Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA ~
CARVAJAL & ESGUERRA
únicos agentes de la REVIST.Á. Ir.JusTRADA
en Zipaquirá,' continúan en
el ejercicio de la profesi6n de
Abogados. Su oficina está situada
en la plaza principa], acera Sur,
/número 7 4. Dirección telegráfica:
'~VOCERO.''
J I}..IÉNF:Z & c.:~ ( A~ustín A. :fiméncz-Jztatt B. Ba
·.,rios). Ahogados, Agentes y Comisionistas, BogotáC...
olombia. Carrera 6.a, número 322. Dirección telegráfica:
J 1M JCNEZOO.
PIANOS de las fábricas más acreditadas y de distintos
modelos y precios, importa permanentemente Gumersindo
Perea, profesor de piano. Precios más bajos
que los del comercio y con facilidad para el pago.
Calle 12, N.0 206. Arriba del Pasaje Hen1ánde.z.
2-1
~...._.....
LA oficina de empaques de Antonio M.a Moreno se
encarga de enfardelar mercancías, café y caucho.
Transporta de Bogotá hasta Barranquilla. toda carga de
frutos de exportación.
DESPACHO: CALLE DEL ROSARJO 'UMEHO 82.
PILDORAS A~ 1 DINAS
Las píldoras andinas curan con seguridad la ·
fiebres cr,ónicas, e] crecimiento del bazo, la anetnia
y todos los fenómenos del paludismo crónico adquirido
en los lugares donde reinan las fiebres intermitentes.
Valor de. un fra co, . 1-20; por doceJ1as
á 10.
PIDANSE A CAMAOHO ROLDAN & TAMAYO.
4-2
Tbe London &. Bo[otá Trading c.0 Ltd., Sucesores dB Ricardo Jaramillo & Hermanos
' .
ofrecen á usted el tnejor surtido de paños, introducidos directamente de las n1ejores fábricas in~lesas.
Ropa hecha y todo artículo para hombres.
COMPAREN SE NUESTROS PRECIOS ,...,...,;..-.,....,...__..,.._,~"""'"·r...-~~~ ,._ w wr--·-·.-""'.- ~,;--.-w~..,....,....._.............,. ... ~~-....-
COMPARI"A
OOL.OMBIANA DE.... TRANSPORTES
U¡. Co~pa -í e pacha con regularidad sus vapores de BarranguiJia para La
Dorada en los días 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24, 27 y 30 oe cada 1net1, y además hace
despachos extraordinarios cuando las necesidad~s del tráfico lo exigen.
Con estos despachos, que están en combinación con los arribos de vapores tnarítimos
á Puerto Colombia, ni los pasajeros ni la carga sufren demoras.
En cuanto al servicio paa·a pasajeros se garantiza el mayor esmero y buen tr·ato.
Es indudable que la cerveza n1ás
tónica en la.~ comidas es la de la
~-Cf' 1t ~~ -Jt ~~ it La botella que no
~Q.Al ~~,A&-...3W'-~ quete es falsificada
lleve- tic,
-3
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA
AÑO 1--VOLUMEN I AGOSTO 22 DE 1899 NÚMERO IS
-~-)-)oOo(~-
Dr. MANUEL PLATA AZUERO
- -o--
EL día 23 del pasado mes falleció en \ illeta el distinguido
médico dodor MAN EL PLATA AzuERO á
la edad de setenta y un años.
PLA.TA AzuERO nació
en la antigua provincia
del Socorro, hoy centro
del departamento de Santander,
en r828. Su familia,
de origen español,
se había avecindado en
varias poblaciones del
Norte de la República
desde principios del siglo
XVIII. A ella pertenecieron
varios de los com uneros
que iniciaron en .
1781 la emancipación
política de Colombia; de
ella fueron miembros los
mártires de la Revvlución
D. Isidro Plata, D.
Emigdio Benítez Plata y
D. Mignel Gómez Plata,
fusilados. por los españoles
en r8r6; la heroínamártir
doña Antonia
Santos Plata, sacrificada
en la plaza del Socorro
por orden de Sámano, en
r8r9, y los próceres \ icente
y Juan Nepomnceno
Azuero Plata y Diego
Fernández G ó m e z
Plata, ilustres ser\'idores
en la revolución de b
Independencia. Un Obispo
de Antioquia, el doctor
Juan {le la Cruz Gó.
mez Plata, el ilustrado
Presbítero Pedro Antonio
Ve g.1 Plata, y el ilustre
ciud.tdano doctor José
María Plata, de excepcionales
talento~, por todos
recono ·ido.:>, tenían s::ll1-
gre de esta ilustre familia
de patricios.
Medicina y de Catedrático suplente. Dedicóse al ejercicio
de su profesión en diversas ciudades rlel Norte de
la República, especialmente en la ya próspera Bucaramanga,
y allí prestó servicios civiles onerosos, desempeñando
el cargo de Jefe político; luégo fue¡ elegido
PLATA Az EHO cursó
Literatura y Medicina
en el antiguq Colegio N acional
de San Bartolomé,
ajustándose á lo prescrito
en el rígido plan de
estudios, dictado por el
doctor Mariano O pina,
y oht11vo título de Doctor
en la última de ]as Facultadesnc;>
mbradas,en 1845,
AJANUEL PLATA AZUERO
conced1do por la Universidad Central de Bogotá, plant~
l q~~ gozó de merecida nombradía por su sabia orgamzaciOn
y en el cual ocupó el joven -médico los honoríficos
cargos de Secretario del Consejo de la Escuela de
+ 23 DE JULIO D~ 1899.
miembro de la Cámara de Provincia y nombrado Gobernador
de la provincia de Soto, alto destino en el
cual coadyuvó, como todos los hombres distinguidos del
país, á derrocar el Gobierno dictatorial del General
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA
José María Melo, en los últimos meses de 1854. Además
prestó servicios de cirujano de ejército, en el del
Norte, comandado por el General Tomás C. de Masquera
·, quien elogió la conducta del Magistrado-médico
en la historia de esa campaña, que intituló Resumen histórico.
Terminada la guerra civil partió PLATA AzuERO
para Europa con el fin de perfeccionar sus conocimientos
científico ; por varios años oyó en París lecciones de las
celebridaaes médicas de esa época, entre las cuales sobres~
tlían Bouillaud, Ricord, Harcly, Cazcnave, Velpeau,
Nelaton, Trous eaux y Vulpian, y por su aplicación y
sus talentos mereció distinciones de los profesores Civial
y Wecker.
E tablecióse PLATA Az 'ERO en la comercial ciudad
de Cúcuta, en J 857; pronto adquirió reputación de ilustrado
médico y hábil cimjano, á la ez que alcanzó popularidad
suficiente para ser elegido, en su carácter ele
miembro connotado del Partido Liberal, Diputado á la
primera Asamble~ Legi. lativa del E. taclo de .. autancler.
Hizo secrundo iaje á Europa, en 186:;, donde concurrió
á las clínicas de las graneles ciudades del Viejo
Continente. Al volver á la 'patria, ocupó puesto 'en la
Cámara de Representantes de 1 67, y n ella se di. tinguió
como orador como en tu. iasta opo i ·inni~ta de la
Admini. tt·ación ue presidía el ,.eneral l\1osqncra, la
cual había establecido lucha con el Poder Legislativo.
Prestó entonces ef cloclor LATA \z · ElW serYicio
de incalculable valor á la Instrucción pública se unciaría,
al presentar el proyecto de ley que cr aba la Universidad
Nacional de Colombia y al contribuír con u
luces á la Redacción de los Estatutos de este célebre
plantel, que alcanzó bien pronto justo renombre y en 1
cual se han formado abogados, médicos, naturalista ,
ingenieros y literatos que han sido y son legítimo orgullo
de la patria. Residió después en Cúcuta hasta I 7 r,
año en que volvió á la capital investido con el carácter
de Senador del Estado de Santander. Aceptó entonces
el cargo de profesor de Clínica y luégo el de pr0fesor
de Terapéutica, y en ellos se distinguió por su genio
observador y por el espíritu filosófico que presidía sus
investigaciones científicas. Dueño de sí mi mo en la
frecuentes é inesperadas complicaciones de las grandes
operaciones, dejo siempre bien sentada su reputación
de hábil cirujano.
Con numerosa clientela civil; querido de los estudiantes
de medicina y estimado por ·us compañeros de
profesorado; jefe de las consultas gratuitas del Hospital
de Caridad; miembro de las Juntas Central ele anidad
y de Beneficencia; Inspector general de los Hospitales
militares de la República (1876-77); Rector de la Universidad
Nacional; Presidente del Consejo Académico
-Corporación encargada de la suprema dirección de
la Instrucción pública del país¡-favorecido por la suerte
con abundantes bienes de fortuna, y ocupando alta
posición social, gozó el doctor PLATA. AzuERO por algunos
años del premio debido á su claro talento, á su
ilustración vasta, á su amor al progreso, á su falta de
egoísmo y á su conducta intachable como ciudadano y
como jefe de familia.
Miembro de la antigua Sociedad de Medicina y
Ciencias Naturales de Bogotá, de la cual fue uno de los
fundadores, y de la Academia Nacional de Medicina,
ocupó varias veces en ellas el sillón de Presidente, nuevo
y merecido premio de sus indiscutibles méritos.
Desde 1852 esct·ibió el doctor PLATA Az ERO, en
París, un trabajo sobre Ptofilaxia de la elefancia, y una
Memotia sobre la úlcera simple del estómaoo; luégo sus
discípulos dieron á la prensa algunas Obsetvaciones clínicas,
redactadas por él en los servicios del H os pita! de
San Juan de Dios de Bogotá; en periódico científicos
se imprimieron sus discursos académicos pronunciados
en sesiones solemne5 de la Sociedad de Medicina y
Ciencias Naturales y de la Universidad Nacional, y
como la mejor presea de su labor científico-literaria
publicó en 1890 un Ttalado de Terapéutica aplicada, general
y especial, con el arte de recelar y el de jorrnular, la
Mate1ia médica, la Tetapia infantil y la Clínica terapéutica,
aplicable especialmente á los climas ttopicales, obra
que por su extensión y originalidad es de positiva utilidad
y que bastaría á salvar del olvido el nombre de su
autor.
PLATA AzuERO cumplió con "la misión del médico
en la sociedad, que es tan noble c.omo simpática.
El combate diario con el dolor, la propia vida expuesta
momento por momento con el fin de salvar la ajena,
su coble carácter que prodiga remedios para el cuerpo
y consuelos para el espíritu, la transformación súbita de
un ér extraño en compañero, amiao y hermano, todo
esto es grande, es bello, es interesante y atrae irresi:;tihlemente
á los caracteres generosos." Los últimos años
de la ida del connotado político é ilu. tre médico fueron
de~graciados: perdida su fortuna en l "·ai\·én de
lo negocios y desolado su hogar p0r la muerte prematura
de do matronas, que fueron e. cogida. ror él para
compañeras de su existencia, y por la de su primogénito;
y agobiado por la edad y por un:1 afección orgánica
del corazón, acabó u días lejos de su familia y ele
sus amigos, en el mismo Jug:1r donde la había terminado
pocos lustros ante. , en J R73, otro insigne mécli o, el
doctor Antonio Varcra Rey 'S, mae~tro y amigo personal
y político d 1 doctor PLATA ¡\zt' ERO, de cuyos labios
aprendió esta máxima, qPe ttpo practic;:tr: ' o solamente
debe el hombre no haéer mal; para cumplir su
mi ión en la tierra está obligado á hacer el bien.,
PEDRO M. IBÁÑEZ.
Bogotá, Agosto de 1899.
CONCURSO AGRICOLA
P RE ENTA.Mos á nuestros lectores algunos de los tipos
del Concursn agrícola que tuvo lugar en la capital
con motivo del 20 de Julio.
No habiendo podido obtener fotografías de importantes
envíos de varios expositore., nos hemos circunscrito
á la hacienda de El C01 so, propiedad de D. Manuel
Antonio Angel é Hijos, situada en la Sabana de Bogotá.
N os ha movido, además, á dar preferencia á esta
parte del mencionado Concurso, la circunstancia especial
de constituír aquella hacienda una finca rural modelo,
en la que no se han limitado sus propietarios al
fomento de tal ó cual raza en especial ó al cultivo empírico
de la tierra, sino que, presidido por riguroso método
científico, se propende allí á la mejora de las distintas
razas: la ganadería, los caballos, los asnos, y en
general todos los animales que mayor utilidad prestan
al hombre, son criados con inteligente atención en aquella
quinta modelo.
N o se economiza en abonos, se hacen observaciones
meteorológicas, las irrigaciones y aven.amiento son
obra de la observación y no del acaso.
Gracias á este sistema, los propietarios de la hacienda
de El Cotso, además de ver realizado el sueño bíblico
de las gruesas espigas y de las vacas gordas, prestan
extraordinario ser icio á nuestra incipiente agricultura
con el mejoramiento de las razas y con el ejemplo
de los resultados que se pueden alcanzar con la sustitución
de la bárbara rutina á los métodos científicos.
En el próximo número nos ocuparemos de las otras
ecciones de la Exposición y especialmente de la de
Bellas Artes.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA 229
LA HEROINA DE SANJUANITO
(TULUÁ1 AGOSTO DE 1819)
Para la REytsTA ILusTRADA · ERA el :-tño de 1819. El cañón de Boyacá repercutía
por todos los ámbitos de América anunciando la
libertad de la Nueva Granada é infundiendo terror pánico
en los defensores de b cau a del Rey. El Cauca,
que durante tres años largos había sido
víctima de las crueldades de Calzada,
Warleta, Valdés, Tolrá, Delgado, Muñoz,
y otros realistas no menos despiadados,
recibió la noticia de la espléndida
victoria como escucharía Lázaro el "levántate"
del Divino Maestro.
Rolclanillo fue la segunda población
del valle en qne se supo el desastre de
Barreiro y la fuga prcci pit:-tda del sang11inario
S:ím:-tno. A la sazón estaba allí
una mnjer de edad madura, natural y
vecina del Pescador, que había ido en
solicitud de algunas cosa necesarias p:1ra
su familia. El reLLto de lo acaecido la
llena de entusiasmo, y olvidando sus
qt,ehaceres monta en su cuartago y vuel.L
á llevar tan grata nueva al General J naquín
Ricaurte, que se halhba oculto en
los bosques riberanos del Cauca, adonde
había venido fugitivo desde los llanos ele
Casanare, desesperanzado del triunfo de
los republicanos (1) .
-"Mi General, ya semos libres," es
el saludo que le da, y sin esperar contestación
le r fiere lo que ha oído.
Alborozado y fuera de sí el viejo li-te,
dos gruesas lágrimas ruedan por sus mejillas y exhala
del fondo de su pecho un suspiro prolongado. ¿Qué
pasa en el ánimo del patriota?
-Y no haber estado yo allá! ¿Para qué me-vendría?
exclama con el más hondo pesar.
E stas frases revelan que era presa de encontradas
emociones: el placer de ver libre la patria, el arrepentimiento
de haber abandonado sus banderas, y el dolor
de no haber compartido de las glorias del triunfo con
FA t.' T
(2.• p remio en la Exposición de 1899) diador abraza á la oficiosa mensajera, y
la interroga de mil modos como un juez
hábil que indaga para descubrir la verdad.
Convencido de que el hecho es
indudable, y vuelto de su primer transporte,
una nube de tristeza cubre sufren-
Toro cd01·ado de raza JJurham pura &angre. CriaclO'rU v prqpietarios, M. Antonio Angel é
Ilijos (hacienda rie El Corso). Padre, Rederick Raud01n 56.4! 1, introducido al país
M.'\.STODONTE
(Primet· premio en la Expo~ición de 1899).
por /()8 seño1·es Ignacio inWn de la Torre. Jiadre, Duquesa de Tequenda-ma,
hija dtl toro tm· of Cromwell 50.511., intro·lucido al país por el
señor Ruperto R trepo 8. , 11 de la vaca Lady Louisa's Duchers 15,
introducida por los señores Ignacio &; imón de la Ton·e.
sus antiguos camaradas. ¡Inflexibilidad de las
leyes morales 1 ¿Qué castigo más duro para un
hombre de honor? Comprendiendo la aldeana
la causa de esas lágrimas, le dice:
-A l~,s arm:1s, General, que aquí tamié.n
hay enemigos de la patria.
-Pero d ónde están esa armas? ¿Cómo
salgo sin exponerme á qlle me prendan?
-Deje su mercé e o á mi cuidao. Aquí
volveré cuando esté todo listo.
Y con un "adiós, cuente conmigo," concluye
el diálogo y parte á galope en busca
de los más diligentes y decididos patriotas de
e ;os con tornos.
-¡Viva la libe1Lá ! ¡Viva la patria! ¡Viva
el General Bolívar! gritaba al verlos; lo que
dio moti\·o para que algunos la tuviesen por
loca y otros temblasen al oír tan imprudente
grito. Los postas empezaron á cruzarse en
todas direcciones; tres días después estaba
en agitación todo el alle, y por dondequiera
se veían partidas armadas. El Gobernador
Domínguez, que se hallaba entonces en Buga,
temeroso de la actitud hostil de los pueblos,
resolvió trasladar e á Popayán con ochenta
hombres que pudo armar, y pereció con todos
Caballo de 1·aza percherona, pura angre, nacido en ta hacienda de El Corso y cri&do por
M. Antonio Angel é Hijos.
ellos en El Guanábano á manos de una guerrilla
de cuatrocientos soldados, comandada
por el Teniente Coronel Alvarez.
(1) Ricaurte tenía parientes en Roldanillo ;. esto nos explica
por qu~ escogi >el Cauca para refugiarse.
Entretaoto, el General Ricaurte reunió
los pronunciados y estableció su cuartel general en Tuluá.
Allí ordenó que se presentase todo hombre capaz
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
230 REVISTA ILUSTRADA
de llevar armas y se pusiese á la disposición del jefe cuanto
pudiera servir ó hacerse servible para un combate.
E!l esa población, cuna del General Prías ( r), aquella
muJer, alma del pronunciamiento, fue la providencia
del ejército patriota: por todas partes buscaba vituallas
para los soldados y armas para los defensores de la li-
DIANA
(Primer premio en la Expo8ictlm cte 1899).
sición donde poder resistir á fuerzas superiores, inutilizando
la caballería patriota, se trasladó á la hacienda
de Sanjuanito, pertenL;ciente entonces al doctor FranciscoVarela,
y situada al occidente de la ciudad de Tuluá.
Cuando la vanguardi:t de las tropas repubJicanas
ocupó esta plaza, había en ella algunos oficiales realis-tas,
los que á los gritos de ¡viva la libertad
! ¡viva la América libre! huyeron despavoridos.
Jinetes bien montados los persiguieron
tenazmente hasta las inmediaciones
del campamento de Hodríguez. El
desgraciado Capitán Pancho, que era el
mt:jor oficial del ejército Cnl'migo, . fu~
enlazado á b eloz carrera y arrastrado
inhumanamente por las calles, acto de
crueldad apenas disculpable por la guerra
á muerte que el jefe realista había jurado
á los patriotas del valle.
De paso pam el campo de batalla,
nuestra heroína se c sin restri cciones á ]as ideas del arquit
cto.
No qu remos terminar e te breve juicio
sin manife tar on franqueza que e de sentirse
qne en la construc ión no se respetara la idea
del arquitecto. Sin duda la cornisa corintia con
sus bien acusado modillones tiene mayor majestad
que la dibuj ada en el plano primitivo,
pero esto no nos compensa las bellas consolas
del balcón clel plano ¿e Santamaría, que fueron
reemplazadas por aquella horrorosa dentadura
metálica de pesebrera, que rompe la armonía
de la hchada, no menos que aquellos mezquinos
mascstenerse de ejecutar este apéndice, ó por
lo menos ha de bid o armonizado con la bella
lumbrera que, coronada con un frontón Médicis,
termina ele tan agradable manera esta parte
de la fachada.
El dibujo que publica hoy la REVISTA es
copiado del original del arquitecto Santamaría¡
él permitirá al lector juzgar de Jos conceptos·
propiedad de loa aeñ<>re8 Lw S. Kopp &; O. o Gornpue8ta pot• el arqu~tfcto señor
Mariano Santamaría.
anteriores. De todos modos, el Bazar Veracruz
marca época en las transformaciones de la antigua
Santafé y acusa en sus grandes línet:..s el
ble almacén, y no está lejos el clía en que la estrecha
ventana de barrotes que nos recuerda los serrallos turcos,
desaparezca .para ir á juntarse en el dominio de las
tradiciones olvidadas, con el portón de piedra enzurronada
y el cuarto de San Alejo, que el santafereño ele
hace treinta años consideraba como irreemplazables.
Entre los edificios más notables de este nuevo período
podemos citar la fachada del Bazar V eracruz, debida
al arquitecto Santamaría (D. Mariano), la que marca
de manera decisiva la transición entre el antiguo y
talento de un arquitecto. Cuánta diferencia con
otros edificios en que la pobreza de imaginación y de
cultura intelectual del maesl1o intenta disimularse con
el recargo de ornamentaciones falsas y costosas, verdílderas
c.aricaturas esculturales, por el estilo de aquellas
que ornamentan cierta casa de la carrera s.a, de la cual
nos parece ver salir á cada instante los siete elefantes
blancos del rey ele Siam.
PICK WITT.
---)(0)~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA 233
EL PREMIO DEL SALON DE PARIS
JOYEUX ÉBATX (RETOZOS)
CUADRO DE P . CHABA Q, 11: OBTUV gL PUE ~li O
DE L • L O... DE PARfS EN EL
PRE SE .... TE A ~O.
-~-
L os periódicos ilustrados de
· París han traído copia de
un cuadro que figuró en el Salón
del presente¡ año bajo el título
de Joycu;t· Ebats (Retozos),
presentado por el artista francés
P. Chabas.
El Joutnal des A1ltstes, de
fecha 1 r de Junio, nos informa
que aquella pintura mereció el
premio del Salón por 33 votos
entre 44 votantes que constituían
el J ur·ado, Y. que el Gobierno
francés la compró con
destino al Museo de Luxem-burgo.
·
Esta noticia, que para el
público tiene el carácter de un
hecho diverso, de aquellos que
apenas retienen la atención un
momentc, reviste ¡-:ara nosotros
un carácter especial, pues se
refiere á un amigo con quiten
mantuvim0 íntima amistad en
la Academia de Pintura Julián,
semillero de artistas eminenteg.
A aguel centro artístico,
el más retinado de París, concurren
los pintores y escultores
de todo el mundo que desean
perfeccionar sus estudios,
y la juventud francesa que no
. quiere someterse á la enseñanza
rutinaria y empapada en
los con encionalismos y rancias tradiciones de la Escuela
Nacional de Bellas Artes
Ingleses, ruso , australianos, japone es, chinos, argentinos,
no hay pueblo del mundo, se puede asegurar,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
234 REVISTA ILUSTRADA
que no tenga algún representante en aquellos talleres,
adonde van á estudiar el desnudo y la campo ición,
guiados por eminentes maestros.
Pero el provecho mayor para· el estudiante en aquel
cenáculo, es el resultado de las acaloradas críticas y discusiones
que se libran entre los alumnos, la mayor parte
de ellos maestros en sus respectivos centros, sobre toda
clase ele asuntos, y especialmente sobre estética.
Aquellos torneos del arte por el arte, alejan ó
aproximan naturalmente las alma en el campo cte las
ideas y de las aspiraciones.
En tal m~clio tan intransigente como lurninoso
se destacaba y se imponía el talento ele Chabas, casi
adolescente entonc .... s. Era respetado hasta por los más
mordaces, y uno ele los maestros, el impecable Bouguereau,
el mortal menos pródigo en elogios, lo consideraba
corno á una de las más bellas esperanzas del
arte francés.
L~rgos años han pasado desde aquel entonces, dnrante
los cuales hemos aguardado siempre con ansiedad
Jos periódicos del Exterior con la fe ciega de qne algún
día ellos habrían ele informarnos de que nuestro amigo
ocupaba en el mundo del arte tan prominente pue to
como el que ocupara en la Academia J ulián, y sólo veíamos
con sorpresa surgir otros condi6CÍpulos inferiores,
entretanto que Chahas apenas conservaba pne to de
simple soldado en las filas en que pintores que habían
comenzado con menos empuje alcanzaban ya altos
grados.
Hemos visto ya tantas esperanza~ malogradas! y
es sabido que entre los intelectuale , especialmente,
ocurren fenómeno psíquico que tronchan en Oor á ge~
nios como Maupa sant. No impunemente se arrancan á
los nervios intensas vibraciones.
En uno de estos días negros en que descorílzonaclos
con el espectáculo maleante del cotidiano festín ele
todo lo que constituye la fuerza y el honor de un país,
registr{thamos la prensa extranjera, tu irnos la emoción
-:-una de las más profundas y gratas que hayamos experimentado
en la vida-de ver entrar á nue tro querido
condiscípulo al Luxemburgo á los treinta y seis años
de edad, á oc u par puesto al lado de los Maestros que el
genio francés señala al mundo como norma y como
ejemplo en la ardua carrera del arte. ·
Buscámos en nuestros cartones varios croquis que
como precioso recuerdo conservamos de nuestro amigo
y entre ellos los estudios preliminares de~ desnudo que
hizo para su primer cuadro, aquellos de que un artista
muy rara vez se desprende, los que nos obsequió co1
expresivas dedicatorias.
Desgraciadamente esos dibujos no pueden ser publicados
en esta ciudad, por la circunstancia que dejamos
apuntada, con excepción de un estudio de pliegues
que aparecerá en otro número.
El día en que tras de una permanencia de varios
años dejámos á París, después de un almuerzo ele elespedida,
trazó Chabas rápidamente el croquis que hoy
publicamos al saludar desde estas apartadas regiones
del globo al artista y al amigo que ha merecido el raro
privilegio de recibir en plena juventud el ósculo de la
gloria.
P. c. M.
--~(0)~--
HIMNO NACIONAL
;puEDE llamarse así, como el mote lo reza, la bella
v Marcha triunfal del Maestro Sindici, con que hoy
engalanamos nuestras columnas? Esta pregunta forzosamente
sugiere otra: ¿Q 1é requisitos se requieren
para que una marcha triunfal cualquiera sea el himno
de una nación, el canto coral, que simbolice sus duelos
y sus alegrías en la vida interior, aque.l que sintetice
el recuerdo de la patria cuando, ausentes en el exterior,
no podamos ver sus queridos horizontes?
Para que eso suceda es necesario, dicen algunos,
que tal himno sea adoptado por medio ele una ley promulgada
por el Congreso. De esta maRera su ejecución
será obligatoria en todos los actos oficiales que requieran
música, y en las Cortes extranjeras habrá Ltn saludo
musical obligatorio, toda vez que la etiqneta · internacional
así lo exija.
EL MAESTRO ORESTE SINDICI
Frof~r de Míuica y de (Janto en uta capital durante 37 años; autor de la
Marcka Triunfal reconocida gene1·almeate como Htmrw Nacional.
No carece de peso tal observación. Las relaciones
diplomáticas, prescindiencb de las de la Yida interior
de un pueblo, imponen la necesidad eJe un saludo musical.
Desde ese punto de vista los gobiernos pueden y
deben imponer á sus funcionarios lo que ellos crean
más conveniente en el sentido que dejamos expresado.
Pero no basta. para que una pieza sea la marcha
triunfal de un país el que· un Congreso así lo declare¡
se requiere, principalmente, que antes de un acto oficial
la costumbre la haya sancionado. Para que esto
suceda, es necesario que alguien tome la iniciativa en
componer y vulgarizar piezas patrióticas¡ la 'l10X populi escogerá
y entonará la que síntetice mejor sus aspiraciones.
Para contribuír á este resultado engalanamos hoy
nuestras columnas con la hermosa Marcha triunfal del
Maestro Sindici, acogida ya por muchos como himno
nacional.
La oímos cantar el 20 de Julio en la plaza de Bolívar
á un coro de mil quinientos alumnos ele las escuelas
públicas de Bogotá, y nos pareció que ella tiene todos
los requisitos que una obra de esta naturaleza debe reunir
para hacerse popular.
Movimiento, sencillez, notas que van derecho al
alma y continúan vibrando en el recuerdo, forman los
rasgos característicos ele la Marcha triunfal de Sinclici.
Aprovechamos esta oportunidad para felicitar al
señor D. Enrique Argáez, actual Secretario de Instruc-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
MARCHA TRIUNFAL
GENERALMENTE ACEPTADA COMO HIMNO NACIONAL COLOMBIANO
Letra de R. NU:f'tEZ M.úsica del Maestro SIN DICI
§is-- -- r-~-~ ----1.===- --~
l ~~- -
1§
-¡s---- 111111"1~===1-----,-·13--=+-~~~---i~-_,~=t=j_.:_ ~~~~~==~ ---l--:-n---1----i- ---,------i~- .----'-·-·--,--~--~-~ ---~- -==~-·- ~·- ~~ - ~- ~-
---,-.--¡:: ---1---l---l- -~- ---j-- - · - · - · Temno di - · - · - · - · - - · - - · 1!- - - . -
1
- _. • -_.-·-_. _. -~--=--~--~·-51-----_:-- 1 • - • - • - • - -- - • - • - •-~- • - . - . - . - . - . -
mareta , • • • • '71! • ~ _ _ , t ~ ! r= l ·l 1: •••••
l~-~~--~~--~~'-1==~~~ •===~==;;=~;;=~========!=-=:=:=:=:=:~-3 E2::._0_=!· '! . ~~~~ ~r ~ - -· ~ ~=IHJ~I~I:I:I=i=Í~í~l_. r::·-:=~= ~-~-J ----- CORO
F -_---_--1---·-I - -------===--=f __-~ -~--~fj_==~---.,=.J -_~,-.=,.-~ I---~---•1•-•-·-·~-,M. ·
--·~ 11.
1 (1111 glo l'ia innwe-¡c~ L:¡t--· -l!li;-~_:_f-l===:¡-El L" . I -;.=--~I¡II'-fi.__,~~ ~ '~--- - -----------=-- 1~!..!.. --~ ---·--
1 De rra ma las au ro ras f De su in-ven-m--blc luz La huma --ni---dad en-
1 ~ <'
1 ~ ~~~~
1--¡ --.~--~=---J íf/1.-L-~:~~ 1 _J_+
E j-.. -~~~~-~~ ---1===:::::¡_ -~- t:-~-~a-- -~ --~-.
Soldados sin coraza
Ganaron la victoria,
Porgue el iril aliento
De escudo les irvi ó.
Coro, etc.
6.a Estrofa.
Bolívar cruza ·1 i\nclcs
Que riegan dos Oceano ·;
Espadas cual centellas
Fulguran en Junín.
Centauros indomable.
Descienden á los llano ,
Y empieza á presentirse
De la epopeya el fin.
Coro, etc.
¡.a Estrofa.
La trompa victf1riQsa
En A)acu ho truena¡
Que en cada triunfo· rece
Su formidable són.
En su expansiyo empuje
La libertad se e trena,
Del cielo americano,
Haciendo un pabellón.
Coro, etc.
8.3 Esi1ofa.
La Virgen sus cabellos
Arranca en agonía,
Y ele su amor v'iuda,
Los cuelg(l del cipré
Lamenta su esperanza
Que cubre losa fría,
Pero glorioso orgullo
Circunda su alba tez.
Coro, etc.
9·a Estrofa
La patria así se forma
Termópilas brotando;
Constelación de cíclopes
Su noche iluminó.
La flor estreme 'ida,
Mortal el viento hallando,
Debajo los ]am·eles·
Seguridad buscó.
Coro, ele.
10.3 E !roja.
Mas no es completa gloria
Vencer en la batalla,
Que al brazo que combate
Lo anima la v rdad.
La independencia sola
El gran clamor no acalla;
Si el sol alumbra á todos,
Justicia es libertad.
C01 o, etc.
II.a Estrofa.
Del hombre los derechos
Nariño predicando
El alma de la lucha
Profético enseñó.
Ricaurte en San Mateo,
En á tomos volando,
"Deber antes que vida,"
Con llamas escribió.
Cmo, etc.
ción pública del Departamento, por haber restablecido
]a patriótic:l tradición ele hacer tomar parte activa á las
escuelas del Municipio en la celebración del aniversario
de la 1 ndependencia nacionaL E así, por medio ele
estos actos colectivos de los hijos del pueblo, como se
les va inculcando el amor á la patria. Nada es capaz de
despertar emociones tan nobles y profundas ·como la
música. Para los niños que el 20 de Julio entonaron
aquel himno patriótico al pie de la estatua del Libertador,
esa canción irá creciendo en hermosura á medida
que la edad vaya colocándola entre los recuerdos de la
juventud con panderas tricolores, festones y guirnaldas,
cañonazos, mú ica , fuegos artificiales y la cabeza sagrada
del gran Camilo Torres, pálida y sangrienta, entre
una jaula de hierro . . .
Alegan algunos contra la adopción de esta marcha
como himno nacional el ser su autor musical de distinta
nacionalidad á la nuéstra y haber ocupado el poeta papel
militante en la borrascosa política colombiana.
Es característico de la obra de arte despertar algún
recuerdo ó alguna aspiración. La aspiración en el
himno de Sindici la de piertan sus bellas notas marciales,
que realzan la mediana poesía; el recuerdo lo irá
formando el tiempo al deslizarse, los actos tristes ó placenteros
de cada ciudadano, que sumados forman la
vida nacional.
Para nosotros la obra de arte no tiene fronteras, ni
partido. La belleza es absoluta y superior á las pasiones
antisociales de los círculos; y en el desarrollo de los
pueblos es consolador observar cómo lvs hombres que
en otros campos no han merecido la universal aprob -
ción, cuando toman el pincel ó empuñan la Jira nunca
han osado ensalzar sino agueJlo que constituye las más
hermosas conquistas morales y políticas de la huma-·
ni dad.
El señor Oreste Sindici, inspirado compositor de
este himno, hace treinta y siete años que reside en Colombia,
consagrado á la enseñanza de la música y del
canto. Modesto, inteligente, profundamente desinteresado,
y enamorado del país en donde fundó su hogar,
podemos considerarlo como á un compatriota. En todo
caso, su bella Marcha triunfal debe darle carta de ciudadano
de Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA
E.V EL lllP 'DR0\10 DE LA GR lN SABAXA
EL PRnlER CABALLERO QL'E FlG ' HA AL LADO ERECHO DEL LECTOR ES EL GE,'ERAL JOSÍ~ ~IARÍA R 'IZ.
CARRERAS Y COCHES URBANOS
DE todo tiempo y de;;cle que el mt:ndo es mundo, los
juego hípicos en su. distintas arieclade. han sido
grato especUtculo que ha llegado á constitufr una ele la
principales cliversione. de los pueblos civilizados, para
lo cual se an e tableciendo sitios á propósito para correr,
ya sea á caballo, á pie ó en coche y últimamente
en bicicleta. Entre nosotro. era natural qt1e se d sarroliara
idéntica tendencia, y en efecto, desde hace años
solían organizarse con motivo ele beneficencia ó ele los
grandes día ele la patria, carreras de ::aballos en circos
provisionales, ya en Chapinero ó ya en Puente Aranda;
pero esto a í no se compadecía bien con nuestras aspiraciones
de gran ciudad, y entonces el Municipio provocó
una licitación para construír en firme un Hipódromo con
todos sus accesorios y ()djndicó en ella el contrato respectivo
á los señores Cario· José Espinosa y Rafael Espinosa
Guzmán. Estos señores cumplieron bien sus
compromisos y hoy cuenta Bogotá con el Hipódromo
más bello del mundo por la pintoresca situación en que
está colocado y la hermosura del panorama que lo rodea
á manera de grandioso circo cercado por la caprichosa
cadena ele montañas andinas.
Presidiendo las pic::tas en su lado oriental se levanta
elegante tribuna que en día ele carrera ·emeja ideal
jardín de fantá ticas flore. ; á la izquierda de ésta hay
otra más pequeña y más modesta, pero que suele embellecerse
también, y á su frente y á sus lados, limitando
la pista , grupO.' ele árboles que rompen la artificial
monotonía ele éstas y no ::.ólo :11 gran la \·ista , ino que
cuando ocultan tra de ellos lo~ c~•lnllos n carrera, dan
lugar á n:.1evas emociones por la i.h.:erticlnmbre con que
se espera la reaparición d aquéllo .
En La Magdalena nada falta como belleza natllral,
que el hombre ha cuidado para mayor satisfacción, y si
á esto se agregan nuestros cerros con sus mil variedades
de paisajes y ele colores como fondo del cuadro, e necesario
advertir que e. tamos en un rincón privilegiado
de la tierra y que bien hicieron los antiguos Zipas cuando
escogieron para u recreo los entonces apartados sitios
que dominan Monserrate y Guadalupe. Hoy lo que
fuera parte de Teusaquillo y Bacatá puede considerarse
como el Longchamps ele la capital de Colombia.
El primer impulso está, pues, dado, y sólo falta el
e_ntu.siasta concurso de nuestra gente elegante para que
stqlllera por el lado sportivo presente aspecto de gran
ciudad esta Atenas, de que con tan poca razón nos envanecemos.
A amenizar el espectáculo en que venimos ocupándonos
y ponerlo al alcance de m"yor número de personas
ha contribnído la empresa de carruajes urbanos que
han organizado los señores Pedro y Francisco Plata y
Emilio Cuervo M., los cuales, aunque inferiores en número
á las necesidades de la población, han cambiado·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA 239
su aspecto monótono, colmando además una de las necesidades
del hombre civilizado, cual es la de economizar
tiempo y esfuerzo y procnrarse mayores comorlidades
por medio de la locomoción.
Cesaron, pues, los desvencijados carruajes
con postillón de jipa y zurriaga y de tarita inverosímil,
compañeros de la ventana de barrotes y la
puerta de piedra enzurronada de que habla el
colaborador Pick Witt, en otra parte de esta
REVISTA.
Las victorias de la Compañía Urbana, con
su postillón blanco y su joven y robusto caballo,
producen una agradable impresión, de la cual,
mejor que nuestras palabras, dan idea los grabados
con que engalanamos estas columnas al dejar
en ellas constancia de uno de los más serios adelantos
de la cJ.pital, iniciado por bogotanos que,
además ele su inteligencia y cultura, pertenecen á
la alta sociedad, lo cual es prenda de que la nueva
empresa no decaerá, comü otras, sino que
más bien se mantendrá, por lo menos, en el pie en
que ha sido iniciada.
R.
-*~EL
ULTIMO ESCLAVO
El deber com iste en amar lo qne uno
e tmpon~ á i mLmo.
GWl'HIC.
EL retr:1to que figura en e. tas colnmn<1s es el de Agapito
Gallego, 1 últimcc. cscla\·o, quien murió en umaca
el 6 de . bril pa ado, á la edad d · no\'enta y nnc,·e
año , en toda la plenitud de sus . entidos é intelig ncia.
AGAPITO GALLEGO
(Et último uclavo),
Hace largos años conocimos á Gallego como arrendatario
de la hacienda de El Cuchato, trabajando en un
trapiche de cañas, que vendió para seguir á Balunda á
fundar una plantación de cafetos, de modo que á él y á
Custodio Gracia, su ecino, debemos los semilleros ó
.. almácigos que han servido para la mayor parte de las
fincas establecidas en esta comarca del año de 74 para
acá. En su plantío de Balunda llegó á r~coger cerca de
trescientas cargas de café por año, y obtuvo allegar un
capital bastante crecido para emprender en negocios
varios.
CARRL'AJE DE LA CO 1PA~IA RBAI'\A
(Instantánea del seih•r Manuel B. S~:~ntamar5a).
En el apogeo de ns riquezas, Gallego h:1blaba de
las miserias á que lo había obligado stt condición innata
de esclavo de la hacienda de La Puerta, señalándonos,
con sus propias mano. , el sitio donde había na ido en
Lo Aya/e , caserío que existía entre Las Tapias y San
Antonio, á orillas del arroyo que pása por allí y que sigue
hacia el río Pmzches: esta comarca era para la ser-idumbre
de la haciencla: las cabañas de Lo~ Ayates
para la habitaciones de los esclavos; las faldas del llano
de La Pue1fn, hasta el río, para el cultivo de granos,
rmr cuenta de los esclavos, hasta cerca del camino que
conduce ho á Chinauta y La Tapias, donde había una
capilla para oficios r ligiosos, que era servida por el párroco
de Fusagasngá. Puede pues decirse que desde El
P01 tóu, Las Tapia , Los Aya/es, por el riachuelo, hasta l
ríoPanches, puente de Clú11auta y fila del llano ele La
Pue1la, estaba entr gada á la domesticidad y servictumhre,
que pagaban su tributo de e cla os á la hacienda
de La Puerta. En la iglesia que exi tía en Las Tapia fue
bautizado Aaapito Gallego, y allí estm·o como bien inmueble,
perteneciendo á los diferei1tes dueños de esta
finca, ha ta que 'in o la libertad de los esclavos, dada
por el General López á mediados del siglo. Gallego conser
ó toda u Y ida la gratitud más r rofunda hacia el
Partido Liberal, por habet redimido su clase social y
levantádola á la categoría de ciudadanos libres de· ]a
Nación; pero de un modo tal, que creyó de su deber
tomar parte en todas las guerras ci\ iles, como soldado
decidido en 54, 6o y 76, en que militó á órdenes de
jefes liberales¡ estuvo en el combate del N oville1 o, á los
76 años de edad: allí pelearon los fusaga!:ugueños el 9
de Febrero de 1877, á órdenes del General Franci. c0
de A. 11ogollón, contra las fuerzas del .JJ1ochuelo, que
mandaba Ardila. Era Gallego un hombre alto, tallado
en Hércules¡ fornido, de piel atezada¡ nariz chata, de
ventanas redondas; labios gordos y espesos, siendo el
inferior más saliente; cabello crespo, apretado y lanoso·
barba prominente; mirada dulce y suave; y aunque d~
tipo atlético y africano, toda su persona indicaba bondad
y hombría de bien; sus antecesores fueron los negros
bozales, que habían sido importados como esclavos,
en el siglo pasado para el laboreo y explota ión de b
minas y fundos.
Ya en los últimos días de su \ida us bienes \'inieron
á menos por la enta de sus plantíos y malos ne-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA
godos, y lo vimos siempre invariable en su carácter, á
pesar del cambio en su fortuna personal. Al ver la muerte
ya cercana - cansado de vivir, - sonreía placentero;
no le causó pavor, sino que ansioso la esperaba, como
una redención, á los noventa y nueve años, cuando ya
los órganos se resistían á llenar sus funciones: murió, en
LOS CARRUAJES DE LA CO:\.IPA:lA URB.\~A
formados en las pesebrer t8 de Pr11ba anüa de salir por p1-imtra vez á la cr.UlP.
el 20 de Julio.
(Jn~tantánea dels i'iur Manuel B. Santamarfa).
poco::; días de cama, de una enfermedad del corazón.
omo una cnriosidaci apuntamo aquí el dato que
nos dio del lugar en donde tuvo su casa de campo D.
Jorge Tacleo Lozano, Marqués de an Jorge, cuando fne
propietario de La Puerta, durante la guerra de la Independencia:
dicho sitio se encuentra
en el cerro de Ambilá, en el punto eu
que lo cruza el camino que va de Pallches
al Iguá, encima de Cltinauln. Allí
fue donde edificó una quinta -olitaria
y apacible, lejos del ruido del mundo,
por motivo=> de salud en alguna
persona de su familia. u esposa
doña Tadea duerme en nue;-;tra iglesi.
l pan oquial, en la nave dercch;1,
deb:tjo cte una losa ele m:1rmol, qUé
tiene esta inscripción en francé:--:
A la mélfloi1c de 111a bien ailllée Tadea.
Su cas:-t solarieg.1, en Fus~g L ·ug{t,
estaba ccli11cada en el costado Norte
de la plaza, en el lngar ocupado hoy
por el Ayuntamiento.
Hasta 1830 no . e conocían otros
pasto· para criaderos que los naturale::.,
que vienen después de los desmontes;
en esa época, siendo dueño
de La Puerta el señor ArJtonin Santamaria,
trajo la semilla ele pasto guinea,
y lo cultivó, por primerJ. vez, en Sabaneta,
perteneciente hoy á la hacienda
de El Cu.charo. Consagramos aquí
un recuerdo de gratitud al señor San-tamaría,
quien cambió la faz de esta
que le profesámos vivo y con el respeto que merece
por los ejemplos que nos deja de amor al trabajo, constancia
en la lucha, fijeza en sus ideas, lealtad y honradez
en· todos los actos de su vida.
M. A.
))((
MUDA
(NOVELA POR L. T. MEADE Y ROBERT EUSTACE, TRADUCIDA
DEL INGLÉS POR CARLOS SUÁREZ MURILLO).
(Continuactón ).
-Usted es una mujer rara, dijo; demasiado
franca para su profesión; algún día ha de serie perjudicial
semejante franqueza. En la posición que
usted ocupa, le conviene obrar con más circunspección.
Y mientras que me decía esto, se fue poniendo
de pie.
-El enfermo á quien necesito que usted atienda
está de gravedad y pienso hacerle la operación del
trépano pasado mañana; si ~sta no sale bien, quedará
loco; la única esperanza está fincada en la operación.
Usted irá á casa mañana por la tarde, en la
inteligencia de que debo operar al día siguiente por
la mañana.
-He dicho á usted gne no puedo dejar sola á
Leonor, contesté con acritud.
- Yo arreglaré eso con la señorita Trefusis y la
esperaré á usted. Buen ... L~ tardes.
Se sonrió de nuevo enigmáticamente y abandonó
el cuarto.
Esa misma noche volvió Leonor á mi aposento.
-He venido á darle las buenas noches, dijo. Me ha
entristecido mucho la noticia de su partida, pero Mr.
Hertslet siempre ha de salirse con la suya.
GALLITO
comarca, dándole con el guinea dehe(
Primer premio en la 1!-'xpoaición de 1899).
sas magníficas para cebas de ganados,
obligando así los desmontes, pues no
era raro encontrar animales feroces
Burro cruzado, de !2 meses de edad, nacido en la l1a.tenda de El O(Jrso; hijo de Monsieur
le Coq y de una burra del país, ente1·amente común.
como el león y el tigre, que vagaban por los ~ampos en
busca de presas, lo mismo que el cóndor, que atacaba á
los terneros y ganados menores.
·Hoy nos despedimos de Agapito Gallego, el negro,
el esclavo y el gran caballero, con el mi5mo cariño
-Yo también estoy muy apenada, respondí, mientras
que Leonor se sentaba á mi lado.
-Ya usted sabe que Ja acompañe en su pesar;
amargamente siento su separa-:ión, pero Pablo lo desea
así, y no hay nada más que hacer.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA ILUSTRADA
EL Ó DE AG STO ''LTI:i\JO C' lPLIÓ BO OT' 3ÓI A~uS DE EXI TENCIA. HÉ AQ ' Í L T :i\1BA. DE SU FU:\! DADOR GONZALO
JIMÉNEZ DE QUE AD 1 DE~TRO DE U,' JARDÍ~ .:>ITUADO EN LAS PUERTAS DEL CEME 'TERIO MUNICIPAL.
-¿Se cree usted obligada á doblegarse en todo á
sus deseos? dije yo con calma.
Ella me dirigió una mirada llena de ansiedad, y replicó:
-Cuando él habla con energía, tengo que obedecerle.
Es una persona á quien difícilmente se puede resistir;
¿no lo cree usted así?
-Es cierto, contesté, es cierto; y con un tono de
voz en que se notaba un tinte de horror en mis palabras.
Como ella se había quedado con la mirada fija, creí
que no había prestado atención á lo que yo acab~ba de
decir.
-Me a á hacer usted un'l falta inmensa, dijo al
fin. Estos síntomas nerviosos, que on mi tortura, pueden
volver ~uando me falten sus ser icios. A Pablo se lo
he dicho, pero no hizo sino sonreírse. Cree que cuando
yo sea su esposa, no volveré á sentir estas novedades
que ahora me molestan. Yo me imagino que muy bien
puede ser esto cierto, pero sepa usted que no tengo afán
de casarme. Usted sabe muy bien que en realidad mi
corazón no es de Mr. Hert let. Sólo tengo corazón para
amar al hombre que· perdió la vida en la India. Constantemente
estoy recordándolo, y nunca podría echarlo
en el olvido. A veces se apodera de mí el pensamiento
de qne tal vez no ha muerto, y no puedo desechar la
idea de su posible regre o á Inglaterra.
-Su muerte es evidente, respondí, estoy segura de
ello; así es que usted no debe alimentar falaces esperanzas.
Deseo á usted completa felicidad, Leonor; es indudable
que Mr. Hertslet la ama rendidamente.
-Sí, él me quiere muchísimo, replicó, y si deseo
que su cariño nú sea tan grande, es por lo desagradable
que es recibir mucho y dar en cambio tan poco. Pero
véngase á mi cuarto, que se me ha metido en la cabeza
. enseñar á usted algo que hasta hoy no ha visto: el retrato
del Capitán Gifford. Después de casada, sería mal
hecho contemplarlo; pero antes, puedo hacerlo y lo
hago.
La seguí hasta su aposento. Abrió una cómoda, sacó
de ella una cajita forrada en marroquín, y después de
abrirla, la puso en mis manos. Contenía la fotografía de
un hombre notablemente l1ermoso. Frente levantada,
ojos grandes, llenos de vivacidad y de fuego, boca medio
oculta por el bigote, pero que dejaba descubrir la
suavidad de sus can tornos: tál era su aspecto; tenía para
mí como cosa evidente que la sonrisa en ese rostro debía
ser como un r~yo de sol.
-Es una buena car~, dije en Yoz alm:tda; la cara
de un hombre v;1liente. Lo ~iento por usted, Leonor.
Ella me volvió á mirar, y de repente se deshizo en
un mar de lágrima ..
Rn la tarde del iguicnte día me dirigí al ho. pi tal
de Mr. Hertslet, que estaba contiguo á su mi, m a casa.
De pués de entrar á mi cu~rto y tomar algún refrigerio,
se presentó uníl sirvienta á preguntarme si queri~ Yer al
enfermo.
-Mr. Hertslet salió, dijo la sirvienta, pero ~dvirtió
que si usted venía temprano, podia ver al caballero esta
noche.
Asentí ele buena gana, y con mi g.)rra y delanta
profesi0nales se<1uÍ á la mujer hast;1 la puert~ ele un espacioso
cuarto del primer piso. Golpeé, y una voz masculina
dijo:
-Siga usted.
Un hombre ele elevada estatura e adelantó á recibirme.
Como había una lámpara sobre 1a mesa detrás
de él, su rostro y su cuerpo quedaban en Ja sombra.
-He comprendido su presencia, señora, dijo; así,
pues, puedo contar con sus bondadosos servicios?
-Sí, respondí, mucho me complacerá hacer cuanto
esté en mi mano por usted.
-Siéntese usted. ¿Mr. Hertslet le ha dicho algo
respecto á la clase de operación que voy á sufrir?
-Sí, repliqué, y él opina que es cosa seria .
-Es verdad, cuestión de vicia ó muerte. Si muero,
libre queda el mundo de un enfermo inválido; si por el
contrario, recobro la salud, tanto mejor, la ida me sonríe;
usted tal vez me comprende,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
- \
REVISTA ILUSTRADA
Al decir esto, se sonrió. Había vuelto la cara, de
mod? que l!lluz de la lámpara le daba de frente, y su
sonnsa pas? como un destello fugaz ante mi vista, del
modo más mesperado. Hasta tal punto se transformó su
rostro, que me pareció ejercer una especie de fascinación.
Una idea extraña pasó por mi mente: la de que
antes había yo visto esa cara, pero no podía recordar
dónde ni;cuándo. Observélque había ~simpatizado con-ust~
d _en otra ocasión¡ encontrábame al servicio de mi
reg1m1e~to, ~uando recibí. el golpe ya mencionado¡ se
me co~s1dero P?r mu_e~to, per~_lo que sucedió fue que
una tnbu me htzo pnswnero, diJO deteniéndose bruscamente.
El ?i<:~, que no debo hablar •mucho, porque la
m~nor excitac~on puede ocasionarme un ataque. Tal vez
qUie~a. usted Ir al otro cuarto á desempacar mi ropa.
Aqm tiene las llaves. -
(Conlinum á).
---)~
FRANCISCO DE PAULA SANTANDER
{INEOITO) *
FELJZ el pueblo que consagra ufano
Recuerdo en bronce á su adalid ferviente,
Al que supo romper con férrea mano
Noble ~ a !ti ve: el yugo del hispano
Campana abnendo en el clec:ierto ardiente .
. Inmortal.!. iempre qu á tus plantas llego
Stento el vtvo fulgor de e a mirada
Con q~e ap:-~g~ha. del contrario el fuego
O sufna e. to1 o el azar ciego
De la lucha titánica empeñada.
Era tu. v z consejo, orden y aliento
Para la hcl; y tn el supremo instante
Atropellando al déspota \'iolento
Ungido en . angrc alzaste tú el triunfante
Lábaro de la Patria al firmamento.
A?ri nclo ~uce~ al tnrbiún tu JXL o,
ab1as leyes dt ta te al patri foro,
Afrontando tu genio el honcl atraso·
N a da falta á tu gloria sin oca 0 : '
Tál te contemplo entre celajes de oro.
Augusta Sombra! en e te grato día
Naces de nuevo, y todo colombi. no
Depo ita en tu altar con mano pía
El homenaje del liberto al guía
Rendido ante tu vuelo soberano.
DORILA A:-.JT0.\1.\JARCHI DE ROJ \S.
* Acró tico heth) pnra el C'<.lltcntlio, 2 de .\Ltil
CABEZA DE CHISTO de 1892.
Modelada en greda por el distinguido a1·tista .A ce~do Bet nal, quien ]>01' Jn·imera t•ez --)o+-
se ensaya en estucl#Oii cullurules.
migo, y yo con toda sinceridad consideré lo contristado
que debía sentirse por haber tenido que venir á esa
casa¡ el sonido de su voz permitía leer en su alma, y
entonces comprendí que era un hombre bueno.
-Haré por usted cuanto esté á mi alcance, dije
con entusiasmo, no lo dude ni un momento. Tengu gran ·
de experiencia en casos como el presente, pues según
creo, usted padece de al 11nna enfermedad cerebral.
-Así es. Hace do ..; añ >S re ibí un fuerte golpe en
la cabeza, y Mr. Hertslet cree que por esa causa se me
ha establecido c1erta presión sobre el cerebro. Desde la
época de mi accidente, estoy sufriendo tl;rribles ataques
epilépticos. Si es imposible hacer algo por aliviarme, iré
á parar á un manicomio. Ante tan terrible perspectiva,
prefiero aceptar la contingencia que el cuchillo del cirujano
me ofrece. Cuando en la India oí hablar de la
habilidad de Mr. Hertslet, resolví venir á consu1tarlo,
puesto que yo estaba en libertad para establecerme en
mi país natal. Así lo hice, y aquí estoy.
-¿Hace bastante que usted regresó? le pregunté
después de una pausa.
-Quince días solamente. En mi vida ha habido
curiosas aventuras y sobre ellas me prometo hablar á
EL TELEGRAFO
i HILO aclmirahle. su. pendido al iento,
1 Que vas de. de el riiión de l
Citación recomendada (normas APA)
"Revista Ilustrada: crónica, ciencias, artes, literatura, historia - N. 15", -:-, 1899. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686819/), el día 2025-05-10.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.