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Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 9

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 9

Por: | Fecha: 01/03/1902

SERIE III- TOlJfO I GENERAL , CtfQOQ oqzález '$aleqda JI" á :J.g:J vadJ.t:J:Jo:J / 7ne:tilbtio::J 1/()/rJJÁ-tPñe-to:t, pe ¿ &:J. ~~Ht-ft:iu;J de/ ~"í»ft4a ~?t- vert.ia17 a"' ctuut}·f-eva-t u/¡41o?~4. 1e:Jat:ft'u'/() ~ & c:a.;J;fta'l~t'¿ t'?J'Jí-· í~11t/ti/a ,.tí()t d.t :Joá'ad'ot! tÚ -~¿?tdÍHt?rJJa-1-ca j/ e/ 8;/t?,)t/7, tl61tfle d:J -te/ed/etl ale/ ce-;t-élt:J tÚ & qf'#/dt;q~ JI' ¿ é'J.ft'P ""~'e1/e 1é'dk/dce~ ~~a¡ e;t­~~? Jtt4t? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Milit r de Colombia "- 258 _.) -= Oficial - UM R 34 DE 1902 (Fl~BRKR 18) r el cual e hace una promoción El Ycepr~ t"denü de la Rcjníblita ~11ca1 gado del Poda· .F:;'eculiv•, DF. ETA Comuníquc e y pulJlíquc · a 1 n Bog tá á 1 br:er le 1902. J f U L M RROQUIN .. 1 Mini tr rra J RI 1 IDE FER ·J.. ·mtz · h R .... T 2 8 E 1902 l•F lUR 14 I r 1 cual onfier un a censo El Víupnu'den/c de la Rep1íbl/ra ~ncargado d~l Podu Ejuut/vo. DE • R l•. T A r neral graduado al ·r. Coro- .. tado yor d la olumna r. icepresid nte de 1 •0 d '!.nero del año n curso. al Honorable enado en sus on titucional ado en og tá., á 1 t· de 1 go2. J E MA EL MAR 1 Ministro de .TUerr RI TlDJi. , R 'A .DEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilit 1" eC lon1 bia '- 25 _.1 ECRET 293 1902 (I<'EBRERO IS) por 1 u l se hace un nombramiento El Víc~presüi~nü de la ReptíbHca, are rgado dd Poder Ejeculwo~ DE RETA Artículo único. 6mbrase 1ilitar de la Plaza de Honda al r. Dioni i Poi neo n r m 1 zo el General José Indaburu asimilado á Comandante g neral de División. Comuníquese y publíqu e. Dado en Bogotá á 1 S de Febrero de 1902. JO E M UEL MARROQUIN El Mini tro de Guerra, ARISTIDE FER.·Á, ·n~:z DECRET UM R 297 DE 190~ (FEBRERO 1 5) por el cual e hnce- un nombramient.> '1 Vú:~pruz'denle de la Repríbb'ca, el/cargado del Pt~de1· Ejeculz7o, DECRETA Artículo único. 6mbra e al General Alcides Arzayús jefe de Estado Mayor de la Comandancia Militar de la Plaza, sin per- · juicio de que continúe ejerciendo la funciones que le determina el Decreto número 208 de 3 del pre ente. Comuníquese. Dado en Bogotá, á 15 de Fe rero de 1902. JO E NUEL MARR QUIN El Ministro de uerra, ARI TlDES FERNÁNDEZ DECRET NUMERO 29) DE 1 2 (FEBRERO 1 S) por el cual se hacen varios nombramientos .El Vzeepru/dmte de la ReplíbHca, eJZca ."gadtJ del Poder .E]uu/t"v() DECRETA Artículo único. Hácense lo siguientes nombramiento de em­pleados para el Cuartel general de la Comandancia Militar de Ja Plaza: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 26o __../ Primeros Ayudantes generales, Generales Celso Salgar y Santiago Vesga, Coronel Jesús Marfa Osorio, y Tenientes Coro­neles Agustín Ji ménez y Proto Morales. egundos yudantes generales, argentos Mayores Rafael Betancourt y Mio-uel . López. djuntos, 'renientes Luciano Gonzá!ez y ilvestre Otálora. Comuníquese y pu Hquese. Dado en Bogotá, á 15 de Fe r ro de 1902. JO E MANUEL MARROQUJN El Ministro de uerra, ARISTIDE FERl ÁNDEZ DECRET NUMER 306 DE 1902 ( FEBREltO I 5) por el ual se d~ una autoriz ci · n El Viupt e ide11/e de la Reptíbl/ca, encar~ado del Poder Ejecufzvo DECRETA rtículo único. utorízase al r. Jefe Civil y Militar de la Provincia de Guata vita para organizar una compañía suelta, que quedará. bajo sus inmediatas órdenes. Comuníquese y publíques . Dado en Bogotá, á rs de Febrero de 1902. JO .. E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 307 DE rgoz (FEBRERO I 3) por el cual se hace un nombramiento El Vtcepresidenle de la Repzíbb'ca uuargado del Poder .Ejecullv' DECRETA rtículo único. Nómbrase Auditor de Guerra de la 10! Di­visten comandada por el General Manuel D. Cañadas, al Sr. Co­ronel Didacio Delo-ado a imilado á primer Jefe de Cuerpo para lo efecto fiscale . Comuní uese y publíquese. Dado en Bogoti, á 1 S de Febrero de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El 1ini tro de uerra, RI TIDE FERNÁNoEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \..._ 261 --' DECRETO NUMERO 309 DE 1902 (FEBRERO 1 5) por el cual se llama al servicio activo á un Jefe y se le destina El Viúpresidenle de la Repzí.6li'ca, encargado dd Poder EjecuHvo, DECRETA Artículo único. Llámase al ervicio activo al General Aniceto Polanco, y destínasele al puesto de Jefe de Estado Mayor de la Di­visión MarroqttÍ1l. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 15 de Febrero de 1902. JOSE MA UEL MARROQUIN Rl Ministro de Guerra, ARISTIDES FER..~ÁNDXZ DE.CRETO NUMER0 .. 1319 DE 1902 (FEBRERO 18) que deroga el marcado con el número u6¡ de 2 de Octubre de 1901, que cre6 la Jefatura Civil y .1. Iilitar de Girardot El Ví'upr1süiente de la R~plíblica, encargado del Poder .E.fecttH'lltJ, DECRETA Art. 1.0 Derógase el Decreto número I 167 de 2 de Octubre rgot, que creó la Jefatura Ci il y Militar de Girardot. Art. 2.0 El Municipio de Girardot volverá á se; regido por un Alcalde, de nombramiento del jefe Civil y Militar de la Pro­vincia de Tequendama, á la cual pertenece dicho Municipio . Art. 3.0 El I-lospital Militar de Girardot continuará al servi­cio, y su administración dependerá de la Alcaldía del Municipio. Art. 4.0 El Hospital seguirá funcionando con el tren de em­pleados siguiente : Un Capellán de Ho pitales y fuerza, a imilado á Coronel. Un Médico de Hospitales y fuerza, a ~ :milado á Comandante en Jefe · tres Hermanas de la Caridad, con asimilación de Capi­tanes. Un Síndico Contador y Pagador, con sue ldo de Teniente Co­ronel. Los sirvientes que sean necc arios, asimilados á ubtenient s . Art. 5. 0 Los gastos del I-Io pital Militar se imputarán al De­partamento de Guerra, y e harán por cuentas de cobro de los interesados, que llevarán el 'E corriente , del Médico y el 'Pá­gue e ·· del Alcalde. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín I\'Iilitar de Colotnbia '- 262 __, rt. 6.0 Los fondos necesarios para el sostenimiento del Hos­pital se suministrarán por medio de remesa.s a] {ndico Pagad?r, quien deberá prestar caución de b~en man~J.O por la su~~ <:Ie dtez mil pesos ( ro,ooo) ante la autondad pohttca del Muntc1p10. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 18 de Febrero de 1902. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDE FER f.. DEZ . DECRETO UMERO 332 DE 1902 (FEBRERO 20) por el cual se hace un nombramiento El Vicepres1'denle de la Repúbl/ca, encargado del Poder Ejuutivo, DECRETA Artículo único. ómbrase al r. Eustasio Angulo Habilita­do de la Sección de Inválidos, a~imilado á Capitán para los efec­tos fiscales, por excusa aceptada al Sr. ntonio José Escobar. Comuníque e y pub1íquese. Dado en ogotá á 20 de Febrero de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra RISTIDES FERNÁ ·oxz ECRETO UMERO ~35 DE rgoz (FEBRERO 20) por el cual se~umenta la asimilación de los empleados de la Telefonía del Ministerio de Guerra El Vicepresidente de la Repríblica, encargado del Poder .F;Jeculivo, DECRETA Artículo único. esde el 1.0 del pre ente mes en adelante, y mientras dure perturbado el orden público, la asimilación de los empleados de la Tel fonía del Ministerio de Guerra para los efec­tos fiscales, set á la siguiente : El jefe de la oficina, asimilado á Sargento Mayor segundo jefe de uerpo. Tres yudantes de la mi ma, a imitados á Capitanes. Comuníquese y publíquese. D.1do en Bogotá, á 20 de ~ebrero de 1902. JO E MANUEk MARROQUIN El Ministro de Guerra, AlusTrox FxRNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín Militar l Colornbia \..._ 263 _J DECRETO UMER 336 DE 1902 (FEBRERO 20) por d cual se hace una rotnoción y se confiere una autorización El Vicepruidenle de la Reptíbl/ca:~ encargado del Poder .Ejeculiv11 DECRETA Art. 1.0 Promuéve e al en r 1 Obdulio Garavito del puesto de Comandante general de la 2.• División del Ejército que coman­da el General Ernesto Restrepo Tirado al de Comandante Mili­tar de Ja Plaza de Pacho. rt. 2.° Facúltase al expresado General Garavito para nom-brar do yudante del grado de Coronel y Teniente Coronel. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá:~ á 20 de Febrero de 1902. JO 'E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra ARIS'TIDE FE~ ÁNDEZ DECR TO UMERO 347 DE rgo2 (FEBRERO 2 I ) por el cual se fija sueldo á un empleado El Viápresidenle de la Repúblü:a, encargado del Poder EjecuNvo, DECRETA Artículo único. La asignación de que disfrutará el General Alcides Arzayús, en u carácter de Inspector Organizador de las fuerzas que se hallan en la cap1lal de la República, será la de Co­mandante general did ionario. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 1 de Febrero de 1902. JO E MA UEL M RROQUIN El Ministro de Guerra, ARrsTIDES FERNÁ .. DEZ DE ... RET U ERO 349 DE rgo2 (FEBRERO 2 1) por el cual se fija una asimilación El Vícepresz'denü de la Rep!Íbbca, encargado del Poder Eject11/V()1 DE ETA Artículo único. A imílas al r. Policarpo Pizarro, Médico Visitador de los Cuerpos que se hallan acantonados en la e pital Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol etín Militar de Colombia '- 264 ..J de la República y encargado de los reconocimientos, á Comandan­te general de División . Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á. 2 I de Febrero de 1902. JOSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARisTmE.S FERN.Á IDEZ DECRETO UMERO 355 DE 1902 (FEBRERO 22) por el cual se aumentan unas asignaciones mintares El Vicepresidente de la Rtpúblú:a, encargado del Poder Ejeculiv#, Dl!:CRETA Art. 1.0 Desde el I .0 del mes entrante los empleados del Cuartel general del Ejército Permanente gozarán de las siguien­tes asignaciones, sin ningún sobresueldo : El Comandante en Jefe, mil pesos mensuales. El Jefe de Estado Mayor general, novecientos pesos . El Inspector general del jército, novecientos pesos. Los tres Jefes de Mesa ochociento cincuenta pesos. Dos Generales, primeros Ayudantes, con servicio permanen­te ochocientos pesos cada uno. ' Dos Coroneles, primeros Ayudantes, seiscientos pesos cada uno con servicio permanente. 'Dos Tenientes Coroneles, segundos Ayudante , con servicio permanente, quinientos pesos cada uno. Dos argentas Mayores, segundos Ayudantes, con servicio permanente cuatrocientos pesos cada uno. Dos Capitanes Adjuntos con servicio permanente, doscientos cincu nta pesos cada uno. Dos Tenientes Adjuntos, con servicio permanente, doscientos cincuenta pesos cada uno. Dos Subtenientes, con servicio ermanente doscientos pesos cada uno. Art. 2.0 Los demás Generales Jefes y Oficiales que sean de-­tinados al Cuartel General del Ejército, devengarán el sueldo de us respecti os grados. Art. 3.0 Este Decreto regirá mientras dure turbado el orden público. Dado en Bogotá, á 22 de Febrero de 1902 . JOSE M UEL MARROQUIN El r 1inistro de Go ierno FRANCisco ME DOZA P.-El 1inistro ae Instrucción Pública, encargado del Despacho de Relaciones Exteriores, JosÉ JoAQUÍN CAsAs-El ubsecrelario del 1;Iiní terio de Hacienda, encargado del Despacho, Jo É R.AltóN LAGo-El Minis­tro de Guerra, ARISTIDBS FxRN.Á.Nox.z-El Ministro del Tesoro, ~GUSTÍN lJ~I»E. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 265 ...../ -Doctrinal- MANUAL PARA LA PREPARACIÓN .... 1 DE LA COMPA I AL COMBATE POR EL GENERAL DRAGOMIROFF * 59.-MA IOBRAS CON Fl r TÁCTICO-Las maniobras COn fin táctiCO tienen por objeto de arrollar, entre los Jefes y la tropa, ~l arte de tomar la posición m á entajosa en relación al adversa río, y de vencer los obstáculos del terreno ó ara aprovechar e de las si­nuosidades de éste para defenderse tanto durante las marchas como durante el combate. Si la serie de ejercicio tocantes á la aplicación del Reglamento se recorre como conviene no podemos suponer que haya circun tancia en que la compañía pueda caer de prevenida por alguna eventualidad. 6o.-MARCH s. Se llegará con facilidad y prontitud á enseñar á los Jefes y á la tropa á que fijen u atención en el terreno durante las marcha , con tal que e sepa apro echar el tiempo, en vez de desperdiciarlo co1no al pre ente, sin provecho para la instruc­ción, en las marchas de ida y vuelta á la plaza de ejercicios, al campo de maniobras, al de tiro al polígono de gimnástica. Un buen instructor debe ejercitar á sus tropas desde el mo­mento mismo n que la compañía deja el lugar en donde está in - talada, y no cesar sino hasta cuand ella ha vuelto al mismo sitio; esto dará doble ventaja : economía dt tiempo por una parte, y por otra se aprovechará cada paso en eneficio de la instrucción. Hay que fijar como regla in\·ariabl , que la compañía no efectlÍe nunca un cambio de itio, d la clase de 1 s que se aca­ban e citar sin una vanguardia precedida por patrulla de ex­ploradores. Pocos instante antes de comenzar la marcha el jefe de compañía desprende unos diez hombres al mando de un cabo ó sargento inteligente á quien ha ordenado que ocul t us hombres uno por un á los lado del camino, letrás d los objetos que se encuentren en una zona de roo pasos á derecha y á i¿qui rd de la vía. Estos hombre reúnen á las patrulla cuando éstas los encuentran. Est.a es una ¡.>ráctica excelent para d arrollar la costumbre de explorar el terreno. o 1·equier sesione de in trucción esp - cial y al propio iempo ha itúa á la ti· pa en las prácticas que reclama l eguridad durante las marcha de guen·a. demá , obliga á lo soldados á erder poc á poco la inclinación que tie- ' V én.se el Boldln llflltlm números r. 0 á 4 de la se ric r 1 En oro de I SOl. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 266 _J nen si m r á formar grupo, y los obliga á escu riñar una exten-sión te rreno más ó menos considerable. 61.-To o los hombres de la compañfa d en, á u vez, for­mar parte d la atrulla d xploradorcs y d l destacamento que se pone en lo escondrijos. El arte e ocultarse di stramen­te n un terreno atrav sado por el enemigo, e también muy útil para la guerra · i se cuenta con oldados hábile en esta cla­se de ejercicio , e puede llegar algunas veces á conocer, con más pormenorc y meno érdidas, lo que pa a en el campamento ene­migo. 62.- medida que 1 oldados e perfeccionan n esta prác-tica, se pued aumentar progre ivamente la zona d l terreno por reconocer ha ta 400 pas á cada lado del camino. 63.-MA !OBRAS ~N I.A ZONA DE LOS FUEGO -ÜBSERVACIO .. rES GENE­RALES- Para e ta da e de instrucción no hay necesidad de corne­tas, y no hay que hacer uso del tambor ino n 1 momento del asalto final · con el objeto de outen r más uniformida-i y el impulso po ible para las e oluciones y otros movimientos es mejor pres­cindir del tambor ; e ejecutan dando encillamente órdenes, y cada uno, egún sus atribuciones, manda como conviene. En el combate importa, ante todo, saber á dó1lde se vay por qué y en egundo lugar tan sólo cuándo y en quJ orden es predso ir. Los dos primero puntos-dir cción y objeto-no pueden ma­nifestarse ino por medio ~ . E QUE RE IBA Y POR TODO LOS 10 IltllE TO Q E EJECUTE L CO:M­PA. 1 ~, S lE. A ELLA .n MA EN PRE-E CIA DRL E.TE~IIGO- Por esto, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín Militar de Colombi \._ 267 ._/ :;iernpre debe señalarse el lugar dond · s enLuentrc la cadena del nemigo y el qu ocupe su reserva, y explicar bien tos dos punto á la compañía. A e te re pecto conviene indicar objetos bien visible y al propio tiempo venta jo os realmente para la de­. en iva, tales como aldeas, altura , orilla d o ques, alturas del •camino posicione etrá de un paso de río, trinchera . 65.-CAMBTO DEL ORDE,T DE CAltO ·o AL ORDE ·DE CO.f13ATE- }lle­gar como á un kilómetro de di tancia de una posición de sta cla-e en orden d camino dada, hay que lOmar la formación de com­bate, lo que debe efectuarse siempre en el mayor orden, es decir, dden~r la cabeza d~ la compaíiía, ordenar que se cierren las dúla11cias y no diSponer síllo en seguida el cambzo de formación 66.-Dl POSICIÓ. Jl'IClAL DE LA CADE • Y DE LA RESERY -Cuando la anguardia no se compone ino de una ección, e dispersa ín­tegra en tirador y s con ierte al propio tiempo n una línea de exploradores y en cadena de combate. Luégo avanza, ha ta el momento en que llega á cierta distancia de la posición atacada, desde la cual pueda alcanzar con sus fuego al enemigo. .. ntonces la compañía se <.letienc y toma posición como lo diremos ad lante. (Véase 77 y siguientes). La cadena también se deti ne á la indicaciones de su jefe. Los consejos que contiene el Reglamento en cuanto á utiliza­ción del terreno por medio de la cadena y las fre erva , e man­ ·enen en todo su vigor y deben ser conocidos de todo el personal e la compañía. Aquí no e proponen sino alguna aclaraciones respecto de la manera de pon r en obra sto consejos. 67.-CüANDO ESTÁ EL E ~E.UGO AL FRE TE, E PRECISO IE~t:PRE Y .A iTE TODO PE. AR EN COLOCAR E E~ J. A CO~DICIONES ?l!J-{S VE. TAJOS S PARA CAuSARLE D\.-0. O ES SINO DE PUÉ DE LLE •AR F. TA CONDICIÓN CUA. DO ES PF.R UTIDO PE1 AR E. BUSCAR ABRIGOS PARA UNO. 68.-Partiendo de ahí, un tirador, tomado ai ladam nte, esta­rá. bien colocado: I . 0 i entre él y la posición ocupada por el ene­migo no hay objeto que le oculte esta posición ; 2.0 i tiene punto de apoyo par ~u fu il ; 3. 0 En fin i disfruta al mismo tiempo de má 6 menos defensa, Toda posición que le oculte al tirador el enemigo, debe re­~ hazar e, aun cuando ll ne la dos últimas condiciones; toda posi­ción que permite ver al nemigo, cubri ndo al tirador, pero que • Aun cuando el prolongamiento ele la columna, por una un! ad tan dé-il como un compailí~, no u ele tener influencia sensible .en l:l rapulez del paso i la or en de combate, hay que p nsar que para unidades más considerables, e te rolongamicnlo se hace muy perjudicial para la buena eje cución ele sta evoluciñn. y, por tanto, es mejor que la costumbre de detener la cabera ele la columna y de hacer e rechar la di. tancias, e haga como es de rutina. Por lo demás, si el movimi nt se fcctún en un terreno difícil, cu ierto de maleza , por entr.c un bosque ·c., ·sta co · tumbre de aplicación nece aria basta para la comp uí . •n cambio, i ., · tropieza de impro i o con el adversario. la cabeza no espera la retaguardia; hay que atacar con rontitud con las fuerzas que hay.a á mano, porque de otro modo el enemigo tendrá tiempo de tomar sus dispost­eiones. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 268 _; no ofrece punto de apoyo para su a¡·ma, es menos buena que una posici6n que procure este apoyo y en la que el tirador esté más á descubierto. 6g.-El comandante de la cadena, eniendo en cuenta todas estas condiciones, escoge la po ición de la línea, determina la lon­gitud total de ella y su dirección, y señala á cada escuadra su sec­tor. Si sobre el terren hay obje o visibles, el comandante de la cadena designa los sectore de ella, por medio de estos objetos; si no, dice ~z núnuro de pasos que deba ocupar cada escuadra (pero no Jos que deban guardarse entr cada una) ; luégo los Jefes de sec­tores de escuadra, á su turno señalan á cada uno de sus solda­dos el sitio que deben tomar. La colocación de cada tirador e deja á su propia voluntad; no hay que rectificarla sino cuando el oldado se pone en condi­ciones en que no le es posi 1 di parar sobre el enemigo. Cuando la cadena ha ocupado su po ición, el Comandante la recorre, y rectifica las faltas cometida en la colocación de los tiradores, di­rigiéndose á lo jefes de cuadra. Durante las primeras sesio­nes, nada impide que el j fe de compañía verifique una ó dos veces la colocación de la cadena. Al principio hay que tener el mayor cuidado asible en colocar bien los tiradores sobre la cade­na y n cerciorarse de su colocación, d manera que lo tira­dores y los jefe. má inmediatos e a imilen bien aquello que se necesita para ocupar una posición. Despues conviene dejar el asunto á u iniciativa per onal, y exigir que la ocupación de la posición se efec úe con rapidez.- Co11/ittúa c.=--- LAS GRANDE BATALI.~AS D NAPOLEON PO. DIC1r DX LONGLA 'Y EssHnz.-(:JI y 22 de Mayo de z8o9) (Concluye) Ha llegado el momento d tomar la ofensiva. annes deja la Divi~i.ón Boudet n .. sling, y se arroja á su ez sobre el centro enem1go con un masa de einte mil soldados de infantería y con seis mil de ballería, á fin d destru{rlo. Nuestra aliente infantería avanza á la carrera : ya no se ve nada, no se ye nada· se atravi sa por entre las sementeras, por entre los v llados, por entre los fo o ; no se repara en los que ?a n ; n brcv~ alcanzamos al enemigo; nuestra ayonetas agu­Jere n lo ' st1d bla neos, que o mi nzan á retrae der en des­orden. 1 contemplar st 1 Archidu ue arios, se precipita á la cabeza de us oldados para so t nerios, y toma n u manos el estandarte del regimi nto de Zoch, 1 que "uel 'e á impulsar ade­lante. us má v liente oficiales s n heridos al lad0 de éJ entre Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 26g _J ellos el Conde Colloredo, á quien ve caer bajo este fuego espan­toso, y á quien estrecha la mano con dolor. Viendo á la infantería austriaca desorganizada, Lann s arroja sobre ella á Bessieres y á sus coraceros, que desbaratan varios cuadros del Cuerpo de Hohen­zollern, y toman prisioneros, cañones y banderas. El Duque de Montebello, no dudando ya del éxito envía á Napoleón uno de sus oficiales de Estado Mayor, el jefe de escua­drón César de Laville, para informarle de sus progresos. Desgra­ciadamente, en ese mismo instante dan una siniestra noticia al Emperador: el gran puente establecido entre Elbersdorf y la isla de Lobau acaba de desbaratarse por completo, en el momento en que seis hermosos regimientos de coraceros, las dos Di visiones del Mariscal Davout y las cajas del gran parque se preparaban á pa-ar por él. Y no es tanto la falta de tropas lo que hay que lamen­tar, puesto que los sesenta mil hombres que han pasado á la orilla izquierda bastan para desbaratar el ejército austriaco, sino la de municiones, de las cuales ya se ha consumido una cantidad enorme: están casi agotadas, y en breve van á faltar por completo, sin que se pueda reemplazarlas. A este a viso desastroso, Napoleón ordena á Lannes suspender toda ofensiva y replegarse poco á poco sobre la línea de Essling á Aspern, teniendo cuidado de economizar sus municiones. Aprovechándose de esta tregua, el Archiduque Carlos impulsa adelante la última reserva de granaderos y nos abruma c on los fuegos de su poderosa artillería. Nuestros regimientos retrogradan lentamente, con e l aplomo ue conviene á los soldados veteranos que los componen, á pesar de las balas de cañón austriacas, que arrebatan filas enteras; se retiran como leon á quienes es peligroso perseguir. Los Cuerpos ue pretenden e trecharles de muy cerca, sufren rudas cargas á la bayone ta y son violentamente rechazados. En esta marcha re­trógrada, el caballeroso General Saint- Hilaire antiguo amigo de apoleón, cae herido de mue rte por una bala de izcaíno. El Archiduque Cados trata todavía de hacer una tentativa desesperada sobr nuestro centro. La División Saint- Hilaire, que desea vengar la muerte de u J efe, las dos Divisiones Oudinot y la caballería, se acrifican de nuP.vo por la seguridad del Ejército. uestras tropas dejan llegar la masa espesa del Cuerpo de Hohen­. zollern á medio alcance de fusil; luégo, mediante un fuego d mos­quetería y de metralla, di parado tan cerca y con tanta preci-ión, se ve bien pronto aclararse las líneas del enemigo. Lannes, aprovechándose de esas brecha , lanza contra ellos á nue tros co­raceros; el intrépido Príncipe jua:1 de Lichten tein, á su vez e les opone resueltamente con su caballería; pero La alle y Marulaz acuden con nuestro cazadores y nuestros hú ares en socorro de los coraceros, y este inmenso terre no no pr sen ~n breve sino una masa de quince mil jinetes franceses y austriacos acometién­dose con furor, unidos cuando atacan, separados al volver, y que tornan á juntarse sin cesar, para cargar de nuevo. Después de esta larga lucha, el enemigo sed tiene como pa­ralizado enfrente de nuestro espa ldón, que se extiende de Essling Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \..._ ~70 _J á Aspern. Nuestra artilleda, en parte de montada, permanece sobre el reborde del foso, disparando con precisión pero con len­titud, por lo esca o de las municiones, y suj~ta al f~ego de más de do ciento cañone . uestros soldados de mfantena se parapetan en el foso; nuestra caballería formando una cortina á retaguardia, sufre con impa ibilidad admirable, y con el sable á la palda, un fuego ince ante de cañón. La balas caen unas tras otras con ra­pidez n las fila , cubriendo la tierra de caballos muertos con sus jinetes; nadie e mue e. Hay que ostenerse hasta el fin del día, so pena d hundir e en el Danubio, que continúa creciendo. En e te momen o una de gracia e panto a ''iene á h rir al Ejército. Mi ntras Lanncs acude á galope de un Cu rpo al otro para ostener el valor d us soldado , un oficial, a ustado del pe­ligro que aquél corre, le ruega e d smonte para exponerse menos á lo tiros d 1 enemigo. Lannes, á pesar de estar acostumbrado á exponer la ida sigue el consejo · pero apenas ha bajado del ca­ballo, cuando una bala 1 alcanza y le rompe las dos rodillas. ~1 Mariscal essi r s y el Jefe de escuadrón César de Laville lo recogen anegado en u angre y casi sin sentido; le extienden en una apa de coracero y le transportan durante media legua con ayuda de r mas de árboles de fusiles y de hierros cruzados, á modo de camilla ha ta e 1 pequeño puente n donde e encuentra una aml ulancia. E ta noticia, de que pronto nos informamos todos, esparce una tristeza profunda n el Ejército. Pe1~o no s el momen­to de llorar, porque 1 pe1ig1·o aumenta á cada in tante. Detenido en el centro, el enemigo e arroja con furor tanto más violento obre nue tra alas en A pern y en Essling. Del lado de Aspern los ataques de los austriacos continúan sin tregua so­bre e ta infortunada aldea, que ya no e sino un montón de ruina y de cadá \ere . o se camina sino obre escombros, sobre vigas ardiendo ó sobre moribundos. Los tiradores de la guardia joven, á pesar de u ardor juve­nil, á pesar de los jefes experimentados que les mandan e ven arrojados fuera de la aldea. 1 punto Ma sena, que aun cuando muerto de fatiga ha permanecido constantemente en medio de sus soldados, hace avanzar en u ayuda los restos de u Divisiones. egrand los impulsa y aparece por toda parte , con la punta de u ombrero despedazada por una bala, y viéndose oblio-ado con frecuencia á echar mano á la e pada para a artar d u pecho las bayoneta enemigas. n breve e_.ste montón d ruinas humeantes de A pern vuelve á caer en nuestras manos. Rechazado en nues­tra ala izquierda, el Archiduque Juan s arroja sobre nuestra de­recha para tomar á Essling, y marchando á la cabeza de sus gra­nader. os que .conduce personalm~nte, dirige un terrible ataque o re el ntro d•la aldea. Napoleón, con el fin de auxiliar á Bessi res, que ha reempla­zado á Lannes n ste punto, le env( los fusileros granadero y los fusile1~os cazadores de la guardia, tro a admirable, formada du­rant las campañas de Prusia hacia i-lnes de I 8o6, y próxima á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia lograr aquel grado de perf cción que se encuentra entre la extre­ma juventud y la extrema vejez del soldado. Es el General Mou­ton quien e t ncarga o de mandar e te Cuerpo escogido. ' Va­liente Mouton le dice el Emperador: haced un esfuerzo más para alvar al Ejército· pero terminad porque despué de esto fu ~ ileros ya no tengo sino á los granaderos y cazadore de la guardia ieja último recurso de que no e puede hacer uso sino en caso de desastre.'· · 1outon párte con estos cuatro batallones de la guardia, divi­didos en do columnas de á dos batallones cada una. E tiempo de que llegue este acorro. El General Boudet defiende á Essling desde la víspera · cinco veces los granaderos húngaros que con­duce el 1\.fariscal de Campo Aspre, han vuelto al ataque, y cinco ·eces han sido rechazados ya por el fuego de fusilería, ya por carga á la bayoneta. pe arde todo, la aldea ha ido invadida ; y Boudet e ha visto obligado á retirarse á un granero, amplio edificio almenado como una fortaleza. lH se· so tiene con una in­domalJle t nacidad; pero acometido por toda parte va á sucum­bir cuando aparecen lo altos plumaje encarnados de los fusile­ros de la guardia: son lo dos atallones de lo fusileros grana­deros conducidos por el Coronel Friederichs Mayor Comandante. En e te ataque, el cabo Pierson, del primer atallón de los fusile­ros granaderos, toma una bandera á los granaderos húngaros en la aldea de Essling, á donde ha penetrado el primero. Pero este primer refuerzo no e suficiente: el enemigo torna á la carga. Rapp acude entonces á su encuentro con los dos bata­llones de fusilero cazadores de la guardia que lleva el Coronel Boyer, Mayor Corn;:LDdante de este Cuerpo escogido. Mouton y f.tapp re uelven entonces dar una carga general á la bayoneta. Ambos se estrechan la mano y acometen denodéLdamente á los austriacos que no pueden r istir el choctue huyen de la aldea y on ametrallados en u huída por la artillería de la isla Lobau. Más de treinta horas cuenta ya esta lucha encarnizada é implaca-le. El rchiduque Carlos, agotado, perdida toda esperan·za de arrojarpos al Danubio, comienza también á carecer de municiones, toma el artido de suspender e ta sangrienta atalla, una de las más e pan tosa del siglo, y se resuelve á terminar la jornada, en­viando contra los Cuerpos colocado entre A pern y E slino- lo que le queda de granadas y de balas. Así, en tanto que en Aspern lo austriacos e encarnizan toda­vía en disputar algunos re tos de esta d sdichada aldea hacia el centro y hacia Essling l Archiduque Carlos hace su pender lo ataques y se limita á ordenar ue a vanee su artillería para dispa­rar resueltamente sobre nuestras líneas. uestra artillería, en part desmontada s d tiene á la orilla del foso, dis arando con intervalos, hasta que oscurece. ues­tras tropas, infantería y aballeda resisten con 1mpa ible in­movilida los terribles fuego ... de la batería enemigas. Ante el frente formado por los granaderos y los cazador s de á pie de la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 272 _/ guardia vieja, entre Essling y el Danubio_, el enemigo fija sobre este punto una línea de cincuenta cañones. Vuelve á comenzar el cañoneo. La primera bala viene á he­rir el muslo del caballo de apoleón; todos los viejos gruñones gri­tan : u Abajo las armas, si el Emperador no se retira al punto 1 " El General Dor enne que manda á los granaderos, se acerca á él y le dice : 1 ire, retiraos; ú os hago sacar por mis granaderos.' Na­poleón vuelve á pasar entonces el pequeño puente y hace que pon­gan una escala de cuerdas suspendida de lo alto de un abeto, y desde allí contempla todo los movimientos del enemigo y los nues­tros. Una segunda bala de cañón hiere al sargento tambor del 1.0 de grar:aderos y lo divide en dos; pero esto no es sino el preludio. Las cincuenta bocas de cañón de los austriacos disparan sin tregua sobre los granaderos y los caza ores, que no pueden dar un paso ni disparar un solo tiro de fusil. Los granadero no tienen sino cuatro cañones y los cazadores dos, para contestar á Jos cin­cuenta del enemigo. Las balas de cañón caen en la filas de estos viejos soldados impasibles, y arrebatan filas de tres hombres á un tiempo; las granadas pacen saltar los gorros de piel á einte pies de alto. Tan pronto como una fila es destrufda, no e oye en me­dio del ruido del cañón sino la voz penetrante de los Generales Dorsenne y Soult, de los Coronele Curial y Gros, que mandan : 11 • Apoyao~ á la derecha cerrad las fila ! " Y los intréptdos sol­dados obedecen. Confiado en la po esión de Es ling, ue los fusileros de la guardia ocupan, apoleón hace preguntar á Massena si puede contar con la posesión de spern, porque en tanto que estos dos puntos de apoy nos queden, Ja r tirada del ejército e tará egu­ra. El oficial del Estado Mayor enviado á 1\l!assena Jo encuentra sentado sobre lo escombros abrumado por la fatiga, los ojos en­cendidos, pero iem re lleno de la mi ma energía. Le transmite el mensaje de que es portador, y Massena levantándose, le respon­de con acento particular: 'Id á d cir al Emperador qu yo me sostendré dos horas sei , veinticuatro, si son necesarias para la se­guridad d 1 jército." En este momento me envían á mí con mi escua ra, con el fin de escoltar un con oy de heridos que se retira por entre el bos-que hacia 1 pequeño braz el Danubio. El aspeoto de es a orillas lastima 1 corazón. Largas filas de heridos, unos arras­trándose como u den otro colocados en brazos de los solda­dos, 6 en ti rra p rando ue lo~ tran porten á la I Ja de Lobau ; caball ros desmontado , que arrojan lejo sus corazas para mar­char con más fadlidad; multitud de caballos heriüu que diri­gen instintivamente hacia 1 do para calmar la ed en sa aguas Y que e nredan en las cuerdas del puente ; centenares de carro dC: artill ría medio rotQ , una indeci 1 confusión y doloro o ge­mtdo. s,-:-tal es la escena ue e pre enta y que nos entristece. Al propto mstante descubrimo una litera llevada por dos granadero , un tambor y un coracero, en la cual está extendido e11Vlariscal Lannes, á quien acaban de amputar una pierna. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín Milit r el Colombia '- ~73 _j vuelto de la isla de Lobau á la cabeza del TOMO 1-18 ntr pcr·­. R-Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín Militar de Colombia \_ 274 _./ herido y sin dueño va­l río, para obligarlos . Por último n t niendo) a que llenar e ha ton,. rtido n suelo nemi-tirador austriacos llueven toda-t n J h·o como cuando alía de Génova bajo 1 fuego de la scuadra inglesa. 1 puente, u la corri nte del río lleva pronto hacia la otra orilla y n r o o minuto tá n )a isla de obau. Lo au triacas ont ntan on pr enciar la r tirada YO-lunlaria le su adv r ado . te modu t rminó ta batalla d do dfa ... , una d las má anoTi ntas del iglo que co~tó á lo austriaco ' inti~i te mil hom re o entre mu rto y h ri o , y á nu tro jér i o quince mi) fue1·a d om ate. I'UR lA1 1!. 1. 1 1 >R !. H 'I RU A (Continúa) e cuadrone e reúnen á vanguardia, n migo 6 atra·vesar su intervalos, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letín ilit r Co on1hia '-- :a7s -' i 1 r ha~ad 6 Ji mita a uélla á una la que, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 276 -' C BALLERtA CO)lTRA C B LLERÍA.-Las Cargas COntra otra caba­llería se jccutan frent y d flanco procurando envolverla. Para g narl n fuerza impul iva y chocar on ventaja, es nece­sario adelan arse á t mar la iniciativa, pero dentro de límites mo­derado qu ,·itcn 1 de orden prematuro y el agotamiento de la fuerza e lo caballo ; or lo que i la caballería enemiga stá muy di tante pref ril 1 aproximarse m niobrando al trote has­ta llegar á bu na di tancia. L carga se fectúa comúnm nte n líne 6 en escalones, que adelantan el ala corre pon ient al flanco aborda le del enemigo. Cuan o arg:tn varia línea la prim ra ataca de frente y la s - g·unda ae so r 1 ilanc . La r rva mantiene obre el ala más descul>i rta, ui pu t á re hat'ar -1 ontraata ¡u de la d J con­trario. l mez lar cort , p r u la da, xio- · ad má un m vimi nto del jin te, y regularm nte ·a á jes sin producir efecto aJo-uno. punta mejor que de i m¡ t·e qu ~ la stoca­u <.le cu re e 1 cuerpo n los ca cos y correa-ierto ldd 1 es­ata- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 277 -J CABALLER{A CONTRA ARTILLERÍA. - La acción de Ja caballería contra la artillería puede er eficaz cuando 1 t n·eno permite acer­car e á cubierto de su fu o; sobr todo contr la baterías situa­da en la la y mal so t nida , y contra la que puede sorpren­der mamobrando. Las situacione nómala á ue da dgen con frecuencia el de orden del cornb t • y 1 descuido en la aplicación estricta e la n1edidas de seo-uridad pueden facilitar también el a aque de un b tería en cual uiera otra circunstanci . La car a contr grandes batería se ej cuta con numerosas fuerza di pu tas en do ó tres líneas y abrazando un ancho fren­l que de borde las aJas y facilite n,·olv rla . Empieza -n unto cubierto y no muy lejano del que urgen lo escuadrones á gran velocidad, y salvando lo antes posi 1 la zona d fuegos ca n como un huracán obre lo ft neos de la batería. La prim ra Jín a carga de frente d plegada n guerrilla ó á discreción · la eo-unda si­gue en línea d trás de la ala , encargada e arrollar lo ostenes y dar el at ue principal obre Jo flanco y i hay terc ra, mar­cha detrá del ala má d(:scubierta, ó re artida en arnbas n pre­\ ÍSión de un contraataque de la r serva de caballería contraria y para apoyar 1 esfuerzo deci no. n r e>imiento qu ataca una batería forma su primera lí­nea con u - cuadrón desplegado, 1 segunda con dos y la reser­va con el cuarto. La brigada se di one de un modo análogo, pero si cons a de tres regimiento no pon uno entero n prim ra línea, sino ólo dos e cuadrones · pues como se limita á. demostrar y de e marchar dispersa ni nece it más f cti •o ni con\ enien­te desplegar ma_ ·or fuerza. La carga contra artillería e apoya con fuerza de infantería que se lanzan detrás de 1 s e cu dron y con olidan su triunfo. i al iniciarse aquélla tien n facilidad d.c batirla sin of ncl r á é tos, lo hacen con fuego rá ido hasta el momento en que puede series peligro o. Cuando la caballería logra sorprender una batería en mar­cha maniobrando y poniendo los armones, no debe perd r la oca­sión de lan7.ar e sobr Ha á toda rien a. CABALLERÍ so TE u:.·no Á ·.·' B TERÍ.- l ostén montado de una batería se forma con tropa ligera ar·mada de carabina, que puedan acompañarla á todo aires y d fend rla á pi y á ca­ballo. u di posición d f nsi a e cm jante á la de la infantería. La guerrill y los sostenes ocupan su 1 ~.L~ os ie á ti rra ; la re­serva se antiene á caballo y nvía alguna I arejas á xplorar i lo lejos y r correr lo puntos cubi rtos 6 fraga os por dond pue­de desern ocar el enemigo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L Boletín Militar l L 278 - 1 lornbia u; R D ~ MONT (Continúa) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en o er retró ra letín lilit r d e C olom b ia '- 279 .J e n En cuant á la ca lt ría, obran misma razone , y sólo lo cuerpo ligero on lo únic ue e en emplearse en esta guerra, aliicio a, los hijos de la cual guardan á rancia, desde Je na, un odio que no se xtinguirá nunca. in mbargo á pe arde e ta inquietu sorda que dominaba todos los e. píritus las esferas oficial e se mo tra an umergidas en la más completa eguridad. En vano llega an d todos lados avisos al -c'mperador. En 'ano el 'Teniente oron 1 toffel, agre­gado militar de nuestt·a Em ajada n Berlín, le en\ iaba los infor­me más instructivos, más precisos é inquietantes so re los repa-ativo de Prusia. E tos informe se transmitían únicam nte al Ma­riscal Le ceuf; y e] Mini tr de Guerra, que e creía, y que bien pronto no aciló en decirlo púl licamente, li to, u cinco e e s listo, ' hacía cla ificar o documentos en una carp ta, limitándose á po­nerles al marg n 1 palabra cxageraá(m. l Mini t río e creía e­guro d_ la paz para r870. Ha tase hablaba d desarme. En la reunión de) cuerpo leo-i la ti vo del 30 de Junio la oposi­cion idió ue e redujes á 8o,ooo hom r s el conting nte que el Gobi rno r ponía fijar en go,ooo. Un solo hombre político r cla­m6 que d bían ser 100,000. Fue M. Thiers quien algunos días más tard , e n ric go de rder su popularidad iba á oponerse con todas ·us fuerza á la guerra, orque ól él e daba cu nta xac­ta de nuestra ituación y de nuestra debilid d. ubió á la tribuna para llenar un d ber e uen ciu adano, y pronunció un magnífico discurso qu asombra hoy por la profun­didad de miras y la admirabJ claro idenci qu rev la. Quisiera poderlo citar ínt gro. -e 1 ilustre h ml>re de Estado 'eía con cla­ridad. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de C lornbi '-- 282 -' Ya vana ece , eñaladamente en 1867, cuan se trató en Franco a la o m pra del Lu .. ·em burgo u pertenecía á o lan­da h . buena armonía a arent que reinaba entr Francia y Pru­sia, e do en ligr o Quedó definiti amente r ta orla coue .tión e pañola de la cual cr emo de er nuéstro recordar 1 s pnnctpa­le inci en te o Por ausa d una revolución 1 eina I abel II e'! vi oblig - da en 186 á salir de paña. La Corres re ol vieron que la forma de gobierno continuaría i ndo la monarquía, y bu caron un Prfn­cip que uisiera aceptar el trono d E pañao 'rra 1 rga é inft·uctuo as diligencias cerca de algunas fa­milia reinante , la cor na pañola fue al fin aceptada por el Príncipe Leopold de Hoh n7 11 rn, le una rama católica de la fa­milia real de Pru ia. El ey uillermo n calidad jefe de la familia, dio su con cntimiento ara e ta ac pt cióno Fue en los primeros días de Julio de 1870 cuando se esparció en lo círculos olíticos prim r , y de pués i n pronto en e l pú­Jic , 1 ruido de e ta negociaciones. El 3 llegó de lfadri un despacho que decía así : El Maris-cal Prim tá de 'u Ita o cleb re id ir, sta tard , un Con ejo de Mini t¡·o en donde se tratarán cuestiones importante . ' La a erción de La Epoc re~ cto de negociaciones con un Pdncipe d una f milia r inan~e del orte de lemania, es ine.·actao • El nue o e acho ri l, e ta v z una gravedad que no se escapa á nadie: Todo los Ministro artirán ta tarde para la Granja, en donde - r unirán en cons. jo para di cutir la candidatura del Príncipe Leopoldo de Hoh nzollcrn, quien ha aceptado la oferta que e le ha hech de la Corona de E paña. • Francia no habí sido consultada. EIJa se sentía á la ez he­rida or e t pr ccdimiento ind bid y amenazada directamente por e haz de lianza con que Prusia trataba de rodearla . . En .r puesta á una interpelación que se le hizo en el Cuerpo Leg1 lat1 v por L ochery, nue tro ini tro de Negocios ~ .·tran­jero , conf ó 1 6 de Julio que la noticia de que se hablal a era e.· ta. fat-i cal Prim h ofr ciclo al Pdnci­la corona de E pai1a, y que este u 1 1 to ví no e ha decl rado, erdadero de una negociación í e que una di cusión 1.0 conduciría prácti o. r.ogamos eñore , ue Ja Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Ii lit r de C lon1bic no he m o sali resp cto de los di ver o pr tendit;nte al trono, d 1 más estricta neutralid d, ni h mo manifestado nunca por ni no uno de ello ni prefer ncia ni despego.'' Y agregó, en medio de lo aplausos ca i unánime d la mbl é\: Persi tiremo n e ta conducta p ro no creemo que el re - eto á lo derecho d un pue lo vecin no una potencia e~·tr anjera, al colocar á uno e u Príncipe sobre el trono de Carla v, ued interrum ir, e n detdment nué tro, el equilibrio ctual de la fuerzas de Europf'\ y ponet· en peligro los in et·e s } el honor de Francia. Tenemos la firme esperanza de que no t·ealizará esta veñtuali ad. 1 Para impedirla contamos á un tiempo con la cordura del ue lo alemán y con la ami tad d 1 ueblo e pañol. i a í no fuere, fuertes con nue tro apoyo y con 1 d nación, abríamos cumplir nuestro deber in ebilidad. En esta declaración 1 público io 1 u rr . ·ada, in em-bargo, taba decidí . En el abinet los miembros dif rían de inión, y no se había re uel~.o co a alguna. En tanto ue el Mari cal Lebceuf con ideraba la guerra como inevita le, M. mi­lio Oli ,¡ r deseaba la paz y la creía todavía po ible. De pué de 1 declaración de M. de Gramont u e te despacho al Em­erador: ce La declaracicSn ha sid acogida en la Cámara con emoción aplauso inmenso. La izquierda misma con xcepción de muy pequeño número ha declarado u o tendt-á al Gobi rn . En el primer momento el impul o hasta ha sobrepa ado al objeto que ·e tenía. e hubiera dicho ue era un eclaratoria de guerra. Ie he aprovechado de una intei·pelaciOR 14. liOLLIEN 'Traducido para el Boletlu Ni/iltllr) (Continúa) Antes de medio día estábamos en Perico. Este escollo está formado por rocas contra las cuales el agua se estr Ha con estré­pito y salta en olas de e puma blanquizca como á orillas del mar. No se puede ya hacer uso del canalete ni del remo. Un boga se arroja al agua, provisto de una cuerda que va á sujetar en tierra á al,g-ún tronco de árbol, para que se pueda hacer avanzar la em­barcaci6n sobre esta amarra. Esta maniobra fue mal jecutada; la cuerda se rompió, y la piragua zozobró en medio de la rocas; quellos de mis boga que estaban conmigo e echaron al agua y se salvaron nadando y al 11egar á tierra, me llamaron diciéndo­me á gritos que la piragua estaba perdida y que era preciso aban­donarla. Yo no sé nad r · me vi, pue , obligado á permanecer so­bre la embarcación ladeada y me a í á ella . cada acudida se hubiera dicho que staba amarrada á la rocas: no se movía ; yo perman da encima del ag-ua, que felizmente esta a a tant baja;. un poco más lejo m habría ahogado. Todas mi speranzas, el fruto de ei me es d trabajo y d paciencia staban en ta piragua. ¿ Qué hu iera hecho yo i los fectos que cont nía e hubieran perdido . ¿,A quién me hubi ra dirigido'. ¿En dónde habría encontrado auxilio en l e tado n que me habría pre ntado á olicitarlo '? La ieda in en ible á los naufragios ufridos en el rf ; la relación d los ligros que allí se corr n hace onr ír. Aturdido con 1 ruido del agua, irritado con los gritos de mis bogas fugitivo alt' al a()"ua que me daba ha ta la 1 arba ; el remo de que yo estaba armado en 1 mom nto del naufragio, me irvió de palanca pat·a olinar la piragua. Los negro me ·cían trabajar, y quedaron sorpt·endido del éxi o ; ste entimiento lo volvi6 á traer á mi lado ; me ayudaron; nue tro e fuerz reuni­do volví ·r.on á poner á flote 1a pira ua. V lv{ á ubir á lla; mis marin ero g naron la orilla nadando y guiando con una amarra la m ba ¡·caci6n por en medio de la roca . uando e tuvimos seguro n tierr se desocupó la 1 h·agua; 1 agu arda en el fondo tod mi f ctos staban dañ Jos y había perdido muchos . taba muy contento de haber escapado al peligro ue me había am nazado, para que me inquietase mu ho por este daño . in embargo. no pud menos de echar en cara á los negr s su cobardía y el abandono en que m habían dejado ; de al manera estaban avergonzado , que nada me r phcaron. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '--- 286 _J Pronto el sol secó la embarcación y vol vimos á subir á ella. An-. tes de artir hice tomar todas las precauciones necesarias. Des­pués del accidente de por la mañana yo había adquirido una au­toridad que me permitía dirigirlo todo. Llegué pue , sin nuevo obs­táculo á Honda lugar que dista de Bogotá veintidós 1 PUa . Honda está ituado n un valle cerrado or montañas ; el ca­lor es allí ago iador. Hay ue atr~vesar dos uentes ante de en­trar. El último e levanta sobre el Gualí torrente impetuoso que ~e reúne al I\.1agdalena. to uentes de madera están atr vida­m nte colocados sobre pedazos de roca que le sirven de estribos que lo temblores de tierra hacen desplomar. El que Honda sufrió hace quince años, ha dejado huella es­panto a e u de trozos: muchas casas y la iglesia misma están en ruinas. in embargo todavía quedan alguno edificios ba tante regulare Las cal1e~ e tán empedrada y so r ctas. Esta plaza es importante, porque las embarcaciones que llegan de las pro­vincias marítimas se detienen en ella y depositan las mercade­rías que deben ser di tribuidas en la provincias interiores. e ha establecido allí una oficina de aduanas. Pa é á la opue ta orilla del Magdalena, en donde encuen-tra 1 camino para 1a capital. y me alegré mucho por dejar al fin á mi oga . Encontré ho pitalidad n la casa del aduanero y me apre uré 1: arr glar cu ntas con mis marineros. Otra dificul­tad iba á detenerme : no tenía mula · había en el corral del adua­nero pero taban de tinadas á Jlevar tabaco or cuenta del Go­bierno. Por indicación d mi huésped ofrecí una recompensa á los muletero ; e' arreglo se conc1uyó con bre 'edad. Pud contar con la mulas y.me ropu e apro\·echarme de ellas desde la ma­ñana igui nte . . J fagdalena sal dd lago de Las Papas; · casi n todo su curso corre bajo el mi mo meridiano. El Cauca, cuyos orígenes están detrás del 1vfagdalena ofrecería las mi mas ventajas que este río para la navegación, si, en tanto que 1 lecho d primero se ensancha á medida que e aleja del punto de u nacimiento el del otro no s estrechase al acercarse á los lugares n que e tnezcla al Magdalena,- lo que hace el cur o p ligroso é impracti­cable en muchos sitios. La naturaleza parece ha er ca \·ado 1 lecho d J ~íagdalena en medio d la cordillera de Colombia a 1 como ha dirigido las aguas del Nilo al través de lo ar·enales d Egipto ara formar un e nal de comunicación ntre las montaña y 1 mar. in em­bar o, no habría producido ino un torrente inna,· gable si no h~biese obstruído u curso en varias parte con ma a de rocas d1s¡;mestas de modo de que rar la violencia d 1 agua ; las que, de­tenlda de t modo corren con lentitud en las llanuras de las Provincias de antamarta y de Cartagena que fecundizan y la cual s 1 efrescan 1 quemante aire por medio de la e11aporación . . 1° 58' lat. n., 78° 3° lon~itu
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 9

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 10

Por: | Fecha: 08/03/1902

SERIE III- TOllfO I Bogotá, Marzo 8 de I902 NU.JfERO ro Director ad hono ,.e,. Gcnerul de Jngcnieroa Miembro de va.riaa Sociedades Clcut!flcas DECRETO NUMERO 296 DE 1902 (FEBRERO 1 5) por el cual se hace una promoci6n Ei Vicepresidente de la RepábHca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Promuévese al Dr. Ramón Calderón ngel el puesto de Auditor de Guerra d la 4 ... División, al mismo pueS­to en la Divi ión Carazúa asimilado á Coronel para los efectos fiscales. Comuní uese y publiquese. Dado en Bogotá, á 15 de F brero de 1902. JO -E M UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, RI 'IIDE FEfu"'(ÁNDEZ DE 'RETO UMERO 301 DE 1902 (FEBRERO 1 5) por el cual se aprueba un Decreto dictado por la Comandancia en Jefe del · Ejército El Vzceprest'tlenle de la RebLtbHca, encat·gado del Poder EjccuHvo, DECRETA Artículo único. Apruébase el Decreto número 8, de 1 1 de lo corrientes, por el cual se llama á tres Oficiales al servicio activo y TOMO 1-19 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín Militar el C lombia '- 2 _.) se les destina, dictad r 1 omandant. n jefe del Ejército. Comuníques y pu líque ado n Bogotá, á 15 d F br 1-o de rgo2. J SE MA UEL MARROQUIN El Mini tro d uetTa ARr Tro F R ÁNDEZ CRE'l' MER 303 DE 1902 (I· BRER J 8) or el cual se a rucba un nombramient :El V1"cl'preúden/e de la RejJútlica, a1cargado del Poder .IijecuiT"v•, DECRETA Artíéulo único. Apru < a ronel Alfonso Bra o por 1 omandant n 1·a 1 d cuenta n tel grama de 9 d omuní u - s y ublíqu ado en Bogotá á r8 d l.( ~br ro de 1902. •1 Mini tro de J E MANUEL MARROQUIN 312 D 1902 FFBRJ?RO 1 S) por #1 cual e hace una promoci6n y un nombramiento El J'icepreszr/u¡ft: de la RejJtíblt"ca uuargado del Poder .Ejeculzvo, E RF.TA d 1 02. J l.. MARROQUIN El Mini tr d ~ u n·a ARI 'lll>F 1 R ..ANDRZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letin : 11tar e C< .om ta E1 para dos · ·isione El ad. d~l R d~ .E)"~ .i/1._ •. D C ET Artículo ún'co. - -óm ra e á lo r . Dre . Pablo Julio Barón Pedro Pablo uñoz 1:...: icos del Ejercito. ~ de tína"'n e á preS-tar sus servicio . e rimer á la fuerzas del General -iazabe1 acantonada en Tocaima. ) el ebundo a la del General Erne to Restrepo Tirado. en cam aña n el Occid nte e undinamarca. asimilados á enerales ara los e ecto fi cales. Comuníque e y ublíque e. Dado en Bogotá á 1 de Febrero de 1902. JO E f ~L"EL R UI l El fini tro e uerra DEC ETO ... tERO 328 DE 1902 (FEBRERO 20 por d cual se hac un nombramiento El ic~presitletlle del R~ptí Jica ene r-gadtJ del Poder ..E;¡ecuH o. DECRET. rtículo único. ómbra e 1 aro-ento fayor An elmo Del­gadillo Instructor de la fuerza que e hallan acantonadas en la plaza de Faca ati ·á, á órdenes del Jefe ivil y ilitar de aquella Provincia. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 20 de Febrero de 1902. JO E JEL RRO UlJ. El inistro de Guerra A.R.ISTIDE FEtc· ' DEZ DECRETO IERO 330 DE 1902 (FEBRE O 18 por el cual se dispone la inco ración de un Batallón El Viapresidenle de la Reptíbbca, encargado del Podtr .Ejecullvo DECRETA Artículo único. Incorpórase el Batallón Ramón Acosla en la Di ·isi6n Carazúa. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá á 18 de Febrero de 1902. JO E UEL MARR QUIN El inistro de Guerra, AlusnnEs FERY1 mEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 292 _¡ DECRETO NUMERO 314 DE rgo2 (FEBRERO 20) por e»cual se conceden unas Letras de Cuartel y se h ce un nombramiento El Vú:eprtsidenlt de la Replíblz'ca, encargado del Poder Ejecutz'vo, DECRETA Artículo único. Concédense al Coronel José Vicente Arana las Letras de Cuartel que ha olicitado para separarse del puesto de primer Ayudante General d la ro.• División del Ejército, y nómbrase en su reemplazo al Gen ral Desiderio Becerra. Comuníquese y publf uese. Dado en Bogotá, á 20 d Febt·er d 1902. JO 'E MAr UEL IviARROQUIN El Ministr d uerra, RISTIDE FERN 'NoEz DECRETO NUMERO 350 DE 1902 • (FEBRERO 2 I) por el cual se reconoce sueldo á un empleado El Vt'cepresülente de la Repúbb'c , encargado del Pocúr Ejeculzvo, DEC ETA Artículo único. Reconócese al General Francisco J. Vergara Y. V. el su ldo correspondiente á su grado, mientras ejerza las fun­ciones de irector d el Boidín .lV!iHtar. Para los efectos fiscales, se adscribe al Cuartel general del Ejército. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2r de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUI El Ministro de Guerra, ARrSTIDES FERN,\NDEZ DECRETO UMERO 360 DE 902 ( FEBREAO 22) por el cu::.l se hace una promoción El Vz'cepresidenü de la Repúbll'ca, encargado del Poder Ejeeulzvo, DECRETA Artículo único. Promuévese al General Miguel Rodríguez V. del pue to d J efe de Estado Mayor del Ejército de Oriente al de virtud de permis~ o,t rgado por _el Ministerio de Guerra, el actual Di4 ctor de este Bolelm conhnua desempenando tullumorem las funciones de taL Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \.._ 293 _J Ayudante del Ger.eral Alcides Arzayús, Inspector-Organizador de las fuerzas que se hallan acantonadas en la capital de la Re­pública. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Febrero de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz DECRETO NUMERO 363 DE 1902 (FEBRERO 22) por el cual se hace un nombramiento El Vicepr~szaenle de la ReptíbHca, encarzado d~l Poder E:J·uull.V<', DECRETA Artículo único. Nómbrase Médico del Ejército de Occidente, que comanda el General Tomás García, al Dr. Juan de Dios Ar­beláez, asimilado á General para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de F brero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra A JS'IIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 369 DE xgoz (FEBRERO 25) por el cual se llama al servicio activo á un J efe y se le destina El V#cepre.rzdente de la RepúbliCa, encargado del Poder .EjecullvtJ, DECRETA Artículo único. Llámase al er icio a c tivo al Coronel Daniel Umaña, y destínasele como Ayudante del General Nicolás Perdo­rno, Comandante en Jefe del Ejército en Operacione sobre las Provincias de Sumapaz y Tequendama. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 25 de F brero de xgo2. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra ARI TIDES FERNÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Iilitar le Colombia '---- 294 ...J DECRETO UMERO 370 DE r902 (FEBRERO 2 5) por el cual se hace una promoción El Viápre.rti:ltnle de la Reptíblica, encargado dd Poder l.!:J·eculi'vo, DECRETA Artículo único. Promuévese al General Julio Lamus del pues­to de Comandante general de la División Manuel Medzna, del Ejér­cito de Santander, al de Jefe de la Sección de Organización'" Re­organización é Inspección de las fuerzas acantonadas en la capital, con la misma asignación que eJ anterior. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 25 de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, ARr TIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO 371 DE 1902 (FEBRERO 26) por el cual se hacen dos promociones El Vicepresidente de la República, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA rtículo único. Promuévese á Jos Sres. General Santiago Cor­tés y Capitán Santiago Cortés Peña, de la Comandancia general del Ejército, al Ejército que comanda el General Ramón Gonzilez Valencia. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de Ig<>2. JOSE MANUEL MARROQUIN El Mini tro de Guerra, ARISTIDES FRRNÁNDEZ. DECRETO NUMER 374 DE rgo2 ( EBRERO 26) por el cual se organiza la columna Facatativó. El Vicepresüienle de la Rep¡lb/ica, encargado del Poder EjecuHvo, DECRETA rt. 1.° Créase una Columna que e compondrá de dos Ba­tallo~~ s~ con el per~onal de jefe , Oficiales"'y tropa que componen la D1v1 16n Facalatzvá, y la cual se denominará en adelante Colum­na Facalativá. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 295 _; Art. 2. 0 La Plana Mayor de la olumna se compondrá de un General de Brigada, omandante general · un Coronel primer Ayudante general, Jefe de E tado Mayor; un eniente Coronel y un argento Mayor, egundos yu antes generales del Estado Mayor; un Capitán, rimer Adjunto; un Teniente y un ubtenien­te, segundos junt del Esta o ayor; -:los Cornetas de órde­nes y cuatro Ordenanza . emás tendrá un Comisario Pagador, asimilado á Coronel y un I-Iabilitado a imilado á Sargento Mayor. Art. 3. 0 Los Batallones de ue e compondrá esta Columna tendrán cinco Compañía cad uno, y cada Compañía tendrá cin­cuenta individuos de tropa. Art. 4.0 Lo jef s y Oficiales Clue qued n excedentes en vir­tud de esta reorganización, se pondrán á órdenes del Cuartel Ge­neral del Ejército para lo fine á que haya lugar. §. Queda encargado de dar cumplimiento á este Decreto el r. General Pedro E. Rubio, Comandante general que era de la extinguida División Facalalzvá. Comuníquese y pu lfquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de 1902. ]OSE M NUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARI TIDES FaR ÁNDEZ DECRETO UMERO 375 DE 1902 (FEBRERO 26) por el cual se hace un nombramiento El Vú:epresidtnle de la Repúblzca, encargado del Poder Ejecutivo, DECRETA Artículo único. 6mbrase al Dr. Tomás Olivos Médico de la 7: División del Ejército, asimilado á General en J efe para los efectos fiscales. Comuníquese y publíqucse. Dado en Bogotá á 26 de Febrero de 1902. ]OSE M NUELMARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER ÁNDEZ DECRETO NUMERO 377 DE 1902 (FEBRERO 26) por el cual se dicta una providencia El Vicepresidente d~ la Repúbl/ca, encargado d~l Poder Ejecultvo, DECRETA Artículo único. A los Ayudantes, Adjuntos y Ordenanzas de la Comandancia Militar de la Plaza se les pagarán sus sueldos en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 2~ _.1 la Habilitación del Cuartel Generalísimo, debiéndoseles dar de alta con fecha 1.0 del presente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra., ARISTIDES FERNÁNDxz DECRETO NUMERO 380 DE 1902 (FEBRERO 26) por el cual se hace un nombramiento El Vicepruidenle de la República, 1ncargad• d1l Poder Ejeculz'vo, DECRETA Articulo único. N6mbrase Comisario Pagador de las fueFzas que comanda el General Carlos M. Urdaneta, al Sargento Mayor Abraham Peñuela, asimilado á Teniente Coronel para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, AnisTIDES FxRNÁNDxz DECRETO NUMERO 381 DE 1902 (FEBRERO 26) por el cual se hace un nombramient o El Vtcepresidenle d1 la República, encargado del Poder E:;'eculzvo, DECRETA Artículo único. N6mbrase al Corone l Peregrino Hurtado Co­' Jlisario Pagador de las fuerzas que está organizando en Chiquin­quirá el Sr. General Uldarico Leiva. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES ' ERNANDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 297 _) DECRETO NUMERO 383 DE 1902 (FEBRERO 2 7) por el cual se llama al servicio activo á un Jefe, se le destina y se le señala• funciones El Vtcepresülmle de la Reptíblica, encargado del Poder Ejecuhvo, DECRETA Art. 1.0 Llámase al servicio activo al General Carlos Franco Q., y destínasele como Inspector Especial de las fuerzas acantona­das en esta Plaza, con la obligación de pasar diariamente una re­vista de armas y municiones dentro de los cuarteles, dando cuen­ta del resultado al Estado Mayor general. Art. 2.0 Las funciones y deberes del Inspector Especial de la Plaza serán los mismos señalados á lQs Inspectores de Divisi6n y Cuerpo de Ejército, y además los que el Ministedo de Guerra, de acuerdo con el Estado Mayor general, le determine. Art. 3.0 El sueldo del mencionado Inspector será el de Co­mandante general di isionario. Comuníquese y publíquese . Dado en Bogotá, á 27 de Febrero de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERJ~.ÁNDEz DECRETO NUMERO 384- DE 1902 (FEBRERO 2 7) por el cual se hace un nombramiento El Vti:epresidenle de la República, encargado del Poder E.fecuHvo, DECRETA Artículo único. N6mbrase al r. Dr. José M. Camacho R. jefe de la Sección s.• del Ministerio de Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 27 de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FxRNL·nxz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín iilitar de ColontQia \._ 298 _.1 DECRETO TUMER 385 DE 19(>2 (FEBRERO 28) por el cual se hace una promoción El Víúpruúienü de la RepzíbHca, encargado del Poder .Ejecul/vo, DECRET Artículo único. Promuéve e al r. Daniel J. Brigard del pues to:de Subjefe de la Secci6n 1: d e la Intendencia general del Ejér­cito, al de Proveedor general de la misma, en reemplazo del Sr. Bartolomé Rodríguez P., con la anterioridad el 20 de lo co­rrientes. Comuníquese y ublíquese. Dado en Bogotá, á 28 de ebrero de 1902 . JOSE MA UEL MARROQUIN El 't-..finistro de Guerra, RlSTIDES FERNÁ..'DEZ DECRETO NU1\1ERO 386 DE 1902 (FEBRERO 28) por el cual se llama i un Jefe al servicio acti o y se le destina El Vicepresz"de ·11/e de la República, encargado del Poder .E.fecu.Hvo, DECRETA Artículo único. Llámase al ser icio activo al General Anto­nio Pineda V., y destfnasele como primer Ayudante general del Ministerio de Guerra, con asignaci6n de Comandante general di­visionario, y adscrito al Cuartel GeneraHsimo para los efectos fis­cales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 28 de Febrero de 1902. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTroxs FE .'ÁNDEZ DECRET l)MERO 357 DE 1902 (FEBRERO 22) por el cual se cambian los nombres de los Cuerpos que forman la División Carazúa El Vzcepresiden/e de la Reptíblíca encarg-ado d el Poder Ejtcull"vo, DECRETA Artículo dnico. En lo suce ivo los BatalJones Ayacucho, Caza­dor~ s a~ Vanguardia, Cajzcá y Ma1zuel Casabia11ca, que forman la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 299-' vi ión Carazúa se denominarán como l Di visión á que pcrte­cían, con el ordinal correspondiente, as{: Carazúa N. 0 I. 0 , Cara­= a N° 2. 0 &c. Comuníquese y pubiCquese. Dado en Bogotá, á 22 de Febrero de 1902. JOSE 1\IANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARisTrDE FxR ÁNDEZ DECRETO UMERO 392 DE 1902 (MARZO l . 0 ) por el cual se llama á un Jefe al servicio activo y se le Je tin El Vreepresidyzle de la Rep1íblz"ca, encargad'~ del Poáer Ejecutivo, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel Rafael orero U., y destínaseJe á las fuerzas que comanda el General am6n González Valencia, para que atienda al cuidado de los nfermos. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 1.0 de Marzo de 1902. JO E MANUEL M RROQUIN El Ministro de Guerra ARISTIDES FERNÁNDEZ RESOLUCION NUMl!RO 3 por la cual se dictan algunas disposiciones en materia fi&cal militat' M//z~sien'o de Guerra-Sección J ... -Bogolá, Febrero 24 de r902 El Ministro de Guerra CONSIDERANDO Que es conveniente á los intereses del Fisco que el Ministerio tenga conocimiento, aun antes de que se legalice el gasto, de la manera como se invierten los fondos que se suministran al Ejército, 1tESUELVR Siempre que e soliciten fondos ara un Ejército, Div.isión, Columna 6 Cuerpo, el respectivo Pagador 6 jefe deberá en tar al Ministerio de Guerra el presupuesto de los gastos que deban ha­erse, 6 una relación de los que hayan sido satisfechos con la re­mesa anterior recibida por el correspondí nte Pagador. Todo Jefe de fuerza tiene e l deber de comunicar oportuna­mente al Ministerio de Guerra 6 á la autoridad competente, cuál es Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1etín Militar 3 I •Vh e C Iom - "':1 Mini tro, FrtRNÁND N i otá, 28 de 1• ebrero d · 1902 El Mini tr i RNÁNDU Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- JOI _J D o ctrinal­ANUAL PARA LA PREPARACIÓN "' 1 DE LA COMPANIA AL COMBATE POR EL GENERAL DRAGOMIROFF Conlinúa Se necesita en la disposición general de la cadena atender á e en los sitios descubiertos lo soldados no se aglomeren como mando paquetes, porque esto ofrece situación muy ventajosa r el enemigo; en tanto que se efectúa el tiro durante el comba- ~ es difícil herir á un hombre aislado, aun á cortas distancias. La ·cuadra constituye un todo, por la concurrencia mutua que liga tre sí á los hombres que ]a componen y por el obedecimiento e ofrece al más antiguo 6 graduado que los manda y no por e l rupamiento puramente exterior que reúne sus elementos en or­n cerrado. E~te agrupamiento no sólo no corresponde al ver­clero compañerismo, sino que, en terreno descubierto, es más ·en lo contrario, como que facilita el tiro del enemigo. Se puede admitir que en terreno descubterto no conviene dar . enos de 30 pasos de frente á una escuadra de cinco filas, 6 sea co más 6 menos tres pasos por hombre 70.-MARCHA DE LA CADENA-La cadena avanza, no toda á la _z, sino por segmentos, dejando una posición para tomar otra, y et ·niéndose en cada una para disparar. Hay que guardarse de - ~parar caminando y vigilar continuamente para que los hombres ' e agrupen á descubierto. Es el jefe de la cadena quien señala s posiciones para los altos, indicando á cada uno de los jefes 1 escuadra que espere encontrar un abrigo para detenerse. Las ra escuadras se trasladan á la misma aLtura que las primeras, y, e ·ún su comodidad, toman posición un poco adelante 6 atrás de la n e a general. 7 r.-Al enseñar á la cadena á marchar hacia el enemigo, es •r riso enseñar] de qué manera: 1 .0 , se rebasa la cadena dd adver­rio ~· 2.0 , á riforzar toda la cadena ó una parle solamente~· 3. 0 , á re­úft'r á un ataque de caballería · 4.0 , á dar tl asalto fi1zal. 72.-PRUIER IODO DE REBA AR LA CADENA DEL ADVERSARIO-LOS rocedimientos que permiten rebasar la cade na del enemigo y re­islir á una tentativa análoga de su parte, ti e nen qu e convertirse Es claro que esto no es aplicable sino á grande distancias; la cadena, 1 acercarse de 400-500 mts., es d ordinario reforzada. Por consiguiente, aun en erreno descubierto, cada escuadra tendrá ntonces menos de 30 pasos. Como imite de densidad de la cadena, y esto detrás de defensas serias, tales como arapetos de tierra, fosos, &c., se puede. á nuestro parecer, admitir un paso y cdio por hombre, 6 s~a 15 pasos por escuadra de 5 filas. A e E 1" {. / LlC Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia para los oldados en un hábito inveterado, que atraiga por insti á cada tirador sobre el flanco del adversario, aun sin que ten• que pensar en ello. Una cadena de tiradores que no está bi acostumbrada á esto, sufre grandes pérdidas no atacando sino • frente, y no siempre logrará su objeto. Igualmente, una cade:· que no está acostumbrada á desvirtuar un movimiento rebasad ' del enemigo, abandona algunas veces una posición ventajosa m cho antes del momento hasta el cual hubiera podido sostenerse hubiese sabido c6mo se rechaza una maniobra de esta clase. Para enseñar á la cadena á rebasar al enemigo, el jefe compañía designa al Comandante de la cadena la posición que supone el flanco de la cadena del adversario á quien se prete de rebasar •. -- Tiradores enemigos detrás de un foso • • • ••• • t • •• 1:. \ t • ••• t t ¡ • t ! • · ¡ • 1 1 ¡ Colocación de la cadena antes del movimiento de rebase • Esta posici6n debe ser indicada, como ya se ha d,icbo, al principio de la maniobra. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 303 ..J El Comandante de la cadena cuando llegue como á 400 pa­ ·os del enemigo, ordena al ata de ignada de la cadena preceda los otros escalones y se cargue de flanco, hasta que logre tomar, n relación con la dirección del enemigo, una po ición que le per­ita er su línea oblicuamente y si es posible, de eflfilada. (Véase a primera figura). Pero, al propio tiempo, la cadena no debe per­. er la unión en ningún punto de su extensión . Es iempre ve:1tajo o rebasar al enemigo; pero esta práctica s especialmente útil contra posiciones más ó menos rectilíneas y uertes de frente, tales como fosos, ramblas de camino, &c. t Cuando se ejecuta un movimiento de rebase hay también que e ignar una:nueva fracción acada expre amente del grueso de la compañía· entonces la fracción de ignada prolonga el ala de la dena que debe rebasar al e1 emio-o, y proced como ya e ha dicho. 73.-2.0 ~fArERA DE REFORZAR LA D • A-El r efuerzo de }a Ca - dena puede ser motivado: 1.0 Por las pérdidas considerables que haya podido sufrir; 2.0 Por 1 de eo de aumentar la intensidad del fuego contra los tiradorc del enemigo antes del asalto. stas condiciones no pueden producir e sino en el momento en que la cadena está ya bastante cerca del enemigo· y por esto, para vitar la mala costumbre de reforzar la cadena sin objeto deter­minado no hay que practicar este refuerzo n ]as sesiones de ins­trucción sino cuando se está á soo pasos, poco más ó menos, y hasta á menos distancia de los tiradores enemigos. Para reforzar la cadena en toda u extensión igualmente, ó sólo en uno de sus puntos hay que atenerse á Jo que está prescrito en el Reglamento, es decir, no mover á lo soldados que están ya ocupados en disparar é introducirse en los intervalos. Se recomien­da también lo mismo para las maniobras relativas á la cadena que para las que se refieren á la re erva, no a¡::.artarse nunca de la regla general que sigue : Enloda circunstancia son los que ulán detrás los que se guíall por los de adelante, y nunca á la inversa: en a/e11dón á fllU los que ulán delante están J'a compromdidos con el uretmgo, y no pu~den desviar su perzsamzenlo hada lo que pasa detrás de ellos. Los soldados que llegan á reforzar la cadena entran bajo el mando del jefe de escuadra en el sector donde queden, y su antiguo jefe de escuadra se convierte e n el adjunto, que reemplaza al otro en caso de necesidad. Les .fifes de escuadra deben. estar acostumbrados á qtu sobre la ca­d~ na no sólo sofl los jifes de sus soldados, sz1zo espedalm 11/e dtt1in seclor Y por consiguzeule de todos los que en él se encuc1llran.- Cot~lz1uía • Los jefes de los segmentos de la cadena, que. deben continuar dura~tc este tiempo marchando de frente, deben estar adverhdos de que tal ala ha stdo designada ara rebasar al en migo, á fin de que no bagan avanzar sus escalones á la misma altura que la fracci n que fectúa el movimiento de rebase. t La manera de resistir á un mo,·imiento de reba e está luégo indicada, á prop6sito de las instruccion con cartuchos de guerra y en las observaciones que siguen á ese parágrafo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 304 -' LAS GRANDES BATALLAS DE NAPOLEON POR DICK DE LONG LA Y Continúa Wagram-(6 de Julz'o de r8o9) Después de la sangrienta batalla de Essling se estipuló una tregua de dos meses y medio entre Jos dos ejércitos. Tuvimos, por tanto, tiempo suficiente para r:ehacernos. En breve, con la llegada de los refuerzos, disponemos de un total de ciento cuarenta mil hom­bres y de ciento cincuenta cañones, para poner en línea de batalla fuerzas que hasta entone s no se habían visto nunca reunidas en un solo campo. Los austriacos por su parte, pueden, es verdad, enfrentársenos con ciento cincuenta mil combatientes. Napoleón se ocupa, ante todo, en unir perfectamente la isla de Lobau á la orilla derecha por medio de un enorme puente forma­do sobre postes, que esté al abrigo de las crecientes del río; luég-o comienzan los trabajos en esta isla; cien mil hombres se ponen á construír reductos, caminos cubiertos · no se puede formar idea de la tierra removida durante estos dos meses y medio. Los austria­cos ejecutan también enfrente de nosotros trabajos aún más con­siderables. Durante toda esta tregua, ninguno del ejército ni de la guar­dia pone 1 s p1es n Viena ni aun el Emperador ; pero todos los días él sale de su palacio de Schcenbrum, á caballo, con su escolta de cazadores; llega á la i la de Lobau, y por medio de una e cala, sube á un grande abeto que le sirve de obser"atorio · desde allí ve todos los trabajos del enemigo y Yigila los propios. Vuelve satis­fecho y alegre de cada excur ión, se pasea largo tiempo á pie con las manos atrás, antes de volver á montar á caballo, y habla con todos sus veteranos. Compl ta su guardia, y como ha hecho venir actores de Parí , a representacion s de gala en Schcenbrum, á las que mvita á todos lo Estados Mayores del Ejército. Cuando todo stá dispuesto el Emperador exhibe á nuestro ejército en Viena en una revi ta de cien mil hombres en las altu­ras á la izquierda de la capital. Allí llama á nuestro Coronel Pire, y le dice : ( Pronto t haré g-anar las charreteras de General." Nuestro regimiento de azadores (23 del Ejército) se atrae todas las miradas por su h rmo o uniforme. En la noche d l 1.0 al 2 de de Julio todos lo trabajos para el próximo paso del Danubio qu dan terminados. Todos Jos cuerpos han recibido la víspera la orden de marchar para trasladarse á la isl.a de Lobau. La uerte hace que el prínci e Eugenio 11 g-ue e mtsmo dra con el jército de Italia, de pués de su victoria de Raab, la niela de Marengo, como la ha apellidado apole6n. En efecto est.a batalla se fectuó el 14 de Junio de 18og, n tanto que la de Fnedland, la hija e libró 1 14 de Junio de 1807, aniversario de la de Marengo (14 de Junio de x8oo). Este ejército es saludado con una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. )o: tin 1 ilitar de Colombia '- JOS .J e esa proclama admir bies que el Emperador tiene el secreto e hacer y comienza así : oldado del Ejército de Italia : habéis gloriosamente alcan­~ de 1 fin que os había eñalado; séd bien venidos. Estoy conten­ ·o de vosotros, &c.'' apoleón tr?- lada u cuartel general á la is1a de Lobau, _an pronto como JUZga que ha llegado el momento de obrar. Su resencia redobla la confianza y el entusiasmo de todos. Los aus­riacos, figurándose que el Emperador seguirá el mismo plan que n u primera tentativa han resguardado las aldeas de Aspern de Essling con trinchera formidables. El 3 de Julio nue tro ejército continúa aglomerándose en la 'sla de Lobau. El rchiduque que descubre esas numerosas ma-a. e de hombres por ntre los espesos bosques que cubren e ta isla ace disparar n esta dir cción descargas simultáneas de cañón' rometiéndose que las balas hagan numero as víctimas; pero n~ cuenta . ino con piezas de cam aña · por esto, sus proyectiles tan · solo alcan?..an á algunos hombres del Cuerpo d Massena el más inmediato á la orilla izquierda. El 4 á la caída del día, Massena~ Davout Oudinot, defendi­dos por el bo que, e acercan con us tropas á la derecha de la isla, y speran la s ñal del aso que de e intentarse o re tres untos á la vez, y muy á retaguardia de los atrincheramientos de spern y de Es ling, de mo o de hacer inú iles todas estas fortifi­acione . El frent de la i la de Lo au que da sobre la orilla iz­uierda, lo mismo que la i las pequeñas distinguidas con lo nom- Jr s de Masuna Lamus, Ale~~·andre e tán sembradas de batería y e e• 1·eductos listo á cubrir la llanura del"tv1archfeld de tanta metra- 11 , que los au triaca n puedan ostene1· e en ella. Estan o prontos todo Jos reparati,·o los v ltíjero d cada uerpo se embarcan á bord de grande almadías que pueden ontener a una do ciento hombre y e peran la eñal de la artida. La no he es o cur · el ci lo, caro-ado d s esas nubes anun­cia una violerta temp tad d tí lo qu fav rece nue tra em­pre a. El tru no re umba á l 1 jo y rápidos rclámpa ·os azula-ti s iluminan á cada in tan las altut·a n donde per-manece el Ejércit el Ar hiduque ados. eneral nos ha sperado los días precedentes n la 11anura d archf 1 ; pero no iénJono aparecer ha irnagin do qu nu tro pa o no erá inme­diato y ara no tener en e ta ll nura, en donde hace un calor gobiador, á u ejt!rcito expue to á todas la pri\'aciones, lo ha vuelto á con ucir á 1 altura n dond tá m jor acampado. 6lo alguna ~ran s gu rdia cup n 1 Marchfeld y la orilla izquierda ; á tra vé la scuddad s · rill r lo fuego d J vivac. Cuando han dado las d ce d la no h , e u ltan la alma­días ; la temp stad comienza á de ncad narse · grand g-otas de TOllO I-20 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B o 1 e í n 1 i 1 í t r le e 1 n1 b i, '-- 30 agua caen d ti mpo n tiempo y m rcan la uperficie del río. Nuestras mbarcaci ne lle ·an, e ntrechocan á alguna dis-tancia d orilla iz uierda. Lo ltíj ro se arrojan al punto al agua con la mayor resolución, un para isper arse en tiradores, otro par on ucir á ti_erra la em ar a ione . Ningún grito, ningún disparo ha dado a vi o de nu stro desembarco. Lo centi­nela austriaco , al ve r llegar la llu ia, e han replegado ara si-tuar e en u r e guar o n donde nuestros voltíjeros los orpren-den, los toman pri ion r in r si tcncia y 1 s impiden con esto dar el alarrna ara ñalar nuestro moYimiento al nernigo, que no se d cu€. nta de lo qu 1 a a. el n migo· el fuego el fu ilc­hay que apre urarno . Los n, [ OCé:tS hora ; apo}eÓn ha dado n m que tat. larg-o o de Da- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. se apresura di a de ol in 1 ilitéu· le - >l >mhi '- 307 -' farchfcld. que bajo lo an ha he h in d . fila en nduc diez de la mañana ~ tenta mil hombr e~ capace de ostener contra toda la fu rza aus triaca , han . a.=,ad ya á la llanura J Iarchf Id. A medio día todo nu tr jérci to bat lla con quini _nto cañone en bate ría y hace frente á Tiena en tan­to que los austriacos 'ue h n la palda á su ca itaJ. ~u tra tro­pas marchan con un empuje ~aravilloso é irresistibl . Los solda­dos á qui ne e ha 1 rohibido u hagan fogata po1· la noche, para no frecer lanco á lo proyectile ~ d 1 enemig . que están empapa lo por la llu' ia, e li ntan á 1 ~ primer rayo d 1 ol de Julio. Jauno al n de las filas para abrazar á parientes, á amigos á quienes hace año n • n · por u unos cu rr o lleg'- dos d _1 fondo de Dalmacia otros de lo confines d Polonia y de E - paña e ncuentran sobre ste nuev am o de atalla, de pué de haberse e a1·ado en A u terlitz n J na 6 · n Fri dland ara trasladarse á las extremidades de ,Juropa. alegría d nue tros oldado e manifie ta pór t das pal·­tes. Están contentísimos con ver v ncido 1 anubio. i n 1 á pol 6n ue galopa al frente de la línea , e locan u colback gorros e piel, u chacós, en el ext1· mo de lo able s 6 d Ja yonetas, y lo salud n á gritos: "·Viva 1 ~rnperador. , grit resu nan como trueno . Al punto que Napol ón lo ordena, e ataca á .. nz r dorf. Massena lanza sobre esta infortunada ciudadela, á la que defiende un bata116n austriaco, el 46 de línea. la a eza mar han sus Ayudant , aint-Croix y elet. A pe ar de los disparo que les hacen de las troneras, estos dos alientes jó '"nes 11 gan á un de las puer.tas de Enz rsdorf, 1 tu m an á hachazos con algunos za- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I oletín Milit r de Colombia -- 308 _J B incendiada , y toman muerto. Los austria ·tr i vi i6n de ca- J RCIT ALElvl (Contin 'ta ) ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 309 __/ popara ocuparse ~n ell.o. Pero todo el personal de los batallones activos puede esttrse sm 1 menor vacilación. los hombres que están bajo las banderas se les ajusta siem­pre un uniforme enteramente nuevo eleo-ido en 1 vestuario de gue­rra de la companía. Esta operación se hace con lentitud, durante el período d la instrucción individual, y e dispone de todo el tiempo, cuando es preci o, para acomodar al talle más esbelto de un joven recluta el traje confeccionado par la formas corpulen­ta de un lanc;hvehriano. La prueba definitiva de los efectos á los soldados del ejército permanente no se hace, pues, ino en el mo­mento en que la producciones de Jos talleres r o-imental s , des­pués de las per o-rinacione sucesivas u e he m o~ numerado, lle­gan al almacé1l de compai'ifa ucuadrón ó balería. El lurraje de los caballos Se abona todos los mese á cada escuadrón una suma de 43 á 45 marcos (5 á 56 pesetas) par 1 herraje de us caballos t. Y por exio-ua que ar zca e ta urna, e no solamente suficiente, sino que con frecuencia no se 1 gasta por complet , de manera que con tituye un fondo de r serva para hacer frente á necesida­des imprevi tas. Los apilanes- Coma!ldanlt:S pueden hacer ó nó herrar los caballos de su ucu.adrón, según lo juzguen co-nvcnzenü. Respon a le el uen eC)tado de su tropa bajo todos concepto , lo on también bajo éste. En Prusia existe la costumbre de dejar á los caballo sin he­rrar durante todo el urso del emestre de invierno, es decir; del 1.0 de Octu re al r .0 de bri1. Durante todo e te perío do, consagrado á la instt·ucci6n de los recluta , lo animale no tra ajan sino n 1 picadero ó en 1 plaza de ejercicios, cuyo suelo convenientemente pre arado, está siempre b stante bl n . Pueden, pue s, salvo excc cienes señala­das por lo eterinarios, pas t·s sin h e rraduras. Durante J erí do de \ rano, todo depende de las condicio­nes e pedales en ql!e se encuentre la guarnición. Si ara ir á m~­niobrar el regimiento v o ligado á atra sar una parte consl­derablc:: de la ciudad s le hierran la manos á los caball s. En caso contrario, y si el terreno e Jos al re edor n e den1a iado duro, se les dej enteramente desherrado ha ta la ·r nde ma­niobras. Para a i tir á é tas se hierr á l ú.;) ~u ímal de os uatro remo , por ue es difícil rever ué n turaleza de ue l podrá ~­contJ · rs . ro en el caso en que por e . e pcíón a la cosa posl-le es una ec nomí no h e rrarles ino las manos. La e baHerfa no da jamás en 1 po lac ion e ni pa ~llas á caballo ni pl ntone l.Í orde nanzas montados. odo e te ervicio ;stas producciones, que de~de lueco deben ir al almac ~n del regimiento de landwehr, son necesariament cortadas por el patrón correspondiente . .. uyo efectiYO en i · de paz es de 1 39· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B letin 1ilitar de C lon1bia '--- 310-' se hace á pi y los caballos no e emplean sino para la maniobra . Esto e 1 ue permit dejar de herrarlo du-rant la del año, y con mizar así los fondos abona­do para el herraje. o por e o deja de ten r e siem re n ~~ al­macén una ri a pr ,.¡ ión d herradura de la que 1 Capitán- 'omandante pu de disponer para hacer herrar todo su escuadrón, de lo cuatro remo , en 1 momento de la movilización, y llevar á campaña un número det rminado d herraduras d repuesto. Servido zizürior del cuartel Para a egUt·a r el mantenimi nto d 1 buen orden en el cuar­tel exist ~n de en·icio : ('ada dfa por regimiento: I. 0 Un Ojidal de día que se releva cada Yeinticuatt·o hora . Tiene bajo sus órdenes el pue to de vigilancia regimenta! y no deb abandonar el cuartel en todo el día. En caso de acontecimiento graves (incendio cerca del cuart -1, tumulto en la calle &c.), toma la medida que xijan las circunstancias, en espera de la llegada de sus superiores. E p1·eciso observar, no ob tante, que este Oficial de Dia, no e , p01· decirlo así, una necesidad reglamentaria, es decir, depende del Coronel nombrar ó nó tal ser icio, según lo juzgue convenien- . Habitualmente no e esta lece el Oficial de Día sino en los cuartele. dond se encuentran reunidos regimiento enteros ó un efectivo de tropa t0dada má considerable, como, por ejemplo, en los nueYo t.uarteles de Dre de. La mayor parte de las veces parece up rfluo) para un servicio de tan pequeña importancia, dis­traer un ficial d la instrucción de sus hombres y de otras ocu­paciones de o1·den mucho má levado. El orden e tá ase~urado n el cuartel con 1 estricta ob ervancia de lo reglamentos en el int rior mi n1o de la compañía y otras fracciones con tituídas, y por consiguient las funcione del Oficial de Día serían casi siem­pre una ocur ación verdaderamente inútil. Así pues, no creen de­ber en preví ión de una circunstancia excepcional, que se presen­tará quizá una vez en diez años, perder cu.olidianamenle la suma de trabajo 1~tz'/ que representa un día de ofidal. Si sobreviene algún hecho extraordinario, lo feldwebel de día de cada batallón toman las pri­mera di posiciones, y, en fin, siempre es posible enviar á buscar prontamente al oficial más próximo. En consecuencia, no e esta­blece el ficial de Día de regim1ento sino en la ciudades muy populosas. En la otra guarnicione aun en aquellas que se en­cuentran tropa· d aria arma , e e ntentan con un Olida! de di a de 11Ú1ta de puertos como lo ve remo m á adelante. Y aun en las pe uet•a guarnidone , e u rime tam ién éste. f pues, puede decir e re p cto á los oficiale , que se esfuer­za? en todo ca o por atenuerlo por economizarlos en lo po ible, cuid~ndo d~ reservr_r,r sur fuerzas pu·a el fin. que se antepone á lodos los demas: fa_ lll.slrt~l'CIOil de f /ropas, más OÍen ue CO prodigarlas en asuntos ms1gmficantes. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. letín Iilit r de Colombia '- 311 _./ 2. 0 Un pue to de cuartel ' d l reo-imiento ·, que s pone á la di po ición del ficial el ía, uand 1 hay. E t g-uardia e e tablee ordinadamente n la ntrada prin­cipal del cuartel y da alo·uno e ntinel á las demás puerta , así co1no á la enfermería del r o-imient y al pica ero cuan o éstos no están a sa 1 al cuart l. En aso de n cesidad, se...la aumenta con ciert númer d hombre d facción durante la noche. P r la noche hac n igu lment rondas cad dos horas por los uifrdf,. Cada uno de llos e tá obliga o á r correr lo patios y to~os 1 local biertos para ase urarse de que por todas par­tes se observan los r 1 mento , y que por ninguna se encuentran individuos cuya pre encía no esté permitida de pués de la retreta. Estos mismo gifráü deben durante el día vigilar á los particula­res que penetran en el cuartel y evitar que se detengan allí sin necesidad. También está encaro-ada la guardia del cuartel de ha­cer la policía, y principalmente de impedir la entrada en él á los . ·tralla . demá l corresponde recibir y comprobar los permi os de los in h ·iduo d tropa ue ntran en el cuartel des­pué de la retr ta. e establece cada semalla por batallón : un feldwebe.l de día en­cargado de la policía del batallón y en particular de velar por que salgan en tiempo oportuno los diversos destacamentos y hombres aislados que se manden de servicio. En circun tancia extraor­dinarias, á él corre _ ond tomar las primeras medidas é informar inmediatamente á los oficiales, y sobre todo á los que viven en el cuartel ó próximos á él - l honor y l servicio son para éstos la ley que l s obliga á comparecer inmediatamente en el teatro de los acontecimientos. Al feldwebel de día, cuyo servicio es por una se marta entera, no e le exige naturalmente que permanezca. día y noche en el tra­je de ser"icio ; no e 1e pide sino el desempeño de los deberes ue 1 incumben. Por lo demás, la duración del período de servi­cio varía de un r gimien o á otro. e esta lece cada dfa por compaiiía: t . 0 n Sargento de Día; 2. 0 Un gifrdll de Día. El primero ~s el auxiliar inmediato de} fddwebel para todo lo que concierne 1 serví io interior. Vela por 1 mantenimiento del buen orden en la compañía, y especialm nte or la j cución de todas las prescripciones de su Capitán. Por la noche, de nueve á diez, pa a lista á la Compañía y igila que nadie e acue te an­tes de e ta hora. eguidamente, despué de 1 lista, da á la guar­dia de prevención el nombre de todos los soldados ue falten y no tengan permi o especial. El es re_ pensable del as o y del buen orden de la cocina, si los rancho e hac n por Compañías y en todo caso vela por que las comidas sean di tribuídas regularmente á la hora prescrita. i la compañía ó una porción de é ta debe a istir á una ins­trucción, el Sargento de Dfa tiene á su cuidado hacer preparar y po- -------- uestra ~uardia de prevención.-(N. dd T.). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ol · ín Milit r d olon1bi '- 312 _1 ner u puesto todo Jo ue s necesario ( paratos ara gimna-ia, unt rí , &c.). hombre f tigado é i di pue to iden rmi o para acostar e al rgento de Día, qui n da parte 1 fddwcld. 'r m ién le d 1 rte al entr r y lir de ser icio y ué ----~==~~.~----- L u D M T (Continúa) l OI.Í'liCO- ULlTAR PARA ·a; H 'AR ! t\ rUl!:RRA ... , · puest y las i ea acere 1 la fndole y natural za de la gu :.rra de montaña y lu m dio llevar! á e 1 o, n.E tanos aplic ¡~ to principios á la que actualmente nos aflig n el rin­ci , do at luña, proponien un i t ma d cam aña político­militar que concluya co·1 la hidra fatal qu tanto mal s no5: e tá. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de C olombi a '- 313 _J re los carlistas. i asi fue, como es innegable, y lo que es en una guerra ordinaria todas estas ventajas y repetidas ictorias nos hu-ieran desde luego proporcionado dominar á nuestros enemigos, es evidente y debe concluírse que no son los mismos medios los que deben desplegarse para terminar una guerra civil, supuesto que no dan los mismos resultados: cuáles sea éstos, es lo que tra­tamos de desenvolver . nte que nosotros, un jefe hábil y de conocimientos profun­dos en la materia ha demostrado en diversos artículos, con la maestría é inteligencia que tiene acreditadas, los medios que, á su arecer bien fundados, es preciso poner en movimiento l?ara con-rarrestar la guerra civil que nos aqueja y concluír con ella. Sus rincipios luminosos arrojan una verdad palpable, cual es, que l as O"Uerras de esta especie son polftico-militares, y que más bien por la política que por las armas es el medio por el que deben termi­narse. En efecto la ventajas de los choques nada influyen en una facción que quizá cuenta enteramente con las simpatías del país n que opera; pues con u apoyo e r pone prontamente de las pérdida que puede haber sufrido · que encuentra en él todos l os auxilios necesarios y los medios de e pionaje pata saber la situa­ción po ición, fuerz s y movimientos de su enemigo, mientras que éste carece de toda estas ventajas. Pero afortunadamente l os montemolinistas, contrayén ono á Cataluña, que es donde más ~im patías tienen y en cuyos puntos hasta ahora han desplegado ayores fuerza , no sólo no cueman exclusivamente con odas las simpatías del pafs sino que nosotros no dejamos de tenerlas casi en igual número en el terreno que aquéllos ocupan; la habi­lidad está en saber aprovecharse de ellas para lograr el objeto que se desea y ntonc se con eguirá lo que tan respetable jefe ropone; esto es que perdido el apoyo moral del pafs, vendrá la facción por sí misma á tierra. Una de las principales razones del engrosamiento de las fac ­iones en el Pnncipado, es la falta de trabajo que se experi­menta en aquel paí , tan poblado y puramente fabril, en l que habiendo decaído la fabricación, se encuentran mile de brazos en la inacción ; y asediados por la miseria, abrazan cualquier partido ue s 1 s presenta, con tal de cubrir su primeras necesidades. e esta causa ha resultado la inmoralidad de aquel país y que acostumbrado al brigandaje y á la correrías, se pr te con facili­dad á toda clase de excesos . El fomentar toda especie de ocupa­ciones y t¡·abajos á fin de empl aren ellos la multitud, asegurando u subsistencia y la de sus familias, debe s r una de las primeras atenciones de un jefe entendido, procurando infundir la confianza en los capitali tas para que pongan en movimiento sus caudales. 1 carácter catalán, de uyo alti o é independiente, es capaz cuando se le trata con dureza, de abraza¡· lo partidos más violen­tos para rechazar este t1· to· pero como semejantes caracteres son de sí noble y ge erosos, con la afabilidad y dulzura se logra y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 letín ilit r de e lornbi L 314 _¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B 1 tín 1 ilit· r de Colotnbi \._ 315 _J :Jr ue no pudien o recibir lo ocorro de fuerza y e boca y erra se encuentr n las trop en operacionc en una fal ~ posi- •Ón · en una posición que, á poco e fuerzos u contrado , erá mpletamente batido. h ra bien: ¿se ha procurado indagar y )nocer cuál sea la ase de opcracione en u e apoyan lo di­dentes? Conocida ¿se ha rocurado de truírla '? or el istema guerra que ha ta ahor se ha eguido en el rincipa o, se deja nocer que no e tá bien ent ndido el plan de o eracione , pues se ha tratado e destrufr en forma la ba d operacionc en e se apoyan lo montemolini las; y mientr tanto que e ta base se ocupe 6 destruya la per ecución ai lada de nue tra colum- ;a , como la .·periencia lo está demostrando, no concluirá con los vantados y { con nu stra tro a en fuerza de la fatiga. n plan e operaciones por el que imultáneamente obren todas las tropas 1 vez es el único medio d acabar con lo -montemolini tas; va­á proponerlo. La base primera de operacione lo montemolini ta se alla en Francia; de allí han venido Jefe , y de alH aunque :ubrepticiamente, reciben las arma munic10n y demá au ·itios. ra pa ada ya la línea del vecino reino, e apoyan en lo e ca ro­o el terreno d nuestra frontera y organizándose n Has omo mejor les es posible, e arrojan poco á poco á lo t rrenos ás bajos 11 gando con sus correrías á ocu ar los llano , refor­ándose en su marchas con todos los elem nto que le son nece­. ari s y haciéndo e por con iguiente más y más respetable ; todo sto sin perder de i ta lo punto de dond partieron para al 1 ·nor descalabro, 6 al er aco ados por la activa per ecución d ue tras tt-opa , encaramar e en eguida á la montaña y pene­. r r en los bosques, á fin de guarecer e r eponerse y volver otra z. á sus correrías ; es decir, h ciendo una v rdadera guerra de ntaña ó de gu rril1as tan conocida en nue tro paí . LueO"O, si cupamos militarmente los punto estratégicos en que e poyan .o nemigo n cesariament deberá concluír e con ellos. uáles n Jo medios para efectuar e ta operación, es lo que vamos á mostrar. Continúa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 316 _,; - Historia === QUINCE DIAS I)E CAMPAÑA EN r87o POR L. ARMAG AC (Traducido y abre iatlo del francés para el B~!etln Mtlllar) (Continúa) El 1 5 de Julio el r. Du u e de Gramont ante el Senado y el Sr. Emilio Olivier ante el Cuerpo Legislativo, dieron cuenta con la nota siguiente, del estado de la cuestión y de Jos esfuerzos in­tentados cerca de las Potencias para obtener u eficaz. mediación: " La manera como habéis acogido nue tra declaraciÓn del 6 de Julio, nos ha dado la e rtidumbre de que aprobáis nuestra po­lítica y de que podemos contar con vue tro apoyo; por esto he­mos comenzado al punto neO"ociaciones con las Potencia exti-an­jeras, para obtener sus buenos oficios con Prusia, á fin de que re­conozca lo fundado de nuestra quejas. ce En estas negociaciones no hemos pedido nada á E paña de la que no queremos ni despertar sus susceptibilidades ni herir su independencia; no hemos tratado con el Príncipe de Hohenzo­llern, á quien consideramos amparado por el Rey · tampoco hemos querido mezclar á nue tra discusión ninguna recriminación, ni ha­cerla salir; del límite á la cual la hemos circunscrito desde el prin­cipio. 'La mayor parte de la Potencia extranjeras se han apre surado á respondernos y con má ó menos vehemencia han reco­nocido la justicia de nuestro reclamo. "El Mini tro de egocio Exti-anjeros de Prusia nos ha opues­to e ·cepción previa, con el fin de no recibir la comunicación, pre­tendiendo que ignoraba el a unto y que el Gabinete de Berlín era ajeno á él. ' l-Iemos tenido entonces que dirigirnos al Rey mismo, y he­mos dado orden á nu tro Embajador para tra ladar e á Ems, cerca de Su lVIajestad. in dejar de reconocer: que había autoriza­do al dncipe de Hohenzollern para que aceptase la candidatura que se le había ofrecido 1 Rey de Pru ia ha ostenido que él había sido extraño á las negociaciones iniciadas entre el Gobierno espa­ñol y el Príncipe de Hohenzollern ; que no había intervenido sino como ] efe d la familia, y de ninguna manera como soberano, y que no había ni reunido ni consultado el Con ejo de ?\1inistros. " u Majestad ha confesado, in mbargo, que había informa­do al onde de Bísmarck de estos diversos incidente . . ~ No podíamos consi erar estas respuestas como ati faeto-nas · no hemos podido admitir esté' distinción util ntre el obe- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 317 _J no y el ex-jefe de familia, y hemos insistido á fin de que el Rey <;onsejase é impusiese como necesaria al Príncipe Leopoldo la nuncia de su candidatura. Durante las discusiones con Prusia, el ee istimiento del Príncipe Leopoldo nos vino del lado de donde enos lo esperábamos, y nos fue entregado 1 12 de Julio por el ..:mbajador de España. u Habiendo querido el Rey permanecer ajeno al asunto, nos­. ros le pedimos que se asociase á él y que declarase que si por mo de esos cambio siempre posibles en un país que acaba de sar por una revolución, la corona se ofrecía de nuevo al Prínci­Leopoldo, él no lo autorizaría para que la aceptase, á fin de que debate pudiese considerarse como definitivamente terminado. " uestra petición era moderada, y los términos en que la .·presábamos no eran menos. e Manifestad de modo más claro al , e y e cribíamo al Conde Benedetti el 12 de Julio á media no­: he, que no tenemos ninguna intención oculta, que no buscamos un re texto de guerra, y que no queremos sino resol ver honrosamente na dificultad que nosotros no hemos suscitado.' 'El Rey con\·enía en aprobar la renuncia del Príncipe Leo­ ·oldo ¡ pero rehusó declarar que no autorizaría en lo por venir la ueva aceptación de esta candidatura. e He pedido al Rey, nos es­: ribía M. Benedetti el 13 de Julio á media noche, que se digne ·ermitirme anunciaros á nombre suyo que si el Príncipe de Hohen­eollern vuelve á su proyecto, u l\1ajestad interpondrá su autoridad ara poner obstáculo á eJlo. 'El Rey ha rehusado de modo terminante autorizarme á trans­l! litiros semejante declaración. He insistido vivamente, pero sin lo­,.. r· r cambiar las disposiciones de Su Majestad. El Rey ha termi­ado nuestra con ver ación diciéndome que ni podía ni quería tomar m j~nte compromiso y que él debía para esta eventualidad • mo para cualquiera otra, re ervarse la faculta de consultar las ircunstancia . ' " Aun cuando e te r chazo nos pareció injustificable nuestro t.: o de conservar á Europa lo beneficios de la paz era tal, que .o interrumpimos la negociaciones, y que, á pesar de nuestra le- • r· ima impaciencia temiendo que una discusión las estorba e, os emo pedí o. que aplacéis nue tra explicacione . ( Por esto nuestra orpresa fue profunda cuando ayer supi­lOs que el Rey de Prusia habí notificado por medio d un ede­: án á nuestro Embajador, que no lo recibiría más y que para dar · este rechazo un carácter nada equívoco, su obierno lo había omunicado oficialmente á los Gabinete de Europa. 1 propio tiern-o supimos que el r. Barón e erther había recibido orden de pedir e, y que en Pru ia se estaban armando. 11 En esta circun tancias, ti-atar de in istir en la conciliación aubiera ido olvidar la dignidad, y además una imprudencia.. o emos ahorrado nada para e itar una guerra¡ vamo á pre arar­JS á so tener la que e no ofr ce, dejand á cada una de las par­es la ¡·e ·ponsabilidad que le corresponda Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 318 _J u De de ayer hemo llamado á nuestra r ser a , y con vues.;­tr concur o vamos á tomar inmediatamente las medidas necesa - rias para poner á alvo los intereses la seguridad y el honor d Francia.' Inmediatam nte después de la comunicación del Gobierno, pre entar n cuatro proyectos de 1 y al enado y al Cu rpo Le-­gislati o. Et·an relativos á la petición de un crédito de so millone~ para la guerra y de 16 millones ara la marina, á la movilizaciór. de la guat·dia móvil y á la apertura de regi tros de enganche dee voluntarios para 1 tiempo de guerra. En el Cuerpo Leg·i lativo un grupo de la izquierda intentó em vano resistir al entu ia mo gen ral. Por dos horas 1\IL Thier lu­chó contra casi toda la Cámara, con la persuasión de que él re­presentaba, no los arrebatos del país, sino sus meditados intere ses.' Cuando se 'ueh·en á leer hoy con sangre fría los debate d~ esta orrascosa sesión, es con mezcla de asombro y de admira­ción como se ve la energía, el alor y la tenacidad que necesitó est anciano para hacerse ofr. En medio de violentas interrupciones, tratado de amio-o de Prusia hizo presente que n el fondo, s decir, respecto de 1 candidatura del Príncipe de Hohenzollern, la reclamación de Fran­cia se había atendido, y que el rompimiento lo ocasionaba una mera cue tión de su ceptibilidad. ( · Cómo . exclamó ante el mundo entero 1 Rey de Pru ia retira 6 deja retirar la candidatur del Príncipe de l-Iohenzollern, y e _to no es una conce ión . ¿Os atr·e-eréis á so tenerlo ? al era el estado d lo spíritus, que u 'oz no fue oída. En esta sesión y n la que siguió por la noche, lo res. Ju­lio Fabré ambetta Glais-Bizoin, Arago y algunos otros toma­ron la palabra en sostenimiento de la paz. M. Bulcet pidió copia del Despacho d que el Ministro había hablado en su nota· 83 votos solamente apoyaron su reclamo. M. Gambetta pidió que el Ministro re pendiese estas dos preguntas: 1.0 ' ¿La nota de M. de Bfsmarck ha ido comunicada á todos los Gabinetes europeos, ó solamente á los Gobiernos de la Alemania del Sur? 2. 0 ¿E tá ella concebida en términos que hagan indispensable la guerra?" El Ministerio por toda r spue ta, e asombró de que la Izquierda no comprendiese las cuestiones de patriotismo. El 19 de Julio el Embajador de Francia en Berlín enviaba al Rey de Prusia la decl ratoria de guerra, y el 20 el r. uque de Gramont daba lectura en el enado y en el Cuerpo Legislativo á la comunicación sigui nt : t Señores : la e ·po ición que se os presentó en la sesión del 1 S ha dado á conocer la justas causas de guerra que tenemo contra Prusia. " Conforme á los usos, y de orden del Emperador he invitado al Encargado de negocios de Francia para ue notifique al Gabi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 319 _/ nete d Berlín nue tra resolución de obtener por las armas las ga­rantías que no he m o podido obtener por medio de la di cusión . ' E t encargo ha sido cumplido y tengo el honor de infor­mar al uerpo Legis1ati o que n tal Yirtud, el e tado de guerra exi te, de de el 19 de Julio, entre Francia y Prusia. ' E ta declaración se extiende igualmente á los aliados de Pru ia que le presten, contra nosotros, el concurso de us armas.'' M de Bí marck había logrado u fines. Había guerra y éra­mos no otros quienes se la habíamo d clarado. El Canciller pru iano abía lo que hacía precipitando los acontecimientos. El quería sorprender á rancia la que de perta­da por eso repetido ataque , pudiera uizás., á fuet·za de actividad preparar~e para la lucha que entonces estaba bien lejo de poder sost ner. ¿ Cuále eran, en efecto las fuerza de cada una de la dos nacione ? La Confederación del orte podía poner n pie un ejército de ·l33,000 hombres, y dejaba á u retaguardia en tropas deguarni­ión 6 de reemplazo 295,500. u fectivo total era de 982,000, in­cluyendo las re crvas. La Baviera, el iVurtemberg y 1 Du~ado d~ Baden, cuyos ejército e taban organizado sobre 1 1e prus1ano contaban R5;5oo hombre de ejército activo y 69,000 de tropas de guarni­ción ó de depósito. El 6 de gosto el ejército al mán tu o 450,000 hombres en línea; y desde el 16 poco má 6 meno , 6oo,ooo número que se sostuvo hasta ei fin de la guerra. Contaba con 2,000 cañone de campaña municiones y provisiones en abundancia. En lo escrito, ero solamente en lo escrito las fuerzas de •rancia eran 1.142,000 hombres, de lo cuales 642,000 formaban l ejér íto activo y 500,000 la guardia móvil. En realidad. Francia no podía onducir á lo ampos de bata­Ha sino 337,000 hombres y de é tos ólo 270,000 podían reunirse inmediatamente. E te ejército, tan inferior n númc1·o al del enemigo en vez le ser reunido en uno 6 dos punto fue esparcido en una larga lí­nea entre Metz y Estrasburgo, sobr un frente de más de cien leguas. El plan de campaña, i e que había alguno acordado, era tener al enemigo en incertidum re ac rca del punto de ataque, por el esparcimiento mismo del ejército; despué concent1·arse rápida­mente cerca de Estrasburgo y lanzarse rná allá., del Rhin, de ma­nera de separar la Alernenia del ur de la df'l orte. o se había pensado, pues, sino en la ofensiva · ero la ofensi a no fue posible al ejército francés sino durante algunos días ue no se upie1·on aprovechar. El 14 de Julio por la noche 1 Mini terio francés ordenaba el Hamamiento de las reservas. Por su parte, el Rey de Prusia daba el 15 por la noche orden de movilización.- Conl/t~úa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bole ín Militar de Colombia '- 320 -' asa de Lata Diagrama del teatro de la guerra en los páramos de U sme Boca grande La Mesa+ Páramos o ..... e ...e:> ~ +Alto Santa Rosa ~ 1 0 Une 0 El Ramal + Hoyagrande 0 anla Rosa R 1 o .Bla11co Las Animas 1 .\LDIOS 1 : 250,000 +La Zorra 0 Pueblovíe.fo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 10

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 5

Por: | Fecha: 09/08/1902

~ ~:;K~::::M~ilitar deM~:~::~:~ i l ORG!NO DEL MU ISTERIO DE GUERlli Y DEL EJÉRCITO f :~ -·;;;~~;~~.- ;;~~~;~~: J: ~~;~~;~ ; ~~;~~~: --~¡ ¡ Gen~ral de Jn~t>niero• § ¡ Son colaborad ores de este peri<(dico los Jefes y Oficiales del Ejército i : 1 : ' : PtUd• m•v btm •~utlttr qu~ nulllf'o f'llpeto á todlu la• convueion~•, "~ngiJ d para,. "' la ( : úuJ(/I,.fflM v no• d~j~ ein eJti,.{)Íat paf'a d•J•nde,. üu rtldltf'al ¡ ElflliQUE Slll\l(l.tiiW'ICJ: 1 -··¡····· ············· ··-······· ······ ············ ··················-··································-·····-···········¡- ¡ -+ • Bogotá, 9 de Agosto de 1902 .... + + r---------·-------------------------------------------~ --=-== Oficial ==x DECRETO NUMERO 964 DE 1902 (JUNIO 20) que organiza lo Hospitales cle La ')lesa y :Tocaim .. El Viapruidmle·d! la Rtp1íbhca, mcargarlo dd Poder ~Ejecuflvo, DJ:CRJtTA Art. 1.0 Los Hospitales de La Mesa y Tocaima quedarán bajo la inspección y dirección de un Síndico g neral, y serán adminis­trados por las Hermanas de la Caridad de las respectivas locali­dades. Art. 2.0 El Síndico general tendrá un Ayudante que hará las veces de Habilitado, el cual presentará las libranzas semanales para percibir dos pesos y una ración d e carne diarios por cada enfermo. Art. 3. 0 Los vales será11 visados por el Síndico y confronta­dos con la situación del personal de enfermos ; llenada e5ta forma­lidad, el Prefecto de la Provincia de La Mesa ordenará el pago, y éste se hará por el Administrador de Haéienaa de la misma. Art. 4. 0 Las Hermanas de la Caridad del Hospita11filitar de La Mesa tendrán las mismas asimilaciones de que trata el Decre­to número 916 de S del presente, que organiza el Hospital Militar de Tocaima. §. Este Hospital conservará el Síndico especial que hoy tiene. Art. 5. 0 El Síndico del Hospital Militar de Tocaima rendirá informe mensual al Síndico general de los dos Hospitales de que trata este Decreto, y pondrá el Es Corriente en las libranzas que semanalmente deben enviarse á La ~·lesa para el cobro de las rct­dones. TOKG 11--9 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 130 _J Art. 6.0 Nómbrase Síndico general ad honorem de los Hospi­tales Militares de La Mesa y Tocaima al Sr. Jorge Vergara, á quien se autoriza para hacer el nombramiento de Ayudante Ha­bilitado, con la asimilación de Capitán para los efectos fiscales. §. Este nombramiento será sometido á la aprobación del Mi­nisterio de Guerra, y la fianza respectiva la otorgará ante el Pre­fecto de La Mesa. Queda en estos términos reformado el Decreto número 916 de fecha 5 del presente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bog-otá, á 20 de junio de 1902. ]OSE 1IANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERKÁNDXZ DECRETO NUMERO 966 DE 190~ (JUNIO 2 1) por el cual se declara insubsistente un nombramiento El Vzcepresz'dente de la Repltblz'ca, mcargado del Poder Ejecul/v,, DECRETA Artículo único. Declárase insubsistente el nombramiento he­cho en el Sr. Pablo E. Vanega·s para Proveedor de la División Boyacá. Por Decreto separado se designará la persona que deba reem­plazarlo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 21 de Junio de 1g02. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDJ:s FERN.ÁND:n DECRETO NillviERO 969 DE 190~ (JUNIO 2 1) por el cual se hace un nombramiento El Vicepresidente de la Repúblt'ca, encargado del Poder E¡uuHvo, DECRETA Artículo único. Nómbrase al Sargento Mayor José Ascensión Rivera Ayudante del Director del Boletín Militar, con anterioridad de I. 0 de los corrientes. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 2 I de Jumo de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERN.ÁNDEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 131 -' DECRETO NUMERO 1021 DE 190~ (Juuo 3) por el cual se dispone la organización de un Cuerpo de Ejército .ZJ Vt'aprestdenle de la RepúbHca, encargado del Poder Ejecult'vtJ, DECRETA Art. 1.0 Organízase un Cuerpo de Ejército que se denomina­rá Ejérdto de Tequendama, compuesto de la División Art'stzdes Fer­nández, la Columna FacataHvd, al mando del General Daniel Ru­bio París, y las fuerzas sueltas que haya en la Provincia de Te­quendama. Art. 2.0 Hácense los siguientes nombramientos para el expre-sado Cuerpo de Ejército: Comandante en Jefe, General Manuel María Castro U. Jefe de Estado Mayor general, General Félix Navarro. Inspector general, General Daniel Pardo. Pagador general, Sr. Carlos Sampedro. Art. 3. 0 Autorízase al Sr. General Comandante en Jefe de di­cho Cuerpo de Ejército para organizar el Cuartel general y hacer los nombramientos de Ayudantes ... Adjuntos y empleados adminis­trativos de su dependencia, 'ometiéndolos á la aprobación del Mi­nisterio de Guerra. Comuníque'e y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 de Julio de 1902. JO E :MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARIS'liDP.S I~ ER. '.ÁNnxz DECRETO NUMERO 1046 DE rgo:¡¡ (JU. ·ro 10) por el cual se organiza la navegación y exportaci 'n y se da protección á la empresa del Ferrocarril de Girardot L/ Vz't:epresüienll de la Rtpúbhca, encargado del Poder .Ejteuli'll, CONSIDXltANDO 1.0 Que el Gerente del Ferrocarril de Girardot se ha dirigido al Ministerio de Guerra solicitando se le den facultades para la continuación de los trabajos y se le proteja contra las guerrillas que impiden el servicio del Ferrocarril; 2.0 Que aunque en el Ministerio de Guerra hay datos de que algunos empleados de la empresa del Ferrocarril han auxiliado la revolución, suministrándole elementos y víveres, tal inconveniente puede allanarse con una intervención en los nombramientos de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia empleados por medio de un agente del Gobierno, intervención que el Gerente del Ferrocarril acepta gustoso; 3.0 Que vencida ya la rebelión, es tiempo de favorecer la ex­portación de los frutos y demás artículos que se hallan estancados por la guerra, con gravísimo perjuicio del comercio y de los inte­reses del Fisco ; y 4. 0 Que las últimas operaciones que se han ordenado sobre las guerrillas que obstruyen la navegación en el alto Magdalena, dejarán libre esta vía fluvial para el tránsito de los vapores, y que es preciso supervigilar y reglamentar el despacho en los puert06, de manera que una verdadera equidad presida el embarque de los artículos de exportación, DECRETA Art. 1.° Créase una plaza de Superintendente del Ferrocarri de Girardot y de la navegación en el río :Magdalena . Art. 2. 0 El Superintendente de que trata el artículo anterior, dependerá del Ministerio de Guerra y tendrá las siguientes facul­tades: 1 .• Intervenir como Consultor en los nombramientos de em­pleados del Ferrocarril, con el exclusivo fin de evitar que sean nombradas personas notoriamente partidarias de la revolución 6 auxiliadoras de ésta; 2.• Dictar providencias eficaces para que sea real la protec­ción que el Gobierno ofrece á lo empleados y trabajadores del Ferrocarril, contra el reclutamiento y demás medidas violentas que la guerra impone ; 3.• Velar por la seguridad del tránsito, impidiendo que Jos trenes viajen cuando tenga noticia de la proximidad de alguna guerrilla, y dictar las órdenes del caso para que tales guerrillas sean pPrseguidas ; 4·A Reglamentar el despacho de frutos de exportación en los puertos de Girardot y Honda y los demás puertos del alto Mag­dalena, de manera que el beneficio alcar.ce á todos los e~{portado­res, é inspeccionar por sí ó por medio de agentes competentes el embarque de los frutos, á fin de evitar violaciones del Reglamento; 5.A Visitar los buques, examinar las cuentas correspondientes, resolver todas las dudas que ocurran, y obviar las dificultades que surjan en el servicio; 6 ... Reglamentar asimismo la salida y arribo de los vapores del alto Magdalena, y comunicar las órdenes convenientes al Jefe de la Flotilla, sin perder de vista que el objeto principal de ésta es el de concurrir al desarrollo de las operaciones militares, coadyu­Tándolas con rapidez y eficacia; y las demás que en casos excep­cionales le confiera el Ministerio de Guerra. Art. 3. 0 El Superintendente comunicará al Jefe de la Flotilla todo lo relativo al despacho y servicio de los buques, y los Jefes militares que necesiten el auxilio de éstos, darán aviso oportuno a 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \..... 133 __; Superintendente para que él pueda ordenar con tiempo y de pre­ferencia los movimientos que sean necesarios. Art. 4. 0 El Superintendente tendrá los Ayudantes y emplea­dos que el desempeño de sus funciones y el cumplimiento de los Reglamentos que dicte requieran. Todos estos empleados deben considerarse cpmo militares, y devengarán sueldo conforme á sus grados 6 asimilaciones. Las libranzas respectivas serán enviadas á la Habilitación del Cuartel general del Ejército, para su incorpo­ración y pago. Art. 5. 0 El Superintendente expedirá, conforme á la ley, los pasaportes auxiliados que los empleados de su dependencia nece­siten. Comuníquese y publíquese. Dado en Bo:-oti, á. 10 de Junio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, A ISTIDES FEttNÁND!:Z DECRETO NUMERO 1056 DE 190:¡ (JULIO I 2) por el cual se confiere un ascenso El Vú:eprwdenlt de /a Repúblú:a, encargado del Poder Ejecult'l(), DECRI!TA Artículo único. Asciéndese á Subteniente al Sargento I .0 Je­sús Duarte. Comuníquese y publíquese. Dado en Bo~·otá, á I 2 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, A usTIDES FE.RNÁND:tZ DECRETO NUMERO 1057 DE I90:l (JULIO 1 01) por el cual se reconocen varios grados El Vz'cepreszdmle de la Repúblü:a, encargado del Poder EjecuHv~, DECRETA Artículo único. Reconócense los siguientes grados á que han sido ascendidos los señores que á continuanción se expresan, por el Comandante en Jefe del Ejército de Oriente de Cundinamarca: El de Coronel efectivo á los Tenientes Coroneles Buenaventu­ra Lozano R. y Luis E. Barbosa, con la antigüedad de .20 de Sep.. tiembre y 28 de Diciembre de 1901, respectivamente; 11 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 134 _,J El de Teniente Coronel á los Sargentos Mayores Jesús Mon­zón y Samuel Figueroa ; El de Sargento Mayor al Capitán Salustiano Cubillos. §. De los ascensos de Teniente Coronel y Coronel á que hace referencia el presente Decreto, dése cuenta al Honorable Senado en sus próxr:nas sesiones, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 12 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN Fl Ministro de Guerra, ARISTIDES F•RNÁHDU DECRETO NUMERO 1058 DE 1902 (JULIO 12) por el cual se aprueban dos Decretos dictados por el Gobernador Jefe Civil y Militar del Departamento de Bolívar El Vz'cejruz'dmte it la Repúblt'ca, encargad~ dtl Poder Ejuulzvo, DECRETA Artículo único. Apruébanse los siguientes Decretos dictados por la Gobernación del Departamento de Bolívar: El número 182, de 27 de Enero último, por el cual se facilita á los deudos de militares muertos en la actual guerra, el modo de percibir el sueldo que á éstos correspondía ; y El número 186, de 29 de Enero último, por el oual se hace un nombramiento. Comuníquese y pubHquese. Dado en Bo~otá, á r"' de Julio de 1902. JOSE MANUELMARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ DECRETO NUMERO zo6o DE 1902 (JULIO 12) que dispone la organización de un Regimiento y confiere un ascenso ZJ Vz'ceprtsidenlt dt la Rtpúblz"ca, encargado dtl P1der Ejecutzvo, DECR1tTA Art. I.0 Organízase un Regimiento que se denominará Regi­llfimlo del Tolima, compuesto de tres Escuadrones, el cual hará par­te del Ejército de Oriente, que comanda el General/ Marian.:> Os­pina Chaparro. Art. 2.0 Asciéndese á Coronel al Teniente Coronel Concep­ción Díaz, y nómbrasele primer Jefe del Regimiento del Tolima que se dispone organizar por el presente Decreto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar d~ Colombia '- 135 .J §. Dése cuenta rle este ascenso al Honorable Senado en sus pr6ximas sesiones, para los efectos constitucionales. Art. 3.° Facúltase al General Mariano Ospina Chaparro, Co­man: lante en Jefe del Ejército de Oriente, para hacer los nombra­mientos de Jefes y Oficiales de este Regimiento, sometiéndolos á la aprobaci6n del Ministerio de Guerra. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 12 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARRQQUJN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER..~ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1061 DE 1902 (JULIO 12) por el cual se hace un nombramiento El Vú:epreszdente de la República, encargado del Poder Ejetuli'll• D:iCRETA Artículo único. N6mbrase al Dr. Marco Antonio Barrientos Médico del Hospital Militar de Tocaima, asimilado á General de Divisi6n para los efectos fiscales, por raz6n del mal estado sanita­rio de aquel lugar. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 12 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDKS FER>~ÁNDEZ DECRETO NUMERO 1062 DE I90l (Juuo r2) por el cual se hace un nombramiento El Vteepresidmte de la Repúblzca, encargado del Pcdtr Ejuttlifl~, D:ICJl:ITA Artículo único. N6mbrase Médico del Hospital Militar de Guaduas al Dr. Cesáreo Vergara. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 12 de Julio de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN E:l MiniGtro de Guerra, ARISTIDXS FEirnÁNDU Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- q6 _J DECRETO NUMERO 1065 DE 1902 {JULIO I 2) qua confiere un ascenso El Vzeepresüimle da la República, mcargado del Podtr Ejecul•v~, DKCRXTA. Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al Coronel Juan B. Romero. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 12 de Julio de 1902. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ INFORME DEL INTENDENTE GENERAL DEL RJÉRCITO (Continúa) PROYECTOS de contratos pasados á la Sccci<)n 2."' del Ministerio de Guerra Fechas Artículos Cantidad Contratis tas Valor Vienen ............ $ 919,559 8o Febrero 13. Bestias ........ 30 Manuel Medina D ........ ...... $ 43,500 I 3· Mula ................ 1 Rafael Navas V. 1,300 1 3· Id .................. 19 Pedro Mulet ...... 26,050 1 3· Galápago apera- Francisco Cama-do ................... cho .............. ~,200 13. Alpargatas (do- Ana M. L. de cenas) ............ 100 Mora ............ 2,6oo 13. Aperos ............. 75 Secundino Jimé-nez ......... .... 1,65o 1 3· Confección de tol- Enriqueta G o n-dos ......... ...... 40 zález Borda ... 640 1 3· Caballo ... ········ I Belisario Cuervo 700 13- Frazadas .......... 250 Pedro Garzón ... 5,875 1 3· Mulas ............. Demetrio ;Ed-monds .......... 1,900 13. Id .................. 55 Fidel Mendieta .. 75,900 ... 14. Silla aperada .... Teodoro Pineda. 99 90 14. Corneta ............ Laurean o M a-yorga ........... 95 ... 14. Id ............ ...... Id. íd ...... 95 ... Pasan .................. $ 1.08 I, 164 70 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 137 _) Fechas Artículos Febrero 14. Tubos para lámpara .......... .. 14. Mulas ............. .. 1 s. Id ................. . 15. Id ................. . 15. Correajes refec-cionados .......... . 1 5. Estribos (par) ... . 15. Caballo .......... .. 15. Mulas ............. .. 15. Id ................. . 15. Banderolas ....... . 1 5. Confección de tol-dos ............... . 17. Caballo ........... . 17. Macho ........... . 17. Galápago aperado r 7· Id. íd ..... . 17. Sillas .............. . 17. Frazadas .......... . 17. Caballo .... ...... .. 17. Binóc ulo ........ . . . 17. Maleleras ......... .. r 7. Frazadas .......... . 1 7. Diagonal ameri-cano (piezas) .... . 18. Bestias ............ . 18. Mulas ............. .. 18. Bestias .......... .. 18. Id ................ .. 18. Macho .......... .. 19. Varios artículos. 19. Caballo .......... . 19. Galápago usádo. Cantidad Contratistas Valor Vienen ................. $ 1.081,164 70 3 Enrique Nariño .. 36 Adolfo M. Bui-trago ........... . 15 Ignacio Luque P. 3 Antonio Afana-dor ........... .. 100 Aníbal Castro ... Pablo Cruz ...... . Angel M. Zala-mea ............ . 6 Ricardo E. Ce-rón ........... . 41 J. M.~ Pinto ..... . 25 Enriqueta Gon­zález Borda ... 40 Id. íd ........... . Tadeo de Castro Julio Santamaría Carlos Cadena .... 1 Alcides Novoa ... 10 Domingo Olea ... 2,000 Julia Gómez de N .. . ........... .. Nicol ás Pineda .. . J. Cayetano Or-tiz .............. . 250 Adolfo Muñoz .. . 1,000 Néstor Mesa .. .. 43 Carlos Ucrós ..... 14 Alejandro Ucrós 6 Demetrio E d - monds ......... 4 Gerardo Torres M .............. . 29 Guillermo Z a - mudio ......... .. Manuel G. Peña. Vidal Pachón ... . Rosa Cadena ... .. Gerardo Torres M ............. .. 40 ... 55,800 r6,5oo 3,350 8oo 20 2,000 r r,soo 61,500 350 640 950 900 I,OOO 1,500 2,130 45,000 r,8oo 496 1,750 23,000 8,400 18,200 9,300 6,500 52,000 2,000 1,569 2,000 I, 100 •.. Pasan .................. $ 1.413,459 70 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Fechas Artículos Febrero 19. Alpargatas docenas) ........ . 19. Corroscas gua-munas ........... . 19. Bestias ........... . 20. Confección de tol-dos ............... . 20. Banderolas ...... . 20. Varios artículos (Saturnino Posse) 20. Varios artículos .. 20. Caballos... . ..... . 20. Varios artículos .. 20. Bestias ............ . 20. Varios artículos .. 20. Bestias ........... .. 20. Mulas ............. . 20. Galápago apera-do ................. . 20. Mulas .............. . 21. Estribo~ de aro (pares) ........... . 2 I. Galápago nuevo aperado ......... . 2 1. Piezas diagonal americano ...... . 24. Confección de tol­dos y ba yetones. 24. Sombreros jipija-pas ............... . 25. Caballo ........... . 25. Mulas .............. . 25. Varios objetos ... . 26. Sillas .............. . 26. Ruanas corianas. 26. Galápago nuevo. Cantidad Contratistas Valor Vienen ................. $ 1.413,459 70 300 Antonio Gonzá-lez ............. . 103 Julio Oviedo ...... 4 Rafael González L ........ . 6o Enriqueta Gon-zález B ........ . 25 Id. íd ........... . Vidal Pachón ... Cerbeleón Pi n-z6n ............ . 2 Domingo Silva ... Vidal Pachón ... 25 Miguel M. Mora-les ............ .. José N. Muñoz .. . 6 Juan Amaya ... . 30 Valentín Gutié-rrez ............ .. Rafael V ásquez. 2 Alfredo Berna!. roo Silvestre Páez .... Arturo Pérez ..... 6o Claudio Angel ... Francisco A. Sa- Iazar ........... . 50 Julio A. Parra ... 1 David A. Boada 3 A. M."' Forero S. Vidal Pachón .... 50 Ignacio Rodrí-guez ........... . 6o Alejandro Hoyos Arturo García ... 7,800 515 5,000 96o ... 350 I 1,030 .(.,000 3,110 75,000 3,758 9,8oo 48,000 700 2,800 12,300 1,750 1,500 3,6oo 1,315 7,000 2,400 3,250 Pasan .................. $ 1.638,797 70 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 139 _) Fechas Artículos Cantidad Contratistas Vienen .................. $ Febrero 26. Piezas diagonal 80 Eugenio M. He- 26. Mulas .............. . 26. Galápago apera-do ................. . 26. Id. Camille .. ..... .. 26. Enjalmas ......... . 27. Bestias ........... . 27. lid ................ .. 27. Galápago apera-do y enjalmas ... 27. Mula ............... . 27. Bestias ........... . 27. Confección detol-dos ................ . 28. Caballos ......... .. 28. Confección de ba-yetones ........... . 28. Camisas-batas ... 28. Confección de ca-misas ............. . 28. Mulas ............. .. 28. Alpargatas (do-cenas) ............ .. 28. Caballo .......... .. 28. Galones de petró-leo ............... .. 28. Peinillas ........... . 28. Herraje de bes-tias ................ .. 28. Galones de petró-leo ..... .' .......... . 28. Encerados ........ . 28. Mula ............... . 28. Id ................. . - ~8. Bestias .............. . - 28. Banderolas 2, yar­das rasete, 120 ... rrán ........... . 9 Leopoldo Argáez Inés de Forero .. . 1 Silvestre Páez .. . 22 Isaac Arzayús .. . 5 Juan C. Trujillo. 4 Arturo Acevedo. Pedro Pachón ... 1 Manuel Gaviria. 6 Julio Racines V. 20 Enriqueta Gon-zález B ........ . 2 Lucio Gori ....... . 100 Enriqueta Gon-zález B ....... .. 26o Id. íd .......... .. 6o Id. íd ........... . 2 Clodoveo Cuervo 200 Antonio Gonzá-lez Q ........... . Dolores Navarro 2 Rafael Gómez M 12 Zalamea Hnos ... 59 José Contreras ... 2 Rafael Gómez M 400 Honorato Landí-nez ............ . Arturo Dousde-bés .............. . 4 r Aristides Novoa. 5 Arturo Dousde­bes ...... Enriqueta Gon-zález B ........ . Valor 1.638,797 70 15,850 17,600 goo 1,300 so6 10,200 5,000 928 1,300 6,600 320 1,400 500 780 180 3,500 5,460 500 265 800 1,000 27,000 g,ooo 1,020 Pasan .............. .... S 1.755,236 70 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Fechas Boletín Militar de Colombia '- 140 --' Artículos Cantidad Contratistas Valor Vienen ................. $ 1.755,:l36 70 Febrero 28. Bandera de lujo Agripina M.~ del V ............... . 28. Frazadas .......... 2,700 Guillermo Jimé- 28. Revólvers (S. & W.) ................ . 28. Mulas .............. . 28. Piezas diagonal... :l8. Varios objetos .. . :l8. Frazadas ......... . 28. Frenos ........... . 28. Varios artículos .. 28. Correajes ........ . 28. Corroscas ........ . 28. Confección de tol-dos ............... . 28. Galápagos ape-rados ............. .. 28. Encauchados ..... . 28. Cinchas ............ . nez ............. . 8 Eusebio Gutié-rrez ............ . 2 Isaac Guevara .. . 40 Heliodoro Ca - macho ......... . Juan M. M. Gili-bert ............ . 6oo Roberto Salazar S ............... . 20 Id. íd ........... . Gumersindo Ro-zo P ............ . 100 Hipólito Bolívar. r,100 Pedro Garzón B. 6o Enriqueta Gon-zález B ........ . 2 José N. Muñoz ... 28 Gonzalo Fernán-dez ............ . 72 Salomón Rojas .. 2,000 .•• 62,100 ... 4,000 2,600 7,6oo 14,100 .... 700 4,350 1,773 6,160 g6o 1,816 2,66o 936 Suman los contratos del mes de Febrero de 1902 .. $ 1.916,174 70 c~nlinúa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia -Doctrinal LA CIENCIA MILITAR EN CONFERENCIAS DEL CORONEL MARVÁ (ESPAÑOL) Resumen de la cuarta conferencia, 7 de Febrero de 1902-Proyectáronse 14 fotografías) LA ENVOLVENTE DE LOS GLOBOS Envolventes no metálicas.-Importancia de la<; envolventes.-Telas: condicio­nes generales.-Fraudes en la fabricación de los tejidos.-Impermeabilidad de las telas.-Resistencia.-Clases de tejidos que se pueden emplear en ae­ronáutica.- Sedas ordinaria y de la China.-Lino.-Algodón.-Ramió­Tripa de buey.-Caucho.-Papel.-Modos de hacer impermeables los teji­dos.-~ Iétodos del barnizado, de la metalización y del caucho interpuesto.­Construcción de la envolvente.-M:étodo de los usos.-Globos de película.­Globo¡ de varias formas.-Darnizado y cosido.-Datos acerca de las envol­ventes. Envolventes metálicas.-Su proceso.-Estado actual de la cuestión.-Los nuevos metales.-Porvenir de estar; envolventes. , EN VOL VF., 'TES NO 'MET ALICAS Importancia de la mvolvmte.-Si ésta constituye la parte del globo aéreo que asegura la flotabilidad, claro es que en sus cuali­dades estriban las del globo mismo, y en tal concepto, el sabio profesor compara la importancia de este elemento á la que tiene la obra ·m·va en las construcciones na Y al es. De la bondad de la en­vol vente depende no tan sólo la sustentación del globo, sino tam­bién la vida de sus tripulantes. La necrología de los viajes aéreos enseña, con lamentable reiteración, los peligros de lanzarse al es­pacio sin aquellas indispensables condiciones de seguridad que ponen la envolvente al abrigo de roturas tan probables como im­posibles de reparar en marcha, y que, por tanto, han de ser fatal­mente seguidas del desastre. Buscando siempre la más completa satisfacción de las tres condiciones enunciadas en la última conferencia, se han ensayado en aeronáutica multitud de materias, tomándolas indistintamente en los tres reinos que ofrece la Naturaleza. Las más empleadas hasta el día en la con trucción de la envolvente son: las telas, los metales, la película de tripa de buey, el ramió, el caucho y el papel. Telas: condú:z'rmes generalts.-Resumiendo cuanto acerca de este punto explicó el ilustre conferenciante, diremos que, sean cua­lesquiera las telas destinadas á la confección de la envuelta, su te­jido debe estar formado por hilos apretados é iguales, de trama y urdimbre uniformes en toda la extensión de la tela, sin blanqueo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 142 _; ~i apresto, ni tintes que por su preparación química pudieran cons.­tltuír una causa de alteración bajo la influencia de los diversos agentes naturales, y por último, debe ofrecer fácil adherencia al barniz con que se impermeabiliza la envolvente. Fraudes en. la fabrú:aúón de los lejüios.-Para conocer la pureza de las materias y prevenirse contra posibles falsificaciones, exis­ten diversos procedimientos, en cuyo examen detallado entra el profesor. La seda es á menudo entremezclada con hilo y algo­dón, fraude que se denuncia por la potasa cáustica, cuya disolu­ción hirviente disuelve la seda en su totalidad. La presencia de la lana se descubre con el microscopio por la textura laminar que la caracteriza. Tratado el tejido por una solución cupro-amónica, pierde á los treinta minutos todo el a]godóp; á las veinticuatro ho­ras se disuelve la seda y queda la lana . .lmpenneabzlz'dad de las telas.-Por muy tupidas que éstas sean~ no pueden ofrecer por sí mismas un grado conveniente de imper­meabilidad; para conseguir esta condición, precisa recurrir á Jos barnices. De aquí la importancia de que las telas tengan aptitud para ser barnizadas, aptitud que se mide por_la cantidad de barniz que son capaces de absorber y por el grado de estanco alcanzado en condiciones determinadas. La impermeabilidad se comprueba mediante un aparato en el cual la porción de tela barnizada que se ensaya está sometida por una de us caras á la acción del hi­drógeno, inyectado con cierta presión; el gas que atraviesa la tela se deja ver por las burbujas formadas en la masa de agua que baña la cara opuesta. Res?'stmda. - Explica el maestro con toda latitud las distintas circunstancias que califican esta importantísima condición. Razona cómo la resistencia de las telas está relacionada con su ancho, y por qué la necesaria ligereza de la envolvente impone la precisión de referir las resistencias á los pesos. Con imágenes materiales y una claridad verdaderamente meridiana, enseña lo que es longz'lud de fractura, car~a de fractura en kilogramos, y resistencia á la trac­ción ejercida sobre las telas. Describe seguidamente los dinamó­metros, que sin'en para verificar dichas pruebas de resistencia, y da á conocer los mecanismos de esta clase con que cuenta el La­boratorio de Ingenieros del Ejército. Clases de tejz'dos que se puedm emplear m aeronáulica.-Estúdialos con prolijidad, siguiendo el orden que apuntamos á continuación:. Seda ordüzaria.-Fabncada con el pelo elaborado por el gu­sano de la morera. La finura del hilo se calibra por el título de Milán ó por el de Lyon, que determinan el número de las hebras que deben entrar por unidad determinada de tela. Puede usarse también el ta.fetá?J, que se distingue por lo fino y apretado de su tejido. Pesa tan sólo de 50 á 69 gramos por m.2 ~ y su resistencia es de unos 12 kilogramos por centímetro. La tenacidad y la elasticidad, tan necesarias á la envuelta,. reúne las la seda mejor que otros tejidos, como demuestra la si­guiente comparación_: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 143 _1 Elasticidad. Tenacidad. Seda................................................ 1 1 Borra de ídem...................... ............. 0,44 0,458 Algodón......................... .. .. .. .. .. . .. . . .. . o, 177 0,295 Lino y cáñamo.................................... o,o86 0,415 Estas cualidades son interesantes, porque dan á la tela la fa-cultad de aceptar dobles curvaturas; permiten asimismo un gran alargamiento, siendo de un quinto á un octavo el de la seda. Seda de la Chi11a.-Es la elaborada con la secreción del gusa­no alimentado por la hoja del roble. Como los asiáticos hacen á mano este tejido, su estructura carece de la regularidad que pre­sentan las urdimbres mecánicas. Esto no obstante, reúne buenas condiciones, que son : Peso por m2 ........... ..................... ...... 8o gramos. Carga de fractura por centímetro........... 9 6o kilogramos. Id. después de barnizada....... .. . . . . .. . . .. 8 " Precio por m2 ..... ..... .. .. .. .. .. .... .. • ... ... • .. 3,05 pesetas. Añadiremos que toma bien el barniz, se hace impermeable y tiene gran flexibilidad. Su condición característica y más recomen­dable es la de resistir mejor que cualquiera otra tela á la acción oxidante de los barnices preparados con aceite de linaza. Lzno.-Las telas hiladas con las fibras de esta planta, merecen ocupar el segundo término entre las empleadas en aeronáutica. Para este objeto, es preferible el lino blanco, del que se fabrican dos clases: el más fino (batista francesa) y el más fuerte (de Cons .. tanza), llamado de Holanda, que pesa 125 gramos por mZ, tiene una longitud de fractura de 8,ooo metros, resi te 10 kilogramos por centímetro, y cuesta de dos á tres pesetas por m2 • Algod611.-El mejor· es el procedente de los cultivos y filaturas de Georgía. Para envueltas de los globos úsanse con preferencia los tejidos simples llamados de 1-Iuselina. En el orden de ligereza figuran sucesivamente el calicot, el percal y el madapolán, que pesan roo, 120 y 167 gramos, respectivamente. La longitud media de fractura es de 6,ooo metros, y su precio fluctúa entre 1 y 1,5 pesetas por m2 • Ramió (seda vegetai).-La industria textil ha encontrado en esta urticácea una primera materia de excelentes condiciones para la fabricación de cuerdas y toda clase de tejidos que hayan de estar expuestos á la intemperie. Las pruebas mecánicas han de­mostrado la superioridad de la hilaza de esta planta sobre la de todas las demás, excepto la seda, como puede verse á continuación Materia. Resistencia. Algodón ............................... :................ 1 Cáñamo.................................... 1,3 Ramió................................... ................ 1,5 Seda .. .... ... ...... ..... ... . .. ... .... ........ ... ........ 1,8 á 1,95 Para las aplicaciones aeronáuticas el mejor ramió es el blanco. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia Tripa de buey (baudruche).-Así llamada porque procede de los intestinos de este animal. Pretenden algunos que esta película constituye por excelencia la materia de que debe formarse toda envolvente; es cierto que abundan razones en favor de la baudru­che, como son: la ligereza y la impermeabilidad que posee en alto grado, pero en cambio adolece de tales inconvenientes, que ante ellos no puede suscribirse la opinión harto radical de los ingleses, que no se avienen á reconocer otra materia para sus globos que la sacada de aquel rumiante. Para formar juicio de las dificultades anexas al empleo de este material, bastará saber que se le prepa­ra en trozos de om, 90 x om, 27, y que se necesitan más de 35,000 para un globo de 290 m 3 • Por otra parte, las envueltas en esta clase pierden pronto su flexibilidad, se hacen quebradizas y tienden á descomponerse por los defectos propios de su naturaleza orgá­nica. Empléase yuxtaponiendo y encolando varios trozos de pelícu­la, previamente moldeados para que afecten la forma esférica. V éanse algunas características : Peso de la pelíqJla (por m.2 ) en 2 capas sencillas Id. íd. en 5 íd. Id. íd. en 6 íd. Id. íd. en 8 íd. Resistencia á la fractura por cm ................ .. 30 gramos. rr8 135 220 10 kgs. Caucho.-Concurren en esta materia, convenientemente pre· parada por la industria, circunstancias que la hacen muy apta para constituir envolventes, distinguiéndose sobre todo por su gran elas­ticidad, lo que justifica el nombre de goma eláslú:a que se le da también. La importancia del caucho mueve al conferenciante á reseñar el origen, la extracción, las propiedades, los ensayos y la transfor­mación industrial de esta sustancia. Diremos aquí tan sólo que se la obtiene sangrando el tronco de gran número de plantas que abundan en distintas regiones de la tierra; el jugo colectado es de aspecto lechoso y gran viscosi­dad ; por desecación pierde su parte acuosa y deja cortarse á tiras 6 placas traslúcidas que se tornan opacas al estirarse, se sueldan fácilmente por simple presión, endurecen con el frío sin agrietarse, se funden á 180°, y vuelven al estado sólido por enfriamiento. Mez­clado el caucho con la esencia de trementina, resultan pastas que se emplean para hacer disoluciones con el objeto de preparar telas impermeables. Haciendo pasar las tiras entre los rodillos calientes del laminador, obtiénense hojas muy delgadas de excelente apli­cación en aeronáutica. El petróleo purificado, el cJoroformo, el sul­furo de carbono, la bencina y otros disolventes, dan medios para reconocer la pureza del caucho. Con el objeto de evitar que se en­durezca por una baja temperatura y se ablande á los 30°, se le vulcaniza, operación que consiste en hacerle absorber azufre á temperatura un tanto elevada. Papel.-Es materia muy empleada también en la construcción de la envuelta, merced á sus especiales condiciones de ligereza é Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .Boletín Militar de Colombia '-- 145 _) impermeabilidad, bien que no goce de gran resistencia, lo cual circunscribe su empleo á la construcción de globos sondas, cuya ca­pacidad es tan sólo de 6o á r I 3 m. 3 , la suficiente para poder re­montar á elevadas regiones de la atmósfera una pequeña colec­ción de aparatos registradores que graban las indicaciones y son de grande interés para la Física y la Meteorología. Con estos globos se han alcanzado alturas de 20,000 metros y registrado tempera­turas de 72° bajo cero. No todas las clases de papel pueden servir á este objeto; clase la preferencia al del Japón, que resiste muy bien á todo pliegue y estrujadura. Mejórase su natural impermeabilidad con impregna­ciones de petróleo, areite de linaza ó parafina. Las juntas se re­fuerzan con tiras de seda. Su resistencia es de ro kilogramos por centímetro. Modos de hacer únpn·meabla los üjtdos.-Como esta cualidad no la poseen las telas en grado conveniente, precisa comunicársela, y esto se consigue de tres modos : por el barnizado, la metaliza­ción y la interposición de una hoja de caucho entre dos telas. a) Banz¡"zado.-Es uno de los medios más usados para imper­meabilizar los tejidos. El barniz debe ser ligero para evitar peso, suave para no restar flexibilidad á la envolvente, poco secante para que no resulte quebradizo, neutro á la tela para no quitarle resis­tencia, unido para que obture atisfactoriamcnte, y aneléctrico para que los roces de la tela sobre sí mis:na ó con la red no engendren peligrosas cargas de electricidad. Además de su función obturado­ra, el barniz cumple otras no menos importantes, ct..ales son las de alisar las superficies para disminuír resistencias á la marcha, y re­flejar los rayos del sol para sustraer ·l globo á las repentinas va­riaciones termométricas. Multitud de recetas se han dado para la preparación de bar­nice.; pero no son los ingredientes los que aseguran su bondad, sino el esmero con que se practica el barnizado. El caucho y el aceite de lina~a son las sustancias que forman la base dt.: casi to­dos estos barnice . Véansc algunas composiciones. Barmz Arnou/.-1.0 Aceite de linaza, litargirio y tierra de sombra (solución mantenida á 200° durante seis horas). 2. 0 Acei­te de linaza cocido á. 2Go 0 , mezclado después con goma laca ó aceite de olivas. El barniz al areite es ligero, barato y de aplica­ción fácil ; ésta exige una ventilación incesantemente sostenida, porque la enérgica oxidación que se produce durante la mano de obra, podría incendiar 13. tela ó comprometer su solidez. Barmz al colodión.-Sus ingredientes son: colodión, alcohol y aceite de linaza disuelto en aguarrás. Es de un coste mayor que el precedente, pero en compensación permite reducir las untaduras. Barmz al caucho.-Se toma el de Pará, que es el mejor, y di­suelto en bencina constituye un buen barniz, flexible y elástico. Con la misma base puede prepararse otro, incorporando acei­te de linaza cocido y aguarrás, pero esta composiciÓn no es tan recomendable porque se electriza con facilidad. TOllO II-IO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 146 -' Otras sustancias como el tanino, la gelatina, la glicerina, &c., suelen asociarse á la base. Eleclrz"zadón dt las telas.-La presencia del aguarrás en los barnices es causa de que las telas impregnadas con éstos, redo­blen su aptitud para electrizarse. A fin de poner á prueba el grado de esta aptitud, se barniza un trozo de tela, se le frota de5.pués de seco, y sometido á su acción un electróscopo sensible, se reconoce la importancia de la carga eléctrica. b) Ldmziw de caucho entre d1s telas.- Este medio de imrermea­bilizar las envueltas, tiene al presente muchos defensores. La seda, el lino ó el algodón pueden servir para forrar la hoja de caucho. La fábrica de Hannover (Compañía continental de caucho y guta­percha) emplea telas de un metro de ancho, cuyas principales ca­racterísticas son: Algodón de tejido sencillo ( r 50 gr. de peso por m 2 ) Re~istencia................. ... . .. . . . . .. . .. . .. . . . ... ... ... . 4,40 kgs. Algodón de tejido dohle ... (330 gr. de peso por m 2 ) Res stencia................................................. r r ,oo - Seda amarilla de tejido doble......................... ro,oo - De cómo esta clase de envolventes satisface á la impermeabi­lidad, pueden dar idea las cifras ~uc siguen, representativas de la penetración del caucho por distintos gases. GHero antes de movernos hizo traer los presos que antes de la venida á Bogotá habían quedado ocul­tos, pues como Mosquem lo que se proponía en esa persec.ución era rescatarlos, había que llevarlos, porque nos hacía mucha falta la escolta que los custodiaba. 1v1osquera tomó el mismo camino nuéstro, yendo á cierta dis­tancia, á retaguardia; llegámos á Chipasaque, y allí acampámos. Mosquera lo hizo en el alto, y divisábamos sus toldos desde nues­tro campamento. Al día siguiente, muy temprano, nos dirigímos al páramo. Mosquera, siempre á retaguardia, hizo lo mismo, y si acampába­mos a las 4 de la tarde, él hacía lo mismo. Así llegámos á un pun­to llamado Ban:indillas, lugar inc. ·pugnablc. "Aquí," dijo O ban­do, '' C'Ste es el punto donde debemos esperar, y aquí lo batimos;" pero los Jefes y Oficiales no quisieron oírlo, y respondieron: "Nos­otros nos vamos." Inmediatamente desfilaron en vía para Sopó, de­jando ocultos los presos con una escolta. Llegámos al pueblo de Sopó, y de allí nos separámos varios que no quisimos seguir, por no saber el rumbo que iba á tomar la campaña. Los que nos de­volvimos fueron Nepomuccno Auza, N. Cristancho, Aurelio y Luis Mora y otros más. Como no podíamos dirigirnos á Guasca porque allí estaba acampado ~Iosquera, tuvimos que quedarnos cerca de Siecha. Al día siguiente, muy temprano, vimos desfilar una gente armada, en dirección á la casa en donde nos encontrábamos. No tuvimos más tiempo sino para ocultarnos en el monte; ellos continuaron la marcha pasando por la casa, porque tuvieron no­ticia de que por ahí estaban los presos, lo que nosotros ignorába­mos. Tan pronto como los hallaron, la gente que los custodiaba de!t­fil6, dejándolos en completa libertad. Inmediatamente bajaron aquellos, con la gente que los había rescatado, en vía para Guasca, en donde estaba Mosquera, con todo el Ejército, aguardando el re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar·de Colombia '- 159 _; sultado de la comisi6n. Dicen que se 11en6 de contento cuando los vio. Acto continuo, Mosquera se ¡·etir6 de Guasca. Inmediatamen­te se nos dio aviso para que marcháramos al citado pueblo de Guasca. Ya teníamos reunidos en Sie ·ha 150 hombres, y cuando llcgámos hallámos allí 165, con lo que reunimos, dispombles, 315 hombres. Estábamos una noche muy descansados, cuando nos llegó una noticia de Zipaquirá, que decía: "1\fañana. muy tempra­no sale un convoy, con 4 cargas de dinero y 14 de pertre­chos, en dirección á Suesca ;" no habíamos acabado de leer este parte, cuando ya estábamos en camino, teniendo que tomar por un desecho del páramo; un camino tan malo, que nos era difícil andar; pero á pesar de todo, continuámos la marcha, y nos fue á aclarar al puente de Sop6, todos lastimados por las caídas ; pero nada le esto nos aterró; continuando nuestra marcha, logr.imos nuestro objeto. Por op6 había ·deshlado un piquete de caballería, y. éste ali6 por el páramo, al frente del camino que llevaba el convoy: pues ya ellos habían trepado el alto. Cuando Jieg-6 la in­fantería al pie de este alto, encontrámos 2 mulas que había dejado el enemigo por no poderlas llevar. Nosotros, aunqu~.; los veíamos cerca, no podíamos hacer fuego por carecer de cartuchos; enton­ces nos aproximámos á tomar e tas cargas, y so re la rr.archa cor­támos la sob1·ecarga, con la culata de un chopo rompimos un~ caja, y entonces sí empezámos á disparar; pero corno la caballería les estaba haciendo frente, en e. os momentos, los cogimos á
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 5

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 11

Por: | Fecha: 15/03/1902

ER!E III-TOMO I -- Oficial- DECRETO NUMERO 372 DE rgo~ ( 26 DE FEBRERO) . or el cual se dicta una disposición especial relativa á la compra de caballerías 1 para el Ejército .El Vuepresidenle dt la Repúblt'ca, encargado dtl Podtr E.Jut~lifl#, CONSIDERANDO Que el Gobierno necesita adquirir brigadas para el Ejército á. a mayor 1 re ·{dad po ible; Que )a prontitud en el pago de las caballerías consulta la fa­jlidad d la adquisición y la economía para el Fisco, DECRETA rtículo único. Desde la fecha del presente Decreto y mien­tras ubsiste el e lado de guerra, para la adquisición y pago de auallería destinadas al Ejército bastará la diJigencia de avalúo e las que se ofrezcan al Gobierno, autorizada por el Inspector ¡re­eral de Brigadas. Presentado este· documento, por duplicado, al ubsecretario 2.0 de Guerra, éste ordenar~ el pago inmediato contra el Habilitado del Cuartel general :del EJército. Las dudas que puedan ocurrir en la aplicación del presente Decreto erán ¡·esueltas por el Ministerio de Guerra. Publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Febrero de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro ele Gobierno, FRANCI co MENDOZA P.-El Subsecre­tario de acienda, ncar~ado del Despacho, Josi RAMóN LAGo- TOllO 1-21 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 322 --' 1 Ministro de Guerra, ARISTIDE FE Á ·nu-EI Mini tro d · 1 trucción Pública, encargado del Despacho de Relacione E ·t res, JosÉ JoAQUÍN CASAS -El Ministro del Tesoro, AG ·rl. T IBF.. DECRETO NlTh1 ~RO 39 DE rgo~ (MARZO 3) por el cual se hace un nombramiento Zl Ylupr~sidenle tle la República, encargado del Poder .ll}ecut/v•, DJtCRETA Artículo único. Nómbra e édico de las fuerza u · cotnan­da el General Ramón González alencia, al Dr. Antonio I urt asimilado á General para los efect fisc les. Comuníquese y ublíquese. Dado en Bogotá á 3 de 1arzo d 1902. J f\L E El Ministro de ,.hR. L·oE.z DEC E O 3 E tgo2 (. tAR/.0 por el cual se hace un n ombrami nto 'J Vzáp1 tszÜe11le de la República, enca!·gad• del Pode1 .I:.jauliv•, DECRETA Artículo único. 6mbrase J f de E tado Mayor l la J-sión Marroquín al r. Coronel Cecilia Zamudio. Comuní uese y publíquese. Dado en Bógotá, á 3 de :farzo de J El Ministro e uerra, ' DECRETO NUMER 401 D 1902 ( 1ARZO 3 por el cual se hacen dos nom r. miento L RR .Zl Vlupresidenle de la República encargado del Podc1 lyr ullv•, DECRE A Artículo único. 6mbrase á lo ulo Mesa Médicos del Ejército re res. arl aa y tOn­ccid tH d un linamtu·ca, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar d Colon1bi '- 323 __../ que comanda 1 · eneral omá reía a imitado á. General e para lo ef cto fi 'ale . a Comuníqu e publíqu e. Da o n Boo-otá, á 3 d Marzo de 1902. J E ~1 U L 1ARR UJN El ini tr de u rra RISTIDES FER ·Á 'DRZ D RETO ~ MER 405 DE 1902 MARZO 3) p T el cual e mcorpor nn Cuerpo de •Jército y se hace un nombramiento El Tí"apresidorle de la R~p!ÍbHca, (nrarcrado dd P odo · .Ej~cuhv,, nJ.:CRETA e Ej~rcito 1902. J . MA" E uerr J 1 1 1nr-: · ~lM R 4 6 1902 (1-h R7. 3 rtesano I .. ~, rl· l'ttr~ ul. nü de la .I>lrpúblic l, eJUJai'J!iUIO dr.l Poder .Ji¡¡,, ¡,/71{' O F. R F.1' A ne ano gu (1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 324 _/ Art. 3.0 Reconócensele al Coronel Cabra} Melo sus sueldos correspondientes como primer Jefe de Cuerpo desde el 8 de Enero tHtimo, fecha en la cual comenzó á ejercer sus funciones, y á los individuos de tropa igualmente. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 de Marzo de 1902. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARIS'!IDES Fx.RNÁNDEZ DE RETO NUMERO 410 DE 1902 (MARZO 4) por el cual se llama á un Jefe al servicio activo y se le destina El Vz'cepresidenle de la Reptíbll'ca, encargado del Poder Ejeculz'v1, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel Julián Cabrera y destfnasele á prestar sus servicios como primer Ayu­dante general del Cuerpo de Ejército que comanda el General Li­sandro Lei va. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 4 de Marzo de 1902. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARI TIDES FER Á DEZ DE RETO UMERO 412 DE 1902 ( )1 A R z o S) obre asignacionc militates El Vicepresidente de la R1páblica, encar~ado del Podtr .Ej(cull'vo, .n uso de su facultades con titucionales, DECRETA Art. 1.0 Desde el 1.0 de los corrientes los m'embros del Ejér­cito, mientra dure el estado de itio en el país, gozarán de las si­guientes asignaci nes mensuales, sin ningún sobresueldo : El General en Jefe, Comandante en Jefe de los Ejér-citos ............................ .. ...................................... $ El General, Jefe d Estado Mayor ....................... . El General, Inspector general. ............................ . El General, Comandante en Jefe de Ejército ........... . 1,000 goo 900 1,000 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 325 -' El General, Jefe de Estado Mayor de Ejército, cuando no sea General en Jefe.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8oo El General Inspector general de Ejército, cuando no ea General en Jefe... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 700 El General en Jefe............................................. 850 El General Comandante general de Di visión ó de C - lumna........................................ ........................... 800 El Jefe de Estado l\fayor de íd. íd........ ..... .. ... . .. . . . . 700 El Inspector de íd. íd. cuando no sea General de Divi-sión.......................................................... .. ... . .. . .. . 6oo El General de División......... .. ..... .. ... ... .. . .. ...... ... . 700 El Comandante general de Brigada...... . ..... ... .... .... 700 El Jefe de Estado Mayor de íd...... ............... ........ 6oo El eneral de Brigada................................. .. ... . 6oo El primer Jefe e Cuerpo.................................... 500 El segundo J efe de Cuerpo............ . . . . . . . . . . .. .. . .. . . . . 400 El oronel......... .. .. . . . . . .. . .. . . . . . . . .. . . . . .. . .. . . . . . . . . .. ... . 450 1 Teniente Coronel........................................... 350 El Sargento 1ayor...... . .. . .. . .. . . . . . .. . . . . . .. . . . . . .. . . . . .. . . 300 El apitán....................................... . . . . . . . . . . . . .. . . 250 El T niente..... ....... .. . .. . ..... ..... ..... .... ... . . .. . . . ... . .... 200 El ubteniente...... .. . .. . . . . .. . . .. . . . . . . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . .. . . 150 El argento 1 • 0 .......•.....•.•.• •. • • • . • • . • • . • . • . . • . . . •• • • • . •• • 110 El arg·ento 2.0 ••••••••..•• •. • . . • . . • . • . . • ••• • •• • • • • • • • •• • • • • • • • 105 El Corneta........................ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . roo E Tambor....................................................... 95 1 Cabo I . 0 •.•.••. • •..•.•....••••••••.•••••..•. •• • . . • • . . . • • • • • • • • roo El Cabo 2.0 ..•.•........•..............•••.....••.....•...... ••. • 95 El oldado.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . go Ar . 2.0 Para el servicio del Cuartel eneral de los Ejércitos en la capital habrá, además el Comandante en Jefe, del Jefe de Estado Iayor eneral y del Inspector reneral los sio-uientes em­pleados: Cuatro Generales, Jefe de Mesa cuando no sean enerales en Jefe cada uno..................................................... 8oo Cuatro Generales, ubjefes de Mesa cada uno . . . ....... 700 Dos Coroneles, primero Ayudantes enerales prima-rios cada uno........................................ ... .. .. . .... ..... 600 Dos Tenientes Coroneles, segundos Ayudantes genera-les primarios cada uno............................................... soo Dos argentas Mayores, segundos Ayudantes g nera-les primarios, cada uno............................................... 400 Dos Capitanes, primeros Adjunto y Escribientes, con sueldo de argentas Mayores. Dos Tenientes, segundos Adjuntos y Escribientes, con sueldo de Capitanes. Dos ubtenientes, segundos Adjuntos y Oficiales de Ordenes, con sueldo de Tenientes. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B )letÍn 1ilitc r d Col n1bic \.._ 326 ~ qu por las uart 1 n r 1, de-sin a imilaci6n á o-ra-s g-ene­r spec-ad-s, D - cr.eto v d más di - ria que no estén co1· 01Í 1 pr ente • r uníqu e e y pu lfque ado ·n Bogotá, á 5 d R.... LUCI rzo de 1902. 24 DE 1902 (4 DE ~ IARZO) por la cual se delega m a facultad l Pod r • jecuti ·o, en u o de la atribución qu\; le confie1·e ecrel número 48 de 1 S d En ro ultimo n u artículo 3. 0 , y CO . IDER ~·oo u - e á lo Gobernador s de los epar ·amento á quien e e m ete todo Jo t·clativo á r caudo de Contribución d uerr R ~ UELVE al 'obernador de undinamarca 1 puntual lam ntación le la maner de ll var á cabo l s 8. ue sobre ri . • 1 inistro, 'xR Á DM Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. )letín 1\i:ilitar de Colombia '-- 327 _J Doctrinal Mr\ U IJ P R L E IJ PREPARACION COMPAÑIA AL COMBATE "POR F,L GE ""ERAL DRAGOMIROFF ConHntía Pr ución para el combate: no reforzar la cadena sino en caso de nece idad urgente ; no olvidar nunca que al reforzar la ca­d · na, tanto má de ilita la rcser a; y que sin reserva, será bien difícil triunfar cuando se llegue al cho ue decisivo. Por esto, en una ornpañía que obra separadamente, aconsejamos que se co­Jnienc · por no en\·iar en cadena sino cuando más dos e cuadras, ando n .. nc cinco pa o á cada hombre por frente. En o-en ra1, 1 que enseña el empleo de cadenas muy densas en tiempo dt.: paz, ·ontrae 1nalos hábitos que transmite también á la tr·o a r ra tiempo de guerra porque es el más seguro medio de queda r muy ronto m reserva. "'n on .jo más para el combate : enseñar á los soldados á que no a u e n nunca in orden, mientras stán en camino ; acostar e e f:ici) · pero levanlarse1 eso es lo difícil. 74.-3.. . .. ER. Df: ECIBIR u .. - ATAQUE DE Ci\BALLERÍA-Para en­SC'" ñar á h)S tirad r<:>s á replegarse en presencia de un ataque de caballeda n tcn·eno d scubierto, 1 jefe d compañía envía al Co­mandant de la cadena el aviso de que sobre su flanco derecho ó izqu· rd 6 . 1 r su frente se proxima un ataque de caba-ll ería ~-. ~1 on1ancl nte ele la cadena ordena á los j f s de sec-tore méi am nazaclo que e preparen ara el ataque; lo que con i _ t,... ~ n n~ unir los tit·adores por escu dras, si e encuentran en terreno descu l ierto. Pero esta reunión no tiene ninguna razón de ser i lo tir o ·es ocupan un terreno cu ierlo 6 cortado. La ad\· rtenc1a d 1 jefe de compañía consiste iempre en la indicación del objeto ue él tiene en mira; lo mismo sucede en cuant al jefe de la cad na. Pero el orden en que han de dispo­ncrs _ la escuadra leb , al contrario, dejarse siempre á la inicia­ti •a lo que ejecutan las órdenes inmediatas. r esto, nunca hay que dar a viso como é te: "tal escuadra replegarse, ; ino : " robre tal lit~ neo haáa tal punto, ataque de caballeria., En las manio­bras de doble acci6n ada jef de sector, sobre la cadena, debe tomar sus medida para sostener un ataque de caballería, sin es­perar orden ni aviso. ara mayor claridad seria mejor encargar á un oficial mont:1do, que vaya ealope hacia la cadena en la direcci6n que se supone el ataque. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 328 _J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. in Milit r le '- 32 -' fá il mpl ando lo a re-hac r alt . rrcno1 de v ntan hacia ntajos para s á las dcfen- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol tín Milit r de C l 1nl ta '-- 330 _J evitar ocultarse á inmcdia ion s de d f nsa que ala por jempJo con t·amas, que en 'ez procurar una permit~n apre- )} S. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. S G o1 tín E ílit r de Colon1bia '- 31 _J LI H arrram-(6 de .fulto de I809) oncluy POLEO N .jército se xti nd p r la llanura y forma una larga 1- gua paralela á la e los au triaca , y avanza en r en hiriendo el air con u onata . Da out á la de­ena á la izquierda, Bernadotte y la reserva n el cen­uardia la o-uar ia y 1 s coracero . obr 1 alas, el rue o d 1 caball ría: ragone , cazadores y hú ares. n el fren­t de las tropas) la rtill ría ue di para marchando. De este modo se a van:t á pa o d carg d sbara ando á la ba yon ta 6 · cu.chillando á 1 s ret- uardia - nemiga cuando se logra darles lcance 6 cua 1do e ncue ntran á nuestro a o tomándoles a í mi­l de n 10neros. 1 5 de Julio or J mbardeamo en toda u e4·ten-ión la línea d la al ura ram .. A la ntrada de la noche, un vivo fu go de fu ·¡ ría e talla en el centro y marc rojiws e la parte de la penum ra : son lo ajone de 1ue tratan tomar e la al ea f rtificada de \ ' agram. echaza-c. lo por Yiolento fuecr de fusilería nuestr nue o aliados son arrojado al Rus bach, en donde v rio e icnten a fi.·ia os por el bar·ro, y se disp rsan en la o e ri a , pr e er ad ro pá­nico. Pronto el ruido de la fu il da y lo grito d lo combatiente calman y e e.·tin uen. Esta di p r ión e pront mente reparada. la cuatro de la mañana el 6 Julio día para iem re memora le 1 fuego comienz primero á la ler eh de los aus-ri cos, d rklaa ill anubio, y á l der · cha de lo franceses. El rchidu ue Carlos, tomando una r solución atrevida y aun temerada trata de flanquear nue tra izquier a con l fin de cor­t rla el anubio. P ro de te 1 do e tá la sena y no hay que es­perar que él e deje arrollar fácilmente. El intrépido 1ari cal, com­pletamente maltrata o or una caída reciente de á caballo, se ve lig-ado e mo l\.faut icio de a' n Fontenoy, á dirigir sus tropas acosta o n una carroza de cu ierta que sirve de punto de mira á la r illeda enemiga, y n contorno de la cual llueven las alas de e ñ6a. :-n • r ' 1 cci6n e torna general obre t inmenso frente de tr · legua á lo 1 rgo del cual trescientos mil hembre y mtl cañone comb ten. Lo dieciocho mil hombre del Duque de {yoJi luch n larg iempo contr l ala derecha austriaca, fuerte de sesenta mil hombre ; per por último, brumado por el nú­mero, e v n obliga os á repleo- rse. 1 Archiduque Carlos llama entonces en u au ·ilio á Jo grana eros de spre, los estimula con su palabr y pone á la cabeza de ellos para dar el golpe deci-i o á nuestr infortun a la iz ui rda. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia L 332 .J 'apole6n llega al galope, montado en un caballo persa de~ e .. traordinaria blancura, y avanzando más allá de las tropas de nuestra ala izquierda, recorre ajo una lluvia de balas de cañón este terreno, abandonado por Massena. El cañoneo n este mo-­mento ha tomado las proporciones de un fuego de fusilería. Todos temen por la vida del mperador; todos se apresuran á rodearle · para defenderle con su cuerpo; pero él, in preocuparse del peli­gro, sin prestar I menor atención á la innumerable balas que vienen á rebotar ha ta en las pierna de su caballo dicta con pres­teza sus órdenes á fin de desbaratar el centro nemigo y para cor­tar en dos e1 ejército au. triaco. Ante todo, pretende despedazarlo con Jos fuegos de su anille­ría, y pide en alta voz que vengan Drouot y la artillería de la guardia. Drouot 11 ga. ' Diez mil alas l dice, y aca ad con las masas austriaca que están enfrente de vosott·os.' Luégo Napo­león corre á situarse n me i el peligro. Al fin llegan l galope y haciendo tem lar la tierr lo sesenta cañones de la guaf"dia · á la cabeza el r .fayor de bovill , arrogante con su uniforme azul con bordados de oro. Lo cañone , on arra trado orca allo , á los que los conductores de artillería, de uniforme azul celeste y de chacó, azotan con toda fuerza y los hacen altar por ~ncima de los sembrados. ras de e ta rtillería acuden cuarenta cañone más, franceses y bávaros. El ilustre Drouot, á una eñal del ~ mperador, e coloca de ufa, y los cien cañones que coman a vienen á alin arse sobre su espada. En un in tante comienz 1 má e pantoso fuego d cañón de que haya habido memoria en nuestras largas guerras. En frente de nosotro ha tomado posición una doble línea de deberán quedar en cada uno de los puesto que guarnecía la primera línea unos quinientos hombre que ope­rarán contra los que hubieren escapado de la persecución de las columnas; debiendo, aun cuando no hubiere novedad, recorrer su frente á retaguardia y las medias distancias laterales de su posi­ción pa1·a obs rvar cualquiera partida que quiera organizar e ó introducirse de Francia poniéndo e de acuerdo con los puestos inmediato á u respecti os flanco . Dichos punto deberán estar fortificado en todo ó en parte, para precaver á la tropas que los guarnecen de cualquier golpe de mano. Ll gada la tropa de la primera línea á Olot y á Urgel, marcharán entonces en línea divergent . dirigiéndose las briga­da de lot á Gerona, ich y er a; y la d l rg l á Sol ona y remp para arrojar obr e ta gunda lín a á lo nemigos que hubiera llevado or delante. E ta operación . como e comprenderá tiene por objeto desalojar á lo dü.idente de u · gu rida , forzán­dolos á bajar á los llano y ponerlos en Ja nece id d de batirse en ello ó n parajes de cubierto . Luégo que las tropa Jlecradas á lot y "rgel emprendan la mat·cha obr la egunda línea las de é ta e dirigirán á su en­cuentro á .fi~ d strechar la di tancias, procurando coger á lo montemoltm ta entre dos fuego ; pero en el caso que el grueso de Jo enemigo penetre por et.tre lo_ claro de Ja egunda Hneap Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombi ·- 337 -' co a muy difícil y la tropas de la se un da 1 ínea na por la carretera ue conduce á B re .-Irich y rano11ers ; la de Vi h ohr olsona obre Cen·era } la le Tr m das i e con iderase ncce ario con !~·unas uerza d primera líne , que deb n qued r e ta i nada n 1 punto ue ocu aban la de la seo-unda para acudit· á donde fuere necesario bien hacia el interi r 6 al e.·terio1· del Princi a o. i lo enemigo , como e p1·obable 'vel' en por medio de una contramarcha á los pue to de dond han ido arrojado las tro ­pa de la primera línea, t n luego mo lleg u e á su noticia este movimien o contramarcharán tambi' ha ia u pdm e r e tación en pet'secución e los di identcs dan o avi o de te m vimiento tanto á lo acantonamicn o de la segunda 1 ínca y á los que qu - aron de guarnición en lo punto que ocuparon anteriormente omo á Jos de su re en~a, á fin de que e ta tropa qu e hallan desean da , procm·en mol tar á lo enc•migó ha a la l1 gada de la columnas en 1 e ración. Bien dirio-ido e to. moYimicntos, co-ura la destrucción de los montemolini t pue les será impos ible vol" r á emprender una nue ·a marcha, en hufd de la t1·opa qu tan de cerca los aco an. i por el e ntrario los di id en te ~ no contramarchan y e co­locan entre la primera · la cgunda línea ·on perdidos in t·eme­dio alguno. El mis o r·csultado y on 1nayor ,. ntaja e ob­ten t~á si lo enemigo reba an la segunda línea por alg-uno de us claros diricri~ndo e hacia llí o ·al pue en ambo ca o la cción de fu _rza que pod . rno pJ ·g-ar e dobl y su r o ición desventa jo í ima pues han 1- a ar á los llano donde podemos tJponede la acción d la cal all ría de que los montemolini ta carecen. on1o en l guerra d e e ¡. ren~nit· e ha a la co a má in ig­nificante, pues lo que parece de prcciabl u 1 hacer abortar e l plan tnejor com ina o, y mo pudier uc"'der qu Jos montemo­Jini ta , acosados en toda la direccione encuentran, trata en en u dese eración l or un movimiento de flancf . . marchando brc \ra ón ó falen-cia, la tropa d tase I itanía ·en ¡·ale· } a a inutilizarl . este recurso, se apro.·imat·án á la fronter de Cataluña impidiendo 6 dificultando la incursi.ón mi ntr ll ega n la tro a deben marchar en per ecución d los fuo-iti \'OS. Está por dem advertir que en ta da le g·ucrra, rná que en otra alguna, un e ionajc activo y bi n or anizado contribuy de manera eficaz al lo r·o y buen r sulia o de las o¡ eracione . La 1 ondad de e te 1 Jan n re!>la 1 ~eo·uridad, que i otr fues nuestr posición social y en Jug·ar de un uniforme de j fe subalterno vistiéramos el d eneral, no titubcaríamo en a egu­rar con nuestra cabeza l Gobierno y á la nación entera, que á lo TOMO I-22 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1 il it~r de Colon1bia '- 338- dos meses d e principiar la opcr- cione., btendríamo la pacifica­ción absoluta le Cataluña á pe ar de que en lo contrario tengan interé influencias e.·teriore . --- ~ IN ~ OR I~ SOBRl~ EL, EJERCI'f ( ontin 'ta) Cuando un ofic'al tt~a n Jos dormitorios de la compañ ía, el Sargento de Día sal · inmedi tament á !:>U ncu ntro y le da á co­nocer el núm ero de lo h m br~..: [JI" ente , así com la naturaleza de su ocupaciones. Cuando St mand él los soldados á algún ser­vicio, vela por que partan en l momento deseéldo. 1 fcldwebtl da cuenta de la salida y entrada de cada destacamento ú hombre aislado, &c. El gift eile dt día s el subordinado in me liato del Sargento, quien le emplea en las di ver a circunstancia en que su presencia no sea n ecesaria. También es -. st gifrcile · 1 que tran mitc al ar­gento de Día las órden<.. d 1 fe!dt ·e/;d, y irv , en cierto modo, de ordenanza á e te último. L t' encargado, ad más, de comuntcar en tiempo y lugar á lo~ oficiales el pt·ogr m~ d los ejercicios d e l día d e copiar la orden e.n el libt·o d tinado á e te ftn, y de enviar al correo por la correspondencia de la companía. este número de indi \'iduos se reduce todo el personal en­cargado d e asegura¡· 1 en·icio intedor y la policía de los cuer­po de tropa· puesto que n deberá compr"nder~e bajo este título á los soldado de et·viciu d~:.: cu rt ler (.\lubn-du-Joto) , que son cuotidianamente designado pe r la limpteza y ra poner en orden los local es ocupados por Jos hombres. Bueno será decir tarnbién que 1 hecho de estar de d/a no dispensa d e asi tir á ninguno tlc los jcrcicios 6 in ·trucciones del día · los cuarteleros no e tán má exceptuado que los otro , y cuando la com añía al ... del cuartel e tan blit:;ados des pué de haber cerrado la pu 1·ta d su dot·mitori á entregar las llave alfeldwebel. El S á re-.·clar 1 instabilidad de relaciones internacionales y á mo trar toda la gravedad d e situación. nte las nue\·as pretensiones de rusia, nuestras r e - • inario entre lodos. En una picz l>ufa ca.usaria un éxito prodigioso de hilarid ad. 'uando se piensa que fue m ·iado á Franci . 1 principio de una guerra cuya gt~l\'edad excepcional no ese. paba á nadie, e enciende el rostro y la c6l era se · podera de uno. Hé aquí el despacho: Coural J~!rdul, en l.t gzurr(1-Part . Bclfurl, 2.1 de Julio de 187e 8 h 55 de la ma 1ana. u H · 111-!gado : B e lfort; no h encontrn.do mi bnga a, ni al General d e División. ¿Q ·é debo hacer? l T o sé c.l6ntl •-; : n mi r ~ilnicntos.'' ¡Xo sé d nuc están mi rcgimi n o . 11é ahí á un 'cner:\1 que se envía contra el enemigo, y al al no le f. lt sino n:l. co_ t, kL tropas que debe man­d, r. Verdaderamente se cue c;o ~ r al lee r •. l cosa ·, '\-' el p ·n amiento \'Ue l v e involuntariamente á lo ti· 1po >n qu·c se.: e nl ba. · obre S bise. después de l a funesta batalla de Po lJach, aquella e ¡la tn co1 o ci a. . ubise, exclamo, la lintcrn::t en lz. m n , h bn c. mucho, ¿dónde dia - b l os está mi ejército 'f A;er no m· , 1 or la t.l ·ti't. na, ahí est·th:l. ¿Pcr lo han to­mad J, ó lo habr~ Y? perdí '! ; ! yo pic:do .tollo, :?y u 1 atolon~rarlo; p:ro e¡­eremos que e te b1en cbn, qu e ·crl m ·s cuales nos alegraba mucho. "a no e tábamo ntnstecidos con el a pecto lúgubre de las ocas completamente n g•·as ue rodean la llanura de Bogotá; al 0ntrario, por todas pat~t s descubríamo cañadas, montes fértiles e sas situada en medio de.; platanales, la Yerdura de los cuales, ar1 grata á la vista, resalta admirablemente sobre el verde más intenso de lo bosq11es. En medio del placer que este espectáculo nos causaba, vimos n di gust ue se ocultaban la cimas de las montaña envueltas pm- las nubes que b jaban con rapidez hacia los lugares en donde s convierten en tempe tad y en lluvia. or e to hicimos apresurar el paso á nuestra cabalgaduras. l internarnos en los bos ue pantanosos que sombrean el admir bl alto d . 1 e uendazna, los caballos vini ron á er inúti­ks; los amarrámqs á los árbol e . Bajámos o teniéndonos en un palo, por los senderos fragosos ue 10S carboneros hact!n formar los bueyes que arr stt·an la leña que van á ' nd r á la ciudad . Se oía el sonoroso t·uido del sal o no s - ,·cía nada. De pué de largas vuelta , caímos en la cuenta de qu estábamo extraviados; nadie se encont.rn ha por ahí at·a indicarnos el ·erdadero sende- En lo alrcdedore~ e han encon rado hueso fósiles de elefante. e Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín Iilitar le Colon1bi' \._ 352 _J ( Conlüuía) tra Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 11

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 23

Por: | Fecha: 07/06/1902

ERIE III- TO.:'VO 1 B- o-otá . 'U.JfE/\'0 MAYO 23 E 902 T etoT registra con dolor e l fallecimiento del señor GE ERAL añadas militar que á su probado y reconocido va­lor unía la humildad del cor zón, esa hu­mildad que tanto engrandece el alma ~ :: ... : .... ,,,:;,.;.: ::. :;.: :::::"::.:: .: :::: ..... :::: .. : ¡ ... ' ... :. :::::::::::::: .. .,, ,__-,,. :.~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militart de Colombia '- 67.4 -' - Oficial ~- DECR E T O NU11ERO 857 DE 1902 (MAYO 24) sobre honor'-=s á la memor ia del benemértto General D. ! lanuel D. Cañadas El Gobrern() de la Rrpúb/1ca de Colc mbia, lamentando la muerte d 1 abnecrado erndor de la cau a conser­vadora, r. eneral D. 1fanu "1 D. añada ocur-rida en Tocaima e l 23 del actual ; in crpr tan lo 1 ntimi nto d lo i <.ladanos amant s de la Patria y de nue tra in titucione , y nndi ndu tri-uta al mérito del dístino·ui o tr1ilitar ue _iguió sin ·a ilación el camino del honor, DECRETA ld j Y n :r _n I-al n Jef añada . á la con!>idc.: ra ión d" su on- El M inistro de G u e rra, ARxs·H o.tts FERN Ároxz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 675 _~ DECRETO fER 762 DE 1902 ( 1A\O 9) por el cual se hace un nombramiento El Fí'cepre stae11 /e de la Rej)/íbHca, encargado d, l Pod,r Ejecutivo, D I-:C R. J~ T A me. y pu Iíqu•- Dad Iayo d I902. J E L ~ ·uEL 1!.\R .. 1 1 Iinistt·o e u rra un . · F1.1. •,\ .. •oEz . DECRET ·u .. 1 ~R 773 DE 1902 (l\1\YO 9) or el cual e conficr un ascenso OQUIN El v·c prc.s/d nle de la 1\'t!JIIíbl C.·a t Jcargt do dd Pode, .Ejecu/ivo, n E ET Artículo único . .t s ié1 á a1 itán al T .. niente ilvestre Otál ora. Co uní u Dado en B g ·á á EL MAR O Ul 1 1i istro de GuetTa ERNA. Dl~~ DECRET 1 UMERO 77 1( I YO 9) E 1902 , no conocid ante por los enano , es decir los hom re , form p r un en illa ura de 10,68o pie (3,255 metro ) o r el mar. á la que p r erecho de con· u; ta usimos el nombr d~ S nta GertrurlL, en buen ca tellano católico, con o-rande aceptación por arte de los habitante . D a ima d ~ nta Gertru i baJámos in mayor dificultarle hast Pasto á 8,500 pi s (2.591 metro) ituado á 73·7 milla_ (1 18.6 ks.) de Tul­cán y á 231.3 (372.2) de uito. Con!z'núa LA cr CIA ILIT R EL e ·F ·I E -erAs n •L coR ·EL ?\lA vÁ PR LE Ó 1E S DEL EG CIÓ ... AÉRE CResum n an entone lo m dios d propaganda y niv ladón inte-lectual que hoy divulo-an 1 onocimiento . A¡.~/ caciotus m:ldares imag ·11ada , por d 1n1 ntor- 1 claro en ten­di mi ~ nto d 1 pa r Lana no caparon lo im1 ortant ser\'icio que al orli:L AT LLO~ Cfmuuciuo para •1 Boütín Jlfslitar) ( • 1 linúa) p ; d punll sld difu1 ido por DE D.\TAL. Ó •• alaqr de . -2. ObHcuo á la z"zq ui r-all rí tá á 8oo paso : t. {e-la ·,.,qu1úda.-3 . ./!,, calonu ti la • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. --2 3 4 __ 22. i n unión, uede 1 2 3 4 Bole in Militar de Colom 1a '- 688 .J caballería rebasa 1 for.maci6n enfrentan á lla. hay u afr ntar .. un taque n columna a' que e trcchar compl ta- . y i la irección d 1 ata ue s o licu l y _ ald . n a- 2 2 3 4 ; C- OL 1-fNA DOBLE ue la columna d bl no sea sino una formación de ncontrar e sin embargo expuest á un ata ue ines- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín i lita r de Co on""tbic.t '-69 J 7.a ~ roo TOMO I-.(4 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 6go-' tercera compañías, desplegarse detrás de ellos. ólo los primeros . ponen rodilla en tierra. En cuanto á lo pelotones d cola, después de desplegarse en conformidad con los mismos principios, e mue­ven en escalone : los de la rimera y la segunda compañía á la izquierda, los de la terc ra y la cuarta compañía á la derecha. e vuelve al batallón en masa, al formar Jos pelotones por el flanco, y conduciéndolos por el camino má cot·to á su puesto primit1vo, ó tam ién por im les conversione . e puede también dejar la dos compañía.s del centro en co­lumna por 1 flanco, y cont ntarse con formar la compañías de los extremos n columna contra la caballería, 6 en columnas de pelotón en calones . E ta tl.ltima disposición es mác; sencilla que la precedente, en cuanto á ejecución, pero da menos fuegos. c~lllimí BATALLAS D _.l_¡ SEGUr DO IlVIPERIO Traducci 'n del fraacé para el Bo'dfn ~ fzltlttr Inkerman (5 de Novümbr' ele I85 ..¡.) (Continúa) Nue tros tir dores no e lo hacen decir dos veces. Lanzando su agudo grito de u·ou ! v·ou .' que domina el ruido de la elea y va á sembrar el e panto entt· · lo ruso , parecen u traet· e de la tierra y volar al pacio. provechándose de las sinuo idades del suelo, corren a presur·adam nt á la mal za como pantera , para de allí caer con la rapidez del rayo sobre la presa que han e co­gido. diría, al erlo , que eran una manada de leone furiosos. Las balas d los rusos no encu ntran dónde herirlos. Desapare­cen, vueh·en á aparecer se acue tan se levantan. Dotados de extraordinaria gilidad, más bien altan que corr n, e preci itan sobre los mo covitas espantado por u feroces alaridos. E to , que en la atal1a del lma apellidaron d/ablos á nuestros soldados, no saben ya ué nombre darles. Ante t carga inYero ímil el ejército enemigc e estremece y scila. Con el fin de comunicar Yalor á sus soldados, el Coronel Wimpffen avanza mucho y llega el primero junto de los Apotes grises. Repentinamente se e rodeado d ruso · pero antes de ha­cer uso de su e pada e Ye libre; á u lado se encuentra un tirador que gesticula· tres cadáv res enemigos están en tierra. Nue tras soldado e han lanzado en fecto ontra lo rusos, han ah•ado á nuestro Coronel á bayonetazos, é iniciado una e pantosa lucha cuer­á cuer o· aprostrofando á sus adversario , burlándose de ellos 6 injuriánd :>los á la manera d lo. gue re ros de Homero, les repro­chan que no les den tiempo de escupirles la cara. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ~1ilitar de Colom bi~ \._ 6gt _; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. oletín f\iilit r de e lombia L 6g2 _!· para nue ----= H · s toria==== - 1) I L · e A E POR L . A _JAG 'A ( Tr. u ·i.J y a r ' . do d 1 fnncé · • r. el B()ütí11 .1 ilrta1) ( C o:llinú~) 011/imía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol(:tín 1\ ili tar de Colom bi \.._ 6g3 __.) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. f Boletín Militar de Colombia \._ 694 _J os, e l corazón oprimido, e] alma emo-consi er les es­bo u para to-a-obre nuestros pa­pi ió algunos pa­dc este sar ento fi .rura br nc ·ada, ~u actitu marcial, todo arma ur de un nue tt·os je­pod 'ts jun­er li a; uedao con Conllinía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1-II TOI L Boletín Milit r de Colon1bia \:._ 695 _; Variedades 'ersión libr p r. el Bq/tfm Afsltlnr} ( ·oncl uyc) U IU -- T Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia --6g6_J isla de E1 a. Hubiéra e dicho que e r a un monarca que entraba triunfante á u corte. Hasta e l cielo par ecía qut: se asociaba á la fe tividad. En el firmamento e l sol de Au terlitz. En el aire mi­llene de strellitas de hielo que a l caer irisaban el suelo y el ca­rruaje. Por puerta de entrada, e l A rco del Triunfo! Por cortejo lo r stos d 1 antiguo Ejército mezclado con Ja glorias de la nue­va En lo ln\'álidos e p raban al vencedor todos Jos poderes pú­blicos el Ejército, 1 arlamento, la Magi tratura, la Universidad, las Acade:nia , todos de g¡~ande unif rme que inclinaban ante el fér tJ·o la flor Francia libre . En fin, para coronar esa jornada de apoteo is el Requiem de !ozart cantado por los más ilustres ar­tistas de Parí ! A las cinco todo había concluído. El bril1o y el ruido de esa fiesta triunfal se extinguían poco á poco, y á la oración, cuando l silencio y la noche r cobraron el dominio de la ciudad había en lla dos Reyes de Francia : uno en las Tull rías, otro en los Invá­lido . • • * De 1840 á 1848 Francia fue conmovida por un malestar sui génen que Lamartine caracteriró con una frase profunda : Francia se aburre. ¿ ué Ja fa tidiaba? T nías d de gloria, hambre d ba­talla y a nturas de p rtada or el O"ran Regreso, que había re­movido hasta el fondo del alma nacional todos sus fermentos de bélico ardor. El Rey re~istía con todas las fuerzas de la convicción á esas agitaciones que juzgaba mal anas y peligrosas: se complacía e oírse Ha métr 1 Nap león de la Paz. Entone s, de 1845 á 1847 aparecieron los primeros voh'im .­nes dt.: la IIistor/a del Impeno, por Thiers. Nuevo triunfo para el Emperador! llí refulO"iÓ no ólo el guerrero ino el rgani?.ador el administrador, 1 1 gi lador; allí se xtenclieron ante nosotros con todos us d .. talles su o-rancl c1·eadone ocia] : el ncor­d to, la nJven:,id d 1 CódiO"O ivil, la reorganización de la Ha­ci nda. Y no sé qué d e ver y de grave e añadía á u gloria fen· scen e . El n..:cucrdo de su dP poli m , ya no ufrido se ·clip- 0 ant su en i io ue aún e di frutaban y la refl e_ iva admi­racióJ de cenknar . s e íritus erio , e unió poco á poc al n­tu ia mo de lo ap 1 nado , cuando stalló la evolución de "e­brero. ¿ ué parte tuvo él en ing-una, me arece. ~ n verdad na ie hi7.o la revolución ebr ro. Ella se hizo. ¿ ómo? ¿Por qué·? Hay en Jlo un mi tcri que p rmanece inexplicabl . e c om fuer , una ez r alizado el suceso una e¿ derroc' do 1 tro­n 1 t rrible hué p el de lo Inválidos entró en scena y tomó ar-e en los acontecimientos. Cuatr~o sucesos que recuerdan sus vertiO"inosas campañas de Italia, cñalaron su intervención en nuestra historia. En junio levantó el de tierra á su sobrino. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín ilitar de Colombia '- 697 _J re idente de 1 Re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colotnbia '-- 6g8 _, bierno imperial, y terminó en una condenación total. Entonces se vio 1 ctáculo me paree qu sin igual, de una memoria ilus­tre qu descendía en la opinión gra o por grado, como había cre­cido. ~n sos momentos e talló la guerra de r 70 · este fue el úl­timo gol e. La respon abili a de nuestros de astres cayó obre él. Nuest1- ai }amiento en Euro;>a, el odio implacable de Alema­nia, el abandono de Rusia, fueron considerados, erradamente se entiende, como otros tantos leo-ados de su política nefasta; edán fue para 1 un segundo aterloo. El tío había coronado al sobrino; el sobrino descoronó al tío. El papel activo del Emperador pareció terminado para iempre ese día. Error . Desde hace unos años el terrible muerto ha resucita­do por la eo· unda vez; v 1 rió á entrar en escena · jamás ha sid tan pode roso. Ha r e con ui tado á Francia. En nmer luo-ar se fo1·mó toda una literatura napoleónica; volumen sobre volumen se acumularon y acumulan aún para contarno su infancia, su jl:nentud, su familia todo Jo que con él se relaciona y e to no sólo sm fatio-:tr al público, pero hasta sin saciarlo. El tdbillo de la canción de B rauger: ' I-I 'blanos de él abuela háblanos de él · se ha conv rtido n rito univer al. Ha ta la mujere in t1·ufdas se han incorporado á ese pueblo de admü·adore . n ino-Jé , un ilu tre hombr d E tado, e ha h e cho su apo logi ta. Jl Emperadot· e l maní 1o proclama el rimer e ner l J 1 mund * la fecha má~ que una adoración, es un culto. en vano nosotros, Jos ar-tidarios d cididos de la liberta~y de la ju t1cra, prot tamo contra e a apot osi , puesto que su ac­ción e ejercita hasta obr nosotros mi mo . Ese prodigio nos turba y tene mos que dccirno con pena mezdhda de admiración: 1 Ah. í con tal irnpedo obre la alma ese hom r hubiera teni­d? n sus venas algunas gotas d ]a angre d Vá hington, qué _.rancia tan ~rande nos hubiera dejado por h rcncia ! ER 'F TO LEGOUVE ' e 1 cademia Francesa) S DRÉ.:> F .. PRO I E CI La e ueña alandra ccr l viaje d e A pinwal, n que alímos de la Ilabana para ha­lón, ha ía atra,·e ado ya el canal ce F. t.: juicio vino respaldado por la notab'e br'l. del General a!E>mán ork de \! ia de lo bosque e caucho, palo campech , more1·a, palo del B•·asil dividí vi &c. la re­gión m"l ad cuada pat·a. e to · 1 e lo Estado de Bolí at- y cl 1 Magdal na. A uí e encuentran Jos mejores elemento p ra la e - loniLadón ~.:.. e la inmen as y fértiles tierras que pr dt ccn 1 fruto trvpicc 1 lo5 nume¡-o o y mat nífico dio d e munica­ción por ao-ua, y ja n.>. imiclacl el 1 mar, ue min t·a lo ~;a . lL de viaj · de lo ·mih"rant · y facilita la xportación cl lo f¡·utos e eso raLa jo . '5lo los i tado~ de B lívat- y J Iabdal · na onti - nen m' de tt· millone 1 h ctárea le ten-enos baldío u e p­tible 1e pr,o ·- chosa coJonización . En nai opinión un plan exclu i ·o ara 1 cultivo del r )dueto no es de desear .. ería mejor con ·enir n una combina i n ; de manera ue lo migranl pudi en. por un' parte, aclimatar e fácilmcn e, y f ¡·mar entro de población, con todos los roclucto:s ncce arios para la subsi tencia propia de la colonia · y por otr.a. que llo5 pu ie en ir a reciando las dif r n ia d clima, de ma­nera que lo pusie e ·n capacidad d obt ner n la tierras alta m u ho café y gran , com 1 d an · y n lo 'alles ardiente algo 6n tabac , aña de azúcar y otr frutos tro icale . Para llev r. á cabo tal proyecto con todas Jas ventajas po ibl ~, no Ya­cilo n acon jar u la it rra N e ' ada de anta marta d bería to­marse al pro pi tiempo omo ba e para la colonización. En segun­do lugar debería ocuparse la ierra de yapel., ituada entre los vall del bajo Cauca y 1 río San J orge, y también e l de Lorica, que se xtiende a l ur á lo largo del an Jorge y d el Sinú. En tercer lugar, las montañas d e O caña., de R em edios y Ma jagual, que descienden al l'v!agdale na.- Conb1uía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 23

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 24

Por: | Fecha: 14/06/1902

General d Jngunieros Mlombro d vorie~ Socl de.de• l~ntífic • DECRETO UMERO 834 DE xgo~ (MAYO 21) por el cual se hace un nomb1 amiento El Vicepresidente de la R epúóltca, eucargado del Poder EjecuHv,, DECRETA Artículo único. 6mbrase al Sr. Emiliano ánchez Comisario Pagador de la ro.• Divi ión, que comanda el General Manuel D. Cañadas en reemplazo d e l r. Jesús Gaviria R. Comuníquese y publí ue e. Dado en Bogotá, á 21 de !\fayo de 1902. JOSE MA UEL MARROQUIN El Ministro de Gue rra, ARISTIDES FERl Á.'lDEZ DE CRETO NUMERO 874 DE 1902 (~tAYO 30) por el cual se hace un nombramiento El Viupresühnle de la R epúbltca, encargado del Poder Ejecutz'vt~, DECRET \ Artículo único. N6mbrase al Cot·onel Julián Cabrera j efe ('e Estado Mayor d la Columna Jorge Velez, que se orgamza en Zi­paquirá. Comuníquese y pubH uese. Dado en Bogotá á 30 de Mayo de 1902. JO E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, ARxsTIDES FER ~ÁNDEZ TOllO 1-47 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 738 __./ DECRETO U ERO 882 DE 1902 (MAYO 31) por el cual se ll~ma á varios Jefes al ser ·icio activo y se le destina El Vtcepreszaente de lq Repríbl/ca e11cargado dd Poder E.fcculzv~, D CRET Artículo único. Llámase al sen·icio activo á los siguientes Je­fes y Oficiales, y destínaselc. al Cuerpo de Ejército que comanda en la región oriental de Cunclinarnarca el r. General Manuel María Castro U.: Generales Simón Chacón y Juan N pomuceno Silva; Coronel Emiliano Matiz y Tenienl s Coroneles Belisario Rodríguez y Eu­sebio Ponce. Comuníquese y publi uese. Dado en Bogotá, á 31 de 1\lfayo de 1902. ]O E MA UEL MARROQUIN El Mini tro de Guerra, ARISTlDES FER ·Á ;n.az DECRETO l';lTh!ERO 884 DE rgo2 (lL YO 31) por el cual se llam á un Jefe al sen·icio acti\'O y se le destina El Vzeepruz'dtnlt de la Repúbl ca, U/Cargado del Poder E:;'ecuHv~, DECRETA Artículo único. Llámase al senicio acti ·o al General Clímaco ilva, y de ínas le o m J · f de 1 tad~ 1ayor g n r 1 del Ejér­cito d l orte que comanda el eneral I amen González Valencia. Comunique e y publí uc.se . Dado en Bogotá, á 31 de l\1ayo de 1902. JO E 1\L UEL 1viA ROQUIN 1 Mini tro de Guerra, RISTIDES FEn~ LmEz DECRETO 1 UMERO 885 DE rgo~ (MAYO 31) por el cu 1 se deroga el ~ Ttículo 8. 0 <.ld De<.;reto número 269 de 12 de Febrero de 1902 y se adscriben ciertas funciones Zl Vtcepresidtnle d~ la Rrpúbbca, ~~~cargado del Poder Ejecut1 ~,, DECRETA Art. 1.0 Deróga e 1 artículo 8. 0 d 1 Decreto número 26g de 12 de Febrero del año t.n cur o, que c1· ó Ja Inspección ¡reneral d~ Parques de la capitaL Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \,_ 739 _..J Art. 2. 0 Adscrlbense las funcione del Inspector general de Parques de la capital al Comandante lVIilitat· de la Plaza, y reco­nócesele un sobresueldo de trescientos pesos ($ 300) mensuales. Comuníquese y publíquese. Dado en Boirotá, á 3 1 de Mayo de 1902. JOSE MA UEL MARROQUI!C El Ministro de Guerra, AR.xsrmxs FERN~NDEZ DECRETO NUMERO 886 DE 190a (ilAVO JI} por el cual se crea una Oficina Pagadora de Fletes Ei Vicepresidente de la República, encargado del Poder Eje­cutivo, en usó de sus facultades y co. TSIDERANDO Que es indispen able en las actuales circunstancias facilitar el transporte del equipo armamento y demás elementos conc r­nientes al Ejército que e d pachen or el Gobet·nador de H n­da, Alcalde ele aquella locahdacl Jefes Civile y :t-.tfilitares de Gua­duas, Vllleta, AgualaJ ga y Facatativá, y J(:;fes del Ejército que obran n aquell.a región; Que la dificultad en 1 pago de tales servicios ocasiona demo­ras y trastornos en la pronta movilización de dichos elementos, siendo, por tanto, necPsario promover la mayor expedición en el pago de los ex¡.>resados fl tes ; y Que conforme al artículo único del D~cr to número 627, so­bre transporte (de 1.0 de Junio de 1901) puede el Gobierno crear una Oficina Pagadora de Flete fuera de esta ciuda:J, cuando 'o crea conveniente, DECRETA Art. 1.° Créase una Oficina Pagadore. de Fletes y tr~ansportes en Agualarga, á cargo de la cual estará cubrh· los fletes que se contraten por el Gobernador y por el Alcalde de Honda, por los jefes Civiles y Militares de Guaduas, Villeta, gualarga y Facata­tivá, por los Jefes del Ejército, Divisione y Columnas que obren en aquella vía, y por lo Comisionados especiales para el despacho de las respectivas cargas. Art. 2.0 Esta Oficina estará bajo la t·esponsabilidad de un empleado que maneje los fondos públicos que allí se depositen para atender á los gastos de fletes y transporte de carga de pro­piedad del Gobierno acional y de los Jefes y Oficiales que por orden del mismo Gobierno deban trasladarse al lugar que aquél desi~ne. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 740 _) Art. 3. 0 Para el pago del servicio de transportes de que ha­bla el presente D creto será suficiente formalidad la cuenta por duplicado que resentará 1 intere ado, acompañada de la carta de remesa que enviará la autoridad re pectiva que contrató el flete ; el recibo de la carga en el lugar de su destino, y el Pdgue­se del Jefe Civil y íilitar de Agualarga, 1 ara lo cual queda auto­rizado expresament . Art. 4.0 La sti ulación del recio de fletes la hará el corres­pondiente empl a 1 civil ' mililar or medio de dos peritos idó­neos que serán nombrados por los contratantes, y en caso de dis­cordia, fijará aquél un precio que guarde relación con el fijado por los expresado eritos; formalidad que e hará constar en la res­pectiva arta de remesa para el efecto del pago. Art. 5. 0 El Jefe d la Oficina presentará sus cuentas, que lle­vará por Cargo y Data, á la Intendencia general del Ejército, para que allí las incorpor n en las que de e rendir mensualmente á la Corte . Art. 6. 0 1 empl ado que se nombre pr stará una fianza per­sonal é hipotecaria por $ 20,000. Art. 7. 0 óm brase J fe de la Oficina Pagadora que por este Decreto se crea, al r. Jaime uerrero, con la asimilación de Ge­n ral de Brigada para los fcctos fi cales. Art. 8.0 Queda en e~ to tér·minos ref01·mado en lo que corres­ponde el Decreto número 627 (bi ) de 1.0 de Junio de 1901. Comuníque e á quiene corre ponda, y publíquese. Dado en ogotá á 31 de ayo de 1902. ]OSE 11A UEL MARRQQUIN El Minislr d uerra \RISTIDES FER.·.Á.·nEz DECRE'I' J. Ul\1ERO 888 DE 1902 (l\f.YO 31) por el cual se hace un nombramiet to El Vteepresz(/tn.le de la Rtplíbllca, encargado del Poder Ejecultvo, Dl':CRET Artículo único. ~6mbrase al General Antonio Roa Díaz Jefe de Operaciones en la Provincia de an Juan de Rioseco, con la an­tigüedad de 18 de los cOl-rientes para lo efectos fiscales. Comuníquese y ublí uese. Dado en Bogotá, á 31 de 1\1ayo de 1902. JO E I NUEL 1 RROQUIN El Ministro de Guerra ARlSTIDE FER -J.. mEz Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \__ 741 -' I FORlVIE DEL I~T 4J. TOE TTE G E. ~ERAL DEL EJÉRCITO (Continúa) lf~pública de Colomb/a-Inündencia Gtmral del Ejército- Secdón .J.• Número ... -Botroltf I5 de Abrr1 de I902 INFORME 1\:STADtSTICO DE LOS MATERIALES DE TI ADOS AL SERVICIO DE LA GUERRA D TR.A.ITE EL MRS DE E.~XRO PRÓxnro PASADO Arllculos pedidos á la Secdón I. A de la Inienduzcia Fecha Artículos Cantidad 1 Fecha Artículos Cantidad Enero 3- Alpargatas, co- 16-Galápago aperado... 1 rroscas, encerados y r6-Cargas carbón mi-frazadas. neral... .. . .. . ..... .... ... 10 7-Anteojo........ ... .. .. . .. r6-Petr6Jeo y esperma. S-Libros en blanco y co- 16-Lámparas... .. .. .. . .. 6 piadores.................. 8 16-Revólvers...... .. .... 2 8-Gálapagos aperados.. 2 1 ¡-Binóculo .............. . 8- 1ontura......... . . . . . . .. I 1 7-Monturas (2), ban- 8-Varios aperos. deras (2)... .. ........ ... .. 4 Id. íd. 1 7-Carga baúles......... 1 Id. íd. 17-Víveres. g-Ivlontura...... ... . . . . . . . . 17-RevóJvers ........... . g-Repertorio de Música 17-Montura aperada .. .. y papel de íd. r 7 -Media resma papel 9-Varios efectos. de oficio. g-Lámparas...... . 6 r8-Revó1 ver con dota-g- Capas de abrigo....... 2 ción...... .. .. . . .. .. ... . .. . 1 10 -Varios efectos. r8-Anteojo de campaña 1 10-11ontura aperada.... 20-l\rionturas aperadas. I ro-Varios efectos. 20-Revólvers con dota-l 1-Utiles de escritorio. ción... .. .. .. . .. . .. .. .. ... 2 1 r-Montura apet·ada.... 1 2o--Montura aperada... r 1 3-Revólvers y polainas. 2o-Id. íd......... 1 1 3-Varios artículos. 2o--Revólver con dota- 13-Binóculo (1) y lám- ción ..................... .. paras (3). 20-Utiles de escritorio. 13-Polaínas ( r), encau- 20-Galápago aperado... 1 chado (1) yrevólYers 1. 20-PeiniiJa...... .. . .. ..... 1 13-Utiles de escritorio. 2o-Revólver con dota- 14-ld. íd. ción ...................... . Id. íd. 20-Peinillas y d e m á s Id. íd. e 1 e m en t o s para la t6-Tornillos de o-arban- fuerza. zo para el armamento. r6 20-Montura aperada .... 16-Varas género azul... 20 2 1-Carga de arroz y 16-Lámparas y petróleo. de panela.. ... . ..... ..... 32 lQ-VariQs efectos. 2 I-Utiles de es.critorio, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 742 _J Fecha Artículo' Cantidad 21 -Galápacro aperado ... 21 -Id. íd. (1) y revól-vers (2)....... ... . ... . .. ... 3 2 I-Re 61 er con dota-ción ..................... . 2 r-Utile de e critono. 21-Faroles... ..... ........ 10 2 !-Montura............... 1 21- Re ólver .............. . 21-Galápago ap rad .. . 22-Rev61 er con dotación. r 22-Frazadas .............. 1,000 22-MontUI·a com leta 2 22-Petacas (par) ......... 22-Montura aperada... 1 23-Id. íd.................. 1 23-Galápago íd. y re-vólver. 23-Utiles de escritorio. 23-Montura aperada.... I 23-M esa ( 1) y tabure-retes (6)...... ..... ....... 7 23-Varios instrumentos de quincallería. 2 J-Monturas aperadas. 2 23-Revólver con dota-ción...... . . . . . . . . . . . . . . . . 1 23-Id. íd.............. 2 2 3-Monturas aperadas.. 2 2 3-Cla vos de herrar, @ 4 24-Galápago aperado ... 24-Varios efectos. 24-Rev6lvers... ......... 2 24-Mon tura aperada .. . 24-Id. íd.............. I 25-ld, íd.............. I 2 S-Machetes... .. .. .. .. .. 5 25-Montura aperada .... 25-Utiles de escritorio. 27-Monturas... .. . . . .... . 42 26-Banderas azules...... 6 :.:17-Galápagos aperados 4 27-Cornetas, cajas de guerra y andera . 28-Galápagos aperados 2 28-Id. íd ............ . 28-Id. íd ............. . 28-Varios fectos. 28-Galápago aperado ... Fecha Artículos Cantidad 28-Bayetón .............. . 28-Ut1le de escritorio. 29-B tines (pat·e ) ...... 120 29-Libt·os en blanco. 29-1\·lvntura aperada ... 2g-Utiles de escritorio y otros efectos. JO-Cornetas, cajas de gu rra y otros efectos. JO-Dos pol as y un jue- '"ro de libro . 30-Vario artículos. JO L:ímparas... . .. .. .. .. 20 JO- !untura aperada.... 1 30-Id. íd. y revólvers. JO-Vario aperos. JO- 1ontura .............. . 30-Id. aperada...... .. ... 1 30-Bayetones............. 6 30-Varios efectos. JO-Monturas... .. . . .. . .. . 40 30-Instru m en t os de quincallería. JO-Alpargatas y clavos de herrar. 30-l\1ontura aperada .. . 30-Polainas (par) ...... . JO-Montura .............. . JO-Utiles de quincallería. 30-Utiles de escritorio. 30-Encauchado ......... . 31-Banderolas para se-ñale .. ... . .. ... . .. .... .. .. 20 31- fontu .............. . 31-Polainas (par) ....... . J r-Galápago aperado... r 31-Id. íd.............. 2 JI-Polainas (par) ....... 3 1-Cla ·o de herrar. 31- íontura aperada ... . 3 1-Jd. íd... ... ........ 1 3 1-Id. íd.............. 2 31-Utiles de escritorio y monturas. J r-Galápago aperado ... 3 r-Lámparas y petró­leo. 3 r-Esperma,lli... ... .. . ... 4 3 I-~Iontura aperada ... . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colo1nbia \._ 743 _.1 BuHas puHdas á la &cció ~t 2 ... de la Inlettde1lcia Fecb Enero 2 13 17 18 21 Caballerías Bestias . .............. . Id. 1.• y 2 ........ . Id. I .• ........... . Id. I .• ........... . Id. 1. .. y 2.• ..... . Cantidad 43 2y2 1 I 4 y 3 Destino Nicanor G6mez. Arturo Borrero. G e rmán Cuéllar. 1\Iarcelino Duque. Félix Navarro. PROY~CTOS DR CO~TRATOS PA ADOS Á L.-.. SECCIÓN 2: DEL .MINISTERIO DE GURDA Fechas Artículos Cantidad Contrati -tas Enero 2. Bestias ........... . 2. Id ................ . 14 Rafael Pulido E. IO Adolfo M. Bni- ,, 2. Id................. 50 , 2. Frazadas......... t,ooo 2. Toldo de cam-paña............ 10 3. Mulas... ......... 24 , 4· Galá.pago apera-do .............. . 4· Toldos de cam-paña ........... . " 4· Juegos de herra-dura ........... . ,, 8. Galápago nuevo aperado ...... . ,, 8. Encauchado ..... . 8. Corroscas ........ . 9· Enjalmas apera-das ............. . , 9· Caballos ......... . " 1 1. Anteojo de cam- , 1 l. , 1 l. , r 1. ,., IJ. ,, 13. paña ........... . Encerados ........ . illas ( 19), ape­ros (68) y ga-lápago ( 1) ... .. Caballo ........... . Sillas sin aperos .. Encerados ...... .. 10 6oo 6oo 37 2 1 400 I 4 330 trago .......... .. Gonzalo García Het-reros ..... . Guillebaldo Ba-rrig ·a ........... . Enri ueta Gon­zález Borda ... Manuel A. Fe-rreira ......... . Vidal Pach6n .... Enriqueta Gon­zález Borda ... José . Ortiz .... Andrés Alford ... Enriqueta úon­zál ez Borda ... Aniceto Beltrán. Manuel García J. Aniceto Polanco. J. M. Rincón .... M."U.de Lozano Manuel A. Puyo. Luis Camargo C. alom6n Rojas .. María Parra ..... Pasan ........................... $ Valor 10,350 50,000 21,000 2,200 1,500 4,800 2,575 200 3,36o 629 goo 6oo 3,68o Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 744 _..) Vienen ......................... . Enero I 3· Toldos de cam-paña ...... .. . .. . , 13. Paño, yardas .... . , 14. Varios artículos .. , 14. Toldos de cam-paña ........... . , 14. Alpargatas do-cenas ......... . , 14. Aperos (62) y si-llas (2) ....... .. , 14. Alpargat as, do-cenas ........... . , 15. Mulas ............ .. , 15. Bestias ........... .. , I 5. Corroscas (doce-nas) ............ . , 16. Instrumentos de música ......... . n I 6. Varios aperos .. . , 16. Galápagos ( 3 ), binóculo (1) .. . ,, 16. Frazadas ........ . , 16. Macho ........... . , I 6. Corroscas ........ . 16. Reses ....... . ..... . ,, 16. Frazadas ........ . ,, 16. Id ................ . 17. Macho ........... . , 17. Bestias...... .. ... . , 17. Machos ........... . , 17. Alpargatas (do-cenas) ........ . 1 7. Aperos y o t r o s efectos ........ .. , 1 7. Bestias ............ . 10 rso 182 5 40 I 10 430 I, 193 10 943 430 Enl"iqueta Gon­zález Borda ... Gonzalo Fernán-dez ............ . R. P. Angel Co-lombo ........ .. Enriq ueta Gon­zález Borda ... Antonio Gonzá-lez Q ........... . Saturnino Posse. Aniceto Beltrán. AntonioGómezR. Isidro Calderón .. Roberto aJa-zar S ........... . Con ti Hermanos. Manuel García ... Manuel Puyo .... Roberto Salazar S ................ . Crisanto Cardo-so R ........... . José M: Cogo-llos ............ . Antonio Durán .. . JorgeQuijanoM. Honorato Landí-nez ............. . ara Z. de Jimé-nez ............. . t 1 Alejandro Ucrós 2 Quillermo P e - dersen ........ . 700 Aniceto Beltrán. Vidal Pachón .... 2 Arist ides García H e rreros ...... . 145,299 2 200 50,000 2 ~00 3,600 850 4 368 5,700 42,900 7,26o 7,2g6 1,551 40 2,250 10 105 700 6,561 so 5,500 19,427 8,g6o 750 10 100 2,000 16,800 3,130 2,600 Pasan .. : .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369,597 90 c~mfz'núa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1bia '- 745 -' Doctri11al EL ¡..-ERROC RRIL INTERCO~TI TENT L EN COIJOMBIA (Arreglado para el Boletfn J fibtur} (Continúa) Hay algo de terrible y aun de horroroso en la magnitud que presentan aquí las cosas bien que á menudo poco dicen á los ojos del intelecto. Si la masa de los gigantescos Andes se quisiera re­presentar sobre un globo de ocho pies de diámetro, apenas apare­cerían como una pequeña arruga con la vigésima quinta parte de una pulgada de altura¡ pero para el alma envuelta en carne y hueso y no acostumbrada á la inmensidad, esos relieves y hondo­nadas son á veces aterradores:' desafían al principio la pequeñez de la naturaleza, hasta que creciendo, con su crecimiento engran­decen nuestros espíritus hasta la altitu de Aquel á quien eón­templan., La familiaridad no cabe cuanto á ellas, y por lo mismo sus masas gigantescas siempre impresionan al observador: arriba, abajo, á los lados, por todas partes se yerguen cerros enormes. En los climas donde el hielo cubre la tierra, la topografía es más sua­ve; aquí expuestos á las incleme1:cias del tiempo y á la acción de los torrentes, se llenan de cañones y ten·aza . Vistas desde el Ga­lera, las explanadas pabulosas que lo rodean parecen extensa lla­nada que irradia á partir del cónico cráter, dilatándose con suave pendiente, apenas del 2 °t 0 al parecer en su remate y que mueren sobr grandes zanjones. En t·ealidad, la pendiente de esas faldas es del 8 al 10 °f0 . Desde que a vistamos el volcán, humea el cráter y lanza rui­dos siniestros: de cerca su voz es igual á la del mar que revienta en los acantilados. En la encrucijada de Téllez y á sólo 150 pies (46 metros) so­bre el agua del río existe una explanada que paree muy ade­cuada para edificar una población importante cuando se construya el ferrocarril : debería llamarse Porf1ria por un cono de e a roca, de 350 pies de altura (107 metros) que de lejos marca la locali­dad. Hoy la ocupan la cabaña, manga y platanera de un labriego ; pero con los puentes y camino nece ario seda ronto un centro importante de vida é indu tria en la región. En ]as florestas de los terreno bajos, los árbole , como en Luisiana y Jos otros Estado meridionales de la Unión se adornan con colgaduras de musgo tspaJ1ol (barba de palc ), que dan á los troncos un tinte blanquecino como el que deja la nieve al derre­tirse, y e parcida por 1 suelo, comunican á éste cierto a pecto polar. En algunos sitios todo el bosque, inclusa las enredaderas, desapa- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colorn bia \_ 746 -' rece bajo un musgo aterciopcla o, de color gris amarillento, como el de las cornamentas de los ciervos cuando se cubren de vello, lo que les da un aspecto n xtr mo m larcólico. íadera para el ferrocarril hay uficiente. La moras y 1 con' óh ulo nos han acom añado n toda la on·eda . Abunda una planta muy se­mejante en su aspecto á nuestro laur 1, una mela loma1 s gún el médico. La guadua 6 bambú, el plátano la palmacristi ó higuere­ta suben hasta 6,000 pies (1 830 metro ) sobr el mar; el maíz, la caña de azúcar, los cactus, el maguey el limón y el narar·jo se t::n­cuentran de 1,000 y 2,000 (305 á 610 m tros) pie más arriha to­davía. Cerca de Pa to se ye la mah·a hortence n los jardines ; el helecho arborescen e cr ce ha ta 8,000 (2,438 metros) y más pies sobre el mar: el tronco es huec , la cort za e arece á la piel es­ca mesa del dragón, y se le rnplea para hacer cruces para -: st.­pulturas y otros lugares agrado . En esta cuenca hallarnos inmensas nubes de langosta que al sen­tarse cubren el su Jo como con copos de nie\ e : los naturales salían entonces á espantar as fuera de sus predios, con mantas y ruanas. No vimos re tites ni animales 1nontaraccs. Las aves escasean, me­nos el condor, el águila y la gallinaza ; en los valles se ven orioles y faisanes, y muchas 6·olondrinas en Pa to. o faltan pulgas ni jején. En el campamento pulula un ins cto verde, de fuerte cara­pacho y piernas de aspecto cór·neo~ que produce un recio zumbido y agita el aire en sus re uelos · por escapar e lanza sobre el rostro, barba 6 ropa; apao·a las velas y no e quema en ellas. Al­gunos insectos de climas má bajos son arrastrado por el viento 6 atraídos por buen sol hasta 9,320 pies (2,840 metros) sobre el mar. En las colinas vemos pa tar los ganados por centenares de cabezas ; y al otro lado del valle se distinguen á 2,000 pies de al­titud, herbosas laderas de aspecto aterciopelado, que heridas por los rayos oblicuos del sol, arecen v rde tapices urcados por una •·ed de color más pálido: son líneas de mínima pendiente. La incli­nación de esas ladera e de cinco (Yrados en apariencia, de suerte que los hilos de la red se cruzan en ángulos de 8 á I0°. Esto de­bería servir de norma á los naturale para la construcción de sus sendas, y sin embargo é tas e de arr llan con la d 15° á 18°, sin que falten ltos 6 porcione de 25 á 30°. Cuando studiábamos 1 Guáitara estaba en su plenitud la siega de los trigales. El grano lo i mbran n a allones, y el tallo, muy fuerte, alcanza de sl á 6 pies de altura. El segador agarra con la mano un puña•l J df' < ""nas lo corta oblicuamente con una guada­ña, y lo pone á su ldd.J, ara que las mujeres reúnan los manojos en haces. El rastr jo queda de un pie de altura, y las gavillas se llevan á espalda al trilladero, donde Jos granos e ventean des­pués de pisadas las espiga por aballos. Ambo exos trabaj n reunidos charlan y gustan de l os colores vivos. La paja que sale del trilladera se mezcla con an·o e hace i ar por bueyes y ir­ve para cubrir los aharequc de las viviendas. us métodos y uten~;ilio~; de labran2a difieren dE: los nuéstros; pero á lo que me Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín 1\1ilitar de Colon1bia \._ 747 _.1 parece, sus campos y jar ines tienen el mismo 1 zano aspecto y dan igual pruducto. La harie vla. d e s a comar ~ a S'=! a"em~j n -\ las grandes fund1 cionc t.l • h : ·rr.> dL· la Uni ) n t: n k, l·· ba,ta:­todas ~u nec ~ id de >n una ¡ , 1u · ~ , cunlunida vn u obre­ros, admim tra q suerte de los indí-genas mejora: todu~ po · en ::::.· .. 1 ina. p<:..rro .. . ,' e r os ; muchos tienen gana los, o· ja y cabr . y algunos ha ta cab Lo • bun·os y mulas. H sta lus 10 años lo ~~u e 1' 1 llc' an un poncho por todo esudo. La chicha, b bida dt.: maÍ¿ q"e e-n una ú otra form~ e usada en todu Suramérica, ~e n·pa1·a a uí <.. on la 11 r ue la harina del maf¿ di uelta n agu' htrvi ndo, y lué0 o ligeramente fenn ntada; á veces se le pone pre,·iamente dulce. En el primer caso queda de color de leche, y n el egundo alo·o mo1·ena. Esta chicha tiene poco gusto y acidez. erca de Pa ·to se nos obsequió con una de sabor exqui ito emejante al del champaña. La chicha es la be­bida usual de los indios refrescante, aun cuando sin apariencia de gran cosa. Un vaso haría alir lo colore al rostro de un niño de dos años, suponiendo que lo re istic1·a. Es muy barata: por diez centavos se obtiene la suficiente para satisfacer á seis hombres ro­bustos, y con frecuencia se obse uia gratis á los viandante . Los naturales se alumbran con velas d e cera que tienen ·la forma de un cilindro 1noreno, con mecha de pábilo, gruesa como la mitad de la capa de cera que la envuel e. Se gasta pronto, y es necesario despabilarla con frecuencia, operación que produce cor­tes como cabos de cigarros: la luz qt:Ie proyecta es tdste y esca­sa, de manera que más bien parece c1·epuscular. Nuestro campamento parece una mara villa á los naturales. De seguro el cholo (hijo e indio y blanco) nació con el dón de la curiosidad : hemos visto á sei de llos , hom hre bien formados, permanecer un domingo inmóvil es y silencioso , hora enteras, mi­rando el campamento, sin saciarse al paree r con su vista. Uno de los nué tros dice entonce que muestran la paciencia de Jos sastres de la gallina echada • por lo cual creemo uc á estos héroes de la paciencia no les aventajan en el particula1· sino las estatuas de los Faraones egipcios que, con las manos sobre las ierna , miran hace siglos hacia e l árido desierto. Explorando las cabeceras del río Buesaquillo, al E. de Pasto encontramos varios grupo e indio del Ca uetá que venían de la selva al mercado : su vestido se reducía á una corta túnica de al­godón atada á la cintura, que á la mujet·es les oajaba ha ta la~ rodilJas, y sólo á media pierna á los hon1bres . La cal eza, los bra­zos y los pies quedaban de nudos y sin pintura. Su comercio con­siste en oro en polvo. Los hombr s se apoyan en báculos de ma- • Be/Utlo u.Jon tlu Jaluna •í lat/tJ,-s-of tlu ~illmr /u": alu5ión ininteli~i­ble.- T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \..._ 748 ~ cana, de seis y má pies de longitud ; las mujeres se adornan con collares de cuentas y amuletos y sortijas de piel de serpiente cor­tada á la manera de un r e jo, para ¡·e chazar al diablo. Al unos de e~os amul tos, por u volumen, indicaban que la culebra ue dio la p1el debía ser muy gran . El trato d e~· tos indivs es agradal:.JI , y se nos dice que son gentes sencillas y honradas en sus negocios. Cn~Hnúa MANUAL PARA LA PREP I<.ACION DE LAS TROPAS AL COMBATE POR EL GE ERAL DRAGO UR QFF SEGUNDA PARTE- PREP R CI01- DEL BATALLON (Traducido para el Boütfn ffilitar) (Continúa) 29-Para apreciar hasta qué punto el papel de la cadena ha ~tido modificado por la armas rayadas, basta hacer notar que en la actualidad la defensa puede aumentar muy fácilmente la distan­cia que el adversario ha de recorrer ajo sus fuegos, en lo cual no habrfa qué p e nsar con las arma lisas. Tom emos un ejemplo para ser más claros. Supongamos que delante del frente de la posición en donde nos prometemos hacer una tenaz resistencia, se encuentra como á r,ooo pasos, ó quizá á más una buena. posición para los ti­radores. Al ocupar esta posición con una cadena solamente, sin sostenerla siquiera por una re erva, se puede permanecer allí hasta que el adversario ll egue á 300 pasos, disparando de seguida sobre él, y á continuación despejar rápiclame nt el frente de la cadena principal. De este modo, la distancia que el adYersario tendrá que recorrer ajo nuestros fuegos será mayor de 1,000 pasos, esto es, que tendrá que toma1· su formación de combate más pt·onto, sopor­tar mayore érdidas y fatigarse moralmente más que en el caso en que no hubiésemos tenido esta cadena avanzada. Pero con las armas lisast semejante maniobra no podría ni aun concebirse, pues­to que una ca ena, colocada en esas condiciones habría tenido que cotnenzar por esperar al enemigo á 300 pasos para romper el fu go, que es precisamente el momento en que una cadena de tiradores, que no e tá nr argac a de una resistencia tenaz, debe pensar en la retirada. Con la int1·oducción de armas que se cargan con rapidez, la independencia de la cadena se ha aumentado más, pero no tanto como generalmente e c1·ee ; el nuevo armamento aumenta sin duda las probabilidades de seguridad del tirador, permitiéndole cargar su fusil en todas las posiciones · pero de ningún modo dis­minuye el tiempo nece ario para escoger el objet/vo, para apreciar la distancia y para apuntar bien. Por lo general hay equivocación en suponer que un tiro bien certero, á grande di tancias y sobre Qli>jetos Qifíciles dtl ~ certar pueda ser rápido. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 749 _J T-FORMACIO~ 'ES POR COMPAÑÍAS 30.-La razón fundamental que ha dado nacimiento al orden por compañías, está expuesta en lo que precede. La adopción de este orden ha procut·ado preciosas ventajas : 1.• Las formaciones de combate del batallón han adquirido una movilidad, una agilidad, una elasticidad • que nunca han po­dido tener las formacione totales de batallón : los abrigos del te­rreno de que el batallón no podía aprovecharse, á causa de su escaso frente, se han hecho utilizables desde el momento en que el batallón se di ide por compañías. 2.• Se ha hecho posible ocupar con el mismo número de tro­pas, posiciones más ex ten as, sin disminuír la fuerza de la resisten­cia, y todos los oldados del batallón tienen ahora más probabilida­des de tomar parte más directa en el combate. En las formaciones de conjunto del batallón, sólo el orden desplegado presenta las :nis­mas ventajas, pero con el inconveniente de ser demasiado delgado y, por lo mismo, de romper e con facilidad, t n tanto que un dis­positivo por compañía , sobre dos Hneas por ejemplo, no presenta esa desventaja, y ocupa siempre un frente tan e .. · tenso como el del batallón de - plegado, y á vece mayor. Por tanto si se compara este di po itiv·o con las formaciones de batallón ropiamente dichas, se ve que reúne á. la ·ez las ventaja del ord n xtenso y del orden profundo, in tener ninguno de sus inco\· nienles. 3 ... Se ha hecho po ib1 oste ner má 1cazn1ente la cadena, y con menos pérdida . La comparactón que ~igue hace e~te hecho bien claro : t ición de la mi~ma exten ión y á la misma dhtancia que la precedente. • Entiendo por movilidad la facilidad para mo' erse en línea recta 5in que s pierda el orden; por agilidad, la facilidad de cambiar la dir cci6n durante la marcb y de cambiar de frente en el putsto ¡ por flexibilidad, la facilidad de amoldarse al terreno, fijos sobre él 6 moviéndose. t La ~entaja de las formaciones extensas es ocupar mayor eapa.cio; su inconveniente consiste en que con facilidad se rompen, y son incapaces de re$ta­blecer el combate, una vez rotas. La ventaja de la formaciones profundas c:on. sistc en ofrecer mayor resi tenci. á una ru tura; su incon enicnte, el de ocupar muy poco terreno re pecto del ft-ente, y por esto, mucho en cuanto á profundidad, lo que no permite sino á número restrineido de soldados tomar parte directa en el e~m\)ate. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 750 _, En el primer caso, si es necesario sostener la cadena sobr~ el flanco derecho, por ejemplo, habrá que hacer recorrer á )as frac­ciones de la resen·a cerca de 400 pasos· esta fracciones en el se­gundo caso no tendrían que recorrer ino 300 pasos. E ca i un mtnuto de ganancia si se necesita rechazar un ataque á la ba­yoneta. Se podrí ir más lejos, y hacet· notar ue si una formación de conJunto de batallón puede mant nerse á 300 asos solamente á retaguardia de la cad na, las formaciones por compañías pueden mantenerse toda vía. más cerca, por la sencilla razón de que ofre­cen un blanco menos vulnerable, y también porque en la zona de 300 pasos que las separa de la cadena, encontrarán casi siempre abrigos utilizables para ellas, pero las cuales nada podría aprove­char el ba allón. 4·a Teniendo en· cuenta la posibilidad de colocar las compa­ñías más cerca de la cadena que 1 gru so del batallón basta des­prender para el sostén inmediato de tacad na, en la mayor ar­te de los ca O~, dos compañías, tre á lo má ; por tanto, e podrá siempre tener de eserva una ó dos compañías por batallón. Las formaciones de batallón propiam nt dicha., no pt·ocuran esta fa­cultad. s.· La formacion S 01' com aiiías permiten ocupar más fuert ment 1 punt s im¡ urtan , y má dJLilmente lo otros, n tanto que la formacione de batallón pt· s ntan una fu rza igual en toda su ·t n ión, lo ue debe o asi nar it m re una érd1da de fuerzas por improductivas. E to t·c ulta obre todo claramente en l ord n de plegad · porque la prim ra com anía, por ejem­plo, puede ser atacada r fuer.1,a u erior , y la cuarta compa­ñía por un ncmi o insi ·nificant · n ca o de revé , lla no hará sino aumentar 1 número de.:: las tropas que e baten en retirada, sin haber h echo na a para conju1·ar· 1 d · rrota. En un di po ith o por compañía esto no 1 a a así, y es posible concentrar la mayor parte de la fu n:a d 1 bataJlón en el punto de la posición qu se ncuentr r lmenle amenazado. 6. El di positivo por compañías, cuando el efectivo puesto en línea s algo considera le, estorba 1 enemigo para contar nues­tras fuerzas. 7 .• La conservación del ot-dcn en cada compañía tomada ais­ladamente ... s má fáCil que n la ma a d 1 grueso del ataJ16 8. • or último, la formacion s por compañía ti en n U'' • In­fluencia mayor como medio de educación : Has preparan r.. J"'r á los jefes de com añía á mandar un batallón con inteligencia. Por­que el batallón, en relación con ott-o batallone , debe maniobrar en conformidad con aquéllos xactamen como la compañía ten­drá que hacerlo respecto de u com añeros de batallón, cuando este último se éncuentra en formación por compañías. 3 1-Pero, como ya se ha di ho, n las formacione de esta categoría el atal}ón pierde su unidad exterior; el jefe de batallón tiene mayor trabajo en ejercer su ig-ilanciay en tomar $US dispo- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 751 -1 siciones; para esto es preciso que esté completamente á la altura de su misión · ig-ualmente se requiere que los comandantes de com­pañ ía estén bien con ve11cidos de la nece idad de prestar apoyo á sus camarada , y que hagan de esta obligación un asunto de honor. 32-Las formacione por compañías presentan la misma sub­divi ión que todo los tipos de reglamento: por esto, los dispositi­vos obre una sola línea con las transformaciones que se despren­den de ella pertenecen á las categoría de órdenes delgados, en tanto que tos dispo itivos sobre una línea con una reserva, per e­neceo á la cate ·oría de órdenes prqful'dos. Conlin(u• BAT LLAS DEI .. SEGUNDO Ir PERlO PO DICt<. DE LO. 'LA Y Traducción del francés para el Bttldln .AhllltSr (Continúa) J.fal koff (8 de Stplümbrt tle rS55) Esto no obstante, lo soldado del regimiento de Praga, pre­cedidos de u jcru , \ ueh en á la e, rga, 1mpuba os por el Gene­ral 1<..rul ff, veter·a o dt: Bvn.>dino. 1 ero enlu ia ·mados con este prim r éxttv, nos acercamos al encmig lo desbaratamos, lo arro­jamos, y 1 per e 0 utmo á L bayone a tle batería en batería, de de~fila<.Jet·o n de:~ 1tadc:::ro, hasta sus últimvs atrincheramienlos. Al mr~mo tiempo en lo otrv p n o nut.stras columnas de ataque han caído sobre la trmc era <.:nem1ga con una udacia y un em­puje indescnl>able e cal nJv lo parapc:;tus y matando á lo arti­llero::. s0br us e nune . Con cu 1 uae1·a otra nación, 1 asalto estada terminado y la victoria a egurada, pero con los ru o la co a es muy di tinta. La acción, con e lo, no hace ino emp ·ñarse; cun indomable tenacidad y encarnizamiento incesan e, los !dados del Zar vuelven á. la carga y nos disputan 1 posesión de sus trincheras. lo inglese los des­al ojan con presteL:a de la gran fortificación, y se cubren de vesti­do rojos los glacis de e te importante reducto. El General Bosquet, que es quien da impulso á los ataques conta~a la cortina, recibe una herida que al principio se juzga mor­tal: una bomba, al estallar, despué~ de arrancar la banda á uno de sus yudantes, el Com ndante Balland, le hiere en el omoplato y le produce un d ~rram de sangre en 1 pecho; tiene que entre-arel mando al ·eneral Dulac, y consiente, por último, en dejar­se llevar fuera del cam o de ba alla. El 91 de línea, antiguo 16 ligero (Divi i6n Bourbaki) se ha instalado de fijo sobr la cortina y renu~,;va tres veces sus muni­ciones. Permanece en u puesto con valor y constancia invenci­bles. La bandera del re imiento ha sido narbolada encima de un polvorín. · CO 0!: L R.f: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '-- 752 _J De improviso resuena una terrible explosión, saludada por los hurras de los rusos ; el polvorín acaba de estallar, el parapeto cae dentro del foso millares de despojos oscurecen el aire y sumergen en su caída todo cuanto encuentran. La bandera queda sumergida en el abismo que ha ab"erto la e.·plosión ; nue 'e oficiales que la rodean desaparecen en la catástrofe y gran número de soldados mueren aplastados. El fuego enemigo ha diezmado ya el puñado de valientes que sobrevivían del ataque del 18 de Junio anterior. Los que quedan trabajan, bajo el más vivo fuego de fusilería, en retirar de debajo de los escombros á los camaradas sepultados, y varios perecen víctimas de ~u heroísmó. La oscuridad llega por último, y estos heroicos soldados pasan la noche en medio de las explosiones al pie de la Torre de falakoff. Por la mañana, des­de que aclara, estos soldados, aun cuando abrumados de fatiga, remueven el suelo para buscar la bandera. El águila se encuentra al fin, rodeada de cadáveres mutilados. Hace dieciséis horas que está sepultado en esa loriosa. tumba el estandarte del 91 : no es ya sino un jirón de tierra y de sang-re. El abanderado Ganichou la estrecha toda vía convulsivamente con sus manos rígidas por la muerte. El 9 de Septiembre á las nueve e la mañana, doscientos no­venta y siete hombre y cinco oficiales t do 1 que la muerte ha dejado del gr de línea, vuel n al fr ntc uandera . Por todas par­tes, á su pa~o, ste trofeo mutilado e!:» acogido con gritos e ntusias­tas or las tr pas. Sin mbargo 1 combat es de los 1 ás fuerte y experimen­ta m os grand s pérd i a G ·n t·a s y d olJ el s. Pvr un mo­mento ence lores nu tt·o r g-1 il ntus 01 r cha7advs de toda las trincheras. m en s dd ast"ón Kornik ff, dL ~ pués de rder al Ge­neral ~~Iarolte . uestros sol a Jo n.1bian· se r sue ve un segundo ata ue. Los j f , contradadí irnos, señalan la fortificación á sus tropas, y todos se lanzan de nu -\'O COl • 1 ímpE..tu de un torr nte. Alguno no lo hacen sin cubrirse e n rarr. as y ga iones; las balas de cañón se los lle\'an. En este ataque Yigoroso eJ General aint-Paul cae herido de un balazo en el corazón. Ca i al mismo tiempo l GenE-ral d Pon­te ·es, ya herido en la spal<.la por un disparo ~le vizcaíno, recibe una bala qu le romp la columna vertll;t·aJ. El Gen ral Bi on e tá herido. 1 General Mellinet, que lit ga con la uarclia Impe­rial á sostener las tropa .comprometida , r cibe una drada que le desfigura. Los G nerales i v t y Br t6n han m u rt . Lo Ge­nerales Bourbaki y Trochu están h ridos. tros cinco Gene. les reciben con tu iones· cvalro Coron les y cual ro Teni ntes Coroneles son heridos de muerte. Casi todo los Subtenientes abanderados de los r egimientos quedan fuera de combate. El General Pélissier que de de el reducto Braniron igue con ansiedad el conjunto de estos múltiples asaltos, envía contra la cortina dos baterías montadas. Estas baterías vienen con audacia, bajo las 6rdene$ deJ Comandante Souty, á fijarse en la bóveda Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 753 _, que so~tiene la cortina, y contrabaten inmediatam~nte la batería rusa que nos hace más daño. En menos de un cuarto de hora las dos baterías son de aratadas; los artilleros dan prueba de una sangre frí y de un Yalor a mir ble; humanam nle es imposible hacer má n la po ici6n que ocupan. El Comandant , llegado cua­tro días a"ltes de Crim"'a, e_ muerto; noventa y cinco h mbr s y cient treinta y un cab llos h ridos, obre ciento cincuenta h m r. y otro. tantos caballo que componen las dos batería · no por to dejan d hacer fueo- con lo débile recur o que les rtuedan. El General Dula • encarg-ad , d sde que fue herido 1 Gene­ral Bo quet, del mando el Cu rpo, a, r último la . eñal para penetrar en la trinchera y se deja 1 campo d atalla cubierto de muertos. De e te mod • á d t·echa y á i?:quierda de M lakoff, nuestros asaltos, bu nos al principio, han frac-a . ado ahora. in embargo, permanec mo inconmovi 1 s sobre Jos para­petos de :r...falakoff. Un O. cial inglés acude apre ura amente en­viado por el Gener 1 Simp on, Comandante n J f d 1 Ejercito inglé : '· Genera.l,.. ,·clama con YOZ conmvYida, retirao lo más apri a con vue_ tra Divi .... ión : el r educto eslá minado - á cualqui r momento podéi volar "-'' lli pu to es aquí, le contesta 1 deno­dado Mac-Mahon, mos rán ule el su lo con un ge to ublime · aquí estoy y a7uí perm uuzco." Y vol viéndose hacia 1 Coronel Le­brun u J fe de E tarlo M yor le dice e ta e toica palabra : ~~Haced prevenir al G n ral Pélissi r que ten~a tropas li tas para coronar el reducto." Contiluía LA CA lP Ñ TGLO-BOER DUR NTE L S .. CA El mi terio con que e rodt"'an las operaciones de la guerra anglo-boer, juntamente con 1 interés d 1 imp riali mo, gano o cle que los suc· so se de- arrollen pró pera y,. lo.zmente ara la cau a británica, hacen difícil el conocimiento ·act cuanto O("'un- en el fri a d 1 . ur. racia á lo que 1 ublican lo g-t·andc diario y la pren a militar de Londre , á l nolicia é informe cl Jo co­rresponsale aleman , y o re tod , á lo que- la L aaci )n del Trans aal y el el mento holandé dan á conocer á. la llegada d los correos sabe m o algo. De m á d esto, la di "u i n parla men­taría y 1 movimi nto d opinión fa orabl á l paz of1·ecen tam­bién elemento· de tudio al dtico qu igu on alguna at nci6n las penp cias de e ta desig-ual contienda. De todo resulta que durante el p ríod de seca que comenzó en Abril y e tápara terminar, 1 Ejército in lés ha operado sin descanso, con abnegación y tenacidad, sin lograr topar con los TOilOI-48 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1 bia '- 754 _.) boers cuyos núcleos má importa• tes el sean an y e apct·ciben, in duda ara volv r á la lu ha acti,·a a í qu las lluvia embaracen má y má. lo mo imientos de los imperial . Cuando una bu na confiden ia ne cío rar n esta guerra, 6 1 azar, ha pue to á las colUinnas n contacto on u enemigo han pel ado con el val r tradicional de lo mo-l ro es ,. ·rda •·arnc>nt <.1 s p rante esta lucha int rminable en que e acrifi an la n rgía y Jos ntu­siasmo d 1 ~ jt!r it n ara d un pro lema difí il, cual s 1 de aplastar la raza holand sa naturalizada n el ur d frica: hay que admirar la v Juntad hierro d .. lo G nerales y ]t-fes britá­nicos y el ufrimi nto d tod l Ejércit que bu a on u ~ano-re y u id la nmi nd~ de rrores y quivocacion de la t1 inidad Chamb rlain- hod · - 1ilner, la ual n u ce ¡o., u ra jinaoída, ha logrado at·ra trar á gran parte de la sociedad ingl a y de la cla e media apart , natur·tlment , aquellu ot1·o elem nto. ínter ados en la X) lo ación y 1 on· nir de la mina d 1 Rand, d la har­tered y del auo·e de las colonias d 1 Ca o d 1 ·alal y d má terri­torio anexionado n Jo últimos lustres. Por part de lo aliado exi t la inquebranta J,. cisión de pelear has .a obt ner la ind pend ·ncia. '' ólo con la ind nden­cia de nue tra ti rra y con la amni da para los afrikanders que nos ayudan en 1 Cabo y n 1 Natal, ce ará la lucha," gritan de - de el v neral le Kni er ha ta el má humilde urgher. u táctica la d todo lo patri la en idéntica. ituacione . u gran infe­rioridad numérica, u car ncia de elem nto de gu rra y aun de vida, la e mpensan con una audacia y un dilig ncia insaciables y con un het·oí mo rayano n la de e eración. El i tema d d va tación ~istemática ; la horribl forma con que ha hecho la reconcentración d mujet·e , ancianos y niño , cuyos tormentos han 1 vantado un grito univer al de dolor y de in­dignación, aun n la mi ma ociedad ino-le a, e suyo tan filantró­pica y humana; el ngor y la dut·eza que impone una lucha de esta índole con la aña que u~ p ripecia lleva á lo espíritus -todo ha contriuuído á que lo bo ,. ncuerstr n r uelto á ucumbir an­tes que perder la santa libertad de u bogare y de sus terruños. " Lo hemos perdid todo : h ienda hogar familia ...... 1 .. u tres hijo y nue tra tnujer s u umben de hambre y de pri·ración en los campos d r conc ntrado ; h<. orrido nuestra angrc con lar­gueza ; . o ju tO y mi el'icordio o ...... ¡ Lu hemo ha ta 1 fin r ¡ Luchando ganar mos pue to qu ~ ya nada vodemo perder ! i ced mo , Inglatcrr no d vorará ci rtament , en r vi ión d que pudi ra r pet1rse una lucha com la actual.' omo u onting nt y u m dio d combat han di minuí­do, 1 or 1 lucha d d · ño que ostienen rocuran rehuír el com ate y e limitan á realizar la guerra del me~ quito molesta in­t rmin ble, abruma ora. n impasil:1 s cómo la columnas arra­san u ranja y de tt·ozan u hogarc ; ontemplan los re plan­dore lel inc ndi y oyen lo lam ntos de lo suyo cogidos en el mon e 6 en la haciendas de labranza. Acechan, peran, y sólo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 755 -' dan el golpe cuando tienen la seguridad de hacerlo en condicio­nes f vorabl s. Re istir prolongando la lucha y causando daños sin ta a : á larga re~i tencia 1 triunfo es seguro. '1- 1 es el e tado d e los contendie nt , con la circunstancia, en abono de las esperanza boer , d que Lord I<.itchener trató en ~ Iarz · Je bu car una fórmula d paz, olicitando una entrevista con el Gen ralfsim Bvtha, ¡- v Jan o a í su pen amtento previsor y pa.tt·ió•ico, d cortar una orfía que tanto pelio-ro entraña para el pr sen te y l porv nir d Gran. Bretaña . .l\.. u a vanc s contes­tó 1 coudill d e lo r publicano : que obre la base de la inde­pendc nda. los boers harán la pa¿ · in lla, o-uirán luchando has­ta donde alcanc~n u fuerza . Y como e l irdat· ha proseguido sus manejos tendiente á un arr glo, mo~u-ándo ci rtam ·nte más blando y o-enero o que Chamberlain y que .. fllner, de ahí que los caudillos bo rs hayan afirmado u actitud d t naz re i tencia di­ciendo á los burgher indt:Cl os ó can ados de la pele a : • Cuando la pod ro~a Inglaterra solicita de no otro~ la az, s ñal es de que no \'a bi n para us armas la lucha que o _tie ne: mantengámonos resu e lto á so-ten r la guerra por nue tra ind pendencia, y ésta vendrá por nuestro esfuerzo con la ayuda de Dios, que todo lo puede.'' / Dentro de esta línea general que fija 1 estado moral de la gueJ-ra, la situación de la fuerzas, los propósitos y elementos de arr~bo contendientes e . como sigue. El Generalí imo de los aliado Luis Botha con el Gobierno del T1·an vaal y un núcle de 2 000 á 3,000 hom re , ue no i m­pre \.·an r - u ni os y a )O"una artillería, opera en los di tri tos de Mid- · delburg, Ermelo y Pietretief, amagando i mpre la dos vías de comunicación ue más interesan á Lord Kitchener para abastecer su inmenso ejét-cito, la de Pretoria-Delagoa y la de Pretoria:_ Jo­hanne bur -Durban. Viljoen e n varios comando , que en junto suman tros 2,000 6 3,000 hombre i mpre o re 1 ferrocarril de D lag a, desca­rrilan lo trenes, cogí ndo blod<.haus y f rtin sorprendiendo es­colta y f rzanclo á lo ingles s á ten r en la línea una ma a de hombre para su igilancia y custodia. Delat·ey con 4,000 6 5 ,ooo hom r , y a u. iliado "igot·osa­mente por jefes de tanto aJTanque como Breyt nbach l.Cernp y Beyer , pera en 1 z na Oe te y Suroe te d 1 1.'t·an vaal, teniendo po1· centro lo Magali sberg. E te caudillo qu1za · l más militar de todos lo boer , e e l que mejor y con má fortuna ha o¡ erado durante la se<.. . us comando derrotaron en IVJakfrontein á la brigada Dixon el 30 d Mayo, hecho que tanta sensación rodujo en Inglaterra, porque fue una revelación para la gentes que con­sideraban la guerra como en sus postnmerfas, saber que 1 ,50(\ boers atacaban resueltamente la columna ingl sa, le ausaban se- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Col mbia '- 756 _J rias bajas , la acorralaban y casi le capturaban Jos cañones que se recuperaron por una briosa carga á la bayoneta de los der­y hire . Los di tritos de Rusten urg Pofchefstroom y parte del de Pret ria, n los que man a este cau ill . Y como en llos están las plaza d Ru tenburg Z rust, Lichtenburg y alguna otra, n condiciones par ciJas á. como se ha11aban B yamo Tunas, Cascorro, &c., en Cuba, 1 r icio de convoyes y las comunicacio­nes son p no · ísimos para l Ejército inglés y con tituyen un vivero d ocasion s ara que 1 bo rs d n golpe obres guro. Pero lo que más r alza la mi ión de D larey l"' su con tant ~ amenaza al núcleo ct,ntral de comunicacione d J Trans' aal : u comando , á pesar e la extrema vigilancia de Jos ingl e_, rara e la semana que no dan fe d ~ existencia entre Pr t ri -Johanne urg-I<.Jipri­ver- Bugersdop. En lo últimoc- días de Junio e o-i ron un tren de mercancías ntre Klipriv r y Ver eninging, y ha ta á los arrabales de Pr toria com á Jos d J h nn sbur~· ll gan au 1azmente y se llevan el o-anad stinado al comercio d la población y tirotean los fuert y la pat¡-ullas. En el Estado libr de range, D \ et, con el Pre idente teijn y el Gobi rno, anda ca i iem re por los di tntos alto de Kroonstacl y I-I ilbron con un comando de oo á 600 hombre que en pocas horas tri lica ó cua ru lica su núm ro con la unión de otros comandos peran r or u in m · iaci n s. En realidad, el "brujo," como 1 llaman los ingleses, d cansa durante la seca: sus lugart nient s on lo ue operan obre las Hn a férreas, ha-i ndo co¡ ado n uno e lo últimos dfa d Junio un tr n, cerca de Kroonsta , u llevaba cinco millone de fr-ancos. En todo el territori d Orang lo boers ti nen de 4,000 á 5,000 hombres n arma. De • Llevaba 1 ncral Dixon un batall6n de eT y . hire , otro· no comple-to e Borclcrers, la 28 batería montada y 500 yeomcns: total. 1,450 hombus y 7 e nones. Fu ron us pérdidas: Oficiales, 6 muertos. 6 heridos y I prisionero : total, 1~ baj s. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia \._ 757 -' Así fue, en fecto; Ja rebelión n la Colonia es hoy quizás el punto más negro dd prol>l ma. 10,oco afdkanders, cgún unos; 4,000 ó s.oco, gún lo cálculo má racional , traen mareados á los Jefe y ficiale ingJ e . Divid'd qu ños comandos, señorean todo 1 ten·ituJ i han r I o tado n 1 a, de vh res, de armas, mumc1 n y ca allos á los comando d Orange, se apo­d ran <.1 fer·rv< arrilcs, ntran por sorpr a 6 á YÍ\'a fu ·rza en po­Liado , copan sin cesar patrulla e p cialmente de mo"ilizados y policiales, atacan á la columna., tr~c n abrllmauos á 1 úbditos ingles s, } n suma, han o !igaco á Lord Io y del Nat ti los incHg nas destinado, J at·a se.. rnciu au. iliares &c. En urna, 275,000 hom- Lre, 1 ·Jiu L10,000 montaJo . Durante d pt:dvd de 1 cea han llega o de la 1\t trópoli y Colon1as, como r'-=fuer:lus, y principalmente p ra cul>ri1· baja · : En Al ril. ............................... . hn !\!ay ................................ . ~n ]unJo ................................ . En Jul¡o ................ . ... . .. .......... . 7,000 3,000 5,COO 2.000 Total ......... 17.0CO {'lYÚn los ('> tad S periódicos <1UC r u li< a 1 rf'ar Offia las ba ­jas de la campaña pasan de ¡o,coo, iend de <.JI.. so. oo r pa­triado!'. Enlre é le e en u ·ntra la ft0r d ·l E~én ito r guiar, que tan g llardam nte pf'lt 6 n J !Jrimt•r p ríodo d la cam¡ aña. De ~u rte qu h0y 1 !..jército <.1 L nl Kttcht n<.Jr ot nte n e l nú­mer , p ro atase no n la calidad, p 'r ue las improvi aciones nunca on buenas, y la M tr6poli ha t nido qu r bu ar y en ,·iar lo qu hallaba á n1ano dentro del modo peculiar de las institucio­nes inglesas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín i\1ilitar de Colombia '- 758 _J Las cuat1·o quinta las ía fén· a y em~ dad la d1rección d l están amarradas á convo) e . in reali­Ios ingh es n tiene la r n cut nta, a e más., arra~a los fe­ro- • n 1 corriente d pinit)n f. vorabl • á la . z, ·n lt mat.ngs contr~ lo h rr uc d 1 r ·co. ccntr."lc1on, y en 1<1 Jt-custon<. p~rhmcnt ln.,s, se han publicad cl.lto- • vcrJ.ulcra . n ción. ·cgu _m ·ntc, por · to moJos la gue­rra concluir', anrJan ~o el tiempo, por la exunct n con•plt.:ta Jc 1 • bo rs ·La mortalirl. ,) en algunn campos de r•conceutr:.tcJim pa.aba oc 40 por 1,000, y según clcclar. cione hecha n la Cámara de lo Comun • por ~lr. l3roJrh..J·, Se­cretario de 1 Gut:rra, había 37.739 recon centrados en el Transva 1 20,374 en Orange, 2,490 en el abo y 2,524 en el . t 1, habiendo ido 1 mortalidaJ en el mes de 1ay de 336 por I,ooo. ó s~a 19 veces mayor que la de Londres y 17 qu 1 de ads. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín :rviilitar de Colombia '- 759 -- desapa~ionada, qu parte pot· humanidad, parte por previsión, desea poner término á e ta lucha sano-rienta. Nu a a en le cuí o para 1 u lo tan práctico como el in­glés. r el pront ' la l"eali a 1 es ui n tri te : la guerra obligó a l Canriller dd Echi 1uier á alterar 1 úzcomd x, gr·avanclo los a;cúca­re y aum n·ando lo derec.hos de xportaci 'n los carbones, medida ambas que tanto daño cau an á la masad l proletal"iado y de Jos mir• ro . La ·ponación ha di minuído, r flejándose, como consecu ncia n la industrias d 1 pais. L o ga to de la campa­ña e acercan á 300.ooo,ooo d e libra , cantidad mu ho mayor que la que abonó Francia á Alemania cotno indemnización dt la guerra de 187o-71. Aun cuando lo boers son unos místicos de virtudes y de hi­dalgu ía sin mt jan.~a, la guen·a, i concluye or la conqui ta de los dü E ta<.lo repuulicano· y por ~1 a tigo d e los r belde colo­no de ~u ~1ajesta l Británica, df!jará tra í una ra tra d odio y de r~pr salia~, que se tr·aducirá en pérdidas pat~a e l comercio in ­glés uyo tráfico se ve minado por la compel ncia de yanqui y al<.:manes. cuya conducta con lo boer en arma ha si lo y e de gran cariño y de au.·ilio moral y mater ial. E!>te dato no deja de imp1·e ionar á los e píritus preví or , que lamentan, por otra par­te, v r á la Nación á quien tanto d b la humanid d n us ince­sant s progre o , n lucha sañuda é im¡ lacal>le con d diminutos Estado que tanto bi n han aportado á la civilización en su tareas de domar y civili7ar la tribu y 1 s pafse del Africa austral . E te s l cuadro que ofrece 1 probl ma anglo-l>oers á los dos año de estallar la lucha. Triste co a es v 1· la armas y fuerzo de un pueblo he-raldo de la liuertad con titucional y del pr g1·e o n Europa, al servicio d una au a nada impática. La ·inl entereza de la opu­l enta Inglaterra y el urí y te ón de u numero o Ejér ito ~e s­terilizan por la a crón ,•ibr nte de un puñado d patrivta _ Grande enseñanza par débiles y po ero o s e taque ofrece 1 campaña pr sent . Cuando pid al • jér ito que enmtend 6 r haga los error s de 1 polí ica, · cuán inmensos son sus sacrificios y su amar­guras. 1,058 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bol etín ?\.1 ili tar de C o lomb ia '- 76o __) -==== Histori a==== EJ:'\S \YO SOBRE EL A TIGUO Cl "'DI A!\1ARCA in e:- tlgaci e élCta . POR II. T ·R A X-C IT'A.~.. {Traducido para d Bcl/#ln JJ,f;btar) I d civiliza ión que existían en nto, 'lo .r .r~xtco y 1 P rú han 1 ubli<:a•l. t!O P. rís en 1842, es dec¡r, s is año" antes qu~ d Compendi, Jfisth·.r, de J co ta, 1mpr so l' O la mism. caudad.-T. l'ul>l cad;~ d · p• é ·. en 1 6. Es la obra c.. pita} s bre la mn.kria, literal­m ' Le ···P ad.s por le, • tro crom~ta . ero aún, lo mi_ mo q e la · dcmá de la 't oc· . no c)m tt.Ja á l. critica ht ·tc',nca d • int ~.rprt:tact6n, sinceridaJ y xactitud de l .l~ mod rna. ts-. u las cur pcas.-T. t •1 re lo de la obrad •1 P dr· 'am,'•n, cuyo verdadero título es : otirias Jt ¡s/O J ala de lus rcn!(¡u • .stas de 7 urrtl firme e11 las Ind;as 11coáent..zla, se publicó en Dt ~vla " d$91 ~2 obre d manu cnto •xt~h .. ntc:: en la Uablwt~c T caonal. sin at otacion s de mnguna e: pecit.<.- T. ! El autor, hermano dll élel re hi~toriador d 1 Tutor ublic6 40 'olúme­nes de pa<:z< s y documentvs so r<: el dc~c~.obrimil'nto y cor qui¡ta de A mélica.-T . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín M ilitar de Colombia '- 761 _.J II Piedrahita • comprende bajo el nombre general de Cundi­namarca 1 gran e pacio rodeado de montañas y que abarca las Pro,·incias d ignada~ hoy dí con los nombres de BoO"'otá Vélez, Pamplona, La Grita. .fc:!rída, luz Ebaté, Panche_ el\·a, !ar­quetones, Suta ao , Ubaque, Ter.- a Lf"ngupá, ogamoso y hita . En e e territorio vivían se1 nací ne indi de cierta import ncia. De las cinco pdmcra- habl r mo previ ment , aun cuando no poseemos obre ellas sino muy pocas noticias, por cuanto r dea­ban á los fuiscas, que ocupaban el centro . III 1.0 Los Pantájoro , que comprendían á los Camaes Guarinoes, Marquetones ua. cuyas, Pijao , Gualíe Guagua_ y D )ima eran ah·aj por nt ro y 'ivían n la rib ra izquierda del 1ao-dalena. Lo Ptja JS, los más bárbaro de todo , no tenían otr di que la ví timas que caían bajo su golpe , iempre ue n fueran ene­miuos: tal papel no lo de empen ba ino una mujer. un nmo ó un c~·tranj ro m f ~n ivv por 1u p n, aban que 1 qu moría inocente, i ba al Cielo y e con,·crtía n protector d 1 que 1 hauí procura­do s m jant feli i .la ; per · a protección n la jercitaba ino un e! rto n 'mero de lunas, por 1 cu l ra p1·eciso entonces, 6 ma - tar otr inocente, ó u dar in dio . 2.0 Panche habitaban la ribera derecha del mismo río y l a montaña qu por este lauo rocl a an á .f\ t eu n tá, y lo Zi-a nun a pudi run omet rlu §. Andaban de nud s y omían carne humana. Dí e e qu nun a e ca ab n con una el nc lla de l a mi ma ldt a, por ue á é ta · la miraban como heJ·mana , y in embargo no 'acll ban n clt.! po ar con la pr Jpia he:>rmana cuan­do p )r ca u Ji a h bía naci > en tro lu~ar. TuJa la niña que nac an ant s d que la m Jre hubier concebidv un varón, eran mu rta irrerni iblement 3. 0 L s S tagao , que comprendían Sumapacec:;, Cundaycs y Neiva , ,.¡dan entre los ríos Pa e y umap ~; l nían ídolo de oro y plata p ro no le ofrecían ~ino por ion el 1 botín t01nad al en ~mig- ó uel pr dueto ele us robos, nunc nada que le per­tenecí r·a r alm nte !- 4·0 L Chitarero , entre l o cuales e enum raba n 1 s Timo­tes, los B~trbvne ·, lo Cayo , lo Chin tes, l os S..1ratae , los 1.',nilo - iedrahita, Lih. II. Cap. 2 (T. C.)-Es claro qu e..,t pa<>aie no e h:\ s­t udi; clo h. st01 :lbora c.l,...b1clattwnt • y · guific lo conlrtrio de lo afirm•do- ¿Qué era ·se ci l f ·liz? ;, Q ién lo rcgí.t? ¿ Cóm ej reí su i nftuencia. la vtcli lll..l ~o­brc _t.c muudo '! ·c.-El T. § Tolo lo contr.uio : á duras penas l os contenían l o s Muí cas, merced á l o s p áramo·, e decir, á la dife r encia de clima. t Piedrahi t a, Lib. u , ap. 2.-T. c . t Piedrahit a . l oe. c. (T. C. ~ -Cu n J a y y t! i va están fu~ r a d l a reeión d el Sumapaz-T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín iilit< r de Colon1bia '- 762 -' nes, Jos Capachos y arios ott·o , habitaban al arte de Meuque­tá * . e que hací n parte o Ipuye , los 'r¡ te- IV Co11Hnúa QUI CE I S f) E C l\ 1 P Ñ EN I870 POR L. A ~1AG .. ~AC (Traduchlo y abreviado del fr ncé~ para el Boütln Militar) (Coutinúa) ""4 n 11 a tra v~ a n la frontera, un jefe · de escuadr "n de hú ares de 1 Reina, u\, los p r e guía, IJeo-ab 1 galope con su . R clama con arro ancia á e os ft·anco-tir dore , como á su pri · ion ros. El tcial be le. al cual ellos taban al punto de entr (Yar las armas se acerca al alem<ín y le Piedrahíta. loe. c. (T. C ). Cunda y y ei a est. n fuera de la región del Suma paz.-T. § Luego rec no cían 1\l ol por suprem deidad. E t:i por hacer un estudio ~omph:to de t • tnbu , par cla iñcarl correctamente.-T. t Est~:: era Jefe relagioso nad mas.-T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colon1 bia '--- 763 _J hace notar que • esos prisioneros, están en territorio belga, que han d puesto la arma y ue, por tant l pru iano no tienen ning-ún derecho sobre ellos. El jinete pru iano e deti e n a ca su m p , verifica con gran preci · ión y UJ rema impertin ncia i r · al­m nte la f¡·ontera tá cruzadc , y onv ncido, e di. pon á partir. L. con ideraría feliz, ñ r, 1 die cu1·té mt. nte ·1 1cial 1J ·lo-a, i 1 uJiese ro útil n al ru." El p u iano aluda in cunt · tar pa-labra, y vu 1 ve l>rid d · gunu · pa o y r troceclt. " i\.ceptt /' die , y aca 1 pano: ignaos enviar un d spacho á mi mujer para dec1rle que la batallas ha ganaJ qu ha t ~rminad y tue yo no tengo un ra pón. ' llamaua \'un dt•r r ul.J n. I-1 iendo señal entonce- á u olrlad , 'U 1 v n t.ll al territod · fran-cé . pena h 1.bía da ,, int paso cuando r onó un tiro. fvL V n der Greub n cayó. Un franc tirador que e había u dado atrás, oculto en 1 bos u , de un b lazo n J corazón acababa de dar muerte á se Onci l. El de pacho no s remitió á u de tino. IV Durante nuestra permanencia en uillón, tuvimos por rela-ción d nuestro camaradas y por oldado de todas armas, que no ce aban de llegar d div r os unto d l fronl ra, noticias circun tanda del de a tre de edán, 1 má tc1 riblc de los que hay ufrido el ejército francé ; acontt!cimi nto, por otra parte, sin precedente en la hist01·i .. cuyo fúne':Jre r fl ju hace palidecer los combate má famo os y las capitulacione má · celebrada . Cr cmos n ce ado d r al lector una d scripción sucinta de esta fatal batalla. En l noch del 30 y n la madrugada del 31 de gesto ya lo hemos dicho, todos lo cu rpo f1·anceses pa aban por la orilla derech del 1\1 u e, obedeci~ndo ó1·d ne ·Contradictorias qu oca­sionaban súbitas d~mora y contr marcha , qu á causa de la ti­ni bias de la noch pr ducían una onfu ión inde cl"iptil>le. El 3 1, mi ntras nos trn lad. bamos de Douzy al arrabal de Balán lo ale­mane mamobra ban par n v J v r á edán y nc rra r al jército francé en es a de dichad ciudad. U 1a p rte del ejércit alemán a t.ra ve 6 l l\1eu e hacia Lé­tanne, adc.!lante de :t-.1vu:tón, á fin d cerrat- 1 s caminos d 1 oriente ha la las fr nter s. L guanlia se ituó sobr la orilla l r cha y se 1 rolon ó h t cby, ald~a in medial á B ate ba tante vi zeill con 1 fin d tomar el puente obr l rvr u e. t pu nte quedó al fin en poder de los pru ianos, d spué de un esfuerzo bas­tante fl )jO d\: parte de Jos francese p t·a de trufriO. l p.-irner cu rpo bávaro, que debía. tomar posición entre Baz illes y B lan, s acer aba á Bazetlles in saber que la aldea estaba ocup da por l r2. 0 cu rpo francés, que se había fijado du­rante la noche en Balan, Baz •illes, la. ~onselle y 1 Plotinerré. • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín l\1ilitar de Colombia infantería france-por nu-a6ua ncontraban Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia '- 765 _/ batiente Henos de confianza en sus jefes y envanecidos pot· sus pre­cedente triunf s. eguros del éxito l.:>s aleman s se di~ pusieron á librar bata­lla, pero re uelto á aprovechar u upedoridad numédca para envolver completamente al Ejército francés. El 1:ari cal I\1 -M hon no speraba tener CJUe combatir el 1.0 de '-ptiembrc . T nía intención de dejar ue las tropas, r n­dida de fatiga, de cansa1·an to o est día, fortificando al propio tiempo alguna posiciones y oni ndo rd n en el Ejército. 1 con­trario 1 Estado 1ayor alemán, de eo o de aprovecharse de todas sus ventajas, e taba resuelto á proceder con actividad y energía y á n pet·d r un in tan-.e ara librar batalla. Por esto el 1. 0 de eptiembre desde la cuatro y media de la mañana se comprometió la acción . La noche dd 31 de Agosto al 1.0 de Septi mbre había sido fría y húmeda. E pe a nieblas e extendían sobre los vall y e l alba blan ueaba apena cuando los s ldad , nt rpecido , fueron d spertado por el ruido de la fusilería. Los uá\'arus, que se ha­bían puesto n mat·cha ante d aclarar, atacaban á Bazeill s, de­fendida por la Brigada de infantería de marina del General Va.s­soyne. En e te punto la lucha fue heroica, pero puramente defen iva. Bazeilles es una fuerte aldea, at1·avesa a por camino que allí e cruzan. De un lado e encuentra el castill y parque de Dori val, d el otro el parque de Mon illcrs al orte de la villa Bcurmann. Lo franceses h hían con truí o barricada en las all s y almenado los muros. Por desdi ha no habían dispue to la r is­tencia sino en una arte del pueblo. Por pura n g-lig ncia repitió esto en varios puel>los vecino • en Daigny, en Fluing, en Gi,·onne: en vez de ocupar de modo firme la prim ras ca as que daban frente al enemigo, se las d jtS completam<.>nte de lad ,, y ólo se formaron barricada n la egunda mitad d .. ¡ pu blo. Aqu lla fue una falta gra ,. que tu\· fune ta con ecuencias en toda la lo a­lidade en dond incurrieron en ella . En f cto, es muy ci rto que si 1 nemigo logra penetrar en la habitaciones que se le abando­nan voluntariamente, all\ se in tala, e une y se pr ura d fen as. Las ·ntaja e o p n ~an y pierde toda la utilidad tle la situa­ción def nsi ·a. E to fu_ lo qu sucedió. Pot· medio de una att·evida ofen iva los á varos, r chazado al ca a aband nadas d 1 lad del Sur. llí ncontrar·on d fu t·t • con trucciones de pi dra en que se mantuvi ron con t nacida . ~n­tone com ·nz6 ·una lucha pan o a. Pt·im r batían dt! ca a á ca a; luég-o, cuando ll egat· n t refucr¿os u rpo á cuerpo n los jardmcs, en la call s n las granja . E.·a~ rados e n una r - si tencia qu le au aba pérdida norm , los alcman e ma­nejaron como salvaje : a e inaron á 1 habitant , mataron á los ancianos y á la mujere . 1uchacho hubo con la cabeza de p da­zada contra las paredes. oldados culpables del crimt:n de haber- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombi;t \.._ 766 _) se d efend ido ien fueron fusilados á sangre fría des¡Jués de la acción. E:1tt·e ellos se cita á 1 s •· s. Vatrin T nient , y Che,·a­lier ubt ~niente de infantt.ría d marina. La ra ia de los alema­ne r t 1, que durant l combat su artilJ ría, con rie go de matar inclif r ntem · n e amigos y enemigos, acriuillaua á proyec­tiles á 1 infortunada ald a. Variedades u .. su- rrQ Ez TATURALJ! Por J. D. Powle E g., Prc::.id nte del mi té de Tenc<.lore . d Dono de lis pa-n mérica (V.F.RSlÓ_r DEL 1. 'GLÉS PARA U, , BOL B. TI {Continú ) para e cog r sus de to o e 1 ·lo o partido . Lo que miúan y de-arte que pare?ca Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar de Colombia neral d la ierra N vada no sólo de aquella parte que corre pa­ra) la á la co ta entr la ordillera de Ocaña y la iénaga de a ntama rta, in o tam ién de la sierra qu e separa d la Ne-vada, y e xti nde por l interior d l paí. , por el aJJe Dupar, ó por el río Cesar, y el \ '" lle de an ·eba tián que desemboca en esta i~nacra . .. l ma a general de estas do sierras contigua aun cuando imperf cto, sed la mejor b e para el e ')culo, como que daría idea d lo dif ,-ente clima y u grad s, d sde la costa á lo valles del interior, á las mayore~ altura ; d cribiría la naturaleza del su lo y lo producto adaptables á él · dada relación de la pobla­ción originaria re pe to de la cual pu de d(. nd r pat-a promover el e table imicnt cl migrante · indicad la clase de maderas y mina que 1 ueclen trabajar con prov che y la ti . rras bajas adaptabl para el cultivo d 1 lantas tror ical eñalaría el cur o cl mucho arroyos que bajan de la stet-ra , ·n uatr dis­tinta direccione : alguno d sembocan. dir C"tament 1 mar, y otr s en :.) río de la I-i cha · n Juan), Ce ar y an cba tíán. El mapa indicada tambíén la dit- cción de Jo amincr que e po­drían hacer ntre las ierras y la osta par fa<..ilitar toda las opet-as. iones. Cuando se obtenga este mapa con todos lo datos nece arios é infot·mes, y la umpañía bien apo\ ada por las autoridades del paí , señ le una com1 íón para u mini trar cierto númer d casas prov1 i na les pero n vario sitios bi "'n ese gido.. para que ean como el núcl o el_ centros de población, a a qu no han d e r muy co tosa , y cuand stén ca i concluída y pr nta pat·a er habiLada , entonce se pueden ndar incuenta famili s d inmi­grant lngl terra y di tribuída n pequ ño grupo n la ie­rra. E ta familia 11 garían ju tam nte n la tación acl cuada para el. smontar la t1 n -a y embt·ar gt-anos y otro producto ne­ce arios para el so tenimiento de e a pequeñas o1 nia . ta se­ría ap nas una medida de precau ión, · or u en 1 actual estado de cultivo 1 paí pued procurar los vívere nece ari s á lo co­lonos, aun cuando no de la mi ma cla e que s clan 11 Inglaterra : con 1 ten rinci¡ almente en plátanos, maíz mijo, carn café pa­nela, cacao y arroz. En 1 s primeros cinco años la colonización e limitaría á las allas ti rras de la ~¡ rr , con agrándese lo colono á la con truc­ción de h Wtacione ermanent s y al cultivo de la lanta ade­cuada á clima templados; to , qu or una part aumenta­ría 1 producto que -.·ig 1 consumo d los colono , y por otra se xtend dan 1 s iembra de café, caf1 lulc y tr rtículos de futura ~ portación, n grande cala. medida ue la coloni­zación s establ ciese en la i rra, aum ntando u número de ha­bitacione y medio de ubsi ten ia, la Compañfa debería seguir enviando anualmente nuevas partidas de emigrantes que colo­carían en los pequeños pueblo formados ya, 6 en otros nuevos. l!ste sería el período de aclimatación, fácilmente r alizable si se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bolet ín Militar de Colombia '- 768 _J sigue la tierra alta en donde 1 clima es perpetua prima vera, á una altura de 8oo á 2,600 metro sobre el nive l deJ mar, y perfec­tamente re guardado, con tal que la operaciones no se precipiten y que ada colonia se so tenga. Una vez ue lo col onos e tuvieran aclimatados y totalmente establecidos, podrían, sin m no cabo de su salu grauualmente de cender d las al a tierras de la Sie1·ra, hacia la co ta y valles bajo , en cuatro direccione di tint de modo de empr nci r su­ce i\·am{'ntc: I . 0 la limpia d~ las s )va de caucho, palo campeche, morera brasil, dividlV/, tagua y otras vali sa e ncias · 2. 0 , 1 culti­vo en la tierras limr ia , de alg dón, tabaco, cacao caña dulce y otros _reductos tropicale . Para amba operaci nes puede aunarse el tra aj d los hijo 1 aís y adaptar extensa y excel ntcs ti rra á todo lado d l d cliv de la ierras. Lo alarios varían aquí, con la clase de trabajo y de trabajadore , de 20 á 40 centa­vos . t gundo períod , de cinco año . compl tarfa la obra de la colonización · de m~ do que en di z año la Com1 añía o ría comenzar á trabajar on gran pro \ echo 500,000 hectár a cle tie­rra y ha ría a egurado u p i ion s n 1 • stado d 1 Magda­l ena. La sola r gión de la Si rra N \·ada y u ramal dría recibir n unos pocos años 50,000 emigrantes, disfrutando de 15 hectáreas cada uno. La mi •·ación, om nzanclo con sólo cincuenta familias, po­dría aum nt r gra ualm nte á enorme propot·ci nes durante los prim ros diez año d in tala i6n, y con guridad erfecta, con tal qu a ena llegasen nue-vos migt·arte á las parte ya o ­l oni7A. as, a u llos ue se ha fan aclimatad tra lada n á Jas recrione bajas, en donde se encu ntran la m fértil y m ade­cuadas para 1 cultivo n grande de) algodón, tabaco cacao y azúrar. L Comr añfa o tendría exc lentes re ultado or ~1 . is­tema ele concesione d tierra n lote d 1 o 1 5 6 20 h~ tárea á cada f milia para que Ja pao-as n pot· pequ ña anuali la \.:'S du­rant 1 ur o d di z años, con tal qu ntre la art s coloniza­da alguna ti rra p rman ci . e in v nd r 1 ual procrr si va­m nte g-anarí n v lor, haciéndo cada año má ~ redituaule á la Compañía. · Lo olono v n-ierno de la Unión y el 1 nos, por 1 tiem o · n que se s-nciones: 1 . • 1 servi io milit r; 2 . • De n- Continúa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 24

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 5

Por: | Fecha: 03/08/1901

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eotdin g}lil\tnr be ~olombia '- 130 __} DECRETO NUMERO 851 DE 1gor (15 DE JULIO) que establece las asimilaciones militares de alguno:. empleados del Parque general. El Vtápre~ulenle de la RepúbHca, mrargado drl Podtr EjecuHvo, DECRETA Artículo único. Desde el I.0 d Ago to entrante los Empaca­dores del Parque general tendrán las asimilaciones milit~res si­guiente : El primer Empacador, á Sargento :i\fayoL Lo segundos Empacadores, á Teniente . Lo do· Ayudantes de los íd., á Suht"'ni~nt · Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 15 de Julio dt• 1< 01. J '1~ 1 fA Tl.~EL MARR QUIN El Ministro de Guerra, Jo ·f. VIc~::.· ·J¡~ o.·cu DECRE10 U.IEKO ; 1. F Iyüi (22 DE J 'LIO que dispone OTfanizar l.l l ulumna t!r Bogot i ¡,_·¡ VTúpl tsidmle de la Repúbh'm mrclrgadu dtl roda E;t{tllrt10, DECRI'.'l'A A. ·t. 1. Procédase á organizar la C( /w,na de Bogold con do 'u 'r pu. '1\ nominados Legt'fm dt jt;~·o:ts y Guardt'a l rba11a, cuyo p Lonal, c umpuesto ¡le estudian! ·s, t n.pl ·a do .. públi y demá indiYiduo \·oluntarios, será di~tril..m;Jc ) { (JIWt nient mente por el Comand<.i . · general de la Columna . : ;-;. 2 , Facúlta e al m. u C n .· n ante g n ·ral para jar el núrnl 'r" , :e compañías de cada Cut 1 p; y la· plazas de que han de constar. Art. La Columna dt Bogold tt·ndrá u E tado Mayor con 1 ··iguien:~ ¡.>ersonal: Con.~H1dante general, General Santiago Ca margo; primer Ayudantt' g neral, Jefe de Estado 11<1, or, Coronel Teodosio Co­rrea, del Cuerpo de Depósito, qui n continuará pert neciendo á é~tt·, prc tando en comisión el enicio de Jefe de Estado Mayor de la ·,>kmna; Adjunto~, Capitanes Rafael Márquez y Pablo Pi­zano; Habilitado, Bercelin'o H rrár.d z, a imilado á Capitán; In:­tructor, Capitán Emilio Prieto, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~Wld;n !ntHtar be ~otomb\Q '- 131 .__/ Art. 4. 0 La Plana Mayor del Cuerpo Legión de ]fmmeJ tendrá este personal : Primer jefe, Coronel Daniel Granados; segundo Jefe, Te­niente Coronel Manuel Angulo; Ayudante Mayor, Sargento Ma­yor Fidel L. Casas; segundo Ayudante, Teniente Alfredo Lleras; Abanderado, Subteniente .................... . Art. 5. 0 La Plana Mayor del Batallón Guardz'a Urbana ten­drá este personal : Primer Jefe, Coronel Santiago Rozo; segundo Jefe, que se nombrará por separado; Ayudante Mayor, Capitán José María Aarón; segundo Ayudante, Teniente Manuel Ucrós; Abanderado, Teniente Ignacio Moreno. Art. 6. 0 La Oficialidad para las compañías de los mismos Cuerpos e nombrará por separado. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Julio de 190 1. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VICESTR CoNCHA. DECRETO NUMERO 888 DE rgo1 ( 22 D.F. JULIO) que aumenta lo'i sueldos de al~unos empleados de la Intendencia cenera! El Vz'ctpresidmle de la Repúblt'ca, encargado del P•da- Ejeculzi:o, DECRETA Art. 1. 0 Desde el 1.0 de Ago to entrante se aumentará en cincuenta pesos ( 50) el sueldo de los siguientes empleados de ]a Intendencia general: el Secretario general, cuyo sueldo es de $ 1 so; los dos Escribientes de la oficina central, que devengan $ roo cada uno; el Inspector de obras militares, cuyo sueldo es de $ 150; 1 Subjefe de la Sección 1.•, que goza de $ 150; los dos Ayudantes de la misma Sección, que tienen $ roo cada uno; los dos Ayudantes de la Sección 2 . ., que tienen$ 100 de sueldo, y lo dos Escribientes de la Sección 3.•, que devengan á 100. Art. 2.0 Queda en estos términos reformado el Decreto Eje­cutivo de 28 de Agosto de rgoo, orgánico de la Intendencia gene­ral del Ejército. Comuníquese y publí1uese. Dado en Bogotá, á 22 de Julio de 1 go 1. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VICEIHE CoNCHA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oldm !Jtititnr be ~olombia '- 132 _J DECRETO NU1'IERO 896 DE 1901 (25 DE JULIO) que asimila á Subtenientes á los individuos de tropa pertenecientes á. la Ltgió,t de Jóvmes de 1• Columna de Bogotá El Viaprest'dmle de la Rtpúb!t'ca, mcargado del Podn· E.Jeculz'vo, DECRETA Artículo único. Todos los individuos de tropa, soldados y cla­ses, de la Legz'ón dt jóvmes de la Columna de Bogolt.Í, quedan asimila­dos á Subtenientes para los efectos fiscales. Los Oficiales y jefes gozarán el sueldo de su grado. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 25 de Julio de 1901. JOSE MANUEL MARROQUI El Ministro de Guerra, JosE VrcRNTE CoNCHA DECRETO NUMERO 905 DE 1901 26 UE jULIO) que di pone elevar el número de plazas d l Batallón Artillería odadu El V/ctpusidmle de la RtpúbHca, encargado dd Podtr EjecuHvo, DECRI<. TA Artículo único. Eléva e á 300 plazas el personal de tropa del Batallón Artillería Rodada. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Julio de I go 1. JOSE MANUEL MARROQUI El Ministro de Guerra, JosE VICENTit CoNCHA DECRETO NUMERO 913 DE 1901 ( 26 DE JULIO) por el cual se uspende el reconocimiento de algunos crédito El Vzeepresz'dmle dt la Repúblz'ca, encargado dtl Poder Ejecutt'v,, En uso de sus facultades constitucionales, COMSIDERANDO Que es necesario aplicar todos los recursos del Erario á la terminación de ]a guerra, y no pagar inmediatamente sino los ser­Yicio~ urg~tes, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l\o[din !Jlilitat be ~oLombi« \._ 133 _J DECRETA Art. 1. 0 Desde la fecha del presente Decreto, y mientras dure turbado el orden público, queda suspendido el reconocimiento de créditos provenientes de contrato de corvpraventa de semovien­te destinados al servicio ó consumo del Ejército, y de suministros, empré titos y expropiaciones por causa de ~uerra. Art. 2. 0 Exceptúanse los contratos hechos directamente por e 1 Despacho de Guerra con posterioridad al 1. 0 de Agosto del año pró.·imo pasado, los celebrados por otras autoridades, en vir­tud de delegación expresa del mismo Ministro, conferida en aque­lla época, y los que en adelante e celebren en iguales condiciones. Art. 3.0 Por la . ección 2.• del Ministerio de Guerra se hará un inventario de los negocios de la clase á que se refiere el artícu­lo 1.0 del presente Decrdo y que cursen actualmente en esa ofici­na. Esto expedientes pueden ser devueltos á los interesados, pre­via petición y bajo recibo. Art. 4. 0 El presente Decreto no modifica ni deroga el núme­r 799 de 9 de los corrientes. ComunfC}uese y publíquesc. Dado en Bogotá, á 26 de Julio de 1901. .JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Gobierno, Guu. u.t 1110 QUI. 'TERO C.-El 1{inis­tro por un cua - ~ >." La fu~rla m )ral se ha m r t 1 J iempre por 1<· grc ndes mili­tare. com sup_rior á la fí.,ic:t, p r lo cual ense ·, ~tba Bougeaud, con sobra de raz.1n, ue cu tnd _, e ha educado el ~ . ma del solda­do, y ganado u conflanza, se 1 ' p· ··den exigir tod ' los· sacrificios imaginables. Por esto en la : ··~·3. des crisis de 1 pueblos, la muerte apenas preocupa el pen ·;·:t:niento de los h ~., mhr .s: lo con­trario equivaldría á una mue tra ,Jalpable de decad ·n .ia. Y aun cuando en la actual b·u e rra civil las hu "te que defien­den las instituciones conservadora', á diario ejecutan actos de subli­me heroí mo, como el reciente pa~ del puente d (· Girardot ó la defensa del Chaparral, no por e ' ) habremos d spreciar lo. grande ejemplo que nos dan los olclados de otr , paí es, en es­pecial cuando salen de la vía de la imple bravura y ncs enseñan de cuánto es capaz quien re uelve cumplir con el alma lo- precep­tos d la ord nanza militar. En la reciente lucha sosteni a por los rusos contra los chino , en el extremo orient , una aldea rusa ribereña del 1 mur sólo con­taba en un moment dado 4 I hombres, j6venes y viejo , porque la parte más válida del exo fuerte e taba lejo~ en campaña. De e os 41 hombres 30 guardaban el río, y como el resto no era suficiente para 1 servicio de patrullas de enlace con las ald a vecinas, las doncellas de Blagovieschtchentk vistieron traj masculino, se ar­maron de sable y fusil y montaron guardia día y noche : en espe­cial se dtstinguieron 16 cuyos nombres son hoy e n cido en todo el imperio del Zar. Pocos me es después de esto, un destacamento de unos 120 hombres marchaba custoJiando un hospital militar móvil, cuando al llegar cerca de Jantulindga el Subteniente de artillería Valch, que servía de vanguardia con ocho tiradores, avistó 200 chinos em­boscado en un desfiladero. El oficial, después d~:; eñalar el pe­ligro á la columna, atra vi e a rápidamente la aklf;a, se establece en los olare del ejido, y rompe el fuego contra los chinos, que por su parte hacen lo mismo. Pronto Valch y tres de sus com­pañeros son heridos, y sin embargo el puñado de valientes resiste media hoía, hasta que el grueso llega en su ·ocorro; pero en­tonces el heroico oficial, sin hacer caso de su herida, toma la ofen­siva con los 5 soldados que le restan, y persigue á los chinos du­rante dos leguas. Terminada la lucha, se halló que Valch y sus soldados habían puesto fuera de combate más de 6o enemigos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • l3otetin 9Jlititar be ~otomóia '- 136 __} En el relatc5 de la jornada se hace mencwn especial de los soldados Cheriglazw y Krymskii, de los cuales el primero, no obs­tante haber perdido cuatro dedos de la mano derecha por un ba­lazo, y el segundo el brazo izquierdo por igual causa, continuaron el fuego con una sola carabina: el qzu a!Ín lenía buma la flzatzo it­fUÜrda, sostenía d arma y la apuntaba, m tmzlo qut d olro la cargaba y dt'spara ba . Los tres héroes fueron condecorados *. En otro campo habremos de recoger ej mplos de no menor valía, por cuanto e refieren al heroísmo civil: La 1 c. pública Argentina, cuyas relaciones con Chile son tiran­tes, por motivos de presupuesto tuvo que r ducir sus gastos milita­res, en Jn(Jmentos difíciles por cierto. El pueblo trata de ubsanar ese inconn:niente, en guarda de la integridad nacional: :M . A. cedió un edificio para instalar el Colegio 1filitar; 11. C. dio un millón para establecer el nuevo campo de maniobras; rvi. P. hizo e si6n de sus rentas, durante dos meses, para la compra de doce cañones y 6,ooo granadas; M. Pr. ofreció al Gobi rno s,ooo caballos; la Compañía de Jesús compró en Inglaterra un cruc ro de 8,ooo to­neladas; M. A. pidió por su cuenta 20,000 fu iles; un comité de Obispos organizó una colecta para recog r fond JS para la defensa del país, l·c. Y estos hechos tuvieron inm diatam nt ·ficaz resul­tado : la actitud de Chile se modificó de una man ra ~.cnsible . El patriotismo argentino ganaba una atalla antes de estallar la guerra. ¿ Los n rcladero colombianos tomarán n cu ·nta las 1 i n ~ qu ant e el n, en lo mom nto. n qu-. 1 ligra la int grida<.l ele Col mhia ./ .n que los stil ¡;a 1·ia apr tan á ata arno ·d. lama­nera más infai 1 é injusta qu imaginar e pued ·? ~i así fu n, no hay duda que 1 triunfo final será nué tro; y i acaece 1 ontrario, m - recicla tendr .mos la esclavitud moral, la e lavitud de la e nci n­cía, que p.: ad. entonces soLre la patria, no mr.nos que la pérdida de los biene ele fortuna, que sed su natural ·ompl mento. El tiem­po dará la e< ntestación pedida: Francia no ubo ga~tar cien mi­llones en reor(yanizar su estado militar, y ¡,agó quini nt ~ y do¡ provincias al tudesco vencedor ...... . LA DIH.ECCION D ~ Lr\ GUE ) A 1 :EXP SICIO!' SUCI .. TA DE St;S PRI. 'CIPIO.' Y ;tiF.DIOS DE EJECUCIÓ, ·, POR EL GENERAL CODIAR DAHÓ •• VO.' mm GOI.TZ (Traducido para el Boletfn /lld.tol'} Continúa El acometedor quiere acercarse á u ad rrr ~ario y batir! o. Aquel que stá animado de una Yoluntad ien 11rme, pone n juego * Falt~., y grande, hace entre nosotros la existen ~ia de una c• , ndecor~ci/.a pensionada pura premiar los actos heroicos de los sohl~Jo!; colombi.~no .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oietin !nHitat be ~otombia '-- 137 _) toda su perspicacia y encuentra con facilidad acertadas disposicio­nes; al propio tiempo el campo de las faltas y de los errores que pueda cometer, se circunscribe más; porque tiene enfrente, de modo claro, el objeto que trata de alcanzar, y ya no puede enga­ñarse sino en la elección de los medios y en la ejecución. La actividad y el movimiento inherentes á la ofensiva estraté­gica, facilitan la concentración de las masas que avanzan. A cada una de las marchas se les podrá comunicar una dirección tal, que converjan má . Esto será tanto más fácil cuanto todos los jefes su­balternos verán claramente aparecer ante ellos el punto en mira. u cooperación revi te una forma más sencilla que en la defensiva expectante, en la cual el objeto no se les indicará ino en el mo­mento en que el enemigo aparece enfrente de la posición. Por la naturaleza misma de la ofensiva la cooperación de to­do e facilita de manera singular, y este hecho tiene una impor­tancia. tamo más grande, cuanto la fuent de toda sabiduría estra­tégica consiste en aparecer en el punto que se quiere, con el mayor numr:ro de fuerzas posibl . De otro lado, la ofen iva. tendrá, la mayor parte de las veces, una porción ganada si en un solo punto su esfuerzos son corona­dos por el éxito; por lo común, la posiciones del adversario for­marán un todo orgánico que, de llc que una de sus parte es heri­da y de truída, no tit!nC ya ni cohesión ni con i tencia. A ste propósito haremos notar que el acometedor di pone toda vía de otro m di , l de la orpr a, put.: to que es él quien es­coge 1 punto d n e dará los golpe decisivos. El defensor también está frecuentemt:nte, s cierto, teniendo cuenta .·acta de todas las circunstancias y de todas la eventualidad . , n aptitud de adivi­nar cuál erá ese punto; no por e to stará meno expu t á error~.: de pormenor. La naturaleza misma de las cosas autoriza, pue~·, de a.lgün modo al-acometedor á alimentar la speranza de que n el punto que escoja para el ataque, ncontrará al d fen­sor medianamente pr parado á rechazarlo. Aun cuando las operacionc estratégicas cl<.! cierta importancia exigen tiempo, dando así ocasión á que el defensor pueda todavía sub. anar los errores qu haya cometido, tam ién tendrá uc recorrer grandes distancias, y n le será dable remediar la falta cometidas sino en limitada medida. Si en la concentración de sus fuerzas se ha engañado desde el principio, difícilmente podrá reparar el error : no e mudan dt: lugar la grand.es masas de ejército con la misma facilidad que las p1ezas de un tablero de ajedrez. Una ele las ventajas esenciales de la ofen ·iva e que el ejér­cito cambi~ con ·tant mente de ~tio. Ahora. bien: en todas las situa --iones críticas el solo cambio con tituyc un beneficio. El cam­bio de lugar impuesto por la ofensiva, ejerce influencia bienhe­chora sobre el estado moral y físico ele la tropa. A primera vis­ta, este hecho parece no tener jno una importancia secundaria, pero hay ca o en que bastará. :i comunicar vida nueva á un ejérci­to agotado. Para convencerse de ello, no hay sino imaginarse el estado en que e ~ncontraría un ejército detenido largo tiempo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~t>Idin ~Hitar be ~t>It>mbia \._ 138 _) ante una plaza fuerte enemiga, y que luégo volviese á em­prender sus marchas y operaciones á c'ampo raso, tan ricas en pe­ripecias ; esto es lo que les sucedió á los Alemanes, después de verse libres al fin del bloqueo de Metz, que duró muchos meses. En resumidas cuen tas, la ofen"iva, á nuestro parecer, no pre­senta sino ventajas. P~::ro no deberá perderse de vista que ella exi­ge numerosas tropas. Su carácter esencial es imponer que se haga de las fuerzas el uso más absoluto. Y debe saber e que la marcha las consume tanto como el combate al cual ella conduce. En la guerra, las püdidas que se sufren durante las marchas, son quizá más con iderables que las que oca~ionan lo combates. Como la ofensiva es una acción que progre a de modo con­tinuo hasta lograr el objeto, si puede verificarse sin ninguna de­mora, no habrá tiempo de reposo que permita á las tropas reha­cerse, ni recoger los rezagados, ni llamar tropas descansadas. Así fue como la guardia prusiana, á pesar de u excelente di~ciplina, perdió de cinco á is mil hombres durante lo días de n1archa que mediaron entre la batallas de Saint-Privat y de Sedán •. Por regla gem' ral ha de uponerse que el país que atraviesa el acometedor, es país enemigo; hay, pues, que asegurar el do­minio de él t. El jército que avanza tendrá que dejar atrás frac­ciones de sus fuerzas, que no podrán ayudar en lo ncue'ntros, ni en las batalla decisiva · que hayan de librarse. Por otra part , la mayoría de las vece hay que protege r las líneas de comunicación del ejércit , única manera de a gurar ín­tegramente el servicio de víveres. A medida que el ejército aYanza, se aleja de la madre patria, fuente natural de donde él d riva todo aqu llo que necesita. En paí es de civilización muy avanzada, que disponen de numcr sas vfas de comunicación, y cruzados en todos sentidos por camino de hierro, ste hecho pierde mucho de su pe o, pero no d ja de ser un factor importante en la apreciación de la ofen iva, y forma uno de los lado débiles, puesto que no se podría hacer uso de la vías férreas que se expl tan en país enemigo, con tanta seguridad como en las propias; además es imposible servirse de 11as para trans­portar después del grueso del ejército acometedor, todos los des­tacamentos que haya dejado atrás, en tanto que un ejército que se bate en retirada, los recoge de modo muy fácil á su paso. Los iti s tas circun alaóones d plazas fuertes, que ne se juzgan como cantidades despreciables, distraen cierto número de tropas. Es rasgo característico de la humana naturaleza que el es­fuerzo no haya de ser continuo. Por esto disminui,rá insensible­mente, á medida que los acontecimientos sigan un giro favorable, • Hohenlohe, Strategislu Briif~, I. p. 55· t Es cierto que puede presentar e el ca o en que el acometedor que avanu al través de un país enemigo, halle apoyo en los habitantes, si son de su misma nacionalidad. Pero esto constituye una excepción : es un hecho debido a6Io á la casualidad, y de ningún modo fundado en la naturaleza de la ofensiva. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o{etin !JlHitar be ~o[ombia '- 139 _¡ la necesidad de reunir todas las fuerzas, 6 no se impondrá de ma­nera perentoria, como sucedería si la situación fuese mala. Por último, la ofensiva continuada despertará fácilmente la envidia, el celo de las otras potencias, 6 les inspirará inquietud. La situación política general se tornará desfavorable para el aco­metedor. Esta será una causa de debilidad que podrá agravarse si una de esas potencias va hasta la intervención armada. El aco­metedor se expondrá frecuentemente aun á perder sus aliados, que de buena gana le sostendrían hasta cierto punto, pero que no consentirían en qu~ se hiciese demasiado fuerte á sus expensas. Hay un hecho muy característico para la ofensiva estratégi­ca: que el ejército de vanguardia, el que está en contacto con el enemigo y que libra las batallas, no constituye sino una fracción relativamente débil de las masas que han entrado en · campaña: ~ menudo apenas es la cuarta parte, alg-unas veces sólo la octava, y sin embargo la suerte íntegra del ejército depende del éxito 6 del fracaso de este grupo de vanguardia. Los ejércitos que toman la ofensiva se disuelven, como en la primavera la nieve recientemente caída. · En 1812 Napoleón pasó el Niemen con 442,000 hombres; y apenas tres meses de pués entraba á Moscou á la cabeza de 95,000. No le quedaba, pues, sino la quinta parte de su efectivo. La destrucción de e ta última quinta parte durante la retirada, de­cidió de la pérdida de toda la campaña y produjo el retroceso que surgió en la carr ra hi ·tórica d. Napoleón. Todavía más de bulto es el je mplo que nos ofrece la campaña d I8Io en E paña: 400,0 france es atravesaron los Pirineos en la primavera; no de­jaron un instante de avanzar, obtu ieron numerosos triunfos, pero finalmente el Nfari cal Ma na no llegó sino con 45,000 hombres delante de las Hneas de Torre - V edras, cerca de Lisboa, en donde de Lía d ·cid ir ·e la sue rte de la campaña. Pero llegó allí con un efectivo demasiado débil para poder dar el golpe decisivo y alcan­zar el punto en mira, qut e taba tan inmediato. La consecuencia necesaria y natural fu una retirada desastrosa, á partir de la cual la fortuna se mostró constantemente desfavorable á las armas fran­cesas en la península ibéri<;a. En la primavera de 1829, el 11arisca1 Diébitsch mandaba r6o,ooo hombres que Rusia puso bajo su dirección para llevar á. buen fin la campaña en la península de los Balkanes. Cuando llegó delante de Andrinópolis, no le quedaban sino 20,000. Si hubiese tenido que continuar su marcha adelante, habría llegado, según cálculos de Moltke, cuando más con ro,ooo hombres delante de Constantinopla. La paz, que él tuvo la habilidad de firmar en ese momento, impidió que se descubriese este estado de cosas y que surgiese un cambio fatal. Lo mismo pasó en 1878. De los 460,000 hombres que forma­ban el grande ejército ruso, y á quienes se hizo atravesar el Da­nubio, ro,ooo apena llegaron á las puertas de Constantinopla, y en esta suma e tán incluídos los enfermos que, según se pretende, formaban la mitad del efectivo total. Los alemanes mismos, fuer- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eotetin ~i(itat be ~o(omóia L 140 -.J tes de 372,000 hombres (sic) en el momento en que franqueron la frontera en 1870, no alcanzaban, después de una campaña de mes y medio, sino al número de 171 ,ooo hombres cuando llegaron de­lante de París. Para ellos el monto de las bajas es relativamente débil, y sin embargo, si la fracción que quedó hubiese sufrido una derrota, los asunto habrían tomado un aspecto muy distinto. Es, pues, con buena razón, como señalamos e te hecho del vigor decreciente de la ofensiva, que constituye un fenómeno in­evitable, un factor que absolutamente hay que computar y que, á medida que se prolonga la línea obre la cual progre ·a la ofen­siva, se hará sentir más y más. Sed, pues, indisp n able to­mar todas las dispo iciones tanto admini trati as como estratégi­cas, á fin de estar en aptitud de refot:zar ince antemente al grupo de vanguardia, haciendo que sigan recur~os tras él. Estas re­servas, dice Clausewitz, d berán continua m nt atra v sar los cami­nos que se extienden á retaguardia del ejércit . Si se tienen en cuenta e to hecho , i no se 1 pierde nunca de vista, se habrá encontrado la bas es ncial para la ~ j cución de todo plan ofen ivo. La ofen iva stratégica má audaz y la má sabiamente combinada, conducirá por fuerza á un de astre final, i los medios de que se dispone no son suficientes para alcanzar 1 fin supremo, el que a gurará la paz. E te he ho urge clara­mente del destino de lo grandes ca itane ; de d Aníbal á Car­los XH y á apoleón, que cometieron errores n t punto de vi ta y encallaron por tal cau év. Ello se 1 ar cen á: p culaclo­res de talento cuyo r cur os on absolutam nte insufici nte para completar hasta -1 fin u combinacion . Vi ne un momento en que á cau a de un desastre, quizá mínim , t do. lo l rillant s triunfos obtenido ant s e d vancccn, y pi rden el un golp todo lo que habían adquirido. Si seguim el cur o de toda fen Í\'a, n persuad.iremos de que, á la inver a de la defen5iva, 11 ga <.Í un punto ulminante en donde la uperioridad dt! qut.:! <.li ·p ne al principio, p r ca u, a de un debilitamiento natural, ha 1 cr li<.lo tanto de su intensidad, que apen s ha r, po 'd a e6urar la victoria, pero u o 1 odrá pen aren má · triunfo en lo por venir. Es preciso que 1 G Jncral en Jefe po ea la seguridad del g !pe de vi ·taque e rcqui jr· para conocer inmediatamente el momento en qu u ofensiva llega al punto cul in n , ' fin e aca · par id de lla, omc lo hi ~ o Di - bitsch para firmar la pa7, ó bien para pasar de la ofensiva á la defensiva, en el cur o de la cual e mantendrá obre el terreno con­quistado, hasta el mom~nt en 1ue 1 adver ario se decida á pedir la paz. Si la ofea~iva l gra dem siado pronto su punto culminante, es decir, si ante d haber obtenido resultados qu le garan­ticen la paz, obtiene é ·ta tal como la pr t nde, se producirá un contragolpe que la mayor parte d la · ,·eces e hará sentir ~e una manera má · intensa de lo que lo haría una derrota repentina en el curso de la defensiva. Pero la ofensiva no sólo exige u .:..rzas en cantidad ufi­ciente y los medios de reconstituír sin cesar el grupo que forma la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o!din Wlintar be ~otom&ia \.._ 141 _) ·cabeza del ejército, sino también que el ejército ofensivo esté do­tado de condiciones especiales. Como la movilización s el elemento de la ofensiva, será preciso que la masas de tropa sean por sí mismas movibles y manejables, condición que no se podrá encontrar sino en un ejér­cito cuya in trucción nada deje qué desear. Las diferentes frac­ciones del ejército deberán con frecuencia proceder por su propia iniciativa; e to requerirá, pues, que posca un número suficiente de jefes xperimentado y bien resueltos. La ofensiva envuelve en sí misma tantos gérmenes di oh·entes, que sólo las tropas que tengan una buena di ·ciplina podrán sobreponerse á ello , tropas que, á causa de haber servido largo tiempo en paz, hayan adquirido la cohesión requ rida. Una ofensiva estratégica que e em'prcnde con tropas bisoñas y poco resueltas, no llegará á alcanzar triunfo sino cuando el ene­migo es de calidad inferior. Los ej'rcitos de milicianos son del todo impropios, y la marcha de a vanee á vece bastará para acabar con ellos en absoluto. 2.0 La o(tns/va tácfz'ca En la ofensiva táctica la situación es diferente en el sentido de que el número y la naturaleza de las tr pas tiene una importancia distinta de aquella r¡ue envueh· para la ofensiva estratégica. La buena calidad de las tropa tiene una importancia tanto más deci­siva, cuanto en la ofensi \'a tá ti ca é tas han de cumplir cargos como la toma de las trinchera y desfilad ro , e puentes y de po­sicione colocada n tad de d fcn a, &c., lo que es al> oluta­mente impo iblc de 11 var :i bu n término con tropa de condición mediana ó inferior. Un solo batallón bueno, ue no vacile en avanzar á pesar del fect que produzca el fuego d .1 ad\'ersario, pucd bastar para tomar un puente estr cho defendido por el nemigo, cuando diez batallones de condición inferior se detendrían ante el obstaculo 6 pretenderían efectuar un ataque 5in vigor, entrando batallón por batallón, lo ¡ue no le daría resultado. La batalla de la Lisaine nos suministra ejemplos. La línea de batalla muy extendida del General Cle \Verder habría sido probablemente forzada por 40,000. hombre de tropas decididas, en tanto que I 20,000 de mediana Ca­lidad no obtuvieron resultado *. • De ningún modo pretendemos criticar la posición escogida por el Gene­ral \Verder. Al contrario, s'u elección estaba muy de acuerdo con la ituación en que se encontraoa, aun cuando no estuviese conforme á las reglas que es pre­ciso aplicar en ~asos semejantes; un frente de 30 kilómetros es, en efecto, de­masiado grande para un cuerpo de 43,coo hombres. Pero el General de Werder conocía perfectamente al enemigo que tenía delante; sabía que si quitaba á este enemigo la posibilidad de ejecutar movimientos en \'Ol ventes, no sacaría nin­~ ún partido de su enorme superioridad numérica. Como bastaba oponerle en cada uno de los puntos ue la línea una resistencia relativamente débil para de· tener sus tropas poco manejable , su elección resultaba perfectamente justi­ficada. El Príncipe Federico c;arlos procedió del mismo modo antes de la ba­talla de Orleans, en frente al Ejército del Loire. Estos dos ejemplos prueban cuán esencial es tener en cuenta la naturaleza del enemigo, cuando s~ trata de aplicar prácticamente las reglas del arte militar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eotdin mmtat be ~o{ombia \._ 142 _) En general, para la ofensiva táctica será también preciso disponer de tropas superiores en número. Si esta superioridad nu­mérica no es siempre indispensable en relación al efectivo total de las fuerzas presentes en el campo de batalla, lo es sí en aquellos puntos del campo de batalla en donde se quiere dar el golpe de­cisivo. Repetiremos aquí lo que decíamos para la ofensiva estratégi­ca, esto es, que el movimiento, la movilidad inherente á la ofensi­va, facilitarán, de modo natural, la concentración hacia el pnnto que se haya escogido para librar el combate decisivo. La ofensiva táctica también será propicia, en el sentido de que ella desarrollará entre los jefes la actividad intelectual y los lleva­rá á proceder por su propia iniciativa. Ofreciéndoles ocasiones múltiples de obrar, los impulsará á ingeniarse, despertará en ellos la ambición y la necesidad de dis­tinguirse. Eu cuanto á la tropa, le ayudará á triunfar de la impre­sión que produce la vista del peligro, la animará comunicándole el sentimiento de su superioridad; todos, hasta e] último soldado, saben, en efecto, que si el jefe está decidido á atacar al enemigo, es porque juzga que tiene de su lado la supenoridad del número y del valor.-Conlinuará --~t- LA CIENCIA MILI'TAR EN EL AT NE , CONFERENCIAS DEL CORONEL DE INGENIEROS SR. KARV A [Continúa] Importancia de los transportes-Pas df lrmuport paJ d'Armh-Ideas acerca del material que deben conducir los Ejércitos en campaiía : Infantería, Caba­llería, Artillería, Ingenieros, Parque , material de Estado Mayor-Clasifica­ci6n de los transportes-Tren de combate-Convoy-Enormidad del tráfico á que obliga la ~ubsistencia de las tropas-Ejemplos que ofrecen las ca m. pañas modernas-Medios de transporte utilizados por la guerra-Estudio del problema de la tracción--Esfuerzo animal y automoYilismo. . Señalado en la primera lección el ancho dominio de la cien-cia. militar, vasto museo de todas las ciencias, comienta el r.1-Iar­vá la cleten:da e ploraci6n de u inmense eamp0, empleand@ al efécto un método sintético por a untos, el más racional y acaso el único posible; porque siendo aquella ciencia, como diría Spencer, abstracta en lo que atañe al cálculo, abstracta-concreta por lo que concierne á la máquina, y concreta por lo que hace al hombre, no presenta contorno escueto, ni se congloba en cuerpo de doctrina · lo mi mo e tudia el fenómeno en us elementos que en su conjunto, y tanto se contrae á la verdad simple como á la materia compues­ta. En tal concepto, un curso de Ciencia militar desarrollado en se ri nomológica, impondría el examen fatigoso y metódico de to­dos lo conocimientos. Un estudio desligado y sucesivo de Arqui­tectura militar, Industria militar, Electrotecnia militar, Química Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eotetin 91Hlitar be ~otombi• '- 143 -' militar, &c., daría la noción del órgano sin el concepto de la fun­ción, la inteligencia de 1& parte sin la idea del todo, el aro y la pedrería sin el engarce que forma la diadema. Por esto, el Sr. Marvá, buscando atracción é interés á su rela­to, reúne los términos conjugables de un mismo orden, los forma en grandes haces armónicos, y obtiene de tal suerte otros tantos te m s ó moti vos que vienen á ser las unidades compuestas de la Ciencia militar. De este modo, agrupando los elementos tendientes á un mismo fin, aparecen pequeños cuerpos de doctrina, y mués­transe bien definidos los instrumentos de que la guerra se vale, como el arma ofensiva, el escudo de la defensa, el órgano de mo­vimi ento, &c. Planeado así el programa de los conocimientos posi­tivos aplicados á la milicia, nada obliga el sujetar los asuntos á un ord n de prelación determinado, y cualquiera de ellos puede ser­vir de ingreso á sucesivos Cursos. El tlel año que rige lo ha consagrado el sabio mae tro al desarrollo de un tema que, por su palpitante actualidad y las alte­racione · qu ya señala en la vida civil, constituye un novísimo agente d indudable tra e ndencia para la gu rra : el Aulomovz"­Hsmo. • • • Antes de entrar en el estudio técni o de tal materia, y iendo el automóvil el medio de transporte que nos res rva el porvenir, era lógico que el Sr. Man·á encabezara el asunto con una diserta­ción ac r a de la importanc1a capitalísin.a qu tienen lo trans­portes n la guerra. Con este propósito ncaminó el conf rencian­te su razonamiento á probar dicha t i ·, glo ando ta s nt ncia de un ilu tre Gen ral francés: Pas dt lransporl pas d'Armée. El transporte, en u acepción genérica, es el aparato de mo­vimi nto, la facultad motriz, las piernas dd tjército; más aún, es su equipaj e , su vianda, u almacén; es ·1 hada bienhechora que dice al soldad9 : lóma la racz(m J' dnáa; damt la mochila y córre; ltn el cartucho y mdla, que aquí le erptro con la marmzla llena para rifrtscar lus fauc s ó reJiailar tu sangre después de la refriega. Si el gran ecre­to del Arte consiste en llegar el primero al punto decisiYo, la gue­rra debe plantearse como un problema de móviles, y resolverse por ecuaciones de velocidad e que ya no se pued n ·alcanzar con el paso de camino ni por la marcha forzada, sino con el rápido vehículo mecánico. Pero no basta 'llegar el primero j no se llega con el nervio firme y el pulso tranquilo ; de otro modo, sería llegar para caer; sería la estéril victoria del champz·Ó1l jéldeante que 5e desploma moribundo al pie de la meta. A esta necesidad re ponde también el transport , acarreando la vitualla y sirviendo al com- . bu tie nte aquellos recursos que previenen su inedia y ocurren á to­e.~ - su~ exigencias. La importancia de los tran porffis se destaca y evidencia eL< ncl el maestro enumera el copioso material de campaña que lv ejércitos deben llevar consigo. El consumo inmenso d~ muni­ciones impuesto por la vertigino a rapide7 del tiro moderno; los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletin ilitat be (S;oiombia \._ 144 _; gruesos contingent s que levanta hoy la nueva doctrina de la na­ción en armas; la :nayor suma de atenciones y requisitos que las dulzuras de la ciYilización reclaman para el individuo; el influjo ascendente de los ervicios especiales en la guerra de nuestro tiempo, y toda esa inacabable multiplicidad de auxiliares que el progreso ha llevado al poder o:ensivo-defensivo de los ejércitos, de tal modo agigantan el aparato de éstos, que ya se antoja 1 - queña la balumba de las errantes muchedumbres mandadas por Jerjes, y esto sucede hoy. á pesar de la obsesión reductora que preside al montaje del organismo bélico. La infantería, el arma más suelta y expedita, ya no puede vi­vir con la sola compañ(a del fusil, ni llevar como único uagaje la soñolienta mula del bafall!m ramaleando á veinte pasos de la se:rla ó de la octava. Necesita mucho más; no puede prescindir del biciclo y la camilla, del tÍtil que exige el vivac y de la caja de municiones que transporta la sección á lomo. No es menor la impedimenta de la caballería por su doble sujeto de jinete y caballo, sus tenden­cias al arma de fuego, y los adminículos que facilitan su servicio de e.'ploración. La artillería, cuya cifra da el grado de en rgía potencial de un ejército, con su piezas repetidoras de oracidad in­saciabl y los pesados tr nes de sitio que ha querido movilizar, re­clama tan perfectos y poderosos medio d e tracción, que no bas­tan los remos del caballo, ni el carro d se cción tradicional, ni el grave carro fuert , ni el arcaico armón de vieja batería; ' C n ce­sitan espacios má holgados, esfuerzos más potentes, aires más •e­loe s, motore invulnerable , caba11os que parezcan locom tora , y carros que semejen trenes. e necesita .... la Máquina. El zapador-minador ha ext ndido 1 radio de u actividad : ayer era la fortificación su único cuidado, por la e casa influ ncia de los camino n las peraciones de campaña; pero al pres nte, las obra de viabilidad, de reparación y d strucción que d be rea­lizar, ya en las marcha avanzando para facilitar el d pliegue, ya en las de retirada para dificultar el avance y estorbar los desig­nios enemigos, ya en pleno combate interviniendo en esa nueva guerra de posiciones cuya expugnación y defensa ofrecerán las peripecias de otros tantos pequeños sitios, y finalmente, sus traba­jos en toda clase de fuertes, plazas de momento y permanentes, demandan considerable material, parques muy bien estudiados y elementos de arrastre cada día más enérgicos y numerosos. Los servicios especiales, que son la fórmula del progreso mi­litar, porque han modificado los métodos radicalmente, imponen la constitución laberiosa y compleja de parques telegráficos, aerostá­ticos y ferroviarios que. no se pueden movilizar sin el auxilio de grandes fuerzas tractoras. Añádase á esto la creciente necesidad de parques sanitarios, por la mayor eficacia de las armas; la im­prescindible formación de los parques de víveres, exigidos de con­suno por la humanidad y el interés del éxito, porque las energías morales se templan en las físicas, y finalmente, los requerimientos de material para el servicio del Estado Mayor, y se tendrá una idea d·e la importancia que revisten los medios de arrastre . • ·~ * Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. · tJofetin !militar be <1olombia '- 145 _) Entrando á da ificar los transportes, agrúpalos el Sr. Marvá en dos grandes escalones: el de primera línea, constituído por los medios más ligeros que acompañan á las tropas como auxiliar in­disp _nsable de su fun ión combatiente, llamado por eso tren dt com­balt; y el de segunda línea, formado por aquellos transportes que acarrean las re. r.n·as ele toda e, pecie, y se designa con el nombre genérico de com}()_y. Fijándose tan 61 en los lementos de conducción afectos á una unidad ·uperior, el Cuerpo de Ejército, señala el Sr. Marvá la fuet·za de arrastre que absorbe un tren de combate, y menciona la que mueve los parques reo·imentales, las columnas de municio­nes, los parques de Ingenieros, los sanitarios, los puentes de van­guardia y las ambulancia . El ganado y los \'ehículos de todo gé­nero que r~<:i'Jltan d _ ste tanteo arrojan na cifra elevada, pero es mayor aún la que se requiere para el movimi"'nto del convoy. Los parques- resen·a ele municiones, los de zapadores-minadores, telégrafos, ferrocarril s, a rostación y sanitarios, lo. puentes nor­males, la. panaderías de campaña, el convoy de ·íveres, los equi­pajes y caudale , la documentación y demás efectos que concier­nen al Estado Mayor, e.·1gen má de 500 carros y 2,000 caballerías. P r sta -levada suma el<~ fuerza tractora es tan sólo la que e asigna como dotación ordinaria, la que mueve al Cuerpo d · Ejército y ocurre á us nece!-iidadcs del momento. Es preci o, ade­más, atcndc r á la sub -¡ en j¿> diaria de la· tropa., y e ta inexcu-able at nción e d · tan abrumad ra .uantía. que repre enta hoy el má ~;rave pr blema ele la gu rra. Si el Gran Capitán d.e los tiempos modernos lucHa re ol rlo xclamando hace un iglo: Que 110 se "" hable de lc>s ~·Í7Jt.rt..s, ho.', agi ·a ntadas las dificultade por la mayor com llcaciún, e 1 pr·oblcm· rl ~ los bastimentas resulta ciertament" pa rorofo. El 1 rincipio de que la cruerra dd:e altillazlar á la gut-rra, nccesari aun ¡ue inhumano, no es sufici nte, y come­tería insigne torpc~a d caudillo que lanzara 1 tropel d su· legio­n s á iJl'i't'r sobre el jHIÍs, ohic13nclose ele f rmular un plan d · avitua- 1lami nto paralelo al plan de o¡ .. "' racion . El d r ' < bo de requisa es un paliativo, y la ·.· eri nria r1rueba doloro t.!ment · cuán infan­til es la ilusión d que n la e marca r·cas la e piga ra brotando p r delante d lo batallon s. D todo 111 do . e n la requisa ó ó sin ella, la nece iclad el 1 transp rtc .,, palpé:. porque hay que acarrear la met·canda. Cierto que la industria de las con :nas alir .e nticia parece haber simplificado el asunto de la ubsistenci·~~; pero aquéllas no pueden sustitu(r los víveres fresco , y p:x otra pllrtc la normidad de los contingente deja intacta la magnitud de la cuestión. El estu­pendo efectivo de los ejércitos modernos permit fijar un término de comparación a pro. ·imada, considerando lo que significa el diario consumo de una población como París, ó siquiera como .1. .fadrid. Mas para poder apreciar la cuestión en todos u aspectos, no bas­ta calcular el tonelaje de raciones n vista ele los c~tados de fuerza, ni multiplicar este cubo por 1 coeficiente de merma; es preciso, TOKO II- 10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o[etin 3>Hlitat be ~otonthia '- 146 _} además, asignar á la partida de imprevistos un valor tan alzado que á veces sobrepuja las previsiones más cautelosas. La guerra es enormemente derrochadora, y si no repara en ~acrificios de sangre, inútil será que le pidamos economía de vitualla. Cuando el hambre está satisfecha, la ración es ptso muerto; y si abruma la fatiga ó urge llegar, se arroja el mendrugo á la cuneta del ca­mino: esto es lo real. Pero la ración tirada es tan sólo un suman­do; hay que agregar la que se abandona por causas insuperables, la que se filtra por el trasiego, el descuido y la rapiña, la que se avería por los agentes naturales ejercidos contra su tancias ex­puestas á la intemperie, y sobre todo la que se pierde por los fre­cuent. es apresamientos de convoyes. Con estos datos ya se puede calibrar la magnitud del asunto y deducir en consecuencia la mu­chedumbre de vehículos que aquél exige. El Coronel Marvá, después de estudiar el problema de las subsistencias, somete á examen otras componentes que agravan hoy tJ servicio de avituallamiento y dan á los tnnsportes una im­portancia de primer orden: la municiones de guerra. Los ejérci­tos actuales tienen dos bocas: la de lo hombres y la de las armas; una y otra devoradoras y jamá ahítas; la primera puede ufrir á vece dilaciones transitorias, pero la segunda no las acepta: y al punto en que se abre hay que llenarla, y llenarla inc san­tem nt hasta calmar su voracidad. El soldado resi te la sed, 1 hambre y la fatiga sin que u privadones de momento compro­metan la victoria; pero el fu il no pe ra· y si al toque del clarín no puede disparar, muerde el poi \ ' O y da en tierra con el hombre que lo . mpuña. Las municiones de guerra, que en tan copioso nú­m ro ha traído el tiro rápido, han ganado la preferencia á las de boca; é tas pueden hallarse en la lonja ó en 1 granero; mas para encontrar aquéllas no hay rcquz'szcz'ón que valga; un día sin pan no mata, pero un minuto sin municion s apareja el desastre y la muerte. Corre, pues, un torrente caudaloso é incesante ntre la Nación y el Ejército de operacione ·, y así se explica el fabuloso costo de la guerra en nuestros días. Pero lo dicho no es todo : es preciso traer al debate otras piezas de convicción, como las .;ontinuas re mes s e arma:s y equipos, la fr cu nte expediciones de mateN rial técnico, los convoyes de enfermos y heridos, los envíos de ves­tuarios, calzado, medicamentos, &c., y los reemplazos de personal y ganado. De todo lo expuesto saca el Sr. Iv1arvá la razón de ser que tienen lo grandes almacenes de reserva, los de etapa y demás de­pósitos que caracterizan la guerra civilizada y sir en de arranque á las columnas de municiones, de víveres, trenes de personal, ma­terial, &c., que constituyen las arterias del Ejército. Este movi­miento no puede interrumpirse porque es la sanguificación del cuerpo combatiente, y para mantenerlo en la medida que conviene, preciso es z1zcaular en su totalidad la energía motriz de la Nación y Jos transportes de que ésta dispone. * * * Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. e. tdin !1Hlitm· be ~oicmbin \._ 147 __; Estudiados con un rigor de análisis verdaderamente zngemcr1 los vanos aspectos ele la cuestión, apúrala el Sr. Marvá reforzan­do sus argumentos con pasajes de la hi toria contemporánea. Cita las últimas campañas del Imperio, y recuerda de qué manera los encendimientos del patriotismo han asolado los campos y las ciu­dade , haciendo el vacío y sembrando la muerte en derredor de los invasores, vencidos y aniquilados después de ganar todas las batallas. Como ejemplo de campañas realizadas en comarcas ricas, presenta la Franco-Germana del 70-7 I, y hace v r que la pers­pectiva de la abundancia no debe seducir á un beligerante astuto; que la ob trucción de un paso, el levantamiento de unos carriles ó la voladura de un puente ó de un túnel, como sucedió con el de Nanteuil, puede ocasionar la mortal parálisis de un ejército i no lleva gran copia de material rodado; y que, por muchos ,·ehículos de que disponga, nunca erán en número utkiente. eñala también la carencia de transportes en la campaña <.le ocupación de la Bosnia en 1878, y la grave cri is que moti ó la falta de los que se necesitaban para ef ctuar la concentración so­bre crajcvo. Finalmente, para sugerir una idea cabal de las grande masas que hay que remover n la guerra de nuestro tiempo, el r. Man·á pr senta una elocuente y nutrida estadística de la citada guerra del 70-71, leyendo vario guarhm s, de los ual s pudimo tomar los siguientes: Ejército del Rhin 'n el bloqueo de M tz (municio-nes de guerra) ......................................... . Infantería alemana (para entrar en operaciones) .. . Artillería íd. d campaña ............................. .. Idern íd. de itio en Belfort. ........................... .. Id e m íd. íd. en Parí ....................... , ............ . Id e m íd. íd. en . tra burgo .............................. .. Tonel:lda~ I6o 1,300 I,850 8,000 5,000 4,000 Víveres consumidos por · día durante el itio de París: cinco trenes de á 32 vagone . Víveres que necesita por día un Ejército de IOO,ooo hombres y 20,000 caballos: 300 toneladas. Las dificultades anexas al arrastre de masas tan enormes, pa­rece que se han de aminorar operando en países cubiertos por tu­pida red ferroviaria ; pero si se reflexiona la facilidad con que puede ser destruída una vía férrea, se comprenderá cuán chas­queado se vería un invasor que fiara en el normal funcionamiento de las líneas ocupadas, aparte de que ni éstas se han de encontrar por todas partes, ni su dirección será siempre la conducente á los fines tácticos ó estratégicos que se buscan. En suma: los medios de transporte que actualmente utiliza la guerra en sus distintos períodos, son : los ferrocarrile normales desde el corazón del país hasta las plazas-depósito; desde a1uí hasta el ejército se usarán todos los medios, ya los ferrocarriles normales, ya los ocupados que relacionen las bases secundarias y los almacenes de etapa, ya las caba11erías y Tehículos de todas cla- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l'~triitt !RH\tcn te (¡o(ombia L 148 _; ses que ofrezca la región; en cuanto al tren de combate y al con­Toy, utilizan los transportes por carro y á lomo . • • • Al llegar á este punto recapitula el sabio profesor las ideas Tertidas acerca de la vital necesidad de los transportes. La gue­rra se resuelve por el choque, por el combate; pero éste sólo es episodio final, la resultante precisa é instantánea de una composición de masas y Yelocidades; la masa se alimenta con la masa, y la velocidad con el e pacio rtcorrz'do; para una y otra cosa es necesario el transporte. La victoria, pues, no es sino una cuestión de v/tuallas y de pz'ernas, porque en la guerra como en todo, lo primero es subst:'lll'r, lo segundo marchar, lo último '{)tnetr. Si de tal suerte se destaca en la milicia el problema de la tracción, todo progreso que lo modifique debe merecer el atento examen de la ciencia militar. El Automovilismo es la última pala­bra en la materia, un nuevo agente que va entrando en la vida civil, pero que no ha recibido todavía la sanción de la guerra, y por lo mismo, con razón evidente, le conced el Sr. .Marvá las conferencias del primer curso d Ciencia militar. El problema, dice, resalta en términos bien preci. os: i Puede aplicarse el auto­móvil á la guerra·? ¿Hasta qué límite? ¿Conviene sustituír el mo­tor animal por el mecánico·? i por el estado actual del automovi­lismo deben armonizarse ambos, ¿cuál e 1 radio de su acción respectiva'? Para contestar á esta~ ue tiones s condición úne qua non a­ber ante todo qué cosa ts zm aulombm'l, conocer el ÓrÍ, por el contrario, se ncuentra todo n buen ord n, es para él una .. ati,facción de amor propio, al mi mo ti m¡ o que una garantía para su re ponsabilidad. Corre ponde al Capitán d arma- vigilar cl tra!Jajo de los obrero sa tres, zapateros, guarnicioner , &c., de su compañía, escuadrón 6 batería, &c. En caso de entrcgz .. el nuevo Capitán de arma no se hace cargo del almacén sino en virtud de un inv ntario minucioso de todo lo que enci rra, inYentario hecho en presencia de su prede­cesor y de un Oficial, y que de e concordar con el último total llevado á los libros. La exactitud de ello es certificada con las firmas del Oficial y de los d intercsaoos, sentadas en todo los libros del almacén . .A1 sobran.le de los diferenft's ifcctos u declara sú:mpre f'Or d m/smo Captldn-comandanle, el cual, después de un atento examen de cada objeto, decide lo que debe servir para suministrar pedazos con qué hacer las diversas compo turas y reparacion s de los uniformes viejos d-.:; la compañía, y lo que no siendo ya utilizable, pueda ser enajenado. El producto de e tas ventas entra n 1 fondo de ves­tuario. - Con estos procedimientos e ha llegado, gracias al cuidado minucioso en e. ·tremo de qu<; dan prueba en todo esto los Capita­nes Coman antes, á p01ur elvesluan'o y sus rtputslos at m: pze 1/trda­dtramtnle admr'rablt, y no puede impedir e 1 quedar impresionado cuando e visitan los almacenes de no imp0rta qué r Pues bien: todas las sustancias que se encuentran en la super­ficie de la tierra son porosas, bien que en grados diversos. Todas absorben agua en cantidad mediocre, pero que se hace muy consi­derable á causa de la gran masa de materias absorbentes. Esta ---- --------- • Altura del barómetro á las 6 de la tarde, 335li.6. Las pequei. :t~ :rrcgu­laridades de variaciones horarias hacían casi insensible la influencia de la incli­nación del río sobre la altura del barómetro. t Longitud 70°8'39", suponiendo, según distancias de itinerario, la latil ud tle la isla de 5°41'. :1: V(ase el B1/ttfn .Militar número 6 y 12, tomo r de I<)OI. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o{din mwitat be ~o!ombict '- 160 J agua penetra progresivamente con el tiempo, y puede llegar hasta muy grandes profundidades. Para averiguar el hecho es menester una atención escrupulosa, porque cuando se ca va el suelo, aun después de una lluvia abundante, la tierra no parece humed cicla sino á corta profundidad. Esta es una apariencia engañosa, porque ii se colocase en una estufa esta tierra que se cree seca, no tarda­ría en notarse una notable disminución de peso. Esto ocurre hasta con las sustancias más duras, las piedras, por ejemplo, y los alarifes saben muy bien qu las que ellos'tmplean se secan por la simple exposición al aire y erden lo que se llama agua de can­tera. La facultad de embeber que tienen los difere ntes cuerpos de que se compont la capa exterior de nuestro globo, es sumamente variable. En el interior de la tierra se hace una división del agua recogida en la superficie, en un todo igual á la que se verifica cuando se coloca un cuerpo seco sobre uno mojado. El primero nunca deja de tomar una parte del agua que posee el segundo. i se encuentra una cavidad, el vado forma una especie de llamada, y la humedad crece allí en forma de goticas que terminan por reu­nirse en cantidad comúnmente muy mediocre, pero que puede al­gunas Yece~ tornarse muy considerabl , sin que p )r esto asome manifiesta por fuera. ·e puede citar un ej e mplo muy notable, á alguna distancia de Bourges, en el campo d e Av or. La cantidad d agua que apare ce n la up erfici e es bien mínima. Cuando se pre­tendió, hace alguno años, reunir allí tropa ~ , c ntr otras una divi ­sión de caballería, hubo incerticlumbre re ·recto de la probabilidad de poder sumini trar agua potable á hombr "s y animales. e cava­ron pozos que dieron agua á corta · profundidad, ¿pero sería sufi­ciente? Nada autorizaba á afirmarlo. Se e tableció una mi uina d vapor, que resultó insuficiente para e.·traer el agua que afluía. Se había encontrado, pue , un verdadero rí subt rráneo muy abun­dante, y los ánimos se tranquilizaron. i no existen sino muy pocas sustancias impermeables al ... gua, sin mbargo las hay; y hay sobre todo las que, después ele haber recibido una pequeña cantidad, rehusan absorber más. Especial­mente las arcillas compactas están en este caso, y el agua que \'iene á su encuentro rueda sobre ellas sin detenerse, como los arroyos y los ríos corren por la superficie del suelo. No dejando de obedecer á las leyes de la pesantez, el agua baja siempre hasta que una fuerza extraña la obliga á subir. Las capas que componen la corteza del globo son paralelas, horizontales ó débilmente incli­nadas, tales como han sido formadas por los mares de los tiempos geológicos, siempre que ellas no han sido agitadas, cambiadas ó destruídas por movimientos de que apenas conocemos los efectos, sin conocer bien la causa de ellos. Se observa también el frecuen­te cambio de los bancos de piedra ó de arcilla, peco permeables con otros que son arenosos, ó á lo menos muy porosos, en los in­tersticios de los cuales el agua penetra con ~ran facilidad, y de allí no puede escaparse.-Conclttz'rá Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 5

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Por: | Fecha: 10/08/1901

@;"' ~"<9-~ ~ Bogotá, 10 de Agosto de 1901 cet. +----cr--f)i' ~i._ ----e-+ ~t ~oletín !Hitar d t 1 b' i ¡ i Organo del Minist•rio de Guerra y del E;é:ci\: on¡ Ja 1 1 J'VVVVVVVVVVVV'A ~' ;;; DIIUCTOR JO 1101\.0ilEM = ~ Franciz;:o J. Vergara y Velaaco •.1-t ~ 1 Oeuml do '"''"'"•'· ~.::· S<>ciodarl., Ci"W .. u -~ 'f on colaboradom de t te r~riódico los Jtrtt 1 Oficialta dtl Ejirwt ----- DECRETO NUMER 8ó2 DE 190 r (I DE JULIO) P'>r el cual s~ hace un nombramiento 8.7 1 pz"ctjwnidmlt dt /(z Rtpúlh'ca, enctzr. radc dd P1dtr EjuuHvo, Artículo único. 6mbra e Comi ario Pagador <.le la 3 ... Divi­sión del Ejército ,n opera ion s sobre el Tolima, al ._r. D. Jo~é !vfaría E cobar, asimilaclo á Coronel I ara los fcct s fisc:alc . Comuníquese y publfques . Dado en Bogotá, á r8 de Julio de 1y01. JO E MANUEL MARROQUlN El Ministro de ucrra, JosÉ VrcE ... t'E ONOIA DECRETO NU:t-.1ERO 872 DE 1901 (20 DE J LIO) por el cual e llama al servicio activo á un Jefe y :,e le dtslina El Vzáprt.ltdmlt dt la RepltbNca, wcargado del Pcdtr EjteultVI, DECRETA Artículo único. Llámase al servicio activo al Sr. General Ole- TOKO JI-1 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eotetin !nilitar be ~oiombia '- 162 _) rario Ferreira, y nómbrasele Gobernador militar de la plaza de Honda. Comuníquese y publíquese. Dado en Bo2"otá, i 20 de Julio de I90I. JO~E MANUEL MARROQUIN :11 Ministro de Guerra, josi VICKNTK CoNCKA DECRETO NUMERO 878 DE 1901 ( 2.2 DE JULIO) por el cual se confiere un ascenso El Vzápresidente de lct Repz¿blz'ca, encargado del Poda· E.Juult'vl, DECRETA Artículo único. Asciéndese á General en Jefe del Ejército de la República al de Division Sr. Diego de Castro. §. Dése cuenta de este ascenso al Senado, en us sesiones próximas, para los efectos constitucionales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22 de Julio de Igül. ]OSE MANCEL MARROQUIN El Miniitro de Guerra, jo x VJCK. 'TE CoNCHA. DECRETO NUrviERO 883 DE 1901 (22 DE J '1.10) por el cual se hace un nombramiento El Vzápt·estamle de la Repúbhw, tncargado del Podn · .E.fecult'vo, DECRETA Artículo único. Nómbras·c Habilitado de la Compañía suelta de Quipile al Sr. Juan Paulo L. VeJa, asimilado á Capitán para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 22_ de Julio de 190f. ]OSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, Jo & VICENTE Co~CHA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 13otetin lntiibu be €olombi• '- 163 _) DECRETO NUMERO 884 DE 1901 (22 Dlt JULIO) que refunde la tropa del BalallJn Co!,mbia en el Bota/Un C•n•l El Vüepre.n'dmil dt la Repúblz'ca, encargado dli Podtr Ejuult'v#, DltCIRT.A. Artículo único. Refúndese la tropa del .Bala/Ión Ct (24 DE JULIO) obre servicio médico obligatorio El Vt'apresüimü de la RepríbHca, encargado dtl Podtr Jljuuliv1, CONSIDERANDO Que el · ramo de Sanidad en los Hospitales y Ambulancias castrenses es un accesorio del servicio militar, y así como éste es obligatorio á todos los individuos que estén en aptitud de llevar armas, el de sanidad también debe serlo á quienes sean aptos de prestarlo; Que hay en varios lugares de la República hospitales donde es insuficiente el personal de Médicos y Practicantes destinados á ellos, por ser creciente la proporción numérica de los enfermos, con motivo de las epidemias que están azotando el suelo colombiano; y Que en el grtmio de Médicos, Cirujanos y Practicantes, pocos son los que ofrecen con voluntad su contingente para secuir lo¡ movimientos de las tropas en campaña, 6 para cambiar siquiera precariamente su residencia á. lu2'ares ocupados por guarni ~ iones, DECIET.A Artículo único. Desde la publicación del presente Decreto y hasta que se restablezca el orden público, es obligatorio á todos los Médicos y Cirujanos colombianos, y á los Practicantes, prestar loi servicios de su profesión en el Ejército cuando sean requeridos para ello por cualquiera autoridad civil ó militar, so pena de ser considerados y tratados como hostiles al Gobierno. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 24 de Julio de 1 go 1. JOSE_MANUEL MARROQUIM El Ministro de Guerra, JosÉ VICENTE CoNCHA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o[etin ~ilitar be ~olomóia '-- 164 _; DECRETO NUMERO 892 DE 1901 (25 DE jULIO) por el·cual se hacen dos nombramiento El V~epresüimte de la Repúblzca, encargado dtl Poder Ejuulz'v#, DECRETA Artículo único. N6mbrase al Teniente Coronel Guillermo Gon­¡ ález T. Ayudante general de la Comandancia en Jefe del Ejército expedicionario sobre el Occidente de Cundinamarca; y Destínase al Sr. Jesús M. Vargas al puesto de Habilitado del Cuartel general del mismo Ejército, con la asimilación de primer Jefe de Cuerpo para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 25 de Julio de 1901. JOSE MANUEL MARROQUIN 1 Mini tro de Guerra, JosÉ VICENTE CoNcHA DECRETO 1-UMERO 902 DE 1901 (26 DR JULIO) or el ual se hace un nombramiento .El Viuprtsidmle de la República, mcargado dtl Poder :E}uull1J1, ))l~CRETA Artículo únic . Nóm rase Habilitado del .Escuadrón Hcrrán al Sr. Manuel de J. Zapata, asimilado á Capitán para los efectos fiscales. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 26 de Julio de 1901. JO E MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VICENTF. Co. ·cHA DECRETO NUMERO 912 DE 1901 ( 26 DE JULIO) que elimina el Cuartel general de la 8.a División El Vzápr1Sidenle de la República, mcargado del Poder .EjecuHvo, CONSIDERANDO Que á excepción del Batallón Cedaio, los demás Cuerpos que formaban la 8." División han sido agregados á otras Divisiones, y es, por tanto, innecesario que continúe existiendo el Cuartel gene-­ral de ella, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~otetin !Jliritar be ~o!omóia '- t65 _) DECRETA Art. I. o Suprímese desde hoy el Cuartel general de la 8. a Di­visión del Ejército. Art. 2.° Concédense Letras de Cuartel y licencia indefinida á los Jefes y Oficiales del Cuarte! general de la misma División que quedan excedentes; y Art. 3. 0 Incorpórase el Batallón Ceddio á la I .a División del Ejército. Comuníquese y publíque e. Dado en Bog·otá, á 26 de Julio de 1901. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, Jo 1~ VICENTE CoNCHA DECRETO NUMERO 937 DE 1901 (29 DE JULIO) por el cual se llama un General al servicio acti,·o y se le destina .1!.'/ Viaprest'dttzlt. de la Repúbhca, azcargado dd Poder Ejecult'vo, DF.C.RET~ Artículo único. Llámase al servicio al Sr. General ~.foiséii He-r ra, n 'r br s le o er a o· il' ar. de l l .a d irar o . Comuníquese y publí ues . ado en Bogotá, á 29 de Julio de 190r. JO E MANUEL MARROQUIN El Mini tro de Guerra, JosÉ VrcF.NTE ONCHA DECRET NUMERO 945 DE rgo1 (31 DF. JULIO) sobre aumento tic sueldos á los empleados ci\'ile. El Vt'ctptnr'dtnlt de la Rtpt'tbl/ca, mcargado dd Poder Ejeculzv,, En uso de su facultades constitucionales, y CONSIDRRANDO I . 0 Que el actual estado de sitio en que se halla la República exige mayor trabajo á las Oficinas públicas para atender debida­mente al restablecimiento del orden; 2. 0 Que el alza indefinida en el precio de los artículos de primera necesidad ha establecido enorme desproporción entre el valor de los sueldos asjgnados á los empleados civiles y el de eso¡ mismos artículos; y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oldin !nititat be G:olombid L r66 __; 3. 0 Que tal deficiencia ~-~n la remuneración de los empleadoi ha sido causa de abandono de varios destinos, lo que produce po­sitivo trastorno en la administración pública, con perjuicio eviden­te para el restablecimiento del orden, DECRETA Art. I .0 Desde el 1.0 de Julio corriente los empleados civiles aacionales gozarán de un aumento de sueldo en la siguiente pro­porción: 100; Los sueldos no mayores de $ roo mensuales, en un 70 por Los de 1 IOI á$ 200, en un 6o por 100; Los de 201 á $ 300, en un 50 por 100. Los de 301 á $ 400, en un 25 por roo. Art. 2. 0 .No gozarán de este aumento los siguientes empleados: El encargado del Poder Ejecutivo;. Los Ministros de Estado; Los del Ministerio público ; Los de la Junta de Emisión; Los de la Sección s: del Ministerio del Tesoro; El Pagador Central ; Los que tengan sueldo de $ 450 ó más mensuales ; Los que reciben sus sueldos en oro 6 en plata; y Aquellos cuya asignación haya sido fijada 6 aumentada con posterioridad al 17 de Octubre de 1899 y estén gozando de au­mento en la actualidad. Art. J. 0 Tendrán derecho al aumento de que trata este De­creto: Los Jefes de las ecciones 2." y 3.", el Oficial 2.0 de la 1." y el Cajero principal de la s: del Ministerio del Tesoro; Los Jefes Civiles y Militares de los Departamentos, con e.·- cepción del de Panamá, que tendrán el 50 por roo de aumento: Los empleados subalternos de la Pagaduría Central ; Los Subdirectores de Telégrafos y de Correos; y El Administrador y el Superintendente de este último Ramo. Art. 4. 0 De los empleados comprendidos en el Departamento de Justicia, sólo gozarán aumento de sueldo lo5 Magistrados y em­pleados de los Tribunales de Distrito Judicial y los Juzgados Su­periores y de Circuito con residencia en las cabeceras de Distrito Judicial. Este aumento será de 20 por roo, sea cual fuere su re­muneración actual. Art. 5. 0 Ningún empleado civil puede percibir del Tesoro nacional más de un sobresueldo; los que tengan asignado más de uno, tienen derecho á optar, de una yez y defir.itivamente, por uno solo, cuando la concesión haya sido otorgada por Ministerio dis­tinto del ramo á que pertenezcan. Art. 6. 0 Declárase incluída en el Presupuesto de Gasto de 1901 y 1902 la partida de S 550,000 que se calcula como necesa­ria hasta el 3 r de Diciembre del presente año para dar cumplí- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oietin !Jtititat ~' io(om~ia \..._ 167 _) miento al presente Decreto; pero el Poder Ejecutivo podrá dispo­ner que de esa fecha en adelante continúe surtiendo sus efectos, si no hubieren desaparecido las causas que lo motivan, caso en el cual se ampliará el crédito correspondiente para el resto del bienio. Art. 7. 0 Suprímese el destino de Subtesorero de la Tesorería genera) de la República, creado por Decreto legislativo m1mero 226 (bis) del presente año (31 de Mayo). Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 3 r de Julio de 1901. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Gobierno, GuiLLERMo QuiNTERO C.-El Ministro de Relaciones Exteriores, ANlONIO JosÉ URIBE-El Ministro de Ha .. cienda, encargado del Despacho de Instrucción Pública, MrGU!L AnAnlA MÉ. ·nEz-El 11inistro de Guerra, JosÉ VrcENT.E CoNCHA­El Subsecretario del Ministerio del Tesoro, encargado del Despa­cho, JosÉ M. CoRDOYEZ M. NUEVO MINISTRO DE GUERRA RtpúbHca dt Colombia-Mzizislen'o de Guerra-Secció1z I."- Cz'rcu/ar mímt' ro ... - Bogold, 5 de Agosto de I90I . ñor ... . Tengo el honor de comunicar á usted que hoy me he encar­gado de la Cartera de Guerra, puesto para el cual fui nombrado en propiedad por el Excmo. Sr. Vicepresidente de la República, encargado del Pmler Ejecutivo . . oy de usted atento servidor, PEoRo NEr. ÜSPINA 1 LA DIRECCION DE LA GUERRA i:XPO ICIÓN SUCINTA DE SUS PRINCIPIOS Y MEDIOS DE EJECGCIÓN, 1'0& , EL Gl<: •• ERAL COLMAR BARON VO!'l DER GOLTZ (Traducido para el Bo!dl11 fifilitar) Continúa La ofensiva táctica muestra todavía más claramente que la. ofensiva estratégica el fin común. En tanto que predomina la segunda, apena~ se puede supo­nerla \·iendo las dispo iciones que toma el jefe; en la ofensiva Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o(din !Jlilitar be ~o(ombia L 168 _;) táctica todos ven el punto en m1ra, y esto disminuye el·peligro de que algunas fracciones se aparten por error en el curso de la lucha. En la ofensiva táctica, la sorpre a constituye un factor más enérgico que en la ofensiva estratégica, porque el enemigo dispone de menos tiempo para corregir y reparar los errores que su falta de previsión y de perspicacia le hayan hecho cometer. En la ofen­siva táctica también se dispondrá de los medios especiales de ata­que, que consisten en abordar al enemigo por varios lados, en en.­volver una de sus alas ó las dos á la vez, en colocarse simultánea­mente sobre el flanco y la línea de retirada del defensor. Una ventaja muy seria que ofrece la ofensiva táctica es que á medida que van acentuándose el movimiento y la percepción del punto en mira, despiertan la concentración de los fuegos. Los gran­des alcances, sobre todo el de la artillería moderna, permitirán aun á tropas que no hagan parte de aquellas que realmente atacan y que no hayan avanzado con ellas, contribuír hasta con su fuego á la decisión del combate. En fin, la ofensiva táctica tiene también 1a ventaja de escoger el punto en donde llevará á cabo su deci ión, y aún más que por la ofensiva estratégica, la victoria le está asegurada desde que sobre el punto escogido por Ella, obtenga un triunfo decisivo. Más toda vía que en la defensiva estratégica, la posición del defensor formará en la defensiva táctica un todo que se encontrará roto en sus bases desde que se destruya una de sus parte ó simple­mente ·e rompa su enlac . La derr >ta de una de las ala , el hecho de dejar cortar uno de sus flancos por 1 adversario, decide habi­tualmente de la suerte d la jornada. V e m os también que el de­fensor retrocede y se repliega cuando ólo un cuarto de su posición ha sido cortado, en tanto que el ac metedor r chazado n los tres cuartos e:._ su frente, triunfa del todo, porque· obtiene la victoria en el último cuarto de la lín ea . E to fue lo qw· ~ 'ontenció e1 18 de Agosto de 1870 en Gravelote y n St. Pri ·at. La vía de penetra­ción natural, que conduce al punt .1 donde ti ne lugar el choque sobre la línea de batalla ncmi()'a, st' muestra á t oda las fracciones de las fuerzas acometedoras; la oo¡ ración, la combinación de todos los esfuerzos, es la consecu "n\·ia de la marcha, del curso de la acción. La impulsión moral qu -.! rl ulta del triunfo hace que el golpe dado por una fuerza tC!Jag·a un ,·alor considerable. La ofensiva táctica, por !)U naturaleza misma, tiene puntos dé­biles. La primera causa de ' debilidad estriba para ello en el mismo movimiento de avance. El acom tedor, antes de alcanzar á la lí­nea enemiga, pierde por causa de la fatiga n la marcha, una parte de sus fuerzas. E ta pérdida de fuerzas puede ejercer una influencia capital si la tropa después de haber llevado á cabo una larga marcha para llegar al campo de batalla, tropieza en el te­rreno con obstáculos insup rabies que tiene que vencer, como suce­dió á una de las brigadas de la divivisión Schwatzkoppen el 16 de Agosto de 1870. Muchos soldados agobiados y exhaustos caye­ron en las manos del enemigo, al cual no pudieron oponer la me­nor resistencia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. tJo[etin !JHritat be ~o(ombia '- I6g __) Otra causa de debilidad, sumamente grave, es que durante el movimiento de avance se vea uno obligado á suspender el fuego casi totalmente ; por cierto tiempo el acometedor está expuesto á la acción de los fuegos enemigos, sin poder responder. Además, necesita, en su marcha de avance, renunciar á apro­vecharse de los abrigos que ofrece el terreno. Estos dos hechos combinados son causa, de ordinario, de que el acometedor sufra pérdidas mucho más considerables que el defensor, hasta el mo­mento en que él haya cortado la línea enemiga. La mayor parte de las vece no se podrá restablecer la balanza sino después de este primer triunfo, y el defensor sufrirá, á su turno, pérdidas superiores al adversario, quien se habrá puesto en movimiento y sentirá do­blemente los inconvenientes de este movimiento, que será. retró­grado. Otra causa de debilidad para la ofensiva táctica, es que va unida á un asunto de tiempo. De ordinario -s prcci~o que la tarea se desempeñe en el mismo día. Una batalla que queda indecisa, se transforma frecuentemente, al ponerse el sol, para el defensor, en batalla ganada; para el acometedor, en batalla perdida. Si la batalla de Grave lote t. Privat se hubiese librado en día de invier­no, es má que probable que los France e hubie en salid vence­dores. Si poco después de la toma de Saínte- Marie-Au --Chenes, hubiese sobrevenido la noche, extranjero. La defensiva encontrará au,·iliares en los habitantes, auxilio que serán un gran socorro, principalmente en cuanto al sen icio de no­ticias y para el abastecimiento de sus tropa . D ordinario tendrá también á sus órdenes toda la administración de la zona que cons­tituye el teatro de operaciones, y e e per-onal pu de prestarle grandes servicios para ayudarle á acantonar y alimentar el ejér­cito, á reparar sus pérdidas, á preparar y organizar lo tran por­tes de grandes masas de tropas.- Conlz1nía. • Lo contrario no c;e verifica sino cuando los do artido~ di ponen de re-cursos materiales desproporcionado , como en la guerra de Secesión. Una de las condiciones e: enciales pario1. el éxito final de la defensiva estratégi~a, es estar en capacid~d de poder sostener la fuerza por un tiempo suficicnttmente largo .. i u puede, st no falta este elemento de fuerz), es prub1.ble el triunfo definitivo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eoteHn !nHitar be ~otombia '-- 173 _; • REGLAMENT() MEXICANO PARA EL SERVICIO DE CAMPAÑA ( Contimla ) Dirigir las pequeñas secciones de ingenieros ó zapadores que para reparar los malos pasos le hayan destinado, pudiendo obli­gar á este trabajo, en defecto de aquéllos, á los paisanos, carrete­ros, arrieros y soldados que vayan con los equipajes. Prohibir y vigilar que individuo alguno del ejército destine para sí, como guardia particular de su equipaje, á ningún soldado, cabo ó sargento. Impedir que los carros ó acémilas se carguen en el camino con objetos particulares de las tropas, aumentándose el peso pre­venido para las acémilas ó carros. En general, los trenes de los batallones, regimientos, Estados 11ayores y Cuartel general, marcharán á retaguardia de la colum­na, escalonados en el mismo orden que las unidades á que pertene­cen y en esta forma: Para tm balallón (l regt'mú:nlo- Vívere~ . n carro ó acémilas. Equipaj - .,n arros ó acémilas. Efecto . Para ww bngada-Acémilas ó carruaj s del Estado Mayor. Acémila ó carruajes de lo batallone , en el orden antes indi-cado. /{zra tmtz Dt'vúz'ón-Víveres para un dfa, del Cuartel general. Acémila 6 arruajes del 'eneral en Jefe. Acémilas ó carruajes del Estauo Mayor de la División. Acémila ó carruajes del Estado Mayor de artillería. Acémilas ó carruajes d 1 Estado Mayor de ingeniero . Acémila ó carruajes del per onal sanitario. Acémilas ó carruaics de la admini traci6n. Acémilas ó carruaj : del preb ste. Acémilas <) carruajes con ·ívere de r .... serva del Cuartel ge­neral. Para 1111 cuupo de tjúctlo-Víveres para un día, del Cuartel eneral. Acémilas ó carruajes del General en Jefe. Acémilas ó carruajes del Estado Mayor del cuerpo de ejército. Acémilas ó carruajes del Estado Mayor de artillería. Acémilas ó carruajes del Estado Mayor de ingenieros. Acémilas ó carruajes del servicio de sanidad. Acémilas 6 carruajes del servicio de administración. Acémilas 6 carruajes del preboste. Acémilas ó carruajes con los víveres de reserva del Cuartel 2'eneral. Las órdenes para la reunión y partida de los equipajes, se da­rán por el Estado Mayor al comandante de los equipajes; y á lo5 conductores de los trenes de división, brigada, &c., por los Estados Mayores respectivos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eoldiK !Jtil\iu be 50"'tMÍ4 \._ 17-4-' Los equipajes del Cuartel general podrán llevar una escolta, si así lo ~dena el Estado Mayor. Los de las divisiones, brigada' y batallones serán cuidados por los conductores de los carruajes y por los hombres que por al~una circunstancia no tuvieren destino en las filas. · La gendarmería sólo se empleará en los equipajes como fuer­za de policía y no como escolta. 66. Parques y convoyes-Los parques y convoyes formarán iempre columnas separadas. Las diferentes subdivisiones de los parques y convoyes esta­rán mandadas, respectivamente : El parque de artillería, por el oficial superior del parque del arma. El parque de ingenieros, por el oficial superior del parque del arma. El grupo de hospitales de campaña, por el médico de mayor categoría. Los convoyes, por los j fes uperiores del servicio de admi­nistración. Las panaderías de campaña y servicio de ubsistencia y ga­nado d~ reserva que pertenezcan á los convoyes, por el oficial 5uperior del tren de transportes militares, ó por el jefe de la es­colta si éste es superior en categoría á aquél. Cuando se reúnan en una sola columna los parques y convo­yes de las diferentes armas, y no se haya designado por la upe­rioridad quién deba tomar el mando, lo tomará, en lo relativo á la dirección general y policfa en la marcha de la columna, el jefe militar de mayor categoría, con excepción de los jefes de los ser­vicios de sanidad y administración ; á igualdad de categoría, el más antiguo de los jefes mencionados tomará el mando con iguales excepciones. En general, los parques y convoyes de un cuerpo de ejército se agruparán en varios escalones ó formarán varias columnas dis­tintas. Estas colu:nnas ó escalones irán á las órdenes de jefes es­pecialmente designados para ello. La orden de movimiento para cada columna de parques ó convoyes, determinará el itinerario y el orden de marcha de las distintas subdivisiones 6 escalones; indicará la hora á que de­berá ponerse en camino la cabeza de cada subdivisión ó escalón. Cuidarán los convoyes, destacamentos que entrarán en la com­posición orgánica de cada uno de ellos. Cuando las circunstancias lo exijan, se les podrán dar escoltas especiales. No deberán marchar con los parques y convoyes sino los ca­rros ó acémilas reglamentarios; cada jefe de escalón ó subdivisión ~e asegurará trecucntemente de ello, así como de que ningún carro ó acémila lleva más objetos que los de la carga que le corresponde. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. &lriiK !7hntar ~t €owMbia ~ 175 ~ TITULO VI Es 1 a e ,·o n lz m i t n 1 o CAPITULO I-CONSIDERACIONES GENERALES 67. Las tropas en reposo acantonarán, acamparÁn 6 viva­quearán. En el primer caso, se alojarán total ó parcialmente, en pue­blos ó lugares habitados, cuyo conjunto toma el nombre de acan­tonamiento; en el segundo, se establecerán por más ó menos tiem­po, en despoblado, abrigándose en tiendas ó barracas. Cuando las tropas reposen á la intemperie, el estacionamiento toma el nombre de vivac. No deberá adoptarse esta última forma de estacionamiento sino como excepción en casos extremos de combate inminente, 6 cuando las circunstancias oblig•1en á tener las tropas muy agrupa­das y á la mano del General en jefe. Por regla general, se deberán utilizar loi pueblos y lugares, y siempre los abrigos de toda clase, especialmente ¡Jara las tropas montadas. Ordinariamente, la instalación de una tropa en campaña com­prenderá, á la vez, lo tre medios: por ejemplo, el grueso de una columna acantonará; sus destacamentos y avanzadas acamparán 6 vivaquearán. Las disposicione sobre el tiempo, modo y lugar en que haya de estacionar un ejército, corresponderán al General en jefe. Den­tro de aquéllas, los Generales comandantes de cuerpos de ejército, de división, de brigada ó de sección y los de columnas sueltas, se­ñalarán las localidades que deberá ocupar cada tropa, así como los pormenores y advertencias que en cada caso convengan al más pronto y puntual cumplimiento de lo dispuesto por la superioridad. En todo estacionamiento deberá evitarse la aglomeración excesiva de fuerzas, subordinando, siempre que se pueda, las exi­gencias tácticas á las de comodidad é higiene. Cada jefe de tropas repartirá la zona de estacionamiento en­tre las unidades colocadas bajo sus órdenes. Lo¡ Generales en Jefe de ejército, cuerpo de ejército 6 división, fijarán los emplazamien­tos de los cuarteles generales de las unidades que les estén inme­diatamente subordinadas. 68. Se llaman castrametadores los individuos encargados de preparar un campamento, acantonamiento 6 viYac. El grupo de castrametadores de un batallón ó regimiento se compondrá del ayudante, un sargento y cuatro hombres por cada compañía 6 escuadrón; el de un cuartel general de ejército, cuer­po de ejército, división ó brigada, de un oficial con las clases y soldados necesarios. La composición de estos grupos podrá modi­ficarse, según las circunstancias; en general, se reforzarán con fracciones destinadas á constituír la guardia de prevención del acantonamiento, campamento 6 vivac. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~otetm !JlHitat ~e lotom~ic '- 176 _¡ Cuando se deban concentrar varios cuerpos de tropas en un mismo acantonamiento, el conjunto de los grupos de castrameta­dores irá mandado por el más antiguo de los ayudantes; sin em­bargo, si formare parte de los grupos de castrametadores el de un cuartel general, el oficial de Estado Mayor, jefe de este grupo, to­mará el mando en igualdad de categoría. 6g. Acanlonamz"tnlos-La disposición de conjunto de los acan­'< lnamiento · que deb rán ocuparse, dependerá de la situación tác­tica, de la marcha del día y de los proyectos ulteriores del Gene­ral en Jefe. Será ventajoso muchas ve.;es hacer acantonar las tropas en profundidad, á lo larg-o de los caminos que sigan y por los que han de continuar su marcha al día siguiente. A gran dis­tancia del enemigo, los acantonamientos podrán extenderse de manera que procuren á las tropas buenos abrigos; cerca del ene­migo, los acantonamientos serán más cerrados. En cada localidad ¡e podrán utilizar todas las superficies techada , pero nunca se obligará á los ha itantes á dejar los cuartos y camas en que ten­gan costumbre de dormir, para darlos á los oficiale y tropa, ni se les exigirá nada má de lo que las tropa estén autorizadas para pedir. 70. Prtparaáón del acanlom1m z~nlo-Al llegar á la localidad en que una tropa deba acantonar, el grupo de ca trametador s e dirigirá inmediatamente á la antoridad política, cuyo concurso so­licitará el jefe del grupo; á falta d e e ta autoridad, r unirá con el mismo obj e to á tr _ de los vecinos más caracterizados; en se­guida, este je fe, en vista del acuerdo celebrado, 6 por u propia autoridad, si se le niegan los alojamientos, procederá á repartir el acantonamiento entre las compañías, escuadrones ó baterías, ha­ciendo que sus ubordinados tomen los datos que para el efecto sean necesario ; fijará el lugar en que ha de situarse la guardia en prevención, el lugar en que deban establecerse las acémilas, y reconocerá 6 hará reconocer los abrevaderos y lu~ares en que la tropa pueda:tomar agua y lavar su ropa. Cada sargento reconoce­rá las casas en la parte de acantonamiento que se le ha asignado, y en cada una de ellas señalará, por cualquier medio, el número de hombres y caballos á ~ue cada una está destinada y la fracción á que pertenezca. En los alojamientos destinados á jefes ú oficia­les, se inscribirá el nombre y categoría de los que han de ocupar­los. Cuando deban acantonarse varios cuerpos en una misma loca­lidad, el jefe de los grupos de castrametadores hará el reparto entre los diversos cuerpos y servicios, teniendo en cuenta las nece­sidades de cada uno de ellos; si algún cuartel general debiere instalarse en la localidad, escogerá con cuidado el local que se le ha de destinar. Las regla~ principal s :í que d eh Prá sujetarse todo oficial en ­cargado de la preparación de un acantonamiento, son las siguien­tes : apostar centinelas en las salidas del acantonamiento, para la vigilancia y para evitar, en caso de que la proximidad del enemigo lo exija, toda comunicación de los habitantes con el exterior. Ase­gurar á cada unidad ó servicio una zona que limitará con el mayor Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. eo(din 511i1itar be toloml>ia '- 178 _) solo, al modo de esos templos maravillosos cuyas vidrieras policró­micas encierran la medula de cien generaciones. De igual suerte, el automóvil es la peno.a integración de los esfuerzos, y como idea, como tend ncia, tiene un abolengo se­cular que el ilustre conferenciante historió sumariamente con la dicción Jara, suelta y preci a que le distingue. Al ~iglo xv se re­montan los primeros vcstigi s del mecanismo automotor, atribu­yéndo e su concepción embrionaria al talc:nto univ rsal de Leonar­do de Vinci. Pero este intento, y otros acometidos hasta lo hábiles trabajos del ingeniero Vaucanscn, deben considerarse tan sólo como una vidente aspiraci6n, cerno un germen que no podía des­arrollarse mientras no vinie e á fecundarlo la fuerza motriz del vapor. Al advenimiento de e ta forma de la energía suc d n las primeras tentath·as serias, y ap na albon·a la máquina de vapor, se ve al automóvil tomar cu rpo en l fardicr de Cugnot. Y aquí el Sr. Man·i n< uentra coyuntura para repetir lo que ya observó en u primera 1 (( i 'n, á .al r: que la n ilic·a C!:l factor principalísimo d 1 pr gT so; 1uc la hLtoria de la gu rra la his­toria de la civilización · que las arm<:: , 11 ct rna busca d l temple mejor, han atizado i mpr'"' la fragua de Prom t o, y que el filo de la pada ha servido m u has v ce . para rasgar se velo miste­rioso que recata los pechos fe undo de la madre Naturaleza. L El automóvil, como la lo omotora, se deben al brazo mi-itar orque se d b n á José Cuo ncA, Of~cial de Ingenieros del ejército francés, que en 1769 n. tn1yó ,¡ primer carruaje movido por el vapor d agua y de tinado á circular n caminos rdinarios como transporte de artillerfa. La ¡,ruebas oficiales fuer n ~atis­factoria., bien que para corr gir algunos defectos del carro se devolviese á su autor, el cual hizo un s gundo modelo que no pros­peró á causa de la caída del Duque de Choi ul, :Ministro de Gue­rra, y también por los trastornos políticos de aquella época. El vehículo estaba reducido :\ un bastidor de madera que cargaba sobre tres ruedas, dos traseras y una delantera, provistas de resal­tos para aumentar la adherencia con 1 terreno. La última recibía el movimiento mediante dos cilindros alimer tados por el vapor de na misma caldera. u A pesar de los inconvenientes debidos á la escasa vaporiza­ción, á b falta de tiraje y á la tosquedad de los órganos transmiso­res, e t~· carro es el verdadero punto de partida del actual auto­móvil, y el mérito del autor descuella en toda u grandeza si se atiende rrl estado naciente ele la mecánica del vapor en el último tercio d c: l siglo XVIII. on el propósito de ha e r rcc.altar de idamente la importan­cia d aquel im ento, r seña el Sr. :Marrá la evolución de la apli­cacion s del vapor desde la eobp/!a de I Ierón de Al jan dría ( I 20 años antes de J. C.) hasta el carro de Cugnot. Aunque las obras de Aristóteles, Lucrecio, Leucipo y otros filósofos de la antigüedad contienen los gérmenes de muchas verdades que se reputan mo­dernas, es lo cierto que la fí ica de Arquímedes permaneció esta­cionaria durante algunas centurias, porque no eran estímulos pro- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58oldin militat be ~olombict \._ 179 _) píos á sacarla de su postración la ignorancia general, la necesidad de expatriarse para adquirir conocimientos, las preocupaciones que asendereaban la inteligencia, la falta de libros é instrumentos de enseñanza, y la vinculación de la sabiduría en el hierático misterio de los templos ó n el hogar de las familias que la conservaban á manera de mon f->Olio, de tal suerte que los filósofos pobres podían decir como Bia : "Todo lo traigo conmigo." Pasando á lo sio-los de la Edad Media, nota la fatídica ne­grura que en vol vía á la humanidad, el desprecio á las 1 tras, el carácter diabólico atribuído á las ciencias, y el corto número de camino , uni ·ersidades y e ntros instructivos que obligaban á los abios á ilu tra ~ e viajand con el bato al hombro y el espadín al lado, y á pr guntar, como Paracelso, á los anciano , á lo barbe­ros, á los · quiladores y á 1o verdugo . Recuerda la est~ril obse­ión de a ellos e r ·br s atiborrado~ de metafí ·ica, e. ·traviados n la o cun1 marañad ' una e coli ti ca tan sutil e m o infe cunda ; los, nll t atr el . a q ue lla t nive1· idad "' d nde e p . rdía 1 tiempo di cuti e nclo la fo rma el h. gracia. / aqu e llos sabios que tenían por la.b ratori la ¡·e ort del soplador, p or instrum nto .1 astrola­bio por métod la fórmula cabalíst ica, por aspiración la piedra filosofal,¡ or 1 y las -uerzas oculta , y por corías el horror al vacío, 1 flogísti~,; y la ac c ión catalftica. La id e a de qu lo que ·e escapaba de una va ija caliente era aire, su sis tió, pue ~ , hasta el advenimiento del método experim ntal que impulsó á la humanidad por la vía del progreso, haciéndola marchar pr cipitadamentc de conquista en conquista . ...,ícru las el Sr. rviarvád\:; de la primera y fundamental: el de cubrimiento de la presión atmosférica debido á Pascal y á Torricelli. De cribe la im­perfecta máquina de Huygens, aplicada en Versalles á la subida de aguas, en la cual los ga es de la pólvora movían un émbolo en el interior de un tubo, máquina que sugirió á Papín la idea de sustituír aquella fuerza e.·pansiva por la del vapOJ de agua· la bomba elevadora de Sa ·ery, concebida en vista de las ideas de Papín y u ada con éxito escaso en las minas de Inglaterra; la má­quina de Ne ~comen, con cilindro abierto por arriba, llamada at­mosférica porque la presión del aire impelía el pistón hacia abajo cuando el vapor que lo había Je,·antado, condensándose por medio de un chorro de agua fría, producía el vacío. Menciona la favora­ble acogida que tuvo esta máquina, y su empleo exclusivo durante sesenta años, los cuales transcurrieron sin que se pudiera corregir la deficiencia del úmple efecto, hasta que la invención de los termó­metros de Fahrenheit ( 17 14), Reaumur ( 1 730), Celsio ( 1741 ), y la teoría general del calor fundada por Clarck ( 1760 ), echaron las bases de la mecánica del vapor, sobre las cuales el genio de Vlatt levantó la verdadera máquina de aquel nombre, mediante la con­secución del doble ifecto, el regulador de fuerza centrífuga, el cilin­dro hermético, el condensador s~parado y demás mejoras que convirtieron un simple artefacto de agotamiento, en motor re~ular, constante y de aplicaciones universales. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~lettn !)'H(it,n ~· €olombia I80 J Estos adelantos completaban. la máquz1za fija, pero dejaban in­tactas las dificultades de la mdqu./na móvz'l, resueltos en principio por el solo esfuerzo de José Cugnot, lo que demuestra el relevante mérito de este Oficial francés, el cual habría llegado positivamente á un tipo de automóvil práctico, i Napoleón r, harto fiado en su ¡:-enio, hubtera prestado su apoyo al desvalid inventor. Continuando la historia del automovilismo, recuerda el Coro­nel 1Ianrá el ~co que aquél halló en Inglaterra, las tentativas he­chas por vVatt en I 784, el carro presentado pocos años de pués por Evans n Filadelfia, y los progresos que fueron engendrando la locomotora. h ·plica el antiguo ist ma de vía con bandas sa­lientes, al principio de madera y después ue hierro, u ado en In­glaterra para el transporte de materiales en las minas de hulla ; los primeros tipos de locomotora con ruedas dentadas para engra­nar en cremallera, evitando 1 patziwjt, egún las falsas id as do­minantes acerca de la adherencia, error d shecho por Blackct en 1813; la capital mejora introducida e n la cald ra tubular por h1arc eguin .en 182 7, q 1e p ·mitió 1 Yar la producción del va­por, y, finalmente, el tiro forzado, aprovechando aquél d pués de actuar en los émbolo , mejoras que p rmitieron á te h n ·on pre­sentar la locomotora Coheü, con casi todo los el mentos que cm­ponen la que hoy conocemos. Ilustrando las explicacion s e n gran e pía de figuras, igue la evolución del autornovili mo en e;} período de 1811-36, y obser­va cómo los mejorami ntos de la locomotora embargaron el inte­rés público, haciendo que el problema primitivo d ~1 carro camine­ro de vapor fuera derivando hacia las rfas férr a . Esto no obs­tante- dice-nuevo tipos vinieron á demostrar que no se abando­naba la materia. Des ríbe el de Griffiths (1821), el de Bur tall (1824), el de Gurney (1825), y algún otro, tímidas perfecciones del carro de Cugnot, los cuales, á pesar de us def ctos, permitieron instalar servicios de viajeros entre Glócester y Cheltenham, y otrél líneas de Inglaterra. Pero el automóvil e taba eriam nte amenaza­do; la opinión suge tionada por el triunfo del Cohete, le volvió la espalda; la locomotora se proclamaba soberana de la tracción, arro­llando á su paso la pesada galera, la torpe diligencia y el nacient automóvil. La ley hcomotz've act (1836), que imponía á éste limita­ciones de velocidad, precauciones estor osas y recargo tributa­rios, fue ya el golpe de muerte. Pero ni los hombres ni su leyes pueden torcer la índole de las cosas cuando éstas empapan la vital esencia del progreso. A despecho de todo, el automóvil, olvidado un in tante, resurge de · su propia virtualidad como el fénix de sus cenizas; se yergue de la mano de Lotz en 1856, entra en París ·1 año 1867, da el aldabo­nazo en las puertas de la Exposición universal, reanima sus órga­nos con el fluido eléctrico en 188 1, nutre sus entrañas con petróleo en I 886, y así, vigorizado con todos los específicos de la energía emprende su marcha triunfal y sale al encuentro de la gallarda locomotora para decirle: "Párate y sígueme."-Cotzlznúa (De la Revista t(mica dt Infautala y Caballeda, de Madrid). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ote titt !niiitcu be l:otombia '- 18~ ___) memorativa de: la campaña, la medalla militar, una citación, &c. ; esta esperanza le sostiene; sueña también con la alegría del regre­so; en estas condiciones, con tal que los víver s no le hagan de­masiada falta, que tenga vino, café y tabaco, las fuer7as morales se mantendrán; los cuidados que está obligado á tener con su equipo, u calzado y sus armas, los trabajos múltiples que repre­sentan la instalación y transportes diarios al ivac, t do e t 1 ocupa, le di trae, le impide soñar con otras co as. En tales momen­tos l soldado vive de la provi ión de alud qu\; tenía almacenada antes de su marcha, y durante te período el mejor modo d mantener la moral es asegurar con el cuidado más grande las dis­tribuciones. Se tiene, por otra parte, notado con mucha frecuen­cia que hay relativamente pocas enfermedad~.:s entre la tropas en marcha. Pcrv d S1)u é: d e un g rand e esfu r zo es cu ndo l período activo t rmina; ntonces se suspe nden las operacion de guerra para ¡ on e r las trop·1 · n reposo en 1 s campos, acantonamientos · pue t ; ese e s ·1 momento n que las e nf rmedade e declaran, y con tanto mi fu e rza y más iolencia cuanto es may r el haci­nami n to, e · decir, ue la aglomeración d e hombre. y caballos es má con siderable. En m mentes tales la iniciativa de lo que mandan tiene un ¡-ran papel que jugar, y e cuan o conviene no descuidar la apli­cación estricta d las regla de higiene recomendadas por la ciencia. Es preciso vigilar con gran cuidado el agua que se emplea en la alimentación. El agua potable es la cuestión capital; se debe evitar por to­dos lo medios posibles que no e a ensuciada por las deyecciones humana , inmundicia , detritu de ~oda clases, ni por la inmersión de adáveres, carroña<;, ni por el lavado de prendas de vestir, &c. Todas la inmundicia (ré:stos de anímate , &c.) deben ser incine­radas ó desinfectadas y enterradas lo más lejos posible de los punto de aguada, de suerte que las infiltraciones no puedan venir á contaminar el agua de los arroyos 6 cur~os de agua. i e des­cuida el cumplimiento de estas prescripciones, el agua que se con­sume llegará á ser bien pronto el ·ehículo de todas la nferme­dades. Supongámonos en invierno, en el período de stacionamiento en un campo ó puesto militar. El momento es el llamado á e tu­diar Jos medios que han de emplearse para manten r la moral dt.: los soldados, qu , dicho sea desde un principio, no tardará en er deprimida si éstos quedan completame nte deso upados; lo e n­cial s lograr mantenr-o rlo en cierta a r. tividnd sin producirle can ­sancio. Este punto es capitalísimo; s prcci o á toda co ta ocupar lo · hombres si se les quiere librar del spleen. En circunstancias tales no faltará á lo jefe ocasion es en qué hacer notar su ge¡,io orga­nizador. El hombre de guerra, el soldado, _ b·t·neralm nte lJu ·n y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. t1~>tetin mlilltar be ' owmóia '- I83 _ _; e compadece de las le gracias del prójimo. Fuerte y vigoroso, experimenta la nece. idad de tomar al débil bajo su protección, párte voluntariament lo poco que tiene, alimenta á los pobres y no es raro verle adoptar un niño pobre abandonado y criarlo; sirva de te ·timoni el ejemplo dado por los soldados del 200°. Separado de u fe: milia, .xperimt::nta el soldado la necesidad de trasladar sus afectos i un sér cual uiera, tal e mo un perro, un papagayo, un mon ; los Oficial no deben oponer e á. .e tas adopciones; deben tolerarla , y aun m L, fomentarlas, cuidando de que la presencia de estos animllles n sea causa de molestias ó desórdenes. Puesto que las re 0 las de la higiene proscriben en los países itertr pica.! es el e:tacionamiento al sol y los trabajos penosos, fuer­za es vitarl , a í e mo también las siestas demasiado prolonga­das ; eh h ra~ on suficientes, de once á una por ejemplo ; las res­tante d-:. calor deberán ser empleadas en jugar, á la sombra, á lo bolo , á la piola, al salto, al lurmcqué, l·c. Dcspué , cuandu e cansen de esta distracciones, se puede reunir ~i lo olJ os .. no para enseñarle~ teorías que les aburren, sin para leerle diario 6 alo-una novela interesante ; este es un gén r d distraed 5n muy d su ao-radq. e nven rá también aprovechar la horas de calor, durante las cuales nadie trabaja, en adelantar el ensayo de canciones y piccecitas de t atro q e se representarán los domingos y días d fiesta; per com n 1 todos tienen aptitudes para presentarse en las tabla , se 'ejará á aquellos que carezcan de ellas que se en­tretengan en la confección de trajes, adornos, y en arreglar sus efecto , u ropa, sus armas, &c. Puede también ~ermitirse que jueguen á las cartas, á las da­mas, al domin' y e n preferencia á la lotería. L::t lotería, má de lo que generalmente se supone, tiene un atractivo particular; los bufones, al cantar cada número, lo acom­pañan de refle.·iones de un gusto más ó menos dudoso, pero que hacen reír á sus camaradas, y en campaña siempre es bueno reír. El hvmbre que ríe no se desmoraliza. La lotería tiene, además, la ventaja de permitir á los soldados indígenas, que en todos los países on excesivamente jugadores, tomar parte en esta diversión y aprender de paso á leer nuestras cifras. E.1 las cuchujlelas, como en los motes que acompañan al nom­brar cada número en el juego de la lotería, por inclinación natu­ral muestran la mayur parte de los soldados su preferencia por aquellas que s n soece . Es bastante difícil al oficial ocuparse de ello. Es sabido, cuanto más injuriosas, inmorales ó ridículamente idiotas son las canciones, más probabilidades tienen de é.'ito; es, sin duda, el gu to fin de siglo que se infiltra en el ejército como en cualquiera otra parte; si se quiere adquirir el convencimiento de ello, no hay má que entrar en un café-concierto cualquiera . ... in embargo, hay felizmente excepciones, y si entre los jefes y Oficiales hay quien tenga aptitudes especiales, podrá, en armo­nía con la circunstancias y acontecimientos que e desarrollen, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o(din !Jlilitar be ~olombia '- 184 _) componer para la tropa, ya sea una piececita, ya sea una canción. Esto obtendrá buen éxito. Al fin indicado, algunos días antes de mi partida del r8. 0 , com­puse una canción que tiene por título La Malgache. Esta canción, que conocéis, era cantada con mucha alegría por mi compañía ; pero debo reconocer que si logró algún éxito (lo cual me decidió á hacerla imprimir), lo debió á los bellos sentimientos que en ella se expresan, sin que esté desprovista de sandeces y ligeras picar­días. ¡ Cómo ha de ser! ... Quien quiere el fin, quiere los medios; me propuse hacer cantar á mis soldados, y lo conseguí. (Aquí no he tenido tiempo que dedicar á tales asuntos). Desgraciadamente mi canción no tiene ya razón de ser; puede que tenga ocasión, cambiándole algunas estrofas, de adaptarla á otra situación. La última palabra no está dicha; 1 o ible es que vayamos á hacer conocimientos con los negros de la Costa de Oro y del !\1ar­fil, ó con otros-Conll'mía. • ME110RIAS DEL GENEP AL!'; 1~LO !vlORILLO (Cuntimía) R fE.'U .·x Al Excmo. Sr. D. Pablo Morill > Bogotá, 26 de Enero de 1821 Mi estimado amigo : He sabido con gran sati::,facción, que al fin ha logrado usted volver á su querida patria, para disfrutar allí del placer Yivo y puro de volver á ver el suelo natal y á su querida familia. Reciba mis felicitaciones por su fdiz vuelta á la Corte de :rvfadrid, e donde sin duda será recibido por el Gobierno de su ación como lo merec por sus en·icio y sacr'fki . l\1e ¡ ··omcto que usted contribuirá en mucho á poner en claro lo~ asuntos de la guerra en América, y que los informes que dé producirán algún resultado ventajoso para la desdichada provincia de Venezuela. Con pena manifiesto á usted que no he recibido ninguna co­municación en que se me participe su partida para Europa; sólo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '8o1din mliHtat be €olombia L 186 _; gencia la voz de Colombia, que pide su existencia política. . M. debe ver en la expresión de mis sentimientos lo votos más since­r0s de mi corazón *. Tenga la bondad, mi 'querido amigo, de ponerme a los pies de su ad )rabie esposa, y de aceptar los sentimientos de cordiali­dad con que m ~ repito su más adicto servidor. SUIÓN BO LIV AR I.ESU.MEN DE LAS NEGOCIACIO.'ES QUE SE EFECTUARON E.' 1820 ENTRl~ EL 1 o J::ICMOo SR. CONDE DE CARTAGE. A, GENERAL E.' JEFE DEL EJERCITO DE COSTA FIRME, Y SIMÓN BOLIVAR, PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE COLO fBIA ; POR D. ' 1 JOSE DOMLrGO DIAZ, SECRETARIO DE LA JUNTA DE CARACAS La Provincia de Venezuela, despu¿ de haber alcanzado, en tiempos más felices, un grado de pro peridad, de civilización y de opulencia que la nov dad de u descubrimiento no permitía esperar tan pronto, era presa de los horrores de la guerra civil ; u ruina entera parecía inevitable, cuando los aconte imicntos políticos que acaecieron en Madrid en el mes de Marzo de 1820, parecieron anunciar el término de su. mal s. Se habían proclamado ¡ rincipios constitucionales; ·1 Rey acababa de consagrar, por medio de su juramento, una nueva forma de gobierno que n1 dejaba pelextos á las declamaciones de los disid ntes; debíamos esperar que el genio del mal iba á hufr de nuestras riberas, ante el deb ·r huma­nitario tan nec sari en nuestras transacciones políticas. El día 6 de Junio, día que no se borrará nunca de nuestra memoria, fue designado para solemnizar ta grande época . . E. el Conde de Cartagena, G~..neral en Jefe del Ejército d~ la Co ta firme, acababa de recibir, con fecha del 1 1 ele Abril, una ordenanza real que le encargaba c.·presamentc trabaja e por to­dos su" medio n la pacificación de estas provincia ; con esta ordenanza venían in trucciones dictadas por la más gen "rosa hu­manidad, que probaban ha ta la última ,:idencia cuánto ·e preo­cupaba S. M. de la paz y de la tranquilidad de la l\1onarquía. La e.'tremada delicadeza de . E., y su ardiente deseo del triunfo, le sugirieron la idea de formar una junta de autoridades principales de la capital y de la provincia, pat·a estudiar y decidir de los medios de dar término á la empresa más importante que se haya formado n}lnca en inter~s de estos paíse . Tuve el honor de er nombrado Secretario de e ta Junta, y nunca olvidar-é ni los • Bolívar, aproYechándo e de la misión Cvntiada á. sus cmi Mios, asegur!\ haber dirigido al Rey \lna carta de felicitaci1\n pu su advmim1mf(J al trono dd amor y d~ la lty, carta por medio de la cual le suplica tscuclu co1t t'ltdulgmcia la voz de Colom',ia que pidt una exutmcia polltica. La lectura de e t~ pasajé puede dar una idea Yentajosa del que lo ha escrito; pero aquí B.Jlívar carecía de buena fe; y olvidando sus ofertas y su p:tlabra, rompió un armisticio acordado bajo los más solemnes auspicio o A lo cuarenta y tres días solamente de haber dirigido ~sta cnta al Rey, recomenzaba las hostilidade , y hacía pesar una vez más, sobre los desdichados habitantes de Venezuela, el azote de una guerra fratricida. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 'Botetin IDlHitat be ~oromóút \..._ 187 _J sentimientos de lealtad y de buena fe que animaban á sus miem­bros, ni sus sinceros votos por el restablecimiento de la paz. S. E. el Conde de Cartagena creyó en seguida, de su deber, dirigir el 17 del mismo mes el despacho siguiente al Gobernador de la MarO'arita y á los Generale y Jefe disidentes que se men­cionan: D. José Antonio Páez, D. José Francisco Bermúdez, D. Pedro Zaraza, D. Tadeo Monagas, D. Manuel Cedeño, D. Andrés Rojas, D. Domingo Montes, D. Mariano Montilla. El despacho es el siguiente : " Quizá los acontecimientos que se han sucedido en el mes de Marzo en la España europea, no son todavía conocidos por V. S. El Rey, siempre ocupado del bienestar de sus queridos súbditos, acaba de renunciar por propia iniciativa al poder de que sus pre­decesores gozaron por tre siglos; él ha JUrado cumplir la Cons­titución política de la 1-fonarquía, ancionada por las Cort s el 18 de Marzo de 18 I 2, y generalmente des ada por la Nación. Nin­gún soberano ha dado nunca prueba tan positivas de la sinceri­dad y de la rectitud de sus intenciones ; jamás un soberano ha­bía hecho un sacrificio más heroico en favor de sus pueblos. " La Península española ha prestado inmediatamente el mis­mo juramento, y las provincias de la E paña americana han se­guido este ejemplo en medio de las aclamaciones públicas ; una conducta tan noble aleja todo temor d ~ una guerra civil que pu­diera esperarse. Los periódicos que nvío á V. . le atestiguarán la exactitud d estos hechos. " entado en el trono constitucional d las E paña , el Rey, en medio de Jos numeroso é importantes trabajos que ocasiona un cambio de ley fundarnencal, ha vuelto sus miradas, desde los pri­meros instantes, hacia esta parte d us Estados que devasta una guerra nacida de la fatalidad de las circun tancias ó de un error de cálculo ; él ha visto de qué modo la reacción de lo partidos y el fune to espíritu de venganza ha eng ndrado los actos de cruel­dad y fomentado los odio ; él ha comprendí o que si no ponía término á esta guerra suscitada por erróneos principios, no termi­naría sino con la ruina de Venezuela. "Penetrado de dolor ante el aspecto de los males que aniqui­lan esta Provincia de ·u vasto reinos, 1 Rey, para calmar su pa­ternal corazón, ha querido abrir todos los tesoros de su benevolen­cia, y poner por obra todos los medios de restablecer la paz. Por esto, su primer movimiento ha sido dirigir á sus pueblos la procla­ma que V. S. encontrará adjunta ; en ella reconocerá la bondad y la moderaci6n que despertarán á ]a vez el reconocimiento de los súbditos de S. M. y la admiración de los pue los extranjeros. "El Rey no ha querido fijar estrechos límites á la generosi­dad de sus intenciones; me ha autorizado para tratar particular­mente con los Gobernadores disidentes, y para que me entienda con ellos para tratar de borrar hasta el recuerdo de los tristes su­cesos que se han cum¡.>lido. "Con el propósito de cumplir en un todo las intenciones de . 11. y de satisfacer mis propias intenciones, me dirijo hoy á las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~o(din mlilitnr be ~o(ombia L 189 _l en donde por causa de una hendidura del terreno, las capas afee· tan la forma de una gotera. La abundancia de las aguas depende dé la extensión del terreno que uministra el agua á la fuente. To­das provienen de las lluvia ó d 1 rocío que se deposita en lugares más altos; y cuando aparece una fuente en la cima de una monta­_ ña, basta echar un vistazo al r dedor para confirmar la existencia de terrenos más levantados, de donde ·e desprende. En los viajes subterráneos que el agua ejecuta de e te modo, disuelve una pequeña parte de lo cuerpos con los cuale se encuentra en contacto, at-ra. tra las partículas más ligeras que 11e­nan lo inter ticios de la capas más resi tentes. Por el frote conti­nuado largo tiempo, ga ·ta esa mi mas capas y forma allí va­cíos, abre canale , pequeño al principio, que se van ensanchando, e juntan y dan al fin raso á masas de agua más grandes. En el largo curs de los tiempos, los terreno má duros, los que ofrecen más resistencia al d t rioro, acaban por roerse á sí mismo , y agr ndado los canal e , dan nacimi ento á as fuent e s que causan asombro p r el volum n normt: d a
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 6

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 15

Por: | Fecha: 12/10/1901

@;"---0'-~~-~, ~~~.#!~'"M.=<=·""' Bogotá, Octubre 12. de 1901 - ~l;--;!}---:>}--~--(~- ~-~~ oletin ilitar de ~olo~bia Organo del Ministerio de Guerra y del Ejército DIRECTOR .AD HOXOREM Francisc'J J. Vergara y Velail~o General do Ingruieros, Miembro de vario SociNladel! Ciot1t(ficos Son colaboraclorcs ele csfo periórlico los Jefes y Ofitialrs del Rjéwto DECRETO r UMERO 1177 DE 1901 (8 J>E OCTUBRE) por el cual se aumentan lo. suf"ldos y raciones de los Oficiales y tropa que hagan campai'"ta 'n los Llanos de .'an Martín y Casanare Et•Jí'cepres/dmle de la ReplíbHca, mcargado dd Poder Ejec:ui/vo, En ejercicio de la facultad que le confiere el artículo 1221 de la Conslitución, J) E C RE T.\ Art. 1.0 Desde el 1.0 del presente mes el sueldo mensual de los individuos de tropa y Oficiales que hagan campaña en los Lla­nos de San Martín y Casanare, será el siguiente, sin derecho á so­bresueldo alguno: Del soldado........................... . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . 90 - cabo 2.0 ••.•••••..•.••..••.•.•••••.•••••••••• • •••.. ••••·• •••• 95 - cabo 1 . 0 ••..••••••.•••..•.•.•.••••••••.••••..••••••••.•••••••• roo - sargento 2.0 .•..•••••••.•..••..•••••••.••••••••••••••••••.•• 105 - sargento r. 0 ..••••.•....•..••.••••••••..••.••.•••••••••••••• 1 ro -Subteniente ................... , ............................ 130 - Teniente .................................................... 150 Capitán...................................................... 170 TOMO II-29 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. moietin WH!itax b~ <$oiombia '- 450 -: Art. 2.0 Los Jefes, desde Sargentos Mayores para arriba, continuarán deYenganclo las asignaciones y sobresueldos de que disfrutan actualmente. Art. 3. 0 En estos términos queda reformado el Decreto Eje­cutivo número 502, ele 30 de Abril último, "por el cual se aumen­tan los sueldos y raciones del Ejército de la Rei)ública," y el ar­tículo 1. 0 de la Ley 39 de 1896, sobre asignaciones militares. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 8 de Octubre de 1901. El!v1inistro de Gobierno, GurLLEIUIO QurNTERO C.-El Minis­tro el Hacienda, encargado del De pacho de Relaciones Exterio­re , 1t1JG EL Au.\DI' l\·1E.·nEz-El Mini ·tro de Guerra, JasE VrCE!\TE Co.'CHA-El Ministro de lnstrucción Pública, J. 11. RrvAs GRooT­El Subsecretario del Tesoro, encargado del Despacho, JosE MA­RIA CoRDovr.z. DECRETO lh IE O r 13o DE 1901 ( 26 DE SEP1 n:. tnRE) por el cual e c;ci¡ala sueldo á los empleado clel1lontepío Militar El T'icepresidmtt: dt: la República, encargado dt'l Pode,· .E)'ecutz'vo, DECRETA Artículo único. \ par ir el 1 I . 0 del prescnt · me· y hasta el 31 de Diciembre pró ·im'J, los empleados del 1 Iontepío Militar go­zarán de los ·igui ntes sueldos : El '1 esorero .......................................... ,.· 300 El 'ecrctario Tenedor de Libro . .. .. .. .. . .. ... .. 225 El Abogado........................................... 225 Queda incluíclo n esta· asignaciones el aumento proporcional á 1u tienen derecho conform al artículo 2. 0 del Decreto Legisla­tivo número 1072, de S del pre ·ente me ... Comuníquese y publíquese. Dado n Bogotá, á ;.6 de. eptiembre ele 1901. JO 'E 1IANUEL MARROQUH\ El Min'stro de Guerra, jos1f V1c .. 'TE Co.·cn.\ DE RETO 'U11ERO 114 DE 1901 (28 !)}, ~EPTI •.lBRE) / por el cual se aumentan un::~s .:similacioncs El Vz'cepr~s/dmtc de la Rt /JIÍblica, e/lr(u·.rrado del Poder l!..)'ecttit'vo, D ECRET .\ Artículo lÍn~~o. Desde el 1.0 del mes entrante los dos Ayu­dantes del Habilitado del Cuartel Genera] del Ejército tendrán Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. moretin mmtat be G:o(ombia '- 451 _) asimilaci6n á Coronel y Sargento Mayor, respectivamente, en lu­gar de las de Teniente Coronel y Teniente con que han venido figurando; y seguirán devengando el correspondiente sobresueldo. Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, á 28 de Septiembre de rgor. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VICENTE CoNCHA DECRETO NUMERO 1 152 DE rgor ( 3 0 DE SEPTIEMBRE) que reforma los marcados con los números 228, de 31 de Mayo de 1897, y 340, de 5 de Agosto del mismo año, reglamentarios de Bandas de Música militares El Vicepresz'cimte de la Repúbllla, encargado del Poder E.Jecutz'vo, DECRETA Art. 1.° Cada Banda de Música tendrá el siguiente personal : un Director, un Músico mayor y 39 profesores. Art. 2.0 Durante el estado de guerra, las tres Bandas de Mú­sica existentes tendrán por Comandante un Jefe militar con la asig­nación de Primer Jefe de Cuerpo. Art. 3.° Cada Director de Banda tendrá la asignaci6n de Pri­mer Jefe de Cuerpo; los Mú icos mayores, a-imilados á Tenientes Coroneles; los profesores solistas, á Sargentos Mayores; los pro­fesores de I .a clase, :í Capitanes; los de 2.\ á Tenientes; los de 3.• y 4·\ á Subtenientes, y los de 5.~ á Sargentos primeros. Art. 4. 0 Quedan suprimidos los aprendices de que trata el Decreto 228 de 1897, y en u lugar habrá los profesores de 5.• clase indicados en el artículo anterior. Los candidatos para ocupar estos puestos no podrán tener edad menor de r 8 años. Art. 5. 0 Los miembros de las Bandas gozarán del sobresuel­do correspondiente á sus asimilaciones, con arreglo al Decreto nú­mero 502 de 30 de Abril de rgo 1. Art. 6. 0 Quedan en estos términos reformados los Decretos Ejecutivos números 228, de 31 de Mayo de 1897, y 340, de 5 de Agosto del mismo año. Comuníquese y publk¡uese. Dado en Bogotá, á 30 de Septiembre de 190!. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VICENTE CoNCHA co o. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ofdin 9JH!itat: he <5,oiombia '- 452 -' D .. RET Uiv1ERO 1 I 59 DE 1901. (30 DE SEPTIEl\IDRE) por n} cu:-~1 se deroga otro El r·,ceprcsú/mle de la RejJIÍb/zca, mt."ar.r:rado dt! Poder .E}ecul/vo, DRCRRTA Artículo t1nico. Derógasc en toda su partes el Decreto nú­mero 326, de 16 de ~Marzo último, "por 1 cual se suprimen algu­nas a irnilacioncs militare~.= Comuníques y puu1íquc,...c Dado en Bogot<í, á 30 de Septiembre d rgor. JO. 'E MANUEL MARROQUIN El Ministro el Guerra, jos1~ VICENTE Co. ·crL\ DECRETO 1 U IERO r 166 DE fgüi (2 m: OCT 'BRE) . sobrl: Bandrs 1:c l\lúsica militares }t_,'/ T'/cepn·st'dmfl' dt !tl Re¡níbl/ca, mcargado dd Poder Ejccuth•o, D 1~ CRETA t rtf ulo úni o. Lo. miembros d las Banda de Música, o­m ticlo como se hallan á la d' ciplina militar, o· zarán de la re­comp n a· por antig-ii dad n 1 s rvicio á que ti n n derecho los militar · · ; y su d udos r il irán pen iones del fontepío Militar, con arr g1o á los 1 yes s brc ambas materias. Comunfqu s y pubií ¡uc. c. Dado -.n B gutá, á 2 de ctubrc de 1901. JO E 1A "l 1 L MARROQUIN El Mínistn.~ el ... c_,uerrn, JosJ~ VrcE.''IE Co:\ IL\ DECF I~T Ul\1ERO I 167 DE 190 I (2 Dl~ OC1 BRF.) que elimina la {job.:rnacit1n \Iilit:u de la Plaza de Girardot y la reemplaza con ..... \ina Jefatura iYil y 1 Tililar El Iíá'jJrcs!'dc1llc: dt la RejJIÍÚHca, mcaruado del Poder Ajecut/vo, J)f:CR >TA • 1 t. l. 0 ~ limína e la robcrnación míiitar ele Girardot. • rt. 2. 0 r6a.;c c:n el 1 T unicipio de rirardot una Jefatura con funcion es ci,·il s y militare~, la cual será servida de la manera si­frui nt" : Personal- Tn Jefe Ci\'il y Militar, asimilado á General de Di­Yisión; dos primero Ayudantes, asimilados á Coroneles; dos se- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. r8otetin 9RHitcu: be ~domóia \._ 4-53 _) gundos Ayudantes, asimilados á Teniente Coronel y Sargento Ma­yor, respectivamente ; d os Adjuntos, asimilados á Capitanes. Un Capellán de H o~ pitales y fuerza, asimilado á Coronel. Un Médico de los H )spitales y fuerza, asimilado á General de División. Un Comisario Pagador, con la asimilación de Coronel primer Jefe de Cuerpo. Un Ayudante de é t ~ , asimilado á Capitán. Tres Hermanas de la .Caridad, con la a · :milación de que goza el anterior. Un Contralor Celador, con sueldo de Ayudante Mayor. Un Herrero, con sueldo eL TeniC-;nte. Un talabartero, con la misma a imilación. Tres Guardas de la línea telegránca, a_imiladós á Saro·entos primeros. Veinte Policías, que prestarán sus ·ervicios como soldados, y dependerán del Jefe que para dicha . ección e designe. Art. 3. 0 La Jefatur:.t Civil y lVIilitar de la Plaza de Girardot dependerá directamente dell\1ini t río de uerra y de la Coman­dancia en Jefe Central del Ejército, y los o·a tos que oca ione serán imputado al Departamento de Guerra. Art. 4. 0 El Jefe Civil y Iilitar será nombrado por 1 Poder Ejecutivo, lo mi mo que el per onal ig-ui nte hasta Capilane . Art. 5. 0 on deberes del Jefe Ci 'Íl y 11ilitar: 1.0 Velar por la conservación de l ord n ·público y la tranqui­lidad social ; 2.0 Vio-ilar el Ferrocarril de jirardot y la Flotilla del Alto Magdal na:; 3. 0 Refrendar pasaportes militar ·· y de particulares que tran­siten por la Plaza, si mpre U\.! nos an sosp choso los éHrra iados con tales pasaportes; 4. 0 uministrar recursos á los buque de la Flotilla del Altc Magdalena cuando estén en el puerto de iranlot, y á las fuerzas que por cualquier ca u a se acantonen en esa Plaza; 5. 0 Organizar el :Hospital l'vlílitar, Yig·ilar que cll\.1édico oficial haga por lo menos una. Yi ita diaria á este Establecimiento ; sumi­nistrar los elementos nec ¿sarios y nombrar el personal subalterno, de acuerdo con la Directora, á fin de que los enfermos estén debi­damente atendidos; 6. 0 Vigilar la guarnición de la Plaza, y comunicar órdenes en asuntos del servicio ; 7. 0 Oro-anizar las fuerzas necesarias para la guarnici6n de esa Plaza, para lo cual queda como base el Batallón Riz:cra · 8. 0 Suministrar cuarteles, &c., á las fuerzas que transiten por la Plaza; g. 0 Velar por los intereses del Gobierno y en especial por las brigadas de las fuerzas y de los Jefes y Oficiales pasaportados; 10.° Cumplir y hacer cumplir la 'rdene del l\.1inisterio de Guerra y de la Comandanci.a en Jefe C ntral del Ejército; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58otetin ID'lititar be ~olomóia '- 454 _) II. 0 Disponer de todo elemento que le sea necesario para el sostenimiento de la Plaza, y dictar cuantas medidas hagan precisas las circunstancias; r 2. 0 Ordenar los gastos que ocasione el personal de la oficina y tropa, útiles de escritorio y alumbrado, servicio de postas y es­pionaje, y los demás de carácter urgente que como imprevistos puedan presentarse. Art. 6. 0 El Jefe Civil y Militar asumirá las atribuciones y de­beres de Alcalde, y formará una Sección de Policía con los em­pleados tomados de los que indica el artículo 2.0 Comuníquese. Dado en ~ogotá, á 2 de Octubre de 1gor. JOSE MANUEL MARROQUIN El Ministro de Guerra, JosÉ VrcENTE CoNCHA DECRETO NUMERO 14 DE 1901 (OCTUBRE 7) po~ el cual se hace un nombramiento La Comandancia en Jefe del Ejército de la República, en uso de las facultades y autorizacionc que le han sido conferidas por el Ministerio de Guerra, y teniendo en consideración el cúmulo de negocios judiciales-de carácter milltar-que cursan en el Despa­cho, cuyo retardo origina graves y grandes perjuicios en la mar­cha regular y urgente que á este respecto debe observarse en el Ejército; y que no e.·iste, en la actualidad, un Consejo de GJerra de Oficiales generales permanente, DECRETA Art. 1.0 Nómbrase un "Juez ubstanciador General del Ejér­cito," que, con el carácter de permanente, desempeñe las funciones respectivas, según el artículo 1518 del Código Militar, en relación con el 1516 del mismo Código. Art. 2. 0 Para el desempeño del cargo de que habla el a .. tícu­lo anterior, nómbrase al Sr. General de División Alfredo Tomás Ortega, quien, en la forma legal, tomará posesión de él. Comuníquese á quienes corresponda y publíquese en la rden general del Ejército, para su cumplimiento y ejecución. Dado en Bogotá, á 7 de Octubre de 1901. El General Jefe encargado, MARIANO TOBAR Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .,oletitt !Jtilitar be ~olombia \._ 455 -' LA GEOGRAFIA F~N LA AMERICA DEL SUR La República de Bolivia resolvió últimamente proceder á la construcción de una verdadera Carta geográfica nacional : los tra .. bajos preliminares principiaron ya, y la obra se llevará á cabo con la mayor actividad. Este trabajo, que dará á Bolivia una marcada ventaja científica sobre sus vecinas, se ha confiado á ingenieros franceses y á métodos franceses. El servicio topográfico de la casa Hachette et C. 0 , fundado hace años para ejecutar levantamientos de cartas conforme á los últimos nétodos y al empleo del taquígrafo Schrader, á. petición del Gogierno boliviano, convino en enviar á Bolivia una misión compuesta de cuatro ingenieros (Balide, padre é hijo, Grimaldi y Vaudry), con el encargo de levantar á la escala de T : 50,000 la carta de la mesa boliviana desde La Paz y el Lago de Titicaca hasta Oruro. Cuando esta obra esté concluída, seguirán con otra porción del territorio, y así sucesiYamente. · Los ingenieros, que ya están .en La Paz, se ocupan por ahora en establecer la triangulación general de la región per cartogra­fiar, y en hacer las determinacione a tronómicas correspondientes. En este trabajo los ingenieros han aprovechado las instrucciones del conoéido ingeniero 1-1. Vallot y del astrónomo Bigourdan. El levantamiento de la zona quebrada se ejecutará conforme al mé­todo inaugurado por chrader en los :Pirineos españoles, y por la primera vez se tendrá la representación exacta de esa majestuosa Cordillera Real, que dominan los altísimos picos del Illimani y de Soratá. Cuanto á la mesa propiamente dicha, e espera que al le­vantamiento de la Carta seguirá el ' arreglo de las irrigaciones, lo que arrancará esas arenas á la miseria y á la esterilidad, y per­mitirá dar nuevo impulso á la explotación de las riquezas minerales que encierra. Además, e o el actual Presidente de Bolivia, el General Pando, es un explorador apasionado por la Geografía y las inves­tigaciones científicas, se ha resuelto que el estudio geológico de 1 suelo acompañe paso á paso al levantamiento cartográfico. Con este objeto el célebre Dereins, Director de los estudios geológicos de la Sorbona, acompañará á los ingenieros, sin dejar de hacer parte de la Universidad. Los franceses ejecutan, pues, en estoS' momentos grandes trabajos científicos en Bolivia y en el Ecuador. ¿Siempre habrá de quedarse Colombia rezagada en estas lu­chas por el progreso ? Por un Presidente conservador tiene la Re­pública una carta geográfica bastante aceptal>le ; ¿ no correspon­derá á otro mandatario de la misma escuela dispon_er que esa carta se re y ponga á la altu~a de las exigencias del siglo? • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletin W'lifitat be G:oromóia '- 456 -' LA DIRECCION DE I .. A GUERRA . EXPOSICIÓN SUCINTA DE SUS PRINCIPIOS Y l\IEDIOS DE EJECUCIÓN, POR EL ' GENERAL COLMAR BARON VON DER GOLTZ (Traducción para el Bo!etlTZ Militar) Continúa 5. Marcha de avance paralela, concbztrzca y excbzlrzca-Afarcha de noche y marcha de flanco-La marcha sobre vías paralelas ofre­ce la ventaja de que, en tanto que las columnas están en movi­miento, permanecen separadas unas de otras por •igual interva­lo, del cual podrán sacar partido para su alojamiento y su sub­sistencia. De esta suerte, cada una de las columnas tiene su línea de operaciones, y la generalidad de las veces también su línea de comunicación particular. Así se evitará que las tropas se mezclen y que se produzca confusión entre los convoyes que marchan en su seguimiento. Sin duda alguna esta es la disposición más ven­tajosa para la marcha de a vanee de grandes masas de tropas. Pero no conducirá á la reunión en el campo de batalla sino cuan­do las rutas empleadas para la marcha e tén muy inmediatas unas de otras, lo que destruye la ventaja que les reconocíamos an­teriormente. Así pues, se podrá adoptar una marcha de a vanee sobre vías paralelas, no con respecto á la batalla, sino para el caso en que despué de obtener la victoria, se pretenda atravesar la di tancia que separa la zona que se acaba de conquistar, de la si­tuada má adelante, in qu se e pere encontrar de nuevo al enemigo. Este hecho e pre entó, por ejemplo, á los ejércitos ale­manes en el mes de Agosto de 1870, entre el arre y el 11osela. Pero aun para éstos fue preci o ordenar modificacione , cuando los franceses se detuvieron inopinadamente detrá del i d. Cuando uno se acerca al nemigo, e menester CJUe la mar­cha de avance sea concéntrica. Pero se tendrá mucho cuidado en no abandonar prematuramente la Hneas paralelas, á fin de no po­ner al enemigo en estado de adivinar, antes del momento deseado, cuál es el objetz'vo entreví to, y para no tener que afrontar dema­siado pronto todos los inconvenientes que re ultan de una concen­tración demasiado densa El punto de reunión no es fijo; al contrario, es móvil dentro de un círculo determinado, porque el ejército enemigo cambiará de lu­gar, y es de él y de sus movimientos de lo que depende la elec­ción que hayamos de hacer. Desde luego, la dirección concéntrica de las columnas no conducirá realmente á un punto único, sino que, como sucedió al ejército pru iano en r866, las llevará de una manera muy ~eneral á una cierta zona hasta el momento en que el jefe haya podido darse ~uenta clara del punto en que resultará probablemente la solución táctica. Además, no debemos tomar este término de reunión al pie de la letra, ni figurarnos que todas las fracciones se alinearán codo con codo sobre un mismo terreno· un ejército se ha concentrado Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oletin WH!itm: be ~olomóin \._ 457 __) cuando en un mismo día todos sus cuerpos, aun aquellos que están más retirados, pueden llegar á tiempo al campo de b3.talla. Si forman un semicírculo al rededor de éste, como los cuer­pos prusianos antes de la batalla de I<.oeniggraetz, entonces su si­tuación será muy ventajosa, y también e podrá renunciar, si así conviniere, á terminar la reunión, como se hizo en Sadowa. La marcha en columnas separadas facilita el movimiento de avan­ce y el despliegue. La marcha de avance e.·céntrica constituye el epllogo de la ba­talla, cuando haya tenido una olución favorable para el acome­tedor, y la concentración necesaria para la acción Ya de nuevo á tener fin, para el maym· reposo el las tropas, ó también cuando se trata, después de la victoria, le ocupar una parte del país. e­pararse para una marcha d avance e.·céntrica en presencia del nemigo, es cosa grave. Tunea se debe proceder a í, si se spera una nueva lucha de alguna importancia, ó cuando esta lucha sea probable. En el cur o de la campaña de 1 14 contcmplámos n dos ocasiones el e.·traño espectáculo de un ejército que s divide en dos, únicamente para pocl "r en vol ver de nuevo al ad ver ano y acorralarlo. Pero motivos d carácter íntimo contribuy r n á ha­cer t mar e ta re olución á lo aliado , cntr otro y muy e~ p - cialmente, el deseo que alimentaba uno de los Generales en J ·fe, Blücher, de obtener mayor independencia, una libertad d ac ión más completa, que no habría podido on eguir si hubi .ra p rma­necido estrechamente ligado al ejército principal. • n la guerra servo-turca de I 76, los scrrios comenzaron por una ofen ·iva e.·céntrica con cuatro oTupos de jército, obran lo n ]a dirección de tres puntos cardinal ·, en donde tenían i la vista territorio turcos. doptando tal manera ele proced ... r, se guiaban principalmente p r con id raciones política que, por otra parte, hicieron fraca ar de un modo lamentable la emprr>sa. Pero estos son ca o' que muy rara vez ocurren. Con frecuencia se presentará 1 caso de que la dirección de la marcha no lleve derecho al frente del enemig-o, sino más bien oblicuamente, y aun algunas veces corr rá paralela á ese fr nte, de suerte que las tropas en marcha ·e presentarán de flanco al enemio-o, y ejecutarán, por con. iguientc, una marcha de flanco. Por esto vamos de una vez á decir algunas palabras sobre las marchas de flanco, aun cuando é tas sean también del dominio de la defensiva, cuando se trate ele a ven tajar al enemigo en prontitud para llegar á un punto lateral. ólo en un ca o presentan g-raves inconvenientes las marchas de flanco: cuando uno no se da cuenta dara ele que es una mar-­cha de este género la que se ejecuta, y que á la hora menos pen­sada se encuentra uno tomado ele flanco por el enemigo. Una co­lumna en marcha e despleo·ará m á 'pidamentc sobre su flanco que sobre u cabeza, y tiene meno· camino que recorrer. De su peso se cae que no es preciso marchar tan dema iade> cerca del enemi­go, sino que habrá que asegurar el spacio requerido para el des- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oret n WWitar be (?;o!ombia \_ 458 _) pliegue. Hay inconveniente en cubrir la marcha de flanco con un destacamento especial, que tome posición en frente del enemigo; si el efectivo es demasiado débil, es provocar al enemigo á que lo ataque, justamente en el momento en que menos conviene; y si el efectivo es demasiado considerable, el tiempo que se empleará en reunirlo, retardará la ejecución total del movimiento lateral. Las precauciones que hay que tomar para colocar la marcha de flanco al abrigo de toda sorpresa, son la siguientes : servicio de reconocimientos hecho con 1 mayor cuidado, modificación del orden de marcha, á fin de que hasta en medio de las columnas más profundas se cuente con algo de caballería, informes constan­tes á los Generales Comandantes subordinados, de modo de ten r fija su atención y de que estén di puestos siempre á desplegar su columna sobre su flanco. . Es cierto que en cualquier situación la marcha de flanc-0 ~u­frirá siempre un ataque del enemio·o, porque esta marcha se dirige siempre hacia un objeto claramente definido, que se pretende lo­grar lo más aprisa po ible; ahora bien: todo encuentro, aun cuan­do produzca un triunfo, oca ·iona reta: do. Si el enemigo se detiene; la marcha de flanco se verificará con gran preci ión, porque el adver ario pcr C:;rá algtín tiempo ¡;ara movilizar tropas desplegada y r . partida en diferentes puntos de una posición. La situación pr ·entará dificultade mayores si el enemi ·o está ya en marcha y pr tendemos harcr I a ar nuestra tropas con pre teza por en frente de la ·ano·u· rdia · d e su columna ; con frecuencia no lograt.t "Sto . ino con el al'tque de las cabezas de co­lumna por de ·tacamentos ai la , y ohli l', nclola á det nerse, por medio d la sorprc a, •n tanto que "' 1 gru ·o de nue tro ejército continúa su marcha de flanco. l ro 1 roe clieí.do ele e te modo se correrá el ries~o de que esto combate parciales degener n en acción o-eneral n un punto n donde no e pen aba compro­meter batalla. o hay cómo evitar las marchas de flanco. iempre que se pretenda concentrar, en pre encía del en mi,.,..o, masa que hayan marchado separadas, habrá que apelar á marchas de flanco par­ciales ó totales. D bcrán llevarse <Í cabo con circun ·pccción, pero sin vacilar, y para realizarlas bien, bastar8 darse cuenta de la si­tuación y del fin que e trata de alcanzar. No hay que tener mucho temor á la marcha· de noche, aun cuando desde hace algún tiempo se acons ja el evitarlas, por cuan­to causan · exce ivas fatigas á la tropa. l To se puede excluírlas de las combinaciones e tratégicas, como tampoco las marchas de flanco. Numerosos ejemplos, sacados ele las campañas <.le Federi­co y de Napoleón, demuestran que la marchas de noche bien dispuestas, pueden hacerse sit; que la tropa ufra. En las latitudes del Sur, constituirán el pro dimiento de marcha ordinaria duran­te la estación calurosa. En Julio de I 877, Osmán Bajá efectuó tres marchas de noche entre Viddin y Plewna, y los combates que siguieron á estas marchas probaron que estas tropas se hallaban perfectamente en estado de combatir. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. }Boletín ~Hitar be ~oiombia '- 459 -' En la noche que preceda á la batalla, estas marchas pue­den ser extremadamente útiles: servirán para juntar masas de tropas muy compactas, hasta la proximidad inmediata de la posi­ción enemiga, antes de que comience el ataque. Dado el aumento continuo de los ejércitos, las marchas de noche se hacen indispen­sables; si no se hubiere recurrido á ellas, no se podría a ignar más que una sola é idéntica ruta á dos cuerpos ele ejército que marcha­sen uno tras otro, para arribar al campo de batalla. La única cosa que hay que evitar es la de turbar, como con frecuencia se hace, el sueño de la tropa. Eso se logrará con faci­lidad, dando en tiempo oportu o las órdenes para la jornada del día siguiente- Conll}uía. ----~")¡·(!1¡6----- LOS VICIOS DE NUESTRAS INSTITUCIONES MILITARES (ARTÍCl'LO ESPA.~'OL RECillNTE) A pesar de nuestra inferiorid d numérica y en medios mate­riales de todas clases; á pesar de nuestra mala preparación para sacar partido de los pocos elementos de lucha que poseíamos, com­batímos con vigor en Cavite en Ianila, en la capital de Puerto Rico, en Santiago de Cuba y en otros puntos. ~ i en el combat naval del último citado fue dema iado corta, según han dicho tes­tigos presencial~s, la r istencia de la e cuadra española, no es menos cierto que esta escuadra había salid con cientemente á u­cumbir; y si en Puerto Rico no apar .ce que á la invasión de la isla se opusiera una enércrica resistencia, débese, en primer térmi­no, á que el agresor ampoco alcanzó á Jesarro1lar por completo su ofensiva. En dondequiera, puede decirse, que 1legó á romperse 1 fue­go en la última guerra, reapareció de cuerpo entero el tradicional valor español, acaso no mayor que el ele otros pueblos, pero valor legítimo al fin, y en la historia bien acreditado. Así lo reconocen hoy hasta nuestros mismos adYer ario . Y in embargo, el resul­tado ha sido bochornoso en su conjunto, y la leyenda del .heroís­mo hispano no llena ya los ámbitos del mundo. ¿A qué atribuír tan funesto desenlace·? ¿De qué modo pudi­mos ser vencidos por un país de inmensa superioridad potencial, es cierto, más sin que ésta lleo-ara á acentuarse por completo de un modo real ? ¿Por cuál razón aban onaron la isla de Cuba I 50,000 soldados españoles, sin combatir en su mayoría y cuando el ene­migo no podía oponerles fuerzas siquiera aproximadas en el nú­mero ni en calidad? ¿ Cómo explicar que ]as tropas americanas de tierra, y aun en parte las de mar, bisoñas y muy poco sóli­das en general, hayan, no obstante, obtenido el triunfo casi en todas partes? No es difícil encontrar 1a respuesta. De sobra se ha probado, al tratqr de la constitución de 1a guerra, las malas condiciones en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. moretht mmtar be G:orombia \._ 460 -' que ésta se entabló para nosotros; mas so re todas las desventajas de situación y de preparación con tal moti ·o e.·puestas, descuella una razón suficiente por ·í sola para explicar nuestros desastres. Era que nos faltaba la futrza moral. Esta es la que da ó quita la victoria, la que hace en ocasio­r: es, que los menos se impongan á los mi , y la que da la Yentaja á una tropa inferior en oro·anización ; ella fue la que á beneficio de la superioridad de su civilización, permitió á cortos puñados de españoles conquistar \arios imperios gueiTeros del Nuevo :rvlundo; es la que en época bi n reciente ha hecho caer las puertas del misterioso continente negro ant pequeños grupos de hombres blancos; esa es también, aun u por otros moti,·o , la causa de que entr~; paí es ig ualment ch·il iza el o se manifieste el predomi­nio de uno sobre: otro, aun in ~·1 empleo ó la amenaza de la fuer­za material ; y s, entr · otro· mucho t j mplos, la que consiente al simple comandante le un 1 arco de gu rra dictar en ci ...... ~v... .::­sos la ley á mucha distancia de u paí.:, cuando éste es fuerte y si­gue una política vigorosa. Indudablemente, la fuerza mora 1 se apoya n el poder mate­rial, real ó upuc lo; pero no se e nfun e con él. Aunque produc­tora de hechos r ale· con imJ rtancia á m nudo c.·tralY l:n~ :·:~, es más bien fuerz·t virtual que n ef cti\·a. Un pu" lo di pu to á luchar hasta 'el sacrificio por s 1 índepencl ncia ó por ·u honra, po­see fuerza mond inmensa, p 1· m,' qu ..... ·u poder real sea muy in­ferior al d 1 aase de ver en ellas falta de acome­timient . La fuerza moral era n e e caso producto de la confianza. a­bían nuestros ad rer ario ue la victoria había d ser u ya en de- • finiti ra. La e.·altaci6n del espíritu público, el ~bido á este convenci­miento, comunicába e á las tropas, que a ·í ansiaban aprovechar las ocrl ione para mo trar e á igual altura; y tal sentimiento se reforzaba, com siempre ocun·e en situaciones semejantes, por la emulación natural, derivada de las primeras Yentajas alcanzadas. Estas, facilita a ingularmentc por el torpe empleo que supimos dar á nuestro e caso. recurso , aumentaban su seguridad de un rápido triunfo, hacitndonos aparecer cual enemigos menos temi­bles todavía ele lo que realmente éramos, no obstante el haber ex­perimentado los americanos lo contrario en algunos epi odios de la lucha. Por nuestra parte, en cambio, la falta absoluta de con­fianza en el é. ·ito, enervaba el ánimo de muchos, para quienes cumplido el deber en su concepto m~s estricto y objetivo, nada restaba qué hacer. Y no era solamente la falta de esperanza la que tales efectos causaba: había en ellos también mucha parte debida á falta de fe · de fe patriótica, que mueve al sacrificio de todo interés egoís­ta; de fe" militar, que impulsa al mismo sacrificio en aras del ho­nor de las armas y del deber e su más amplia acepción, y pro­bablemente falta a imismo de una base de verdadera fe religiosa, la cual vivifica el espíritu y lo predispone á esos sentimientos de abnegación, tan atrofiado desde que aquélla va desapareciendo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J ~otetin WHiitm; be G:otomóia \_ 462 _) Cuestión es esta por demás espinosa, sobre todo dados los convencionalismos y las prácticas que en España rigen sobre el respeto debido á las colectividades y el alcance de los intereses de clase. Desde luego, lo anterior no se refiere exclusivamente al Ejér­cito, en cuyas filas se rinde en fin mayor culto al honor y al deber que entre las demás clases. Tampoco puede otra alguna de éstas acriminarle por las deficiencias que en él haya señalado la última guerra, y, menos que ninguna, esa que ha pretendido tener el derecho de juzgar y sobreponerse á todos los organismos del es­tado, formada en gran parte por los hombres que en las colonias como en la metrópoli, han especulado con la desgracia pública. No era fácil que la moral de los combatientes rayase por todas partes en lo heroico, cuando ni del país ni de su Gobierno recibieron sino impresiones de debilidad y desaliento. Si tal espíritu reinaba en ge­neral lejos del peligro, á lo menos desde que se pudo temer en al­gún modo la aproximación de éste, y si la parte de ese mismo país que lo veía cercano tampoco dio muestras ciertas de su deci­sión de afrontarlo, no es mara villa que entre los obligados á ha­cerlo por deber ineludible, hubiera quien manifestase tibieza en sacrificarse por los ínter .ses materiales de algunos de sus compa­triotas y por los que pudieran afectar al conjunto, muy importan­tes sin duda, pero que al fin habían de aparecérseles como menos positivos que aquellos otros. Pero el Ejército no tiene solamente la misión de batirse. Por alta que sea la de mantener la honra y la independencia de lapa­tria, le incumbe otra no menos grande y má eficaz todavía para los destinos de c. a misma patria. 11 uera del so tenimiento del r­den, combatiendo los 1 mentos que lo perturb n materialmente, debe también contribufr en primer término á la conservación 6 al restablecimiento del orden moral. Como cu rpo, el más disciplina-· do y más acce iblc por su naturaleza á las id as y sentimientos elevados, ha de servir á la vez, en St: concepto, de escuela y ejem­plo al resto de la ación. El Ejército debe, pue , ser 1 primero en confesar sus errores y sus culpas, sean de conjunto ó individuales. No importa que las de los demás sean mayores, ni haya temor de que por aquello des­merezca en el concepto público. . i esos otros organismos ó cia.­ses ocultan sus defectos, ¡~eor ser{ para llos el resultado en defi­nitiva. Ninguna corporación se desprestigia por reconocerlos, siem­pre que trate de remediarlos, ni ha de temer el que aparezcan en ella elementos dañados, con tal que los separe de sí rigurosa­mente. El sistema de la'Var la ropa sucia dentro de casa, que en España ha venido prevaleciendo, es el peor de todos. Podrá ser­vir á los unos para ocultarla, mientras no sea mucha : pero por lo menos es necesario que se lave efectivamente, y tal sistema se presta en gran manera á descuidar esto, resultando que, amonto­nándose aquélla, no se puede YéJ. ocultarla á la vista de los vecinos. EFE ELE Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58otetin ID1ititm: be <1otomóht \.._ .463 _) LAS GRANDES BATALLAS DE NAPOLEON POR DICK DE LO. TGLA Y (Traducción p:ua el Boldín 11/ilitar) Areola, 15, 16 y 17 de lfoz,z'embre de 1796 (Continúa) Bonapartc, envuelto en este movimiento retrógrado, vuelve á montar á caballo; una nueva elc::scarga de metralla echa por tie­rra á cuantos le rodean, debiendo á ]a presencia de éstos no ser él mismo herido. u e ballo, espantado, cae en el pantano, á donde arrastra á su jinete, que queda sumergido en el barro hasta la mitad del cuerpo. Los austriacos desembocan entonces sobre el puente, y, per­siguiendo á nuestros soldados en retirada solJre el dique, avanzan más de cint;uenta pasos hacia el punto en que ha caído nuestro General; felizmente no le reconocen. Su hermano Luis, sus Ayu­dantes Junot y 1\farmont, vien lo el peligro que le amenaza, se arrojan entre los soldados y les mue tran á su Jefe á punto ele su­mer ·irse en el lodo 6 ele ser asesinado por los croatas, que, en el ardor del combate, no clan nunca cuarteL Ante e te e pectáculo, un t;rito poderoso se levanta ele las filas: "¡. alv mos ~í. nue tro en ral! · Dctiénen~ , y se enfrentan ele nuevo. El Ayudante General Bclliard, herido, reúne cincuenta granadero , y á la cab za ele CSO!:i valientes, se arroja con deses­perado impulso sobre el nemigo, que avanza á paso de carga: los. oficiales trazan con la punta el 1 able una línea detrá de su com­pañía_, acribilladas á metralla, y amenazan con el deshonor ó la muerte á aquel que, r Jtrocediendo, pasE- de allí. Todo lo rinde el valor. Los croatas son lanzados á sus trincheras. Bonaparte, alva­do, vuelve á montar á caballo· su vista y su palabras tranquilizan á los soldados, que se reorganizan sobre el dique. Aquella no es la última e cena de la jornada: Alvinzy, que nos suponía siempre n \Tero na, ha -quedado sumamente sorpren­dido al oír estallar un vivo fuego de fusilería en dirección de Ar­eola. Al principio no comprende por qué los franceses se han arrojado á los pantanos; pero en breve, advertido de lo que pasa, ordena á dos divisiones se trasladen allí, atraviesen el Al­pone y desemboquen por los dos diques para arrojarnos en el Adige. Hacia las cuatro de la tarde oímos que en las filas austriacas resuenan muchos vivas y sus tambores tocan á la carga; el ene­migo, á su turno, va á tomar la ofensi a. La división Mitrowski aparece por el dique de la derecha. A su cabeza van los grana­deros de Jordú, vestidos de blanco con vueltas azule y con r.hacó puntiagudo, sin vicera, y adornado sobre la frente con ancha pla­ca de cobre que lleva estampada la efigie de la corona de hierro. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oietitt 9Jhtitcu; be ~otombiia \__ 468 _) y de los htÍsares salpicadas de barro, los aballos con la cabeza hacia el suelo, con el tobillo hinchado. I Tuestros jinetes han corrido toda ]a noche. Alvinzy se ha retirado i Vicence, dejando el camino sembra­do de rezagados y de heridos. u ejército principal ha quedado reducido á menos de 18,ooo combatientes, y ha dejado en los pan­tanos de Ronco de 8 á ro,ooo hombres fuera de combate. Cuatro banderas, dieciocho cañones, seis mil prisioneros, son los trofeos de estas tr s sangrientas jornadas de Areola. Por nues­tr:). parte, las érdidas, uien que menores, son terribles. Por la mañana, Bonaparte pasa revi ta i las tropas. En el mom nto en ue se d e ti ene enfrente de nuestra media brigada, ex­clama, señalándonos con la mano á su Estado Mayor: "Estaba tranquilo, porque el 32 se encontraba allí r Palabras memorables, que fueron luégo inscritas sobre los pliegues de nuestra vieja ban­dera tricolor, marcada por la metralla y ennegrecida por la pól­vora. Aquel día, mientras nuestra caballería perseguía á los impe­riali tas, Bonaparte volvió á V crona, pasando por el campo de ba­talla que ocupaba .A.lvinzy. El ejército entra triunfante por la puerta de Venecia tres días después de haber salido misteriosamente del lado opuesto, por el camino de Milán. ¡Prestigio del genio!: la población entera acoge á nuestro joven Genera] en Jefe con aclamaciones de admiración y de al grfa. Sin pérdida de tiempo, él hace remontar i sus infati­gables teniente la rib ras del Adige, para cobrar su triunfo hasta donrle se lo permite su débil ejérciw hace sostener á Vau­bois, lanza á Davidovitch i los montes del Tirol, y ocupa la anti­guas posiciones que tenfa sobre el Adjge. La victoria de Areola produjo en !•rancia y en Europa una sensación inmensa. El Directorio decidió que los estandartes lle­vados por Bonaparte y Augereau en medio del fuego y del humo sobre 1 puente de Areola, se ntre arían á estos Generales para que los consen·a en sus familias. Por último, por toda Europa se admiró el genio d 1 hombre extraordinario que, abandonado á su propias fuerzas en el fondo de Italia, sostenía semejante lucha contra numerosos jércitos de la poderosa nación de Austria. Co 11 ll'111í a - ~f.- ----- Pl~GLAiVIE T J 1EXICANO PARA EL SERVICIO DE CAMPAÑA ( Contimfa ) I 12. D/7•t's/ón dt'l com:C!)'-Cuando un con\'OY sea considerable, es es ncial diYidirlo n varias fracciones, á cada una de las cuales se d stinará una ~colta especial, ó si hubiere en el convoy carrua­jes ó acémila de requisición, se distribuirán con ellos algunos sol­dados para cuidar ~ los conductores. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. motdht 9JCHita\! be ~orom'&ia '- 469 _) Las municiones de guerra marcharán, por regla general, á la cabeza del convoy, en seguida los carruajes ó acémilas con víve­res, y después las que ll~;ven efectos diversos. Todas estas di po iciones se subordinarán á los proyectos·~pre ... suntos del enemigo ; los carruajes cuya conservación importe más al ejército, deberán marchar en el orden más propio para preser­varlos del peligro. r r 3· Dz'spoúdoues para la marcha-La escolta y la marcha de un convoy se arreglarán en razón de la distancia á que se halle el enemigo, de la fuerza y especie de las tropa~ respectivas, de la naturaleza del terreno y del estado de los caminos. El Jefe de un convoy se procurará las noticias más detalladas acerca de estos diversos objetos, y las verificará por cuantos me­dios estén á su disposición. El Jefe del convoy destinará una fracción de la escolta á cui­dar los carruajes acémilas, y dis¡:>ondrá del resto de la tropa para cubrir la mat a. A este efecto constituirá una vanguardia, una retaguardia y, si es necesario, guardaflanco~, que se conformarán de una manera general á la reglas prescritas para la seguridad de las tropas en marcha. Concentrará el grueso d la e colta en el lugar más impor­tante, á la cabeza, á la cola ó sobre uno de los flancos del con­voy, según la dirección más e. puesta al ataque del enemigo. i no se le ha ser1alado itinerario, e correrá el camino que ofrezca mayores ventajas y que haya sido ha itualmente seguido por otros convoye , aun cuando sea el más largo. 1 14. Altos, Par'lues-Los convoyes se conformarán á las pres­cripciones del Reglamento del tren de transportes, en lo relativo á los altos horarios. Lo grandes altos se harán en lugares reco­nocido de antemano y favorable á la defen~a del com·oy. Para el acantonamiento, cam¡Jamento ó vivac se escogerá una localidad que permita poner el parque al abrigo de una sorpresa y defenderse con ventaja contra los ataques del enemigo. El emplazamiento del parque se elegirá de manera que se pueda atalajar y desaparear con orden: los carruajes aparcarán en una de las formas prescritas en el Reglamento del tren de trans­portes militares. I rs. Defensa de un convoy en marcha-En marcha, cuando á consecuencia de un ataque imprevisto, el convoy no pueda conti­nuar su marcha, el Jefe de él lo hará aparcar fuera del camino; si esto no fuere posible, los carruajes formarán en dos hileras ú ocuparán ambos lados del camino; los carruajes cerrarán sus dis­tancias cuanto sea posible ; los conductores echarán pie á tierra y se colocarán á la caheza de sus tiros ; los conductores de acé­milas, si las hubiere, las agruparán entre las hileras de carros, y si el convoy fuere sólo de acémilas, se agruparán éstas y se ro­dearán por sus conductores. Cuando después de una defensa tenaz, la escolta no pueda salvar todo el convoyó parte de él, su Jefe lo hará incendiar, y tratará, por medio de una acción vigorosa, de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~oretin 'Witat be iorombiA \.._ 470 _) abrirse paso y llevarse los tiros ; en último caso los matará, ante~ que dejarlos al enemigo. 1 16. Convqyes de j;nsioueros-La e nducción de prisioneros de guerra exige una prudencia especial y gran vigilancia y firmeza. El oficial encarg-ado de conducir prisioneros de guerra los hará formar en columna; á la ca1)eza, á la cola y á los flancos de dicha columna, que marchará en orden cerrado, colocará su tropa; prohibirá toda conversación entre ella y los prisioneros, é impedi­rá que estos últimos se comuniquen con los habitantes. Al partir, la escolta cargará sus armas en presencia de los prisioneros, á quienes se prevendrá que toda tentativa de resistencia se reprimi­rá con extrema severidad. Para acantonar se escogerán localidades que contengan edi­ficios amplios, en que pueda guardarse fácilmente á los prisione­ros, y que estarán siempre iluminadas; sólo una puerta de ellas quedará abierta, y en ella se situará una guardia. Si se atacare al convoy durante su mar y se iere obliga-do á detenerse para resistir al ncmigo, se ordenará á los prisio­neros que se pongan p eh o á tierra; la parte de la escolta ncar­gada de su custodia inmediata, permanecerá junto á ellos, y hará fuego sobre cualquiera que se levante sin haber r cibido orden para hacerlo· el re to de la e colta maniobrad. para rechazar al enemigo. TITUL XIII 1 ERVICIO DE LA GEND RMERIA 1 17. Alribucz'ones gmerales-La Gendarmería estará encargada: 1.0 De la in ve tigación y comprobación (le los delitos y fal­tas, y de la per ecución y arre to de los presuntos culpables; 2.0 De la policía y consen·ación del orden en la zona ocupa­da por las tropas ; 3. 0 De la vigilancia de los paisanos que sigan al ejército ; 4. 0 De la agrupación, dirección y policía de las Secciones de equipajes y convoyes. Los gendarmes no dependerán sino de sus Jefes directos, a í como de los Generales y Jefes de Estado Mayor bajo cuyas órde­nes sirvan. Sólo por ellos podrán ser castigados. 1 1 ORGANIZ.\CION DE LA GE. DARMERIA 118. Prebostes-Los destacamentos de Ger.darmcría agrega­dos á las diversas unidades, ejercerán funciones de "policía judi­cial militar." Para el servicio de la Gendarmería y el de los prebostes se observará lo prevenido en la Ordenanza general del Ejército (ar­tículos 1237 al 1244) y en el Reglamento de la Gendarmería. Con arreglo á lo que ya se ha prescrito, la Gendarmería que marche con los conYoyes no servirá como escolta de ellos, y sólo desempe­ñará funciones de policía, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~otetitt ill1Hitnr be G:otom&in '- 471 _; 1 rg. Prúz'oues-En cada Cuartel general se establecerán ~ri­siones destinadas á recibir i los presuntos responsables de delitos cometidos, ya sean milita n~ s ó paisanos. Estos prisioneros queda­rán bajo la autoridad de los Jefes de la Gendarmería y bajo la vi­gilancia de los Comandantes dr los Cuarteles generales-Conlz?uía. ASPEC ,· o FISICO DE COLOMBIA V. EL v.\LLE DEL C.\uc \--Al contemplar el espacioso valle del Cauca y la configuración del suelo por donde corre el do, lo pri .. mero que se ocurre pen ar es que allí existió en otra edad un in .. menso lago que desaguó hacia el N. por el cañón de Antioquia; pero las pruebas no son concluyentes para mantener tal suposición, En todo caso, mucho tiempo ha sido necesario para que las tie ras acarreadas diariamente por las aguas de las serranías hacia las partes llana , hayan podido le vantar y formar esos planos inclina­dos que, como otros tanto · glacis, terminan sobre las en parte aún anegadas riberas del Cauca, el cual, con paso mesurado y tortuo-o, corre hoy por las intcr ccciones de los diferentes declives que e forman en las bases opuestas de la e rdillcras, fértiles unas, ingratas otras. El valle del Cauca, por su estructura y sus tierras mezcladas de pastos y de campiñas, e una de la riquezas de Colombia. Allí la ·ista presenta lo que hay de más delicioso en tm paisaje: cuestas y montes, valles y llanos, campos cultivados y tierras incultas, bos .. ques y praderas. El suelo se presta maravillosa ente para la cría y la agricultura. El aspecto del valle en general es uniforme en su constitución física, y mirado de S. á ., desde una altura como de 30 ms., de cualquier punto que sea, se presenta una planicie que forma hori­zonte, encajonada entre altas cresterías. Los árboles frondosos que están en primer término, en medio de las tierras tapizadas de gra­míneas, cubren grandes espacios, pero dejando siempre ver la prolongación de las abanas y de los bosques, que se confunden entre sí, matizados de lindos colores y orlados de palmeras, hasta que la vista no descubre sino un plano amarillento ó verde, eriza­do de columnas de humo que indican las labranzas en donde se están quemando las plantas abatidas para que las reemplacen otras, ó los pajonales altos y secos, para que den pastos más frescos á los rebaño , según la errónea creencia popular. El todo de este cua­dro encantador se descolora en los confines azules del cielo. Desde la región de Santander se ve esta llanura estrechada frente á Buga ; avanzando hacia el río, los cerros azulados de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. fBvtetin ~nmtar be (¡olombia '- 472 _) aquella ciudad; y de Buga mirando hacia Cartago desde alguna pequeña eminencia, el cerro de Anserma Nuevo, junto con la ele­vada me a que queda -entre los ríos Consota y Otún, la que stre­cha el valle hasta formar la garganta por donde al parecer se abrieron paso las aguas. Caminando por el valle se pueden apreciar mejor los detalles pintorescos que se ofrecen á cada paso. Una enorme masa de ro­cas, cubierta con una vegetación densa, forma las crestas de la cordillera del Quindío, cuyos gruesos y altos estribos avanzan hacia el valle, desnudos de montaña, y mostrando desde lejos en los declives los manantiales con sus grandes masas de verdura, y como suspendidos de las rocas que descienden al Ya11e. La~ saba­nas se presentan con planos ligeramente inclinado~), revestidos de muchas reses y crías de caballos, y con una que otra choza ador­nada de árboles frutales y cercada de hermosas y colosales gua­duas, cuyo ornato uniforme da al pai ·aje cierto aspecto encantador. El ganado crece y se multiplica en estos privilegiados para­jes casi sin los cuidados del hombre, y pasa los ardores del sol bajo la sombra d hermosos g-rupos de árboles, y n especial del guásimo, cuya fruta le refresca y le sirve de alimento. Tras los pastos vienen las labranzas y haciendas· y si aquéllas tienen por centro una humilde cabaña éstas se distinguen por sus bellas casas de campo. Allá, entre el plátano y la yuca, se encuentra el pobre; acá, lindas alamedas ele árb oles frutales conducen á las habita­ciones del rico. Las labores dan I ~ar á otros terrenos de pastales entrelaza­do con selvas, ó circundado por ellac;, en los que, n la e tación de verano, la res encuentra ombra protectora, y 1 asto· más ver­des debajo de las plantas, cuyos frutos abundantes, que yacen por el suelo, recoo-e sin que hagan falta á. nadie en tan pródiga tierra. Los bosques hacen que las ciénao-as conserven sus aguas todo el año, mas en cambio producen pa tales verdes, donde se r fu­gian las crías en la estación ardiente, y donde se hallan lo cerdo en grandes manadas que fácil mente se mantienen con los frutos del monte. Las ciénagas, en fin, dan lugar á las barrancas del río Cauca, revestidas de una vi tosa vegetación y cubierla. de pobla­dores, á causa de la fertilidad d la tierra, Ia cantidad de animales sil ves tres y la abundancia de pescado. La parle llana es, pue , la más habitada. La porción alta de la serranía permanece desierta y es el refugio de las fieras. Al mediodía, en la banda izquierda, las bellas altip!amúes entre el río Asnasú ó Aguabianca y el de Cali, son las más an­chas, al pie de los cerros de Jamundf, que se presentan llenos de gramíneas y con selvas solitarias en sus crestas. Los habitantes, esparcidos en la 11anura cubierta de pastos y de ganados, viven en chozas fabricadas con guadua, que tanto abunda en las orillas del Cauca. Los ríos que bajan de Ia cordillera están revestidos de una faja de árboles frondosos, lo cual es propio también de las ca­ñadas que forman los pliegues de los cerros, donde filtran las aguas que caen sobre las lomas. Es admirable el contraste que forman Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '8otetitt ~htitar be ~oromóia \.._ 473 _..; estos bosques de fresca verdura con el amarillento color de los pajonales que cubren las ti rras quebradas, en los cuales se refu­gian los ganados huyendo d(.; las avenidas de las partes 1 róximas á las riberas, y en buscJ. de un clima más benigno y alimentador. En la especie de selva que vi te to as las orillas del Cauca se descubre siempre la guadua, !a más colosal y majestuosa de nues­tras gramíneas, y de la que sacan un inmenso provecho los mora­dores de estas comarca , pues la em¡lean tanto para la construc­ción de las casas, como para las cercas de las heredade , entrela­zándolas de vario modos, y la defen a de las plantacione ele ca­cao, caña, maíz, yuca y plia 474 _; en muchas partes inundados hasta la ~ltura de 2 ms. Las aguas turbias de las crecientes de jan una marca notable en los troncos de los árboles, á cuyo pies depositan un limo fértil, que suministra nueva fuerza y vigor á la vegetación. Ese mi mo depó ito de par .. tículas térreas acarreadas por las crecientes, va luégo paulatina .. mente levantando el suelo y preparando para las edades venideras un terreno feraz que hará desaparecer las ciénagas y lagunas que se encuentran dentro de la selva ó entre ella y las praderas. Estas reciben también periódicamente J beneficio de los despojos de la tierra vegetal que baja de la cordillera y se deposita en ellas, le ... vantando asimismo el plano inclinado y fertilizándolo. La abundancia de animales silvestres que hay en los montes de las orillas del Cauca, suministra carnes chversas, aunque el plá­tano, que no cesa de dar colosales racimos, es por sí solo suficien­te para el sustento de las familias, pues en esta comarca el hom­bre puede ser criador y agricultor á. un mismo tiempo, y nu net:e­sita de ca as abrigadas ni de Yestidos costosos, gracias á lo ele­vado del temperamento. Aclemá ·, tiene el recurso de la pesca, que es muy abundante cuLlnclo las ao-ua · bajan, pues entonces queda el pescado apri ionado en las ci 'naga y lagunas, y se puede re­coc- er fácilmente. En los fértiles terrenos del valle el phüano dura un siglo, el cacao más de medio, el maíz da en el año dos abundantes cose­chas, y la caña de azúcar produce por muchos años sin necesidad de renuevo; al paso que bajo la pesa . ombra d<.! las cn.lri'nas, adornadas de flore encarnadas, pro(q· an la plantaciones de ca­cao, ostentando sus al unclant s mazorca .• pegada ya á las ramas, ya al tronco, ya á. las raíc mi ma . Anualm nte desborda el Cau a á onsecuencia le la acumu­lación de las arenas n su cauc , las que depositándose en el fondo, hacen repl ·ar l agua ha ia la · márrrene ·. Cuando 11 ga la épo­ca de las grand s creciente·, 1 r cipi nte general no puede con­tener las aguas dentro d u lJ rd~s, y ntonces se derraman por todas partes hacia la llanura, pa ando á v ces la línea de las sel­vas y penetr-ando hasta "n las abana . Los tributarios que no pueden descargar en el e uca, por ncontrarlo entonces perpen­dicular á sus corrientes, alen de madr , y "'.·tcndién8ose sobre las praderas en las part s planas, forman algunas ciénagas, princi­palmente en los terrenos cubiertos de bo que . .t l bajar las aguas, muchas de ellas quedan rcLalsadas y sin pocl rse abt:ir paso al río principal. Algunas, e.·puestas ~i lo grandes calores del sol, se eva­poran fácilmente ; mas no sucede lo mismo con las que quedan en donde la espesura del bosque impide la acción de los rayos sola­res. Los Yegetales que se encuentran en estas aguas estancadas, contribuyen luégo á descomponerlas y á Yiciar la atmó fera, con lo cual producen las calenturas llamadas t erúmzas, de que se ven atacadas conslantementc las n· ntcs que Yi\· n en sus l11gares cena­gosos. El valle hasta Buga está lleno de pueblos, haciendas, labran­zas y ganados, y en él no es notable sino el boquerón por donde Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. f8otetin ~iiitat be ~olombia \._ 475 _; desciende el río Amaime, á causa de presentar una vista más im­ponente que el resto de la cordillera. Una muralla colosal de ro­cas se presenta aquí á la Yi a, listinrruiéndose de trecho en trecho la piedra viva por en medio del follaj e oscuro de la vegetación. Los cerros cortados casi perpendicularmente y de una altura estu­penda, por donde bajan las agua que fecundan el desierto 'al le de Chinche, dejan percibir, sin embargo, las e trechas hendiduras por donde brotan las fuentes, cuya humedad, difundida en contor­no, favorece el crecimiento de los grandes árboles. Donde faltan las aguas y las grietas, los cerros no tienen más que pajonales, verGles en una parte del año, y en la otra amarillentos y agobia­dos por los ardores del sol. De Buga hasta Cartago la pPrspectiYa se modifica, pues del lado de la cordillera los cC'rros parecen sucederse en alturas dife­rentes y como en anfiteatro, c1 . jando ver 1 pico llamadó Pan de Azúcar, que señala el punto de la primitiva fundación de Buga, que stuvo á sus pies, en tierra fría. La actual ciudad en uentra esca en abundancia en el vecino río y t·n las ciénagas cercana , de que casi exclusivamente vi\ e la gente pobre n el verano, porque recoge el pescado COJ1 abundan ia y facilidad raras y sin rrasto, pero esto les produce fiebres I .ligrosa. , porque el pez en esa época se nutre de vegetales podridos, ó enferma por la impur~za y estancamiento de las aguas. La posición de Buga es bella: está situada á orillas del río de las Piedras, y es pintoresca la vista ele los cerros y haciendas de los alrededores. La edificación e ólida per in gusto, y el lugar es muy frecuentado por lo· pererrrino que atrae la fama de su anto Cristo. Más adelante, d sde Tuluá, se Ye la quiebra por donde sale el río, que baja d 1 valle del Espíritu . anto; aquí se pr sentan los cerros en primer término agudos y escarpado·, con peñascales y precipicios, y en el s gunclo con peñones y riscos que cubren el valle de Barragán. Por a uí cruza la p~sima trocha que atraviesa los páramos de Cumbarco y :JYiiraflores y termina en el Chaparral (Tolima), la cual mide 75 kilómetros, p ro no sir\'C para bestias. La llanura hasta el río de la Paila se presenta bella y anima­da por las cejas de monte y los guadualcs que adornan las que­bradas y los ríos; hcrmoséanla los caseríos y pueblos situados en el camino ó cerca de él, en su m2..yor número en ]a falda de la cordillera, la cual en su r-emate no se presenta ya en grandes ma­sas sino en una serie de colinas con quiebras, que e suceden cubier­tas de vegetación. Desde el camino se ve perfectamente la parte plana con los ganados, las ca bañas y ca ·eríos y los bosques que cubren el curso del Cauca, y t rmina la pcrspectiYa la cordillera del Chocó, en parte desnuda y en parte cubierta de bosques; al paso que al Oriente los promontorios mencionados impiden la vista de las majestuosas montañas de Barragán, en las que algunas ve­ces cae nieve y donde tuvo sus dominios el Cacique Calarcá. Cuan­to al río, de un lado tiene Yistosas sabanas, y del otro una vegeta­ción vigorosa en que la guadua desafía á las otras plantas por su · corpulencia, su elegancia y su belleza. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~otetht ~nmta\: be G:oromóict L 476 -' Del río Paila á Cartago no es ]a cordillera propiamente dicha ]a que domina el valle, ...ino el ramal denominado Serranía de los Fijaos 6 de Yarumal; por esto los cerritos y pequeñas colinas lle­gan hasta las orillas del Cauca, y el terreno prc enta partes llanas y partes combada , en todas las cuales predominan ]as gramíneas sobre lo altos árboles. Las labranzas abundan más que las ha­ciendas, y ahora la parte propiamente plana del valle está en la opuesta ribera del río; sin mbargo, el paisaje es alegre por su variedad. ubiendo sobre alguno de los cerritos que lo domi­nan, se presenta el cuadro en toda su e. ·tensión, en el cual so re­salen las llanuras de Toro, Hatillo, Hato Lemos, con sus ganados, cacaotales y numerosos caseríos en las \' gas del río, donde las selvas son inútiles para la ag-ricultura, por cuanto en ellas la inun­:: lación, invernal conforme se elijo, sube dos metros. La ciudad de Cartag·o, r·rnal occidental del famoso f';lmino del Quindío, está situ.'lda 'n una bella planicie á orillas del sin igual río de La Vi ja, dominada ~n lont, nanza por el1 evado del Quin­día 6 an Juan, que 1 demora casi al E. Adelante de Cartago se encuentran algunos risueños ca edo , á los que sigul; la floreciente población de P re ira, á orilll s del O 'n, e abl cida sobre la primi­tiva fundación de artago, á la cual ha de tronado comu ct..:: 1tru comercial de la comarca. ITac 1 oco tiempo allí no había sino unas pocas ·ivienda que par cían umergidas n un océano de verdura; era allí la o uadua tan a!Ju Hlante, que ocupaba miriá-m tros cuadrado nt ro in p n iti¡· la r r-.. ta ión de ningún otro árbol principalmcnt obre la rillas d 1 ·auca, en donde aún lo o·uaclual s son a i im¡ netrabl , y don e nadie habita por lo e nago o del lerr no y lo mortífer del clima. Más allá, en un llanito de clima tem¡ :ado y mbi nte 1 rfumado, stá la población de anta osa de 'abal, al pi"\ de los neYado que de allí se ven sur()"ir a i de r p 1.te d ~ nlr r l ) aterciope­lados otero , dond-e pacen r bai os blanc . En adelante análogo cuadro se encu ntra por an Fran isco ' la Villa de 1o1aría, has­ta el río Chinchiná, límite no sól el D partamcnt sino del valle, 1 ues n su margen derecha .'a las cvlinas y cerritos s convierten en verdaderas montañas: allí principia el cañón del Cauca. Al otro lado del río Cauca, en In. re
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo II N. 15

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo I N. 21

Por: | Fecha: 25/05/1901

BOLETIN ~IILITAR DE COLOMBIA Organo del Ministerio de 1 Guerra y del Ejército F. J. VERGARA Y V. Son colaboradores de este periódico los + General de Ingenieros, Miembro de Jefes y Oficiales del Ejército f varias Sociedades Cientificas D1rem:.cr ad honorem Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Mz·h·tar Hace un año resonaban en toda la extensión del sangriento campo de PALONEGRO las dianas de la vic­toria, y el gallardo Jefe que dio allí el golpe de tnuerte á la Revolución, se preparaba para volar á do-nde fuera necesano. La batalla de PALO EGRO, que no tiene anteceden­tes en la historia tnilitar, no fue, con1o algunos pdclie­ran creerlo, el choque de dos n1asas de ejército encon­tradas por el azar de los sucesos; fue un combate pre­visto por el Jefe legitimista; un hecho de arn1as en que merced á grandes n1ovin1.ientos estratégicos, Pinzón obligó á su contrario á que n1icliera con él las arn1as. La n1archa paralela hacia Bucaratnanga, así como la retirada de Tundan1a en 1895, son de aquellos nlO· vimiento:> que no se ejecutan sino cuando el que los ordena tiene la intuición del genio. Hoy que el país entero asiste á la Peregrina­ción que los conservadores de la capital han organiza­do á la tumba del ntodesto soldado, gloria de Colom­bia y de nuestra raza, al ponerno;:, en contacto con el espíritu inn1ortal del héroe, aprendamos á practi­car las virtudes que adornaron al muerto ilustre, y como é1, dediquemos todos nuestros esfuerzos á la consolidación de la paz, que es la salvación de la Re- .J>ública. R. J. T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bolet{~t Jlfilitar m:tiJeial PALONEGRO UN EPISODIO DE LA INMORTAL JORNADA: LAS FATIGAS DE LA 4.• DIVISIÓN RepúbHca de Colombz"a Ejérdto Nadonal-Estado Mayor de la 4· • Dzvz'Szon del Ejérczlo del Norte-Bogotá, 6 de Marzo de I90I Sr. Ministro de Guerra-P. En cumplimiento de la circular que S. S. ha tenido á bien re­mitir á este Estado Mayor, á fin de que se pueda reunir el mayor número de dato sobre los movimientos y operaciones ejecutados por las Divisiones del Ejército del Norte en cada uno de los días de la memorable batalla de PALo .. EGRO, tengo el honor de enviar á . copia de los apuntamientos que se hicieron durante los días de dicha batalla. DlA 1 1 DE MAYO DE rgoo- la 10 a. m. de este día recibí or­den para pon r en marcha la División en dirección á Río de Oro por la vía ele Cuymmia. En el tr-ayecto de Bucaraman()"'a á aquel punto, r cibí orden de subir con la ivi ión * á PALO · F iRO por los catpinos d e El 1í"rabuzón. y La Ra Ira, I or aber e que icho punto estaba ya ocupado por fuerzas del obierno. o oh tante, se re­solvió no exponer la División sin tener perfecto conocimiento de la verdad de tales noticias, y con tal objeto se hizo alto en la banda derecha del río, y se mandó una descubierta con el fin de averi­guar si era cierta la ocupación de PALONEGRO. Esta de cubierta, á órdenes del entonces argento Mayor Urbano Castellanos, llegó á una cuadra abajo de la casa de Venlaquemada. En aquel punto desplegó el pabellón tricolor y dio el toque de corneta convenido para el reconocimiento, .el cual fue contestado por las fuerzas del enemigo, teniendo que regresar la citada comisión y repasar el río, con el convencimiento de que PALO~"EGRO estaba ocupado por • Fuerza de la 4.• División (en Pamplona, antes de pasar el páramo): Hernández.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Rifles número 1.0 . ........ ...... ...... ••••••... ...... ....... .. ......•.••••••• 22~ Rifles número 2. 0 .•. •••.•. ... ......... ....................... ............... 242 Santander número 2.0 ...................................................... 143 Ayacucho............................................................ ......... 260 Santander número 1.0 ........................... ......................... .. 212 Soto............................................................................. 165 Pichincha ............................................. •••••••••............... 226 1,576 Peña Solano ..................• , , .....•... , . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ••• • . . . •. 120 N. del D. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ÓJÓ B()/etf?¡ Mt'IZ:tay fuerzas del enemigo. A las 3 p. m. se incorporó á la División la nombrada comisión, y al mismo tiempo llegó á la casa de Río de Oro, donde se hallaba el Batallón Soto de vanguardia de la Divi­sión, el Sr. General Próspero Pinzón, Comandante en Jefe del Ejér-cito, y se puso en su conocimiento lo ocurrido. Ordenó se tomaran posiciones á este lado del río con parte de la División, y tres Ba­tallones de ella contramarcharon á pernoctar en el llano de Cuya­mzla. Se ordenó que los Batallones Rifles I. 0 , Santander número I. 0 y Hernández hicieran este movimiento á las 6 p. m. A las 7 p. m. se recibió orden de hacer marchar estos tres Cuerpos hacia el alto de PALONEGRO por la vía de Cllúmtd, en apoyo de la 2 .• Divú·ión y de la Divz'sz'ón Canal, que desde las 4 p. m. se batían con el enemigo por aquel lado; é inmediatamente fue cumplida tal orden, ponién­dose en marcha dichos Batallones á órdenes del General Clímaco Ortiz, Comandante general de la I .• Brigada de la División. El Batall(n Rifles número I. 0 fue al campo de batalla comandado por su 2.0 Jefe, Teniente Coronel Francisco Ordóñez N., habiendo de­jado de presentarse el primer Jefe Coronel Julio Neira, dejando así abandonado su Cuerpo y permaneciendo en Bucaramanga sin motivo ju-tificable. Los otro dos Batallones fueron conducidos al combate por sus corre pondientes Jefes, Coroneles Ildefonso L. de Guevara y Leoncio B. Atuesta, re pectivamente. A las 8 p. m. se ordenó al entonces Sargento Mayor Urbano Castellanos C., Ayu­dante del E tado Mayor de la División, pasar el río con dos Com­pañías dc.l Batallón .S'oto y u 2. 0 Jefe, argento Mayor Teodoro García, e n orden de avanzar por el camino de 1't·rabuzón hasta donde fuera posible, y tirotear al enemigo para impedir que con­tinuara esa noche atacando la · Divisiones que coml atían por "' l alto de Girón en dirección á P LO. EGRO. Este movimiento, ejecu­tado inmediatamente, dio el re ultado que se de eaba, pues al momento cesaron los fuegos por aquel lado, y las dos Compa­ñías reg:-esaron, uniéndose á su Batallón á la 1 a. m. del día 12. En ste día, á las 8 a. m., se recibió orden de pasar el río y atacar al enemigo por ese flanco, haciendo amagos de subir á la cordille­ra por los caminos de El Z'z'rabuzón y La Rastra. En cumplimiento de esta orden el Batallón Soto, comandado por su 2. 0 Jefe, Sargen­to Mayor Teodoro Garda, pasó el rfo, y desplegado por compañías en línea de batalla, principió el avance por el camino de 7í'rabuzón, y aunque dominado por Jos fuegos del enemigo, extendió su línea desde este punto hasta la segunda cuchilla á la izquierda del ca­mino, pasando por la casa nueva de D. David Puyana, sosteniendo los fuegos en ese punto todo el día y la noche. En la misma hora vadeó el río el Batallón Ayacuclw, yendo á la cabeza su sereno Jefe, Coronel Isaac Guevara, y avanzó formando su línea de batalla desde el camino de La Rastra sobre la izquierda y derecha en una extensión de cuatro cuadras, más de siete cuadras arriba del río, en dirección á la cordillera, hasta donde el terreno lo permitía, y tomando posiciones convenientes sostuvo los fuegos todo el día y la noche. A las 12 m. pasó el río el Batallón Rzf/es número 2.0 de Ca­rabobo, comandado por su primer Jefe, Teniente Coronel F. Máxi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Mz:tz·tar · m o Pineda, extendiendo su línea de batalla sobre la· derecha del camino de zrrabuzón, en una extensión de tres cuadras y avanzó ha­cia la cor.iillera de frente en batalla, siete cuadras arriba del río, uniendo por su flanco derecho su línea de combate con la del Ba­tallón Ayacucho, teniendo á su izquierda la línea del Batallón Soto, conservando estas posiciones todo el día y la noche. No siendo suficientes los cuerpos que de la División había en aquella línea para ocupar todos los puntos que por este lado debían cubrirse, puse esto personalmente en conocimiento del Sr. Jefe Civil y Militar del Departamento, quien ordenó que el Botallón Peiia Solano, que estaba en Bucaramanga, de la División .Jiolguín, mar­chara á mi campamento y se pusiera á mis órdenes. Este Cuerpo llegó á aquel campamento á las 6 p. m. y allí pernoctó. En la noche de este día hubo fuegos continuos de parte del enemigo en toda la línea comprendida desde la segunda colina de la cima del camino d e El 7írabuzón, por toda la cordillera hacia la dere­cha, hasta el camino de Los Chorz'zos. Estos fuegos fueron contes­tados por los Batallones primeramente citados. El número del enemigo se calcula en r,500 hombr s, por la extensión de la línea que sostenían y por la constante observación de nuestra parte. A la 6 a. m. del día 13 ordené que el Batallón Peña Solano se me­viera de mi campamento, en donde había pernoctado esa noche, • el cual estaba situad en 1 paso del do, por el camino que de Bu­caramanga conduce á PALO- EGRo, por la cuesta de .E'l Tt'rabuzón; tomara la margen derecha d e l río y lo vadeara por el paso de Mamizo, yendo á colocarse á la e r cha del camino de La Rastra, prol.)ngando así la 1 ínea, teni e ndo á su flanco izquierdo 1 Batallón Ayacuclzo. A la - 10 a. m. recibí orden de hacer amagos de avance hacia la cordil1 ra, y on e te objeto s hicieron adelantar de la lín e a c~tablccida o-rupos de tiradores para impedir que el enemigo sacara refuerzos de aquella línea para apoyar su fr nte. En este día los fuegos estuvieron muy nutridos, y la dirección del Batalló1J Soto, que ólo estaba con su segundo Jefe, fue ncomendada al Co­ronel Canal, al Comandante Luna y al argento 11ayor astella­nos, suce ivamente en varias ocasiones, todos ellos Ayudantes del Estad l'vfayor de la División, teniendo por colaboradores á los valientes Capitanes Alejandro y Emilio Mendoza y Miguel Suá­rez R. A las 8 1 . m. fue apoyado este Batallón I'J Or dos compañías del Pú:hincha, comandadas por su primer Jefe, Teniente Coronel Eugenio Garnica. A las 9 p. m. recibí orden de abandonar estas posiciones y retirar todas las fuerzas .á. ocupar una línea compr'=!ndi­da entre Cuyamzla y Jr[orro Rú:o, y quedó así: en Cuyarm'ta, el Rifles núm~ro 2. 0 ; en el camino que conduce de Bucaramanga á la ha­cienda del Sr. Benito Vega tomó posiciones el Batallón Solo; en­tre Chapinero y la quinta de Larsen el Pú:hz1zcha; entre la mencio­nada quinta y el camino que conduce á. Chitota, el Ayacucho; y de este punto á Morro Rzco el Pe·iia Solano. Estas posiciones fueron ocupadas á las 2 a. m. del día 14, y en ellas permanecieron hasta el I 5 á las ro a. m., hora en que recibí orden de ponerme en marcha hacia P ALONEGRo, dejando custodiada esta línea por los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Jloletín Militar Batallones Soto, de mi División, y Peña Solano, de la Holguín, á las inmediatas órdenes estos dos Cuerpos del General Víctor Alvarez. A la citada hora seguí á PALONEGitO con los Batallones Rifles número 2.0 , Pú:hz?zcha y Ayacucho, llegando á dicho punto á la r p. m., hora en que se incorporaron á la División los Batallones Santander núme­ro I. 0 , Riflu número I.0 y Hernández, que conforme ya lo dije, ha­bían seguido hacia este punto el día Ir á las 8 p. m., á las inme­diatas órdenes del General Clímaco Ortiz. A las 7 p. m. del día r 1 recib( órdenes del Sr. Comandante General de la Div1sión, de mar­char al alto de PALONEGRO, por la vía de Chimitá, con los Batallones Santander nú.nuro I. 0 y Hernández, pertenecientes á la Brigada á mis órdenes, y con el Rifles número I. 0 , de la 2... Brigada ; movi­miento que ejecuté sin pérdida de tiempo, llegando al punto expre­sado á la 1 a. m. del día 12 con los dos Batallones primeramente citados, y acampé con ellos en el cam\no que de allí conduce á Lebrija, cerca de la casa que allí ocupó el Estado Mayor General del Ejército y la ro ... División. El día 12 á las 6 a. m., después de observar que á distancia como de un kilómetro del punto en donde estaba acampado, llegaban fuerzas revolucionarias á un monte y á una casa de paja, al sudoeste de las de PALONJ<:GRO, dispuse que los Batallones Santander y Hernández ocuparan sin demora una cu­chilla y un morro que e tán al frente del monte y casa citados, para impedir el paso de los rebeldes hacia el camino real; opera­ción que fue ejecutada inmediatamente. Al ocupar los dos Bata­llones los sitios que se les habían designado, fueron recibidos por el en migo con fuegos nutrido , á los cuales se correspondió del mi - mo modo, trabándose desde luego un reñido combate. El Batallón antand{r ocupó la cuchilla que da frente al monte, y el Hcn1ández el morretón que mira á las casas de paja. De esta lucha no inte­rrumpida durante el día y la noche, resultó que el enemigo fue contenido en sus pretensiones de avanzar, como se esforzó en ha­cerlo dando cargas, en cada una de las cuales se le rechazó vigo­rosamente. Durante la noche la línea toda que defendían los dos Batallone , fue sostenida únicamente por el antander número I. 0 , pues á la 5 p. m. se presentó en 1 sitio del combate un Ayudante con la orden del Sr. General en Jefe, para que el Batall(m. Hernández bajara en apoyo de los Batallones Bomboná y ._.anclemenü, que com­batían por el camino de Lebrija. El día 13 combatió el Batallón Hernández, junto con el Batallón Palado, en el punto que éste defen­día, hasta las ro a. m., hora en que recibí orden de hacerlo avan­zar por la cuchilla á ocupar su antiguo puesto á continuación del Santander número I.° Como á las 2 p. m., en vista de que de una casa de teja situada en el camino de Lebrija, y de la hoyada cercana, ocupadas á la sazón por numerosas fuerzas enemigas, se hacía un fuego mortífero sobre el ala izquierda del Batallón San/ando· y sobre fuerzas de otras Divisiones que trataban de tomar dichas posiciones, estimé conveniente solici­tar el apoyo, como en efecto lo hice, tle una pieza de artille­ría, para desalojar al enemigo de la casa y hoyada en referen­cia. Al cabo de una hora el Sr. General Urdaneta, atendiendo mi solicitud, se presentó con una batería de artillería en el sitio Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar en que me encontraba. Colocada que fue una pieza en lugar apro­piado, procedió á disparar sobre la casa en cuestión, con tal acier­to que después del tercer disparo cesaron los fuegos de la casa y el enemigo salió de allí precipitadamente. En este instante obser­vé que otras fuerzas enemigas cargaban violentamente sobre la gente nuéstra que ocupaba la casa de paja al frente del morret6n que defendía el Htrnández. Con tal motivo el Coronel Guevara en­vió una Compañía del Santander á reforzar la línea del frente é impedir que el enemigo a van zara. Para evitar un percance con la pieza de artillería que acababa de funcionar, el General Urdane­ta hizo cargar y desfilar la batería. Los Batallones Santander y Hernández, mediante el rudo batallar con que rechazaron al ene­migo, consiguieron el doble fin de proteger la retirada de fuerzas de otros cuerpos que ocupaban las casas de paja, é impedí. que el enemigo se lanzara, com0 lo intentó, sobre las piezas de artillería que acababan de desfilar. Observando luégo que hacia la derecha de la línea de batalla se necesitaba mayor fuerza para contener el empuje d el enemigo, hice subir nuevamente el Batallón Rz'tles número I. 0 , que había bajado al punto de La Laguna á tomar algún descanso, y al mismo tiempo conseguí que fuerzas de otras Divi­siones acudieran también á reforzar la línea. Los fuegos s . hicie­ron tan nutridos que á las 3 de la tarde, en vista de que 1 ene­migo cedía en toda su línea, dispuse, de acuerdo con los rimeros J e fes d e los Cuerpos, Coroneles Guevara y Atuesta, dar w1a gran carga sobre las casas de paja y avanzar sobre las de teja de PA­LO. EG..~o, en donde se encontraba el foco de la revolución. Dispo­nerlo y marchar sobre las casas de paja y el monte, todo :ue uno, sie ndo apoyados por el flanco derecho con parte de lo B'"tlallones Voltíjeros y Sacr e, .que se encontraban á cort .l distancia (le :1.uestros puesto y con cuyos J e fes se entendió el Coronel Guevara para unificar el movimiento y hacer de modo que la carga diera el re­s ultado apet ciclo, cual era el de tomar las casas en dond se en­contraba e l Estado Mayor revolucionario. La carga fue terrible : en menos de diez minutos era desalojado el enemigo de sus atrin­cheramientos á orillas del monte y de las casas de paja ta:1tas ve­c es mencionadas. En seguida, y con el mismo arrojo y decisión, se prosiguió la carga sobre las casas de teja; vista por el enemigo la intrepidez de nuestros soldados y el modo de avanzar sobre sus fortificaciones, rompió sus fuegos por el flanco izquierdo del lado del monte y la casa de teja y arrojó sobre nosotros una verdade­ra lluvia de balas. Al mismo tiempo prendió fuego á un pajal cer­cano al monte que estaba á nuestro frente, y con este aconteci­miento inesperado vinieron á quedar interceptadas por el fuego la cuchilla y la hondonada inmediatas á la •casa por donde avanza­ban nuestras fuerzas, recibiendo, sin defensa alguna natural del terreno, mortífero y nutrido fuego enemigo que nos causó bastan­tes bajas, obligándonos á retroceder á las casas de paja tomadas al principio, y luégo á nuestras anteriores posiciones de la cuchi­lla y el morretón nombrados varias veces . . l\. las 6 de la tarde, por el ala derecha de toda la línea se retiraban presurosamente bas­tantes fuerzas, y al mismo tiempo por la cuchilla inmediata á la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 640 Boletín Mz.litar que ocupaban los dos Batallones de mi mando, avanzó el enemigo, aprovechándose de no encontrar allí resistencia alguna. Como es­tos sucesos implicaban un peligro para los dos Cuerpos, pues el avance del enemigo venía á constituír un verdadero flanqueo, re­solví, de acuerdo con los J e fes de los dos Cuerpos, para evitarles-á éstos un desastre , retirarlos en orden por la hondonada que con­duce á la casa de La Laguna, y los acampé durante la noche en el camino inmediato. El día 14 como á las 6 de la mañana ordené que los dos Batallones ocuparan nuevamente las posiciones que habían defendido en los días anteriores; y al hacerlo, encontrámos ocupadas las casas de la cuchilla por fuerzas enemigas, á las cua­les atacaba en esos momentos el Batallón Timbío. El Santander ocupó, no sin trabajo, sus posiciones anteriores, y el Hernández se­cundó al Tánbío en el ataque á las casas de paja. En estos pues­tos s~ combatió reciamente y se resistieron dos cargas dadas por fuerzas armadas de machete que pret ndieron acabar con nuestros tiradores. A las 1 1 a. m., Yista la obstinación con que atacaba el entwigo, solicité un refuerzo, y me fue en iada una compañía del Batallón Politécnico, con cuya cooperación log-ré re­chazar nuevamente al enemigo hasta las casas de la cuchilla. Después subieron otras dos compañías del Batallón PoHtécmco, que ayudaron á so tener el fuego en el resto del día. Habiendo sido relevados mi Batallones por fuerzas de la 3.a División, los retiré por la tard . á d scansar de las fatigas y pri ·acion á que habían estado ujetos de dt el principio de la batalla. Al día siguiente llegó el Sr. Comandante general de la División. con el re ·to de ella, y de alH en adelante todos lo movimientos ejecutados por los Cuerpos fueron ordenados por él. El día 15, reunidos seis Bata­llones de la Di ,¡ ión, pues el 'oto, como ya lo dije había quedado en Bucaramanga, me puse en marcha con los seis primeros hacia la línea e batalla, á la 1 p. m., en cumplimiento de orden qu re­cibí para jecutar tal movimiento. Tres horas clesputs tenía dichos Cuerpos colocados en la línea de batalla que antes ocupaban las Divisiones 1 ... y j.\ á las que relevé con la mía. A la izquierda de mi Divi ión se nconlraba la 17.\ y hacia la derecha no se prolon­gaba la línea de batalla. En estas posiciones permanecí ha ta el día 19, dando cumplimiento á las órdenes que me fueron comuni­cadas. Este día fue relevada mi Divi ión por las 1..., 3.a y 14.\ á las 12 m., y recibí orden de retirarla y acamparla á la izquierda del camino que de Girón conduce á Lebrija. En todo los días y noches que estuvo la División en la línea de balal.a anteriormente dicha, hubo fuertes cargas del enemigo, en las cuale fue rechaza­do dejando en el campo considerable número de muertos. Al lle­gar la División á la línea, había en toda ella y sus alrededores gran número de muertos del enemigo y del Gobierno. Inmediatamente hice enterrar los que estaban más cerca. El 2.0 Jefe del Rifles mí­mero I. 0 , encargado de la dirección de este Cuerpo por ausencia de su primer Jefe, informa lo siguiente acerca de los mo imientos ejecutados por ese Batallón durante los días que estuvo separado del resto de la División. A la 1 de la mañana del día 12 llegó con su Cuerpo al Alto de Girón, donde el General Posada le pidió dos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín M-ilitar compañías para recoger heridos y armas y llevar prisioneros á Bucaramanga. A las 9 a m. los Generales Posada y Castro le or­denaron que siguiera á la línea de batalla á relevar los Batallones Endso y Palado, orden que fue cumplida inmediatamente. Efec­tuada que fue esta operación, recibió orden de avanzar, y así lo hizo desalojando al enemigo 9e un monte y una cordillera por el flanco derecho, y por el izquierdo se avanzó hasta un trapiche. En esas posiciones avanzadas al enemigo, permaneció el Bata_llón hasta el 13 á las 5 p. m., hora eR que efectuó un a vanee por el flanco izquierdo, de tres cuadras, y en estas nuevas posiciones per­maneció hasta el 15, batiéndose encarnizadamente con el enemigo. En e!>te día á las 2 p. m. fue relevado, y recibió orden de retirarse al camino que de Girón conduce á Lebrija, y allí se incorporó á la División en el mismo día. El día 22 recibí orden, á las 2 p. m., de poner en marcha la División hacia Bucaramanga, orden que fue cumplida inmediatamente. En el camino que de PALO."EGRO conduce á Chimitá recibí orden de hacer alto en este último punto, y allí acampé con la Divi~ión á las 7 p. m. El 24 e me ordenó contra­marchar hacia PALO EGRO y ocupar la tercera línea de batalla en la cuchilla siguiente á la en que estaba la 5 ... Divi ión, ord 'n que se cumplió inme iatamente. El 25 recibí orden á las 2 p. m. de ocupar con un Batallón la línea comprendida entre la casa de Al­tagracia y la de San Pablo. A las 4~ p. m. ·e ocupó e ta línea con el Batallfm olo, teniendo hacia la d recha el 7i"radores y hacia la izquierda 1 La Popa. A las 10 p. m. recibí orden de mo,·er dos Batallones á reforzar la!> Di'i iones 12: y 13.\ que habían toma­do el monte esa tarde Inmediatamente se pusieron n marcha los Batallones P/c!l/ncluz y R_t"/les u/Ímero 2.0 , y ocuparon las po iciones de ignadas. A las 5 a. m. lel día 26 efectuaron esto Cuerpos su - avanc ha ta la casa de Palonegro, donde le tomaron al enemigo prision~ros, arma y municione · . A las 6 a. m. recibí orden de marchar con la Divi ·ión ri. Bucaramanga, cosa que se hizo de pués de haberla reunido, llegando á dicha ciudad á la 1 1 . m. La Divi­sión le tomó al enemigo 35 prisionet os, 1 15 arma de fuego de varias cla es, 3 cargas. ele pertrecho de grass y de rC:mington. En cuadro separado que se remitió ya al E tado l\1ayor ge­neral del Ejército figuran los nombres de los heridos y muertos que tuvo la División *. • Bajas de la División: M. H. Ayacucho ............................................................ . P1chincha ............................................................ . IIernández .......................................................... . Rifles nÚn1ero x.o .......................... - ...................... . Santander 1.0 .................................. , ................. . Rifles 2.0 .......................................................... . antander 2. 0 ...................................................... . ~oto ................................................................... . 3 5 5 2 2 9 17 12 13 27 2 3 7 19 6 21 55 98 ~ ... del D. I58= 100/0 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Mzlz"ta1 Los Generales, Jefes, Oficiales, soldados y los Ayudantes del Estado Mayor cumplieron con su deber, con raras excepciones que no las nombro porque ese informe está ya dado y estos individuos han sido borrados del Escalafón Militar de la República por dis­posiciones insertas en la Orden general del Ejército. El General Jefe de Estado Mayor, Teodolz'ndo Gaona Apruébase el informe anterior. El Comandante GeneJ·al de ]a División, JuA r B. ToBAR. DECRETO NUMER0 557 DE I90I (15 DE MAYO) por el cual se restablece la navegación en el Alto Magdalena El Vicepres1dente de la República, encargado del Poder Ejecutz'vo, CONSIDERANDO 1.0 Que para satisfacer las necesidades del Comercio se debe facilitar y fomentar la navegación del Alto Magdalena; 2.0 Que las ventaja obtenidas por el Gobierno sobre los re­volucionarios qu han actuado en las comarcas ribereña dan se­guridad de que, tomada la precaucione necesarias, aquella na­vegación no estará ya sujeta á las dificultades y entorpecimientos que ha sufrido á con cuencia de la turbación del orden público, DECRETA Art. I.0 Las Compañías y los individuos dueños de vapores pueden destinarlos, desde la fecha del presente Decreto, á navegar en el Alto Magdalena, mediante las condiciones del pr ·ente De­creto, exigidas por el estado de sitio en que se encuentra la Re­pública. Art. 2.0 Tale Compañías é individuos quedan obligados á prestar sus servicios al Comercio; y el transporte de la carga se hará á prorrata de las existencias de frutos del país y demás mer­cancías =tue actualmente se hallen ó que en adelante se hallaren depositados en los puertos del río. Art. 3.0 De la misma manera se repartirá el servicio entre los diferentes puertos, de manera que en el buque que se cargue en un puerto quede capacidad suficiente para la carga que se sepa hallarse en los otros puertos del tránsito. Art. 4. 0 En el Alto Magdalena habrá siempre un vapor de guerra, 6 más si fuere necesario, para dar completa seguridad á los mercantes que hagan el tráfico. Este vapor prestará su ervi­cio á órdenes del In pector de la Navegación, de que más adelante se hablará. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín M·z"lz:ta-r 6~3 Art. 5. 0 En el vapor ó vapores armados en guerra se podrá admitir carga en la misma forma que en los otros, siempre que ello no se oponga al buen servicio militar. Del producto de los derechos de transporte en estos buques, llevará el Inspector una cuenta comprobada, que presentará mensualmente al Ministro de Guerra. Art. 6. 0 El Inspector colocará en cada uno de los buques mercantes la guarnición que creyere necesaria para dar más com­pleta seguridad al buque y ~u cargamento; y los dueños de los vapores están obligados á admitirla á bordo y á proveer á su ali­mentación. Art. 7.° Créase un empleado que se llamará Inspector de la Navegación del Alto Magdalena, que será Jefe Militar del buque ó buques armados en guerra y de las guarniciones que él mismo coloque en cada embarcación, y que estará investido de todas las facultades necesarias para hacer cumplir las disposiciones del presente Decreto. . Art. 8. 0 El Inspector, de acuerdo con el Ministerio de Gue­rra, expedirá los reglamentos necesarios y resolverá las dudas y allanará los obstáculos que se le presenten en el ejercicio de su empleo. Art. 9.0 El mencionado Inspector será auxiliado por un Ayu­dante que, como él, ha de ser militar y ha de depender del Minis­terio de Guerra. Art. 10. El sueldo del Inspector será de seiscientos pesos (. • 6oo) mensuales, y el del Ayudante, el que le corresponda se­gún su grado. Dado en Bogotá, á quince de Mayo de mil novecientos uno. JO E MA UEL MARROQUIN El Ministro de Gobierno, GuiLLERMO QuiNTERO C.-El Minis­tro de Relaciones Exteriores, ANTONIO JosÉ URIBE-El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despacho de Hacienda, Mr­GUEL ABADÍA MÉNDEz-El Ministro de Guerra, RAMÓN GoNzÁLEZ VALENCIA-El Ministro del Tesoro, ENRIQUE RESTREPO GARcÍA. NECESIDAD DE ESTUDIAR LA CEOCRAFIA Y LA HISTORIA DE AMERICA Siempre he creído que tanto la Geografía como la Historia deben ser para el Oficial objeto constante de su atención, porque los sucesos militares presentan siempre la misma causa bajo dis­tint~ s formas; cambiarán los medios de c ombatir, pero jamás se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín .J1ilitar modificarán ni los principios fundam ntales, ni las cualidades de los pueblos, ni las máximas de la política de la guerra, ni otra multitud de circunstancias qu hacen de la lucha humana intere­sante estudio sociológico en todos sus aspectos. En el cultivo de la Historia, cuyas enseñanzas á tantas re­flexiones se prestan, elementos más que suficientes encontramos para llenar nuestro cometido, porque si el Oficial ha de ser algo más que un evoludonzsta (Dumon ier), ha de alimentar su inteligen­cia con el asiduo estudio de los recuerdos históricos, cuyo conoci­miento siempre puede servir dé guía en los más apurados instantes. Entre la variedad de asuntos histórico-geográficos, hay uno que nos debe interesar, tanto por ser continuación de nuestra His­toria, cuanto por tratarse de combatientes que llevan inoculados en sus venas todos los Yicios y virtudes de nuestra raza. Cuando, mu­chísimas eces he oído confundir el Paraguay con el Uruguay, ignorar, no ya las capitalidades de los Estados americanos, que eso es cosa de poca monta, ino la situación geográfica de esas Repúblicas, y asombrarse á muchos de que allá combatan con arreglo al arte de la guerra, vercladeram nte ht; sufrido por aban­dono tan inexplicable. Y sin embargo, es cierto: en aqu 1 onti­nente, donde yacen epultado millone., de español , y donde nuestra sangre ha sido tan pródiga; en ar¡uella tierra que conser­va nuestra religión, idioma y costumbres, nada paree que e nos ha perdido. Así hemos e piado, dolorosamente, desvío tan injus­tificable. así ha sucedid_o qu , en reciente Congre o Ibet·o Ame­ricano, el Ejército no haya tomado part , si . ndo como es ót·crano vital de la sociedad; así sucede que omisiones europeas \ ayan á implantar en ti t-ra . regada l or sangre de tanto audiilo e_ pañol organizacion s extraña ; así ocurre que muchos oficialc acudan á otros jércitos aun luchando con inconn~nientes de raza é icli ma, y no bu quen en la madre 1 atria lo que era lóo-ico ol tuvie en. Y todo eso sucede porque á nosotros no ha importado muy poco co­nocer aquello paíse , e perando dormidos n en ueños de o·loria, que las naciones americanas acudiesen á rendirnos pl ito homena­je; no, los hermanos americanos, 'Íendo el aislamiento y ha ta la frialdad de la lzerma11a mayor, nos contemplaron atónitos· fiados en nuestro l gendario valor, en los patrioteros discursos de los que, ignorantes de todo, creían 11 gar á W áshington con ólo 20,000 navajas, nos pareció el mundo pequ~ño, y hoy .... el mundo nos contempla mpequcñecidos por nuestros desastres. ¿Quién no conoce múltiples detalles de las guerras franco­prusiana, turco-rusa, greco-turca ó chino-japonesa? ¿Quién no ha oído referir los horrores del siti~ de París, la notable defensa de Plewna, la encarnizada batalla de Jarisa ó el sangriento com­bate del Yalú? ¿Quién, en una palabra, no se siente capaz de tratar familiarmente á Moltke y elogiar su admirable concepción estratégica, de aplaudir la atrevida operación de Gourko en los Balkanes, de criticar la hueca organización de los griegos y de asombrarse ante la potencia militar de los hijos del na.ciente im­perio? Mas, ¡ cuántós por desgracia desconocen, ó si lo ·saben no Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín .lVfziitar quieren comprenderlo, las grandes epopeyas, las cruentas campa­ñas, las mil enseñanzas que la historia militar de América, de ese joven y hermoso continente, de esa Atlántida enclavada entre dos mares gigantescos que dan la vuelta al mundo, ofrece á los mili­tares y hombres civiles de por acá! ¿Qué significan los nombres ilustres de Bolívar, San Martín, Grant, Juárez, López, Lee, etc.? ¿Qué admiración pueden producir Richmont, Puebla, Querétaro, Humaitá, Lomas-Valentinas, Chorrillos y Miraflores, Montevideo, etc. etc.? ¿Qué encanto pueden causar las admirables proezas de tan afamados Generales, sin conocer la geografía de aquellas Re­públicas, llamadas á ser en día no muy lejano el emporio de la civilización? Indiferente para Europa en general la historia militar de América, puede comprenderse desde luego que el examen crítico de u campañas contemporáneas, el análisis detenido de las cua­lidades de su tropas, la investigación razonada del porqué de las operaciones, el estudio de las causas y el juicio imparcial de los diversos sucesos militares, no han cautivado lo bastante la atención para formarse una clara idea de la evolución militar del continen­te am ericano. Hoy, la historia militar de América es una nebulo­sa, no ya pat-a el vulgo, sino para muchí irnos que pasan por docto ; habladles de las famosas líneas de Rojas, 6 del no menos notable sitio de Humaitá-la Numancia de los tiempos mod rnos,­y se o quedarán a ombrados como si les hablaseis de sucesos ocurridos en remota regiones; y si tratáis de ensalzar el heroísmo de la Zaragoza de Mé.·ico, el valor increíble de los soldados de Lópt..:z, el tal nto y nobles virtudes de federados y confederados, el acendrado patrio ismo de Monte,·id o y Bu no aires, la abne­gación sin límite de los contenJient s del acífico, la perseveran­cia y denuedo de los de Centro-América,-seguramente que, efecto de su misma ignorancia, os contestarán : "Sí, fueron cosas de América." Para ellos, la hi toria militar de América es letra muerta de de r 787 hasta nuestros días, pue terminó con las mi­siones del Paraguay, con la dominación de los últimos Virreyes de Nueva-España y del Perú y con la conclusión del régimen colo­nial de Inglaterra en las riberas del Misi ipí y del Hudson. Fojead la multitud de historias militares que con el escalpelo de una razonada crítica os describen á mara villa las más notables campañas, y notaréis en ellas con harto dolor que, ó bien América carece de elementos bastantes para dar conjunto á una campaña, ó bien que sus combates no merecen figurar al lado de los demás. ¿Acaso en las luchas que por teatros de operaciones han tenido feraces y extem.as regiones, no se ha hecho una aplicación ade­cuada de principios estratégicos, logísticos y tácticos? ¿Es que por ventura los caudillos ó Generales en Jefe no supieron mandar sus tropas con arreglo á las leyes que dicta el arte de la guerra? ¿ Fueron de peor condición los soldados y menos instruidos los Oficiales? No: las guerras de América encierran enseñanzas preciosas : el genio de muchos Generales ; los inventos ocasionados en los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bolettn Mitt.tar momentos de mayor fragor en la pelea; los mil resortes emplea­dos para asegurar el éxito ; la modifica,ción introducida en las ra­mas del arte militar, etc. etc., ponen de manifiesto que las luchas sostenidas en el Nuevo Mundo son altamente instructiva~. Desde la bahía de Hudson hasta el estuario d e l Plata; desde las costas del Atlántico hasta las d e l Pacífico, la cima de sus elevadas mon­tañas, á manera de gigantescos hitos, marca en e l límpido cielo los heroísmos d e un pueblo, las nobles virtude s de sus gue rreros y el genio d e los caudillos. Lec, Grant , e tc. e tc., e n el Norte , crean­do con tal e nto y en e rgía una p á gina gloriosa para su patria; Juá­re z en el Ce ntro, humillando con su indomable co nstan cia las á gui­las napol e ónicas, victoriosas e n ci e n lides; L óp ez, ídolo d e un pue ­blo d e espartanos, atraye ndo para sí y sus di g nos co ntrin cantes un puesto pree minente e n la Historia d~ la Hum a nidad; peruano s, chil e no s y bolivianos inmo r tali zando e n sang ri e n tas jornadas las virtudes d e s us hij os,-so n 1 s jalon es d e una historia mili tar que cue nta con h echos h e r oicos, con operacion es arriesgadas, con epi­sodios ll enos de g r a nd eza é interés, cou notabi lísimas campañas, co n soldados s ufr iu os y valientes, con oficiales idóneos y arrojados y con Generales dotados de deci ión y buen sentido. Fecunda en h azañas ·orprendentes y e n admirables oper acio­nes se nos presenta l a h istoria m ilitar del continente americano, d onde e l valor se hermana con la pujanza de u rica v g tación, y la abnegación con la grandeza que Dios derramó á porfía en la p oética Atlántida. De de la gu rra de Secesión, manantial de bri­llantes acciones é inventos prodigio o , hasta la Balmacedi ta de 1891, aplicación notab le del arte de la guerra, 1 continente ame­ricano sostu,·o épicas ha2añas, n las que no e sabe qué admirar más, i la ini iativa y atrc\·ida onc pcion ele los · n ralcs, ó el denuedo realmente hermoso de los combatí nte . En C ntrc­A mérica, Mé 'ico de afía con orgullo nacional la intervención x­t ranjera y ve á sus pies, implorando clemencia, las testas corona­d as de la Europa entera por el condenado de Querétaro. López II en la América del ur, libra titán ica lucha cont1·a tres naciones p oderosa , haciéndoles pagar carísimo e l p r ecio de cada victoria. Las costas de l Pacífi co f ueron asim is mo te tigos d e la e ncarnizada r e fri ega q ue tres pueblos so stuvieron por m a ntene r in cólume e l valor indómit o e n e llos innato. A qué prose guir; doqm e ra dos pueblos ame ricanos pe leen encarnizadame nte, cada cual por su causa, allá s e ve rán s urgir acciones sublimes, allá el genio de un caudillo real izará atrevidas operaciones, allá el soldado sufriendo fatigas y penalidade s cose­chará lauros por doquier, allá el Arte de la guerra encontrará aplicación adecuada á sus principios verdaderos. No son, ni fueron, los ejércitos americanos conjunto informe de hombres destinados á sucumbir heroicamente en guerras de montoneras; no : los ejérci­tos de la democracia americana vierten á raudales su sangre y combaten gloriosamente, cuando una causa santa inflama sus co­razones y enciende su viva imaginación; si durante muchos años parecen consumir sus energías y habituar sus soldados para esa · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lJotet{n Mz.litar especialísima clase de guerras, cuando la patria exige además sus nobl e s iniciativas, ved entonces á aquellos aguerridos combatientes transformarse en inteligentes y abnegados servidores de su pue­blo; las masas arrojadas de ayer, las que fiaban el éxito no más que al valor personal, son las mismas que hoy se nos presentan pre cavidas, confiando en acertadas disposicione s e l glorioso y fran­co r esul t ado de la campaña; los gu e rrilleros d e ayer, son los inte­li gen tes G e n e rale s n e l mañana ; los valerosos soldados d e una sang ri e nta gue rra ci vil, son los mismos que , arrostrando mil pena­lidades, d a n g lo rioso r e nombre á e stéril e s contie ndas. D esde las frías r egio nes d e l N o rte hasta las calurosas m e se ­ta s del Ecuad or ; d e sde la s exte nsas pampas y las lag unas sin fin, h asta la s in trincadas mani g uas y las mortífe ras ciénag a s, ex t e n s o t eatr o d e o p e racion es ha r ecorrido 1 so ldado am e r icano ; su cons­tancia a dmirable, su patriotis m o si n igual, su a b n ega c ión s in lími­tes, su heroísmo con moved o r, sus hazañas so rprenden tes y s u ejemplo edifican te han e ncontrado marco adecuad o e n e l herm oso continente a m ericano, que ll ama m ontes á las cordill eras, ríos á los mares y d onde las gra das el e su trono reciben e l háli to amoroso ele dos gigantescos océa nos. Por lo tanto, ¿á qué acudir excl usivamente á l as campañas europea , cuando las de América nos ofrecen también arsenal su­ficient para multitud de ejemplos? Mi afición xtr macla al stu­dio de la- campaña americanas me ha mostrado con una eviden­cia que no deja lugar á duelas, que n aquellas guerras mucho digno de estudio y no menos de loa existe . E.·aminemos cualquier campaña, y con v ndremos en que ca­lurosos elogios arrancan la nobleza del vcnc dor y la dignidad del vencido; estudiemos clctallaclam ·nte tal 6 cual operación el termi­nada, y no ncontraremo sino meritorias acciones, ra go ele hi­dalgufa, docuente · pruebas, en una palabra, de la impetuosidad de una raza que ni se doblega ni se humilla, de una raza digna heredera de aque-lla otra que mereció de D. ornel io aaYedra estas bellas palabras: " Los nacidos en Indias, cuyo espíritu no tiene hermandad con e l abatimiento, no son inf riorcs á l os espa­ñoles- europeos, y á nadie ceden e n valo r ." Escudriñemos mil inte ­resan tes episod ios, si q ueremos form ar una ide a miÍS com p l eta d e l c arác t e r m o r a l d e los combatie ntes, y c uanto más aho nde mos es seguro que t e rminare mos por proclamar que e n esas g loriosas e pope yas ame ricanas e xisten rasgos tan h e r o icos, sacrifi cios tan e norme s, r e siste ncia tan sublime , patriotismo tan d e sinte r e sado y lealtad tan acrisolada, que la Historia militar no p drá por menos que grabar los nombres de los invictos Generales y soldados que dieron al mundo y á su patria hermoso ejemplo de abnegación y talento. Agobiados por el peso de tantos laureles, se nos presentan arrogantes los ejércitos europeos; henchidos de virtudes patrias, se deslizan silenciosamente los pueblos americanos; vistosos arreos y viejas tradiciones ostentan los primeros; sencillos y dignos pa­triotas, aparecen los segundos en el escenario de la vida humana. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletí'n, M-ilitar Poetas notables, escritores afamados y críticos de notoria validez han relatado admirablemente las campañas de la vieja Europa y pregonado las excelsas virtudes de sus aguerridos soldados. Amé­rica no ha encontrado aún vigorosas plumas que ardorosamente nos relaten sus interesantes campañas; ni la magna obra de Bolí­var, ni la atrevida operación de San Martín, ni las admirables concepciones de multitud de Generales, ni la abnegación sublime del soldado americano, ha llegado á interesar al mundo militar de por acá. No ya las guerras de independencia de América, ino las contemporáneas, ca i puedo asegurar no existen en la mente de muchísimas personas, incluso de algunas que pasan por . doctas. América y la Península ibérica tienen una historia común ; suyas son nuestras glorias, y nuéstras son sus sublimes acciones : en nada se diferencia el guerrero español del americano, el faná­tico de la independencia ibérica y el ídolo de los libertadores del Nuevo Mundo. Nobles en la victoria, grandes en el infortunio, fie­ros en la pelea y compasivos con el enemigo, son los que se cobi­jan bajo el manto del honor. Estudiemos, pues, las campañas de América y consagremos á ellas puesto preferente en nuestras historias militares; conozca­mos bien la po ición geográfica de los pa {ses americanos y las vic­torias ó reveses de sus ejércitos; investiguemos en aquellas luchas muchas causas á nosotros comunes y analicemos la5 guerras, por­que sinónimas de las nuéstras, nos servirán de instructiva lección para el porvenir. Continuación la Historia militar de América de la de España, no int rrumpamos su narración en nuestros libros y hagámosla figurar al lado de otras muchas que se estudian; tene­mos derecho á conocer tales campaña , porque hispano es el alien­to que sostiene á aquello soldado ~ , hi pano el valor que mue tran ante el peligro, hispana la resignación que d notan ante la p na­lidades, hispana la fe con que combaten, hi pana la energía con que acometen temerarias empr sas, é hispana la nobleza que en . todos sus actos descul ren. Honrémonos después del de astre, hon­rando las glorias de Jos que dieron vida á un coñtinente, pues ya que no supimo ó. no pudimos guardarlo materialmente, conservé­moste en el orden moral é intelectual. ANTONIO GARCÍA PÉREZ Capitán de Infantería (De la Revista Témica de hifa1tterla y Caballerla, de Madrid). -------~------- NOCIONES DE GEOGRAFIA MILITAR TEORIA DEL 7ERRENO ConJmúa , 4· HIDROGRAFIA Fuentes-Lagos-Ríos El agua puede presentarse bajo tres formas de agregación: sólida, formando hielo; líquida, como vulgarmente se la conoce; como vapor, en fin, gaseosa ó aeriforme. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletf1t JV/~lZ:tar Desde I 78 r se demostró que no era elemento; y según recien­tes análisis, roo gramos de agua:destilada contienen 1 1,13 gramos de hidrógeno y 88,87 de oxígeno. Las aguas líquidas pueden dividirse en dos grandes grupos: las que forman el inm~nso reservatorio que rodea todas las tierras, y las que se encuentran esparcidas en el interior de estas últimas. Las primeras toman el nombre colectivo de mar ú océano. Esta s gunda palabra, acompañada siempre de un epíteto, como atlántico, pacífico, designa espacios muy extensos; mientras que mar se aplica especialmente á otros más circunscritos, y que ordi­nariamente tienen límites, digámoslo así, ya trazados por la pre­sencia ó cercanía de alguna tierras. Cuando éstas le rodean y cir­cunscriben de tal modo que ólo comunica con el Océano por pasos e trecho , el mar es interior ó medzierráneo. Las agua de tierra se pueden subdividir en otros dos grandes grupos: corrú:nles y lram¡uzlas, durmientes, estancadas, dando á e ta última calificación un sentido más bien relativo que absoluto, porque las aguas rebal adas, remansadas ó detenidas, suelen estar atravesadas por otras corrz"enles que se elevan y ensanchan, bien por obstáculos ó por condiciones especiales del terreno. Cuando tie­nen alguna profundidad forman lagos ó estanques, se~ ún que el obs­táculo a natural ó artificial; y aquí también hay que ceder al u o, variand e n la dimensiones, pues uando la masa de agua es con iderable, deja el nombr ele- lago para convertirse en mar, como el Caspio ó el Muert . Las aguas cornenlu se :::.ubcli vi den ~ u vez en pcrmanazles 6 accidenlalts: la pt-imeras OiLtituy n lo · ríos y arrOJ'OS, y por eso • también SI..! puc len llamarj/u;"•/alc's y rodadas, y p renncs ó intermi­tentes, S n·ún . l! Sl! lll 'n Ó 11 l n l l tÍO; la accz"denfa/e , llamadaS también lravas y alvajPs, forman masas con ·i derabl _ que e pre­cipitan con "·olencia, haciend) ·. trag· s á u pa o y constituy ndo torrentes. La Cl[Juas sólúlz pueden t·t mhién n nsiderar ·e mo tempo .. rales ó perman ... nlc., cgún r · i ta ' no su olidez á la temperatura del estío. Las primera s fvrrn quf! s' funden { l nitcn en cuanto la temperatura se eleva. La g-undas lHlo,tituycn la" ma a que se conocen bajo los nombre de m( ves perjJflua'i, ludo,\ Aios, h/eleras, neveros, vuztúque­ros. Esto trc último no on la mi~ma ·o a, aunque vulgarmente se confundan. En E paña no hay luCieras (gladers en francés, glatsclzer en alemán) propiament dichas e mo las de Suiza. La vasta superficie de lo , mares, continuamente expuesta á los ardores fiel sol, produce necesariamente una gran evaporaci!m; y en la meteorología se ve cómo el vapor de agua, elevado en la atmósfera y condensándose allí, da lugar á un gran número de meteoros acuosos (lluvia, nieve, grani~o) que todos vuelven á traer sobre la superficie terrestre el agua que de ella se había alejado. Si se levantan montañas hasta las nubes, ó si las nubes baJan hasta el nivel de las llanuras, los vapores al punto son absorbidos TOMO 1-42 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bolet{n .. 'Y.fzlttar y desaparecen; -si cae nie.ve, se funde y se transfo rma en agua, 6 permanece congelada en la cumbre de las montañas, 6 al rededor de los polos de la tierra, formando inmensas hieleras. Lo más frecuente es que caiga el agua en forma de lluvia, es­parciéndose sobre los continentes; y cualquiera que sea la forma en · que caiga, en se2"uida se divide en tres partes, cuyas proporciones relativas varían notablemente por muchas circunstancias que de­penden de la naturale za d el sue lo, d e la te mpe ratura d e l a ire y del estado particular del agua misma qu e s e precip ita sob r e la tierra. Una parte d e esta agua s e evapo ra en e l a c to, vol vie ndo á la •tmóifera; otra part~ r e sbala por la superfide, s e rpe n tea seg ún las pendiente s, y toma el nombre d e aguas bravas 6 sal vaj e s; la o tra se infiltra e n las ti e rras y r ocas que compo ne n la corftza exterior de nuestro planeta. Esta últ ima sigue la s g ri e tas y h e ndi duras, pe ne­tra á pro fundidade s variables, filtra á través d e much os y diversos mate riales, y sus hilos, r e uni é ndose entre d os capas d e ter reno, Yiene n luégo á. brotar ó manar e n aquell os lugares, de n ivel gene­ralmente inferior al d e l os puntos d e partida. Tal es e l origen de las f u en tes ó mananlz'ales. E l a g ua q ue de ellos m a na, junta con la s aguas sal vaj es, d a nacimie nto á l os a·rroyos y ríos, á las corrz'entes d1 •gua, como genérica mente se d ice. U n a gran pa r te de la que penetra en el suelo, debe advertirse u e e s absorbida por l os vegetal es, en cuyo interior circula, según los varios sistemas de vasos capilares. Una porción de e ta agua s d escompuesta desde luego por la fuerza de la vegetación que a bsorbe el oxígeno y el resto vu lv á la atmósfera, des¡ ués de h aber atra ve ado las parles más delicada de las hojas y ramas. Asf, del agua que se filtra en 1 suelo, olamente una parte, la mitad quizá, penetra á cierta profundidad; el resto no pasa de la capa verretal ó arable, de sa capa, siempre muy delp-ada, n que se extienden las raíces de las plantas y de los ár oles. Aun esta porción que traspasa la C por el Mayor C. E. Callwell, del Ejército inglés TRADUCCIÓN DE ISIDORO LA VERDE AMA Y A-C01di11Úa CAPITULO XX SORPRESAS, RECOGIDAS Y EMBOSCADAS l. El memzgo es muy pm·tidarzo de las sorpresas, pu·o u puede igualmente emplearlas contra él-" Para conquistar, escribía el Ge­neral Skobelef cuando preparaba su campaña contra los Turco­manos, es preci o saber sorprender." Bien que en las pequeñas guerras el enemigo sea generalmente por naturaleza y por tem­peramento muy decidido á tender emboscadas y á verificar sorpre­sas, no es de ningún modo difícil, como se podría suponer, emplear contra él ese método de guerra. II. La mejor hora del día para ejuutar sorpresas-Ya se ha di­cho que las fuerzas contrarias á las tropas reo-ular s en estas gue­rras, no se defienden por la noche por med1o de a vanzacla , y que, por esta razón, los ataques matinale'" contra ellas c::alen frecuente­mente muy bien. Una marcha de noche, y luégo un ataque al amanecer, es quizá el mejor medio de verificar una sorpr sa. La historia de las guerras irregulares suministra numerosos ejemplos de ventajosas ocasiones que e h:.tn presentado á los jefes de las tro as r guiares para f ctuar sorpr sas al amanecer. La toma de Ka ala por las tropas italianas en 18 3, s un j mplo magnífico; otros hechos notables análogos se han itado anterior­mente. Donde podremos tratar mejor esta cuestión d las sorpresa será en d capítulo iguiente, relativo á los ataqu s d noch . P ro desde luego puede manifestarse que si son muy censurables n la pequeña guerras, cuando se verifican n grande escala, de ordi­nario puede ser ventajoso hostilizar al enemigo por Ja noche, empleando débiles destacamentos qu vt:rifi uen pequeñas sor­presa . III. Du.ranlt el día es precúo hacer una marclza rápz'da partzázdo de wz punto lejano-Los guerreros irregulares, que poca vi~ilancia tienen por la noche, de día están siempre alerta, si creen que las tropas regulares están próximas. Es, pues, casi iempre esencial, cuando se intenta verificar una sorpresa de día, llevarla á cabo por medio de una marcha rápida partiendo de un sitio lejano. El principio es que .:.>e necesita emplear tropas especiale y pro­ced r con rapidez y atrevimiento. La sorpresa de la tribu de Abd el Iportar tropas rápidamente. V. Importa guardar el secreto-Para lk var á cabo una sorpre­sa n estas pequeñas guerras, sea d día ó de noche, y ya se consi­dere esta sorpresa como un pequeño episodio 6 como un movimiento importante que influya sobre toda la campaña, el punto má esen­cial es guardar el ecreto. " ringún prcparatiYo, ninguna orden ha d hacer so ·pechar la expedición. Las tropas e reunirán re­pentinamente á la hora conv nida. Ordenes escritas con anticipa­ción é instrucciones verbale se darán ent nces á los comandantes de los d~..-stacamentos." Tales et~an las instrucciones del Mariscal Bugeaud. Existe siempre un elemento de incertidumbre en esta clase de operaciones, y e necesario tomar medidas para impedir * El d.·ka es un carruaje d dos ruedas para vía estrecha y arrastrado por un cab:>.llo p:!queño; tiene un to!do que lo defiende del sol; sirve para cuatro hombres, uno de ellos el conductor. Es tr malns cnmino . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Jfil/tar la divulgación del secreto. Napoleón iba hasta creer que el éxito dep.:!nde xclus: va mente de lo eventual. "El re ultadu. de un golpe de mano es obra, en un tocl , de ]a fvrtuna, d ~ un ¡wt· ·o ó de un ganso." A<;( lo e cribió en ~us Come.J!/.zrz"os. P ...... rv esta re­flexión se aplica m.í Li-·n á lvs ata-1ues nvcturnos ¡ue á las sor­presas d ...... día. Para que e tas últimas salgan Lien, es prcci o, sobre todo, que no s_an d ..:scubienas p or d enemigo, lJ'll! d·...!l>e ignorar q~·- un m Jvim:cntv cu:tl uiera está preví_ tu y que una columna d ..... trvp3. re0 ... ilares s .... encuentra inmccl'ata. Ya antes e ha hablado de la diílculta·l, n esta pequeña gu~rras, d oculta· .:Jl en "'mi~v lvs m-:>vimi~;ní:os y L> p.ro} cctos. El modo misterio 0 com) suden esparcirse lvs sccn.:: tos n estas gueiTaS, exig-e d e todo p 11~0 ocultar hasta el ú!jmv mvm _ntu todo plan d ..... sorpresa con.ra el encmigv. "Hacer sentir ·l r·.yo antes de que se haya visto el relámpago," tal era la má.·ima d · Molte­cucculli. Ln. primera condición para lvgrar é.·ito, es mantener el plan el mayor t1cm·) p siL.(! en secn::t . Si la colum.1a tiene el más pequeñ.J indici·J <.le disp )Siciont; para alguna pe ración "de carácter especial, la nJticia se comunica con una rapidez ascm­brosa. En semcjant...:s casos el silencio e oro. E ·ta recomenda­ción es de i(Yual v~ 1-:>r cuando la orpr~s¡_¡_ tiene la f•Jrma dt; una importante operación d._ g-u 'rra, tal como d transp.Jrte dt_ las fuerzas ingle as de Alejan ría al canal de u z, 6 cuando no se trata sino de S:)rprencler á un p .... quei1 di.! ·tacamcnto enemigo ó de apoderarse de alguna mala madriguera. En 1891 una pequeña columna italiana fue d · ig-nada para sorprender y tomar preso á un j "fe turbulento, llamado I>eu b, en la frontera del Erythrée. No e guardó el secreto. Toda la co­lumna se impuso de ]... e. pedición 1 royectada. Ad más hubo un lig ro y des ichad rdardo. El resultado fue que DPbcb y sus gente se encontraron preparados pa.ra todo evento, y que la co­lumna italiana fue derrotada. F.L OCCID.l·.N'i'.l!. A.V'J'IOQUENO f>tJR 7 EN'RIQUi!.. !Vl/JT!t Conlúuía Terreno mire Rt'o uc.·o y Amj;arradJ-Vol viendo á la arrazÓII# límite del terreno, e ncuen ra el río Choromandó en la onlla iz­quierda del Riosut:io, cañón profundo y estrecho, pero n cuyas cabeceras, ó sea en e] alto de Picapica, hay buen terreno de agri­cultura y fácil de acceso de Dabeiba. La cordillera tiene una elevación de 2,000 metros; pero el río, hasta cerca de sus cabeceras, es de una altura relativamente baja. Más abajo de este río surgen algunas queb1·adas d un nudo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletfn Mz'lZ:tar de cerros que no ofrecen dificultad alguna para la industria ; pero de la quebrada de la Palma hasta frente á Alto Bonito hay buenos terrenos. En seguida se encuentra el río Chumurco, el cual sale á Riosucio muy encañonado, pero más arriba del valle se abre y sus cabeceras son muy fértiles. Abundan en esta región el cedro y el guamo, indicios de muy buen terreno. Siguiendo el Riosucio abajo se encuentran los ríos Ncndó y Rahón, que desaguan en él. Tienen magníficos terrenos, no muy distantes del camino de Occi­dente, porque abajo de Neudó, el Riosucio pasa por entre peñas que lo estrechan de manera que en partes su cauce va por una zanja de 25 varas de profundidad y de 4 á 8 de anchura, y esto en un trayecto como de 200 metros. Esta estrechura no es formada por contt·afuertes .de la cordillera, pues á ambos lados de ella hay llanos y vegas, y el transeúnte no puede formar­se idea de la po~ición en que corre el río, hasta llegar al borde de la zanja por donde va. De' Rabón para abajo estrechan más el río, y sólo serán bue­nas para el cultivo del maíz y otro grano como el arroz. Para dar el rodeo á la 2." sección del terreno, seguiré descri­biendo el río Amparradó arriba, por su banda derecha, en una distancia de r 5 kilómetros. Este terreno es sumamente abrupto; el río torre entre peñas y sufre violentas creciente . Entt·e el tra­yecto de la boca de Amparradó al río de Tuguridó, se pasa el río de Amparradocito con una anchura de 26 metros. Este río en sus cabeceras, que se acct·can á las del Chumurco, tiene buenos ten e­nos en temperamento templado. Del río Tuguridó, de gran caudal de agua_, sale ·1 río de Amparradó, acosado por las faldas; tiene en su boca una anchura apenas de dos y medio metros, y en tiempo normal su aguas e tán diez metros abaj del nivel del terreno; en fin, es una repetición de la estrechura del Riosucio cerca de .. eudó. El río de AmparradÓ, le de la b ca de Tugurridó á la de Tengana.turadó por u 01·il1a derecha, es sumamente encañado, y el terreno muy pendiente. Lo que han recorrido esta banda desde su boca han ido los agrimensores. El cañón de Tuguridó hasta arriba de su confluencia con la quebrada Cruces es demasiado estrecho, pero la quebrada Guarín tiene bu nos terrenos en sus cabeceras. Esta parte de los terrenos no sirve para industrias de agricultura en grande, pero la gente pobre encontrará allf, con el tiempo, faldas y hondonadas que aun­que pequeñas, serán fértiles. Para concluír la descripción de esta porción, volveré al alto de Picapica y seguiré la trocha de allí á Tenganaturadó. El alto de PicaJ.-ica, de 1 ,g 10 metros de elevación, es el más alto de la cor­dillera; la trocha sigue el filo que divide las cabeceras de los ríos Choromandó y Chumurco de la quebrada Cruces, y pronto deja el filo para caer á la última cerca de un termal de aguas de carbo­nato de soda, mucho gas, áci-:lo sulfúrico y otras sustancias. Este termal está muy acreditado por las curaciones que se han verifi­cado allí de enfermedades cutáneas y reumáticas. Los habitantes Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 66o Boletin Milita,- de las montañas de Dabeiba acuden allí y hacen ranchos para tomar los baños; la fuente principal tiene algo más que una paja de agua, pero existen muchas pajas más que hacen que la quebrada esté muy cargada de sustancias salina . Este termal debe ser muy conocido y punto de fácil comunicación con el interior. La trocha sigue ,á la habitación de Lucio Borja, á 1 ,ooo metros sobre el mar; la quebrada hasta aquí viene muy asentada y en un terreno apro­piado para la agricultura. El cañón del Churcal tiene también buenos terrenos, y el río Julio, que corre en sentido inverso, es una hoyada casi plana. El alto de Morronga, aunque es de una altura mayor, es muy prominente debido á su figura, y s llamado por algunos La Pazla. Es fácil la comunicación del río Churcal al río Chaquenodá, afluente del río Murrí, que pertenece ~l. l0s re. guardos de indígenas y que forma el valle de Murd, t rritorio enredado y retirado de la industria por se1· de los indígena ·, quienes hoy lo habitan en muy corto número. El río Ampan·adó arriba de Tenganaturadó y é · te mismo en sus cabeceras, son muy distintos de la pat·tc que atraviesa uno más abajo; sus cabeceras son anchas y con terreno fértiles y plano . Entre 1 enganaturadó y Antadó . e le,•anta el picacho Cle La Culebra, que muy abrupto y aislado. Entre estos terrenos y Fron­tino y Rioverde ·e inter¡ onen los reso-uardo de M uní, porción que no ha ido arreglada definitivame nte aún, lo cual no p rmitc que la parle alta de Amparradó l nga porvenir por falta de medios de acce o, ni esperanza de haberlos mi ·ntra no se d fina la pro­piedad de lo indígenas. Z'erreno mire los ríos Amparradú ) ' .. udo J' el límtle dd Dt•parla­fllC11Io- El límit divi ri de los dos Departamentos , auca y An­tioquia, e por la cordill ra que divide la aguas de l' iosucio de las que corren directamente hacia el st al i\ .. trato. Dicha cor­dillera tiene su parte mi alta en el Morro Chapado, de I ,340 me­tro de altura, pero sobre ale t.~ nos 200 m tro del re to de la cor­dillera, que ha ta las cabecera d Pa arandocito mantiene una altura de r,ooo á 1,100 m e tros, y de aquí va bajando hasta per­der e en los llano del Atrato. El terreno, principiando en las cabeceras del río Amparradó y bajando por su banda izqui rda, bueno hasta ncon trar el nudo que desprende d e Buena vi ta, qu estrecha aquel río .. pero la quebrada d l Carmen tiene partes que e nota son fértiles. El cañón de Rione ro en sus cabeceras ofrece buenos terre­nos, pero cerca de su desembocadura lo e trechan los filos; este río ha sido considerado hasta ahora como cabecera del río Pava­randocito, y así stá demarcado en los mapas; pero entre éste y aquél se interponen aún otros. Dicho río fue enteramente desco­nocido hasta hace poco, á pesar de que la trocha que va de Mu­rindó pasa por sus cabeceras. Más abajo del Rionegro se encuen­tra el de Zabaletas, que también cae al Amparradó, cañón e tre­cho pero de buenos terrenos. Después de juntarse Amparradó y Riosucio, caen á éste varias quebradas, que son: Corredocito, Mu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletín Militar 66I chimba y Muchimbita, con terrenos buenos; el río corre relativa­mente manso en este trayecto hasta la boca de los Cheverris. Aba­jo de Corredocito el río pasa por entre peñas, con llanos á. lado y lado, en una anchura de 35 metros por término medio, y los lados son de peña perpendicular que se elevan á once metros sobre el nivel del agua, y corre tan manso que se sube en canoa por esta estrechura usándose del canalete; pero cuando crece, se ll~na com­pletamente. Más abajo del río Pegadó hay buen pa o en el río, quizá la primera parte donde hay orillas que permitan en él la entrada y salida cómoda. Arriba de Cheverrí vuelve á es­trecharse el río entre dos filos muy abruptos que forman unos precipicios que no permiten el paso por tierra por allí y lo obligan á uno á trepar por encima de ellos para pasar á la boca del río Pa varandocito; este río, de regular caudal de aguas, sube alto y con poca corriente; en la parte baja es cerrado el cañón, pero en la alta hay terrenos buenos. Es un río de aguas cristalinas con series de charcos largos y hondos en los que abunda el pescado; de este río hasta Mutatá la orilla del Riosucio es muy metida con­tra las faldas, hay poca tierra de cultivo y bajan del filo algunas aguas insignificantes. Sólo hay dos quebradas, que son la ee y otra que le igue; el río tiene trayectos de fácil navegación en verano cuando la palanca puede alcanzar fondo en sus orilla , pero tiene más cabezones, ó mejor dicho, chorros un tanto peligro os ; sin embargo de es o suben canoas livianas ha tala boca de Pavaran­docito: emplean unas cinco horas de Mutatá. Paralelo con el Río­sucio corre el río O uendó, su afluente abajo de Mutatá, que le cae por la banda izquierda, río pe ueño, de terrenos amenos, pero ele difícil acceso; olam ntc por la parte baja, por el Este de Rio u­cío, sigue el tel·r~.,;no m:i elevado que la orilla opuesta, pero sólo le­vanta unos 250 metros entre el río Oquerindó y Pavarandogrande, elevación que acompaña el río hasta frente al pueblo de Pava­rand cito; es más bien un tablazo que cordillera ó filo. El do Pavarandogrande, límite del Departamento, es muy asentado., recoge muchas aguas, aunque su hoya no es grande ; sus tierras no son halagadoras en la parte alta, y en la mitad de su cur o pa a por entre faldas que estrechan muchísimo el valle; este río va á juntarse con el Sucio dos leguas abajo del pue­blo de Pavarandocito, y el límite que sigue por la banda opuesta del Riosucio es el río Mogundó, que le desagua aún más abajo. Se estima en 18 leguas el curso del Riosucio entre el límite del Departamento y el Atrato. El do Teguamandó que hace cabeceras con Pavarandogran­de, Pavarandocito y Zabaletas, es navegable en canoas pequeñas hasta dos leguas de límite; el de Murind6, que nace más hacia el Sur, se puede subir también en canoas hasta unas tres leguas de la cordillera. Estos ríos, que pertenecen en su totalidad al Departa­mento vecino, son muy anegados en su parte baja, y hay grandes ciénagas formadas en la orilla oriental del Atrato, y solamepte se­ría posible ganar la orilla de este río con un camino que bajara por entre los ríos Torriquiturandó y Murrí. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 662 Boletfn Mtlz"tar El terreno escogido para las 1 oo,ooo hectáreas tiene su parte baja á go metros sobre el mar, y la cordillera más elevada sube á 2,250; el término medio de su altura en toda la extensión se puede estimar en 6oo metros y corresponde á clima cálido. Lo que se ha publicado sobre este territorio contiene errores que llegan hasta la exageración, y de aquí depende el desdén con que han sido miradas hasta ahora estas comarcar.. Los mosquitos no abundan; es muy raro verlos ó sentirlos, y por eso nadie usa toldillos hasta la región de Mutatá hacia el Atrato; los tábanos no son más abundantes que en algunas tierras frías, y esto en dos meses solamente; las serpientes son escasas : es una rareza en­contrar una; no hay pantanos que exhalen miasmas, y el terreno entre los 100 y 500 metros es más sano que en cualquiera otra parte de la República que tenga la misma elevación. El rayo es más raro quizá que en Medellín mismo; los aguaceros sí son fre­cuentes como en tierra baja; las fieras son escasísimas: puede asegurarse que en 100 leguas cuadradas no hay diez tigres, y na­die hace caso de ellos, ni ellos del ganado. Trece meses estuvo el General Franci co Javier Jaramillo, con un personal de 120 obreros, abriendo el camino de Occidente; su campamento más alto apenas llegó á 420 metros; no murió ni una pcr ona, ni hubo que dar de baja á ninguno por efecto del clima. En el vera­no, familias enteras bajan á l~var oro en las playas del río, y aun­qu su alimentación es mala, no sufren enfermedade ; en fin, on terrenos mucho más elevados que 1 s del Cauca y Noroeste. No cabe comparación con los de las orillas del Mag·dalena, que son diez v e s má mortíferos. Las ccione ocupadas en m edir e te terr no h n permanecido diez m es en el monte, ocho de los cuales ,i el vaciones menores de ras, di z d las ua­les en una extensión muy reduc1da. Un peón fue mordido en un muslo por una quis ó lo que se llama mapaná n 1 oroe t , pero se le curó cauterizá-ndole con póh·ora, embriagándol9 y aplicándo­le poi vos de Ramón Lora. Hace seis años que está abierto el ca­mino de Occidente; muchos han sido en estos montes los busca­dores de oro, y no ha habido un solo caso de muerte debida á mor­dedura de culebra. La gente ocupada en la medida dependía en parte de la caza para su subsi tencia, y puede decirse que cada sección era un cazador, y no se vio un tigre ni un león, ni se llegó ~ matar un tatabro ni un zahino. El bicho más ofensivo que se encuentra es una hormiga grande que llaman ~onga.-ConHnría. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Boletítt .Jf"-ilitar 66.] Nueva Geografía de Colombia Santuar:o de La l.a ~ a (Ipiales-Cauca) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Bcletttt Jl,f-:litar El Patía en la ruptura de la cordillera del Chocó Bogolá-Impretlla de Vap~r. Calle ro, mímero z69 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo I N. 21

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