes de armamento, vestuario y demás objetos para el servicio del ~jér­cito; y requerir el auxilio de la fuerz..a, con arreglo al artículo 197 de la Constitución. Cualquiera orden que las autoridades militares cumplan, ema­nada de los Gobernadores, será motivo de cas tigo que este Despa­cho impondrá, á los Jefes ó Comandantes militares, cuando reciba la noticia correspondiente. S<. y vuestro atento servidor, PEDRO ANTONIO MoLINA RESOLUCION NUMERO 121 por la cual se dispone que la Pagarluría Central sea la O!icina pa~aclora de los gastoa del Departamento de Guerra en la capital de la Rep..íblica. Ministerio de Guerra.-Sección 3.•-B9gotá, Mayo 25 de 1897 CONSIDERANDO : Que es inconveniente la práctica seguida hasta ahora en este Despacho, de girar por ciertos gastos del Departamento de Gue­rra contra el Tesorero general de la República y por otros contra el Pagador Central, y más aún, girar contra uno y otro por gastos comprendidos en un mismo Capítulo del Presupuesto, por cuanto desvirtúa el principio de unidad de cuenta y apareja dificultades de ciiverso ¡énero ; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL.ITfN MILITA!t Que el señor Ministro rlel Tesoro, hallando justas las obser· vaciones aducidas por el l\1inisteri.o de Guerra para hacer desapa­rece~ tales inconvenientes, ha manifestado en Oficio número 3,325 de 19 de los corrientes, que éste último Jebe dictar una resolución en que se adscriban á determinada Oficina los pagos de los gastos comprendidos en el Presupuesto de Guerra, SE RESUEL Vé: Desde el 1.0 de Junio venidero, quedan adscritos á la Paga­duría Central todos los pagos por gastos correspondientes al De­partamento de Guerra en conformidad con el artículo 108 del De­creto número 77 de 1888. En con~ecuencia, todos los giros se harán contra la expresada Oficina en la capital de la República. Comuníquese al seriar Ministro del Tesoro para su conoci­miento y demás fines. El Ministro, PEDRO ANTONIO MeLINA. CIRCULAR Rejública de C?!?mbia.-Ministcrio de Guerra.-Secci6n !.•-Tele­grama número ¡,¡6J.-Bogotá, 19 de Mayo de 1897. Comandante militar, Jefe. militar de ...• Os recuerda este Despacho que, conforme á disposiciones an­teriores, los empleados dependientes de esa superioridad deben pres­tar sus servicios en los acantonamientos á donde han sido destina­dos. Las contravenciones á esta disposición aparejan descuento en el haber correspondiente, descuento que debe verificarse sin consi­deración nin!una, y no súlo por los días en que no se preste el servicio, sinó por las horas en que el empleado deje de concurrir á la Oficina á desempeíiar las funciones que le hayan sido señaladas. PEoRo ANTONIO MoLINA. República de C~!?mbia.-Ministerio de Guerra.-Proveeduría gent­ral del Ejército.-Número 12.- . .JJgotá, I 8 de Mayo de 1897. Señor Ministro de Guerra.-P. Para conocimiento de V uestrá Señoría y demás fines, tengo el honor 'de trascribir á Vuestra SeñQrÍa la relación de los útiles de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. IOLITfN MIL1TAft. nstruccwn civil que se han suministrado á los diferentes Cuerpos .que hacen la guarnición de esta ciudad, de Febrero de 1896 á la fecha: 1,385 pizarras, 1,2~0 ejemplares del Liceo '-Wilitar, 12 res­mas papel de oficio, 28 gruesas plurnas, 14 gruesas mangos, 530 tinteros, 12 litros tinta y 1,700 ji ses. Dios guarde á Vuestra Señoría. J A V1ER ToBAR. , INSTRUCCION CIVIL Y MILITAR 1 EN LA J.• Y 4: DIVISIONES República dt Colombia. -Dtpartamento at B?yacá.-Instrucción tivil del Batallón Sucn número lo.-Soat,í, Abril 12 de 1897. Señor Comandante primer Jefe del Batallón.-Presente. La semana que dio principio el 4- y terminó el 10 del presente, no faltó un solo día la enseñanza en la poca gente que habíct en el cuartel. Se hicieron las clases de Lectura, Escritura y Urbanidad con regu­lar éxito. El infrascrito se promete buenos re sultados en la instr cción, siem­pre que no haya tánta variación de personal y se provean los educandos de libros, pizarras, papel, etc. Soy de usted seguro servidor, DEMETRIO GARAY. Rtpública de C?!ombia.-Ejércit? Nacional.-3.ft. División.- Número 8zz.-Comandancia del Batalló11 Granaderos número 8. 0 -'Ttmja, 24 de Abril de 1897. Señor General Jefe de Estado Mayor de la División.- E. S. D. • Tengo el honor de informaros de la marcha de la instrucción civil ~n el Cuerpo de mi mando, en la semana que hoy termina, asf: El sefior Institutor ha asistido puntualmente á dar sus lecciones, pero como yá os lJ he manifestado en anteriores intormes, la falta de útiles de ensefianza hace que la Sección inferior no adelante cosa algu­na en lectura y escritura, materias principalmente necesarias para esta Sección. La superior adelanta algo en las clases orales que se le dan, pero no llega á satisfacer los buenos resultados que se desean de la ins­trucción, por el mismo motivo que la Sección inferior. Dios os guarde. El Coronel primer Jefe, MANO'EL M. C.un.o U. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. JSgLJTfN MILIT All Repúb/i((f de Coloml;ia.-Departamtnto de Boyatá.-lmtrucci6n civil de/ Bútalli?J Sttcre número 10.-SotZtá, Abri/27 de 1897. Señor Comandante prime!' Jefe Jel Batallón. Presente. Desde el 19 al 2 S del presente, en la semana comprendida entre estas dos fechas, se ttabaj6 así: · Los días miércoles, jueves y viernes de la semana en referencia; Sección I.n: lectura y escritura de las sílabas ai, au, iai, uai, etc., etc., Sección 2.": lectura en la página 21 de la Cartilla objetiva, y escritura de las palabras risa, sonó, seco, etc., etc.; Sección 3.": problemas de enteros. Por esfuerzos de lüi alumnos y del infrascrito se han conseguida algunos ejemplares de la Cartilla de Baquero y de Arit; esto da espe-­ranza de progreso. Atento servidor, DEMETRIO GARAY. Repúhlica de Co!ombia.-Ejército Nttciona!.-Estado Mayor de la 4.• Di­visión.- Número 34.-Bucaramtmga, Abnl 26 de 1897. Señor General, Comandante Gene1al de la División.- Pamplona. Os transcribo el informe que á este Despacho ha enviado, con fe­cha 31 del mes de Marzo último, Gl señor Coronel Comandante del Bata­llón BombmtÍ número 13, residente hoy en la ciudad de Cúcuta, el cual documento es de este tenor: "En el mes que hoy termina, y de conformidad con el Reglamen­to, la instrucción militar dada al Batallón versó sobre ejercicio de tira­dores, tiro al blanco, evolucíones de Jfnea, servicio de campaña, Ieye9- pcnales y obligaciones y deb res corrc$-pondientes á cada grado y cum­plimientos mflitares en general. "También c;e efectuaron marchas hasta de tres y cuatro leguas. "El adelanto en todas estas enseñanzas es siempre notable. "La instrucción, que por carecer de toda clase de útiles y de local, ha funcionado oralmente y á campo raso, también produce resultados benéficos más ó menos considerables en la parte moral. "El Institutor civil, señor Capitán Arturo fomareda, hasta la pre­sente satisface en el cumplimiento de sus deberes." Dejo en estos términos rendido el informe que sobre la materia corresponde al presente mes. Dios os guarde. MoisÉs CAMACHO. • República de Co!?mbia.-Ejércit? Nac"i?MI.-4·R División.-Númera 900.-Comandancia del Batallón Neira número 14.-Bucaramanga, Marzo 31 de 1897. Señor General Jefe de E&tado Mayor de la División.---E. L. C. Me es )10nroso informaros sobre la instrucción civil y maitar de~ Cuerpo de mi mando, correspondiente al presente me,, así; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLSTfN MILITAR. Aunque él señor Institutor civil se presenta con la regularidad calaste del río Barbas para consolidar los trayectos deleznables; pero, sobre ser ins'tlficiente, e'Stá y á casi agotado. • Juzgo, pues, que precisa buscarlo donde se halle, toda vez que la solidificación es de absoluta necesidad. Ahora, dicho material abunda. en el río Quindío, que dista 5 kiló­metros del "Alto del Roble•" de modo que el trasporte á los diversos parajes del camino es empresa que sólo se costea aumentando suficiente­mente el número de bueyes. Las operaciones científicas comprenden, en el mes que acaba de transcurrir, el trazo definitivo de la variante aludida, terminado el 15; el levantamiento del plano y la nivclaci6n del camino restante; la di~ rección de los trabajos de construcción y mejora, bien como la medida y demarcación de las diferentes obra~. Seguro estoy de concluir los datos necesarios para la carta topográ .. fica y el perfil longitudinal en la primera semana del mes entrante, á fin de comenzar inmediJtamente las l~bores de gabinete. Creo de justicia advertir que tanto los Jefes y Oficiales como la tropa, secundan con energía las tendencia~ y propósitos. del Gobierno en pro del desarrollo industrial de estas comarcas. Me suscribo de Su Señoría, á quien Dios guarde, obediente ser ... vidor, GRISELDINO CARVAJAL. República de Colmzbia.-Departamento del Cattca.-Dirución generdt del Camino del Quá1dío.-Número 3.-Campamtnto en Boltl/o.1 (Fzlandia), Marzo 31 de 1897. Señor Ministro de Guerra.·--Bogotá. Habiendo dicho á Su Señoría en telegl'ama número 6, bien com6 en oficio anterior, relativamente al trazado de una variante para sorteali' · la honda cuenca del río Barbas,. procede yá informe especial sobre 1~ importante Ifnea, á reserva de ensayar la descripción técnica del caso cuando haya terminado la carta topográfica y los perfiles de nivelación. El paso del río Barbas ha s}do hasta hoy;- por sus q¡racteres físicos. el nudo gordiano del camino de Condina "Bajo la forma de tÓrrente ,,. -dice ~~ Ingeniero Renter!a-nace al respa1do del Consota y avcnU· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EOLETLT MILITAR 345 por lo general al Occidente, recogido en profunda grieta, limitada po; pendientes barrancos, y recibe varios arroyos para desembocar á "La Vieja" abajo ele "Piedra de moler" ( FotJgr.ifía general de la ProviJ¡- cia del Quilldío). . La anchura real del cañón, en el paso antiguo, alcanza 1,1 So me­tros desde el "Alto del Barbas" hasta el del "Manzano," y como á pocos hectómetros de ambos parajes las escarpas se 2.poyan casi verticalmente en el raudal, no brindan desarrollo para pendientes ó ran pas que estén comprendidas dentro de los límites generales. Tal circunstancia deja adivinar que, en conjunto, las rocas son de sólida estructura; pero no obstante hacia la mitad de la vertiente iz­quierda háse formado temible derrubio, que á más de afectar desde el r~ ~ del camino una superficie aproximada de 6oo n etros cu0 [; -O.. ·1 ~- --- - _ _s¿__- ~-------¡ L" i 83 , 1652 ... ms. 6 sz ms. :: ... ,, 1 100 ms. :· !! 1 H Los trabajos se ejecutaron en la variante del '• Alto 1 1 ¡Coroza! ' ' al "Manzano," 292 m., en el kilómetro 3.0 ., 2 ~ 83 3· 1» 73 4·· 69 5·1» 64 To~ales ¡ 372 140 ms¡ 223 ms 1 223 ms. 456 msl456 ms. 253 ms. 6o msl 26o ms. 143 JllS. j2 5 ,. 300 ms. 188 ms. " so , ms. 1 8 ms. 50 ms. ' ~ 433 ms. 12 ms. " So ms. 6 ms. 1 1 y el resto hacia el empalme de la línea (kilómetro 6.0 ) , En la variante ameritada, que se denomina del " río' Barb as,·• orilla derecha (kilómetro 4.0 ). La rocería co­rresponde una modificación del trazado, Entre el "Alto clel Roble" y el arroyo Bolillos (ki-• lómetro 1.0 á 2.0 ) La rocería es de ampliación, por I 5 metros. El desmonte se refiere á construcción com-pleta. fr En la ribera izqt1ierda del Barbas y hacia el campa­mento del mismo nombre (kilómetro 4.0 y 5•0), !va­riante citada. La brecha abarca 6o metros más. I 2 ms. 1 2 56 ms.l :· 1 !l lll ¡ En la V:lriante, ribera izquierda del Barbas y el ca m-, pamento así nombrado (kilómetro 4.0 y 5 .0 ) La brecha --- ---- ----1---L ___ [-·---1---.--__ !comprende I40 metros mas. 6¡6 n¡s/•,89• '"'·!•,459 ms.1zs ms,i 70 ms. J ,;9 ms. ¡ ;8 ms. ¡ • J , l ---~---___ ...._~ Campamento en el "Alto de Bolillos" (.Filandia), Marzo 31: 1897. El lngcnicro oficial, GRISELDINO CARVAJAL• ~ o t"' t'!l ..., ~' z ES: ~ t"' ..... ..., > . ~ w + "'-...) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ESTUDIO ~O~R! LAS OPERACIONES DE "OCRE EN CAMPAÑA ( .Abreviado de la obra de }líes Bourclly Cap:tán de Estado Mayor del Ejército írancé1, por A. P.) (e onti!!ttllrió?J). Antes de recurrir á las marchas nocturna~ con\'iene que u. necesidad se halle tan justiíicada como en los anteriores casos y, esto no ob tantc, no nos atreveríamos á afirmar, que todos los escri­tores militares opinen de igual manera ante la precisión que el ;n·íncipe Eugenio y los mariscales Ncy, Mórtier y Marmont se ha­llaron de emprenderlas. Es verdad que no es muy fácil determinar. el límite que marca en esta clase de opcracior es b. absoluta preci­sión de efectuarlas, para reves irlas del car.ícter sic mera oportuni­dad, pues en momentos dados pueden di fcri r las apreciaciones res­pecto á las mismas. Se ha apreciado en cier.tas ocasiones que, des­pués de sufrir un ejército una grave derrota, la opinión de los ge­nerales se ha dividido entre si la ret rada ha debido efectu rse de noche ó de día. En 1799, despu / s de la batalla .de 1\thgnano, per­dida por los franceses contra los austriacos, que eran dirigidos por V ray, opinaba \loreau por pernoctar en el mismo sitio de la ac­ción, mientras Sché1 er e decidía por retirarse de noche, cuya reti­rada se efectuó, como es not rio, dd Adige al Mincio, y más tar­de sobre el Adda. No obstante b divergencia de opiniones que existe acerca del asunto que debatimos, divergencia que constituye una prueba má de que no hay nada absoluto en e te arte tan complejo que se llama guerra, es imposible dejar de conocer que en ciertas ocasiones, es­casas por necesidad, un ejército no cuenta con otro medio que una marcha de noche, para poder evadirse de una derrota completa. , Procedamos ahora á examinar los movirnientes nocturnos em­prendidos voluntariamente por un ejército que pueda disponer de. otros recursos para asegurar el buen éxito de sus operaciones. III ¿En qué circunstancias deben preferine las marchas de noche á las de día? Toda marcha emprendida de noche reconoce un objeto deter­minado; pueden, pues, ocurrir tantos casos de esta clase como objetos se proponga el jefe del ejército que las adopte. La enume­racion detallada de estos casos sería prolija por demás, sin obtener el resultado favorable en pro de estas operaciones, que redundaría de una exposición suscinta de los principales que pueden ocurrir, apoyada por ejemplos. Así, pues, nos limitaremos á plantear esta expisición, rogando á nu_stros lectores no la c~ . mccptúen como una. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR 349 nomenclatura de fantasía, adaptable tan sólo á la forma teórica, sino como una clasificación basada sobre el innegable argumento de los hechos, y susceptible, por lo tanto, de llevarse al terreno de la práctica. Sentado este principio distinguiremos siete casos de marchas de noche. 1.0 Aprovechar la oscuridad de la noche á fin de apoderarse de una posici6n ventajosa, ó para prcvazir al ata¡ur. del enemizo. Esto sucedió en R i voli á apoleón et aiío de I 797. Se hallaba esperando en Verona el desarrollo del plan de Albinzi. En la tarde del 13 de Enero, cuando el ataque iniciado le reveló el verdadero deseo del general au.striaco, de abrirse p:1so por Rivoli con el grue­so de su ejército, y vio á Joubert en peligro de ser envuelto y ata­cado por bs fuerzas enemigas, dio orden á Masscna y á Leclercls de ir á su socorro durante la noche con la mayor celeridad po ible, el primero con tres medias brigadas de su di\'Ísión, que se hallaban en Verona, y el segundo con un regimiento de caballería y dos pie­zas de artillería ligera. El mi m o Napoleón partió en posta á las nueve, y aquella misma noche llegó con su Estado Mayor al sitio designado. El 14 por la m~i1ana los soldados de Joubert presenta­ban b acci6n al enemigo, muy superior en numero; pero su re­si tencia vigorizada en el momento crítico por la presencia de Bo­vaparte, dio á Massena el tiempo necesario para llegar al sitio de la acción y decidir el éxito de tan memorable jornada ( 1 ). (Continuará) .. ------- LITERATURA EL ULTIMO CARTUCHO En la posada del Zaque-dijo el teniente Alpera,-nos meti­mos como un huracán cincuenta hombres del segundo batallón, con el alferez Villarrasa. El alférez era una criatura todavía, casi sin pelo de barba, fuera de un ligero bozo rubio en el labio superior, pequeño de estatura y ancho de hombros y pecho, promesa de hom­bre cuadrado y sólido. Desde la Academia vino al batallón, donde los oficiales le miraron al pronto con cierta lástima, pero luégo se hizo su reputación en la acción de Adealeda con un valor incom­parable. Desde entonces fue uno de tantos, quizá más que tanto~ otros que no se quedaron, como él, por allá arriba, y hoy son bri­gadieres. N os cogieron en la cañada honda, cerca de Tv1atanegra. Ellos ( 1) Thicrs, Hist9ria de !tz revoluc:ó11 francesa . .Archir.'o del Depósit9 de Guura: rcgi.;:ro manuscrito de Lts 6rue~cs Jc 13:::r~hicr. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR. .arriba y en la hondanada nosotros, donde no podían revolverse los treinta caballos del escuadrón, tiraron como quisieron, escogiendo los blancos. Había que retroceder á Matanegra ó pasar dejando allí la mitad de la gente. Estaban los altos cubiertos de boinas blancas como margaritas colosales sembradas á puñados, y echaba de sí la escarpadura el aliento humeante de las descargas, que so­naban en la hondanada con el estrépito agigantado por el eco. Los treinta caballos pasaron á galope para ver si al otro lado podía coger­se á los de arriba por retaguardia. Quedó solo el segundo batallón con los acemileros, firmes todos con la mano izquierda en los belfos de las bestias espantadas, y cuando la corneta dio la señal, :;ubimos. todos el tremendo repecho detrás del coronel Pacheco, cuyo caballo tropezaba á cada paso en los jarales. A mitad de camino penetró como una puñalada en el ánimo de todos que aquello era una lo­cura. El batallón se quedaba allí irremediablemente. Pasó entonces por el batallón esa horrible cosa que se llama tl pánico ...... Sí: fue una vergüenza, pero fue; la vanguardia se hizo atrás, tomó el declive y se nos echó encima. Las boinas blan­cas seguían tirando qm una tenacidad horrenda, y pasaban lo! hombres como locos, con los fusiles humeantes en la mano derecha, mientras los oi1ci< les p gaban, iracundos y frenéticos, á los que ba­jaban, gritándole · coléricos: - ¡Cobardes! Arriba granuja ! El alferez Villarrasa e taba junto á nosotros. Vi caer al coro­nel, vi que el repecho quedaba claro, y entonces oí al alferez, que gritaba pálido de ira: - ¡Vamos! Corrimos en desordenada retirada, y entramos, como os dije, como una inundación en la posada del Zaque, de Matanegra. Ha­bía en el patio tres arrieros castellanos aparejando aprisa unas bes­tias. Eran los tales de aquella mala gente que solía vituallar á las boinas blancas. Con el empuje que llevábamos les hicimos retroce­der de mala manera, y uno de ellos levanto la vara sobre el sar­gento Cuarteño. El alférez le dio un sablazo de plano en la mu­ñeca y le hizo soltar el palo. Se cerró el portón cuando iban á salir los arrieros. -¡A ver e os!-dijo el alférez. - De aquí no sale nadie. De los esenta hombres encerrados en la posada, teníamos dos heridos que se acostaron en el pajar. Se atrancó la puerta. Por el patio andaba desolada la posadera del Zaque, y su marido lloraba como un niño, sentado sobra el abrevadero de piedra. Se oía por fuera el hormigueo de los boinas blancas, y seguro del piso bajo, mandó el alférez Villarrasa que ubiera todo el mundo arri~a. Te­nía la posada al frente á la carretera, y tres ventanas por aquel lado. Miramos todos .•.••. Habría como doscientos hombres fuera bajo los chopos de la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR • 35 1 carretera, y los más próximos rompieron, al vernos, con una des­carga. Saltaron astillas de cristal y madera de la ventana, y cayeron tres hombres, que fueron bajados al pajar, con los otros. El aférez estaba pálido; cogió un fusil, apuntó por la rendija de la tabla rota, y disparó. Luégo volvió á nosotros su rostro de niño, y dijo con tranquilidad : -E o se hace así. Era un sitio en toda regla, que el alférez organizó distribu­yendo la gente entre el piso bajo y alto. Se obligó á los tres arne­ros á subir. ----¿ A dónde ibais vosotros ? les preguntó el alférez. -A Majaducla. -¡Mentira! ibais á otra parte. -Nó. -Bueno. La ocasión era para hablar poco y rápido. Los arrieros tuvie­ron que tomar fusiles y disparar por turno; pero se notó que nunca hacían blanco. Tal vez la falta de costumbre. Las boinas blancas no tenían prisa : la posada del Zaque sería suya más pron­to ó más tarde, pero llovía sobre las tres ventanas las balas, que se empotraban dentro de conchando las paredes. Se echó la noche os­cura y en su seno sombrío desaparecieron las boina blancas y hasta los chopo de la carretera. Silencio, un reposo absoluto, mudo ..•... El primer girón de luz nos los hizo ver en el mismo sitio, guarecidos detrás de los chopos, esperando el día. El alferez miró también largo rato como quien busca una probabilidad entre mil. La primera descarga de aquel día rebotó dentro de la sala, y el sargento Cuarteño cayó pata no levantarse más. El pálido sem­blante del alférez se tiñó de pronto en vivo rojo; cogió el fusil de Cuarteño, apuntó, é hizo fuego. Corrió por la salita llena de humo como fiuído de ira ; se olvidó toda prudencia, y atropellándono unos á otros hicimos de las tres ventanas otros tantos huecos de muerte. Caían en la carretera las boinas blancas como conejos ca­zados á la espera, y tambien ellos sintieron la rabia que desbordaba de la posada del Zaque. El alférez disparaba sin cesar, valientemente puesto á horca­jadas en la ventana. De pronto se debilitó el fuego. -¡ Cartuchos ! gritaban desde abajo. Nosotros no los teníamos ya. El Alférez desmontó de la ventana, bajó volvió á subir como loco ...... Las boinas blancas se acercaron para derribar el portón. Había en la plaza un coman­dante que mandaba la maniobra. El alférez se subió sobre el alfeizar de la ventana, frenético, pálido otra vez, y gritó : -¡ No me rindo, comandante ! j Viva la libertad ! A CO OE I..UOTfCA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 352 BOLETÍN MILITAR Le vi á através del humo levantar los brazos. Su cabello ru­bio tomaba un soberbio matiz al sol que salía. En un rincón oía hablar á los arrieros. · -¿Tienes cartuchos ? Uno: el último. -Pues dale. El arriero que había amenazado al sargento Cuarteño se echó el fusil á la cara y disparó. El alférez se dobló y cayó sobre el marco de piedra de la ventana sin decir nada, con tremenda pesadez. Como yo, lo vieron otros, y nos echamos sobre aquel rincón á ciegas, dando con las bayonetas, con las culatas, hasta con los pies, sobre la masa de los tres arrieros. Del confuso montón salie­ron golpes seco , rasgaduras de carnes, maldiciones enérgicas, ayes luégo, estertor después, y á poco nada. Nos miramos espantados : parecíamos locos. Cuando salimos enlazados en dos filas, me volví á mirar la la posada del Zaque. Vi por el portón dcribado al posadero y su mujer temblando en un rincón, y arriba, en la ventana, alumbrado por el tibio sol de primavera que bañaba su cabello rubio, el cuerpo de pobre alférez Villarrasa, caído de bruces sobre la piedra, con un brazo fuera, cuya mano rudamente crispada, parecía una amenaza para los que nos llevaban y una despedida para los que le dejá · bamos. FEDERICO u RltECHA. EN El EJERCITO El Poder Ejecutivo dictó las s~guientes ·disposiciones: Destinó al Capitán Camilo A. Estévez G., que sirve como Ayu­dante en el Cuartel general de la Jefatura Militar de Antioquia, al Ba­tallón Urd,meta número I 5 en reemplazo del de igual grado Marceliano Tascón, á quien se le concedió la licencia indefinida que solicitó. Destinó al Capitán Próspero B. Calvo G., á la Jefatura Militar de Antioquia como primer Ayudante en reemplazo de Estévez. · Nombró Guardaparque en Riosucio en lugar de Calvo G., al se­ñor Lucio Gutiérrez. Destinó al Capitán Adán Vergara que sirve en la 4.• Compañía del Batallón Bárbttla número 5.0 , á la 1.• del Tenerife número 6. 0 , y al de igual grado Abel Torres G., que comanda ésta última Compañía á la 4·" del B árbula en reemplazo de Vergara. Concedió al Subteniente Abelardp Aranguren la licencia indefini­da que solicitó para separarse de la 4." Compañía del Batallón Bárbula número s.o Llamó al servicio activo al Capitán Jaime Latorre y lo destinó á la 3.a Compañía del Batallón Bomhoná número 1 3· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 20

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 17

Por: | Fecha: 08/05/1897

• Año l llogotá, JI ayo de 1 !17. Nti01e1·o li BOLETIN MILITAR --.... ·--- ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO --··--- Director, ALEJANDRO POSADA. Son colaboradores 11atos de este periódico, todos los ]efes y Oficiales del Ejército de la República. EL GRAL. SANCLEMENTE EN EL ECUADOR Ton1an1os de El Carchi periódico radical, editado en Tulcán, lo siguiente : " SAL u oo.-Lo presentan1os muy atento al señor Ge­neral D. Manuel M. San clemente, Comandante de la 5 ... División del EjGrcito de Colombia. "El senor General Sanclen1ente se halla acantonado con el Estado Mayor y el Batallón Cazadoí~es nún1ero r 6 en la ciudad de Ipiales, y al poner en conocinliento de nuestra autoridades el n1óvil á que obedece su presencia en la veci­na ciudad, nos con1placen1os de' que eso no tenga otro objeto que el de conservar la n1ayor neutralidad á que se hallan obligados dos Gobiernos que tienen interés en robustecer Jos lazos de an1Ístad que los ligan y la n1ás perfecta pres­cindencia en sus asuntos donústicos, in1pidiendo que se lleven á cabo, con1o en época no ren1ota, graves escándalos y lesiones contra el derecho. "El Gobierno que preside el General Alfara no desco­noce el tino y la sinceridad del Gobierno del Excmo. señor Caro. El señor Sanclemcnte es un Jefe honorable, digno por n1il títulos de la confianza del Gobierno de Colon1bia ; y nosotros que conocen1os la sinceridad de sus n1anifesta­ciones, hechas con1o hon1bre público y como ciudadano honrado, confian1os que Ja paz, en nuestros territorios, se consolidará, porque desaparecerán esas esperanzas de en­ganchar gente y organizar revoluciones en ajeno territorio 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , • 25 BOLETÍN" MILITAR tontra un Gobierno honrado que aspira á hacer ht verfturc: de sus conciudadanos. "Enviamos nuestro respetuoso saludo al digno Gene-­ral Sanclen1ente, á su Estado Mayor y á los Jefes y Ofi­ciales del Cazadores." NOTAS CRUZADAS ENTRE EL SEÑOR COMANDANTE GENERAL DE LA 5: DIVISIÓN Y EL SEÑOR GOBERNADOR DE LA PROV1NC1A DEL CARCHI "República de Colombia.-Ejército Nacional.,- 5. a Divtsión ~ CtJmandancia General.~Cuartel general en Ipiales á 2 2 de Marzo de I 897· "Señor Ministro de Gucrra.-Bogotá-. "Tengo á honra remitir á St1 Señoría copia del oficio· nún1ero 3,5 I 6, dirigido por este Despacho al señor Gober .... · nadar de la Provincia del Carchi, en cumplimiento de ins_, trucciones con1unicadas por ese Ministcri , y de Ja res­puesta que obtuve; lo que deseo encuentre satisfactorio Su Señoría. "Atento . . "El Comandante General, "MANUEL M SANCLEMENTE." " ·República de Colombia.- Ejército Nacional.- ~5.a. División. Comandancia General.-Cuartel general en Pasto, á 9 de Marzo de 1897. "Señor Gobernador de la Província del Carchí.-Tulcán,· "Por disposición del Ministerio de Guerra, el Cuartel. general de la 5. 11 División del Ejército colon1biano, se tras­ladará próximan1ente á Ipiales, por cuya razón y para evitar falsas versiones n1e permito dirigir á usted la presente carta antes de mi llegada al lugar de n1i destino con el exclusivo fin de que usted, y por su honorable conducto, el Jefe de Ja. República deJ Ecuador, conozcan el n1otivo que el Gobierno · de n1i Patria, ha tenido en cuenta al aproxin1ar á la línea , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 259 froqteriza este Cuartel general y el Batallón Cazadores nú­mero r6. uno de los que con1ponen la 5: División que n1e honro en con1andar. "En prin1er térn1ino, el Gobierno colon1biano desea y .quiere cultivar en todo caso, las más estrechas re] aciones de an1istad que sien1 pre han unido á éste y á ese país - hern1anos por n1il títulos-y obligados por lo n1ismo á considerarse y guardarse aquellos n1iranlientos, respetos y atenciones oficiales que se tienen con1o base entre naciones que estrechan sus relaciones y que propenden á su n1a yor y rnás an1plio engrandecin1iento. Desea y quiere también n1i Gobierno, que en las luchas intestinas de esa República, abso­lutan1ente en nada se n1ezcle elen1ento alguno colombiano, y se evite, hasta donde fuere posible, que individuos de sin1pa­tías á ésta ú otra filiación política de lo partidos vencedor y vencido de esa República tomen b más leve participa­ción en las internas del Ecuado1·. "El Gobierno colon1biano quiere tan1bi -: n borrar Ja n1ala in1presión causada al afirmarse po:- algunos que con beneplácito y conocimiento del Gobierno del Ecuador, in­troducen los enemigos de nuestras actuales instituciones, arn1as y den1ás elen1entos de guerra, por la frontera que nos separa, y con1o fuerte apoyo al partid o vencido aquí, que si no cuenta con la opinión y lo necesario para hacer Ja guerra al Gobierno, n1al puede sin pr pio sonrojo solici­tarlo de tal ó cual Gobierno vecino, que fundadan1ente po­demos aseverar, no alin1entaría aquellas traidoras aspira­ciones de n1alos hijos contra Ja n1adre Patria, y por n1ás • que las pron1esas de los exigentes fueran en extren1o tenta­doras, máxime si se tiene en cuenta lo incierto de los re­sultados cuando está de por n1edio Ja suerte de las arn1as. "Desea y quiere también el Gobierno de Colombia, · hacer obsérvar, en lo n1ás estricto posible, el cumplimiento de la Ley 2 2 de I 1 de Abril de 1 8 7 r, sobre policía de las fronteras, que el Gobierno del Ecuador debe conocer. porque según el artículo 40, últin1o de la ley, Ja Cancille­ría de Colombia· debió trascribirla á Ja Cancillería de esa República. Aquí tiene, en síntesis, señor Gobernador, las razones que nü Gobierno ha tenido en n1ira para n1ovilizar un Ba- · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 260 . BOLETÍN MIL.ITAR tallón y el Cuartel general de la S·a Divisiónr hacÍa!. Ipiales~ lugar cercano al territorio del Ecuador, sin n1ás ánimo, como lo asevero á usted en n1i carácter de hombre público y privado, que respetar y hacer guardar la n1ás estricta neu­tralidad en el territorio colombiano. " Un expreso llevará á usted la presente carta oficial • explicatoria de mi presencia en la frontera, para 'lue usted y el Jefe de la N ación ecuatoriana, conozcan, con1o dije antes, los sentin1ientos que anin1an al Gobierno de Colom­bia, del cual n1e honro en ser su intérprete en estos mo­mentos, y cuya galante explicación acallará. infundados te- • n1ores de los que puedan mirar con aviesas intenciones el actual procedin1iento del Gobierno de mi Patria. "Con scntimi ntos de alta estin1a y respetuosa consi­. deración, me suscribo de usted atento y seguro servidor, 'República· del Ecuador.-Gobernación de la Provincia del Carclzi.-número 209.-'I ulcán, I 5 dt J11arzo de 1 897. "Señor Comandante General cle J_¡t s.a División del Ej~rcito de Co­lombia. "He tenido la: honra dlf recibir el respetable oficio de ' usted de fecha 9 del presente y bajo el número 3,51 6, en el cual, para conocimiento del Gobi~rno de nü Patria, se sirve con1unicarn1e que, por orden del señor Ministro de Guerra de la República de Colombia, se trasladarán próxi- .. n1an1ente.á Ipiales el Cuartel general de la 5 .a. División del Ej:rcito colon1biano, y el Batallón Cazadores nún1ero 16, uno de los que con1po~en aquella División, dignamente con1andada por usted. "Manifiéstatne también los nobles prop6sitos que ani­l11an al Gobierno de Colon1bia respecto al del Ecuador, y el deseo que aquel abriga de que se cultiven las n1ás estre­chas relaciones de amistad, entre los dos pueblos lin1Ítro­fes y hermanos. Asin1isn1o, se sirve usted indi~arn1e que el Gobierno de su noble nación, desea que no se n1ezcle en nuestras luchas intestinas ningún elemento ~o1ombiano"' / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , EOLETf MJLITAJt :2'bi y que quiere bOTrar la n1ala in1presi6n que se ha producido al a:firmat'se que con beneplácito y conocimiento del Go­bierno del Ecuador, se introducen armas por la frontera que nos separa, y otros elen1entos bélicos, destinados á fa­vorecer al partido político, no h.á n1ucho, vencido en aque­lla República hern1ana. "Concluye usted por decirn1e que el Gobierno de Co- 1 Jon1bia al acantonar en Ipiales un Batallón y el Cuartel general de la 5: División, no tiene en n1ira otro propósito que el de cumplir lo dispuesto por la Ley 22 de r I de Abril de I 87 r, sobre policía de _las fronteras, y el de respetar y y hace-r guardar Ja n1ás estricta neutralidad en e1 territorio ·colon1biano .. «Mi Gobierno, fiel intérprete de los deseos y senti­nlientos del pueblo ecuatoriano, ha procurado estrechar n1ás, si cabe, los vínculos de confraternidad que, felizn1en­te, unen al Ecuador con Colombia; y cuidará de que, por medio de una polít' ca leal y franca, fundado en el respeto á los ajenos der chos y en los n1iran1ientos y considc,.racio­nes qt.lc se deben entre sí las naciones; se dé el n1ayor en­sanche á las relaciones de amitad que existen -=~tre los dos países, oon ]a esperanza de que ello contribuirá á su común prosperidad y engrandecimiento. "Cún1plen1e también n1anisfestar á usted que única­mente audaces enen1igos del Ecuador y de su Gobierno:t han podido propalar la calun1nia de que aquél, no sólo tolera, sino aun consiente que se introduzcan elen1entos de guerra al Sur de Colombia, para que dlos sirvan aJ partido allí vencido .. "Mi Gobierno, fiel observador de las práctica y leye 1nternacionales, jamás ha consentido ni consentirá nunca que se viole la neL1tralidad que está obligado á observar, respecto de los disturbi Cuatro Músicos de 2 ... clase, señores Juan B. Díaz (barítono), Patricio Amézquita (clarinete), Jesús Soto (bajo), Alonso Medina (saxhón), cada uno con el sueldo mensual de 46 'T'res Músicos de 3 ... clase, señores Joaquín María Ji­ménez (trombón), Alonso Guzmán (bombo), Narciso Jimé-nez (bugle), cada uno con el sueldo mensual de.......... 36 Nueve Músicos de 4·"' clase, señores Manuel Ubillús (clarinete), Guillermo Ordóñez (clarinete), Roberto Pasos (clarinete), Jose I. Bolaños (clarinete), Arnulfo Irnoita (trombón), José R. García (bugle), Salomón Fernández (bom­bardino), Fabio Mera (platillos), Abelardo Burgos (redoblan-te), cada uno con el t>ueldo mensual de......................... 31 Art. 3.0 La Banda de Cali estará compuesta así: Un Director, seííor Temístocles Vargas, con el sueldo rnensual de.~....... .. .. ... . . . . ... .. .. .. . . .. . .. . .. ... . . ... ... ... 100 Un Músico mayor, señor Agustín Payán (requinto), con el sueldo mensual de............ .... ......... ... .. ... Ho Un Músico superior, señor Alfredo Triana (clarinete), con el sueldo mensual de................................. .. .. ... . 70 Siete Músicos de La clase, señores Jesús María Cada­,, id (pistón), Vicente Espinosa (alto), Bcrnabé Vargas (alto), Cornelio Quiatana (bombarda), Alfredo Micolta (flautín), Eliécer Vargas (flautín), Gabriel María Rodríguez (saxhor-no- tenor), cada uno con el sueldo mensual de.. .. . . 50 Ocho de 2.a clase, señores Jesús María Duque (bom­barda), Antonio Duque (barítono), Aristidcs Rengifo (barí­tono), Francisco A. V élez (barítono), Clemente Gómez (pis­tón), José A. Martínez (pistón), Marcos Gómez (clarinete), Alcides Mosquera (clarinete), cada uno con el sueldo men-sual de..................................... ... ... ... ... ... .•. .•. .. . 40 Seis Músicos de 3 ... clase, señores Rubén López (clari­nete), Joaquín Polanco (pistón),. Cristóbal García (saxhorno­barítono), Daniel Bsquivel (trombón), Antonio MarÍl Cór­doba (bomb'>), Domingo Marroquín (redoblante), cada uno con el sueldo mensual de.......... .. ... .... . . ... .. . . . ... ... .. . .. . 30 Dos Músicos de 4.• clase, señores Ezeqniel Muriel (pla­tillos), Isidoro Collazos (clarinete), con el sueldo mensual cada uno de......... ... ... .. . •... ... .. . .. . ... .. . ... . . . ... .. . . . . ... ... 25 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAit Art. 4.0 Mientras se dicta un reglamento general para las Bandas de Música militares, las de Popayán y de Cali continuarán observando el que ha regido hasta hoy. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á veintiseis de Febrero de mil ochocientos noventa y siete. M. A. CARO. El Ministro de Guerra, PEDRO ANTONIO MoLINA. E!; copia conforme.--El Subsecretario de Guerra, Clímaco Losada. DECRETO NÚMERO II6 DE I897 (30 DE MARzo), por el cual se adopta un Mmmal Militar. El Picepresidente de la República, encargado del Poder Ejecutiva, Teniendo en consideración los informes favorables rendidos al Ministerio de Guerra por el General Comandante en Jefe del Ejército, por el Jefe del Estado Mayor general dé l mi mo y por el Comandante General de la I .a División, y los certificados de varios Jefes, respecto á la conveniencia que hay en que e adopte para el ervicio del Ejército el i l1anual Militar, arreglado por el Teniente Coronel Pedro A. Pedraza, DüCRETA: Artículo único. Adóptase para el servicio del Ejército de la República el Manual ,~}filitar, arreglado por el Teniente Coronel Pedro A. Pedraza. Parágrafo. Continuarán observándose las disposiciones con­tenidas en los decretos vigentes sobre trabajos y estudios militares, eu cuanto no se opongan á la adopción del mencionado Mrinuat Militar. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 30 de Marzo de 1 897. lV1: A. CARO . .El Ministro de Guerra, PEDRO ANTONIO MoLINA • ..E~ copia conforme.- .El Subsecretario, Clíma.." L?sada., Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAlt DECRETO NÚMERO 154 DE 1897 (19 DE ABRIL) .. ue asigna sob esucldo á los Oficiales de las Guarniciones de Bolívar y Magdalena. El f7icepr rsidente de /:;¡ Rfpública, encargad!J del Poder ·Ejecutiv?, Vist~ la facultad que le confiere el artículo 20 de la Ley 39 de I 896, CO~SIDERANDO: ~ le tanto el Jefe Militar de Cartagena corno el de Barran­ ·-quilla an solicitado, con abundancia de razones, el aumento de sueldo ara los Oficiales de la fuerza de su dependencia, y . ue el Poder Ejecutivo halla fundados, en justicia, los moti­o: v os ex uestos á su con ideración, y conceptúa que debe elevarse al máx¡·'l um de la Ley el expresado aumento, • DECRETA: Articulo únic~. Desde el día 1. 0 de Mayo venidero, gozarán .de r.n veinticinco ~or ciento (25 por IOQ) de sobresueldo lo Capi­ltan , Tenientes y Subtenientes de 1o Batallones pertenecientes á las efaturas Militares de Barranquilla y Cartagena. § Queda así reformado y adicionado el Decreto número 562 gotá. Con arreglo á mi telegrama número 1 5 tengo la satisfacción de in­formar á Su Señoría relativamente á los trabajos que hasta hoy ha eje­cutado la fuerza pública en la vía de "Condina," parte integrante del camino del Quindío; bien que, por motivo~ de brevedad, dejaré para próxima carta oficial las consideraciones científicas que me ha sugerido el examen de la obra. No obstante que en exposición anterior describí los trabajos lleva­dos á cabo hasta el I .0 de Noviembre postrero, fecha en que me hice cargo de la Dirección general, así como los ejecutados hasta el 1.0 de Enero, para fijar claramente las ideas será bien cm pezar con una ojeada retrospeG:tiva sobre Ja labor hecha en Diciembre del año pasado. Tras­ladada~ Pereira, de orden superior, la Comandancia del Batallón Palaci, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILIJAR. en el citado mes se prosiguió la consttucción del camino con solo tres compañías, porque una quedó haciendo la custodia del hospital y del parque en dicha ciudad. La 4.' Compañía estacionada en el "Alto del Roble," mejoró 200 metros del carnina (kilómetro 1.0 ), incluyendo un des;nonte de +5 metros· de longitud por tres de ancho, á cau sa del daño que ocasionó un derrumbe; luégo se trasladó á Salento y á Lagunita para componex; los pasos peligrosos de la vía nacional, trabajo que hubo de prolongarse hasta mecliados de Enero: del río Qnindío á. Salento se refaccionaron unos 400 men·cs. La 1." Compañía ejecutó 700 metros de limpia y 200 metros por 6 de desmonte {Pa1tque?) entre el "Alto de Bolillos" y el de "Coroza!" (kilómetro 3. 0 á 4.0 ), c_onsolidó la orilla dere cha del arroyo B:;/d!?s mecli ·mte una palisada de 45 m.etros por 4- -en atención á la mucha lejanía del balaste-y allegó maderas para continuar aquélla en la ribera opuesta. Finalmente, la 3.rl Compai'íía ejecutó 3 so metros de limpia y I 6o metros de explanación en el "Alto de Barbas" (kilómetro 5.0 ). El rigor del invierno paralizó los trabajos cerca de I 8 días en dicho mc>s. Es para notar, sin embargo, que como fruto de las exploraciones del terreno se logró dar entonces con una va­riante de importancia para \"encer la honda cuenca del río Baróru. En Enero mejoró bas tante la estación, y con ella la marcha de los trabajo , sólo que la 2." Compañía debió trasladar su campamento al "Alto del Manzano," en la banda derer.ha del Barl•m, para acometer la rocería de la variante ameritada, cuya adopción aprobó el Gobierno. Más antes se practicó una C'>mposición provi sional en la nue\a línea por la I.a y 2.a Compañías, con el fin de que pudiera transitarla, comC> en efecto lo hizo, la Señoría del Ministro titular, quien regresaba entonces del Valle. Hé aquí un resumen de los dem.ís trabajos: 169 individuo· (3 Compañía ), ejecutaron en I 8 día útiles 140 metros por 1 I de r e ería (ampliación), I 8o metros por 6 de limpia, 290 metros por 1. so de des­mo' 1te (amp1Iaci6n), 164 n tros por 6 de gradación, I 6o metros de me­jora en el camino, y preparó materiales para palisadas, todo hacia la orilla izquierda del Bo!tl!os (kilómetro 2. 0 ); I 26 metros por 4 en ampliación de la rocería, 700 metros por 6 de refección, 3 s.8 por 5 metros de des­monte ó gradación, 700 metros de cunetas longitudinales (mejora de unas y construcción de otras), 47 metros de ctmetas trasver ale·, y 76 metros por 4 de palisadas entre el "Alto del Roble " y la corriente Bo­lilhs (kilómetros I . 0 y 2. 0 ); y, finalmente, 790 metros por 30 de roce­ría hacia el "Alto del Manzano" (kilómetro 6. '_'), empalme de la va­riante en alusión. Como el 2+ del mismo mes rec1bió el Cuerpo orden de marcha para Ibagué, los trabajos quedaron virtualmente suspendidos, excepto por la 2.a Compañía, que se di tinguió una se~nana más en la • nueva línea con unas 400 metros de rocería. Sintetizando: los trabajos del Batallón Palacé en N oviefnbre, Diciembre y Enero son en general buenos, pero incompletos, y la parte de camino construída ha quedad o transitable por las recuas. Al apreciar aquéllos conviene recordar la in­clemencia de la estación en los dos primeros meses; la dura labor de ro­cería de Ja se] va secular, compuesta en no pequeña parte de robles, lau­reles y chontas, muchos con diámetro de o, m 6o hasta 1 metro; lamen­cionada división de la fuerza, la poca destreza de algunas Cqmpañías y la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 270 BOLETÍN MILITAR. diferentes comisiones y servicios que dificultaban la reglamentación for­mal de los trabajos. El Batallón Caro, que llegó al campamento el 8 de este mes, ha continuado los trabajos con notable progreso, favorecido por el magní­fico verano actual; dicho Cuerpo, , obre s,r crecido, dispone de mucha gente hábil en el arte de construir caminos, como bien lo :t¡lanifiesta el C:1.adro de los trabr¡j'ls en el presente me s, que acompaño á Su Señoría, para evitar mayor difusión. Cumple agregar que el trazado definitivo de la variante se acerca yá al "Alto del Manzano," y que en fecha 24 se concluyó la r;)Cería de la expresada línea. Quede también entendido t¡uc á semejante resultado ha contribuído h reunión de todo el Cuerpo en el campo de los trabajos., la exención de comisiones y servicios mili­tares (haciéndole prestar así verdadero servicio de zapadores), y la pres­teza con que ese Ministerio atendió ;{ los urgentes gastos que mencioné en informe y telegramas anterio res. Digo de los semovientes, máquinas y herramientas que contraté en Mani7.ales con el señor D. Segismundo Escobar, á saber: cu'atro bueyes debidamente aparejados para el acarreo del balaste; veinticinco carretillas para los movimientos de tierras; diez machetés con sus cubiertas; vei.nrc hachas; veinticinco azadones; trein­ta y dos garlanchas y veinticinco zapapicos; todo lo cual, con los útiles de escritorio más indispensabl es para la Oficina de Ingeniería, está de acuerdo con la s especificaciones del respectivo contrato. Así, las herra­mientas existentes hoy día son las guc acus a el siguiente cuadro: l'OMBRÉS OBSERVACIONES . ~-------------------- ------------ ------------------------ • Machetes .......... .. Calabozos .......... . Hachas .••....... . . - Azadones .......•... Barras ........ , ..•.. 1 1 Barretone ... ··r ..•••. 1 Garla~chas ............ · 1 Zapapicos ......... .. 1 1 3 '¡ , fl 57 +5 Uno sin cubierta. Dqs Ías están componiendo. Enteramente inútil. ~~ J Me suscribo de Su· Señoría, á quien Dios guarde, obediente ser­vidor, (.J'RJSELDINO CARVAJAL; - ·-·--.... ··--· 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ ~~ p.. § u t."" 4·.., r '1 1 3·, 1.."' \ 5·.., ¡Tot'l"l República de Colombia.-. -Ejército Nacional.-S. a Dz~visió1t .. -Batallón Caro número r 1 • CAMINO DEL QUISDIO CUADRO DE LOS TRABAJOS EJECUTADOS EN EL MES DE FEBRERO DE 1897· N A TU RALEZA DE LA OBRA OBSERVACIONES Trabajadores. - _ _ _ _ . 1 . . 1 'Cunetas Ion- Cunetas IPon- Rocena. L1n1p1a. Desmonte! .• el' 1 . 1 . !Palizadas. g1~u ma es. transversa es toner . .-,----¡ -~ . 1 __ , _ _ ¡ _ _ ( El' 8 del presente se comenzar;m los trabajos del 74-. .\.·6+o 'ms.l x6o ms.l 4+3 ms. "'IO ms. ¡ 36 ms. , 1 arroyo .. Bolillos·· hacia el río '· B<1rbas •· Rocería: 98c ¡'1.30 ms.¡ ~ metros son ampliación; pnlizadas lo mismo. Limpia: en, variante. Desmonte: 283 metros en c:~mino y I6c lmetros en variante. Cunetas long: f.1lt11 , v:~rias. goo ms.l 300 ms. 100 ms. IOOIUS. • 76 1 .po ms. 250 ms.' I:t1.o'l ms. 6o nB. ¡· 1 84 . ! ' t ' 73 1 l • J07 3,86o J-460 J 793 .,.¡ ·,·;3~·~: h6 m•. • 111.30 ms. f El 8 se comenzaron trabajos ele! kiic,metro 4.0 haci; e! río" Barbas," kllom. 3.0 , en la varia.Jte. Rocería f.c ésta se concluyó el 24 del mes. Gradación en .. Barbas.•· f El 8 se dio principio . . L· a rocería. es nmpliacién; des monte y cunetas" composición. Del .; Alto del Roble' (k il. 1.0 ) hacia el arroyo .. Bolillos .. (kilómetro 2.0). ( Estaci ~moda cerca ' d río "Barbas,·' t•an la 3·" Com¡ a­t ñía. Estuvo constr·; en do Campamento. ( Estacionada en el .. Alt.o B1lilhs,'' con la I.a Com;>ñía. Se ocupó en construír camp:tmen to. Las d~s últimas com_p.1ñías Jlegar,>n el 13 al ca '11 pa­mento • Campamento de "Bolillps" (Filandia), febrero, 28 :. 1897. El Ingeniero Oficial, GRISELDINO CARVAJAL •. tlf o t-< trl --1 H.._ z ~ t:: H ...; ~ ~ N ...... "" Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 272 SEOOION OIENTIFIOA TÁCTICA APLICADA NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA (Continuación). Si la caballería catga en un terreno que le es favorable, y fa infantería se halla en orden disperso, hay dos casos que considerar, á saber: si el ataque es sobre el íi·ente 0 sobre el flanco de b po­sición. En el pri~ro las numerosas guerrillas,· tales como hoy se emplean, poseen condiciones para rechazar la caballería con su nu­trido fuego; en el segundo caso será de rigor formar prontamente el cuadro, ú por lo menos la reunión de Jos tiradores mientras que las fuerzas de sostén e dirigen á r¡oteger en segunda línea el flan­co amenazado. Adem<Ís de esto, ringase presente que toda infan­tería al ser atacada por la caballería, ti@ne absoluta necesidad de formar los cuadros, , iempre que se halle en retirada ó muy que­brantada fí ica ó moralmente, por pérdida de consideración, ex c- ~o ele fatiga, etc. . La experiencia de las últin'las guerra ha demostrado que los cuadros:pequeños producen los mismos efectos que los grandes y poseen inmejorable fuerza defensiva, atendiendo á que los escua­drone, en el momento de abordarlo, en vez de c:.1er encima, suelen abrir e l correr e por ambo lados, en razón del poco frente de las caras del cuadro y tambien por la costumbre y manía que tien<:n los caballos de no Siltar más que obst:lculos fijos, esqui van do los J11Óviles generalmente. Por último, una grande solidez entre las partes y entre los individuos, mucha serenidad y la mayor ~angre rfía para no hacer fuego hasta los momentos decisivos, son importantes condiciones que requiere la infantería par.1 constituirse en muro inquebrantable contra los jinetes. Cuando la carga rompe el cuadro ó arrolla la masa de tirado­res, el combate se hace individual y cuerpo á cuerpo: la habilidad en el manejo de las armas y la des¡reza corporal entran en juego, y pueden también alcanzar ventajas ú vender cara la derrota. I;-.:FA TERÍA CONTRA ARTILLERÍA • La artillería ha seguido la senda de la infantería en·Ios progre­sos de su movilidad maniobrera, y sobre todo en el perfecciona- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR miento de las armas de fuego: posee relativamente mayor precisión de tiro, y desde luégo muy superior alcance y fuerza destructora, si bien en cambio sólo puede dirigir sus proyectiles sobre . objetos de cierta extensión; pue de lo contrario gastaría sus municiu1es inútilmente. Consecuencia de esto es, que el co1nbate de la infantería con­tra la artillería presenta dos bases e: encialrw.:ntc Ji tiiHas, á saber: I. --La infantería se halla dentro de la zona ejit:az de la arti­llería, pero fuera de la de su fusil; esto es, en un rar!io de 8oo á 2,500 metros de las baterías. . . Este momentol tácticamente considerado, es el más crítico y peligrosó ?ara la infantería que se halla de<>p t •\ i ·ta de defensa ac­tiva contra los caiiodes, por lo que ~e ve reducida á emplear medios pa ivos contra los destructor~s efectos de los proyectiles. Dichos medios pasivos pueden e.r de la especie siguiente: 1.0 - Utilizar el terreno dentro de la zona batida por la artille­na, de modo á resguardarse con los obstáculos naturales; desenfi­lar e tle las baterías, tomando posiciones que dificulten á los artille­ros, la apreciación de las distancias; colocándose cerca de terrenos pantanoso o muy blandos, si los hubiere; doJide e huntlcn y m) estallan las granadas; no pre.,entar masas profunda al proyectil de obús, ni líneas · extensas al shrapnell; por último, verificar conti­n. uos movimiento y pequeños cambio de posición, :1 fin tle qu¿ vane á cada instante la puntería de los artilleros. 2.0 - 1\tlaniobrar bajo. el fuego tle cañón, cambiatido con fre­cuencia la direccion de 1~ marcha, y ejecutando rápidas y brusca. traslatlaciones, p ~>co perceptible desde lejo , para eng:tríar mejor la Jirección de la puntería. , Siempre que el terreno se preste á elJo, cónviene á la infante­ría tlestacar un cierto número de cazadores que, parapetados y em­boscado á distancia máxima del álcance de fusil, se propongan di~ rigir con calma y buena puntería sus tiros contra los art,iller arm?s ·que= u a Ia in­fantería ha mermado con iderablemcute ciertas ventaj<'s, ántec: inherentes á la caballería: apen:l$ si le queda hoy á esta arma una leve e peranza de triunfo cuando intenta cargar á ur a infantería intacta, sólida y di~pue~ta en buen orden para recibirla porque aún­en caso de éxito, que no e imposible en aboluto, us perdida. habrán de ser~ por lo regular superiores· á lo frutos de su pa ajera victoria. De esta consideración se desprende que la caballería, hoy como nunca,de~~ proceder 1 o perdiendo de vista estos dos principios. 1.0 Obrar por sorpresa, ó lo que es la mismo atacar" á la in­fantería sin darle tiempo para for'marse en buen orden capaz de firme resi~tencia. 2.0 Aprovechar con inteligencia los momentos en que la in­fantería abrumada y descompuesta por el fuego de fusil y cañón acusa desorden · táctico ó dislocaci·)n moraL La mayor dificultad en estos casos consiste en reconocer {,"'SOS instantes favorables para: la carga de la caballería, pues son pocos y pasan á veces con la ra­pidez del relámpago~ Amparar (·,digámoslo asr, de esos breves ffiO-" mentos y utilizarlos con rápida oportunidad, sin vacilaciones, es h:>y tanto más dift.cil c:uanto que por razón del extraordinario al-· canee de las armas de fuego, la caballería se sítua á mayores dis­tancias de fa escena· del combate, inicia sus cargas desde· más lejos y tiene que atravesar á los grandes aires la zona peligrosa de los_ pmyectiles. Rara vez,. por lo tarito1 podrán. lo'> escuadrones apreciar"" Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ROLETÍI\' MILITAR 2j5 con certeza Ia acción favorable para sorprender á la infantería. Por poco que se descuiden ó erquivoquen, por un error de apreciaciSn darán lugar á que los batallones se rehagan y preparen, en cuyo caso pueden durante el largo espacio que los separa, causar tales daños á la caballería, que los escuadrones pierden la necesaria unión y so­lidez y con ellas el impulso decisivo, resultando la carga nula, ó de muy débiles efectos. En este concepto, y dadas estac; consideraciones, se deduce que la acción de la ca~allería depende muy principalmente del terreno. Si falta libre espacio á su carrera, si no puede prepararse y desplegar fuera del alcance del fusil enemigo, si se ve obligado á maniobrar, formar en }a batalla ó desfilar en columa bajo la acciGn del fuego; por último, si dentro de la zona peligro a se encuentra detenida por obstáculos que debe salvar antes de la carga ó durante algunos de sus aires preparatorios, es indudable que las pérdidas que sufra por una parte, y la desunión que se produzca en sus filas darán re ul­tados negativos en el ataque. ( G1ntinuará). ESTUDIO SOBRF: L.\S OPERACIONES DE NOCHE EN' AMPAN {Abrcv;,,d,) perbólicamente, de acuerdo co.n el pru iano B lu·­cher, que son más temibles de por . í que el mismo enemigo a qu'ien se combate. Empero. no on las palabras sino la realidad de. los hechos la que ju.,stifica los numero os movit~li.ento que los ejer-ótos han efcccuadp de noche. • ' ' ' .. II ¿Ha rxístí4o precisión alguna vez de emprender una marcha du-rrmte la npche? · Los anales de la historia militar demuestt an que las marchas ele noche no siempre se han emprendido de . buen grado, sin qu~ por ello dejemos de reconocer que los casos en que las circunstan~ cías las han exigido son, relativamente, excepcionales. Citaremos, entre otros, uno de los que tuvieron lugar en la campaña de 1814, en la cual fueron m u y fr~cuentes las marchas de noche, á causa qe la rapidez que ~e imprimió á las operaciones militares. · Bien conocida es la triste' si-tuad~n en que se encontraban los Marisca les Mortier y Marm~n t en Marzo de 1 814, des.pués de la derrota de la Fére-Champenoi e: contando e casamente con 12,000 hombres, habían ido á situarse, al abandonar á Sezanne, detrás del , desfiladero de Eternay'. De improviso, los aliados se pre entan á su vista con fuerzas muy SlJ.perior'es á las suyas, y empiezan á adoptai. las disposiciones necesarias para cmprende_r el ataque. L?s Marisca..-'. le., al ver amenazada la ' retaguardia de sus fl:ierzas, al propio tiF.m- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ROLETÍ . MILITAR 2 7í po que el enemigo, que ocupaba á Montemirail, amenazaba el frente del ala derecha, decidieron continuar el movimiento de reti­rada que habían iniciado yá sobre la Ferté-Gaucher; mas al llegar á la población, encontrarvn al ejército contrario posesionado del Gran I\1ori'n, batíendo el camino con su numerosa artillería. }i:n­fre tanto había sobrevenido la noche. Mientras Mortier intentaba abrirse paso rompiendo el círcu1o de hierro que le oprimía, Mar­mont, con un puñado de hombres, oponía una vigorosa resistencia en el desfiladero de Montils á un cuerpo bábaro que le perseguía tenazmente; consiguiendo de este modo obtener el tiempo necesa­rio para que e efectuase la retirada del grueso del ejército. El mal estado del camino aumentaba las dificultades naturales que ofrecen esta clase de movimientos, y el que nos ocupa se llevaba á cabo con suma lentitud. En estos momentos, el Duque de 1 révise, que mar­chaba á vanguardia, avisó á Marmont que, en vez de seguir el ca­t; nir·o de Coulomiers, iba á torcer á la izquierda tomando campo á ravés para llegar á Provins. Es verdad que este movimiento alejó al ejército francés de la dirección que de preferencia debiera haber seguido para llegar á Marme entre Lagnes y Meaux; que mien­tras se efectuaba, las tropas, y especialmente Jos dos Mariscales que las mandaban, pasaron ratos de indecible angust:ia; pero no es me­nos cierto que su realización les permitió salir de la difícil ;itua­ción en que se hallaban, sin . er hostilizados por el enemigo. Al amanecer llegaron á Provins sin haber experimentado más pérdida gue ~a de a~gul)o cajone . * La campaña de Ru. ia en r8r2 ofrece. dos ejemplo ~ar.acte:­rísticos de marchas de noche, realizadas en situaciones más de es­peradas aún que la que acabamos de de cribir. Notorio es el extremo á que se hallaba reducido el ejército f-rancés á la salida de Smolensk. El General ruso Kutusof se había • limitado á flanquear el a1a derecha hasta Krasnoé, retirándose por escalones desde Moskow. Al dejar pasar á Napoleón, lo hizo im­pulsado por la idea de oponerse á la marcha del resto de las fuerzas.., á cuyó efecto fue á colocarse entre Smolensk y Orscha, ocupando el puente de Krasnoé, sobre el río Lossmina, afluente del Dnieper. El cuerpo del ejército mandado por el Príncipe Eugenio, re­duciW> á ~o ~ r 2,ooo hombres, de los cuales tan sólo 5 ó 6,ooo ·e };lallaban en estado de llevar las armas, se encontró cern·ado el paso. En vano intentó fr:anquearlo el General D'Ornam por medio de una brillante cargé:J. de caballería; en vano t4n;1bién la división Brous-ier quiso á ~u \'ez romper la muralla de. fuego que oponían 30,000. ~usos; ambos fu<;i;on h,<;>rrorosamente ametrallados. ~ Memorias del Mariscal Marmont. Duque de Ragusa. (C~ntmuará}". Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. HOLE rÍN MILITAR LA VOZ DE UN VETERANO Qué bien dijo aquel que afirmó que "á otros tiempos otra.· costumbres." Esta sentencia es aplicable á lo que pasa en cuanto á moralidad, disciplina y cultura en general del Ejército colombiano. No puede menos de mirarse con suma complacencia el hecho de que los soldados no sean yá entre nosotros agentes esquivos á sus superiores é incapaces del estudio y del raciocinio. Mediante la labor persistente que de algunos años á esta parte se ha establecido en la enseñanza civil de la tropa, se ha logrado despertar en el áni­mo de los soldado la noble emulación de ilustrarse y el buen propó­sito de que pretendan distinguirse, no sólo como veteranos, sino por las prendas morales que hacen recomendable á todo ciudadano. La siguiente manifestación que hemos recibido, dirigida á Su Seiíoría el Ministro de Guerra, y que debidamente ag¡adccemos á su t;tutor en la parte que nos corresponde, es una muestra perentoria de la exac­titud de nuestras afirmaciones. "El Sargento 2.° FínoLO. MoNTA~Ez N., pertenecimte al Batallón V ALENCEY número 20, A Su Señoría el Ministro de Gucrra.-Bogotá. Con el previo permiso del señor Comandante de la Compañía á que pertenezco, y á nombre de todos los individuos que forma­mos ésta, damos el más sincero, agradecimiento por la redacción del BoLETÍN l\1ILITAR, del cual es Redactor el muy distinguido Comandante D, Alejandro Posada, quien hace algunos días ocupó puesto de 2,0 Jefe en el Batallón Bolívar número 3. 0 , y de quien tenemos imperecederos recuerdos. Nosotros nos congratulamos al \'er que el Gobierno Nacional le ha dado el impulso necesario al práctico y veterano ingeniero para la ejecución de sus buenos y científicos trabajos, que son y serán, órgano y conjunto principal para el verdadero arte de la guerra. Su Señoría y el respetado Jefe me permitiréis el que llame la atención de mis compañeros para indicarles la utilidad que nos proporciona el mencionado BoLETÍN, el cual nos presenta en la plena luz todos los conocimientos necesarios p>ara la defensa en caso de tocarnos la suerte de una nueva rebelión, Esta lectura se apode­ra, con sagacidad, del espíritu del wldado, y día en día va adqui­riendo nuevos co11ocimientos, de donde se contará dentro de muy poco tiempo con todos los c,onocimientos que requiere el timbre del Ejército. Guarniciún de Riohacha, Marzo de 189¡. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. OLETÍN MILITA!t 279 EN EL EJERCITO El día 29 del mes pasado fallecí"' repenti'namente en la ciudad Je Neiva el seiíor Coronel D. Mi¡.;uel Forero U., m"litar pundo­noroso, estricto y fiel en el cumplimiento de sus Jebetes: encari­ñado dd idE'al de Patria, que e· el móvil más genero o, firme y evi­dente para consagrar en servicio de ella los esfuerzos y desvelos de la carrera del soldado. El Coronel Forero U. baja á la tumba en edad temprana; había apenas cumplido cuarenta y do años de edád. Tomó parte en las campañas de r876 y r885 y en la del afio antepasado. Deja una e posa que ~abrá siempre conservar en el fondo de su pecho el grato é inolvidable recuerdo de su fiel y amante com­pañero, y que, con su hermano D. Reinaldo Fotero, llorarán la pérdida del que les precedió en 1 camino de ultratumba. Por Decreto de 20 de Marzo próximo pasado reconoció el Po­der Ejecutivo al seno~· Fernando Falla L. el empleo de Coronel
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 17

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 21 y 22

Por: | Fecha: 12/06/1897

Año 1 Bogotá, Junio 12 de 1397. BOLETIN lVIILITAR --··--- ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO -·---Director, ALEJANDRO POSADA. So 1t colaboradrtres natos de este periódico, todos los ]eft y Oficiales del Ejército de la República. LECTURAS DE HISTORIA PATRIA. ( CONTINU ACION) IV En tanto que Bolívar libertaba, con sus av c,s alladoras huestes, el O.:cidente de Vene zaela, fV1ari.- o, y su segundo Piar, habían alcanz1do no n1enos trinnfos sobre las tropas españolas en el Oriente del país, hasta que lograron fijarse en Barcelona. Pero el éxito de las dos campañas no fue decisivo. En el Occidente lograron alzarse en armas nuevamente los rea­listas. Bolívar resolvió entonces encaminarse de nuevo á Valencia á contener la insurrección. Envió, con tropas de vanguardia, á Urdaneta. Este y Girardot atacaron la plaza de .Puerto Cabello, sin mayor éxito. Entretanto apar ... cía en el puerto de La Guaira la ex­pedición que, compuesta de varibs buques de guerra y de 1, 200 hombre3 de tropa. de línea, enviaba. España. In ú ti1es como fueron las tentativas que hicieron los patriotas, de orden de Bolívar, para impedir el desembarco, el día 16 de Septiembre arribaba á Puerto Cabello. Los patriota3, des­concertados, emprendieron el carnino de Valencia. N o había terminado el tnes cuando Monteverde y sus tropas abandonando sus atrincheramientos de Puerto Cabello emprendícun b. persecuci6n d Bolívar. Llegaron. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 354 BOLETÍN MILITAR hasta el cerrro de B~rbula. En aquel punto Bolívar com­prendió que debía empeñar d combate . . Dividió sus tro­pas en tres columnas, al n1ando de Girardot, D'Elúyar y Urdaneta. La acción la ganaron los patriotas; allí murió el valiente Girardot en ~1 acto de coronar las alturas del cerro para enarbolar, con sus propias n1anos, el pabellón tricolor, emblema de 1~ República. Pesar muy grande causó la muerte de Girardot en todo el ejército. Aquel granadino había dejado su suelo natal para ir á. con1batir por la independencialde Venezuela, y su resolución y firmeza fueron elogiados por Bolívar, en calu-­rosos térn1inos, quien dispuso además que el corazón del héroe se llevase á Caracas como homenaje que, á su memo­ria, debían de prestarle las armas unidas de granadinos y venezolanos. · Pocos días después, el 3 de Octubre, trabóse un nuevo con1bate en r el Coronel Florencia Palacios; el de retaguardia por Villapol, y el de reserva á érdenes de Campo Elí?.3. Pero yá por este tiempo Ceballos y Yáñez se ·habían reunido con sus fuerzas en Araure, sirio á donde tuvo que encaminarse Bolívar con las suyas. Llegó allí el 4 de Di­ciembre, y el s1guiente día, la vanguardia de sus tropas co­n1enzó á recibir un fuego mortífero del enemigo, sin po­derse dar cuenta exacta de las posiciones que ocupaban los. realistas. Merced á la hábil distribución que dio á sus soldados Bolívar, generaliz:se otra vez la lucha, logrando Jos patrio­tas la dispersión de la infantería realista. Al fin el campo quedo por los patrio~as, y la persecucién que emprendieron sobr\.. las huestes en derrota de los reaiistas, les dieron oca­si6n de hacer con1o eiscientos prisioneros, que fueron pa­sados por las arn1as. · Ceballos, con los pocos que pudieron segl!lirle, huyó á Guayacán, y Yáyez se encaminó al Apure. Muy celebrada fue aquella victoria de Araure, que tuvo grande importancia para la causa republicana, puesto que aseguró Ja dotninación del Occidente de Venezuela por. las armas de los patriotas, pero Bov€s había logrado entre­tanto acreditar mucho sus fuerzas y obtenido un triunfo sobre la División que Campo Elías habra dejado confiada al n1ando de Aldao, para que se le enfrentase. Por otra parte l\1onteverde seguía atrincherado en Puerto Cabello. Per() no tern1inó el año de 1,813 sin que aquel Jefe, repudiado por sus mismos subordinados, tuviese que abandonar el te­rritorio venezolano, embarcándose para Curazao. V Los caracteres sangrientos que nos ofrece Ja guerra de la Independencia, el extern1inio y tenacidad con que fue sostenida la lucha por parte de l~s es~añoles, están fielmen­te expr.esadas por la pluma misma de Bolívar .. Oigámosle :. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ' :ZCLETÍN' MILITAR. J5 ... ·El sistema opresor del Gobierno español, la índole. ~ruel de los individuos cie esta nacién, la venganza que aninnba á to'dos y los rese11timientos p:trticulares, son con· sideraciones que harán imaginar el espantoso cuadro qut ofrecía en esos deplo:-ables días mi patria desdichada. " ...... Las mazmorras encerraban, por·decirlo así, pue-bles enteros.. Allí, amo:1tonados unos sobre otros, los ven·e­zolanos estaban cargados de cadenas, reducidos á un nociva y escaso alimento, y perecían en aquellos seplllcros, donde ' un arte perverso no permitía la entrada al aire ni á la luz. Las ciudades estaban desiertas; no se ve1an n1ás que á lo soldados del b.irbaro insultando las lágrimas de la esposa y de la madre; pues el resto de lo~ hombres vivían en las selvas n1ás retiradas donde huían de los satélites de la opre ... sión. "La villa de Aragua en Barcelona, la capital de Bar­celona, las ciudades de Calabozo y Espino, vieron suceder-. se días funestos de carnicerías humanas; al tiempo qu la tropas que yo mandaba, tan fieras como las águilas y n1:Í veloces en sus marchas, penetraban por todas parte y saJ ... vaban las víctimas ... " El General Mariño, en el Oriente de V enezucla, con cuarenta hombres había emprendido el más audaz proyec­to, y logró, en el famoso campo de Maturín derrotar en una gran batalla á Monteverde. "La Isla de Margarita, desarmada y teniendo en pri­siones á los principales habitan tes, tiene el arrojo de arros­trar al tirano y sus tropas ; y auxiliar después á los vence­dores de Maturín que acabaron entonces de libertar ,las Pro­vincias orientales., VI Al principiar el año de 1 g 14 la situaciÓn de los patrio­tas no estaba aún definida. Mariño mandaba en las Pro­vincias del Oriente, con facultades tan amplias, como las que en el centro del pais se habían otorgado á Bolívar .. Este hizo convocar una Asamblea con el propósito de dar cuen­ta de sus actos como Dictador. Reunida en el convento de San Francisco, en Caracas, el Libertador se presentó acon1- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. BOLRTÍN MILITAR pañado de sus Secretarios; Y' el pueblo le acogw con V1V8 en tusiasn1o, apellidándole el Salvador de la Patria. Bolívar aprovechó aquel momento de efervescencia popular para hacerle saber á sus con1patriotas que combati­ría hasta exhalar su últin1o aliento en defensa de la libertad de su país; dijo no entraba en su ánimo la ambición de n1ando, y deseaba poder transn1ltirlo á otros tan 1uégo co­mo fuese oportuno. La lucha se continuaba sin tregua y con verdadero en­carnizan1iento de una y otra parte. La población de Barinas fue pasada á cqchilJo por los realistas. Boves tenía y á una fuerza que ascendía á siete mi 1 hon1bres, y Rosete, tan1bién partidario del Rey, se encon­traba en los valles del Tuy, con propósito de invadir á Ca­racas. Boves movió sus tropas en dirección á Villa de Cura; en el sitio de la Puerta se encontró con Campo EJías, quien n1andaba tres n1il hombres. El encuentro no pudo ser más funesto para los segundos, quienes fueron completan1ente 9errotados salvándose sólo el Jefe con algunos de los suyos. Bolívar quiso ent nces impedir Jos resultados de aquel · triunfo, para lo cual situó tropas en La Victoria, á fin de contener á Boves en el run1bo que suponía habría de seguir. El día I 2 de Febrero de I 8 I 4 a tacó Boves á 1 as fuer­zas que se encontraban en La Victoria, al n1ando de Ribas. El con1bate, durante ocho horas, se sostuvo, por parte de los patriotas, con gran denuedo y ardor. Reducidos al cabo Jos republicanos al recinto de la plaza, habían perdido la mitad de sus tropas; á punto de encontrarse yá desfalle­cientes, cuando llegaron refuerzos que enviaba en su auxi­lio el Libertador. Con la oportuna llegada de estas tropas Ribas efectuó una salida, y logró la confusión y desconcier­to de los enemigos, obligándolos á abandonar el campo. Fue entonces cuando Bolívar dictó la orden de pasar por las armas cerca de n1il doscientos presos que se encontraban en ias' c~rcefes' de taracas y la 'Guaira. 'Eh tanto Rósete~ en 'lds ' valles del Tuy, daba n1uerte á cuantos americanos enemigos ó indiferentes á la causa del Rey encontraba. Muchos se re­fugiaban en los templos, creyendo escapar así del furor de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 359 aquel sanguinario Jefe, pero inútilmente. Ribas acudió con presteza á n1edir sus armas con las del implacable Rosete, y lo derrotó el 20 de Febrero. Al entrar á Ocumare encontró más de trescientos cadáveres insepultos, de niños y de mu­jeres sacrificados por el jefe español. · Cuando Boves se retiró de La Victoria, Bolívar se pre­paró á hacerle frente en San Mateo, sitio quebrado y mon­tañoso, que consideraba como más propicio para desplegar Ja táctica de sus operaciones. Allí contaba mil ochocientos . hombres y cuatro piezas de artillería. Desde el 28 de Febrero comenzaron á disparar sus armas las avanzadas de los dos ejércitos. 'Al principio los realistas obtuvieron algunas ventajas, pero herido Boves, suspendió las operaciones. Esa tregua fue aprovechada por B.olívar para enviar con el Coronel Mariano Montilla tres­cientos hombres en defensa de Caracas, amenazada por el Coronel Rosete. Despu~s de varios encuentros parciales, sin éxito, Bo­ves intentó personalmente un nuevo asalto el 2 5. Sábesc que los españoles pelearon con mucho valor y pericia, y ]tQs historiadores aseguran que la batalla estuvo á punto de ser ganada por las fuerzas realistas, cuando el inmortal héroe granadino, Autonio Ricaurtc, á quien Bolívar había confia­do la vigilat1cia del parque, prefirió inmolar su vida antes que ver humillada su causa. Puso fuego al parque, pere­ciendo él con una gran parte de la columna de Boves. Con este acto heroico impidió el término de la batalla, y los r~a­listas tuvieron que huír de aquellos sitios. Antes de cumplirse los sucesos memorables del campo ae San Mateo, en Caracas, el jefe patriota Arizmendi, reu­nía ochocientos voluntarios, casi todos jóvenes de las más notables familias q~e acudían presurosos á ofrendar su vida por la suerte de la patria. La mayor parte perecieron en el primer encuentro con Rosete, pero reforzados los patriotas) el 20 hubo un nuevo encuentro en Ocumare, en el cual quedó derrotado el jefe español. Yá para entonces resuelto el General Mariño á secun­dar con sus fuerzas Jos movimientos que indicase el General Bolívar, se trasladó con un ejército bien regrmentado de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \ BOLETÍN MILITAR tres mil quinient...>s hombres, Ja n1ayor parte de caballería, .al canT?O de operaciones de los patriotas. Impu;_StO Boves de este movimiento, alzS su camro del sitio de San Mateo, y salió con intenci~n de at~jar la 111archa de rvr ariño. El ] I de i\1a~·zo, · en un punto llamado Bocachi<;a, hu ... 'b1ieron ele ;Lvistar'e las dos fuerzas y de entrar en combate. Mud :. ge1 te p-.rdi0 Boves en agúcl encuentro, y tuvo que salir en r~tirada. 1\. este hecho de armas siguieron otros Jes­favora 'les á los patriotas, hasta que Bolívar resolvió aplazar las operaciones sobre Puerto Cabello y se concretó en r a-· lencia á reforz:1r sus tropas, hasta q úe in ten tú una salida hacia Tocuyito, en donde estaba el enemigo, pero hubo de rctroc~d~r ft Valencia. ~ Al fin, d .... spu~s de v~ríos preparltivos de una y otr~ parte, el 26 d~ i~bril se encontraron en ias llan lras de Cn- 1·abobo los soldados ele Bolívar y los de Cajigal y Ceballos, Estos entraron en pelea con seis mil hombres. Los del Ge­ltleral Bolívar eran inferiores en número. Esta acciCn fue dirigida con mucha pericia y pre~encia de ánimo por el Li­bertador quien, con sus oportunas disposiciones, logró al .... canzar la victoria. Entre los trofeos obtenidos en aquel día tnemorable, figuran ocho banderas, quinientos fusiles, ga­nado y numerosa caballería. El glorioso éxito de esta jor­nada no adormeció el esp-ritu guerrero y en1prcndedor de Bolívar, quien, temoroso del atrevido Boves, hubo de em­prender marcha á Caracas á allegar elementos y tropa, or­denando á Urdaneta que con su fuerza persiguiese los res­tos que de su divisi0n había salvado Ca.jigal, y que Mariño permaneciese con parte d" su tropa en villa de Cura. En el mes de Junio Boves dej0 la ciudad de Calabozo, con un ej~rcito de ocho mil hombres, la mayor parte de ca ... bdlería. El Jefe patriota Mariño, esta~a estacionado en la Puerta, y oportunamente dio aviso á Bolívar, quien sin p¿r ... dida de tiempo se encaminó á aquellos sitios, pero Boves había procedido con tal actividad, y era tánto el empuje de f3US numerosas tropas; que la batalla, librada el día 15 de dicho mes, fue un desastre completo para los patriotas. Los principales jefes se salvaron, Bolívar, Marií1o y otros llega ... ro11 ~. Cªraras. Bov<·s en per~na persiguió á los yen,idos 1 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Jl L.f!TfN MILITAlt ·hasta La Victoria., y desde esta ciudad mandó una columna ~ q u~ se ap :L.:·ara cie Caracas, núentras él se dirigía á Va­lentia. El Jefe republicano, encargado de la custouia d~ esta plaza era Escalona, qu:en ca. pitulu el IO de Julio. Al se­gundo día de ocupar los soldados Jos cuarteles de dicho Ju­gar, o:-den0 el Jefe el de .ji.:ello de Jos vencidos, acto que se llev0 á cabo coa ex..:e so de cru ]dad. i"'a Caracas había sido ocupada por Jos realistas, de l110l0 que a.q u ... l C0 ~11~1te de La rue ~ta o casionó inmensr.s ·p - rdidas á lü s patrio· as y fue funesto por las consecuencias .que p : odujo. Casi toJas las personas no ~ :1.bles d~ Caracas huyeron de la ciudad, teme ~· osas del yugo a que iban á ser ·sometidos por los vence.lores. Bolívar y los suyo3 fueron á dar á Aragua de :~ a r~..-elona., en donde, mediante sus con~tantes esfuerzos en favor de la independencia, logró poner en armas cerca de dos mil homb;·es. A poco recibi0 un rcfuerzv de Cuman fi , de mil hombres, enviados por Mariño. Hasta aquel apartado sitio de Venezuela fue el Jefe e spañol M0rir personalmente de los miembros de la Banda las 1 - lecciones que en C<~da sesión les haya senalado. Cuando algún mú- i . ·co, en las horas de estudi , no hay~ adquirido la instrucción que le corresponda, tendrá obligaci0n de en ayar tres horas más en ese db. Para dirigi1 b instrucción de retardo, el Director scí-ialará sc- t manalmente, por turno, un músico de primera clase, el cual dirigi-rá tam bien la instrucción de los aprendices. 3·° Cuidar que durante su ausencia, el músico mayor atienda á la vigilancia de los inJividuos de la .Banda, para obligarlos á que cumplan sus deberes cuotidi:.tnos; 4· 11 Hacer que la Danda se ejercite en eJ aprendizaje de bue­nas composiciones musicales-, para lo cual les suministrará piezas modernas y de orden cLísico; S· l1strumentará y arreglará mensualmente una pieza del orden mencionado; una de segundo orden, ó sea de la clase de val­ses; y otra de terc-!ro, ó sea de la de pasillos, mazurkas, cuadl"illas, lanceros, polkas, dan.las, marchas y bambuC'lS. No se dar:i de alta en una Danda pieza alguru que perten~zca al repertorio de otra; 6.° Cuidar que lo · instrumentos se comerven en buen estado; 7. 0 Dar con toda exactitud bs retreta , y hacer que la llanda preste puntualmente el servicio que a ella le coHcspondc; 8. 0 Ob-· te cr y cumpl:r las érdcncs dd Inspector general de las Bandas, en lo que se refiera á las horas de estudio, ó á la di~cipli ... na y servicto de la que dirige; 9. 0 Dar aviso al mismo Inspector, de los castigos correcciona­les que imponga á sus subordinados, por faltas cometidas durante las horas de estudio ó de servicio. 10. Vigilar que los miembros de la Banda conserven en com­pleto estado de aseo sus personas, uniforme, instrumentos, papeles de música, atriles, lámparas y demás útiles que tengan á su cargo; 1 I. .Pedir al Comandante General de la 1." División que im­ponga las multas á que e hagan acreedores los individuos de b Banda, por las faltas que cotretan, y la indemnización c,leducida del sueldo que gane el responsable, por los daños que cause en los útiles y enseres destin~dos al servicio de la misma; · 12. Dar cuenta á la respectiva autoridad militar cuando al­guno de los mú icos de su dependencia no cumpla satisfactoria­mente con sus deberes, y pedir se castigue ó se retire á éste del servicio; 13. Suministrar en los primeros ochos días de cada mes, al Inspector general de las Bandas, un cuadro en que consten las notas de aprovechamiento y las de conducta de los individao de J.a. Banda habicl::t5 en el me:; anterior; • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. JWL.!TÍN MILITAR 14. Recibir mensualmente del compositor de las Bandas las piezas contratadas con este siempre que se ajusten á las conclicio­n~ s estipuladas en el contrato, y firmarle el correspondiente recibo; 15. Rotular con cubierta de género las piezas del repertorio, poniendo en el anver o el nombre de éstas y el del autor, el número de papeles que lo componen y la clase á que pertenecen; y por el reverso, la fecha de la alta, el visto bueno del Inspector general de las Bandas y el es CJ'rrientc del Comandante General de la 1 .a Di­visión; 16. Poner el visto bueno á las nóminas ó cuentas de cobro que se presenten para el pago de los sueldos de los empleados de la Banda. Art. '27. Son obligaciones del Músico mayor: 1.0 Vigilar por la disciplina y moralidad de los miembros d6 la Banda, cuidar que éstos cumplan oportuna y satisfactoriamente sus deberes y dar informe al Director, de las faltas que cometan, para que la respectiva- autoridad les imponga el correspondiente castigo; 2.'1 Llevar la contabilidad de la respectiva Banda y form~r el inventario de todos los útiles que á ésta pertenezcan; 3. 0 Llevar el cuadro de conducta y aprovechamiento de los iudividuos de la Banda y pasarlo al Director todos los sábados; 4.- 0 Ayudar al Director en todos los trabajos artísticos de la Banda y reemplazarlo en su ausencia; 5·' Con servar el repertorio de la Banda arreglado por orden numérico y de clases, y responder por la pérdida que su descuido ó culpa ocasionare en el instrumental, repertorio y demás útiles de la Banda; 6. 0 Distribuír, de acuerdo con el Director, entre los músicos de la misma Banda y e-n proporción á las aptitudes de cada uno, las cuatro quintas partes del valor de las tocatas particulares que la Banda haya ejecutado;. 7.' .Huer dar, con la debida oportuNidad, los toques de lla­mada á los músicos en las horas ordinarias del servicio de la Banda; y 8. 0 LL.mar listas de los individuos de la Banda al abrir las sesiones de estudio y en las demás horas de servicio, y anotar las faltas de asistencia que ocurran, para que sean castigadas. Art. 28. Son deberes de los músicos: 1." Someterse á la disciplina militar; 2.0 Pernoctar en el cuartel respectivo excepto los jueves y do­mingos, siempre que no se hallen sufriendo algún castigo; 3. 0 A istir á las sesiones de instrucción, atender á los toques de llamada de la Banda y concurrir con puntualidad á la formación de ésta cada vez que ella tenga que ejecutar algún servicio ordina­rio ó extraordinario; 4.° Conservar en buen estado el instrumento que. ·manejen y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J7Cl BOLETfN' MILITAR los uniformes que se les suministren, y responder por los daños qu~ su descuido ó culpa ocasione en ellos; 5. 0 Deben tener constantemente aseada su persona, alejarse de los garitos, de las tabernas y de los demás lugares de inmorali­dad, y procurar, por su decencia, cultura y buenas costumbres, co­locarse á la altura del noble arte que ejercen. A fin de que este precepto sea rigurosamente cumplido, el Gobierno extenderá, por medio de sus agentes, la vigilancia á los músicos de las Bandas. aun cuando se hallen francos de servicio, y castigará las infraccio­nes con los medios legales más severos; 6.0 Les es prohibido abrir tiendas de licores, aun cuando n<> sean administradas personalmente por ellos; ejercer el ag,b con los. individuos de la misma ó de las otras Bandas, y emprender entre ellos lances ó partidos de juego. Art. 29. Los Directores y mú icos de las Bancas nacionales. de fuera de la capital, tendrán los mismos deberes indicados ante­riormente, en todo cuanto fueren compatibles con la organiza­ción y servicio determinados para dichas Bandas. CAPITULO VII REQUISITOS QUE DEBEN REUNIR LOS POSTULANTES Y MODO DE INGRESAR A LAS .B A NDAS. Art. 30. Son condiciones para ser miembros de na Banda militar de música, las siguientes : Saber leer, escribir y contar; Tener nociones de religión, moral y urbanidad; No haber sido condenado á sufrir pena corporal; Estar en pleno goce de los derechos de ciudadanía; Poseer, á satisfacción del Gobierno, los con~cimientos nece­sarios en el arte de la m~sica en general, si se tratare del Inspector­general de música ó de un Director de Banda; Saber ejecutar el correspondiente instrumento, si se tratare de un músico profesor, lo que se averiguará por medio de un examen practicado ante el Comandante General de la División respectiva,. ó en defecto de éste ante el Jefe del Cuerpo ·~ 1ue la Banda perte­nezca, por el Director de la Banda y otro profesor, sea oficial ó particular; Tener las aptitudes necesarias, á juicio del Director, pa•a re­cibir las lecciones que éste dicte, si se tratare de un aprendiz; y haber observado buena couducta anterior y tener carácter firme y suave. Art. 31. El lnipector general y los Directores de las Bandas serán nombrados por el Poder Ejecutivor Los músicos mayores y . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR los profesores de música serán contratados por el Comandante Ge­neral Divisionario, ó á falta de este, por el Jefe del Cuerpo, previo el requisito de exámen; y los aprendices serán elegidos por el Di..: rector de la Banda respectiva. CAPITULO VIII LICENCIAS ACCIDE1 TALES, TI:MPORALES Y ABSOLUTAS DE LOS MIEMBROS DE LAS BA TDAS Art. 32. Las licencias accidentales de los Directores de la~ Bandas, las concederá, en esta capital, por jt,tsto motivo, el Co~ mandante General de la r.• División; y en las ciudades ó lugares de fuera, el respectivo Comandante General Divisionario, Jefe mi­litar ó Jefe de Cuerpo á que la Banda este subordinada. Art. 33· Las licet cias accidentales al músico mayor, á los pro-' fesoreS de música y á los aprendices seran concedidas, de común: acuerdo, por el Director de )a Band· y el Jefe del Cuerpo á que ésta pertenezca, mediante motivos razonables. Art. 34· Las licencias accidentales no podrán exceder de veinticuatro horas y se concederán con goce de sueldo íntegro. Art. 35· Las licencias temporales se darán á los ni~.;mbros dé Üna Banda, por el respectiv Comandante General Divisionario; Jefe militar ó Jefe de Cu r1,o, mediando alguna de estas causas: x: enfermedad del individuo; 2.• enfermedad ó muerte de algunó de sus · p:!dres ó hijos; y 3! tener necesidad el miembro de una Banda de atender á sus interese , para evitar grave perjuicio' ert -ellos. Art. 36. Las licencias temporales no podrán exceder de un mes. Cuando se concedan por enfermedad del individuo de una Ban­da, éste tendri derecho al goce de la mitad del sueldo. Art·. 37· La autoridad militar que conceda á algún miembro de una Banda licencia temporal, dará en seguida el aviso corres­pondiente al Ministerio de Guerra. Art. 38. Las licencias absolutas del Inspector general de mú-· sica y de los Directores de bs BandJs, se dar ·án por el Poder Eje­cutivo á voluntad de aquéllos, ó cuando existiere alguna justa causa de remoción. Las licencias absolutas del músico mayor y de los músicos profesores se darán, previo' aviso consultivo al Minis~crio' de Guerra, por la autoridad militar que celebró el correspondiente contrato; y las bajas de los aprendices se concederán por el Direc­tor de la Banda y el Jefe del Cuerpo, de común acuerdo; quienes· rdenar:á el respectivo Comandante G ."neral Divisionario, ó á falta de 'éste, el Jefe del Cuerpo á que la Banda pert nczca. Art. 53· Las faltas cometidas por los mú s icos mayore5, los profesores de mús ica ó los aprendices, durante las horas de estudio ó de servicio, y las faltas de asistencia, serán castigadas por el Di­{ ector de la B. anda, así: el retardo con multas; la falta de asisten­~ ia, con multas ó arrestos; las faltas de obediencia, con arrestos,; la insubordinación, con enci.erró en' calabazo; y si la insubordina¡" <;:ión fuere acompanada de resistencia de oora ó de palabra, con pri._ sión en cepo. El retardo en la asistencia á las horas de estudio ó la, negligencia en la instrucción, serán castigadas con prolongación. ~e las horas de estudio. Seis faltas de insubordinación simple ó, tres de insubordinación con resistencia, motivarán la rebaja de je­rarquía. Esta puede llegar h1sta el último término, y si las faltas que la originan se rep:t:eren, se procederá allanzami,ento del servicio. Art. 54· Las faltas cometidas por el músico 'mayor, profeso­r. es ó aprendices, fuera de las h.oras de estudio ó de servicio, serán, ~tigadas por el respectivo Comandante General ó á falta de éste,, por el Jefe del Cuerpo á que la Banda pertenezca, en la propor­~ i6n indicada anteriormente. Art. 55· Las reincidencias en un:1 falta irán agravando la~ pena correspondiente á ella, hasta tocar su máximum; y si necesa­rio fuere, se irán aplicando gradualmente penas de m:1yor gravedad,. así~ del retardo en la instrucción por ''~rias veces, se p;1sará á la1 multa, de ésta; por tres veces, se pasar;! al arresto; y así: sucesiva­rp~ n~e •. ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR 375 Art. 56. Toda falta de los músicos y su correspondiente cas­tigo, serán anotados en el cuadro semanal de conducta y servicio de la respectiva Banda, y sellevará cuenta exacta de las reincidencias en tque aquell us incwran. Art. 57· Cuando la pena consista en arresto, no por ella que­< lará exento e] músico de asistir á las hor:!s de instrucción y de prestar sus servidos cu::tndo L eren necesarios, á juicio del Direc­t or ó el músico mayor. CAPITULO XI RECOMPENSAS Art. 58. En :·-; ·e vi tas me ns uales de 'l S Batallones á que las andas perten ezc n, !>C hará pr ~ ci s amente mención honorL ica de los indi vi<1uGs que se h ay·-tn h cch ') acre dores á P-]la po r su ca­rácter noble, conduct2. ejemplar y aprovecha miento ciJs tin g ~lid . Art. 59· CaJa m .::s, en vista de los cuadro:; d ~· conduc ta de la r espectiva Banda, oído ' 1 informes del Director Je ~ . t.1, y ~í jui ci o del Comandante General Divisionario, se concederán á lo" seis músicos de ella, que layan sobresalido en el ejercicio de nobles prendas mo­rales y eistinguídose por el aprovechamiento en el arte, premios equivalentes á la cuarta parte mensual del sueldo que disfruten. Art. 6:>. A fin de año se concedt.:rán, por el respectivo Co­mandante G e neral Division1rio, á seis de los mú sicos de una Banda militar que m:ís se hayan di ·tin g uido por su carácter, conducta y aprovechamiento, premios equivalentes á la mitad del sueldo men­sual que les corresponde, teniendo para ello en cuenta el resultado .de todos los cuadros 1 1ensualcs de dicho añ y de los anteriores y oídos los informes de los Directores de las Bandas y de los Je~. Comandante General. La medalla será de oro, redonda, de dos cen­tímetros de diámetro y dos mi íímetros de espesor, y tendrá gra­bada por el anverso la siguiente inscripción: Recompensa al mérito, y una lira entre tres estrellas por el reverso. Las tres estrellas sim­bolizan las Bandas militares de la capital. Al mismo tiempO' recibirá el agraciado un ascenso de jerarquía, y disfrutará en lo su­cesivo del sueldo mayor corresponpiente á dicho ascenso. Art. 62. La misma Junta examinadora del concurso, adjudi­~ ará al músico siguiente en mérito una medalla de plata, que ten- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETÍN MILITAR. dd iguales diámetro~, espesor y grabados que la de oro. Este agracia ... do recibirá también premio fie ascenso. Art. 63. Fuera de los dos casos anteriormente citados no ha­brá lugar á concesiún de ascensos. Art. 6+. En cada a .io la~ lland1s militares de Bogotá dis­frutarán por turno y á costa del Tesoro Nacional de un asueto oe veinte días, tiempo durante el cual la Banda permanecerá en al­guna población vecina. Art. 65. Las mismas recompensas, excepto las de medallas, gozarán los miembros de las Bandas militares de fuera de la capital. CAPITULO XII CONTAIHLIDAD Árt. 66. La contabilida1 de las Bandas militares se sujetará á las disposiciones del Decreto sobre contabiliJad militar. Art. 6¡. Las libranzas ó val.!s para las raciones de las Bandas, se harán por el Habilitado del Cuartel general de la Divisic)n á .que dichas Bandas estén subordinadas . .t-1 mismo Habilitado hará los pagos y deducirá las multa~ y los descuentos que se hagan vo­luntariament~ para el 1\1ontepío militar, á los músicos que tengan grados militares. Donde no hubiere Cuartel general verificará todas estas operaciones el Habilitado del Cuerpo á que pertenezca la l3anda. . Art. 68. En los Vales ó Libranzas de las racion es no se de­. ducirá á los músicos multa alguna impue ta como pena correccio­nal ó como indemnización de daños ocasionados en el uniforme, en el instrumental y en los demás útiles de la Danda, sino que éstas s deducirán al pagar el Habilitado á los músicos sus raciones. El monto de las multas será consignado por orden del Comandante General Divisionario, ó á falta de éste por el Jefe del Cuerpo res­pectivo, como depósito en la Pagaduría Central ó en la respectiva Administración de Hacienda pagadora del Batallón, y será agrega­do á la cuenta y Caja del fondo comun de reserva destinado á la repat•ación de los instrumentos y á los premios para los músicos. Art. 69. Los músicos que tengan algún grado militar, de Subteniente para arriba, podrán hacer que se les descuente de sus raciones la contribución correspondiente al Montepío militar, para tener derecho á los benefidos que est3. institución concede, de con­formidad con lss artículos 5. 0 y 47 de la Ley 153 de 1896. Los Habilitad,:>s respectivos que hagan los mencionados descuentos los ¡·emitirán, junto con los otros descuentos forzosos, á la Caja del Montepío, y harán mención de ellos con la debida especificación, en esta cuenta y en los estados periúdicos de la misma. 'En esta capital se dará . constantemente aviso de dichas consignaciones al Inspector general de las Bandas, para que tome de ello 1;-~. ~arres ... pPndiente l}Ota, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAJ't 377 A:rt. 70. Las cuartas partes de sueldo para premios mensuales, las mitades del m1smo para prem ivs anuales y el valor de las meda­llas de oro y de plata, se cobrarán por medio de lib:-:l!l.zas firmadas por el respectivo t:Iabilitado, con el f/lst:J Bu.m:J del inspector ge­Jleral de las Bandas ó, en su defe.:t , con el del Director de la co­rrespondiente Banda, y por orden del Comandantes GPneral Divi­sionario, ó del Jefe del Cuerpo ~í: que dicha Banda ó l3anda per­ten e ~can . .Estas cuotas de sueldo quedan exentas de multas y de contribución para el N1ont e pÍ..:> militar~ Art. 7 r. Las libranzas para premios mensuales y anuales, y para la adq uisirión de medallas honorí :leas, no se pagarán sino con el fondo común de reserva de tinado especialmente á ello y á la composición del instrumental. Cuandv faltaren fvndos en la men­cionada Caja las Libranzas se reservarán para cubrirlas cuando di­, cha Caja lo permita. Art. 72. Las Libranzas para la composición del instrumental se girarán por el respectivo Habilitado, con el f/isto Bumo del ins­pector general de las Bandas ó del Director de aquella á que el instrumental pertenezca, y por orden del Comandante General Di­visionario ó del Jefe del correspondiente Batallón. CAPÍTULO XIII DISPOSICIONES VARIAS Art. 73· Por ningún motivo se concederán á los músicos mi­litares pases .de una Banda á otra. Art. 74· Las medallas para premios se mandarán grabar con la debida anticipación por el Comandante General de la I ... Di­visión. Art. 7 5· Mientras se obtienen para las Bandas de esta capital los uniformes de que trata el presente Decreto, los músicos que las componen continuarán usando el uniforme militar, sin divisa .alguna. Art. 76. Los fondos provenientes de tocatas particulares he­chas por las Bandas militares de esta capital, y que existan deposi­tados en el Cuartel g.eneral de la I ... División, serán colocadus sin demora alguna en la Pagaduría Central, y servirán de base para la formación del fondo común de reserva. Art. 77· Este Decreto empesará á surtir efectos desde su pu­blicación en la Orden General del .t.jército. Publíquese. Dado en Bogotá, á 31 de l\.1ayo de 1897. M. A. CARO. El Ministro de Guerra, PlnRo ANTONIO MoLINA. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR República de Colombia.-Mínisterio de Guerra.-Sección 1 .... --Número 7,90J.-B&gotá, 7 de Junio de 1897. Set'\or General, Comandante en Jefe del Ejército.-P. He visto varias veces en algunos pe ·iódicos not1c1as referentes á suicidios cometidos por individuos de tropa; y he creído que -para evitar la repetición de estos escán-­dalos- deben estudiarse las causas que los detern1inan, no sea que la frecuencia con que ellas se suceden, haga supo­ner que tienen por origen próximo y probable, bien el ri­gor exagerado en la disciplina, ó la den1asiada severidad en el trato, ya el exceso en las fatigas, ó la prolongación in-. justa del tien1po que d Código Militar fija como máxin1um del servicio obligatorio ; porque cualquiera de estas cir­cunstancias basta para Jlevar la desesperación al ánimo del soldado, y el deseo de destruír el s~r para n1atar el sufri­n1iento; y entonces Ja desn1oralización que surge de la in­justicia ó del excesivo rigor, es in1putable solan1ente á im­previsión ó aspereza de los inmediatos superiores. Cualesquiera que sean los n otivos determinantes de. este n1al, que va tomando incremento, se hace indispensa-. ble dictar y cumplir las medidas preventivas de mayor efi-. cacia, tales como la corrección del abuso de bebidas aleo-. hólicas ó fermentadas; la constante vigilancia; propen­der porque reciba el soldado instrucción n101·al y religiosa; atender al vencimiento del t~rmino obligatorio de ser-­vicio y avisarlo al superior para los efectos del licencia­n1iento; y, sobre todo, procurar conciliar con los principios. de autoridad y obediencia, la cu~tura y la afabilidad en el trato. Si bien es cierto que la disciplina m di tar debe regir· de la n1anera n1ás estricta, tanto para n1antener moraliza-­ción en el Ejército con1o para las facilidades del servicio,. no es n1enor verdad que el método observado hasta hoy-, sujeta á la tropa poco menos .que á una pasiva condición, y la aleja de cumplir el deber por el honor. Y ya que el Ejército es una exigencia necesaria en el orden social, de ... bemos esforzarnos en que sea más llevadera la hasta ahora penosa suerte del soldado; que desaparezcan el desentono Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍ~ MILITAR 379 en los mandatos y el seño repugnante de Ja cólera en quie­nes los ?rofieren; porque es n1enester despertar, con la afabilidad, los nobles sentimientos del soldado; que el de­coro y la energía no son int..ompa::bles. El mismo C1.l. : - plimic~to Je~ deber, cu~ndo sea reconocido por razonables estim:Il os, servirá par2. h~c e rk conocer q1 '~.: e s libre, porque la libe!·tad no es L~ f~cultad de cj~cutar n.cciones al arbitrio, sino la mayor faciiidad de ajust~rlas a~ deber. Ultiman1en­te, por medio de la ilustración, hasta donde sea dable, y de la educación moral, se aclararán su razón y su conciencia para que sean dignos d 1 cargo que invisten de defensores de la República, é indéciles al miedo para que no depon­gan el arma con qu- defienden su causa, ante el primer audaz que ]es intime rendición en los campos de batalla. Iniciado firmemente en este p,.opésito, el Gobierno no ha ahorrado ni desechará medios adecuados p1ra realizarlo: la designació~ de Jefes del Ej~rcito, que por su nobleza de carácter y virtud:s militares garantizan dignificar la carrera de hs armas; el sistema de h1antener Instructores civiles en todos los Batallones para la educación intelectual de la tro-. pa; la institución· de Ct:pellanes clel Ej~rcito, encargados de corregir las conciencias y dirigirlas al conocimiento del Su-. premo I-Iacedor, y á la prác ica de las virtudes de piedad y­justicia; la exiJencia de ciertas condicion(S para el nombra­n1Íento de Oficicdes; y la serie nun1erosa de Decretos, Reso­luciones y demás órdenes que tienden al mejoramiento del régin1en n1ilitar, son las bases primordiales de esta obra re­generadora, á la cual deben prestar cooperación inteligente y activa todos los Oficiales encargados de la vigilancia di-. recta de las tropas. El progreso es muy lento, pero el Gobierno está p~ seído del necesario espíritu de perseverancia para conducir-. lo á término efectivo, contando con vuestro legítimo aseen-. diente como órgano preciso para realizar este propósito. ¿Y qu~ mucho que el Ejérc~to no haya alcanzado toda-. vía los deseados progresos, y permanezca por ley de equili­brio, estacio11fl.rio, si el n1ismo medio social-con su cons-. tante inquietud, proveniente del cruzamiento rápido de ic as no Lic:n d ·.fr:ida;, y m((ditadas-ha sido, en cierto¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETh: MILITAR r.nodo, refractario al adelanto? En efecto, la agitación cons­tante de las masas poplllares y su tendencia á pasar de las ideas á los he~hos, y ]a pugna de las ambiciones por adue­ña ··se del poier, han mantenido siempre una espc>ctativa per-judicial á la labor pací .i.ca, y han secado las fuente:, de nues­tra paosperidad pública. Cuando Jos principi -s hayan sufrido sus naturales se­lecciones; cuando la calma pulítica se restablezca y vuelvan á colocarse en su érbita natural las aspiraciones sociales, que el impulso de pasiones hace espaciar con ru.11bo parab~lico; cuando se recobre el convencimiento de que el orden es la única base de prosperidad para Ja NaciCn, y que no puede efectuarse sin unidad de voluntades y esfuerzos entre quie­nes aspiran á un común ideal, exento de particulares inte­reses, entonces la fuerza pública podrá concretarse con lau­dable celo á sus labores, para contribuir más tarde con Jos buenos frutos recogidos, no solamente á Ja paz, sino á acrecentar el orgullo nacional. Pero mientras ese tiempo llega, hay que aprovechar las treguas. Publica la Historia, á cada paso, que el Ej _rcito es de ios motores del organismo social ef que más ha contribuido á su n1ejoramicnto; y si en él fincamos espcrat: zas, debemos propender porque su con­dición sea levantada ó mis humana, al menos. Hecha ex­cepción del raudal de luz con que ha iluminado al mundo el Divino Genio del Cristianismo, las más c . ...lebres conquistas del progreso han sido alcan¿adas con el concurso de las ar-. n1as, como si sorda y rebelde la humanidad á recibir-pací­fica y hun1ilde-Jos beneficios de la civi1izaci6n, necesitase el fragor de Jos combates, y el abono de sangre y el estrago, para dejarse conducir un paso á la n1eta soñada por alguno de esos guías que Dios ha dado á Jos pueblos. El Ej~rcito de Ja República no debe rezagarse en las vías del adelanto humano, porque cu~ndo su educación se haya preparado convenientemente, en vez de tener por mi­sión matar é imponer la luz, como el rayo, debe ser iris de paz y· confianza ·que anuncie la aurora de verdadera pros­peridad á la Nac.iún. Uno de los pasos principales de esta reforma, es la próxima reglan1entación del servicio militar obligatorio, á fin de que no sean los proletarios los únicos destinados á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILTT Alt prestarlo. Las at:ras clas~s sociales darán tambi~n su contin-· gente, y este elemento-yá civilizado-sera. factor in1por-· tante en Ja co :npJsici~n y adelanto de la fu¡_rza p~tblica. Es, pues, indispensable q \1--- el Ej _rcito adquiera con­cien~ ia de su gran:le misi.Jn, para qu-.. este Ramo importante de la Administra i0n p.íb¡i.::a llesue á su mej01· concierto, que entonces-por ley de afinidad-las dem:ts secciones en­trar~ tn en la arn1onía, y no serán ~as masas refractarias las que puedar oponerse á implanta~· la idea anhe ~ a.:la de un Gobierno fU11:iado en la justicia y en el orden. Consider.í.n::l:::>os itBpintdo en id~nticos sentin1ientos, confío en que har~is desarrollar las ideas a•1teriormente ex­puestas, por n1edio de circulares dirigidas á los Comandan­tes Generales divisionarios y á Jos Jefes militares, y en que procurar~is hacer de ellas materia constante para las Orde­nes generales del Ejercito, á fin de extirpa¡ en él, por con1- p1eto, el nul indica:lo al principio de esta nota. Soy vuestro atento servidor, DECRETO NUMERO ..... DE 1817 (29 DE M .-\ YO), por el cual se confiere un ascenso. El !7icepresidmtt de la R 'Púbfic.1, encargado del Pod.:r Ej¿cutiv~, COi'TSIDERANDO: 1.0 Que el señor G.!ncral Francisco J. Palacio, desde tiempo atrás, ha venido prestando importantes servicios al Gobierno en el ramo militar; 2.0 Que con su comportamie-1to valeroso y decidido, durante el sitio de e magena, en 188 s, contribuyó en gran parte á que dicha pla­za no cayer~ en poder del enemigo, r ... novando brillan temen te c;us anti­guas glorias; 3. 0 Que dicho General es modelo de subordinación, disciplina y celo recomendables en favor de las tropas que ha tenido y tiene á su mando; y 4·) Que en todas las comisiones que en diversas épocas se han con ... fiado al señor General Palacio, ha secundado con actividad, honradez y patr~otismo muy recomendables, los propóc:ito" y finec; del Ministeri,, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR DECRETA: Artículo único . .<\sciéndese á General en Jefe del Ejército de Co­lombia, al de División, General Francisco J. Palacio. Dése cuema para los efectos legales al Honorable Senado d~ la Re­pública, en sus próximas sesiones. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 29 de Mayo de 1897· M. A. CARO; m Ministro de Guerra; PEDRO l\NTONio MoLINA• Es copia.-El Subsecretario, Climaco Losada. DECRETO NUMERO 231 DE r897 (1 •0 DE JUNtO} que concede una pensión de los fondos del Montepío Militar. El Viccpresidmte de la República ena;rgadJ del Poder Ejtcutivo CO.'SlDERAr- DO: Qlie la señora Mercedes Ayala de Gamboa, madre del Generai Miguel Gamboa~ h:.t ocurrido al Poder Ejecutivo, por conducto de la Junta Directiva del Montepío Militar, en s')liLiard d.cl socorro á que· les da derecho la Ley 153 de 1896, artículo ¡.0 {t las viudas, hijos y padres de los militares que fallecieren en sen·icio activo y que hubieren contribuído lo menos dos a11os para el Montepío ; Que el General Miguel Gamboa falleció en la ciudad de Mcdellín el 2 5 de Diciembre del año próximo pasado, encontrándose en scn·icio activo; Que al mencionado militar se le hizo por más de dos afies el des­cuento correspondiente para el Montepío, según con:Ha del certificado ~xpedido por el Tesorero de dicha Institución; Que la mencionada sefiora Ayala de Gamboa ha acompaüado á su petición los comprobantes que exige el artículo 22 de la expresada Ley 1 53 de 1 896 ; y Que la Junta Directiva del Montepío Militar apoya la solicitud de la referí ia señora Ayala de Gamboa. DECRETA: Ártículo único. Concédese á la señora Mercede~ Ayafa de Gam- · boa~· madre del General Miguel Gamboa, una pen.sión . de cien pes~~· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR mensuales, pagadera de los fondos del Motepío Militar, de conformidad con lo determinado en el artículo 7.0 de la Ley 153 de 5 de Diciem­bre del año próximo pasado. §. De esta pensión disfrutará b agraciada desde la fecha del res­pectivo título de adjudicación, por el tiempo de su viudez y mientra. observe buena conducta. Comuníquese y publíqucse. Dado en Bogotá, á 1.0 de Junio de I 897. M. A. CARO. El Ministro de Guerra, PEDRO ANTONIO MoLINA. Es copia.-El Subsecretario, Clímaco Losada RESOLUCION NUMERO 120 aclaratoria del Dccret:> Ejo.:cutivo número 562 de t89S • Ministerio de Guerra.-8ccciÓ11 I.".-Bogot,í, 2 I de Mayo de I 897. A este Despacho se han presentado varias solicitudes de individuos ¡:>articulares para que se declare, si por virtud del Decreto Ejecutivo número 562, de 23 de Enero de 1895, por el cual se organiza militar­mente el Cuerpo de Policía Nacional y se adscribe á este Ministerio, los individuos de dicho cuerpo quedaron reves tidos de carácter militar. Antes de sentar una regla general que aclare el punto sujeto á la consulta mencionada, el Ministerio CONSIDERA : Por organización militar se entiende la conformación y sujeción de una porción colectiva de individuos, al estilo, mecanism0 y Leyes ú Ordenes que rigen la institución mihtar. De consiguiente, habíéndcse dispuesto, por autoridad competente, que la Policía Nacional tuviese organización militar, los miembros de dicho Cuerpo quedaron sujetos al régimen del Ejército, é investidos de funciones militares. Cosa distinta es que no formase parte integrante de éste, por no haber dispuesto el Decreto citado arriba, que la policía fuese incorporada al Ejército; pero esto no obsta para que no estén sometidos á su régimen y funciones, quienes recibieren colectivamente la organización militar, que siempre es una misma, con arreglo á la Ley, como es uno mismo su régimen ; organización y régimen que filológicamente dicen relación no sólo al Ejército constituido, ó parte de él, sino á todo el arte de la guerra, en general. En consecuencia, SE RESUELVE;. La organización militar impuesta á la Policía Nacional por el De­creto número 562 de z3 de Enero de 1895, dio á los miembros de e e Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lWL!iTfN MILITAR Cuer o carácter y funciones de militares durante la vigencia del rni~rno Decreto, aun cuando éste no dispusiera incorporar el Cuerpo de l?oli·­cía al Ejér~íto Nacional. Publ.íquese. El Ministro, PEnRo ANTONIO l\1oLINA. E1T EL EJ EROITO El Supremo Gobierno destinó al Subteniente Guillermo Montoya: que sirve en la s.a Compafiía del Batallón Bárbufa número s.o á la 4-·a del Nariii? número 4.0 en lugar rel Subteniente R6mulo Ramos Ruiz,. á quien se declaró en uso de licencia indefinida. Confirió al señor Rafael Rojas, el empleo de Subteniente efectivo del Ejércit0, lo llamó al servicio acnvo y lo destinó á la 5· Compañía­del Batallón Btírbula en lpg~u de Montoya. Concedió al Teniente Julio Santander la licencia indefinida que solicitf, para separarse del de.;tino de z.o Ayudante del Batallón Ju71Í71 número 18. Por Decreto de f<"cha 6 del presente di-ctó las siguientes disposr­cwnes: Llamó al servicio activo al Coronel Aníb1l J. Mcndoza y lo desti­nó en el empleo de Capitán á la Jefatura Militar de Barranquilla com<> adjunto; llamó igualn.ente al servicio al Teniente Carlos Maldonado y lo destinó al Bttallón Caro número 17, como segundo Ayudante en la vacante que allí quedó por haberse pasado á otro Cuerpo al de igual grado José Trinidad Vargas R.; y aprobó el ascenso á Subteniente efeG­tivo conferido al Sargento 1.0 Leopoldo Soto G . en la guerra de 1895. Por Decreto de fecha 7 declaró en uso de licenci-a indefinida al Subteniente Sergio Lcmus Fcrnández, perteneciente á la 3 ... Compañía del Batallón B.írbufa número 5, por haber pedirlo la separación de este Oficial el Jefe del mencionado Cuerpo por negligencia en el cumpli­miento de sus deberes y f.tlta de espíritu militar; y ascendió á Subte­niente efectivo al Sargento 1.0 Antonio Peña que sirve en el Batallón Urd,mettl número 15, destinándolo como Abanderado del mismo Cuerpo en la vacante que allí existe por haberse concedido licencia indefinida al Subteniente Crisróbal Rojas. Destinó al Capitán Justo. N. Vásquez que sirve en la 3." Compa­ñía del Batallón .Ay.Jcucho número 3. 0 , á la Comandancia de Armas de Santa Mana, como adjunto. Destinó al Capitán Vicente Cuervo que sirve en la 1: Compafíía del Batallón Nariño número 4.0 , á la 3: de Ayacttcha número 3. 0 en lugar de V ásquez. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 21 y 22

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 14

Por: | Fecha: 10/04/1897

Año l Bogotá, Abl"il 10 de 1397. Número 14 BOLETIN MILITAR ----=-··~-- ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO --··~-- Director, ALEJANDRO POSADA. Son colab oradores natos de este periódico, todos los Jefer y Oficiala del Ejército de la República. LABOR ADMINISTRATIVA EN EL DEP RTAMENTO MILITAR En el n1es de Mayo del año anterior tomó posesión del en1pleo d Ministr de G1.1erra el doctor Pedro Antonio M lina, quien n1erc d á una larga práctica adn1inistrativa cuando fue Gobernador del D partamento de] Cauca y á sus especiales facultades y conocirnientos, adquirió, apenas hubo ingresado en el Ministerio~ esa influencia y personería indiscutibles que caracterizan la acción de un espíritu orga­nizador, acti v o, vigilante y penet~Aado en un todo deJ deseo de coadyuvar tan bien con1o el que n1ás~ á la obra arnlóni­ca del Poder Ejecutivo. El tiempo se ha encargado de poner en evidencia 1a fecunda y perseverante labor del señor Ministro. Ha sabido atender al despacho de los asuntos que ocurren diarianlen­te, sin descuidar el estudio de las cuestiones qu~ entrañan trascendental importancia, sobre todo las que se rozan con la existencia independiente y de vida propia, si así poden1os decirlo, del Ej"rcito. Y es porque el señor Ministro reco­noce que hasta ahora las agitaciones tun1ultuosas en que han vivido los países an1ericanos no les ha pern1itido dar organización fundamental y seria á la entidad de mayor in1portancia para la n1archa regular y pacífica del país: al Ejército. El Ejército no es hoy lo que pudo ser en otras épo­cas: aglon1eración de individuos que aspiraban á entrar en 1~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lfOLETÍN MlLlTAit ~tarrera de las arn1.as como la que exigía menores oblígacíorre; y consagración n1aterial. Es claro que de esta afirmación hay que descontar personalidades notables que con su con­ducta, valor y hechos de arm . as vienen de largos ru1os atrás. honrando á la p:Ltria con sus non1bres. He1nos sentado la. cree11cia general ó vulgar, con1o no exenta. de verdad, y para lograr, por n edio de la con1paración con lo que hoy pasa, encontrar n1uy justos motivos de estín1.ulo y aun de t:lf>~le orgullo en la organización del Ej¿rcito. El doctor Malina ha podido· observar con intin1a pa­triótica satisfacción que en los n1omentos 9 ctuales la voz. qu ... priva en el ej¿rcÍto es la del cumplirniento del deber. El instinto del honor lleva por an1plio y seguro camino á los soldados, á los jefes, á 106 superiores todos~ La verdade­ra disciplina no estriba sólo· en los n1andatos de la ley, ni hace sentir mejor sus resultados que cuando se funda en el convencin1-iento que adquiere el soldado de que se le n1ira con inter¿s y deferencia; que· vea él que su suerte está li­gada de modo inJ.isoluble con Ja del Estado ; que se le protege, que, previsoran1ente, la ley ampara á su fan1ilia cuando falta el brazo qu le da sustento, y que sus jefes no son indiferentes á sus necesidades y aspiraciones1 sino por el contrario, an1igos que veJan con prudente re:~t.rva que igua­le las voluntad s y los sentimientos de unos y otros. Tales. han sido los propósitos de eq_uidad y de justioa á que ha. pretendido ajustar su conducta. el señor Ministro, y en los­que se ha inspirado al acon1eter el estudio de las n1edidas que aún deben dictarse para dar n1.ayor in1portancia) estabilidad y con1.pleta organización al Ej "rcito. Las personas. que ha­yan leído el Inforn1e que presentó al CongJ:"eso del afio pa­sado-, encontrarán allí expr~sados con sinceridad, conven­cimiento y docta a.rgun1entación, n1uchos de los puntos en q.ue se ha ocupado en el desen1peño de. sus importantes fqn ..... ctones. En élllan1a la atención á la urgencia que hay en llevar,· á la práctica los principios consignados en el Título XVI de Ja Constitución, sobre fornución de. la fuerza pública, á fin de evitar que el servicio de las arn1as sea violentando á los individuos destinados al Ejército; enumera los servicios que rresta Ja fuerza en Ja conducción de co-.:ren<;. custodia Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 121 1 de edificios de propiedad del Gobierno, vigilancia de cárce­les, reparación de can1inos y otras obras. Y le tocó tan1bién al n1isn1o doctor l\1olina la buena suerte de cun1plir un acto de benevolencia y justicia, cuan­do dispuso, conformándose á lo preceptuado por Jos artícu­los 2 r 3 y 214 del Código Militar el licencian1iento de va­rios individuos que habían cun1plido yá cuatro años de servicio, pagándoles la gratificación á que les daba derecho 1 últin1o de Jos citado3 artículos. Sobre este asunto que .por sí solo den1uestra la cons­tante preocu.pacié n que n1úeve el ánin1o del señor Ministro en bien del ej f rcito, leen1os n 1a Men1oria, página XV, lo siguiente ': . . "El Gobierno ha cuidado ·c·on so1icituri. de despachar s'in den1oras las peticiones de bajas de individuos de tropa, concedienJo la licencia absoluta en todos Jos casos en que se ha computado el ti n1po legal del servicio·." · Respecto de la forn1ación de un nuev Códi~o Militar que corresponda n1ejor con la índole y tendencias de la Constitución de I 8 8 6, y que comprenda en sus dis:posi·­ciones todu el n1ecanisn1o científico y de variada estrategia que actúaln1ente predon1ina en los cuerpos de tropas del xtranjero, agrega el señor Ministro: " N o creo impertinente, al tern1inar este capítulo, in­sistir sobre Ja in1periosa y urgente necesidad de establecer ~n la ley bases racionales y científicas de organización del Ejército, para colocarlo al nivel que den1andan los itnpor­tantes objetos de su institucíó~ y en lo que s~ compatible ton nuestros recursos fiscales. Un Ejército debe ser orga­hismo que funcioné y se n1ueva rápidan1ente, íh.ra lo cual debe componerse de n1ien1bros ó articulaciones homogéneas y autónon1as que obren arn1óniéamente, obedeciendo un ~oJo pensan1iento y ejecutando, sin dilaciones ni tropiezc 's órdenes emanadas de un centro único. Cuando tal organis­mo lo constitdyen Cuerpos aislados, de distinta formación, desiguales por su número, y sin fuerza, peso ni resistencia proporcionales, será una n1asa inforn1e y desordenada á la cual se le irnpondrá movin1iento con grandes dificultade3, ~in que se ló.5re conseguír el objeto á que está des~inada. Lá desigual organización de los Cuerpos de un Ejército, no Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 BOLETÍN MILITAR sólo trae aquellos int::onveniente~, s~n? que tiende á s.uscitar rivalidades y en1ulaciones perjudtctales y aun pehgrosas para la disciplina, anarquiza Ja institución cuy? principio cardinal es la uniforn1idad y obediencia, y contnbuye ade­n1ás á debilitar considerablen1ente Jas buenas condic\ones que el valor, la abnegación y el patriotisn1o pudieran hacer de los n1iembros del Ejército un Cuerpo marcia], intacha­ble en todo sentido." El párrafo transcrito expresa bien la importancia que el señor Ministro concede á Ja disciplina n1ilitar; sus n1iras para lo futuro: sien1pre de engrandecimiento n1oral del E}~rcito; el propósito que tiene de estin1ular, hasta donde sus facultades se lo pern1Ítan, con premios adecuados, !a buena conducta, la sin1patía y franca adhesión á las institu­ciones y á la autoridad legítin1a, puesto que Jos soldados de la Patria son con1o hijos de una n1isn1a fan1ilia, llan1ados á forn1ar bajo una sola bandera y á n1archar en unísonos sen­tinlientos guiados en todo can1po por el sín1bolo de la vic­toría y de ]a paz. SEOOION OIENTIFIOA TÁCTICA APLICADA NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA (Continuación). 2.~ Los que se hayan trazado sobre un terreno dificil ofrecen á v~ces muchas l~~ua de tray~cto y ~na anchura variable, 'según la cahdad de la regwn que atraviesan: a esta clase pertenecen los ca­minos en el fondo de los va~les, los que cru~an espesos bosques, y fosos estrechos sobre montanas y meas, cornendo á lo largo de ba­rrancos y despeñados. Los desfiladeros en general ejercen una grande influencia sobre el empleo de l~s tropas: las destinadas á pasarlos tienen que a??ptar una formac~ón muy contraria á la defensa; siendo opera­cwn sumame.!1te peltgrosa el desembarcar del otro lado del desfila­dero y desplegar al frente del enemigo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 213 Un desfiladero á retaguardia es, para la retirada, co~o u.n, so~­guado enemigo: la operación del paso .no puede ser mas .cliúct~ sobre tod~ si el ej~rcito acaha de er ~at1do. Pero e~ ca~hto para la defensiva ofrece incalculables ventaps: un pequ.eno numero de hombres, de de la entrada y en los flanco del de5;fladero) es capaz de contener el empuje de todo un ejercito. APRE:IAC!:S~ GENERAL DE U~A ZO. A D~ TERRENO DESDE EL PUNTO DE VISTA TÁCTICO. . Las marchas, las posiciones, los movimientos, el combate y Ja in talación de las tropas en campaña, depe nden directamente deí terreno, de u conformación general, de su situación especial y d 1 estado de la localidades particulares que contiene. Las propiedade caracterí ticas de cada arma, y sus diferentes forma de comb:ne, determinan el grado de dependencia que aque­lla acu an para COQ el terreno, teniendo en cuenta que ha de ser utilizado en razón de la necesidad de mover las tropas, de abrir am­b s horizontes á la acción de los fuegos: de resguardarse contra los d el enemigo, y de ocultar la fuerza u.um é rica y disposiciones que se adoptan para el combate. Lo calificativo jt1v?rable ó d esfavorable aplicado á un terre­no sólo tienen un sentido relativo, e gún el fin que no propone­mo , y la consideraci<)n á qu e re pon den; porque en efecto, la uti­lidad de un terreno en el empleo de las arma , es diferente para cada uno de lo eJ é rcitos contendientes, para cada una de las diver­sas armas, para cada forma de combate {ofensiva y defensiva). Di..: cha utilidad, ora abarca toda las situacionrs tácticas (posiciones, marcha' batallas) ora una ola de ellas; tan pronto e extiende r ias dos órdenes de comblte (cerrado y disper o) y á las dos formas (combate de fu egos y al armJ. bhnca), com~ se limita á una de ésta solamente. La apreciación general de un terreno, desde el punto de vista táctico, abarcará 1as siguientes puntos de examen: 1.0 En qué grad? er practicabü. Esta consideración capital se extiende á la formJ. del terreno en globo, esto es : los camino~., . la-; vías férreas sobre todo; la imp0rtancia de éstas como líneas de concentración, de ataque, de comunicación y de retirada; ]a su-. p ... rficie del suelo, su inclinación, sus ob~ táculos y medios de sal varios. 2.0 En qué grado se presta á la vigilancia y expf?ración. Se observarán los puntos culminantes, los objetos salientes y cuanto ofrezca ancho horizonte á la vista, coa el fin de dominar el terre­FlO y dirigjr con seguridad los moví mi en tos. . 3· 0 Si ontien! abrigos para ocultarse á la investigación del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR adversario y á sus proyectiles, así como si ofrece afluentes las po­siciones del enemigo, y puntos seguros de estación para el ataque. 4. 0 En qué grad:; Jav:;rece la acción dd futg:; d e fusil y d e cañSn. El observador exLtminará los puntos m:is importantes del campo, deduciendo, según su f¡ rm1 y natur.1Lza, la influencia que pueden. ejercer sobre el fu:::go de la infantería y de la artillería. Esta ojeada g:::netJ.l determina la apreciación en globo del 1,(alor táctico de una zona de terreno. Mas para que dicha apreciac,ión se aplique á casos determj\.. dos, será preciso examinar s~p::tradamente: 1.0 Las lineas tflctic.n imp~rtantes qu~ se. divi.den en líneas, qfensivas y' lí.,neas defensivas. 2: 0 L?s pu ,zt;s tá ctios im~nrtante3 que. son, d~ d¡vena especie, <;Ofll? pun~os . de. defe-nsa, de sostén y de ataqJie. Lji combinación, enlace y depen ,den~ia de las lí,neas y los pun­~ o? tácticos coilstituye el carácter g .... neral del terreno, para c_aso1 c;on.Freto. ~fl apreciación d~l valor táctico de un objet:; de terreno debe ~fiCerse teniendo en cuenta lo s iguiente : 1.0 La z.ma á vanguardia, e;>to , es, hacia. el enemigo: si es. practicable, si · pp;::de ser dominada, por el fuego, ó si ella, dominf. en, t.odo ó en parte al objeto propuesto y de que se trata. 2.0 L1J· z.m.?s l:lter.d.!s: s¡ ofr~~:?n punto d~ ap . yo y fuertes 1 1mplazamiento~ para rechl-z,ar lo~ ata.ques con enraja ; si se pres­t¡ ln á ocultar y favorecer los movimiento~ envoJvente . 3. 0 La z.ma á ref,7Jü:lrdia: si p~rmite Jo~ mpvimientos re-. t(Ógrados, y po~ee á d!stancia pró · m:t fuertes punto de ap~yo. 4.0 El enbce ó d::pendm. ~Ía q u.:: el o~j :t; en cuestión tiene con. 9tros objetos, punt~s ó lín~:t del teatro de operaciones .. D ESr-ILA DE ROS. Todo desfibder0. pre:en~a v.:::rd dera imp~rtancia militar, siem, _ ;>re que su trayecto, adem,is de ser extenso, constituya el único , a.~ceso de una gran parte d~ terreno: disminuye1 p~r el contrario, s.us buenas c::>ndiciones tácti as, cuando en un corto radio es sus­ceptible de ser rode:1do, evitando su paso. Siendo m,uchas y muy varias las cla~es de desfiladeros, nos li­mjtaremos á establecer los puntos generales que pueden guiar . a~ · 9b3ervador en el exam~n y recono imicnto de aquéllos .. Son los siguientes: 1 :> Naturalcz(l del desjilade;·o: ca~idad del terreno. próximo ; á qué distancia se p~ede practicar el rodeo. 2.0 Puntos de accesos: la en rada y la salida; su latitud, su obstáculos; en qué grado son favorables á la defensiva; qué fa­c_ ilidades presentan para ser tomados por asalto. · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2 5 3.0 Omform::uión especial, á sabe-r : puente:; ; materiales coll\ que están construídos ; si son practicables á todas las armas ; su olidez; latitud y profundidad de la co.rriente de agua ; naturaleza de las orillas del cauce. G .1rgantas en /:¡; m?ntafi:u: su íorm:t i terior ; SI pueden ser enfilada por e1 fuego de fusil y ca· ón; punt<. s que las dominan; posibilidad de establecer guerrillas de tiradores ó b.tterías. Las naturalc5 condiciones de defenc;a de un des~lader o estr--­oeho y lleno de accidentes aumentarán eil g.-ad.o máxi n cuand< e.> despejado el teneno cp:1e ha de ocupar el e11emigo, y si posee¡¡ .:1 .conveniente distancia puntos dominante que barran e ,. cazmentc las posiciones de aquéL M RCHAS Consideraciones generales .. Se ent'iende por marchas los movimientos de traslación que las tropas ejecutan para alcanzar un determinado fin : exceptúan· se de este caso las que se verifican durante el desarrollo del combate; porque éstas, si bien entrañan mov·imiento, no se cali­fican como marchas sino que reciben los nombres de ev;/uciones y maniobras. El estudio de las marchas constituye una parte muy inte­grante del arte de la guerra. En la sucesión de las operaciones de una campaña, las tropas se hallan en continua movilidad, necesi­tan trasladarse á grandes distancias en forma y ordeR comveniente, ora para llegar con decisiva oportunidad al punto determinado .donde arrecia el peligro, ora para sorprender á un enmigo descui­dado ; tan pronto para obrar en combinación con otras fuerzas que se hallan lejos, com para esquivar el encuentro de un adversario superior ó retirarse á su vista sin sufrir un descalabro. El éxito de las operaciones de guerra descansa muy particularmente sobre el exacto cálculo de las marchas y su matemática precisión, en virtud de lo cual podemo asegurar que la ciencia del mando tiene en este punto un con~tante problema expuesto á su resolución. Ante todo diremos que la práctica de la marchas se halla su­jeta á consideraciones estrategi as, tácticas y administrativas, que muchas veces se confunden en una sola. Hé aquí la.:; consideraciones de naturaieza estratégica: el or­den de mar ha; la combinobres soldados. Todos buscaron el' descanso en las tiendas; descanso \ánto nás necesario cuanto que al romper el día siguiente ex·piraba la.. treg111a á las hostilidades, y el enemigo vecino ocupaba las posici'~. nes elevada en todo el desfiladero; posiciones de las que á costa. de cualquier acrificio era preciso. desaJoj ·ado. Fortuna que en aquella a ción ambos batallone formarfan las reservas, y regularmente, ni el trabajo ni el peligro crían exajera­dos. Pero, sin embargo, la jornada habí·a dejado in fuerzas á todos. ~quellos bravos que hacía poco más de treinta horas habían reñido medio día de fu go sostcni do y habían resi5tido en cuadro siete terri ... bles cargas de la~.n.ceros. El descanso se imponía, y por eso al sonar la.. r;etreta en el campamen.t:o, se entregaron todos al sueño, á excepr ción de los centinela~ y escuchas que babíléln de velar por la segu­ridad de us comparíero y á e cepción también de unos cuánN >. oldados avesados á la fatiga, inaccesibles al cansancio, que prefi · rieron c.sperar el día brorNeando entre sí y bebiendo aguardiente dentro de una tienda, en la que n.o había otros asiento GJlie utu man,ta, de munición tendida c.n el suelo, un tambor y unas cuáptas piedras. Todos estaban ocupados por aquellos alegres hijos de .Marte, entre los cuales acaso había algu-nos que no. volverían des­pués de aquella noche á leva.ntar su voz entre los vivos. Pero nin­guno parecía predestinado á morir en la acción, según lo despre­ocupados que todos se mostraban. De todo se hablaba dentro de la tienda m~nos de la guerra. Los veteranos voluntarios que acaso se alimentaron antes de vestir el uniforme militar con el1;an.cho sobrante en los cuarteles; se reían indiferentes, mientras que en algún grupo de bisoños, apenas fogueados, se hablaba de las delicia::; del. hog-at: · en que los vie­jos lloraban la ausencia del hijo, de la. ch.ica que en el in~tante ~e Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. f;).OLET~!\ ~liLlT AR ~a parti·da para la g.uerr~ J:es P·~S.~ d. escapulario. CO,Ill lágrimas en lo~ 9jos, ó de los proyectos para el ansia,do. d~a de tom.ar t.1 paloma. ' ¿ Quién de ell s lo verí:t ? ..... De una á o.tra e nversa~._ión. su.rgió súbitam ·~nte u:1 casus: ~:lli entre gr . adero.:> y ca7.aJon.:s. -La bandera de nue tro b:-ttailcín, dijo un s ldad de cazadc-. ~es, llega hasta donde n 'Sotros alcanz ... mos con la vi~ta. -Y la del nué~tro, r plicó un tanto picado el cabo de línea Gutiérre.z, que en aqu .... l instante acababa de leer la carta de su madre ~iu.da y vieja, carta en la que jpo,r Dios! le ptd(~ que noJ (uer:a. co.b-arde p~ro . que no se expusiera JetnasiadQ... · -Pero siem:pre nosotros v:.a_mos adela1_1te agregó el: cazador; -Eso n.o. es ve~dad. -Los caza.dores valemos más. -j Menti~a· ! gr~taro.n. ~ un · ti~mpo va1 ios sol4ados de líne~ que de un. salto, se. pu iei;Ot;l de pie, mientras que uno de los pabe­~ lones de armas se \.:enía á tierra al coger su fusil el cabo Gutiérrez .. El alcohol h.aMa hecho sus efectos y dentro de· la tienda se ~espiraba yá atm.ósfera de sangre .. Las voces cu,ncJiercm en el c~mpame.nllo, se. a)zaron sacudiendo ,.J sueño lo.s demás soldados de. uo.o. y otro batallón y la lucha er:-. ve herm,anp~ de armas se hi-zo. inminente á tiempo que en la ~ntrada de la t.ienda apareció lent:amew.te la severa faz del bri­gadier, que ~.acien:do la ronda mayor se había percibido de la, ~encilla que puso e.n peligro la paz del campamento. Todos al ver. á su jefé, por un sentimiento de ciega subordi- • ación, depusier,on las armas. El brigadier puso presos á los pl ·o­lpovedores~ no, sin cierto sen ti miento, y después de haber tranqui­ljzado los ánimo" y establecido 1~ conveniente separación entre ambos cuerpos, dio cuent~ de lo ocurrido al Gftneral en Jefe, el cual sonri-endo e. cuchó el rela!io verí.dico, dando muestras de ale­gría á cada detalle descriptivo da la indignación de los soldados. -Pues bien, repuso el General cuanc..lo hubo terminado de ~abiar el Jefe de aquell-a brigada suc;cept!ble, esa riña es una gloria más para ca,da uno de los bataHones. Püngase en libertad á los de­t¡ enidos y que. al amanecer formen los dos cuerpos en línea de ba­talla frente á las posiciones del desfi ladero. El soldado que primero cierre con el enemigo, ganará para su batallón d nombre de más valiente que el otro. Las cosas con verlas basta. La orden fue ejecutada inmediatamente, por lo que tocaba á }fi libertad de los preso~, y por lo demás, todos los soldados la aco­gí .. ron con un j ¡viva Es. aña!! cuyos ecos resonaron en el campa­l! lento enemigo. Desde aquel instante fraternizaron t-odos de nuevo olvidando; l;a <;u~sti .ó~ habida. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 220 BOLETÍN MILITAR Los jefes y oficiales de los batallones participaron de la ansie­dad, del deseo de sus subordinados y aquella noche todos fueron unos., todos bebieron y bromearon juntos. No hubo un solo soldado que no jurara matar al primer hombre con la punta de la bayoneta. El General en Jefe tenía en tanto la seguridad de la vic­toria. Apenas se vislumbró la primera claridad del día, en todo el campamento se oyó el alegre toque de diana. Los regimientos pasaron li ta formados en el vivac. Los jefes arengaron á sus soldados con enérgicas y cariño as frases. En el semblante del que mandaba el batallón del cabo Gu­tiérrez se veía como una nube de vergüenza y de tristeza mezcla­rlas. Le habían dado parte de que aquél no parecía. ¿ Habría de-ertado por miedo? Se resistía á creerlo porque lo conocía, pero no quedaba otro remedio que rendirse á la fuerza de la evidencia. Aquello era un descrédito de mal agüero. La luz se hizo más clara y en las crestas de las montañas apa­recieron las siluetas del enemigo. La tropas avanzaron en perfecto orden de batalla con el fu il .al hombro. El brigadier que la noche antes apaciguara los ánimos exaltado , marchaba á caballo detrás del centro de la extensa línea que formaban los dos batallones del litigio. Nadie osaba romper el imponente silencio, sólo interrumpido .por el canto de las aves ó el acompasado pisar de las tropas. Llegó la línea al pie de la montaña y á una señal del corneta de órdenes hizo alto. Las fila se erizaron. Un murmullo como de oraciones recorrió toda su extensión. Los soldados ca i instintiva­mente se echaron atrás las maleteras. De lo alto de aquellas empinadas montañas partió un disparo, y á punto de sonar el marcial toque de ataque se oyó la voz del brigadier que dijo entusiasmado : .-¡Veamos quién es el más valiente! Ambos batallones treparon como gatos acosados, sin disparar un solo tirv, según su juramento, mientras que sobre ellos caía una lluvia de balas que el enemigo desde lo alto les enviaba, hacien­do rodar por la cuesta infinidad de soldados de uno y otro batallón. Los cazadores llevan la ventaja; todos corrían decididos, pero uno de ellos se halJía adelantado veinte pasos lo menos, ya iban los cazadores á dar el grito de victoria, cuando de entre unas matas distante 9os ó tres pasos de la trinchera enemiga, salió sú­bitamente un soldado de línea, que al cerrar con el enemigo cayó dentro de la trinchera acribillado á balazos. ¡Viva España y la Infantería de línea!-gritó el jefe de granaderos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLITÍN MILITAR 221 Y á lo pocos instantes todos los batallones pasaban al otro lado del desfiladero persiguiendo al enemigo que dejaba en su fuga á la de bandada sembrado de cadáveres el campo. Aquel soldado primero que murió en la trinchera misma era el cabo Gutiérrez. En sus bolsillos hallaron sus compañeros un papel en que ha­bía escritas con lápiz las siguientes palabras dirigidas á su madre: " El honor de mi batallón te arrebata tu hijo q uerído. "Cuando en su historia veas mi nombre escrito te enorgu­cerás de tu de g~acia." Granaderos y Cazadores se dieron un abrazo entu iasmados, y el General en Jefe escribió con la punta de su espada sobre la arena que cubrió el cuerpo del cabo Gutiérrez: "E ta e la tumba de un héroe de la Infantería de línea." Y despu és, para borrar rencillas, todos juraron que no hay más que una Infantería: ¡la Infantería Espaíiola! J. Mufüz DE QuEVEDO. EL EJERCITO Y LAS VIAS PUBLICAS (Conclu sión). La h e rrami e nta d e qu e se dispone en la actualidad para el camino, y que está bajo el d epósito, c ustodia y entrega de lo s re spectivos Co­mandantes de Compañías, es la que se expresa en el siguiente cuadro: NOMBRE Machetes ......... . Calabozos ......•. Hachas ....•..... Azadones ........ . Barras ...•...... Barre tones ...••.. Palendras ......... . EN BUEN ESTADO : EN so 33 39 1 MAL ESTADO ~~ :: ~~ 1 3 42 " 24- 3 26 , 6s 59 Ahora, para apresurar cuanto es posible la marcha de los trabajo~, así como para acometer debidamente la construcción del puente sobre Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2~2 BOLETIN MILITAR . . el río Quindío, ju:.go urge:1.te aumentar la herramíeata anterto · con 1~ que enumero en seguida: 10 machetes, 10 luchas, 26 azadone, 10 baJ rras, 21 p1lcndr:1s, 2 5 zapapicos, 12 pi ces de dor. punta., 6 nachos ó mH:illos grandes, 6 picos de pah y punta, ro taladros, 20 pedazos de hcero c.tstcl, 2) carretillas y 2 orros de m1no. Hago 1 ·ncap'é ~obre la necer.iJad .:le estas d os últimas clases de vehículo:.: por cu1nto ~¡ acarreo oc tierras con p~de.1dras y azadones es sobr..tdo lento y difícil, por nó 'dec ir q nc reprcsen~:l pura pérdida. S giero modcstame.lte la convenien­ ·ci'l de pedir los carros peq u:::iíos C!1 1 en ció 1 /t la fábri ·a de Kilbourne; de la f0rnn CJ!twd!ls R. :Jdn.1d Dtn~p C :1rt, que enseña el catálogo de Hicho Establecimi ~ !l.to: cori J cada carr ,J , cJn 18 pies cúbicos de capa­cid .td 6 2,50::> libras~ vale S 3 ), el precio de amo Js monta á $ 70, que al so po.r ro::> de des~uenro, s~g .ín el citado catálogo, arroj:m $ 266. Herrer:a: 1 fra]Ln p:Jrc-'t:il, 1 yu:1gue, 6 martillos (desde media li­bra has~a 10 libr..ts d_ pes:J por lo m-::: os), 2 tenaz:t:; de forjar, 2 tarrajas d:: rosca ordin1ri1 (co:1 SQS respectivos m.tchos), 4 lim1s de grano ordi­thrio (para en frío y en calien te), 2 limtto'1e, 2 taladros para fierros, llave inglesa p1ra máquina, 1 barrena, 2 punzones 1 mollejón~ 1 torni: llo de fragua, 1 cegueta y 2 piedras de afilar herramientas. C:t rpinter'w: 5 formone~, 3 escoplos; 2 azuelas, 2 compaces; z ce..: pillos (de á o, m 20 de largo), 1 id. de diente, 2 garlopines sencillos, z id. dobles, 2 garlopa\ 2 cep'llcs d_ vuelta, 4 serruchos, tendidos (dos gruesos y dos finos); 2 serruchos de costilla (grueso y fino); 2 serrucho de punta (largo y corto), 2 e cuadras rectas, 1 f .. tls:t-escuadr;~, 2 granile~ (doble y sencillo), 3 m :utillos, 2 tenazas (grandes y pequeñas), 2 avella­nadores (grueso y fino), 1 acanalador (con sus fierros), 10 barrenas, S gurbias de lomo (di versos t:lmaflos,,.. z trabadores (grande y peq uefio ), 1 berbiquí (con su., brocas) 1 suncho trazador, 1 serrucho de partir (troce~ ro), 3 limas-trLíngu!o", 2 medios limatones, z escofinas (grande y peque­ña), 1 tarr:tja de carpintería (para las prensa de Jos bancos), 1 id. id: (para tornillos), 2 id. pequeñas de prensas; 3 destornilladores (diverso tamaños) y 1 prensa ó tornillo de fierro de 30 libras de peso, por lo menos, para la composición de carretillas. Comecuente con mi propósito de orientar lo mejor posible á ese Ministerio en orden á estas importantes vías de comunicación; á la vei que para ilustrar debidamente el anterior informe me permití yá acom­pañar un croquis de los caminos del Quindío; de Condina y de Maniza­les (el primero y el último desde Cartago hasta Saleqto y Peteira, res.! pectivamente). Me atrevo á esperar que dicho croquis será por ahora dé alguna utilidad porque, sobre indicar la posición relativa y longitud aproximada de tales caminos, bien como la topografía general de la co­marca que alinderan, servirá de auxiliar oi:Higado para la Carta topográ­lica que me propongo ejecutar; siempre que el Gobiernb Nacional nombre un Ayudante que posea conocimientos prácticos en Ingeniería; Dios guarde á Su Señoría: ÜRISELDINO CARV,b;J.A;L; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 223 EN El EJERCITO PALOMAS MENSAJERAS.---'-Ei marte~ á fas nueve y diez y orho minutos de la maiiana, recibimos la siguiente cart::t que nos trajo de Nemocón (como 6o kilómetros), la paloma número I 19, desp:l­chada de aquella población :í las ocho y veinte minutos de la maiíana¡ •· N.:mocón. Abril 6, 189 . "Señor Director del Boun!N Ma.tTAR. "Estimado amigo: "Con mucho placer envío este mensaje por medio dé la palo..: ma número I 19 que va en viaje con otras más. Como el BotE rÍN que U:>ted tan dignamen e dirige es de tánta importancia pan. ef Ejército y el ramo de palom:1s tambi ' n lo es, quiero que éste y el otro siempre se ayuden mútuamente; por tanto, aprovecho esta ocasión para poner al servicio del Boun-Í, las simpáticas pahmas mensajeras y con gusta me su cribo de su Director afec::tísimd amigo, IGNACIO S. D'E SANTAMARÍA~;, Nuestros parabienes al distinguido amigo y compañero que h logrado implantar entre· nosotros un recurso estratégico que corl tan grandes ventajas u a en us tropas la civiliz.ación europea. Por demás estaría asegurar que la Dirección del BoLETfN MILITAR vería con honor ocupadas las columnas del periódko cotl la ptoduccione del señor doctor Santamaría. EL PonER EJECUTivo, por Decreto de fecha 2 de Marzo die y tó las siguientes providencias: Declaró en uso de licencia indefinida al Subteniente Joaqufn Arana, de la 5.• Compaííía del Batallón La Pdpd número I9i por· pernicioso Y. por haberla pedido el Comandafrte de dicho Cuerpo y e'l Jefe Militar de. Barranquilla; concedió al Capitán J ulián V., Cárdenas la licencia indefinida que solicitó para separarse de la S·a; C0mpar11a del Batallón Tíradófes número I I. Llamó al servicio activo al Capitán Carlos Julio Guevara, y' lo destinó á la expresada Compañía del 1i"radores en reempla.zo. de Cárdenas. Concedíó al Teniente Reinaldo' Escobar la li.cenda ~ndéfinída que solicitó para separarse de la 3·" Compañía de dicho Cuerpo, y llamó al servicio activo al Teniente Lucio Jiménez, destinándolo en el mismo Batallón á la vacante que dejó Escobar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR Por Decreto de fecha 3 nombr6 al doctor Carlos Morales mé­dico de la Guarnición de la Salina, asimilado á Capitán para los efectos fi cales. Por Decr~to de fecha 4 confirió al señor Sixto Valencia el empleo de Subteniente efectivo del Ejército, y ascendió á Subte­niente al Sargento 1.0 Brigada del Batallón N eira número 14, In­dalecio Yepes, destinándolo á la 5·" Compañía del mismo Cuerpo en la vacante que allí quedó por haberse ascendido á Teniente y promovido al Subteniente Ignacio Morales. Por Decreto de fecha 9 declaró insubsistente el nombramien­to de Institutor Civil del Batallón Tiradores número r 1, hecho en el señor Adriano de J. Holguín por ineptitud y faltas graves; y llamó al servicio activo al Subteniente Juan de Jesús Santos, y lo de tinó á la 4·1l Compañía del Batallón Núñez número 9. 0 en la vacante que allí quedó por haberse pasado á otro Cuerpo al Subte­niente Matías F. de Soto. Por Decreto de fecha 1 I dictó las siguientes disposiciones: Declaró en uso de licencia indefinida al Subteniente Froilán Rodríguez de la 3·" Batería del Batallón A ·rtiller ía número 2.0 , á virtud de haber sido condenado por el Juzgado 6. 0 del Circuito de Bogotá, por el delito de heridas. Por Decreto de fecha 12 de tin ó al Teniente Julio L. de Gue ara á la 3·" Banda de mú ica del Ej é rcito y al Teniente Lu­cio Suárez á la 1 .ll Banda del mi mo. Por Decreto de fecha 13 nombró al señor Javier Herrán, Ayudante del Estado Mayor General del Ejército, asimilado á Sargento Mayor para los efectos fiscales, con destino á prestar sus ervicio en la Proveeduría general del Ej ército. Por Decreto de fecha 15 ascendió á Sargento Mayor efectivo al Capitán Aristides Novoa que sirve en el E _tado Mayor General como adjunto, y lo destinó al Batallón N eira número 14, como Ayudante Mayor en reemplazo del Capitán Franci co de P. Cas­tro, á .quien se promovió á aquella Oficina en reemplazo de Novoa. Declaró en uso de licencia indefinida al Teniente Rafael Caí­cedo Flórez de la 1: Compañía del Batallón Granaderos número 8. 0 , por su conducta perniciosa, mal servicio y falta de espíritu mi­litar y por haberlo solicitado así los Jefes del Cuerpo y de la Di­visión. Por Decreto de fecha 16 destinó al Coronel Tomás Gómez primer Jefe del Batallón Tenerife número 6. 0 al mismo puesto en el Batallón Córdoba número 21, y al Teniente-Coronel Rubén Varón R., primer Jefe· del c¿rdoba al Batallón Tenerife en reem­plazo de Gómcz. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 14

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 15

Por: | Fecha: 24/04/1897

· Añu 1 &gotá, Abril 24 de 1897. Ntimero 1'1 BOLETIN MILITAR __ .,. ____ _ ORGAN~ DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO --··--- Director, ALEJANDRO POSADA. Son colaboradores natos de este periódico, todos los ]efer y Oficiales dtl Ejército de la República. LABOH ADMINIS'TRA TIV A FORME DEL SEÑOR MI L ISTRO DE GUERRA, DOCTOR PEDRO AN­TONIO MOLI:'\IA A fi.t1 de Ilan1ar la atención de las pers nas int resadas en ]a organización del Ejército, y de que se conozcan los n1cdios que el Gobierno ha puesto por obra para el buen r~gimcn y disciplina de la fuerza, forn1aremos una suscinta reseña de los puntos á que se contrae el señot Ministro de Guerra en su informe presentado á as Cámaras el afío ~~~ . LEGTSLA~IÓ~ MrLITAR.-Con la nlira ue uniformar la legislación militar el Gobierno estableció una Con1isió 1 Revisora del Código (Decnto de r I de Noviembre de I 891 ), comisión que formuló varios proyectos, los cuales se son1etieron al Consejo de Estado para que, acordadas las bases de uno solo, se ton1ase nuevan1ente en cuenta por e1 Ministerio y por la Comandancia en Jefe del Ejército. Di­< Cho proyecto no fue considerado por el Congreso de 1 8 9+ Posteriorn1ente se creó una nueva comisión (Decreto de 2 2 -de Abrii de r 89 5) para que ahondase p.1ás en el estudio y conocimiento de tan importante n1ateria, y se enccn1endó tan1bién al señor Isaías Luján, quien ha hecho estudios mi-itares en París, en1itiese su opinión sobre las bases yá in­dicadas. El señor Ministro cree que reviste importancia pri- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR n1ordial el reglamentar Jo que el artículo 17 I de la ConstÍ·­tución ha establecido sobre organización y establecin1iento de n1ilicia ·nacional. PrE DE FUERZA.-El Gobierno, n1ediante lo dispuesto por el artículo 2 9 de la Ley 7 2 de I 8 8 8, dispuso que para I 89 5 se conservase el n1Ísn1o pie de fuerza de r 894. Tal previsión fue n1uy oportuna, pues con n1otivo de la guerra que estalló á fines de Enero de I 89 5, hubo base muy seria y re!)petable con que hacer frente á los primeros amagos revolucionarios. El nún1ero de plazas del ejército se au­mentó luégo hasta donde las proporciones de la guerra lo exigieron. Sobre la necesidad de sostener la fuerza arn1ada, en el punto en que hoy se halla, se expresa n1uy acertada-­mente el señor Ministro cuando dice : "No seri posible volver al pie de fuerza señalado para tiempos norn1ales hace ocho años, mientras el Gobier­no se vea obligado, por un elen1ental principio de propia conservación y por el sagrado deber de n1antener el orden social, á deff>nderse y defender los intereses cuya salva­guardia le están encomendados, de constantes agresiones preparadas por la impaciencia de agrupaciones políticas que, bregando sin tregua por apoderarse de Jos negocios pú­blicos, abandonan las vías pacíficas para lanzarse en aven-· turas armadas que, sin conseguir el objt>to deseado, com­plican y agravan problen1as que se desenvolverán fácil-ente por la acción del tien1po, causan hondos quebrantos en el orden social y enorn1es perjuicios en nuestra produc- . / / . ,, c10n econon11ca. EJÉRCITo.-Hace justicia el señor Ministro á la nlo­ralidad y disciplina del ejército, reconociendo que, á su de­cidida voluntad y empeño se debió la pronta pacificación del país. N o estima buena el señor Ministro la práctica que por ley tan1bién se halla establecida de que Ja fuerza ar­nlada se ocupe en servicio de policía n1ilitar, custodia de correos, conducción de caudales y personas, etc. Resaltan en esta parte del informe la inteligencia y celo con que el señor Ministro se ocupa en atender á la suerte del ejército y el estudio científico y gradual que ha Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLITÍN MILITAR hecho á fin de escalonar las fuerzas de n1anera de qu~ atiendan con éxito á la vigilancia y seguridad de que sot garantes. INSTRUCCIÓN CIVIL Y MILITAR.-Hace notar las di­ficultades con que ha tenido que luchar el Gobierno para corresponder en todo caso al deseo de fon1entar la ins­trucci9n civil en los cuerpos del tjército. En la capital ha estado t::ncargado de esta tárea, de­s~ mpeñando sus funciones con actividad y acierto, el señor D. Francisco de P. Cortés. Hasta 3 r de Mayo de I 890 estuvo encargado de la instrucción n1ilitar el señor Henry R. Len1ly. Para el n1a-; nejo de la artillería el Gobierno celebró contrato con el señor Sophus Hoeg Warn1ing, quien estuvo aleccionand veinte oficiales hasta que empezó la guerra. Con el fin de n1ejorar la instrucción científica de hi Oficialidad de la fuerza pública, propuso el señor Minis­tro el envío á algunas Escuelas de Francia ó Alcn1ania de varios jóvenes oficiales, tnedida 1 u e fue acogida por las Can1aras y está en vía de realizarse. Tratando de la escuela de cadetes, es de opin"ón qué ya que no pueden sostenerse entre nosotros á estilo euro_. peo &les institutos, ni co.n organización aparte, al n1enos se organicen escuelas de instrucción n1ilitar en los cuarte­les de la guarnición de Bogotá, las que no ocasionarían gastos considerables, l l exigirían numeroso personal. Las bases para una Escuda de infa11tería, que llenaría la necesidad indicada, pudieran fijarse según su particular dictamen así: Primero. Tiro de infantería y nociones de tiro de ar­tilleríá. Segundo. Táctica de infantería en tod2. su extensión y nociones de táctica de artillería. Tercero. Geografía de Colombia y de los Estados li~ mítrofes y estadística de estos n1isn1os Estados, estudio de sus Ejércitos, medios y recursos de guerra. Cuarto. Historia nlÍlitar de Colon1bia, estrategia ' táctica general. Quinto. Fortificación de can1paña. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B'OLE'TÍN MlLITAR • Sexto·. Organización, Estado Mayor, Adn1.ÍnÍstraci6~ y Contabilidad militares; y Séptimo. Legislación n1ilitar con1parada. " Estos cursos serían de diez n1eses en cada año, y transcurrido el último n1es, todos los oficiales presentarían. exámenes reglan1entario3, después -de los cuales, en los dos n1eses subsiguientes, se dedicarían á nla'liobras en el campo y á la resolución sobre el terreno de cuestiones de táctica, construcción de obras de can1paña, etc., haci" ndose todo esto con uno ó n1ás Cuerpos del Ej¿rcito. "Como pren1io al n1:rito obtenido por los alun1nos de la Escuela al fin de los dos años del aprendizaje, se les> concedería, aden1ás del diplon1a de capacidad, el ascenso al grado inmediato y colocación efectiva en uno de los. Cuerpos del Ejército. La duración del tiempo de servicio obligatorio para los que fuesen colocados no excedería de cinco años, y después podrían pern1anecer en él por todo el tiempo rle su buena conducta." SERVICIO DE SANIDAD.-Este se ha prestado en eJ Hospital Militar central de la capital, situado en las casas. que fueron arregladas para tal efecto por los lados de "N in­guna Parte"; edificio u adoptado defectuosamente para ese servicio y construído sin arreglo á un plan científico," se­gún afirn1ación del señor Ministro. Carece de departan1en­tos suficientes. J ú zgase imprescindible la necesidad de en ..... sanchar el edificio ó de construír uno nuevo en el misn1o lugar, puesto que el área de terreno de propiedad de la. N ación en aquel sitio es bien considerable. En las ciudades de BarranquilJa, Cartagena, Cúcuta, Panan1á, en donde no hay hospitales n1ilitares, el Gobierno se ha visto en el caso de con tratar la asistencia de sus en­fern1os en los hospitales particulares, contratos que no dejan de ser gravosos. En el tiempo transcurrido de 30 de Junio de I 894 á la misma fecha de I 896, el gasto por personal y material del Hospital Militar de Bogotá asciende á la suma de$ 74,734-25; y el mismo gasto en, las demás localida­des donde ha1'" guarnición asciende á $ I 6 6, S 1 2, en un tien1po igual al anterior. Opina el señor Ministro que en los· Departan1entos n'> Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR debe prestarse el servicio de custodia de presos ó reos re­nlatados por los soldados de la fuer7 -- pública, atribuyendo á esta clase de fatigas una de las varias causas que influyen en las frecuentes enfern1edades de la tropa. CuARTELES Y PARQUEs.-No son bien adecuados á su objeto los edificios que posee la capital. En uno de ellos hay que renovar los entresuelos y en otro la techun1bre­Ninguno tiene oficinas adecuadas para Estados Mayores, ni para atn1acenes ó depósitos de elementos de guerra. Cree que ~nvendría construír de nuevo los cuarteles, levantán­Jos sobre los cin1ientos de los que existen; trabajo en el cual pudiera aprovecharse la tnano de obra de los soldados. Son de propiedad nacional Jos cuarteles de Barrran­quilla, Bogotá, Cartagena, Guaduas, Honda, Panan1á, Tun­ja, Santa Marta, Chita, Cúcuta, Zipaquirá y Sogan1oso; y tienen que pagarse los de las guarniciones acantonadas en Bucaran1anga, Buga, Facatativá, Ibagu~, Cali, Medellín, Popayán, La Mesa, Madrid, Socorro, Riohacha, Nemocón, Manizálcs, Chinácota, Neiva, Pasto, Soatá. La falta de locales adecuados para la tro¡..a y para la guarda ó depósito de n1ateriales de guerra se hace sentir, señaladan1ente, en Bucaran1anga, Cali, Medellín y Barran­quilla. A los Guardaparq ues se les ha exigido la fianza legal de seguridad en el m.anejo de los elementos confiados á su custodia, y se les ha ordenado que lleven la docun1entación respectiva, conforn1e á las disposiciones del Decreto nÚn1e­ro 304, de 20 de Mayo de 1 8 8 2. FÁBRICA DE CÁPSULAs.-Para poder aprovechar de­bidamente el arn1an1ento de precisión con que se dotó al Ejército, y evitar cualquier inconveniente que pudiera nacer de la importación de cápsulas, se pensó en establecer en Bogotá una fábrica de . ellas. El edificio se empezó á , levantar hacia el Sur de ]a ciudad, en el punto denon1inado <'El Aserrío." Comenzaron los trabajos de edificación en I 8 8 8. Aquelos que se han ejecutado en la Fábrica han sido encon1endados á un n1ecánico entendido, n1ediante con­trato. Pero prestaría n1ás eficacia y seguridad positiva al Gobierno dicho Establecin1iento si las obras que deben • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR , acerse en él, se llevasen á cabo por n1edio de admi­nistración. La Fábrica requiere aún gastos que no so~ excesivos y que recon1penzarán el esfuerzo que se haga. La. introducción de grandes cantidades de cápsulas del extran-:­iero para n1antenerlas en depósito, no puede hacerse venta­josamente porque la acción del clima las daña después de algún tiempo. . AsiGNACIONES Y OTROS GASTOS MILITARES.-Las Leyes 86 de I 8 86 y 2 de r 894, vinieron á subsanar en parte, los vacíos y deficiencias del Código Fiscal, relativos á los sueldos de Jos empleados militares y á las sumas de­" retadas para auxilios e rna.rcha y n1ovilización de tropas. Las guarniciones del Norte y Sur de la República, no po-. ~lían hac~r uso del papel n1oneda al n1isn1o tipo que en el resto de Ja República, y las estacionadas en Bolívar y San­tand r tenían que pagar n1ás caro el precio de los artículos alin1enticios. Com medio económico conciliable con la justicia, el señor Ministro de Guerra propuso en su Informe que la ra-. ción que se pague [t Jo individuos de tropa no sea nunca inferior al jornal que ganan los obreros que trabajan en construcciones de casas, cte. Califica de exigL~a la de sesen­ta centavos diarios, y aboga con in1parcialidad y acopio de razones de fundado peso, porque se señale una sun1a que dé completo desahogo n1aterial á los que se dedican á ser­vir á la Patria en sostenin1iento del orden público. Q.yiere que ]a Nación provea, an1pliamente, al sostén de los indi­viduos que con1ponen el Ejército, que el apoyo que se les haya de suministrar sea de carácter duradero, atendiendo. al régimen de permanente igualdad en el orden que entra­ña el espíritu de Ja Constitución de 1 8 8 6. Por el contexto de varios puntos del Informe del se­ñor Ministro, y por algunos actos y disposiciones que ha dictado, en desen1peño de sus funci~mes, se viene en cono­cimiento de que él quiere ·despertar en los individuos al servicio de la N ación el convencin1iento del deber in1pres~ cindible en que están de ajustar sus actos á cuanto tiende. á dar respetabilidad, solidaridad y armonía n1oral á la Na­ción ; busca él y estudia los medios n1ás adecuados y con- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ciliables con el desarrollo de la existencia holgada del ejér­cito, penetrado de la importancia que como elen1ento de seguri~ad han de prestar sus n1ien1bros á la sociedad en que v1ven. Sin igualdad de nlÍras y absoluta uniforn1idad en la disciplina no se concibe la existencia del t::jército. (Concluirá). -- ... - - MINISTERIO DE GUERRA RESOLUCIÓN NÚl\1ERO rr7 ua señala la manera de comprobar su domicilio los militares para ser pasaportados cuando se retiren del servicio. Ministerio de Guerra.-Sección I.a- Bogotá, Abrilr2 de 1897. Los militares que se retiren del servicio activo y tengan dere­cho á pa aporte con arreglo á los arttculo 1 I y 14 de la Ley 39 de 1896, deberán comprobar con un certificado del respectivo Al­calde cuál era el lugar en que conforme al artículo 78 del Código Civil e hallaban domiciliados cuando recibieron la comunicación de llamamiento al ervicio i fueren Gcnerale ', Jefe ú Oficiale ó enganchados si fueren individuos de tropa. En el certificado dicho se expresará cuál de las causales seña­ladas en el artículo 373 del Código Políti o y Municipal es la que constituye la vecindad del individuo militar de quien se trata. Del requisito indicado podrá prcscindirse cuando no hubiere duda alguna acerca del domicilio del militar que haya de ser pasa­portado. Publíquese en el Diario Oficial y en ia Orden General del Éjército. El Ministro, PEDRO ANTONIO MoLINA. SEOCION OIENT1FICA TÁCTICA APLICADA NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA (Continuación). Las marchas de 35 á 45 kilómetros son penosas: la infantería no puede soportarlas más que tres ó cuatro días consecutivos; la caballería las resiste más largo tiempo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ; BOLETIN MILITAR Las marchas forzadas sólo se emplean en muy extraordinarios casos. Por regla general el arma de mayor resistencia y perseve­rancia para las fatigas continuadas es la infantería, porque en el hombre el espíritu se sobrepone á la materia, y ésta misma es más flexible á las regularidades y violencia-; de la vida de campaña: en los institutos montados, el caballo que es su principal elemento, se resiente en extremo de la falta de un trabajo metódico y de la re­gular y continua administración á que se halla acostumbrado. RAPIDEZ DE LAS MARCHAS Es de todo punto imposible determinar con precisión ]a rapi­dez de las marchas, porque este cálculo se halla sujeto á una por­ción de circunstancias, siendo las principales el número y compo­sición de la columna de marcha, el estado de las tropas y la calidad Je terreno y caminos que se atreviesan. La experiencia, no obstante, ha dictado un término medio para la rapidez normal de la diferentes armas, y es como sigue: Infantería. Un infante ó pelotón aislado recorre con desahogo S kilómetros en una hora: para el mismo trayecto emplea una co­lumna de infantería, en circunstancias favorables, de 66 á 73 mi­nutos. La columna de infantería neces ita, por lo t'lnto 4t horas para una marcha ordinaria de etapa de 20 kilómetros añadiendo á dicho tiempo una hora, por lo menO', empleada en los altos y descansos, resulta que la duración total de la indicada marcha e de Si horas. Si las circunstancias de la calidad de los ca mi nos, el tiempo, el es­tado atmosf¿rico, etc., son de favorables, aquella cifra se elevará tal vez á 6~ ó 7! horas, y aún podrá ubir hasta 9i ó rot cuan­do aquellas son comp!et:lmente contraria . Caballería. Un jinete ai slado sobre un buen caba1lo, recorre S kilómetros al paso en 40 ó so minutos y en 18 ó 24 al trote. Al-: ternando en dos aires para un trayecto de ro kilómetros, empleará de s8 á 76 minutos. Una columna de caballería en circunstancias normale recorre 5 kilómetros en 35 á 40 minutos, por lo que ve­rifica W1a marcha de etapa ordinaria de 20 kilómetros en 3 ~ ~ 4- horas los descansos inclus ive: para una marcha de 30 kilómetros necesita de S á si horas. No siguen, sin embargo, en la misma propordón los grandes aumentos de trayecto, pues empleará la ca- • ballería 9 horas por lo menos para recorrer 45 kilómetros en razón á que los piensos de los caballos, mucho más lentos que la comida de los homb'res, exigen una detención de una á dos horas próxi-mamente. . Artilüría. La rapidez de la marcha de una columna · de arti­llería montada se equipara con la caballería, pues la ligenza y sen- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 233 cillez del material le permite los altos aires: no obstante, para las distancias un tanto con iderables como de una buena jornada, la ra­pidez será algo menor atendidas las condiciones del arrastre y los cuidados que exigen los trenes de esta arma. U na batéría puede recorrer 20 kilómetro al paso en 4~ horas, pero esto sobre un te­rreno sólido, pues el estado de los caminos y sus desniveles influ­yen más poderosamente sobre ésta que sobre las demás armas. Hé aquí las circun tancias que ejercen mayor influencia sobre la rapidez de las marcha , y por lo tanto sobre la longitud de su trayecto: I .0 El estado f/sico y moral de las tropas, su hábito á las fati­gas y las disposicion es reglamentarias de las marchas. Nada constituye un obstáculo tan grande al movimiento como el cansancio del soldado. Saber prevenir y evitar oportuna­mente este caso fatal e uno de lo secretos del arte del mando, pues la situación má crítica para un General en Jefe ó cualquier oficial con mando es hallarse al frente de tropa extenuadas por la fatiga en el momento en que se necesita de sus fuerzas para una importante operación. Grande influencia ejerce también el estada mJral del soldado ~obre us facultades de locomoción. El ánimo del soldado e exalta hasta un punto extraordinario que le impulsa á lle\ar á cabo gi g antes ca_ emprc a, cuando á una sólida di c:plina une la confianza en la victoria, la que le inspiran s u general y sus jefe. , la legítima sati s facción de los triunfos al­canzados ó noticias favorables de ventajas adquiridas por otros cuerpos. El hábito de las marchas y de las fatigas, en general consti­tuye otro factor importante para el c á lculo de lo que e puede exi­gir y obtener de la tropas en este punto, pue las que se hallan acostumbradas á una grande movilidad poseen facultades superio­J'e de march~, en tanto que el reposo continuado enerva todas sus fuerzas. Antes de entrar en campaña deben ejercitarse al movi­miento, si bien en los primeros días de operaciones se p-rocura que las marchas sean cortas, y se prolong:m progresivamente á mediea que los hombres se fortalecen y que los caballos pierden la gordura y ganan en dureza de carne y agilidad. Las prescripciones reglamentarias relativas á las marchas deben preveer y dictar las reglas más seguras para que aquellas se ejecuten con la mayor regularidad y armonía, pues de e ta cir­cunstancia depende muy principalmente el buen paso de la· cabe­za de columna, la holgura de cada soldado dentro de ella, el que las últimas fracciones no se queden ratrazadas y por ú !timo que el todo de las fuerzas avance con la mayor rapidez y la menor fatiga posible.. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 2.0 La projundidad y la ordenación de la columna de mm·clz(l·, Los efectivos de la columna, us diferentes armas y el orden eq que éstas van di ·pue-tas ejerce muy particular influencia sobre la rapidez y duración de la marcha. Mientras más profunda y más. cargada de impedimento (caballo de mano, bagajes, etc.) sea Ja columna, mayores serán las pertubaciones de la marcha y las f1 uc;­tuaciones que retardan el movimiento. Si éste no se emprende por la cabeza con anticipación, la cola sufrirá detenciones unas veces, retrazos otras, y el todo en lugar de ser un cuerpo eslabo­nado que se mueve con perfecta armonía desde el principio al fin, acu::,ará una desigualdad de distancia que se hace sentir especial­mente, en los pasos estrechos, como puentes ó desfiladeros, entor­peciendo y retardando sin remedio la marcha mientras que es ma­yor la fatiga, y por tanto, menor el trayecto que puede recorrer en Ja jornada una fuerte columna provista de todo sus elementos. 3.° Ciases de terrenos, caminos, desfiladeros. La facilidad de. las marchas depende en gn'n parte del estado de lo camipos : aquélla e más grande y rápiJa cuando la carretera, además de una buena anchura, tiene piso firme y plano. El barro, el polvo y las pen­dientes son otras tantas causas que embarazan el avance de las tropas. Existen, no obstante otras causa que retardan má la mar­cha que el mal e -tado e los c a minos ; cuales son : la de igualdad del paso ; las R uctuacione de la col u m na de cabeza ó cola, la fre­cuencia de aumentos y di minuciones del frente de columna, y todo uanto se rela iona con el orden y armonía del movimiento. La estación, la temperatura y la hora, on también factore· importantes en la rapidez ó atrazo de las marchas. MARCHAS DE GUERRA En las marchas de guerra la atención capital, la condición sine qua non, es que las tropas se 'hallen convenientemente resguar ... dadas y rn perfecto estado de aceptar la batalla. Esto no obstante las consideraciones de carácter económico permanecen en vigor,. pero en cuanto no perjudiquen á las de naturaleza táctica que ocu­pan en este caso el primero y el más respetable lugar. Las marchas de guerra no tienen otro objeto que él encu€n.­tro del enemigo; pero éste con frecuencia está á su vez en mo­vimiento, de donde resulta- que ni lo cálculos más racionales, pro ... ducen su efecto cuando reinan la incertidumbre y las congeturas. Por esta razón las precauciones deben ser mayores y más completas á fin de no sufi·ir una sorpresa y poder aceptar el com­bate en cualquier tiempo y lugar en que el enemigo provoque á la lucha. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETI ' MILITAR 235 LONGITUD DE LAS MARCHAS DE GUERRA Respecto de este punto predominan los términos extremos en ampaña: las marchas son demasiado largas ó demasiado cortas. Los grandes cuerpos de tropa próximos ó casi en contacto con el enemigo no verifican larga marchas por ser en dicho caso muy restringido el rayo de su esfera de acción. Siendo de suma impor­tancia adquirir siempre las últimas y más seguras noticias respecto al enen1:igo antes de ponerse en movimiento, la hora de salida no debe .fijarse demasiado temprano, además de que el serv.icio de re­~ onocimiento y descubierta que debe pr ceder á aquella, habrá de retardarla necesariamente. . Pero ocurre con frecuencia en campaí1a que á una larga in­movilidad, ó bien á las pequeñas marchas se suceden las forzadas, y esto acontece generalmente cuando se trata de operar una rápida co.ncentración para un at gue decisivo; cuando hay que transportar á ~na nueva posición estratégica todas las fuerzas y el material; cu<~;ndo es preciso retirarse á toda prisa despues de una derrota ó avanzar rápidamente sobre el enemigo vencido; y últimamente si se intenta una sorpresa ó golpe de mano, alguna atrevida expedi­ción, cte. Resulta de lo dicho que es muy dificil determinar la duración de una marcha de guerra p,or ser muchas las circunstancia parti­culares que entran en el cálculo y especialmente la proximidad ó pre encía del enemigo, qt..tc ora sea segura, ó incierta é ignorada, puede obligar en muchas ocasiones, según las fuerzas de que se dispone y el país que se atraviesa á prolongar la marcha, á redu­cirla, y en fin, á no terminarla, acampando sobre el terreno donde nos sorprenda la noche ó el momento del peligro. MARCHAS DE OC HE Marchas se ~-retas En toda operación nocturna, no sólo el Jefe principal, pero más particularmente los de cada unidad táctica deben redoblar su vigilancia y exquisitos cuidados para que en nada se altere el orden y la cohesión de sus re pectivas fuerzas, permaneciendo unidas y compactas aun en el caso de que por circunstancias particulare hubiera solución de continuidad en el todo de la columna. Cuando ésta se detenga por cualquier causa, nadie puede separarse de la .fila, ni menos sentarse ni echarse en el camino; lo primero para evitar los extravíos de hombres ó con fu. ión de unas fracciones con otras; lo segundo, porque cediendo fácilmente al sueño, se hace muy difícil emprender la marcha de nuevo. Se vigilará también. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MI'JITAR. con cuidado que los jinetes no e duerman, porque abandonados los caballos se producen detenciones y descomposición en las tilas; y por último, d asiento del hombre pesado y vacilante, provoca le­vante en el lomo del animal. Cuando la marcha de noche tiene por objeto llevar á cabo una sorpresa ú operación secreta, es de rigor que no haya ruido, que nadie tome y que reine el mayor silencio posible; se esquivarán los caminos conocidos, los terrenos habitados. Finalmente, en esta clase de marchas, sólo el jefe, á ser posi­ble, y á lo más u segundo jefe ó el de Estado Mayor, deben co­nocer el secreto de las operaciones que se intentan, y de cuyo éxito muchas veces es garante la más ab.;oluta reserva. ( C;ntinuará). ESTUDIO SOBRE LAS OPERACIONES DE NOCHE EN CAMPAÑA (Abreviado de la obra de Julcs Bourelly. C apitá n de Estado M ayor del Ejé rcito fi-nnc~ p or A. P .) I ER VICio DE SEGURIDAD DE N'OCHE El artículo 8 5 del R !!glarnento para el servicio en campaña del Ejército frances dice: " En los cuerpos destacados, pequeños e uerpos consti tui el os con hombres inteligentes, se colocan á bastante distancia en los di­versos puntos por lo cuale pueda pasar el enemigo para atacar la posición y cortar la retirada. Sitúan e de preferencia en las encru­cijadas de los caminos, no encienden fuego alguno, permanecen ocultos y cambian de posición frecuentemente. "Esto puestos anuncian la aproximación del enemigo por medio de seiíales de que deben haber sido provistos, ó en su defec­to, por seí1as convenidas de antemano, retirándose á los puntos que les hayan sido indicados por caminos que han debido reconocerse con anterioridad. Al amanecer se incorpora!1 de nuevo á la gran guardia." Prescribe la misma Ordenanza el establecimiento de una es­pecie de red de puestos avanzados alrededor de los campos, acanto­llamiento y vivacs. Esta red debe cubrir el frente y rebasar los Bancos de la posi­óón que ocupa el Ejército. Las fuerza que e hallen en los pues- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. &OLETfN MIUTAR 237 tos avanzados tienen la misión de observar los movírnícntos Jd enemigo, avisar su aproximación y retardar ó detener su marcha ~uando intente avanzar hacia el campo ó VÍ\'ac. Si el enemigo qui&iera penetrar en un campo francés, encon­traría, en primer lugar, centinelas aislados, después una línea regu .... lar de centinelas de infantería y caballerb, otra de pequeñas avan­zadas, las grandes guardias, algunas veces puestos de so·tén ;Í con­tinuación de éstas, y, en últímo término, el puesto avanzado de la guardia de preve.nci6n. Esta especie de cordón de seguridad es variable, según la ma .... yor ó menor importancia de las fuerzas á que pertenece, y nume ... rosas circunstancsas que no creemos preciso cnttmerar. Cada bri ... gada protege el terreno que ocupa; y rondas y patrullas, propor­cionadas por las grandes guardias, que reconocen las inmediacione · del campamento y vigilan el servicio de las avanzada , completan eL de eguridad. Se cvn igna en la ' misma Ordenanza que dut':.lnte la noche hán de aproximarse al campo, vivac ó campamento los pequeños puestos y grandes guardias que rodean el circuito. Federico u, que ha marcado minuciosos preceptos referentes al servicio de noche en las avanzada , estableció la. misma prescrip­ción, excepto en el caso que ocurre con alguna fre<;uencia, de quG los dos ej ' rcitos combatientes se hallen separados por algun río o tm extenso foso, en el cual, siendo nccesano impedir el paso, han de conservar e de noche las mismas posiciones ocupadas durante el día. Lo escritores mílitares se expre an, por regla general, de acuerdo con este sistema y uno de los pocos que se han rebelado contra él ha sido el mariscal l3ugeaud. Opina éste q~•e el referido si tema conduce necesariamente á plantear la vigilancia nocturna en un radío de muy corta exten­sión; siguiéndose de aquí que el núcleo prÍncipal de las fuerzas no se halle suficientemente precavido contra una sorpresa cualquiera. Además, en las fuerzas destacadas para. constituír la vanguardia de un ejército, la5 avanzadas demasiado inmediatas favorecen los mo­vimientos envolventes del enemigo; la vanguardia corre el riesgo de ser arrollada y destruída; hasta el mismo ejércíto puede verse obligado á aceptar el combate ol:>re un ten:eno y á una hora que no le sean favorables. Así pues, si durante la noche se reconcentra la red de puestos avanzado ,. son más fáciles de ocurrir las sorpresas y los golpes de mano contra el grueso de las fuerzas. Aumentando las garantíag de seguridad para las avanzadas, disminuyen las del cuerpo de ejército cuya protección constituye su misión; esto es, se des­éuida lo principal por lo accesorio .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR Juzgaba el mismo mariscal B ugeaud que el mejor mediO dé preservar e de noche contra las sorpresas que la noche misma favo­rece, es el de establecer un servicio de puestos avanzados más aleja­do aún que durante el día del núcleo de las fuerzas. En el caso particular de un cuerpo de ejercito destacado á gran distancia del grueso Jel mismo, se evitan de este modo las sorpresas, pudiéndose además abrigar la convicción de que el enemigo no ocupará la línea de retirada. ¿Cómo conceptuaba pues, el mariscal Bugeaud que debiera establecerse de noche el servicio de seguridad de un ejército ? Por medio de pequeños puestos de aviso, entre acados de las fuerzas que durante el día presten el mismo servicio, compuestos ue infantería y caballería, ó solamente de infantería, según la di­versidad de circunstancias ; diseminados en todas direcciones á la mayor distancia posible; aprovechando los accidentes del terreno, emboscados en los barranco , á la inmediaciones de las veredas, senderos, carreteras encrucijadas, destacando centinelas más lejos aún, y no comunicando con las guardias inmediatas al campo ó vi­vac más que por medio de ordenanzas, prefiriendo los de ca baile-· ría cuan1o las condiciones topográficas se lo permitan. 'Tal vez se objetará que en estos puestos tan avanzado pue­den ser fácilmente sorprendiJos ; pero no es esto tan realizable corno aparece á primera vista, componiéndose por lo general aquellos pue tos, de un corto número de individuo., perfectamente penetrados de su deberes, que no han de er ocorridos ni batirse, <.Jue guardan el mayor silencio, no encienden fuego y permanecen convencidos de que su propia seguridad depende del silencio que guarden; cuya misión se reduce únicamente á prevenir y partici­par á la fuerzas cuya seguridad les está encomendada, cualquier novedad que ocurra, por medio de señales convenidas, y que pueden, por último, en un momento dado, merced al conoci­miento que han debido adquirir durante el día de los medios de re­tirada de que pueden di poner, sustraerse rápidamente á la perse­cusión del enemigo y ganar el puesto de reunión previamente de-· ·ignado. Sin entrar en lo detalles de ejecución del artículo 8 5 trans­crito ni de los demás artículos que forman el Título VIII de la Ordenanza, referente á las operaciones de noche, artículos en los cuales se consigna el principio de que las avanzadas deben ocupar durante la noche posiciones más inmediatas al núcleo del ejército que las que han conservado durante el día, puede oponerse á aquel principio el siguiente, que creemos de útil aplicación en todos los casos: Por la noche, en que la vista pierde gran parte de su vigor, convi~ne tener puestos mas avanzados que durante el día riel lado del enemzgo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR 239 Bustow en su Arte militar en el siglo XIX opína que la dís..: tanda que debe mediar entre los puestos avanzados de observación y el campamento depende, primero, del tiempo que necesiten las tropas cuya seguridad se defiende para tomar las armas y ponerse en estado de defensa; segundo, de la mayoi· ó menor exten ión de terreno que los puestos pueden vigilar; y, tercero, de la cele­ridad con que el enemigo pueda avanzar hasta el campo ó vivac. Hay que tener presente también que el soldado invierte más tiempo de noche quf' de día en prepararse para la res:stencia; y además que, por muy clara que sea la noche, las avanzadas no po­drán ejercer la misma vigilancia sobre el campo enemigo que en pleno día. Razones ambas que bastan para justificar la nece­sidad que existe <.le alejar en lo posible los puesto <.le observa­ción. T'al vez se nos arguya que. el ataque no es tan , ·igoroso en el seno de la oscuridad como á la luz dd día, y que el tiempo per­dido por el ataque lo gana la defcn a; á lo cual re~ ponderemos, en primer lugar, que el defensor se encuentra en las misma con­dici~ nes; y, en segun<.Io, que debe abrigarse siempre el temor de que el agresor al intentar un golpe merced al conocimiento que previamente ha debido adquirir del terreno, trate de desplegar ma­yor vivacidad y arrojo en su primer ataque, á fin de hacer perder á los defensores las naturales ventajas de una actividad upcrior. La guerra de los E tado. U nido ha venido á dcmo trar, indu­dablemente, el sólido fundamento de lo principios sentad('S por el mariscal Bugeaud referentes al servicio dcseguridad. Al empezar esta lucha, tan fecunda en aconte'-= irni ~tos d igt " d e ecial estudio, oficiales y soldados improvizado tenían en este ervicio, y espe­cialmente en el de noche una falta de experiencia cuyo peligro se hacían muy grave . Las alarmas se repetían con frecuencia suma; sobre todo de noche sorprendíanse las grandes guardias y se copaban los cuerpos destacados. • (Continuará). EN El EJERCITO El Poder Ejecutivo por Decreto de fecha I 7 de Ivlarzo dictó las siguientes disposiciones: Reconoció al Teniente Coronel Zoilo Forero d empleo de Coronel efectivo, con el cual ha prestado, en algunas oca iones, sus servicios á la República. Nombró al doctor Virgilio Osejo, médico de la Guarnición de Ipiales, asimilado á Sargento Mayor para los efectos fiscales; y concedió al T'eniente Juan B. Medina la licencia indefinida que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. nOLETÍN i\HLITAR ... olicito para separarse de la 5.11 Compaí.h dd llatall0n Rijlt·~ lUÍ­mero 12. Por Decreto de r~cha I2 ascendí<) á Coronel efectivo al Te .. niente Coronel Fernando Horrero~ que sirve en el Estado Mayo1' de b 3·n División, como 2.() Ayudante General y lo promovió al puesto de primer Ayudante General de b misma Oficina; y acep~ tú al Coronel Luis Fernando Garc1a la excusa que presentó para servir el destino de primer Ayudante General del EstL'.do !vlay01' de la 4• 8 Divisi<)n del Ejercito. Por Decreto de fecha 18 promovió al Capitán Salvador Ho­yos Ordúñez, que sirve en la 2.a Compañía del Batallón ()az.adort's numero 16 al pue¡;to de Ayudante .iVlayor del C~dibí? número 241 en la vacante que allí existe de e e empleo; ascendió á Capitán efectivo al Teniente Heliodoro Pinilla, que sirve en la 3·" ComE_a­ÍÍla del expresado Batallon Cazad'Jres, y lo promovió á la 2 ... enla vacante que dej<) el Capitan Hoyos OrdoneZ'; y llamó al servicio activo al Teniente Zcn<Ín Favio Lcmos, dc.·stinándolo á la 3.• Compaííía del mencionado Cuerpo, á la vacante que dejó el ~re~ uiente Pinilla. Por Decreto de fecha 2 7 reconoci<í al señot· Sal u ti ano Teja­rla el grado de Capitan efectivo del Ejercito que le confiri<) en Fe­brero de 1895, el Jefe Civil y Militar del Departamento de Boya_, ci, lo llame) al scn·icio acti\'() y lo destin
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 15

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 16

Por: | Fecha: 01/05/1897

Año I llogotá, ~lli)'O 1. ~ tle 13!17. Número Hi BOLE T IN lVIILITAR -~··-~- ORGANO DEL l\.1INISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO ·- Director, ALEJANDRO POSADA. Soll colaboradores natos de este periódico, todos los 7efer y Oficiales del Ejército de la República. LABOR .ADMI TJ TRA TIV A (Continúa del número ·anterior). VESTU .\RIO Y EQUIPO. - Desde r 89 r el Gobierno con­fió á la Sociedad de San Vicente de Paúl el encargo de su­nlinistrai · el vestuario para las tropas, n1edida que ha resul­tado eficaz )' ven tajo a, porque la ropa confeccionada en los talle;cs de la Sociedad, es más barata que la. importada de Europa, y no se corre con ella el riesgo de que resulte fue­ra. de medida. Les talleres de la Sociedad alcanzan á dar abasto para proveer de vestuario y equipo á todo el Ejérci­to, y el Gobierno, atendiendo al buen servicio de este ramo y para evitar comentarios desfavorables, tuvo á bien expe­dir el Decreto número 232, de I 9 de Junio de I 896, en el cual, conformándose con el sisten1a adoptado desde I 891, _ atiende la manera de allanar las dificultades que ocasionan Jos gastos de transporte del vestuario á largas distancias ve­rificJ. ndo el servicio indicado por n1edio de contratos cele­brados en licitación pública. Prescribe el Código Militar que los Jefes y Oficiales hagan el gasto de su uniforme, lo que ocasiona á cada uno de ellos un gasto fuerte. Pide el señor Ministro que se de­rogue esa disposición y que sea la Nación la que costee los uniformes de servicio y de parada. MoNTEPío MrLITAR.-A establecer y desarrollar esta institución, tan benéfica y útil á Jos deudos de los n1ilitares, vinieron la Ley 96 de I 890, reglan1entada luégo por el De- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILlTAi't ~reto número IO+ de r 89 r y por el acto legtsiatÍva de te de Junio de 1895. Hasta fines de r 896 el Montepío pagaba anrtalmente: doce pensiones, de ellas la n1ayor era de cincuenta pesos. mensuales y la n1enor de diez. El total de entradas á la Caja de h Tesorería del Mon_, tepío por intereses pagados por los prestan1istas asciende en cuatro años y cinco n1eses, á la suma de $ 24,08 3-8 S .. JusTiCIA .rvliLITAR.-S hace notar en el Inforn1e que la Ley r S 3 de I 8 8 7 " señaló nu~vas penas á ciertos delitos con1etidos por los n.ilitares, especialn1~nte á aque~ llos cuya ejecución apareja á la República graves peligros en orden á su independencia. y soberanía ó á l.a conserva­( ión del orden público interno.'' Considerando el alcance del acto legislativo de I 89 5 GUe sotnctió á la jurisdicción n1ilitar los delitos definidos en el Título r, Libro 2. 0 del Código Penal, diserta el señor Ministro con elevado criterio filosófico cuando dice : " Relajadas con o han sido, por la frecuetY·i, de nues­tl ·as guerras civil s, Jas fuerzas q u e en to a 1a ión regu­larmente constituída sustentan el orden social, y debilitada el principio de autoridad en la conciencia pública, acos­tun1brada á n1irar sin temor las :nvasione del espíritu de anarquía así en los dominios dd o. den social como en los de Ja organización política, preciso era refrenar con n1ano firme las tendencias destructoras de los el n1entos constitutivos de la tranquilidad p íblica y n1antener á raya Jos conatos encan inados á poner al an1paro de una bandera política la ejecución d" crin1enes execrables." EsTADO DE GUERRA.-Este capítulo del informe es fa página n1ás completa de él : contiene apreciacíones de: alto valor histórico ; enunciación fápida, pero fiel y segura de los movim.ientos principal s de la guerra civil de I 8 9 S ; aparecen las grandes líneas del cuadro trazadas con obser­': l~ión sagaz. y penetrante y revelan el profundo estudio 'l e el señor Ministro ha h cho de nuestros partidos y cón10 sabe apreciar en cuánto afectan la n1archa regular de .la e.'istencia de nuestras poblaciones. Con estas notas hemos de poner de n1anifiesto los. puntos principales de administración pública que se tocan ,. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLITÍ MILITAR 243 eÍ1 el Inforn1e, no sin dejar de observar que estudiado éste en conjunto, se ve el acierto y propiedad con que el Mi­nistro del ran1o interpreta el verdadero espíritu de la Con~­titución que hoy rig ..... Los Decretos n "meros 9, I 8 y 3 I, de I 8 9 5, vinieron á declarar la República en estado de sitio. El Gobierno tomó prontas y enérgicas providencias en el sentido de levantar Jas fuerzas indispensables para debelar la rebelión. Procedió á nombrar en los Departa­n1entos funciQnarios encargados de la autoridad civil y n1i~ litar; activó la consecuci6n de recursos para las tropas en can1paña, y logró dar cohesión y con1pleta unidad á sus disposiciones. Dice el Informe: " Desplegándose excepcional actividad en la organi­zación de las fuerzas destinadas á restablecer el in1perio deJ orden y en la creación de todos los elementos indispen_: sables para elevarlas hasta el número que las circunstancias exigieran, la r b·-- iCn sufrió desde Jos primeros días desca­labros decisivos que, sobre desconcertar sus planes, dieron ú. Jos anügos del Gobierno confianza en el resultado final para robustec~r y "'igorizar Ja opinión fav rabie á éste. unca se dio ejemplo en nuestras guerr~s civiles de mayor ó igual ccléridad en L formación de fuerzas colectivas des­tinadas á con1batir una insurrecció n, ni hubo en las opera­ciones de h guerra la rapidez y el acierto con que se obró p1ra tern1inar ésta en t.l plazo n1ás breve que registra nues­tra histori~L Ni las dificultades de tiempo ni las de dis­tancia fueron parte á entorpecer ó retardar movimientos . n1ilitares eiecutados con n1aravillosa celeridad y que aho­garon sin mayores sacrificios· n1orale~ y n1atcriales, un al­zamiento preparado en ]argo tiempo y re~lizado con auxi­lios de invasores lanzados desde opuestos extren1os del con­tinente sud-americano. "A fin de vigorizar la acción del Gobierno en todo el territorio de Cundinaniarca y atender sin demoras á bs exi­gencias del restablecitniento del orden, el Poder Ejecutivo Tspuso que el Ministro de Gobierno ejerciera las funciones d Gobernador del Departamento, Juégo que las operacio­nes militares hicitron necesaria la separación de este puesto de Jos señores General D. Rafael Reyes y D. Rufino Gu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2"TT BOLETÍN MlLITAR tiérrez., uienes Jo habían ejercido sucesivan1ente y bajo cuya adn1inistración se organizó el Eji:rcito denonünado d~ Cun­dinan1arca, con parte del cual el Gobernadü r militar del Departan1ento, que lo era el n1Í s mo General Reyes, hizo la corta y brillante can1paña de Occidente., en que los revolu­cionarios fueron vencidos por fuerzas considerablemente in­feriores y sometidos en virtud del convenio de Beltrán" .... "Sin1ultánean1ente se disponía la organización d~J Ej~r­cito del Norte, destinado á pacificar las Provineias de Bo­yacá y del Norte de Cundinan1arca y á coadyqvar en. caso necesario los n1ovin1ie.ntos que debían ejecutarse en Santan­der; Ejército que se puso bajo las órdene~ del señor Gene-· ral Juan N. Matéus, Jefe de Estado Mayor General del Ejército permanente, y cuyas operaciones, realizadas con firmeza y serenidad, propias para asegurar la victoria, obtu­vieron el n1ás feliz resultado con la cél bre captura de Ca­}' itanejo, en la cual~ ahorrándose sacrificios de sangre y n1er­ced á n1ovimicnto~ hábilmente con1binados y dirigidos, se obtuvo la e11trega á discreción del Ejército enemigo, con1- puesto de rebeldes alzados en armas en el ~ orte dt. Cundi­nanlarca y en Boyacá, donde habían logrado reunirse y do­n1inar por algunos dí.as g1·an parte del territorio de <..-ste ú1- tin1o Departamento. "No tern1inó m.a.terialn1cnte Ja ca.n1paiia con el con1- batc de Enciso y Ja captura de Capitanej .; partidas que no pertenecían á ejército regular alghlno ni t~nían Jefe recono-· ciclo, continuaron resistiend , cómo las que se refugiaron en los bosque~ del Valle del Cauca y en las vastas llanuras de· Casanare, en la esperanza de revi\rir la lucha por n1edios de-· sesperados; se fraguaron conspiraciones encatninadas á apo­derarse de Jos cuarteles de ~arranquilla y la pláza de Po­payán, y se intentaron nuevas invasiones por auestras fron­teras del Sur y del Norte. De aquí la necesidad de n1ante­ner en estado. de sitio !a. República n1ientras Jos revolucio­narios se convencieran: de que n1oral y n1aterialn1ente esta-· ban vencidos, y por lo n1isn1o impotentes para renovar la lucha. Pero este resultado no se alcanzó sino prosiguiendo activan1ente la can1paña en los Llanos, último albergue de aventureros arn1ados de las poblaciones ribereñas del Meta y precaviendo posibles con1plicaciones que la caida del Go- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 24) bierno legítin1o del Ecuador hiciera surgir por el Sur de nuestro territorio, á donde fue necesario enviar dos Batallo­nes que sirvieran de respeto á los filibusteros y salvaguar­- diaran la neutralidad de Colombia en la contienda civil de aq u.ella República." El cóntingentc de pie de fuerza que los Departan1en-tos sun1inistraron al Gobierno nacional fue el siguiente: Antioq uia ........... · ... ~ . . .. . . , .... , .. "' 4,ooo Boyacá .. . . . . . . . ... ... . . . . . . • . . . .. . . . ...... J,ooo Bolívar. . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • J,ooo Ca u ca... . . . . . . . . . . . . ................ ~ . . . . . . I o,ooo Cundinan1arca . . .. .. . . . .. . . .. . . . . . . . . . . ... 20,000 Magdalena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . "" 6oo Panan1á .................. _ . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6oo Santander............... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 5 ,ooo Tolin1a............. .. .. . ... .... . .. . . . . . . . . . . . . 2,ooo Todos los sueldos d.e los n1ilitares y soldados en servi­ ·cio fueron pagados puntualmente durante la guerra, así co­nlo se hicieron tambi~n con absoluta rcgularid. d los demás gastos de materiz.l y movilizaciún de tropas. Concluída la guerra el Ministerio creyó conveniente conceder á los Jefes y Oficiales licenciad s la gracia de u u sueldo de excedencia, que se pago en parte. La suma de las gratificaciones pagadas ~lscendió a $ 1 46,o8 1. Los gastos hechos durante la guerra pueden compu­tarse en$ 12.267,955-45· El Ministerio reconoció por val o· de expropiaciones, suministros y empr¿stitos, la sun1a de * 662,997-.80, sun1a en la cual está incluído lo reconocido á las Con1pañías de 11avegación fluvial., por servicio de vapores en la guerra. Esta parte del Informe tern1ina así~ "Imperfecta con1o es Ja organización política de Co­Jonlbia, por no haber aparecido todavía el equilibrio de in­tereses que dan sólida y definitiva estructura á los elemen­tos sociales y son firn1e garantía de su ordenado n1ecanisn1o, y debilitadas con1o han sido, por las frecuentes conmocio­nes civiles ocurridas desde que se demolió el régin1en de 1~ Colonia, las fuerzas tutelares del orden y del respeto á 1~ 2utoridad, sería pueril y candorosa 'ilusión pensar que h2.. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR terminado para siempre la ~ra de las guerras civiles entre nosotros, y, por lo n1ismo, la previsión aconseja adoptar n1edidas encaminadas no s6lo á elin1inar causas de agitación política y de n1alestar econón1ico, sino tan1bi~n á poner en manos de todos Jos agentes del poder públíco n1 dios sufi­cientes para dar á la d fensa del orden la vigorosa organi­zación que es prenda de buen éx.ito en las n1edidas del Go­bierno. La organizaciún de una n1ilicia nacional, la provi­sión de abundantes elementos de guerra y la adopción de reglas bien definidas sobre autorizaciones para el caso de conmoción, contribJ.irían poderosamente á dar n1ayor esta­bilidad á la paz pública y á desal ntar á los perturbadores en sus propósitos de can1.biat:" por la. violencia el / régimen constitucional.'' MARINA DE GUERRA.-Atendiendo al objetivo de poner al Gobierno en capa idad de pod .... r::; defender con­juntamente de enemigos de la paz en motin"s interiores, ó en expediciones de filibus eros, s, han tripulado y armado ~onveni~nt. nrente, en vapor s de guen·a La Bo)'acá, La PopaJ El llérculcs y la CaHOJJercz JVardio, cuya construc-ión •;e pr sta á navegar con rapidez en el· río Magdalena. '1e con pr0 ademrcts, por el Ministerio de Gobierno, un, buque de guerra adecuado para la navegación en la Costa Atlántica. PRESUPVESTO.- -La M ·n1oria de Guerra presenta un cuadro complc:to de los gasto~ que se han hecho por el. Ministerio con la respectiva referencia á los capítulos del Presupu,esto que afectan y enun1era las partidas agotadas y las que hay que renovar. LEYES, DECRETOS Y RESOLUCIO,NEs.-La Ley 2.• de 1894, señaló los sueldos de los individuos del Ejército y autorizó al Poder Ejecutivo para aumentarlos transito­rian1ente. Entre los varios decretos expedidos por el Ministerio debe considerarse en prin1er Jugar, y con1o unp de los más i.mportantes el señalado con el nún1ero 8 3 2, por n1edio del ~ual se creó una Con1isión investigadora para averiguar y ~alificar la responsabilidad política en que hubieren incu­~ rido los perturb1dor..,s d .... l orden público. en la Nación\ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • BOJJETÍN MILITAR 24.7 )icho decreto surt~ó sus efectos y las gestiones hechas OOJ\ :tal n1otivo se publicaron en el Diario Oficial. En el capítulo de A UNTOS VIARIOS, con que termina d Inforn1e, se encuentran porn1enores referentes á la exi - tencia del Polvorín, en dDnde se depositan susrancias ex­plosivas ; á la pequefia Irnprenta de propiedad del Ej~rcito y en donde s_ ejecutan varios trabajos ; á la Arnzoría, esta­blecida convenienten1ente por resolución del Ministerio en la Fábrica de Cápsulas; al servicio de Palomares, para el 1nejor desarrollo del cual se expidió el Decreto nún1ero ~93 del año pa ado; y sobre las disposiciones á que deben someterse los habilitados de Jos cuerpos, y consideraciones sobre el perso·1al del I\1inisterio de Guerra. Por último, se insiste en llan1ar la atención á la ne~ ce~idad de establecer una buena legislación n1ilitar, hacia Ia creación de una Escuela de guerra dirigida por profesores con1petcntes y en el establecimiento de una n1arina qu .. in1pida el arribo á nuestras costas de expediciones filibus­teras y que s a capaz tanlbi~n de vigilar el contrabandG costanero. SECClO.i.r CIENTIFICA 'I'i'1.CTICA APLICADA NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA (Continuación). MARCHAS FORZADAS E. ta clase de marchas e distinguen de las demás, en que no 5e dividen en jornadas regulares, sino que las tropas caminan noche y día sin más desean os hasta el logro del objetivo propuesto, que los muy-precisos para la alimentación de hombres y caballos. La experiencia ha dictado que la longitud máxima de una J.narcha forzada pued ' S"'r de 8o á ro o hlómetros, ó sea de I 4 á r8 leguas. Ejemplos existen, aunqt:e raros, de marchas superiores que bien pudieran recibir el título de /zcréicas, llevadas á cabo por oldados que unían á una extraordinaria fortaleza corporal y grande hábito á las fatigas, una alma templada en la atmósfera sublime de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. :BOLETÍN MILITAJt las empresas gigantescas, ora por causa de recientes victorias, ora por el entusiasmo y la disciplina de que eran perfectos poseedores- Pero salta á la vista que ni extraordinarim esfuerzos, ní aun los precisos para cumplir el trayecto arriba citado, pueden exigirse á las tropas sino en ca os de imperiosa necesidad, cuando de ello depende la salvación del mayor número, cuando son egu ros y bri­llantes los re ultados que han de obtenerse merced á un de espe­rado sacrificio, y cuando, por último, cuenta d jefe con que su tropa conservará al final de la jornada fuerza y aliento suficientes para batirse con ventaja después de tan ruda p1 ueba. Siempre que así no . ea, las marchas forzadas serían un aten­tado contra la conservación, la cohesión y aun la disciplina de las tropas, porque en tales casos suele ser considerable el número de rezagados, estropeados y enfermos que van quedando á lo largo del trayecto que se recorre, lo C' al merma en grande es cala el efectivo de hombres y caballos muy necesarios tal vez para la operación que se proponen ó para los combates eventuales que pueden tener lugar. Resulta de aquí que como después de una marcha de ochenta á cien kilómetros in de canso, sería preciso dar uno largo, si ha­bía de continuarse del mismo modo, el sistema de marchas forzadas viene á ser contraproducenü~m, pues con tropas an-uerridas y re is­tcntes á la fatiga se puede hacer do . jornadas con c.:cutiva de 40 á 50 kilómetro , lo cual, e n meno \'Íolencia, produce los mismos y más seguros re~ ult.1dos. APTITUDES Y RELA 10. r E DE COl\.lB TF. DF. LAS DI F E~ E . TT E S ARMAS Infan te ría contra caballería Las propiedades caracterÍgticas de estas dos armas, conocida y de.finidas anteriormente, y muy en particubr la potencia ofensiva, y arrolladora que en grado máximo posee la caballería, determinan y establecen, como regla general, que la primera debe obrar drfmsi­vamente contra las cargas de la segunda, empleando el fuego desde .el primer instante; y cuando este medio no es &uficiente á rechazar el ataque, recurrir al arma blanca como último extremo. Las medidas que á este fin l-ía de adoptar la infantería depen­den inmediatamente de la naturaleza del terreno, posición que ocu­pa y formación táctica que presenta en el instante crítico de ser atacado. Si el terreno le presta una defensa natural que sirva de escollo contra los escuadrones, bástale parapetarse hábilmente, pues el fue­go nutrido y certero de sus tiradores paralizará la acción del ene­migo á respetable distancia, lo cual permitira á bs fuerzas amena- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 249 zadas emprender el movimiento prevenido ó terminar el que estu­viere lcomenzado. Pero si la infantería se ve atacada en terreno despejado y llano, entonces el procedimiento será distinto según que se halle en orden cerrado ó en orden abierto. En el primer caso debe di poner del tiem­po necesario para formar los cuadros de ba:al/CJ n; las columnas de compai1 ía adoptan la formaci¿n en rectángub ó en circu!'J. ucede con frecuencia que la caballería prepara una \·erdadera carga por medio de otra preliminar á discresiw, que tiene por ob­jeto atraer obre los jinetes aislados las primeras de cargas á fin de <:aer seguidamente en masa sobre la infantería. En semejante ca o conviene no dejarse engañar y sí recibir la carga á discresión con fuego certero de tiradore aislado ó por gru­pos, los cuales volverán á su puesto tan luego como los jinetes ·e dispersen. Este pr0cedi miento puede, no obstante, ser peligroso con tropas poco aguerridas o demasiado excitadas que no posean la san­gre fría necesaria, pues tal vez al entir los di sparos de los tirado­res, no pudiendo contenerse har1an fuego sin esperar la vo~ de mando. Para evitar e te accidente conviene, y es preferible no hacer caso al ataque preliminar, porque es seguro que los jinetes suelto no romperán el cuadro. En e5ta di . posición se es pera la verdadera carg a; las caras amenazada del cuadro rompen el fuego á la voz de mando que ~ er;i dada cuando los escuadrone · e hallen dentro de la zona: eficaz. ha ta ese momento supremo, los cuadros deben permanecer en la más profunda calma, con imperturbable serenidad, apuntando cada soldado á los caballos, nó á los jinetes, y sin que e oiga ni un solo disparo hasta la voz de mando. El fuego puede efectuarse simult:.íneamcnte por las do fila , ó por la segunda antes y en eguida por la primera. El primer sis­tema e ventaja o, cuando la caballería ataca en línea, y de un solo avance, pero el segundo e desde luégo más racional y eficaz, cuan­do aquella carga e por escalones ó en columna. Rechazada la carga, al volver grupa los e. cuadrone~ en reti . rada, se lts hace fuego. pero una vez no má·s, pues inmediatamen­te deben cargarse las armas con calma, preparándose á un nuevo ataque que pudieran intentar: esto se entiende i la carga ha ido en línea, porque si tiene efecto por escalones, rechazando uno de aquellos no hay lugar á hacerle fuego, sino prepararse á recibir el siguiente escalón, el cual procurará caer con rapidez, á fin de no dejar respiro á los batallones. La infantería debe practicar mucho estos ejercicios de guerra en los simulacro y campos de maniobras, porque el éxito depende sobre todo de la exactitud, erenidad y conciencia con que se ejecuten~ ( ~rmtinu.,rá.) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOL ETf T MILITAR ESTUDIO SOBRE L \S OPERACIOI\'ES DE 1\0CHC El\' CAMPA A 'Abrevi:-~ lo de la obra de Jt•H 13.)\'rclly. Crtpit:ín de E·t:-~do Mayor del Ejército fmncés-~ ¡w¡· A. P.) (e mt ill!l•~c i6t1). 1\d vez con istiera el mal á que aludimo en que la mayor· parte de los Generales, formados en la escuela de West Point, no. habían estudiado el servicio de a\·anzadas má" que en los clásicos tratados europeos en los cuales aprendieron á guardar los puestos cle día y más aún de noche ju'lto á los campos y vLvacs. En cuanto á la colocación de los crn.tinelas, punto de suma importancia en el ser icio de noche, el artículo 88 del mismo títu­lo VIII de la Orden;1nza expresada manifiesta que los punto en (jUe se coloquen los centinela dur~nte el día han de estar situados. u1 tcrrenoc; de bastante elevación, á fin de que la vi ta abarque la mayor extcnsió11 posible; y que pot' la noche se elegirán terrenos hajo:;, para poder observar b altura con mayor seguridad. Esta pre cripción fue dictada por Federico u y los prusianos la conser- · van en idéntica [ rma que los ii·ancese . Por nuestra parte abriga­mos la creencia de que en la o. curidad de la noche no , e observa bien una altura ocupando un punto de menor :í no ser cuando la posición vigilada se encuentra al descubierto destacándose, por lo. tanto, en el hori7,onte. En dccto, en este ca•·o los centinelas y vi­gías si ruado en las h ndonadas, distinguir:.ín con Ja mayor preci- . ion las siluetas de h s patrullas enemigas, ocultándose al mismo. tiempo á la vi ta de ella . Pero en los demá casos, un centinela apostado como qued,t dicho, no se encuentra en mcjore·s con­diciones para ejercer la vigilancia al rededor de sí- que hallándose establecido en una altura, entre otras razones porque los vapo­res empiezan á descender á la caída de la tarde especialmente. en el curso de las corrientes de agua. Aun cuando no fuera cierto lo que acabamos de exponer, d centinela que estuviera situado al pie de una altura tendría siem­pre la desventaja de que los ruidos más cercanos le impedirían percibir los que provinieran de lejos. Por el contrario, los má leves rumo­res que proceden de una r;ran distancia, suben sin confusión algu-. na á lo punto elevados, y on fáciles de percibir por un oído, cui­dadoso, cuyo sentido creemos importante llamar en auxilio, de ]a, vista durante la noche; aún en la? más claras, n.ada tan necesario como el concurso de. ambos órganos fijos constantemente en las operaciones del enemigo; y puede decirse que cuando la os­curidad es muy intensa, el oído suple perfectamente á la vista. A í lo comprenden los alemanes quienes, prestando al órgano auditivo la importancia que tiene en sí, han calculado que, en una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETL MILITAR 2)1 noche serena, la mar ha de una compan1a de infantena se oye á una distancia variable entre 500 ó 6oo p::tsos y 700 ó 750. Un escuadrón á trote se percibe :í 700 tÍ Soo pasos y á r,ooo si va al galope. Para la artillería se calculan los mi smos datos que los apuntados para la cab.1llaía. En un terreno igual, lo jinetes ais­lados se oyen á roo ó 200 ¡usos según vayan al trote o al galope. Nada más lejos de nuestro ánimo nten armas ! . -¡Presenten armas !--repitieron los Coroneles. La brigada entera rendía al joven oficial que espiraba,. los honores debidos á su grado. Aquel que iba á n1orir por su patria, recibía de ella el saludo n1ás solen1ne. Después, el General, irguiéndose sobre sus estribos, ebrio de · dolor y de sangre, con un rugido,. gritó: -¡ Adelante, á la bayoneta l La brigada, frenética, se lanzó contra el enen1igo. FELIPE N ALDA. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 16

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 56

Por: | Fecha: 18/06/1898

BOLETIN MILITAR ORGAI\0 DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJRRCITO - -·--- Director, ALEJANDRO POSAD."-· Son culabcradfJres natos de tste per ·ódico, tod;TINUACIÓN). X Después del triunfo de Araure) Bolívar pudo imponer su vo­luntad á Venezuela. En vez de esto quiso cimentar el buen nombre y lealtad del ejército y que las leyes diestn vtitas, de nohles ejemplbs, de ·grandes enseñan­za ; la Pat;ia renace · con más brillo y poder, y parece como si no fuera dado comenzar· á vivir de nuevo, agenos á todo senti­miento de encono y de . emulacion, libres de toda preocupación malsana, y dueños de un profundb amor á la t República: "Cittdadtmo;: El· od1o {t lll titan fa me alejó de Venezuelt cuando vi á mi patria segunda vez cncadenad!l; y·d~ de lo s confines lejanos del Magdalena• el amor á ht libcrtad1 me ha conducido á ella, venciendo cuantos obstáculos se oponían á la marcha que me encaminaba á redimir á mi país de los horrores y . vcjaciones de los españoles. MI huestes se guidas por el triunfo, lo han ocupado todb y · han destruídb cJ · coloso enemigo. Vuestras cadenas han pasado á nuestros opresE>res ·; y la san gre española que tifie cl •cempo de batalla, ha vengado á vuestros com-\ patriotas sacrificados. "Yo no os he dado la libertad. Vosotros la debéis á mis compañe­ros de artnas. Contemplad sus nobles heridas, que aún vierten sangre; y llamad l á, v.uestrfl m.~rn9ri~ los., qu~. híln . perecido ~n .los combates, Y.o , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B«>LETÍN MJLITAR he tenido la gloria de dirigir su virtud militar. N.o ha sido el orgullo ni . la ambición del poder los que me han inspir,ado 'sta empresa. La lip~r.~ tad encendió <>n mi seno este fuego sagrado; y clt cu¡¡.dro de mjs con­ciudadanos expirando en la afrent:t de los suplicios,. ó gimjendo en la:.. cadenas, me hizo empuñar la espada contra los enemjgos. La jus+i~ia de la causa reunió bajo mis banderas los más v;Llerosos s.91dados, y la Pro-videncia justa nos condujo á la victoria. ' "Para salvaros de la anarquía, y destruír los enemigos qu~ intenta-_ ron sostener el partido de la opresión, fue que adm{tí y conservé el po-_ der soberano. Os he dado leyes: os he organizado una administracip~ 1 de justicia y de rentas, y en fin os he dado un Gobierno. "Ciudadanos: Yo no SO} el· soberano. Vuestr.os Representantes deben hacer vuestras leyes; la híicÍ~nda nacional np es de quien os go­bierna. Todos los depositarios de vuestrps intereses deben demostrarr~s el uso que han hecho de ellos. J u'?g¡¡d con imparci11lipad s~ he dirigido, los elementos del poder á mj propia elevación, ó si ht: he~h~ el sarrifi; cio de mi vida, de mis sentimientos, de todos~mis instantqs por,. constir t..íros en nación, por aumentar. vuestros rccur~~s, 6 m~s , bien por crear;- , los. Anhelo por el momento de trasmitir este poder. á los Repr~scntan- , tes que debéis nombrar, y espero ciudadano qucmeeximir~isde un des: tino que algunos de- vosotros podr~ 1 lenar dignamente, permitiéndome el honor á que únicamente aspiro, que es el de continu¡u combati~ndo á.. vuestros enemigos; pues no envai¡1ar~ jarn~s 1~ c.s.pada mi~.ntras:- la)iber; tad de mi patria no esté complctamf!ntc asegur¡¡cla." Hoy ha de ca11sarnos sorpres~ el.lenguaje.inFencionado .de Bo-_ lívar, difícilmente nos penetramps del desin~cré~ , q!le le af1im!lba; bien que, analizando con e crupulosa sever¡d~d ; todos los actos de. su vida, le encontraremo siempre con ecuente, le01l á 1 sus pr~p6si­tos, sin apartarse una línea de la qu~ . fijab~ su conducta en el amor á la Patria. Pero los que concedían á la gufrra t lll1fl faz de.pcrso(lal engrandecimiento, los que ll~aron á scntir,se irresistiblc.ner te. atraídos por una vida de a;itaciones y prolijo rje.gos, en la que la~ orpresas y Jo desconocido causaba el en amo principal, para ésos. era innecesario reglar : us actos,, proceder con elevación y con uni-. dad de miras. Hacer ostentación de la pujanz¡) de su brazo fue en muchos el más hermoso galar.dón del ab~erto palenque: no hay duda L qur. los instintos guener s t~nto 1 tiempQ . a.pllladt>$, ~r.otaban con in, contenib!e ardor. En 1814 exclamaba el I:.ibertado~ . en , C~rúp~po, al1dirigirse á . los Jefes y Oficiales ,de su.J~.jército: · "N ó, no son los h?m br.;es vulgares los que.pu~de..n calcular. el ¡ eminente valor de,l r~ino de la libertad, para que lo prefieran á la ciega ambición· y á ia vil codicia. De la decisión de esta importan­te cuestión ha dependido nuestr::t suerte: ella estaba en manos de n u e tros com patt ~otas, que, pervertidos, han fallado contra nosotros: de resto, todo lo. A~rn?s ~~ . sid~ cqnsi~uiet1t~ á. , ~~<;\ det~r111inación . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 320 rnás deshonrosa que fatal, que debe er más lamentable por su esen­cia que por sus resultados. "E.j una estupidez maligna, atribuír á los hombres público'> las vicisitudes que el orden de las co5as produce en los E tado , no estando en la esfera de las facultades de ningún General ni Magis­trado contener en un momento de turbulancia, de choque, y ce divergencia de opiniones, elrorrente dt. las pa iones humanas, que agitadas por el movimiento de las revoluciones, se aumentan en razón de la fuerza que Jas resiste. Y aun cuando graves errores ó pasiones violentas en los Jefes, causen frecuentes perjuicios á la República, e os mismos perjuicios deben, sin embargo, apreciarse con equidad, y buscar su origer. en las causas primitivas de todos los infortunios: la fragilidad de nuestra especie y el imperio de la suerte de todos lo acontecimientos... ' "Yo, muy distante de tener la loca presunción de conceptuar­me inculpable de la cat ímil sucumba delante de la inexpugnable plaza de Carrag ·na. M a·, si la tomare, será á costa de grande- pérdida ; y, desde Juego, carecerá de fuerza bas­tante para · ubyugar, á los honrados y bravos habitantes del in­terior. "En cuanto á la 1 heroica de · di ·hada Venezuela, sus aconte~imir-nto han -.ido tan dpiJo:o y, us d va -caciones tale, que casi la han redu ·ido á una ab oJuta : ndigcncia, v á una olcdad es­panto a no ob tan te que era uno de lo m;:~ b ,lio· paí ·es de cuan­tos hadan el orgu Jlo de la • mérica .• us tirano_ gobiernan á un desier­to y sólo oprimen ;Í tri te· re_to , qut·, escapado de la muerte, ali­mentan una precaria e. · istencia ; alguna. mujcre~, niílos y ancianos c:on los que quedan. Los má de los hombre han perecido por no :er e clavo;; y los que vivell combaten con furor, en los campos y en los pueblos interno<:, hasta expirar ó arrojar al mar á los que, imaciable de sangre y crímene., rivalizan con los primeros mons­truo. que hicieron desparecer de la A merica á su raza primitiva. Cerca de un millón eJe habitantes se contaba en Venezuela; v si u cxag ·ración puede asegurarse, que, una cuarta parte ha sido ;acri- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 322 B<.'LE CÍN MILITAR ficadl por b tierra, la espada, el hambre la peste, bs per..::grin:J.cio­' lle3. Excepto el rcrremoto, todos son resultados de la guerra ...•. "La posición de los moradores del hemisferio americano ha !sido , por siglos, puramente pasiva; su existencia política era 11 u la. !Nosotros estábamos en un grado todavía más abajo de la servidum- 1bre, y por lo mismo, con más dificultades para elevarnos al goce de la Ji bertad ...... " · Lo siguiente es una muestra perentoria del alcance rellexi vo •de Bolívar, quizá hoy más que nunca, de aplicaci<>n inmediata ·á las necesidades sociales de estos países: "El interés bien entendido de una República se circunscribe en la 'esfera de su conservación, prosperidad y gloria. No ejerciendo la libertad 1mperio, porque es precisamente su opuesto, ningún estímulo excita á 1os republicanos á extender Jos términos de su nación en detrimento de 'sus propios medios, con el único objeto de hacer participar á sus vecinos de una constitución liberal. Ningún derecho adquieren, ninguna ventaja sacan venciéndolos; á lllenos que los rc;dúzcan á colonias, conquistas ó -aliados, siguiendo el cjcn,plb de Roma. Máximas y ejemplos tales están -en oposición directa con los prindp1os de justicia de los ~istemas repu-blicanos; y aún d~ré má~ en oposidón manifiesta con los intereses de sus ciudadanos; por~u'C l!n estado demasiado extenso en sí tt1ismo, ó por sus depend.cncias., al 'Cabo viene en decadencia y convierte su fCJrma libre en otra thánka; relaja los pr~ncípios que deb~n con ''crvarla1 y ocurre por último al despotismo. E' distintivo de las pcquefias rcpúbJi: cas és la permanenda; el de las grandes es vario, pero siempre se incli­nad imperio. Casi todas las primcrás han tenido una larga dttración; de las segundas sólo Roma se mantuvo algunos siglos; pero fué porque era república la capital, y no lo lé.,..a ei resto de sus dominios, qut se go­bernaban por IefeS é inst1tudon~ diferentes." (Continuará); INFORMES t.l Ingeniero Diredór 'de los habajoa del Quindío. (Continuación); 8a11 V icentt al rinclutelo ZabafetaJ (4 km o6o). Trazo z,6oo metros, e ·planación z, 2.6 3 metros, vía balastada 91 d metros lineales, tres cunetas transversales y dos pontones de madera. El movimiento de tierras es aproximadamente de 1o,ooo metros cúbicos. Parte de la carretera exigió flecha máxima, pues entre las torrenteras del Pueblo y Yeguas dominan arcillas negras muy compresibles que hiendeh á cada paso atnagamientos donde las aguas se encharcan por falta de declive. Así, los efectos de la acción derrubiante )' del tráfico han sidd tale , que ap<'nas terminaáa una reparación én la calzada ó en la cune- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR tas había que volver sobre ellas. Con C5to ha ~ido indispensable acarrcs, lo que ofrece ventajas. _.n la vía de que habl0 <.sa profundidad Yaría con la naturaleza del te ~cl1o, la cantidad y empuje de las aguas, pero teniendo en mira el prev nir cuanto es posible la conser ación de la calzada, pues como dice el fngenicro Gayffier: "1 o debe perderse de \ista que el principal dc:stino de los fosos es st:car la ruta, objeto el más esencial de su conservación, y que es preciso darles en consecuen­cia la dimenciones propias. para obtener este efecto." ( Poi:ts et cllaus .. si:es). Naturalmente las cunetas se han profundizado más, porque en general las aguas lluvias descienden de la cordillera con la impetuosidad de los torrentes. "Una calzara-dice el Lngeniero Mary-hecha direc· tamcnte sobre un suelo arcilloso está continuamente expuesta á cambiar' de forma, y por consiguiente bin solidez ninguna, si no se impide que las aguas de lluvia penetren en el fondo, e detengan obre la arcilla y la humedezcan." ( Routes et Ponts). Que las aguas permanecen poquísimo ::obre el firme, cuando no descienden inmediatamente á las cunetas la~ t<.:rales á favor de la COil\ cxidad, e tá rdcn de urgencia, es el puente sobre la terrentera del Pncbb, según lo he a · isado á V ucstra Señoría en \'arios telegramas, como que por esa ca ·.sa no se aprovecha hoy parte de la carretera. Esa corrict te e de agua cfín'l.cras eh 'er:mo y suele arras­trat palizada durant~ •la mal:t d:tatión~ su anch ra al ra~ Jel uclo es 8 metros, pero torno eStá ~n('ajo ada por ribazos suficientemente al tos, no nece ita más que .¡ p.6nt6n -éon 4 n'lcr~os de vano otro tanto ,dc altura, inclusi" e citñientoS', So . centín1etro de e pcsor en la cla,·e y 6 metros de anchura dé bóveda. Para está fáorica sé re<¡oiéren 1 :t,ooo ladrillos Y 10,000 kilogramos dé Ca}, n'lat~rialcs t\UC SC COn 'guen á pÍe de obra por $ 1 4-3ó. Siento nq haf>e·r podido acon eter la construcción con rreglo á lo· té·r · ino que para dicho pago e~·presa Vuestra Scíioría en telegrama núme'ro 2 ;, del ~ de Enero. ' Zt~baletaJ.~Gontra lo ,quc sería de creerse á pr'in'tcra vista, el pon­tcadcro del riachuelo Zllóalett1J (kilómetro 9}, está lo~alizado +O metros arriba del a do ac tu a~, hacia el arran~ u e del trayecto medianarnen te 'rectilíneo; pues si es verdad Ugalagrande, cuya d:cscripción Jlice- á Vt eHra Señoría• en informe número 38. Conforme al contrato d pu.cn,te debfa s~tr w-de madera de buena calidad., á imitación de los~ colgante de Jierror sobre estribos for-mados con postes gruesos de g11ayacán y justarrazón ........ con sus co-rrespondientes bar.mdas de madera en forma de cruces de San Andrés; bien euter.dido que su construcei-ón debe ser sll'ficientcmente sólida y fuerte, como para soportar el p:.so· de los· transeúntes de á pie.'• (RegiJtro Oficial número 1,204.-1 898). Así y todo7 los postes del afamado jrnta­rrazÓ1J que prescribió el Prerecto Prov:ncial se reemplazaron por tntpi­rJ¡ e, y las cruces de San Andrés con débil red de alambre; de modo qul"' d puente· osóla demasiado aun para el servicio de lo pcatonc~. VI.-oRG·ANJZACIÓrr Efectivo de Xdpadoru.-Termi·nado d camino de Condina se dis- · puso por esa superioridad que marchara la 2. ~ CompaiÍÍ'a del Batallón á este poblado, para auxiliar la construcóón d'cl acueducto; empero,. como la:- nivelaciones preliminares sólo demandaban una escuadra dC' rabajadores, cuando llegó Ja Compaiiía--el 27 de Abril del afio pasa­do- t~esolví dar comienzo á la carretera de Bugalagrand'e á Tuluá, que' era el prop6 Íto mayor del Gobrcrno acional, en orden al de3arrollo de esta sc'Cción del Cauca. Ef re!;tO del Cuerpo, que hacía quedado en d Quindío consolidando el camino ha ta donde Jo permitfan los e caso. · materiales disponible$, llegó á este lugar el 23' de Mayo subsiguiente . . Importa observar que el efectivo útil no excedía entoncesn~ ha e:'!ccdido des pué de 2 50 zapadores, una vez deducido los enfermo y las custo- ~aias Jel Hospital' y de lo cuarteles; pues si es verdad que aquí 'ngrcsa­ron algunos conscriptos para llenar en parte las haja~ ocurridas, poco á· poco se fue estableciendo cierta compensación con el personal anterior pur causa de las nuevas deser iones. DistribuciÓ71 gmerai.-Como yá lo advertí en otro informe, he te- ('·) No existe hoy ese trazo ni conozco tales pl:tnos; pero el estar oilucidado el pro­blema por un ingeniero competente me persuade á no indic:u, ateniéndome á las más a u·· torizadas referencias, sino que juzgo prefr.nble reemplazar la alcantarilla s\lp.lcmet~lari-. con un terraplén adecuado :Í la ras:mtc que imponga el cle8:1&~~ ·· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLR l'ÍN MJLIT:\lt niuo yue $Ubordínar la org~nización al reglamento mecánico del cuerpo 'tratando de conciliar el a\'ance de las obras con las necesidades del ser­vicio militar. Así, oído el dictamen del Primer Jefe, señor Coronel Teo­dolindo Gaona (hoy General), al establecer los trabajos el I . 0 de Junio~ adoplé el plan siguiente: las horas de trabJjo comprenderían de las 6 á. las 10 de la maiíana r de las 11 á. las 4- de la tarde, con excepción de lo. sábados, de manera gue la tropa sólo tornara á sus alojamientos una vez terminada su labor diaria. Se insertaron en la orden del cuerpo las reglas técnicas para la ejecución de la calzada, al propio tiempo que !,(. dispuso la división de los zapadores en secciones pequeñas. Los vehícu­los, enseres y herramientas se pusieron bajo el depf>si to, custodia y en­trega de los respectivos Comandantes de Compañías. Los trabajos hacia Bugalagrand~ y Zabaletas se ejecutarían por la 3.a y la 5.a Compañía~ respectivamente, en tanto que á ia z.• Compalifa se encomendó el ba­lastaje del trayecto que había comtruído, partiendo de la torrentera Y e­guas, mientras era tiempo de pre tar su contingente en el acueducto. lo que yerificó el 22 de Julio. La 1.• y la 4.• Compañías se acantonarían en Z:tbaletas y e[\ el llano de "Becerra" (kilómetros 10 y I 1), para aco­meter la explanacíón hacia Tuluá. Ambos cao1pamentos se construye­ron e•1 tres semanas, pero no ha sido posible aprovecharlos, porque á so­licitud de los vecinos de Bugalagrande y Tuluá resolvió el Ministerio que pasaran sendas Compañías á . dichas poblaciones con el fm de co­menzar allí trabajo • (Conduir-.1). VARIEDADES EL SARGENTO DE W AGRAM Era al día siguiente de una batalla y la víspera de otra. El día antes e habían batido de una manera desesperada en Enzcrsdorf; el ejército del Archiduqut Carlos ocupaba la orilla iz­quierda del Danubio y había ido necesario pasar los puentes' bajo el mortífero fuego de !\U cañones. En aquella jornada rapole0n se había multipiic2.do prcdigio­samcr. tc; á pie, eguido de sus ayudantes de campo, había reco­rrido toda la extcnsi()n de la línea, animando á los soldados, esti­mulando á los oficiale y electrizando á todos con el fuego podero­so de su palabra. Durante aquella recorrida se había acercado un Sargento de la octava di vi i ón para . . uplicarlc la licencia de su hermano menor, triste y delicado joven de 16 año., cuya presencia reclamaba su an­ciana madre que había quedado enferma, muy enfet ma, allá al otro lado de las montaí1as. No hará falta, mi General, yo trabajaré por los d s; hacedlo por mi pobre vejccita que sufre y se desespera p~nsando i no ha de volver á verlo; y al decir e~to, sus ojos de- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. HOLETÍ ' MILlTAR rramaron un torrente de lágrimas. El alma del grande hombre se conmovto; aca ·o pensó un momento en su humilde casita de Ajaccio: él también habíc1 te­nido madre . . . y dejaría á aquella otra madre morir sin el consuelo de ver á u hijo! -Te concedo la libertad de tu hern:ano, pero has de resca­tarlo con un trofeo del enemigo. Al amanecer lo primero que vio Napoleún fue Wagram, cu­yas fuertes posiciones habían ocupado los au triJ.cos. Recorrió con rapidez su inmensa línea dt. batalla y corriendo señalaba á sus Mariscales las alturas de Kuesbach Neusiede, Tau­merdorf y Wagram: pantomima elocuente pero terrible que en­tendieron tcidos, así los oficiales como los soldados. El ataque empezó por Aderklaa, puesto · importante para los dos ejércitos, abandonado por Bernadotte y vuelto á tornar por el Archiduque. El cañ6n prusiano abre enormes brechas en el ejér­cito francés; los sajones son rechazados y en vano Massena los manda cargar de nuevo; por un momento el ala izqu.ie1da se des­organi.~.: a, pero aparece Napoleón y restablece el ataque .. La arti­llería francesa, reforzada por Davout y la guardia imperial, barre á su vez con un fuego horrible el ala derecha del enem.igo. A medio día, Napoleón manda ca~gar sobre Süssen brun, centro del Archiduque: la terrible columna de Macdonald se pre­cipita como un laúd y se abre pa o por el centro de lo, austriacos. Aquello fue horrible: en vano las filas enemigas se abren y se cierran como los brazos de inmenso pulpo preteodiendo ahogar aquella legión de h'~roes. Más allá de Sü?senbrun Macdonald se vuelve para contar los valientes qu'- le. ~?l:,í¡m seguj~p . : de aque­llos ocho formidables batallones sólo l,soo hpJTibres se hallaban nre entes, lo:; otros s~ habían. q.uedado en el camjno.s~rgriento que había .sido nece ario .eguir. · Al lado de MacJonald, cubierto.. de heridas, con el r,o .rro en­negrecido por la pc)lvora, esta~fl un bra\o Sargento llevar,do en una mano una bandera au triaca. - Mi Gc>neral, le dijo con voz desfallecida, llevad esta bande-ra al Emperador; e· el re cate d mi herma ..... . Y la muerte había apagado en sus . labios las últimas letras, quedando tendido sobre el campo de batalla .... sonreído .... con los ojos muy abiertos, como mirando hacia las montañas don~e vive la pobre viejecita, que pronto estrechar_ír en sus brazos al ~jjo de su coraz<)n. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EOLETÍ.. MI LITAR ESTADÍSTICA DE LAS GUERRL\S Un oficial del ejército au tro-hú1.garo, el Capitán Bern.dt, h· publicado una estadística de las guerras de este siglo. El trabajo en. cuestión contiene datos muy curiosos, qu:e varn.os á reproducir. Turquía es la nación que va á la cabcz3q ~ esta sangrient y en., la cual i.n,tervinieron más tarde Fran-.. cia, Inglaterra y el Piampnt<:; guerra que duró tre aóos y tres. mese , terminando ron la torn_a de Seba· topol. En la batalla de Lf!ipzig fue donde se puso en lí . nea el mayor· n :ímcro de combatientes: 472,0:::>0 hombres. En Sadowa luchan;n 436,ooo soldados; en G,ravelotte, 30o,o:::>o; en Bautzen, 259,000; en Borodino, 251,0~:::>; en Sedán 244,00~; en • r. .lterloo, 217,oco; en Ligny, r65,ooo, é igual numero en Wagram. !:.sta últirpa batalla repre enta h más brillante hecatombe del iglo, con una proporc;i6n de 38 por 10,0 de muertos y h-.rido&,; Et\ Water loo la proporci;l)n fue de 24 por 1 oo; en Sedán, de 1 2 por 1 o o, y en Gra velotte, de 8, ppr 1.00. Aparte de e - o, ciertos cuerpos uf:i .. ron en variag ocasiones pérdida. terribles. En Plev:na ~) 0.un.J.? <(ampañas llegaron á perder el 75 por 100 de su, efectivo; (!11 Saint-Privat, un regimiento de jnfantcría de marina, perdió el 68 por 1.00. ~demá , en todas las estadístic~ a.pa ;ec;~t .l. woporcionalment~ dp· ó tres veces mayores las pérdidas sufridas por ln ofi<;,i'!lida~. que pot¡ la. tropa. Hé aquí ahpra el efecto cau~auo po1¡. lils. Q.istinta armas, desde d punto de vi ta de las bajas ufridas por los ejércitos. En la gucn:a de 1866. Bajas de los austriacos: con rl fu il, el 90 por 100; e~.; :._ -• uiicría, t1 3 por 100. Bajas de los prusianos: . con el fu si 1, el 7q por 1 oo; con la artillería, el I 6 por 1 oo. En la gu~r,rá de 1870 - 71. Bajas de los france~cs: con el fusil, el 70 por I.OÓ; con la artillería, el 25 por 100. Bajas de los alema-. uc: : con el. (u?W,, (\l 9.4. por I.09.; cqn la a1:till r,í3; el 5 ~or r. oo .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J:OL E 1 Í ~ M 1 LIT:\It LA ELECTRICIDAD EN LA GUERRA Un ingeniero de Chicago acaba de presentar al G~n:!ral Fla­gi~ r, Jele de la artillería americana, dos armas de su invencic>n, cuya patente quiere ceder (léase v~nder) al Gobierno americano. Tales armas son una espada eléctrica y un cabo arrojadizo, tam­bién eléctrico. La espada, á la cual el inventor le ha dado el atrevido nombre de "Sable de San Miguel," está destinada para la caballería, y p•Je­de producir la muerte, ó por lo menos la postrncicín repentina del jinete ó del caballo enemigo., si llega á tocarlo . Consta de una pequeña batería electrica que va en el bol illo del solclado ó en la montura. Un alambre muy flexible y bien protegido une el mango del sable con la batería. Protegido por la empulia·iura hay un bo­tón que, al ser comprimido medianamente, da paso á la corriente eléctrica y hace del arma un rayo. El cabo arrojadizo está hecho según el mi mo istema : también de alambre aislado y tiene en el extremo una bola que al caer sobre un in di vi duo ó sobre un grupo, produce el mismo efecto que la e·pada al tocar. El Secretario de Guerra ha determinado que se e tudien las dos armas propuestas, para que si resultan de práctica aplicación, introducirlas en el ejercito. Aunque nadie nos pide nuestra opinión, nosotros vamos á darla. La tal espada ó ''Sable de San l\1Jguel," lo mismo que el alambre arrojadizo, podrá ser de mediana utilidad en rarísimos ca­sos, pero en lo general no servirá de nada, porque, por una parte, en la táctica moderna se van proscribiendo día por día los combates cuerpo á cuerpo, que son bárbn C6rdova nú .... mero 6. 0 , en la vacante que allí existe . .......... CORRESPONDENCIA . Tunja 1 .Mayo 16 de 1898. ~ñor Teniente Coror.el D. Alejandro Posada, Director del BouTf • MILITAR.-Bogof~, Muy señor mío: Valido de la di~posición del Ministerio de Guerra que autori..c a á lo~ lectores dcf BoLETÍN MILJTAR para dirigir corresponden"' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 33 2 ROLETlN MILITAR ia á la "Qirección del peri6dico en solicitud de algún d<1to útil, me tomo le\ libertad de suplicar á usted, muy atentamente, se digne re­~ olver el púnto siguiente, sobre pasaporte . . El Teniente C::ofond 't)eilor Jo é Blanco sirve actualmente ;-omo 2. 0 Jefe del Batallc)n Pimta, el cual cubre la plaza de Tun­. ja; pero el Go~i'érno lo d~tina como Primer Jefe del Batallón Páez, acantonodo en Bogotá; en ~1 virtud, es dado de baja en el primero, y debe pasaportár ~le de Tunja á Bogotá: la liquidación del sueldo puede hacerse dé tres man.éras: ó se le abona á razón de $ 120 mensuales, a igna-do á un · 1~ebien'te Cot·onel, pues bien puede decirse qlfc habi'endo cesado en el ejerci"Cio de sus funciones 'Como 2.~ )efe, no tiene derecho á devengar sueldo 'Como tal; o se le liquida á \·azór de .... 150 mensuales, sueltlo asignado á los se­gundos Jefes de Cuetpo~ ó i:iene derecho al!> eltlo de $ 200 men­~ uales, aun cuat do, cortlo es natural; no hay- !:omadti pusesión del nuev0 destino. He entendido que en el ca~o pfesénte, cUya atlaración solici­to, se débe liquidar el suéldo de lo3 dfas de marcha á razón de $ 200 tl1ensuales, pues que pára este efecto creo que á lo que debe ~tendéfse es ha que se haya comunicado el nombramiento, lo cual .-ja derecho al agraciado á disfrutar el nuevo sueldo en el pa aporte. l5in cm bargo, para mejor entendt!r, me permito hater esta toihulta. De usted atento segtho ser\'idor, Ar-;To , ro AREI':As G. ~a diposición légal áplicable al casrl haría que la ú~ quidac ón d( 1 súeldo se practicara por el t rcero de Jos n1odos ~ndicados, es decir; á razón de $ 200 al roes. En efecto, el Individuo nombrado primer Jefe de un Cuerpo, ha de .mo..; vilizarse del lugar donde se halla por causa de ese tn' smo hombramicnt.o y en el carácter de que él lo inviste. El he­tho de no habersé posesionado aún en su nuevo destino, in­fluye en· la jurisdicción que 11:! atribuya: ho tendrá mandd · lguno sobre el Batallón n1ientras no ha a Jurado cumplir ton sus obligaciones, pero sí se le remunerará en Jo que hi-= tiere en virtud de la nueva disposición del Goblerho á st respPCtO; • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 56

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 53

Por: | Fecha: 28/05/1898

Afio II Bogotá, Mayo 2 de 1893. Número 53 BOLETIN MILITAR __ .,.. . .,..._ __ ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERR{\ Y DEL EJÉRCITO Director, ALEJANDRO POSADA. --- Son colaboradores natos de este periódico, todos los Jefit y Oficiales del Ejército de la República. LA MORAL DEL fOLOADO Si excitamos continuamente el celo de todos á fin de conseguir extender la instrucción en las distintas clases de la n1ilicia, como n1edio cficacísin1o de regeneración del ejér­cito, no damos, sin embargo, al olvido los den1ás elen1entos que entran, con1o con1poncntes, á forn1ar el espíritu de Jas tropas, llan1adas á sufrir riesgos y privacione~, fatigas y dolores en defensa de Jos n1ás caros intereses de la sociedad. No es el soldado nna n1áquina que, con1o tal, respon"" da automática y fataln1ente al impulso de quien la n1aneja. I~s un todo cornpucsto de espíritu y n1ateria; sujeto, lo n1isn1o que sus sen1ejantes, á las in1presiones; ensibie al frío y al calor, y dotado, como todos Jos hon1bres, de ese sentimiento natural, Ilan1ado instinto de conservación, que impulsa al individuo á precaverse del peligro que an1enaza ~u vida y que, á pesar d la Ordenanza, subsiste en el áni­nlo del que está sujeto á sus preceptos, con1o en el de aquel á quien no alcanzan sus disposiciones. . No hasta que la 1 y n1ilitar señale severas penas al de­lito de cobardía; es preciso además que el soldado, puesto en la alternativa de correr al peligro inmediato, visible, á Ja n1uerte que cree inevitable, ú volver Ja cara á l:sta para arrojarse en brazos de una sentencia infamante, prefiera .:.tencrs~ al cumplimiento de su deber, no sólo por el honor que el lo le reporta, no 1 or temor de la r en a en que \"a á in- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAl{ currir, si obra de otro n1odo, sino por el convencimiento d que aquel peligro no es tan grande con1o su imaginación se lo pinta, ni ]a n1uerte tan inevitable con1o supor:1e. Interesa, pue.s, sobren1anera, persuadir al soldado de que no es el can1po de batalJa cen1enterio forzado de cuan­tos ton1an parte en la lucha, sino que, por lo general, son las víctin1as n1enos numerosas de Jo que se cree. Al efecto conviene que el Oficial y el Sargento, con1o hon1bres á quienes se supone n1ás avezados á Jos peligros y n1ás prácticos en la~ cosas de guerra, sepan inspirar á sus inferiores el valor y de rprecio en los riesgos que recomien­dan las Ordenanzas, no desdeñando ]as ocasiones que se les ofrezcan de hablar al soldado de los efectos producidos por las arn1as, utilizando para ello las horas que pasan junto á la tropa, n1ostrándose con1unicativos con Jas clases inferio­res; pero sin .buscar una falsa popularidad, á casta de reba­jar su propia dignidad y carácter, con fan-úJia.rid~des de n1al género, que son n1ás propias para ganátse el menos­precio del soldado que para granjearse s t estimación. Debe pues hacerse con1prender á la tropa que el es­truendo del cañón es n1ayor que Jos daí1os que produce = ~e el fuego de las piezas apenas pne¿e causar bajas en las líneas de tiradon .. "S, los cuales han 11t>gado ~n tnás de una ocasión á apoderarse de aquéJlag sin Ja menor pérdida: ~1c er lllejor nledio de hacer callar su fuego es aproximarse á tiro de fusil, para molestar á Jos sírvi ntes y hacerles per­der la serenidad necesaria para cargar y apuntar: ~1e en el ataque de tal ó cual plaza, su guarnición contó n1uy po­ca~ bajas, no obstante haberse lanzado sobre ella nüks dé! . proyectiles: ~e los efectos del tiro de rebote, notablen1cn-t disn1inuídos por.·la forn1a prolongada que hoy afectan aquéllos, se producen generaln1cnte, no delante, sino detrás de la línea de con1batientes, etc ... Re~pecto· á la caballería, debe hacerse observar que un 1nfante armado del fusil n1oderno, provisto de nutniciones, no tiene que ten1er á un jinete aislado, ni aun t!l1 terreno llano, ~oda vez que mientras aquél recorre, á galope, la dis­t. ancia de 500 n1etros, puede hacer éste cinco ó seis disparos:f ' c~~.puntando tranquilan1ente, y que, en últin o caso, le queda. la bayoneta, la que arn1ada en el fusil y n1anejada con eles- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~OLETIN MILITAR treza, constituye una defensa contra la cual nada pueden Jos esfuerzos del jinete: ~e una zanja, un ár-bol, un obstácu­lo cualquiera, bastan á inutilizar la acción de la caballería~ ~e el fuego de la infantería, hiriendo jinetes y caballos, desordena las filas, é in1pide llevar la carga á fondo, en la n1ayor parte de los casos ·: ~e las n1asas de caballería son in1potentes contrél: Jos cuadros de ·infantería, cuando no cuentan aquéllas con artillería que prepare el ataque, y que, ·en estos casos la salvación de todos está en la unión, Y. por fin, que aún sin formal" d cuadro, una fuerza en batalla puede resistir el en1puje de la caballería, sobre todo, si apo~ ya sus flancos ct) obstáculos que impidan el ataque por re­taguardia, etc. El fuego de la infantería, n1ás mortífero que ei de las otras arn1ás, pierde mucho efcctn fuera de ciertas distancia. , por lo cual co9viene convencer al soldado de que, en los (:an1pos de ba~lla se cuen'tan los disparos por cientos de n1ilcs y q uc, á veces, no se produce una baja por cada 1 o,ooo cartuchos consUinidos: ~1e h bala ~al ida del fusil alcanza lo n1ismo 1 que ataca á la cabeza de sus compañe­ros que al que 1narcha á retaguardia~ ~1e, de lejos, es poco eficaz el fuego; y que cuando una fuerza avanza resue1ta­n1ente sóbre orra, ésta pi rdc la serenidad á n1edida que ve n1ás próximo el peligro, carga y apunta con precipitación y su· disparos resultan altos, generalm~nte, porq uc con el ·1fan de tirar, ap e na se apoya la ulata tn el hombro, dis- )ara la n1a1 o der cha sin cuidarse de que el arn1a ocupe la osición que debe para que su fuego sea efectivo: (~le d fuego de las masas s muy infetiot en su efectos al de los tiradore ·, los cuales, arrodillados, tendidos en el suelo ú abrigados tra::s de un obstáculo. al ~arecer insignificante, presenta n1uy poco blanco á las balas enemigas. ~:stas reflexiones y otras ·sen1cjantes fortifican la moral que sólo a piran á encontrar en • los hombres de guerra ciegos arrebato· de audacia, hechos inauditos, que por su índole pa­rezcan fabulosos, hacen de la guerra un oficio de bárbaros ó de semidioses; se alejan de lo justos término en que deben conside­rarse las accione ~ humanas. ) ara los soldados que mili tan l_-, bien porque la Providencia, á manera de arti tas Ítlsignes, no logra producir obras maestras todos los días ? Sea lo que fuere, debemos observar que el temperamento de Bolívar no era el de guerrero. No fue, por tanto, la sórdida am­bición audaz, ni el deslumbrante brillo de las insignias mili tares, lo que le condujo desde el primer momento á tomar la armas. La educaci~ín que recibió marchó al principio de modo lento • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 245 é imperfecto, según el decir de sus biógrafos; cobró vuelo y adqui­rió desarrollo imprevisto sólo explicable en las imaginacione3 lati­nas, prontas á impresionarse de modo intenso cuando á par de la inteligencia se mueve el corazón. lVluy bien puede colegir e que la encendida pasión que en el sensible pecho de Bolívar despertó la seiíorita 'Tere a T,)ro y Alayza, con quien se casó á lJ. edad de diez y ocho año , descubrí<) también todo el genial arranque de que era capaz aquel penetrante espíritu. Hallábase Bolívar en Madrid el 30 de eptiembre de I 8oo cuando dirigió á su tío materno, D. Pedro Palacio. y Sojo, una ca~ta comunicándole su proyectado enlace, en la que le decía : "No ignora usted que poseo un mayorazgo bastante cuantio­so, con la preci a condición de que he de estar establecido en Cara­cas, y que á falta mía, pa e á mis hijos, y de nó, á la casad~ Aristei­quieta; por lo que, atendiendo yo al aument9 ce mis bienes para mi familia,_ y por haberme apasionado de una señorita de la má. bellas circun tancias y recomendable prenda:., como es mi señora doña Teresa 'Toro, hija de un paü:ano y aún pariente; he determi­nado contraer alianza con dicha señorita, para evitar la falta que puedo causar si fallezco sin sucesión ; pue haciendo tan justa liga, querrá Dios darme algún hijo que sirva de apoyo á mis hermanos y de auxJio á mis tíos." . Los sentimientos que revelan esta carta son los de un ánimo perfectamente tranquilo, confiado y amante. Invocaba el nombre de Dios al dejar escapar su deseo de tener un hijo ; quería sostener el mayorazgo no por los rendimientos que; le produjera á él, sino por auxiliar con ellos á su familia, rasgo que, en aquella edad, le hace aparecer con gran fondo de perfección moral. Esa apariencia :sosegad~1 que, por entonces nos ofrece la men­te del Libertador deja adivinar además de u natural bc:>ndaJ, cuán completa era la eJucación que había recibido el hijo de Caracas, educación prodigiosam~.;nte de arrollada en su ingenuo y noble pe­cho, cuando, en la primavera de la ,. ida, yá se c.· pn::>aba el con lo acentos é mtenci<}n de un hombre que haya meditado ú . ufrido los acerbos dolores de la existencia. Apenas un Sixto Barrera, del Batallón 15 de Urdtl!Jeln. En dinero .... ... ....•..................... $ 6 ¡o Ajustamientos d eb rero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 40 Alpargata y jab t'" i d .............• : ............•• 25 Ración del d ía 1 .O de Marzo • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . 7 • Suma ........•. $ 12 10 D ~ dúcc s e por valor dr un ataúd . • . . • . . . . . . . . . . . . . . 7 so Quedan ... . .... ·$ + 6o Cali Marzo 2 de 1897• El Coronel, Jos É M. MosQUERA.-Tcs tigo, Vldtlrico Mi11otn.-Tes­tigo, Rnfatl Ltetiiii.-~1 es ligo, Federic? 1/ en. IIZtJ. ~ lNVE TARlO : aYalúo de los bicne 1 dejados por el soldádo del Ba­tallón 15 d_ Urdt!ntta, Ezequiel ldrobo, gue falleció en el Hospital de esta guarnición el día tres dd presente mes. En dinero . , ........... , ...•............... $ Ajustamientos de Agosto próximo pasado .........•.. Alpargatas y jabón id. id .....•..........•...... Racic.mcs en do día del presente mes ............. . z8 45 2 30 z8 1 6o S11ma . . ........ $ 3·~ óo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR Dedúcesc ocho pesos por valer de utl ataúd, .cgún el recibo adjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 .. Cali, S~pticmbre 4 de I 897. Quedan ........ $ 24 6o El Coronel, JosÉ M. MosQUER.A.-Testigo, J. M. Correrz G.-Tcs~ tigo, Rose1Jdo Martínrz A.-Testigo, Pío Agttilar. Recibí del Sargento Brigada del Batallón Urdaneta, Eugenio Gar­cía, la suma de ocho pesos('$ 8), valor de un ataúd, para ct cadaver del soldado Ezeguiel Idrobo. Cali, 4 de Septiembre de ~ 897. J. A. Martín. LITERATURA UN RELOJ SALVADOR· -RECUERDOS DE 179~· Mu hos relojes he vi to en mi vida; pero ninguno como aquel. .Estaba dentro de una caja de nogal, en que habría cabido un gigante, y en el fondo se veía relucil' el pcndulo de cobre. Los doce número árabes, no romano . .;, se destacaban con su color azul sobre esmalre blanco, y las aguja enormes parecían fle­chas <.le campanario , Por cierto que no parara en eso 1~ emejanza, porque como las veletas, el horario y el minutero andaban como le daba la gana, ya de pacio ya con rapide?. incrct ble. V cz hubo <.JUe anduvieron un cuarto de hora en cinco minutos. ' Cuando onaba la campana, era cosa para taparse los oído y dar e á mil demonios. -V amo , den a el tío .Francheteau - ya se de compuso la campana. Con razón : no en balde recibio tantos balazos durante la gran guerra. ¿Cómo? preguntaban todo - ¿ qué, es tan viejo el reloj? Cuéntenos usted eso tío .Franchetcau. El buen viejo gue por hablar por los codos se rroría, se hacía de rogar. Sacaba del bolsillo una pipa, la )lcnaba de tabaco, la encendía y cuando todos estaban suspen os de us labios, empezaba así: Es preciso que sepáis que Francia (así le llama á su reloj) y yo tenemos la misma edad. Mi padre se lo regaló á mi madre el día que me bautizaron; el autor de mis d1as era muy galante, y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • BOLETÍN MILitAR cada vez que le mandaban de regalo otro niiío, aumentaba el me­naje de la c:.~sa con un mueble ó un utensilio nuevo. Esto sucedió doce vece ni más ni menos. Era en J 793; tenía yo once años y lo rec:uerdo como si hu· biera sido ayer. No se hablaba más que de jacobino:; y sanscul9ttes; lo primeros, sobre todo, me causaban terror. N o había en N antes pan ni carne, porque los nobles acapa raban con todos los víveres y en resumidas cuentas, el pueblo se moría de hambre. Una mañana del 111es de Diciembr·e, se anunció la l!egada de los jacobit1os. Salí á la puerta para verlos y los veo avanzar á la ca­rrera, lanzando alaridos salvaje , con los pies desnuclos y ias cabe­lleras en de orden. Tuve tanto miedo, que volvf á meterme en casa y cerré la puerta con llave y cerrojo. , ... in embargo, los oí pa ar frente á casa gritando: "¡Al Loi­ra !" . y los ví de de una ventana, arras~rando barriles, cureñas y grandes trozos de madera. Repentinamente una joven de aspecto distinguido como el de una marquesa, toca á la puerta. Mi padre la abre. - Salvadme, señora - xclnmú la joven - están en la ciudad las tropas y asesinan á los vendcanos. Era verdad, las calle · c~taban llenas de . oldados de infantería y caballería, que arrcmctJan contra todo el mundo. - ¡No quiero c,analla en mi casa!- grirc) en esto mi padre - no quiero qut· por usted me corren c.:l pe cuezo: fuera. l' 1i madre intervino, uplicú, lloró y t\cabó por desarmar á mi padre. • ¿ Donde iban á l' Sconder á sa desgraciada? No teníamos más que una pieza baja y un granero de.:ocupado. Mientré1S mi pa­dre bwcaba un - condrijo, la ~V1arquc a, porque repito que lo pa­recía, le.: dijo entregándole un rollo de papcle·: -l ls! ¡Cuántos bandidos ~emos mat:.do hoyl Mis húsa­res fialt tral'ajado mtJcho. Cuát}tO SIÍ ·nto no ha~ei- ·llegad9 dos horas ~ntes; no se hubiera escapado uno solo. La Rochejacquelin puede alegrarse de haberse escapado ...... pero mañana, quién abe! En ~eg . ida se sen'tó juntg al fuego. Conservo de él memoria c~\no ~i le viera: era l!Il hombre robustO', de estatura ·regular, bien formad~ de mirada dura, voz ronca y aire lmperioso. Era un her­moso oldado. Mientra duró -la céna estuvo muy alegre y felicit6 ~ mi madre por sus dotes culina~ias. , De vez e 1 cuanqo C()ilsultaba su reloj y vé.a nacia el de la c~.sa donde estiDa escondida la señora. --¿Qué, no anda esé reloj p ·eg untó cuando meno!S lo pcn-· ·á amos. . . . . --Desde esta mañana sé paró, General; contestó .mi padre : .. - Pues pónlo tort el m·ío, porque rriañ· 'na á las seis ·quiero le-vantarme y ese tiene campana. • . ,. ~Mi ma~Jre .é pu .ó m4y pálida y mi padre se levantó para. no dar á conocer su turbación; mas, reponiendó'se, dijo en tono de <:hanza: -General, no se fíe usted de m.i reloj; voy á pedirle prestadá <>t':o á mi vecino, que es 1·elojero; además, yo me levanto todos lo~ -días á las cinco y lo despertaré á usted. En esos momentos ie oy-ó salir de la caja del reloj una tose ' _i1la seca. --V 2ya, -perisu mi padré; nos lucimos, y para ahogar ·J:í tos dX Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR la Marquesa se puso también á toser, hizo lo mismo mi madre y: yo ¡¡eguí el ejemplo .. -¿Qué pasa.? preguntó Westerrnann, parece que todos están resfriados. -No haga usted caso, General, respondió mi padre; ~ada vez. que torn"mos sopa de <;ol nos vienen ganas de toser. -Vamos. -vamos> dé-jatce de cuentos., Lo que sucede es que tienes ganas de beber. Westermann tomó una boteLla y llen.ó los vasos, -¡A vu~stva salud, amigos! dijo. -¡A la vtres~¡;a, General!· -¡A la vuestJ:a,.ciucladan0'! La Marql:lesa vobió á t'Jser y mi padre tambien. -Creo, observó w-:estetoman, mirando hacia d reloj, que: hay alguien dentlío de- eso o. o. ¿Qué ocultas, ciudano? -¿Os chancéais~ General? --No me chanceo . ...•. Abre ese r-eloj! Mi padre balhució algunas pala-bras, perdió la calma', d~j~ mu­chas sandeces y lo iba á echar á perder todo, cuando- mi mad11e, co111 1a admirable presencia de ánimo d~ las mujeres le dijo: --Abre, hombre; cd General lo quiere. --Bravo, ciudadana, bravo, r:epuso Westermann., bien dicho .. --Mi padre se enojó y cerró los• puños coi rabia. En esos momentos tocaron á la puerta. Entró un oficial. Mi General, dijo, el General Marceau tlke que os necesita:. :e teme un nuevo ataque: ba c;;ido sorprendida y pasada á cuchillc una avanzada, --¡Rayos y truenos! es ~os.a de n6 acabar -' nunca. ¡Pronto, mis botas y mis a mas.! Todos corrimos ;l .. eUa; qué peligros o!l' hig- : · rorrer! ~i lo hubiera sabido ..... . -No hablemos de eso, señora; pero procure usted no toser .. A penas se había instalado en el granero, cuando el asistente· dol General Westermann entró sin Llamar á la puerta. Iba con e_ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 255 apote y los guantes del General, y á avisarle á mi padre que. su amo no dormía en la casa, porque las tropas iban á salir de la ciu­dad para reunirse á Fleuriot. - ¡Benditas . a la Divina Providencia! exdamó mi madre, cayendo de 'rodillas. -¡Qué susto nos has dado con tu Marquesa! le respondió mt p4dre. Bajó la pobre mujer del granero, se le dio de comer y se acostó en el lecho que estaba destinado al General. Al día siguien e, al amanecer, se levantó, dio un abrazo á mi padre, á mi madre, y se fue dejando sobre la chimenea una bolsa que conten.ía mil franco en oro. Olvidó decirnos quién era, pero mi padre siempre creyó que tuvo escondida dentro de su reloj á b Marquesa de La R ocheja<: quelín. LEuN SEcHE.. LA OANCION DE IJA ESi'ADA (P:m• los bravos oficiales de nuestro ejército). ¡Salió yii de la funda, con ira \'etJgadora, Mi recia y noble e. pada! ¡Y á en el combate vibra, de España servidora ' al sol de las batallas reluce brilladora Como una llam~rada! ¡Jamá 111Í fuerte e pada será rota en pedazos! ¡Jamás cono ió el miedo! · e burla de peligro y traicionero lazo : ()uc fue ·u hoja valiente labrada á martillazos En la .i111perial ' roledo. ¡ ()ué valt:q, {j.rmc espada, lu vi os re plan dores ""'-" De las pupilas bellas, · I lado de tu~ lumbres y espléndidos (ulgores Sí, al s6n da lo · clarine y b t lico - tambores, Magnífica destellas! !\1i e s pada el honor patrio defiende, no mi vida; Y muéstrase orgullosa Cuando ante el fiero estrago de lid en fureciJ :,, : leva e en los aires, de púrpun \'e tida, · Cual reir1a \'Íctorio~a. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN .rv, lLITAR ¡Oh es paJa, f1d am..tnte, querida compañ~a, Si la coot~aria suerte · . Hiriese con sus tiros á la nación guerrera Y en mano~ en.t;miga.s.,. caJ.ese su baridera, · 'Tú me claras la muerte! ¡ , MAt\UEL REI~A. ~ de E.nero de 18,-9 7 ·, V·ARIEDADtES. ESCUELA MILITAR DEL PER;Ú· Merced á la poderosa iniciativa del seflor don Nicolás d~ Pié­, ola, Jefe muy distinguido de la República del Perú, en aquella nJ.ción acaba de inaugurar~e, lo mismo qu_e e.n 1~ r~uestra, una Es­cuela Militar ac; aplicaJ;i,<)nt· destinada, á. cpupr CJl el arte de la ~uc~ra á varios. j,<)venes que se han dedicado al servicio del Estado. 11a solemne ceremoi1ia, <.Te aper·tura d~ ]'a Escuela se verificó e] 24 del pasado, mes de Abril, ante UJla conc.urreJ~f:i¡t m,uy notable. Pronunciáronse con tal motivo varjof. discurso , ~iendo el más ext~nso ~1 de Mr. Clement, Jefe de· 'la m it;io · Mill~r france­s'a que, contratado ppr. el C:robierno de~ Per.~., dl1ige la. ' .EScuela y <~tiende á la in trucción dd. Ej~rcit. t • Nos permitimos reproducir. l!J1a· partr.• del discurso de este tíl­t, im , por cpnsiderar que e~~ . dicha. piez.a or¡awria .e tocan varios le los .puntos que aquí m.i mo ~ tr. han . • n¡JP. ~~1; cuerifa: wr· el Minis. t,eno de · Gu:~ra, al concede ,. a la tn~truc:~t~n. d e~ Ul cu~r~ de ofi­ctales atencton pt:eferente. · . 1Jijo el :;eíior. Cl ll'en,t al di~igirsc. aJ: Pr.s gasto que hace para hallar e bien armado.; ese resultado, e palpa aJ. considet;.a~ el• irnpu}so y la acti..,idad qu.c el comercio y 1~ in 1ustria toman en este caso. Así C:l que los economistas deben aconse.­jar la protecci·ón de los ramos conce¡n,i;entc&, al ejército. Excelentísimo sejio~:. es mu.y pru,ckntc, a.cumul~r en ti:empo de pa1 .. podcrosn ~.a.teria,l d:e. guerra; no e:~ menos importante o~ganizar los: ejércitos en us menores detall-e~, tanto d ejé!"cito pe¡mancntc con todo .... :us servicio, .:amo las otras fuerz-as die, qpc d país debe di-poner CIL tiempo de gu,erra. La kyes mil·itarcs y l-os reglamentos q,u~· de cHras se derivan, son: una garantía i-ndispensable para la extstencia ád ej:ércno, para su. disct•. plina y para su adelanto. Comi·ion<;S especatlcs han s1do nombrada~ hace . cis meses para cla~_orar cuidadosamente los proyecto de c. as lcyc~~ y reglamentos. Tengo fe de que la c1enci-a, ~ competencia y la labo­riosidad de los miembros de esas Comisione., jurisconsultos eminentes y. mili tares de gran eXpt.iri.;ncia llc,·arán á c.abo feh~mcnt~ s..~~ tar:Jp* :~ la mayor pa.rte d-e estos prpyc .. ~tos se hal~ 'an terminados. Una ,. :r- q.uc ~e organicen I•c~s · di.vcr.as arma dd· ejército y esté! dotachs d'e sus rcspectl'\'0S rc..;glamcntos, faltará lo principal: instruírlas. Con el fin d que la mstrucción del ejército tenga una ~ase sólida, .C' necesitaba una Escuela, cuya c;licacut se haga sentir rápidamente en: todas las filas del ejército. Habiendo sido designadn por el Gobtcrno del Pení p:1ra dirizir. esra Escuela, mi• principal idea d sd'C luego era permitir el inarcso ;{ ella del mayor núrner;o posible de ofic1t1lcs jóven.e. de todos l<1s Cuerpos . . del ején .. ito, así. como de algunos otros jóvenes salidos de los . vario· plan­teles de imtnJf=CWn. D spu~: dt."' halkr si 'O inicindos en la parte teórica y práctica de la ciencig rnihta-, eso jóven11:\ debieran volver á su Cuer­pos y aplicar ácticam ll.t.~..;, como mstructores, las Icsciones que . hubie­sen aprendido. Pero eso no bastaba, l~a man-era de combatir en la actualidad, cxi...._ ge que las tropas. poc;ean cltlf;C~ mu:,c- instrufdas, 1 t:lnto más cuanto que para poder llevar á fc!li7. éxito la enseilanza de los snldndos, es indispen­sable que los oficiales e~én secundados por cxccl ntcs cla es in tructo­ras. Era, pues, mene . ter formar en nuestra E cud'a clases dignas_ de lle­var cHe nombre. Con tal fin se dclidió que se creara en la E cuela una Unidad orgánica de cada arma: ornpañfa, Escuadra, Batería; debien­do esas UpidadL:s recibir cada año cic~lO ' número de , rcchlf~s '-xperto ., capaces de llegar ianos, mandados por el Géneral Vogel de Fal kcstein. · Capitulación de Sedan, 1870. El ejúcito de reserva francés (84,000 hombre, con 4,000 oficiales, 12,000 caballos, cuatrocien ­tas piezas ec a ' tillería, 9o,ooo fu iles Cha scpots y un inmcn o ' material), mandado por. el Mariscal Mac-Mahon, rinde las arma~ .. al Rey de Prusia, Generalísimo de los ejércitos alemanes. El En! crador Napoleón es hechCl prisionero de guerra. __ .... , ..... .._. __ E I EL EJERCITO BlnLIOTE(.:A DEL F.J EkC TO eg~n avisa el sci1or Bethancourt, En •iado E. · tntordinal·io i.inistro Plenipotenciario de Colombia en Madrid, ha recibido·· :>ára la Biblioteca Militar recientemente creada, una gran can ti daG · de obras españolas referente á la milicia, que le ha CIH"iado el se- . ñor Mini tro de la Guerra de España, por recomendación del sei1or Mini tro de S. M. Católica en esta República. Damos las más expresivas gracias al señor Barón de la Barre , e Flandes, por la eficacia con que contribuye á la i11strúcdón ·de­nuestro Ejército. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ROLKTtN MlLITAlt ~ El P. E. Ascendió á Satgent0 Métyo·r cl~ct;\·¿ al Cap;tári Abe~ .\ardo Bulfa, que sirve en la 1.• CdmpaitÍ;J dc.d Bátallón }./,riio nú ... mero 4, y lo destin Avudcrnte (7eneral en lugar dd T<"niente Coronel Ftartcisco de P. Úlloa, á quien se le concedió 1ft licencia indefinida que solicitó. Creó una pla:ra m<Í' de plegador en la lmprenta del EjércitO y nombró para desempeñarla al señor Manuel Bu tamante, cm· el 1ueldo que á este destino corresponde. Por Decreto de fecha 25 aprobó el n·ombramiento hecho po/ ~~ Comandante del litoral del Pacífico en el señor ~nriquc Pala­íos para su Ayudant1!; asünilado á Sargento' Mayo para los efec ·­o fi cales. Declaró en uso de licencia indefinida por mala Londucta y á: ~olicitud de los Jefes del Cuerpo a'l Teniente Alfredo U pegui de lci" ~·· 6ompañía del Batallón Boyacá número 24. Ascendió á Teniente efectivo al Subteniente Pancracio Ro .. h'órqucz, lo llamó al servicio activo y lo destinó •á la 4: Com'pá ñ4a del referido Batallón B~yacá en lugar de Upégui·: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 53

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