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Se encontraron 15318 resultados en recursos

Imagen de apoyo de  Distrito E

Distrito E

Por: | Fecha: 2021

Este es el espacio en el que Distrito E entrega a sus lectores un panorama general con información de contexto, cifras, datos, testimonios, experiencias y reflexiones. La segunda edición de la revista Distrito E está dedicada a los jóvenes, que son la generación del cambio, los llamados a construir un futuro de sensatez y orgullo, a discutir con inteligencia; a proponer nuevos caminos frente a los viejos que no funcionan y a transformar todo hacia la esperanza, la inclusión, la igualdad y un presente y un futuro con mejores y más oportunidades para las futuras generaciones. Este tiempo nos ha llevado a darnos cuenta del papel protagónico y trascendental que tienen los jóvenes, de lo importante que es tener anhelos, objetivos, retos, expectativas y planes para su presente y futuro. Bienvenidos a este espacio, una oportunidad para leer, escuchar y ver distintas voces que nos hablan sobre temas que a las y los jóvenes les interesan.
Fuente: Centro de Documentación y Memoria de la Secretaría de Educación del Distrito Formatos de contenido: Publicaciones periódicas
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Distrito E

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Imagen de apoyo de  El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VIII N. 1

El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VIII N. 1

Por: | Fecha: 1891

Contenido - Estudio sobre las paraderas permanentes - Manual del cultivo de la quina. Continuación - Cultivo y preparación del cacao. Continuación - Carbón y pústula maligna. Conclusión - Influencias de las fases de la luna sobre el tiempo - El azoe atmosférico y la vegetación (I) - Boletín meteorológico del mes de Junio de 1891
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VIII N. 1

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Imagen de apoyo de  El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie II N. 24

El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie II N. 24

Por: | Fecha: 1881

Contenido - Instituto Nacional de Agricultura Superior - Cuadro que manifiesta el número de días en que los catedráticos y alumnos del Instituto nacional de Agricultura han dejado de concurrir durante el mes de abril - Departamento Nacional de agricultura. Informes - Exposición nacional - Enfermedades del ganado - Raza de ganado. Continuación - Estudios sobre meteorología agrícola. Continuación
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie II N. 24

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Imagen de apoyo de  El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie XIV N. 12

El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie XIV N. 12

Por: | Fecha: 1899

Contenido - Investigaciones sobre el cruzamiento continuo - Tratado de zootecnia general (continuación) - Boletín meteorológico del mes de noviembre de 1898 - Índice alfabético de materias de la serie XIV de “El Agricultor” - Índice alfabético de autores de la serie XIV de “El Agricultor”
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie XIV N. 12

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Imagen de apoyo de  Bogotá Ilustrado - Serie II N. 11

Bogotá Ilustrado - Serie II N. 11

Por: | Fecha: 04/12/1907

) RE'PUBICA DE' COLOMBIA ;:;:;:='~=:-:::=-===========-===--""==-=='---==-----::::----""===--:::--===",,,w __ = ===-:_='=== =_"""- --=.._ rmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm~; CONTENIDO El Sr. General Sergio Ca margo, por Rorad Es­pinosa Gtlz,máll; Al Excmo. General Rafael Rt'yes (soneto), por AlltOllt8 Glltt'CO Corol/ado¡ En pos del ensueño...... por Dltgo UIIO.·; Días gloriosc.s; Al K'Ccmo Sr. Presidente de la República (soneto), }lor J ,wicr Aeo.'ta ; Panteón; Los hombres de ac­ción; Rafael H.eyes (soneto), por F. Parias Vargas. Ilustraciones: General Sergio Camargo, Salio da del T • .Dmlll el 20 de Julio de 1907, Cadetes fundadores de la Escuela Militar, Capitán Arturo Ahumada, Capitiln Diego Guilléo, Comedor de la Datl'ria Modelo, Los solJados del lJatallcín Modelo rompen filas, Jcfes y Oficiales del Bllnllón Modelo, Los Capitanes Ahumada y Guillén esperan la lIe' gada del Sr. Presidente el día 24 de Octubre, El Sr. !'residente y su comitiva, Ejercicios del Bata llón Modelo, Ejercicios de la nateria Modelo, Los Ca· I detes preparados para ejercicios de gimnasia, Los Cadttes del Curso !\filitar en c-jercicios de esgtima., Asalto entre el !:ir. Ulpiano A. de· Valenzuela y el Profesor Sidoux, t D. Luis Prieto Solano, t D. Ro. berto de la To,r, t D. Lu's María Pardo, Thomus MatkiDsoD Sanders, Federico Rivas Frade.. C2 Q¡W¡¡¡¡WU;IWW¡;¡;¡¡:UW~WlIIWWWIIlMl¡lllwmmq¡lllID~ Bogotá, gjiciembre A BOGOTA mm!.mItñlfimlmIllIÍ1!ñnnññnnrnmrñtmmmtrttlím nnnllfillmtl CONDIOIONES Número sueHo ...•.. _ .............. $ 20 Id. en papel extr.afino •.• :. ••.. .•• 50 Suscrip:ión á la sen e de 5 numeros ... 100 A visos, página ...••.••..• _ ••..•.•• - 200 - t íd ..•..•• _ ...•.•••...••••• 100 - t id .. .• _ ••••••••• - - •••• - • - 50 .• Palabra en small-pica: ..... _ ... : .. _ _. 60 A visos ilustrados, preclO con venclonal No se admiten remitidos. La correspondencia debe dirigirse al Adminis­trador de BoGOTÁ ILUSTRADO. A parlado de correos número '59' Para todo lo relacionado ~on avisos .en~en­derse en la administracl6n del perc6dlco. A1)M1NISTRACIÓN: Carlos Tamayo, Calle 16, Parque de Santander, acera Norte, N.O 1004. \l~wm!WlWWWWWWWlUWWWWlI!IllIIIllIJUD,l1.II (MPRENTA ELÉCTRICA:-I68, CALLE 10 i 1 9°7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO . ~DDBUg~ggggggg~ggggggggU~g6~Dg~~, ~ ~ . ~ ~ ~ ~ I ~ ~ I I aVarla 1~'1· I --- ~ ~ ~ ~ PRODUCTOS Y PRC:CIOS DE VENTA ce ~ .9:1 I Germa, Gonsum Bic,,, docena de m~:i!:::te~:s~i.~.~~.r~:~~.~90:0 ="§! ~ "Pilsener, Lager y Bock, docena de medias botellas...... 100 ~ lj ~ ~ ~~ " )) " " docena de botellas dobles....... 190 ~ ~ r-o ~ m "Doppel Sloul docena de medias botellas...... 130 d f \ ~ e; ~ " Cu]muacher (marca Tlgre) docena de medias botellas ...... 130 ¡:...... ¡:...... B =1 ')fTJ ~e~éE~peradores ddoccna dde medd~asbbo tle1lllas ...... 28°0 • ~ S B " 19l mca ocena e me las o e as...... 1 o ~~ C\S I " en barril, Pilsener, Lager y Bock, el litro ......................... 10 v-'\~ <:) ~ ~ Aglla gaseosa pura, docena de medias botellas...... 60 • ~ ~ 1 Agu a gaseosa co n di fcren les jara bes, d ocen a de med ias hOleJ las""" 8 o A . ~ bll ~ Sparkling Bayaria I\ola, docena de medias botellas...... 60 ~L-<::: . O I ~ Gino-er Ale, doccna de medias botcllas...... 80 U1 a ~ Bavaría Cider (Cidra espumosa), doccna dc medias botellas ...... 120 C) ~ ~ I ~:I::c~~rd:~~:~ .. ia libra w.".".w,,~~~~.~ .... ~~.:.~~i~~.I:~l.ell~~:::::: 42~ i'~ ~ I ~l:! Carbón mincral y vcgeta] de Zipacón, \'cnucmos á los precios corrien- '( O ~ ~ ~~ les )' á domicilio. ~~ ~ ~~ ~ I I Descuentos sobre los productos embotellados • ~ ;g m¡ ... 5 poe '00 en diez 6 más docenas ~ • .-0 h:t=!l , 'o roe '00 en cien" más docenas 'F~ ~ El § ~ PI\ECIOS: son los corrientes (!pIola del despacho, alln en cl caso de ~ ~ ~ antiÓpacionrs de dinero. S .-< B ~ 130TELLAS: Vendemos y alquilamos botellas cervcceras. ~1 ~ ~ ~ l3 \ IH\I LES: P.Hél la venta de nucstra cerveza en barril hay barrilcs 1;:; $ 2 ' ~ desde cinco litros. ~ ~ ~ l!Ií! COI\r.nos y LUI'ULO; Vendemos ole muy buena c. liclad y á di- ' ~~.~;~ ~ ~ l .' ~ fercntes precios. ~ ~ S ~ ~ CEBADA: Comrramos al contado y á los m"Jorcs precios de la plaza ¿; ~ ~ graneles cantiJadl's de cebada en grano. .~ ~.... ~ ! .. 1 ~)T \ l\d\'.erlimq á nlleslro clientes rllle no cnvas mos ni rc- 1: .:~ li~ ~ ClIIIITII IS en (~ aIflIIlO las Ilntf'llils cerveceras qltC, po!' c1efecluo as, lieocn ~ ~ ~ mRI'CfldHS tl'!~S eslrella" ('11 el cuello. l"'Iiooj r-o ~ IlEUTSGH GOlUMBIANISGHE BRAUEREI G m. b. H. ~ ~ I = El Gerente, LEO SIEGFRIED KOPP ~ ~ E ~ ~~ ~~ 1 ~~~H~~~~~~~U~~~H~~UUU~OOU~~~g~~UUO~ .. ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Serie III "Br(Ygótá" Ilust'rádb r r _ea ••• J,._ @ctubre de 1957 g)i'Cecto'C}j fJ-bedacto"C, !!fbafaeL 6ópinoóa {}u~mán J . $~ $ ssos; ( . . ! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO E15r. CS(eneral S ergio ~amargo Nació este eminente ciúdadano en Inzá-Boyacl==-en lB32, trayendo en su sangre todo el valor, toda la pericia innata de esa ra za abnegada y paciente que tan eficaz­mente contribuyó al triunfo de las armas libertadoras en lB 19, Y luégo dio al país la serie de Jefes prestigiosos, cortejadores de la muerte y ungidos de la victoria, que culmina hoy con el valeroso militar que rige los destinos del país, boyacense como CAMARGO, y como CAlIIARGO ena­morado rle la justicia, igual para todos, y de la concordia nacional que esta justicia impone noble y generosa mente. Muy joven hizo sus estudios en el Colegio de IvS Pa­dres Jesuítas de esta ciudad, y luégo los coronó con el títu­lo de abogado, entrando en seguida á practicar ~u profe­sión como empleado del Poder Judicial, hasta que guiado por su amor al derecho y á la libe rtad tomó armas en lB54 y marcó el principio de la g-Ioriosa carrera que lo llevó al más alto puesto de la jerarquía militar, después de luchar siempre como bravo y generoso, fuere cual fue ­re la suerte de sus armas, en las guerras de 1860, 1B76, lB85 Y lBgS, y no pocas de los antiguos Estados Sobera­nos. La última Asamblea acional rindió homenaje á sus variadas virtudes cívicas y militares, y le reconoció su grado de General en Jefe por artículo especial y sólo para él, en la Ley que fija el Escalafón Militar de la República. Este justo y noble reconocimiento de sus méritos por quie­nes en época pasada habían sido sus adversarios de todo momento, enaltece grandemente la memoria de CAMARGO, á la vez que marca con piedra blanca en nuestra historia la alteza de miras del legislador. Cuando la paz señoreaba en el país, CAMARGO traba­jaba activamente en uno ú otro campo de la Administra­ción, marcando siempre sus labores con el sello de la in­teligencia modesta, de la honradez acrisolada. Varias veces fue legislador en Asambleas y en Con­gresos, distinguiéndose siempre por su palabra fácil y acerada, que en veces, si el debate tornaba á la defensa de la patria y sus recuerdos evocaban los padecimientos del soldado y las dianas de la victoria, alcanzaba vibra­ciones de altísima elocuencia, como que seguramente fue CAMARGO uno de los más distinguidos entre nuestros ora­dores militares. Entusiasta amigo de la juventud, como que en sus numerosas campañas pudo apreciar sus méritos y sus vir­tudes hasta en detalles al parecer de poca monta, trabajó constante en favor de ella y llevó su abnegació!l para ser­virla hasta abandonar sus numerosas ocupaciones perso­nales, descuidadas casi siempre en bien de la Patria, para desempeñar el Rectorado del Colegio de Boyacá en Tun­ja y de la Escuela Militar en esta ciudad. En los vastos campos de la Diplomacia trabajó tam_ bién con muy benéfico éxito para las varias misiones que tuvo á su cargo. F ue Ministro en el Ecuador, en Venezue­la, en Francia, en Alemania y en Inglaterra, y ante la anta ede desempeñó el delicado cargo de Agente Con­fidencial cuando estaban interrumpidas las relaciones ofi­ciales entre Colombia y el Vaticano. En Caracas tuvo el honor de representar á su Patria en el Centenario de Bo­lívar, yen Roma ajustó con el Secretario de Estado de Su Santidad León XIII, el Cardenal Lorenzo ina, en 1880, una Convención para restablecer la!; relaciones en­tre las dos potestades, que fue como la primera página del Concordato que hoy rige ntre ellas, y constituye alto timbre de honor no s610 para el nombre ilustre de CAlIIAR­GO, sino también para el del liberalismo colombiano, que por mano de uno de sus más preclaros Jefes ofrecía á la Iglesia la oliva de paz perdida en los campos sangrientos de la revoluci6n triunfante en 1860. Es digno d meditarse, por las altas enseñanzas que envuelve, el hecho plausible de que fuera el negociador amigo con la anta ede el mis­m( j) Jefe victorioso del invencible Escuadr6n Calaveras, cuyo respeto por la Iglesia jamás fue edificante, y le cupiera así el Jlonor de ser el primero en pasar esponja de paz y de oly.jdo sobre página negras de nuestras guerras, que sólo con dolor pueden recordarse. Coronó su gloriosa carrera de h011)bre público, mar­cada en al to por su labor en el Ministe rio de Guerra, con' .la P¡;esidencia ~ e .la República; que desempeñó, como se­g undo Desig nado para ejercerla, desde el 19 ' de Mayo· hasta el 15 de Agosto de 1877, por volunta ria separación del titula r Sr. Parra, después de debelada la revolución conservadora de 1876, revelándose como gobernante ad­mirable, digno por todo concepto de ocupar el puesto que honra ron Bolívar y Santander. En esta larga y meritoria vida de servidor público, cuyas principales faces apenas hemos señalado, aquilató CA1tIARGO las bellas condiciones de su carácter, y despo­jándose poco á poco de las naturales imperfecciones que viven al calor de la primera juventud, cuando las pasion~s todas vibran con mayor intensidad, alcanzó la felicidad de ser pronto dueño de si mismo, sin dejarse guiar por impulso alguno inconsciente, y surgió entre sus contempo­ráneos, cuando aún los dominaba la insania de las pasiones polfti cas, como defensor de la justicia en la concordia , que años después habría de cobijar á todos los colom­hianos. Ya en su discurso de posesión el 19 de Mayo de ) 877, cuando aún blanqueaban confundidos en los campos de batalla los huesos de sus amigos y de sus adversarios, dijo· dirigiéndose al Presidente del Congreso: "Podéis anunciar al pueblo de Colombia que la espa­da que me dio la ley jamás herirá el corazón de la Repú­blica, y que el bastón de Magistrado que ponéis en mis manos será, en verdad, símbolo de la autoridad legítima­mente constituída; mas nunca vara de hierro para los ven­cidos, ni asta destinada á levantar en alto la bandera de la destrucción y del encono." Luégo, en su alocución del 20 de Julio del mismo año, estampó entre otros párrafos no menos importantes, los si ­guientes: "Ya no hay beligerantes, ya no !!ay vencedores ni vencidos: todos somos hermanos, y el pabell6n tricolor,. emblema de nuestras antiguas glorias, vuelve á ser el vínculo común de la fraternidad nacional. En estos momentos de transici6n de una época luctuo­sa á otra de bonancibles esperanzas, momentos en que el terrible derecho de la guerra viene á ser sustituído por el . régimen civil de los pueblos cultos en el estado normal de " su existencia, os conjuro fervorosamente para que volvien­do la vista á lo pasado meditéis con recogimiento sobre las. tremendas enseñanzas que éi nos lega. Desde el punto de partida que deslinda una de las más difíciles jornadas de la República, echemos un velo sobre los desvíos de algunos de sus hijos' borremos las desavenencias y los rencores; extingamos las iras fratrici­das, y por amor á la Patria común, tan desgraciada cuan­to digna de los más prósperos destinos, juremo!; no apelar más al exterminio y las matanzas para dirimir nuestras domésticas contiendas. Testigo como he sido de los combates más sangrien­tos de la ültima guerra, y habiendo podido palpar los sa­crificios que ella impone á los pueblos, la desolación de los hogares y la ruina de las fortunas, se han robustecido más profundamente en mi espíritu el amor á la paz y la convicción de que á conservarla deben con preferencia en­caminarse armónicamente la buena fe, la lealtad y la hon­radez de los Gobernan~es, y el recto juicio y la propia conveniencia de los ciudadanos. 1 Colombianos 1 Terminada la guerra, comienzan para vosotros las labores de la reconstrucción, bajo el amparo de las garantías aseguradas por nuestra carta fundamen­tal. Entrad resueltamente en ellas, y tened fe en que el Gobierno cumplirá sus altos deberes, y que consolidando la confianza en el mantenimiento de la paz, dará de nue­vo impulso á los elementos de progreso que han sufrido notables quebrantos. Así renacerán las empresas indus­triales, l cr¿dito público y la educación popular, conse­cuencia precisa del régimen de orden y de estabilidad á ql,le todos aspiramos." Después, y como la franca expresión de .sus ideales, consign6 en carta de Londres, de 2 de Octubre de rBBo, dirigida al Sr. Dr. José del Carmen Rodríguez, estas fra- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 173 'ses, tanto más expresivas hoy cuanto entonces no levan­taron eco en el corazÓn de la República : " ...... todos mis actos durante la última guerra civil y después de ella, tan patentemente acentuados en un senti­do único, habrían de haber mostrado á los ojos de mis compatriotas, así me lisonjeaba en creerlo, un ideal polfti­ca con toda claridad fijado y persistentemente seguido. HumanIzar la guerra para hermanar de nuevo á los colombianos : en una palabra, conciliar: hé ahí ese ideal. En efecto, soldado de la Nación, combatí donde fue indispensable por deber, pero sin fiereza ! en todas partes levanté del polvo ensangrentado al adversario para abra. zarlo como hermano. Magistrado de pocos días, hice de la suprema autoridad una Providencia para los vencidos, y la empleé sin cesar en aplacar la c6lera del vencedor: con los jirones de bandera que la tormenta dej6 en el Palacio Nacional, curé las más hondas heridas de la Patria. Legis­lador de Boyacá, inculqué en mis conciudadanos el más acendrado sentimiento de justicia, de fraternidad y de con­cordia ; y á no ser porque el partIdo conservador...acababa de rebelarse, y era. por'lo mismo, imp,.,sible avenirlo, por ·el momento, con el orden de cosas triunfante, habría insi­nuado pedirle su colaboraci6n en los negocios públicos de .aquel Estado. Las elecciones en que tuve intervenci6n con­sultaron todos los matices del único partido entonces ele­gible. Para el ejercicio del Gobierno, de las sociedades po­.}( tic~s, considero de equidad la concurrencia d~ todos los ¡partIdos, asegurada en la ley fundamental. Y mIentras en­tre nosotros se logra erigir en canon constitucional ese principio, estimo de la más alta y fecunda tras?endencia la composici6n del Consejo de Estado, de autonzados re­presentantes de todos los partidos. Difícil es por cierto, harto difícil, lo confieso, hacer prácticamente estable tal 'sistema, mas no es imposible, y esto ba.sta para que deba planteársele. En la actualidad ha venido á ser esa una reforma ad­ministrativa necesaria, el único modo á la vez de estable­cer un Gobierno fuerte, respetable y verdaderamente na­cional : lo primero, porque el celo, aun el más solícito y . vehemente, de los parlidos, se calmaría cu~ndo todos -ellos interviniesen en la ejecuci6n de las leyes; lo segun­do porque en medio de la armonía de todos los intereses, "te~dría el primer Magistrado el más ilimitado apoyo, el respeto y la estimaci6n de los pueblos, á los cuales habría -empezado por bspirar admiraci6n y amor. . . Desengañémonos. En nuestros frecuentes dIsturbIos civiles no ha habido de ordinario insurrecciones populares sino rebeliones de los hombres de partido. Ni es siempre un régimen de leyes lo que se ataca, sino que es el proce­ ·der de los gobernantes lo que á menudo irrita, enfurece y ·arrastra al vértigo de las revoluciones armadas. Fundar el reposo social es antes que todo. S610 á su amparo podrán resolverse sabiamente los muy arduos pro­blemas surgidos de la última guerra, y hacerse saludables enmiendas en las instituciones y en las leyes. ¿ Qué pueden hacer tampoco, en servicio del progreso m~te rial, ni par­ticulares ni gobiernos, en esa constante. ansiedad en que viven los pueblos, presa de la turbulencia de .todas las pa­siones que la abstenci6n de los buenos ciudadanos, el desconcierto en el rumbo de las ideas y la falta de plan en los conductores mismos de los g randes partidos, dejan libremente atumultuar? Constituír alguna normalidad social ; aplacar, recon­ciliar fraternizar : tal es la tarea de la obra presente. Y urge 'acometerla. De otro rrl:0do, la catást~ofe, patri6tica­mente presentida por un emInente colombIano, no tardará en desatarse sobre nuestras cabezas. A tra vés de los sombríos acontecimientos siento tam­bién su proximidad con el mismo pavor con que se oye el mugido de la tempestad en medio del océano,. Por más doloroso que sea, es forzoso decirlo: la anar­quía amenaza devorarnos, y en pos de la .anarquía ven?rá acaso el despotismo de los caudillos. i Tnste cosa, amigo mío 1 La anarquía, esto es, la barbarie : el despotismo, esto ·es, la ignominia. De la barbarie puede, aunque tarde, vol-verse al camino de la civilizaci6n. Del despotismo se .va siempre ul envilecimiento, y de ahí. .. al desprecio ~el mundo entero. ¿ Tendrán acogida estas ideas ? No lo espero : al con­trario, cierto estoy de que me enajenarán la simpatía de los espíritus banderizos. Mas ni ese ni ningún otro motivo podría hacerme disimular en la ocasi6n lo que siento y Jo que pienso. El deber queda, en todo caso, cumplido." El transcurso de los años no abati6 en lo mínimo su fe en estos nobles prop6sitos, y cuando el actual Jefe de la Naci6n, que ya forjaba en su generoso cerebro el amplio molde en que ahora ha reconstruído la República, quiso como Ministro de Gobierno abrirle paso á la representa­ci6n liberal en el Congreso y ofreci6 asegurar la elecci6n de quince Representantes liberales, escogidos de acuer­do con el Gobierno, fue C,u[ARGO el único entre los Jefes de su partido que apreci6 al primer golpe de vista el no­ble impulso del' Sr. General Reyes, y trabaj6 por que el partido aceptara la oferta que se le hacía, y que segura- ~ mente le habría ahorrado al país las desastrosas guerras . que lo ensangrentaron después, y al partido su completo aniquilamiento. Su actitud le enajen6, como bien lo temía, las simpa­( ías de los espíritus banderizos, de los que no querían del Gobierno sino el derecho de derrocarlo, y entonces sabo­re6 la amargura de que hasta se dudara de su sinceridad. Hoy, los hechos cumplidos le han dado la plenitud de la raz6n, y de seguro no hay liberal en el país que no admi­re su inteligente previsi6n, que desde entonces le habría permitido al actual Jefe de la Naci6n iniciar en la práctica la labor de concordia que es hoy prez y lema de su Ad­ministraci6n y que, Dios mediante, será la definitiva sal­vaci6n de la República, y ahora le ha permitido el placer de dar vuelo á los anhelos íntimos de su alma, y honrar amplia y generosamente la memoria de CAllARGO. por medio de Decretos que en épocas pasadas no habría podido expedir. Así pues, bien dicho está que Reyes, enalteciendo á CAMARGO, igual6 á Castelar con sus hermosas frases enco­miásticas ante el cadáver de Cánovas del Castillo, y á Sa­lisbury elogiando la memoria de Gladstone ante los Lores de Inglaterra. Son ejemplos de justicia ennoblecedora, que realza la grandeza de alma de quienes saben darlos. Todo en la vida del General CA1lIARGO fue grande, fue patri6tico, fue desinteresado. Hoy nos queda su re­cuerdo y su ejemplo para fortalecer nuestros pasos en este camino de aproximación entre los colombianos, que él dese6 tánto y que es el único que podemos recorrer en busca del progreso y de la prosperidad nacional. RAFAEL ESPI OSA GUZMÁN ~l Excmo. 0eneral l\,afael :R.e~es Hoy que la Patria arrepentida llora Su pasado de errores, y lozano Se alza en el valle, en la ciudad y el llano, E l árbol de la paz fecundadora. Con todas las riquezas que atesora, Le das un timbre de esplendor galano, Al porvenir del pueblo colombiano, Que aplaude tu cruzada redentora. Explorador, guerre;o, magi str~do, Triple diadema de bnllante glona, Para tu frente altiva has conquistado. Por eso, ya tu nombre está en la historia, Reclamando con brillo inmaculado, El mármol que eternice tu memoria. ANTONIO GNECCO CORONADO Riohacha, 24 de Octubre de 1907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ;,174 'BGGOTA J, 1 LVS1:RA DO En p6S del ensueñ6, J ~ . Ia tarde, la luz, irisada os convida á surcar el espacio, l Del poniente en el mar de topacio, De uha nube n la barca rosada. A esa barca saltemos aprisa I A ese copo de espuma, que vuela, El anhelo nos presta su vela, y su ,remo invisible la brisa. Miraremos la tumba del Día Desde un mar sin escollos ni oleaje, Contemplando el rosado paisaje, De una vaga, sutil. lejanía. Llegaremos allá, donde encierra La Verdad, el arcano profundo, Do no lleguen los ecos del mundo, y sea un astro lejano la Tierra. Al Dolor, le diremos que aguarde, y una tregua obtendremos de calma, Mientras va consagrando nuestra alma, La solemne quietud de la tarde .... Ya la barca tenemos al frente, Cierra un punto Jos ojos, y vamos, Que es preciso que juntos tendamos, De los ojos cerrados el puente 1 Oh ya estamos arriba, los remos in recuerdos ni llantos ni pena, Corten ya la corriente ser na, Y al país de los ueños boguemos. ¿ Ves en playas de nieve cubiertas, Mil fantasmas que finge la bruma? ¿ Un caimán con las fauc s abiertas, irisada ballena de e puma? Monasterios que invitan al ruego, Y una fila de monjes orando, Y una vela latina bogando, ntre islotes flotante de fuego; De neblinas fantásticos tules, De un incendio gigante, despojos, Mares negros y verdes y rojos, CieJ.os grises y blancos y azul s; una tropa de mil leviatanes, Y palmeras n vasto desierto, la iava del cráter abierto De una serie sin fin de volcanes '1 .... A Jorge Posada Muño.& ada temas, fantástico mundo, Ye as nubes de luz que lo han hecho, on las monjas piadosas que el lecho Han rodeado del sol moribundo; Y que el sol con su ceso las hiere, En su lecho de fuego y colores, Y les presta ~us mil respland ,xes La caricia del astro que muere! ' Oh 1 9ué dulce que vamos bogando, Se desliza la na ve Sin ruido. ¿ Oyes algo que llega á tu oído? on las almas que pasan cantando; Esas almas que fueron un día, De la carne también prisioneras, Y ya libres, celestes viajeras Tienen alas y amor y alegría. on el himno, sus diáfanas notas, Del que ha hallado el perdón y la calma on el canto triunfante del alma ' Que sus férreas cadenas ve rotas 1.." Qué distinto el poniente en la tierra; La silueta del vicio y del crimen, Muchos seres que claman y gimen, y una fila de tumbas que aterra I ¿ Un rojizo fulgor ves ahora? ¿ Oyes ese clamor que se escucha! ----Es la sangre del mundo que lucha) -Es la queja del mundo que llora r Al dolor le dijimos que aguarde, Y una tregua obtuvimos de calma, Dí, ¿ no sientes que ha ungido tu alma, La solemne quietud de la tarde? i me llora tu amor cuando muera, y te fijas en estos ponientes, La canción de las almas ausentes, Vuélve á oír, séca el llanto y espéra, Ya el sol se hunde, la tarde se muere, y las sombras la van sepultando, y hay un eco que pasa cantando y que dice al pasar, Miserere I y á la par que la espesa negrura, Del 01 borra los úl 'mos rastros, Nuestros sueños se truecan en astros, De la nocht! en la cámara oscura I •• I DIltGO URlBE • t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO DIAS GLORIOSOS • ,1 (,. IJ El Excmo. Sr. Pre~ideale de la República ¡;e dirige de la Catedral Primada al Palacio de San Carlos después del Te Deum , (Instantánea del joven Dio/ante de la Peña) ./ , Volvi6 á lucir alegre el sol en la mañana del 20 de J~lio de este año de 1907, y después de las salvas y las dIanas con que los soldados de la guarnici6n de Bogotá saludaron la aurora del glorioso día, que parecía ataviar­se COD sus mejores gdlas para adornar el altar del recuer­do en que la Patria honra á sus libertadores, continuaron los festetos acordados para rememorar sus hechos glorio­sos y aVIvar en el coraz6n del pueblo la deuda de grati­tud que debe guardar siempre por ellos. De par en par se abrieron para el público las puertas del Bosque del Cente­nario, que el día anterior sólo habían cado acceso al ele­mento oficial, y pronto inmenso gentío de damas y caba­lleros llen6 sus pintorescas avenidas y comenz6 á recorrer las v~riadas instalaciones de la Exposición Agrícola é In­dustrIal, cuyos detalles dimos en el número último ; des­pués, el movimiento de la multitud marc6 rumbo al Par­que del Centenario, en donde el Excmo. Sr. Presidente de la República inaugur6 en el templete de piedra há tántos años vacío, y en presencia del Ilmo. Sr. Herrera, Ar­zobispo Primado, de los Sres. Ministros del Despacho, del Cuerpo Diplomático y de muchas otras distinguidas per­sonalidades, el grupo de la Victoria coronando á la Liber­tad, obra del infatigable artista Ricardo Acebedo Bernal, que tántos y tan merecidos lauros tiene recogidos, así en el campo de la pintura como en el de la escultura. Después de medio día se cantó el Te Deum en la santa Iglesia Catedral; luég'o hubo recepción del Cuerpo Diplo­mático en el Palacio de San Carlos; en seguida desfile del Ejército, de la Plaza de Bolívar hacia sus cuarteles, y por último inauguración de la Escuela Militar y del Batallón de Infantería Modelo y de la Batería de Artillería Modelo, cuya organización se debe á la labor activa é incesante de los Sres. Capitanes de la Misi6n chilena, Arturo Ahumada y Diego Guillén, de quienes uno de los más importantes p'eri6dicos de Santiago se expres6 asf, cuando fueron de­signados para venir á Colombia : " Por sus conocidas aptitudes militares, así como por sus caballerescas y levantadas prendas personales, ambos­j6venes están llamados, indudablemente, á satisfacer las­múltiples exigencias de su delicada misión y, ante todo, á servir de sólido lazo de uni6n, afecto y correspondencia entre ambos países. El Capitán Ahumada cuenta con dieciocho años de servicios efectivos, sin interrupción; se ha distinguido como Oficial de infantería por su desarrollado y s6lido espíritu militar; trabajador, instruído, estudioso, reúne las condi­ciones todas del Oficial moderno; es sabido cómo aprove­ch6 su permanencia en las filas del Ejército alemán y cuál ha sido su situaci6n en el último período evolutivo de nues­tro Ejército. Tal es, á grandes rasgos, la personalidad que lleva á Colombia la representaci6n de nuestro Ejército y el ca­rácter de Jefe de la Misión. El Capitán Guillén, con doce años de continuos servi­cios, es un excelente Oficial de artillería y posee sólidos y especiales conocimientos de su arm", ; su vasta instrucción ha sido acreditada y fortalecida en el reciente curso de cuatro años de la Academia de Guerra; contraído al es­tudio y al trabajo, ha escrito una obra militar que mereci6 la aprobación gubernativa y que fue premiada con dos puntos de mérito. Ambos Oficiales han sido contratados por el Gobierno colombiano para organizar, dirigir y enseñar en la futura Escuela Militar de Bogotá, para crear y hacer cursos es­peciales de aplicación de Jefes y Oficiales, para fundar es­cuelas prácticas de sub-oficiales, y finalmente, para la ela­boración é implantación de los reglél'1Tlentos orgánicos d~ 1 Ejército, inclusive la organización del" alto comando," di­rección superior, Estado Mayor, etc. Por lo expuesto se ve que aguarda á la Misión un la .. bodoso é intenso cometido. Mas los Capitanes Ahumada y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO ·-(iuilJén llevan el más amplio espíritu y una resuelta dedi­caci6n al trabajo . Sus antecedentes, por otra parte, SC-'1 garantía de éxi­to y, por consiguiente, de que Chile y su Ejército serán dignamen te representados. Alienta esta confian za la perfecta certidumbre d .. que el Gobierno y pueblo col om biano.s dará n á la Misi6n todas las facilidades necesarias y dispensarán á nuestros Ofic ia­les una acogida fraternal, considerá ndolos como esfo rza­dos cooperad ores de la magna obra de progreso y e n- _grandecimiento en que e Un em¡Jeñados todos los buenos hijos d e C:olom bia." m 6n UlIoa, Luis C. Fe rnández, Germán Rojas, Víctor A. Cogollos, Ulises Nog-u e ra, Marco A. Pardo, Francisco Ca­macho, Carlos A. Torres, Roberto Coronado, Pablo E. Acosta, Aristides Fernández, Hernando de la Parra, Moi­sés Rocha, y Brigadie r Mayor Milcíades García (hoy Ca­pitán), según se ve n, de izquierda á derecha y descendien­do, en el grupo adjunto ; y en el centro del patio así como en los corredores altos, numerosa concurrencia de elegan­tes damas y cabalIeros. El Himno Nacional lIen6 los aire s con sus alegres notas, y de pi e los concurrentes, sombre ro e n mano, como acababan de oír la música marcial, oyeron al Sr. Presidente de la República, que declaró inaugurada ESCUELA MILITAR Lo apitanes uill én y Ahumada y lo Cadetes fundadores Bajo un solio I vdntaJ.; al efect\) ubre la amplia es­calera de piedra d el patio principal, ocupan puesto d e ho­nor el Sr. Presi d e nte de la República y el Ilmo. r. rzo­bispo Primado, junto co n los res. Ministros del D e pacho Ejecutivo ; formados al pi e, á lado y lado, los fundadores de la Escuela, res. Capitán Diego uill én, Capitin Arturo Ahumada, cadetes Tomá Concha, Eduardo F 16r Z U., Dolcey Casas, Aurelio renas, Agustín Mercado, L eopol­do Torrente, l'edro Rubian ,Lui F. Ru eda, Manuel Bri­g ard, Rafael F I6rez B ., usta vo 6 mez, Eduardo Ponce, Adelmo Ruiz, E duardo BonillO, ] rigadier níbal Angel (hoy Capitán), 1 rneSlo Cajiao, Enriqu e IIernánd ez, Da­ni el Argáez, Alfonso Escall6n, Jo é M. Manrique, Julio Cu adros Cald as, Gustavo Buendía, José E. Rojas, Mario Garcla V., Efraím Delgado, Ilernando Zawadzky, aúl Abello, Brigadier Efraím Rojas (hoy apitán), ub -B riga­dier Alfredo Laverd P. (hoy T~niente), Rafael Castello, Gabriel Garda ~., Alfredo Jaramillo, 1ed rico 1ranco, Guillermo Manrique Tcrán, Gabriel arda Z., Eduardo Garda Mojía, Tomás Pérez, Manuel A. breg6n, Rodulfo L eal, Joaquín Murillo, Roberto Perea, Carlos Villar, Ra- ( Folografia de Lin() Lara) la Escue la con esta sencilla y expresivas palabras, diri­gidas al Capitán Ahumada : « r. Director: E l prop6sito de l Gobierno, al fundar la Escuela Mili­tar, es que en ella se for men los oficiales d e nuestro Ejér­cito sob re principios suficiente mente s61idos para que ha­g an de él escuela de moralidad, de sobriedad, de fortaleza y de disciplina. E l Gobierno confía en que no d efraudaréis sus espe­ranza y que en adelante se citará al cadete colombiano como modelo del cumplido caballero, que ll eva por insig­nia la verdad, la franqu eza y la hidalguía. Hace pocos días, r. Director, que comenzasteis vues­tros trabajos preparatorios para esta instalaci6n, pero por lo que habéis hecho durante ellos, tanto vos como v uestro compañero 1 r. Capitán uill é n, en la ateda Modelo d e Arlillería, e l obierr o está satisfecho de vuestro traba­jo y tie ne confianza de que sabréis corresponder á la dis­tinci6n que el Gobierno de Chi le, amigo leal de Colombia, os hizo al escogeros para la mi si6n de que estáis encar­gados. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. HOGOTA ILU::)TRADO En este mismo día se instalará en Cartagena la Es­cuela Naval, dirigida también por un oficial de Marina chileno, y por los informes que el Gobierno ha recibido, espera poder decir respecto de aquel establecimiento lo mismo que acabo de deGir de la Escuela de cuya direc­ci6n estáis encargados en esta ciudad. Queda oficialmente instalada la Escuela de Cadetes." Entusiastas aplausos acogen el discurso del Sr. Presi­dente; los cadetes, previo permiso, lo saludan con hurras unánimes y cariñosos, y luégo el Sr. Capitán Ahumada, en su nombre y en el del Capitán Guill én, da las gracias al Sr. Presidente, y en bre:ves frases dice de sus labores y del empeño que uno y otro tienen por corresponder á la confianza de su Gobierno, que los design6 para venir á Colombia, y á la del nuéstro, que no ha ahorrarlo medio para facilitarles aquélla y dejarle satisfacer éste. Capitán Arturo Ahumada Las elocuentes ~rases de nu.estro primer Magistrado, que dejamos transcrItas; >: I.as sl~patfas que el país todo le tiene á la obra de la ,mlsl6n chIlEna, son muestras pal­pables de que en un todo se ~an .reali zado los deseos-: los augurios del colega santlagutnO, al cual enviamCJ amistoso apret6n de manos hoy que tenemos el gusto de hacer público nuestro aplauso á los Sres. Capitanes Ahu­mada y Guillén, honrando con sus retratos á BOGOTÁ ILUS­TRADO. De la Escuela Militar pas6 el Sr. Presidente, con la numerosa concurrencia que había presenciado con patri6- tico orgullo la visita á los cadetes, á inaugurar en los veci­nos cuarteles de San Agustín , tI Batall6n Modelo de In­fantería y la Batería de Artillería Modelo, en los cuales acababa de establecerse el servicio de rancho, en reem­plazo del sucio é inc6modo que desde tiempo inmemorial han prestado en nuestro Ejército las mujeres de los solda­dos, esas juanas abnegadas que en ca~paña son la bendi­ci6n de oficiales y tropa, pero que en tIempo de paz tántas molestias y zambras inmorales suelen ocasionar, y los ser­vicios modernos de instrucci6n y disciplina para el Ejérci­to, que permitirán en día no lejano decretar : 1 servicio militar obligatorio, y que por el momento le SIrvieron de base al Sr. General Reyes, atento siempre á fomentar el hien de los a sociados, para dictar su admirable Decreto de 22 de Julio siguiente, sobre supresi6n del reclutamientp y sistema de enganche para la tropa, que junto · con el de amnistía del dla 20, son páginas de gloria para nuestras libertades públicas y nuestros derechos políticos. De hoy más no habrá recl utas en Colombia y, como bien dijo uno de nuestros más apreciados colegas, "ya la choza del labriego no será atropellada el mejor día, para arrancar por la fuerza al hijo 6 al pad re, y atado brazo­con brazo, como el más peligroso de los malhechores, sa­carlo de allí entre las lágrimas y la desesperación de la madre, de la esposa y de los pequeñuelos. Ya no quedará de repente abandonada la estancia y sola la labran za, privadas del brazo que las hacia fructi_ ficar, y la miseria y el hambre no aparecerán como fan­tasmas pavorosos á las puertas de las cabañas entriste­cidas. Esas dol orosas esce na ~, ese rumor de gemidos han ncontrado al fin su término. El Gobierno, presidido por un hombre de coraz6n magnánimo y generoso y secundado por personas compe­netradas de esos sentimi" ntos. ha dictado el Decreto sobre enganche, que es un timbre de alto honor para los que 10 han ~rmado, una demostraci6n del progrl'so qu~ hace Co­lombia en el camino de la civilizaci6n, y la noticia que re­gocija el alma de los que gozan al saber que se ha reme­diado un mal y ha cesadu una iniquidad. Ese Decreto hará comprender á los hijos del pueblo,. á los presuntos reclutag, á los llamados dolorosamente "~arne ~e cañ6!1'." quiénes son sus verdaderos amigos, qUIénes, SIn acarICIar sus ofdos con frases mimosas y fa l­sas de sirenas, riensan en su suerte y buscan lamanera de ' ahorrarles sufrimientos y amarguras. Ello tiene que hacer ver al pueblo que es con la paz, con la absoluta tranquilidad del pafs con la que se pueden ir remediando los males inmensos que han aquejado á Co­lombia, porque es bajo su sombra protectora y benéfica donde los abusos se van corrigiendo, donde se impone el reconocimiento de los derechos del pueblo. En medio del combate los gritos de los heridos y los estertores de los moribundos se ahogan y se pierden entre el estruendo de los cañones y el fragor de la lucha ; es preciso que la calma haya llegado para olr la queja des­esperada y buscar el remedio de la herida y aliviar el do­lor y calmar la sed de los que sufren. Eso es 10 que sucede tamtién en las naciones, en me­dio de las guerras se ahogan los quejidos de aquellos á quienes sus derechos se ul trajan, las voces de los que la . fuerza bruta atropella; es preciso la paz, la absoluta paz" para que sus voces se hagan oír y sus males sean reme­diados. Capitán Dietro Guillén Prueba perentoria de ello e el mal del reclutamien­to, contra el cual e había clamado en todos los tonos, y que hoy al amparo de la paz y bajo el régimen de un buen Gobierno ha encontrado la soluci6n deseada." Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Q30@0TA ¡lilUSTRADO , \ , r • '/ rI " ',: r l ' \ .1 Batería de 'Artillería Modelo .~. ¡ Comedor de la tropa, presidido por el Capitán Campo Elía Duarle, los Tenientes Santos Rodríguez y Valeriano Cárdenas, y el Subteniente Mala"'ón Al entrar al cuartel de la Ba/eria Modelo sonó de nuevo el Himno Nacional, y los soldados, que estaban sen­tados á la mesa, se pusieron de pie para oírlo y saludar la entrada del Excelentísimo eñor Presidente, que junto con el Ilustrísimo Señor Arzobispo, recorrió cuadras y come­dores, examinándolo todo para cerciorar e de que sus ge­seos estaban cumplidos y prodigando á Oficiales y solda­dos esas frases amables y oportunas que le granjean la simpatía y el aplauso de cuantos las oyen, -¿ Mucha falta les ha hecho la chicha? le pregun tó al sargento segundo, ese mozo rle aspecto vivo é inteligen­te, que preside la mesa de nuestr.> fotograbado. - No, Excelentísimo eñor, le contestó éste, orgullo­samenle sorprendido, la panela y el agua os la reempla­zan bi n. El General tomó en su mano un pedazo de panela como )0 hiciera en el vivac de los campamentos, pensando seguramente que ese dulce popular ha de ser arma pode­rosa en la ct).mpaña iniciada en público por él en su opor_ tuna pregunta, contra la chicha, que mata el cuerpo y anonada 1 alma del pueblo colombiano. ( Fotografía de Darán) El decidido empeño del r. General Reyes, por su­primir el uso de la chicha en el Ejército, debemos consi­derarlo como muestra de u vol untad para combatir en to­das sus formas el alcoholismo n el país, y así conviene hacerlo constar, tanto para dar al Cé al' lo que es del Cé­sar, como para llevar voz de aliento á los particulares que luchan por establecer sociedades de temperancia en don­de son mayores los abusos del licor, y causa más lamenta­bles estragos, como que el aumento de la criminalidad corre pareja. con el uso inmoderado del alcohol, ya sea bajo la forma de chicha, ó ya bajo la de aguardiente de caña, que son las dos más deseadas por nuestro pueblo, y desgraciadamente más perjudiciales. Defender al soldado colombiano contra los peligros del chichismo y del alcoho­lismo, es obra buena que muchas bendiciones le valdrá en )0 futuro al patriota Presidente que la ha iniciado, y que, de ello estamos seguros, abrá llevarla á término feliz, pa­ra lo cual, á más de obligar el uso de la panela, en reemplazo del de la chicha, ha querido que se le dé al sol­dado un vaso de buena cerveza en cada comida, á fin de que en ningún caso pueda lamentar la a usencia de la in­dígena bebida, que tantos males le causa. , ] , ) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA I ILUSTRAD(j) Del cuartel de la Baltria Modelo pasó la llumerosa concurrencia al del Batallól: Modelo, en donde, después de su regreso de la Plaza de Bolfvar, los soldados de dos de sus compañías comían en esos momentos, servidos todavía por ·el viejo sistema, y pudo admirar las ventajas de los que acababa de ver en sus mesas, comiendo como caballeros, sobre los que lo hacían en cuclillas en un r incón del gran patio de manio bras, sin aseo ni comodidad a lg una. Bien haya el eñor Presidente de la República que tánto se preocupa por mejorar la condición del sol­dado, y bien hayan el caballeroso Coronel Re­yes Luna y los veteranos Oficiales que comen­zaron la reorganización cientffica del Batallón !vlode!(l, y cuyos retratos nos complacemo en publicar, enviándoles, así como al personal di­rectivo de la Batería, con el Capitán Guillén á su cabeza, nuestra voz de aliento y nuestro aplauso. Los Jefes y Oficiales del Batallón de In­fantería rodelo, el día de la visita presidencial, eran los siguientes: General Reyes Luna, primer Jefe (1), Co­ronel Gómez, segundo Jefe (2), Coronel Pini­llos, yudante Mayor (3), Capitán Ospina (4), Capitán QUIñones (S), Capitán Acosta (6), Ca­pitán Bernal (7), Teniente Ayudante Manuel Garzón (8), T eniente A. Valderrama (9), Te­niente Luis Velasco (!O), Teniente' Francisco Guinán (11), Teniente P. López (12), Subte­niente Abanderado, Joro-e Mercado (13), Sub­teniente r epomuceno Triviño (14), Subtenien­te Peregrino Sarria (lS), Subteniente Alejan­dro Pescador (16), Subteniente Tulio E. Oso-l. ~I~ I I 11 I I! 11 X BATALL6N DE INFANTERÍA MODELO La tropa se retira des pué - de la revista. En primer término, el Capitán Acosla (Instantánea del Sr. Jacinto Luna) x I 1I II X rio (.17), Subteniente Joa ufn Albán (18), jóvenes todos, y todos llenos de brío y de entusiasmo, que seguramente secundarán la difícil obra que se les ha encomendado, con inteligente voluntad y constante disciplina. Batallón de Infantería Modelo ~ I ? Jefes y Oficiales que pre idieron su reorganización ( Fotografía de Lino Laral Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. r80 B'0GOTAl ; ULU511RAOO * • .- Poco más de tres meses han transcurrido-solamente, y ya el día 24 de Octubre pa~ado, cuando los amigos y admiradores del Sr. Gene- MISION 'CHILENA ral Reyes quisieron signifi­carle su adhesi6n y su sim­patía en el día de su ono­mástico, hicieron acto de presencia en honor del Ex­celentísimo Sr. Presidente de la República las tres en­tidades militares inaugura­das el 20 de Julio anterior, y dispusieron en el gran patio de maniobras de los Cadetes u n a revista de ejercicios, de la cual presen­tamos alg-unas vistas que dan gráfica idea de eilos y muestran de bulto los pro­gresos alcanzados bajo la direcci6n de la Misión chi­lena, ¡::or los artilleros de la Batería Modelo, los solda­dos del Batall6n de Infante­ría Modelo y los Cadetes de la Escuela Militar, y ha­cen ver así la disposición natural de nuestros Oficia­les, Cadetes y tropa para Los Capitanes Ahumada y Guillén esperando al Sr. Presidente. En segundo término el Sr. Subsecrelario de Guerra" D. Clímaco Losada adaptarse pronto y fácil-mente á las exigencias de la nueva enseñanza militar, práctica y científica, como la habilidad y el acierto con que los Capitanes Ahumada y Guillén han sabido transmi­t irles sus especiales conocimientos en la materia. (In sta ntánea del Sr. Pedro C. Manrique) l En el gran patio de maniobras de la Escuela, limita. do al oriente por la galería de cristales de las casas de habitaci6n de los Sres. Capitanes, como se ve en algunas de nuestras vistas, dispusieron éstos, elegante estrado en .... El Excmo. SI'. P l'csid enle presencio los ejercicio militor (Fotograf la de Lil/o La,.a) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B0GOTAl U:.USTRAD~ -el costado sur para el Sr. Presidente, su dis' tinguida familia y a l­gunos de los Sres. Mi­nistros del Despacho, y á sus lados, así como en el costado oriental, va­rias fil as de asientos para los invitados par­ticulares, entre los cua­les lucieron hermosas damas de nuestra sacie. dad elegante. Poco á poco el pú­blico fue llenando el local, y á la hora indi­cada en la invitación, cuando los Sres. Capi. tanes sólo esperaban la llegada del Jefe de la Nación para dar princi­pio ;i los trabajos, sonó I a música militar y entró el Sr. General Re. yes, acompañado por su hermana la Sra. Re. Grupo de soldados del Batallón Modelo mostrando cargas individuales de á tres en tres yes de Cárdenas y su hija la Sra. Reyes de Valenzuela (D. Ulpia. no). En el estrado ]0 acompañaron, además, como 1 o muestra el grabado, el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores, Ge­neral D. Alfredo Vásquez Coba, á la izquierda, con la Sra. de Valenzuela, y el Ilmo. Sr. Arzobispo, junto al Sr. Presidente, y luégo, el Ilmo. Sr. Maldonado, Obispo de Tunja, la Sra. de Cárdenas y el Sr. Canónigo Dr. Aquili. no Niño; detrás, algunos otros de los Sres. Ministros del Despacho y la Dirección de la Escuela, yal pie, junto con distinguidos ~iembros del Clero, entre los cuales figuraba el Sr. Canónigo Manuel María Camargo, el Sr. Director del Museo Nacional, D. Rafael Espinosa Escallón, el ex­Presidente de la República, Sr. Marroquín, D. Rafael Re­yes Angula y D. Daniel Holguín, y en segundo término, á la izquierda, el Mayor Faustino Pomar, Edecán de la Pre. sidencia, que estaba de servicio el nefando 10 de Febre(o y supo dar ejemplo de serenidad y de valor en el cumpli. miento de su deber. (Instantánea del Sr. P. C. Manrique) Dio el Sr. Presidente su venia para ello, y la revista comenzó con la presentación de los Cadetes, de la Baterí~ Modelo y de una Compañía del B:l.talIón Modelo. Los sol. dados de este Batallón mostraron primero los ejercicios reglamentarios del sistema progresivo empleado en la en­señanza individual del soldado, y luégo los de gimnasia militar, con armas y sin p.lIas. que sirven para el desarro­llo del cuerpo y para disciplinar los músculos en general, de los cuales damos una muestra en el ejercicio de carga!> individuales en grupos de á tres en tres. Daba gusto ver á nuestros soldados, orgullosos con la elegancia de su trabajo, obedecer puntuales las rígidas exi. gencias de la técnica mod erna, y ya marchar de frente como un solo hombre, ó arrodillarse y acostarse en movi­miento un ísono, preparando sus armas en estas forzadas posiciones, de la misma ffi ,lOera que si lo hicieran de pie. ~=:::::====:::;::~~=:::::::::::=;¡-¿::::::::::~:::::=::::::==~ La Batería Modelo presentó \1 Batería Modelo. Preparación para dispara!' contn obj etos pequeños. (Instantánea Uel Sr. P . r.. Afa nriqlle) ejercicios preparatorios y gimna. sia sin armas para la disciplina del cuerpo y ejercicios regla­mentarios correspondientes á la preparación del artille ro en el manejo de la pieza aislada y en conjunto con las demás piezas de la batería, incluso ejercicios de puntería contra objetos peque­ños de combate, de los cuales da. mas una vista, y cambios de pro. yectil y de alza. En estos trabajos de artille­ría, seguramente los más difíciles que le incumben al soldado, pudo verse mejor que en ningún otro~ los rápid05 adelantos que ha h echo nuestro Ejército en los pocos me· ses que lleva de enseñanza por los métodos modernos. La precisión para armar y desarmar cada pie. za y la rapidez para conducirla prepararla hasta tenerla lista pa{ el ataque, son cosas que s6lo se adquieren con práctica incesante é inteligente. Bien por los artilleros Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 18-2 rBOGOTA ILUSllRADO Los Cadetes exhibie­ron los ejercicios moder­nos para la simplifica~ ció n de los reglamentos, tanto en el orden cerra­do como en sus princi­pios fundamentales para el combate en tiradores; luégo, ejercicios prepa­ratorios para desarrollar el cuerpo sin necesidad de aparatos, que son la base de la educación fí­sica del soldado, y por último, cambiado su uni­forme militar por vesti­dos de trabajo, que per­miten mayor libertad en el movimiento, como se ve en nuestro fotograba­do, ejercicios muscula­res con armas y sin ellas, que sirven para discipli­nar el cuerpo, y ejerci­cios de sartos en apa- Grupo de Cadetes li stos para mostrar ejercic ios musculares (Instantánea del Sr. P. C. Manrlque) ratos. Para los que aprencií mo s en E uropa á apreciar en lo mucho que vale la educació n física del hombr e, siquiera 00 falten quenes la hall en innecesaria, si es que no rid íc ula, el trabajo de los Cadetes en estos eje rcicios nos satisfiz'l plenamente y nos dio la esperanza, la seguridad puede de­cirse, de que en dfa no leja no sigan todos los colegios el ejemplo de la Esc ue la Militar, y sean más vigorosas y más fuertes nuestras futuras generaciones. Después, la sección de Cadetes del curso militar hizo ejercicios de la esgrima de sable, florete y espada, ense­ñada por el Profesor idoux, que se ve presidiéndolos en la vista respectiva , y ejercicios d e esgrima de bayoneta, con los cuales se terminó la revista organizada en honor del Sr. Presidente de la R epública, alcanzando justos y merecidos aplausos d e cuantos la presenciamos, para los Oficiiales, Cadetes y soldados que tomaron parte en ella. Noble y digno del hombre el ejercicio de la esgrima, que por mom entos recuerda los paladines d e los torneos y de las luchas me dioevales, y que siempre levanta y vi go­riza el carácter de las sociedades que lo tienen en uso, no sólo como agradable ejerc icio, sino como medio de dirimir cuestiones de honor, que en algunas creen que la sangre lava ó siquiera les pone sello de nobleza y valen-tía . Bien, pues, muy bien por los Cadetes que de hoy más­no sólo tendrán su espada al servicio de la Patria, sino que ni la sacarán sin razón ni la guardarán sin honor cuando~ de ella requieran sus necesidades e n la vida. Al consagrar nosotros este úmero de BOGOTÁ lLUSTRA.IXr á la institución militar, representada en sus nuevos elemen­tos, sólo queremos seguir el ejemplo de Roger de Beauvoir en su famoso Anuario militar francés, monumento levantado en honor del Ejército de su país, y llevar á las nuevas gene­raciones lecciones cívicas que formen almas heroicas para !a Patria, que tanto necesita de ellas. Pueden faltarnos, y­en realidad nos faltan, los elementos modernos de la gue­rra ; pero más que ellos, lo que necesitamos incesantemen ' te es el orgullo de un numbre invencible, como lo fue el nuéstro en el pasado siglo, con los legendarios triunfos del Ejército colombiano en todo Suramérica; la emulación ­de las virtudes guerreras, como base positiva de patriotIS­mo, y el anhelo de lucir el valor de Ayacucho, cuando el caso llegue de empuñar las armas ; que oigamos decir á todo colombiano: he sido y soy soldado, y lo veamos mar­char á la defensa del territorio, si ella se impone, con paso ­alegre, como si el batallón fuera su familia y no tuviera más ideal que el del tricolor nacional, hasta el heroísmo y hasta el sacrificio ; que nuestras ­fronteras oigan, cuando sea nece­sario, el eco victorioso de la mági­ca frase de Córdoba, y en ellas cumplamos nuestro deber de co­lombianos á paso de vencedores ; y que mientras tan o, vibre ese eco en la boca de todo maestro de escuela, en los discursos de nuestros legisladores, y hasta en las oraciones de nu estra muj e res y de nue tras niñ os. Gl'llpO dc rodctes (Cll1'SO Militnr) en CS('lIcla dc s ¡'imll d suhl ( {l/ sIal/trineo dI'! 1', P . C. iJlalll'uIlle) E te amor á la banderd, que e l Ejército g uarda como emblema de la Patria, es la mejor, es la sola garantía de nuestra indepen­dencia nacional ' ex altémoslo de cuanto modos sea posible, para que ésta perdure de hoy má s en' tre nosotros. o olvidemos que con sangre e formó nuestro país, y que debe mo s aprender á derra­marla, como la instit ución mil itar enseña, para poder conservarlo digno, respetable y respetado. De aquí nuestro ent usiasmo por la Es- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO ------------------------------------------ cuela :\1ilitar, y por la Balería de Ar­Jil/ ería y el Balallón de Infanle1 ía Mo­delos. l-'ara después de los ejercicios del curso militar. el programa anunciaba asaltos de esgrima entre algunos ca­balleros aficionados á ese noble sporl, y con grata sorpresa vimos presentarse en la arena, vestido con el traje de rigor para el caso, al Sr. D. Ulpiano A. de Valenzuela, quien al cruzar ace­ros con el Profesor idoux y sostener el campo honrosamente, tuvo la ama­bilidad de dar á los Cadetes una lección práctica de lo que vale la educación moderna y del aprecio que tienen las gentes cultas por cuanto tiende al des­arrollo muscular y á la mayor fortale­za del individuo, haciéndolo tanto más apto para la lucha por la vida, cuanto más se aleje de tontos afeminamientos y delicadezas de forma que al hombre le sientan mal. Vayan pa.ra el Sr. de Valenzuela nuestro aplauso y nuestras felicitaciones muy sinceras. Asalto de esgrima entre el Sr. D. U1piano A. d~ Valenzuela y el Profesor Sidoux (Instantánea del Sr_ Pedro C. Manrique) Terminados, así estos variados ejercicios, que dejaron satisfechos los patrióticos anhelos de cuantos tuvimos oca­sión de presenciarlos, el Sr. Presidente recorri6 las distin­tas dependencias de la Escuela, ya casi todas arregladas para el mejor ~ervicio de los Cadetes, y se despidi6 de ellos á los acordes dc:l Himno Nacional,' cantado en coro­por cuantos habían tomado parte en la revista, sincera_ mente emocionado por la fiesta de progreso organizada en su honor, y que tanto bien dice de la labor presidencial en pro del Ejército Nacional. REG ~L 8xceLentíóimo atfa por ellos y por sus deudos, á Id SRA. MERCKOF.S IZQUIFr.~DO DE MURILLO, noble matrona que vivía en. Sog~ m<:>so vI?a de abgnegación y de bvndad, y que alll mIsmo nndló.s.u ul­tima jornada, dejando en el corazón de cuantos la qUIsimos hondo vacío, imposible de colmar, que el recuer~o de s~s virtudes perfuma hoy; á la madre de nuestro quendo aml­. go el poe.ta Ismael López, qu.e murió en Buga después de largos años de lucha sobre la tle r~a ; al Sr. Dr. LINO R,ulZ, periodista acerado y brioso polemIsta, que allá por el último tercio del pasado siglo culm inó en los debates de nustra prensa como luc hador infatigable, y que despué~ de pre~­tarJe al país valiosos serviciJs en importantes.p.uestos públ~­cos ha muerto como Presidente de la ComisIón de Suml . nistros . á la ra. DOLORES HURTADO DE MONTESUMA, hija del Genera'l Ezequiel Hurtado, ex-Presi den ~e ?e la República, que murió en Pasto colmada de mereCimIentos; al Sr. D. LEJANDRO CÓRDOBA, abogado muy distinguido, hijo del va­leroso Coronel Salvador Córdoba y sobrino del héroe de Ayacucho; ¡:d Sr. D. GUILLERMO KIRKPATRICK, notable y bon­dadoso extranj ero, q ue hizo de la nuéstra su segunda ~a­tria' al Sr. D ENRIQUE SANCLEMENTR, varón fu erte y vlr­tuos~ educado en el diamantino crisol de su inolvidable padr~, el ex-Presidente már tir, Dr .. Sanclemente; á la Srit<.. EmlA GAVIRIA RESTREPO, flor de Virtud que la muerte arrebató en la primavera de su existencia, y á los amig03 cuyos retrato!' publicamos en esta página. T ambién col o­camos nuestra humilde siempreviva en las tumbas del SR. EltlESIO DELGADO, honra y pre" del gremio de tipográfos bo­gotanos y del SR. RICARDO OTO K, el Guerrita colombiano, que con'tra el querer de los suyos y guiado sólo por su in­dómito valor y su afición incontenibles, vistió el traje de lu­ces, que dicen los aficionados á la bárbara lidia, y en los últimos tiempos deleitó nuestro público con sus proezas en el redondel de San Diego, y á OCTAVIO GAlTÁN,factó­tum, amable y bondadoso durante mue hos años, de las la­bores menudas en el Gobierno Municipal. @ I @ @ @ t n. Luis Pri ,to Solano En la ciudad de anta Rosa de Viterbo, cuna de tán­tos y tan distinguidos varones, honra y prez de la Repú­blica en muchos y variados campos de la actividad huma­na, nació esle distinguido amigo, cuya reciente desapa­rición ha. sido generalmente sentida por t:uantos tuvimos ocasión de conocerlo y de apreciar la bondad de su carác- Humilde en sus quereres y ambiciones, LUIS PRIETO vivió siempre la vida apacible de los campos, regando la tierra con el sudor de su frente como la habían regado sus mayor-:s, menos po¡- espíritu de lucro que para su propia satisfacción y su emoeleso, y pegado á ella como la hiedra al olmo, lo sorprendió el viaje eterno, amándola en la fe­liz comarca que le diera el sér y ayudando á cubrirla de caminos para facilitar su explotación acertada y su progre­so. gricultor sie mpre, ya á las orillas del Funza ó ya en los valles de Sugamuxi, salvo cuando en épocas de guerra dejaba el arado para empuñar las armas en defensa de sus ideales, vivió en la fortaleza de la madre tierra, y como ella fue bueno, fue noble, fue sencillo, y así de seguro lo ha recibido en su seno, y amorosa guardará .Y ligera sus despojos. ' t D Roberto de la Torre l\Iuñoz Muy joven lo arrebató la muerte, siempre implacable y cruel, cuando tan sólo llevaba un cuarto de siglo sobre la tierra, y si por la edad podía contár ele entre los favo­recidos de los dioses para llamarlos pronto á su lado, por la seriedad de su juicio, por su instrucción y por su entu~ iasmo para el trabajo, parecía como si hubiera vivido do­ble tiempo del que vivi6 y ocultara la nieve de los añ s bajo sus cabello negros como la pluma del cuervo. Fueron de ensueño eso pocos año de existencia, con­sagrados cariñosamente al culto de la familia y del amor; del hogar pre ente que le diera calor desde la cuna al Iado de sus bondadosos padres y del hogar futuro en donde la mujer amada fuera r eina y señora de su corazón. Para servir á uno y á otro de e to nobles ideales, consagró al diario trabajo todas sus fuerza y todas las palpitaciones de su sér, y en la brecha, cuando apenas se enjugaba hoy el sudor de la frente que mañana volvería á santificar su labor, lo detuvo un momento la eterna segadora, y al oído le dijo de la inutilidad de su esfuerzo y del triste vacío de su vida. Luchó todavía algún tiempo con u suerte, ha- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. (IJQ.fiPTA. ILUSTRApO '185 (, ciendo cuant,Q Janciencia indicaba· para re~,\Jperar la salud; perp·todo fl,le ,en Vlano y pronto el secre;to ¡1 fa.tal se reali~ó, dejando sumidos $I:IS castos amores en duelo)de desolación y de lágrimas. Quiera, Dios dar á la. familia de ROBERTO, con el recuerdo .del ausente querido, el lenitivo cristiano de la resignación. 1 ~ I t D. Luis María Pardo Varón justo y alento á obedecer puntual y riguroso los dictados de sus creencias religiosas, fue siempre tipo acabado del hombre fuerte y abnegado sobre la tierra, que repartió su existencia entre los deberes y las frui. ciones del hogar, al cual consagró todas las horas blancas de sus días y de sus noches, y los deberes y las satisfaccio­nes del trabajo, que ennoblece siempre, siquiera fatigue con su exceso en ocasiones. La sociedad bogotana lo v;o año tras año atendiendo con esmero su casa de co:nercio, en la cual puede decirse que se crió cuando su señor padre la dirigía, y atendiendo de igual modo á la educación cris­tiana de su numerosa familia, en la cual sembró con sus obras el ejemplo del padre amante y del esposo modelo. Católico muy sincero y muy creyente, consagró sus ideales al culto de la Virgen Inmaculada, y, fuera ó nó ro­bado á sus diarios quehaceres, nunca le fa ltó tiempo para trabajar por la construcción de la Basílica de Chapinero, cuyas cuentas llevó siempre con cuidado cariñoso y exqui­sita pulcritud. Hoy que la muerte paralizó la mano con que semana por semana enviaba á los periódicos el extracto de su cuenta, todas las partidas de ella pesarán con empe­ño en el platillo de sus obras buenas, y le harán al Sr. PARDO amplio el camino de las merecidas recompensas. R EG --_ ........ --- fes hembres de acci ón Mr. Makinson Sanders Con gusto ofrecemos hoy á nuestros lectores el retrato del Sr. D. Thomas Makinson Sanders, distin­guido ingeniero inglés, que tiene á su cargo, como Director residente en Colombia, las empresas de the Cartagena (Colombia) Railway C<.?, Ud; the Magda­lena River Steamboat C<.?, Ltd; the Cartagena Water­works C<.?, Ltd; the Girardot Steamboat C<.?, Ltd; tbe Colombian National Railway C<.?, Ltd ; the Rail'."ay Concessions & Contract C<.?, Ltd ; the C. W. Syndlca­te, Ltd; y the Bogota Thelephone C<.?, Ltd. El Sr. Sanders nació en Londres en el año de 1865, y allí hizo' sus primeros ~stu dios de mate,ll)áti­cas, por las cuales mostró entusiasta afición desde su primera edad; luégo pasó á Ja Repúblira Argentina á prac.ti?ar su profesión de in.geniero en el gran ferro­carrIl (lel Sur, de Buenos Aires, y después trabajó su­cesivamente en las empresas de the Buenos Aires Great Southern Railway Compan)', Ltd; the Sao Pau­lo (Brasil) Railwa'y Company, Ltd; the Great Sou­thern of Santa Fe & Cordoba Railway Company, Ltd; the Central Argentine Railway Company, Ltd; the Leopoldina Railway Company, Ltd; the llarranquilJa Railway &: Pier Company, Ltd; y the Peruvian Cor­poration (Cenlral Railway of Perú), poniendo en to­das ellas su actividad, su inteligencia y sus conoci­mientos especiales al servicio del progreso universal, sin que tan intenso y variado trabajo fuera obstáculo para continuar en todo clima sus estudios técnicos profesionales y refrendar en la República Argentina­y en los Estados Unidos del Brasil su grado de in­geniero obtenido en Inglaterra. El Sr. Sanders es uno de los ingenieros ingleses que mejor conoce los trabajos ferrocarrileros de la· América Latina, como que además de las empresas en que ha trabajado y que dejamos nombradas, ha hecho viaje de estudios á Méjico) á Cuba, al Ecuador, á Bo­livia y á Centroamérica, en misiones especiales de importantes Directorios ferrocarrileros. Actualmente trabaja con especial empeño en la conclusión del ferrocarril de Gírardot, y á ocuparse en la realización de esta magna obra ha seguido para Londres, en don- D. Thomas Makinson Sanders de dará cuenta á sus poderdantes de los numerosos trabajos que le tienen e.ncomendado. Le.de~eamos viaje feliz completo éXIto en sus negocIa clOnes y pront::> regreso á Colombia. ~ Federico Rivas Frade Cumplimos deber de cariño y de justicia ~l enviar á este querido amigo nuestro saludo de despedIda, ahora que nos abandona para ir á desempeñar el Consulado de Colombia en San Cristóbal, Venezuela. Rivas es bogotano; hizo todos sus estudios en esta ciudad del Aguila Negra, hasta coronarlos con el título de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 186 BOGOTA ILUSfRAD, TKNJ7;\OS el prop6sito de publicar sobre la Escuela Naval de Cartagena algo semejante á lo (lue publicamos hoy de la Mil itar, y con este objeto rogamos al Capitin Asmunss n~ el envío de las vist'\s q'Je es prvblble tenga de 5U barco- eSCUf la, y de los adelantos de sus alumnos en las maniobras na vales. Junto con nuestra sú;>lica, envia­mos al inteligente Capitán nuestras felicitaciones por la ener!;ía con que sabe poner coto á las faltas de disciplina. de S'JS ~ ubordinados. , NUPCIAL-Nuestro queri lo amigo y di Li'ZIJido cola. borador Jnier Aco. ta, cuyo nombre es ya ventaj lsumen­t~ con): í J) en 1'\ repúb'ic'\ de las letras, uní) s J suerte el domingo 2'¡' de Noviembre, en la basflica de Cha!Jinero,. á la de la encantadora Srita. Lucila FI6rez U ib"'. Desea­mos para el nuevo hogar la más cumplida fdicidad. D. JULIO H. PALACIO, tan elegante gm/lemalJ como bri­I\ ante escritor y buen amigo, ofreció un suntuo>o banquete de bienvenida al Sr, General Urib~ Uribe, de quien fue Secretario en la Conferencia Panamericana de Riojaneiro, mereciénr:lo'e ex:¡uisitas atenciones durante el corto tiem­po que -permaneci6 á su lado en el desempeñ) de la Se. cretaría. ADVERTEXCIA Con este nümero, que se repartirA. á los sus · criptores de la anterior, comienza l~ tercera se­rie de BOGOTÁ ILUSTRADO, pero el que no quiera continuar favoreciéndonos con su suscripción . no tiene sino que devolverlo á la Agencia Generar. calle 16, nümero 100 A, en la acera. norte del Parque de Santander. Nadie está obligado á su:; cribirse á todo periódico que se le envía, p~ro ~Í titne el deber, por trivial honradez, de devvl· verlo á quien ha tenido la amabilidad de en­viárselo. Crean ustedes que nuestra empres.l, á pesar­del apoyo que generosamente le prestl el GO'­biern0, es ante todo patriótica, y que sólo p")dre~ mos darle vida propia si logramos colocar en eí país mil suscripcicne~, oportunament': pag;¡da~~ Ojalá lo consigamos, más para honra de Colom­bia que para nllestra propia honra, ya que nos­otros ni la damos de literatos nj fincamos en BOGOTÁ ILUSTRADO vanidades de periodista que jamás hemos tenido. Los recibos por la nueva serie se presenta­rán con d próximo nú '11er0. @~ W-ii ~ ~ ~ ~W~ el periódico de mayol' circulB ción en el pat~1' cuen tu yá con imprenta propia, y así poJd ir más fácilmente á todas partes, por sólo un centavo en oro cada número. Próximamente­tendrá también servicio propio de cable~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOT A. ILUSTRADO - - -- -- So Eminencia el Cardenal Merry del Val, Secretario de E Lado de Su Santidad Pío X, despachando en la Máquina Ilammod la corre!!pontlencia " iplomática del Vo.!icano.-Agenlcs de dicha Máquina, Camucho I\oldán y Tamnyo, llogotá, calle 13, núrue. o 178. I CA -1 DE ZIPACON Este carbón es el mejor de la Sabana; con su uso se obtiene una economía del 25 al 30 por 100 sobre cualquier otro, Desarrolla gran cantidad de calor en poco tiempo; al quemarse no deja laja ú otras sustancias incombustibles, sino apenas una ceniza fin&; no contiene, como los demás carbones, grandes cantidades de azufre y, por consiguiente, no ataca las parrillas ni destruye las máquinas. Dit'íjanse lo pedidos á BAVARIA • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 11

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 12

Por: | Fecha: 12/01/1908

1 I { )~;t~/ REPUBLICA DE COLOMBIA lB ~ o{ ~;:;, /o~¿¿j ~mmmmmmmmmrnm~wrnmmmmmmmmmrummmmmm~ Mis padres, ~~~i~~~;a~?aldi; Garibaldi, l. por Ed"ardo Lockroy; E lmuodo Cervant~s, por Reg; Ottu Drinker, por Edmundo Cervantes; El Dr. R M. Carrasquilla, por Luis María Mora; Francisco J Fernández, por R~g; De lejus I poeslal, por F Rivas FraJe; Anivcrs.no (poe,ia), por VIC· ~ tor M Londono; c.n La Unión (poesta), por Ed· El mundo Cervanle'; En aquel tiempo ,. (poesía), E! por Ismael L"p~z; Suello Illanco (poesía), por i Eduardo Castillo; Panteón; En el b1lsque (poc. sIal, por Guillermo ¡:'os ,tia; G.deTÍa Dip omálica" por RI!I{; Cafétale.; en Columbia, por Gabriel Dr. IIz \Y ; An, nuevo, bailes, teatros, bailarinas, too ro·, ttc. etc. Ilustraciones: Garibaldi, Fdmundo Cer~'an. tes, Ur Raf",1 Mar a C.lTrasquilla, Francisco J. F~rnqndcz. Viclor 111 L 'ndoño, Ismael López, t D. ~ Enrique Sancl~ment ·, General t.lalee'id no Var, ~ gAS, l>r Juon E Manrique, General Rafael Uribe I Uribe, Deshierba del c,fetal, Cusech _ del caf!!, Casa de la Hacienda, [diticil de las maquinas, etc. ~WWW~tm!ml¡¡¡WIIIWUW!!lIWW~ Bogotá, Enero 1.0 ,. f ( J30GOTA /;" - i . / i :' ~/ ; ~/ i .y 5erie ~~rrrrttttttttttrrrrttntttttt~ttttrrrrttttttrrttrr~tttt~~ l · CONDICIONES .~ Númerosuelto ...... _ ........... _ .. $ 20 e Id. en IMpelextr¡¡fino._ ... _: .. .. _ 50 E Soscl'i ') ión á la serie de 5 números ... 100 1,.13 Aviso ', p ~ OEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAUEREI G m, b. H. ~ ~ El Gerente, LEO SIEGFRIED XOPP I ' ~ ~ iI DD~~~U~U~ggg~ggDOg~~DDDOS Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Serie 111 REPUBLICA DE COLOMBIA Número 12 ~~ Bogotá Ilustrado ~----.. ~.~.~.~ .... ~, .. ~-----~ .~~ .Jf G'V'Íembre de 1901 5lJi'tecto't y 8bedacto '{., abafaeL l nidad; idioma en que todas las palabras, sin ra ces, afines, ni derivados, tienen la significación exacta, de ma­nera que se habla á las plantas ó á las piedras y entien?en, se llama al bruto y re ponde y con el cual e comu~lcan los espíritus. i Fléchier, Bourdaloue. Dossuet y Ma slllon, qu~ apenas estaban ,iz mente Dú, hubieran ido de e a po­ca, cómo se le. habría hecho la boca agua por aprender­se aquel discurso para salir á repetirlo por esos púl(Jitos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOT A ILUSTRADO 191 Capaces hubieran sido de pedir permiso para bajar á la tierra á traducir, aunque imperfectamente, {, lenguas vul­gares la Divina palabra. Como se sabe, los franceses son las gentes más vanidosas. Abogados de estos de nuestros días no se usaban; los pocos procuradores y escribanos que merced á la intriga habían logrado deslizarse en el Paraíso estaban aterrados. De acuerdo con las nuevas teorías ya no se podía ci­tar el artículo tál para condenar al pobre que se robó una gallina, ni con el Código en la mano declarar yacente la herencia dd rico que dejó sobrinos ó parientes colaterales, ni se formadan aquellos expedientes de artística maraña con que se prolonga un pleito por años y años pára delicia de los curiales: la profesión quedaba perdida. El Padre Eterno, que lee los pensamientos de los San­tos como los de los hombres, cayó en la cuenta, á propósi­to de abogados, de que Otto no había tenido ninguno ese día; y dirigiéndose á San Gregorio, á la sazón encar­gado d el Gobierno interior del Cielo, le preguntó: -Nu habrá entre los Santos alguno que se interese por ese Drinker ? -No, Señor, contestó San Gregorio, hasta ahora no ha ll egado á mi Despacho memorial, ni petición, ni cosa que se le parezca, en relación con ese prójimo. -Con perdón de Su Santidad, dijo San Rafael, me­tiendo su cuchara, vengo de la tierra y al pasar por la Selva Negra oí los lamentos de Drinker, y como estaba perdido del camino, qui e hacer algo por él porque creí que estaba en mis atribuciones socorrerlo; mas por des­gracia no es de los que me están encomendados. -¿ y por qué no pasó usted al Despachoá darme aviso inmedia tamente? preguntó San Gregorio. -Santo Padre, respondió el Arcángel, porque este hombre no se halla en artículo de muerte, ni creo que en caso tal merezca los honores de la recepción! -No importa, usted ha debido ponerlo en mi conoci­miento; usted entra en el Cielo como Pedro por su casa, sin tener en cuenta que en mi calidad de J efe de la suprema Policía debo estar informad0 de todo lo que sucede para á mi turno poder dar las noticias que se me pidan. -Yo no estoy á las órdenes del Despacho de Gobier­no, dijo el Arcángel amoscado, mi misi ón es protf'ger á los viajeros, y a (, sólo debo dar cuenta del resultado de mis comisiones por conducto del Ministerio de Relaciones Jix teriores. Es de advertir que el Arcángel hacía días estaba de mala guisa con San Gregorio porque éste no había queri­do hacerle Caballero de su Orden, la cual se acababa de instituír en el Cielo, y tánto se había de vulgari mr des­pués, que hubieron de mandarla á la tierra en tiempo de • Gregorio XVI. San Pablo, por el contrario, JI'! había con­cedido la Gran Cruz de la Orden Militar de San Miguel. Viendo el Señor que las cosas se agriaban entre su Ministro y San Rafael, intervino: -Tenga paciencia el Sr. Arcángel, dijo, que á San Gregorio no hay que levantarle la voz, porque no sola­mente en la tierra fue tan gran Papa, que le apellidaron el M agno, sino que es Magistrado de primera categoría en eü~ Reíno; y mírese en el espejo de su col ega Luzbel, para que no venga con soberbias; y dígame, ¿por qué no socorrió usted á e!te pobre Otto Drinke r .? El Arcángel agachó la cabeza y con mucha humil-dad res pondió: -No le protegí porque .. porque ... -Veamos por qu é . -Pues, Señor, porque ese hombre no está pe rdido por viajero, sino por borracho .. _ y como no ti ene oficio ni benefici o, él mismo no sabe á qué santo encomendarse. -Malo, malo, dijo el Señor, ¿ de man e ra que hay en el mund o una clase de gentes que no tienen padrino en estas alturas? Vamos á ver. ¿ Quién se hace car~o de abogar por e llos? -Nadie, respondió. Ningún santo quería que se le ta­chase de andar en malas compañías ó exponerse Á q\,;e le acusasen de haber l.ido aficionado á empinar el codo . A todas estas el Padre Noé, vi endo por dónde iban tablas, callaba como un sordomudo y le provocab ha-liarse á centenares de pies debajo de la tierra : es decir~ en el Limbo. -¿ No hay quien se apropie esta defensa ? volvió á preguntar el Señor. Silencio en las barras. . -¿ Cómo e~ esto? ~quí tenemos á San José, que !>e Interesa por media humanidad; á San Antonio de Padua que tudos los días viene á empeñarse por las solteronas' por los perdidosos, y hasta me ha metido a.quí, valiéndo~ se de sus influencias, á algunos rábulas á cuento de que él también tuvo su pleito; no se pu ede rebullir un poquito la tierra sin que San Emigdi? clame por IflS despanzurrados; los pes r adores se encomiendan á San Pedro ; los cazado­re3 á San H~berto; por los agricultores ruega San I si dro; los Evangelistas defienden á Jos escritores; á Jos músicos Santa Cecil~a; Santa Luda me pide ojos como quien pide cuentas de vidrio; San Juan de Dios ruega á cada triqui­traque que abra las cataratas del cielo; Santa Rita todos los días quiere remediar imposibles; Jos tahures nombran á Santa Polonia y hasta los ladrones tienen á San Dimas. ¿ Cómo hacemos? No en balde se ha de decir que Dios da la llaga y da la medicina. Hay que buscarles un apode­rado á éstos, que son más desgraciados que perversos. La mayor parte de los que se entregan á este vicio lo hacen, según ellos mismos aseguran. por disipar sus penas. -Si Vuestra Divina Majestad me da permiso, dijo San Juan Crisóstomo, me atreveré á indicar un medio para encontrarles defensor. - Hábla en buena hora y pruébanos que por algo te llaman boca de oro. -Me parece, dijo el Santo, que hay una manera muy sencilla de saber á quién se le debe n adjudicar. Pues­to que este Otto Drinker es un modelo en su género, la cuestión se reduce á averiguar cuál es el Santo á quien acude en sus aprietos, y designarle para que cargue con todos los bebedores. Adoptado el consejo, se envió una comisión para que buscara en los archivos la minuta de la vida de Otto Drin­ker á fin de saber cuál era su devoción favorita. De la investigación resultó que la invocación que con más frecuencia empleaba Otto, era la de "Ave María." -Entonces á mí me corresponden, dijo la Virgen, y con esa sublime .ternura de Madre amorosa para quien no hay vicio que no encuentre di scu lpa ni falta que no trate de atenuar, la Reina de los Cielos y de la tierra se hizo cargo de la defe nsa de esos hijos d esamparados. - Hé aquí, agregó Slxtfl , por qué los borrachos son tan afortunados: Son para la Madre de Dios, como los hijos cala veras en las familias: los más consen ti rlos. -Ahora que ya saben usted~ s esto no vayan á abu­sar. No se debe mortificar, por de licadeza, á la Madre Excelentísima y Mis e ricordiosa. RmruNDo CERVANTES -. El i?'r . ..Rafael .Jyt. CSarrasc¡uilla (ÍNTIMO) No queremos en estas breves .lí neas esboza~, .c omo otros, en atildado estilo, las allas Virtudes, mereCImientos y lauros del Dr. Ca~rasquilla. Quédese ~so para plumas más avezadas que la nuéstra . Deseamos 610, con los ojos del alma, recordar el claustro á cuya sombra querida yis­lumbralnos las primeras lu ces de la ciencia, afianzamos lélS creencias nacidas al cal0r de! hogar y oímos las salu­dables lecciones del patriotismo. Bajo las aulas del Colegio del Rosario se destaca en nuestro espíritu una figura imborrable' la figura del Rec­tor/ á la vez que del amigo: su negra vesti?udra talar, su majestuo. o ademán, su frente alta y despeja a, u rostro lleno de bondad inefable. En la cátedra su voz O'rave de orador sagrado suen a co n el timbre austero de 1: verdad. El discípulo. pr~ndido á los labios del maestro, no pierde una sola frase. Su ~a­zo namiento se de.envuelve con el laconi mo g eométnco \ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO de la lógica de Aristóteles. El espíritu del gran te610go de la Edad Media vivifica esa enseñanza como el calor ' del sol la fecundación de la naturaleza. Pero apenas suena la campana y la conferencia se suspende, en torno de nuestro caro Profesor de Metafí­sica, se agrupan sus discípulos, deseosos de oír una última palabra, para aclarar un problema ó resolver una duda; y entonces él, á todo atento, mezcla á la profunda lección el saludable y cariñoso consejo. Para el Dr. Carrasquilla, vivir es enseñar, vivir es educar, vivir es estar en comuni­cación con el alma enamorada de la juventud, ansiosa de servirle algún día á la Religión y á la Pa tria. I y qué grande y verdadero amor por el joven! Como nuestros padres por la sangre, el más rehacio, el más dís­colo es en su corazón el discípulo más querido. Para el jo- - ven de levantada inteligencia, voces de aliento, á fin de ués de largos estudios conduce á ellas á la joven novia que lo ha de acompañar en los rudos em­bates de la vida I I Con. cuánto placer ha mirado el Dr. Carrasquilla la verde hOJ"- de laurel que ya ha empezado á orlar las sie­nes de algunos de los hijos predilectos del antiguo Colegio en esta última éra de gloria I ' Hemos co.mprendido las dulces fruiciones qU'e el sabio pro!esor expenmenta cada ~ez que uno de sus discípulos asciende con honor ·Ios pnmeros peldaños del foro del profesorado, de las distinciones públicas. ' Muy yocos serán los que sin honda pena han sentido, al desped.lrse ya de las aulas, el apretón de manos del Dr. Car.rasqullla. El padre quedó ahí. ¿ Y el hijo volverá? ¡Quién sabe I Queda orando aqu~ y tal vez éste jamás tor­ne de regiones distantes. \ . ¿ y la casa del maestro, la modesta casa rectoral? Es la de todos los discípulos del Colegio. ¿ y por qué estos recuerdos? Ah I Porque hoyes el día en que los estudiantes celebran el santo onomástico de su Rector I Maestros y alumnos se empeñan en darle pruebas de gratitud: una velada literaria la víspera, una cena frugal servida en el vetusto refectorio del Colegio, la íntima satisfacción de todos. y por coronamiento hoy, por la mañana, una misa ante el ara de la Bordadita. Vayan estas líneas para el maestro, para el protector y el amigo. Bien sabemos que lastimarán su modestia; pero cuando en la lucha por la existencia, penalidades y contratiempos han empezado á cubrir el cabello de canas, hay que volver los ojos á los tiempos venturosos, por más que diga Dante que no hay mayor dolor ~ue un recuerdo de felicidad en la desgracia . LUIS MARI ... MORA Octubre 24 de 1907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 193 ------------------------------------------------~~---------------- -- --------- 3{ embres d.e acci 6n Ninguno COlliO el Sr. Fernandez puede reclamar con mejores títulos la satisfacción de haberse formado por sus propios y únicos esfuerzos, hasta conqui tar puesto envi­diable entre los escogidos y afurtunados de la tierra. E l camino de luchas incesantes y de triunfos sucesivos, cada vez mayores, recorrido por el ~ r. Fernández, es claro ejemplo de lo que pueden la con tancia y el amor al tra­bajo, servidos por sólida instrucción y clara inteligencia. D. Francisco J. Fernández Muy joven hizo estudios teóricos y prácticos de tele­grafía, buscando seguramente un trabajo que le diera me­dios de afrontar la diaria lucha por la existencia, y pronto tuvo á su cargo importante oficina telegráfica del país, y al contrario de lo que tantos otros han hecho, que en el empleo sacrifican aptitudes y aspiraciones, se dio á la tarea de mejorar sus conocimientos, como Inspector de las lí­neas de Santander, y preparándose para la instalación de nuevas líneas y nuevas oficinas, y consultando siempre la perfección del .'.lervicio y la economía para establecerlo. El Gobierno supo apreciar los méritos del nuevo construc­tor, cuya habilidad para organizar crecía cada día, y poco á poco fue entregándole lineas más y más importantes, que dejó instaladas satisfactoria y correctamente. No fueron obstáculo para sus trabajos ni los malos climas, ni las naturales resistencias que opone nuestra bra­vía naturaleza á quien trata de dominarla; al contrario, sus fuerzas crecían con las dificultades que las contraria_ ban, y gracias á su constancia prodigiosa, logró comunicar á Bogotá con la Costa Atlántica y con Orocué, estableciel'\l.. do líneas en lugares no habitados por el hombre, si bien ri­CO" en dones naturales, pero de climas deletéreos, y donde cada poste clavado significaba un triunfo sobre la muerte, que despiadada amenazaba á los zapadores del progreso empleados por el Sr. Fernández. Hoyes fácil nuestra co­municación con aquellas apartadas regiones, y no todos pensamo~, cuando nos servimos de ella, en la inmensa su­ma de esfuerzos empleados para. conseguirla, por el Sr. Fernández, que vivió mucho tiempo á las orillas del Mag­dalena ó en las pampas de Casanare, sin preocuparse por las inclemenr:ias del clima, que más de una \'ez pusieron en peligro su xistencia, y soportando abnegado la ausencia de la familia y las escaseces de la vida, allf donde faltan toda clase ne alimentos y de comodidades. Entonces, cuando la batalla fue más ruda y más peli­grosa' el éxito cid r. Fernández fue brillante y fue com­pl( to, y de ahí para acá arranca la base de su fortuna y de la importante p05ición que merecidamente ocupa entre los empresarios del país, y que le permite consagrar su atenrión á las varias importantes negociaciones que tiene iniciadas y en cuyo de$arrollo acaba de hacer un viaje de estudio por Europa. Siguiendo sus primeras aficiones y sin abandonar el vasto servicio telegráfico que tiene á su cargo, se ocupa en el establecimiento de cables en el río Magdalena y en la Costa Atlántica, para lograr nUestra comunicación di­recta con las líneas inlF~ roceánicas entre Europa y Améri­ca, que, como es sabido, hoy no llegan á ninguna de nues­tras ciudades del Jitoral; además, ha fundado una empre­sa de colonización en las desiertas montañas del Carare, y aquí tiene á su cargo la Gerencia de la Compañía de hilados y tejidos de Samacá, la de la Gran Panadería de Viena, La Imperial y la del Mercado de Las Nieves. Bien se comprende el inmenso mérito del Sr. Fernández como.­empresario y como organizador, cuando, con plena con­fianza en el porvenir, echa sobre sus hombros el peso de ' tamañas empresas. Hombres como el Sr. Fernández son los que Colom-. bia necesita par¡~ su redención económica y fiscal, tan in­teligentes como emprendedores y tan activos como ge­nerosos. El Sr. Fernández es ejemplo vivo de lo que vale el' esfuerzo propio para alcanzar buen éxito en la lucha por" la existencia, y como tál lo presentamos á los lectores de BOGOTÁ ILUSTRADO, al honrar con su retrato nuestras co­lumnas. Séale de hoy más feliz el resultado de sus numerosas­empresas, que si acrecientan su propia fortuna y las co. modidades que merece quien trabaja como él, también acrecienta la fortuna y la prosperidad del país. + 9?e 1ejes i Cómo se aleja el tren! j Cómo se aleja y decreciendo va y al fin se pierde, y sólo el humo en espirales deja en la extensión de la llanura verde I i Así se van las dichas de la vida! i Así se van las horas de ventura I y dejan sólo en su fugaz huída de los recuerdos la espiral oscura. Los dos que en el andén se despidieron largo tiempo en los ojos se miraron, mientras las manos trémulas se unieron y en silencio las almas se besaron . En la hora fatal de la partida no hablaron de promesas ni de agravios; que en las grandes tri5tezas de la vida hablan mejor los ojos que los labios. Ella está aún en la estación mirando del humo los confusos espirales, y él, que ya no la ve, sigue agitando el pañuelo á través de los cristales. y cual de un mismo sufrimiento heridos, con un acento de profunda queja, quedo exclaman los dos entristecidos : 1 Cómo se aleja el tren! i Cómo se aleja 1 Noviembre 18 : 1907. F. RIVAS FRADE Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 194 BOGOTA ILUSTRADO g@:e::.=== I ~===,g@ ~V'ersariO BaJo la a1,diente bóveda nocturna, Al repasa1' la frecuentada senda, Dialogo en la arboleda taciturna Víctor M. Londoño Con tu pálida sombra de leyenda. Te miro como entonces, y me ag1'avia La risa de tus labios abrileños ,. Tu voz me dice, en los augurios sabia: - V1·gíla en el umbral de tus ensueños! j Cuánto sangr6 mi corazón desnudo Ante el oblicuo sol de tu mirada! j Oh ta1,de de Noviemb1'e, cierzo rudo, Frigido como el hie1'1'o de una espada! Cuando la esfinge interrogar quisimos, Mú'é en la faz palidecer las rosas, y al fondo de una cripta descendimos Mudos y con las manos temblorosas. AlU fue el beso iniciad01'. Procúra De aquella voz que t1'ansfigura y pasma Recordar el murmurio en tu clausura, y t6rna á mi Jardín como un fantasma. ev. 8JTG. JJondoiio NOVJ1m BRE DE 1907 g@=== ,=c===g@, En " fa Unión" 1 Vuelvo la vista atrás, y entre los velos De la niebla confusa de los años Van pasando ilusiones, desengaños, Luchas, triunfos, placere5 y desvelos. (Para Req) Hondas congojas, íntimos desvelos Que tánto me agitasteis: hoy extraños, Vanos fantasmas os perdéis huraños Bajo el palio impasible de los cielos. Pálido, sin color, todo esfumado Se ofrece á mi memoria vacilante, y no sé si es verdad ó lo he soñado: I P ro lu imagen n6 I Pura, radiante, Como una estrella en el confín distante, Viste de luz las sombras del pasado. II Ya no soy lo que fui : surcan mi frente Hondas a rrugas j mi cabello cano Revela los estragos del verano Que consumió mi juventud ardiente. "Inven i portllm .. '" Cuán rápido bajé por la pendiente Que subí con empuje soberano: Toqué la cumbre y al volver al llano Me encuentro solo, exánime y doliente. Pero ya veo la postrer morada y desdeño las burlas del destino ; Amor, gloria, poder : humo, aire, nada. k ecojo mi bord6n de peregrino y rindo con la espalda doblegada, Las últimas etapas del camino. EDlIUNDO CERVANTES Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \ ·BOGOTA ILUSTRADO Ismael López NOVIEMBRE DE 1907 SB,=·=== Sueñe b lance El alma mía tuvo un sueño blanco, un sueño nupcial. Bajo el risueño azul de una mañana de primavera todas C. aquel tlempe ... Entonces las sencillas zagalejas vivlan sin rubor y en. sus bermt:,jas bocas melijicaban las abejas. Libre de yugo en las llanuras vasta. pacla el baey mientras las ninfas castal enguirnaldaban sus torcidas astas. Era la dulce edad en que las {uen tes arrastraban en fáciles pendientes sobre guijarros de oro sus corrientes, g el hombre sobre el haz desmesurada de la tierra espaciaba la mirada, lin Dios ni Ley, y no pensaba nada. Tras el pastor por la rosada vla al amoroso silbo descendla la grey paciente alfallecer el dia, ó tañendo sus p(fanos ltgerJs la cena aderezahan los cabreros al pie de clamorosos cocoteros. Leche y miel deslilaban las encinas y en sus ramas las águilas divinas posábanse en. las horas vespertinas. Dichosa edad y liempos lisonjeros cuando los zaga lejos lastimeros de valle en valle andaban y de oleros en oteros, y al sol de rayos vivos modulandu campestres leimotivos Pan bicorne haela danzar los chivos,' y en lasfloreslas las desnudas diosas, de luengas cabelleras y golosas bocas de miel como entreabierlas rosas, bajo grulas de opacos oxiacanlos con sus manos, en llmidos quebrantos, apenas recalaban sus encanlos. albores eucarísticos, albor de los manteles sagrados, claridades pacíficas de estrella remOLa, terciopelos de 'lirio intacto, mieles de los panales áureos del HibJa: eso era Ella. las más dulces campanas de mi parroquia en clara vocinglería dieron su fresco reír para solemnizar el día felice de mis bodas. Su alma como las flores ingenua é inconsciente liMaba, sin saberlo, dentro de sí una fuente, de dulzura, un tesoro de amor inagotable y de bondad sencilla: Al soplo de las auras pacíficas, de cada naranjo desprendíase en lluvia perfumada -tal un revoloteo ¡naravi llosa y leve -de plumas de palomas,-el azahar de nieve para alfombrar la ruta g loriosa de mi amada. I Mi amada! Dos colinas ·de nardo eran sus senos nevados: dos divinas azucenas del monte sus manos, cuya albura estaba penetrada de luz, y la dulzura de un diáfano horizonte Ella era en su ignorancia como una cieguecilla muy dulce, que tuviera las manos llenas de oro. Así, bajo la risa sonor~ de los bronces la vi pasar: entonces mi alma se llenó toda de sol y de cariño y me sentí lan bueno como ((uando era niño. Sueño divino, sueño nupcial: cuando me asomo á tu ventana, cede la pena que me agobia, . me lorno puro y f"anco . _. _ y mi alma .se adormece tan blandamente como si ~a pacifical'an los ojos de la novia cenlda de azahares que vi en mi sueño blanco. J95 azul, llenaba el cerco de sus pupilas francas: juntad todas las cosas más dulces y más blancas;¡ EDUARDO CASTILLO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO (, I ~ ... I I I Panteón Una larga vida, dedicada, sin restricciones de ningu­na 'clase, al amor de Dios y al servicio de la humanidáa, fue la de la Reverenda Madre Gertrudis, Sup~riora de las Hermanas de la Caridad en Colombia, quien por más de treinta años consagr6 las luces de su privilegiada inteligen­cia, las energías de su voluntad y la ternura de su coraz6n á la formaci6n de las abnegadas hijas de San Vicente de Paúl y á la eduoaci6n de la niñez. Ni la ancianidad, ni los quebrantos de su salud debilitaron el vigor de su fecunda obra, yal bajar al sepulcro deja imperecedero rec\!lerdo de virtud y noble ejemplo de laboriosa propaganda. El fallecimiento de la Reverenda Madre Gertrudis ha sido un verdadero duelo social, y de él participamos nos­otros sinCeramente. Entre los muertos conocidos, amigos muchos de ellos, que reposan en el seno cariñoso de la tumba, queremos recordar aquí á Arturo Rozo Laverde, que muy joven nos dio la eterna despedida; al Sr. Luciano Fonnegra, padre de nuestros amigos D. Miguel y D. Juan María, que rin­di6 en Medellín la larga jornada de su existencia; á Eduardo Herrera Ricaurte, médico muy distinguido, que también muere en la plenitud de la vida ; á Bernabé Ar­beláez, miembro estimado del comercio de la ciudad; á la Sra. Josefa María Jimeno de Robles, virtuosa matrona, oriunda de la Costa Atlántica, que de tiempo atrá!? se ha­bía establecido entre nosotros; á Marco Aurelio Uribe To­ledo, joven santandereano, muy ap;-eciado por cuantos tu­vimos el honor de tratarlo, que muri6 en Ciudad Bolfvar, desempeñando a\lf el Consulado de Colombia; á D. Ma­nuel Reyes Valderrama, patricio boyacense, que después de larga existencia consagrada al trabajo que enaltece, muri6 en la ciudad de Sogamoso; al Sr. Pedro Avendaño " Coronado, respetable miembro de la sociedad tunjana ; al Sr. Luis Felipe Angulo González, muerto en las cerca­nías de Lisboa, Portugal, que anteriormente había sido confinado á nuestra Colonia Penal del Caquetá, por causas políticas; á D. Clodoaldo Mora Bernal, activo comercian­te, que sufri6 graves pérdidas cuando la suspensi6n de pa­gos del Banco Internacional; al Dr. Antonio María Res­trepo Cada vid, distinguido abogado de Medemn; á la Sra. Teresa Herrán de G6mez, apreciada dama de esta sociedad; á la estimable Sra. Ernestina La verde de Ro­dríguez, muerta en Vichy, Francia, adonde había ido por causa de salud; al General Juan González Monroy, vete­rano militar de los tiempos de la Nueva Granada; al in­teresante joven Fernando Angulo Valencia-hijo de nues­tro amigo el Dr. Fernando Angulo,-que en la edad de las ilusiones acaba de morir en Cartagena; á Manuel Franco Izquierdo, muy querido amigo nuéstro, muerto en Sogamoso después de larga y penosa enfermedad; á D. Luis Patiño Jaramillo, trabajador infatigable y cumplido caballero, y á D. Pascual Uribe R., honorable ciudadano antioqueño, que muri6 en Rionegro. A las familias de todos ellos enviamos nuestro respetuoso saludo de pésame. Además, honramos hoy nuestro PANTXÓN con el retrato del Sr. Enrique Sanclemente, de cuya muerte dimos cuenta en el número anterior, y lo acompañamos de las sentidas líneas que nos ha enviado uno de sus amigos y admira­dores, y son éstas: t. Hay seres que la n¡¡turaleza dot6 con raros privile­gios y que, debido 4 éstos, se imponen á la admiraci6n y aprecio de los demás. A este escaso número de varones dignos perteneci6 Enrique Sanclemente, cuyos méritos ha venido á justipreciar la muerte. Eran los tiempos de nuestra alegre juventud, cuando nos fue dado conocer en Buga á Enrique, que por ese en­tonces disputaba con Julio Campo-alma gemela-la so­beranía de los caballeros en nuestra sociedad, partía con éste los torneos de la elegancia, y sabía conquistar la esti­maci6n de todos con la instintiva dignidad de su carácter, que á ninguna otra cediera ventajas y que algunos inter­pretaran como orgullo; con la rara gentileza de sus actos, que hacia pensar en antiguos caballeros de alta estirpe) con sus naturales elegancias y exquisitos refinamientos, que ~o scñ9,reaban de nues~rqs salon!:: aristoor~ticos ; con su ínLeligE:r~i" I generosa~~e pr6diga ~ro{l,Indidad 1 en, ~atos l' "' ) \" .. I l' .,1 • 1 I J ¡"' l." • " de esparcimiento, en que hácfa las delicias de los' que le rodeaba!l; con su hermosura varonil y noblemente altiva,. de que apenas hay ejemplo, que le ' atraía la admiraci6C1o indiscreta de las mujeres y el obligado elugio de los hom­bres ; con las auténticas ejecutorias de familia que lo con­decoraban de nobleza, sin que de ello hiciese alarde ; con el dona ire ha bitual de sus pensamientos y la galana festi­vidad de sus palabras, que no escasas simpatías le g ran­jearon. Pero aparte de estas co.nsideraciones sociales, con la honradez y rectitud tradiciona les, de las cua les nunca bastarde6, condiciones muy dignas de exaltarse por ser tan valiosas como raras en los tiempos que alcanzamos,. plegados bajo el sentido de cálculo que los corroe. ,~ En rique Sanclemen Le Vencidos ya los fogosos años de su juventud, torn6 Enrique al valle del Cauea-todo luz y fecundidad,-que si no le vio nacer, era la cuna de sus mayores y el regazo de su familia; pero no ya con el mismo optimista senti­miento de la florida edad, pues una precoz experiencia co­menzaba á platear sus cabellos, é inundaba su espíritu de esa taciturna melancolfa que atraen los desengaños y los­placeres idos, con su sombra de recuerdos. A poco tiem­po, uni6 su destino al de una virtuosa dama de esta socie­dad, á la cual 10 ligaban de antemano los lazes de la san­gre, y era para él, desde temprana edad, señora de sus· pensamientos. Bajo los mejores auspicios plant6 su hogar, dechado de todas las virtudes, timbre de la sociedad cau­cana, y que ha sabido tejer la guirnalda de sus propios merecimientos. Desde entonces finc6 las mejores esperan­zas en el porvenir de aquel hogar, le consagr6 sus redo­blados esfuerzos y aspiraciones, y obtuvo, en recompensa, considerable número de descendientes, que forman hoy, al amparo maternal, una familia modelo, en donde arrai­gan y compiten el deber y el honor de sus antepasados. Para ellos ha dejado Enrique como único pero inestima­ble patrimonio, la tradici6n de su piedad, que alcanzó la victoria en los combates de la fe; la enseñanza de su leal­tad, á toda prueba, y las credenciales múltiples del caba­llero ; patrimonio más preciado en verdad que el de efíme­ras 6 deshonradas riquezas, que el tiempo destruye con sus ácidos y la tarda jllsticia con sus vindicaciones. Deber de nobleza es para la amistad exaltar la vir­tud de los que á ella fueron d6ciles, y trazar con cariño y sinceridad el tipo de los nobles que perecen, y que vi­ven en nuestro cora~~ij. Vaya par~ ~ndque esta modesta corona de recuerdQ~/ "" \ . . , ' ,J ,', • "J. '1 ::. ¡",¡ Cht~ •• iJ l. , ti, \ ( Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '1 BOGOTA ILUSTRADO 197 ~ , .¡ 1. ' . : 1 ! I "j J , "J En el bGsgue Déjil dans t'úwonnuje t'épOllse elje t'aime~ Tll m'appal'tiens dJs le passé, Fiancée invisible el dontj'ignore méme Le non sans cesse pl'ononcé. SULLY PnuDlIoMME Déja pOI' hoy la perfumada alcoba de ambiente virginal que es tu capilla; quede el polvo en lo~ Inuebles de caoba y alte entre las edas la polilla. La ol'ación interrumpe en un momento, esté un rato la alondra abandonada y vén ¡Í contem piar el firmamento que e quiere mirar en tu mirada. Vén ¡Í aspirar la matinal fl'e cura que surge del fol1~je y de las flores, á esparCIr tu corola ingenua y pura, oh ro a del jardín de mis amores. Este día, e Le puque y esta bri a para tu hermosa juventud se han hecho; que e talle entre los árboles lu risa, que resuenen tus f, ases en m i pecho, Verás ahora que Diciembre empieza con sus fie~las, su sol y sus retamas, de prender. e del tronco la corteza y filtrarse el azul entre la ramas. Mientras Helios avanza en su camino Mirarás descorrersen las cortinas Del escenario s-igllDtesco andino y en dorado zlg-zag las golondrinas. Oirás cómo celebran nuestra cita, primaveral, risueña la mañana, la campana en lo alto de la ermita y las ondas del río en la sabana. Como en la noche del poeta, á solas no puede verse del Señor la obra; Le formará, si vienes, aureolas toda la luz que á mis pupilas sobra. Ji;scucharas las aves que en sus trinos (no importa si es ya cosa repetida) formando el eco de tus pie divinos te darán cariñosa bienvenida. y en tanto vamos bajo el palio verde yo le diré cuan to ~oñé y an helo ; copa del árbol que la vista pierde cual flecha que partiera para el cielo. Tal mi pasión. miasmático terreno la dio vie,-or y la tornó más pura, una águila me dijo cuánto es buenO el respirar el aire de la altura. Sí, de la altura del inmenso espacio do no llegan los míseros reptiles; los que presas inmundas al palacio llevaron de mis años juveniles. Seles envenenado por la envidia no v:\eilaron en llenar de cieno el brillo de mis arma CI1 la lidia y mi blanco cO ' urno en el terreno. Serás un preciosísimo amuleto, con todas tus virtudes y lus dones, al fango que destilan en secreto, sierpes del mal, algunos corazones. ¡Ah 1, ouántas confidencias á tu oído, á tu alma más bien dirá la mía; conocerás la vida que he vivido sin tener el amor de cada dla. Confiado en la bondad que te reviste - tú erás más discreta que un hermano­te diré del papel que hago tan triste en el baile de máscaras humano. y sabrás que doliente y errabundo, seguitlo por euménides rabiosas, crucé huérfano y solo por el' mundo persiguiendo dorada mariposas, Niño por un jardín iba tras ellas: deseos de ambición, sueños de gloria. _ •• es larga, mas al ver ya las estrellas te habrá contado el carazón su historia. ! ) , • I , Del mar conozco lodos los colores y he visto los orepúsculos más bellos. Hoy de un odio implacable á los ardores la sombra quiero hallar de tus c&bellos. Como cubre la madre con sus alas los polluelos temiendo á los raptores, con el calor del verso 't con us galas yo oculLo mis más lntlmos dolores. Buscal'emos el trébol que felices á todos hace, cuando tú lo cojas ba tarán á cerrar mis cic-atrices en blancas mano diminutas hOJ3s. El Heliotropo al sol se torna y llena de luz y dc calor todas sus flores; al irradiar en mi tú, hermosa y buena, el astro- rey setás de mis amores, Cual la araña del hilo suspendida así quedaré yo de tus encantos; tendrás en el banquete de la vida muchas rosas y músicas y can los. y en el futuro libro de mis versos tú la musa gen tiI, ni 5a hechicera, serás, aunque se opongan los ad vel'SOS, la dulce encarnación de una quimera. GUlLLEIUro POSADA ~=====~ CSo~, ' y agregan: ¿ Qúiere conocerla ? .. .. Es ,,~q~~¡ll~ . v!frjr~itt Q.u.e, ,yive ~o.)a. yeJl~a.qe ••• í l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 202 ,B0GQT a. 1 LUSTRf.\DO Yo soy la hija de la Manuda. nos dice una mujer agraciada y pizpireta, que está de cfljlra en una tenducha ele la parroquia. En medio de su progreso care~e la región de vías de comunicación. Los caminos son malos. El esfuerzo particu. lar ha hecho mucho, pero no ha podido completar la obra. Afortunadamente el actual Gobierno se preocupa para lle­nar ese vacío. Un grupo de propietarios acordó llevar á término una ()bra de utilidad pública con la apertura de la vla denomi~ nada Camino del Subia, vía qUé acerca enormementp. á Bo' gotá la rica región que principalmente abastece de víveres esta plaza. El bajo precio de los artículos de primera ne­cesidad como plátanos, maíz, miel, etc., afecta aqll{ de modo alarmante al productor, por causa del flete, f.n oca· siones superior al valor del artículo, resultado de largo y elifícil transporte del lugar de producción al de venta ó consumo. Por el camino de que se trata, se reduce en dos terceras partes del actual en distancia y por consecuencia en valor; cuando la iniciativa particular lleva á cabo traba­jos de esta naturaleza, es deber de patriotismo dar á cono­cer los nombres de quienes las iniciaron. Consagremos un recuerdo á Neponuceno Santa maría Herrera, que fue al­ma y brazo de la empresa, y á los fundadores que de ve-ras ·desc!lajaron montañas, al grupo de vanguardia que nos precedi6 en el camino del eterno 'viaje: Nicolás Si~nz, Eusta~io de la Torre N., Enrique Iregui, Jorge D.Ortiz, J,.uis Durán; Ignacio Tobar, Francisco Núñez U. y Munuel J. Abondano, muertos en el curso de los últimos ocho ~ños, todos ellos amigos, vécinos y colegas. No es de nuestr.o resorte el pesimismo de ,L.arra, ni mucho menos. Escribimos estas Hneas con fe, en espera de mejores días. Los que vivimos, sostenemos todavía el fue­gu sagrado. Hemos recogido la bandera que ondea toda­vía bajo el sol de la espera nza, como un jirón de ilusiones rotas, como un saludo de los héroes oscuros del trabajo que recomienda á la Patria los esfuerzos meritorios de sus hijos. Mas si por desgracia el negocio del café se coloca al lado de la quina y del añil, todo este bello cuadro se iría á tierra. Entonces podría el poeta cantar sobre las ruinas, y decir con Rodrigo Caro: "Estos, Fabio, I ay dolor 1, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa." GABRIEL ORTrz WILLlAJISON Carretera de SubiA, conslruída por los Sres. Núñez \.l' C,·, para comunicar su hacienda con el camino nacional ~:== := : :==:: :== == : := == ===: = =::: :==:= := = :== :== =~ Al fl rall poeta Guillermo Valencia Corcel y caballero (DE ANTERO DE QUENTAL) Rse negro corcel cuyas pisadas escucho f'ft Sf/f'f/O !/ en la , ombra crece, y pasrl!ulo á galopr .'la aparece por la noc!l,' ('1/ las !"fu'úres calzadas; ¿de dd {}¡efU''i ¿r¡ur! márganes sagradas !I {er,.iÓ/es Cf'llI:rJ, que asl parece hosco y sublime, en tanto le estremece no sé qué horror las crt'nes agitadas? Un caballero de expresidn pujante, dlllce y p lácl'do. al par que altivo y fuerte, vestido de armadura relumbrante, en la bestia cabalga ún temor. EL corcel negro dú.'e : - 1 oy la Muerte! y el jinete responde :--1 Y yo el amol' ! MANUEL S. PJCllAl\DO llabana, 1907, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lLUSTRADO ~~~P~.~~·':--C~loiJ~bia :el sido el tte 1907, Y ~J .... : "Ul'" de páginas nobles y i!1()/iO'Sas DtVln'tE-Pasado el mes de Noviembre con IIF,caFln05éiLml~nte doloroso á os muertos y á. los estudios para honrar los eertáme­por los campos y villas de veraneo se principales familias, que en v~­lióIól. um::::. con alguna fiesta, cuyo eco perdu­en Tos meses de silencio y de sole­ausencia de sus dueños. De este mimero, ~ •.• ~rr, .. ~ Elicechea y su distinguida esposa la Sra. ~·~(ti!~~'J:;~!lrl!~O de Torres Elicechea, que antes de ponerse la ciudad de Apulo, en donde actualmente de solaz. y de descanso en el tibio ambiente .~"'IIh·,í"'n •• n valle que animan el Bogótá y el Apulo, al ·~~~@~&ii¡i~~~~i~ aguas en besos de oleaje, repetidos imtante quisieron celebrar aquí la fiesta de ~anta de sus numerosos amigos y relaciona­el día 28, habrían de celebrar en la naturaleza, la del jefe del hogar. EN Jt~ TEATR? de Va.riedades hemos tenido, jun to co~ muy buenas vistas de cInematógrafo, dos bailarinas es­panoles, llenas de sal andaluza, que no sólo han complacido a! com~n de los mortales q~e las han admirado y aplau­dIdo, !.I~O que les han sorbido el seso á sus más inmedia­tos admiradores, que han creído ver en sus picarescos bai­les la satisf~cción . de anhelos supremos y de las más ele­vad ªs mamfestaclOnes de la belleza artística. De seguro que nosotros no estamos por tales exageraciones, que traí­das á lA Prensa, .dicen mal de nuestra cultura atemense pero sí hemos visto con gusto el espectáculo del Yarieda: des, y lo hemos aplaudido con sinceridad, siquiera halle­mos que podría tratarse en la escena á Tersípcore con máv consideraciones y. más respeto. EL TEATRO MUNICIPAL, abandonado por la Compañía Dramática Nacional-que se fue á correr aventuras por el Norte de la República, y parece que ha sufrido algunas bast~nte desagrad!lbles por falta de preparación en el público para apreciar el teatro moderno,-ha tenido cerra­das sus puertas durante todo el mes, y no ser:i sino hasta la semana entrante que las abra de nuevo para estre­nar un ~inematógrafo con ampliador de voz, c~mo aquí no se ha Visto otro. Le a uguramos éxito magnífico. EL CIRCO DE SAN DIEGO, en cambio, ha estado abierto para doble servicio; de noche, con cinematógrafo popular á precios inverosímiles por lo bajos, que ha dado bueno~ ratos de expansión á nuestro pueblo trabajador y de dla . los do~i.ngos, con la Cuadrilla Mixta de toreros' y torera~ que dmge el matador Gorde/, y que habría trabajado con buen "éxito si enc~en.tra con toros de verdá ve1'dá para su faena, pues los chICOS !Jon de buena ley. Desgraciadamen_ te entre nosotros hasta los toros son mansos y ya no que­da animal, que embbta ni aun cuando le' arranquen un pedazo... Es lástima. Los PESEBaES, que .e~ esta época debieran ser de rigor para. recordar las tradICIOnes de la madre patria han lu­cido por su ause:-:cia, á lo menos para el público: y mucho será que en tres 6 cuatro casas particulares los hayan te­nido Yc allf, af s6n alegre de los villancicos, hayan artorado el nacimiento del Niño Dios. También es lástima que se nos vayal\ estas viejas costumbres, de rancios olores, pero !iabrosas, muy sabrosas. Duelo Impresa la página de nuestro Pan/eÚ1t, hemos tenido la pena de ver desaparecer de entre los vivos otras dos personalidades distinguidas, que por conceptos varios me­recen el recuerdo de la sociedad en que vivieron. El Dr. LUIS FONNEGRA, médico muy notable, amigo leal y caballe­roso, murió en V:illeta en la plenitud de la vida, sorprendi­do por la muerte en los trabajos agrícolas de su hacienda de Ctene .: aquí, después de larga vida, encanecido en el trabajo de to~o momento, murió el Sr. D. ENRIQUE ALFoRD, extranjero laborioso que hiio de Colombia su segunda pa­tria. Vaya nuestro pésame á los deudos de estos distingui-dos caballeros.-REO. - BODAS DE PLATA-COn suma géllanterfa y aristocracia celebraron I~s suyas nuestro distinguido amigo D. Antonio María Dfaz y su encantadora esposa D,n Elvíra Aya de Díaz, por medio de un regio baile, al cual azistió buena parte de lo más culto de nuestra sociedad. Pocas dejarán entre nosotros' recuerdo tan El 2 de los corrientes se hallaba su casa de la carre­ra 9." convertida en un pedazo de cielo donde todo convida­ba á la ft!licidad : la amabilidad sin rival con que recibieron los esposos Dlaz, sus pri morosas hijas las Sritas María Elena y Alicia, y los Sres. Ruperto y Max Aya y su se ño­ra esposa; la deleitable orquesta; el perfume embriagan­te de abundantes y hermosas flores naturales y humanas ; los manjares exquisitos y los exqu;sitos vinos, y la profusa luz, que iluminando al gzorno las encantadas salas, difundía en todos los ánimos, estrechamente unidos por alegría os­tentosa, vapores de juventud, de .cariño y de afabilidad. agrilitable como el que guardamos del baile de la Sra. de Torres Elicechea, y no por la elegancia de su preciosa rt1anSlón. J'dornada por manos de hada para esa amable noche, pi menos aún por la exquisitez del servicio, correc­to CDmo el que más pudiera serlo; que todo e\lo' era de rigor, 1 por natural, inadvertido en su casa y en su día, sino por la aristoorática galantería con que recibió á s~s • vitados, por la oelleza de las gentiles damas que la rb­de ton; y p'or los mil encantos de la princesa del país dtrl I levante, que presidió el cotillón con gracia inimitabl~. Hor,,& como fas pasadas esa noche en casa del Dr. To. res Elicechea, no se olvidan jamás. I ( ·Plegue al cielo, en una palabra, que tan deliciosa­mente así cambie siempre el rudo batallar de lá e.-isten­cia, y que siempre "oches haya como la qu e Dfa z y Ayas dejaron indeleblemente impresa en nue stra agradecida memoria.-ElI. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. o ~ ~ cd ...<..:..) O ~ ,.Q ,ce R J-:, -~ f:J:l Q) ~ ~ - Z ~ ~ o f:J:l cd ,.Q CD O ,.Q o O ~ Q) o Z O"' -Q) I-t o O"' ~ o --o o -+-> ,c¡3 s.... Q) ro « O Z .
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 12

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie XIII N. 5

Por: | Fecha: 1897

Contenido - Contabilidad agrícola - Cultivo del Henequen - Fabricación de mantequilla y queso. Fabricación de mantequilla - Fabricación de quesos - El estiércol y los bacterios desnitrificadores - Conservación del nitrógeno del estiércol - El Caucho - Fijación del nitrógeno del aire - Influencia de las abejas en la vegetación - Avicultura - Gusanos en los bronquitos del ternero - Conservación de los tomates - Informe sobre el cultivo del agave en los Estados Unidos, con exposiciones relativas a la industria en Yucatán y las islas de Bahama, y breves consideraciones sobre la cuestión de maquinaria para extraer la fibra (continuación)
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie XIII N. 5

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie II N. 3

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VI N. 5

Por: | Fecha: 1884

Contenido - Lectura dada por el señor Salvador Camacho Roldan en la sesión solemne del “Ateneo de Bogotá” el 18 de septiembre de 1884 - Manual del cultivo de la quina. Continuación - El arado. Continuación - Agricultura nacional. Chilma - Revista de Enrique cortés y compañía, Limited
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VI N. 5

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El Agricultor: órgano de la Sociedad de Agricultores de Colombia - Serie VI N. 6

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