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Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 71

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 71

Por: | Fecha: 04/10/1898

Añoll Bogotá, Octubre 4: de 1601. lhimero n BOLETIN MILITAR --••+---- ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO Director, ALEJANDRO POSADA Son colaboradores natos de este periódico todos los Jeftj y Oficiales del Ejército de la Repú~lica. DE LA ARTILLERIA DE CAMPAÑA EN COMBINACIÓN CON LAS OTRAS ARMAS El empleo de las tres armas con1binadas en las guerra~ modernas constituye la base de la táctica contemporánea, su existencia en un ejército ó en un cuerpo de ejército es absolutamente necesaria, porque las unas se complementan á las otras. Aunque la infantería es, sin duda alguna, el nervio de un ejército, por sus grandes propiedades tanto ofensivas como defensivas, si tuviera que combatir aisladamente con un enemigo que poseyera las tres arrnas reunidas, es cierto que podría resistir por un tiempo más ó menos largo, pero sería siempre á expensas de sufrir grandes pérdidas, aca­bando, con rarísimas excepciones, por tener que en1prender la retirada, que la caballería y artillería enemigas conclui­rían generalmente por convertirla en desastrosa derrota. Si fuera reunida á la caballería solamente, sus medios ofensivos autnentarían, aunque de una manera m u y limi­tada ; pues no puede por sí sola preparar y sostener eficaz­mente la carga de sus escuadrones ; y mucho menos inter­ponerse entre éstos y los del enemigo. En cuanto á los n1edios defensivos, tampoco aumentarían de una n1anera n1u y sensible con el apoyo único de dicha arma. La artillería procura poderosos medios ofensivos y de- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 186 BOLETfN MILITAR {ensivos ; pero la caballería es también muy necesaria en la. -composición de los ejércitos para hacer la victoria decisiva y perseguir al enemigo batido. Pero . si esta arma no está ayudada por la artillería, debe desde luego renunciar á su potencia ofensiva, ante una infantería intacta y preparada -á resistir su ataque; mientras que si estuviese sostenida por la artillería á caballo, aumentaría el medio eficaz de conseguir la. victoria, ó de ser apoyada en su retirada en caso necesano. Siendo una de las condiciones esenciales para asegurar el éxito de una campaña la combinación de las tres armas, es indispensable hacer un estudio profundo de cada una de ellas. en combinación con las otras dos, si se quiere conducir con acierto las tres armas reunidas en el campo de batalla. Pero· para que la artillería esté en aptitud de obrar en combina­ción con las otras armas, es indispensable : I .0 , que éntre en las proporciones debidas con ellas ; 2.0 , que posea la movilidad necesaria para seguir en todas las circunstancias á Ja infantería y caballería; y J.0 , que su aprovisionamiento de municiones esté basado en reglas prácticas del campo de batalla. Constituyendo, por lo tanto, la artillería una parte indispensable de la fuerza de un ej ército, y dotada de una gran potencia ofensiva y defensiva, tiene indudablemente que desempeñar en los campos de batalla un papel muy importante, ya se le considere como arma auxiliar, ya como principal. En la distribución de las diversas armas en el orden de batalla se agrega á los grandes cuerpos de ejército una división entera de artillería á lo menos, y no baterías aisla­das, como algunas veces se ha solido hacer ; esta artillería debe formar parte integrante de dicho cuerpo, no puede salirse del cuadro de sus movin1ientos, de marcha y de combate, sin una orden superior, y debe seguir en todas sus maniobras á las tropas á que esta anexa, en tanto que no esté empeñada en un cañoneo contra posiciones del ene­migo, ó en algún otro objeto especial, determinado por el Comandante Jefe de la artillería, el cua.l debe estar perfec­tanlente enterado de los designios y proyectos del General Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR en Jefe del cuerpo de ejército á que vaya unida; acom­pañándolas siempre en su ataque, por regla general hasta la distancia eficaz del tiro de fusil. A las divisiones de infantería de ocho batallones, sue­len agregarse 4 baterías montadas, de 6 piezas cada una, y á las de caballería 3 baterías á caballo, de 6 piezas también Ja batería ; y á un cuerpo de ejército se le asignan 4, 6, 8 9 rnás baterías de 6 piezas cada una, según conste de 2, 3 ó más divisiones dicho cuerpo de ejército. En algunas ocasiones, cuando es precisa la dislocación de un cuerpo de ejército en sus dos divisiones, no se puede evitar el dividir también la artillería de este cuerpo de ejército, y destacar baterías y aun secciones, agregadas á brigadas de infantería ó caballería, y aun en columnas volantes más pequeñas ; porque las tropas enemigas ha­cen la guerra de guerrillas, y entonces el efecto de] cañón más bien e~ moral que material, sin que por esto en algunas ocasiones haya dejado de ser algo considerable, habiendo sido m u y á propósito agregar á una brigada de infantería una ó dos baterías. Como ejemplo de esto, re­cordaren1os la guerra en las provincias del Norte de Espa­ña, en que por la diseminación del enemigo se dividieron las fuerzas de artillería en el primer período de la campa­ña; lo mismo tuvieron que hacer los prusianos, pues ha­biendo sido anulado el ejército regular francés en la prin1e­ra mitad de la campaña franco- prusiana, diseminaron su artillería agregándola á ]as columnas volantes y destaca­mentos de reconocimiento, y esparciéndola sobre todos los teatros de la guerra, tanto cuanto les fue posible s:>portar el sacrificio en hombres y caballos. La artillería divisionaria debe combatir dentro de la esfera de acción de su división resp· ... ctiva, y antes de tratar de destacar de ella alguna batería, se debe en general haber empleado toda la artillería del cuerpo, la cual será desti­nada allí donde su efecto pueda y deba producir un resul­tado especial; sólo en casos muy particulares se podrán distraer baterías de la artillería divisionaria en funciones fuera de su di visión respectiva. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 188 BOLETÍN MlLIT.o\k ORDEN DE MARCHA El orden según el cual deben n1archar las tropas en general, y ]a artillería en particuhr, depende de la misión especial dada á estas tropas y de la disposición del terreno en que ha de con1batir. En cuanto á las prescripciones con­cernientes á la artillería, sobre todo cuando va reunida á las otras armas, se puede, sin en1bargo. sentar algunos prin­cipios generales sobre la colocación dt las baterías en el orden de marcha. En una división independiente de infantería, con su división de artillería. se designa, por lo n1enos, una batería á la vanguardia, la que podrá ser relevada por las otras baterías, ó reforzada por ellas, si el caso lo requiere. Tanto la batería ó baterías de vanguardia cuanto las del grueso de las tropas, deben ir lo más cerca posible de la cabeza, para obrar según Jas circunstancias y poder rom­per el fuego descle los prin1eros instantes del combate. Por regla general la artillería de la vanguardia se coloca detrás del primer batallón, y la del grueso, detrás del primer regi­nlÍento, ó, con1o en el caso anterior, detrás del prin1er batallón. En las subdivisiones n1enores que en una di visión en una brigada, por ejen1plo, ó un par de batallones, que por la índole dd servicio que tienen que prestar en circunstan­cias dadas, se les agrega una batería, ésta deberá n1archar detrás del prin1er batallón. Cuando un cuerpo de ejército marcha por un solo ca­mino, se destinarán á su vanguardia do<> y hasta tres bate­rías de la di visión que va en cabeza. La caballería que va en vanguardia podrá ser reforzada por una batería á caba­llo. Si la cabeza de la vanguardia está forn1ada en todo ·Ó en parte por caballería, la batería á caballo n1archará in­mediatamente detrás de aquélla, ó después de la primera mitad de la fuerza, según las circunstancias. Las baterías restantes de Ja división que va en cabeza marchan detrás del prin1er batallón ó primer regimiento. En la división restante del cuerpo de ej~rcito, la di visión de artillería que le pertenece marcha detrás del prin1er re­ginliento ó primer batallón. La artillería del cuerpo del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ejército marchará detrás de la segunda brigada, y á veces de la primer~ del grueso de las tropa,;. Siendo la misión especial de la artillería del cuerpo de ejército el concurrir cuanto antes á la gran lucha decisiva de la anillería, en ge­neral empezada ya durante el despliegue del grueso, . no es prudente colocarla á la cola de todo él, más que en casos muy excepcionales; así es que sería muy de desear que se la colocase detrás de la primera brigada, y algunas veces hasta sería prudente colocarla inmediatamente detrás de la ar­tillería divisionaria que ha dado baterías á la vanguardia. Cuando el cuerpo de ej ército tenga que n1archar por varios caminos, la artillería de cuerpo estará afecta á la co­lumna de tropas, según el uso probable que haya que hacer de aqué lla, según el terreno y el estado de los caminos. El prin1er escalón de la columna de municiones (que deben ser tres para la artiUería y dos para la infantería) si­gue en general al cuerpo de ejército á un par de kilómetros, · á lo más ; el segundo escalón, á una pequ~ña jornada de marcha, y bastante más á retaguardia el parque de cuerpo. En vista de la mayor movilidad que hoy día tienen los carruajes en las columnas de municiones, será ventajoso que el prin1er escalón marche por regla general inmediata­mente á la cola de las tropas. e onduir á. -~- GALERIA DE PRÓCERES JOSE :1Y.I:ARIA FIEDRAHIT.A. Un ciudadano granadino, un veterano de la Independencia y­libertad del Nuevo Mundo, ha dejado de existir de un modo trá­gico y lamentable: hablamos del señor José María Piedrahíta. Nacido en Cartago, Provincia del Cauca, se hallaba en esta capital siguiendo la carrera de estudios en el Colegio de San Bartolomé, hasta que en el año de 1819, en que entraron las tropas libertado­ras, se enroló en ms filas en la clase de aspirante para cooperar á la gloriosa emancipación de su patria, por la cual derramó su san­gre. Los campos de Jenoi, Bamboná, J unín, Ayacucho y el Ca­llao fueron testigos de sus esfuerzos, de su entusiasmo y de su pundonor. Llegó al grado de 2.° Comandante, habiendo empezado la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR. carrera á la edad de catorce años. En I 82 7 se retiró del servicio militar, no tanto por hallarse inutilizado á virtud de honrosas heri­das, cuanto porque aspirando sólo á la libertad del suelo natal, y no pisándolo ya enemigo alguno, no creyó necesaria su permanen­cia en el ejército. Como simple ciudadano, como esposo honrado y como padre amoroso, sólo procuraba vivir de su trabajo, ansiando, aunque lejos de su patria, por la prosperidad de ella. Este joven, que escapó á los riesgos de una guerra nacional desoladora pudiendo sobrevivir en medio de ellos, halló la muerte en el seno del caudaloso Guayas, el 9 de Septiembre de I 838, d";a de luto para su virtuosa madre, para u esposa querida, para sus caros hermanos y para sus inocen­tes y tiernos hijos. JUAN SALVADOR DE NARV.Á.EZ ] uan Salvador de N arváez, Coronel efectivo de infantería y Jefe del Estado Mayor del Departamento de Cundinamarca, ha muerto en esta capital el 16 del corriente (Abril de 1827) de una penosísima enfermedad. Nació en Turbaco, cuatro leguas al Sur de Cartagena de Colombia, de una antigua y re petable familia; y apenas resonó en aquella plaza el grito de independencia, que des­de Mayo de I8Io habían empezado á preparar varios distinguidos hijos del país, cuando Narváez abrazó la más santa de las cau­sas, y perteneció á ella hasta el último momento de su vida. Dife­rentes com ;;; ion es militares y políticas se encargaron al patriotismo del Coronel N arváez en la primera y última época de nues­tra emancipación. Vuelto de Jamaica, donde se preservó de la sanguinaria persecución de Morillo, sirvió el Gobierno de la Provincia de Cartagena en 1821, y después el Estado Mayor del Ejército del Magdalena. El Poder Ejecutivo le confió la conduc­ción á Inglaterra del tratado celebrado entre Colombia y S. M. B., y la nación española le señaló una plaza en el Senado de la Repú­blica, que desempeñó por dos años. Narváez había sido dotado de buenos talentos ; tenía una memoria felicísima, modales agradables y cultos, genio festivo, y una aversión extraordinaria á los anti­guos dominadores de la América. Fue esposo y padre, y en ambos deberes se portó con honor y probidad ; como hijo, amó con un respeto filial á 5'U madre; como amigo, cumplió con la amistad; como funcionario, procuró llenar sus obligaciones ; como ciudada­no, fue es timad@ de sus compatriotas. En acelerar la muerte del Coronel Narváez no influyó poco el precipitado viaje que emprendió desde Cartagena por Panamá y Buenaventura hasta Tunja, en alcance del Libertador, para pre- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR :sentarle el acta de aquella plaza de 29 de Septiembre. Ya el Coro­nel Narváez ha pagado su tributo habiendo servido á su patria se­gún el caudal de sus fuerzas: los que aún no hemos andado el mismo camino, respetemos su memoria, porque fue patriota, amig~ de la independencia, honrado Oficial del Ejército, padre tierno, buen esposo, hijo amoroso y desinteresado ciudadano. (Gaceta de Colombia, domingo 29 de Abril de 1827). EJERCITO NACIONAL INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Rafael Chantre, prr­tencciente á la 1 .• Compañía del medio Batallón Arboleda núme­ro 18, y que falleció el día 14 de Mayo de 1898, en El Dagua. Valor de dos raciones ____ .•.••....•.•...• . ·······--·$ 4-0 Ajustamientos en 14 días del presente mes • • • . • . .. . . . • 1 •• U nas piezas de ropa blanca vicj as se destruyeron, por haber muerto de enfermedad contagiosa. Suma ...... . ............. $ 2 40 El Dagua, 14 de Mayo de 1898. El Sargento Mayor 1Primer Jefe, JuLro ALBÁN.-Testigo avalua­dor, Pedro Mera.-Tcstigo avaluador, Rafael Orejttefa A.-Testigo avaluador, Medardo Ramos. INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Roberto Cantor ,Perteneciente á la z.n Compañía del medio Batallón Arboleda n ú­mero 18, y que falleció en este lugar el día 19 de Mayo de 1898· Valor de una ración del día 19 ................ --- .• -- $ 7 o Ajustamientos en 19 días del presente mes . . .... . • • • . . . . • 1 40 Suma ............... $ :z 10 El Dagua, Mayo 20 de 1 898. El Sargento Mayor Primer Jefe, JULIO ALBÁN.-Testigo avalua­dor, Eduardo Botero J.-Testigo avaluador, Alcides Llona.-Testig() avaludor, Manuel E. Paz. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR · lNVENTARIO de los bienes que dejó el Sargento Primero José L Martínez, perteneciente á la 2. e~~ Compañía del medio Batallón .Arboleda número 18, y que falleció el día 9 de Mayo de 1898, en El Dagua. Endinero .••...•........... ·----··· .........•.. $ 27 4-0 Valor de la ración del día 9··.... . . . . . . . . . . . . . . . .. . ... . . 90 Ajustamientos en 9 días del presente...... . . . . . . . . . . . . . 6o Un reloj de plata bastante usado ............ _--- .•. . . . . I 5 Una leontina de cobre ............ ·----·· ... ____ .... . Unchaleco viejo·---··· ..•• ··----···········---··· 6o Una franela usada ...... ---- ... . . ... . . . . •• . . . . . . ....... 6o Tres pares de puños usados. . . . . .. . .• _- _- . . • . . . . . .. . . . 6o Cuatro cuellos, á diez centavos cada uno. . . . . . . ... ... . . . . . 20 Un par de pantalones de baño • ... .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4-0 Dos pañuelos de hilo viejos ....................... -... 30 U na toalla deteriorada, sin valor. Suma .............. $ 4-7 .6o E1 Dagua, Mayo 10 de J 898. El Sargento Mayor Primer Jefe, JuLIO ALBÁN.-Testigo avalua­dor, Fra ·nciJco .A. Quintero C.-Testigo avaluador, ]oJé María Sán­duz.- Testigo avaluador, .Alejandro López. INVENTARIO de los bienes del soldado José J. Fl6rez de la 1.• Com­pañía del medio Batallón .Arboleda número 18, y que falleció el dfa 10 de Mayo de 1898, en El Dagua. Valordedosraciones .. ___ .......................... $ 1 +o Por ajustamientos en Io días del presente mes...... . . . . . 70 N o dejó . prendas ningunas. Suma ............. ··$ 2 to El Dagua, Mayo 1 l de 1898. El MayorJ Primer Jefe, JuLIO ALBÁN.-Testigo avaluador, Eduar­¡, Botero J.-Testigo avaluador, Manuel E. Paz.-Testigo avaluador, .AicideJ Llona. INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Lorenzo Morales, de la z: Compafí.ía del medio Batallón .Arboleda número 18, y que falleció el día 7 de Mayo de I 898 en "Papagayeros." Por ajustamientos en 7 días del presente mes ............ $ 50 Valor de la ración del día 7. . • • . . . . . . . . . . • • • . • . . . . . • 70 N o dejó ningunos otros bienes. Suma .• , ....•.•.•.... $ 1 20 El Dagua, Mayo 8 de 1898. El Capitán encargado de formar el inventario, OLIMPO SANTos S. Testigo avaluador, Ferna11do Salazar.-Testigo avaluador, .Aiejandro­L~ pez.-Testigo avaluador, ]oJé María Sánchez. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Roque Sierra, de la 2.a Compañía del medio Batallón Arboleda número 18, y que fa­lleció el día 7 de Mayo de 1898, en El Dagua. En dinero. . . . . ........................... . ...... $ 200 Valor de una ración del día 7 . . . . . . . . .. . . ... . . . . .. .. .. . 70 Ajustamientos en 7 días del presente mes.............. . . . 50 Las pocas piezas de ropa blanca que tenía, se hicieron quemar por haber muerto de enfermedad contagiosa. El Dagua, Mayo 8 de 1898. Suma .............. $ 201 20 El Mayor Primer Jefe, JuLIO ALBÁN.-Testigo• avaluador, Pedr(} Mera.-Testigo avaluador, Rafael Orejuela A.-Testigo avaluador, Medardo RamoJ. INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Francisco A. Truji­llo, perteneciente á la z.a Compañía del medio Batallón Arboleda número r 8, y que falleció el día 26 de Abril de 1898. En dinero ...................................... ... $ 4 20 Por ajustamientos en 26 días del presente mes... . ... • . . . . 2 6o U na ruana de paño en mal estado.. . . .. . . . . . . . . . . . . . . .. . • 1 6o Un cinturón de charol usado. . . . ... . . . . . . . . . . ... . . . . . . . 2 Un chaleco en mal estado. . . • . . . • . • • • . • • • . . . . . . . . . So U na sábana usada . . . . . . • . . . . . . . . . . • • • . . • . • . . . .. . . . • 50 Dos camisas en completo deterioro, sin valor. Suma ... . •••........ $ 11 70 Papagaycros, 27 de Abril de 1898. El Sargento Mayor Primer Jefe, JuLIO ALBÁN.-Testigo avalua­dor, Manuel S. RamoJ.-Testigo avaluador, Hortencio Pulaza.-Testi­go avaluador, Alejandro López. NoTA.-Estos bienes le fueron entregados á la señora madre del finado, quien lo asistió en su enfermedad y cuyo recibo se adjunta. VARIEDADES ORGANIZACION DEL EJÉRCITO ESPAÑOL El mando supremo de las fuerzas de mar y tierra corresponde eft España á la Reina Regente; pero ningunaorden es ejecutiva si no está fir­mada por el Ministro de la Guerra. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 94 BOLETÍN MILITAR En caso de guerra, el nombramiento de General en Jefe se hace por Decreto, refrendado por el Ministro, y lo mismo se hace con todo Decreto relativo á la ejecución de leyes militares. El Subsecretario de Guerra es también Jefe del Estado Mayor Ge­neral del Ejército y tiene á su cargo el personal de oficiales generales, el gabinete del Ministro, la contabilidad central y tres oficinas más. Independientemente de dichas oficinas funcionan también doce secciones encargadas de la organización, movimientos de tropas, manio­bras, estudio de los ejércitos extranjeros, agregados militares, caballería, infantería, oficiales de estado mayor, sanidad, artillería é ingenieros, es­tablecimiento de instrucción militar, remonta de caballos, etc. Un Decreto de 1893 ha diferido á una junta consultiva de guerra el estudio de todas las grandes cuestiones relativas á la organización ge­neral de las fuerzas militares, reglamentos de táctica, defensa del terri­torio, planos de campaña y recompensas. La junta se divide en cuatro secciones, y cada una de éstas está presidida por un Teniente General. El último año que precedió á la insurrección de Cuba, el presu­puesto de gastos de la Península era de 736.ooo,ooo de pesetas, en los que el Ministerio de la Guerra figuraba con 13 3.ooo,ooo, sin incluír las tropas de Cuba y Filipinas, etc., cuyo sostenimiento está á cargo de los presupuestos particulares de cada colonia. Las rentas generales de España en 1896, importaron 766.231,751, y los gastos fueron de 788.200,7 58. El Ministerio rie la Guerra absorbió 140.225,381, y el de la Marina 23.433,491 Aparte de los I 6o,ooo que Espafia ha equipado y enviado á Cuba, r de los 20,000 que envió á Filipinas, ti ene en la Península 1oo,ooo hom­bres de todas armas; y además 14 regimientos de artillería, 4 de inge­nieros, un regimiento de artillería de sitio y 36,ooo carabin eros y guar­dias civiles, que son otros tantos veteranos de tropa de línea. Hé aquí un resumen completo del Ejército espafíol en actividad y movilizable, tomado de una enciclopedia norteamericana correspondien­te al año de 1898: Infantería ..................................... . Caballería...... . .............................. . Artillería.. • . . . • . . . . . . . . • . . . . . .....•.... , . . . . Ingenieros . ...••......•.•.•.. • .. ... ••• . ... , ..... . Ejército activo peninsular ..... . .. . .... . ... .. ... . .. . Tropas de las Indias Orientales, personal adminis trati- YO y sanitario. . . . • • . ...•••......••.•.••... , .. . ... . Ejército de Cuba ......................... . ... . Ejército de Filipinas ___ ....... .. . • . . ........ . _. . . Primera reserva.. . • . . . . . . . .......... . ........ . Segunda reserva ............ , . . .......... . . ....... . Total ..................... .. 6+, 314 t 4,314 1 1,6os 5,102 95,335 28,790 201,312 37,760 16o,ooo I.ooo,ooo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 195 R.ECLUTAMIENTO En España el servicio es obligatorio para todos los españoles capa­ces de llevar las armas durante doce afios, á partir del 1.0 de Febrero del año en que cumplan la edad de veinte, á excepción de los que se en­cuentran en determinadas condiciones de familia ó de profesión, expre­samente especificados. La redención á metálico está admitida mediante la suma de 1, soo á z,ooo pesetas. En tiempo ordinario los jóvenes son llamados en el curso del año que cumplen los diez y nueve de edad. El número de inscritos de diez y nueve años es poco más ó menos de 1So,ooo hombres para una población de 17.soo,ooo habitantes, com· prendiendo en esta cifra la población de las islas Canarias y Baleares, que alcanzan á 6Ci>o,ooo almas poco más ó menos. Del número total de inscritos, se calcula al rededor de 7o,ooo in­útiles para el servicio; por enfermedad, faltos de talla (menor de 1 m. 54) ó exceptuados legalmente. De esa manera la clase anual de diez y nueve años queda reducida _ á 1 Io,ooo hombres, de los cuales Io,ooo son destinados á la marina y á otro servicio. Los Ioo,ooo restantes se dividen por sorteo en dos porciones: la primera constituye el contingente del ejército activo de la Península, donde cada soldado debe pasar tres años bajo banderas; después recibe la licencia ilimitada, y queda en esta situación durante otros tres años. Estos hombres constituyen lo que se llama la primera reserva ó reserva activa. A los seis de ¡ervicios, pasan á la segunda reserva. La segunda porción de la clase anual de diez y nueve años consta de 7o,ooo hombres, poco más ó menos, y queda durante seis años en la situa­ción de reclutas disponibles, y después durante otros seis, en la segunda reserva. En España existen tres e lases de reservas: la primera está destinada á completar en pie de gt.1erra los cuerpos del ejército activo, en caso de movilización; los reclutas disponibles proveen los reemplazos necesarios de estos cuerpos durante el curso de la guerra. Los hombres que figuran en las dos últimas categorías pueden ser llamados todos los años para ejercicios durante cuatro semanas. En síntesis general, el sistema de reclutamiento en vigor puede dar actualmente á España 1.200,000 hombre¡; divididos en doce clases de á Ioo,ooo. A estas fuerzas hay que agregar las que pueden proveer los diferen­tes ejércitos de ultramar, es decir, los de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Islas Canarias, Baleares, etc. Hay también que tener en cuenta los en­ganchados y reenganchados, y los refuerzos que el ejército activo podría recibir, llegado el caso, de la infantería de marina, destinada en primer lugar, á la guardia y defensa de los puertos militares de la Península y de las colomas, y en segundo, á proveer á las compañías de desemb ar­que de la armada, y cuyo efectivo se eleva al rededor de 1 2,ooo hom­bres en pie de guerra. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR CIRCUNSCRIPCIONES MILITARES España está dividida en 61 cireunscripciones territoriales llamada¡ zonas de reclutamiento. De este número 56 corresponden á otros tantos regimientos de infantería de línea, que contiene el ejército activo, á 20 batallones de cazadores. Las 5 zonas restantes toman el nombre de complementarias y sirven para equilibrar los elementos aportados por las otras. En la cabeza de distrito de cada circunscripción hay establecida una oficina de reclutamiento, encargada, en tiempo de paz, de reunir y enviar á los cuerpos los hombres provistos de la circunscripción y de instruír á los reclutas disponibles; en caso de guerra, de reunir á los re­servistas de la primera categoría y enviar á los cuerpos activos del ejér­cito á aquellos que están destinados á completar los efectivos, y por fin~ á reuniré instruír á los reclutas disponibles de la infantería. En cada zona de reclutamiento hay un regimiento de reserva, del que sólo existe el cuadro en tiempo de paz, y que está destinado á in­corporar en caso de guerra á los reservistas de la segunda categoría y á. formar así un regimiento movilizado de reserva. En caso de movilización el rtgimiento de reserva envía al regi­mientoactivo, al cual corresponde, todos los reservistas que éste necesite para completar su efectivo de guerra, y se moviliza á su vez con el nú­mero de hombres que le quedan. Para la caballería los regimientos se reclutan igualmente en zona~ fijas. Para la artillería existe en cada región de cuerpo de ejército un depósito de resen·a especialmente encargado de alimentar reclutas r reservistas á los cuerpos del arma estacionados de un modo permanente en la región. Para los ingenieros existen también 7 depósitos de reservas espe­ciales. El personal de los cuadros de una zona de reclutamiento s~ compo­ne de 3 oficiales (un Coronel, un Teniente Coronel, dos Comandan­tes, cuatro Capitanes y siete hombres de tropa). La jerarquía militar en España no contiene más que un solo grado de suboficial: el de sargento. Los cabos no son considerados como sub­oficiales. Los suboficiales no pueden ascender á oficiales. La jerarquía de los oficiales contiene siete grados: Subteniente" Subteniente Segundo, Teniente Primero, Capitán, Comandante, Te-· niente Coronel y Coronel. No puede hacerse nombramiento alguno que no sea motivado poxr una vacante, y ni en estado de paz ni en estado de guerra se acuerdan. grados personales, honorarios ni aumentos de antigüedad. La jerarquía de los oficiales generales contiene cuatro grados: Ge­neral de Brigada, General de División, Teniente General ó General de Cuerpo de ejército y Capitán General ó Mariscal. Continuar/á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 197 ECOS MILITARES Un oficial inglés, que ha hecho últimamente un viaje al Japón, escribe en la revista Proudings of the Royal .Artillerie lnstitution, un artículo respecto á la artillería de campaña de e1>te país, del cual transcribimos los siguientes datos: "La artillería comprende 7 regimientos, siendo uno de ellos de la guardia imperial. Todos ellos tienen la misma organización, y cada uno está dividido en tres cuerpos; cada cuerpo posee dos bate­rías de seis piezas. "El material es fabricado en los arsenales de Osaka. Los ca­ñones de bronce del calibre de 7 cm. están unidos de un cierre atornillado, y presentan mucha analogía con los que se encuentran en su uso en Europa. En particular los puntos de mira son pareci­dos á los franceses. "La movilidad del material, sin embargo, deja algo que desear. "El caballo de artillería es del tipo poney; su ración es 5 Kgs. de heno de 9 litros de cebada. No se emplean más que caballos, y se les reforma á los 14 años. "La in~trucción personal para los di versos ejercicios es dirigida del n1Í mo modo que en Europa. El Comandante de cuerpo tiene la misión de asegurar el resultado táctico y de elegir el objetivo; el Comandante de la batería da dirección del tiro. "La artillerÍa es considerada en el J apún como un cuerpo esco­gido, y todos sus elem,.ntos son seleccionados con el mayor cuidado.', El Gobierno chileno ha contratado con una fábrica de ac mas de París, diez mil sables de caballería con la cláusula de que deberán ser entregados el 10 de Agosto. -El Ministro de la Guerra firmó el 26 ele Abril contratos para los siguientes uniformes: 1 so,ooo trajes de paño, 150,000 trajes de loneta, 1 so,ooo pa­res de botas y 3oo,ooo mantas, la mitad de castilla y la oua de goma. Todo lo cual debió ser entregado el 1. 0 de Septiembre pasado. -La división naval debió salir para el Norte á mediados de J uní o, haciendo escala en Coquim bo y siguiendo hasta Arica, to­cando en todos los puertos del tránsito. -El 15 de Junio, al terminar la instrucción militar, los cons­criptos de veinte años se abrirán los concursos de aspirantes á ofi­ciales de artillería y caballería. -Se ha abierto un concurso de telegrafía para lo<; oficiales y clases de caballería, con el objeto de poner en uso el telégrafo de campaña inventado por el Eeñor José Agustín Sanhuesa. Será propuesto este mismo señor para profesor de la materia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR INSTRUOOlON PARA EL EJERCITO EL CAPITAN I El grado de Capitán es un grado modesto, pero seguramente es uno de los que impone una tarea más difícil, y en el cual se puede decir que se encarna el alma del Ejército, ya que es del Ca­pitán de quien depende la solidez del elemento que se denomina unidad de combate, que es elemento que constituye la base de las unidades mayores que entran en la composición dt> los Ejércitos. El oficial que llega al grado de Capitán debe desechar como indigna de su carácter la idea de que puede descansar, y entregarse á meditar las siguientes líneas : Los primeros cuidados del Capitán deben ser inspirar á los sol­dados de su Compañía el celo y el amor por el servicio, y desarrollar en ellos los sentimientos dtl deber, del honor y de abnegación por la Patria. De la acogida que le haga á su llegada al Batallón, depende á menudo el éxito de la obra. Es menester ante todo desengañarlos y hacer desaparecer esa preocupación que muchos traen todavía al llegar al cuartel, de creer que en sus superiores no encontrarán sino seres díscolos que no conocen más que la consigna y que son incapaces de la menor benevolencia. ¿ Qué debe decir entonces á estos jóvenes que están bajo sus órdenes y van á pasar con él uno, dos y tres años ? Les dirá que deben observar buena conducta, que deben con­siderar el cuartel, no como un lugar de detención, como una casa de corrección, sino como un lugar de reunión donde van á cono­cerse, á hacerse ~olidarios los unos de los otros, á servirse de sus brazos para defender su país. Les dirá que el cuartel y el servicio es la deuda que es nece­sario pagar á la Patria, es la obediencia á las leyes, es el deber, y que es necesario que un buen ciudadano, un buen soldado, cumpla con su deber sin murmurar, á fin de que vuelvan á sus hogares con la satisfacción del deber cumplido, sin que la más ligera sombra deje· un punto negro en el recuerdo de los años pasados bajo el uniforme militar. Les dirá que hay en la profesión ligeras desazones en las cua­les es necesario no fijar la atención, que todas las clases los quieren bien, y que, si algunas veces éstas no los atienden, es debido á ellos mismos, que las obligan á esta desatención; á ellos, que toman Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MlLlTAR 199 poco empeño, que pierden demasiado pronto la instrucción que se les ha dado, y á lo cual es necesario atribuír esos arranques de có­lera, esas palabras impropias que hacen creer que la clase es un can­cerbero, un hombre mal educado, cuando no es más que un servi­dor modesto pero celoso de la Patria. Muchos reclutas llegan al Batallón con la idea de que el _ Capitán no podía ser sino una fiera. Su pey_ueño discurso hará desaparecer las prevenciones que te­nían contra él; en vez de un ogro, no verán más que un hombre, un jefe benévolo, en el cual el sentimiento del deber está fuerte­mente arraigado y que parece que personifica su propia familia. De este modo los habrá conquistado, y de este conquista de los primeros días dependerá la confianza que un jefe debe en todo tiempo saber inspirar á sus soldados, confianza que le permitirá ob­tener todo lo que desee de estos jóvenes, cuyo corazón es accesible a los mejores, á los más n@b]es sentimientos. Adquirido este primer resultado, el Capitán debe estudiar, para no perder estos frutos. Su lenguaje siempre debe ser correcto, reservado; su actitud delante de los soldados debe estar exenta de todo reproche. Debe saber, egún el caso, dar una recompensa á uno, hacer un reproche á otro. Es necesario que jamás, en sus labios ó en sus gestos, el sol­dado pueda recoger ó sorprender una palabra, un gesto de reproche sobre la manera de ser de sus su~eriores. Si el Capitán, que está mas inmediatamente en contacto con el soldado, se muestra respetuoso de la autoridad, sus subordinados Jo serán también, porque tienen fijos los ojos en él y obran se­gún él. Cuanto dice, cuanto hace es comentado é imitado. Si lo que dice y lo que hace es siempre dictado por el senti­miento de la más exacta disciplina, todo lo que está más abajo que él, será disciplinado y por consiguiente manejable, dócil y entera­mente á su disposición. Si, por otra parte, ha sabido precaverse contra otra tirantez que impide que se acerquen á él sin temor, sin esa incomodidad que paraliza la palabra y hace grotesca la actitud, será un jefe que­rido de sus soldados, capaz de inspirarles esos entusiasmos que for­man los héroes. Si se comienza bajo estos auspicios y se prosigue en el mismo orden de ideas, la educación de los reclutas se hará fácilmente. Serán todo ojos, todo oídos á las explicaciones que les den sus clases, porque saben que éstas no obran sino por el Capitán, del cual son los agentes. Pondrán en el cumplimiento de sus deberes de soldados toda la buena voluntad de que son capaces. Progresiva­mente, sin esfuerzo, se verá á estos jóvenes llegados al cuartel Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 200 BOLETÍN MILITAR como campesinos, obreros y burgueses, hacerse soldados buenos ser­vidores y tomar los aires dignos de un granadero de otros tiempos. El Capitán les ha dicho que deben estar orgullosos de su uni­forme. Miradles durante un día de revista. Se yerguen, y bajo el ke­. pis sus juveniles cabezas tienen esos reflejos que hacen pensar en los valientes veteranos de Austerlitz y Marengo. A mc:nudo, cuando vive má~ particularmente en medio de sus soldados, en las maniobras y sobre todo en campaña, es necesario dar ejemplo, no mostrando que está en la abundancia, cuando aque­llos que están bajo sus órdenes se encuentren en la miseria. Si el soldado le ve comer el mismo pan que él, soportar las mismas pri­vaciones, aceptará sin murmurar los sacrificios que se le exijan y
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 71

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 100

Por: | Fecha: 20/05/1899

ANo lii Bogotá, ayo 2.0 d I 899 NUM. lOO ---·· ..... --- ORG O DEL fi I TERIO DE GUERR Y DEL EJERCITO ---·· ..... --- Dut cC.TOll AD-HONOUMl FRANCISCO J. VERGARA Y V. Coronel, Miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros Q t~t~~~q2222 A2~?.~R'2 22~~2~~~22~22Q22~22~~22222222RRR2R~RR.22RD Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefes y Oficiales del Ejército de la República 06~~~b~~~~~~~~T~6~~~oo~~6~~~~6 66~~6~~~6~~66~~6b6~~~~~66~6~~~6~~~GQ OFICIAL DE LOS INSTITUTORES CIVILES DE LA GUARNICtÓ • DE ESTA CAPITAL T DB LA PLAZA DE ZlPAQUlRA, COR.RESPO 'DIENTE AL M.ES DB ABRIL Ut.TIUO Repúó/itn dt Colom!lia-D~parlnm~nlo de Cundinamnrca-Número r.o Bogotá, .Abril 30 de 1899-E/ pritntr Ayudll!J/e dd butiluNr de la Guar11iciólf dt Bogouí. Al señor Comandante ae¡undo Jefe d 1 B~tallón Ariill ría. Con gusto cumplo con el deber de remitir á usted el informe que ac pide en la Orden general de fecha 5 de Abril del ar1o en cursot del modo sigui en re: Durante el mes se han dado las enseñanzas con bastante regulari­dad, no :>Ín que haya habido algunas intcrrupcionc., debido al servicio que tiene que prestar la tropa. Sería pues, de de earse se dictara alguna prov1dencia tanto para no C:btracr á lo· old::tdo durante la horas asig­nadas para el aprendizaje como para que la concurrencia á la Escuela fuera m:!s regular, pues hay alumno:> que dejan de a:;istir á cinco ó más clases, y tengo por c:sto necesidad de repetir las conferencia anteriores para que la enseñanza sea uniforme. La disciplina, asco, etc., sati:;facen completamente, cual corres­ponde á un cuerpo organizado al c:stilo de los del ejército europeo. La matenas de en ei'lanza son: Lec turrimer libro de Baquero, por creerlo d mejor entre los que hasta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR hoy se han publicado. unquc en todas las enseñanzas empleo el mé­todo oral, le hice comprar á los alumnos el citado libro para que repa­sen en él las lecciones dictada durante la cla e; y o re todo por qui­tarle de la~ manos la Citolegia, que tanto· males causa en la ense­ñanza moderna. La lectura y la escritura se enseñan combinadas. Al empezar la clase enseñé lo primeros elemento de que se componen las letras, con el objeto de que todo lo que aprendieran á leer lo supieran tambi~n escribir. En seguida se enseñaron la cinco vocales en este orden: i, 11, r, o. a, se combinaron en diptongos y triptongos, y luégo la consonante n, combinada cnn la vocales y formando palabras. Al ense­ñar cada una de e ·tas letra , se dio una ligera lección objetiva sobre el dibujo que encabeza cada lección en la cartilla de Baquero; se hicieron marcar esta mismas letra en el aire, en el tablero y en la pizarra, ense­ñando al mismo tiempo la letra de mano con el fin de grabarlas más en e as memorias agotada . La lectura en las demás ccciones se da en el Liceo /.1ilitar . Se han leído lo cuatro capítulos primeros por ílabas, palabra y frases . Aritmétiur-Aún no se ha abierto esta ensefianza en la sección elemental por avannr más en la lectura hasta poner á los alumnos en situación de el) udiar ello solos . En la otra sección se ha enseñado cálculo y las definiciones si­guientes: ritmética, cantidad, unidad número con sus di vi ·iones en entero, quebrado, mixto, ab tracto, concreto, complejo, incomplejo, simple, compuesto, homogéneo, heterogéneo, par é impar, y á escribir y leer <.antidadcs hasta de seis cifras. GrrliiJtÍtica y Ortografía-Las iguientes definiciones con sus cx­plicacionc corrcspondicn tes: Gramática y partes que la componen, palabra, sílaba, letra y su divi·ioncs en vocales, cte., diptongos, triptongos y acento, palabra agu­das, grave y esdrújulas; reglas de la b y las cuatro primera de la fl. En estas enseñanzas he cguido en un todo el te.·to del I titutor Civil de e ta pla-za, titulado Liceo Militar, que tánto bien proporciona al Ejército. Dejo a í terminado el presente informe. Dio guarde á u red. BELISARIO L. ROB. YO R.tp!Íblitil dt Colombia-Ejérritq N ati011ai-Bogot!i, MtJJO t • 0 d~ 1899. El Co11umdrmtc lmtruttor Cwil dt' la GutJrllitiÓJJ de Bogo/tÍ Al . cñor Coronel primer Jefe tlel Bárbula número 2..0 ~engo d honor de comunicar á u ted que se han dictado la con­ferencia de Ca rellano, Aritmética, cngrafía de Colombia y Geome­tría,.~ la da e superior; y d7 ;emitirle lo pro pcctos y cuadro· ~e la l:t'giOII de lloJJt;r de la guarn1c16n de Bogotá; manifestándole al mtsmo ttcmpo, que P.or ningún motivo se han dejado de hacer las cla es y que la trop~ estud1a con con ·agración, y progre. a intelectualmente. D1o gu rdc á usted. F&A ·crsco DE P . CORTES C. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETíN MILITAR 259 R~pá!J/ira d~ Colom!Jia-Ejército Nariollai-Bogottí, Mayo 1~ dt 1899· El Coma11dt111te ltntr~utor C ."vil de la Gwzrnición de Bogotá Al señor Coronel primer Jefe del Bat:l,llón .Ayacucho número 3.0 Tengo el honor de comunicar á u ted que se han dictado las con­ferencias de Castellano, Aritmética, Gcog:afía de Colombia y Geome­tría, á la clase superior; y de remitirle los prospectos y cuadros de la Lcgio11 de Honor de la guarnición de Bogotá; manifestándole, al mi · mo tiempo, que por ningún motiYo e han dejado de hacer las clases en la hora destinadas para el efecto. La clase superior del Ayruudto es hoy la mejor de la Guarnición, y sus al u m no , en lo general, los más consagrado al estudio. La clase inferior si no hace rápidos progresos es porque los solda­dos carecen de bancas y reciben la instruccjón sentados en el suelo, contra todas las leyes establecida por la pedagogía. Dios guarde á usted. FRANCisco DE P . CORTES C. RtptÍ61ita dt Colombia- 1.a D ivúión-Ejtrtito N acio11111-C~mdt1dmuia del Bat11/lón Ayacudlo IJÍIIIJet·o 3.0 - BogottÍ, Ma)'o 1.0 de 1899 uid:ul:mo General Jefe de Est:tdo Mayor tle la División. Os remito original el informe que antecede, de la instrucción civil del Batallón, rendido á esta Comandancia por el sefior In titutor genc­r ! de la Guarnición, cor respondiente al mes de bril. próximo pa ados para u publicación en el Bolf'tí11 ft.1ilitar, 6 para lo que á bien estiméis onvenientc; ésto en cumplimiento de órdenes superiores existente, obre la materia. El Coronel, CARLOS FRANCO Q · Rrpúb/ica de Colo111bia-- Dcportamtllto de Crmdh111marca-ZipP91Jirn, 3 de Abril de 1899. Señor Coronel Jefe del Batallón Naritio número +·0 Muy honro o me es rendir á u ·ted el presente informe. El estado de la instrucción civil en las tre secciones en que para tal objeto está di vid ido el Batallón, es el sig11icnte: en la elemental: conocimiento de las vocales y las cinco primeras consonantes; escri­tura de las misma ; principios gcnerale de la suma; las primeras oracio­nes de Astere. En la media: lectura, deletreando; escritura de las letras del alfabeto, separadamente y en tamaños grande y medio; urna y resta; varias oraciones de A tete; nociones gencralc de geografía. En la supe­rior: lectura por palabras; escritura, t-amaño ordinario; multiplicación, segundo caso y parte del tercero; toda· las oraciones de A.tcte; división del globo terrestre, de la parte 6lida, la Hquida, junto con su defini­ciones, límite de Colombia é i tmos. · La cla.cs de urbanidad y ca!'tdlano son generales, limitándose la primera á observaciqncs práctica , y la segunda á correcciones de len­guaje . Dios guarde al señor Coronel .. ~RANCISCO MAHECH T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 260 BOLETÍN Mll:JIT!A.R SECCION D -TBINAL -- ··-- DE TREINTA Di.AS A-Los hombres las armas y el terreno Antes de entrar en el análi is táctico y estratégico de esta corta campaña, tan digna de er atentamente meditada por los militare , convtcne reunir cronológicamente sus principales episo­dios á fin de hacer luego más claro su análisis y cntica. Antuedmtts de la campaña-Enlace con las demás partes de la guerra Perú -cJlom biana. En I 828 estalló el conflicto que la po­lítica había provocado entre Colombia y el Perú, de uerte que acabaron por batirse entre sí los ejercitas que unidos lidiaron en Ayacucho, nJandados, ahora, como entonce , por quienes fueron Jefes del Ejercit aliado en aquella memorable jornada. Tambien por motiv s políticos Colombia demoró Ja concen­tracion de las fuerzas con que debía afrontar la guerra y se redujo á la defen si 'a, con lo cual cometió grave error militar. Como los peruano po eían, ademá , una marina uperior en el Pacífico, las operaciones se verificaron a un tiemp por mar contra Guayaquil, principal puerto y fuente de recurso del Sur de la gran Colombia, y por tierra contra las provÍtJCia~ fronterizas de la mi ma zona ó sea 1 s que entonce constituían la Comandancia militar de Azua y, una de la cuatro en que e divid1a la que hoy es Ecuador. Plams de compt1ña- Resueltos los peruanos a tomar la ofen­siva en vi ta de la inacción de Colombia., qu á ultima hora quería transar pacíficamente el conflicto, resolvieron, conforme se dijo, atacar á ua 'aquil, invadir el Azuay, poner en contacto esas dos inva iones y dar la mano á los insurrectos de Pasto, que obraban de acuerdo con ello , á fin de oblio-ar á Colombia á consentir en la pa7 que ·llo dictaran. 0 Lo colombianos reduc1an el suyo á rechaz~r la agresión }' á dominar 1 guerra civil que hab1a e tallado en el país. En realidad, la causa de la guerra era el odio del Presidente peruano al Libertador, y el deseo que tenta de engrandecer al Perú con .1 ancxion de alguna provincia , tanto para dejar de er ex­tranJero, pues erJ oriundo del Mediodía del actual Ecuador, como par l 0 rar que lo peruano le reeligiesen indefinidamente. En la gran Columbia, lo partidario de la secesión de la República y Jo adversario de la die t. dur de llolí var ccundaban por una ú otra l . ) ) razon, os maneJOS de Lamar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETlN l\fiLITAR 261 La guerra no fue, puc , sino un detalle dentro de una gran lucha de car cter poiHico, y in er ci \' il, tampoco e la pue de lla- ! mar internacional, ora por las conc. · ione de toda e pccie existen­tes entre las poblacionc fronteri'la, ora por cuanto el e · píritu de nacionalidad aún no había gcrmin do en ma a que acababan de ser colono de una misma 11ación: la guerra no cxalt6 entimiento lguno en lo dos pueblo ' como oJo la hac1an lo ejercito guiados pvr jefe que 1 ab1an de que e tr taba e a emcjó más bien á las guerra din "stica de Europa en el pa ado siglo 1 eatro tÜ oturacionn - o tratando aquJ ino de la campaña de Sucre, para nada tenen1os que o uparno d~ la opcracione obre Guayaquil, y por lo tanto d teatro de operaciones n e otro que la Mesa Andina, en la porción que med1a entre lo nudos de Sabanilla y Azuay, ó mejor 1 cuenca de lo no Calva , Cata­mayo, Zamor (Loja),] ubone y I aute (Cuenca), limitada á . y O . por altisi m a ere ten y eparados uno de otro~ por páramo ó elevados dique transver ale . La operacionc e de arrollaron e pe­cialmentc en la del Jubones, que corre de E . á ., tiene su parte oriental fría y elevada, la occidental baja y ardiente ( unguilla) y de la de Cuenca, que le demora al 1 . , e t: divtdida por el dique rocallo o en cuyo centro e ta el paso d~nominado El Portete. Como por virtud de los acontecimiento 1 s ciudades de oja y de Cuenca vinieron á er la 'erdadera ha e:: de oper cion de los dos ejército , eso do lugares fueron lo objetivos y lo ubjetivo de los conrendores, quedando como líneas de operaciones lo ca­mino principale que lo unen entre 1, y solo e apartan á di - tanci un t nto con ider ble en la cuenca del Jubonc~, que i en su flanco ur e bastante uniforme en ~~ Ranc T. e · tá honda­mente excavada por tr s valles, que:: de • . á () . on el del Lcon (Oña y arao-uro), Rir. ay (Giron) y an Franci co (Pu ara) r co­rrido por cndo caminos que cru'lan el dique tran ver al por '1 i­najillas (3,424 metro), Porten: (2 757) }' Chambhn (J,6I6) par unirse al otro lado, en la hoy del ·rargui, una de la abeccra del Paute y que pa a no lejvs de ucn a . Ade1 ás, de e ta ~ltima ciudad de donde párte el amino de Caja - aranjal,pr:imero que de la entre-cordillera ecuat riana guía h cía Tuayaquil 'ju tilica, por lo tanto, que fuera Cuenc. el objetivo de L. mar y tr.tt ra de < 1- carrz;;arlo sin librar b. talla, pue to que pr ~te::ndl a cat biar de bnea de opcracíonc , ó e. dejar u ba e de Loj y tran portarla ua­yaquil. Lo colombiano debían, ~ u turne>, en primer términ , im­pedir que los peruanos se di ran· la mano con yu~yaquil, coa que le facilitab re ibir recur o ;• obre tod evitar e pu i ·r:tn ·n contacto con lo rebelde de Pa t , porque •n e te ca o la~ tropa· colombianas queda , n poc meno que · mcr ·cd del inv or; y <:n egundo ltJgar, ar.rojar á lo peruano· del t ·rritor.io patrio para 11 ·­var la gu·rra al ,uelo del inva or, tratando."' la \ ' C'l. de ubrir ·1 camin · de l co ta de Piura Gu 'aquil. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 262 BOLETÍN MILITAR Ambos ejércitos se dieron clara cuenta de sus necesidades, pero á Lamar faltó la ener;ía necesaria para obrar, no obstante que estuvo listo para entrar en campaña un mes antes que los co­lombianos; tJO se atrevió á avanzar hasta que Guayaquil no estu­viera en poder de su escuadra, y e to lo perdió. Su ere, un a vez al frente del ejército, emprendió operaciones con actividad, y i luego vaciló en dar un golpe antes del 27 de Febrero, debióse á la orden terminante que recibió del Presidente, prohibiéndole aventurar batalla antes de que el llegara con refuerzos, si el enemigo era su­perior en número. A este respecto la campaña de Tarqui presen­ta gran semejan-za con la de Ayacucho. En resumen: aun cuando 30 legua median entre Cuenca y Loja, el verdadero teatro de operaciones~ apenas midió I 5 de lon­gitud (Narancay á Saraguro) por 8 de anchura ( an Fernando á Nabón), siendo en tan pequeño e pacio que se desarrollaron los variados incidentes ocurrido en un me de operaciones llevadas á cabo por más de Io,ooo hombres, en que no se incluyen peque­ños destacamentos ni enfermos reducido al hospital. Estado moral de los dos ejércitos-El ejercito peruano, además de ser en efectivo casi el doble del colombiano, estaba perfecta­mente equipado, hasta con lujo, con bueno cuadros, caballería bien montada y caja militar provista en abundancia. La campaña, inclu o la formación del ejército, costó al Perú tres millones, no obstante que entonces el sostenimiento mensual de I,ooo en cam­paña apenas costaba poco má de $ 15,000; debe advertirse que la cuantía del gasto dependió, en parte, del oro que, á manos llenas, d("rramó Lamar en el Sur del Ecuador para granjearse la volun­tad de lo habitante . Tampoco puede mirarse el ejército peruano como e m puesto de reclutas, por cuanto el per onal con que abrió campaña estaba reunido hacía cerca de un año. El ejercito colombiano, mal vestido, e caso de recursos, en especial de de que se aumentó su personal, y por lo temores dP guerra la aduana de uayaquil disminuyó en su producto; con parque y armamento deF.ciente; contaba muchos reclutas, pero desde .el punto de vista moral nada dejaba que de ear, e taba en capactdad de _luchar contra un efectivo tres veces superior, y sus J.e~c desprectaban por completo al enemigo, como que lo habían hdtad de cerca en )a campaña libertadora del Perú. Efoctivl) td los dos t:jcrcitos L. tropa colombiana reunidas el 25 de .. nero n Cuenca, señalada plaza de Asamblea por el Gener. 1 .Flores, entonces J fe Militar del ur, e componía de ~h?OO mfantes y 700 jinete , di tribuido en do divi ione (r. y 2. ), compuesta cada una de 3 Bataliones y 3 escuadrone , ó sea con fuerz.a .numérica p co diversa. El parque era escaso. Inclusas la ... guarn~c10ne de u. yaquiJ, Q;,tito y otra- cabeceras de Can­ton> lo piquetes que guard ban la fr ntera Jo hospitales etc., no alcanzaban á 6,soo, n ob tante varios refuerzos idos del Cauca y Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'rÍN MILITAR 263 Panamá, y el regre o de algunos soldados de lo' que estaban en Bolivia, á pesar de que Bolívar lo había mandado elevar á 10 ó I 2,ooo hombres. El ejercito peruano, que e reunió en Saraguro á principio de Enero, contaba algo más de 7,ooo hombres, pero en reali­dad la frontera fue cruzada por 8,400, dividido en 9 batall ne , ¡ es<:'!adrones y una ~rigada de artillería, ó sean 7,200 infantes, 700 Jinetes y 500 arttllero , con 6 piezas de batalla, distribuídos <·n tre divi ione de muy diver a fuerza: 1. de anguardia, con 2 batallones y un e cuadrón; 2.n ó centr , con 4 batallones y 4 e ·cuadrone y la artillería; 3· • o de Re erva, con 3 batallone y 3 e cuadrones . El tren y parque comprendían sobre 500 cargas. Comandaban el ejército colombiano: ucre, Jefe superior de operacione · Flore', General en Jefe· Cordero, Jefe de E tado Mayor; O'Leary, dt:legado de Bolívar; Urdan-eta, Jefe de la 1.• Divis.ión, y Sande, Jefe de la 2 .· Comandaban el ejércit pcruan : Lamar, ejerciendo como Presidente de la Repu blica en campaña; Gamarra, en eral en Jefe; Orbegozo, Jefe de E tado Mayor; Plaza, Jefe de la x." Di­visión; Nccoechea, Jefe.: de la 2.\ y Cerdcña, Jefe de la 3· Al terminar la campaña, los ?eruanos contaban 2,6oo hom­hres de combate, y lo colombianos 3,000; la brega fue dura y formal. :S-Resumen de las operaciones Concentración coiiJm.biana. oviembre á Jnero .-A mediado' de 1828, el General Flore quiso invadir d Perú par'l evit r la in­vasión de e lombia,quc pre eíacon gran c1 ridad; peroaun cu n­do al principio convino Bolí ar en tal medida, de puc dio contra­orden y mandó Flore permanecí ra á la defcn iva, aunqu prin­cipiando á reunir el ejercito. El Jefe militar del ur qui o cumplir la órdenes del Pre idente, pero el e tallido de la rcbelion en Pa t , y la primeras amenaza á Guayaquil, le obligaron á u pender la concentración, á enviar tropas á divcr o lugare ' aun pen aba dirigir e per onalmcnte a Pa to, uando en uaya"1uil recibí ' la noticia de que los peruanos habtan invadido " Colombia. in per­dida de tiem o dio la órdene del caso y e dirigi<.J á Cuenca, lugar eñalado para la A a m blca. De P~sto debtan regre ar el batallon Pichincha y el 4.0 dt: Húsarn, que por lo mi mo n llcgar;>n á .e~e lugar sino el 2 5 de • ncro ; del ur e replegaron el bat llon R ijla y el e cuadrón CedtiiiJ, abandonando a Loja ; de Qyito y Guaya­quil marcharon lo batallone Caracas, .~uito y Cauca }' el e cua­drón de Draeorus del! tmo: Caracas, el má di tant , no llegó sino el 20. En Cuenca e taban d batallón Yaguac/11 v lú scua­drone Granaderos á caballo y 2.0 y 3. 0 tle Húsart>S. Lo cuerpo enviados de Panan1á, Tolima, Cauca y Bogotá no al anzaron • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 264 BOLETiN MIL[TAR tomar parte en la campaña. En Guayaquil quedaroh Jos batallo­nes Aya,;ucho y la Artillería. Como Lamar cruzó l. frontera el 28 de Noviembre con 4,500 hombres, si hubiera obrado con energía y rapidez habría podido e tar sobre Cuenca el 15 de Diciembre, sorprendiendo al ejército colombiano en pleno delito de concen­tración y batido sus cuerpos en detal : por fortuna el Jefe perua­no nunca pecó por arrojado y en campaiia se mostró siempre dé­bil é indeciso, condiciones en que se basaron los jefes colombianos para establecer sus operaciones. ( 1) Concentración peruana.-De de Septiembre ya Lamar tenía reunidos en Piura, ciudad muy cercana á la frontera, poco má · de 5,000 hombres de todas arma , que constituían el tjército del Norfl, compuesto de do Divisiones: u intención de invadir á Colombia era evidente, pero no lo hizo h~sta tanto no supo habían zarpado del Callao las tropas de Gamarra (ejército del Sur), que en número de 3,200 acababan Je hacer la célebre campaña de Bolivia. Por ta­les razones no cruzó la frontera, como queda dicho, sino el ·28 de Noviembre, y a nzó con gran lentitud, e perando se le reuniera Gamarra, hecho que sucedió en Loja e11 la primera mitad de Di­ciembre, y no apareció sobre la hoya del Jubones sino á fines del mismo mes. En los primeros días de la invasión, Lamar consagró su tiempo á dar proclamas elogiando el asalto del Palacio Presiden­cial de Bogotá, la noche del 25 de Septiembre, y diciendo á los pueblos venía á libertarlos del yugo del Dictad0r Bolívar, á la vez que á repartir oro entre los habitantes para ganarlos á u causa, á mantener un buen espionaje que no pudo conseguir el ejercito colombiano por falta del codiciado metal, y á publicar pomposos boletines dando como triunfo la retirada de lo pequeños de ra­camentos que ha<"Ían la policía de la frontera, ante los ejercitos de muchos millares de hombres. Enero 3.-Mientras se concentraba eJ Ejercito en Cuenca, el General Florc:s mantuvo avanzado un piquete de obsenaci6n en Oña, primer pueblo de 1 provincia de Azuay, hacia el Sur, compuesto de 8o infantes (di:! Jos batallone Rijlu y Yaguac/11) y 20 jinete (Ceddía y Dragones), pero su Jefe, el Coronel Braun, se (t). Entre muchu pruebll b011t. la siguiente: •• Aunque las co :ts clel Perú no pueclen ver'e de un modo cl:~ro, porque no s Hc:il acar consecucnci:ls ni c:t!cul:1r sobre un enemigo como t'l Gencr~l L:~m:tr, que obra l'On irrcgularicbd, ain combinaciones ni plan, pues que todo lo espera del :azar, piento que u venid. :tl ortc es para :tbrir opera· eione rleci•i a • . . . 1 cmcral Lamar no e t:m ufrido que se;¡ c. p:tz de permaneocr en m. los acanton;tmientos... ea cual fuere su int ndón, yo me he propue. to todos loa caso• .. par:t maniobrar cgún ello~ sin vacilar \In inat.tnle." Flore .i Bohv. r elr6 de Oc­tubre ele • 8z 8. J .. a opinión de 'ucre ~obre Lam.tr el":! igual. Y que puede tener e confi:mza en Flore , lo in11ic:tn : su cu;ui idolatría por Bouvar, ,í nore regio; del enterramiento en aint- Deni . La akgrút de ucrc tuvo u parte amarga: aca­baba de aber que Gu. yaquil se habü rendido al inva or. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 268 BOLETÍN MILITAR Febrero r8 á 2.1 . - ucre con su campo en Guagua-Tarqui y una crecida avanzada en el Portete, permaneció inmó il tres días, por cuanto el enemigo no salía de sus fuerte po iciones . El 2.1 tuvo aviso de que los peruano. se concentraban en an Fernando, como para emprender marcha, y enviaban reconocimientos obre Girón y Baño , lugar " te cercano á Cuenca, con que trataban de des­orientarle. Con el fin de cerciorarse de lo que ocurría, el jefe co­lombiano dispuso se atacara el de tacament-> que estaba en Gi­rón, el cual huyó, dejando prisionero un oficial, ante la embestida de 1 9 jinetes . Febrero 22. - Cerciorado Sucre de la ituat.ión, y teniendo en cuenta que el frío del páramo causaba mucha enfermedades en la tropa, resolvió retroceder do leguas hacia Cuenca, estableciendo la infantería en Narancay, en la bifurcación de los caminos de Girón y San Fernando á Cuenca, con lo cual cerraba á Lamar la espe­ranza de comunicar e con Guayaquil in librar batalla. La colum­na peruana que el día ro sorprendiera á Cuenca, e vio obligada á retirarse rápidamente,y casi e de bandó en la travesía del páramo . (Contiuuará) (Continuación) Al E. de los montes de Cumaná termina el reli"e que orilla el litoral, y la tierras llanas pasan sin interrupción de las margenes del Orinoco á laco ta de Ba~celona, por lo que puede llamar e abra de U nare y A ragua, del nombre de los nos que riegan e ta faja de grande importan ... ia militar, como en su lugar veremos: allí apenas hay uno que otro tope ai lado, miJrros, según lo llaman lo habi­tante , y de lo cuale el de Unart, que tient. casi un kilón erro de altitud, e alza en el delta del no que le da nombre, en tanto que m á al E. se hallan, con solo la mitad de e a elevación, lo de Piri­tu y Paran lota. Al norte de )a Península de Paria, y á no mucha distancia de la costa, surge la isla de Margarita, principal tope de una cadena sumergida y paralela á la de Paria, que en su de arrollo Je 260 ki­lómetros de E. á . mue tra luégo "Omo e 'tremo occidental la dt Tortuga, que apenas e alza 30 metro obre el mar en frente del b?quete de Cumana, en tanto que al E . de ~1argarita y frente al dtque de Meapire, emergen lo i lotes de lo 1~·stigr;s . La isla de I~argar ita, de 12 legua de longitud y 8.40 kilómetros de área, apelhJada M1,11a Esparta, por la bravura de u hijo en la gue­rra de e~~wcipacion, y que urge con alguna i lita en u contor­no, e dl\•tde netamente en do porcione unida por un. faja de tit•rra IJan en que eHá la gr n laguna de Are tiga : la parte occi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOLE'l'ÍN MILl!J.'AR 169 dental la rorma el cerro MacanaD (1,366 metros) de 4 picachos, en tanto que la ori ntal, má crecida y doblada, constituye una espe­cie de valle y presenta en el C?pti su maxima altura (1,262). Más al N . aun las i las Blanquilla, Orchila (r24 metro), los R3ques, y Aves marcan otra crestena hundida, que completan la isla ho­lande as de Brunair,·, Curazno (365) y Aruba, todas las cuales e in­cluyen bajo el nombre de i la de otavento y m rcan un eje regu­lar de 6oo kilómetros de largo de E . á O . '"I'odas las isla de que trata este párrafo, en verdad colinas in ulares, acre idas en su base por el trabajo de los polipos, miden 1,621 kilómetros cuadrados en la porción \•enezolana. Mo1lltiÍÍns de Caracas.-Esta montaña , que constituyen prin­cipalmente dos hneas de cumbre , algo mas corta la septentrional, más roída por el mar, que dejan dentro lo que puede llamarse el valle de Caraca -Valencia, el corazon y el cerebro de Venezuela, se ex­tienden por 400 kilometro de E. á O. y 6o de . á E . y cons­tituyen un grupo ca i insular cotno que al Norte y al Sur tiene el mar y las llanura, al E. la baja zona de] Unarc y al O. la an " lo­ga que riegan el ·~{ara<'U}' y el Barqui imcto y en la cual ningún punto del camino que la cruza, para unir el m r á la llanuras, al­canza á presentar una altitud de 400 metro , e decir, no llega al límite adoptado en geografía como división entre las regiones b - jas y las medias en lo que á relie\'e se refiere . Las montaña de Caracas presentan grandes ra gos de seme­janza con las de Cumaná, lo cual e natural por tener un mismo origen geológicamente hablando, con la sola diferencia de er más alta la cadena litoral ó de La illo que la interior. La ere tcria de Lo Silla, prolongaci6n evidente de la cadena de Paria, comienza bruscamente en el Cabo C dera, orilla el mar casi sin playa intermediaria, puesto que en lo general se hunde en las agua , ya en e carpa , y en llaneo de fortlsima pendiente de 53o término medio, por lo cual no es posible ascenderla ino me­diante in número de revuelta y zigzag . E ta cadena, que mide 300 kilómetros de longitud y se presenta á manera de murall de gneis, micasqui to y roca· metamorficas, vana bastante en altura, pero la media puede e ti m r e en 1,500 mctros,ó se un tercio más que de la que prc: entan la montaña de Cumaná, y e divide en tres porciones por la r ndes entalladuras que ort n u lomo. Hacia el ur domina 1 do regiones de Valencia y de Caracas ó valle de T'uy, y es de ob:>ervar:; que esta ultima porcion ú oriental es más elevada y de flanco meridional más complejo que la occiden­tal, de ucrtc que en ella e tán la cima culminante que son de E. O. Cacu/Q ( 2,265), Cart>s (2,466), Nt1iguot(l (2,782), imple bloque de gnci verde, La Si/lt1 (2,665) y el Avtl{/ (2,1 76), muy proxima , que dominan el horizonte de Caraca., ccrc á 1 cuales pa ab antes, a 1,6o1 metro de altitud, el mah imo camino dt: herr dur de la capital á su puerto de La Guaira> hoy reemplazado por una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 270 BOLETÍN MILlT.A:R carretera y un atrevid ferrocarril que pasa por el boquerón de Cotin (952), apena 30 má alt que la plaz principal. En se­guida se hallan Palmar (2,300 ) y el Pico de 1'o7JtJr (2,440), que desgaja el lomo que divide el valle del uy del de Aragua y la cuenca del lag de Valencia, Chormi ( J.,ooo),Ot:umare y Las eta de Hilaría ( r ,700 ), junto á la cual e e t ' la en rme depresrón (6o o metro ) que aprovecha el ferr carril de Puert Cabello y cru­za el eje al . ., recobrando alguna altura, pues mide 1,584 en el cerr de anta María, no lejo::; del cual apena e hallan 360 en el camino arriba citad : á partir de Hilaría, puede decirse que ya no tiene en frente otra serranía y que ha cambiado capitalmente la topografía de la cordillera pue toque u 1 mo e magi tral entre el mar y la llanura ,y el tet ren se presenta profundamente corroí­do por la ero ión. La serranía del interior o de Guaraima, continuación de los montes de urumiquire, principia más al riente, per avanza me­nos al caso que la del litoral, y iendo tan alta com aquellos resul­ta menos elevada que la fronteri/,a y e tá dividitia en dos porciones por la brecha ó tajo de Cura, que mide poco meno de 6oo metro entre grupo de cima de ma de un millar de altitud. La por­ción occidental ó del Lago, rta y de trozada, alz.a los cerros de Palmar, A z ul, Grupa y 1'acurrJgua, ai lado e te de los anteriores por lo no que bajan de la re tería litoral y que por el de Nir­gua ( r ,400) e une 1 de anta María. La porción oriental mue - tra á Guaraima (1,07o), Loma Hit·n·o (1,367), Rincon del f/alle (1,278) y otro cuánto poco men ~ alto, de form agre tes, has-ta m rir ca i de repente frente al morro de U nare: 260 kilómetros se miden de e te al boquerón de Cura y ol 120 de aquí á 'l""ucura­gua. 1 flan o . e má igual y breve y hacia el . mue tra di­ver os estribo y ramal<:: que e pierden en la llanura y en uno de lo cuales, al E. de Palm, r, (.; tarían lo gigante dd i tema, Pla­tilla y }/orts, si e verdad que miden 1,886 y 1,4:24 metro . Del pico var á Gu raima e e ·tiende el lomo que ·epara el valle del Tuy del lago de Valcnci ó ·r carigua, imple juntura de la fald u e a do · ere ta , pue en Cin ·ejo apena mide 620 tnctro ; per del mi m ovar hacia el E . corre el e tribo que di­vide el T'uy de u A ucnte el ,.uaire, que riega á Caraca , e llama ierra de Higucr te ó Je lo 1;·qun y mide 1,270 metros donde 1 ruza el fc .. rroc t ríl que igue l lag . M.í 1 oriente otro e tribo ep r el uaire y el e< 1cagua, de ca i igual ltura, )' que como d anterior e tá formado por olina de atra e ada por ve­t~ de uarcit , c.;qui to micaceo, de lcarco y tan blando que ·e dt grcga a la men r presión. r .. n !in, j ha ia el mar no e hall 11 er verdad ino t¡tu/Jradas, obre la llanura lo morlt<' de Cara a· forman di ver o v.1llc q uc se pueden reunir en grupo , á aber : Orituco, S n c::bastian, Ortiz, Pao y San Carlol> . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. noLETfN ?tULITAR 271 Las montaña de Cumaná y Caracas, profun
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 100

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 99

Por: | Fecha: 13/05/1899

Bogotá, Mayo 13 de I 899 NUM. 99 .NULIT R ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO --~·.--- DrnCTOJt AJ>-HONonM, FRANCISCO J. YERGARA Y V. Coronel, Miembro de la Sooiedad Colombiana de Ingenieros a~~~~~~Q~~~R~~A~~~9~~~~~~~i~~ii~iRRii~~ii~~~~R~ii~2il~RR~ Son colaboradores natoa de este periódico todos loa Zefea 7 Oficiales del Ejército de la Repliblica ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Q OFICIAL tlel-Inspeetor general del Ejército sobre la Te150rería del Montepfo Militar Bogotá, ~o de Diciembre de 1898 Señorea Presirlent~ y Miembros de la Junta Direñiva del Montepío Militar Tengo el honor de daros cuenta del resultado de las operaciones efectlladas en la Tesorería del Montepío Militar en los meses de A~­to, Septiembre, Octubre y Noviembre de I 898, á saber: .MOVlMlltJNTO DE C.A.J A EN AGOSTO Dé !Jito E~i tcncia en 1.o de Agosto ....•..•..... · ..... · $ A 1 n ter eses. . .. . . . . . . . . . . . • • • • . . . .•........... A Remesas .......•••.•..•...............•... A Anticipacionc de u.cldos .••..... · .......... . A Deudores á mutuo. . . . ..... ' .•..........•... A Cambio de moneda........ . . . . . . . • • . . . . .... 7,731 92i z,os3 55 2,835 25 J, 15 3 7,000 5 77i Suma ................ . •• . ...... $ zo,779 so Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B OL ET Í M LIT. A:R C rédito P or P n ion . . • • • . • . . . • • • . • • . • • . . •• Por Antic ipaciOnc d e sueldos ....•.•. • .•. . ..••• Por C ambio de m oneda . • • • • . .•••....... - - - • • • Por D evol ucioncs ... . • • . . ....••......... · • • •. Por Gastos generales . . . ..• . ....•. - .... - - - - - - - - 9+ 5° 1 + 10 36 I OO "'o6 S urna . • • .. . . • • . ..•• . ..•.. . ... $ 3,000 50 ReJti!JJt11 utlla el D ~bito . .•.•..... . ....•...... . •• - $ 20,779 ;o Suma el Crédito .•. . . .. . • .... . . .. . , . . • . . . . . . 3,ooo 5 Saldo en 3 1 de go to . . . . . . . . . . . . . . . . . •. :1\lOVlMU~N'rO DE AJ EN EP'l'IEMB E Dtbito Exi cn.cia anterior... . . ... . .... - $ nticipaciones d~ su 1 Re1nesas . . . .. . . .. ... .. ..• .. .. . . . •.... . •.. A Deudore á mutuo .••••• .. ...•..•....... . .•• A Intere es . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . ......... .. A Cambio de moneda .. .... . ....• . .... .. .... . . . A Dcp6s1to .. . .. . .. .... ... .. ....... ... ... . Suma . .. • -- --· . ... Créditl) Po; P<.!n.sione· . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . • . ... . Por D"udore á mutuo.. . . . . . . . . . . . . . • . ..... . Por Ga·tos generales .. . :.. . . . . . . . . • • . . . . . . . • • Suma . . . . .. •••• .' .. •.. . . •• ...... . Rntunell 17 779 1 7 ·779 2,0 O fO 2,219 90 ¡oo 147 13 +- 3·++3 6; z6,3 · 3 +O J ,o 1 5 t· , ooo sc6 r6,s:z.• ma el Débi ~o. . • • . • • • • • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . · 2.6,3 3 +O uml el rédtto. . . . • . . • . . . • • . . . . • . . . . .. .• .• . . .. 16 • :z. r . . Ido en 30 de Septiembre . . . . .. ... .. . .. . .... . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. O:nK N )111LIT MOVIMIENTO DE O J A EN OC11 UBRE Débito 'Exi$tencia anterior... . . . . . . . . . • . . . . ..•.... . .,.. A Anticipaciones de sueldos .......•.......•.... A Ren1e a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . .... A Intcrc e . . . • . . • . •...................... A Dcp6sitos ................•................ . Cambio de moneda ...•..........•...•. . ..... Suma ..•.•.............•. . ..•.. Cddito Por P n iones .......•................... - . . Por nricipacionc de l'Ueldos... . . . ... . . . ..... . Por Ga ·co gcAeralc ' ..........•............... 9,86z 40 •-979 5° z,837 zo 1,078 3""~ 55 os zo 45 t,OJ J,OZ +O 5 2 4 Suma.- . . ...................... • : f, s6¡ +O R t:S 11111 NI Suma el Débito .. .... . ...• . ......... - .. - .. - . · · Suma el Crédito .................. - . . .. . . .. -. Saldo en 31 de Octubre .. .................. . MO DUl!h"TO DE 'AJA. EN ÍIIO tFlMBRE Dlb.lo Existencia anterior . .......•.....••.. · · .. · · · · Intcrc es ...•........... · .. - · · · · · · · · · · · · · .. . A ~e mesas . . . . . • . • . . • . .. . .... · · · · . - • · · - · · · · A Anticipaciones de sueldos .......... . .. - ..... . A Deudores á mutuo. . . • . . .....•............. Cambio de moneda ....•.•.......•..•. . .. . •.. 1 ~,~1Z 9 i ~ f, -6; 4-0 1126) --~ It,z6- ;-~ 4 6z 3 so 2,32 ) 1, tOO 10,000 36 Suma ......... · ..... · .. -- · · · · $ 29,34- 92.~ Por Pen iones . .................. - .......... .: Por Anticipa ione de sueldo ..... - .... - .....•. Por Deudore á m lllUO •••••••• · - - •• • •••••••• -. Por a tos gcneralc ........ - . - ...... · .. , ... . "suma.. . . . . • . . . . • . . . . . .. . . . . . . · J ,01- ¡6o t6,ooo so6 --­' 2 1 •• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETJN KlLlT.ul Suma el Débito •.....•.........•••......•.. Suma el Crédito ............................ .. Saldo <'n 30 de Noviembre .............. . 1 1,067 D'os o guarde. El inspector general del Ejército, M. D. MOl\TUFA.R! Bo¡otá, 19 de .Enero de 1 89• cñorta rrctitlcn~ e y IV icmbroa de La Janta Directiva del Montepío Militar Tengo el honor de informaros del resultado de las operacione. efectuadas en la TesCirería del Montepío Militar en el mes de Diciem­bre de 1898. MOVIMIENTO DE CAJA Dí/Jit1 E~istencia anterior .......•..••••.•.••• · •••..• . $ A Remesas •••• , •..........•...•.•.•.•...•••• A Anticipaciones de sueldos .................... . A Depósitos. . . . . . . . • . . . • ••...•.....•.••..•.. A Intereses. . . . • ....... . ......... . .......... . A Deudores á mutuo.. . • •.•..••.•..••..•.••.• 1 1,067 92-l· 1,822 1,198 90 423 10 370 so s,ooo .. Suma. . • • • . • . • • • . . • . • . .. . . . . . $ 19,882 42~ Créiito Por Pensiones.... . . . . . . . . .. • . . . . . . . . . . . . . • . $ Por Finca raíces .•........••...•••••..••....•. Por Anticipaciones de sueldos... . • • . • • • • . . . .••• Pcr Ga to. generales. . . . . . . • • • . • . • • • • ...... . 1,015 J,OOI fOO 536 Suma ••....••..••..••••......• . $ 4,952 .. Rtsllmtn uJna el Débito ••.......••.•....•..•....... \lma el Crédito ............................. .. J 9,882 .f-2-¡ 'f-,95 2 •• Saldo en 31 de Dic1cmbJ:e ........••..•...••.. t 149,30 42! Dio. o. guarde. 1 Inspector general, M. D. MONTUFAR Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍLi MILITAR 245 , Bogot.í, ~o de Mar~o do t89 :'lOres Presidente y Miembros de t Junta Directi del Mont.epio Milit-Ar Tetlgo el honor de informaros del re ulcado de la opcraci·')nt! ' .ctuadas en la Tesorería d('l Montepío Militar en el mes de Febrero tmo. &10VlMIE::i'f0 DE CAJA D!óito Exi:>tencia anterior .•••...•....••.••......... A ncicipacioncs de sueldo .....•.•.. . ...••.•.. A Remesas....... . . .........•.............. A Contribuyente voluntarios .•••......•.....•••. A I ntere e .......•..•..•.•••••.•..••....•..• Suma . .••••.••.• ., ............. . Crédito Por Pen iones . • . •....••..••.....•.......••. Por Deudores á mutuo. . . . . • . . . • • • . . . . • •...•• Por Gastos generales .••.....•••.•••.•....•••••. Por incas raíces. . . . . . . • . • . • . . . • • . . . • • • • ••.• Suma .••......••..•.........••• Rut~mur 16,957 ~~~ r, 100 So-r, Szs zs 7 so r,s68 z r 458 77~ 1,071 13,00 so6 1,350 uma el Débito .............................. $ 21,+58 7 ~ Suma el Crédito. . . • • • . . . . • . . • . . • • • . . . . • . . . . . 1 s,9Z 7 .. aldo en z8 de Febrero ...... · ....... · · Dios os guarde. El In pcctor general, M. o. MON l U F R ----·---- ---···-- ( ~ .J: D fi. J U .• 1 O ü) 'ltttl\ 16n .ren ral /ta/iawu-1) ,-· Ejé r ito ·, el un m1n d > p >r d n n:l y el otro p r el _ncr 1 C ialdini, · e op · n.;n : tro 1>a el Arcl1iduq 1c A b..!rto. El prim..:r , fuerte d.; tre, Cu ·rpo-, e t'l e lll id en l.\ orilla derc h dd:Vlincio; d ·cJunJ , e m.me t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'Í MJJ.;I'J.'AR e ocho Di visiones, se ha concentrado hacia F errara, sobre la orr lla derecha del Po. El 23 de Junio, primer día de hostilidades, }oc; Cuerpos 1 y 1 1 1 del primer Ejército, franquean el Mincio, y: com'o no encuentran al enemigo, el E3tado .L\1ayor supone qu _ el Ejército austriac-o está sobre la izquierda. del· Adije, si no er retirada. Austriacos-El Archiduque Alberto, que con sólo ]O,ooo combatientes, repartidos en tres Cuerpos y medio, debe contener la ofen iva de 200,000 italianos, cupa al principio la izquierda del Adije, entre Verona y Leguano, ó sea una po ición central de doncle puede lanzarse brustament'e sobre aquella de las dos ma-as enemigas que avance primero: sólo su caballena anda sobre:. el Po y el Adije, y lo orienta con exactit4d sobre los movimiento de los italianos. Cuando la ofensiva de Víctor Manuel $e acentúa, tUl aguaje del Po detiene á Cialdini. Entonces el Archiduque concentra su Ejercito hacia Verona. El 23 de Junio, sus tres Cuerpo · y una Di vi ión llamada de reserva se hallan en el camino de Verona á Peschiera, con las avanzadas de Salionze á Somma Campagua, dando frente al Sur y á la llanura de Villafranca, que e vigilada por ]a caballería. Planes ele ope••aelones ltoliattos-Víctor Manuel, persuadido de que el Archiduque Alberto est'á aún sobre la izquierda del Adije, se propone ocupar la línea de alturas Castelnuovo- Sona,- Somma Campagua y la im­portante encrucijada de Villafranca : con esta operación cree atraerá sobre ¡ al Archid:.tque, ó á lo menos que acuda á qefen­der á Verona; Cialdini podrá ent~nces pasar el Po y rparchar obre la retaguardia del enemigo. En la camarilla del Rey no se razon ino obre la hipótesis de un ataque au triaco que parte de Mantua ; el 11 Cuerpo cubre las avenidas e esta plaza. Austria-El Archiduque trata á la vez de conservar sus co­municaciones con el Ti rol, por la 'ía de Ca telnuovo Pastrengo y de amenazar la línea de retirada italiana, cuyo principal punto de enlace con el Mincio e Vallegio. Conserva la ventaja de la do­minación, se apo 'a en dos plazas fu'!rtc y e tá en situación de caer sobrer el naneo de las columna que avancen hacia Verona. Hien informado por u caballerfa, el Archiduque preve la batalla del iguiente día. Oa•tleu 8 ~e ba•an Italianos - Al principi la llnea de batalla está marcada tan ólo p r cabezas de columnas sin enlace entre .1 y luego se con tituye por p rciones compuestas de senda divisione que br n cada una por su cuenta. A la izquierda el 1 Cuerpo (Du­rando) pone en línea tres Divisione que entran íntegramente en Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETíN MU;ITA 217 pelea: Cera le en lios', Sirtori cer.ca d7 Santa Lucía, Brignonc en u tozza ; en tanto que la 4.a, Ptaneh, queda en bservación del tro lado del Mincio. El 111 Cuerpo (della Rocca), cuya mi ión es rel>a ar el frente Somma-Campagna- 1 illafranca, presentó en pri­mera línea la Divisione Cugia Bixio y umberto, qued;1ndo la .n girone, en reserva tra la izquierda ; la Divi i6n de cabaiJería onn se itúa cerca de V illafranca, dando frente al camino d [Vlantua. Austria-c.()s - De de 'lue rompen marcha hacia 1 línea d a\'anzad , apat:ecen bien ligadas la di ver a fracciones de tropas que por er pequeña lumna e tán en aptitud de de plegars¿ fácil y r'pid mente. De la derecha á la izqui rda en uentran: un de~tacamento de la g an icicin de Peschi ra, la 1 1 ton re erva y lo Cuerpos v y IX, má á 1 izquierda, en la llanura, J. do Esnigad de caballena del Coron 1 Pultz. 1 V-II Cuerp n tituye la reser.va general, pero de de el pr.incipi de la acción una de us tre Br-igada avanza ha ta Zerbare á intercalar e n­u ·e lo uerpo v y IX (1). Prdiminarn-Ambos Ejercito e ponen en movimiento al a manee r ; lo italiano ólo se han prepar do para una marcha, ue ni aun so pechan la vecindad del Ej rcit u triaco y la ca- Jler.ía no explora el frente. La va1 guardia del General Ceral;, 'lue parte .de Mozambane, e dirige á lini p r mino ma cor-t , en tanto que la ivi ion da un gr n rodeo por Valeggio donde cae entre lo bag je de la División Sirtori, la que e· retar­dada por e te fraca o n u rnar ha :i bre an Roce , en tanto que 1 vanguardia, mal dirigida, sigue á la primera hacia lini. A 1 nueve 1 d vanguardias eh e n en Hni e n la Divi 1 n aus-tr: ia a de re erv.a y on recha-zadas con p<.·rdida . .En la derecha italiana la do Divi ione" Bixio y Humberto caen a OJO cegarrita bre la cab llena de Pultz, que le carga a f; ndo y luégo e itúa fuera del ale nce d l fusile , pero on­en• ando una actitud agrc iva que intimida a 1 it liano lo mantien inmóvile y lo in tiliza para el re t de la jorn d . En el centro la l)ivi i · n irtori princtpta á e 6uaz r el 'iane y la l)ivi ión Brignone e tá ya cerca de las e lina de Cústo7za, uaudo oyendo el cañón á u derecha . á u izquierda, tom > po­icione frente a V illafr nca. Del lado au triaco, el v Cuerp h - b1 tcba ado ya n Roc-co y el1x llegaba p r el Monte r n.c, obre la divi ión ngnone, que le d ba l. e p Id . Eran la och de la mañana.' (•) Loa it linnos 11 v;¡run ni C'ombatc: 100 ooo infnntc • ¡ ooo jinete& y _oo c. ño-nc ; ll)s • u•trincqs 7 ooo con ... oo c. bailo y 1 70 piet. s de :~rtilleri ) 1 pérdicl 1 fut•ron igu. }('~ : 8 ooo a•ln Ejército. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'íN MlLITA.R La Batalla (1) A la izquierda, la división Cerale se une á las do vanguar.­dias en Olini y toma la ofensiva sobre las faldas de Cricolí. La di isión austriaca de reserva comienza á cejar cuando aparecen de repente 1 oo lanceros duchos de Si cilio : las columnas italianas, ya desorganizadas por un combate sin plan y cargada á fondo son arrojadas unas sobre otras y sobreviene el pánico; Cerale e herido por sus propios soldados. En este momento cae sobre el flanco de )a división italiana una brigada del v cuerpo austriaco, que llega por San Rocco, y a í arremetida por el frente y por el costado la di­visión Cerale retrocede, abandona á Olini y por último huye ha - ta el Monte Vento, en un desorden tál qae en el resto de la jor­nada no puede volver al combate (2). Al mismo tiempo la división Sirtori es atacada en pleno paraje del Tiane por el v Cuerpo aus­triaco y rechazada sobre Santa Lucía. A la misma hora (las once de la mañana), la división Brignone, sorprendida por la llegada del IX cuerpo á su retaguardia, e· de alojada de Belvedere y de Custozza. Alguno batallones de la división Cugia han permanecido en el monte Croce. La división de reserva Govone avanza hasta la· alturas de Custozza y logn1 arrancárselas á los austnacos y aun causar graves daños á una Brigada deJ VIII Cuerpo, cuyo flanco izquierdo quedó descubierto en el movimiento del IX ; pero e) Jefe del 111 Cuerpo italiano, siempre intimidado por la caballería de Pultz, no se atreve á moverse para so·tener las Divisione Gomne y Cugia. Hacia la tres, la situación e la siguiente : á la izquierda, Pianelli, por propia iniciativa, ha re, ueJto pasar el Minc-io y reco­ger lo resto de Cerale, pero no puede avanzar de Mozambano, donde lo contienen lo au triaco que hao bajado de Monte V ent . Sistori, arrojado primero de anta Lucía, ha te ido que aband - nar lueg el Monte Mamaor, de de el cual el v Cuerp austriaco coge de flanco á 1 • defensore:> de Beh,edere de Cu tozza. En fin, el Archiduque lbert prepara con vigoroso cañoneo un ata­que de esto ultimo · punto , hecho concéntricarnente por lo. Cuerpos v, v Ul y lX y todas la re erva . ( J) El c:tmpo d b t. IJ, ito .11 E. clel lago ele Garclc y .ti E. del Mincio, mi fe un, upcr lici rle trc ltgu d • nchura p r otta t. nt l el• lon'-'Ítu . entr lo clos camino1 ele Verona. y comprende , 1 . In llanur, ele Vill.,fran ·a, ) al . •. nn h,·miciclo rlc: altur.t que rodra un~ e: pccic ele me . ta, por entr 1.1 ctnl baja el Tun · e n elirección á e te último lug. r ; .~ 1 D. ele! ri.tchuclo, entre éste )' el Mincio, t-marchas mal organizadas-Falta de enlace y de solidaridad entre las Divisiones.--Incapacidad é inacción de la caballería­Desorden en la marcha y el combate. Inercia inexcusable del ala derecha. Ignorancia del papel y u o de las reservas. ( 1) .Austriacos-Mando previsivo é inteligente, hábil utilización de todas las tropas presentes en el combate. Papel inteligente y activo de la caballería. Acción bien combinada de las diversa tracciones y de las tres armas. PI A LES D' AXTR ES (Profesor de la Escuela ele lngeniena --···-- La Rn;ista Militar de Lima ha pr movido en el Perú un ,.o,uurso militar conforme al siguiente Pro rAlla&: lnvitamos á lo ~eñore Jefe y ficiales del Ejercito, hasta la clase de Teniente Coronel (inclusive), cualquiera que sea la con­dición en que se h llen, para la celebración de un concur o en el próximo aniversario de n u e ·tra independencia. ' ( 1) De pué vino AfJbn- Gm·imo (guerra ele Abi inia). '·E te fue el Últ1mo golpe E e Ejército, que er. la sol" co a que e creí. mtacta y llena ele rectitml t:n la Nacion, con l1 cu.d e habtan ngot:ulo todos los jugos alimenticio· de la P.ttria. fue ignominiosAmente •lcrrot:ulo • ... El elemento militar. ex a pera•lo por ¡,, llerrot:~, tan 1 roz como ti grnci • •la, tan prcauntuo o como odiarlo, recurre (hoy) a cada m tanle .1 1.1 rrprc ione exlrc· mas. A e ul, momento se arroja !lobrc el pueblu y lo li.•sila ó lo . se ina."-A. o oLIBt • T'T r ( R••LlJt' ,¡~ R~r/IIC>.. dt• ;) de Jlfar~o tlt: 1899 J. Estas hnca on rle un estudio con motivo riel a e inato rl 1 pueblo inerme por el F.jcrcíto, en rliver a poblncionc , sólo por­que 1.1 rniseri.1 lo o~ll&lb;l .1 olici!a.r u~paro clcl obierno, y c. e~ ,m~ ter.rible c.t_igm ~ 1lc barbarie y cC)banha q••c se coloco Jam,, sobr • d rostro de un EJcr<:tto1 m cxcluJt nt los flagelo de T.ícito brc los prctori no le los C ~sarc • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 250 BOLETÍN )IILlTJi R Los puntos materia del concurso son los ' iguientes: Infantería-En el e·tado actual de nue tra infantería ¿e conveniente la supresión de los tipos normales para el combate? Caballería-¿ Cuál sería el tipo de caballo militar para nues­tro ej rc.to, de qué manera se podría obtener y cuáles los medio de propagarlo en el país ? Arti/lena-Ventajas ó inconvenientes que resultarán para el Regimiento de campaña, con la adopción de las piezas de tiro cur­vo. ¿Cuál sería preferible, el obú ó el mortero, y en que propor­ci "'n con respecto al número de pieza ? Armas t'n general-¿ Es conveniente entre no otro la adop­cion del fusil y carabina exclusivamente de repetición? Para el examen y apreciación de los trabajos se formará el re pectivo jurado de Jefe uperiore , cuyo per onal e publicará en u oportunidad. Los trabajos e presentarán por escrito, llevando cada uno de ellos al pie de la respectivas m teria , un seudónimo, y en pliego cerrado el nombre del aut r, con el eudénimo adoptado, debiendo e tar el trabajo y ~1 pliego del n mbre, aunque eparado, bajo una mi ma cubierta. Premios- Habrá un rernio para cada trabajo, obsequiado e pecialmente para e te concur o por alto Jefe del Ejércit , cuya relacion no publicamo toda ta por esperar el designado por u xcelencia. portunamente volveremos á tratar el a unto, que por cierto interesa n ólo al Pení sino " todas las epública andinas. --···-- (Cm inu •ión) Por úl~imo, de!;pués de un l)itio de ciento diez y ei día , durante el cua_I se v1eron por una parte, el valor v la con tancia, y de otra la tcm.cndad y la de espcrac~ón, e'? el momento e11 que una parte de lo habttantcs de e ta desgr· c1ada ctudad sucumb1a de hambre v de enfer­! Dedad, Y. en qne el resto iba á correr la misma suerte, Jo· jefes de la m urrccc16n, bárbaro como el primer día, huyeron, librando u suerte al. azar,. y dejando á sus de die hada \'Íctima e ·pue tas á u suene y á ~1scrcc1on de un vencedor que aparentaba tener que cumplir con todo ngor la leyes y el derecho de la guerra. Al punto mi tropas ocuparon la ciudad ; el aspecto de é ta fue para mí <:1 cspcctác•tlo más doloro o de mi vida, porque no era má que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'ÍN MILITAR 251 un va to cernen erio por donde vagaban e qu~lctos aún con ida ; Jos cadá\•cre yacían amontonados en las casas y de. de lejos infest~ban la calle de un olor pe:; ilcnre que aumentaba el horror y te tmcaba la ferocidad ) lo crímenes de los erdugos de e ta de dichada ciudad. Mi ~jército e te t;jército vicrOTioso, que había sufrido tanto durant el si­tjo, cuya in~ignaci6n había sido pro\'Ocada tántas ece. y tan ju ·ta­mente ; este ejército, que fue testigo del infame a e inato de catorce oficiales de la e ·pedici6n del · encral Hore, á quiene tomaron pre9o en el mar e te <.jércir:o se distinguió pOT u generosidad por u virtu­dc y dis<..iplina e.·ccpcionales. Oyó mi voz" corre pondi6 á mi deseos; ba tó una eñal mía para que )Qs moribundos de Cartagena, en vez de la e pada que debía poner término á U ' males y á su .·i tencia, encon­trasen amigo y hermano que compartian con ello us raciones. El vencedor cedía su pan al vencido · las plaza · pública · y la calle e - taoan continuamente llena d<.: grupos numero o de otda os que au ·i­fiaban á lo de dichado que caían en nue tro poder, y por dondequie­ra se oían la, bendicionc que lo habitan e · prodigaban á su · genero o Jibe.rradores, míen ra que por orden mía e les di tribuía una opa abundante que podía reparar u fuerza · y devolverle la alud. Tal fue mi conducta, tal la del ejército, durante la ocupación de Cartagena ; conducta de ue no temo afirmarlo, no hay otro ejemplo en circun rancias idt!nticas, en ningún otro paí , ni en ningún tiempo ni ejército. ran número de los que habían contribuido con u obstina-ión á este sitio, cayeron en mi poder ; lo cabecillas y lo más culpa­bles fueron entregado al General D . Franci co Montalvo quien quedó he ho cargo del mando de la pl~a, y, n consecuencia trasladados ante ~1 ufrieron Con ·cjo de Guerra, siendo juzgado y condenados á muer­te. Los demás iguieron presos y fueron puesto en libercad algun tiem­P. O de pué ·. La angre derramada por las inocente vtctimas de la de astrada ambtción, clamaba venganza ; Jos crimenc · horribles exigían ca tigo ejemplar ; la ley los condenó ; la ley aplicada por UJ1 Tribunal legalmente con ticuído : los procesos e ·i ten ; ello · dirán si yo engaño á la nación . ( 1) Una corta permanencia en la plaza de Cartagena me fue indi . ­cns le para re tablecer en ella el orden, par favorecer á su mí.ero habitante , y dar principio : los va tos planes que había con ebido con el pr pó ito de pacificar pronr:amente e te gran reino. ]Jí fue en don­de pu e en mo\·imienro to a la olumna que debían concurnr a e · ta cmprc a, con e ·cepci6n de la s.n Di isión del Ejército, acantonada Cl d 1 ' mi te mc¡idional de V enczucla. Le había dado mis órdenc , antes de mi ali '"ic e a Provincia ; pero era nece:;ario cumplir cierta me­cijdas rcliminares ; lo cnemigQ, , con la e peranza de \Cnccr nue tra ol tmna en medio e lo e combrc, del hambre y de las enfermeda­de. , habían de truido todo en Jo · in m en os terrenos por donde d'-=bía atra\'C r. tod e ar:endi6 : lo parqut!s y lo hospitales se establccie­r o on promirud ; se olocaron en la~ má vcntajo ~ po iciones; la ( t) L:t mujer tlé Ari mendi t. mbien c. yo pri,ionera c!c mi trop .¡ ; (ue en i d. í e: ri iz. en donde l:t genero. id,HI del R ·y la gr:nifi ó con un pen ión con iderabl~. Logro (u ar )" reunir e u m. rielo en M.crg.trit:~ u;m d e r t:tbltc:io la Con tÍt\1 1on. N.CO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 252 BOLETÍN MILIT &R Columnas recorrieron simultáneamente, y con una rapidez de que no hay ejemplo, el espacio de quinientas leguas, desde los inmensos de­siertos de Casanare hasta la embocadura del Atrato y puerto de San Bue­naventura, y desde las orillas malsanas de Santa Marta y Cutagena has­ta las ásperas montañas de Popayán. Estos movimientos se ejecutaron con tan perfecta precisión, que por todas partes se venció y se sometió á las leyes de la nación española. Esta victoria, que mi tropas alcan­zaron á fuerza de constancia y de valor, no era únicamente el objeto de mis propósitos : yo aspiraba á éxitos más lisonjeros y gloriosos, pre­tendía obtener triunfos fundados en la humanidad y la fuerza moral. La orden que hice publicar el 1 5 de Enero de 1816, al iniciar esta me­morable campafia, será para mí motivo eterno de íntimas cavilaciones. ' Soldados-Vais á terminar la empresa que el Rey ha confiado á vuestra intrepidez y disciplina ; Cartagena ha cedido á vuestro valor ; los rebeldes han huído cobardemente ; la plaza se ha rendido á di.5cre­ción. Habéis dado nueva prueba de vuestra humanidad y añadido una corona á vuestros laureles. El Todopoderoso nos protege, vela por no - otros, y si recordáis el pasado, veréis visible la protección del ciclo . "Los ttaidore~ !tan atraído sobre esta plaza todos los azotes ; han huído, como lo han hecho siempre . Las tropas de Portohelo van á es­perarlas; la Columna del Atrato rivaliza con éstas, y renueva lascaba· llcrescas acciones de nuestros antepasados. La División de Zaragoza e - termina, con un puñado de valientes, á los que se atreven á presentar e delante de ella, y las fuerzas de Timid cimentan la paz en ese vasto tc­uitorio. Vuelan á Ocaña para acabar con los factores de la discordia; reúnen sus fuerzas á las de la s.• División, que se ha cubierto de gloria en su larga marcha de Guasdualito á Pamplona, por Chire ; son com­parables ya á las tropas más aguerridas . "Soldados, lo más penoso de vuestra empre a está cumplido. Ya se encomiaba vue tro inmortal valor, ahora se elogiará también vuestra constancia y vuestra firmeza. O felicito por la severa disciplina que observái . De este modo destrufs los perversos p~oyectos de aquellos hombres que, noatreviéndose á atacaros de frente, emplean las armas de la mentira para destruír vuestra reputaci6n de honrados y generosos .. "Vái ·á recorrer vastos países ; dormiréis bajo el techo de tranqutlo labradore , en donde encontraréis la más generosa ho pitalidad, como en todos lo 1 ugares que habéi · atravesado. O recibirán como al pro­tector dci débil, como á súbdito de u Rey que, á pesar de los esfuer­zos de los faccio os, no han dejado de amar en e tas orilla . Portaos como soldado de un gran Monarca ; acordaos que el Rey e cleme.nte con aquél que reconoce su error, y severo con el m tlo que ~cr l te en su crimen. esta comarca no o · ha traído la sed de nqucza. Dad una nueva lrueba de ello como lo han hecho nue tro· compa­ñero en el P erú, ~echazando el o'ro gue les ofrecían con mano pródiga lo fiel e;:, habitan tes del Cuzco. u Protección al oprimido, amor al Rey, cfen. a de la Rdigión, tal ha ido ha ta ahora vues ra di \'isa : con '('t\ adla. De este modo se­réis el terror de )o malo:;. Vue ero nombres pasarán ha ta la m ·í re­mota posteridad, y n une a se oh idarán vue..,tras hazaña ·. e uartel en eral d e 11"/d~CI/11 de J l!dÍt1J, 1- de Enero de 1 816. MORILLO.' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLET1N MILITAR 253 EN I~ GUERRA DE 1 DEPE~-DE-"CIA (ARCHIVO RESTREPO) En 1.0 de Junio de 1 816• mandó el General M orillo á Cartagena nce ecle · iásticos de la Pro' incias del Norte, para que Jos remitiesen á España. El señor Virrey Jo puso á dispo ición de la Audiencia para que lo juzgase, en cumplimiento de la real orC:en que había venido, r vocando Su Majestad las comi ione y facultades extraordinarias que había dado; mandaba que todos los juicios se liÍguiesen conforme á las leyes, y por us jueces naturales. La Audiencia pidió las causas, y como :\ nadie se le había hecho, se pusieron en libertad en Cartagena. El General Morillo, incomodado con e ta arreglada conducta del Virrey } de la Audiencia, mandó al Presbítero Luis Villabrille, que hada de Vicario para juzgar al clero, que ningún otro eclesiástico fuese remiti­do á Espat\a por Cartagena, ino por las Provincias de Venezuela, sin illtender á los reclamos que hiciese la Audiencia ó el Virrey . El día 11 de Septiembre del mismo afio salieron de aquí cuarenta cuatro eclesiásticos de Jo más lucido y respetable del clero, como lo eran los sef\ores Gobernadores del Arzobispado, Duquesne y Pey, el sc­f\ or doctor Fernando Caicedo, Penitenciario de la Catedral, lo curas de la misma Iglesia, Umaña y Plata, e l doctor Manuel Escobar, Provi­or de Popayán. En esa partida iban seis eclesiásticos conocidos, mar­t: ados por los realistas y enemigos del sistema ; éstos eran los señores Duquesne y Pey, doctor Plata, Joaquín Pey, Longas, cura de La Pla­ta ; U ribe de Cerinza ; y el doctor Losada, pacífico y virtuoso. Salie­ron escoltados por veinte ·r>ldados y á las órdenes del Capellán Mel­garcjo, que hacía de fiscal; y en su Jugarse nombró al doctor Santia­go de Torres y Peña, que continuó fiscalizando á sus hermanos con tanta torpeza como injusticia, por adular al Vicario. A mediados de Octubre salió otra parrida de treinta y tres ecle-iásticos con el mi mo drstino, y escolta á las órdenes del Capellán García, en )a cual iban dos relig1osos de Quito, que lo eran Falledo y Scarpetta~ dos de Popayán, dos Franciscanos, dos de Santo Domin'o y do!> de la Candelaria de San Agustín, y el resto del clero 'iecular del de otros Obispados y del de Popayán. De los des rdigiosos de San Francisco, el Padre CarbonelJ, por una ligera reconvención que le hizo á un soldado de la escolta, óte le dio unos sablazos en Pamplona, y por e tar mal herido lo dejaron allí, de donde pudo después escapar e. El 2.4 de Noviembre salió la tercera partida, compuesta de iete ceJe iástico, á las órdene del Capitán León, zambo venezolano. En ésta iba yo, in embargo de haber sido indultado por el General en Jefe el día de cumplea11os del Soberano, á favor de una gracia que en el púlpito le pidió el señor doctor Guerra ; y á la hora del besamano le mandó expresa e la gracia que había pedido, y el señor Guerra lo hizo, pre entándole un memorial mío, en el cual decretó de su puiio y letra, concediéndola .y mandando se me die e el pasaporte para rcstituírme .t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 25 BOL.E'l'Í...'i M[Ll'l' R mi curato. FA indulto y el pasaporte los mandé al sei'íor Arzobi po á Guaduas, informándole el modo inicuo con que se había tratado al clero, confiscando sus bienes, robando las iglesias y expatriando inocen­tes, para suplir la falta de los que, verdaderamente comprometido:;, habían podido, á costa de grande urna , quedarse impunes. E tando nosotros en Tunja presos, en el Con ento de Santo Domingo, arreba­taron al Padre Prior, maestro Rojas, que no había recibido con C•"~rnpa­sión y genero idad ; y á la mi ·m a hora cogieron de an Francisco al Padre rdila, le dieron á pocos días una pali:ta y lo dejaron en un pue­blo ; el Padre Roja logró fugar'>e. Dc.::·pués, de Tunja informé •o á la Real Audiencia lo que deseaba conociera el Tribunal, obre tánto de - orden, robos y de ·precios á la justicia y autoridade , indicando que lo pondría también en conocimientO del Virrey y del Soberano. · En Sogamoso cncontrámos al General Morillo, que había salid de e·ta ciudad el 16 de O\>icmbre. El 3 de Diciembre p r la tarde pa ó el cneral con algunos jefe por la casa de nuc tra pri ión. P<.•r la ventana le dije me diese media hora de audiencia \'crbal para maní­fe carie cosa interesantes á la ación, al honor de la cxpedici 'n r al mío, y "in detener e me dijo lo hiciera por e crito. En esa noche e no presentó un Oficial á avisarno. que por la mañana dt:bíamo eguir, y que él e ·taba encargado de nuestra custodia ; aunque poco e perába­mos de él, tuvimo gran consuelo por alir del zambo León, que, siem­pre borracho, nos afligía y no mole taba con ·u maléfica alma. En la plaza nos m < ndaron hacer alto, cubrieron de tropa la bocacalle, for­maron en fila -o hombre , pu icron en medio de ]a plaza uno trozo de palo, y empezaron á acar pre os de la cárcel y á remacharle· ~o­bre los palo una e po a , aprisionando un buzo al uno con el de otro. Once pare pu ·ieron, y conclufdos, siguieron con nosotro y vein­tidó hombre de escolta. 1 salir del pucb o, empezó el Oficial Jo é Beltrán a consolarno· y á ofrecerno todo lo alivios que él pudiera darno . os qncdámos en el ptteblo de orrales, y allí mandó á la e colta no dcja·c tratarnos con todos, y alir á donde qui iéramo· puc.:: conocta éramo caballero incapaces de comprometer u re pon abili­dad. De pués de aquel d1a e manife tó amigo de todo , consultaba nuestra voluntad, y no se hacía sino lo que nosotro. qui·iéramo. u­taba de que le habláramos de la patrra y de nuc tro c·graciados suce o ; improbab la cruel conducta del Gen~ral y otro jefe. Por cualquiera de los pre os que iban con cspo as, que no otro ofr ciéramo· no e fuga­ría, lo ponía en lioertad, á pe ·ar de las in truccionc que llevaba, yue eran tan bárbaras, que sólo Morillo la hubiera dictado. Coruq yo ad qnirí cánta confi nza con él, le dije lo que h:tb{a informado á la Au­diencia. En Pamplona le manife té lo que iba 'informar al 'irre ·, que era ;i· ex ten ) y m :h fuerte que lo· do anteriorc · informe·, por lo que abiendo y la discordia que había emre el Virrey 'el encral Morillo, conocía le ~e rí agradable el que con lo colore· m;Í \'1\'0 le pre cntct e lo suceso . En M. rae ibo le dijo al Gobernador que él .respondfa por la con­ducta <.on nosotros, y «..:11 todas parte no recomendaba, improbando nuc.tra c. patriación. 111 le manifcstt! yo la rt:prc lllaci6n que hice <~1 Soberano, que comprcndta las tres antcriorc , lo robos de iglesias • parcicularc , cohecho , inform lida en la causa puc :i la mayor paree Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2 rling n se le h:ab(a kecho ; y ese jtwen honrado, generoso y lleno de cqui ~ , la apro ó, y me in tabu á dirigir! •á <2á i~ á su familia para qu ella la dirigiera al rano, lo que no ace té porqu el sefior Mo ante, Provi or d Maracaibo, m ofreció dirigirla á su costa á su podcrado d a rid, r que i algún ga to ocurría que hacer, allá lo haría también. Mi rc~rc·cntación alió de Maracaibo el día J+ de Ene­ro del afio 17, en d bergantín In iano y no otros salímo· el 22. Eu Cacig a le upliqué me dejara para salir dos días después, y me lo pcr­J ti i/1, en argándome únicamen e lo alcan7..ara ante de llegar á Coro, 1 que umplí. Ha t Puerto Cabello no co•.dujo, iempre amable y lleno de compa ión } re pcr hacia no oao . Mientras allí permaneció, nos vi·icaba y ervfa en cuant lo ocupábamos. E te ensible joven era 'J'énien e d lng nieros, de buena figura dulce modales y cultivada educación, · de graciadamcnte tuvo un fin de ·a tro o. De tinado por Morillo á la Di' i · 6n de Barreiro, fue herido y pri ·ion ero n Boyacá .. de. pués fu·ilado con todo u compañ ro · por rden de antander, .\ pe ar de ha er ofr ci o · ervicto á la patria en u el a e, ó de olda-do, ó uc lo dcj en como un ·implc ciudadano · de haber todo ló cele iá cico. á quicnc tánto no sirvió, rcpr 'entado pidiendo ·u )ihercad, ~· con tituyéndono fiadorc de su buen comportamiento. ¡:Ac­ción ingrata, cruel y bárbara ! En el \ ia·e murieron nce cl~rigo~ en la uaira sci en ara- \,;a uno. Vpatia: adquirir la indct cndencia y e ablcccr: la liber:tad. El primero de esto objeto era claro y definido ; ~e hizo para u consecuencia todo lo que -era memc ter, · á nadie le ha quedado duda de que somos in ependien-t de pañ . El egundo, ab tracto y complicado, era mucho má ificil de con eguir,y lo que creyó adecuado para · u logro fue trasladar literalmente á la ucva ranada las in titucionc que regían en otro pueblo que e reputaban libres. Si¡,, libn·tadfll rrz fll/11 toifl ildtr.'rollt h tierlíll jorm111, la oprrttf'ión hnbría lt nido rl éxito dese,uJo; pe.: ro en esto ucede con la nacione lo que con lo individuo en particular. n hombre ulto y famili, rizado de de la inf1 ncia con las regla de la ur­banidad y etiqueta dF.: tlníl corte, e tará libre, contento y atisfc ho en medio de las atcncione. de un salón · y si' se coloca en él á un to:»co ampesino1 v e le ujcta á toda la formalidadc:> de la cortc:tanía e le Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 256 BOLETÍN MILITAR habrá con tituído en un estado penoso de esclavitud y de violencia. Así, las instituciones que hacen la libertad y la dicha de una nación pue· den constituJr á otra en un estado de ufrimiento y de opresión. Un pueblo Jo mismo que un ciudadano, es libre cuando se le permite hacer Jo que apetece y no se le obliga á ejecutar lo que repugna; es decir, que es libre cuando las reglas que lo rigen se conforman á sus necesi­dade , sus hábitos y deseos . Las instituciones trasplantada á este país eran del codo extrañas á las costumbres establecidas, y violentaban los deseos y tendencias de los pueblos. De aquí depende que esas mjsma formas que en otro países son estimadas y cordialmente queridas como alvaguardia de la liberlad, aquí apenas merecen la indiferencia ó el desprecio del pueblo, y algunas veces u desconfianza y odio. Los hom­bres de cierta ilustraci6n, reputando estas instituciones conformes á los principios de organizaci6n política que gozan de crédito entre los sa­bios, laa han juzgado buenas y toman en su conservaci6n un positivo interés ; pero las masas populares míranlas con la más completa indife­rencia, si no es con una positiva repugnancia, atribuyéndoles la causa de las guerras y padecimientos que han afligido el país en los últimos 30 años. Esta es la causa de ese egoísmo y apatía, de esa indiferencia maquinal con que los pueblos ven generalmente las sublevaciones con­tra el Gobierno establecido. Armanse á veces, e verdad, contra los sublevados, pero e cuando los atentadoa de é~tos, u rapacidad y violencia, 6 su carácter bien co­nocido, amenazan inmediatamente las personas y las propiedades ; es en su propia defensa que las masa suelen prestar apoyo á la autorid.&d para reprimir la rebeli6n, mas no por re peto y aml')r á las institucio­nes, como sucede siempre que éstas, amalgamándose con las opiniones y hábitos del pueblo, son queridas como un bien, como una propiedad. 5. u L11 oposición uure lo1 interut J palpaóleJ 'el pueblo y algunas im­litulionu- Sean cuale fueren las formas del Gobierno. si los ciudada· nos no g
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 99

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 92

Por: | Fecha: 25/03/1899

A O li Bogotá, Marzo z S de I 899 NUM. 9z --~· ....... -- ORGAXO DEL IJm 'fERIO DE GVERR Y DEL EJERCITO ---· ....... -- DtRF.C'TOR A D-HON OR:t:. 1, FRANGISGO J. VERGARA y V. Corone l, :Mie mbro d e la S o cieda d Colo mbia na de Ing enie ros O ~UISlR.;.)r. !1 9.lt -~!l Jl Sl .lt !lU lt'HHUUUlRR .29!1 .lt!lJt.lt .U.SlS!.Sl.ltSlSl9SlSl!llt.ltJI.IUUt.lt~UI Q Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefes y Oficiales del EJército de la República 0 6 b ~~~ó~~~~~ ~~~oGO ~G6 ~a ~6<6~~GG06~~6~ 6666~66~~~666666666~6~6 ~ •ECCION D CTRIN AL --··· - - (co •F!RE Cl DE MR. E. BOUTROUX E • Ll\ ESCUELA DE SAINT-CYR) Tra d ucida pnra el Bolt tin ~(ililar Cuando se me invitó para qu os hablara del deber miiitar, d bo confesarlo, nü prin1era impr sión fue un sen­timiento de inqui etud. ~ ... os importan las id as genera­les y tnetafísicas entr las cuales vive el filósofo ? Os pre­paráis para la acción; y fuera de los conocin1ientos posi­tivos y técnicos sólo l ejemplo de los hombres de acción puede enseñaros la práctica del oficio. Sin embargo, despu" s de rcdlexionar sobre la m teria con1prendí el motivo que había provocado tal decisión. n efecto, las fuerzas físicas, Ja ci ncia, J educación técnica y prof: sional, no constituyen toda la guerra: n ella el elemento preponderante es y sera sien1pr la fuerza n1oral. Cuando se explica á Waterloo por la negligencia d Grouchy, por 1 demora de apoleón en cn1 peñar l combate y por otras causas análogas, es pre­ci~ o añadir, para q u 1 ·xplicación sea completa y real, qu · el .. n1perad r 11 g ' destnoralizado á B "Jgica, y esta razón hace inútiles las otr s. Ahora bi n, el minucioso estudio de las causa en la historia de la guerra conduce Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 130 noLETÍN MILITAR siempre á este mismo resultado. Y esa fuerza n1oral es, si se considera en su fuente más elevada, la fe en una idea, el amor á una causa que se cree justa y grande ó á lo me­nos el amor á la gloria y á la inmortalidad, ts decir, en una palabra, el propio corazón hun1ano con los sentin1ientos que le son realmente esenciales. Así, qui"n podrá d cir que no comprende Jos principios de la virtud n1ilitar ? Y el fi­lósofo en especial, cuyas funciones se reducen á analizar el trabajo interior de nuestro pensan1Íento y nuestra voluntad, no encuentra un admirable tema de estu.:lio en esa n1anifes­tación tan palpable de la superioridad del e píritu sobre la materia? Pero una objeción se pres ntó entonces á mi mentt: es bueno y oportuno discutir los principios del deber n1i­litar? So pretexto de tnostrar cuán bien fundado está ese deber ¿ no se corre el riesgode debilitar y compron1eter su sentin1iento entre los hon1bres? ¿No es Ja fe más segura y 1nás fuerte que todos nuestros razona.n1ientos, y no nos basta que tengan1os en el corazón la certidumbre moral de la realidad y de la inviolabilidad de ese deber? Objeción justísima en verdad, si ~e tratara d espíritus que no se hayan acostumbrado á reflexionar y exanlÍnar. Es ley de la naturaleza q u el hombre con1Íence por J a acción instintiva; pero también lo es que 1Jegue el día en que reflexione sobre esa acción y no consienta en perseverar en ella sino cuando 1 instinto se halla de acuerdo con la razón. Y qui "n podrá negar que tal es hoy día el estado de todos los espíritus? o hen1os creado tal situación: se desarroJló por sí n1isma y cada día gana n1ás terreno, por lo cual obligados starnos á discutirla y á ncontrar denlos­tración aun para aq u llo en que sólo q uisiét~atnos creer, d dond que la filosofía con su libertad de análisis venga á tener su puesto necesario en una de las ocupacionas hun1anas que al principio le era la más xtraña. Así pues, tranquilizado el espíritu, trataré de des­empeñar mi tarea analizando el lado hun1ano y los prin­cipios racionales del deber militar. I Voy á hablaros del ¿eber militar tal como se nos pre· senta hoy día) es decir, en un ej~rcito nacional. ¿ Significa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. :BOLE~'ÍN 1\IILlT.AR 131 algo este distingo? Ha cambiado, pues, la esencia del de­ber militar? ¿ Debe el soldado consultar la forn1a variable de Ja sociedad y de las instituciones para saber á qué está obligado ? N o, en verdad, como lo demostraría, si fuera necesario, la comparación de ese deber en el presente y en el pasado . Al través de todas Jas transforn1aciones cumpli­das, tanto en la sociedad con1o en el ej ército, siempre se resume en estos dos términos : el ejemplo en el jefe y la obediencia en el subalterno. l hecho de que el soldado sea ciudadano al misn10 tien1pn y Jo sea bajo un r " gin1 n político de libre discusión, en nada cambia Ja fórn1ula del deber. Nuestras revoluciones, .:¡u e han derribado tántas cosas, no han tocado la disciplina militar, como lo prueba la disposición Jeg~al, en virtud de la cual los derechos de elector se suspenden para el ciudadano, mientras pern1anece bajo banderas. El deber militar no ha can1biado porque no puede cam­biar ; su esencia se deriva de la naturaleza misma de las co­sas, y á este respecto el razonan1iento engendra una teoría cierta é inn1utabJe. El hecho que engendra y determina el deber militar es la guerra, idea n1uy sencilla y sien1pre la misn1a, sean cuales fueren las circunstancias que hagan nacer á aquélla. La guerra es una lucha á tuano annada entre dos canten­dores, en la que cada cual pr tende imponer su voluntad al otro. ¿Y cuál es el instrumento del éxito ? La fuerza . ¿Y cuáles son las condiciones de la superioridad!den-tro del don1inio de la fuerza ? - Cuando se trata de cosas material s vemos que la fuerza es el concurso de dos elen1entos : el nún1ero y la organización. Una fuerza natural es tJna acumulación de Jementos de energta qu pern1anecen almacenados hasta el mon1ento en que las circunstancias los ponen en libertad más ó n1enos bruscan1ente . Cada elemento en sí mismo es despreciabl ; reunido con otros se torna eficaz, y entre más rica} arn1oniosa , ~ la or~a·nización, n1ayor poder adquiere 1 numero: el d<.::bd organ1~n10 que llaman1os planta se abre paso al través de la roca, no p~rque cree fuerza sino porque en el se acu rdan y conciertan cierto n ún1ero d fuerzas, buscando todas 1 mismo r sultado. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 132 BOLETÍ.1: 1\ULITAR Verdad que hay gran di[i rencia entre las condiciones de Ja fuerza n los conflictos de la natural za bruta y los que esta.llan entre los grupos hutnanos. n estos últitnos el número representa un apel netan1ente subordinrdo : t:S poca cosa en frente d la voluntad, la bravura, )a sangr fría, la audacia, la n rgía la inteJigencia, en una palabra, d 1 valor moral. La hi5toria ~nseña que en te is g neral la victoria queda con los buenos batallones n1ás bien que con los gruesos batallones, conforn1c Jo ha comproba o una vez más 1 apitán Berndt en su estudio Die Zahl im Kriege . n uersta dt, Dresd , Inkern1an, luchan1os uno contra dos. Sin en1bargo, esta preponderancia d las fuerzas mora­les debe interpr tarse de un n1o o correcto . n la guerra el objetivo es ser el n1ás fuerte en el mo­mento decisivo y en el punto d cisivo ; no se trata de que las individualida es j cuten proezas y se cubran de gloria ; se trata de vencer, y ara cons guir 1 triunfo, la condició n esencial es eJ estrecho enlace entre los diversos órganos del mando, el acuerdo y la arn1onía que r sultan de una co­mún subordinación de las partes dentro del todo, de una común abnegación d los individuos n frente d 1 pensa­miento del Jef¡ supr n10 y del fin común qu todos han de perseguir. iertan1ente que es hermoso pedir fuerzas á la desesp ración, cuando uno no puede contar sino consi­go mismo; p ro esa 'trenlidad, n que hasta el heroísmo pue e resultar in1potent , es precisan1ente la situación que se trata de prev nir, y no se la pr viene ~ino por 1 común acu rdo. uego es preciso que los individuos t ngan valor y que ese valor Jo mple n n obrar de concierto con el tod de que hac n p rt ; es pt· ciso q u sean una pieza en un organisn1o; es preciso que el Jefe pue a contar con Ja obediencia y la abn g ción de Ja tropa, )' e pr ciso que los oldados sepan, por su part , que 1 ]tfe no p 1 sigue un fin individual, in o que s el tnas abnegado de los s rvido­res e la causa con1ún. En una pala ra, una virtud colec­tiva, un ngranaje mutuo, constituyen la garantía d 1 éxito n la guerra. Continuará) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .13 LETÍN MlL11.'A 13 J.SJ.9 OAl\lPA-A DE I .. A CORDILI .. ERA- LA r .. E Z ¡.;sp OL S (1) J'.n Jos n1on1entos n que Barr iro descendí ndo la cordiJlera int ntó invadir los lar.os de asanare, en Mayo de I 8 r 9, las tropas españ las que guarnecían lo que por antonotnasia e llarnu el uevo eino, s d cir, de onda al Soco r y hita, pasaban e 5 ,ooo hombres, reparti­dos en los sigui ntes cuerpos : artillería, 2oo; caballería (dragones y guardia de honor), r ,ooo ; R gin1i nto del y 8oo (parte); Regirniento de 1 umancia, r,2oo; egi­n1Íento de Victoria, I 200; y Batallón del .Tan1bo 500. a­cía el prinLipio del año 1 ictoria hahí:l. guarn ciclo á La Mesa, ,áquez y achetá con un batalló 1, stando el otro en Santaf~ . Uno cle los batallones d 1 ey 1 ern1anecía en artag na . J)espué de la n1encionada expedición, q tt fue un verdader d sa tre ¡ara los r ali tas, es decir en Jos mo­nlen s n que los indcpendit n s e aprestaban a su turno á inv, dir Jas tierras altas las guarnic:ioncs dt; stas, refor­zada ya con eJ _ . • batallón del Rey y Jo red utas que s habían dis(.'iplinado en Santafé, p ro dismirnnda con los v teranos perdidos en aquella cua i can1paña, fatal especial· rnente i~'lra la caballena, St.:: repartían poco n1a ó tncnos como tgue: labardcros, rtiJicros guardia de honor y parte del 7 ictoria (Cazadores), en ogotá . . . . . . . . .. . . . . . 7 5 ragón (2. 0 dd J7htoria), en a.queza y a-chetá . .. .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 2 . n dd Rey en 1 v llc rle cnL.a . . . .. . . . 450 6oo I>c an. . . . . . . . . . . . •. . • . . . r 8oo ( 1) 1• ragmenro de un libro ~né ito. E ele advertir e que obre nin - guna de la am1 añ. s de la M a nn ucrra quedan tan ocos documen-to~ como ob.rc la de 1819, on cr la <.ptc rll'~s no · interesa; y la ifra de e te c.: tulHo ~ h:m arrcgl In en vi ta le 1 s e casos daros que e en ­cuentran c.n el Archiv(J n;~cion a l r en lo · rchivos arti c ul~rcs d,. . n­Landc:-, Re re¡ o ' Q•tijano c r , en la parte que hemos podido con· sultarlc en di \'cr as época .-V. y \ . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 134: BOLET!N lCILITAR Vienen . . . .. . ..... . .. . . Dos con1pañías de d r agones, en Chocontá .. . . . Tres compañías de dragones, en SognHloso y sus cercanías . .. . , . . . . . . . . . . . ... . . •. .... . ... Dos compañías de dragones, parte de la arti­llería, la mayor parte del Numancia, parte del Tatn­bo, y parte del Rey, en Tunj a, que era el cuartel general de Barreiro ........... . , ... , . .• .. . .. Parte del Numancia, en Chita y la Salina .. . Parte del Rey, en Labranzagrande ......... . Parte del Tambo, en e l Socorro ........ __ _ _ r,8oo · 160 Suma. -- - -· . . . . . . . . . . . , . . . 5,400 Corno se ve, estas tropas, aun cuando nun1erosas y con excelente parque, pues en Bogotá y Tunja había armas y elementos para equipar otros 5 ,ooo hombres y n1uniciones para una recia campaña, estaban repartidas en considera­ble extensión, á fin de poder dominar el país, y su concen­tración completa en un momento dado, no era fácil. Sin embargo, Barreiro tenía á la mano e rca de 2,500 hombres y podía reforzarse en poco tien1po con otros r ~ooo, pero había cometido el error de retirar su cuartel general de Sogan1oso á Tunja y no tenía servicio de informaciones rápidas con las fuerzas de la falda oriental de Ja cordille­ra : confiado de sobra en sus bríos y su fortuna, no creía á los patriotas capaces de invadir lo que miraba con1o su propio territorio, y tranq uilan1ente se preparaba á organi­zar una invasión n1 ás forn1idable aún de la Jlanura apenas llegara el próximo verano, es decir, el mes de Septiembre, pues imaginaban los realistas, al tenor d las opiniones en1i ­tidas por Morillo en un célebre oficio, que el n1al resulta­do de la anterior se debía xcJusivan1ente á haberla inten­tado al principiar el invierno. Por Jo den1 ás , la in1pericia del General español quedó demostrada, no por 1 resultado de Jas acciones de Gán1e­za, Vargas y Boyacá, in o por no haber reunido todas l as tt·opas que pudo y debió concentrar para un esfuerzo deci­sivo; por su inhabilidad para n1aniobrar y aun para com­prender, en lo más n1ínin1o, 1 alcance de las n1aniobras de l os patriotas, y , en fin, porque teni ndo excelentes subj e- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOLETÍN MILITAR 135 t i vos de apoyo ó de~ nsa para cubrir á Santa~ ' , los abando­nó sin razó n, unos tras otro , preci an1 at en los n1on1en ­tos en que n1 no debió hacerlo. -in Gámeza ap nas Jlevó al con1bate: Dragones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 5o ranad ros del 1.0 del Rey . . . . ......... _ _ r 20 2 . 0 de l'lrnnan cia (n1enos dus con1pañías) . . . . soo 1 . 0 del Rey (no con1pl to) .... . . . . . . . . . . . .. soo 1,370 lo cual le costó una sen1iderrota innecesaria y la p~rdida inúti l de unos cuant o soldados, por haber intentado atacar á los patr:otas con sólo una parte de u división . I~n f/a,·gas, ya reforzado con las guarniciones de Chi­ta, Labranzagrand -, 'Tenza, Chocontá. y parte d la de Sa n tafé : Dragones .... . ......... o • • • • • • • • • • • • • • • • 6oo I . 0 del Re; .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 700 2 . 0 del Re)' (n1enos una con1pañía) . . . . . . . . .. soo Tambo (pat te) .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 2 . 0 de Numancia.... ..... . . . . . . . . . . . ... . . . . 6 50 Cazadores ( d 1 Victoria) . . . . . . . . . .. . . . . . . . 6oo 3,290 pero de esa fuerza ya respct le, sól con1bati ron cosa de 2,000 hornbres, pues no se atrevió á n1pl ar Jas reservas, ni aun en los n1 n1ento en que los patriotas tuvieron casi per li a la b talla, y d las tropas en1peñada , una parte d nada le sirvió pol' no haberlas con1pron1etido con oportuni­da .l. I~n Vargas perdiv, pue Barr iro, inútiln1ent , e r a d ... 8oo soldados entre nHH!rtos, }h;rido y prision ros, y 1 q u e es nü. grave, la n1oralidad . u ya y la del j~rcito : desde se día no p!;..n ó ino en d ·f<::n ic · e, e cir, decretó u ruina fi n a l. Y á lo dicho debe agregarse q u ya que no ha ía J 1 - v ado la a r tillena a l can1po d\,; Vargas, en vez de dejarla n Tunja y de fortificar e ta 1 laza, sob ·rbia posición n1ilitar, cuando las arn1~ t ·nían Jin1itado alcance , para cub1 ir u lín ea de o p eracion · con antaD~ abandonó la ciudad, olvi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 136 :BOLETÍN MILlT A:R. dando era natural intentaran fianq uearlo los patriotas en Paipa, conforme lo habían hecho en Tópaga por no gu~rdar á Santa Rosa . En Boyacá, en partes reparadas sus pérdidas de Var­gas con Ja guarnición de Tunja y r fundido el cr ambo en los otros cuerpos, p rc:sentó Bar reiro en c ombate : Artiller ía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Dragones .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 480 I . 0 del Rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 640 2.0 del Rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400 2 . o de Numancia . . . . . . .•. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . seo 3 o de Numancia ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 350 Cazadores (de Victoria) . . . . . . . •.. H •. • . . . . 480 De estas fuerzas poco más de 200 quedaron muertos ó heridos y algo más de 1 ,6oo prisioneros ; hacia el Sur se escaparon cosa de 300 dispersos y par a el Norte se reple· garon Ja mitad de la caballería y sobre 500 hombres que salvó de su cuerpo el Comandante Lópe-z. En n1enos de 30 días había desaparecido la 3 a Divi~ión del efectivo del ejército expedicionario d Ti rrafirme, que para esa fecha contaba todavía en Colombia y Venezuela 9,408 hon1bres. Puede juzgarse Ja in1portancia que tuvo para los pa­triotas el abandono de Tunja, recordando que l es evitó quedar cogidos entre dos fuegos, Jes entregó el catnino de Snntafé desguarnecido entonces, y Jes procuró gran número de armas, equipo y nu1niciones en mon1entos en que de ellos tenían escasez hasta el punto de que Ja n1ayor parte de la infantería de reserva sólo estaba armada de lanzas. Después de la catástrofe de Boyacá, consun1ada para Jos realistas en sólo tres cuartos de hora los españoles, de los 5,ooo hon1bres que guarnecían el nuevo reino salvaron Jos 1,000 que, inclusive la guarnición d J Socorro, se reple­garon hacia el norte y Jo 8oo que por el sur siguieron para e l río Magdalena y para Popa yán . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DOLETÍN 1\IILlTAR 137 (CouLimÍfl} Con tal moti\'o publiqué el manifiesto que en seguida se leerá: Don Pablo Morillo, Mariscal de Campo de los ejercitas realu, General en J~.fe, etc. etc. ''A lo habitante3 de la Provincia de Venezuela: ce Por orden de u Majestad, de 9 de Diciembre de I 814, se ha resuelto vender todos los biene que hayan sido secuestrados; el real tesoro responde por el valor de los que no merezcan ser con­fiscados. "Esta di posición de e cumphrse, y yo me ocupo de hacerlo. En consecuencia, Jos que pretendieren rematar dichos bienes se convocarán, citarán y reuniran el 26 del corriente, en el domicilio del brigadier don Salvador Moxó, presidente de la junta creada al efecto. Toda las propiedase de que se trata serán pue tas en pú­blica suba ta. En mitad del pago se recibiran los recibos de sumas que hagan parte del empréstito verificado por el clero, los habitan­tes y el comercio, según mis órdenes; la otra mitad se pagará en un t rmino que señale la Junta, en especie sonante, y no en otra moneda, o bien en el papel moneda ya creado ó que se establezca. '' .1\tli palabra e inviolable. o de eo que el empréstito sea devuelto lo má pronto p iblc, y como el producto de los bienes Jle,•ado al secuestro se de tinan únicamente á esta deuda, des ti no para el mi mo objeto la mitad del alor de cada propiedad que <\e ,·enda. < ftje e en lo Jugare pú­blicos y rcpárta e cu los campo con la prontitud que su impor­tancia exige. "Cuartel general en Caracas, á I 7 de Mayo de 181 5· "El General en Jefe, ((PABLO MORILLO.'' En Vene'l..,uela me ocupé en Yer por el orden y la seguridad de ra pro\'Ínci~t sin perder de 'i~t·1 lo· pafse á donde iba a ene mi­narro~; p()r t'íltimc, alí para e::;ta, anunciando á lo habitantes el ob­j ·to de mi mi ion y mis de eo pers nale . No deseche ningun medio para ri: tableccr el onl n, in apelar á la espada. E ta e la proclama que clirig-1 á los h bitantes de Nueva Gra­nada: • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 138 BOLETÍN MILITAR ''Las disensiones fomentadas por la ambición de algunos hombres os han separado de la obediencia debida al rey. Para nada ha pesado vuestra voluntad en este alzamiento, pero la falta de ener­gía para oponeros á los enemigos, os cuesta bien caro; vosotros ha­béis sufrido las mismas torturas que los habitantes de Venezu.ela; habéis sido víctimas de los mismos hombres; que esta triste expe­riencia os aleccione . '' Bien pronto estaré en medio de vosotros con un ejército que ha sido siempre el terror de los enemigos de la nación; entonces os será dado disfrutar de la tranquilidad de que gozan ya las demás provincias; apresuraos á repudiar á los autores de vuestras desgra­cias, esos hombres que no viven ni se gozan sino con la desgracia pública . Que esos tniserables se oculten á la vista de mis soldados, ellos no vienen á derramar la sangre de sus hermanos, y evitarán, si es posible, que sea vertida la de los enctnigos. El ~jemplo de Margarita debe ser prenda de mis palabras; mis tropas protegerán al débil y acabarán con la revuelta . "Sin duda inculpáis mi tardanza; pero no debo abandonar es­tas provincias sino después de haberlas puesto ~n estado de que no requieran ya mi presencia par algún tiempo, y quiero tomar precau­ciones para no seros gravoso en ningún caso. ''Espero que veréis mi llegada con aprobación y que os jun­taréis alrededor del trono del más adorado de todos los reyes. V u es­tras desdichas cesarán al punto. "'Caracas, Mayo 19 de x815. '' E 1 General en ] efe, "MORILLO." Partí al fin de Caracas, y es aquí donde princtpta esta espan­tos serie de privaciones, fatigas y peligros, de que no hay memoria en la historia militar: dejé en estas provincias fuerza suficientes para ponerlas al abrigo de una invasión. Gozaban entonces ellas de la mayor tranquilidad, fuera de la· invasiones de algunas debí­les partida que vagaban en los llano , y cuya de trucción, según mi parecer, debía ser obra de la política y eel tiempo. Todos mis cuidados al partir, se e nformaron á la conducta que habta ob­servado mi ejército durante u pennanencia en una capital que ha­bía ido teatr de tantas escenas de crueldad. Per istí en la reso­luci6n, invariablemente formada, de no dt..rramar una gota de sangre, de no imp ner el má leve ca tigo á lo indi, iduos que habían to­In do parte en lo alzamiento pa ado . Al partir dirigí las procla­ma que siguen, á mi tropas y á lo habitantes de Caracas: '' Soldados: Proclama á las tropas ''Siempre habei combatid á mi la.:lo y he participado de vues tra gloria; he sido te tigo de vuestr , peligros. Me eparo de vos­otro por primera \rez, pero esta ausencia erá 1nomcntánca. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'l'ÍN IDLlT A.R. 139 "Soldado , guardad para vuestros Jefes subo o1nación absolu­ta; para con lo fi le habitantes de e ta pro ' incia, buena armonía; no olvidcis nunca estos debere . o estái llamado á ser el azote de lo pueblo , sino á protegerlos. ce ie comuni are frecuentemente con vosotros, y en cualquier parte ó posi ión en que me encuentre, mi regimiento de la Unnión e tará siempre fijo en n1i mente. ce Carac , 1 . 0 de Junio de 18 I S · ce General en Jefe, "I-Iabitante de Caracas: ''MORILLO .,, <!. LAS 01\'ERSAS ARMAS) (ContintÍn d~l !ltÍmtro 86) !-Ordenes Ordn1 ddgado-Como se comprende, no se trata aquí del número relativo de fila -, el que puede ser mayor ó menor con respecto a) de la· hilcr s de cada subdivisión; basta que en él sea regular la ordena­ción de los hombre , puc · lo demás corre ·ponde definirlo á la forma­ciones que también pueden ser delgad:ts ó profundas como los órdenes. En orden delgado e combatió cuando );.t . formacionc · eran ro fundas, es decir, cuando el númr.ro de filas era considerable ( 16 en la falanje, 7 á 9 en la edad media para la caballería y 12 á 1 5 para la in~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETiN MI.Ll9.':A: 141 fantería) ; pero también se ide6 m~h bien colocar un cierto número de grupos detrás de los primeros constituyendo una 2.. • /í¡¡e.;, el cual arre­glo se hizo normal al cabo y dondequiera se redujo el número de filas: en la legión, por ejemplo, se hallan en 3.n línea medios manípuloJ (6 hombres de frente por 10 de profundidad) que corresponden á los maní­pulo de la 2n línea (12 de frente por 10 de fondo). Por lo demás, el dis­positivo obre dos líneas se adoptó generalmente en Europa tras la intro­ducción de las armas de fuego y las formaciones, que antes contaban J 2 á 1 S filas, bajaron á 6 en tiempo de Turcna, á 3 en el de Federico el Grande y á 2 en nuestros dfas. Para compensar ese decrecimiento de profundidad en las formaciones, se ocurrió á consritufr una 3c~ línea y luégo á una reserva: se buscaba el equilibrio. En efecto, persistía el orden delgado en cada línea, pero se aumentaba el número de éstas á medida que disminuía la profundidad de lo1' formaciones á fin de con­sen• ar un pr·,medio de 9 á r 2. hombres unos detrás de otros, á. distan­cias variables, siendo de advertir que al principio los intervalos entre batallonc y escuadrones, eran considerables, porque se les disponía al tresbolillo, de suerte que 3 líneas y una reser a equivalían de hecho á 2 líneas llenas tale como se usan en la actualidad . Orden proftuido. En tiempo de Federico de Prusia prevaleció defi­niti\ ·amente la táctica lineal, cuyo objetivo era aumentar la ext ... nsión de la línea de fuegos, la e ual se basaba en el empleo de do líneas (orden delgado) de á 3 filas por subdivisión. Mas como con tan débil espesor en las líneas no era posible marchar al asa) to de las posiciones ni cargar á la bayoneta, se introdujo en el campo de batalla el orden profundo (hasta entonces sólo usado durante las marchas), formando frente á los puntos que se q u cría arrebatar al enemigo, coltii!JJJaJ de ataquf, que no eran otra col\a que una serie de unidades tácticas 6 de combate de plegadas inmediatamente unas detrás de otras. Dichas co­lumnas de ataque obtuvieron grandes resultados, á trueque de gr ndes pérdidas, y han sido proscritas para siempre del campo de batalla por el armamento moderno, á lo menos en los ejército dignos de tal nombre. DijrrtnciaJ cstJicialu.-Disponcr las tropas sobre varias líneas, no constituye empleo del orden profundo, pue to que las distancias entre e as línea!) e miden hasta por centenares de metros. Tampoco debe confundirse lo que se llama ordcJJ de óattilla, con los órdc.nes pro­piamente dichos según quedan atrás definidos. Por ordfll de batalla se entiende la disposición general del frente de las tropas de un ejército con relación al del contrario, y que puede er por lo tanto paralelo, oblicuo, envolvente etc., y los órdr!leJ se refieren á la ordenación del conjunto de la· tropas en cada una de las líneas que se forman en el campo del combate, por lo cual aquél puede ser delgado y éstos mixtos 6 profundo dentro de él. En una palabra, los órdenes de batalla se aplican al conjunto y pucdert ser dclgadrtante hoy en el combate y que no es otra cosa que una for­mación en una fila con los espacios aumentado~. Ordell rerrado.-Los 6rdcnes regulares, en especial los que com­prenden los órdenes citados en batalla y en columna, se denominan de ordinario cerrndoJ, bien que en este caso, se mira más a la formación que al orden propiamente dicho. En todo caso, esa oz cerrado implica la idea de regularidad, de compact ci6n de elementos, enteramente opues­ta á los carac.téres del orden disperso y sin'e para indicar los 6rdenes de revista y maniobras en las plazas de armas. Ordenu de mnrtltll y de 11Jmli1Úrt1.-Como la marcha puede efec­tuarse btljo el fuego )' ft~era del fueg?, ó mejor dicho, cerca del enemigo 6 lejos de él, en este segundo caso se busca, en primer término, la movi­lidad sin descuidar, se entiende, la seguridad para hacer frente á un ata­que imprevisto ó posible, y se da el nombre de ordur de· marrlin al con­junto de prácticas que se usan con tal fin. Al contrario, en el primer caso, á la movilidad y á la seguridad deben agregarse tales disposicione!:, que las tropas se encuentren en capacidad de di ponerse para el comba­te en el menor tiempo posible, in contar con que en el mismo campo de batalla son necesarios los despla~amicntos de las fuerza·, de donde una gran eomple ·idad ~n el asunto y aun á veces incompatibilidad en­tre las tres condiciones esenciales de los órdenes, ya que la lucha no pue- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. llOLET.íN lULITA:tt 143 de realizarse siempre en el orden gue asegura mejor la movilidad y la seguridad, por lo cual debe procederse de modo que se adquiera la con­dición que falta con muy ligeras modificacione á la situa c i ó n anterior: estos cambtos son los que se llaman numiobras, y ordoJ de maniobra el empleado para marchar b2jo el fuego . Pri11ripio fuJJdamelllni.-Como es de simple s entido común que un país es tanto más fuerte, milirarmente hablando, cuanto su espíritu y organización guerrera de tiempo de paz, se acerca más á lo que esa or­ganizaci6n ha de ser en tiempo de guerra, para no complicar inútil­mente el c6digo de maniobras, éste debe r edactar~e de modo que sean las mismas en todo los casos . (Continuará) ARIO I I LE (I.fl o ... ·rrER DEL SUR) (Se g ún A. Codazzi, ine ditos. 1853) (Continu ción del número 89) I V - I p iales á I m u es po r Iles lpillln ni río Boquerá11 -Desierto, frío. Camino llano, regula r, con poco barro; á la derecha se dejan los caminos que conducen á la Laja y á Males, y á la izquierda tres que van á Pupiales, y se llega á una bajada que conduce ha ta el río que tiene puente. Antes de des­cender al rfo hay cam i no de :z. kilómetros, á la derecha el pueblecito de San Juan, el cual luégo ::oigue á Puerres, cruzando la hondonada del río l'vlales. Distancia, 1 3 kilómetros. BoqturÓJJ á Plllt'J-Vecindario, frío . Todo es terreno quebrado; se sube por un terreno regular hasta el alto de la Cruz de Ecua an , pa an lo ames una quebrada; luégo se baja por una cuesta no muy fuerce con algún barro se pasa una quebrada y se llega á este punto, donde hay alguno rcc urso . Di c.ancia, 6 kil6rnetros . Putu ,í 1/o- Pueblo, frío . Camino regular, con una subida y una bajada, ame y de pué de las cual~s se pasan dos q ucbradas· en el pue­blo hay recursos. De aquí hay camino para Sapuyes y Ospina, que se detallan en otro lugar; también Jo hay ruu y malo partl Fune , todo d e serranía, con una fuerce bajada de Jo ki l ómetros hasra el Guáitara en el paso de Funcs, y Juego 5 kilómetros de áspera subida hasta aquella población. DisLancJa 6 kil6metros. /la tll río C,;pt~li-Dc::oierco templado. Camino todo quebrado con barro y algunos ataseadalcs. Distancia, 9 kilómetros . G(1p11li al río Sa¡myts-Dcsicrto, templado. El camino se r e duce á una subida y una bajada pendientes y resbal osas ; el río e pasa por puente. Distancia, 1 kilómetro . Río Sapayn á lmlles- Parroquia, t c m plado. Todo es subida llana l a y rc::obalosa hasta llegar al pueblo, que tiene algunos r ecu rsos . Dist ncia, 2 kilóme t ro. , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN 1\iiLIT .A.R ToTAL, 37 ki16merros; horas de marcha, 13; por Ilano, 3; de su­bid~, S· de bajada, 5. De Ilcs á Irnues la distanc1a es de 1 2 ktl6me­tros, que se camman en 4 horas, mitad de subid:t y mitad de bajada: de I pi a les á Iles se cuentan 2 S que exigen 9 horas : 3 por llano, 3 de subida y 3 de bajada. V -Ipiales á Sapuyes Ipialu á Pupia/u-Parroquia, frío. Camino llano con algún ba­rro, se pasa una quebrada honda y se llega al pueblo; aquí hay recur­sos. Distancia, S kilómetros. Pupinln tÍ la Cumbre-Desierto, frío. A la salida del pueblo hay un barrial, se pasa otra quebrada honda y la subida á la cumbre es casi llana, con poco barro. Distancia, 6 kilómetros. Ln Cumbre á l11 quebradrt Clbi/J,zTJt¡Ut:r-Casa, frío . Bajada conti­nua no muy pendiente, por entre monte, con bastante barro en in ier­no. Aquí se aparta un camino para Pastás y Carlosama. Distancia, 3 kilómetros. Chillnm¡uer iÍ Sapuyn-Parroquia, frío. Se baja una cuesta seme­jante á la anterior y se pasa otra quebrndn; hay recursos. Distancia, S kilómetros. ToTAL, 19 kilómetros. Horas de marcha, 7; de las cuales 2 por llano, 2 de subida y 3 de bajada. VI-Ipiales á Sapuyes por Pastás !piafes á P asttÍs- Vecindario, frío. Camino llano, con algunos altibajos barrialosos, y en parte resbaloso; pero e11 lo general no es malo . De aquí hay camino de 2 leguas á Guachucal y de 1 á Car­losama. Distancia, 9 kil6metros. P asttÍJ á la Ctunbre-D~sicrto, frío. Es una subida regular y res­baladiza en algunos puntvs y con un poco de monte. Di~tancia, S kil6- metros. L;z Cumbre /í la t¡tlfbrt~da Cltillrmr¡rter-(V éase el anterior). Chil!tmquer 1Í Saj>tlyes-(Véa e el anterior). ToTAL, 2~ kilómetros. Horas de marcha, 8; por llano, 3; de subida, 2; de bajada, 3· VII-Ipiales á Mallama (dos jornadas) PRIMERA JOR.NADA-lpi¡Jits /í C1111JÓai (v . el itinerario de Ipiales á Mayasquer)-Distancia, 26 kilómetro ; horas de marcha, 7. SEGUNDA JOR:-J,\D -C umb,¡/ ,í Mueff.,mut·s- V ccind rio, frío. Cami­no llano, con algunos atascad le . Se cruzan las quebrad.u Ramichaca, Juan, Comunidad y Chamuntí. Pasada la de J u n se deja á la derecha un camino de 1 legua á uachucal, pueblo que t: alcanza á cr en la llanllra. Dínancia, 7i kilómetros. Muellamun tÍ A!thí-C. sa , frio. El camino va por tierra llana con algunos atascadalcs y parte muy b.urialosas; se ptsa la t¡tlt:br,tdt~ Chi­manjual y se empata con el camino que viene de Túqucrrc . Di tanda, 1 1 kilómetros. ( Oontinu.ará) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 92

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 70

Por: | Fecha: 26/09/1898

.&flo n BogQtá, ~eptiembre 26 de 18'98. Núme>rO 70 BOLETIN MILITAR --··--- ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO ___ . ......_ __ Director, ALEJANDRO POSADA Son colaboradores natos de este periódico, todos los Jefe! y Oficiales del Ejército de la República. FORTIFICACION RÁPIDA ( ' ONCl.U SIÓN ) . Este es el objeto que necesariamente debe tratarse de obtener por todos los medios que puedan utilizarse en los ejércitos n1odernos; en los cuales, aun cuando en d ataque y defensa de posiciones importantes y en lás n1archas, las tropas de ingenieros forn1asen parte de las colun1nas de trabajadores, se comprende perfectamente ql1e estas tropas no pueden subdividirse hasta el infinito, y en n1udiís1n1os casos la infantería sola se ve1·á obligada á destruír obstácu­los acumulados para la defen~a; á construír atrinchera­lnientos s~ncillos ; recomponer con rapidez can1Ínos ; echar puentes sobre pequeños ríos; derribar n1uros, etc. etc. De ahí la necesidad que existe de que los cuerpos de infantería familiaricen con la práctica de estos trabajos, como ve­n os lo verifican en la mayor parte de los ejércitos euro­peos, donde todos los años se d€stacan oficiales y sargentos de Jos regimientos y batallones con el objeto de recibir una instrucción especial sobre este asunto ~m los regimientos de Ingenieros. En Alentania, en Austria y en otros países, e x isten e 1 todcs lo~ cuerpo pelotone::, de Llpadvr~s. ó sean soldados instruidos en la construcción de obras de fortifica­ción, y en Francia, desde I 8 7 6, se ha creado una escuela -lestinada rt f •r 1 r instructores para lir·ha c'as rle tr, bajos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR También en casi todos los ejércitos se ha dotado ra. al infante con un útil de zapador, que en Austria es ]a pala Linneman, ingeniosa combinación de sierra, pala y destral, y en otras partes es alguno de los instrumentos con1tmes para este g~nero de trabajos. l~n Austria, Dina-· n1arca ·y Suiza lo llevan todos los hombres de segunda fila: en Rusia y en los Estados Unidos alternan cada dos Compañías, y en Franci-a y Prusia sólo una parte de los soldados está dotada con ellos, á excepción de ciertos cuer­pos especiales, que cada soldado lleva un útil. conducién­dose una n1ayor dotación en carru1jc.:s á ptopósito, que n1archan con los batallones. Del mismo modo que sobre la instrucción de Jas tro pas de infantería y ~obre el número, clase y manera d~.. conducir los útiles de que ha de dotarse á los cuerpos, la. atención de las personas cotnpetentes se ha fijado en el per .. íil más convenrente para las ligeras obras de tierra que exi ... ge la fortificación rápida, sin que hasta ahora pueda decirse haya uno generalmente adoptado y ui a n casi oíicialn1entl.: señalado en cada nación. Experiencias, estudios concienzu~ dos y trabajos llevados á cabo con perseverancia, han dado á conocer las ventajas é inconvenientes de cada uno, ele 1nanera que las prescripciones dadas hoy suelen ser n1odifi­cadas al día siguiente. Sin embargo, en casi todos los ejér­citos existen reglan1entos especiales, que si bien todavía in ... completos, en cierto n1odo, acusan desde luego la impor-­tancia capital que se concede á Ja fortificación del n10mento, N o creemos sea necesario exteHdernos en más conside­ciones ni en citas, que en la práctica confirman la excelencia de su empleo, para que nuestros lectores se persuadan de la oportunidad de tratar la cuestión que nos ocupa. ~üsiéra­nlos, sí, que se fijasen bien en ella, y que cada uno, en su es-­fera de acción, trabajase para que Ja fortificación rápida se presente como una necesidad apremiante; pero al mismo tiempo como una cuestión sencilla y fácil, procurando evitar las complicaciones que pudieran resultar de tratarla con demasiada extensión. Hace algún tiempo leín1os en el Bulleti;z de la Reunion des Officier s, ilustrado periódico mi­li ta.r francés, el siguiente párrafo, que nos parece precisa Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. perfectan1ente nuestra idea: "Es indispensable hacer á Jos soldados tan fan1iliar el üso de los útiles de trabajo como el n1anejo del fusil, así como que formen parte de la ins­trucción reglamentaria de Ja infantería, Jos tjcrcicios dé fortificación de campaña, en los cuales para no complicar el trabajo, ni cre:1r dificultades, conviene evitar todo lo que :sea una excesiva. regularidad y multiplicidad de formas. Los únicos trabajos que la ihfanteria tiene necesidad dG ·construír y de s~.bcr ejecutar, aun en las más difíciles con­diciones, son las trincheras-abrigo, los pozos ó abrigos rara tiraclo;es y en algunos casos los atrincheramientos de ca.n1- paña ó improvisados y baterías expeditivas. lnlporta tan1- bién que todos los oficiales y sargentos conozcan perfecta­nlente las condiciones del trazado de esta clase de obras ; ia colocación y distribución de Jos trabajadores y el empico de las defensas acceso'tias más sencillas, como fortificar un pueblo, hacer talas, formar ~rricada , cte. etc." En cam¡ aña no son posibles los preparativos prclimi­tures y detallados; lo que se necesita es poner en trahajo inmediatan1ente el mayor número de tropas) calculando é ingeniándose para que el trabajo que haya de ejecutarse no exija otros útiles que ]a pala y el pico, únicos que el soldado puede haber aprendido á manejar con facilidad; üo fijándose demasiado ni en la perfección de Jos trazados, ni en desenfiladas, sino tan solo en cubrirse lo mejor poc:.i­ble, y en el mínimun de tiempo; algunos autores Jlegan hasta proponer que ti\ casos imprescindibles puede bastar una sin ple cortadura, paes ct\anto contribuya á disminuír el efecto del fuego enemigo, debe tomarse en considera­ción, y aunque el abrigo no esté á ptueba de bala, impide al adversatio ver el blanco, y p-or lo tanto apuntar conve­nientemente. Por otra parte, deben aprovecharse todos los med1os que el terreno presente para cubrirse, lo mismo las zanjas, que los vallados, Jas cercas, Jos troncos d :u bu; ,..,l las piedras y el simple ramaje; todo debe utilizarse para mejorarlo si es posible, y convertirlo en atrincheramiento con las condiciones debidas, si hnbicra tiempo dispon1hle. En el trazado de las líneas con viene dejar la suficiente la~ t' tud ¡ara que sin dañar al conjnnto pued~n entrar ¡>t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ella todos los obstáculos que se encuentren y sean aprove­chables, siendo muy necesario se inculque esta idea al ofi­cial y al soldado de infantería, los cuales ven siempre en Ja.s obras de fortificación un trabajo especial y demasiado científico, fuera de su instituto y por consiguiente, que co­rresponde efectuarlo á los ingenieros. No s011 Jos atrincheramientos propiamente dichos los únicos trabajos que han de ejecutarse en todos Jos campos de batalla, pues según el tiempo y los medios de que se disponga, tan1bién convendrá hacer otros vari0s, tales como limpiar y descubrir el campo de tiro, derribanJo Jos obstá­culos q\Jle priven la vista con objeto de sacar el mejor par­tido de las armas de fuego; teniendo presente que un cam­po de tiro. libre es una de las n1ejores condiciones que puede reunir una posición: y es importantísimo harccr practicable el campo· de batalla, suprimiendo cuanto p 1eda estorba!' la. acción propia, de tnodo que permita los movimientos d~ las tropas; destruír las comunicaciones que sea fácil utilice el enemigo, y finalmente , crear y en grande escala, cuando convenga, ohstáculos al enemigo, como inundacjones, talas y otros. La mayoría de estos trabajos no exigen mucho tien1po, ni útiles especia-1cs 3 por lo que pueden ejecutarse fácilmente, lo n1ismo que la construcción de atrinchera-­mientos, una vez elegido el perfil más- apropiado para el objeto propuesto. En otro artículo nos ocuparem03 de la elección de estos. perfiles que, como ya hemos dicho, varían en cada nación ; mas antes de manifestar nuestro criterio, debemos adver­tir que hemos elegido, no inventado, y que si lo emitimos, es tan solo para extendernos en alguna consideración acerca de las condiciones que deben reunir los atrincheran1ientos y proporcionar á nuestros compañeros ciertos datos que puedan series útiles; que no es nuestro objeto al escribir estos renglones señalar reglas, ni presentar novedades. La cuestión está muy debatida, ya técnica ya tácticamente ; así, nos proponemos llamar la atención sobre su parte prác­tica, deseando que con el concurso de todos se llegase á Qbtener un resultado favorable. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILII.AR ·1 .7i MINISTERIO DE GUERRA D~:CRETO NUMERO (SEPTIEMBRE 19) por el cual se fija el uúmero de practicantes alel .blospital Militar Central. El l7icepresidente de la República encargado del Poder Ejecutivo, Visto el oficio del Médico Jefe del Hospital Militar Central, de fecha I 6 d~l rnes en curso, en el cual conceptúa que para el servicio del citado Establecimiento ba tan los cuatro practic3.ntcs que fija el Presupuesto de Gastos de la vigencia en curso, y aun indica los individuos que deben ser nombrados para desempeñar tales puestos, DECRETA: Art. 1.0 En lo sucesivo el Hospital Militar Central tendrá sólo cuatro practicantes, de conformidad con el Presupuesto vi­gente. Art. 2. 0 N ómbrase para desempeñar tales puestos á los seño­res José Joaquín Serrtino, Enrique Escobar R., Migttel Jiménez López y Manuel José Peña. Parágrafo. Quedan insubsistentes, desde esta fecha, los demás nombramientos de ·practicantes. Comuníquese y publiquese. Dado en Bogotá, á 19 de Septiembre de I 898. JOSÉ MANUEL MARROQUÍN. El l'v1inistro de Guerra, ÜLEGARIO RIVERA~ RESOLUCION NUMERO r que señala requisitos para la provisión de nombramientos de Practican­tes en el Hospital Militar Central. Ministerio de Guerra.-Sección r.-Bogotá, 19 de Septiembre de I 898 H~biendo informado á este Despacho el Médico Jefe del Hos­pital militar central, que ocurre con frecuencia la irregularidad de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITA~ g u e Jos puestos d"' Practicantes en ese Hospital son desenweiiados. por individuos que no poseen las aptit4des necesarias para esa clase. ~e servicios, SE RESU.ELV E :. En lo sucesivo no podrán ser nombrados practicantes del Hos­pital Militar Central, sino los individuos que comp.rucben ante este Despacho estar cursandoi el cua~to año de estudios en la Escuela. de Medicina.. ' Publíquese. El Ministro, 0LEGARIO RIVERA. RESOLUClC).N NU1\1ERO 4. DE r8g8 .lV!inistcrio de G:u.?rra.-Sección 2.'-Bogotá, Septiembre I 6 de 1898 C o n fecha 20 de Junio de I 896 dictó este Ministerio la Re-. f'olución número 6 "S.obrc explosivos," que á la letra dice: "El Ministro de Guerra, teniendo en cuenta que han cesa­do los motivos que indugeron á e te D.espacho á h:tcerse cargo de resoh· ·r bs peticiones de ~rm, iso para introducción de pólvora,_ dinamita, cte., "RESUELVE: "Poner en conorirniento de los i\dm.inistradores de Aduana y del señor Ministro de Haciend:t, que en adelante será tal asunt:),. como lo fue antes, de la incumbencia de este último. "Comuníquese y publíquese. "El Ministro, "PEDRO ANTONIO MoLI.NA.'" Posteriormente, con fecha I I de Marz0 del corriente año, y baj ~ el número 313, dirigió este Ministerio una circular á los A_d­ministradores de las Aduanas de la República, en la cual se les pre­venía la necesidad de vigilar la in,troducción de arlTl,fls, etc., de ¡;.rojljbjda importación, y se les ordenaba detener 10$ cargamentos de explo:úvos hasta recibir orden de . este Despacho. La anterior circular anuló los efectos de la Resolución núme­ro 6, y los Administradores .de Aduana, de acuerdo con las instruc­ciones recibidas, y aun los mismos particulares, se tiirigen frecuen­temente á este Ministerio en solicitud, los un.os, de permjso par~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MlLiTAlt 175 entregar lo3 explosivos, y los otros, de órdenes telegráficas para re­ci birloJ. El 1\tlinisterio juzga ya innecesario el cumplimiento de la circular citada, y por tanto, RESUELVE: ÜLEGARIO RIVF.RA~ LECTURAS DE 1-IISTORIA P.ATldA I'LJ 1' .) '; PRl1· crPALF.S DE LA VIDA PC BLICA DE BvLÍ\'A.R. XXI (coNTI~U AClÓN) Ya hemo5 afirmado el hecho de que la creaci<)n de la grafl República de Colombia se debió ft. iniciativa y á esfuerzos de Bo­lívar. Cuando éste llegó á Bogotá, el 4 ~Marzo de r82o, con el inmediato fin de po11er en vigencia la ley que, expedida por el Con­greso de Angostura, ordenaba la unión de los pueblos que forma­b: In la antigua capitanía general de Venezuela con los del Nuevo. Reino d.! Granada, habló á los hijos de la naciente Nación en los. siguientes expresivos términos: "Colombianos ! "La República de Colombia, proclamada por el Congreso ge­n_ ral y sancionad,t por los pueblos libres de Cundinamarca y Ve­nezuela, es el sello de vuestra Independencia, de vuestra prospe­peridad, de vuestra gloria nacional! "Las potencias extranj,eras, al presentaros constituí-dos sobre ba­ses sólidas y permanentes de extensión, población y riqu€za, os re­conocerán independientes y os respetarán por vuestra consagración á la Patria. Esp::tña misma, al veros montados sobre las inmensas ruinas que ella ha aglomerado en el ámbito de Colombia, conoce­rá que sois hombres capaces de gozar de vuestros derechos y de h eminente dignid:1d ~í que son destinados todos les morta1e por la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLF.Tft-: MILI·r.'\.. intenci<>n de la naturaleza. Sí, b Espaií:1, agotada en rectn·;;os y en ?aciencia, abandonará nuestra Patria al curso de su destino, reco­brará la paz de que ha mene>ter para no sucumbir, y nosotros re· cobraremos el honor de no ser españoles. "Colombianos! Los crepúsculos del día de la paz iluminan ya ]a esfera de Colombia. Yo contemplo con gozo inefable este glo­rioso período en que van á separarse las sombras de la opresión para gozar los resplandores de la libertad. Tan majestuoso espec­táculo me admira y encanta. Con anticipación me lisongeo de vuestra colocación política en la faz del U ni verso, de la igualdad de la naturaleza, de los honores de la virtud, de los premios del mé­rito, de la fort,ma del saber y de la gloria de ser hombres. Vuestra suerte va á cambiar: á las cadenas, á las tinieblas, á la ig-norancia, á las miserias van á suceder los sublimes eones de la Providencia divina: la libertad, la luz, el honor y h. dicha. "Colombianos! Yo os prometo, en nombre del Congreso, que sereis regenerados; nuestras instituciones alcanzarán la per­fección social; nuestros tributos abolidos, rotas vuestras trabas, grandes virtudes serán nuestro patrimonio, y sólo el talento, el va­lor y la virtud serán coronados. "Cundinamarqueses! Quise ratificarme de si queriais aún ser colombianos; me respondisteis que si, y os Hamo colombianos. "Venezolanos! Siempre habéis mostrado el vivo interés de pertenecer á la gran República de Colombia, y ya vuestros votos se han cumplido. La intención de mi vida ha ido una: la forma­ción de la República libre é independiente de Colombia, entre dos puebloc; hermanos. Lo he alcanzado. Viva el Dios de Colombia. "Cuartel General en la ciudad de Bogotá, á 8 de Ivlarzo de 1820, I o. 0 de la guerra. "SrMÓN BoLÍVAR." Fígense los lectores en la entonación de esta ühermosa procla­ma, llena de vigor, de vida, perfectamente explícita en el más alto grado de libertades y de derechos políticos; ella revela hasta qué punto había penetrado la mente del Libertador, las nece~idades so­ciales de los pueblos que nacían á la vida libre é independiente. Es de suponerse el ingenuo entusiasmo que semejantes ideas causarían en todos los habitantes de V enezucla y de Ñ ueva Gra­nada. Las proclamas de Bolívar, los numerosos documentos oficiales emanados de su pluma tienen que considerarse como el medio más seguro que nos permite contemplar hoy de cerca la .figura del gra11de hombre. En medio de aquella febril actividad, agobiado por Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOT.ETÍN MJLITi\R /' Jas fatigas de largos y penosos viajes, en presencia, frecuentemente del peligro, rodeado de inquietos y turbulentos caracteres, á quienes movía el instinto guerrero de la época, Bolívar no era ní podía ser un político calculador, que desviase la opinión pública, ni su len­guaje ocultaba planes pérfidos: él hablaba con la elocuencia que le comunicaba el calor de sus profundos y vehementes sentimientos. Su ambición, sin duda, era la de la gloria; la de levantar á tuerza de talento y de penetración una nación abatida, ignorante y humil­de al rango de los Estados de E u ropa. Pocos días después de la proclama expedida en Bogotá, y que acabamos de leer, en con rándose el 19 de Abril de I 8 :w, en ban Cristóbal, decía á sus soldados: "Diez aííos de libertad se solemnizan este día. Diez años con­sagrados á los combates, á los sacrificios heroicos, á una muerte glorio5a ...... Pero diez años que han librado del oprobio, del infor-tunio, de las cadenas, á la mitad del mundo. "Soldados! El género humano gemía por la ruina de su más bella porción: era esclava y ya es libre. El mundo desconocía al pueblo americano: vosotros lo habéis sacado del silencio, del olvido' de la muerte, de la nada. Cuando antes era el ludibrio de los tira­nos, lo habéi- hecho admirar por vuestras hazañas y lo habéis con­sagrado á la inmortalidad por vuestra gloria." Si ha de sorprendernos el valor temerario con que los Próce­res buscaban las ocasiones de peligro para exponer su vida por la Patria, no menos admiración ha de causarnos la incontrastable fir­meza moral con que el Libertador perseguía el engrandecimiento de los caracteres: él discurría siempre á impulsos de su rica y des­lumbradora imaginación: hablaba el lenguaje de la verdad pero ma­tizado con las galas de su fantasía: quería conmover, impresionar y persuadir, y todo Jo conseguía porque la naturaleza le había dado los arrebatos y Jos esplendores del genio. Pero no vaya á creerse que en el fondo de su discurso se apartase de la verdad: todo lo contrario, sujetaba á ella sus actos y su más apetecido triunfo era el de llevar la persu::tción á sus oyen­tes ó á los que leían sus mensajes. Sus ideas políticas fueron siem­pre las de un hombre de inteligencia superior: él no andaba por el camino trillado del vulgo, porque su raciocinio lo llevaba por ve­redas propias. En Europa había observado la organización de los gobiernos monárquicos, y en América su fácil comprensión .le mos­traba como en un libro las aberraciones y caprichos de nuestro mu­dable carácter, las irritaciones turbulentas de las democracias que, apenas en su infancia y ya orgullosas y absorventes querían apelar en todo extremo al rigOi; por esto meditaba la forma de gobierno que más conviniera á las nacientes nacionalidades. Revela muy bien la sinceridad de sus convicciones la carta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ro:.rn L MJLITAR qu·~ dirigió e:1 I 82) á su amigo D. G~ti!lermo \Vhite, carta CJLl:! en s~gLtid.¡ co¡)ia.n:)5 para que el lector sepa estimar en lo que \·ale. ''San Cristóbal, 26 de Mayo de I 820. "Mi querido amigo: "Aprovecho la oportunidad para dirigir á usted mi discurso al Congreso, reimpreso en Bogotá, y que lo mire con más indul­gencia que antes. Me parece que usteJ m.:: criticó b creación de un S::nado hereditario y la educación de los Senadores futuros. Lo pri­mero está de acuerdo con la práctica de todas las repúblicas demo­cráticas; y lo segundo, con la razón. La educación forma al hom­bre mor:tl, y para formar un legislador se necc r ita ciertam~nte de educarlo en una escuela de moral, de justicia y de leyes. Ustc:d me citJ la Inglaterra corno un_ejemplo contrario á mi establecimiento; p~ro, en Inglaterra, ¿no dcp Je hacerse mucho bueno? En cuanto á mi S~nado, diré que !10 es una aristocracia ni una nobleza COIH­tituÍdas, la pritnera, sobre el derecho de mandar la República, y la segunda, sobre pri vil~gios ofrecido3. El oficio de mi Cenado es tem­perar la democr~1cia ab~oluta; es mezclar la forma de un gobierno :tbsoluto con una institución moderada, porque ya es un principio recibido en la política: que tan tirano t'S el gobierno dmzocnítico abs?!uto c:;m? un déspota; a í, sólo un gobierno teJrlper,ulo puede ser libre. ¿Cóm:) quiere u ted que yo tempere una democracia sino con una institu ic)n aristocrática? Ya que no debemos me¿clar la. forma monárquica con la popular que hemos adoptado, debemo ,. por lo menos, hacer qLLe haya en la República un cuerpo inaltcra­b> Je, que le asegure su e3tabilidaJ; pues sin estabilidad, todo pri11.ci­pio político se c?rrompe y termina siempre por d:struírse. "Tenga usted la bondad de leer con atención mi discurso, sin atender á sus partes sino al todo de él. Su conjunto prueba QUE YO TENGO MU f POCA CO 'FIANZA EN LA MORAL DE !:\U ESTROS CON­CIUDADA Tos, y sin moral republicana, no puedt: haber gobie-rno libre. Para afirmar esta moral, he inventado un cuarto poder, que crie los hombres en la virtud y los mantenga en ella. Tambicn este poder le parecer-á á usted defectuoso; mas, amigo, si usted quiere república en Cobmbia, e:: preciso qu,e quiera también que haya virtud políti~. Los establecimientos de los antiguos nos prue­bln que los hombres pueben ser regid'os por lo.s preceptos más se­veros. Todo el cuerpo de la historia manifiesta que los hombres se someten á cuanto. un hábil legislador pretende de ellos y á cuanto una fuerte magistratura les aplica. Dracón dio leyes de sangre á Atenas, y Atenas las s.ufrió y aun las observó hasta que-Salón quiso reformarlas. Licurgo estatuyó en Esparta lo que Platón no se había atrevido á soñm· eJl su- república, si no hubiese tenido por Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BO.LiTlN MILITAR m.)Jd.J alle¿islaJor de E5parta. ¿A qué rn se hn s0 n~tid.:> los lu .nbres? ¿A qu5 11() se S::>:T\:!~er.í aú ;} ? s¡ luy alg .. m 1. vi:.>len:ia juna, C3 aq•.1 ::lh q · t~ S:! c •n .1!e.1 e .1 h lC~r á b 3 hom)re3 bu~nos y ¡nr con ·iguientc fdic::.>; y rD h1y lib.::!,·tad legíLinu stn::> cuando ésta ~e dirige á h o nrar b humar.idad y á perfeccionarle su suerte. 'I'vdo lo d~rnis es d~ p.ur·a ilu ·ión, y quizás d::! ur¡a 'ilusión per­niciosa. "Perdone usted amigo, esta larga digresión sobre mi discurso, pues usted bien la merecía hace much tiempo, y yo se la había ah:.>rrado m.:ís p:.>r d~sidia que por volunt-ad." ( C?ntinuará ). --·---- EJERCITO N ACIOlrAL ORDEN GENERAL CON MOTIVO l)E LA MUERTE DEL GENI!RAI. JOSÉ MARTA co. ¿ ,{LEL; u. ~rpública de Colombia.- Comrmd.'71Uia dt· ltt C aííomra N aciolltd Boyrzc,í.­BIInzaoentttra, .Agosto 20 dtl 1898.-Nímuro ~7· s ~1o r Ministro de G :~ erra. - B Jgo t.í. Para conocimiento de Su Ser1oría, tengo á honra insertar en la pre­s. cnte nota, la parte conducente de la orden general dictada por esta Co­mandancia con motivo de la muerte del distinguido servidor de la R.e­: rüblica, señor General José María Gonzálcz U: '~.Orden general para hoy I 9 de Ago:>to de 1898. '' Servicio. " "Artículo. Tiene conocimiento oficial el infrascrito de que en tsta fecha ha fallecido en Buga el señor General D. José María Gonzá­lez U., quien consagró los mejores años de su vida al servicio de la Patria. "Esta Comandancia, haciéndose fiel intérprete de los sentimientos de sus subalternos, lam.enta la au.se-ncia eterna de tan distinguido Jefe, y recomienda su va.lor, ab.negación, lealtad y patriotismo, dignos de imi­tarse, á la gratÜQ;d ~e los defensores. y amigos de la buena causa. "En testimonio de duelo se izará, á media asta, el pabellón nacio­nal, por tres díac;, en la Cai'íonera 'B.oyacá' y en la oficina del Resguar­do y los empleados que dependen de esta Co!pandancia llevarán luto por igual tiempo. " Copias de esta orden se pasa~án. al Ministerio de Guerra y á la G:.obernaci6n del Departamento. "Firmado.-RamJn U/loa." Dios guarde á Su S~fioría, Ramón U!!o.t. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ql:lLETIN MHITAR INSTRUCCION CIVIL República de Col•mbia.-Ejército Nacional.-Commtdancia General áe /,¡ 1.• DivisiÓ11.-Número 7,597.-BogotÍI, 16 de Junio de 1898. Señor Ministro de Guerra.- Presente. En cumplimiento á la disposición de ese Ministerio, publicada en el artículo z,o8z de la orden general del Ejército del día 12 de Mayo de 1897, tengo el honor de informar á Su Señoría acerca de la cnse­fianza que está á -cargo de los Instru-ttores civiles en los Cuerpos de está División, duranre el mes de Mayo del año en curso: Batallón Artillería número 1 •0 -"En el presente mes ha hecho el sei1or lwt:uctor civil la clase á este Batallón con regularidades." Batallón .s,;rblt!a número 2. 0 -'' Tengo el honor de participaras gue durante el mes de Mayo último, la instrucción civil del Eatallón, tnvo bastante adelanto á pesar de que el señor Institutor no dio clases sino cada tercer día por alternar con el 1.0 de Artillería." Batallón .AyacuchJ número 3-~-Acompaiía el informe del Ayu­dante del Instructor civil, dirigido á cs:1 Comandancia, que dice : "En el presente mes las lecciones que se han dictado al Batallón no han te­nido igual regularid, debido á que ha estado en servicio la mayor parte de él, y los pocos que han quedado por esta causa, solo han repasado las lecciones anter1ores. Pero sí debo hacer notar á usted que su aplicación al estudio ha sido con el mismo inte~és que antes. "En días pasados recibí una nota de Su Señoría el señor Ministro de la Guerra en que m::: comunica que debo recibir del señor Director del Instituto Pedagógico, dos tableros cedidos por el señor Ministro de Ins­trucción Pública, para el servicio del Batallón, !os que no se han traído todavía por no h::tberse encontrado al empleado que debía entre­garlos, por no ser esa la hora O!JOrtuna; pero inmediatamente se harán conducir según la orden ya dicha. "Esto es cuanto puedo informar á usted, después de participarle que según la orden suya de dar conferencias religiosas todos Jos sábados, he dado ya principio á ellas, y las continuaré, interpretando en cuanto esté de mi parte, los buenos deseos que usted tiene por la moralidad de este cuerpo de quien usterl es su digno Jefe. "Rafael GÓnt(Z Mesa." Batallón Nttriíi? número 4..0 -Envía el informe del Instructor ci­vil de ese Batallón, dirig1do á ia Comandancia, que dice : "En este me<> rendiré á usted mi informe con el respeto y acatamiento debidos, así : "Han asistido con regularidad á la instrucción civil de doscientos á doscientos treinta individuos; con todos formé en el mes que termina una sola seccción, y el tiempo fue dedicado con especialidad á la Lectu­ra, la Escritura y la Aritmética: el resultado adquirido con la primera es satisfactorio, pues pocos son los individuos que no saben leer deletreando; en la segunda algo se ha obtenido no obstante la carencia de útiles y el tener que escribir al aire. En Aritmética, con pocas excepciones, todos suman y restan, at:nque no con prcscisión completa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B'OLETfN MILITAR r8t. 'La clase de Geografía se redujo ~{ narraciones y descripcio­lles, como para dar ptincipio al estudio fuera de algunas defini­cion. es; y la d~ Urb-anidad á oL">6en·aciones generales. ".Frttncisco Afrlcclta T." Batallón r'enerift número 5.o---El Instructor civil de este cuerpo, por condu:cta del segundo Jefe dice : "Tengo el honor de informar (J. esa Comandancia por conducto de usteu, que durante el mes se dio la instrucción civil al Batallón y se dietaron conferencias sobre las materias.. S-iguientes: Religión, Historia Patria, Morai, Urbanidad y se hicieron· clases de Escritura y Lectur.a. La condu.cta del Batallón d urantc el ex­presado mes, fue ejemplar. Dios guarde á Su Señoría-.. El Comandante general, M. D. MoNTÚf'AR.. INVENTARlO de los bienes que dejó á su muerte el soldado Custo­di J Ct~:>tro, del Batallón B?!lthfJIIrÍ. Rtpúblim de Colombia.-Ejército Naci?mzl._c_4·a DivisiÓII.-Bata//(m Bombon,í 11Úmero 1 3.-Comanda11cia. En San José de Cücuta, á diez de Mayo de mil ochocientos no­venta y ocho, siendo las 7 de la mafiana, el que suscribe primer Jefe de Batallón B?111bollrÍ, asociado de los testigos señores José Antonio Aven-­dai'io, Venancio Díaz G. y Nepomuceno Gutiérrez, individuos no mili-­tares, procedió á hacer r guroso inventario y avalúo de los bienes perte­necientes á la sucesión del soldado Custodio Castro, que falleció de fie­bre amarilla en esta ciudad, natural de Dusbanzá del Departamento de~ Boyacá, de treinta y siete años de edad, hijo de Manuel Castro y Ma­nuela Serrano. En consecuencia, hecha la averiguación del caso, resulta­ron como bienes de! finado para inventariar los siguientes : En. dinero un. peso CWlrenta y cinco centavos, suma q uc se remite en calidad de depó­sito al señor Administrador de Hacienda Nacional de este Municipio .. No habiendo más bienes qué inventariar se da por terminada esta dili­gencia que se firma. El primer J c.fe, MARIO G uu1Á~.- Te tigo, J oJé A1:to!ti? A'i.'fltdflÍÍc. Te ti.go, Nepoll!ttcetlo Gíltiérrcz.-Tcstigo, Ve11rmcio Díaz C. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR iNVENTARIO de los bienes dejadcs á su muerte por el soldado Bcli­sario Melo, del Batallón Caro, número 17. En Buga á los diez y m~eve días del mes de: Mayo de mil ocho~ -cientos noventa y ocho, se t:ras1adó al . Hospital Militar de la plaza el :hfrascrito Teniente Corond primer Jefedel Batallón Caro número 17~ asociado de los señores M'ilciades Valenda, Carlos María Esparza y Li­borio Candela individuos no milHarcs, i:on el ~bjcto d·e practicar el in-" ventario y avalúo de los bienes que dejara el soldarlo Belisario Mclo, natural de Tasco (Dep:utamento de Boyad) perteneciente ú la 2. ro Compafiía del mencionado Batallón, y que falleció ayer de tuberculosis. En dinero encontrado ·en su poder ...........•..... $ 10 Raciones de diez y nueve días del mts de Mar?.o • • 13 30 Ajustes y jabón de id ......•••..•.........•. ~.... . • . • 2 50 Raciones de Abril (sueldo).... . . • . • . . • . . . . . . . . . . . . . 24 Jabón de id. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . • . . . . . • • zo Sueldo en diez r o~ho días del rñC5 dt Mayo..... • . .. . • • t 3 90 Sttma ... , .. ¡,,, .. $ 63 90 Se dd u ce por valor de un ataúd, seg&h recibo.. • . . . . . • . Jo •. Quedan ....... $ 53 90 El primer Jefe, A. ARZAYUS E.-El Teniente encargado, l"iceJJtt CrTJtro 1~1.-El primer testigo, Milciadcs f/alcncia.-El segundo tcstígo; C r1rlrn ft1aría Esparza.--'-EI tercer testigo, Liborio C m:a'da. 'lARIEDADES EJERCITO DEL PARAGUAY Son tjportunos los siguiéntes datos, ahora, cuando se habla de una alianza probable entre Chile y ese heroico pueblo. Se compone en su tofalidad de r,soo hombrPs 1 distribuido~ en un regimiento de Artilletía con 300 plazas, otro regimiento de Infantería con 400, y además las guarniciones de Villa Hayes, Bahía Negra y Fuerte Olimpo, con 100 hombres cada una, y los restantes di. tribuídos en pequeños destacamentos cercanos á esas guarniciones. . N o hay ley de ascenso. La carrera de las armas no goza allí de gran prestigio, y por esto los cuadros de Jefes y Oficiales se re­cien ten de falta de aptitudes. El lenguaje común entre Jefes, Oficiales y soldados es el gua­rat: í, al que habla en castellano le llaman pitaguá que significa grmgo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MlLIT AR O~tGANIZACION l\1ILI'fAR DE DOLIVIA Lo misnn q· e el Pe.rú, L.t República boliviana tie11c hoy su Escuela l\1ilitar en Sucre, atendida r~r prof.::s~res contrataUO" en .Francia é hijo:; del país que cursaron sus estudios en la Repúblic<~ fnucc:s:.t y en Bélgica. En dicha Escuela se da un cur.so completo, tec)rico y práctico, del arte de la guerra y el cono;.;i miento de la' tres armas. )«,l G:->bierno actual se h:t prcocup::td•> de (Ltr la mejor di. ci­plirla posible á los 2,0:):) hombre· de línea que forman el .Ejercito permanente, y de mantener en buen pie militar los I ,6oo qtw hacen el servicio de los ocho Departamentos t:n que se encuentra dividido el paÍs. Lo!> 200 hombres que ~a~en el servicio en cada Departamen­to, Sl! llaman columnas de orJ--n y alguna:. de! ellas, como l::t co­lumin 1.1urillo, st; h.tlla organizaó1 com') bJ.t:tlló 1 d~ lí,Iea. La artillería cuenta con 20 caílone· Frrup; de los cuales 12 son d..; campaila y 8 de montaíla> servid;:>3 pJr artillero.> bien disci­plinado é instruí dos en el manejo de la· pÍ~!.¿as. L'l infantería e halla arma
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 70

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 87

Por: | Fecha: 20/02/1899

A~O lll Bogotá, Febrero 20 de 1899 NUM. 87 ___ . ...,_. __ ORGANO DEL MJNISTERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO ---•+--- DrRECTOR AD-HONOREM1 FRANGISGO J. VERGARA V V. Coronel, Miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros OJ.U.U.~Q.R lJ!. ~~ltR.lUU!.USI.9~~jtjt.QJUI.?.UJUUUH!.R~R!Ua!I.~SI.~~li.AARR~H.~.!UI.Rll.~~~llO Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefes y Oficiales del Ejército de la República OTTlfllS lS ~~lSlSlS lS' lS lS'b lS''lS'I! 1f6lS'lS'HlS'.SlS'Innrn lSlS'lSlnSlSlSlSlS 6'1! lS~'lS'1S''61SlSlS'lS'lS'lS~nrlS'!1~'1St:a SECCION DOCTRINAL ( C O R O N E L R. H E N R Y ) Más allá de ciertos umites la fuerza real de un ejér­cito no crece en razón del número de soldados y de los recursos materiales, sino únicamente en razón del es­píritu que lo :mima-MARMONT Dícese que un ejército es una máquina: la definición es in­completa si no se ariiciona agregando que esa máquina tiene alma y es dirigida por una voluntad. Por mucho cuidado que se ponga en engranar bien todas las ruedas, en asegurar la transmisión del movimiento, por disminuír los rozamientos; por mucha perfección que se consiga en la fabricación del armamento, en la administra­ción de las tropas, en la construcción de parques y fortalezas, aún falta en el ejercito lo verdaderamente esencial. Hecho lo atrás enumerado, se habrá creado un cuerpo ágil y vigoroso, pero faltará infundirle vida, falta distender fuertemente esos resortes misteriosos del alma, cuya ~lasticidad c-entuplica la fuerza física en el momento de la lucha; en una palabra: falta preparar ese invisible arsenal que se llamn, ó su jetas á grande pri vacioncs y sufrimientos, faltas de sueño " conducidas al límite de la tensión nerviosa. Enton~es de aparece la mutua confianza, y por poco que falte la luz y esté próximo el enemigo, el galope de un jinete, un disparo, el ruido del viento en la arboleda, basta para alarmar u na avanzada que en desorden se arroja sobre el campamento gritando "el enemigo ! ,, ó "e tamos flanqueados ! ,, Ese terror local se propaga con rapidez vertiginosa, y muy pronto toda la masa, arras­trada por una fuerza misteriosa, se precipita enloquecida, maqui­nalmente, en la dirección en que empezó el movimiento de reti­rada, sin que haya poder humano capaz de restablecer el orden. Si los jefes son impotentes para detener un pánico declarado, sí pueden impedir surja este en el ejército. En general, e impo i­ble que una tropa bien mandada, instruída, regularmente alimen­tada, y cuyas fuerzas no están agotadas por la fatiga, sea presa de un terror pánico . Cuando se presenten circunstancias difíciles, como una fatig excesiva, hambre, revese repetidos, los je~ s de­berán estar sobre aviso y ob ervar on cuidado Jos síntomas de in­quietud que se presenten, no omitiendo esfuerzo para calmarlos : en el acto se pondrán en inmediato contacto con la tropa, renova­rán las instrucciones adecuadas y apelar ' n al celo é in{} uencia de lo oficiales y clases ; harán distribuír cafc, tabaco y un poco de aguardiente ; harán aviv~ r los fuegos en 1 vivac, doblar los centi­nelas, multiplic r las patrullas y rondas d oficiales . Con esto bien pronto se serenarán los espíritu .. , circular: n de nuevo los chistes y el buen humor, renacerá 1 confianza y serán expulsados del campo los tristes fantasmas evocados por los cobardes ó por los espíritus enfermizos o desequilibrados . A las cualidades dichas se añade por modo natural la abnt'ga­dón, ó sea el sentimiento que mueve al soldado á sacrificarse pot" O Of Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 52 BOLETÍN MILITAR salvar á sus jefes ó camaradas, ó á lo menos á tomar con voluntad su parte en los sufrimientos comunes por el interés de todos. La abnegación depende en mucho del e píritu de disciplina, de la so­lidaridad que existe entre los hombres, de ]os peligros que han afrontado unidos, del buen trato de Jos superiores y del ejemplo que reciben de los oficiales. En fin, resta mencionar el espíritu rle cuerpo, que es en el ejército lo que el espíritu de familia en la Nación, es decir, un lazo común que mantiene la unidad, la camaradería y la vitalidad en cada grupo constituí<:io. Ese lazo reúne como en una familia los combatientes en torno de su bandera, sí m bolo de la patria, emble­ma del sacrificio y testimonio de la gloriosas tradiciones del cuer­po. Es claro, además, que los jefes deben vigilar con cuidado, al excitar este noble sentimiento, que no se empequeñezca y degenere en espíritu de mezquindad ó particularismo. En sus instrucciones morales harán comprender á la tropa que el e p'lritu de cuerpo debe permanecer siempre subordinado al del amor á la patria, que es la ley suprema del soldado. --·~·-- Y L A S }l N I O B R A S N O C T U R N A S (Escrita en francés por el Mayor A. Ohevalme) (ContínUl\l' ión) CAPITULO 1. 0 De ltu operacioJJes de JJIJche e11 gnurd .. In Ruencia de la oscuridad sobre las operaciones militares-Jefes- Soldados-Alimentación. El terreno-Disciplina.-Aptitud de las diversas :trmas para las operaciones nocturnas Fácil es para todo militar darse cuenta de la influencia que la noche tiene sobre las operaciones de guerra Ln general, porque esa influencia se ejerce á la vez sobre el orden físico, sobre el or­den moral y sobre el orden táctico. I .o El oído e!icucha á distancia los ruidos más leves, al mis­mo tiempo que la vi tase limita á reducidí imo horiz.onte. La luz artificial se ve desde muy lejos : la llama de una cerilla ó el fulgor de un cigarro puede traicionar un movimiento combinado, desde otro punto de vista, con las precauciones má grandes ; en fin, la tropa se fatiga de un modo extraordinario, porque lo esfuer­zos físico que entraña el movimiento son mayores. 2. 0 La falta de sueño debilita los mú ~culos del hombre; el cerebro se resiente de la fatiga del cuerpo ; lo~ objetos más vulga­res adquieren las formas más extrañas en su imaginación sobre .. excitada, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN J.llLIT.AR 53 El hombre ignorante e por naturaleza crédulo y supersticio­so; el terror e contagio o : el menor incidente inexplicado ó mal interpretado, puede ocasion?r, aun en trop veterana , pánicos cuyos efectos ~on de a tro o . 3.0 En la tinieblas los movimientos son lento y penosos, laC3 tropas se orientan mal y lo errore de dirección on frecuen­tes. El orden e difícil de con ervar en la tropa, el mando e anhi­la ó poco menos, y la cohesión desaparece fácilmente, lo mismo que lo lazos tácticos ; la iniciativa en los diversos escalones, con ser indi pensable, puede engendrar graví irnos errores . i á e to inconvenientes generale agregamos lo que resul­tan del particular temperamento de la raza gala ( 1 ), e .. imposible no llegz.r á la conclu ión forzJsa de la neces idad en que e tamos de prepararno eriamentc para hacer la guerra de noche, á fin de que no nos coja de orpresa cuando suene la hora del peligro. No es dado á todos poseer las aptitude indispen ables para ce nducir con exito una operación nocturna. En particular, debe ob­servarse que todos los hechos brillantes de esta especie, menciona­dos por la hi toria, fueron dirigido por hombres de alma vigorosa­mente retemplada. El valor sol no ba ta: el jefe necesita, ade­más, una gran voluntad, una grande experiencia, un perfecto conocimiento de su tropa, y en fin, imaginacion de pierta y espí­ritu inventivo, que epa s lir rápidamente de una situación crítica. A tucia, audacia, confianza en í mi mo, no son sino una parte de las cualidade· indi pen ables al oficial para tentar con exito una operación nocturna. Lo oficiales subalternos deben tener en el jefe confianza ciega, y no olvidar que á cada momento le corre ponde dar el ejemplo de 1 p1 áctica d la virtudes militare . El oldado tiene fijo en ello Jo ojos á toda hora ; u bra\ ura y angre fría e comunicarán al alma del hombre de filas y ]o harán capaz de todas las energía y de todo lo ·a crificios. ( 1) Porque si los galos son ardiente y • tán pront(l ;\ tomar lal> armas, resisten m:tl y no . ben so~rtar los r ·vese: . . on ligero e in tabh: en su resoluciones .... En bravura los g;1los superan á la dema n1cione. (Cé ar, ,¡,. Bt•llo Gallico). El buen orden re:mima sin e· aren el soldado animoso •·e: v;~lor y ardentía que :~linlenta 1 • peran:t;l tic t•ncer e pcr:mza u no lo abandona ya mas mícntra •e con­serva el buen orden. Lo contrario uc •el· en · os ejército en que no hay sinofmin y no emlcn, com~> suc •clia cntr(· lo galo . cnp im¡ tuo itlarl aflojaba con frecucnci:l en los combate . (M:tquiilv •lo, D1scurso sohn: Tilo I~i 11io) No hay en ·1 mun io cnt uc gu.tr len meno el orlen en todas la co ,,s ... . En ello 1 (mor domina :\1 buen orden y ' l.t p:tcicncia. (D Vigcncre, Arte militar tle Ouozmult>r). Con i1lcr.1ción particular merecen lo . ataque ele los fr. cos. puc lo. que el mismo é . r n udo clcjilr de reconocer u c:xtraor.Jinaria impctno icl:ul. Entiendo qu · ( 1 inclica ,.¡ prtm~r cho uc ele lo galo como ·1 más p ·ligro . y e3 ele opinión que ·1 t·mpuje c1m qu!.' continúan J. brc •:t t• mucho m ·nor ; ca tic di lo qnc li.tcrc , b viol•n i;a del :lta­quc, la fiu·i·t.frmtrc•stt, ¡a· uactcrizó laa Ul rn ele l:t Revolución Fr:mce a: e .tún hoy •lÍa ~u distinti . n.tc:ion.cl (Príncip• Fcdcri o Carlu ). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 54 BOLETÍN MILITAR Y el soldado es un sér imperfecto, ignorante, débil. ce. El hombre, dice el príncipe Federico Carlos, es un compuesto de in­teligencia, de alma y de cuerpo. La inteligencia se resume en las facultades intelectuales; el alma en las fuerzas morales. Por la in­teligencia y el alma somos dueños del cuerpo, y lo somos aun cuando éste quiere rehusar su servicio. "En el combate, los tres elementos, es decir, el hombre ín­tegro, entran en actividad. Cuanto más se ascienda en la jerar­quía de un ejército, más la inteligencia y menos el cuerpo entran en acción ; pero salvo raras excepciones de naturalezas especiale , todas las potencia5 del alma resultan profundamente conmovidas en todos los grados y en todas las escalas jerárquicas. '' E::,os movimientos del alma son un secreto de Dios implan­tado en el corazon del hombre ; es en esos movimientos donde se halla la fuente de todo lo que es grande y noble, á la vez que el germen de todo lo bajo y vil. '' Es ése el asiento del sentimiento religioso que se llama co­razón, \·alor, bravura .... amor á la patria, adhesión á sus superio­res, á sus camaradas, á sus compañeros, fidelidad, abnegación, en­tusiasmo, voluntad y fuerza de voluntad, puntillo de honor y deseo de distinguirse ; pero también allí se ven las raíces de las cualidad~s opuestas : miedo, horror, espanto, en una palabra, de todas las malas pasiones.,, En es te ;1otable pasaje el príncipe mira al hombre pero no á la tropa. ¿ Por qué tal soldado, audaz, capaz de acompañar, solo, á un oficial en una misión peligrosa ; capaz de sacar á su jefe del mayor peligro, el día menos pensado huirá como una liebre, si sus camaradas echan pie atrás ? A la inversa : ¿ por qué el ejemplo puede convertir en héroe á un poltrón ? Es que la cobardía y la bravura son idénticamente contagio­sas · es porque una tropa sufre innumerables influencias psicológi­cas por lo que vale más 6 menos, según ~ea el estado de la situación de su espíritu. Tal cosa que un día la impresiona vivamente, ha­bría podido pasar otra vez ó en otras c-ircunstancias del todo inad­vertida. Lo que antecede, de importancia capital en la guerra de día, lo es aún mucho más en la guerra de noche: en ésta los lazos tác­ticos casi no existen; el pensamiento del jefe, lo mismo que su mirada, es tá velado por las tinieblas. El silencio es de rigor, y ¿e ' mo podrá un jefe invisible mantenerse en contacto constante con su tropa, y asegurar entre ella y él una corre pendencia inin­terrumpida? Sólo por la transmisión en voz baja de órdenes ó in­formes que no se refieren ino á asuntos de alta importancia, sin ninguna explicación, sin ningún comentario. Este modo de co­municación, de boca en boca, e tá señalado por Jenofonte y por César, como familiar á los griegos y á los galos. ¿Por qué no se usa hoy con más frecuencia ? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. :BOLETÍN MILITAR 55 La tropa e:;tá bien en la mano del jefe, es valiente y discipli­nada, tiene confianza en su jefe, y éste cuenta con ella: todo esto no es ba tan te aún. «En el ejército franc é la fuerza moral prima á la fuerza física," dice el Príncipe Federico Carlos, y aunque en verdad li onjea tal elogio en boca de un advP-rsario, no debemos olvidar por eso que á su turno lo físico obra fuertemente sobre lo moral. La naturaleza quiere siempre ejercer sus derechos, "la bestia reacciona sobre el alma, y un cuerpo débil ó fatiga do no puede al­bergar sino un valvr dudoso." (Von der Goltz, La Na ci6n armada). Si el hombre no goza de la cantidad de sueño que le es necesaria, es preciso hacer frente al de perdicio de fuerzas, que es su conse­cuencia, y el medio de conseguirlo está naturalmente indicado : una alimentación excepcional. e fija el procedimiento para la iniciación, de maa1era de lograr el alistamisnto de todos y de que se puedan organizar conve­nientemente en unidades tácticas, capaces de disciplinarse, instruírse, movilizarse y emplearse con precisión en el servicio militar. Habrá necesidad de fijar una filiación completa de todos los hombres hábiles para el servicio, trabajo que no podrá ser llevado á cabo sino por oficiales pundonorosos y enérgicos, y al cual debe atender el Esta­do con fuertes pero imprescindibles erogaciones. A pesar de las causas de relajación que han entrabado la organi- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE~'Í.N IDLIT:!.R 63 zación de las milicias, la inscripción se ha llevado á cabo en los meses de M ayo de l 894 y Enero de 1 89 5, y también en 1 896-97. Allí se cumple la organización de las milicias de modo gradual : por escuadras, secciones, etc ., hasta brigadas y di visiones, dado qu e éstas sólo pueden formarse con elementos inteligentes y susceptibl es de educación é instrucci6n . La organización de las milicias en batallones era en el mes de Septiembre del ano pasado, la sigu.~ente : Número de batallones de primera categoría . . . . . . . . . . . 62 Número de batallones de segunda categoría ... . . . • • . • . . 2 1 Total . . . . . .... . N úmcros de fuerzas que forman los batallones e xpr esados Número de jefes de alta graduación no organizados .... . Depósito de jefes y oficiales no orgaPi?:ados ...... . ..... . Fracc:iones de tropa no especificadas .........•...•... Milicias de l Departamento de La Paz, no organizadas .... 3 1,4 T 1 SS 400 2 79 2,298 Total ..• -.. - - - 34,4-43 Cuadro del númer o de militares que forma cada una de las clases de ordenanza, desde la de G e ner al de D ivisión hasta la de soldado in­clusive : Generales de División ...... .. •............•........ Generales de B rigada .................... . ........ . C oroneles . . . . . . . . . . . . . • . • . . . . . . . • ............ . T enientes Coroneles . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . .. . .•.• Comandantes primeros. . . . . . • • . . . . . . . • . . . . . . . • . . • . C omandantes segundos .... . . ..................... . Capitanes .•.....•••......••.......... .. .......... Tenientes ....••••..... . ••••...•..........•.... . . Subtenientes .. . . . . . . ..................... . ..•... Sargentos primeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ....•.. • Sargentos segundos . ........... . .... . .......•.....• Cabos ...... . .... . .•.• . ........ . . .. .......•..... Soldados •.. . .................•...•.... . ...•..•.. 28 27 9 9 87 90 129 5 13 734 7 1 3 450 1,369 2, 708 2 7, 496 T ota l. .•. . ... · · 34->443 S e estima el total d e l as mi l icias de pri mera categoría, en el E s-t ado, en . . . . • . . • . . . . . . . . • . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . • • • • z6,266 El total de las de segunda, en .. . . . • . . . . . . . . • . • . . . • . . . 8, I 77 Total . ... • . . . . . 3+, +43 Para completar estos datos, que dem ucstran el contingente legal para formar el ejército de la República qul! puede acudir á tomar las armas en defensa del ·uclo patrio, agregaremos aquellos que: repre ­se ntan las fuerzas en actividad, que tomamos de La Unión de Teguci­galpa, de l mes de D iciembre del at1o próximo pasado : "Los cuadros siguientes demuestran la situaci6n del ejérc it o hon .. durefio el 27 de .Noviembre de 1898. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. !IOLE'J!fN MILITAR ce No figuran en ellos los voluntarios que se presentaron del z8 al 29, porque ya entonces se presumía, por las noticias recibidas, que no habría guerra ; y se aplaz6 la aceptación de sus servicios. Con esos vo­luntarios, la fuerza cxtra,rdinaria pasaba de 7,ooo hombres, y ese hecho revela que si el curso de los acontecimientos hubiera sido otro, pronto se habría podido fácilmente contar con un ejército expedicionario de Io,ooo hombres llenos de fe y entusiasmo.-( CoJJcluirá). ECUADOR El gobierno del General Alfaro cuenta con las siguientes fuerzas : En el Norte.. . . . . . . . . • . ~........ • . . . . . . 1,100 hombree:. En Quito. . . . . • . . . . . . . . . . • . . . . . . . • . . . . . 1,022 En el Ceo tro . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . I ,86o En el Sur . . . . . . . . . . . . • • . . . . . . . . . . . . . . . ... 970 Guarniciones militares y policías en Guayaquil, Babahoyo, Machala, Santa Rosa, Manabí, Esmeralda, etc., más 6 menos... . • • . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . z,ooo Total . . • . . . . . . • • • • 6,9 52 hombres Las fuerzas con que, se afirma, cuenta la revolución, llegan á me-nos I,ozo hombres(!), así: En el Norte . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . • . . . • . . . • • • • 6oo EnelCentro ...•.....................•.•........ 150 En el Sur.... . .................................. 270 --- ~ --- A VISO OFICIAL DE LOS BIENES DEJADOS POR EL SOLDADO CARMEN SANTAMARÍA, DEL BATALLÓN COLOMBIA NÚMERO 1 1 En la ciudarl de Panamá, á lo., treinta días del mes de Diciembre de mil ochocientos noventa y ocho, se presentó en el cuartel del Batallón Colombia número r 1 el señor Coronel José M. Guerrero G., con el ca­rácter de primera autoridad militar de la guarnición de Panamá, y en asocio de los testigos sefiores Aureliano Valero, Belisario Alvarez y Gaston Hugues, con el objeto de inventariar los objetos que pertenecie­ron al soldado Carmen Santamaría, de la 3·a Compañía del aludido Cuer­po, muerto el día anterior en el Hospital de esta ciudad, y que según con~ta en la filiación de la libreta, era natural de Panamá. Pedidos los bienes y hechas las averiguaciones correspondientes, resultó no tener más bienes que las prendas del vestuario, sumini tradas por el Gobierno, por el motivo de haber sido aprehendido el finado recientemente. Para constancia se firman dos ejemplares al tenor del presente ori~inal. El Coronel, encargado de la Jefatura Militar, J. M. GuERllBRO G. -Testigo, .AurelimJo Palero .B.-Testigo, .BeliJario .A/uarez.-Testigo. Gaston Huguu. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 87

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 95

Por: | Fecha: 15/04/1899

A~O 111 Bogotá, Abril I 5 de 1899 NUM. 95 ---·~-- ORGA1 O DEL MJ I TERIO DE G ERRA Y DEL EJERCITO ----·~-- DlRr.CTOR AD·HO O REM, FRANCISCO J. VERGARA y V. Coronel, Miembro d la. Socu~ dad Colomb1<~.na de Ingenieros ~iiiiiii iii i i ~ii i R 9~i9~ ~A~ ~i ~R i2 . ~ AQRR i ~i i i i ~i~i~ii iiiAQ 1 Son colaboradores natos de este peTi6dico todos los Jefes y Oficiales del EJército de la República 0~6~~~~~~~~~~~~6 ~o ~o 6~~~ ~ ~u~ ~~6~~6~0 ~~ 6 ~6~ ~6~6~~~ ~ ~~ bl 6 ~~~Q IC L Bogot5, Abril 1 o de t 899 Señor Director del Boleli11 Militar- Pre sente. Muy estimado señor: Tuve el honor de recibir la atenta nota de usted en la que solicita permi o para con ultar el archivo del hi toriador Re trepo y reproducir en el Bol tm Militar cicrt s piezas relacionada con la historia del paí · . Es para mi altamente s tisfactorio el conce­der el perm1 o olicitado; u ando u ted de él contribuirá á que se salven del olvido documentos historicos importante , y será uadro apropiado para ellos la importante revi ta t n habilmente dirigida por usted. De usted muy at<:nto seguro servidor, EDUARDO RE TR PO SAENZ Rrpúblira dt Colombia-JI,! illiJitrio (Ü Hadcllda-ScaiÓII +a-Ramo dt C~!JtrntQJ-N ímuro 78 1-Bogotá, klm·zo 24 dt 1899. Señor Miniatro ele Guerra. La última parte del artículo 7. 0 del contrat número 3 de 1894, celebrado con el señor Bernardo Navarro, sobre construc- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 178 BOLETíN MIL1'1'.AB. ción de un puente sobre el río Magdalena, que se halla publicado en el Diario Oficial número 9,424, de 22 de Marzo de aquel año, dice entre otras cosas lo siguiente: ''Es entendido que los co­rreos y fuerzas del Gobierno no pagarán derecho alguno, como tampoco el vestuario, equipo y armamento para el Ejército." Este Ministerio estima como fuerzas del Gobierno á los militares en marcha, que vayan divisados 6 nó, llevando pasaporte expedido por la autoridad respectiva, y dentro del término señalado para la marcha hasta el lugar á donde vayan destinados, por con­siderarse que el carácter militar lo conservan hasta cumplirse las condiciones del pasaporte. La aclaración anterior será comunicada directamente al Em­presario del puente, y es de esperarse que en lo sucesivo no haya lugar á nueva reclamación. Dios guarde á V • . S. CARLOS CALDERON EATALt.ON PIOXINOHA ORDEN GENERAL DE LA DI 1 IÓ PARA HOY VIERNES 10 DE FEBRERO DE 1899, EN POPAYÁN República de c~/ombia.-Ejército Nacional.--4.• División.-Estado Mayor .. - ............................. - ........................ . Art. 995· El suscrito e complace en hacer constar, para honra del Batallón Pichincha y satisfacción de sus jefes, que el Capitán Leveque, miembro de la Misión Francesa, comisionado por el Ministerio de Guerra para pasar revista en los cuerpos que hacen la guarnición del Cauca, le ha informado verbalmente que la ~evista pasada en el citado Batallón le ha dejado plenamente sattsfecho en todo sentido; que le ha parecido el mejor cuerpo de los que conoce en la República; que llama la atención por el aseo y arreglo del Cuartel, y el aseo especial de su personas y v.estuario; además de maniobrar muy bien y distinguirse en el ttro al blanco. Igualmente le maní esto el Capitán Levcque que el parque nacional de esta ciudad le ha parecido el mejor arregla­do y conservado. El General Jefe, ERNESTO BORRERO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. llOLET.íN MILITAR 179 SECCION DOCTRINAL --··-- Es natural que los soldados estudien con amor la vida gue­rrera de los grandes militares que con sus espadas han modelado el arte difícil que se resume en breves palabras : sacrificarse pro­vechosamente por ]a patria . Empero, si es quizás dificil y aun odioso establecer cierta clase de categorías y de escalas, para dar campo á sentimientos patrióticos, nobl(!s en su esencia, pero pro­fundamente errados desde el punto de vista técnico, sí natural­mente deben volverse los ojos en primer término á aquellos jefes cuyo ejemplo á lo menos deben imitar los soldados de todas las naciones, por tratarse, no de monarcas amos de un pueblo, ni de jefes de un Estado, que en su personalidad han refundido al político y al militar, sino de los servidores de un país ó de una causa, que no tuvieron otra pretensión que la de llenar cumplidamente su deber. Si los primeros no pueden ser modelos para los oficiales del ejército de una República, los segundos están en condición muy distinta, y sus virtudes, su labor y su obra servirán de fructuoso tema de me­ditación- y estudio á los oficiales todos, desde el Alférez hasta el General en Jefe. Y como la maestría del artífice nos lleva á admirar su obra, es natural también que los soldados se apasionen por el estudio ce las campañas de aquellos á quienes rinden culto, lo cual explica por qué siendo el General Lee uno de los titanes ciel arte militar, la guerra de Secesión, en la cual mostró sus talentos, sea capítulo obligado de una historia militar. Nadie disputa á Aníbal el primer puesto entre los hijos de Marte ; el segundo corresponde sin duda á Napoleón ; después surgen, con talla poco menos que igual, Alejandro, César, F ede­rico JJ y Lee ; pero i á un mismo tiempo se estudia el hombre y el soldado, y, sobre todo, el hombre de la guerra moderna y de la civilización cristiana, el orden de aquella enumeración se c-an1bia, y el sitio de honor corresponde á Lee, porque ce la nobleza de su carácter le hizo adorar de sus soldados y estimar de sus adversa­rios, y terminó su vid.t ejerciendo las modestas funciones de Di­rector del Colegio W á hington en Lexington." Robert Edward Lee, hijo del más brillante oficial de la ca­ballería americana durante la guerra de Independencia de los Es­tados Unido , fue á su turno el más notable de los Generales de aquel país en la guerra de Secesión, el primero de los hombres de guerra que ha producido el Nuevo Mundo, y el segundo de los guerreros del siglo : su campaña defensiva de 1864 es una de las obras maestras del arte militar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 180 BOLETÍN i\IILI'l'.A.R Con el objeto de ha~er conocer de. nuestro ~jérci~o esta emi­nente personalidad, traducimos e:t egUida las b10~raftas de Lee, escritas por Grasset, Inspector en Jefe de la Manna francesa, y por Scheibert, Ingeniero militar pru .iano, enviad por 1\tlolke pa~a que siguiera sobre el terreno la penpectas de la mayor guerra CI­vil que registran los anales del mundo. LEE, POR •. GRAS ET (Guerra de Secesión-Segunda parte : los hombres) ce La campaña de Virginia, en 1864, e parece á una parti­da de ajedrez : Grant gu ta de atacar con la torre ; Lee, á quien faltan mucha piezas, y jugador má elegante, se defiende con el alfil y el caballo , (J . cheibert). Los dos adversari están admirabl mente pintados . Grant, salido de las entraña del pueblo, será pueblo ha t a sobre la illa presidencial; Rober~ Lee, ari tócrata de nacimiento, rico propie­tario, una de ]a~ más seductoras individualidades de la Nobleza del Sur, no podrá ocultar su elegancia natur::tl ni debajo del capote ennegrecido por el humo de la batallas, ni debajo del traje, bien modesto por cierto, de Director de Lcxington . Este hombre creció á medida que su fortuna declinaba; su popularidad salió intacta de la capitulación : se comprende que fue aplastado, no vencido. Por tierra el árb 1, parece aún más grande, pero al mirarlo sin ra1ces se admira el observador del tiempo que fue preciso emplear para derribarlo, y se pregunta por qué milagro de equilibrio e mantuv tánto tiempo en pie, en medio de la tempestad. Y ese milagro el General confederado lo renovó á diario durante un año, agotándose en jugar una pa~tida deses­perada, en retardar la inevitable catá trofe. Su vida durante ese doloro o período, es un modelo de pa­triótica energía. Tiempo hacía que hab1a perdido la esperanza, pero us temores y su desesperación los guardaba para sí solo ; su rostro, iempr iluminado por una serena bondad, permanece im­pasible ante lo m a tr " gico azares de la guerra, y cu ndo u co­rrespondencia privada lo mue tra deseo de desean o, hambriento de paz, de concordia, us soldado , engañado por u aparente confianza, lo aclaman creyendo aun . que el te tío Roberto,, va á llevarlos á w~ hington. El hombre Uora Virginia devastada, á su familia arr.uinada, á su mujer enferma, á su hija muerta ; l General aparece más firme que nunca. En tanto que advierte " JefFer on Dawi que llegó el momento de negoci.ir la paz (l\1arzo de 1 864), pue to que en su concepto .es imposible pr longar la re i tencia, exhorta á sus trop s, r~ ntma u v lor y le promete la victoria. Su órdenc generale mtcnten, y nadie lo abe mejor que él; ¿ pero quién erá osado " cen:Jur rlas ? Es preciso os tener d á ni m o de los últimos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 181 defen ores de Richmond, quienes, leyendo la conocida novela de V tct r Hu; , se apellidaban á SI mi mos lo il4iurables de Lee. Lo diversos a · pecto de e te gran ar á cter varían en ex­tension, pero no en c a lida d; ] ano de doble ro~tro, es una perso­nalida d difícil de pintar; impo iblc e::; retratarlo con un solo ras­go, pero á lo menos ensayaremo representarlo en el punto culmi­nante de su gloriosa carrera, durante la campaña defensiva de Virginia, el más bello florón de su corona militar, si no como éxito, Sl como prueba de u genio. Robert Lee te111a entonces cincuenta y siete años y su elevada e tatura lucía fieramente bajo un uniforme de corrección puritana. Do años de guerra habían blanqueado sus cabellos, sin desmedrar la soberbia pre encía del que fue uno de los más ele­gantes caballeros de Virginia. u actividad física y su extremada ebriedad Je conservaron hasta en la edad m dura el vigor necesario para resi tir la abrumadora fatiga del mando militar; y Ja dignidad de su vida, el brillo de u ser icios, la cultura de sus modales, form~tn en torno de u cabeza plateada una aureola de re peto, de admiracion que explican la afección entus iasta de sus solda­dos ' viendo e e noble rostro, lleno de fuerza, en el cual se desta­caban grande , abiertos dos ojos hermoso casi negros . ' En u incorrecciÓn exótica esta fi·ase de un oficial extranjero evoca una imagen y merece con ervar e. El culto de los confeder do por su gran Capitán se fundó exclu ivamente en el gran valer de Lee; nunca e vio menor osten­taci<> n, Clo e te ultimo 1u tilb la bajada no es muy fuerte aun c uando en algunos puntos hav bastante barro ; el res to e s bu eno: hay recursos. Distancia, 12~ kilómetros. ToTAL, 20 kt1 6 metros. Horas de marcha, 7; por llano, 3; de su­bida, 2; de bajada, 2. II ~ T6querres á Pupiales T ú1Jtttrrn á Sapt~ycs-Parroquia, frío. (Véase el itinerario ant~­rior). Distanc ia, 7 ~ kÍ1 6metro . Snpuy r r ,í lr1 r¡tu6r11da Clúllrmqucr - Casa, frío. Se ube una cuesta n o ~uy pc nut c ntc, pero con algún barro. Aquí s e aparta á la derecha cammo para Pas tás y Carlosarna. Dis tancia, 5 kilómetros. Cltilltmt¡ller J In Cm116re-De ierto, frío . Subida por entre monte no muy e s p eso y con bas tante bl\rro. Distancia, 3 kilómetros. La Ct~mbrt rÍ P11pirdn -Parroquia, frío. Bajada casi llana, con p oC barro; St; pa sa Una qu \! braua honda r á pOCO Un barrizal para lle­gar al pue blo, qu e ~icnc recurso . Dis tancia, 6 kilómetros. ToTAL, z 1! kd6metro . Horas de marcha 8; por llano, 4-; de su-bida 3, de bajada, 1. ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 188 I I I-T úquerres á Oarlo sama ~íu¡uerrn á In quebrndn Clúlln1Jt¡tter-(Véase el anterior). Dis­tancia, I 2~ ki16metro . Cltill,mqurr á Pm/ÓJ-Aldea, frío. Hay primero una subida no muy pend1cntc, c on monte y algún barro, y luégo un plano inclinado, casi llano y con algún barrizal. Distancia, 1 o kilómetros. PasftÍJ á CarloJdma- Parroquia, frío. Camino llano, con barro. Se pa a el río Blanco que corre entre altos barrancos y por un llano con barriz.ales, se llega al pueblo, donde hay recursos. Distancia, 5 k i­lómetros. ToTAL, 27i kilómetros . Horas de marcha, 9; por llano, 5; de su­bida, 3; de bajada, I. IV - Túquerres á Cu m bal ?:'ltquerres á . E1pino-Vecindario, frío. Camino lJano, resbaloso en algunos puntos, barrial oso en otros: se pasan las quebrad111 Chamarro, Pasto, Sisea} y Tutaria y se llega á e te punto, d o nde hay camino de á pie, de menos de 2 leguas, para Sapuyes . Distancia, I 5 kilómetros . E1p 110 tÍ Pa11amnl-Hacicnda, frío. Camino llano con algunos arascadalc ; se pasan dos quchradttJ. En esta hacienda se aparta el ca­mino para San Pablo. Distancia, 5 kilómetros. Pn1111mlll á MuellamliéJ-Caserío, frío . Terreno llano muy fan­goso, con atascada les en invierno : se pasa la} queórndn Chimangual. Dis tancia S kilómetros. A!tltllmnrth á Cttmbn/-Parroquia, frío . Camino igual al anterior: se pasan las quebradnJ Chamuntí, Comunidad, Guan y Rumichaca. Hay recursos. Distancia, 7 ~ kilómetros . ToTAL 32~ kilómetros ; hora de marcha, ro;•por llano, 10. V - T úqu erres á Guacbuc al Tt((j/ICrres ,¡¡río SapuyeJ-Dcsierto, frío. Se pas a la qudn·,¡dn Cha­marro, c on muc ho barro· luégo se igu c p or lom as tendida, . e cruzan la · t¡Vt'Órtldru Pa ·to y Si -cal y e llega al pue nte de este río. la iz­quierda ·e aparta el camino para Sapuye -. Di '> tancia, 5 kilómetr?s. Río Stlprtyn rÍ C!Lillam¡ller-Hacic nda, frío. Cammo ca 1 llano, l e muc ho barro 1 con algunas altura · llenas d e ata ·c ada) e . Di · tancia, 5 kilómetro ·. Chillrwqtlt'r tÍ Gllndll/(lz/-Parroquia, frí o . El camino mejora~ no hay tanto arro; e pa-;an la qrtebrt~dru Mue rta y Calavera; y luégo por 1 mas ten li a , casi llanas, ·e llega á e te punto. ~Hay rccur os . Distancia, 10 kilómetro . 1 01 ,,L, 20 ki16mctros. Hora de mar ha 7; por llano,! S; de su­bida, 1 ; de bajada, 1. VI- T úquerres á Iles p o r Ospin a Túq~to'J' tJ al r ío Svptt)'t•s-D c ic.:rto, frí(). Camino llano; e pa · .t la t¡flt'VI'tu/,¡ Chamarro, l:On .dgun u barrialc. )' el río por un mal ptH: n­tc. Di . tancia, 5 ki16mc.•tro . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 184 BOLETÍN MILITAR Río Sapnyn á OJphu1-Parroquia, frío. Es una subida no muy áspera, pero algo resbalosa hasta el pueblo donde hay recursos. Distan-cia, 3 kilómetros. , . , 01pmn á /n1 Cnóeara_J de Cnpu!t-Dest~rto, fno. ~e sube una altura por camino de pendtente sua\'e y se baja por otro 1gual del que se desprende, ía que guía á Sapuyes: á la derecha se deja la cabecera de Ja quebrada Capulí. Distancia, 7 kilómetros. CaóeceraJ de Cnpulí á ]/n-Parroquia, frío. Terreno quebrado con algún barro; se pasan dos quebradas y se llega á )a planicie en donde está el pueblo. Hay recursos. Dist en la i la de IVJargarita, n ara as Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 186 BOLETÍN MILITAR y en otros 1 ugares. In ter rogad á las tropas de V ene~uela, que marchan á la \'anguardia de mi ejército; preguntad á los habttantes de esta pro­vmcia cuál fue la conducta de mis soldado& para con ellos: mi corazón no e el de un tigre; no soy de esos hombres que cuando tienen las riendas del Gobierno en la mano hacen asesinar impunemente á seres indefensos. En Margarita encontré coronele y otros oficiales rebeldes; no les pedí cuenta del pasado; exigí de ellos el juramento de íiderdad al Rey. Desearon ellos volverse á Cumaná y á Barcelona, ciudades en donde había reuniones de irtsurgentcs, y, sin embargo, no opuse nin­guna dificultad á sus deseos. Me cabe la satisfacción de afirmar que desde entonces nin¡uno se ha apartado del ~cndero de su deber. "Apresuráos á poner término á esta 1 uc ha. Vuestra uerte no deper.de sino de vosotros mismos; es ésta una disputa de hermanos, y para una sola familia debe lle,ar un día de reconciliación . Optad por la sumisión ya que no podéis recibir socorros de ninguna otra parte . Desde el Cauca hasta Sinú y Mompós, todo está ocupado por mis tropa" . La s.a. División ha penetrado por las fronteras de V cnezuela, y la División ligera del Brigadier Porras marchó el J 1 hacia Ocaña para junrársele. En los almacenes del Ejército hay vfveres para ocho meses . Jnglaterra desea que termine este tra torno; Luis xvu1, colocado en su trono, prohibe á sus súbditos que combatan en las filas de los rebeldes; Napoleón, en manos de lo ingleses y conducido á Santa Elena, no es ya nada en el mundo. "Os hablo por última vez; si permanecéis sordos á mis consejos, cuando o veái obligados á rendiros, ejerceré todo el rigor de la justi­cia, á pesar de los deseos del Rey y de los míos. Entonces seréis rebel­des sujetos á la fuerza; hoy, aún podéis er nuestros hermanos; com­partid con nosotros las ventajas de este título; disfrutad de nuestros bienes y de la suave compañía de Yuestras esposas y de vuestros hijos, como si nada hubiera alterado nuestra antigua unión. Cuartel general de Torrecilla, 22 de Septiembre de I 8 J 5· l\10R1LLO "Desde que llegué á Cartagena, prometí libraro pronto de la e:;clavitud en que o tienen} alguno· hombres que no a · piran sino á :u propia exaltaci6n: éstos on vuestro· verdugos, y miran con profundo de ·déu vuestra~ de gracias. Ellos pretenden reemplazar al m á amado de lo · reyes por gobiernos de farsa nacidos del engaito y de la astucia. Re orclad los acontecimientos desde vue tra insurrección v delidmc ~i vak má para \ 'O otro cr los va allo de media docena de.:· abogados ó Je otra el l ' e de 3\'c nwrcro., que pretenden enriquecerse al precio de ' ' uc s •ra ngre, 6 ·úbditos de un poderoso monarca que no a ·pira in o á ~er el ídolo de sus pueblos y rival en gloria de los demá soberano . Reu­nidos á 1 uestros hermanos de Espaiía, l qué tiranQS pesaban sobre vo~otro • ni qué guerra os arrebataba á \'UCStros hermanos, á vuestra c"posa , á vuc ... tros hijos ? ¿ ué ciudades veía incendiar ? ¿ )ué f:nuilia ucumbían bajo los golpes d<.: lcr gobernante ? l!.sa liberta 1 v e e amor á la humanidad, de que tánto hablan \'UC tros opr · ·ore , c.·igQ qut.: ellos preserven sus propiedades, mientras que vuestras cspo.a y ,·ucs- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 187 tro hijos perecen en el incendio de las vuéstras ! Estos hechos deplo­rables podéis venir á verificarlos a sí. No existen sólo en mi discuno; podéis ver hts cenizas y los cadáveres calcinados; escucharéis los gemi­dos de las viudas y de los huérfanos; un ejército que ocupa un país en revolución ha sido siempre azote del Todopoderoso. El incendio, las violencia y todos los horrore deben cguirlo: estaba re ervado á Fer· nando el Deseado dar al mundo una prueba más de sus virtudes y de su humanidad, cuando me ordenó el indulto como base de la pacifica­ción de las provincias. Su Maje tad atribuye á los vai'vcnes del tiempo Jos errores cometidos, y las provincias que yo he recorrido certifican la rigurosa disciplina que mis tropas observan. "La misión más grata que puede recibir un soldado es la de ser portador del oli\o de la paz, y tener que desenvainar la e­pada de los combares sólo para proteger á lQs pueblos y hacer res­petar las leyes. O prometo no apartarme un solo instante de e tos prin­cipios, tan conformes á mis sentimientos, aun cuando vuestros misera­bles jefes os han repetido que yo he cometido crueldades atroces en Margarita y que he hecho degollar centenares de ciudadanos en Cara­cas, al huír de esta Provincia. Semejantes mentiras son las-arma de Jos débiles; de este modo es como os han engafiado siempre ; os han dicho que ya no c:xistía España, ni el Rey de los españoles; y aquí tenéi un ejército venido de España, y no será el último. Nunca os ocultaré la verdad : soy soldado, y como tál no puedo admitir ni la doblez ni el engaño. (Continuará) ---··---- VARI OA --···-- (Contimt3ción del número 3nterior) Al verse acometidos los rebelde por las fuerzas que la auto­ridad pública destina á sujetarlo , uno de su recursos de d<--fen a es destruír los medios de ubsi tencia y de movilidad, <':S decir, arrebatar ó destruír las propiedades de los a~ricultore , cegar lo caminos, arruinar los puentes. Las tropa .. nacionales, atravesando pueblos que acaban de ser deva tados, tienen tambien que ubsi - tir ; la renta públicas, agotadas, no pueden suministrar fondos bastantes para pagar los v1veres y la caballena necesarias; e forzoso tomarlas donde primer e hallan, con la obligación de pagarlas cuando sea posible; estos prestamos, forzados pero nece­sarios é inevitables, son en sumo grado ruinosos para la cla e agricultora, porque ellos recaen la má veces sobre personas in­felices, que con la pérdida de alguna reses quedan reducidas á mi eria. No faltan tampoco hombre perversos que, á pretext de sostener el. orden público y de prccurar recur'o á lo ejercitos, estorcionan á lo pueblos y cometen depredaciones y ultrajes, que en medio del tumulto y del desorden en que entran todas las co­sas, no e po ible ni impedir ni remediar . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 188 BOLETÍN MIL lTA.R Llegan los combates, y centenares de hombres, que pocos me es antes eran artesanos ó labradore honrados y pacdicos, pe­recen en ellos, ó van á morir después en los ho pitales ó á que­dar para iempre inutili?.ados; rara vez ha mu7rto alguno de los per"erso autores del de orden. Pero por sangrzentos que parezcan los combates l'ls grgnadinos que en ellos han p r_ec.id_o no son"' sino una mznima parte de los que la guerra 1tflruye. Dtvtdtdo el pazs tn c~r ­dilleras frías y val!es abrasadores, e znsalubres,. no puede hac,ru tJTZ_­punGmente el tránszto d~ la una a la ot:·a reg1~n, por hombru ha.br­tuados a uno de los dos cl11nas . El cambto dt: altmentos, el desabngo, /a fatiga, EL ESTADO MlSMu DE LA lMAG l ACtON DEL SOLDA 00 s JSO , prediJpónenlo á las enfernudades que produce la influencia del clima; cada trr1nsición de la r11gión cálida á la fría, y particu­larmente la inversa, destruye é inutiliza centenares de hombres ro­bustos. O HAY ACASO PAJS EN EL MU DO DONDE UNA GUERRA J.•TES 1 1.•A PRKSE 'TE U MEDIO DE D •S 1 UC 10 ' MAS AC.TIVO . El estado de ruina y d11 miseria de las rentas públicas, y La falta de raursos de toda especie, la desidia ó la Ínt•ptitud, por tÜsgrtlcia fre­cuenft ·s entre muchos de nuestros cmplt a dos> privan á los ejércitos de los medios· más indispensables de· salubr 'dad. 'n medí de la guerra se prc entó la viruela como un auxi­liar de Jos enemigos del país. Jn otras circunstancias la epidemia n habna podido extender e por toda la Repu blica, y us estragos h. brían ido de poca consideracion orque Jos esfuerzos de la autoridades y de los particulares, habrían difut dido con oportuni­dad la vacuna por todos lo pueblo , y ,•1 contagio no hnb·r:a encon­trado vv·htculo para transmitirse. p ro acosad la autoridad publica por lo ataque de la faccion, con t ' nto tiempo pr<:par dos; alar­mado lo pueblos con los tut )ulto y los atentados, v atcrnoriza. do con lo reclutamiento : ni aqu<:lla podía arendt:r con la a i­duidad nece ana · tan grave objeto, ni 1 órdcne eran cumpli­d ; todos ocupado , uno en atacar, otros en dtt~nder el orden publico, n die fijaba la atencion lo ha. tan te en lo proO're~os de la p .... ·se. LIJs ejérdtos la trnnsmit/(/n con ... npidez, y mucl1as vtus la llflcum rcaparaer en pr.ubliJs qut ya } ab1a dc'Solado . Las vzctimas de t'Jtn tpidemia ptudnr alcanzar a In DUODEUM parte de In pobla­ción dt' la República (16o,ooo !). 1lenciono aqut su e rr~so- s, por­que ellos no on ino un pisodio de b rebelion, pues~ ella se deben . . . La i nllucncia del de ?rden y de la guerra obre la riq uez. ha sd,) lllm .. n a: la de tru cton d · ganado y cahallerí· , l. interrup­Cil.:• t. u ·nt · d · las opera ionc.: d · Jn. oriculu11 la pcrJi la co1- • icrui ·11~c le la co t:t·has en m tt ho p11 ·blo~, la '1 aralizacion dc:l C<_>mcrcH ? la dt· tntLCton Jc tántos. bt .\7 .. o utilc ·, ·1 bando no que t~ntos tlll.llarcs Jc l~o~ 1lw ·· han t~nH.Jo t¡uc ha cr d · su negocio , ·.p· ul.'. 1 Hlt: y on·to. ;. ·1 d .fako qm~ lo '•l'ital~s produ tivo han ufndt, ya 1 or las vwl ·tlltt •. accion ·s de los ublcva~ol', ya Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR 189 por las erogaciones voluntarias para sostener el orden, ya por los empréstito que el Gobierno se ha vi to obligado " exigir; todo esto reunido ha producid un notable y lastimoso empobrecimien­to. Los ahorros cl la indu tria en nueve aiios de p az, y los ade­lantos costoso que la riqueza había logrado en aquella época, han sido devorado por el incendio revolucionario. Un transcurso igual de tiempo, gozando de tranquilidad, bas tará apenas para reparar lo e trago que la riqueza ha sufrido. r o sólo son perdi­dos para Ja industria t ' ntos miles de hombre muertos ó inutili­zados ; lo on también 1nuchos que h hiendo perdtdo u pequeño capit 1, no podr á n continuar trabajando; lo son igualmente todos aquello que, habituados á la guerra, encontrarán dificultad para voh er á us antigua · tare a . En lo relativo a la educacion, los efectos de la anarquía han sido tambien funestos. La mayor parte de la escuelas de primeras letras, y mucho colegio y e t a blecimiento de en eñan2a se han cerrado, y su renta han sido en varios punto saqueadas . La relaj ción de la jus ticia y de la admir istración por efecto de la anarqu1a; l<1 desorganización y ruina de )as rentas públicas; la formación de una deuda enorme y complicada, que va á dar origen á multiplicados y gravoso fraudes, y a duras é inevitables inju ricias; el aumento de ga tos que será preci o hacer en ade­lante en fuerza armada para impedir nuevos de órdenes; el vuelo que la inmoralidad ha tomado con tánto eje1nplos de maldad y de crimen ; el incremento e la división y de tos odio ; la descon­fianza que ocupa " todo lo · hombre.> indu trio o s bre la futura estabilidad dd orden, azote má funesto para la industria que to­das 1 plaga naturales juntas; la persua ión que los anarqui tas han adquirido de la fa ilidad con que puede subvertirse el orden, por efecto de la apatía del pueblo, de la impotencia del poder pú­blico, de la tolerancia y cobardí de la mayor parte de lo funcio- .narios, y de la ca i nuliJad de la ju ricia; el de credito que esto de órden s han acarreado al paí·, y lo enorn1e daño que de aquí se originan 1 comercio y á la indu tria en todos los ramos, ale­jando de nuestro territorio los capitales, la capacidades y lo bra­zos que buscan colocacion ; la pt>rniciosa tendencia que in piran á la juventud la revueltas intestinas, apartando u atencion de los objeto de utilidad posttiv , e inclinándol , la guerra y á la poh­tica ; el empobrecimiento general ; la total ruina de t nta for­tuna grande: y pequeña ; 1 orfandad y miseria de innumera­bles f: Jnili ; la muerte dc millares de hombre~ inocente , labo­rioso y pacífico . Tale oo, en cotnpendio, los efecto de la revolución que expira : un solo átomo de bien, acaso no ha pro­ducido. C usA~ oa L RE oLu tó · . Al ex mi11ar la cau a de la ruinosa revolucion de que o habl , e necesario eparar la que on r íz y origen del m (ti , de lo hecho ó circun tancia pur ment acciden - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 190 BOLETÍN MILITAR tales que han obrado como :ausas ocas~~nales, y en las ~uales, sin embargo, se ha pa~ac:l? mas la ~te~cton. En~re los pnmeros se enumeran como pnnctpales, los s1gu1entes: I . El defecto de educación moral y religiosa; 2 . 0 La errada dirección impresa á la educación secundaria; 3 .0 La repugnancia al trabajo; 4.0 El desa­cuerdo entre las instituciones y las costumbres; 5.0 La oposición entre los intereses palpables del pueblo y algunas instituciones; 6. 0 La desmoralización del ejército; 7 . 0 La ineficacia de la sanción moral, respecto de los delitos de rebelión; 8 . 0 La enervación del poder público y el desprecio consiguiente por la autoridad; 9 .0 El libertinaje de la imprenta; y 10. La naturaleza física del país y la distribución de la población. I . 0 El defecto de educación moral y religiosa-Poco ó nada versados nuestros padres en las elevadas teorías de una moral filo ­sófica, y acaso no muy ilustrados en punto de religión; eran sí cristianos de corazón, y, más que cualquiera otro pueblo, firmes en su fe; sin intrincarse en cuestiones morales ni políticas, bastá­bales para ser vasallos pacíficos y leales estar firmemente persua­didos de que la religión condena la perfidia y la rebelión, que el perjuro y el traidor son execr bles, y que todo acto que tiende al mal del individuo ó de la comunidad, es contra la doctrina del Evangelio. La religión era así el más fuerte freno en lo público y en lo privado. Pero la revolución ejecutada con el fin de sus­traer á la América del dominio de E paña, y sustituír á las enve­jecidas instituciones que la regían, la" teorías filosóficas entonces en boga, produjo un efecto secundario que sus autores no se pro­ponían. Con las doctrinas políticas de los filósof""s franceses insi­nuóse el vértigo anticristiano de que tanto alarde se hizo en Fran­cia; túvose " ilustración la impiedad, y fue moda profesar máxi­mas inmorales y subversivas de todo orden. Alarmóse el pueblo, como era debido, al asomo de tan peligrosa novedad; y las ideas políticas que se trataba de plantear, y lo hombre que por repre­sentarlas encabezaban el nuevo movimiento social, perdieron en la· masas populares el credtto y la confianza E¡ue debían servirles de c-imiento para levantar sólido el edificio de la propuesta rege­nerad ... n. Di mi n uyó en la sociedad como por escalones la energía del sentimiento religioso; y si los padres Jo rnantenían en su pecho, descuidaron de in ulcárse]o á u hijos. La moral, que no había tenido en este pa1 , otra base que la fe del cristianismo, quedó so­cavada. Nadie pensó en d rle un nuevo apoyo en las doctrinas que la experienc1 y el recto buen sentido han acreditado como hecho' de una verdad universalmente reconocida; nadie tomó á su cargo difundir estas ideas de pundonor y de nobleza de ánimo, que la cultura de. rrolla, y que on fuerte brida para ugetar al hombre en el camrno del deber. Y aun'1uc tales cosas e hubieran procu­rado, no habrían sido remedio ba tante á contener el daño, porque Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILlT.lR 191 la moral es en los hábitos, más que en las ideas, que debe propa­garse; y la juventud abandonada con el más culpable descuido se ha formado y se forma en hábitos de licencia, de insubordinación y de holgazanería, de indiferencia ó de desprecio por los princi­pios tutelare de la felicidad domé tica y del orden público. Debi­litada así la fuerza de la moral y de la religión, apenas va que­dando otro dique que la débil acci9n de las leyes para contener el empuje de la anarquía que por todas partes se abre brecha. Las escuelas de enseñanza primaria han ervido para dar los primeros rudimento de las letras á una parte de la juventud; pero ellas no han sido escuelas de moral y de buenas costumbres. (Continúa) MARIANO OSPINA MARINAS DE GWERRA - Al comenzar este año ~de 1899, la fuerza naval de las grandes naciones es la siguiente: Inglaterra, 42 acorazados; I 12 cruceros; 120 contratorpe­deros y 7 7 torpederos. Francia, 36 acorazados ; 37 cruceros ; 16 contratorpederos y I 8 1 torpederos. Rusia, 26 acorazados; 23 cruceros y 73 torpederos. Estados Unidos, 1 o acorazados ; 30 cruceros ; 1 contratorpe­dero y 1 7 torpederos. Alemania, r 7 acorazados ; 22 cruceros ; 1 I contratorpederos y 1 1 8 torpederos. Italia, 15 acorazados; 27 cruceros; 2 contratorpederos y 88 torpederos. Austria, 8 acorazados ; 7 cruceros ; 7 contratorpederos y 56 torpederos. ]apon, 6 acorazados; r 5 cruceros; 7 contratorpederos y 23 torpederos. Deducese del cuadro anterior que ninguna nación ola puede hacer frente en d mar á Inglaterra ; que el Reino U nido, la duplex (Francia y Rusia), y la tríplice (Alemania, Austria é Italia), forman gr.upo de muy equivalente valor numerico, siendo inferiores los dos últimos reunido al primero, desde el punto de vi ta de esta­cione nav les, base de operaciones y depósitos de carbón. Los mi­ramientos de Inglaterra por Ru ia y los Estados U nidos, dependen de la misma causa : la una es- vecina terrestre de la India, la colo­nia por excelencia, y lo otros lo son del Canadá ó sea de un@ de los 3 grandes caminos de Londres á Cálcuta. ALEMANIA: se prepara á construír 5 acorazados (este año entran á cantera 3 y 2 el entrante), y está al concluír 4 del tipo Kai­cer Jf/"i/helm u : todos desplazan 1 r ,ooo toneladas, tienen m "' - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 192 BOLETÍN !LITAR quinas de r 3,ooo ca~all~s y grar: p~tencia ofensiva Y. defensiva, pues cuentan enormes bltndaJeS y sets ptsos de fuego, artillados con 6o cañones de tir rápido, incluso los de 24 centímetros. Des­graciad mc::nte los pañol~s apena~ tienen ca.biJa para r ,ooo to­nelada de carbón. Tambwn trabaJa Alemama por dotar su ma­rina de chalupas de petróleo, que son más ligeras, veloces y de ma-or radio de acción, y apenas cuestan $ r ,8oo cada una ó sea r,ooo menos que las de vapor. lNGLATERRA.-Las construcciones navales en Inglaterra continúan creciendo de un mod notable : el año pasado la cante­ras del Reino U nido lanzaron al mar 666 embarcaciones con 1.67 r,ooo toneladas contra 1.142,ooo en 1897. De la cifra indi ­cada apenas 24 por roo es para otras naciones Los puertos de grandes canteras son: CJyde, yne, Wear, 'rees, West-Hartlepol, y Belfast y Londonderry. Los principales fabricantes son: William Gray and C. 0 (27 esteamer con 72,000 toneladas), Swan y Hunter (67,000 toneladas) y Harland y Wolff (67,000). AIJ tSMvs.-Los ingleses llevan el primer puesto en todo lo que al mar se refiere : desde 18 7 4 e creta que la mayor profundidad del mar era la de Tuscarora (al SE. de las Kurilc) con 8,515 me­tros, medida por un buque americano; el buque de guerra inglés Pingouin, acaba de encontrar entre las isla de la Sociedad y Ker­m nddc (23° á 30° latitud ort ... y de r66° á r 7 5° longitud Occi­dente), 3 abismos de 9,184, 9,413 y 9,427 metros, separados por grandes lomos y, como siempre, cercano á tierra emergida. RusrA .-La con tructora del grandioso ferrocarril Transsibe­riano e prepara á construu un canal de gran navegación de Riga, en el Báltico, á Cherson, en el l\1ar Negro, el cual medirá I ,ooo kilómetros de largo, se dara al servicio en 16)04 y sólo costará I 58 millones de pesos, porque utiliza 8o~ kilómetro· de los ríos Dwina y Dnieper. LONDRES contaba al terminar I 897, según lo,:, datos recién pu­blicados, 4.484,717 habitantes, o sea t nto como Colombia ente­ra: en ese año nacieron 234,54r per ona , y murieron 79,401. La gran c1udad tendrá, pues, 5 millones de alma al concluír el año de 1900. BoMBA Y. En cambio esta ciud d, que en 1897 contaba 770,000 habitantes, y era l mctróp li comerci l de 1 India, murió: más de 400,000 la dejL ron p ra siempre huyt;nd de la peste que la diez­mó, y los que no habtan emigrad se preparan á hacerlo, porque en la isla el agu sube á razón de 20 cent11netros por año y á la fc!cha apenas dista r .20 de la superficie. BOGOTA-IMPR • T ~ NACIONAL Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 95

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 57

Por: | Fecha: 23/06/1898

~g;otá., Jnnio ~:>de lS~S. Número 5V. BOLETIN MILITAR - - -9-- - ORG. ~O DEL MI TISTERlO DE GUERRA Y DEL EjÉRCI'I O ------·-- - Director, ALEJANDRO POSADA. Son colaboradares natos de este periódico, todr;s los ]efet ; Oficiales del Ejército de la Repúbli-ca . • EL COMBA TE MODERNO Durante algunos siglos el arn1a blanca. ha sido el ele-nento principal de c01nbate, y, por consecuencia, la tácti­ca, que son lus n1ovin1ientos ordenados de las tropas para alcanzar la YÍctoria, aunque ha tenido diversas forn1as, aunque en el transcurso de los tien,pos ha sufrido diversas tra.nsforn1aciones, todas han obed~cido y han estado sujetas. fL un princi pío, al de con1batir en n1asas para vencer por nledio del< choque. Pero Hega un dia en que las artnas de fuego sufr n una transforn1ación radical, se perfeccionan d ... tal rnanera .. que el con1bate al arnJa blanca es n1uy difícil~ casi in1posible; parar solver el problen1a hay absoluta ne­ce::> idad de tonutr otros da tos, variar aquel prínci pi o, susti­tt y'' t dolc por ~ste: el fuego es el el :n1ento prin<.:ipal.del ~on1bate n:todern< ,, Para el combate al arn1a blanca. grande n1asas, e - lumnas cerradas; para el de fuegos: táctica de dispersión, pr ~sentz.r pocos blancos al encrnigo, re.:guardarse con Jos accici.entt:s del terreno. l-Ié aau.í los fundan1entos del con1 bate n1oder.no. J.. • 1\ unq u e el fin prin1ordial de toda táctica es el de corn­batir, cuando se reglan1enta · hay que atender á otras nece­sidades inherentes á las tropas; tienen. éstas durante el mis-· n1o con1bate sobre el can1po de batalla que trasladarse de unos puntos á otros, en forn1ación unida con1pacta, á la • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 334 BOLE rl MlLJTAlt vista y á la VO'l de sus Jefes, aunque adoptando Ias rr a5/ sencillas y que ofrezcan la mayor rapidez en sus movimien­tos; hay tan1bién que atender á lo servicios de estas mismas tropas en tiempo de paz; de donde se deduce ·qu€ aunque la táctica moderna sea una n1isn1a, hay que dividida en dos partes, en dos ramas, táctica de combate y táctica de ma-­tliohra. La primera es el orden disperso, pero no el que hasta aquí se ha llamado abierto ó táctica de guerrilla, sino un orden de con1bate mixto, fraccionado, que admite diferen­tes formaciones; en una palabra, una di posición de con1ba­te cuyo principio es presentar pocos blancos al fuego del enem1go, Este fraccionamiento, que no tiene aquella regu­laridad de la táctica antigua del orden cerrado, ni simetría alguna en sus fotmacioncs, que no hay en él ni regulari· daci ni nada acompasado, adn1ite, con1o henlO~ dicho1 dife­rentes formaciones, !a guerrilla, ó sea cadena de tiradores, en línea---llamada antes forn1ación en batél.lla--y en peque­ñas columnas de poco frente y escaso fondo, que ~s la co­lunlna de Compañía. Por la necesidad del fraccionamiento, se ha considerado al batallón con o una masa de tropa demasiado pesada p::tra ser emplead''~~ en el combate, n1uy vulnerablt= á los proyectiles del enemigo, y difícil de ser ocultada por los accidtntes del terreno; y aunque se la conserva con1o uní ... dad táctica, se emplea ]a columna de Compañía de más movilidad, más fácil de conducir y de ocultar, y que por todos conceptos llenan mejor las exigencias del combate n1oderno. 1'enicndo necesidad de dar un non bre á esta nueva unidad se la ha llamado di.! combate. El moder'1o, qu • tiende al fraccionamiento, da á tod0s una libertad de acció•1 de que antes se carecía: no es yá la táctiqt automática, en Ja que no sólo el sold1do sino hasta el oficial, encerrado en las filas que formaban grandes n1a• sas y profundas columnas, no tenía iniciativa alguna, su9 funciones estaban reducidas, hablando en tesis general, á cuidar del buen orden de las tropas que estaban bajo su n1ando, sin tener que atender ni á lo que pasaba fuera de aquellas fila , ni á las diversas fa(;;c de combate que ,.egn- / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \lOl.E'I Í:-.' MlLIT AR .).35 rn ... afli,is. Sostenes: las dos seccione restantes. Reser·vlu: hs Compañías 3." y 4·" Los xplorado:·es empiez1.n el e mbatc con uego lentn uando apercib n al enemigo; p"'ro cuando se generaliza, se ep1iegan á la cadena de: iradores, ó é sta avanza hasta inco1· porars~ con eil( s; s disminuye entonces un e calón en ·_ st prin1er m.om ~ n!o de combate, q te continúa en ct.atro líneas hasta. gu . sus exigencias obliguen á que los refuerzos e u na·1. á la cadena el~ tiradores, y suce3i vamentc los sos­enes, quedando el batallón forn1ad3 en do escalone,, ada. uno de dos e mpañ1as ~ to b.vía una de las del segun-do escalón pasa á reforzár al primero, y entonces, aunque os escalones son tambi~n dos, el primero Jo forrnan tres Compañías y t na ~.ola el ~egundn ó re en·a ~ e te e el mo .. tnento de abordar la. 1 osición enemiga ' hacer uso de );t bayoneta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR E:s principio fundamental que las unidades, ya sean tácticas ó de .combate, se prolonguen no en línea sino en or­den escalonado en sentido de su profundidad con relación al frente de combate, para evitar et lo posible, cuando llega el mmnento del choque. la n1ez.cla de tropas de dife­rentes batallones y regimientos7 ya que no sea posible evi­tar la de diversas Compañías .. Tiene tambi~n el objeto de no desplegar como prin1er escalón un batallón entero, for­n1ando otro distinto sus sostenes }' reservas; el que la mú­tua protección de unos á otros sea más eficaz cuando , xiste en las t~opas espíritu de cuerpo; y en Jos contratietnpos el soldado que retrocede se dirija naturalmente á buscarla en­tre sus amigos; y si esto no sucede, los oficiales pueden con n1ayor facilidad detenerlos, llamándolos ha~ta por sus nom­bres, rehacerlos, invocando el nombre y el honor del cuer­po }' conducirlos nuevamente al combate. Este orden Jlena, en lo posible, un defecto del nloder­no, que es la mezcla y confusión inevitable cuando se llega á ctbordar ]a posiciót del enen1igo, y con mayor razón si se llega al extremo deJ comhate al arma blanca, aunque será raro si aqua ha sido q ebrantado por el fuego, y si ve avanzar resueltamente protegida por el terreno á. Ja cadena de tiradores y á sus reservas. En los estudios sobre la in­fantería, h artillería y la caballería alemanas en el con1bate durante las canlP.añas de I 8 70 y I 87 I, asegura su autor, el Coronel ruso Sedler, "que en todn. la campaña se verifica­ron choques ó ataques á la bayoneta, en terrenos despeja­dos ó en las trincheras, habiéndolo as g ,rado así todos los oficiales, sólo tuvo lugar alguna ' 1 combate al arma blanca en el ataqu~ de las poblaciones, teniendo siempre la superioridad el fu~,;go sobre la bayoueta." En el orden de con1bate disperso y escalona~o, no hay reglas fijas y precismbate n1oderno, de movilidad casi ccntinua, que ·exige al soldado penosas n1archas y n1ovin1ientos á paso violento, in1pide sobrecargarle. El Gt:neral ruso Skobelef, dice en uno de sus partes, que las tropas habían tomado las posiciones turcas con tal e ·ceso de fatiga, resultado de un con1bate sangriento y porfiado, que muchos sold::1dos de los que llevaban útiles los habían perdido, lo que 1~ había con­trariado en extremo, pues q u~ al atrincherar la posición conquistada, hubo necesidad de remover. la tierra con la punta de Ja bayoneta, y Ja operación .fue larga y dificil... Aunque los ejércitos 1110 ernos están yá 'n1uy recarga­dos de impedimenta á causa de los parques n1óviles ó co­lumnas de n1unicion s precisas l ara el transporte d<.! las d infantería y artillería la necesidad obliga á agregar á cada cuerpo de ej~rcito un pequeño parte d útiles, para distri­buir á la infantería en n1omcnto oportuno; pero, aun co1i ~sta. precaución puede alguna vez suceder, y no será raro, que no puedan serlo con la prontitud necesaria, en razón á que aqu] s ha de encontrar á retaguardia y distante deJa línea de con1batc, (> que el soldado, después de uno largo y pet oso, se encuen~rc 'tan fatigado y falto de fuerzas, que no pueda emprender d trabajo con Ja rapidez que muchas veces es indispensable; y estos casos prácticos que suceden "' n el transcurso de una batalla ó de unas operaciones, n1e- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BvLETIN MILITAR recen d tenido ex:tn1vn, pu~s qu .... ~u in1portancia es capital. Tenemos la convicción de que ha de ser preciso agregar á cada batallón d infantería una sección de cincuenta ó se- • senta hon,bres, qu~ podrá 1lam rse de zapadores, que lleve una ·dotación de n1uniciones, la nlÍtad y_ue Jos demás, que no tome part .. en el combat~ en lo3 primeros escalones, sino que permanezca en la reserva del batallón, y que cunq u1s­tada que se;t unsici0n, en1piez.... los primeros trabajos de atrincheramiento. Sus oficiales y clases deben adquirir en _las escuelas prácticas de ing"nieros b. · .', -rucción nece­sana. U na infantería instruída, que tenga conciencia y co­nocirniento del fusil que n1aneja, nada tien~ que ten1er de· Ja cab1llería; siempre Ja rechazará por 111-...dio Jel fuego. En el con1bate n1oderno, cualg uiera g u ... sea la forn1ación en que se encuentre la infantería, es ac ptable para rechazar á la caba­llería; en batalla recibieron los alemanes á los escuadrones francese;:, en Vohert, Mar;:,, la 'rour y Se:ián, y en los tres fueron rechazados con grandes pérdidas. S51o en casos es­p~ ciales se adopta Ja forn1ación del cuadro; el terreno es aquí, con1o en to:ias las disposiciones para el combate, quien lo decide. Hay que cuidar n1ucho de los flancos, si no están bien cubiertos por Jos accidentes de terreno. Un batallón en orden de con1bate no se: reúne para forn1ar el cuadro; por regla general cada escalón adopta sobre el te­rreno que ocupa Ja. disposición rnás conveniente para reci­bir ft la caballería, y debe confiar n1f1s en la eficacia d~ Jos fuegos que en el género d · formación. La segunda fila, si se presentan jinetc::s á su retaguardia, da n1edia 'uelta; en Jas guerras recientt:s ha sido adoi)tada esta disposición con éxit favorable. -··-- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. llOLETf:.. MILITAR MINISTERIO DE GUERRA DEL SEÑOR MINISTRO DE GUERRA AL SE90R GENERAL COMANDANTE EN' JEF'& DEL E] ÉRCITO República de C?lomhia. - A/finisterio de Guerra.-Sución 1.~ - Nu­mero I ,22 7 .- B1gotá, 20 de Junio de I 898. Señor General Comandante en Jefe del Ejército. Presente. Tengo el honor de avisaros que este Despacho ha tenido á bien dictar las siguientes disposiciones: Los Jefes de Cuerpo, y no otra autoridad, son los que tienen la facultad de designar los Oficiales que han de comandar las escol­tas de correos. Se prohíbe á los Jefe::; de Cuerpo pedir la separación de Ofi­ciales de su respectivo Batallón, sin acompañar á dicha solicitud alguna prueba levantada expresamente al efecto, para justificar los cargos <> motivos que den lugar á la separación. Serv10s publicar estas órdenes en la general del hjérciro, y hacer que tengan estricto cumplimiento. V utstro atento servidor, IsAfAs LUJÁN. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍt'l MILITAR 3+3 LECfURAS DE HISTORIA PATRIA PU •• T03 PRINCIPALf.S DE LA VIDA PÚBLICA DE BuLÍVAR (CONTJNUACIÓ ·). XII Los que conceden absoluta preponderancia :í las ideas, sin tra­tar de vigorizar la práctica de ellas, pretenden achacar al dominio de Bolívar una inl1uencia nociva en la existencia de la República. Para ellos Bolívar no ha sido hombre de gobierno, sino de guerra; su amor al derecho prete ·to para arr.1igar e en el mando; sus esfuerzos por implantar el gcibierno civil, frases ilusorias que lanzaba al viento del favor pú b ico. A Bolívar. e le atribuyen las miras ambiciosds de querer arre­batar el gobierno a lo e pañoles para sujetarlo :í su voluntad. Si se pudiesen aducir comprobantes uficientcs á demostrar la vulga­ric. lad de inte-nciones del Lii) ... rrador, quedaría anonadada la gran­deza ideal de esa gigantesca lucha de la Independencia. Si no hubo intención de crear la patria, si la guerra no co­rrespondió á la legítima aspiración de otorgar á los pueblo la li­bertad, habría que desconfiar del pasado y proclamar que fueron la ambición, los instintos guerreros y la vida de aventuras lo que movieron el ánimo de los cauc..lillos, y entonces la larga serie de san­grientos hechos aparece como campo estéril á la indagación severa del moralista. · Pero le jo de eso, Bolívar e mue tra en todos los actos de su vida fielmente inspiratlo. Encontramos absoluta conformidad entre sus hechos y pen ·amietttos de adole ccnte, de guerrero, de hombre público y de o-obern. 11te, hasta cuando la majestad misma de su gloria le sumi6 en el ocaso de la víJa. · Rctir, do á Jamaica en d) 15, raigamo ;i la mem01 ia.los con­cepto que emitía con tánta firmeza y sérenidad 1·n medio de las agitaciones de la vacilante política de los países sudamericanos. ¡ Qué gran fondo de experiencia revelan, al propio tiem­po que nos permiten apreciar que empeiíada la comienda, ella no nacio del convencimiento del pueblo: " "Cuando el Estado es débil, afirma el Libertador, y cuando las empresas son remotas, toJos los hombres vacilan: las opiniones se dH•iden: ·Ja. pasiom:s se a;ritan, y los enemigos la animan para triunfar por este fácil medio." T'ambién en otro lug.obre la última por saber que la prim--ra habí~ :udo en pvder de ! 1orilk. Penetrar á Venezuela era arriesgada empresa, que parecÍa hasta temeraria, al tener en CL'"'nta el fuerte!' di cip!inauo ej-.:rcito que la defendía. Difícil le fue poner por obra su ptn . amiento, p>rque varios Jefes suscitaban de conilanzas é increvábanle \arios dcsa tres de la. campañas. Ylon­tilla y Bermúdez eran de .... stc.! número. El Pre idente de la República de Haití, Pctión, se mostró dispue to :í favorecer a Bolívar tan lu é e-o como le conoció, y al frecuentar su t1~to y oírle de. currir con acierto y con persuasiva convicción de los pianes Je guerra que m·1Juraba; ya la simpatra e trocó en admiración. Por e to le . p: ';:>t) voluntariamente apoyo y llego á cobrarle vivo afecto, lo cual e u na prueba inequívoca del mérito de Bolírar, porque el genero o. magnánimo Petión no se habría dejado ganar la voluntad de un milit:.lr vulgar y ambicioso. Las almas nobles han sido hechas para comprenderse. Don Felipe Larrazabal, -nutorizado narrador de la vida deBo­] í var~ dice: "El espíritu de sacrificio ' el amor patrio fueron siempre las relevantes virtudes del Libertador. u aL11a ·ensible, su imagina­ción ardiente le arrastraban á aquella magna empt e'a d libertar á Colombia, no embargante las re isrencia y c..lificultade de todo gé­nero que :;e pre.;entaban para llevarla á cabo. "La lucha de Bolívar no fue , ólo con la España; fue tam­bién, al principio, on la iHdifcrencia de.Jas ma. as, y luego y siem­pre con el orgullo de los caudillos, on la anarquía, on los in­terc es fraccionario~, con la di ·cordia, con los e lcrnentos, con la e - casez de recursos, con el egoísmo ...... " Y el misrro escritor citado, qu con t:ínta prolijidad como severidad históric-1, e · rudi<) v c o ment<) b viJa del Libertador afir­ma atcg<)ricamente un cÓncepto juicioso y muy exacto, cual es el de que Bolí\ar fue <]uien "ere<) en Colombia la opinión que no existta, y él quien supo inspirar á las masa el deseo de ser libres." Por e to la proclamas de Bolívar son un modelo de e lo uen­cia. Su imao-inaci<)n ene ntraba en toda ocasión frases nerviosa 'llena de \'ehemenci;, impresion. bies. Intimamente per uadido de 1a alteza de su re olución revelaba en sus arranq ue .. el má noble convencimiento en b bondad y exito de su obra. · . Cuando en I 8 I 8 los esp:li~ ole;, derrotad0s corrieron á encerrar­se en los muros de la fort.:lle7.a de Puerto Cabello, Bolívar Jio una proclama en el pueblo del 'ombrero en la que dcc1.1: " E en vano que se encierren, porque de allí serán arroja­dos á los mares. Un cjérci to de ho,m bres Ji bres, valerosog y vence- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. D0LETÍ.. 1J!..1TAR 345 dorf>S no puede encontrar resistencia. La victo.ria marcha Jelante de no otros y Vene,:ucla verá rendirse ó perecer á sus crueles con­quistadores. "Ll11n~ros! Vosotro; sois invencibles; vuestr-os caballo , vues­tra lanzas, y e tos desiertos, os ,libran de b tiranía. Sen!is inde­pendiente :í desp..!cho del i , perio e·pañol.,1 "Para cumplir la altJ. empre. a de libertar t América, Bolíva1· debtJ. poseer, dice don Juaquín Orti1., dotes extraordinarias, y las poseyó en efc:cto; amor á 5u s· elo nativo, libre de vulgan·s ambi­ciones; amor á la libertad, llevado h:l'ta 'el delirio, hasta el fana­tismo; gran corazón :í prueba de lo~; mayore reveses é infortu nios, y aquel rayo del fuego del cielo que ,e llama genio en el len-guaje de los hombres ..... . "Si 6 la 1 t; tud del pens1micnto ha de corresponder la dicción, la de Dolh•ar debía ser notable por u grancleza. El miraba todo e. cclso; y lo eran en ~fecto las empr.esas que acometía: eran nada menos que la lib~:rtad de mdio mundo; la refundición en un solo cuerpo político de la Capit~nía general de \' cnezuela, el N Ue\'O Reino de Granada y la Pre.,idencia de ~,¿uico, con el nombre y bajo el estan · darte de Colombia; era la reunión del Congreso de .Angostura en un rincón de las soledades de América, "en donde nada brillaba sino su genio, nada había de grande ino él mi mo, :i tiempo que el resto del país ardía en las llamas de la guerra ó estaba dominado por los espaí1o­les; era la reunión del de Panam:í, especie de Liga anfictiónica que debía servir 'de consejo en los gr;t 1dcs confiictc, de punto de contacte · en los peligros comunes, de fiel intt!rpretc en los tratado5 público,, y de conciliador, en fin, lle nuestras diferencias;' era la extinción ele la excla­vitud de la raza ncgn; y todo c::.to concebido r.in probabilidades de realizac"ón, y lle\'aclo ;Í cabo finalmente á fucrzos casi sobrehumanos en lucha tenaz de \'eintc aiio ." -- ~ (Conthm1rá). FOR:. ES del ln niero Director de Julio re­presentó casi en tot tlidad pura pérdida para la obra, ora por la marcha su esiva de ]c:;s Compañía :t Buga con obje o d' cambiar el armamcnto7 ora por los ejer~icios dctico::. qué se prepararon para celebrar aquf la fiesta nacional; en Septiembre y Octubre e consagraron también los viernes de cada semana á)a instrucción militar y durante o'h-:> días se. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SOLE rf~ MlLll'AR destinó una. Complñia {1 la apertura de trochas en la núe a ía de Sal Miguel (véase el informe número 3 1), in contar el entorpecimiento qu~ o :asionó en los trab:tjos el ri ¿pr d:!l im·icr.lO; y e:1 Di :: ie.nbre, ap1rte de dos emanas que s:: dedicaron á trochas e n expresctda vereda, se trans~ curricron quince días lo menos en e l - •iaje de clos Companías ~ Buga, á no hablar de interrupcioae 111 : ~ d . por causas d~ otra clase. Finalmente, como en Enero y Febr m .charon c u1tro Compañías {¡ hacer la guarnición ele Bug.t, los ttab.1 j os q · ¡ ~ 1aron virtualmente suo;pen~ didos, excepto por la 4·" Compañía, p" ·, _ ¡u en Tuluá y lnégo en este 1 ugar. De otro lado, no obstante la s buenas condiciones sanitarias dé este poblado, interesa recordar el movimiento de hospitalidades, debido tanto á los hábitos de imprudencia como á la acción que ejerce el clima del Valle en tropa procedente de comarcas frías ó templadas que traba· jan á pleno sol y se aloj:1n en locales inadecuad os. En síntesis: las obra9 ejecutadas en la carretera y en el acueducto rcprc>entan cuando más y mucho el trabajo de :150 1:apadorcs en sei s meses. O!ici!Jrl de i11grnicr:a. -Co!l la dirección general, mensura )' de~ marcación de las direr:Hs obras, las operaciones técnicas abarcan el tra- 7.ado de 6,8oo metros en la vía nac'onal y 3,980 metros en el acueduc~ to, sin incluír las porciones donde ha habido necesidad de repetir el trazo. Debo advertir, rJalivamente á esta última empresa, que durante los do meses que me acompañó como Ayudante el señor Santiago Evans, prestó allí impor·antes scn·icios al progreso del Canea. Además, reposa yá en esa Superioridad el perfil número 1.0 de dicha fábrica, que abarca I,z26n',;o del desarrollo total, y c:.t:l en preparación el pc rJ fil número 2.0 El movimiento de la Oli c ir1'l arroja 39 oficios y 10,. te­legramas. Los di\'Cr ' o:; contr3to. gue he llc \·arJo ;Í cabo, con aprobación · Je Vuestra Señoría, para impulsar debidamente los trabajos públicos. montan á la suma de .~ z,oos. Entre lo s in s trumt.:nto s, pertenece al Go­bierno un nivel Jc anteojo "Y," Cl)ll su re specci,•a mira parlante. r'ehículos y lurrrmtit!l!tu. --Los vehículos y enseres de que se dis~ pone en la actualidad con destino á las obras citadas son: + bueye\ L carro con su . arnc:sc : , 1 c.urct:i y JO carrc::til!as, y la hctramienta es la lJUC e ·presa el . iguicnte cuadro: ' ENTRADAS t 1-----·. i 1 89¡.-Mayo 2 3.-Proced á Manizalcs por cuenta del Municipio, constituirán seguramente U!'l refuerzo de im?ortancia. Pongo respetuosamente en conoci:nic!uo de Vu::stra Seiioría que hace ulgunos meses no hay suma destinada para pastajes de los bueyes ni composición de carros, carretillas ni herramientas. Ahora, con la mira de mejorar la organización d~ los trabajos~ ratifico las indicaciones contenidas en el Infotme númer.:> 1. 0 (BoLETÍN MrLrTAR número 14.-189¡) re­lativamente á vehículos y útiles de herrería }'carpintería, permitiéndo­me insistir en la conveniencia de q uc se pidieran por ese Despacho al~ gunos carros de mano á la fábrica de Kilbourne, forma C?lumbus Dump Cart, así corno un núm~ro suficiente de carretillas con ruedas "Seguri­dad," de la clase que .fabrica en Tatamy (Filadelfia) la ca a de Hobson & Compailía. Finalmente, para la construcción tic puentee; sería bien conseguir so,ooo ladrillos, 30 cargas de: cal, 12 palustres, 1 z cucharas, 2 plomadas, 4 ni\·::Ics, 1 tamiz y dcmá-; útiles de albañilería. Obstr'i..'IIO.IJJIN jillfllt!i.-·rcng'J la cspcranz:t de someter r ' ·o nto á la consideración de Vue!itra S~iloría un modesto cn!layo sobre ~.:! plan ge­neral que, á mi juicio, es mcne3tcr adoptar para lds obras m .ttcriales que e ejecuten por cuenta del G Jbierno 1 :1cion:tl en el Departamento del Cauca, inclusive las reglas técnico-legales á que debiaa sujetarse la. construccióp d<' las vías públicas. Por hor me limito á la ~ siguieutes ob ... scn·acioncs, dictadas por el m;is patriórico interés: I. C'3 En sentir mío, lo~ Cuerpos de :t.apadores deben ser sólo zapa· dores durante el tiempr) que se de tinen ;Í prc tar tal sen•icio. Pienso, pues, que no poca~ guardias y comisione constituyen traba imítilcs que pueden fácilmente evirar~c ; 2. cc ' L:1 tropa debe prestar su continge.He para la's obras ptíblicas bajo el mando de Ingenieros militares cicntílicamcntc prácti..:os. Tal uma de utori hd facilitaría ante todo la unid<~d de acción, permitiendo ;Í. la Ye7. e ·igir al mismo empleado la re ponsabili al técnica y la adminis~ trat~ \ ' él ; y 3· ~ Con esto quedaría el Director de los trabajos en toda libertad p<~ra organizarlos;{ su entera s,tti . facción é intervenir directamente en el f!l~.d11r oprrandi d tale· obras. Entre otra \Cntajas, o:e acabaría con la inj usdcia de Conrundir - -e: o m:> uccde en estas comarr., s- ei cargo de Ingeniero con el oficio de sobrc!ltante, atribuyendo <Í e te empleado fa!~ ta g u e él no tu\ o el podtr de c\'Ítar. Me SU$Criho de VLJcstta S 'ii.oda {¡ quien Dio· gu:~.rde obediente ~rvidor. GRI$5LDJNO CAilV:\j,\L. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE 1 Íi\ ;\llLITAit LITERA~URA E L A LA D·E L C U E R V O (Adoptado para el Bou:TÍ. · MILITAR) . - :V1i General! ·--- Pase usted Coronel. - ¿Me permite usted cuatro palabra ~) - Aunque fueran ocho. Tome usted asiento y si gusta abrir boca, allí tiene sobre mi velador una Noriega· cspt:cial, refinado que no le pide favor al mejor España . . -'Gracias, por tanta bondad, mi General. -- De nada, hombre. Pero vamos, ¿que es lo que ocurre? 1'ra u:,ted un aspecto muy grave. - En efectO, mi General, y no es para menos. Pasan ciertas cosas en ei cuartel demasiado extraordinarias. - H<>Ia! - -El caso es tan raro, tan singular, tan extraño, que n se cómo explicarlo. - - Canario! lVle pone us ted en a scuas. -Pro. igo: en la cuarta Comp:tñía hay un soldado que ·icrrt-pre e ha distinguido por su buena conducta, re"pcto y sumision á sus jefes y fiel acatamiento á la ordenanza militar. -Y bien: ' - He ido informado que de poco tiempo ú esta parte, el re-ferido oldado presenta un aire misteri oso, su mirada es torva, d ademán inquieto, la col6r pali a ..... - Vaya un cambio! - Pero pá me e u sted mto y en que forma pueda amenazamos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR ¡Habla usted seri4mcnte? - Seriamente. - Y ha visto usted los cuervos á que se refiere? - No mi General; pero los ha visto el 2. 0 Jefe. -- Hágame usted venir al 2.11 Jefe. - En el acto mi General. 340 -Cuántos cuervos ha vomitado hasta ahora el soldado Z de la 4: Compañía? - Dos, mi General. - Cómo dos, si me acaba de decir el Coronel que usted le ha dicho que son varios! -·No, mi General; no son más que dos, según me lo ha re­ferido el tercer Jefe. - ¿Luér.o usted no los ha visto? - No, mi General; cuando quise verlos yá habían echado á volar·. - Que venga el tercer Jefe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . ...... ;, - Presenté, mi General. -- ¿Qué sabe usted del soldádo Z? · - Oue ha vomitado un cuervo, mi General. · -- tJno sólo! ¿Y el otro qué se hizo? - -No ha habido más que uno. --¿Y no le ha dicho usted al segundo Jefe: que eran dos? - No, mi General; uno solo. - Pero bien, basta con uno solo para constatar el hecho. ¿ Us-- ted l o ha visto? - No mi General; soy re~ rente al Capitán de la Compañ í a~ El es quien lo ha visto. ·-Pues que venga el Capitán ~ - Presente, mi General. - ¿Qué me cuenca usted, Capitán, del famoso cuervo arroja- Jo or el soldado Z? . - N o era un cuervo, mi General. - ¿Y qué era? - Eran dos alas d~ cuervo, nada más. --¿Dos alas? - Sí, mi General. - Caracoles, ¡cómo se ha reducido la e::.pecie ! Estoy creyen - do que al fin me van á dejar sin una pluma. ¿Dónde están esa~ ~la ? - No sé, tni (Jener.:d; el que debe saber es el Sargente 1.0 de la Com añfa 1 or ser el que rne contó lo que acabo de referir á mi Gen eral. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 350 ROLETÍ N MILITAR. --Retírese usted y mándeme en el acto al argento L(J -Con su permiso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .......... ) .............................. ' .......... . -- Pre~ente, mí General. --Qué ha hecho usted de las dos alas de cuervo que arrojó el soldado Z, según la noticia que le ha dado á su Capitán. -Con perdón mi General, yo no le he dicho que eran do~o alas. -¿Y cuántas eran? -U na solamente. -¿Y dónde están?' - No lo sé, mi General. -¿Quién Jo vio? -El Ca':>o I.0 me cuenta que pre$enció asombrado el hecf1CJ y que la tuvo en su mano. -¿Qué cosa? -El ala, mi General. Pues hágame usted venir ai Cabo 1.0 Presente, mi General. - Tráigame usted el ala de cuervo que vomitó el solda .. do Z. - Y o no la he visto ni la tengo, mi General. -Entonces qué es lo que usted le na contado al ... argen-to 1.0 ? · -Le conté mi General,. lo que me refirió el soldado Z; per" nada me consta personalmente. -Acab~ramos! Que venga el soldado Z. --Presente, mi General. --Diga usted, hombre, ¿que es lo que se dice de usted? ¿Qué alas, ó que cuervos, ó qué demonios ha vomitado usted, que se lo :ha d!cho al Cabo, y el Cabo al Sargento, y el Sargento al Capi án,. y éste al tercer Jefe, y éste al segundo, y éste al Coronery el Co­ronel á mí? - Lo que he dicho, mí General, es que hab}a vonfitado negro . como el ala del cuervo. El General, al oír esto, estalló en una estrepitosa carca ... jada. . En este momento entró el Coronel haciendo uso de la invi­tación de su superior, para pedir una repetici9n del famoso No­riega. --Y á lo ve usted, Coronel, exclamó el General sin dejar de 1eírse; yá ve usted en lo que han ven-idG> ~ p~rar )Qs cuervos de lz historia! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MUlTAR 35 1 - Pero, mi General, cómo iba yo á dudar de tántos y tan au­torizados testimonios! -Pues para que usted lo vea! En adelante no se deje. usted llevar de chísmes. Hemos estado á punto de perder un buen solda­do por una ab-surda patraña. -!vH General, severa es la lección y trataré de aprove­charla. -Ojalá que la aprovecharan todos. Pasto, Mayo 19 de 1898 . • JoAQUÍN EscANDÓN. VARIEDADES GRANADAS DE MET'RALLA ~SHRAPNEL) Con el nombre de granada de metralla, se designan los pro­yectiles huecos que en su interior llevan un. cierto número de bala y la materia explosiva. necesaria para producir su rottJra, median­te una espoleta de tiempo, cerca del blanco que se trata de batir y á una altura determinada. En el siglo ~VII fueron. empleados estos proyectiles por la. artill ría espaiiola Y' alemana en el sitio de Gamep (164-r), de. apa­reciendo más tarde, hasta que nuevamente los introdujo, á princi­pios de este siglo, d Coronel inglés Shrapncl, con cuyo nombre son conocidos, pero los poco resultados que con ellos . e:: obtuvie­ron fueron causa de que e d.e echaran por algún tiempo. I:.a necesidad de batir las largas líneas de tiradores que con - tituyen d combate moderno, hizo comP.render la conveniencia de ocuparse en su perfeccionamiento, habiendo los a !emanes llevado. y á en sus batería en r87o- 7 r, y aunque con motivo de lo poco familiarizados que estaban en su empleo, y por este motivo 110 consiguieron los resultados que esperaban, no por esto dejaron de conocer su excelencia, como lo vrueba. el hecho de haberlos adopta- IANCO DE LA RE PU !UC T " Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3 ~2 ' ) BOLETÍ ' MILITAR do definitivamente al terminar la campaíia, ejemplo que imitar n los rusos, habiendo logrado un gran éxito en la última guerra con 1urquía. Las granadas de metralla, que en el día han llegado á ser \os proye.:tiles de má-s importancia para la artillería de campaña y de montaíia, las podemos clasificar por la disposición d~ su carga ex­plosiva, á los cuatro tipos siguientes: I . 0 granadas cuya carga ex­plo iva e tá mezclada con las balas; 2.0 granadas de carga central; 3.0 granadas de carga posterior; y 4. 0 granadas de carga anterior. Las granadas cuya pólvora est"á mezclada con las balas fueron las predilectas hasta hace poco de los artilleros rusos. Su fabrica­ción es de las más sencillas y puede contener mayor número de balas ; pero su falta de sujeci<')n entre la pól'iora, con frecuencia la pulverizaba en los uansportes, y por este motivo disminuían mu­cho en su fuerza. Por otra parte, ]a acción de los gases en el disparo producía alguna vez la inflamación de la pólvora, por el choque de unas balas con otras y con la espoleta, destrozando el ánima de las pie­zas y deformándose de tal manera las balas, que se convertían en cuerpos angulosas, haciéndose nulos los efectos que con estas gra­nadas se conseguían. Para evitar estos inconvenientes, después de un ligero estudio, el Teniente Coronel Siemens propuso en I 847 sujetar las balas con azufre fundido, dejando un espacio para la carga explosiva, que se colocó en un tubo central, ó en una cámara itua'da en el culore 6 en la ojiva de la granada. En Alemania y en Espaiia han adoptado también granadas de carga central, de fabricación sencilla, pero han tropezado con t:l incon\enientc de que si bien pueden llevar un gran número de balas y si bien la carga t'S grande, el haz de las balas que se forma en el momento de la explosión, resulta muy desprovisto en el cen­tro, por ser muy abierta el ángulo de d:spersión. En las gr<~nadas de carga p'>stcrior y adoptadas por la anille­ría de Suiza, Hol:.tnd~, Italia, Austria, Bélgica, I ng !aterra y R u­sía, la bala van separada de la carga explo iva por medio de un diaíragrPa de metal y van sujetas con azufre fundido, transmitiendo el fuego de la espoleta por un tubo de metal que va colocado entre }ag balas, en dirección del eje del proyectil. Si bien el número de hal;¡s que puede lle"ar es más reducido que el de las grC:Jnadas de Jos anteriore y su fabricación más complicada; pero en cambio con la ventaja que presenta, merced á esta disposición de la carga e. plosiva, se aumenta la velocidad de las balas. Para facilitar la explosión, Ja rotura del~ ojiva, van debilita­< las gus paredes ó al construír e se separ~n de la granada uniendola (t ésta por medio de una rosca. El Coronel inglés Boxer, con el misn,1o fin,, construyó las. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOI.ETÍ:>: MILITAR 353 ojivas de sus Shrapnels de madera de olmo reve3tida de acero, que van asegurados al cuerpo de la granada á remache. Actuando en esta clase de proyectiles la c::trga interior, como si el cuerpo del Shrapnel fuese un cañón, constituyendo las balas de su proyectil, resulta el haz de cascos algo retrasado del de las balas y es necesario que la materia que se emplee en la construcción dé las granadas -ea susceptible de gran resistencia. Las granadas de carga anterior (sistema francés), llevan una carga ba~tante grande, á fin de que se pueda {raccionar hasta el cu­lote, lo que disminuye el espacio reservado para las balas, presentan­ca el inconveniente de que éstas, por la especial disposición de la carga, pierda parte de su velocidad. De los cuatro tipos de granadas que quedan descritos, las de carga mezcladas con lrs balas satisfarían por completo, si fuese facil encontrar una sustancia explosiva capaz de fijar por sí misma la metralla ; y como las de carga anterior no pueden aceptarse, por los motivos antes expue tos, habiéndose limitado en las experien­cias solamente á la comparación de las de carga central y carga pos­terior. Los resultados qu~ obtuvo Suiza en sus experiencias en los. aiíos de r 88o-8 I, demostraron la conveniencia de la adopción de los Shrapnel de carga posterior, por presentar mayor re~istencia al choque inicial de los gase de la pólvora y ser más profundo el haz de las bala., si bien es más estrecho que formado por las de carga central. En las experiencia de Italia presentaron superioridad los Shrapnels de carga po terior, no sólo por ser menos sensibles á las \'ariaciones accidentales n el intervalo de e plosión, sino tam bit.!n porque: á igualdad de intervalo con los de carga centr~l, e obtiene menos dispcr i6n natural y que con intervalos grandes son ma­yon: s lo efectos, obre todo cuando soq excesivos, puea entonces los producidos por esto· últimos llegan á anularse. ·No crían, pues, t. n grandes lu inconveniente que presen an los Shrapnel de carga central, si la nube de humo producida al es­tallar fuera 3uficicnte para verificar la corrección del tiro, peru esto e ·t~ t9qa ·ía en problema y falta por rc!.ol\'crse. Pasemos á tratar hoy, aunque sea á la ligera, de la P.spoleta quo, como f:Ktor principal repre enta, podcmo~ decir, el al na de los Shrapnels. Las primeras que se adoptaron fueron las de tiempos, pero su imperfi cta con trucción no daba la seguridad en el tiro, sustitu­yálldose más tarde por las de percusión que, si bien es cierto pre-:. sentan la ventaja de poderse tirar con ellas las granadas de metra­lla á la misma distancia que las ordinarias, presentan, por otra par­~ e, los inconvenientes siguientes: 1. v Cuando estallan lo. proyectiles en el terreno. co.n moti YQ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 35+ BuLETIN Mll.ITAR de su choque con él, las balas que llevan en su interior pierden parte de la velocidad adquirida; 2.0 El espacio mueno que resulta delante del punto de caída e$ muy grande, á causa de la dirección ascendente del eje del cono de explo:sión; tnientras que con las espoletas de tiempos siempre se puede arreglar el ::iro, de manera que la granada verifique su explo­sión en la rama descendente á altura:, pequeñas, por cuyo motivo resultan los e$pacios muertos muy cortos; 3. 0 Es muy difícil dar reglas fijas para. el tiro de las granadas de metralla con espoleta de percusión, por ·variar el espacio muerto con la di:>tancia y la clase de terreno. No admitida por las artillerías de las principales naciones de Europa la espoleta de percusion para granadas de metralla, por las razones antes dicha5, se volvió á usar las de tiempos, procurando clestruír las imperfecciones que presentaban las usadas antigua­ment~. Las espoletas adoptadas en algunas naciones permiten llevar el tiro de la granada de metralla á una distancia de 2,500 metros, .v en Alemania últimamente ~e ha adoptado una nueva espoleta de tiempos, en que la dmación de combustión del mixto, corresponde á una distancia de 3,900 metros de un tronco de corona; sobre su pahe inter-ior está colocada una ranura cir~ular, en la cual está co­locado el mixto ó tuetano; en la parte superior de este disco lleva una graduación en b cual cada división corresponde á un alcance de 100 metros; esta graduación que va de o á +,O corresponde á un alcance total de 4 kilómetros. El to.MiUo de presión sirve para mantener fuertemente el disco g¡radu~cio sobre el cuerpo de la es­poleta, cuando esté arreglada ó la g¡¡aduación se haya efectuado; una faja de met2l se halla interpuesta sobre el tornillo de presión y el disco graduado á fin de disminuír la adherencia entre estas dos piezas • .En fin, el cuerpo dfl esp0leta tiene un canal cilíndrico que contiene pólvora comprimida, que es la qu.e comunica la llama á la carga explosi.va de la granada .. El aparato de percusión se compone de un cilindro hueco lla­mado musslotte; de un resort~ de cuatro. namas análogo al sistema descrito, pero colocando el fondo en alto, y de un percutor coloca­do en un ~ilindro> yendo provi~to de un fuerte batiente. Esta e · paleta que hemos descrito, es la que ha dado mejore resultados, porque se puede emplear ya como de tiempos ó como de percu ión; pero na por eso deja de tener sus defectos. En fin, toda las espoletas adoptadas en la actualidad en todas las naciones son de fácil manejo y su graduación para las diversas distancias de tiro se hace con sencillez y prontitud; pero la dura­ción de la combustión del mixto sufre variaciones más ó menos sensibles, según las circunstancias á que se halle someti.do, pues esta duración aumenta, como es sabido, en :/:o por cada disminu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 355 ción de o'.:ns metros en el e3tado barométrico, ah:!rándose tam­bién con los cambios atmosférico~ la abertura, para dar salida á la llama y tiemp~ q~e · ha estado almacenado. Para termmar eite estudio, hecho no con la ciencia que me­rece, sino á gr ~' nde ra; n Núií.ez número 9, asimilado á Capitán para los efectos fis­cales. Concedió al Sargento Mayor Simeón Gómez R., 1? lincencia indefinida que solicitó para separarse del puesto de 2. 0 Ayudante General del Estado Mayor de la 2.• División, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 57

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 58

Por: | Fecha: 02/07/1898

Bo~ otá, Julio 2 de lS9~. NÍlmeru i>~ BOLE TIN l\iiL·ITAR - - .-.. ~ RG.~'u ~o DEL MINISTERIO DE GtJElÜ .\.Y DEL EJLRCI'l O ·- - -- 1 .Birector, ALEJANDRO PO .AIJA • • Son colaboradores natoJ de este periódico, todos los Jefer y O!ú:iales del Ejéráto de la República. Con armas de precisión y de gr si viente, no están á ct - bierto, debe ser protegida por infantería que e nboscand sus tiradores delante y en los flancos de la' hater' a, 1 s d fien­dcn y á la vez ofcnaen á los de la 1l.rtilh:ria contraria, si e tá dispue~ta á contrarre~tar su:> efectos. · Toda la vigilancia por parte de los oli.ciales en el con­~ umo de municiones será po~a; nadie debe hacer fuego sin que preceda la orden de su Jefe inmediato, y éstos no deben pern1itir que sus soldados hagan más que el que se ks o dene; los Jefes deben ser en este punto in~xorables Y. igir la r.esponsabilidad á sus oficiales. Estos a.l empczat· • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR el fuego áeben dar á sus soldados e11 voz alta la distancia y la graduación del alza, que será repetida por los sargen­tos y por los cabos, y deben dedicar su preferente atenciót á que aquéll0s las coloquen y apunten con detención sin precipitar el fuego, sobre todo encontrándose á cubierto. ·ranto p~ra lo~ fuego, cuanto para coordinar la iniciativa. que todos, y cada uno de por sí tienen en el .con1bate mo­derno, se ha adoptado la palabra disciplina del combate~ que expresa cón1o se ha de aunar durante sus diversas fases. El oficial de artillería, dice un autor moderno, ' "no solan1ente debe poseer los conocirnientos técnicos de su arma:, sino que es necesario ejercire su golpe de vista n1ili­tar, y que aden1ás de sea buen artilléro, sea buen táctico.'" La artillería con1bate en grandes n1asas ó baterías para pro­ducir un ~fecto determinado y concluyente, y también en pequeñas en puntos tácticos de un can1po de batalla. Las Divisiones de infanter~a llevan afectas algunas Con1pañías; de artillería n1ontada ó de n1ontaña, cuyo nún1ero es tan variable, como puede serlo su n1Ísión en un día dado; mar­chan á vanguardia, encargadas en la ofensiva de prepara y abrir el combate:o y á veces se da este destino á una grat parte de la artillería del Cuerpo de ejército; ma cha la n1á retrasada detrás de la vanguardia, .á entre las dos Divisiones y en uno y otro ca~o su misión es tirar sobre la artillería~ t:nenlig:l para apagar sus fuegos, si la infantería propia tien , que desplegar ó tirar sobre la enemiga si no ha tomado e orden de combate, y sobre sus reservas y sostenes si yá I ha hecho. Las grandes baterías se forn1an con la artillería de uno ó n1ás Cuerpo~ de ejército y también con la de reserv del ejército. La elección de terreno para emplazamiento y el objetivo de sus fuegos ~xigen del oficial de artillería u perfecto conocimiento del modo de con1batir de las <>tras. arn1as. • Aunque hoy no se exige de la caballería, ni puede ser' lo que fue en Marengo, Friedland y Wateri0o, es Jo cier~0 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ftULtnfr-: MILITAR. 359 que su papel, ni es menos importante 1ue lo ha sido, ni su .presencia en los campos de batalla menos eficaz y necesaria. La caba·llería combatirá rara vez reunida en grandes ma~as, t:oR o lo hizo en aquellas bataJlas memorables, pero sin su cooperación) no podrán llevarse á cabo las decisivas derro­. t~ ni se sacará'n tod s tós resultados que pueden y deben ub"tenerse después de la v ~ictoria en el campo de batalla, ni '3e r~solverá. por comp'teto el problema de la guerra. La ex­ploradó',. y la persccación están únicamente á cargo d'"" e ta -nrma decisiva. Rep!irtida convenientemente sobre el campo de batall~ 'en ftac\Íones más ó n1enos numerosas, el orden disp rso de la ~nfanterla es aplicable tambien á la caballería, sí col'lio el cerrado que la conserva reunida en masas en segunda hnea siempre á cubierto, para ser empleada en mo­nlento oportuno y producir efectos decisivos. Su puesto no se determina; el terreno es el que Jo marca, según las faces ó momentos del combate, á cubierto de los fuegos del ene­nligo. El General alemán, Bat·ón Wechmar Ja comp-q·a. "al perro del pastor, que ha de guardar siempre el rebaño que 'se le ha confiado, del repentino ataque del lobo." · Situada en posició.n conveniente espía todos lo:> ino­mentos del cdmbate de la infanteria; si se presenta Ja ca­ballerb. enemiga, pronta como la imaginación, allí está ella para contrarrestar su acción; si la infantería enemiga va­- cila, e dewordena ó suspende repen inamente sus fuegos, ~uizá por falta de municiones, d mom nto es preciso, acu­de con la rapidez que debe llevar el ello ·en todas sus ope raciones, para cargar y contribuír con su poderoso efecto lisico y moral a! completo desorden de aquella infante/ a ~ue vacilaba, impedir qt e se rehaga, y hasta hacerla prisio­nera; si, por el contrario, la que vacila, retrocede ú se clcs­~ rdena es la propia, allí está }a caballería para infundirle ánin1o con su presenc!a, protégerla ·para que se rehaga, y desordenar y hacer prisionera á la enemiga, si se ha aban­donado a una cieg1 y no n1uy ordenada persecución, con .. ecuencia de su primer triunfo. Las antiguas arn1as con su fuego lento, poco preciso . de escaso alcance, permitían á la infantería desplegarse á ·ista del enemigo· de aqu1 el principio tá tic€1 de que las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,.ropa.s rompiesen el fuego á n1edida que en'"raban en f1¡1é~A· para proteger á las que venían detrás y su,.:esivamente te­nían que despl gar. Sin que este principio hay?.; caducado .. p0rqu- la n1uttia prote_ción de las trop, s y será sie~npre 1·incip1o tá.cLico, es lo cierto que con una artillería que al-· C:lLZ.~ cuatro n il tnetros, y un fusil que lo hace ~l tni1, ef despliegue p:tra ton11.r el ocden d-... con1bate, bajo la es{¡ ra d_ a ... :ión d~ los fuego=> enemigos, e" cxpue_-,to· á sufrir . bajas considerables, y quiz1. una derrota; la caballería es· hoy L. que con su inteligente exploración avisa con opor-· tun · ad la presencia del enen1igo, para dar tien1-po á que la infantería ton1e el orden de combate. Con una regular ca-­b !leria no son posiblt.!s los encuentros inesperados. Sobre 1 catnpo de batalla y durante el con1bate cuida de los flan­cos y eje .la retaguardia é impide que las tropas puedan ser sorprendtd as, Las funciones que ligeran1entc -1uedan apuntadas bas­tarían por sí sulas para den1ostrar la in1por'tancia que tiene' la cabal cría en e) combate n1odern , y lo nun1erosa que tie .... ne que ser para que atienda á tan diversos servicios; pero toda vía tiene otro que llenar, todavía se presenta para cll a un horizonte tan dilatado que la hace absolutamente pre ... cisa en los ejércitos n1odcrnos, esto es, el r~conocin1iento y Ja explora~ión. 1 1o es ciertamente nuevo este servicio para la caballe­ría. 1~ apoleón yá la desparran1.aba sobre el frente de su =-jér­cito, y á n1ant=ra de cortit a cubrw. la n archa de las col u m-·· as; la reunía sobre el cam1 o de batalla, y en gran s ma...- ·a', la lanzaba en mon1cntos oportunos para decidir el ,con1- ha e con su poderoso (; i ·resistible choque, arrojándola des-· pu~s resueltatnente sobre el fugitivo, Jo atropellaba todo cual ltTesistible v desencadenado huracán. Así lo hizo en Jena; · y el efecto .fue tal, que oostó la presencia de algunos escua- 8roncs para. qoe abriesen sus puertas á las vencedores pla . 3as fuertes, que hubi .ran detenido en su 1narcha ejércitos-­en ~eros y resistido algunos n1eses de sitio. La caballería que debe preceder al ejército en una ó dos jornadas, reconoce escrupulosan1ente el terreno, y al .nen1igo si lo encuentra; adquiere no~icias sobre su para..,..· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6ot..ETfN MILITAR .ú ~ro; y la infantería bajo su inteligente y acertada explora-ión, marcha con seguridad, hace grandes jornadas, sin te­ller que ejecutar los flanqueos que tanto la fatigan. Una 1nteligente y buena caballería es el guia y la seguridad del ejército, así como si no tiene instrucción y no sabe su deber, es mejor carecer de ella; en sen ejante caso no sólo es inú­ti 1, puede ser p""rj udicial. Al empezar la guerra franco-alemana, se encontraba en Wisemburgo, como todos saben, la División francesct )ouay, acampada al sur de la población. El 4 de Agosto ~ l anwnecer., salieron del campamento con objeto de ha­cer la desc-ubierta y la exploración del terreno á su frente, los escuadrone de cazadores sostenidos por ut batall6n; fL 1a.s siete y medi:1 de la mañana regresaban estas tropas al campamento, y el Jefe de la cldado de caballería. Esta obra notable· en extremo, ha merecido el primer: Jugar en el certámcn universal celebrado en Rusia para pren1iar la mejor obra que se escribiese sobre caballena. En nuestro juicio, es ésta u na de aquellas cuestiones que merec~ c:studio detenido. La instrucción en todas las ciases d'd' ejército, tiene que estar en arn1onía con las variaciones que l\a sufri~o su modo de ser y su manera de com-batir. El di'sperso da á ... Qd.Qs,_ desde el Cabo jefe: de su. ~scu..ach:~,. ~a iui:c;.i.ati va in-. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MJ!.ITAR dividua! de que antes carecía: la unidad de con1bate, que es Ja Compañía, ha elevado sobremanera el empleo de Capitán; lo n1ismo sucede á los subalternos, jefes de una porción de aquella unidad, con cierta independencia de sus superiores, teniendo en el trascurso del combate que tomar por sí dis­posiciones con sujeción á los sucesos y al terreno en que opera. El soldado de infantería necesita una esmerada ins­trucción en el tiro al blanco, que adquirirá con una práctica constante; una infantería que no sabe tirar y que ignora Jos efectos y la eficacia del arma que maneja, es una n1ala infantería. La fortificación de campaña, el arte de atrinche­rarse con rapidez y oportunidad, sabiendo elegir el terreno para ejecutar la obra, tiene necesariamente que hacer parte ' de Ja instrucción de la infantería, que de continuo debe practicar en los campos de instrucción, no para hacer obras acabadas, que exijan cálculos para el movimiento de tierras, sino únicamente para ejecutar las llam das trincheras-abri­gos que han de cubrir á la infantería; con esto basta. Los alemanes, ese ejército n1odelo, esa nación que tanto cuida de todo lo que se refiere á sus instituciones. militares y á la instrucóón de sus tropas, y que recoge con abundancia el fruto de sus sacrificios y desvelos en bien d~ su e}~rcito, pues que á él deb.:! ser hoy, como es, árbitro de Jos destinos de la Europa, elige todos los años un ofitial y · seis sargentos por Batallón, para que asistan á las escuelas prácticas de ingenieros, y adyuieran allí la instrucción que después han de difundir en su Batallón. No es menor la instrucción necesana á la cnba.llería; el soldado necesita unct · sólida instrucción individual, tanto para el manejo del ca­ballo, como en el de Jas armas; el oficial práctico en mate­ria de reconocimientos militares v en todos Jos servicios de la exploración y de la seguridad de las tropas, ha de poder hacer ligeros croquis del terreno; y formar cuadros estad:_­ticos de los recursos que pueda facilitar cada localidad, y no desconocer los medios que se cmpl~tan para inutili7ar n10mentáneamenee, ó destruír las vías férreas y telégrafos el~crricos. En i\lcmania la cabal le ría dectruye en los ca m­pos de instruccíC:n los Ferrocarriles que los ingenieros com­ponen para adquirir Ja práctica necesaria. Varin.cioncs grandes hay que introducir tar.:nbi~m. en los. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B9L~TÍN J\1ILITAR 1lan1ados ejercicios generales, ó sean simulacros. l)eben ésto~ representar fielmente cuanto se hace y ocurre en un ciía de batalla, es un r.ombate fingido para adiestrar á las tropas, y enseñarlas la práctica de la guerra; pero regularmente y comQ por costurnbr~ yá antigua, en esos llamados sin1ula­cros se hace todo de un n1odo distinto á con1o se ejecuta en la guerra, siendo, por consecuencia, inútiles y hasta de n1alos resultados, porque dan á.l soldado y al joven oficial una idea errónea y eq ui vacada de ella. El General barón de Casse describe de este modo Jo que eran en Francia Jos campos de instrucción antes de sus terribles derrotas de I 8 70 y I 871: "Sobre una llanura de­f~ ndida por trincheras llamadas obras blancas,, se: estaciona­ba por la n1añana temprano un ejército enemigo represen­tado por tres ó cuatro Batallones y alguna batería que se encargaba de Ru defensa. El ejército enemigo que se con1- ponía regularmente ~e tres divisiones de infantería, forma­b: l en colun1nas dobles de- ataque por Batallones en n1asa, en el centro una división de caballería. forn1ada en colun1na cerrada por escuadrones: delante marchaban los explorado-. 1·e y el cuartel general, y en Jos flancos la artillería en hatalla. 1\ una "eríal dada, estas fuerzas se ponían en rnovi- 111l(!Jltü en una formac.ón perfecta, las músicas y cornetas ocaL~t~ aires alegr<.;S. Las colun1nas de ataque, precedidas de algunos iradorcs, respondían al fuego de las obras blan­cas, y después de una marcha teatral que duraba veinticinco r 1inu os, S" arrojaban sobFe d enemigo; que se retiraba á una hora fija y detern1.i:1ada, d'e antemano. El último actu de ~ta adorable comeci.ia, ren1edo de .un circo, aunque en tnayor <.:seda, era una terrible carga dada por Ja división de c. ballería qu hada temblar el sudo bajo los pies de los n1a 0 níficos caballos de J0s coraceros." o de11en los alemanes sus grandes triunfos sobre los franceses ú:1ica y exclusivan1ente -á su n1anera de combatir, ni á los adelantos introducidos en su t:lctica; ni éstos sus derr )tas al atraso en aquel a·rte; tenian un fusil de mayor alcance que sus contrarios, y no supieron aprovechar esta s~1perioridad. Consiste en que lo~ aleril1anes, al ~ropio tien1- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. lJvLE.Tt ' 1\.fiLITAR po que habían estudiado el con1bate n1odert1o· e-on el fusil de retrocarga y corregido los defectos que observaron en su can1paña de Bohen1ia, habían, en plena paz y con bastantes años de anterioridad, dedicado igual estudio é igual esn1ero á cuanto concierne á la organización y á todas Jas institu-· ciones n1ilitares, á la instrucción de todas las clases, base segura de la disciplina, presentándo;e una vez declarada la guerra, con un ejército n1ás. nuc1ern inquebrantable de dar u vida por la patria si así· lo exigía el destinQ,; hay que reconocerle ma dase de valor mucho má· heroico y constante, ajeno al siglo, tnás glorioso y meritorio; tal es el de vivir de privaciones y de c~­caseccs larguí imos año , el de andar con ropas sucia en dilatado viajes y por caminos despoblados, pasando, pr~cipicios, durmiendo á la intemperie igual en todo á su má. Í·nfimos soldados. Hombre de organizaci6n delicada, pero definí irnos instintos, su inclinación natural debía ser al• h1jo, á los placeres. Aquel artÍ5- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MlLI·LAJt 36- • 1 tico temperamento, al servicio de una de las imagina-ciones más po­derosas que se hayan _conocido en América, estaba llamado á vivir: en contacto con los usos y refinamientos más avanzados de la opu-. lenta Europa, y, sin embargo, errante en las selvas intrincadas, ca­reciendo de buen a.liment-:>,, expuesto permanentemente á los rigo­re implacable3 del sol~ nu•nca se le oyó exhalar una queja, jamás .e mostró malhumorado por la fatiga fJ.sic;a y las privaciones. Seguía sin trepidar y silencioso el' e u !!SO· dt!· los acontecí mi en­tos, acariciando siempre en el fondo del pecho la i'dea del u;iun{o de la revolución. Pero no buscaba ese triunfo corno coronamiento de una vanidad mal contenida; sin el amor á la Patria, muchas vece hubiera podido separarse sin sonrojo de la azarosa contienda. Su prevision se sobreponía á todo y le hacía esperar tranquilo el final del duelo á muerte. Hallándose en 18 r 6 en Puerto Príncipe, después de haber su-. frido crueles desastre y hasta el desconocimiento de varios jefes. que · ntentaron contra la vida del Libertador, éste no cejaba en su preten. ion e de organizar: una nueva expedición. A aquel lugar· fue á buscarle el Intendente General D. Fran-. cisco Antonio Z.ea, quien era portador de una carta suscrita por los jefes del ejercÍlto del Cfi!ntro, los cuales hacían constar que se so­metían de buen gr:Wo á las ór;dene del ~ibertador y le llamaban á 1 enezuela. Zea, e'l ~t'lelta olem.ne y mem.orable oca ión, se x­presc) así ante el hombre que la P.r.ovi.dcmci'a tenía destinado, par:a dar libertad á los p.ueblos: "Subsiste todaví-a U•n tiesto de buenos patr-iotas; la Patria vive alimentada de una csper.an7.Ja; pero le f.alt;l.. un hom.bre superior-, capaz de convertir esa e per,a.n11a. n r.ea1' ~. Llenos de esta idea, los pueblos y el ej ' r.cito han vudt~ su Yista· al! General Bolívar, á la primo·a cabt!za d11 la guerra.' Bolívar fue deferente, en r-oc.Ja. ocasión propich.1, al voto y opi­nión de. los pueblos. Acatar la deci iones de la mayoría le colma­ba de rego ijo. B~caba el nacimicñto de la Repúbiica por memo de la ge-nuina y perentor-ia n. a1 jíj· sración de lo sentimientos pú­blicos.. IHen que aún e. tuviese remoto el día del triunfo, se aven.tiur;aha: 'on u pre\ isión á aconsejar y á di .tar los m dios pol"ti¡;;os que fran­¡ ueasen el e, mino de la República. En la \: poca e tada cíirigi "' á Filadelfia una carta al doctor PedrG> (J'ual, carta destinada á remoJ ·er los oost:iculos que en h República del Norte pudieran turbar· 1 apoyo ó simpatía á favor de las a,·mas patriotas. Allí decía: "' . .. las relaciones mercantiles entre Venezue:a y los Estados U lli-t. ks serán ventajosas á ambas pant: ...... El comercio frecuente· entre los americanos del Norte y la protección que el Gobierno. r oncederá á los extranjeros honrados que quieran cstablecer~e entn .. :- 4losotrQ~~ !'eparará nuestra despoblación. r no dar~ ciu.dadanos \'Í ...... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETft-.: MTLITAR tuosos. Sírvase usteJ Jifundir estas ideas entre tudos los e,·tranjero •. · de probidad, haciéndok ver las ventajas que les esperan .... " Este lenguaje asombra por su precisión y cordura. Parece el de un magi trado que se encontráse gobernando tranquilarPente un país y que quisiese at~·aer una inmigración de gente honrada, trabajador& y respetuosa al Gobierno. En la misma época, al aber Bolívar que el Canónigo doctor­Jasé Cortés de Madarriaga, se encontraba a ilado en Kingswn, con otro5 patriotas venezolanos le escribió en los térmidos i­guientes: "Hasta este momento no he podiao arreglar mis asuntos, porque lo obstáculo se multiplican cuanto e casean los medios ; pero al fin, yo parto con la· e'peranza de ver á usted muy pronto en el seno de la patria, cooperando eficazmente á la co11strucción Jcl grande edificio de nuestr-a República. En vano las armas des-. truirán á los r:ranos, si no establecemos un orden político capaz de 1:eparar lo estragas de la revolución. El sistema militar es el de la fuerza; y la fuerza no es g~)bierno. Así, nece itamos de nuestros pr<'.ícercs que, escapado en tablas del naufragio de la revolución, no conduzcan por entre los escollos, á un puerto de salvación .. Usted y nue tro amigos Roscio y Castillo harían un íi·aude :1 la . República, si no le tributasen us virtudes y sus talentos, quedán­dose en una inaccjón que ería muy pcrjudi ial á la catJS::t pú-blica ...... " La expedición organizada ·por Bolívar llegó felizmente al p11e1:to de Juan Griego el 28 de Diciembre de I 8 I 6. Lo. momen­tos no podían ser m á· aRicti vo de lo que eran:. Morillo en N u e va branada y Mo c'.í en V cne1,uela . e ene ntrJbnn imperando, como . <;:nardecido~ con la luch;.t, .ajenos á.todo sentimiento de piedad. Las palabras de Ro!Í\ ar, al pi ar tierra, na le · m u tran cual e.·perto político que ha penetrado las necesidade del país, y que, en vez de ocultarlas, quier.e que. sus compatriotas se afanen por en-' qontrarles remedio: "f/n;ezo/n!lf)J/- Vosotros me habéi confiado la autoridad cn los dos últimos períodos de la República. esotros me habéis obligado á subir al tribunal y á comha1ir en el: campo. o he podido llenar á la ve7. tall opuestos destinos. La Patr'a ha sufrido en la administración y en la . guerra. V encedcr, no he podido alcanzar los frutos de la victoria por •ncndcr á los cuidado del Gobierno. "La justicia, la política y la indusrria han sufrido cuando me he ocupado en defenderos. Asf, una necesidad imperiosa exige de vosotros la inmediata instalación del Congreso para que tome cuenta de mi con­c1uctá, admita la abdicación de la autoridJd que ejerzo y forme la cons­titución polÍlica que debe rcgiros. "VenezoltJnos: Vosotros hab~is sido convocados por mí desde el mes de Ma]·o, para constituír el Cuerpo Lcgislati\·o,- sin prescribiros restric­ión alguna, autorizándoos para escoger. la épo a y el lugar. No lo ha- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '( ' , -E~ l gt.ito d-.: ln 'Ct1utr ipaciún de la madre patria, .u\!'Co'rrcspon ~ iido con toh ~delidad por Arruhla, quien y á por estc1 época r r8 ro), habí1 unido sn suerte á la de la señora Ignacia Herrera de ~.ilvez, de origen bogotano. Varios destin.os horeosos desempeñó, entre otros el de vigilar por la seguridaJ interior. No poco debió la causa americana á Ja cooperación decidida de Arrubla: era de figura elegante, y á líl. vez que la naturaleza había sido pródiga en concederle todos su:; ·atractivos, poseía una fnr'tuna bien considerable, un 'trato sumamente fino y delicado unido á la expresión que <.'a un-a educación esmera4 da y la lectura de buenos libros) Arrubla formaba parte de lo~ círcu ... los más brillantes de la capital, en donde ya con sus palabras y ejem • 'Plos ó con a tos de verdadero desprendimiento estimulaba y exci 'taba á sus compatriot~s á sostener la santa causa de la Independcn· cia. Su fortuna siempre estu 'O á disposición del Gobierno libre de Nueva Granada. Supo gana se el aprecio de cuantos lo trataron y ·l odio y persecución de los errém1gos de Ja República. Era imposible que la suer!X de Arrubla, en ]a ocupación de este país por los españoles, 1\ubiera sido diferente de la de sus com­pañeros de infor unio, á quienes auxili" y mitigó los rigores de sú prisión, en d Colegio del Rosario. Su ~lm:r, demasiado elevada, no podía intimidarse con la idea de Ja muerte, y él consideró la hora de ella al pie del patíbulo (Septiembre 10 de t8r6), como el mo­mento en que se proporcionaba ]a eterna separación de los enemi­ ·,:os de su patria. tJ na mirada Jlena de indignación y de de ptecio; fue la última señal de despedida que anzaron sus ojos. l?:BlDRO :E"ELIPE V ALENCI.A ·ram bién la Metrópoli y la alta cla!!c de la socie~ad de la Pe .. hÍnsula, se vieron afrentados por el sanguinario Morillo en la per~ ona de don Pedro Felipe Valencia) natural de Madrid, y primo .. génito del Conde de Casa-Valencia, D. Franci co Valencia; Hurtado Sáenz del Pontón, nacido en la ciudad de Popayán y de familia otiginaria, tanto de aquel pafs como de esta ciudad d · Bogotá y de una señora española. De los primeros años de D. Pedro F lipe, hasta su venida á Nueva Granada, de edad de treinta y siete años, ignoramos todo los pormcnot'es, y sólo sabemos que vino á Popayán á arreglar los ntereses de su familia, relacionados con el destino de Tesorero de aquella Casa de Moneda, empleo amayorazgado en su familia, por haber 'lido uno de sus antepasados el fundador de aquél estableci­miento. Poco después de la trasformación de 18ro, vino á Bogotá~ tn dond i1 dudar ui mon ento, y recordando más bien, lo qu~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL ETÍ ~ ~~ J LJTt\R 3i 1 clebta á la Patria de su familia y de suq antepa:>aJ,}s> qu:.! al lugar ca ual de su nacimiento, se decidí<) genero-amente á abandonar la ulhagüeña pcr pectiva que se le presentab:1 en la Corte de l\lladrid, ~i cambio de ver en su país establecidas de un modo verdadero 1.1 independencia y la libertad. Con una gran penetracióH dt:: espíritu., algunos conocimientos en política, y una imaginación de fuego, <:ontríbuy6, en gran u1anera, á consolidar hasta donde fue po iblc, la c~usa de la emancipación; sirvió en varios destinos, y escribí<> en algun.Js papele · públicos, en los que se descubría la vivez.a de su ingenio, y Ja firmeza de sus sentimientos. Reducido á prisión en 18 I 6, dirigió á l\1oril1o enérgicas re­clamaciones en que m a ni fes taba la falta de autoridad del. Capitan General expedicionario para juzgarlo, pero todas fueron desatendi­das, y condenado á la pena del ú1tif!1o suplicio, marchó á él con la más completa erenidad de alma; qui::;o arengr.r al pueblo, pero uu redoble general de tambores, ahogó su voz, y exhaló el postrer aliento el 5 de Octubre de 1816, acompañado de otns tres ilustres víctimas, José María Dávila, Torices y 1 orres, cuando aún no había Ilegad0 á su quincuagesimo año, extinguiéndose en el 1 l"nea directa masculina de los Condes de su título. ----··--- EJERCITO N A.CICllAL I VENTAR lO de los bienes que dej6 el Sargento zo Abclardo Roja., que falleció en el Hospital 1\tlilitar de la ciudad de Barranquilla, y perteneciente al Batallón'Jtm:n número 2 L República dt Co!OIItbit~.-Ejércit(} Nationai.--Batalló11 JstnÍIInÍtmr.ro 2 t. e &m,zndanc Ítl. • n la ciudad de Barranquilla á \·dntc de Octubre de mil ocho· t iento noVenta r .it:te~ (!n el local que SÍ!'Ve de Cu¡¡rtcl al Batallón J rmí11 nú 1ero 21, se unieron lo! i:1fra critos Sargento Mayor 'A7 en• ceslao Rodríguez r .0 Jefe y encargado del expresado Cuerpo, y los tes tigos señore Francis o I erncindez, Marco i\nrelio Calderón y Aníbal Vásquez, con el objeto de hacer el inventario y a alúo de los biene5 del Sargento 2.0 Abclardo Rojas de la 5·" Compañía del expresado Bata­llón, que falleció en esta c!udad el diez y nueve del mes citado á la nueve de la mañana en el Hospital Militar, individuo que según filia-ión militar era natural de Serrezuela, en el Departamento de Cundina­marca, y vecino de Mcdellín, Departamento de Antioquia. Despué que ·e les presentaron á los testigos mencionados, los valores perteneciente 11l finado, procedieron d"cho individuos á inv ntariarlo y a\·aluarlos e . ta forma¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. De rUa!la s de paño usadas, \n, y Lerzundi, recibiéndolo~ m y corté m..:ntc, le· con te taba · -~Con mttcho gusto, seiior mío, devolveré á usted el cab:dlo· (}Ue reclama, si m~ comprueba que es propied;:d s.uya y !lO del E. - t.Hlo. -Muy bien, señor Comandante. Basta on \·er la marca qu_ lleva en la anca izquierda. E~ la inicial de mi apellido • ¿La marca era una A? Pues Lerzundi contestaba : -Al canchón con el cab.tllo, que e a A significa Artill~ría TV?iant.:.-¿ Et a una B r Entonces d jamelgo correspondía á B.lti­ ··hres mmtad,s. Para Ler~undi, la C significaba Ciracros; 1.1 D, Dragones; la E, Escolta; la F, Füsil,ns d~ dese u bierta; la G Gr(mad-r.?s de á r:;h:dl?: I:J l,, L~mc .. ·ns; la P. P,1•'1u:; en fin a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 374- BOLETÍN MILITAR todas las letras del alfabeto les encontraba descífración militar. Se.. gún él, todos los caballos habían sido robados de la antigua caba ... liada del ejército. Lerzundi los reivindicaba en nombre de la patria. Sexagenario yá, reumático, con el cuerpo lleno de alifafes y el alma llena de desengaños, dejó el servicio, y con letras de cuartel ó de retiro fue á avecindar~e en el Cuzco, donde poseí..t un peguú10 fun­do y donde vivía tranquilamente sin tomar cartas en la política, y tan alejado de la autoridad como de la oposición. Un día estalló un motín ó bochinche revolucionario; y Lcrzundi, por amor al ofi­cio, que maldito si á él le importaba que se llevase una legión ú~ diablos al gobierno con el cual 110 mantenía vínculos, se echó á la calle á hacer el papel de Quijote amparador de la desvalida autori­dad. Los revoltosos no se anduvieron con algórgoras y le clavaron una bala de á onza en el pecho, enviándolo sin más pasaporte al mundo de donde nadie ha regresado. Lo único que ha sobrevivido al General es su fama de menti­roso. El célebre Manolito V ásquez, de que tánto alardean lo~ andaluces, no mentía co;1 más gracejo é ingcnío que mí paisano e1 limeño don Agustín Lerzundi. Dejando no poco en el tintero paso á comprobarlo. Siendo Lerzundi Capitán, una de nuestras rebujinas políticas lo forzó á ir á comer en el extranjero el ~ veces amargo pan del ostracismo. Residió por seis meses n Río Janeiro, y su corta per­manencia en la capital dPl por entonces imperio americano, fue v~­nero en que ejercitó más tarde su vena de mentimso inofensivo. Corrieron años eras años; de una revolución venía otra revo­lución; hoy se perdía una batalla y m41ñana se ganaba otra batalla; cachiporrazo va, cachiporrazo viene; tan pronto vencido como ven­cedor; ello es que don Agustín Lerzundi llegó á ceñir la faja de General de brigada . Declaro aquí (y lo ratili.caré en el valle de Jo­safat si algún militronche se picase y me exigiese retractación) que entre dos centenas, por lo meno , de Gencrale q te en mi tierra he llegado á conocer ninguno me p·circció más General á la~ deve­ras, y no de mojiganga1 como la mayoría, que don Agustín Ler­zundi. ¡Vaya un General bizarror No se diría ino que Dios lo había creado para General y ...... para mentiroso. Acompañaba iempre á Lerzundi, el Teniente López, un muchachote bobiculro, que no conoció el Br~ il más que en d mapa-mUI'ldi, y á quien su ] efe, citándole no sé qué artículo de la!­Ordenanzas que prohibe al inferior desmentir al superior, impuso la obligación de corroborar siempre cuanto él ]e preguntase en pú­blico. Hablábase en una tertuli.a sobre la delicadeza y finura de al­gunas tdas) progre o de h\ industria moderna, y, el General ~x l.'\mÓ : Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL.ETff'V MILITAR. 3í5 - - Oh! j Para i1nos los pañuelos que me regaló el Emperador del Brasil! ¿Se acuerda usted, Teniente López? -Sí, mi General .. finos .... muy finos! -Calculen ustedes, prosiguió Lerzundi, si serían finos que los lavaba yo mismo echándolos, previamente, á remojar en un vaso de <'.gua. Recién- llegado al Brasil me aconsejaron que, como preservativo contra la fiebre amarilla, acostumbrase beber un. vaso de leche á la hora de acostarme, y nunca olvidaba la mucama colo­car éste sobre el velador. Sucedió que una noche llegué á mi cuar­to rendido de suei1o, apuré el consabido vaso, n~ sin chocarme algo que la leche tuvie~e mucha nata, y me prometí reconvenir por ello á la criada. Al otro d1a vínome gana de desaguar cañerí~ y ..... . ¡jala! ¡jala! ¡jala! ..... salieron los doce pañuelos ...... Me los había bebido la víspera en lugar de leche.: .... ¿no es verdad, Teniente López? -Sí, mi General, mue ha verdad, con te tó con aire beatífico el sufrido Ayudante. RICARDO PALMA. VARIEDADES EL EJERCITO ARGENTINO NTR!VJST.t,. CON EL ~IRI!CTOR DE LA ÉSCUELA MILITA~ S.\RC!NTO MAYOll R.OGALLA VO!'l BIEBER.$TBIN (De La Tarde de Chile). E~ sabido que el jefe de la Escuela Militar, Mayor señor Ro­., galla von Diebcrstcin, ha regresado en estos días de un viaje que J1izo á Buenos Aires. Creímos interesante c~nocer la opinión de e te oficial por lo que respecta al des · rrollo de la República Argentina, al estado de ~delanto en gue se encuentra su ejército, etc. etc. Al efecto, hicimos presente nuestro deseo al señor Bieberstein, y esta mañana tuvimos con él una conferencia que el lector en­contrará en . eguida: El objeto de mi "iaje fue el iguiente: uno de mis compañe­ros, ¡¡ quien el clima de Chile no le era favorable, volvió á Berlín por la vía de la cordillera. Me pareció oportuno acompañarlo, y así lo hice, previa la au­torización del Estado Mayor General. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL!TÍN MlLlTA.lt Por otra parte, tenía yo, como u ted comprenderá, un vivo deseo de conocer el país vecino. Viajé con un pasaporte de la Legación argentina en Chile y me di á conocer desde luégo, tan pronto como lo estimé conve­niente, en mi carácter de oficial instructor alemán y de Director actual de la Escuela Militar, gracias á lo cua1 obtuve toda suerte de facili~ades para que se me mostrara, casi oficialmente, todo cuanto tuve el deseo de ver durante los tres días que permanecí en Buenos Aires. El 21 me presenté á Su Excelencia el Presidente de la Re­pública, que me acogió con suma amabilidad, y á varios oficiales del Estado Mayor; el 22 se me presentó un oficial del Estado lVIa­yor, que me acompañó al Colegio Militar, que visité detenida­mente; este día tuve ocasión de ver una clase de equitación de los mismos cadetes; el 23 visite los cuarteles de los números 11, 4 y 8 de infantería, vi ejercicios por compañía y por batallón en los números 1 I y 8, y presencié ejercicios de tiro al blanco. Los oficiales argentinos me han dejado muy bien impresio­nado. Su aspecto, ·su comportamiento en las calles, en los teatros, en los paseos, en el restau r ante, es de una perfecta corrección. Visten elegantemente. No se permiten, por ejemplo, en nin­vú n caso andar con el kepis echado atrás ó con el do Imán de;;- .abrochado. · De los 1,400 oficiales con que cuenta el-ejército argentino, h.!ly, según se me afirm<í, 8o::> que han alido del Colegio V1ilitar . .Estos oficiale:~~ como es natural, se consideran superiores á los otros. Desde el aiio de 1891, las clases superiores forman parte de la oficialidad. Los o+lciale . son jóvenes, por lo general júvcne!> de posi..::i0n social y de fortuna. El oficial que fue agregado durante mi permanencia en Bu e­nos Aires, el señor Besa, era un tipo periccto de gmtleman, y es pariente de Su Excelencia el Presidente de la República. He creído notar un serio antagonismo entre los oficiale del . antiguo ejército y hs oficiales de cs.:uela moderna. En us relaciones con lo oficiales superiore~~t, los oficiales son respetuosos y correctos. Viajé cuarenta y cuatro horas en ferrocarril con oficiales y cadetes, y no pude notar nada que no fuese de una esquisita co- • rrección. El Estado Mavor y el IVlini terio <.L Guerra m: hicieron muy 1 buena impresión. · • · En esas o:icina3 se ve que S- rr.1baja verdaJeram~nte con ern­. peño y con la misma severidad _que se gasta en el Estado Mayor Len - Alemania. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR 3i7 En ninguna de la habitaciones que recorrí, de cuatro á cin­<' O de la tarde, vi grupos de o!lciales charlando ó perdiendo el tiem­po; ahí cada cual está en su pue to, trabaj:wdo con te·6n y silen-ciosamente. · Los libros militares que se me obsequiaron prueban que el Es­tado Ivfayor ahí no descansa l)Í pierde el tiempo. LA TROPA La tropa en su exterior no se distingue mucho de la chilena. Se advierte, sin embargo, poca uniformidad entre las gentes. Al lado de un soldado apto, marcial, vigoro ,o, se ve un viejo ó un hombre pesado ó poco util. Atribuyo, en gran parte, esta falta de uniformidad á la dife­rencia de raza ó de constttt;ción de los indtviduos de las di ver a· pr-ovincias. Lo que \'Í de la tropa y de los oficiales me ha hecho el mismo e[e{;.to en .1\tlendoza~ en San Luis y en Villa 1\tlcrcedes. EL COLEGIO MILI l'AR Cu.:~.ndo visité el Colegio l\!lilirar, una parte de los cadetes se encontraban en vacaciones. ()uizá pot esto el establecimiento ha­cía el efecto de e tar un tant~ d-::scuid . <.!o y no muy aseado en al­gunos d'-parrame11tOs. El sistema de educación difiere Jel nuestro y se caracteriza en pocas palabras: es un sistema de preparación para el ser\'icio de las distintas armas, de manera que el nilio entra como cadete de infantería, cadete de artillería 6 cadete de caballería, llevando has­ta en el. uniforme respectivo ;tcentuada la diferencia del arma. No deb_ olvidarse que la mi ·ión de los e, tablecimientos de este género nt> es de preparación, ino de educación militar. El Colegio 1\llilitar de Buenos Aires di ~ pone en abundanci.~ de lo elementos para la in trucción d_ los nece ari' cadete . Así, por ejemplo, tiene una batería completa con caballo , carros de municione , pruyeotiles de cjer icio·, •te., 126 aballos en pese­breras muy buena , donde cada caballo tiene su d "part::mcnto e - pecial. 'T'iene adem:.\s un taller tipográfico para imprimir todos los texto:., reglamento., horario , ere., aparatos para demostrur la com­posición de la p<')lvoras, la dinarnit;¿ y otras materia explosivas, tal como se tiene en Chile en la fábrica Jc cartuchos. Lo que vi de: los cadetes me ha gustado mucho. En una fiesta de beneficencia tuve ocasión de presenciar un ejercicio de equitación que demo traba una enseñanza muy corrcc­t~ y un buen sistema. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ROLE J'lN MILITAR 1'uve que admirar el dominio :ib5oluto que el cadete tenía sobre el caballo y el valor notable para los saltos sobre obstáculos-. Sin embargo, para ser justo, d~bo decirle que en esa misma Ji esta vi evolucionar un escuadró.n- escolta, el único cuerpo de ca­ballería que vi en Buenos Aires, y éste me dejó una impresi0n bastante de5favorable. LOS CUARTELES Los tres cuarteles que vi m~ han dejado una impresión bas­tante buena. El cuartel del r r y del 4 se encuentran unidos en un gran edificio construído especialmente. La tropa tiene catres que se levantan hacia la pared durante el día, dejando así debajo espacio suficiente para colocar las mo-chilas y otras partes de equipo. 1 El catre tiene colchón y frazada, pero no así sábanas ni fundas. La limpieza me ha parecido bien, sobre todo como es natu­ral, la Jel segundo cuartel que visité, y que estaba preparado para mi visita. Hay en esos cuarteles baños para la tropa, que los usa dos ve­ces al día, y para los oficiales. Se me mostró, además, un taller de armería, 'pero se notaba á la simple vista que todo había sido especialmente preparado para mi visita. Fuera del cuartel, ó más bien dicho en el cuartel mismo, ha­bía una instalación para el tiro al blancOtcn unA distancia de dos­ciento metros en que vi disparar á varios oficiales y clases. Había ahí un prolcsor de tiro, como 4SÍ mismo profesor ~e gimnasia y otros ramos para todo el batallc>n, sistema sobre \..uya inconveniencia tenemos duda. Conservo en la memoria un horario de la distribución del ser-lCIO. Según él, la tropa se levanta á las J~ a. m. Desde las 3} a. m., aseo y desayuno. Desde las 5 hasta las 5 y 45 minutos, instrucción del servi­cio interno; despues; una hora de ejercicios musculares; después, durante una hora, academia de toques; luégo, una hora de ejerci­cios del batallón; en seguida al baño. A continuación el al,muerzo, una hora de ejercicios de tiro, otra veL formacic>n del batalh)n y nuevo baño; y nuevamente ejer­cicio en la compailía, etc.; como se ve, una distribución de tiem­po bastante revuelta. En el batallón n ú rPero 8, en que yo estuve, no había, según se me dijo, sino 36 individuos que no supieran leer. El batallón tenía 480 plazas contando las clases. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 LETÍS MII.ITAR 379 Según las listas de los cuadros de las compañías, que son muy bien llevadas y muy limpias, no había m:ís de dos ó tres indivi­duos faltos por cada compañfa. En el calabozo se rr.antenían seis reos: uno de ellos había atacado á un ten iellte al arma bbnca. El ca tig_? de palos está suprimido del Ej é rcito Argentino. I~STRUCCIÓ:-.1 1\liLJTA R El régimen interno, el método Je instruccic>n en el Ejército Argentino nJ es tal vez el más moderno .Pero dentro d~ est régi­men la tropa se mutve con facilidad, casi con elegancia, guarcl.wdo ilencio y conservando estrictamente la posici6n firme en la fila. y obedeciendo con prontitud ltrs órdenes recibidas. La mayor parte de los mo imientos obedecen á toque de corneta hasta levantarse, arroclillnr e y tenderse en tiradore . Vi uno de e tos ejercicio en el patio de un cuartel, pero á causa del poco espacio del terreno, naturalmente no se podÍ;¡ ver si se d::Iba en general la amplitud necesaria á los movimientos. La impresión general que me dejaron estos cuerpos fue bas-tante agradable. · RP.specto del vestuario - · el calz:ú.io, la ropa de brin, la ropa interior, de lana- todo se encontraba en buen estado. LA GUARDIA NACIO!':r\L La guardia nacional se ha organizado de manera que dos ba­tallones de la guardia nacional activa (jóvenes de 20 a11o:.-) forman con un batallón de línea un regimiento. - E11 estas u nidadcs el aí1o pa aJo -- y obre esto no hay lugar á duda -- han pa ... ado dos rre::;es en lo campamentos veintidos ú veinticuatro mil homb e·. Para el aiio entrante se ha tomado en cuenta la misma cuota de guardia nacional. Tal v.cz no se ha obtenido con esta in s trucc¡() n un gran re· , ultado; de todo modo > ahí •e ha formado la guan.lia nacional, y e pro iguc adelante ~in deiar para más tarde la rcalizaci<)n de la id\..a, ~ lVIcjor fruto tal vez que la ins~rucc!ón de tanta tropa ha pro­ducido la enseílanza t¡ue han recibido 120 ofi ia!cs de la guardia nacional, que han recibido en las academias en un e pacio de seis me es. · Seiscientos cnarcnta y dos de e tos oficiaks han rendido sus exán_1ene~ de tales y han tomado parte en los ejercicios del aí10 pa· sado:en:posesión de su empko. Según el grado que tenían en la guardia nacional antigua .v egún el resultado de sus exámenes, han ascendido clesdc luégo C"o:no Capitanc~ hasta Tenientes Coronc·lc"· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 8CLETfN MILITAR Estos oSciales han hecho muy buenos servicios en los Cuerpos. Un oficial argentino bastante competente me decía que una ma­niobra se haría mejor con estos oilcia les que con Jos Jefes de línea. Aparte de esta guarc.li.l nacional activa, existe una especie de milicia, gente que ha pa~ac.lo por la gu:1rdia nacional activa y que está obligada durante seis meses, Jos c.lemingos, á hacer ejercicios. Los oficiales e c:ligen en las Provincias mismas, y en casi todas partes los ejercicios se hacen en traje civil. CAMPAMENTOS En el campamento de V iJJa Mercedes se encuentran ;Jctual­mcnte 5 regimientos de artillería, los ·)atallones números 4 y 6, y cerca del Ncuquen hay 5 regimientos de caballería al mando del Gener~1l Godoy. Un oficial argentino, con quien hablaba, se expres<) muy bien del estado de la artillería, mirando con desprecio ]a de monta­tia. Al contrario e expresó con cierta pr~cauci<)n respecto de la actividad y del nivel de instrucción de la caballería. Para el mes de Marzo próximo hay el propósito de llevar á cabo grandes maniobra , como se hace en los ejercitas europeo . ·raJes son, á la ligera, los pri r1ci palcs puntos que tratarnos co1 el Director de la Escuela Militar. Se manifest/) e te oficial, por lo demás, ~ umamente recono­cido á la exquisita cortesía con que lo acogieron nuestrog vecinos .. -- E.L\f E~ EJE"R CITO 3.~ Division. - Se hicieron di tino·uir, durante el mes de IV1ayt>, por el estricto cumplimiento de su!' deb"res, entre los Cucl'pos que h componen, lo:- siguientes señorC's oliciales: Batall<)n Granadvros número 8, cohducta muy buena, Capita­ne~ Rafad Ve gal José Antonio f l<')rez y Clemente Aria ; T'eniell-te Juan E. 1\llcndt:z H. · Batallón Sucre número ro, Capitán Cccilio Zamudio; Tenien­tes 01cgario Manrigue y Máximo Ri,·era; Subteniente Juan Prieto. 1ledio Batail<)n B:;/ívar, Capitán Salvador Valbuena; Tenitn· tes Miguel A. Quintero y Bonif<1cio Duro; Subtenientes Juan B. Prieto, Carlos k. SarmientO y Valerio V anegas. Jefatura i'vlilitar de Antioquia.- En el Batallón La Popa nú­mero 19 se di tinguieron lo señorc' oficiales: Capitanes Ambrosio Suárez, Ignacio Cortés y Vicente Plata; ~renicntes llraulio Caro, Leandro G·uzmán y R u fino Guerrero; Subtenientes Adán V ane­gas, Hip6lito López, Juan Gómez, Francisco Congote, Angel 1 •1ana V arg:ls y Ti moteo Gonzálcz .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 58

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 59

Por: | Fecha: 09/07/1898

ii.o II Bogotá., Julio \1 d'e lS'JS. BOLETIN MILITAR ~·- OR GANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EjÉRCI1 O ___.._ Director, ALEJA N DRO POSA DA. Son colaboradores na!Ds de este periódico, todo~ los ]efer 'Y Ojiciales del ~j'ército de fa República. HIGIENE DE LAS TROPAS hN C1 MPAÑt De los tres elementos cons itutivos de un ejército, se Ctn el l\1arqués Palmieri, hombres, armas y orden, este o . últin1o es sin duda alguna, el más importnntc y el que hasta cierto punto, pllede n10dificar los otros dos por la · niluencia tan grande que ejer e sobre ello~. Para trasfor­mar una masa confu a de gente armada en un ejército pro­piamente dicho, basta la organización conveniente de to­da las p2.rtes de él, y que los servicios que cada uno deb llenar, se lleven :t cabo con regularidad y precis1" n, obli­gando á todos. lo mismo individuos qu agrupacio:1cs, :~_ cumplir su obligaciones y debere , , á funciollat· ordena-lamente dentro del círculo que tengan eñalado .. )e aquí 1a t1ecesidad de la reglam~..:ntación de t os lo servicios 1nh r .tttes á los di \Ters s elementos orgánic s de un cfr ito. Las n~ciones ~urop as que rnás se ocnpan de ]o a ·un­tos militares, imitando e 1 ello á l'rusia, q u ha sido y si­gue siendo el modelo elegido; e • apr~.;s11ran ft confeccionar r g amentos, com rcndiendo disposic.iones que r ·gularíce y prevean todos los casos que pu ·den pre ... entarse en la marcha natural d l servicio; y de e te m (lo, al paso que cada individu , ó agrupación, ti ne marcada su lít. .... a d · con ucta, á. la que debe at nerse en todas Ja ircunstancia~ y por la que pued'~ 1 !enar ~·um¡Jiidamente sus obligaciones, os Jefe. superiores tienen también, á ~u vez, una •a t, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL'ETIN 1\"'ILIT. R para hacerlas cumplir y exigir responsabilidad á quienes corresponda. Las últitnas guerras y sobre todo la Franco- 'ru~iana, n ;S p-t.:.:>entan ejen1plos bien patentes de la im- ·¡oi·tai.cin e ia re o·-l an1entaciún de los servicios en Jos i ~ c--~~rcitos, p· e~ zl pa.:;o que en el francés que, se con-si ·!~ra!Ja h:-:.st8. c.ntonces con1o modelo, faltó todo, y es in¿ i·l11d~.oic q Le ~- sus desastres con tribuyeran no poco el des0r ~n y el bétruilo de su administración, en el prusiano, la rcgubridad de J::~; marchas, Jas con1binaciones estratégi­cas, el exacto cumplin1iento de todo lo que se prevenía por el Cuartel Gene ·al, todo se llevaba á cabo, todo se rea­lizaba, gracias rl b perfección con ql!le se llenaban los ser­vicios, en la realiz:::ción de los cuales todo estaba previsto v ordenado de ant '.11ano. El creer que basta el criterio particular para resolver en todos los casos las difi.cultadts que se presentan, es un d·ror que trae nccesarian1ente tras ele si fatales consecuen-­cias, puesto que, aden1ás de las variaciones que, debidas á los diversos n1odos de ver las cosas, se notarian en hechos análogos, habría que esperar en cada una las decisiones del que n1anda para atemperarse á ellas, dependiendo de su n1ayor ó tnenor conocitniento del asunto el que la resolu~ ción sea la debida .. Aun en caso de que todos Jos Jefes y oficiales posean la instrucción conveniente.· sería de deseat la rcglan1entación de los servicios para la buena marcha del organisn1o nlilitar ; pero, si desgraciadamente faltase mu­cho para considerctr aq ué11a como perfecta, y por el con­trario, debid.J á causas de todos conocidas, no existiera ni aun el indispensable conocimiento de sus deberes, en nlu­chas de las categorías de la milicia, claro está que la nece-idad de buenos reglamentos se harían sentir n1uchísi­n1o n1ás. El Reglamento del servicio de sanidad para el ejército alen1án, aprobado últiman1ente comprende la parte de hi .. giene en I 2 capítulos, que tratan de todas las prescripcio­nes higiénicas que pueda ocurrir aplicar en marchas y cam­paflas. Agrupados aquéllos en tres secciones con sus deno­minaciones respectivas, se dividen. á su vez., en párrafos con sus espígrafes particulares. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLET.fN MILITAR t:a extender todo lo posible los conocimientos higiénico n1ás usuales, ocupándose Jos médicos especialmente de la .. medidas que exigen una instrucción técnica y científica par­ticular. ''La higiene militar tiene principalmente por objeto aun1entar el vigor, la fuerza de resistencia de las tropas; y sus prescripciones deben estar en armonía con las necesida­des del servicio n1ilttar, que es preciso no variar ni parali­zar con medidas violentas ó inoportunas. A no st!r en ca­sos urgentísimos, no se propondrán modificaciones in1por­tantes á las presr.ripciones reglan1entarias, ó á Jas tradicio­nes. mil~tares; porque unas y otras están fundadas en la ex­penencla. " El soldado de be hacer el sacrificio de su salud y de su vida, si así lo exige el objeto de la guerra; pero al n1is­mo tiempo debe esforzarse en conservar su vigor. La vida desarreglada, los excesos de la bebida y la disipación, son los enemigos más crueles de la tropa. "La higiene del soldado debe ser objeto constante de atención para los hombres del arte, de n1ancra que puedan aplicarse en tiempo oportuno las n1edidas que aquélla aconseje. Las prevenciones higiénicas evitan frecuentemen­te las enfcrmt::dades, pues cuando hacen éstas yá estragos , es n1uy difícil circunscribir su acción.'' · 1'crminan estas generalidades advirtiendo que Jas me-didas higiénicas que no están previstas en la instrucción~ pueticn tom~rse conforme con los principios generales. Como hemos dicho y á, los cuatro primeros capítulos con ti tu yen la primera lección de esta parte del Reglamento, y toda ella comprende los cuidados higiénicos que se rela­cionan con las necesidades ordinarias de la vida, tratando el primt::r 'capítulo de la aiimentación; el segundo, de las bebidas ; el tercero, del vestido ; y el cuarto, del cuidado exterior del cuerpo. Los párrafos en que se subdivide el capítulo sobre la alimentación, dictan reglas en diversos artículos acerca de la composición y natura)e'l~a de los alin1entos; de la. de - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. t • BOLETIN MlLITAR ción de ellos; de su preparación y de la prueba y ensayo para asegurarse de su calidad. En el primer artículo dice que la experiencia ha pr ado, que la alimentación exclusi­va de carne es tan perniciOsa como la exclusiva de vegeta­les. Dice también, que la alimentación variada es la n1ás sana, pues asimila las sustancias azoadas y albuminosas, como el carbono, las grasas y Jas sales en proporci::mes con­venientes. Previene después, que la ración ordinaria de ví­veres es de 700 gramos de pan, ó sean soo de galleta; 37 5 de carne fresca ó salada, ó bien 2 so de carne ahumada; y tan1bién I 70 gramos de tocino, I 2 S gramos de arroz al­ternando con 2 so de guisantes, habas, lentejas, ó con 1, soo gramos de patatas ; 2 S gramos de sal; 2 S gramos de caft=. En los víveres y en los días de fatiga extraordinaria, el Ge­neral Comandante del Cuerpo de ejército puede mandar se dé á cada soldado un decílitro de aguardiente, aumentando la ración de pan hasta un kilo, la de carne á soo gramos, y hasta I 70,340 y 2,ooo las de cereales, legumbres y pata­tas. En otro artículo se advierte, que el alimento más nu­tritivo no puede emplearse exclusivamente durante un lar­go período; y para obtener una asimilación conveniente, debe limitarse su distribución tan sólo á ocho días seguidos. Sobre la elección de los elementos dice: "Las condi­ciones higiénicas deben tene'rse en consideración para esco­ger el régimen. Si hay muchos catarros intestinales, las tropas deberán recibir víveres fáciles de asimilar y que pro- · duzcan muchas mucosidades, como por ejemplo, el arroz, y la harina de avena. Se evitará distribuír carnes muy sa-la ia , ahumadas, ó cole , siendo nmy conveniente la carne de carnero." 'fambién deben tener e presentes las condi­ciones de 1a temperatura, y que en Jas marchas peno5as, y en los días de gran calot, Jac cotnidas saladas producirán el gran in onvenientc de aumentar la sed hasta tenerln inc;a- . ciable. "S1empre que se presente ocasión, convendrá distri­buír legumbres frescas, que podrán procurarse de los cam­pos ó huertos vecinos. La falta de legumbres puede engen­drar el escorbuto, sobre todo si la carne salada entra en grat cantidad en la ración. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITAR "Recomienda el aparte que trata de la preparación d · los alimentos, entre otras cosas, 'que el fuego continuo y n1oderado es más ventajoso para 1 preparación de los ali­Inentos, que un fuego violento' n1ás adclante:)que para apresurar la co~ión, convendrá se partan en trozos la carne y se trituren las legumbres secas' ; y tambi~n : 'que la sal y las especias, dan sabor á los alin1entos y facilitan la digestión." Después de dejar sentado, que "es n1uy importante· asegurarse de la calidad de Jos alimentos que deben distri­buírse;" añadiendo: "que la experiencia ha demostrado que el uso continuo de carne fresca, recién muerta causa indi­gestiones;" así como "que, Ja carne repartida duran te los fuertes calores, debe estar polvoreada con síil," explica en el aparte correspondiente á las pruebas ó ensayos de Jos ali­mentos, las condiciones externas de una buena carne que son:· "color rojo, olor fresco y dureza al tacto" En Cl'anto á la harina que suele estar mezclada con otras sustanci~-- dice: H que ¡nra conocer las falsificaciones se le embebe en clor·>fnr 110 a~it:tndola fuert mente, con lo cual de todas l;:t- . m:tt rías de -la. mezcla se forma na capa infe-. rior, con cuyo pr J '<; limi nto tS fácil som.,terlas á un aná­lisis químico." -------·-- Lf-~.CTURA. DE I-IISTORI'A PATRIA PU . 'TOS PRI.''"IP . \l.ES DE I. A \ ' 1!1\ PÚBI.I A DE rfbLl\'t\R XIV Mir.ntra~ el Libertador perseguía sin tregua ni descanso la C.)ntinuación de la gucrr1, convencido de que la primera necesidad de los patriotas era la de alcanz ·¡r b victoria, llluchos hombres no­t: lbles ha ían lo po ibJe porque nn echase raí~es el influjo político de hoiÍ\'ar, temerosos, sin dudJ, de que imperase su voluntad. A mediado; de Abril de 1817 llegó inopinadamente á Carú­. pano, el canónigo doctor José Corté de Madarriaga, y allí dio á la circulación un escrito impr.:so en que pr0scribía á las autorida- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOl.ETÍti MILJT:\R fue justa e impuesta legalmente. Los hoTT'brcs que denu1 ciaron á B<'lívar su· proyectos presentando sus carta:, hab1an crvido á ~us círdcne:, pertcnccían á .u di visión y eran sus tnt~usicron el Con ejo de Guerra, ilrión, u pai ano, debía tener y tenía en efecto por •\m;-ís Je un motivo de im­patía, Ó·por lo menos de cowidcrac!cínj Turr, v: 11zoátegui hah1an sido a cendidos por él c.i Gencrale: de:pu ~s Jc la batalla de San Fé­lix: ésto·, los dcm;'ls vocalc y el fi Lal, era:1 hombres de verdad, valor y co!lcicncia, incapaces de c.m1etcr un ·il asesinato; la eje­cución, Cll f{n, rt C ptíb]ica, hefha por SUs pmpios soldados )' Cll ocac;i<~n de er e to rnc1nd.ulos 11or jefe. que como Bermúdel., no tenían el 11 ;Ís r· qucño interc::; en ,mc;on; r con su aprobación <) . u jJencio aqu~l terrible escJrmiento, ·i hubiera ido iliju·to." La procbma '1 e dio t~ohvar ~1 siguiente d1a de Ja muerte de Pi:::tr e c. ta: "S·)ldados! 1 yer ha sido un dí.t de Jolor para mi cor at.ó 1. I<...l General Piar fue ejecutado por t crímcne ele lesa patri<~., cons­piración y descrcion. Un tribunal justo y legal ha pro11unciad""J lct .clltencia contra aquel desgraci do_ ciudad.m >, que mbrilo ::~spir:mte al mando supremo, fiJrr 1Ó el de ig­nio · t u'í. atroz qu pue e collcebir una alm,t p rv .rsa. 1o s lo la gu rra ivil sino la an. rquí.t ·el a rifici m:í inhm an) de us pro io compañero y herma; s se habta propuesto 1 iar. '~l'old2do · f V o" tro~ lo ab i . La igu.ldad, la libertad y la indep nden ia, o 1 nue tra divisa. ¿La hut ,ulidad no ha re obra­do u Jerech > po nuc~tra · ley s ? ¿ N ue·tra ,m na no j¡¡:¡n rott ]a cadenas de 1< c. el VCJ ? ¿ La odio. a diferencia de da t' y co­lores no ha sido abo'iua para iemprc? ¿ Los bienc nacionale no e han manJado repartir entre vosotro ? ¿La hrtuna, el saber y la gloria no os peran? ¿V uc.:tro· mérito no on rec< mpcn. ndl con profusi<'Jn, ó por lo meno, con ju.ticia? ¿ Q!_1e quena, pues, el General Piar I ara vo ·otro ? ¿No soi iguales, libres independien­te., felices y honrados : ¿ [.Jodía Piar procuraro. 111ayor s biene ? Tu, no no. El ~epulcro de la Re¡níblica lo habría Piar con sus pro- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 39~ BOLE ¡ L· M•ItiTA:It pías manos~ rnra enterrar en él la vid:t, lo bien~s r los honores de· los bravos defensores de la libertad de Venezuela, de sus hijos, t>S- · posas y padres. • • • • • .. • • • • .......... t . ................ . ........... . ............ o.. • • • • • • • • . •• • o . Soldados¡ El cielo vela p~r vuestra s:dud y el Gobierno que es vuestro padre, sólo se desvela por vosotros. V u estro Jefe, que es vuestro comparíero de armas y que sie'TI.pr._ á vuestra cabeza ha participado de vuestros peligros y miseria:,, como también de vues­tros triunfo, c~nfía en vosotros: confiad, pues, en. el, seguro de que os ama más que si fuera vuestro pa!lr.e ó vuestro hijo. SIMÓN' B.oLfvAR. Cuartel General en Angostura, Octubre I. 7 de 1 8-I 7. ( Continu:1rá ). ---·--··---- EJERCITO N AC!CNAL I:STRUCCIÓN CIVIL EN LOS CUERPOS DE LA PRIMERA' 01\' ISJÓN Rcp:íbfira dc c,Jombia.-Ejérrit? Naci?!Ja!.-C?Ilz:mdrmcia gCJitrrll de la · 1.• DioiJHm.-N'dm! riJ 7, 5 I 6.-B.'J ?!tÍ, r 2 d .. · ]'.;lf¡yo de 1898. Señor Ministro de Guerr:t.-·Presentc. En cumplimiento :{ la disposición de· ese · Ministerio, publicada en el artículo 2,p8z· de la Orden General del Ejército del día I z de Mayo de 1 97, tengo el honor de informar á Su Sel1oría ac.crca de la cnser1an­za que est:{ á cargo de los Instructores civiles en los Cuerpos de esta guarnición, durante el mes de Abril próximo pasado: Batai/ÓJJ ATtillerÍ.l JJ :Ífll t ro 1.0 -Se hizo la instrucción con ba tante regularidad. Bf:!tdiÓ!J B~írb:tf,¡ 11Úmcrr; 2.0-No se dio enseñanza ninguna, por · no haberse presentado r.mado .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 39 2 BOLETÍN MILITAR B.1t.dFm TtJJerifi JÚm.!n 5. 0 -El Instructor civil, por conducto dL la Mayoría del Batallón, dice: "Tengo el honor de informar á esa Co­mandancia por conducto de usted, que durante el mes de Abril próximo pasado, se dio la instrucción en los días y horas señalados y se dictaron conferencias sobre las materias siguientes: Lectura, Escritura, Religión, Urbanidad, Moral, His ·oria Patria é Historia Sagrada. "Me es grato manif('star á usted que la tropa ha ade!antado mucho en escritura. u Dios guarJe á usted. Dios guarde á Su Señoría. El Com1ndante gcn~ral, Lr'1zaro M. Marí11. M. D. MoNrÚFAR. CONSTRUCCIÓN DEL CUARTEL DE HONDA República de Colombia.-Departamntto del Tolimo.-Admi?Ji.JtraciÓ11 de la obra de constrttcciótt del Cttrzrtei.-Honda, 3 de Diciembre de 1897. Señor Ministro rle Gucrra.-Bogotá. Tengo el honor de avisar á Su ~ ,'loría recibo de su atenta nota número 573, fecha 27 de Noviembre próximo pasado, y al propio tiem­po acompanarle una relación pormenorizada de los gastos hechos hasta e! 30 dd m•.!s último en la obra que se me ha encargado. No _van los comprobantes porque cumpliendo con lo dispuesto en el Decreto núme­ro 191 de 6 de Marzo de este año, se han pasado por triplicado al seiior Administrador subalterno de Correos nacionales. De conformidad con el artículo J.0 de ese mismo Decreto, paso ¡Í. dar á Su Señoría el informe de los trabajos ejecutados en el pasado mes: . Se acopió gran cantidad de piedra de cimiento y para labor. Se han hecho 51 metros de cimiento que est:tn yá al uivel del terreno en stado de empezar á levantar murallas, esto por el lado que da el frenrc del edificio, y lo mismo se e:-tá haciendo en uno de los extremos para formar ~íngulo. También se está acopiando gran cantidad de arena y se han hecho terraplenes. Todo ha causado el gasto que verá Su Selioría en la relación pormenorizada á que arriba me he referido. Me prometo ir á esa á ponerme á la voz con Su Señoría para acla­rar ciertas dudas que me cmbar.1zan el mejor servicio que quisiera tener en el cumplimiento de mi comisión. De Su Seiioría respetuoso servidor, ÜLLCiARIO FERREIRA. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILITAR 393 'Ol'IA de la anotación de los gastos en la construcción del Cuartel de la ciudad de Honda, en el mes de Noviembre, que se remite al señor Ministro de Guerra. Día 2. Doscientos cincuenta pesos pagados al seJior José Rosario C6caro, por valor de una casa y mejoras comprendidas en el área de terreno comprado al M unici pío para edificar el Cuartel, por ser condición con el Consejo que todas las mejoras de sus arrendatarios en esa área debe pagarlas el Gobierno Nacional ..........•......... $ 2 50 • - Ciento veinte pesos pagados á Policarpo Cruz, por valor de una casa y mejoras que tiene en el fundo de "La Po!>a" dentro del área comprada al Municipio para la construcci6n del Cuartel..~ . . . • . . . • • . . . . • . . . . 1 20 •• Día 13 . Mil cien pesos pagados á Eustaquio Nt~ñez, por sus mejoras en el terreno en que se va ~í edificar el Cuartel, consistentes en una casa pajisa, con mangas de pasto arti­ficial y natural, con sus correspondientes cercos~ y la paja de agua que hoy existe, con sus tubos, cediendo el derecho que como arrendatario del Municipio tiene en aquel pun-to y al rededor, por. . .••• •• • • .. .. •• • . . . • . • ... . . ... . . ... . . 1, 1 oo .• Día 4· Ciento cuarenta y nue\e pesos cincuenta centavos pa­gados al señor Maximiliano V élez, por valor de lo sigui en-e que se le compró: 1 pico de acero ............... ' ...•......•. $ 4 1 docena machetes .......... ·--. . . . . .... .. • 3z 1 docena palas....... .. .. .. . .. • .... . . .. • ... I 8 1· docena picos.......................... .. 4 se barras á $ 6 ............................. 30 6 barras á $ 64 docena . • • . • . . . . . . . • . . • • . 3 2 1 docena azadones., • . . . • . • . • . • • . . . . . . • 1 3 20 44 cabos de madera para encabar herramientas 4 40 6 madejas de piola, á$ 0-40... . . .. • . .. • 2 40 3 hacha Collins, á $ 3 ............ ··· ... 9 • · J +9 S'-~ Día 5· Mil pesos pagados al scfior Tesorero Muniei}Jal de este Distrito, como valor del área de terreno que e com­pró en el punto danominado "La Popa," para la construc­cibn del Cuartel, r según escritura pública mí mero 4 SR, fe· e ha z 5 de Octubre tí! timo, en cuyo día debió pagar esta suma el ·eríor Admini trador de Correos Nacionales, pero (¡ue no lo hizo sino hoy ..•.. , . . . . • . . . . . . . . . . . .. .. .. ••• . . 1 ,ooo •. Pasan ......•. 2 ÓHJ 50 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 39 t BOL'E'i'fN M IL'I'f AR Vi c'ncn .•.. D:n 12. Cient0 tincu:i1t:l pesos pagados á Esteban Rubio, por v.alor de una cas~t y mejoras en el terreno donde Ya á cons-truírse el Cuarr<:l.. • • . • . . . .. . . . . . . . . . . • .... .. ... . . • . • • I 50 Día I 5· ... Ciento trc~ ·pesos \'c·intbictc y medio ccntat'os, paga­dos al señor 1\'Iaximiliano V élez, por valor de lo siguiente que se le compró: 6 picos de 5 libras C;tda uno, de$ 1 libra .. $ 2 macetas de 311ibras tada una, á 1 libra ... 1 metro tela de alambre.. . . . ........•. 1 varilla de acero, ·con 16!libras, á,.· o-55 8 barriles vacíos á $ o-8o .................... . 6 baldes ........................... . 5 piquetas para -cantero, grandes, á $ 3-60 id. id., pequeiia, á $ 3-20 ......... . 2 cajas de zinc, á $ o-8o.. . • . . . . . . . .. . 30 .. 7 .•. 3 9 07t 6 40 7 18 3 20 1 6o 5 palustres, á $ 1-40............. . . . . . 7 ·5 escuadras, 5 reglas grandes y 5 reglas pe-q ucñas, por. • . . . . . . • . • . . . . . . . . • . . . . 1 1 Día 18. Trece re~os pagado ,1 Eusebio Grimalcto, por valor de diez cargas costa1cs d fique para cargar cal para el Cuartel ..•..•..••.•••.••.•.•.•••..•.•...••.....• Diez pesos pagados á Joaquín H. Lcónt por valor de diez cargas costalc de estopa para cargar cal de Bodegui-tas al Cuartel ..•.•...•.••.......•..••...........• Día 22. Setenta y seis pesos pagados á Bernardo avarro, por valor de cinco carretillas para acarrear materiales ...... .. Día z6. Trescientos cuarenta y un pesos noventa centavos pa­gados á Bcrnardino Londm1o, por valor de 6 I 5 arrobas y t 3 •• 1 o· •• 76 •• 13 libras de cal, á $ 5 carga de 9 arrobas. . . • • • . • • • • • . 34 t 90 Pasan,... . • 3,3 I 3 6¡t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL ETI N MILITAR lt VE 'f ARIO de lo bienes dcjad0s por el solda o Migud Iorcno~ perteneciente al Batallón Neirtl número zz. Rtp/tblito de C'Jiombia.-Ejército Nttcirmai.-Batallólt Neir11 Jl!tlllerOt 22.-Mayoría. En el sitio de" La Popa," perteneciente á la ciudad de Cartagcna, á doce de Octubre de mil ochocientos noventa y siete, presentes en la Mayoría del Batallón Ncir,z número 22, acantonado en este mismo lu­gar, los infra critos Teniente Coronel Tclésforo Morales, 2.o Jefe en­cargado del expresado Batallón y los testigos nombrados fOr éste, sefio­rcs José Palas, Pedro de la Peila y Francisco 'Ariza,·con el objeto de in .. vemariar y avaluar los intereses pertenecientes al soldado Miguel More­no, del expresado Batallón, muerto ayer once del expresado Octubre en ,¡ Hospital de Carida l de dicha ciudad. Dicho i:1dividuo, según su filia­ción, era natural de Chiquinguir.í, en el Departamento de Boyacá. Se puso de presente el dinero que se le encontró en su poder, que es la um:.t de cmco pesos, más cuatro pesos ochenta centavos de raciones y aju tamientos, cuyos \'alares hacen la suma de nuev pesos ochenta cen­tavos, r lo que sigue: Un anillo de oro, grande, sin piedra, en siete pesos ....... $ 7 Otro, ídem. de ídem., de menor tamaiío, en seis pesos ........ 6 Otro de id cm. de ídem. más pequeño, en cuatro pesos ....... 4 U na cartera u a ia, en veinte ccnta 'OS ...................... o 20 Una navaja en veinte centavos ........................... o zo To habiendo dcjac o má interese!! que inventariar, se da por ter­minada c~ta diligencia t¡uc firmamos los c¡uc en ella intcrvenimo., ha­ciendo onstar CJUé la tÍltima voluntad del iiuado, ·egún testigos, fnc que de lo guc dejaba se le pagaran ctos mi ·¡¡s á uc~tra Scfíor. de Chiquin­lJUÍrá }' una ~ de destacamento;" "cuando entramos á bayoneta calada;" "cuando mi General Comonfort mt. ordenó que to~ara ¡enemigo al frente?" Y al decir esto le brillaban los ojos y se adivinab" en su triste .. sonomía un gran entusiasmo. De regular estatura, delgada, huesosa, con la piel trigueña y amarillenta; los ojos oscuros y brillantes; Ja frente ancha y el ca­bello corto y peinado como el de un hombre; lleva el traje ft:meni­no á manera de sotana y dice á manera de collvicci<)n: -Todavía cuando paso por un cuartel me entusiasmo y cuan ·· do oigo tocar marcha, cojo inmediatamente el paso. -¡Pobre Patricia! Soñaba cuando ~ra un chico ascender por su:, pasos contados á Alferez, á Teniente á Capitán, á Coman­dante, en fin, á lo más alto en ), milicia. Pero su condición de mujer ahogó todos sus sueños, y hoy vaga por las calles de Guanajuato, vendiendo billetes de lotería á sus numero~as conocida que la protegen caritativamente. Se ha batido por la libertad; ha asombrado con su valor á bra· vos Generales y no tiene como recompen~a ni una p,cnsión exigua; un sueldo de cabo, siquiera que la a:udara en sus pobrez:-ts. ¿Por qué no nacería hombre? ·e pregunta con tristeza cada vez que delante de sus ojo pasa un grupo de soldado . j Pobre Patricia! La naturaleza fue cruel con ella, le dio cuer­po oc mujer con una alma y un cerebro de varón. He aquí su in­fortunic. Y nadie premia sus servicios, ni estima sus méritos y la pobre .horda, vende, trabaja, lucha y sufre 1 Ah! las t'obres :'lujeres del pueblo! Ju.-u ; D E Dws PE¿ . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETfN MILJ'l'AR VARIEDADES EL MES O~ LA LiBERTAD El mes de Julio es mes de redención: en ningún otr >se han reunido tantos días gloriosos. Citaremos las fechas principales que en este mt~· recuerdan sucesos en favor de la redención humana. JuLlO 2-1776-El Congreso de Filadelfia discute y aprue­ba unánimemente la declaración de la independencia de las colo­nias de la America del Norte. J uuo 4-1776- Proclamaciún de la independencia de Esta­dos U nidos. 181o-En Santiago de Chile se reúne la primera junta de patriotas. 1807-En los días 5, 6 y 7 son rechazadas definitivamente las invaciones inglesas en Buenos Aires. Juuo 5·-I 8 11-Declaración de la independencia de V ene­zuela. 1755-El Brasil declara la libertad de los indígenas. JuLro 6-1821- -Los españoles estrechados por las fu rzas li­bertadoras de San Martín se ven obligados á salir de Lima. JuLIO 9-18r6-Declaración de la independencia ar~entina. I 8 I 7--La fragata L:~ Argentina tripulada por argentinos; al mar. do del Capitán B uchardo, se hace á la vela en la ensenada de Barragán (Provincia de Buenos Aires) con direcciÓn á Madaga · car én busca de las naves españolas de la Compañía .filipinas. Y en el mismo día, dos años más tarde, La Argentina y La Gl:acahubo, después de muchos combates y triunfos volvían por las costas del Pacífico y habiendo fondeddo en Valparaíso, fueron ini­cuamente secuestradas por orden de Cocrane, al servicio de Chile. I S 53 -Jura de 1· Constitución artrentiua, sancionada en el Congíeso reunido en Santafé. ]uL,o 1 I-dhs-Francia reconoce la independencia de Haití. I 81 I - Se reúne el primer Congreso chileno que reasurnc la autoridad que ejercía la Junta de Gobierno. Jur.IO 14-Toma de la Bastilla en París. Jur.ro 16-rSr3- En Nueva Granada, Cundinarnar(a, r .­p~ eL~ declarando la indC!pcndencia y es seguida por las dem;l pro­VInCias. JuLIO I7-18o8-S ... forma la primera Junta Popular en .IVlé­jico. Dt LA WI.JoJ«cA h'L liC Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLE'I ÍN MilITAR -HA APARECIDO el 2.( número del Instructor Militar. Ma­tc.: rial instructivo, variado y arT!eno. ~EL PooER EJECU'J IYü por Decreto de fecha 11 de Junio dictó las 3iguientes disposiciones: Reconoció á los señores Emiliano Ochoa y Francisco Giral­do los empleos de Sargento Mayor y Capitán, respectivamente, con que prestaron sus ervicios al Gobierno en la ultima guerra. Declaró en uso de licencia indefinida, ~or embriaguez y mala conducta, á solicitud de los Jefes del Batallon G'trdcba núrr1ero 6, al Capitán Jose Vicente Arana, Comandante de la 2.• Compañía del expresado Cuerpo. Destinó al Capitán Ambrosio Suárez, que sirve en la 2.• Com­pañía del Batallón La Popa numero 19, á la 2! del G'¿rdoba, en lugar del Capitán Arana, y al Capitán Rafael Guevara M., que sirve en el Bata.Jón 'linerife, se le destinó á la 2." Compañía del Batallón La Popa en lugar de Suárez. Declaró en u~o de lincencia inJe!inida, á solicitud del Jefe del Batallón Neira número 22, y del Jefe Militar de Cartagena por inepto para el servicio, al Capitán Ralael Ruiz, Comandante de la 2.• Compañía del citado Cuerpo. Por Decreto de fecha 1 3.-Asccndió á Capitán efectivo al Teniente José 13. Vera, que servía en la 1." Compañía del Batallón Bomboná número 13 y lo destinó al Estado Mayor de la 4·" División como Adjunto, con r<.:sidencia en Pam!Jlona. Aceptó al Capitán l,1elitón M.oralcs la excusa que presentó para servir el puesto de Cvmandante de la 4: Compañía del Bata­llón Sucre número 1 o. Ascendió 'Í Teniente efectivo al Subteniente Luis ... aría Burgos, lo llamó al servicio activo y lo dcstin<) á la 1 .• Compañía del Batallón BumbonÍJ en reemplazo del Teniente V era. Aprobó el nombramiento hecho por el Prefecto cle Ctícuta en el señor Tc ... alio Jácomc para Habilitado interino del BatalJón Bomboná, por el tiempo de la licencia concedida al titular. De..:tinó al 'l cnientc Al jandro Díaz G., que sirve en la s.· Compaílía dc:l Batallón Rijlts número 12, á la 1." del mismo Cuerpo en vez del d igual grado Ulauü:lao Ruiz, quien paso á la s-· en lugar del Teniente Díáz. A:;cedió á Subteniente al Sargento 1.0 Jsaras Vanegas, del Batallón Su re ntímero ro, y lo destinó á h 5." Compaiiía del mi:>mo Cuerpo, e1 la vacante que allí e ·i te. Por Decrct'> d fecha t .u del pres nte a e 'IHiió á Teniente ·fcctivo-al Subtenicmc Pedro Plazas, <.JUC sirve l'll la 3." Con pa­nía del llatall6n Sucu numero 10, y lo destinó á l
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Publicaciones periódicas

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 59

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