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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 75
Año II Bogotá., Noviembre 16 de 1898.
BOLETIN l\iiLITAR
--··~--
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO
--•e-
Director, ALEJANDRO POSADA
Son colaboradores natos de este periódico todos los 'Jefu
y Oficiales del Ejército de la República.
MINISTERIO DE GUERRA
DECRETO NUMERO 213 DE 1898
(17 DE OCTUBRE)
por el cual se dictan varias providencias relacionadas con el Ejército.
El Vicepresidente de la República, Encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA:
Art. 1.0 Por excusa aceptada al señor General Cruz Chaves
para servir el puesto de J cíe de Estado Mayor de la 3·" División,
nómbrase en su lugar al General Lucas Gallo M., que sirve como
Jefe de la 2." Brigada de la 1." División.
§ 1.0 Mientra el General Gallo ocupa su nuevo puesto, el
primer Jefe del Batallón B?mboná, señor General Mario Guzmán,
se encargará accidentalmente del Estado Mayor de la 3·" División.
§ 2. 0 El General Nicolás Perdomo, en su carácter de primer
Ayudante General de la 2." Brigada de la 1." División, se encargará
provisionalmente de la Jefatura de aquélla.
Art. 2. 0 Acéptase al señor Teniente Coronel Eduardo Ortiz
B. la excusa que presentó para servir el puesto de 2.0 Jeíe del Batallón
Tencrife número ro.0
, y nómbrase en su reemplazo al Sargento
Mayor Paulo E. Escobar, á quien se llama al servicio activo.
Art. 3· 0 N ómbrase Auditor de Guerra de la 3: División al
señor Anselmo León Gómez. :.
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250 BOLE'l'ÍN 1\ULl'l'AR
Art. 4. 0 Acéptase al Capitán Víctor M. Vesga la excusa que
ha presentado para servir como primer Adjunto del Estado Mayor
de la citada División, y nómbrase para ese puesto al Capitán Eliecer
Gómez, á quien se llama al aervicio.
Art. 5.0 Los Jefes y Oficiales de los Cuerpos que constituyen
la 3·· División, serán los siguientes :
Batallón ]iradores número 1 3-Primer Jefe, el Coronel Habacuc:
Beltrán, ya nombrado; Segundo Jefe, el Sargento· Mayor
Lucio de la Torre; Ayudante Mayor, el Sarg~nto Mayor Jesús
Rocha S.; Segundo Ayudante, el Teniente Higinio Forero;
Abanderado, el Subteniente Alejandro Badillo.
Primera Compañía: Capitán, Domingo García; Teniente,
Daniel Molina Cardoso ; Subtenientes, Eleuterio Sánchez y Miguel
Granados.
Segunda Compañía : Capitánl Carlos Tomás Muñoz; Teniente,
Hipólito Moreno; Subtenientes, Agustín Carreño y José
Angel Vargas.
Tercera Compañía : Capitán, Carlos Mendoza S. ; Teniente,
José Segundo Ruiz; Subtenientes, Antonio Ortega y Francisco
Gáfaro.
Cuarta Compañía: Capitán, Ramón M. Soto E.; Teniente,
Luis López; Subtenientes, Nicolás Roja<> y Alfredo Rivera.
Quinta Compañía : Capitán, Carlos Julio Guevara ; Teniente,
Antonio Mieles ; Subtenientes, Marco A. Villarretl y
Rosario Leal.
Batallón Rifles número 14-Primer Jefe, el Coronel Andrés
Quintero, ya nombrado; Segundo Jefe, el Sargento Mayor N epomuceno
Salas; Ayudante Mayor, el Hargento Mayor graduado
Cipriano Soto ; Segundo Ayudante, el Teniente Silvino Montañés
; Abanderado, el Subteniente Fídolo González.
Primera Compañía : Capitán, Ignacio Buenahora ; Teniente,
Alejandro Díaz G. ; Subtenientes, Antonio Salamanca é Isaías
Guerrero.
Segunda Compañía : Capitán, Remigio R oncancio ; Teniente,
Manuel Ballén ; Subtenientes, Acisclo Toscano y Alfredo
Aguirre, á quien se llama al servicio activo.
Tercera Compañía : Capitán, Elíseo Dueñas ; Teniente,
'reodoro García, á quien se llama al servicio; Subtenientes, Reinaldo
Escobar y Eugenio Barreto.
Cuarta Compañía: Capitán, Jesús Galvis; Teniente, Agustín
B. Santacoloma, á quien se llama al servicio; Subtenientes,
Heliodoro Mogollón y Francisco Pinzón.
Quinta Compañía: Capittn, Julio Sanmiguel; Teniente,
Uladisiao Ruiz; Subtenientes, Julio Suárez y Víctor Medina.
Batallón Bomboná número 15-Primer Jefe, el General graduado
Mario Guzmán ; Segundo Jefe, el Sargento Mayor Julio
Albán, á quien se llama al servicio ; Ayudante Mayor, el Capitán
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BOLETÍN MILIT A.R. 251
Luis U rdaneta; Segundo Ayudante, el Teniente Luis Moisés
Talero; Abanderado, el Subteniente Saba~ Pardo.
Primera Compañía: Capitán, Rogelio V élez M.; Teniente,
Luis M. Burgos; Subtenientes, Críspulo Gómez y José A.
Peña.
Segunda Compañía :- Capitán, Eudoro Aguirre; Teniente,
·Belisario Rucindo ; Subtenientes, Leandro León y Mariano
Castro.
Tercera Compañía: Capitán, José Manuel Dederlé; Teniente,
Gabriel Baena, á quien se llama al servicio; Subtenientes,
Manuel A. Medina é Hipólito Nieto.
Cuarta Compañía: ~apitán, José B. Vera, á quien se llama
al, servicio; Teniente, Félix V. Castillo; Subtenientes,Justiniano
Arenas y Jacobo Pérez.
Art. 6.0 Los Jefes y Oficiales de los Batallones que forman la
4·a División, serán los que á continuación se expresan :
§ 1.0 El Batallón Pichincha número r6 tendrá los mismos
Jefes y Oficiales que hoy tiene. Para la vacante de Teniente, que
existe en la 4: Compañía, se nombra al de ese grado señor Gerardo
Grajales, á quien se llama al servicio activo.
~ 2.0 Nómbrase primer Tefe del Batallón Urdaneta número
17, al Coronel Alejandro Quintero. El segundo Jefe, los Oficiales
de Plana Mayor y los de Co1hpañía, serán los mismos que hoy
sirven en dicho Cuerpo. Para la \iacante de Capitán, que existe en
la 3·· Compañía, y para las "de ~reniente y Subteniente de la 4.•,
se nombra al Capitán Olimpo Santos, al Teniente Leopoldc;> Ruiz
Vásquez y al Subteniente Wenceslao Bolaños, respectivamente.
§ 3· 0 Dos Compañías de e¡ te Cuerpo, c:on el primer Jefe,
harán la guarnición de Cali, y las sos restantes, con el segundo,
guarnecerán á B uga.
§ 4.0 La Plana .l\1ayor del Batallón La Popa continuará con
los mismos Jefes y Oficiales que hoy tiene. La oficialidad de las
Compañías será la siguiente :
Primera Compañía : Capitán, José María For~ro, á quien se
llama al servicio ; Teniente, Lcandro Guzmán ; Subtenientes,
Hipólito López y Vicente Monsalve.
Segunda Compañía: Capitán, Rafael Guevara !viartínez;
Teniente, Ruiino Guerrero C. ; Subtenientes, Francisco Congote
y Juan Gómez.
Tercera Compañía: Capitán, Antonio Domínguez C., á quien
se llama al servicio; Teniente, Carlos Talero; Subtenientes, Alberto
Barnga y José Vicente Fernández, á quienes se llama al servicio
activo.
Cuarta Compañía : Capitán, Guillermo Esc~llón y Teniente
Ulpiano Osorio, á quienes se llama al servicio ; Subtenientes,
Cándido Molina y Sebastián Delgado, á quienes se llama igualmente
al servicio.
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252 BOLE'.fÍN M.ILIT..A.R
§ 5.0 . Dos Compañías del Batallón La Popa harán la guarnición
de Medellfn, al mando del primer Jefe, y las otras dos, al
mando del segundo, guarnecerán la plaza de Manizales.
Art. 7.0 Restablécese la guarnición del Sur del Cauca, que
la constituirán dos Compañías, que se acantonarán en Pasto, con
el nombre de Medio Batallón Cazadores número I 9, el cual formará
parte de la 4·" División del Ejército.
§ 1.0 Nómbrase Jefe del medio Cuerpo citado, al Coronel
José María Mosquera.
§ 2.0 En decreto separado se harán los nombramientos de la
oficialidad para el mismo.
Art. 8.0 Llámase al servicio activo al Subteniente Luis E duardo
Calderón, y destínase á la quinta Compañía del Batallón Ayacucho
número 3.0
, en reemplazo del de igual grado Alberto Barriga,
que fue destinado al Batallón La Popa número I 8.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á I7 de Octubre de 1898.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, 0LECARIO RIVERA
DECRETO NU.l\1ERO 215 DE 1898
( NOVIEMBRE 8 )
por el cual se ordena vender unos buques de guerra
El Presidente de la República
En uso de sus facultades legales, y
CONSIDERAN DO :
I.0 Que para restablecer el equilibrio fiscal es de urgente negesidad
adoptar cuantas medidas de economía indique la conveniencia
pública; y
2. 0 Que atendido el ningún servicio que prestan algunos buques
de la .J.\Ilarina Colombiana, el gasto que se hace en el sostenimiento
de ellos, sobre ser gravoso para el Tesoro, no corresponde
á necesidad alguna relacionada con el orden,
DECRETA:
Art. 1.0 Procédase á vender en pública subasta, y con arreglo
á las demás formalidades que prescribe el Código Fiscal, los buques
de guerra denominados Crucero Córdoba y General Nariño.
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BOLETÍN MILITAR
Art. 2.0 Mientras se hace la venta de que trata d presente
Decreto, la tripulación de las naves mencionadas quedará reducida
á la guardia ó custodia indispensable para conservarlas.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 8 de Noviembre de I 898.
MANUEL A. SANCLEMENTE
El Ministro de Guerra,
PEDRo ANTONio MoLINA
DECRETO NUl\1ERO 2I6 DE r898
(NOVIEMBRE 8)
por el cnnl se elimina el Depósito militnr
El Presidmte d2 la República
En uso de sus facultades legales, y
CO. 'SIDERANDO:
1.
0 Que la angustiosa situación del Tesoro exige imperiosamente
eliminar cuanto gasto público no sea estrictamente indispensable
para los fines de la Administración; y
2.0 Oue en el Presupuesto de Gastos de la presente vigencia
no hay partida especialmente destinada para el pago de personal
distinto de el del Ejército en servicio activo, y por lo tanto el Poder
Ejecutivo no cree estrictamente legal la erogación que se hace
en el sostenimiento del Depósito,
DECRETA:
Artículo único. Desde el r .0 de Diciembre próximo quedará
eliminado el Depósito fvi ilitar, derogado en todas sus partes el Decreto
número 900 de 1890, que lo creóJ y virtualmente abrogado
el artículo 15 del Decreto número 14 de 23 de Agosto último,
reorgánico del Ejército.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 8 de Noviembre de 1898.
MANUEL A. SANCLEMENTE
El .f\1inistro de Guerra,
PEDRO ANTONlO MouNA
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254 BOLETÍN M.ILIT.A.R
NOTA DEL SENOR MINISTRO DE GUERRA
AL SEROR GENERAL JEFE DE ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJ~RCITO
República de Colombia-Ministerio de Guerra--8ección 1.•-7 Bogotá,
I I de Noviembre de I 898
SeÍlor General Jefe de Estado Mayor General del Ejército.
Consecuente con ias doctrinas y prácticas observadas invariablemente
por el actual encargado de este Despacho, aun en los
momentos más difíciles del último Jebate electoral, respecto de la
actitud que los miembros del Ejtrcito deben guardar en las luchas
políticas de los partidos, creo indispensable reiterar á la fuerza pública,
por vuestro digno conducto, las órdenes más terminantes
para que~~ Ejército se guarde, en absoluto, de toda intervención
en asuntos políticos, ya porque conforme al artículo · 168 de la
Constitución, la fuerza armada no es deliberante, y le está prohibido,
por tanto, ingerirse en esa clase de luchas, como porque la
buena organización y disciplina militares, que constituyen la base
de todo Ejército que realmente merezca l!"'var ese nombre, son
incompatibles con las deliberaciones á que la disposición constitucional
se refiere, y están en abierta pugna con la naturaleza y los
fines de la institución militar.
Siendo, como es, la fuerza pública guardián del orden y de laS
imtituciones, no se concibe cómo podría llenar el objeto para que
ha sido creada, si interviniera en el juego natural y pací:V.:o de los
p.lrtidos, ó tomara parte, siquiera indirecta, en la solución de problemas
políticos que debe ser confiada únicamente á la acción
libre y espontánea de la opinión pública.
El Gobierno tendrá como falta muy grave en los !'.1iembros
del Ejército, la ingerencia en debates políticos, ya sea pública ó
privadamente, y reputará inadecuado para el servicio á todo militar
· que no se ciña estrictamente al precepto constitucional y á la doctrina
desarrollada en este oficio, y antes bien estimará su cumplimiento
como un título más para obtener los grados y recompensas
á que sean acreedores por sus servicios.
El Gobierno, al adoptar esta medida, se propone rbdeat al
Ejército de todo el respeto y prestigio qu(' en otros países ha alcanzado,
sustrayéndolo así de las ardientes luchas políticas y manteniéndolo
superior á ellas, á fin de que los ciudadanos se acostumbren
á mirar en él la custodia del orden social y no la amenaza
de las libertades públicas.
El Poder Ejecutivo, del cual depende, en un todo, el Ejército,
con arregl0 al artículo 22 del Código Militar, confía en que los
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BOLETÍN MILITAR 255
leales y valerosos miembros que lo forman, ajustándose al espíritu
de civismo que ·predomina en sus filas y que es garantía de las instituciones
republicanas, no han de querer romper la tradición de
respeto á la ley y á los Magistrados, la cual constituye ya salvador
derecho consuetudinario en nuestra historia política, y es;::>era,
asimismo, que ningún militar en servicio dé ocasión á censuras
por infracción de las disposiciones constitucionales y legales que
sustentan la materia del presen·te oficio.
. Servíos disponer que esta comunicación sea public;ada en la
Orden General del Ejército.
Soy vuestro atento servidor,
PEoRo ANTONIO MaLINA
EJERCITO NACIONAL
INFORME
que el primer Jefe del Batallón Oo.ro número 17 presenta al Estado Mayor
de la División.
Sefior Coronel primer Ayudante GeneraL-Presente.
Tengo el honor de informar á usted sobre los trabajos de zapa
que ejecuta· el Batallón que comando, así: se han construído desde
el ~ .0 de Abril hasta el último de Mayo próximo pasado, 170
metros de camellón, el cual tiene de latitud 7 metros 10 centímetros,
y de flecha 45 centímetros. Se construyó una alcantarilla
cuya longitud es de 7 metros 10 centímetros, y tiene de luz 85
centímetros. También se construyó una muralla para sostener el
ca melión, .en la parte donde corta el antiguo cauce del río, la cual
mide 66 metros de extensión por una altura creciente desde 50
centímetros hasta 1 metro. Es de advertir que en este trabajo, y
en el tiempo ya dicho, sólo se ha empleado el personal de cuatro
Compañías, desde el r .0 de Abril hasta el 15 del mismo, y de
esta fecha hasta el último de Mayo, el personal de tres, porque de
cuatro Compañías á que quedó reducido el Batallón desde el 16 de
Abril próximo pasado, la cuarta se ha ocupado todo ese tiempo en
los trabajos del acueducto y carretera de San Vicente.
Si en los dos meses citados los trabajos no han avanzado lo
que era de esperarseJ es debido á la falta de algunos elementos,
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256 BOLETÍN MILITAR
como las carretillas, que tan indispensables son para el acarreo de
materiales y porque el personal de las Compañías era muy reducido
y se redujo más desde la segregación de la yuinta Compañía,
la cual hubo necesidad de completar con personal de las otras. Me
prometo que en este mes los trabajos avanzarán notablemente, porque
ya las Compañías están completas y de consiguiente aumenta
el número de trabajadores, á lo que se agrega que el señor
Prefecto me ha ofrecido suministrar las carretas en número suficiente.
Soy de usted atento y seguro servidor,
El primer Jefe, A. ARzA YÚS E.
Es copia.
El segundo A y u dan te general, RóMULO ARAGÓN
INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Miguel Vargas, perteneciente
á la quinta Compailía del Batallón 21 de JuníJJ, que
falleció ayer en el Hospital Militar de Barranquilla.
En Barranquilla, á ocho de Junio de mil ochocientos noventa y
ocho, en la Mayoría del Batallón 21 de Jt111Íl7, se reunic~on el señor
General graduado Ramón G. Amaya y los testigos señores Andrés Fortich
G., Julio C. Moneada y Cristóbal Fonncgra, con el objeto de inventariar
y avaluar los bienes del soldado Miguel Vargas, de la s.a Compañía
del aludido Cuerpo, que falleció ayer en el Hospital Militar de
esta ciudad, de beriberi, y se procedió á inventariarlos y avaluarlos en
la forma siguiente:
Una libreta militar, sin valor, en la que dice ser natural de Suta-tenza,
Departamento de Boyacá.
Dos pares de botines usados, aval uados en .............. $
Una ruana vieja, en ................. . .. , ..•.....••• ,
Una sábana, en ....................................... ,.
U na malctcra, en. . • . • . . • . . . . . . . . • . • . • • . . • •..•...
En poder del Habilitado, en dinero .................. .
Suma •••••..••••..•.•....•... , ••.. $
Dinero efectivo que dejó al Subteniente Belalcá-zar
antes de morir... • • • • . . •• . • • . •••...••••... $ 70 ..
De esta suma se deduce lo siguiente :
Valor de un ataúd ................... $ 16
Gasto de coche para practicar ]as dili-
20 so
20
26 40
gencias correspondientes .................. . IJ .. 53 • •
Quedan ...•••••..••...•.•••.. $ 81 30
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BOLETÍN MILITAR 257
No habiendo más de qué tratar, se dio por terminada la presente
diligencia, que firman los que en ella intervinieron.
El General graduado, primer Jefe del Batallón 21 de J unín, RAMÓN
G. AMAYA-Tcstigo, A. Fortich C.-Testigo, Jttlio C. Moncada.-Testigo,
Cristóbal Fomtegra.
INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Simón Vera_ perteneciente
al Batallón Urdaneta número 1 5.
En dinero .•••.. , •...•.•.•.••••..•••.•.•.•.•••. $
Un par de botines usados ..................... __ -· .•.•
Un kepis ....•.•...•..••...•••..••...........•.•••
U na ruana deteriorada. . . . . • • • . . • •.......••.•••.•••
U na camisa de hilo usada. • . . ....................... .
U na camisa de hilo usada .....••••••.......••••..•.••
Una franela de hilo usada ........................... .
Un par de medias ................................. .
Dos pañuelos de hilo ....•••......••....•.••..••.••
U na correa de cintura ....••..•.••.•..••.•.••.•.•...
6¡ zo
3
1 20
So
6o
6o
40
20
20
20
Suma •....••...•.... $ 68 40
Cali, Junio 16 de I 898.
El Coronel primer ·Jefe, JosÉ M. MosQUERA.-Testigo avaluador,
Clímaco García.-Testigo avaluador, Mrmttel M. Castillo.-Tes·igo avaluador,
Manuel A. Zapata R.
NoTA.-Se deduce de esta suma la de siete pesos cincuenta centavos
($ 7-50) por valor de un ataúd, cuyo recibo se adjunta.
Recibí del Habilitado del Batallón Urdaneta $ 7- so, valor de un
ataúd para Simón V era.
Cali, 15 de Junio de 1898.
J . .A. Martín
V. B.-El Coronel, JosÉ M. MosQUERA
Es copia.-El Coronel, JosÉ M. MosQUERA
VARIEDADES
LA 'rACTICA DE INFANTERÍA
Y LAS ARMAS DE FUEGO PERFECCIONADAS
El reglamento sobre el ejercicio y las maniobras de infantería,
da el métod~ y los medios de adiestrar la tropa, para ejecutar regu-
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:BOLETÍN MILIT~R
lar y rápidamente los movimientos que preceden ó continúan el
combate. Pero bajo el fuego de las máquinas modernas, la aplicación
de las formaciones cerradas cada día se hace más rara: así
lo prueban las últimas guerras. ·
La historia nos demuestra que, con muy pocas excepciones,
las cargas verdaderas á la bayoneta no han existido ~ino en la imaginación
de los escritores militares, y que es preciso entender por
carga á la bayoneta todo movimiento ofensivo ejecutado con audacia.
Numerosos ejemplos nos enseñan cuán difícil ha sido siempre
abordar de frente, en orden compacto, una infantería que aún no
ha sido conmovida, bien posicionada, y que tiene la eficacia de su
fuego, El largo alcance y la precisión de las nuevas armas, relacionadas
á la rapidez con la cual los fuegos se ejecutan, han hecho
imposible lo que antes era difícil.
Hoy no existe infantería alguna que pueda marchar_.al ataque
en terreno descubierto, en cualquier formación regular que sea,
c~:mtra un enemigo provisto de cañones de largo alcance y de..fusiles
que se .cargan por la culata.
"En un reconocimiento hecho en J untland en 1864, el Capitán
prusiano Schutterback, con 124 hombres del regimiento de
infantería número so, se vio repentinamente amenazado por su
retaguardia por 180 soldados del primer regimtento de infantería
dinamarqués. Estos, cubiertos por un pliegue de terreno, !e acercaron
á los prusianos hasta la distancia de 400 pasos, y los cargaron
á la bayoneta en columna, con gran resolución: á los 250 pasos
de la posición de los prusianos fueron acogidos por una primera
descarga que fue seguida inmediatamente por una segunda que no
los contuvo, pues siguieron marchando con la más grande bravura.
Pero á la tercera se detuvieron; les faltaban 150 pasos para poder
llegar á comprometer un combate al arma blanca y en este espacio
de tiempo habrían tenido que soportar tres ó cuatro descar~as. Así
,.j combate se conti.:1uó por un fuego de tiradores de corta duración.
En 20 minutos los dinamarqueses tuvieron fuera de combate 3
oficiales y 85 soldados; la mitad de su fuerza efectiva." (1)
"El 29 de Junio de 1866, en el combate de Gitchin, dice un
ofic:ial austriaco, testig() ocular (2), cuando la brigada Piret recibió,
á las seis de la tarde, la orden de dejar su posición para dirigirse
sobre Zames y tor:P.ar esta localidad, se emplearon seis batallones y
la batería de la brigada en esta expedición. Para protegerlas en
caso de desastre se dejó en el monte Ensestadler un batall6n de
infantería v una batería de ocho tt. tomada en la reserva de la artillería
del c~erpo de ejército; desde su posición·esta batería podía
proteger nuestra marcha hacia adelante, y cañonear eficazmente la
(1) MiUta.r Woohsmb~a.tt, 8 de Julio de 1865.
(2) ~Vh~r Preitwng, año de 1868.
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BOLETíN MILIT A..R 259
localidad que estaba alejada 2,ooo pasos mas o menos. Los seis batallones
destacaron cada uno una división (dos compañías) como segunda
línea y avanzaron sobre Zames en una línea de columnas
llevando la batería entre el segundo y tercero batallón, precedidos de
una espesa cortina de tiradores.
"Las alturas que rodean á Zames estaban débilmente ocupadas
por el enemigo y fueron tomadas después de un combate insignificante
de tirado\es. La cresta de esas alturas forma delante de
Zames una curva pbco sensible cuya extremidad se aleja 300 pasos,
y el centro á 8oo poco más ó menos de esta localidad. El enemigo
había sólidamente ocupado este punto y se distinguían perfectamente
tropas de las tres armas en el interior y en rededor de
Zames. La bataría se estableció en el centro de la curva porque
los declives son poco sensibles, mientras que son bastante escarpados
en las alas; y rompió el fuego á 300 pasos con proyectiles huecos.
Las tropas formadas por divisiones y en masa fueron colocadas
al abrigo de todo proyectil sobre las alas, y sólo las primeras divisiones
conducidas sobre la meseta rompieron un fuego de tiradores
contra el enemigo posesionado alrededor de Zames. 1
"Este combate preliminar duró más de media hora. El momento
decisivo había llegado: el enemigo había hecho progresos
sobre nuestro flanco izquierdo, sobre la altura de Prada. Dilet7-,
ocupado por los zajones, fue evacuad;~; la brigada debía apoderarse
de Zames y atacar seriamente el flanco izquierdo de los prusianos,
á fin de contener su movimiento ulterior al centro, ó bien retirarse
á su primitiva posición en el monte Esenotadler. Como entonces
no se conocían aún los efectos del tiro rápido, se decidió abrazar el
primer partido.
"Como lo hemos dicho ya, el ataque á la bayoneta había
sido preparado durante más de media hora cuando la señal del asalto
fue dada. Las tropas formadas en divisiones avanzaron en masa,
y al paso de carrera se dirigieron sobre el enemigo, los tiradores se
agruparon en los intervalos y cargaron conjuntamente con las tropas
cerradas en masa. El enemigo nos recibió con fueRos de fila:
nuestros soldados, en gran número, fueron puestos fuera de combate
mientras que trataban de franquear la distancia de trescientos
pasos que los separaban de la posición enemiga. Se detuvo la carga,
y las cabezcrs de columna hicieron fuego, y en seguida tratamos de
retirarnos á nuestros primeros abrigos.
"Las pérdidas de las 24 compañías asaltantes se elevaron á
4o oficiales y 8oo hombres en menos de cinco minutos, y sin embargo
el enemigo apenas había empleado 4 compañías en la fusilada.
Esta tentativa de ataque á la bayoneta nos costó tantos hombres
como los que el enemigo había empleado para rechazarnos, y
puede calcularse muy bien que cada defensor poco más ó menos
.había puesto un asaltante fuera de combate, aunque las columnas
de ataque ocuparon la zona más peligrosa, que era la dé los c:ien
pasos antes de lle¡ar á la posición enemiga.
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260 BOLETÍN MILITAR
"Aunque las grandes pérdidas se producen siempre en cortos
espacios de tiempo, aun en el caso en que los combates son de larga
duración, los resultados del tiro rápido que acabamos de citar, no
provocan menos la admiración.
"Durante la marcha adelante que se hizo er.1 muy buen orden,
se observó que las pérdidas aumentaban en una progresión
. geométrica, y esta observación se hubiera mantenido si las tropas
hubieran continuado su ataque. La bravura desplegada por los austriacos
en Zames fue digna de todo elogio : sus pérdidas dan fe, y
creemos que ninguna otra brigada hubiera tomado la posición, porque
cualquiera tropa que fuera, pertenezca á tál ó cuál naci6n, y
cuya bravura sea á toda prueba, no posee en efecto sino cierta
dosis de sangre fría y de coraje que tiene un límite determinado,
y pérdidas tan considerables intimidan á los que sobreviven y detienen
todo impulso heroico. En el mundo entero no se encuentra
un ejército que se le pueda llevar adelante hasta perder su último
hombre; la energía moral tiene límites, los cuales no se pasan
jamás sin romperla."
Este ejemplo no es el sólo que nos proporciona la guerra de
Bohemia; sin embargo, después de r 866, distinguidos militares no
consideraban definitivamente resuelta la cuestión de saber si en el
futuro el ataque en masa debía ser desterrado del campo de batalla
por los cañones y los fusiles modernos; y así hemos visto que. á los
franceses en los primeros combates que dieron en I 870 en Wissembourg,
Sarrcbruck y Woerth recurrieron sin éxito á su táctica
favorita: el ataque á la bayoneta.
Hablando de las cargas llevadas por ellos en Sarrcbruck contra
los bosques ocupados por los tiradores prusianos á la derecha
del ejército alemán, un corresponsal del Thimes del 1 I de Agosto
de 1870 se exprf'sa así:
"No hay nada que pueda dar una idea del arrojo y de la bravura
de la infantería francesa; y cualquiera que sea el elogio que se
le rinda en homenaje á esa cualidad heroica, jamás alcanzará á la
altura de su mérito. Hemos visto repetidas veces avanzar los batallones
franceses con una heroica impetuosidad hasta el borde del
bosque, de donde eran constantemente rechazados dejando centenares
de bravos mordiendo el polvo; era un espectáculo lamentable
que duró muchas horas."
( Conti11uará ). _. .. __
LITERATURA
LA BATALLA DE SEDAN
No entra en mi plan hacer la relación técnica de la batalla de Sedán,
á fa que concurrí como espectador, más ó menos expuesto al rcli-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLE1'ÍN MILITAR 261
gro, pero me esforzaré en hacer una relaci6n verídica de lo que vi ó
supe durante la acción, colocado en el st:gundo término de este cuadro
siniestro é inolvidable.
Los fuegos se rompieron al amanecer, en medio ce la neblina, del
lad') de Bazeilles, y de las orillas del Meuse, se extendieron al Sur, y
progresivamente al Este y al Oeste, á medida que los dos ejércitos alemanes
avanzaban en número de 2 30,000 hombres, y efectuaban el gran
movimiento en vol vente que desde la una de la tarde logró cortar al
ejército francés en su retirada hacia Mésicres, la sola posible quizás, si
la disposición adop~ada al principio por el General Ducrot no hubiera
sido cambiada por su sucesor en el mando en jefe.
Desde las seis y media de la mañana los Oficiales de la Casa Militar,
inclusive los caballerizos, aguardaban, rienda en mano, en el patio
de la Subprefectura, para acompañar al Emperador al campo de batalla.
Mientras éste se vestía, Emmanuel d'Harcourt, Capitán de infantería,
Oficial de Ordenes del Duque de Magenta, llegó apresuradamente, se
desmontó en medio de nosotros y pidió ser introducido cerca de Su
Majestad, para darle la noticia de que el Mariscal acababa de ser herido
gra\'emente en la ingle por un casco de obús. Después de haber escuchado,
con los ojos llenos de lágrimas, la noticia de este fatal acontecimiento,
el Emperador aprobó la entreg1 del mando en el General
Ducrot, no obstante que no era el más antiguo de los Jefes de Cuerpo de
Ejército, pero habida consideración de que era el que estaba más al corriente
de los proyectos del Mariscal. Este último no sabía, como tampoco
el Emperador, que el General Wimpfen, llegado la antevíspera de
París para mandar d 5·· Cuerpo del Ejército, era al mismo tiempo
conductor de una comis1ón del General en Jefe, en el caso de que la
vacante viniera á tener lugar. Entregándosela el Ministro de Guerra,
creía aún que el ejército francés conservaría una ventaja de dos días
sobre el tercer ejército alemán, y tendría que combatir sólo al ejército
del Meuse. Cálculo optimista, burlado por las marchas forzadas del
tercer ejército, al cual pertenecía, además, el Cuerpo Bábaro, comprometido
la víspera en Bazeilles. N o se podía, pues, dudar de que los
otros le seguirían de cerca !
Después de haber enviado á uno de sus Ordenanzas el Capitán
Guzmán, cerca del General Ducrot, Napoleón m montó á caballo, y á
la cabeza de su Estado 1\!layor, seguido de un pelotón de guías suministrado
por el Escuadrón de la escolta, se dirigió hacia la puerta que conduce
al camino de Bazeilles. Apenas había dado algunos pasos cuando
se cruzó con el coche en el cual estaba acostado el Mariscal, y se detuvo
para informarse de su estado. El doctor Teófilo Anger, que nos seguía
á pie, tanto como k era posible, se apresuró á ofrecer sus servicios,
y manifestó que no obstante su gravedad, la herida no era mortal.
El Emperador, tranquilo con la relación de su cirujano, continuó
su camino á la vista de los habitantes, quienes desde las ventanas lo mir.
aban pasar silenciosamente. Antes de salir del recinto nos encontramos
con varios prisioneros enemigos, á quienes conducían al lado de nuestros
heridos, casi todos heridos en los brazos ; había uno que caminaba
entre estos últimos, un suavo de alta. estatura, que nos extendió la mu-
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262 BOLETÍN MILITAR
ñeca mutilada exclamando furioso : "Voy á hacerme curar y voh·eré."
Hay palabras y miradas que nunca se olvidan.
Más allá de las fortificaciones Su Majestad puso su caballo al trote,
hasta que llegó á las primeras casas de Balan, en donde los enfermeros
transportaban nuevos heridos. Sostenido por dos soldados de infantería,
aguardaba el coche de la Ambulancia un Jefe de Escuadrón, cuya cara
est~ba tan mutilada que no se distinguían sus !acciones.
-¿Estoy tan desfigurado que no me reconocéis? Me dijo ,cuando
pasé á su lado. Era Octavio Bastard, cuya mejilla había sido destrozada
por una bala.
Al llegar al centro del pueblo el Emperador tomó por una calle en
descubierto del lado del Mosella, y avanzando sobre un montecillo de
donde hacían fuego las baterías divisioaarias de infantería de marina, se
detuvo cerca de ellas, no lejos del lugar donde había sido herido el Mariscal.
Cuando los artilleros que estaban á la c~palda del Emperador reconocieron
á éste impasible, lo saludaron con vivas ; los últimos que
debía oír!
Viéndole de lejos el General Vassoigne, avanzó un instante para
darle á COJlOCer la maniobra prescrit~ por el General Ducrot, en lo que
concernía á las divisiones del duodécimo Cuerpo, encargado de luchar
palmo á palmo, batiéndose en retirada en dirección de Mézieres.
Eran más de las ocho de la rnafiana cuando la ligera neblina que
todavía subía de las orillas del río acabó por disiparse. Vimos las alturas
de la orilla izquierda coronadas por una larga línea de baterías alemanas,
establecidas desde Remilly hasta más allá de Wadilincourt. Los
primeros rayos del sol daban sobre nuestros kepis ; nuestro grupo vino á
ser el objetivo de su puntería; el Emperador nos ordenó desfilar detrás
del muro de una fábrica, cerca de la cual permanecía en reserva un
bat:tllón de cazadores, y permaneció voluntariamente expuesto al fuego,
no conservando á su lado si-no á Darvillier, su primer escudero, Corvisart,
su médico, Pajo!, su Ayudante de Campo de servicio, y Hendencourt,
su Oficial 'de Orderres, muerto á su lado.
El General Pajol, en la relación que hace de la batalla de Sedán,
dice : "que Su Majestad se dirigió sobre un punto culminante, donde
estaban colocadas las baterías de reserva, al mando de Sainte-Aulaire, y
p::rmaneció más de una hora en esta posición, en medio de una lluvia
de balas enemigas, ocupado en seguir los movimientos por brigadas, conforme
á las órdenes del General Ducrot ; el General Lebrun comenzaba
á hacer ejecutar á las di visiones de su Cuerpo de ejército un combate
decisivo, bien sostenido y hábilmente conducido."
Informarlo por la vuelta del Capitán Guzmán, del cambio que
había tenido lugar en el mando en Jefe, inesperadamente reclamado por
el General Wimpfen, puesto al corriente de la contr~orden dada por
éste á la maniobra del General Ducrot, y del objetivo de Carignan,
sustituído al de Mézieres, el Emperador comprendió que toda esperanza
de salvacíón estaba en lo sucesivo perdida. Pero no pudiendo intervenir
sin ser acusado de perjudicar la acción de sus Generales, y no queriendo
tampoco, aun cuando privado de toda iniciativa, abandonar el
terreno, en tanto que sus fuerzas le permitiesen permanecer en él, re•
olvi6 dirigirse más hacia el norte, á las posiciones que defendían las
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263
tropas del primer Cuerpo. Fuimos entonces llamados cerca de él, y
después de un galopar frenético, · en medio del silbido de las balas y de
los cascos de obús que llovían en el suelo, alcanzamos al Emperador en
el camino de Givonne, donde el General Wimpfcn le hablaba con
exaltación respecto de las tropas bávaras y sajonas.
-Que Vuestra Majestad no se alarme; dentro de dos horas los habré
arrojado en el Meuse.
Extraña ilusión de un valeroso soldado, en quien la presunción
igualaba al valor;· de un General en Jefe que no considera sino una faz
del campo de batalla, sin preocuparse bastante de las masas enormes que
avanzaran á su retaguardia de la isla de Iges.
Lejos de participar de su confianza, Napoleón no dudaba ya de la
suerte fatal reservada á este desgraciado ejército, comprometido y sostenido
á su pesar en una aventura en que la injusticia humana no debía
de atribuírle la responsabilidad. Permaneció de este modo más de tres
cuartos de hora buscando la muerte bajo el fuego cruzado de la metralla.
Llevaba más de cinco horas d'e exponerse al pelig .. , cuando el infortunado
Soberano, sintiéndose presa de los sufrimientos que agravaban
su permanencia á caballo, se vio obligado por dos veces á desmontarse
para obtener algunos mii1utos de descanso, y tuvo bastante energía para
hacerse montar de nuevo.
Hacia las once y media, no pudiendo sostenerse más, se resignó á
volver á la ciudad, cuyas cercanías estaiJ;Jn atestadas de coches abandonados
de sus conductores, cureñas rotas, ~ldados desalentados que buscaban
ilusorio abrigo en los fosos donde la artillería adversa no ocasionaba
menos destrozos. Antes de bajar el puente levadizo, el General
Courson y el Capitán Trécesson eran gravemente heridos á espaldas de
Su Maj l •ad.
- Más allá de la puerta un casco de obús hirió á mi caballo en una
pata, otro alcanzó en el costado al caballo de Canisy, un tercero destrozó,
á nuestro lado, el brazo de una desgraciada mujer que estaba de pie
en el umbral de su casa.
En la plaza t.~ Turena, sobre el puente, lugares descubiertos, los
proyectiles comenzaban á caer, cuando el Estado Mayor Imperial pas6
en dirección á la Subprefectura. Sobre el puente, encontrando á Stoffel
y al Teniente Paul de Warn, que salían de donde el Mariscal, cerca
del e ual se dirigía el Emperador, se detuvo algunos momentos para preguntarles
por su salud. A las primeras palabras que les dirigió, un obús
cayó á algunos pasos de su caballo, levantando una nube de polvo. Si no
hubiera interrumpido su camino, habría sido derribado.
¡Qué contraste en este momento entre los destinos de estos dos
Monarcas, en presencia uno del otro! De un lado, Napoleón m, anonadado,
encorvado bajo el peso de la derrota, arriesg_~ndo su vida á cada
paso como el más oscuro de sus soldados; del otro, Guillermo i, fuera
de peligro en las alturas de Frénois, asistiendo, como en apoteosis, á la
agonía del Imperio francés, sobre las ruinas del cual el Imperio de Alemania
iba pronto á levantarse á costa del otro.
Esta agonía de un ejército y de un régimen no debía sobrevivir á
su pérdida; duró _todavía cinc:o horas en medio de actos heroicos que
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264 BOLETÍN MILITAR
nuestros de$cendientes, en tanto que haya una Francia unida y palpitante,
conservarán piadosamente el recuerdo, inseparable de los lugares
y de los nombres que van unidos á él.
En Bazeilles, el epi5odio de los últimos cartuchos quemados por el
Capitán Aubert y el Comandante Lambert.
En el Calvario de Illy, la gloriosa carga de la División Margueritte,
conducida al caer mortalmente herido éste por el General Galliffet.
En Caza], la audaz empresa de abrirse paso, hecha por el Comandante
Alincourt con un escuadrón del I . 0 de Coraceros.
En Balan, en fin, la suprema tcntati va para abrirse paso, hecha en
honor del ejército por los Generales Wimpfen y Lebrun, á la cabeza de
los restos valerosos del duodécimo cuerpo.
¡Y cuántos otros hechos llenos de abnegación y de valor, cuyos
modestos autores han quedado ignorados!
Concluirá
EN E1 EJERCITO
CONDUCTA DE OFICIALES
3.• Brigada.-Se distinguieron por su buena conducta durante
el mes de Octubre los señores oficiales:
Batallón Sucre número 7.0 -Sargcnto Mayor graduado Cecilio
Zamudio; Capitanes Aurelial)o Mora y Olegario Manrique; Tenientes
Maximino Rivera y Emiliano Camargo; Subtenientes
Isaac V anegas, Daniel Abella, Jesús Zambrano y Román Castillo.
Batallón Granaderos número 8. 0 -Sargento Mayor Rafael
Ves~a; Capitanes Leonidas S. Buendía y Clemente Arias; Tenientes
Juan E. Méndez, Pantaleón Reyes, Faustino Ballesteros,
Francisco Durán y Pablo J. Monroy; Subtenientes Elías Macharaviaya,
Manuel A. Bernal, Manuel A. López y Guillermo
Gamba.
El Poder Ejecutivo, por Decreto de fecha 2 del presente,
dictó las siguientes providencias :
Aceptó al Coronel Luis María Terán la renuncia que hizo,
con el carácter de irrevocable, del puesto de Edecán del Presidente
de la República.
Reconoció á los señores Rafael Navarro R. y Manuel Anzoátegui
los empleos de Teniente efectivo y Subteniente, respectivamente,
que les fueron conferidos por el Jefe Civil y Militar del
Departamento de Bolívar en la guerra de 1895.
Reconoció al señor Enrique A. de Castro el empleo de Subteniente
con que prestó sus servicios al Gobierno en la misma
guerra, abonándole la antigüedad de 30 de Enero de 189 5·
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Tutela T55007 de 2007
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 55
Acciones de tutela instauradas separadamente por Maria Elisa Castro de Moreno y otros contra el Banco Granahorrar y la Superintendencia Bancaria
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Tutela T55003 de 2003
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 60
Accion de tutela instaurada por Maria Francisca Pealoza Cantillo en representacion de Maria Avila Pealoza y Jose Rafael Avila Pealoza Contra la Gobernacion del AtlanticoProcedencia Juzgado 2 Penal del Circuito de Barranquilla
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Tutela T55001 de 2001
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 50
Accion de tutela en contra de la Alcaldia Mayor de Bogota la Secretaria de Salud de Bogota y la Subred Integrada de Servicios de Salud Norte ESE con el proposito de obtener el amparo de sus derechos fundamentales a la estabilidad laboral reforzada l
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Tutela T 54 de 2022
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 93
Amparo de su derecho fundamental al debido proceso que se ordene la revocatoria de la mocion de censura y se disponga el reintegro como secretario de Educacion
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Tutela T 54 de 2021
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Tutela T 54 de 2020
Accion de tutela en contra de la Secretaria Distrital de Salud de Bogota la Subred Integrada de Servicios de Salud Norte ESE Hospital Simon Bolivar y la Unidad Administrativa Especial Migracion Colombia Lo anterior a efectos de que bajo el amparo de
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Tutela T 549 de 2023
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 81
ANO li Bogotá, Enero I o de I 899 NUM. 81
--··---
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO --··---
Fundador, ALEJANDRO POSADA
Son cotaboraaores natos ae este periódico todos los Jetes y Ojicialts dtl
Ejército de la República
CIRCULAR
DEL SEROR MINlSIRO DE GUERRA
,
República de Colombia- Ministtrio de Guerra-Sección I .a
Número . .. - -Bogotá, 9 de Enero dt 1 899
Señ.or •••.....••...•••.
Tengo el honor de participar á usted que hoy n1e he
encargado, en propiedad, del Despacho de Guerra, en virtud
del nombramiento que tuvo á bien hacer en mí el
Excelentísimo Señor Presidente de la República.
Soy de usted atento servidor,
JORGE HOLGUIN
ALOCUCION
DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
Colombianos :
Siguiendo el ejemplo de mis predecesores en el Gobierno,
os saludo de la manera más cordial, hoy que principia un
~ño nuevo. En cumplimiento de lo dispuesto en la Ley I 28
de 1888, en este día se dará en todos los pueblos de la Nación
un testimonio público de amor y agradecimiento al
TODOPODEROso por los beneficios recibidos, y se impetra-
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BOLETiN MILITAR
rán sus divinos auxilios para el año que va á comenzar;
y cuando esto sucede, yo, como encargado del Poder Ejecutivo,
por el querer de los electores de la ·Nación, debo
hacer por mi parte, como en efecto hago, fervientes votos
por el bienestar y el engrandecin1iento de ella, con razón
tanto mayor cuanto por ley expedida en el año anterior,
que para honra mía fue la primera que me tocó sancionar
y mandar ejecutar, la B.epú blica rindió homenaje á J ESUCIUSTO
y ordenó se le erigiera un n1onun1ento con1o símbolo
de la gratitud nacional. U na República creyente, como
la nuéstra, que así se pone bajo la protección divina, la obtendrá
sin duda, porque Dios es todo an1or para los hombre•
y en especial para los que Jo invocan y lo acatan. Tengamos,
pues, fe en que contaremos con su amparo.
De agitación han sido los dos últimos años, con motivo
de las elecciones para Presidente y Vicepre~idente de la
República, iniciadas prematuramente y acaloradas en sumo
grado, y de la inauguración del nuevo Gobierno, hasta el
punto de pretenderse, sin motivo alguno, que yo no tomara
posesión de la Presidencia de la República, desconociéndose
así el principio de autoridad, tan respetado en todas
partes; pero por fortuna se advirtió que eso, sobre ser impracticable,
no sería consentido por la Nación, enemiga de
los Gobiernos de hecho, y la calma se ha restablecido y la
paz impera en toda Ja República. Conservarla es mi n1ayor
empeño, porque es bajo su sombra benéfica como la República
puede alcanzar el alto grado de prosperidad á que está
llamada; y como tál es también el deseo de la generalidad
de los colombianos, no dudo ni por un momento que ellos
me ayudarán á conseguir tan feliz resultado.
Ocasión he tenido antes de manifestar, y ahora repito,
que gobernaré con todos los elementos sanos que hay en
la Nación, porque yo no soy Jefe de un partido ó de una
fracción cualquiera, sino de toda ella. Llatnaré, en consecuencia,
á los puestos públicos, á los que juzge dignos de ocuparlos,
con1o lo he hecho hasta ahora en los pocos que me ha
tocado elegir, teniendo para ello únican1ente en cuenta
que son colombianos y que por sus aptitude~, por su patriotismo,
por su honradez y por su amor á las Instituciones,
tienen derecho á tomar parte en el Gobierno y ser de éste
auxiliares eficaces.
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BOLE'l'ÍK MILITAR 347
Por lo que á mí toca, llamado como he sido por el
voto popular á ejercer d Poder Ejecutivo, deber mío será,
para corresponder á tal confianza, garantizar todo legítimo
derecho y consagrar todos mis esfuerzos al bien de la comunidad.
Todo lo que de eso se aparte, es ajeno de mi carácter
y de n1i acendrado amor á la justicia; pero no basta
nlÍ buena voluntad si para ponerla en práctica no se me
presta ayuda. Deber es éste de todos los colon1bianos bien
intencionados, y no dudo, como he dicho ya, que lo
cumplirán con decisión y con lealtad; pero lo es particularmente
de la prensa, por estar llamada á promover cuanto
pueda convenir al procomunal, á aclarar todas las cuestiones
de interés público, á indicar cuanto, según su sano
criterio, convenga á la Nación, y á velar por la fiel observancia
de la Constitución y de las leyes. Su n1isión es, por
lo tanto, sublin1e y civilizadora; pero dejará de serlo si, olvidando
su objeto, se propone anarquizar el país y desprestigiar
la autoridad, como no pocas veces acontece. La
intolerancia, Ja intransigencia, el apasionamiento y cuanto
tienda á entrabar la acción del Gobierno y hacerle una
oposición sisten1ática é inmotivada, son factores inaceptables
en los escritores públicos. Si razón hubiere para censurar
los actos de aquél, háganlo enhorabuena, como en otra
vez lo dije, pero sin ofender ni irrespetar á los censurados,
para no faltar á la máxima de que "lo cortés no quita lo
valiente." Así es como creo que deben con1portarse los periodistas
y cuantos escriben para el público; y ~i tal hacen
y se interesan realmente por la marcha regular de la Nación
y su progreso, sus escritos serán de grande alcance y de
muy feliz éxito.
CoMPATRIOTAS: Una vez n1ás os llamo á la unión y
á la concordia: olvidemos las rencillas pasadas,--de que
no hemos derivado n1ás que intrctnquilidad y desprecio,-y
volvan1os los ojos á la Patria, á la cual nos debemos por
entero: sirvámosla con desinterés, como verdaderos hijos
de ella, y cooperemos todos á que sea dichosa, no sólo en el
año que principia, sino en los venideros. Ese es mi anhelo,
y no dudo que será tan1bién el vuéstro!
Amapoin1a, Enero 1.0 de I 899.
MANUEL A. SANCLEMENTE
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348 BOLETÍN MILITAR
NOTA
DEL SUBSECRETARIO DE GUERRA, ENCARGADO DEL DESPACHO, DJRIC.IDA AL
GiNERAL, JEF~ Dl ESTADO MAYOR GENBRAL DEL EJERCITO, PARA SALUDAR AL
EJERCITO
República de Colombia.-Ministerio de Guerra.-Sección 1. •
Número ... -Bogotá, 3 r de Diciembre de I 898
Señor General, Jefe del Estado Mayor GeneraL-Presente
En ausencia del seiior Ministro titular, cúmpleme,
como encargado del Despacho, dar al Ejército nacional, á
· nombre del Gobierno, por vuestro n1uy respetable conducto,
un n1erecido testimonio de satisfacción y agradecimiento
por los oportunos y constantes servicios que han
prestado todos los miembros de la Fuerza pública en el
año que ya expira.
La conducta ejemplar que han observado dentro y
fuera del Cuartel ; la abnegación con que vienen soportando
las rudas fatigas del servicio; su firme adhesión á
las instituciones públicas; su sujeción á severa disciplina,
y, sobre t0do, lo que n1ás resalta, comparando la moralidad
n1ilitar de hoy con la de los tiempos no há n1ucho
transcurridos; el estricto respeto á las garantías individuales
y á la propiedad privada, tánto, que en todo el año no
se ha incurrido en trasgresión alguna,-son méritos que
le dan á todo el Cuerpo militar levantado carácter y elevado
puesto en el can1po del progreso moral, y que lo hacen
acreedor á las consideraciones del Gobierno y de la sociedad.
El Excelentí5imo Señor Presidente de la República
se promete que el Ejército, en vez de dar n1otivo para desvirtuar
el buen concepto que ha alcanzado, se esforzará
cada día más por acrecentarlo, á fin de asegurar, por este
lado de la Administración, la paz, sin cuya estabilidad la
Patria no podrá continuar, con paso cierto, su marcha á
prósperos destinos.
El Gobierno también tomará mayor empeño por hacer
menos penosa la condición del soldado, ahorrándole
fatigas cuanto sea posible; dándole alojamiento sano; procurando
no haya atrasos en el pago de los haberes ni en la
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DOLETiN MILITAR 349
provisión de vestidos; teniendo especial cuidado de que
sea afable el trato de los superiores, y, en fin, impidiendo
se apliquen otros castigos que aquellos absolutamente indispensables
para conservar la disciplina y la moralidad,
sin que depriman el carácter militar.
Si bien es grande el éxito que la Fuerza pública ha
alcanzado ya en su misión con1o esencial factor del orden,
aún le queda por realizar otra tendencia no menos interesante,
que consiste en in1pulsar, con su constante buen
ejemplo, el progreso de las masas populares qu~ se hallan
á menor altura.
A los Jefes, Oficiales y soldados que, con ánimo valiente,
se encuentran firn1es en el puesto que sus deberes
les señalan, alejados del an1or de sus hogares por el sublih1e
amor de la Patria, ella les recompensará su servicio y
virtudes, si no es premio bastante la fruición íntima que
proporciona el cumplimiento del deber, sobre todo del deber
que la Patria reclan1a.
Hago votos por que alleguen nuevos timbres honrosos
los ruiembros del Ejército, y les presento, con motivo
del año que llega, un respetuoso saludo.
Os uplico hagáis insertar esta nota en la Orden General
del Ejército.
Soy vuestro atento servidor,
El Subsecretario, encargado del Despacho,
CLIMACO LOSADA
República de Colombia-Ministerio de Guerra- ~Or el cumplimiento fiel de sus deberes. El
buen sentido se impone sobre las pasiones callejeras, y el espíritu de
ciudadanía preside y fomenta nuestros propósitos. La auroridad es el
símbolo que da fuerza mayor á la sociedad, y por eso debemos rodearla
de prestigio, respetarla y secundar sus actos.
La misión del ejército es, pues, en la época presente, una misión
altamente civilizadora, como que le toca velar por la regularidad del
orden, por el respeto á la ley, por la normalidad de las funciones de
todos los Poderes. El soldado debe tener el convencimiento de la importancia
de su papel, para procurar acrecentar sus conocimientos,
redoblar sus esfuerzos en mejora del servicio, perfeccionarse en la disciplina,
y tratar de engrandecerse siempre con el respeto á sus superiores.
La jerarquía militar es algo que despierta en todos admiración,
por lo mismo que los puestos superiores sólo se alcanzan mediante
el mérito, por el valor, por la lealtad, y muchas veces también por el
heroísmo y por el arrojo.
Amemos el pabellón tricolor que representa las glorias de la República;
á su sombra benéfica podremos buscar el engrandecimiento ;
respetándolo, sabremos cumplir hidalgamente nuestros deberes.
LITERATURA -- RECUERDOS Y RELACIONES MILITARES
PEREGRINACIÓN MILITAR Á JERUSALÉN, POR ERNESTO LOUET
(e ontinúa del número 8o ).
Recorremos las sinuosidades de la bahía de Caifa, cuya arena
aparece cubierta de esponjas y de despojos de navíos hacinados allí
púr las furiosas tempestades de Oriente, cuya devastación no puede
SANCO 'DE LA REPUBUCA
BmlJOTECA lUIS . ANGEl ARANGO
HEMEROTECA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
352 DOLETÍN MIL IT Alt
contenerse de ningún modo. Contámos hasta diez y ocho buques
perdidos de este modo en aquel punto, en donde se les creería al
abrigo de los vientos; pero la bahía de Caifa, como la de San Jorge,
cerca de Beyrouth, no es sino una ensenada en donde los vientos
del Este y del Sur tienen menos empuje, pero no por esto es
menos terrible la impetuosidad del mar.
La ciudad, construída al pie de la cordillera del Carmelo, cerca
de Narhmolcatta, el Cison de la Santa Escritura, es muy antigua
y muy sucia. U na torre cuadrada, habitada por algunos soldados
turcos, es hoy el último vestigio de la importanci.t que tenía cuando
Godofredo de Bouillon la dio á Tancredo: hoy no es conocida
sino por su rada, á donde vienen á hacer escala los paquebotes del
Mediterráneo, cuando el mal tiempo no les permite tocar en Jafa.
Hay que atravesar á Caifa para llegar al monasterio del Carmelo,
lo que aprovechámos para visitar al Vicecónsul de Francia,
señor Aumán; esto nos da un reposo de algunos instantes á la sombra
de nuestro pabellón tricolor, cuya sola vista inspira fuerzas al viajero.
Del otro lado de Caifa, nos internámos en un camino vertical,
labrado en escalera en los flancos de la roca, y después de un cuarto
de hora de subida, llegámos al convento, que puede llamarse la fortaleza
del Cristianismo, pues está construído de manera de poder
sostener un sitio de varios meses contra los musulmanes.
La plataforma sobre la cual se levanta tiene una altura de 582
pies sobre el nivel del mar; está encerrado dentro de un muro de
un metro de espesor. Desde que hemos atravesado el umbral de este
vasto dominio, divisamos todo el convento, y uno se detiene involuntariamente
para contemplar sus imponentes proporciones. Aquél
es un vasto cuadro de edificios cuya cúpula aparece sola dominando
los terraplenes. El conjunto es nuevo y data de 1853; fue uno
de los Hermanos de la Santa Yirgen del Monte Carmelo el arquitecto
que dirigió la obra, y los fondos los suministró Europa.
Abdallah-pachá, Gobernador de San Juan de Acre, destruyó
en 1821 la Iglesia y el convento del Monte Carmelo, y empleó los
materiales en construírse un palacio de estío, alegando por pretexto
que semejante posición extratégica debía estar ocupada por
el Gobierno. El hermano ] uan Bautista de Frascati acudió á
Europa á defender la causa de los religiosos de su orden, y obtuvo
desde luego que la Puerta Otomana, por intenncdiación de Francia,
restableciese á los Carmelitas en sus derechos y que pudiesen
volver á levantar su convento; pero no s~ contentó con esto sino
que abogó en todas las Cortes y ante todos los grandes, y reunió
socorros en Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Italia; una
suma poco más ó menos de un millón doscientos mil francos.
Fue entonces cuando abordando la realización de su obra, el artista
se reveló entre los religiosos; dibujó él mismo los planos,
formó obreros y dirigió sus trabajos. Reconstruído el convento,
el hermano] uan Bautista compró el palacio que A bdallah-pachá
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETfN MILITAR 353
no osaba habitar más, é hizo de él el hospicio de los Levatinos, de
modo de poder dar abrigo á todos los que viniesen á pedirle hospitalidad.
El Oriente no tiene posada~ ni hoteles, y los conventos
son las etapas señaladas de los peregrinos; por esto se les quiere
aun antes de saber la acogida cordial que allí le dispensan á uno.
Vino á recibirnos al diván un hermano que hablaba fi·ancés,
y que nos sirvió todos los refrescos deseables, y abrió en seguida
seis cuartos en donde las camas, preparadas con todo el confort
europeo, parecían esperarnos. El superior llegó bien pronto después
y quiso hacernos él mismo los honores del monasterio: durante
media hora nos pa.5eamos de piso en piso, de corredor en corredor,
admirando por dondequiera el orden y Ja limpieza que reinan allí.
En el terrado superior permanecimos largo tiempo para contemplar
la inmensidad del mar; el abismo tiene algo que atrae. Encima
de nuestras cabezas flotaban los colores fnnceses, y supusimos
desde luego que habían sido izados excepcionalmente en honor
nuéstro.
-Ellas son las que nos protegen en todo tiempo, nos respondió
el buen hermano ; este es el verdadero pabellón de todos
lot conventos de Oriente, y nunca hemos izado otra bandera.
Tal privilegio de nuestros tres colores dio también lugar á
algunos incidentes. En 1857, por ejemplo, el Archiduque Maximiliano
de Austria, que recorría el Oriente, 1legó á Caifa, y deseando
visitar el monasterio del Carmelo, lo mismo que todos los
peregrinos, pidió que arriasen la bandera francesa. El Superior le
hizo saber que se honraría mucho con su visita, pero que ella no le
podía obligar á aparecer ingrato á la protección de Francia, y no
quiso cambiar su bandera. El Príncipe se sintió contrariado, y no
visitó el Carmelo.
Diciembre 16-Tuvimos la fortuna de que nuestra entrada á
Tierra Santa fuese en domingo, lo que era de buen augurio para
el viaje. A las sif'te de la mañana estábamos en pie para oír la misa
que el Superior mismo quiso celebrar. Dispusieron asientos para
nosotros en el coro de la capilla, coloco¡dos en círculo al rededor
del celebrante, de suerte que parecía que nosotros le ayudásemos á
celebrar el divino sacrificio.
A las siete y tres cuartos nos despedimos de los buenos padres,
conmovidos con su afable recibimiento y deseando volver á visitarlos
en tan deliciosa soledad. El Cawas del con vento (especie de
oficial criollo), armado cual un caballero de Ia Edad Media, encabezó
nuestra caravana, y nos guió más allá de Caifa, hasta el
camino que se dirige á Nazaret, entre el Cison y el prolongamiento
del Carmelo, al través de una llanura de imponderable fertilidad,
encuadrada por las montañas cubiertas de árboles de Galilea.
Hacia las tres Ilegároos arriba de Nazaret, construída e~ for-
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354 BOLETÍN MILITAR
m a de embudo, en un pliegue de la cadena de montañas. Aquélla
es la cuna de la religión de doscientos treinta y nueve millones de
cristianos: allí pasó Cristo los primeros treinta años de su vida,
preparándose á los dolorosos misterios de su misión en la tierra, y
no sin indignación nos apercibímos del gran minarete colocado en
aquel punto, en donde nue~tra piadosa curiosidad buscaba la cruz
redentora.
En otro tiempo el Rey San Luis vino del Monte Carmelo
á Jerusalén por el mismo camino '}Ue nosotros acabamos de recorrer:
entró á pie, teniendo un cilicio pegado al cuerpo; y oyó la
misa con gran devoción, según dice su historiador Godofredo de
Beaulieu. La entrada nuéstra fue menos solemne; echamos pie á
tierra delante de la Casa Nuova, casita pequeña que los Padres
Franciscanos han destinado para los peregrinos, y que está situada
al lado mismo de su convento, el que, con estas construcciones,
rodea el santuario de la Anunciación. Cinco minutos después atravesábamos
el patio del convento, orgullosos con poder consagrar
nuestra primera visita á los santos lugares que nos atraían.
La iglesia, reconstruí da muchas veces sobre la gruta de la
Anunciación, ocupa precisamente el sitio del primer templo que
se levantG en el siglo IV, por orden de Santa Elena, para encerrar
la casa de la Virgen, transportada milagrosamente á Dalmacia,
después á Loreto en 1291. La nave pequeña á donde primero se
entra, parece no ser sino un vestíbulo desde el cual parten una
ancha escalera de diez y siete escalones de mármol blanco, que
conduce á la capilla subterránea de la gruta, y dos escaleras más,
de las mismas dimensiones, que suben al coro, éste rodeado de una
alta reja, ricamente dorada, y que comunica por detrás el altar mayor
con el convento.
Instintivamente bajámos primero á la gruta. Al pie de las
escaleras se encuentran dos altares consagrados á San José y á Santa
Ana, á derecha é izquierda del cuarto tallado en la roca en don·
de la tradición refiere el misterio de la Encarnación. Un altar de
mármol blanco forma el fondo, y bajo la tablilla del altar, sostenida
por cuatro columnitas de mármol, están colgadas siete lámparas,
cuya luz, mantenida día y noche, permite leer sobre el mármol
blanco que cubre el suelo, estas sencillas palabras: 17erbum caro hic
factum est. (Aquí se hizo el Verbo carne).
Encima del altar un cuadro representa la Santa Familia, con
esta inscripción: Hic erat subditus illis (aquí le estaban sometidos).
U na columna de granito antiguo, colocada á la derecha del altar,
indica el lugar en donde el Angel se apareció á la Madre Divina,
y otra columna, á la izquierda del altar, pero más cerca de la entrada,
y colocada casi diagonalmente á la primera, señala el sitio
en que permaneció la Virgen cuando respondió: "Hé aquí la
Sierva. del Señor." Esta segunda columna está rota por mitad, y
la parte superior, sostenida del techo por fuertes barras de hierro,
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:BOLETÍN MILI'l'AR 355
sirve de pechina. Se cuenta que fueron los musulmanes quienes la
rompieron cuando saquearon la antigua iglesia, después de la toma
de Nazaret. Les habían hecho creer que esa columna estaba llena
de oro, y quisieron cerciorarse. ¿Cuánto tiempo permanecimos
allí, mudos, en presencia de diez y ocho siglos que nos separaban
del milagro de la Encarnación? No sabría decirlo; cuando el alma
se dilata, á impulsos de intensa emoción, es casi un deber dejarla
que saborée un sentimiento inolvidable. El Padre que nos servía
de guía comprendió nuestra emoción y suspendió el relato que
nos hacía, hasta que continuamos la marcha. Detrás del altar hay
otro cuarto tallado en la roca, que también hacía parte, sebún
Focas, de )a casa de la Santa Virgen, y debió de ser el que con
especialidad habitó el Salvador. Desprendímos de estas paredes algunas
partículas de piedra que enriquecen ahora nuestro museo de
recuerdos de Tierra Santa.
Algo hay en los lugares de la Tierra Santa que produce al
corazón cristiano una satisfacción que no encontrará en otra parte:
por Jo demás, estos sitios se conservan muy bien, y la piedad de los
peregrinos los ha enriquecido con un lujo que agrada mucho. Las
paredes están cubiertas de telas rojas, y el coro de la iglesia guarnecido
de esculturas de madera, arañas de cristal y varios buenos
cuadros. Todas las artes parecen haber pedido al santuario de Nazaret
la consagración de su grandeza adornándolo con sus atributos.
Por la sacristía entramos al primer piso del convento, en donde
reinan la calma y el orden más completos. Cada celda tiene su
número, y sobre la puerta el nombre de su inquilino; una sola no
tiene nombre, el 29, la última á la izquierda, en la extremidad del
corredor del este; pero una inscripción francesa, colocada encima
de la puerta, descubre el recuerdo que encierra:
"Celda honrada con la presencia del General Bonaparte en
1 799·" .
Nada se ha cambiado de los muebles desde la campaña de
Egipto: una cama de monje, con una mesita y tres sillas, tal es el
mobiliario con que se conformó aquel que por entonces prete-ndía
ya la conquista de Europa.
- Por todas partes, a nuestro paso, nuestros uniformes llamaban
la atención de las gentes, y se formaban en hilera, por decirlo así,
para vernos, lo que nos dio la ventaja de poder examinar de cerca
la población de Nazaret, cuyas mujeres son tan mentadas por su
belleza. Cierto que no es una fama vana: ellas tienen tipo especial
entre todas las de Palestina; ojos de expresión notable, facciones
bien hechas, correctas; y el cuerno tradicional, que no han
abandonado nunca, es para su cara un marco que le da mucho valor;
este cuerno, que ya hemos encontrado en otras partes, tiene aquí
un adorno especial, está cubierto de economías (palabra que aplican
para designar las piezas pequeñas de plata). Puede una mujer Ile-
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356 BOLETÍN MILITAR
gar á encontrarse en la miseria, pero nunca consentirá en vender
su peinado para hacerse á dinero; no lo abandona nunca; en aquello
finca su honor.
A las seis de la tarde, los padres nos esperaban en la Casa
Nuova, para obsequrarnos con una comida que hicieron tan suntuosa
cuanto les fue posible. En esa época del año el país no produce
ni frutas, ni legumbres ; preciso era que nos contentásemos
con seis platos de pollo, sazonados de diferentes maneras : fueron
ofrecidos con tan buena voluntad, que todo nos agradó.
17 de Diciembre-A las siete y tres cuartos partímos para el
monte Tabor; las mulas nos llevan la delantera, conduciendo lo
que compondrá nuestro almuerzo. El Tabor no queda precisamente
sobre el camino que conduce de Nazaret á Jerusalén; hay
que dar una vuelta como de dos horas, la que no nos costará sino
un poco de fatiga, bien compensada con los recuerdos. A las nueve
y media llegamos al pie de la montaña de la Transfiguración ; á
las diez y media hemos trepado la cumbre, un camino trazado al
través de rocas verticales, pero cuyas asperezas se ocultan entre
encinas silvestres y bosq uecitos de flores gratas; todos nosotros
conservamos algunas de éstas entre las hojas de algún libro ó en el
portamonedas. Allí, en donde creíamos no encontrar sino un sitio
insuficiente para el almuerzo de seis personas, descubrímos una
magnífica plataforma, cuya extremidad norte muestra todada los
últimos vestigios de una ciudadela romana, y un pequeño convento
griego hoy día abandonado.
Frecuentemente se ha tratado de indagar de qué lado preciso
de la montaña tuvo lugar la Transfiguración, y Lamartine, en presencia
de esas ruinas que llaman romanas, no ha querido admitir que
se verificase sobre el Tabor : argumento fácil de destruír porque
los romanos no llegaron á ese ?aÍs sino con V espasiano, hacia el
año 69 después de Jesucristo, y su recinto fortificado se levantó
quizás en el sitio mismo que fue el primer testigo de la gloria del
Salvador. Adoptemos la tradición que coloca aquí la Transfiguración:
la fe rechaza con horror la duda que pudiera mezclarse á
sus recuerdos. Los católicos de Nazaret vienen aquí en peregrinación
cada año, el día en que se celebra la Transfiguración, y uno
de los padres de la Tierra Santa celebra la misa hacia la parte sudeste
de la llanura, desde donde la vista abarca de un solo golpe
toda la llanura de Esdrelón, las montañas de Gelboé, el monte
Hermón y la cadena del Carmelo, el más bello conjunto que uno
pueda imaginar. Allí permanecímos una hora en contemplación
ante esos reflejos de un pasado divino.
A medio día bajámos al Sur, hacia Dejennim, atravesando la
parte de la llanura faz por la cual no ha sido considerado
todavía.
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358 BOLETÍN MILITAR
En las democracias antiguas se hacían las leyes, se elegían
los magistrados y se decretaba h. paz ó la guerra en las juntas populares;
los oradores eran, por decirlo así, los árbitros de la suerte
de la República, y la elocuencia deliberativa alcanzó entonces e.
más alto grado de perfección. Las modificaciones y cambios introducidos
después en la forma de gobierno, la limitaron á las asambleas
ó cámaras representativas; y el cambio de auditorio templó
su vehemencia primitiva, pues no era lo mismo perorar al p<1eblo
reunido en la plaza en Atenas ó en Roma, que hablar delante de
poco~ oyentes en un Congreso. En los tiempos modernos queda
como ejemplo O'Connell arengando al pueblo irlandés, tanto por lo
numeroso del concurso como por la magnanimidad del orador y la
importancia suma del asunto. La antigua clasificación de la elocuencia
en los tres géneros deliberativo, demostrativo y judicial,
pareció insuficiente en nuestro tiempo, y la crítica hizo un género
aparte de la elocuencia militar, en la cual no sólo es justo colocar
las alocuciones y proclamas, sino también toda expresión según el
h•gar y las circunstancias en que se profiera.
Tal género no se ·ajusta á las estrechas reglas que rigen en
las composiciones de otro orden; cosa natural, porque siendo la
escena y el auditorio diferentes, diferentes deben ser también los
pensamientos, el lenguaje, la acción. El orador militar necesita
una palabra de fuego que caiga rápida é inflame instantáneamente
Jos corazones del pueblo ó del ejército para inclinarlo á tomar
alguna suprema resolución ó á empujarlo á la muerte ó á la vicria.
No en el recinto estrecho de la sala de un Parlamento ni en
las bóvedas ,de un templo debe resonar esa voz, sino en el campo,
al aire libre, bajo el palio espléndido del firmamento: el orador
militar habla no en la tribuna sino al pie de las banderas que sacude
el viento, delante de los tupidos batallones, cuyas armas
brillan al sol; enfrente, no lejos del enemigo, en cuyo campo se
mezcla con el ronco redoble del atambor guerrero, el relinchar
de los caballos impacientes y el agrio són del clarín que manda
el combate. Allí todo debe ser rápido, animado, vehemente: una
breve exposición, recuerdos de glorias antiguas, grito de venganza
por las derrotas sufridas, voz animadora, llena de convicción
y de esperanza; á veces insulto mordaz lanzado atrevidamente al
enemigo; la promesa de los bienes que ofrece la victoria, y esto,
d~clamado, gritado con acento alto, desgarrador, solemne. De
modo que si hubiera de tomar un-a comparación para ilustrar este
asunto, diría que la elocuencia militar es como las ondas d::: un
mar alborotado por la tormenta, cuyas inmensas moles corren aceleradas
con el soplo del huracán, y llegan al alto promontorio y
allí se rompen con estruendo, y espuman, y borbotan, y hierven;
en tanto que otras especies de elocuencia, en grado mayor ó menor,
se asemejan ó á mansos ríos que corren apacibles, lamiendo
campos tupidos de grana y colmados de flores, ó á lagos tranquilos
en los cuales se pintan las estrellas de un cielo sereno.
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BOLETÍN MILITAn 3159
Esta elocuencia, como eco que es de la paswn en su último
paroxismo, admite la esplendidez del estilo metafórico en su mayor
grado, y tal forma, natural en ella, sería hinchada en arengas de
otra clase: diferencia que no han tenido en cuenta los que tachan
de ampulosos los discursos del Libertador. Quien se halla al frente
del enemigo en el trance de una batalla; quien habla á soldados,
si valientes, rudos por lo común; quien debe aprovechar las circunstancias
del lugar y el momento, mal puede detenerse á buscar
giros y formas que no se atemperan á la situación. Así es como
son naturalísimas estas palabras de Napoleón 1: "Cuarenta siglos
os contemplan de lo alto de esas pirámides"; y las de Bolívar después
de Ayacucho: "¡Soldados colombianos! centenares de victorias
alargan vuestra vida hasta el término del mundo."
(Continuará)
EN EL EJE.RCITO
Se nombró, por decreto de 9 de DiciembLe del afio que terminó,
al doctor Pedro A. Brugcs, médico de la guarnición de Riohacha.
-Se concedió, en la misma fecha, licencia indefinida, al Subteniente
Abelardo Arangurcn, para separarse de la 3·a Compafiía del
Batallón Sucre número 7. 0
-Se llamó al servicio., para reemplazar al Subteniente Aranguren,
al sefior Luis Alejandro Cárdenas.
-Se destinó al Teniente Guillermo Montoya, z. Ayudante del
Batallón N ariño número 4.o, á igual puesto en el Batallón Urdaneta,
número 17.
-Para el puesto que dejó vacante el Teniente Montoya se nombró
al Teniente Aristides Liévano.
-Se reconoció al seti.or Adriano R. Blanco M., en el empleo de
Coronel con que prestó sus servicios al Gobierno en la guerra de 189 5,
y se le abonó la antigüedad de 4 de Agosto del afio citado.
-Se destinó al Capitán Angel María Gómez, que servía en la 5:
Compañía del Batallón Ju11ín á la 5.a Compañía del .Ayacucho en reemplazo
del de igual grado Manuel D. Hurtado R.
-El Capitán Manuel D. Hurtado R. pasó á la s.a Compañía del
Batallón J unín.
-Se reconoció al señor Luis F. Pasos en el empleo de Capitán
con que prestó sus servicios al Gobierno en la última guerra, llamándole
al servicio activo y destinándole á la 5~ Compafiía del Batallón
Bomboná, creada por Decreto de 24 de Noviembre (1898).
-Se llamó al servicio al Teniente Rufino Bulla, y á los Subtenientes
Carlos Riascos Plata y Juan Antonio Burgos y se les destinó á
la s.a Compañía del Batallón Bomboná.
-Se concedió licencia al General Ramón Gonz'ález Valencia
(con fecha 10 de Diciembre), para separarse, por causa de enfermedad,
del mando de la 3~ División, por sesenta días renunciables.
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360 BOLE'l'ÍN MILl'.rAR
-Se encargó del mando accidental de la 3.• División al General
Julio C. Upegui, Inspector de ella.
-Se concedió licencia indefinida al Subteniente Jesús N cgret V.
para separarse del puesto de 2.0 Adjunto del Estado Mayor general.
-Se nombró en reemplazo del ~ubteniente Jesús Negret V. al
Teniente Juan Bautista 'N egret.
-Se destinó al Capitán Belisario Villamil, Ayudante Mayor del
Medio Batallón f/ alencey, á la 4.a Compañía del Batallón La Popa, en
reemplazo del Capitán Guillermo Escallón.
-Se nombró 1l Capitán Guillermo Escallón para ocupar el puesto
de Arudante Mayor del Medio Batallón f/ a!encey.
-Se nombró al Capitán J ustiniano Zapata para mandar la 4· a
Compañía del Batallón Nariiio.
-Se nombró al Capitán Heliodoro Pieschacón para la 2.a Compañía
del Batallón Ayacucho.
-Se nombró al Capitán Ricardo Franco, Primer Adjunto del Estado
Mayor de la 3.a Brigada de la 1.• División, para la 4.• Compafifa
del Batallón Sucre.
-Se nombró al Capitán Agustín Jiménez, Primer Adjunto dc:l
Estado Mayor de la 3·• Brigada de la 1.• División.
-Se concedió al Subteniente Reinaldo Escobar, la Jicenc.:ia indefinida
que solicitó para separarse de la 3.n Compañía del Batallón
Rijin.
-Se reconoció al señor T ulio Mendieta, el empleo de Subteniente
con que prestó sus servicios en la última guerra, y se le destinó al Batallón
R ijles, en reemplazo del Subteniente Escobar.
-Se llamó al Subteniente Eleuterio Sánchez (que servía en la 1.•
Compañía del Batallón Tiradores), á prestar sus servicios en la 4· • del
Rij/11.
-Se pasó al Subteniente Francisco Pinzón á la 1.a Compatiía del
Batallón Tiradoru.
-Se nombró al señur Pedro Martínez P., Ayudante del Guardaparque
de Cartagena, encargado especialmente del ramo de Artillería.
-Por decreto de 1 I de Diciembre de T 898, se nombró al Coronel
Luis Morales Berti, Primer Ayudante general del Estado Mayor de la
3.• División.
-Se llamó al servicio activo al Sargento Mayor Ramón Pereira
Chaves y se le destinó á la Comandancia en Jefe del Ejército, corno
segundo Ayudante general en la vaca~te que allí existía.
-Se nombró al Coronel Marcos E. Soto, Jefe del Batallón Uriantta,
en reemplazo del Coronel Alejandro Quintero que fue destinado
al Batallón Cazadorn.
-Se ordenó que el Coronel Pedro Sicard Briceño, Primer Jefe
del Batallón Bárbula, pasara á ocupar el mismo puesto en el Sucrt, en
reemplazo del Coronel Soto.
-Se nombró Jefe del Bárbu!a al Coronel Luis Fernando García.
-Se nombró Jefe del Batallón Nariiio al señor Coronel Antonio
Gómez R. --·....-·--
BOGOTA-lMPRENTA NACIONAL
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Tutela T 549 de 2019
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 79
ANO Il Bogotá, Diciembre 14· de 1898 NUM. 79
--••+----
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO
Director, ALEJANDRO POSADA
Son colaboradores natos de eJte periódico todoJ los Jefes y OjicialeJ tUl
Ejército de fa República
DE LA ARTILLERIA DE CAMPAÑA
EN COMBINACIÓN CON LAS OTRAS ARMAS
(Continuación)
La distancia á que debe estar la segunda posición princtpal
del enemigo depende de varias circunstancias; si la caballería
envuelve las dos alas á la vez, la artillería se encontrará
muy pronto con su frente cubierto, en cuyo caso no
vale la pena de tomar una segunda posición; y para que no
se encuentre mezclada y entorpeddos sus fuegos, deberá tomar
una posición intermedia ; el terreno podrá á veces
exigir tener á la artillería muy lejos, y otras acercarla bastante,
teniendo presente en este caso, que mientras más se
acerquen al enemigo las baterías, más fuertes deben ser en
caballería sus sostenes especiales ; por consiguiente, se distrae
mucha parte de la fuerza que debe atacar el punto
principal ; por regla general, no debe estar á menos de
1 ,ooo metros de la infantería y de 6oo de la caballería,
pues el peligro á que se expone no está en relación con el
mejor efecto que pueda esperar, colocándose á distancias
menores que las dichas; las baterías deben estar siempre á
unos 2 50 á 300 metros á retaguardia ó á sus flancos y
fuera de la esfera de acción del choque de los escuadrones;
esta distancia será tanto n1ás larga cuanto el enemigo deje
aproximarse más á nu_estra caballería.
Al principio del fuego es indispensable regular el tiro
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314 BOLETÍN MILITAR
sobre varios puntos del terreno situados entre nuestra caballería
y la enemiga, puntos por Jos cuales debe pasar ésta.
Si por medio de una maniobra pronta y rápida nuestra
artillería puede cañonear las tropas enemigas con un
fuego oblicuo ó de flanco, no desperdiciará la ocasión de
hacerlo avanzando un poco el ala exterior, siempre que
esté garantida de un ataqu~ brusco de la caballería enemiga.
. Es de todo punto necesario que el jefe de las baterías
sepa con certeza, por medio del comandante en jefe de la
división, el tiempo que tardará aún en dar su ataque principal,
y el n1omento preciso de empezar éste, para poder
sostener el fuego con la rapidez conveniente, y no perder,
en su segunda posición principal, los minutos que tan preciosos
son en casos semejantes.
En el momento del choque de Jos escuadrones todo
el fuego de la artillería se dirigirá contra el del adversario,
si las últimas líneas ó reservas del enemigo no se ven con
claridad, desde la segunda posición principal, ó si no hay
temor de que el ala interior de nuestros escuadrones sea
envuelta. Las baterías no deben perder de vista nunca que
la carga de nuestra caballería puede no tener un éxito satisfactorio,
por consiguiente deben estar dispuestas á proteger
con un fuego vivo y eficaz la retirada de aquélla, y su reorganización
á retaguardia.
La artillería seguirá haciendo fuego desde su última
posición mientras que el polvo ú otras circunstancias no le
impidan ver el objeto principal que tiene que batir, ó si ve
que, de larga distancia, la caballería enemiga se lanza al
ataque sobre la nuéstra, porque entonces el punto de encuentro
de los escuadrones estará más próxin1o á ella, y
por lo tanto sus disparos serán más eficaces. Si la caballería
se traslada al ala interior de la artillería, además de correr
el riesgo de verse n1ezclada en el combate, su frente quedará
cubierto por subdivisiones n1ás ó menos grandes, y le
impedirá por algún tiempo un uso conveniente de sus cañones;
pero si dichas subdivisiones se lanzaran al adversario
por retaguardia de dicha ala, para in1pedirle llevar á
cabo un movimiento envolvente, no obrando absolutamente
n1ás que para protegerla, entonces la artillería tiene libre
· su frente y puede continuar haciendo fuego hasta el último
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BOLETÍN MILITAR 315
mon1ento contra la caballería enemiga, y aun hasta perseguirla
con sus granad as.
En la generalidad de los casos se ha visto que la artillería
á caballo, que no es arrastrada ni está confundida con
la caballería en el combate, se halla enteramente en aptitud
de rechazar ella sola, á pequeñas distancias, los movimientos
envolventes de los escuadrones enemigos contra el ala
interior.
Si la segunda posición principal, por una circunstancia
cualquiera, se ha tomado lejos relativamente del objeto del
ataque, ó cuando por la disposición del terreno se hace difícil
la puntería, ó no se pueden observar bien los disparos,
á causa del poi vo, ó cuando la caballería se precipita por
el ala interior para atacar al enemigo por un flanco, con1o
se ha dicho anteriormente ; y, en general, cuando la artillería
comprenda que por cualquier accidente, sea el que
fuera, ha de tener su fuego suspendido en un período de
tiempo más ó menos largo, pondrá á vanguardia sus arn1ones,
y estará formada en línea, pronta á acudir con rapidez
al punto en que sus fuegos se hagan necesarios en el con1-
bate, en un momento ulterior. Las prin1eras reservas del
enemigo que aparezcan serán los primeros objetos que Ia
artillería batirá en este período del combate, lo n1ismo que
las últimas líneas del adversario, si trasladándose á una
posición ventajosa pueden ser vistas, y no corren riesgo las
baterías de ser envueltas por Ja caballería, ni estorbar sus
movimientos. Si la caballería enemiga tratara de en vol ver
un ala interior de la nuéstra, y la artillería á caballo puede
impedirlo con fuegos de flanco desde una posición n1ás á
vanguardia, se trasladari á ella al escape, desde donde romperá
un fuego muy vivo contra el enemigo, considerando
dicha posición como la segunda principal, y conduciéndose
en un todo en ella como está prescrito, á no ser que por
circunstancias especiales la impidieran permanecer en ella
por mucho tiempo; en cuyo caso volverá á tomar la anteriormente
abandonada, ó un punto intermedio, allí donde
su efecto útil sea el mayor; pero nunca se colocará á retaguardia
de la tercera línea de su caballería, con el objeto
de no perder jamás la ligazón con ella, y poder tomar parte,
con más prontitud, en la persecución, ó de sostener con
más eficacia la retirada en caso necesario.
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316 BOLETÍN MILITAR
Tan pronto como el enenügo inicie ésta, la artillería
avanzará, al aire más vivo que pueda, á vanguardia de una
de las alas de sus escuadrones para tomar una posición ventajosa,
desde la cual contribuya con su fuego á aun1entar
el éxito del ataque, y decida al adversario á. declararse en
abierta retirada ; esta posición debe ser tal, que la caballería
que persigue no sea molestada por sus propios cañones,
y puedan distinguirse perfectamente los amigos de los
enemigos ; si se sabe que el enemigo en su huída ha de
pasar por un desfiladero ó por can1inos de antemano conocidos,
procuren las baterías estar en actitud de enfilar dichas
localidades.
Si por el contrario, nuestra caballería es la que tiene
que emprender la retirada, la artillería juega entonces el
principal papel, y ningún movimiento debe emprenderse
sin su inmediata protección. La!:> baterías se colocarán en
el eje fijo, al rededor del cual la caballer;a opondrá la mayor
resistencia en sus n1ovimientos retrógrados, cubriendo
éstos con un fuego muy vivo, bajo la protección de las
reservas de que aún se disponga, y procurando por todos
los medios posibles coger al enemigo con fuegos oblícuos
y de ílanco; esto favorecerá n1ucho y a y u dará á la reunión
de las tropas dispersas, y aun quizá pueda esto servir para
restablecer el combate, para cuyo efecto los escuadronts
no desperdiciarán la ocasión de tomar la ofensiva en el
momen.to oportuno. Los movin1ientos en retirada se harán
siempre por escalones, á fin de que el fuego de las piezas
nunca se vea interrumpido. En el caso de que en la retirada
haya de pasar un desfiladero ó un obstáculo cualquiera,
la artilJería lo franqueará sucesivamente al aire más
vivo que el terreno y circunstancias lo permitan, y ton1ará
posiciones al otro lado de él, para con sus fuegos flanquean
tes detener la persecución del enen1igo todo el mayor
tiempo posible, y facilitar á nuestra caballería el paso.
Cuando la persecución sea den1asiado violenta y no se pueda
detenerla algún tanto, ó que por las disposiciones del
terreno la artillería no pueda obrar eficazmente desde el
otro lado, se colocarán las baterías delante del desfiladero
para proteger el paso de los escuadrones, aun cuando se
pierdan las piezas, con tal de que den el tiempo suficiente
para ponerse en salvo las demás tropas.
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BOLETÍN MILITAR 317
De todo lo que precede se deduce la marcha metódica
del con1bate de la artillería en un ataque decisivo de la
caballería ; pero no deja de haber excepciones, por ejemplo
: si el enemigo no posee artillería, ó si el terreno ó la
negligencia del adversario permitiera ~.proximarse á cubierto
á distancias n1enores, una sola posición para las baterías
es con frecuencia bastante para decidir al enemigo á
declararse en retirada ; peco esta posición única debe ser
tal que asegure su eficacia durante el mayor tien1po posible,
y que puedan todas las baterías, en general, estar reunidas.
Cuando un cuerpo de ejército ó división de infantería
con caballería ó sin ella, tiene la misión de mantenerse exclusivamente
á la defensiva, el papel que desempeña la
artillería en la generalidad de Jos casos, es el de arma principal.
Por lo tanto, para venir en conocimiento de su empleo
en el campo de batalla, en los casos en que las tropas
á quienes va anexa no pueden tomar la iniciativa, es necesario
recurrir al capítulo que trata " De la artillería como
arma principal en las batallas defensivas."
Sin embargo, como caso particular en que la mencionada
arma desempeña un papel puramente auxiliar, estudiaremos
aquél en que un ejército ó fracción de él se vea
precisado á tomar la defensiva, sin considerar á ésta nunca
en absoluto, por los graves perjuicios é inconvenientes que
ocasiona el que una fuerza cualquiera se sostenga en una
actitud pasiva, y se limite á defender el terreno que pisa ;
antes al contrario, debe aprovechar, siempre que la ocasión
se le presente, cualquiera circunstancia del curso del combate,
para tomar la ofensiva y alejar de sí al enemigo.
Como ejemplo de esto trataremos el caso en que se
trate de impedir la conquista y paso de un desfiladero que
está á retaguardia de las tropas que lo han de verificar.
En dos partes se divide esta operación : r.e, no pern1itir
que el enen1igo se apodere de la entrada de él, y como consecuencia
natural del don1inio de todo el obstáculo; y
2.a, no dejar al que ataca, por todos los n1edios posibles,
que desemboque por el . desfiladero, y siga su marcha dejándolo
á retaguardia.
(Continuará)
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318 DOLETÍN 1\HLITAR
NOTAS PARA UN PROGRAMA DE INSTRUCCION
PARA LA INFANTERÍA DE I,ÍNEA
(De El Porvntir Militar de Buenos Aires)
Es notoria la importancia que tiene el método en la instrucción.
Es muy sabido también la indiscutible ventaja de que las
tropas de las tres armzs, entre sí, se encuentren siempre sobre el
mismo pie de instrucción. No es concebible, pues, que haya ventaja
alguna en que una ó varias compañías, escuadrones ó baterías
de un cuerpo difieran en la instrucción, táctica, etc., y mucho menos,
tampoco, que los cuerpos de una misma arma difieran unos
de otros en sus maneras de maniobrar, marchar, vigilar y combatir.
En nuestro ejército ocurre que unos cuerpos trabajan mucho
más y mejor que otros de la misma arma. Este enorme mal tiene,
en nuestra opinión, dos causas: la primera es la falta de método
uniforme y constante en la instrucción individual y colectiva; y la
segunda es que mientras unos cuerpos permanecen tternamente en
guarnición en ciudades, otros lo están en campaña, ó continuamente
de un punto á otro.
Lo cual significa, de modo claro, que en nuestro ejército, y
en materia de instrucción, los extremos se tocan.
Siendo la infantería de mecanismo menos complicado que las
otras armas, nos parece más conveniente dar principio á un ligero
examen de lo que á esta arma pudiera servir de programa.
Dividiremos el año de instrucción en once meses, para que
los cuerpos puedan repetir algunas asignaturas dos ó tres meses en
el transcurso del año; y para que otros cuerpos que no hayan podido,
según los programas, por su orden, puedan hacerlo por lo menos
una vez.
La instrucción que comprenden los programas será : para
clases, para soldados y colectiva, más ó menos en la siguiente
forma:
FR.OGR..AJ\.1:.A..
FEBRERO
Para sargentos y cabos: teoría y práctica del tiro al blanco, mecanismo
del fusil: su conocimiento, armarlo, desarmarlo, y procedimientos
para su conservación. Natación.
Para soldados: práctica del tiro al blanco, conocimiento del me-
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BOLETÍN MILITAR 319
canismo y procedimiento para su limpieza y conservación ; tiro al
blanco. Natación.
Colectiva: tiro al blanco. Natación.
MARZO
Para sargentos y cabos: obligaciones del soldado y clases, teoría del
aervicio de seguridad en plaza, campamento y marcha. Natación.
Para soldados: obligaciones de los mismos y teoría del servicio de
seguridad en plaza, campamento y marcha. Natación.
Colectiva: prácticas del servivio de seguridad en plaza 6 campamento
y marcha.
ABRIL
Para sargentos y cabos: táctica elemental, telegrafía y gimnasia.
Para Jaldados: lectura, escritura, dictado y g\mnasia.
Colectiva: táctica elemental.
MAYO
Para 1argentos y ca boJ: prácticas de la elección de po&iciones, telegrafía
y gimnasia.
Para soldados: : lectura, escritura, dictado y gimnasia.
Colectiva: práctica de la elección de posiciones.
JUNIO
Para sargentoi y cabos: nociones te6ricas de exploración, esgrima,
telegrafía y leyes penales.
Para soldados: leyes penales, historia nacional, caligrafía y esgrima.
Colectiva: prácticas de la exploración.
JULIO
Para sargentos y cahos: teoría de las marchas de guerra y fuegos,
aritmética práctica y de geometría, dibujo lineal, esgrima y leyes penales.
Para s()/dados: nociones generales de aritmética práctica y de geometría
elemental, leyes penales, esgrima.
Colectifla: marchas de guerra y fuegos.
AGOSTO
Para sargentos y cabos: nociones teóricas y prácticas sobre reconocimientos
en general, croquis y orientación, de geografía nacional y
países limítrofes, gimnasia y esgrima.
Para s?ldadoJ: nociones generales de g~ografía é historia nacional.
Colectiva: prácticas de los reconocimientos en general.
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320 BOLETÍN MILIT A.R
SEPTIEMBRE
Para sargentos y cabos: tácüca elemental, telegrafía, gimnasia y
esgrin1a, nociones teórico-prácticas de aritmética y geometría prácticas,
ídem de fortificación pasajera.
Para soldados: nociones de aritmética y geometría, de fortificación
pasajera, gimnasia y esgrima.
Colectiva: táctica elemental y fuegos.
OCTUBRE
Para sargentos y cabos: nociones teórico-prácticas de fortificación
pasajera, de elección de posiciones, de reconocimientos y exploraciones.
·. Para soldados: nociones prácticas de fortificación pasajera, de
elección de posiciones y reconocimientos.
Colectiva: prácticas ele la elección de posiciones, exploraciones,
reconocimientos y servicio de seguridad en general y natación.
NOVIEMBRE
Para illrgentos y cabos: nociones sobre fortificación pasajera y minas,
de historia nacional y leyes de la guerra.
Para soldados: nociones prácticas de fortificación pasajera, lectura
de hechos heroicos, leyes de la guerra, natación.
Colectiva: prácticas de la elección de posiciones y de la fortificación
de campaña.
DICIEMBRE
Para sargentos y cahos: prevenciones generales sobre los simulacros
de combate, aprovisionamiento de municiones, es~.:olta y conducción de
convoyes, ambulancias y heridos.
Colectiva: simulacro de combate por dos secciones, compañías y
medios batallones.
Es indudable que á primera vista este programa, en su parte
teórica, es impracticable é innecesario, pero no hay que olvidar ~ue
dicha instrucción teórica es puramente constituída por nociones
elementales que no sólo son fáciles de enseñar al soldado de más
modesta inteligencia, sino que son indispensables para el desarrollo
mismo de sus facultades intelectuales, y de los conocimientos y
prácticas á que concurrirá en el curso de la instrucción.
La instrucción de este programa está arreglada para tres categorías:
clases, soldados y unidades, y sería muy posible que al
ponerse en ·práctica el programa de instrucción, se ocasionasen interrupciones
por la falta de fijación de días y horas para cada punto
de la enseñanza. Convendría, en consecuencia, que tanto la
instrucción de las clases como la de los soldados fuera diaria du-
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BOLETÍN MILITAR 321
rante las horas hábiles de instrucción, y la colectiva se verificase
en la última semana de cada mes.
Sería ineficaz el fijar de una manera general para todos los
cuerpos, el horario minucioso que se debe encuadrar en las horas
comprendidas desde la diana hasta la retreta, pues b situación distinta
de muchos cuerpos imposibilitaría su igual observancia. Cada
cuerpo podría dar cumplimiento al programa á la hora más oportuna,
según su situación y medios de enseñanza. Y con el objeto
de ir subsanando paulatinamente las deficiencias que se notaren en
los programas, los cuerpos deberían elevar á la superioridad trimestralmente,
en un informe, las deficiencias que notaren y las
mejoras que creyeren útiles introducir.
Los cuerpos podrían informar también, mensualmente, cuando
no hubiesen podido cumplir alguno de los puntos del programa,
explica.ndo las causas, para que la superioridad los tenga presente.
Del mismo modo, cuando por haberse pasado uno ó dos meses sin
la instrucción correspondiente, el jefe del cuerpo puede dar cuenta
de lo demás que convenga al cuerpo, según la situación en que
éste se halle.
En las prácticas sobre el terreno, siempre que las efectúen
secciones ó compúíías separadas, ó el batallón, es conveniente que
al terminar una maniobra ú operación, los comandantes de las unidades
indicadas, reúnan á sus subalternos para formular de viva
voz, y si es posible ante un croquis ó plano, la crítica de lo que se
haya efectuado y de confor·midad á los principios, reglas, órdenes y
demás circunstancias que concurren en la realización de una operación
ó maniobra. De esta crítica se formará una relación verídica
y lacónica, y será elevada al superior respectivo al terminar el
día de ejercicios.
La crítica de ]o que se verifica en el terreno por las tropas,
enseña á corregir los errores y fortifica el criterio de los que tienen
que desempeñar una misión al mando de tropas, acostumbrando á
los oficiales á que se sirvan siempre de los preceptos establecidos
para cada caso, y actúen con verdadera convicción en cualquier
circunstancia.
U no de los casos que pueden llegar á retardar la eficacia del
programa de instrucción, es la falta de textos adecuados para el
desarrollo teórico de los conocimientos. Pero teniendo el Estado
Mayor, como los cuerpos de ejército, un crecido número de oficiales
ilustrados y estudiosos, no sería difícil formar una comisión
que se encargara de redactar los textos, entresacando lo que fuese
más adecuado al género de instrucción de los programas, tomados
de los mejores tratadistas militares. Es indudable que en los principios
no se podría obtener un texto adecuado completamente, pero
mediante el transcurso de la instrucción se iría mejorando, hasta
llegar á lo conveniente.
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322 BOLETÍN MILITAR
Lo que dejamos sumariamente sentado como lineamientos de
un programa de instrucción, comprende el conocimiento teóricopráctico
de los usos y procedimientos de que las tropas deben estar
bien poseídas en ca~paña, y sin cuyas rigurosas condiciones, las
operaciones se efectúan siempre con incertidumbre y falta de resolución.
Así, pues, las evtJ/uciones tácticas, los fuegos, la fortificación,
el servicio de seguridad, los reconocimientos, las marchas de guerra, la
elección de posiciones y los simulacros de combate, constituyen el plan
general de la instrucción que comprende el programa que suponemos
indispensable para la infantería. Habrá indudablemente detalles
de más ó de menos, pero la observación y el estudio se encargarían
muy pronto de encarrilar las prescripciones del programa
dentro de las verdaderas exigencias de una instrucción militar concreta
y suficiente.
Teniendo en cuenta que la permanencia del soldado en las
filas del servicio activo es de corta duración, y que dentro de muy
poco quizá se haga efectivo el servicio obligatorio por un año, he
mos distribuído en once meses la totalidad de los conocimientos
teórico-prácticos del programa. Así, pues, los soldados que permanezcan
solamente un año en las filas saldrían con una noción general
del servicio que desempeñen en campaña. Y es lógico deducir
que los soldados que permanezcan más de un año ó más años
en el servicio, repetirán provechosamente la misma instru~ción con
la~ reformas y ventajas sucesivas.
Distribuyendo la enseñanza por meses, se tiene la gran ventaja
de que tanto la tropa como los oficiales encargados de instruírlos,
se dedican especialmente á cierto número de cuestiones
durante veinticinco ó treinta días. Esos oficiales tienen así
trazada de antemano la norma de sus procedimientos ; y en sus
estudios, comprobaciones, experiencias y discusiones técnicas en el
terreno, uniforman sus ideas sobre la misión que tienen á su cargo.
Algunos puntos de la instrucción que comprende este programa
merecen algunas observaciones que expliquen su objeto.
No hay para qué repetir la importancia que tienen para el
desarrollo físico y el carácter del soldado, la natación, la gimnasia
)' la esgrima. La natación no solamente es provechosa para la
salud é higiene del soldado, sino que á falta de elementos por el
pase de una corriente de agua más ó menos considerable, y como
ocurre ordinariamente en campaña, á las pequeñas partidas de
tropa~, ó en ocasiones á los cuerpos mismos, no hay peligro de que
unas veces también por rigurosas exigencias del servicio ó comisión,
perezca la tropa como ha sucedido muchos veces, por peligro
de una situación crítica, ó por impericia ó negligencia. Hay que
tener presente, además, que nuestras dilatadas regiones están cruzadas
por innumerables corrientes de agua de toda magnitud, ó
que son pocos ó inadecuados muchas veces los medios de que se
dispone en la costa de los ríos para el paso de tropas y convoyes.
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BOLETÍN MILITAR 323
No deberá olvidarse, pues, que á nuestro soldado, de cualquier
arma que sea, le es tan indispensable saber nadar, como le es tirar
al blanco con la mayor certeza posible.
La gimnasia, desarrollando las fuerzas y dando mayor agilidad
al cuerpo, y la esgrima dando mayor destreza y confianza al
soldado, constituyen con la natación la instrucción individual que
mayormente acrecienta las aptitudes del soldado para soportar las
fatigas de la guerra. Particularmente, la esgrima es indispensable
en nuestro soldado, pues por razones de temperamento, de hábitos
y costumbres, como porque los fuegos, en la medida prevista por
la teoría, no serán de efecto suficiente para combatir y desalojar
al enemigo, se impone la necesidad de que el soldado se habitúe
al manejo del arma blanca. Sería práctico quizás que antes de enseñarse
la esbrima con rifle se principiase con la esgrima de armas
cortas, y aun el visteo mismo. N u estro paisano, en general, y los
orilleros de ciudades y pueblos importantes son esgrimistas consumados
al arma corta, y en los cuerpos desarrollarían ventajosamente
esas propiedades características. No serán pocos los que
objeten esta proposición nuéstra, de introducir en un programa de
instrucción militar la esgrima que ordinariamente se le llama
criolla ; pues aparentemente desdice de la forma rutinaria, y á la
europea de la enseñanza de la esgrima militar. Pero se desvirtuará
esa objeción recordando que hay juegos atléticos de agilidad
y destreza que son muy comunes entre los ingleses y los norteamericanos,
'-lue tienen gran analogía con la enseñanza individual
que aconsejamos. No hay que olvidar tampoco que la superioridad
é instintos aventureros del argentino sobre el extranjero se debe á
esa costumbre nacional, que no desaparecerá quizás, no obstante el
rápido crecimiento de nuestra población, progreso y cult,rra.
Hay dos cuestiones importantísimas que se hallan muy descuidadas
en nuestra instrucción militar. Ellas son la práctica de la
elección de posiciones y la de los simulacros de combate. Son estas
dos enseñanzas prácticas sobre el terreno, dos problemas complejos
y que comprenden infinidad de soluciones.
Si para un soldado, y hasta para un oficial subalterno, la elección
de una posición no es cuestión complicada, puesto que la libertad
de acción de esas jerarquías es muy limitada, no lo es para
un capitán ó jefe cuya libertad de acción y responsabilidades están
siempre en relación con el número de fuerza que ordinariamente
comandan, y con la misión que desempeñan en un combate.
La elección de una posición, y de la oportunidad de operar
dentro ó fuera de aquélla, no son cosas que se improvisan provechosamente,
como es muy sabido. La historia militar pone de manifiesto
palmariamente cuántos triunfos y derrotas han ocurrido
puramente por la buena y mala elección, respectivamente, de una
posición; como asimismo indica el error en que se ha incurrido al
tomar, sostener ó abandonar á destiempo una posición.
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324 BOLETÍN MILITAR
No es menos complicado é indispensable el simulacro de combate,
verdadera balanza donde se pesa y aquilata cuanto se tiene y
se sabe del arte de la guerra. Un verdadero simulacro es más un
caso de estudio concienzudo de la potencia militar que una oportunidad
de falsa y vanidosa victoria, como se cree muchas veces.
Nadie ignora el objeto de un simulacro de combate, y solamente
recordamos este punto por seguir el desarrollo de nuestras observaciones
sobre el programa que estudiamos.
La enseñanza de la fortificación pasajera no es de desdeñarse
tampoco, pues hay que recordar que dicho recurso de combate tiene
sus grandes ventajas y desventajas, de las que también instruye
copiosctmente la historia. Baste recordar que no todos los tratadistas
militares están de acuerdo sobre el efecto moral que ejerc(' en
el soldado, según la posición que ocupe, y la misión que en e1la
desempeñe, la orden de abandonar los reparos y de avanzar sobre el
enemigo bajo las fuerzas de la artillería é infantería del último.
Todas las cuestiones prácticas y de doctrina, que fluyen de la enseñanza
de la fortificación, merecen á nuestro juicio que se las
tenga seriamente en cuenta, para no caer después en preocupaciones
y errores, que se aumentan siempre con las improvisaciones
que surgen del contacto inmediato con el enemigo, ó por peligro
más ó menos próximo.
Otra cuestión que merece atención constante es la educación
moral del soldado, levantando su espíritu militar por medio del conocimiento
de nuestra historia militar. No tememos equivocarnos
si afirmamos que apenas el cinco por ciento del personal de twpa
de nuestros cuerpos de línea, saben qué es nación, patria, libertad,
independencia, gobierno, autoridad, etc., qui énes son ;' qué hicieron
San Martín, Belgrano, Lavalle, Moreno, Rivadavia y demzs guerreros
y patricios de nuestra historia; qué es Chaca buco, Maipo,
Ituzaingó, Caceros, Tuyuty y cien batallas más. Ignora también
la historia de su batallón ó regimiento, y los hechos de armas heroicos,
en los que sobresalen innumerables valientes cuyas hazañas
no solamente dan á comprender los antecedentes gloriosos de nuestras
armas, sino que enseñan y alientan hasta á los espíritus más
egoístas, incrédulos ó desanimados, les inspiran en el valor, los
sacrificios y la lealtad de sus históricos soldados.
El soldado, leyendo ú oyendo leer nuestra historia, y sobre
todo la parte militar que ella consigna, comprende con su natural
inteligencia, y mejor que de cualquiera otra manera, cuánta es la
magnitud de su misión como guardián exclusivo del orden público,
la soberanía y las glorias de la nación.
Sería muy edificante para el espíritu del soldado el que en las
cuadras y corredores de )os cuarteles hubiese cuadros representando
episodios de nuestra historia ntilitar, corno, por ejemplo, el acto
en que el propio batallón ó regimiento lleva una carga, victoriosamente,
quita al enemigo una trinchera, posición ó pertrechos.
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BOLETÍN MILITAR 325
Pero si todo lo que antecede es razonable que se dé á conocer
á la tropa, se dirá: ¿Pero qué importancia puede tener para un
modesto soldado, cuál es la población, las ciudades más importantes,
las montañas, ríos, extensión, etc., de la República Argentina
y sus limítrofes? Debe recordarse, aunque con pesar, que hay no
pocos hijos de provincias importantes que no saben dónde está la
República á que pertenecen ; ó gue piensan que su provincia ó
departamento es un estado independiente.
Ponemos punto final por ahora á los ligeros apuntes que anteceden,
y los entregamos á la ilustrada consideración de nuestros
camaradas, para gue se formen cabal criterio de lo que dejamos
expuesto, y para que los que entienden la materia mejor que nosotros,
la encuadren, amplíen y difieran con arreglo á las verdaderas
necesidades de la reina de las batallas. Conste, por otra parte, que
no hemos caído en la creencia inocente y vanidosa de que formulamos
un programa de instrucción, sino que entregamos sinceramente
una idea, para que ésta adquiera su verdadera forma y magnitud
en su verdadero terreno.
F. VILLAMAYOR
INFORlVlACIONES PARA EL EJÉRCITO
EL ARJ.!Al\IENTO MODERNO
Efectos mortíJeros del fusil inglés-La infantería inglesa acaba
de abandonar el fusil Martini para adoptar el fusil Lee-Metford,
de calibre de 7.70 mm., que arroja una bala de 13.80 gramos
con una velocidad inicial de 575 metros.
Los datos sobre los efectos de esta arma proceden en primer
lugar de la expedición de Chitral emprendida en 1895.
Los oficiales ingleses han comprobado con frecuencia que
los hombres heridos por las balas del fusil Lee-Metford no caían.
Los indígenas designaban comúnmente á esta arma con el nombre
de }usil de niño, tanto á causa de sus dimensiones como porque
no les inspiraba temor alguno.
En el combate de Malakan un indígena fue herido por seis
balas en el tobillo, en la rodilla, en los riñones y en la cabeza.
Esta últim~ herida fue producida por una bala que, entrando por
la nuca, salió por la boca, después de haber roto varios dientes.
Este indígena tuvo bastante fuerza para presentarse él mismo á la
ambulancia inglesa, donde fue cuidado y donde curó en poco
tiempo.
Los médicos agregados á la expedición pudieron observar
que lesiones muy graves no ocasionaban la caída de los heridos,
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326 BOLETÍN MILITAR
los que conseguían caminar y aun combatir cierto tiempo después
de haber sido heridos.
Durante la expedición del filibustero J ameson en el Transvaal
en 1896, los heridos de los dos campos fueron recogidos en
el hospital de Krugendorp. Los médicos constataron que las heridas
producidas por los pequeños calibres eran muy limpias; la
herida, de entrada muy pequeña, se cerraba por sí misma, y la
hemorragia, causa principal del debilitamiento del herido, era casi
insignificante. U no de los heridos de Krugendorp tenía los pulmones
atravesados ; fue curado después de algunos días de tratamiento.
Estos informes no dejan de inquietar á la opinión en Inglaterra.
Según los artículos de varios diarios, parece exacto que se
reconoce que el nuevo fusil es menos mortífero que el Martini,
abandonado recientemente.
El coronel Slade, antiguo director de la escuela de tiro de
Hilhe, que fue uno de los promotores del fusil Lee-Metford, es
atacado violentamente por la prensa inglesa, y su defensa parece
bastante débil. Por otra parte, se trata actualmente de remediar
esa insuficiencia del uuevo fusil, modificando el proyectil de manera
de hacerlo más mortífero.
La solución de esta cuestión parece, a priori, muy complicada.
Estando resuelto el calibre, el aumento del peso del proyectil
no puede obtenerse sino por el alargamiento, ya que la materia
no puede variar sensiblemente. Un alargamiento del proyectil
aumenta las presiones interiores en el cañ6n, en proporciones tales,
que es dudoso que esta solución sea practicable.
Efectos mortíferos de/fusil italiano-El fusil italiano, modelo
1891, lleva el nombre de Parravicino-Cárcano, es de calibre de
6.5 mm., su proyectil pesa 10.45 gramos, es arrojado con una velocidad
inicial de 71 o metros más ó menos.
No podría afirmarse que este nuevo fusil fue una de las causas
del fracaso de la campaña de Abisinia. Sin embargo, ante las
observaciones hechas sobre las armas de pequeño calibre en general,
y particularmente sobre el fusil inglés citado más arriba, es
permitido preguntarse si el arrojo de las tropas de Menelik no
hubiese sido quebrado por los fuegos producidos por el Verteli,
que hace poco fue abandonado por los italianos. Los efectos mortíferos
del fusil Cárcano no parecen ser más temibles que los del
fusil inglés.
El coronel italiano N uva, que durante algún tiempo fue
prisionero de los abisinios, pudo observar numerosos heridos durante
su cautividad. Notó que todas las heridas que no interesaban
órganos vitales, se asemejaban á simples cedales, y curaban
con gran rap~dez. ~n consecuencia, opinaba que el nuevo armamento
de la infantería italiana parece mucho menos mortífero
que el antiguo. Refiere que los abisinios han da~o por nombre al
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BOLETÍN lliLITAR 327
í usil italiano, El fusil que no mata. La palabra merece ser conservada,
y es ciertamente la vez primera que una arma de guerra ha
sido calificada de esta manera.
Un oficial del ejército de Menelik, llegado recientemente á
Europa, testigo ocular de los diferentes combates de esa campaña,
emitió una opinión enteramente conforme á la del coronel N uva,
respecto del efecto mortífero de las armas de diferentes calibres.
Comparando las pérdidas de las dos partes, en la batalla de
Abba-Garima, aprecia que los italianos han tenido 14,000 muertos
más ó menos, y muy pocos heridos, mientras que los abisinios,
según él, no tuvieron más que 4,6oo muertos y .un número poco
considerable de hombres heridos levemente. En consecuencia opina
que el nuevo fusil italiano no debe inspirar temor alguno,
mientras que el Verteli y el Gras han producido á su vista efectos
aterradores.
El hombre herido por un ?royectil de estas últimas armas,
recibe un choque violento, salta algunas veces sobre sí mismo y
cae en seguida con una herida atroz.
Efectos mortíferoi del fusil japonés-Los japoneses, en su campaña
contra la China, estaban armados de fusiles Mourata, de dos
modelos distintos.
U na de estas armas era á repetición y del calibre de 8 mm.,
siendo análogo el proyectil al de! fusil Lebel.
Un oficial americano del ejército de los Estados U nidos,
durante su permanencia en Tie-' rsin visitó y examinó varias veces
á los heridos chinos en tratamiento en el hospital de esa ciudad.
U nos 30 de ellos habían sido heridos por proyectiles de pequeño
calibre.
Los heridos tenían orificios de entrada y de salida extremadamente
pequeños, eran limpios y curaron con mucha rapidez.
Según la opinión del médico inglés que atendía á esos heridos,
nueve sobre diez hubieran sido muertos en el acto, si hubiesen
sido heridos por las antiguas balas de plomo de calibre de 10
á 11 mm.
Efectos del fusil belga (experimentos del polígono)-La Comisión
de estudios del ejército español, encargada de determinar
el mejor modelo de armas que debía adoptarse para la infantería,
fue llamada á experimentar, en 1893, en el campamento de Carabanchel,
el fusil Mauser, adoptado por Bélgica en 1889.
Esta arma es de calibre de 7.65 mm., arroja una bala de 14
gramos, más ó menos, con una velocidad inicial de 605 metros.
La Comisión española hizo hacer disparos á 2,ooo metros
sobre un caballo y 5 mulas vivas. Estos st>is animales recibieron
heridas que presentaban gran gravedad.
Sólo dos murieron, uno después de 15 minutos, otro después
de 25.
Este experimento no se cita sino á título de simple inform~,
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328 BOLETÍN MILITAR
pues las indicaciones suministradas son demt:~.siado incompletas
para poder formar opinión de una manera cierta. Además, los efectos
producidos á 2,ooo metros no tienen sino un interés muy
relativo.
La infantería rumana está armada con el fusil Mannlicher,
modelo 189r. Esta arma es de calibre de 6.5 mm., y arroja un
proyectil de IO gramos con una velocidad inicial de 745 metros.
La Comisión rumana encargada de probar ese fusil hizo efectuar
disparos á 1,400 metros sobre caballos vivos. El examen de
las heridas producidas permitió comprobar que las fracturas de los
huesos y las lesiones de )as arterias afectaban una gran gravedad,
pero las heridas en las partes blandas fueron reconocidas muy leves,
mucho menos graves que aquellas que hubieran sido producidas
por balas de calibre mediano. Estas heridas hubif'ran sido en absoluto
ineficaces para detener bruscamente á caballos lanzados
á galope tendido ó en una carga de caballería, por ejemplo.
.. .
EN EL EJERCITO
Por decreto de 5 del mes actual el Poder Ejecutivo dictó las
siguientes providencias :
Aceptó la excusa del General Daniel E. Pardo C. para servir
el puesto de Jefe de Estado Mayor de la 3·" División, y nombró
en su reemplazo al General graduado Mario Guzmán.
Destinó al Coronel Enrique Hoyos F., que servía en el batallón
Junín número 9 como primer Jefe, para el mismo puesto en
el Bomboná número 15, en vacante que queda por la promoción
del General Guzmán.
Llamó al servicio activo al Coronel Alcides Arzayús y lo
destinó como primer Jefe del batallón ]unín.
Nombró al Sargento Mayor Arturo Moya Comandante del
medio batallón f/alencey.
Por decreto de fecha 6 del presente restableció los puestos de
Capellanes de las guarniciones de Cartagena y Barranquilla, y
nombró para desempeñarlos á los señores Presbíteros Carmelo
Percy y Carlos Valiente.
Por decreto de fecha 7 declaró insubsistente el nombramiento
hecho en el Subteniente Román Castillo para servir en la 4·"
Compañía del batallón Sucre número 7, por haberlo reclamado el
Juez 3·0 del Circuito de Barranquilla, en donde se le sigue juicio
por delito de heridas.
Destinó al Capitán Manuel París R., Ayudante Mayor del
batallón Bárbula, al Estado Mayor de la r.a División, como primer
Adjunto, en vez del Capitán José María Rosillo, quien pasa
á ocupar el puesto primeramente citado.
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Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 79
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 54
Aito II Uogotá, Juuio 4 de 1~9~.
B.OLETIN MILITAR
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO
Director, ALEJANDRO POSADA.
Son colaboradores natos de este periódico, todos los Jefa
y Oficiales del Ejército d~ la República.
EL CARóN DE CAMPANA MODERNO
Y LA INFANTERÍA
Lo~ rápidos y sucesivos ',perfeccionamientos que han
tenido las armas de fuego portátiles, ensanchando considerablemente
los medios de acción de la infantería, hicieron
cre~r por un momento que su reconocida preponderancia
como arma principal anularía, casi por completo\ á sus auxi)
iares, sobre todo á la artiJlcría, la cual para Juchar con
aquella hubo de sacrificar la movilidad, tan útil en el campo
de batalla. Los adelantos técnicos que ha conseguido la
~rtillería en los últimos tiempos, tanto en la construcción de
sus piezas como en la de sus cureñas y proyectiles; los estudios
hechos en las condiciones balístims~ Jos repetidos trabajos
prácticos llevados á cabo; los , continuos ensayos en
busca de nuevas perfecciones; la excelente instrucción de su
personal· en una palabra, todos los progresos realizados en
su empleo, han vuelto á dar In. importancia que corresponde
á aquella arma que, empleada con el acierto que lo ha
sido en los últimos tiempos., ha llegado hasta ofuscar á cierto
número de escritores militares, haciéndoles suponer que
)as victorias obtenidas se debían principalmente á los cañones,
y aún han firmado, que la infantería era impotente ante
baterfas bien mandadas .
,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOL.E fÍN MILITAR
Esto es á todas luces exagerado; pues, sí bien es índudable
que el papel que desen1peña Ja artillería en las bataJias
n1odernas ha aun1entade n1uchoen in1portancia, también loes
que la infantería será siempre la reina de Jas batallas, como
la llamaba Napoleón I, por n1ás que podan1os decir con un
ilustrado escritor extranjero, que el cañón es el rey.
La artillería por sí sola ni puede defenderse en absoluto
ni puede obtener ventaj?.s en el ataque; pero, por otra
parte, sin su auxilio tan1poco podría la infantería vencer Jos
obstáculos n1ateriales que se la opongan, pues su fuego es
in1potente contra las defensas, sean naturales, sean artificiales
con que se abrigan las tropas en una batalla; y bien en
el ataque para allanarlas, bíen en la retirada para sostenerse
contra el en~n1igo envalentonado, Ja artillería llega á ser
una necesidad, y su en1pleo indispensable en Jas can1pañas.
En Ja guerra de sitios, el ataque y defensa de las plazas es
casi exclusivan1ente un con1bate de artillería, con10 igua1-
n1ente lo es la defensa de las costas y los con1bates n1arítin1os.
La n1isión que está lJan1ada á desempeñar la artillería
en con1binacióu con las otras arn1as, no ha variado sensiblemente
con los adelantos n1odernos, pues ahora con1o antes,
d be preludiar la batalla; mantener al e nen1igo Jo n1ás lejano
posible; cubrir los despliegues de Jas tropas; preparar
y sostener su ataque ; it iciar, en fin, la victoria ó retardar
Ja derroql.; según las circunstancias. Para conseguirlo, cuenta,
sin embargo, hoy dia mejor que en otro tien1po, con
Jos grandes alcances que ha obtenido; con s n1ucha precisión,
con su enorme p tencia; y sobre todo, con el facilísin1o
n1anejo de sus piezas, que unido á la instrucción teórica
que en las escuelas de tiro s " da hoy ft todos los individuos,
proporcionan á Ja artillería n1oderna una gran ventája
5obre Ja antigua1 en la qu.:: el arte de tirar bien era tan
~olo conocido de uuos poco!:i. o pudiendo obtener observaciont~
exactas, ya por ser sólidos la mayor parte de Jos
}'ruyectiles l{ ue se usaban, lo cual hacia difícil el ver bien
los puuLos de caída, ya por la n1ala condición de las cspolet~
s en 1os proyectiles huecos, ya tatnbién por las grandes
desviaciones que sufrían Jos disparos, las correcciones
dd tit u no obedecían á principios tan fijos como en la actualidad,
en que, gracias á los per[i ccionan1ientos alcanzados
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SOLJ.TfN MILITAR
!n las p1ezas y á la sencilla aplicación del cálculo de proba ....
bilidades, se pueden dictar métodos y reglas claras y preci
sas que pern1iten en pocos días aprender á apuntar y reglamentar
el tiro. de las piezas. Todas estas ventajas, parece~
son contrarias á las tropas de infantería, obligadas á sufrir
el certero fuego de los cañones modernos; pero estudiando
con detenin1iento esta cuestión, se comprende fácilmente
que estos nlÍsmos progresos realizados en la artillería, pueden
servir de base para una futura táctica en que las indi-car.
iones procedentes del conocimiento de reglas y métodos
fijos, señalen el modo de n1n.niobrar en el can1po de batalla~
Con efecto, en tiempos anteriores, como la buet1a dirección
de los disparos y el útil en1pleo de las piezas dependía en
gran parte de la habilidad del que apuntaba, y también mu ....
chas veces de la casualidad, sin que existiera Ja fijeza en los
n1étodos, ni las reglas exactas que hoy día poseen todos Jos
artilleros, era difícil, si no imposible para la tropa cañoneada
comprender las intenciones ni el objetivo del jefe de
la batería contraria; viéndose obligada á separarse á mucha
distancia del . terr~...no batido á causa de las grandes desviaciones
de los proyectiles. Hoy día, tcniendc los conocimientos
sobre el tiro de artilJería, fáciles de adquirir, e!:
posible al que manda cualquiera. fuerza, conocer por las explosiones
de los proy ·ctilcs el punto de su caída y por con·siguiente
las diversas faces del tiro; adÍ\'Ínando de e~tc
modo los propósitos de lo qt e apuntan las piezas y eJu-
Ji .-: ndolos bien fácilmcnt · con pequeñas variaciones de po.
ición, dificultando así al mismo tiempo · la observación d
tiro, puesto que al privar , 1 que apunte de 1 s iatos que
d<.:~ea, hará in~ plicable su· método y sus reglas.
Es pues fácil comprender qu puede la infantería evitar
por m dio~ tácticos los efectos del cañón de campaña
tnodcrno.
en este art1cuJo nos proponemo desenvolver este
tema, cuya idea nos ha sido sugertda por las atinadas refltxiones
que sobre ct mic:mo asunto hace el capitán Maubeuge,
de la artillería belga.
Ante todo, creemos conveniente exponer sucintan1ente
las nociones sobre los principios, Jos n1étodos y las regla
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80LETÍN MILITAR
de tiro de las piezas de campaña que, á nuestro juicio, convendría
poseyesen todos Jos oficiales de las armas generales
para poder conocer Jos medios de acción deJa artillería.
Sabido es que el arte de apuntar, se funda en observar
con atención y en corregir con método; pues el tiro será casual
sin una buena observación, que ningún sisten1a, ninguna
regla puede reen1plazar; aden1ás, se necesita tener una
pauta, seguir un orden establecido de anten1ano para modificar
Jos resultados que se obtengan.
La explosión de los proyectiles en el punto de su caída
por efecto de las espoletas de percusión que se hace vi~
ible con la luz, Ja proyección de Jas tierras y el humo que
se ocasiona, son los principales indicios de observación en
el tiro, puesto que se sabrá que este es corto, es decir, que
ha dado n1ás acá del blanco, cuando todas aquellas señales
ocultan una parte de éste; que es largo, por caer el proyectil
más allá de él, cuando el humo sale por detrás; y que
ha dado en el blanco por los movin1ientos desordenados
que se producen en la tropa que lo constituye, y por no
verse ni humo ni luz por delan~e. Resulta, pues, que la
exactitud de la observación depende de la vista y experiencia
del que apunta, así con1o de su colocación para observar
el tiro, y de lo visible que por efecto del color, de la
disposión y de su estado á pie firn1e ó en movimiento, tenga
el blanco.
Además, ]a posición del sol y la diafanidad de la atmósfera
influyen también naturahnente en la observación.
La tropa que sirve de objetivo á Jas piezas es, pues,
árbitra de disminuír á su voluntad Ja n1ayor parte de los
medios de observación que tiene el artillero, puesto que
puede adoptar para los uniformes los colores más confusos,
desterrando todas las parres brillantes, y elegir en sus
forn1aciones y situación las que más ventajosas sean para su
propósito. La visibilidad de un objeto depende d~ sus din1ensiones
y del fondo en que se proyecta, así es, que al
paso que una línea ó una columna vistas de frente son muy
visibles, si se les ve de flanco se distinguen difícilmente y
proporcionan pocos indicios para los punt:>s de caída. T odos
los proyectiles que estallen delante, detrás, ó en el misnlo
intervalo de dos fracciones, no pueden observarse bien
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BOLETÍN MILITAR
aun cuando el viento lleve el humo sobre una de ellas. Si la
tropa se coloca de rodillas, el que observa se equivocará seguramente
al ver el hun1o por delante de ella, y si se echa
en el suelo, casi se hará invisible. El movimiento de las
fracciones, sobre todo si es irregular, dificulta n1uchísimo la
observación del tiro y del blanco, aun cuando la marcha sea
perpendicular á la 1íne~. de tiro. A grandes distancias es
poco n1enos que imposible conocer el sentido del movinüento
en la linea de tiro; y si el terreno es llano y
descubierto, no se podrá distinguir ni siquiera si aquél se
efectúa. La n1archa oblicua causará tan1hién sien1pre dudas
sobre su grado de oblicuidad.
En cuanto á la corrección, el n1étodo y reglas que se
siguen en el tiro de artillería, áebemos tener presente, ante
todo, que acercar el centro de los in1pactos obtenidos en
varios disparos hacia el punto n1edio de in1pacto que se
desea, es lo que se propone el que corrige un tiro yá arreglado
de anten1ano. Para ello se ton1a por base la desviación
probable, la tnáxin1a y la forma que afecta la agrupación
de Jos puntos de in1pacto, señalados en un blanco por
un nún1ero de disparos hechos en condiciones idénticas.
Ln prin1ero que tratará de obtener todo Comandante
de batería es conocer la distancia relativa al blanco, que por
efecto de las circunstancias atmosféricas, del estado de las
n1uniciones y del modo de tirar, difiere bastante de la distancia
absoJ uta que e~ la verdadera en n1etros. La distancia
relativa es Ja que nos n1arca el alza, y para obtenerla, el
método que suele seguin;e es ir tanteando al dar de lleno al
blanco, ó bien encerrarlo entre dos disparos que disten entre
sí una distancia convenida de antemano, y que teniendo en
euenta el error que puede admitirse á la distancia que se
busca y el del instrumento óptico que se usa, suele variar
entre I oo y 300 n1etros. Se empieza por hacer un disparo
de ensayo, con el alza que corresponde á la distancia que
se calcule disminuída en Jos n1etros convenidos, con objeto
de apreciar mejor el resultado, pues que los tiros cortos se
observan n1ejor que los largos. Si el proyectil toca al blanco,
yá se ·tiene la distancia que se buscaba; y si va más allá
ó más acá de él, se hace otro disparo, disn1inuyendo ó au-
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BOLETlN M1LlTA1t
n1entando la misma distancia q~e antes, y se continúa así
hasta que se acierte al blanco, ó se le con1prenda entre dos
disparos consecutivos: en el prin1er caso, el alza empleada
será la qu~ se busca, y en el segundo, se tomará el término
medio de los dos.
Durante estos ensayos, que constituyen lo que podremos
llamar el prin1er período del tiro, la infantería cañoneada,
que desde luego conocerá es el objetivo, comprenderá
por la lentitud de Jos disparos y por la gran diferencia
de alcances entre dos tiros sucesivos, que la artillería no conoce
la distancia sino por apreciaciones, siendo entonces
cuando Jos errores de obs~rvación tienen mayores consecuencias.
En este período, el fuego es poco peligroso y las
tropas pueden disminuír este peligro, y sobre todo, contrariar
la observación, dando lugar á producir errores en ella,
ya echándose en el suelo, ya variando de sitio, ó ya can1-
. biando de formación.
Conocida por el que apunta el alza que puede en1-
plearse, empieza el arreglo del tiro, que consiste en medir
con tnás exactitud la distancia relativa, procurando acercar
el centro de puntos de impacto lo , 1ás posible del impacto
medio, restringiendo los límites de las desviaciones. Se trata
pues de acertar el blanco ó al menos encerrarlo entre dos
puntos de caída muy próximos, y para conseguirlo, se puede
seguir el mismo sisten1a ya indicado, con la diferencia de
que la cantidad que se afíade ó disminuye es de 2 5 á 30
n1etros únicamente.
La infantería conocera que este segundo período va á
empezar, en cuanto reciba en sus filas un proyectil, ó quede
comprendida · entre dos disparos sucesivos. En seguida
notará que el fuego es más rápido, que los puntos de caída
están n1ás cercanos en sentido longitudinal, y por consiguiente,
el tiro es más mortífero. N o bastará ya para sustraerse
á sus efectos el echarse al suelo, ni variar de sitio,
si no que será preciso lanzarse á la carrera en dirección de
la 1 ínea de tiro para tenderse en el suelo, ó ponerse á cubierto
en algún abrigo natural ó artificial que se encuentre
inmediato~ procurando por todos los medios posibles con ...
trariar la observación.
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BOLETÍN MILITAR
Obtenido por Jos artilleros que los límites de la dispersión
de los proyectiles e~tén muy próxin1os, y por consiguiente
casi co11fundidos los in1pactos n1edios, el tiro se
considera arreglado, y únican1ente se hacen yá las correcciones
que parezcan racionales, entrando en su tercer período,
en el cual la observación de Jos disparos es indispensable
sea n1uy exacta. Cuando se ha llegado á este período, '
la. infantería sufre muchísin1o del fuego de las piezas, y
debe á toda costa salir de la posición que ocupe, n1archando
en dirección de ]a trayectoria y ocultándose, en lo posible,
aunque solo se1 para inducir á errores la observación.
Además de las consideraciones que hemos expuesto,
hay que tener presentes tambié n las reglas naturales que sigue
la artillería, para tirar contra la infantería, según la forn1ación
que ésta adopte. Si está en batalla, arreglarán las
piezas su tiro contra la línea ó grupos de tiradores, y si se
descubren las reservas, sostenes ú otra agrupación n1ayor,
1-=s dirigirá parte de sus disparos despu és de hacer las corr
cciones fundadas en las distancias reglan1entarias de hrs
formaciones. Cuando marcha la infantería, la artillería puede
seguirla en todos sus movimientos con susproyectiles; y
para ello, á cada distancia, se busca el alza que le corresponde
con un tiro lento. y después de encoqtrada se hace
fuego rápido, ó bien se arregla el tiro para un paraje dado,
por donde haya de pasar la tropa, y en el momento oportuno,
.~ e tira una descarga, continuando los aisparos á todo
tirar. Este sistema que es el más fácil y más seguro, sólo es
aplicable cuand _ la. infantería ha de pasar próximan1ent
por un paraje determinado, ó bien cuando hay en el campo
de batalla puntos notables de fáLil observación, cuya di -
tancia se puede obtener sin esfuerzo, y por cuya inn1ediación
deban pasar las tropas.
Tales son, son1eramente, expuestos el método y los n1e<.
lios que en1plea la artillería para obtener la precisión que
alcanza en sus disparos; y fundándonos en la exactitud y
sencillez de aquéllos, hemos dicho que á Ja infantería Je
basta con observar estos últin1os para sustraerse á ellos,
si no evitar por completo sus efectos mortífercs. Podrá ob-jetarse
que á una tropa cañoneada no le es fácil hacerse cargo
de la marcha seguida en el tiro; mas en la práctica no es
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-:así, y basta adquirir alguna experiencia y formarse idea de
las reglas sencillas que hemos relatado para convencerse de
ello.
Apoyándonos en esta facilidad de apreciación, vamos
á hacer algunas indicaciones generales, que podrán servir J
para evitar, en gran parte, I os efectos del tiro del cañón
, moderno en los campos de batalla, contra las tropas de infantería;
pudiendo tal vez dichas indicaciones, inducir á vetificar
algunos cambios en las forn1aciones tácticas; sin embargo,
el jefe que mande Jas tropas cañoneadas y que conozca
las reglas de tiro de Ja artillería, no tendrá necesidad
absoluta de esas variacione , pues Je bastará su inteligencia,
su sangre fría é iniciativa para arreglar su conducta á los
diversos trances de Ja lucha. Así, comprenderá desde luego
que en cuanto entre en ]a zona de acción del cañón, será el
objetivo general de la artillería, no teniendo yá descanso
sus soldados si no es estando ocultos, cubiertos, ó echados
en el suelo. Por ello, antes de entrar en dicha zona, tomará
sus precauciones, preveerá los accidentes que probablemente
pueden ocurrirle en h n1archa, escojerá la dirección más
ac&tada, y reconocerá el terreno que ha de atravesar con el
fin de no detenerse para combinar sus disposiciones bajo el
fuego certero de Jas piezas Para Ja n1archa y formación de
su tropa no debe olvidar que es indispensable hacer muy
difícil, si no imposible, la observación, procurando alargar
indefinidamente el primer período del tiro, es decir, el conocimiento
de la distancia que busca el que apunta Jas piezas.
Con10 es fácil conocer la escala de distancias, ó sea la
cantidad que se resta del alza apreciada por el intervalo entre
dos disparos sucesivos; el jefe de una tropa amenazada
de quedar comprendida entre ellos, la deberá mandar trasladarse
á la carrera, en dirección de Ja trayectoria y echarse
al suelo á una distancia n1ayor que la escala, con lo cual la
artillería tendrá que volver á empezar sus tanteos, perdiendo
tiempo y n1uniciones. Siempre debe verificarse el movinliento
hacia las piezas, pues es s1bido que es más difícil
apuntar á un objeto que se acerca, que no al que se alej~,
y además, aproximándose, se consigue colocarse bajo la trayectoria,
mientras que los cascos y los rebotes alcanzarán
de seguro al que se retira.
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Si hubiera de pasar por un paraje sobre el que la artiJiería
enemiga tuviera yá arreglado el tiro, lo verificará la infantería
á la carrera por escalones á grandes distancias, procurando
si el desfiladero está en dirección de la línea de tiro,
evitar esta dirección á la entrada y separarse de ella á la salida;
pero en caso de que pueda sorteado, Jo hará por el lado
más cercano á la batería que hace fuego.
Cuando el terreno es ondulado, la tropa cañoneada
debe atravesar á la carrera los puntos culminantes, rehaciendo
su forn1ación en las hondonadas y barranco~, en ]as
vertientes opuestas á donde está la artillería, saliéndose del
plano de tiro desde que se oculta de la vista de Jos cañones,
sea á Ja derecha ó á la izquierda, apareciendo al continuar
su marcha de avance por distinta dirección de la que llevaba,
lo cual contrariará n1ucho á los artilleros.
En todas las m.archas ~ ue la infantería ejecute bajo el
fuego del cañón debe evitar, como hen1os dicho, la uniforn1Íaad
del paso, alternando las velocidades para dificultar
las apreciaciones de la ~rtillería é in1posibilitarla de hacer
un tiro n1etódico. Si se viera obligada Ja infantería á retirarse,
lo debe verificar á la desvandada ó por grupos separados,
reuniéndose en un punto fijado de anten1ano, fuera
del alcance ó al abrigo de los efectos del cañón, teniendo
presente para esto últin1o que el fuego contra una tropa
cubierta, pero no resguardada, es n1uy n1ortífero, puesto
que podrá dirigirse contra un objeto visible, que facilitará
Ja puntería y la observación. ·
El momento más crítico en el avance es cuando pasa
la infantería por la Jínea de sus propias baterías, pues con1o
las enenligas conocerán de anten1ano ]a distancia, aprovecharán
]a oportunidad, haciendo entonces un fuego rápido.
Debe atravesarse, pues, aquella línea á la carrera, siguiéndose,
además, la regla general que hen1os yá indicado para
todo n1ovin1iento, esto es, que la velocidad del paso sea
irregular, n1archando unas veces despacio y otras á paso ligero
para desorientar la observación. 'Todo espacio de terreno,
por pequeño que sea, de la zona peligrosa, que se
pueda recorrer sin exposición, es un triunfo, y por elJo debe
procurar atraer hacia Ja tropa Jo n1enos posible, la aten-
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BOLETÍN MtLITAR
ción de la artillería, ocultándola de su vista y aprovechando
el terreno para cubrirla.
Las tropas destinadas á apoderarse de ciertas posiciones
como pueblos, caseríos, etc., que con1o puntos de apoyo
conviene algunas veces ocupar de un modo pern1anente
en el campo de batalla, deben dirigirse á ellos disimulando
su marcha, aun cuando tengan que dar grandes rodeos,
pues es preciso no IIamar la atención de las baterías enemigas
sobre tales puntos. Si la posiciún no es muy extensa y
los edificios son poco sólidos y en pequeño número, convendrá
muchas veces situarse á su proximidad en un terreno
propio para dominar las cercanías, ocupando la posición
tan sólo cuando la infantería enemiga la ataque para apoderarse
de ella; pues debe darse por seguro que en cuanto
Jas baterías contrarias conozcan la importancia del punto,
lo destruirán con su fuego, que podrá ser bien exacto desde
los primeros disparos. Si el enemigo ataca sin artillería,
lo cual constituye una falta grave, entonces podrían ocuparse
Jas posiciones desde Juégo.
Para el ataque de una batería por infantería, convendrá
di vid ir esta en dos fracciones; una para rechazar las
tropas de sostén del enemigo, y la otra para atacar verdaderamente,
dando instrucciones precisas el que mande á los
jefes de cada fracción acerca de Jo que deben hacer, el Cé!n1ino
que han de seguir y Ja situación de las piezas, indicándoles
además el punto de reunión en caso de una retirada
y Ja señal de ella y del ataque. El que mande la fracción
que ha de atacar la batería, dividira sus tiradores en
grupos, encargando á cada uno de una pieza y conservrá
con1o reserva á su lado algunos so ldados elegidos entre
todos.
Dada Ja orden, cada grupo se lanzará al ataque, siguiendo
Ja dirección más propia á sustrarse de la vista de
la artillería y aprovechándose del terreno; pero sin perderse
los grupos de vista y estando á corta distancia unos de
otros, atravesarán á la carrera los parajes descubiertos, rehaciéndose
y descansando en las sinuosidades y detrás de Jos
abrigos que se encuentren. En cuanto el tiro de la artillería
sa muy certero, se desplegarán les gn1rcs extendiendo
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BOLETÍN MILITAR
su frente, formándose la reserva en varios escalones sucesivos,
y avanzando todos hasta ponerse lo más cerca posible
de los cañones; emboscá ndose, como puedan, fuera de la
línea de tiro y drrigiendo cada grupo el fuego á los sirvientes
de la pieza q u~ tengan señalada, y si se consigue apagar
el fuego de los cañones, se tira entonces sobre los caballos
y conductores. Hecha la seüal para atacar, se lanzarán todos
sobre su objetivo á la carrera y á la bayoneta, y una vez
apoderados de las piezas, quitarán los aparatos de cierre.
Si se ordena la retirada deb ... emprendersc en el acto á la
desbandada; pero dirigida la tropa por sus oficiales, q u\tnes
procurarán no volver por el n1ismo camino por donde
atacaron, tanto para evitar el soldado la vista de sus con:pañeros
n1uert'os y heridos, cuanto para que no pasen por
puntos ya observados por la artillería.
1'ales son, en resumen, algunas de las indicaciones generales
que pueden hacerse, sobre el n1odo de conducir las
tropas de infantería bajo el fueg de las n1odcrnas piezas
de campaña; indicaciones que tambi ~ n señalan los can1bios
que tal vez fuese conveniente introducir en las forn1acioncs
tácticas, hoy reglamentarias. La precisión que ha alcanzado
la artillería y la exactitud de los datos que sobre su
tiro se obtienen, permiten calcular con toda certeza sus efectos
sobre las diferentes formaciones que adopta la infantería,
y, de consiguiente, el tanto por ciento de blancos que
pueden hacen·c en las co 1mnas cerradas 6 con distancia,
sean de comparilas, de scc.: iones ó de escuadras, ó bién en
una línea de batalla, ya se pre cnten de irente, ya de flanco.
Con los datos que en cada Ejército se tienen, acerca de las
distancias de reglamento en las forn·mc1ones de la infantería
y con las noticias ba!ística-, especiaies de sus piezas y efectos
de sus p oyectiles, tanto en desviación con1o en probabilidades
de dar á un blanco determinado, es facilísimo la formación
de unas tablas, en las que podrían1os ver desde luego,
la gran diferencia que existe en todos los casos, entre recibir
el fuego de frente una columna y recibirlo de flanco.
En otro tiempo, por efecto del modo de obrar de los proyectiles
sólidos, y más que nada por los rebotes que se obtenían,
las forn1aciones de flanco eran muy peligrosas y se
evitaban con todo cuidado; pero hoy día, con Ja certeza de
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BOLKTIN MILITAlt
los cañones y la explosión de las granadas en el n1bn1ento
del choque, se comprende perfectamente que se anulan en
gran parte Jos efectos de las que estallan en Jos intervalos
de las fracciones y por consiguiente que sean favorables dichas
forn1aciones. Un proyectil, dando de lleno en el flanco
de una subdivisión de la colun1na, causará naturalmente más
estrago en la misrna si la acierta de frente; pero en cambio
todos los que estallan en los intervalos y Jos que se quedan
cortos, que según n1anifiesta el cálculo, serán la mitad y cuyos
cascos llegarían de seguro á herir á la tropa en el segundo
caso, pueden considerarse como poco peligrosos.
Además ha de tenerse en cuenta la n1ayor dificultad de !a
observación para el tiro contra una columna de flanco, de
manera que, con1o los cálculos se han hecho considerando
iguales las circunstancias, debe añadirse esta ventaja á esa
forn1ación, y las probabilidades que tienen las piezas de
acertar, en tal caso, quedarán considerablen1ente reducidas.
Fundándose sin duda en estas consideraciones, el capitán
Maubeuge, á quien yá hen1os citado anteriormente,
indica podría adoptarse con1o forn1ación táctica, la columna
con distancias colocada en sentido perpendicular á la línea
de tiro, ó sean sus fracciones normales á la línea de batalla
enemiga, embebiéndose en fila la exterior. En Jos moví-
. mientos hacia el enemigo se marcharía por el flanco, aun1entando
la distancia entre las hileras con1o en el paso de
camino, lo que daría también más soltura á la marcha, y
situandose Jos oficiales á la prolongación y á la cabeza de
cada hilera. Los intervalos entre las fracciones, se calculan
por el límite inferior de la dispersión de los disparos, á los
distintos alcances del cañón; y como cuanto n1ás pequeñas
sean a.:¡uellas, n1enos probabilidad hay de acertarlas, convendrá
que según se aproximen al enemigo se subdividan
cada vez más, es decir, que si á cierta distancia !a colun1na
es de compañía, después deberá serlo de secciones, y por fin
de escuadras. De esta n1anera podría conservarse n1ás tiempo
la tropa en la n1ano del oficial, según la expresión muy
en boga en el ejército prusiano.
En los cotnbates de tiradores estas disposiciones se podrán
tener presente para las reservas y sostenes.
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80LE'I'ÍN MILITAR 2j3
.En cuanto á la situación de la segunda línea de batalla,
puesto que puede asegur~rse, dadas ]as desviaciones
n1áximas del cañón moderno, que nunca un proyectil dirigido
á la primera línea, pasará por los intervalos de sus batallones,
y que Jos tiros dirigidos á ellos y que sean largo:;
herirán de seguro á los que estén situados detrás, podría
proponerse colocar siempre Jos batallones de segunda línea
frente á Jos intervalos de Jos de primera.
Estudiada la cuestión por personas n1ás competentes,
con gran acopio de datos y de observaciones y con autoridad
para elJo, es indudable se encontraran otras varia modificaciones
en los tnedios tácticos que puede adoptar una
infantería cañoneada por la artillería moderna, para evitar
ó disn1inuír los efectos desastrosos de su fuego. Al consignar
nosotros las anteriores indicaciones, estamos persuadidos
de que son muy incompletas y de que únicamente pueden
servir á nuestros lectores para señalarles un n1otivo de estudio,
y tal vez, para destruír alguna idea equivocada. La
conveniencia de que Jos oficiales de todas armas se fanliliaticen
con los efectos de la artillería, se deja con1prender
bien evidentemente por lo que llevan1os dicho, y así insistirenlos
una vez más, en ]a necesidad de que adquieran ciertas
ideas de aquella arma, y de que por experiencia observen
los efectos del cañ6n en Jas Escuelas Prácticas.
La instrucción es hoy día una exigencia indispensable
en todas las clases d un Ej'' rcito; pero, sobre todo, en las
superiores, que por su posición están J lan1adas á manejar
n1asas n1ás ó menos considerabJes en los can1pos dt: batalla,
donde dcpend de~ "' U in~elig n ia y saber la. vida de tantos
soJdados.
___. ...
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BOLfTÍN MlLlTAI.{
1
MINISTERIO DE GUERRA
N o·rA
OEL SEÑOR MlNIS'fRO DE Gl.IERRA AL SEFlOR CE. ERAL~ COMANDANTE EN JEFE ( Jt
R¿pública de Cahmbia.-ll.-finisteritJ d11 Guerra.-Sccción r.•--Nú.-.
mero 679. - B?gotá, 15 de Abril de I 898.
Señor General Comand:-mte en Jefe del Ejército.-Presente.
Servíos prevenir á los Comandantes Generales de División y
de Jefatura .i\llilitar, que ello no están facultado para variar la
colocación á los Oficiales nombrado~ por el Poder .Ejecutivo para
la pre. tación de sus ·ervicios en Jos diversos Cuerpos del Ejército.
Frecuentemente se observa que un Oficial á quien por Decreto
e pecial del Ejecutivo se h:1 J~: tinado como Abanderado de
un Batallc)n, v. gr., aparece despt é en lo e.calafones enviados al
!v1inisterio ó en los cuadros de C''nd cta, ·irvicndo en Compañías;
Jo cual, como no ,e os oculta, oca"iona grave irregularidades qut.!
deben ser corregidas oportunamente. /
Si por nece idade- en el ervicio ocurriere el ca o de variar dé
colocación á un Oficial en las Compaííías ó Plana Mayor' del Cuerpo
á que pertenece, debe solicitar e la medida á este Ministerio por
el conducto regular en la seguridad de que una petición de tal naturaleza
será atendida dc.:bidamente.
Dio og guarde.
ls.-\ÍAS LUJÁK.
(") Se repite la publicación de e · ta nota por haber alido la pri•
mera \"Cz con algunos errores debid o al señor copista del Ministerio,
• DF, [,A D.
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AUU.Tf¡' MILITAR 275
LEC1 URAS DE HISTORIA PArfRIJ\.
}>UNTOS PRI:-.ICIPALf.S DE LA VIDA PÚdLlCA DE BvLÍVAR
(CONTINU.-\CIÓN).
VII
El ter:-cnH to de 1.6 de Marzo de 1812, :1cobardó á los habitantes
de bs principales poblacione · de V cneLueia á tal punto que,
decayó muchísimo, si no .e extinguió, el ardor revolucionario con
que los pueblos buscab:m lo medios de conservar su independencia,
proclamada olemnemente el 5 de Julio de I 8 I 1.
De-pués de las capitulaciones de .M.iranda con Monteverde,
aduei .• ado este en absoluto del p:1ís, Bolívar logró embarcarse con
otros compañer·os, paréi Curn.ao, de donde pa~ú á Cartagcna (Colombia).
Al arribar á playas extranjercts el ánimo de Bolívar se mostraba
lleno de energía, firmemente resuelto á arro trarlo todo por salvar
la Patria.
El ardor con que ·e había empeiíaclo en la lucha, no le permitía
encontrar . ino Jos puntos extremos: el triunfo, 6 la muerte. Su
agacidad pohtica llcvábale á indag:1r la causa de los desastres de
los patriota en V cnezucla, y compendiando su ideas, redactó un
manifiesto<; memoria, que e imprimi/i en Cartagena, (r5 de Diciembre
de r812) en la imprenta de D. Diego Espinosa. Desde
Juego atribuía á la tolerancia y debilidad del Gobierno de la República
la pé rdida de la revolución. Como si leyese en lo futuro la
suerte capricho a y vacilante de las naLiones ·udamericanas decía
n aquel documento:
'Lo c6digos que con-.ultaban nuestros magi . trados, no eran
los que podían ense í1arle~ la cien · ia práctica <.le! gobierno, sino los
qu · han formatlo ci~.:rto:5 bueno. visionarios que, imagin á ndose repúblicas
aéreas, han prcrurado alcanzar la perfección no1ít:ica, pre-uponiendo
la perfectibilidad del linaje humano."
Y para que pueda apreciarse la certeza de las observaciones
del Libertadc: y la franqueza de su palabra, en lo~ momentos mi -
m os en que tnlt~ba de d spertar en Nueva Granada el entusiasmo
por la libertad del territorio · venezolano, reproducimos lo siguiente,
también copiado del citado documento:
"Yo o y de sentir que mientras no centralicemos nuestro
gobiernos americanos, los enemigos obtcndrtn las más completas
ventajas .•.••.
"Las elecciones populare:. hechas por los rústicos del campo,
v por los intrigantes moradores de las ciudades, añaden un o~táculo
más á la practica de la federación entre nGsotro : porque
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BOLETiN MILITAlt
los unos son tan ignorantes que hacen sus votaciones maquinal•
mente, y los otros tan ambiciosos que todo lo convierten en fac•
ción." ..... .
El genio investigador de Bol! var le hacía descubrir aforismos
políticos que una dolorosa expe,·iencia había de confirmar años más
tarde, y al formularlos con tánta claridad, en los albores mismos de
su vida pública, hubieran debido premunirlo del cargo de ambición
que contra él alzaron los que en vano intentaron a1 rebatarle de improviso,
el prestigio y gloria de su nombre.
El genio de Bolívar se sobreponía á toda acción pequeiia~
ruin, entorpecedera del grande ideal que le animaba; buscaba con
ansia la libertad del suelo de su nacimiento, pero por instinto, por
convicción y por propia experiencia, no se apartaba de las exigen ..
cías del mando, concediendo á la autoridad toda su influencia y recursos
á fin de haceda efectiva y provechosa en la marcha de las
sociedades.
Así, place obsel'varle cuando, al adquirir mando en Nueva
Granada, supo mostrar profundo acatamiento á las disposiciones del
Poder Ejecutivo y del Congreso, y no se atrevió á iniciar la campaña
del Norte mientras no llevó á sus superiores jerárquicos
"el c:nvencimíento de que debía abrir operaciones sobre Venezuela.
Cuando le fue dado penetrar con sus soldados al territorio
del Táchira, su elocuPnte voz resonú con los acentos de la má~
pura intención patriótica: "Yo sov, dijo á sus compatriotas, uno
de vuestros hermanos de Caracas, que arrancado prodigiosamente
por el Dios de la misericordias, de la~ rnar ·os de los tiranos que
agobian á Venezuela, he venido á traeros la libertad, la independencia
y el reino de la ju ticia."
VIII
La grandeza de carácter de Bolívar, cond ición que hoy con·
ideramos como imán irresistible á fa, ·or del cual supo dar vida á la
obra de la Independencia, causóle al heroe mil amargos desengaños,
hasta puso en peligro su vida, porque el noble caraqueño, que ofuscaba
con su presencia á la multitudes, era atormentado por las vo ...
c~s de la envidia y por los Ímpetus de la ambición desordenada.
Adondequiera que encaminase su atrevida planta, surgían espíritus
rutineros, incultos, osados con la más desenfrenada codicia, que se
irritaban con aquella aureola de irresistible prestigio con que aparecía
el jefe, al que no podían menos de considerar con ojos es•
quivos, como los que sorprenden en la mitad de áspero y fatigoso
camino, muro insalvable que se opone al logro de sus pasiones.
Bolívar vivió difundiendo la semilla bienhechora de la libertad,
nseñando á los pueblos la cartilla del dere,ho; infundiendolcs el
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80LETIN MILITAR 277
gcrm:n J~ la ciud.daní ; cnajo.Ja, dificilísin t t :u'-l, ante h magni:.
t Jd de la cull hubiera desi ·tido cualquiera que no fuese: el Líber.:.
tador.
Las elocuentes lecciones que daba con el ejemplo y con la pa-:
labra in fundían aliento á los pusilánimes, vigorizaban los animos de
Jos que yá se encontraban dispuestos á la lucha, llevaban el convencimiento
y la fe á todos; fue Bolívar apóstol de la venbd po'ític:.r,
a11t~s que mártir Je la noble c;ws ·l de la indepenJcncia d e su Patria.
Si lh)Y mismo, el insalvable ob· tá:lllo para b m. rch1 r.:gu lar .
progesiva de las naciones sudamericanas consiste en la falta de..:
cducacióit política de ló púeblos, 'que i'o acontecería en los albores
del sigio, cuando er~n cont:J.das la per::,on~.s cuya ilu~traciún y
~abcr la. ponia en dpacidad de torniar juicio propio?
Boli var realizó. prodigios con su ca u ti va dora e loe uencia, con
la perspicacia Cle su 'talento, con el dc)n de gc'ñtcs que le h.t Í..t descubrir
con p~smcsa rapidez las idiosincracias de..: sus cap;tanes.
¡Cuán irrési!;'tiblemente grai1de ap'arccc ante nuestra vista cuan:
do pcnsamo qt•e, si su divisa era triunf; r á toda C( st:t, no descuiJó
un instante la ·edÍ1caciót1 oe sus oldados. Penetn!do de l..ts alta
leyes del honor y del .deber aspiraba á q~·e bs cumplies e n c:on ri1or
en guarda de la segu'r idad y bienestar de la Rcptíblica . Dispcns ~\bales
su carii10 por igual; secreta alegría llevJb .t :.i su án~mo la · cción
generosa del soluado; en el encontraban L · cla. c; na un eu.sreú.lo ~~~p
TÍOr SÍ!l() á Ul1 CJtnpañero d_ inqucbr:.: rltab}r. valor, SCr~IlO y cxpcrt
>,que velaba ~obre ellos con atento C..'lo,,pronto á ctorg-<:rlc5 tol.1 la
justicia de so causl y á hacerles comprender que la unión ~ordia
C5 la mejor disci p1ina del ejército.
A nadie contrarió en el gradual y jt:>to ascenso de sus méritos:
era el primero en abrir C?tt-:.po ~~ t.tlent J, á la competcrtcia, al
esfuerzo bi_en inténc;ionado, al heroísmo y al ,-alor. Dt:eiío de .í
mismo, y COn la .\ ista muy en alto, más ÍrH:c!el " C qucd:1ban CI. SU
mente la accione 'Írtuosas, que los hechos corade y torpe .
Pero en és f'l. guerra'\ c1ue pá a nos o.tro los an.eril'ancs fu e ju_tísima,
' p rque vindicaba los dere hos de un pueblo u ' tr,tpdc, no to
~os lo que . cudieroñ á cmpuííar las armas llevaran el mistno Jdcat
'· e de prendimiento ni igual generosid,ui d :! in·encionc . Lo largo de
la contienda relajó la pauta moral de algunos, y ot1os es de presumir
e que no tuvieron más incenti\"0 al lanz;;¡rsc a la relea que
~a tendencia al mal que domina ]as naturalezas recias é indómita~
ie los que no han logrado acallar us pa.iones por medio de la pe'r~~
·cción moral '
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1:0LETÍN MILITAR
EJERCIT·O N ACICl~AL
l• VE TARIO de lo bienes que dejó el soldiad'o Pedro St4úrc:r., pertcnecien
te al Batallón N tira número 2 z
epública de Cabmbia.-EjércitJ A~:Jci?na!.-S.7t:JJ1Ó¡¡ Ndir.1 JJ!m;-er:> ZT-;.
IV! a;•oría.
En Ja ciudad de Cartagcna,. ·á cinco de O...tu.bre de mil ochocientos
noventa y siete, presentes en el local de la Mayoría del Batallón Neirr
número 22 acantonado en la mi ma ciudad, los infrascrito· Teniente'
Coronel 2.0 Jefe, Telé-3foro Morales encarg1ci'o del expresado Batallón '/
los testigos nombrados por éste, seño,..~s José Angel Calderón, B,~nito Encarriaza
y Alberto Lemaitre,.,. con el objeto de in venta ci-ar y avaluar lo!='
'nterescs pertenecientes al finado soldado Pedro Suárez del expré~do
Batallón, muerto ayer, cuatro del expresado Octubre, en el Hospital do
Caridad de e5ta plaza. Di.cho individuo conforme á la filiación era natural
de Iguaque en el Departamento de Boyacá. Se puso de presento
el dinero que se le encontró al finado en su poder, que es la suma de
eis pesos cinco centavos~ más tres pesos cchcnta centavos de cuatro día •
de raciones y ajustamientos, cuyos valores ha en La suma de r-uevc pesos
ochenta y cinco centa\'OS y lo que sigue;
Una cartera usada en ve:nre cent:wosr ...••.•......... $ 2c
Unportamonedas id. id. id...................... 20
U na camisa id. icl. id.. .. . .. . . . . . ... . • • • • . • • .. . . . . zó
Un par cab:oncillos id. id. id...................... 20
Una ruana Id. en tres pe os ·...... . . • • . . . . . . • • • . . • • • • 3
Un sombrero íd. en un peso ..•.•...••.....••....•••
Una maletera blanca íd. C'Tl C 1Jarenta centavo . • • fC"
Los nuc,·e pesos ocl cnta y cinco centavo~ que dejó el finado, se
emplearon para ayudar á pagar los gastos del entierro y urna en que se
colocó el cadáver, como consta de los recibos originales 'lue se adjuntan
á este inventario, Para el completo del pago de. la mencionada urn
y .- para 1 ~ntierro del finado, . cl Batallón contribuyó con una limo na.
o habiendo má intereses que inventariar se termina e<;ta diligen_
ia que firmamO! los que en ella intervenin,os.
El Teniente Coronel 2.. 0 Jefe encargado, TELÉSFORO MoRALES.- ·
El Testigo, JoJé A. Ca!derón.-El Testigo, Brtlito E -Cardenal Ci ·ncrosCltal
~lh-N um.mcia-Victoria-Alfonso XIII-Lcpanto-Rcína Regente-
\lfonso Xlf_,.~~inl Cristina-.-Rein:t 1 !erccdc .. -Lastilla-Aragón-
Navarra.
Buqttts de segtmda dme.
l'v1arqa~5 de la Ensenada-fsla de Cuba--Isla de Lnzón-Río de
h Plat•t-:v1éxico-Puerto Rico-·Vclasco-Infanta I abd-Tsabcl IrConde
d~ Vcnadito-Ju.m d_ Au:>tria-:\.. d~ Ulloa-Gcneral Valdés-
MJnib-Lcgazpi-J orgc Juan. ·
Bl{(jllts de tercera cla.re.
1\.1arí.t de Molina -1\ilrqtté d la Victori:t-Alvaro de Bnán-Filipinas-
Nucva Espal1a- Tcmerario-Vic<.:ntc Yáiicz-Martír!. Alon o
- GJJici - farc1ué' de Molins-Magallaneg-Elcano-Lezo-Concln.
-1\tlart]U~s del Duero-Fernando el Católico-G<.:n~r:d AhH'a-Cebú
-Puig::cr Li -D~5rructor-Auda~~-03ado-Terror-Furor- Plutón-
Pro:>erpin:l -Hcrn:h C Jrté -Pizarn~ 'a.sco N út1cz de Balboa-Quiroz-\'
illalobos.
C ÍÍonrros de Hgtmdtt dase.
1'diden todoc:, cuyo número es de 30, má · de 150 toneladas de de·ph?.
amicnt , y su nombre. son los ·iguientes: Albay-.Aharado- !cedo
-t\rayat- B.u tco.l - Bulu -'n- Calami·mcs-Call· n-CocodrilloContramaestre-
Cuba E pañola-Diego Vclá qt cz-Eul:t!ia-lndicI.
eytc-Ligt·ra-Lint:c- Iarivcles-Mindoro-Mac-Mahon- lVJanilctío-
Pampanga·- Panay-Puragua- Pclícan~__:pj]ar- Pone e de Lcón-
5:Jlamandr - Sa!llar y Sando\•al.
C. ííor.crc; tie t.r !'f'fl t!ast.
Miden los +2 siguientes m~nos de 150 toneladas de desplazamiento:
guil:.t -.\lcrt1- lmcndarcs-Aimontc- \rdilla-- trcvido-Caridad-
C:tuto-Centine!J-Comct.l-Condor-Corcucra-Cuen·o--Dar.
(h-Dclg,ldo Parej.t- Dependiente -Diamln·c-Diligcntc-E trcllaEsreranza-
Flecha-Fra icrt- Gaviota- Gardoguí- GolondrinaGu
an tá.nam::>-Guard ián-IVIayarí-Ot·~ rol:t- Perla- Reina CristinaRclámpago-
Rubí-Sat ~litc-Sugur:l-1 :uif.t- Tole io - U rdanetaVasco-
Vigía-\·alicntc y Yumurí.
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BOLETÍN MILIT4R
Todo ~ tos cafícneros de corto desplazamiento prestan servicios de
guardacostas, están armados con cañoncl! modernos de gran alcance ú
ametralladoras, y por su velocidad de 2 5 millas, son excelentes auxiliares
de los bLqucs de mayor porte, que constituyen el núcleo dd poder
na\ a.l ?e EspafiJ.
TorptdcroJ de primera clase.
Iguales condiciones que los buques anteriormente relacionado,
reúnen los cuatro torpederos siguientes, cuyo de:;plazamiento alcanza
ha ta 1,50 toneladas: Ariete -Arzón-Halcón y Rayo.
Torpederos de segrmda rlí7u.
Su número es de 9, miden hasta I 20 tonelada. y se denominan:
.1\ce,·edo-Castor-Ejército..:_Habana-J ulián Ordóñez -Orión-Orc.
Jóficz- Re tamo a ' Rige l.
'lorpediroJ de terara cimc.
S :>n 2, miden m(!no: de 1 oo toneladas y se llaman: Barcaló y
.Polux. ~ '
LaJJcltuJ raííonerm.
Son de poco calado c,on objeto de que puedan hacer la na\'egac.ión
de J,Js ríos, despla7.an menos de 100 toneladas y su armamento con.Jste
<'n cañones 6 ametralladoras. Hay 8, y sus nombres son los si~uicn es:
/1ire-.\ut•mio L6pez-Colón-Gcncral Blanco-Intrépida-Lanao-
.Lcaltad y .Mensajera. '
PoNtcJ.'fi.
Adcm·ís de los tres ponto:es que figu an en el cu:~dro precedente,
~ u~nta la :1rmad,1 <: pañ.ola con dos pontones . para el ser: icio de estac.ioncs
navJ!cs t:.>plfiolas, ste:1do los nombres de e to ·: 'errolano, que m1dc
779 tanda las de dc~pla7..11UÍC:ltO }' CStá armado COn tres qñones moder-
110ii; y Animosa, de soo tor~elada.,, con cuatro caíioncs de gran alcance.
• 1 •
Bm¡ttl'J t'i": str~·icio! cspecittla~
Frag na A~ urias.- \1idc r, ~ 5 ¡'8 • toneladas de de~plaz:11nicnto, iene
m·Íquir:a de vapor de 300 caballos de fuerza, CO!l eJ. armarnento 1e,
csarÍo para la mi~ión que dcsempc1ia dt: escuela na al flotante.'
· Fragata Almanza.-Midc +,664 toneladas, su n1!tqpina tiene la
fter:t.:.t de J,6oo caballos, e rá armada con 20 cañones de ' varias clac., y
su de·tino es dc:pósito de marinería en el Ft.:rro1.
Frag1ta Z.tragoza.-~1ide 6 6 so'+i toneladas, con máquina cuya
fuerza es de 8oo caballos nominales, } está destipado este buque á escuela
de torpedos.
• Fragata Nautilus.-Dt:splnza 1, 500 tonelada, está armada con 4
caflones modernos y una ametralladora, y u destino es el de escuela de
:;uardias marina~.
Fragata Vilh de Bilba9. -Mjde 1,312. toneladas, e tá arma:!a con
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BvLETlN MILITAR
10 CJñones de varias clases, y se halla destinada ;Í escuela de grumetes
6 a Hendices marineros.
· Fragata Gerona.-Desplaza 1,916 toneladas, su máquina de vapor
e de 6oo caballos de fuerza, está armada con 4 cañones y dos ametra'
!!adoras, iendo su destino depósito de marinería en Cádiz.
Aviso de guerra Vulcano.-Mide 650 toneladas de desplazamiento,
su m1guir..a C5 de fuerza de 200 caballos nominales y está al sen·icio de
la comi sión hidrográfica de la península. Monta 3 cañones.
Avi so Urania.-Desplaza 570 toneladas, tiene máquina de Hpor de:
3 54 caballos de fuerza y se halla también al servicio de la comisión hidrográfica
de la península.
Aviso Argos.-Midc 508 toneladas, la fuerza de su máquina es de
96 5 caballos y está al ervicio de la comisión hiarognífica de Filipipas.
Avi5o Criollo.-De cofldiciones aná'!ogas al anterior, se halja al scr,-
\' Ício de la comisión hidrogr áfica de las Antillas. '
Submarino PeraL-En el astillero de Cadiz.
'lriptdaciolles de los. btiqttes y flrJ"li.11{J.
SoLlados. M:trincros
En la Península .............. .
En las Antillas _. .••.•..•...•.•
En Filip~nas .•••.•.•.••• '.' •..
Totales ..• , . . . • • . ...•
5,39 1
2, 5 33
2,f68
4,89~
4,581
2, 51 5
Como se ve por los precedentes datos oficiales, la m~rina de guprrjl 1
española cuenta con 17 5 buques, cuyo desplazamiento total es de
398,8zo'89 rondada s, elevándose el número de sus bocas de fuc,go ú 83p,
enrrc caii one s de diversos calibtcs v ametralladoras. · , ...:.' .. , • , 1 , 1
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B)LE.rÍ.:-l MlLlfAR
ES~UAD.RA AM~RTCA~A
NOI\1'!3RES CLASE !TO 'ELA)E
"' ¡..,¡ z
o
¡z
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u
..
<
1
--;--Iowa ~~~~~~-:-- Acorazad~--; I~ 1 o J Sz- , ~ - -44-+-
zindiana......... 1o,z88 j 4-6 r6 427
3 l\Tas achu3s ctts... ... 10,2 S ++ 16 380
4 Texas ........ ,..... , 6,315 29 16 362
5 Puritáa ........... ... Monitor 6,o6o 195
6 Vesuvius ............ Dinamitero 929 6 1 21~ 20
7 Amphitrite.... . . . Moni·or 1 14-5
8 N e w-Y o r · . • • • . • . C r u e ero 8, 2 o o H 2 r 5 2 6
9 Colum\)ia. ......... ,1 7,375 31 22 429
1::> Brooklyn.___ 9,100 501
1 r Minncapolis ....... 7,375 1 23 1' 31 456
12 Cincinnatti.... ... 3,213 23 19 292
13 Monrgomcry . . • . . 2,09+
1
29 17 2 5+
14 Marblehcad ____ .. , 2,089 15 19 254
1
165 KDcttrolidt .... ·--- Ar't.'cte 2,ooo5 17 1 6 2957 a a 1 m. __ •.. __ • 2, I 5 1
1
17 Miantonomlh...... Monitor- 3,990 ro 10 136
18 \Vilmington . . . . . Cañonera 1 1 6o
19 N cwport . . . • .. . . . , 1 I 3 5
20 Vieksburgh .. .. .. . ... I 3 5
21 Annapolis.. •• .. . . , .
1
135
22 Nashville ... ... . . •• )t 1 s8
23 C.1sri~c •... 1
•• •• •• ,, 1,177¡ 10 ,r6 143
2 ~ Cusht'lg .. · •..•.•. Torpedero ros , 3 1 22~ 20 2' Poner.............. 1 4°
~~ ~~~ts~;;l·:.:.~: ._._: ~.: ¡zo 24 ~~ .
28 Dupont.... .... . .. 1 r6
29 Winslow. .. .. . . . ... , j 16
30 Fern...... . . . . . . Trasporte 1 20
3 1 Mangrove. • . . . . .. . , 20
3 .. K:::ntu:::ky.... .•. Acoraz :.u~o 11,400 8o 1¡8 440
3; Kcarsage.. • . . . . . , 1 1 ,+aa 8a • 18 440
3+ AlabJ~1la.. . . .. .. . ,. 1 1,400 8o 18 440
3 5 Mine ss~ ta........ 1 1 ,fOO 8o r 440
J5 Orcgon...... . . . 1o,z88 46 16 380
3 7 N cw Orlcans. . .. .
38 Albany . ... . .. ..
3 9 Banc roft . . . . . .. . " Crucero
40 Boston ......... . " + t Bermington ...... .
839
3,00:)1
1,710
1 I
20
14
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BOLETÍ.' MILITAR
NOMBRES
~; Atia,ta~~~~ -
4-3 Chic lgo . • . . .. .
4-4- San Francisco ... .
4-5 Baltimore . .....•. 1
4-6 Phila:lcl phia ••..•. l
4-7 Ncwark .........
1
4-8 Char_kston .....•..
4-9 Ralcigh .. . . . . .. .
so Olympia ....•... . 1
SI Montcrey.; .... .
52 Terror .......... :.
53 Cat kili ......... .
54- Nahanc ....•...•...
; 5 Jason .••••......
56 Machia ......••.
57 Petrel.... . •....
58 Dalphin ...... ~ .· .
59 Y orktonw ....... .
6o Concord ... .- ..... ·,
61 Bancroft ......•.•
6z M aric 't~ • • • . .... ·
63 Stilctlo ........ .
64 Alarm· .. • · ......•
6 S Sm~crs (?)• ...... ,; ••
66 Manning: ........ .
67 Princeton ....... .... ,
68 Helena . . ......... .
69 (),vin .............. .
íO Talbor ............ '
7 1 I~odgcrs . . • • . .•. •j
72 E acx . . • .•..•. •
73 Me Culloc ..•....
7+ Gn.:ham ........ • 1 ¡; Algonquin .....•...
76 Onandaga ........ .
77 Lancastcr .......... ~
1
CLASE
"
"
"
.¡, ,,
Monitor ,,
"
;~
Caiíonera
" ,,
, .
,;
" Torpedero
,
Ga1ionc ... a
,·,
,,
Gai1oncra
"
. "
Crucero
I¡ 177
892
1,486
1 ¡oo1
r, }"zol
838
3j Bo
1
!
I+
12
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I S
14
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J8
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20
18
1 ~ ~
154-
132 ,
IIS
192
1 93
1
1
1 1!8
1 :Z-7 ,<> J;;: ~ i 1 __ !)· h:>
Además hay una cai1oncra en Baltimore yáconcluída, pcrosin nombre
todavía, dos torpederos en Europa recién comprados; diez y seis bu(
ptcs en el servicio de faros que pueden ervir cómo cañoneras; veinticinco
yachts que serán trasformados en torpederos; sesenta vapores; mercantiles
que pueden servir como trasportes armados; seis monitore viejo~
ara dcfen a de puerto. y doce vapore aduanero. que e pueden utilizar.·
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ROLEriN MILITAR
Elf E; EJERCITO
E'l ?bLr Ejecutivo p~r Dc:r~t~ J.~ fech:t 26 el~ l\tby-> acep~~~
~1 Capitán Antonio M. l<.amírez la excusa que presentó para ser\,
ir el puesto de Comand:.u"úe dé Ja 2.• Comp::uíía del Batallón Aya•
nuho número 3'· 0~ y d~titH) en su lagar al de igual grado José A -
'censión Rivera ~te nabía ido notnhrado para la s:· del G~·rd,brl
'nÚmero 6.0
Declar<> en usó de licencia indefinid 1 por insubordimción y
beodez habitu~l al Capitán Salustiallo Tejada que sirve como 1"'e-
1liente en la r.• Compañía del Darallón lv:ira número 22, á solicitud
del primer Jefe dél <:::uerpo. l:,lamó al servicio a~tivo a1 1'e-
1liente Manuel J. Carrasco y lo destinó á la r.• Compañía del N .1ira
número 22 en luga~- de T-ejada.
Declaró insuBsistente el J'lornbramientó hecho en el señor R:t
iael Gálve.z para instructof civil del Batallón Núlí.!z t1l1mero 9~
por abandono del destino, segt~n it}Íorme del Comandante Genera
de la 4: División. ,
Ascendió á Capitán efectivo al Teniente Adolfo Ortiz qué
~irvc en la z·." Compañía dd Batallon Bárhula número 2.0
, y lo destin<)
á la 4·· del BJyacá núm. '- ro 24 en lugar del Capitátt Jorge
'.J'ulio Rincón, que pasó á otro qterpo.
Llamó al ser\,: cio activo al Teniente Agustín B. Samacolo
·ina y lo destinó á la 3·" Compt.lñía d.::l Barbula, en lugtlr de Ortiz.
Destinó al ~oronel Benjamín Silva que sirve en el Cuart,.J
General de la r.ll Di visión, como primer Ayudante General, <11
mismo puesto en el Cuartel General de la s: Di isión.
Cónfirió al señor Jesús egret el en'~pleo de Subteniente, 1<"
!amó al ervicio activo y lo destinó al E tadó Mayor General de!
Ejército como 2:"' AyudarHe en lugar del de igual grado Jorge
Martfnez, que fue destinado á otro puesto: El nombrado pre·tará
~u servicios en la secciór1 1.• del Ministerio de Guerra.
Por Decreto de fecha 28 de Mayo confirió al señor Arturó
Carvajal el empleo de ubteniente, lo llamó al servicio activo y lo
destinó como supermunerario al Batallón NariiíJ número 4.0 EJ
'ubtcniente Carvajal irá á la Escuela Militar en representacr6n dé
)"oitado Cuerpo que no ha enviado si1 o un alumno;
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
Formatos de contenido:
Publicaciones periódicas
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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 54
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