Por:
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Fecha:
22/04/1899
o lll Bogotá, AbriJ 22. de 1899
---·-- -
ORGA O DEL MJ~I TERIO DE GUElll \ Y DEL EJERCITO
---·..-- -
DIRECTOR AD•HO. OUM, FRANCISCO J. VERGARA y V.
Coronel, ~embro de l a Sociedad Colombill na de Ingenieros
a~~~~~~ ~~~ ~~ ~o~QR R ~~ ~ O~R~~ - 0~ ~ RR~~o~~~~~~ O ~ R~~~~QRRR~~~~~~R ~RRRQ
Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefes y
Oficiales del EJército de la República
0~5~~~ ~ ~~~ ~~~~ ~6 ~ 60 ~~ 656ób ~ ~~ ~~ ~55~ ~~~~~ 5 05 6~6 555 ~ ~5~~~5~5Q
OFICIAL
:OEOPwE!J:O N'O'ME~O
(12 DE ABRIL)
DE 1999
por el cual se concede una pensión de los fondos del Montepío
Militar
El Presidente de la República
CO ~siDERANDO:
1.0 ~e la señora orberta Vargas de odríguez,
viuda d 1 'reni nte Grcgorio Rodríguez, ha ocurrido al
Poder ~jt:t:utivo po · conducto d la Junta ir ctiva del
M ntcpío Militar en solicitud dd socorTo concedido por
J ar ículo 7. de la Ley 15 3 de 1 896, á las viudas hijos y
pndrcs de J n1ditares que fall cicren n rvicio activo y
hubi~r · n contruibuído durante dos años, por lo menos,
I ara el 1 ntep:fo ;
2.0 ~~e el 'enicnte Grcgoric odrí0 uez falleció 11
~~•caran1anga el 18 d~ t:J tien1brc id ai1 > pa ado 11a1Jan-dose
en ervicio activ en el tallun } ijles;
J.0 ~e al tncncic na l Jnilitc r se le hizo por n1ás
de do af os, 1 descuento corre pondit!ntc ara 1 Monte-
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19~ BOLETÍ MlLIT.&R
pío segun con ta en el certificado expedido por el Tesorero
de dich I nsti tuciún;
4 :· ~e la n nciona a s ilora de odríguez. ha
acom ñ á ~U peti i6n 1 s con1pr bance que exige el
artícul 2 2 de la 111enciona a y I 53; y
5. o G.Ee la Junta )irecti va del :Iont pío Militar
apoy la solicitu de la referi a señora de J{o rígu z,
DECRET :
rtículo único. señora orb rta Var-gas
d l odrígul:z, viu del 1 nient C:rregorio odríguez
un p-...nsión d treinta y cinc p sos ( .: 35) tnensu· J s,
pagadera de los ~ n os del Montepí Militar, de con orn1idad
e n lo let nlinado en 1 artículo 7 . o de la L y I 53
de I 896 .
. De esta pensión disfrutará 1 agraciad desde la fecha
d 1 r spe tivo título d " ju tcación por el tietupo de
su viu "L y n1ientras ecve bu_n conducta .
on1uníq u ese y publíq u s .
ado en ogotá á 12 d 1 bril d 1899 .
or del gación d 1 Exc 1 ntísin1o señ r Pr sid nte,
el Ministro d Guerra
JORGE HOLGUIN __ .......,. .... ~·--
AROHIVO TA :0 R
Señor Director del B oletín Nlilit,zr.
Bogotá, bril 17 de 1899.
Muy cstin1ad señor n1Ío:
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BOLETíN )tlLITA.R 195
~st~d . ren~ir en sus_ in1portantes trabajos á Ja verdad y á la
JUSttcta y a su adnuractun, tan analoga á la n11a, por las
grandes tradiciones de olon1 bia.
Q.yedo de usted muy deseoso servidor,
ROBERTO SUAREZ
--~·~--
OPI DEL OFI 10 ~-ú IERO 354
que se dirigi6 por el Estado Mayor general del Ejército, Mesa Central,
al Comandante general de la I Di i i6n con fecha 27 de Marzo
de J 99
El Director del Boletín Militar dice á la Comandancia
en Jefe Jo siguiente:
''Deseoso de mejorar en cuanto s a posible el periódico
puesto al present bajo nü direccion, ruego á usted si
para ello no huoiere inconveni nte, que todos los oficiales
que viajan por asuntos del servicio, queden obligados á
presentar al Estado Mayor general, un informe sobre el
can1ino recorrido, indicando la clase d suelo, los accidentes
gt:ográficos que n ' l se encuentran, el clin1a, los recursos,
las subidas y bajadas, las poblaciones y caseríos y en
fin, las distancias que se calculan en cada tray cto entre
las gentes conocedoras del camino y el n ú m ro de horas
que se invirtieron en recorrerlas, y que el 'i tado Mayor
general sunlinistre para su publicacion dichos informes."
Lo que os tran cribo para que os sirváis ordenar su
estricto cun1plimiento, pues así lo dispon la on1andancia
en Jefe ; haciendo que Jos aludidos datos se sumini tren
por Jos oficiales con1andantes de escoltas, lo más pormenorizados
que sea posible.
Dios os guarde.
RICARDO ACEB DO
•
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196 BOLETÍN MILITAR
I>E LOS DECRETOS EXPEDIDOS POR EL MI. JSTERIO DE GUERRA BN JSL MES DE
MARZO DE 1 899
Día 2-Sc aceptó al señor Julián Pardo la renuncia que hizo del
puesto de Habilitado del Batallón T~lterift, y se nombró en su reemplazo
al señor Jo é ngel Calderón ·
Se concedió al Capitán Olimpo antos la licencia indefinida que
solicitó para separarse de la 3·" Compañí del Batallón Urda11cta, y se
destinó en su reemplazo al C pitán icente M. Gamboa, que ervía en
la 2.a Compañía del mi mo cuerpo ;
Se llamó al ervicio activo de Capitán al eñor Francisco A. Losada
y e le dcstin6 á la 2. Compañía del Batallón Urda!u-trJ, en reem-plazo
del Capitán amboa ;
Se concedió al ubtcniente Juan Sierra la licencia indefinida que
solicitó para eparars<. de la 2. 11 Compañía del Batallón Sucr~, y se destinó
en u reemplazo al de igual grado Enrique Pácz, á quien se llamó
al servicio. (Decreto número 1 5 ).
Día 3- e declaró en uso de licencia indefinida, á solicitud de los
Jefes superiores respectivos y de la Comandancia en Jefe del Ejército,
al Teniente Lucto M. Varga, de la 3 a Compañía del Batallón Urda-
1/tla y al Subteniente ruonio López, de la Compañía uelta de Neiva ;
Se desnnó al Teniente Zen6n F. Lemos, que servía en la 2~ Compañía
del B tallón Cnzrld?ru, á la 3·' del Urda11eta, en vez del Teniente
argas ;
Se llamó al servicio activo al Teniente Rafael Matéus, y se le destinó
á la z.a Compañía del Batall5n Cazndoru, en vez del Teniente
Lemos ;
Se llamó al servicio activo al Subteniente braham Becerra, y se
le destinó á 1 Compañía uelta de Nciva) en vez del Subteniente Antonio
L6pez ;
Se. reconoció al señor Manuel Uribe el empleo de Subteniente
con que prestó sus en·i ios al obierno en la guerra de 189 5 en el
Batal!ón A_miot¡!i.'rl. (Decreto número 1 59).
Dír1 ó -S declaró cn u o de licencia indefinida á olicitud de la
Comandanci cn Jefe del jér ·iro, al Capitán Ig~ cio Buenahora,
Y,~ ante Mayor del Bat 116n Rijln y e nombró en su reemplazo al
de 1gual grado Bern bé Su 'rcz, a quien ·e Ilam' 1 crvicio;
. Se e ncc ió al '1 cnicn te o16n P. · cto y al ubtenicnte Grego-no
Martíne:t: la li c~ nci inddinid que solicltaron para cpararsc de la
l. om pauta del Batallón P (1/tu; y 2 !' dd Ur4dllt'la, re pecti va mente,
Y e ll mó en su reemplazo al 'fenicnte Pedro García y al Subteniente
SalvaU r Z. pata ·
.. Se no~bró al cñor ngel M rí Pulido, Rcp:trtidor del Bofet'n
IY~rlrtrlr, q •en fiourara, p lTa los ~.:fcctos fiscalc, (;. mo Subtcllicntc asimdad
, encre lo emplea os a mini:>trativo de la I. D•visión. (Decreto
número r6o).
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BOLE~f ITLITAR 197
. El miuno d:a~Se acepr6 la renUJ_lcia que presentó el eñor Igna-
CIO S. de antamana del ua to de Dtrecto r de J s Palomares militares
y se di pu~o que \;;ontinuen á cargo del 1 eniente Ramón Olave yu~
dance del ircctor · ,
e a robó el nombramiento hecho por el Comandante General de
la 2.."' Divi ión facultado al efcc o por Decreto de 1 5 de Febrero último,
en el Sargento Mayor Francisco . len, para cn·ir como 2.. 0
Ayudante general del F tado Mayor de dicha Di\·isi6n encargado de la
conservación de los elemento de guerra existente en Barranquilla ;
Se llamó al en· ició actÍ\'O al eneral Jo é María Campo erra-no,
y se ]e nombr6 uperintend nte general de la fuerza del dánrico.
(Decreto número 161 ).
El mumo día- e crc6 un cuerpo compuesto de tres Compañías,
una de cada arma, denominado C11erpo PIJiitécmcl), destinado á recibir
instrucción en los ramos de rtiJJcría, Infantería y Zapadores, respectivamente.
(Decreto número 162.).
Día I 3-Se destinó al Teniente Maximino O. Rivera R., 2..o
Ayudante del Batallón Sucrc, al mismo pue to en el Bolívar, en vez
del de igual grado Cario ánchez R., quien pa ó al Surrc ¡
Se concedió al ubteniente dán ama la licencia indefinida que
solicitó para separarse de la 1 .n Compañía del Batallón Córdoba, y se destinó
en su reemplazo al ubteniente Pedro Pablo Puerca, á quien se
llamó al servicio ;
Se concedió igualmente á los ubtenienrcs Adán Valdcrrama y
Ramón Valenzuela, la licencia indefinida que solicitaron para epararse
de la 3.a Compañía del Batallón ]rmí11, y e llamó en su reemplazo á
los de igual grado Emiliano González y Ruperto fanador ;
Se destinó al Tenience iccnte onz~lez M., que ir e en la +·a
Compañía del Batallón La Popa, á la 2.. 3 dd mi mo cuerpo en vez del
de jgual grado Rufino Guerrero C., quic.:n pa · ó á la 4 ~ ·
Se nombró al argento Mayor Je u Rivera, Habilitado del Cuartel
general de la Jefatura de la frontera del Sur a imilado á Teniente Coronel
para los cfcc to fiscales ;
Se de tinó al Capit~n Jo é María Be jarano. que irve en la +· •
Compañía de 1 Batallón P irh i11dtn al pue to de rimer Adj un .o al E -
tado Mayor de la 2.. • Brigada de la 1 ~ Di vi ión, en "ez del de igual
grado Adán J. arga , que pasó á otro ern pl'!o ;
Se reconoció al scficr Juan Luna, eJ cm pleo de Capitán, con que
prestó !-us ·ervicios al Gobierno en anterior oca ión, se le llamó al crvicio
acti \'o r .e le de t1nó á la 4-·· Compañía del Batallón P 1dl .tulla,
en vez del Capitán Bejarano. (Decreto número 163).
Día I+ -Se llamó al servicio activo al argento Mayor Francisco
. Montero, y se le n mbr6 2.. 0 Jefe del Batallón .B.írbrtlrl, en reemplazo
dcJ Teniente Coronel Antonio L \"crde, quien pasó á otro cuerpo ;
En atención al mal e tado sani~ario actual de Barranquilla, se restableció
el empleo de Médico au , ·iliar de la guarnición de esa plaza, y
se nombró para de cmpcilarlo al doctor J é R. Franco Q., a imitado á
Sargento Mayor para lo efectos fiscales. (Decreto número 164).
El mismo día- e di puso su pender inddinidamente la venta del
Cru · ero Córdoba. (Decreto número t6;).
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198 BOLEl;'ÍN :MILI'.VAR
Día 18-Se aceptó al Capitán Severiano de la Hortúa, la excusa
que pre entó para sen'ir el puesto de Comandante de la Batería de Artillcna
dd cuerpo P~litéolico, y se destinó <.;n su re<:mplazo al de igual
grado . nronio María Ramírez, á quien se damó al ·ervicio ;
e de inó al Subteniente Tobía Cepeda. que crvía en la J . •
Compaiiía del Batallón Pnlacf, al pue to de - bandcrado del Córdoba,
en v z del de igual grado alomón ngarita, quien pasó á servir en la
Compañía citada ;
S<: concedió al Subteniente Miguel de León Vicuña , la licencia
indefinida que olicit6 para separarse de la 2. 11 Compal"iía del Batallón
Caz-1dores, y r,e llamó en u reemplazo al Subteniente Antonio Cuer o ;
Se destinó al Subteniente Féli · Restrcpo Bricefio, que servía en
la 3. 8 Compañía del Batallón Bolívar al puesto de Abanderado del
mismo Cuerpo, en vez del de igual grado Pedro C. Martínez, quien
pasó á la citada CompaiHa ;
Se aceptó al eñor Enrique Aranda la cxcu~a que presentó del
puesto de Instructor de la Banda de música del B tallón Nariño, y se
nombró en su reemplazo al señor Pío Rodrigo . (Decreto número 166).
Día 22-Se destinó al Capitán Jo·é Mpública d~ Colombia-I: Divisiófl-C,mandancia dd Batallón
Ay 1eucho númt•ro 3.0 -Ejlrci to Nacional -B·?goto, Abri/6 de 1899
Ciudadano General 1 efe de E cado Mayor Divi·ionario.
O renüto original l inforn1~ que anteced , d la
! in trucción civil dd B tallón, r ndido ' esta Con11nd, ncia
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200 BOLETf MILITAR
por el señor Institutor general ~e. Ja guarnición y correspondiente
al n1 s de Marzo pro '1010 pasado, para su publicacion
en el Bo!etín j'Vfilitar ó para lo que a bien estim"'
is conv nient ; esto en cun1phn1iento d órd nes superiores
existentes sobre Ja materia.
Dios os guarde.
El Coronel, CARLOS FRA 1 CO Q .
______ _._.~~----
•
C _ N D C'I.BIN L
··---
La epopeya napoleónica, la gigantesca lucha americana de emancipación,
la granrguerra civil de Sccc: ión, las expediciones militares del
segundo imperio francés en una palabra, todas e as páginas que fueron
como el manual obligado de los políticos y los soldados de los dos pri-
·meros tercios del siglo, se diferencian de la guerra moderna profundamente
en lo que á armamento se refiere, y así como á la fecha el telégrafo
comunica en p'>co. minutos lo lugares más lejanos del globo el
nue\'O fusil á la in' ersa, obliga á iniciar la lucha á distancias inconmensurables,
por decirlo asf, i :;e trata de la extensión del terreno en
que e desarrolla el nuevo drama guerrero, pues por poco considerables
que sean Jo efectivos, el jefe no dominará ya de una ojeada y á un
tiempo á ·us soldados todos y á las líneas cne'11igas que trata de arrollar
y de romper
Enante agrupados en masas compacta los soldados porque el choque
era en el combate lo principal y el fuego Jo acce orio, el Jefe podía
manejar con holgura los batallones pues o'iciale é individuos de tropa
no tenían que hacer otra cosa t}Ue cumplir la órdc .;s del Jefe como
actualmente lo hacen en un dta de parada. Hoy la icuación ha cambiado
por completo, r has ellíltimo cabo se encontrará con frecuencia
en i uacione en que~ in tener otro consultor que á sí mismo, habrá
de echar encima de liS hombro la rCSfOU;,abiJldad de una decisión.
En efecto. el enorme alcance y la mo 'tlidad de la artillería novísima
obliga á 1~ infantería, cuan o "la tiene al fren e, á de plegarse á
millare metro el enemigo y de de que principia el de pliegue, ra
la acción dc:l Jef. le batallón no se hará -.ntir sino con dificultad.
D ntro del alcance del fusil apena~ podrá hacer in(Ji acioncs generales
á los Capitanes, quien e en la lfnca del fuego tcndr 'n que tomar todas
las deci iones que pueden entrai'iar las cvcntualidade del combate y
de las cualc puede depender el éxito de la tarea confiada al bara116n .
En fin, en tierras quebrada· y cubiert , ya ni el Capitán podrá dirigir
personalmente u Compa1iía y lo Oficialc ubalterno ó lo ·argcntos
que los reemplacen por muer e ó herida, e encontrar~{n enfrente
C::c dific ul cadcs q u.:: han de resol ver según m á con venga al in te-
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DOLET:í.N MILITAR 201
rés general 6 lo que es lo mismo, de poner en juego su inteligencia y
el e fuerzo de u \'olunrad ó ca la iniciativa, de suene que. reJa ivamenre
hablando, el mayor número de las probabilidades de 1 victoria
están con el cjé,rcito cuya oficialidad, en lo momentos críticos, sea
capaz d~ pesu el pro y d contr. y adoptar: una resolución sin vacilar.
En una palabra, si la disciplina cons iruye la fuerza fundamental
de los ejército el t' rler ( cfficicncy) de é ro depende en parte enorme
de las aptitudes personales y del npírilu de lo oficiale de todo grado,
que son, por decirlo a ·í, los re orces de e as terribles máquina . Por
esto el Oficial digno del nombre de tál, debe pose~r la cualidad llamada
imf'iat.<:' : ciencia, valor, abnegación, energía, son nada si no es
capaz de tomar una re olución en la!> momenw· crítico·. Saber elegir
y decidir e con rapid<:z y con reflexión, tal es la tarea impuesta de
continuo á los superiore., y con frecuencia creciente á los inferiores.
Es en Alemania donde ho} día e desarrolla con mayor amplitud la
iniciativa de los ·ubalternos, y donde la disciplina alcanza su máxima
brillan tez.
Por otra parte, el jefe superior no puede permanecer tranquilo y
"dejar de er Sargento," sino cuando la iniciativa inteligente de us
subordinados le e\ ira perder tiempo precit> o en re olvf'r cue tiones de
detall : i su ubordinados carecen de iniciativa no sólo tendrá que
asignarles su rarea en tesis general, sin..> también que guiarlos paso á paso
en la ejecución de ésta, e decir, de mantenerlo á todos en la mano, cosa
imposible· con el actual armamento y nociva en absoluto para la rapidez
de mo\imientos que presupone la guerra moderna. Y si tiene que
dejar cierta latitud de acción á la. nnidadc táctica. 6 de combate por
imponerlo así el terreno y en ella falta la iniciativa inteligente, ,.i, irá en
perpetua inquietud, no tanto sobre las mala di posicione. qu<.: puedan
emplear aquéllas, cuanto sobre ·u inacción, ya que en la guerra, preciso
e no olvidarlo, las di po. icione de detall del enemigo son un
factor iempre importante y de conocido, pue que con tituyc la
mitad de eso que llaman fatalid,,d 6 11Zr1r ó rtlflttilidad-el nombre no
importa-que uedc echar por tierr y anular las combinacionc· y planes
mejor concebido y e o >rdir.ado ólo la inicia i ''a de los subordinados
podrá \'encer tS aprov ·char e e azar1• ólo ella da i un ejército
esa ventaja moral que, acando buen partido de la falta del adversario
equivale á aumentar la fuerza real del propio ejército.
Y pues o que la moral re r scnta papel preponderante en la
guerra, ¿cómo practicar esa moral si todo· no e tán bien impuestos
del fin que se per igue y i cad cu 1 no esrá pronto á hacer con erjer
todo us e fucrzos físicos é inteleccuale hacia el objetivo común ? Y
luégo que un enemigo que se encuentra enfrente de tropa con ·caneemenee
acti\·a y cm rendcdoras, se de alient.l con más facilidad que si
\'C ~•minorarse el empuje del contcndor )' icntc que los Jefe contrario
andan indcci o y v. - ilan ce , no sabiendo 6 no o ando obrar sin
orden preci a en sus detalles. •
Claro e rá que la iniciativa no ignifica de obc iencia 6 insubordinación.
1 o! e· implemente qnc en la guerra moderna obedecer es
ante codo obrár, y obrar no de 'un m do maquinal y p·a. i \'O, sin interé por
el re ulrad de las órdene que e ejecutan, ino de manera inteligente,
consagrándose en cuerpo y alma á llenar los de eos del upcrior. E así
N o l PlJ
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202 DOLET.ÍN MIL1TA.&
como debe aplicarse la inicia ti va: concordante con la i tu ación y amoldada
al inceré~ general, no oh·idando nunca que "una acción prematura
puede cnc a.llar, y tar ía dej rá ,~ ene~i~ . l. libertad de acc~ón
que )e permite 1mponer su voluntad. La IniClatJ\'a no es fuerza smo
cuando se ejerce sin detrimento de la cohesión general, y por lo
mismo que ningún oficial debe perder de vista el objeto encomendado
á la unidad de que hace parte, debe conocerlo y lo conocerá solamente
cuando sepa al mismo tiempo la tarea impuesta á las tracciones de
tropa vecinas de la uya, á fin de que en ningún caso las perjudique ó
perturbe con sus propios movimientos.
Empero, preciso es advertir igualmente que el espfritu de iniciati
va no puede desarrollarse en una tropa ino cuando el subalterno está
5iempre eguro de hallar en sus superiores el apoyo y la aprobación que
le in · piran confianza en las propias fuerzas, y que esa confianza nunca
será posible cuando se teme el reproche y la desaprobación. Es preciso,
pue , que en el ejército moderno las relaciones entre jefe y subalternos
estén caracterizada por recíproca confianza y que las relaciones entre
iguales estén exenta de todo sentimiento de celo ó de rivalidad.
Y como ningún conocimiento 6 irtud puede desarrollarse sin el
estudio y la práctica, para evitar peligros en la guerra, en uno ú otro
sentidv, es preciso educar la iniciativa de los subalterno en los ejercicios
de tiempo de paz, cuando las faltas cometidas en e! aprendizaje
no entrañaran nunca un desastre, y queda campo als uperior para corregir
con suavidad los errores que no provienen de mala voluntad, T
para que enseñe á · us subaltern('s cu·') es su órbita legítima de acción,
lo que al mi:;mo tiempo le hará conocer á él mismo las cualidades y
defectos de su subordinados.
---·---
PAJtA EL SERVICIO E CAMP • A DEL EJÉit.ClTO IT LlANO
(SEPTIEMBRE 16 DE 1 896)
(Traducido para el Bolt•tín :Militar J
(Continúa d~I111Ímero 85)
DI CIPLI :T'
7· Pr~ámbulo - En campaña, las causas que tienden á relajar
los lazos de la di ciplina son más fuertes y numerosa que en tiempo
de paz; el contacto entre superiores é inferiores es más frecuente
e inmediato. Por Jo dicho e necesarísimo mantener despierto
d~ continuo en el oldad los entimientos n ble que se
le hayan 1nculcado por la educación y por la sati~facción que resulta
del_ cs.crupul \lmplimiento de Jo pr pi s deberes, y á la
•ez rcpnmu· en el act y de un modo inc.x rabie toda violación
de la rdenan%as militare .
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BOLETf1 MILITAR 204:
. En una operación. mi~itar cualquiera, si por acaH faltart el
tztula,· dd mando, la dtr¿ccron d,• la o·opa y la responsabilidad del
exito incumben al mas ekvado en gradiJ ó almas antiguo dt los oficia/u
de las fu ·rzas ombntiaztu.
8. Conujos disciplinarios- En el ejercito en campaña los Consejo
de di ciplina se reúnen por convocatoria de los Comandantes
de los cuerpos de ejército ; en la tropa que no hacen parte
de un cuerpo de ejercito, por orden del Comandante en Jefe de
este último, ó del Intendente general, si no depende de dicho Comandante
en Jefe.
Los Consejo de disciplina son divi ionarios, y por lo tanto
se adscriben á los Cuarteles respectivo, y se forman con oficiale~
que hagan parte de la División.
Cuando se trata de juzgar un oficial que no pertenece á la
División, la autorid d que ordenó la convocatoria designa al mismo
tiempo el Consejo de di ciplina di i ionario al cual debe ometerse
el sindicado ; pero i e to no pudiere hacerse por una causa
cualquiera, dicha autoridad convot:ará uno exprofeso en su propio
Cuartel general.
Todo Co1nandante de División tendrá siempre á la mano el
E~calafón de su oficiale , para hacer frente á una eventualidad en
que le toque designar cuales pueden ser miembro de un Consejo
de guerra disciplinario.
Para los oficiale generales, es el Comandante en Jefe quien
ordena la convocación de los Consejos de di ciplina que pueden
juzgarlos, y señala el lugar donde deben reunirse, y el personal de
que deben componerse.
Las resoluciones de Jos Consejos de disciplina, junto con los
documentos ju tificativos, se enviarán por el Comandante en Jefe
al Ministro de Guerra, par que e te dicte las re oluciones del caso
que los hechos puedan hacer necesarias.
9· Castigo de los soldados-En ca o de falta grave, al castigo
de prisión rigurosa puede agregarse, para lo soldados, el de cepo
d~ campaña.
JUSTICI MILIT R
10. Importa que en campaña la justicia sea rigurosa é inmediata.
En consecuencia, lo jefe de ltts grandes unidades cuidarán
de impul ar la acción de la justicia en e e entido.
De ordinario la justicia penal tllilit ar será impartida por los
tribunales militare de lo cuerpos de ejercito, que hacen parte de
los E. tados M a y ores respccti v·o •
Eventualmente pueden organizar e tribunales militaru de dapa
en la. línt!as de comunicacione del jcrcito. Si la nece idad Jo demandare,
los tribunales rnilitare pueden cr convocado por lo
jefe de unidades 1nilitare inferiore~, que obran destacada~, y por
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204: BOLETÍN MILITAR
los comandantes de las plazas fuertes declaradas en estado de guerra
cuando en ellas aun no exi~ te un tribunal militar.
> La cuestiones de competencia entre dos ó más tribunales de
campaña se someten á la decisión del Comandante en Jefe, quien
resuelve el punto despues de oír el dicta1ncn del Auditor general
de- guerra.
SERVICIO DE TROP
1 1 . Distribución de los servicios-Todos los oficiales, clases y
soldados se consideran como de servicio permanente.
El servicio de tropa se divide en servicio txterior y servicio
interior.
El servicio exterior comprende el servicio de seguridad, los
destacamentos contra el enemigo ó que se alejan del grueso, los
puestos exteriores y las fatigas con arma ó sin ellas. En el ataque
y defensa de las plazas fuertes, el trabajo en las baterías y los trabajos
en las paralelas y minas se consideran como destacamentos
contra el enemigo; los servicios de parque, como fatigas de
cuartel.
En el servicio interior se incluyen : las guardias de principal
y prevención la consecución y di tribución de vívere , los forrajes
y demás distribuciones, y los servicios interiores de cada
cuerpo en el cuartel ó en el campamento.
1 2.. ServiC:6 exfe,-ior-Por regla general, el servicio exterior
no se distribuye sino por unidades con tituídas enteras; las guardias
exteriore y el servicio mecánico corresp nde en principio á
la infantería, pero puede en ellos emplearse también las otras
armas, según la necesidades y naturaleza del servicio.
Las guardias de honor de lo Generales de Brigada las suministran
lo' cuerpos de la Brigada ; las de los di ver os Cuarteles
generales incumben á sus respectivas secciones de carabineros.
(CotJti11uará) --···--
I- ~ TORIA
~:;IO'trER:OOS
DE LA O )IP :" DE 1 76 Y 1877
(Escrito· p:tra el Boletín Militar)
I
Con\'encidos nosotros de que una de 1 s campañas más important~
s .que se han efectuado en e t~ paí .' durante la larg·l serie de guerras
CJvde que lo han azota o, ha s1do, tn duda alg•Jna, la que dirigió en el
Norte del Departamento de ~antandcr el señor General Guillermo
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOL'E'lÍN MILITAR 205
Quintero Calderón en los afios de 7 6 y 77; eampafia en la cual se demostró
con toda evidencia que la peric1a, el valor y las dotes de un
Jefe suplen en muchos ca os la falta de elementos materiale con que
pueda contar para hacer frente á un enemigo superior; y deseando, por
otra parte, que lo her6icGs hechos ejecutados en ella por el meritísimo
cuánto modesto caudillo no queden rch:gados al olvido, nos hemos impuesto
la tarea de escribir e ros recuerdos, que pueda er sir an más tarde
'quien pretenda historiar aquella pujante y de graciada revolución.
Aun cuando el General Quintero no era partidario de que el partido
con crvador se lanzase á la guerra en la época á que nos referimos,
porque creía que aún no e taba suficicntcmentr. preparado para ella, y,
principalmente, porque su carácter pacífico y moderado rechaza esas
medida, guc -en u concep~o-son perjudiciales para la pro peridad de
la Nación, que ha sido siempre su más vehemente anhelo, r.o pudo negar
u contingente cuando le fue exigido y tuvo que tomar parte en ese
drama angriento, en el cual-dicho sea de paso--fue 1 ún1co á quien
la victoria coronó con sus laureles.
Al estallar lo re\oluci6n se encontraba el General dedicado á las
tareas campe tres en su hacienda llamada Cata/11íía, situada en el Municipio
de Convención, y no obstante la constantes excitaciones que le
hacían el General Leonardo Canal, desde Pamplona, y el Comité que
el General Manuel Briceño había organizado en La ciudad de Ocaña
para que se pronunciara, él no quería hacerlo y tenía intención de demorar
este paso lo más posible, deseando que en esa regi6n no tomase la
guerra grandes proporciones ; pero como los agente~ del Gobierno
empezaron á pcr·eguirlo, y aun intentaron ponerlo preso, de lo cual
tllvo conocimiento oporcunamente, se vio obligado á tomar el mando
de la pcquei1a fuerza revolucionaria que había en la vecina poblaci6n de
Teorama, hacia donde se .iirigió el día 14 de O\Íembre del año de
18¡6.
De esta población siguió con unos 2 5 hombres, muy mal armados.
á San Calixco, en donde e le reunieron alguno más, hasta completar
d número de 6o, y allí pcnnaneci6 durante 6 días dedicado á organizarlo
militarmente y á con cguir algunas armas de fuego, que le eran
absol utamcntc indi pcnsablcs. Viendo que en este lugar no c:.·istfan los
elemento que se le había ascgurado,se tcnfan preparados, y comprendiendo
que le era imposible volver atrás en el camino que ya había tomado,
resolvió continuar para Ln CrllZ, una de las poblaciones más
con crvadoras y entusia · tas del Norte de Santander, donde suponía que
podría hallar los recurso de que ha ta entonces carecía y de donde peneaba
que podría comunicarse con facilidad con los re\·olucionarios de
las Provincia de úcut y Pamplona.
El 2. 5 del citado mes llegó · t\ pasica, á eso de las 4 p. m., en medio
de un ce rrenc1al aguacero, y á poco recibió aviso de que por la vía
d~ Oc ia venía á tacarlo una fuerza en~t:miga. Como era inminente el
rie go que corría de cr vencido y capturado con sus compaücro · en ese
punto, c!n el que era im po iblc cm pe fiar con probabilidades de buen
·.·cito un combate, teniendo úuic.an ente 70 hombres, la mayor parte
ar.mado'S de machete y lanza, dispu o salir en ~cguida á ocupar. una poaici6n
mejor para pasar la noche.
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206 BOLETíN MILITAR
En efecto, después de grandes e fuerzos, porq~e lo . soldados, que
no comprendían el peligro en que estaban no quenan sahr del poblado,
logró el General sacarlos y los condujo á una pose ión que queda en la
v1a para la Cruz, conocida con el nombre de El Castillo, lugar en el
cual podía defenderse caso de ser atacado.
El enemigo, compuesto de más de 300 hombres armados de rémington
y perfectamente organiz;ados y equipados, pernoctó á una legua
de distancia del campan;1ento de lo revolucionarios, á quienes no
se atrevió á atacar durante la noche, aguardando para hacerlo á que
amaneciese, en lo cual cometió grave error, que pagó no muy tarde demasiado
caro, como lo verá el lector.
Al amanecer del 26 se pusieron en movimiento los defensores del
Gobierno y empezaron á desfilar hacia el campamento ocupado por los
de la revolución, haciendo gr n ostentación de su superioridad en todo
sentido. El Gt:neral Quintero, que estaba ya en pie, mandó en cguida
que uno de sus oficiales saliese al encuentro de aquéllos con lo pocos
hombres que tenía armados de fu il y de escopeta, con orden de romper
Jos fuegos, para a í ganar tiempo y hacer desfilar el resto de su gente
en la dirección que llevaba. La operación se llevó á cabo sin ninguna
dificultad y una vez que e tuvieron en marcha los que no contaban
con armas de fu'!go, volvió el General á reunirse con los que estaban
sosteniendo u combate tan desigual, como era el de ?elear 20 indÍ\'1-
duos contra un número quince veces superior. Colocado en ijn puesto
bten visible, dirigió personalmcnt por algunos momentos esa singular
lucha y cuando ya lo creyó oportuno, se retiró con su puñado de valientes,
no sin haber retado antes al Jefe contrario, que lo era el Coronel
Antonio N. Zúñiga, para otro encuentro, ~ue se efectuaría pronto. Esta
escaramuza, de tan poca significación, fue considerada por los liberales
como un combate de importancia, y por el hecho de haber capturado
á un Ayudante del General Quinte:-o, que cometió la imprudencia de
quedarse muy atrá del resto de la fuerza, la estimaron como un verdadero
triunfo y como tál lo fe cejaron : ellos no pudieron comprender
entonces que tenían que habérselas con un adversario temible, que dentro
de poco má de un me iba á hacerles morder el polvo v á encerlos
en un encuentro reñidtsimo y sangriento; jamá se sup~ ieron que
el hombre que en ese ~ía hacían retirar del campo de El Cmtillo, y á
quien consideraban completamente derrotado y dcstruído, ería el mismo
que en el inolvidable de San Pedro le ,demostraría la superioridad
de sus aptitudes y disposicionec; para la guerra.
Debido á la precipitación con que el Ge-neral Quintero tuvo que
hacer la mar~ha de de El Ctutllla hasta L Cruz, precipitación que tenia
por objeto impcthr que fuese este lugar v::upado antes por el enemigo,
con lo cu~l ~e le frustr t~an los proycc.tos que tenía, y al de aliento
que se apodero de algunos de los volun[arw;, que lo acompai1 ban, se le
disminuyó en mucho la insignific nt fudza que comandaba, de tal
modo que cuando ocupó la colina desde donde se divisan las llanuras
de La Crttz, ya no lo eguí n mo uno:, 40 individuos. llí hizo alto y
averiguó por el par clero del cncmig), d que, según informes recibidos
de per~onas que le merecían entero crédito, debía llegar ese mismo día
~ dicha población. E tll noticia, y la más gra ·e aún, que se le comuni-
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BOLETf:N MILIT.A.R 207
c6, de que en ella tampoco existían elementos de guerra, lo decidieron
á seguir para la Provincia de Cúc uta, con el fin de unir e á los valienrc5
gramalotes, que estaban ya en armas en contra del Gobierno. Puesta
en conocimiento de sus compañeros tal re oluc1ón, que fue aprobada,
procedió á llevarla á cabo sin pérdida de tiempo, y á las 7 p. m. desfilaban
por cerca del cementerio del pueblo últimamente nombrado
aquellos revolucionario, á quienes todo faltaba, menos el entusiasmo
por su causa y la fe en el triunfo ; fe que provenía de la persuasión que
tenían de que los mandaba un héroe. Bastante fuertes y abnegados-como
lo dijo entonces pcr ona competente y autorizad~-para sobreponerse
desde el principio á las privaciones de todo linaje, arrostrando con la
sonri a del desdén el hambre, la desnudez, y, sobre todo, la irritante
decepción de falace promesas de otros copartidarios más influyentes y
notables, fueron también perseveran te pan engrosar sus filas sin emplear
otro medio que la palabra inilamantc del exaltado patriota, y bastante
denodados para batirse sin más arma que las que tomaban á su
propio enemigo, luchatldo por ellas brazo á brazo en lo más recio del
combate.
"Tánto acrificio y heroísmo tánto, que traen á la memoria los de -
esperados esfuerzos del patriota en la guerra santa de la Independencia,
fueron dignamente coronados por la victoria en los combates de San
Pedro, La Cruz y Ltz Camaro11cz, y donde quiera que hubo resistencias
en la mauha triunfal del Ejército regenerador, fueron vencidas gloriosamente!
,
(Continuará) JGNACIO s. HOYOS
---··~--
VARIEDADES
Tan•bos en wez tle toldas de enuapaña
(Archivo Rcatrepo)
N.o 2 ?-Excelentísimo uíior
Desde que V. E. tuvo á bien disponer la salida del batall6n de
Numanáa de esta Provincia, he dado todas las órdenes corre pondientes
á fin de que, emprendiendo su marcha, nada les falte en el tránsito,
en donde se han construí o, en la re~peccivas jornada , tambos de más
de 50 vara , ha · ta la ciudad de Pasto.
Asimi mo acopi da, y á disposición del Comandante, 90 cargas
de galleta , 2 5 de arroz, 2 de al, 20 de aguardiente, graduándose en
todos esos renglonc 1 ,ooo raciones.
Igualmente dado todos los pasos por mi parte para colectar 24,000
peso que se han pedido por el expresado Comandante, los cuaJe no
dudo poner á su di po ición cuando me avi e de u salida. Dios guarde
á V. E. M. A.-(Popayán, Enero zo d<.; I819).-Excelentf~imo scfior,
P~driJ Dotní11gu/z .
.Al 1/ttlr~tJ/. Sant é, I 3 de Febrero de 1 819-hnterado, y que
; avise cuando alga para su de tino el Batall6n-R,zmírez.
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20 BOLETÍN MlLITA.R
Orden de auta110
"Ai señor Capitán Durán :
<stá usted condenado á
servir de guerrillero con lo veinte hombres que usted manda, del
otro lado de la qu ebrada, durante la permanencia del ejército en
este Cuartel genera]; en la inteligen ia que usted debera batir
con esta fuerza cuantas guerrillas enemigas esten en esos parajes
y que en ca o de aparecer usted en este Cuartel general sin haber
dado cumplimiento á esta orden, erá usted pasado por las armas.
ce Lo comunico á usted de orden de Su Excelencia para su
inteligencia y cumplimiento, y para que los veinticinco hombres
del Batallon Bogota retrocedan inmediatarPente.
Dios guarde á usted - Cua rtel general en el Peño!, 29 de Abril
de 1822- Bartol:mu Salomé.,
Y el Bogota se había hecho •natar casi todo pocos días antes
en Bomboná, y al otro lado de la quebrada e taba la vanguudia
española! Qu tiempos y que hombres!
Iu tJ'Ut!t!iÓII llailltnt•
(Circular del Subinspector general J ose La mar á los Jefes de Cuerpos).
Lima, 23 de Octubre de 1818.
"Las insignia~ de los empleos m: :; .trec: que tánto condecoran á
aquellos que por un estudio continuo d.; los deberes de su profesión las
hacen respetable , pierden su mérito y valor cuando Jos Oficiales que
las usau no po ecn los conocimientos necesarios al de emp ·ño de sus
cargos. En é·ca, mucho más que en aquellas sefiales extcriore., debe
fundar el militar su gloria, como que instruído de su obligacione ,
puede contnbuír á so tener dignaa1cnte el lu·cre e la arma de su
sob~.:rano, hac1éndo e merecedor de lo · premio que dispensa y de la
con iderac1 ón de sus jefes. En LOda ocasión lograr~\n la mía los Oficiales
del cuerpo del mando de u tcd que se ex¡ idan con dcstreza en las
evoluci?nc y maniobra de tod arm, s, uy po e ión nunca e. más
ncc~.:sana que en el día. Contribuid mucho al logro d·- dicha instrucción,
la aplicación uc e os cñorc {t la nuev tactica de caballería, cuyo
reglamento, aprobado por S. M., e e tá reimprimiendo al prc ente en
esta e pi tal, y á que tendré ingul r e o ") placencia se suscrihan todos
ellos. Para d efecto e servirá usted mauifc t Dtl , lo 1
Snt1l~(cn oper~ciones). 2.. 0 ill.... . . 1.1. Ju.m T tr: . .... ..
I d. (1tl) ............. 3 .0 ic.l ...... .. S•l .MtyorF~o.Figu·ron ..
1 ----- ------
Tult&l ....... , 8 31 1
ARMA S :;., éii
.,; :;..,
~ .,. -; o o ..0 ..0 t-o u t-o
42. 4i
!'1~ ~¡~ ~ ~ ~ = ·:::¡ § u .::: .. ~ !j - ---- ---- ~~~~s¡~
AmLL.,IA (1. ' Comp•ñi•) ... ....... .....• ¡. .. 1 • •
C. n r.LF.RJA ( 3 e) uaclronc •le Jrn-gon
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~ .i ~ _]_ ¡ ª'- ~.::~:~ES OJI:~ID::.E.: s~;:~;soc::'·
~ U f ~ r. S .,; U E -----
·~ ..i5 t.O ] _g o _: ~ ·t; Dr:~gones... 9,922 9,9o8 9,9o8 S,)ol
eJE-<~ Ji r--¡u E-< u~< 1---,------ ----------1
- Victoria . . ..... 11 ,8z7 u,¡o8 11,70
i q. 4" 5° "'1 Tambo···.... . 3,997 3,997 3,997
JO 69 t,14-9 8 t.o del Rey.... q.,no 1 14,770 ~~4.770 ~
2.0rlc.'um:tncia 13,9 9 22,690 9,6ox
3· :> ,¡¡; íd...... 8,2.66 16,932 3,623
~ -------
6J,771 '7 ,oos IS·h507 5.5° 1
no
d ·1 Nunnn1.11 y 1 .te Dr:~goncs. CoHni~ario ju:tn Barrccb. iruJ:~no, Jo5c acecl:l .
' 11 t •gcn.1. h y d (~mnp·•iiÍas ~:n P'-"1 ,, wn~:s. En 1.1 situación nu se in luyen los OJici 1les de las plan:u
p 1r iuutile5 p.tra el cn·ici : y otro lo~ destinó el Comandante General para Bri~achs de
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