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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Vea - 05/09/16

Vea - 05/09/16

Por: | Fecha: 05/09/2016

Exclusivo. Maluma. ¡Entre el pedestal y el ojo del huracán! Aclara rumores sobre amor, sexo, racismo y más... Habló de los celos que despiertan su éxito. Ricky Martin lo invitó a grabar con él. Homenaje. Juan Gabriel. ¡Inolvidable! Pillados. Nina Caicedo y Mario Duarte. ¡Ennoviadísimos! In fraganti. Ricardo Quevedo y Liss Pereira. Del humor al amor.
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Vea - 05/09/16

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Vea - 19/08/16

Vea - 19/08/16

Por: | Fecha: 19/08/2016

En la vida real. Marcelo Dos Santos, Cristina Campuzano y Juan Manuel Mendoza. Víctimas de la traición. "Estuve muchos años sin decir: 'te amo'. "Me han puesto los cachos mil veces". "Mi tusa fue de océanos de llanto" Lincoln y Carolina Cruz: ¡Pura pasión! Sin costo adicional, Revista Mandalas. Para el amor búscala en el centro de esta edición. Exclusiva. Diva Jessurum. Le terminó a su novio.
Fuente: Pasa La Página Formatos de contenido: Publicaciones periódicas
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Vea - 19/08/16

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Vea - 11/07/16

Vea - 11/07/16

Por: | Fecha: 11/07/2016

Exclusivo. Robinson Díaz y Adriana Arango. ¡Salvaron su matrimonio! Tras 5 años separados, más enamorados que antes. Así superaron la crisis de su relación. En las tablas reavivaron la pasión. Primicia. Variel Sánchez espera un hijo con su amor platónico. Jessica Cediel. ¿Se operó la cara? Angelina Jolie y Brad Pitt. Divorcio inminente. 
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Vea - 11/07/16

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Vea - 20/04/16

Vea - 20/04/16

Por: | Fecha: 20/04/2016

Colombia la eligió. Vaneza Peláez. ¡La + sexi! Así luce ¡y tiene dos hijas, de 2 años y 8 meses!. Sus rutinas infalibles para curvas de locura. Paparazi. Pipe Bueno. Conoce a su nueva novia. Pillados. Fabián Mendoza y Nina Caicedo. ¡Muy junticos! 7 Miss Colombia revelan sus secretos de la eterna juventud.  
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Vea - 20/04/16

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Vea - 04/04/16

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Vea - 22/02/16

Vea - 22/02/16

Por: | Fecha: 22/02/2016

Gran especial edición 100. Marlon Moreno y Majida Issa celebran con nosotros. Por primera vez 100 famosos confiesan ¡Lo que nunca han contado! Descubre al actor que besó a su suegra. Conoce quién se durmió durante el sexo. ¿Qué celebridad falsificaba excusas médicas? ¿Quién estuvo tras las rejas?...¡Y mucho más!
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Vea - 22/02/16

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Vea - 02/10/15

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Vea - 11/08/15

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Imagen de apoyo de  Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 183

Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 183

Por: | Fecha: 22/12/1900

BocoTÁ, DxcrEMBRE 22 DE 1900 ·------------------------- -------~~-- --- ·--- -- -----------~---------- Or¡rano del i'-lillisterio de Director ad honoreJD Guerra y del Ejército Francisco J. Ver1fara V. Son colaboradores de este periódico los Jefes y General de Ingenieros, 1\Iiembro de varia• So· Oliciale~ del Ejército ciedades Cientfticas .A.N<> :J:'V" N'"U:Lv.l:. 1aa " La victoria no da derechos." Esta sentencia se re­pite entre nosotros con tanta frecuencia, que creemos opor­tuno exan1inar su valor, lo que tiene adentro; si es protesta anticipada, acto de fe, exposición de principios, manifesta­ción de sensiblería, una d;! estas frases huecas que vagan por el mundo para que las utilice algún elocuente rétor, una simple n1acana, ó, en fin, una n1áxima moral *. Insinuaremos, sólo de paso, que sería prudente no dar n1otivo á enojosas interpretaciones, repitiendo en cada dis­curso que la victoria-á la conquista-no da derechos. Esta repetición de ]a mi<:;nla frase se parecería al ademán del pobre chico que siempre levanta el brazo sobre la ca­beza para parar un golpe de otro más fuerte. " La victoria no da derechos," es sin1ple máxima mo­ral al uso de los pueblos chicos para que los grandes no les conquisten; inofensivo espantajo, que no in1pide el sa­queo de la huerta. Es aún una protesta anticipada, una · Reproducimos este artículo, haciénciolo nuéstro para editorial \lel BolelÍIJ l'lfilitar, porque en momento¡¡ en que el iiberalismo cae vencido en la luch:1 material, después de haberlo sido en el campo moral, sería el colmo del absurdo hacer concesiones de doctri­na ó de procerlimientos, toc¡¡ndo en lo más mínimo el credo conservé:dor, por cuya ge-· nuina restauración se verificó la gran revolución moral del 31 de Julio, sin par en los anales ele la historia, y en la cual la opinión publica llevó al Poder a un ciudadano civil, quien en el acto contó con el apoyo de los miles y miles de soldados que en el campo ele batalla habían salvado la existencia misma de la Repúblic1 cristiana que se conoce en el rol de las naciones con el nombre ele CoLOMBIA; la única hoy de la América latina que no ha renegado ele la idea en cuya persecución el genovés Colón descubriera el Nue­vo Mundo, merced al apoyo de Isabel de Castilla-L. D. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 712 BOLETIII MlliTAI ~ falaciosa seguridad que á sí mismos por ahora se dan, pero de la cual pasarán fácilmente después á ]a resignación. Es peligrosa, como todas las máximas falsas y flojas. * * * Se ha dicho que la conquista no daba derechos; que admitirlos sería como negar ]a existencia del derecho pri­vado, público é internacional. Sin duda; ¿pero no es la fuerza la única base y la única sanción de este derecho in­ternacional, el que además admite el de la guerra y lo re­glamenta? ¿Hay alguna pauta, algún padrón de las accio­nes de las naciones y de los pueblos? Absolutamente nada, salvo la fuerza. Es en ella que fundan la justicia. * *. Si estas verdades parecen crueles é inmorales á las almas sensibles; si su austera conciencia repugna admitir que la conquista, la victoria, la fuerza, no crean derechos, esas cándidas almas no podrán evitar de constatar que son hechos y que nada existe, nadie tiene derechos, que no sean nacidos de la fuerza, es decir, de la victoria y la conquista. Los elocuentes declamadores de brillantes fiorituras sobre la máxima esa, oradores de tierno corazón-¡ oh, tan simpáticos todos !-tienen por lo general gruesas rentas: ¿de dónde provienen? De la conquista, pues; de la con­quista del capital sobre el trabajo, de la apropiación por uno del trabajo de diez ó cien paisanos suyos; de la toma de posesión ó de la retención de cien leguas de campo que pertenecen á prorrata á otros hon1bres, que tratarán algún día de reconquistarlas. ¿En virtud de qué derecho estamos aquí, nosotros los blancos? En virtud del derecho de conquista, la que se realizó de la más execrable manera por el robo, el asesinato, la matanza en masa de los indígenas, que tal vez ellos mis­mos habían así desalojado, miles de años ó de siglos antes, á otros indios autóctonos. * * * Todo es conquista. Y no hay derechos que no estén basados en la victoria, incluso las declaraciones de indepen- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIN MILITAR ~ 763 den:ia: el nacimiento de un pueblo procede de una violen­cia, una conquista, y si la victoria no diese derechos, ¿ cuá­les serían los {luéstros? La libertad de todos los pueblos, la existencia de todas las naciones, el origen de todas las posesiones, la base de todas las constituciones : todo tiene por causa primera Ja conquista, la victoria, la fuerza. Y, existencia, libertad, propiedad, constituciones y de­rechos, es aún la fuerza la que los conserva. La fuerza, único Dios ante quienes todos se posternan, hasta los que alardean de serie incrédulos. * * * Dejen1os á un lado esas sensiblerías, esas maxtmas platónicas, que en el fondo son pura hipocresía. Sepamos que no hay derechos que no hayan nacido de la victoria, los nuéstros como los de los demás, y hagan1os lo necesa­rio para ser dignos de nuevas victorias y nuevas conquis­tas; para que teniendo n1ayor territorio, tener nuevos dere­chos, es decir, hagámonos fuertes: los fuertes son los buenos y los justos-M. (De El Port:enir .Militar de Buenosaires, Argentina) EN TIEMPO DE GUERRA 11 ráC;ticas france as 1-GEN EII.ALIDA DES En los ejércitos la artillería está encargada del manejo y ser­vicio de las bocas de fuego, incluso el establecimiento y construc­ción de toda dase de baterías, el aprovisionamiento de ]a tropa en armas y municiones y la construcción de los puerJtes militares. Por eso en cada ejército hay un estado mayor de artillería del cual depende la fuerza de esa arma, con la cual marchan el respec­tivo parque y el equipaje de puentes. Por regla general, el comandante de la artillería acompaña al jefe de la fuerza á que está adscrita para recibir sus órd~nes y SQ-Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR ~ meterle las proposiciones que juzga útiles en bien tiel servicio Durante el combate manda personalmente sus baterías y recibe órdenes del jefe superior. El comandante de la artillería extiende su acción á todo el servicio de la artillería en la fuerza en que figura, y da exclusivamente órdenes á las tropas de artillería que no hacen parte de un cuerpo de ejército ó de una división, siendo responsable, además, del aprovisionamiento del ejército en material y municiones de guerra. Los oficiales comandantes de tropas de artillería deben estar en relación continua y regular con los jefes de la infantería á cuyo lado ú órdenes estén colocados, para tener noticia oportuna de los movimientos de 1a5 tropas, obtener escoltas si fueren n~cesarias, campos ó alojamientos adecuados á su servicio, recibir víveres, etc. Es esencial que de antemano conozcan las disposiciones del ataque ó la defensa, las posiciones que habrán de ocuparse, el fin que se persigue, etc., sobre lo cual presentar~n sus observaciones al superior, llegado el caso, sometiendo además á su aprobación todas las medidas que sean conducentes á obtener de las piezas el mayor efecto posible. Los comandantes de la artillería de una fuerza, de una divi­sión, por ejemplo, dependen del jefe de ésta en lo relacionado con servicio, policía y disciplina; pero en lo referente á material y apro­visionamientos se entienden con el jefe superior de la artillería del ejército de que hacen parte. Los oficiales de artillería no pueden comunicar la situación de sus municiones sino á los oficiales ge­nerales de quienes dependan y á los superiores de su arma. En los convoyes de municiones el mando pertenece al oficial de artillería que lo dirige, si es de grado igual ó superior al que manda la escolta; y en caso contrario este último difiere al juicio del primero en todo lo relacionado con el servicio, movilización y defensa del con voy. Los oficiales generales que mandan la artillería, lo mismo que los comandantes de las divisiones y columnas, van acompañados por un jinete que en el día lleva una banderola y en la noche una linterna, señales que en los campos y combates se fijan en el alo­jamiento ó puesto ocupado por dicho oficial general. En la artille­ría la banderola del jefe superior es escarlata y azul celeste en ban­das diagonales, y la linterna roja; en las unidades inferiores la linterna es verde-oscura y la banderola lleva los mismos colores, pero el escarlata se coloca encima y el azul debajo; en los parques la linterna es azul ó amarilla, según la categoría, y la banderola de ese mismo color. Los oficiales superiores del arma tienen derecho á un orde­nanza por cada dos caballos de los que les correspondan para el servicio. Los ordenanzas de los jefes sin tropas hacen parte de la ,s.• compañía del ec¡cuadrón del tren de equipajes. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR ~ T65 En todo cuartel general los artilleros arlscritos al servicio del estado mayor de la artillería forman un grupo á órdenes de un oficial encargado del mando del destacamento, sin que por eso queden segregados de la batería á que pertenecen. El comandante de la artillería somete á la aprobación del jefe del ejército las medidas que conviene tomar para asegurar la conservación de las armas en los hospitales y ambulancias, lo mis­mo que para incorporar en los parques las de los muertos. 11-ItiARCHAS Toda batería se fracciona en tres grupos: I .o, la batería de com­bate (piezas y municiones); 2.g, la reserva (municiones y fragua); 3.0 , la subsistencia (víveres y bagajes); de ordinario los dos primeros marchan reunidos, pero los terceros forman una columna esp~cial. Las secciones de municiones (parque) también forman grupo especial, cuyo jefe determina el orden de marcha y la repartición del personal en la columna. Los bagajes, víveres, cantinas y bes­tias de repuesto de un estado mayor de artillería hacen parte del tren regimentaría del respectivo cuartel general. Cuanto al orden normal d~ marcha, cabe advertir que cada pie­za va seguida de su armón (municiones) con los unos sirvientes so­bre él y los otros montado~ á lostlados ó en columna tras la pieza. Si el enemigo está lejano, todos los sirvientes montados se reúnen en c:olumna á vanguardia de las piezas. En terreno muy difícil, ó cuando la marcha es lenta, los sirviente ·~ , salvo los cocheros, caminan á pie con las bestias del diestro. En caso de peligro un oficial y dos clases marchan á la cabeza de la batería para estudiar el terreno y reco­nocer el campo. Las bestias de remuda siguen al grupo de com­bate. Si la marcha urge, pueden separarse las piezas de los armo­nes, engancharse aquéllas con tirantes, y de éstos apurar sólo lo mejor atalajados: los otros se reúnen á la batería cuando ella haga alto ú ocupe posiciones. En las columnas la artillería se reparte entre la vanguardia y el grueso, si aquélla se compone de varios batallone5; si no, mar­cha dividida en escalones tras los grupos de infantería que com­pongan la columna, con forme lo demanden las circunstancias. El parque se distribuye en escalones, de los que unos siguen con la fuerza y otros marcharán á uno ó dos días detrás de ella: de los primeros una porción acompaña á las unidades respectiv el asunto merece ser tratado en un capítulo especial, tanto más cuanto el sistema puede ser empleado en el ata­que y en la defensa. II. Razones de la frecuencia del hecho-Que adversarios tan fuertemente apegados al empleo de astucias y de estratagemas se dejen engañar á menudo tan fácilmente, es hecho debido sin duda, y de modo especial, al desprecio que hacen de los métodos estúpi­dos (stoiid mcthodes) de la guerra regular. E !los ven cuál es la len­titud de los movimientos de sus adversarios. Agazapados en em­boscadas para apoderarse de los rezagados, ocultos por la noche á inmediaciones de las avanzadas, vigilando el servicio diario del campo del ejército regular, se dan cuenta de que el sistema de la guerra de voluntarios es para ellos el mejor medio para resistir. La experiencia les demuestra que en este punto ellos son casi siempre más fuertes que el soldado regular. De este modo llegan á despre­ciar la habilidad con q a e sus adversarios pueden obrar, empleando también contra ellos las astucias y las estratagemas. La grande importancia del efecto moral en estas pequeñas guerras ya ha sido tratada en un capítulo anterior. El carácter impresionable de los adversarios de las tropas regulare en esta clase de operaciones, se convierte en poderoso factor cuando entran en juego las tretas. Porque esta impresionabilidad los expone á ha­cer at.1ques prematuros ó ~abandonar posicione que juiciosamente habían escogido. Se dejan intimidar presto por el avance firme y la actitud resuelta del ejército regular en sus marchas y en sus ataques; pero, por otro lado, están singularmente dispuestos á distinguir los síntomas de vacilación ó de retroceso del ejército. Un jefe de espí­ritu levantado y de recursos se aprovechará de tiempo en tiempo de semejante situación. l I I. Ardor del cnemÍJ(O en la persecución de una columna en reti­rada- Se pueden citar numerosos ejemplos del ardor de los guerre­ros irregulares para aprovecharse inmediatamente de las ventajas que les presenta la retirada de sus adversarios. Este ardor en la persecu­ción puede minorarse pronto; pero al principio tales guerreros obran llenos de energía y de confianza. Si el ejército regular les cede el terreno, se precipitan sobre los que creen en derrota. En la excita- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 774 BOLETIN MILITAR ~ ción de su supuesta victoria, los jefes pierden la poca autoridad que tenían. El cambio es instantáneo. Cuando sienten caer sobre ellos pesadamente la disciplina y la superioridad de armamento, se aba­ten, se desmoralizan, listos á huír; pero cuando ven volver cara á sus adversarios, su entusiasmo no tiene límites y avanzan temera­riamente, dando libre curso á su ferocidad. Ejemplos-En Denghil 'Tepe, en 1879, los Turcomanos es­taban profundamente desorganizados por el bombardeo de los Ru­sos, y guarnecían las murallas de su fortaleza ya dese"perando de su causa, cuando se encontraron rodeados; pero no habían acabado de darse cuenta de la retirada desordenada de las columnas asaltan­tes, cuando salieron cargando furiosamente á las tropas rusas. Su contraataque fue terrible. Sin la intervención de la <3rtillería el pe­queño ejército de Lomakin habría podido ser no sólo derrotado, sino destruído. Y sin embargo, hasta ese momento los Turcomanos habían mostrado poco ardor en librar batalla á sus contrarios. En el notable combate de Bang Bo, cerca de Langson, en el Tonkín, en 1885, de que más ddelante se hablará, fracasó un ata­que de los franceses sobre las trincheras de los chinos, lo que suce­día por primera vez en la campzña. En ese momento los chinos estaban muy desorganizados por sus derrotas sucesivas; pero tan luego como se dieron cuenta de que las columnas de asalto se reti­raban, se lanzaron tras ellas y las persiguieron durante algún tiem­po con tal empeño, que no sólo fueron rechazados los franceses, sino que sufrieron también una derrota muy seria. ~ En 1852 una gran reunión de Momunds ocupaba las monta­ñas al norte de Shabk.hadar, fuerte situado cerca de Peshawur. Sir C. Campbell mandaba las tropas. U na tarde una banda enemiga bajó á la llanura á merodear. Sir C. Campbell salió 1del fuerte con una pequeña columna de caballena y una sección de artillería á cab:1llo; atacó el flanco de los montañeses en un terreno perfecta­mente descubierto, y los rechazó hacia las montañas, causándoles grandes pérdidas. Pero como se acercaba la noche, Sir Colín se vio obligado á retirarse: entonces los Momunds dieron media vuelta y persiguieron á la pequeña columna en retirada con tanto vigor, que la artillería tuvo que ponerse varias veces en batería y disparar con metralla. De este modo logró la columna volver al fuerte sin pérdidas serias. IV. Medio de sacar partido de este ardor del enemigo-Se po­drían multiplicar los ejemplos de esta prontitud del enemigo en volverse contra las tropas regulares que se baten en retirada, y de la intrepidez espasmódica (sic) de que hace uso cuando se lanza á la persecución en el primer arrebato del triunfo. Esta es una ca­racterística de su modo de hacer la guerra, y hay que tenerla e cuenta. Los guerreros irregulares no comprenden la persecució metódica; pero sí la entablan con vigor y encarnizamiento. Un Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETIN MILITAR ~ 775 jefe prudente, que tiene sus fuerzas bien á la mano, puede en oca­siones aprovecharse de esta característica para con adversarios sal­vajes y medio civilizados. Simulando una retirada ó dándose bien cuenta de un momento de vacilación, puede colocar al enemigo en una posición táctica desventajosa. V. Los jefes enemigos no pueden vigilar á sus guerreros-Hasta cuando el adversario está bien disciplinado y bien sujeto á sus jefes, el afán que produce la vacilación ó la retirada de las tropas regulares rompe los lazos de la subordinación. En el entusiasmo de una victoria supuesta, el enemigo se desprende de sus jefes. Esta pérdida de los lazos de la disciplina en un momento de triun­fo sólo se verifica entre los adversarios de las tropas regulares. La mayor parte de las naciones europeas emplean soldados indígenas y contingentes locales en las pequeñas guerras que se ven obliga­das á sostener. La experiencia ha demostrado que los contingen­tes del ejército egipcio, espléndida tropa de combate, difícilmente se contienen cuando ven á su enemigo huyendo. En el Tonkín los oficiales de los Turcos, en el calor de la acción, tenían la cos­tumbre de hacer cesar el fuego y de hacer acostar á sus hombres, á fin de tenerlos bien á la mano. Los jefes enemigos pueden des­cubrir la trampa, pero no pueden atajar el arranque de hombres medianamente instruídos cuando como soldados se lec; figura tener ya la presa entre sus manos, y temen dejar escapada *. VI. Los Zulúes llevados á un ataque prematuro en Kambulá­El hecho siguiente, tomado de la guerra contra los Zulúes, es un excelente ejemplo, y muestra de qué modo un jefe de tropas capa­ces puede sacar ventaja. No hay que olvidar que los Zulúes, mal armados y apenas organizados, e~ taban relativa mente bien disci­plinados y de ordinario obedecían á ciegas á sus jefes. El ejército Zulú, marchando al ataque de Kambulá, se di­vidió en tres columna~ al aproximarse al campo. La primera co­lumna envolvió la derecha de la posición, la segunda la izquier­da, mientras que la columna del centro marchaba derecho sobre la posición. La columna de la derecha llegó la primera al sitio, y se detuvo fuera del alcance de la artillería. El Coronel 'N ood hizo salir la gente de á caballo, bajo el mando de los 'Tenientes Coro­neles Russell y Buller, y los empeñó contra esta columna de la de- • Un hecho análogo se verificó en 1890 en el Dahomey, en el com b:1te de Achupa, de que ya ha hablado el a11tor. Los oficiales que han conducido al (!ampo de batalla á los tiradores del Senegal, saben que esta tropa es, para emplear las ex­pre ione;; del autor, splendidfigkting material; muy diffcil de sostener fija en el fuego á caus~ de su ardor. En el combate de Achupa, los tlel Dahomey e retiraban des­pul: s de uno de sus numcro&o é infructuo o asaltos; el Coronel Terrillón, querien­do asegul'ar el triunfo, resolvió mover el cuadro á vanguardia. A la voz Je mando, toda la compañía Pausier, que formaba la cara derecha del cnadro, caló bayoneta, y se lanzó tumultuosamente en el bosque, en persecución de lo~ del Dahomey. Co6ltó sumo tr:1bajo volver 1l reunir á los titadores en su puesto de combate. Durante algún tiempo el flanco detecho del cuadro qut:dó abierto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 776 BOLETIN MILITAR ~ recha. Los jinetes ~e aproximaron á caballo, luégo echaron pie á tierra y rompieron los fuegos. La débil disciplina zulú no pudo im­pedir que toda su columna se precipitase sobre los de caballería, quienes volviendo á montar y entreteniendo el combate, atrajeron á los Zulúes hacia el laager, en donde los salvajes cayeron bajo un fuego nutrido, porque el terreno era completamente descubierto. Las pérdidas de los Zulúes fueron tales, que se batieron en retira­dz para buscar abrigo en las rocas, y no tomaron más parte en la acción. En resumen: una tercera parte del ejército enemig0 se encontró en derrota antes del principio del ataque formal sobre la posición inglesa *. VII. Otros ejemplos-El hecho de inducir al enemigo á lanzar­se á un ataque prematuro simulándole una retirada, ó, como en Kambulá, haciendo salir un pequeño destacamento á provocarlo, ha sido frecuentemente empleado con grande éxito. En Sikak el único combate regular librado por Abd-el-Kader á las tropas francesas, el General Bugeaud, obligado á evitar momentáneamente un en­cuentro, á fin de poner en seguridad su cúnvoy, atrajo hacia él las fuerzas del Emir para atacarlas en seguida sobre un terreno favo­rable. Esta maniobra es muy antigua, y se empleó á menudo en la época en que los ejércitos combatían en masas compactas bajo el mando inmediato de su jefe. Los Normandos lo emplearon en Hastings con éxito notable. Los soldados regulares lo practican con mucha ventaja contra fuerzas cuya organización deja que de­sear. En 1521 Barbarroja recurrió á la astucia, para hacer salir á los Arabes, á los Berberiscos y á los Kábilas, de su campo atrin­cherado de Millel, é infligirles en seguida una sangrienta derrota. J omini cuenta cómo, en 1799, los Franceses atacaron á N á­poles, defendido por el populacho: simularon una retirada después de haber penetrado en la ciudad, y los lazzaroni se lanzaron tras ellos; en seguida, volviéndose contra los que les arremetían, los batieron á campo raso, y se abrieron camino por entre las calles de la ciudad, picándole los talones al populacho, que huía. Las pequeñas guerras modernas ofrecen excelentes ejemplos de esta manera de proceder, entre otros el siguiente incidente de la sublevación de la India: Sir H. Javeloclc, partiendo por primera vez de Cawnpore para ir en auxilio de la residencia de Lucknow, encontró á los rebeldes que ocupaban la aldea de Onao, y los arrojó de allí. Faltaba algo de espacio, las dos orillas del camino principal estaban cir<::undadas de pantanos, y dándose cuenta de que acudían en defensa del ene­migo grandes refuerzos, evacuó la aldea con el fin de ocupar á al­guna distancia una posición favorable en donde ocultó una parte de sus fuerzas. El enemigo, envalentonado por este movimiento de • V6anse las Ezpediciones Inglesas en 4/rica, p'ginas 218 y siguientes. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIN MILITAR '--y--' i7f retirada, atacó y cayó así en la tram~a. Los Ingleses lo barrieron todo á doble fuego, en tanto que algunos destacamentos, atrave­sando el ¡JJntarlo, hac:an demostraciones contra los flancos del ene­migo, que tomó la huída abandonand'J quince caílone~. V 1II. Yahr d~l recurso rü una retirada simulada en las guerras de imurrtcción-AI debelar insurrecciones, las tropas regulare pue­den emplear venta jo amente e'ta e, tratagema, hasta cuando sus adversariOs son inteligentes y bien armados; porque los sublevados no tienen ni cohe::.ión r1i confianza en su" jefes, á los que les falta autorrdad. Un notable ejemplo dt> este hecho se presentó en 1821 cuando el alzamiento de la Valaquia contra el yugo otomano. El comandante de una columna turca, sahiendo que un bata­llón rebelde, especialm~nte conocido como el batallón sagrad::>, se encontraba en la vecindad, envió en su busca á algunos jinetes desmontados, cuy os caballos se ocultaron. E 1 batallón, to . ando á los jinetes por soldados de inf.tnten, hace resaltar la aptitud e:pecial de la inf..tntería mont..tdtl. p.tra te 1 ler tramp.1s; p >rqu~; en ca i t > l )S los caso-. la ca­b.- dlería t.Lb.! echar pie á tiara par.1 ohtener el efecto desead . La caballería es por tanto preferib~c de e ciert ·l punto, de vista, pue to que, ·i se lorrra ocult.tr lo:; c.-tb llo, no sol.llnt.ntc h y una gran prob tbilidad de atraer al enemi•_ro, sino que ademá se pre. en­tarán oc.L iones de dar cargas m u y efic,l.cc .. sobre lo" a Jv rsario- que avanz·1n en desorden. Lo~ dos ejemplos siguientes se han Je citar en apoyo del y:t ner cíonad de la guerra de la independencia de VaLH]uia. t: n 1860 una re: u ni ún considerable de W aziris bajó de sus montai1as, sin ser provocada, para hacer una excursión en la lla­nura, ~er~a de ~r an k * l y s tq ue;1r la ciudad. El r.!Haldar * S tadat Kh.1 ••, que mdnu.lb.t 1u tropa d~ C reunió algu­nos otros v.>luntarios á caball\> y m:1.rchó al encuentro de lo Wa­ziris. Los enco11trÓ sobre u11 terreno de;;Í:1vorable inmediato á • T iltk es uno rltl lo~> pu~;rto.-. iug e ·e1 del Gom.1l Pu ... • Oiicial intlígt!na. VIJ I -5 0 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '178 80LETIN MILITAR "'-y"--' las montañas; retirándose entonces poco á poco, los atrajo á un sitio descubierto, y luégo, dando repentinamente media vuelta, les cortó el camino de las montañas y les acometió con doscientos macheteros. El enemigo, que contaba tres mil hombres, fue com­pletamente derrotado, y huyó precipitadamente dejando trescientos muertos y muchos heridos, entre ellos el jefe de la tribu. En esta brillante hazaña la caballería no tuvo sino un muerto y algunos heridos. Al final de la guerra de los Cafres en 1878, una columna mixta de tropas inglesas y de tropas coloniales se encontraba en posición en un sitio llamado Kwintana que estaba amenazado por Jos Galekas y los Gaikas; estos últimos (esto se ha sabido más tarde) no debían tomar parte en el ataque sino hasta cuando su Jefe Sandilli lo juzgase oportuno. Para forzar el combate, los hombres de á caballo recibieron orden de avanzar y de retirarse en seguida precipitadamente delante del enemigo. La estratagema sali6 á maravilla. Los Galekas se lanzaron con ardor en pt>rsecu­ción de las tropas montadas; los ()"aikas, escapándose á la acción de su. jefe, siguieron á los Galekas. La infantería permaneció ot:ulta en las trincheras, esperando á que los Cafres estuviesen al alcance de SlJS fusile ; algunas descargas bastaron entonces para poner al enemigo en completa derrota. X. Atraer al ennnigo a una emboscada- En el caso preceden­te, el enemigo fue atraído á una emboscada preparada con destre­za. Los francese . , en 1\..rgelia, usaron en varias ocasiones de astu­cias análogas. Los jefes cuyos nombres se hicieron famosos durante los años de guerra que siguieron á la toma de Argel, Lamoriciere, Changarnier, Saint-Arnaud, adquirieron una grande habilidad para esta clase de operaciones. "La guerra, dice un proverbio árabe, es la astucia combinada con la fuerza." Abd - el-Kader y sus satélites pa!:aron por maestros en el arte de ejecutar sorpresas y de tender emboscadas. Los france ~ es tomaron este método de guerr.1 de aque­llos á quienes habían conquistado. Bastará un ejemplo de estas operaciones. Cuatro batallones atravesaban la g:uganta de Muza:i, en 1840, cuando supieron que los Arabes se encontraban cerca t:n número considerab 'e. El convoy se alejó bajo la guardia de un batallón; dos batallones se ocultaron detrás de un pliegue del te­rreno; el cuarto, tomando contacto con el enemigo, se batió en scaguida prontamente en retirada atrayendo á sus contrarios á la emboscada que le habían preparado. Los das batallones que se habían ocultado cargaron súbitamente sobre los Ara bes, á la bayo-neta, y los pusieron en d rrota. · XI. Algunas veus el en emigo cae sin intención en la trampa­Las tropas irregulares ~e dejan con frecuencia engañ a r completa­meute por un síntoma de debilidad involuntaria ó intencional de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIN MILITAR ~ parte del adversario. Este hecho se comprobó bien en la acc10n de Arojée, en Abisinia, en 1 8b8, jornada en la cual el enemigo fue atraído fuera de una formidable posición por un movimiento de las tropas regulares, movimiento que no se dispuso con tal intención. Las fuerzas del Rey Teodoro ocupaban alturas muy difíciles de acceso; cubrían las cercanías de Magdala y dominaban un vaiJe sobre el cual la columna inglesa debía necesariamente desembocar en su marcha sobre la fortaleza abisinia. El convoy de la brigada de vanguardia, siguiendo un camino distinto al del grueso de la briga­da, llegó al valle casi al mismo tiempo que el resto de las tropa!. El Rey Teodoro, viendo el tren de mulas sin escolta aparente, or­denó á sus soldados que se precipitasen para apoderarse del botín. Las tropas inglesas apresuraron su marcha para contener al ene­migo y proteger los bagajes, y se encontraron con las bandas abisinias en el llano en donde ya no tenían la ventaja de la posi­ción. El resultado fue una victoria decisiva, con pérdidas ligeras: la tropa del Rey se desmoralizó, lo que permitió que algunos días después se tom.tse, sin seria resistencia, la fortaleza de la montaña. (Continúa) --•-+-• --- E N EL E R V I . C 1 O M 1 LIT A R (Continúa) No hay que oenlthr, por otra parte, que el mayor uúmero­de lo~ beu~ficial'ios del artículo 23 son, si u contl'adiecióu, loa e~tuuiantes qne se consagran á la~ ca1 reras liberalt•s. Se ha atil'madn que para iHJHéllos el uin~J (le lo. e ·ttHlio~ u t'ltwarí:• por la ouligucióu immr·ita. eu la ley ele baher ol.>teuiclo t•l diplo­ma reglamentario á la ellaIIZ,ll' sus estr11lio~. Si ;1 sns Vt>iutisóis HTios, ú. pe· sar dP RUs t>~"fllerzos, (]u iz{t sprios, {t pt•sar tle n 11 t I'H h:-~jo re~·n. lar, e ... tt• hon1hre rro puedt> ollterwr el diplo111a de sobl'e él y á cleteuerle Pll t>l eu;-ut..-1 dur·aute dos aüos "1 Yo digo que el'\tO c·s impr:wtil~ahle é Ílllposiblt>, y ;~contP<~erá Hllil. dP Sto.s jún1 flt.•.s, compreudienclo cnál es la cousecnPII('Ía de la falta ele éxito dt•l <'allditlato, hasta les otor­ga. r·:íu los diplomas, y tle ... ~te modo uo sP conseguir{\ tSiuo que UHje el 11 i n.,l de los t'Stnlnhros USpPCtO de Jos mmdidatos UIICL Íllt)nJgell· cía patP.I'Ilal, lH'"rfectameute co11rpn•11sihl~ pot' otra parte. B.s para. eono­Ct> r su el';t a do tle ilu i uro .Y \·atorar los tesoros tle l>onda.1l que Cllciena. su t~Ot azón, en otros ti e m pos tan tlispue.stos {t la ,'t'\'C· ridad. Uomo ha.hdua de terH•r ellos ntlot' de \ oh·er á t""ll \'Íar al cuartel ájón~rws <¡tll"" llau sdis las circun~t:tr1cia~ qnizá han impe,li•lo cousagT;u· á sus c:-;tutlios tanto euhlatlo y tiPillJ)O <~omo se re· quería. Al~· ttllos do . u.; colt.•gH~, tlu uat.ttt·al..-za uu·tto"\ l'lellsihl•~, deplora u lo (] ne eoustdera11 ~~01110 culpa \¡)ps dt•hi litladPs, pt.•ro sus n~criminadorw~ 8tHI ("". tél'ilc•s, y ead:t. }tÍio e Vt' cr·Pct~r me· cáuiea.mPIItc el HÚIUPI'o tle tlnetorP .... La eort.'P<~IIPIH~ia. tan twi­deutl~ t:onw ll tllllllclo eutero. 'n IP:,.:ítima rt'JHtt<-ICión y sn brillo no JHt,·•lr-u sint) auuaentar.st~ h~•jo la lt·:.!·islaei()u qtw lali rige y euu los reem·sos que lt>~ proe tr.t. Los ¡n·ofe·mn·s, a.dprn;'ts dt.1 estu, ti~IIPII tleua ;l~iatlo celo rwr· ~~~ I'PspoH.sahili,latl .r por ~u bc)llol' para. 110 ~llriqu..-eer Ílwe~aratemcute ul glut·iuso patr·imo- Jlio que lJertltiH.J'()IJ (fe 8llS abuelOS. . l..~o •ane heleemos JH'esP-ure, "'in h l ar­tículo ~~3. El l\Ii 11 istro de Guerra no pnexpti(~ac\onel', que, por otra partP, el artí(~nlo 23 ha ~ido u u privilegio tentndor. Hé aqní el número clt.' los militares á qnie11e~ se ha. :..!Íf'::a· ción aetnal. lo pro1~nr·a el lllO\'imieuto de lo· estudiantes de las clit'Prt•utt-- · Uni\"t--rsicl:-ttl t.•s. Mie11tral'! quo eu la U ni\· •r hlad de PaJi la cifra el(:'. lo~ t>R - tuien pronto un vnruadero peligro social. Qniéra e ó uo, los dominio~ (lf,,l mója sentir el malestar qne sufre e~ta ehl~e de traoajadores in­telectuales. La nueva ley militar, eximierHlo dos años de ser­vicio á los jó\-enes qne se comprometen á obtener á Jos veinti­siete •le edacl su doctorado, ha aumentado la gra\·eelatl de la situación, de ta.l moclo qne eu nue~tnl época, la eoncnrreucia en la proftlsión métlica es ta.l, qne se puede <-leeir que en el punto de vista puramente material, lo~ proveutos de gr:.J.n nú­mero de métlicos han llegado á sm· inferiores fL las asignacio­nes de mouestos erupleao que s<~ obstina en no vuur. Víctima ele la ch•se. ¡wracióu, ¡de qné lado t)e ral tarnhiéu reeihió in~trncdonc.·~ rPlat.in•~· á la couclucta que debía seguil' para prott>gt•r Ja. almharear Pll ella:.;. Di\·icliclo tle e:-;te moclo el ejérei10, para ohE'cleeer á la.· ley ; de la rtt•ce:-.iclad, ~'-'<~ mantn\·o t•u t>l Apnrc•; eRtaha f11rmn~to Cl'eí elt•lu~r ma.n teru•rmo á u euheza pam no ham•r ru~nlPr á los sohhulos la confiauza que mi prc.a~t>ucia. parc.ada illspir·af'lc.•R. Di orde.n tle qne se Jt-\·anta"'<' en San Fernarulo una fortifi­cación ca paz ele hacPr iu fr·•wtnoRns hu~ ·t••utat i \'aR de lo~ rf'l>el· des cont r·a loH cuerpos de tropa~ que dE'hían paHar allí la <'Stn­ción tlel Íll\'it-'rtiO; t>ll Rt.~guicla distribuí á la~ canoas fn(:>rzas llnfid(•llt.t-s para potwl'la~ t->n (:>8tatlo de st>gnir ,·inje por el do IJa:-;ta PI pa~o de Juan 1\.fatt>o, ('Jt donde ih:-tn {i l"t'l' ~t>p:-tradas. Dt>. pnél-4 de tomar 4.-•:-;tas elispo~ieiones me dir·ig-í eon el ejército 'jorua•laH cort~1~ á 1\fen•mr re y 811R alredPclort•N, reco~ic.•t~clo t'U el tr·;'w:-;ito á lo~ hahitantt>:-; qne habÍHII emigraclo á. la~ mouta· iias y ltaciPu•lo pa~~• r á la otra J'Í her-a. el el .A r·atwa tCHlas las l>eS· ti as y ca ha.llot\ C]IW fne po~i hl•~ mammtr·ar. El p;li'O del río s~ ve· riflcó por seguut.la vez pet'o siu uiugún ol>Htáculo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETtN MILITAR '-Y-"' 78l J nzgné <•tttOJH'f'FI (]llf' f'<'flH ventRjo~o-o la;.lcf'r J'f'l'OJTPr PI pafs y ~njPht rlo á la oht>d Ít>lleia, .,,, YÍH pHnl que tattto ellos como ~us solclacloH oh¡.;pn·:-ll't•JI la <'OIIfugi ... clo f'tt ht~ ntot•t·tñ~~- Los e~<·mulro­ne:-; particAr·ou <'11 clistintj~lrou Y<-'r Pll tc•do 1m~ puntos; Yi~itaroH ¡nnti<·ul;.~rmentP :l Ori«'lliiiiH J A<·hagml~., y traJPron nu Jltllll<-'1'0 <:oul"itlerablt• ele f;~milia:-:, Jll'H~él la mi­seria m:l~ t>:-:pmttosa, q1tP ~n~ mit>nahro~, llllO~ por fu••tza~ otrO~" por aneh;l to, se ~nstrt-tjProu á la a 11 tm·iJ'lla 1 el el Rt>.Y p:HH :-;o~twt<-"t · ~c" {t la doutifltieiilll m:):-; h{nhar;,. No :-:t-' de• · cuidó uingún mc•clio pma ittspirarlc•:-; cnutblltZH; {l todS tnt tó <~j~r<~i to <'OTl ti 11 nó ~n m~ r<'liH sohr~ A<'lwgna~, en donde dPhhttuo~ ..-:-;tadnnarn.,s á <·anl"a <1<-' la \'t>H­t} tja de~ Nm posigft nao~ H lli t•l 8 dH Marzo. A nttc .. ~tra pr<>~Pnda eompuz:non al fin {t. re~pirar los habi. tHntc->1'1, .Y la ,·ista dt' los ttopas rt>ale~, pintadaH por lo~' facdo . so.· <~OII los m(ts twgTt~H eolores, lt•s pan•<·ió <•l úni< :O lllt'dio <·a.­paz clt> :-;ah'Ht' l'll:-4 Yidas, ~11 tlc·n ·c·ltO,. n ltoJtor y :-;us illtt'l'NW • Yo eo11.·agTél h ~t todo~ 111is dc·S\'t>los il llll'Í(ll' :lr la !-'tH.•rt<· de til11h1s ino<'t'lliPs ví<·tirnaH (]p la .Rt·,·olnc-ion. Un gran IIÍlfll ~t·o de ,· iucht.· y ele huérfano~ YJIIO á rd'uginnm il lct H(lllthra de Jllli'Hf ras hallclc•ras, y tun~ la ~atisf;•<·c~ióu ele \'t•r á llltH·Iaos hotnhrt>s extnl\' iro:-icbH1 y d.-pcnt•t· la arma~. A tocios se ),."' eonc~Pdieron ht~ Yc·utajas de que yo q nerria goz:.tsf'll lo~ :--ú hclt to~ tit•lt•s ~d He• ~· . l>c·~pu(í. dt"l pn:-:o clt>l Araii'~H. fH'I'I'\II:ttliclo tlP qn~ mi.· pro­m<'~: tR 110 podÍttll tOIIIaJ'~t' <:01110 efc•dO d~_. tPIIIOl' Ó dP dt>bilidafl, ofn·d una \ ' PZ 111ií~ la paz ú lo.: la;thitaattP.' tlf-' C'StH~ <'Olllllrc·~•s; la paz q11 • hilt ,·h·atliPHtf .. clt•.- .. alt;i • u !tl:t.i•·· ta ht •r h:H:Pr oír t>l )ptJgll:tj•• dt•l ho11o1' y dH !a ntz<ÍII ;í bt~ tro­pali ing-lt•. a~ cpw <·on uosotroH habían c·onthHtido t•n E:-;pnfia á las órclt.•IIPH dc~l (JC. .. tH•.ral llill. V<~au . ·c t'Rta. clo~ }H'ot·lattHiS, qn<"' cl.-!itliehaclameute uo tn\·icron la acogida que yo tc11ía de­recho á esperar: "Hahitaut,~~ ch~l Apnre y Ma hl~~. pérfi r ln~ y H m hicioso~, ~E> lu111 1~­vant: uln Hohn'~ ,·o~oti'oH, Pmpnhr ... ,:iéndoo~. ~ttgañ:l11cloo~ eon UWiltintH ~, eon .... 1 \'ano f,uat,.tHIIl;t. tl...- n11a oprc•si611 qnimérica. La patrid, que llau cou vertitlo e u ca m vo de desolación y de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. f.86 80LETIN rliLITAI ~ u e lo, ha pre~tatlo su augttsto no m ore á tan vergonzoso sacri· Jegio. '' Hahitantes de Jos Llanos: VilSotros sois bneno~, dóciles y valero::;os; esos miserabl..-~ os h atria no eutra pr~ra nada. ~~~ ~u~ proyectos; feliz sería ella sin tan bárbaro ~ocorro; ello~ no quieren sino domiuar, perde­ros y adornarse con no m hn)>s fastuo8os, fJ u e no met·ecen. "Los ricos rebaños de vuestras fét·tiles dehe~ .. u~, el co­mereio interior de las pro,•incia.s, las uacieutet:\ hahitaciones qne comenzalMis á ver JHOsperar, la paz y la cmnotlitLltl parti­eular (le cada 11110 ele vosotrol'l. e:üo~ :-;on lm~ hienes fJ ne os ltan arrel..>ata(lo eso verdatle1·o~ ti ranos fJ tw hahhtn si~m pre de Ji. bertatl y re \"UeRtras calwz>ts! '' Vosotros los veis h uír y o en 1 ta.rse coba.t•tlemente á la proximación ~to ninguna barrera. á soldados agnenidos q ne u o ~ieuen, como los otros, á arrebataros nte.stra. trauq ni 1 iclacl eon tOt·pes astucias, sino á re~ta.hlPcer el m·clen, la. paz y la jnstieia. H Depotwtl laR armas y tornatl á Yue:-;tros hog-nrN~; Repa roos (le esos f"rtméticos setliento-; ele sangre y tlt> Yenganza, y tra\mj(•rnoR juntos por la prospel'idntl th~ estas orHlatl paternal tlt~l Rt .. y, n~ngúis {t colocaros hajo Ru J>roteccióu y l>ajo la del ejército qne él ha enviado pat·a \•uestro escu.tc. Cuartel general (le Nuevo Paso dt•l Rey, sobre el At·auca, 4 de Fehrei·o do 1819. El G •ncral en J •ft•, PABLO l\JOHILLO" • • • 16 A lu!l Jt'ft.~. Oficialt!6 ,11 soldad ~• inglesu acltv.lme 1t e al servicio de lo.~ ins~trget~tel "El Gobierno ra. como lo' ~úbtlitos de Su Majesta.d Bl'itiinica. han sitio t>Hg an-onar SU:l hogares, con inteución de establecerse eu estos ¡>4-\Í- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIII MILITAR ~ f8~ &~s,.con la faoX()Pctativa de obtener, por premio de sns servicios, ¡nopietlarle~, fortuua, houoreli: ¡pero cuán cruelmente los han enguiiaclo! "Iuglese~, á vosotros me dirijo, {L vosotro~, que conocéis ya á ~~e famoso ptw~ouaje que, si11 tlurla, cnctndo e~tabais en luglaterra h::thréis cornparaclo púhlica, sus tropas, sus ~Pnerales y á los miserables que componen su go­uierrw, dPhéis \'Í\'ir COIJ\'PilCtdOS ele qne hahéis Sido PUg"afiadOS (lel moeie. El pueblo fle Venezuela no dt>~wa ~;iuo la paz y t~l extermi11io rle e~t.os mon~truo~. ''Sé qut' \·al'ios iug:eses y otros extranjPros se encuentran f,.t tos de rned ioR pt->cu ui:uio~ ~' en im posi bilitlad para st•parar~c uo esta Cl-insa iuicna. Por esto tno ntre,·o i"1. ofreeer y á gAran­tizar la sPg·nrithul ptlrsonal {t aqut>llos qne ~e prPscnten á mi f:\jét'cito; ~e les recibirá al SPrYieio tle su ~Injestad Católica ó se les euYiará al país qne escoJan. "La bnena inteligencia que rP.ina entre vne. tro Gohierno y la monarquía esp aíiol fltle ha eomhatitlo por la lihe.-tatl tle Enropn, e ... to.r R<>g-nro tlo que ::;er:'t cot~.::idt! rcttla por \' o ott os t:omo sincer ' iuYiolable. "ünartcl general en A ·hagnas, 26 de !\Iarzo do 181 !), El General u J e o · el Ejército real en V cneznela, l\1 O HIL LO '' Durante la permanencia del Pjército en Achagnas, el se­gundo hat·LIInt•raJ. Los rebeldes no po,lían ignorar la preReucia de mis tropas en un pafs en doncle la. maym· parto habían uacitlo y conserv·a­ban amistades; JHH' l'sto t>~taban ell01~ pt-rfectameute impuPstos dü mw~tros m~uort:•s wodmitmto~, y Bolí\'ar, que lle~ó ele Gua­yana con alguno~ n fuerzos, couci hió la ~Hpera nza de batirnos en detall, por medio ue nna marcha rápida y oculta. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '788 80LETIN MILITAR ~ Páez r BoJínlr, reunit>JHlO RUR fnf'rZ:H~, paR~ron Pl Aranca con 'los mil qmnit>uto~ llomhrPs, ele lo~ Cllidt's etliltJ·ot.~iPutos er¡.¡u avPntnrt>ros ingiPRes. Se prest•ut.:.u-on 'lt~ i•nproviso delan­te dd .Moliuo dtA Gnanwrra, d~ qtw lw hablado rwú~ aniha; todo bada comJH'PiliiPr qne ,-enÍi'lll muy ~t'lo{lll'os 'lel éxito. El Vormwl D. tlc,:-;é PPrt. .. ira. (}tte dt. .. ft•udía t>l'ltP pnuto, 110 tt>rlla á su dispo~icióu si 110 do~cit .. ll tol'l \·ei 11 tisit>te i uf.autt>s y odumta cara hi 1wros; t>l rt-sto de t-i liS fuer zas estaua. t.llsetu ir nulo e u <.ti­versos puntos lt·jauos . .A pesar de una inft.•rioricl~ul tan grande, el Coronel Pe· reir·a f(-'soh·ió I'!O~teru•l' el honol' de lns al'IIIHS t>spaiíolas .Y su re­putacióu •ni litar; el'\pPró {t los n·lwldt. .. ~ con nna trancprili•hul ud mira hit>, y IP-:-J opuso n u a rPsist t.•twia. q rrt.~ t · ~ta ha 11 h•jn:-\ de agnar,lar. Tr .. s \'eces voh·i,•t·on á la ear~a c~on ht mitad de sns fuerzas, y tres veet .. ~ ~e vieron n·chazados ft la hayout>ta .Y for­zados á hnír \'t>rgonzmmmcnte. Sn pérdida H lc~a uzú {t más tle trescientos ltomhrcs t .. utre mm .. rtos y bt>riclos. ·yt~intintun-e pri­sion~ roR Qllt>(larorr en poder de IH~ tropi'ls realeti, con alguuos fu:-;iles y otros objetos de cquipo-Cuntimía. El 18 cltl Agol':to último pnhlie6 Tribnurt, Riu (~omentarios -¡, catllliclPz ó piearclía i -ttn n~lato de batalla dado eu Uolom­hia Plltl't~ d11s particlns nwolnc~iouarios. ¡ Qné matauza! U ay una distauda enormP. eutre ~.a hata.­Jia ~· la~ de los soldados dd Papa, ó an11 lgratiaha ;\1 PrP · iclente l\lae 1{1111.-y el Allllirautt• Dt•WPy-tal \' t•z st•rú Sdtlt·y o S;llnpson - qn•~ dtt­rante el combate un jon•n timonel dt> sPguuda cla~e ya pica­do de \'Ínwhts, se ha toreiclo 1111 pie al ,· ... uir á O(mpar· sn put--s­to t>n la rnttda d •1 timón." H.•rrgn~h~t rnistno 110 pasa dt.., stmple eRcararnuza si lo compar:.uuo~ co11 la hnnot·o~a hatalla ele Oo­lom hia, ú la cual, pal'a a rno1·thrnar algo el pf...,eto tPJTOI ífitm que en Jos áuimns causaría, ha 8ido necesario dar dos uomhre~: Lebrija y Palonegro. l)t>ro dc·jemos la palabra á Tribun(t, qne verdaderamente es inimita hle: "Et 11 de l\layo em¡wz6 la hatalln, qne ha ~iclo nna (le las más hnrrihlPs f)llP ~e rpg·il·•tnw en las p;'1~ina~ a la victoria. s~ sigue luchando día y lloche 1Ja8ta el ~ü." Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIN MILITAR ~ 789 ¡ Qnince (lías ~Pgnitlo~! no s:ou clo~ no:nbres los qne habría qu~ ct<-1r· á la batalla, Mltto n11a do<~t"IIH! '· De t•:o-~ta hara lltt t"spauto~a., imagím·s:e el frag-or y el es­trago dt" lllltehns eaiío11e~ y HIIH .. trallatloras y ele :30,00:• fusiles dt~ fll't·t~isióu moderno~. clisp;~ratlos c:ou ardor fn~nétieo cluraute quince días y qui111~~ noeh.-s. Imagírw,.¡e e11 eatla. soldado, en catla otieial, t>ll muht.kf..,., la fati~·<~, l,t zozohra, la :-~etl, t'l hambre, t~l insn11a11io, el sol, el :-;~reno, {t bt. Íl!te'llJH•rie, en 1111 tern~no dis­} HJtado paluao á palmo, eu uuís ele closcientaq hol'as de lucha euwtrni~;tda llast;a. la cl ... st~spt~t·aeiún. hahie.tHlo lle~!atlo 1:-\ mayor parte dH lcts tt'opas al sitio tlel combate con marcha-8 forzadas iucn·í hles. '· ImagínPse la ra.hioRa. compasión por cada compañ~ro QlW cae para no IPntnt.ar, las altt"t'll;-at.h·as eh~ esperauza .V de dc•s¡weho, por fin las tlinutlos <)11~ in\·ocan á la espo:-;a. {t. los hij~,s, {l. la matltt'~ ahltlltlouados por· una pat.r·ia · que c¡nié11 ~ahe si s4j apro\•eohará th·l sa.{~ritieio. ¡Oh, quit~ra Dios que á lo m t .. nos , ohrt .. la haei naetón de h neso:-c que hlan· Qllt .. arú en P:-ot> ca111po dt:\ gloria.\' ele muertP, ~e cortl-\olide para t:;ÍelllJH'O el impt~rio tlt~ la. legitimillS qnP hr·no:-.~ ,\· eomo rt-nHttt~ tl ÍI-\IHll'ado~ con freuét.ieo al'tlor durltttt•• quiuee día:-; y qniuee nodws .... Bsta hatalla. de l}alone.r¡ro clt .. smi~nte e\·if1Pntemt~nte los C~tleulos ele los esm·itor·ps utilitar·es, dH la. g-e11te (Jne ~"t~ Ct't•e cou•pt•h•ntc~ Pll pstas matt•I'Ía8 ~· pretc>Htle qne las hatallas tllfí­eilnw•• tt~ lm·,,r.ln mils dt• do.· d a:-~, qtw todo .. jér·cito qu ... haya lwt·dirlo t.•l \·ciutl! ó tr ·iuta. poi' cieuto do su cf~,,ti\'o tt:null'{' quo r tiriH .·e•. ¡ Qn<~ tlos días y tn•int.a por ciPuto! B~t•u e .· c~iert•• (1''"' no eonoel,IIIOS t•l IIÚtn(•J'O ~1~ mnerto~ y heridos Pll Lehl'lj<' ,\· l'a),,ne.rJ'·o; pe•o por lo.· dt•tallt"s (}tlt~ he· mr»s tn•u~·~•·ito e~ dahlt ,~ret .. l' (}ll~-' hayau pasaclo th~l IIO\'t•uta. y <Ürtcm por cit~uto ••• Puliría t;eL' tamiJiéu qtte 110 l11tbie ·e hahi· do ha.talla ... . -.11. • ( 0~:~ El Porvenir Militar ele Btlenosaires, A rg~ntin:a) "' L r•:; c1111 · e ¡ .to~ el el e .,:r it .r • rge11tÍ11•1 son pruE-h1 snhra•la rle h import:tncia de la h t •• . }., de P.-tlo111·gro, dt':-.rlt' el punto ele vi:-t r táctico, y la ju-t , fi·~ •ci6n de los tttlc rlt's1lo.: .wte~ ele lanco~ del pu ÍJ mn c¡ue á blan~:os que t.uubién m.•t 111 Por lo dt•má•, P.tl011egro e· una prueh,L Ítrt'cusab•e de la bon­dad le la inf,nterí.' colo;nbiaua, ya muadtin,,-L. V. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 700 80LETIN MILITAR '-y--" (Continúa) ContiPno 61 ca nt6n de Ch iq ui uq nir{t 26,600 h~ hitantf'~, irre­gularmeute uíclos ~ohr~ nu tPnitorio d~ ~~4 lt"'¡!.{tta8 ~ra­nadiuas cuad nHlas, dc~ )as ,m a lt>s 140 ~o•• tlt· sit·rtos eou tin nos, la. mayot· parte l>altlíos. Las S l h·gnas enatlt·adas I'P~tautN• r¡ne se •lau pOI' hahitad:-~l'l, uo lo t>sUtlt en propon·ión {¡ ~-'11 ft .. rtilidad ui Hl tamaño de los clistl'Ítos, pues PI de Chiquiuqniní eliPilta ,ooo habitantes, ... 1 tle Oattipauna 5,000, PI tle SahoJ;Í a,7CJ0. el mt \'ist a. 1 ,600, el dt- Itoeo 1 ,~CtO, los de Ooper, .l\luzo:; PHillle HOO ('~tra qne impropiam nte pnt>ch·n IIHmar~e po­blados. IJa pohlación aume11ta en lo~ em-ttro primeros~· disllli­nuye en los restautes, ~ohl'e tocio eu Muzo, Bueua\'i~ta y 1\fari­pf, no )'orque sus eliu1a:o~ fwau mal~anu:.;, sino por falta. ele quidnet-t animen la. inclul'ltria y e~onijau las etJstnmht'PS. De Jaa 84: leguas qt e se clieett pobladas, Hpeuas la décim;.t. parte Re halla ocnpatla por ~wlllelltet'8 de ualdíos. Hállause IIIÍilaS clt .. lJit·l'ro, ·~ al'hou, sal, cobre, plomo. oro de a.luvióu, eal, .Y~so y a huudaucia dt' Hznfre eu varias combinaciones. En ¡muto ft Hnimalt•f1 y reptilc•s no par(.•ce sino que allí se han congregado los ele toda la Aruériea., eucontraudo cada lleÍt'l'I'H. tlll aroma ex· qUJsito. El catubio tlt estos frutos ~t:' \ ' Critica. en mercados ()119 se tienen en catla. pueblo uu día tle la. st>maua, J•or Jo n•gnla.rel domingo, y el tt·ausporte lo hact'll á lomo dt~ btwy, úuietJ ruedio praeticahlt> en aqnt>llo~ camiuos fragosoM y aha11do11atlo~. El pa· padeutt., animal, euja.lma.tlo y t•oJI un ); , ¡·go c~aht:~:-.t.. ·o, ~tt.aclu at agujel'O qne le ahren t'll la tt·ruilla llP la. uariz, marcha. dt~lauttt del contluctor cou dos gTaudes tuocldlas cueima, y á n•ces uua mujt>r ó nu rnnchHelto por añadidura. Un gTito ó nn lllO\' imit>n­tu tlel cabestro le haceu apn~sur<~r ó detPuer el paso, clid~i i ~e á fllen~d1a ó izquienla, ó subirse á lo::; barrancos para tlar paso al Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 80LETIN MILITAR ~ vi~nclantc.~ qn(~ Be enctwntra eon lns cargas en los estrechos ca­llt'jotlt':- t por dmulP 110 es pmdhh . ., pasHr ~iuo en tila. J)e r~gre89 del mereay, :-~iu ca rg;.¡, Re con vierte en cabalgadura del amo,";\. eoutra toda:-~ :-;u:-; aptitnclel'l trota y galopa de nua maue­nt g-rote¡.;ca qne llace rd•· al qup por primera vez presencia el iuu.sitaC'lo HrHbtr de ;H¡ttt ... llos e~ball(> ~ con ctwruoR, obedientes y manl-'o · twhre tocla po11cl(•t ·ad6u, compHfitorol-1 iuse¡uuahlt.·~ del il~~ que uiugúu otro ¡·e~mplaza­ría en J:.ts fat->na~ del mtlliJIO y dt-'l tnítieo. S..- da fal'\t id iosa la e u u nwnacióu de las riq nezas naturnlee qne guardan eu :-~u .st>11o lo~ i11tcrmiuahles bosques de e~te ca.n ­tóu t'H los di:-;trito~ dP temperatura. m'dicla. MHderas prf'ciosas, resina:-; :uomit t ica~, h{ll:-:H m os y pla utas me<.licinah.-•s de sor­JH't-' IHiente etkaeia se t•lletlt-'lltt·au á enuclautc· caza de cit.·n·o~. Yeuaclo:s y ruuchec.lumhre ele otr o. · ;tllilualt·.· clP ca•·tws 1-'Hcult.•nta~, olviclau su terocidafl y llu)- l'll (h•laute c.lt•l llomhr(-', ;ti cual sólo aco~ado~ y mortitimlclo llJ uat m·alista put>de r correr si u l•t·ligro alg·uuo la:i 11o l'Xplor, <:omo ¡.., o1 c((~d r ú tllu~ M ro ~ahio, motle~to y m a logrado eom patriota Ué .... pt.•dt·s, hahlcuulo uel'al. <'(llll(' IIZ du~ y juzgado fut>ron lo~ ·iguit•ute : -==-1--=::_ ------D·1--L- t_T_O_ s _ ___ ____ l-=~- 2 1 4 6 10 1 1 8 o 1 2 2 Jlurto ....... . .. . ........ . Riiia . .... . . . .............. . Homicidio •••••.•.......• . 11 " n g-a . . • • • . • . . . . . • . • ••. ·¡ li (•t·ichtS . • - •••••••.•••••••. H.c·~ pottNa hi 1 it l aft• <:to de ~\ ht~hitht f)lle ,,.~PI ,·ieio pl'~·lornÍII illtt•, partitmLtl'lllt>llte ell las ~ntlltles reuuÍt>liPS ele lch lll·'l'l:ados .Y Ít>I'Í Js pre~os fu~a!'nll de la prisión, uo oh .... talltt• l)llt~ la· e(u·c,·lt·~ eareet>11 tle ~wgtu·itl:t · l y sn11 ea-;.ts t~onulrlt's dt• paja er>ll prt rt·d~~ dt-\ ttPrra. La-; c:uJsM~ tlt:> n•spoiiSrtarios por 111al llt""SPIIl· ¡wfio tle sns llHUt'f't•s IIHg-arorl (l ,., .. ¡u t isiPtt"', hi~11 q ~~~ d Íl"'Z no 1u~s pl'Pstarotl mérito par 1 pr·o<: 1h•r·. J~...;te ht>tdlo Ps eonehttivo á la. carencia tle instruedón qnn hact~ •h·l A.lcaldt1 nna \'er•la.· cf~ri\ ,.,ctitu.t, ena1ttlo 110 es lll,trn •twnto pasl\'o t},~ los {I'On.f)nrt­le$ del pu~hlo s ele al~úu tilltl"'I'Íiln 11t>eio y Pllt't•tl;~tlol', tle don­de pt·ot:e•le el 01lio eon ()lit~ rtiiPstros caiiiJH•sillos miran t-se c,u·go por mil rt'SJH't~to · orrt•i'O ;o. Aun Clltllclo se tome en con­Sitlenwiúu lo i llll>Prfeeto dt~ la ~\ti 111 i nist ra,~h)n flt"' j 11stieia p.n lo~ tlistritos, totl:.t\'la Ps eit•rt.o qnt~ Lt t.ahla dn cielitos arr1ha exprt·satlos para n11a pohlaeiú11 •lt> ~().0'10 ltahitautt>s, es , ... J rne­ ·~u' te:-;tllllOIIio dula hllellali1latl tlt"' <:orntpt~ióll iu\'t>ter·ada, sino th~ cansa~ HCt~hlellt. alps qne lllla ,.,.z r«>lllo\·ida'4 po11dríau ténni­uo al 11tH l. Ij ts prilleipalt•s sn11 dos: las ~randes distaneí:-ts {¡, que ~u ~rll:lleutt'HII alg· u11o~ ''r-CIIItLHios a· .. ~sJweto dt~ lrt. rpsillPn­t: i"\ ch'l Ü ll'llt:Íl)ll St' IH'C~SI~IIIdt• l'llt.OilCt'S pat'a ftH'ttHU' la~ faruilias; .Y d pr•·•~iu, c~xl~t~rhitaute p .tra aqut~llos infelie~.,., :í q tw se \'t•u • lt~ c•l::) tt:t'.llll •ulo tlt•l ru.Lt.rirrtolliu. Do lile­quiera qne lw ltallrt.tlo 1111 Uura g-~awrww .V eh~ uohl ·~ iclt•.ts »e H·ca de su 111 i ulstt•t io, los re~ist.l'tH parroq rt ia IP · pn·~t·ll t.a han nnelws m . ~otrÍIIltHIÍo~ y poe11 · nadmi t•utus ilt•;.dtímo-.: cloutl~, a· el et)ttt.ra.ritl, t•l Uttl'i\ nwtali~ : lo, c• .-.¡wtmlitdl)l' o a \'ar••. d~­gr; tla SIIS ,'illlt, a~ ÍlltH:ÍOIIPS, (~011 \'ÍI'f iéudolas t'll \'ef':,!'OII~OS() CO· a t>l't~io U\'\ rt~!!'att'ns y ~~or11 p t .. ns:wltHH'"' ""''"·arias, los 111 ri tri llltlltios un rart)s, y las f 1111i 1 ias i 1(:&,!..!'1 t.i r11as fdt'tll · l n la rrmyorLL dt' aq ne­llas m.tl rt>gídas a-.odac~Í•IItt·-"· D ~ •• . ,ra-. ftrutla." sa.leu los .iú,·e­es lit:t"'IICitHOS, (}llt' t~ial e .~ r·aptdt:o-~im ... : Rlt m .tl üur.l pll ~1},~ dP.eirst~ qtt•• prostit.ll,\''' la. tnitrttl d~ sn"' feli­~ · ·t•8e.i y t,rasl on1a lct lHst~ f,u"Lun 11 t.a.l tlt• t01la 80<~It•tL1tl cr·is­tl< lll<~ ,V civilll.adil, LA. PAi\ItLIA. L~:G\L, t•8 Üeeit', la. Cllll
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año IV N. 183

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo I N. 16

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