t.;ICO.
AÑO 11. Bogota, 5 de julio de 18.64, NUMERO 57, 1
ARQUIDIÓCESis DE SANTAFE DE BoGO'I'A.
1\liNJSTERIO ECLESii\Sl'ICO.-'fENZA, 25
DI•: :MAYO DE 186!.
.A 1 seüor Provisor i Vicario jcnernl.
En virtud de 1a nota de S. S. fecha 13 de
1 abril, marcada con el número 342, en que ruc
enc~uga dirija al selior Presbítero Francisco
de Pauh Jiménez en los ~jercicio~ que le pres-
1 cr1bió US, me e~ altamente satisñtctorio comumcarlc
que, por espacio de un mes ha practicado
dtchos ejercicios, i ha mostrado en ellos una
· contlucta ejemplar portándose con humil,lad,
recojimiento i un espíritu verdaderamente compunj•
do, que anuncm su arrepentimiento i su
provecho.
En tal virtull, i en uso de la facultad que me
confirió US. por su nota de 14 de mayo, marcada
con el nlÍmcro 40-!, par::t absolverlo publicamente
de la escomunion. procetlí en presencia
de los seüores Presbíteros Jocto.r Vicente
Ü 1ivos i Ánjel :María Urrea a dnrle la absolucion
del cuso, exijiéndole áutes juramento de
1
• fi1lelidad a la Santa Sede,. obediencia al Sumo
Pontífice, a los Prelados. i leyes ue la Iglesia
como lo exije S. S. Creo que queda curuplido
así el objeto de las citadas notas.
En vr:--ta de la conducta_ ejemplar q_uc ha
observado el Presbítero J iménez. en todo el
mes que ha esta.jercicio de su ministerio; lo cual
hé hecho en los mismos t6rminos en que lo es-taba
á:ntes ele ser censurad0. .
El señor doctor Francisco de Paula Jiménez
no necesita de mi recornendacion, pues él, sin
duda, se gr<~njeará la confianza i cstimarion de
sus Super:iores i de los _ ca~ólicos, siguienclo la
coBtlucta ejemplar que há come-nzado i que no
dudo coutrnun.1á.
TcJlza, 25 do mnyo de 18G4.
JuAN n . LA C. VARGAS.
NoTA.-La facultad de habilitar fué deJe~ada, a
virtud de aparecer que el señot· Presbítero J'méuez,
aunque aseguró que haiJia prestado jurameut{}, ni lo
prestó ni firmó dilijencia alguna. -------- -- ARQ.tHDIÓCESIS DE SANTAFE DE BoGO'LLHo.
"DA, MAYo 2H UE 1864:.
S12fíor Secretario del Gobierno eclesiástico ..
En el número 50 de " El Católico" he visto
una manifestacion de sumision i respeto a la
autoridad lejítimtt de la. Iglesia, de que me
glorí·o ser :Ministro. :firmada por algunos Párro·
cos de ésta Vicaría de San Matías ; i como
quiera quo ella. e~tá conforme a los· dictaLlos
de mi conciencia, espero que U. se digne tenerme
como comprendido en aquella promesa, que
juro sostener i defender, aun con el sacrificio
de mi exi-stencia..
De U.atento servidor. SAMUEL AGUAS.
RECLAMACION
IIECHA A LA CURIA ~.CLESIASTICA DE ESTE
ARZOBISP·ADO.
Seiíor Vicario.
Con el objeto do que los Curas no pongan obs·
táculo alguno al ejercicio de su ministerio, le
hé da TASECRETARIA
DEI, GOBIF:RNO ECLESIA TI- ¡
CO, 30 DE- JUNIO DE 1864-NUMEH.O 469.
Señor doctor Antonio De!gadillo.
Se ha recibido en éste despacho su nota de
13 del que espira i en contestacion a ella manifiesto
a U. lo si~uiente :
Aun en el supuesto de que el punto sobrP
que versa la notifica.cion que de órden del I l u~trísimo
seño1· Arzobtspo, se ha hacho en el numero
53 (no el o3) do ''El Católico," .no ~uhiera
sido decidido por la autorida.• l ecl es tá sti_?a,
i aun dado el caso do que fuera ésta cuest10n
contenciosa, que se ventilara juclicialmente; el
pretender que los Prelados inmed iatos quc-.lun
p:--ivados de jurisdJCcion, en ca so_s con:o el presente.
cu:.1ndo se ap~la al Supe:10r, sm_ haber
se llenado las fórmulas respecttvns, serta, estab
lecer el medio mejor calculado p'~ra anarquiz.
n la Iglesia i para ~a par por su base la. autoridad,
dejar sin funciones a los ~rel~d.os 1 para
que los contraventores a las d1spost?1ones .d\!
los mis,:nos, i de las leyes de b lgl.esla, eludieran
las penas i gozaran de impunulad, so pretesto
de una apela.cion de solucion in~lefin1da.
El funesto efecto de semejante práctica, aun
en los tribunales civiles,cuyo recurso en última
instancia, i despues de f>rcceder. los trámites
prescritos, no es dispendioso de ttempo por las
distancias, se ha conocido, por lo cual las leyes
no conceden en muchos casos la apelacion sin(.>
en el efecto deyolutivo, surtienrlo, entre tanto,
sus efectos, la rcsolucion de la autoridad de
quien se apela.
Tanto ménos puede U. disputar el dere?ho
que ~l Ilustrísimo s~ñor Arzobispo o su Vwa~
río tienen en el particular, cuanto. que. no . Sv
trata de ju1cio sino d.e una re_s#ol~cwn eJecut1va
o sea de administracwn eclesJastiCa,por la cual,
dcspues de publicada la ~ilij~ncia de s.u ~01ne#
tim1ento a la lei en térmmos JCnerales 1 sm escepcion
U. se ha colocado en eld1lema de protestar
contra la falsedad de tal dilijencia si es uno
de tantos casos en que cínicamente se. han supuesto
sometimientos, o retractarse e Impetrar
la absolucion de las censuras en que IJ:>SO FACTO
incurrió; i la futilidad de sus razonam•cntos
se acaba de patentizar cuan1lo los aduce
des pues que N u estro. San~ísimo P~~d~e el Soberano
Pontífice ha sido bten esphctto en su
Encíclica de 17 de setiembre, condenando el
procedimiento de los que, como U, han ab?ica:
do s· , crificando los de'rechos de la lgles1a, 1
prestando obedi~ncia: a disposicion~s c~ndenadas
por aquella 1l!fah#b~e autondad 1 ptotest~das
por nuer;;tro dignislmo Prelad? Me~ropohtaro.
Espediclas aquellas resolucwnes 1 la de
la sagrada congregacíon d~ 1~ ~enitenciaría.
dictada en Roma el 1, 0 de JUlio ulttmo, no se
comprende cuál sea la resolucion que agu~rda
U. para cumplir con su deber, retractarse 1 rechazar
esa pen¡5ion humillante_ que sin protesta,
encierra. la implícita aproba.~wn de la usurpacion
de los bienes de la Igles1a hecha por el
Gobie1·no.
Imprueba U. que se publiquen resoluciones
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATOLICO. . G1
de ésta especie i agrega que tales mandatos so
compran. Las resoluéiones se comunican por
el órgano de los señores Vicarios foráneos con
arreglo al decreto tle la materia i a. los cu:•les
se les envía '" El Católico" para que ellas
surtan sus efectos; i en lo demas seria tan
fundada la observacion sobre compra, como la
que ~e hiciera al Gobierno civil porque no se
distribuye gratis el ~' Di:1rio Oficial" a todos
lo:) ciudadanos. N o es U. de los que se pueden
cont~r como que carecen de recursos para
comprar un periódico, cuando ni las prohibiciones
sobre admision de cantidades del Tesoro
público, como consecuencia de las disposiciones
sobre desamortizacion, las ha respetado. Por
otra pute, la notificacion se hizo a U. particular
i prí vadamente desde noviembre último.
Dice U . que con esto se denigra su conducta
i se falta a la caridatl. No se trata aquf
, de un hecho privndo,s·no públiCo i relacionatlo
con Jos intereses espirituales de los fieles. La
prensa ha publicado su sometimiento, i el sefior
Socretario de Hacienda en su Presupuesto al
{)ongreso de éste año ha manifestado que U.
es uno de los que reciben sumas del Tesoro, i
hasta se ha comprometido el buen nombre de
las relijiosas de Santa J ertrudis, quienes~ como
las de las otras comunidades, han dado un
heróico ejemplo digno de la causa que defien-
1 den. Si a ésto se agrega que, conforme a la
doctrina de San Francisco ue Sales, es caridad
señalar al rebaño el peligro, prmcipalmente
cuando hai Sace dotes, como el doctor CayeMno
García de Fontibon, que estando suspensos
tienen el arrojo de ejcrcer ·i administrar
Jos sacrarr en tos, quedará U. persuadido que
seria una cartdad ma.l entendtda el guardar silencio
i dejat· a los fieles sumidos en un laberinto
de du1las.
Por tanto, cumpliendo con lo prevenido por
el I !ustrísimo P1elado, se le notifica i requtere
una vez mas para que se retracte, impetre humildemente
ll absolucion i cumpla con lo prevct.
ido por la sagrada Penitcnciarb; bien entendido
que si así no lo verificare,incurrirá,se·
gun lo resuelto por el mismo Ilustrísimo señor.
en la pena de excomunion, sin que para. ésto
obsten ap-::laciones inusitadas.
Dios guarde a usted-lVhauEL ARIAS.
REDACTOR 1 VENANCIO ORTIZ.
-- ------~-
Al leet· la histol'ia del espantoso cataclismo que
cuba·fó a Francia de l'tliuas i cadávea·es en los últimos
año:; del pasado siglo, se vé una: i) De manera que así
confesó aquel hombre en quien estaba encarnada
la t•evolucion, que el Catolicismo es un elemento
podet·oso de Ól'den i de paz. Sus amigos lo comprendían
así i habinn chulo principio a sus diabólicos
trabajos, digf¡·azúndolos con el brillante
ropaje de la Econonúa polltica, que conforme al
sistema de Turgot, condenaba todo lo que no producia
de una manera bien cln1·a una renta neta a
favot• del Tesoro nacional. Confoa·me a éste sis-tema
se censuraba la existencia de las comunidades
relijiosas como imp•·oductivas, i como improductivo
tambien el tiempo consagrado a las
prácticas de la Relijion. No contentos con ésto
Jos que deseaban la revuelta, escribían artículos 1
que dirijian a los Sacerdotes de ménos alcances,
poderándoles las riquezas i el despotismo de los
Obispos i calificando de indigna de la dignidad de 1
hombres su obediencia a ellos.
Bul'llindose de las pt·ácticas mas santas i ridi- J
culizándolas, ya en sus escritos, ya en pinturas,
fueron preparando los ánimos para el golpe que l
se meditaba, i de que no dejó duda ya, la pt·oposicion
heehn el 11 de fel:>ret·o de 1790 pot· el Di- 1
putado Treillard pat·a que se suprimiesen todas
las órdenes relijiosas i se aboliesen los votos monásticos.
Como ésta proposicion causó escándalo 1
por el ¡wonto. la Asamblea declat·ó : ) ; pero pocos dias
despues decretó como articulo constitucional la
supl'esion de toda ót·den o congt·egacion relijiosa,
i la pt·ohibicion de establecer otras nuevas en lo
su·cesivo. En tal virtud echat·on a la calle a frailes
i a monjas i se adueftat·on de los bienes de la Igle-sia
declarándolos nacionales. « 1 ero apesar de
ésto, dice el autor citado, todavía se podía decir
que subsistía en Francia la Relijion Católica,
Apo . tólica, Romana, pues aunque sus ObispJs i
I>astorrfi jemian oyendo blasfemias, i aunque estaba
pt·ivada la Iglesia del ausilio que podían darla
los relijiosos cuyo celo ayudaba al de Jos Pastot·es, 1
su.bsJstian éstos ; i aunque no tenian ya los fieles
aquellos asilos destinados a la perfeccion de los
consejos evanjélicos, podían santifioat·se en el seno ,
de sus familias, conset·vat· en ellas la pureza de la ¡
fé ¡. recibh· Jecciones i soconos pot· el ministel'io . 1
de lejítimos Páa•t•ocos. n .
No era ésto lo que querían los revolucionm·ios;
pet·o no att·eviéndose a chocar de frente con fa
creencia del pueblo, pt·ocuraban engañado e h·
ganando terreno con la desmoralizacion que difundian.
« Dejémosles por ahora su misa,» decía
Camus, i miéntras tanto, en los periódicos, en los
s habían estendido hasta invadil· la
autoridad civil. l'O eorno en ese eonjunto de dogmas i
leyes divinas, hni algunos cuya coneccion con las
Jeyes i vel'd udes primordiales 1w percibe el pueblo,
los que quedan engaiwdo para descatoiJzarJ,, i
hacerlo instrumento de sus rnnquinaciones, e:>plo-
1 t~ban admirablemente ésta Gircun:;taucia. >)
El Clm·o ilustrado t1 ab'ljaba. con ahinco en ]a
defensa de la fé i daba. u lu.t. escl'itos luminosos,
' rebutiendo los e!'l'ores que se tnltaba de difuudit·.
Negaba a la. A.san'll>ka t'l derecho para lejislar en
ese se.ntido, i decía ul pueblo que la suprema potestad
de In J•rl .. sia resitlin e11 el cuet·pu de los Obispos
unidos at'sumó Pontífice: que solo a ellos era
dado gobernarla i mndificar la uiscipllllu;i que Dios
babia dicho, que el que t·csistiera u la voz lle sus
Ptt'!;tores, debeda SPI' t enillo como jentil i publica-
'· no. "Vosotros, ailadia hablando a los lejbtadot·es,
1 no os dignais siquiera hacer una ~ct· pcion a favor
· ¡ del Papa, cuando prohil>ís esprtsameute reconocer
1
1
1
. la jnrisdiccion de Obi 'PO alguno 4ue resida fuera
de F•·a neia." Pero los jacobinos les contestaban :
"¿Qué pocleis temer contra vuestra B.elijion?
¿No veis que la Asnn.blea os .deja vuestras iglesias,
vuestt·a mtsn, vuestras vísperas i vuestro símbolo ? 1
No es, pues, ül amor a vuestra B.elijion, sino el
ódio a la t·evolncion lo que os hace resistii'OS al
juramento que se os ha maudado prestar."
Esejuramento ern análogo al que se exijia aquí
. po1· la llamada lci de 23 de abril, i como allá era
el pueblo católico como aquí, algunos empleados
, de distl'ito, po1· no quedm·se sin el Pát·¡·oco, se con'
fo1·mnron con m juramento en que los Sacerdotes
¡ consignaban todas las restl'icciones que juzgaban
11 necesarias para salvar su fé, i haciao publicar en
Jos rejístros respectivos esas dilijenrias. Muchos
Sacet·dotes jurm·on así, i ot1·os no coovinim·on en
hacel'lo ni de e·sa manera, i esos fueron mas respetados
por el pUC'blo que los bnscaba de p1·efe~
rencia para que le administraran los sacramentos,
, porque los juzgaban mus creyeut~. I sucedía ésto
porque, en lo jeneral, los mas virtuosos fue1·ou los
, quP. rebusm·ou toda transaccion con los enemigos
de .Dios, i prefirierou esponerse a la muerte.
El cum tle Kernfuntin, M1·. Valeto, fué uno de
éstos. La comision depar·tamental envió entónce~
, un Sace1·ilote juramentado pam reempl;uarlo, i
fum•za armada para que sostuviera a ést€ inti'Uso.
Entónces Mt·. Valete subió al pulpito i dijo: "En
la violencia que se me hace no opondré la. fue1·za
a las órdenes del Depal'tamento 7 i así, os exhorto
a sufdt• con paciencia ,.el insulto hecho a vuesti'O
Pastor ; pero creo que podré decil· misa en otl·a
1
pa1·te. Quédense enhoa·abueua Jos que quier-an oír
la de su nuevo Párroco; yo voi a decit· la mía pm·a
los d(.)mas."-Bajó i salió, i todos saliei'On tms él,
quedando el templo solo con los soldados.
No obstante la f1·ecuente repeticion de ac·tos como
éste, los jacobinos ponian en sus l'l'jistros oficiales
como jurnmentados a los Sacerdotes que ron
mas eucrjía se hnbian denegado al ju1·nmento, llegando
a publica¡· una larga lista para eng-IJ'¡a¡·
i aJTastrai· 3 otros a la apostasía, p1·esentt:índoles
el ejemplo de los Sacerdotes mejor ¡·pputados. Ésta '
superchería fué deseubierta pronto por las protestas
de aquellos, cuyo uomb1·e habían hecho figurar.
Todo ésto se haria corno se ha hecho nquí,
a pesar de que a\lá como aquí, la Constitucion nacional
ga1·antizaba la libertad de cultos.
El Sumo Pontííiee condenó, como ha condenado
ahora, el juJ'a mento sin restrkciones, i excitó
al Obispo de Autum, como ha excitado ahora al de
Popayan, a retracta¡· el que habia prestndo. Entónces
allú, romo ahora aquí, se trató de poner en
t•idículo la decision pontificia, i, como dice el auto1·
ya citado, "se manifestó coutra el Vicario de
Cristo un furo•· que superó al de los mayores he- 1
resíarcas." Pero no se atJ·Pviet·oo nún a mui g¡-andes
violencias porque temieron hact'l' mártires,
i no f<~ ltó quien hiciera not:H' entónces que " una 1
l'elijion abiertamente pcrsrguida gana prosélitos
en vez de aniquilarse"; cou cuyo motivo hace
notnt· un escl'ito1· eéleb1·e que esto solo se verifica
pot· milagt·o en la Relijion católica, po1·que Ja historia
hnce ve1· claramente qu . ninguna otra resbte
largo tiempo al pode1· de lu pet•secucion.
No obstante, en algunos departamentos si hicieron
sufl'i1· a los Sacerdotes i aun a los fieles de un
modo cruel, po1· cuyo motivo Talleit·and pl·onunció
en la Asamblea un discmso mui semejante a
los de nuesti'O actual Presidente; i (>ll que se ha ce n
singularmente 1 otables pnm nosotros las siguientes
pdl' bras :-'' E:s mene ~ t0r llUe t.•llos (los católicos)
« puedan decit· sin temo•· que nosotros somos <'iscc
n1 üticos, si les con' iene así; i por consiguiente
ce es meuester tumbien que el culto que qui ren
« C€lebrar nparte, difiern o no dt•l nuestt o, St>a
« tau libre como cunlquirra otro. De otra ~uerte
« la lihet;tad de relijion es un nombre vano, la
« Nacion viene a se1· intolcmntc i se justifiran todas
e< las persecuciones.>)
A penas fueron conocidos los breves del Pnpn,
cuando cm pezaron a retractarse todos Jos que
habian jurmlo,no siendo suficientes los dit\l'ios para
contene1· esas rctt·actaeiones entre las que babia
muchas de los que habinn jurado con re~triccionr ...
" Los Obispos, dice el nbnte Barrurl, no tenían
necesidad de éstos retractaciones~ porque aunque
hubo muchos a quienes sus diocesanos, nnciosos 1
de conservurlos, propusieron que jurasen con 1
cuantas l'('Strie:ciones juzgasen neee adas, éstos
Prelados, i entre ellos Monseñor de Argentré~
Obispo de Seez, temieron mucho el escéindalo que
ninguna l'estl'iccion hubiera podido impedil·, i
hallándose obligados a d::u· u u <'jemplo absoluto
de valor i firmezn, lo dieron sin la mas mluima
coudescf'ndencia con el etTOJ'."
Solo los de Lidda i Autum se dejaron ganat· con
pensiones como nuestro Obispo Tórres, i sacrifi- 1
caron como él ta fé a sus comodidades.
Los que deseaban difundi1· el utcismo i pt·oscri·
bh· hasta el nomb1·e de Dios pnt·a adorm· solo u
una prostituta, repetían a voz en cuello que lo que
quedan era restablece~· las costumbres i la piedad 1
de los pt•ime.t·os siglos del Cl'istianismo, pm•c¡ue se
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
E 1:. e ATÓ L I e O.
~mbinn introducido en In Relijion mucho& abusos
~ dogmn ·que la de:sflgumban.
A ésto coutestitban los católicos! '' que no conoeian
en la creencia distincion de dogmas mas
o ménos <'Seenciales: que si había nlgnno cuyo
~ conocirniento di ' tinto i noticia espresn no fuera
necesal'io pat·u la salvnrion, no babia uno siquiera
en que fue m permitido rontr.adecir al juicio de la
lgh·sia cua11duella lo tenia reconocido,'\
"Es preciso, les rcplirllhlln, obedecer· a las leyes
o set· declarados rebeldes.'> "Nosotr·os, respondi<
m los clérigos, nos sometemos en todo lo civi 1,
pero os negamos la potestad de dat· le yés en cosas
espírituales." A ésta t'espuesta victoriosa uo se
opouían ya sino las 1njlll'ins. "Vos0t1·~s, lf's de~
cil'u, •·esistis a la Constitucion, únit•ameute porque
os despoja de los diezmos, bienes i privilejios.''
"En prueba de que no es así, contestaban,
hemos abandonad las peusiones que nos sE>ñaluis
i las promesas que t'los haceis si juramos. lJemlis
protestado ~as disposiciones en que nos despojnis
de nuestros bienes porque nuestt·os títulos de pi'Opiedad
están hechos a favot· de la Iglesia, i la
Nacion nada ba ganado · con nuestro despojo.
Aun cuando esos bienes la pet·tenecie sen, debcrff.t
en justicia cumplit· los cat·gos e intenahHws de los
donantes: mantene1· el sacerdocio i el culto i dat•
lo wbrnntc a los pobres. P~ro vosott"'S l· abeis
hecho una co sa mui diferente i por e: o, despues
de habet·os monehado con el nías solemne lutrocit
i o , como Nadou sois hoi la mus pobre de las
aciones.''
Sinembargo, el t1·abajo nnticatólico continuaba,
la Tglesiil iba desapareciendo i Camus esclnmaba:
"lUe admit·a éste buen pueblo que se Ita dejado
quitar stt ReUjion sin advertirlo." tenia razon.
Los Pastores nten·ados clamaban po1· la libet·tad
i la paz de la Igl esia, i se les hacían pt·omesas
para despues con el objeto de calmguidOI'('S cansado~
ni parccc1' do la persecucion, descansaban, los
Snce1·dotec; babian Y u el to a presentarse con sus
hábitos, los templos se habían vuelto a abrir,
babia culto aunque sin fansto i solia oírse la predica
c io n aunq•le eon s trellida po1· el tC>rnot·. Pet·o cn
los departamentos no sucedí:\ e ·o: allí se azotaba
i apaleaba aun n los simples fieles, solo por
serlo, i continuaba persiguíéudose de muerte ni
Clero, éomo sucede hoi aqui, pot· ejemplo en
Bóyacá.
Pero llegó el año de 1792 i la lucha volvió a
empeñarse con mas encarnizamiento en todo el
reino. Volvióse a oh· llamnr por todas partes fanático
al que crefn en Dios. i aunque el juramento
se habia reducido a ta siguiepte fót·mula : " J Ul'o
mantenet· la libertad i la igualdad, i morit· pot· dcfendedas,
'' los saéerdotes que no se atrevían a
mentit' a Dios haciéndolo testigo de uua promesa
vaga, incierta i capciosa, se entregaban mas
bien a la rnuerte. Ellos sabían que lo que se enteudia
por libertad era el desenfreno, por· igualdad
ei desconocimiento de la autoridad del Papa i de
todo Prelado relijioso, i hasta la proscripcion d
mismo Dios. No se fijaban en lás palabras del ju·
rumento, sino en el espíl'itu del que lo exijia, i fieles
a su fé. no q.uisie¡·on negat· a su Maestt·o i marcharon
a morir. En los días 2 i a de setiembre
fueron asesinados todos los que estaban detenidos
en los Carmelitas, en ~au Fermiu, en la Fuerza,
etc, en todas las cát·celes de Pat·is, Mas de tt·es-cientos
S< cet·d otes i algunos laicos sufl'irron el
martil'io en e ~ns dos dias, i siguió el trrrot·. .
Cuando todos los enemigos de la Iglesia habián
suft·ido el castigo de Dios, cuando todos habían
caido bHjo el hacha de que se habiau armndo mutuament<•.,
vino Napoleon a cojer· a.l populacho feroz
que lwbi1\ d-ado sus brazos p¡u·a esas matanzas
impías, i lo ('ol1virüó en " came de <'Hi'lon." El
p1·im~· Cónsul restableció los altar<>s drl Catolicismo
eu Frauria para Yolvet· a esa Nacion diezmada
pot· sus propios hijos, todo t·l vigor con que necesituba
verla d conqnist :1dot· audaz. Prro se hnbia
conseguido po1· los sofl s tns~ creadores de esa revolueion
mónstruo, difundir de tal modo lns ideas
anticatólieas, que todRvía PI 18 jef•minnl, afw X
se dictó una !Pi mui semejante a In que aquí cono ..
cemos con la ft-cha de 17 de mayo i con el titulo
de: SOBRE INS PECCIO, DE CULTOS. El Cnrdeual
Cnprarn romo LPgado de la Santa Sede) dil·ijió al
Ministro de negocios est rnnJeros, una nota reclamando
('Outr'a la citada lci, i de ella copiamos Jos
pátTítfos que hacen a nuestro propósito. Son Jos
sigt1ientrs:
" El artkulo 1. 0 manila que ninguna bula_,. breve,
rescripto, etc. procedente de la Santa Sede,
pucdn pouerse en ejecucion, ui aun publicarse sin
la autorizaeiou del Gobierno.
· " l~sta disposieion ¿no lastima evidrntcmente
la libe.rtad de la euseíwnza eclesiásti<:a? ¿No somete
J., publicacion de las verdades ct·istla nas a
formali<.lndes humillantes? ¿No coloca. lns desiciones
con cemieutes a la fé i a la disciplina .bajo la
d epen c\e nci H a bsoluta del podPr tempo1:al? l. No
conc<>de a la potestad que intentase abusa¡· de ésta
disposicion Jos derechos i facilidades de repl'imi1·,
de sorprende1· i ann de sufoca1· <'1 Ien;runje de la
verdncl, qu e un l'ontíHce fiel a sus deberes quisiera
dirijír a los ¡,meblos confiados a su solicitud '?
"Nunea ha sido tal la dependencia de la Iglesia,
mm en los primeros siglos del Cristianismo.
Ninguna potestad exijió ent.ónees la compt·obacion
de sus decretos •.• i hoi debe gozar de la misma
ju1·isdiccion de que gozaba bajo los Empet·adores
paganos. Jamas es permitido t•estrinjil· su autol'idnd,
porque :a ha recibido de Jesucristo.
'' El sucesor de San Pedro debe confirmar a sus
het·manos en la fé, segun las espt·esiones de la Escritura,
¿ i cómo pod1·á verifieal'lo si sobt·e cada
a1·tícnlo que ensenase puede se¡· a cada instunte detenido
pot· la negativa del pase pot· par'te del Gobiemo
temporal'? ¿No se infiet·e evidentemente de
tales disposiciones que la Iglesia no pourá saber i
creet· mas que Jo que og1·ade nl Gobierno ?
" Éste ~ll'tículo lastima la delicadeza i secreto '
observados constantemente en Roma en los nego- 1
cios ae la Penitenciaría. Todo pmticnlnt· puede
dirijirse a ella con confi:mza, i sin temot· de ve&' 1,
descubiertas sus debilidades. Como éste articulo
nada eseeptúa, Jos breves ele la Penitenciarín de- 1
ben ~e·· comprobados, i es, pot' consectwnéia, ne~ ¡
c.esano que los ecretos de las familias i la canse- '
~ueneia bien triste de las debilidades humanas se
ha-gan públicas·, para alcazar el permiso de usar de 1
éstos breves. , . .
H Decl~ni el segundo artí ·u.lo que ningnn Legado,
uncw o Delegado de Su Santidad podt•á ejercer
sus facuttodes en Frur.cia &in Ja misma autori- 1
Ajentes. ¿Los Apóstoles i los primeros Obispos
zacion. El prhne¡· artículo hiere la libe ·tad de en- :,',; 1
señanza en su oríj'en, i éste la rentrinje en sus
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10 EL CATÓLICO.
de la Iglesia naciente hubieran podido predicar el
Evanjelio si los Gobiemos hubieran ejercido sobre
ellos semE>jante det·echo ?
" ELtet·cer artículn estiende ésta medida a los
cánones de los ConciHos. Se dice que se los quiere
exmninar; pero la vía de extimen en mntfrin de
reli,iion, est<:1 proscrita en el seno de la Iglesia Católica
; solo la admiten los prot~stantes.
'' Bien sé que nuestra obediencia debe soe· razonable;
pero no obedece1· sino (•on motivos suficientes
para ello, es att·ibuir-nos no solo el derecho de
examinar, sino tambien el de desecha.· at•bitral'ia-
. 1. mente todo lo que nos desagt·nda.
" Dios no ha prometido la infalibilidad mas que
a su Iglesia; las sociedades humanas pueden en"
gañat·se. ¿ Po•· qué, pues, las desiciones de una
autot·idad i?"refragable se hnn de sometet· a una
autol'idad que puede en·n•· ?
" El at·ticulo 6 declara que se podrá recut·t·it· al
Consejo de Estado en todos los casós de abuso:
mns, ¿cuáles son éstos? eL artículo no los especifica.
" Se dice que uno de ellos es la usm·p:1cion.
Mas~ en matel'ia dejul'isdiccion espiritual la lo-le5ia
es el único Juez competente. o
"Otro de los casos de abuso es la contravenc'on
a. l~s leyes o r~glamentos de la República; mas,
SI estas leyes, SI éstos reglamentos est> se ha
preguntado ¿si el Provisor ha autor·izado a alguna
persona para rematar bienes de manos muertas?
La respuesta de pa•·te del inf•·ascrito, es nega- 1
tiva ; pues miéntras funcionó de Vicario jenerar
no autol'izó a ninguna pet·sonn' para denun ciar,
redimit·, ni t·ematm· bienes de manos muerta · . A
todos los ( ue le consultat·on sobre ésta materia~
les dió pot· t·espuesta la resolucion del Jllmo. seño¡·
At·zobispo, publicada en la cil·cufat· de 22 c'e abril
último, numero 47 de ((EL CATÓLICO,» que ct erlam
censm·ados a los remntadot·es de bienes d e la Iglesia.
Por consiguiente In persona que aseve•·ó, que
el Proviso•· la autorizó para rematat·, redimir o
denunciar los bienes espresados, ha asegurado una
falsedad.
_ Bogotá, JUlio t.o de 1864.-:B. A. ToscANO.
" El artículo 17 parece es tab lece•· al Gobiemo Al~ PÚBl..lCO.
Juez de 1~ fé, de las co stumbrrs i de la capacidad Señor Redactor de " El Católico.''
de los Obtspos nombt·ados. Sin('mbm·go, solo l'1
Sobet•ano Pontífice tirne el derecho de hacet· éste Tenga la bondad de dnr· lugat· en sus columnas
exámen." a la protesta siguiente :-El que suscribe, oriundo
No ~opiaremos m.as: agreg3 r·emos solo, para del Obispado de Popayan i Sact>rdote domiciliado
conclull', una t•efleccwn que será corno la inscrip- en ésta ~apital des?~ el año de 1857, _pa_ra satisf~cion
de éste cuadt·o. Es ésta : cet· a D10s, reconcthat·me con la Iglesia 1 tt·anqm-
El hombre nada puede crea•· nunca, porque no lizm· mi conciencia,
puede tenet· idea sino de Jo que existe. El Cristia- ~ DECLARO :
néisl~ob fué una ct·eaciou p01·qne ninguna idea de fi Qtéle poté• flnquezn, debilidad i misel'i a human<~, i.
1 1a ia en el mundo cuando Jesucristo habló. 11·m , jur i me sometí n los decretos de tuicion, !'
Solo Dios puede ct·ear·, luego .lesucristo es Dios ¡ · coperando (sin advertirlo) a la desamortizaeion :1
es una_ locura luchat· con ÉL. No hai hombre ~¡ de los bienes de la Iglesia ; mas, habiendo cono- '
sect~, ni Nadon bastante fuerte pam tal luc'ha. ~ido el e~1orm~ i hol'l'endo pecado que come~tí,
Deststan, pues, nuestros noveles 'reformadores de 1 el tenrble 1 espantoso anatema en que m- 1
su manía imitutiva sino quieren dar coces contra cm·t·í, el cual aflije i lacet·a mi almn, lo Jlm·o, '
el aguijon. me dudo i anepiento~ pido a Dios perdon, a la
Ag•·adecemos cordialmente a nuestro cof•·ade
1 «EL SÍMBOLO,l> el rasgo de esquisita galanteda
que ha usado con nosott·os, recomendando a sus
lectot·es uno de nuest1·os artícnlos. A uuestm vez
i.s?Jo guiados por un sentimiento de estricta jus:
tJcta, r~comendamos l.a lectm·a del a1·tículo que
con el tttulo de se rejistt·a en
el número s.o de ce EL SíMn,>LO.»
-~n carta fecha 15 del p1·óximo pasado junio.
nos diCen de Popayan que el dia anteriot· había
llegado el señor Obispo Riaño, i añaden :-ito ésta manifestacion como
nueva pi'Ueba de mi arrepentimiento.
Bogotá, 3 de Julio de 1864.
PLÁCIDO ANTONIO AuAÚJo. 1 -= =- -===-==="~=="==== =========
LA NOVENA DE LA CANDELARIA.
l.
( Continuacion.)
-No hablaré de la belleza de aquella jóven ; no se
hacen retratos con palabras, i he dudfl.do algunas ve-
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EL CATÓLICO.
ces que pudieran hacerse con pinceladas i colores. Hai 1 Decídme siquiera si podré estrechar una vez aún esa
en la r eunion de las forma~ de un sér animado no sé mano tjUe cubro de lágrimas, si podré •,·eros una vez
qué fuego de rasion Í de Yiddad v.ieneu del amor, yo las he conocido como tú.
Hoi reo bastante de léjo& las que atormentaron mi
JUvenlud, ¡:ara no pensar en eBas sino con desden,
pero sé que pueden ser mortn!cs. Así n.o habri.a vaci-l
lado t'n nnticiparnw a tus deseos, si hubiet1an po.dido
cumplirse. Te felicito por hnbet· tomado tu partido
contra mta desgracia ine · itable que el porvenir no
1
tardar ejemplo. me llabia sujer.ido aquella idea.
- Fn verdad. continué yo desf)ues de un momento
de refiex.ion •. habeis tenido razon en suponer que yo
p;:eferia a Clnra entce· todas tas otras. Amo spuPsta ha.engañndo m1s conjeturas.
¿~o es, pues, el m~trirnon1o de Clara el que te ha
reducido a ese estado de mel~u:colla a 1 que te he visto
pró,·imo a sucuml)jr i que me ha cost<1do tantas horri-bles
congojas?. . r
-: ¿Clara se cnsa? rPptiqué yo levantandome en mi
lrcho ...... ¡Clara se easa l de~is .. : . . . . ¡ Oh !
tranquilizí}os, amigo mio! no os he eugañado Este
trasporte no es si'no de alegría! pueda ese matrimo·
nio ser eonfnrme a ·1ns intenciones del cielo i colmarla
de una "di.cha, co1n.pleta! .....
-Yo lo deseo, repiicó mi p!Jclr~. quiero esperarlo,
.aunque hai una cosa n)ui estraordiñart~. Clara habia
rehús::tdo é. te añtl tres partidos nnli ventaJosos, i su
madre l;• e rf'la dispuesta a abraz.ar l:J vida relijiosa
euyas p· , tiras se-guia con singut·ar ardor, cuando un
,ió\'en desep1wcido i lleg:1do casi la vís¡H.'l'D, ha obteni- '
do su <·onsentimieuto desde- la primera entrevista.
Los ~nfot·m~s ·han sido favorobles, i las dos familias
$e haf\ puesto pronto de acHerdo. Ciara se ene 1entra
feliz con ést:t union, que la Yirjen S<.lllftsima le prepa~
ra, segun ella dice. desde el dia de la C· ndelat·ia. Tü
reeonoe~rá , aquf, esa imnjinacion mística i rotnones<-
n a la vez, que- me había hecb~ e e r que e. istia
alguna sim¡Hlthl entrevo ott·es.:
-Os protesto, am.jgo mio, qtte comprendo rnui
bien el nwtt·imonio de Clara, i que no pieu o que
hubiera podido contraer nunca otro mejor.
-En buena hora, replicó élt·on una esplosion de
risa ; ésto d ·epeude de la manera de ver de eutrámiJos.
¿ Péro no htablamos <.WI tuyo !l •
- ¿ Pensais que se;~ ~·a tiempo de ocuparoos de eso?
¡Yo no tengo aun \ejnte nños!
· Entre nosotros, e e f'S un negocio que te concierne; '
¿pero porque no? Yo me <'n prudentemente de es- 1
plicar. 'fu matrimonio ha ''enido a ser pues,el objeto
pl'incipal de mis pensnmie1 toE, de mis e, peranzas, i te
diré francamente que me he ocupado mucho de el des-de
la Candelaria ultima. ( Coutinuani ).
POR
~ULTl
tiA
•
VEZ
anunciamos a todos los individuos {jUe no que hayan
cubierto los trimestres t . 0 2. 0 j 3. 0 de "E.l CouserYador
" los 'mismos de ''El Bogotano.'' i cualesquiera
otra c~enta que tengan con este I~stablecimie11t . , cw.e
si dentt·o de1tereet'O dia no han pagado, se pul o~caran
sus nombres. Este anm1cio se entiende con o dos los
deudores SIN ESGE.PC Oi. de ninguna clase.
B0gotá, ~dejulio de 1864.
±= -~ ~ - . .,.=-=-- --,.;:=:::;:::=:=====
IMPRENTA CONSTitUCIONAL.
Calle del Chorro del Fiscal, casa nume1:o 14.
POR NI COLAS PONTON.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
José María Espinosa, "[Un acaudalado] [recurso electrónico] / José María Espinosa", -:[entre 1850 y 1880], -. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2124138/), el día 2025-07-17.
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