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En circulacion 38000 estampillas en homenaje a visita del Papa Francisco

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  • Autor
  • Año de publicación 2017
  • Idioma Español
  • Publicado por GrupoEGS.com
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Ministerio de Agricultura de Colombia y el Ministeriode Agricultura y Cria de Venezuela, "En circulacion 38000 estampillas en homenaje a visita del Papa Francisco", Colombia:GrupoEGS.com, 2017. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3338265/), el día 2025-09-10.

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Imagen de apoyo de  Se establecen los lineamientos generales de la Estrategia de Gobierno en Linea

Se establecen los lineamientos generales de la Estrategia de Gobierno en Linea

Por: | Fecha: 12/09/1898

A.i'to n J3ogotá., ~cptiembre 12 de 18i8. BOLETIN MILITAR ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCI10 --·---- Director, ALEJANDRO POSADA Son colaboradores natos de este periódico, todos los 'Jcftr v Oficiales del Ejército de la República. FORTIFICACION RÁPIDA (CONTINUACI6N). El progreso cada día creciente obtenido en las arn1as de fuego, que aseguraba n1ayor alcance y facilidad en su 1anejo, hizo se pensase n1ás en cubrirse de sus lejanos ._fectos, preocupándose por consiguiente Ja fortificación, 1nenos de los obstáculos cercanos, que de las condiciones para servir de cubierto á las tropas propias ; aumentándose así el valor del parapeto, considerado con1o abrigo ó cu­bierto. La influencia que dichos adelantos del armamento ejercieron en el arte militar, hizo adquirir al terreno y á sus accidentes una in1portancia sien1pre creciente, que trajo consigo el frecuente empleo de la fortificación de campaña, cuyas condiciones esenciales eran la sencillez de las formas y la rapidez de la construcción. En las guerras de Flandes, con1o en las sostenidas por Gustavo Adolfo, por Luis XIII y por Luis xrv, la forti­ficación del campo de batalla fue perfeccionándose; pero como los trabajos que se ejecutaban exigían, por lo con1ún, n1ucho tiempo, su en1pleo ordinarian1ente se limitaba á una defensiva muy pronunciada é indicada por las necesidades de la estrategia. Desde la guerra de los 30 años las aplica­ciones de la fortificación pasajera fueron muy frecuentes, según se iba comprendiendo que l:t acción cada vez más Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MILITJUt decisiva de los fuegos sobre las n1asas de hombres al des­€ ubierto, llegaba á ser predominante· y obligaba por lo -'nisn1o á la táctica á procurarse apoyos artificiales á falta de ]os naturales, en Jas Jfneas. de b~talla movibles y extendida~ que hubo necesida:d de adoptarr Entonces fue cuando apa­: reció inmediatan1ente antes del combate la fortificación del t:an1po de batalla. Asf la vcn1os en1pleada en casi todas las oatallas y acciones de aquel tiempo, y en las guerras suce­~ ivas, dándole gran importancia Jos Generales más afama­dos que prestab-an á sus detalles unet marcada atención,. tales con1o Turena, Condé1 Gustavo-Adolfo, Pedro el Grande, Malbourough, MontecucullÍ, el prrncipe Eugenio, I~ederico II y todos Jos que se distinguieron por sus victo­rias. El gran n1onarca prusiano, dice termi·nantemente en sus n1emorias: "El oficial tienC' necesidad de diversos co­nocitnientos; pero uno de lo'S principales e~ el de la forti­ficación." Continuc~ron Ios progresos de fas arn1as de fuego et las épocas sucesivas, y con ellos aun1entó la necesidad de procurar vn buen resguardo á los combatientes; perdiendo,. por consecuencia, en in1portancia, la fortificación pasajera. como obstáculo, al paso que la adquir;a como abrigo y des­arrollo de la línea. de fuegos.. Así ven1os que la gu·erra de Jos siete años, y después las de la revolución francesa y la de la independencia de Jos Estados Unidos de América,. presentaron ya las obras de tierra sujetas á ciertas condi­~ iones y á reglas fijas, que denotan estudio y preparación, Reinchenberg,. Kunnevsdorf, Varna, Boston, Jemn1apes, Fleurus, Arcole, Montennotte, Caldiero, Wagram, Essling,. Talavera, Fuentes de Oñoro, Torres 1 Yedras, Zaragoza,. Borodino, Drecde, Wachau, Tolosa y tantos otros conlba­tes en que desempeñó un papel brillante y hasta principal la fortificación de campaña,. prueban que los célebres Ge­nerales de esta época aprecí-aban sus cualidades; y si Napo­león 1 en sus úJtimas batalfas no la empleó con tanta fre­cuencia, por efecto de la confianza que le inspiraba la rapidez. de los n1ovimientos y el erhpleo de grandes nlasas­rle_ artillería sobre los puntos decisivos, no por eso dejabcr. de comprender el partid.o que podía sacarse de los atrin- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. HOLETfN MlLl'tAR cheramientos para conservar posiciones importantes ó para economizar fuerzas y emplearlas en otros objetivos más convenientes. La cita con que encabezamos estas Jí ..... neas prueba el valor que á la fortifiLación pasajera daba aquel genio de la guerra, como lo atestigua también la si­guiente frase suya: "Cinco cosas deben ser inseparables del soldado: su fusil, sus cartuchos, su morral, sus raciones, Jo n1enos para cuatro días, y un útil de zapador." En aq udla época de las grandes batallas decisivas y de los movimientos rapidísimos, no se abandonó, corno he­mos visto, á pesar de todo, Ja fortificación de campa11a; pero como era natural se pensó antes que nada en buscar el n1edio de procurarse Jas ven tajas d Jos atrincheramien­tos en el menos tien1po y con el menor trabajo posible, lo cual naturalmente condujo á las formas más stncillas y á los perfiles más reducidos. De aquí la idea de la fortifica­ción que podemos llamar improvisada y de cuya teoría puede decirse es el promotor el General Rogniat. Las cam­pañas de 1848, de r 8 5+ en Crimea, y de r 8 59 en Italia, uos suministran ejemplos de que las fortificaciones ejecuta­das en el campo de batalla eran apreciadas y proporciona­ban servicios importantes; pero todavía la táctica del ata­que predominaba y no se concedía al fuego la importancia que ahora alcanza. Sin embargo la precisión que las armas rayadas habían adquirido, hizo que en Sebastopol presta­sen servicios notables los famosos rifle pits ó huecos de un n1etro de profundidad, donde se situaba un tirador provis-­to de cartuchos y de alimentos para varios días, y desde el cual molestaba con su fuego incesante las baterías y los tra­bajos del contrario. El sentido práctico que caracteriza á los anglo-sajones, hizo comprender á los dos partidos en la guerra ]]amada de secesión, la necesidad de atrincherarse para cubrirse, y si bien emplearon los abrigos con un fin únicamente defen ... sivo, puede decirse que de entonces arranca la verdadera idea de la fortificación rápida. La facilidad y perfección con que llevaban á cabo las obras de tierra en el campo de batalla, debidas á las condiciones especiales de aquellos sol.. - dados, contribuyó á que en todos los casos se emplcara11 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MJLITAR con1o n1edio de seguridad, llan1an.do la atención de los mi­litares sobre este factor, que empezó desde entonc~s á ser­vir de tema á los estudios de las pet'Sonas ilustradas en Améríca y en Europa, La g.uerra de Dinan1arca. y la cam­p- aña de Bohemia, dieron lugar á la con~trocción de obras rápidas; pero aun solan1ente con obj.eto defensi ve, hasta. que la rapidez. del fuego del fusil de retrocarga, cuyo al­cance y precisión son tan notables, al áar la absoluta pre­ponderancia á la línea de fuegos sobre el choque, na obli­gado á la fortificación á sacar todo· et parti o posible del terreno para procurarse un cubierto, sin d cual es imposi­ble sostenerse en ninguna posición. De esta suerte la forti­ficación rápida ha Hegado 5. ser una necesidad irnprescindi­ble para la táctica, aun reducida á su mínin1um, con el fin de aprovechar el poco tiempo disponible. La guerra franco­alemana nos suministra multitud de ejenlplos de las vent·cr­jas obtenidas con ligerísin1os trabajos hechos de prisa y bajo el el imperio de la necesidad, Jo n1isn1o para· dismi­rruír las pérdidas que para aum~ entar el efecto de los fue­gos sobre el enemigo que á pecho des(.ubierto se lanzaba d ataque. Etr Rerschoífen, eL. Borny, Mars-la-Tour, Saínt­Privar y Sedárr> Jos franceses pusieron en estado de defensa gran parte del tcrrel)O de su línea de batalla, así con1o lo:; prusianos á su vez. fortificaron los puntos que consideraban con1o de apoyo en sus n1ovimientos de avance ó defensa. En las sitios, ó mt.jor, bloqueos d'e Metz, de París y de Belfort, }as obras construídas toniaron un carácter más pern1an nte, pero al principio se en1plearon ligerísimos perfiles n1uchas veces, más con objeto de ocultar que con el de protejer suficientenrente á los defensores. Los tnrbajos hechos por Werder en la Lisúne y que le permitieron con 4o,ooo hon1bres escasos batir durante tres días á los cuatro cuerpos franceses de Bourbaki, prueban la importancia que daban loo prusianos á la fortificacion rápida. Después de la campaña franco-alemana la reforma de la táctica se llevó á. cabo en todos loo ejércitos, adoptan· dose en definitiva el orden abierto, ó n1ejor, dispers~ obli­gados por la necesidad cada vez mayor que se presenta, de evitar bajas á las tropas propias lo mismo en el ataque que en la defensa, sustrayéndolas· de los efectos del fuego, con- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. StJL"ETÍN !Yi1LIT Ait s1derado ya como preponderante por su alcance y rapidez... Con el mismo fin se recomieuda en todos los reglamentos el aprovecharse del terreno para cubrirse y, naturalmente, el uso escritos que den fe del valor, heroísmo y patrióticos me­recimientos de los Próceres. Con tal propósi~o comenzamos á reco­ger las necrologías de algunos militares de la Independencia, escri­tos que dan mucha !u?, para el estudio de; la Historia Patria, y que yacen dispersos en multitud de hojas periódicas de muy difícil, por no decir imposible consecución. Damos principio á esta sección p::>r la necrol0gía que El Por-venir, de cst::t c-apital, consagró el 26 de Noviembre de Ü~58 á la memoria del e3clarecid-.> G~n~ral Fran­cisco de Paula V élez, un:> J.... los militare5 m á:. distinguidos de Colombia; artículo que h1ce aún mís interennte la exte;tsa y muy juiciosa bio6c.·dÍJ. que del mism~ G_neral Vélez e.>nibió el Clfa­mado literato D. Pedro Fern:ind~z lvLtdrid, y que tan leít.h lu ~id) en Colombia: . "Bogctá está de duelo. La muerte acaba de arrebatarle á uno de su:; hijo;; m:ís egregio3; á u:10 d:! aquello.) hijm que con sólo el merecimient-:. de su gloria, de su.> virtud~s, de su vid:t ejemplar, lo­gran hacer de to~o un pu.:!blo u:n gran f.1mi .ia que los qLtiere, que los cuida, que vela por ellos, que roJ~a reverente su lecho de an­gustia , y llora atribulado sobre su sepulcro. "~l G~neral Francisc-o d-.. Paula V élez ha muerto hoy á las ocho y cuarto de la maí1ana. ' E 1 nombre de c s t~ varón n~ es desconncido ni en la historia gbriosa de Colombia ni en la de la Nueva Granada. "Desde el mes de Agos.to de 18 r 2 hasta ayer (2 5 de N oviem­bre de I 8 s8), V ~lez ha servido á su patria, defendiéndola como f)oldado, como oficial, como Jefe, como General; y amándnla como aman los hombres sensibles todo aquello que han fundado á costa ·de grandes sacrificios. V élez dejó de ser soldado el 6 de Diciembre de 18 r 2 para mandar como Subteniente una Compañía. El 30 de Junio de I 8 q. su valor, su modestia, su co11ducta ejemplar le habían puesto ya á la cabeza de la Compañía. En Marzo qa de r 8 I 6 era Teniente Coronel efectivo, Coronel en Diciembre del mismo aíio, y General de Brigada de Colombia en 1827, habiendo ascendido por escala rigurosa, y debido todo~ los grado5 con que sucesivamente fue premiado á algún hecho noble ó heroico. "Bolívar, D'Eluyar, Soublette, Girardot, á cuyas órdenes sirvió, eran jueces harto competentes para dejar que el mérito de V élez pasase desapercibido. Aquellos hombres patriotas, valientes y ge­nerosos, supieron ver, y en cuanto lo pudieron, premiar, la gener-o­sidad, el ,·alor y el patriotismo de aquel joven que, con otros mu­chos de las primeras familias gra11adinas, prefirieron, en aquellos tiempos de gloria verdadera, el bien de sus conciudadanos á su p.ro­pio sosiego; la libertad del pueblo á s•ls bienes de fortuna; y, ei'l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BC.Lt':TÍN MILILAR 143 11na palabra, la virtud, que hace del hombre un semidiós, -al egoís­'" n.O qne degrada la naturaleza de los mismos ángeles y los hace in­feriores al hombre caído4 "Colombia era entonces menos rica, y ·no más pobla uno de aqudlos; seres :representantes de una idea, y ministros <.le un decreto providenc;.ai, que debía hacer la indepencia de Amé­nca. Na<::ido para S{"rvir igualmente ~1 alto y al bajo Perú, al reino .de Quito y al de ]a Nueva Granada, á ést~ y á Venezuela, Bolí­•, ·ar, hijo de Car.acas, no er.a venezolano, ni colombiano siquiera: él era demasiado g~·.ande par.a encerrarse en .una provincia ó en un reino; Bolívar, cuyo gen~ o era i amen so, y cuya voluntad era igual :á su genio, no podía ser sino arn~ricano. Tal le consider-ó Camilo Torres, el ~rimero qt-te adivinó y le asignó su papel en el gra11 drama de la Independencia; y tal le consideraron D'Eluyar, Gi­rardot, V élez y otms centenares de hombres, cuyo mérito pri nc!­pal no consistió en ser los primeros, siPo c11 obedecer á aquél que cstab:1 destinado por la Providencia á representar la unidad de pen­~ amiento y por dos veces á muerte, recibió con e toica conformidad la noticia de su destino. "Perdida la República; cuando todos desesperaban de la Inde­pendencia; cuando las hue 5tes cspaiiolas, disciplinadas y triunfan­tes, tenían reducido todo á una nueva y más dura servidumbre bajo d férreo cetro de !vlorillo, V élez está al lado de Bolívar, de aquel hombre que, semejante al gigante hijo de la tierra cobrabJ. nuevo vigor, y se levantaba más fuerte, más temible y más re­suelto, después de cada caída. La América ente! a era esclava, en efecto. Pero Bolívar vivía: estaba en los CJ.yos de San Luis; y con él se hallaban aquellos pocos seres privilegiados, que conser­vaban en el infortunio la virtud de la fe, V élez, como los demás héroes que acompañaban al Libertador, ad,uiraba sus talentos, res­petaba sus virtudes, tenía confianza en sus medios. No se necesitaba de m:ís. El éxito más brill.ante fue el premio de tanta abnegación. V élcz tiene la gloria de pertenecer al número escaso de los que creyeron en el triunfo de la causa de la Independencia cuando casi todos dudaban de él; la de haber :1compañado al heroico Bolívar cuanJo pocos dejaban de calumniarle; la de haber sido, en fin, uno de los trescientos que formaron la expedición de los Cayos, y se batieron c:on honor y distinción en la batalla naval librada al Al­mirante Browa por la escuadra española á las órdenes de Iglesias, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOLETÍN MlLITAR poco antes de que la expedición heroica saltase en la tierra que venía á libertar. "Desde entonces hasta el fin de las campaÍlas que decidieron de la Independencia de Colombia, el nombre de V élez está enla­zado constantemente con todos nuestros triunfos, con todas nues­tras derrotas y con todas nuestra desgracias, siempre en términos no sólo honrosos, sino dignos de admiración. "Disuelta Colombia,.cuya bandera fue el ídolo de los veteranos generosos que la fundaron, V élez continu6 sirviendo á la Nueva Granada, su tierra natal. Enemigo de toda usurpación, de toda ti­ranía, no podía menos que ser partidario firme y decidido del im­perio de las leyes. Así le vemos comblt;endo la dictadura del Ge­neral Urdaneta en r83r; sirviendo con lealtad la santa causa de la ley en r 840, r 84r y I 842; y, ya septuagenario y gastado por los trabajos y las enfermedades, nos hallamos á aquel varón vene­rable con un fusil al hombro, defendiendo la constitución de su patria, y derrramando por ella su noble sangre el 3 y 4 de Diciem­bre de 1854· "El General V élcz obró siempre bien, porque fue siempre cris­tiano; su vida privada fue pura, su conducta pública intachable. Pre­firió su familia á sí mismo, su ?atria á su familia, su religi<)n ~ su patria; y porque fue siempre esclavo de Dios, fue el más libre de los hombres y el modelo de los ciudadanos. "No ha sido nuestro ánimo escribir la biografía del viejo vete­rano de Colombia. Para ello no hemos contado ni con tiempo ni con datos. Sólo hemos querido unir nuestra voz de duelo al senti­miento general que Gieplora su muerte y honra su memoria." NoTA DE LA D.-Por de pronto, y en comprobación de que esta clase de escritos ayuda á esclarecer y fijar los puntos de Historia Pa­tri~ haremos notar que en la necrología trascrita, se da la verdadera fecha del año de la muerte del General V élc:r., que hasta ahora habí:t aparecido equivocada, hasta en la citada importante biografía escrita por D. Pedro Fernández Madrid. DECRETO ~n honor á la memoria del benemérito Gener:~l Francisco de Paula Véle.z:. El Presidente de la Confederación Granadina: Debiendo dar un testimonio público del profundo sentimiento que le ha causado la pérdida que acaba de sufrir la N ación con la muerte del benemérito "Buen Ciudadano" General Francisco de Paula Véle7., Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1\0tETÍ:-J MlLITAR DECRETA: Art. 1.0 El Gobierno recomienda á la gratitud nacional hs virtudes cívicas, heroísmo militar y relevantes iervicios hechos á la Patria por el benemérito ~'Buen Ciudad.mo"9 General de Colombia, Francisco de Paula Vélcz. Art. 2. 0 De conformid:td con lo prescrito por las ordenanzas gene­rales del Ejército, éste guardará. luto por el término de ocho días, en se­iíal de justa pena por la lamentable muerte de dicho General, su antiguo y leal jefe. Art. 3()· Pt~blíquese en la Gaceta Oficial la hoja de servicios deéste, como un homenaje debido á Sil conducta heroica y sobresaliente en la f'.J.agna guerra de la Independencia. Comuníquese á los señ0res Gobernadores de los Estados y Coman­dantes Generales de los Departamentos Militares. Dado en Bogot~ á z6 de Noviembre de I8)8. MARl.\NO ÜSPINA. El Secretario de Gobierno y Gllerra, Manuel A. S111tdmuntt. EJERCITO NACIONAL INFORME DEL JN'STRU'CTOR DEL BATALLÓN "N!IRA'' Cartagena1 May() ~ t3g3. Señor General Jefe ~ Estada Mayor General.-Bogoti. Segú.n lo resllelto por el Ministerio de Gllern e1 ro de Mayo del año próximo paiado, bajo el número 7.,7 t 7, tengo el honor de tmnscri­hiros el informe sohre instrl!ccióa dd Batallón Ntira ttúmero 22, co· rresp, Julio Jiménez, Mesías Sisa y Siervo Niño. z.• Compañía: Sargento 2. 0 Luis Guerrero, Corneta Marcelino L~a.i, Cabos 1.0 Aquilino Herrera, Rufino Tolosa y soldados Lísandro Sorda, Honorio J airnes, Domingo Rodríguez, Graciano Torres, Val erío Fernández, Sergio Corredor, Tcodoro Al varado., J ¡_¡an de D. Lópcz, Mi­guel Granados., Honorio A vi la y Cús.óstomo Buitrago. 3 .a Compañía: Cabo 1° Fernando Moreno y Soldados Jesús Arangurcn, Francisco Lu~as, Antonio S:inehez, Nicolás Parra, Dionisio Mejía, Miguel Ramfrez y Jo, sé Rojas. 5.a Com~añía: Sargento I.OGregorio Martíncz, id 2.0 Dcmetrio Madero, id 2.0 Aglistín Niño, id 2.0 Octavjo Meléndez, id 2. 0 Alejandro Vargas, Corneta Custodio Pinzón, Cabos x.o Ana_nías Ncira y Rosendo A ponte y Soldados Gregario ·Dallos, Raimundo Rodríguez, Espíritu Osa­rio, Gabino N e gro y Martín Echcverrfa. 'En virtud de lo que os dejo comunicado, para el buen és:ito de los trabajos de la enseñanza militar, dejo á vuestra consideración el adelan~ to qqe en ella h<1ya h~bido, a~í como los demás á que me refiero en el presente informe. t~El Coronel. Píos o& guarde. El General Jefe'~ ~PtoRo FoNGt:CA T01uu:.s.'' Jc~ACIO FouAco. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOL~TfN MofLlTMt NVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Salvador Cendales, que falleció en el Hospital Militar de esta ciudad, el día S del co­r. riente mes. Rtpública de Co/Qmbia. -Eiército Penn ,tJJt1tte.-4. ~ Divi.Jión.-Comav­dá: tcia tie/ B ata//ó;t "J ir adores" 7JÚmero 1 1.-P amp!ona, Mayo uú dt mil ochuieJito.J novntta y ~;cito. El infrascrito Coronel Comandante del expresado Batallón, proce­dió á dar cumplimiento a1Dccuto EjectHivo número 13, de r-tdeEncro del afio próximo pasado, reglamentario del ramo de bienes de Juilitares muertos en servicio activo. Con .tal objeto se asoció de los tesrigo5 Era!l­mo Oliveros, Víctor Manuel Antolínez y Pedro Sana, individuos parti­culares, y resultó: Haberes: Raciones en cuatro días del presente mes, á 0-70 centa- •·os diarios. . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . • . ... • . • . .. $ z So Completo haber en los cuatro días del mi smo mes... • • • 2 5 Bienes: En dinero. . . . . . . . . . • . . . • • • ..................... $ 20 Un sombrero de paja usado._ . • • . . . . ... • • . • • • • . . . • . . 6 Una ruana de paño usada ____ , ........ , .......... . • • ... 2 Dos camisas de género usadas....... • •• , • • • • . . • • • . • . • • So Dos pares de calzonciij.os usados ...•...•••.•• , .• , • • . • 8o Cuatro pañuelos de hilo usados. . • . . . • • . . • • . . • • . • • • • . 20 S lima ...•..••.•••• . $ Dedúcense por gastos de entierro, según recibos ..••• $ Quedan ...••.••.•... $ 32 85 20 So 12 os H3go constar que de los veinte pesos ochenta centavos que figuran en gastos, los ochenta centavos los proporcionó la Compañía. En constancia, firmamos ta presente diligencia. El Coronel, CARLOs RICAURTE F.-Testigo, Erasm9 0/ivuoJ C.­Testigo, Víctor M . .Ant,/ínez.-Testigo, Pedro Sana. Pamplona, Mayo 7 de 1898. VARIEDADES LAS MILICIAS SUIZAS Por una rara fortuna el ejército suizo obtiene simultáneamente el ufragio entusiasta de los críticos militares alemanes y franceses. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. JJOtf.TÍN MlLI'fAt{ U nos y otro! ti~nen buenas raz01:es para ME1er lo que vale, y no hay por gué sorprenderse si llegan á la misma couclu~i6n. La Confederación Helvética muestra, en efe..:to, con un ejemplo notable, lo que puede hacerse en circuns~ancias csp~ciales con los re­cursos más modestos. Ese país, relativamente pobre y de población escasa, se halla en e5 ... taao 'de alistar, de la noche á la mariana? doscientos mil :;oldados. Ape­nas si el viajero, r una educación especial recibida en el pueblo, cabeza del cantón y de la comuna. IÁ!s cscuehs más inferiores tienen premios de tiro. Ef novel soldado sabe ya su oficio cuando entra en las filas; no le corresponde otra cosa que mostrar á sus jefes el grado de instrucción que ha alcanzado. Desde ::ntonccs se le llama cada dos a·lios- á servicio dur~ntc diez y seis días y después de diez afios pasa á !a l'eserva. La artillería es objeto de cuidados especiales. En cambio la caballe­ría es insuficiente, porque el conscripto debe· proveer su propio caballo; pero el ejército heh•ético alcanza, sin embargo, á reunir tres mil sables y todos los caballos necesarios para ~1 servicio d~ 12 artillería. Podría creerse que estas baterías y estos escuadrones son de orden interior y no se hatfan en disposición de ma·ni·obrar decentemente, pues se incurriría en un error crasísimo. Los juícios más autorizados están d~: acuerdo en reconocer que la caballería Suiza no es indigna de la soberbia infante.ría, y que loo artilleros dan pruebas de destreza, de precisión, de movilidad. El lado débil de esta milicia está en los oficíalcs; no en lo~ del C$- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 150 BOLETIN MILITAR ta.io nnyor perm1nente, que son excclent~s, sino los de lo3 cuerpo;; de tropas. Esto no tiene nada de sorprendente, cu :mdo c;e sabe gu..: dificnl· tades tienen los grandes ejércitos para reunir los suyos. El hecho incoa­te.> tablc y verdaderamente digno de ate:1ción, es que formados en divi­siones, para las grandes maniobras, todls las arm:l3 hacen excelente figura. El fenómeno se explica por dos raz:mes: la primera radica en una aptitud militar que la herencia de VJrios siglos ln cultivado entre los suizos, la segunda es la regla absoluta que se ha tra7.ado este pueblo emi­nentemente pdctico, de no sacrificar nunca la calidad á la canriJad, como lo hacen tudos los ejércitos cups plaz'ls se suman por millones. No olvidemos hacer constar que además el elemento voluntario des­empeña un papel importante en este sistema y se va

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Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 68

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