En 1818 Mary publicó la primera y más importante de sus obras, la novela Frankenstein o el moderno Prometeo con sólo 20 años. La historia de Frankenstein y de su criatura subhumana creada a partir de cadáveres humanos, ha sido llevada al teatro y al cine en múltiples ocasiones. Ninguna de sus obras posteriores alcanzó la popularidad o la excelencia de esta primera, pese a que escribió otras cuatro novelas, varios libros de viajes, relatos y poemas. Su novela El último hombre (1826), considerada su mejor obra, narra la futura destrucción de la raza humana por una terrible plaga. Lodore (1835) es una autobiografía novelada.
Citación recomendada (normas APA)
Mary Shelley, "Frankenstein o El Moderno Prometeo", -:Calambur, 2025. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3954864/), el día 2025-08-25.
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Reseña
de este contenido
¿Quién es el verdadero monstruo?
21 de Agosto de 2025
“¿Ya descubriste la última edición de Frankenstein o el moderno Prometeo? En la Biblioteca Digital de Bogotá la tienes en línea, lista para leer cuando quieras y donde quieras.”
La novela Frankenstein de Mary Shelley, publicada en 1818, no solo es un clásico de la literatura gótica y de ciencia ficción, sino también un espejo incómodo de nuestros comportamientos como sociedad. A través de la historia del doctor Víctor Frankenstein y su creación, Shelley nos confronta con una pregunta vigente: ¿quién es el verdadero monstruo, el ser creado o la sociedad que lo margina? La criatura, rechazada desde el primer momento por su apariencia, se convierte en un símbolo de todos aquellos que sufren por prejuicios.
Aunque han pasado más de dos siglos desde su publicación, la novela sigue dialogando con nuestro presente. Hoy, como entonces, seguimos juzgando y apartando a las personas por su físico, su origen, su clase social, su género, sus preferencias sexuales entre otras. Cambian las modas, los discursos y las leyes, pero persiste la mirada que excluye, que teme lo diferente, que decide quién “merece” pertenecer. Shelley nos recuerda que detrás de cada prejuicio hay una historia de dolor, incomprensión y soledad.
La obra nos invita a reflexionar sobre nuestros valores reales: ¿son fruto de una convicción personal o han sido moldeados por una sociedad que a menudo premia la uniformidad y castiga la diversidad? En el rechazo que sufre la criatura vemos reflejados los mecanismos que todavía hoy usamos para “normalizar” a quienes no encajan en el molde.
Frankenstein es, así, más que una historia de terror; es un llamado urgente a mirarnos sin máscaras y a cuestionar las estructuras que perpetúan la exclusión. Tal vez el verdadero desafío es dejar de convertir en monstruo a todo aquello que no comprendemos.
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